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Universidad Autónoma del Beni

“José Ballivián”
Vicerrectorado de Postgrado

MAESTRÍA EN

INGENIERÍA ESTRUCTURAL E
INGENIERÍA GEOTÉCNICA
Módulo 1: Mecánica de Suelos Avanzada

Tutor: Edgar Escobari H. M.Sc.


Magíster en Ingeniería Estructural (Universidad Nacional de Colombia – Colombia)
Especialidad en Gerencia de Proyectos (Universidad Javeriana – Colombia)
Diplomado en Docencia Universitaria (Universidad de Palermo – Argentina)
Ingeniero Civil (Universidad Católica Argentina – Argentina)

Material de uso exclusivo de la Universidad Autónoma del Beni “José Ballivián”


INDICE GENERAL

Página
1. Propiedades índice de los suelos. 1
1. Definiciones. 1
2. Origen del suelo y ciclo de la roca. 3
2.1 Meteorización. 3
2.2 Transporte y deposición. 5
2.3 Rocas ígneas. 7
2.4 Rocas sedimentarias. 8
2.5 Rocas metamórficas. 9
2.6 Ciclo de la roca. 10
3. Composición mineralógica del suelo. 11
4. Forma y textura de las partículas del suelo. 15
5. Estructura y cohesión del suelo. 16
6. Fases del suelo 18
6.1 Relaciones de volumen. 20
6.2 Relaciones de peso. 21
6.3 Modelo del volumen de sólidos unitario. 25
6.4 Modelo del volumen total unitario. 26
6.5 Relaciones de peso - volumen. 29
7. Distribución del tamaño de partículas. 29
7.1 Suelo de grano grueso. 31
7.1.1 Análisis mecánico por tamices. 31
7.2 Suelo finos. 35
7.2.1 Análisis mecánico por hidrómetro. 35
8. Consistencia del suelo. 40
8.2 Límites de Atterberg. 43
8.2.1 Liquidez. 44
8.2.2 Plasticidad. 47
8.2.3 Contracción. 50
8.2.4 Índice de consistencia. 53

2. Clasificación de suelos. 54
1. Sistema de clasificación Unificado. 54
1.1. Características del sistema de clasificación Unificado. 54
1.2. Procedimiento para la clasificación de suelos. 57
1.3. Propiedades de los suelos. 62
2. Sistema de clasificación AASHTO. 65
2.1. Características del sistema de clasificación AASHTO. 66
2.2. Procedimiento para la clasificación de suelos. 57
2.3. Calculo del índice de grupo. 68
2.4. Propiedades de los suelos en el uso de las carreteras. 69
3. Comparación entre los sistemas de clasificación Unificado y AASHTO. 75
3. Descripción e identificación de suelos. 78
1. Características del sistema de clasificación Unificado. 78
2. Material, equipo y reactivos. 79
3. Precauciones de seguridad. 79
4. Muestreo o preparación de las muestras a ensayar. 80
5. Procedimiento para la clasificación de suelos. 80
6. Procedimiento para la identificación de suelos. 84
6.1 Identificación de la turba. 84
6.2 Procedimiento para identificar suelos de grano fino. 85
6.3 Procedimiento para identificar suelos de grano grueso. 88
7. Procedimiento para la identificación de suelos. 90

4. Flujo de agua. 96
1. Ciclo hidrológico y ocurrencia de agua en el suelo. 96
2. Aguas subterráneas. 98
3. Capilaridad. 100
4. Concepto de carga. 105
5. Condiciones de flujo subterráneo. 109
6. Flujo en una dimensión. 111
6.1. Ensayos en laboratorio para determinar la conductidad hidráulica. 119
6.2. Métodos empíricos para determinar la conductidad hidráulica. 125
6.3. Ensayos en campo para determinar la conductidad hidráulica. 133
6.5. Flujo unidimensional en suelo anisotrópico. 138
6.6. Flujo unidimensional en suelo estratificado. 140
7. Flujo en dos dimensiones. 144
7.1. Ecuación de Laplace. 145
7.2. Redes de flujo. 147
7.3. Soluciones matemáticas para presas de tierra. 165
7.4. Método de los fragmentos. 168
7.5. Analogías y modelos físicos para resolver problemas de flujo. 177
7.6. Gradiente hidráulico de salida. 188
7.7. Presión ascendente de flujo. 191
7.8. Factor de seguridad contra la flotación. 195
7.9. Flujo en dos dimensiones en suelo anisotrópico. 197
7.10. Flujo en dos dimensiones en suelo estratificado . 201
8. Flujo de agua en tres dimensiones. 205
8.1. Análisis del problema de pozos. 206
8.2. Ecuaciones básicas del pozo para flujo en estado estacionario. 208
8.2.1 Flujo estacionario radial en pozos con penetración total. 208
8.2.2 Flujo estacionario radial en pozos con penetración parcial. 214

5. Esfuerzos efectivos. 217


1. Introducción 217
1.1 Esfuerzos y deformaciones. 217
1.2 Esfuerzo total. 223

ii
1.3 Esfuerzo neutral o presión de poros del agua. 225
1.4 Concepto de esfuerzo efectivo. 225
1.5 Principio del esfuerzo efectivo. 229
1.6 Calculo del esfuerzo efectivo. 230
1.6.1 Determinación del esfuerzo total. 230
1.6.2 Determinación de la presión de poros del agua. 231
1.6.3 Calculo del esfuerzo efectivo en suelos saturados sin flujo de agua. 232
1.6.4 Calculo del esfuerzo efectivo en suelos con flujo de agua ascendente. 234
1.6.5 Calculo del esfuerzo efectivo en suelos con flujo de agua descendente.236
2 Aplicaciones del esfuerzo efectivo a propósitos ingenieríles. 238
2.1 Fuerza de escurrimiento. 239
2.2 Calculo de la fuerza de escurrimiento. 239
2.3 Uso de filtros para aumentar el factor de seguridad contra el levantamiento. 243
3 Cambio de esfuerzos efectivos. 246
3.1 Modelo mecánico. 247
3.2 Generación de la presión de poros en el cargado y descargado de suelos. 249
4 Esfuerzos y deformaciones elásticas en los suelos. 252
4.1 Ley de Hooke. 253
4.2 Esfuerzos principales. 254
4.3 Desplazamientos de las deformaciones y fuerzas de los esfuerzos. 255
4.4 Estado de deformación plana. 255
4.5 Simetría axial o condición axisimetrica. 256

6 Resistencia al corte. 258


1 Respuesta de los suelos a esfuerzos de corte. 268
2 Envolvente de falla. 272
2.1 Suelos del tipo I. 272
2.2 Suelos del tipo II. 274
2.3 Suelos del tipo II A. 277
2.4 Suelos cementados. 278
3 Círculo de falla de Mohr - Coulomb. 278
4 Ensayos de laboratorio para determinar los parámetros de resistencia al corte. 284
4.1 Ensayo del corte directo. 284
4.2 Ensayos triaxiales. 289
4.2.1 Cámara triaxial y preparación de la muestra. 290
4.2.2 Compresión no drenada. 300
4.2.3 Compresión drenada. 304
4.3 Ensayo de compresión incofinada. 306
4.5 Selección del ensayo triaxial adecuado. 308
4.6 Otros ensayos en laboratorio. 309
5 Métodos empíricos para determinar los parámetros de resistencia al corte. 311
6 Sensibilidad de la arcilla. 313
7 Análisis mediante trayectoria de esfuerzos. 314
8 Modelo del estado critico. 324
8.1 Suelos normalmente consolidados y ligeramente sobreconsolidados
en estado drenado. 338

iii
8.2 Suelos normalmente consolidados y ligeramente sobreconsolidados
en estado no drenado.. 339
8.3 Suelos sobreconsolidados en estados drenados y no drenados. 341
8.4 Ensayo triaxial drenado. 343
8.5 Ensayo triaxial no drenado. 344
8.6 Rigidez del suelo. 347
8.7 Deformaciones en el modelo e estado crítico. 349
8.7.1 Deformación volumétrica. 349
8.7.2 Deformación por corte. 351
8.8 Respuesta del suelo Ko consolidado. 352
7 Compactación. 283
1 Concepto de compactación. 357
2 Compactación en laboratorio. 359
2.1 Curva de compactación. 359
2.2 Factores que afectan la compactación. 361
2.3 Prueba Proctor estándar. 365
2.4 Prueba Proctor modificado. 366
3 Aplicación de la compactación a obras civiles 368
3.1 Efecto de la compactación en las propiedades del suelo. 368
4 Control de la compactación. 379
4.1 Especificaciones del resultado final 380
4.2 Especificaciones del método. 382
4.3 Determinación del grado de compactación. 382
5. Determinación de la compactación en campo. 389
5.1 Tipos de compactadoras. 390
5.2 Elección de la compactadota en campo. 398
Bibliografía 399

iv
INDICE DE FIGURAS
Página

Figura 1.1. Proyectos de ingeniería que requieren un análisis del suelo.


(a) Estribo de puente,
(b) Muro de contención,
(c) Presa de concreto,
(d) Talud. 1
Figura 1.2. Ciclo geológico de la roca (Coduto, 1999). 11
Figura 1.3. Estructuras atómicas básicas de los minerales de arcilla (Whitlow, 1994),
(a) Unidad tetraédrica,
(b) Unidad octaédrica. 12
Figura 1.4. Láminas formadas por estructuras atómicas básicas (Whitlow, 1994).
(a) Lámina de sílice,
(b) Lámina de gibsita,
(c) Lámina de brucit, 13
Figura 1.5. Estructuras laminares (Whitlow, 1994).
(a) Estructura de dos láminas,
(b) Estructura de tres láminas. 14
Figura 1.6. Minerales de arcilla (Whitlow, 1994).
(a) Caolinita,
(b) Halosita,
(c) Ilita,
(d) Montmorilonita,
(e) Vermiculita 14
Figura 1.7. Ábaco para evaluar las partículas de forma granular
(Krumbein & Sloss, 1963) 15
Figura 1.8. Textura de partículas con forma granular (Das, 1998) 16
Figura 1.9. Estructuras que dan cohesión a los suelos granulares.
(a) Partículas con textura angular, (b)
Partículas con textura redondeada, 16
Figura 1.10. Estructura de las partículas de arcilla sedimentadas (Whitlow, 1994).
(a) Partículas floculadas,
(b) Partículas dispersas 17
Figura 1.11 Estructuras microscópicas que dan cohesión al suelo (Das, 1998).
(a) Macroestructura,
(b) Microestructura. 17
Figura 1.12. Composición del suelo. 18
Figura 1.13. Estados del suelo,
(a) Saturado,
(b) No saturado,
(c) Seco,
(d) No saturado contráctil 19
Figura 1.14 Cuantificación del volumen y masa de las fases del suelo. 19
Figura 1.15. Modelo del volumen de sólidos unitario . 25
Figura 1.16. Modelo del volumen de sólidos unitario para suelo saturado. 26
Figura 1.17. Modelo del volumen total unitario. 27
Figura 1.18. Modelo del volumen total unitario para suelo saturado. 27
Figura 1.19. Tamices para el análisis mecánico del suelo de grano grueso.

v
(a) Tamiz,
(b) Tamiz de 8”,
(c) Tamiz de 12” 31
Figura 1.20. Tamizador de laboratorio. 32
Figura 1.21. Curva de distribución del tamaño de partículas. 33
Figura 1.22. Curvas de distribución del tamaño de partículas de cinco suelos (Coduto, 1999).
(a) Suelo de grano grueso (grava y arena).
(b) Suelo bien gradado con una amplia variedad de tamaños de partícula.
(c) Suelo de grano grueso con una reducida variedad de tamaños de partícula. (d)
Suelo con gradación hueca, no contiene un cierto rango de tamaños de
partícula.
(e) Suelo compuesto de partículas finas (limo y arcilla). 34
Figura 1.23. Hidrómetro (Das, 1998).
(a) Hidrómetro tipo ASTM 152H, (b)
Determinación de la gravedad específica, 36
Figura 1.24. Curva de distribución del tamaño de partículas 40
Figura 1.25. Formas de empaquetamiento de las partículas del suelo (Das, 1998).
(a) Densa.,
(b) Suelta 41
Figura 1.26. Variación de emax y emin respecto a la angularidad y CU (Youd, 1973) 42
Figura 1.27. Relación aproximada de d, e y Dr para suelos de grano grueso
(Das, 1998) 43
Figura 1.28. Consistencia del suelo según al contenido de humedad
(Coduto, 1999) 43
Figura 1.29. Cuchara de Casagrande para determinar el límite líquido del suelo.
Vista lateral. (b) Vista frontal. (c) Espátula 44
Figura 1.30. División de la pasta de suelo.
(a) Raspadodel suelo (Laboratorio de geotecnia, UMSS), (b)
Vista superior,
(c)Vista frontal, 44
Figura 1.31. Cierre de la pasta de suelo.
(a) Vista superior,
(b) Vista frontal. 45
Figura 1.32. Determinación del límite líquido del suelo. 45
Figura 1.33. Determinación del límite plástico (Laboratorio de geotecnia, UMSS).
(a) Realizando el rollito.
(b) Rollitos de suelo empezando a fragmentarse. 47
Figura 1.34. Relación entre el índice de plasticidad y el porcentaje en peso
de partículas compuestas de minerales de arcilla
(Seed, Woodward y Lundgren, 1964). 48
Figura 1.35. Gráfico de plasticidad (Casagrande, 1932). 49
Figura 1.36. Variación del volumen respecto al contenido de humedad. 50
Figura 1.37. Determinación del límite de contracción (Das, 1998).
(a) Muestra de suelo en consistencia líquida. (b)
Muestra de suelo sin contenido de humedad. 51
Figura 1.38. Estimación del límite de contracción
con el gráfico de plasticidad (Das, 1998). 52
Figura 1.39. Molde para el ensayo de contracción lineal. 52
Figura 2.1. Carta de plasticidad. (Norma ASTM, 2003). 63

vi
Figura 2.2. Variación del límite líquido e índice de plasticidad
para los suelos de los grupos A-2, A-4, A-5, A-6 y A-7
(Norma ASTM, 2003). 66
Figura 2.3. Ábaco para el calculo del índice de grupo (Norma ASTM, 2003). 70

Figura 3.1. Partículas angulares. 92


Figura 3.2. Partículas subangulares. 92
Figura 3.3. Partículas subredondeadas. 92
Figura 3.4. Partículas redondeadas. 92
Figura 3.5. Forma de las partículas. 92
Figura 3.6. Color. 92
Figura 3.7. Consistencia. 92
Figura 3.8. Cementación. 92
Figura 3.9. Dureza. 93
Figura 3.10. Humedad y estructura. 93
Figura 3.11. Tamaño de partículas Grava 93
Figura 3.12. Tamaño de partículas Guijarros. 93
Figura 3.13. Separación de la muestra. finos de los gruesos. 93
Figura 3.14. Esferas de 1” y ½”resistencia en seco. 93
Figura 3.15. Presión con los dedos resistencia en seco. 93
Figura 3.16. Reacción del agua en la superficie de la esfera. 93
Figura 3.17. Presión de la muestra con la mano y su reacción. 94
Figura 3.18. Formado un rollo de 1/8”con la mano y una superficie lisa. 94
Figura 3.19. Ruptura del rollo luego de llegar al límite plástico . 94
Figura 3.20. Resistencia del rollito 1/8”. 94
Figura 3.21. Rejuntado de las piezas del rollo hasta que esta se quiebre. 94
Figura 3.22. Diagrama para la identificación de suelos de grano fino. 90
Figura 3.23. Diagrama para la identificación de suelos de grano grueso. 91

Figura 4.1. Ciclo hidrológico del agua.


(a) Ciclo hidrológico (Diccionario del agua).
(b) Esquema del ciclo hidrológico con todos los procesos
(Blyth & de Freitas, 1989). 96
Figura 4.2. Aguas subterráneas (Whitlow, 1994). 98
Figura 4.3. Formaciones geológicas subterráneas (Coduto, 1999). 100
Figura 4.4. Máximo ascenso capilar en tubos (Das, 1998). 101
Figura 4.5. Máximo ascenso capilar en tubos (Whitlow 1994; Das, 1998).
(a) Detalle de la superficie libre,
(b) Tubo capilar.
(c) Presión hidrostática. 101
Figura 4.6. Ascenso capilar en el suelo (Terzagui & Peck; Das, 1998).
(a) Columna de suelo en contacto con el agua.
(b) Variación del grado e saturación en la columna de suelo.
(c) Variación de la velocidad del ascenso capilar en el suelo. 103
Figura 4.7. Relación aproximada entre el ascenso capilar
y el tipo de suelo (Whitlow, 1994). 104
Figura 4.8. Tubería con un piezómetro y tubo Pitot instalados (Coduto, 1999). 105
Figura 4.9. Piezómetro instalado en un suelo. 105
Figura 4.10. Tubería con piezómetros instalados en los puntos A y B
(Coduto, 1999). 106
Figura 4.11. Ubicación correcta de los puntos

vii
para determinar el gradiente hidráulico. 107
Figura 4.12. Presión de poros en el suelo. 108
Figura 4.13. Variación natural de la velocidad de descarga
con el gradiente hidráulico. 109
Figura 4.14. Condiciones de flujo en una dos y tres dimensiones. 109
Figura 4.15. Permeámetro para la presión de flujo (Whitlow, 1994). 110
Figura 4.16. Permeámetro utilizado por Darcy (Lambe & Whitman, 1976). 113
Figura 4.17. Valores límites del número de Reynolds
(U.S. Engineers Corps, 1986). 114
Figura 4.18. Trayectoria del flujo de agua en un suelo
(Lambe & Whitman, 1976). 115
Figura 4.19. Velocidad de descarga y de flujo. 115
Figura 4.20. Secciones transversales del permeámetro.
(a) Sección transversal donde circula el agua
con una velocidad de descarga v.
(b) Sección transversal donde circula el agua
con una velocidad de flujo vs. 116
Figura 4.21. Permeámetro de carga constante (Coduto, 1999). 119
Figura 4.22. Simplificación del permeámetro de carga constante (Das, 1998). 120
Figura 4.23. Permeámetro de carga variable (Coduto, 1999). 122
Figura 4.24. Simplificación del permeámetro de carga variable (Das, 1998). 123
Figura 4.25. Curva granulométrica de una muestra de suelo. 125
Figura 4.26. Ábaco para la conversión de mm a unidades Φ
(U.S. Army Corps, 1986). 126
Figura 4.27. Curva granulométrica de una muestra de suelo en unidades Φ . 127
Figura 4.28. Ábaco para la conductividad hidráulica (U.S. Army Corps, 1986). 127
Figura 4.29. Ábaco preparado por Shepherd (Tindall & Kunkel, 1999). 128
Figura 4.30. Ábaco para la conductividad hidráulica
en suelos granulares (Das, 1998). 131
Figura 4.31. Variación de Ck en función a e0 (Das, 1998). 132
Figura 4.32. Abatimiento del nivel freático (U.S. Army Corps, 1986 ). 133
Figura 4.33. Ensayo del extremo inferior abierto (Das, 1999).
(a) Nivel freático interceptado.
(b) Nivel freático no interceptado. 134
Figura 4.34. Ensayo de la empaquetadura (Das, 1999).
(a) Nivel freático interceptado.
(b) Nivel freático no interceptado. 136
Figura 4.35. Ensayo de caída rápida de carga (Whitlow, 1994). 137
Figura 4.36. Variación de la conductividad hidráulica según a la dirección del flujo.
(a) Conductividad hidráulica horizontal.
(b) Conductividad hidráulica vertical.
(c) Componentes de la conductividad hidráulica. 139
Figura 4.37. Conductividad hidráulica horizontal
en suelo estratificado (Das, 1998). 139
Figura 4.38. Conductividad hidráulica horizontal
en suelo estratificado (Das, 1998). 141
Figura 4.39. Ejemplos de flujo de agua en dos dimensiones. (P. L. Berry & D. Reid, 1993)
(a) Presa de concreto,
(b) Ataguías,
(c) Presa de tierra. 143
Figura 4.40. Flujo de agua expresado en campo vectorial.

viii
(a) Vectores de velocidad.
(b) Componentes del vector de velocidad. 144
Figura 4.41. Fracción diferencial de suelo extraído del campo vectorial
(Coduto, 1999). 144
Figura 4.42. Red de flujo isotrópica.
(a) En un sistema no confinado,
(b) En un sistema confinado. 148
Figura 4.43. Curva que representa la trayectoria del agua (J. Badillo, 2000). 149
Figura 4.44. Cantidad de flujo entre dos líneas de flujo
(Atkinson & Bransby, 1978). 150
Figura 4.45. Cantidad de flujo en una porción de la red
(Atkinson & Bransby, 1978). 151
Figura 4.46. Red de flujo cuadrada. (Atkinson & Bransby, 1978). 152
Figura 4.47. Cantidad de flujo en la red de flujo cuadrada.
(Atkinson & Bransby, 1978) 153
Figura 4.48. Condiciones de borde.
(a) Presa impermeable de concreto en flujo no confinado.
(b) Permeable de tierra en flujo confinado.
(c) Presa permeable de tierra con filtro de pie. 154
Figura 4.49. Línea freática de una presa de tierra (U.S. Engineers Corps, 1986). 155
Figura 4.50. Construcción de la parábola básica.
(a) Determinación de los valores de y0 y d.
(b) Trazado de la parábola básica AF. 156
Figura 4.51. Corrección en el borde de entrada para la parábola básica
(Whitlow, 1994).
(a) Para β < 90º,
(b) Para β = 90º,
(c) Para β > 90º. 157
Figura 4.52. Corrección en el borde de salida para la parábola básica (Whitlow, 1994).
(a) Para α = 180º,
(b) Para α > 90º,
(c) Para α = 90º,
(d) Para α < 90º. 158
Figura 4.53. Ábaco para determinar a
(New England Waterworks Association, 1937). 159
Figura 4.54. Determinación gráfica del valor de a.
(a) Método de Schaffernak & Van Iterson.
(b) Método de L. Casagrande. 160
Figura 4.55. Construcción de la red de flujo cuadrada. Condiciones de borde.
(a) Presa de concreto con ataguía.
(b) Presa de tierra con filtro de pie. 161
Figura 4.56. Construcción de la red de flujo cuadrada. Ubicación de las líneas de flujo.
(a) Presa de concreto con ataguía.
(b) Presa de tierra con filtro de pie. 161
Figura 4.57. Construcción de la red de flujo cuadrada. Líneas equipotenciales.
(a) Presa de concreto con ataguía.
(b) Presa de tierra con filtro de pie. 161
Figura 4.58. Ejemplos de redes de flujo cuadradas (J. Badillo, 2000).
(a) Ataguía. (b) Presa de tierra.
(c) Presa de concreto con mensuras. 163
Figura 4.59. Análisis analítico para la parábola básica

ix
(U.S. Engineers Corps, 1986). 164
Figura 4.60. Nomenclatura de la solución de Pavlovsky (Harr, 1962). 165
Figura 4.61. Condiciones para la solución de Dupuit (J. Badillo, 2000). 167
Figura 4.62. División de la región de flujo del sistema en fragmentos.
(a) Sistema de doble ataguía
(b) Presa de tierra. 168
Figura 4.63. Fragmento tipo I (Harr, 1962). 169
Figura 4.64. Fragmento tipo II (Harr, 1962). 169
Figura 4.65. Fragmento tipo III (Harr, 1962). 170
Figura 4.66. Fragmento tipo IV (Harr, 1962). 172
Figura 4.67. Fragmento tipo V (Harr, 1962). 172
Figura 4.68. Fragmento tipo VI (Harr, 1962). 173
Figura 4.69. Fragmento tipo VII (Harr, 1962). 174
Figura 4.70. Fragmento tipo VIII (Harr, 1962). 175
Figura 4.71. Fragmento tipo VIII (Harr, 1962). 175
Figura 4.72. Sistemas divididos en fragmentos reconocibles.
(a) Sistema de doble ataguía,
(b) Presa de tierra. 176
Figura 4.73. Ábaco para los fragmentos del tipo II y III (Harr, 1962). 179
Figura 4.74. Ábaco para el fragmentos del tipo II (Griffiths, 1984). 181
Figura 4.75. Ábaco para los fragmentos del tipo II y III
(Polubarinova & Kochina, 1962). 182
Figura 4.76. Ábaco para el fragmento del tipo V (Harr, 1962). 182
Figura 4.77. Modelo de la analogía eléctrica con papel conductor (Wiley, 1982)
(a) Electrodos en los bordes permeables.
(b) Electrodos en los bordes impermeables. 184
Figura 4.78. Modelos en tanque de arena (U.S. Engineers Corps, 1986).
(a) Flujo de canal a pozo. (b) Flujo de laguna a canal.
(c) Tinte trazador en una presa. 186
Figura 4.79. Modelos con fluido viscoso (U.S. Engineers Corps, 1986). 186
Figura 4.80. Cara de la estructura donde se mide el gradiente hidráulico de salida.
(a) Presa de concreto.
(b) Sistema de doble ataguía. 187
Figura 4.81. Longitud de la cara de la estructura en el borde de salida. 188
Figura 4.82. Ábaco para determinar el gradiente hidráulico de salida (Harr, 1962). 189
Figura 4.83. Determinación del diagrama de presiones
mediante redes de flujo. 191
Figura 4.84. Diagrama de la presión ascendente
en la cara de contacto de la estructura. 191
Figura 4.85. Determinación de diagrama de presiones
con el método de los fragmentos. 192
Figura 4.86. Determinación de diagrama de presiones con el método de Lane. 194
Figura 4.87. Factor de seguridad contra la tubificación (Whitlow, 1994). 195
Figura 4.88. Elemento de la red de flujo en suelo anisotrópico
(Atkinson & Bransby, 1978).
(a) Elemento en dimensiones reales.
(b) Elemento en dimensiones reales. 197
Figura 4.89. Redes de flujo construidas en suelo anisotrópico (Cedergren, 1972).
(a) Red de flujo anisotrópica en dimensiones reales kz > kx.
(b) Red de flujo anisotrópica en dimensiones reales kx > kz.
(c) Red de flujo construida en la sección transformada. 198

x
Figura 4.90. Deflexión de las líneas equipotencialesy de flujo en el borde de suelos
con distinta conductividad hidráulica (Atkinson & Bransby, 1978). 200
Figura 4.91. Presa con sección compuesta.
(a) Sección con dos conductividades
(b) Sección con núcleo de distinta permeabilidad. 202
Figura 4.92. Condiciones de transferencia para la línea freática (J. Badillo, 2000).
(a) Para k1 > k2 y w < 90. (b) Para k1 < k2 y w < 90.
(c) Para k1 < k2 y w > 90 (caso poco común).
(d) Para k1 << k2 y w > 90 (k2 muy permeable).
(e) Para k1 > k2 y w > 90. 202
Figura 4.93. Modelo eléctrico para flujo tridimensional (Duncan, 1963). 204
Figura 4.94. Salida del flujo radial simple (Taylor, 1968).
(a) Flujo horizontal del pozo,
(b) Red de flujo vista en planta.
(c) Red de flujo vista en perfil 206
Figura 4.95. Flujo radial estacionario con penetración total (J. Badillo, 2000). 207
Figura 4.96. Flujo radial estacionario con penetración total (J. Badillo, 2000). 209
Figura 4.97. Flujo radial estacionario con penetración total (J. Badillo, 2000). 211
Figura 4.98. Superficie libre y superficie piezométrica (J. Badillo, 2000). 212
Figura 4.99. Flujo radial estacionario con penetración parcial (J. Badillo, 2000). 213
Figura 4.100. Relación de caudales en penetración parcial y total (J. Badillo, 2000). 215

Figura 5.1. Esfuerzos y deformaciones debido a las cargas aplicadas 218


Figura 5.2. Esfuerzo y deformación de corte. (Budhu, 2000) 219
Figura 5.3. Fuerzas y desplazamientos en un cilindro. (Budhu, 2000) 220
Figura 5.4. Curvas esfuerzo-deformación de un material elástico lineal y no lineal 221
Figura 5.5. Curvas esfuerzo-deformación
de un material elastoplástico. (Budhu, 2000) 222
Figura 5.6. Respuesta esfuerzo de corte-deformación de corte para un material elastoplástico.
(Budhu, 2000) 223
Figura 5.7. Esfuerzos en estado elástico, plástico
y elastoplástico. (Budhu, 2000) 224
Figura 5.8. Fuerzas intergranulares actuando en la superficie b-b.
(Simons & Menzies, 2000) 226
Figura 5.9. Separación de las componentes de las fuerzas intergranulares.
(Simons & Menzies, 2000) 228
Figura 5.10. Representación esquemática de la transmisión de fuerzas a través de un suelo.
(a) Sección de un recipiente lleno de suelo,
(b) Ampliación de una parte de la sección mostrando
las fuerzas transmitidas por dos puntos de contacto.
(Lambe Whitman, 1976). 230
Figura 5.11. Esfuerzos en campo debidos al peso del suelo mismo
en reposo. (Simons & Menzies, 2000) 230
Figura 5.12. (a) Estrato de suelo en un tanque donde no hay flujo de agua; variación de
(b) esfuerzos totales,
(c) presión de poros del agua;
(d) esfuerzo efectivo con la profundidad para un estrato
de suelo sumergido sin flujo de agua. (Das, 1998) 232
Figura 5.13. (a) Estrato de suelo en un tanque con flujo de agua ascendente; variación de
(b) esfuerzos totales,
(c) presión de poros del agua,

xi
(d) esfuerzo efectivo con la profundidad para un estrato de suelo
con flujo de agua ascendente. (Das, 1998) 234
Figura 5.14. (a)Estrato de suelo en un tanque con flujo de agua descendente, variación de
(b) esfuerzos totales,
(c) presión de poros del agua,
(d) esfuerzo efectivo con la profundidad para un estrato de suelo con flujo de agua
descendente. (Das, 1998). 237
Figura 5.15 Fuerza producida en un volumen de suelo
(a) sin flujo de agua,
(b) Flujo de agua ascendente
(c) Flujo de agua descendente. (Das, 1998) 241
Figura 5.16. (a) Verificación contra el levantamiento aguas abajo
para una fila de tabla estacas introducidas en un estrato permeable,
(b) ampliación de la zona de levante. (Das, 1998) 241
Figura 5.17. Uso de un filtro para aumentar el factor de seguridad
contra el levantamiento. (Das, 1998) 244
Figura 5.18. Definición del material base y material del filtro. 245
Figura 5.19. Criterio para la selección de filtros. (Das, 1998) 246
Figura 5.20. Modelo cilindro–resorte para la condición de carga.
(Simons & Menzies, 2000) 248
Figura 5.21. Modelo cilindro-resorte para la condición de descarga
(Simons & Menzies, 2000) 249
Figura 5.22. Respuesta de la presión de poros de una arcilla saturada cargada
rápidamente en forma local. (Simons & Menzies, 2000) 250
Figura 5.23. Presión de poros en un corte a largo y corto plazo.
(Simons & Menzies, 2000) 251
Figura 5.24. Estado de esfuerzos general. (Budhu, 2000) 254
Figura 5.25. Condición de deformación plana para un elemento
de suelo detrás de un muro de contención. (Budhu, 2000) 256
Figura 5.26. Condición axisimétrica en un elemento
de suelo bajo el centro de un tanque. (Budhu, 2000) 256
Figura 6.1. Bloque que se desliza sobre una superficie inclinada.
(a) Bloque encima de una superficie plana,
(b) Fuerzas resultantes debido a la inclinación, 258
Figura 6.2. Esfuerzo de corte generado en la superficie de contacto. 258
Figura 6.3. Fuerzas surgidas por el contacto interpartícular. 259
Figura 6.4. Situaciones donde se genera la falla al corte del suelo.
(a) Talud.
(b) Fundación. 259
Figura 6.5. Estado de esfuerzos de un elemento de suelo en la superficie de corte.
(a) Elemento ubicado en la superficie de corte,
(b) Esfuerzos que actúan en las caras del elemento,
(c) Esfuerzos que actúan en el prisma triangular. 260
Figura 6.6. Círculo de esfuerzos de Mohr. 262
Figura 6.7. Ubicación de los esfuerzos en el círculo de esfuerzos de Mohr.
(a) Esfuerzos que actúan en el elemento,
(b) Esfuerzos ubicados en el círculo. 263
Figura 6.8. Método del polo.
(a) Esfuerzos que actúan en el elemento,
(b) Esfuerzos ubicados en el círculo. 263
Figura 6.9. Elemento libre de esfuerzos de corte.

xii
(a) Esfuerzos normales máximo y mínimo en el elemento,
(b) Esfuerzos en el círculo. 264
Figura 6.10. Ejemplo del drenaje en suelos.
(a) Esponja de orificios grandes,
(b) Esponja de orificios muy pequeños. 264
Figura 6.11. Incremento de la presión de poros por el terraplén
(Simons & Menzies, 2000). 265
Figura 6.12. Variación de espesores en un perfil de suelo
(Simons & Menzies, 2000). 266
Figura 6.13. Línea de consolidación del suelo. 266
Figura 6.14. Arcilla normalmente consolidada y sobreconsolidada.
(a) Variación del contenido de humedad y el esfuerzo de corte,
respecto al esfuerzo efectivo de consolidación.
(b) Niveles de deposición y erosión en toda la historia geológica. 267
Figura 6.15. Distorsión debida al cortante puro en suelos del Tipo I y II (Budhu, 2000).
(a) Elemento de suelo en su estado original,
(b) Suelo del Tipo I. (c) Suelo del tipo II. 269
Figura 6.16. Esfuerzo de corte respecto a la deformación angular
(Budhu, 2000). 269
Figura 6.17. Variación de la deformación unitaria respecto a la angular
(Budhu, 2000). 270
Figura 6.18. Índice de vacíos respecto a la deformación angular
(Budhu, 2000). 270
Figura 6.19. Esfuerzo de corte en función al esfuerzo efectivo normal
(Budhu, 2000). 271
Figura 6.20. Deformación unitaria en función al esfuerzo efectivo normal
(Budhu, 2000). 271
Figura 6.21. Índice de vacíos crítico en función al esfuerzo efectivo normal
(Budhu, 2000). 272
Figura 6.22. Envolvente de falla para suelos del Tipo I, II y II-A
(Budhu, 2000). 272
Figura 6.23. Modelo físico para suelos del Tipo I(Budhu, 2000).
(a) Bloque de madera antes del deslizamiento,
(b) Partículas antes del deslizamiento. 273
Figura 6.24. Forma de deslizamiento de las partículas en suelos del Tipo I. 274
Figura 6.25. Forma de deslizamiento de las partículas en suelos del Tipo II. 274
Figura 6.26. Modelo físico para suelos del Tipo II (Budhu, 2000). 275
Figura 6.27. Efecto de la dilatancia en la envolvente de falla en suelos Tipo II
(Budhu, 2000). 276
Figura 6.28. Envolvente de falla alternativa. 277
Figura 6.29. Envolvente de falla para suelos cementados (Budhu, 2000). 278
Figura 6.30. Envolvente de falla de Mohr-Coulomb para suelos del Tipo I. 279
Figura 6.31. Envolvente de falla de Mohr-Coulomb para suelos del Tipo II. 280
Figura 6.32. Envolvente de falla de Mohr-Coulomb
alternativa para suelos del Tipo II. 281
Figura 6.33. Envolvente de falla de Mohr-Coulomb en estado no drenado. 282
Figura 6.34. Aparato para el ensayo del corte directo
(Laboratorio de geotecnia, UMSS). 285
Figura 6.35. Accesorios del aparato de corte (ELE).
(a) Caja de corte,
(b) Muestreador,

xiii
(c) Extractor de muestra,
(d) Placa de transferencia de carga,
(e) Piedras porosas. 285
Figura 6.36. Armado de la caja de corte (Laboratorio de geotecnia, UMSS). 285
Figura 6.37. Anillo de carga y deformímetro
(Laboratorio de geotecnia, UMSS). 286
Figura 6.38. Caja de corte (Das, 1997). 287
Figura 6.39. Variación del esfuerzo de corte
respecto al desplazamiento horizontal. 288
Figura 6.40. Variación del desplazamiento vertical de corte
respecto al horizontal. 288
Figura 6.41. Envolvente de falla. 288
Figura 6.42. Fotografía del sistema triaxial completo
(Laboratorio de geotecnia, UTN). 289
Figura 6.43. Esquema del banco triaxial completo. 289
Figura 6.44. Prensa de compresión (Laboratorio de geotecnia, UTN). 290
Figura 6.45. Cámara o celda triaxial. 291
Figura 6.46. Componentes del exceso de presión de poros
(Skempton, 1954). 292
Figura 6.47. Influencia de la historia del suelo en la presión de poros
(Bishop, 1960). 295
Figura 6.48. Variación de Af según OCR (Bishop, 1960). 295
Figura 6.49. ConFiguración del banco triaxial para las etapas 1 y 2. 296
Figura 6.50. ConFiguración del banco triaxial
para medir el cambio de volumen. 298
Figura 6.51. Variación de la presión de poros durante la compresión (Whitlow, 1994).
(a) Esfuerzos durante la compresión,
(b) Presión de poros inicial,
(c) Presión de poros de falla. 298
Figura 6.52. Tipos de falla en ensayos triaxiales (Whitlow, 1994).
(a) Falla frágil (corte),
(b) Falla parcial al corte,
(c) Falla de flexibilidad plástica o en barril. 299
Figura 6.53. Envolvente de falla no drenado resultante del triaxial UU. 300
Figura 6.54. Deformación vertical en función al esfuerzo desviador
en un ensayo triaxial UU. 301
Figura 6.55. Deformación vertical en función a σd, Δu y A
en un triaxial CU en suelo Tipo II 303
Figura 6.56. Envolvente de falla para un suelo Tipo II en un ensayo triaxial CU. 303
Figura 6.57. Deformación vertical en función al esfuerzo desviador
en un ensayo triaxial CD. 305
Figura 6.58. Envolvente de falla para un suelo Tipo I en un ensayo triaxial CD. 306
Figura 6.59. Ensayo de compresión inconfinada (Das, 1997). 306
Figura 6.60. Deformación vertical respecto al esfuerzo axial
en la compresión inconfinada. 307
Figura 6.61. Combinación de esfuerzos en la falla
en el ensayo de compresión inconfinada. 307
Figura 6.62. Combinación de esfuerzos en la falla
en el ensayo de compresión inconfinada. 309
Figura 6.63. Extremo inferior de la Veleta. 309
Figura 6.64. Ensamblado de la veleta en campo (U.S. Navy, 1982).

xiv
(a) Dimensiones estándar.
(b) Ensamblado. 310
Figura 6.65. Penetrómetro de bolsillo (ELE). 311
Figura 6.66. Micromolinete (ELE). 311
Figura 6.67. Valores típicos de Φ’ para suelos poco cohesivos
(U.S. Navy, 1982). 312
Figura 6.68. Valores típicos deΦ’ para arcillas y limos NC (Mitchell, 1993). 312
Figura 6.69. Compresión inconfinda
en arcilla inalterada y remoldeada (Das, 1998). 314
Figura 6.70. Comportamiento esfuerzo-deformación unitaria (Whitlow, 1994).
(a) Elástico frágil,
(b) Dúctil,
(c) Completamente plástico,
(d) Inelástico,
(e) Cedencia dúctil. 315
Figura 6.71. Comportamiento esfuerzo-deformación unitaria
(Whitlow, 1994). 316
Figura 6.72. Trayectorias de esfuerzos en el espacio ('1, '3)
(Whitlow, 1994). 317
Figura 6.73. Trayectorias de esfuerzos en el espacio (t', s')(Whitlow, 1994).
(a) Condición drenada,
(b) Condición no drenada. 318
Figura 6.74. Trayectorias de esfuerzos por descarga en una excavación (Whitlow, 1994).
(a) Condición drenada,
(b) Condición no drenada. 319
Figura 6.75. Envolvente de puntos de esfuerzo de falla (Whitlow, 1994). 320
Figura 6.76. Trayectorias de esfuerzos en el espacio (q', p')
(Whitlow, 1994). 322
Figura 6.77. Parámetros del modelo de estado crítico (Budhu, 2000).
(a) Envolvente de falla,
(b) Línea de consolidación,
(c) Línea de consolidación normalizada. 325
Figura 6.78. Proyección tridimensional de la línea de estado crítico
(Whitlow, 1994). 327
Figura 6.79. Líneas de estado crítico en los espacios (q, p') y (e, p')
(Whitlow, 1994). 328
Figura 6.80. Expansión de la superficie de fluencia (Budhu, 2000). 329
Figura 6.81. Formas de la línea de estado crítico (Budhu, 2000). 330
Figura 6.82. Representación de ensayos triaxiales en el espacio (q, p')
(Whitlow, 1994). 331
Figura 6.83. Determinación del índice de vacíos en la línea de estado crítico (Budhu, 2000).
(a) Superficie de fluencia,
(b) CSL en el espacio (e, p'),
(b) CSL en el espacio (e, ln p'). 332
Figura 6.84. Trayectoria de esfuerzos efectivos (Budhu, 2000). 333
Figura 6.85. Superficie de Roscoe en suelo muy sobreconsolidado
(Whitlow, 1994). 334
Figura 6.86. Superficie de Hvorslev en un suelo muy sobreconsolidado
(Whitlow, 1994). 335
Figura 6.87. Aspecto tridimensional de la superficie límite de estado
(Whitlow, 1994). 336

xv
Figura 6.88. Superficie límite de estado normalizada (Whitlow, 1994). 337
Figura 6.89. Predicción de resultados de un ensayo CD usando el MSC (Budhu, 2000).
(a) Superficie de fluencia,
(b) Trayectoria de carga/descarga,
(c) Deformación debido al esfuerzo desviador,
(d) Variación del índice de vacíos respecto a la deformación. 338
Figura 6.90. Predicción de resultados de un ensayo CU (R0  2) en el CSM (Budhu, 2000).
(a) Superficie de fluencia,
(b) Trayectoria de carga/descarga,
(c) Deformación debido al esfuerzo desviador,
(d) Variación de la presión de poros respecto a la deformación. 340
Figura 6.91. Predicción de resultados de un ensayo CD (R0  2) en el CSM (Budhu, 2000).
(a) Superficie de fluencia,
(b) Trayectoria de carga/descarga,
(c) Deformación debido al esfuerzo desviador,
(d) Variación de la presión de poros respecto a la deformación. 341
Figura 6.92. Predicción de resultados de un ensayo CU (R0  2) en el CSM (Budhu, 2000).
(a) Superficie de fluencia,
(b) Trayectoria de carga/descarga,
(c) Deformación debido al esfuerzo desviador,
(d) Variación de la deformación volumétrica p
respecto a la deformación. 341
Figura 6.93. Falla en ensayos CD (Budhu, 2000).
(a) Superficie de fluencia,
(b) Trayectoria de carga/descarga. 343
Figura 6.94. Falla en ensayos CU (Budhu, 2000). 345
Figura 6.95. Respuesta del suelo a la carga y descarga/recarga
(elástica) (Budhu, 2000). 347
Figura 6.96. Variación de los parámetros de rigidez según a la deformación
(Budhu, 2000). 348
Figura 6.97. Determinación de la deformación plástica (Budhu, 2000).
(a) Superficie de fluencia,
(b) Trayectoria de carga/descarga. 350
Figura 6.98. Suelo K0-consolidado y el isotrópicamente consolidado (Budhu, 2000).
(a) Superficie de fluencia,
(b) Trayectoria de carga/descarga. 353

Figura 7.1. Principios de compactación. (Das, 1998) 358


Figura 7.2. Curva de compactación típica. 359
Figura 7.3. Curvas de compactación para ocho suelos utilizando
la prueba Proctor estándar, (Jonson y Sallberg, 1960). 362
Figura 7.4. Cuatro tipos de curvas de compactación encontradas en los suelos. 362
Figura 7.5. Efecto de la energía de compactación
en la compactación de una arcilla arenosa. 364
Figura 7.6. Equipo para la prueba Proctor estándar
(a) molde,
(b) pison, (Das, 1998). 365
Figura 7.7. Compactación de un suelo, usando el pisón Proctor estándar 366
Figura 7.8. Equipo de compactación en laboratorio. 367
Figura 7.9. Curvas de compactación para los ensayos Proctor estándar
y modificado. (Holtz & Kovacs, 2000) 368

xvi
Figura 7.10. Estructuras extremas de un suelo arcilloso:
(a) Alto grado de orientación de las partículas,
(b) bajo grado de orientación de las partículas. 369
Figura 7.11. Efecto de la compactación en la estructura del suelo.
(Lambe, 1958) 370
Figura 7.12. Influencia del tipo de compactación
en la estructura adquirida por el suelo compactado. 371
Figura 7.13. Cambio en la permeabilidad con el contenido de agua
del moldeado. (Lambe, 1958) 372
Figura 7.14. Cambio en la compresibilidad con el contenido de agua del moldeado.
(a) Baja presión de consolidación,
(b) Alta presión de consolidación. (Lambe, 1958) 374
Figura 7.15. Expansión de una muestra de arcilla arenosa
compactada estáticamente y por manipulación. 375
Figura 7.16. Relación entre la presión estática de compactación
(energía de compactación)y la presión de expansión en una arcilla. 375
Figura 7.17. La contracción como una función del contenido de agua
y tipo de compactación. (Seed y Chan, 1959) 376
Figura 7.18. La resistencia como una función de la energía de compactación,
y el contenido de agua del moldeado. (Seed y Chan, 1959) 378
Figura 7.19. La resistencia como medida del CBR
y la densidad seca versus el contenido de agua
para compactación de impactos en laboratorio.
(Tumbull y Foster, 1956) 378
Figura 5.20. Conceptos de densidad relativa y compactación relativa.
(Lee y Singh, 1971) 380
Figura 7.21. Densidad seca en función del contenido de humedad,
ilustrando la condición más eficiente
para la compactación en campo. (Seed, 1964) 381
Figura 7.22. Algunos métodos para determinar la densidad en campo
(Holtz & Kovacs, 2000) 385
Figura 7.23. Procedimiento del método rápido de determinación
del grado de compactación del terraplén. 387
Figura 7.24. Densímetro nuclear en funcionamiento.
(ELE internacional, 1993) 388
Figura 5.25. Determinación nuclear de la densidad y el contenido de humedad:
(a) Transmisión directa,
(b) Dispersión trasera,
(c) Boquete de aíre.
(Troxler electronic laboratorios, Inc.,
Research triangle park, North Carolina). 389
Figura 7.26. Comparación entre las compactaciones en laboratorio y en campo,
(1) Compactación estática en laboratorio, 140 kg/cm2,
(2) Proctor modificado,
(3) Proctor estándar,
(4) Compactación estática en laboratorio a 14 kg/cm2,
(5) Compactación en campo con seis pasadas
de un rodillo neumático,
(6) Compactación en campo con seis pasadas
de un rodillo pata de cabra. 390
Figura 7.27. Compactador con rodillos pata de cabra. 391

xvii
Figura 7.28. Formas usuales en las patas de los rodillos pata de cabra,
(J. Badillo, 1976). 392
Figura 7.29. Influencia de la forma en la punta del vástago de los “rodillos pata de cabra”,
(J. Badillo, 1976). 392
Figura 7.30. Influencia del tamaño y área de la
sección recta en los vástagos de los
“rodillos pata de cabra”, (J. Badillo, 1976). 393
Figura 7.31. Compactador con rodillos de pata apisonadora. 394
Figura 7.32. Compactador con rodillos neumáticos. 394
Figura 7.33. Compactación con rodillo neumático.
Relación entre el peso especifico seco y la presión de inflado.
(Juárez Badillo, 1976) 395
Figura 7.34. (a) Compactador con rodillos vibratorios,
(b) Rodillo liso vibratorio tipo remolcado. 396
Figura 7.35. Compactador con rodillos lisos de acero. 397
Figura 7.36. Compactador con placa vibratoria. 397
Figura 7.37. Tipos de suelo lo mejor posible satisfechos
para varios tipos de equipos de compactación. (Coduto, 1998) 398
Figura 7.38. Relación entre el peso específico seco y el número de pasadas
(por un rodillo liso de tres llantas de 9.5 ton),
el suelo de un estrato suelto es compactado
9 plg a diferentes contenidos de humedad.
Curva de crecimiento para una arcilla limosa. 399
Figura 7.39. Efecto del número de pasadas en el grado de compactación
de diversos suelos con un rodillo para de cabra,
(Lambe Whitman, 1976) 400
Figura 7.40. Compactación con rodillo neumático.
Efecto del número de pasadas y de la presión
de inflado en el peso especifico seco de diversos suelos. 401
Figura 7.41. Ilustración de la eficiencia de la compactación por vibración. 401
Figura 7.42. Variación del peso específico seco con el número de pasadas
del rodillo; espesor del terraplén = 2.44 m. 402

xviii
INDICE DE TABLAS
Página

Tabla 1.1. Ejemplos de rocas ígneas (Blyth & de Freitas, 1989). 8


Tabla 1.2. Ejemplos de rocas sedimentarias (Blyth & de Freitas, 1989). 9
Tabla 1.3. Ejemplos de rocas metamórficas (Blyth & de Freitas, 1989). 10
Tabla 1.4. ndice de vacíos, contenido de humedad y peso unitario sec
(Coduto, 1999). 23
Tabla 1.5. Gravedad específica de algunos minerales (Coduto, 1999). 24
Tabla 1.6. Relaciones de peso-volumen (Das, 1998). 28
Tabla 1.7. Sistemas para identificar el tamaño de partículas del suelo
(Das, 1998). 29
Tabla 1.8. Serie ASTM de tamices (ASTM D422 y E100). 32
Tabla 1.9. Valores de K (ASTM D422). 37
Tabla 1.10. Valores de L para distintas lecturas (R) del hidrómetro. 38
Tabla 1.11. Valores de a (ASTM D422). 39
Tabla 1.12. Descripción del suelo según la densidad relativa
(Lambe & Whitman, 1969). 41
Tabla 1.13. Valores para la relación (N/25)0.121 (ASTM D4318). 46
Tabla 1.14. Grado de plasticidad del suelo (Sowers, 1979). 48
Tabla 1.15. Actividad de las arcillas (Whilow, 1994). 49
Tabla 1.16. Valores de los límites de Atterberg para los minerales de arcilla
(Mitchell, 1976). 53

Tabla 2.1. Símbolos de grupo para la clasificación de suelos según el sistema


Unificado 59
Tabla 2.2. Nombres de grupo para suelos gravosos. 60
Tabla 2.3. Nombres de grupo para suelos arenosos. 60
Tabla 2.4. Nombres de grupo para suelos finos inorgánicos. 61
Tabla 2.5. Nombres de grupo para suelos finos orgánicos. 62
Tabla 2.6. Evaluación de las propiedades del suelo
en base al símbolo de grupo. (Coduto, 1999) 64
Tabla 2.7. Clasificación de suelos sistema AASHTO.
(a) Material granular;
(b) Material fino. 67
Tabla 2.8. Propiedades y características físicas. en suelos Granulares
y suelos Finos (Valle Rodas, 1976). 71
Tabla 2.9. Compactación y tipo de pavimento.
(a) Suelos granulares,
(b) Suelos Finos (Valle Rodas, 1976). 74
Tabla 2.10. Comparación del sistema AASHTO con el sistema Unificado. 75
Tabla 2.11. Comparación del sistema Unificado con el sistema AASHTO. 76

Tabla 3.1. Cantidad mínima de muestra que se debe examinar. 79


Tabla 3.2. Criterio para describir la angularidad de las partículas granulares. 80
Tabla 3.3. Criterio para describir la forma de las partículas granulares. 80
Tabla 3.4. Criterio para describir la reacción del HCl. 81
Tabla 3.5. Criterio para describir la condición de humedad. 81
Tabla 3.6. Criterio para describir la consistencia. 81

xix
Tabla 3.7. Criterio para describir el grado de cementación. 81
Tabla 3.8. Criterio para describir la estructura. 82
Tabla 3.9. Criterio para describir la resistencia en seco. 85
Tabla 3.10. Criterio para describir la Dilatancía. 85
Tabla 3.11. Criterio para describir la Tenacidad. 86
Tabla 3.12. Criterio para describir la Plasticidad. 86
Tabla 3.13 Identificación de suelos finos Inorgánicos
sobre la base de ensayos manuales. 87
Tabla 3.14. Información básica en una Descripción e Identificación se Suelos 89

Tabla 4.1. Valores del coeficiente C en mm2 (Crespo, 2001). 103


Tabla 4.2. Rango aproximado de ascenso capilar en suelos (Das, 1998). 104
Tabla 4.3. Valores típicos de la conductividad hidráulica (Coduto, 1999). 117
Tabla 4.4. Grado de permeabilidad del suelo (Whitlow, 1994). 118
Tabla 4.5. Valores para Ct (Das, 1998). 118
Tabla 4.6. Valores del coeficiente C (Tindall & Kunkel 1999; Whitlow, 1994) 125
Tabla 4.7. Factor de angularidad (U.S. Army Corps, 1986). 129
Tabla 4.8. Valores de Si para USCS (U.S. Army Corps, 1986). 130
Tabla 4.9. Relaciones empíricas para determinar k (Das, 1998). 132
Tabla 4.10 Implicaciónes de la conductividad hidraulica
(Holtz & Kovacs,1981) 138
Tabla 4.11. Tipos de fragmentos (Harr, 1962). 177-178
Tabla 4.12. Tabla para los fragmentos del tipo II y III (Harr, 1962). 180
Tabla 4.13. Correspondencia entre el flujo de agua y la corriente eléctrica
(J. Badillo, 2000). 184

Tabla 5.1 Típicos valores del índice de Poisson. 221


Tabla 5.2. Variación de Co con d/T 243
Tabla 5.3. Típicos valores de E y G. 254

Tabla 6.1. Rango de valores para ángulos de fricción (Budhu, 2000). 278
Tabla 6.2. Ensayos para determinar los parámetros de resistencia
al corte del suelo. 284
Tabla 6.3. Valores de coeficiente Af. (Skempton, 1964) 296
Tabla 6.4. Rango de valores de A en la falla para diversos suelos. 304
Tabla 6.5. Consistencia de la arcilla (Das, 1997). 308
Tabla 6.6. Parámetros determinados en los ensayos triaxiales. 308
Tabla 6.7. Relaciones empíricas para los parámetros de resistencia al corte
(Budhu, 2000). 313
Tabla 6.8. Sensitibidad de la arcilla. (Das, 1997) 314
Tabla 6.9. Valores de a. (Jamiolkowski, 1991) 349
Tabla 6.10. Valores de k1 (Seed & Idriss, 1970). 349

Tabla 7.2. Efecto de la energía de compactación con el número de caídas por capa
(Das, 1998) 363
Tabla 7.1. Especificaciones técnicas para la prueba de compactación
Proctor según las especificaciones ASTM. 367
Tabla 5.4. Comparación de las propiedades del suelo entre la compactación
por el lado húmedo y por el lado seco del óptimo
(Holtz & Kovacs, 1981). 379

xx
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo

CAPITULO UNO
Propiedades índice del suelo.
Desde hace ya mucho tiempo la humanidad ha construido diversos tipos de estructuras, como
ser: presas, carreteras, acueductos y otros proyectos de ingeniería. Aunque el análisis
estructural de todos estos varía de acuerdo a cada caso todos tienen algo en común, que se
fundan sobre el suelo o la roca.
Por varios años, los ingenieros de la antigüedad desconocieron la importancia del estudio
del comportamiento del suelo antes del diseño y construcción de estas estructuras, como
consecuencia sus estructuras experimentaron los efectos del comportamiento del suelo, como
el caso de la inclinación de la torre de Pisa construida en 1173. Por lo general, en aquel
tiempo para construir una estructura importante los ingenieros solían copiar a otra que había
dado resultados satisfactorios. A lo largo de los años, diversos investigadores modernos han
estudiado el suelo logrando significativos avances en cuanto a: clasificarlo, identificar sus
propiedades y conocer su comportamiento. En la Figura 1.1, se muestra algunos tipos de
estructuras que requieren un estudio previo del comportamiento del suelo antes de su diseño.

(a) (b)

(c) (d)
Figura 1.1. Proyectos de ingeniería que requieren un análisis del suelo.
(a) Estribo de puente. (b) Muro de contención. (c) Presa de concreto. (d) Talud.

Cuando se ignora el estudio del comportamiento del suelo, el suelo responde de madera
inesperada originando condiciones no previstas en el diseño de la estructura, lo cual vulnera
su estabilidad. El estudio del suelo, implica: determinar sus propiedades índice, clasificarlo,
conocer el comportamiento del agua en este, su resistencia a esfuerzos externos y los límites
respecto a su cambio de volumen. Una vez conocidas sus propiedades y comportamiento,
pueden diseñarse estructuras que se ajusten a las condiciones específicas de cada suelo.

1. Definiciones.

Dentro el estudio de la mecánica de suelos, es importante definir algunos términos técnicos


de uso común que difieren del concepto o idea popular que se tiene acerca de ellos.

1
Fundamentos de mecánica de suelos

Mineral.

Mineral es definido, como una sustancia inorgánica natural que tiene una composición
química en particular o una variación de su composición y una estructura atómica que guarda
íntima relación con su forma cristalina (Blyth & de Freitas, 1989).
Los minerales llegan a ser los principales constituyentes sólidos de todas las rocas, que
dan a las rocas propiedades físicas, ópticas y químicas como ser: color, lustre, forma y
dureza. El suelo por lo general, contiene algunas variedades comunes de minerales.

Roca.

Roca es definida, como un agregado natural sólido con contenido mineral que tiene
propiedades físicas y químicas. Desde un punto de vista ingenieríl, puede ser definido como
un material duro, durable que no puede ser excavado si no con explosiones. La roca es
considerada como material casi impermeable (Blyth & de Freitas, 1989).
Las rocas son clasificadas de acuerdo a sus características físicas y a la forma de su
formación, además constituyen ser la materia prima del suelo.

Suelo.

Suelo, puede definirse desde dos puntos de pista el geólogo y el ingenieríl. El suelo está
clasificado de acuerdo a sus propiedades físicas, como ser: la consistencia y el tamaño de sus
partículas.
Para el geólogo, el suelo describe capas de material suelto sin consolidar que se extienden
desde la superficie hasta la roca sólida y que se ha formado por meteorización y la
desintegración de las propias rocas. El punto de vista geólogo del suelo, permite conocer el
origen del suelo ya que mediante la geología se puede clasificar las rocas y comprender las
transformaciones que tienen en su ciclo hasta convertirse en suelo (Whitlow, 1994).
Desde el punto de vista ingenieríl, suelo es definido como un agregado natural no
cementado de granos minerales y materia orgánica en descomposición, con líquido y gas en
los espacios vacíos entre las partículas que lo constituyen. El ingeniero, compara al suelo
como un material de construcción que tienen una importante influencia en el diseño y
construcción de una obra de ingeniería (Das, 1999).
El suelo al igual que otros materiales posee propiedades ingenieriles, que están
gobernadas por el tamaño de sus partículas y la forma en que estas interaccionan entre si. Los
suelos por lo general, son materiales heterogéneos y anisotrópicos, por lo que no están
compuestos de un mismo material en toda su masa, además son materiales no conservativos,
es decir que la masa de suelo al deformarse no recupera su forma original.

Mecánica de suelos.

La mecánica de suelos, estudia el comportamiento y las propiedades físicas del suelo cuando
fuerzas y agentes externos actúan en la masa de suelo. Esta rama de la geotecnia considera la
estructura del suelo, la forma de las partículas que lo constituyen y las fases que éste presenta,
concentrándose en las propiedades ingenieríles (Das, 1999).

Ingeniería de suelos.

Ingeniería de suelos, es la aplicación de los principios de la mecánica de suelos a problemas


prácticos, donde la experiencia y la teoría se complementan (Das, 1999).

2
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo

Geotecnia.

Es una ciencia, que combina los conocimientos de la ingeniería geotécnica y la ingeniería


geológica al estudio del comportamiento y la clasificación de los elementos encontrados en la
corteza terrestre, como ser: suelo, roca y agua subterránea (Coduto, 1998).

Ingeniería geotécnica.

Ingeniería geotécnica, es una rama de la ingeniería civil que aplica los conocimientos de la
mecánica de suelos y de la ingeniería civil a algunos aspectos de la corteza terrestre.
Generalmente, se concentra sólo en los materiales encontrados cerca de la superficie de la
tierra como: la roca, suelo y el agua subterránea. Determina relaciones matemáticas y
empíricas, útiles para conocer el comportamiento de estos materiales y diseñar estructuras
relacionadas a estas (Coduto, 1998).

Propiedades índice del suelo.

Existe una gran variedad de suelos con características diferentes, por lo que se los clasifica en
diferentes categorías y tipos. Las propiedades índice del suelo, se refiere a las características
particulares que identifican a un suelo de una misma categoría, estas son: granulometría,
consistencia, cohesión y estructura. Conociendo toda esta información del suelo, se puede
anticipar su comportamiento y la metodología que se seguirá al tratar con aquel tipo de suelo.

2. Origen del suelo y ciclo de la roca.

El suelo tiene su origen en la roca a través de la meteorización y otros procesos geológicos


que experimentan las rocas que se encuentran cerca de la superficie terrestre, es decir la
desintegración de estas en pedazos cada vez más pequeños, que en contacto con el medio
ambiente (agua y aire) se concentran formando el suelo. Las rocas tienen su origen a partir de
varios procesos geológicos, los más importantes que dan origen a una variedad de rocas son:
la cristalización de los minerales que la componen durante la solidificación del magma, la
cementación de las partículas del suelo de un depósito y el metamorfismo. Las diversas
variedades de roca que se encuentran en la corteza terrestre, están clasificadas en tres grandes
categorías, que son: rocas ígneas, sedimentarias y metamórficas.

2.1. Meteorización.

La meteorización generalmente es el resultado de procesos atmosféricos como: la lluvia y los


cambios de temperatura, estos son responsables de la destrucción gradual de las masas de
roca sólida durante largos periodos de tiempo, donde se altera la composición y estructura de
las rocas por medios físicos y químicos. El producto del proceso de meteorización de las
rocas y suelos corresponde a varios tamaños de partículas cada vez más pequeñas con una
nueva composición y forma.

Meteorización física o mecánica.

La meteorización física o mecánica, causa la desintegración de las rocas en partículas más


pequeñas ya sea por: acción de la temperatura, por impacto de un agente externo o por la
abrasión de las mismas partículas minerales acarreadas por el viento. Entre los principales
procesos que ocasionan la meteorización mecánica se pueden mencionar la: descarga y carga

3
Fundamentos de mecánica de suelos

mecánica, expansión y contracción térmica, acumulación de sales, desprendimiento coloidal,


actividad orgánica y carga neumática.

• Descarga mecánica.- Las rocas que se encuentran por debajo de la


superficie terrestre están sometidas a una: presión vertical y de
confinamiento (presión lateral). Cuando la presión vertical reduce por alguna
causa externa como ser la erosión, la roca tiende a romperse o fisurarse. Se
llama exfoliación al rompimiento o descascaramiento de las capas
superficiales de la roca, este proceso generalmente ocurre durante la
excavación de un túnel.
• Carga mecánica.- Es ocasionada por el impacto de partículas que pueden ser
arrastradas por el viento o agua sobre una roca, con el tiempo este proceso
puede ocasionar su fisuramiento. El impacto de las gotas de lluvia durante las
tormentas intensas sobre las rocas débiles, contribuyen a este proceso
destructivo.
• Expansión y contracción térmica.- Debido a: un golpe físico, acción de una
planta o animal, al cambio brusco de la temperatura, puede ocasionar la
fisuración la roca. Este hecho da lugar al ingreso de agua a su interior y esta
al congelarse se expande ocasionando esfuerzos internos que quiebran más la
roca. Los efectos de contracción debido al congelamiento del agua en las
fisuras y la expansión térmica debido a la insolación, van debilitando a la
roca hasta que ocasionan su rompimiento completo. Estos cambios
frecuentes de temperatura son uno de los agentes principales en la
meteorización física o mecánica en áreas desérticas.
• Acumulación de sales.- Al saturarse de agua las rocas, las presiones de la
cristalización de las sales ocasionan esfuerzos internos que contribuyen a una
significativa desintegración de las rocas.
• Desprendimiento coloidal.- Las rocas en algún momento, pueden estar
cubiertas de materia coloidal húmeda. La contracción de estos materiales
coloidales durante su secado, puede producir esfuerzos de tensión en la
superficie con la cual están en contacto, debilitando la superficie de la roca.
• Actividad orgánica.- El crecimiento de las raíces de las plantas en las
fisuras de la roca, es un proceso que ocasiona una desintegración importante
en las rocas.
• Carga neumática.- El aire atrapado en las fisuras expuestas de la roca,
ejerce presión interna en la roca debido a oleaje de un lago o río, que debilita
a la roca.

Meteorización química.

El agua por lo general ataca químicamente a los minerales que componen la roca, por lo que
todo proceso de meteorización química depende de la presencia del agua. El agua que es
adsorbida y la que se encuentra sobre la superficie de la roca causa algunos procesos
químicos importantes. La meteorización química descompone los minerales de la roca por:
oxidación, reducción, carbonización y otros procesos químicos. Generalmente la
meteorización química, es mucho más importante que la física en la formación del suelo.
Algunos procesos que a menudo ocurren en la meteorización química son:

• Hidrólisis.- Es un proceso químico importante que consiste en la reacción


del mineral el hidrógeno (H+) y el oxidrilo (OH-) del agua, donde el PH del

4
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo

agua juega un papel importante. El resultado de estos procesos son minerales


arcillosos, donde los iones de hidrógeno del agua percolante reemplazan a los
cationes, lo que no da lugar al proceso de oxido-reducción.
• Carbonización.- El agua en combinación del dióxido de carbono de la
atmósfera, forman sobre la superficie de la roca ácido carbónico (H 2 CO 3 ),
este reacciona con los minerales que contiene la roca ocasionando un proceso
de disociación de minerales en iones, que aumenta considerablemente por la
presencia de CO 2 . En consecuencia se forman minerales arcillosos, sales
solubles y hasta ácidos orgánicos, ocasionando la descomposición de materia
orgánica lo que causa la meteorización química.
• Oxidación.- Es producida por el contacto del oxigeno del aire con ciertos
componentes químicos-mineralógicos de las rocas particularmente favorables
para combinarse con él (compuestos férricos, carbonatos, sulfuros, etc.).
Durante este proceso, existe una transformación química de estos en óxidos
ocasionando un cambio en la composición de la superficie externa de los
afloramientos, haciendo variar su coloración a color rojizo u ocre oscuro,
pero sin penetrar más allá de unos milímetros la superficie exterior de la
roca.
• Reducción.- Mediante reacciones químicas, se lleva a cabo un proceso
complementario a la oxidación donde se libera el oxígeno de los minerales
que pasa a formar parte del ambiente circuncidante, el oxígeno deja la
estructura del mineral a medida que la oxidación disminuye el número de
elementos reducidos.
• Hidratación.- Se refiere a la absorción de moléculas de agua dentro de la
estructura interna de un mineral. Este fenómeno provoca una expansión y
acelera los procesos de la carbonización, oxidación, reducción e hidrólisis.
• Lixiviación.- Se refiere a la migración de iones alentada por los procesos
antes citados, la movilidad de los iones depende de su potencial iónico. El
Ca, Mg, Na y el K, son fácilmente lixiviados por las aguas circulantes. El Fe,
es el más resistente. El Si, es difícil de lixiviar y el Al, es casi inamovible.
• Cambio de cationes.- Es la absorción de cationes en solución cargados
positivamente en un mineral arcilloso cargado negativamente, especialmente:
Ca, H, K y Mg.

2.2. Transporte y deposición.

Los arroyos, corrientes oceánicas, olas, viento, aguas subterráneas, glaciales y la gravedad
continuamente erosionan y transportan suelo, fragmentos de rocas y sedimento, a lugares de
deposición donde se meteorizan. Generalmente, estos agentes transportadores ocasionan
cambios físicos en las partículas que son transportadas. Erosión incluye todo proceso de
desintegración, principalmente el desgaste de la superficie terrestre por acción mecánica.
Cuando las partículas son levantadas o arrastradas por alguno de estos agentes estas se
erosionan, sufren un decremento en su tamaño lo cual hace más fácil su transporte. Los
diferentes tipos de depósitos de suelo, están clasificados según al modo de transportación de
estos materiales.

Depósitos eolíticos.

El viento a diferencia de otros solo puede mover sedimento compuesto de pequeñas


partículas a diferentes lugares. El depósito ocurre cuando la velocidad del viento disminuye,

5
Fundamentos de mecánica de suelos

consecuentemente las partículas se acumulan a lo largo del camino, el viento llega a


clasificarla ya que deja las partículas más grandes y se lleva las partículas más pequeñas. El
trabajo de denudación del viento, se puede observar en forma más destacada en las regiones
que tienen un clima seco y caliente.

Depósitos glaciales.

Un glaciar transporta rocas de todo tamaño y una variedad de sedimentos, los cuales caen
sobre su superficie provenientes de las laderas de los valles circundantes, la confluencia de
dos glaciales trae como consecuencia la formación de las morrenas. Las morrenas llegan a
transportar material de todo tamaño. Los materiales de los depósitos glaciales varían mucho
en sus propiedades físicas.

Depósitos aluviales.

La acción mecánica de la caída de la lluvia en forma continua sobre la superficie terrestre,


desprende partículas sueltas del suelo y polvo de las rocas. Los depósitos aluviales son el
resultado de deposición pluvial (lluvia) y fluvial (ríos) de estas partículas. Estas partículas son
transportadas por una corriente de agua, la deposición se realiza debido a una disminución en
la pendiente de la corriente, ocasionando la pérdida de velocidad. En esta forma de transporte
las partículas de todo tamaño están en contacto colisionando constantemente entre si, por lo
que generalmente estas tienen los bordes redondeados.

Depósitos lacustres.

La deposición lacustre o la de lagos tanto en agua dulce como salada, consiste de la


deposición de sedimento generalmente de material diminuto en el fondo del lago. En el caso
de agua salada la floculación de las partículas de tamaño coloidal es acelerada, lo que
ocasiona una rápida precipitación al fondo.

Depósitos marinos.

Las olas del mar continuamente rompen en una costa, erosionando la margen terrestre por la
fuerza del impacto y en especial durante las tormentas. Los fragmentos de roca disgregados,
llegan a redondearse reduciéndose de tamaño por el golpeo que reciben de las olas, y en
conjunto forman los depósitos que se encuentran en la playa. Existen tres variedades
importantes de depósitos marinos:

• Litógenos.- Son de origen terrestre, volcánico o cósmico.


• Biógenos.- Están constituidos de los restos de organismos marinos.
• Hidrógenos.- Proveniente de las precipitaciones y los afluentes que
desembocan en el océano.

Suelos residuales.

Se llama residual, al suelo formado producto de la meteorización que se mantiene en el


mismo lugar de origen. A diferencia de los suelos producto del transporte y deposición, estos
están relacionados con los materiales del lugar, clima y topografía. Se caracterizan por tener
un orden en el tamaño de las partículas que lo constituyen, aumentado su tamaño con la
profundidad. Por lo general los suelos residuales están compuestos de materiales altamente
compresibles, su estudio entre en otra categoría de la mecánica de suelos.

6
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo

2.3. Rocas ígneas.

Se llaman así a las rocas formadas por la solidificación del magma a diferentes
profundidades. El material rocoso fundido (magma), se enfría lentamente y se solidifica
dentro o debajo de la corteza terrestre. Debido a movimientos técnicos o erosión, estas rocas
salen a la superficie terrestre. Los tipos de rocas ígneas formadas por el enfriamiento del
magma depende de factores como: la composición del magma y el grado de enfriamiento
asociado con él. Se estima que las rocas ígneas componen el 98% de la corteza terrestre, estas
se clasifican según su: forma de solidificación y composición química.

Clasificación de las rocas ígneas según a su forma de solidificación.

De acuerdo a su forma de solidificación, existen dos tipos de rocas ígneas: rocas ígneas
extrusivas e intrusivas.
El magma que es expulsado hacia la superficie de la tierra por medio de erupciones o
fisuras volcánicas (lava), con el tiempo se solidifica y los diferentes minerales se unen para
formar cristales silicatados como las: piroxenas, las anfíbolas, los feldespatos y óxidos como
la magnetita. Estos minerales llegan a cristalizar consumiendo parte del sílice, magnesio y
hierro del magma, de acuerdo a su composición se llaman ferromagnesianos o máficos
(mezcla de magnesio y hierro) y minerales félsicos que dan color a la roca dando lugar a la
formación de una variedad de rocas ígneas extrusivas. Las rocas ígneas extrusivas son
generalmente de lustre vítreo, tienen granos finos y una superficie suave, con una textura
anímica a porfirítica o también de textura brechoide.
En ocasiones el magma se eleva a diferentes niveles sin alcanzar la superficie terrestre,
donde al cesar su movilidad se enfría y la cristalización de sus minerales constituyentes forma
variedades de roca ígnea intrusiva, llamadas también rocas plutónicas debido a su gran
tamaño. Según al tamaño de estas rocas se las clasifican en dos tipos:

• Intrusiva menor.- Cuando el magma se eleva, llena fracturas y otras


aberturas en las rocas encajonadas donde se forman las intrusiones menores,
es decir cuerpos ígneos pequeños como ser: los diques que son semejantes a
un muro muy empinado o vertical cuyos lados son aproximadamente
paralelos y también se forman los mantos que son hojas de roca cuya
extensión es mas o menos horizontal. Las rocas ígneas intrusivas, por lo
general tienen una textura fina a moderadamente gruesa.
• Intrusiva mayor.- Se llama así a una masa grande de magma de muchos
kilómetros cúbicos de volumen, que se enfría lentamente debido a su tamaño.
Entre las intrusiones mayores se encuentran: el plutón, que es un cuerpo de
magma moderadamente grande con varias formas pero comúnmente tiene
una sección transversal casi circular. El tronco, es un cuerpo cilíndrico casi
vertical con una sección transversal que ocupa unos 100 km2. Un batolito es
una masa ígnea que no tiene base, que se eleva como una proyección
irregular dentro de las rocas de la corteza, por lo cual puede decirse que es un
conjunto de plutones separados que generalmente ocupan una superficie de
hasta 1000 km2. Estas rocas ígneas son generalmente cristalinas y de textura
gruesa.

Clasificación de rocas ígneas según a su composición química.

De acuerdo a su composición química de los minerales constituyentes de la cristalización,


estas rocas ígneas se clasifican en:

7
Fundamentos de mecánica de suelos

• Ácidas.- Son rocas intrusivas mayores, que contienen una gran cantidad de
sílice que le da un color claro, además de mica biotita, ortoclasa,
plaglioclasa, hornblenda y en ocasiones magnetita. Estas rocas presentan una
textura de grano grueso.
• Intermedias.- Por lo general son rocas intrusivas menores, contienen poco o
nada de cuarzo y una pequeña cantidad de biotita o piroxena y en ocasiones
ortoclasa, sin embargo contienen una gran cantidad de plaglioclasa y
hornblenda, lo que le da un color castaño. Estas rocas son de textura de grano
grueso a mediano y rara vez porfirítica.
• Básicas.- Estas rocas contienen poco sílice, olivino y clorita, pero mayor
cantidad de óxidos metálicos, minerales ferromagnesianos y un gran
contenido máfico, los cuales dan a la roca una apariencia oscura. Algunas de
estas rocas, son importantes como material de agregado en la construcción de
carreteras. Los minerales esenciales son la plaglioclasa, augita y dialaga,
estas rocas tienen una cristalización gruesa, rara vez porfirítica y algunas son
de grano fino a mediano.
• Ultra básicas.- Estas rocas contienen principalmente minerales máficos,
olivino y augita, contienen poco o nada de feldespatos por lo que tienen un
color oscuro, además suelen contener piroxena, biotita y óxidos de hierro.
Estas rocas son de textura de grano grueso.
La Tabla 1.1 muestra ejemplos de algunas variedades de roca ígnea.

Tabla 1.1. Ejemplos de rocas ígneas (Blyth & de Freitas, 1989).


ROCAS IGNEAS
Clasificación según a la Clasificación según a su composición química
Textura
forma de su solidificación Ácidas Intermedias Básicas Ultrabásicas
Vitrea con
EXTRUSIVAS Riolita Andesita Basalto Picrita
grano fino
Fina a casi
MENORES Felsia Porfirita Dolerita Picrita
Intrusivas

gruesa
Gruesa a
MAYORES Granito Diorita Gabro Perdorita
cristalina
2.4. Rocas sedimentarias.
Por lo general, los sedimentos producto de la meteorización, el transporte y deposición,
forman una capa superficial relativamente delgada de la corteza terrestre. Los componentes
de los sedimentos se endurecen formando rocas sedimentarias, en un proceso llamado
cementación. En este proceso de cementación algunos agentes cementadores como el: oxido
de hierro, calcita, dolomita y cuarzo, son llevados por aguas subterráneas que percola por los
espacios vacíos entre partículas del suelo, donde llena esos espacios y actúa como un
cemento que los une. Los factores que influyen en la formación de rocas sedimentarias son: el
tiempo, la sobrecarga (que constituye el peso propio) y la consolidación (precipitación de las
sustancias disueltas por el agua). Las rocas sedimentarias, se clasifican según al origen y tipo
de sedimentos que la componen, en clásticas, químicas y biológicas.

Rocas sedimentarias clásticas.


También llamadas Detríticas, son rocas formadas con sedimentos que provienen del
rompimiento de rocas preexistentes en diferentes tamaños de granos. Este grupo de rocas
sedimentarias, se clasifica según el origen del sedimento en:

8
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo

• Terrígenos.- Son producto de la meteorización y erosión de rocas. Este


grupo está dividido de acuerdo al tamaño de las partículas componentes,
como ser: rudáceos (que significa guijarroso), arenaceo (que significa
arenoso) y argiláceo o lutáceo (que significa arcilloso o limoso
respectivamente). Las rocas más comunes encontradas formadas con estos
tipos de sedimentos, son: los conglomerados, las areniscas, coloditas y
lutitas.
• Piroclásticos.- Los sedimentos que componen estas rocas provienen de las
erupciones volcánicas, la ceniza y detrítos expulsados de un volcán activo,
que llueven sobre el área circundante formando una cubierta de depósitos
piroclásticos que con el tiempo se cementan.
• Calcáreos.- Estas rocas, son formadas principalmente por sedimentos
compuestos de partículas calcáreas que han sido clasificadas como si fueran
detritos. Las rocas comúnmente encontradas de este tipo son las variedades
de caliza, como la caliza conchífera y la greda (que es una caliza suave).

Rocas sedimentarias químicas.

Algunas rocas son formadas por procesos químicos, los depósitos de aguas salinas y
carbonadas al evaporarse van cementándose dando lugar a la formación de estas rocas.
Algunas de las rocas formadas por estos procesos son: las calizas, piedra yesera, dolomitas,
yeso, anhidrita y otras.

Rocas sedimentarias biológicas.

Estas rocas están constituidas enteramente o en parte por despojo mineral o de seres
microscópicos o plantas que vivieron en los antiguos océanos. Estos seres al morir son
cubiertos por capas de sedimento compuesto de material fino, que con el paso del tiempo se
cementa donde la materia orgánica es reemplazada por minerales constituyéndose así en roca.
Estas se clasifican según al tipo de material orgánico en: litógenos (origen vegetal) y
biógenos (origen animal). La Tabla 1.2 muestra ejemplos de algunas variedades de roca
sedimentaria.

Tabla 1.2. Ejemplos de rocas sedimentarias (Blyth & de Freitas, 1989).


Orígen y Tipo de sedimento ROCAS SEDIMENTARIAS
Terrigeneas Areniscas Limolita Lutita Tilita Brechas
Piroclásticas Brecha vol. Toba
DETRÍTICAS
Conglomerado Grava de Limos de
Calcareas Greda Arenisca
brecha Carbonato Carbonato
QUÍMICAS (meteorización) Lomonita Dolomita Anidrita Yeso Calizas
Lithógenas Turba Lignita Antracita Lodos organ. Lufita
BIOLÓGICAS
Biógenas Rocas con fósiles en general

2.5. Rocas metamórficas.

Se llaman así a las rocas que han sufrido un proceso de transformación denominado
metamorfismo, que da lugar a la formación de nuevas rocas que anteriormente pudieran haber
sido ígneas o sedimentarias. El calor y la presión son los agentes del metamorfismo que
ocasionan cambios en la estructura de los minerales, recristalizándolos cambiando así su
textura, forma y composición de la que originalmente poseían. Existen tres tipos de
metamorfismo:

9
Fundamentos de mecánica de suelos

• Termal o de contacto.- En este tipo de metamorfismo interviene el calor en


la recristalización de algunos o todos los componentes a temperaturas
comprendidas entre 500 a 800 ºC, formándose nuevas variedades de
minerales en la roca.
• Dinámico.- En este tipo de metamorfismo el esfuerzo principal es el agente
que ocasiona la transformación de la roca y la temperatura no tiene una
influencia significativa. Generalmente estos esfuerzos que causan la
transformación de la roca son por cizalla.
• Regional.- Cuando el esfuerzo y la temperatura son influyentes esenciales en
la recristalización, se trata de un metamorfismo regional, lo que da como
resultado la recristalización de los minerales existentes en la roca que
transforman la roca.

Con el paso del tiempo, consecuencia de la deposición de sedimento compuesto de ceniza


y material fino, las rocas ígneas y sedimentarias son sepultadas gradualmente por una capa de
suelo y vegetación. Una nueva erupción volcánica puede incluso cubrir la superficie superior
de lava que se solidifica rápidamente, formando así una capa rocosa, donde esas rocas que
inicialmente estaban sobre la superficie terrestre pueden encontrarse por debajo, lo que da
lugar a que sufran metamorfismo. Los procesos de metamorfismo influyen en el
comportamiento mecánico de las rocas, aumentando su dureza y resistencia.
La Tabla 1.3 muestra algunos ejemplos de roca metamórfica encontradas comúnmente en
la corteza terrestre.

Tabla 1.3. Ejemplos de rocas metamórficas (Blyth & de Freitas, 1989).


Tipo de metamorfísmo ROCAS METAMÓRFICAS
Termal o de contacto Granito Diorita Andalusita Marmol Cuarzita
Dinámico Milonita Grafito Silimanita Cianita Granate
Regional Pizarra Filita Esquisto Migmatita Granulita

2.6. Ciclo de la roca.

Se llama ciclo de la roca a un proceso geológico extremadamente lento, donde la roca va


transformándose en tres categorías diferentes de roca, que son las: ígneas, sedimentarias y
metamórficas. En la Figura 1.2 se muestra un esquema de todos los procesos en el ciclo
geológico de la roca.
El ciclo empieza cuando el magma sale a la superficie terrestre debido a una erupción
volcánica, donde este se enfría en la superficie de la corteza terrestre o dentro de ella,
formando así rocas ígneas extrusivas o intrusivas respectivamente. Estas rocas pueden
fundirse nuevamente en una futura erupción y convertirse en parte del magma, o de lo
contrario sufrir un proceso de metamorfismo debido a presión y temperatura convirtiéndose
así en roca metamórfica. Durante una erupción el material piroclástico expulsado se esparce
por la superficie terrestre, en contacto con el medio ambiente se meteoriza formando de esta
manera el suelo. Si es compactado por presión y sobrecarga, se forma nuevamente la roca
metamórfica. La roca metamórfica puede nuevamente fundirse y ser parte del magma o sufrir
un proceso de meteorización convirtiéndose en suelo, al igual que el caso de la roca ígnea el
sedimento producto de la meteorización puede nuevamente cementarse y convertirse en roca
sedimentaria. La roca sedimentaria puede sufrir también un proceso de metamorfismo
recristalizándose y convertirse en roca metamórfica, o de lo contrario sufrir meteorización
convirtiéndose en sedimento que formará parte del suelo, donde todos los procesos del ciclo
nuevamente se repiten.

10
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo

En
Suelo du
r ec
im
ien
M to
ete
or i
za
ció
n Roca

Mete
n
ció
sedimetaria

iza

oriza
r
teo

o
Me

ción

ísm
Expulsión piroclástica

o rf
tam
Me
Roca Metamorfísmo
Ígnea Roca
metamórfica

a
stic
En

clá
fria

iro
mie

ón

np
ici
nto
Fu

lsió
nd
nd

Fu

pu
ici

Ex
ón

Magma

Figura 1.2. Ciclo geológico de la roca (Coduto, 1999).

3. Composición mineralógica del suelo.

Se pueden identificar más de 2000 diferentes minerales en la corteza terrestre y muchos de


ellos están presentes en las rocas.
Existe una distinción entre los minerales que son constituyentes esenciales de las rocas
que dan el nombre a estas y los que son accesorios que se encuentran en pequeñas
cantidades, pero su presencia o ausencia no influye en el nombre del la roca. Las rocas
también contienen minerales secundarios, que son aquellos que resultan de la descomposición
de los minerales esenciales por acción del agua. Como resultado de la meteorización y el
proceso de la deposición, estos minerales que poseen las rocas llegan a formar parte del
suelo. Los minerales más comunes que pueden encontrarse en el suelo son:

• Feldespatos.- Los feldespatos forman un grupo grande de minerales


monoclínicos, triclínicos y son un componente importante de algunos tipos
de rocas. La Ortoclasa es un feldespato que contiene potasio (KAlSi 3 O 8 )
abundante en granitos y sienitas, generalmente su color varía de blanco a
rosado. La Plaglioclasa es otro feldespato que contiene sodio (NaAlSi 3 O 8 ),
calcio (CaAl 2 Si 2 O 8 ) o ambos encontrados en abundancia en rocas ígneas y
tiene color blanco a gris o negro. El feldespato se considera un material
moderadamente duro.
• Cuarzo.- Es un mineral muy común, un constituyente esencial de los
granitos y otras rocas. Este es un silicato (SiO 2 ) y comúnmente tiene un color
translucido a blanco lechoso. El cuarzo es más duro que la mayoría de los
minerales y es uno de los más resistentes a la meteorización, se encuentra en
abundancia en rocas metamórficas.
11
Fundamentos de mecánica de suelos

• Minerales ferromagnesianos.- Corresponden al grupo de los silicatos que


contienen tanto hierro como magnesio. Este grupo contiene las variedades
de: piroxena, anfíbola, hornblenda y olivino. Estos minerales abundan en las
rocas ígneas básicas y utrabásicas, tienen un color oscuro y una moderada
dureza.
• Mica.- Son un grupo de minerales monoclínicos en forma de hojuelas o
láminas delgadas translucidas, generalmente está presente en los granitos y
rocas ácidas. Entre las variedades de mica se encuentran: la moscovita que
tiene láminas plateadas y la biotita que tiene hojuelas gris oscuro o negro.
• Óxidos de hierro.- Constituyen minerales accesorios de las rocas, son
minerales que contienen hierro (Fe 2 O 3 ), entre los cuales se encuentran la
limonita y magnetita. Aunque se presentan en menor cantidad estos
minerales dan un distintivo color rustico a las rocas y suelos.
• Minerales secundarios.- Tienen su origen en la alteración de minerales
preexistentes, entre los cuales están: los minerales de arcilla, la calcita,
dolomita, clorita y otros.

Estructura de los minerales de Arcilla.

Los minerales arcillosos son formados principalmente por la meteorización química de las
rocas, es decir que estos minerales son producto de la alteración de minerales preexistentes en
la roca. Estos minerales son tan diminutos que sólo pueden ser vistos utilizando un
microscopio electrónico.
Los principales elementos químicos constituyentes de estos minerales son átomos de:
silicio, aluminio, hierro, magnesio, hidrógeno y oxígeno. Estos elementos atómicos se
combinan formando estructuras atómicas básicas, que combinándose entre si forman láminas,
la que al agruparse forman estructuras laminares que finalmente al unirse por medio de un
enlace forman un mineral de arcilla.

Oxígeno

Hidróxido
Aluminio
Magnesio

Sílice

Forma simplificada Forma simplificada


(a) (b)
Figura 1.3. Estructuras atómicas básicas de los minerales de arcilla (Whitlow, 1994).
(a) Unidad tetraédrica. (b) Unidad octaédrica.

La Figura 1.3 muestra las dos unidades estructurales básicas de los minerales de arcilla,
que son: la unidad tetraédrica constituida por un ión de silicio rodeado por cuatro átomos de
12
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo

oxígeno (Figura 1.3a) y la unidad octaédrica formada por un ión central de aluminio o
magnesio rodeado por seis iones de oxidrilo (Figura 1.3b). En ambos casos el metal con
valencia positiva está situado en el interior, mientras que los iones no metálicos con valencia
negativa forman el exterior.
Las estructuras laminares mostradas en la Figura 1.4 se forman cuando varias unidades
atómicas básicas se enlazan covalentemente mediante los iones de oxígeno u oxidrilo. Entre
las estructuras laminares se tiene la lámina tetraédrica y octaédrica.

Símbolo
(a)

G
Símbolo
(b)

B
Símbolo
(c)
Figura 1.4. Láminas formadas por estructuras atómicas básicas (Whitlow, 1994).
(a) Lámina de sílice. (b) Lámina de gibsita. (c) Lámina de brucita.

En la Figura 1.4a se muestra una lámina tetraédrica llamada sílice, que está formada por
tetraedros enlazados que comparten dos átomos de oxígeno, la forma simbólica de
representar esta lámina es por medio de un trapecio. La Figura 1.4b muestra una lámina
octaédrica formada por octaedros de aluminio enlazados que forman una estructura
dioctaédrica llamada alumina o gibsita, simbólicamente está representada por un rectángulo
con letra G. La lámina de la Figura 1.4c, corresponde a una lámina formada por octaedros de
magnesio que forman una estructura trioctaédrica llamada brucita, simbólicamente está
representada por un rectángulo con letra B.
La separación entre los iones externos de las láminas de tetraédricas y octaédricas es
suficiente para que ambas láminas puedan unirse por medio de iones oxígeno u oxidrilo
mutuamente; esto hace posible la formación de estructuras laminares de dos o de tres
láminas. En la Figura 1.5 se muestra estas estructuras.
En la estructura de dos láminas mostrada en la Figura 1.5a, las láminas tetraédricas y
octaédricas están alternadas, mientras que la de tres láminas mostrada en la Figura 1.5b
consiste de una lámina octaédrica emparedada entre dos láminas tetraédricas, estas dos
formas de estructuras laminares son generales para formar las distintas variedades de
minerales de arcilla.

13
Fundamentos de mecánica de suelos

G B G B

Dioctaédrico Trioctaédrico Dioctaédrico Trioctaédrico


(a) (b)
Figura 1.5. Estructuras laminares (Whitlow, 1994).
(a) Estructura de dos láminas. (b) Estructura de tres láminas.

La variedad de los minerales de arcilla, depende de la distribución de apilación de estas


estructuras laminares, así como del tipo de iones que proveen el enlace de las mismas. La
Figura 1.6 muestra los minerales de arcilla más comunes.

G G B
G G
K K Mg Mg Mg Mg

Puente de hidrógeno H2O H2O H2O H2O

G G G G B

Caolinita Halosita Ilita Montmorilonita Vermiculita


(a) (b) (c) (d) (e)
Figura 1.6. Minerales de arcilla (Whitlow, 1994).
(a) Caolinita. (b) Halosita. (c) Ilita. (d) Montmorilonita. (e) Vermiculita.

La abundante variedad de minerales de arcilla, está bastante relacionada a la estructura de


los minerales que se muestran en la Figura 1.6, por lo que se pueden identificar a cuatro
grupos de minerales arcillosos que son:

• Grupo de la caolinita.- La caolinita (Al 4 Si 4 O 10 (OH) 8 ) es el principal


constituyente del caolín y las arcillas para porcelana. Las caolinitas son
producto de la meteorización del feldespato ortoclasa proveniente del granito
y comúnmente se encuentran en suelos compuestos de sedimento. La
caolinita se presenta en hojuelas hexagonales de tamaño pequeño, su
estructura consiste en una distribución de dos láminas de sílice y gibsita
fuertemente enlazadas (Figura 1.6a). Algunos minerales de arcilla que
pertenecen a este grupo son: la dickita que tiene la misma composición de la
caolinita pero con un orden diferente en sus láminas y la halosita que
generalmente aparece en algunos suelos tropicales, cuyas láminas en forma
tubular están enlazadas por moléculas de agua (Figura 1.6b).
• Grupo de la ilita.- La ilita es el resultado de la meteorización de las micas,
es similar en muchos aspectos a la mica blanca pero tiene menos potasio y
más agua en su composición. Se presenta en forma de hojuelas y su
estructura consiste en arreglos de tres láminas de gibsita con los iones de K
proporcionando el enlace entre láminas adyacentes de sílice como muestra la
Figura 1.6c. Debido a que el enlace es más débil que el de la caolinita sus
partículas son más pequeñas y delgadas.
• Grupo de la montmorilonita.- La montmorilonita es el constituyente
principal de la bentonita y otras variedades similares de arcilla. Las
montmorilonitas suelen ser el resultado de la meteorización del feldespato
plaglioclasa en los depósitos de ceniza volcánica. Su estructura fundamental

14
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo

consiste de distribuciones de tres láminas, cuya lámina octaédrica intermedia


es casi siempre gibsita o en otro caso brucita. Diversos enlaces metálicos
además del potasio (K) forman enlaces débiles entre las láminas como
muestra la Figura 1.6d. Una característica particular del los minerales del
grupo de la montmorilonita es su considerable aumento de volumen al
absorber partículas de agua.
• Grupo de la vermiculita.- Este grupo contiene productos de la
meteorización de la biotita y la clorita. La estructura de la vermiculita es
similar a la montmorilonita, excepto que los cationes que proporcionan los
enlaces entre láminas son predominantemente Mg, acompañados por algunas
moléculas de agua como muestra la Figura 1.6e.

4. Forma y textura de las partículas del suelo.

Se define forma como a los rasgos particulares y textura como al tamaño que tiene la
partícula de suelo. Existen tres categorías típicas de texturas que presentan las partículas del
suelo donde puede evaluarse la forma, que son la: granular, en hojuela y en aguja.

Forma granular.

Este tipo de partículas principalmente están constituidas de fragmentos provenientes de la


meteorización física de rocas y minerales. Para describir la textura de estas partículas se usan
los términos: angular, subangular, redondeada y subredondeada.
La esfericidad es opuesta a la angularidad, es decir que una partícula más angular será
menos esférica o viceversa. La esfericidad Es, para una partícula de forma granular se define
como:
De
Es =
L
Donde:
D e = Diámetro equivalente de la partícula, que será: D = 3
6 ⋅V
L = Longitud de la partícula.
e
π
V = Volumen de la partícula.

0.9

0.7
Esfericidad

0.5

0.3

0.1 0.3 0.5 0.7 0.9


Redondez
Figura 1.7. Ábaco para evaluar las partículas de forma granular (Krumbein & Sloss, 1963).

15
Fundamentos de mecánica de suelos

El término redondeado, indica que la forma de los bordes de la partícula son redondeados
y no puntiagudos. Con el ábaco de la Figura 1.7 se puede evaluar cuantitativamente la
angularidad y redondez de la partícula con forma granular, en base al valor de la esfericidad.
En la Figura 1.8, se ha identificado la textura de algunas partículas con forma granular.

Angular Subangular Subredondeada Redondeada


Figura 1.8. Textura de partículas con forma granular (Das, 1998).

Textura en hojuela.

La textura de las partículas de minerales de arcilla tienen la forma de hojuelas o escamas,


estas son partículas muy pequeñas con muy poca esfericidad y solo pueden observarse con
microscopios electrónicos.

Textura en aguja.

Estas partículas son igualmente pequeñas a las anteriores, su textura tiene la forma de una
aguja y generalmente están presentes en depósitos de coral y rara vez en suelos arcillosos.

5. Estructura y cohesión del suelo.

Se define estructura del suelo como al arreglo geométrico de las partículas del suelo respecto
unas de otras. Existen varios factores que influyen en la estructura de suelo como ser: la
textura, tamaño, composición mineralógica de las partículas y el contenido de agua del suelo.
La cohesión del suelo se refiere a la capacidad que tienen las partículas del suelo de
permanecer unidas como conjunto, como resultado de la trabazón conjunta o las
microestructuras existentes en el suelo.

(a) (b)
Figura 1.9. Estructuras que dan cohesión a los suelos granulares.
(a) Partículas con textura angular. (b) Partículas con textura redondeada.
16
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo

Para el caso de suelos compuestos de partículas con forma granular, la trabazón entre
partículas origina estructuras granulares simples y la fricción que se origina entre ellas
contrarresta el deslizamiento de unas respecto a otras, como se muestra en la Figura 1.9. A
este comportamiento se lo identifica como la cohesión para el caso de suelos granulares,
donde el suelo presenta resistencia contra su disgregación ocasionada por un agente externo.
El grado de cohesión que presentan los suelos granulares, está en función a la textura de
las partículas de forma granular. La partículas con textura angular (Figura 1.9a) logran que el
suelo tenga cohesión, mientras que las partículas con textura redondeada (Figura 1.9b) no
contribuyen a la cohesión del suelo.
La forma de hojuela, el tamaño y la carga eléctrica negativa superficial de las partículas
compuestas de minerales de arcilla, da lugar a que estas partículas generen fuerzas de
atracción y repulsión entre ellas, originando estructuras que se muestran en la Figura 1.10.

(a) (b)
Figura 1.10. Estructura de las partículas de arcilla sedimentadas (Whitlow, 1994).
(a) Partículas floculadas. (b) Partículas dispersas.

Los iones que forman la superficie en hojuelas de los minerales de arcilla son O– y (OH)–,
por lo que estas superficies tienen una carga eléctrica negativa. Puesto que las moléculas de
agua son bipolares, es decir que tienen un extremo positivo y negativo, la superficie negativa
del mineral de arcilla atrae a las moléculas de agua, por lo que se forma una capa de agua que
queda unida a la superficie del mineral por medio de un enlace de hidrógeno (H 3 O)+.
La fuerza de atracción denominada fuerza de Van der Waals, se incrementa cuando el
espesor de la capa de agua absorbida disminuye por un proceso de intercambio básico, lo que
origina que las partículas suspendidas en agua se acerquen cada vez más. Cuando la capa
absorbida es lo suficientemente delgada para que dominen las fuerzas de atracción, al
sedimentarse se forman grupos de partículas con sus superficies en contacto entre extremos
positivo–negativo (Figura 1.10a), lo que se llama floculación. Este comportamiento de las
partículas de minerales de arcilla dan cohesión a la masa de suelo, manteniéndola unida.

Macroporo

Dominio
Terrón

Grupo Microporo

(a) (b)
Figura 1.11. Estructuras microscópicas que dan cohesión al suelo (Das, 1998).
(a) Macroestructura. (b) Microestructura.

En un depósito de sedimento compuesto de partículas floculadas de minerales de arcilla,


se observa en la Figura 1.11 que se forman diferentes unidades estructurales microscópicas.

17
Fundamentos de mecánica de suelos

En la Figura 1.11b se ve que la unión de una cantidad pequeña de partículas de minerales


de arcilla es llamada: dominios, un conjunto de dominios agrupado por las fuerzas
interparticulares es llamado grupo, un grupo de dominios y racimos establecen una
microestructura que encierran vacíos llamados microporos. Los racimos en grandes grupos
forman un terrón (Figura 1.11b) que son las unidades más grandes y pueden ser vistos sin un
microscopio, estos agrupados en conjunto establecen una macroestructura que forma vacíos
llamados macroporos. Por lo general la relación de vacíos con respecto a sólidos en un suelo
compuesto de partículas arcillosas es mayor que en el caso de suelos con partículas
granulares.
Las partículas de arcilla pueden tener una fuerza repulsiva si presentan cargas positivas en
su superficie, por lo que sus bordes cargados se alejaran (Figura 1.10b). Debido a la
abundante presencia de carbonatos y algunos minerales como el sodio o cuando se agrega una
solución salina, las partículas cuya capa de agua adsorbida es doble (gruesa) se repelerán con
mayor magnitud. Este comportamiento de las partículas de minerales de arcilla no contribuye
a que la masa de suelo tenga cohesión.

Cementación.

Los sedimentos que son depositados en un lecho con el tiempo van endureciendo hasta
que se forman rocas sedimentarias, este proceso comienza inmediatamente después que el
sedimento es acumulado. El agua que circula por los espacios vacíos o poros entre las
partículas del sedimento acarrea materia mineral que cubre los granos y actúa como un
cemento que las une. A este proceso se lo conoce con el nombre de cementación y es
considerada una forma de cohesión pues une a partículas de diferentes tamaños.

6. Fases del suelo.

En la Figura 1.12 se muestra una fracción de suelo agrandada de tal manera que pueden
observarse los espacios vacíos entre partículas. De acuerdo a la definición de suelo desde el
punto de vista ingenieríl, se concluye que este principalmente está compuesto por: materia
sólida, líquida y gaseosa, a cada uno de estos componentes principales se denomina fase del
suelo. El comportamiento del suelo depende de la cantidad relativa de cada una de estas tres
fases, ya que estas interactúan entre si.

Sólido
Aire Agua

Figura 1.12. Composición del suelo.

La fase sólida está compuesta de partículas diminutas derivadas de la roca o sedimento


producto de la meteorización o incluso materia orgánica. La fase líquida, corresponde al agua
que se ubica en los espacios vacíos entre partículas. La fase gaseosa corresponde al aire, los
espacios vacíos los restantes que no ocupa el agua son ocupados por el aire.

18
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo

A
A I RE CO I R E TI L
N TRAC
A I RE
AGUA AG UA AGUA

S Ó L DO SÓ L DO SÓ LI DO S Ó LI DO
I I

(a) (b) (c) (d)


Figura 1.13. Estados del suelo.
(a) Saturado. (b) No saturado. (c) Seco. (d) No saturado contráctil.

La fase líquida del suelo varía en su cantidad con respecto a las otras fases, lo que da lugar
a distintos estados del suelo. En la Figura 1.13 se ha esquematizado los distintos estados que
presenta el suelo de acuerdo a la variación de la fase líquida. De acuerdo a esta variación de
la fase líquida (agua) del suelo, este puede ser clasificado en tres diferentes estados que son:

• Suelo saturado.- La Figura 1.13a corresponde al estado del suelo saturado.


Este estado del suelo contiene únicamente dos fases: la fase sólida y líquida.
Se lo llama saturado, porque todos los espacios vacíos están llenos de agua.
• Suelo no saturado. - El estado de suelo de la Figura 1.13b, corresponde al
suelo no saturado, llamado también húmedo. Posee: la fase sólida, líquida y
gaseosa simultáneamente. Los vacíos están ocupados por aire y agua.
• Suelo seco.- Este estado de suelo mostrado en la Figura 1.13c, incluye solo
dos fases: la fase sólida y la gaseosa, es decir que el suelo no contiene agua.
• Suelo no saturado contráctil.- El estado de suelo de la Figura 1.13d incluye
las tres fases de suelo, además de una cuarta fase denominada contráctil. Esta
cuarta fase es independiente y llega originarse como resultado de la interfase
aire-agua, su problema predominante es su expansión y contracción, por lo
que su estudio entra en otra categoría de la mecánica de suelos.

En la Figura 1.14 se ha ideado un modelo, donde se ha cuantificado la cantidad relativa


de estas fases tanto en volumen como en masa. Estos valores pueden relacionarse entre si.

Aire Va Donde:
V a = Volumen de aire.
V w = Volumen de agua.
Vv
M = Masa total.
V s = Volumen de sólidos.
Agua Vw V V = Volumen total.
Mw
M M w = Masa del agua.
M s = Masa de los sólidos.

Ms Sólido Vs

19
Fundamentos de mecánica de suelos

Figura 1.14. Cuantificación del volumen y masa de las fases del suelo.
Algunos de estos valores pueden conocerse en laboratorio, mientras que otros son de
difícil determinación. Por lo tanto, conviene encontrar relaciones matemáticas que ayuden a
determinarlos implícitamente, conociendo algunos valores básicos.

6.1. Relaciones de volumen.

El volumen es la cantidad de espacio físico que un cuerpo ocupa, para las relaciones de
volumen se considerará el volumen de la fase sólida, líquida y gaseosa. El volumen total (V)
del elemento de suelo es:

V = Va + Vw + Vs [1.1]

El volumen de vacíos (V v ) que contiene tanto agua como aire, será:

Vv = Va + Vw [1.2]

Índice de vacíos (e).

El índice de vacíos, se define como la relación entre el volumen de vacíos y el volumen de


sólidos del suelo, que es:

Vv
e= [1.3]
Vs

Porosidad (n).

La porosidad expresa una idea similar al índice de vacíos, es valor se define como el cociente
entre el volumen de vacíos y el volumen total, que se escribe:

Vv
n= [1.4]
V

La porosidad se puede determinar en función del índice de vacíos, ambos valores evalúan
la misma propiedad del suelo (el volumen relativo de vacíos) y por tanto pueden usarse
indistintamente, aunque sus valores no coinciden. El índice de vacíos es relativo al volumen
de sólidos, lo que facilita el cálculo de sus variaciones al producirse cambios de volumen del
suelo. Sin embargo, es más cómodo referirse a la porosidad para determinar el volumen de
agua almacenado en un volumen de suelo. En base a operaciones con las ecuaciones [1.1],
[1.2] y [1.3], se puede determinar la equivalencia entre la porosidad y el índice de vacíos que
será:
e
n= [1.5]
1+ e

Análogamente se puede despejar el índice de vacíos de la ecuación [1.5] en función a la


porosidad, que será:

20
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo

n
e= [1.6]
1− n
Grado de saturación (S).

El grado de saturación o llamado también el contenido de humedad volumétrico (θ), es el


cociente entre el volumen de agua y vacíos, indica el porcentaje de agua que contiene el suelo
respecto al contenido de vacíos, que se escribe:

Vw
S= [1.7]
Vv

Generalmente el grado de saturación es expresado en porcentaje, para el caso de un suelo


seco: S = 0, mientras que para un suelo completamente saturado: S = 1.

6.2. Relaciones de peso.

El peso de un cuerpo (W) se llega a conocer como la masa (m) de ese cuerpo magnificado por
la gravedad (g), lo cual se escribe:

W = m⋅ g [1.8]

Por conveniencia se considerarán las unidades de masa en lugar de las del peso excepto
donde no corresponde, debido a que la masa a diferencia del peso no es influida por la
gravedad. Las unidades de está serán expresadas en kg o g dependiendo a su cantidad.
Para las relaciones de peso se considerará únicamente la masa de la fase sólida y líquida,
mientras que la masa de la fase gaseosa es despreciada por ser una cantidad muy pequeña. La
masa total (M) de la masa de suelo será:

=
M Mw + Ms [1.9]

Contenido de humedad (w).

El contenido de humedad, se define como el cociente entre la masa de agua contenida y la


masa de los sólidos de una masa de suelo, que se escribe:

Mw
w= [1.10]
Ms

La mayor parte de los ensayos en mecánica de suelos, requieren la determinación del


contenido de humedad del suelo. Para lo cual, la idea general es determinar la masa del suelo
libre del contenido de agua (masa de los sólidos del suelo) y también la masa del agua que
contiene el suelo.

La masa de la muestra de suelo será: M 1 .


Si la muestra de suelo es secada en un horno de laboratorio de tal manera que ya no tenga
contenido de agua, la masa de la muestra sin contenido de agua será: M 2 .
Entonces la masa del agua que contiene el suelo será: M 1 – M 2 .
Por lo tanto el contenido de humedad del suelo será:

21
Fundamentos de mecánica de suelos

M1 − M 2
w= [1.11]
M2
El valor del contenido de humedad, por lo general es expresado en porcentaje.

Densidad (ρ).

La densidad del suelo es definida como la relación entre la masa y el volumen, que se
expresa:
M
ρ= [1.12]
V

La densidad puede variar para un mismo suelo, dependiendo de la cantidad relativa de


agua que contenga el suelo.

Peso unitario (γ ).

El peso unitario es definido como la masa de una masa por unidad de volumen. El peso
unitario del suelo varía de acuerdo al contenido de agua que tenga el suelo, que son: húmedo
(no saturado), saturado y seco.
El peso unitario húmedo (γ ), es definido como el peso de la masa de suelo en estado no
saturado por unidad de volumen, donde los vacíos del suelo contienen tanto agua como aire,
que será:
W
γ = [1.10]
V

El peso unitario seco ( γ d ), se define como el peso de suelo sin contenido de agua por
unidad de volumen, que se escribe:

Ws
γd = [1.11]
V

El peso unitario saturado ( γ sat ), se define como el peso de suelo en estado saturado por
unidad de volumen, donde los espacios vacíos están llenos de agua, que será:

W
γ sat = [1.12]
V

El Peso unitario del agua ( γ w ), es peso del agua por unidad de volumen que será:

Ww
γw = [1.13]
Vw

Debido a que la gravedad es: g=9.81 m/s2 y la densidad del agua es:ρ w =1000 kg/m3, el
peso unitario del agua será: γ w = 9.81 KN/m3.

22
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo

El peso unitario sumergido ( γ ' ), se conoce como a la diferencia del peso unitario húmedo
del suelo y el peso unitario del agua, que será:

γ '= γ − γ w [1.14]
En la Tabla 1.4 se muestran valores típicos del peso unitario seco para algunos suelos.

Tabla 1.4. Índice de vacíos, contenido de humedad y peso unitario seco (Coduto, 1999).
Tipo de suelo e w % Típico γd KN/m3
Arena uniforme suelta 0.8 30 14.5
Arena uniforme densa 0.45 16 18
Arena limosa suelta 0.65 25 16
Arena limosa densa 0.4 15 19
Arcilla dura 0.6 21 17
Arcilla blanda 0.9 - 1.4 30 - 50 11.5 - 14.5
Arcilla orgánica suave 2.5 - 3.2 90 - 120 6-8

El valor del peso unitario del suelo dependerá del contenido de humedad como del tipo de
partículas que componen el suelo. Una manera de determinar es midiendo la masa del suelo y
el volumen que ocupa esta misma masa de suelo.

La masa total de la masa de suelo al aire será: M 1 .


Si se cubre la masa de suelo con cera con el objetivo de impermeabilizarla, la masa de la
masa total de suelo mas cera al aire será: M 2 .
La masa de la cera que cubre la masa de suelo será:

M cera = M 2 – M 1

El volumen de la cera que cubre la masa de suelo será:

M cera
Vcera =
ρcera

Donde: ρ cera = densidad de la cera.

La masa de la masa de suelo más cera, ambas sumergidas en agua será: M 3 .


Según al principio de Arquímedes, la masa del agua que es desplazada por el volumen
que ocupa el suelo más cera, será:

M agua = M 2 – M 3

El volumen de agua desplazada por la masa de suelo más cera, será:

M agua
Vagua =
ρ agua

Donde ρ agua es la densidad del agua, entonces el volumen del suelo sin cera, será:

V suelo = V agua – V cera

23
Fundamentos de mecánica de suelos

El peso unitario húmedo del suelo será:

M1 ⋅ g
γ=
Vsuelo
Por lo general el peso unitario del suelo es expresado en KN/m3. El peso unitario
saturado y seco puede ser determinado implícitamente mediante relaciones de peso-volumen
que involucren el peso unitario húmedo y otros valores conocidos.

Gravedad específica (G s ).

La gravedad específica del suelo, se define como la relación entre la masa de los sólidos del
suelo (M suelo ) y la masa del agua para el mismo volumen (M agua ) que ocupan estos sólidos es:

Ms
Gs = [1.15]
M agua

Mediante la gravedad específica puede determinarse el valor de otras relaciones de peso o


volumen del suelo que sean de interés, una forma de hallar este valor es determinando la
masa de las partículas sólidas del suelo y la masa del volumen de agua que ocupan estas.

La masa del suelo secado en horno (sin contenido de agua), será: M 1 .


La masa de un frasco (o picnómetro) con agua destilada (sin aire) hasta el tope será: M 2 .
Si se introduce la masa de suelo en el frasco con agua hasta el borde, esta desplazara un
cierto volumen de agua, la masa del frasco con agua hasta el borde mas suelo será: W 3 .
Es importante que no exista aire en el suelo, por lo que la muestra de suelo es saturada
completamente de agua, esto es agitando el frasco que contiene suelo y agua.
La masa del volumen de agua desplazada por los sólidos del suelo será:

M agua = (M 2 + M 1 ) – M 3

Entonces, la gravedad específica será:

M1
Gs =
M agua

Según la norma ASTM D854, el valor de la gravedad específica en los suelos


generalmente varia entre 2.60 a 2.80, pero en el caso de suelos que contienen materia
orgánica el valor de la gravedad específica desciende por debajo de 2. Más detalles acerca de
este ensayo pueden consultarse en un manual de laboratorio especializado. En la Tabla 1.5 se
muestran valores típicos de la gravedad específica para algunos minerales.

Tabla 1.5. Gravedad específica de algunos minerales (Coduto, 1999).

24
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo

Mineral Gs Mineral Gs
Minerales no arcillosos Minerales arcillosos
Cuarzo 2.65 Caolinita 2.62 - 2.66
Feldespato 2.54 - 2.67 Montmorilonita 2.75 - 2.78
Hornblenda 3.00 - 3.50 Ilita 2.60 - 2.86
Mica 2.76 - 3.20 Clorita 2.60 - 2.96
Calcita 2.71
Hematita 5.2
Limonita 3.6 - 4.0
Gibsita 2.32
Talco 2.70 - 2.80
6.3. Modelo del volumen de sólidos unitario.

El modelo del volumen de sólidos unitario (V s = 1) está basado en asumir una cantidad de
volumen, donde la masa y el volumen de las demás fases son determinadas en función a esta
medida que se mantiene constante. Por lo tanto, el modelo se construye como para una
unidad (1 m3) de material sólido. La Figura 1.15 muestra el modelo.

Aire

Vv

Mw Agua Vw V = 1 + Vv
M

Ms Sólido Vs= 1

Figura 1.15. Modelo del volumen de sólidos unitario.

Reemplazando V s =1 en la ecuación [1.3], el volumen de vacíos (V v ) será: V v = e


Reemplazando esta última expresión en la ecuación [1.1], el volumen total (V) será:

V=1+e

El contenido de humedad puede expresarse como:

γ w ·Vw
w=
γs

Si se despeja V w de está expresión, se tendrá que:

25
Fundamentos de mecánica de suelos

γs
Vw= w ⋅ [1.16]
γw

La gravedad específica (G s ) puede expresarse como:

γs
Gs =
γw

Si se reemplaza esta expresión en la ecuación [1.16], el volumen de agua (V w ) será:

Vw= w ⋅ Gs
Reemplazando esta expresión en la ecuación [1.13] y despejando la masa del agua (M w ),
se tendrá que:
M w = γ w · w ⋅ Gs

La Figura 1.16, muestra el modelo del volumen de sólidos unitario para el estado saturado.

Mw Agua V w = Vv

M V = 1 + Vv

Ms Sólido Vs= 1

Figura 1.16. Modelo del volumen de sólidos unitario para suelo saturado.

Si S = 1 entonces:

Vw = Vv = e

La ecuación [1.13] puede escribirse:

M w = γ w ·V w
Reemplazando V w en esta expresión, la masa del agua (M w ) será:

M w = γ w ·e

6.4. Modelo del volumen total unitario.

El modelo del volumen total unitario (V = 1) mostrado en la Figura 1.7, al igual que el
anterior modelo está basado en una cantidad de volumen donde la masa y el volumen de
todas las demás fases están determinadas de acuerdo a esta medida que se mantiene
constante. En esta forma la masa de suelo se describe como un volumen fijo compuesto de:
material sólido, líquido y gaseoso.
Reemplazando V = 1 en la ecuación [1.4], el volumen de vacíos (V v ) será:

26
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo

Vv = n

Reemplazando la ecuación [1.1] en la ecuación [1.2] y sustituyendo los valores de V = 1


y el de V v = n en esta nueva ecuación, el volumen de los sólidos (V s ) será:

Vs= 1 – n

El peso unitario de los sólidos del suelo será:

Ms ⋅ g
γs = [1.17]
Vs

Aire

Vv

Mw Agua V=1
M

Ms Sólido V s = 1 Vv

Figura 1.17. Modelo del volumen total unitario.

La gravedad específica puede expresarse como:

Gs = γ s γ w

Reemplazando la ecuación [1.17] en está expresión se tendrá que:

M
Gs ⋅ γ w =s
Vs
Reemplazando V s =1 – n en está expresión, la masa de los sólidos (M s ) será:

M s = Gs ⋅ γ w ⋅ (1 − n)

Sustituyendo el valor de M s de esta expresión en la ecuación [1.10], la masa del agua


(M w ) será:
M w = w ⋅ Gs ⋅ γ w ⋅ (1 − n)

La Figura 1.18, muestra el modelo del volumen total unitario para el estado saturado.

27
Fundamentos de mecánica de suelos

Mw Agua V w = Vv

M V=1

Ms Sólido V s = 1 Vv

Figura 1.18. Modelo del volumen total unitario para suelo saturado.

Si S = 1, se tendrá que:

Vw = Vv = n
Tabla 1.6. Relaciones de peso-volumen (Das, 1998).
Relaciones para determinar el peso unitario húmedo (γ).

γ =
(1 + ω ) ⋅ GS ⋅ γ W w, e, G s , γ w [1.18]
1+ e

γ =GS ⋅ γ W (1 − n )(1 + w ) w, n, G s , γ w [1.19]

γ = GS ⋅ γ W (1 − n ) + n ⋅ S ⋅ γ W w, n, G s , γ w [1.20]

γ=
(1 + w) ⋅ GS ⋅ γ W w, S, G s , γ w
w ⋅ GS [1.21]
1+
S

γ=
( GS + S ⋅ e ) ⋅ γ W e, S, G s , γ w [1.22]
1+ e

Relaciones para determinar el peso unitario seco (γ d ).


γ
γd = w, γ [1.23]
1+ w

Gs ⋅ γ w e, G s , γ w
γd = [1.24]
1+ e

γ d = Gs ⋅ γ w ⋅ (1 − n) n, G s , γ w [1.25]
Gs ⋅ γ w w, S, G s , γ w
γd = [1.26]
w ⋅ Gs
1+
S

e ⋅ S ⋅γw w, e, S, γ w [1.27]
γd =
(1 + e ) ⋅ w
e ⋅γw
γ= γ sat − γ w , e, γ sat [1.28]
1+ e
d

γ d = γ sat − n ⋅ γ w γ sat , n, γ w [1.29]

γd =
(γ sat − γ w ) ⋅ Gs γ sat , G s , γ w [1.30]
Gs − 1

28
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo

Relaciones para determinar el peso unitario saturado (γ sat ):

γ sat =
( Gs + e ) ⋅ γ w W, γ [1.31]
1+ e

γ sat = [ (1 − n) ⋅ Gs + n ] ⋅ γ w e, G s , γ w [1.32]

 1 + wsat 
=γ sat   ⋅ Gs ⋅ γ w n, G s , γ w [1.33]
 1 + wsat ⋅ Gs 

 e   1 + wsat  w, S, G s , γ w
=γ sat    ⋅γw [1.34]
 wsat  1 + e 

 e  w, e, S, γ w
γ sat =
γd +   ⋅γw [1.35]
1+ e 
[1.36]
γ sat = γ d + n ⋅ γ w γ w , e, γ sat

 1  [1.37]
γ sat =
1 − γ d + γ w γ sat , n, γ w
 Gs 

γ sat , G s , γ w
[1.38]
γ sat = γ d ⋅ (1 + wsat )

 1 + wsat  [1.39]
γ sat =
n⋅  ⋅γw γ sat , G s , γ w
 wsat 

Despejando M w de la ecuación [1.13], se tendrá que: M w = γ w ·V w

Reemplazando V w , la masa del agua será:

M w = γ w ·n

6.5. Relaciones de peso – volumen.

Pueden formarse ecuaciones con las relaciones de volumen y de peso, que permitan conocer
otros valores aunque en un estado diferente del suelo en base a algunos valores conocidos. La
Tabla 1.6 muestra diversas relaciones para determinar el peso unitario húmedo, seco y
saturado en función a las relaciones de peso y volumen.
Todas las relaciones de las ecuaciones [1.18] a [1.39] son obtenidas matemáticamente
con cualquiera de los dos modelos, para la mayoría de las relaciones el modelo del volumen
de sólidos unitario es práctico mientras que el modelo del volumen total unitario es más
práctico solo para algunas de ellas.

7. Distribución del tamaño de partículas.

De acuerdo al tamaño predominante de partículas que contenga el suelo, los suelos


generalmente son llamados: grava, arena, limo, arcilla o una mezcla de ellos.

Tabla 1.7. Sistemas para identificar el tamaño de partículas del suelo (Das, 1998).

29
Fundamentos de mecánica de suelos

TAMAÑO DE PARTÍCULAS en mm
NOMBRE DE LA ORGANIZACIÓN
Grava Arena Limo Arcilla
Massachusetts Institute of Tecnology (MIT) >2 2 a 0.06 0.06 a 0.002 < 0.002

U.S. Department of Agriculture (USDA) >2 2 a 0.05 0.05 a 0.002 < 0.003
American Association of State Highway and
76.2 a 2 2 a 0.075 0.075 a 0.002 < 0.004
Transportation (AASHTO)
Finos (limos y acrcillas)
Unified Soil Clasification System (US) 75 a 4.75 4.75 a 0.075
< 0.075

Diversas organizaciones que estudian aspectos relacionados con el suelo han elaborado
sistemas de clasificación para identificar el tamaño de las partículas de un suelo para sus
propósitos específicos. En la Tabla 1.7 se muestra algunos de los sistemas más conocidos
empleados por estas organizaciones para identificar las partículas del suelo.
El sistema de clasificación unificado (USCS) ha sido adoptado como el estándar por la
ASTM (American Society for Testing and Materials) y el reglamento que esta sociedad ha
desarrollado para el análisis y estudio del suelo es aceptado a nivel internacional.
Grava.

Según la norma ASTM D2487 el tamaño de estas partículas varía de 75 a 4.75 mm, estas a su
vez están divididas en dos categorías: grava gruesa que está comprendida entre 75 y 19 mm y
grava fina que está comprendida entre 19 y 4.75 mm.
Las gravas son acumulaciones sueltas de fragmentos de roca de textura redondeada,
debido al desgaste que sufren las partículas al ser transportadas por las corrientes de los ríos.
Como material suelto suele encontrarse en los lechos, márgenes, en los conos de deyección
de los ríos y suele encontrarse depósitos con grandes cantidades.

Arena.

Se llama arena a las partículas granulares de textura variada procedentes de la desintegración


de las rocas o de su trituración artificial y cuyo tamaño según la norma ASTM D2487 varía
entre 4.75 a 0.075 mm, la arena está clasificada en tres categorías: arena gruesa que tiene un
tamaño de 4.75 a 2 mm, la arena mediana de un tamaño comprendido entre 2 y 0.425 mm y
la arena fina comprendida entre 0.425 y 0.075 mm.
El origen y la existencia de la arena es análoga a la de la grava, comúnmente las dos
suelen encontrarse juntas en el mismo depósito. Principalmente está compuesta de cuarzo y
otros minerales que dan resistencia mecánica a las partículas.

Limo.

El limo es una partícula mineral pequeña de textura granular o escamosa, que suele
encontrarse en las canteras y en los ríos. El tamaño de las partículas de limo según la norma
ASTM D2487 es menor a 0.075 mm. Su color varía desde gris claro a muy oscuro. El suelo
compuesto por limo es relativamente impermeable, fácilmente erosionable.

Arcilla.

Se da el nombre de arcilla a las partículas sólidas de textura escamosa, compuestas de


minerales de arcilla con un tamaño diminuto mucho menor a 0.075 mm. La arcilla
químicamente es un silicato hidratado de: aluminio, hierro o magnesio. Las microestructuras

30
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo

que forman las partículas diminutas que componen la arcilla ocasionan que esta sea poco
permeable y el contenido de humedad comunica a la masa de suelo la propiedad plástica.

Guijarro y canto rodado.

Existen partículas de mayor tamaño que la grava, según la norma ASTM D2487 a las
partículas con tamaño comprendido entre 75 a 350 mm se las llama guijarro o bolón y a las
que superan los 350 mm se las denomina canto rodado. Por lo general estos dos tipos de
partículas son fragmentos de roca, constituyen ser componentes aislados del suelo y suelen
aparecen sobre o por debajo de la superficie terrestre.

Materia coloidal.

Existen también partículas muy pequeñas que no pueden llegar a ser vistas fácilmente. Las
partículas con tamaño menor a 2 µm, constituyen la fracción mas fina de los suelos. Que
pueden ser distinguidas con la ayuda de un microscopio potente y su estructura molecular
puede ser analizada por medio de los rayos X, a este tipo de partículas se las conoce como
coloide o ultra-arcilla. Estas partículas debido a su tamaño no suelen considerarse dentro los
sistemas de clasificación, pero forman parte de la fracción fina del suelo.

7.1. Suelos de grano grueso.

Estos suelos están constituidos de partículas con textura granular compuestas de fragmentos
de roca y mineral. De acuerdo al sistema de clasificación unificado estas partículas tienen un
tamaño comprendido entre 75 y 0.075 mm, que corresponde al tamaño de la grava y arena.
Aunque en su mayoría contienen partículas mayores a 0.075 mm también contienen material
fino en pequeña cantidad, como conjunto estos suelos tienen mayor resistencia a la erosión.

7.1.1. Análisis mecánico por tamices.

Debido al tamaño de las partículas y la forma granular que presentan estos suelos, fácilmente
puede clasificarse los distintos tamaños de las partículas que lo constituyen mediante tamices
con diferentes aberturas. A este análisis se lo llama: análisis granulométrico del suelo.
El tamiz o criba que se muestra en la Figura 1.19a, consiste de un plato de acero
inoxidable con una malla metálica adherida en la parte inferior con aberturas de tamaño
uniforme. Existen dos tamaños estándar de tamices los de 8 y 12”, mostrados en la Figura
1.19b y c, respectivamente.

8" 12"

(a) (b) (c)


Figura 1.19. Tamices para el análisis mecánico del suelo de grano grueso.
(a) Tamiz. (b) Tamiz de 8”. (c) Tamiz de 12”.

31
Fundamentos de mecánica de suelos

La Tabla 1.8 muestra la serie ASTM de tamices de 8” y 12” disponibles en el mercado


para el análisis mecánico del suelo, el tamaño de la abertura de la malla (expresado en
milímetros) esta identificada por un número de tamiz.
No es necesario tener todos los tamices para realizar un análisis granulométrico del suelo,
simplemente bastan algunos tamaños que están en función al sistema de clasificación del
tamaño de partículas que se esté empleando. En el sistema de clasificación unificado (USCS)
las partículas consideradas grano grueso tienen un tamaño mayor a 0.075 mm, por lo tanto el
tamiz: Nro. 200 retiene las partículas de grano grueso y deja pasar las partículas finas del
suelo, por lo que el tamiz Nro. 200 clasifica las partículas de grano grueso de las finas.
Dentro las partículas de grano grueso el tamaño de la arena está comprendido entre 4.75
y 0.075 mm, el tamiz: Nro. 4 retiene los tamaños mayores a 4.75 mm y deja pasar los de
menor tamaño que son retenidos en el tamiz Nro. 200. La grava tiene un tamaño
comprendido entre 76.2 y 4.75 mm, el tamiz de 3” retiene partículas mayores a 76.2 mm y
deja pasar partículas de menor tamaño que se retendrán en el tamiz Nro. 4 o en el Nro. 200.
Para el sistema de clasificación unificado es indispensable tener los tamices Nro. 200, 4 y el
de 3”, sin embargo si se utilizan tamices intermedios a estos tamaños se tendrá un análisis
granulométrico más preciso.
Tabla 1.8. Serie ASTM de tamices (ASTM D422 y E100).
TAMICES SERIE ASTM
Nro. Abertura Nro. Abertura Nro. Abertura Nro. Abertura Nro. Abertura Nro. Abertura
5" 127.00 1 1/2" 38.10 3/8" 9.53 12 1.70 60 0.250 325 0.041
4.24" 107.70 1 1/4" 31.75 5/16" 7.94 14 1.40 70 0.212 400 0.035
4" 101.60 1.06" 26.92 0.265" 6.73 16 1.18 80 0.180 450 0.031
3 1/2" 88.90 1" 25.40 1/4" 6.35 18 1.00 100 0.150 500 0.028
13/4" 82.55 7/8" 22.23 4 4.75 20 0.85 120 0.125 635 0.021
3" 76.20 3/4" 19.05 5 4.00 25 0.71 140 0.106
2 1/2" 63.50 5/8" 15.88 6 3.35 30 0.60 170 0.090
2.12" 53.85 0.53" 13.46 7 2.80 35 0.50 200 0.075
2" 50.80 1/2" 12.70 8 2.36 40 0.43 230 0.065
1 3/4" 44.45 7/16" 11.11 10 2.00 50 0.36 270 0.053

En la Figura 1.20 se muestra un tamizador, que es un equipo de laboratorio donde se


instalan las diferentes medidas de tamices, este agita todo el conjunto de tal manera que el
suelo puede descender por todos los tamices que clasifican el tamaño de las partículas.
Se instalan los tamices en forma descendente, el de mayor abertura en la parte superior y
el de menor abertura en la parte inferior, el suelo es colocado en el tamiz superior y también
se coloca un plato en la parte inferior del último tamiz para recibir la fracción mas fina de
suelo. Deben seleccionarse con cuidado los tamices que se van ha instalar, el tamizador
permite regular la intensidad y el tiempo del tamizado.

32
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo

Figura 1.20. Tamizador de laboratorio.

Antes de tamizar la muestra de suelo, esta debe ser lavada desmenuzando todos los
terrones que existan y luego ser secada en horno por 24 horas a 105 ºC. Durante el lavado y
tamizado se perderán partículas de suelo esta perdida no debe superar el 2% de la masa total.

Curva de distribución del tamaño de partículas.

La muestra de suelo debe ser tamizada por lo menos 15 minutos, donde cada tamiz retendrá
una fracción de masa de suelo y el plato inferior retendrá las partículas mas finas del suelo
menores a 0.075 mm para otros propósitos.
La masa de la fracción de masa de suelo retenida en cada tamiz será: M 1 , M 2 , M 3 ,…, M i .
La masa de la fracción fina de suelo en el platillo será: M p .
El total de la masa de suelo será: M 1 + M 2 + M 3 +…+ M i + M p = ∑M.
Se determina la masa acumulada de suelo retenida para cada tamiz, para un tamiz i será:

M 1 + M 2 + M 3 +…+ M i

Se determina la masa de suelo que deja pasar cada tamiz. La masa de suelo que deja
pasar el tamiz i será:

∑M – (M 1 + M 2 + M 3 +….+ M i )

Se determina el porcentaje de suelo que deja pasar cada tamiz. El porcentaje de suelo que
pasar el tamiz i será:

=P (%)i
∑ M - (M 1 + M 2 + M 3 + ... + M i )
× 100
∑M
Todos los resultados son registrados ordenadamente en una Tabla. Con los valores del
tamaño de las aberturas del tamiz en milímetros ubicados en orden inverso en el eje de
las abscisas en escala logarítmica y el porcentaje de la masa de suelo que pasa ubicada en

33
Fundamentos de mecánica de suelos

el eje de las ordenadas, se traza la curva de distribución del tamaño de partículas como se
muestra en la Figura 1.21.

100
90
80
Porcentaje que pasa (%)

70
60
50
40
30
20
10
0
75 10 1 0.1 0.075
Tamaño de la partícula (mm)
Figura 1.21. Curva de distribución del tamaño de partículas.

Parámetros de la Curva de distribución del tamaño de partículas.

A partir de la curva de distribución del tamaño de partículas, se puede obtener cantidades en


porcentaje de un tamaño de partículas especial que contenga el suelo. El diámetro de la
partícula (D i ) se refiere al tamaño del grano o diámetro aparente de una partícula de suelo y
el subíndice que lo acompaña indica la cantidad de partículas en porcentaje más pequeñas que
esta. Por ejemplo: D 10 = 2 mm, significa que el 10% de los granos de la muestra son menores
en diámetro que 2 mm. El diámetro D 10 es llamado diámetro o tamaño efectivo del suelo, este
al igual que el: D 60 , D 30 , D 25 y D 75 , son tamaños especiales de las partículas que contiene el
suelo para evaluar la distribución del tamaño de partículas del suelo.

34
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo

100
(e)
90
80 (b)
(c) (d)
Porcentaje que pasa (%)

70
60
(a)
50
40
30
20
10
0
75 10 1 0.1 0.075
Tamaño de la partícula (mm)
Figura 1.22. Curvas de distribución del tamaño de partículas de cinco suelos (Coduto, 1999).
(a) Suelo de grano grueso (grava y arena). (b) Suelo bien gradado con una amplia variedad de
tamaños de partícula. (c) Suelo de grano grueso con una reducida variedad de tamaños de
partícula. (d) Suelo con gradación hueca, no contiene un cierto rango de tamaños de partícula.
(e) Suelo compuesto de partículas finas (limo y arcilla).

a) Coeficiente de uniformidad (C U ).

Este parámetro evalúa el grado de similitud en tamaño de las partículas del suelo, que
será:
D60
CU = [1.40]
D10

Un valor grande de este parámetro indica que las partículas entre D 60 y D 10 difieren en
gran manera de tamaño, lo que indica desuniformidad en relación al tamaño. Un suelo con
una distribución uniforme hará que la curva de distribución tienda a ser vertical como en la
Figura 1.22c, mientras que la desuniformidad la hará más horizontal como en la Figura 1.22b.

b) Coeficiente de gradación (C C ).

Este parámetro evalúa la progresión de la variación en tamaño de las partículas del suelo,
que será:
2
D30
CC = [1.41]
D10 ⋅ D60
Los valores de C C muy alejados a la unidad indican la falta o la poca cantidad de una serie
de tamaños de partículas. Una distribución bien gradada hará que la curva de distribución se
asemeje a una recta (Figura 1.22a, b) y una mala gradación la hará sinuosa o uniforme
(Figura 1.22c y d).

35
Fundamentos de mecánica de suelos

c) Coeficiente de clasificación (S o ).

Este parámetro es otra alternativa poco conocida para evaluar la uniformidad y se escribe:

D75
So = [1.42]
D25

7.2. Suelos finos.

Los suelos finos están constituidos de partículas compuestas de fragmentos diminutos de


roca, minerales y minerales de arcilla, con textura granular y en hojuelas. De acuerdo al
sistema de clasificación unificado estas partículas tienen un tamaño inferior a 0.075 mm, que
corresponden a la categoría del limo y la arcilla, por lo que toda fracción de suelo que pasa el
tamiz Nro. 200 es considerado como suelo fino.

7.2.1. Análisis mecánico por hidrómetro.

Aunque existen tamices con aberturas de malla menores a 0.075 mm, no es apropiado su uso
para determinar la distribución del tamaño de partículas de la fracción de suelo fino, debido a
que las partículas del suelo fino no siempre tienen textura granular sino en hojuelas y estas
últimas poseen propiedades eléctricas importantes que dificultarían el tamizado.
Stokes (1850) desarrolló una ecuación que relaciona la velocidad de descenso de una
partícula esférica en un fluido con respecto al tamaño de esta, que es:

γs −γw 2
=v ⋅D
18 ⋅η
Donde:
v = Velocidad de descenso de la partícula.
γ s = Peso unitario de los sólidos del suelo
γ w = Peso unitario del agua.
η = Viscosidad dinámica del fluido.
D = Diámetro de la partícula con forma esférica.

Con el concepto que encierra la ecuación [1.43] conocida también como la ley de Stokes,
puede determinarse el tamaño del más del 90% de las partículas del suelo fino. El hidrómetro
del tipo ASTM 152H que se muestra en la Figura 1.23a, es un instrumento de laboratorio para
medir la gravedad específica de un líquido (Figura 1.23b).
El análisis mecánico por hidrómetro está basado en el principio de sedimentación de las
partículas del suelo fino en suspensión. Cuando un suelo fino es dispersado en agua, las
partículas sedimentarán a diferentes velocidades, dependiendo de su textura, tamaño y masa,
además de la viscosidad del agua. Para simplificar el análisis, se asume que las partículas
tienen forma esférica de tal manera que puede utilizarse la ley de Stokes para describir su
comportamiento. El diámetro de la partícula según la ecuación [1.43] será:

36
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo

18 ⋅η ⋅ v
D=
γs −γw

La velocidad v de está ecuación puede escribirse como:

18 ⋅η L
=D ⋅
γs −γw t
Donde:
L = Es la distancia que recorre la partícula al sedimentarse.
t = Es el tiempo que tarda en recorrer esa distancia.

Reemplazando: Gs = γ s γ w en esta ecuación y factorizando se tendrá que:

18 ⋅η L
=D ⋅
( Gs − 1) ⋅ γ w t
Donde: G s = Gravedad específica del suelo fino.

L1
0
L
60

L2

60

(a) (b)
Figura 1.23. Hidrómetro (Das, 1998).
(a) Hidrómetro tipo ASTM 152H. (b) Determinación de la gravedad específica.

Debe tenerse cuidado al manejar las unidades de los diferentes valores que incluye esta
ecuación. El diámetro de la partícula por ser un valor pequeño conviene manejarlo en mm, la
viscosidad del agua se mide en g·s/cm2, el peso unitario del agua en g/cm3, la distancia L que
recorre la partícula conviene medirla en cm y el tiempo de la sedimentación es muy lento por
lo que debe medirse en minutos. Compatibilizando unidades se tendrá que:

37
Fundamentos de mecánica de suelos

D [ mm ] 18 ⋅η gr ⋅ sec cm 2  L [ cm ]
= ⋅
10 ( Gs − 1) ⋅ γ w gr cm3  t [ min ]×60

Por lo que se tendrá que:

30 ⋅η L
=D ⋅ [1.43]
( Gs − 1) ⋅ γ w t

Sin embargo, para determinar fácilmente del diámetro de la partícula, la ecuación [1.43]
puede escribirse:

L
D= K ⋅ [1.44]
t

30 ⋅η
Donde: K =
( Gs − 1) ⋅ γ w
Tanto la gravedad específica como la viscosidad del agua dependen de la temperatura,
por lo cual la norma ASTM D422 ha tabulado valores para el coeficiente K en función a la
temperatura y la gravedad específica, que se muestran en la Tabla 1.9.

Tabla 1.9. Valores de K (ASTM D422).


Temperatura Gravedad específica (Gs )
ºC 2.5 2.55 2.6 2.65 2.7 2.75 2.8
17 0.0149 0.0146 0.0144 0.0142 0.014 0.0138 0.0136
18 0.0147 0.0144 0.0142 0.014 0.0138 0.0136 0.0134
19 0.0145 0.0143 0.0140 0.0138 0.0136 0.0134 0.0132
20 0.0143 0.0141 0.0139 0.0137 0.0134 0.0133 0.0131
21 0.0141 0.0139 0.0137 0.0135 0.0133 0.0131 0.0129
22 0.0140 0.0137 0.0135 0.0133 0.0131 0.0129 0.0128
23 0.0138 0.0136 0.0134 0.0132 0.013 0.0128 0.0126
24 0.0137 0.0134 0.0132 0.0130 0.0128 0.0126 0.0125
25 0.0135 0.0133 0.0131 0.0129 0.0127 0.0125 0.0123
26 0.0133 0.0131 0.0129 0.0127 0.0125 0.0124 0.0122
27 0.0132 0.0130 0.0128 0.0126 0.0124 0.0122 0.0120
28 0.0130 0.0128 0.0126 0.0124 0.0123 0.0121 0.0119
29 0.0129 0.0127 0.0125 0.0123 0.0121 0.0120 0.0118
30 0.0128 0.0126 0.0124 0.0122 0.012 0.0118 0.0117

En laboratorio el análisis mecánico por hidrómetro, se realiza en un cilindro (18” x 2.5”)


con agua mantenida a temperatura constante donde es introducida una cantidad apropiada de
suelo. Para dispersar las partículas en todo el fluido y acelerar la sedimentación, se introduce
defloculador que por lo general es hexametafosfato de sodio. La solución debe ser mezclada

38
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo

enérgicamente para homogenizar el fluido, es recomendable que la cantidad total de fluido


sea de 1000 ml, por lo que talvez deba añadirse agua destilada.
Cuando el hidrómetro es colocado en el cilindro (Figura 1.23b) este queda suspendido a
cierta profundidad, a medida que las partículas en suspensión sedimenten el hidrómetro se
hundirá consecuentemente, ya que la gravedad específica del fluido está en función al
contenido de partículas por unidad de volumen en suspensión. La lectura del hidrómetro se
realiza del punto que esta en el centro del bulbo del hidrómetro hasta la medida que marca el
nivel superior de agua en la regla graduada, esta distancia es L en la Figura 1.23b. Este valor
puede obtenerse de la siguiente expresión:

1  V 
L = L1 + ⋅  L2 − B 
2  A
Donde:
L = Profundidad sumergida del bulbo del hidrómetro.
L 1 = Medida de la profundidad sumergida de la parte superior del bulbo.
L 2 = Longitud del bulbo (14 cm para hidrómetro ASTM 152H).
V B = Volumen del bulbo del hidrómetro (67 cm3 para hidrómetro ASTM 152H).
A = Área de la sección transversal del cilindro (27.8 cm2 si es de 18” x 2.5”).

Tabla 1.10. Valores de L para distintas lecturas (R) del hidrómetro.


Lectura R L cm Lectura R L cm
0 16.3 26 12
1 16.1 27 11.9
2 16 28 11.7
3 15.8 29 11.5
4 15.6 30 11.4
5 15.5 31 11.2
6 15.3 32 11.1
7 15.2 33 10.9
8 15 34 10.7
9 14.8 35 10.6
10 14.7 36 10.4
11 14.5 37 10.2
12 14.3 38 10.1
13 14.2 39 9.9
14 14 40 9.7
15 13.8 41 9.6
16 13.7 42 9.4
17 13.5 43 9.2
18 13.3 44 9.1
19 13.2 45 8.9
20 13 46 8.8
21 12.9 47 8.6
22 12.7 48 8.4
23 12.5 49 8.3
24 12.4 50 8.1
25 12.2 51 7.9
Para un hidrómetro del tipo ASTM 152H y un cilindro de sedimentación de 18” x 2.5”,
se tendrá que:

39
Fundamentos de mecánica de suelos

L = L 1 + 5.8

Para obtener el valor de L 1 no se toma en cuenta el menisco que se forma entre la


superficie del agua y el hidrómetro, por lo que la lectura L 1 corregida del menisco será: R.
Midiendo el valor de R en la regla graduada se determina la longitud L, que es el valor de la
longitud en la ecuación [1.43]. La norma ASTM D422 presenta valores tabulados para la
variación de L respecto a R válidos para el equipo de laboratorio anteriormente descrito, que
se muestran en la Tabla 1.10.
Se toman lecturas con el hidrómetro de la densidad del fluido para diferentes intervalos
de tiempo, que por lo general son:

t 1 =15 seg, t 2 =30 seg, t 3 =1 min, t 4 = 2 min, t 5 = 4 min,... ,t 14 =24 horas y t 15 = 48 horas.

Con los valores de L y t para los diferentes intervalos de tiempo en la ecuación [1.44], se
obtienen los diversos tamaños de partículas del suelo fino.

Curva de distribución del tamaño de partículas.

Al igual que el análisis mecánico por tamices se puede trazar la curva de distribución del
tamaño de partículas para el suelo fino. Con la ecuación [1.44] se determina el tamaño de las
partículas del suelo, pero el porcentaje de estas que pasan un tamaño de aberturas de un tamiz
imaginario se puede determinar con la ecuación:

a⋅R
P (%)i = ·100 [1.45]
Ms

Donde el valor de a es una corrección para la gravedad específica, que será:

Gs ·1.65
a= [1.46]
( Gs − 1)·2.65
Este valor de corrección también puede ser obtenido de la Tabla 1.11

Tabla 1.11. Valores de a (ASTM D422).


Gs a
2.50 1.04
2.55 1.02
2.60 1.01
2.65 1.00
2.70 0.99
2.75 0.98
2.80 0.97

Es muy importante que la temperatura se mantenga constante durante todo el ensayo,


para lograr esto en la práctica se sumerge el cilindro de sedimentación en un baño maría que
mantiene el agua a temperatura constante. Sin embargo también deben aplicarse factores de
corrección por temperatura y viscosidad del fluido al valor de R en la ecuación [1.45], donde
40
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo

la forma de aplicar todos estos se describe ampliamente en un manual especializado de


laboratorio.
Todos los resultados son registrados ordenadamente en una tabla al igual que en el caso
del suelo de grano grueso. Con los valores del tamaño de partículas en milímetros obtenidos
de la ecuación [1.44], ubicados en orden inverso en el eje de las abscisas en escala
logarítmica y el porcentaje de las partículas que pasan un tamiz imaginario obtenido de la
ecuación [1.45], ubicada en el eje de las ordenadas, se traza la curva de distribución del
tamaño de partículas como se observa en la Figura 1.24. Esta curva es la continuación de la
curva de distribución del tamaño de partículas del suelo de grano grueso. En el sector donde
se conectan estas dos curvas existe una ligera discontinuidad que por lo general se debe a las
diferentes texturas de las partículas, esta debe corregirse manualmente para mantener la
continuidad de las dos curvas, como se muestra en las curvas de la Figura 1.22b, d y e.

100
90
80
Porcentaje que pasa (%)

70
60
50
40
30
20
10
0
0.5 0.1 0.05 0.01 0.005 0.001
Tamaño de la partícula (mm)
Figura 1.24. Curva de distribución del tamaño de partículas.

8. Consistencia del suelo.

La consistencia se define como la firmeza o solidez que presenta la masa de suelo, esta
característica particular del suelo está estrechamente relacionada a las estructuras que las
partículas del suelo forman entre si. Para el caso de suelos de grano grueso la textura y la
forma de ubicación de las partículas dentro la masa de suelo determina la consistencia,
mientras que en los suelos finos el contenido de humedad define la consistencia ya que el
agua contribuye a la cohesión, debido a las propiedades eléctricas de los minerales de arcilla.

Densidad relativa (D r ).

Debido a la variedad de formas que tienen las partículas de textura granular en suelos de
grano grueso, estas pueden acomodarse de diversas maneras en la masa de suelo, donde para
cada caso variará el índice de vacíos. La Figura 1.25 muestra una porción de suelo con
diferentes formas de empaquetamiento de sus partículas.
41
Fundamentos de mecánica de suelos

(a) (b)
Figura 1.25. Formas de empaquetamiento de las partículas del suelo (Das, 1998).
(a) Densa. (b) Suelta.

En la Figura 1.25a las partículas están acomodadas de tal manera que la cantidad de
vacíos es mínima, a diferencia de la forma de empaquetamiento en la Figura 1.25b que tiene
una mayor cantidad de vacíos. Se llama compacidad a la forma de empaquetamiento que
tienen las partículas del suelo dentro su masa lo cual determinará el índice de vacíos del
suelo, este concepto de compacidad solo será aplicable a suelos con partículas de textura
granular.
Cada suelo tiene una compacidad de tal manera que el índice de vacíos sea el mínimo,
logrando un suelo denso (Figura 1.25a) o caso contrario un suelo suelto que tendrá un índice
de vacíos máximo (Figura 1.25b). La compacidad de un suelo es medida con la densidad
relativa, que evalúa el grado de empaquetamiento de las partículas del suelo en situ de
acuerdo al índice de vacíos máximo y mínimo que permita el suelo, está será:

emax − e
Dr = [1.47]
emax − emin
Donde:
D r = Densidad relativa del suelo.
e max = Índice de vacíos máximo permitido por el suelo.
e min = Índice de vacíos mínimo permitido por el suelo.
e = Índice de vacíos actual del suelo.

Este valor generalmente es expresado en porcentaje y varía de 0% para muy suelto a un


máximo de 100% para muy denso, sin embargo en situ la densidad relativa comúnmente
varía de 20 a 85%. La Tabla 1.12 muestra valores característicos de la densidad relativa para
evaluar el grado de empaquetamiento de las partículas del suelo.

Tabla 1.12. Descripción del suelo según la densidad relativa (Lambe & Whitman, 1969).
D r (%) Descripción
0 - 15 Muy suelto
15 - 50 Suelto
50 - 70 Medianamente denso
70 - 85 Denso
85 - 100 Muy denso
En base a la ecuación [1.6], la densidad relativa es expresada en función a la porosidad,
que será:

42
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo

Dr =
(1 − nmin ) ⋅ ( nmax − n ) [1.48]
( nmax − nmin ) ⋅ (1 − n )
Donde:
D r = Densidad relativa del suelo.
n max = Porosidad máxima permitida por el suelo.
n min = Porosidad mínima permitida por el suelo.
n = Porosidad actual del suelo.

La norma ASTM D2049 sugiere un procedimiento para determinar la densidad relativa


de un suelo de grano grueso en campo utilizando un molde, mediante la ecuación [1.49] que
está en función al peso unitario seco máximo, mínimo y el actual del suelo, que será:

γ d − γ d min γ d max
=Dr ⋅ [1.49]
γ d max − γ d min γ d

Para la determinación del peso unitario mínimo, el suelo suelto luego de ser secado en
horno es vaciado con un embudo al molde cuidadosamente hasta el tope, teniendo el volumen
que ocupa este se determina la masa del suelo. Para determinar el peso unitario máximo se
aplica una carga al suelo en la parte superior del molde lleno de suelo y se somete todo el
conjunto a vibración por un tiempo, con la masa del suelo y el volumen que ocupa este en el
molde se determina el peso unitario máximo. Para obtener más detalles acerca de este ensayo
puede consultarse a un manual de laboratorio especializado.

1.6

e max
1.4
e min

1.2
Angularidad
0.2
0
1.0
0.25

0.8
0.30

0.6 0.5
0.20 0

0.25
0.4
0.30
0.50

0.2

0
1 2 3 4 6 10
Figura 1.26. Variación de e max y e min respecto a la angularidad y C U (Youd, 1973).
Youd (1973) elaboró un ábaco que se muestra en la Figura 1.26 para determinar los
valores de: e max y e min del suelo, en base a la angularidad de las partículas y el coeficiente de

43
Fundamentos de mecánica de suelos

uniformidad del suelo. La Figura 1.27 muestra una relación aproximada entre la densidad
relativa, el índice de vacíos actual y el peso unitario seco del suelo.

Peso unitario seco, γd (lb/ft )


90 95 100 105 110 115 120
1.0

0.8
Índice de vacíos, e

0.6

0.4

0.2

0
0 20 40 60 80 100
Densidad relativa, Dr (%)
Figura 1.27. Relación aproximada de γ d , e y D r para suelos de grano grueso (Das, 1998).

8.2. Limites de Atterberg.


Atterberg (1911) realizó una serie de experimentos con suelos finos haciendo variar su
contenido de humedad, con el objetivo de encontrar la relación que existe entre el contenido
de humedad y la consistencia del suelo. Este investigador observó que para ciertos contenidos
de humedad el suelo presentaba uno de los cuatro estados distintos de consistencia, que son:
sólido, semisólido, plástico y líquido.

Estado líquido: Fácilmente deformable. Tiene una


consistencia similar a mantequilla
Limite suave.
Incremento del contenido de humedad (%)

líquido
Estado plástico: Se deforma sin romperse. Tiene una
consistencia de mantequilla suave a
masilla en endurecimiento.
Limite
plástico
Estado semisólido: Al deformarse no recupera su forma
inicial. Su consitencia es quebradiza
similar a un quezo.
Limite de
contracción

Estado sólido: Se rompe antes de deformarse.


Su consistencia es similar a un
dulce duro.
Figura 1.28. Consistencia del suelo según al contenido de humedad (Coduto, 1999).
Posteriormente Terzaghi y Casagrande idearon métodos para determinar estos contenidos
de humedad específicos para los distintos estados de consistencia, descritos en la norma
44
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo

ASTM D427 y D4318, en la actualidad a estos contenidos de humedad especiales se los


conoce como límites de Atterberg o de consistencia. Puede hablarse de los límites de
Atterberg en suelos que tienen un tamaño de partículas que pasan por el tamiz Nro. 40. Para
un bajo contenido de humedad el suelo tendrá una consistencia sólida a semisólida, a medida
que se va incrementando el contenido de humedad el suelo progresivamente tomará una
consistencia plástica y finalmente para un contenido de humedad muy alto el suelo tendrá una
consistencia líquida. La Figura 1.28 muestra las diferentes consistencias del suelo en función
al incremento del contenido de humedad.
Los límites de Atterberg son contenidos de humedad específicos en los cuales el suelo se
encuentra en etapa de transición, de un estado de una consistencia a otro.

8.2.1. Liquidez.
Se llama liquidez al estado líquido que presenta el suelo cuando el contenido de humedad
supera al límite líquido. En este estado la fuerza de atracción que actúa entre las partículas
compuestas de minerales de arcilla disminuye, debido a la gruesa capa de agua que se forma
en la superficie de estas por la abundante cantidad de moléculas de agua.

Determinación del límite líquido (LL).


El límite líquido es un contenido de humedad específico que divide la consistencia plástica de
la líquida del suelo. Casagrande (1932) desarrolló un método en laboratorio para determinar
el límite líquido del suelo, con un aparato similar al que se muestra en la Figura 1.29
conocido como la cuchara de Casagrande.

(a) (b) (c)


Figura 1.29. Cuchara de Casagrande para determinar el límite líquido del suelo.
(a) Vista lateral. (b) Vista frontal. (c) Espátula.

11 mm

8 mm

2 mm

(a) (b) (c)


Figura 1.30. División de la pasta de suelo.
(a) Raspado del suelo (Laboratorio de geotecnia, UMSS). (b) Vista superior. (c) Vista frontal.
Con la cuchara de Casagrande puede determinarse el límite líquido del suelo para un
tamaño de partículas que pasan por el tamiz Nro. 40 (0.425 mm). En primer lugar la muestra
45
Fundamentos de mecánica de suelos

de suelo debe ser humedecida hasta que se alcance una consistencia líquida, después, está es
esparcida uniformemente como una pasta en la cuchara del aparato, entonces se raspa la parte
central de la pasta con la espátula que se muestra en la Figura 1.29c, de tal forma que esta
queda dividida en dos partes como se observa en la Figura 1.30a y b.
La abertura que se hace en la pasta debe ser recta y uniforme, de tal manera que cumpla
con ciertas dimensiones establecidas que se muestran en la Figura 1.30c. Luego se mueve la
manivela que acciona un mecanismo que da golpes a la cuchara, estos ocasionan que la
abertura se cierre progresivamente. Se dan golpes hasta que la abertura se cierre en ½ pulgada
(12.7 mm) del largo total de ésta, como se ve en la Figura 1.31.
12.7 mm

(a) (b)
Figura 1.31. Cierre de la pasta de suelo.
(a) Vista superior. (b) Vista frontal.

Casagrande, tras realizar varios ensayos con diversos suelos, determinó empíricamente
que para un contenido de humedad correspondiente al del límite líquido solo hacen falta 25
golpes para cerrar la abertura en la distancia especificada. Debido a que no es posible
humedecer el suelo hasta alcanzar exactamente el límite líquido, se realizan varios ensayos
con el mismo suelo y se registran ordenadamente los resultados en una Tabla. La Figura 1.32
muestra la ubicación de los resultados (mediante puntos) de cuatro ensayos para un mismo
suelo, con los valores del contenido de humedad ubicados en el eje de las ordenadas y los
valores del número de golpes en escala logarítmica en el eje de las abscisas, luego se ha
ajustado una curva que relaciona estos puntos. El límite líquido del suelo será el contenido de
humedad que corresponde a los 25 golpes.

60
Contenido de humedad (%)

50
Límite líquido

40

30
10 20 25 30 40 50 60 70
Número de golpes
Figura 1.32. Determinación del límite líquido del suelo.

46
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo

El U.S. Corps of Engineers y el Waterways Experiment Station, elaboraron una ecuación


empírica para determinar el límite líquido del suelo en función al número de golpes y el
contenido de humedad del suelo, que será:
tanβ
N
= wN ⋅  
LL [1.50]
 25 
Donde:
LL = Límite líquido.
w N = Contenido de humedad natural.
N = Número de golpes.
tan β = Pendiente de la línea de flujo (0.121 es una buena aproximación).
Con la ecuación [1.50] se obtienen buenas aproximaciones del límite líquido realizando
un solo ensayo, la norma ASTM D4318 recomienda que esta ecuación deba usarse para un
número de golpes comprendidos entre 20 y 30. La Tabla 1.13 muestra valores de la relación
(N/25)0.121 de acuerdo al número de golpes.
Tabla 1.13. Valores para la relación (N/25)0.121 (ASTM D4318).
0.121 0.121
N N
   
N  25  N  25 
20 0.973 26 1.005
21 0.979 27 1.009
22 0.985 28 1.014
23 0.990 29 1.018
24 0.995 30 1.022
25 1.000

Índice de flujo (IF).

Se llama índice de flujo a la pendiente que tiene la línea de flujo, que será:

w1 − w2
IF = [1.51]
N 
log  2 
 N1 
Donde:
IF = Índice de flujo.
w 1 = Contenido de humedad del suelo correspondiente a N 1 golpes.
w 2 = Contenido de humedad del suelo correspondiente a N 2 golpes.
N 1, 2 = Número de golpes correspondientes a cada ensayo.

La ecuación [1.51] esta arreglada de tal forma que el índice de flujo sea un valor positivo,
aunque la línea de flujo tiene un valor negativo.

Índice de liquidez (IL).

Este índice evalúa el grado de consistencia líquida o liquidez que presenta el suelo en situ,
que será:
w − LP
IL = [1.52]
LL − LP

47
Fundamentos de mecánica de suelos

Donde:
IL = Índice de liquidez.
w = Contenido de humedad del suelo en situ.
LL = Límite líquido del suelo.
LP = Límite plástico del suelo.

8.2.2. Plasticidad.

La plasticidad es una propiedad característica de los suelos finos, donde el contenido de


humedad del suelo está comprendido entre el límite líquido y plástico. En este estado el suelo
permite ser moldeado de manera similar a la masa o la plastilina, debido a que el contenido
de humedad del suelo contiene la cantidad ideal de moléculas de agua para que la fuerza de
atracción entre las partículas compuestas de minerales de arcilla sea la mayor.

Determinación del límite plástico (LP).

Puede determinarse el límite plástico para un suelo con un tamaño de partículas que pasan el
tamiz Nro. 40, para lo cual debe humedecerse el suelo lo suficiente como para poder
amasarlo, entonces sobre un papel seco en una superficie plana o encima de un vidrio deben
formarse rollitos de unos 3 mm de diámetro como muestra la Figura 1.33a. Posteriormente
los rollitos deben ser juntados en uno para ser amasados y nuevamente formar rollitos, a
medida que se formen los rollitos el suelo progresivamente perderá humedad debido al papel
y la mano, entonces llegará un momento cuando al formar el rollito el suelo empiece a
disgregarse en su superficie y luego a fragmentarse (Figura 1.33b). En este estado cuando el
suelo empieza a perder su consistencia plástica, se procede inmediatamente a determinar su
contenido de humedad que este a la vez será el límite plástico del suelo, que es un contenido
de humedad específico que divide la consistencia semisólida de la plástica del suelo.

(a) (b)
Figura 1.33. Determinación del límite plástico (Laboratorio de geotecnia, UMSS).
(a) Realizando el rollito. (b) Rollitos de suelo empezando a fragmentarse.

Índice de plasticidad (IP).

Con el índice de plasticidad puede evaluarse el grado de amasado que permite el suelo
mientras se encuentre en su consistencia plática, este índice se define como:

IP = LL − LP [1.53]

48
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo

En la Tabla 1.14 se presentan valores del índice de plasticidad para evaluar la plasticidad
del suelo.

Tabla 1.14. Grado de plasticidad del suelo (Sowers, 1979).


IP Descripción
0-3 No plástico
3 - 15 Ligeramente plástico
15-30 Baja plasticidad
> 30 Alta plasticidad

Actividad (A).

Por lo general los suelos arcillosos están constituidos por un 40 a 70% de partículas que
contienen minerales de arcilla que dan plasticidad al suelo. Si aumenta la cantidad de
minerales de arcilla proporcionalmente también serán afectados el límite líquido y plástico
del suelo. Skempton (1953) observó que el índice de plasticidad del suelo aumenta
linealmente con el incremento en porcentaje de partículas de arcilla (de tamaño menor a 2
µm), esta proporción lineal variará de acuerdo al tipo de minerales de arcilla que contenga el
suelo. Skempton definió una cantidad llamada actividad como la pendiente de la línea que
correlaciona el índice de plasticidad y la fracción en peso de las partículas compuestas de
minerales de arcilla expresada en porcentaje, que será:

IP
A= [1.54]
Fracción de arcilla (%)

Seed, Woodward y Lundgren (1964) realizaron diversos estudios de la influencia del


porcentaje de partículas de arcilla en la plasticidad del suelo y concluyeron que la correlación
entre estas está descrita por dos líneas, similares a las que se muestran en la Figura 1.34.
Índice de plasticidad

10 40
Porcentaje en peso de partículas compuestas de minerales de arcilla (< 2 µm)
Figura 1.34. Relación entre el índice de plasticidad y el porcentaje en peso de partículas
compuestas de minerales de arcilla (Seed, Woodward y Lundgren, 1964).

49
Fundamentos de mecánica de suelos

Estos investigadores observaron que los suelos que contienen más del 10% de su peso en
partículas de arcilla presentan plasticidad. La plasticidad esta correlacionada linealmente con
la cantidad de partículas de arcilla del suelo hasta un contenido del 40% en peso, donde la
relación cambia a una línea que parte del origen de coordenadas. La actividad resulta ser la
pendiente de la línea de correlación. En la Tabla 1.15 se muestran valores característicos de la
actividad para algunas arcillas típicas.

Tabla 1.15. Actividad de las arcillas (Whilow, 1994).


Tipo de arcilla Minerales Actividad
Arcilla de caolín Muscovita 0.4 - 0.5
Arcillas glaciales Caolinita 0.5 - 0.75
Arcilla común Illita 0.75 - 1.25
Arcilla orgánica Montmorilonita > 1.25

Gráfico de plasticidad.

Casagrande (1932) estudió la relación que existe entre el índice de plasticidad y el límite
líquido para una gran variedad de suelos y construyó el gráfico de plasticidad que se ve en la
Figura 1.35, en este observó que las distintas variedades de suelos se agrupan ordenadamente
en diversos sectores del gráfico. Empíricamente obtuvo las ecuaciones de las líneas que
dividen el gráfico en las regiones donde se agrupan los tipos de suelo.

70
aU
ne

60 A
n ea
Arcillas inorgánicas Lí
de alta plasticidad
50
Índice de plasticidad

40 Arcillas inorgánicas de
mediana plasticidad Limos inorgánicos de
alta compresibilidad y
30 arcillas orgánicas.
Arcillas inorgánicas
de baja plasticidad Limos inorgánicos de
20 alta compresibilidad y
arcillas orgánicas.
10 Limos inorgánicos de
baja compresibilidad
0
20 30 40 50 60 80 100
Límite líquido
Figura 1.35. Gráfico de plasticidad (Casagrande, 1932).

La línea A separa las arcillas inorgánicas de los limos inorgánicos, las arcillas inorgánicas
se encuentran por encima de esta línea y los limos inorgánicos por debajo de esta. Los limos
orgánicos están situados por debajo de esta línea en el intervalo de 30 a 50 del límite líquido,
las arcillas orgánicas se ubican por debajo de esta línea con un límite líquido mayor a 50. La
ecuación de la línea A es:

IP = 0.73 (LL – 20) [1.55]

50
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo

La línea U se ubica por encima de la línea A, esta línea es aproximadamente el límite


superior de la relación del índice de plasticidad y el límite líquido para cualquier tipo de suelo
conocido, aunque rara vez se ubica un suelo por encima de línea U, que tiene la ecuación:

IP = 0.9 (LL – 8) [1.56]

La información que provee el gráfico de plasticidad es de gran valor para clasificar los
suelos finos y poder identificarlos con facilidad.

8.2.3. Contracción.

Un suelo fino que contenga en su mayor parte partículas compuestas de minerales de arcilla
variará de volumen de acuerdo a su contenido de humedad, por lo tanto a medida que
aumente el contenido de humedad también proporcionalmente aumentará su volumen, la
Figura 1.36 muestra la relación entre el contenido de humedad y el volumen del suelo.

∆w
Volumen del suelo

Consistencia Consistencia Consistencia Consistencia


sólida semisólida plástica líquida

LC LP LL w0
Contenido de humedad (%)
Figura 1.36. Variación del volumen respecto al contenido de humedad.

Los cambios de volumen con respecto al contenido de humedad obedecerán la trayectoria


que se muestra en la Figura 1.36, al cambio de volumen por pérdida de humedad se lo llama
contracción del suelo.

Determinación del límite de contracción (LC).

El límite de contracción es un contenido de humedad específico que divide la consistencia


sólida de la semisólida del suelo y establece el contenido de humedad máximo que el suelo
tolera antes de sufrir cambios en su volumen, este límite será:

LC = w 0 – ∆w [1.57]
Donde:
LC = Límite de contracción del suelo.
w 0 = Contenido de humedad del suelo en consistencia líquida.
∆w = Cambio del contenido de humedad durante la contracción.

Puede determinarse el límite de contracción para suelos que tienen un tamaño de


partículas que pasan el tamiz Nro. 40, para lo cual la muestra de suelo debe ser humedecida

51
Fundamentos de mecánica de suelos

lo suficiente hasta que alcance una consistencia líquida, entonces se procede a determinar el
contenido de humedad de una parte de la muestra suelo para ese estado que será: w 0 .
La otra parte de la muestra es vaciada en un cilindro cerámico de tal forma que quede
completamente lleno del suelo, este cilindro previamente es cubierto con un gel de petróleo
(vaselina) para evitar que él suelo se adhiera a él, como se muestra en la Figura 1.37a.

Volumen del suelo = Vi


Peso del suelo = Mi Volumen del suelo = VF
Peso del suelo = M F

(a) (b)
Figura 1.37. Determinación del límite de contracción (Das, 1998).
(a) Muestra de suelo en consistencia líquida. (b) Muestra de suelo sin contenido de humedad.

Se deja secar al aire la muestra en el cilindro cerámico por 6 horas, luego debe
completarse el secado del suelo en horno. La Figura 1.37b muestra que como resultado de la
pérdida de humedad el suelo quedará reducido en volumen, se determina la masa de suelo
para esta condición que será: M F .
Para determinar el cambio del contenido de humedad primero deben determinarse el
volumen inicial del suelo antes de perder humedad y después que ha perdido toda su
humedad. El volumen inicial del suelo se determinará vaciando mercurio al cilindro cerámico
vacío hasta que esté completamente lleno, conociendo la gravedad específica del mercurio y
el peso que ocupa este en el cilindro, se determina el volumen que ocupa este que será: V i .
Para determinar el volumen final se introduce la muestra seca de suelo en el cilindro lleno
de mercurio, la masa del mercurio que es desplazado por el suelo será: M d .
Entonces el volumen final del suelo (V F ) será:

Md
VF= Vi −
ρ Hg

El cambio de contenido de humedad que experimenta el suelo durante la etapa de


contracción, entre el contenido inicial y el contenido en el límite de contracción será:

=∆w
(Vi − VF ) ⋅ ρ w ⋅100
MF

El límite contracción proporciona indicios de la estructura de las partículas del suelo,


puesto que una estructura dispersa suele producir un límite de contracción bajo y una
estructura floculante origina un límite de contracción elevado (Whitlow, 1994).
Casagrande sugiere que puede hacerse una estimación del límite de contracción con el
gráfico de plasticidad. En la Figura 1.38 se muestra que la línea A y U interceptan en un
punto de coordenadas: LL = – 43.5 y LP = – 46.5, determinando el índice de plasticidad y el
límite líquido del suelo, estos pueden ser ubicados con un punto A en el gráfico de
plasticidad, si se une con una línea el punto A con el punto de intersección de las líneas A y
U, el punto que intercepte en el eje del límite líquido corresponderá al límite de contracción.

52
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo

70

aU
ne
Índice de plasticidad


60 A
n ea

50

40

30

20
Límite de
contracción A
10

0
20 30 40 50 60 80 100
Límite líquido

LL = -43.5
IP = -46.4

Figura 1.38. Estimación del límite de contracción con el gráfico de plasticidad (Das, 1998).

Ensayo de contracción unitaria.

En el caso de suelos que tengan muy poco contenido de partículas compuestas de minerales
de arcilla, los ensayos de límite plástico y líquido pueden producir resultados no confiables.
En tales casos mediante el ensayo de la contracción lineal es posible obtener una
aproximación importante del índice de plasticidad, con la ecuación:

IP = 2.13 CL [1.58]

Donde: CL es la contracción lineal del suelo.

El suelo estando en consistencia líquida es vaciado al molde pequeño que se muestra en


la Figura 1.39 hasta llenarlo completamente, entonces se deja secar al aire el molde hasta que
el suelo se despegue del molde y luego para completar el secado el suelo es secado en horno,
de forma similar al ensayo para determinar el límite de contracción

Figura 1.39. Molde para el ensayo de contracción lineal.

53
Fundamentos de mecánica de suelos

Se mide la longitud de la muestra seca y se determina la contracción lineal que será:

 LS 
CL =1 −  ⋅100 [1.59]
 LI 
Donde:
CL = Contracción lineal del suelo.
L S = Longitud después del secado.
L I = Longitud inicial.

Índice de contracción (IC).

El índice de contracción es un parámetro utilizado como indicador del cambio de volumen


respecto al cambio del contenido de humedad, determinado en base al ensayo del límite de
contracción, este índice será:

Ms
IC = [1.60]
VF
Donde:
IC = Índice de contracción del suelo.
M s = Peso del suelo seco.
V F = Volumen final del suelo luego de ser secado.

8.2.4. Índice de consistencia (CI).

Con el índice de consistencia puede evaluarse la consistencia actual que presenta el suelo en
base al límite líquido, índice de plasticidad y el contenido de humedad actual que presente el
suelo, que es:
LL − w
CI = [1.61]
LL − I P
Donde:
CI = Índice de consistencia del suelo.
w = Contenido de humedad actual del suelo.
LL = Límite líquido.
IP = Índice de plasticidad.

En la Tabla 1.16 se muestran valores característicos de los límites de Atterberg para


algunos minerales de arcilla comúnmente encontrados en los suelos finos.

Tabla 1.16. Valores de los límites de Atterberg para los minerales de arcilla (Mitchell, 1976).
Mineral Límite líquido Límite plástico Límite de contracción
Montmorilonita 100 - 900 50 - 100 8.5 - 15
Nontronita 37 - 72 19 - 27
Illita 60 - 120 35 - 60 15 - 17
Caolinita 30 - 110 25 - 40 25 - 29
Halosita hidratada 50 - 70 47 - 60
Halosita no hidratada 35 - 55 30 -45
Atapulgita 160 - 230 100 - 120
Clorita 44 - 47 36 - 40
Alofano 200 - 250 130 - 140

54
Fundamentos de mecánica de Suelos

CAPÍTULO DOS
Clasificación de suelos.
Debido a la gran variedad de suelos que pueden encontrarse en la corteza terrestre es que se
han desarrollado varios sistemas de clasificación para poder identificarlos, elaborados de
acuerdo a la aplicación que se les da a los mismos. El clasificar un suelo consiste en agrupar
al mismo en grupos y/o subgrupos de suelos que presentan un comportamiento semejante con
propiedades ingenieríles similares.
En este capítulo se analizaran el sistema de clasificación Unificado USCS y el sistema de
clasificación AASHTO, que son los sistemas de clasificación más utilizados por la mayor
parte de los ingenieros de todo el mundo.
El sistema de clasificación AASHTO está especialmente hecho para la construcción de
carreteras, en cambio el sistema de clasificación Unificado USCS, no esta limitado a ninguna
clase de proyectos en particular y es usado para toda la gama de obras civiles.
Tanto el sistema de clasificación Unificado como el AASHTO consideran como suelo
(conjunto de partículas sólidas, con líquido y agua en sus poros) a la parte que pasa por el
tamiz de 3” (75 mm.), ya que las partículas más grandes a este diámetro son consideradas
como partículas aisladas que ya no forman parte del suelo.

1. Sistema de clasificación unificado (USCS).


El sistema de clasificación unificado USCS (Unified Soil Classification System), designación
ASTM D-2487, originalmente fue desarrollado por A. Casagrande (1948) para la
construcción de aeródromos durante la segunda guerra mundial. Este sistema de clasificación
fue posteriormente modificado en 1952 por el mismo autor y el cuerpo de ingenieros de la
armada de los Estados Unidos quienes hicieron que este sistema sea más aplicable a los
propósitos ingenieríles, es decir que ya no era solo aplicable al campo de la aviación. Este
sistema de clasificación actualmente goza de amplia aceptación y es el preferido por la mayor
parte de los ingenieros en todo el mundo.
El sistema de clasificación USCS está basado en la determinación en laboratorio de la
distribución del tamaño de partículas, el límite líquido y el índice de plasticidad. Este sistema
de clasificación también se basa en la gráfica de plasticidad, que fue obtenida por medio de
investigaciones realizadas en laboratorio por A. Casagrande (1932). El significado y uso de
esta gráfica de plasticidad es explicada en forma más detallada en el capítulo uno.
Este sistema de clasificación presenta las siguientes características:

1.1. Características del sistema de clasificación unificado (ASTM D-2487)


1.1.1 Clasifica a los suelos en cuatro principales categorías, cada una de estas categorías usa
un símbolo que define la naturaleza del suelo:

• Suelos de grano grueso. Son de naturaleza tipo grava y arena con menos del
50% pasando por el tamiz Nº 200. Los símbolos de grupo comienzan con un
prefijo G para la grava o suelo gravoso del inglés “Gravel” y S para la arena
o suelo arenoso del inglés “Sand”.
• Suelos de grano fino. Son aquellos que tienen 50% o más pasando por el
tamiz Nº 200. Los símbolos de grupo comienzan con un prefijo M para limo
inorgánico del sueco “mo y mjala”, C para arcilla inorgánica del inglés
“Clay”.
• Suelos orgánicos. Son limos y arcillas que contienen materia orgánica
importante, a estos se los denomina con el prefijo O del inglés “Organic”.

54
CAPÍTULO 2 Clasificación de suelos

• Turbas. El símbolo Pt se usa para turbas del inglés “peat”, lodos y otros
suelos altamente orgánicos.
1.1.2. Presenta las siguientes definiciones, según el tamaño y naturaleza de las partículas del
suelo:
• Cantos rodados. Partículas de roca que no pasan una malla con abertura
cuadrada de 12” (300 mm).
• Guijarros. Partículas de roca que pasan una malla con abertura cuadrada de
12” (300 mm) y quedan retenidas en un tamiz de 3” (75 mm).
• Grava. Partículas de roca que pasan el tamiz de 3" (75 mm) y quedan
retenidas en el tamiz Nº 4 (4.75 mm), con las siguientes subdivisiones:
- Gruesa. Partículas que pasan el tamiz de 3” (75 mm) y quedan
retenidas en el tamiz de ¾” (19 mm.).
- Fina. Partículas que pasan el tamiz de ¾” (19 mm) y quedan retenidas
en el tamiz Nº 4 (4.75 mm).

• Arena. Partículas de roca que pasan el tamiz Nº 4 (4.75 mm) y son retenidas
en el tamiz Nº 200 (0.075mm), con las siguientes subdivisiones:

- Gruesa. Partículas que pasan el tamiz Nº 4 (4.75 mm) y son retenidas


en el tamiz Nº 10 (2 mm).
- Media. Partículas que pasan al tamiz Nº 10 (2 mm.) y son retenidas en
el tamiz Nº 40 (0.425 mm).
- Fina. Partículas que pasan el tamiz Nº 40 (0.425 mm) y son retenidas
en el tamiz Nº 200 (0.075 mm).

• Arcilla. Suelo que pasa por el tamiz Nº 200 (0.075 mm), el cual exhibe
plasticidad dentro de un cierto intervalo de humedad, pero que muestra
considerable resistencia cuando se seca al aíre. Para su clasificación, una
arcilla es un suelo de grano fino, o la porción fina de un determinado suelo,
con propiedades plásticas.
• Limo. Suelo que pasa el tamiz Nº 200 (0.075 mm), de naturaleza no-plástica
o ligeramente plástica y que exhibe poca o ninguna resistencia cuando se
seca al aíre. Para su clasificación, un limo es un suelo de grano fino o la
porción fina de un determinado suelo, con ninguna o muy poca plasticidad.
• Arcilla Orgánica. Es una arcilla con suficiente contenido de matera orgánica
como para influir en las propiedades del suelo. Para su clasificación, una
arcilla orgánica es un suelo que es clasificado como arcilla, excepto que el
valor de su límite líquido después de secado en el horno es menor que el 75%
de este valor antes de ser secado.
• Limo Orgánico. Es un limo con suficiente contenido de materia orgánica
como para influir en las propiedades del suelo. Para su clasificación, un limo
orgánico es un suelo que es clasificado como limo, excepto que el valor de su
límite líquido después de secado en el horno es menor que el 75% de este
valor antes de ser secado.
• Turba. Es un suelo compuesto principalmente de materia vegetal en
diferentes estados de descomposición, usualmente con olor orgánico, color
entre marrón oscuro a negro, consistencia esponjosa, y contextura que varía
de fibrosa hasta amorfa.

55
Fundamentos de mecánica de Suelos

1.1.3. Para este sistema de clasificación son también usados sufijos que identifican algunas
características particulares del suelo:

• W. Bien gradado del inglés “Well graded”.


• P. Mal gradado del inglés “Poorly graded”.
• L. Baja plasticidad, límite líquido menor a 50%, del inglés “Low plasticity”.
• H. Alta plasticidad, límite líquido mayor a 50%, del inglés “High plasticity”.

Con los prefijos y sufijos anteriormente mencionados se pueden hacer


combinaciones que ayudan a describir de mejor manera el suelo en cuestión, por
ejemplo a una arena S, si tuviera la característica de estar bien gradada será SW, de la
misma manera un limo M, con una alta plasticidad se simbolizara MH.

1.1.4. Un símbolo doble. Corresponde a dos símbolos separados por un guión, e.g.
GP-GM, SW-SC, CL-ML, los cuales se usan para indicar que el suelo tiene
propiedades de dos grupos. Estos se obtienen cuando el suelo tiene finos entre
5 y 12% o cuando las coordenadas del límite líquido y el índice de plasticidad
caen en el área sombreada CL-ML de la carta de plasticidad. La primera parte
del doble símbolo indica si la fracción gruesa es pobremente o bien gradada.
La segunda parte describe la naturaleza de los finos. Por ejemplo un suelo
clasificado como un SP-SM significa que se trata de una arena pobremente
gradada con finos limosos entre 5 y 12%. Similarmente un GW-GC es una
grava bien gradada con algo de finos arcillosos que caen encima la línea A.

1.1.5. Un símbolo de frontera. Corresponde a dos símbolos separados por el


símbolo divisorio (/) y deberá usarse para indicar que el suelo cae muy cerca
de la línea de división entre dos símbolos de grupo. En estos casos es
aceptable el uso de ambos símbolos en la clasificación, con el símbolo de
grupo “correcto” por delante seguido del símbolo de grupo “casi correcto”.
Por ejemplo, una combinación de arena – arcilla con ligeramente un poco
menos del 50% de arcilla podría ser identificada como SC/CL, de la misma
manera pasa con otros tipos de suelos como por ejemplo CL/CH, GM/SM.

1.1.6. La línea “U”. Mostrada en la Figura 2.1 ha sido determinada empíricamente en base a
análisis de suelos extremos, para ser el “límite superior” de suelos naturales, por lo que
no deberían obtenerse resultados por encima de esta línea. Esta línea es una buena
manera de comprobar que los datos no sean erróneos y algunos resultados de ensayos
que caigan arriba o a la izquierda deben ser verificados. La ecuación de la línea U es:

IP = 0.9·(LL - 8) [2.1]

1.1.7. En casos donde el límite líquido excede de 110% o el índice de plasticidad excede de
60%, la gráfica de plasticidad puede ser expandida pero manteniendo igual escala en
ambos ejes y extendiendo la línea “A” con la misma pendiente, ver Figura 2.1. La
ecuación de la línea A es:

IP = 0.73·(LL -20) [2.2]

1.1.8. Este sistema de clasificación solo considera la porción que pasa a través del tamiz de
3” (75 mm) para la realización de los ensayos de clasificación en laboratorio. Las

56
CAPÍTULO 2 Clasificación de suelos

partículas mayores a este diámetro deberán ser retiradas de la muestra a ensayar en


laboratorio, pero el porcentaje de estas partículas debe ser anotado y colocado en los
resultados finales de la clasificación.

1.1.9. El índice de plasticidad y el límite líquido son determinados con material que pasa el
tamiz de Nº 40 (0.425 mm).

1.1.10. La línea de división entre el bajo y alto límite líquido es tomada arbitrariamente como
50%, ver Figura 2.1.

1.1.11. Puede ser necesario una extrapolación lineal en la curva de distribución de tamaño de
partículas para obtener el diámetro efectivo, D 10 .

1.2. Procedimiento para la clasificación de suelos.

Para clasificar un suelo por el sistema unificado se tiene que proceder de la siguiente manera:

1.2.1. Determinar si el suelo es altamente orgánico (turba), en tal caso es clasificado por
inspección visual como Pt (Tabla 2.1). Este tipo de suelo trae muchos problemas a los
ingenieros, por su alta compresibilidad y muy baja resistencia al corte, pero es muy
fácil de identificar según a sus siguientes características notorias:

• Compuesto principalmente de material orgánico (material fibroso).


• Color café oscuro, gris oscuro, o color negro.
• Olor orgánico, especialmente cuando esta húmedo.
• Consistencia suave.

Para todos los demás suelos se procede de la siguiente manera:

1.2.2. Determinar los ensayos en laboratorio de tamizado, límite líquido e índice de


plasticidad.

1.2.3. Del análisis granulométrico se debe determinar el porcentaje que pasa por los tamices
de 3” (75 mm), Nº 4 (4.75 mm) y Nº 200 (0.075 mm).

1.2.4. A partir de los porcentajes que pasan por los tamices, se puede hallar el porcentaje
retenido en cada tamiz de la siguiente manera:

R 200 = 100 - F 200


R 4 = 100 - F 4
R 3” = 100 - F 3”

1.2.5. Si el 100% del total de la muestra pasa por el tamiz de 3” (75 mm), ir al paso 1.2.6 caso
contrario calcular el porcentaje de material retenido o con diámetro mayor a este tamiz
y al final del ensayo de clasificación anotar junto al resultado el porcentaje de este
material retenido (cantos rodados y/o guijarros) incluyendo el tamaño máximo de
partícula.

1.2.6. Determinar si el peso retenido en el tamiz Nº 200 (R 200 ) es mayor, menor o igual al
50% del peso total de la muestra seca:

57
Fundamentos de mecánica de Suelos

Si:
R 200 > 50 Entonces se tiene un suelo de grano grueso, ir al paso 1.2.7.
R 200 ≤ 50 Entonces se tiene un suelo de grano fino, ir al paso 1.2.9.
1.2.7. Si el suelo es de grano grueso, se debe determinar si la relación entre el porcentaje de
suelo retenido en el tamiz Nº4 y el tamiz Nº 200 es mayor, menor o igual a 0.5:
Si:
R4
> 0.5 El suelo es gravoso.
R200
R4
≤ 0.5 El suelo es arenoso.
R200

1.2.8. A partir de los resultados de laboratorio se determinan todos los valores de los
parámetros requeridos en la Tabla 2.1 para poder clasificar el suelo, como por ejemplo
el coeficiente de gradación, coeficiente de uniformidad, límite líquido e índice de
plasticidad y en el suelo que se ajuste a todos los criterios es el símbolo de grupo
correcto.
1.2.9. Si el suelo es de grano fino a partir de los resultados en laboratorio del límite liquido e
índice de plasticidad se procede a clasificar el suelo según la Tabla 2.1 y en el suelo
que se ajuste a todos los criterios es el símbolo de grupo correcto.
La designación ASTM D-2487 además creó un sistema para asignar nombres de grupo a
los suelos, esto con el fin de dar una identificación más precisa a los suelos clasificados.
Estos nombres de grupo están reunidos en las Tablas 2.3, 2.4, 2.5 y 2.6 y son explicadas a
continuación:

• Para suelos gravosos, ir a la Tabla 2.2 para encontrar el nombre de grupo.


Donde:
SF = fracción de arena = R 200 - GF
GF = fracción de grava = R 4

• Para suelos arenosos, ir a la Tabla 2.3 para encontrar el nombre de grupo.


• Para suelos finos inorgánicos, ir a la Tabla 2.4 para encontrar el nombre de
grupo.
• Para suelos finos orgánicos, ir a la Tabla 2.5 para encontrar el nombre de
grupo.
Una vez ya clasificado el suelo, es decir ya hallado el símbolo y nombre de grupo
adecuados, el reporte debe incluir el nombre de grupo, símbolo de grupo y los resultados de
los ensayos de laboratorio. En la distribución del tamaño de partículas deben estar los
porcentajes de grava, arena y finos. El informe se coloca de la siguiente manera, primero se
pone el símbolo de grupo correspondiente al suelo entre de la paréntesis, seguido del nombre
de grupo y demás resultados, como por ejemplo para un suelo clasificado con un símbolo de
grupo GC, y un nombre de grupo, grava arcillosa con arena, pero con una considerable
cantidad de guijarros en la muestra de suelo inicial, se escribirá de la siguiente manera:
Suelo (GW) Grava arcillosa con arena y guijarros.

58
CAPÍTULO 2 Clasificación de suelos

Tabla 2.1. Símbolos de grupo para la clasificación de suelos según el sistema Unificado.
Símbolo
División Principal Criterios
de Grupo
Suelo de grano grueso, R 200 > 50
Suelo gravoso F 200 < 5, C U ≥ 4 , 1 ≤ C Z ≤ 3 GW
R 4 > 0.5 R 200 F 200 < 5, C U < 4 y/o C Z no entre 1 y 3. GP
F 200 > 12, IP < 4 , o Limites de Atterberg GM
debajo de la línea A (Figura 2.1)
F 200 > 12, IP > 7 , y Limites de Atterberg GC
en o arriba de la línea A (Figura 2.1)
F 200 > 12, LL < 50 , 4 ≤ IP ≤ 7 y Limites de Atterberg GC-GMa
en o arriba de la línea A (Figura 2.1)
5 ≤ F 200 ≤ 12 ; cumple los criterios de gradación de GW y los GW-GMa
criterios de plasticidad de GM.
5 ≤ F 200 ≤ 12 ; cumple los criterios de gradación de GW y los GW-GCa
criterios de plasticidad de GC.
5 ≤ F 200 ≤ 12 ; cumple los criterios de gradación de GP y los GP-GMa
criterios de plasticidad de GM.
5 ≤ F 200 ≤ 12 ; cumple los criterios de gradación de GP y los GP-GCa
criterios de plasticidad de GC.

Suelo arenoso, F 200 < 5, C U ≥ 6 , 1 ≤ C Z ≤ 3 SW


R 4 ≤ 0.5 R 200 F 200 < 5, C U ≥ 4 y/o C Z no entre 1 y 3. SP
F 200 > 12, IP < 4 , o Limites de Atterberg SM
debajo de la línea A (Figura 2.1)
F 200 > 12, IP > 7 , y Limites de Atterberg SC
en o arriba de la línea A (Figura 2.1)
F 200 > 12, LL < 50 , 4 ≤ IP ≤ 7 y Limites de Atterberg SC-SMa
en o arriba de la línea A.
5 ≤ F 200 ≤ 12 ; cumple los criterios de gradación de SW y los SW-SMa
criterios de plasticidad de SM.
5 ≤ F 200 ≤ 12 ; cumple los criterios de gradación de SW y los SW-SCa
criterios de plasticidad de SC.
5 ≤ F 200 ≤ 12 ; cumple los criterios de gradación de SP y los criterios SP-SMa
de plasticidad de SM.
5 ≤ F 200 ≤ 12 ; cumple los criterios de gradación de SP y los criterios SP-SCa
de plasticidad de SC.
Suelo de grano fino (inorgánico), R 200 ≤ 50
Suelo limoso y IP < 4 , o Limites de Atterberg debajo de la línea A (Figura 2.1) ML
arcilloso, LL < 50 IP > 7 , y Limites de Atterberg en o arriba de la línea A (Figura 2.1) CL
4 ≤ IP ≤ 7 y Limites de Atterberg arriba de la línea A (Figura 2.1) CL-MLa
Suelo limoso y Limites de Atterberg debajo de la línea A (Figura 2.1) MH
arcilloso, LL ≥ 50 Limites de Atterberg en o arriba de la línea A (Figura 2.1) CH
Suelo de grano fino (orgánico)
LL no secado en horno
Limo orgánico y < 0.75 OL
arcilla, LL < 50
LL secado en horno
Limo orgánico y LL no secado en horno OH
arcilla, LL ≥ 50
< 0.75
LL secado en horno
_______________ Pt
Turba, loos y otros suelos altamente orgánicos.
Nota: F 200 = Por ciento que pasa por el tamiz Nº 200; R 200 = Por ciento retenido en el tamiz Nº 200 (R 200 = 100 - F 200 ); R 4 = Por ciento
retenido en el tamiz Nº 4 (R 4 = 100 - F 4 ); C U = Coeficiente de uniformidad (D 60 / D 10 ); C Z = Coeficiente de gradación (D 30 2 / D 60 ·D 10 );
LL = Límite líquido; IP = Índice de plasticidad (IP = LL - LP), LP = Límite plástico.
a
Casos de frontera y de clasificación doble.

59
Fundamentos de mecánica de Suelos

Tabla 2.2 Nombres de grupo para suelos gravosos.


Símbolo Criterio
Nombre de grupo
de grupo SF (%)
GW < 15 Grava bien gradada
≥ 15 Grava bien gradada con arena
GP < 15 Grava pobremente gradada
≥ 15 Grava pobremente gradada con arena
GM < 15 Grava limosa
≥ 15 Grava limosa con arena
GC < 15 Grava arcillosa
≥ 15 Grava arcillosa con arena
GC-GM < 15 Grava limo arcillosa
≥ 15 Grava limo arcillosa con arena
GW-GM < 15 Grava bien gradada con limo
≥ 15 Grava bien gradada con limo y arena
GW-GC < 15 Grava bien gradada con arcilla
≥ 15 Grava bien gradada con arcilla y arena
GP-GM < 15 Grava pobremente gradada con limo
≥ 15 Grava pobremente gradada con limo y arena
GP-GC < 15 Grava pobremente gradada con arcilla
≥ 15 Grava pobremente gradada con arcilla y arena
Nota: Fracción de arena = porcentaje del suelo que pasa el tamiz No. 4 pero es retenido por el tamiz Nº 200 = R 200 – R 4 ;
fracción de grava = porcentaje de suelo que pasa el tamiz de 3 [in]. Pero es retenido por el tamiz No. 4 = R 4 .

Tabla 2.3 Nombres de grupo para suelos arenosos.


Símbolo Criterio
Nombre de grupo
de grupo GF (%)
SW < 15 Arena bien gradada
≥ 15 Arena bien gradada con grava
SP < 15 Arena pobremente gradada
≥ 15 Arena pobremente gradada con grava
SM < 15 Arena limosa
≥ 15 Arena limosa con grava
SC < 15 Arena arcillosa
≥ 15 Arena arcillosa con grava
SM-SC < 15 Arena limosa arcillosa
≥ 15 Arena limosa arcillosa con grava
SW-SM < 15 Arena bien gradada con limo
≥ 15 Arena bien gradada con limo y grava
SW-SC < 15 Arena bien gradada con arcilla
≥ 15 Arena bien gradada con arcilla y grava
SP-SM < 15 Arena pobremente gradada con limo
≥ 15 Arena pobremente gradada con limo y grava
SP-SC < 15 Arena pobremente gradada con arcilla
≥ 15 Arena pobremente gradada con arcilla y grava

60
CAPÍTULO 2 Clasificación de suelos

Tabla 2.4 Nombres de grupo para suelos finos inorgánicos.


Símbolo
de R 200 SF/GF GF SF Nombre de Grupo
Grupo
CL Arcilla magra
15 a 29 ≥1 Arcilla magra con arena
<1 Arcilla magra con grava
≥30 ≥1 <15 Arcilla magra arenosa
≥1 ≥15 Arcilla magra arenosa con grava
<1 <15 Arcilla magra gravosa
<1 ≥15 Arcilla magra gravosa con arena
ML <15 Limo
15 a 29 ≥1 Limo con arena
<1 Limo con grava
≥30 ≥1 <15 Limo arenoso
≥1 ≥15 Limo arenoso con grava
<1 <15 Limo gravoso
<1 ≥15 Limo gravoso con arena
CL-ML <15 Arcilla limosa
15 a 29 ≥1 Arcilla limosa con arena
<1 Arcilla limosa con grava
≥30 ≥1 <15 Arcilla limosa arenosa
≥1 ≥15 Arcilla limosa arenosa con grava
<1 <15 Arcilla limosa gravosa
<1 ≥15 Arcilla limosa gravosa con arena
CH <15 Arcilla grasa
15 a 29 ≥1 Arcilla grasa con arena
<1 Arcilla grasa con grava
≥30 ≥1 <15 Arcilla grasa arenosa
≥1 ≥15 Arcilla grasa arenosa con grava
<1 <15 Arcilla grasa gravosa
<1 ≥15 Arcilla grasa gravosa con arena
MH <15 Limo elástico
15 a 29 ≥1 Limo elástico con arena
<1 Limo elástico con grava
≥30 ≥1 <15 Limo elástico arenoso
≥1 ≥15 Limo elástico arenoso con grava
<1 <15 Limo elástico gravoso
<1 ≥15 Limo elástico gravoso con arena
Nota: R 200 =porcentaje de suelo retenido sobre el tamiz No. 200; fracción de arena = porcentaje del suelo que pasa el tamiz Nº 4
pero retenidos sobre el tamiz Nº 200 = R 200 – R 4 ; fracción de grava = porcentaje del suelo que pasa el tamiz de 3-in. pero
retenido sobre el tamiz No. 4 = R 4 .

61
Fundamentos de mecánica de Suelos

Tabla 2.5 Nombres de grupo para suelos finos orgánicos.


Criterio
Símbolo GF SF
Plasticidad R 200 SF / GF Nombre de Grupo
de grupo (%) (%)
OL IP NOD ≥ 4 <15 Arcilla orgánica
IP NOD ≥ 0,73x(LL NOD - 20) 15 a 29 ≥1 Arcilla orgánica con arena
<1 Arcilla orgánica con grava
≥30 ≥1 <15 Arcilla orgánica arenosa
Arcilla orgánica arenosa
≥1 ≥15
con grava
<1 <15 Arcilla orgánica gravosa
Arcilla orgánica gravosa
<1 ≥15
con arena
OL IP NOD < 4 <15 Limo orgánico
IP NOD < 0,73x(LL NOD - 20) 15 a 29 ≥1 Limo orgánico con arena
<1 Limo orgánico con grava
≥30 ≥1 <15 Limo orgánico arenoso
Limo orgánico arenoso con
≥1 ≥15
grava
<1 <15 Limo orgánico gravoso
Limo orgánico gravoso con
<1 ≥15
arena
OH IP NOD ≥ 0,73x(LL NOD - 20) <15 Arcilla orgánica
15 a 29 ≥1 Arcilla orgánica con arena
<1 Arcilla orgánica con grava
≥30 ≥1 <15 Arcilla orgánica arenosa
Arcilla orgánica arenosa
≥1 ≥15
con grava
<1 <15 Arcilla orgánica gravosa
Arcilla orgánica gravosa
<1 ≥15
con arena
OH IP NOD < 0,73x(LL NOD - 20) <15 Limo orgánico
15 a 29 ≥1 Limo orgánico con arena
<1 Limo orgánico con grava
≥30 ≥1 <15 Limo orgánico arenoso
Limo orgánico arenoso con
≥1 ≥15
grava
<1 <15 Limo orgánico gravoso
Limo orgánico gravoso con
<1 ≥15
arena
El subíndice NOD significa “no secado”.

1.3. Propiedades de los suelos.


En la Tabla 2.6 se muestra una evaluación de las propiedades de los suelos en base a sus
símbolos de grupo. Esta Tabla es de mucha utilidad para poder saber que suelos son los que
mejor comportamiento ofrecen para el uso en las diferentes obras civiles.

62
CAPÍTULO 2 Clasificación de suelos

60

Clasificación para suelos de grano fino y


suelos de grano grueso con fracciones de
50 grano fino. 0)
8) -2
- L
L 3·(L
9 ·(L 0.7
0. OH IP
=
=
40 IP
o

CH
Indice de Plásticidad (IP)

30 A"
a"
íne
"U" L
n ea

OL
20
o MH o OH

CL
10
7 ML o OL
CL - ML
4
0
0 10 16 20 30 40 50 60 70 80 90 100 110

Límite Líquido (LL)

Figura 2.1. Carta de plasticidad. (Norma ASTM, 2003).

63
Mecánica de Suelos

Tabla 2.6 Evaluación de las propiedades del suelo en base al símbolo de grupo. (Coduto, 1999)
Símbolo Características Compresión Drenaje y Valor como Valor como Valor como una
de de y expansión conductividad material de relleno un pavimento, base granular para
grupo compactación hidráulica subrasante pavimento
cuando no hay
heladas
GW Bueno Casi nada Buen drenaje; Muy estable Excelente Bueno
permeable
GP Bueno Casi nada Buen drenaje; Razonablemente Excelente a Pobre a regular
permeable estable bueno
GM Bueno Pequeño Pobre drenaje, Razonablemente Excelente a Regular a pobre
semipermeable estable bueno
GC Bueno a Pequeño Pobre drenaje, Razonablemente Bueno Bueno a regular
regular semipermeable estable No conveniente
si esta sujeto a
heladas
SW Bueno Casi nada Buen drenaje; Muy estable Bueno Regular a pobre
permeable
SP Bueno Casi nada Buen drenaje; Razonablemente Bueno a Pobre
permeable estable cuando regular
denso
SM Bueno Pequeño Poco drenaje; Razonablemente Bueno a Pobre
impermeable estable cuando regular
denso
SC Bueno a Pequeño a Poco drenaje; Razonablemente Bueno a Regular a pobre
regular mediano impermeable estable regular No conveniente
si esta sujeto a
heladas
ML Bueno a Pequeño a Poco drenaje; Estabilidad Regular a No conveniente
pobre mediano impermeable regular pobre
Se requiere
buena
compactación
CL Bueno a Mediano No hay Estabilidad Regular a No conveniente
regular drenaje; buena pobre
impermeable
OL Bueno a Mediano a Poco drenaje; Inestable Pobre, no No conveniente
pobre alto impermeable No se debería conveniente
usar
MH Regular a Alto Poco drenaje; Estabilidad de Pobre No conveniente
pobre impermeable regular a pobre
Se requiere
buena
compactación
CH Regular a Muy alto No hay Estabilidad Pobre a No conveniente
pobre drenaje; regular muy pobre
impermeable Expansiones,
debilitamientos,
contracciones,
roturas
OH Regular a Alto No hay Inestable Muy pobre No conveniente
pobre drenaje; No debería ser
impermeable usado
Pt No Muy alto Regular a No debería ser No No conveniente
conveniente pobre drenaje usado conveniente

64
CAPÍTULO 1 Clasificación de suelos

2. Sistema de clasificación AASHTO.


El sistema de clasificación AASHTO (American Association of State Highway and
Transportation Officials) (Designación ASTM D-3282; método AASHTO M145) es uno de
los primeros sistemas de clasificación de suelos, desarrollado por Terzaghi y Hogentogler en
1928. Este sistema pasó por varias revisiones y actualmente es usado para propósitos
ingenieríles enfocados más en el campo de las carreteras como la construcción de los
terraplenes, subrasantes, subbases y bases de las carreteras. Sin embargo es necesario
recordar que un suelo que es bueno para el uso de subrasantes de carreteras puede ser muy
pobre para otros propósitos.
Este sistema de clasificación está basado en los resultados de la determinación en
laboratorio de la distribución del tamaño de partículas, el límite líquido y el límite plástico.
La evaluación de los suelos dentro de cada grupo se realiza por medio de un índice de
grupo, que es un valor calculado a partir de una ecuación empírica. El comportamiento
geotécnico de un suelo varía inversamente con su índice de grupo, es decir que un suelo con
índice de grupo igual a cero indica que es material “bueno” para la construcción de carreteras,
y un índice de grupo igual a 20 o mayor, indica un material “muy malo” para la construcción
de carreteras.
Los suelos clasificados dentro los grupos A-1, A-2 y A-3 son materiales granulares de
los cuales 35% o menos de las partículas pasan a través del tamiz Nº 200. Los suelos que
tienen más del 35% de partículas que pasan a través del tamiz Nº 200 se clasifican dentro de
los grupos de material fino A-4, A-5, A-6 y A-7. Estos suelos son principalmente limo y
materiales de tipo arcilla.
El sistema de clasificación AASHTO presenta las siguientes características:

2.1. Características del sistema de clasificación AASHTO (ASTM D-3282).

2.1.1. Clasifica a los suelos en tres principales categorías:

• Suelos granulares. Son suelos cuyo porcentaje que pasa el tamiz Nº 200 es
menor o igual al 35% del total de la muestra. Estos suelos constituyen los
grupos A-1, A-2 y A-3.
• Suelos limo-arcilla o material fino. Son suelos cuyo porcentaje que pasa el
tamiz Nº 200 es mayor al 35% del total de la muestra. Estos suelos
constituyen los grupos A-4, A-5, A-6 y A-7.
• Suelos orgánicos. Son los suelos que están constituidos principalmente por
materia orgánica. Este tipo de suelos constituye el grupo A-8.

2.1.2. Adopta el siguiente rango de tamaño de partículas:

• Cantos rodados. Son fragmentos de roca, usualmente redondeados por


abrasión, que son retenidos en el tamiz de 3” (75 mm).
• Grava. Es la fracción que pasa el tamiz de 3” (75 mm) y es retenido en el
tamiz Nº 10 (2 mm).
• Arena. Es la fracción que pasa el tamiz Nº 10 (2 mm) y es retenido en el
tamiz Nº 200 (0.075 mm).
• El limo y la arcilla. Son partículas que pasan el tamiz Nº 200 (0.075 mm).

2.1.3. Establece un rango del índice de plasticidad que diferencia a los suelos limosos de los
suelos arcillosos.

65
Mecánica de Suelos

• El término limoso es aplicado a la fracción fina del suelo que tiene un índice
de plasticidad de 10 o menos.
• El término arcilloso es aplicado cuando la fracción fina tiene un índice de
plasticidad de 11 o más.

2.1.4. Considera solo la porción de suelo que pasa a través del tamiz de 75 mm. Si existieran
partículas mayores (guijarros y cantos rodados), estas son excluidas de la muestra de
suelo que será clasificado, sin embargo el porcentaje de ese material debe ser medido y
anotado junto con el resultado de la clasificación.

2.2. Procedimiento de clasificación.

2.2.1. Clasificar el suelo en un grupo o subgrupo, apropiado, o en ambos, de acuerdo con las
Tablas 2.7(a) y 2.7(b), a partir de los resultados de los ensayos determinados. Para
saber que tabla usar, se necesita conocer, que porcentaje de suelo de la muestra pasa a
través del tamiz Nº 200, en la parte superior de cada tabla se especifica un porcentaje,
que es un requisito que debe cumplir la muestra de suelo para poder utilizar la tabla.
2.2.2. Una vez elegida la tabla correcta se beben aplicar los datos de los ensayos requeridos
de izquierda a derecha mediante un proceso de eliminación, el primer grupo en que los
datos se ajusten adecuadamente es la clasificación correcta. Debido a esto es que en la
Tabla 2.7(a), el grupo A-3 va primero que el A-2, esto no quiere decir que el grupo A-3
sea mejor que el A-2.

La Figura 2.2 es una forma más fácil y rápida de clasificar aproximadamente los
materiales limo-arcillas, en base a los valores de LL y de IP. Todos los valores de los límites
de consistencia se presentan como números enteros. Si aparecen números fraccionarios en los
informes del ensayo, aproxímelos al número entero más próximo para utilizarlo en la
clasificación.

70

60

50
0
Indice de plasticidad %

-3
LL
=
IP

40

A-7-6
30

A-6
20
A-2-6 A-7-5
A-2-7
10
A-4 A-5
A-2-4 A-2-5

0
40 5010 20
60 70 3080 90 100
Límite líquido %
Figura 2.2. Variación del límite líquido e índice de plasticidad para los suelos de los
grupos A-2, A-4, A-5, A-6 y A-7 (Norma ASTM, 2003).
66
CAPÍTULO 1 Clasificación de suelos

Materiales Granulares
Clasificación general
35% o menos del total de la muestra pasa el tamiz Nº 200
A-1 A-2
Clasificación de grupo
A-1-a A-1-b A-3 A-2-4 A-2-5 A-2-6 A-2-7
Análisis por tamices (Porcentaje que pasa por los tamices):
Nº 10 (2.00 mm.) 50 max
Nº 40 (0.425 mm.) 30 max 50 max 51 min
Nº 200 (0.075 mm.) 15 max 25 max 10 max 35 max 35 max 35 max 35 max
Características de la fracción que pasa por el tamiz Nº 40
Límite líquido 40 max 41 min 40 max 41 min
Índice de plasticidad 7 max NP 10 max 10 max 11 min 11 min
Fragmentos de piedra, grava
Tipos de materiales significativos constituyentes Arena fina Grava o arena limosa o arcilla
y arena
(a)

Materiales limo - arcilla


Clasificación general
Mas del 35% del total de la muestra pasa por el tamiz Nº 200
A-7
Clasificación de grupo A-4 A-5 A-6 A - 7 - 5ª
A - 7- 6b
Análisis por tamices (porcentaje que pasa por el tamiz Nº 200 (0.075 mm.)) 36 min. 36 min. 36 min. 36 min.
Características de fracción que pasa por Nº 40 (0.425 mm.)
Límite líquido 40 máx. 41 min. 40 máx. 41 min.
Índice de plasticidad 10 máx. 10 máx. 11 min 11 min.
Tipos de materiales constituyentes significativos Suelos limoso Suelo arcillo
Relación general como subgrado Regular a pobre
ª Para A-7-5, I P ≤ L L - 30
b
Para A-7-6, I P > L L - 30
(b)

Tabla 2.7. Clasificación de suelos sistema AASHTO. (a) Material granular; (b) Material fino.

67
Mecánica de Suelos

En la Figura 2.2 se muestra el gráfico del rango de límite líquido y el índice de


plasticidad para suelos que caen dentro de los grupos A-2, A-4, A-5, A-6 y A-7, esto da una
aproximación importante para clasificar el suelo. No hay que olvidar que el Suelo A-2
contiene menos del 35% de finos que pasan por el tamiz Nº 200, es decir que esta tabla no es
solo para material fino.

2.3. Cálculo del índice de grupo.


Para evaluar la calidad de un suelo como material para terraplenes, subrasantes, subbases
y bases de las carreteras, se debe añadir índices de grupo (IG). Este índice es escrito entre
paréntesis después de la designación del grupo o subgrupo, como por ejemplo A-2-6 (3), A-4
(5), A-6 (12), A-7-5 (17), etc. A continuación se detalla la forma de cálculo del índice de
grupo y de las consideraciones que se deben tomar en cuenta.
2.3.1. El índice de grupo es calculado a partir de la siguiente ecuación empírica:

IG = ( F200 − 35)·[0.2 + 0.005·(LL − 40 )] + 0.01·(F200 − 15)·(IP − 10) [2.3]

Donde:
F 200 = Porcentaje que pasa a través del tamiz Nº 200, expresado como número
entero.
LL = Límite líquido.
IP = Índice de plasticidad.

2.3.2. El primer término de la ecuación: “ IG = ( F200 − 35)·[0.2 + 0.005·(LL − 40 )] ” es el


índice parcial de grupo determinado con el límite líquido. El segundo término:
“ 0.01·(F200 − 15)·(IL − 10) ” es el índice parcial de grupo determinado con el índice de
plasticidad. Sin embargo también se puede determinar el índice de grupo a partir del
ábaco mostrado el la Figura 2.3, determinando los índices de grupo parciales debidos al
LL y al IP.
2.3.3. Si el resultado del índice de grupo calculado es un valor negativo, entonces el índice de
grupo (IG) será: IG = 0.
2.3.4. Si el suelo no es plástico y no se puede determinar el Límite líquido, entonces el índice
de grupo (IG) será: IG = 0. Este es el caso de los de los suelos A-1-a, A-1-b, A-2-4, A-
2-5 y A-3, en donde su índice de grupo siempre es cero.
2.3.5. Si el valor del índice de grupo calculado resulta ser un número decimal, se redondea al
número entero más cercano según los siguientes criterios matemáticos.

• Si la parte decimal es menor que 0.5 entonces se elimina, e.g. si IG = 3.4 se


redondea a 3.
• Si la parte decimal es mayor que 0.5 entonces se aumenta en una unidad al
número entero, e.g. si IG = 3.6 se redondea a 4.
• - Si la parte decimal es igual a 0.5 entonces se redondea al número entero par
más próximo, e.g. si IG = 3.6 se redondea a 4 y si IG = 4.5 se redondea a 4.
2.3.6. El índice de grupo de los suelos A-2-6 y A-2-7 debe calcularse utilizando solo la
porción del IP:

IG = 0.01·(F200 − 15)·(IP − 10) [2.4]

68
CAPÍTULO 1 Clasificación de suelos

En el caso de usarse el ábaco, observe que en la parte superior de la medida derecha se


encuentra un rango para los suelos A-2-6 y A-2-7, cuando trabaje con estos subgrupos
el índice de grupo (IG) resultara ser el valor del índice parcial de grupo para IP.
2.3.7. El índice de grupo no tiene límite superior.

Los índices de grupo de los suelos granulares están generalmente comprendidos entre 0 y
4, los correspondientes a los suelos limosos, entre 8 y 12 y los suelos arcillosos, entre 11 y
20, o más. Los valores del índice de grupo, deben ser utilizados solo para comparar suelos
dentro el mismo grupo y no entre grupos diferentes. Es decir que por ejemplo no se pueden
comparar un suelo A-3 (0) y un suelo A-2-7 (3), por el valor del índice de grupo. Sin
embargo si se pueden comparar un suelo A-3 (0), con un suelo A-3 (3), donde por del valor
del índice de grupo se puede deducir que el suelo A-3 (0) es de mejor calidad que el suelo A-
3 (3), por tener este un valor del índice de grupo menor (0 < 3).
La ecuación empírica del índice de grupo diseñada para conseguir una evaluación
aproximada de los suelos del mismo grupo, en los materiales granulares arcillosos, y los
materiales limo arcillosos, se basa en las siguientes suposiciones:

• Los materiales que se encuentran en los grupos A-1-a, A-1-b, A-2-4, A-2-5 y
A-3 son adecuadas como subrasantes cuando están adecuadamente drenados
y compactados bajo un espesor moderado de pavimento (base y carpeta de
rodadura) de un tipo adecuado para el tráfico que soportará, o que puede
adecuarse por adiciones de pequeñas cantidades de ligantes naturales o
artificiales.
• Los materiales granulares arcillosos de los grupos A-2-6 y A-2-7 y los
materiales limosos y arcillosos de los grupos A-4, A-5, A-6 y A-7, pueden
clasificarse para su utilización en subrasantes desde adecuadas como
materiales de súbase equivalentes a las categorías A-2-4 y A-2-5, hasta
regulares e inadecuadas hasta el punto de requerir una capa de subbase o una
capa mayor de subbase que la requerida en el anterior caso (1), para
proporcionar un adecuado soporte a las cargas de tráfico.
• Se supone que un 35% o más de material que pasa el tamiz Nº 200 (0.0075
mm.) es crítico si se omite la plasticidad, pero el mínimo crítico es solo el
15% cuando se ve afectado por IP mayor que 10.
• Se supone que el LL igual o mayor que 40% es crítico.
• Se supone que el IP igual o mayor que 10% es crítico.
El ábaco de la Figura 2.3 ha sido elaborado en 1978 por la AASHTO. Para utilizarlo,
nótese que en el extremo derecho se encuentra una medida que corresponde al porcentaje de
material que pasa a través del tamiz Nº 200 de la muestra de suelo. Se parte de un punto de
esa medida trazando una línea recta que intercepte a un punto de la medida del límite líquido
que a su vez esta misma línea interceptará a un punto de la medida del índice parcial de
grupo. De igual manera se realizada pero para el índice de plasticidad, obteniendo así dos
valores de índice parcial de grupo (uno para LL y otro para IP). Finalmente el índice de grupo
será la suma de los dos índices parciales de grupo.

2.3. Propiedades de los suelos en el uso de carreteras.


En la Tabla 2.8 se hace un resumen de las características y propiedades físicas de cada
uno de estos suelos, estas características son la permeabilidad, capilaridad, elasticidad,

69
Mecánica de Suelos

cambios de volumen, para cada tipo uso que se le vaya a dar al suelo. Estas características
dan una pauta de cuan beneficioso o no es un suelo en determinadas localizaciones de una
carretera, ya sea en base, sub-base, etc.
Mientras que en la Tabla 2.9 se hace un resumen de la compactación y tipo de pavimento
recomendado para cada uno de estos suelos. Este resumen ayuda de manera notable a los
ingenieros civiles, a poder distinguir después de tener el resultado de la clasificación que
medidas se deben tomar para el posterior uso de estos suelos, además de ser una ayuda en la
elección misma del equipo recomendable para un mejor compactado y de la elección del tipo
de pavimento recomendable.
15
50

20

A-2-6 y A-2-7
30
40
35

40

PORCENTAJE QUE PASA EL TAMIZ Nº 200


30 50
INDICE PARCIAL DE GRUPO

80
70

60
60
D
DA

0
18
CI
TI

50

20
AS

14
PL

70
DE

40

0
10
CE
DI

QU 80
IN

O
70

ID
30

60

80

E
50

IT

10
M
40


20

30
18

90
16

20
14
12

10

0
10

100
8
6
4
2
0

Figura 2.3. Ábaco para el calculo del índice de grupo (Norma ASTM, 2003).

70
CAPÍTULO 1 Clasificación de suelos

Tabla 2.8. Propiedades y características físicas. en suelos Granulares y suelos Finos (Valle Rodas, 1976).
Suelos Granulares. (35% o menos pasa el tamiz Nº 200)
Sub- Permea- Capila- Elasti- Cambios Para Para Terreno Para
Grupo Descripción del material Descripción del material
grupo bilidad ridad cidad volumen Subbase Base fundación terraplén
Mezclas bien gradadas
- Materiales formados por fragmentos de
compuestas de fragmentos de
roca y grava, con o sin material ligante
piedra, grava, arena gruesa, arena A-1-a
bien gradado de material fino.
fina y material ligante de suelo
poco plástico o de baja Muy Bueno a Bueno a Bueno a Bueno a
A-1 Baja Baja Muy Baja
plasticidad. Se incluyen también pequeños excelente excelente excelente excelente
en este grupo fragmentos de roca,
- Materiales formados por arena gruesa
grava, arena gruesa, cenizas A-1-b
con o sin material ligante bien gradado
volcánicas, etc. sin un ligante de
suelo
- Materiales cuyo contenido de material
fino es igual o menor del 35% y cuya
fracción que pasa el tamiza Nº 40 tiene las
mismas características de los suelos A-4 y
A-5, respectivamente, es decir mismos
A-2-4 rangos en el límite líquido e índice de
y plasticidad. Estos grupos incluyen Baja a
A-2-5 aquellos suelos gravosos y arenosos elevada
(arena gruesa), que tengan un contenido
Mezclas mal proporcionadas de de limo, o índices de grupo por encima de
grava, arena, limo y arcilla. los indicados para el grupo A-1. Así
Tienen material fino (limo y mismo incluyen a las arenas finas con un
A-2 Mediana
arcilla) en exceso a los límites contenido de limo no plástico por encima
establecidos por los suelos A-1 y de las limitaciones del grupo A-3. Baja
A veces Mediana Malo a Bueno a Regular a
A-3. a Regular
- Los materiales de estos subgrupos son perjudicial a elevada regular excelente bueno
Mediana
semejantes a los descritos en los
subgrupos A-2-4 y A-2-5, excepto en que Baja
A-2-6 la fracción fina que pasa el tamiz Nº 40 Elevada y
y contiene arcilla plástica que tiene las a veces
A-2-7 mismas características de los suelos A-6 y perjudicial
A-7, respectivamente, es decir mismos
rangos en el límite líquido e índice de
plasticidad.
Arenas finas, de playa o la arena
fina de desierto, sin finos de
arcilla, limo o con una pequeña
cantidad de limo no plástico. Este Mediana
Muy Regular a Regular a Bueno a Regular a
A-3 grupo incluye también las —— ——————————————— a Baja
pequeños excelente excelente excelente bueno
mezclas aluviales de arena fina o Elevada
de río mal gradada con pequeñas
cantidades de grava y arena
gruesa.

71
Mecánica de Suelos

Suelos Finos. (Mas del 35% pasa el tamiz Nº 200)


Sub- Permea- Capila- Elasti- Cambios Para Para Terreno Para
Grupo Descripción del material Descripción del material
grupo bilidad ridad cidad volumen Subbase Base fundación terraplén
Suelos limosos poco o nada
plásticos, que normalmente tienen Pequeños
un 75% o mas de material fino a
que pasa el tamiz Nº 200. Elevada a elevados.
Baja a Baja a Malo a Malo a Malo a Malo a
A-4 Además, se incluyen en este —— ——————————————— veces Perjudicia
mediana mediana regular regular regular bueno
grupo las mezclas de suelo limoso perjudicial les en
fino con hasta un 64% de grava y época de
arena (material retenido sobre el heladas
tamiz Nº 200).
Regular a
Material limoso semejante al A-4,
elevada Regulares
generalmente de carácter micáceo Baja a Mediana a Malo a Malo a
A-5 —— ——————————————— a Malo Pésimo
o diatomáceo. Tienen mayor mediana elevada pésimo pésimo
A veces elevados
elasticidad.
perjudicial
Arcillas plásticas, en las cuales el
75% o mas pasa el tamiz Nº 200.
Baja a
Además, suelos finos arcillosos
práctica- Medianos
que contengan hasta un 64% de Regular a Pequeña a Regular a Malo a Regular a Malo a
A-6 —— ——————————————— mente a
arena y grava. Presentan elevada mediana pésimo pésimo bueno regular
imper- elevados
generalmente, grandes cambios
meable
de volumen cuando absorben
agua.
Suelos A-7 con índices de plasticidad
relativamente bajos en relación a sus
A-7-5 Límites líquidos. Pueden ser muy
elásticos y experimentar grandes cambios
Terrenos arcillosos, semejantes a Medianos
de volumen. Regular a Mediana a Regular a Malo a Regular a Malo a
A-7 los A-6, pero con límites líquidos Baja a
elevada elevada pésimo pésimo pésimo pésimo
elevados como los del grupo A-5. elevados
Suelos A-7 con índices de plasticidad
A-7-6 elevados en relación a sus límites
líquidos. Experimentan grandes cambios
de volumen.

72
CAPÍTULO 1 Clasificación de suelos

(a) Suelos granulares


Compactación
Comportamiento Equipo Fallas que se Procedimientos
Sub- Tipo de pavimento
Grupo Descripción del material Descripción del material del terreno recomendado registran aconsejables para
grupo recomendado
después de para la comúnmente mejorar el terreno
compactado compactación
Mezclas bien gradadas compuestas Debidamente
- Materiales formados por fragmentos de
de fragmentos de piedra, grava, compactado, solo
A-1-a roca y grava, con o sin material ligante Rodillos “pata
arena gruesa, arena fina y material requiere superficie
bien gradado de material fino. Excelente. de cabra”.
ligante de suelo poco plástico o de de desgaste.
Estable en Aplanadoras
A-1 baja plasticidad. Se incluyen Ninguna ————— Aplicaciones
tiempo seco y Rodillos “pata
también en este grupo fragmentos superficiales de
húmedo. de cabra”.
de roca, grava, arena gruesa, - Materiales formados por arena gruesa con mezclas
A-1-b Aplanadoras
cenizas volcánicas, etc. sin un o sin material ligante bien gradado bituminosas dan
ligante de suelo buenos resultados.
- Materiales cuyo contenido de material
fino es igual o menor del 35% y cuya
fracción que pasa el tamiza Nº 40 tiene las
mismas características de los suelos A-4 y
A-5, respectivamente, es decir mismos
A-2-4 rangos en el límite líquido e índice de
y plasticidad. Estos grupos incluyen aquellos Si el terreno ha sido
A-2-5 suelos gravosos y arenosos (arena gruesa), Si el terreno presenta
mejorado se
que tengan un contenido de limo, o índices Bueno a cambios perjudiciales de
comportara como
de grupo por encima de los indicados para excelente. Rodillos “pata Se reblandece volumen, capilaridad o
Mezclas mal proporcionadas de A-1. En caso
el grupo A-1. Así mismo incluyen a las Estable en de cabra”. cuando elasticidad, añádase
grava, arena, limo y arcilla. Tienen contrario, empléese
arenas finas con un contenido de limo no tiempo seco. A Aplanadoras húmedo. Se arena o piedra triturada
A-2 material fino (limo y arcilla) en pavimentos
plástico por encima de las limitaciones del veces Rodillos “pata vuelve suelto y en proporciones
exceso a los límites establecidos delgados de
grupo A-3. polvoriento. Se de cabra”. polvoriento convenientes. Mejórese
por los suelos A-1 y A-3. concreto o
reblandece Aplanadoras cuando seco. el drenaje del suelo
pavimentos
- Los materiales de estos subgrupos son cuando húmedo. añadiendo material
flexibles de espesor
semejantes a los descritos en los subgrupos granular.
regular.
A-2-4 y A-2-5, excepto en que la fracción
A-2-6
fina que pasa el tamiz Nº 40 contiene
y
arcilla plástica que tiene las mismas
A-2-7
características de los suelos A-6 y A-7,
respectivamente, es decir mismos rangos
en el límite líquido e índice de plasticidad.

Arenas finas, de playa o la arena Añádase arcilla si se


fina de desierto, sin finos de arcilla, Bueno a Inestable desea aumentar su poder
Aplanadora
limo o con una pequeña cantidad de excelente. Es cuando seco. ligante. Procure que el
tándem, de 3 Lo mismo que para
limo no plástico. Este grupo incluye más estable bajo Tiende a material se encuentre
A-3 —— ——————————————— rodillos y con el caso anterior del
también las mezclas aluviales de ciertas deslizarse debidamente confinado a
rodillos de suelo A-2.
arena fina o de río mal gradada con condiciones de cuando no esta fin de que no se deslice
caucho.
pequeñas cantidades de grava y humedad. confinado. bajo la acción de las
arena gruesa. cargas aplicadas.

73
Mecánica de Suelos

(b) Suelos Finos. (Mas del 35% pasa el tamiz Nº 200)

Compactación
Comportamiento Equipo Procedimientos
Sub- Fallas que se registran Tipo de pavimento
Grupo Descripción del material Descripción del material del terreno recomendado aconsejables para
grupo comúnmente recomendado
después de para la mejorar el terreno
compactado compactación
Suelos limosos poco o nada Absorbe agua rápidamente Si hay drenaje adecuado
Rodillos “pata
plásticos, que normalmente tienen perdiendo estabilidad. Colóquese drenes puede construirse
de cabra”.
un 75% o mas de material fino que Regular cuando Susceptible de reaccione y para drenar las pavimentos de concreto o de
Aplanadora
pasa el tamiz Nº 200. Además, se ——————————— seco. deslaves en épocas de aguas subterráneas asfalto de espesor regular. Si
A-4 —— tándem, de 3
incluyen en este grupo las mezclas ——— Inestable cuando lluvias. Durante las heladas y material granular el drenaje no es bueno
rodillos y con
de suelo limoso fino con hasta un húmedo. aumentan de volumen, debajo de la deberá emplearse
rodillo de
64% de grava y arena (material rajando los pavimentos subrasante. pavimentos de concreto de
caucho
retenido sobre el tamiz Nº 200). construidos sobre ellos. buen espesor.
Rodillos “pata Si hay drenaje adecuado y el
Colóquese drenes
de cabra”. Semejante al grupo A-4. suelo ha sido estabilizado
Material limoso semejante al A-4, para drenar las
Aplanadora Presenta además, un puede emplearse una
generalmente de carácter micáceo o ——————————— aguas subterráneas
A-5 —— Malo a pésimo tándem, de 3 estabilidad perjudicial que superficie bituminosa. En
diatomáceo. Tienen mayor ——— y material granular
rodillos y con impide una buena caso contrario, deberá
elasticidad. debajo de la
rodillo de compactación emplearse pavimentos de
subrasante.
caucho concreto sobre base granular.
En época de lluvias se pone Si hay drenaje adecuado y el
Arcillas plásticas, en las cuales el Rodillos “pata
resbaladizo y los suelo ha sido estabilizado,
75% o mas pasa el tamiz Nº 200. de cabra”. Se recomienda la
Regular a bueno pavimentos fallan por falta puede colocarse un
Además, suelos finos arcillosos que Aplanadora adición de material
——————————— cuando seco. de base firme. Cuando se pavimento bituminoso. En
A-6 contengan hasta un 64% de arena y —— tándem, de 3 granular y además,
——— Malo cuando humedece o se seca, sufre aso contrario es preferible
grava. Presentan generalmente, rodillos y con un buen sistema de
lluvioso. hinchamiento y emplear pavimentos de
grandes cambios de volumen rodillo de drenaje.
contracciones concreto sobre bases
cuando absorben agua. caucho
perjudiciales. granulares.
Suelos A-7 con índices de
plasticidad relativamente
bajos en relación a sus
Si hay drenaje adecuado y el
A-7-5 Límites líquidos. Pueden ser Rodillos “pata
Los mismos Se recomienda suelo ha sido estabilizado,
muy elásticos y de cabra”.
Regular a bueno inconvenientes que el A-6. procedimientos puede colocarse un
Terrenos arcillosos, semejantes a experimentar grandes Aplanadora
cuando seco. Presenta además, una análogos a los pavimento bituminoso. En
A-7 los A-6, pero con límites líquidos cambios de volumen. tándem, de 3
Malo cuando elasticidad perjudicial que indicados para el aso contrario es preferible
elevados como los del grupo A-5. Suelos A-7 con índices de rodillos y con
húmedo. impide una buena terreno formado por emplear pavimentos de
plasticidad elevados en rodillo de
compactación. material A-6. concreto sobre bases
relación a sus límites caucho
A-7-6 granulares.
líquidos. Experimentan
grandes cambios de
volumen.

Tabla 2.9. Compactación y tipo de pavimento. (a) Suelos granulares, (b) Suelos Finos (Valle Rodas, 1976).

74
CAPÍTULO 1 Clasificación de suelos

3. Comparación entre los sistemas de clasificación Unificado y AASHTO.

La principal diferencia en los dos sistemas de clasificación es el uso que tiene cada uno de
ellos, ya que el sistema AASHTO es esencialmente para la construcción de carreteras
mientras que el Unificado no presenta restricciones de ningún tipo y su uso es más general.
Ambos sistemas de clasificación están basados en los mismos ensayos de laboratorio,
como la distribución de tamaño de partículas, el límite liquido y plástico, con la diferencia de
que cada sistema adopta distintos valores como límites entre los tipos de suelos. Por ejemplo
el sistema AASHTO considera como suelo fino si más del 35% del total de la muestra de
suelo pasa por el tamiz Nº 200, mientras que el sistema Unificado lo hace si más del 50% de
la muestra de suelo pasa por el mismo tamiz.
En el sistema AASHTO el tamiz Nº 10 es el que separa la grava de la arena mientras que
en el unificado es el tamiz Nº 4.
En el sistema Unificado los suelos gravosos de los arenosos están muy claramente
separados, mientras que en el sistema AASHTO no lo están. El grupo A-2 en particular
contiene una amplia variedad de suelos gravosos y arenosos. En el sistema Unificado los
símbolos GW, SM, CH y otros son usados para una mejor descripción de las propiedades de
los suelos, mientras que los símbolos de grupo A del sistema AASHTO no son tan
descriptivos en este aspecto.
En el sistema Unificado se puede clasificar a los suelos orgánicos como OL, OH y Pt;
mientras que en el sistema AASHTO no se los toma en cuenta en el proceso de clasificación,
y se los deja con el grupo A-8, que no figura en las tablas de clasificación.
Liu (1967) hizo investigaciones comparando los sistemas de clasificación AASHTO y
Unificado, llegando a obtener los siguientes resultados que son resumidos en las Tablas 2.10
y 2.11.

Tabla 2.10. Comparación del sistema AASHTO con el sistema Unificado.


Grupo del suelo en el Comparación de los grupos de suelos en el sistema Unificado
sistema AASHTO Más Probable Posible Posible pero improbable
A-1-a GW, GP SW, SP GM, SM
A-1-b SW, SP, GM, SM GP —
A-3 SP — SW, GP
A-2-4 GM, SM GC, SC GW, GP, SW, SP
A-2-5 GM, SM — GW, GP, SW, SP
A-2-6 GC, SC GM, SM GW, GP, SW, SP
A-2-7 GM, GC, SM, SC — GW, GP, SW, SP
A-4 ML, OL CL, SM, SC GM, GC
A-5 OH, MH, ML, OL — SM, GM
A-6 CL ML, OL, SC GC, GM, SM
A-7-5 OH, MH ML, OL, CH GM, SM, GC, SC
A-7-6 CH, CL ML, OL, SC OH, MH, GC, GM, SM

75
Mecánica de Suelos

Tabla 2.11. Comparación del sistema Unificado con el sistema AASHTO.


Grupo del suelo en el Comparación de los grupos de suelos en el sistema AASHTO
sistema Unificado Más Probable Posible Posible pero
GW A-1-a — A-2-4, A-2-5
GP A-1-a A-1-b A-3, A-2-4, A
GM A-1-b, A-2-4, A-2-5, A-2-7 A-2-6 A-4, A-5, A-
GC A-2-6, A-2-7 A-2-4 A-4, A-6, A-
SW A-1-b A-1-a A-3, A-2-4, A
SP A-3, A-1-b A-1-a A-2-4, A-2-5
SM A-1-b, A-2-4, A-2-5, A-2-7 A-2-6, A-4 A-5, A-6, A-
SC A-2-6, A-2-7 A-2-4, A-6, A-4, A-7-6 A-7-5
ML A-4, A-5 A-6, A-7-5, A-7-6 —
CL A-6, A-7-6 A-4 —
OL A-4, A-5 A-6, A-7-5, A-7-6 —
MH A-7-5, A-5 — A-7-6
CH A-7-6 A-7-5 —
OH A-7-5, A-5 — A-7-6
Pt — — —

76
CAPITULO 3 Descripción e identificación de suelos

CAPÍTULO TRES
Descripción e identificación de suelos.
El comportamiento y las propiedades ingenieríles del suelo están gobernados por sus
propiedades físicas, debido a la gran variedad de estas características es que se tiene una gran
variedad de tipos de suelos que exhiben propiedades físicas diferentes. Por lo tanto, es
importante describir e identificar el suelo en términos convenientes que definan con claridad
y exactitud sus características.
En el capítulo anterior se había descrito diversos sistemas de clasificación en base a
ensayos realizados en laboratorio para identificar un tipo de suelo. Sin embargo, también es
posible realizar una buena aproximación del tipo de suelo sin necesidad de recurrir a ensayos
de laboratorio, mediante un procedimiento de descripción e identificación visual-manual del
suelo.
La identificación de un suelo consiste en reconocer el tipo de suelo en un sistema de
clasificación conocido, en este caso mediante una inspección visual, táctil y olfativa,
acompañado de algunos ensayos manuales evaluados en forma cualitativa. Mientras que la
descripción consiste en aportar información adicional de algunas características notorias del
suelo como ser: el color, olor, forma de las partículas del suelo y otras características.
Inclusive esta información descriptiva debe usarse para complementar la clasificación de un
suelo mediante los ensayos convencionales de laboratorio.
Para clasificar el suelo sin equipo de laboratorio, el sistema de clasificación unificado
dispone de un sistema de clasificación normalizado en base a métodos visuales y manuales
denominado: Procedimiento Visual y Manual ASTM D-2488, donde el suelo es descrito con
claridad empleando la terminología apropiada. La información obtenida por este
procedimiento proporciona una apreciación inicial acerca de algunas características del suelo,
que puede ser útil como información preliminar y como parámetro de comparación entre
resultados obtenidos en campo y en laboratorio. Cuando se requiera una clasificación precisa
del suelo para propósitos ingenieriles, deberá utilizarse la clasificación estándar de suelos por
el sistema unificado (ASTM, Designación D 2487-93), que incluye ensayos de laboratorio).
La habilidad y experiencia del operador juegan un papel muy importante para realizar
una correcta identificación de los suelos. Esta habilidad se adquiere fácilmente, realizando los
ensayos de campo bajo la dirección de personal experimentado, o comparando los resultados
numéricos de ensayos de laboratorio en suelos típicos, con los realizados en campo a partir de
características visuales y manuales.
Cuando se describen e identifican muestras de suelo de una perforación o grupo de
perforaciones, no es necesario realizar todos los ensayos visuales y manuales para todas las
muestras. Para facilitar esta tarea se debe agrupar a los suelos con características
aparentemente similares y así realizar una descripción e identificación completa solo para
cada grupo de muestras, en caso de que en algunas muestras de algún grupo se necesite,
entonces se puede recurrir a unos pocos ensayos y procedimientos para su identificación.
Antes de empezar a describir los procedimientos para la identificación de suelos es
necesario, aclarar ciertas características y criterios en los que se basa este sistema de
clasificación Unificado, mediante procedimientos visuales y manuales ASTM D-2488.

1. Características del sistema de clasificación Unificado (ASTM D-2488).


1.1. Considera suelo a la fracción que tenga diámetro de partículas menor a 75 mm.
Las partículas con mayor tamaño de diámetro deberán ser excluidas de la
muestra a ensayar.

77
Fundamentos de mecánica de suelos

1.2. Considera la misma distribución de tamaño de partículas que el sistema de


clasificación Unificado ASTM D-2487. (Capitulo dos, sección 1.1.2)

1.3. Considera como suelos granulares a aquellos suelos que no poseen ninguna
cohesión y sus propiedades son mas bien de fricción. A este tipo de suelos
pertenecen las gravas, arenas y limos combinados o aislados.

1.4. Considera como suelos de grano fino a aquellos suelos que poseen
características de cohesión y plasticidad. Dichos suelos pueden ser granulares
con parte de arcilla o limo orgánico, que les imparten cohesión y plasticidad, o
pueden ser arcillas o limos orgánicos sin componentes granulares.

1.5. En la descripción de un suelo granular, se deberán anotar las siguientes


características:

• Color
• Componentes minerales, como el cuarzo, pizarra, mica, granito, etc.
• Materia orgánica como raíces, pedazos de madera, fango, etc.
• Forma de los granos cuando estos sean visibles.
• Tamaño máximo de las partículas en el caso de tratarse de gravas o
rocas.

1.6. En la descripción de un suelo de grano fino se deberán anotar las siguientes


características:

• Color.
• Porcentaje de material granular.
• Componentes orgánicos.
• Dilatancía.

2. Material, Equipo y Reactivos.

• Navaja de bolsillo o una espátula pequeña.


• Un pequeño tubo de ensayo con tapón (o jarra con tapa).
• Lupa manual.
• Agua pura. A menos que se indique otra cosa, cuando se hace
referencia al agua, deberá darse por entendido que ésta provenga de
un acueducto o de una fuente natural, incluyendo agua no potable.
• Acido clorhídrico (HCl), recipiente pequeño con ácido clorhídrico,
diluido una parte de HCl (10 N) en tres partes de agua destilada (este
reactivo es opcional, ver precauciones de seguridad).

3. Precauciones de seguridad.

Cuando se prepare la solución diluida de HCl de una parte concentrada de ácido


(10N) en tres partes de agua destilada, debe agregarse el ácido lentamente al agua,
tomando las precauciones de seguridad necesarias. La solución deberá manejarse
con cuidado y almacenarse con seguridad. Si la solución se pone en contacto con la
piel, ésta deberá lavarse perfectamente con agua.
Precaución. No debe agregarse agua al ácido.

78
CAPITULO 3 Descripción e identificación de suelos

4. Muestreo o preparación de las muestras a ensayar.


• La muestra deberá considerarse como representativa del estrato del
que fue obtenido, mediante un procedimiento apropiado aceptado y
normalizado.
• Las muestras deben identificarse cuidadosamente según su origen y
ubicación. Las anotaciones concernientes al origen y ubicación
deberán incluir un número para la perforación así como un número
para la obra, además deberá contener una descripción del lugar y se
relacionara su localización con respecto a una referencia permanente
o a un sistema de alcantarillado, etc. Deberá asignársele, además un
número de estación con respecto a un eje, así como la profundidad y
cota de la cual se obtuvo.
• Para su descripción e identificación exacta, la cantidad mínima de la
muestra de suelo que debe examinarse, debe estar de acuerdo con la
Tabla 3.1:
Tabla 3.1. Cantidad mínima de muestra que se debe examinar.
Tamaño máximo Tamiz Cantidad mínima
de las partículas de la muestra seca
4.75 mm Nº 4 100 g.
9.5 mm 3/8” 200 g.
19.0 mm ¾” 1000 g.
37.5 mm 1 ½” 8000 g.
75.0 mm 3” 60000 g.

• Sí la cantidad de la muestra de suelo que esta siendo examinada es


menor que la mínima recomendada, deberá incluirse este detalle
como una observación en el informe.

5. Procedimiento para la descripción de los suelos.

Todo ingeniero debe desarrollar el hábito de expresar su opinión sobre la


plasticidad y la granulometría de los suelos que examina, por medio de valores
numéricos, o más bien por medio de adjetivos. Claro que la interpretación numérica
es mucho mas precisa que el de describir por medio de adjetivos. Pero para una
descripción en campo se hace muy difícil poder describir numéricamente por lo que
se debe describir minuciosamente con adjetivos.

Olor.
Describe el olor si es orgánico o inusual. Suelos que contienen una cantidad
significativa de material orgánico generalmente tienen un olor característico a
materia vegetal en putrefacción o descomposición, el cual se hace más evidente en
las muestras frescas. Cuando las muestras están secas, a menudo puede revivirse el
olor calentando una muestra previamente humedecida. Sí el olor es inusual (i.e.
productos de petróleo, químicos y similares), estos deben ser descritos.

Angularidad.
Describe la angularidad de las arenas (únicamente partículas gruesas), gravas,
guijarros, y cantos rodados, como angular, subangular, subredondeadas, o

79
Fundamentos de mecánica de suelos

redondeadas de acuerdo con el criterio de la Tabla 3.2. Puede establecerse un rango


de angularidad, tal como: de subredondeado a redondeado.
Tabla 3.2. Criterio para describir la angularidad de las partículas granulares.
Descripción Criterio
Angular Partículas con bordes afilados o agudos y caras relativamente
planas con superficies no pulidas (Figura 3.1).
Subangular Partículas similares a las angulares pero con bordes algo
redondeados (Figura 3.2).
Subredondeada Partículas con casi todas las caras planas pero con esquinas y
bordes redondeados (Figura 3.3).
Redondeada Partículas con lados suavemente redondeados y sin bordes
(Figura 3.4).

Forma.

Describe la forma de las gravas, guijarros y cantos rodados como planas, alargadas,
o como planas y alargadas de acuerdo con los criterios de la Tabla 3.3 (Figura 3.5).
Si no es posible diferenciar la forma según esta tabla, entonces ésta no debe ser
mencionada. Se deberá indicar la fracción de las partículas que tienen una
determinada forma, por ejemplo una tercera parte de las partículas de grava son
planas.
Tabla 3.3. Criterio para describir la forma de las partículas granulares.
Descripción Criterio
Planas Partículas con una relación ancho/espesor >3.
Alargadas Partículas con una relación longitud/ancho >3.
Planas y alargadas Partículas que cumplen ambas condiciones..
Nota. La longitud es la dimensión mayor; ancho es la dimensión intermedia y espesor es la dimensión menor.

Color.

Describe el color. El color es una propiedad importante para la identificación de los


suelos orgánicos, y dentro de ciertas localidades puede ser también útil para
identificar materiales de origen geológico similar. Si la muestra contiene estratos o
manchas de colores diferentes, debe ser convenientemente anotado, acompañado de
una descripción de los colores más representativos. El color debe ser descrito en
muestras húmedas. Cuando el color es el de una muestra seca, deberá anotarse esto
en el informe.
En exploraciones de campo cuando se posee experiencia el color del suelo suele ser un
dato útil para diferenciar los diferentes estratos y para identificar los tipos de suelo. En
general, existen también algunos criterios relativos al color; por ejemplo, el color negro y
otros de tonos oscuros suelen ser indicativos de la presencia de materia orgánica coloidal. Los
colores claros y brillantes son más bien propios de suelos inorgánicos (Figura 3.6)

Reacción con HCl.

Describe la reacción de la muestra con el acido clorhídrico (HCl) como nula, débil o
fuerte, de acuerdo con los criterios de la Tabla 3.4. Debido a que el carbonato de
calcio es un agente cementante común, debe informarse de su presencia si la
reacción con acido clorhídrico diluido fuere importante.
80
CAPITULO 3 Descripción e identificación de suelos

Tabla 3.4. Criterio para describir la reacción del HCl.


Descripción Criterio
Ninguna Ninguna reacción visible.
Débil Ligera reacción, se forman burbujas lentamente.
Fuerte Reacción violenta, se forman burbujas de inmediato.

Humedad.

Describe el estado de humedad como seca, húmeda o saturada, de acuerdo con los
criterios de la Tabla 3.5 (Figura 3.10).

Tabla 3.5 Criterio para describir la condición de humedad.


Descripción Criterio
Seca Ausencia de humedad, polvorosa (deja marcas de suciedad),
seca al tacto.
Húmeda Humedad evidente, pero sin presencia visible de agua.
Mojada Agua libre visible, generalmente cuando el suelo está por
debajo del nivel freático.

Consistencia.

Describe la consistencia para suelos de grano fino (limos y arcillas) como muy
blanda, blanda, firme, dura, o muy dura, de acuerdo con los criterios de la Tabla 3.6
(Figura 3.7). Esta observación no es apropiada para suelos con cantidades
significativas de grava.

Tabla 3.6. Criterio para describir la consistencia.


Descripción Criterio
Muy blanda El dedo pulgar penetra en el suelo más de 25 mm. (1”).
Blanda El dedo pulgar penetra en el suelo aproximadamente 25 mm.
Firme El dedo pulgar hace mella de 6 mm. (1/4”).
Dura El dedo pulgar no hace mella en el suelo; pero es fácilmente
mellado con la uña del pulgar.
Muy dura La uña del pulgar no hace mella en el suelo.

Cementación.

Describe el grado de cementación de los suelos intactos de grano grueso (i.e. arenas
y gravas) como débil, moderada o fuerte, de acuerdo con los criterios de la Tabla
3.7 (Figura 3.8).

Tabla 3.7. Criterio para describir el grado de cementación.


Descripción Criterio
Débil Desmoronamiento o desmenuzamiento la manejar la muestra,
o bajo una ligera presión de los dedos.
Moderado Desmoronamiento o desmenuzamiento bajo una considerable
presión de los dedos.
Fuerte No existe desmoronamiento ni desmenuzamiento bajo la
presión de los dedos.

81
Fundamentos de mecánica de suelos

Estructura.

Describe la estructura de los suelos intactos de acuerdo con los criterios de la Tabla
3.8 (Figura 3.10)

Tabla 3.8. Criterio para describir la estructura.


Descripción Criterio
Estratificada Capas alternadas de material o color diferente, con espesor
de por lo menos 6 mm. Los espesores de las capas deben ser
anotados.
Laminada Capas alternadas de material o color diferente, con espesores
menores de 6 mm. Los espesores de las capas deben
anotarse.
Fisurada Rompimiento o fisuras a lo largo de planos definidos de
fractura con poca resistencia a ésta.
Fracturada o lisa Planos de fractura lisos o lustrosos; algunas veces estriados
Estructura en Suelos cohesivos que pueden romperse o ser disgregados en
bloques. pequeños terrones angulosos, los cuales a su vez ya no
pueden ser disgregados nuevamente.
Estructura con Inclusión de pequeñas bolsas de diferentes suelos; tales
presencia de como pequeños cristales o lentes de arena esparcidos en una
lentes masa de arcilla. Se debe tomar nota del espesor de los lentes.
Homogénea Apariencia y color uniforme, es decir mismo color y textura.

Rango de tamaño de partículas.

Para componentes de gravas y arenas, describir el rango de tamaño de las partículas


dentro de cada componente de acuerdo con el punto 1.2. Por ejemplo, alrededor de
20 % de grava fina a gruesa, alrededor del 40 % de arena de fina a gruesa.

Tamaño máximo de las partículas.

Describe el tamaño máximo de las partículas halladas en la muestra de acuerdo con


la siguiente información:

• Tamaño de arena. Si el tamaño máximo de la partícula es del


tamaño de arena, describir ésta como fina, mediana, o gruesa, e.g. el
tamaño máximo de la partícula es el de arena mediana.
• Tamaño de grava. Si el tamaño máximo de la partícula es de la
grava, describir el tamaño máximo como el del tamiz más pequeño
que pasará la partícula, e.g. tamaño máximo de la partícula, 1½"
(37.5 mm), (pasa el tamiz de 1½" (37.5 mm) y queda retenida en el
tamiz de 3/4" (19.0 mm)),(Figura 3.11)
• Tamaño de guijarros o cantos rodados. Si el tamaño máximo de la
partícula es el tamaño de los cantos rodados o guijarros, describir la
longitud máxima de la partícula más grande, e.g. dimensión máxima
18" (450 mm), (Figura 3.12).

82
CAPITULO 3 Descripción e identificación de suelos

Dureza.

Describe la dureza del suelo, a partir de las arenas gruesas a tamaños de partículas
más grandes como duras, o el estado en el que quedan después de ser golpeadas por
un martillo, e.g. las partículas de grava se fracturan con considerable número de
golpes del martillo, algunas partículas se desmoronan con un golpe de martillo.
“Duras” quiere decir partículas que no se agrietan, disgregan, fracturan ni
desmoronan bajo el golpe de un martillo.

Comentarios adicionales.

Deben hacerse comentarios tales como la presencia de raíces o huecos debidos a


éstas, dificultad al efectuar el muestreo, así como la presencia de mica. Un nombre
local comercial o una información geológica debe agregarse al suelo para
identificarlo como tal.

6. Procedimiento para la identificación de suelos.

6.1. Identificación de turba.

Una muestra compuesta principalmente de materia vegetal en diferentes estados de


descomposición, la cual presenta una textura de fibrosa a amorfa, usualmente de
color marrón oscuro a negro y olor a materia orgánica, deberá designarse como
suelo altamente orgánico e identificarse como turba, Pt. Esta muestra no se
someterá a los procedimientos de identificación descritos a continuación.

Preparación para la identificación.

• La identificación de suelo para la identificación, se basa en la porción


de la muestra que pasa por el tamiz de 3" (75 mm). Las partículas
mayores a 75 mm. (3”) deben ser separadas manualmente cuando la
muestra esté suelta, o mentalmente en el caso de una muestra intacta,
antes de clasificar el suelo.
• Se debe estimar y anotar el porcentaje de guijarros y cantos rodados.
Estas estimaciones se harán visualmente en base a un porcentaje de
volumen.
• De la muestra menor que 3" (75 mm), estimar y anotar el porcentaje
en peso seco de la grava, arena y finos.

─ Los porcentajes se estimarán con aproximación del 5 %. Los


porcentajes de grava, arena y finos deberán dar sumados el 100%.
─ Si uno de los componentes se halla presente pero no en cantidad
suficiente como para considerar el 5 % de la fracción que pasa el
tamiz de 3" (75 mm), indíquese su presencia con el término
rastro; e.g., rastro de finos. Estos rastros de suelos no deben
considerarse dentro el 100 % de la muestra.

• Debido a que la composición granulométrica se determina


visualmente de acuerdo a su volumen, se requiere una considerable
experiencia para estimar dichos porcentajes según su peso seco.

83
Fundamentos de mecánica de suelos

Identificación preliminar.

• El suelo es fino o de grano fino si contiene 50 % o más de partículas


finas. En este caso se sigue el procedimiento para identificación de
suelos de grano fino de la sección 6.2.
• El suelo es de grano grueso si contiene menos del 50 % de partículas
finas. En este caso se sigue el procedimiento para identificar suelos
gruesos de la sección 6.3.

6.2. Procedimiento para identificar suelos de grano fino.

La principal base del criterio para identificar suelos finos en campo es la investigación de las
características de la dilatancía, tenacidad y resistencia en estado seco. El color y el olor del
suelo pueden ayudar, especialmente en suelos orgánicos.

6.2.1. Escoger una muestra representativa del material que se va a examinar.


Separar las partículas mayores al tamiz Nº 40 (0.425 mm) (de arena media a
mayores tamaños de partícula), hasta disponer de una muestra equivalente a
una manotada de material (Figura 3.13). Luego usar esta muestra para
determinar la granulometría, resistencia en seco, dilatancía y tenacidad o
rigidez. En base a estos ensayos se puede hacer una identificación preliminar, según
la Tabla 3.13, para posteriormente terminar la identificación en base a la Figura 3.22.

6.2.2. Granulometría del suelo: Para conocer la granulometría de los suelos de


grano fino, se agita la muestra en una jarra de agua y se la deja sedimentar.
La granulometría aproximada se ve por la separación de las partículas en la
jarra, desde arriba hasta el fondo. El limo permanece en suspensión al menos
durante un minuto, la arcilla una hora o más.

6.2.3. Resistencia en seco.

• Escoger de la muestra material suficiente para moldear una esfera de


alrededor de 1" (25 mm) de diámetro, moldeándola hasta que tenga la
consistencia de una masilla, agregando agua si fuere necesario
(Figura 3.14).
• Con este material moldeado, elaborar al menos 3 esferas de muestra
con un diámetro de ½” (12.5 mm). Luego dejarlas secar en
temperatura ambiente al aire, al sol o por medios artificiales sin que
la temperatura exceda de 60°C (Figura 3.14).
• Se debe probar la resistencia en seco de las bolitas o los terrones
apretándolos entre los dedos. Describir su resistencia como nula,
baja, mediana, alta, o muy alta, de acuerdo con los criterios de la
Tabla 3.9 (Figura 3.15).
• La presencia de materiales cementantes de alta resistencia que son
solubles en agua, como el carbonato de calcio, puede causar
resistencias secas excepcionalmente altas. La presencia de este
carbonato puede detectarse generalmente por la intensidad de la
reacción con el ácido clorhídrico diluido.

84
CAPITULO 3 Descripción e identificación de suelos

Tabla 3.9. Criterio para describir la resistencia en seco.


Descripción Criterio
Nula La muestra seca se desmorona hasta pulverizarse con la
simple manipulación.
Baja La muestra seca se desmorona hasta pulverizarse con una
ligera presión de los dedos.
Mediana La muestra seca se disgrega en pedazos o terrones con una
considerable presión de los dedos.
Alta No podrá romperse o disgregarse la muestra seca con la
presión de los dedos, pero se romperá en fragmentos al
aprisionarla con el pulgar sobre una superficie dura.
Muy alta No podrá romperse o disgregarse la muestra seca al
aprisionarla con el pulgar sobre una superficie dura.

Una alta resistencia en seco es característica de las arcillas del grupo CH. Un
limo inorgánico posee muy ligera resistencia en seco, pero puede distinguirse por el
tacto al pulverizar el espécimen seco. La arena fina se siente granular, mientras que el
limo típico da la sensación suave de la harina (Tabla 3.13).

6.2.4. Dilatancía.

• Escoger de la muestra suficiente material para moldear una esfera de


aproximadamente ½" (12.5 mm) de diámetro, moldear y agregar agua
si fuese necesario, hasta que el suelo adquiera una consistencia
blanda pero no pegajosa.
• Luego con una navaja o una pequeña espátula colocar la esfera de
suelo formada en la palma de una de las manos y agítese
horizontalmente golpeándola contra la otra mano varias veces.
Observar la reacción cuando aparece el agua en la superficie del
suelo (Figura 3.16), el cual mostrará una consistencia gelatinosa y de
aspecto brillante. Se debe escurrir el agua de la muestra apretando el
suelo varias veces entre los dedos y anotar la reacción como nula,
lenta, o rápida de acuerdo con los criterios de la Tabla 3.10 (Figura
3.17). La reacción es la velocidad con la cual aparece el agua al
agitar la esfera o desaparece cuando es presionada.

Tabla 3.10. Criterio para describir la Dilatancía.


Descripción Criterio
Ninguna No hay ningún cambio visible en la muestra.
Lenta Aparece lentamente agua sobre la superficie de la muestra
mientras se la sacude, y no desaparece o desaparece
lentamente al escurrirla.
Rápida Aparece rápidamente agua sobre la superficie de la muestra
mientras se la sacude y desaparece rápidamente al escurrirla.

Las arenas limpias muy finas dan la reacción más rápida y distintiva, mientras
que las arcillas plásticas no tienen reacción. Los limos inorgánicos, tales como el
típico polvo de roca, dan una reacción rápida moderada (Tabla 3.13).

85
Fundamentos de mecánica de suelos

6.2.5. Tenacidad.

• Después de la prueba de dilatancía, la muestra se enrollará con la


mano sobre una superficie lisa o entre las palmas de las manos hasta
formar rollos de cerca de 1/8" (3 mm) de diámetro (Figura 3.18). (Si
la muestra está muy húmeda ser enrollada, deberá ser extendida en
una capa delgada para que pierda agua por evaporación). Rejentar los
pedazos de los rollitos formados y seguir enrollando repetidamente
hasta que se produzca la ruptura con un diámetro de 1/8" (3 mm),
esto ocurrirá cuando el suelo esté cerca del límite plástico (Figura
3.19). Se anotará la presión requerida para formar los rollitos cerca
del límite plástico así como la resistencia del rollo (Figura 3.20).
Luego de aquello rejuntar las piezas y amasar el conjunto hasta que
el rollito se quiebre (Figura 3.21).
• Finalmente determinar la tenacidad de los terrones y rollitos en el
periodo de amasado como baja, media o alta, de acuerdo con los
criterios de la Tabla 3.11.
Tabla 3.11. Criterio para describir la Tenacidad.
Descripción Criterio
Baja Sólo se necesita una ligera presión para formar rollitos cerca
del límite plástico. Los rollitos y el conjunto del material son
débiles y blandos.
Media Se necesita una presión media para formar "rollitos" cerca
del límite plástico. Los rollitos y el conjunto del material
resquebrajado tienen una rigidez o tenacidad media.
Alta Se requiere considerable presión para formar "rollitos" cerca
del límite plástico. Los rollitos y el conjunto del material
resquebrajado tienen muy alta tenacidad.

6.2.6. Plasticidad.
En base a las observaciones hechas durante el ensayo de tenacidad se debe describir
la plasticidad del material según los criterios de la Tabla 3.12.
Tabla 3.12. Criterio para describir la Plasticidad.
Descripción Criterio
No plástico No pueden formarse rollos de 1/8” (3 mm) bajo ningún
contenido de humedad.
Baja Difícilmente pueden formarse rollitos y terrones cuando la
muestra está más seca que el límite plástico.
Media Es fácil formar el rollito y pronto alcanza el límite plástico.
El rollito no puede ser rehecho después de que se alcanza el
límite plástico. Los terrones se desmoronan cuando se secan
más que el límite plástico.
Alta Toma considerable tiempo formar rollos y remoldearlos para
alcanzar el límite Plástico, pero el rollo puede ser rehecho
varias veces después de alcanzar el límite plástico. Pueden
formarse terrones sin que se desmoronen cuando están más
secos que el límite plástico.

86
CAPITULO 3 Descripción e identificación de suelos

6.2.7. Debe decidirse si el suelo es inorgánico u orgánico, como se indica a


continuación:

Identificación de suelos inorgánicos de grano fino.

Identificar el suelo como arcilla magra CL, arcilla grasa CH, limo ML o como un
limo elástico MH, según los criterios de la Tabla 3.13.
Tabla 3.13 Identificación de suelos finos Inorgánicos sobre la base de ensayos
manuales.
Símbolo de grupo Resistencia en Dilatancía Tenacidad
seco
ML Nula a baja. Lenta a rápida. Baja, no pueden
formarse rollitos.
CL Media a Alta Nula a Lenta Media
MH Baja a Media Nula a Lenta Baja a Media
CH Alta a muy alta Nula Alta

Algunos suelos que se clasificarían como MH son difícilmente distinguibles de


la arcilla magra CL, y pueden requerirse entonces ensayos de laboratorio para su
identificación adecuada.

Identificación de suelos orgánicos de grano fino:

Se identificará el suelo como orgánico, (i.e. OL/OH), cuando contiene suficientes


partículas orgánicas como para que influyan sobre las propiedades del mismo. Los
suelos orgánicos generalmente tienen color de marrón oscuro a negro y pueden tener
olor orgánico. A menudo los suelos orgánicos cambian de color, por ejemplo de
negro a marrón cuando se exponen al aire. Algunos suelos orgánicos aclaran
notablemente su color cuando se secan al aire. Los suelos orgánicos no tendrán
tenacidad ni plasticidad alta y los rollitos para el ensayo de tenacidad serán
esponjosos.

6.2.8. Si el suelo tiene aproximadamente del 15 al 25% de arena, grava o ambos, las
palabras “con arena” o con “grava” serán añadidos al nombre de grupo.
6.2.9. Si el suelo tiene aproximadamente más del 30% de arena o grava, las palabras
“arenoso” o “gravoso” serán añadidos al nombre de grupo.

6.3. Procedimiento para identificar suelos de grano grueso.

Los materiales constituidos por partículas gruesas se identifican en el campo sobre una base
prácticamente visual. Lo primero que se hace es escoger una muestra representativa del
material a ser examinado, extendiendo la muestra seca de suelo sobre una superficie plana
puede juzgarse, en forma aproximada, su graduación, tamaño de partículas, forma y
composición mineralógica. Posteriormente se debe separar las partículas mayores al tamiz Nº
40 (0.425 mm). Luego se analiza la muestra con ayuda de la Figura 3.2. Para distinguir
las gravas de las arenas puede usarse el tamaño de ½ cm. como equivalente al tamiz Nº 4
(4.75 mm), y para la estimación del contenido de finos basta considerar que las partículas de
tamaño correspondiente al tamiz Nº 200 (0.075 mm) son aproximadamente las mas pequeñas
que puedan distinguirse a simple vista.

87
Fundamentos de mecánica de suelos

En lo referente a la gradación del material, se requiere bastante experiencia para


diferenciar los suelos bien gradados de los mal gradados mediante un examen visual. Esta
experiencia se obtiene comparando gradaciones estimadas con las obtenidas en laboratorio,
en todos los casos en que se tenga oportunidad de hacerlo. Para examinar la fracción fina
contenida en el suelo, deberán ejecutarse las pruebas de identificación en campo de suelos
finos que ya se vieron anteriormente sobre la parte que pase el tamiz Nº 40 (0.425 mm), el
tamizado puede substituirse por una separación manual equivalente.

6.3.1. Escoger una muestra representativa del material a ser examinado. Separar las
partículas mayores al tamiz Nº 40 (de arena media a más grandes) (Figura
3.13). Luego analizar la muestra con la ayuda de la Figura 3.23.

6.3.2. El suelo es grava si se estima que el porcentaje de grava es mayor que el de


arena.

6.3.3. El suelo es arena si se estima que el porcentaje de grava es igual o menor que
el de arena.

6.3.4. El suelo es grava limpia o arena limpia cuando se estima que el porcentaje de
finos es de 5 % o menos.

6.3.5. Se identifica el suelo como grava bien gradada, GW, o como arena bien
gradada, SW, si tiene partículas dentro de un intervalo amplio de tamaños y
si posee igualmente cantidades sustanciales en los tamaños intermedios.

6.3.6. Identifíquese el suelo como grava pobremente gradada, GP o arena


pobremente gradada, SP, si tiene predominantemente un solo tamaño
(uniformemente gradado), o si posee un amplio margen de tamaños con
faltantes en los grados intermedios (gradación con saltos y vacíos).

6.3.7. El suelo puede ser una grava con finos o una arena con finos, si se estima que
el porcentaje de éstos es del 15 % o mayor.

6.3.8. Si se estima que el suelo contiene del orden de 10 % de finos, désele al suelo
una identificación doble mediante dos símbolos para el grupo. El primer
símbolo del grupo deberá corresponder a grava o arena limpia (GW, GP,
SW, SP) y el segundo a grava o arena con finos (GC, GM, SC, SM). El
nombre deberá corresponder al del primer símbolo de grupo más las palabras
"con arcilla" ó "con arena", para indicar el carácter plástico de los finos. Por
ejemplo: grava bien gradada con arcilla, GW-GC o arena con limo
pobremente gradada SP-SM.

6.3.9. Si la muestra fuera predominantemente arena o grava pero se estima que


contiene 15 % o más de otros constituyentes de materiales de grano grueso,
las palabras "con grava" ó "con arena" deben agregarse al nombre del grupo.
Por ejemplo: "grava con arena pobremente gradada GP" ó "arena pobremente
gradada con grava, SP".

6.3.10. Si la muestra de campo contiene guijarros, cantos rodados, o ambos, las


palabras “con guijarros” o “con guijarros y cantos rodados” deben ser
añadidas al nombre de grupo. Por ejemplo: “grava limosa con guijarros,
GM”.
88
CAPITULO 3 Descripción e identificación de suelos

7. Informe.
El informe debe incluir la información del origen, y de los ítems indicados en la Tabla 3.14.
Tabla 3.14. Información básica en una Descripción e Identificación de Suelos
Información descriptiva de suelos.
1. Angularidad de las partículas: angular, subangular, subredondeada, redondeada.
2. Forma de las partículas: planas, alargadas, planas y alargadas.
3. Tamaño máximo de partículas.
4. Dureza, de arena gruesa a partículas más grandes.
5. Color (en condición húmeda).
6. Olor (mencionar solo se es suelo orgánico o si se trata e un olor inusual).
7. Humedad: seca. Húmeda, mojada
8. Reacción con HCI: ninguna, débil, fuerte
Para muestras intactas:
9. consistencia (solo en suelos de grano fino): muy suaves, suave, firme, dura, muy dura
10. Estructura: estratificada, laminada, figurada, fracturada, con presencia de lentes, con
bloques, homogénea.
11. Cementación; débil, moderada, fuerte
12. Comentarios adicionales (presencia de raíces, huecos, dificultades en el muestreo, etc.).
Identificación de suelos.
13. Nombre de grupo
14. Símbolo de grupo
15. Nombre local
16. Interpretación geológica
17. Porcentaje de guijarros y cantos rodados (en volumen)
18. Porcentaje de grava, arena y finos (en peso seco)
19. Rango de tamaño de partículas:
Grava-fina-gruesa
Arena-fina, media, gruesa.
Para suelos de grano fino:
20. Plasticidad de finos: no plástica, baja, media, alta, muy alta
21. Resistencia en seco: nula, baja, media, alta, muy alta.
22. Dilatancía : nula, lenta, rápida
23. Tenacidad: baja, media, alta.
24. Comentarios adicionales: presencia de raíces o de huecos de raíces, presencia de mica,
yeso, etc., recubrimientos superficiales de las partículas, de los agregados gruesos,
formación de cavernas o de costras, en los hoyos de barrenos o en las paredes de
trincheras, dificultad al barrenar o al excavar, etc.

Si se desea, los porcentajes de grava, arena y finos pueden establecerse en


términos que indiquen intervalos de porcentajes de la siguiente forma:
Rastros de partículas presentes pero que se estiman en menos del 5%.
Pocas 5 a 10%
Pequeñas 15 a 25%.
Algunas 30 a 45%.
Abundantes 50 a 100%.
Debe establecerse claramente en los reportes geotécnicos, que los nombres y símbolos de
grupo empleados en la descripción de suelos, se basan en procedimientos visuales y
manuales.
89
SIMBOLO NOMBRE DE GRUPO
DE GRUPO
< 30% por encima del tamiz Nro. 200 < 15% por encima del tamiz Nro. 200 Arcilla magra
15 - 25% por encima del tamiz Nro. 200 %arena ≥ grava Arcilla magra con arena
CL %arena < grava Arcilla magra con grava
%arena ≥ grava < 15% de grava Arcilla magra arenosa
≥ 30% por encima del tamiz Nro. 200 ≥ 15% de grava Arcilla magra arenosacon grava
%arena < grava < 15% de arena Arcilla magra gravosa
≥ 15% de arena Arcilla magra gravosa con arena

< 30% por encima del tamiz Nro. 200 < 15% por encima del tamiz Nro. 200 Limo
15 - 25% por encima del tamiz Nro. 200 %arena ≥ grava Limo con arena
ML %arena < grava Limo con grava
%arena ≥ grava < 15% de grava Limo arenoso
≥ 30% por encima del tamiz Nro. 200 ≥ 15% de grava Limo arenoso con grava
%arena < grava < 15% de arena Limo gravoso
≥ 15% de arena Limo gravoso con arena

< 30% por encima del tamiz Nro. 200 < 15% por encima del tamiz Nro. 200 Arcilla plástica
15 - 25% por encima del tamiz Nro. 200 %arena ≥ grava Arcilla plástica con arena
CH %arena < grava Arcilla plástica con grava
%arena ≥ grava < 15% de grava Arcilla plástica arenosa
≥ 30% por encima del tamiz Nro. 200 ≥ 15% de grava Arcilla plástica arenosa con grava
%arena < grava < 15% de arena Arcilla plástica gravosa
≥ 15% de arena Arcilla plástica gravosa con arena

< 30% por encima del tamiz Nro. 200 < 15% por encima del tamiz Nro. 200 Limo elástico
15 - 25% por encima del tamiz Nro. 200 %arena ≥ grava Limo elástico con arena
MH %arena < grava Limo elástico con grava
%arena ≥ grava < 15% de grava Limo elástico arenoso
≥ 30% por encima del tamiz Nro. 200 ≥ 15% de grava Limo elástico arenoso con grava
%arena < grava < 15% de arena Limo elástico gravoso
≥ 15% de arena Limo elástico gravoso con arena

< 30% por encima del tamiz Nro. 200 < 15% por encima del tamiz Nro. 200 Suelo orgánico
15 - 25% por encima del tamiz Nro. 200 %arena ≥ grava Suelo orgánico con arena
OL / OH %arena < grava Suelo orgánico con grava
%arena ≥ grava < 15% de grava Suelo orgánico arenoso
≥ 30% por encima del tamiz Nro. 200 ≥ 15% de grava Suelo orgánico arenoso con grava
%arena < grava < 15% de arena Suelo orgánico gravoso
≥ 15% de arena Suelo orgánico gravoso con arena
Figura 3.22. Diagrama para la identificación de suelos de grano fino.
Fundamentos de mecánica de suelos

90
SIMBOLO DE GRUPO NOMBRE DE GRUPO

≤ 5% de finos Bien gradada GW < 15% de arena Grava bien gradada


≥ 15% de arena Grava bien gradada con arena
Pobremente gradada GP < 15% de arena Grava pobremente gradada
≥ 15% de arena Grava pobremente gradada con arena

Bien gradada finos = ML ó MH GW - GM < 15% de arena Grava bien gradada con limo
GRAVA ≥ 15% de arena Grava bien gradada con limo y arena
%grava > %arena 10% de finos finos = CL ó CH GW - GC < 15% de arena Grava bien gradada con arcilla
≥ 15% de arena Grava bien gradada con arcilla y arena
Pobremente finos = ML ó MH GP - GM < 15% de arena Grava pobremente gradada con limo
gradada ≥ 15% de arena Grava pobremente gradada con limo y arena
finos = CL ó CH GP - GC < 15% de arena Grava pobremente gradada con arcilla
≥ 15% de arena Grava pobremente gradada con arcilla y arena

finos = ML ó MH GM < 15% de arena Grava limosa


≥ 15% de arena Grava limosa con arena
≤ 5% de finos finos = CL ó CH GC < 15% de arena Grava arcillosa
≥ 15% de arena Grava arcillosa con arena

≤ 5% de finos Bien gradada SW < 15% de arena Arena bien gradada con limo
≥ 15% de arena Arena bien gradada con limo y grava
Pobremente gradada SP < 15% de arena Arena bien gradada con arcilla
≥ 15% de arena Arena bien gradada con arcilla y grava

Bien gradada finos = ML ó MH SW - SM < 15% de arena Arena bien gradada con limo
ARENA ≥ 15% de arena Arena bien gradada con limo y grava
%arena > %grava 10% de finos finos = CL ó CH SW - SC < 15% de arena Arena bien gradada con arcilla
≥ 15% de arena Arena bien gradada con arcilla y grava
Pobremente finos = ML ó MH SP - SM < 15% de arena Arena pobremente gradada con limo
gradada ≥ 15% de arena Arena pobremente gradada con limo y grava
finos = CL ó CH SP - SC < 15% de arena Arena pobremente gradada con arcilla
≥ 15% de arena Arena pobremente gradada con arcilla y grava

finos = ML ó MH SM < 15% de arena Arena limosa


≥ 15% de arena Arena limosa con grava
≤ 5% de finos finos = CL ó CH SC < 15% de arena Arena arcillosa
≥ 15% de arena Arena arcillosa con grava

Figura 3.23. Diagrama para la identificación de suelos de grano grueso


CAPITULO 3 Descripción e identificación de suelos

91
Fundamentos de mecánica de suelos

Figura 3.1. Partículas angulares. Figura 3.2. Partículas subangulares.

Figura 3.3. Partículas subredondeadas. Figura 3.4. Partículas redondeadas.

Figura 3.5. Forma de las partículas. Figura 3.6. Color.

Figura 3.7. Consistencia. Figura 3.8. Cementación.

92
CAPITULO 3 Descripción e identificación de suelos

Figura 3.9. Dureza. Figura 3.10. Humedad y estructura.

Figura 3.11. Tamaño de partículas Figura 3.12. Tamaño de partículas.


Gravas. Guijarros.

Figura 3.13. Separación de la muestra. Figura 3.14. Esferas de 1” y ½”


finos de los gruesos. resistencia en seco.

Figura 3.15. Presión con los dedos. Figura 3.16. Reacción del agua en la
resistencia en seco. superficie de la esfera.

93
Fundamentos de mecánica de suelos

Figura 3.17. Presión de la muestra Figura 3.18. Formado un rollo de


con la mano y su reacción. 1/8”con la mano y una superficie lisa.

Figura 3.19. Ruptura del rollo luego Figura 3.20. Resistencia del rollito 1/8”
de llegar al límite plástico.

Figura 3.21. Rejuntado de las piezas del rollo hasta que esta se quiebre.

94
CAPITULO 4 Flujo de agua

CAPITULO CUATRO
Flujo de agua.
La tierra en su mayor parte contiene agua, la cual compone el 70 % de ella. Por esa razón, no
resulta raro que sea el agua el fluido más comúnmente encontrado durante la excavación en la
construcción de una obra de ingeniería.
El agua principalmente se encuentra en los ríos, lagos, mares, en el suelo como agua
subterránea y otros lugares. Esta proviene de diversas fuentes, pero principalmente de la
lluvia y de la fusión de la nieve.

1. Ciclo hidrológico y ocurrencia de agua en el suelo.

El ciclo hidrológico, es el proceso que resulta en la circulación del agua por toda la tierra.
Básicamente el proceso empieza cuando el agua se evapora de la superficie del océano y
asciende a la atmósfera. Las corrientes de aire que se mueven constantemente en la atmósfera
de la Tierra llevan hacia los continentes el aire húmedo. Cuando el aire se enfría, el vapor se
condensa y forma gotitas de agua que por lo general se las ve en forma de nubes. Con
frecuencia las gotitas se juntan y forman gotas de lluvia. Si la atmósfera está lo
suficientemente fría, en vez de gotas de lluvia se forman copos de nieve. Sea en una forma o
la otra, el agua que ha viajado centenares o hasta miles de kilómetros desde el océano cae
sobre la superficie terrestre. Allí se junta en riachuelos o se infiltra en el suelo y empieza su
viaje de regreso al mar (Compton’s Encyclopedia).
Los procesos internos más importantes que ocurren continuamente en el ciclo hidrológico
son:

• Evaporación.- La fuente de la energía necesaria para el movimiento del agua


proviene del calor del Sol. La temperatura del suelo y la radiación calórica
transforma el agua en vapor ligero que se eleva hasta la atmósfera, cada
segundo el Sol hace subir 15.000.000 de toneladas de agua de los océanos y
otras fuentes. Pero el vapor acuoso no solo se produce como resultado de la
acción de bombeo del Sol en las superficies de los cuerpos de agua.
Aproximadamente el 85 % proviene de los océanos, pero las plantas también
contribuyen vapor acuoso. Embeben humedad por medio de su sistema de
raíces y luego la pasan por las hojas como vapor. Un abedul puede despedir
unos 265 litros de agua diariamente y una hectárea de maíz puede despedir
unos 36.300 litros en un día (Compton’s Encyclopedia).
• Condensación.- El agua que se evapora y asciende a la atmósfera, mediante
las corrientes de aire que se mueven constantemente en la atmósfera de la
Tierra, llevan hacia los continentes cada año unos 400.000 km3 de aire
húmedo. Cuando el aire se enfría, el vapor se condensa y forma gotitas de
agua. Por lo general se las ve en forma de nubes que flotan mientras están en
forma de vapor, las cuales circulan por todo el planeta gracias a la acción de
los vientos.
• Precipitación.- El agua en forma de nubes que ya se encuentra filtrada y
depurada, cae como lluvia, nieve y hielo a la superficie terrestre. A esta
acción se la denomina precipitación.

95
Fundamentos de mecánica de suelos

• Escurrimiento.- Cuando el agua cae al suelo, una parte de esta ingresa al


interior (infiltración) de este modo se reabastecen los depósitos subterráneos
de agua. Sin embargo, el agua que no ingresa corre por encima de la
superficie terrestre y llega a formar parte de los lagos, ríos o algún tipo de
corriente y con el tiempo regresa al mar para empezar nuevamente el ciclo.
La fuente de energía que hace posible este proceso es la gravedad. En la
Figura 4.1, define de forma gráfica y esquemática el proceso que constituye
el ciclo hidrológico.

Precipitación

Infiltración
Evaporación
Escorrentía

Lago
Nivel freático
Dirección del
movimiento del agua Mar
(a)
Mar Evaporación Atmósfera

Evaporación
del suelo
Transpiración de
las plantas

Precipitación
Escurrimiento
superficial
Sobre la tierra
Flujo de agua
subterránea Infiltración

(b)
Figura 4.1. Ciclo hidrológico del agua.
(a) Ciclo hidrológico (Diccionario del agua). (b) Esquema del ciclo hidrológico con todos los
procesos (Blyth & de Freitas, 1989).

96
CAPITULO 4 Flujo de agua

2. Agua subterránea.

Del total de agua procedente de las precipitaciones, una parte circula por la superficie
terrestre, otra se evapora, y una tercera se infiltra en la tierra. Las partículas del suelo forman
espacios vacíos que se intercomunican entre sí como una red complicada de conductos, por
donde circulará el agua.
Las partículas del suelo compuestas de minerales, absorben cierta cantidad de agua
mientras el agua ingresa al interior del suelo, a este ingreso no uniforme de agua durante el
humedecimiento del suelo se lo llama infiltración. A medida que el agua continua
ingresando, las partículas de suelo se saturarán y dejarán de adsorber agua, por lo que el agua
descenderá cada vez más hasta llegar a una profundidad donde todos los espacios vacíos del
suelo estén llenos de agua. A toda esa acción del movimiento del agua hasta alcanzar la zona
de saturación se la llama percolación. El agua retenida en el interior del suelo saturará los
espacios vacíos del suelo donde empezará a desplazase uniformemente hacia lagos y otras
fuentes de recarga. A este movimiento uniforme del agua a través del suelo saturado, se lo
llama flujo de agua subterránea.
La infiltración, depende en gran manera de la estructura del suelo, en suelos de grano
grueso como arenas y gravas la infiltración es rápida, mientras que en suelos finos como
arcillas es muy lenta. La infiltración cesa una vez que los espacios vacíos del suelo se llenan
de agua, de manera que si el ritmo de agua continua, se dará paso a un flujo de agua.

Superficie y nivel freático.

El agua percolante puede descender a diferentes profundidades, hasta llegar a una


profundidad donde se detiene, a esta superficie que llega el agua se la denomina superficie
freática. Si se perforara un pozo más profundo que la superficie freática, el agua no se
retendrá al fondo del pozo sino se cumplen ciertas condiciones, sino que seguirá
descendiendo. Si se sigue profundizando el pozo, el agua alcanzará nuevamente una
superficie donde se detendrá y se acumulará al fondo del pozo. Al nivel de agua que se eleva
por encima de su superficie freática, se lo denomina nivel freático, la condición que debe
cumplirse para que el agua se detenga es que: la presión del agua en los espacios vacíos del
suelo alcance un equilibrio con la presión atmosférica. Algunos geólogos estiman, que el
agua puede descender hasta alcanzar 8 kilómetros al interior de la tierra (Whitlow, 1994).
El agua subterránea puede ser de dos tipos, la Figura 4.2 muestra que ambos tipos están
separados por el nivel freático. El agua que se encuentra por encima del nivel freático se la
llama: Agua vadosa o capilar y la que está por debajo del nivel freático se la llama: Agua
freática o gravitacional.

Agua freática o gravitacional.

La fuerza gravitacional, hace posible que el agua se infiltre en el suelo. Cuando el suelo no
puede retener más agua en contra de la atracción de la gravedad, se dice que el suelo ha
alcanzado su capacidad de campo. Cuando un suelo ha alcanzado su capacidad de campo, el
resto de agua que ingrese al suelo no será ya retenida, sino que descenderá a niveles más
profundos influida simplemente por la fuerza gravitacional. Esta agua continuará moviéndose
hacia abajo después de la cesación de la infiltración hasta que se mantenga en equilibrio con
la presión atmosférica. El agua que desciende simplemente por gravedad y se almacena entre
el nivel y la superficie freática es el agua freática o gravitacional. Los espacios vacíos entre
partículas del suelo en la zona freática (debajo del nivel freático) están saturados de agua, por
lo tanto la presión interna del agua en ellos es mayor que la presión atmosférica. Esta agua
retenida tiende a fluir lateralmente (Figura 4.2).
97
Fundamentos de mecánica de suelos

Lluv
ia

Esc
Agua u
agu rrimie
Vadosa Infiltra a su nto
per d
ción fici el
al
Agua
Freática Nivel
freátic
Flujo o Río o Lago
de agu
a freáti
ca

Figura 4.2. Aguas subterráneas (Whitlow, 1994).

Agua vadosa o capilar.

Mientras el agua se desplaza hacia abajo por infiltración para incorporarse al agua freática,
esta es absorbida por las partículas del suelo y queda retenida en la superficie de estás. Los
materiales de grano fino, como las arcillas, pueden desarrollar potenciales altos de absorción
cuando se secan, los cuales solamente son satisfechos con cantidades considerables de agua.
Esta demanda del suelo por agua, es el requerimiento capilar del perfil del suelo. Esta agua
retenida por encima del nivel freático por las fuerzas de tensión superficial es el agua vadosa
o capilar. La presión del agua entre los espacios vacíos entre partículas en esta región es
inferior a la atmosférica (Figura 4.2).

Acuífero.

Un acuífero es un estrato subterráneo de suelo, generalmente compuesto de arena o grava


cuya permeabilidad permite la retención de agua, dando origen a las aguas interiores o
freáticas. Generalmente los acuíferos se originan cuando el agua que se encuentra ocupando
los espacios vacíos entre las partículas del suelo no queda retenida en ellos, estos espacios
sirven como conductos de transmisión y como depósitos de almacenamiento.
Como conductos de transmisión transportan el agua subterránea de las áreas de recarga,
hacia lagos, pantanos, manantiales, pozos y otras fuentes de captación. El límite inferior de
un acuífero descansa sobre un nivel o substrato rocoso impermeable; el límite superior se
denomina nivel freático. Como depósitos de almacenamiento, los acuíferos actúan
suministrando agua de sus reservas para ser utilizada cuando la extracción exceda a la recarga
y, a la vez, almacenando agua durante los períodos en que la recarga resulta mayor que la
extracción (Diccionario del agua).
Debido a las distintas formaciones geológicas y características del suelo, existen
diferentes tipos de acuíferos:

• Los acuíferos libres o no confinados.- Son formaciones geológicas donde el


agua subterránea presenta una superficie libre, sujeta a la presión atmosférica
como límite superior de la zona de saturación. Está formado en general por

98
CAPITULO 4 Flujo de agua

un estrato permeable parcialmente saturado de agua que yace sobre otro


estrato impermeable como muestra la Figura 4.3 o relativamente
impermeable (Diccionario del agua).
• Acuíferos colgados.- En la mayoría de los casos existe solamente un nivel
freático, pero en algunos casos, a causa de la presencia de acuitardos de
pequeñas dimensiones relativas, pueden existir acuíferos que se denominan
acuíferos colgados como muestra la Figura 4.3 con niveles freáticos
adicionales (Diccionario del agua).
• Los acuíferos confinados o artesianos.- Son formaciones geológicas
permeables, completamente saturadas de agua, confinadas entre dos capas
(Figura 4.3) o estratos impermeables o prácticamente impermeables (una
inferior y otra superior). En estos acuíferos, el agua está sometida, en
general, a una presión mayor que la atmosférica y al perforar un pozo en
ellos, el agua se eleva por encima incluso hasta el nivel del terreno natural,
por lo que un pozo perforado en el lugar fluirá por si solo, como si fuera un
manantial (Diccionario del agua).
• Los acuíferos semiconfinados.- Son acuíferos completamente saturados
sometidos a presión que están limitados en su parte superior por una capa
semipermeable (acuitardo) y en su parte inferior por una capa impermeable
(acuífugo) o también por otro acuitardo. En este tipo de acuífero, la
perforación de un pozo de bombeo, inducirá a un flujo vertical del agua
contenida en el acuitardo, que actuará como recarga del acuífero, en este tipo
de acuíferos no circula agua en sentido horizontal (Diccionario del agua).
• Los acuíferos semilibres.- Representan una situación intermedia entre un
acuífero libre y uno semiconfinado. En este caso, la capa confinante superior
es un estrato semipermeable o acuitardo, de características que existe
circulación horizontal de agua (Diccionario del agua).

Acuitardo.

Es una formación geológica semipermeable, que conteniendo apreciables cantidades de agua


la transmiten muy lentamente, por lo que no son aptos para el emplazamiento de captaciones
de aguas subterráneas, sin embargo bajo condiciones especiales permiten una recarga vertical
de otros acuíferos.

Acuícludo.

Es una formación geológica poco permeable, que conteniendo agua en su interior incluso
hasta la saturación, no la transmite, por lo tanto no es posible su explotación. Generalmente
los acuícludos son depósitos subterráneos de arcilla (Figura 4.3).

Acuífugo.

Un acuífugo es una formación geológica subterránea que se caracteriza por ser impermeable,
por tanto, es incapaz de absorber o trasmitir agua.

3. Capilaridad.

La capilaridad es un fenómeno, que consiste en el ascenso de agua por un tubo delgado como
un cabello, conocido como tubo capilar. Este fenómeno depende de las fuerzas creadas por la

99
Fundamentos de mecánica de suelos

tensión superficial y el estado de la pared del tubo. La capilaridad puede ocurrir tanto en
tubos como en el suelo.

Niv
el f re
átic Agua subterranea
o
Acu colgada
ifero
no c Pozo artesiano
onfi
nado
Ac
u if
ero
con
fina
do Acu
ic ludo
Acuicludo Arcil
la

Figura 4.3. Formaciones geológicas subterráneas (Coduto, 1999).

Tensión superficial (T).


La tensión superficial es responsable de la resistencia que el agua presenta a la penetración de
su superficie, de la tendencia a la forma esférica de las gotas de agua, del ascenso del agua
por tubos capilares y de la flotación de objetos u organismos sobre la superficie del agua. En
el interior del agua, alrededor de una molécula actúan fuerzas atractivas simétricas que se
contrarrestan entre si, pero en la superficie del agua es algo distinto, una molécula se
encuentra sólo parcialmente rodeada por otras moléculas y en consecuencia esta es atraída
hacia el interior del agua por las moléculas que la rodean. Esta fuerza de atracción, tiende a
arrastrar a las moléculas de la superficie hacia el interior del agua y al hacerlo el agua se
comporta como si estuviera rodeada por una membrana invisible que impide que cuerpos
muy pequeños la penetren. Se ha medido el valor de la tensión superficial del agua, que es:

T = 0.073 N/m

Máximo ascenso capilar en tubos.


La Figura 4.4, muestra tres tubos capilares de diámetros diferentes colocados en posición
vertical sobre una masa de agua, de tal manera que el extremo inferior esta sumergido y el
extremo superior queda libre a la atmósfera. Al poner el tubo en contacto con el agua, la
atracción molecular entre el vidrio y el agua se combina con la tensión superficial, como
resultado de esto la tensión superficial actúa en las moléculas de agua y eleva el agua hasta
una altura h c , conocida como el máximo ascenso capilar. Este ascenso depende del diámetro
del tubo, mientras más pequeño sea el diámetro del tubo mayor será el ascenso capilar.
La Figura 4.5a muestra que la superficie libre de la columna de agua capilar, tiene una
forma una cóncava llamada menisco. Esta forma se debe a que la tensión superficial (T),
actúa perimetralmente alrededor del tubo con una inclinación α respecto a la pared del tubo.
El ángulo α, es llamado ángulo de contacto, su valor depende de las condiciones de la
pared del tubo. En tubos con pared limpia, tomará el valor de cero. Si la pared el tubo está
sucia, tomará un valor comprendido entre 0 y 90º. En cambio, si la pared del tubo está
cubierta de grasa de modo que impida la adherencia del agua, tomará un valor mayor a 90º.
100
CAPITULO 4 Flujo de agua

hc
hc
hc

AGUA

Figura 4.4. Máximo ascenso capilar en tubos (Das, 1998).

Tubo capilar
D
α α
hc·γ w
T T

uw hc

Presión
W +

h·γw

(a) (b) (c)


Figura 4.5. Máximo ascenso capilar en tubos (Whitlow 1994; Das, 1998).
(a) Detalle de la superficie libre. (b) Tubo capilar. (c) Presión hidrostática.

La Figura 4.5c, muestra un diagrama de presiones hidrostáticas del sistema. El agua que
ascendió capilarmente tiene una presión (u w ) negativa, donde tiene un valor máximo en la
superficie libre. Mientras que el agua que está por debajo del tubo capilar tiene una presión
positiva que varía según a la profundidad. A esta presión negativa, se la denomina succión. El
agua se elevará a una altura h c , donde el peso de la columna de agua estará en equilibrio con
la tensión superficial. Como el sistema está en equilibrio, entonces se tendrá que:

ΣF abajo + ΣF arriba = 0 [4.1]


101
Fundamentos de mecánica de suelos

La única fuerza hacia arriba considerada como negativa, es la componente vertical de la


tensión superficial, que será:

∑F arriba = −T V

La componente vertical T v de la tensión superficial, ocasiona el ascenso capilar que será

∑F arriba =−π ⋅ D ⋅ T ⋅ cos α [4.2]

La fuerza que actúa hacia abajo, considerada positiva es la del peso de la columna de
agua que será:

∑F abajo =W

Donde, se tendrá que:

π 
∑F abajo =hC ⋅  ⋅ D 2  ⋅ γ w
 4 
[4.3]

Por lo tanto, reemplazando las ecuaciones [4.2] y [4.3] en la ecuación [4.1], se tiene que:

π ⋅d2
hc ⋅ ⋅ γ w − π ⋅ D ⋅ T ⋅ cos α =0
4

Despejando h c , se tiene que:

4 ⋅ T ⋅ cos α
hc = [4.4]
D ⋅γ w
Donde:
h c = Máximo ascenso capilar.
T = Tensión superficial.
α = ángulo de contacto.
D = Diámetro del tubo capilar.
γ w = Peso unitario del agua.

Con la ecuación [4.4] se puede determinar el máximo ascenso capilar en tubos capilares
de vidrio en función al diámetro del tubo.

Ascenso capilar en suelos.

Los continuos espacios vacíos del suelo pueden comportarse en conjunto como tubos
capilares con secciones transversales diferentes. En contraste con lo que ocurre en los tubos,
los vacíos continuos del suelo se comunican entre si en toda dirección, constituyendo un
enrejado de vacíos.
En la Figura 4.6 se ha colocado suelo en un cilindro transparente. La parte inferior ha
sido protegida para evitar que el suelo salga pero permitir el contacto con el agua, mientras
que el extremo superior queda expuesto a la atmósfera. Algún tiempo después de poner en
contacto la parte inferior del tubo con el agua, la Figura 4.6a muestra que el agua asciende
102
CAPITULO 4 Flujo de agua

capilarmente hasta una altura máxima h c . A una altura h cs , la Figura 4.6b muestra que el
suelo está completamente saturado, mientras la región de suelo comprendida entre h cs y h c
según la Figura 4.6b, está parcialmente saturada de agua. La Figura 4.6c, muestra que el
ascenso capilar resulta ser más rápido mientras el grado de saturación disminuya. Hazen
(1930) obtuvo una ecuación que permite determinar el máximo ascenso capilar de agua en el
suelo, que es:
C
hc = [4.5]
e ⋅ D10
Donde:
h c = Máximo ascenso capilar en el suelo.
e = Índice de vacíos.
D 10 = Tamaño efectivo.
C = Constante que depende de la forma de las partículas.

hc hc
Seca

c d
Húmeda

Aire

hc
Agua
Saturada

h cs

100 S% v

(a) (b) (c)


Figura 4.6. Ascenso capilar en el suelo (Terzagui & Peck; Das, 1998).
(a) Columna de suelo en contacto con el agua. (b) Variación del grado e saturación en la
columna de suelo. (c) Variación de la velocidad del ascenso capilar en el suelo.

La constante C, puede ser estimada según a la forma y estado de las partículas del suelo
con la Tabla 4.1.
Tabla 4.1. Valores del coeficiente C en mm2 (Crespo, 2001).
Forma de las partículas
Redondeada Rugosa
C mm 2 10 20 30 40 50 60
Limpio Sucio

La Figura 4.7 muestra dos curvas que han sido determinadas experimentalmente de la
observación del ascenso capilar en diversos suelos. A la altura h cs , se la llama altura de
saturación capilar y puede ser determinada con la Figura 4.7. Para lo cual, debe ingresarse a
la Figura con un valor del diámetro efectivo en milímetros, luego de interceptar a la curva
deseada, entonces se tendrá una aproximación del ascenso capilar correspondiente al caso.
103
Fundamentos de mecánica de suelos

En un perfil de suelo, el agua ascenderá capilarmente a partir del nivel freático y saturará
todos los espacios vacíos hasta una altura h cs con respecto al nivel freático. El máximo
ascenso capilar se registrará a una altura h c . Al igual que en los tubos, mientras más pequeñas
sean las partículas del suelo, mayor será el ascenso capilar.

Arcilla
Limo
4
10
Arena
Asc
enc
ión ca
mm

10 3
pila
rh
c
Ascención capilar

2
10 Nivel d Grava
e satura
ción h
cs

1
10

0
0.002 0.006 0.02 0.06 0.2 0.6 2 6 20
Diámetro efectivo, D10 mm
Figura 4.7. Relación aproximada entre el ascenso capilar y el tipo de suelo (Whitlow, 1994).

La Tabla 4.2, muestra un rango aproximado del ascenso capilar para diversos suelos.

Tabla 4.2. Rango aproximado de ascenso capilar en suelos (Das, 1998).


Tipo de suelo Ascenso capilar en m
Arena gruesa 0.12 - 0.18
Arena fina 0.3 - 1.2
Limo 0.76 - 7.6
Arcilla 7.6 - 23

4. Concepto de carga.

La Figura 4.8, muestra una tubería donde se han instalado un par de tubos que registran
diferentes niveles de agua. El agua que asciende no lo hace por capilaridad, sino que estos
tubos miden la presión y la velocidad del flujo de agua que circula. Para el punto B, el
piezómetro medirá la presión, mientras que el tubo Pitot mide la velocidad del flujo. Con la
línea de referencia ubicada en la parte inferior del sistema y los niveles de agua del par de
tubos instalados, pueden determinarse las distintas formas de energía que existen en el punto
B, que son:

• Energía potencial.- Esta se refiere a la elevación que tiene el punto respecto


a la línea de referencia.
• Energía de presión.- Esta se debe a la presión del flujo de agua.
• Energía cinética.- Se debe a la velocidad con que circula el flujo de agua.
Aunque las unidades en que se expresa la energía son: Joules, BTUs y otros, conviene
hacer el uso del concepto de carga para expresar la energía en términos conocidos y
fácilmente cuantificables.
104
CAPITULO 4 Flujo de agua

Piezómetro Tubo Pitot

hv

hp
Area (A) h

Punto B
hz

Nivel de referencia
Figura 4.8. Tubería con un piezómetro y tubo Pitot instalados (Coduto, 1999).

Para este fin el concepto de carga permite expresar la energía en unidades de longitud, a
saber la longitud de una columna de agua. Para esto, la energía es dividida entre la
aceleración de la gravedad, convirtiendo así cada forma de energía al equivalente de energía
potencial, expresada con una respectiva altura. Por lo tanto las tres formas de energía pueden
expresarse como:

• Altura potencial (h z ).- Es la elevación entre la línea de referencia y el punto


B como se muestra en la Figura 4.8. Esta describe la energía potencial del
punto.
• Altura de presión (h p ).- Es la elevación entre el punto B y el nivel de agua
del piezómetro, esta describe la energía de presión. Esta altura también se
conoce como altura piezométrica.
• Altura de velocidad (h v ).- Es la diferencia en los niveles de agua que existe
entre el piezómetro y el tubo Pitot (Figura 4.8). Esta describe la energía
cinética del punto.

Piezómetro

Flujo
de agu
a

Partículas del suelo

Espacio vacío

Figura 4.9. Piezómetro instalado en un suelo.


105
Fundamentos de mecánica de suelos

La suma de estas tres alturas, se conoce como la altura total de carga (h) que se expresa:

h = hz + hp + hv [4.6]

La ecuación [4.6], es llamada la ecuación de Bernoulli que está expresada en términos del
concepto de carga. De manera similar a una tubería, la Figura 4.9 muestra un suelo donde
pasa a través de el un flujo de agua. Se ha instalado un piezómetro y se observa la elevación
de un cierto nivel de agua.
El flujo de agua circula por los espacios vacíos entre partículas del suelo, el piezómetro
mide la presión del flujo de agua en estos espacios vacíos o poros. Si se instala un tubo Pitot,
para medir la altura de velocidad del flujo de agua, este registrará una elevación de agua casi
igual al piezómetro, por lo cual la energía cinética será muy pequeña como para tomarla en
cuenta en el suelo. Esto se debe a que el flujo de agua en los espacios vacíos del suelo, no
tiene tanta influencia como en toda la sección transversal de una tubería. La ecuación de
Bernoulli expresada en términos del concepto de carga para el suelo, será:

h = hz + hp [4.7]
Donde:
h = Altura total de carga.
h z = Altura potencial.
h p = Altura piezométrica.

Pérdida de carga (∆h).

El flujo de agua que circula en una tubería, irá perdiendo energía a lo largo de esta. Esta
energía que se pierde, se debe a la fricción del agua con las paredes del tubo o debido a otros
obstáculos que pueda tener el sistema. En la Figura 4.10 se muestra una tubería, donde se han
instalado dos piezómetros en dos puntos distantes de esta.

hv.A ∆h

hv.B

hp.A hp.B
B
A
Q

L hz.B
hz.A

Nivel de referencia
Figura 4.10. Tubería con piezómetros instalados en los puntos A y B (Coduto, 1999)

La diferencia entre las alturas piezométricas de los puntos A y B, indica la magnitud de la


pérdida de carga expresada en términos del concepto de carga, a lo largo de la distancia L.
Esta pérdida de carga indica la existencia de un flujo de agua, pues si no existiera significaría
que el agua no se mueve. En el suelo se reproduce la misma idea, donde la pérdida de carga
es medida en dos puntos.
106
CAPITULO 4 Flujo de agua

Gradiente hidráulico (i).


El gradiente hidráulico se define como la relación entre la pérdida de carga y la distancia
donde ocurre esta pérdida, es medido en dos puntos del sistema como el caso de los puntos A
y B de la Figura 4.10. La altura total de carga disminuirá siempre en el sentido del flujo de
agua, por lo cual el valor del gradiente hidráulico siempre será positivo, además será
adimensional. Los puntos ubicados para medir el gradiente hidráulico siempre estarán
alineados respecto a la dirección del flujo. La Figura 4.11 muestra la forma correcta de ubicar
estos puntos en un sistema.

hA Dirección del
flujo de agua hA
el
nd a
hA ció gu
∆h
ri ec de a
∆h hB
D jo
flu
∆h
hB
Dirección hB
del flujo A
de agua A

L
A B
L

B B
L

Figura 4.11. Ubicación correcta de los puntos para determinar el gradiente hidráulico.

El gradiente hidráulico será:

∆h
i= [4.8]
L

Un valor elevado del gradiente hidráulico refleja una fricción excesiva, y esto
generalmente significa un flujo con velocidad alta. En el caso de los suelos es igual.

Presión de poros (u).

Se conocerá como poro al espacio vacío formado entre partículas de suelo y la presión del
agua dentro de estos espacios vacíos, es conocida como la presión de poros. La Figura 4.12
muestra el caso de un suelo saturado donde se ha instalado un piezómetro, la presión de poros
originó que una cantidad apreciable de agua suba por el piezómetro hasta que el peso de esta
columna esté en equilibrio con la presión de poros. Si M p es la masa del agua contenida en el
piezómetro y A p es el área de la sección transversal del piezómetro, la presión de poros será:

Mp
u=
Ap

La masa del agua (M p ) puede escribirse en función a las dimensiones del piezómetro.

γ w ⋅ h p ⋅ Ap
u=
Ap
107
Fundamentos de mecánica de suelos

Por lo que la expresión se reduce a:

u = γ w ·h p [4.9]
Donde:
h p = Altura piezométrica.
γ w = Peso unitario del agua.
u = Presión de poros.

Ap
Wp
Ap
hp

Figura 4.12. Presión de poros en el suelo.


Con la ecuación [4.9], puede calcularse la presión de poros en un suelo saturado. La
presión de poros, también puede ser media en suelos parcialmente saturados. En el caso de un
suelo que tiene ascenso capilar, la presión de poros en la zona capilar será:

 S 
u = −  ⋅γ w ⋅ h [4.10]
 100 
Donde:
u = Presión de poros.
S = Grado de saturación del suelo en porcentaje.
h = Elevación del punto respecto al nivel freático.
γ w = Peso unitario del agua.

5. Condiciones del flujo subterráneo.

La Figura 4.13, muestra la variación de la velocidad de descarga respecto al incremento del


gradiente hidráulico. Mientras el gradiente hidráulico se incrementa, también lo hace la
velocidad de descarga. Para rangos determinados del gradiente hidráulico, la relación entre
velocidad de descarga y el gradiente hidráulico tendrá un comportamiento diferente. Este
comportamiento está clasificado en tres diferentes zonas.

• Zona I.- Esta zona corresponde al flujo laminar, donde la relación entre la
velocidad de descarga y el gradiente hidráulico describe un comportamiento
que se ajusta a una línea recta, siendo así en está zona se tiene un
comportamiento lineal.
• Zona III.- Corresponde a un flujo turbulento, donde no se establece un
comportamiento uniforme de la velocidad para un determinado gradiente
hidráulico, por lo que en esta zona se tendrá un comportamiento no lineal del
flujo de agua.
108
CAPITULO 4 Flujo de agua

• Zona II.- Esta zona corresponde a una etapa intermedia, donde el flujo pasa
de un comportamiento laminar a turbulento. La relación entre la velocidad de
descarga y el gradiente hidráulico se ajustará a una forma parabólica.

Zona III
Velocidad, v

Flujo Turbulento

Zona II
Flujo de Transición

Zona I
Flujo Laminar

Gradiente Hidráulico, i
Figura 4.13. Variación natural de la velocidad de descarga con el gradiente hidráulico.

La zona I, es la que más se ajusta al comportamiento del suelo. Por lo general, el flujo de
agua que circula por los espacios vacíos del suelo como conjunto es lento, por lo que se
tendrán valores bajos de la velocidad. En está zona la velocidad de descarga será
proporcional al gradiente hidráulico, lo cual es de importancia, pues todo el análisis que se
efectúa en este capítulo tiene como base un comportamiento laminar del flujo de agua.

Dirección del flujo subterráneo.

Para la facilidad en el análisis, se debe especificar la dirección del flujo de agua como
conjunto, pues el flujo de agua que circula a través de los espacios vacíos del suelo puede ir
en cualquier dirección. Si se transforma el movimiento del flujo de agua a un campo
vectorial, representado al flujo con vectores de velocidad, este podría clasificarse de acuerdo
a la dirección en que se mueve cada uno de estos por los espacios vacíos del suelo.

x x

y y z
(a) (b) (c)
Figura 4.14. Condiciones de flujo en una dos y tres dimensiones.
109
Fundamentos de mecánica de suelos

Se dirá que es un flujo unidimensional, cuando todos los vectores de velocidad son
paralelos y de igual magnitud (Figura 4.14a). En otras palabras toda el agua se mueve
paralelamente en una sección transversal de área. Será flujo bidimensional, cuando todos los
vectores de velocidad estén todos confinados en un simple plano, variando en su magnitud y
dirección (Figura 4.14b). El flujo en tres dimensiones es el comportamiento más general del
flujo de agua en suelos. Este es cuando los vectores de velocidad varían tanto en magnitud
como dirección en el espacio x, y, z (Figura 4.14c).

6. Flujo en una dimensión.

El análisis de esta condición de flujo, resulta ser la más sencilla y fácil de comprender.
Generalmente esta tiene su aplicación en permeámetros (aparatos de laboratorio) y otros
sistemas sencillos de flujo de agua a través de suelos confinados en tubos y otras secciones.
Por lo cual, para emplear este tipo de análisis debe tenerse la certeza que el flujo se comporta
de la misma manera que el de la Figura 4.14a.

Presión del flujo (j).

En el permeámetro de laboratorio que se muestra en la Figura 4.15, se ha introducido un


suelo entre los niveles C-C y B-B. También se ha ubicado cuidadosamente una válvula que
controla la salida del flujo de agua.

Área = A
q

O O

hs
Válvula

A A
h
B B
Flujo

L
Suelo
C C

Figura 4.15. Permeámetro para la presión de flujo (Whitlow, 1994).

Por el reservorio superior, se ingresa una cantidad constante de flujo, de tal manera que
ocasiona un flujo ascendente en el suelo hasta alcanzar el nivel A-A y salir por la válvula. El
flujo ascendente de agua, produce una presión que actúa sobre las partículas del suelo
llamada presión del flujo que depende de la altura de carga (h s ), está presión ascendente
110
CAPITULO 4 Flujo de agua

levantará a las partículas del suelo haciéndolas flotar, a este estado que llega el suelo se lo
denomina flotación. Si se cerrara la válvula, el agua ascenderá hasta el nivel O-O, donde el
sistema se mantendrá en equilibrio y no existirá flujo de agua. La cantidad de agua
comprendida en los niveles A-A y O-O, ejerce la presión necesaria que contrarresta está
presión ascendente del flujo. Entonces, la presión que ejerce el agua comprendida en los
niveles A-A y O-O denominada como J, será:

J = γ w ⋅ hs

Como la velocidad de flujo es constante, la presión de flujo que actúa sobre el suelo
también será constante entre C-C y B-B. Por lo tanto la presión de flujo por unidad de
volumen denominada como j, será:

γ W ⋅ hs
j= [4.11]
L

De esta expresión, se reconoce el gradiente hidráulico (i), que en el sistema mostrado en


la Figura 4.15, se expresa como:

hs
i=
L

Si se sustituye esta última expresión en la ecuación [4.11], se tendrá que:

j = i ⋅γ W [4.12]
Donde:
j = Presión de flujo.
i = Gradiente hidráulico.
γ w = Peso unitario del agua.

Con la ecuación [4.12], se puede calcular la presión que ejerce un flujo de agua en las
partículas del suelo por unidad de volumen.

Gradiente hidráulico crítico (i c ).

Se define como gradiente hidráulico crítico, al máximo gradiente hidráulico que el suelo
pueda tolerar antes que se produzca flotación. Considerando nuevamente el permeámetro de
la Figura 4.15, la condición para tener el máximo gradiente hidráulico del suelo, será
igualando el peso del suelo y agua comprendido en los niveles C-C y A-A con el peso total
del agua en los niveles C-C y O-O. Por lo cual se tendrá que:

γ w·(L + h + h s ) = γ sat ·L + γ w·h


Entonces:
γ w ·h s + γ w ·L = γ sat ·L

Por lo tanto:

γ w·h s =(γ sat - γ w )·L


111
Fundamentos de mecánica de suelos

Esta expresión puede escribirse como:

hs
γw⋅ = γ sat − γ w
L

hs
De está ecuación, se reconoce que: ic = , además de γ’= γ sat – γ w .
L
Reemplazando, el gradiente hidráulico crítico (i c ) será:

γ′
ic = [4.13]
γw
Donde:
i c = Gradiente hidráulico crítico.
γ' = Peso unitario sumergido del suelo.
γ w = Peso unitario del agua.

También, el gradiente hidráulico crítico puede expresarse en términos que se relacionan


con características propias del suelo, que pueden conocerse en laboratorio. Este también se
expresa:
Gs − 1
ic = [4.14]
1+ e
Donde:
i c = Gradiente hidráulico crítico.
G s = Gravedad específica de los sólidos.
e = Índice de vacíos.

Con las ecuaciones [4.13] y [4.14], se puede determinar el gradiente hidráulico crítico
para un suelo.

Ley de Darcy.

H. Darcy (1850) realizó un experimento utilizando un permeámetro semejante al que se


muestra en la Figura 4.16, para estudiar las propiedades del flujo de agua vertical a través de
un filtro (suelo compuesto de arena).
Darcy, hizo variar la longitud de la muestra (L) y las alturas piezométricas en la parte
superior (h 3 ) e inferior (h 4 ) de la muestra. Para todas las variantes, midió el caudal (q)
desplazado, que era el que circulaba a través de la arena. Darcy encontró experimentalmente
que el caudal era proporcional a la relación: (h 3 – h 4 )/L. Por lo cual propuso que:

 h − h4 
q = k ⋅ 3 ⋅ A [4.15]
 L 
Donde:
q = Caudal de descarga.
k = Una constante proporcional.
h 3 = Altura piezométrica de la parte superior de la muestra.
h 4 = Altura piezométrica de la parte inferior de la muestra.
L = Longitud de la muestra.
A =Área de la sección transversal de la muestra.

112
CAPITULO 4 Flujo de agua

entra
q
1
2
3

L Arena

h3

q sale

h4
Línea de referencia
Figura 4.16. Permeámetro utilizado por Darcy (Lambe & Whitman, 1976).

La relación: (h 3 – h 4 )/L, resulta ser el gradiente hidráulico del sistema. Por lo tanto la
ecuación [4.15] puede escribirse como:

q = k·i·A [4.16]

La ecuación [4.16], es conocida como la ley de Darcy. Según la Figura 4.13, la variación
de la velocidad de descarga respecto al gradiente hidráulico, describe una trayectoria que se
ajusta a una línea recta que parte del origen. La ecuación de esta línea será:

v = k·i [4.17]

La ecuación [4.17] es otra variación de la ley de Darcy, que relaciona la velocidad de


descarga con el gradiente hidráulico.

Validez de la ley de Darcy.

La ley de Darcy, es aplicable a un flujo de agua a través de un medio poroso como ser el
suelo, donde se tenga un flujo laminar. En los suelos, generalmente la velocidad del flujo es
lenta, por lo que en la mayoría de los casos se tendrá flujo laminar. Para una velocidad de
flujo muy rápida, la ley de Darcy no es aplicable.
Para evaluar la velocidad del flujo se utiliza el número de Reynolds, que es un número
adimensional que expresa la relación interna entre fuerzas viscosas durante el flujo.
Generalmente este número es usado en la hidráulica, para clasificar el flujo como laminar
(baja velocidad) o turbulento (alta velocidad). El número de Reynolds será:

v·D·ρ
R=
µ
113
Fundamentos de mecánica de suelos

Donde:
R = Número de Reynolds.
v = Velocidad de descarga.
D =Diámetro promedio de las partículas del suelo.
ρ = Densidad del agua.
µ = Viscosidad del agua.

Harr (1962) determinó empíricamente los valores críticos del número de Reynolds para el
suelo, donde conociendo el tamaño de las partículas y la velocidad de descarga, se puede
determinar el tipo de flujo que circula a través del suelo (flujo laminar o turbulento). Para
valores inferiores a 1, se tendrá un flujo laminar en el suelo. Si el número de Reynolds está
comprendido entre 1 a 12, se tendrá un flujo en transición. Para valores mayores a 12, el flujo
será turbulento donde no es aplicable la ley de Darcy. La Figura 4.17, muestra los límites
según al número de Reynolds donde la ley de Darcy es válida.

10

Flujo turbulento
v ≠ k·i
Velocidad de descarga cm/s

R
=
12

Transición

0.1 R
Flujo laminar =
1
v = k·i

0.01
0.1 1 10 100
Tamaño promedio de las partículas del suelo mm
Figura 4.17. Valores límites del número de Reynolds (U.S. Engineers Corps, 1986).

Velocidad de flujo (v s ).

En el suelo como se ve en la Figura 4.18, el agua circula a través de los espacios vacíos
siguiendo una trayectoria serpenteante (trazo punteado) del punto A hasta el punto B.
Esta trayectoria serpenteante es microscópica y resulta muy difícil determinar la
velocidad del flujo de agua en estas condiciones, pues debe tomarse en cuenta el tamaño del

114
CAPITULO 4 Flujo de agua

poro y la ubicación del mismo en la trayectoria. Sin embargo en flujo de agua con el
propósito de facilitar el análisis se estudia el problema desde un punto de vista macroscópico,
se considera que el flujo recorre una trayectoria recta (trazo lleno) del punto A al B, con una
misma velocidad de flujo en toda su recorrido.

Trayectoria a escala
macroscópica.

microscópica.

Figura 4.18. Trayectoria del flujo de agua en un suelo (Lambe & Whitman, 1976).

La Figura 4.18, muestra un permeámetro que tiene confinado un suelo donde circula a
través de el un flujo de agua. El agua que circulará por el suelo tendrá una velocidad de flujo
v s , mientras que el agua que circula fuera del suelo tendrá una velocidad de descarga v.

v vs v

Figura 4.19. Velocidad de descarga y de flujo.

Debido a que no sale, ni ingresa agua adicional en todo el recorrido del flujo, por el
principio de continuidad se puede decir que el caudal que circula en cualquier punto del
sistema es el mismo. Sea q s el caudal que circula a través del suelo y q el caudal que circula
fuera del suelo, por lo tanto se tendrá que:

qs = q

La Figura 4.20a, muestra la sección transversal del permeámetro libre de suelo, mientras
que la Figura 4.20b muestra la sección transversal del suelo en el permeámetro ampliada
convenientemente, en ambas secciones circula el flujo de agua a diferentes velocidades.

115
Fundamentos de mecánica de suelos

Sección transversal Sección transversal


fuera del suelo. dentro del suelo.

Área = A Área = Av+As


(a) (b)
Figura 4.20. Secciones transversales del permeámetro.
(a) Sección transversal donde circula el agua con una velocidad de descarga v.
(b) Sección transversal donde circula el agua con una velocidad de flujo v s .

Si A es el área de la sección transversal para la Figura 4.20a, A s el área de los sólidos y A v


el área de los espacios vacíos entre partículas del suelo en la Figura 4.20b, se tendrá que:

v·A = v s ·A v

Despejando la velocidad de flujo, se tendrá que:

A
vs = ⋅v
Av

Para una misma longitud unitaria L, el área puede transformarse en volumen, por lo cual
se tendrá que:
V
vs = ⋅v
Vv
Donde:
V = Volumen que circula en toda la sección transversal por unidad de longitud.
V s = Volumen que circula por los espacios vacíos del suelo por unidad de longitud.

De está última expresión, se reconoce la porosidad que se expresa:

Vv
n=
V

Reemplazando la porosidad, la velocidad de flujo será:

v
vs = [4.18]
n
Donde:
v s = Velocidad de flujo.
v = Velocidad de descarga.
n = Porosidad.

116
CAPITULO 4 Flujo de agua

Con la ecuación [4.18] se puede determinar la velocidad del flujo en el suelo que será
mayor a la velocidad de descarga.

Conductividad hidráulica (k).

A la constante k de la ecuación [4.16] y [4.17], se la conoce como la conductividad


hidráulica. Esta es usada como un parámetro para evaluar la resistencia que ofrecida el suelo
al flujo de agua. La conductividad hidráulica depende en gran manera de la estructura del
suelo, las propiedades que influyen en la conductividad hidráulica son:

• El tamaño de partículas.
• La gradación del suelo.
• El índice de vacíos del suelo.
• La textura y rugosidad de las partículas.
• Temperatura.
• Viscosidad del fluido.

Claro está, que en la mayoría de los casos el agua nunca está completamente limpia,
contiene pequeñas cantidades de otras sustancias que pueden producir pequeñas variaciones
en la viscosidad y densidad, aún así estas dos últimas no definen el valor de la conductividad
hidráulica por lo que son descartadas.
La conductividad hidráulica es medida en unidades similares a la velocidad, su intervalo
de variación para el suelo es muy amplio. Se extiende desde un valor insignificante de 10-7
cm/s para el caso de arcillas, hasta un máximo de 100 cm/s para el caso de algunas gravas. En
la Tabla 4.3, se presenta rangos de valores para la conductividad hidráulica en algunos tipos
de suelo.

Tabla 4.3. Valores típicos de la conductividad hidráulica (Coduto, 1999).


Conductividad hidráulica
Tipo de suelo
cm/s
Grava limpia 1 a 100
Arena y grava mezclada 10-2 a 10
Arena gruesa limpia 10-2 a 1
-2 -1
Arena fina 10 a 10
Arena limosa 10-3 a 10-2
Arena arcillosa 10-4 a 10-2
Limo 10-8 a 10-2
Arcilla 10-10 a 10-6

Según al valor de la conductividad hidráulica, puede evaluarse el grado de permeabilidad


de un suelo. La Tabla 4.4, muestra una orientación del grado de permeabilidad del suelo
según a su conductividad hidráulica.
Existen diversas maneras para determinar la conductividad hidráulica de un suelo, las
formas más comunes son mediante:

• Ensayos en laboratorio.
• Métodos empíricos.
• Ensayos en campo.
117
Fundamentos de mecánica de suelos

Tabla 4.4. Grado de permeabilidad del suelo (Whitlow, 1994).


Grado de permeabilidad Conductividad hidráulica cm/s
Elevada Superior a 10-1
Media 10-1 a 10-3
Baja 10-3 a 10-5
10-5 a 10
-7
Muy baja
-7
Practicamente impermeable menor de 10

Efecto de la temperatura en la conductividad hidráulica.

La conductividad hidráulica esta en función a la viscosidad del agua, que varia


considerablemente con el cambio de temperatura. Convencionalmente el valor de la
conductividad hidráulica se expresa para una temperatura ambiente de 20 ºC, esta variación
de la conductividad hidráulica conforme al cambio de temperatura obedece a la siguiente
ecuación:
k 20 = C t ·k t [4.19]
Donde:
k t = Conductividad hidráulica correspondiente a una temperatura.
C t = Coeficiente de corrección de la temperatura.
k 20 = Conductividad hidráulica para una temperatura de 20 ºC.

El coeficiente de corrección de temperatura C t , es una relación entre viscosidades del


agua a diferentes temperaturas. Este coeficiente puede ser obtenido de la Tabla 4.5.
La conductividad hidráulica siempre debe ser corregida por temperatura, en el caso de
tenerse una conductividad donde no se especifique la temperatura en que fue determinada, se
asumirá que será a 20 ºC.

Tabla 4.5. Valores para C t (Das, 1998).


ºC Ct ºC Ct
4 1.555 24 0.910
10 1.299 25 0.889
15 1.135 26 0.869
16 1.106 27 0.850
17 1.077 28 0.832
18 1.051 29 0.814
19 1.025 30 0.797
20 1.000 40 0.670
21 0.976 50 0.550
22 0.953 60 0.468
23 0.931 70 0.410

6.1 Ensayos en laboratorio para determinar la conductividad hidráulica.

Determinar la conductividad hidráulica mediante ensayos en laboratorio es la forma más


común, práctica y confiable, donde se sigue la premisa que todo ensayo en laboratorio
reproduzca las mismas condiciones de campo. Para lo cual, se extraen apropiadamente
muestras de suelo de tal manera que los resultados obtenidos en laboratorio sean
representativos del tipo de suelo que se tiene en campo. Según al tamaño de las partículas del
suelo, se han ideado dos permeámetros que se utilizan para determinar la conductividad
hidráulica.
118
CAPITULO 4 Flujo de agua

Ensayo de carga constante.

El ensayo de carga constante es un método para determinar la conductividad hidráulica de un


suelo en laboratorio, capaz de medir valores hasta de: k > 10-4 m/s. El aparato usado que se
muestra en la Figura 4.21, recibe el nombre de permeámetro de carga constante y
generalmente es usado para suelos de grano grueso como ser gravas y arenas.

Reservorio
superior

∆h Drenaje de rebalse

Piezómetros

Entrada q
de agua

Válvula

Reservorio
L Suelo inferior

q
Válvula

Cilindro Q
graduado

Figura 4.21. Permeámetro de carga constante (Coduto, 1999).

La muestra de suelo se introduce en un cilindro de plástico transparente, con filtros de


piedra porosa por encima y por debajo de ella. En la parte lateral del cilindro están instalados
varios piezómetros a lo largo de la muestra, para medir la altura de presión en diversos
puntos. El flujo de agua que pasa a través de la muestra de suelo proviene del reservorio
superior, que está diseñado para mantener una carga constante de agua. Finalmente en un
119
Fundamentos de mecánica de suelos

lapso de tiempo, el agua que rebalsa del reservorio inferior es recolectada en un cilindro
graduado.
Es importante que la muestra de suelo esté completamente saturada de agua, lo que
garantiza un flujo de agua, además que la presencia de burbujas de aire afectan
considerablemente los resultados. Para saturar completamente la muestra de suelo, primero se
debe suministrar un flujo constante de agua desairada (destilada) al reservorio superior, luego
se abren las dos válvulas y se deja circular el agua controlando la velocidad del flujo con las
válvulas. Cuando los niveles de agua en los piezómetros se mantengan constantes, se dirá que
el suelo está completamente saturado. El ensayo consiste en hacer correr un flujo de agua
controlado (por las válvulas) por un tiempo (t), donde se registran las alturas piezométricas de
la muestra y el volumen de agua recolectada por el recipiente o cilindro graduado.
Registrados todos estos valores, se modifica la taza de flujo q (con las válvulas) y se repite el
mismo procedimiento, generalmente se realizan tres ensayos donde se obtienen tres
conductividades hidráulicas similares. En la Figura 4.22 se ha simplificado el permeámetro
de carga constante de manera que puede observarse la esencia del proceso y determinar la
conductividad hidráulica.

∆h

Recipiente
graduado

Figura 4.22. Simplificación del permeámetro de carga constante (Das, 1998).

La conductividad hidráulica real será la media aritmética de todas estas. Según la ley de
Darcy, el caudal que circula por el sistema será:

q = k·i·A

En base ha está expresión, la cantidad de agua recolectada V por el cilindro graduado en


un tiempo dado (t) será:

V = k·i·A·t

El gradiente hidráulico (i) del sistema, es determinado con el dato de la longitud de la


muestra (L) y la diferencia de alturas piezométricas (∆h), este gradiente será:

∆h
i=
L
120
CAPITULO 4 Flujo de agua

Reemplazando el gradiente hidráulico, se tendrá que:

∆h
V =k ⋅ ⋅ A⋅t
L

Despejando la conductividad hidráulica de esta última ecuación se tendrá que:

V ⋅L
k= [4.20]
∆h ⋅ A ⋅ t
Donde:
k = Conductividad hidráulica.
L = Longitud de la muestra.
∆h = Pérdida de carga.
V = Volumen de agua recolectada por el cilindro graduado durante el ensayo.
A = Área de la sección transversal del suelo.
t = Tiempo de duración el ensayo.

Con la ecuación [4.20] se determina la conductividad hidráulica de un suelo con el


permeámetro de carga constante. Luego debe hacerse una corrección por temperatura.

Ensayo de carga variable.

El ensayo de carga variable, es otro método para determinar la conductividad hidráulica de un


suelo en laboratorio, este permeámetro que se muestra en la Figura 4.23 generalmente es
usado para suelos de grano fino como ser arenas finas, limos y arcillas.
En estos suelos, el flujo de agua que circula a través de estos es demasiado lento como
para poder hacer mediciones precisas con el permeámetro de carga constante, por lo que el
permeámetro de carga variable puede medir conductividades hidráulicas comprendidas entre
10-4 < k < 10-7 m/s.
En un cilindro de unos 100 mm de diámetro se introduce la muestra representativa de
suelo, donde los extremos superior e inferior están protegidos por una piedra porosa. Al igual
que en el ensayo de carga constante, es importante que la muestra de suelo este
completamente saturada, para lo cual se sigue un procedimiento similar de saturación al
anteriormente descrito.
La muestra confinada en el cilindro, se la introduce en un reservorio anegado de agua que
cuenta con un vertedor de nivel constante. Luego, se conecta un tubo de carga en el extremo
superior del cilindro que contiene la muestra de suelo. La prueba se lleva a cabo llenando el
tubo de carga con agua, permitiendo así que el agua desairada pase a través de la muestra de
suelo por un tiempo (t). Se registra el nivel de la columna de agua en el tubo de carga al
empezar y al finalizar el ensayo. Luego de registrar estos datos, se repite el ensayo con un
diámetro diferente del tubo de carga. Por lo general se utilizan tres diámetros diferentes del
tubo de carga, la conductividad hidráulica real será la media aritmética de las conductividades
correspondientes a los diferentes diámetros del tubo. Por lo general se reportan también los
pesos unitarios inicial y final y el contenido de humedad de la muestra.
En algunos casos puede darse la posibilidad de no disponerse de tubos de diámetro
variado, en ese caso lo que se hace es hacer variar la altura inicial de la columna de agua en el
tubo ha elevaciones diferentes. Sin embargo deben efectuarse algunas correcciones. En la
Figura 4.24, se muestra el permeámetro de carga variable de forma simplificada.
Según la ley de Darcy, el caudal que circula por el sistema será:

q = k·i·A
121
Fundamentos de mecánica de suelos

Sección transversal
area = a

Nivel de agua al empezar del ensayo

Tubo

h1

∆h
Nivel de agua al final del ensayo

h2
Sección
transversal
area = A

Suelo L

Cilindro
graduado

Huecos de
drenaje
Figura 4.23. Permeámetro de carga variable (Coduto, 1999).

Para un tiempo t, el agua del tubo de carga desciende de un nivel h 1 hasta un nivel h 2 .
Puede decirse entonces que una taza de flujo q entre los niveles h 1 y h 2 circula por el sistema,
hasta rebalsar en el reservorio inferior. Por lo tanto si el nivel en la columna se reduce un dh
en un tiempo dt entonces se tendrá que:

dh
q = −a ⋅
dt
Donde:
q = Caudal de agua que circula a través del sistema.
a = Área de a sección transversal del tubo de la columna de agua.

El signo negativo indica la dirección del flujo de agua respecto al sistema de coordenadas
asumido, por continuidad se sabe que la cantidad total de agua que circula por el sistema será
igual a la cantidad que circulara progresivamente en un tipo dado, por lo tanto:

dh
k ⋅ A ⋅ i = −a ⋅
dt
122
CAPITULO 4 Flujo de agua

Tubo

h1
h
Piedra h2
porosa

Muestra
de suelo

Piedra
porosa

Figura 4.24. Simplificación del permeámetro de carga variable (Das, 1998).

El gradiente hidráulico (i) del sistema, se expresa como:

h
i=
L

Reemplazando el gradiente, se tendrá que:

h dh
k ⋅ A⋅ = −a ⋅
L dt

Reordenando e integrando, se tiene que:

dh k ⋅ A 2
h2 t

−∫
a ⋅ L ∫t1
= ⋅ dt
h
h1 1

Entonces:
h2 k ⋅ A
− ln = ⋅ (t 2 − t1 )
h1 a ⋅ L

Despejando, la conductividad hidráulica será:

a ⋅ L ⋅ ln(h1 h2 )
k= [4.21]
A ⋅ (t 2 − t1 )
123
Fundamentos de mecánica de suelos

Donde:
k = Conductividad hidráulica.
L = Longitud de la muestra.
a = Área de la sección transversal del tubo.
h 1 = Nivel inicial del agua en el tubo al empezar el ensayo.
h 2 = Nivel final del agua en el tubo al finalizar el ensayo.
A = Área de la sección transversal de la muestra de suelo.
t 1 = Tiempo al iniciar el ensayo, cuando el nivel de agua en el tubo esta en h 1 .
t 2 = Tiempo al finalizar el ensayo, cuando el nivel de agua en el tubo esta en h 2 .

En el caso de disponerse de un solo tubo de carga, la cantidad de agua que pasa por la
muestra (V) será el área del tubo multiplicada por la diferencia de los niveles de agua, que
será: V = a·(h 1 – h 2 ). El área del tubo de carga (a), expresado en función al volumen será:

V
a= [4.22]
h1 − h2

Reemplazando en la ecuación [4.22] la ecuación [4.21], la conductividad hidráulica será:

V ⋅ L ⋅ ln ( h1 h2 )
k= [4.23]
A ⋅ ( t2 − t1 ) ⋅ ( h1 − h2 )

Donde la cantidad de agua que pasa por la muestra (V), será el agua recolectada por el
cilindro graduado durante el ensayo.
Con las ecuaciones [4.21] y [4.23], se determina la conductividad hidráulica del suelo
con los resultados del permeámetro de carga variable. Luego, se debe realizar una corrección
por temperatura. Aunque el ensayo de carga constante es principalmente aplicado a suelos
finos, también proporciona resultados aceptables en cualquier tipo de suelo.

6.2 Métodos empíricos para determinar la conductividad hidráulica.

En base a las propiedades índice del suelo, diversos investigadores han desarrollado
ecuaciones y métodos empíricos para encontrar aproximaciones aceptables de la
conductividad hidráulica de un suelo. Estas ecuaciones y métodos empíricos, ayudan a
encontrar con rapidez la conductividad hidráulica como un dato tentativo del suelo.

Correlación de Hazen.

La correlación de Hazen, es la forma empírica más conocida y rápida para determinar una
aproximación de la conductividad hidráulica del suelo. Este método considera las
características granulométricas de las partículas del suelo. Hazen en sus estudios observo que
la conductividad hidráulica es aproximadamente proporcional al cuadrado del diámetro del
poro y a su vez es proporcional al diámetro efectivo del suelo. Valiéndose de estas ideas,
Hazen propuso que la conductividad hidráulica de un suelo será:

k= C ⋅ D102 [4.24]
Donde:
k = Conductividad hidráulica.
C = Coeficiente de Hazen que depende de las partículas del suelo.
D 10 = Diámetro efectivo.
124
CAPITULO 4 Flujo de agua

Tabla 4.6. Valores del coeficiente C (Tindall & Kunkel 1999; Whitlow, 1994).
TIPO DE SUELO C CU D 10 mm
Arena muy fina, pobremente gradada 0.4 a 0.8
CU ≥ 5 0.003 a 0.6
Arena fina, con finos apreciables 0.4 a 0.8
Arena media, bien gradada 0.8 a 1.2
Area gruesa, pobremente gradada 0.8 a 1.2 CU < 5 0.06 a 3.0
Arena gruesa limpia, bien gradada 1.2 a 1.5

El coeficiente de Hazen (C), puede ser estimado de la Tabla 4.6, para lo cual debe
conocerse el nivel de gradación del suelo, el coeficiente de uniformidad y el diámetro
efectivo del suelo. La British Geotechnical Society ha aplicado la correlación de Hazen a una
gran variedad de suelos, los mejores resultados corresponden a suelos con las siguientes
características:

• El diámetro efectivo (D 10 ) debe estar comprendido entre: 0.1 y 3 mm.


• El coeficiente de uniformidad (C U ) debe ser menor a 5.
• Se asume un coeficiente de: C = 1.

Método de Masch and Denny.

Este es un método empírico para determinar la conductividad hidráulica del suelo, es


aplicable en arenas limpias, densas y uniformes o no uniformes, clasificadas como SP o SW
en el sistema unificado de clasificación. Este método, relaciona las características
granulométricas del suelo con la conductividad hidráulica.
La Figura 4.25, muestra la curva granulométrica de un suelo, el método de Masch and
Denny consiste en transformar las unidades en que se grafica esta curva a un sistema donde el
tamaño de las partículas se expresa en unidades φ.

100
90
80
Porcentaje que pasa

70
60
50
40
30
20
10
0
1 0.1 0.01 0.001
Tamaño de partículas mm

Figura 4.25. Curva granulométrica de una muestra de suelo.

El tamaño de partículas expresado en mm, debe transformarse a unidades φ, con la


siguiente expresión:

φ = –log 2 D
125
Fundamentos de mecánica de suelos

Expresado de una forma más práctica, esta ecuación será:

φ = –3.322·log 10 D [4.25]
Donde:
φ = Tamaño de la partícula en unidades φ.
D = Tamaño de la partícula expresado en mm.
Otra forma de transformar las unidades es mediante el ábaco de la Figura 4.26. Se ingresa
a este con el tamaño de la partícula expresado en mm y se intercepta a la curva. La
proyección en el eje vertical de la intersección será el tamaño de la partícula expresado en
unidades φ.

10

4
φ = - Log 2D
Unidades φ

-2

-4
0.01 0.1 1 10
Tamaño de partícula en mm
Figura 4.26. Ábaco para la conversión de mm a unidades φ (U.S. Army Corps, 1986).

La Figura 4.27, muestra la curva granulométrica convertida a unidades φ. Luego de


transformar la curva granulométrica a unidades φ, se determina la desviación inclusiva
estándar (σ I ), que es usada como una medida de la dispersión de la curva granulométrica
transformada, se expresa como:

D16 − D84 D5 − D95


=σI + [4.26]
4 6.6
Donde:
σ I = Desviación inclusiva estándar.
D 16 = Tamaño de partícula en unidades φ que corresponde al 16% que pasa.
D 84 = Tamaño de partícula en unidades φ que corresponde al 84% que pasa.
D 5 = Tamaño de partícula en unidades φ que corresponde al 5% que pasa.
D 95 = Tamaño de partícula en unidades φ que corresponde al 95% que pasa.

Los diferentes diámetros que requiere la ecuación [4.26], son interpolados de la curva
granulométrica convertida en unidades φ (Figura 4.27). Con el valor de: d 50 expresado en
126
CAPITULO 4 Flujo de agua

unidades φ y con la desviación inclusiva estándar (σ Ι ), se ingresa al ábaco de la Figura 4.28 y


se determina la conductividad hidráulica.

100
90
80
Porcentaje que pasa

70
60
50
40
30
20
10
0
10 8 6 4 2 0
Tamaño de partículas en unidades Φ.

Figura 4.27. Curva granulométrica de una muestra de suelo en unidades φ.

10
0
0.
=

0.5
σ
I

=
σ
I

0
1.
=
σ
k cm/min

1
σ Ι= 1.5

σΙ= 2.0

0.1
4 3 2 1 0
FINO GRUESO
D50 (unidades φ)
Figura 4.28. Ábaco para la conductividad hidráulica (U.S. Army Corps, 1986).

En el caso de que el diámetro mediano (D 50 ) expresado en unidades φ sea negativo o


exceda el valor de 4, se considerará que el método no es aplicable a ese tipo de suelo.

Correlación de Shepherd.

G. Shepherd (1970) en base a las investigaciones de Hazen, propuso una relación empírica
semejante a la de Hazen pero mejorada, para determinar la conductividad hidráulica.
127
Fundamentos de mecánica de suelos

Esta es:
k = c ⋅ D50j [4.27]
Donde:
k = Conductividad hidráulica expresada en ft/día.
c = Coeficiente de Shepherd determinado empíricamente.
D 50 = Diámetro mediano de las partículas del suelo expresado en mm.
j = Valor exponencial determinado empíricamente.

10000

tal)
da

cris
ini

1000
na)
def

de

Du

a)
s
era
ra

lay
de
x tu

ep

)
(Es

s)
itos

les

do
Te

sd

ana
pós

ida
00· 2

sito
50

ec
D

sol
De

epó

sd

on
50 (
0·D 1.85
400

sc
sito
(D

to
5
1.7

epó
k=

en
50

100
500

·D

dim
(D
00

ida
5
0·D 1.6
k=

(Se
16

fin
50

5
k=

0·D 1.

de
50
45
Conductividad hidráulica ft/día

no
k=

10

ra
k=

x tu
Te

10

0.1
0.01 0.1 1 10
Tamaño mediano de grano (D50 ) en mm
Figura 4.29. Ábaco preparado por Shepherd (Tindall & Kunkel, 1999).
128
CAPITULO 4 Flujo de agua

Shepherd, determino empíricamente el valor de los coeficientes c y j para distintos tipos


de suelo y los represento gráficamente en la Figura 4.29. Ingresando con un valor de D 50 en
la Figura 4.29 y conociendo la procedencia del suelo, se determina la conductividad
hidráulica.
La correlación de Shepherd, generalmente tiene aplicación en el campo de la
hidrogeología, sin embargo da una aproximación aceptable de la conductividad hidráulica del
suelo cuando se disponga poca información de las propiedades índice del suelo.

Ecuación de Kozeny – Carman.

Mediante la ecuación de Kozeny – Carman, se puede determinar la conductividad hidráulica


de un suelo empíricamente. Esta ecuación relaciona las características del flujo de agua con
las granulométricas y de textura de las partículas del suelo, es aplicable en arenas limpias
densas, uniformes sueltas, clasificadas como SP en el sistema unificado de clasificación. Esta
ecuación es:

1 γ w e3
k= ⋅ ⋅ [4.28]
C S ⋅ To ⋅ S S
2 2
µ 1+ e
Donde:
γ w = Peso unitario del agua.
k = Conductividad hidráulica.
e = Índice de vacíos.
C S = Factor de textura.
T o = Factor de tortuosidad.
S S = Superficie específica.
µ = Viscosidad.

El U.S. Army Corps, recomienda que para partículas de arena y tamaños de limo más
finos que 0.074 mm y más gruesos que 0.005 mm, se asuma que:

C S ·T o 2 = 5 [4.29]

Caso contrario estos factores deben ser determinados en algún laboratorio especializado
con equipo apropiado para ello. El factor de angularidad (A), es estimado de la Tabla 4.7 en
base a la procedencia y rugosidad.

Tabla 4.7. Factor de angularidad (U.S. Army Corps, 1986).


TIPO DE MATERIAL DESCRIPCIÓN A
Esfera de cristal Bien redondeada 1.0
Arena natural Redondeada 1.1
Sub-redondeada 1.2
Sub-angular 1.3
Angular 1.4
Roca machacada Cuarzita 1.5
Roca machacada Basalto 1.6

Para determinar la superficie específica (S S ) de la muestra de suelo, deben encontrarse las


superficies específicas de cada fracción de suelo retenida en cada tamiz, para lo cual se utiliza
la expresión:

129
Fundamentos de mecánica de suelos

S S = A·(X 1 ·S 1 + X 2 ·S 2 + … + X n ·S n [4.30]
Donde:
S S = Superficie específica.
A = Factor de angularidad.
X i = Porcentaje de muestra de suelo retenida por un tamiz, expresado como decimal.
S i = Superficie específica de la fracción de suelo retenida en el tamiz.

La superficie específica (S i ), de las partículas asemejadas a esferas retenidas por un


tamiz, se calcula con la expresión:

6
Si = [4.31]
Dx ⋅ Dy
Donde:
S i = Superficie específica.
D x = Es la abertura del tamiz anterior al tamiz que retiene la fracción de suelo.
D Y = Es la abertura del tamiz que retiene la fracción de suelo.

Otra forma más sencilla de calcular la superficie específica (S i ) para las medidas de
tamices del tipo: U.S. Standart Sieves, es mediante la Tabla 4.8. Para esto, el tamiz que
retenga la fracción de suelo debe estar comprendido en el rango de mayor abertura de tamiz.

Tabla 4.8. Valores de S i para USCS (U.S. Army Corps, 1986).


Tamices adyacentes Superficie específica
U.S. Standad sieves S i [1/cm]
4 hasta 6 382
6 hasta 8 538
8 hasta 10 696
10 hasta 16 985
16 hasta 20 1524
20 hasta 30 2178
30 hasta 40 3080
40 hasta 50 4318
50 hasta 70 6089
70 hasta 100 8574
100 hasta 140 12199
140 hasta 200 17400

Otras formas empíricas de hallar la conductividad hidráulica.

El U.S. Departament of Navy (1971) ha propuesto el ábaco mostrado en la Figura 4.30, para
determinar la conductividad hidráulica. Este ábaco es válido para suelos gruesos, donde: La
relación entre el diámetro efectivo y el diámetro del cinco por ciento que pasa (D 10 /D 5 ) debe
ser menor a 1.4 y el coeficiente de uniformidad (C U ) debe estar comprendido entre 2 a 12.
Casagrande, propuso una relación empírica bastante útil para suelos gruesos que es:

k = 1.4·e2·k 0.85 [4.32]

Donde:
k = Conductividad hidráulica.
e = Índice de vacíos.
130
CAPITULO 4 Flujo de agua

k 0.85 = Conductividad hidráulica para un índice de vacíos de 0.85.


Con la ecuación [4.32], puede conocerse la conductividad hidráulica de un suelo cuando
el índice de vacíos es 0.85, en base a una conductividad hidráulica para otro índice de vacíos.
Kozeny, determinó que la conductividad hidráulica es proporcional a una razón de índice
de vacíos, que es:

e3
k = C1 ⋅ [4.33]
1− e

El valor de C 1 de la ecuación [4.33], es determinado empíricamente en base a la


variación de la conductividad hidráulica en función al índice de vacíos. Puede interactuarse la
ecuación [4.32] con la ecuación [4.33], para obtener estimaciones de la conductividad
hidráulica.
Para el caso de los suelos finos, Huang & Drnevich (1982), obtuvieron en base a
experimentos la siguiente relación empírica:

 en 
k = C 2 ⋅  
 [4.34]
1 + e 

Donde: C 3 y n, son constante que se determinan empíricamente cuando se tienen datos


acerca de la variación de la conductividad hidráulica respecto al índice de vacíos. Con las
ecuaciones [4.33] y [4.34], pueden hacerse estimaciones de la conductividad hidráulica para
diferentes variaciones del índice de vacíos, tanto para suelos gruesos como finos.

131
Fundamentos de mecánica de suelos

10
8
6

4
D10
< 1.4
D5
2
C u = 2 a 12

0.7
Conductividad hidráulica, k ft/min

e=
1

s,
0.8

cio
0.6

0.4 0.6 de va
ice
Í nd

0.5

0.2
0.3 .4
0

0.1
0.08
0.06

0.04

0.02

0.01
0.1 0.2 0.4 0.6 0.8 1 2 4 6 8 10
D10 mm
Figura 4.30. Ábaco para la conductividad hidráulica en suelos granulares (Das, 1998).
Las ecuaciones [4.32], [4.33] son validas para suelos de grano grueso como arenas y
gravas. Para suelos finos, la ecuación [4.32] es aplicable incluso para suelos gruesos. Otras
relaciones empíricas útiles para la conductividad hidráulica se muestran en la Tabla 4.9.
Tabla 4.9. Relaciones empíricas para determinar k (Das, 1998).
Tipo de suelo Autor Relación
e3
Arena Amer and awad (1974) k =C2 ⋅ D102.32 ⋅ Cu0.5 ⋅
1+ e
e3
Arena mediana a fina Shahabi, Das and Tarquin (1984) k=1.2 ⋅ C20.735 ⋅ D100.89 ⋅
1+ e

Mesri and Olson (1971) log k = A'⋅ log e + B '


Arcilla
e0 − e
Taylor (1984) log k = log k 0 −
Ck

Donde: e 0 y k 0 , respectivamente son: el índice de vacíos y la conductividad hidráulica in


situ. C k es el índice de cambio de conductividad hidráulica, tomado de la Figura 4.31. Una
buena aproximación para determinar el valor de C k es:

C k = 0.5·e 0 [4.33]

132
CAPITULO 4 Flujo de agua

Debe tenerse especial cuidado de aplicar las relaciones empíricas y métodos a los tipos de
suelo apropiados, caso contrario por lo general se tendrá incoherencia e incompatibilidad.

1.75

1.50

1.25

1.00
Ck

0.75

0.50

0.25

0
0 0.5 1.0 1.5 2.0 2.5 3.0 3.5
e0

Figura 4.31. Variación de C k en función a e 0 (Das, 1998).

6.3 Ensayos en campo para determinar la conductividad hidráulica.


Al extraer una muestra de suelo en campo y transportarla al laboratorio, esta puede sufrir
alteraciones en su estructura (índice de vacíos) o simplemente debido a que es pequeña no
puede representar a todo el volumen del suelo en estudio. Debido a estos factores los ensayos
en laboratorio no siempre son infalibles, en el sentido de proporcionar resultados reales de la
conductividad hidráulica del suelo, la experiencia y buen juicio del operador hará que se
interpreten correctamente los resultados. En el caso de las ecuaciones y métodos empíricos
estos ofrecen una aproximación importante de la conductividad hidráulica. Sin embargo,
estos métodos suelen presentar deficiencias para algunas características particulares de
algunos suelos. Para disponer de valores precisos y reales de la conductividad hidráulica se
recurren a los ensayos en campo. A diferencia de los ensayos en laboratorio, las ecuaciones y
métodos empíricos, estos se realizan en el mismo sitio de estudio con las condiciones reales
de la zona. Algunos de los métodos desarrollados para este fin son las:

• Pruebas de bombeo estacionarias.


• Pruebas en barrenaciones.

Es importante evaluar la importancia que tiene el dato de la conductividad hidráulica en


el proyecto, pues generalmente las pruebas de bombeo estacionarias y las pruebas en
barrenaciones consisten en perforaciones hechas en el suelo las cuales suelen demorar
tiempo, requiere que el operador y el personal tengan experiencia y por supuesto son
costosas.
Generalmente, las perforaciones se realizan con taladros de percusión y de rotación. En la
perforación percusiva la barrena tiene la forma de un cincel que golpea contra la roca hasta
formar un agujero, donde la roca triturada forma material fino que pueden ser extraídos
mediante la circulación de un fluido a presión. En la perforación rotaria el suelo se corta o
tritura por cuchillas o puntas las cuales se hacen girar gravitando sobre ellas una carga.
133
Fundamentos de mecánica de suelos

Durante las perforaciones se utiliza bentonita para impermeabilizar y estabilizar las paredes
del pozo. (Blyth & de Freitas, 1989)

Prueba de bombeo en estado estacionario.

La prueba de bombeo en estado estacionario implica la perforación de un pozo y el bombeo


del agua de este. La Figura 4.32, muestra que el objetivo de la perforación es interceptar un
acuífero donde el nivel freático del perfil de suelo se abatirá igualándose al nivel de agua del
pozo. Al iniciar el bombeo, la cantidad de agua que se demanda inicialmente es adsorbida del
acuífero, si se sigue con el bombeo el radio de influencia crecerá hasta encontrar un
equilibrio entre el bombeo y la recarga del acuífero, generalmente el acuífero buscará fuentes
de recarga como la de ríos, lagos o otras fuentes de recarga cercanas que estarán dentro del
radio de influencia de tal manera que se satisfaga la demanda de la taza de bombeo.

Pozo

Río
Arcilla confinada

Arcilla
Arena fina

Arena gruesa

Arcilla confinada
Figura 4.32. Abatimiento del nivel freático (U.S. Army Corps, 1986 ).
En algunos casos existe una recarga vertical proveniente de la precipitación pluvial
encima del área de influencia, lo suficientemente grande que pueda cubrir esa demanda.
Si el pozo es bombeado a una tasa constante hasta que la descarga se estabilice, la
conductividad hidráulica del acuífero puede ser calculada a partir de formulas de equilibrio
que están en función a la posición del nivel freático. Para conocer la forma del abatimiento
del nivel freático, por lo generalmente se perforan pozos de menor diámetro adyacentes al
pozo principal, llamados pozos de observación.
Sin embargo, dependiendo al tipo de acuífero y a las condiciones reinantes se pueden
realizar perforaciones que atraviesen todo el acuífero o perforaciones parciales en él.
Dependiendo al caso el caudal de bombeo variará, por lo que debe tenerse cuidado en cuanto
a este detalle al determinar la conductividad hidráulica mediante un pozo de bombeo.

Pruebas en barrenaciones.
Se denomina barrenación a una perforación de diámetro pequeño y de profundidad variable
en el suelo. Para esto se emplean piezas giratorias, de percusión o de uso manual llamados
barrenadores que perforan el suelo.
El U.S. Bureau of Reclamation (1974), ha ideado métodos con objeto de obtener la
conductividad hidráulica en campo con el uso de una barrenación. Se cree generalmente que
estos métodos dan los resultados más precisos, siempre y cuando predomine la experiencia
del operador y su personal.

134
CAPITULO 4 Flujo de agua

hp hp

M M

Sello

hz

Superficie terrestre

hz
Nivel freático

10·r Acuífero

2·r 2·r

Nivel freático

a)
(a) b) (b)
Figura 4.33. Ensayo del extremo inferior abierto (Das, 1999).
(a) Nivel freático interceptado. (b) Nivel freático no interceptado.
Estas pruebas implican realizar una perforación utilizando un barreno, luego instalar un
tubo con un sistema a fin de ingresar un flujo constante de agua a presión en el agujero y
luego medir la altura de presión para determinar la conductividad hidráulica mediante una
ecuación empírica. Es importante conocer la profundidad del nivel freático y del acuífero que
está en estudio.
Para el caso de acuíferos confinados como se muestra en la Figura 4.33, se emplea un
método denominado: ensayo del extremo inferior abierto. Este método consiste en realizar
una perforación para ubicar el acuífero, esta no ha de ser muy profunda, debe perforarse hasta
ingresar en el acuífero una distancia de diez veces el radio de la perforación. Una vez
terminada la perforación, se inserta un tubo con un sistema de tal manera que el extremo
inferior quede abierto, mientras que el extremo superior esta cerrado mediante un sello,
donde se instala un tubo que está conectado a una bomba (M) y un manómetro. Una vez
instalado el tubo, se procede a llenar de agua el agujero a una tasa constante de flujo, el agua
progresivamente se irá escurriendo por la parte inferior del tubo, mientras que en la parte
superior se debe suministrarse suficiente agua hasta conseguir que el nivel de agua
permanezca constante, cuando se logra estabilizar este nivel de agua se determina la altura de
presión (h p ) con la lectura del manómetro. La altura total de carga del sistema será:

h = hz + hp

135
Fundamentos de mecánica de suelos

Para determinar la altura potencial (h z ) es importante conocer la ubicación del nivel


freático, es decir verificar si la perforación intercepto o no al nivel freático. La Figura 4.33
muestra el valor de esta altura según a la posición del nivel freático. La conductividad
hidráulica es:

q
k= [4.34]
5.5 ⋅ r ⋅ h
Donde:
k = Conductividad hidráulica.
q = Tasa constante de abastecimiento de agua al agujero.
r = Radio interno del tubo.
h = Altura total de carga del sistema.

Para el caso de un acuífero no confinado como se muestra en la Figura 4.34, se emplea un


método denominado: ensayo de la empaquetadura. En este método, se introduce
parcialmente el tubo al agujero perforado, dejando una distancia L entre el extremo inferior
del tubo y el fondo. El extremo inferior del tubo está sellado herméticamente con una
empaquetadura donde está instalada una tubería que está conectada a una bomba y un
manómetro. El ensayo consiste en introducir agua a presión al suelo, controlada por una
válvula de tal manera que se suministre suficiente cantidad de agua para mantener una
presión constante. Una vez que se logra estabilizar la presión del agua, se determina la altura
de presión (h p ) de la lectura del manómetro. La altura total de carga del sistema será:

h = hz + hp

La Figura 4.34 muestra el valor de esta altura potencial (h z ) según a la posición del nivel
freático en la perforación. La conductividad hidráulica está en función a la distancia L, esta
será:
q L
k= ⋅ ln  (Para L ≥10·r) [4.35]
2 ⋅π ⋅ L ⋅ h  r 
q  L 
k= ⋅ sinh −1   (Para 10·r>L ≥ r) [4.36]
2 ⋅π ⋅ L ⋅ h 2⋅r 
Donde:
k = Conductividad hidráulica.
q = Tasa constante de abastecimiento de agua al agujero.
L = Distancia entre el extremo inferior el fondo de la perforación.
r = Radio de la perforación.
h = Altura total de carga del sistema.

136
CAPITULO 4 Flujo de agua

hp hp

q q

Válvula

Superficie terrestre
hz

hz
Nivel freático

Empaquetadura L
L
2

2·r 2·r
Nivel freático

(a) a) b)(b)
Figura 4.34. Ensayo de la empaquetadura (Das, 1999).
(a) Nivel freático interceptado. (b) Nivel freático no interceptado.

Método alternativo para determinar la conductividad hidráulica en campo.

Con el equipo que se muestra en la Figura 4.35 se puede realizar un ensayo rápido simulando
el permeámetro de carga variable en campo en suelos arenosos, llamado: ensayo de la caída
rápida de carga. El sistema consiste en un tubo de vidrio de 50 mm de diámetro y 500 mm
de longitud u otras dimensiones similares a estas, y un recipiente para agua que puede ser una
cubeta grande o balde. En la parte superior del tubo se marcan dos graduaciones separadas
por 200 a 250 mm, y el extremo inferior se cubre con una malla de alambre ceñida para evitar
que el suelo se disgregue durante el ensayo (Whitlow, 1994).
El ensayo es tal como se muestra en la Figura 4.35, se sostiene el tubo en el recipiente
con agua y se deposita con cuidado una capa de 50 a 100 mm de suelo en el interior tubo,
utilizando un embudo con una extensión de hule. Al extraer el tubo del recipiente, el nivel de
agua comienza a descender. Se registra el tiempo necesario para que el nivel de agua
descienda de la graduación superior a la inferior. El promedio de varios ensayos puede
considerarse una buena aproximación del coeficiente de permeabilidad k. Cuando se extrae el
tubo del recipiente existe un descenso de altura (h 1 – h 2 ) en un tiempo t (Whitlow, 1994).

137
Fundamentos de mecánica de suelos

Tubo de
vídrio

Graduaciones

h1

h2 L

Malla de
Suelo almabre

Figura 4.35. Ensayo de caída rápida de carga (Whitlow, 1994).

Se propone que la conductividad hidráulica será:

L ⋅ ln (h1 h2 )
k= [4.37]
t

Este método simplificado puede realizarse en campo cuando no se disponga de equipo


para realizar ensayos en laboratorio o perforaciones en campo. Este ensayo proporciona una
muy buena aproximación de la conductividad hidráulica, sin embargo hay que tomar en
cuenta que los ensayos de bombeo, las pruebas en baremaciones y los ensayos en laboratorio
dan resultados más exactos y confiables.
La Tabla 4.10 muestra un resumen de las diversas implicaciones que tiene la
conductividad hidráulica en un suelo, como ser: propiedades del drenado, tipo de obra, tipo
de suelo, ensayos apropiados y la experiencia que requiere del operador.

6.5 Flujo unidimensional en suelo anisotrópico.

Los suelos en su ambiente natural son anisotrópicos, lo que significa que las propiedades
físicas del suelo no son las mismas en toda la masa de suelo, por lo tanto la conductividad
hidráulica varía según a la dirección del flujo. El flujo de agua en el suelo puede tomar
diversas direcciones, la Figura 4.36 muestra diferentes casos en que puede variar la dirección
del flujo, este puede fluir en sentido horizontal, vertical o con una inclinación con respecto al
plano horizontal con una componente vertical y horizontal.

138
Tabla 4.10 Implicaciones de la conductividad hidráulica (Holtz & Kovacs,1981).
CONDUCTIVIDAD HIDRÁULICA
cm/s (escala logarítmica)

2 1 -1 -2 -3 -4 -5 -6 -7 -8 -9
10 10 1.0 10 10 10 10 10 10 10 10 10

Propiedad del drenado Buen drenage Drenage pobre Practicamente impermeable

Aplicación en diques
Secciones permeables de diques y presas Secciones impermeables de diques y presas
y presas de tierra

Arena muy fina, limo orgánico e inorgánico, Suelos impermeables,


Arena limpias arena mezclada, limo, arcilla, depósitos arcillas homogeneas
Grava limpia
Arena y grava limpia mezclada glaciales, depósitos de arcilla estratificada, debajo de la zona de
etc. meteorización
Tipos de suelo
Suelos impermeables donde han sido alterados por
la vegetación y la meteorización; fisurados, arcilla
meteorizadas, arcilla fracturadas OC.

Se requieren ensayos realizados en campo (pozos, barrenas) En este rango se requiere


Tienen que ser realizados bien, se requiere experiencia. considerable experiencia
Determinación directa
Permeámetro de carga constante Prueba de carga constante en celda triaxial
de la conductividad
Requiere un poco de experiencia Requiere experiencia, sin filtraciones
hidráulica
Permeámetro de carga variable
Confianza Rango de permeabilidad inestable, se Bastante confianza
Se requiere poca necesita mucha experiencia para una Se requiere considerable
experiencia interpretación correcta experiencia (no en celda triaxial)

Computación:
Para la distribución del tamaño de
partículas (correlación de Hazen).
Determinación indirecta Solo aplicable para arena limpia,
de la conductividad sin cohesión arenas y gravas Computación:
hidráulica Ensayo de la capilaridad horizontal: De pruebas de
Para la cual se necesita muy poca experiencia; consolidación; equipo
generalmente es una prueba rápida echa en extenso de laboratorio
CAPITULO 4 Flujo de agua

laboratorio y mucha experiencia

139
2 1 -1 -2 -3 -4 -5 -6 -7 -8 -9
10 10 1.0 10 10 10 10 10 10 10 10 10
Fundamentos de mecánica de suelos

kH kH

kH kV kV kV
kH kH

kV kV
(a) b) (b) (c)c)
a)
Figura 4.36. Variación de la conductividad hidráulica según a la dirección del flujo.
(a) Conductividad hidráulica horizontal. (b) Conductividad hidráulica vertical.
(c) Componentes de la conductividad hidráulica.

6.6. Flujo unidimensional en suelo estratificado.

Un suelo estratificado puede contener diferentes tipos de suelo con conductividades


hidráulicas diferentes en todo su perfil, como se muestra en la Figura 4.37. Cada estrato tiene
un espesor y una conductividad hidráulica horizontal y vertical diferente según a la dirección
del flujo de agua.

kV1
H1
kH1
kV2
H2
Dirección del flujo

kH2
kV3
H3
kH3 H

kVn
Hn
kHn

Figura 4.37. Conductividad hidráulica horizontal en suelo estratificado (Das, 1998).

El perfil de suelo de la Figura 4.37, contiene n estratos de suelo y un flujo de agua en


sentido horizontal, donde H es la longitud total del perfil de suelo. Se considera una sección
transversal de una unidad de longitud perpendicular a la dirección del flujo. El flujo total a
través de la sección transversal en una unidad de tiempo puede escribirse como:

q = v·A
Donde:
q = Cantidad total de flujo que pasa a través de una sección transversal de suelo.
A = Área total de la sección transversal de suelo.
v = Velocidad total del flujo de agua.

140
CAPITULO 4 Flujo de agua

Esta última ecuación expresada en términos correspondientes al caso de la Figura 4.37


será:
q = v·1·H [4.38]

Esta expresión podría escribirse como:

q = v 1 ·1·H 1 + v 2 ·1·H 2 + v 3 ·1·H 3 + … + v n ·1·H n


Donde:
v 1, v 2, v 3 = Velocidades de flujo para diferentes estrados.
H 1 , H 2 , H 3 = Espesores de los estratos.

Si k H1, k H2, k H3 , k Hn son las conductividades hidráulicas de los estratos individuales en la


dirección horizontal, y k Heq es la conductividad hidráulica equivalente en la dirección
horizontal, entonces según la ley de Darcy podría escribirse que:

v = k Heq ·i eq ; v 1 = k H1 ·i 1 ; v 2 = k H2 ·i 2 ; v 3 = k H3 ·i 3 ; ... ; v n = k Hn ·i n
Donde:
i eq, = Gradiente hidráulico equivalente.
i 1 , i 2 , i 3 = Gradientes hidráulicos para cada estrato identificados con un subíndice.

Por lo tanto la ecuación [4.38] podría escribirse como:

q = k Heq ·i eq ·H [4.39]

Por otro lado la ecuación [4.38] podría escribirse como:

q = k H1 ·i 1 ·H 1 + k H2 ·i 2 ·H 2 + k H3 ·i 3 ·H 3 + … + k Hn ·i n ·H n [4.40]

Se sabe también que:

i eq = i 1 = i 2 = i 3 = ... = i n

Por lo tanto la ecuación [4.40] puede escribirse:

q = i eq ·(k H1 ·H 1 + k H2 ·H 2 + k H3 ·H 3 + … + k Hn ·H n )

Comparando la cantidad total de flujo q de la ecuación [4.39] con el de la ecuación [4.40]


se tendrá:
k Heq ·i eq ·H = i eq ·(k H1 ·H 1 + k H2 ·H 2 + k H3 ·H 3 + … + k Hn ·H n )

Entonces la conductividad hidráulica horizontal equivalente, que es representativa de


todos los estrados de suelo será:

⋅ (k H 1 ⋅ H 1 + k H 2 ⋅ H 2 + k H 3 ⋅ H 3 + ... + k Hn ⋅ H n )
1
k Heq =
H
Escrito de manera simplificada será:

k Heq =
∑k ⋅ Hi i
[4.41]
∑H i

141
Fundamentos de mecánica de suelos

Donde:
k Heq = Conductividad hidráulica horizontal equivalente.
k i = Conductividad hidráulica para cada estrato.
H i = Espesor de cada estrato.

La Figura 4.38 muestra n estratos de suelo con flujo en dirección vertical. Se han
instalado piezómetros en cada estrato, de tal manera que puede conocerse el gradiente
hidráulico del perfil de suelo. Para este caso la velocidad de flujo a través de todos los
estratos es la misma.

h
3
h
h 2

h 1

k V1

H 1

k H1

k V2

H 2

k H2

k V3

H H 3

k H3

k Vn

H n

k Hn

Dirección del flujo


Figura 4.38. Conductividad hidráulica horizontal en suelo estratificado (Das, 1998).

Por lo tanto la pérdida total de carga (h) es igual a la suma de las pérdidas de carga de
todos los estratos, por lo que se escribe que:

h = h1 + h2 + h3 + … + hn [4.42]

Por tanto:
v = v 1 = v 2 = v 3 = ... = v n [4.43]

Empleando la ley de Darcy, la ecuación [4.43] puede escribirse:

kVeq ⋅ i = kV 1 ⋅ i1 = kV 2 ⋅ i2 = kV 3 ⋅ i3 = ... = kVn ⋅ in [4.44]


Donde:
k Veq = Conductividad hidráulica vertical equivalente.
i = Gradiente hidráulico total de todo el perfil de suelo.

142
CAPITULO 4 Flujo de agua

k V1 , k V2 , k V3 , ..., k Vn = Conductividad hidráulica vertical de cada estrato.


i 1 , i 2 , i 3 , ..., i n = Gradiente hidráulico para cada estrato.

El gradiente hidráulico total i para el caso de la Figura 4.38 puede escribirse:

h
i=
H

Por lo tanto la ecuación [4.46] podría escribirse:

h
kVeq ⋅   = kV 1 ⋅ i1 = kV 2 ⋅ i2 = kV 3 ⋅ i3 = ... = kVn ⋅ in [4.45]
H

Cada estrato del perfil de suelo de la Figura 4.38 tiene una altura H i y gradiente
hidráulico i i diferente, por lo que la ecuación [4.45] podría escribirse:

h = H 1 ·i 1 + H 2 ·i 2 + H 3 ·i 3 + … + H n ·i n [4.46]

Si se sustituye la ecuación [4.46] en la ecuación [4.45] se tiene que:

 H ⋅ i + H 2 ⋅ i2 + H 3 ⋅ i3 + ... + H n ⋅ in 
kVeq ⋅  1 1  = kV 1 ⋅ i1
 H 

Por lo tanto la conductividad hidráulica equivalente vertical será:

kV 1 ⋅ i1 ⋅ H
kVeq = [4.47]
H 1 ⋅ i1 + H 2 ⋅ i2 + H 3 ⋅ i3 + ... + H n ⋅ in

Para cada estrato se tiene que:

v i = k Vi ·i i

Por lo cual:
vi
ii =
kVi

Entonces, si se hacen estas sustituciones la ecuación [4.47] se tendrá que:

v1 ⋅ H
kVeq = [4.48]
v v v v
H 1 ⋅ 1 + H 2 ⋅ 2 + H 3 ⋅ 3 + ... + H n ⋅ n
k v1 kv 2 kv3 k vn

La ecuación [4.48] puede escribirse como:

H
kVeq = [4.49]
H1 H 2 H 3 H
+ + + ... + n
k v1 k v 2 k v 3 k vn

143
Fundamentos de mecánica de suelos

Simplificando, la conductividad hidráulica vertical equivalente será:

kVeq =
∑H i
[4.50]
H 
∑  k
i
i


Donde:
k Veq = Conductividad hidráulica vertical equivalente.
k i = Conductividad hidráulica para cada estrato.
H i = Espesor de cada estrato.

7. Flujo en dos dimensiones.

Es bastante predecible el comportamiento del flujo de agua cuando su movimiento es


unidimensional, sin embargo cuando el flujo de agua se mueve en dos dimensiones como ser
en un plano, el comportamiento se complica.
Hace ya algunas décadas atrás los proyectos de presas y otras estructuras de retención de
agua hechas con suelo, se basaban casi exclusivamente en reglas empíricas que los
constructores se transmitían por tradición oral, se adoptaban las secciones de obras que
anteriormente habían resistido satisfactoriamente el embate del tiempo y de las aguas, todo
esto independientemente de la naturaleza de los materiales constituyentes y de las
características del terreno de fundación (J. Badillo, 2000).
Gracias a la mecánica de suelos ya se puede tener una idea clara del comportamiento del
agua en el suelo, bajo y a través de estructuras de retención. Las ideas anteriormente
expuestas para el análisis del flujo unidimensional deben ser enfocadas de otra forma para el
flujo en dos dimensiones. Generalmente en el suelo el flujo en dos dimensiones se presenta
como:
• Flujo confinado o cerrado.
• Flujo no confinado o abierto.

La Figura 4.39 muestra algunos ejemplos de flujo de agua en dos dimensiones.

Ataguia
Presa de concreto Presa de tierra

z
y
z z x
y y
x Dirección del flujo x
Dirección del flujo

(a) (b) (c)


Figura 4.39. Ejemplos de flujo de agua en dos dimensiones. (P. L. Berry & D. Reid, 1993)
(a) Presa de concreto. (b) Ataguías. (c) Presa de tierra.

El flujo confinado por lo general es el que circula por debajo de muros de contención,
presas de concreto, ataguías y otras estructuras tal como se muestra en la Figura 4.39a y b
donde el flujo no está expuesto a la presión atmosférica. Sin embargo el caso del flujo no
confinado que se muestra en la Figura 4.39c generalmente es a través de presas de tierra y
estructuras similares donde existe una línea freática expuesta a la presión atmosférica.

144
CAPITULO 4 Flujo de agua

7.1 Ecuación de Laplace.

En general, la Ley de Darcy no puede ser solucionada directamente para flujo en dos
dimensiones porque tanto i como A varían en todo el régimen de flujo. Por lo cual el análisis
es más complejo y se necesita incorporar una función matemática llamada: la ecuación de
Laplace. (Coduto, 1999)

Vz V

Vx

z
y
x

(a) (b)
Figura 4.40. Flujo de agua expresado en campo vectorial.
(a) Vectores de velocidad. (b) Componentes del vector de velocidad.

z
x

∂v
vx dz vx + ∂ xxd z

dx

∂v
vz + ∂ zzd z
Figura 4.41. Fracción diferencial de suelo extraído del campo vectorial (Coduto, 1999).

En los tres casos de la Figura 4.39a, b y c, el flujo de agua se mueve en las dimensiones
del plano XZ. Si se transforma el movimiento del flujo de agua a un campo vectorial con
vectores que representan la velocidad de descarga (v) del flujo como se ve en la Figura 4.40a,
todos estos vectores de velocidad tendrían componentes en la dirección X y Z como se
muestra en la Figura 4.40b. La Figura 4.41 muestra un elemento diferencial de suelo extraído
del campo vectorial de la Figura 4.40a donde se lo ha situado en un eje cartesiano en un plano
de coordenadas X y Z. Para comenzar el análisis se hacen algunas consideraciones de la
fracción diferencial de suelo, se asume que:

• La ley de Darcy es válida.


• El suelo está completamente saturado.
145
Fundamentos de mecánica de suelos

• El tamaño de la fracción de suelo se mantiene constante.


• El suelo es homogéneo e isotrópico.

En la fracción de suelo de la Figura 4.41 entran y salen las componentes vectoriales x y z


de la velocidad de descarga del flujo. Si la ecuación de Darcy se expresa como: v = k·i,
entonces las componentes de la velocidad en las direcciones de referencia son:

∂h
vx = − k x · [4.51]
∂x

∂h
v z = −k z · [4.52]
∂z
Donde:
v x y v z son las velocidades en las direcciones x y z respectivamente.
k x y k z son las respectivas conductividades hidráulicas.
∂h ∂x y ∂h ∂z son las componentes del gradiente hidráulico.

El signo negativo indica que v x , v z son positivos en la dirección del flujo, es decir en la
dirección en que disminuye la altura total de carga. Las ecuaciones [4.51] y b representan la
ley de Darcy generalizada para el flujo en dos dimensiones. Se sabe que: La cantidad de flujo
que entra y sale del elemento por unidad de tiempo = v·A.
De la fracción diferencial de suelo, se tiene que:

Cantidad de flujo que entra = L·(v x ·dz + v z ·dx)

 ∂v   ∂v  
Cantidad de flujo que sale = L ⋅   v x + x ⋅ dx  ⋅ dz +  v z + z ⋅ dz  ⋅ dx 
 ∂x   ∂z  

Donde L es la longitud del elemento en la dirección y que es perpendicular al plano XZ.

Para flujo estacionario, la ley de la conservación de la materia exige que la cantidad total
del agua que sale del elemento por unidad de tiempo sea igual a la cantidad de agua que entra
en el elemento por unidad de tiempo. Por lo cual se tiene que:

 ∂v   ∂v  
L·(v x ·dz + v z ·dx)= L ⋅   v x + x ⋅ dx  ⋅ dz +  v z + z ⋅ dz  ⋅ dx 
 ∂x   ∂z  

Simplificando la expresión, se tiene que:

∂v x ∂v z
+ =0 [4.53]
∂x ∂z

A la ecuación [4.53] se la conoce como la ecuación de continuidad en dos dimensiones.


En el análisis de la fracción de suelo de la Figura 4.41 se considera un estado estacionario,
por lo cual esta fracción cumple dos condiciones importantes.
La primera es la condición de continuidad que se expresa en la ecuación [4.53]. La
segunda condición es de la irrotacionalidad de flujo, por lo cual se cumple que:

∂v x ∂v z
− =0 [4.54]
∂x ∂z

146
CAPITULO 4 Flujo de agua

Ser irrotacional significa que no hay ningún componente de la fracción de suelo que sea
rotatorio. Al sustituir las ecuaciones [4.51] y b en la ecuación [4.53], se obtiene que:

∂  ∂h  ∂  ∂h 
⋅ − k x ⋅  + ⋅ − k z ⋅  = 0
∂x  ∂x  ∂z  ∂z 

Se tiene que:
∂ 2h ∂ 2h
kx ⋅ + k z ⋅ =0 [4.55]
∂x 2 ∂z 2

Debido a que no se producen cambios de volumen en el elemento de suelo y la


conductividad hidráulica se supone constante por ser suelo isotrópico, la conductividad
hidráulica es igual en todas las direcciones, siendo k x = k z . Por lo cual, la ecuación [4.55]
será:

∂ 2h ∂ 2h
+ =0 [4.56]
∂x 2 ∂z 2

La ecuación [4.56] es la ecuación que gobierna el flujo estacionario de aguas


subterráneas en dos dimensiones, que se la conoce como la ecuación de Laplace en dos
dimensiones en el domino x, z. Esta describe la perdida de energía asociada con el flujo a
través del suelo. Al utilizarse adecuadamente la ecuación de Laplace, se puede conocer el
comportamiento del flujo subterráneo en dos dimensiones y también esta puede ser
acomodada para resolver problemas de flujo unidimensional.
Sólo en las condiciones de borde más sencillas pueden obtenerse soluciones rápidas de la
ecuación de Laplace en dos dimensiones. Sin embargo, al aumentar el grado de dificultad de
las condiciones de borde del problema también se incrementará la dificultad en resolver está
ecuación, por lo cual es necesario entender la teoría de las variables complejas y las técnicas
del análisis conforme. Con la ayuda de computadoras pueden obtenerse soluciones numéricas
utilizando la técnica de elementos finitos para problemas con condiciones de borde complejas
y características de permeabilidad altamente variables (J. Badillo, 2000).
Conviene obtener con rapidez soluciones relativamente exactas para los problemas de
flujo en dos dimensiones. Diversos investigadores han ideado algunos métodos alternativos
para conocer el comportamiento y las características del flujo en dos dimensiones.

7.2. Redes de flujo.


Forchheimer (1911) y otros investigadores, plantearon que la solución general de la
ecuación de Laplace está constituida por dos grupos de funciones, que son a su vez
susceptibles de una interpretación geométrica muy útil. Por lo tanto, ambos grupos de
funciones pueden representarse dentro de la zona de flujo en estudio como dos familias de
curvas ortogonales entre si, ajustándose a las condiciones de borde del sistema.
Si Φ(x, z) representa a la función potencial de una de las familia y Ψ(x, z) a la función de
flujo de la otra familia, entonces la velocidad puede expresarse en función a estas dos
familias de curvas, por lo que se tendrá que:

∂Φ ∂Φ
vx = , vz = [4.57]
∂x ∂z

147
Fundamentos de mecánica de suelos

∂Ψ ∂Ψ
vz = , vz = − [4.58]
∂z ∂x
Al sustituir las ecuaciones [4.57] en la ecuación [4.53] y la ecuación [4.58] en la ecuación
[4.53], se tendrá que:

∂ 2Φ ∂ 2Φ
+ 2 =0 [4.59]
∂x 2 ∂z

∂ 2Ψ ∂ 2Ψ
+ 2 =0 [4.60]
∂x 2 ∂z

Las ecuaciones [4.59] y [4.60] son las ecuaciones de Laplace en función a estas dos
familias de curvas y ellas gobiernan la distribución de flujo a través de la región (x, z). Si se
logra determinar las funciones Φ(x, z) y Ψ(x, z) de tal manera que satisfagan estas
ecuaciones, entonces, ambas funciones sujetas a algunas condiciones de borde son útiles para
determinar la distribución de las velocidades de descarga y las alturas totales de carga en toda
la región de flujo.
Una solución que satisface estas ecuaciones de Laplace, son las condiciones de borde de
la función potencial y de flujo que plantea el sistema; donde a lo largo de estas condiciones
de borde se cumple que: dΦ = 0 y dΨ = 0. De la definición de diferenciación parcial, se tiene
que:

∂Φ ∂Φ
dΦ = ⋅ dx + ⋅ dz [4.61]
∂x ∂z

∂Ψ ∂Ψ
dΨ = ⋅ dx + ⋅ dz [4.62]
∂x ∂z

Al sustituir las ecuaciones [4.57] en la ecuación [4.61] y las ecuaciones [4.58] en la


ecuación [4.62], donde Φ y Ψ en esta condición de borde son constantes, se tendrá que:

dΦ = v x ·dx + v z ·dz = 0

dΨ = – v z ·dx + v x ·dz = 0

Despejando, los gradientes hidráulicos de estas curvas en estas condiciones de borde


serán:

dz v
=− x [4.63]
dx vz

dz v
=+ z [4.64]
dx vx
Donde:
dz dx es la pendiente de la curva equipotencial y de flujo.
La relación v x v z representa la dirección del flujo.

148
CAPITULO 4 Flujo de agua

El producto de estos dos gradientes es – 1, lo que significa que ambas familias de curvas
son ortogonales entre si. El gradiente de la ecuación [4.63] indica que la familia de curvas de
la función potencial son perpendiculares a la dirección del flujo, mientras que el gradiente de
la ecuación [4.64] indica que la familia de las curvas de la función de flujo son paralelas a la
dirección de flujo.

Líneas equipotenciales.
Líneas de flujo.

(a) (b)
Figura 4.42. Red de flujo isotrópica.
(a) En un sistema no confinado. (b) En un sistema confinado.

Estas dos familias de curvas forman entre si una red, llamada red de flujo. Teniendo en
cuenta la tendencia del movimiento del agua en el suelo, puede trazarse la forma que tiene
esta red de flujo. En la Figura 4.42 se muestra la forma de red de flujo isotrópica tanto en
flujo confinado como en no confinado, donde las líneas de trazo segmentado representan las
líneas equipotenciales (Φ), mientras que las de trazo lleno son las líneas de flujo (Ψ).
La red de flujo compuesta de estas dos familias de curvas es similar a los trazos de un
mapa topográfico, excepto que es trazada en una sección vertical donde ambas familias de
curvas tienen una interpretación física y geométrica. (Coduto, 1999)

Función potencial Φ(x, z).

Al reemplazar la ecuaciones [4.57] en las ecuaciones [4.51] y b se tendrá que:

∂Φ ∂h ∂Φ ∂h
= −k x ⋅ = −k z ⋅
∂x ∂x ∂z ∂z

Si h = h(x, z) es la distribución de alturas totales de carga, entonces integrando estas


expresiones y ordenándolas, se tendrá que:

Φ = – k·h + c [4.68]

La ecuación [4.65] es la función potencial de velocidades que satisface la ecuación de


Laplace, donde esta ecuación [representa una infinidad de funciones según sea el valor de la
constante c. Geométricamente la expresión: Φ(x, z) = cte, puede representar a una familia de
curvas que se desarrollan en la región plana donde ocurre el flujo, obteniéndose una curva
específica de la familia para cada valor de la constante c que se tome.
Si una curva equipotencial une los puntos donde Φ es constante, en esos puntos también
h será constante. En otras palabras, en la curva Φ = cte todos los puntos tendrán la misma
altura total de carga. Estas curvas unen a través de la región plana donde ocurre el flujo a

149
Fundamentos de mecánica de suelos

puntos de la misma altura total de carga. Por esta razón, estas curvas reciben el nombre de
líneas equipotenciales.
Función de flujo Ψ(x, z).

La Figura 4.43 muestra una curva que representa la trayectoria del agua que pasa por un
punto P(x, z), en dicho punto el agua posee una velocidad v, que naturalmente será tangente a
la trayectoria.

z Trayectoria
del agua

v
vz
P θ
vx

x
Figura 4.43. Curva que representa la trayectoria del agua (J. Badillo, 2000).

A lo largo de la curva se tiene que:

v z dz
tan θ = =
v x dx

Reordenando:

v z ·dx – v x ·dz = 0

Si se sustituyen las ecuaciones [4.58] en esta expresión, se tendrá que:

∂Ψ ∂Ψ
⋅ dx + ⋅ dz = 0
∂x ∂z

Esta última expresión es precisamente la diferencial total de la función Ψ, lo que


significa que en toda la trayectoria que sigue el agua se cumple que:

dΨ = 0

Entonces:

Ψ = cte. [4.66]

La ecuación [4.66] describe la trayectoria de las líneas de flujo que satisfacen a la


ecuación de Laplace; esto quiere decir que la familia de curvas Ψ = cte, está constituida

150
CAPITULO 4 Flujo de agua

precisamente por las trayectorias físicas y reales del agua a través de la región de flujo. Por
esta razón las curvas Ψ = cte se denominan líneas de flujo.
Cantidad de flujo que pasa a través de un canal de flujo.
A la región de flujo comprendida entre dos líneas de flujo se lo llama canal de flujo, que
es por donde circula el flujo de agua. A la región de flujo comprendida entre dos líneas
equipotenciales se lo llama caída equipotencial. Por ejemplo, la red de flujo que se muestra
en la Figura 4.42a tiene 4 canales de flujo y 8 caídas equipotenciales, mientras que la red de
la Figura 4.42b tiene 5 canales de flujo y 9 caídas equipotenciales.

dq

ds dz
vx
dx

vz ∆q ψ + ∆ψ
0

ψ
0

x
Figura 4.44. Cantidad de flujo entre dos líneas de flujo (Atkinson & Bransby, 1978).

El canal de flujo de la Figura 4.44 tiene las líneas de flujo: Ψ = Ψ 0 y Ψ = Ψ 0 +


∆Ψ, donde la cantidad de flujo que circula por este canal es ∆q. La cantidad de flujo dq que
pasa a través del pequeño elemento triangular de la Figura 4.44, es:

dq = v x ·dz – v z ·dx [4.67]

Sustituyendo la ecuación [4.58] en esta expresión, se tiene que:

∂Ψ ∂Ψ
dq = ⋅ dx + ⋅ dz
∂x ∂z

Si se sustituye la ecuación [4.62] en esta expresión se tendrá que:

dq = dΨ [4.68]

Si se integra la ecuación [4.68] entre las dos líneas de flujo, se tendrá que:

Ψ0 + ∆Ψ
∆q = ∫ Ψ0

Por lo cual:

151
Fundamentos de mecánica de suelos

∆q = ∆Ψ [4.69)
La Figura 4.45 muestra un elemento de una red de flujo constituida de dos líneas de flujo
y dos líneas equipotenciales. En promedio, la distancia entre las líneas de flujo es ∆b y la
distancia entre las líneas equipotenciales es ∆s.

Φ
∆q

Φ + ∆Φ

∆b
∆s ψ + ∆ψ

∆q

x
Figura 4.45. Cantidad de flujo en una porción de la red (Atkinson & Bransby, 1978).

La velocidad de descarga según la ley de Darcy, se expresa:

v = k·i

Según la Figura 4.45, la velocidad de descarga y el gradiente hidráulico, pueden


expresarse:

v = ∆q ∆b i = − ∆h ∆s

Si se sustituyen estas expresiones en la ley de Darcy, se tendrá que:

∆q ∆b = − k ⋅ (∆h ∆s ) [4.70]

Para un canal de flujo, la ecuación [4.65] puede expresarse como:

∆Φ = – k·∆h [4.71)

Finalmente, sustituyendo la ecuación [4.71] en la ecuación [4.70] se tendrá que:

∆b
∆q = ∆Φ ⋅ [4.72)
∆s

152
CAPITULO 4 Flujo de agua

Los valores de ∆b y ∆s de la ecuación [4.72], son obtenidos de la simple geometría de la


red de flujo. Si se construye una red de flujo con la condición de ∆b = ∆s, el elemento de la
red de flujo de la Figura 4.45 tendría la forma de un cuadrado, por lo que la ecuación [4.72]
se simplificaría bastante y se cumpliría que:

∆q = ∆Ψ = ∆Φ [4.73]

Debido a que las líneas equipotenciales y de flujo tienen forma curvilínea, los elementos
de una red de flujo cuadrada son de igual longitud y ancho pero de tamaño variable, donde la
intersección de sus lados siempre debe ser ortogonal. En la Figura 4.46, se muestra que para
verificar si una red de flujo es cuadrada, deben poderse inscribir círculos en todos los
elementos de la red.

x
Figura 4.46. Red de flujo cuadrada. (Atkinson & Bransby, 1978).

La Figura 4.47 muestra una red de flujo compuesta de una cantidad N F de canales de
flujo y N d caídas equipotenciales. Las líneas de flujo están separadas a una distancia ∆Φ y las
caídas equipotenciales a una distancia ∆Ψ.
La primera línea de flujo es Ψ 0 , por lo tanto la última será: Ψ 0 + N F ·∆Ψ. La primera
línea equipotencial es Φ 0 y la última será: Φ 0 + N d ·∆Φ. En cada línea equipotencial se ha
instalado un piezómetro que registra una cierta elevación de agua, la variación de la altura
total de carga (∆h) entre dos líneas equipotenciales adyacentes debe ser la misma que en las
demás, por lo que la variación total de la altura total de carga (∆H) a través de toda la red de
flujo cuadrada será:
∆H = N d ·∆h [4.74]

La variación de la altura total de carga se expresa como:

∆H = h 2 – h 1 [4.75]
Donde:
h 1 = La altura carga inicial del sistema.
h 2 = La altura carga final del sistema.

153
Fundamentos de mecánica de suelos

La cantidad total de flujo q que pasa a través la red de flujo por unidad de tiempo, es la
suma de la cantidad de flujo que pasa por todos los canales de flujo, que será:

q = N F ·∆q

∆h
∆h Nd·∆h
∆h

Ψ0 + NF·∆Ψ
q = NF·∆q

Ψ0

Φ 0 + N d·∆Φ

Φ0
Figura 4.47. Cantidad de flujo en la red de flujo cuadrada. (Atkinson & Bransby, 1978)

Según la ecuación [4.73], esta expresión puede escribirse como:

q = N F ·∆Ψ

O también:

q = N F ·∆Φ

Esta última expresión puede ser escrita de la siguiente manera:

Nd
q = N F ⋅ ∆Φ ⋅ [4.76]
Nd
Con la misma idea, la ecuación [4.71] puede ser escrita de la siguiente manera:

N d ·∆Φ = – k·∆h·N d

Si se sustituyen las ecuaciones [4.74] y [4.75] en esta última expresión, se tendrá que:

N d ·∆Φ = – k·∆H

154
CAPITULO 4 Flujo de agua

Si se sustituye la expresión: N d ·∆Φ de esta ecuación en la ecuación [4.76], se tendrá que:

NF
q = −k ⋅ ⋅ ∆H
Nd
Si se sustituye la ecuación [4.75] en está expresión y se reordena, se tendrá que:

⋅ (h1 − h2 )
NF
q=k⋅ [4.77]
Nd
Donde:
q = Caudal total de la red de flujo cuadrada.
k = Conductividad hidráulica.
h 1 = La altura de carga inicial del sistema.
h 2 = La altura de carga final del sistema.
N F = Cantidad total de canales de flujo.
N d = Cantidad total de caídas equipotenciales.

155
Fundamentos de mecánica de suelos

Presa de
concreto
Borde de
entrada
B
E
A F
C D
Borde de
Bordes salida
impermeables

G H
(a)

B Línea
freática
Borde de
entrada

Bordes impermeables C Borde de


salida
A
D
(b)

B Línea
freática
Borde de
entrada

Bordes impermeables Borde de


salida
A
C D
(c)
Figura 4.48. Condiciones de borde.
(a) Presa impermeable de concreto en flujo no confinado. (b) Permeable de tierra en flujo
confinado. (c) Presa permeable de tierra con filtro de pie.
Condiciones de borde.

La forma de la red de flujo depende de la geometría y de las condiciones de borde del


sistema. Los bordes permeables permiten el paso del flujo de agua y determinan las
condiciones de borde para la función potencial, mientras que los bordes impermeables no
permiten el paso de flujo y estos definen las condiciones de borde de la función de flujo.
La Figura 4.48a muestra las condiciones de borde de un caso común en flujo confinado
de una presa de concreto, los segmentos en trazo segmentado compuestos por los puntos AB
y EF son los bordes permeables por donde entra y sale respectivamente el flujo de agua, estas
serán las condiciones de borde inicial (A(B) y final (EF) de la función potencial. Los
contornos compuestos por los puntos BCDE y GH son los bordes impermeables por donde no
circula agua, estos serán las condiciones de borde inicial (BCDE) y final (EF) de la función

156
CAPITULO 4 Flujo de agua

de flujo. En la Figura 4.48b, se muestra un caso común de flujo no confinado de una presa de
tierra. Las condiciones de borde inicial AB y final CD de la función potencial se muestran en
trazo segmentado y estos permiten el flujo de agua, mientras que las condiciones de borde
inicial BC que es la línea freática y final AD de la función de flujo no permiten el paso de
flujo. Muchas veces en presas de tierra se instalan filtros que ocasionan una variación
significativa de la línea freática. Al presentarse estas condiciones especiales, debe tenerse
cuidado en establecer correctamente las condiciones de borde inicial y final de las dos
funciones, en especial de la función potencial.
En la Figura 4.48c, se muestra un filtro de pie que ha ocasionado una variación
significativa en la línea freática. Para la función potencial, las condiciones de borde inicial
AB y final CD en parte del filtro de pie, se muestran en trazo segmentado y estos permiten el
flujo de agua, mientras que las condiciones de borde inicial BD que es la línea freática y final
AC corresponden a la función de flujo y no permiten el paso de flujo.

Construcción de la línea freática en presas de tierra.

La línea freática no es una sola curva, sino que esta compuesta de tres diferentes partes.
Casagrande (1937), sugirió que una base para dibujar la línea freática es construir una
parábola básica y efectuar modificaciones a esta en los bordes de entrada y salida. Para el
sistema de la Figura 4.49, se ha dibujado la línea freática en base a una parábola básica
dibujada en trazo segmentado, donde se han realizado las correcciones en el borde de entrada
y de salida.
A B
B1
Borde de B2 Borde de
entrada
salida
Superficie
freática J

D F
Figura 4.49. Línea freática de una presa de tierra (U.S. Engineers Corps, 1986).
La parábola básica empieza en el punto A y termina en el punto F, en el punto B es donde
comienza la línea freática debido a la corrección en el tramo BB 1 efectuada en el borde de
entrada, el tramo B 1 B 2 coincide con la parábola básica, pero en el tramo JB 2 se efectúa una
corrección debido al borde de salida para así terminar la línea freática en el punto J. Se
observa claramente que la línea freática dibujada en trazo lleno está compuesta por tres
curvas, pero que tiene como base indispensable la parábola básica. Casagrande elaboro un
método práctico para dibujar esta parábola básica, que se muestra en la Figura 4.50.

157
Fundamentos de mecánica de suelos

m
0.3·m
A B G

O E D F

y0 d y0
a)
(a) 2

A B 4 3 2 1 G
4

3
h 2

1
0
F
b)
(b)
Figura 4.50. Construcción de la parábola básica.
(a) Determinación de los valores de y 0 y d. (b) Trazado de la parábola básica AF.

En la Figura 4.50a, el punto B está ubicado en la intersección de la superficie de agua con


el borde de entrada de la presa, el valor de m es la distancia de la proyección del segmento
BO. El primer paso es ubicar el punto A, que esta a una distancia 0.3·m del punto B. Luego,
se traza una recta vertical que descienda del punto A hasta la superficie del terreno. Con
centro en el punto D, se traza un arco que empieza en le punto A y corta a la superficie del
terreno en un punto que será E, la distancia entre el punto E y la recta vertical será conocida
como y 0 , también se conocerá como d a la distancia de la recta vertical al punto D. Se ubica
entonces el punto F que estará a una distancia y 0 /2 de punto D, que por el cual se trazará el
segmento vertical FG que se interceptará con el segmento horizontal AG que es una
proyección. En la Figura 4.50b, se observa que el segmento AG ha sido dividido en
segmentos de igual magnitud, donde los puntos entre segmentos ha sido enumerados de
derecha a izquierda, mientras que el segmento FG es dividido también en la misma cantidad
de partes que el segmento AG y también es enumerado de forma ascendente. Entonces se
trazan líneas del punto F a cada punto enumerado del segmento AG y también líneas
horizontales de cada punto enumerado del segmento FG hasta que intercepten en el segmento
FA. Finalmente se ubican los puntos por donde pasara la parábola básica, que son las
intersecciones de estas últimas líneas trazadas de mismo número de punto. La Figura 4.50b,
muestra la parábola básica AF en trazo segmentado. Sin embargo antes de dibujar la parábola
básica, conviene intuir la forma de la línea freática según a las condiciones en los bordes de
entrada y salida del sistema.

Correcciones de la parábola básica en presas de tierra.

En la Figura 4.51, se muestran las tres correcciones más comunes que se hacen a la parábola
básica en el borde de entrada.

158
CAPITULO 4 Flujo de agua

90º
Proyección
B Línea freática B
Filtro Línea freática

Pe
β < 90º β = 90º

rp
en
dic
ula
(a) (b)

r
Proyección
B
Filtro Línea freática
β > 90º

(c)
Figura 4.51. Corrección en el borde de entrada para la parábola básica (Whitlow, 1994).
(a) Para β < 90º. (b) Para β = 90º. (c) Para β > 90º.

Se define a β, como el ángulo de inclinación del borde de entrada con respecto a la


horizontal.

• Cuando β < 90º, en la Figura 4.51a se observa que se traza una recta
perpendicular al borde de entrada ubicada justo en el punto superior de
contacto entre el espejo de agua y el borde de entrada de la presa,
denominado con la letra B. Esta recta perpendicular cortara a la parábola
básica en un punto, la corrección se realiza trazando un arco desde el punto B
hasta la intersección de la recta perpendicular con la parábola básica, de tal
manera que este arco sea tangente al resto de la parábola básica. La Figura
4.51a muestra esta corrección en trazo lleno.
• Cuando β ≥ 90º, en la Figura 4.51b y c, se observa que generalmente esta
condición se debe a la presencia de un filtro en el borde de entrada. Debido
su alta permeabilidad este filtro permite el ingreso de agua sin ninguna
alteración, manteniendo el nivel freático constante. Entonces debe
proyectarse horizontalmente la superficie de agua hasta el punto B donde se
encuentra el material mas fino de la presa, luego debe trazarse un arco del
punto B a la parábola básica, de tal manera que este sea tangente al resto de
la parábola básica. La Figura 4.51b y c, muestra esta corrección en trazo
lleno.

En la Figura 4.52, se presenta a las cuatro correcciones más comunes de la parábola


básica en el borde de salida, donde se define a α como al ángulo de inclinación del borde de
salida con respecto a la horizontal.

• Cuando α = 180º, la Figura 4.52a muestra que generalmente se debe a un


filtro al pie de la presa que se extiende horizontalmente. En este caso, debe
ubicarse una nueva recta vertical y trazarse con esta la parábola básica. Esta
recta vertical, esta ubicada a una distancia y 0 2 del punto K que es donde
empieza el filtro, la parábola básica es dibujada con el mismo procedimiento
anteriormente descrito, entonces ya no se realizará ninguna otra corrección

159
Fundamentos de mecánica de suelos

en el borde de salida. La corrección se muestra en trazo lleno en la Figura


4.52a.
• Cuando α > 90º, en la Figura 4.52b se muestra que la corrección consiste en
ubicar la recta vertical a una distancia a + ∆a del punto F, que es la punta
inferior del filtro. La parábola básica se dibuja con esta nueva recta vertical,
luego se modifica esta en el borde de salida de tal manera que termine esta a
una distancia ∆a del punto K. La corrección se muestra con trazo lleno en la
Figura 4.51b.
• Cuando α = 90º, la Figura 4.52c muestra que generalmente se debe a un filtro
al pie con la cara de contacto vertical. La corrección consiste en ubicar la
recta vertical justo en la cara vertical de contacto del filtro, entonces la
parábola básica que se dibuja en base a esta recta vertical no sufre ninguna
modificación en el borde de salida. La corrección se muestra con trazo lleno
en la Figura 4.52c.
• Cuando α < 90º, la Figura 4.52d muestra que el flujo atraviesa la presa de
tierra. La parábola básica corta el borde de salida de la presa en el punto K, a
una distancia ∆a se ubica el punto J que es donde terminará la línea freática.
La idea de esta corrección, es modificar levemente el borde de salida de la
parábola básica de tal manera que termine en el punto J. Al borde limitado
por JF se lo conoce como la cara de descarga. La corrección se muestra con
trazo lleno en la Figura 4.52d.

Línea freática Línea freática


Recta vertical Recta vertical
Parabola básica
sin corrección K Parábola
básica
α = 180º α J
filtro de pie
filtro de pie
K F
a
(a) (b)
a0 a

Línea freática Parábola Recta vertical


Línea freática
básica
Parábola
básica a
Recta vertical a+
J K ∆a
a
J

α = 90º
α F
filtro de pie
(c) (d)
Figura 4.52. Corrección en el borde de salida para la parábola básica (Whitlow, 1994).
(a) Para α = 180º. (b) Para α > 90º. (c) Para α = 90º. (d) Para α < 90º.
No es indispensable ser demasiado precisos al realizar estas correcciones en los bordes de
entrada y salida de la línea freática, en todos los casos se necesita simplemente tener el

160
CAPITULO 4 Flujo de agua

criterio correcto y realizar un trazo apropiado, que refleje que satisface las condiciones del
sistema.

Determinación de los valores de a y ∆a para presas de tierra.

Los valores de a y ∆a, son obtenidos en función al valor del ángulo α del borde de salida.
Generalmente estos valores son obtenidos de manera gráfica.

• Para α < 30º, Schaffernak y Van Iterson sugirieron un método grafico para
determinar el valor de a, que se muestra en la Figura 4.53a. El borde de
salida de la presa, debe proyectarse hasta que las proyecciones horizontales y
verticales del punto A formen en esta proyección los puntos 1 y 2. Luego, se
traza el semicírculo con diámetro 1-D. Con un radio 2-D y centro en D, se
traza el arco 2-3 que posesiona al punto 3 sobre el semicírculo. Con centro en
1 y radio 1-3 se traza el arco 3-4, que sitúa al punto 4 sobre el borde de
salida. La distancia D-4, corresponde al valor de a.
• Para 30º < α < 60º, Leo Casagrande propuso una solución gráfica que se
muestra en la Figura 4.53b. A partir del punto conocido de A puede trazarse
una horizontal que define el punto 1. Con centro en 1 y radio A-1 se traza un
arco y se define el punto 2. Con diámetro D-2, se traza el semicírculo. Con
centro en D y radio D-1, se traza el arco que define el punto 3 sobre el
semicírculo mencionado. Finalmente, se traza un arco de centro en 2 y radio
2-3 donde se ubica al punto 4, donde la distancia D-4 corresponde al valor de
a.
• Para 60º < α < 180º, Albert Casagrande desarrollo un ábaco que se muestra
en la Figura 4.54 de gran utilidad, para todos los casos de α comprendidos
entre 60º y 180º. Con un valor de a, se ingresa al ábaco y se determina el
valor de c, conociendo el valor de a + ∆a que es la distancia FK en la Figura
4.51.

El New England Waterworks Association, sugiere que para valores de α comprendidos


entre 30º y 60º, la expansión de la curva en trazo segmentado de la Figura 4.54 presenta
resultados con hasta un 25% de error con respecto a los dos anteriores métodos. Por lo tanto
estos valores han de usarse simplemente como una buena aproximación para el valor de a.

0.4

0.3
C = a + ∆a

0.2
∆a

Cara vertical

0.1

Pendiente obtusa
0
30º 60º 90º 120º 150º 180º
α = Inclinación del borde de salida.
Figura 4.53. Ábaco para determinar a (New England Waterworks Association, 1937).

161
Fundamentos de mecánica de suelos

1 3

0.3·m

A 2

α a
4
D
(a)

A 1
0.3·m

α 4
a

D
(b)
Figura 4.54. Determinación gráfica del valor de a.
(a) Método de Schaffernak & Van Iterson. (b) Método de L. Casagrande.

Construcción de la red de flujo cuadrada.

Las redes de flujo son uno de los métodos más usados y aceptados para solucionar la
ecuación [de Laplace. Sin embargo, antes de trazar esta red deben tenerse claro ciertos
detalles:
• El dibujo de la sección transversal de la zona de flujo, debe estar claro y tiene
que estar a una escala horizontal y vertical igual.
• La superficie libre de agua y las condiciones de borde iniciales y finales para
las funciones Φ y Ψ del sistema deben estar identificadas y ser
geométricamente conocidas, además de otros datos pertinentes.
• El suelo ha de ser homogéneo e isotrópico. (Caso contrario, véase la sección
de anisotropía en dos dimensiones de este capítulo)

En la Figura 4.55, se muestran dos sistemas de flujo en dos dimensiones en los cuales se
desea dibujar la red de flujo. Las dos secciones transversales de flujo están claramente
trazadas y tiene una misma escala vertical y horizontal adecuada. Las condiciones de borde
inicial y final de la función potencial están identificadas con trazo segmentado, mientras que
las condiciones de borde inicial y final de la función de flujo están resaltadas en trazo lleno.

162
CAPITULO 4 Flujo de agua

Presa de concreto

Ataguía

(a)

Línea freática

Filtro de pie

(b)
Figura 4.55. Construcción de la red de flujo cuadrada. Condiciones de borde.
(a) Presa de concreto con ataguía. (b) Presa de tierra con filtro de pie.

Presa de concreto

Ataguía

(a)

Línea freática

Filtro de pie

(b)
Figura 4.56. Construcción de la red de flujo cuadrada. Ubicación de las líneas de flujo.
(a) Presa de concreto con ataguía. (b) Presa de tierra con filtro de pie.

163
Fundamentos de mecánica de suelos

Presa de concreto

Ataguía

(a)

Línea freática

Filtro de pie

(b)
Figura 4.57. Construcción de la red de flujo cuadrada. Líneas equipotenciales.
(a) Presa de concreto con ataguía. (b) Presa de tierra con filtro de pie.

Se elige un número entero del número de canales de flujo (N F ), Casagrande recomienda


que en muchos casos solo bastan entre 4 y 6 canales de flujo. La primera línea de flujo, será
la condición de borde inicial de la función de flujo y la última línea será la condición de
borde final de esta función. Entonces, se procede a dibujar líneas de flujo intermedias de tal
manera que estén bien distribuidas en toda la región de flujo. En la Figura 4.56, se observa
que la forma de estas líneas tiende de la condición de borde inicial a la final.
Si el número de canales de flujo toma un valor mayor al sugerido, se tiene como
resultado una red de flujo mas precisa, pero requiere un mayor esfuerzo ajustarla
adecuadamente. Una vez dibujadas las líneas de flujo, se dibujan las líneas equipotenciales.
La primera línea equipotencial, será la condición de borde inicial de la función potencial y la
última será la condición final de esta función. En la Figura 4.57, se muestran las líneas
equipotenciales en trazo segmentado, se observa también que la forma de estas líneas tiende
de la condición de borde inicial a la final. Las líneas equipotenciales deben cortar a las líneas
de flujo en ángulos rectos y tratar de formar en lo posible elementos cuadrados. Debido a que
los valores de: ∆b y ∆s de la ecuación [4.72] deben ser iguales, para dar validez a la ecuación
[4.77] y poder determinar el caudal que circula en la red de flujo.
El dibujar la red de flujo en un método de ensayo y error, en ocasiones hace falta mas de
un intento dibujar una red de flujo apropiada. Debe tenerse en cuenta que es muy improbable
conseguir que absolutamente todos los elementos de la red sean cuadrados, especialmente en
las condiciones de borde iniciales y finales del sistema. Sin embargo, el área sobrante de un
elemento compensará al área faltante de otro. Para que una red de flujo se considere como
apropiada, debe cumplir ciertas reglas básicas:

• Las líneas de flujo no deben interceptarse.


• Las líneas equipotenciales nunca deben interceptarse.

164
CAPITULO 4 Flujo de agua

• Las líneas de flujo y equipotenciales deben interceptarse siempre en ángulos


rectos.
• Los elementos de la red de flujo en lo más posible deben ser cuadrados.
• Ambas familias de líneas tienen que tener una curvatura suave.

En la Figura 4.58, se muestran algunos ejemplos de redes de flujo en sistemas de flujo en


dos dimensiones.

(a)

(b)

Impermeable

(c)
Figura 4.58. Ejemplos de redes de flujo cuadradas (J. Badillo, 2000).
(a) Ataguía. (b) Presa de tierra. (c) Presa de concreto con mensuras.

165
Fundamentos de mecánica de suelos

7.3. Soluciones matemáticas para presas de tierra.

Dibujar una buena red de flujo muchas veces es un trabajo moroso e incluso hasta tedioso,
sobretodo si la geometría del sistema es complicada. Muchos investigadores han planteado
soluciones matemáticas y métodos empíricos, que ayudan en gran manera a determinar el
caudal que circula por una red de flujo, el valor de a y otros datos de interés, sin necesidad de
dibujar una red de flujo.
La mayoría de las soluciones matemáticas que se presentan a continuación, son obtenidas
de la geometría del procedimiento que se utiliza para trazar la parábola básica, mostrada de
forma más amplia en la Figura 4.59.
m

0.3·m
Parábola básica
A B a+
B1 ∆a ∆a

a
B2 z
h d +2 2
h J

α F
x D
y0 d y0
2
Figura 4.59. Análisis analítico para la parábola básica (U.S. Engineers Corps, 1986).

Solución de Schaffernak y Van Iterson para α < 30º.

Schaffernak y Van Iterson, elaboraron una relación matemática aplicable a presas de tierra,
para determinar el caudal q, esta es:

q = k ⋅ a ⋅ sin α ⋅ tan α [4.78]

d d2 h2
Donde: a= − − [4.79]
cosα cos 2 α sin 2 α

Solución de L. Casagrande para α ≤ 90º.

L. Casagrande, propuso una solución matemática válida en presas de tierra para determinar el
caudal, esta es:

q = k ⋅ a ⋅ sin 2 α [4.80]

h2
Donde: a = S 0 − S 02 − [4.81]
sin 2 α

Para α ≤ 60º, el valor de S 0 será: S 0 = d 2 + h 2

166
CAPITULO 4 Flujo de agua

Para 60º < α < 90º , el valor de S 0 será: S 0 = AJ + JD

Solución de Kozeny para α = 180º.

Kozeny (1931) propuso una solución rigurosa para el caso de la condición de borde ilustrado
de la Figura 4.52a, determino que el caudal que circula a través de la presa de tierra es:

q = 2 ⋅ k ⋅ a0 = k ⋅ y 0 [4.82]

Donde: a0 =
y0 1
= ⋅
2 2
(d 2
+ h2 − d ) [4.83]

Solución de A. Casagrande para 30º ≤ α ≤ 180º.

A. Casagrande determino que el caudal del flujo que circula a través de la presa se puede
obtener de:

q = k ⋅ a ⋅ sin 2 α [4.84]

Donde el valor de a, es obtenido del ábaco de la Figura 4.54. O también puede utilizar la
expresión:
q = k ⋅ y0 = k ⋅ (d 2
+ h2 − d ) [4.85]

Solución de Pavlovsky.

Pavlovsky (1935), propuso tres expresiones matemáticas que ayudan a conocer el caudal y
algunos valores de interés para determinar la geometría de la superficie freática. El análisis de
Pavlovsky, se basa en la nomenclatura de la Figura 4.60.

d0

a1

hd dw I II
h1
a0

β III
α h0

Figura 4.60. Nomenclatura de la solución de Pavlovsky (Harr, 1962).

Pavlovsky en su análisis divide la presa de tierra en tres zonas específicas, en la Figura


4.60 se muestra la división de estas en trazo segmentado. La zona I compondrá la condición
de borde de entrada de la presa, la zona II compondrá la parte intermedia de la presa hasta el
punto donde la línea freática intercepta con el borde de salida y la zona III compondrá la
condición de borde de salida. Se asume que el flujo es laminar y continuo, de tal manera que
la ley de Darcy es válida para cada uno de estos fragmentos.

167
Fundamentos de mecánica de suelos

En base a estas suposiciones, Pavlovsky determinó que el caudal q i que circula en cada
una de las zonas será:

Para la zona I:

(hw − h1 ) ⋅ ln hd 
qI = k ⋅
cot β  h − h  [4.86]
 d 1

Para la zona II:

q II =
[
k ⋅ h12 − (a0 + h0 )
2
] [4.87]
2 ⋅ b + 2 ⋅ [hd − (a0 + h0 )]⋅ cot α

Para la zona III:

Si h 0 > 0, se tiene que:

k ⋅ a0   a + h0 
q III = ⋅ 1 + ln 0  [4.88a]
cot α   a0 

Si h 0 = 0, se tiene que:

k ⋅ a0
q III = [4.88b]
cot α

Se asume, que los valores de α, β, b, h d , h w , h 0 y k son conocidos en el problema,


también se sabe que por continuidad: q I = q II = q III = q, donde q es el caudal total que circula
en todo el sistema, solo los valores de: a 0 , h 1 y q son desconocidos. Por lo tanto, las
ecuaciones [4.86], [4.87] y [4.88] forman un sistema de tres ecuaciones con tres incógnitas.
Puede resolverse este sistema, combinando sucesivamente las tres ecuaciones y obtener una
solución gráfica o pueden usarse métodos numéricos con la ayuda de un computador.

Ecuación de Dupuit.

Dupuit (1863), empleando la ley de Darcy pudo obtener una expresión que tiene una gran
aplicación práctica en los problemas de flujo a través de presas de tierra, para determinar el
caudal en base a la geometría de la línea freática. En la Figura 4.61, se muestra la
nomenclatura que utiliza Dupuit.
Dupuit, considera que conociendo la altura inicial h 1 de la condición de borde inicial y de
la condición de borde final h 2 de la línea freática y el valor de L que es la longitud de la
proyección horizontal de la línea freática, puede determinarse el caudal que circula a través
de la presa de tierra. La ley de Darcy se expresa como:
q =k·i·A
Dupuit, determino que el gradiente hidráulico i de la línea freática será:

h1 − h2
i=
L
168
CAPITULO 4 Flujo de agua

h1

β α h2

Figura 4.61. Condiciones para la solución de Dupuit (J. Badillo, 2000).

Dupuit, también asumió que el área de la sección transversal que se encuentra por debajo
de la línea freática será:

h1 + h2
A= ⋅1
2

Si se reemplazan estas consideraciones de Dupuit en la Ley de Darcy, se tendrá que:

h 2 − h22
q = k· 1 [4.89]
2⋅ L

Con la ecuación [4.89], puede determinarse el caudal que circula a través de una presa de
tierra conociendo la geometría de la línea freática.
Adil Akyüz y Hazan Merdun (2003) investigadores del Department of Agricultural
Structures and Irrigation de la universidad de Kahramanmaras Sütçü İmam (Turquía),
realizaron diversas pruebas en un modelo físico con una pequeña presa de arena, por el cual
hicieron circular un fluido viscoso con el fin de determinar cual de todas las soluciones
matemáticas presentadas anteriormente proporciona los mejores resultados que se acercan a
la realidad. Tras varios ensayos y variantes, concluyeron que la ecuación presentado por
Dupuit proporciona resultados que se ajustan más a la realidad, seguida por la solución de
Schaffernak y Van Iterson, L. Casagrande, Kozeny y finalmente la solución de Pavlovsky.

7.4. Método de los fragmentos.

Harr (1962) mejoró una modificación del método de redes de flujo, llamado: método de los
fragmentos, desarrollado originalmente por Pavlovsky. El método de los fragmentos se
clasifica como un método analítico y semiempírico, con el cual se puede calcular del caudal y
otras propiedades importantes de un sistema de flujo.
Con el tiempo, otros investigadores realizaron aportes importantes a este método,
mejorándolo, hasta el punto que con este método pueden resolverse muchos de los problemas
de flujo de manera sencilla, rápida y práctica. Este método se basa en las hipótesis e
investigaciones realizadas en la solución de Pavlovsky, donde se divide la región de flujo del
sistema en zonas o fragmentos apropiados que anteriormente se hayan determinado sus
propiedades. El primer paso una vez reconocida la región de flujo es dividir esta región en
fragmentos.

169
Fundamentos de mecánica de suelos

En la Figura 4.62, se tiene dos sistemas de flujo en dos dimensiones. Ambos sistemas han
sido divididos en fragmentos por una línea en trazo segmentado. Estas líneas en trazo
segmentado, representan a líneas equipotenciales que dividen en fragmentos a un único canal
de flujo definido por la dirección del flujo.

I II III

I II
III

(a) (b)
Figura 4.62. División de la región de flujo del sistema en fragmentos.
(a) Sistema de doble ataguía. (b) Presa de tierra.

Un objetivo que se persigue, es que el sistema este dividido en fragmentos reconocibles


que anteriormente ya se estudiaron y se determinaron sus propiedades. Para cada fragmento,
se cumple que:

• La ley de Darcy es válida.


• El flujo es estacionario.
• El suelo es homogéneo e isotrópico. (Caso contrario, véase la sección de
anisotropía en dos dimensiones de este capítulo)

Pavlovsky, planteó que la cantidad de flujo que circula por un fragmento es:

k ⋅ ∆hiF
qi = [4.90]
Φi
Donde:
q i = Caudal que circula por el fragmento.
k = Conductividad hidráulica del suelo.
∆hiF = Perdida de carga del fragmento.
Φ i = Factor de forma del fragmento.

Pavlovsky, define al factor de forma Φ como:

Nd
Φi = [4.91]
NF

El factor de forma es adimensional, porque relaciona la cantidad total de caídas


equipotenciales y canales de flujo que contiene el fragmento.
Por continuidad en el sistema, se sabe que:

q = q 1 = q 2 = ... = q n

170
CAPITULO 4 Flujo de agua

Donde q, es el caudal total de flujo que circula por todo el sistema. Si se suman todas las
pérdidas de carga (∆h i ) de cada fragmento, se tendrá la pérdida total de carga (∆H). Por lo
cual, la cantidad total de flujo del sistema será:

k ⋅ ∆H
q= n
[4.92]
∑Φ
i =1
i

Donde:
q = Caudal total que circula por el sistema.
k = Conductividad hidráulica del suelo.
∆H = Perdida total de carga del sistema.
Φ i = Factor de forma de cada fragmento.

Fragmento tipo I.

Figura 4.63. Fragmento tipo I (Harr, 1962).

Este tipo de fragmento mostrado en la Figura 4.63, representa una región flujo horizontal
paralelo entre bordes impermeables.
Para este tipo de fragmento, el factor de forma será:

L
Φ= [4.93]
a

El fragmento de tipo I, permite un movimiento de flujo de agua en una sola dimensión,


por lo cual también es aplicable a problemas de flujo unidimensional.

Fragmento tipo II.

L L

S S
T T

(a)a) (b)
b)
Figura 4.64. Fragmento tipo II (Harr, 1962).

Este tipo de fragmento mostrado en la Figura 4.64, representa un borde vertical


impermeable incrustado una distancia S en un estrado de espesor T. Este fragmento

171
Fundamentos de mecánica de suelos

representa la condición de entrada mostrado en la Figura 4.64a y una condición de salida


mostrada en Figura 4.64b. La región de flujo mostrada en la Figura 4.62a, puede ser
representada completamente por este fragmento. El factor de forma para este tipo de
fragmento será:
1  k ⋅ ∆hiF 
Φ = ⋅  [4.94]
2  q 

Para determinar este factor de forma se utiliza el ábaco elaborado en la Figura 4.73,
donde con un valor de S/T , se intercepta la curva correspondiente a b/T = 0, con lo cual se
determinara un valor para q/k· ∆hiF que reemplazando en la ecuación [4.94] se determina el
factor de forma. Harr, posteriormente planteo una manera más exacta para determinar el
factor de forma utilizando el módulo m que esta relacionado a la forma del fragmento, que
para el fragmento del tipo II será:

π ⋅S 
m = sin   [4.95]
 2 ⋅T 

Una ves obtenido el valor del módulo m, se determina en la Tabla 4.12 la relación K/K’,
por lo que el factor de forma será:

K
Φ= [4.96]
K'
Otros investigadores, han estudiado este fragmento aplicando la teoría de elementos
finitos y han elaborado un ábaco que se muestra en la Figura 4.74. Para utilizar este ábaco,
primero se determina la relación S/T y la relación L·R/T, donde L es la distancia mostrada en
la Figura 4.64 y R es un valor de transformación que para el caso de suelos isotrópicos toma
un valor de: R = 1. La intersección de estos dos valores en el ábaco, corresponde al valor del
factor de forma.

Fragmento tipo III.


b b

S S
T T

(a)
a) (b)
b)
Figura 4.65. Fragmento tipo III (Harr, 1962).

Este tipo de fragmento representa un elemento impermeable en forma de “L” con una
longitud horizontal b y un borde vertical de profundidad S en un estrato permeable con
espesor T. En la Figura 4.65a y b se muestra la condición de entrada y salida que este
fragmento puede representar. El factor de forma para este tipo de fragmento será:

1  k ⋅ ∆hiF 

Φ= ⋅
2  q 

172
CAPITULO 4 Flujo de agua

Se determina el factor de forma utilizando el ábaco de la Figura 4.73, donde en este tipo
de fragmento el valor de b/T no es cero. Con un valor para q/k· ∆hiF en la ecuación [4.97] se
determina el factor de forma.
También se puede utilizar la Tabla 4.12 para determinar el factor de forma, por lo cual
para el fragmento del tipo III se utilizara un módulo m que será:

π ⋅S  2 π ⋅b  2π ⋅S 
m = cos  ⋅ tanh   + tan   [4.97]
 2 ⋅ T   2 ⋅ T   2 ⋅T 

Con un valor del módulo m se determina la relación K/K’, por lo cual el factor de forma
será:
K
Φ=
K'

El módulo m que se utiliza en la Tabla 4.12, resume una complicada integración elíptica
en función de b/T y S/T que se realiza para obtiene este valor. Para la mayoría de los
fragmentos no se tiene disponible un valor del módulo m, pues la resolución de dicha integral
es bastante complicada.
Otra alternativa que Pavlovsky plantea, es que con un valor de m de la ecuación [4.97],
puede obtenerse directamente un valor para q/k· ∆hiF para los casos:

q 1 4
Para m ≤ 0.3, se tiene que: = ⋅ ln [4.98]
k ⋅ ∆hiF
π m

q −π
Para m2 ≥ 0.9, se tiene que: = [4.99]
k ⋅ ∆hiF 1 − m2 
2 ⋅ ln 

 16 

Polubarinova y Kochina (1962), elaboraron un ábaco, mejorando a las soluciones


presentadas por Pavlovsky y Harr, lo cual permite determinar el factor de forma de manera
directa, esta se muestra en la Figura 4.75. Para lo cual, se determinan las relaciones: S/T y
b·R/T para encontrar el factor de forma en el ábaco, donde el valor de R es un valor de
trasformación que en el caso de suelos isotrópicos toma el valor de: R = 1. Si el suelo es
anisotrópico, R toma un valor distinto a uno (véase la sección de Anisotropía en dos
dimensiones).

Fragmento tipo IV.

Este tipo, es un fragmento interno con longitud de borde b, incrustado una longitud S de en
un estrato permeable de espesor T. La Figura 4.66 muestra las dos posibles conFiguraciones
de este fragmento.
El primer caso se presenta cuando: b ≤ S, que se muestra en la Figura 4.66a, el factor de
forma para este caso es:

 b
Φ = ln1 +  [4.100]
 a

173
Fundamentos de mecánica de suelos

b
b

s
s
T T
a
a

(a)
a) (b)
b)
Figura 4.66. Fragmento tipo IV (Harr, 1962).

Si b > S que es el caso que se ilustra en la Figura 4.66b, por lo tanto el factor de forma
será:

 S  b−S
Φ = ln1 +  + [4.101]
 a T

La solución presentada por las ecuaciones [4.100] y [4.101] es aproximada, pero


proporciona resultados satisfactorios.

Fragmento tipo V.

Este tipo de fragmento, tiene dos bordes verticales de igual incrustación S en un estrato
permeable de espesor T, como se muestra en la Figura 4.67.
L

T
a

Figura 4.67. Fragmento tipo V (Harr, 1962).

El factor de forma para este tipo de fragmento, obedece a dos casos que se presentan:

 L 
Cuando: L ≤ 2·S, entonces: Φ = 2 ⋅ ln1 +  [4.102]
 2 ⋅a

 S  L − 2⋅S
Cuando: L > 2·S, entonces: Φ = 2 ⋅ ln1 +  + [4.103]
 a T

Sin embargo, el factor de forma obtenido de las ecuaciones [4.102] y [4.103] es


aproximado, Harr presento un ábaco que proporciona valores exactos del factor de forma para
fragmentos del tipo V y VI, este se presenta en la Figura 4.76. Los valores de C 1 y C 2 están
en función a la geometría del fragmento, estos valores son:

174
CAPITULO 4 Flujo de agua

 S '   S '' 
C1 = 1 −  ⋅ 1 −  [4.104]
 T  T 

L ⋅ R − (S '− S ' ')


C2 = [4.105]
T

Donde R, es un valor de transformación que en suelos isotrópicos será R =1.


El punto de intersección de los valores de: C 1 y C 2 en el ábaco corresponderá al factor de
forma. Sin embargo, Harr plantea que una buena aproximación del factor de forma utilizando
los valores de: C 1 y C 2 será:

Para: C 2 ≥ 0, entonces :

Φ = [C 2 − ln C1 ] [4.106]

Para: C 2 < 0, entonces:

 (2 + C 2 )2 
Φ = ln   [4.107]
 4 ⋅ C1 

Fragmento tipo VI.

Este tipo de fragmento mostrado en la Figura 4.68, es una variación del fragmento del tipo V
en las dimensiones de los bordes verticales

S'' S''
S' S'
T T
a'' a''
a' L a' L

(a)
a) (b) b)
Figura 4.68. Fragmento tipo VI (Harr, 1962).

Para el factor de forma en este tipo de fragmento, se presentan dos casos:

Cuando: L > (S’ + S’’), el factor de forma será:

 S'   S ' '  L − (S '+ S ' ')


Φ = 1 +  ⋅ 1 +   + [4.108]
 a'   a ' '  T

Cuando: L ≤ (S’ + S’’), el factor de forma será:

 b'   b' '  


Φ = ln 1 +  ⋅ 1 +  [4.109]
 a'   a' ' 

175
Fundamentos de mecánica de suelos

Donde:

L + ( S '− S ' ' )


b' = [4.110]
2

L − ( S '− S ' ' )


b' ' = [4.111]
2

El factor de forma obtenido de las ecuaciones [4.108] y [4.109] es aproximado, puede


usarse el ábaco de la Figura 4.76 para valores mas exactos del factor de forma, donde el
punto de intersección de los valores de: C 1 y C 2 en el ábaco, corresponderá al factor de
forma. También puede determinarse este factor de manera directa, a partir de los valores de:
C 1 y C 2 con las ecuaciones [4.104] y [4.105].

Fragmento tipo VII.

Línea freática

h 1 - h2

h1
h2

L
Figura 4.69. Fragmento tipo VII (Harr, 1962).

Los fragmentos del tipo VII al IX, son aplicables a problemas de flujo no confinado,
únicamente en el caso del flujo a través de presas de tierra.
El fragmento del tipo VII, representa la condición de flujo no confinado a través de una
presa de tierra. Este flujo es caracterizado por tener un borde en el dominio de flujo como
libre, que en la Figura 4.69 se presenta como la línea freática. Esta línea o nivel freático,
separa la región saturada de la región donde no circula flujo de agua. El factor de forma para
este tipo de fragmento será:

2⋅L
Φ= [4.112]
h1 + h2

Este fragmento representa la parte central de una presa de tierra, lo cual no incluye los
bordes de entrada y salida. Esta parte central de la presa es la más importante, debido a que
en está se desarrolla el flujo.

Fragmento tipo VIII.

Este tipo de fragmento representa la condición del borde de entrada en una presa de tierra de
altura h d , que se muestra en la Figura 4.70. Ya que este fragmento representa una condición
de entrada, no tendría sentido hablar de un factor de forma.

176
CAPITULO 4 Flujo de agua

Sin embargo, se pueden conocer algunas características de esta condición de entrada. El


gradiente hidráulico será:

a1
i= [4.113]
cot α ⋅ (hd − y )

Línea freática

a1

hd
h1
h

Figura 4.70. Fragmento tipo VIII (Harr, 1962).


Donde “y” representa a la coordenada vertical en un eje, que generalmente se ubica en el
límite del fragmento VII y VIII. El caudal que ingresa por este borde de entrada de la presa
será:

h1 − h  hd 
q=k⋅ ⋅ ln  [4.114)
cot α  hd − h 

Fragmento tipo IX.

Línea freática

a2

h2
β

Figura 4.71. Fragmento tipo VIII (Harr, 1962).

Este tipo de fragmento que se muestra en la Figura 4.71, representa la condición de salida de
una presa de tierra.

177
Fundamentos de mecánica de suelos

Este fragmento tampoco tiene factor de forma.Para este caso, Pavlovsky asumió que el
flujo es horizontal, por lo cual determinó que el caudal de salida q para este tipo de fragmento
será:
k ⋅ a2  a + h2 
q= ⋅ 1 + ln 2  [4.115]
cot β  a2 

En la Tabla 4.11, se muestra un resumen de los diferentes tipos de los fragmentos y sus
propiedades.

Fragmento
Fragmento TIPO IX
Fragmento Fragmento
TIPO II
TIPO VIII TIPO VII

(a) (b)
Figura 4.72. Sistemas divididos en fragmentos reconocibles.
(a) Sistema de doble ataguía. (b) Presa de tierra.

En la Figura 4.72, se ha dividido los dos sistemas de flujo mostrados en la Figura 4.62 en
fragmentos reconocibles de acuerdo a los fragmentos de la Tabla 4.11. Por lo general, se
requieren entre uno a tres fragmentos para dividir adecuadamente la región de flujo de un
sistema. El procedimiento usado en el método de los fragmentos, puede ser utilizado como
una herramienta donde varios factores pueden variar para evaluar características del flujo en
el suelo o se utilizado, como una herramienta analítica para encontrar rápidamente resultados
con una buena aproximación en problemas de flujo.
La región de flujo que considera este método, se base generalmente en bordes
horizontales y no bordes inclinados ni curvilíneos. Por lo general, al aumentar la cantidad de
fragmentos en un sistema se incrementara el grado de error de los resultados.
Debido a la mecánica y facilicidad del procedimiento, el Computer-Aided Structural
Engineering (CASE) ha desarrollado un programa computacional para este método, que
determina el caudal y otras propiedades para un sistema de flujo de agua.

7.5. Analogías y modelos físicos para resolver problemas de flujo.

Muchas veces la geometría de la región de flujo es complicada o tiene algunas variantes


especiales, de manera que algunos métodos convencionales quedan limitados para realizar un
correcto análisis del comportamiento del flujo de agua en una estructura. Por lo cual, se
emplean modelos físicos que ayudan a conocer el comportamiento del flujo en estas
estructuras. Los modelos físicos más usados para este fin son:

• Modelo de la analogía eléctrica con papel conductor.


• Modelos en tanque de arena
• Modelos con fluidos viscosos.

178
CAPITULO 4 Flujo de agua

Tabla 4.11. Tipos de fragmentos (Harr, 1962).


FLUJO CONFINADO
Tipo de Ilustración Parámetros del
fragmento fragmento
L

L
I a Φ=
a

1 k ⋅ 
Φ = ⋅ ∆qhi 
F
(Figura 4.73)
2   (Figura 4.74)
S S

II π ⋅ S 
m = sin
T T

 2 ⋅T 
K
Φ= (Tabla 4.12)
K'
b b (Tabla 4.12)
1 k ⋅ 
Φ= ⋅  ∆qhi 
F
(Figura 4.73)
K
S S
2   (Figura 4.75) Φ=
K'
III T T
m = cos
 π ⋅ S  ⋅ tanh2  π ⋅ b  + tan2  π ⋅ S 
    
 2 ⋅T   2 ⋅T   2 ⋅T 

b
Para: S ≥ b

Φ= ln1 + 
s b
T  a
a

IV Para: b > S

b −S
Φ= ln1 +  +
b S
S
 a T
T
a

Para: L ≤ 2·S
Φ = 2 ⋅ ln1 +
L 

S S  2⋅a 
V T
L > 2·S L −2⋅S
Φ = 2 ⋅ ln1 +  +
a L a Para: S
 a T
(Figura 4.76)

Para: L > (S ' + S '')

L − (S '+S ' ')


Φ = 1 +  ⋅ 1 +  +
S''
S' S' S''
T  a'   a''  T
a''
Para: L ≤ (S ' + S '')
a' L

 b' b' ' 


VI Φ= ln1 +  ⋅ 1 + 
 a'   a'' 
S''
S'
T Donde:
L + (S '−S' ' ) L − (S '−S '' )
a' L
a''
b' = b'' =
2 2
(Figura 4.76)

179
Fundamentos de mecánica de suelos

Tabla 4.11. Tipos de fragmentos (continuación).


FLUJO NO CONFINADO
Línea freática

h1- h 2
2⋅L
VII Φ=
h1 + h2
h1
h2

Línea freática
a1
i=
a1 cot α⋅ (hd − y )
hd
VIII h1
h1 − h  hd 
h
q =k ⋅ ⋅ ln 
α cot α hd − h2

Línea freática

IX k ⋅ a2  a +h 
a2
q= ⋅ 1 + ln 2 2 
cot β  a2 
h2
β

Modelo de la analogía eléctrica con papel conductor.


La ecuación de Laplace no solo gobierna el flujo establecido del agua a través del suelo, sino
que satisface el comportamiento de muchos fenómenos importantes de la física aplicada;
entre ellos se cuentan el flujo eléctrico a través de un conductor, el desplazamiento de una
membrana elástica en dirección normal a su plano original y varios problemas de la
elasticidad, como la teoría de la torsión y de la flexión en ciertas circunstancias. La causa de
estas correspondencias se ve clara cuando se considera que las leyes físicas que gobiernan
esos fenómenos son en el fondo de la misma naturaleza; así, la ley de Darcy es análoga a la
ley de Fourier en calor, a la ley de Hooke en el problema elástico, etc (J. Badillo, 2000).
Se puede recurrir a la analogía de uno de los problemas y compararlos con otras
analogías para resolver una situación concreta, estudiando otra analogía planteada en el
fenómeno análogo que puede ser más fácil de resolver. La idea básica, es plantear un modelo
en el que se estudie un cierto fenómeno análogo al flujo de agua, reproduciendo en ese
modelo las circunstancias equivalentes al problema de flujo, de manera que midiendo los
conceptos correspondientes en el modelo, se conozca el valor de los conceptos que interesen
en el problema de flujo. A diferencia de los modelos en campos calóricos y magnéticos, el
campo eléctrico ha permitido desarrollar técnicas de modelos que sirven para representar de
un modo relativamente sencillo y expedito muchas regiones de flujo en condiciones variadas
de flujo de agua. La correspondencia directa que hay entre un flujo establecido de agua a
través de un medio poroso y el flujo establecido de una corriente eléctrica a través de un
conductor queda claramente planteada en la Tabla 4.13 (J. Badillo, 2000).
La solución de un problema de flujo en dos dimensiones con este método, exige la
construcción de una región de flujo eléctrico geométricamente similar al problema, formada
con una lámina delgada de un material conductor apropiado. El campo eléctrico y la región
de flujo deben ser enteramente similares geométricamente hablando, ya que la analogía entre
ambas situaciones físicas es perfecta, según a lo observado en la Tabla 4.13.

180
CAPITULO 4 Flujo de agua

1.5

1.4
b b
1.3
S
T T
1.2

1.1

1.0

0.9
2·φ
1

0.8
= F
i
k·∆h
q

0.7
b
0.2 T =
5 0
0.6

0.5 0.50

0.75
0.4
1.00
0.3 1.25

1.50
0.2

0.1

0 0.1 0.2 0.3 0.4 0.5 0.6 0.7 0.8 0.9 1.0
S
T
Figura 4.73. Ábaco para los fragmentos del tipo II y III (Harr, 1962).

181
Fundamentos de mecánica de suelos

Tabla 4.12. Tabla para los fragmentos del tipo II y III (Harr, 1962).
K K
m2 K K'
K' m2 K K'
K'
0,000 1,571 ∞ 0,000 0,51 1,863 1,846 1,009
0,001 1,571 4,841 0,325 0,52 1,871 1,837 1,019
0,002 1,572 4,495 0,350 0,53 1,880 1,829 1,028
0,003 1,572 4,293 0,366 0,54 1,890 1,822 1,037
0,004 1,572 4,150 0,379 0,55 1,899 1,814 1,047
0,005 1,573 4,039 0,389 0,56 1,909 1,806 1,057
0,006 1,573 3,949 0,398 0,57 1,918 1,799 1,066
0,007 1,574 3,872 0,407 0,58 1,929 1,792 1,076
0,008 1,574 3,806 0,414 0,59 1,939 1,785 1,086
0,009 1,574 3,748 0,420 0,60 1,950 1,778 1,097
0,01 1,575 3,696 0,426 0,61 1,961 1,771 1,107
0,02 1,579 3,354 0,471 0,62 1,972 1,764 1,118
0,03 1,583 3,156 0,502 0,63 1,983 1,757 1,129
0,04 1,587 3,016 0,526 0,64 1,995 1,751 1,139
0,05 1,591 2,908 0,547 0,65 2,008 1,744 1,151
0,06 1,595 2,821 0,565 0,66 2,020 1,738 1,162
0,07 1,599 2,747 0,582 0,67 2,033 1,732 1,174
0,08 1,604 2,684 0,598 0,68 2,047 1,726 1,186
0,09 1,608 2,628 0,612 0,69 2,061 1,720 1,198
0,10 1,612 2,578 0,625 0,70 2,075 1,714 1,211
0,11 1,617 2,533 0,638 0,71 2,090 1,708 1,224
0,12 1,621 2,493 0,650 0,72 2,106 1,702 1,237
0,13 1,626 2,455 0,662 0,73 2,122 1,697 1,250
0,14 1,631 2,421 0,674 0,74 2,139 1,691 1,265
0,15 1,635 2,389 0,684 0,75 2,157 1,686 1,279
0,16 1,640 2,359 0,695 0,76 2,175 1,680 1,295
0,17 1,645 2,331 0,706 0,77 2,194 1,675 1,310
0,18 1,650 2,305 0,716 0,78 2,214 1,670 1,326
0,19 1,655 2,281 0,726 0,79 2,235 1,665 1,342
0,20 1,660 2,257 0,735 0,80 2,257 1,660 1,360
0,21 1,665 2,235 0,745 0,81 2,281 1,655 1,378
0,22 1,670 2,214 0,754 0,82 2,305 1,650 1,397
0,23 1,675 2,194 0,763 0,83 2,331 1,645 1,417
0,24 1,680 2,175 0,772 0,84 2,359 1,640 1,438
0,25 1,686 2,157 0,782 0,85 2,389 1,635 1,461
0,26 1,691 2,139 0,791 0,86 2,421 1,631 1,484
0,27 1,697 2,122 0,800 0,87 2,455 1,626 1,510
0,28 1,702 2,106 0,808 0,88 2,493 1,621 1,538
0,29 1,708 2,090 0,817 0,89 2,533 1,617 1,566
0,30 1,714 2,075 0,826 0,90 2,578 1,612 1,599
0,31 1,720 2,061 0,835 0,91 2,628 1,608 1,634
0,32 1,726 2,047 0,843 0,92 2,684 1,604 1,673
0,33 1,732 2,033 0,852 0,93 2,747 1,599 1,718
0,34 1,738 2,020 0,860 0,94 2,821 1,595 1,769
0,35 1,744 2,008 0,869 0,95 2,908 1,591 1,828
0,36 1,751 1,995 0,878 0,96 3,016 1,587 1,900
0,37 1,757 1,983 0,886 0,97 3,156 1,583 1,994
0,38 1,764 1,972 0,895 0,98 3,354 1,579 2,124
0,39 1,771 1,961 0,903 0,99 3,696 1,575 2,347
0,40 1,778 1,950 0,912 0,991 3,748 1,574 2,381
0,41 1,785 1,939 0,921 0,992 3,806 1,574 2,418
0,42 1,792 1,929 0,929 0,993 3,872 1,574 2,460
0,43 1,799 1,918 0,938 0,994 3,949 1,573 2,510
0,44 1,806 1,909 0,946 0,995 4,039 1,573 2,568
0,45 1,814 1,899 0,955 0,996 4,150 1,572 2,640
0,46 1,822 1,890 0,964 0,997 4,293 1,572 2,731
0,47 1,829 1,880 0,973 0,998 4,495 1,572 2,859
0,48 1,837 1,871 0,982 0,999 4,841 1,571 3,081
0,49 1,846 1,863 0,991 1,000 ∞ 1,571 0,000
0,50 1,854 1,854 1,000

182
CAPITULO 4 Flujo de agua

L·R
T 0.1 0.2
0.15

0.25

4.0

0.3

3.5

0.35

0.4
3.0

0.5

2.5 0.6

0.8
1.0
8

2.0

1.5

1.0

0.5
S S
T T

0 0.4 0.6 0.8


0.2
S/T
Figura 4.74. Ábaco para el fragmentos del tipo II (Griffiths, 1984).

183
Fundamentos de mecánica de suelos

3.0

b b

S S
T T

2.5

b·R
T
1.6
2.0

1.4

φ
1.2

1.5 1.0

0.8

0.6
1.0

0.4

0.2

0.0
0.5

0
0.2 0.4 0.6 0.8 1.0

S/T
Figura 4.75. Ábaco para los fragmentos del tipo II y III (Polubarinova & Kochina, 1962).

184
CAPITULO 4 Flujo de agua

5.0

S''
S'
T
a''
4.5 a' L

4.0

3.5

C2
 S '   S '' 
C1 = 1 −  ⋅ 1 − 
3.0  T  T 
2.8

2.6

L ⋅ R − (S '− S ' ')


2.5
2.4 C2 =
T
φ 2.2

2.0
2.0
1.8

1.6

1.4
1.5

1.2

1.0
1.0
0.8

0.6

0.5 0.4

0.2

0.0
-1.4 -1.2 -1.0 -0.8 -0.6 -0.4 -0.2
0 0.2 0.4 0.6 0.8 1.0
C1
Figura 4.76. Ábaco para el fragmento del tipo V (Harr, 1962).

185
Fundamentos de mecánica de suelos

Tabla 4.13. Correspondencia entre el flujo de agua y la corriente eléctrica (J. Badillo, 2000).
Ley de Darcy Ley de Ohm
q = Caudal del flujo de agua. i = Corriente (cantidad del flujo de electricidad)
k = Conductividad hidráulica K' = Coeficiente de conductividad.
A = Área de la sección transversal A' = Área de la sección transversal
H = Carga producida por el flujo V = Voltage producido por la corriente
L = Longitud de la trayectoria de percolación L' = Longitud de la trayectoria de corriente
v = Velocidad de descarga I = Intensidad de la corriente
Líneas de flujo Líneas de corriente
Líneas equipotenciales, h = ctte. Líneas potenciales, V = ctte.
Bordes impermeables Bordes aislantes
Ecuación de Laplace ∇2 ⋅ h = 0 Ecuación de Laplace ∇ 2 ⋅V = 0

Entre las bordes equipotenciales del modelo debe aplicarse una diferencia de potencial
que representará a la diferencia de carga hidráulica existente entre los bordes equipotenciales
del prototipo. Por lo general, en estos modelos se usan diferencias de potencial entre los
bordes equipotenciales de 6 a 10 voltios y es frecuente usar un ritmo entre las equipotenciales
de 1/10 de la caída potencial total, con lo que se obtendrán 9 equipotenciales en el modelo. El
problema se resuelve entonces, para un caso de flujo en una región homogénea e isotrópica,
midiendo el potencial en voltios existente en cada punto de la superficie del material que
constituye el modelo, supuesto que éste es homogéneo e isotrópico en lo que se refiere a su
conductividad. La medida se hace con una aguja fina conductora ligada a un voltímetro,
ubicándola al azar de tal manera que se tengan suficiente número de puntos de mismo
potencial, para así poder trazar las líneas equipotenciales.

Electrodo
Electrodo

Líneas equipotenciales
Papel conductor
a)
(a)

Electrodo

Líneas de flujo

Electrodo
Papel conductor
b)
(b)
Figura 4.77. Modelo de la analogía eléctrica con papel conductor (Wiley, 1982).
(a) Electrodos en los bordes permeables. (b) Electrodos en los bordes impermeables.

186
CAPITULO 4 Flujo de agua

En la Figura 4.77 se representa esquemáticamente un modelo para el flujo bajo una presa.
Una vez conocido el potencial en un número suficiente de puntos en la superficie conductora,
es posible trazar líneas de igual potencial eléctrico que representarán directamente a
equipotenciales de la región de flujo; si las equipotenciales eléctricas se han trazado con un
ritmo de caída constante, se harán obtenido directamente las equipotenciales que interesan en
la región de flujo, la Figura 4.77a muestra estas líneas.
El procedimiento más sencillo para trazar la red de flujo, una ves obtenidas las líneas
equipotenciales, es simplemente dibujar la familia de líneas de flujo que sean ortogonales,
constituyendo de esta manera una red de flujo con elementos cuadrados.
Otra posibilidad de resolver el problema es invertir el modelo eléctrico, convirtiendo los
bordes equipotenciales en bordes aislantes y recíprocamente; las líneas equipotenciales
obtenidas en este segundo modelo son las líneas de flujo del primero (Figura 4.77(b). Este
segundo procedimiento es más complicado que el primero y tiene el inconveniente adicional
de no proporcionar un red de cuadrados. En este caso se obtiene una red de rectángulos de
misma proporción largo y ancho, por otra parte trazando apropiadamente las líneas
equipotenciales será fácil obtener la red de flujo cuadrada.
Como se ve, en el caso de modelos de flujo confinado, es importante conocer bien las
condiciones de borde de la región de flujo para obtener buenos resultados. Sin embargo, en el
caso de flujo no confinado el problema se complica algo, ya que no hay ningún concepto en
el flujo eléctrico análogo al comportamiento del flujo no confinado. En el caso de flujo no
confinado, es esencial conocer la geometría de la línea freática. En la práctica lo que se hace
es suponerla de acuerdo al criterio y experiencia del proyectista (el método propuesto por A.
Casagrande es de gran ayuda para determinar esta geometría).
Una línea freática correcta, debe cumplir que las diferencias de altura entre puntos de
igual caída de potencial hidráulico del prototipo sean iguales y en el modelo que las
diferencias de potencial eléctrico entre los puntos correspondientes sean también iguales; en
otras palabras, en un modelo que tenga una línea freática correcta debe existir una ley lineal
entre las elevaciones de los puntos en que las equipotenciales cortan a la línea y los
potenciales eléctricos de esos puntos. Al encontrar la línea freática correcta, se recorta el
papel conductor según a la forma de esta. Luego, se traza la red de flujo igual que el caso de
flujo confinado, con modificaciones en el borde de salida.

Modelos en tanque de arena.

Los modelos en tanque de arena llamados también modelos hidráulicos, consisten en fabricar
un prototipo del problema de flujo de agua a pequeña escala de tal manera que se asemeje lo
mas posible a la realidad. En la Figura 4.78, se muestran algunos tipos de modelos.
Estos tanques que se utilizan tienen una pared de vidrio que permite tener una vista
transversal del sistema, generalmente se utiliza arena fina u otro material que pueda asemejar
las condiciones en campo del suelo. Se tiene especial cuidado en la geometría misma del
sistema, en especial la región de flujo que sea todo a escala. Al ser un modelo pequeño, se
deben corregir los efectos de ascenso capilar y la velocidad del ingreso del flujo de agua.
Pueden estudiarse casos, como el flujo de agua hacia un pozo como se muestra en la
Figura 4.79a, el flujo de agua en condiciones muy variables y especiales como se ve en la
Figura 4.78b. En la Figura 4.78c, se muestra que para observar mejor como el flujo de agua
se comporta se utiliza un trazador, que es un tinte de color que tiñe el agua y así se puede
observar como esta se mueve en la región de flujo.
Generalmente estos modelos son utilizados para estudiar sistemas anisotrópicos o
estratificados, investigar el drenaje del agua en una obra hidráulica o una presa de tierra,
donde se tendrá un comportamiento complicado e impredecible.

187
Fundamentos de mecánica de suelos

(a) (b)

Tinte trazador

(c)
Figura 4.78. Modelos en tanque de arena (U.S. Engineers Corps, 1986).
(a) Flujo de canal a pozo. (b) Flujo de laguna a canal. (c) Tinte trazador en una presa.

Modelos con fluido viscoso.

Los modelos con fluido viscoso, son llamados también modelos Helle–Shaw o modelos de
plato paralelo, son elaborados con la misma idea que los modelos en tanque de arena aunque
estos son más cuidadosos. La Figura 4.79 muestra la forma de este tipo de modelos.

Frontal
A Intermedio
posterior
Superficie
freática

A Espacio A-A

Placa
posterior

Placa a
en
frontal ar
de
elo
od
M

Figura 4.79. Modelos con fluido viscoso (U.S. Engineers Corps, 1986).

188
CAPITULO 4 Flujo de agua

El modelo consiste en dos placas de vidrio grueso paralelas y próximas, entre las que se
coloca formada de plástico, la sección completa de la estructura que se desea estudiar. Debido
a que se utiliza un fluido viscoso que no se filtra lateralmente, debe tenerse cuidado con la
temperatura puesto que puede afectar significativamente la densidad de este fluido, por lo
general se utiliza glicerina. Se coloca en el modelo, de manera que reproduzca a escala el
tirante que genera el flujo en el prototipo y se permite que se establezca la circulación
correspondiente, se usa tinte trazador para seguir la forma de las líneas de flujo. Este tipo de
modelos se usa generalmente en laboratorio para hacer comparaciones pues se puede
controlar la densidad de líquido con la temperatura, lo que permite hacer una serie de
variantes en la investigación.

7.6. Gradiente hidráulico de salida (i e ).

El gradiente hidráulico de salida, es conocido como la cantidad de disipación de altura de


carga por unidad de longitud, medido a lo largo de la cara de la estructura donde el flujo de
agua sale del medio poroso (U.S. Engineers Corps, 1986).

Cara donde se mide el


gradiente hidráulico de
salida.

(a)

Cara donde se mide el


gradiente hidráulico de
salida.

(b)
Figura 4.80. Cara de la estructura donde se mide el gradiente hidráulico de salida.
(a) Presa de concreto. (b) Sistema de doble ataguía.

189
Fundamentos de mecánica de suelos

Esta característica del flujo, es aplicable únicamente a sistemas de flujo confinado. En la


Figura 4.80, se muestra la parte de la cara de la estructura donde es medido el gradiente
hidráulico de salida.

Superficie del terreno

∆L

Figura 4.81. Longitud de la cara de la estructura en el borde de salida.

En la Figura 4.81, se muestra la cara de la estructura en el borde de salida donde se mide


este gradiente. La parte de la cara que se toma en cuenta, es la que está en contacto con el
suelo que tendrá una longitud ∆L como se muestra en la Figura. El gradiente hidráulico de
salida se determina con la expresión:

∆h
ie = [4.116]
∆L
Donde:
i e = Gradiente hidráulico de salida.
∆h = Pérdida de carga a lo largo de la cara.
∆L = Longitud de la cara.

Para poder calcular el valor de este gradiente, debe determinarse la pérdida de carga a lo
largo de la cara de la estructura en el borde de salida.

Calculo del gradiente hidráulico de salida mediante redes de flujo.

En el caso de utilizarse redes de flujo, la longitud de la cara donde es medido este gradiente
forma parte de la primera línea de flujo. La pérdida de carga entre líneas equipotenciales
según la ecuación [4.77], será:

∆H
∆h = [4.117]
Nd
Donde:
∆h = Pérdida de carga entre líneas equipotenciales.
∆H = Pérdida de carga total del sistema.
N d = Número total de caídas equipotenciales.

Calculo del gradiente hidráulico de salida con el método de los fragmentos.

También se puede determinar el gradiente hidráulico de salida utilizando el método de los


fragmentos, Pavlovsky construyo el ábaco que se muestra en la Figura 4.83 que es aplicable
190
CAPITULO 4 Flujo de agua

solo a los fragmentos que representan una condición de salida, como ser los fragmento del
tipo II y III (Tabla 4.11). Si ∆H es la pérdida de carga total del sistema, entonces la pérdida
de carga para cada fragmento es determinada con la expresión:

∆H ⋅ Φ i
∆hiF = n
[4.118]
∑Φ
i =1
i

Donde:
∆hiF = Perdida de carga del fragmento.
∆H = Perdida de carga total del sistema.
Φ = Factor de forma del fragmento.

Determinada la pérdida de carga del fragmento donde ocurre la salida del flujo del medio
poroso, con la relación S/T se ingresa al ábaco y se determina un valor para la relación:
i e ·S/∆h i , con la que se determinar el gradiente hidráulico de salida.

1.0

b b

S S
T T
0.8

0.6

ie·s
∆h iF

0.4

0.2

0 0.2 0.4 0.6 0.8 1.0


S
T
Figura 4.82. Ábaco para determinar el gradiente hidráulico de salida (Harr, 1962).

191
Fundamentos de mecánica de suelos

Harr, propuso una manera más exacta para hallar el gradiente hidráulico de salida
utilizando los valores de la Tabla 4.12. Propuso que el gradiente hidráulico de salida puede
ser determinado de la expresión:

∆hiF ⋅ π
ie = [4.119]
2 ⋅ K ⋅T ⋅ m
Donde:
i e = Gradiente hidráulico de salida.
∆hiF = Perdida de carga del fragmento.
K = Constante que está en función al módulo m (Tabla 4.12).
T = Espesor del fragmento.
m = Módulo para los fragmento del tipo II y III (ecuación [4.95] y [4.97]).

Luego de calcular el valor de m2, en la Tabla 4.12 se determina el valor de K y finalmente


el valor de ∆hiF es determinado con la ecuación [4.118].

7.7. Presión ascendente de flujo.

En sistemas de flujo confinado, el agua circula por debajo de las estructuras impermeables
donde el suelo se encuentra saturado de agua, anteriormente se había comentado acerca de la
presión de poros que ocasiona el ascenso del agua en un piezómetro, pero cuando la presión
de poros actúa por debajo de una estructura esta es como una barrera impermeable, esta
presión tiende a levantar la estructura.
La determinación de esta presión ascendente contribuye al análisis de la estabilidad de
una estructura hidráulica. La cara de la estructura que está en contacto con el suelo donde
actúa la presión de poros, se la llamará: cara de contacto. Según la ecuación [4.9], la presión
de poros en cualquier punto de la cara de contacto que se escribe:

u i = γ w ·h pi [4.122]

Por lo tanto para determinar la presión de poros en un punto de la cara de contacto de la


estructura, se debe determinar primero la altura piezométrica (h pi ) de ese punto. Según la
ecuación [4.7], esta altura se expresa como:

h pi = h 1 – h zi – ∆h i [4.120]
Donde:
h pi = Altura piezométrica para un punto de contacto de la estructura.
h 1 = Altura total de carga en el borde de entrada.
h zi = Altura potencial para el punto de contacto.
∆h i = Perdida de carga para el punto de contacto.

La pérdida de carga (∆h i ) es lineal a lo largo de la cara de contacto, entonces para


determinar la altura piezométrica, ha de determinarse la perdida de carga para el punto de
contacto.

Determinación de la presión ascendente mediante redes de flujo.

En el caso de utilizarse una red de flujo debe identificarse todas las líneas y las caídas
equipotenciales como se muestra en la Figura 4.124.

192
CAPITULO 4 Flujo de agua

La pérdida de carga para cualquier punto del plano de contacto puede expresarse con la
expresión:
∆H
∆hi = ⋅ ndi [4.121]
Nd
Donde:
∆h i = Perdida de carga para un punto de contacto.
∆H = Pérdida de carga total del sistema.
N d = Número total de caídas equipotenciales.
n di = Ubicación del punto según a las líneas equipotenciales.

En la Figura 4.83, se muestra un sistema de flujo confinado donde se desea determinar la


presión ascendente en la cara de contacto, que está definida por los puntos B a J.

∆H

0
A B C D E F G H IJ 17
E'
h1 1
16
2 15
3 14
12 13
4 5 10 11
6 8 9
7

Figura 4.83. Determinación del diagrama de presiones mediante redes de flujo.

Luego de dibujar la red de flujo cuadrada, debe identificarse a todas las líneas
equipotenciales de la manera como se ve en la Figura 4.84. Si se desea conocer la pérdida de
carga para el punto A, el valor de n di será 1, lo que significa que este punto esta ubicado a una
línea equipotencial completa. Para el punto B el valor de n di será 8, mientras que para el
punto E’ el valor de n di será 11.5, pues está ubicado a 11 líneas equipotenciales completas y
una mitad.

A B C D E F G H IJ

Figura 4.84. Diagrama de la presión ascendente en la cara de contacto de la estructura.

193
Fundamentos de mecánica de suelos

Luego de determinar la pérdida de carga para cada punto de la cara de contacto, se


determinan la altura potencial y luego la altura piezométrica para cada punto de contacto con
la ecuación [4.120] y finalmente con la con la ecuación [4.119] se determina la presión de
poros. En la Figura 4.84, se muestra el diagrama de presiones ascendentes en la cara de
contacto.

Determinación de la presión ascendente mediante el método de los fragmentos.

También puede emplearse el método de los fragmentos, para determinar el diagrama de


presiones ascendentes que actúa en la cara de contacto de la estructura. En este método, el
sistema es dividido en fragmentos separados por líneas equipotenciales.
El sistema de flujo confinado que se muestra en la Figura 4.85, ha sido dividido en
fragmentos reconocibles con líneas equipotenciales, donde se desea determinar el diagrama
de presiones ascendentes en la cara de contacto.

∆H

E'
h1

Fragmento
· F
Fragmento
Fragmento
tipo II tipo IV tipo II

L
Figura 4.85. Determinación de diagrama de presiones con el método de los fragmentos.

La pérdida de carga para cada fragmento ( ∆hiF ) es determinada con la ecuación [4.118],
por lo la pérdida de carga para cualquier punto del sistema es determinado con la expresión:

i
∆h=
i ∑ ∆h
i =1
i
F
+ ∆hi′ [4.122]

Donde:
∆h i = Pérdida de carga para un punto de contacto.
∆hiF = Pérdida de carga para cada fragmento.
∆h i ' = Pérdida de carga del punto respecto al fragmento en cuestión.

La pérdida de carga para un punto de contacto es acumulativa, para el punto E' el valor de
∆h i corresponderá a la pérdida de carga del fragmento II más el valores de ∆h i '
correspondiente al punto E'. En el caso del punto F el valor de ∆h i corresponderá a la pérdida
de carga del fragmento II y V más el valor de ∆h i ' correspondiente al punto F.

194
CAPITULO 4 Flujo de agua

La Pérdida de carga del punto respecto al fragmento en cuestión es determinada con la


expresión:
∆hiF
∆h=′
i ⋅ li [4.123]
L
Donde:
∆h' i = Pérdida de carga del punto respecto al fragmento en cuestión.
∆hiF = Pérdida de carga del fragmento en cuestión.
L = Longitud total del sistema.
l i = Distancia del punto de contacto de acuerdo a la longitud total del sistema.

Si se deseara determinar el valor de ∆h' i del punto E’ el valor de l i será medido según a
la dirección del flujo, por lo que será la distancia del fragmento II más una parte del
fragmento V, hasta donde se encuentra este punto, el valor de ∆hiF para este punto
corresponderá al del fragmento V, en cambio para el punto F será el del fragmento II.
Teniendo las pérdidas de carga para cualquier punto de la cara de contacto, se determina la
altura piezométrica para estos puntos con la ecuación [4.120] y finalmente con la ecuación
[4.121] se determina la presión de poros para el plano de contacto. Conociendo la presión de
poros para varios puntos de contacto, se tendrá el diagrama de presión ascendente.

Método de Lane para la presión ascendente de flujo.


E. W. Lane, investigador reconocido en la mecánica de suelos, desarrollo un método práctico
en base a los conceptos fundamentales de la hidráulica en tuberías y las líneas de flujo, para
determinar el diagrama de presiones ascendentes que actúan en la cara de contacto de una
estructura utilizando la geometría de esta. Lane, propuso que la pérdida de carga ∆h i para un
punto de contacto puede calcularse con la expresión:

Li
∆hi = ⋅ ∆H [4.124]
L'
Donde:
∆h i = Pérdida de carga para un punto de contacto.
L i = Longitud de contacto del punto en cuestión.
∆H = Perdida total de carga del sistema.
L’ = Longitud total de contacto.

Lane, considera la superficie de contacto a la primera línea de flujo, que será la condición
inicial de borde de la función de flujo. En el sistema de flujo confinado de la Figura 4.86, se
desea determinar el diagrama de presiones ascendentes que actúa en la cara de contacto de la
estructura. El primer paso consiste en ubicar puntos de tal manera que puedan reconocerse
distancias horizontales y verticales en la estructura, como se muestra en la Figura 4.86. En el
caso que se tenga un elemento inclinado deberá usarse las componentes verticales y
horizontales del elemento. Lane propuso que una partícula de suelo le es más fácil circular
horizontalmente que verticalmente, por lo tanto determino que la distancia de contacto L’ será
la suma de las longitudes verticales más el tercio de las longitudes horizontales, lo que
significa:

∑ ∑
1
L' = LV + ⋅ LH [4.125]
3
Donde:
L’ = Longitud total de contacto.

195
Fundamentos de mecánica de suelos

L V = Longitud vertical de contacto.


L H = Longitud horizontal de contacto.

∆H

1
3 5
C' 4

Figura 4.86. Determinación de diagrama de presiones con el método de Lane.

Las distancias verticales de contacto L V en la Figura 4.86, serán los segmentos 1-2, 2-3 y
4-5. Mientras que la única distancia vertical de contacto será el segmento 3-4. La longitud de
contacto para un punto, es la distancia que se encuentra el punto sobre la superficie de
contacto. Para el punto 2 la longitud de contacto l i será únicamente la distancia vertical de
contacto del segmento 1-2. Mientras que para el punto C, la longitud de contacto será la
distancia vertical de contacto de los segmentos 1-2 y 2-3 mas la tercia parte de la longitud
horizontal de contacto del segmento 3-C’. Siguiendo este procedimiento pueden determinarse
las pérdidas de carga para cada punto de la superficie de contacto y luego las alturas de
presión con la ecuación [4.120] y finalmente la presión de poros con la ecuación [4.121]
teniendo así el diagrama de presiones ascendentes.
Este método propuesto por Lane tiene como ventaja su facilidad para resolver problemas
de flujo ascendente y proporciona buenas aproximaciones, puesto que se hace suposiciones
sobre la facilidad que tiene el agua en moverse en el interior del suelo en sentido vertical
como horizontal. Todo el diagrama de presión ascendente que actúa bajo la estructura puede
ser representado como una fuerza puntual resultante que actúa en un punto por debajo por
debajo la estructura.

7.8. Factor de seguridad contra la flotación.

Si el gradiente hidráulico del flujo que sale por el borde de salida de la estructura es muy
grande, las partículas del suelo en el sector donde se produce la salida son removidas debido
a ese gradiente. A este fenómeno se lo llamo anteriormente flotación, que causa el ascenso de
estas partículas como si el suelo estaría en ebullición, originando condiciones movedizas en
el suelo. Este fenómeno con el tiempo puede ocasionar socavación, afectando la estabilidad
de la estructura. Anteriormente se había comentado, que el gradiente hidráulico mínimo
necesario para ocasionar la flotación en las partículas se lo llama gradiente hidráulico crítico.
El factor de seguridad contra flotación de las partículas, se determina con la expresión:

icr
FS G = [4.126]
ie

196
CAPITULO 4 Flujo de agua

Donde:
FS G = Factor de seguridad del gradiente hidráulico de salida.
i cr = Gradiente hidráulico crítico del suelo.
i e = Gradiente hidráulico de salida.

Varios investigadores recomiendan que este factor de seguridad pudiera variar de 1.5 a
15, dependiendo de las características y condiciones del suelo. Sin embargo, un rango
apropiado para este valor está comprendido entre: 2.5 a 5 (U.S. Engineers Corps).
Terzaghi (1953), sugirió otra manera de determinar el factor de seguridad contra
flotación. A este fenómeno lo llamo tubificación. El término tubificación describe un estado
inestable que se presenta cuando la componente vertical de la presión de flujo, que actúa en
dirección ascendente, supera al peso sumergido del suelo ocasionando condiciones
movedizas. Si las fuerzas ascendentes de flujo superan al peso sumergido, las partículas
pueden ser transportadas hacia arriba y depositarse en la superficie del suelo. De esta manera,
se forma un “tubo” en el suelo (Figura 4.87) cerca de la superficie (Whitlow, 1994).

d
2

A D
W
d
B C

us

Figura 4.87. Factor de seguridad contra la tubificación (Whitlow, 1994).

En la Figura 4.87, se tiene un sistema de flujo confinado compuesto de un ataguía, el


fenómeno de la tubificación ocurre en la región sombreada definida por los puntos A, B ,C y
D. El peso específico del suelo en esta región, será:

W = (γ sat − γ w ) ⋅ d ⋅
d
2
La distribución de la presión de flujo en la base BC del prisma se obtiene mediante el
método de las redes de flujo o de los fragmentos. El valor promedio de esta distribución de
presión ascendente, se define como: u s . Entonces, la fuerza ascendente de flujo sobre BC
será:
us ⋅ d 2 .

Puesto que la tubificación se presenta cuando la fuerza ascendente de flujo es igual al


peso específico del suelo, el factor de seguridad contra la tubificación será:

FST =
(γ sat − γ w ) ⋅ d [4.127]
us

197
Fundamentos de mecánica de suelos

Donde:
FS T = Factor de seguridad contra la tubificación.
y sat = Peso unitario saturado del suelo.
y w = Peso unitario del agua.
d = Profundidad de la estructura en el suelo.
u s = Valor promedio de la presión de poros en BC.

Un valor apropiado del factor de seguridad contra la tubificación (FS T ), ha de estar


comprendido entre: 3 y 4 (J. Badillo, 2000).

7.9. Flujo en dos dimensiones en suelo anisotrópico.

Debido a su modo de formación y deposición, muchos suelos sedimentarios tienen una


conductividad hidráulica superior en la dirección horizontal a la correspondiente en la
dirección vertical o en algunos casos aislados lo contrario. Anteriormente, se había definido
suelo anisotrópico como un suelo que no mantiene sus propiedades en toda su masa. Debido a
estas circunstancias de los suelos, se introducen algunas variables en los métodos
anteriormente vistos para que puedan ser aplicables a este tipo de suelos.

Red de flujo en suelo anisotrópico.

Para el caso de suelo anisotrópico, se sabe que: k x ≠ k z . Por lo cual, la ecuación que gobierna
la región de flujo en suelo anisotrópico [4.55], será:

∂ 2h ∂ 2h
kx ⋅ + k z ⋅ =0
∂x 2 ∂z 2

Esta expresión no es la ecuación de Laplace y no puede ser utilizada para obtener


soluciones a los problemas de flujo en dos dimensiones, ni dibujar la red de flujo cuadrada.
Sin embargo, puede cambiarse la geometría del problema para que la ecuación [4.55], tome la
forma de la ecuación de Laplace. A este recurso se lo llama: la teoría de la sección
transformada. Si el suelo es más permeable horizontalmente (k x > k z ), el efecto que tiene la
transformación geométrica en la región de flujo, es una reducción de las dimensiones en la
dirección x, mientras que las dimensiones en la dirección z quedan intactas. Para lo cual, se
realiza un cambio de variable en las coordenadas x y z a las coordenadas x’ y z’, que serán:

kz
x' = ⋅x z' = z [4.128]
kx

La ecuación [4.55], puede escribirse como:

∂ 2h kz ∂ 2h
+ ⋅ =0 [4.129]
∂x 2 k x ∂z 2

Teniendo en cuenta los cambios de variable de la ecuación [4.128], por otra parte, puede
escribirse:
∂h ∂h ∂x' k z ∂h ∂x' kz
= ⋅ = ⋅ ⋅x⋅ =
∂x ∂x' ∂x k x ∂x' ∂x kx

198
CAPITULO 4 Flujo de agua

Lo que resulta:

∂ 2h kz ∂ 2h ∂ 2h ∂ 2h
= ⋅ = 0 por otra parte: = =0
∂x 2 k x ∂x' 2 ∂z 2 ∂z ' 2

Si estas relaciones se sustituyen en la ecuación [4.129], se tendrá que:

kz ∂ 2h kz ∂ 2h
⋅ + ⋅ =0
k x ∂x 2 k x ∂z ' 2

Simplificando, se tendrá que:

∂ 2h ∂ 2h
+ =0 [4.130]
∂x' 2 ∂z ' 2

La transformación de coordenadas mediante la teoría de la sección transformada, ha


permitido reducir la ecuación [4.55] a la forma que se muestra en la ecuación [4.130], que es
la ecuación de Laplace correspondiente al caso isotrópico.

∆s

∆q kx
∆b

kx > k z
x
(a)
z'
∆s ⋅ k z k x

∆q k'
∆b

x
(b)
Figura 4.88. Elemento de la red de flujo en suelo anisotrópico (Atkinson & Bransby, 1978).
(a) Elemento en dimensiones reales. (b) Elemento en dimensiones reales.

Si el suelo es más permeable verticalmente (k z > k x ), el efecto que tiene la transformación


geométrica en la región de flujo, es una reducción de las dimensiones en la dirección z,
199
Fundamentos de mecánica de suelos

mientras que las dimensiones en la dirección x quedan intactas. El cambio de variable para
este caso será:
kx
z' = ⋅z x' = x [4.131]
kz

De manera similar, se determina la ecuación de Laplace. Claro esta, que la


transformación de coordenadas no ha de hacerse sólo en las ecuaciones, sino también física y
realmente en la región de flujo en estudio. En la Figura 4.88a, se muestra el flujo a través de
un elemento rectangular de una red de flujo anisotrópica en tamaño real, donde: k x > k z . En la
Figura 4.88b, se muestra el flujo a través del elemento en escala transformada de acuerdo a
los cambios de variable que corresponden al caso según la ecuación [4.128], es decir que
todas las dimensiones en la dirección x han sido multiplicadas por el factor: k z k x .

a
4 3 2 1 1 2 3 4 5

2·b

kz=4·kx
(a)

Ataguía
2·a
3 2 1 1

kx=4·k z
(b)

a Números de referencia
4 3 2 1 1 2 3 4

(c)
Figura 4.89. Redes de flujo construidas en suelo anisotrópico (Cedergren, 1972).
(a) Red de flujo anisotrópica en dimensiones reales k z > k x . (b) Red de flujo anisotrópica en
dimensiones reales k x > k z . (c) Red de flujo construida en la sección transformada.
200
CAPITULO 4 Flujo de agua

Cuando la red de flujo es construida en las dimensiones reales del suelo anisotrópico, las
líneas equipotenciales y de flujo no se interceptan en ángulos rectos. Sin embargo, cuando se
aplican los cambios de variable correspondientes a cada caso, la región de flujo cambia de
escala, ha esta nueva región de flujo se la denomina: sección transformada. La red de flujo
cuadrada será construida de la misma manera que en el caso isotrópico en la sección
transformada. En la Figura 4.89, se muestra dos ejemplos al respecto.
En la Figura 4.89a, se muestra la red de flujo en un sistema anisotrópico en dimensiones
reales, donde k z > k x , al ser el suelo más permeable en la dirección z la red es alargada en esa
dirección. En la Figura 4.89b, se muestra otro sistema anisotrópico en dimensiones reales,
donde k x > k z , que está alargada en la dirección x. Al aplicar los cambios de variable de la
ecuación [4.134] en la Figura 4.89a y de igual forma los cambios de variable de la ecuación
[4.128] en la Figura 4.89b, en ambos casos, la región de flujo queda transformada a un
sistema isotrópico, como se ve en la Figura 4.89c. Por lo tanto análogamente que el caso
isotrópico, la ecuación [4.133] pueden escribirse de acuerdo a la función potencial y de flujo,
que será:

∂ 2Φ ∂ 2Φ ∂ 2Ψ ∂ 2Ψ
+ =0 + =0
∂x' 2 ∂z ' 2 ∂x' 2 ∂z ' 2

Estas dos ecuaciones, son las ecuaciones de Laplace en función a las dos familias de
curvas que gobiernan la distribución de flujo a través de la región (x’, z’)
Entonces, puede trazarse la red de flujo cuadrada de la misma manera que el caso
isotrópico, donde todas las propiedades de la red de flujo son válidas para la sección
transformada. Por lo cual, el caudal que circula por la red de flujo en la sección transformada
será:
q = k '⋅ F ⋅ (h1 − h2 )
N
[4.132]
Nd

Donde k’ es la conductividad hidráulica equivalente de la sección transformada. La caída


equipotencial que cruza el elemento de flujo en la Figura 4.89, es ∆h para cada elemento. La
conductividad hidráulica equivalente k’ que se define de manera que el caudal de flujo ∆q es
el mismo para cada elemento.
Entonces, se dice que:

∆b ∆b
∆q = k x ⋅ ∆h ⋅ = k '⋅∆h ⋅
∆s ∆s ⋅ k z k x

Simplificando, se tendrá que:

k'= kx ⋅ kz [4.133]

Según a la ecuación [4.133], se concluye que en la sección transformada deberá usarse un


valor de la conductividad hidráulica igual a la media geométrica de las conductividades
reales, de esta manera podrá determinarse sin dificultad el caudal y otras propiedades en la
sección transformada. En esencia la teoría de la sección transformada, es un simple artificio
de cálculo que se logra por una sencilla transformación de coordenadas y que se modifica
sobre el papel las dimensiones de la región de flujo en estudio, de manera que la nueva región
obtenida se suponga que es isotrópica (J. Badillo, 2000).

201
Fundamentos de mecánica de suelos

Método de los fragmentos en suelo anisotrópico.

Originalmente el método de los fragmentos fue desarrollado para suelos isotrópicos, sin
embargo varios investigadores hicieron aportes a este método, de tal manera que ahora puede
ser utilizado en suelos anisotrópicos. Los ábacos que se muestran en las Figuras 4.77 a 4.79,
están elaborados para utilizarse en suelos anisotrópicos, donde se incluye el valor de
transformación R, que será:

kz
R= [4.134]
kx

El valor de transformación para el caso de suelos anisotrópicos, será distinto a 1.


Tomando en cuenta este valor, puede determinarse el caudal y todas las propiedades de la
región de flujo.

7.10. Flujo en dos dimensiones en suelo estratificado.

Cuando las condiciones de la región de flujo incluyen estratos de suelo de diferentes


conductividades, estas condiciones afectan significativamente el comportamiento del flujo en
el sistema. Por lo cual, para analizar esta situación y emplear los métodos anteriormente
descritos deben seguirse ciertos procedimientos.

Red de flujo en suelo estratificado.

La Figura 4.90, muestra las condiciones de flujo por un borde entre dos suelos que son
homogéneos e isotrópicos, pero con diferente conductividad hidráulica.

∆a

∆a
α2
∆b
α1
C
∆a
∆q
B
∆q

D
Suelo 2
Suelo 1 k2
k1
Figura 4.90. Deflexión de las líneas equipotenciales y de flujo en el borde de suelos con
distinta conductividad hidráulica (Atkinson & Bransby, 1978).
202
CAPITULO 4 Flujo de agua

La red de flujo del suelo 1 del borde a la izquierda, tiene elementos cuadrados de lado ∆a,
mientras, que el suelo 2 del borde a la derecha, debido a que es de diferente conductividad los
elementos de la red son rectángulos con lados ∆s y ∆b. No obstante, como se ve en la Figura
4.91, las líneas de flujo y equipotenciales son continúas al pasar el borde aunque sus
pendientes cambien.
La cantidad de flujo entre dos líneas de flujo adyacentes debe ser la misma en todas
partes, al igual que la perdida de carga entre dos líneas equipotenciales adyacentes. La
cantidad de flujo entre dos líneas de flujo adyacentes según la ecuación [4.72], será:

∆q = (∆a ∆b ) ⋅ ∆Φ1 = (∆b ∆a ) ⋅ ∆Φ 2 [4.135]

Donde los subíndices 1 y 2 se refieren a los suelos 1 y 2. De la ecuación [4.71], se tiene


que:
∆Φ 1 = – k 1 ·Dh 1 ∆Φ 2 = – k 2 ·Dh 2
[4.136]

Debido a que las líneas equipotenciales son continuas al pasar el borde, entonces se
conoce que: ∆h 1 = ∆h 2 . De esta manera, según a las ecuaciones [4.135] y [4.136], se tendrá
que:
∆b k1
= [4.137]
∆s k 2

De la geometría en la Figura 4.91, se tiene que:

AB = ∆a cos α1 = ∆b cos α 2 ; CD = ∆a sin α1 = ∆s sin α 2

Dividiendo estas dos ecuaciones ( AB CD ) , se tendrá que:

∆b tan α1
= [4.138]
∆s tan α 2

Según a la ecuación [4.137], se tendrá que:

k1 tan α1
= [4.139]
k 2 tan α 2

La ecuación [4.149], define la deflexión que tendrán las líneas de flujo cuando cruzan en
borde y la ecuación [4.137] define las dimensiones de la red de flujo en un lado del borde,
cuando en el otro lado la red de flujo es cuadrada.

Abatimiento de la línea freática en presas con secciones compuestas.

La Figura 4.92, muestra dos ejemplos comunes de secciones compuestas en presas de tierra.
La sección compuesta en una presa de tierra, por lo general tiene entre 2 o 3 tipos de
conductividades hidráulicas que no son muy diferentes entre si. Las conductividades en
secciones compuestas, no han de superar ser 1000 veces mayor o menor que la otra
conductividad. Las diferentes conductividades de la sección compuesta de la presa de tierra,

203
Fundamentos de mecánica de suelos

producen una variación en la trayectoria de la línea freática, al atravesar cada borde que
separa distintas conductividades la línea freática se abate cambiando así su pendiente.

k1 k2

(a)

k1 k2 k1

(b)
Figura 4.91. Presa con sección compuesta.
(a) Sección con dos conductividades (b) Sección con núcleo de distinta permeabilidad.
Bo
rde
Bo

k1 k2 k1 k2
rde

w w
k1 > k 2 α=β=w k1 k 2
>
α=β=0
(a) (b)
k1 e k2
rd
Bo
β
α

k1 k 2
>
β=270-α-w
(c)
e
rd
Bo

k1 k2
e
rd

k1 k2
Bo

Muy
permeable β
α
w w

k1 k 2 k 1 > k 2 β=270-α-w
>

(d) (e)
Figura 4.92. Condiciones de transferencia para la línea freática (J. Badillo, 2000).

204
CAPITULO 4 Flujo de agua

(a) Para k 1 > k 2 y w < 90. (b) Para k 1 < k 2 y w < 90. (c) Para k 1 < k 2 y w > 90 (caso poco
común). (d) Para k 1 << k 2 y w > 90 (k 2 muy permeable). (e) Para k 1 > k 2 y w > 90.
La línea freática, por ser una línea de flujo, deberá de cumplir las condiciones generales
de transferencia de tales líneas, es decir que si α es el ángulo agudo con que la línea llega al
borde y β el ángulo agudo con que sale de la misma, después de ser desviada al modo de un
rayo de luz que pasa de un medio a otro de diferente velocidad de propagación. Por lo que se
llegará a cumplir que:

tan β k1
=
tan α k 2

La línea freática ha de cumplir también la condición de igualdad de las pérdidas de carga


(∆h), por ser línea equipresión, a diferencia de una línea de flujo común, por lo cual las
condiciones de transferencia son distintas al caso de las líneas de flujo. Las condiciones de
transferencia de la línea freática, se muestran el la Figura 4.92.
Antes de aplicar las condiciones de transferencia de la línea freática, debe conocerse los
sentidos que toman los ángulos α y β.

Método de los fragmentos en suelo estratificado.

El análisis de suelos estratificados es otra limitación que tiene el método de los fragmentos.
Un procedimiento aproximado para determinar las características del flujo de un sistema
estratificado ha sido propuesto por Polubarinova-Kochina. Harr ha mejorado aquel método,
donde los coeficientes de conductividad hidráulica de ambos estratos son relacionados con un
parámetro adimensional ε, que se expresa:

tan (π ⋅ ε ) =
k2
[4.140]
k1
Donde:
k 1 = Conductividad hidráulica del estrato superior.
k 2 = Conductividad hidráulica del estrato inferior.

La relación de las conductividades hidráulicas puede variar de 0 hasta infinito. El rango


que varía ε es de 0 a ½. El método consiste en determinar el factor de forma Φ, para obtener
la relación q/k de la ecuación [4.90], para los tres casos especiales de ε, que son:

• CASO 1. Para ε = 0 entonces k 2 = 0. El problema queda reducido a un


problema de un solo estrato con una región de flujo de espesor igual al del
estrato superior.
• CASO 2. Para ε = ¼ entonces k 1 = k 2 . El problema queda reducido a un
problema de un solo estrato, con una región de flujo de espesor de ambos
estratos.
• CASO 3. Para ε = ½ entonces k 2 es infinito. Este caso representa un flujo de
agua que no tiene resistencia al circular en el estrato inferior. Por lo cual
q k1 ⋅ ∆h i = ∞ la inversa de esta expresión es igual a cero.
F

El procedimiento consiste en determinar el valor de ε del sistema con la ecuación [4.140],


luego se interpola el valor de la relación q/k del sistema con respecto al valor de ε calculado

205
Fundamentos de mecánica de suelos

del sistema, con los valores de ε de cada fragmento. Utilizando este procedimiento, puede
determinarse todas las propiedades de la región de flujo.
Para determinar la presión de poros a lo largo de la superficie de contacto, se sigue el
mismo principio de las ecuaciones [4.119] y [4.120]. Se determina la pérdida de carga y la
altura total de carga para los tres casos de ε, para cada punto de contacto deseado Finalmente
se interpola los valores que corresponden al ε del sistema. Para determinar el gradiente
hidráulico de salida i e , se utiliza la misma idea. Se determinar el gradiente hidráulico de
salida con el ábaco de la Figura 4.83 para los tres casos de ε, luego se interpola el valor de ε
que corresponde al sistema.
En el caso de un sistema de tres estratos o más, se usan dos o más valores de ε. Donde el
primer valor de ε representara los primeros estratos superiores, mientras que el segundo valor
será los últimos estratos, de tal manera que existan simplemente dos grupos, luego ha de
analizarse los estratos en cuestión y así sucesivamente para un número mayor de estratos en
un sistema.

8. Flujo de agua en tres dimensiones

El movimiento real del flujo de agua en el suelo corresponde al de un sistema en tres


dimensiones. Anteriormente se consideraron casos donde puede analizarse el flujo de agua en
una y dos dimensiones. Sin embargo, el presenciar el comportamiento del flujo en tres
dimensiones tiene ventajas singulares pues de esa forma se conoce el verdadero
comportamiento del agua en el suelo.
El flujo del agua hacia un pozo puede idealizarse como un flujo tridimensional con
simetría axial (siendo el eje del pozo el eje de simetría) de un flujo homogéneo a través de un
medio poroso.
La utilización de pozos de bombeo con fines de abastecimiento de agua era ya familiar en
las civilizaciones antiguas. Sin embargo, de los avances técnicos empíricos serios en la
materia que datan de hace aproximadamente un siglo; existen en la actualidad modelos
tridimensionales en ordenadores que se valen de la teoría de elementos finitos para resolver
problemas de flujo en tres dimensiones y también modelos eléctricos como se muestra en la
Figura 4.93. En ase a las investigaciones realizadas por Darcy y Dupuit.

206
CAPITULO 4 Flujo de agua

Figura 4.93. Modelo eléctrico para flujo tridimensional (Duncan, 1963).


Uso de Pozos.
Los pozos pueden utilizarse de una gran variedad de maneras, especialmente para controlar el
flujo de agua en el suelo. Estos pueden estar localizados en los acuíferos al lado de
estructuras de retención de agua para disminuir la presión al límite más bajo en los estratos
impenetrables. Los pozos también son usados para mantener condiciones secas en
excavaciones durante la construcción, también las pruebas de bombeo en pozos sirven como
un medio exacto para determinar la conductividad hidráulica del suelo.

8.1. Análisis del problema de pozos.

La técnica gráfica de redes de flujo descrita en la sección de flujo en dos dimensiones y los
métodos aproximados puede usarse en el análisis de problemas de pozos. Sin embargo, las
fórmulas elaboradas para obtener soluciones analíticas a los problemas de pozos es la técnica
más aceptada.

Redes de flujo.

Un ejemplo de una red de flujo para un simple problema se muestra en la Figura 4.95. El
caudal entre las líneas de flujo está dado por la ecuación propuesta por Taylor (1948) que es:

r ⋅b
∆q = 2 ⋅ π ⋅ k ⋅ ∆h ⋅ [4.141]
l

Donde:
k = Conductividad hidráulica.
∆h = Perdida de carga total entre líneas equipotenciales.
r = Distancia del pozo.
b =Dimensión del elemento en la dirección Z.
l = Dimensión de elemento en la dirección r.

207
Fundamentos de mecánica de suelos

Pozo de
bombeo

Nivel freático inicial

Abatimiento
A
niv batim
el ie h2 z
fre nto
áti d
co el

Estrato impermeable
(a)

(b)

b
r
Z

(c)
Figura 4.94. Salida del flujo radial simple (Taylor, 1968).
(a) Flujo horizontal del pozo. (b) Red de flujo vista en planta. (c) Red de flujo vista en perfil.

Como en una red de flujo en planta, ∆q y ∆h deben ser iguales para todos los elementos
dentro de la red de flujo. Así r ⋅ b l es una constante. Cuando se traza la vista en planta
(Figura 4.94b) la red de flujo consiste de elementos cuadrados como en el caso de un plano
descrito en el flujo en dos dimensiones.

208
CAPITULO 4 Flujo de agua

Cuando se traza el perfil (Figura 4.94c) los elementos de aspecto con la relación (b/R) es
proporcional a la distancia radial r y por consiguiente no son cuadrados.
Por lo tanto, la construcción gráfica de las redes de flujo para los problemas de flujo
radial generalmente no es práctico excepto los casos donde la presión del agua es constante y
sólo se requiere la vista en planta de la red de flujo.

Soluciones aproximadas.

Los métodos numéricos y analógicos pueden ser usados para problemas que involucran
condiciones de borde complicadas. Los métodos analógicos eléctricos son especialmente
ventajosos para problemas de pozos más complicados que no pueden idealizarse en dos
dimensiones.

Fórmulas analíticas.

El análisis de flujo a un solo pozo puede ser resuelto a menudo por métodos analíticos.
También, el análisis de flujo de pozos múltiples y muchos problemas que involucran
condiciones de borde complicadas puede ser resuelto bien por soluciones de superposición
para problemas de pozos singulares. Pueden obtenerse soluciones analíticas para problemas
de flujo no estacionario.
8.2. Ecuaciones básicas del pozo para flujo en estado estacionario.

Flujo estacionario.

Las condiciones de flujo estacionario existen cuando el caudal de flujo del pozo y la
superficie piezométrica no cambian con el tiempo. Si la región de la superficie piezométrica
no fluctúa, las condiciones de estado estacionario son alcanzadas por bombeo de un pozo de
un caudal constante durante un largo periodo de tiempo. En otras palabras, al construir un
pozo y comenzar a bombear agua de el con un caudal constante, el nivel de agua se empieza a
abatir y se produce un flujo de la masa de agua que rodea al pozo hacia este; conforme pasa
el tiempo el nivel sigue bajando y el flujo hacia el pozo se modifica. Eventualmente puede
llegarse a una estabilización del nivel del agua en el pozo y de flujo de agua hacia el mismo
en la zona circunvecina; cuando esto se ha logrado se tendrá un flujo estacionario, que hasta
ese momento era no estacionario o transitorio. El diseño de pozos para el control del flujo de
agua es a menudo basado en cálculos que asumen condiciones de estado estacionario.

8.2.1 Flujo estacionario radial en pozos con penetración total.

En acuíferos artesianos.

Considerase el caso de un pozo construido en un acuífero artesiano de espesor D constante,


según se muestra en la Figura 4.95.

209
Fundamentos de mecánica de suelos

Nivel freático antes


q de iniciar el bombeo
Superficie del terreno

Abatimiento del nivel freático 2r0


Nivel freático
r

muy poco permeable H


h0 h
Acuífero D

Impermeable R
Figura 4.95. Flujo radial estacionario con penetración total (J. Badillo, 2000).

Se construye el pozo de manera que se penetre totalmente en el acuífero artesiano; en el


pozo se efectúa un bombeo, extrayendo un caudal constante q.
Cuando el flujo de agua hacia el pozo sea estacionario, el nivel del agua en el pozo
permanece constante y la superficie piezométrica original se abate en la forma mostrada en la
Figura 4.96. Se ha formado así el llamado cono de depresión de la superficie piezométrica.
Interesa encontrar una relación que ligue el caudal que se bombea del pozo con el
abatimiento que se produce en la superficie piezométrica. El flujo hacia el pozo es horizontal
en todo punto del acuífero, mientras que el gradiente hidráulico en todo punto del acuífero
está dado por la tangente de la superficie piezométrica en la sección vertical que se considere
y vale i=dh/dr.
Usando coordenadas polares, con el eje de pozo como origen, el caudal extraído a través
de un cilindro de radio r vale:

dh
q = k ⋅i ⋅ A = k ⋅ ⋅ 2 ⋅π ⋅ r ⋅ D [4.142]
dr

De donde

q dr
dh = ⋅
2 ⋅π ⋅ k ⋅ D r

Integrando

q
h= ⋅ ln r + C [4.143]
2 ⋅π ⋅ k ⋅ D

Donde C es la constante de integración que puede valuarse considerando la condición de


borde, según la que:

Para r = R ; h = H

Así

210
CAPITULO 4 Flujo de agua

q
H= ⋅1nR + C
2 ⋅π ⋅ k ⋅ D
y
q R
C=H− ⋅ ln [4.144]
2 ⋅π ⋅ k ⋅ D r

Llevando este valor de C a la ecuación [4.143] se obtiene:

 
⋅ (ln R − ln r )
q q q
h= ⋅ ln r + H − ⋅ ln R  = H −
2 ⋅π ⋅ k ⋅ D 2 ⋅π ⋅ k ⋅ D  2 ⋅π ⋅ k ⋅ D

q R
h=H− ⋅ ln [4.145]
2 ⋅π ⋅ k ⋅ D r

La ecuación [4.145] permite calcular la depresión de la superficie piezométrica en


cualquier punto en torno al pozo y, en especial, el nivel del agua en el pozo mismo, h0 (para
r = r0 ). De la ecuación [4.145] particularizada para el nivel del pozo, puede despejarse el
valor de q:
H − h0
q = 2 ⋅π ⋅ k ⋅ D ⋅ [4.146]
ln ( R r0 )

La expresión [4.146], debida a G. Thiem (1870), es conocida con el nombre de ecuación


de equilibrio y permite calcular el caudal que puede extraerse de un pozo para un abatimiento
dado (H − h0 ) , siempre y cuando se conozcan D, R, r0 y k. En un caso como el mostrado en
la Figura 4.96 la única incógnita es k, coeficiente de conductividad hidráulica del acuífero,
valor que puede tenerse por aplicación de la misma expresión de Thiem, extrayendo del pozo
un caudal conocido. En efecto, para ello basta despejar k de la ecuación [4.146] obteniéndose:

q R
k= ⋅ ln [4.147]
2 ⋅ π ⋅ D ⋅ (H − h0 ) r0

En realidad el caso presentado en la Figura 4.96, al cual se han venido refiriendo todas
las fórmulas anteriores, es esquemático y poco frecuente en los problemas reales, pero la
herramienta matemática que permite introducir es susceptible de extensión a casos de mayor
interés práctico. Los casos reales más frecuentes son aquellos en los que el estrato artesiano
es lo suficientemente extenso en todas las direcciones horizontales a partir del eje del pozo,
como para que la zona de depresión pueda considerarse como una de flujo radial hacía el
pozo. Si se tienen dos pozos de observación llevados hasta el acuífero artesiano, a las
distancias r1 y r2 a partir del eje del pozo de bombeo y el nivel del agua en esos pozos es h1
y h2 respectivamente, como se puede ver en la Figura 4.97 la aplicación de la ecuación
[4.145] produce:
q R
h1 = H − ⋅ ln [4.148]
2 ⋅π ⋅ k ⋅ D r1
y

211
Fundamentos de mecánica de suelos

q R
h2 = H − ⋅ ln [4.149]
2 ⋅π ⋅ k ⋅ D r2
Restando
q r
h1 − h2 = H − ⋅ ln 1 [4.150]
2 ⋅π ⋅ k ⋅ D r2

r1
Pozo de
bombeo Pozos de observación
r2

Nivel freático inicial

Aba
timi
ento
Estrato muy
del poco permeable
n i
freá vel
tico

h2 D h1
Acuífero

r Estrato impermeable
Figura 4.96. Flujo radial estacionario con penetración total (J. Badillo, 2000).

La expresión [4.150] no contiene los términos R y H, lo cual la hace aplicable a casos con
simetría radial, al cual se refirió la Figura 4.97. Matemáticamente hablando la ecuación
[4.150] es equivalente a la [4.146], suponiendo en todos los casos que r 1 es mayor a r 2 .
De la expresión se puede despejar el valor de k y entonces proporcionar un método de
campo para obtener dicho valor en casos de flujo estacionario en acuíferos artesianos,
conocido el valor de k, la propia ecuación [4.150] permite fácilmente el cálculo del caudal
que es posible extraer de un acuífero artesiano, en condiciones de flujo estacionario
utilizando dos pozos de observación. El nivel del agua en el pozo puede obtenerse también
con ecuación [4.150] haciendo en ella r2 = r0 y usando un solo pozo de observación.
Respecto a las distancias que deben fijarse entre los pozos de observación y el de bombeo
( r1 y r2 ). Conviene indicar que cuanto mayores sean será necesario una prueba más larga,
para dar tiempo a que se establezca el flujo, al menos en forma práctica, en la zona cubierta
por los pozos; por otra parte, si r1 y r2 se seleccionan muy pequeñas pueden jugar un papel
importante las anomalías de carácter local en torno al pozo que distorsionen los resultados,
dificultando su interpretación.
Debe notarse que las ecuaciones anteriores se han desarrollado suponiendo que la carga
en el pozo h0 , corresponde exactamente al nivel del agua en el mismo; esto es cierto
solamente cuando no se toman en cuenta por ser pequeñas las pérdidas de carga hidráulica,
que el agua sufre al pasar a través del filtro y la malla que protege la base del pozo para entrar

212
CAPITULO 4 Flujo de agua

a este. Si estas pérdidas se quieren tomar en cuenta, el valor de h0 para los cálculos será el
nivel del agua en el pozo, más el valor de las pérdidas estimadas.
La ecuación [4.146] de Thiem se refiere a un pozo en posición central dentro de su zona
de influencia; Muskat (1937) extendió su campo de aplicaciones a pozos que tienen una
excentricidad, e, dentro de la zona influenciada por su presencia o cuando la carga en la
periferia de un círculo que tenga en su centro al pozo no tenga un valor constante H. Para el
primer caso Muskat obtuvo la siguiente expresión para el flujo radial hacia un pozo artesiano:

H − h0
q = 2 ⋅π ⋅ k ⋅ D ⋅
R 2 − e2
ln
R ⋅ r0

De la ecuación anterior se deduce que para valores de e = 0 se llega a la ecuación [4.146]


y para e < 0.7·R el valor del caudal q difiere en menos del 10% del dado por la ecuación
[4.146]; por lo tanto, la excentricidad del pozo respecto a su zona de influencia puede
despreciarse, a no ser que sea muy importante.
Muskat también encontró para el segundo caso, que la ecuación [4.146] es valida cuando
la carga H varía en la periferia de un círculo con el pozo al centro, siempre y cuando se use
en ella el valor medio de H en todo el contorno.

En acuíferos libres o no confinados


Se trata el caso de un pozo de bombeo que penetra totalmente un acuífero libre o no
confinado, dentro del cual se define un nivel freático. Nuevamente se considera al suelo que
forma el acuífero homogéneo, isótropo y con una borde inferior impermeable y horizontal.
Si se bombea un caudal q constante del pozo hasta llegar a una condición de equilibrio
(flujo estacionario), puede obtenerse una ecuación que relacione el caudal extraído con el
abatimiento del agua en el pozo con base en las hipótesis de Dupuit, ya comentadas
anteriormente. Aplicando la ley de Darcy a un cilindro de radio r y altura h , puede
escribirse:
dh
q = k ⋅ i ⋅ A = k ⋅ ⋅ 2 ⋅π ⋅ r ⋅ h
dr

R
Superficie del terreno q
2·ro
Nivel freatico original Nivel del agua
r
Superficie
piezométrica final
Nivel freatico final H
h
Acuifero ho
Impermeable

Figura 4.97. Flujo radial estacionario con penetración total (J. Badillo, 2000).

De donde se tiene la ecuación diferencial

213
Fundamentos de mecánica de suelos

dr 2 ⋅ π ⋅ k
= ⋅ h ⋅ dh [4.151]
r q

Integrando este ecuación y teniendo en cuenta (Figura 4.98) que

h = H para r = R
y que

h = h0 para r = r0 [4.152]

Se tiene:
H
2 ⋅π ⋅ k  h2 
[ln r ]rR = ⋅ 
 2 h
0
q
0

De donde:

H 2 − h02
q =π ⋅k [4.153]
R
ln
r0

La ecuación [4.153] proporciona el caudal de bombeo en función de la permeabilidad del


acuífero, el radio del pozo, el radio de influencia del pozo del nivel freático respecto al plano
y borde impermeable y la altura del agua en el pozo en relación al mismo plano de referencia.
A la ecuación [4.153] suele llamársela la ecuación de Dupuit-Thiem. También en este caso es
frecuente aprovechar las fórmulas para cuantificar el coeficiente de permeabilidad, k, del
acuífero; para ello es preciso contar cuando menos con un pozo de observación a una
distancia razonable del pozo de bombeo. Deberá resolverse la ecuación [4.151] con la
segunda de las condiciones de borde en la ecuación [4.152], obteniéndose:

q r
h 2 − h02 = ln [4.154]
π ⋅ k r0

La ecuación [4.154] aplicada a una prueba de bombeo en que se puedan medir h y r en un


pozo de observación y h0 y r0 en el pozo de bombeo, permitirá valuar k. La prueba deberá
interpretarse a partir de datos obtenidos con flujo ya estacionario. Es también frecuente valuar
k de los resultados obtenidos de dos pozos de observación durante una prueba de bombeo
cuando el flujo prácticamente sea estacionario. En este caso si h1 y h2 son los niveles de
agua en los pozos de observación situados a distancias r1 y r2 ( r1 ≤ r2 ) del eje del pozo de
bombeo, el ecuación diferencial [4.151] conduce a la ecuación:

q r
h22 − h12 = ln 2 [4.155]
π ⋅ k r1

Similar a la ecuación [4.154] obtenida para el caso de un pozo en un acuífero artesiano.


La solución que se ha presentado en esta sección para el caso de flujo estacionario radial con
penetración total en acuíferos libres no es rigurosa y su grado de validez en la práctica será

214
CAPITULO 4 Flujo de agua

tanto más aproximado cuanto menos se aparte el flujo de las hipótesis de Dupuit; es decir
cuando la superficie piezométrica sea más horizontal, lo cual ocurre cuando el abatimiento
del agua en el pozo de bombeo es pequeño. La experiencia permite afirmar que la ecuación
de Dupuit-Thiem proporciona una buena aproximación para la superficie piezométrica
correspondiente a la borde inferior impermeable del acuífero libre.

Superficie libre
Pozo

Acuifero

Superficie freática para


para el borde poco permeable

Impermeable
Figura 4.98. Superficie libre y superficie piezométrica (J. Badillo, 2000).
En el nivel freático o línea de corriente superior, la aproximación es también aceptable
para puntos no muy cerca del pozo de bombeo, pues alrededor de este se tiene una superficie
libre de descarga, como se ilustra esquemáticamente en la Figura 4.98. En resumen, puede
decirse que la solución dada en esta sección da buenos resultados para el nivel del agua en el
pozo y en puntos que no estén localizados para el nivel del agua en el pozo y en puntos que
no estén localizados en su inmediata vecindad. Por otra parte la solución presentada da muy
buenos resultados para estimar el caudal de extracción del pozo para un abatimiento dado del
agua en el mismo.
8.2.2. Flujo estacionario radial en pozos con penetración parcial.

En acuíferos artesianos

Cuando la rejilla del pozo, por la cual el agua entra, no cubre todo el espesor del estrato
artesiano se tiene un pozo denominado de penetración parcial.
La Figura 4.100 ilustra esquemáticamente el caso. Ahora el flujo radial ya no es
horizontal, como se supuso en el caso de pozos con penetración total, sino que la trayectoria
del agua en la vecindad del pozo es como se ilustra esquemáticamente en la Figura 4.100. Si
el abatimiento del agua en el pozo es el mismo, obviamente se tendrá un menor caudal en el
pozo de penetración parcial que en el de penetración total. Asimismo, si el caudal que se
extrae es el mismo en ambos pozos, el abatimiento del agua en el pozo de penetración parcial
será mayor que el abatimiento que ocurrirá en el mismo pozo si su penetración fuera total.

215
Fundamentos de mecánica de suelos

qp
Superficie del terreno
Superficie piezométrica original
2r0

Superficie piezométrica final

h2D 2D
H

d h0
D

Figura 4.99. Flujo radial estacionario con penetración parcial (J. Badillo, 2000).

Si se llama q p al caudal que se extrae del pozo de penetración parcial y q sigue siendo el
caudal que proporciona el pozo de penetración total, por la discusión anterior se tiene que
q p / q ≤1 para un abatimiento dado en el agua del pozo igual en ambos casos. Tanto teórica
como experimentalmente se ha encontrado que a una distancia r ≥ 2 D a partir del eje del
pozo, el efecto de la penetración parcial es despreciable, tanto en las condiciones de flujo en
el estrato acuífero como en el abatimiento de la superficie piezométrica. El problema de los
pozos parcialmente penetrantes ha sido estudiado por diversos investigadores, entre ellos,
Forchheimer, Kozeny, de Glee y Muskat. Las soluciones mas generales las han obtenido los
dos últimos haciendo uso de las funciones de Green, técnica matemática que permite resolver
las ecuaciones diferenciales del flujo del agua cumpliendo con las condiciones de borde del
problema. La solución que se presenta es la debida a G.J. de Glee (1930). Para un pozo que
penetra únicamente una longitud d en la parte superior de un acuífero artesiano, la diferencia
de niveles piezométricos entre el pozo y un punto situado a distancia 2D de su eje, es una vez
establecido el flujo estacionario.

qp 2 π ⋅ d 0.20 
h2 D − h0 = ⋅  ⋅ ln +  [4.156]
4 ⋅π ⋅ k  d 2 ⋅ r0 D 
El sentido de las letras puede verse en la Figura 4.99. Como todas las fórmulas sobre el
tema incluidas en este capítulo, la expresión [4.156] puede manejarse con cualquier sistema
de unidades homogéneo, ya que las constantes que en ella Figuran son adimensionales. La
ecuación [4.156] es válida cuando se cumplen las condiciones de que:

d / D ≤ 0.75 y d / 2 ⋅ r0 ≥ 5

De la distancia 2D hacia la lejanía del pozo, el nivel piezométrico se abate ya lo mismo


que si el pozo fuera de penetración total, como ya se dijo; lo anterior es válido, desde luego
para un mismo caudal de extracción, q p , en ambos casos. De lo anterior, puede calcularse el
abatimiento total se sufre el agua en el pozo respecto al nivel piezométrico original H. En
efecto, este abatimiento total será el dado por la expresión [4.151], más el abatimiento que se
tenga a la distancia 2D del pozo, calculado ya este último con las fórmulas del pozo de
penetración total puede escribirse:

216
CAPITULO 4 Flujo de agua

H − h0 = (H − h2 D ) + (h2 D − h0 ) [4.157]

De la ecuación [4.145]

qp R
H − h2 D = ⋅ ln [4.158]
2 ⋅π ⋅ k ⋅ D 2⋅ D

Sustituyendo las ecuaciones. [4.158] y [4.156] en la [4.157] se obtiene:

qp 1 R 1 π ⋅ d 0.10 
H − h0 = ⋅  ⋅ ln + ⋅ ln +  [4.159]
2 ⋅π ⋅ k  D 2⋅ D d 2 ⋅ r0 D 

Donde H es el nivel piezométrico a la distancia R del eje del pozo siendo R el radio de
influencia del mismo.
Despejando q p de la ecuación [4.159] y q de la [4.146] es posible encontrar la relación
que existe entre los caudales de dos pozos, uno de penetración parcial y otro de penetración
total, suponiendo que ambos producen el mismo abatimiento piezométrico. Dicha relación es:

R
ln
qp r0
= [4.160]
q R D π ⋅d
ln + ln + 0.10
2 ⋅ D d 2 ⋅ r0

La ecuación [4.160] tiene valor práctico, pues permite calcular el caudal que se obtiene
de un pozo parcialmente penetrante en función del que se puede extraer del pozo de
penetración total que tiene el mismo nivel de agua. En la Figura 4.101 se presenta una grafica
de los resultados de la ecuación [4.160] en función de la relación d/D y para d/2·r o igual a 5,
20 y 100, donde siempre debe cumplirse que R/r o = 1000. Es importante notar que la
ecuación [4.160] es también aplicable al caso en que la rejilla del pozo este abierta en la parte
inferior del acuífero y cerrada en la parte superior (es decir que solo entra el flujo al pozo en
la longitud d en vez del caso inverso, que es el que se ha dibujado en la Figura 4.98

217
Fundamentos de mecánica de suelos

1.0
0.9 σ
Valores de
0.8 2·ro
0.7 5
20
0.6
qP 100
q 0.5
0.4
0.3
0.2 R = 1000
ro
0.1
0
0 0.1 0.2 0.3 0.4 0.5 0.6 0.7 0.8 0.9 1.0
d
D
Figura 4.100. Relación de caudales en penetración parcial y total (J. Badillo, 2000).

En acuíferos libres o no confinados.

Para el caso de penetración parcial en acuiferos libres el mismo de Glee da una expresión que
permite calcular el abatimiento del agua en el pozo, cuando es pequeño respecto a la altura H,
correspondiente al nivel freático inicial:

qp  2  π ⋅ d  0.20 
h2 H − h0 = ⋅  ln +  [4.161]
4 ⋅ π ⋅ k  d  2 ⋅ r0  H 

En donde h 2H es ahora la altura del nivel freático en un punto que dista de 2H del eje del
pozo. La similitud de la Ecuación [4.156] con la [4.161], relativa a pozos parcialmente
penetrados en acuiferos artesianos, permite determinar la relación q p /q usando la ecuación
[4.160] y la grafica de la Figura 4.100, sustituyendo únicamente el espesor D del acuífero
artesiano por H, altura del nivel freático en el acuífero libre.
El efecto de la penetración parcial se hace despreciable lejos del pozo y los abatimientos
en el nivel freático pueden estimarse con las formulas de perpetración total, utilizando en
ellas el gasto de bombeo que realmente se tenga en el pozo.

218
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos

CAPITULO CINCO
Esfuerzos efectivos.
El principio del esfuerzo efectivo es probablemente el concepto más importante en la
ingeniería geotécnica. En el cálculo y análisis de problemas como el asentamiento de los
suelos, capacidad de carga de fundaciones, estabilidad de presas, y presión lateral en
estructuras de retención de tierra, la compresibilidad y resistencia al corte de un suelo son las
propiedades que mas influyen en el diseño y estas propiedades dependen en gran parte del
esfuerzo efectivo, lo cual hace que el concepto del esfuerzo efectivo sea muy importante en el
análisis de estos problemas.
El suelo es una estructura esquelética de partículas sólidas en contacto, formando un
sistema intersticial de interconexiones entre los vacíos o poros. Los poros están parcial o
totalmente llenos de agua. Es por esta razón que los esfuerzos efectivos pueden presentarse en
la naturaleza en diferentes maneras.

• Suelos saturados con agua y cero de aire en los vacíos.


• Suelos secos sin nada de agua en los vacíos
• Suelos parcialmente saturados, con agua y aire en sus vacíos.

En este capitulo se analizara explícitamente los esfuerzos efectivos en suelos saturados, ya


que la presión ejercida por el agua a diferencia de la del aire juega un papel muy importante en
el análisis de los esfuerzos efectivos.
En los suelos a diferencia de otros materiales sus componentes (sólidos, agua y aire) no
están firmemente unidos y es por esta razón que la respuesta del suelo en conjunto a cualquier
carga o la transmisión de esfuerzos de esa carga al interior del suelo es la acumulación del
comportamiento de sus tres componentes. El esqueleto del suelo es por lo general muy
deformable, debido al deslizamiento y reorganización de las partículas. Por este motivo es que
la deformación de una masa de suelo viene controlada por la interacción entre las partículas
individuales. Esta interacción entre la estructura del suelo y el fluido en los poros determina el
único comportamiento que depende del tiempo en la masa del suelo, esto es debido a que el
agua y el aire dentro los espacios vacíos entre partículas se comportan en forma distinta según
se apliquen las cargas muy rápida o muy lentamente. Este fenómeno se lo vera en forma más
detallada en el punto 6.3.
Para poder entender más fácilmente los esfuerzos y deformaciones que se producen en un
suelo es necesario primeramente definir claramente que son los esfuerzos y las deformaciones
que producen. A continuación se explica detalladamente esto.

1.1 Esfuerzos y deformaciones.

Los esfuerzos que se producen en un material y las deformaciones que estos producen varían
según la forma en que se apliquen, produciendo esfuerzos y deformaciones normales o de
corte.

Esfuerzos y deformaciones normales.


Los esfuerzos normales son esfuerzos perpendiculares al área en que se apliquen. La
deformación normal es el cambio en la longitud dividida por la longitud inicial. Para ilustrar
mejor esto, se considera un cubo de dimensiones x = y = z el cual es sujeto a las fuerzas
normales P x , P y , P z en sus tres lados adyacentes, como se muestra en la Figura 5.1. Entonces
los esfuerzos normales son:
217
Fundamentos de mecánica de suelos

Px Py Pz
σx = ; σy = ; σz = [5.1]
y⋅z x⋅z x⋅ y

En forma general se tiene:

P
σ= [5.1a]
A

Pz σz
Z Y

y
z
Px σx
x
z
Py σy
y
X
x
Figura 5.1. Esfuerzos y deformaciones debido a las cargas aplicadas

Suponiendo que bajo éstas fuerzas el cubo se comprime un ∆x, ∆y, y ∆z en las direcciones
X, Y y Z. Entonces suponiendo que las deformaciones normales en estas direcciones son
pequeñas (infinitesimales), se tiene:

∆z ∆x ∆y
εz = ; εx = ; εy = [5.2]
z x y

En forma general se tiene:

∆l
ε= [5.2a]
l

Deformación volumétrica.

La deformación volumétrica es la suma de las deformaciones producidas en las tres


direcciones debido a las cargas aplicadas, entonces se tiene:

ε p =εx +εy +εz [5.3]


ó
∆V
εp = [5.4]
V

La deformación volumétrica también puede ser expresada en función del esfuerzo causante
de la deformación y del modulo de elasticidad del material, E:

σ
εp = [5.5]
E

218
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos

Esfuerzos y deformaciones de corte.

Los esfuerzos de corte son los esfuerzos tangenciales a la superficie en la que actúan. Para
ilustrar esto de mejor manera se considera por simplicidad el plano XZ y se aplica una fuerza F
que haga al cuadrado torcer en un paralelogramo como muestra la Figura 5.2. La fuerza F es
una fuerza cortante y el esfuerzo de corte es:

F
τ= [5.6]
x⋅ y

Z Z
F y
x τ

z γzx z

X X
F τ
x
Figura 5.2. Esfuerzo y deformación de corte. (Budhu, 2000)

La deformación de corte es una medida de la distorsión angular de un cuerpo causada por


fuerzas cortantes. Si el desplazamiento horizontal es ∆x, la deformación de corte, γ zx , será:

∆x
tan (γ zx ) =
Cateto opuesto
= [5.7]
Cateto adyacente z

∆x
γ zx = tan −1
z

Para pequeñas deformaciones, se puede asumir que tan(γ zx ) = γ zx , entonces se tiene:

∆x
γ zx = [5.8]
z
Donde
γ = ángulo de deformación o distorsión (Figura 5.2), expresado en radianes.

El esfuerzo normal comprime o alarga un material; el esfuerzo de corte tuerce un material.


Si el esfuerzo de corte en el plano es cero, entonces el esfuerzo normal a ese plano es llamado
esfuerzo principal.
El módulo de deformación tangencial también conocido como módulo de corte puede ser
expresado en función de este ángulo de deformación y del esfuerzo cortante, en forma general
se tiene:
τ
G= [5.9]
γ

Cada material responde de diferente manera a las cargas aplicadas. A continuación, se


examinara algunas respuestas típicas en materiales deformables por acción de las cargas
aplicadas.
219
Fundamentos de mecánica de suelos

Respuesta de los materiales a carga y descarga.

La respuesta de los materiales sometidos a carga y descarga son las curvas esfuerzo-
deformación y varían mucho según las propiedades del material (composición), modo en que
se apliquen las cargas (cargado rápido o lento), trayectoria de esfuerzos del material (historia
de los esfuerzos) y de la relación de vacíos del material. Debido a esto es que se debe tomar en
cuenta todos estos aspectos para poder obtener resultados representativos del material.
Si se aplica un incremento de carga vertical, ∆P, a un cilindro deformable con área de
sección transversal A como se muestra en la Figura 5.3, el cilindro se comprimirá un ∆z y el
radio aumentará un ∆r. La condición de cargado que se aplica aquí se llama cargado uniaxial,
ósea cargado en una dirección respecto a un eje.

Configuración
original
Ho
r
Configuración
deformada

ro

Figura 5.3. Fuerzas y desplazamientos en un cilindro. (Budhu, 2000)

El cambio en el esfuerzo vertical es.

∆P
∆σ z = [5.10]
A

Las deformaciones vertical y radial son respectivamente,

∆z
∆ε z = [5.11]
Ho

∆r
∆ε z = [5.12]
ro
Donde:
H o es la longitud original y r o es el radio original.

El cociente entre la deformación radial (o lateral) y la deformación vertical se llama índice


de Poisson, υ, definido como, la relación entre las deformaciones laterales y la deformación
axial. Debido al comportamiento complejo de los suelos, es muy difícil hacer una
determinación exacta del índice de Poisson para su utilización en un problema.
Afortunadamente, mediante ensayos de laboratorio es posible determinar este índice y además

220
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos

se cuenta con valores tabulados según el tipo de suelo. Estos valores son lo suficientemente
precisos para la mayoría de los problemas prácticos.

Deformaciones laterales
υ=
Deformación axial

− ∆ε r
υ= [5.13]
∆ε z

Los valores típicos del índice de Poisson y el modulo de elasticidad para distintos tipos de
materiales se muestran en la Tabla 5.1.

Tabla 5.1 Típicos valores del índice de Poisson.


Tipo de suelo Descripción υ
Arcilla Suave 0.35 – 0.40
Media 0.30 – 0.35
Dura 0.20 – 0.30
Arena Suelta 0.15 – 0.25
Media 0.25 – 0.30
Densa 0.25 – 0.35

El modulo de elasticidad o de Young es el cociente entre el esfuerzo y la deformación


normal.

σ
E= [5.14]
ε

Se puede trazar un gráfico de σ z = Σ∆σ z versus ε z = Σ∆ε z . Si para incrementos iguales de


∆P, se consigue el mismo valor de ∆z, entonces se tendrá una línea recta en el gráfico de σ z
versus ε z como se ve en la línea OA de la Figura 5.4. Si en un cierto punto del esfuerzo, como
por ejemplo el punto A de la Figura 5.4, se descarga el cilindro y este vuelve a su
configuración original, el material que contiene el cilindro se llama un material linealmente
elástico.

Línealmente elástico La pendiente es el modúlo


elástico tangente, Et'
A
La pendiente B
de la tangente
Esfuerzo (σz)

inicial es el
modúlo
elástico, E. Elástico no líneal

La pendiente es el modúlo
elástico secante, Es'

O Deformación (εz)
Figura 5.4. Curvas esfuerzo-deformación de un material elástico lineal y no lineal
221
Fundamentos de mecánica de suelos

Suponiendo que para incrementos iguales de ∆P se consiguen diversos valores de ∆z, pero
al descargar el cilindro vuelve a su configuración original. El diagrama de la relación esfuerzo-
deformación será una curva como la curva OB de la Figura 5.4. En este caso, el material que
contiene el cilindro se llama un material elástico no lineal. Si se aplica una carga P 1 que
cause un desplazamiento ∆z 1 en un material elástico y posteriormente una segunda carga P 2
que cause un desplazamiento ∆z 2 , entonces el desplazamiento total será ∆z = ∆z 1 + ∆z 2 . Los
materiales elásticos obedecen al principio de superposición. El dice que el orden en el cual se
apliquen las cargas no es importante; se podría aplicar primero P 2 y después P 1 pero el
desplazamiento final debe ser el mismo.
Algunos materiales como el suelo no vuelven a su configuración original después del
descargado. Ellos exhiben una relación esfuerzo-deformación similar a la representada en la
Figura 5.5, donde OA es la respuesta al cargado, AB la respuesta a la descarga, y BC la
respuesta a la recarga. Las deformaciones que ocurren durante el cargado, OA, consisten de
dos partes, una parte elástica o recuperable, BD, y una parte plástica o irrecuperable, OB.
Entonces un material que presente este comportamiento es llamado material elastoplástico, es
decir una parte de la respuesta al cargado es elástica y otra plástica.

La pendiente de la tangente inicial es el


modúlo elástico, E. C
A
Esfuerzo

Respuesta elástica
durante el
descargado.

O B D Deformación

Plástico Elástico
Figura 5.5. Curvas esfuerzo-deformación de un material elastoplástico. (Budhu, 2000)

Los ingenieros, están particularmente interesados en las deformaciones plásticas puesto


que éstas son el resultado de las deformaciones permanentes del material. Pero para calcular la
deformación permanente, se debe conocer la deformación elástica. Aquí es donde los análisis
elásticos llegan a ser útiles. El esfuerzo en el cual se inicia la deformación permanente se llama
esfuerzo de fluencia.
El módulo elástico o módulo elástico tangente inicial (E) es la pendiente de la línea del
esfuerzo-deformación para el material lineal isotrópico (Figura 5.4). Para un material elástico
no lineal el módulo tangente (E t ) o el módulo secante (E s ) o ambas se determinan de la
relación del esfuerzo-deformación (Figura 5.4). El módulo elástico tangente es la pendiente de
la tangente de una recta trazada a una curva esfuerzo-deformación en un punto particular. El
valor del módulo tangente variara con el punto elegido. El módulo tangente en el origen de la
curva es el módulo tangente inicial. El módulo elástico secante es la pendiente de la línea que
une el punto de origen (0,0) con un cierto punto deseado en la curva esfuerzo-deformación.
Por ejemplo, algunos ingenieros prefieren determinar el módulo secante y usando un punto en

222
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos

la curva esfuerzo-deformación correspondiente al máximo esfuerzo mientras que otros


prefieren utilizar un punto en la curva esfuerzo-deformación que corresponde a un cierto nivel
del esfuerzo, por ejemplo, 1%. El módulo elástico tangente y módulo elástico secante no son
constantes. Estos módulos tienden a disminuir a medida que las deformaciones de corte
aumentan. Es costumbre determinar el módulo elástico de la tangente inicial para un material
elastoplástico descargándolo y así calculando la pendiente inicial de la línea de descarga como
el módulo elástico tangente inicial (Figura 5.5).
Algunos ingenieros hallan el módulo secante como la pendiente de una resta que une dos
puntos de la curva esfuerzo-deformación. En este caso el módulo secante variara con la
situación de ambos puntos, y cuando ambos puntos coincidan el módulo secante será igual al
módulo tangente. Para un material realmente lineal, todos estos valores de los módulos
coinciden.

Respuesta de los materiales a esfuerzos de corte.

La fuerza de corte tuerce a los materiales. Entonces la respuesta típica de un material


elastoplástico al corte simple será similar al que se muestra en la Figura 5.6. El módulo de
corte inicial (G i ) es la pendiente de la porción recta inicial de la curva τ zx versus γ zx . El
módulo de corte secante (G) es la pendiente de una línea entre un punto sobre la curva y el
origen de la grafica τ zx versus γ zx . El modulo de corte tangente (G t ) es la pendiente de una
recta tangente trazada en la grafica τ zx versus γ zx como se muestra en la Figura 5.6.

τzx La tangente inicial es el modúlo de corte inicial, Gi


Modúlo de corte tangente, Gt

Modúlo de corte secante, G

γzx
Figura 5.6. Respuesta esfuerzo de corte-deformación de corte para un material elastoplástico.
(Budhu, 2000)

Superficie de fluencia

Si se considera una situación más compleja que el cargado uniaxial de un cilindro como se
muestra en la Figura 5.7a. En ella se presenta un caso en el que se aplican incrementos de
esfuerzos verticales y radiales. Debido a que no aplica ningún esfuerzo de corte, los esfuerzos
axiales y radiales son esfuerzos principales: σ z = σ 1 = Σ∆σ z y σ r = σ 3 = Σ∆σ r respectivamente.
Si por ejemplo, se toma σ 3 igual a cero (σ 3 = 0) y se aumenta σ 1 . El material fluirá hasta
el valor de σ 1 , el cual se llamara (σ 1 ) y , y trazamos el punto A como se ve en la Figura 5.7b.
Si, alternativamente, se toma σ 1 = 0 y se aumenta σ 3 , el material fluirá hasta (σ 3 ) y y es

223
Fundamentos de mecánica de suelos

representado por el punto B en la Figura 5.7b. Entonces se puede sujetar al cilindro a varias
combinaciones de σ 1 y σ 3 y graficar el resultado de la fluencia de estos puntos. La unión de la
fluencia de estos puntos produce una curva, AB, la cual es llamada curva de fluencia o
superficie de fluencia como se muestra en la Figura 5.7b. Un material sujeto a una
combinación de esfuerzos que caiga debajo de esta curva responderá elásticamente
(deformación recuperable). Si se continúa cargando más allá del esfuerzo de fluencia, el
material responderá elastoplásticamente (ocurrirá una deformación permanente o
irrecuperable). Si el material es isotrópico, la superficie de fluencia será simétrica respecto de
los ejes σ 1 y σ 3 .

σ1
Superficie de fluencia
σ1
A
(σ1)y Elastoplástico

Region
σ3 elástica
B
σ3
(σ3)y
a) b)
Figura 5.7. Esfuerzos en estado elástico, plástico y elastoplástico. (Budhu, 2000)

Una vez ya definido claramente lo que son los esfuerzos y las deformaciones que producen
en los materiales, entonces será mucho más fácil entender los esfuerzos que actúan dentro de
una masa de suelo. El esfuerzo total que es transmitido al suelo esta compuesto de dos partes
principales, el esfuerzo efectivo y la presión de poros del agua. A continuación se definen
detalladamente cada uno de estos esfuerzos.

1.2. Esfuerzo total.

Los ingenieros geotécnicos lo llaman esfuerzo total por que es la suma de los esfuerzos
absorbidos por todas las fases del suelo, este esfuerzo es el que absorbe todo el peso en o sobre
el suelo.

W
σ= [5.15]
A
El esfuerzo total global se descompone en dos esfuerzos locales o principales, que son el
esfuerzo total vertical y el esfuerzo total horizontal. El esfuerzo total vertical a diferencia del
esfuerzo horizontal, es influenciado por las fuerzas gravitacionales y por consiguiente por el
peso mismo del suelo y demás elementos que se encuentren en o sobre este. En cambio el
esfuerzo horizontal es influenciado por fuerzas laterales en el terreno, de ahí que toma su
principal interés en el diseño de muros o estructuras de retención, ya que ahí es donde se
analiza el empuje lateral del suelo. Es por esta razón que el esfuerzo vertical es de mayor
utilidad en este capitulo que el esfuerzo horizontal. Por consiguiente en este capitulo cuando se
hable de esfuerzo total se referirá al esfuerzo total vertical, sin que quiera decir que no haya
esfuerzos horizontales, sino que tan solo no se los analiza ya que son mucho menores
comparados con los verticales en el tipo de problemas que se analizan en este capitulo.

En general, σ v ≠ σ h .

224
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos

1.3. Esfuerzo neutral o presión de poros del agua.

Es la presión inducida en el fluido (ya sea agua o agua y aire) que llena los poros. El fluido en
los poros es capaz de transmitir esfuerzos normales, pero no esfuerzos cortantes, por lo que no
tiene la componente de corte, y es por esta razón que la presión de poros se la conoce también
con el nombre de esfuerzo neutral o presión neutra.
En el caso de suelos parcialmente saturados, el fluido en los poros estará compuesto de
una parte liquida y otra gaseosa, generalmente la parte líquida es agua y la parte gaseosa es
aire o vapor de agua. Estos dos componentes que se encuentran en los poros tienen
características distintas ya que el agua es virtualmente incompresible, y el aire o vapor de agua
es muy compresible. Entonces la presión de poros tiene dos componentes; la presión de agua,
u w y la presión del aire, u a en los poros del suelo. A causa de la tensión superficial que es la
que causa el fenómeno conocido como capilaridad, la presencia de aire reduce la presión de
poros, por lo tanto la presión de poros es influenciada tanto por el agua como también por el
aire presente en los poros, Bishop (1955) sugirió la siguiente relación para la presión de poros:

u = u a − x ⋅ (u a − u w ) [5.16]

Donde x, es un parámetro que depende principalmente del grado de saturación, y en grado


menor de la estructura del suelo.
De experimentos realizados se determino que este parámetro x varía linealmente con el
grado de saturación del suelo, por lo que es posible determinar valores intermedios de
saturación haciendo una interpolación lineal desde suelos secos (S r = 0) con x = 0, hasta suelos
saturados (S r = 1) con x = 1. Nótese, que cuando x = 1 la ecuación [5.16] propuesta por
Bishop, se convierte en u = u w , en donde la presión del aire no tiene prácticamente influencia.
En ensayos realizados por expertos ingenieros geotécnicos se vio que para suelos con un
contenido de humedad mayor de la humedad optima, el valor de S r es 0.9 o más, entonces x
también será casi igual a 1. En estos casos la cantidad de aire es muy pequeña, y se presenta en
forma de burbujas ocluidas, que afectan la compresibilidad del fluido sin disminuir
apreciablemente su presión de poros. De ahí que el análisis de suelos saturados es de mayor
importancia que el de los otros casos.
Una vez ya conocidos el esfuerzo total y la presión de poros se podrá entender más
fácilmente lo que es el esfuerzo efectivo.

1.4. Concepto del esfuerzo efectivo.

Terzaghi en 1943, demostró que para un suelo saturado, el esfuerzo efectivo en cualquier
dirección puede definirse en forma cuantitativa como la diferencia entre el esfuerzo total y la
presión de poros del agua, como se ve en la ecuación [5.17].
Este esfuerzo es transmitido a través de la estructura sólida del suelo por medio de los
contactos intergranulares. Este componente del esfuerzo total es el que controla tanto la
deformación debida a los cambios de volumen como la resistencia al corte del suelo, por lo
tanto el esfuerzo normal y el esfuerzo cortante se transmiten a través de los contactos entre
grano a grano.

σ '= σ − u [5.17]
Donde:
σ = Esfuerzo normal total.
σ’= Esfuerzo normal efectivo.
u = Presión de poros del agua o esfuerzo neutral.

225
Fundamentos de mecánica de suelos

El concepto del esfuerzo efectivo puede ilustrarse dibujando una línea ondulada, b-b, que pase
solo a través de los puntos de contacto entre las partículas sólidas, tal como se muestra en la
Figura 5.8.
El esfuerzo total es absorbido parcialmente por el agua en los poros ó espacios vacíos y
parcialmente por los sólidos del suelo en sus puntos de contacto. Entonces en un plano
cualquiera b-b por donde pasa la línea ondulada mostrada en la Figura 5.8, se observa que a s
es el área de sección transversal ocupada por los contactos sólido con sólido, es decir a s = A 1 +
A 2 + A 3 + ... + A n , entonces el espacio ocupado por el agua es igual a (Ā - a s ), de ahí que la
fuerza absorbida por el agua es:

(
Pw = A − a s ⋅ u ) [5.18]
Donde:
u = Presión de poros del agua.
Ā = Área de la sección transversal de suelo = X·Y.
a s = Área de sección transversal ocupada por los contactos sólido con sólido.

P2
P1 u
P3 u
b b
P2 u
P1 P3

Areas de contacto
solido - solido
A4
A1 A2 A3

b Y
b
P1 P2 P3 P4
X
Sección Transversal
Area = A = X·Y

Figura 5.8. Fuerzas intergranulares actuando en la superficie b-b. (Simons & Menzies, 2000)

Como la variación entre las áreas de contacto es mínima se puede asumir que son iguales,
por lo que también se puede decir que a s = N·A, donde N es el numero de contactos entre las
partículas sólidas existentes en el área unitaria del plano b-b. De la misma manera ocurre con
las fuerzas entre las partículas sólidas, Entonces si P 1 , P 2 , P 3 , … , P n son las fuerzas que
actúan en los puntos de contacto de las partículas del suelo (Figura 5.8) y por lo tanto
efectivas. La suma de las componentes verticales de todas estas fuerzas es:

Pv ' = P1(v ) '+ P2(v ) '+ P3(v ) '+.... + Pn (v ) ' = N ⋅ Pv 'i [5.19]

226
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos

Donde:
P 1(v) ’ + P 2(v) ’ + ..... + P n(v) ’, son las componentes verticales de: P 1 + P 2 + ..... + P n ,
respectivamente.
Entonces la fuerza vertical total P v puede ser considerada como la suma de las fuerzas de
contacto intergranulares P v ’ con la fuerza hidrostática P w , del agua en los poros.

Pv = Pv '+ Pw

(
Pv = Pv '+ A − a s ⋅ u ) [5.20]

Dividiendo la ecuación [5.20] entre el área de sección transversal Ā = X·Y = 1 en el plano


por donde pasa la línea ondulada, se obtiene el esfuerzo total vertical:

Pv
=
Pv '
+u⋅
(A − a ) = σ '+u ⋅ 1 − a
s 
 s
i
A A A  A

σ = σ i '+u ⋅ (1 − a' s )

σ i ' = σ − u ⋅ (1 − a' s ) [5.21]


Donde:
u = Presión de poros del agua o presión hidrostática del agua.
a s ’ = a s /Ā = a s = Fracción del área de sección transversal unitaria de la masa
de suelo ocupada por los contactos de sólido - sólido.
σ i = Fuerza media intergranular por área unitaria del plano = N·P/1.

Por lo tanto el esfuerzo efectivo (σ - u) no es exactamente igual a la fuerza media


intergranular por área unitaria del plano, σ i ’, y no depende del área de contacto entre las
partículas. Aunque esta área puede ser pequeña nunca podrá ser cero ya que esto implicaría
esfuerzos de contacto locales infinitos entre las partículas.
Normalmente como el valor de a s ’ es extremadamente pequeño puede ser despreciado
para los rangos de presión encontrados generalmente en los problemas prácticos. Lo que
reduce la ecuación [5.21], a la ecuación del esfuerzo efectivo:

σ '= σ − u [5.17]

La ecuación [5.17] fue desarrollada primero por Terzaghi en 1925 a 1936, Skempton en
1960 extendió el trabajo de Terzaghi y propuso la relación entre los esfuerzos total y efectivo
con la ecuación [5.21].
Considerando ahora la deformación en el área de contacto entre dos partículas
influenciadas además por la presión de poros del agua, como se ve en la Figura 5.9.
El sistema de fuerzas puede considerarse estar hecho de dos componentes. Si P es la
fuerza media por contacto y hay N contactos en un área unitaria, entonces la fuerza
intergranular por área unitaria en el plano b-b es.

σ i '= N ⋅ P [5.22]

Ahora si una partícula de suelo isotrópico homogéneo es sujeto a un esfuerzo homogéneo,


u, sobre toda su superficie, la deformación producida es una pequeña reducción elástica en el

227
Fundamentos de mecánica de suelos

volumen de la partícula sin ningún cambio en la forma de esta. Por consiguiente, el esqueleto
del suelo en conjunto también reduce ligeramente en su volumen sin cambios en su forma.
La compresibilidad de la estructura del esqueleto del suelo, sin embargo, es mucho mayor
que la compresibilidad de las partículas individuales del suelo de las que se compone. De ahí
que sólo esa parte del esfuerzo local de contacto que es un exceso de la presión de poros del
agua es la que realmente causa una deformación estructural por resistencia volumétrica o por
corte o por ambos.
Este exceso de esfuerzo que controla la deformación estructural es igual a (P/A - u), dónde
A es el área del contacto entre partículas. Sumando los componentes correspondientes del
exceso de fuerzas interparticulares se obtiene una expresión para σ’ definido como esa parte
del esfuerzo normal el cual controla el cambio de volumen debido a la deformación de la
estructura del suelo, de donde el exceso de fuerza por unidad del plano b-b es:

σ ' = N ⋅ (P A − u ) ⋅ A

= N ⋅P −u⋅N ⋅ A

= N ⋅ P − u ⋅ as Donde: a s = N·A

σ ' = σ i '−u ⋅ a [5.23]

Reemplazando σ i ’ de la ecuación [5.21] se tiene:

σ ' = σ − u ⋅ (1 − a s ) − u ⋅ a s

σ ' = σ − u + u ⋅ as − u ⋅ as

σ '= σ − u [5.17]

P
u
A u A
u u u
u u
P P
Figura 5.9. Separación de las componentes de las fuerzas intergranulares. (Simons &
Menzies, 2000)

El esfuerzo efectivo, también puede ser hallado en términos del peso específico del suelo y
del agua y de sus respectivas alturas, esto es explicado en forma detallada en el punto 1.6.
De la Figura 5.9, se puede ver que la fuerza total que actúa en una partícula de suelo es la
fuerza P, que actúa con una fuerza de compresión en el contacto entre partículas mas la presión
de poros, u, que actúa en forma contraria tratando de separar a las partículas por una fuerza de
tracción que ayuda a soportar y disminuir el peso soportado por las partículas sólidas.
Entonces haciendo una sumatoria de estas fuerzas verticales, y recordando que el agua actúa
en un área igual a (Ā – A i ), se tiene:

Pt = ⋅P + u ⋅ (1 − Ai ) ; (Ā = 1)

228
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos

Para N partículas se tiene:

Pt = N ⋅ P + u ⋅ (1 − a s )
Donde:
P t = σ·Ā = σ
σ g = N·P/a s = esfuerzo intergranular
a s = Σ A i = N·A i

Entonces reemplazando valores en la ecuación inicial, se tiene:

σ = σ g ⋅ a s + u ⋅ (1 − a s )

σ + u ⋅ (1 − a s )
σg = [5.24]
as

De las ecuaciones [5.21], [5.22] y [5.24], se puede ver la diferencia que existe entre el
esfuerzo efectivo, la fuerza media intergranular por área unitaria del plano y el esfuerzo
intergranular. El esfuerzo efectivo no toma en cuenta el área de contacto entre partículas,
mientras que los otros dos si lo hacen. Pero el analizar los esfuerzos de los suelos considerando
estas áreas seria muy complicado y no valdría la pena debido a que las variaciones con
respecto del esfuerzo efectivo son mínimas, a no ser en algunos pocos casos especiales en los
que estas influyen considerablemente. Es por esta razón que el esfuerzo efectivo muchas veces
es confundido con la fuerza media intergranular por área unitaria del plano o con el esfuerzo
intergranular, sin embargo si bien son aproximadamente similares no son completamente
iguales, por lo que es importante poder distinguir entre uno y otro.

1.5. Principio del Esfuerzo Efectivo.

El principio del esfuerzo efectivo fue definido por Bishop (1959), utilizando dos simples
hipótesis:
• El cambio de volumen y deformación de los suelos depende del esfuerzo efectivo y no
del esfuerzo total. Esto lleva a la ecuación [5.17] ya definida.

σ ´= σ − u [5.17]

• La resistencia al corte depende del esfuerzo efectivo y no del esfuerzo total normal al
plano considerado. Esto puede ser expresado por la ecuación:

τ f = c'+σ '⋅ tan φ ' [5.25]


Donde:
τ f resistencia al corte, σ´ esfuerzo efectivo en el plano considerado, c´
cohesión, Ø’ ángulo de resistencia al corte, con respecto al esfuerzo efectivo,
este parámetro se lo vera detalladamente en el capitulo 6.

Como el esfuerzo efectivo es esa parte del esfuerzo total que controla la deformación de la
estructura del suelo, independientemente de las áreas de contacto entre partículas. Esto lleva a
la conclusión de que aunque la fuerza media intergranular por área unitaria depende de la
magnitud de ´a´, los cambios de volumen debido a la deformación de la estructura del suelo
dependen simplemente de la diferencia de esfuerzos (σ - u) o esfuerzo efectivo, cualquiera que
sea la naturaleza de ´a´. (Bishop, 1959).
229
Fundamentos de mecánica de suelos

La compresibilidad de la estructura del suelo, es mucho más grande que la compresibilidad


de una partícula de suelo individual. De ahí es que solo esa parte de contacto del esfuerzo
local, produce una deformación en la estructura del suelo por resistencia volumétrica o por
resistencia de corte o por ambas.
Entonces en base a estos dos principios de Bishop, se puede concluir que el esfuerzo
efectivo esta más directamente relacionado con el comportamiento del suelo que el esfuerzo
total o la presión de poros. Por ejemplo, un aumento en el esfuerzo efectivo producirá un
reajuste de las partículas del suelo pasando a una agrupación más compacta, sin embargo el
mismo aumento en el esfuerzo total o presión de poros manteniendo constante el esfuerzo
efectivo no producirá ningún efecto en la compacidad de la estructura del suelo, es decir que
no se producirá ningún cambio de volumen ni deformación.

T N
N
T T
T N
N

(a) (b)
Figura 5.10. Representación esquemática de la transmisión de fuerzas a través de un suelo.
(a) Sección de un recipiente lleno de suelo, (b) Ampliación de una parte de la sección
mostrando las fuerzas transmitidas por dos puntos de contacto. (Lambe Whitman, 1976).
En la Figura 5.10 se pueden ver las fuerzas normales y tangenciales a la superficie de
contacto, que producen los esfuerzos normales y de corte respectivamente.

1.6. Cálculo del esfuerzo efectivo.


El cálculo del esfuerzo efectivo requiere la determinación por separado del esfuerzo total y
presión de poros del agua. A continuación se explica el cálculo de cada uno de estos en forma
detallada.

1.6.1. Determinación del esfuerzo total.


Para entender más fácilmente se considera el típico caso de un suelo en reposo condición
mostrada en la Figura 5.11. Esta es una condición de cargado global (es decir en ambas
direcciones, vertical y horizontal).

Columna
Unitaria
Figura 5.11. Esfuerzos en campo debidos al peso del suelo mismo en reposo. (Simons &
Menzies, 2000)

230
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos

Considerando que el elemento de suelo de la Figura 5.11 tiene una profundidad D metros,
el nivel de agua está en la superficie, el peso específico del volumen de suelo (sólidos y agua)
es γ [kN/m3], se puede hallar el esfuerzo total. Estos son los únicos datos necesarios para el
cálculo del esfuerzo total.
De la definición de esfuerzo se sabe que el esfuerzo es una fuerza sobre el área en la que
actúa esta. En este caso la fuerza es el peso de la columna de suelo y el área en la que actúa
esta fuerza se considera como unitaria (1 m2), entonces se tiene:

σ v = W/A → σ v = W/1

σv = W

El peso de la columna de suelo se puede encontrar con ayuda del peso específico del suelo
húmedo, ya que toda la columna de suelo se encuentra por debajo del nivel freático:

γ = W/V → γ = W/A·H ; A = 1 → γ = W/H

W = γ··H ; σv = W

σ v = γ··H [5.26]

1.6.2. Determinación de la presión de poros del agua.

Esta presión es calculada similarmente al esfuerzo total, asumiendo condiciones de agua


estática o condiciones hidrostáticas. Igualmente se considera una columna vertical unitaria de
agua. La presencia de la estructura del suelo no tiene ningún efecto en el cálculo de la presión
de poros del agua. Entonces se tiene:

u = W w /A → σ v = W/1

u = Ww

El peso de la columna de agua se puede encontrar con ayuda del peso específico del agua.

γ = W/V → γ = W/A·D ; A = 1 → γ = W/D

W = γ w ·D ; u = Ww

u = γ w ·D [5.27]
Donde:
γ w = peso específico del agua. Una aproximación útil toma γ w = 10 [kN/ m3]
(más exactamente, γ w = 9.807 kN/m3).

Los cambios generados en la presión de poros no están solo en función de un cambio de


carga, si no también depende mucho de las propiedades del suelo, ya que una arcilla generara
un mayor aumento de presión de poros que un material más permeable, como por ejemplo una
arena. Estas propiedades del suelo son experimentalmente determinadas y se llaman
parámetros de presión de poros A y B. Estos parámetros de presión de poros se usan para
expresar el incremento de presión de poros con respecto del incremento de esfuerzo total
(Δu/Δσ). Estos parámetros A y B serán explicados claramente en el capitulo 6.

231
Fundamentos de mecánica de suelos

1.6.3. Cálculo del esfuerzo efectivo en suelos saturados sin flujo de agua o en
condiciones hidrostáticas.

Cuando se habla de presión hidrostática, se refiere a que la presión de poros en cualquier punto
dentro de la masa de suelo, es igual al peso específico del agua por la profundidad del punto
considerado, esta presión hidrostática esta representada por el nivel freático o superficie
piezometrica. Para realizar el cálculo del esfuerzo efectivo se determina el esfuerzo total y la
presión de poros como se vio en el punto anterior.

H1
A

z
H2 C

Válvula
(Cerrada)

(a)
Esfuerzo Total, σ Presión de poros, u Esfuerzo efectivo, σ'
0 0 0

H 1·γw H 1·γw 0
H1

H 1·γw + z ·γsat (H 1 + z)·γw z·γ'


H1 + z

H1 + H2

H 1·γw + H 2·γsat (H 1 + H 2) ·γw H 2·γ'


Profundidad Profundidad Profundidad
(b) (c) (d)
Figura 5.12. (a) Estrato de suelo en un tanque donde no hay flujo de agua; variación de (b)
esfuerzos totales; (c) presión de poros del agua; (d) esfuerzo efectivo con la profundidad para
un estrato de suelo sumergido sin flujo de agua. (Das, 1998)
La Figura 5.12a muestra un estrato de suelo sumergido en un tanque donde no hay flujo de
agua. En las Figuras 5.13b a la 5.13d se observa el diagrama de las variaciones del esfuerzo
total, presión de poros del agua, y el esfuerzo efectivo, con la profundidad para un estrato de
suelo sumergido en un tanque sin flujo de agua.
El esfuerzo total, la presión de poros del agua y por consiguiente el esfuerzo efectivo; en
un punto cualquiera a una determinada profundidad, pueden ser obtenidos del peso específico

232
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos

saturado del suelo y del peso específico del agua como ya se vio anteriormente, por ejemplo
para los puntos A, B, C de la Figura 5.12a se tiene:

En A
Esfuerzo total: σ A = H1 ⋅ γ w

Presión de poros del agua: u A = H1 ⋅ γ w

Esfuerzo efectivo: σ ´A = σ A − u A = 0

En B
Esfuerzo total: σ B = H 1 ⋅ γ w + H 2 ⋅ γ sat

Presión de poros del agua: u B = (H1 + H 2 ) ⋅ γ w

Esfuerzo efectivo: σ ´B = σ B − u B

= [H 1 ⋅ γ w + H 2 ⋅ γ sat ] − [H 1 ⋅ γ w + H 2 ⋅ γ w ]

= H 2 ⋅ (γ sat − γ w )

σ ´B = H 2 ⋅ γ ´

Donde:
γ’ = γ sat - γ w es el peso especifico sumergido del suelo.

En C
Esfuerzo total: σ C = H 1 ⋅ γ w + z ⋅ γ sat

Presión de poros del agua: u C = (H 1 + z ) ⋅ γ w

Esfuerzo efectivo: σ ´C = σ C − uC

= [H 1 ⋅ γ w + z ⋅ γ sat ] − [H 1 ⋅ γ w + z ⋅ γ w ]

= z ⋅ (γ sat − γ w )

σ ´C = z ⋅ γ ´ [5.28]

Como se puede ver el esfuerzo efectivo solo es la altura de columna de suelo por el peso
especifico sumergido del mismo, por lo tanto el esfuerzo efectivo en cualquier punto es
independiente de la altura del agua sobre el suelo sumergido.

σ’ = (Altura de la columna del suelo)·γ’


Donde:
γ’ = γ sat - γ w es el peso especifico sumergido del suelo.

233
Fundamentos de mecánica de suelos

Si se tiene flujo de agua en el suelo, el esfuerzo efectivo en cualquier punto en una masa de
suelo será diferente al del caso estático. Aumentará o disminuirá dependiendo de la dirección
del flujo de agua. El sentido del flujo puede ser ascendente o descendente.

1.6.4. Flujo de agua ascendente:

Este tipo de flujo se presenta en el lado aguas abajo de las estructuras de retención de agua,
como por ejemplo presas, ataguías, tablestacas, etc. Este flujo crea una fuerza de levante en
esta parte, que pone en riesgo la vida útil de la estructura de retención de agua, por lo que en
este tipo de obras es necesario hacer siempre un análisis preciso de la influencia que tiene este
tipo de flujo. En consecuencia el análisis de esfuerzos efectivos influye mucho en el diseño y
construcción de una obra hidráulica.
La Figura 5.13a muestra un estrato de suelo granular en un tanque donde el flujo de agua
es ascendente debido a la adición de agua a través de la válvula en el fondo del tanque. El
caudal de agua suministrado se conserva constante. La pérdida de carga causada por el flujo de
agua ascendente entre los niveles de A y B es h. El cálculo de todos los esfuerzos para tres
puntos cualquiera a profundidades distintas es similar al caso anterior.

h h z
H2
H1
A

z
H2 C

Entrada Válvula
del flujo (Abierta)

(a)
Esfuerzo Total, σ Presión de poros, u Esfuerzo efectivo, σ'
0 0 0

H 1·γw H 1·γw 0
H1

H 1·γw + z ·γsat (H 1 + z + i·z) ·γw z·γ' - i·z·γw


H1 + z

H1 + H2

H 1·γw + H 2·γsat (H 1 + H 2 + h)·γw H 2·γ' - h·γw

Profundidad Profundidad Profundidad


(b) (c) (d)
Figura 5.13. (a) Estrato de suelo en un tanque con flujo de agua ascendente; variación de (b)
esfuerzos totales; (c) presión de poros del agua; (d) esfuerzo efectivo con la profundidad para
un estrato de suelo con flujo de agua ascendente. (Das, 1998)

234
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos

En A
Esfuerzo total: σ A = H1 ⋅ γ w

Presión de poros del agua: u A = H1 ⋅ γ w

Esfuerzo efectivo: σ´A = σ A − uA = 0

En B
Esfuerzo total: σ B = H 1 ⋅ γ w + H 2 ⋅ γ sat

Presión de poros del agua: u B = ( H 1 + H 2 + h) ⋅ γ w

Esfuerzo efectivo: σ ´B = σ B − uB

= H 2 ⋅ (γ sat − γ w ) − h ⋅ γ w

= H 2 ⋅ γ ´−h ⋅ γ w

 h 
= H 2 ⋅  γ ´− ⋅ γ w 
 H2 

En C
Esfuerzo total: σ C = H 1 ⋅ γ w + z ⋅ γ sat

 h 
Presión de poros del agua: u C =  H 1 + z + ⋅ z  ⋅ γ w
 H2 

Esfuerzo efectivo: σ ´C = σ C − u C

= z ⋅ (γ sat − γ w ) −
h
⋅ z ⋅γ w
H2

h
σ ´C = z ⋅ γ ´− ⋅ z ⋅γ w
H2

Es posible demostrar que el término h/H 2 es el gradiente hidráulico:

∆h
i=
L
Donde:
i = Gradiente Hidráulico
∆h = Perdida de carga entre dos puntos
L = Distancia entre dos puntos, que es la longitud de flujo sobre la cual ocurre
la perdida de carga.

235
Fundamentos de mecánica de suelos

De la Figura 5.13a:

h
⋅z
∆h H 2 h
i= = = [5.29]
L z H2

Entonces:

σ ´C = z ⋅ γ ´−i ⋅ z ⋅ γ w [5.30]

En la Figura 5.13a, el termino h/H 2 es hallado mediante una interpolación lineal entre las
perdida de carga H 1 del punto A localizado a una profundidad H 1 y la perdida de carga (H 2 +
H 1 + h) del punto C localizado a una profundidad (H 2 + H 1 ).
Se trazan las variaciones del esfuerzo total, presión de poros del agua, y el esfuerzo
efectivo con la profundidad en las Figuras 5.14b a la 5.14d, respectivamente.
Si el caudal del flujo de agua aumenta entonces el gradiente hidráulico también aumentara,
en la ecuación [5.30] se ve que si el valor del gradiente hidráulico i es muy alto, tal que el
termino (γ’ - i·γ w ) se haga cero, entonces el esfuerzo efectivo será cero, en este punto se
alcanzará una condición límite.

σ ´C = z ⋅ γ ´−icr ⋅ z ⋅ γ w = 0 [5.31]
Donde:
i cr = Gradiente hidráulico critico (para un esfuerzo efectivo igual a cero)

Bajo semejante situación, el suelo pierde estabilidad, ya que si el esfuerzo efectivo es cero
no existe esfuerzo de contacto entre las partículas del suelo y la estructura del suelo se
romperá. Esta situación generalmente es llamada condición rápida o falla por levantamiento.
Entonces como este tipo de flujo puede producir mucho daño a la estructura del suelo es que se
debe tratar de reducir el caudal de flujo de agua, para esto es que se utilizan los llamados
filtros que se vera como funcionan y ayudan a disminuir este efecto de levante en la sección 2.

De la ecuación [5.31] despejando i cr se tiene:

γ'
z ⋅ γ '−icr ⋅ z ⋅ γ w = 0 ⇒ icr = [5.32]
γw
Para la mayor parte de los suelos, el valor de i cr varia de 0.9 a 1.1, con un promedio de 1.

1.6.5. Flujo de agua descendente:

Este tipo de flujo se presenta en el lado aguas arriba de una estructura de retención de agua. El
principal problema que causa este tipo de flujo es que cuando es muy grande produce arrastre
de partículas de un suelo a otro o de un suelo a una estructura de drenaje, produciendo erosión
tanto en la estructura de suelo como también en la estructura de la obra de retención de agua
del lado aguas arriba. Debido a esto es que se recomienda colocar filtros también en el lado
aguas arriba de la estructura de retención de agua. Este tipo de flujo es menos peligroso para la
estabilidad de la estructura de retención de agua, que el anterior pero no menos importante de
tomar en cuenta, ya que en el diseño de presas permeables como las de tierra siempre es
necesario colocar un filtro en el lado aguas arriba, ya que este flujo produciría filtraciones
considerables en este tipo de estructuras, en el caso de presas impermeables como las de
concreto o ataguías no se producen daños considerables.
236
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos

Este tipo de flujo de agua descendente se muestra en la Figura 5.14a. El nivel del agua en
el suelo dentro el tanque se mantiene constante ajustando el suministro desde la parte superior
y la salida en el fondo.
El esfuerzo total, presión de poros del agua, y el esfuerzo efectivo; pueden ser calculados
de manera similar al de los anteriores casos.

Entrda
del flujo
h z
H1 h H2
A

z
H2 C

Salida Válvula
del flujo (Abierta)

(a)
Esfuerzo Total, σ Presión de poros, u Esfuerzo efectivo, σ'
0 0 0

H 1·γw H 1·γw 0
H1

H 1·γw + z ·γsat (H 1 + z + i·z) ·γw z·γ' + i·z·γw


+z

+ H2

H 1·γw + H 2·γsat (H 1 + H 2 - h)·γw H 2·γ' + h·γw

Profundidad Profundidad Profundidad


(b) (c) (d)
Figura 5.14. (a)Estrato de suelo en un tanque con flujo de agua descendente, variación de (b)
esfuerzos totales, (c) presión de poros del agua, (d) esfuerzo efectivo con la profundidad para
un estrato de suelo con flujo de agua descendente. (Das, 1998).

En A
Esfuerzo total: σ A = H1 ⋅ γ w

Presión de poros del agua: u A = H1 ⋅ γ w

Esfuerzo efectivo: σ´A = σ A − uA = 0

237
Fundamentos de mecánica de suelos

En B
Esfuerzo total: σ B = H 1 ⋅ γ w + H 2 ⋅ γ sat

Presión de poros del agua: u B = ( H 1 + H 2 − h) ⋅ γ w

Esfuerzo efectivo: σ ´B = σ B − u B

= H 2 ⋅ (γ sat − γ w ) + h ⋅ γ w

= H 2 ⋅ γ ´+ h ⋅ γ w

 h 
= H 2 ⋅  γ ´− ⋅ γ w 
 H2 

En C
Esfuerzo total: σ C = H 1 ⋅ γ w + z ⋅ γ sat

Presión de poros del agua:  h 


u C =  H 1 + z − ⋅ z  ⋅ γ w
 H2 

Esfuerzo efectivo: σ ´C = σ C − u C

= z ⋅ (γ sat − γ w ) +
h
⋅ z ⋅γ w
H2

h
σ ´C = z ⋅ γ ´+ ⋅ z ⋅γ w
H2

σ ´C = z ⋅ γ ´+i ⋅ z ⋅ γ w [5.33]

Las variaciones del esfuerzo total, presión de poros del agua, y el esfuerzo efectivo con la
profundidad son mostradas gráficamente en las Figuras 5.15b a la 5.15d.
En resumen se puede decir que cuando se tiene flujo de agua ascendente el esfuerzo
efectivo disminuye y cuando se tiene flujo de agua descendente el esfuerzo efectivo aumenta
en una cantidad igual i·z·γ w .

2. Aplicaciones del esfuerzo efectivo a propósitos ingenieríles.

El concepto del esfuerzo efectivo influye en gran parte en el comportamiento del suelo, de ahí
es que la aplicación de estos criterios en las obras civiles es de gran importancia. El uso más
común se presenta en el diseño de presas, terraplenes, diques, ataguías, o estructuras similares
de retención de agua, además de obras que requieran excavaciones del terreno. En este tipo de
obras es muy frecuente que se presenten infiltraciones que pongan en riesgo la estabilidad y
vida útil de la estructura. Esta inestabilidad es debida a la infiltración del agua y se la conoce
con el nombre de flotación. Cuando el esfuerzo efectivo es cero, la fuerza ascendente de
escurrimiento es igual al peso sumergido del suelo y no puede desarrollarse una resistencia a la
fricción entre partículas y por lo tanto la mezcla suelo y agua no tiene resistencia al corte y
actúa como líquido. La falla por flotación o levante puede conducir a una falla total de la
cimentación o incluso al derrumbe de una estructura de retención de agua, como el pie del
talud de una presa o parte de una ataguía. Por lo tanto es necesario analizar esta inestabilidad
al diseñar estructuras de retención de agua.
238
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos

Existen varios métodos para disminuir la fuerza de escurrimiento ascendente causante de


la flotación, los más comunes son el uso de filtros en las zonas más susceptibles y el aumentar
la longitud del trayecto del flujo.
• Al aumentar la longitud de trayecto del flujo se logra reducir la cantidad de
infiltración, esto se puede lograr aumentando la profundidad del hincando de
tablestacas, o alargando la base impermeable de la estructura de retención de
agua.
• Los filtros tienen como principal objetivo evitar las infiltraciones, reducir la
presión de levante o empuje que se produce aguas abajo de la estructura de
retención de agua, además de impedir el arrastre de partículas de un suelo a
otro. Si es que hay arrastre de partículas se produce la erosión del suelo, que
provocaría problemas de estabilidad en la estructura del suelo.
La presión de levante esta ligado directamente al esfuerzo efectivo, ya que esta fuerza de
levante es provocada por un flujo de agua ascendente en el lado aguas abajo de la estructura de
retención de agua. Esta fuerza de escurrimiento ascendente cuanto mayor sea producirá un
mayor gradiente hidráulico, que como ya se analizo en la ecuación [5.30], provoca que el
esfuerzo efectivo sea cada vez menor, lo que ocasiona la falta de estabilidad en la cimentación,
llegando a producir posteriormente la falla en la estructura de retención.
En la anterior sección se analizo como la dirección del flujo de agua en un estrato de suelo
aumenta o disminuye el esfuerzo efectivo, ahora se vera la influencia que tiene esa fuerza de
flujo en el comportamiento del suelo.
2.1. Fuerza de escurrimiento.
La circulación del agua a través de la estructura del suelo, produce fuerzas de escurrimiento
como resultado de la fricción entre el agua que se filtra y las paredes de los poros del suelo por
donde fluye el agua. La fuerza de escurrimiento es esa fuerza producida por el flujo de agua
subterráneo que actúa solo en las partículas sólidas del suelo. y produce una fuerza de empuje
en el lado aguas debajo de las estructuras de retención de agua.
El agua que se filtra por ejemplo en el lado aguas arriba de la tablestaca de la Figura 5.16
aumenta el peso sumergido del suelo, al continuar el agua su recorrido de filtración continua
ejerciendo fuerzas de escurrimiento en la dirección del flujo que son proporcionales a las
perdidas por fricción. Por ejemplo cuando el curso del flujo de agua, se lo corta de manera
abrupta como es el caso de una presa o cualquier tipo de estructura de retención de agua, este
flujo adquiere mayor velocidad lo que provoca que haya un aumento en la fuerza de
escurrimiento. Si el estrato de suelo debajo de la estructura hidráulica es permeable no habrá
suficiente fuerza de fricción que reduzca la fuerza de escurrimiento y por lo tanto esta fuerza
de escurrimiento será lo suficientemente fuerte al llegar aguas abajo como para provocar un
empuje suficiente para levantar el suelo. Por otro lado, esta fuerza de escurrimiento cuando es
fuerte también puede provocar erosión interna en el suelo. Entonces es muy importante poder
conocer el valor de esta fuerza de escurrimiento y de algunos métodos para poder reducirla.
2.2. Cálculo de la fuerza de escurrimiento.
El agua que fluye a través del suelo ejerce sobre las partículas de este una fuerza por unidad de
volumen (fuerza de escurrimiento), en la dirección del gradiente hidráulico, el suelo resiste
esta acción, por una parte mediante las fuerzas de cohesión entre las partículas y por otra
gracias al soporte que a cada partícula le brindan las que están aguas debajo de ella. El
componente del peso en la dirección del flujo puede actuar a favor o en contra del arrastre de
partículas según el flujo sea ascendente o descendente.
En la ecuación [5.28], se mostró que sin flujo de agua, el esfuerzo efectivo a una
profundidad z es igual a z·γ’. Partiendo de esta ecuación la fuerza efectiva en un área A es:
239
Fundamentos de mecánica de suelos

P1 '
σ '= z ⋅γ '= ⇒ P1 ' = z ⋅ γ ´⋅ A [5.34]
A
(La dirección de la fuerza P1 ' es mostrada en la Figura 5.15a.)

Si hay flujo de agua ascendente a través del mismo estrato de suelo de la ecuación [5.30],
se puede deducir que la fuerza efectiva en un área A, en una profundidad z es:

P2 ' = (z ⋅ γ '−i ⋅ z ⋅ γ w ) ⋅ A
P2 '
σ ' = z ⋅ γ '−i ⋅ z ⋅ γ w = ⇒ [5.35]
A

De las ecuaciones [5.34] y [5.35] según la Figura 5.15b se puede hallar la fuerza de
escurrimiento resultante para un flujo de agua ascendente:

P2 '− P1 ' = (z ⋅ γ '−i ⋅ z ⋅ γ w ) ⋅ A − z ⋅ γ '⋅ A = z ⋅ γ '⋅ A − i ⋅ z ⋅ γ w ⋅ A − z ⋅ γ '⋅ A

P2 '− P1 ' = −i ⋅ z ⋅ γ w ⋅ A [5.36]


El signo negativo indica que esta en dirección contra la gravedad.

El volumen del suelo que contribuye a la fuerza efectiva es igual a z·A, entonces la fuerza
de escurrimiento por volumen unitario de suelo es:

P1 '− P2 ' − i ⋅ z ⋅γ w ⋅ A
= = −i ⋅ γ w [5.37]
(Volumen ⋅ de ⋅ suelo ) z⋅A

Se procede similarmente para el flujo de agua descendente según la ecuación [5.33]:

P3 ' = (z ⋅ γ '+i ⋅ z ⋅ γ w ) ⋅ A
P3 '
σ ' = z ⋅ γ '+i ⋅ z ⋅ γ w = ⇒ [5.38]
A

De las ecuaciones [5.35] y [5.36] según la Figura 5.15c se puede hallar la fuerza de
escurrimiento resultante para un flujo de agua descendente:

P3 '− P1 ' = (z ⋅ γ '+i ⋅ z ⋅ γ w ) ⋅ A − z ⋅ γ '⋅ A = z ⋅ γ '⋅ A + i ⋅ z ⋅ γ w ⋅ A − z ⋅ γ '⋅ A

P3 '− P1 ' = i ⋅ z ⋅ γ w ⋅ A [5.39]

El volumen del suelo que contribuye a la fuerza efectiva es igual a z·A, entonces la fuerza
de escurrimiento por volumen unitario de suelo es:

P3 '− P1 ' i ⋅ z ⋅γ w ⋅ A
= = i ⋅γ w [5.40]
(Volumen de suelo) z⋅A

La fuerza por volumen unitario, i·γ w , para este caso actúa en dirección ascendente, que es la
dirección del flujo. Esta fuerza ascendente es mostrada en la Figura 5.15b.
Entonces, se puede concluir que la fuerza de escurrimiento por volumen unitario de suelo,
es igual a i·γ w y en suelos isotrópicos la fuerza de escurrimiento actúa en la misma dirección
que la del flujo. Esta teoría es valida para flujo en cualquier dirección. Pueden usarse redes de
flujo para encontrar el gradiente hidráulico en cualquier punto y así la fuerza de escurrimiento
por volumen unitario de suelo.
240
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos

Una vez obtenida la fuerza de escurrimiento se puede hallar el factor de seguridad contra
el esfuerzo de levante del lado aguas abajo en una estructura hidráulica. Para ver con más
claridad esto se considera el caso de flujo alrededor de una tablestaca (Figura 5.16a).

Volumen del
suelo = z·A z·γ'·A z

(a)
i·z·γw·A =
Volumen del fuerza de
z= z·γ'·A escurrimiento
suelo = z·A (z·γ'-i·z·γw)·A +

(b)
i·z·γw·A =
fuerza de
(z·γ'+i·z·γw)·A z= z·γ'·A + escurrimiento

(c)
Figura 5.15 Fuerza producida en un volumen de suelo (a) sin flujo de agua, (b) Flujo de agua
ascendente, (c) Flujo de agua descendente. (Das, 1998)

Después de realizar varios ensayos, Terzaghi en 1922 concluyó que el levantamiento


generalmente ocurre en una distancia d/2 de la tablestaca para una profundidad de
empotramiento D de la tablestaca en el estrato permeable. Por lo tanto, es necesario analizar la
estabilidad del suelo en una zona que mide d por d/2 de sección transversal, como se muestra
en la Figura 5.16a.

Tablaestaca d
2
h1

h2

d Zona de
levante
d
T
d
2 W'

Estrato Impermeable
U
(a) (b)
Figura 5.16. (a) Verificación contra el levantamiento aguas abajo para una fila de tabla estacas
introducidas en un estrato permeable, (b) ampliación de la zona de levante. (Das, 1998)

241
Fundamentos de mecánica de suelos

El factor de seguridad contra el levantamiento es:

W'
FS = [5.41]
U
Donde:
FS = Factor de seguridad
W’= Peso del suelo sumergido en la zona de levante por longitud unitaria
U = Fuerza de levante o escurrimiento en el mismo volumen de suelo.

( 2 )⋅ (γ
W '= d ⋅ d sat − γ w ) = 1 ⋅ d 2 ⋅γ '
2
[5.42]

De la ecuación [5.37]:

P2 '− P1 ' U
= −i ⋅ γ w ⇒ = −i ⋅ γ w
(Volumen de suelo) (Volumen de suelo)

U = (Volumen de suelo) ⋅ (iav ⋅ γ w ) =


1 2
⋅ d ⋅ iav ⋅ γ w [5.43]
2
Donde
i av = Gradiente hidráulico promedio en la base del bloque de suelo.
= Carga piezometrica promedio / profundidad.

Sustituyendo los valores de W’ y U en la ecuación [5.41], se tiene:

1 ⋅ d 2 ⋅γ '
2 γ'
FS = ⇒ FS = [5.44]
1 ⋅ d 2 ⋅ iav ⋅ γ w iav ⋅ γ w
2

Para el caso de flujo a través de una tablestaca hincada en un suelo homogéneo, como
muestra la Figura 5.16, se puede demostrar que:

U
= Co
0.5 ⋅ γ w ⋅ d ⋅ (H 1 − H 2 )

U = C o ⋅ 0.5 ⋅ γ w ⋅ d ⋅ (H 1 − H 2 ) [5.45]
Donde:
C o esta en función de d/T, en la Tabla 5.2 se dan algunos valores según d/T.
d = Profundidad del hincado de la tablestaca.
T = Profundidad del estrato de suelo.
H 1 = Altura del agua del lado aguas arriba de la tablestaca.
H 2 = Altura del agua del lado aguas abajo de la tablestaca.

Entonces reemplazando la ecuación [5.45] y [5.40] en la ecuación [5.41] se tiene:

W' 0.5 ⋅ d 2 ⋅ γ ' d ⋅γ '


FS = = = [5.46]
U 0.5 ⋅ C o ⋅ γ w ⋅ d ⋅ (H 1 − H 2 ) C o ⋅ γ w ⋅ (H 1 − H 2 )

Los estratos impermeables no son tan susceptibles a este tipo de falla por levantamiento ya
que el suelo impermeable ofrece gran resistencia a la fuerza de escurrimiento disipándola

242
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos

durante su recorrido. Sin embargo incluso en estos casos es recomendable el uso de filtros para
aumentar el factor de seguridad contra el levantamiento o inclusive debido a la erosión interna
que comienza en la sección de levante y prosigue aguas abajo a lo largo de la base de la
estructura de retención de agua.

Tabla 5.2. Variación de C o con d/T


d/T Co
0.1 0.385
0.2 0.365
0.3 0.359
0.4 0.353
0.5 0.347
0.6 0.339
0.7 0.327
0.8 0.309
0.9 0.274

2.2. Uso de filtros para aumentar el factor de seguridad contra el levantamiento.

El objetivo de colocar filtros de drenaje, es permitir la descarga de las filtraciones y disminuir


la posibilidad de fallas por levantamiento, ya sea por reventones o erosiones en el lado aguas
abajo de la estructura hidráulica. Entonces como las fallas siempre ocurren en el área más débil
susceptible a este tipo de fallas, que se vio que es en lado aguas abajo de la tablestaca,
entonces se puede aumentar su resistencia a la fuerza de escurrimiento incrementando el peso
de en esta sección débil. El filtro debe ser permeable para que pueda producirse el drenaje del
flujo de agua ascendente que tiende a levantar esta parte del suelo. Una manera de evaluar el
riesgo probable de falla es el factor de seguridad. Este factor de seguridad en muchos casos es
muy bajo, entonces se lo debe aumentar por medio de estos filtros. Se requiere un factor de
seguridad mínimo de aproximadamente 4 a 5 para la seguridad de la estructura, el motivo por
el que este factor de seguridad es tan elevado es principalmente debido a las inexactitudes que
existen en el análisis.
Un filtro es un material granular con aberturas bastante pequeñas para prevenir el
movimiento de las partículas del suelo en las que es colocado y, al mismo tiempo, es bastante
permeable para ofrecer pequeña resistencia al flujo que pasa a través de él. Es decir que el
filtro debe tener una granulometría tal que los orificios del filtro no sean mucho mayores que
las partículas mas finas del suelo base, ya que estas partículas finas poco a poco son
arrastradas a los vacíos del filtro, terminando por taponar al filtro y evitando que cumpla con
su función de drenaje. Si por el contrario, los vacíos del filtro son del mismo tamaño que los
del suelo, el filtro puede ser poco a poco lavado hacia el conducto subterráneo. Por lo tanto el
filtro debe estar formado por un material cuya granulometría debe ajustarse a ciertos
requerimientos. Estos requerimientos serán detallados mas adelante.
En la Figura 5.17a, el espesor del material del filtro es d 1 , este espesor debe ser mayor a 3
pies (91 cm.). Como el factor de seguridad esta en función del peso del suelo en la zona de
levante, al colocar el filtro este peso aumenta incrementando así el factor de seguridad. El
factor de seguridad contra el levantamiento puede calcularse similar al caso anterior solo
aumentando el peso del filtro, esto se ve en la Figura 5.17b.
La fuerza de levante causada por el flujo de agua U, es la misma que el caso anterior:
El peso de suelo y del filtro dentro la zona contra levantamiento por longitud unitaria es:

W s+f = W’ + W’ f , [5.47]

243
Fundamentos de mecánica de suelos

Donde:
⋅ (γ sat − γ w ) = ⋅ d 2 ⋅ γ '
d 1
W '= d ⋅
2 2

W ' f = d1 ⋅
d
2
( ) 1
⋅ γ ' f = ⋅ d1 ⋅ d ⋅ γ ' f
2

γ’ f = Peso especifico efectivo del filtro.

1 2
U= ⋅ d ⋅ iav ⋅ γ w [5.43]
2

Tablaestaca d
2
h1

h2

d Zona de
levante
d
T
d
2 W'

Estrato Impermeable
U
(a) (b)
Figura 5.17. Uso de un filtro para aumentar el factor de seguridad contra el levantamiento.
(Das, 1998)

Entonces el factor de seguridad contra el levante es:

1 ⋅ d 2 ⋅ γ ´+ 1 ⋅ d1 ⋅ d ⋅ γ ´ F
W ´+W ´ F
FS = = 2 2
U 1 ⋅ d 2 ⋅ iav ⋅ γ w
2

γ ´+ d1 d  ⋅ γ ´F
FS =   [5.48]
iav ⋅ γ w

2.3. Selección del material para el filtro.

Es sumamente importante que el material del filtro sea escogido cuidadosamente tomando en
cuenta las características del suelo que se protegerá. Terzaghi y Peck propusieron una serie de

244
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos

criterios para la selección de un filtro, tomando en cuenta las características del suelo
adyacente a ser protegido. En la Figura 5.18 el suelo a ser protegido es llamado material base.
Entonces según Terzaghi y Peck se recomiendan los siguientes criterios para satisfacer la
estabilidad del filtro y proporcionar un aumento de permeabilidad.

D15 (F )
1. <4
D 85 (B )

D15 (F )
2. >4
D15 (B )
3. La curva granulométrica del filtro debe ser aproximadamente paralela a la del material
base.

Donde:
D 15 (F) , D 15 (B) = diámetros a través de los cuales pasa el 15% del material para
el filtro y la base, respectivamente.
D 85 (B) = diámetro a través del cual pasa el 85% del material para la base.

El primer criterio es para prevenir el movimiento de las partículas de suelo del material
base a través del filtro.
El segundo criterio es para asegurar la permeabilidad del filtro.

Filtro

Material Base
(Suelo que debe ser
protegido)

Figura 5.18 Definición del material base y material del filtro.

La aplicación del criterio de selección del material de un filtro puede ser explicado usando
la Figura 5.19 en la cual la curva a es la curva de distribución tamaño de partículas del
material base. Del criterio 1, D 15(F ) < 4· D 85(B) la abscisa del punto A es, D 85(B) entonces la
magnitud de 4· D 85(B) , puede ser calculada, y el punto B cuya abscisa es 4· D 85(B) , puede ser
trazada. Similarmente, del criterio 2, D 15(F) > 4·D 15(B) las abscisas de los puntos C y D son
D 15(B) y 4·D 15(B) , respectivamente. Las curvas b y c son trazadas, las cuales son
geométricamente similares a la curva a y están limitadas con los punto B y D. En general un
suelo cuya curva de distribución de tamaño de partículas caiga dentro de las curvas b y c es un
buen material para el filtro.
En algunos casos es necesaria la construcción de filtros de varias capas, lo cual no es
aconsejable ya que son más costosos. Sin embargo a veces se tiene la necesidad obligada de
construir este tipo de filtros, Para la selección del material de este tipo de filtros se sigue el
mismo criterio, considerando al filtro mas fino como material base para la selección de la
granulometría del filtro más grueso.
El diámetro de partículas máximo que se puede usar en un filtro no debe exceder de las 3”
(75 mm.), esto con el fin de disminuir la segregación y el acuñamiento, formando huecos entre
las partículas grandes durante la colocación de los materiales del filtro. Se debe tener cuidado
en la colocación de los materiales del filtro para evitar la segregación.

245
Fundamentos de mecánica de suelos

4·D85(B) D85(B)
100
Porcentaje que pasa 85 A
80
Curva a
(Material Báse)
60 Curva b

40 Curva c
4·D15(B) D15(B)

20
15 B D C
0
Tamaño de grano, D
Figura 5.19. Criterio para la selección de filtros. (Das, 1998)

3. Cambio de esfuerzos efectivos.

El suelo se diferencia de la parte de los materiales sólidos en la forma en que pueden variar
las propiedades relativas de volúmenes de agua y sólido al aplicar esfuerzos. Cuando un suelo
saturado es sujeto a un aumento de esfuerzos, entonces el agua en los poros tiende a querer
fluir a zonas de menor presión lo que significa que se produce un aumento en la presión de
poros del agua, la velocidad de este flujo depende de la permeabilidad del suelo.
La diferencia entre las características de corte de la arena y la arcilla y demás propiedades
entre las partículas, no son tan amplias como la diferencia cerca de un millón de veces entre la
permeabilidad de los distintos tipos de suelo. En el caso de las arenas y gravas el flujo del agua
es rápido debido a que estos suelos son muy permeables, mientras que en las arcillas y limos el
flujo del agua es lento debido a que son suelos muy poco permeables.
El comportamiento ingenieril en suelos saturados de grano fino deriva de la interacción
entre estructura esquelética del suelo compresible y el agua en los poros relativamente
incompresible. Los cambios rápidos en las cargas externas no producen un cambio inmediato
en el volumen del suelo, debido a la resistencia al desplazamiento del agua en los poros. Por lo
tanto, la configuración estructural del suelo no cambia inmediatamente. Sin embargo al
transcurrir el tiempo el agua en los poros va evacuando a zonas de menor presión lo que
provoca cambios en la configuración de la estructura del suelo que provocan cambios de
volumen en el suelo, este fenómeno se conoce como consolidación y se lo entenderá mejor
con el análisis del modelo mecánico que simula al comportamiento de un suelo sometido a un
rápido cambio de esfuerzo.
Las condiciones al principio y al final de un cambio de esfuerzos, varían según el tipo de
suelo, y según a esto se dividen en dos.

• Condiciones a corto plazo o condiciones no drenadas.

Estas condiciones se presentan cuando en un suelo se produce un incremento


de esfuerzos que provoca que el agua tienda a fluir hacia fuera y este flujo de
agua en los poros es obstaculizado debido a que el suelo es poco permeable,
como en el caso de arcillas y limos. También se presenta este caso cuando el
ritmo de aplicación del incremento de esfuerzo es demasiado rápido y no
permite el flujo del agua en los poros.

246
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos

• Condiciones a largo plazo o condiciones drenadas.

Estas condiciones se presentan cuando en un suelo se produce un incremento


de esfuerzos que provoca que el agua tienda a fluir hacia fuera y este flujo de
agua en los poros fluye casi sin obstáculos debido a que el suelo es muy
permeable, como en el caso de las gravas y arenas. También se presenta este
caso cuando el ritmo de aplicación del incremento de esfuerzo es lo
suficientemente lento como para evitar que se produzca un aumento en la
presión de poros del agua.

3.1. Modelo mecánico.

La estructura del suelo es modelada por un resorte, los vacíos del suelo son modelados por el
compartimiento debajo del pistón y la permeabilidad del suelo es modelada por el grado de
ajuste del pistón en el cilindro. Entonces un suelo de alta permeabilidad es modelada por un
pistón que permita una gran salida de agua mientras que un suelo de baja permeabilidad es
modelado por un pistón que permita una salida muy pequeña de agua. Se considera que el área
interior de la sección transversal del cilindro es A=1, provisto de un pistón sin fricción. La
presión de poros del agua se mide mediante el piezómetro que se encuentra junto al cilindro,
que es de diámetro mucho más pequeño que el del cilindro.

Condición de carga.

Inicialmente el cilindro es llenado con agua o algún fluido incompresible y el pistón es


cargado uniformemente con una carga igual a P, que incluye el peso propio del pistón. Esta
carga en este instante simboliza el peso propio de las partículas sólidas del suelo, lo que no
significa un aumento en las cargas exteriores, entonces en este instante se encuentra en
equilibrio y el piezómetro marca una altura de presión de poros igual a cero (Δu = 0).
Pero si en ese instante se pone rápidamente una carga ΔP encima del pistón (Figura 5.20b),
todo este incremento de carga será soportada por el agua en el cilindro debido a que no ha
transcurrido un tiempo suficiente para que la viscosidad del fluido deje desplazar al pistón y
reducir así el volumen del compartimiento debajo del pistón (poros), como el agua es
incompresible no se deforma entonces soporta todo el incremento de carga evitando que el
resorte (estructura del suelo) sufra ninguna deformación. Entonces en este instante el
piezómetro marca una altura de presión de poros igual a ΔP/γ w .
Como el total de la carga (P + ΔP) es soportada por el resorte y el agua, entonces el
esfuerzo total será:

P + ∆P
σ= = σ '+u ; A=1= área unitaria [5.49]
A

σ = P + ∆P = σ '+u

P + ∆P = σ '+u [5.50]

Donde
σ’ = (σ - u) = Carga por área unitaria absorbida por el resorte.
u = Carga por área unitaria absorbida por el agua.

247
Fundamentos de mecánica de suelos

P+ P
P P/γ P+ P
u/γw P+ P

P=0 t=0 t>0 t=8


(σ-u)=P u= P 0<u< P u=0
(σ-u)=P P<(σ-u)<P+ P (σ-u)=P+ P
v=0 v>0 v>0
(a) (b) (c) (d)
Figura 5.20. Modelo cilindro–resorte para la condición de carga. (Simons & Menzies, 2000)

En la Figura 5.20b se puede ver que después de haber incrementado la carga ΔP, se tiene:

σ’ = (σ - u) = P y u = ΔP

Con el transcurrir del tiempo la viscosidad del fluido ya no puede evitar el desplazamiento
del pistón hacia abajo y entonces el resorte comienza a comprimirse (Figura 5.20c). Entonces
en este instante el total del incremento de carga será soportada tanto por el fluido como por el
resorte. Por lo tanto, en este instante la ecuación [5.50] se mantiene constante, pero se
producirá una reducción en la presión de poros y un incremento en la compresión del resorte.

P < σ' < (P + ΔP) y 0 < u < ΔP

Después de un largo tiempo (t = ∞), se ira produciendo un decaimiento exponencial en la


presión de poros y un cambio en la longitud del resorte. Hasta que finalmente el exceso de la
presión de poros se disipa totalmente hasta llegar a cero que es cuando el sistema alcanzara un
estado de equilibrio. El instante en que se alcance este equilibrio, el resorte es el que soportara
el total del incremento de carga. (Figura 5.20d)

σ' = (P + ΔP) y u=0

Condición de descarga.

El proceso de descarga ocurre de manera similar al del proceso de carga, este proceso
comienza después de alcanzar el equilibrio en el proceso de descarga. Entonces inicialmente se
tiene las mismas condiciones que para un tiempo infinito en el proceso de carga.

σ' = (P + ΔP) y u=0

Pero si después se quita rápidamente el incremento de carga, ΔP como se muestra en la


Figura 5.21b, el resorte nuevamente no sufre ninguna deformación en este caso de
descompresión ya que no ha transcurrido un tiempo suficiente para que la viscosidad del fluido
deje desplazar al pistón hacia arriba y así aumentar el volumen del compartimiento debajo del
pistón (poros) y así permitir la expansión del resorte. Entonces en este instante el total de la
disminución de la carga será soportada nuevamente por la presión de poros del agua y se
tendrá una presión de poros negativa (succión) igual a -ΔP/γ w . Mientras que es resorte como

248
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos

no absorbe nada de la disminución de la carga, ΔP, sigue igual que en su anterior estado, es
decir como si estuviera soportando todavía las cargas (P + ΔP).

σ' = (P + ΔP) y u = –ΔP

P+ P P
P P

u/γw
P/γ

u=0 t=0 t>0 t=8


(σ-u)=P+ P u= - P - P<u<0 u=0
(σ-u)=P+ P P<(σ-u)<P+ P (σ-u)=P
v=0 v>0 v>0
(a) (b) (c) (d)
Figura 5.21. Modelo cilindro-resorte para la condición de descarga (Simons & Menzies, 2000)

Posteriormente con el pasar del tiempo, la viscosidad del fluido ya no puede evitar el
desplazamiento del pistón y entonces este comienza a ascender, aumentando así el
compartimiento debajo del pistón y permitiendo así la descompresión del resorte como se
muestra en la Figura 5.21c. Entonces en este instante la disminución de la carga total será
absorbida tanto por el resorte como también por el fluido dentro del cilindro. Por lo tanto, en
este instante la ecuación [5.50] se mantiene constante, pero se producirá una reducción en la
presión de poros negativa y un disminución en la compresión del resorte.

P < σ' < (P + ΔP) y –ΔP < u < 0

Cuando ya ha transcurrido un tiempo suficiente (t = ∞), (Figura 5.21d) el aumento de


presión de poros negativa se disipa hasta llegar nuevamente a cero y el resorte solo soporte su
propia peso o carga P. Entonces en este instante se alcanza nuevamente el estado de equilibrio.

σ’ = (σ - u) = P y u=0

3.2. Generación de la presión de poros en el cargado y descargado de suelos reales

La estabilidad de las fundaciones y taludes en los suelos de grano fino saturados son altamente
dependientes del tiempo, debido a que el tamaño promedio de los poros interconectados es
demasiado pequeño, por lo que el desplazamiento del agua en los poros es retardado por medio
de las fuerzas viscosas.
La influencia de esta permeabilidad en los suelos influye muchísimo en la estabilidad del
mismo y esta permeabilidad varia muchísimo según el tipo de suelo. La permeabilidad del
suelo es la que decide si cuan rápido fluye el agua en los poros dentro del mismo.
a) En suelos arenosos que son altamente permeables, el drenaje causado por el aumento de la
presión de poros es completado inmediatamente. El drenaje del agua es acompañado por una
reducción de volumen de la masa de suelo, lo cual resulta en un asentamiento.

249
Fundamentos de mecánica de suelos

b) En suelos arcillosos, debido a que la conductividad hidráulica de las arcillas es muy


pequeña, se requerirá algún tiempo para que el exceso de presión de poros del agua se disipe y
el incremento de esfuerzo se transfiera gradualmente a la estructura del suelo.

Condición de carga.

Cuando se aplica una carga externa a una masa de suelo cuyos poros están saturados de
agua, el efecto inmediato es un aumento de la presión de poros. Lo cual hace que el agua en
los poros fluya hacia fuera de estos a través de los vacíos, con el resultado de que la presión de
poros ira disminuyendo y la carga aplicada se transfiere a la estructura del suelo. Hasta que al
final el esfuerzo total aplicado llegara a un equilibrio en el cual es soportado tanto por la
estructura del suelo como por el agua.
Este fenómeno es más notorio en un estrato de arcilla sujeto a una carga rápida, donde el
flujo de agua tiene dificultad de fluir debido a que los granos de la arcilla son finos y casi
impermeables, lo cual causa una retardación en el flujo de agua en los poros, produciendo un
aumento en la presión de poros. Este flujo como se muestra en la Figura 5.22 inicialmente
debido al aumento de la presión de poros tendrá una carga piezometrica elevada que a su vez
esta en función de la carga inducida. Esta carga influye de forma directa en el aumento de la
presión de poros, ya que una mayor carga producirá también un mayor aumento en la presión
de poros. Esta carga piezometrica se ira reduciendo a medida que pase el tiempo debido que el
flujo de agua ira circulando a zonas de menor presión. Posteriormente este suelo será capaz de
soportar una mayor carga, debido a la consolidación de la estructura del suelo. En el ejemplo
de la Figura 5.22 se tiene un estrato de arcilla que es cargado rápidamente por un terraplén. La
distribución de la presión de poros con el tiempo (isócronas), es mostrada por las alturas en los
piezómetros para determinados transcursos de tiempo.

t=0

Piezómetros

Talud t>0 u/γw


rapidamente
construido
Nivel de
la tierra
t>>0
Nivel del
agua
t=

Figura 5.22. Respuesta de la presión de poros de una arcilla saturada cargada rápidamente en
forma local. (Simons & Menzies, 2000)

Este proceso de drenaje gradual bajo la aplicación de una carga adicional y la transferencia
del exceso de presión de poros al esfuerzo efectivo causa un asentamiento en el estrato de
arcilla del suelo.

250
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos

Para las fundaciones, la estabilidad crítica es a corto plazo porque la resistencia aumenta
con la consolidación a largo plazo. A corto plazo las presiones del agua son desconocidas y
por consiguiente no puede hacerse un análisis del esfuerzo efectivo a menos que la presión de
poros pueda ser estimada.
Cuando se teme la inestabilidad durante la construcción de un terraplén suele ser necesario
colocar drenes de arena en la cimentación para acelerar la disipación de la presión de poros, o
una construcción por etapas que de tiempo suficiente para que se disipe la presión de poros.

Condición de descarga.

Si se descarga una arcilla saturada, esto puede ocurrir por ejemplo en una excavación o corte,
entonces se produce una reducción del esfuerzo total. En un suelo de grano fino como la
arcilla, la viscosidad del fluido ofrece resistencia al flujo de agua en los poros y esto ayuda a la
estructura del suelo, aliviándola parcialmente de su carga externa, que provocaría una rápida
expansión del esqueleto del suelo y de una rápida succión en el agua dentro el suelo
circundante. Es decir que en la zona de influencia de la excavación se produce una presión de
poros negativa (succión) debido a que el esqueleto del suelo quiere expandirse producto del
cambio de carga externa, pero al querer expandirse los espacios vacíos entre las partículas
tienden a querer llenarse o aspirar aire y/o agua para ocupar el aumento de vacíos que genera
la expansión del suelo. Con el tiempo, esta succión es disipada por el drenaje del agua de la
zona de alta presión de poros (no afectada por la excavación) hacia el área de baja presión de
poros (zona de influencia). Esta migración del agua causa un aumento en el volumen del suelo
en la zona de influencia, hinchazón del suelo y ablandamiento de la estructura del suelo, dando
lugar a una reducción en su resistencia. El mínimo factor de seguridad ocurre en el equilibrio
de la condición a largo plazo.
Por ejemplo, se considera la dependencia del tiempo que tiene la estabilidad de un corte
según se muestra en la Figura 5.23.

Nivel freático original

Zona de influencia
de la excavación
Zona
Nivel freático final
ho inafectada por
la excavación
hf u (+)
u (-) P
Presión de poros al
Línea equipotencial final de la excavación

Figura 5.23. Presión de poros en un corte a largo y corto plazo. (Simons & Menzies, 2000)

Durante la excavación el esfuerzo de corte sobre la superficie de falla aumenta. Después


de terminarse la excavación el esfuerzo de corte permanece constante, pero el esfuerzo
efectivo sobre la superficie de deslizamiento disminuye, de forma que el factor de seguridad
también disminuye. Se producirá la falla en el instante en que el factor de seguridad quede por
debajo de la unidad.
La falla puede producirse durante la excavación. Si la excavación ha sido suficientemente
rápida para evitar la disipación del aumento de presión de poros causados por la descarga.
La reducción de los esfuerzos totales causa una reducción en la presión de poros del agua
que depende de la diferencia del cambio de esfuerzo y del tiempo que transcurre desde la
excavación. La consiguiente migración del agua causa el hinchazón de la estructura del suelo
reduciendo la resistencia del suelo y por lo tanto la estabilidad del mismo.

251
Fundamentos de mecánica de suelos

Para analizar el esfuerzo efectivo en función del tiempo transcurrido a partir desde que se
hace la excavación. Se ilustra mejor con un ejemplo práctico con valores supuestos. Entonces
si al principio el suelo tenía un esfuerzo total por decir de 100 Kpa, con 50 Kpa soportados por
el agua (u) y los 50 Kpa restantes soportados por las partículas (σ’), entonces al producirse la
excavación se reduce el esfuerzo total a 70 Kpa., se sabe que la relación σ=σ’+u se tiene que
cumplir y que producto de la excavación hay una disminución de la presión de poros inmediata
y al principio el esfuerzo efectivo absorbido por las partículas sólidas se mantiene constante
entonces para cumplir la relación σ=σ’+u se tiene 70=50+u entonces u se sabe que es 20 Kpa.
Pero con el pasar del tiempo debido al drenaje del agua el esfuerzo efectivo absorbido por las
partículas sólidas va reduciendo y la presión de poros tiende a recuperar su presión inicial
pero el esfuerzo total ya no cambia entonces para cumplir con la ecuación σ=σ’+u se tiene
70=σ’+50 se tiene que σ’=20 Kpa. Lo que se refleja en el factor de seguridad que sabemos es
sinónimo de la estabilidad del terreno, y que según lo visto anteriormente la deformación del
terreno esta en función del esfuerzo efectivo por lo tanto mientras el esfuerzo efectivo vaya
reduciendo entonces el factor de seguridad también lo hará, sin embargo al principio se
produce una disminución del factor de seguridad pese a que el esfuerzo efectivo se mantiene
constante, esto es debido al aumento del esfuerzo de corte en la superficie de falla.

4. Esfuerzos y deformaciones elásticas en los suelos.

Cuando un material es sujeto a esfuerzos, este responde con deformaciones. Entonces es


necesario trazar una historia de los cambios entre los esfuerzos y las deformaciones y así
obtener una curva esfuerzo-deformación.
El ingeniero debe comprobar que las deformaciones producidas en el suelo al aplicar las
cargas exteriores son menores a la deformación admisible y así asegurar la estabilidad del
suelo. Para esto el ingeniero debe obtener la curva esfuerzo deformación del suelo.
El grado de deformación producido por un esfuerzo dependerá de la composición, relación
de vacíos, historia del esfuerzo, y forma en que se apliquen los nuevos esfuerzos. Para poder
hallar la deformación de un suelo muchas veces es mejor medir directamente las
deformaciones producidas en un ensayo de laboratorio bajo los esfuerzos que existirán en el
terreno real. En otros casos, suele ser muy útil recurrir a conceptos y formulas de la teoría de
elasticidad.
Con este fin se han desarrollado ensayos y descripciones matemáticas que parten de las
teorías clásicas de la elasticidad y plasticidad. Sin embargo, los suelos se diferencian mucho de
otros materiales, debido a su naturaleza porosa y compuesta de partículas. El comportamiento
de un material perfectamente elástico solo depende de sus condiciones inicial y final,
independientemente del camino que tomen durante el cargado o descargado, esto debido a que
presentan un comportamiento lineal. En cambio los suelos no solo depende de su condición
inicial y final sino además del camino durante el cargado o descargado y de la historia previa
al cargado o descargado.
En resistencia de materiales se estudio los esfuerzos en cuerpos rígidos, continuos,
homogéneos, elásticos, afectados por fuerzas externas. Los suelos no son cuerpos ni rígidos, ni
continuos, ni homogéneos, ni elásticos. Por lo tanto la determinación de los esfuerzos y
deformaciones en los suelos es una tarea muy difícil. Sin embargo el análisis con la teoría de la
elasticidad es muy simple y solo involucra a dos constantes, el modulo de Young y el índice de
Poisson. Entonces si se asume que el suelo es un material isotrópico, elástico, se facilita
muchísimo el análisis para poder predecir el comportamiento de los suelos cuando son
sometidos a cargas externas. Para este análisis solo se tiene que determinar el modulo de
Young y el índice de Poisson mediante ensayos de laboratorio o de campo.

252
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos

Independientemente de que en algún caso particular pueda resultar útil usar valores del
modulo de elasticidad y/o del índice de Poisson, debe tenerse muy en cuenta que el módulo de
elasticidad o de Young y el índice de Poisson no son constantes de un suelo, sino más bien
magnitudes que describen aproximadamente el comportamiento de un suelo para un estado de
esfuerzos dado y que cambiarán, quizás radicalmente, si cambia el estado de esfuerzos o si los
esfuerzos se aplican de distinta manera.
Es necesario asumir que las deformaciones en los suelos son pequeñas (infinitesimales)
para poder aplicar el principio de la mecánica de los cuerpos elásticos a los suelos. El suelo
solo puede sostener esfuerzos de compresión. A continuación se explicara detalladamente los
conceptos de la teoría de la elasticidad, orientado a los suelos.

4.1. Ley de Hooke.

Los esfuerzos y deformaciones para un suelo lineal, isotrópico y elástico son relacionados con
la ley de Hooke. Para un estado de esfuerzo general como se muestra en la Figura 5.24, según
la ley de Hooke se tiene:

εx σx
1 ν ν 0 0 0
εy σy
ν 1 ν 0 0 0
εz ν ν 1 0 0 0 σz
1 [5.51]
= .
γ xy Ε 0 0 0 2 .( 1 ν) 0 0 τ xy

γ yz 0 0 0 0 2 .( 1 ν) 0 τ yz
0 0 0 0 0 2 .( 1 ν)
ε zx τ zx

Donde
E es el módulo de Young o de elasticidad y ν es el índice de Poisson.
La ecuación [5.51] es llamada ecuación elástica o ecuaciones constituyentes del esfuerzo-
deformación elástico. De esta ecuación se obtiene, por ejemplo:

2 ⋅ (1 + v ) τ
γ zx = ⋅ γ zx = zx [5.52]
E G
Donde
E
G= [5.53]
2 ⋅ (1 + v )

G es el módulo de corte.
Se llamaran a E, G, y υ parámetros elásticos. Solamente dos de estos parámetros, E o G y
υ, se requieren para solucionar los problemas que se ocupan de los materiales isotrópicos,
elásticos. Si se conocen E y υ se puede calcular G de la ecuación [5.53]. El índice de Poisson
para los suelos no es fácil de determinar y una manera directa de obtener G es sujetar el
material a fuerzas cortantes como se describió en la sección 1.1. Para materiales elásticos no
lineales, se usa la ecuación [5.51] para hallar el módulo tangente o el módulo secante y los
cálculos se hacen incrementalmente para pequeños aumentos de esfuerzo.
Los módulos elástico y de corte para los suelos dependen de la historia del esfuerzo, de la
dirección del cargado, y de la magnitud de las deformaciones. Los valores típicos de E y de G
se muestran en la Tabla 5.3.

253
Fundamentos de mecánica de suelos

Tabla 5.3. Típicos valores de E y G.


Tipo de suelo descripción E*(MPa) G*(MPa)
Arcilla Suave 1-15 0.5-5
Media 15-30 5-15
Dura 30-100 15-40
Arena Suelta 10-20 5-10
Media 20-40 10-15
Densa 40-80 15-35
* Esto es el módulo elástico secante para condiciones drenadas.

Z σz, εz
Y

τzx
τzy τxz
τyz
A
σx, εx
τyx
τxy
σy, εy
X
Figura 5.24. Estado de esfuerzos general. (Budhu, 2000)

4.2. Esfuerzos principales.

Como ya se menciono anteriormente los esfuerzos principales se obtienen cuando no hay


ningún esfuerzo de corte. En cualquier punto sometido a esfuerzos existen 3 planos
ortogonales (es decir, perpendiculares entre sí) en los cuales los esfuerzos tangenciales o de
corte son nulos. Estos planos se denominan planos principales. Los esfuerzos normales que
actúan sobre estos tres planos se denominan esfuerzos principales. En resumen Los esfuerzos
principales son esfuerzos normales a un plano con esfuerzo de corte igual a cero.
El más grande de estos tres esfuerzos principales se denomina esfuerzo principal mayor
σ 1 ; el más pequeño es el esfuerzo principal menor σ 3 y el tercero es el esfuerzo principal
intermedio σ 2 .
Si los esfuerzos aplicados a un suelo son esfuerzos principales, entonces la ley de Hooke
se reduce a:

ε 1   1 − υ − υ  σ 1 
  1   
ε 2  = E − υ 1 − υ  σ 2  [5.54]
ε 3  − υ − υ 1  σ 3 

La matriz en el lado derecho de la ecuación [5.53] es llamada matriz de conformidad.

La inversa de la matriz [5.53] es:

σ 1  1 − υ υ υ  ε 1 
    
υ 
E
σ 2  = (1 + υ ) ⋅ (1 − 2 ⋅ υ )  υ 1−υ ε 2  [5.55]
σ 3   υ υ 1 − υ  ε 3 

254
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos

La matriz en el lado derecho es llamada matriz de rigidez. Si se conoce los esfuerzos y los
parámetros del material E y υ, se puede utilizar la ecuación [5.54] para calcular las
deformaciones. En cambio si se conocen las deformaciones y los parámetros del material E y
υ, se puede utilizar la ecuación [5.55] para calcular los esfuerzos.

4.3. Desplazamientos de las deformaciones y fuerzas de los esfuerzos.

Los desplazamientos y fuerzas son obtenidos por integración. Por ejemplo, el desplazamiento
vertical.Δz, es:


∆z = ε z dz [5.56]

y la fuerza axial es:


Pz = ∆σ z dA [5.57]
Donde:
dz = Altura o espesor del elemento
dA = Área del elemento.

4.4. Estado de deformación Plana.

Hay dos condiciones en los esfuerzos y deformaciones que son comunes en la ingeniería
geotécnica. Uno es la condición de la deformación plana en la cual la deformación en una
dirección es cero, en los muros de contención y cimientos largos, la deformación longitudinal
será cero ε y = 0, produciendo un estado de deformación plana. Para ilustrar mejor este estado
de deformación se considerara como ejemplo de un elemento del suelo, A, detrás de un muro
de contención como se muestra en la Figura 5.25. Debido a que el desplazamiento que
comúnmente ocurre en la dirección Y es pequeño (∆y) comparado con la longitud en esa
dirección, la deformación tiende a cero; es decir, ε y = ∆y/y ≅ 0. Entonces se puede asumir que
el elemento A del suelo está bajo la condición de la deformación plana. Puesto que se esta
considerando esfuerzos principales, tras las direcciones de X, Y, y Z o 3, 2, y 1
respectivamente. En el caso del muro de contención en la dirección Y (dirección 2) la
deformación es igual a cero por lo tanto ε 2 = 0 reemplazando esto en la ecuación [5.54]. La ley
de Hooke para una condición de deformación plana es:

1+υ
ε1 = ⋅ [(1 − υ ) ⋅ σ 1 − υ ⋅ σ 3 ] [5.58]
E

1+υ
ε3 = ⋅ [(1 − υ ) ⋅ σ 3 − υ ⋅ σ 1 ] [5.59]
E

σ 2 = υ ⋅ (σ 1 + σ 3 ) [5.60]

En forma matricial. Las ecuaciones [5.58] y [5.59] se convierten en:

ε 1  1 + υ 1 − υ − υ  σ 1 
 =    [5.61]
ε 3  E  − υ 1 − υ  σ 3 

255
Fundamentos de mecánica de suelos

La inversa de la ecuación [5.61]:

σ 1  E 1 − υ υ  ε 1 
 =   
1 − υ  ε 3 
[5.62]
σ 3  (1 + v ) ⋅ (1 − 2v )  υ

σz Muro de
contención
Z (1)
σx A
Y (2)
σy , εy = 0
X (3)

Figura 5.25. Condición de deformación plana para un elemento de suelo detrás de un muro de
contención. (Budhu, 2000)

4.5. Simetría Axial o Condición Axisimétrica.

La otra condición que ocurre en problemas prácticos es la simetría axial o condición


axisimétrica donde dos esfuerzos son iguales. Como ejemplo de esto se puede considerar un
tanque de agua o de aceite fundado en una masa de suelo como se muestra en la Figura 5.26.
Z

Tanque

z
σz

σr = σθ

Figura 5.26. Condición axisimétrica en un elemento de suelo bajo el centro de un tanque.


(Budhu, 2000)

Los esfuerzos radiales (σ r ) y el esfuerzo circunferencial (σ θ ) en un elemento cilíndrico del


suelo directamente debajo el centro del tanque son iguales debido a la simetría axial. El tanque
de aceite aplicará un esfuerzo vertical uniforme (axial) en la superficie del suelo y el elemento
del suelo será sujeto a un aumento en el esfuerzo axial, ∆σ z = ∆σ 1 que producira un aumento
en el esfuerzo radial, ∆σ r = ∆σ θ = σ 3 . Ningún elemento del suelo debajo del borde del tanque

256
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos

estará bajo condiciones axisimétricas, puesto que las tensiones en el borde del tanque son todas
diferentes; no hay simetría.
La ley de Hooke para condiciones axisimétricas es:

⋅ [σ 1 − 2 ⋅ υ ⋅ σ 3 ]
1
ε1 = [5.63]
E

⋅ [(1 − υ ) ⋅ σ 3 − υ ⋅ σ 1 ]
1
ε3 = [5.64]
E

O, en forma matricial:

ε 1  1  1 − 2 ⋅ υ  σ 1 
 =   
− υ  σ 3 
[5.65]
ε 3  E − υ

257
Fundamentos de mecánica de suelos

CAPITULO SEIS
Resistencia al corte.
Es fácil describir el comportamiento que tendrá el bloque mostrado en la Figura 6.1a, si la
superficie en que se apoya el bloque se inclinara progresivamente.

(a) (b)
Figura 6.1. Bloque que se desliza sobre una superficie inclinada.
(a) Bloque encima de una superficie plana. (b) Fuerzas resultantes debido a la inclinación.

En la Figura 6.1b se observa que mientras esta superficie va inclinándose aparecen


fuerzas que actúan en la superficie de contacto, siendo F una fuerza resultante de varios
factores que ocasionan que el elemento se deslice sobre la superficie, mientras que T es una
fuerza originada por el contacto del elemento con la superficie (rugosidad) que impide que el
elemento se deslice. Mientras la inclinación de la superficie vaya incrementando también lo
hará la fuerza resultante F, finalmente para una determinada inclinación el valor de F
superará a T lo que ocasionara que el elemento ceda y empiece a deslizarse, lo que se llamará
falla.

Figura 6.2. Esfuerzo de corte generado en la superficie de contacto.

La Figura 6.2 muestra más de cerca lo que ocurre en la superficie de contacto a la que se
llamará superficie de corte, la inclinación de la superficie genera un esfuerzo de corte τ que
va incrementándose. Mientras el elemento no ceda, puede decirse que el sistema presenta
cierta resistencia al corte. Sin embargo, para una determinada inclinación el esfuerzo de corte
superará a la resistencia que ofrece la rugosidad, lo que producirá una falla y el elemento

258
CAPITULO 6 Resistencia al corte

sedará, entonces podría decirse que el sistema ha fallado al corte. Este ejemplo ilustra lo que
es la resistencia al corte de los suelos.
El comportamiento presentado en la Figura 6.2 es similar al que ocurre con las partículas
que componen un suelo, dentro la masa de suelo como se muestra en la Figura 6.3, las
partículas están constantemente sometidas a una fuerza resultante N que es normal a la
superficie de corte producto de la acción de una carga externa o el peso propio.

N
e
d e cort
F
erficie
Sup

N
Figura 6.3. Fuerzas surgidas por el contacto interpartícular.

Esta fuerza normal originará la fuerza resultante F que genera el esfuerzo de corte, la
cohesión entre las partículas contribuye a que la masa de suelo ofrezca resistencia al corte
representado por la fuerza T, por lo que la resistencia al corte del suelo dependerá de la
interacción las partículas. La superficie de corte en una masa de suelo tiene la tendencia a ser
circular y no plana, en la Figura 6.4 se muestran dos ejemplos donde comúnmente el suelo
falla al corte.

(a) (b)
Figura 6.4. Situaciones donde se genera la falla al corte del suelo.
(a) Talud. (b) Fundación.

Existen muchas situaciones donde se requiere conocer el comportamiento de suelo en lo


que respecta al corte, por lo cual muchos investigadores han desarrollado relaciones
matemáticas sobre la base de las teorías clásicas de la elasticidad y plasticidad de los
materiales. Sin embargo, los suelos se diferencian mucho de otros materiales como ser el
acero y el concreto, debido a que está constituido de una innumerable cantidad de partículas
que dan al suelo propiedades físicas distintas.

Circulo de esfuerzos de Mohr.

La Figura 6.5a muestra un talud donde se produce una falla típica al corte en el suelo, se ha
ubicado un elemento representativo de suelo en la superficie de corte, la Figura 6.5b muestra

259
Fundamentos de mecánica de suelos

que este elemento de suelo está sometido a esfuerzos normales y de corte que actúan en
todas las caras de este.

τ
τ

z
(a)
σz

τ zx
x F σ F
τ xz τ
σx σx σx
τ xz θ
θ τ xz
E τ E τ zx
zx
σz
σz
(b) (c)
Figura 6.5. Estado de esfuerzos de un elemento de suelo en la superficie de corte.
(a) Elemento ubicado en la superficie de corte. (b) Esfuerzos que actúan en las caras del
elemento. (c) Esfuerzos que actúan en el prisma triangular.

La notación que se emplea para los esfuerzos normales es la letra griega σ con un
subíndice que corresponde a la cara sobre la que actúa, tomando la cara el nombre del eje al
que es perpendicular. El esfuerzo cortante se representa con la letra griega τ con un doble
subíndice, correspondiendo el primero a la cara sobre la que actúa y el segundo a la dirección
en que lo hace dentro de aquella cara. Por lo general se asume que σ z > σ x y que τ zx es
numéricamente igual a τ xz , debido a que el elemento de suelo se encuentra en equilibrio
estático.
En la Figura 6.5c se ha apartado el prisma formado por los lados inferiores del elemento y
el plano de falla definido por EF con un área A, que a diferencia de la superficie de corte
describe un deslizamiento plano y θ es el ángulo de inclinación de este plano respecto a la
cara inferior del elemento, donde actúan los esfuerzos σ y τ. El elemento prismático está en
equilibrio estático por lo que aparecen esfuerzos que actúan en todas las caras de este.
Entonces, resolviendo las fuerzas normales al plano EF, se tendrá que:

σ ⋅ A = σ x ⋅ A ⋅ sin θ⋅ sin θ + σ z ⋅ A ⋅ cos θ⋅ cos θ + τ xz ⋅ A ⋅ sin θ⋅ cos θ + τ zx ⋅ A ⋅ cos θ⋅ sin θ

Se sabe que τ xz = τ zx , por la condición de equilibrio, simplificando A y aplicando las


relaciones trigonométricas:

260
CAPITULO 6 Resistencia al corte

1 + cos 2θ 1 − cos 2θ
cos 2 θ = sin 2 θ = 2 ⋅ sin θ ⋅ cos θ =
sin 2θ
2 2
Se tendrá que:
1 1
σ= ⋅ σ x ⋅ (1 − cos 2θ ) + ⋅ σ z ⋅ (1 + cos 2θ ) + τ xz ⋅ sin 2θ
2 2
Factorizando:
1 1
σ= ⋅ ( σ x + σ z ) − ⋅ ( σ x − σ z ) ⋅ cos 2θ + τ xz ⋅ sin 2θ [6.1]
2 2

Por otra parte, resolviendo las fuerzas paralelas al plano EF se tendrá que:

τ ⋅ A =−σ x ⋅ A ⋅ sin θ ⋅ cos θ + σ z ⋅ A ⋅ cos θ ⋅ sin θ − τ xz ⋅ A ⋅ sin θ ⋅ sin θ − τ zx ⋅ A ⋅ cos θ ⋅ cos θ

Siguiendo un desarrollo similar al anterior se tendrá que:

1
τ= ⋅ ( σ z − σ x ) ⋅ sin 2θ − τ xz ⋅ cos 2θ [6.2]
2

Con las ecuaciones [6.1] y [6.2], se determinan el esfuerzo normal y de corte que actúan
en plano de falla. Los planos en los que aparecen los esfuerzos normales máximo y mínimo
se obtienen anulando la derivada de la ecuación [6.1] respecto de θ, lo que se tendrá:

−2 ⋅ τ xz
tan 2θ = [6.3]
σx + σz

Análogamente, los planos de esfuerzo cortante máximo quedan definidos por:

σx − σz
tan 2θ = [6.4]
2 ⋅ τ xz

La ecuación [6.3] da dos valores de 2θ que difieren en 180º, por lo que los planos de
esfuerzo normal máximo y mínimo son perpendiculares entre si. Lo mismo ocurre en la
ecuación [6.4] con los planos de esfuerzo cortante máximo, que están también a 90º. Los
planos donde el esfuerzo cortante es nulo se determinan haciendo τ = 0 en la ecuación [6.2],
lo que resulta:
−2 ⋅ τ xz
tan 2θ =
σx + σz

Esta ecuación es idéntica a la ecuación [6.3], por consiguiente los esfuerzos normales
máximo y mínimo tienen lugar en los planos de esfuerzo cortante nulo. Los esfuerzos
normales máximo y mínimo se llaman esfuerzos principales, representados por: σ 1 y σ 3
respectivamente y actúan en los planos principales. La relación de la ecuación [6.4] es
recíproca y de signo contrario a la ecuación [6.3], lo que indica que los valores de 2θ
definidos por ambas difieren en 90 , lo que significa que los planos de esfuerzo cortante
máximo están inclinados 45º respecto a los planos de los esfuerzos principales. Sustituyendo
los valores de 2θ de las ecuaciones [6.3] y [6.4] en las ecuaciones [6.1] y [6.2] se obtienen
los esfuerzos principales y de corte máximos que serán:

261
Fundamentos de mecánica de suelos

σz +σx σ +σx  σ −σ z 
2 2

σ max = ±  z  + τ xz τ max =
±  x + (τ xz )
2 2

2  2   2 
Por lo tanto, el esfuerzo principal mayor será:

σz +σx σ +σx 
2

σ1 = +  z + τ xz2
2 
[6.5]
2  

y el esfuerzo principal menor será:

σz +σx σ +σx 
2

σ3 = −  z + τ xz2
2 
[6.6]
2  

Por otro lado, las ecuaciones [6.3] y [6.4] pueden escribirse:


2 2
 1  1 
σ − 2 ⋅ ( σ x + σ z )  =  2 ⋅ ( σ z − σ x ) ⋅ cos 2θ + τ xz ⋅ sin 2θ
   

2
1 
τ=  2 ⋅ ( σ z − σ x ) ⋅ sin 2θ − τ xz ⋅ cos 2θ
2

 

Sumando miembro a miembro estas ecuaciones se tendrá que:

2 2
  1 
σ − 2 ⋅ (σ x + σ z ) + τ =  2 ⋅ (σ x − σ z ) + τ xz
1 2 2
   

Esta ecuación, tiene la forma analítica de una circunferencia del tipo:

(σ − C ) + τ 2 =
2
r2

El centro de la circunferencia se ubica sobre el eje σ en el punto C y con radio r que


serán:

2
1 1 
C = ⋅ (σ x + σ z ) r=  2 ⋅ (σ x − σ z )  + τ xz
2

2  

La Figura 6.6 muestra la circunferencia graficada en el espacio (τ, σ).

262
CAPITULO 6 Resistencia al corte

σ3 C σ1 σ

Figura 6.6. Círculo de esfuerzos de Mohr.


Con el círculo de esfuerzos de Mohr puede determinarse el esfuerzo normal y el esfuerzo
de corte para cualquier plano del elemento de suelo. En la Figura 6.7a se muestra los
esfuerzos que actúan en los diversos planos de un elemento de suelo y en la Figura 6.7b se
han ubicado todos estos en el círculo de esfuerzos de Mohr.

θ
z τ x

σz R (σx, τxz )
τ zx (σ, τ) Q
σ F
τ xz
σx
τ xz τ σx x σ3 C 2θ σ1 σ
θ

E τ zx
(σz , −τzx )
M
σz

(a) (b) z

Figura 6.7. Ubicación de los esfuerzos en el círculo de esfuerzos de Mohr.


(a) Esfuerzos que actúan en el elemento. (b) Esfuerzos ubicados en el círculo.

La combinación de esfuerzos (σ z , τ zx ) y (σ x , -τ xz ) que actúan en las caras del elemento


son ubicados en el círculo en los puntos R y M respectivamente que forman el diámetro RM.
Los esfuerzos normales de compresión son considerados positivos y el esfuerzo de corte será
positivo según a la dirección que tenga en el eje. El plano de falla EF es representado por el
radio CQ que esta ubicado a 2θ respecto al eje z, este ángulo de inclinación del plano de falla
es medido en contra a las manecillas del reloj en el círculo de Mohr. Las coordenadas del
punto Q representa la combinación de esfuerzos en el plano de falla.
Sin embargo, existe otra forma práctica para determinar los esfuerzos que actúan en
cualquier plano del elemento de suelo, esta técnica es conocida como el método del polo.

263
Fundamentos de mecánica de suelos

z τ

σz R (σx, τxz )
D τ zx C (σ, τ) Q
σ F
τ xz
σx
τ xz τ σx x σ3 C σ1 σ
θ

A E τ zx B

M
σz P (σz , −τzx )

(a) (b)
Figura 6.8. Método del polo.
(a) Esfuerzos que actúan en el elemento. (b) Esfuerzos ubicados en el círculo.

La Figura 6.8a muestra a todos los esfuerzos que actúan en las caras del elemento, que
están ubicados en la Figura 6.8b representados por los puntos R y M, la cuerda segmentada
MP es paralela a la cara AB del elemento y la cuerda PQ es paralela al plano de falla. Las
coordenadas del punto Q será la combinación de esfuerzos que actúan en el plano de falla.
Si se aplican únicamente los esfuerzos normales en el elemento evitando los esfuerzos de
corte en las caras, los esfuerzos normales corresponderán a los esfuerzos principales máximo
y mínimo de las ecuaciones [6.5] y [6.6], siendo: σ z = σ 1 y σ x = σ 3 .

θ
z τ

σ1
(σ, τ) Q
σ F

σ3
τ σ3 x σ3 C σ1 σ
θ

σ1

(a) (b)
Figura 6.9. Elemento libre de esfuerzos de corte.
(a) Esfuerzos normales máximo y mínimo en el elemento. (b) Esfuerzos en el círculo.

En esta condición los ejes x y z se confunden con el eje σ, por lo que el plano de falla se
ubica a 2θ del eje σ como muestra la Figura 6.9b.

Condiciones de drenaje.

El agua tiene una importante influencia en el suelo y también en la resistencia al corte. Se


puede comparar al suelo con una esponja, en el sentido de que tanto la esponja como el suelo
son materiales que contienen espacios vacíos en su interior (poros), por lo que ambos pueden
almacenar cierta cantidad de agua. Si se aplica una carga uniforme a una esponja saturada de

264
CAPITULO 6 Resistencia al corte

agua, el esfuerzo (σ) que transmite esta carga a los poros ocasionará que el agua salga por los
orificios de esta, lo hará con facilidad si el tamaño de los orificios es grande como el caso de
la Figura 6.10a. Sin embargo, la Figura 6.10b muestra que si los orificios son muy pequeños
y se aplica la misma carga, el agua no saldrá con la misma facilidad que en el primer caso,
esta requiere más tiempo. Este mismo comportamiento se aprecia en los suelos.

q1 q1 q2 q2

q1 > q 2
(a) (b)
Figura 6.10. Ejemplo del drenaje en suelos.
(a) Esponja de orificios grandes. (b) Esponja de orificios muy pequeños.
Los suelos de grano grueso como ser arena y grava permiten un drenaje inmediato del
agua al estar sometidos bajo un esfuerzo, debido a su alta permeabilidad asemejándose al
caso de la Figura 6.10a. Mientras que la Figura 6.10b muestra el comportamiento de los
suelos finos como la arcilla, debido a que el esfuerzo es aplicado instantáneamente el agua
no puede salir con facilidad por la baja permeabilidad del suelo, lo que origina una presión
interna adicional en los poros a la que se llama exceso de presión de poros (∆u). Sin
embargo, si la carga que origina este esfuerzo fuera aplicada muy lentamente hasta su
totalidad, de tal forma que la presión interna que originaría esta carga en los poros se
disiparía conforme al aumento gradual de la carga, en ningún momento se originaría un
exceso de presión de poros.
En el capítulo anterior, se estableció que se tendrán condiciones drenadas cuando la masa
de suelo sometida a un esfuerzo no tenga un exceso de presión de poros (∆u = 0), por lo cual
a los parámetros de resistencia al corte se los llamara efectivos (σ') y se tendrán condiciones
totales cuando exista un exceso de presión de poros (∆u > 0) que irá disipándose
gradualmente a lo largo del tiempo, por lo que a los parámetros de resistencia al corte para
este caso se los llamara totales (σ). Para el caso de suelos de grano grueso se tendrán
condiciones drenadas a corto y largo plazo, en cambio para los suelos finos se tendrán
condiciones totales (∆u = ∆σ y ∆σ' = 0) a corto plazo y condiciones drenadas (∆u = 0 y ∆σ' =
∆σ) a largo plazo.
La Figura 6.11, muestra un terraplén que se ha construido rápidamente en un suelo
arcilloso saturado de agua, inmediatamente se han instalado piezómetros en distintos lugares
para medir la presión de poros del suelo. Debido a que el terraplén fue construido
rápidamente, este ha inducido una carga que transmite un esfuerzo ∆σ a cada poro, lo cual
para un tiempo de t = 0 (condición a corto plazo) se aprecia un exceso de presión de poros
(∆u = ∆σ), para un tiempo t > 0 y t >> 0 (condición a mediano plazo) esta presión va
disminuyendo, hasta que a largo plazo (t = ∞) esta se disipa por completo (∆u = 0).

265
Fundamentos de mecánica de suelos

t=0

Terraplén construido
rápidamente
t>0 ∆u/γw

t >> 0
t=∞

Piezómetros

Figura 6.11. Incremento de la presión de poros por el terraplén (Simons & Menzies, 2000).

El exceso de presión de poros es determinado utilizando la siguiente expresión:

∆u = γ w ·∆h p [6.7]
Donde:
γ w = Peso unitario del agua.
∆h p = Variación de la altura piezométrica debida a la carga.
En el caso de los suelos de grano grueso la acción de una carga que origina el drenado
produce una variación inmediata y pequeña en el volumen, sin embargo en el caso de los
suelos finos la acción de la carga no produce ninguna variación inmediata del volumen a
corto plazo, sino que la variación del volumen será consecuente al drenado hasta que a largo
plazo para la condición drenada se producirá el cambio total de volumen. Todos los suelos
siempre llegarán a un estado drenado (parámetros efectivos), por lo que este estado
constituye ser un campo común para analizar la resistencia al corte.

Condiciones de esfuerzos previos.


Los suelos en su estado natural constantemente están sometidos a esfuerzos que cambian con
el paso del tiempo y como consecuencia el suelo se consolida, la forma de consolidación
tiene una significativa influencia en la resistencia al corte que presente el suelo.
En la Figura 6.12 se muestra al punto A de un suelo sujeto a distintos esfuerzos efectivos
en su historia geológica. Inicialmente (t = 0) el punto A se encuentra sobre la superficie de
terreno natural, a continuación se deposita una capa de suelo h 1 (t = 1), luego se erosiona
este material hasta una altura h 2 (t = 2), finalmente se presenta deposición del suelo y el
punto A se encuentra bajo el suelo con una altura h 3 (t = 3). Este proceso es muy lento y por
lo que la lenta deposición del material no ocasiona un exceso de presión de poros, como
resultado se mantendrá el nivel de agua constante.

266
CAPITULO 6 Resistencia al corte

t=3

t=1 h2

h1

t=2
h3
t=0
Α
Figura 6.12.Variación de espesores en un perfil de suelo (Simons & Menzies, 2000).
Este suelo en su historia geológica ha estado siempre sometido a esfuerzos y el orden en
que estos se aplican estos influirá en la consolidación.

e
e t=0

Línea de expansión
e t=2
e t=1
e t= Línea de consolidación
3
normal

σ't=0 σ't=2 σ' t=1 σ' t= 3 log σ'


Figura 6.13.Línea de consolidación del suelo.
En la Figura 6.13 se ha graficado el índice de vacíos en función del esfuerzo efectivo en
escala logarítmica y puede apreciarse de mejor forma la influencia de estos esfuerzos en la
historia geológica del suelo durante la consolidación. Una consolidación lenta y continua del
suelo produce teóricamente una línea de consolidación normal que será una línea recta
cuando el esfuerzo (σ') está en escala logarítmica. Inicialmente (t = 0) el suelo tiene un cierto
índice de vacíos y a su vez un determinado volumen, mientras el esfuerzo aumenta el índice
de vacíos decrece por lo cual se expulsa algo de agua de los poros y el suelo cambiará de
volumen; a este proceso se lo llama consolidación. Si en algún momento el esfuerzo reduce
con respecto al último aplicado mientras aun este saturado, como el caso del estado t = 2, se
presenta una expansión en el suelo la cual describirá una trayectoria lineal llamada línea de
expansión, pero este incremento de volumen no seguirá un comportamiento lineal con
respecto a la línea de consolidación normal. Cuando actúa el esfuerzo de t = 3 nuevamente el
índice de vacíos decrece siguiendo la trayectoria de la línea de expansión, para luego
ajustarse a la trayectoria de la línea de consolidación normal. Si el proceso continuara se
tendría una reducción gradual del volumen hasta que se alcance un equilibrio entre el suelo y
el esfuerzo de consolidación.
Se dice que un suelo está normalmente consolidado (NC) cuando el esfuerzo que actúa es
mayor a cualquier otro que actuó en toda su historia geológica, como el caso del estado t = 3.
Se dirá que el suelo está sobreconsolidado (SC) cuando el esfuerzo actuante es menor a
algún esfuerzo anterior en la historia geológica del suelo, como es el caso del estado t = 2.

267
Fundamentos de mecánica de suelos

%w
a
Desarrollo de
una arcilla NC

b Descarga (sobreconsolidación)

Deposición

Deposición

Erosión
d
c Máxima
presión
Erosión
efectiva
que ha
σ' estado
τ sujeta
la
arcilla

OCR
c
d Lecho
lacustre
NC
a b
σ' a
b c d
(a) (b)
Figura 6.14. Arcilla normalmente consolidada y sobreconsolidada.
(a) Variación del contenido de humedad y el esfuerzo de corte, respecto al esfuerzo efectivo
de consolidación. (b) Niveles de deposición y erosión en toda la historia geológica.
La Figura 6.14 muestra un ejemplo del proceso de consolidación de un suelo arcilloso en
un lecho lacustre, en la Figura 6.14a se observa la variación del contenido de humedad y el
esfuerzo de corte, respecto al esfuerzo efectivo de consolidación y en la Figura 6.14b se ve
gráficamente el proceso de deposición en la historia geológica del suelo.
El punto “a” representa las condiciones en que se encuentra la arcilla inmediatamente
después de su deposición en un lecho lacustre, la deposición de más arcilla provoca el
incremento del esfuerzo efectivo y una reducción del contenido de humedad. El estado
representado por el punto “b” corresponde a la arcilla normalmente consolidada, en el
sentido de que ésta no ha estado sujeta a un esfuerzo efectivo mayor al actual en toda su
historia geológica. El punto “c” corresponde a un estado de mayor deposición y por ende al
máximo esfuerzo efectivo que actúa en toda su historia geológica, este esfuerzo es llamado
presión de sobreconsolidación, finalmente el punto “d” representa un estado de descarga
debido a erosión, donde la arcilla está sobreconsolidada. La descarga está acompañada por
un incremento del contenido de humedad debido a la expansión, pero dicho incremento está
muy lejos que reflejar la reducción del contenido de humedad durante la consolidación.
Aunque la arcilla en el punto “d” está bajo el mismo esfuerzo efectivo que el punto “b”, el
contenido de humedad de una arcilla sobreconsolidada es considerablemente menor. Las
partículas están en un estado de empaquetamiento mas denso y consecuentemente la
resistencia al corte del suelo es mayor que la de una arcilla normalmente consolidada.

268
CAPITULO 6 Resistencia al corte

La consolidación del suelo, se evalua con el índice de sobreconsolidación OCR, que es a


la relación entre el esfuerzo efectivo máximo aplicado en la historia geológica del suelo
llamado también esfuerzo esfectivo de preconsolidación y el esfuerzo efectivo actual, que
será:
σ 0'
OCR = [6.8]
σ'
Donde:
σ' 0 = Esfuerzo efectivo de preconsolidación.
σ' = Esfuerzo efectivo actual.

Cuando el valor de OCR > 1, se dirá que el suelo es sobreconsolidado y se ubicada en


cualquier punto de la línea de expansión, cuando el valor de OCR = 1 el suelo se denomina
como normalmente consolidado y siempre se ubica en la línea de consolidación normal.

1. Respuesta de los suelos a esfuerzos de corte.


Desde un punto de vista de consistencia, los suelos pueden ser agrupados en dos tipos: los
suelos que presentan cohesión y los que poseen muy poca o ninguna.
Los suelos del Tipo I representarán a las: arenas sueltas, arcillas ligeramente
sobreconsolidadas y normalmente consolidadas (OCR ≤ 2). En cambio los suelos del Tipo II
representarán a las: arenas densas y arcillas sobreconsolidadas (OCR > 2) (Budhu, 2000).
La Figura 6.15 muestra a dos elementos de suelo del tipo I y II que son ensayados a
cortante puro en estado drenado, ambos están sometidos a un esfuerzo normal σ z y de
confinamiento σ x , que transmiten esfuerzos efectivos y de corte a las caras del elemento, el
estado original del elemento de suelo se muestra en la Figura 6.15a. Si se mantienen
constantes el esfuerzo normal y de confinamiento, el elemento de suelo se distorsionara
deformándose horizontalmente una cantidad ∆x ha medida que se aplica el cortante. Durante
el ensayo los suelos del Tipo I se comprimen, mientras que los suelos del tipo II se expanden,
ambos varían una cantidad ∆z respecto a la altura inicial H 0 como muestra la Figura 6.15b y
c respectivamente. La distorsión del elemento es medida con la deformación angular γ zx y la
compresión o expansión con la deformación unitaria vertical ε z .
z
z
σz z
∆x
∆x τ Expansión
τ ∆z
∆z
γzx γzx
Compresión

τ τ
H0 σx
σx

x x
(a) (b) (c)
Figura 6.15. Distorsión debida al cortante puro en suelos del Tipo I y II (Budhu, 2000).
(a) Elemento de suelo en su estado original. (b) Suelo del Tipo I. (c) Suelo del tipo II.

Para los suelos del Tipo I se tendrá que:

269
Fundamentos de mecánica de suelos

∆x ∆z
γ zx = εz =
H0 H0

Para los suelos del Tipo II se tendrá que:

∆x −∆z
γ zx = εz =
H0 H0

La Figura 6.16 muestra la variación del esfuerzo de corte respecto a la deformación


angular. Para los suelos del Tipo I, se observa un incremento gradual en el esfuerzo de corte
con el aumento de la deformación angular hasta un valor que tiende a mantenerse constante,
a este valor se lo llamará esfuerzo de corte crítico (τ cr ). En el caso de los suelos del Tipo II,
el esfuerzo de corte crece rápidamente hasta alcanzar un valor pico que se lo llamara
esfuerzo de corte pico (τ p ), luego decrecerá hasta un valor correspondiente al esfuerzo de
corte crítico donde tenderá a mantenerse constante.

τp Suelos tipo II

Suelos tipo II-A

τ cr Crítico

τr Residual
Suelos tipo I

γ pico γ zx

Figura 6.16. Esfuerzo de corte respecto a la deformación angular (Budhu, 2000).


En algunas arcillas sobreconsolidadas el valor del esfuerzo de corte crítico disminuye aun
más conforme al aumento la deformación angular, hasta alcanzar un valor de esfuerzo
denominado esfuerzo de corte residual (τ r ), tolerando una mayor deformación. A los suelos
con esta particularidad especial se los identifica como los suelos del Tipo II-A.
Dos suelos sobreconsolidados con diferentes índices de sobreconsolidación pero con una
similar composición mineralógica, exhibirán diferentes valores de: esfuerzo de corte pico y
expansión volumétrica. Por lo que índices de sobreconsolidación mayores resultan en una
mayor expansión y valores más elevados de esfuerzo de corte pico (Budhu, 2000).

270
CAPITULO 6 Resistencia al corte

εz
Suelos tipo I
Compresión

γ pico γ
zx
Expansión

∆ε z
Suelos tipo II
∆γzx

Figura 6.17. Variación de la deformación unitaria respecto a la angular (Budhu, 2000).

La Figura 6.17 muestra la variación de la deformación unitaria vertical respecto a la


deformación angular. Los suelos del Tipo I se comprimen conforme al aumento de la
deformación angular, como consecuencia la Figura 6.18 muestra que el índice de vacíos
decrecerá hasta mantenerse constante, a este valor constante se lo conoce como el índice de
vacíos crítico (e cr ). En el caso de los suelos del Tipo II, existe una ligera compresión inicial
(atribuida al ajuste de las partículas) y luego el suelo procede a expandirse (Figura 6.17), en
la Figura 6.18 se observa que el índice de vacíos variará hasta llegar al valor crítico.
e

Suelo tipo I

Indice de vacíos crítico

e cr

Suelo tipo II

γ zx
Figura 6.18. Índice de vacíos respecto a la deformación angular (Budhu, 2000).

Las Figuras 6.16, 16 y 18, muestran la respuesta típica de los suelos al cortante para
valores constantes de los esfuerzos σ z y σ x . Si únicamente se hace variar este esfuerzo
normal σ z a diversos valores constantes cada vez mayores y nuevamente se somete el
elemento a deformación angular, la respuesta de estos suelos al cortante presentará variantes
de interés.
En la Figura 6.19 se observa que en el caso de los suelos del Tipo I, el aumento del
esfuerzo efectivo normal produce un incremento en el valor del estado de esfuerzo de corte
crítico, es decir que para un elevado esfuerzo efectivo normal se tendrá un elevado esfuerzo
de corte crítico. Para el caso de los suelos de Tipo II, el esfuerzo de corte pico tiende a
desaparecer con el aumento del esfuerzo efectivo normal.

271
Fundamentos de mecánica de suelos

τ Esfuerzo de corte crítico


Esfuerzo de corte pico

Incremento del esfuerzo


efectivo normal

Suelos tipo II
Suelos tipo I

γzx

Figura 6.19. Esfuerzo de corte en función al esfuerzo efectivo normal (Budhu, 2000).

La Figura 6.20 muestra que el incremento del esfuerzo efectivo normal, resulta en un
aumento en la compresión para los suelos del Tipo I, en cambio en el caso de los suelos del
Tipo II, un incremento del esfuerzo efectivo normal implica una disminución en la expansión
del elemento con la tendencia a igualar el comportamiento de los suelos del Tipo I.

εz
Suelos tipo II
Suelos tipo I
Compresión

γzx
Expansión

Incremento del esfuerzo


efectivo normal

Figura 6.20. Deformación unitaria en función al esfuerzo efectivo normal (Budhu, 2000).

Debido a que el índice de vacíos está en función al cambio de volumen, podría afirmarse
con certeza que el valor de este índice disminuirá con el aumento del esfuerzo efectivo
normal. La Figura 6.21 muestra que el incremento del esfuerzo efectivo normal ocasiona una
disminución del valor del índice de vacíos crítico. Todos los suelos alcanzan el valor del
índice de vacíos crítico independientemente de su estado inicial, en este estado la
deformación angular continuará sin presentar cambios en el esfuerzo de corte y el volumen,
hasta que se produzca la falla. Según a las Figuras 6.19 y 6.21, se puede concluir que tanto el
esfuerzo de corte crítico como el índice de vacíos crítico dependen de la magnitud del
esfuerzo efectivo normal.

272
CAPITULO 6 Resistencia al corte

Suelo tipo I

Incremento del esfuerzo


efectivo normal

(ecr)1
(ecr) 2

Suelo tipo II
γ zx
Figura 6.21. Índice de vacíos crítico en función al esfuerzo efectivo normal (Budhu, 2000).

El término estado crítico, se utiliza para definir el estado de esfuerzos alcanzado por un
suelo cuando no ocurren cambios futuros en el esfuerzo de corte y volumen bajo un cortante
continuo (Budhu, 2000).

2. Envolvente de falla.

Se denomina envolvente a una curva geométrica formada de la colección de valores máximos


del comportamiento que presenta un fenómeno en diversos estados y condiciones.
Análogamente la envolvente de falla en suelos, es la colección de los valores de corte
máximos que producen falla en el sentido de que las partículas del suelo empiezan a
deslizarse unas respecto de otras. En la Figura 6.22 se han ubicado los valores máximos del
esfuerzo de corte (pico y crítico según al Tipo de suelo) de los suelos ensayados en la Figura
6.19, en un sistema de esfuerzo de corte y esfuerzo efectivo normal.

C
D

Suelos tipo II
B
Suelos tipo II-A

A
Suelos tipo I
φ'cr φ'r

O
Figura 6.22. Envolvente de falla para suelos del Tipo I, II y II-A (Budhu, 2000).

2.1. Suelos del Tipo I.

El valor máximo de esfuerzo de corte para los suelos del Tipo I corresponde al esfuerzo de
corte crítico, estos definen la línea recta OC que será la envolvente de falla.

273
Fundamentos de mecánica de suelos

Coulomb (1776), ideó un modelo físico que relaciona el esfuerzo de corte con el esfuerzo
normal actuante perpendicular al plano de falla en el instante que empieza el deslizamiento,
mostrado en la Figura 6.23a, donde el bloque de madera esta apoyado sobre una superficie
plana horizontal. Si W es el peso del bloque entonces N será la fuerza normal debida a este
peso, T es la fuerza de corte que impide el deslizamiento y actúa en un área A de contacto. La
fuerza H para inicializar el deslizamiento será:

H = µ·W

Y la fuerza que impide el movimiento será:

T = µ·N

Donde: µ es el coeficiente de fricción estática entre el bloque y la superficie de


deslizamiento.

(σ')f Superficie de
W deslizamiento
Superficie de
deslizamiento

T τf

φ'
R
N
(a) (b)
Figura 6.23. Modelo físico para suelos del Tipo I (Budhu, 2000).
(a) Bloque de madera antes del deslizamiento. (b) Partículas antes del deslizamiento.

Al ángulo (φ') definido entre la fuerza resultante R y la fuerza normal se lo llama el


ángulo de fricción, que será:

φ' = tan-1 µ
Coulomb determinó que la relación entre el esfuerzo de corte y el esfuerzo normal será:

τ f = (σ') f ·tan φ' [6.9]


Donde:
τ f = Es el esfuerzo de corte en el instante del deslizamiento, que será: T/A.
(σ') f ·= Es el esfuerzo efectivo normal en el instante del deslizamiento, que es: N/A.
El subíndice f denota falla y es utilizado para identificar el valor de los parámetros en el
instante que empieza el deslizamiento. Falla no necesariamente debe entenderse como el
colapso del suelo, sino es el inicio del movimiento de las partículas unas respecto de otras,
este deslizamiento resulta ser el primer paso a que el suelo colapse. La Figura 6.23b, muestra
la equivalencia de este modelo físico con lo que ocurre en las partículas del suelo en el
instante del desplazamiento.
A la ecuación [6.9] se la conoce como la ley friccional de Coulomb y para ser válida
requiere el desarrollo de un plano de falla. En el caso del bloque de madera el plano de falla
será la superficie de contacto entre bloque-superficie, mientras que en el suelo no puede
saberse con precisión donde se desarrollara el plano de falla de las partículas.

274
CAPITULO 6 Resistencia al corte

Si se grafica la ecuación [6.9] en el sistema de esfuerzo de corte y esfuerzo efectivo


normal, se obtiene una curva igual a la línea OC de la Figura 6.20. Esta envolvente de falla
tiene un ángulo de fricción crítico φ' cr , entonces si se plantea que: φ' = φ' cr , la ley de Coulomb
puede ser usada como un modelo que describe el comportamiento del suelo del Tipo I en el
estado crítico.
Si a las partículas del suelo se las asemeja a esferas, la Figura 6.24 muestra que el
desplazamiento de estas en los suelos del Tipo I es simple y con la tendencia a moverse a
través de los espacios vacíos respecto al plano de falla a-a que se desarrolla. La dirección del
movimiento podría tener una componente descendente que originará la compresión del suelo.

a a

Figura 6.24. Forma de deslizamiento de las partículas en suelos del Tipo I.

Los suelos del Tipo I reciben el nombre de suelos no dilatantes (α = 0), porque no
presentan un esfuerzo de corte pico, el esfuerzo de corte crítico (τ cr ) por lo general se
presenta cuando el elemento se deforma en una cantidad γ zx > 10%.
El esfuerzo de corte en el estado crítico que será:

τ cr = (σ') f ·tan φ' cr

2.2. Suelos del Tipo II.

La curva OAB mostrada en la Figura 6.22, está compuesta de los valores máximos del
esfuerzo de corte pico determinados para los suelos del Tipo II en la Figura 6.19, sin
embargo a partir de un valor elevado del esfuerzo efectivo normal estos no presentan un
valor pico, sino que al igual que los suelos del Tipo I presentan como valor máximo un
esfuerzo de corte crítico, por lo que la envolvente de falla tiene la forma de la curva OABC.
La Figura 6.25 muestra que las partículas de los suelos del Tipo II están ubicadas de
manera que se tiene la menor cantidad de espacios vacíos. Entre partículas existe un trabazón
que impide el desplazamiento de unas respecto a otras, por lo que las partículas para iniciar
su desplazamiento deben pasar unas encima de otras, lo que origina un esfuerzo de corte pico
y la expansión en el suelo.

Figura 6.25. Forma de deslizamiento de las partículas en suelos del Tipo II.

A este comportamiento de las partículas que ocasiona el aumento del volumen se lo


denomina dilatancia y solo se presenta en suelos del Tipo II.
En la Figura 6.26 se han modificado las condiciones de modelo físico ideado por
Coulomb, de tal forma que este se ajuste al comportamiento que presentan los suelos del
Tipo II. Puede asemejarse la situación de las partículas que antes de desplazarse deben

275
Fundamentos de mecánica de suelos

superar la trabazón que existe entre ellas, al caso de mover un bloque contra una pendiente
de inclinación α.
Z W
(+)

(+)
X T

R
H α φ'
N
Figura 6.26. Modelo físico para suelos del Tipo II (Budhu, 2000).

De acuerdo a las condiciones de equilibrio en las direcciones X y Z se tendrá que:

ΣF x = 0 ; Por lo tanto: H – N·sin α – µ·N·cos α = 0


y
ΣF y = 0 ; Por lo tanto: N·cos α – µ· N·sin α – W = 0

Despejando H y W de estas ecuaciones se tendrá que:

H = N·(sin α + µ·cos α) W = N·(cos α – µ·sin α)

Dividiendo H entre W miembro a miembro y simplificando se tendrá que:

H µ + tan α
=
W 1 − µ ⋅ tan α

Análogamente al anterior modelo para suelos del Tipo I, se realizan operaciones en esta
ecuación donde se sustituyen los valores de: H por τ f , W por (σ') f y µ =tan φ', por lo que se
tendrá:
tan φ' + tan α
= τ f (σ ' ) f ⋅
1 − tan φ' ⋅ tan α

Aplicando identidades trigonométricas se tendrá que:

τ f = (σ') f ·tan (φ' + α) [6.10]

La ecuación [6.10] representa la ley friccional de Coulomb para los suelos del Tipo II. Si
esta se grafica en el sistema de esfuerzo de corte y esfuerzo efectivo normal, se obtiene una
curva igual a la OABC de la Figura 6.22, donde el valor de α va decreciendo conforme
aumenta el esfuerzo efectivo normal hasta tomar el valor de cero en B.
Al ángulo α se lo conoce como el ángulo de dilatancia, este es una medida de la
deformación unitaria vertical respecto al desplazamiento originado por la deformación
angular del suelo en el instante del esfuerzo de corte máximo (pico), que será:

∆z
tan α = [6.11]
∆x
Donde:

276
CAPITULO 6 Resistencia al corte

∆z = Desplazamiento vertical (expansión) del suelo ensayado al cortante.


∆x = Desplazamiento horizontal del suelo ensayado al cortante.
Si con el incremento del esfuerzo efectivo normal disminuye la expansión en los suelos
del Tipo II, también este incremento influirá en el ángulo de dilatancia. La Figura 6.27
muestra que un valor bajo del esfuerzo efectivo normal resulta en un mayor valor del ángulo
de dilatancia (α 1 ), mientras que un elevado valor del esfuerzo efectivo normal resulta en un
pequeño valor del ángulo de dilatancia (α 2 ). El efecto neto de α debido al incremento del
esfuerzo efectivo normal es la envolvente de falla curva OAB que se ve en la Figura 6.27.

Envolvente de falla
τ curva causada por
la dilatancia C

(τp )2
(τp )1 Envolvente de falla
A α2 lineal
α1
φ'

O σ'c σ'
Figura 6.27. Efecto de la dilatancia en la envolvente de falla en suelos Tipo II (Budhu,
2000).

A partir del punto B la envolvente de falla toma una forma lineal, es decir que el suelo
pasa de un estado sobreconsolidado a ligeramente sobreconsolidado (OCR ≤ 2). La condición
para un suelo ligeramente sobreconsolidado es: 2 ≤ OCR < 1, por lo tanto hasta un valor de 2
del índice de sobreconsolidación se considera al suelo como ligeramente sobreconsolidado.
Entonces se puede escribir que:

σ '0
=
OCR = 2
σ 'c

Por lo tanto, el esfuerzo efectivo normal que requiere el suelo para pasar a un estado
sobreconsolidado a ligeramente sobreconsolidado será:

1
σ' c = ⋅ σ' 0
2

El valor del esfuerzo efectivo normal que recibe el suelo en el tramo OB no es mayor al
que actuó (σ' 0 ) para llegar al estado denso en que se encuentran las partículas y es menor que
σ' c , a partir del punto B el suelo recibe un esfuerzo normal efectivo (σ' c ) que ocasiona que el
suelo pase a un estado ligeramente sobreconsolidado y al continuar aumentando el esfuerzo
efectivo normal el suelo pasará a un estado normalmente consolidando (OCR =1).
Los suelos del Tipo II reciben el nombre de suelos dilatantes. Cada valor de esfuerzo de
corte pico (τ p ) tendrá un respectivo ángulo de dilatancia denominado α p . La envolvente de

277
Fundamentos de mecánica de suelos

falla OAB de la Figura 6.27 tendrá un ángulo de fricción pico φ' p para cada valor del
esfuerzo de corte pico, que será:

φ' p = φ' cr + α p
El esfuerzo de corte en el pico para suelos dilatantes será:

τ p = (σ') f ·tan φ' p

Puede aplicarse un criterio para compensar el efecto de dilatancia en el suelo y determinar


el esfuerzo de corte pico omitiendo el ángulo de dilatancia, la Figura 6.27 muestra la
envolvente de falla para un suelo del Tipo II en trazo segmentado, donde se ha ajustado una
línea recta en trazo lleno que representará a una envolvente de falla alternativa.

Envolvente de falla alternativa

φ'

Envolvente de falla
curva causada por
c' la dilatancia

σ'
Figura 6.28. Envolvente de falla alternativa.

Esta envolvente alternativa posee los parámetros φ' p y c', que son netamente geométricos
muy aproximados a los reales. El esfuerzo de corte pico será:

τ p = (σ') f ·tan (φ' p ) + c'


Donde:
φ' = Ángulo de fricción geométrico.
c' = Cohesión geométrica.

2.3. Suelos del Tipo II-A.

La línea OD de la Figura 6.22 es la envolvente de falla para los suelos del Tipo II-A. Estos
suelos (arcillas) a diferencia de otros toleran grandes deformaciones hasta llegar a un
esfuerzo de corte residual, que esta por debajo del esfuerzo de corte pico y crítico. En estos
suelos la falla se produce cuando el esfuerzo de corte llega al valor residual, por lo que la
envolvente es formada con los valores residuales del esfuerzo de corte. La envolvente de
falla posee un ángulo de fricción residual φ' r .
El esfuerzo de corte para el estado residual será:

278
CAPITULO 6 Resistencia al corte

τ r = (σ') f ·tan φ' r

En la Tabla 6.1 se muestran rangos de valores típicos de los ángulos de fricción: φ' cr , φ' p y
φ' r , para diversos suelos comúnmente encontrados.
Tabla 6.1. Rango de valores para ángulos de fricción (Budhu, 2000).
Tipo de suelo φ′cr φ′p φ′r
Grava 30-35 35-50
Mezcla de grava y arena con suelo fino 28-33 30-40
Arena 27-37 32-50
Limo o limo arenoso 24-32 27-35
Arcilla 15-30 20-30 5-15

2.4. Suelos cementados.

Como se comentó en el capítulo 1 la cementación puede considerarse una forma de cohesión,


donde partículas de diferentes tamaños están unidas por un agente cementante, por lo general
un carbonato. La respuesta de estos suelos al corte es similar al caso de los suelos del Tipo
II, en este estado el suelo presenta una resistencia inicial al corte, la falla se produce cuando
un esfuerzo de corte pico supera a la resistencia que ofrece el agente cementador. La forma
que tiene la envolvente de falla en estos suelos se muestra en la Figura 6.29.

C0

σ'
Figura 6.29. Envolvente de falla para suelos cementados (Budhu, 2000).

El valor de C 0 es la cohesión y representa la resistencia al corte inicial que posee el suelo,


la ley friccional de Coulomb para estos suelos será:

τ f = (σ') f ·tan (φ' + α) + C 0 [6.12]

Uno de los suelos cementados más comunes es el Caliche, que es un conglomerado de


partículas de diversos tamaños donde el carbonato es el agente cementante.

3. Criterio de falla de Mohr-Coulomb.

En la Figura 6.30 se han trazado la envolvente de falla para un suelo del Tipo I. Por otra
parte se han ensayado un elemento representativo de suelo del Tipo I a un esfuerzo principal
normal σ 1 y de confinamiento σ 3 , hasta alcanzar la falla en: (σ 1 ) f y (σ 3 ) f . Luego se ha
dibujado el círculo de esfuerzos de Mohr para estos esfuerzos de falla, siendo este tangente

279
Fundamentos de mecánica de suelos

en un punto a la envolvente de falla, donde los esfuerzos en el plano de falla del elemento
son representados por el punto B que serán: (σ) f y τ f .
El criterio de falla de Mohr-Coulomb consiste en relacionar los esfuerzos principales con
el ángulo de fricción del suelo en la falla, de tal forma que mediante estas relaciones puedan
determinarse el valor de los parámetros de corte apropiados para un diseño geotécnico.
τ (σ')
1 f

(σ') f
(σ'3 )f (σ'3 )f
B τf
θ

(σ')
1 f


φ' C θ D
A (σ')
3 f
O (σ')
1 f σ'
Figura 6.30. Envolvente de falla de Mohr-Coulomb para suelos del Tipo I.

El centro O del círculo está ubicado a: (σ' 1 ) f + (σ' 3 ) f


El radio OB del círculo será: (σ' 1 ) f – (σ' 3 ) f
Según el triángulo ABO se tendrá que:

BO
sin φ' =
AO

Por lo tanto reemplazando las equivalencias de BO y AO, se tendrá que:

(σ'1 )f − (σ'3 )f
sin φ' = [6.13]
(σ'1 )f + (σ'3 )f
Donde el valor del ángulo φ' corresponde al valor del ángulo de fricción crítico φ' cr . Por lo
tanto con la ecuación [6.13] se puede determinar el parámetro φ' en base a los esfuerzos
principales de falla.
El ángulo AOB es determinado en base a la suma de los ángulos internos del triángulo
ABO que será:

∠AOB = 180 − φ' − 90

Donde se tendrá que:

∠AOB = 90 − φ'

Los ángulos BOC y BOD suman 180°, por lo que se escribe:

90 – φ' + 2θ = 180°

Donde se tendrá que:

280
CAPITULO 6 Resistencia al corte

φ'
θ = 45 + [6.14]
2

Con la ecuación [6.14] se puede conocer el ángulo de fricción en base a la inclinación del
plano de falla en el elemento de suelo o viceversa.
La Figura 6.31 muestra la envolvente de falla de un suelo del Tipo II en trazo lleno, para
el caso de los suelos sobreconsolidados la falla ocurre cuando el esfuerzo de corte alcanza su
valor pico, lo que significa que la resistencia debido a la trabazón entre partículas es
superada.

(σ'1 ) f
τp
(σ') f
B (σ'3 ) f τf
(σ'3 ) f
θ

(σ'1 ) f
α 2θ
θ
φ' C D
A (σ'3 ) f O (σ'1 ) f σ'
Figura 6.31. Envolvente de falla de Mohr-Coulomb para suelos del Tipo II.

Para los valores de (σ 1 ) f y (σ 3 ) f en el elemento de suelo se tendrá el valor pico del


esfuerzo de corte y el circulo de esfuerzos de Mohr para estos esfuerzos principales es
trazado como muestra la Figura 6.31, siendo este tangente en el punto B a una línea secante
que parte del origen al valor pico en la envolvente. El punto B representa la combinación de
esfuerzos normal y de corte en el plano de falla del elemento de suelo, el círculo no toca a la
envolvente de falla ya que simplemente en este estado las partículas vencen la trabazón que
existe entre ellas y luego pasaran a deslizarse.
Análogamente al caso de la Figura 6.30 se tendrá que:

( σ '1 )f − ( σ '3 )f
sin ( φ '+ α ) = [6.15]
( σ '1 )f + ( σ '3 )f

Donde el valor del ángulo φ' corresponderá al valor del ángulo de fricción pico φ' p con su
respectivo ángulo de dilatancia α. Por lo tanto con la ecuación [6.15] puede determinarse el
valor del parámetro φ' en base a los esfuerzos principales de falla y el ángulo de dilatancia
correspondiente a cada valor del esfuerzo de corte pico.
Por otra parte, de manera análoga la inclinación del plano de falla que se desarrolla en el
elemento de suelo será:

(φ '+ α)
θ= 45 + [6.16]
2

281
Fundamentos de mecánica de suelos

Con la ecuación [6.16] se puede conocer el ángulo de fricción en base a la inclinación del
plano de falla en el elemento de suelo y el ángulo de dilatancia o viceversa antes de que este
plano se desarrolle.
Si el suelo del Tipo II llega a un estado ligeramente sobreconsolidado el valor de α será
cero, por lo que el sistema se reduce al caso de un suelo del Tipo I.
Puede emplearse el criterio de la envolvente de falla alternativa para omitir el ángulo de
dilatancia, para así obtener una ecuación que relacione el ángulo de fricción y los esfuerzos
principales en el caso de suelos sobreconsolidados.

τ
Envolvente de falla alternativa

c' 2θ
φ' C D
E A (σ'3 )f O (σ'1 )f σ'
Figura 6.32. Envolvente de falla de Mohr-Coulomb alternativa para suelos del Tipo II.

En la Figura 6.32 se ha trazado la envolvente de falla alternativa y se la ha prolongado


hasta que intercepte al eje σ'. El círculo de esfuerzos de Mohr para los esfuerzos principales
de falla será tangente a la envolvente de falla alternativa en el punto B.
Según el triángulo EBO se tendrá que:

BO
sin φ ' = [6.17]
EO

Por lo tanto:

EO = EA + AO

Entonces puede escribirse que:

( σ'1 )f + ( σ'3 )f
EO = c' ·cot φ' + [6.18]
2

Por otra parte:

( σ '1 )f − ( σ '3 )f
BO = [6.19]
2

Sustituyendo las ecuaciones [6.18] y [6.19] en la ecuación [6.17] se tendrá que:

282
CAPITULO 6 Resistencia al corte

( σ '1 )f − ( σ '3 )f
sin φ ' = 2
( σ '1 )f − ( σ '3 )f
c '⋅ cot φ '+
2
Simplificando está última expresión se tendrá que:

 1 + sin φ '   cos φ ' 


( σ '1 )f = ( σ '3 )f ⋅   + 2 ⋅ c '⋅  
 1 − sin φ '   1 − sin φ ' 

Si se reemplazan las siguientes equivalencias trigonométricas:

 1 + sin φ '  2 φ'  cos φ '  φ' 


 =  tan  45 +  = tan 2  45 + 
 1 − sin φ '   2 1 − sin φ '  2

Se tendrá que:

φ'  φ' 
( σ '1 )f = ( σ '3 )f ⋅ tan2  45 + 
 + 2 ⋅ c '⋅ tan  45 +  [6.20]
 2  2

Con la ecuación [6.20] se puede determinar la cohesión y el ángulo de fricción con los
valores de los esfuerzos principales de falla en suelos sobreconsolidados. Si el suelo llega a
un estado ligeramente sobreconsolidado o normalmente consolidado el valor de c' se hace
cero, lo que significa que el segundo término de la ecuación [6.20] desaparece quedando:

φ' 
( σ '1 )f = ( σ '3 )f ⋅ tan2  45 +  [6.21]
 2

Estado no drenado.

Los casos de las Figuras 6.30, 6.31 y 6.32 corresponden al estado drenado, donde se manejan
parámetros efectivos. Sin embargo, los suelos finos a diferencia de los suelos de grano
grueso presentan un comportamiento distinto para las condiciones a corto y largo plazo.
La Figura 6.33 muestra la envolvente de falla de un suelo en condiciones no drenadas
(parámetros totales), que tendrá la forma de una línea recta horizontal (φ = 0).

cu

(σ3)f (σ1)f

283
Fundamentos de mecánica de suelos

Figura 6.33. Envolvente de falla de Mohr-Coulomb en estado no drenado.

Está envolvente está ubicada a una altura c u llamada resistencia al corte no drenada, que
será:
( σ1 )f − ( σ3 )f
cu = [6.22]
2
El círculo de esfuerzos de Mohr para los esfuerzos de falla será tangente a la envolvente
en un punto B que describirá la combinación de esfuerzos del plano de falla.
Los suelos con la tendencia a comprimirse durante la acción de la carga normal en estado
drenado, exhibirán un exceso de presión de poros bajo el estado no drenado con una
disminución del esfuerzo efectivo. Un suelo con la tendencia a expandirse durante la acción
de la carga normal exhibirá una disminución en el exceso de presión de poros bajo la
condición no drenada resultando en un incremento del esfuerzo efectivo (Budhu, 2000).
Estos cambios particulares ocurren debido a que el índice de vacíos no cambia durante la
acción de la carga normal en el estado no drenado, por lo que el volumen se mantendrá
constante.

Parámetros de resistencia al corte para el diseño.

Para el diseño geotécnico es importante determinar las condiciones de drenaje reales que
presenta el suelo en campo que pueden anticiparse según al tipo de suelo, para lo cual debe
considerarse que las condiciones no drenadas difieren significativamente de las drenadas
para el caso de los suelos finos, donde corto plazo no se aprecia un cambio de volumen pero
presentan un exceso de presión de poros que irá disipándose con el tiempo, hasta que ha
largo plazo se completa el cambio total de volumen y se disipa totalmente el exceso de
presión de poros. En el caso de los suelos de grano grueso el cambio de volumen es
inmediato y el exceso de presión de poros se disipa rápidamente durante la acción de la carga
normal, por lo que no tendría sentido en estos suelos hablar de una condición a corto y largo
plazo.
En el caso de un suelo arcilloso luego de una excavación o la deposición de un terraplén
al principio debido a la rapidez de la construcción se tendrán condiciones no drenadas,
entonces el esfuerzo de corte máximo que tolera el suelo a corto plazo estará en función a
parámetros totales que será:

τf = cu [6.23]

Sin embargo, a largo plazo cuando el suelo alcance la condición drenada el esfuerzo de
corte máximo que tolera el suelo estará en función a parámetros efectivo, que será:

τ f = σ' f ·tan(φ') + c' [6.24]

El valor del parámetro c' en la ecuación [6.24] identificado como la cohesión es


netamente geométrico y corresponde a la altura formada por la intersección de la envolvente
de falla alternativa con el eje de corte, este parámetro se presenta únicamente en suelos del
Tipo II.
Antes de realizar el diseño debe considerarse el tiempo de vida útil del proyecto, para así
determinar el tipo de parámetros que sean adecuados y también elegir un adecuado ensayo de
laboratorio que proporcione el tipo de parámetros deseados.

284
CAPITULO 6 Resistencia al corte

En condiciones drenadas para el diseño se consideran los parámetros φ' cr y φ' p , el valor
pico no constituye ser la mejor opción para el diseño geotécnico ya que las partículas del
suelo en este estado de esfuerzos por lo general no se deslizan en un plano de falla
completamente desarrollado, además su valor es muy variable (Figura 6.27) y solo los suelos
del Tipo II presentan este valor pico. Sin embargo todos los suelos para una respectiva
combinación de esfuerzos llegan a estar normalmente consolidado, donde el parámetro del
ángulo de fricción es crítico (φ' cr ) donde el suelo alcanzará el estado crítico. El diseño con el
valor crítico a diferencia del pico no es conservador sino que permite diseños óptimos que
consideran los esfuerzos principales máximos que tolera el suelo. Por lo tanto el ángulo de
fricción crítico a diferencia del pico constituye ser un parámetro fundamental de la
resistencia al corte del suelo.
En condiciones no drenadas para el diseño se considera el parámetro de esfuerzo de corte
no drenado c u , que depende de la magnitud del esfuerzo de confinamiento (σ 3 ) f el cual
influirá en el esfuerzo normal (σ 1 ) f , por lo tanto este parámetro no constituye ser el
fundamental para el diseño geotécnico.
Por lo general se encuentran suelos que son una mezcla de partículas gruesas y finas, en
este caso para el diseño debe tomarse en cuenta la condición drenada y no drenada para
determinar cual de esas condiciones es más crítica.

4. Ensayos de laboratorio para determinar los parámetros de resistencia al corte.

Los parámetros de resistencia al corte son determinados principalmente con datos obtenidos
de ensayos realizados en laboratorio o en campo. En la tabla 6.2 se muestran diversos tipos
de ensayos que son utilizados comúnmente para determinar los parámetros de resistencia al
corte de un suelo. Estos ensayos se clasifican según a las condiciones de drenaje a la que se
someten las muestras durante el ensayo, de lo cual se obtienen parámetros de resistencia
efectivos o totales dependiendo el caso.

Tabla 6.2. Ensayos para determinar los parámetros de resistencia al corte del suelo.
Parámetros totales Parámetros efectivos
Triaxial no consolidado no drenado (UU) Triaxial consolidado drenado (CD)
Compresión inconfinada Triaxial consolidado no drenado (CU)
Penetrómetro Corte directo
Veleta Compresión inconfinada
Micromolinete

4.1. Ensayo del corte directo.


El ensayo del corte directo ASTM D3080 es bastante popular y utilizado para determinar
rápidamente los parámetros de resistencia al corte del suelo, el aparato de corte utilizado
para realizar este ensayo se muestra en la Figura 6.34. En este ensayo se miden directamente
los esfuerzos normal y de corte en el plano de falla que origina el aparato, donde se
obtendrán parámetros drenados ya que se permite el drenaje durante el ensayo.
En la Figura 6.35 se muestra los accesorios del aparato de corte necesarios para realizar
este ensayo, la caja de corte es un elemento metálico cuadrado de dimensiones 2 x 2” o 4 x
4” (Figura 6.35a), compuesto de dos piezas que se dividen en dos mitades horizontales donde
es instalado el muestreador (Figura 6.35b), que es una pieza metálica que contiene la muestra
de suelo, el extractor de muestra (Figura 6.35c) es un molde con las dimensiones del

285
Fundamentos de mecánica de suelos

muestreador utilizado para extraer una forma rectangular de suelo, la placa de transferencia
(Figura 6.35d) es una cubierta superior que se ubicada en la parte superior de la caja de corte
y esta transmite un esfuerzo normal a la muestra de suelo, las piedras porosas (Figura 6.35e)
que permiten la circulación del agua son ubicadas por encima y por debajo de la muestra de
suelo para evitar que esta se disgregue al estar en contacto con el agua.
Para realizar el ensayo primero se corta un prisma rectangular de suelo de 60 x 60 x 20
mm (dependiendo a las dimensiones del muestreador) con el extractor de muestra, donde
luego esta es colocado en el muestreador y este a su vez en la caja de corte con las piedras
porosas colocadas por encima y por debajo, como se muestra en la Figura 6.38.

Figura 6.34. Aparato para el ensayo del corte directo (Laboratorio de geotecnia, UMSS).

(a) (b)

(c)
(d) (e)
Figura 6.35. Accesorios del aparato de corte (ELE).
(a) Caja de corte. (b) Muestreador. (c) Extractor de muestra. (d) Placa de transferencia de
carga. (e) Piedras porosas.

286
CAPITULO 6 Resistencia al corte

Figura 6.36. Armado de la caja de corte (Laboratorio de geotecnia, UMSS).


Luego se coloca la placa de transferencia de carga en la parte superior de la caja de corte,
esta placa a su vez es conectada por el orificio superior a un mecanismo que transmite una
carga vertical constante a la muestra de suelo, la caja de corte es instalada en una caja
externa de mayor tamaño que puede moverse horizontalmente (Figura 6.36) y esta es llenada
con agua.

Anillo de carga y deformímetro.

La Figura 6.37 muestra el anillo de carga junto a un deformímetro instalado en su parte


central, el primero es usado como un transductor donde la carga originada por el aparato de
corte es transmitida a la muestra de suelo mediante éste y el segundo es un instrumento de
precisión que mide el desplazamiento o la deformación. Cada anillo de carga ha sido
calibrado en fábrica de tal manera que se puede conocer la relación fuerza-deformación
mediante un factor C R ; de esta manera a partir de la deformación del anillo medida con el
deformímetro se puede determinar la fuerza que actúa sobre éste.

Figura 6.37. Anillo de carga y deformímetro (Laboratorio de geotecnia, UMSS).

La fuerza de corte S inducida por el aparato de corte mediante el anillo a la muestra será:

S = LD·C R [6.25]
Donde:

287
Fundamentos de mecánica de suelos

S = Fuerza de corte aplicada por el aparato a la muestra.


LD = Lectura del deformímetro instalado en el anillo de carga.
C R = Coeficiente del anillo.

Etapa de corte.

Mediante un mecanismo compuesto de un suspensor estático de pesas y una palanca se


aplica la fuerza vertical F, luego se extraen los tornillos que mantienen unidas las dos
mitades de la caja de corte, entonces la muestra de suelo es sometida al corte mediante la
acción de una fuerza horizontal S aplicada a una velocidad constante, como se muestra en la
Figura 6.38.
En el sistema están instalados tres deformímetros (Figura 6.34), dos de estos miden el
desplazamiento horizontal y vertical de la muestra de suelo y el tercero mide la deformación
del anillo de carga durante el ensayo.
Fuerza vertical aplicada
F
Tornillos que mantienen
Placa de transferencia de carga
unidas las dos mitades

Caja de corte

S
Fuerza de corte
Muestra de suelo aplicada por el
aparato.

Caja externa

Piedras porosas Placas acanaladas para ayudar a una mejor


distribución del esfuerzo cortante.
Figura 6.38. Caja de corte (Das, 1997).

El esfuerzo normal efectivo σ' que actúa y el esfuerzo cortante que actúa en el plano de
falla desarrollado en la muestra de suelo será:

F
σ '= [6.26]
A
y
S
τ= [6.27]
A

Donde:
σ' = Esfuerzo normal efectivo.
F = Fuerza vertical aplicada por el sistema de pesas sobre la muestra.
A = Área del muestreador.
τ = Esfuerzo cortante que actúa en el plano de falla.
S = Fuerza de corte aplicada por el aparato a la muestra.

288
CAPITULO 6 Resistencia al corte

La Figura 6.39 muestra la variación del esfuerzo de corte respecto al desplazamiento


horizontal, mientras que en la Figura 6.40 se muestra la variación del desplazamiento vertical
respecto al desplazamiento horizontal durante el ensayo.
Dependiendo del tipo de suelo se presentará un valor del esfuerzo de corte pico y crítico,
donde cualquiera de estos valores puede considerarse como el instante de falla del suelo. Se
obtienen tres o más valores del esfuerzo de corte haciendo variar en cada ensayo la fuerza
vertical F, entonces puede graficarse la envolvente de falla correspondiente en el sistema τ-σ
que se muestra en la Figura 6.41.
El tener un plano fijo de corte puede ser una ventaja para determinar la resistencia al
corte a lo largo de planos débiles reconocidos en un perfil de suelo o planos originados por la
interfase entre suelos. En este ensayo es posible mantener un esfuerzo normal constante en
todo momento lo cual hace más fácil ensayar en suelos compuestos de grava y arena. La
ventaja del ensayo del corte directo es la rapidez del ensayo y la facilidad que tiene este de
medir el cambio de volumen a lo largo del ensayo.

τp Suelos tipo II

τ cr

Suelos tipo I

Desplazamineto horizontal
Figura 6.39. Variación del esfuerzo de corte respecto al desplazamiento horizontal.

+
Suelos tipo I
Desplazamiento vertical

Desplazamiento horizontal

− Suelos tipo II

Figura 6.40. Variación del desplazamiento vertical de corte respecto al horizontal.

289
Fundamentos de mecánica de suelos

Suelos Tipo II

Suelos Tipo I

φ'

σ'
Figura 6.41. Envolvente de falla.
4.2. Ensayos triaxiales.

Los ensayos triaxiales son los más confiables y utilizados para determinar las características
de tensión-deformación y los parámetros de resistencia al corte del suelo. Estos son ensayos
donde se pueden variar las presiones actuantes en tres direcciones ortogonales (triaxial)
sobre una muestra de suelo y así crear condiciones que se asemejen a las reales en campo.

Figura 6.42. Fotografía del sistema triaxial completo (Laboratorio de geotecnia, UTN).

290
CAPITULO 6 Resistencia al corte

Mamómetro Mamómetro Regulador


Agua desaireada de presión

Aire a
presión
Regulador de
Bureta Aire - Agua
graduada Regulador
Agua - Agua

Bomba
de Agua
desaire
Cámara
Indicador
volumen A - Conexión a cámara
nulo B - Conexión superior a probeta
A B C - Conexión a base de probeta
- Válvulas auxiliares
C
Figura 6.43. Esquema del banco triaxial completo.

Los ensayos triaxiales constan de tres etapas importantes que son:

• Saturación. (Etapa 1)
• Consolidación. (Etapa 2)
• Compresión. (Etapa 3)
La etapa de saturación y consolidación es llevada a cabo en un sistema llamado banco
triaxial, que está diseñado para controlar un sistema de agua a presión que es aplicado a la
muestra de suelo a ensayar. La Figura 6.42 muestra una fotografía del sistema triaxial y en la
Figura 6.43 se muestra un esquema del banco triaxial.
La etapa de compresión se lleva a cabo en una prensa mostrada en la Figura 6.44 que
aplica una carga axial mediante un anillo de carga a un vástago que comprime la muestra de
suelo, el sistema triaxial es capaz de mantener constante la presión aplicada a la muestra
(dependiendo al tipo de ensayo) en la etapa de consolidación durante la compresión y puede
medirse la presión de poros.

291
Fundamentos de mecánica de suelos

Figura 6.44. Prensa de compresión (Laboratorio de geotecnia, UTN).

4.2.1. Cámara triaxial y preparación de la muestra.

La cámara o celda triaxial mostrada en la Figura 6.45 consiste principalmente de un cilindro


plástico con una cubierta superior e inferior de metal (cabezales), donde en el interior de esta
es colocada la muestra de suelo de forma cilíndrica a la que se llamará probeta, cuyas
dimensiones están en función al tipo de suelo. Una piedra porosa es colocada por encima y
por debajo de la probeta luego de ser envuelta en una vaina de látex para protegerla del agua,
también existen tubos de entrada y salida instalados en la cámara los cuales están
controlados por válvulas que permiten o cortan la circulación de agua o glicerina cuando se
desee. Este fluido que llena la cámara mantiene una presión hidrostática de confinamiento
(σ 3 ) constante y simétrica a lo largo de toda la circunferencia de la probeta, asegura la
hermeticidad de la cámara por medio de abrazaderas ajustadas a los cabezales.

292
CAPITULO 6 Resistencia al corte

Deformímetro

Anillo
de carga
Deformímetro

Válvula de
desaire
Cubierta
superior

∆σ
Vástago
Empaquetadura
de goma
Placa
superior

Cilindro
Vaina de plástico
latex

Muestra
de suelo
(probeta)
Piedra
porosa Empaquetadura
Cubierta de goma
inferior Placa

B inferior
A
Presión
Saturación Presión
y Drenaje C de poros

Figura 6.45. Cámara o celda triaxial.

Coeficientes A y B de la presión de poros.

Estos coeficientes fueron propuestos por Skempton (1954), discutidos por Henkel (1960) y
Wade (1966). Con estos coeficientes se examina la variación de la presión de poros debido a
la presión de confinamiento (σ 3 ) y debido a la compresión (σ 1 ) en la probeta.
Para el análisis es conveniente considerar la variación de la presión de poros total (∆u 1 )
como si estuviera constituido por dos componentes: un esfuerzo isotrópico (Etapa 2) y un
esfuerzo uniaxial (Etapa 3), como se muestra en el elemento de suelo de la Figura 6.46.

293
Fundamentos de mecánica de suelos

∆σ3 ∆σ1 − ∆σ3 ∆σ1


∆σ3 ∆σ3

+ = ∆σ3 ∆σ3
∆σ3 ∆u 3 ∆σ3 ∆u 1-3 ∆u 1

∆σ3 ∆σ3

∆σ3 ∆σ1 − ∆σ3 ∆σ1

Etapa 2 (consolidación) + Etapa 3 (compresión) = Variación de la presión de poros


Figura 6.46. Componentes del exceso de presión de poros (Skempton, 1954).

El vástago transmite un esfuerzo axial de compresión a la probeta (P/A) adicional al de


confinamiento denominado esfuerzo desviador (σ d ), el esfuerzo normal σ 1 que actúa en la
parte superior de la probeta durante la etapa de compresión será:

σ1 = σd + σ3

Por lo que el esfuerzo desviador puede escribirse como:

σ d = σ 1 – σ 3 = ∆σ 1 – ∆σ 3 [6.28]

Skempton (1954), propuso que la variación de la presión de poros a lo largo de todo el


ensayo sería:

∆u1= B ⋅ ∆σ 3 + A ⋅ ( ∆σ 1 − ∆σ 3 )  [6.29]

Los coeficientes A y B pueden analizarse teóricamente en las etapas 1, 2 y 3.

Etapa 1 y 2: El coeficiente B se define como la relación que existe entre el aumento de


presión de poros ∆u 3 y el aumento del esfuerzo isotrópico de confinamiento ∆σ 3 , que será:

∆u3
B= [6.30]
∆σ 3

Donde ∆u 3 es la variación de la presión de poros debido a la presión de confinamiento.

Al aplicar ∆σ 3 , el esfuerzo efectivo comunicado a la estructura del suelo ∆σ' 3 será:

∆σ '3 = ∆σ 3 − ∆u3 [6.31]

Si C e representa la compresibilidad de la estructura de suelo, es decir la deformación


volumétrica unitaria por unidad de presión actuante, entonces el cambio de volumen de la
estructura de suelo puede expresarse como:

∆Vm= Ce ⋅ Vm ⋅ ( ∆σ 3 − ∆u3 )

294
CAPITULO 6 Resistencia al corte

Donde V m es el volumen de la muestra de suelo.

Por otra parte, si C f es la compresibilidad del fluido aire-agua y n es la porosidad del


suelo, el cambio de volumen del suelo será:

∆Vm= Cf ⋅ n ⋅ Vm ⋅ ∆u3

Tanto la masa de suelo como el fluido que ocupa los vacíos entre partículas del suelo se
comprimen simultáneamente, entonces puede igualarse miembro a miembro el cambio de
volumen del suelo y del fluido agua-aire (∆V m = ∆V m ), por lo que se tendrá que:

Ce ⋅ ( ∆σ 3 − ∆u3=
) Cf ⋅ n ⋅ ∆u3
Por lo cual se escribe:

∆u3 1
=B = [6.32]
∆σ 3 C
1+ n ⋅ e
Cf

En un suelo totalmente saturado C f es mucho menor que C e debido a que el agua es


prácticamente incompresible, por lo que B debe resultar igual a 1. En un suelo
completamente seco C f es mucho mayor que C e pues el aire es mucho más compresible que
la estructura del suelo, por lo que B debe resultar muy cercano a cero.

Etapa 3: En esta etapa el incremento de los esfuerzos efectivos debido al esfuerzo


uniaxial en la etapa de compresión será:

∆σ '3 = ( ∆σ 1 − ∆σ 3 ) − ∆u1−3
Entonces:
∆σ '3 = −∆u1−3

Donde ∆u 1-3 es la variación de la presión de poros debido a la compresión.

El parámetro de presión de poros A , se define con la expresión:

∆u1−3
A = A⋅ B = [6.33]
∆σ 1 − ∆σ 3

Si se asume que el suelo se comporta según a la teoría de la elasticidad, el decremento del


volumen de suelo será:

1
∆Vm= Ce ⋅ Vm ⋅ ⋅ ( ∆σ '1 − 2 ⋅ ∆σ '3 )
3

Entonces:
1
∆Vm= Ce ⋅ Vm ⋅ ⋅ ( ∆σ 1 − ∆σ 3 ) − 3 ⋅ ∆u1−3 
3

295
Fundamentos de mecánica de suelos

Por otra parte el decremento de volumen del fluido aire-agua, será:

∆Vm= Cf ⋅ n ⋅ Vm ⋅ ∆u1−3

Igualando miembro a miembro el decremento de volumen de suelo y del fluido aire-agua


(∆V m = ∆V m ), se tendrá que:

1 1
∆u1−3 = ⋅ ⋅ ( ∆σ 1 − ∆σ 1 )
3 + ⋅ Ce
1 n
Cf

Sustituyendo la ecuación [6.32] en esta expresión se tendrá que:

1
∆u1−3 = ⋅ B ⋅ ( ∆σ 1 − ∆σ 3 )
3

Al no corresponder la teoría de la elasticidad con el comportamiento de las partículas del


suelo, se sustituye el valor de 1/3 por un coeficiente A, por lo que esta última expresión se
escribirá:
∆u1−3 = A ⋅ B ⋅ ( ∆σ 1 − ∆σ 3 )

El incremento total de presión de poros será:

∆u1 = ∆u3 + ∆u1−3 = B ⋅ ∆σ 3 + A ⋅ B ⋅ ( ∆σ 1 − ∆σ 3 )

Simplificando se tendrá que:

∆u1= B ⋅ ∆σ 3 + A ⋅ ( ∆σ 1 − ∆σ 3 ) 

Según la ecuación planteada de Skempton, para el caso de un suelo totalmente saturado


esta última ecuación se reduce a:

∆u1 = ∆σ 3 + A ⋅ ( ∆σ 1 − ∆σ 3 ) [6.34]

El valor de A en el momento de la falla al corte se lo denomina A f . Para un suelo dado, el


coeficiente A varía principalmente con la historia de las presiones actuantes en el suelo
(suelos sobreconsolidados o normalmente consolidados) y con el porcentaje de presión
aplicada respecto a la falla.
En la Figura 6.47 se observa la variación del coeficiente A en función a la deformación
unitaria para el caso de las arcillas normalmente consolidadas en la parte derecha y las
arcillas sobreconsolidadas en la parte de la izquierda. El valor de A f depende principalmente
del índice de sobreconsolidación (OCR). Una arcilla normalmente consolidada es contractiva
y adquiriere un valor positivo de A f , mientras que una arcilla sobreconsolidada es contractiva
y luego dilatante adoptando un valor negativo de A f . Bishop (1960) encontró para una arcilla
determinada una curva que puede relacionar este valor con el índice de sobreconsolidación,
que se muestra en la Figura 6.48.

296
CAPITULO 6 Resistencia al corte

Arcilla normalmente consolidada Arcilla sobreconsolidada


Presión de consolidación = P Presión de consolidación = P
Índice de sobreconsolidación OCR = 8

σ1 − σ 3 σ1 − σ3

0 0
ε ε

+
+
0
∆u ∆u ε

0
ε −

1.0 1.0

A 0.5 A 0.5

0 0
ε ε

−0.5

Figura 6.47. Influencia de la historia del suelo en la presión de poros (Bishop, 1960).
1.0

0.5

Af

-0.5
1 2 4 8 16 32
Relación de sobreconsolidación OCR
Figura 6.48. Variación de A f según OCR (Bishop, 1960).
297
Fundamentos de mecánica de suelos

La Tabla 6.3 muestra intervalos del valor de A f para distintos suelos.

Tabla 6.3. Valores de coeficiente A f . (Skempton, 1964)


Tipo de suelo Af
Arcilla altamente sensitiva 1.2 a 2.5
Arcilla normalmente consolidada 0.7 a 1.3
Arcilla ligeramente sobreconsolidada 0.3 a 0.7
Arcilla altamente sobreconsolidada -0.5 a 0.7
Arena fina muy suelta 2a3
Arena fina intermedia 0a1
Arena fina densa -0.3 a 0

Cuanto más suelto sea el suelo o mayor sea el índice de vacíos el valor de A f será elevado,
en cambio cuanto más denso o menor sea el índice de vacíos el valor de A ff será pequeño
debido a la dilatancia.

Etapa de saturación.

Las probetas utilizadas en el ensayo triaxial deben estar completamente saturadas. Para esto,
lo primero que se hace es llenar la cámara completamente de agua (manteniendo el orificio
de ventilación abierto) la cual someterá a la probeta a un esfuerzo simétrico de
confinamiento σ 3 , entonces de acuerdo al diagrama de la Figura 6.49 se conecta la línea de
base A al extremo inferior de la bureta graduada y el otro extremo de la bureta se conecta al
tanque regulador de presión de aire. Con las válvulas A, C abiertas y B cerrada, se aplica aire
al circuito de la bureta de esa forma se introduce presión a la cámara (e.g. ∆σ 3 = 20 kPa),
luego se abre la válvula B para introducir una contrapresión a la probeta que permite el
ingreso de agua.

Mamómetro Mamómetro Regulador


Agua desaireada de presión
F
Aire a
presión
Regulador de
Bureta Aire - Agua
graduada Regulador Agua - Agua
Valvulas
D A: Abierta
B: Abierta
Bomba G E C: Abierta
de Agua D: Abierta
E: Cerrada
Cámara
Indicador F: Cerrada
volumen G: Abierta
nulo Circuito Aire
A B Circuito Agua
Circuito sin uso
C
Figura 6.49. ConFiguración del banco triaxial para las etapas 1 y 2.

Se repite el procedimiento añadiendo una cantidad de presión ∆σ 3 a la cámara y también


una contrapresión a la probeta por etapas hasta saturar completamente la probeta, ambas

298
CAPITULO 6 Resistencia al corte

presiones por lo general difieren en 10 kPa. La presión de poros en la probeta es registrada


en cada escalón con un transductor de presión, manómetro o bureta conectada a la válvula C.
Cuando aumenta la presión de poros el nivel de mercurio del indicador de volumen nulo
pierde el equilibrio, para reestablecerlo es necesario aumentar o disminuir la presión
mediante la bomba manual y de ésta manera el valor en la presión de poros queda registrado
en el instrumento utilizado. Se considerará la probeta completamente saturada, cuando el
valor determinado del coeficiente B para cada incremento de la contrapresión se repita más
de dos veces o sea muy cercano a la unidad (e.g. 0.98).

Etapa de consolidación.

Dependiendo el tipo de ensayo triaxial la probeta saturada de agua es consolidada antes de


inicializar la compresión. Sin embargo, antes de iniciar la consolidación es necesario generar
un incremento de presión de poros a través del incremento de la presión de celda ∆σ 3 , para
lograr esto se debe cerrar la válvula B y con la válvula A y C abiertas se incrementa la
presión de la celda a un valor predefinido. Este incremento es diferente para cada celda
pudiendo utilizarse incrementos de 100, 200 y 400 kPa. Durante todo el proceso, la válvula B
se mantendrá cerrada evitando la salida del agua presente en la probeta, como resultado la
presión de poros se incrementará.
Para consolidar la probeta (disipar el exceso de presión de poros) se abre la válvula B por
lo que el agua fluirá debido al exceso de presión de poros, entonces se registra el volumen de
agua expulsada a intervalos de tiempo de 0.10, 0.25, 0.5, 1, 2, 4, 8, 15, 30, 60,…, 840 y 1440
minutos o hasta que el exceso de presión de poros añadido últimamente se disipe por
completo.
Al final de la consolidación el exceso de presión de poros en la probeta será ∆u = 0, pero
se mantendrá la presión de poros final de la etapa de saturación. Sin embargo, la presión en
la cámara se mantendrá constante en el valor recientemente incrementado.

Etapa de compresión.

La cámara triaxial es colocada en la plataforma de un sistema de compresión (prensa),


mostrado en la Figura 6.44, donde el esfuerzo axial de compresión aplicado a la probeta es
transmitido mediante un vástago añadido a la cámara. El vástago se adhiere a un anillo de
carga, este anillo esta ajustado a dos soportes metálicos de tal manera que la plataforma del
sistema de compresión puede subir o bajar según la conveniencia.
Se verifica que la probeta quede bien ubicada y en forma vertical, para asegurar un
correcto funcionamiento del vástago de carga, de esa manera los esfuerzos inducidos por el
vástago sean los que actúen en los planos principales de la probeta y no se generen esfuerzos
de corte en sus caras. Se conecta la línea de presión A de la cámara al tanque regulador con
su válvula de salida cerrada (Figura 6.43). Entonces se ajusta la presión de confinamiento al
valor que se quiere tener en la cámara abriendo la válvula del tanque regulador.
La etapa de compresión comienza cuando es aplicado un esfuerzo desviador σ d a una
velocidad constante, la Figura 6.45 muestra que durante la compresión la carga que actúa en
la probeta puede ser obtenida de la lectura de un deformímetro ubicado en el anillo de carga,
mientras que la deformación de la probeta es medida con otro deformímetro ubicado sobre la
cubierta metálica superior.
Dependiendo al tipo del ensayo triaxial puede permitirse o restringir el drenaje del agua
de la probeta durante la compresión mediante la válvula B. Las conexiones para el drenaje de
la probeta pueden ser instaladas a una bureta o un instrumento que mida la presión de poros.

299
Fundamentos de mecánica de suelos

También debe medirse el cambio de volumen de la probeta durante la compresión, con los
datos obtenidos del registro del nivel inicial del agua en la bureta y los niveles
correspondientes a cada lectura de los deformímetros de carga y de deformación, la Figura
6.50 muestra la conFiguración del banco triaxial para medir el cambio de volumen y la
presión de poros.

Mamómetro Mamómetro Regulador


Agua desaireada de presión
F
Aire a
presión
Regulador de
Bureta Aire - Agua
graduada Regulador Agua - Agua
Valvulas
D A: Abierta
B: Abierta
Bomba G E C: Abierta
de Agua D: Abierta
E: Cerrada
Cámara
Indicador F: Cerrada
volumen G: Cerrada
nulo Circuito Aire
A B Circuito Agua
Circuito sin uso
C
Figura 6.50. ConFiguración del banco triaxial para medir el cambio de volumen.

La Figura 6.51 muestra la variación de la presión de poros en la probeta durante la etapa


de compresión.

σd
σ3 σ1= σ3 + σd
σ3

σ3 uf
σ3 θ
σ3 u0 σ3 σ
σ3 τ σ3
σ3
σ3 σ
D D

σ3 σ3 σ1= σ3 + σd

σd σ3 = presión de cámara
∆σ = esfuerzo desviador
(a) (b) (c)
Figura 6.51. Variación de la presión de poros durante la compresión (Whitlow, 1994).
(a) Esfuerzos durante la compresión. (b) Presión de poros inicial. (c) Presión de poros de
falla.

300
CAPITULO 6 Resistencia al corte

El valor de u 0 representa la presión de poros que se origina cuando el espécimen esta


siendo sometido a una presión de confinamiento donde el agua no puede drenar, mientras
que u f es la presión de poros de la probeta en el instante de la falla.
El fluido (aire y agua) que llena los poros del suelo es capaz de trasmitir tensiones
normales pero no tangenciales o de corte, por lo que la presión de poros no proporciona
resistencia al corte (por esto es llamada también presión neutra). La presión que controla la
deformación debido a los cambios de volumen así como la resistencia al corte del suelo es la
presión efectiva, puesto que el esfuerzo normal y tangencial se trasmiten a través del
contacto intergranular (por esto es llamada también presión intergranular).
La aplicación de la presión isotrópica y el esfuerzo desviante (Figura 6.51a) constituyen
dos etapas diferentes del ensayo. La posibilidad de variar las características de estas etapas y
sus condiciones de drenaje permiten desarrollar distintos tipos de ensayos triaxiales. Si una
muestra de arcilla está saturada, al realizar el ensayo triaxial impidiendo el drenaje cualquier
aumento en la presión de confinamiento en la cámara resulta en un aumento igual en la
presión de poros (Figura 6.51b), mientras que la presión efectiva permanece invariable. Por
consiguiente, si se ensayan varias probetas idénticas con diferentes presiones de
confinamiento, todas ellas fallarán bajo el mismo esfuerzo desviador. Sin embargo, en el
momento de la falla todas estas tendrán un valor distinto de la presión de poros.

Tipos de falla.

La falla de una probeta en el ensayo triaxial puede presentar varias formas, la Figura 6.52
muestra tres formas típicas de falla.

(a) (b) (c)


Figura 6.52. Tipos de falla en ensayos triaxiales (Whitlow, 1994).
(a) Falla frágil (corte). (b) Falla parcial al corte. (c) Falla de flexibilidad plástica o en barril.

A medida que se acorta verticalmente la probeta bajo la carga axial el diámetro irá
incrementándose. En suelos densos o muy sobreconsolidados el espécimen se cortará
claramente a lo largo de una superficie de deslizamiento bien definida, al alcanzar el
esfuerzo máximo la probeta fallará de la forma que muestra la Figura 6.52a, a este tipo de
fallas se la llama falla frágil o de deslizamiento por cortante puro. En un suelo ligeramente
sobreconsolidado en general el corte será menos definido como muestra la Figura 6.52b y en
suelos sueltos o normalmente consolidados se presentará flexibilidad plástica sin el
desarrollo de una superficie de deslizamiento, produciendo una forma abarrilada como se
muestra en la Figura 6.52c. En el último de los casos puede no discernirse un valor definido
último del esfuerzo desviador por lo que puede ser difícil identificar el momento de la falla;
301
Fundamentos de mecánica de suelos

por lo tanto se puede tomar un valor arbitrario de falla que corresponda a una deformación
unitaria axial de 20% donde generalmente se produce la falla.
4.2.2. Compresión no drenada.

Para realizar la compresión no drenada debe permanecer cerrada la válvula B, de esa forma
cuando se incremente la carga axial durante el ensayo el agua no podrá drenar de la probeta.
Durante la compresión no drenada la presión de poros variará conforme al incremento de la
carga uniaxial y lo mismo con la presión de cámara, por lo que deben medirse durante el
ensayo.

Ensayo triaxial no consolidado no drenado (UU).

A este ensayo se lo denomina también ensayo rápido (Q) donde no se permite en ningún
momento el drenaje. La probeta no es consolidada, por lo tanto no se disipa la presión de
poros durante la aplicación de la presión isotrópica de cámara σ 3 en la etapa de saturación.
Después de establecer la presión de confinamiento en la cámara, se conecta la prensa para
aplicar la carga axial, se deben tomar lecturas de los deformímetros de deformación y de
carga a intervalos regulares, de este último hasta que se produzca la falla o hasta que la
deformación alcance un valor considerable (aproximadamente 20%). El incremento del
esfuerzo desviador es bastante rápido, lo que permite que no se disipe la presión de poros y
los resultados puedan solo expresarse en términos de esfuerzo total. La duración del ensayo
es de 10 a 15 minutos.
Este ensayo se usa para determinar el parámetro de resistencia no drenado c u y es
adecuado para arcillas saturadas. En condiciones no drenadas, los suelos saturados presentan
un esfuerzo de corte crítico que tiende a mantenerse constante para cualquier valor del
esfuerzo normal. Un aumento en el esfuerzo axial ocasiona un aumento semejante en la
presión de poros, por lo tanto el esfuerzo efectivo normal permanece constante. En una serie
de ensayos no drenados efectuados bajo esfuerzos desviadores diferentes en probetas
saturadas con el mismo suelo, los círculos de esfuerzos de Mohr para la combinación de
esfuerzos de falla describirán la envolvente de falla no drenada como se muestra en la Figura
6.53. La intersección de la envolvente con el eje de corte define el valor de la cohesión no
drenada del suelo (c u ). Este parámetro de resistencia del suelo aparentemente es constante.
Sin embargo, se deben notar dos condiciones importantes relacionadas con cualquier valor
observado de c u . Primero el valor es relevante sólo para una masa de suelo sin drenado y
segundo que el valor solo corresponde para un determinado contenido de humedad y
volumen específico, por lo que se obtendrá un valor distinto para un diferente contenido de
humedad y volumen específico.

cu

(σ3)f (σ1)f σ

302
CAPITULO 6 Resistencia al corte

Figura 6.53. Envolvente de falla no drenado resultante del triaxial UU.

Para poder dibujar el círculo de Mohr de esfuerzos es indispensable determinar los


esfuerzos principales σ 1 y σ 3 . Durante el ensayo triaxial (UU), se recolectan periódicamente
valores de los deformímetros que controlan el anillo de carga y la deformación de la probeta
(∆L). La deformación vertical ε, es calculada con la siguiente expresión:

∆L
ε= [6.35]
L0
Donde:
ε = Deformación vertical del espécimen de suelo.
∆L = Deformación del espécimen registrado por el deformímetro.
L 0 = Longitud inicial del espécimen de suelo.

La carga P que transmite el vástago a la probeta de suelo es el producto de la medida que


registra el deformímetro ubicado en el anillo de carga multiplicado por el factor de
calibración del anillo, es decir:

P = (Lectura del deformímetro)·(Factor de calibración del anillo).

Durante la comprensión el área transversal del espécimen de suelo cambia por lo cual
debe ser corregida, se utiliza la siguiente expresión:

A0
A= [6.36]
1− ε
Donde:
Α = Área transversal corregida.
ε = Deformación vertical del espécimen de suelo.
A 0 = Área transversal inicial del espécimen de suelo.

303
Fundamentos de mecánica de suelos

(σd )p

Suelos Tipo II
Esfuerzo desviador σd

(σd )cr

Suelos Tipo I

≈ 20%
Deformación vertical ε%
Figura 6.54. Deformación vertical en función al esfuerzo desviador en un ensayo triaxial
UU.
El esfuerzo desviador σ d , que actúa en el espécimen de suelo, será:

P
σd = [6.37]
A

La Figura 6.54 muestra la variación de la deformación vertical ε en función al esfuerzo


desviador, según al Tipo de suelo la curva presentará un valor del esfuerzo desviador de falla
(σ d ) f que será el valor pico (σ d ) p o el crítico (σ d ) cr según al caso, donde cualquiera de estos
podrá tomarse como el instante de falla. Según la ecuación [6.28] el esfuerzo principal mayor
σ 1 , será:
σ 1 = σ 3 + (σ d ) f [6.38]

El esfuerzo principal menor en la falla (σ 3 ) f , es la presión de registrada en la cámara


triaxial al momento de la falla. Teniendo los esfuerzos principales se grafica el círculo de
Mohr de esfuerzos. Aunque basta con obtener un círculo de esfuerzo, es conveniente realizar
diversos ensayos (como mínimo 3) para trazar la envolvente de falla con la cual puede
determinarse el parámetro de resistencia no drenado.

Ensayo triaxial consolidado no drenado (CU).

Este ensayo también denominado ensayo consolidado rápido (R), consta de tres etapas
(saturación, consolidación y compresión). Primeramente la probeta es saturada
completamente de agua, luego incrementando la presión de cámara es consolidada, esta etapa
lleva al suelo a un estado prescrito de volumen y de presión de poros, a partir del cual se
pueden medir con exactitud los siguientes cambios de volumen o de presión de poros que

304
CAPITULO 6 Resistencia al corte

ocurrirán durante el ensayo. Finalmente cuando se ha disipado el exceso de presión de poros


al valor de la contrapresión original σ 3 se cierran las válvulas de drenaje para empezar la
compresión, donde la probeta llegará al punto cedente sin drenado. Cuanto mayor sea la
presión de cámara σ 3 mayor será el esfuerzo desviador necesario para producir la falla.
La duración de la etapa de consolidación depende al tipo de suelo y al tamaño de la
probeta, en algunos casos esta etapa puede durar hasta 48 horas; mientras que la etapa de
compresión puede durar de 10 minutos hasta 2 horas.
El objetivo del ensayo es determinar los parámetros efectivos c' y φ', ya que estos
gobiernan la resistencia al corte del suelo y determinar también algunas características
respecto al cambio de volumen y rigidez del suelo. Para dibujar el círculo de esfuerzos de
Mohr que condicionará la envolvente de falla (Figura 6.55) deben determinarse los esfuerzos
principales σ 1 y σ 3 , para lo cual se recolectan periódicamente los valores de los
deformímetros que controlan el anillo de carga y la deformación vertical (∆L) de la probeta
durante la compresión y también la presión poros en la probeta.
Con el área corregida A (ecuación [6.37]) de la probeta puede determinarse el esfuerzo
desviador (ecuación [6.37]) que actúa en la probeta. Midiendo el exceso de presión de poros
∆u durante la etapa de compresión, se puede determinar el parámetro A de Skempton que
será:

∆u
A= [6.39]
σd
Donde:
A = Parámetro de Skempton.
∆u = Exceso de presión de poros durante la compresión.
σ d = Esfuerzo desviador.

Se grafica el esfuerzo desviador σ d en función a la deformación vertical ε, también el


exceso de presión de poros y el parámetro A de Skempton, como se muestra en la Figura
6.54. La curva que corresponde al esfuerzo desviador de falla (σ d ) f tendrá un valor pico o
crítico según al Tipo de suelo donde alguno de estos se considerará el instante de falla, para
este instante de falla se tendrá un valor del exceso de presión de poros y del coeficiente A .

305
Fundamentos de mecánica de suelos

Suelo Tipo II
(σd ) p

Α Αp

σd (σd )cr

∆u p Αcr

∆u

∆ucr
σd , ∆u, A

Deformación vertical ε%
Figura 6.55. Deformación vertical en función a σ d , ∆u y A en un triaxial CU en suelo Tipo
II.

φ'

c'
(σ'3 )f (σ'1 )f σ'
Figura 6.56. Envolvente de falla para un suelo Tipo II en un ensayo triaxial CU.
La presión que se aplicó en la celda para consolidación será el esfuerzo principal menor
σ 3 , por lo cual el esfuerzo efectivo principal menor y mayor en la falla será:

(σ '3 )f = σ 3 − ( ∆u )f [6.40]

(σ '1 )=f (σ 3 + σ d )f − ( ∆u )f [6.41]

306
CAPITULO 6 Resistencia al corte

Teniendo los esfuerzos principales puede entonces graficarse el círculo de esfuerzo de


Mohr, se realizan como mínimo tres ensayos para trazar una adecuada envolvente de falla.
Con el parámetro A puede describirse características particulares del suelo, los rangos de
variación de este parámetro para los diversos suelos se presentan en la tabla 6.5.

Tabla 6.4. Rango de valores de A en la falla para diversos suelos.


Tipo de suelo Af
Arcillas con alta sensibilidad 0.75 a 1.5
Arcillas normalmente consolidadas 0.5 a 1.0
Arcillas sobreconsolidadas -0.5 a 0
Arcilla arenosa compactada 0.5 a 0.75

En este ensayos la resistencia al corte permanece prácticamente constante para un


intervalo grande de los valores de presión de menores que la presión de sobreconsolidación.
Las arcillas NC muestran una resistencia adicional con respecto a la obtenida, esta es
atribuible a los mismos efectos de sobreconsolidación, estos efectos son comparativamente
mayores a los del ensayo drenado debido a que se impide el drenaje. En los casos de obras
que están sobre depósitos de arcilla en las cuales el tiempo de construcción se extiende por
tiempo razonablemente largo, puede suponerse que al final de la construcción se habrá
producido algún grado de consolidación. Si en ese momento las solicitaciones de corte que
se generan tienen magnitud suficiente para producir la falla, ésta se producirá rápidamente
sin drenaje adicional. Este comportamiento se modela en el ensayo consolidado no drenado,
en el cual la muestra se consolida bajo la presión de cámara y luego se lleva a la ruptura
aumentando el esfuerzo desviador sin permitir el drenaje. Este ensayo es aplicado en
muestras alteradas e inalteradas de arcilla y también en arena y grava.
Si se permitiera el drenaje, una muestra de arena suelta experimentaría una disminución
de volumen, pero como el drenaje está impedido no puede ocurrir cambio de volumen y la
presión de poros aumenta. Para el caso de arenas densas el drenaje implicaría un aumento de
volumen luego de una pequeña compresión inicial, pero como no se permite el drenaje el
aumento de volumen es imposible y se desarrolla una presión de poros negativa.

4.2.3. Compresión drenada.

Durante la compresión drenada la válvula B de la probeta es abierta, de esa forma cuando se


incrementa la carga axial durante el ensayo el agua puede drenar de la probeta. La velocidad
de compresión es lenta y adecuada a fin de que la presión de poros se mantenga constante,
por lo que en ningún momento se producirá un exceso de presión de poros.
La compresión drenada provee información acerca del cambio de volumen que acompaña
a la aplicación de la presión de cámara y el esfuerzo desviador, también sobre las
características tensión-deformación del suelo.
Ensayo triaxial consolidado drenado (CD).

A este ensayo se lo conoce también como ensayo lento (S). El drenaje se permite en las dos
últimas etapas, de este modo se tiene una consolidación bajo la presión de cámara y el
exceso de presión de poro se disipa durante la aplicación lenta del esfuerzo desviador. En la
primera etapa se satura la muestra completamente de agua, en la segunda esta es consolidada
bajo una presión isotrópica de cámara y en la tercera etapa se aplica una carga axial, que va
incrementándose a un ritmo suficientemente lento para que no se presente un incremento en

307
Fundamentos de mecánica de suelos

la presión de poros. Con un drenado total y una velocidad adecuada, se asegura que la
presión de poros en la muestra permanezca constante, entonces el incremento en el esfuerzo
efectivo es igual al incremento del esfuerzo total (∆σ’ = ∆σ). Se utiliza la válvula C para
vigilar la presión de poros, con la válvula A y las lecturas de los deformímetro que controlan
la carga y la deformación vertical se mide el cambio de volumen de la probeta. El objetivo
del ensayo es determinar los parámetros de resistencia efectivos c' y φ' del suelo.
Para determinar los esfuerzos principales y dibujar el círculo de esfuerzo de Mohr se
procede de la misma manera que para el caso del ensayo UU, entonces se grafica la variación
de la deformación vertical respecto al esfuerzo desviador mostrada en la Figura 6.56.

(σd)p Suelo Tipo II


d
Esfuerzo desviador

(σd)cr

Suelo Tipo I

Deformación vertical ε%
Figura 6.57. Deformación vertical en función al esfuerzo desviador en un ensayo triaxial
CD.

Obteniendo de la curva mostrada en la Figura 6.56 el esfuerzo desviador de falla (σ d ) f


que puede ser el valor pico o crítico, se determina el esfuerzo principal mayor con la
expresión:

(σ' 1 ) f = (σ' 3 ) f + (σ d ) f [6.42]

El esfuerzo principal menor efectivo de falla (σ' 3 ) f , será el esfuerzo isotrópico aplicado en
la cámara para la consolidación de la probeta. Para trazar la envolvente de falla y determinar
los parámetros de resistencia efectivos, se deben trazar tres círculos (Figura 6.57).

308
CAPITULO 6 Resistencia al corte

φ'

(σ'3 )f (σ'1 )f σ'


Figura 6.58. Envolvente de falla para un suelo Tipo I en un ensayo triaxial CD.

4.3. Ensayo de Compresión inconfinada.


El ensayo de compresión inconfinada es un método rápido y de amplio uso para determinar
el parámetro de resistencia no drenado c u del suelo saturado arcilloso.

Deformímetro

Anillo
de carga
Deformímetro

Cubierta
superior

Vástago

Placa
superior

Vaina
de latex

Probeta

Piedra
porosa

Placa
inferior

Figura 6.59. Ensayo de compresión inconfinada (Das, 1997).

309
Fundamentos de mecánica de suelos

En este ensayo no drenado se aplica un esfuerzo axial mediante una prensa a una probeta
cubierta de una vaina de látex que impide el drenaje. La probeta no está sometida a una
presión isotrópica de confinamiento alrededor de ella, en la Figura 6.58 se muestra el sistema
para realizar este ensayo.
La preparación de la probeta (saturación), el montaje del vástago y el anillo de carga es
similar al caso de los ensayos triaxiales. Para determinar el parámetro no drenado c u , se
recolectan periódicamente valores de los deformímetros que controlan el anillo de carga y la
deformación vertical (∆L) de la probeta. Con el área corregida A (ecuación [6.37]) de la
probeta puede determinarse el esfuerzo desviador (ecuación [6.37]) que actúa en la probeta,
entonces se grafica la variación de la deformación vertical respecto al esfuerzo desviador,
como se muestra en la Figura 6.52.

σp
Esfuerzo axial aplicado σ

Suelos Tipo II

σcr

Suelos Tipo I

≈ 20%
Deformación vertical ε%
Figura 6.60. Deformación vertical respecto al esfuerzo axial en la compresión inconfinada.

La curva mostrada en la Figura 6.59 presentará un valor pico o crítico dependiendo al


Tipo de suelo, donde en cualquiera de estos puede considerarse el instante de la falla. A este
valor en el momento de la falla se lo denomina esfuerzo de compresión inconfinada q u , que
será el esfuerzo principal mayor de falla σ 1 , mientras que el esfuerzo principal menor de falla
será cero ya que la probeta no esta sometida a un esfuerzo de confinamiento. En la Figura
6.60 se dibuja esta combinación de esfuerzos.

cu

σ3 = 0 σ1 =q u σ
Figura 6.61. Combinación de esfuerzos en la falla en el ensayo de compresión inconfinada.

310
CAPITULO 6 Resistencia al corte

Según a la Figura 6.60, el parámetro de resistencia no drenado se obtiene de la ecuación:

cu
qu = [6.43]
2

Se realizan varios ensayos (como mínimo 3) para adoptar un valor promedio de q u . La


Tabla 6.5 muestra que basándose en el valor de q u puede estimarse la consistencia del suelo.

Tabla 6.5. Consistencia de la arcilla (Das, 1997).


Consistencia qu k(kg/m2)
Muy suave 0 a 2.44
Suave 2.44 a 4.88
Medio 4.88 a 9.76
Duro 9.76 a 19.52
Muy duro 19.52 a 39.05

4.5. Selección del ensayo triaxial adecuado.

Para elegir un adecuado ensayo triaxial deben tenerse en cuentas dos detalles:

• El tipo de parámetros que se desean obtener.


• El tipo de suelo y su origen.

La tabla 6.6, muestra los parámetros que se obtienen en los diferentes tipos de ensayos
triaxiales.

Tabla 6.6. Parámetros determinados en los ensayos triaxiales.


Tipo de ensayo triaxial Parámetros determinados
No consolidado no drenado (UU) cu
Consolidado drenado (CD) c' φ′
Consolidado no drenado (CU) c' φ′ A

El Ensayo triaxial debe tratar de asemejar las condiciones reales que tendrá el suelo en
campo, los ensayos UU y CU podrían asemejar bien las condiciones de una arcilla con muy
baja permeabilidad, mientras que un ensayo CD a un suelo con una permeabilidad que
permite un buen drenaje del agua.
Sin embargo, los ensayos triaxiales pueden combinarse a fin de determinar los parámetros
de otros ensayos triaxiales realizados con el mismo suelo. En la Figura 6.61 se ha trazado en
trazo lleno la envolvente de falla de un ensayo UU realizado en una arcilla, si se resta la
presión de poros a la combinación de esfuerzos principales totales que producen la falla en el
triaxial UU, se obtendrá un círculo de esfuerzos desplazado en trazo segmentado que
representará la combinación de esfuerzos principales efectivos de falla para el estado
drenado del suelo. Si posteriormente se realizara un ensayo CU, CD, de corte directo o de la
compresión inconfinada con el mismo suelo se obtendría una envolvente de falla efectiva que
sería tangente a aquel círculo en trazo segmentado anteriormente determinado. En el caso de
un terraplén o un talud resulta dificultoso medir la variación de la presión de poros a lo largo
del tiempo, para poder evaluar la resistencia al corte del suelo, al combinar ensayos puede
evaluarse fácilmente la resistencia a corto y largo plazo.

311
Fundamentos de mecánica de suelos

φ'

cu
c'

(σ'1 )f (σ'3 ) f (σ1 )f (σ3)f σ, σ'


Figura 6.62. Combinación de esfuerzos en la falla en el ensayo de compresión inconfinada.

4.6. Otros ensayos en laboratorio.

Ensayo de la Veleta.

La veleta es un instrumento de laboratorio utilizado para determinar el parámetro de


resistencia al corte no drenado c u de un suelo, tiene la ventaja de poder ser aplicado
directamente en campo lo cual evita el transporte una muestra de suelo. En el caso de suelos
compuestos de limo y arcilla en especial los de alta sensibilidad, el efecto de las alteraciones
durante el ensayo pueden ser bastante considerables en lo que respecta a la confiabilidad de
los resultados medidos en el laboratorio, por lo cual este instrumento proporciona
información bastante aproximada.

Figura 6.63. Extremo inferior de la Veleta.

El ensayo con la veleta de corte es ideal para el caso de suelos compuestos de arcillas
saturadas sin fisuras y limos saturados. No es tan confiable para suelos fisurados o
secuencias de microestratos. Básicamente el extremo inferior de la veleta consiste en cuatro
aspas montadas en el extremo de una barra de acero (Figura 6.62). Después de hincar la
veleta en el suelo, se hace girar aplicando un par de torsiones en el extremo libre de la
varilla. Se gira primero la veleta entre 6 y 12º por minuto para determinar el parámetro de
resistencia al corte sin perturbación y a continuación se mide la resistencia remoldeada

312
CAPITULO 6 Resistencia al corte

haciendo girar con rapidez la veleta. La superficie afectada constituye el perímetro y los
extremos de un cilindro.
La Figura 6.63a muestra las dimensiones estándar de la veleta con respecto al diámetro
que genera. La veleta es instalada en el suelo con ayuda de otro accesorio donde es
ensamblada con todos sus accesorios, la Figura 6.63b muestra gráficamente los pasos para el
ensamblado de la veleta. El parámetro de resistencia al corte no drenado se obtiene igualando
el valor del momento de torsión con el momento de la fuerza cortante, por lo que se tendrá la
expresión:

T
cu = [6.44]
1  1 
⋅π ⋅ D2 ⋅  h + ⋅ D
2  3 
Donde:
c u = Parámetro de resistencia al corte no drenada.
T = Momento torsor de la veleta.
h = Altura de las aspas de la veleta.
D = Diámetro de la circunferencia que genera la veleta al girar.

1 2 3 4 5 6 7

10·D

2·D

(a) (b)
Figura 6.64. Ensamblado de la veleta en campo (U.S. Navy, 1982).
(a) Dimensiones estándar. (b) Ensamblado.

Ensayo con el Penetrómetro.

La Figura 6.64 muestra un penetrómetro de bolsillo, que es un instrumento de laboratorio


utilizado para determinar el esfuerzo de compresión inconfinado q u en laboratorio o en
campo. Para lo cual se traza un círculo con su centro en el suelo, entonces se ubica
verticalmente el penetrómetro directamente contra el suelo y se realizan disparos alrededor

313
Fundamentos de mecánica de suelos

del círculo y en el centro. Los valores registrados del penetrómetro se evalúan mediante una
tabla proporcionada por el fabricante, el valor promedio de las lecturas realizadas con el
penetrómetro será q u, con el cual puede trazarse la envolvente de falla.

Figura 6.65. Penetrómetro de bolsillo (ELE).

Ensayo con el micromolinete.

La Figura 6.64 muestra un micromolinete, que es un instrumento de laboratorio similar a la


veleta, con la particularidad de ser más pequeño y poseer en su extremo inferior varias aspas
similares a las de un ventilador. Con este instrumento puede medirse el parámetro de
resistencia al corte no drenado c u tanto en laboratorio como en campo.

Figura 6.66. Micromolinete (ELE).

5. Métodos empíricos para determinar los parámetros de resistencia al corte.

También pueden determinarse los parámetros de resistencia al corte de forma empírica, al


realizar diversos ensayos en una gran variedad de suelos se ha observado que los parámetros
de resistencia siguen un comportamiento ordenado que está relacionado a las propiedades

314
CAPITULO 6 Resistencia al corte

índice del suelo. Por lo cual diversos investigadores han elaborado ábacos para determinar de
forma empírica los parámetros de resistencia al corte para diversos tipos comunes de suelo.
La Figura 6.64 muestra un ábaco elaborado por el U.S. Navy (1982) para determinar el
parámetro de resistencia φ' en condiciones drenadas con c’ = 0.
Peso unitario seco, γd KN/m3
15 20

00 %
lati va 1
40 d re
sida
De n
75%
GW
Ángulo de fricción efectivo, φ' (deg)

GP
SW
35 50% Tipo de suelo

ML
y SP
SM 25%
o
30 en este rang

25

20
75 80 90 100 110 120 130 140 150
3
Peso unitario seco, γd lb/ft

1.2 1.1 1.0 0.9 0.8 0.7 0.65 0.6 0.55 0.5 0.45 0.4 0.35 0.3 0.25 0.2 0.15
Índice de vacíos, e

Figura 6.67. Valores típicos de φ’ para suelos poco cohesivos (U.S. Navy, 1982).

Este ábaco considera diversas propiedades del suelo como el tipo de suelo, peso unitario
seco, densidad relativa e índice de vacíos. Todas estas propiedades del suelo están
relacionadas entre sí, por lo cual para utilizar este ábaco basta con conocer algunas de estas
características del suelo.

315
Fundamentos de mecánica de suelos

1.0
0.9
60
0.8
50
0.7
40
0.6
sin φ'
φ' (deg)

30 0.5
0.4
20
0.3

0.2
10
0.1

0 0
5 6 8 10 15 20 30 40 50 60 80 100 150 200
IP Índice de platicidad

Figura 6.68. Valores típicos de φ’ para arcillas y limos NC (Mitchell, 1993).


Para el caso de suelos finos como limos y arcillas normalmente consolidados, se ha
observado que los parámetros de resistencia están relacionados al índice de plasticidad del
suelo, la Figura 6.65 muestra un ábaco elaborado por Mitchell (1993) para determinar el
ángulo de fricción efectivo para muestras de suelo drenadas con c’ = 0 tanto para muestras
remoldeadas como inalteradas.
Puede ser bastante cómodo hallar los parámetros de resistencia al corte de forma
empírica, sin embargo, debe tenerse en cuenta que los parámetros determinados por métodos
empíricos, solamente han de servir como referencia o valores comparativos para evaluar los
parámetros determinadas mediante un ensayo triaxial, de corte directo o compresión
inconfinada.
Algunas relaciones empíricas sugeridas para determinar los parámetros de resistencia al
corte del suelo se muestran en la Tabla 6.7. Los resultados que proporcionan estas relaciones
solo son referenciales

Tabla 6.7. Relaciones empíricas para los parámetros de resistencia al corte (Budhu, 2000).
Tipo de suelo Ecuación Referencia
 cu 
Arcillas normalmente consolidadas σ′ = 0.11 + 0.0037 ⋅ IP Skempton (1957)
  NC

( cu σ ′ )OC
= ( OCR )
0.8
Arcillas sobreconsolidadas Ladd et al. (1977)
( cu σ ′ ) NC
cu
= ( 0.23 ± 0.04 ) ⋅ OCR 0.8 Jamiolkowski et al. (1985)
σ′
Todas las arcillas
cu Mersi (1975)
= 0.22
σ 0′

Arena limpia con curazo φ p′ = φcr′ + 3 ⋅ Dr ⋅ (10 − ln pf′ ) − 3 Bolton (1985)

El valor de p' f en la ecuación propuesta por Bolton representa la cantidad de esfuerzo


efectivo en la falla (expresado en KPa). Esta ecuación solo es válida si: 12 > (φ' p – φ' p ) > 0.

316
CAPITULO 6 Resistencia al corte

6. Sensibilidad de la arcilla. (S)

Para muchos depósitos naturales de suelo arcilloso, el esfuerzo de compresión inconfinada se


reduce grandemente cuando el suelo a ensayar es remoldeado aunque no se presente un
cambio en el contenido de humedad del suelo, como muestra la Figura 6.66. Esta propiedad
del suelo arcilloso es conocida como sensibilidad. El grado de sensibilidad se expresa como
el cociente del esfuerzo de compresión inconfinada en un estado inalterado y remoldeado,
que será:

cu ( inalterada )
S= [6.45]
cu ( remoldeada )
Donde:
S = Sensibilidad de la arcilla.
c u = Parámetro de resistencia no drenado.

Para la mayoría de las arcillas la sensibilidad generalmente varía entre 1 a 8, basándose en


esto las arcillas pueden clasificarse según muestra la Tabla 6.8.

Inalterada
Esfuerzo axial aplicado σ

qu

Remoldeada

qu

Deformación vertical ε%
Figura 6.69. Compresión inconfinda en arcilla inalterada y remoldeada (Das, 1998).

Tabla 6.8. Sensitibidad de la arcilla. (Das, 1997)


Sensibilidad Descripción
1-2 Ligeramente sensitiva
2-4 Medianamente sensitiva
4-8 Muy sensitiva
8 - 16 Ligeramente activa
16 - 32 Medianamente activa
32 - 64 Muy activa
> 64 Extra activa

7. Análisis mediante trayectorias de esfuerzo.

317
Fundamentos de mecánica de suelos

Se define como trayectoria de esfuerzo a un diagrama o gráfica trazado en un sistema de


coordenadas como resultado del cambio de esfuerzo en una solicitación. Las trayectorias de
esfuerzos, pueden ser elaboradas de acuerdo al tipo de análisis que se desee realizar, estas
pueden variar significativamente según a las condiciones de drenado o de consolidación del
suelo, dando así un panorama más amplio para observar con más detalle y claridad el
verdadero comportamiento del suelo.
Para el caso de un material elástico resulta fácil predecir la deformación que origina la
acción de una carga en el proceso de cargado y descargado de esta, ya que sin importar la
forma del ciclo de carga la deformación final será la misma. Por lo tanto no resultaría muy
útil una trayectoria de esfuerzos ya que con el valor final de la deformación y su estado de
carga en ese instante, puede predecirse el comportamiento según al cambio de esfuerzo. Sin
embargo en el caso de los suelos, estos tienen un comportamiento elastoplástico, lo cual es
una dificultad, de modo que la forma exacta de cargar o descargar puede afectar mucho el
resultado final, por lo que no puede predecirse con facilidad el comportamiento del suelo
según al cambio de esfuerzo. Con un análisis mediante trayectorias de esfuerzo para un
comportamiento elastoplástico, se tendrá un panorama mucho más amplio de los cambios
que sufre el suelo en todo el ciclo de carga de acuerdo a las condiciones de drenaje y
consolidación.
Trayectorias de esfuerzo en el espacio (σ, ε).

Con un análisis de trayectorias en el espacio (σ, ε) puede observarse la deformación que


tiene un material con el cambio de esfuerzo al que se somete. En la Figura 6.67 se han
trazado trayectorias de esfuerzo-deformación, que representan el comportamiento de diversos
metales a la tensión. Las flechas indican la dirección de variación de esfuerzo y las líneas O
→ F son las trayectorias de esfuerzos hasta el punto de la rotura del metal. Al principio la
deformación (ε) corresponde al mismo valor del esfuerzo (σ) independientemente de
cualquier cambio inmediato en la carga, por lo que la trayectoria de esfuerzo O → C es una
recta que sigue la ley de Hooke, esta forma típica de la trayectoria indica un comportamiento
netamente elástico.

318
CAPITULO 6 Resistencia al corte

σ σ σ

F
C F
σf C C
σf

O εf ε O εf ε O ε

(a) (b) (c)


σ
σ

O ε O ε

(d) (e)
Figura 6.70. Comportamiento esfuerzo-deformación unitaria (Whitlow, 1994).
(a) Elástico frágil. (b) Dúctil. (c) Completamente plástico. (d) Inelástico. (e) Cedencia dúctil.

A partir del punto C, que es el punto cedente o de deformación, se presenta un aumento


brusco en la deformación en comparación a la variación del esfuerzo, en ese instante el
material ya se comporta de modo enteramente plástico. Un aumento posterior de la carga
origina deformación plástica, que no desaparece al descargar. En los materiales frágiles se
presenta una falla poco después del punto cedente (Figura 6.67a), mientras que los materiales
dúctiles presentan una cantidad apreciable de deformación antes de romperse (Figura 6.62b).
Para un estado netamente plástico el material continúa cediendo sin aumento de esfuerzo
(Figura 6.67c). En materiales como el plomo, aluminio y muchos plásticos, la deformación es
inelástica en su mayor parte puede presentarse el reblandecimiento por deformación, que es
la reducción del esfuerzo del punto cedente (Figura 6.67d). En materiales como acero suave
y cobre se presenta endurecimiento por deformación, que es el aumento en el esfuerzo del
punto cedente (Figura 6.67e).
Con las trayectorias de esfuerzo graficadas en la Figura 6.67 para diversos metales, puede
verse con claridad su comportamiento y describir características particulares de cada uno de
ellos. Los suelos tienen un comportamiento mucho más complicado, en el caso de suelos
sueltos estos se contraen y se tornan más rígidos. En la Figura 6.68 se muestra la trayectoria
de esfuerzos para un sistema (τ, ε) donde los puntos críticos C y D de la trayectoria, definen

319
Fundamentos de mecánica de suelos

estados muy particulares del comportamiento del suelo cuando esta siendo sometido a
esfuerzos axiales, por lo cual el análisis mediante las trayectorias de esfuerzos resulta muy
útil.

C
deslizamiento por
o

contracción plástica en D
ns

cortante en C
de

D
o
suelt

esfuerzo
esfuerzo
máximo
último

deformación unitaria ε
Figura 6.71. Comportamiento esfuerzo-deformación unitaria (Whitlow, 1994).

Trayectorias de esfuerzos en el espacio (σ' 1 , σ' 3 ).


El comportamiento del suelo en estado drenado y no drenado difiere significativamente, por
lo cual frecuentemente se necesitan realizar comparaciones entre el comportamiento drenado
y sin drenar del suelo para muchos problemas de mecánica de suelos. Lo que se busca
mediante la trayectoria de esfuerzos es poder interpretar los resultados de ensayos de corte
entre los esfuerzos efectivos y totales.
Para estos fines, se pueden emplear las trayectorias de esfuerzos graficadas sobre los ejes
de esfuerzos principales. En la Figura 6.69 se muestran dos trayectorias de esfuerzos para un
ensayo triaxial en condiciones drenadas (CD) y no drenadas (CU), donde las flechas indican
el sentido. Observe que ambas trayectorias son las mismas en O → C, que representa un
aumento isotrópico de esfuerzo (∆σ 1 = ∆σ 3 ) en condiciones drenadas (∆u = 0) durante la
consolidación de la muestra (segunda etapa del ensayo triaxial). Si σ 1 aumenta en forma
uniaxial y σ 3 se mantiene constante, la trayectoria de esfuerzo en condiciones drenadas (∆u =
0) será C → SD, debido a que σ' = σ, mientras que si se evita el drenado la presión de poros
aumentará a medida que aumente el esfuerzo uniaxial y la trayectoria de esfuerzo será C →
SU, debido a que σ’ = σ – u.

320
CAPITULO 6 Resistencia al corte

σ'1 , σ1

σ1 SD (u1= 0)
u1
σ'1
SU
o
pic
tró

u1
iso

0 σ'3 σ3 σ'3 ,σ
Figura 6.72. Trayectorias de esfuerzos en el espacio (σ' 1 , σ' 3 ) (Whitlow, 1994).

Trayectorias de esfuerzos en el espacio (t', s').

Debido a las ventajas que tiene un análisis mediante las trayectorias de esfuerzos, estas
pueden relacionarse al criterio de falla de los suelos, para lo cual se pueden representar
cómodamente estados de esfuerzo mediante el círculo de Mohr ya que está relacionado a un
criterio de falla.
La Figura 6.70a, muestra la trayectoria de esfuerzos para el caso de la aplicación de una
carga donde se permite el drenado, se observa que los estados de esfuerzos en el sistema se
ubican mediante círculos de Mohr. Las ecuaciones [6.46] y [6.47] dan las coordenadas del
punto de esfuerzo cortante máximo para cada círculo de Mohr en el espacio (t', s').

⋅ (σ '1 +σ '3 )
1
s' = [6.46]
2

⋅ (σ '1 −σ '3 )
1
t' = [6.47]
2

Durante la etapa de carga σ 3 es constante, por lo cual todos los círculos tienen un mismo
punto en común. Al incrementar el esfuerzo axial σ' 1 , los valores de t' y s' aumentan
respectivamente, por lo cual el círculo será cada vez mayor hasta que para un estado de
esfuerzos determinado se producirá la falla. Para dicho estado de esfuerzo se tendrá un valor
de t' y s', la envolvente de falla será tangente a este circulo de falla con un ángulo φ'. Las
flechas que parten de σ' 3 hacia los valores máximos de t’ en cada círculo indican la
trayectoria de esfuerzos durante la etapa de carga en estado drenado. Por lo tanto, la gráfica
de trayectoria de esfuerzo está relacionada con el criterio de falla.
La Figura 6.70b muestra la trayectoria de esfuerzos total y efectiva durante la aplicación
de una carga donde no se permite el drenado. Después de la etapa de consolidación se tiene
un estado inicial de esfuerzo σ' 1 = σ' 3 que será la magnitud OC con drenado completo. La

321
Fundamentos de mecánica de suelos

trayectoria total de esfuerzo estará de nuevo a 45º siguiendo la trayectoria O → ST. Sin
embargo, para el estado drenado la trayectoria del esfuerzo efectivo se curva hacia atrás,
porque s' = s – u, siguiendo la trayectoria C → SE. Bajo condiciones sin drenado en suelo
saturado, la presión de poros se incrementa cuando aumenta σ 1 , entonces los esfuerzos
totales y efectivos (Figura 6.70a) siguen la misma trayectoria: C → ST(SE) durante la carga.

t'

Envolvente de falla
de Mohr Coulomb
ST(SE)

t' = 12 (σ'1 - σ'3 )

φ'

σ'3 s'

s' = 12 (σ'1 + σ'3 )


(a)
t'

u1

SE ST

ESP TSP

φ'
C
O σ'3 σ3 σ'1 σ1 s'

s' 1

s = s' + u
(b)
Figura 6.73. Trayectorias de esfuerzos en el espacio (t', s') (Whitlow, 1994).
(a) Condición drenada. (b) Condición no drenada.

Se puede ilustrar el comportamiento comparativo del suelo bajo esfuerzos crecientes y


decrecientes mediante trayectorias de esfuerzo en el sistema de coordenadas (t', s'). En la
Figura 6.71a se muestra la trayectoria de esfuerzo para un punto por debajo de una fundación
larga de un suelo arcilloso. Durante la construcción que es la etapa de carga, los esfuerzos

322
CAPITULO 6 Resistencia al corte

aumentan rápidamente desde sus valores originales σ 1 y σ 3 en condiciones no drenadas, por


lo cual la presión de poros aumentará una cantidad ∆u siguiendo la trayectoria C → SU.
∆σ

t'

s'2 ∆u

consolidación
SU SD
1
carga 2 ∆σ

t2
C
φ' t1

s'

s1
s2
(a)

σv

σh σh
∆σn
t'
σv excavación

s'2 ∆u

succión
SD SU
1
2 ∆σn

C descarga
φ'
s'

s1
s2
(b)

323
Fundamentos de mecánica de suelos

Figura 6.74. Trayectorias de esfuerzos por descarga en una excavación (Whitlow, 1994).
(a) Condición drenada. (b) Condición no drenada.
Al paso del tiempo, se disipará el exceso de la presión de poros debido al drenado durante
la consolidación (SU → SD). El punto del esfuerzo final queda mas alejado de la envolvente
de falla, lo cual lleva a la conclusión de que a corto plazo la carga sin drenado es más crítica
que la carga sobre terreno drenado en suelos arcillosos bajo una fundación.
En la Figura 6.71b se muestra la trayectoria del esfuerzo para carga sin drenado de un
punto vecino a una excavación. En este caso, una disminución del esfuerzo en la etapa de
descargado, induce a una presión de poros negativa –∆u (succión) y con ello la trayectoria
inmediata sin drenar de esfuerzo es C → SU. En respuesta a la succión, el contenido de
humedad aumentará en forma gradual hasta que se halla reducido el exceso de presión
negativa en los poros, por lo cual la trayectoria de esfuerzos será SU → SD. El punto final
del esfuerzo está mas cerca de la envolvente de falla, por ello la resistencia drenada a largo
plazo es la más crítica en problemas relacionados con la estabilidad de excavaciones y cortes
en pendiente (talud). La envolvente de falla de Mohr-Coulomb es tangente al círculo de
Mohr en un punto que corresponde a los esfuerzos de falla. Por lo tanto, el punto de esfuerzo
(t' f ; s' f ) en este círculo es un parámetro alternativo para la condición de falla. Se puede
definir a la línea que pasa por los puntos de esfuerzo de los círculos de falla como la
envolvente de puntos de esfuerzos de falla, la cual puede utilizarse como criterio alternativo
de la falla, como muestra la Figura 6.72. La envolvente de puntos de falla puede escribirse
como:

t' f = a' + s' f ·tan α' [6.48]

La ecuación [6.48] tiene la misma forma que la ecuación [6.24] de la envolvente de falla
de Mohr-Coulomb. Los parámetros de la envolvente de puntos de esfuerzos de falla se
relacionan con el criterio de Mohr-Coulomb como sigue:

sin φ’ = tan α’ [6.49]

c'·cos α’ = a' [6.50]

τ', t'
envolvente de falla φ'
de Mohr-Coulomb
α'

envolvente de puntos
de esfuerzo de falla

c' a'

σ', s'
Figura 6.75. Envolvente de puntos de esfuerzo de falla (Whitlow, 1994).

Trayectorias de esfuerzos en el espacio (q', p').

324
CAPITULO 6 Resistencia al corte

Los análisis mediante trayectorias de esfuerzo que se describieron anteriormente son útiles
para problemas donde interviene la deformación plana, pero son algo limitados en un sentido
general, porque no pueden representar con facilidad las verdaderas condiciones triaxiales.
Los análisis anteriores consideran el caso donde el esfuerzo axial σ 1 va incrementándose,
mientras que se considera que σ 2 = σ 3 , es decir un sistema biaxial simétrico. Sin embargo, en
la realidad se tiene que σ 1 ≠ σ 2 ≠ σ 3 , lo que es un sistema triaxial verdadero, por lo cual para
un análisis triaxial verdadero, se necesita un sistema de trayectorias de esfuerzos que
satisfaga estas condiciones.
Si se usan el esfuerzo promedio p' y el esfuerzo desviador q' en lugar de s' y t', entonces
se pueden representar con igual facilidad estados de esfuerzo con deformación plana,
biaxialmente simétricos y triaxiales verdaderos. El esfuerzo normal promedio será:

p ' = ⋅ (σ 1 + σ 2 + σ 3 )
1
[6.51]
3
y
p = p' + u [6.52]

El esfuerzo desviador será:

q' = σ' 1 – σ' 3 [6.53]


y
q = q' [6.54]

Para el caso de esfuerzos triaxiales con simetría biaxial utilizados en los ensayos
triaxiales, los esfuerzos serán:

p ' = ⋅ (σ 1 + 2 ⋅ σ 3 )
1
[6.55]
3
y
p = p' + u [6.56]

Mientras que:

q' = σ' 1 – σ' 3 [6.57]


y
q = q' [6.58]

La Figura 6.73 muestra una gráfica en el espacio (q', p') típica de un ensayo triaxial con y
sin drenado. La etapa de consolidación isotrópica sigue la trayectoria O → C, por lo cual en
el punto C se tendrá que:

σ1 = σ2 = σ3
y
u0 = 0

De donde resulta:

325
Fundamentos de mecánica de suelos

p’ 0 = p 0 = σ’ 3 = σ 3

Donde p 0 es la presión de preconsolidación.


Durante la segunda etapa el suelo se ha consolidado totalmente. Al aumentar σ 1
uniaxialmente durante la tercera etapa, la trayectoria del esfuerzo total es C → SD, teniendo
una pendiente dq’/dp’ = 1/3.
Por lo cual puede escribirse:

p ' = ⋅ (σ 1 + 2 ⋅ σ 3 ) = ⋅ (σ 1 − σ 3 + 3 ⋅ σ 3 )
1 1
3 3

Por lo que se tendrá que:

1
p '= ⋅ q '+ σ3
3

Diferenciando, se tiene que:

dp ' 1
=
dq ' 3

Para el estado no drenado, la presión de poros aumenta durante la etapa de carga uniaxial
desde cero hasta u 1 , siguiendo la trayectoria efectiva de esfuerzos C → SU.

q'

envolvente de falla

q'f = M p'f

p'1 u1

SU SD

0 C p'

p'0 = p0= σ3
p1
Figura 6.76. Trayectorias de esfuerzos en el espacio (q', p') (Whitlow, 1994).

326
CAPITULO 6 Resistencia al corte

Se puede definir una envolvente que corresponda a los valores de q' y p’ en el instante de
la falla, que será:

q’ f = M·p’ f [6.59]
Los puntos SU y SD para un determinado estado de esfuerzos que correspondan a la falla,
formarán parte de la envolvente de falla. Note que la envolvente de falla que esta descrita en
la ecuación [6.59], es similar a la envolvente de falla de Mohr-Coulomb, por lo cual se puede
obtener una relación entre M y el ángulo φ' de fricción definido por la envolvente de falla
Mohr-Coulomb correspondiente.
Del círculo de Mohr (Figura 6.70a), cuando c' = 0, se tiene que:

1 2 ⋅ (σ 1 − σ 3 )
sin φ ' =
1 2 ⋅ (σ 1 + σ 3 )

Transponiendo, para despeja la relación σ' 3 /σ' 1 , esta ecuación será:

σ '3 1 − sin φ '


=
σ '1 1 + sin φ '

De la ecuación [6.59], se tiene que:

q' σ '1 −σ '3


M = = [6.60]
p ' 1 3 ⋅ (σ '1 +2 ⋅ σ '3 )

Sustituyendo la expresión:

 1 − sin φ ' 
3 ⋅  σ '1 − ⋅ σ '1 
1 + sin φ '
M =  
2 ⋅ (1 − sin φ ') ⋅ σ '1
σ '1 +
1 + sin φ '

Simplificando, la ecuación [6.60] resulta en:

3 ⋅ (1 + sin φ '− 1 + sin φ ') ⋅ σ '1


M =
(1 + sin φ '+ 2 − 2 ⋅ sin φ ') ⋅ σ '1

Lo que resulta:

6 ⋅ sin φ '
M = [6.61]
3 − sin φ '

Transponiendo, se tendrá que:

3⋅ M
sin φ ' = [6.62]
6+M

327
Fundamentos de mecánica de suelos

Con la ecuación [6.62] puede determinarse la pendiente M de la envolvente de falla del


espacio (p', q') en función al ángulo de fricción del suelo del espacio (τ', σ'). El análisis de la
resistencia al corte del suelo mediante la trayectoria de esfuerzos en el espacio (p', q') es más
amplio, confiable y aceptado a nivel internacional.
8. Modelo del estado critico.

De acuerdo a la naturaleza de las partículas, la porosidad y permeabilidad del suelo, es de


esperar que se produzcan cambios de volumen apreciables cuando el suelo es sometido a
cargas axiales. La rapidez con que se desarrolla este cambio de volumen depende mucho de
la permeabilidad del suelo. Por ejemplo, debido a la alta permeabilidad de una arena los
cambios de volumen que se producen llegan a ser inmediatos, mientras que en el caso de una
arcilla que tiene baja permeabilidad los cambios de volumen pueden ser bastante lentos, esta
cambia su volumen progresivamente en un tiempo considerable.
El cambio de volumen que sufre el suelo por la acción de una carga tiene su debida
importancia, pues afecta significativamente en el comportamiento del suelo. Cuando un suelo
se consolida debido a una carga se incrementa la resistencia al corte de dicho suelo, claro
está que este incremento depende del tipo de suelo, las condiciones de carga (estado drenado
y no drenado) y de cómo los esfuerzos se desarrollan en la etapa de carga (Budhu, 2000).
El criterio de falla de Mohr-Coulomb queda limitado en cuanto a considerar el cambio de
volumen, aunque es ampliamente aceptado y utilizado por su sencillez no considera los
efectos de la deformación volumétrica en el concepto de falla, los parámetros c' y φ' de
resistencia al corte determinados con este criterio no llegan a ser las propiedades
fundamentales del suelo. Si mediante un ensayo triaxial, se han determinado los parámetros
c' y φ', estos únicamente serán válidos si las condiciones en situ son las mismas que las
condiciones asumidas en laboratorio. Para el caso de suelos bastante suelos, la trayectoria de
esfuerzos en el espacio (τ, σ) mostrada en la Figura 6.68, proporciona resultados que pueden
confundir al momento de determinar la combinación de esfuerzos que produce la falla.
Roscoe y Wroth (1958), propusieron por primera vez un modelo que relaciona todos los
cambios que ocurren en el estado de esfuerzo con los cambios de volumen consecuentes a
corto y largo plazo (Whitlow, 1994).
Este modelo se ha ideado con el fin de unir los conceptos elementales de consolidación
(NC y SC) y resistencia al corte. Puesto que los suelos tienen un comportamiento complicado
desde el punto de vista de todas las variantes que ocurren, este modelo presenta mecanismos
matemáticos que proporcionan una simplificación e idealización del comportamiento del
suelo en el estado crítico del suelo, donde para un estado de esfuerzo caracterizado se tendrá
una deformación por corte constante.
Con el tiempo muchos investigadores han desarrollado mejor este modelo, que
actualmente se lo conoce como el modelo del estado crítico o “Cam Clay” (CSM). Este se
desarrolla en un sistema de coordenadas (q, p', e), donde simultáneamente se describen
trayectorias en los espacios (q, p') y (e, p'). Durante el cambio de volumen que experimenta
un suelo, existe un instante que corresponderá a un determinado volumen donde el suelo deje
de responder elásticamente y pasar a un estado elastoplástico, el CSM establece condiciones
y parámetros para determinar cuando el suelo llega a ese estado.
El criterio de falla de Mohr-Coulomb, determina una envolvente de falla que es trazada
con los esfuerzos máximos alcanzados al variar el estado de esfuerzos en el ensayo. De
acuerdo con el modelo de estado crítico, el estado de falla de esfuerzos de Mohr-Coulomb es
insuficiente para garantizar la falla en los suelos. Este modelo establece un límite en el cual a
partir de este estado el suelo comienza a ceder, es decir, que pasa del comportamiento
netamente elástico a uno elastoplástico, a un volumen crítico (Whitlow, 1994).

328
CAPITULO 6 Resistencia al corte

En la Figura 6.74, se muestra análogamente las diferencias que existen entre el criterio de
falla de Mohr-Coulomb graficado en el espacio (t', s') y el modelo de estado crítico (CSM)
trazado en el espacio (p', q).
τ q

co
ríti
c
do
a sta
all e
ef d e
ad ea
íl ne lín
φ'cr

σ' p'
(a)

e e

σ' p'
(b)
e e
Cr κ
Cc

κ
Cr

log σ' ln p'


(c)
Figura 6.77. Parámetros del modelo de estado crítico (Budhu, 2000).
(a) Envolvente de falla. (b) Línea de consolidación. (c) Línea de consolidación normalizada.

329
Fundamentos de mecánica de suelos

En la Figura 6.74a la envolvente de esfuerzos de falla es trazada en el espacio (τ, σ') con
un línea recta de pendiente φ’ cr , mientras que en el CSM la envolvente o generalmente
llamada línea de estado crítico, es también una línea recta trazada en el espacio (p', q) pero
con una pendiente definida como M, que será:

qf
M = [6.63]
p 'f
Donde:
q f = Esfuerzo desviador en el momento de la falla.
p' f = Esfuerzo normal promedio en el momento de la falla.

La Figura 6.74b muestra la línea de consolidación normal trazada en el espacio (e, σ'),
para el caso del CSM esta se traza en el espacio (e, p'). Sin embargo, en la Figura 6.74c se
observa que para conveniencia matemática esta se traza en el espacio (e, ln p') donde las
trayectorias son líneas rectas. Para el caso del CSM la pendiente de la línea de consolidación
normal es definida como λ, la relación de este valor con el coeficiente de consolidación es:

Cc
λ= [6.64]
2.3

En el caso de la línea de expansión o descarga definida como κ, la relación que existe


entre este parámetro y el coeficiente de expansión o recomprensión se escribe:

Cr
κ= [6.65]
2.3

La línea de consolidación normal se abrevia NCL, mientras que la de expansión como


URL. Ambos valores de λ y κ son positivos para la compresión, para la mayoría de los
suelos la relación entre κ/λ varía entre 0.1 a 0.2 (Budhu, 2000).
La relación de sobreconsolidación R 0 para el CSM, se escribe como:

p'c
R0 = [6.66]
p'0
Donde:
R 0 = Relación de sobreconsolidación.
p' c = Esfuerzo efectivo de preconsolidación.
p' 0 = Esfuerzo efectivo inicial o presión de sobrecarga.

La relación de sobreconsolidación R 0 , no debe confundirse con el índice de sobre


consolidación OCR, estos dos valores está relacionados mediante la expresión:

1 + 2 ⋅ K 0NC
R0 = ⋅ OCR [6.67]
1 + 2 ⋅ K 0OC
Donde:
K 0NC = Parámetro de consolidación para suelos normalmente consolidados

330
CAPITULO 6 Resistencia al corte

K 0OC = Parámetro de consolidación para suelos sobreconcolidados.

El parámetro de consolidación K 0 , es:

σ 'h
K0 = [6.68]
σ 'v
Donde:
σ’ h = Esfuerzo efectivo horizontal actuante en la etapa de carga.
σ’ v = Esfuerzo efectivo horizontal durante la etapa de carga.

Superficie de falla.

La idea central en el CSM es que todos los suelos fallan en una única superficie de falla del
espacio q, p', e, lo que significa que para afirmar la falla de un suelo, se debe considerar
tanto el volumen como el estado de esfuerzos. Esta superficie de falla del suelo es
independiente del proceso que haya seguido la etapa de carga.

q
)
SL
(C

CSL
(D)

p'
D
)

(U)
SL

qD L
NC
(C

p'D
(D)
qU (C) U
p'U
C

eD (U) CU = Trayectoria sin drenado.


CD = Trayectoria con drenado.
e U = e0

e
Figura 6.78. Proyección tridimensional de la línea de estado crítico (Whitlow, 1994).

Esta superficie límite se puede considerar como un análogo tridimensional de una


envolvente de falla. Cuando un suelo se encuentra ubicado por debajo de esta superficie, se
considera que tiene un comportamiento elástico, si el suelo se ubica en esta o por encima el
suelo tiene un comportamiento elastoplástico. Cabe señalar que cuando el suelo alcanza un

331
Fundamentos de mecánica de suelos

estado crítico se refiere al instante cuando el suelo empieza a ceder, lo que significa que está
a punto de fallar.
La superficie de falla mostrada en la Figura 6.75 no es más que la proyección de dos
envolventes o líneas de estado crítico, trazadas en los espacios (q, p') y (e, p') como muestra
la Figura 6.76, estas líneas de estado crítico se abreviaran como CSL.

q
M
1

L
CS
u1

C
p'
c
p'

e
e
e0

eΓ 1
CS

λ
NC
L

1
L

C
λ C
eU
U U
NC
L

eD D
D

p' ln p'
Figura 6.79. Líneas de estado crítico en los espacios (q, p') y (e, p') (Whitlow, 1994).

Superficie de fluencia.

La superficie de fluencia en un espacio de esfuerzos, separa el estado de esfuerzos que


producen respuestas elásticas de los estados de esfuerzos que producen respuestas plásticas.
En la Figura 6.77 se representa está superficie en el espacio (q, p') con una forma de
media elipse, que tiene un extremo en el origen de coordenadas, la cual se ajusta
aproximadamente al comportamiento del suelo. El tamaño de está elipse esta definida por la

332
CAPITULO 6 Resistencia al corte

magnitud del esfuerzo de preconsolidación p' c , que definirá una superficie inicial de fluencia
(elipse) para un estado de compresión del suelo. Todos los estados de esfuerzos que se
encuentran dentro la región comprendida por el eje p' y la media elipse, como ser el punto A,
indican que el suelo se comporta elásticamente. Si una combinación de esfuerzos q y p' se
ubica en el límite de la superficie de fluencia como el caso del punto B, el suelo está en un
estado crítico, es decir que está en transición de un comportamiento elástico a plástico,
similar al caso de la fluencia de una barra de acero.

A estado de esfuerzo elástico

Mc B fluencia inicial

C elastoplasticidad

C expansión de la superficie de fluencia


B
superficie inicial de fluencia la en compresión
A

p'c p'
Figura 6.80. Expansión de la superficie de fluencia (Budhu, 2000).

Si una combinación de esfuerzos q y p', queda fuera de la superficie de fluencia inicial


como el caso del punto C, el suelo estará en expansión. Se presentará el caso de expansión
cuando el esfuerzo lateral, resulta ser mayor al esfuerzo vertical. La superficie de fluencia se
ampliará de acuerdo a la ubicación del punto C, pero este al igual que todos los demás
estados, no saldrán de la superficie de fluencia expandida. Esta expansión indica que el suelo
se comporta elastoplásticamente. Si el suelo es descargado de algún estado de esfuerzo y
queda dentro de la superficie expandida de fluencia, el suelo responderá como un material
elástico. Como la superficie de fluencia se expande, de igual manera la región elástica se
expandirá. La superficie de fluencia se expandirá para R 0 ≤ 2 y se contrae cuando R 0 ≥ 2,
cuando el esfuerzo efectivo aplicado excede el esfuerzo inicial de fluencia (Budhu, 2000).
La ecuación para la superficie de fluencia de forma elíptica se escribe:

q2
( p')2 − p'⋅ p'c + =0 [6.69]
M2

Se puede dibujar la superficie inicial de fluencia conociendo el valor del esfuerzo de


preconsolidación p' c y el valor de M.

Línea de falla en el espacio (q, p').

La Figura 6.78, muestra la línea de estado crítico (CSL) en el espacio q/p’, que tiene una
pendiente M, que de acuerdo a la variación del volumen durante la etapa de carga, puede

333
Fundamentos de mecánica de suelos

trazarse de dos formas. La primera forma, donde la pendiente M de la CSL, toma el valor de
M = M C en el caso de compresión, graficándose esta por encima del eje p’. En la segunda
forma para el caso en que se presenta expansión, M toma el valor de M = M e , la CSL se
grafica por debajo del eje p’.

CSL
MC

p'

Me
CSL

Figura 6.81. Formas de la línea de estado crítico (Budhu, 2000).

En la Figura 6.79 se han trazado las trayectorias de una serie de seis ensayos triaxiales de
un mismo suelo. En la primera etapa se saturaron las muestras, mientras que en la segunda
etapa se consolidaron los pares de muestras hasta llegar a un mismo esfuerzo isotrópico de
preconsolidación p’ c . Las trayectorias O → C 1 , O → C 2 , O → C 3 , corresponden a la etapa
de consolidación de cada par de muestras en el espacio (q, p'). En la tercera etapa se aumenta
el esfuerzo principal máximo en la muestra hasta alcanzar el punto cedente. A una muestra
del par se aplicara el esfuerzo desviador permitiendo el drenado (CD) y en la otra muestra
del par se aplicará el esfuerzo desviador impidiendo el drenado. Para el caso de las muestras
drenadas en el espacio (q, p') estas seguirán las trayectorias: C 1 → D 1 , C 2 → D 2 y C 3 → D 3
respectivamente . Mientras que en el caso de las muestras no drenadas (CU), estas seguirán
las trayectorias: C 1 → U 1 , C 2 → U 2 y C 3 → U 3 . Los puntos cedentes alcanzados D 1 , D 2 , D 3 ,
U 1 , U 2 y U 3 en el espacio (q, p') definen y forman parte de la CSL, que será:

q' f = M·p' f

Donde el subíndice f indica que es el instante de la falla, por lo cual a la CSL en el


instante de la falla se la conoce como linea de falla. Las siguientes relaciones que se han
encontrado, relacionan los parámetros M y φ’ cs , con las cuales se puede dibujar la CSL.
Para la compresión, se tiene que:

3⋅ M c
sin φ 'cs =
6 + Mc
O también:

334
CAPITULO 6 Resistencia al corte

6 ⋅ sin φ 'cs
Mc =
3 − sin φ 'cs

D2

U2
D1
U1

C1 C2 C3 p'

e e

C1 C1
eU eU
U1 U1

eD C2 eD D1
D1 C2
U2 U2

D2 C3 D2 C3
U3 NCL U3
NC
CSL L
C
D3 D3 SL

p'1 p'2 p'3 p' ln p'

Figura 6.82. Representación de ensayos triaxiales en el espacio (q, p') (Whitlow, 1994).

Para la expansión se tendrá que:

3⋅ M e
sin φ 'cs = [6.69]
6 − Me

O también:
6 ⋅ sin φ 'cs
Me = [6.70]
3 − sin φ 'cs

El ángulo φ’ cs , es el mismo tanto para la compresión como la expansión, mientras la


pendiente M de la CSL en el espacio (q, p') no es la misma para compresión y expansión. Por
lo cual si resultara que M e < M c , entonces significaría que el esfuerzo desviador de falla de
un suelo en expansión es menor que en compresión para el mismo suelo. Este parámetro
fricional de estado crítico M, es una función de φ’ cs y obtenido de ensayos de corte como el
de corte directo, triaxial y otros (Budhu, 2000).

Línea de falla en el espacio (e, p').

335
Fundamentos de mecánica de suelos

En la Figura 6.79 los puntos C 1 , C 2 y C 3 correspondientes a la etapa de consolidación,


representan la trayectoria de consolidación que sigue cada par de muestras en el espacio (e,
p') y (e, ln p'), que a su vez definen y forman parte de la línea de consolidación normal
(NCL).
Las trayectorias: C 1 → D 1 , C 2 → D 2 y C 3 → D 3 , para el caso drenado y C 1 → U 1 , C 2 →
U 2 y C 3 → U 3 para el caso no drenado, se trazan en el espacio e/p’. Los puntos cedentes D 1 ,
D 2 , D 3 , U 1 , U 2 y U 3 en este espacio, definen y forman parte de la CSL, que es una línea
paralela a la NCL con una pendiente λ. La CSL trazada en el espacio (e, ln p') tiene la forma:

e f = e Γ – λ·ln p'
[6.68]
Donde:
e Γ = Índice de vacíos en la línea de estado crítico, cuando ln p' = 1 kPa.
e f = Índice de vacíos en el instante de la falla.

El índice de vacíos crítico e Γ puede ser determinado a partir del estado inicial del suelo,
en la Figura 6.80 se muestra la trayectoria de una muestra de suelo que ha sido consolidada
isotrópicamente con un esfuerzo efectivo de preconsolidación p' c , luego se la ha descargado
isotrópicamente hasta un esfuerzo efectivo p’ 0 .

336
CAPITULO 6 Resistencia al corte

q
MC

CSL

p'c p'c p'


2
(a)

e e


λ
λ
CSL
CSL
ex X X κ
e0

p'c p'0 p'c p' 1 p'c p'0 p'c ln p'


2 2
(b) (c)
Figura 6.83. Determinación del índice de vacíos en la línea de estado crítico (Budhu, 2000).
(a) Superficie de fluencia. (b) CSL en el espacio (e, p'). (b) CSL en el espacio (e, ln p').
Se considera como X, a la intersección entre la CSL y la línea de descarga o expansión.
El esfuerzo efectivo en X, es p' c /2 y de la línea de descarga el índice de vacíos e x , será:

e X = e0 + (λ − κ ) ⋅ ln
p'c
p'c 2

Donde e 0 es el índice de vacíos inicial. De la línea de estado crítico se dice que:

p'c
e X = eΓ − λ ⋅ ln
2

Igualando estas ecuaciones, se tiene que:

eΓ = e0 + (λ − κ ) ⋅ ln
p'c
+ κ ⋅ ln p'0 [6.69]
2
337
Fundamentos de mecánica de suelos

Conociendo el valor del esfuerzo efectivo de consolidación p’ 0 , el índice de compresión λ


y de expansión κ que pueden ser obtenidos mediante un ensayo de consolidación
unidimensional, con la ecuación [6.69] se puede determinar el índice de vacíos crítico.

Trayectoria de esfuerzos efectiva.

La Figura 6.81 muestra la línea de estado crítico (CSL) y la superficie de fluencia dibujada
para un suelo. La trayectoria de esfuerzos efectiva abreviada como ESP, describe la
respuesta del suelo en el espacio (q, p'), (e, p') y (e, ln p') cuando es sometido a esfuerzos.
Las trayectorias de esfuerzos efectivas (ESP) con pendientes menores que la CSL, no
producen falla, pues estas nunca interceptan a esta línea, como la trayectoria OA en la Figura
6.81. En cambio, el suelo falla cuando una ESP, logra que el suelo NC o ligeramente
consolidado se comporte como un suelo sobreconsolidado, como la trayectoria OB en la
Figura 6.81.

q
Mc

CSL
ESP
B A
fluencia
falla

O p'c p'
Figura 6.84. Trayectoria de esfuerzos efectivos (Budhu, 2000).

Esta trayectoria de esfuerzos efectivos, puede presentarse durante la excavación de un


suelo, donde el suelo primero fluirá y luego fallará (Budhu, 2000).
Superficie de Roscoe.

En el caso de un suelo ligeramente sobreconsolidado donde 1 ≤ R 0 ≤ 2 y suelos normalmente


consolidados, la trayectoria de esfuerzos efectivos comenzará en un punto L situado entre las
líneas NCL y CSL como muestra la Figura 6.82, es decir, con un índice de vacíos y en un
contenido de humedad mayor a del estado crítico. Bajo carga sin drenado, la trayectoria de
esfuerzos será L → UL, donde no existirá variación en el índice de vacíos y en el caso de
carga con drenado la trayectoria será L → DL.

338
CAPITULO 6 Resistencia al corte

q
L
CS

S
UH
DH

RH

H p'
NC

e
CS

L
L

DH

H UH S

SL

p'c p'm ln p'


Figura 6.85. Superficie de Roscoe en suelo muy sobreconsolidado (Whitlow, 1994).

Las trayectorias de esfuerzos efectivos (ESP) para suelos ligeramente sobreconsolidados,


se ubican en una superficie tridimensional cuyos límites son la CSL y NCL. A esta superficie
límite de estado se la llama la superficie de Roscoe. La posición de la trayectoria de esfuerzo
efectivo (ESP) en la superficie de Roscoe lo determina el esfuerzo de preconsolidación p' c .
Superficie de Hvorslev.

En el caso de un suelo muy sobreconsolidado, R 0 > 2, la consolidación alcanzará un estado


de esfuerzos sobre la línea de expansión por debajo de la CSL, representado con un punto H
en la Figura 6.83. Bajo carga sin drenado donde el índice de vacíos se mantiene constante, la
trayectoria de esfuerzos efectivos será H → UH, siendo UH un punto sobre la CSL que pasa
por el origen en (q, p'). Después de la fluencia, la ESP continuará con mayor deformación a
lo largo de una recta TS hasta encontrar a la CSL en S. El estado crítico solo se alcanzará en
la parte de suelo vecina a las superficies de deslizamiento que se puedan desarrollar.

339
Fundamentos de mecánica de suelos

Mientras mayor sea el esfuerzo de preconsolidación, mayor será la deformación necesaria


para llevar al suelo a su estado crítico (Whitlow, 1994).

M
1
lev
H vors
sión

ed e S

su
rfici

pe
supe
o ten

rfi
cie
T 1
de n

de
Rosc
corte

oe
1

0 C p'
e
e0

NC
eΓ L
CS

1
L

1
eκ SL
λ
1
κ

p'm p'
Figura 6.86. Superficie de Hvorslev en un suelo muy sobreconsolidado (Whitlow, 1994).

En condiciones de carga con drenado el suelo muy sobreconsolidado se expande y este


continua aumentando de volumen hasta la cedencia. La ESP será H → DH, siendo DS un
punto de falla también ubicado sobre la línea TS. Después de la cedencia, este aumento de
volumen logra que los esfuerzos caigan hasta un valor residual RH que puede ubicarse por
debajo de la CSL. En consecuencia, el suelo adyacente a los planos de deslizamiento se
tornará más débil.
Por consiguiente, la línea TS representa una superficie límite de estado que gobierna la
fluencia en los suelos muy sobreconsolidados, está recibe el nombre de superficie de
Hvorslev. La línea OT en el espacio (q, p') representa una superficie límite, este límite
representa el estado de cero esfuerzo de tensión (σ’ 3 = 0) que se supone que es el límite para
los suelos y se llama corte de no tensión. La ecuación para la línea de corte no tensión (OT)
será:

340
CAPITULO 6 Resistencia al corte

q = 3·p’
[6.70]

La superfice de Roscoe, se escribe:

e −e 
q = H ·p '+(M − H )·exp Γ 0  [6.71]
 λ 

La superficie de Hvorslev será:

 e − e − ln p ' 
q = M ·p '⋅1 + Γ 0  [6.72]
 λ −κ 

Superficie límite de estado.


La Figura 6.84 muestra una vista tridimensional en el espacio (q, p', e) de la superficie límite
de estado completa.

q
S
p'

T
S

N
T
v

S N
T

e
Figura 6.87. Aspecto tridimensional de la superficie límite de estado (Whitlow, 1994).
Donde SS es la CSL, NN es la NCL y las tres superficies que componen que componen la
superficie de fallas son:

VVTT = corte de no tensión.


TTSS = superficie de Hvorslev.
SSNN = superficie de Roscoe.

341
Fundamentos de mecánica de suelos

Las trayectorias de esfuerzo para un suelo normalmente consolidado quedarán en la


superficie de Roscoe, mientras que las trayectorias de esfuerzos para suelos
sobreconsolidados quedarán por debajo de ella y progresivamente más alejadas a medida que
aumenta el esfuerzo de preconsolidación.
La Figura 6.85, muestra una gráfica normalizada (si se dividen los esfuerzos q y p' entre
el esfuerzo de preconsolidación, se dice que están normalizados) de (q/p' c ) versus (p'/p' c ),
que representa una proyección de volumen constante de la superficie límite de estado
completa. Así, para un suelo normalmente consolidado las trayectorias de esfuerzo pasan por
la superficie de Roscoe alcanzando a la CSL en S. Si hay sobreconsolidación, las trayectorias
de esfuerzo comienzan entre E y C. Los suelos ligeramente sobreconsolidados son menos
densos y más húmedos que en su estado crítico y sus trayectorias de esfuerzos efectivas (L →
S) alcanzan a la CSL desde abajo. Los suelos muy sobreconsolidados son más densos y más
secos que en su estado crítico y sus trayectorias de esfuerzo comienzan entre O y E antes de
curvarse ligeramente en dirección opuesta a medida que se elevan hacia la superficie de
Hvorslev. Después siguen esa superficie si la deformación prosigue sin drenado, o se
regresan ligeramente cuando hay drenado.

q/q

S
lev
vors lín
cie de H ea
perfi de
de su
línea
su
pe
rfi
ci

T
e
de
Rosc
oe

H H H E L L C
p'/p'
OCR
(tipicamente)
25 10 5 2.5 2 1.5 1.0

muy sobreconsolidado ligeramente sobreconsolidado


menor humedad que la crítica mayor humedad que la crítica
Figura 6.88. Superficie límite de estado normalizada (Whitlow, 1994).

De la Figura 6.85 se pueden reconocer tres estados de esfuerzo diferentes que alcanzan
los suelos muy sobreconsolidados. El esfuerzo máximo cortante se alcanza cuando la
trayectoria de esfuerzos efectivos invade la superficie de Hvorslev, el estado crítico se
presenta en la CSL y por último, después de grandes deformaciones, en especial a los largo
de superficies de deslizamiento, el estado de esfuerzos de falla regresa a un valor residual
menor.
8.1. Suelos normalmente consolidados y ligeramente sobreconsolidados en estado
drenado.

Como primer paso para predecir como una muestra de suelo de índice de vacíos inicial e o
responderá cuando es ensayada bajo condiciones drenádas en el aparato triaxial (CD), la
muestra en el ensayo CD tiene que ser isotrópicamente consolidada manteniendo la presión

342
CAPITULO 6 Resistencia al corte

en la celda constante. Luego de consolidar la muestra hasta un esfuerzo efectivo medio


máximo p′ c , entonces la muestra es descargada hasta un esfuerzo efectivo medio p′ o de tal
manera que R o = p′ c / p′ o < 2. La Figura 6.86 muestra las trayectorias de esfuerzos de un
ensayo triaxial CD, en la Figura 6.86b se traza la curva AB en el espacio (e, p'), que
corresponde a la etapa de consolidación, esta línea es la línea de consolidación normal de
pendiente λ.

q q

S
F
qf F

CSL 3
ESP
E 1
E

O C B G p' C ε1

p'f
(a) (c)

e ε1
A e =Σ ∆e
O

C C
C' B D
D
E
E G
CSL
ef
ef F
F

p'0 p'E p'c p'G p'


(b) (d)
Figura 6.89. Predicción de resultados de un ensayo CD usando el MSC (Budhu, 2000).
(a) Superficie de fluencia. (b) Trayectoria de carga/descarga. (c) Deformación debido al
esfuerzo desviador. (d) Variación del índice de vacíos respecto a la deformación.
Debido a que se aplica una carga isotrópica, la linea AB en la Figura 6. 86b es
denominada línea de consolidación isotrópica. Se reconoce que la línea BC de la Figura
6.86b resulta ser la línea de expansión o de carga/descarga de pendiente κ. Con el esfuerzo
efectivo de preconsolidación se traza la superficie inicial de fluencia. Una media elipse es
dibujada en la Figura 6.86a, que representa la superficie de fluencia inicial de compresión.

343
Fundamentos de mecánica de suelos

La línea OS representa la línea de estado crítico (CSL) en el espacio (q, p′) mostrada en la
Figura 6.86a y de forma similar la línea de estado crítico (CSL) en el espacio (e, p′) en la
Figura 6.86b.
A la muestra de suelo que se encuentra con en un esfuerzo efectivo p' 0 se le va
incrementando progresivamente el esfuerzo axial, manteniendo la presión de la celda σ 3 ,
constante y permitiendo el drenado de la muestra. La trayectoria de esfuerzos efectivos para
el ensayo CD tiene una pendiente q/p′ = 3. Esta trayectoria de esfuerzos efectivos (ESP) se
muestra representada en la Figura 6.86a por la línea CF. La trayectoria de esfuerzos
intercepta a la superficie inicial de fluencia en un punto denominado D. Todos los estados de
esfuerzos desde C a D dentro de la superficie inicial de fluencia y desde C a D en la
trayectoria de esfuerzos efectivos, se comportan elásticamente. Asumiendo un
comportamiento lineal elástico del suelo, se puede dibujar la línea CD en el espacio (q, ε 1 ) ,
para representar la respuesta elástica esfuerzo-deformación. La línea BC en el espacio (e, p′)
representa la línea de expansión o de carga/descarga, la respuesta elástica se dará a lo largo
de esta línea. El cambio en el índice de vacíos es ∆e = e C – e D (Figura 6.86b) y puede
graficarse la respuesta en el espacio (q, ε 1 ) descrito por CD en la Figura 6.86d.
Las cargas adicionales a D a lo largo de ESP causa que el suelo fluya, en ese caso la
superficie inicial de fluencia se expande (Figura 6.86a) y la respuesta esfuerzo-deformación
es una curva (Figura 6.86c) debido al comportamiento elasto-plástico del suelo. Para un
punto arbitrario E a lo largo de la trayectoria de esfuerzos efectivos, el tamaño del eje mayor
de la superficie de fluencia es p′ G correspondiente al punto G en el espacio (e, p′).
El cambio total en el índice de vacíos cuando se carga la muestra de D a E es DE cómo se
muestra en la Figura 6.86b. Donde E esta situado en la superficie de fluencia correspondiente
a un esfuerzo efectivo medio p′ E , luego E debe estar sobre la línea de descarga, EC’,
mostrado en la Figura 6.86b. Si se descarga la muestra de E hasta C, el suelo seguirá la
trayectoria de descarga EC’, paralela a BC que se presenta en la Figura 6.86b. Se incrementa
el esfuerzo a lo largo de la trayectoria de esfuerzos efectivos hasta que el suelo falle. Para
cada incremento se puede graficar la curva de esfuerzo-deformación y la trayectoria seguida
en el espacio (e, p′). La falla ocurre cuando la trayectoria de esfuerzos efectivos intercepta la
línea de estrado crítico que se indica con F en la Figura 6.86a. Los esfuerzos en instante de la
falla son p′ f , q′ f (Figura 6.86a) y el índice de vacíos e f en la falla (Figura 6.86b). Para cada
incremento de carga se puede determinar ∆e y graficar ε 1 versus Σ∆e como se muestra en la
Figura 6.86d.

8.2. Suelos normalmente consolidados y ligeramente sobreconsolidados en estado


no drenado.
En un ensayo triaxial CU a diferencia de un ensayo CD luego de la etapa de consolidación de
la muestra se conoce que para la condición no drenada el volumen del suelo se mantiene
constante, siendo ∆e = 0 y la trayectoria de esfuerzos efectivos para esfuerzos que producen
una respuesta elástica es vertical, debido a que el cambio en el esfuerzo efectivo ∆p′ es cero
para suelos lineales y elásticos.
Debido a que el cambio de volumen es cero, el esfuerzo efectivo en la falla puede ser
representado por una línea horizontal desde el índice de vacíos inicial hasta interceptar la
línea de estado crítico (CSL) en el espacio (e, p′), representado por CF en la Figura 6.87b.
Proyectando una línea vertical desde el esfuerzo efectivo en la falla en el espacio (e, p′) hasta
la línea de estado crítico en el espacio q, p′ se obtiene el esfuerzo desviador en la falla como
se observa en la Figura 6.87a. Los esfuerzos de fluencia pueden ser encontrados mediante la

344
CAPITULO 6 Resistencia al corte

interceptando de la trayectoria de esfuerzos efectivos (CD) y la superficie inicial de fluencia.


Los puntos C y D coinciden en el espacio (e, p′) como se muestra en la Figura 6.87b, debido
a que ∆p′ = 0 para suelos normalmente consolidados y ligeramente sobreconsolidados, la
trayectoria de esfuerzos (ESP) luego de la fluencia inicial (punto D, Figura 6.87a) se curva
hacia la línea de estado crítico del mismo modo que el incremento significativo del
incremento de presión de poros.

q q

CSL

G
TSP

∆u f F
F
E
E
D D
ESP

ε1
O C p', p C
(a)
(c)

e ∆u
A

CSL

F B
E C
D E F
D

p'f p'c ε1
p'
(b) (d)
Figura 6.90. Predicción de resultados de un ensayo CU (R 0 ≤ 2) en el CSM (Budhu, 2000).
(a) Superficie de fluencia. (b) Trayectoria de carga/descarga. (c) Deformación debido al
esfuerzo desviador. (d) Variación de la presión de poros respecto a la deformación.

La trayectoria de esfuerzos totales tiene una pendiente de 3 y es representado por CG en


la Figura 6.87b. La diferencia del esfuerzo medio entre la trayectoria de esfuerzos totales y
efectivos representa el cambio en el incremento de la presión de poros. La intersección de la
trayectoria de esfuerzos totales y la línea de estado crítico no representa la falla debido a que
la falla y la deformación del suelo dependen del esfuerzo efectivo. Mediante la proyección,

345
Fundamentos de mecánica de suelos

se puede graficar la respuesta esfuerzo-deformación y el incremento de presión de poros


versus la deformación como se muestra en la Figura 6.87c y d.

8.3. Suelos sobreconsolidados en estado drenado y no drenado.

Anteriormente se ha considerado un suelo ligeramente sobreconsolidado cuando R 0 < 2, los


suelos sobreconsolidados presentan R 0 > 2. Para este tipo de suelos se cumple la condición
de p’ c > 2·p’ 0 , es decir que la presión efectiva de preconsolidación debe ser mucho mayor a
la del esfuerzo actuante actual o de sobrecarga. Este estado es representado por el punto C en
la Figura 6.88a y b. Los suelos sobreconsolidados tienen un estado inicial de esfuerzos que
se encuentra a la izquierda de la línea de estado crítico en el espacio (e, p'). La ESP para un
ensayo CD tiene una pendiente de 3 e intercepta a la superficie inicial de fluencia en D. Por
lo cual, desde C a D el suelo se comporta elásticamente ilustrado con la trayectoria CD en la
Figura 6.88b y c. La intersección de la ESP con la CSL es en F como indica la Figura 6.88a).
La superficie de fluencia se contraerá mientras el suelo es cargado hacia la falla.

q ESP q
S

CSL

D D
q'p
F F
q'f

O C
p' C ε1
(a) (c)

e
εp

A
+

D
C
ε1

_ F
C
D
B

CSL
CSL

p'o p'c p'


(b) (d)
Figura 6.91. Predicción de resultados de un ensayo CD (R 0 > 2) en el CSM (Budhu, 2000).
(a) Superficie de fluencia. (b) Trayectoria de carga/descarga. (c) Deformación debido al
esfuerzo desviador. (d) Variación de la presión de poros respecto a la deformación.
La fluencia inicial por esfuerzo de corte es análoga al esfuerzo de corte pico para suelos
dilatantes. En el punto D, el suelo se expande (Figura 6.88b y d) el esfuerzo disminuye como
muestra la Figura 6.88c hasta la falla en F.

346
CAPITULO 6 Resistencia al corte

El CSM, asume un comportamiento como material elástico a los suelos


sobreconsolidados, hasta el esfuerzo pico de corte. Pasado el esfuerzo pico de corte, el suelo
responde como material elastoplástico, las cargas aplicadas en este estado disminuyen hacia
la CSL. En realidad el CSM, muestra que los suelos sobreconsolidados a muy
sobreconsolidados se comportan elastoplásticamente (Budhu, 2000).
En el caso de un ensayo CU en suelos sobreconsolidados, la trayectoria que lleva a la
falla en el espacio (e, p') es CF como muestra la Figura 6.89b. La fluencia inicial se alcanza
en el punto D y en el punto F la falla. El exceso de presión de poros en la fluencia inicial es
∆u y , y en la falla ∆u f , que se muestra intercalado en la Figura 6.89b. El exceso de presión de
poros en la falla es negativo, lo que significa que p' f > p f .

q
q TSP TSP

CSL
3 ∆u y
CSL
D
1 ∆uf

∆u y F

El exeso de presión de poros en D


qp D
la falla es negativo F
qf
F qf

O p', p ε1
C p'f pf
(c)
(a)

e A ∆u

+
D

C
F ε1
C, D F
B
_
CSL

p'

(b) (d)
Figura 6.92. Predicción de resultados de un ensayo CU (R 0 ≥ 2) en el CSM (Budhu, 2000).
(a) Superficie de fluencia. (b) Trayectoria de carga/descarga. (c) Deformación debido al
esfuerzo desviador. (d) Variación de la deformación volumétrica ε p respecto a la
deformación.

Algo que no debe pasar desapercibido es que la línea de estado crítico (CSL), sirve como
una barrera que separa los suelos normalmente consolidados y ligeramente
sobreconsolidados de los suelos sobreconsolidados. Los estados de esfuerzos que se
encuentren en el lado derecho de la CSL estarán en compresión, estos esfuerzos endurecerán

347
Fundamentos de mecánica de suelos

el suelo. Los estados de esfuerzo que estén en el lado izquierdo de la CSL estarán en
expansión, estos esfuerzos ablandarán el suelo (Budhu, 2000).
Por otro lado, si se comparan las respuestas de suelos en los ensayos drenados y no
drenados obtenidas en el CSM, puede observarse que los ensayos drenados el esfuerzo de
compresión lleva a un valor positivo el exceso de presión de poros. Mientras que el esfuerzo
en el ensayo no drenado no solo ocasionan la expansión, sino que lleva a un valor negativo el
exceso de presión de poros. El modelo de estado crítico, predice que los esfuerzos en suelos
normalmente consolidados y sobreconsolidados lo endurecen y luego fallan. Mientras que en
el caso de suelos sobreconsolidados, los esfuerzos lo ablandan y luego falla (Budhu, 2000).

8.4. Ensayo triaxial drenado.

En los ensayos triaxiales CD en el CSM para suelos donde se cumple que R 0 ≤ 2, la muestra
es consolidada con un esfuerzo de preconsolidación p’ c y descargado isotrópicamente a un
esfuerzo efectivo p’ 0 como muestra la trayectoria de esfuerzos en la Figura 6.90.

q
imposible estado de esfuerzos ESP = TSP

3
M
1
línea de falla
qf F
3
1
B

A
O p'0 p'f p'C p'
(a)

estados imposibles

A
e0
B

ef
F línea de falla

p'
(b)
Figura 6.93. Falla en ensayos CD (Budhu, 2000).
(a) Superficie de fluencia. (b) Trayectoria de carga/descarga.

348
CAPITULO 6 Resistencia al corte

La pendiente de la ESP es igual a la de la trayectoria de esfuerzos totales (TSP) que es


3:1, como muestra la trayectoria AF en la Figura 6.90a. La ESP interceptará a la línea de
estado crítico en F. Donde se determinará el esfuerzo en F. La ecuación de la ESP será:

q f = 3·(p' f – p' 0 )
[6.73]

La ecuación de la línea de estado crítico con el valor genérico de la pendiente M, siendo


Mc para compresión y Me para expansión, se escribe:

q f = M·p' f

Para encontrar la intersección entre la ESP y CSL, se resuelven sus ecuaciones, por lo
cual se tendrá que:

3·p '0
p'f = [6.74]
3− M
y
3·M ·p'0
qf = [6.75]
3− M

Las ecuaciones [6.74] y [6.75] describen el estado de esfuerzos en el momento de la falla.


A partir de estas ecuaciones puede definirse ciertos límites. Si el valor de M = M c = 3,
entonces p' f y q f llegan a estar indeterminados. Por lo cual M c no puede tomar el valor de 3.
Si Mc > 3, entonces p' f es negativo y q f es negativo, ya que estos valores no pueden ser
negativos se deduce que el valor de M c no puede ser mayor a 3. Por consiguiente, existe una
región de improbabilidad para los estados de esfuerzo determinada por el eje de esfuerzo
desviador q, el origen de coordenadas y una pendiente q/p' = 3. Para ensayos donde se
presenta expansión la pendiente bordeadora es q/p' = –3, los suelos que están a la derecha de
la NCL son imposibles (Figura 6.90b). Se han definido regiones en el espacio (q, p') y (p',e)
donde no pueden existir suelos, debe tenerse cuidado en este detalle cuando se realicen
ensayos triaxiales.

8.5. Ensayo triaxial no drenado.

En un ensayo no drenado, no existe un cambio de volumen (∆V = 0), por lo cual ∆ε p = 0


o ∆e = 0, como se ve en la Figura 6.91, por lo cual:

e f = e 0 = e Γ – λ·ln p' f [6.76]

Reordenando la ecuación [6.76] se tiene que:

e −e 
p 'f = exp Γ 0  [6.77]
 λ 

Considerando que q f = M·p' f , entonces se escribe:

349
Fundamentos de mecánica de suelos

e −e 
qf = M ⋅ exp Γ 0  [6.78]
 λ 
Para el caso de un ensayo CU, la trayectoria de esfuerzos totales (TSP) tiene una
pendiente de 3 mostrada en la Figura 6.91. En el rango elástico de esfuerzos, la ESP es
vertical (∆p' = 0) hasta el esfuerzo de fluencia, luego esta se curva hacia la línea de estado
crítico debido a que la presión de poros incrementa considerablemente después de la
fluencia.

3 CSL

1 TSP
3
∆u f 1
F
qf
ESP
qf B

A
p' p'0 p'C p'

e e
imposible estado
de esfuerzos

F A, B
e0= e f
F A, B

CSL
CSL

p' 1 ln p'
Figura 6.94. Falla en ensayos CU (Budhu, 2000).

El parámetro de resistencia al corte no drenado c u será la mitad del esfuerzo desviador en la


falla, por lo que se escribe:

M e −e 
c= ⋅ exp  Γ 0  [6.79]
 λ 
u
2

Para un suelo los parámetros M, λ, y e Γ son constantes, por lo que la única variable en la
ecuación [6.79] es el índice de vacíos inicial e 0 . Por consiguiente, el parámetro de resistencia
al corte no drenado de un suelo saturado en particular depende solo del índice de vacíos
inicial o el contenido inicial de agua.

350
CAPITULO 6 Resistencia al corte

Puede usarse la ecuación [6.76] para comparar el esfuerzo de corte no drenado de dos
muestras para un mismo ensayo de suelo con diferentes índices de vacíos o hasta predecir el
parámetro de resistencia al corte no drenado de una muestra si se conoce el parámetro de
resistencia al corte no drenado de la otra. Si se considera dos muestras de suelo A y B de un
mismo suelo, la relación de los parámetros de resistencia al corte no drenado, será:

  eΓ − e0 
exp  λ 
( cu ) A    A
=
( cu )B   eΓ − e0 
exp  λ 
   B

Simplificando, se tiene que:

( cu ) A  ( e0 ) B − ( e0 ) A 
= exp  
( cu )B  λ 

Para suelos saturados, se sabe que e 0 = ω·G s , entonces está última expresión puede
escribirse:
( cu ) A  G ⋅ (ωB − ω A ) 
= exp  s  [6.80]
( u )B
c  λ 

Ya que la ecuación [6.80] está en función al contenido de humedad, se puede observar


que si el en el contenido de agua de ambas muestras de suelo son distintas entonces (w B –
w A ) ≠ 1, lo que significa que el parámetro de resistencia al corte no drenado (c u ) será distinto
para un contenido de humedad diferente en un mismo tipo de suelo. Si la muestra es extraída
de campo debe tenerse especial cuidado en mantener el mismo contenido de humedad.
Para arcillas sobreconsolidadas (R 0 > 2) o arenas densas, el esfuerzo de corte pico (q p ) es
igual al esfuerzo inicial de fluencia en D (Figura 6.91). El CSM predice que los suelos
cuando R 0 > 2, se comportarán elásticamente hasta el esfuerzo de corte pico (esfuerzo inicial
de fluencia). Si se sustituye: p' = p' 0 y q = q 0 en la ecuación. [6.69] de la superficie de
fluencia, se obtiene:
2
( p'0 )2 − p'0 ⋅ p'c + q p2 = 0
M

Despejando q p , se tiene que:

p'c
q p = M ⋅ p'0 ⋅ −1
p'0

Esta expresión puede escribirse:

q p = M ⋅ p '0 ⋅ R0 − 1 [6.81]

La ecuación [6.81] es válida únicamente para suelos sobreconsolidados con R 0 >2. De


manera similar, para estos suelos el parámetro de resistencia al corte no drenado será:

351
Fundamentos de mecánica de suelos

M
cu = ⋅ p '0 ⋅ R0 − 1 [6.82]
2
El exceso de presión de poros en la falla (∆u f ) es determinado con la diferencia entre el
esfuerzo total y el esfuerzo efectivo en la falla, que será:

∆u f = p f – p' f

De la TSP, se tiene que:

qf
pf = p'0 +
3

Por consiguiente:

M  e −e 
∆u f = p'0 + − 1 ⋅ exp Γ 0  [6.83]
 3   λ 

8.6. Rigidez del suelo.

Los parámetros que caracterizan la rigidez del suelo como ser el módulo de elasticidad E', el
módulo de corte G y el módulo K', generalmente son obtenidos de ensayos triaxiales o de
otro ensayo de corte. El CSM permite obtener una estimación de estos valores, utilizando
valores de los ensayos de consolidación isotrópica. En la Figura 6.92 se representa a e κ como
el índice de vacíos en la línea de expansión (descarga/recarga) para p' = 1 que es la unidad de
esfuerzo. La trayectoria de expansión BC es reversible, la cual es una característica de los
materiales elásticos.

e
A

C

κ B

1 ln p'
Figura 6.95. Respuesta del suelo a la carga y descarga/recarga (elástica) (Budhu, 2000).

El módulo volumétrico K' se expresa:

352
CAPITULO 6 Resistencia al corte

p '⋅(1 + e0 )
K'= [6.84]
κ
El módulo de elasticidad E’ se escribe:

3 ⋅ p '⋅(1 + e0 ) ⋅ (1 − 2 ⋅ν ' )
E' = [6.85]
κ

Donde ν’, es el módulo de Poisson. Por consiguiente, el módulo de corte G se expresa:

1.5 ⋅ p '⋅(1 + e0 ) ⋅ (1 − 2 ⋅ν ')


G= [6.86]
κ ⋅ (1 + ν ')

Las ecuaciones [6.84] a [6.85] muestran que los valores de K’, E’ y G, están en función al
esfuerzo efectivo promedio p' y a los parámetros e 0 y κ del CSM. Lo que significa, que con
un ensayo de consolidación y los parámetros del CSM, pueden tenerse buenas estimaciones
de estos parámetros tanto para suelos normalmente consolidados como sobreconsolidados.
La rigidez del suelo es influenciada por la aplicación de un aumento de la deformación
por corte. Un incremento en la deformación por corte tiende a disminuir en los valores de G
y E’, mientras que el incremento de deformación volumétrica conducirá a una disminución
en K’. El incremento de la deformación disminuye en la rigidez del suelo (Budhu, 2000).
G, K', E'

Deformaciones
pequeñas Deformaciones intermedias Deformaciones grandes

0.001 1 γ, εp, εd (%)


Figura 6.96. Variación de los parámetros de rigidez según a la deformación (Budhu, 2000).

La Figura 6.93 muestra gráficamente como disminuye la rigidez con el incremento de la


deformación. Pueden distinguirse tres secciones para deformaciones por corte pequeñas (γ o
ε d generalmente < 0.001%), donde la rigidez del suelo se mantiene casi constante
comportándose como un material linealmente elástico. Para una deformación por corte
intermedia comprendida entre 0.001% y 1%, la rigidez del suelo disminuye
significativamente y el suelo se comporta elastoplásticamente (no lineal). Para
deformaciones grandes (γ > 1%), la rigidez del suelo disminuye lentamente acercándose al
estado crítico, el suelo se comporta como un fluido viscoso.

353
Fundamentos de mecánica de suelos

Dentro la parte práctica en la mecánica de suelos, las deformaciones del suelo están en el
rango intermedio, generalmente γ < 0.1% (Budhu, 2000).
Puede utilizarse también relaciones empíricas para determinar el módulo de corte G del
suelo, Jamiolkowski (1991) presento una fórmula empírica aplicable a arcillas, que se
escribe:

⋅ (R0 ) ⋅ p '
198
G=
a
[6.87]
e1.3

El valor de G de la ecuación [6.87] se expresa en MPa. El valor de la constante a, está en


función al índice de plasticidad (IP) del suelo, este se obtiene de la Tabla 6.9.

Tabla 6.9. Valores de a. (Jamiolkowski, 1991)


IP (%) a
0 0
20 0.18
40 0.3
60 0.41
80 0.48
≥ 100 0.5

Para el caso de arenas, Seed and Idriss (1970) presentaron una relación empírica válida
para estos suelos, que se escribe:

G = k1 ⋅ p ' [6.88]

El valor de G de la ecuación [6.88] es expresado en MPa. La constante k 1 puede ser


obtenida a partir del índice de vacíos o de la densidad relativa del suelo. La Tabla 6.10
muestra los valores que toma el coeficiente k 1 .

Tabla 6.10. Valores de k 1 (Seed & Idriss, 1970).


e k1 Dr % k1
0.4 484 30 235
0.5 415 40 277
0.6 353 45 298
0.7 304 60 360
0.8 270 75 408
0.9 235 90 484

8.7. Deformaciones en el modelo de estado crítico.

8.7.1. Deformación volumétrica.

El cambio total en deformación volumétrica, consiste en dos partes: la parte recuperable


(elástica) y la parte no recuperable (plástica). La expresión que describe el cambio total de
volumen por deformación, se escribe:

∆ε p = ∆εe p + ∆εp p [6.89]

354
CAPITULO 6 Resistencia al corte

Donde:
∆ε p = Cambio total de deformación volumétrica.
∆εe p = Cambio de deformación volumétrica elástica.
∆εp p = Cambio de deformación volumétrica plástica.

Los superíndices e y p denotan comportamiento elástico y plástico respectivamente. En la


Figura 6.94 una muestra de suelo que ha sido consolidada isotrópicamente con un esfuerzo
efectivo p' c y descargada a un esfuerzo efectivo p' 0 , representado por la trayectoria ABC
(Figura 6.94a y b). En un ensayo CD el suelo fluirá a D.

q, εq

CSL ESP

∆εp
∆ε pp

D ∆ε pp

C B
p'o p'D p'c p', εp
(a)

e
e
A
eD D

D'
eE E

eD C D p'D p'E p'


B
eE D'
E

p'E p'
(b)
Figura 6.97. Determinación de la deformación plástica (Budhu, 2000).
(a) Superficie de fluencia. (b) Trayectoria de carga/descarga.

355
Fundamentos de mecánica de suelos

Se permite un pequeño incremento de esfuerzo representado por la trayectoria DE que


causa que la superficie de fluencia se expanda como se muestra en la Figura 6.94a.
El cambio en el índice de vacíos (∆e) para este incremento de esfuerzo es: ∆e = |e E – e D |
este valor que mide la variación debe ser positivo (Figura 6.94b) y el correspondiente cambio
total de la deformación volumétrica ∆ε p será:

 eE − eD 
∆e  = λ ⋅ ln E
p'
∆ε p = =   1+ e [6.90]
1 + e0  1 + e0  0 p 'D

La componente de la deformación volumétrica elástica es representada por la trayectoria


ED’, donde el suelo es descargado de un valor de esfuerzo previo E hasta D’. La expansión
ocurre a lo largo de una línea de carga/descarga asociada con el máximo esfuerzo efectivo
para la superficie de fluencia cuando comienza la descarga. El cambio elástico de
deformación volumétrica de E a D es:

∆ε ep =
∆e (e − eE ) = κ ⋅ ln p' E
= D [6.91]
1 + e0 1 + e0 1 + e0 p' D

Con la ecuación [6.91] se calcula la deformación de E a D’ durante la expansión. Sin


embargo, también puede utilizarse para calcular la compresión de D’ a E. Por otro lado el
cambio de deformación volumétrica elástica se determina con la expresión:

∆p '
∆ε ep = [6.92]
K'

El cambio de deformación volumétrica plástica se determina con la expresión:

 λ −κ  p'
∆ε pp = ∆ε p − ∆ε ep =   ⋅ ln E [6.93]
 1 + e0  p' D

En condiciones no drenadas no existe un cambio de volumen, por lo cual el cambio total


de volumen es cero. Por consiguiente, de la ecuación [6.93] se dice que:

∆εe p = -∆εp p [6.94]

8.7.2. Deformación por corte.

Para determinar la deformación por corte, se asume que la resultante del incremento de
deformación plástica ∆εp para un incremento de esfuerzo es normal a la superficie de
fluencia (Figura 6.94a). Normalmente, la deformación plástica debe incrementarse
normalmente a una función potencial plástica, que será igual a la superficie de fluencia. La
función potencial plástica es una cantidad escalar que define un vector en términos de la
ubicación en el espació. Las exigencias del comportamiento plástico que define esta
superficie de fluencia y la potencial plástica son las mismas. La resultante del incremento de

356
CAPITULO 6 Resistencia al corte

deformación plástica tiene dos componentes. Una componente de corte ∆εp q y una
componente volumétrica ∆εp p , mostrada en la Figura 6.94. La deformación por corte será:

ε q = ∆εe q + ∆εp q
[6.94]
El cambio de la deformación elástica por corte será:

∆q
∆ε qe = [6.95]
3⋅G

El cambio de deformación plástica por corte es:

q
∆ε qp = ∆ε pp ⋅ [6.96]
M ⋅ ( p '− p 'c / 2 )
2

Todas estas ecuaciones para deformación anteriormente descritas únicamente son válidas
para pequeños cambios de esfuerzo, no han de usarse para calcular la deformación en la falla
con simples reemplazos de esfuerzos de falla para p' y q.

8.8. Respuesta del suelo K 0 -consolidado.

Cuando un suelo es unidimensionalmente consolidado la estructura del suelo adquiere la


propiedad anisotrópica, por lo las propiedades del suelo no son las mismas en todas las
direcciones. En el MSC se dispone del parámetro de consolidación del suelo K 0 definido
como el coeficiente de presión lateral de tierra inicial, por lo que puede usarse
inteligentemente este parámetro para el caso de un suelo con estructura anisotrópica aunque
este se aplica para un suelo con estructura isotrópica, a este se lo denominará K 0 -
consolidado. Para lo cual, puede asumirse que la superficie de fluencia es inalterable, que se
mantendrá como una elipse para el suelo K 0 -consolidado. La línea de consolidación normal
para un suelo K 0 -consolidado es cambiada por la línea de consolidación para un suelo
anisotrópico como muestra la Figura 6.95b, donde el valor de p' para un suelo K 0 -
consolidado será:

1 + K0
=p' ⋅ σ' z
3

Donde p' = σ' z para un suelo consolidado anisotrópicamente.

Puede compararse la respuesta probable de dos muestras de suelo, la muestra A y la


muestra B de un mismo suelo. La muestra A es K 0 -consolidado mientras que la muestra B es
isotrópicamente consolidada. Ambas muestras están normalmente consolidadas a un índice
de vacíos e. La muestra K 0 -consolidado requiere un pequeño esfuerzo efectivo promedio
para lograr el mismo índice de vacíos de una muestra isotrópicamente consolidada (Figura
6.95). La ESP de la muestra isotrópicamente consolidada es OB y para la muestra K 0 -
consolidado será OA (Figura 6.95a). En la trayectoria de esfuerzos para un suelo consolidado
isotrópicamente se cumple que q/p' = 0 y para un suelo K 0 -consolidado será:

357
Fundamentos de mecánica de suelos

q 3 ⋅ (1 − K 0 )
=
p' 1 + 2 ⋅ K 0

Si se descargan ambas muestras aun esfuerzo efectivo p' 0 por reducción del esfuerzo
vertical. La trayectoria de esfuerzo durante la descarga de la muestra A no siguen la
trayectoria del cargado, porque en la descarga K 0 incrementa no linealmente con el esfuerzo
efectivo promedio, debido a que la muestra de suelo pasa a sobreconsolidarse. La trayectoria
de esfuerzo efectivo en la descarga para la muestra A es AD pero para la muestra B será BC
(Figura 6.95b). El índice de vacíos será diferente, el índice de vacíos inicial para la muestra
A es e D mientras que para la muestra B es e C .

CSL
TSP, después de
consolidación K0
TSP, después de
G consolidación isotrópica
qG
qF F
Y

A
Trayectoria K 0 - consolidado

Trayectoria de descarga
D

O C B p'
p0'
(a)

Trayectoria K 0 - consolidado

CSL
Trayectoria de consolidación
isotrópica
C
F Trayectoria de descarga
G D
A B

p'
(b)
Figura 6.98. Suelo K 0 -consolidado y el isotrópicamente consolidado (Budhu, 2000).

358
CAPITULO 6 Resistencia al corte

(a) Superficie de fluencia. (b) Trayectoria de carga/descarga.

Si se descargan ambas muestras aun esfuerzo efectivo p' 0 por reducción del esfuerzo
vertical. La trayectoria de esfuerzo durante la descarga de la muestra A no siguen la
trayectoria del cargado porque en la descarga K 0 incrementa no linealmente con el esfuerzo
efectivo promedio como la muestra de suelo pasa a sobreconsolidarse. La trayectoria de
esfuerzo efectivo en la descarga para la muestra A es AD pero para la muestra B será BC
(Figura 6.95b). El índice de vacíos será diferente, donde inicialmente el índice de vacíos para
la muestra A es e D mientras que para la muestra B es e C .
Luego se realiza un ensayo CU en una muestra de suelo. Debido al diferente índice de
vacíos de las dos muestras de suelo, previo al ensayo de corte, deben esperarse diferentes
parámetros de resistencia al corte no drenados. El TSP para cada muestra tiene una pendiente
3:1 como muestra la Figura 6.95a. La trayectoria de esfuerzos efectiva dentro de la superficie
inicial de fluencia para ambas muestras son verticales e interceptan a la superficie inicial de
fluencia en un mismo punto Y. La muestra B requiere un elevado esfuerzo desviador hasta
llegar a la fluencia comparada con la muestra A, debido a que el esfuerzo desviador inicial
de la muestra A que es q 0 = (1 − K 0 )·σ' z pero q 0 = 0 para la muestra B. Por consiguiente, la
muestra A solo requiere un incremento del esfuerzo desviador de ∆q 0 = q y − (1 − K 0 ) σ' z
hasta alcanzar la fluencia comparada con q y para la muestra B. La historia de esfuerzos en el
suelo no afecta en la respuesta elástica del suelo, lo que significa que la respuesta elástica es
independiente de la historia de esfuerzos.
Más allá de Y, la superficie de fluencia se expande, el exceso de presión de poros se
expande significativamente y la trayectoria de esfuerzos efectiva se inclina a la línea de
estado crítico (Figura 6.95a). En un ensayo CU el volumen del suelo permanecerá constante,
así las trayectorias hasta la falla en el espacio (e, p') para ambas muestras son líneas
horizontales representadas por DG (muestra A) y CF (muestra B). La muestra A falla en G,
el cual es un esfuerzo desviador menor que el de F, donde la muestra B falla (Figura 6.95a).
El asunto es que dos muestras del mismo suelo con diferentes historias de esfuerzo tienen
diferentes resistencias al corte, se tendrá un resultado igual si el esfuerzo efectivo promedio
antes del corte y la pendiente de la trayectoria de esfuerzo durante el corte es la misma.
Puede entonces desarrollarse una ecuación en base a las ideas anteriormente expuestas
para estimar la resistencia al corte no drenado para suelos K 0 -consolidado, utilizando los
coeficientes A y B de la presión de poros. Para lo cual, se considera a un suelo K 0 -
consolidado completamente saturado y sujeto a los esfuerzos totales ∆σ 1 y ∆σ 3 que llevan a
la falla. Las condiciones iniciales de esfuerzo son (σ' 1 ) 0 > 0 y (σ' 3 ) 0 = K 0 ·(σ' 3 ) 0 . En
aplicación de los esfuerzos ∆σ 1 y ∆σ 3 , los esfuerzos principales en el suelo serán:

σ1 = ( σ'1 )0 + ∆σ1 [6.97]

σ'1 = ( σ'1 )0 + ∆σ1 − ∆u [6.98]

σ=
3 K 0 ⋅ ( σ'1 )0 + ∆σ3 [6.99]

'3 K 0 ⋅ ( σ'1 )0 + ∆σ3 − ∆u


σ= [6.100]

Para un suelo saturado se tiene que B = 1, entonces la ecuación [6.29] resulta:

359
Fundamentos de mecánica de suelos

∆u = ∆σ3 + A ( ∆σ1 − ∆σ3 ) [6.101]

Sustituyendo la ecuación [6.101] en la ecuación [6.100] se tendrá que:

'3 K 0 ⋅ ( σ'1 )0 − A ⋅ ( ∆σ1 − ∆σ3 )


σ= [6.102]
Resolviendo para ∆σ 1 – ∆σ 3 , se obtiene:

K 0 ⋅ (σ '1 )0 − σ '3
∆σ 1 − ∆σ 3 = [6.103]
A

En la falla se tendrá que:

 σ − σ3  1
cu=  1
 2 f 2
= { }
⋅ ( σ'1 )0 + ∆σ1  −  K 0 ⋅ ( σ'1 )0 + ∆σ3 

1
cu= ⋅ ( ∆σ1 + ∆σ3 ) + (1 − K 0 ) ⋅ ( σ'1 )0  [6.104]
2 

Sustituyendo la ecuación [6.103] en la ecuación [6.104], se tendrá que:

1  K 0 ⋅ ( σ'1 )0 − σ'3 
cu = ⋅ + (1 − K 0 ) ⋅ ( σ'1 )0  [6.105]
2  A 

En la falla se tendrá que:

σ'1 1 + sin φ'cr


=
σ'3 1 − sin φ'cr

Sustituyendo esta expresión en la ecuación [6.105] se tendrá que:

cu cu sin φ'cr ⋅  K 0 + A ⋅ (1 − K 0 ) 
= = [6.106]
σ'1 σ' z 1 + ( 2 ⋅ A − 1) ⋅ sin φ'cr

Con la ecuación [6.106] se puede evaluar la resistencia no drenada al corte de un suelo en


función a su historia de esfuerzos.

360
Fundamentos de mecánica de Suelos

CAPITULO SIETE
Compactación.
En la práctica de la ingeniería geotécnica los suelos en determinados lugares no son a muy a
menudo ideales para el propósito previsto. Pueden ser en algunos casos débiles, altamente
compresibles, o tener una permeabilidad más alta de la deseada. En muchos casos, el
ingeniero debe evitar problemas potenciales eligiendo otro lugar o eliminando el terreno
indeseable y substituyéndolo por un suelo adecuado. En los primeros días de la construcción
de carreteras se desviaban las carreteras al encontrar pantanos, parecería razonable en tales
casos simplemente localizar la estructura en otro lugar. Sin embargo, existen otras
consideraciones geotécnicas que a menudo gobiernan la localización de una estructura y
fuerzan al ingeniero a diseñar en el sitio original. Con el transcurrir de los años esta decisión
de evitar los terrenos malos se adoptaba menos frecuentemente, viéndose como una mejor
opción el intentar estabilizar o mejorar las propiedades ingenieriles de los suelos en el sitio,
aumentando su resistencia (como en el caso de subrasantes de carreteras), disminución de la
compresibilidad (para la cimentación de una estructura) y reducción de la permeabilidad
(como en el caso de una cimentación de una presa). La mejora del terreno se suele denominar
frecuentemente estabilización, que no es más que la modificación de cualquier propiedad del
suelo para mejorar su comportamiento ingenieril. La estabilización es generalmente mecánica
o química, pero de vez en cuando se deben utilizar la estabilización térmica y eléctrica.
El método principal y más usual para la mejora del terreno es el aumento de la densidad
del suelo (densificación), para lograr esto existen tres métodos que son la compactación
(aumento de la densidad por medios mecánicos), la precarga (aumento de la densidad por
colocación de una carga temporal), y el drenaje (eliminación del agua intersticial y/o
reducción de la presión de poros). Estos métodos pueden utilizarse solos o combinados. En
este capitulo solo se vera el método de compactación por ser el método más utilizado y
económico para el mejoramiento de los suelos. Sin embargo esto no quiere decir que los otros
métodos no sean necesarios o utilizados.
Aunque inicialmente se construyeron muchos terraplenes sin ningún esfuerzo especial
para compactarlos, algunos ingenieros ya reconocieron la importancia de la compactación en
el siglo diecinueve. En algunos proyectos se usaron animales como "equipo" de
compactación (elefantes, cabras, caballos) y en otros empezaron a ser usados rodillos
pesados. Inicialmente estos rodillos fueron tirados por caballos, pero en 1920 los caballos
fueron reemplazados por tractores. Posteriormente durante el siglo veinte hubo un gran
desarrollo en los equipos de compactación. Hoy en día, se cuenta con una amplia variedad de
equipos eficaces para la compactación.
Por lo general las técnicas de compactación se aplican a rellenos artificiales, tales como
cortinas para presas de tierra, diques, terraplenes para caminos y ferrocarriles, muelles,
pavimentos, etc. Pero en algunas ocasiones es necesario compactar el terreno natural, como
en el caso de las cimentaciones sobre arenas sueltas.
Las principales ventajas que se producen con la compactación son:

a. Reducción o prevención de los asentamientos perjudiciales. Si la


estructura se construye en un suelo sin compactar o compactado con
desigualdad, el suelo se hunde dando lugar a que la estructura se deforme
(asentamientos). El hundimiento es más profundo generalmente en un lado o
esquina, por lo que se producen grietas o un derrumbe total de la estructura.

356
CAPITULO 7 Compactación

b. Aumento de la resistencia del suelo y mejoramiento de la estabilidad del


talud. Los vacíos producen debilidad al suelo e incapacidad para soportar
cargas pesadas. Estando el suelo compactado, se reducen los vacíos y todas
las partículas del suelo están más apretadas, por lo tanto estas pueden
soportar cargas mayores.

c. Reduce la expansión y contracción del suelo. Si hay vacíos, el agua puede


penetrar en el suelo y llenar estos vacíos. El resultado seria el esponjamiento
del suelo durante la estación de lluvias y la contracción del mismo durante la
estación seca.

d. Impide los daños de las heladas. El agua se expande y aumenta el volumen


al congelarse. Esta acción a menudo causa que el pavimento se hinche y a la
vez, las paredes y losas del piso se agrieten. La compactación reduce estas
cavidades de agua en el suelo.

e. Reduce el escurrimiento del agua. Un suelo compactado reduce la


penetración de agua.

1. Concepto de Compactación.

La compactación de los suelos consiste en el mejoramiento de las propiedades ingenieriles


del suelo por medio de energía mecánica. Esto se logra comprimiendo el suelo en un volumen
más pequeño y así aumentando su peso específico seco (densificación). Los fundamentos de
la compactación de suelos cohesivos son relativamente nuevos, R. Proctor en 1933 desarrollo
los principios de la compactación en una serie de artículos. En su honor el ensayo de
compactación es llamado ensayo de compactación Proctor. Proctor estableció que la
compactación esta en función de cuatro variables:

1. Densidad del material, ρ d .


2. Contenido de humedad, w.
3. Esfuerzo de compactación.
4. Tipo de suelo (gradación, presencia de minerales de arcilla, etc.)

El esfuerzo de compactación es una medida de la energía mecánica aplicada a la masa del


suelo. Para la compactación en campo el esfuerzo de compactación es el número de pasadas
de un rodillo de cierto tipo y peso en un volumen de suelo dado.
El grado de compactación de un suelo se mide en términos de su peso específico seco.
Cuando se agrega agua al suelo durante la compactación, esta actúa como un agente
suavizante en las partículas del suelo (lubrica las partículas), lo que facilita que las partículas
del suelo se deslizan una sobre cada otra y pasen a una configuración más densa, es decir que
el peso específico seco después de la compactación al principio aumenta con el aumento del
contenido de humedad como muestra la Figura 7.1. Sin embargo llegado un momento se
alcanza un contenido de humedad donde la densidad ya no aumenta. En este punto el agua
comienza a sustituir los espacios que deberían ser ocupados por las partículas sólidas del
suelo y como se sabe la densidad del agua es mucho menor que de las partículas sólidas, ρ w «
ρ s debido a esto es que la curva de la densidad seca comienza a descender. Este fenómeno es
ilustrado en la Figura 7.1. No importa la cantidad de agua que se agregue, el suelo nunca se
satura completamente por la compactación.

357
Fundamentos de mecánica de Suelos

El graficó de la Figura 7.1 esta formado por tres diferentes alturas de peso especifico, el
peso especifico de sólidos en la parte inferior del grafico simboliza a los sólidos presentes en
un volumen unitario de suelo al inicio del proceso de compactación, el peso especifico del
agua en la parte media simboliza el aumento de agua en el mismo volumen de suelo que se da
a medida que se va compactando el suelo y por ultimo el peso especifico de los sólidos en la
parte superior simboliza el aumento de sólidos que se produce en el mismo volumen de suelo
durante el proceso de compactación.
Peso específico húmedo, γ

γ2
Sólidos del suelo
γd
Agua
γ1 = γ1 = γd(w = 0)

Sólidos del suelo

0 w1 w2
Figura 7.1. Principios de compactación. (Das, 1998)

En la Figura 7.1 se ve que con un contenido de humedad w = 0, el peso específico


húmedo γ, es igual al peso específico seco γ d que es lógico ya que no hay agua en el suelo:

γ = γ d ( w= 0 ) = γ 1

Cuando el contenido de humedad aumenta gradualmente y se utiliza el mismo esfuerzo


para la compactación, el peso de los sólidos del suelo en un volumen unitario aumenta
gradualmente. Por ejemplo, en w = w 1 :

γ = γ2

El peso específico seco para un contenido de humedad, w = w 1 , se obtiene sumando las


alturas del peso específico de los sólidos mostrados en la Figura 7.1.

γ d (w= w1 ) = γ d (w=0 ) + ∆γ d

Más allá de cierto contenido de humedad w = w 2 , cualquier aumento en el contenido de


humedad tiende a reducir el peso específico seco (Figura 7.1). Este fenómeno ocurre como ya
se dijo debido a que el agua empieza a ocupar espacios que debían haber sido ocupados por
las partículas sólidas.
Por lo tanto mientras más compacto este el suelo habrá menos espacios vacíos ocupados
por aire y entonces se tendrá un mayor peso específico del suelo que es lo que se prefiere. El
contenido de humedad en el cual se alcanza el peso específico seco máximo se llama
generalmente contenido de humedad óptimo. En la Figura 7.1 w 2 = w optimo .

358
CAPITULO 7 Compactación

2. Compactación en Laboratorio.

Los ensayos de compactación en campo son generalmente demasiado lentos y costos como
para poder repetirlos varias veces, cada vez que se desee estudiar cualquiera de sus detalles,
debido a esto es que los ensayos de compactación se realizan principalmente en laboratorio.
El propósito de la compactación en laboratorio es al igual que en la compactación en campo
determinar el peso específico o densidad seca máxima para un contenido de humedad óptimo,
esto se realiza mediante pruebas que consisten en hallar la curva de compactación del suelo.

2.1. Curva de compactación.


Los procesos de compactación comenzaron a desarrollarse en campo como técnicas de
construcción. Fue hasta que se trato de estudiar de un modo más riguroso los efectos de tales
técnicas y de establecer procedimientos de control de calidad y verificación de resultados en
campo cuando nacieron las pruebas de compactación en laboratorio, al principio solo con
base en la original desarrollada por Proctor, y después con base en toda una serie de pruebas,
con variantes mas o menos cercanas a la primera, que se desarrollaron con la intención de ir
logrando en laboratorio mayor acercamiento a los procesos de campo, que paralelamente se
ampliaron con toda una serie de equipos nuevos producidos por una tecnología cada vez mas
conocedora y exigente.
Proctor hizo una correlación entre los resultados de un proceso de compactación y el
aumento del peso especifico seco del material compactado y estableció la costumbre que aun
hoy se sigue, de juzgar los resultados de un proceso de compactación con base a la variación
del peso específico seco que se logre, también comprendió el fundamental papel que
desempeña el contenido de humedad del suelo en la compactación que de el se obtiene, con
un cierto procedimiento. Juntando estos dos aspectos que considero básicos, estableció una
forma de representar un proceso de compactación por medio de una gráfica en la que se haga
ver el cambio del peso específico seco al compactar el suelo a distintos contenidos de agua,
utilizando varias muestras de suelo, cada una de las cuales proporciona un punto de la curva.
Como es lógico diferentes procesos de compactación producen al mismo suelo
compactaciones distintas, por lo tanto un mismo suelo podrá tener diversas curvas de
compactación correspondientes a los diferentes modos de compactarlo que pueden usarse, sea
en campo o en laboratorio.
1.90
Curva de saturación
Húmedad óptima, wopt. (Volumen de aíre = 0)
1.85
Peso específico seco, γd [Ton/m3]

1.80

1.75
Peso específico seco

1.70
máximo, γd.max

1.65

1.60

1.55
0 5 10 15 20 25 30
Contenido de húmedad, w (%)
Figura 7.2. Curva de compactación típica (Holtz & Kovacs, 1981).
359
Fundamentos de mecánica de Suelos

Una representación de ese modo, es decir, γ d versus w, recibe el nombre de curva de


compactación. Sea cual fuere el procedimiento de compactación que se siga, la forma de la
curva de compactación será parecida a la que se muestra en la Figura 7.2.
Se puede ver en la Figura 7.2 también la curva correspondiente al 100 % de saturación
del suelo (cero de aire en lo espacios vacíos). La condición de un suelo compactado en
circunstancias normales es la de un suelo no saturado, razón por la cual la curva de
compactación se desarrolla por debajo de la curva de saturación, si se comparan las dos es
posible saber cual tendría que ser el contenido de agua que saturase a una muestra que se
compactara a determinado peso específico.
El procedimiento para determinar la curva de compactación en laboratorio es como sigue:
El peso específico húmedo (γ) se obtiene dividiendo el peso del material húmedo por el
volumen interior del molde:

W
γ = [7.1]
V(m )
Donde:
W = Peso del suelo compactado en el molde.
V = Volumen del molde. (Varia según el ensayo)

A partir de los datos del contenido de humedad calculados, de cada muestra compactada
se determina el peso específico seco γ d de la siguiente manera:

 W 
W S ⋅ 1 + W 
γ=
W W S + WW
= =  WS  = W S ⋅ (1 + w) = γ ⋅ (1 + w)
d
V V V V

γ
γd = [7.2]
1+ w
Donde:
w = Porcentaje de contenido de humedad.
Con los valores de γ d determinados de la ecuación [7.2] se puede construir en función de
los contenidos de agua correspondientes la curva de compactación y así obtener el peso
específico seco máximo y el contenido de humedad óptimo para el suelo. Para esto es
necesario asumir algunos valores de w, como 5%, 10%, 15% y así sucesivamente.
También es posible hallar el peso específico seco de compactación en función del
contenido de humedad, w y grado de saturación, S del suelo a partir de la ecuación [1.26]:

GS ⋅ γ w
γd = [7.3]
G ⋅w
1+ S
S
Donde:
G S = Gravedad especifica de los sólidos del suelo.
γ w = Peso específico del agua.
El peso específico seco máximo teórico se obtiene cuando el grado de saturación del
suelo igual S = 1, que es cuando los vacíos del suelo están totalmente ocupados por agua y
tienen cero de aire en los vacíos, esto se puede ver en la Figura [7.2]. Entonces de la ecuación
[7.3] para S = 1, se tiene:

360
CAPITULO 7 Compactación

GS ⋅ γ W γW
γ zav = = [7.4]
1 + w ⋅ GS 1
+w
GS
Donde:
γ zav = Peso específico seco con cero de aire en los vacíos.

Con los valores de γ zav determinados en la ecuación [7.4] es posible construir la curva de
saturación, que representa la densidad seca de un suelo en estado de saturación.
La curva de compactación resultante para un suelo dado es una curva experimental, por el
contrario la curva de saturación es una curva teórica.

2.2. Factores que afectan la compactación.

Anteriormente se vio la influencia que el contenido de agua tiene en el grado de


compactación alcanzado por un suelo. Además de este, existen otros factores importantes que
afectan en la eficacia de la compactación que se puede lograr en obra, como los siguientes:

• Naturaleza del suelo a compactar.


• Elección adecuada del equipo: tipo, peso, presión de inflado de neumáticos,
área de contacto, frecuencia de vibración, etc.
• La energía específica de compactación (energía que se le entrega al suelo por
unidad de volumen durante el proceso mecánico de que se trate).
• Contenido de humedad del suelo.
• Cantidad y espesor de las capas del terraplén.
• Número de pasadas del equipo de compactación.

Estos factores suelen denominarse las “variables” que rigen el proceso de compactación.
De todos estos los más importantes son el tipo de suelo y la energía de compactación. La
importancia de estos dos factores se describe más detalladamente a continuación

Efecto del tipo o naturaleza del suelo.

El tipo de suelo con que se trabaja influye de manera decisiva en el proceso de compactación.
Se tiene que diferenciar entre los suelos finos y gruesos o entre los suelos cohesivos y
fricciónales, para esto es necesario analizar una serie de factores como el tipo de distribución
de tamaño de partículas, forma de los granos del suelo, gravedad específica de los sólidos del
suelo, cantidad y tipo de minerales de arcilla presentes en el suelo.
Los métodos usados para la compactación dependen del tipo de suelo. Los fricciónales,
como las arenas, se compactan eficientemente por métodos vibratorios (placas vibratorias),
mientras que los suelos cohesivos como las arcillas se compactan mejor por métodos
estáticos (rodillos pata de cabra, rodillos neumáticos, rodillos lisos).
El tipo de suelo tiene una gran influencia en el peso específico seco máximo y el
contenido de humedad óptimo. En la Figura 7.3 se puede ver que en las arenas bien gradadas
(Suelos SW, curva de compactación superior), tienen una densidad seca mucho más alto que
el de las arenas uniformes o pobremente gradadas (Suelos SP, curva de compactación
inferior).
Para los suelos arcillosos el máximo peso específico tiende a disminuir cuando aumenta
la plasticidad.

361
Fundamentos de mecánica de Suelos

Datos de textura y plásticidad del suelo


Nº Descripción Arena Limo Arcilla LL PI
1 Arena marga bien gradada 88 10 2 16 N.P.
2 Marga arenosa bien gradada 72 15 13 16 N.P.
2.2 3 Marga arenosa de gradación media 73 9 18 22 4
4 Arcilla limo arenosa 32 33 35 28 9
1 5 Arcilla limosa 5 64 31 36 15
2.1 6 Limo de Loess 5 85 10 26 2
Densidad seca, ρd [Ton/m3]

7 Arcilla homogénea 6 22 72 67 40
2.0 2 8 Arena mal gradada 94 - - N.P. -

1.9
3 Curva de saturación, S = 100 %
1.8 ρs = 2.65 Ton/m3
4
5
1.7
6
7
1.6 8

5 10 15 20 25
Contenido de húmedad, w (%)
Figura 7.3. Curvas de compactación para ocho suelos utilizando la prueba Proctor estándar,
(Jonson y Sallberg, 1960).

Lee y Suedkamp en 1972 estudiaron las curvas de compactación de 35 muestras de suelo,


y observaron que cuatro tipos de curvas de compactación pueden ser encontradas. Estas
curvas son mostradas en la Figura 7.4.
Peso específico seco, γd

Peso específico seco, γd

Tipo A Tipo B
Forma acampanada uno y medio picos

Contenido de húmedad, ω(%) Contenido de húmedad, ω(%)


Peso específico seco, γd

Peso específico seco, γd

Tipo C Tipo D
Doble pico Forma impar

Contenido de húmedad, ω(%) Contenido de húmedad, ω(%)


Figura 7.4. Cuatro tipos de curvas de compactación encontradas en los suelos (Das, 1998).

362
CAPITULO 7 Compactación

Las curvas de compactación tipo A tienen un solo pico. Este tipo de curva se encuentra
generalmente en los suelos que tienen un límite líquido entre 30 y 70. Las curvas de
compactación tipo B tienen un pico completo y mitad de otro pico, y la curva tipo C es una
curva de doble pico. Las curvas de Compactación de los tipos B y C pueden ser encontradas
en suelos que tienen un límite líquido menor 30. Las curvas de la compactación del tipo D no
tienen un pico definido. Los suelos con un límite líquido mayor de 70 pueden exhibir curvas
de compactación del tipo C o D. Este tipo de suelos no son muy frecuentemente encontrados.
La influencia del contenido de partículas gruesas en las muestras de suelo fue investigada
por Maddison, quien encontró que la mezcla de 25 % de cualquier agregado de un solo
tamaño, hasta de 2.5 cm, tiene poco efecto en la compactación del conjunto de suelo, pero
porcentajes mayores de ese mismo tamaño hacen decrecer con rapidez los pesos volumétricos
alcanzados, y cuando dicho porcentaje llega a ser 70 % el comportamiento del suelo es el de
un conjunto de partículas gruesas del tamaño seleccionado.

Efecto de la energía de compactación.


Se entiende por energía de compactación, como la energía que se entrega al suelo por unidad
de volumen, durante el proceso mecánico que se realice.
Es muy fácil evaluar la energía de compactación en una prueba de laboratorio en que se
compacte al suelo por impactos dados por un pisón. La expresión para calcular esta energía
de compactación esta dada por:

N ⋅ n ⋅W ⋅ h
E= [7.5]
V
Donde:
E = Energía de compactación.
N = Número de golpes del pisón compactador por cada una de las capas en
que se acomoda el suelo en el molde de compactación.
n = Número de capas que se disponen hasta llenar el molde.
W = Peso del pisón compactador.
h = Altura de caída del pisón al aplicar los impactos al suelo.
V = Volumen total del molde de compactación, igual al volumen total del
suelo compactado.
Si la energía de compactación del suelo es cambiada, la curva peso específico seco versus
contenido de humedad también cambia. Este hecho se puede demostrar con ayuda de la
Figura 7.5, en la que cual se muestra cuatro curvas de compactación para una arcilla arenosa.
El molde y el pisón de la prueba Proctor estándar fueron utilizados para obtener estas curvas
de compactación. El número de capas del suelo usadas para la compactación fue de tres para
todos los casos. Sin embargo, el número de caídas del pisón por cada capa varió de 20 a 50.
La energía de compactación usada por unidad de volumen de suelo para cada curva puede
fácilmente ser calculada usando la ecuación [7.5]. Estos valores se tabulan en la Tabla 7.2:
Tabla 7.2. Efecto de la energía de compactación con el número de caídas por capa (Das,
1998)
Número de curva en la Número de caídas Energía de compactación
Figura 7.11 por capa (ft-lb/ft3)
1 20 9,900
2 25 12,375
3 30 14,850
4 50 24,750
1 ft-lb/ft3 = 47.88 J/m3

363
Fundamentos de mecánica de Suelos

125 19.85

Arcilla arenosa
Límite liquido = 31
Línea de Índice de plásticidad = 26
optimidad 19.00
120

Cu
rv a
50 golpes

co
Peso específico seco, γd [lb/ft3]
por capa

Peso específico seco, γd [kN/m3]


cer
o
de
4

aír
115

e
18.00

en
los
30 golpes 3

vac
por capa

íos
(G
110

s
=2
2

.7)
25 golpes 17.00
por capa

105 20 golpes 1
por capa

16.00

100 15.20
10 12 14 16 18 20 22 24
Contenido de húmedad, w (%)
Figura 7.5. Efecto de la energía de compactación en la compactación de una arcilla arenosa
(Das, 1998).
De la Tabla 7.2 y de la Figura 7.5 se puede ver que:
1. Mientras que se aumenta la energía de compactación, el peso específico seco
máximo de la compactación también aumenta.
2. Mientras que se aumenta la energía de compactación, el contenido de
humedad óptimo disminuye un poco.
Las discusiones anteriores son validas para todos los suelos. Sin embargo se debe tomar
en cuenta, que el grado de compactación no es directamente proporcional a la energía de
compactación.
Un hecho que rige de manera fundamental en las pruebas dinámicas o por impacto es que
a energía creciente, se obtiene mayor peso específico seco máximo y un contenido de
humedad óptimo decreciente (puntos 1 y 2). En las pruebas de laboratorio en que se compacta
el suelo con la aplicación de presión estática, en principio la energía específica se puede
evaluar de manera análoga en términos del tamaño del molde, el número de capas en que se
dispone el suelo, la presión que se aplique a cada capa y el tiempo de aplicación. Sin embargo
en este aso la evaluación ya no resulta tan sencilla y la energía de compactación se ve
afectada por la deformabilidad del suelo y por el tiempo de aplicación de la presión.
En el caso de las pruebas en que se realiza la compactación por manipulación, es aun mas
compleja la evaluación de la energía de compactación, pues cada capa de suelo dentro el
molde se compacta mediante un cierto número de aplicaciones de carga con pisón que

364
CAPITULO 7 Compactación

produce presiones que varían gradualmente desde cero hasta un valor máximo, y luego se
invierte el proceso en la descarga. La energía de compactación no se puede cuantificar de un
modo sencillo, pero puede hacerse variar a voluntad si se introduce cambios en la presión de
apisonado, en el número de capas, en el número de aplicaciones del pisón por capa, en el área
del pisón o en el tamaño del molde.
Una vez que y se definió claramente como se determina la curva de compactación se
explicara el proceso de la obtención de estas curvas por pruebas de compactación en
laboratorio.
Actualmente existen muchos métodos para reproducir al menos teóricamente, en
laboratorio las condiciones dadas de compactación en campo. Históricamente, la primera
prueba de compactación es la realizada por R.R. Proctor y que es conocido como Prueba
Proctor estándar. Hoy en día la más empleada es la prueba de compactación Proctor
modificado, en la que se aplica mayor energía de compactación que la estándar.
El propósito de un ensayo de compactación en laboratorio, es determinar la correcta
cantidad de agua de amasado a usar cuando se compacte el suelo en campo y el grado de
compacidad que puede esperarse al compactarse el suelo en este grado de humedad óptimo.
Para cumplir este propósito, un ensayo de laboratorio debe considerar una compactación
comparable a la obtenida por el método que se utilizará en campo.

2.3. Prueba Proctor estándar.

Esta prueba de compactación Proctor estándar, esta elaborada en base a ASTM D-698
(ASTM, 1982) y AASHTO T-99 (AASHTO, 1982).
En esta prueba el suelo es compactado en un molde que tenga un volumen de 943.3 cm3
(1/30 ft3). El diámetro del molde es de 101.6 mm (4 plg) y 116.43 mm (4.584 plg) de altura,
provisto de una extensión desmontable de igual diámetro y 50 mm (2 in) de altura.

Diametro
114.3 mm
(4.5 plg)

Extensión

Caída =
304.8 mm
(12 plg)
Diametro
101.6 mm
(4 plg)
116.43 mm
(4.584 plg)
Peso del
pisón = 2.5 kg
(masa = 5.5 lb)
(a)

50.8 mm
(2 plg)

(b)
Figura 7.6. Equipo para la prueba Proctor estándar (a) molde, (b) pison, (Das, 1998).
365
Fundamentos de mecánica de Suelos

Figura 7.7. Compactación de un suelo, usando el pisón Proctor estándar (Das, 1998).
Durante la prueba de laboratorio, el molde puede fijarse a una base metálica con tornillos
de mariposa (Figura 7.6a). El suelo se mezcla con cantidades de agua que varían y después es
compactado (Figura 7.7) en tres capas iguales por un pisón (Figura 7.6b) que aplica 25 golpes
a cada capa. El pisón pesa 2.5 kg (5.5 lb) y tiene una caída de 304.8 mm (12 plg).
La curva de compactación para esta prueba se la halla de la misma manera a la explicada
en el punto 7.2.1. Para esta prueba el volumen del molde, V, es de 943.3 cm3.

2.4. Prueba o ensayo Proctor modificado

Debido al rápido desarrollo en los equipos de compactación de campo, la energía de


compactación en la prueba Proctor estándar empezó a no lograr representar en forma
adecuada las compactaciones mayores que podían lograrse con dicho nuevo equipo. Esto
condujo a una modificación en la prueba, aumentando la energía de compactación, de modo
que conservando el número de golpes por capa se elevo el número de capas de 3 a 5,
aumentando al mismo tiempo el peso del pison y la altura de caída del mismo, siendo el
molde es el mismo que el de la prueba estándar. Esta nueva versión revisada se la llama
normalmente como la prueba Proctor modificado (ASTM D-1557 y AASHTO T-180). A
continuación se describirán todas sus especificaciones y procedimiento de compactación.
La prueba Proctor modificado es la más utilizada para la compactación en laboratorio,
teniendo tres variantes en el método, que varían en función del porcentaje de tamaño de
partículas presentes en la muestra de suelo. Debido a esto es que se explicara en forma más
detallada el procedimiento de compactación, además de todas sus especificaciones basándose
en la ASTM D1557-00.
La prueba Proctor modificado al igual que la Proctor estándar se utiliza para determinar
el peso específico seco máximo y el contenido de humedad óptimo. Este ensayo se aplica
solamente a suelos con menos del 30 % en peso de partículas retenidas en el tamiz de 19 mm.
Para conducir la prueba Proctor modificado, se utiliza el mismo molde con un volumen
de 943.3 cm3 (1/30 pie3) como en el caso de la prueba Proctor estándar. Sin embargo, el suelo
es compactado en cinco capas por un pisón que pesa 4.54 ± 0.01 kg, la caída del pisón es
457.2 ± 1.6 mm, la cara de golpe del pisón tiene un diámetro de 50.8 ± 0.25 mm. El pisón
debe ser reemplazado cuando el diámetro de la cara de golpe es desgastado o expandido en
12 mm. El número de golpes del pisón para cada capa se conserva en 25 como en el caso de
la prueba Proctor estándar. El pisón debe estar equipado con un tubo que le permita
desplazarse en la caída con facilidad, el tubo debe tener al menos cuatro agujeros en cada
extremo espaciados 90º entre si, el diámetro mínimo de estos agujeros es de 9.5 mm Figura
7.8.

366
CAPITULO 7 Compactación

Molde de compactación
de 4 plg de diámetro
Molde de compactación
de 6 plg de diámetro
Martillo Pistón
Compactador modificado

Regla de 30cm.

Figura 7.8. Equipo de compactación en laboratorio.


Debido a que aumenta la energía de compactación, los resultados de la prueba Proctor
modificado aumentan en el peso específico seco máximo del suelo. El aumento en el peso
específico seco máximo es acompañado por una disminución del contenido de humedad
óptimo.
Las tres variantes en el método de compactación Proctor modificado, varían en algunas
especificaciones que se resumen en la Tabla 7.1. El método de compactación se elige en
función del porcentaje de tamaño de partículas presentes en la muestra de suelo. Para la
selección del método de compactación el suelo debe ser tamizado a través de los tamices ¾
plg, 3/8 plg y Nº4.
Tabla 7.1. Especificaciones técnicas para la prueba de compactación Proctor según las
especificaciones ASTM.
Características Método
A B C
3
Molde: - Volumen [cm ] 944 944 2124
- Diámetro [mm] 101.6 101.6 152.4
Pisón - Masa [kg] 4.54 4.54 4.54
-Altura de caída [mm] 457 457 457
Número de capas de compactación 5 5 5
Número de golpes por capa 25 25 56
Energía de compactación [kN×m/m3] 2700 2700 2700
Suelo a usarse - Pasa el tamiz Nº 4 3/8 plg ¾ plg
Criterio de selección:
- Porcentaje retenido en < 20 % > 20 %
el tamiz Nº 4
- Porcentaje retenido en < 20 % > 20 %
el tamiz 3/8 plg.
- Porcentaje retenido en < 30 %
el tamiz 3/4 plg.

Método A utiliza como material de compactación el suelo que pasa por el tamiz Nº 4. Es
aplicado a suelos con un porcentaje menor al 20 % de material retenido en el tamiz Nº 4.
Método B utiliza como material de compactación el suelo que pasa por el tamiz 3/8 plg. Es
aplicado a muestras de suelo con un valor mayor al 20 % de material retenido en el tamiz Nº
4 y con un valor menor al 20 % de material retenido en el tamiz 3/8 plg.
Método C utiliza como material de compactación el suelo que pasa por el tamiz 3/4 plg. Es
aplicado a muestras de suelo con un valor mayor al 20 % de material retenido en el tamiz 3/8
plg y con un valor menor al 30 % del material retenido en el tamiz 3/4 plg.

367
Fundamentos de mecánica de Suelos

2.0 125
Grado de 60% 80% 100% para ρs = 2.70 Mg/m3
saturación

Densidad seca, ρd (Mg/m3)

Densidad seca, ρd (lb/ft3)


Proctor 120
1.9 Línea de
Línea de saturación
optimidad
115

1.8
(B) Proctor 110
Modificado

1.7
105
(A) Proctor
estándar
1.6 100
0 5 10 15 20 25
Contenido de húmedad, w(%)
Figura 5.9. Curvas de compactación para los ensayos Proctor estándar y modificado. (Holtz
& Kovacs, 1981)

3. Aplicación de la compactación a obras civiles.


La compactación de un suelo es muy importante en la mayoría de las obras civiles,
generalmente su campo de aplicación es más para la construcción de carreteras y presas. Las
obras de gran importancia involucran grandes cantidades de dinero y por consiguiente se
tiene que asegurar que el periodo de vida de la estructura sea lo mas prolongado posible. El
terreno es el que sostiene toda la estructura de la obra civil y si no es lo suficiente estable,
empiezan a producirse asentamientos perjudiciales del terreno lo que provoca que se
produzcan fisuras en la presa o carretera, llegando incluso en algunas ocasiones a provocar
derrumbes, que pueden involucrar vidas humanas.
Dada la gran importancia de la estabilidad del terreno en este tipo de obras, es que existe
la gran necesidad de aumentar la estabilidad del mismo mediante distintas técnicas, la más
usada por su simplicidad y eficacia es la compactación del terreno. Cada tipo de obra tiene
sus especificaciones mínimas que se deben alcanzar. Los principales parámetros que rigen el
valor del peso específico seco máximo y el contenido de humedad óptimo, son la
permeabilidad y la resistencia del suelo. Generalmente lo que se quiere lograr es una
permeabilidad lo mas baja posible y una resistencia del suelo lo mas alta posible.
Por lo tanto para la obtención de un terreno que cumpla con estas condiciones es
necesario tomar en cuenta las propiedades del suelo para poder determinar un rango de
contenido de humedad en el que se puedan alcanzar tanto el peso específico seco mínimo
requerido como también las propiedades del suelo requeridas.
3.1. Efecto de la compactación en las propiedades del suelo.
La estructura y las propiedades ingenieriles de suelos cohesivos compactados dependerán
grandemente del método o tipo de compactación, de la energía de compactación aplicado, del
tipo de suelo, y del contenido de agua en el moldeado. El contenido de agua en los suelos
compactados se refiere generalmente al contenido de agua óptimo para un tipo de
compactación dado. Dependiendo de su posición, los suelos se llaman secos del óptimo,
cerca o en el lado óptimo, o húmedos del óptimo. Es decir que cuando el suelo se encuentre
del lado seco del punto pico o contenido de humedad óptimo se tratara de un suelo seco del
óptimo y cuando se encuentre del lado derecho del pico se tratara de un suelo húmedo del
óptimo.
368
CAPITULO 7 Compactación

La curva de compactación γ d versus w es diferente si la prueba se efectúa partiendo de un


suelo relativamente seco y se va agregando agua para obtener los diferentes puntos o si se
parte de un suelo húmedo que se va secando por evaporación en el laboratorio, según la
prueba progresa. Las investigaciones han demostrado que en el caso de partir de un suelo
relativamente seco se obtienen pesos específicos secos mayores que cuando se empieza la
prueba de un suelo húmedo para un mismo suelo, y a los mismos contenidos de agua.
Investigaciones en arcillas compactadas han demostrado que cuando son compactadas
“secas del óptimo”, la estructura de los suelos es esencialmente independiente del tipo de
compactación (Seed y Chan, 1959).Sin embargo, en los húmedos del óptimo el tipo de
compactación tiene un efecto significativo en la estructura del suelo y de este modo en la
resistencia, compresibilidad, etc., del suelo.

Efecto de la estructura del suelo en la compactación.

En el capitulo uno ya se vio la interacción entre las fases sólida y liquida de un sistema agua,
aíre y arcilla. Se vio que cada cristal de arcilla parece comportarse como si tuviera una carga
eléctrica negativa, atrayendo una atmósfera de iones positivos. (Doble capa eléctrica).
Además de esa interacción existe otra de partícula a partícula, debido a fuerzas de acción
a distancia, estas fuerzas se componen de una atracción electromagnética (Fuerzas de Van der
Waals) y una repulsión entre los estratos positivos de las dobles capas eléctricas de cada
partícula. Las fuerzas de repulsión son función exponencial de la distancia entre partículas y
aumenta al disminuir la concentración de electrolitos. Las fuerzas de Van der Waals son
independientes de los electrolitos.
En la Figura 7.10 se muestra dos arreglos extremos de las partículas sólidas, entre los que
puede variar un suelo arcilloso real.

(a) (b)
Figura 7.10. Estructuras extremas de un suelo arcilloso: (a) Alto grado de orientación de las
partículas, (b) bajo grado de orientación de las partículas (Lambe & Whitman, 1976).

La estructura queda determinada por dos factores principales, que son la magnitud
relativa de las fuerzas de atracción y repulsión de las partículas y el monto de la deformación
angular que el suelo haya sufrido. A mayor repulsión y mayor deformación angular
corresponde un mayor grado de orientación de las partículas.
A la misma energía de compactación, con el aumento del contenido de agua, tiende a
aumentar las repulsiones entre partículas, permitiendo una reorganización mas ordenada de
las mimas. Lo que se puede ver en la Figura 7.11, es decir se realiza un cambio (aumento) de
ordenamiento entre los puntos A y C.
En cambio el aumento de la energía de compactación a un contenido de humedad dado,
tiende a ordenar las partículas con una distribución aproximadamente paralela. Lo que se
puede ver en la Figura 7.11, es decir se realiza un cambio (aumento) de ordenamiento entre
los puntos E y D.

369
Fundamentos de mecánica de Suelos

Esfuerzo de
compactación

Densidad seca compactada, ρd


alto
E
B
D

C
A

Esfuerzo de
compactación
bajo
Contenido de húmedad, ω (%)
Figura 7.11. Efecto de la compactación en la estructura del suelo (Lambe & Whitman, 1958)

En el lado seco del óptimo los suelos siempre se floculan, mientras que en el lado
húmedo del óptimo, las partículas se orientan o se dispersan. En la Fig. 7.10, por ejemplo, las
partículas en el punto C es más orientado que en el punto A. Ahora, si se aumenta la energía
de compactación, el suelo tiende a orientarse mas, incluso en el lado seco del óptimo. Una
vez más refiriéndose a la Figura. 7.10, una muestra en el punto E es mas orientada que en el
punto A. En el lado húmedo del óptimo, el tejido en el punto D será un poco más orientado
que en el punto B, aunque el efecto es menos significativo que en el del lado seco del óptimo.
Para entender mejor lo que sucede para que las partículas se orienten, se explica mejor la
influencia que tiene el contenido de agua en la estructura del suelo. Cuando el contenido de
humedad es bajo, se limita el desarrollo de la doble capa eléctrica y la concentración de iones
es muy alta. A esta situación corresponden pequeñas repulsiones entre las partículas y altos
esfuerzos efectivos por capilaridad, como consecuencia se tendrá un suelo con alta resistencia
a la deformación y por lo tanto bajo grado de orientación de las partículas. Si se aumenta el
contenido de agua, crecen las fuerzas de repulsión y disminuyen los esfuerzos capilares con
lo que se recuece la resistencia del suelo a la deformación.
En resumen, con un método y energía de compactación iguales, un suelo compactado con
mayor contenido de agua sufrirá mayores de deformaciones angulares y alcanzara un mayor
grado de orientación. Con un mayor contenido de agua, aumenta el grado de orientación de
las partículas. Si se hace variar la energía e compactación, con mayor energía de
compactación habrá más tendencia a lograr mayor orientación de las partículas.
Otro punto que también influye en la estructura del suelo es la energía de compactación.
La energía de compactación que se aplica al suelo se emplea para reducir su volumen y para
deformarlo angularmente. Por lo tanto, el aumento de la energía de compactación produce
una orientación adicional de las partículas de arcilla, que es una función creciente del
contenido de humedad. Si el suelo tiene una humedad superior a la óptima, todo aumento de
la energía de compactación se empleara en acercar al suelo a la condición de dispersión
extrema que se muestra en la Figura 7.10a.
También se tiene que analizar la influencia que tiene el método de compactación en la
estructura del suelo. Como no es posible comparar los diversos métodos de compactación

370
CAPITULO 7 Compactación

que utilicen el mismo nivel de energía de compactación, pues esta energía no puede
cuantificarse con precisión en todos los métodos de compactación, lo que se hace es
comparar los procedimientos que llevan al suelo al mismo peso volumétrico seco y con el
mismo contenido de agua. En tales condiciones, se espera que la diferencia de las
propiedades del suelo que puedan obtenerse se deba únicamente a una diferenta en las
estructuras, la cual seria atribuible solo a diferencias en la magnitud de las deformaciones
angulares inducidas por el método de compactación.
En laboratorio, con un mismo peso específico seco, contenido de humedad, se obtiene es
máximo grado de orientación por el método de compactación por manipulación; y el mínimo
grado de orientación se lo obtiene por compactación estática.
En la Figura 7.12 se presenta una interesante investigación en la que se hace ver que con
compactación estática una arcilla conserva una estructura completamente floculada en toda la
curva de compactación, en cambio con el método de compactación por manipulación la
arcilla que tenia una estructura floculada a bajas humedades, alcanza una estructura
totalmente dispersa (con la máxima orientación de las partículas) a contenidos de humedad
próximos al óptimo, esta estructura dispersa después de alcanzar este valor de orientación
máximo se mantiene constante en toda la curva aunque haya aumento en el contenido de
agua. En una prueba de compactación por impactos, una estructura inicialmente floculada con
contenidos de agua muy bajos, se va tornando dispersa a medida que va aumentando el
contenido de humedad, alcanzándose solo una estructura totalmente dispersa solo con
contenidos de humedad mayores que la óptima (en lado húmedo de la curva, o húmedo del
optimo).
En campo, el rodillo pata de cabra produce mayor orientación de las partículas que de el
neumático.
Una diferencia conocida entre los métodos de compactación por manipulación y del por
impactos, es que el lugar geométrico de los óptimos corresponde a grados de saturación
mayores en los por manipulación que en los por impactos.

d
Cu
rv
ad
ec
om
pa
cta
ció
n

ω (%)
100 % floculada

100 % dispersa
ω (%)
COMPACTACIÓN EN EL LABORATORIO
Estática
Por impacto
Por amasado
Figura 7.12. Influencia del tipo de compactación en la estructura adquirida por el suelo
compactado. (Juárez & Badillo, 1973)

371
Fundamentos de mecánica de Suelos

Efecto de la permeabilidad de los suelos en el proceso de compactación.


La permeabilidad de un suelo compactado al igual que sus otras propiedades mecánicas,
depende de su relación de vacíos o su peso específico seco, de su estructura u de su grado de
saturación. La permeabilidad a una energía de compactación constante disminuye con el
aumento del contenido de agua y alcanza un mínimo cerca del valor óptimo. Esto se puede
ver en la Figura 7.13 en ella se ve como la permeabilidad al principio es mayor a 10-5 para un
contenido de humedad bajo de aproximadamente 12.6 %, y a mediada que va aumentando el
contenido de humedad se ve como la permeabilidad va rebajando hasta llegar al valor mínimo
que se encuentra muy cerca del valor del contenido de humedad óptimo, después de este
valor mínimo de permeabilidad a medida que se aumenta el contenido de humedad (mayor
del optimo) se ve un ligero aumento de permeabilidad.
El aumento de la energía de compactación, reduce el coeficiente de permeabilidad porque
aumenta el peso específico seco y por lo tanto reduce el índice de vacíos, lo que aumenta el
grado de orientación de las partículas. Se sabe que mientras menos vacíos haya en el suelo
habrá menos espacio por donde el agua pueda circular, lo que disminuye la permeabilidad del
suelo, haciendo más dificultosa la circulación del agua a través de los espacios vacíos del
suelo, en otras palabras lo hace más impermeable. Este cambio en la permeabilidad con el
contenido de agua del moldeado se muestra en la Figura 7.13, donde se puede observar que la
permeabilidad esta en un orden de magnitud mayor cuando el suelo es compactado para el
lado seco del óptimo que cuando es compactado para el lado húmedo del óptimo. La
estructuración es el factor que mas afecta en la permeabilidad de un suelo compactado.

-5
10
Permeabilidad (cm/seg)

-6
10

-7
10

12 13 14 15 16 17 18 19
Muestra los cambios de humedad y
densidad de la penetración a través de
122
Densidad seca, γd (lb/ft3)

los poros.

118 S=
100
%

114

100
12 13 14 15 16 17 18 19
Contenido de húmedad, ω (%)
Permeabilidad en ensayos de compactación en arcillas arenosas de Jamaica.
Figura 7.13. Cambio en la permeabilidad con el contenido de agua del moldeado. (Lambe &
Whitman, 1958)
372
CAPITULO 7 Compactación

Cuando el suelo cambia de volumen, existen dos componentes de deformación a nivel


estructural. En primer lugar, la correspondiente a variaciones de las distancias entre las
partículas con grado de orientación constante, y en segundo la que ocurre por reducciones de
las distancias medias de las partículas sin que cambie su distancia mínima por el aumento del
grado de orientación.
En la Figura 7.14a y b se muestra las características de compactación entre dos muestras
de arcilla saturada con el mismo peso específico, una compactada por el lado húmedo y la
otra compactada por el lado seco. También se puede ver el gran cambio en el índice de vacíos
(una disminución) que ocurre en un suelo compactado del lado húmedo del óptimo por un
cambio dado (aumento) en la presión aplicada.

Efecto de la compresibilidad en la compactación.


La compresibilidad de las arcillas compactadas esta en función del nivel de esfuerzo
impuesto ante la masa del suelo. En los niveles de esfuerzos relativamente bajos (Figura
7.14a), las arcillas compactadas del lado húmedo del óptimo son más compresibles que las
compactadas por el lado seco. En los niveles de esfuerzos altos (Figura 7.14b), ocurre lo
contrario, es decir, que en los niveles de esfuerzos altos las arcillas compactadas del lado seco
del óptimo son más compresibles que las compactadas por el lado húmedo. Este fenómeno se
debe a que bajo presión ocurren cambios insignificantes en el grado de orientación de las
partículas de las dos muestras, y al ser mayor en la muestra que se compacto del lado húmedo
la distancia mínima entre partículas, la resistencia que oponen para aproximarse es mas
grande en esta muestra que en la muestra que se compacto del lado seco. Bajo grandes
presiones en la muestra que se compacto del lado seco ocurren deformaciones volumétricas
debidas al aumento den el grado de concentración de las partículas por colapso, que no tienen
lugar en la muestra que se compacto del lado húmedo.
Bajo presiones muy altas ambas muestras llegan a la misma relación de vacíos, pues en
las dos se llega a una estructuración similar. Se puede ver en la Figura 7.14a que la muestra
que se compacto en el lado húmedo exhibe una curva de compresibilidad con la forma típica
regular que corresponde al tipo de suelo de la prueba (arcilloso), en tanto que la muestra que
se compacto del lado seco, presenta una curva de compresibilidad que no es tan normal para
las arcillas. En suelos que se compactaron por manipulación, se a observado que la presión a
la que aparece la transición, con variación brusca de pendiente, es menor que el esfuerzo de
compactación.
Se puede ver en la Figura 7.14a y b el aumento del coeficiente de compresibilidad
(pendiente abrupta) se debe al predominio de la tendencia a la aproximación de las partículas
con aumento del grado de compactación.
Índice de vacíos, e

Muestra compactada del lado


seco o no disturbada

Muestra compactada del


lado hímedo o remoldeada

Presión, escála logarítmica


Baja presión de consolidación
(a)

373
Fundamentos de mecánica de Suelos

Muestra compactada del lado


seco o no disturbada

Índice de vacíos, e
Muestra compactada del
lado hímedo o remoldeada

Repercución de ambas muestras

Presión, escála logarítmica


Alta presión de consolidación
(b)
Figura 7.14. Cambio en la compresibilidad con el contenido de agua del moldeado. (a) Baja
presión de consolidación, (b) Alta presión de consolidación. (Lambe & Whitman, 1976)

Efecto de la expansión en la compactación.

En la muestra compactada la expansión de las arcillas es mayor para compactaciones del lado
seco del óptimo que para las del lado húmedo del óptimo. Esto se debe las del lado seco
tienen una gran deficiencia de agua y por lo tanto tienen una mayor tendencia a adsorber agua
y de este modo a hincharse más (expandirse), este fenómeno también se debe a que la
distancia entre partículas del lado seco es mucho menor que las del lado húmedo, por lo tanto
las repulsiones netas resultantes son también mucho mayores. Los suelos del lado seco del
óptimo son en general más sensibles al cambio ambiental tal como el cambio en el contenido
de humedad. La expansibilidad también crece con la energía de compactación.
Resulta difícil decir si un suelo que se compacte de un lado del óptimo tendrá mejor o
peor comportamiento, en lo que se refiere a compresibilidad, que otro que se compacte del
lado opuesto.
En cada caso la decisión al respecto debe basarse en las características del terraplén en
que se usara el suelo. Se puede ver en la Figura 7.14b que la compresibilidad del lado seco es
menor, pero la compactación del lado húmedo producirá un material mas flexible, capaz de
adaptarse mejor a asentamientos diferenciales, desde el punto de vista del agrietamiento son
mas peligrosos los suelos compactados del lado seco.
La expansión esta relacionada con el grado de orientación de la estructura. El máximo
peso específico seco que el suelo conserva en cualquier circunstancia se obtiene cuando se
compacta cerca del contenido de humedad óptimo correspondiente al método y energía de
compactación que se usen.
El potencial de expansión también varía según el método de compactación que se
emplee. En la Figura 7.15 se muestra la expansión de una arcilla arenosa que se compacto por
manipulación y con compactación estática, las mediciones se hicieron en una muestra con el
mismo peso específico seco, del lado seco y húmedo correspondiente al contenido de
humedad óptimo de compactación.
En esta figura se puede ver que con el método estático se produce una expansión mayor
tanto en contenidos de humedad bajos como altos.

374
CAPITULO 7 Compactación

12

10

8
Expansión, %
6
Amasado Estática
4
Estática
2
Amasado

0
11 12 13 14 15 16 17 18 19
Humedad de compactación, %
Peso específico seco, γd [Ton/m3]

2.00
Peso específico en la prueba
Proctor modificada
1.96

100 % de saturación
1.92

1.88

Compactación relativa = 80 %
1.84
Compactación Estática
Compactación por amasado
1.80
11 12 13 14 15 16 17 18 19
Humedad de compactación, %
Figura 7.15. Expansión de una muestra de arcilla arenosa compactada estáticamente y por
manipulación. (Juárez & Badillo, 1973)

Otro factor que también influye en la expansión es la energía de compactación, y de


muchos estudios se sabe que la expansión crece con incremento de energía de compactación.
En la Figura 7.16 se presenta una muestra de arcilla sometida a compactación estática bajo
diferentes presiones, en ella se puede ver como la presión de expansión va aumentando
linealmente a medida que se va incrementando la energía de compactación.

2.0
Presión de expansión, Kg/cm2

1.6

1.2

0.8

0.4

0
0 4 8 12 16 20
Presión de compactación,
Figura 7.16. Relación entre la presión estática de compactación (energía de compactación)y
la presión de expansión en una arcilla. (Juárez & Badillo, 1973)

375
Fundamentos de mecánica de Suelos

Efecto de la contracción en la compactación.


6
Lado seco del óptimo Contenido de Lado húmedo del óptimo
humedad
óptimo
5

4 Amasado
Contracción axial (%)

3
Vibratoria

Estática

0
12 14 16 18 20 22 24 1.80
112
Compactación estática
Compactación vibratoria
Compactación por amasado
110
Gr

1.75
ad

Densidad seca, ρd (ton/m3)


Densidad seca, ρd (lbf/ft3)

od
es

108
atu
rac
i
ón

1.70
=

106
10
0%

104
1.65
102
12 14 16 18 20 22 24
Contenido de húmedaden el molde, ω(%)
1.60
Figura 7.17. La contracción como una función del contenido de agua y tipo de
compactación. (Seed y Chan, 1959)

En la contracción ocurre justo lo contrario a la expansión, como se muestra en la Figura


7.17, donde las muestras compactadas del lado húmedo del óptimo tienen la contracción más
alta. También se ilustra en la parte superior de esta figura el efecto de diversos métodos de
compactación en las muestras, en donde se puede ver que el método de compactación que
produce mayor contracción es el de manipulación, que justamente es lo contrario que ocurría
con la expansión, esto se debe a que la contracción es justamente lo contrario a expansión, la
expansión implica el aumento de volumen, en cambio la contracción es una disminución de
volumen. Por lo tanto todos los fenómenos antes citados para la expansión es de suponer que
sean todo lo contrario a lo que ocurrirá con la contracción de los suelos compactados.

376
CAPITULO 7 Compactación

Efecto de la resistencia de los suelos en el proceso de compactación.


La resistencia de la arcilla compactada es algo compleja. Sin embargo, por ahora, solo
recordando que las muestras compactadas del lado seco del óptimo tienen resistencias más
altas que las compactadas para el lado húmedo del óptimo. La resistencia del lado húmedo
también depende un poco del tipo de compactación debido a diferencias en la estructura del
suelo. Si se empapan las muestras, los cambios de la Figura son debido a la expansión,
especialmente con los suelos del lado seco. Las curvas de resistencia para una arcilla limosa
compactada por una compactación de manipulación para tres diversas energías de
compactación se muestran en la Figura 7.18. Ellas muestran el esfuerzo requerido para causar
25% de resistencia (superior) y 5% de resistencia (media) para las tres energías de
compactación. Las resistencias son casi iguales del lado húmedo y aumenta
significativamente del lado seco.
En la Figura 7.18 también se puede ver que en un contenido de humedad dado del lado
húmedo, el esfuerzo en 5% de resistencia es realmente menos para la compactación con más
altas energías.
Esfuerzo requerido para causar 5 % de resistencia (Kg/cm2) Esfuerzo requerido para causar 25 % de resistencia (Kg/cm2)

12
Fuerza (Esfuerzo requerido para
causar 25 % de resistencia) Vs.
10 Contenido de humedad

2
Ensayo noconsolidado-nodrenado
0
Presión de confinamiento = 10 Kg/cm2
10 12 14 16 18 20 22 24 26

12
Fuerza (Esfuerzo requerido para
causar 5 % de resistencia) Vs.
10 Contenido de humedad

8
Capas Apisonadas Presión
por capa de la pata
6 7 15 276 Psi
7 15 136 Psi
7 15 65 Psi
4

0
10 12 14 16 18 20 22 24 26

377
Fundamentos de mecánica de Suelos

116
Densidad seca Vs.

Densidad seca, ρd (lbf/ft3)


G contenido de humedad
ra
112 d o
de
sa
tu
ra
108 ci
ó n
=1
00
%
104

100
10 12 14 16 18 20 22 24 26
Contenido de húmedaden el molde, ω(%)
Figura 7.18. La resistencia como una función de la energía de compactación, y el contenido
de agua del moldeado. (Seed y Chan, 1959)

Efecto de la resistencia como medida del CBR de los suelos en el proceso de


compactación.

En la Figura 7.19 sucede lo mismo que para la Figura 5.17, es decir que también en un
contenido de humedad dado del lado húmedo, el esfuerzo en resistencias bajas es realmente
menor que para la compactación con más altas energía, donde la resistencia es medida por el
ensayo del CBR (California bearing ratio).
100
Peso específico seco, γd

75

50

25

120

115 55 golpes por capa


Ce
ro 26 golpes por capa
de
a íre
Densidad seca, (lbf/ft3)

110 en 12 golpes por capa


lo
sv
ac
ío

105 s
=
2.
72

100

95

90
10 15 20 25
Contenido de húmedad, ω(%)
Nota: Peso 10 lb, caída 18” (Proctor modificado)
Figura 7.19. La resistencia como medida del CBR y la densidad seca versus el contenido de
agua para compactación de impactos en laboratorio. (Tumbull y Foster, 1956)
378
CAPITULO 7 Compactación

En este ensayo, la resistencia a la penetración es de 3 in2 en el pistón desarrollado en un


espécimen compactado se compara al desarrollado por una muestra estándar de una roca
densa condensada machacada. El CBR es una prueba común en el diseño de pavimentos. En
la Figura 7.19 una mayor energía de compactación produce un mayor CBR del lado seco del
óptimo, como se esperaría. Pero muestra cómo el CBR es realmente menor del lado húmedo
para energías de compactación más altas. Este hecho es importante en el diseño y la
supervisión apropiados de un terraplén de tierra compactado.
La Tabla 5.4 es un resumen de los efectos en la compactación del lado húmedo en
comparación con la del lado seco en varias propiedades ingenieriles. (Lambe, 1976)
Tabla 5.4. Comparación de las propiedades del suelo entre la compactación por el lado
húmedo y por el lado seco del óptimo (Holtz & Kovacs, 1981).
Propiedad Comparación
1. Estructura
a. Disposición de las partículas Del lado seco aleatorio
b. Deficiencias de humedad Del lado seco, mayor deficiencia y por lo tanto mayor
higroscopicidad, mayor expansión y menor presión de
poros.

2. Estructura La estructura del lado seco es más susceptible de variación.

3. Permeabilidad
a. Magnitud Del lado seco, más permeable.
b. Estabilidad Del lado seco, la permeabilidad se reduce mucho más por el
flujo de agua.
4. Compresibilidad
a. Magnitud Del lado húmedo, mayor compresibilidad con bajas
presiones y del lado seco con altas presiones.

b. Deficiencias de humedad Del lado seco, se consolida más rápidamente.

5. Resistencia
a. En el molde
• Sin drenaje Del lado seco, mucho mayor
• Con drenaje Del lado seco, algo mayor

b. Después de la saturación
• Sin drenaje Del lado seco, algo mayor si se evita la expansión; del lado
húmedo puede ser más elevada si se permite la expansión.
• Con drenaje Del lado seco, aproximadamente la misma o ligeramente
mayor.
c. Presión de poros en la falla Del lado húmedo, mayor
d. Modo esfuerzo-deformación Del lado seco, mucho mayor
e. Sensibilidad Del lado seco, más probabilidad de sensibilidad

4. Control de compactación.
Después de realizar la compactación en campo siempre es necesario verificar si con el se
lograron los fines propuestos. Hoy en día existen muchos métodos para poder controlar que la
compactación en campo cumpla con las especificaciones de diseño del proyecto. En la
mayoría de los casos la compactación se hace a contrato por empresas especializadas, por lo

379
Fundamentos de mecánica de Suelos

tanto la verificación mencionada, resulta ligada a problemas de pago, legales, etc. Debido a
esto es que se tienen que seguir algunos pasos durante la compactación en campo.
Puesto que el objetivo de la compactación es estabilizar los suelos y mejorar su
comportamiento ingenieríl, es importante tener presente las propiedades ingeniríles deseadas
del terraplén, no solo su densidad seca y contenido de humedad. Este punto a menudo no se
lo toma en cuenta en el control de la construcción de obras de tierra. Normalmente se pone
mayor énfasis en lograr el peso unitario seco especificado y se da poca consideración a las
propiedades ingenieríles deseadas del terraplén compactado. El usual procedimiento de
diseño y construcción es como sigue.
Primeramente se dirigen pruebas de compactación en laboratorio en las muestras de los
materiales de préstamo propuestos para alcanzar las propiedades requeridas para el diseño.
Después de que la estructura de tierra es diseñada, se escriben las especificaciones de
compactación. Se especifican las pruebas de control de compactación en campo y los
resultados de éstas se convierten en los valores estándar para controlar el proyecto. Los
inspectores del control de la construcción entonces realizan estas pruebas para ver que las
especificaciones sean alcanzadas por el contratista.
Hay básicamente dos categorías de las especificaciones de las obras de tierra:
• Especificaciones de resultado final.
• Especificaciones del método.
4.1. Especificaciones del resultado final.
En estas se especifica un grado de compactación mínimo, o un porcentaje de compactación.
El grado de compactación también es conocido con el nombre de compactación relativa, y se
define como el cociente de la densidad seca en campo ρ d.campo con la máxima densidad seca en
laboratorio ρ d.max , según una cierta prueba estándar especificada, por ejemplo, la prueba
Proctor estándar o la prueba Proctor modificada, entonces según esto se tiene:
ρ d en campo
Grado de compactación (R ) = × 100 (% ) [7.6]
ρ d.max en laboratorio
Se debe notar la diferencia que hay entre la compactación relativa y la densidad relativa
D r o índice de densidad I D definida en el capítulo 1. La densidad relativa se aplica solamente
a los suelos granulares. Si algunos finos están presentes, es difícil decidir qué tipo de prueba
es aplicable, pues una prueba estándar ASTM (1980), designación D 2049, sugiere que la
densidad relativa sea aplicable si el suelo contiene menos de 12 % de finos (partículas que
pasan el tamiz de Nº 200); caso contrario se debe utilizar alguna otra prueba de
compactación. La relación entre la densidad relativa y la compactación relativa se muestra en
la Figura 7.20. Un estudio estadístico de datos publicados sobre 47 diversos suelos granulares
indicó que la compactación relativa correspondiente a la densidad relativa cero es alrededor
de 80%.
ρd = 0 Densidad seca ρd min ρd ρd max

e= Índice de vacíos e max e e min

0 100
Índice de densidad ID o densidad relativa, Dr (%)

0 R.C. 80 100
Compactación Relativa R.C. (%)

Figura 5.20. Conceptos de densidad relativa y compactación relativa. (Lee y Singh, 1971)

380
CAPITULO 7 Compactación

Línea
óptima Línea del 100 %
de saturación

ρd max
Densidad seca, ρd

90 % R.C.

ω opt
a b c
Contenido de húmedaden, ω (%)
Figura 7.21. Densidad seca en función del contenido de humedad, ilustrando la condición
más eficiente para la compactación en campo. (Seed, 1964)

Las especificaciones del resultado final, se utilizan mayormente en las carreteras y


fundaciones de edificios, para que el contratista pueda obtener la compactación relativa
especificada; la forma en que el contratista la obtiene y el equipo que utiliza no importan. La
economía del supuesto proyecto se asegura de que el contratista utilice los procedimientos
más eficientes para la compactación. Las condiciones más económicas para la compactación
se ilustran en la Figura 7.21, mostrando tres hipotéticas curvas de compactación en campo
del mismo suelo pero con diversas energías de compactación. Asumiendo que la curva 1
representa una energía de compactación que pueda obtenerse fácilmente por el equipo de
compactación existente. Entonces para alcanzar, por decir, 90 % de la compactación relativa,
la localización del contenido de humedad del terraplén compactado debe ser mayor que el
contenido de humedad a y menor que el contenido de humedad c. Estos puntos son
encontrados de la línea que intersecta la curva de compactación 1 para un 90 % de
compactación relativa (R). Si la localización del contenido de humedad está fuera del rango
de a hasta c, entonces será difícil, si es que no imposible, alcanzar el porcentaje requerido de
la compactación relativa nombrada, no importa cuan arto el contratista compacte el terraplén.
Esta es la razón por la cual puede ser necesario ocasionalmente mojar o secar (reanudación)
el suelo antes del rodado en campo.

381
Fundamentos de mecánica de Suelos

Una vez que se ha encontrado el rango de los contenidos de humedad, el contratista debe
encontrar el contenido de humedad óptimo dentro de este rango. Desde un punto de vista
solamente económico, el contenido de humedad más eficiente estaría en b, donde el
contratista proporciona la mínima energía de compactación para lograr el 90 % de la
compactación relativa requerida. Para alcanzar constantemente la compactación relativa
mínima para el proyecto, el contratista utilizará generalmente una energía de compactación
levemente más alta, como muestra la curva 2 de la Figura 7.21. Así la localización de los
contenidos de humedad más eficientes estarán entre el contenido de humedad óptimo y el
contenido de humedad en b.

4.2. Especificaciones del método.

En las especificaciones del método, el tipo y peso del rodillo, el número de pasadas de ese
rodillo, los espesores del terraplén son especificados por el ingeniero. El tamaño máximo del
material permitido también puede ser especificado. En contraste con las especificaciones del
resultado final, donde el contratista es responsable de la compactación apropiada, con las
especificaciones del método la responsabilidad restante en cuanto a la calidad de la obra de
tierra es del dueño o el ingeniero del dueño. Si en las pruebas de control de la compactación
realizadas por el ingeniero no se pueden alcanzar ciertos valores normados, entonces al
contratista se le pagara extra por el rodado adicional. Esta especificación requiere un
conocimiento previo del material de préstamo para poder predecir por adelantado cuántas
pasadas de un cierto tipo de rodillo producirán una compactación adecuada. Esto quiere decir
que durante el diseño, se deben realizar pruebas de los terraplenes con diferentes equipos,
energías de compactación, etc. para determinar qué equipo y procedimientos serán los más
eficientes. Puesto que las pruebas programadas para el terraplén son costosas, las
especificaciones del método pueden ser solo justificadas para los proyectos de compactación
muy grandes tales como las presas de tierra. Sin embargo, los ahorros considerables en costos
unitarios de la construcción del terraplén son posibles porque una mayor parte de la
incertidumbre asociada a la compactación será eliminada por el contratista. Él puede estimar
por adelantado precisamente cuánto costará la construcción. El contratista también sabe que
si se requiere el rodado adicional lo compensará adecuadamente.

4.3. Determinación del grado de compactación o compactación relativa

Primero, se selecciona el sitio de prueba. Este debe ser representativo o típico del terraplén
compactado y material de préstamo. Una vez escogido el lugar se procede a las pruebas de
control de compactación.
Las pruebas de control en campo pueden ser destructivas o no destructivas. Las pruebas
destructivas implican la excavación y retiro de algo de material del terraplén, mientras que las
pruebas no destructivas determinan la densidad y el contenido de humedad del terraplén
indirectamente.

Pruebas Destructivas.

Los pasos requeridos para las pruebas destructivas comunes en campo son:

1. Excavar un agujero en el terraplén generalmente del espesor de la capa


compactada (el tamaño del agujero dependerá del tamaño máximo del
material en el terraplén). Determinar el peso del material excavado, W.

382
CAPITULO 7 Compactación

2. Determinar el contenido de humedad del material extraído.

W − WS
w=
WS

3. Medir el volumen del material excavado. Las técnicas comúnmente


empleadas para esto son el cono de arena, la membrana de hule, agregando
agua o aceite de densidad conocida en el agujero es posible determinar el
volumen del mismo. (Figura 7.22)

4. Calcular la el peso especifico γ del material. Conociendo el peso total W, del


material excavado del agujero y el volumen del agujero, se calcula
fácilmente γ.

W
γ= [7.1]
Vexc

Como también se conoce el contenido de humedad, se puede obtener el peso


específico seco del terraplén, γ d.campo .

γ
γd = [7.2]
1+ w

5. Se compara γ d.campo con γ d max laboratorio y se halla el grado de compactación


(ecuación [7.6])

Cono de arena.

Es el método más utilizado y representa una forma directa de obtener el volumen del agujero
excavado, utilizando para ello, una arena estandarizada compuesta por partículas cuarzosas,
sanas no cementadas, de granulometría redondeada y comprendida entre los tamices Nº 10 (2
mm) y Nº 35 (0.5 mm).
El equipo necesario para esta prueba es el siguiente:

• Aparato cono de arena compuesto por una válvula cilíndrica de 12.5 mm de


abertura, con un extremo terminado en embudo y el otro ajustado a la boca
de un recipiente de aproximadamente 4 lt de capacidad. El aparato deberá
llevar una placa base, con un orificio central de igual diámetro al del
embudo. (Figura 7.19a)

• Arena estandarizada, la cual deberá ser lavada y secada en horno hasta masa
constante. Generalmente se utiliza arena de Ottawa, que corresponde a un
material que pasa por el tamiz Nº 20 (0.85 mm) y queda retenido en el tamiz
Nº 30 (0.60 mm).

• Dos balanzas de capacidad superior a 10 kg y 1000 g, con una precisión de 1


g y 0.01 g, respectivamente.

• Equipo de secado, podría ser un hornillo o estufa de terreno-

383
Fundamentos de mecánica de Suelos

El procedimiento de esta prueba es la siguiente:

1. Llenar el recipiente del cono con la arena de Ottawa.


2. Determinar el peso del recipiente más el cono más la arena de Ottawa dentro
el recipiente. (W 1 )
3. Realizar la excavación del agujero en el área del terreno donde se realizara la
compactación en campo.
4. Determinar el peso del suelo excavado del agujero. (W 2 )

5. Se debe conocer el contenido de humedad del suelo excavado. (w)

6. Determinar el peso seco del suelo, mediante la ecuación [7.7].

W2
W3 = [7.7]
1+ w
7. Después de la excavación del agujero el cono lleno de arena es colocado
inversamente sobre el agujero, como muestra la Figura 7.22a Luego se abre
la válvula del cono y la arena dentro el recipiente empezara a ingresar al
agujero hasta que este se llene totalmente.
8. Determinar el peso de la arena más el peso del cono más el peso de la arena
que sobro en el recipiente y el cono.
9. Determinar el peso de la arena que llena el agujero, W 5 por medio de la
ecuación [7.8]:

W5 = W1 − W4 [7.8]

10. Determinar el volumen del suelo excavado, mediante la ecuación [7.9]:

W5 − Wc
V= [7.9]
γ d . Arena

Donde:
W C = Peso de la arena que llena solamente el cono.
γ d arena = Peso específico de de la arena de Ottawa.
Los valores de W C y γ d arena son determinados de la calibración hecha en
laboratorio.

11. El peso específico seco puede ser determinado de la ecuación [7.10]:

W3 Peso del suelo seco excavado del agujero


γd = = [7.10]
V Volumen del agujero

Hay varios problemas asociados a la prueba destructiva común para hallar el peso
específico seco en campo. Primero, la densidad máxima del laboratorio no se puede conocer
exactamente. Frecuentemente, especialmente en la construcción de carreteras, para las
pruebas de compactación del laboratorio se extraen muestras que no son "representativas" de
los materiales de préstamo para la carretera. Entonces, cuando se conduce la prueba en el

384
CAPITULO 7 Compactación

terreno, su resultado se compara con los resultados de uno o más de estos suelos "estándares"
de trabajo y si los suelos en el sitio no son muy buenos, entonces es muy difícil alcanzar las
especificaciones deseadas. Otra alternativa es determinar la curva de compactación completa
para cada prueba en el terreno, una proposición que desperdicia tiempo y además es costosa.

Frasco de vidrio con 20-30 de


arena de Otawa (o similar)

Plato con Válvula


agujero
Cono

(a) Cono de arena


Presión del aire
Válvula check

Bomba Agua
Válvula de aíre

Membrana (parcialmente
presionado en el agujero de la
excavación)
(b) Membrana de ule

Aceite

capa de polietileno para


los suelos granulares

(c) Método del Aceite (ó agua)


Figura 7.12. Algunos métodos para determinar la densidad en campo. (Holtz & Kovacs,
1981)

385
Fundamentos de mecánica de Suelos

Una segunda alternativa es realizar una prueba de punto de control de campo, o 1 punto
en la prueba Proctor. Cuando el ingeniero de campo sabe por adelantado que el suelo en el
cual está realizando una prueba de densidad de campo y uno de los suelos de préstamo
visualmente no coincide con los demás, entonces se quita una cantidad adicional de suelo del
terraplén compactado durante la prueba. La cantidad total de suelo quitada debe ser suficiente
para desarrollar una sola prueba de compactación en laboratorio.
Las únicas restricciones necesarias para el desarrollo del punto de control de campo son
éstas:

1. Durante la compactación, el molde debe ser colocado en una masa sólida lisa
de por lo menos 100 kg, un requisito que puede ser difícil de alcanzar en
campo. El pavimento del asfalto o el suelo compactado no debe ser utilizado.

2. El suelo que se compactará debe ser del lado seco del óptimo para la energía
de compactación usada, y saber cuándo el suelo esta del lado seco del óptimo
toma una cierta experiencia de campo.

Otro método para una rápida y eficiente determinación de la compactación relativa de los
suelos cohesivos fue desarrollado en los años 50 por la oficina de reclamos U.S. (1974, y
Hilf, 1961).
El procedimiento hace posible determinar exactamente la compactación relativa de un
terraplén como también de una manera muy aproximada de la diferencia entre el contenido de
humedad óptimo y el contenido de humedad del terraplén sin que la muestra sea secada al
horno. Las muestras de los materiales del terraplén son compactados según la norma deseada
del laboratorio en el contenido de humedad del terraplén y dependiendo de una estimación de
cuan cercano está el terraplén al grado óptimo, se agrega o resta agua de la muestra (Figura
7.23).
Con un poco de experiencia es relativamente fácil estimar si el material del terraplén esta
en el óptimo, levemente húmedo, o levemente seco del óptimo. De la curva de la densidad
húmeda, el porcentaje exacto de la compactación relativa basada en la densidad seca puede
ser obtenido.
Solamente un contenido de humedad, el contenido de humedad del terraplén, se necesita
para determinarlo y eso solamente para los propósitos de registro. La ventaja principal del
método "rápido" es que el contratista tiene los resultados en un tiempo muy corto. La
experiencia ha demostrado que es posible obtener los valores requeridos para el control de la
construcción en alrededor de 1 h a partir del tiempo en que la prueba de la densidad de campo
esté realizada.
Otros problemas con la prueba destructiva en el terreno se asocian con la determinación
del volumen del material excavado. El cono de arena, a menudo tomado como el "estándar",
está sujeto a errores. Por ejemplo, la vibración del equipo de trabajo cercano aumentará la
densidad de la arena en el agujero, lo cual da un volumen más grande que debe tener el
agujero; esto da lugar a una densidad más baja de campo.
Todos los métodos volumétricos comunes son sujetos a error si el terraplén compactado
es de grava o contiene partículas grandes de grava. Cualquier tipo de desigualdad en las
paredes del agujero causa un error significativo en el método de la membrana de goma. Si el
suelo es grava o arena gruesa, ninguno de los métodos líquidos trabaja bien, a menos que el
agujero sea muy grande y una hoja del polietileno se utilice para contener el agua o el aceite.

386
CAPITULO 7 Compactación

Suelo del
terraplén

Se divide en tres partes

Se agrega, es decir se mezcla 40 g. Se agrega, es decir se mezcla 80 g. Se agrega, es decir se mezcla 120 g.
de agua y se compacta como en un de agua y se compacta como en un de agua y se compacta como en un
ensayo estandar. Se mide la ensayo estandar. Se mide la ensayo estandar. Se mide la
densidad de la muestra compactada. densidad de la muestra compactada. densidad de la muestra compactada.

Gráfica de resultados

Densidad húmeda
1+z X

z M agua agregada
M suelo húmedo
Densidad del suelo húmedo en el terraplén
Grado de compactación del terraplén
Densidad máxima escalada de abajo de la gráfica, X
Figura 7.23. Procedimiento del método rápido de determinación del grado de compactación
del terraplén. (Holtz & Kovacs, 1981)

Debido a algunos de los problemas con las pruebas destructivas del terreno, las pruebas
no destructivas de la densidad y el contenido de humedad usando los isótopos radiactivos
han aumentado en popularidad durante los últimos años. Los métodos nucleares tienen varias
ventajas sobre las técnicas tradicionales. Las pruebas pueden ser realizadas rápidamente y
además obtenerse los resultados en minutos. Por lo tanto el contratista y el ingeniero saben
los resultados rápidamente y la acción correctiva puede ser tomada antes de que se haya
colocado demasiado terraplén adicional. Puesto que se pueden realizar mayor cantidad de
pruebas por la simplicidad y ahorro de tiempo, se proporciona un mejor control estadístico
del terraplén. Un valor medio de la densidad y del contenido de humedad se obtiene sobre un
significativo volumen del terraplén y por lo tanto puede ser considerada la variabilidad
natural de suelos compactados. Las desventajas de métodos nucleares incluyen su costo
inicial relativamente alto y el peligro potencial de la exposición radiactiva al personal de
campo. Las estrictas normas de seguridad de la radiación deben hacerse cumplir cuando se
utilizan los dispositivos nucleares.

387
Fundamentos de mecánica de Suelos

Figura 7.24. Densímetro nuclear en funcionamiento. (ELE internacional, 1993)

Básicamente, dos tipos de fuentes o emisores son necesarios para determinar la densidad
y el contenido de humedad. La radiación gamma, producida por el radio (Ra) o un isótopo
radiactivo de cesio (Cs), es dispersada por las partículas del suelo; la cantidad de dispersión
es proporcional a la densidad total del material. El espaciamiento entre la fuente y la hallada,
generalmente un centelleo o un contador de Geiger, es constante. Los átomos de hidrógeno en
agua dispersan los neutrones y éste proporciona medios por el que el contenido de humedad
pueda ser determinado. Las típicas fuentes del neutrón son isótopos del berilio-Americio. La
calibración contra los materiales compactados de densidad conocida es necesaria, y para los
instrumentos que funcionan en la superficie la presencia de un boquete de aire incontrolado
puede afectar significativamente las medidas.
Tres técnicas nucleares son de uso común. El método de la transmisión directa se ilustra
esquemáticamente en la Figura 7.25a, y la técnica de dispersión trasera se muestra en la
Figura 7.25b. El método menos común el boquete de aire (Figura 7.25c) se utiliza a veces
cuando la composición de los materiales próximos a la superficie afecta contrariamente la
medida de la densidad.

Manómetro

Detectores

Fuente Trayectoria del fotón


(a)

388
CAPITULO 7 Compactación

Manómetro

Detectores

Fuente
Trayectoria del fotón
(b)

Detectores
Fuente

Trayectoria del fotón


(c)
Figura 5.25. Determinación nuclear de la densidad y el contenido de humedad: (a)
Transmisión directa, (b) Dispersión trasera, (c) Boquete de aíre. (Troxler electronic
laboratorios, Inc., Research triangle park, North Carolina).

5. Compactación en campo.
La compactación en campo se la realiza con diferentes tipos de compactadotas. Estas
compactadotas tienen que realizar una compactación del terreno de tal manera que
reproduzcan los valores de la compactación realizada en laboratorio. Para poder lograr esto es
necesario tratar de reproducir todas las condiciones que se tendrán en campo al realizar una
prueba de laboratorio. El tipo de compactadota que se utilizara juega un papel importante en
esto pues cada tipo de compactadota tiene un proceso distinto de compactar el terreno,
pueden ser por procesos vibratorios, manipuleo, presión estática o presión dinámica.
La Figura 7.26 compara la compactación en campo y la compactación en laboratorio para
un mismo suelo. Además muestra la dificultad de elegir una prueba de laboratorio que
reproduzca un determinado método de compactación en campo. Las pruebas de laboratorio
indican generalmente una humedad óptima algo inferior a la óptima en una obra real.
Variando el método de laboratorio, puede desplazarse la relación humedad-peso
específico seco para conseguir una mejor correlación con un determinado método de
compactación en campo. Como ya se menciono anteriormente hay cierta evidencia de que
algunos métodos de compactación en laboratorio concuerdan mejor o son de mayor
representatividad con ciertos tipos de compactación en campo. Como por ejemplo la
compactación por manipulación en laboratorio da muy buenos resultados con la
compactación por una pata de cabra, la compactación por impactos (dinámica) en laboratorio
da muy buenos resultados con los rodillos neumáticos, la compactación por métodos
vibratorios en laboratorio da mejores resultados con suelos sin cohesión, y así sucesivamente

389
Fundamentos de mecánica de Suelos

cada método de compactación en laboratorio tiene una mayor representatividad con un


determinado equipo de compactación de campo.

120
1.9
S
1 =
Densidad seca, [lbf/ft3] 10
0

Densidad seca, [ton/m3]


%
1.8
110
2
1.7

100 1.6
3
5 6
4 1.5
90
10 15 20 25
Contenido de humedad (%)
Figura 7.26. Comparación entre las compactaciones en laboratorio y en campo, (1)
Compactación estática en laboratorio, 140 kg/cm2, (2) Proctor modificado, (3) Proctor
estándar, (4) Compactación estática en laboratorio a 14 kg/cm2, (5) Compactación en campo
con seis pasadas de un rodillo neumático, (6) Compactación en campo con seis pasadas de un
rodillo pata de cabra.(Turnbull, 1950) Nota. La compactación estática se aplico por ambas caras de la muestra.

5.1. Tipos de compactadoras.


Todos los equipos que se conducen sobre un terraplén, desde las volquetas hasta los
cargadores frontales contribuyen en la compactación del mismo. Sin embargo, generalmente
no se puede confiar sólo en esta compactación accidental porque:
• La mayoría de los equipos de construcción son diseñados intencionalmente para tener
presiones de contacto bajas entre los neumáticos o huellas y el suelo. Esto permite
que viajen más rápida y fácilmente a través del suelo suave. Por ejemplo un cargador
frontal tiene una presión de contacto de solo 83 kPa.
• El tráfico casual usualmente sigue las rutas comunes, así que su energía de
compactación no se distribuye uniformemente en el terraplén. De esta manera,
algunas áreas pueden recibir suficiente compactación, mientras que otras no reciben
virtualmente ninguna.

Por lo tanto, es necesario el uso de equipos de compactación específicamente diseñados


para esta tarea. El equipo de compactación común en campo incluye los pisones manuales,
los rodillos pata de cabra, los rodillos neumáticos, y otros tipos de equipo pesado para la
compactación. Sin embargo también pueden ser obtenidas compactaciones considerables por
la asignación de la ruta apropiada del equipo de transporte sobre el terraplén durante la
construcción. Todos estos equipos de compactación utilizan uno o más de los cuatro métodos
de compactación siguientes.

• Presión. La presión de contacto entre el equipo y la tierra es probablemente


el factor más importante en el resultado de la compactación de los suelos. Un
típico rodillo pata de cabra tiene una presión de contacto de alrededor de
3500 kPa., la cual es mucho mayor el equipo anteriormente mencionado.

390
CAPITULO 7 Compactación

• Impacto. Algunos equipos imparten una serie de golpes al suelo. Como por
la caída de un peso. Esto agrega un componente dinámico a la energía de
compactación.
• Vibración. El equipo vibratorio de compactación utiliza pesos excéntricos u
otro dispositivo para inducir fuerzas vibratorias en el suelo. Las cuales
pueden intensificar su compactación. Estas vibraciones tienen generalmente
una frecuencia de 1000-3500 ciclos por minuto.
• Manipulación o Amasado. Los equipos de compactación que imparten
algunas fuerzas cortantes al suelo pueden también mejorar la compactación.
Esta acción es llamada manipulación o amasamiento. Sin embargo, la
manipulación excesiva, como en un terraplén excesivamente mojado, puede
ser perjudicial.

Mayormente la compactación en campo se hace con rodillos. Los cuatro tipos de rodillos
más comunes son:

1. rodillos de rueda-Lisa (o rodillos de tambor-liso)


2. Rodillos neumáticos
3. Rodillos pata de cabra
4. Rodillos vibratorios.

A continuación se hará descripción detallada de las principales características, ventajas y


desventajas del uso de cada uno de estos equipos. Es también lógico que cada uno de estos
equipos de compactación simulen métodos diferentes de compactación, por esta razón se
aclarara el método de compactación de cada uno de estos equipos, ya que tiene mucha
influencia a la hora de reproducir estas condiciones en laboratorio.

Rodillos pata de cabra. (Compactación por manipulación)

Una de las máquinas más viejas y más comunes de compactación es el rodillo pata de cabra,
mostrada en la Figura 7.27. Consiste en uno o más tambores que rotan con numerosos pies
que concentran su peso sobre un área pequeña y aumentan la presión de contacto
aproximadamente a 2000 a 5000 kPa (300 a 700 lb/in2). En los años 30 ya empezaron a ser
usados extensamente en la construcción de terraplenes.

Figura 7.27. Compactador con rodillos pata de cabra.

Los rodillos pata de cabra compactan el suelo por presión y manipulación. Ellos pueden
ser usados en una variedad de suelos, pero trabajan de mejor manera en limos y arcillas. La

391
Fundamentos de mecánica de Suelos

mayoría de los rodillos pata de cabra pueden acomodar suelos sueltos de espesores alrededor
de 200 mm (8 in). Su principal característica es que compactan el suelo de abajo hacia arriba,
lo que no ocurre con los demás tipos de rodillos, que compactan de arriba hacia abajo.
Estos compactadores concentran el peso de todo un conjunto de puntas de forma variada
sobre una superficie relativamente pequeña (Figura 7.28), ejerciendo presiones estáticas muy
grandes en los puntos en que las mencionadas protuberancias penetran en el suelo. Conforme
se van dando pasadas y el material se va compactando, las patas profundizan cada vez menos
en el suelo y llega un momento en que ya no se produce ninguna compactación adicional. En
una profundidad aproximada a 6 cm, la superficie queda siempre distorsionada, pero se
compacta bajo la siguiente capa que se tienda.

Rodillo

Vástago Vástago

(c)
(b) (d)
(a) afilado
Pata (b) de base ampliada
(c) prismática
(d) de cabra
(a)
Figura 7.28. Formas usuales en las patas de los rodillos pata de cabra, (J. Badillo, 1976).

En la Figura 7.29 se muestra la influencia sobre la compactación de la forma de la punta


del vástago que constituye la “pata de cabra”; en forma esquemática se presentan los pesos
específicos secos que se obtuvieron en un caso dado con el empleo de tres tipos de vástagos,
todos de sección cuadrada de 15 cm de lado.

Todos los vástagos son de sección cuadrada y 15 cm de lado


F Superficie original F
del terreno. γd, en Kg/m3 F

1350
1350
1300 1300 15 cm
1200 1200 1200 1200 1200 1200
1250 1250 1250 1250 1300 1250

Capa compactada
Figura 7.29. Influencia de la forma en la punta del vástago de los “rodillos pata de cabra”,
(Juárez & Badillo, 1976).

En todos los casos que se muestran, el vástago aplico la misma presión y con la misma
intensidad a lo largo del tiempo. La mayor eficiencia del vástago plano, así como la del que
esta ligeramente inclinado (120º), se ven en la mayor profundidad que los pesos específicos
secos puedan alcanzar.

392
CAPITULO 7 Compactación

En la Figura 7.30 se muestra esquemáticamente el resultado de una investigación


particular que se realizo para estudiar el efecto de la forma de la sección recta del vástago y
de su área transversal. Es notable la mayor eficiencia de la sección cuadrada sobre la redonda.
La presión que ejerce el rodillo pata da cabra al pasar con sus vástagos sobre el suelo no
es uniforme en el tiempo; los vástagos penetran ejerciendo presiones crecientes, las cuales
llegan a un máximo en el instante en que el vástago esta vertical y en su máxima penetración;
a partir de ese momento la presión disminuye hasta que el vástago sale. Además, la acción del
rodillo es tal que hace progresar la compactación del rodillo de la capa de suelo de abajo
hacia arriba (principal característica ya mencionada anteriormente); en las primeras pasadas
las protuberancias y una parte del tambor mismo penetran en el suelo, lo que permite que la
mayor presión se ejerza en el lecho inferior de la capa por compactar; para que esto ocurra el
espesor de la capa no debe ser mucho mayor que la longitud del vástago.

F F F
Superficie original
del terreno.

Circular de 12 Cuadrado de Cuadrado de 15


cm de diámetro 10 cm de lado cm de lado

100 cm2 100 cm2 225 cm2

γd, Kg/m3 1300


12 cm
1300
10 cm
1300
1250 1250 15 cm
1250 1250
1200 1200 1200 1200
1200

Capa compactada
Figura 7.30. Influencia del tamaño y área de la sección recta en los vástagos de los “rodillos
pata de cabra”, (Juárez & Badillo, 1976).

Los rodillos más usuales tienen vástagos de 20 a 25 cm de longitud y se usan para


compactar capas de suelo suelto de alrededor de 30 cm de espesor. Como ya se dijo, al
aumentar el número de pasadas del equipo la parte inferior de la capa va adquiriendo mayor
resistencia, lo que impide la penetración del rodillo y de sus vástagos, que así van
compactando al suelo adyacente. El proceso puede llegar a un límite en el cual el rodillo
“camina” sobre el suelo y transmite todo su peso a través de los vástagos, pero sin que haya
contacto entre el tambor y el suelo. Alguna vez se ha especificado este límite como norma
sencilla para control de compactación de la capa, pero en suelos con contenido de humedad
relativamente alta o cuando se usan rodillos pesados puede suceder que el tambor no deje de
estar en contacto con el suelo, aunque el número de pasadas se incremente de manera
arbitraria.
Por lo general, se considera adecuada la operación cuando el vástago penetra del 20 al
50 % de su longitud, lo cual depende de la plasticidad del suelo; así, para una arcilla blanda
se busca hacer penetraciones menores que para una arcilla arenosa, a fin de evitar que se
adhiera al vástago cantidades considerables del suelo y se reduzca el rendimiento del equipó.
El rodillo pata de cabra produce dos resultados muy deseables en los terraplenes de
suelos finos compactados, que son una distribución uniforme de la energía de compactación
en cada capa y una buena liga entre capas sucesivas.

393
Fundamentos de mecánica de Suelos

Rodillos de pata apisonadora. (Compactación por manipulación)

Los rodillos de pata apisonadora son muy similares a los rodillos pata de cabra, excepto que
ellos utilizan largos pies con una presión de contacto más pequeña. Pueden ser operados a
altas velocidades pero no compactan una profundidad grande.

Figura 7.31. Compactador con rodillos de pata apisonadora. (Juárez & Badillo, 1976)

Rodillos Neumáticos. (Compactación por presión)

Los rodillos neumáticos como se muestra en la Figura 7.32 son unidades pesadas que
descansan sobre varios neumáticos. La presión de contacto es normalmente alrededor de 600
kPa (85 libras/in2). Cada neumático puede moverse hacia arriba y hacia abajo
independientemente, así este dispositivo es bueno al encontrar pequeños puntos suaves que
equipos de compactación rígidos, como los rodillos pata de cabra no podrían hacerlo. Estos
rodillos pueden compactar terraplenes con espesores sueltos de 250 a 300 mm (10 a 12 in).
El rodillo aplica a la superficie de la capa prácticamente la misma presión desde la
primera pasada, esta presión es casi igual a la presión de inflado de la llanta. La superficie de
contacto de la llanta depende del peso del rodillo y de la presión de inflado, su forma es mas
o menos elíptica. La presión que se transmite no es rigurosamente uniforme en toda el área de
aplicación, pero para simplificar se toma la presión media de contacto. Para lograr una
presión más o menos uniforme a una cierta profundidad bajo la superficie es preciso que las
llantas delanteras y traseras del equipo tengan huellas que se superpongan ligeramente, es
usual buscar una disposición tal que deje a ambos lados 2/3 de huella libre entre las
superposiciones.

Figura 7.32. Compactador con rodillos neumáticos.

394
CAPITULO 7 Compactación

La eficacia de la compactadora no aumenta de forma indiscriminada con la presión de


inflado, ya que si la presión no es demasiado grande, a ambos lados de la huella se producen
concentraciones que hacen aparecer presiones horizontales adicionales que ayudan al
asentamiento de las partículas de suelo y a su mezclado. Debido a esto es que la presión de
inflado depende de muchos factores, como el número de pasadas, el peso especifico seco, etc.
Peso específico seco máximo, [ton/m3]
2.2

2.1 Grava - arena - arcilla

2.0
Arcilla arenosa
1.9

1.8
Arcilla plástica
1.7

1.61.75 3.50 5.75 7.00 8.75 10.50


Presión de inflado, Kg/cm2
Figura 7.33. Compactación con rodillo neumático. Relación entre el peso especifico seco y
la presión de inflado. (Juárez Badillo, 1976)
En la Figura 7.33 se muestra la influencia que tiene la presión de inflado en el peso
específico seco del suelo, en ella se ve que en cualquier tipo de suelo un incremento en la
carga por rueda o en la presión de inflado produce un aumento en el peso específico seco
máximo.

Rodillos vibratorios. (Compactación por vibración)


Los rodillos vibratorios como los que están en la Figura 7.34 es similar a los rodillos pata de
cabra o pata apisonadora, con la adición de un mecanismo vibrante. Por lo tanto, ellos utilizan
presión y vibración para compactar el suelo. La vibración es especialmente efectiva en suelos
arenosos y gravosos. El más pesado de estos rodillos puede acomodar elevaciones de
espesores sueltos de hasta 1 m (3 pies) y proporcionar una cierta energía de compactación a
las profundidades de alrededor de 2 m (7 pies).
La frecuencia de vibración influye de manera extraordinaria en el proceso de
compactación y se ha visto que su intervalo de variación óptimo puede estar comprendido
entre 0.5 y 1.5 veces la frecuencia natural del suelo, lo que lleva al aparato a frecuencias
prácticas del orden de 1500 a 2000 ciclos por minuto, si bien existen en el mercado equipos
comerciales cuya frecuencia alcanza hasta 5000 ciclos por minuto.
Hay varios factores en la naturaleza de la vibración que influyen de manera substancial
en los resultados que rinde el equipo, los principales son:

• La frecuencia, esto es el número de revoluciones por minuto del oscilador.


• La amplitud, generalmente medida por una distancia vertical en casi todos los
equipos comerciales.
• El empuje dinámico, que se genera en cada impulso del oscilador.
• La carga muerta, es decir, el peso del equipo de compactación, sin considerar
el oscilador.

395
Fundamentos de mecánica de Suelos

• La forma y el tamaño del área de contacto del vibrador con el suelo.


• La estabilidad de la maquina.
Además existen otras características de gran influencia referentes al suelo por compactar,
como el contenido de humedad del suelo y la naturaleza del suelo. En el caso de vibración,
para obtener la máxima eficiencia de compactación, el contenido de humedad óptimo suele
ser mucho menor que el que se requerirá con otro tipo de compactación.
La ventaja principal de usar equipos de vibración es la posibilidad de trabajar con capas
de mayor espesor de las que es común usar con otros compactadores, esto aumenta el
rendimiento del proceso y reduce el costo de la operación.
En la Figura 7.34b se puede ver como se combina un rodillo tipo pata de cabra con un
vibrador, esto se hace generalmente en la compactación de campo, ya que combinando la
vibración con la presión, se obtienen mejores resultados que si se aplica solo vibración. La
presión es necesaria para vencer los lazos interpartículares que se producen tanto en suelos
gruesos como en los finos.
El rodillo liso combinado con aparatos vibratorios, (Figura 7.34b) se convierte en un
equipo muy eficiente para compactar pequeños fragmentos de roca, gravas y mezclas de estos
suelos con arenas y permite manejar capas de mucho mayor espesor que las que es posible
compactar con solo un rodillo liso. También existen rodillos pata de cabra combinados con
aparatos vibratorios y se recomiendan para compactaciones de suelos finos arcillosos y
también permite trabajar con un mayor espesor de capa.

(a)

(b)
Figura 7.34. (a) Compactador con rodillos vibratorios, (b) Rodillo liso vibratorio tipo
remolcado.

Rodillos lisos. (Compactación por presión)

Los Rodillos lisos con rueda de acero, como el que esta en la Figura 7.35, deja lisa la
superficie del suelo compactada. Los tipo no-vibratorios no están bien preparados para la
compactación del suelo debido a que la presión del contacto es mucho menor que el de los
rodillos pata de cabra. Sin embargo, pueden ser utilizados como rodillos impermeabilizantes

396
CAPITULO 7 Compactación

de una subrasante justo antes de pavimentar (es decir, un rodado final para nivelar la
compactación de los suelos más elevados) y para compactar en la base de agregado grueso y
el pavimento de asfalto.
El efecto de la compactación con rodillos lisos se reduce considerablemente a medida que
se profundiza en la capa que se compacta, y el efecto de compactación se produce de arriba
hacia abajo.

Figura 7.35. Compactador con rodillos lisos de acero.

Cuando se utiliza el rodillo liso en arcillas y limos plásticos es común que al cabo de
cierto número de pasadas se presenten fisuras en la parte superior de la capa, debido a la
rigidez que esta zona adquiere por excesiva compactación, en comparación al lecho inferior
de la misma capa menos compactado, que adquiere una resistencia relativamente baja.
Las características principales de lo rodillos lisos son su disposición, diámetro (con el que
aumenta mucho la eficiencia), ancho y peso total. El espesor suelto de la capa de material que
es posible compactar con los rodillos lisos varía de 10 a 20 cm.

Compactación con equipos manuales. (Compactación por impacto, vibración)

En los equipos de compactación por impacto es muy corta la duración de transmisión del
esfuerzo. Los equipos que pueden clasificarse dentro de este grupo son los diferentes tipos de
pisones, cuyo empleo esta reservado a áreas pequeñas, y ciertas clases de rodillos
apisonadores semejantes en muchos aspectos a los rodillos pata de cabra, pero capaces de
operar a velocidades mucho mayores, lo que produce un efecto de impacto sobre la capa de
suelo que se compacta.

Figura 7.36. Compactador con placa vibratoria.

397
Fundamentos de mecánica de Suelos

Los pisones pueden ir desde los más elementales, de caída libre y accionados a mano,
hasta aparatos bastante modernos como las placas vibratorias vibratorios. Sobre todo por
razones de costo, su empleo esta limitado a determinadas partes de la estructura vial, tales
como zanjas, desplante de cimentaciones, áreas adyacentes a alcantarillas o estribos de
puentes, cobertura de alcantarillas, etc. y donde no puedan usarse equipos de compactación
de mayor rendimiento o tamaño, por razones de espacio o por temor al efecto de un peso
excesivo.

5.2. Elección de la compactadora en campo.

La selección apropiada del equipo y de los métodos de compactación depende del tipo de
suelo, tamaño del proyecto, requisitos de compactación, índice de producción requerido, y
otros factores. No hay un dispositivo que sea la mejor opción para todas las situaciones. La
Figura 7.37 muestra los rangos comunes en los suelos para varios tipos de compactadores.
Por ejemplo, los suelos de baja cohesión son eficientemente compactados por vibración,
las placas vibratorias manuales y los rodillos vibratorios motorizados de varios tamaños son
muy eficientes para la compactación de suelos de arena y grava. El equipo de rodillos
neumáticos se puede también utilizar eficientemente para compactar suelos arenosos. Los
pesos que se hacen caer libremente distancias largas, se han utilizado para compactar
dinámicamente terraplenes granulares sueltos. Por lo tanto es muy importante la selección del
tipo de compactador en campo para cada tipo de suelo.

Zonas de aplicación de las compactadoras Métodos de compactación


100 % 100 %
Arcilla Limo Arena Roca
Pata de cabra
Presión, manipulación
Rejilla
Presión, manipulación
Vibratorio
Presión, vibración
Rodillos de acero lisos
Presión
Multiples llantas neumaticos
Presión, manipulación
Neumaticos pesados
Presión, manipulación
Pies de amasado
vibratorio
Presión, manipulación, vibración
Pies de amasado remolcado
Presión, manipulación
Pies de amasado de alta velocidad
Presión, manipulación,
Pies de amasado Pies de amasado
impacto, vibración
caterpiler caterpiler
Presión, manipulación,
impacto, vibración
Figura 7.37. Tipos de suelo lo mejor posible satisfechos para varios tipos de equipos de
compactación. (Coduto, 1998)

5.3. Factores que afectan la compactación en campo.

Además del tipo de suelo y de contenido de agua, otros factores se deben considerar para
alcanzar el peso específico de compactación en campo deseado. Estos factores incluyen el
espesor del terraplén, la intensidad de la presión aplicada por el equipo de compactación y el
área sobre la cual es aplicada la presión. Estos factores son importantes porque la presión
aplicada en la superficie disminuye con la profundidad y esto provoca una disminución en el
grado de compactación del suelo. Así como también un aumento en el área de contacto entre

398
CAPITULO 7 Compactación

el rodillo y el suelo reduce el número de pasadas que se necesitan para alcanzar un


determinado resultado. Debido a que estos factores son de mucha importancia como para ser
obviados en este libro es que se hará un estudio detallado de cada uno de ellos, basándose en
estudios de especialistas en la materia que hicieron muchas observaciones y pruebas para
poder saber los efectos ventajosos o no en el proceso de compactación en campo.

Efecto del número de pasadas del rodillo.

Durante la compactación, el peso específico seco del suelo también es afectado por el número
de pasadas del rodillo. Un número de pasadas inferior al requerido no logrará reproducir los
valores de laboratorio en campo, en cambio un exceso del número de pasadas del rodillo será
antieconómico para el contratista. Debido a esto es que es muy necesario poder determinar el
número preciso de pasadas que se tienen que realizar con el rodillo especificado.
La Figura 7.38 muestran las curvas de compactación en las que se ve que el peso
especifico seco crece hasta cierto punto con el número de pasadas del rodillo en un suelo de
arcilla limosa, más allá de este punto permanece aproximadamente constante. En la mayoría
de los casos, cerca de 10 a 15 pasadas del rodillo produce el peso específico seco máximo
económicamente alcanzable.
En la Figura 7.38 se puede ver que a cualquier profundidad dada, el peso específico seco
de compactación aumenta con el número de pasadas del rodillo.

18
Contenido de humedad = 17.8 %
Peso específico seco, γd [lb/ft3]

110 Peso específico seco, γd [kN/m3]


17
Contenido de humedad = 11.6 %
16
100
15

90 14
Arcilla limosa
Límite liquido = 43 13
80
Índice de plásticidad = 19
12

70 11
0 8 16 24 32
Número de pasadas del rodillo
Figura 7.38. Relación entre el peso específico seco y el número de pasadas (por un rodillo
liso de tres llantas de 9.5 ton), el suelo de un estrato suelto es compactado 9 plg a diferentes
contenidos de humedad. Curva de crecimiento para una arcilla limosa. (Das, 1998)

Para entender mejor la influencia que tiene el número de pasadas en la compactación de


un suelo en campo, se vera su efecto con diferentes tipos equipos de compactadoras de campo

• Rodillos Pata de cabra. Para entender de una manera mas profunda el efecto
del número de pasadas en la compactación de suelos con un equipo de
compactación pata de cabra se recurrirá a la Figura 7.39 donde se presenta un
estudio del efecto que produce el número de pasadas a diferentes tipos de
suelos con un compactador pata de cabra.

399
Fundamentos de mecánica de Suelos

Puede verse en la Figura 7.39 que por lo general, disminuye el


incremento de del peso especifico seco por pasada al aumentar la plasticidad
y que el número adecuado de pasadas depende del tipo de suelo que se tenga
en cada caso.
2.2
Grava arena - arcilla

Arcilla arenosa
2.0
Peso específico seco, γd [Ton/m3]

1.8
Arcilla limosa

1.6
Arcilla plástica

1.4

1.2
0 20 40 60
Número de pasadas
Figura 7.39. Efecto del número de pasadas en el grado de compactación de diversos suelos
con un rodillo para de cabra, (Lambe & Whitman, 1976)

• Rodillos Neumáticos. En la Figura 7.40 se ilustra el efecto del número de


pasadas y de la presión de inflado en el peso específico seco obtenido para
varios suelos.
Se puede ver en la Figura 7.40 que la forma de las curvas es la misma
para los tres suelos y que en todos los casos es insignificante el aumento del
peso específico seco arriba de 16 pasadas. Esto no ocurriera si el contenido
de humedad no fuera inferior al optimo, pues se ha observado que en tal caso
el peso específico seco aumenta aun cuando se incremente mucho el número
de pasadas. De la Tabla adjunta a la figura se puede ver también la influencia
que tiene la presión de inflado en el proceso de compactación.
Peso específico seco, γd [Ton/m3]

Peso específico seco, γd [Ton/m3]

1.9 1.9
Arcilla plástica 1 2
1.8 1.8
1
2 3
1.7 1.7
3 Arcilla arenosa
1.6 1.6

1.5 1.5
0 8 16 24 32 0 8 16 24 32
Número de pasadas Número de pasadas

400
CAPITULO 7 Compactación

Peso específico seco, γd [Ton/m3]


2.2
1 2 Carga/rueda Presión/inflado Espesor
Curva capas sueltas
2.1 Tn. Kg/cm2 cm.
3
2.0 1 10.15 10.0 30.5
2 5.0 6.3 30.5
1.9
Grava - arena - arcilla
3 1.35 2.5 23.0

1.8
0 8 16 24 32
Número de pasadas
Figura 7.40. Compactación con rodillo neumático. Efecto del número de pasadas y de la
presión de inflado en el peso especifico seco de diversos suelos. (Juárez & Badillo, 1976).

Compactadores vibratorios.
En la Figura 7.41 se puede observar el efecto favorable que se puede obtener al utilizar
métodos vibratorios de compactación en un caso particular dado, en ella se puede ver que la
relación del porcentaje de la compactación final en función del número de pasadas en el caso
de usar un compactador estático es de muy poco aumento, mientras que en los métodos
vibratorios hay una relación muy creciente, lo que quiere decir que si se utilizaría un método
vibratorio se lograría avanzar de manera rápida el porcentaje de compactación final con muy
poco número de pasadas, lo que representaría un ahorro de tiempo en la compactación de los
suelos sueltos. Mayormente para suelos de arena sin partículas de arcilla o suelos de grava
arenosos es muy frecuente el uso de métodos vibratorios.
100
Profundidad
% de la compactación final

80 10 cm.
50 cm.
60 90 cm.

40

20

0
0 2 4 6 8 2 4 6 8 10
C. Estática C. Vibratoria
Número de pasadas
Figura 7.41. Ilustración de la eficiencia de la compactación por vibración (Juárez & Badillo,
1976)

Efecto de la profundidad bajo la superficie a ser compactada.

La Figura 7.42 muestra la variación en el peso específico de compactación con la


profundidad para una arena pobremente gradada para la cual la compactación fue realizada
por un rodillo con tambor vibratorio. El peso del rodillo usado para esta compactación fue
55.6 kN, el diámetro del tambor era de 1.19 m. El terraplén se conservo en 2.44 m. Sin
embargo, la relación del incremento de peso específico gradualmente disminuye después de
alrededor de 15 pasadas. Un factor para tomar en cuenta en la Figura 7.37 es la variación del
peso específico seco con la profundidad para cualquier número de pasadas del rodillo.

401
Fundamentos de mecánica de Suelos

Peso específico seco, γd [lb/ft3]


100 104 108
0 0.00

0.50
2

Profundidad [m]
Profundidad [ft]

3
1.00
Número de
pasadas del
4 rodillo = 2

5
5 15 1.50

45

6 1.83
15.72 16.00 16.50 17.00
Peso específico seco, γd [kN/m3]
Figura 7.42. Variación del peso específico seco con el número de pasadas del rodillo;
espesor del terraplén = 2.44 m. (Das, 1998)

Como es de esperar la influencia que tiene la profundidad en la compactación de los


suelos, también varia con el método de compactación, debido a esto se analizara el
comportamiento de los suelos cuando son sometidos a distintos métodos de compactación, en
forma singular para poder apreciar mejor los cambios que se producen.

• Rodillos pata de cabra. En la Figura 7.43 se ilustra la forma en que la


energía de compactación producida por los rodillos pata de cabra afecta al
suelo a distintas profundidades, medidas a partir de la superficie de la capa,
la grafica corresponde a un rodillo pata de cabra con vástago del tipo tronco-
cónico.
Al examinar las curvas que corresponden de la Figura 7.43 puede
observarse que en estos suelos predominantemente arenosos, el porcentaje de
compactación disminuye poco hasta una profundidad de mas o menos 25 cm,
cuando se compacta con el rodillo lastrado (presión de contacto 14.1
Kg/cm2), en cambio, cuando se usa el rodillo vacío (presión de contacto 7.4
Kg/cm2) se observa una marcada disminución del peso especifico seco
aproximadamente debajo de los 10 cm de profundidad.

402
CAPITULO 7 Compactación

100
1 Suelo limo-arenoso, presión de

Porcentaje de compactación,
3 contacto de 14.1 Kg/cm2
2 Suelo arena-limosa, presión
90 1 de contacto de 14.1 Kg/cm2

[Proctor modificado]
3 Suelo limo-arenoso, presión
de contacto de 7,4 Kg/cm2
2
80

70

0 10 20 30 40 50 60 70
Profundidad bajo la superficie compactada, cm.
Figura 7.43. Efecto de la compactación con rodillo pata de cabra en relación con la
profundidad de la capa compactada. (Juárez & Badillo, 1976).

• Rodillos lisos.

2000
Peso específico seco, γd [Kg/m3]

Nota.
Las cantidades anotadas junto a
los triángulos [ ] representan
2.62 la presión en Kg/cm2 registrada
1800 en el suelo a la profundidad
correspondiente.

1.29
1600

0.97
1400
0.75

1200
0 10 20 30 40 50
Profundidad bajo la superficie compactada, cm.
Figura 7.44. Disipación de la presión de contacto de un rodillo liso con la profundidad.
(Juárez & Badillo, 1976).

En la Figura 7.44 se ilustra la forma en que se disipa la presión con la profundidad y de la


eficacia compactadora de un rodillo liso de tres ruedas con peso total de 9.5 ton, que actúa
sobre un material arcilloso con un contenido de humedad del 13.5 %.

403
Fundamentos de mecánica de Suelos

Higroscopicidad es una propiedad que permite absorber mayor o menor cantidad de agua que un material poroso puede
absorber.

404
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