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“José Ballivián”
Vicerrectorado de Postgrado
MAESTRÍA EN
INGENIERÍA ESTRUCTURAL E
INGENIERÍA GEOTÉCNICA
Módulo 1: Mecánica de Suelos Avanzada
Página
1. Propiedades índice de los suelos. 1
1. Definiciones. 1
2. Origen del suelo y ciclo de la roca. 3
2.1 Meteorización. 3
2.2 Transporte y deposición. 5
2.3 Rocas ígneas. 7
2.4 Rocas sedimentarias. 8
2.5 Rocas metamórficas. 9
2.6 Ciclo de la roca. 10
3. Composición mineralógica del suelo. 11
4. Forma y textura de las partículas del suelo. 15
5. Estructura y cohesión del suelo. 16
6. Fases del suelo 18
6.1 Relaciones de volumen. 20
6.2 Relaciones de peso. 21
6.3 Modelo del volumen de sólidos unitario. 25
6.4 Modelo del volumen total unitario. 26
6.5 Relaciones de peso - volumen. 29
7. Distribución del tamaño de partículas. 29
7.1 Suelo de grano grueso. 31
7.1.1 Análisis mecánico por tamices. 31
7.2 Suelo finos. 35
7.2.1 Análisis mecánico por hidrómetro. 35
8. Consistencia del suelo. 40
8.2 Límites de Atterberg. 43
8.2.1 Liquidez. 44
8.2.2 Plasticidad. 47
8.2.3 Contracción. 50
8.2.4 Índice de consistencia. 53
2. Clasificación de suelos. 54
1. Sistema de clasificación Unificado. 54
1.1. Características del sistema de clasificación Unificado. 54
1.2. Procedimiento para la clasificación de suelos. 57
1.3. Propiedades de los suelos. 62
2. Sistema de clasificación AASHTO. 65
2.1. Características del sistema de clasificación AASHTO. 66
2.2. Procedimiento para la clasificación de suelos. 57
2.3. Calculo del índice de grupo. 68
2.4. Propiedades de los suelos en el uso de las carreteras. 69
3. Comparación entre los sistemas de clasificación Unificado y AASHTO. 75
3. Descripción e identificación de suelos. 78
1. Características del sistema de clasificación Unificado. 78
2. Material, equipo y reactivos. 79
3. Precauciones de seguridad. 79
4. Muestreo o preparación de las muestras a ensayar. 80
5. Procedimiento para la clasificación de suelos. 80
6. Procedimiento para la identificación de suelos. 84
6.1 Identificación de la turba. 84
6.2 Procedimiento para identificar suelos de grano fino. 85
6.3 Procedimiento para identificar suelos de grano grueso. 88
7. Procedimiento para la identificación de suelos. 90
4. Flujo de agua. 96
1. Ciclo hidrológico y ocurrencia de agua en el suelo. 96
2. Aguas subterráneas. 98
3. Capilaridad. 100
4. Concepto de carga. 105
5. Condiciones de flujo subterráneo. 109
6. Flujo en una dimensión. 111
6.1. Ensayos en laboratorio para determinar la conductidad hidráulica. 119
6.2. Métodos empíricos para determinar la conductidad hidráulica. 125
6.3. Ensayos en campo para determinar la conductidad hidráulica. 133
6.5. Flujo unidimensional en suelo anisotrópico. 138
6.6. Flujo unidimensional en suelo estratificado. 140
7. Flujo en dos dimensiones. 144
7.1. Ecuación de Laplace. 145
7.2. Redes de flujo. 147
7.3. Soluciones matemáticas para presas de tierra. 165
7.4. Método de los fragmentos. 168
7.5. Analogías y modelos físicos para resolver problemas de flujo. 177
7.6. Gradiente hidráulico de salida. 188
7.7. Presión ascendente de flujo. 191
7.8. Factor de seguridad contra la flotación. 195
7.9. Flujo en dos dimensiones en suelo anisotrópico. 197
7.10. Flujo en dos dimensiones en suelo estratificado . 201
8. Flujo de agua en tres dimensiones. 205
8.1. Análisis del problema de pozos. 206
8.2. Ecuaciones básicas del pozo para flujo en estado estacionario. 208
8.2.1 Flujo estacionario radial en pozos con penetración total. 208
8.2.2 Flujo estacionario radial en pozos con penetración parcial. 214
ii
1.3 Esfuerzo neutral o presión de poros del agua. 225
1.4 Concepto de esfuerzo efectivo. 225
1.5 Principio del esfuerzo efectivo. 229
1.6 Calculo del esfuerzo efectivo. 230
1.6.1 Determinación del esfuerzo total. 230
1.6.2 Determinación de la presión de poros del agua. 231
1.6.3 Calculo del esfuerzo efectivo en suelos saturados sin flujo de agua. 232
1.6.4 Calculo del esfuerzo efectivo en suelos con flujo de agua ascendente. 234
1.6.5 Calculo del esfuerzo efectivo en suelos con flujo de agua descendente.236
2 Aplicaciones del esfuerzo efectivo a propósitos ingenieríles. 238
2.1 Fuerza de escurrimiento. 239
2.2 Calculo de la fuerza de escurrimiento. 239
2.3 Uso de filtros para aumentar el factor de seguridad contra el levantamiento. 243
3 Cambio de esfuerzos efectivos. 246
3.1 Modelo mecánico. 247
3.2 Generación de la presión de poros en el cargado y descargado de suelos. 249
4 Esfuerzos y deformaciones elásticas en los suelos. 252
4.1 Ley de Hooke. 253
4.2 Esfuerzos principales. 254
4.3 Desplazamientos de las deformaciones y fuerzas de los esfuerzos. 255
4.4 Estado de deformación plana. 255
4.5 Simetría axial o condición axisimetrica. 256
iii
8.2 Suelos normalmente consolidados y ligeramente sobreconsolidados
en estado no drenado.. 339
8.3 Suelos sobreconsolidados en estados drenados y no drenados. 341
8.4 Ensayo triaxial drenado. 343
8.5 Ensayo triaxial no drenado. 344
8.6 Rigidez del suelo. 347
8.7 Deformaciones en el modelo e estado crítico. 349
8.7.1 Deformación volumétrica. 349
8.7.2 Deformación por corte. 351
8.8 Respuesta del suelo Ko consolidado. 352
7 Compactación. 283
1 Concepto de compactación. 357
2 Compactación en laboratorio. 359
2.1 Curva de compactación. 359
2.2 Factores que afectan la compactación. 361
2.3 Prueba Proctor estándar. 365
2.4 Prueba Proctor modificado. 366
3 Aplicación de la compactación a obras civiles 368
3.1 Efecto de la compactación en las propiedades del suelo. 368
4 Control de la compactación. 379
4.1 Especificaciones del resultado final 380
4.2 Especificaciones del método. 382
4.3 Determinación del grado de compactación. 382
5. Determinación de la compactación en campo. 389
5.1 Tipos de compactadoras. 390
5.2 Elección de la compactadota en campo. 398
Bibliografía 399
iv
INDICE DE FIGURAS
Página
v
(a) Tamiz,
(b) Tamiz de 8”,
(c) Tamiz de 12” 31
Figura 1.20. Tamizador de laboratorio. 32
Figura 1.21. Curva de distribución del tamaño de partículas. 33
Figura 1.22. Curvas de distribución del tamaño de partículas de cinco suelos (Coduto, 1999).
(a) Suelo de grano grueso (grava y arena).
(b) Suelo bien gradado con una amplia variedad de tamaños de partícula.
(c) Suelo de grano grueso con una reducida variedad de tamaños de partícula. (d)
Suelo con gradación hueca, no contiene un cierto rango de tamaños de
partícula.
(e) Suelo compuesto de partículas finas (limo y arcilla). 34
Figura 1.23. Hidrómetro (Das, 1998).
(a) Hidrómetro tipo ASTM 152H, (b)
Determinación de la gravedad específica, 36
Figura 1.24. Curva de distribución del tamaño de partículas 40
Figura 1.25. Formas de empaquetamiento de las partículas del suelo (Das, 1998).
(a) Densa.,
(b) Suelta 41
Figura 1.26. Variación de emax y emin respecto a la angularidad y CU (Youd, 1973) 42
Figura 1.27. Relación aproximada de d, e y Dr para suelos de grano grueso
(Das, 1998) 43
Figura 1.28. Consistencia del suelo según al contenido de humedad
(Coduto, 1999) 43
Figura 1.29. Cuchara de Casagrande para determinar el límite líquido del suelo.
Vista lateral. (b) Vista frontal. (c) Espátula 44
Figura 1.30. División de la pasta de suelo.
(a) Raspadodel suelo (Laboratorio de geotecnia, UMSS), (b)
Vista superior,
(c)Vista frontal, 44
Figura 1.31. Cierre de la pasta de suelo.
(a) Vista superior,
(b) Vista frontal. 45
Figura 1.32. Determinación del límite líquido del suelo. 45
Figura 1.33. Determinación del límite plástico (Laboratorio de geotecnia, UMSS).
(a) Realizando el rollito.
(b) Rollitos de suelo empezando a fragmentarse. 47
Figura 1.34. Relación entre el índice de plasticidad y el porcentaje en peso
de partículas compuestas de minerales de arcilla
(Seed, Woodward y Lundgren, 1964). 48
Figura 1.35. Gráfico de plasticidad (Casagrande, 1932). 49
Figura 1.36. Variación del volumen respecto al contenido de humedad. 50
Figura 1.37. Determinación del límite de contracción (Das, 1998).
(a) Muestra de suelo en consistencia líquida. (b)
Muestra de suelo sin contenido de humedad. 51
Figura 1.38. Estimación del límite de contracción
con el gráfico de plasticidad (Das, 1998). 52
Figura 1.39. Molde para el ensayo de contracción lineal. 52
Figura 2.1. Carta de plasticidad. (Norma ASTM, 2003). 63
vi
Figura 2.2. Variación del límite líquido e índice de plasticidad
para los suelos de los grupos A-2, A-4, A-5, A-6 y A-7
(Norma ASTM, 2003). 66
Figura 2.3. Ábaco para el calculo del índice de grupo (Norma ASTM, 2003). 70
vii
para determinar el gradiente hidráulico. 107
Figura 4.12. Presión de poros en el suelo. 108
Figura 4.13. Variación natural de la velocidad de descarga
con el gradiente hidráulico. 109
Figura 4.14. Condiciones de flujo en una dos y tres dimensiones. 109
Figura 4.15. Permeámetro para la presión de flujo (Whitlow, 1994). 110
Figura 4.16. Permeámetro utilizado por Darcy (Lambe & Whitman, 1976). 113
Figura 4.17. Valores límites del número de Reynolds
(U.S. Engineers Corps, 1986). 114
Figura 4.18. Trayectoria del flujo de agua en un suelo
(Lambe & Whitman, 1976). 115
Figura 4.19. Velocidad de descarga y de flujo. 115
Figura 4.20. Secciones transversales del permeámetro.
(a) Sección transversal donde circula el agua
con una velocidad de descarga v.
(b) Sección transversal donde circula el agua
con una velocidad de flujo vs. 116
Figura 4.21. Permeámetro de carga constante (Coduto, 1999). 119
Figura 4.22. Simplificación del permeámetro de carga constante (Das, 1998). 120
Figura 4.23. Permeámetro de carga variable (Coduto, 1999). 122
Figura 4.24. Simplificación del permeámetro de carga variable (Das, 1998). 123
Figura 4.25. Curva granulométrica de una muestra de suelo. 125
Figura 4.26. Ábaco para la conversión de mm a unidades Φ
(U.S. Army Corps, 1986). 126
Figura 4.27. Curva granulométrica de una muestra de suelo en unidades Φ . 127
Figura 4.28. Ábaco para la conductividad hidráulica (U.S. Army Corps, 1986). 127
Figura 4.29. Ábaco preparado por Shepherd (Tindall & Kunkel, 1999). 128
Figura 4.30. Ábaco para la conductividad hidráulica
en suelos granulares (Das, 1998). 131
Figura 4.31. Variación de Ck en función a e0 (Das, 1998). 132
Figura 4.32. Abatimiento del nivel freático (U.S. Army Corps, 1986 ). 133
Figura 4.33. Ensayo del extremo inferior abierto (Das, 1999).
(a) Nivel freático interceptado.
(b) Nivel freático no interceptado. 134
Figura 4.34. Ensayo de la empaquetadura (Das, 1999).
(a) Nivel freático interceptado.
(b) Nivel freático no interceptado. 136
Figura 4.35. Ensayo de caída rápida de carga (Whitlow, 1994). 137
Figura 4.36. Variación de la conductividad hidráulica según a la dirección del flujo.
(a) Conductividad hidráulica horizontal.
(b) Conductividad hidráulica vertical.
(c) Componentes de la conductividad hidráulica. 139
Figura 4.37. Conductividad hidráulica horizontal
en suelo estratificado (Das, 1998). 139
Figura 4.38. Conductividad hidráulica horizontal
en suelo estratificado (Das, 1998). 141
Figura 4.39. Ejemplos de flujo de agua en dos dimensiones. (P. L. Berry & D. Reid, 1993)
(a) Presa de concreto,
(b) Ataguías,
(c) Presa de tierra. 143
Figura 4.40. Flujo de agua expresado en campo vectorial.
viii
(a) Vectores de velocidad.
(b) Componentes del vector de velocidad. 144
Figura 4.41. Fracción diferencial de suelo extraído del campo vectorial
(Coduto, 1999). 144
Figura 4.42. Red de flujo isotrópica.
(a) En un sistema no confinado,
(b) En un sistema confinado. 148
Figura 4.43. Curva que representa la trayectoria del agua (J. Badillo, 2000). 149
Figura 4.44. Cantidad de flujo entre dos líneas de flujo
(Atkinson & Bransby, 1978). 150
Figura 4.45. Cantidad de flujo en una porción de la red
(Atkinson & Bransby, 1978). 151
Figura 4.46. Red de flujo cuadrada. (Atkinson & Bransby, 1978). 152
Figura 4.47. Cantidad de flujo en la red de flujo cuadrada.
(Atkinson & Bransby, 1978) 153
Figura 4.48. Condiciones de borde.
(a) Presa impermeable de concreto en flujo no confinado.
(b) Permeable de tierra en flujo confinado.
(c) Presa permeable de tierra con filtro de pie. 154
Figura 4.49. Línea freática de una presa de tierra (U.S. Engineers Corps, 1986). 155
Figura 4.50. Construcción de la parábola básica.
(a) Determinación de los valores de y0 y d.
(b) Trazado de la parábola básica AF. 156
Figura 4.51. Corrección en el borde de entrada para la parábola básica
(Whitlow, 1994).
(a) Para β < 90º,
(b) Para β = 90º,
(c) Para β > 90º. 157
Figura 4.52. Corrección en el borde de salida para la parábola básica (Whitlow, 1994).
(a) Para α = 180º,
(b) Para α > 90º,
(c) Para α = 90º,
(d) Para α < 90º. 158
Figura 4.53. Ábaco para determinar a
(New England Waterworks Association, 1937). 159
Figura 4.54. Determinación gráfica del valor de a.
(a) Método de Schaffernak & Van Iterson.
(b) Método de L. Casagrande. 160
Figura 4.55. Construcción de la red de flujo cuadrada. Condiciones de borde.
(a) Presa de concreto con ataguía.
(b) Presa de tierra con filtro de pie. 161
Figura 4.56. Construcción de la red de flujo cuadrada. Ubicación de las líneas de flujo.
(a) Presa de concreto con ataguía.
(b) Presa de tierra con filtro de pie. 161
Figura 4.57. Construcción de la red de flujo cuadrada. Líneas equipotenciales.
(a) Presa de concreto con ataguía.
(b) Presa de tierra con filtro de pie. 161
Figura 4.58. Ejemplos de redes de flujo cuadradas (J. Badillo, 2000).
(a) Ataguía. (b) Presa de tierra.
(c) Presa de concreto con mensuras. 163
Figura 4.59. Análisis analítico para la parábola básica
ix
(U.S. Engineers Corps, 1986). 164
Figura 4.60. Nomenclatura de la solución de Pavlovsky (Harr, 1962). 165
Figura 4.61. Condiciones para la solución de Dupuit (J. Badillo, 2000). 167
Figura 4.62. División de la región de flujo del sistema en fragmentos.
(a) Sistema de doble ataguía
(b) Presa de tierra. 168
Figura 4.63. Fragmento tipo I (Harr, 1962). 169
Figura 4.64. Fragmento tipo II (Harr, 1962). 169
Figura 4.65. Fragmento tipo III (Harr, 1962). 170
Figura 4.66. Fragmento tipo IV (Harr, 1962). 172
Figura 4.67. Fragmento tipo V (Harr, 1962). 172
Figura 4.68. Fragmento tipo VI (Harr, 1962). 173
Figura 4.69. Fragmento tipo VII (Harr, 1962). 174
Figura 4.70. Fragmento tipo VIII (Harr, 1962). 175
Figura 4.71. Fragmento tipo VIII (Harr, 1962). 175
Figura 4.72. Sistemas divididos en fragmentos reconocibles.
(a) Sistema de doble ataguía,
(b) Presa de tierra. 176
Figura 4.73. Ábaco para los fragmentos del tipo II y III (Harr, 1962). 179
Figura 4.74. Ábaco para el fragmentos del tipo II (Griffiths, 1984). 181
Figura 4.75. Ábaco para los fragmentos del tipo II y III
(Polubarinova & Kochina, 1962). 182
Figura 4.76. Ábaco para el fragmento del tipo V (Harr, 1962). 182
Figura 4.77. Modelo de la analogía eléctrica con papel conductor (Wiley, 1982)
(a) Electrodos en los bordes permeables.
(b) Electrodos en los bordes impermeables. 184
Figura 4.78. Modelos en tanque de arena (U.S. Engineers Corps, 1986).
(a) Flujo de canal a pozo. (b) Flujo de laguna a canal.
(c) Tinte trazador en una presa. 186
Figura 4.79. Modelos con fluido viscoso (U.S. Engineers Corps, 1986). 186
Figura 4.80. Cara de la estructura donde se mide el gradiente hidráulico de salida.
(a) Presa de concreto.
(b) Sistema de doble ataguía. 187
Figura 4.81. Longitud de la cara de la estructura en el borde de salida. 188
Figura 4.82. Ábaco para determinar el gradiente hidráulico de salida (Harr, 1962). 189
Figura 4.83. Determinación del diagrama de presiones
mediante redes de flujo. 191
Figura 4.84. Diagrama de la presión ascendente
en la cara de contacto de la estructura. 191
Figura 4.85. Determinación de diagrama de presiones
con el método de los fragmentos. 192
Figura 4.86. Determinación de diagrama de presiones con el método de Lane. 194
Figura 4.87. Factor de seguridad contra la tubificación (Whitlow, 1994). 195
Figura 4.88. Elemento de la red de flujo en suelo anisotrópico
(Atkinson & Bransby, 1978).
(a) Elemento en dimensiones reales.
(b) Elemento en dimensiones reales. 197
Figura 4.89. Redes de flujo construidas en suelo anisotrópico (Cedergren, 1972).
(a) Red de flujo anisotrópica en dimensiones reales kz > kx.
(b) Red de flujo anisotrópica en dimensiones reales kx > kz.
(c) Red de flujo construida en la sección transformada. 198
x
Figura 4.90. Deflexión de las líneas equipotencialesy de flujo en el borde de suelos
con distinta conductividad hidráulica (Atkinson & Bransby, 1978). 200
Figura 4.91. Presa con sección compuesta.
(a) Sección con dos conductividades
(b) Sección con núcleo de distinta permeabilidad. 202
Figura 4.92. Condiciones de transferencia para la línea freática (J. Badillo, 2000).
(a) Para k1 > k2 y w < 90. (b) Para k1 < k2 y w < 90.
(c) Para k1 < k2 y w > 90 (caso poco común).
(d) Para k1 << k2 y w > 90 (k2 muy permeable).
(e) Para k1 > k2 y w > 90. 202
Figura 4.93. Modelo eléctrico para flujo tridimensional (Duncan, 1963). 204
Figura 4.94. Salida del flujo radial simple (Taylor, 1968).
(a) Flujo horizontal del pozo,
(b) Red de flujo vista en planta.
(c) Red de flujo vista en perfil 206
Figura 4.95. Flujo radial estacionario con penetración total (J. Badillo, 2000). 207
Figura 4.96. Flujo radial estacionario con penetración total (J. Badillo, 2000). 209
Figura 4.97. Flujo radial estacionario con penetración total (J. Badillo, 2000). 211
Figura 4.98. Superficie libre y superficie piezométrica (J. Badillo, 2000). 212
Figura 4.99. Flujo radial estacionario con penetración parcial (J. Badillo, 2000). 213
Figura 4.100. Relación de caudales en penetración parcial y total (J. Badillo, 2000). 215
xi
(d) esfuerzo efectivo con la profundidad para un estrato de suelo
con flujo de agua ascendente. (Das, 1998) 234
Figura 5.14. (a)Estrato de suelo en un tanque con flujo de agua descendente, variación de
(b) esfuerzos totales,
(c) presión de poros del agua,
(d) esfuerzo efectivo con la profundidad para un estrato de suelo con flujo de agua
descendente. (Das, 1998). 237
Figura 5.15 Fuerza producida en un volumen de suelo
(a) sin flujo de agua,
(b) Flujo de agua ascendente
(c) Flujo de agua descendente. (Das, 1998) 241
Figura 5.16. (a) Verificación contra el levantamiento aguas abajo
para una fila de tabla estacas introducidas en un estrato permeable,
(b) ampliación de la zona de levante. (Das, 1998) 241
Figura 5.17. Uso de un filtro para aumentar el factor de seguridad
contra el levantamiento. (Das, 1998) 244
Figura 5.18. Definición del material base y material del filtro. 245
Figura 5.19. Criterio para la selección de filtros. (Das, 1998) 246
Figura 5.20. Modelo cilindro–resorte para la condición de carga.
(Simons & Menzies, 2000) 248
Figura 5.21. Modelo cilindro-resorte para la condición de descarga
(Simons & Menzies, 2000) 249
Figura 5.22. Respuesta de la presión de poros de una arcilla saturada cargada
rápidamente en forma local. (Simons & Menzies, 2000) 250
Figura 5.23. Presión de poros en un corte a largo y corto plazo.
(Simons & Menzies, 2000) 251
Figura 5.24. Estado de esfuerzos general. (Budhu, 2000) 254
Figura 5.25. Condición de deformación plana para un elemento
de suelo detrás de un muro de contención. (Budhu, 2000) 256
Figura 5.26. Condición axisimétrica en un elemento
de suelo bajo el centro de un tanque. (Budhu, 2000) 256
Figura 6.1. Bloque que se desliza sobre una superficie inclinada.
(a) Bloque encima de una superficie plana,
(b) Fuerzas resultantes debido a la inclinación, 258
Figura 6.2. Esfuerzo de corte generado en la superficie de contacto. 258
Figura 6.3. Fuerzas surgidas por el contacto interpartícular. 259
Figura 6.4. Situaciones donde se genera la falla al corte del suelo.
(a) Talud.
(b) Fundación. 259
Figura 6.5. Estado de esfuerzos de un elemento de suelo en la superficie de corte.
(a) Elemento ubicado en la superficie de corte,
(b) Esfuerzos que actúan en las caras del elemento,
(c) Esfuerzos que actúan en el prisma triangular. 260
Figura 6.6. Círculo de esfuerzos de Mohr. 262
Figura 6.7. Ubicación de los esfuerzos en el círculo de esfuerzos de Mohr.
(a) Esfuerzos que actúan en el elemento,
(b) Esfuerzos ubicados en el círculo. 263
Figura 6.8. Método del polo.
(a) Esfuerzos que actúan en el elemento,
(b) Esfuerzos ubicados en el círculo. 263
Figura 6.9. Elemento libre de esfuerzos de corte.
xii
(a) Esfuerzos normales máximo y mínimo en el elemento,
(b) Esfuerzos en el círculo. 264
Figura 6.10. Ejemplo del drenaje en suelos.
(a) Esponja de orificios grandes,
(b) Esponja de orificios muy pequeños. 264
Figura 6.11. Incremento de la presión de poros por el terraplén
(Simons & Menzies, 2000). 265
Figura 6.12. Variación de espesores en un perfil de suelo
(Simons & Menzies, 2000). 266
Figura 6.13. Línea de consolidación del suelo. 266
Figura 6.14. Arcilla normalmente consolidada y sobreconsolidada.
(a) Variación del contenido de humedad y el esfuerzo de corte,
respecto al esfuerzo efectivo de consolidación.
(b) Niveles de deposición y erosión en toda la historia geológica. 267
Figura 6.15. Distorsión debida al cortante puro en suelos del Tipo I y II (Budhu, 2000).
(a) Elemento de suelo en su estado original,
(b) Suelo del Tipo I. (c) Suelo del tipo II. 269
Figura 6.16. Esfuerzo de corte respecto a la deformación angular
(Budhu, 2000). 269
Figura 6.17. Variación de la deformación unitaria respecto a la angular
(Budhu, 2000). 270
Figura 6.18. Índice de vacíos respecto a la deformación angular
(Budhu, 2000). 270
Figura 6.19. Esfuerzo de corte en función al esfuerzo efectivo normal
(Budhu, 2000). 271
Figura 6.20. Deformación unitaria en función al esfuerzo efectivo normal
(Budhu, 2000). 271
Figura 6.21. Índice de vacíos crítico en función al esfuerzo efectivo normal
(Budhu, 2000). 272
Figura 6.22. Envolvente de falla para suelos del Tipo I, II y II-A
(Budhu, 2000). 272
Figura 6.23. Modelo físico para suelos del Tipo I(Budhu, 2000).
(a) Bloque de madera antes del deslizamiento,
(b) Partículas antes del deslizamiento. 273
Figura 6.24. Forma de deslizamiento de las partículas en suelos del Tipo I. 274
Figura 6.25. Forma de deslizamiento de las partículas en suelos del Tipo II. 274
Figura 6.26. Modelo físico para suelos del Tipo II (Budhu, 2000). 275
Figura 6.27. Efecto de la dilatancia en la envolvente de falla en suelos Tipo II
(Budhu, 2000). 276
Figura 6.28. Envolvente de falla alternativa. 277
Figura 6.29. Envolvente de falla para suelos cementados (Budhu, 2000). 278
Figura 6.30. Envolvente de falla de Mohr-Coulomb para suelos del Tipo I. 279
Figura 6.31. Envolvente de falla de Mohr-Coulomb para suelos del Tipo II. 280
Figura 6.32. Envolvente de falla de Mohr-Coulomb
alternativa para suelos del Tipo II. 281
Figura 6.33. Envolvente de falla de Mohr-Coulomb en estado no drenado. 282
Figura 6.34. Aparato para el ensayo del corte directo
(Laboratorio de geotecnia, UMSS). 285
Figura 6.35. Accesorios del aparato de corte (ELE).
(a) Caja de corte,
(b) Muestreador,
xiii
(c) Extractor de muestra,
(d) Placa de transferencia de carga,
(e) Piedras porosas. 285
Figura 6.36. Armado de la caja de corte (Laboratorio de geotecnia, UMSS). 285
Figura 6.37. Anillo de carga y deformímetro
(Laboratorio de geotecnia, UMSS). 286
Figura 6.38. Caja de corte (Das, 1997). 287
Figura 6.39. Variación del esfuerzo de corte
respecto al desplazamiento horizontal. 288
Figura 6.40. Variación del desplazamiento vertical de corte
respecto al horizontal. 288
Figura 6.41. Envolvente de falla. 288
Figura 6.42. Fotografía del sistema triaxial completo
(Laboratorio de geotecnia, UTN). 289
Figura 6.43. Esquema del banco triaxial completo. 289
Figura 6.44. Prensa de compresión (Laboratorio de geotecnia, UTN). 290
Figura 6.45. Cámara o celda triaxial. 291
Figura 6.46. Componentes del exceso de presión de poros
(Skempton, 1954). 292
Figura 6.47. Influencia de la historia del suelo en la presión de poros
(Bishop, 1960). 295
Figura 6.48. Variación de Af según OCR (Bishop, 1960). 295
Figura 6.49. ConFiguración del banco triaxial para las etapas 1 y 2. 296
Figura 6.50. ConFiguración del banco triaxial
para medir el cambio de volumen. 298
Figura 6.51. Variación de la presión de poros durante la compresión (Whitlow, 1994).
(a) Esfuerzos durante la compresión,
(b) Presión de poros inicial,
(c) Presión de poros de falla. 298
Figura 6.52. Tipos de falla en ensayos triaxiales (Whitlow, 1994).
(a) Falla frágil (corte),
(b) Falla parcial al corte,
(c) Falla de flexibilidad plástica o en barril. 299
Figura 6.53. Envolvente de falla no drenado resultante del triaxial UU. 300
Figura 6.54. Deformación vertical en función al esfuerzo desviador
en un ensayo triaxial UU. 301
Figura 6.55. Deformación vertical en función a σd, Δu y A
en un triaxial CU en suelo Tipo II 303
Figura 6.56. Envolvente de falla para un suelo Tipo II en un ensayo triaxial CU. 303
Figura 6.57. Deformación vertical en función al esfuerzo desviador
en un ensayo triaxial CD. 305
Figura 6.58. Envolvente de falla para un suelo Tipo I en un ensayo triaxial CD. 306
Figura 6.59. Ensayo de compresión inconfinada (Das, 1997). 306
Figura 6.60. Deformación vertical respecto al esfuerzo axial
en la compresión inconfinada. 307
Figura 6.61. Combinación de esfuerzos en la falla
en el ensayo de compresión inconfinada. 307
Figura 6.62. Combinación de esfuerzos en la falla
en el ensayo de compresión inconfinada. 309
Figura 6.63. Extremo inferior de la Veleta. 309
Figura 6.64. Ensamblado de la veleta en campo (U.S. Navy, 1982).
xiv
(a) Dimensiones estándar.
(b) Ensamblado. 310
Figura 6.65. Penetrómetro de bolsillo (ELE). 311
Figura 6.66. Micromolinete (ELE). 311
Figura 6.67. Valores típicos de Φ’ para suelos poco cohesivos
(U.S. Navy, 1982). 312
Figura 6.68. Valores típicos deΦ’ para arcillas y limos NC (Mitchell, 1993). 312
Figura 6.69. Compresión inconfinda
en arcilla inalterada y remoldeada (Das, 1998). 314
Figura 6.70. Comportamiento esfuerzo-deformación unitaria (Whitlow, 1994).
(a) Elástico frágil,
(b) Dúctil,
(c) Completamente plástico,
(d) Inelástico,
(e) Cedencia dúctil. 315
Figura 6.71. Comportamiento esfuerzo-deformación unitaria
(Whitlow, 1994). 316
Figura 6.72. Trayectorias de esfuerzos en el espacio ('1, '3)
(Whitlow, 1994). 317
Figura 6.73. Trayectorias de esfuerzos en el espacio (t', s')(Whitlow, 1994).
(a) Condición drenada,
(b) Condición no drenada. 318
Figura 6.74. Trayectorias de esfuerzos por descarga en una excavación (Whitlow, 1994).
(a) Condición drenada,
(b) Condición no drenada. 319
Figura 6.75. Envolvente de puntos de esfuerzo de falla (Whitlow, 1994). 320
Figura 6.76. Trayectorias de esfuerzos en el espacio (q', p')
(Whitlow, 1994). 322
Figura 6.77. Parámetros del modelo de estado crítico (Budhu, 2000).
(a) Envolvente de falla,
(b) Línea de consolidación,
(c) Línea de consolidación normalizada. 325
Figura 6.78. Proyección tridimensional de la línea de estado crítico
(Whitlow, 1994). 327
Figura 6.79. Líneas de estado crítico en los espacios (q, p') y (e, p')
(Whitlow, 1994). 328
Figura 6.80. Expansión de la superficie de fluencia (Budhu, 2000). 329
Figura 6.81. Formas de la línea de estado crítico (Budhu, 2000). 330
Figura 6.82. Representación de ensayos triaxiales en el espacio (q, p')
(Whitlow, 1994). 331
Figura 6.83. Determinación del índice de vacíos en la línea de estado crítico (Budhu, 2000).
(a) Superficie de fluencia,
(b) CSL en el espacio (e, p'),
(b) CSL en el espacio (e, ln p'). 332
Figura 6.84. Trayectoria de esfuerzos efectivos (Budhu, 2000). 333
Figura 6.85. Superficie de Roscoe en suelo muy sobreconsolidado
(Whitlow, 1994). 334
Figura 6.86. Superficie de Hvorslev en un suelo muy sobreconsolidado
(Whitlow, 1994). 335
Figura 6.87. Aspecto tridimensional de la superficie límite de estado
(Whitlow, 1994). 336
xv
Figura 6.88. Superficie límite de estado normalizada (Whitlow, 1994). 337
Figura 6.89. Predicción de resultados de un ensayo CD usando el MSC (Budhu, 2000).
(a) Superficie de fluencia,
(b) Trayectoria de carga/descarga,
(c) Deformación debido al esfuerzo desviador,
(d) Variación del índice de vacíos respecto a la deformación. 338
Figura 6.90. Predicción de resultados de un ensayo CU (R0 2) en el CSM (Budhu, 2000).
(a) Superficie de fluencia,
(b) Trayectoria de carga/descarga,
(c) Deformación debido al esfuerzo desviador,
(d) Variación de la presión de poros respecto a la deformación. 340
Figura 6.91. Predicción de resultados de un ensayo CD (R0 2) en el CSM (Budhu, 2000).
(a) Superficie de fluencia,
(b) Trayectoria de carga/descarga,
(c) Deformación debido al esfuerzo desviador,
(d) Variación de la presión de poros respecto a la deformación. 341
Figura 6.92. Predicción de resultados de un ensayo CU (R0 2) en el CSM (Budhu, 2000).
(a) Superficie de fluencia,
(b) Trayectoria de carga/descarga,
(c) Deformación debido al esfuerzo desviador,
(d) Variación de la deformación volumétrica p
respecto a la deformación. 341
Figura 6.93. Falla en ensayos CD (Budhu, 2000).
(a) Superficie de fluencia,
(b) Trayectoria de carga/descarga. 343
Figura 6.94. Falla en ensayos CU (Budhu, 2000). 345
Figura 6.95. Respuesta del suelo a la carga y descarga/recarga
(elástica) (Budhu, 2000). 347
Figura 6.96. Variación de los parámetros de rigidez según a la deformación
(Budhu, 2000). 348
Figura 6.97. Determinación de la deformación plástica (Budhu, 2000).
(a) Superficie de fluencia,
(b) Trayectoria de carga/descarga. 350
Figura 6.98. Suelo K0-consolidado y el isotrópicamente consolidado (Budhu, 2000).
(a) Superficie de fluencia,
(b) Trayectoria de carga/descarga. 353
xvi
Figura 7.10. Estructuras extremas de un suelo arcilloso:
(a) Alto grado de orientación de las partículas,
(b) bajo grado de orientación de las partículas. 369
Figura 7.11. Efecto de la compactación en la estructura del suelo.
(Lambe, 1958) 370
Figura 7.12. Influencia del tipo de compactación
en la estructura adquirida por el suelo compactado. 371
Figura 7.13. Cambio en la permeabilidad con el contenido de agua
del moldeado. (Lambe, 1958) 372
Figura 7.14. Cambio en la compresibilidad con el contenido de agua del moldeado.
(a) Baja presión de consolidación,
(b) Alta presión de consolidación. (Lambe, 1958) 374
Figura 7.15. Expansión de una muestra de arcilla arenosa
compactada estáticamente y por manipulación. 375
Figura 7.16. Relación entre la presión estática de compactación
(energía de compactación)y la presión de expansión en una arcilla. 375
Figura 7.17. La contracción como una función del contenido de agua
y tipo de compactación. (Seed y Chan, 1959) 376
Figura 7.18. La resistencia como una función de la energía de compactación,
y el contenido de agua del moldeado. (Seed y Chan, 1959) 378
Figura 7.19. La resistencia como medida del CBR
y la densidad seca versus el contenido de agua
para compactación de impactos en laboratorio.
(Tumbull y Foster, 1956) 378
Figura 5.20. Conceptos de densidad relativa y compactación relativa.
(Lee y Singh, 1971) 380
Figura 7.21. Densidad seca en función del contenido de humedad,
ilustrando la condición más eficiente
para la compactación en campo. (Seed, 1964) 381
Figura 7.22. Algunos métodos para determinar la densidad en campo
(Holtz & Kovacs, 2000) 385
Figura 7.23. Procedimiento del método rápido de determinación
del grado de compactación del terraplén. 387
Figura 7.24. Densímetro nuclear en funcionamiento.
(ELE internacional, 1993) 388
Figura 5.25. Determinación nuclear de la densidad y el contenido de humedad:
(a) Transmisión directa,
(b) Dispersión trasera,
(c) Boquete de aíre.
(Troxler electronic laboratorios, Inc.,
Research triangle park, North Carolina). 389
Figura 7.26. Comparación entre las compactaciones en laboratorio y en campo,
(1) Compactación estática en laboratorio, 140 kg/cm2,
(2) Proctor modificado,
(3) Proctor estándar,
(4) Compactación estática en laboratorio a 14 kg/cm2,
(5) Compactación en campo con seis pasadas
de un rodillo neumático,
(6) Compactación en campo con seis pasadas
de un rodillo pata de cabra. 390
Figura 7.27. Compactador con rodillos pata de cabra. 391
xvii
Figura 7.28. Formas usuales en las patas de los rodillos pata de cabra,
(J. Badillo, 1976). 392
Figura 7.29. Influencia de la forma en la punta del vástago de los “rodillos pata de cabra”,
(J. Badillo, 1976). 392
Figura 7.30. Influencia del tamaño y área de la
sección recta en los vástagos de los
“rodillos pata de cabra”, (J. Badillo, 1976). 393
Figura 7.31. Compactador con rodillos de pata apisonadora. 394
Figura 7.32. Compactador con rodillos neumáticos. 394
Figura 7.33. Compactación con rodillo neumático.
Relación entre el peso especifico seco y la presión de inflado.
(Juárez Badillo, 1976) 395
Figura 7.34. (a) Compactador con rodillos vibratorios,
(b) Rodillo liso vibratorio tipo remolcado. 396
Figura 7.35. Compactador con rodillos lisos de acero. 397
Figura 7.36. Compactador con placa vibratoria. 397
Figura 7.37. Tipos de suelo lo mejor posible satisfechos
para varios tipos de equipos de compactación. (Coduto, 1998) 398
Figura 7.38. Relación entre el peso específico seco y el número de pasadas
(por un rodillo liso de tres llantas de 9.5 ton),
el suelo de un estrato suelto es compactado
9 plg a diferentes contenidos de humedad.
Curva de crecimiento para una arcilla limosa. 399
Figura 7.39. Efecto del número de pasadas en el grado de compactación
de diversos suelos con un rodillo para de cabra,
(Lambe Whitman, 1976) 400
Figura 7.40. Compactación con rodillo neumático.
Efecto del número de pasadas y de la presión
de inflado en el peso especifico seco de diversos suelos. 401
Figura 7.41. Ilustración de la eficiencia de la compactación por vibración. 401
Figura 7.42. Variación del peso específico seco con el número de pasadas
del rodillo; espesor del terraplén = 2.44 m. 402
xviii
INDICE DE TABLAS
Página
xix
Tabla 3.7. Criterio para describir el grado de cementación. 81
Tabla 3.8. Criterio para describir la estructura. 82
Tabla 3.9. Criterio para describir la resistencia en seco. 85
Tabla 3.10. Criterio para describir la Dilatancía. 85
Tabla 3.11. Criterio para describir la Tenacidad. 86
Tabla 3.12. Criterio para describir la Plasticidad. 86
Tabla 3.13 Identificación de suelos finos Inorgánicos
sobre la base de ensayos manuales. 87
Tabla 3.14. Información básica en una Descripción e Identificación se Suelos 89
Tabla 6.1. Rango de valores para ángulos de fricción (Budhu, 2000). 278
Tabla 6.2. Ensayos para determinar los parámetros de resistencia
al corte del suelo. 284
Tabla 6.3. Valores de coeficiente Af. (Skempton, 1964) 296
Tabla 6.4. Rango de valores de A en la falla para diversos suelos. 304
Tabla 6.5. Consistencia de la arcilla (Das, 1997). 308
Tabla 6.6. Parámetros determinados en los ensayos triaxiales. 308
Tabla 6.7. Relaciones empíricas para los parámetros de resistencia al corte
(Budhu, 2000). 313
Tabla 6.8. Sensitibidad de la arcilla. (Das, 1997) 314
Tabla 6.9. Valores de a. (Jamiolkowski, 1991) 349
Tabla 6.10. Valores de k1 (Seed & Idriss, 1970). 349
Tabla 7.2. Efecto de la energía de compactación con el número de caídas por capa
(Das, 1998) 363
Tabla 7.1. Especificaciones técnicas para la prueba de compactación
Proctor según las especificaciones ASTM. 367
Tabla 5.4. Comparación de las propiedades del suelo entre la compactación
por el lado húmedo y por el lado seco del óptimo
(Holtz & Kovacs, 1981). 379
xx
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo
CAPITULO UNO
Propiedades índice del suelo.
Desde hace ya mucho tiempo la humanidad ha construido diversos tipos de estructuras, como
ser: presas, carreteras, acueductos y otros proyectos de ingeniería. Aunque el análisis
estructural de todos estos varía de acuerdo a cada caso todos tienen algo en común, que se
fundan sobre el suelo o la roca.
Por varios años, los ingenieros de la antigüedad desconocieron la importancia del estudio
del comportamiento del suelo antes del diseño y construcción de estas estructuras, como
consecuencia sus estructuras experimentaron los efectos del comportamiento del suelo, como
el caso de la inclinación de la torre de Pisa construida en 1173. Por lo general, en aquel
tiempo para construir una estructura importante los ingenieros solían copiar a otra que había
dado resultados satisfactorios. A lo largo de los años, diversos investigadores modernos han
estudiado el suelo logrando significativos avances en cuanto a: clasificarlo, identificar sus
propiedades y conocer su comportamiento. En la Figura 1.1, se muestra algunos tipos de
estructuras que requieren un estudio previo del comportamiento del suelo antes de su diseño.
(a) (b)
(c) (d)
Figura 1.1. Proyectos de ingeniería que requieren un análisis del suelo.
(a) Estribo de puente. (b) Muro de contención. (c) Presa de concreto. (d) Talud.
Cuando se ignora el estudio del comportamiento del suelo, el suelo responde de madera
inesperada originando condiciones no previstas en el diseño de la estructura, lo cual vulnera
su estabilidad. El estudio del suelo, implica: determinar sus propiedades índice, clasificarlo,
conocer el comportamiento del agua en este, su resistencia a esfuerzos externos y los límites
respecto a su cambio de volumen. Una vez conocidas sus propiedades y comportamiento,
pueden diseñarse estructuras que se ajusten a las condiciones específicas de cada suelo.
1. Definiciones.
1
Fundamentos de mecánica de suelos
Mineral.
Mineral es definido, como una sustancia inorgánica natural que tiene una composición
química en particular o una variación de su composición y una estructura atómica que guarda
íntima relación con su forma cristalina (Blyth & de Freitas, 1989).
Los minerales llegan a ser los principales constituyentes sólidos de todas las rocas, que
dan a las rocas propiedades físicas, ópticas y químicas como ser: color, lustre, forma y
dureza. El suelo por lo general, contiene algunas variedades comunes de minerales.
Roca.
Roca es definida, como un agregado natural sólido con contenido mineral que tiene
propiedades físicas y químicas. Desde un punto de vista ingenieríl, puede ser definido como
un material duro, durable que no puede ser excavado si no con explosiones. La roca es
considerada como material casi impermeable (Blyth & de Freitas, 1989).
Las rocas son clasificadas de acuerdo a sus características físicas y a la forma de su
formación, además constituyen ser la materia prima del suelo.
Suelo.
Suelo, puede definirse desde dos puntos de pista el geólogo y el ingenieríl. El suelo está
clasificado de acuerdo a sus propiedades físicas, como ser: la consistencia y el tamaño de sus
partículas.
Para el geólogo, el suelo describe capas de material suelto sin consolidar que se extienden
desde la superficie hasta la roca sólida y que se ha formado por meteorización y la
desintegración de las propias rocas. El punto de vista geólogo del suelo, permite conocer el
origen del suelo ya que mediante la geología se puede clasificar las rocas y comprender las
transformaciones que tienen en su ciclo hasta convertirse en suelo (Whitlow, 1994).
Desde el punto de vista ingenieríl, suelo es definido como un agregado natural no
cementado de granos minerales y materia orgánica en descomposición, con líquido y gas en
los espacios vacíos entre las partículas que lo constituyen. El ingeniero, compara al suelo
como un material de construcción que tienen una importante influencia en el diseño y
construcción de una obra de ingeniería (Das, 1999).
El suelo al igual que otros materiales posee propiedades ingenieriles, que están
gobernadas por el tamaño de sus partículas y la forma en que estas interaccionan entre si. Los
suelos por lo general, son materiales heterogéneos y anisotrópicos, por lo que no están
compuestos de un mismo material en toda su masa, además son materiales no conservativos,
es decir que la masa de suelo al deformarse no recupera su forma original.
Mecánica de suelos.
La mecánica de suelos, estudia el comportamiento y las propiedades físicas del suelo cuando
fuerzas y agentes externos actúan en la masa de suelo. Esta rama de la geotecnia considera la
estructura del suelo, la forma de las partículas que lo constituyen y las fases que éste presenta,
concentrándose en las propiedades ingenieríles (Das, 1999).
Ingeniería de suelos.
2
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo
Geotecnia.
Ingeniería geotécnica.
Ingeniería geotécnica, es una rama de la ingeniería civil que aplica los conocimientos de la
mecánica de suelos y de la ingeniería civil a algunos aspectos de la corteza terrestre.
Generalmente, se concentra sólo en los materiales encontrados cerca de la superficie de la
tierra como: la roca, suelo y el agua subterránea. Determina relaciones matemáticas y
empíricas, útiles para conocer el comportamiento de estos materiales y diseñar estructuras
relacionadas a estas (Coduto, 1998).
Existe una gran variedad de suelos con características diferentes, por lo que se los clasifica en
diferentes categorías y tipos. Las propiedades índice del suelo, se refiere a las características
particulares que identifican a un suelo de una misma categoría, estas son: granulometría,
consistencia, cohesión y estructura. Conociendo toda esta información del suelo, se puede
anticipar su comportamiento y la metodología que se seguirá al tratar con aquel tipo de suelo.
2.1. Meteorización.
3
Fundamentos de mecánica de suelos
Meteorización química.
El agua por lo general ataca químicamente a los minerales que componen la roca, por lo que
todo proceso de meteorización química depende de la presencia del agua. El agua que es
adsorbida y la que se encuentra sobre la superficie de la roca causa algunos procesos
químicos importantes. La meteorización química descompone los minerales de la roca por:
oxidación, reducción, carbonización y otros procesos químicos. Generalmente la
meteorización química, es mucho más importante que la física en la formación del suelo.
Algunos procesos que a menudo ocurren en la meteorización química son:
4
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo
Los arroyos, corrientes oceánicas, olas, viento, aguas subterráneas, glaciales y la gravedad
continuamente erosionan y transportan suelo, fragmentos de rocas y sedimento, a lugares de
deposición donde se meteorizan. Generalmente, estos agentes transportadores ocasionan
cambios físicos en las partículas que son transportadas. Erosión incluye todo proceso de
desintegración, principalmente el desgaste de la superficie terrestre por acción mecánica.
Cuando las partículas son levantadas o arrastradas por alguno de estos agentes estas se
erosionan, sufren un decremento en su tamaño lo cual hace más fácil su transporte. Los
diferentes tipos de depósitos de suelo, están clasificados según al modo de transportación de
estos materiales.
Depósitos eolíticos.
5
Fundamentos de mecánica de suelos
Depósitos glaciales.
Un glaciar transporta rocas de todo tamaño y una variedad de sedimentos, los cuales caen
sobre su superficie provenientes de las laderas de los valles circundantes, la confluencia de
dos glaciales trae como consecuencia la formación de las morrenas. Las morrenas llegan a
transportar material de todo tamaño. Los materiales de los depósitos glaciales varían mucho
en sus propiedades físicas.
Depósitos aluviales.
Depósitos lacustres.
Depósitos marinos.
Las olas del mar continuamente rompen en una costa, erosionando la margen terrestre por la
fuerza del impacto y en especial durante las tormentas. Los fragmentos de roca disgregados,
llegan a redondearse reduciéndose de tamaño por el golpeo que reciben de las olas, y en
conjunto forman los depósitos que se encuentran en la playa. Existen tres variedades
importantes de depósitos marinos:
Suelos residuales.
6
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo
Se llaman así a las rocas formadas por la solidificación del magma a diferentes
profundidades. El material rocoso fundido (magma), se enfría lentamente y se solidifica
dentro o debajo de la corteza terrestre. Debido a movimientos técnicos o erosión, estas rocas
salen a la superficie terrestre. Los tipos de rocas ígneas formadas por el enfriamiento del
magma depende de factores como: la composición del magma y el grado de enfriamiento
asociado con él. Se estima que las rocas ígneas componen el 98% de la corteza terrestre, estas
se clasifican según su: forma de solidificación y composición química.
De acuerdo a su forma de solidificación, existen dos tipos de rocas ígneas: rocas ígneas
extrusivas e intrusivas.
El magma que es expulsado hacia la superficie de la tierra por medio de erupciones o
fisuras volcánicas (lava), con el tiempo se solidifica y los diferentes minerales se unen para
formar cristales silicatados como las: piroxenas, las anfíbolas, los feldespatos y óxidos como
la magnetita. Estos minerales llegan a cristalizar consumiendo parte del sílice, magnesio y
hierro del magma, de acuerdo a su composición se llaman ferromagnesianos o máficos
(mezcla de magnesio y hierro) y minerales félsicos que dan color a la roca dando lugar a la
formación de una variedad de rocas ígneas extrusivas. Las rocas ígneas extrusivas son
generalmente de lustre vítreo, tienen granos finos y una superficie suave, con una textura
anímica a porfirítica o también de textura brechoide.
En ocasiones el magma se eleva a diferentes niveles sin alcanzar la superficie terrestre,
donde al cesar su movilidad se enfría y la cristalización de sus minerales constituyentes forma
variedades de roca ígnea intrusiva, llamadas también rocas plutónicas debido a su gran
tamaño. Según al tamaño de estas rocas se las clasifican en dos tipos:
7
Fundamentos de mecánica de suelos
• Ácidas.- Son rocas intrusivas mayores, que contienen una gran cantidad de
sílice que le da un color claro, además de mica biotita, ortoclasa,
plaglioclasa, hornblenda y en ocasiones magnetita. Estas rocas presentan una
textura de grano grueso.
• Intermedias.- Por lo general son rocas intrusivas menores, contienen poco o
nada de cuarzo y una pequeña cantidad de biotita o piroxena y en ocasiones
ortoclasa, sin embargo contienen una gran cantidad de plaglioclasa y
hornblenda, lo que le da un color castaño. Estas rocas son de textura de grano
grueso a mediano y rara vez porfirítica.
• Básicas.- Estas rocas contienen poco sílice, olivino y clorita, pero mayor
cantidad de óxidos metálicos, minerales ferromagnesianos y un gran
contenido máfico, los cuales dan a la roca una apariencia oscura. Algunas de
estas rocas, son importantes como material de agregado en la construcción de
carreteras. Los minerales esenciales son la plaglioclasa, augita y dialaga,
estas rocas tienen una cristalización gruesa, rara vez porfirítica y algunas son
de grano fino a mediano.
• Ultra básicas.- Estas rocas contienen principalmente minerales máficos,
olivino y augita, contienen poco o nada de feldespatos por lo que tienen un
color oscuro, además suelen contener piroxena, biotita y óxidos de hierro.
Estas rocas son de textura de grano grueso.
La Tabla 1.1 muestra ejemplos de algunas variedades de roca ígnea.
gruesa
Gruesa a
MAYORES Granito Diorita Gabro Perdorita
cristalina
2.4. Rocas sedimentarias.
Por lo general, los sedimentos producto de la meteorización, el transporte y deposición,
forman una capa superficial relativamente delgada de la corteza terrestre. Los componentes
de los sedimentos se endurecen formando rocas sedimentarias, en un proceso llamado
cementación. En este proceso de cementación algunos agentes cementadores como el: oxido
de hierro, calcita, dolomita y cuarzo, son llevados por aguas subterráneas que percola por los
espacios vacíos entre partículas del suelo, donde llena esos espacios y actúa como un
cemento que los une. Los factores que influyen en la formación de rocas sedimentarias son: el
tiempo, la sobrecarga (que constituye el peso propio) y la consolidación (precipitación de las
sustancias disueltas por el agua). Las rocas sedimentarias, se clasifican según al origen y tipo
de sedimentos que la componen, en clásticas, químicas y biológicas.
8
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo
Algunas rocas son formadas por procesos químicos, los depósitos de aguas salinas y
carbonadas al evaporarse van cementándose dando lugar a la formación de estas rocas.
Algunas de las rocas formadas por estos procesos son: las calizas, piedra yesera, dolomitas,
yeso, anhidrita y otras.
Estas rocas están constituidas enteramente o en parte por despojo mineral o de seres
microscópicos o plantas que vivieron en los antiguos océanos. Estos seres al morir son
cubiertos por capas de sedimento compuesto de material fino, que con el paso del tiempo se
cementa donde la materia orgánica es reemplazada por minerales constituyéndose así en roca.
Estas se clasifican según al tipo de material orgánico en: litógenos (origen vegetal) y
biógenos (origen animal). La Tabla 1.2 muestra ejemplos de algunas variedades de roca
sedimentaria.
Se llaman así a las rocas que han sufrido un proceso de transformación denominado
metamorfismo, que da lugar a la formación de nuevas rocas que anteriormente pudieran haber
sido ígneas o sedimentarias. El calor y la presión son los agentes del metamorfismo que
ocasionan cambios en la estructura de los minerales, recristalizándolos cambiando así su
textura, forma y composición de la que originalmente poseían. Existen tres tipos de
metamorfismo:
9
Fundamentos de mecánica de suelos
10
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo
En
Suelo du
r ec
im
ien
M to
ete
or i
za
ció
n Roca
Mete
n
ció
sedimetaria
iza
oriza
r
teo
o
Me
ción
ísm
Expulsión piroclástica
o rf
tam
Me
Roca Metamorfísmo
Ígnea Roca
metamórfica
a
stic
En
clá
fria
iro
mie
ón
np
ici
nto
Fu
lsió
nd
nd
Fu
pu
ici
Ex
ón
Magma
Los minerales arcillosos son formados principalmente por la meteorización química de las
rocas, es decir que estos minerales son producto de la alteración de minerales preexistentes en
la roca. Estos minerales son tan diminutos que sólo pueden ser vistos utilizando un
microscopio electrónico.
Los principales elementos químicos constituyentes de estos minerales son átomos de:
silicio, aluminio, hierro, magnesio, hidrógeno y oxígeno. Estos elementos atómicos se
combinan formando estructuras atómicas básicas, que combinándose entre si forman láminas,
la que al agruparse forman estructuras laminares que finalmente al unirse por medio de un
enlace forman un mineral de arcilla.
Oxígeno
Hidróxido
Aluminio
Magnesio
Sílice
La Figura 1.3 muestra las dos unidades estructurales básicas de los minerales de arcilla,
que son: la unidad tetraédrica constituida por un ión de silicio rodeado por cuatro átomos de
12
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo
oxígeno (Figura 1.3a) y la unidad octaédrica formada por un ión central de aluminio o
magnesio rodeado por seis iones de oxidrilo (Figura 1.3b). En ambos casos el metal con
valencia positiva está situado en el interior, mientras que los iones no metálicos con valencia
negativa forman el exterior.
Las estructuras laminares mostradas en la Figura 1.4 se forman cuando varias unidades
atómicas básicas se enlazan covalentemente mediante los iones de oxígeno u oxidrilo. Entre
las estructuras laminares se tiene la lámina tetraédrica y octaédrica.
Símbolo
(a)
G
Símbolo
(b)
B
Símbolo
(c)
Figura 1.4. Láminas formadas por estructuras atómicas básicas (Whitlow, 1994).
(a) Lámina de sílice. (b) Lámina de gibsita. (c) Lámina de brucita.
En la Figura 1.4a se muestra una lámina tetraédrica llamada sílice, que está formada por
tetraedros enlazados que comparten dos átomos de oxígeno, la forma simbólica de
representar esta lámina es por medio de un trapecio. La Figura 1.4b muestra una lámina
octaédrica formada por octaedros de aluminio enlazados que forman una estructura
dioctaédrica llamada alumina o gibsita, simbólicamente está representada por un rectángulo
con letra G. La lámina de la Figura 1.4c, corresponde a una lámina formada por octaedros de
magnesio que forman una estructura trioctaédrica llamada brucita, simbólicamente está
representada por un rectángulo con letra B.
La separación entre los iones externos de las láminas de tetraédricas y octaédricas es
suficiente para que ambas láminas puedan unirse por medio de iones oxígeno u oxidrilo
mutuamente; esto hace posible la formación de estructuras laminares de dos o de tres
láminas. En la Figura 1.5 se muestra estas estructuras.
En la estructura de dos láminas mostrada en la Figura 1.5a, las láminas tetraédricas y
octaédricas están alternadas, mientras que la de tres láminas mostrada en la Figura 1.5b
consiste de una lámina octaédrica emparedada entre dos láminas tetraédricas, estas dos
formas de estructuras laminares son generales para formar las distintas variedades de
minerales de arcilla.
13
Fundamentos de mecánica de suelos
G B G B
G G B
G G
K K Mg Mg Mg Mg
G G G G B
14
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo
Se define forma como a los rasgos particulares y textura como al tamaño que tiene la
partícula de suelo. Existen tres categorías típicas de texturas que presentan las partículas del
suelo donde puede evaluarse la forma, que son la: granular, en hojuela y en aguja.
Forma granular.
0.9
0.7
Esfericidad
0.5
0.3
15
Fundamentos de mecánica de suelos
El término redondeado, indica que la forma de los bordes de la partícula son redondeados
y no puntiagudos. Con el ábaco de la Figura 1.7 se puede evaluar cuantitativamente la
angularidad y redondez de la partícula con forma granular, en base al valor de la esfericidad.
En la Figura 1.8, se ha identificado la textura de algunas partículas con forma granular.
Textura en hojuela.
Textura en aguja.
Estas partículas son igualmente pequeñas a las anteriores, su textura tiene la forma de una
aguja y generalmente están presentes en depósitos de coral y rara vez en suelos arcillosos.
Se define estructura del suelo como al arreglo geométrico de las partículas del suelo respecto
unas de otras. Existen varios factores que influyen en la estructura de suelo como ser: la
textura, tamaño, composición mineralógica de las partículas y el contenido de agua del suelo.
La cohesión del suelo se refiere a la capacidad que tienen las partículas del suelo de
permanecer unidas como conjunto, como resultado de la trabazón conjunta o las
microestructuras existentes en el suelo.
(a) (b)
Figura 1.9. Estructuras que dan cohesión a los suelos granulares.
(a) Partículas con textura angular. (b) Partículas con textura redondeada.
16
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo
Para el caso de suelos compuestos de partículas con forma granular, la trabazón entre
partículas origina estructuras granulares simples y la fricción que se origina entre ellas
contrarresta el deslizamiento de unas respecto a otras, como se muestra en la Figura 1.9. A
este comportamiento se lo identifica como la cohesión para el caso de suelos granulares,
donde el suelo presenta resistencia contra su disgregación ocasionada por un agente externo.
El grado de cohesión que presentan los suelos granulares, está en función a la textura de
las partículas de forma granular. La partículas con textura angular (Figura 1.9a) logran que el
suelo tenga cohesión, mientras que las partículas con textura redondeada (Figura 1.9b) no
contribuyen a la cohesión del suelo.
La forma de hojuela, el tamaño y la carga eléctrica negativa superficial de las partículas
compuestas de minerales de arcilla, da lugar a que estas partículas generen fuerzas de
atracción y repulsión entre ellas, originando estructuras que se muestran en la Figura 1.10.
(a) (b)
Figura 1.10. Estructura de las partículas de arcilla sedimentadas (Whitlow, 1994).
(a) Partículas floculadas. (b) Partículas dispersas.
Los iones que forman la superficie en hojuelas de los minerales de arcilla son O– y (OH)–,
por lo que estas superficies tienen una carga eléctrica negativa. Puesto que las moléculas de
agua son bipolares, es decir que tienen un extremo positivo y negativo, la superficie negativa
del mineral de arcilla atrae a las moléculas de agua, por lo que se forma una capa de agua que
queda unida a la superficie del mineral por medio de un enlace de hidrógeno (H 3 O)+.
La fuerza de atracción denominada fuerza de Van der Waals, se incrementa cuando el
espesor de la capa de agua absorbida disminuye por un proceso de intercambio básico, lo que
origina que las partículas suspendidas en agua se acerquen cada vez más. Cuando la capa
absorbida es lo suficientemente delgada para que dominen las fuerzas de atracción, al
sedimentarse se forman grupos de partículas con sus superficies en contacto entre extremos
positivo–negativo (Figura 1.10a), lo que se llama floculación. Este comportamiento de las
partículas de minerales de arcilla dan cohesión a la masa de suelo, manteniéndola unida.
Macroporo
Dominio
Terrón
Grupo Microporo
(a) (b)
Figura 1.11. Estructuras microscópicas que dan cohesión al suelo (Das, 1998).
(a) Macroestructura. (b) Microestructura.
17
Fundamentos de mecánica de suelos
Cementación.
Los sedimentos que son depositados en un lecho con el tiempo van endureciendo hasta
que se forman rocas sedimentarias, este proceso comienza inmediatamente después que el
sedimento es acumulado. El agua que circula por los espacios vacíos o poros entre las
partículas del sedimento acarrea materia mineral que cubre los granos y actúa como un
cemento que las une. A este proceso se lo conoce con el nombre de cementación y es
considerada una forma de cohesión pues une a partículas de diferentes tamaños.
En la Figura 1.12 se muestra una fracción de suelo agrandada de tal manera que pueden
observarse los espacios vacíos entre partículas. De acuerdo a la definición de suelo desde el
punto de vista ingenieríl, se concluye que este principalmente está compuesto por: materia
sólida, líquida y gaseosa, a cada uno de estos componentes principales se denomina fase del
suelo. El comportamiento del suelo depende de la cantidad relativa de cada una de estas tres
fases, ya que estas interactúan entre si.
Sólido
Aire Agua
18
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo
A
A I RE CO I R E TI L
N TRAC
A I RE
AGUA AG UA AGUA
S Ó L DO SÓ L DO SÓ LI DO S Ó LI DO
I I
La fase líquida del suelo varía en su cantidad con respecto a las otras fases, lo que da lugar
a distintos estados del suelo. En la Figura 1.13 se ha esquematizado los distintos estados que
presenta el suelo de acuerdo a la variación de la fase líquida. De acuerdo a esta variación de
la fase líquida (agua) del suelo, este puede ser clasificado en tres diferentes estados que son:
Aire Va Donde:
V a = Volumen de aire.
V w = Volumen de agua.
Vv
M = Masa total.
V s = Volumen de sólidos.
Agua Vw V V = Volumen total.
Mw
M M w = Masa del agua.
M s = Masa de los sólidos.
Ms Sólido Vs
19
Fundamentos de mecánica de suelos
Figura 1.14. Cuantificación del volumen y masa de las fases del suelo.
Algunos de estos valores pueden conocerse en laboratorio, mientras que otros son de
difícil determinación. Por lo tanto, conviene encontrar relaciones matemáticas que ayuden a
determinarlos implícitamente, conociendo algunos valores básicos.
El volumen es la cantidad de espacio físico que un cuerpo ocupa, para las relaciones de
volumen se considerará el volumen de la fase sólida, líquida y gaseosa. El volumen total (V)
del elemento de suelo es:
V = Va + Vw + Vs [1.1]
Vv = Va + Vw [1.2]
Vv
e= [1.3]
Vs
Porosidad (n).
La porosidad expresa una idea similar al índice de vacíos, es valor se define como el cociente
entre el volumen de vacíos y el volumen total, que se escribe:
Vv
n= [1.4]
V
La porosidad se puede determinar en función del índice de vacíos, ambos valores evalúan
la misma propiedad del suelo (el volumen relativo de vacíos) y por tanto pueden usarse
indistintamente, aunque sus valores no coinciden. El índice de vacíos es relativo al volumen
de sólidos, lo que facilita el cálculo de sus variaciones al producirse cambios de volumen del
suelo. Sin embargo, es más cómodo referirse a la porosidad para determinar el volumen de
agua almacenado en un volumen de suelo. En base a operaciones con las ecuaciones [1.1],
[1.2] y [1.3], se puede determinar la equivalencia entre la porosidad y el índice de vacíos que
será:
e
n= [1.5]
1+ e
20
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo
n
e= [1.6]
1− n
Grado de saturación (S).
Vw
S= [1.7]
Vv
El peso de un cuerpo (W) se llega a conocer como la masa (m) de ese cuerpo magnificado por
la gravedad (g), lo cual se escribe:
W = m⋅ g [1.8]
Por conveniencia se considerarán las unidades de masa en lugar de las del peso excepto
donde no corresponde, debido a que la masa a diferencia del peso no es influida por la
gravedad. Las unidades de está serán expresadas en kg o g dependiendo a su cantidad.
Para las relaciones de peso se considerará únicamente la masa de la fase sólida y líquida,
mientras que la masa de la fase gaseosa es despreciada por ser una cantidad muy pequeña. La
masa total (M) de la masa de suelo será:
=
M Mw + Ms [1.9]
Mw
w= [1.10]
Ms
21
Fundamentos de mecánica de suelos
M1 − M 2
w= [1.11]
M2
El valor del contenido de humedad, por lo general es expresado en porcentaje.
Densidad (ρ).
La densidad del suelo es definida como la relación entre la masa y el volumen, que se
expresa:
M
ρ= [1.12]
V
Peso unitario (γ ).
El peso unitario es definido como la masa de una masa por unidad de volumen. El peso
unitario del suelo varía de acuerdo al contenido de agua que tenga el suelo, que son: húmedo
(no saturado), saturado y seco.
El peso unitario húmedo (γ ), es definido como el peso de la masa de suelo en estado no
saturado por unidad de volumen, donde los vacíos del suelo contienen tanto agua como aire,
que será:
W
γ = [1.10]
V
El peso unitario seco ( γ d ), se define como el peso de suelo sin contenido de agua por
unidad de volumen, que se escribe:
Ws
γd = [1.11]
V
El peso unitario saturado ( γ sat ), se define como el peso de suelo en estado saturado por
unidad de volumen, donde los espacios vacíos están llenos de agua, que será:
W
γ sat = [1.12]
V
El Peso unitario del agua ( γ w ), es peso del agua por unidad de volumen que será:
Ww
γw = [1.13]
Vw
Debido a que la gravedad es: g=9.81 m/s2 y la densidad del agua es:ρ w =1000 kg/m3, el
peso unitario del agua será: γ w = 9.81 KN/m3.
22
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo
El peso unitario sumergido ( γ ' ), se conoce como a la diferencia del peso unitario húmedo
del suelo y el peso unitario del agua, que será:
γ '= γ − γ w [1.14]
En la Tabla 1.4 se muestran valores típicos del peso unitario seco para algunos suelos.
Tabla 1.4. Índice de vacíos, contenido de humedad y peso unitario seco (Coduto, 1999).
Tipo de suelo e w % Típico γd KN/m3
Arena uniforme suelta 0.8 30 14.5
Arena uniforme densa 0.45 16 18
Arena limosa suelta 0.65 25 16
Arena limosa densa 0.4 15 19
Arcilla dura 0.6 21 17
Arcilla blanda 0.9 - 1.4 30 - 50 11.5 - 14.5
Arcilla orgánica suave 2.5 - 3.2 90 - 120 6-8
El valor del peso unitario del suelo dependerá del contenido de humedad como del tipo de
partículas que componen el suelo. Una manera de determinar es midiendo la masa del suelo y
el volumen que ocupa esta misma masa de suelo.
M cera = M 2 – M 1
M cera
Vcera =
ρcera
M agua = M 2 – M 3
M agua
Vagua =
ρ agua
Donde ρ agua es la densidad del agua, entonces el volumen del suelo sin cera, será:
23
Fundamentos de mecánica de suelos
M1 ⋅ g
γ=
Vsuelo
Por lo general el peso unitario del suelo es expresado en KN/m3. El peso unitario
saturado y seco puede ser determinado implícitamente mediante relaciones de peso-volumen
que involucren el peso unitario húmedo y otros valores conocidos.
Gravedad específica (G s ).
La gravedad específica del suelo, se define como la relación entre la masa de los sólidos del
suelo (M suelo ) y la masa del agua para el mismo volumen (M agua ) que ocupan estos sólidos es:
Ms
Gs = [1.15]
M agua
M agua = (M 2 + M 1 ) – M 3
M1
Gs =
M agua
24
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo
Mineral Gs Mineral Gs
Minerales no arcillosos Minerales arcillosos
Cuarzo 2.65 Caolinita 2.62 - 2.66
Feldespato 2.54 - 2.67 Montmorilonita 2.75 - 2.78
Hornblenda 3.00 - 3.50 Ilita 2.60 - 2.86
Mica 2.76 - 3.20 Clorita 2.60 - 2.96
Calcita 2.71
Hematita 5.2
Limonita 3.6 - 4.0
Gibsita 2.32
Talco 2.70 - 2.80
6.3. Modelo del volumen de sólidos unitario.
El modelo del volumen de sólidos unitario (V s = 1) está basado en asumir una cantidad de
volumen, donde la masa y el volumen de las demás fases son determinadas en función a esta
medida que se mantiene constante. Por lo tanto, el modelo se construye como para una
unidad (1 m3) de material sólido. La Figura 1.15 muestra el modelo.
Aire
Vv
Mw Agua Vw V = 1 + Vv
M
Ms Sólido Vs= 1
V=1+e
γ w ·Vw
w=
γs
25
Fundamentos de mecánica de suelos
γs
Vw= w ⋅ [1.16]
γw
γs
Gs =
γw
Vw= w ⋅ Gs
Reemplazando esta expresión en la ecuación [1.13] y despejando la masa del agua (M w ),
se tendrá que:
M w = γ w · w ⋅ Gs
La Figura 1.16, muestra el modelo del volumen de sólidos unitario para el estado saturado.
Mw Agua V w = Vv
M V = 1 + Vv
Ms Sólido Vs= 1
Figura 1.16. Modelo del volumen de sólidos unitario para suelo saturado.
Si S = 1 entonces:
Vw = Vv = e
M w = γ w ·V w
Reemplazando V w en esta expresión, la masa del agua (M w ) será:
M w = γ w ·e
El modelo del volumen total unitario (V = 1) mostrado en la Figura 1.7, al igual que el
anterior modelo está basado en una cantidad de volumen donde la masa y el volumen de
todas las demás fases están determinadas de acuerdo a esta medida que se mantiene
constante. En esta forma la masa de suelo se describe como un volumen fijo compuesto de:
material sólido, líquido y gaseoso.
Reemplazando V = 1 en la ecuación [1.4], el volumen de vacíos (V v ) será:
26
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo
Vv = n
Vs= 1 – n
Ms ⋅ g
γs = [1.17]
Vs
Aire
Vv
Mw Agua V=1
M
Ms Sólido V s = 1 Vv
Gs = γ s γ w
M
Gs ⋅ γ w =s
Vs
Reemplazando V s =1 – n en está expresión, la masa de los sólidos (M s ) será:
M s = Gs ⋅ γ w ⋅ (1 − n)
La Figura 1.18, muestra el modelo del volumen total unitario para el estado saturado.
27
Fundamentos de mecánica de suelos
Mw Agua V w = Vv
M V=1
Ms Sólido V s = 1 Vv
Figura 1.18. Modelo del volumen total unitario para suelo saturado.
Si S = 1, se tendrá que:
Vw = Vv = n
Tabla 1.6. Relaciones de peso-volumen (Das, 1998).
Relaciones para determinar el peso unitario húmedo (γ).
γ =
(1 + ω ) ⋅ GS ⋅ γ W w, e, G s , γ w [1.18]
1+ e
γ = GS ⋅ γ W (1 − n ) + n ⋅ S ⋅ γ W w, n, G s , γ w [1.20]
γ=
(1 + w) ⋅ GS ⋅ γ W w, S, G s , γ w
w ⋅ GS [1.21]
1+
S
γ=
( GS + S ⋅ e ) ⋅ γ W e, S, G s , γ w [1.22]
1+ e
Gs ⋅ γ w e, G s , γ w
γd = [1.24]
1+ e
γ d = Gs ⋅ γ w ⋅ (1 − n) n, G s , γ w [1.25]
Gs ⋅ γ w w, S, G s , γ w
γd = [1.26]
w ⋅ Gs
1+
S
e ⋅ S ⋅γw w, e, S, γ w [1.27]
γd =
(1 + e ) ⋅ w
e ⋅γw
γ= γ sat − γ w , e, γ sat [1.28]
1+ e
d
γd =
(γ sat − γ w ) ⋅ Gs γ sat , G s , γ w [1.30]
Gs − 1
28
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo
γ sat =
( Gs + e ) ⋅ γ w W, γ [1.31]
1+ e
γ sat = [ (1 − n) ⋅ Gs + n ] ⋅ γ w e, G s , γ w [1.32]
1 + wsat
=γ sat ⋅ Gs ⋅ γ w n, G s , γ w [1.33]
1 + wsat ⋅ Gs
e 1 + wsat w, S, G s , γ w
=γ sat ⋅γw [1.34]
wsat 1 + e
e w, e, S, γ w
γ sat =
γd + ⋅γw [1.35]
1+ e
[1.36]
γ sat = γ d + n ⋅ γ w γ w , e, γ sat
1 [1.37]
γ sat =
1 − γ d + γ w γ sat , n, γ w
Gs
γ sat , G s , γ w
[1.38]
γ sat = γ d ⋅ (1 + wsat )
1 + wsat [1.39]
γ sat =
n⋅ ⋅γw γ sat , G s , γ w
wsat
M w = γ w ·n
Pueden formarse ecuaciones con las relaciones de volumen y de peso, que permitan conocer
otros valores aunque en un estado diferente del suelo en base a algunos valores conocidos. La
Tabla 1.6 muestra diversas relaciones para determinar el peso unitario húmedo, seco y
saturado en función a las relaciones de peso y volumen.
Todas las relaciones de las ecuaciones [1.18] a [1.39] son obtenidas matemáticamente
con cualquiera de los dos modelos, para la mayoría de las relaciones el modelo del volumen
de sólidos unitario es práctico mientras que el modelo del volumen total unitario es más
práctico solo para algunas de ellas.
Tabla 1.7. Sistemas para identificar el tamaño de partículas del suelo (Das, 1998).
29
Fundamentos de mecánica de suelos
TAMAÑO DE PARTÍCULAS en mm
NOMBRE DE LA ORGANIZACIÓN
Grava Arena Limo Arcilla
Massachusetts Institute of Tecnology (MIT) >2 2 a 0.06 0.06 a 0.002 < 0.002
U.S. Department of Agriculture (USDA) >2 2 a 0.05 0.05 a 0.002 < 0.003
American Association of State Highway and
76.2 a 2 2 a 0.075 0.075 a 0.002 < 0.004
Transportation (AASHTO)
Finos (limos y acrcillas)
Unified Soil Clasification System (US) 75 a 4.75 4.75 a 0.075
< 0.075
Diversas organizaciones que estudian aspectos relacionados con el suelo han elaborado
sistemas de clasificación para identificar el tamaño de las partículas de un suelo para sus
propósitos específicos. En la Tabla 1.7 se muestra algunos de los sistemas más conocidos
empleados por estas organizaciones para identificar las partículas del suelo.
El sistema de clasificación unificado (USCS) ha sido adoptado como el estándar por la
ASTM (American Society for Testing and Materials) y el reglamento que esta sociedad ha
desarrollado para el análisis y estudio del suelo es aceptado a nivel internacional.
Grava.
Según la norma ASTM D2487 el tamaño de estas partículas varía de 75 a 4.75 mm, estas a su
vez están divididas en dos categorías: grava gruesa que está comprendida entre 75 y 19 mm y
grava fina que está comprendida entre 19 y 4.75 mm.
Las gravas son acumulaciones sueltas de fragmentos de roca de textura redondeada,
debido al desgaste que sufren las partículas al ser transportadas por las corrientes de los ríos.
Como material suelto suele encontrarse en los lechos, márgenes, en los conos de deyección
de los ríos y suele encontrarse depósitos con grandes cantidades.
Arena.
Limo.
El limo es una partícula mineral pequeña de textura granular o escamosa, que suele
encontrarse en las canteras y en los ríos. El tamaño de las partículas de limo según la norma
ASTM D2487 es menor a 0.075 mm. Su color varía desde gris claro a muy oscuro. El suelo
compuesto por limo es relativamente impermeable, fácilmente erosionable.
Arcilla.
30
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo
que forman las partículas diminutas que componen la arcilla ocasionan que esta sea poco
permeable y el contenido de humedad comunica a la masa de suelo la propiedad plástica.
Existen partículas de mayor tamaño que la grava, según la norma ASTM D2487 a las
partículas con tamaño comprendido entre 75 a 350 mm se las llama guijarro o bolón y a las
que superan los 350 mm se las denomina canto rodado. Por lo general estos dos tipos de
partículas son fragmentos de roca, constituyen ser componentes aislados del suelo y suelen
aparecen sobre o por debajo de la superficie terrestre.
Materia coloidal.
Existen también partículas muy pequeñas que no pueden llegar a ser vistas fácilmente. Las
partículas con tamaño menor a 2 µm, constituyen la fracción mas fina de los suelos. Que
pueden ser distinguidas con la ayuda de un microscopio potente y su estructura molecular
puede ser analizada por medio de los rayos X, a este tipo de partículas se las conoce como
coloide o ultra-arcilla. Estas partículas debido a su tamaño no suelen considerarse dentro los
sistemas de clasificación, pero forman parte de la fracción fina del suelo.
Estos suelos están constituidos de partículas con textura granular compuestas de fragmentos
de roca y mineral. De acuerdo al sistema de clasificación unificado estas partículas tienen un
tamaño comprendido entre 75 y 0.075 mm, que corresponde al tamaño de la grava y arena.
Aunque en su mayoría contienen partículas mayores a 0.075 mm también contienen material
fino en pequeña cantidad, como conjunto estos suelos tienen mayor resistencia a la erosión.
Debido al tamaño de las partículas y la forma granular que presentan estos suelos, fácilmente
puede clasificarse los distintos tamaños de las partículas que lo constituyen mediante tamices
con diferentes aberturas. A este análisis se lo llama: análisis granulométrico del suelo.
El tamiz o criba que se muestra en la Figura 1.19a, consiste de un plato de acero
inoxidable con una malla metálica adherida en la parte inferior con aberturas de tamaño
uniforme. Existen dos tamaños estándar de tamices los de 8 y 12”, mostrados en la Figura
1.19b y c, respectivamente.
8" 12"
31
Fundamentos de mecánica de suelos
32
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo
Antes de tamizar la muestra de suelo, esta debe ser lavada desmenuzando todos los
terrones que existan y luego ser secada en horno por 24 horas a 105 ºC. Durante el lavado y
tamizado se perderán partículas de suelo esta perdida no debe superar el 2% de la masa total.
La muestra de suelo debe ser tamizada por lo menos 15 minutos, donde cada tamiz retendrá
una fracción de masa de suelo y el plato inferior retendrá las partículas mas finas del suelo
menores a 0.075 mm para otros propósitos.
La masa de la fracción de masa de suelo retenida en cada tamiz será: M 1 , M 2 , M 3 ,…, M i .
La masa de la fracción fina de suelo en el platillo será: M p .
El total de la masa de suelo será: M 1 + M 2 + M 3 +…+ M i + M p = ∑M.
Se determina la masa acumulada de suelo retenida para cada tamiz, para un tamiz i será:
M 1 + M 2 + M 3 +…+ M i
Se determina la masa de suelo que deja pasar cada tamiz. La masa de suelo que deja
pasar el tamiz i será:
∑M – (M 1 + M 2 + M 3 +….+ M i )
Se determina el porcentaje de suelo que deja pasar cada tamiz. El porcentaje de suelo que
pasar el tamiz i será:
=P (%)i
∑ M - (M 1 + M 2 + M 3 + ... + M i )
× 100
∑M
Todos los resultados son registrados ordenadamente en una Tabla. Con los valores del
tamaño de las aberturas del tamiz en milímetros ubicados en orden inverso en el eje de
las abscisas en escala logarítmica y el porcentaje de la masa de suelo que pasa ubicada en
33
Fundamentos de mecánica de suelos
el eje de las ordenadas, se traza la curva de distribución del tamaño de partículas como se
muestra en la Figura 1.21.
100
90
80
Porcentaje que pasa (%)
70
60
50
40
30
20
10
0
75 10 1 0.1 0.075
Tamaño de la partícula (mm)
Figura 1.21. Curva de distribución del tamaño de partículas.
34
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo
100
(e)
90
80 (b)
(c) (d)
Porcentaje que pasa (%)
70
60
(a)
50
40
30
20
10
0
75 10 1 0.1 0.075
Tamaño de la partícula (mm)
Figura 1.22. Curvas de distribución del tamaño de partículas de cinco suelos (Coduto, 1999).
(a) Suelo de grano grueso (grava y arena). (b) Suelo bien gradado con una amplia variedad de
tamaños de partícula. (c) Suelo de grano grueso con una reducida variedad de tamaños de
partícula. (d) Suelo con gradación hueca, no contiene un cierto rango de tamaños de partícula.
(e) Suelo compuesto de partículas finas (limo y arcilla).
a) Coeficiente de uniformidad (C U ).
Este parámetro evalúa el grado de similitud en tamaño de las partículas del suelo, que
será:
D60
CU = [1.40]
D10
Un valor grande de este parámetro indica que las partículas entre D 60 y D 10 difieren en
gran manera de tamaño, lo que indica desuniformidad en relación al tamaño. Un suelo con
una distribución uniforme hará que la curva de distribución tienda a ser vertical como en la
Figura 1.22c, mientras que la desuniformidad la hará más horizontal como en la Figura 1.22b.
b) Coeficiente de gradación (C C ).
Este parámetro evalúa la progresión de la variación en tamaño de las partículas del suelo,
que será:
2
D30
CC = [1.41]
D10 ⋅ D60
Los valores de C C muy alejados a la unidad indican la falta o la poca cantidad de una serie
de tamaños de partículas. Una distribución bien gradada hará que la curva de distribución se
asemeje a una recta (Figura 1.22a, b) y una mala gradación la hará sinuosa o uniforme
(Figura 1.22c y d).
35
Fundamentos de mecánica de suelos
c) Coeficiente de clasificación (S o ).
Este parámetro es otra alternativa poco conocida para evaluar la uniformidad y se escribe:
D75
So = [1.42]
D25
Aunque existen tamices con aberturas de malla menores a 0.075 mm, no es apropiado su uso
para determinar la distribución del tamaño de partículas de la fracción de suelo fino, debido a
que las partículas del suelo fino no siempre tienen textura granular sino en hojuelas y estas
últimas poseen propiedades eléctricas importantes que dificultarían el tamizado.
Stokes (1850) desarrolló una ecuación que relaciona la velocidad de descenso de una
partícula esférica en un fluido con respecto al tamaño de esta, que es:
γs −γw 2
=v ⋅D
18 ⋅η
Donde:
v = Velocidad de descenso de la partícula.
γ s = Peso unitario de los sólidos del suelo
γ w = Peso unitario del agua.
η = Viscosidad dinámica del fluido.
D = Diámetro de la partícula con forma esférica.
Con el concepto que encierra la ecuación [1.43] conocida también como la ley de Stokes,
puede determinarse el tamaño del más del 90% de las partículas del suelo fino. El hidrómetro
del tipo ASTM 152H que se muestra en la Figura 1.23a, es un instrumento de laboratorio para
medir la gravedad específica de un líquido (Figura 1.23b).
El análisis mecánico por hidrómetro está basado en el principio de sedimentación de las
partículas del suelo fino en suspensión. Cuando un suelo fino es dispersado en agua, las
partículas sedimentarán a diferentes velocidades, dependiendo de su textura, tamaño y masa,
además de la viscosidad del agua. Para simplificar el análisis, se asume que las partículas
tienen forma esférica de tal manera que puede utilizarse la ley de Stokes para describir su
comportamiento. El diámetro de la partícula según la ecuación [1.43] será:
36
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo
18 ⋅η ⋅ v
D=
γs −γw
18 ⋅η L
=D ⋅
γs −γw t
Donde:
L = Es la distancia que recorre la partícula al sedimentarse.
t = Es el tiempo que tarda en recorrer esa distancia.
18 ⋅η L
=D ⋅
( Gs − 1) ⋅ γ w t
Donde: G s = Gravedad específica del suelo fino.
L1
0
L
60
L2
60
(a) (b)
Figura 1.23. Hidrómetro (Das, 1998).
(a) Hidrómetro tipo ASTM 152H. (b) Determinación de la gravedad específica.
Debe tenerse cuidado al manejar las unidades de los diferentes valores que incluye esta
ecuación. El diámetro de la partícula por ser un valor pequeño conviene manejarlo en mm, la
viscosidad del agua se mide en g·s/cm2, el peso unitario del agua en g/cm3, la distancia L que
recorre la partícula conviene medirla en cm y el tiempo de la sedimentación es muy lento por
lo que debe medirse en minutos. Compatibilizando unidades se tendrá que:
37
Fundamentos de mecánica de suelos
D [ mm ] 18 ⋅η gr ⋅ sec cm 2 L [ cm ]
= ⋅
10 ( Gs − 1) ⋅ γ w gr cm3 t [ min ]×60
30 ⋅η L
=D ⋅ [1.43]
( Gs − 1) ⋅ γ w t
Sin embargo, para determinar fácilmente del diámetro de la partícula, la ecuación [1.43]
puede escribirse:
L
D= K ⋅ [1.44]
t
30 ⋅η
Donde: K =
( Gs − 1) ⋅ γ w
Tanto la gravedad específica como la viscosidad del agua dependen de la temperatura,
por lo cual la norma ASTM D422 ha tabulado valores para el coeficiente K en función a la
temperatura y la gravedad específica, que se muestran en la Tabla 1.9.
38
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo
1 V
L = L1 + ⋅ L2 − B
2 A
Donde:
L = Profundidad sumergida del bulbo del hidrómetro.
L 1 = Medida de la profundidad sumergida de la parte superior del bulbo.
L 2 = Longitud del bulbo (14 cm para hidrómetro ASTM 152H).
V B = Volumen del bulbo del hidrómetro (67 cm3 para hidrómetro ASTM 152H).
A = Área de la sección transversal del cilindro (27.8 cm2 si es de 18” x 2.5”).
39
Fundamentos de mecánica de suelos
L = L 1 + 5.8
t 1 =15 seg, t 2 =30 seg, t 3 =1 min, t 4 = 2 min, t 5 = 4 min,... ,t 14 =24 horas y t 15 = 48 horas.
Con los valores de L y t para los diferentes intervalos de tiempo en la ecuación [1.44], se
obtienen los diversos tamaños de partículas del suelo fino.
Al igual que el análisis mecánico por tamices se puede trazar la curva de distribución del
tamaño de partículas para el suelo fino. Con la ecuación [1.44] se determina el tamaño de las
partículas del suelo, pero el porcentaje de estas que pasan un tamaño de aberturas de un tamiz
imaginario se puede determinar con la ecuación:
a⋅R
P (%)i = ·100 [1.45]
Ms
Gs ·1.65
a= [1.46]
( Gs − 1)·2.65
Este valor de corrección también puede ser obtenido de la Tabla 1.11
100
90
80
Porcentaje que pasa (%)
70
60
50
40
30
20
10
0
0.5 0.1 0.05 0.01 0.005 0.001
Tamaño de la partícula (mm)
Figura 1.24. Curva de distribución del tamaño de partículas.
La consistencia se define como la firmeza o solidez que presenta la masa de suelo, esta
característica particular del suelo está estrechamente relacionada a las estructuras que las
partículas del suelo forman entre si. Para el caso de suelos de grano grueso la textura y la
forma de ubicación de las partículas dentro la masa de suelo determina la consistencia,
mientras que en los suelos finos el contenido de humedad define la consistencia ya que el
agua contribuye a la cohesión, debido a las propiedades eléctricas de los minerales de arcilla.
Densidad relativa (D r ).
Debido a la variedad de formas que tienen las partículas de textura granular en suelos de
grano grueso, estas pueden acomodarse de diversas maneras en la masa de suelo, donde para
cada caso variará el índice de vacíos. La Figura 1.25 muestra una porción de suelo con
diferentes formas de empaquetamiento de sus partículas.
41
Fundamentos de mecánica de suelos
(a) (b)
Figura 1.25. Formas de empaquetamiento de las partículas del suelo (Das, 1998).
(a) Densa. (b) Suelta.
En la Figura 1.25a las partículas están acomodadas de tal manera que la cantidad de
vacíos es mínima, a diferencia de la forma de empaquetamiento en la Figura 1.25b que tiene
una mayor cantidad de vacíos. Se llama compacidad a la forma de empaquetamiento que
tienen las partículas del suelo dentro su masa lo cual determinará el índice de vacíos del
suelo, este concepto de compacidad solo será aplicable a suelos con partículas de textura
granular.
Cada suelo tiene una compacidad de tal manera que el índice de vacíos sea el mínimo,
logrando un suelo denso (Figura 1.25a) o caso contrario un suelo suelto que tendrá un índice
de vacíos máximo (Figura 1.25b). La compacidad de un suelo es medida con la densidad
relativa, que evalúa el grado de empaquetamiento de las partículas del suelo en situ de
acuerdo al índice de vacíos máximo y mínimo que permita el suelo, está será:
emax − e
Dr = [1.47]
emax − emin
Donde:
D r = Densidad relativa del suelo.
e max = Índice de vacíos máximo permitido por el suelo.
e min = Índice de vacíos mínimo permitido por el suelo.
e = Índice de vacíos actual del suelo.
Tabla 1.12. Descripción del suelo según la densidad relativa (Lambe & Whitman, 1969).
D r (%) Descripción
0 - 15 Muy suelto
15 - 50 Suelto
50 - 70 Medianamente denso
70 - 85 Denso
85 - 100 Muy denso
En base a la ecuación [1.6], la densidad relativa es expresada en función a la porosidad,
que será:
42
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo
Dr =
(1 − nmin ) ⋅ ( nmax − n ) [1.48]
( nmax − nmin ) ⋅ (1 − n )
Donde:
D r = Densidad relativa del suelo.
n max = Porosidad máxima permitida por el suelo.
n min = Porosidad mínima permitida por el suelo.
n = Porosidad actual del suelo.
γ d − γ d min γ d max
=Dr ⋅ [1.49]
γ d max − γ d min γ d
Para la determinación del peso unitario mínimo, el suelo suelto luego de ser secado en
horno es vaciado con un embudo al molde cuidadosamente hasta el tope, teniendo el volumen
que ocupa este se determina la masa del suelo. Para determinar el peso unitario máximo se
aplica una carga al suelo en la parte superior del molde lleno de suelo y se somete todo el
conjunto a vibración por un tiempo, con la masa del suelo y el volumen que ocupa este en el
molde se determina el peso unitario máximo. Para obtener más detalles acerca de este ensayo
puede consultarse a un manual de laboratorio especializado.
1.6
e max
1.4
e min
1.2
Angularidad
0.2
0
1.0
0.25
0.8
0.30
0.6 0.5
0.20 0
0.25
0.4
0.30
0.50
0.2
0
1 2 3 4 6 10
Figura 1.26. Variación de e max y e min respecto a la angularidad y C U (Youd, 1973).
Youd (1973) elaboró un ábaco que se muestra en la Figura 1.26 para determinar los
valores de: e max y e min del suelo, en base a la angularidad de las partículas y el coeficiente de
43
Fundamentos de mecánica de suelos
uniformidad del suelo. La Figura 1.27 muestra una relación aproximada entre la densidad
relativa, el índice de vacíos actual y el peso unitario seco del suelo.
0.8
Índice de vacíos, e
0.6
0.4
0.2
0
0 20 40 60 80 100
Densidad relativa, Dr (%)
Figura 1.27. Relación aproximada de γ d , e y D r para suelos de grano grueso (Das, 1998).
líquido
Estado plástico: Se deforma sin romperse. Tiene una
consistencia de mantequilla suave a
masilla en endurecimiento.
Limite
plástico
Estado semisólido: Al deformarse no recupera su forma
inicial. Su consitencia es quebradiza
similar a un quezo.
Limite de
contracción
8.2.1. Liquidez.
Se llama liquidez al estado líquido que presenta el suelo cuando el contenido de humedad
supera al límite líquido. En este estado la fuerza de atracción que actúa entre las partículas
compuestas de minerales de arcilla disminuye, debido a la gruesa capa de agua que se forma
en la superficie de estas por la abundante cantidad de moléculas de agua.
11 mm
8 mm
2 mm
de suelo debe ser humedecida hasta que se alcance una consistencia líquida, después, está es
esparcida uniformemente como una pasta en la cuchara del aparato, entonces se raspa la parte
central de la pasta con la espátula que se muestra en la Figura 1.29c, de tal forma que esta
queda dividida en dos partes como se observa en la Figura 1.30a y b.
La abertura que se hace en la pasta debe ser recta y uniforme, de tal manera que cumpla
con ciertas dimensiones establecidas que se muestran en la Figura 1.30c. Luego se mueve la
manivela que acciona un mecanismo que da golpes a la cuchara, estos ocasionan que la
abertura se cierre progresivamente. Se dan golpes hasta que la abertura se cierre en ½ pulgada
(12.7 mm) del largo total de ésta, como se ve en la Figura 1.31.
12.7 mm
(a) (b)
Figura 1.31. Cierre de la pasta de suelo.
(a) Vista superior. (b) Vista frontal.
Casagrande, tras realizar varios ensayos con diversos suelos, determinó empíricamente
que para un contenido de humedad correspondiente al del límite líquido solo hacen falta 25
golpes para cerrar la abertura en la distancia especificada. Debido a que no es posible
humedecer el suelo hasta alcanzar exactamente el límite líquido, se realizan varios ensayos
con el mismo suelo y se registran ordenadamente los resultados en una Tabla. La Figura 1.32
muestra la ubicación de los resultados (mediante puntos) de cuatro ensayos para un mismo
suelo, con los valores del contenido de humedad ubicados en el eje de las ordenadas y los
valores del número de golpes en escala logarítmica en el eje de las abscisas, luego se ha
ajustado una curva que relaciona estos puntos. El límite líquido del suelo será el contenido de
humedad que corresponde a los 25 golpes.
60
Contenido de humedad (%)
50
Límite líquido
40
30
10 20 25 30 40 50 60 70
Número de golpes
Figura 1.32. Determinación del límite líquido del suelo.
46
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo
Se llama índice de flujo a la pendiente que tiene la línea de flujo, que será:
w1 − w2
IF = [1.51]
N
log 2
N1
Donde:
IF = Índice de flujo.
w 1 = Contenido de humedad del suelo correspondiente a N 1 golpes.
w 2 = Contenido de humedad del suelo correspondiente a N 2 golpes.
N 1, 2 = Número de golpes correspondientes a cada ensayo.
La ecuación [1.51] esta arreglada de tal forma que el índice de flujo sea un valor positivo,
aunque la línea de flujo tiene un valor negativo.
Este índice evalúa el grado de consistencia líquida o liquidez que presenta el suelo en situ,
que será:
w − LP
IL = [1.52]
LL − LP
47
Fundamentos de mecánica de suelos
Donde:
IL = Índice de liquidez.
w = Contenido de humedad del suelo en situ.
LL = Límite líquido del suelo.
LP = Límite plástico del suelo.
8.2.2. Plasticidad.
Puede determinarse el límite plástico para un suelo con un tamaño de partículas que pasan el
tamiz Nro. 40, para lo cual debe humedecerse el suelo lo suficiente como para poder
amasarlo, entonces sobre un papel seco en una superficie plana o encima de un vidrio deben
formarse rollitos de unos 3 mm de diámetro como muestra la Figura 1.33a. Posteriormente
los rollitos deben ser juntados en uno para ser amasados y nuevamente formar rollitos, a
medida que se formen los rollitos el suelo progresivamente perderá humedad debido al papel
y la mano, entonces llegará un momento cuando al formar el rollito el suelo empiece a
disgregarse en su superficie y luego a fragmentarse (Figura 1.33b). En este estado cuando el
suelo empieza a perder su consistencia plástica, se procede inmediatamente a determinar su
contenido de humedad que este a la vez será el límite plástico del suelo, que es un contenido
de humedad específico que divide la consistencia semisólida de la plástica del suelo.
(a) (b)
Figura 1.33. Determinación del límite plástico (Laboratorio de geotecnia, UMSS).
(a) Realizando el rollito. (b) Rollitos de suelo empezando a fragmentarse.
Con el índice de plasticidad puede evaluarse el grado de amasado que permite el suelo
mientras se encuentre en su consistencia plática, este índice se define como:
IP = LL − LP [1.53]
48
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo
En la Tabla 1.14 se presentan valores del índice de plasticidad para evaluar la plasticidad
del suelo.
Actividad (A).
Por lo general los suelos arcillosos están constituidos por un 40 a 70% de partículas que
contienen minerales de arcilla que dan plasticidad al suelo. Si aumenta la cantidad de
minerales de arcilla proporcionalmente también serán afectados el límite líquido y plástico
del suelo. Skempton (1953) observó que el índice de plasticidad del suelo aumenta
linealmente con el incremento en porcentaje de partículas de arcilla (de tamaño menor a 2
µm), esta proporción lineal variará de acuerdo al tipo de minerales de arcilla que contenga el
suelo. Skempton definió una cantidad llamada actividad como la pendiente de la línea que
correlaciona el índice de plasticidad y la fracción en peso de las partículas compuestas de
minerales de arcilla expresada en porcentaje, que será:
IP
A= [1.54]
Fracción de arcilla (%)
10 40
Porcentaje en peso de partículas compuestas de minerales de arcilla (< 2 µm)
Figura 1.34. Relación entre el índice de plasticidad y el porcentaje en peso de partículas
compuestas de minerales de arcilla (Seed, Woodward y Lundgren, 1964).
49
Fundamentos de mecánica de suelos
Estos investigadores observaron que los suelos que contienen más del 10% de su peso en
partículas de arcilla presentan plasticidad. La plasticidad esta correlacionada linealmente con
la cantidad de partículas de arcilla del suelo hasta un contenido del 40% en peso, donde la
relación cambia a una línea que parte del origen de coordenadas. La actividad resulta ser la
pendiente de la línea de correlación. En la Tabla 1.15 se muestran valores característicos de la
actividad para algunas arcillas típicas.
Gráfico de plasticidad.
Casagrande (1932) estudió la relación que existe entre el índice de plasticidad y el límite
líquido para una gran variedad de suelos y construyó el gráfico de plasticidad que se ve en la
Figura 1.35, en este observó que las distintas variedades de suelos se agrupan ordenadamente
en diversos sectores del gráfico. Empíricamente obtuvo las ecuaciones de las líneas que
dividen el gráfico en las regiones donde se agrupan los tipos de suelo.
70
aU
ne
Lí
60 A
n ea
Arcillas inorgánicas Lí
de alta plasticidad
50
Índice de plasticidad
40 Arcillas inorgánicas de
mediana plasticidad Limos inorgánicos de
alta compresibilidad y
30 arcillas orgánicas.
Arcillas inorgánicas
de baja plasticidad Limos inorgánicos de
20 alta compresibilidad y
arcillas orgánicas.
10 Limos inorgánicos de
baja compresibilidad
0
20 30 40 50 60 80 100
Límite líquido
Figura 1.35. Gráfico de plasticidad (Casagrande, 1932).
La línea A separa las arcillas inorgánicas de los limos inorgánicos, las arcillas inorgánicas
se encuentran por encima de esta línea y los limos inorgánicos por debajo de esta. Los limos
orgánicos están situados por debajo de esta línea en el intervalo de 30 a 50 del límite líquido,
las arcillas orgánicas se ubican por debajo de esta línea con un límite líquido mayor a 50. La
ecuación de la línea A es:
50
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo
La información que provee el gráfico de plasticidad es de gran valor para clasificar los
suelos finos y poder identificarlos con facilidad.
8.2.3. Contracción.
Un suelo fino que contenga en su mayor parte partículas compuestas de minerales de arcilla
variará de volumen de acuerdo a su contenido de humedad, por lo tanto a medida que
aumente el contenido de humedad también proporcionalmente aumentará su volumen, la
Figura 1.36 muestra la relación entre el contenido de humedad y el volumen del suelo.
∆w
Volumen del suelo
LC LP LL w0
Contenido de humedad (%)
Figura 1.36. Variación del volumen respecto al contenido de humedad.
LC = w 0 – ∆w [1.57]
Donde:
LC = Límite de contracción del suelo.
w 0 = Contenido de humedad del suelo en consistencia líquida.
∆w = Cambio del contenido de humedad durante la contracción.
51
Fundamentos de mecánica de suelos
lo suficiente hasta que alcance una consistencia líquida, entonces se procede a determinar el
contenido de humedad de una parte de la muestra suelo para ese estado que será: w 0 .
La otra parte de la muestra es vaciada en un cilindro cerámico de tal forma que quede
completamente lleno del suelo, este cilindro previamente es cubierto con un gel de petróleo
(vaselina) para evitar que él suelo se adhiera a él, como se muestra en la Figura 1.37a.
(a) (b)
Figura 1.37. Determinación del límite de contracción (Das, 1998).
(a) Muestra de suelo en consistencia líquida. (b) Muestra de suelo sin contenido de humedad.
Se deja secar al aire la muestra en el cilindro cerámico por 6 horas, luego debe
completarse el secado del suelo en horno. La Figura 1.37b muestra que como resultado de la
pérdida de humedad el suelo quedará reducido en volumen, se determina la masa de suelo
para esta condición que será: M F .
Para determinar el cambio del contenido de humedad primero deben determinarse el
volumen inicial del suelo antes de perder humedad y después que ha perdido toda su
humedad. El volumen inicial del suelo se determinará vaciando mercurio al cilindro cerámico
vacío hasta que esté completamente lleno, conociendo la gravedad específica del mercurio y
el peso que ocupa este en el cilindro, se determina el volumen que ocupa este que será: V i .
Para determinar el volumen final se introduce la muestra seca de suelo en el cilindro lleno
de mercurio, la masa del mercurio que es desplazado por el suelo será: M d .
Entonces el volumen final del suelo (V F ) será:
Md
VF= Vi −
ρ Hg
=∆w
(Vi − VF ) ⋅ ρ w ⋅100
MF
52
CAPITULO 1 Propiedades índice del suelo
70
aU
ne
Índice de plasticidad
Lí
60 A
n ea
Lí
50
40
30
20
Límite de
contracción A
10
0
20 30 40 50 60 80 100
Límite líquido
LL = -43.5
IP = -46.4
Figura 1.38. Estimación del límite de contracción con el gráfico de plasticidad (Das, 1998).
En el caso de suelos que tengan muy poco contenido de partículas compuestas de minerales
de arcilla, los ensayos de límite plástico y líquido pueden producir resultados no confiables.
En tales casos mediante el ensayo de la contracción lineal es posible obtener una
aproximación importante del índice de plasticidad, con la ecuación:
IP = 2.13 CL [1.58]
53
Fundamentos de mecánica de suelos
LS
CL =1 − ⋅100 [1.59]
LI
Donde:
CL = Contracción lineal del suelo.
L S = Longitud después del secado.
L I = Longitud inicial.
Ms
IC = [1.60]
VF
Donde:
IC = Índice de contracción del suelo.
M s = Peso del suelo seco.
V F = Volumen final del suelo luego de ser secado.
Con el índice de consistencia puede evaluarse la consistencia actual que presenta el suelo en
base al límite líquido, índice de plasticidad y el contenido de humedad actual que presente el
suelo, que es:
LL − w
CI = [1.61]
LL − I P
Donde:
CI = Índice de consistencia del suelo.
w = Contenido de humedad actual del suelo.
LL = Límite líquido.
IP = Índice de plasticidad.
Tabla 1.16. Valores de los límites de Atterberg para los minerales de arcilla (Mitchell, 1976).
Mineral Límite líquido Límite plástico Límite de contracción
Montmorilonita 100 - 900 50 - 100 8.5 - 15
Nontronita 37 - 72 19 - 27
Illita 60 - 120 35 - 60 15 - 17
Caolinita 30 - 110 25 - 40 25 - 29
Halosita hidratada 50 - 70 47 - 60
Halosita no hidratada 35 - 55 30 -45
Atapulgita 160 - 230 100 - 120
Clorita 44 - 47 36 - 40
Alofano 200 - 250 130 - 140
54
Fundamentos de mecánica de Suelos
CAPÍTULO DOS
Clasificación de suelos.
Debido a la gran variedad de suelos que pueden encontrarse en la corteza terrestre es que se
han desarrollado varios sistemas de clasificación para poder identificarlos, elaborados de
acuerdo a la aplicación que se les da a los mismos. El clasificar un suelo consiste en agrupar
al mismo en grupos y/o subgrupos de suelos que presentan un comportamiento semejante con
propiedades ingenieríles similares.
En este capítulo se analizaran el sistema de clasificación Unificado USCS y el sistema de
clasificación AASHTO, que son los sistemas de clasificación más utilizados por la mayor
parte de los ingenieros de todo el mundo.
El sistema de clasificación AASHTO está especialmente hecho para la construcción de
carreteras, en cambio el sistema de clasificación Unificado USCS, no esta limitado a ninguna
clase de proyectos en particular y es usado para toda la gama de obras civiles.
Tanto el sistema de clasificación Unificado como el AASHTO consideran como suelo
(conjunto de partículas sólidas, con líquido y agua en sus poros) a la parte que pasa por el
tamiz de 3” (75 mm.), ya que las partículas más grandes a este diámetro son consideradas
como partículas aisladas que ya no forman parte del suelo.
• Suelos de grano grueso. Son de naturaleza tipo grava y arena con menos del
50% pasando por el tamiz Nº 200. Los símbolos de grupo comienzan con un
prefijo G para la grava o suelo gravoso del inglés “Gravel” y S para la arena
o suelo arenoso del inglés “Sand”.
• Suelos de grano fino. Son aquellos que tienen 50% o más pasando por el
tamiz Nº 200. Los símbolos de grupo comienzan con un prefijo M para limo
inorgánico del sueco “mo y mjala”, C para arcilla inorgánica del inglés
“Clay”.
• Suelos orgánicos. Son limos y arcillas que contienen materia orgánica
importante, a estos se los denomina con el prefijo O del inglés “Organic”.
54
CAPÍTULO 2 Clasificación de suelos
• Turbas. El símbolo Pt se usa para turbas del inglés “peat”, lodos y otros
suelos altamente orgánicos.
1.1.2. Presenta las siguientes definiciones, según el tamaño y naturaleza de las partículas del
suelo:
• Cantos rodados. Partículas de roca que no pasan una malla con abertura
cuadrada de 12” (300 mm).
• Guijarros. Partículas de roca que pasan una malla con abertura cuadrada de
12” (300 mm) y quedan retenidas en un tamiz de 3” (75 mm).
• Grava. Partículas de roca que pasan el tamiz de 3" (75 mm) y quedan
retenidas en el tamiz Nº 4 (4.75 mm), con las siguientes subdivisiones:
- Gruesa. Partículas que pasan el tamiz de 3” (75 mm) y quedan
retenidas en el tamiz de ¾” (19 mm.).
- Fina. Partículas que pasan el tamiz de ¾” (19 mm) y quedan retenidas
en el tamiz Nº 4 (4.75 mm).
• Arena. Partículas de roca que pasan el tamiz Nº 4 (4.75 mm) y son retenidas
en el tamiz Nº 200 (0.075mm), con las siguientes subdivisiones:
• Arcilla. Suelo que pasa por el tamiz Nº 200 (0.075 mm), el cual exhibe
plasticidad dentro de un cierto intervalo de humedad, pero que muestra
considerable resistencia cuando se seca al aíre. Para su clasificación, una
arcilla es un suelo de grano fino, o la porción fina de un determinado suelo,
con propiedades plásticas.
• Limo. Suelo que pasa el tamiz Nº 200 (0.075 mm), de naturaleza no-plástica
o ligeramente plástica y que exhibe poca o ninguna resistencia cuando se
seca al aíre. Para su clasificación, un limo es un suelo de grano fino o la
porción fina de un determinado suelo, con ninguna o muy poca plasticidad.
• Arcilla Orgánica. Es una arcilla con suficiente contenido de matera orgánica
como para influir en las propiedades del suelo. Para su clasificación, una
arcilla orgánica es un suelo que es clasificado como arcilla, excepto que el
valor de su límite líquido después de secado en el horno es menor que el 75%
de este valor antes de ser secado.
• Limo Orgánico. Es un limo con suficiente contenido de materia orgánica
como para influir en las propiedades del suelo. Para su clasificación, un limo
orgánico es un suelo que es clasificado como limo, excepto que el valor de su
límite líquido después de secado en el horno es menor que el 75% de este
valor antes de ser secado.
• Turba. Es un suelo compuesto principalmente de materia vegetal en
diferentes estados de descomposición, usualmente con olor orgánico, color
entre marrón oscuro a negro, consistencia esponjosa, y contextura que varía
de fibrosa hasta amorfa.
55
Fundamentos de mecánica de Suelos
1.1.3. Para este sistema de clasificación son también usados sufijos que identifican algunas
características particulares del suelo:
1.1.4. Un símbolo doble. Corresponde a dos símbolos separados por un guión, e.g.
GP-GM, SW-SC, CL-ML, los cuales se usan para indicar que el suelo tiene
propiedades de dos grupos. Estos se obtienen cuando el suelo tiene finos entre
5 y 12% o cuando las coordenadas del límite líquido y el índice de plasticidad
caen en el área sombreada CL-ML de la carta de plasticidad. La primera parte
del doble símbolo indica si la fracción gruesa es pobremente o bien gradada.
La segunda parte describe la naturaleza de los finos. Por ejemplo un suelo
clasificado como un SP-SM significa que se trata de una arena pobremente
gradada con finos limosos entre 5 y 12%. Similarmente un GW-GC es una
grava bien gradada con algo de finos arcillosos que caen encima la línea A.
1.1.6. La línea “U”. Mostrada en la Figura 2.1 ha sido determinada empíricamente en base a
análisis de suelos extremos, para ser el “límite superior” de suelos naturales, por lo que
no deberían obtenerse resultados por encima de esta línea. Esta línea es una buena
manera de comprobar que los datos no sean erróneos y algunos resultados de ensayos
que caigan arriba o a la izquierda deben ser verificados. La ecuación de la línea U es:
IP = 0.9·(LL - 8) [2.1]
1.1.7. En casos donde el límite líquido excede de 110% o el índice de plasticidad excede de
60%, la gráfica de plasticidad puede ser expandida pero manteniendo igual escala en
ambos ejes y extendiendo la línea “A” con la misma pendiente, ver Figura 2.1. La
ecuación de la línea A es:
1.1.8. Este sistema de clasificación solo considera la porción que pasa a través del tamiz de
3” (75 mm) para la realización de los ensayos de clasificación en laboratorio. Las
56
CAPÍTULO 2 Clasificación de suelos
1.1.9. El índice de plasticidad y el límite líquido son determinados con material que pasa el
tamiz de Nº 40 (0.425 mm).
1.1.10. La línea de división entre el bajo y alto límite líquido es tomada arbitrariamente como
50%, ver Figura 2.1.
1.1.11. Puede ser necesario una extrapolación lineal en la curva de distribución de tamaño de
partículas para obtener el diámetro efectivo, D 10 .
Para clasificar un suelo por el sistema unificado se tiene que proceder de la siguiente manera:
1.2.1. Determinar si el suelo es altamente orgánico (turba), en tal caso es clasificado por
inspección visual como Pt (Tabla 2.1). Este tipo de suelo trae muchos problemas a los
ingenieros, por su alta compresibilidad y muy baja resistencia al corte, pero es muy
fácil de identificar según a sus siguientes características notorias:
1.2.3. Del análisis granulométrico se debe determinar el porcentaje que pasa por los tamices
de 3” (75 mm), Nº 4 (4.75 mm) y Nº 200 (0.075 mm).
1.2.4. A partir de los porcentajes que pasan por los tamices, se puede hallar el porcentaje
retenido en cada tamiz de la siguiente manera:
1.2.5. Si el 100% del total de la muestra pasa por el tamiz de 3” (75 mm), ir al paso 1.2.6 caso
contrario calcular el porcentaje de material retenido o con diámetro mayor a este tamiz
y al final del ensayo de clasificación anotar junto al resultado el porcentaje de este
material retenido (cantos rodados y/o guijarros) incluyendo el tamaño máximo de
partícula.
1.2.6. Determinar si el peso retenido en el tamiz Nº 200 (R 200 ) es mayor, menor o igual al
50% del peso total de la muestra seca:
57
Fundamentos de mecánica de Suelos
Si:
R 200 > 50 Entonces se tiene un suelo de grano grueso, ir al paso 1.2.7.
R 200 ≤ 50 Entonces se tiene un suelo de grano fino, ir al paso 1.2.9.
1.2.7. Si el suelo es de grano grueso, se debe determinar si la relación entre el porcentaje de
suelo retenido en el tamiz Nº4 y el tamiz Nº 200 es mayor, menor o igual a 0.5:
Si:
R4
> 0.5 El suelo es gravoso.
R200
R4
≤ 0.5 El suelo es arenoso.
R200
1.2.8. A partir de los resultados de laboratorio se determinan todos los valores de los
parámetros requeridos en la Tabla 2.1 para poder clasificar el suelo, como por ejemplo
el coeficiente de gradación, coeficiente de uniformidad, límite líquido e índice de
plasticidad y en el suelo que se ajuste a todos los criterios es el símbolo de grupo
correcto.
1.2.9. Si el suelo es de grano fino a partir de los resultados en laboratorio del límite liquido e
índice de plasticidad se procede a clasificar el suelo según la Tabla 2.1 y en el suelo
que se ajuste a todos los criterios es el símbolo de grupo correcto.
La designación ASTM D-2487 además creó un sistema para asignar nombres de grupo a
los suelos, esto con el fin de dar una identificación más precisa a los suelos clasificados.
Estos nombres de grupo están reunidos en las Tablas 2.3, 2.4, 2.5 y 2.6 y son explicadas a
continuación:
58
CAPÍTULO 2 Clasificación de suelos
Tabla 2.1. Símbolos de grupo para la clasificación de suelos según el sistema Unificado.
Símbolo
División Principal Criterios
de Grupo
Suelo de grano grueso, R 200 > 50
Suelo gravoso F 200 < 5, C U ≥ 4 , 1 ≤ C Z ≤ 3 GW
R 4 > 0.5 R 200 F 200 < 5, C U < 4 y/o C Z no entre 1 y 3. GP
F 200 > 12, IP < 4 , o Limites de Atterberg GM
debajo de la línea A (Figura 2.1)
F 200 > 12, IP > 7 , y Limites de Atterberg GC
en o arriba de la línea A (Figura 2.1)
F 200 > 12, LL < 50 , 4 ≤ IP ≤ 7 y Limites de Atterberg GC-GMa
en o arriba de la línea A (Figura 2.1)
5 ≤ F 200 ≤ 12 ; cumple los criterios de gradación de GW y los GW-GMa
criterios de plasticidad de GM.
5 ≤ F 200 ≤ 12 ; cumple los criterios de gradación de GW y los GW-GCa
criterios de plasticidad de GC.
5 ≤ F 200 ≤ 12 ; cumple los criterios de gradación de GP y los GP-GMa
criterios de plasticidad de GM.
5 ≤ F 200 ≤ 12 ; cumple los criterios de gradación de GP y los GP-GCa
criterios de plasticidad de GC.
59
Fundamentos de mecánica de Suelos
60
CAPÍTULO 2 Clasificación de suelos
61
Fundamentos de mecánica de Suelos
62
CAPÍTULO 2 Clasificación de suelos
60
CH
Indice de Plásticidad (IP)
30 A"
a"
íne
"U" L
n ea
Lí
OL
20
o MH o OH
CL
10
7 ML o OL
CL - ML
4
0
0 10 16 20 30 40 50 60 70 80 90 100 110
63
Mecánica de Suelos
Tabla 2.6 Evaluación de las propiedades del suelo en base al símbolo de grupo. (Coduto, 1999)
Símbolo Características Compresión Drenaje y Valor como Valor como Valor como una
de de y expansión conductividad material de relleno un pavimento, base granular para
grupo compactación hidráulica subrasante pavimento
cuando no hay
heladas
GW Bueno Casi nada Buen drenaje; Muy estable Excelente Bueno
permeable
GP Bueno Casi nada Buen drenaje; Razonablemente Excelente a Pobre a regular
permeable estable bueno
GM Bueno Pequeño Pobre drenaje, Razonablemente Excelente a Regular a pobre
semipermeable estable bueno
GC Bueno a Pequeño Pobre drenaje, Razonablemente Bueno Bueno a regular
regular semipermeable estable No conveniente
si esta sujeto a
heladas
SW Bueno Casi nada Buen drenaje; Muy estable Bueno Regular a pobre
permeable
SP Bueno Casi nada Buen drenaje; Razonablemente Bueno a Pobre
permeable estable cuando regular
denso
SM Bueno Pequeño Poco drenaje; Razonablemente Bueno a Pobre
impermeable estable cuando regular
denso
SC Bueno a Pequeño a Poco drenaje; Razonablemente Bueno a Regular a pobre
regular mediano impermeable estable regular No conveniente
si esta sujeto a
heladas
ML Bueno a Pequeño a Poco drenaje; Estabilidad Regular a No conveniente
pobre mediano impermeable regular pobre
Se requiere
buena
compactación
CL Bueno a Mediano No hay Estabilidad Regular a No conveniente
regular drenaje; buena pobre
impermeable
OL Bueno a Mediano a Poco drenaje; Inestable Pobre, no No conveniente
pobre alto impermeable No se debería conveniente
usar
MH Regular a Alto Poco drenaje; Estabilidad de Pobre No conveniente
pobre impermeable regular a pobre
Se requiere
buena
compactación
CH Regular a Muy alto No hay Estabilidad Pobre a No conveniente
pobre drenaje; regular muy pobre
impermeable Expansiones,
debilitamientos,
contracciones,
roturas
OH Regular a Alto No hay Inestable Muy pobre No conveniente
pobre drenaje; No debería ser
impermeable usado
Pt No Muy alto Regular a No debería ser No No conveniente
conveniente pobre drenaje usado conveniente
64
CAPÍTULO 1 Clasificación de suelos
• Suelos granulares. Son suelos cuyo porcentaje que pasa el tamiz Nº 200 es
menor o igual al 35% del total de la muestra. Estos suelos constituyen los
grupos A-1, A-2 y A-3.
• Suelos limo-arcilla o material fino. Son suelos cuyo porcentaje que pasa el
tamiz Nº 200 es mayor al 35% del total de la muestra. Estos suelos
constituyen los grupos A-4, A-5, A-6 y A-7.
• Suelos orgánicos. Son los suelos que están constituidos principalmente por
materia orgánica. Este tipo de suelos constituye el grupo A-8.
2.1.3. Establece un rango del índice de plasticidad que diferencia a los suelos limosos de los
suelos arcillosos.
65
Mecánica de Suelos
• El término limoso es aplicado a la fracción fina del suelo que tiene un índice
de plasticidad de 10 o menos.
• El término arcilloso es aplicado cuando la fracción fina tiene un índice de
plasticidad de 11 o más.
2.1.4. Considera solo la porción de suelo que pasa a través del tamiz de 75 mm. Si existieran
partículas mayores (guijarros y cantos rodados), estas son excluidas de la muestra de
suelo que será clasificado, sin embargo el porcentaje de ese material debe ser medido y
anotado junto con el resultado de la clasificación.
2.2.1. Clasificar el suelo en un grupo o subgrupo, apropiado, o en ambos, de acuerdo con las
Tablas 2.7(a) y 2.7(b), a partir de los resultados de los ensayos determinados. Para
saber que tabla usar, se necesita conocer, que porcentaje de suelo de la muestra pasa a
través del tamiz Nº 200, en la parte superior de cada tabla se especifica un porcentaje,
que es un requisito que debe cumplir la muestra de suelo para poder utilizar la tabla.
2.2.2. Una vez elegida la tabla correcta se beben aplicar los datos de los ensayos requeridos
de izquierda a derecha mediante un proceso de eliminación, el primer grupo en que los
datos se ajusten adecuadamente es la clasificación correcta. Debido a esto es que en la
Tabla 2.7(a), el grupo A-3 va primero que el A-2, esto no quiere decir que el grupo A-3
sea mejor que el A-2.
La Figura 2.2 es una forma más fácil y rápida de clasificar aproximadamente los
materiales limo-arcillas, en base a los valores de LL y de IP. Todos los valores de los límites
de consistencia se presentan como números enteros. Si aparecen números fraccionarios en los
informes del ensayo, aproxímelos al número entero más próximo para utilizarlo en la
clasificación.
70
60
50
0
Indice de plasticidad %
-3
LL
=
IP
40
A-7-6
30
A-6
20
A-2-6 A-7-5
A-2-7
10
A-4 A-5
A-2-4 A-2-5
0
40 5010 20
60 70 3080 90 100
Límite líquido %
Figura 2.2. Variación del límite líquido e índice de plasticidad para los suelos de los
grupos A-2, A-4, A-5, A-6 y A-7 (Norma ASTM, 2003).
66
CAPÍTULO 1 Clasificación de suelos
Materiales Granulares
Clasificación general
35% o menos del total de la muestra pasa el tamiz Nº 200
A-1 A-2
Clasificación de grupo
A-1-a A-1-b A-3 A-2-4 A-2-5 A-2-6 A-2-7
Análisis por tamices (Porcentaje que pasa por los tamices):
Nº 10 (2.00 mm.) 50 max
Nº 40 (0.425 mm.) 30 max 50 max 51 min
Nº 200 (0.075 mm.) 15 max 25 max 10 max 35 max 35 max 35 max 35 max
Características de la fracción que pasa por el tamiz Nº 40
Límite líquido 40 max 41 min 40 max 41 min
Índice de plasticidad 7 max NP 10 max 10 max 11 min 11 min
Fragmentos de piedra, grava
Tipos de materiales significativos constituyentes Arena fina Grava o arena limosa o arcilla
y arena
(a)
Tabla 2.7. Clasificación de suelos sistema AASHTO. (a) Material granular; (b) Material fino.
67
Mecánica de Suelos
Donde:
F 200 = Porcentaje que pasa a través del tamiz Nº 200, expresado como número
entero.
LL = Límite líquido.
IP = Índice de plasticidad.
68
CAPÍTULO 1 Clasificación de suelos
Los índices de grupo de los suelos granulares están generalmente comprendidos entre 0 y
4, los correspondientes a los suelos limosos, entre 8 y 12 y los suelos arcillosos, entre 11 y
20, o más. Los valores del índice de grupo, deben ser utilizados solo para comparar suelos
dentro el mismo grupo y no entre grupos diferentes. Es decir que por ejemplo no se pueden
comparar un suelo A-3 (0) y un suelo A-2-7 (3), por el valor del índice de grupo. Sin
embargo si se pueden comparar un suelo A-3 (0), con un suelo A-3 (3), donde por del valor
del índice de grupo se puede deducir que el suelo A-3 (0) es de mejor calidad que el suelo A-
3 (3), por tener este un valor del índice de grupo menor (0 < 3).
La ecuación empírica del índice de grupo diseñada para conseguir una evaluación
aproximada de los suelos del mismo grupo, en los materiales granulares arcillosos, y los
materiales limo arcillosos, se basa en las siguientes suposiciones:
• Los materiales que se encuentran en los grupos A-1-a, A-1-b, A-2-4, A-2-5 y
A-3 son adecuadas como subrasantes cuando están adecuadamente drenados
y compactados bajo un espesor moderado de pavimento (base y carpeta de
rodadura) de un tipo adecuado para el tráfico que soportará, o que puede
adecuarse por adiciones de pequeñas cantidades de ligantes naturales o
artificiales.
• Los materiales granulares arcillosos de los grupos A-2-6 y A-2-7 y los
materiales limosos y arcillosos de los grupos A-4, A-5, A-6 y A-7, pueden
clasificarse para su utilización en subrasantes desde adecuadas como
materiales de súbase equivalentes a las categorías A-2-4 y A-2-5, hasta
regulares e inadecuadas hasta el punto de requerir una capa de subbase o una
capa mayor de subbase que la requerida en el anterior caso (1), para
proporcionar un adecuado soporte a las cargas de tráfico.
• Se supone que un 35% o más de material que pasa el tamiz Nº 200 (0.0075
mm.) es crítico si se omite la plasticidad, pero el mínimo crítico es solo el
15% cuando se ve afectado por IP mayor que 10.
• Se supone que el LL igual o mayor que 40% es crítico.
• Se supone que el IP igual o mayor que 10% es crítico.
El ábaco de la Figura 2.3 ha sido elaborado en 1978 por la AASHTO. Para utilizarlo,
nótese que en el extremo derecho se encuentra una medida que corresponde al porcentaje de
material que pasa a través del tamiz Nº 200 de la muestra de suelo. Se parte de un punto de
esa medida trazando una línea recta que intercepte a un punto de la medida del límite líquido
que a su vez esta misma línea interceptará a un punto de la medida del índice parcial de
grupo. De igual manera se realizada pero para el índice de plasticidad, obteniendo así dos
valores de índice parcial de grupo (uno para LL y otro para IP). Finalmente el índice de grupo
será la suma de los dos índices parciales de grupo.
69
Mecánica de Suelos
cambios de volumen, para cada tipo uso que se le vaya a dar al suelo. Estas características
dan una pauta de cuan beneficioso o no es un suelo en determinadas localizaciones de una
carretera, ya sea en base, sub-base, etc.
Mientras que en la Tabla 2.9 se hace un resumen de la compactación y tipo de pavimento
recomendado para cada uno de estos suelos. Este resumen ayuda de manera notable a los
ingenieros civiles, a poder distinguir después de tener el resultado de la clasificación que
medidas se deben tomar para el posterior uso de estos suelos, además de ser una ayuda en la
elección misma del equipo recomendable para un mejor compactado y de la elección del tipo
de pavimento recomendable.
15
50
20
A-2-6 y A-2-7
30
40
35
40
80
70
60
60
D
DA
0
18
CI
TI
50
20
AS
14
PL
70
DE
40
0
10
CE
DI
QU 80
IN
O
70
ID
30
60
80
LÍ
E
50
IT
10
M
40
LÍ
20
30
18
90
16
20
14
12
10
0
10
100
8
6
4
2
0
Figura 2.3. Ábaco para el calculo del índice de grupo (Norma ASTM, 2003).
70
CAPÍTULO 1 Clasificación de suelos
Tabla 2.8. Propiedades y características físicas. en suelos Granulares y suelos Finos (Valle Rodas, 1976).
Suelos Granulares. (35% o menos pasa el tamiz Nº 200)
Sub- Permea- Capila- Elasti- Cambios Para Para Terreno Para
Grupo Descripción del material Descripción del material
grupo bilidad ridad cidad volumen Subbase Base fundación terraplén
Mezclas bien gradadas
- Materiales formados por fragmentos de
compuestas de fragmentos de
roca y grava, con o sin material ligante
piedra, grava, arena gruesa, arena A-1-a
bien gradado de material fino.
fina y material ligante de suelo
poco plástico o de baja Muy Bueno a Bueno a Bueno a Bueno a
A-1 Baja Baja Muy Baja
plasticidad. Se incluyen también pequeños excelente excelente excelente excelente
en este grupo fragmentos de roca,
- Materiales formados por arena gruesa
grava, arena gruesa, cenizas A-1-b
con o sin material ligante bien gradado
volcánicas, etc. sin un ligante de
suelo
- Materiales cuyo contenido de material
fino es igual o menor del 35% y cuya
fracción que pasa el tamiza Nº 40 tiene las
mismas características de los suelos A-4 y
A-5, respectivamente, es decir mismos
A-2-4 rangos en el límite líquido e índice de
y plasticidad. Estos grupos incluyen Baja a
A-2-5 aquellos suelos gravosos y arenosos elevada
(arena gruesa), que tengan un contenido
Mezclas mal proporcionadas de de limo, o índices de grupo por encima de
grava, arena, limo y arcilla. los indicados para el grupo A-1. Así
Tienen material fino (limo y mismo incluyen a las arenas finas con un
A-2 Mediana
arcilla) en exceso a los límites contenido de limo no plástico por encima
establecidos por los suelos A-1 y de las limitaciones del grupo A-3. Baja
A veces Mediana Malo a Bueno a Regular a
A-3. a Regular
- Los materiales de estos subgrupos son perjudicial a elevada regular excelente bueno
Mediana
semejantes a los descritos en los
subgrupos A-2-4 y A-2-5, excepto en que Baja
A-2-6 la fracción fina que pasa el tamiz Nº 40 Elevada y
y contiene arcilla plástica que tiene las a veces
A-2-7 mismas características de los suelos A-6 y perjudicial
A-7, respectivamente, es decir mismos
rangos en el límite líquido e índice de
plasticidad.
Arenas finas, de playa o la arena
fina de desierto, sin finos de
arcilla, limo o con una pequeña
cantidad de limo no plástico. Este Mediana
Muy Regular a Regular a Bueno a Regular a
A-3 grupo incluye también las —— ——————————————— a Baja
pequeños excelente excelente excelente bueno
mezclas aluviales de arena fina o Elevada
de río mal gradada con pequeñas
cantidades de grava y arena
gruesa.
71
Mecánica de Suelos
72
CAPÍTULO 1 Clasificación de suelos
73
Mecánica de Suelos
Compactación
Comportamiento Equipo Procedimientos
Sub- Fallas que se registran Tipo de pavimento
Grupo Descripción del material Descripción del material del terreno recomendado aconsejables para
grupo comúnmente recomendado
después de para la mejorar el terreno
compactado compactación
Suelos limosos poco o nada Absorbe agua rápidamente Si hay drenaje adecuado
Rodillos “pata
plásticos, que normalmente tienen perdiendo estabilidad. Colóquese drenes puede construirse
de cabra”.
un 75% o mas de material fino que Regular cuando Susceptible de reaccione y para drenar las pavimentos de concreto o de
Aplanadora
pasa el tamiz Nº 200. Además, se ——————————— seco. deslaves en épocas de aguas subterráneas asfalto de espesor regular. Si
A-4 —— tándem, de 3
incluyen en este grupo las mezclas ——— Inestable cuando lluvias. Durante las heladas y material granular el drenaje no es bueno
rodillos y con
de suelo limoso fino con hasta un húmedo. aumentan de volumen, debajo de la deberá emplearse
rodillo de
64% de grava y arena (material rajando los pavimentos subrasante. pavimentos de concreto de
caucho
retenido sobre el tamiz Nº 200). construidos sobre ellos. buen espesor.
Rodillos “pata Si hay drenaje adecuado y el
Colóquese drenes
de cabra”. Semejante al grupo A-4. suelo ha sido estabilizado
Material limoso semejante al A-4, para drenar las
Aplanadora Presenta además, un puede emplearse una
generalmente de carácter micáceo o ——————————— aguas subterráneas
A-5 —— Malo a pésimo tándem, de 3 estabilidad perjudicial que superficie bituminosa. En
diatomáceo. Tienen mayor ——— y material granular
rodillos y con impide una buena caso contrario, deberá
elasticidad. debajo de la
rodillo de compactación emplearse pavimentos de
subrasante.
caucho concreto sobre base granular.
En época de lluvias se pone Si hay drenaje adecuado y el
Arcillas plásticas, en las cuales el Rodillos “pata
resbaladizo y los suelo ha sido estabilizado,
75% o mas pasa el tamiz Nº 200. de cabra”. Se recomienda la
Regular a bueno pavimentos fallan por falta puede colocarse un
Además, suelos finos arcillosos que Aplanadora adición de material
——————————— cuando seco. de base firme. Cuando se pavimento bituminoso. En
A-6 contengan hasta un 64% de arena y —— tándem, de 3 granular y además,
——— Malo cuando humedece o se seca, sufre aso contrario es preferible
grava. Presentan generalmente, rodillos y con un buen sistema de
lluvioso. hinchamiento y emplear pavimentos de
grandes cambios de volumen rodillo de drenaje.
contracciones concreto sobre bases
cuando absorben agua. caucho
perjudiciales. granulares.
Suelos A-7 con índices de
plasticidad relativamente
bajos en relación a sus
Si hay drenaje adecuado y el
A-7-5 Límites líquidos. Pueden ser Rodillos “pata
Los mismos Se recomienda suelo ha sido estabilizado,
muy elásticos y de cabra”.
Regular a bueno inconvenientes que el A-6. procedimientos puede colocarse un
Terrenos arcillosos, semejantes a experimentar grandes Aplanadora
cuando seco. Presenta además, una análogos a los pavimento bituminoso. En
A-7 los A-6, pero con límites líquidos cambios de volumen. tándem, de 3
Malo cuando elasticidad perjudicial que indicados para el aso contrario es preferible
elevados como los del grupo A-5. Suelos A-7 con índices de rodillos y con
húmedo. impide una buena terreno formado por emplear pavimentos de
plasticidad elevados en rodillo de
compactación. material A-6. concreto sobre bases
relación a sus límites caucho
A-7-6 granulares.
líquidos. Experimentan
grandes cambios de
volumen.
Tabla 2.9. Compactación y tipo de pavimento. (a) Suelos granulares, (b) Suelos Finos (Valle Rodas, 1976).
74
CAPÍTULO 1 Clasificación de suelos
La principal diferencia en los dos sistemas de clasificación es el uso que tiene cada uno de
ellos, ya que el sistema AASHTO es esencialmente para la construcción de carreteras
mientras que el Unificado no presenta restricciones de ningún tipo y su uso es más general.
Ambos sistemas de clasificación están basados en los mismos ensayos de laboratorio,
como la distribución de tamaño de partículas, el límite liquido y plástico, con la diferencia de
que cada sistema adopta distintos valores como límites entre los tipos de suelos. Por ejemplo
el sistema AASHTO considera como suelo fino si más del 35% del total de la muestra de
suelo pasa por el tamiz Nº 200, mientras que el sistema Unificado lo hace si más del 50% de
la muestra de suelo pasa por el mismo tamiz.
En el sistema AASHTO el tamiz Nº 10 es el que separa la grava de la arena mientras que
en el unificado es el tamiz Nº 4.
En el sistema Unificado los suelos gravosos de los arenosos están muy claramente
separados, mientras que en el sistema AASHTO no lo están. El grupo A-2 en particular
contiene una amplia variedad de suelos gravosos y arenosos. En el sistema Unificado los
símbolos GW, SM, CH y otros son usados para una mejor descripción de las propiedades de
los suelos, mientras que los símbolos de grupo A del sistema AASHTO no son tan
descriptivos en este aspecto.
En el sistema Unificado se puede clasificar a los suelos orgánicos como OL, OH y Pt;
mientras que en el sistema AASHTO no se los toma en cuenta en el proceso de clasificación,
y se los deja con el grupo A-8, que no figura en las tablas de clasificación.
Liu (1967) hizo investigaciones comparando los sistemas de clasificación AASHTO y
Unificado, llegando a obtener los siguientes resultados que son resumidos en las Tablas 2.10
y 2.11.
75
Mecánica de Suelos
76
CAPITULO 3 Descripción e identificación de suelos
CAPÍTULO TRES
Descripción e identificación de suelos.
El comportamiento y las propiedades ingenieríles del suelo están gobernados por sus
propiedades físicas, debido a la gran variedad de estas características es que se tiene una gran
variedad de tipos de suelos que exhiben propiedades físicas diferentes. Por lo tanto, es
importante describir e identificar el suelo en términos convenientes que definan con claridad
y exactitud sus características.
En el capítulo anterior se había descrito diversos sistemas de clasificación en base a
ensayos realizados en laboratorio para identificar un tipo de suelo. Sin embargo, también es
posible realizar una buena aproximación del tipo de suelo sin necesidad de recurrir a ensayos
de laboratorio, mediante un procedimiento de descripción e identificación visual-manual del
suelo.
La identificación de un suelo consiste en reconocer el tipo de suelo en un sistema de
clasificación conocido, en este caso mediante una inspección visual, táctil y olfativa,
acompañado de algunos ensayos manuales evaluados en forma cualitativa. Mientras que la
descripción consiste en aportar información adicional de algunas características notorias del
suelo como ser: el color, olor, forma de las partículas del suelo y otras características.
Inclusive esta información descriptiva debe usarse para complementar la clasificación de un
suelo mediante los ensayos convencionales de laboratorio.
Para clasificar el suelo sin equipo de laboratorio, el sistema de clasificación unificado
dispone de un sistema de clasificación normalizado en base a métodos visuales y manuales
denominado: Procedimiento Visual y Manual ASTM D-2488, donde el suelo es descrito con
claridad empleando la terminología apropiada. La información obtenida por este
procedimiento proporciona una apreciación inicial acerca de algunas características del suelo,
que puede ser útil como información preliminar y como parámetro de comparación entre
resultados obtenidos en campo y en laboratorio. Cuando se requiera una clasificación precisa
del suelo para propósitos ingenieriles, deberá utilizarse la clasificación estándar de suelos por
el sistema unificado (ASTM, Designación D 2487-93), que incluye ensayos de laboratorio).
La habilidad y experiencia del operador juegan un papel muy importante para realizar
una correcta identificación de los suelos. Esta habilidad se adquiere fácilmente, realizando los
ensayos de campo bajo la dirección de personal experimentado, o comparando los resultados
numéricos de ensayos de laboratorio en suelos típicos, con los realizados en campo a partir de
características visuales y manuales.
Cuando se describen e identifican muestras de suelo de una perforación o grupo de
perforaciones, no es necesario realizar todos los ensayos visuales y manuales para todas las
muestras. Para facilitar esta tarea se debe agrupar a los suelos con características
aparentemente similares y así realizar una descripción e identificación completa solo para
cada grupo de muestras, en caso de que en algunas muestras de algún grupo se necesite,
entonces se puede recurrir a unos pocos ensayos y procedimientos para su identificación.
Antes de empezar a describir los procedimientos para la identificación de suelos es
necesario, aclarar ciertas características y criterios en los que se basa este sistema de
clasificación Unificado, mediante procedimientos visuales y manuales ASTM D-2488.
77
Fundamentos de mecánica de suelos
1.3. Considera como suelos granulares a aquellos suelos que no poseen ninguna
cohesión y sus propiedades son mas bien de fricción. A este tipo de suelos
pertenecen las gravas, arenas y limos combinados o aislados.
1.4. Considera como suelos de grano fino a aquellos suelos que poseen
características de cohesión y plasticidad. Dichos suelos pueden ser granulares
con parte de arcilla o limo orgánico, que les imparten cohesión y plasticidad, o
pueden ser arcillas o limos orgánicos sin componentes granulares.
• Color
• Componentes minerales, como el cuarzo, pizarra, mica, granito, etc.
• Materia orgánica como raíces, pedazos de madera, fango, etc.
• Forma de los granos cuando estos sean visibles.
• Tamaño máximo de las partículas en el caso de tratarse de gravas o
rocas.
• Color.
• Porcentaje de material granular.
• Componentes orgánicos.
• Dilatancía.
3. Precauciones de seguridad.
78
CAPITULO 3 Descripción e identificación de suelos
Olor.
Describe el olor si es orgánico o inusual. Suelos que contienen una cantidad
significativa de material orgánico generalmente tienen un olor característico a
materia vegetal en putrefacción o descomposición, el cual se hace más evidente en
las muestras frescas. Cuando las muestras están secas, a menudo puede revivirse el
olor calentando una muestra previamente humedecida. Sí el olor es inusual (i.e.
productos de petróleo, químicos y similares), estos deben ser descritos.
Angularidad.
Describe la angularidad de las arenas (únicamente partículas gruesas), gravas,
guijarros, y cantos rodados, como angular, subangular, subredondeadas, o
79
Fundamentos de mecánica de suelos
Forma.
Describe la forma de las gravas, guijarros y cantos rodados como planas, alargadas,
o como planas y alargadas de acuerdo con los criterios de la Tabla 3.3 (Figura 3.5).
Si no es posible diferenciar la forma según esta tabla, entonces ésta no debe ser
mencionada. Se deberá indicar la fracción de las partículas que tienen una
determinada forma, por ejemplo una tercera parte de las partículas de grava son
planas.
Tabla 3.3. Criterio para describir la forma de las partículas granulares.
Descripción Criterio
Planas Partículas con una relación ancho/espesor >3.
Alargadas Partículas con una relación longitud/ancho >3.
Planas y alargadas Partículas que cumplen ambas condiciones..
Nota. La longitud es la dimensión mayor; ancho es la dimensión intermedia y espesor es la dimensión menor.
Color.
Describe la reacción de la muestra con el acido clorhídrico (HCl) como nula, débil o
fuerte, de acuerdo con los criterios de la Tabla 3.4. Debido a que el carbonato de
calcio es un agente cementante común, debe informarse de su presencia si la
reacción con acido clorhídrico diluido fuere importante.
80
CAPITULO 3 Descripción e identificación de suelos
Humedad.
Describe el estado de humedad como seca, húmeda o saturada, de acuerdo con los
criterios de la Tabla 3.5 (Figura 3.10).
Consistencia.
Describe la consistencia para suelos de grano fino (limos y arcillas) como muy
blanda, blanda, firme, dura, o muy dura, de acuerdo con los criterios de la Tabla 3.6
(Figura 3.7). Esta observación no es apropiada para suelos con cantidades
significativas de grava.
Cementación.
Describe el grado de cementación de los suelos intactos de grano grueso (i.e. arenas
y gravas) como débil, moderada o fuerte, de acuerdo con los criterios de la Tabla
3.7 (Figura 3.8).
81
Fundamentos de mecánica de suelos
Estructura.
Describe la estructura de los suelos intactos de acuerdo con los criterios de la Tabla
3.8 (Figura 3.10)
82
CAPITULO 3 Descripción e identificación de suelos
Dureza.
Describe la dureza del suelo, a partir de las arenas gruesas a tamaños de partículas
más grandes como duras, o el estado en el que quedan después de ser golpeadas por
un martillo, e.g. las partículas de grava se fracturan con considerable número de
golpes del martillo, algunas partículas se desmoronan con un golpe de martillo.
“Duras” quiere decir partículas que no se agrietan, disgregan, fracturan ni
desmoronan bajo el golpe de un martillo.
Comentarios adicionales.
83
Fundamentos de mecánica de suelos
Identificación preliminar.
La principal base del criterio para identificar suelos finos en campo es la investigación de las
características de la dilatancía, tenacidad y resistencia en estado seco. El color y el olor del
suelo pueden ayudar, especialmente en suelos orgánicos.
84
CAPITULO 3 Descripción e identificación de suelos
Una alta resistencia en seco es característica de las arcillas del grupo CH. Un
limo inorgánico posee muy ligera resistencia en seco, pero puede distinguirse por el
tacto al pulverizar el espécimen seco. La arena fina se siente granular, mientras que el
limo típico da la sensación suave de la harina (Tabla 3.13).
6.2.4. Dilatancía.
Las arenas limpias muy finas dan la reacción más rápida y distintiva, mientras
que las arcillas plásticas no tienen reacción. Los limos inorgánicos, tales como el
típico polvo de roca, dan una reacción rápida moderada (Tabla 3.13).
85
Fundamentos de mecánica de suelos
6.2.5. Tenacidad.
6.2.6. Plasticidad.
En base a las observaciones hechas durante el ensayo de tenacidad se debe describir
la plasticidad del material según los criterios de la Tabla 3.12.
Tabla 3.12. Criterio para describir la Plasticidad.
Descripción Criterio
No plástico No pueden formarse rollos de 1/8” (3 mm) bajo ningún
contenido de humedad.
Baja Difícilmente pueden formarse rollitos y terrones cuando la
muestra está más seca que el límite plástico.
Media Es fácil formar el rollito y pronto alcanza el límite plástico.
El rollito no puede ser rehecho después de que se alcanza el
límite plástico. Los terrones se desmoronan cuando se secan
más que el límite plástico.
Alta Toma considerable tiempo formar rollos y remoldearlos para
alcanzar el límite Plástico, pero el rollo puede ser rehecho
varias veces después de alcanzar el límite plástico. Pueden
formarse terrones sin que se desmoronen cuando están más
secos que el límite plástico.
86
CAPITULO 3 Descripción e identificación de suelos
Identificar el suelo como arcilla magra CL, arcilla grasa CH, limo ML o como un
limo elástico MH, según los criterios de la Tabla 3.13.
Tabla 3.13 Identificación de suelos finos Inorgánicos sobre la base de ensayos
manuales.
Símbolo de grupo Resistencia en Dilatancía Tenacidad
seco
ML Nula a baja. Lenta a rápida. Baja, no pueden
formarse rollitos.
CL Media a Alta Nula a Lenta Media
MH Baja a Media Nula a Lenta Baja a Media
CH Alta a muy alta Nula Alta
6.2.8. Si el suelo tiene aproximadamente del 15 al 25% de arena, grava o ambos, las
palabras “con arena” o con “grava” serán añadidos al nombre de grupo.
6.2.9. Si el suelo tiene aproximadamente más del 30% de arena o grava, las palabras
“arenoso” o “gravoso” serán añadidos al nombre de grupo.
Los materiales constituidos por partículas gruesas se identifican en el campo sobre una base
prácticamente visual. Lo primero que se hace es escoger una muestra representativa del
material a ser examinado, extendiendo la muestra seca de suelo sobre una superficie plana
puede juzgarse, en forma aproximada, su graduación, tamaño de partículas, forma y
composición mineralógica. Posteriormente se debe separar las partículas mayores al tamiz Nº
40 (0.425 mm). Luego se analiza la muestra con ayuda de la Figura 3.2. Para distinguir
las gravas de las arenas puede usarse el tamaño de ½ cm. como equivalente al tamiz Nº 4
(4.75 mm), y para la estimación del contenido de finos basta considerar que las partículas de
tamaño correspondiente al tamiz Nº 200 (0.075 mm) son aproximadamente las mas pequeñas
que puedan distinguirse a simple vista.
87
Fundamentos de mecánica de suelos
6.3.1. Escoger una muestra representativa del material a ser examinado. Separar las
partículas mayores al tamiz Nº 40 (de arena media a más grandes) (Figura
3.13). Luego analizar la muestra con la ayuda de la Figura 3.23.
6.3.3. El suelo es arena si se estima que el porcentaje de grava es igual o menor que
el de arena.
6.3.4. El suelo es grava limpia o arena limpia cuando se estima que el porcentaje de
finos es de 5 % o menos.
6.3.5. Se identifica el suelo como grava bien gradada, GW, o como arena bien
gradada, SW, si tiene partículas dentro de un intervalo amplio de tamaños y
si posee igualmente cantidades sustanciales en los tamaños intermedios.
6.3.7. El suelo puede ser una grava con finos o una arena con finos, si se estima que
el porcentaje de éstos es del 15 % o mayor.
6.3.8. Si se estima que el suelo contiene del orden de 10 % de finos, désele al suelo
una identificación doble mediante dos símbolos para el grupo. El primer
símbolo del grupo deberá corresponder a grava o arena limpia (GW, GP,
SW, SP) y el segundo a grava o arena con finos (GC, GM, SC, SM). El
nombre deberá corresponder al del primer símbolo de grupo más las palabras
"con arcilla" ó "con arena", para indicar el carácter plástico de los finos. Por
ejemplo: grava bien gradada con arcilla, GW-GC o arena con limo
pobremente gradada SP-SM.
7. Informe.
El informe debe incluir la información del origen, y de los ítems indicados en la Tabla 3.14.
Tabla 3.14. Información básica en una Descripción e Identificación de Suelos
Información descriptiva de suelos.
1. Angularidad de las partículas: angular, subangular, subredondeada, redondeada.
2. Forma de las partículas: planas, alargadas, planas y alargadas.
3. Tamaño máximo de partículas.
4. Dureza, de arena gruesa a partículas más grandes.
5. Color (en condición húmeda).
6. Olor (mencionar solo se es suelo orgánico o si se trata e un olor inusual).
7. Humedad: seca. Húmeda, mojada
8. Reacción con HCI: ninguna, débil, fuerte
Para muestras intactas:
9. consistencia (solo en suelos de grano fino): muy suaves, suave, firme, dura, muy dura
10. Estructura: estratificada, laminada, figurada, fracturada, con presencia de lentes, con
bloques, homogénea.
11. Cementación; débil, moderada, fuerte
12. Comentarios adicionales (presencia de raíces, huecos, dificultades en el muestreo, etc.).
Identificación de suelos.
13. Nombre de grupo
14. Símbolo de grupo
15. Nombre local
16. Interpretación geológica
17. Porcentaje de guijarros y cantos rodados (en volumen)
18. Porcentaje de grava, arena y finos (en peso seco)
19. Rango de tamaño de partículas:
Grava-fina-gruesa
Arena-fina, media, gruesa.
Para suelos de grano fino:
20. Plasticidad de finos: no plástica, baja, media, alta, muy alta
21. Resistencia en seco: nula, baja, media, alta, muy alta.
22. Dilatancía : nula, lenta, rápida
23. Tenacidad: baja, media, alta.
24. Comentarios adicionales: presencia de raíces o de huecos de raíces, presencia de mica,
yeso, etc., recubrimientos superficiales de las partículas, de los agregados gruesos,
formación de cavernas o de costras, en los hoyos de barrenos o en las paredes de
trincheras, dificultad al barrenar o al excavar, etc.
< 30% por encima del tamiz Nro. 200 < 15% por encima del tamiz Nro. 200 Limo
15 - 25% por encima del tamiz Nro. 200 %arena ≥ grava Limo con arena
ML %arena < grava Limo con grava
%arena ≥ grava < 15% de grava Limo arenoso
≥ 30% por encima del tamiz Nro. 200 ≥ 15% de grava Limo arenoso con grava
%arena < grava < 15% de arena Limo gravoso
≥ 15% de arena Limo gravoso con arena
< 30% por encima del tamiz Nro. 200 < 15% por encima del tamiz Nro. 200 Arcilla plástica
15 - 25% por encima del tamiz Nro. 200 %arena ≥ grava Arcilla plástica con arena
CH %arena < grava Arcilla plástica con grava
%arena ≥ grava < 15% de grava Arcilla plástica arenosa
≥ 30% por encima del tamiz Nro. 200 ≥ 15% de grava Arcilla plástica arenosa con grava
%arena < grava < 15% de arena Arcilla plástica gravosa
≥ 15% de arena Arcilla plástica gravosa con arena
< 30% por encima del tamiz Nro. 200 < 15% por encima del tamiz Nro. 200 Limo elástico
15 - 25% por encima del tamiz Nro. 200 %arena ≥ grava Limo elástico con arena
MH %arena < grava Limo elástico con grava
%arena ≥ grava < 15% de grava Limo elástico arenoso
≥ 30% por encima del tamiz Nro. 200 ≥ 15% de grava Limo elástico arenoso con grava
%arena < grava < 15% de arena Limo elástico gravoso
≥ 15% de arena Limo elástico gravoso con arena
< 30% por encima del tamiz Nro. 200 < 15% por encima del tamiz Nro. 200 Suelo orgánico
15 - 25% por encima del tamiz Nro. 200 %arena ≥ grava Suelo orgánico con arena
OL / OH %arena < grava Suelo orgánico con grava
%arena ≥ grava < 15% de grava Suelo orgánico arenoso
≥ 30% por encima del tamiz Nro. 200 ≥ 15% de grava Suelo orgánico arenoso con grava
%arena < grava < 15% de arena Suelo orgánico gravoso
≥ 15% de arena Suelo orgánico gravoso con arena
Figura 3.22. Diagrama para la identificación de suelos de grano fino.
Fundamentos de mecánica de suelos
90
SIMBOLO DE GRUPO NOMBRE DE GRUPO
Bien gradada finos = ML ó MH GW - GM < 15% de arena Grava bien gradada con limo
GRAVA ≥ 15% de arena Grava bien gradada con limo y arena
%grava > %arena 10% de finos finos = CL ó CH GW - GC < 15% de arena Grava bien gradada con arcilla
≥ 15% de arena Grava bien gradada con arcilla y arena
Pobremente finos = ML ó MH GP - GM < 15% de arena Grava pobremente gradada con limo
gradada ≥ 15% de arena Grava pobremente gradada con limo y arena
finos = CL ó CH GP - GC < 15% de arena Grava pobremente gradada con arcilla
≥ 15% de arena Grava pobremente gradada con arcilla y arena
≤ 5% de finos Bien gradada SW < 15% de arena Arena bien gradada con limo
≥ 15% de arena Arena bien gradada con limo y grava
Pobremente gradada SP < 15% de arena Arena bien gradada con arcilla
≥ 15% de arena Arena bien gradada con arcilla y grava
Bien gradada finos = ML ó MH SW - SM < 15% de arena Arena bien gradada con limo
ARENA ≥ 15% de arena Arena bien gradada con limo y grava
%arena > %grava 10% de finos finos = CL ó CH SW - SC < 15% de arena Arena bien gradada con arcilla
≥ 15% de arena Arena bien gradada con arcilla y grava
Pobremente finos = ML ó MH SP - SM < 15% de arena Arena pobremente gradada con limo
gradada ≥ 15% de arena Arena pobremente gradada con limo y grava
finos = CL ó CH SP - SC < 15% de arena Arena pobremente gradada con arcilla
≥ 15% de arena Arena pobremente gradada con arcilla y grava
91
Fundamentos de mecánica de suelos
92
CAPITULO 3 Descripción e identificación de suelos
Figura 3.15. Presión con los dedos. Figura 3.16. Reacción del agua en la
resistencia en seco. superficie de la esfera.
93
Fundamentos de mecánica de suelos
Figura 3.19. Ruptura del rollo luego Figura 3.20. Resistencia del rollito 1/8”
de llegar al límite plástico.
Figura 3.21. Rejuntado de las piezas del rollo hasta que esta se quiebre.
94
CAPITULO 4 Flujo de agua
CAPITULO CUATRO
Flujo de agua.
La tierra en su mayor parte contiene agua, la cual compone el 70 % de ella. Por esa razón, no
resulta raro que sea el agua el fluido más comúnmente encontrado durante la excavación en la
construcción de una obra de ingeniería.
El agua principalmente se encuentra en los ríos, lagos, mares, en el suelo como agua
subterránea y otros lugares. Esta proviene de diversas fuentes, pero principalmente de la
lluvia y de la fusión de la nieve.
El ciclo hidrológico, es el proceso que resulta en la circulación del agua por toda la tierra.
Básicamente el proceso empieza cuando el agua se evapora de la superficie del océano y
asciende a la atmósfera. Las corrientes de aire que se mueven constantemente en la atmósfera
de la Tierra llevan hacia los continentes el aire húmedo. Cuando el aire se enfría, el vapor se
condensa y forma gotitas de agua que por lo general se las ve en forma de nubes. Con
frecuencia las gotitas se juntan y forman gotas de lluvia. Si la atmósfera está lo
suficientemente fría, en vez de gotas de lluvia se forman copos de nieve. Sea en una forma o
la otra, el agua que ha viajado centenares o hasta miles de kilómetros desde el océano cae
sobre la superficie terrestre. Allí se junta en riachuelos o se infiltra en el suelo y empieza su
viaje de regreso al mar (Compton’s Encyclopedia).
Los procesos internos más importantes que ocurren continuamente en el ciclo hidrológico
son:
95
Fundamentos de mecánica de suelos
Precipitación
Infiltración
Evaporación
Escorrentía
Lago
Nivel freático
Dirección del
movimiento del agua Mar
(a)
Mar Evaporación Atmósfera
Evaporación
del suelo
Transpiración de
las plantas
Precipitación
Escurrimiento
superficial
Sobre la tierra
Flujo de agua
subterránea Infiltración
(b)
Figura 4.1. Ciclo hidrológico del agua.
(a) Ciclo hidrológico (Diccionario del agua). (b) Esquema del ciclo hidrológico con todos los
procesos (Blyth & de Freitas, 1989).
96
CAPITULO 4 Flujo de agua
2. Agua subterránea.
Del total de agua procedente de las precipitaciones, una parte circula por la superficie
terrestre, otra se evapora, y una tercera se infiltra en la tierra. Las partículas del suelo forman
espacios vacíos que se intercomunican entre sí como una red complicada de conductos, por
donde circulará el agua.
Las partículas del suelo compuestas de minerales, absorben cierta cantidad de agua
mientras el agua ingresa al interior del suelo, a este ingreso no uniforme de agua durante el
humedecimiento del suelo se lo llama infiltración. A medida que el agua continua
ingresando, las partículas de suelo se saturarán y dejarán de adsorber agua, por lo que el agua
descenderá cada vez más hasta llegar a una profundidad donde todos los espacios vacíos del
suelo estén llenos de agua. A toda esa acción del movimiento del agua hasta alcanzar la zona
de saturación se la llama percolación. El agua retenida en el interior del suelo saturará los
espacios vacíos del suelo donde empezará a desplazase uniformemente hacia lagos y otras
fuentes de recarga. A este movimiento uniforme del agua a través del suelo saturado, se lo
llama flujo de agua subterránea.
La infiltración, depende en gran manera de la estructura del suelo, en suelos de grano
grueso como arenas y gravas la infiltración es rápida, mientras que en suelos finos como
arcillas es muy lenta. La infiltración cesa una vez que los espacios vacíos del suelo se llenan
de agua, de manera que si el ritmo de agua continua, se dará paso a un flujo de agua.
La fuerza gravitacional, hace posible que el agua se infiltre en el suelo. Cuando el suelo no
puede retener más agua en contra de la atracción de la gravedad, se dice que el suelo ha
alcanzado su capacidad de campo. Cuando un suelo ha alcanzado su capacidad de campo, el
resto de agua que ingrese al suelo no será ya retenida, sino que descenderá a niveles más
profundos influida simplemente por la fuerza gravitacional. Esta agua continuará moviéndose
hacia abajo después de la cesación de la infiltración hasta que se mantenga en equilibrio con
la presión atmosférica. El agua que desciende simplemente por gravedad y se almacena entre
el nivel y la superficie freática es el agua freática o gravitacional. Los espacios vacíos entre
partículas del suelo en la zona freática (debajo del nivel freático) están saturados de agua, por
lo tanto la presión interna del agua en ellos es mayor que la presión atmosférica. Esta agua
retenida tiende a fluir lateralmente (Figura 4.2).
97
Fundamentos de mecánica de suelos
Lluv
ia
Esc
Agua u
agu rrimie
Vadosa Infiltra a su nto
per d
ción fici el
al
Agua
Freática Nivel
freátic
Flujo o Río o Lago
de agu
a freáti
ca
Mientras el agua se desplaza hacia abajo por infiltración para incorporarse al agua freática,
esta es absorbida por las partículas del suelo y queda retenida en la superficie de estás. Los
materiales de grano fino, como las arcillas, pueden desarrollar potenciales altos de absorción
cuando se secan, los cuales solamente son satisfechos con cantidades considerables de agua.
Esta demanda del suelo por agua, es el requerimiento capilar del perfil del suelo. Esta agua
retenida por encima del nivel freático por las fuerzas de tensión superficial es el agua vadosa
o capilar. La presión del agua entre los espacios vacíos entre partículas en esta región es
inferior a la atmosférica (Figura 4.2).
Acuífero.
98
CAPITULO 4 Flujo de agua
Acuitardo.
Acuícludo.
Es una formación geológica poco permeable, que conteniendo agua en su interior incluso
hasta la saturación, no la transmite, por lo tanto no es posible su explotación. Generalmente
los acuícludos son depósitos subterráneos de arcilla (Figura 4.3).
Acuífugo.
Un acuífugo es una formación geológica subterránea que se caracteriza por ser impermeable,
por tanto, es incapaz de absorber o trasmitir agua.
3. Capilaridad.
La capilaridad es un fenómeno, que consiste en el ascenso de agua por un tubo delgado como
un cabello, conocido como tubo capilar. Este fenómeno depende de las fuerzas creadas por la
99
Fundamentos de mecánica de suelos
tensión superficial y el estado de la pared del tubo. La capilaridad puede ocurrir tanto en
tubos como en el suelo.
Niv
el f re
átic Agua subterranea
o
Acu colgada
ifero
no c Pozo artesiano
onfi
nado
Ac
u if
ero
con
fina
do Acu
ic ludo
Acuicludo Arcil
la
T = 0.073 N/m
hc
hc
hc
AGUA
Tubo capilar
D
α α
hc·γ w
T T
uw hc
Presión
W +
h·γw
La Figura 4.5c, muestra un diagrama de presiones hidrostáticas del sistema. El agua que
ascendió capilarmente tiene una presión (u w ) negativa, donde tiene un valor máximo en la
superficie libre. Mientras que el agua que está por debajo del tubo capilar tiene una presión
positiva que varía según a la profundidad. A esta presión negativa, se la denomina succión. El
agua se elevará a una altura h c , donde el peso de la columna de agua estará en equilibrio con
la tensión superficial. Como el sistema está en equilibrio, entonces se tendrá que:
∑F arriba = −T V
La fuerza que actúa hacia abajo, considerada positiva es la del peso de la columna de
agua que será:
∑F abajo =W
π
∑F abajo =hC ⋅ ⋅ D 2 ⋅ γ w
4
[4.3]
Por lo tanto, reemplazando las ecuaciones [4.2] y [4.3] en la ecuación [4.1], se tiene que:
π ⋅d2
hc ⋅ ⋅ γ w − π ⋅ D ⋅ T ⋅ cos α =0
4
4 ⋅ T ⋅ cos α
hc = [4.4]
D ⋅γ w
Donde:
h c = Máximo ascenso capilar.
T = Tensión superficial.
α = ángulo de contacto.
D = Diámetro del tubo capilar.
γ w = Peso unitario del agua.
Con la ecuación [4.4] se puede determinar el máximo ascenso capilar en tubos capilares
de vidrio en función al diámetro del tubo.
Los continuos espacios vacíos del suelo pueden comportarse en conjunto como tubos
capilares con secciones transversales diferentes. En contraste con lo que ocurre en los tubos,
los vacíos continuos del suelo se comunican entre si en toda dirección, constituyendo un
enrejado de vacíos.
En la Figura 4.6 se ha colocado suelo en un cilindro transparente. La parte inferior ha
sido protegida para evitar que el suelo salga pero permitir el contacto con el agua, mientras
que el extremo superior queda expuesto a la atmósfera. Algún tiempo después de poner en
contacto la parte inferior del tubo con el agua, la Figura 4.6a muestra que el agua asciende
102
CAPITULO 4 Flujo de agua
capilarmente hasta una altura máxima h c . A una altura h cs , la Figura 4.6b muestra que el
suelo está completamente saturado, mientras la región de suelo comprendida entre h cs y h c
según la Figura 4.6b, está parcialmente saturada de agua. La Figura 4.6c, muestra que el
ascenso capilar resulta ser más rápido mientras el grado de saturación disminuya. Hazen
(1930) obtuvo una ecuación que permite determinar el máximo ascenso capilar de agua en el
suelo, que es:
C
hc = [4.5]
e ⋅ D10
Donde:
h c = Máximo ascenso capilar en el suelo.
e = Índice de vacíos.
D 10 = Tamaño efectivo.
C = Constante que depende de la forma de las partículas.
hc hc
Seca
c d
Húmeda
Aire
hc
Agua
Saturada
h cs
100 S% v
La constante C, puede ser estimada según a la forma y estado de las partículas del suelo
con la Tabla 4.1.
Tabla 4.1. Valores del coeficiente C en mm2 (Crespo, 2001).
Forma de las partículas
Redondeada Rugosa
C mm 2 10 20 30 40 50 60
Limpio Sucio
La Figura 4.7 muestra dos curvas que han sido determinadas experimentalmente de la
observación del ascenso capilar en diversos suelos. A la altura h cs , se la llama altura de
saturación capilar y puede ser determinada con la Figura 4.7. Para lo cual, debe ingresarse a
la Figura con un valor del diámetro efectivo en milímetros, luego de interceptar a la curva
deseada, entonces se tendrá una aproximación del ascenso capilar correspondiente al caso.
103
Fundamentos de mecánica de suelos
En un perfil de suelo, el agua ascenderá capilarmente a partir del nivel freático y saturará
todos los espacios vacíos hasta una altura h cs con respecto al nivel freático. El máximo
ascenso capilar se registrará a una altura h c . Al igual que en los tubos, mientras más pequeñas
sean las partículas del suelo, mayor será el ascenso capilar.
Arcilla
Limo
4
10
Arena
Asc
enc
ión ca
mm
10 3
pila
rh
c
Ascención capilar
2
10 Nivel d Grava
e satura
ción h
cs
1
10
0
0.002 0.006 0.02 0.06 0.2 0.6 2 6 20
Diámetro efectivo, D10 mm
Figura 4.7. Relación aproximada entre el ascenso capilar y el tipo de suelo (Whitlow, 1994).
La Tabla 4.2, muestra un rango aproximado del ascenso capilar para diversos suelos.
4. Concepto de carga.
La Figura 4.8, muestra una tubería donde se han instalado un par de tubos que registran
diferentes niveles de agua. El agua que asciende no lo hace por capilaridad, sino que estos
tubos miden la presión y la velocidad del flujo de agua que circula. Para el punto B, el
piezómetro medirá la presión, mientras que el tubo Pitot mide la velocidad del flujo. Con la
línea de referencia ubicada en la parte inferior del sistema y los niveles de agua del par de
tubos instalados, pueden determinarse las distintas formas de energía que existen en el punto
B, que son:
hv
hp
Area (A) h
Punto B
hz
Nivel de referencia
Figura 4.8. Tubería con un piezómetro y tubo Pitot instalados (Coduto, 1999).
Para este fin el concepto de carga permite expresar la energía en unidades de longitud, a
saber la longitud de una columna de agua. Para esto, la energía es dividida entre la
aceleración de la gravedad, convirtiendo así cada forma de energía al equivalente de energía
potencial, expresada con una respectiva altura. Por lo tanto las tres formas de energía pueden
expresarse como:
Piezómetro
Flujo
de agu
a
Espacio vacío
La suma de estas tres alturas, se conoce como la altura total de carga (h) que se expresa:
h = hz + hp + hv [4.6]
La ecuación [4.6], es llamada la ecuación de Bernoulli que está expresada en términos del
concepto de carga. De manera similar a una tubería, la Figura 4.9 muestra un suelo donde
pasa a través de el un flujo de agua. Se ha instalado un piezómetro y se observa la elevación
de un cierto nivel de agua.
El flujo de agua circula por los espacios vacíos entre partículas del suelo, el piezómetro
mide la presión del flujo de agua en estos espacios vacíos o poros. Si se instala un tubo Pitot,
para medir la altura de velocidad del flujo de agua, este registrará una elevación de agua casi
igual al piezómetro, por lo cual la energía cinética será muy pequeña como para tomarla en
cuenta en el suelo. Esto se debe a que el flujo de agua en los espacios vacíos del suelo, no
tiene tanta influencia como en toda la sección transversal de una tubería. La ecuación de
Bernoulli expresada en términos del concepto de carga para el suelo, será:
h = hz + hp [4.7]
Donde:
h = Altura total de carga.
h z = Altura potencial.
h p = Altura piezométrica.
El flujo de agua que circula en una tubería, irá perdiendo energía a lo largo de esta. Esta
energía que se pierde, se debe a la fricción del agua con las paredes del tubo o debido a otros
obstáculos que pueda tener el sistema. En la Figura 4.10 se muestra una tubería, donde se han
instalado dos piezómetros en dos puntos distantes de esta.
hv.A ∆h
hv.B
hp.A hp.B
B
A
Q
L hz.B
hz.A
Nivel de referencia
Figura 4.10. Tubería con piezómetros instalados en los puntos A y B (Coduto, 1999)
hA Dirección del
flujo de agua hA
el
nd a
hA ció gu
∆h
ri ec de a
∆h hB
D jo
flu
∆h
hB
Dirección hB
del flujo A
de agua A
L
A B
L
B B
L
Figura 4.11. Ubicación correcta de los puntos para determinar el gradiente hidráulico.
∆h
i= [4.8]
L
Un valor elevado del gradiente hidráulico refleja una fricción excesiva, y esto
generalmente significa un flujo con velocidad alta. En el caso de los suelos es igual.
Se conocerá como poro al espacio vacío formado entre partículas de suelo y la presión del
agua dentro de estos espacios vacíos, es conocida como la presión de poros. La Figura 4.12
muestra el caso de un suelo saturado donde se ha instalado un piezómetro, la presión de poros
originó que una cantidad apreciable de agua suba por el piezómetro hasta que el peso de esta
columna esté en equilibrio con la presión de poros. Si M p es la masa del agua contenida en el
piezómetro y A p es el área de la sección transversal del piezómetro, la presión de poros será:
Mp
u=
Ap
La masa del agua (M p ) puede escribirse en función a las dimensiones del piezómetro.
γ w ⋅ h p ⋅ Ap
u=
Ap
107
Fundamentos de mecánica de suelos
u = γ w ·h p [4.9]
Donde:
h p = Altura piezométrica.
γ w = Peso unitario del agua.
u = Presión de poros.
Ap
Wp
Ap
hp
S
u = − ⋅γ w ⋅ h [4.10]
100
Donde:
u = Presión de poros.
S = Grado de saturación del suelo en porcentaje.
h = Elevación del punto respecto al nivel freático.
γ w = Peso unitario del agua.
• Zona I.- Esta zona corresponde al flujo laminar, donde la relación entre la
velocidad de descarga y el gradiente hidráulico describe un comportamiento
que se ajusta a una línea recta, siendo así en está zona se tiene un
comportamiento lineal.
• Zona III.- Corresponde a un flujo turbulento, donde no se establece un
comportamiento uniforme de la velocidad para un determinado gradiente
hidráulico, por lo que en esta zona se tendrá un comportamiento no lineal del
flujo de agua.
108
CAPITULO 4 Flujo de agua
• Zona II.- Esta zona corresponde a una etapa intermedia, donde el flujo pasa
de un comportamiento laminar a turbulento. La relación entre la velocidad de
descarga y el gradiente hidráulico se ajustará a una forma parabólica.
Zona III
Velocidad, v
Flujo Turbulento
Zona II
Flujo de Transición
Zona I
Flujo Laminar
Gradiente Hidráulico, i
Figura 4.13. Variación natural de la velocidad de descarga con el gradiente hidráulico.
La zona I, es la que más se ajusta al comportamiento del suelo. Por lo general, el flujo de
agua que circula por los espacios vacíos del suelo como conjunto es lento, por lo que se
tendrán valores bajos de la velocidad. En está zona la velocidad de descarga será
proporcional al gradiente hidráulico, lo cual es de importancia, pues todo el análisis que se
efectúa en este capítulo tiene como base un comportamiento laminar del flujo de agua.
Para la facilidad en el análisis, se debe especificar la dirección del flujo de agua como
conjunto, pues el flujo de agua que circula a través de los espacios vacíos del suelo puede ir
en cualquier dirección. Si se transforma el movimiento del flujo de agua a un campo
vectorial, representado al flujo con vectores de velocidad, este podría clasificarse de acuerdo
a la dirección en que se mueve cada uno de estos por los espacios vacíos del suelo.
x x
y y z
(a) (b) (c)
Figura 4.14. Condiciones de flujo en una dos y tres dimensiones.
109
Fundamentos de mecánica de suelos
Se dirá que es un flujo unidimensional, cuando todos los vectores de velocidad son
paralelos y de igual magnitud (Figura 4.14a). En otras palabras toda el agua se mueve
paralelamente en una sección transversal de área. Será flujo bidimensional, cuando todos los
vectores de velocidad estén todos confinados en un simple plano, variando en su magnitud y
dirección (Figura 4.14b). El flujo en tres dimensiones es el comportamiento más general del
flujo de agua en suelos. Este es cuando los vectores de velocidad varían tanto en magnitud
como dirección en el espacio x, y, z (Figura 4.14c).
El análisis de esta condición de flujo, resulta ser la más sencilla y fácil de comprender.
Generalmente esta tiene su aplicación en permeámetros (aparatos de laboratorio) y otros
sistemas sencillos de flujo de agua a través de suelos confinados en tubos y otras secciones.
Por lo cual, para emplear este tipo de análisis debe tenerse la certeza que el flujo se comporta
de la misma manera que el de la Figura 4.14a.
Área = A
q
O O
hs
Válvula
A A
h
B B
Flujo
L
Suelo
C C
Por el reservorio superior, se ingresa una cantidad constante de flujo, de tal manera que
ocasiona un flujo ascendente en el suelo hasta alcanzar el nivel A-A y salir por la válvula. El
flujo ascendente de agua, produce una presión que actúa sobre las partículas del suelo
llamada presión del flujo que depende de la altura de carga (h s ), está presión ascendente
110
CAPITULO 4 Flujo de agua
levantará a las partículas del suelo haciéndolas flotar, a este estado que llega el suelo se lo
denomina flotación. Si se cerrara la válvula, el agua ascenderá hasta el nivel O-O, donde el
sistema se mantendrá en equilibrio y no existirá flujo de agua. La cantidad de agua
comprendida en los niveles A-A y O-O, ejerce la presión necesaria que contrarresta está
presión ascendente del flujo. Entonces, la presión que ejerce el agua comprendida en los
niveles A-A y O-O denominada como J, será:
J = γ w ⋅ hs
Como la velocidad de flujo es constante, la presión de flujo que actúa sobre el suelo
también será constante entre C-C y B-B. Por lo tanto la presión de flujo por unidad de
volumen denominada como j, será:
γ W ⋅ hs
j= [4.11]
L
hs
i=
L
j = i ⋅γ W [4.12]
Donde:
j = Presión de flujo.
i = Gradiente hidráulico.
γ w = Peso unitario del agua.
Con la ecuación [4.12], se puede calcular la presión que ejerce un flujo de agua en las
partículas del suelo por unidad de volumen.
Se define como gradiente hidráulico crítico, al máximo gradiente hidráulico que el suelo
pueda tolerar antes que se produzca flotación. Considerando nuevamente el permeámetro de
la Figura 4.15, la condición para tener el máximo gradiente hidráulico del suelo, será
igualando el peso del suelo y agua comprendido en los niveles C-C y A-A con el peso total
del agua en los niveles C-C y O-O. Por lo cual se tendrá que:
Por lo tanto:
hs
γw⋅ = γ sat − γ w
L
hs
De está ecuación, se reconoce que: ic = , además de γ’= γ sat – γ w .
L
Reemplazando, el gradiente hidráulico crítico (i c ) será:
γ′
ic = [4.13]
γw
Donde:
i c = Gradiente hidráulico crítico.
γ' = Peso unitario sumergido del suelo.
γ w = Peso unitario del agua.
Con las ecuaciones [4.13] y [4.14], se puede determinar el gradiente hidráulico crítico
para un suelo.
Ley de Darcy.
h − h4
q = k ⋅ 3 ⋅ A [4.15]
L
Donde:
q = Caudal de descarga.
k = Una constante proporcional.
h 3 = Altura piezométrica de la parte superior de la muestra.
h 4 = Altura piezométrica de la parte inferior de la muestra.
L = Longitud de la muestra.
A =Área de la sección transversal de la muestra.
112
CAPITULO 4 Flujo de agua
entra
q
1
2
3
L Arena
h3
q sale
h4
Línea de referencia
Figura 4.16. Permeámetro utilizado por Darcy (Lambe & Whitman, 1976).
La relación: (h 3 – h 4 )/L, resulta ser el gradiente hidráulico del sistema. Por lo tanto la
ecuación [4.15] puede escribirse como:
q = k·i·A [4.16]
La ecuación [4.16], es conocida como la ley de Darcy. Según la Figura 4.13, la variación
de la velocidad de descarga respecto al gradiente hidráulico, describe una trayectoria que se
ajusta a una línea recta que parte del origen. La ecuación de esta línea será:
v = k·i [4.17]
La ley de Darcy, es aplicable a un flujo de agua a través de un medio poroso como ser el
suelo, donde se tenga un flujo laminar. En los suelos, generalmente la velocidad del flujo es
lenta, por lo que en la mayoría de los casos se tendrá flujo laminar. Para una velocidad de
flujo muy rápida, la ley de Darcy no es aplicable.
Para evaluar la velocidad del flujo se utiliza el número de Reynolds, que es un número
adimensional que expresa la relación interna entre fuerzas viscosas durante el flujo.
Generalmente este número es usado en la hidráulica, para clasificar el flujo como laminar
(baja velocidad) o turbulento (alta velocidad). El número de Reynolds será:
v·D·ρ
R=
µ
113
Fundamentos de mecánica de suelos
Donde:
R = Número de Reynolds.
v = Velocidad de descarga.
D =Diámetro promedio de las partículas del suelo.
ρ = Densidad del agua.
µ = Viscosidad del agua.
Harr (1962) determinó empíricamente los valores críticos del número de Reynolds para el
suelo, donde conociendo el tamaño de las partículas y la velocidad de descarga, se puede
determinar el tipo de flujo que circula a través del suelo (flujo laminar o turbulento). Para
valores inferiores a 1, se tendrá un flujo laminar en el suelo. Si el número de Reynolds está
comprendido entre 1 a 12, se tendrá un flujo en transición. Para valores mayores a 12, el flujo
será turbulento donde no es aplicable la ley de Darcy. La Figura 4.17, muestra los límites
según al número de Reynolds donde la ley de Darcy es válida.
10
Flujo turbulento
v ≠ k·i
Velocidad de descarga cm/s
R
=
12
Transición
0.1 R
Flujo laminar =
1
v = k·i
0.01
0.1 1 10 100
Tamaño promedio de las partículas del suelo mm
Figura 4.17. Valores límites del número de Reynolds (U.S. Engineers Corps, 1986).
Velocidad de flujo (v s ).
En el suelo como se ve en la Figura 4.18, el agua circula a través de los espacios vacíos
siguiendo una trayectoria serpenteante (trazo punteado) del punto A hasta el punto B.
Esta trayectoria serpenteante es microscópica y resulta muy difícil determinar la
velocidad del flujo de agua en estas condiciones, pues debe tomarse en cuenta el tamaño del
114
CAPITULO 4 Flujo de agua
poro y la ubicación del mismo en la trayectoria. Sin embargo en flujo de agua con el
propósito de facilitar el análisis se estudia el problema desde un punto de vista macroscópico,
se considera que el flujo recorre una trayectoria recta (trazo lleno) del punto A al B, con una
misma velocidad de flujo en toda su recorrido.
Trayectoria a escala
macroscópica.
microscópica.
Figura 4.18. Trayectoria del flujo de agua en un suelo (Lambe & Whitman, 1976).
La Figura 4.18, muestra un permeámetro que tiene confinado un suelo donde circula a
través de el un flujo de agua. El agua que circulará por el suelo tendrá una velocidad de flujo
v s , mientras que el agua que circula fuera del suelo tendrá una velocidad de descarga v.
v vs v
Debido a que no sale, ni ingresa agua adicional en todo el recorrido del flujo, por el
principio de continuidad se puede decir que el caudal que circula en cualquier punto del
sistema es el mismo. Sea q s el caudal que circula a través del suelo y q el caudal que circula
fuera del suelo, por lo tanto se tendrá que:
qs = q
La Figura 4.20a, muestra la sección transversal del permeámetro libre de suelo, mientras
que la Figura 4.20b muestra la sección transversal del suelo en el permeámetro ampliada
convenientemente, en ambas secciones circula el flujo de agua a diferentes velocidades.
115
Fundamentos de mecánica de suelos
v·A = v s ·A v
A
vs = ⋅v
Av
Para una misma longitud unitaria L, el área puede transformarse en volumen, por lo cual
se tendrá que:
V
vs = ⋅v
Vv
Donde:
V = Volumen que circula en toda la sección transversal por unidad de longitud.
V s = Volumen que circula por los espacios vacíos del suelo por unidad de longitud.
Vv
n=
V
v
vs = [4.18]
n
Donde:
v s = Velocidad de flujo.
v = Velocidad de descarga.
n = Porosidad.
116
CAPITULO 4 Flujo de agua
Con la ecuación [4.18] se puede determinar la velocidad del flujo en el suelo que será
mayor a la velocidad de descarga.
• El tamaño de partículas.
• La gradación del suelo.
• El índice de vacíos del suelo.
• La textura y rugosidad de las partículas.
• Temperatura.
• Viscosidad del fluido.
Claro está, que en la mayoría de los casos el agua nunca está completamente limpia,
contiene pequeñas cantidades de otras sustancias que pueden producir pequeñas variaciones
en la viscosidad y densidad, aún así estas dos últimas no definen el valor de la conductividad
hidráulica por lo que son descartadas.
La conductividad hidráulica es medida en unidades similares a la velocidad, su intervalo
de variación para el suelo es muy amplio. Se extiende desde un valor insignificante de 10-7
cm/s para el caso de arcillas, hasta un máximo de 100 cm/s para el caso de algunas gravas. En
la Tabla 4.3, se presenta rangos de valores para la conductividad hidráulica en algunos tipos
de suelo.
• Ensayos en laboratorio.
• Métodos empíricos.
• Ensayos en campo.
117
Fundamentos de mecánica de suelos
Reservorio
superior
∆h Drenaje de rebalse
Piezómetros
Entrada q
de agua
Válvula
Reservorio
L Suelo inferior
q
Válvula
Cilindro Q
graduado
lapso de tiempo, el agua que rebalsa del reservorio inferior es recolectada en un cilindro
graduado.
Es importante que la muestra de suelo esté completamente saturada de agua, lo que
garantiza un flujo de agua, además que la presencia de burbujas de aire afectan
considerablemente los resultados. Para saturar completamente la muestra de suelo, primero se
debe suministrar un flujo constante de agua desairada (destilada) al reservorio superior, luego
se abren las dos válvulas y se deja circular el agua controlando la velocidad del flujo con las
válvulas. Cuando los niveles de agua en los piezómetros se mantengan constantes, se dirá que
el suelo está completamente saturado. El ensayo consiste en hacer correr un flujo de agua
controlado (por las válvulas) por un tiempo (t), donde se registran las alturas piezométricas de
la muestra y el volumen de agua recolectada por el recipiente o cilindro graduado.
Registrados todos estos valores, se modifica la taza de flujo q (con las válvulas) y se repite el
mismo procedimiento, generalmente se realizan tres ensayos donde se obtienen tres
conductividades hidráulicas similares. En la Figura 4.22 se ha simplificado el permeámetro
de carga constante de manera que puede observarse la esencia del proceso y determinar la
conductividad hidráulica.
∆h
Recipiente
graduado
La conductividad hidráulica real será la media aritmética de todas estas. Según la ley de
Darcy, el caudal que circula por el sistema será:
q = k·i·A
V = k·i·A·t
∆h
i=
L
120
CAPITULO 4 Flujo de agua
∆h
V =k ⋅ ⋅ A⋅t
L
V ⋅L
k= [4.20]
∆h ⋅ A ⋅ t
Donde:
k = Conductividad hidráulica.
L = Longitud de la muestra.
∆h = Pérdida de carga.
V = Volumen de agua recolectada por el cilindro graduado durante el ensayo.
A = Área de la sección transversal del suelo.
t = Tiempo de duración el ensayo.
q = k·i·A
121
Fundamentos de mecánica de suelos
Sección transversal
area = a
Tubo
h1
∆h
Nivel de agua al final del ensayo
h2
Sección
transversal
area = A
Suelo L
Cilindro
graduado
Huecos de
drenaje
Figura 4.23. Permeámetro de carga variable (Coduto, 1999).
Para un tiempo t, el agua del tubo de carga desciende de un nivel h 1 hasta un nivel h 2 .
Puede decirse entonces que una taza de flujo q entre los niveles h 1 y h 2 circula por el sistema,
hasta rebalsar en el reservorio inferior. Por lo tanto si el nivel en la columna se reduce un dh
en un tiempo dt entonces se tendrá que:
dh
q = −a ⋅
dt
Donde:
q = Caudal de agua que circula a través del sistema.
a = Área de a sección transversal del tubo de la columna de agua.
El signo negativo indica la dirección del flujo de agua respecto al sistema de coordenadas
asumido, por continuidad se sabe que la cantidad total de agua que circula por el sistema será
igual a la cantidad que circulara progresivamente en un tipo dado, por lo tanto:
dh
k ⋅ A ⋅ i = −a ⋅
dt
122
CAPITULO 4 Flujo de agua
Tubo
h1
h
Piedra h2
porosa
Muestra
de suelo
Piedra
porosa
h
i=
L
h dh
k ⋅ A⋅ = −a ⋅
L dt
dh k ⋅ A 2
h2 t
−∫
a ⋅ L ∫t1
= ⋅ dt
h
h1 1
Entonces:
h2 k ⋅ A
− ln = ⋅ (t 2 − t1 )
h1 a ⋅ L
a ⋅ L ⋅ ln(h1 h2 )
k= [4.21]
A ⋅ (t 2 − t1 )
123
Fundamentos de mecánica de suelos
Donde:
k = Conductividad hidráulica.
L = Longitud de la muestra.
a = Área de la sección transversal del tubo.
h 1 = Nivel inicial del agua en el tubo al empezar el ensayo.
h 2 = Nivel final del agua en el tubo al finalizar el ensayo.
A = Área de la sección transversal de la muestra de suelo.
t 1 = Tiempo al iniciar el ensayo, cuando el nivel de agua en el tubo esta en h 1 .
t 2 = Tiempo al finalizar el ensayo, cuando el nivel de agua en el tubo esta en h 2 .
En el caso de disponerse de un solo tubo de carga, la cantidad de agua que pasa por la
muestra (V) será el área del tubo multiplicada por la diferencia de los niveles de agua, que
será: V = a·(h 1 – h 2 ). El área del tubo de carga (a), expresado en función al volumen será:
V
a= [4.22]
h1 − h2
V ⋅ L ⋅ ln ( h1 h2 )
k= [4.23]
A ⋅ ( t2 − t1 ) ⋅ ( h1 − h2 )
Donde la cantidad de agua que pasa por la muestra (V), será el agua recolectada por el
cilindro graduado durante el ensayo.
Con las ecuaciones [4.21] y [4.23], se determina la conductividad hidráulica del suelo
con los resultados del permeámetro de carga variable. Luego, se debe realizar una corrección
por temperatura. Aunque el ensayo de carga constante es principalmente aplicado a suelos
finos, también proporciona resultados aceptables en cualquier tipo de suelo.
En base a las propiedades índice del suelo, diversos investigadores han desarrollado
ecuaciones y métodos empíricos para encontrar aproximaciones aceptables de la
conductividad hidráulica de un suelo. Estas ecuaciones y métodos empíricos, ayudan a
encontrar con rapidez la conductividad hidráulica como un dato tentativo del suelo.
Correlación de Hazen.
La correlación de Hazen, es la forma empírica más conocida y rápida para determinar una
aproximación de la conductividad hidráulica del suelo. Este método considera las
características granulométricas de las partículas del suelo. Hazen en sus estudios observo que
la conductividad hidráulica es aproximadamente proporcional al cuadrado del diámetro del
poro y a su vez es proporcional al diámetro efectivo del suelo. Valiéndose de estas ideas,
Hazen propuso que la conductividad hidráulica de un suelo será:
k= C ⋅ D102 [4.24]
Donde:
k = Conductividad hidráulica.
C = Coeficiente de Hazen que depende de las partículas del suelo.
D 10 = Diámetro efectivo.
124
CAPITULO 4 Flujo de agua
Tabla 4.6. Valores del coeficiente C (Tindall & Kunkel 1999; Whitlow, 1994).
TIPO DE SUELO C CU D 10 mm
Arena muy fina, pobremente gradada 0.4 a 0.8
CU ≥ 5 0.003 a 0.6
Arena fina, con finos apreciables 0.4 a 0.8
Arena media, bien gradada 0.8 a 1.2
Area gruesa, pobremente gradada 0.8 a 1.2 CU < 5 0.06 a 3.0
Arena gruesa limpia, bien gradada 1.2 a 1.5
El coeficiente de Hazen (C), puede ser estimado de la Tabla 4.6, para lo cual debe
conocerse el nivel de gradación del suelo, el coeficiente de uniformidad y el diámetro
efectivo del suelo. La British Geotechnical Society ha aplicado la correlación de Hazen a una
gran variedad de suelos, los mejores resultados corresponden a suelos con las siguientes
características:
100
90
80
Porcentaje que pasa
70
60
50
40
30
20
10
0
1 0.1 0.01 0.001
Tamaño de partículas mm
φ = –log 2 D
125
Fundamentos de mecánica de suelos
φ = –3.322·log 10 D [4.25]
Donde:
φ = Tamaño de la partícula en unidades φ.
D = Tamaño de la partícula expresado en mm.
Otra forma de transformar las unidades es mediante el ábaco de la Figura 4.26. Se ingresa
a este con el tamaño de la partícula expresado en mm y se intercepta a la curva. La
proyección en el eje vertical de la intersección será el tamaño de la partícula expresado en
unidades φ.
10
4
φ = - Log 2D
Unidades φ
-2
-4
0.01 0.1 1 10
Tamaño de partícula en mm
Figura 4.26. Ábaco para la conversión de mm a unidades φ (U.S. Army Corps, 1986).
Los diferentes diámetros que requiere la ecuación [4.26], son interpolados de la curva
granulométrica convertida en unidades φ (Figura 4.27). Con el valor de: d 50 expresado en
126
CAPITULO 4 Flujo de agua
100
90
80
Porcentaje que pasa
70
60
50
40
30
20
10
0
10 8 6 4 2 0
Tamaño de partículas en unidades Φ.
10
0
0.
=
0.5
σ
I
=
σ
I
0
1.
=
σ
k cm/min
1
σ Ι= 1.5
σΙ= 2.0
0.1
4 3 2 1 0
FINO GRUESO
D50 (unidades φ)
Figura 4.28. Ábaco para la conductividad hidráulica (U.S. Army Corps, 1986).
Correlación de Shepherd.
G. Shepherd (1970) en base a las investigaciones de Hazen, propuso una relación empírica
semejante a la de Hazen pero mejorada, para determinar la conductividad hidráulica.
127
Fundamentos de mecánica de suelos
Esta es:
k = c ⋅ D50j [4.27]
Donde:
k = Conductividad hidráulica expresada en ft/día.
c = Coeficiente de Shepherd determinado empíricamente.
D 50 = Diámetro mediano de las partículas del suelo expresado en mm.
j = Valor exponencial determinado empíricamente.
10000
tal)
da
cris
ini
1000
na)
def
de
Du
a)
s
era
ra
lay
de
x tu
ep
)
(Es
s)
itos
les
do
Te
sd
ana
pós
ida
00· 2
sito
50
ec
D
sol
De
epó
sd
on
50 (
0·D 1.85
400
sc
sito
(D
to
5
1.7
epó
k=
en
50
100
500
·D
dim
(D
00
ida
5
0·D 1.6
k=
(Se
16
fin
50
5
k=
0·D 1.
de
50
45
Conductividad hidráulica ft/día
no
k=
10
ra
k=
x tu
Te
10
0.1
0.01 0.1 1 10
Tamaño mediano de grano (D50 ) en mm
Figura 4.29. Ábaco preparado por Shepherd (Tindall & Kunkel, 1999).
128
CAPITULO 4 Flujo de agua
1 γ w e3
k= ⋅ ⋅ [4.28]
C S ⋅ To ⋅ S S
2 2
µ 1+ e
Donde:
γ w = Peso unitario del agua.
k = Conductividad hidráulica.
e = Índice de vacíos.
C S = Factor de textura.
T o = Factor de tortuosidad.
S S = Superficie específica.
µ = Viscosidad.
El U.S. Army Corps, recomienda que para partículas de arena y tamaños de limo más
finos que 0.074 mm y más gruesos que 0.005 mm, se asuma que:
C S ·T o 2 = 5 [4.29]
Caso contrario estos factores deben ser determinados en algún laboratorio especializado
con equipo apropiado para ello. El factor de angularidad (A), es estimado de la Tabla 4.7 en
base a la procedencia y rugosidad.
129
Fundamentos de mecánica de suelos
S S = A·(X 1 ·S 1 + X 2 ·S 2 + … + X n ·S n [4.30]
Donde:
S S = Superficie específica.
A = Factor de angularidad.
X i = Porcentaje de muestra de suelo retenida por un tamiz, expresado como decimal.
S i = Superficie específica de la fracción de suelo retenida en el tamiz.
6
Si = [4.31]
Dx ⋅ Dy
Donde:
S i = Superficie específica.
D x = Es la abertura del tamiz anterior al tamiz que retiene la fracción de suelo.
D Y = Es la abertura del tamiz que retiene la fracción de suelo.
Otra forma más sencilla de calcular la superficie específica (S i ) para las medidas de
tamices del tipo: U.S. Standart Sieves, es mediante la Tabla 4.8. Para esto, el tamiz que
retenga la fracción de suelo debe estar comprendido en el rango de mayor abertura de tamiz.
El U.S. Departament of Navy (1971) ha propuesto el ábaco mostrado en la Figura 4.30, para
determinar la conductividad hidráulica. Este ábaco es válido para suelos gruesos, donde: La
relación entre el diámetro efectivo y el diámetro del cinco por ciento que pasa (D 10 /D 5 ) debe
ser menor a 1.4 y el coeficiente de uniformidad (C U ) debe estar comprendido entre 2 a 12.
Casagrande, propuso una relación empírica bastante útil para suelos gruesos que es:
Donde:
k = Conductividad hidráulica.
e = Índice de vacíos.
130
CAPITULO 4 Flujo de agua
e3
k = C1 ⋅ [4.33]
1− e
en
k = C 2 ⋅
[4.34]
1 + e
131
Fundamentos de mecánica de suelos
10
8
6
4
D10
< 1.4
D5
2
C u = 2 a 12
0.7
Conductividad hidráulica, k ft/min
e=
1
s,
0.8
cio
0.6
0.4 0.6 de va
ice
Í nd
0.5
0.2
0.3 .4
0
0.1
0.08
0.06
0.04
0.02
0.01
0.1 0.2 0.4 0.6 0.8 1 2 4 6 8 10
D10 mm
Figura 4.30. Ábaco para la conductividad hidráulica en suelos granulares (Das, 1998).
Las ecuaciones [4.32], [4.33] son validas para suelos de grano grueso como arenas y
gravas. Para suelos finos, la ecuación [4.32] es aplicable incluso para suelos gruesos. Otras
relaciones empíricas útiles para la conductividad hidráulica se muestran en la Tabla 4.9.
Tabla 4.9. Relaciones empíricas para determinar k (Das, 1998).
Tipo de suelo Autor Relación
e3
Arena Amer and awad (1974) k =C2 ⋅ D102.32 ⋅ Cu0.5 ⋅
1+ e
e3
Arena mediana a fina Shahabi, Das and Tarquin (1984) k=1.2 ⋅ C20.735 ⋅ D100.89 ⋅
1+ e
C k = 0.5·e 0 [4.33]
132
CAPITULO 4 Flujo de agua
Debe tenerse especial cuidado de aplicar las relaciones empíricas y métodos a los tipos de
suelo apropiados, caso contrario por lo general se tendrá incoherencia e incompatibilidad.
1.75
1.50
1.25
1.00
Ck
0.75
0.50
0.25
0
0 0.5 1.0 1.5 2.0 2.5 3.0 3.5
e0
Durante las perforaciones se utiliza bentonita para impermeabilizar y estabilizar las paredes
del pozo. (Blyth & de Freitas, 1989)
Pozo
Río
Arcilla confinada
Arcilla
Arena fina
Arena gruesa
Arcilla confinada
Figura 4.32. Abatimiento del nivel freático (U.S. Army Corps, 1986 ).
En algunos casos existe una recarga vertical proveniente de la precipitación pluvial
encima del área de influencia, lo suficientemente grande que pueda cubrir esa demanda.
Si el pozo es bombeado a una tasa constante hasta que la descarga se estabilice, la
conductividad hidráulica del acuífero puede ser calculada a partir de formulas de equilibrio
que están en función a la posición del nivel freático. Para conocer la forma del abatimiento
del nivel freático, por lo generalmente se perforan pozos de menor diámetro adyacentes al
pozo principal, llamados pozos de observación.
Sin embargo, dependiendo al tipo de acuífero y a las condiciones reinantes se pueden
realizar perforaciones que atraviesen todo el acuífero o perforaciones parciales en él.
Dependiendo al caso el caudal de bombeo variará, por lo que debe tenerse cuidado en cuanto
a este detalle al determinar la conductividad hidráulica mediante un pozo de bombeo.
Pruebas en barrenaciones.
Se denomina barrenación a una perforación de diámetro pequeño y de profundidad variable
en el suelo. Para esto se emplean piezas giratorias, de percusión o de uso manual llamados
barrenadores que perforan el suelo.
El U.S. Bureau of Reclamation (1974), ha ideado métodos con objeto de obtener la
conductividad hidráulica en campo con el uso de una barrenación. Se cree generalmente que
estos métodos dan los resultados más precisos, siempre y cuando predomine la experiencia
del operador y su personal.
134
CAPITULO 4 Flujo de agua
hp hp
M M
Sello
hz
Superficie terrestre
hz
Nivel freático
10·r Acuífero
2·r 2·r
Nivel freático
a)
(a) b) (b)
Figura 4.33. Ensayo del extremo inferior abierto (Das, 1999).
(a) Nivel freático interceptado. (b) Nivel freático no interceptado.
Estas pruebas implican realizar una perforación utilizando un barreno, luego instalar un
tubo con un sistema a fin de ingresar un flujo constante de agua a presión en el agujero y
luego medir la altura de presión para determinar la conductividad hidráulica mediante una
ecuación empírica. Es importante conocer la profundidad del nivel freático y del acuífero que
está en estudio.
Para el caso de acuíferos confinados como se muestra en la Figura 4.33, se emplea un
método denominado: ensayo del extremo inferior abierto. Este método consiste en realizar
una perforación para ubicar el acuífero, esta no ha de ser muy profunda, debe perforarse hasta
ingresar en el acuífero una distancia de diez veces el radio de la perforación. Una vez
terminada la perforación, se inserta un tubo con un sistema de tal manera que el extremo
inferior quede abierto, mientras que el extremo superior esta cerrado mediante un sello,
donde se instala un tubo que está conectado a una bomba (M) y un manómetro. Una vez
instalado el tubo, se procede a llenar de agua el agujero a una tasa constante de flujo, el agua
progresivamente se irá escurriendo por la parte inferior del tubo, mientras que en la parte
superior se debe suministrarse suficiente agua hasta conseguir que el nivel de agua
permanezca constante, cuando se logra estabilizar este nivel de agua se determina la altura de
presión (h p ) con la lectura del manómetro. La altura total de carga del sistema será:
h = hz + hp
135
Fundamentos de mecánica de suelos
q
k= [4.34]
5.5 ⋅ r ⋅ h
Donde:
k = Conductividad hidráulica.
q = Tasa constante de abastecimiento de agua al agujero.
r = Radio interno del tubo.
h = Altura total de carga del sistema.
h = hz + hp
La Figura 4.34 muestra el valor de esta altura potencial (h z ) según a la posición del nivel
freático en la perforación. La conductividad hidráulica está en función a la distancia L, esta
será:
q L
k= ⋅ ln (Para L ≥10·r) [4.35]
2 ⋅π ⋅ L ⋅ h r
q L
k= ⋅ sinh −1 (Para 10·r>L ≥ r) [4.36]
2 ⋅π ⋅ L ⋅ h 2⋅r
Donde:
k = Conductividad hidráulica.
q = Tasa constante de abastecimiento de agua al agujero.
L = Distancia entre el extremo inferior el fondo de la perforación.
r = Radio de la perforación.
h = Altura total de carga del sistema.
136
CAPITULO 4 Flujo de agua
hp hp
q q
Válvula
Superficie terrestre
hz
hz
Nivel freático
Empaquetadura L
L
2
2·r 2·r
Nivel freático
(a) a) b)(b)
Figura 4.34. Ensayo de la empaquetadura (Das, 1999).
(a) Nivel freático interceptado. (b) Nivel freático no interceptado.
Con el equipo que se muestra en la Figura 4.35 se puede realizar un ensayo rápido simulando
el permeámetro de carga variable en campo en suelos arenosos, llamado: ensayo de la caída
rápida de carga. El sistema consiste en un tubo de vidrio de 50 mm de diámetro y 500 mm
de longitud u otras dimensiones similares a estas, y un recipiente para agua que puede ser una
cubeta grande o balde. En la parte superior del tubo se marcan dos graduaciones separadas
por 200 a 250 mm, y el extremo inferior se cubre con una malla de alambre ceñida para evitar
que el suelo se disgregue durante el ensayo (Whitlow, 1994).
El ensayo es tal como se muestra en la Figura 4.35, se sostiene el tubo en el recipiente
con agua y se deposita con cuidado una capa de 50 a 100 mm de suelo en el interior tubo,
utilizando un embudo con una extensión de hule. Al extraer el tubo del recipiente, el nivel de
agua comienza a descender. Se registra el tiempo necesario para que el nivel de agua
descienda de la graduación superior a la inferior. El promedio de varios ensayos puede
considerarse una buena aproximación del coeficiente de permeabilidad k. Cuando se extrae el
tubo del recipiente existe un descenso de altura (h 1 – h 2 ) en un tiempo t (Whitlow, 1994).
137
Fundamentos de mecánica de suelos
Tubo de
vídrio
Graduaciones
h1
h2 L
Malla de
Suelo almabre
L ⋅ ln (h1 h2 )
k= [4.37]
t
Los suelos en su ambiente natural son anisotrópicos, lo que significa que las propiedades
físicas del suelo no son las mismas en toda la masa de suelo, por lo tanto la conductividad
hidráulica varía según a la dirección del flujo. El flujo de agua en el suelo puede tomar
diversas direcciones, la Figura 4.36 muestra diferentes casos en que puede variar la dirección
del flujo, este puede fluir en sentido horizontal, vertical o con una inclinación con respecto al
plano horizontal con una componente vertical y horizontal.
138
Tabla 4.10 Implicaciones de la conductividad hidráulica (Holtz & Kovacs,1981).
CONDUCTIVIDAD HIDRÁULICA
cm/s (escala logarítmica)
2 1 -1 -2 -3 -4 -5 -6 -7 -8 -9
10 10 1.0 10 10 10 10 10 10 10 10 10
Aplicación en diques
Secciones permeables de diques y presas Secciones impermeables de diques y presas
y presas de tierra
Computación:
Para la distribución del tamaño de
partículas (correlación de Hazen).
Determinación indirecta Solo aplicable para arena limpia,
de la conductividad sin cohesión arenas y gravas Computación:
hidráulica Ensayo de la capilaridad horizontal: De pruebas de
Para la cual se necesita muy poca experiencia; consolidación; equipo
generalmente es una prueba rápida echa en extenso de laboratorio
CAPITULO 4 Flujo de agua
139
2 1 -1 -2 -3 -4 -5 -6 -7 -8 -9
10 10 1.0 10 10 10 10 10 10 10 10 10
Fundamentos de mecánica de suelos
kH kH
kH kV kV kV
kH kH
kV kV
(a) b) (b) (c)c)
a)
Figura 4.36. Variación de la conductividad hidráulica según a la dirección del flujo.
(a) Conductividad hidráulica horizontal. (b) Conductividad hidráulica vertical.
(c) Componentes de la conductividad hidráulica.
kV1
H1
kH1
kV2
H2
Dirección del flujo
kH2
kV3
H3
kH3 H
kVn
Hn
kHn
q = v·A
Donde:
q = Cantidad total de flujo que pasa a través de una sección transversal de suelo.
A = Área total de la sección transversal de suelo.
v = Velocidad total del flujo de agua.
140
CAPITULO 4 Flujo de agua
v = k Heq ·i eq ; v 1 = k H1 ·i 1 ; v 2 = k H2 ·i 2 ; v 3 = k H3 ·i 3 ; ... ; v n = k Hn ·i n
Donde:
i eq, = Gradiente hidráulico equivalente.
i 1 , i 2 , i 3 = Gradientes hidráulicos para cada estrato identificados con un subíndice.
q = k Heq ·i eq ·H [4.39]
q = k H1 ·i 1 ·H 1 + k H2 ·i 2 ·H 2 + k H3 ·i 3 ·H 3 + … + k Hn ·i n ·H n [4.40]
i eq = i 1 = i 2 = i 3 = ... = i n
q = i eq ·(k H1 ·H 1 + k H2 ·H 2 + k H3 ·H 3 + … + k Hn ·H n )
⋅ (k H 1 ⋅ H 1 + k H 2 ⋅ H 2 + k H 3 ⋅ H 3 + ... + k Hn ⋅ H n )
1
k Heq =
H
Escrito de manera simplificada será:
k Heq =
∑k ⋅ Hi i
[4.41]
∑H i
141
Fundamentos de mecánica de suelos
Donde:
k Heq = Conductividad hidráulica horizontal equivalente.
k i = Conductividad hidráulica para cada estrato.
H i = Espesor de cada estrato.
La Figura 4.38 muestra n estratos de suelo con flujo en dirección vertical. Se han
instalado piezómetros en cada estrato, de tal manera que puede conocerse el gradiente
hidráulico del perfil de suelo. Para este caso la velocidad de flujo a través de todos los
estratos es la misma.
h
3
h
h 2
h 1
k V1
H 1
k H1
k V2
H 2
k H2
k V3
H H 3
k H3
k Vn
H n
k Hn
Por lo tanto la pérdida total de carga (h) es igual a la suma de las pérdidas de carga de
todos los estratos, por lo que se escribe que:
h = h1 + h2 + h3 + … + hn [4.42]
Por tanto:
v = v 1 = v 2 = v 3 = ... = v n [4.43]
142
CAPITULO 4 Flujo de agua
h
i=
H
h
kVeq ⋅ = kV 1 ⋅ i1 = kV 2 ⋅ i2 = kV 3 ⋅ i3 = ... = kVn ⋅ in [4.45]
H
Cada estrato del perfil de suelo de la Figura 4.38 tiene una altura H i y gradiente
hidráulico i i diferente, por lo que la ecuación [4.45] podría escribirse:
h = H 1 ·i 1 + H 2 ·i 2 + H 3 ·i 3 + … + H n ·i n [4.46]
H ⋅ i + H 2 ⋅ i2 + H 3 ⋅ i3 + ... + H n ⋅ in
kVeq ⋅ 1 1 = kV 1 ⋅ i1
H
kV 1 ⋅ i1 ⋅ H
kVeq = [4.47]
H 1 ⋅ i1 + H 2 ⋅ i2 + H 3 ⋅ i3 + ... + H n ⋅ in
v i = k Vi ·i i
Por lo cual:
vi
ii =
kVi
v1 ⋅ H
kVeq = [4.48]
v v v v
H 1 ⋅ 1 + H 2 ⋅ 2 + H 3 ⋅ 3 + ... + H n ⋅ n
k v1 kv 2 kv3 k vn
H
kVeq = [4.49]
H1 H 2 H 3 H
+ + + ... + n
k v1 k v 2 k v 3 k vn
143
Fundamentos de mecánica de suelos
kVeq =
∑H i
[4.50]
H
∑ k
i
i
Donde:
k Veq = Conductividad hidráulica vertical equivalente.
k i = Conductividad hidráulica para cada estrato.
H i = Espesor de cada estrato.
Ataguia
Presa de concreto Presa de tierra
z
y
z z x
y y
x Dirección del flujo x
Dirección del flujo
El flujo confinado por lo general es el que circula por debajo de muros de contención,
presas de concreto, ataguías y otras estructuras tal como se muestra en la Figura 4.39a y b
donde el flujo no está expuesto a la presión atmosférica. Sin embargo el caso del flujo no
confinado que se muestra en la Figura 4.39c generalmente es a través de presas de tierra y
estructuras similares donde existe una línea freática expuesta a la presión atmosférica.
144
CAPITULO 4 Flujo de agua
En general, la Ley de Darcy no puede ser solucionada directamente para flujo en dos
dimensiones porque tanto i como A varían en todo el régimen de flujo. Por lo cual el análisis
es más complejo y se necesita incorporar una función matemática llamada: la ecuación de
Laplace. (Coduto, 1999)
Vz V
Vx
z
y
x
(a) (b)
Figura 4.40. Flujo de agua expresado en campo vectorial.
(a) Vectores de velocidad. (b) Componentes del vector de velocidad.
z
x
∂v
vx dz vx + ∂ xxd z
dx
∂v
vz + ∂ zzd z
Figura 4.41. Fracción diferencial de suelo extraído del campo vectorial (Coduto, 1999).
En los tres casos de la Figura 4.39a, b y c, el flujo de agua se mueve en las dimensiones
del plano XZ. Si se transforma el movimiento del flujo de agua a un campo vectorial con
vectores que representan la velocidad de descarga (v) del flujo como se ve en la Figura 4.40a,
todos estos vectores de velocidad tendrían componentes en la dirección X y Z como se
muestra en la Figura 4.40b. La Figura 4.41 muestra un elemento diferencial de suelo extraído
del campo vectorial de la Figura 4.40a donde se lo ha situado en un eje cartesiano en un plano
de coordenadas X y Z. Para comenzar el análisis se hacen algunas consideraciones de la
fracción diferencial de suelo, se asume que:
∂h
vx = − k x · [4.51]
∂x
∂h
v z = −k z · [4.52]
∂z
Donde:
v x y v z son las velocidades en las direcciones x y z respectivamente.
k x y k z son las respectivas conductividades hidráulicas.
∂h ∂x y ∂h ∂z son las componentes del gradiente hidráulico.
El signo negativo indica que v x , v z son positivos en la dirección del flujo, es decir en la
dirección en que disminuye la altura total de carga. Las ecuaciones [4.51] y b representan la
ley de Darcy generalizada para el flujo en dos dimensiones. Se sabe que: La cantidad de flujo
que entra y sale del elemento por unidad de tiempo = v·A.
De la fracción diferencial de suelo, se tiene que:
∂v ∂v
Cantidad de flujo que sale = L ⋅ v x + x ⋅ dx ⋅ dz + v z + z ⋅ dz ⋅ dx
∂x ∂z
Para flujo estacionario, la ley de la conservación de la materia exige que la cantidad total
del agua que sale del elemento por unidad de tiempo sea igual a la cantidad de agua que entra
en el elemento por unidad de tiempo. Por lo cual se tiene que:
∂v ∂v
L·(v x ·dz + v z ·dx)= L ⋅ v x + x ⋅ dx ⋅ dz + v z + z ⋅ dz ⋅ dx
∂x ∂z
∂v x ∂v z
+ =0 [4.53]
∂x ∂z
∂v x ∂v z
− =0 [4.54]
∂x ∂z
146
CAPITULO 4 Flujo de agua
Ser irrotacional significa que no hay ningún componente de la fracción de suelo que sea
rotatorio. Al sustituir las ecuaciones [4.51] y b en la ecuación [4.53], se obtiene que:
∂ ∂h ∂ ∂h
⋅ − k x ⋅ + ⋅ − k z ⋅ = 0
∂x ∂x ∂z ∂z
Se tiene que:
∂ 2h ∂ 2h
kx ⋅ + k z ⋅ =0 [4.55]
∂x 2 ∂z 2
∂ 2h ∂ 2h
+ =0 [4.56]
∂x 2 ∂z 2
∂Φ ∂Φ
vx = , vz = [4.57]
∂x ∂z
147
Fundamentos de mecánica de suelos
∂Ψ ∂Ψ
vz = , vz = − [4.58]
∂z ∂x
Al sustituir las ecuaciones [4.57] en la ecuación [4.53] y la ecuación [4.58] en la ecuación
[4.53], se tendrá que:
∂ 2Φ ∂ 2Φ
+ 2 =0 [4.59]
∂x 2 ∂z
∂ 2Ψ ∂ 2Ψ
+ 2 =0 [4.60]
∂x 2 ∂z
Las ecuaciones [4.59] y [4.60] son las ecuaciones de Laplace en función a estas dos
familias de curvas y ellas gobiernan la distribución de flujo a través de la región (x, z). Si se
logra determinar las funciones Φ(x, z) y Ψ(x, z) de tal manera que satisfagan estas
ecuaciones, entonces, ambas funciones sujetas a algunas condiciones de borde son útiles para
determinar la distribución de las velocidades de descarga y las alturas totales de carga en toda
la región de flujo.
Una solución que satisface estas ecuaciones de Laplace, son las condiciones de borde de
la función potencial y de flujo que plantea el sistema; donde a lo largo de estas condiciones
de borde se cumple que: dΦ = 0 y dΨ = 0. De la definición de diferenciación parcial, se tiene
que:
∂Φ ∂Φ
dΦ = ⋅ dx + ⋅ dz [4.61]
∂x ∂z
∂Ψ ∂Ψ
dΨ = ⋅ dx + ⋅ dz [4.62]
∂x ∂z
dΦ = v x ·dx + v z ·dz = 0
dΨ = – v z ·dx + v x ·dz = 0
dz v
=− x [4.63]
dx vz
dz v
=+ z [4.64]
dx vx
Donde:
dz dx es la pendiente de la curva equipotencial y de flujo.
La relación v x v z representa la dirección del flujo.
148
CAPITULO 4 Flujo de agua
El producto de estos dos gradientes es – 1, lo que significa que ambas familias de curvas
son ortogonales entre si. El gradiente de la ecuación [4.63] indica que la familia de curvas de
la función potencial son perpendiculares a la dirección del flujo, mientras que el gradiente de
la ecuación [4.64] indica que la familia de las curvas de la función de flujo son paralelas a la
dirección de flujo.
Líneas equipotenciales.
Líneas de flujo.
(a) (b)
Figura 4.42. Red de flujo isotrópica.
(a) En un sistema no confinado. (b) En un sistema confinado.
Estas dos familias de curvas forman entre si una red, llamada red de flujo. Teniendo en
cuenta la tendencia del movimiento del agua en el suelo, puede trazarse la forma que tiene
esta red de flujo. En la Figura 4.42 se muestra la forma de red de flujo isotrópica tanto en
flujo confinado como en no confinado, donde las líneas de trazo segmentado representan las
líneas equipotenciales (Φ), mientras que las de trazo lleno son las líneas de flujo (Ψ).
La red de flujo compuesta de estas dos familias de curvas es similar a los trazos de un
mapa topográfico, excepto que es trazada en una sección vertical donde ambas familias de
curvas tienen una interpretación física y geométrica. (Coduto, 1999)
∂Φ ∂h ∂Φ ∂h
= −k x ⋅ = −k z ⋅
∂x ∂x ∂z ∂z
Φ = – k·h + c [4.68]
149
Fundamentos de mecánica de suelos
puntos de la misma altura total de carga. Por esta razón, estas curvas reciben el nombre de
líneas equipotenciales.
Función de flujo Ψ(x, z).
La Figura 4.43 muestra una curva que representa la trayectoria del agua que pasa por un
punto P(x, z), en dicho punto el agua posee una velocidad v, que naturalmente será tangente a
la trayectoria.
z Trayectoria
del agua
v
vz
P θ
vx
x
Figura 4.43. Curva que representa la trayectoria del agua (J. Badillo, 2000).
v z dz
tan θ = =
v x dx
Reordenando:
v z ·dx – v x ·dz = 0
∂Ψ ∂Ψ
⋅ dx + ⋅ dz = 0
∂x ∂z
dΨ = 0
Entonces:
Ψ = cte. [4.66]
150
CAPITULO 4 Flujo de agua
precisamente por las trayectorias físicas y reales del agua a través de la región de flujo. Por
esta razón las curvas Ψ = cte se denominan líneas de flujo.
Cantidad de flujo que pasa a través de un canal de flujo.
A la región de flujo comprendida entre dos líneas de flujo se lo llama canal de flujo, que
es por donde circula el flujo de agua. A la región de flujo comprendida entre dos líneas
equipotenciales se lo llama caída equipotencial. Por ejemplo, la red de flujo que se muestra
en la Figura 4.42a tiene 4 canales de flujo y 8 caídas equipotenciales, mientras que la red de
la Figura 4.42b tiene 5 canales de flujo y 9 caídas equipotenciales.
dq
ds dz
vx
dx
vz ∆q ψ + ∆ψ
0
ψ
0
x
Figura 4.44. Cantidad de flujo entre dos líneas de flujo (Atkinson & Bransby, 1978).
∂Ψ ∂Ψ
dq = ⋅ dx + ⋅ dz
∂x ∂z
dq = dΨ [4.68]
Si se integra la ecuación [4.68] entre las dos líneas de flujo, se tendrá que:
Ψ0 + ∆Ψ
∆q = ∫ Ψ0
dΨ
Por lo cual:
151
Fundamentos de mecánica de suelos
∆q = ∆Ψ [4.69)
La Figura 4.45 muestra un elemento de una red de flujo constituida de dos líneas de flujo
y dos líneas equipotenciales. En promedio, la distancia entre las líneas de flujo es ∆b y la
distancia entre las líneas equipotenciales es ∆s.
Φ
∆q
Φ + ∆Φ
∆b
∆s ψ + ∆ψ
∆q
x
Figura 4.45. Cantidad de flujo en una porción de la red (Atkinson & Bransby, 1978).
v = k·i
v = ∆q ∆b i = − ∆h ∆s
∆q ∆b = − k ⋅ (∆h ∆s ) [4.70]
∆Φ = – k·∆h [4.71)
∆b
∆q = ∆Φ ⋅ [4.72)
∆s
152
CAPITULO 4 Flujo de agua
∆q = ∆Ψ = ∆Φ [4.73]
Debido a que las líneas equipotenciales y de flujo tienen forma curvilínea, los elementos
de una red de flujo cuadrada son de igual longitud y ancho pero de tamaño variable, donde la
intersección de sus lados siempre debe ser ortogonal. En la Figura 4.46, se muestra que para
verificar si una red de flujo es cuadrada, deben poderse inscribir círculos en todos los
elementos de la red.
x
Figura 4.46. Red de flujo cuadrada. (Atkinson & Bransby, 1978).
La Figura 4.47 muestra una red de flujo compuesta de una cantidad N F de canales de
flujo y N d caídas equipotenciales. Las líneas de flujo están separadas a una distancia ∆Φ y las
caídas equipotenciales a una distancia ∆Ψ.
La primera línea de flujo es Ψ 0 , por lo tanto la última será: Ψ 0 + N F ·∆Ψ. La primera
línea equipotencial es Φ 0 y la última será: Φ 0 + N d ·∆Φ. En cada línea equipotencial se ha
instalado un piezómetro que registra una cierta elevación de agua, la variación de la altura
total de carga (∆h) entre dos líneas equipotenciales adyacentes debe ser la misma que en las
demás, por lo que la variación total de la altura total de carga (∆H) a través de toda la red de
flujo cuadrada será:
∆H = N d ·∆h [4.74]
∆H = h 2 – h 1 [4.75]
Donde:
h 1 = La altura carga inicial del sistema.
h 2 = La altura carga final del sistema.
153
Fundamentos de mecánica de suelos
La cantidad total de flujo q que pasa a través la red de flujo por unidad de tiempo, es la
suma de la cantidad de flujo que pasa por todos los canales de flujo, que será:
q = N F ·∆q
∆h
∆h Nd·∆h
∆h
Ψ0 + NF·∆Ψ
q = NF·∆q
Ψ0
Φ 0 + N d·∆Φ
Φ0
Figura 4.47. Cantidad de flujo en la red de flujo cuadrada. (Atkinson & Bransby, 1978)
q = N F ·∆Ψ
O también:
q = N F ·∆Φ
Nd
q = N F ⋅ ∆Φ ⋅ [4.76]
Nd
Con la misma idea, la ecuación [4.71] puede ser escrita de la siguiente manera:
N d ·∆Φ = – k·∆h·N d
Si se sustituyen las ecuaciones [4.74] y [4.75] en esta última expresión, se tendrá que:
N d ·∆Φ = – k·∆H
154
CAPITULO 4 Flujo de agua
NF
q = −k ⋅ ⋅ ∆H
Nd
Si se sustituye la ecuación [4.75] en está expresión y se reordena, se tendrá que:
⋅ (h1 − h2 )
NF
q=k⋅ [4.77]
Nd
Donde:
q = Caudal total de la red de flujo cuadrada.
k = Conductividad hidráulica.
h 1 = La altura de carga inicial del sistema.
h 2 = La altura de carga final del sistema.
N F = Cantidad total de canales de flujo.
N d = Cantidad total de caídas equipotenciales.
155
Fundamentos de mecánica de suelos
Presa de
concreto
Borde de
entrada
B
E
A F
C D
Borde de
Bordes salida
impermeables
G H
(a)
B Línea
freática
Borde de
entrada
B Línea
freática
Borde de
entrada
156
CAPITULO 4 Flujo de agua
de flujo. En la Figura 4.48b, se muestra un caso común de flujo no confinado de una presa de
tierra. Las condiciones de borde inicial AB y final CD de la función potencial se muestran en
trazo segmentado y estos permiten el flujo de agua, mientras que las condiciones de borde
inicial BC que es la línea freática y final AD de la función de flujo no permiten el paso de
flujo. Muchas veces en presas de tierra se instalan filtros que ocasionan una variación
significativa de la línea freática. Al presentarse estas condiciones especiales, debe tenerse
cuidado en establecer correctamente las condiciones de borde inicial y final de las dos
funciones, en especial de la función potencial.
En la Figura 4.48c, se muestra un filtro de pie que ha ocasionado una variación
significativa en la línea freática. Para la función potencial, las condiciones de borde inicial
AB y final CD en parte del filtro de pie, se muestran en trazo segmentado y estos permiten el
flujo de agua, mientras que las condiciones de borde inicial BD que es la línea freática y final
AC corresponden a la función de flujo y no permiten el paso de flujo.
La línea freática no es una sola curva, sino que esta compuesta de tres diferentes partes.
Casagrande (1937), sugirió que una base para dibujar la línea freática es construir una
parábola básica y efectuar modificaciones a esta en los bordes de entrada y salida. Para el
sistema de la Figura 4.49, se ha dibujado la línea freática en base a una parábola básica
dibujada en trazo segmentado, donde se han realizado las correcciones en el borde de entrada
y de salida.
A B
B1
Borde de B2 Borde de
entrada
salida
Superficie
freática J
D F
Figura 4.49. Línea freática de una presa de tierra (U.S. Engineers Corps, 1986).
La parábola básica empieza en el punto A y termina en el punto F, en el punto B es donde
comienza la línea freática debido a la corrección en el tramo BB 1 efectuada en el borde de
entrada, el tramo B 1 B 2 coincide con la parábola básica, pero en el tramo JB 2 se efectúa una
corrección debido al borde de salida para así terminar la línea freática en el punto J. Se
observa claramente que la línea freática dibujada en trazo lleno está compuesta por tres
curvas, pero que tiene como base indispensable la parábola básica. Casagrande elaboro un
método práctico para dibujar esta parábola básica, que se muestra en la Figura 4.50.
157
Fundamentos de mecánica de suelos
m
0.3·m
A B G
O E D F
y0 d y0
a)
(a) 2
A B 4 3 2 1 G
4
3
h 2
1
0
F
b)
(b)
Figura 4.50. Construcción de la parábola básica.
(a) Determinación de los valores de y 0 y d. (b) Trazado de la parábola básica AF.
En la Figura 4.51, se muestran las tres correcciones más comunes que se hacen a la parábola
básica en el borde de entrada.
158
CAPITULO 4 Flujo de agua
90º
Proyección
B Línea freática B
Filtro Línea freática
Pe
β < 90º β = 90º
rp
en
dic
ula
(a) (b)
r
Proyección
B
Filtro Línea freática
β > 90º
(c)
Figura 4.51. Corrección en el borde de entrada para la parábola básica (Whitlow, 1994).
(a) Para β < 90º. (b) Para β = 90º. (c) Para β > 90º.
• Cuando β < 90º, en la Figura 4.51a se observa que se traza una recta
perpendicular al borde de entrada ubicada justo en el punto superior de
contacto entre el espejo de agua y el borde de entrada de la presa,
denominado con la letra B. Esta recta perpendicular cortara a la parábola
básica en un punto, la corrección se realiza trazando un arco desde el punto B
hasta la intersección de la recta perpendicular con la parábola básica, de tal
manera que este arco sea tangente al resto de la parábola básica. La Figura
4.51a muestra esta corrección en trazo lleno.
• Cuando β ≥ 90º, en la Figura 4.51b y c, se observa que generalmente esta
condición se debe a la presencia de un filtro en el borde de entrada. Debido
su alta permeabilidad este filtro permite el ingreso de agua sin ninguna
alteración, manteniendo el nivel freático constante. Entonces debe
proyectarse horizontalmente la superficie de agua hasta el punto B donde se
encuentra el material mas fino de la presa, luego debe trazarse un arco del
punto B a la parábola básica, de tal manera que este sea tangente al resto de
la parábola básica. La Figura 4.51b y c, muestra esta corrección en trazo
lleno.
159
Fundamentos de mecánica de suelos
α = 90º
α F
filtro de pie
(c) (d)
Figura 4.52. Corrección en el borde de salida para la parábola básica (Whitlow, 1994).
(a) Para α = 180º. (b) Para α > 90º. (c) Para α = 90º. (d) Para α < 90º.
No es indispensable ser demasiado precisos al realizar estas correcciones en los bordes de
entrada y salida de la línea freática, en todos los casos se necesita simplemente tener el
160
CAPITULO 4 Flujo de agua
criterio correcto y realizar un trazo apropiado, que refleje que satisface las condiciones del
sistema.
Los valores de a y ∆a, son obtenidos en función al valor del ángulo α del borde de salida.
Generalmente estos valores son obtenidos de manera gráfica.
• Para α < 30º, Schaffernak y Van Iterson sugirieron un método grafico para
determinar el valor de a, que se muestra en la Figura 4.53a. El borde de
salida de la presa, debe proyectarse hasta que las proyecciones horizontales y
verticales del punto A formen en esta proyección los puntos 1 y 2. Luego, se
traza el semicírculo con diámetro 1-D. Con un radio 2-D y centro en D, se
traza el arco 2-3 que posesiona al punto 3 sobre el semicírculo. Con centro en
1 y radio 1-3 se traza el arco 3-4, que sitúa al punto 4 sobre el borde de
salida. La distancia D-4, corresponde al valor de a.
• Para 30º < α < 60º, Leo Casagrande propuso una solución gráfica que se
muestra en la Figura 4.53b. A partir del punto conocido de A puede trazarse
una horizontal que define el punto 1. Con centro en 1 y radio A-1 se traza un
arco y se define el punto 2. Con diámetro D-2, se traza el semicírculo. Con
centro en D y radio D-1, se traza el arco que define el punto 3 sobre el
semicírculo mencionado. Finalmente, se traza un arco de centro en 2 y radio
2-3 donde se ubica al punto 4, donde la distancia D-4 corresponde al valor de
a.
• Para 60º < α < 180º, Albert Casagrande desarrollo un ábaco que se muestra
en la Figura 4.54 de gran utilidad, para todos los casos de α comprendidos
entre 60º y 180º. Con un valor de a, se ingresa al ábaco y se determina el
valor de c, conociendo el valor de a + ∆a que es la distancia FK en la Figura
4.51.
0.4
0.3
C = a + ∆a
0.2
∆a
Cara vertical
0.1
Pendiente obtusa
0
30º 60º 90º 120º 150º 180º
α = Inclinación del borde de salida.
Figura 4.53. Ábaco para determinar a (New England Waterworks Association, 1937).
161
Fundamentos de mecánica de suelos
1 3
0.3·m
A 2
α a
4
D
(a)
A 1
0.3·m
α 4
a
D
(b)
Figura 4.54. Determinación gráfica del valor de a.
(a) Método de Schaffernak & Van Iterson. (b) Método de L. Casagrande.
Las redes de flujo son uno de los métodos más usados y aceptados para solucionar la
ecuación [de Laplace. Sin embargo, antes de trazar esta red deben tenerse claro ciertos
detalles:
• El dibujo de la sección transversal de la zona de flujo, debe estar claro y tiene
que estar a una escala horizontal y vertical igual.
• La superficie libre de agua y las condiciones de borde iniciales y finales para
las funciones Φ y Ψ del sistema deben estar identificadas y ser
geométricamente conocidas, además de otros datos pertinentes.
• El suelo ha de ser homogéneo e isotrópico. (Caso contrario, véase la sección
de anisotropía en dos dimensiones de este capítulo)
En la Figura 4.55, se muestran dos sistemas de flujo en dos dimensiones en los cuales se
desea dibujar la red de flujo. Las dos secciones transversales de flujo están claramente
trazadas y tiene una misma escala vertical y horizontal adecuada. Las condiciones de borde
inicial y final de la función potencial están identificadas con trazo segmentado, mientras que
las condiciones de borde inicial y final de la función de flujo están resaltadas en trazo lleno.
162
CAPITULO 4 Flujo de agua
Presa de concreto
Ataguía
(a)
Línea freática
Filtro de pie
(b)
Figura 4.55. Construcción de la red de flujo cuadrada. Condiciones de borde.
(a) Presa de concreto con ataguía. (b) Presa de tierra con filtro de pie.
Presa de concreto
Ataguía
(a)
Línea freática
Filtro de pie
(b)
Figura 4.56. Construcción de la red de flujo cuadrada. Ubicación de las líneas de flujo.
(a) Presa de concreto con ataguía. (b) Presa de tierra con filtro de pie.
163
Fundamentos de mecánica de suelos
Presa de concreto
Ataguía
(a)
Línea freática
Filtro de pie
(b)
Figura 4.57. Construcción de la red de flujo cuadrada. Líneas equipotenciales.
(a) Presa de concreto con ataguía. (b) Presa de tierra con filtro de pie.
164
CAPITULO 4 Flujo de agua
(a)
(b)
Impermeable
(c)
Figura 4.58. Ejemplos de redes de flujo cuadradas (J. Badillo, 2000).
(a) Ataguía. (b) Presa de tierra. (c) Presa de concreto con mensuras.
165
Fundamentos de mecánica de suelos
Dibujar una buena red de flujo muchas veces es un trabajo moroso e incluso hasta tedioso,
sobretodo si la geometría del sistema es complicada. Muchos investigadores han planteado
soluciones matemáticas y métodos empíricos, que ayudan en gran manera a determinar el
caudal que circula por una red de flujo, el valor de a y otros datos de interés, sin necesidad de
dibujar una red de flujo.
La mayoría de las soluciones matemáticas que se presentan a continuación, son obtenidas
de la geometría del procedimiento que se utiliza para trazar la parábola básica, mostrada de
forma más amplia en la Figura 4.59.
m
0.3·m
Parábola básica
A B a+
B1 ∆a ∆a
a
B2 z
h d +2 2
h J
α F
x D
y0 d y0
2
Figura 4.59. Análisis analítico para la parábola básica (U.S. Engineers Corps, 1986).
Schaffernak y Van Iterson, elaboraron una relación matemática aplicable a presas de tierra,
para determinar el caudal q, esta es:
d d2 h2
Donde: a= − − [4.79]
cosα cos 2 α sin 2 α
L. Casagrande, propuso una solución matemática válida en presas de tierra para determinar el
caudal, esta es:
q = k ⋅ a ⋅ sin 2 α [4.80]
h2
Donde: a = S 0 − S 02 − [4.81]
sin 2 α
166
CAPITULO 4 Flujo de agua
Kozeny (1931) propuso una solución rigurosa para el caso de la condición de borde ilustrado
de la Figura 4.52a, determino que el caudal que circula a través de la presa de tierra es:
q = 2 ⋅ k ⋅ a0 = k ⋅ y 0 [4.82]
Donde: a0 =
y0 1
= ⋅
2 2
(d 2
+ h2 − d ) [4.83]
A. Casagrande determino que el caudal del flujo que circula a través de la presa se puede
obtener de:
q = k ⋅ a ⋅ sin 2 α [4.84]
Donde el valor de a, es obtenido del ábaco de la Figura 4.54. O también puede utilizar la
expresión:
q = k ⋅ y0 = k ⋅ (d 2
+ h2 − d ) [4.85]
Solución de Pavlovsky.
Pavlovsky (1935), propuso tres expresiones matemáticas que ayudan a conocer el caudal y
algunos valores de interés para determinar la geometría de la superficie freática. El análisis de
Pavlovsky, se basa en la nomenclatura de la Figura 4.60.
d0
a1
hd dw I II
h1
a0
β III
α h0
167
Fundamentos de mecánica de suelos
En base a estas suposiciones, Pavlovsky determinó que el caudal q i que circula en cada
una de las zonas será:
Para la zona I:
(hw − h1 ) ⋅ ln hd
qI = k ⋅
cot β h − h [4.86]
d 1
q II =
[
k ⋅ h12 − (a0 + h0 )
2
] [4.87]
2 ⋅ b + 2 ⋅ [hd − (a0 + h0 )]⋅ cot α
k ⋅ a0 a + h0
q III = ⋅ 1 + ln 0 [4.88a]
cot α a0
Si h 0 = 0, se tiene que:
k ⋅ a0
q III = [4.88b]
cot α
Ecuación de Dupuit.
Dupuit (1863), empleando la ley de Darcy pudo obtener una expresión que tiene una gran
aplicación práctica en los problemas de flujo a través de presas de tierra, para determinar el
caudal en base a la geometría de la línea freática. En la Figura 4.61, se muestra la
nomenclatura que utiliza Dupuit.
Dupuit, considera que conociendo la altura inicial h 1 de la condición de borde inicial y de
la condición de borde final h 2 de la línea freática y el valor de L que es la longitud de la
proyección horizontal de la línea freática, puede determinarse el caudal que circula a través
de la presa de tierra. La ley de Darcy se expresa como:
q =k·i·A
Dupuit, determino que el gradiente hidráulico i de la línea freática será:
h1 − h2
i=
L
168
CAPITULO 4 Flujo de agua
h1
β α h2
Dupuit, también asumió que el área de la sección transversal que se encuentra por debajo
de la línea freática será:
h1 + h2
A= ⋅1
2
h 2 − h22
q = k· 1 [4.89]
2⋅ L
Con la ecuación [4.89], puede determinarse el caudal que circula a través de una presa de
tierra conociendo la geometría de la línea freática.
Adil Akyüz y Hazan Merdun (2003) investigadores del Department of Agricultural
Structures and Irrigation de la universidad de Kahramanmaras Sütçü İmam (Turquía),
realizaron diversas pruebas en un modelo físico con una pequeña presa de arena, por el cual
hicieron circular un fluido viscoso con el fin de determinar cual de todas las soluciones
matemáticas presentadas anteriormente proporciona los mejores resultados que se acercan a
la realidad. Tras varios ensayos y variantes, concluyeron que la ecuación presentado por
Dupuit proporciona resultados que se ajustan más a la realidad, seguida por la solución de
Schaffernak y Van Iterson, L. Casagrande, Kozeny y finalmente la solución de Pavlovsky.
Harr (1962) mejoró una modificación del método de redes de flujo, llamado: método de los
fragmentos, desarrollado originalmente por Pavlovsky. El método de los fragmentos se
clasifica como un método analítico y semiempírico, con el cual se puede calcular del caudal y
otras propiedades importantes de un sistema de flujo.
Con el tiempo, otros investigadores realizaron aportes importantes a este método,
mejorándolo, hasta el punto que con este método pueden resolverse muchos de los problemas
de flujo de manera sencilla, rápida y práctica. Este método se basa en las hipótesis e
investigaciones realizadas en la solución de Pavlovsky, donde se divide la región de flujo del
sistema en zonas o fragmentos apropiados que anteriormente se hayan determinado sus
propiedades. El primer paso una vez reconocida la región de flujo es dividir esta región en
fragmentos.
169
Fundamentos de mecánica de suelos
En la Figura 4.62, se tiene dos sistemas de flujo en dos dimensiones. Ambos sistemas han
sido divididos en fragmentos por una línea en trazo segmentado. Estas líneas en trazo
segmentado, representan a líneas equipotenciales que dividen en fragmentos a un único canal
de flujo definido por la dirección del flujo.
I II III
I II
III
(a) (b)
Figura 4.62. División de la región de flujo del sistema en fragmentos.
(a) Sistema de doble ataguía. (b) Presa de tierra.
Pavlovsky, planteó que la cantidad de flujo que circula por un fragmento es:
k ⋅ ∆hiF
qi = [4.90]
Φi
Donde:
q i = Caudal que circula por el fragmento.
k = Conductividad hidráulica del suelo.
∆hiF = Perdida de carga del fragmento.
Φ i = Factor de forma del fragmento.
Nd
Φi = [4.91]
NF
q = q 1 = q 2 = ... = q n
170
CAPITULO 4 Flujo de agua
Donde q, es el caudal total de flujo que circula por todo el sistema. Si se suman todas las
pérdidas de carga (∆h i ) de cada fragmento, se tendrá la pérdida total de carga (∆H). Por lo
cual, la cantidad total de flujo del sistema será:
k ⋅ ∆H
q= n
[4.92]
∑Φ
i =1
i
Donde:
q = Caudal total que circula por el sistema.
k = Conductividad hidráulica del suelo.
∆H = Perdida total de carga del sistema.
Φ i = Factor de forma de cada fragmento.
Fragmento tipo I.
Este tipo de fragmento mostrado en la Figura 4.63, representa una región flujo horizontal
paralelo entre bordes impermeables.
Para este tipo de fragmento, el factor de forma será:
L
Φ= [4.93]
a
L L
S S
T T
(a)a) (b)
b)
Figura 4.64. Fragmento tipo II (Harr, 1962).
171
Fundamentos de mecánica de suelos
Para determinar este factor de forma se utiliza el ábaco elaborado en la Figura 4.73,
donde con un valor de S/T , se intercepta la curva correspondiente a b/T = 0, con lo cual se
determinara un valor para q/k· ∆hiF que reemplazando en la ecuación [4.94] se determina el
factor de forma. Harr, posteriormente planteo una manera más exacta para determinar el
factor de forma utilizando el módulo m que esta relacionado a la forma del fragmento, que
para el fragmento del tipo II será:
π ⋅S
m = sin [4.95]
2 ⋅T
Una ves obtenido el valor del módulo m, se determina en la Tabla 4.12 la relación K/K’,
por lo que el factor de forma será:
K
Φ= [4.96]
K'
Otros investigadores, han estudiado este fragmento aplicando la teoría de elementos
finitos y han elaborado un ábaco que se muestra en la Figura 4.74. Para utilizar este ábaco,
primero se determina la relación S/T y la relación L·R/T, donde L es la distancia mostrada en
la Figura 4.64 y R es un valor de transformación que para el caso de suelos isotrópicos toma
un valor de: R = 1. La intersección de estos dos valores en el ábaco, corresponde al valor del
factor de forma.
S S
T T
(a)
a) (b)
b)
Figura 4.65. Fragmento tipo III (Harr, 1962).
Este tipo de fragmento representa un elemento impermeable en forma de “L” con una
longitud horizontal b y un borde vertical de profundidad S en un estrato permeable con
espesor T. En la Figura 4.65a y b se muestra la condición de entrada y salida que este
fragmento puede representar. El factor de forma para este tipo de fragmento será:
1 k ⋅ ∆hiF
Φ= ⋅
2 q
172
CAPITULO 4 Flujo de agua
Se determina el factor de forma utilizando el ábaco de la Figura 4.73, donde en este tipo
de fragmento el valor de b/T no es cero. Con un valor para q/k· ∆hiF en la ecuación [4.97] se
determina el factor de forma.
También se puede utilizar la Tabla 4.12 para determinar el factor de forma, por lo cual
para el fragmento del tipo III se utilizara un módulo m que será:
π ⋅S 2 π ⋅b 2π ⋅S
m = cos ⋅ tanh + tan [4.97]
2 ⋅ T 2 ⋅ T 2 ⋅T
Con un valor del módulo m se determina la relación K/K’, por lo cual el factor de forma
será:
K
Φ=
K'
El módulo m que se utiliza en la Tabla 4.12, resume una complicada integración elíptica
en función de b/T y S/T que se realiza para obtiene este valor. Para la mayoría de los
fragmentos no se tiene disponible un valor del módulo m, pues la resolución de dicha integral
es bastante complicada.
Otra alternativa que Pavlovsky plantea, es que con un valor de m de la ecuación [4.97],
puede obtenerse directamente un valor para q/k· ∆hiF para los casos:
q 1 4
Para m ≤ 0.3, se tiene que: = ⋅ ln [4.98]
k ⋅ ∆hiF
π m
q −π
Para m2 ≥ 0.9, se tiene que: = [4.99]
k ⋅ ∆hiF 1 − m2
2 ⋅ ln
16
Este tipo, es un fragmento interno con longitud de borde b, incrustado una longitud S de en
un estrato permeable de espesor T. La Figura 4.66 muestra las dos posibles conFiguraciones
de este fragmento.
El primer caso se presenta cuando: b ≤ S, que se muestra en la Figura 4.66a, el factor de
forma para este caso es:
b
Φ = ln1 + [4.100]
a
173
Fundamentos de mecánica de suelos
b
b
s
s
T T
a
a
(a)
a) (b)
b)
Figura 4.66. Fragmento tipo IV (Harr, 1962).
Si b > S que es el caso que se ilustra en la Figura 4.66b, por lo tanto el factor de forma
será:
S b−S
Φ = ln1 + + [4.101]
a T
Fragmento tipo V.
Este tipo de fragmento, tiene dos bordes verticales de igual incrustación S en un estrato
permeable de espesor T, como se muestra en la Figura 4.67.
L
T
a
El factor de forma para este tipo de fragmento, obedece a dos casos que se presentan:
L
Cuando: L ≤ 2·S, entonces: Φ = 2 ⋅ ln1 + [4.102]
2 ⋅a
S L − 2⋅S
Cuando: L > 2·S, entonces: Φ = 2 ⋅ ln1 + + [4.103]
a T
174
CAPITULO 4 Flujo de agua
S ' S ''
C1 = 1 − ⋅ 1 − [4.104]
T T
Para: C 2 ≥ 0, entonces :
Φ = [C 2 − ln C1 ] [4.106]
(2 + C 2 )2
Φ = ln [4.107]
4 ⋅ C1
Este tipo de fragmento mostrado en la Figura 4.68, es una variación del fragmento del tipo V
en las dimensiones de los bordes verticales
S'' S''
S' S'
T T
a'' a''
a' L a' L
(a)
a) (b) b)
Figura 4.68. Fragmento tipo VI (Harr, 1962).
175
Fundamentos de mecánica de suelos
Donde:
Línea freática
h 1 - h2
h1
h2
L
Figura 4.69. Fragmento tipo VII (Harr, 1962).
Los fragmentos del tipo VII al IX, son aplicables a problemas de flujo no confinado,
únicamente en el caso del flujo a través de presas de tierra.
El fragmento del tipo VII, representa la condición de flujo no confinado a través de una
presa de tierra. Este flujo es caracterizado por tener un borde en el dominio de flujo como
libre, que en la Figura 4.69 se presenta como la línea freática. Esta línea o nivel freático,
separa la región saturada de la región donde no circula flujo de agua. El factor de forma para
este tipo de fragmento será:
2⋅L
Φ= [4.112]
h1 + h2
Este fragmento representa la parte central de una presa de tierra, lo cual no incluye los
bordes de entrada y salida. Esta parte central de la presa es la más importante, debido a que
en está se desarrolla el flujo.
Este tipo de fragmento representa la condición del borde de entrada en una presa de tierra de
altura h d , que se muestra en la Figura 4.70. Ya que este fragmento representa una condición
de entrada, no tendría sentido hablar de un factor de forma.
176
CAPITULO 4 Flujo de agua
a1
i= [4.113]
cot α ⋅ (hd − y )
Línea freática
a1
hd
h1
h
h1 − h hd
q=k⋅ ⋅ ln [4.114)
cot α hd − h
Línea freática
a2
h2
β
Este tipo de fragmento que se muestra en la Figura 4.71, representa la condición de salida de
una presa de tierra.
177
Fundamentos de mecánica de suelos
Este fragmento tampoco tiene factor de forma.Para este caso, Pavlovsky asumió que el
flujo es horizontal, por lo cual determinó que el caudal de salida q para este tipo de fragmento
será:
k ⋅ a2 a + h2
q= ⋅ 1 + ln 2 [4.115]
cot β a2
En la Tabla 4.11, se muestra un resumen de los diferentes tipos de los fragmentos y sus
propiedades.
Fragmento
Fragmento TIPO IX
Fragmento Fragmento
TIPO II
TIPO VIII TIPO VII
(a) (b)
Figura 4.72. Sistemas divididos en fragmentos reconocibles.
(a) Sistema de doble ataguía. (b) Presa de tierra.
En la Figura 4.72, se ha dividido los dos sistemas de flujo mostrados en la Figura 4.62 en
fragmentos reconocibles de acuerdo a los fragmentos de la Tabla 4.11. Por lo general, se
requieren entre uno a tres fragmentos para dividir adecuadamente la región de flujo de un
sistema. El procedimiento usado en el método de los fragmentos, puede ser utilizado como
una herramienta donde varios factores pueden variar para evaluar características del flujo en
el suelo o se utilizado, como una herramienta analítica para encontrar rápidamente resultados
con una buena aproximación en problemas de flujo.
La región de flujo que considera este método, se base generalmente en bordes
horizontales y no bordes inclinados ni curvilíneos. Por lo general, al aumentar la cantidad de
fragmentos en un sistema se incrementara el grado de error de los resultados.
Debido a la mecánica y facilicidad del procedimiento, el Computer-Aided Structural
Engineering (CASE) ha desarrollado un programa computacional para este método, que
determina el caudal y otras propiedades para un sistema de flujo de agua.
178
CAPITULO 4 Flujo de agua
L
I a Φ=
a
1 k ⋅
Φ = ⋅ ∆qhi
F
(Figura 4.73)
2 (Figura 4.74)
S S
II π ⋅ S
m = sin
T T
2 ⋅T
K
Φ= (Tabla 4.12)
K'
b b (Tabla 4.12)
1 k ⋅
Φ= ⋅ ∆qhi
F
(Figura 4.73)
K
S S
2 (Figura 4.75) Φ=
K'
III T T
m = cos
π ⋅ S ⋅ tanh2 π ⋅ b + tan2 π ⋅ S
2 ⋅T 2 ⋅T 2 ⋅T
b
Para: S ≥ b
Φ= ln1 +
s b
T a
a
IV Para: b > S
b −S
Φ= ln1 + +
b S
S
a T
T
a
Para: L ≤ 2·S
Φ = 2 ⋅ ln1 +
L
S S 2⋅a
V T
L > 2·S L −2⋅S
Φ = 2 ⋅ ln1 + +
a L a Para: S
a T
(Figura 4.76)
179
Fundamentos de mecánica de suelos
h1- h 2
2⋅L
VII Φ=
h1 + h2
h1
h2
Línea freática
a1
i=
a1 cot α⋅ (hd − y )
hd
VIII h1
h1 − h hd
h
q =k ⋅ ⋅ ln
α cot α hd − h2
Línea freática
IX k ⋅ a2 a +h
a2
q= ⋅ 1 + ln 2 2
cot β a2
h2
β
180
CAPITULO 4 Flujo de agua
1.5
1.4
b b
1.3
S
T T
1.2
1.1
1.0
0.9
2·φ
1
0.8
= F
i
k·∆h
q
0.7
b
0.2 T =
5 0
0.6
0.5 0.50
0.75
0.4
1.00
0.3 1.25
1.50
0.2
0.1
0 0.1 0.2 0.3 0.4 0.5 0.6 0.7 0.8 0.9 1.0
S
T
Figura 4.73. Ábaco para los fragmentos del tipo II y III (Harr, 1962).
181
Fundamentos de mecánica de suelos
Tabla 4.12. Tabla para los fragmentos del tipo II y III (Harr, 1962).
K K
m2 K K'
K' m2 K K'
K'
0,000 1,571 ∞ 0,000 0,51 1,863 1,846 1,009
0,001 1,571 4,841 0,325 0,52 1,871 1,837 1,019
0,002 1,572 4,495 0,350 0,53 1,880 1,829 1,028
0,003 1,572 4,293 0,366 0,54 1,890 1,822 1,037
0,004 1,572 4,150 0,379 0,55 1,899 1,814 1,047
0,005 1,573 4,039 0,389 0,56 1,909 1,806 1,057
0,006 1,573 3,949 0,398 0,57 1,918 1,799 1,066
0,007 1,574 3,872 0,407 0,58 1,929 1,792 1,076
0,008 1,574 3,806 0,414 0,59 1,939 1,785 1,086
0,009 1,574 3,748 0,420 0,60 1,950 1,778 1,097
0,01 1,575 3,696 0,426 0,61 1,961 1,771 1,107
0,02 1,579 3,354 0,471 0,62 1,972 1,764 1,118
0,03 1,583 3,156 0,502 0,63 1,983 1,757 1,129
0,04 1,587 3,016 0,526 0,64 1,995 1,751 1,139
0,05 1,591 2,908 0,547 0,65 2,008 1,744 1,151
0,06 1,595 2,821 0,565 0,66 2,020 1,738 1,162
0,07 1,599 2,747 0,582 0,67 2,033 1,732 1,174
0,08 1,604 2,684 0,598 0,68 2,047 1,726 1,186
0,09 1,608 2,628 0,612 0,69 2,061 1,720 1,198
0,10 1,612 2,578 0,625 0,70 2,075 1,714 1,211
0,11 1,617 2,533 0,638 0,71 2,090 1,708 1,224
0,12 1,621 2,493 0,650 0,72 2,106 1,702 1,237
0,13 1,626 2,455 0,662 0,73 2,122 1,697 1,250
0,14 1,631 2,421 0,674 0,74 2,139 1,691 1,265
0,15 1,635 2,389 0,684 0,75 2,157 1,686 1,279
0,16 1,640 2,359 0,695 0,76 2,175 1,680 1,295
0,17 1,645 2,331 0,706 0,77 2,194 1,675 1,310
0,18 1,650 2,305 0,716 0,78 2,214 1,670 1,326
0,19 1,655 2,281 0,726 0,79 2,235 1,665 1,342
0,20 1,660 2,257 0,735 0,80 2,257 1,660 1,360
0,21 1,665 2,235 0,745 0,81 2,281 1,655 1,378
0,22 1,670 2,214 0,754 0,82 2,305 1,650 1,397
0,23 1,675 2,194 0,763 0,83 2,331 1,645 1,417
0,24 1,680 2,175 0,772 0,84 2,359 1,640 1,438
0,25 1,686 2,157 0,782 0,85 2,389 1,635 1,461
0,26 1,691 2,139 0,791 0,86 2,421 1,631 1,484
0,27 1,697 2,122 0,800 0,87 2,455 1,626 1,510
0,28 1,702 2,106 0,808 0,88 2,493 1,621 1,538
0,29 1,708 2,090 0,817 0,89 2,533 1,617 1,566
0,30 1,714 2,075 0,826 0,90 2,578 1,612 1,599
0,31 1,720 2,061 0,835 0,91 2,628 1,608 1,634
0,32 1,726 2,047 0,843 0,92 2,684 1,604 1,673
0,33 1,732 2,033 0,852 0,93 2,747 1,599 1,718
0,34 1,738 2,020 0,860 0,94 2,821 1,595 1,769
0,35 1,744 2,008 0,869 0,95 2,908 1,591 1,828
0,36 1,751 1,995 0,878 0,96 3,016 1,587 1,900
0,37 1,757 1,983 0,886 0,97 3,156 1,583 1,994
0,38 1,764 1,972 0,895 0,98 3,354 1,579 2,124
0,39 1,771 1,961 0,903 0,99 3,696 1,575 2,347
0,40 1,778 1,950 0,912 0,991 3,748 1,574 2,381
0,41 1,785 1,939 0,921 0,992 3,806 1,574 2,418
0,42 1,792 1,929 0,929 0,993 3,872 1,574 2,460
0,43 1,799 1,918 0,938 0,994 3,949 1,573 2,510
0,44 1,806 1,909 0,946 0,995 4,039 1,573 2,568
0,45 1,814 1,899 0,955 0,996 4,150 1,572 2,640
0,46 1,822 1,890 0,964 0,997 4,293 1,572 2,731
0,47 1,829 1,880 0,973 0,998 4,495 1,572 2,859
0,48 1,837 1,871 0,982 0,999 4,841 1,571 3,081
0,49 1,846 1,863 0,991 1,000 ∞ 1,571 0,000
0,50 1,854 1,854 1,000
182
CAPITULO 4 Flujo de agua
L·R
T 0.1 0.2
0.15
0.25
4.0
0.3
3.5
0.35
0.4
3.0
0.5
2.5 0.6
0.8
1.0
8
2.0
1.5
1.0
0.5
S S
T T
183
Fundamentos de mecánica de suelos
3.0
b b
S S
T T
2.5
b·R
T
1.6
2.0
1.4
φ
1.2
1.5 1.0
0.8
0.6
1.0
0.4
0.2
0.0
0.5
0
0.2 0.4 0.6 0.8 1.0
S/T
Figura 4.75. Ábaco para los fragmentos del tipo II y III (Polubarinova & Kochina, 1962).
184
CAPITULO 4 Flujo de agua
5.0
S''
S'
T
a''
4.5 a' L
4.0
3.5
C2
S ' S ''
C1 = 1 − ⋅ 1 −
3.0 T T
2.8
2.6
2.0
2.0
1.8
1.6
1.4
1.5
1.2
1.0
1.0
0.8
0.6
0.5 0.4
0.2
0.0
-1.4 -1.2 -1.0 -0.8 -0.6 -0.4 -0.2
0 0.2 0.4 0.6 0.8 1.0
C1
Figura 4.76. Ábaco para el fragmento del tipo V (Harr, 1962).
185
Fundamentos de mecánica de suelos
Tabla 4.13. Correspondencia entre el flujo de agua y la corriente eléctrica (J. Badillo, 2000).
Ley de Darcy Ley de Ohm
q = Caudal del flujo de agua. i = Corriente (cantidad del flujo de electricidad)
k = Conductividad hidráulica K' = Coeficiente de conductividad.
A = Área de la sección transversal A' = Área de la sección transversal
H = Carga producida por el flujo V = Voltage producido por la corriente
L = Longitud de la trayectoria de percolación L' = Longitud de la trayectoria de corriente
v = Velocidad de descarga I = Intensidad de la corriente
Líneas de flujo Líneas de corriente
Líneas equipotenciales, h = ctte. Líneas potenciales, V = ctte.
Bordes impermeables Bordes aislantes
Ecuación de Laplace ∇2 ⋅ h = 0 Ecuación de Laplace ∇ 2 ⋅V = 0
Entre las bordes equipotenciales del modelo debe aplicarse una diferencia de potencial
que representará a la diferencia de carga hidráulica existente entre los bordes equipotenciales
del prototipo. Por lo general, en estos modelos se usan diferencias de potencial entre los
bordes equipotenciales de 6 a 10 voltios y es frecuente usar un ritmo entre las equipotenciales
de 1/10 de la caída potencial total, con lo que se obtendrán 9 equipotenciales en el modelo. El
problema se resuelve entonces, para un caso de flujo en una región homogénea e isotrópica,
midiendo el potencial en voltios existente en cada punto de la superficie del material que
constituye el modelo, supuesto que éste es homogéneo e isotrópico en lo que se refiere a su
conductividad. La medida se hace con una aguja fina conductora ligada a un voltímetro,
ubicándola al azar de tal manera que se tengan suficiente número de puntos de mismo
potencial, para así poder trazar las líneas equipotenciales.
Electrodo
Electrodo
Líneas equipotenciales
Papel conductor
a)
(a)
Electrodo
Líneas de flujo
Electrodo
Papel conductor
b)
(b)
Figura 4.77. Modelo de la analogía eléctrica con papel conductor (Wiley, 1982).
(a) Electrodos en los bordes permeables. (b) Electrodos en los bordes impermeables.
186
CAPITULO 4 Flujo de agua
En la Figura 4.77 se representa esquemáticamente un modelo para el flujo bajo una presa.
Una vez conocido el potencial en un número suficiente de puntos en la superficie conductora,
es posible trazar líneas de igual potencial eléctrico que representarán directamente a
equipotenciales de la región de flujo; si las equipotenciales eléctricas se han trazado con un
ritmo de caída constante, se harán obtenido directamente las equipotenciales que interesan en
la región de flujo, la Figura 4.77a muestra estas líneas.
El procedimiento más sencillo para trazar la red de flujo, una ves obtenidas las líneas
equipotenciales, es simplemente dibujar la familia de líneas de flujo que sean ortogonales,
constituyendo de esta manera una red de flujo con elementos cuadrados.
Otra posibilidad de resolver el problema es invertir el modelo eléctrico, convirtiendo los
bordes equipotenciales en bordes aislantes y recíprocamente; las líneas equipotenciales
obtenidas en este segundo modelo son las líneas de flujo del primero (Figura 4.77(b). Este
segundo procedimiento es más complicado que el primero y tiene el inconveniente adicional
de no proporcionar un red de cuadrados. En este caso se obtiene una red de rectángulos de
misma proporción largo y ancho, por otra parte trazando apropiadamente las líneas
equipotenciales será fácil obtener la red de flujo cuadrada.
Como se ve, en el caso de modelos de flujo confinado, es importante conocer bien las
condiciones de borde de la región de flujo para obtener buenos resultados. Sin embargo, en el
caso de flujo no confinado el problema se complica algo, ya que no hay ningún concepto en
el flujo eléctrico análogo al comportamiento del flujo no confinado. En el caso de flujo no
confinado, es esencial conocer la geometría de la línea freática. En la práctica lo que se hace
es suponerla de acuerdo al criterio y experiencia del proyectista (el método propuesto por A.
Casagrande es de gran ayuda para determinar esta geometría).
Una línea freática correcta, debe cumplir que las diferencias de altura entre puntos de
igual caída de potencial hidráulico del prototipo sean iguales y en el modelo que las
diferencias de potencial eléctrico entre los puntos correspondientes sean también iguales; en
otras palabras, en un modelo que tenga una línea freática correcta debe existir una ley lineal
entre las elevaciones de los puntos en que las equipotenciales cortan a la línea y los
potenciales eléctricos de esos puntos. Al encontrar la línea freática correcta, se recorta el
papel conductor según a la forma de esta. Luego, se traza la red de flujo igual que el caso de
flujo confinado, con modificaciones en el borde de salida.
Los modelos en tanque de arena llamados también modelos hidráulicos, consisten en fabricar
un prototipo del problema de flujo de agua a pequeña escala de tal manera que se asemeje lo
mas posible a la realidad. En la Figura 4.78, se muestran algunos tipos de modelos.
Estos tanques que se utilizan tienen una pared de vidrio que permite tener una vista
transversal del sistema, generalmente se utiliza arena fina u otro material que pueda asemejar
las condiciones en campo del suelo. Se tiene especial cuidado en la geometría misma del
sistema, en especial la región de flujo que sea todo a escala. Al ser un modelo pequeño, se
deben corregir los efectos de ascenso capilar y la velocidad del ingreso del flujo de agua.
Pueden estudiarse casos, como el flujo de agua hacia un pozo como se muestra en la
Figura 4.79a, el flujo de agua en condiciones muy variables y especiales como se ve en la
Figura 4.78b. En la Figura 4.78c, se muestra que para observar mejor como el flujo de agua
se comporta se utiliza un trazador, que es un tinte de color que tiñe el agua y así se puede
observar como esta se mueve en la región de flujo.
Generalmente estos modelos son utilizados para estudiar sistemas anisotrópicos o
estratificados, investigar el drenaje del agua en una obra hidráulica o una presa de tierra,
donde se tendrá un comportamiento complicado e impredecible.
187
Fundamentos de mecánica de suelos
(a) (b)
Tinte trazador
(c)
Figura 4.78. Modelos en tanque de arena (U.S. Engineers Corps, 1986).
(a) Flujo de canal a pozo. (b) Flujo de laguna a canal. (c) Tinte trazador en una presa.
Los modelos con fluido viscoso, son llamados también modelos Helle–Shaw o modelos de
plato paralelo, son elaborados con la misma idea que los modelos en tanque de arena aunque
estos son más cuidadosos. La Figura 4.79 muestra la forma de este tipo de modelos.
Frontal
A Intermedio
posterior
Superficie
freática
A Espacio A-A
Placa
posterior
Placa a
en
frontal ar
de
elo
od
M
Figura 4.79. Modelos con fluido viscoso (U.S. Engineers Corps, 1986).
188
CAPITULO 4 Flujo de agua
El modelo consiste en dos placas de vidrio grueso paralelas y próximas, entre las que se
coloca formada de plástico, la sección completa de la estructura que se desea estudiar. Debido
a que se utiliza un fluido viscoso que no se filtra lateralmente, debe tenerse cuidado con la
temperatura puesto que puede afectar significativamente la densidad de este fluido, por lo
general se utiliza glicerina. Se coloca en el modelo, de manera que reproduzca a escala el
tirante que genera el flujo en el prototipo y se permite que se establezca la circulación
correspondiente, se usa tinte trazador para seguir la forma de las líneas de flujo. Este tipo de
modelos se usa generalmente en laboratorio para hacer comparaciones pues se puede
controlar la densidad de líquido con la temperatura, lo que permite hacer una serie de
variantes en la investigación.
(a)
(b)
Figura 4.80. Cara de la estructura donde se mide el gradiente hidráulico de salida.
(a) Presa de concreto. (b) Sistema de doble ataguía.
189
Fundamentos de mecánica de suelos
∆L
∆h
ie = [4.116]
∆L
Donde:
i e = Gradiente hidráulico de salida.
∆h = Pérdida de carga a lo largo de la cara.
∆L = Longitud de la cara.
Para poder calcular el valor de este gradiente, debe determinarse la pérdida de carga a lo
largo de la cara de la estructura en el borde de salida.
En el caso de utilizarse redes de flujo, la longitud de la cara donde es medido este gradiente
forma parte de la primera línea de flujo. La pérdida de carga entre líneas equipotenciales
según la ecuación [4.77], será:
∆H
∆h = [4.117]
Nd
Donde:
∆h = Pérdida de carga entre líneas equipotenciales.
∆H = Pérdida de carga total del sistema.
N d = Número total de caídas equipotenciales.
solo a los fragmentos que representan una condición de salida, como ser los fragmento del
tipo II y III (Tabla 4.11). Si ∆H es la pérdida de carga total del sistema, entonces la pérdida
de carga para cada fragmento es determinada con la expresión:
∆H ⋅ Φ i
∆hiF = n
[4.118]
∑Φ
i =1
i
Donde:
∆hiF = Perdida de carga del fragmento.
∆H = Perdida de carga total del sistema.
Φ = Factor de forma del fragmento.
Determinada la pérdida de carga del fragmento donde ocurre la salida del flujo del medio
poroso, con la relación S/T se ingresa al ábaco y se determina un valor para la relación:
i e ·S/∆h i , con la que se determinar el gradiente hidráulico de salida.
1.0
b b
S S
T T
0.8
0.6
ie·s
∆h iF
0.4
0.2
191
Fundamentos de mecánica de suelos
Harr, propuso una manera más exacta para hallar el gradiente hidráulico de salida
utilizando los valores de la Tabla 4.12. Propuso que el gradiente hidráulico de salida puede
ser determinado de la expresión:
∆hiF ⋅ π
ie = [4.119]
2 ⋅ K ⋅T ⋅ m
Donde:
i e = Gradiente hidráulico de salida.
∆hiF = Perdida de carga del fragmento.
K = Constante que está en función al módulo m (Tabla 4.12).
T = Espesor del fragmento.
m = Módulo para los fragmento del tipo II y III (ecuación [4.95] y [4.97]).
En sistemas de flujo confinado, el agua circula por debajo de las estructuras impermeables
donde el suelo se encuentra saturado de agua, anteriormente se había comentado acerca de la
presión de poros que ocasiona el ascenso del agua en un piezómetro, pero cuando la presión
de poros actúa por debajo de una estructura esta es como una barrera impermeable, esta
presión tiende a levantar la estructura.
La determinación de esta presión ascendente contribuye al análisis de la estabilidad de
una estructura hidráulica. La cara de la estructura que está en contacto con el suelo donde
actúa la presión de poros, se la llamará: cara de contacto. Según la ecuación [4.9], la presión
de poros en cualquier punto de la cara de contacto que se escribe:
u i = γ w ·h pi [4.122]
h pi = h 1 – h zi – ∆h i [4.120]
Donde:
h pi = Altura piezométrica para un punto de contacto de la estructura.
h 1 = Altura total de carga en el borde de entrada.
h zi = Altura potencial para el punto de contacto.
∆h i = Perdida de carga para el punto de contacto.
En el caso de utilizarse una red de flujo debe identificarse todas las líneas y las caídas
equipotenciales como se muestra en la Figura 4.124.
192
CAPITULO 4 Flujo de agua
La pérdida de carga para cualquier punto del plano de contacto puede expresarse con la
expresión:
∆H
∆hi = ⋅ ndi [4.121]
Nd
Donde:
∆h i = Perdida de carga para un punto de contacto.
∆H = Pérdida de carga total del sistema.
N d = Número total de caídas equipotenciales.
n di = Ubicación del punto según a las líneas equipotenciales.
∆H
0
A B C D E F G H IJ 17
E'
h1 1
16
2 15
3 14
12 13
4 5 10 11
6 8 9
7
Luego de dibujar la red de flujo cuadrada, debe identificarse a todas las líneas
equipotenciales de la manera como se ve en la Figura 4.84. Si se desea conocer la pérdida de
carga para el punto A, el valor de n di será 1, lo que significa que este punto esta ubicado a una
línea equipotencial completa. Para el punto B el valor de n di será 8, mientras que para el
punto E’ el valor de n di será 11.5, pues está ubicado a 11 líneas equipotenciales completas y
una mitad.
A B C D E F G H IJ
193
Fundamentos de mecánica de suelos
∆H
E'
h1
Fragmento
· F
Fragmento
Fragmento
tipo II tipo IV tipo II
L
Figura 4.85. Determinación de diagrama de presiones con el método de los fragmentos.
La pérdida de carga para cada fragmento ( ∆hiF ) es determinada con la ecuación [4.118],
por lo la pérdida de carga para cualquier punto del sistema es determinado con la expresión:
i
∆h=
i ∑ ∆h
i =1
i
F
+ ∆hi′ [4.122]
Donde:
∆h i = Pérdida de carga para un punto de contacto.
∆hiF = Pérdida de carga para cada fragmento.
∆h i ' = Pérdida de carga del punto respecto al fragmento en cuestión.
La pérdida de carga para un punto de contacto es acumulativa, para el punto E' el valor de
∆h i corresponderá a la pérdida de carga del fragmento II más el valores de ∆h i '
correspondiente al punto E'. En el caso del punto F el valor de ∆h i corresponderá a la pérdida
de carga del fragmento II y V más el valor de ∆h i ' correspondiente al punto F.
194
CAPITULO 4 Flujo de agua
Si se deseara determinar el valor de ∆h' i del punto E’ el valor de l i será medido según a
la dirección del flujo, por lo que será la distancia del fragmento II más una parte del
fragmento V, hasta donde se encuentra este punto, el valor de ∆hiF para este punto
corresponderá al del fragmento V, en cambio para el punto F será el del fragmento II.
Teniendo las pérdidas de carga para cualquier punto de la cara de contacto, se determina la
altura piezométrica para estos puntos con la ecuación [4.120] y finalmente con la ecuación
[4.121] se determina la presión de poros para el plano de contacto. Conociendo la presión de
poros para varios puntos de contacto, se tendrá el diagrama de presión ascendente.
Li
∆hi = ⋅ ∆H [4.124]
L'
Donde:
∆h i = Pérdida de carga para un punto de contacto.
L i = Longitud de contacto del punto en cuestión.
∆H = Perdida total de carga del sistema.
L’ = Longitud total de contacto.
Lane, considera la superficie de contacto a la primera línea de flujo, que será la condición
inicial de borde de la función de flujo. En el sistema de flujo confinado de la Figura 4.86, se
desea determinar el diagrama de presiones ascendentes que actúa en la cara de contacto de la
estructura. El primer paso consiste en ubicar puntos de tal manera que puedan reconocerse
distancias horizontales y verticales en la estructura, como se muestra en la Figura 4.86. En el
caso que se tenga un elemento inclinado deberá usarse las componentes verticales y
horizontales del elemento. Lane propuso que una partícula de suelo le es más fácil circular
horizontalmente que verticalmente, por lo tanto determino que la distancia de contacto L’ será
la suma de las longitudes verticales más el tercio de las longitudes horizontales, lo que
significa:
∑ ∑
1
L' = LV + ⋅ LH [4.125]
3
Donde:
L’ = Longitud total de contacto.
195
Fundamentos de mecánica de suelos
∆H
1
3 5
C' 4
Las distancias verticales de contacto L V en la Figura 4.86, serán los segmentos 1-2, 2-3 y
4-5. Mientras que la única distancia vertical de contacto será el segmento 3-4. La longitud de
contacto para un punto, es la distancia que se encuentra el punto sobre la superficie de
contacto. Para el punto 2 la longitud de contacto l i será únicamente la distancia vertical de
contacto del segmento 1-2. Mientras que para el punto C, la longitud de contacto será la
distancia vertical de contacto de los segmentos 1-2 y 2-3 mas la tercia parte de la longitud
horizontal de contacto del segmento 3-C’. Siguiendo este procedimiento pueden determinarse
las pérdidas de carga para cada punto de la superficie de contacto y luego las alturas de
presión con la ecuación [4.120] y finalmente la presión de poros con la ecuación [4.121]
teniendo así el diagrama de presiones ascendentes.
Este método propuesto por Lane tiene como ventaja su facilidad para resolver problemas
de flujo ascendente y proporciona buenas aproximaciones, puesto que se hace suposiciones
sobre la facilidad que tiene el agua en moverse en el interior del suelo en sentido vertical
como horizontal. Todo el diagrama de presión ascendente que actúa bajo la estructura puede
ser representado como una fuerza puntual resultante que actúa en un punto por debajo por
debajo la estructura.
Si el gradiente hidráulico del flujo que sale por el borde de salida de la estructura es muy
grande, las partículas del suelo en el sector donde se produce la salida son removidas debido
a ese gradiente. A este fenómeno se lo llamo anteriormente flotación, que causa el ascenso de
estas partículas como si el suelo estaría en ebullición, originando condiciones movedizas en
el suelo. Este fenómeno con el tiempo puede ocasionar socavación, afectando la estabilidad
de la estructura. Anteriormente se había comentado, que el gradiente hidráulico mínimo
necesario para ocasionar la flotación en las partículas se lo llama gradiente hidráulico crítico.
El factor de seguridad contra flotación de las partículas, se determina con la expresión:
icr
FS G = [4.126]
ie
196
CAPITULO 4 Flujo de agua
Donde:
FS G = Factor de seguridad del gradiente hidráulico de salida.
i cr = Gradiente hidráulico crítico del suelo.
i e = Gradiente hidráulico de salida.
Varios investigadores recomiendan que este factor de seguridad pudiera variar de 1.5 a
15, dependiendo de las características y condiciones del suelo. Sin embargo, un rango
apropiado para este valor está comprendido entre: 2.5 a 5 (U.S. Engineers Corps).
Terzaghi (1953), sugirió otra manera de determinar el factor de seguridad contra
flotación. A este fenómeno lo llamo tubificación. El término tubificación describe un estado
inestable que se presenta cuando la componente vertical de la presión de flujo, que actúa en
dirección ascendente, supera al peso sumergido del suelo ocasionando condiciones
movedizas. Si las fuerzas ascendentes de flujo superan al peso sumergido, las partículas
pueden ser transportadas hacia arriba y depositarse en la superficie del suelo. De esta manera,
se forma un “tubo” en el suelo (Figura 4.87) cerca de la superficie (Whitlow, 1994).
d
2
A D
W
d
B C
us
W = (γ sat − γ w ) ⋅ d ⋅
d
2
La distribución de la presión de flujo en la base BC del prisma se obtiene mediante el
método de las redes de flujo o de los fragmentos. El valor promedio de esta distribución de
presión ascendente, se define como: u s . Entonces, la fuerza ascendente de flujo sobre BC
será:
us ⋅ d 2 .
FST =
(γ sat − γ w ) ⋅ d [4.127]
us
197
Fundamentos de mecánica de suelos
Donde:
FS T = Factor de seguridad contra la tubificación.
y sat = Peso unitario saturado del suelo.
y w = Peso unitario del agua.
d = Profundidad de la estructura en el suelo.
u s = Valor promedio de la presión de poros en BC.
Para el caso de suelo anisotrópico, se sabe que: k x ≠ k z . Por lo cual, la ecuación que gobierna
la región de flujo en suelo anisotrópico [4.55], será:
∂ 2h ∂ 2h
kx ⋅ + k z ⋅ =0
∂x 2 ∂z 2
kz
x' = ⋅x z' = z [4.128]
kx
∂ 2h kz ∂ 2h
+ ⋅ =0 [4.129]
∂x 2 k x ∂z 2
Teniendo en cuenta los cambios de variable de la ecuación [4.128], por otra parte, puede
escribirse:
∂h ∂h ∂x' k z ∂h ∂x' kz
= ⋅ = ⋅ ⋅x⋅ =
∂x ∂x' ∂x k x ∂x' ∂x kx
198
CAPITULO 4 Flujo de agua
Lo que resulta:
∂ 2h kz ∂ 2h ∂ 2h ∂ 2h
= ⋅ = 0 por otra parte: = =0
∂x 2 k x ∂x' 2 ∂z 2 ∂z ' 2
kz ∂ 2h kz ∂ 2h
⋅ + ⋅ =0
k x ∂x 2 k x ∂z ' 2
∂ 2h ∂ 2h
+ =0 [4.130]
∂x' 2 ∂z ' 2
∆s
∆q kx
∆b
kx > k z
x
(a)
z'
∆s ⋅ k z k x
∆q k'
∆b
x
(b)
Figura 4.88. Elemento de la red de flujo en suelo anisotrópico (Atkinson & Bransby, 1978).
(a) Elemento en dimensiones reales. (b) Elemento en dimensiones reales.
mientras que las dimensiones en la dirección x quedan intactas. El cambio de variable para
este caso será:
kx
z' = ⋅z x' = x [4.131]
kz
a
4 3 2 1 1 2 3 4 5
2·b
kz=4·kx
(a)
Ataguía
2·a
3 2 1 1
kx=4·k z
(b)
a Números de referencia
4 3 2 1 1 2 3 4
(c)
Figura 4.89. Redes de flujo construidas en suelo anisotrópico (Cedergren, 1972).
(a) Red de flujo anisotrópica en dimensiones reales k z > k x . (b) Red de flujo anisotrópica en
dimensiones reales k x > k z . (c) Red de flujo construida en la sección transformada.
200
CAPITULO 4 Flujo de agua
Cuando la red de flujo es construida en las dimensiones reales del suelo anisotrópico, las
líneas equipotenciales y de flujo no se interceptan en ángulos rectos. Sin embargo, cuando se
aplican los cambios de variable correspondientes a cada caso, la región de flujo cambia de
escala, ha esta nueva región de flujo se la denomina: sección transformada. La red de flujo
cuadrada será construida de la misma manera que en el caso isotrópico en la sección
transformada. En la Figura 4.89, se muestra dos ejemplos al respecto.
En la Figura 4.89a, se muestra la red de flujo en un sistema anisotrópico en dimensiones
reales, donde k z > k x , al ser el suelo más permeable en la dirección z la red es alargada en esa
dirección. En la Figura 4.89b, se muestra otro sistema anisotrópico en dimensiones reales,
donde k x > k z , que está alargada en la dirección x. Al aplicar los cambios de variable de la
ecuación [4.134] en la Figura 4.89a y de igual forma los cambios de variable de la ecuación
[4.128] en la Figura 4.89b, en ambos casos, la región de flujo queda transformada a un
sistema isotrópico, como se ve en la Figura 4.89c. Por lo tanto análogamente que el caso
isotrópico, la ecuación [4.133] pueden escribirse de acuerdo a la función potencial y de flujo,
que será:
∂ 2Φ ∂ 2Φ ∂ 2Ψ ∂ 2Ψ
+ =0 + =0
∂x' 2 ∂z ' 2 ∂x' 2 ∂z ' 2
Estas dos ecuaciones, son las ecuaciones de Laplace en función a las dos familias de
curvas que gobiernan la distribución de flujo a través de la región (x’, z’)
Entonces, puede trazarse la red de flujo cuadrada de la misma manera que el caso
isotrópico, donde todas las propiedades de la red de flujo son válidas para la sección
transformada. Por lo cual, el caudal que circula por la red de flujo en la sección transformada
será:
q = k '⋅ F ⋅ (h1 − h2 )
N
[4.132]
Nd
∆b ∆b
∆q = k x ⋅ ∆h ⋅ = k '⋅∆h ⋅
∆s ∆s ⋅ k z k x
k'= kx ⋅ kz [4.133]
201
Fundamentos de mecánica de suelos
Originalmente el método de los fragmentos fue desarrollado para suelos isotrópicos, sin
embargo varios investigadores hicieron aportes a este método, de tal manera que ahora puede
ser utilizado en suelos anisotrópicos. Los ábacos que se muestran en las Figuras 4.77 a 4.79,
están elaborados para utilizarse en suelos anisotrópicos, donde se incluye el valor de
transformación R, que será:
kz
R= [4.134]
kx
La Figura 4.90, muestra las condiciones de flujo por un borde entre dos suelos que son
homogéneos e isotrópicos, pero con diferente conductividad hidráulica.
∆a
∆a
α2
∆b
α1
C
∆a
∆q
B
∆q
D
Suelo 2
Suelo 1 k2
k1
Figura 4.90. Deflexión de las líneas equipotenciales y de flujo en el borde de suelos con
distinta conductividad hidráulica (Atkinson & Bransby, 1978).
202
CAPITULO 4 Flujo de agua
La red de flujo del suelo 1 del borde a la izquierda, tiene elementos cuadrados de lado ∆a,
mientras, que el suelo 2 del borde a la derecha, debido a que es de diferente conductividad los
elementos de la red son rectángulos con lados ∆s y ∆b. No obstante, como se ve en la Figura
4.91, las líneas de flujo y equipotenciales son continúas al pasar el borde aunque sus
pendientes cambien.
La cantidad de flujo entre dos líneas de flujo adyacentes debe ser la misma en todas
partes, al igual que la perdida de carga entre dos líneas equipotenciales adyacentes. La
cantidad de flujo entre dos líneas de flujo adyacentes según la ecuación [4.72], será:
Debido a que las líneas equipotenciales son continuas al pasar el borde, entonces se
conoce que: ∆h 1 = ∆h 2 . De esta manera, según a las ecuaciones [4.135] y [4.136], se tendrá
que:
∆b k1
= [4.137]
∆s k 2
∆b tan α1
= [4.138]
∆s tan α 2
k1 tan α1
= [4.139]
k 2 tan α 2
La ecuación [4.149], define la deflexión que tendrán las líneas de flujo cuando cruzan en
borde y la ecuación [4.137] define las dimensiones de la red de flujo en un lado del borde,
cuando en el otro lado la red de flujo es cuadrada.
La Figura 4.92, muestra dos ejemplos comunes de secciones compuestas en presas de tierra.
La sección compuesta en una presa de tierra, por lo general tiene entre 2 o 3 tipos de
conductividades hidráulicas que no son muy diferentes entre si. Las conductividades en
secciones compuestas, no han de superar ser 1000 veces mayor o menor que la otra
conductividad. Las diferentes conductividades de la sección compuesta de la presa de tierra,
203
Fundamentos de mecánica de suelos
producen una variación en la trayectoria de la línea freática, al atravesar cada borde que
separa distintas conductividades la línea freática se abate cambiando así su pendiente.
k1 k2
(a)
k1 k2 k1
(b)
Figura 4.91. Presa con sección compuesta.
(a) Sección con dos conductividades (b) Sección con núcleo de distinta permeabilidad.
Bo
rde
Bo
k1 k2 k1 k2
rde
w w
k1 > k 2 α=β=w k1 k 2
>
α=β=0
(a) (b)
k1 e k2
rd
Bo
β
α
k1 k 2
>
β=270-α-w
(c)
e
rd
Bo
k1 k2
e
rd
k1 k2
Bo
Muy
permeable β
α
w w
k1 k 2 k 1 > k 2 β=270-α-w
>
(d) (e)
Figura 4.92. Condiciones de transferencia para la línea freática (J. Badillo, 2000).
204
CAPITULO 4 Flujo de agua
(a) Para k 1 > k 2 y w < 90. (b) Para k 1 < k 2 y w < 90. (c) Para k 1 < k 2 y w > 90 (caso poco
común). (d) Para k 1 << k 2 y w > 90 (k 2 muy permeable). (e) Para k 1 > k 2 y w > 90.
La línea freática, por ser una línea de flujo, deberá de cumplir las condiciones generales
de transferencia de tales líneas, es decir que si α es el ángulo agudo con que la línea llega al
borde y β el ángulo agudo con que sale de la misma, después de ser desviada al modo de un
rayo de luz que pasa de un medio a otro de diferente velocidad de propagación. Por lo que se
llegará a cumplir que:
tan β k1
=
tan α k 2
El análisis de suelos estratificados es otra limitación que tiene el método de los fragmentos.
Un procedimiento aproximado para determinar las características del flujo de un sistema
estratificado ha sido propuesto por Polubarinova-Kochina. Harr ha mejorado aquel método,
donde los coeficientes de conductividad hidráulica de ambos estratos son relacionados con un
parámetro adimensional ε, que se expresa:
tan (π ⋅ ε ) =
k2
[4.140]
k1
Donde:
k 1 = Conductividad hidráulica del estrato superior.
k 2 = Conductividad hidráulica del estrato inferior.
205
Fundamentos de mecánica de suelos
del sistema, con los valores de ε de cada fragmento. Utilizando este procedimiento, puede
determinarse todas las propiedades de la región de flujo.
Para determinar la presión de poros a lo largo de la superficie de contacto, se sigue el
mismo principio de las ecuaciones [4.119] y [4.120]. Se determina la pérdida de carga y la
altura total de carga para los tres casos de ε, para cada punto de contacto deseado Finalmente
se interpola los valores que corresponden al ε del sistema. Para determinar el gradiente
hidráulico de salida i e , se utiliza la misma idea. Se determinar el gradiente hidráulico de
salida con el ábaco de la Figura 4.83 para los tres casos de ε, luego se interpola el valor de ε
que corresponde al sistema.
En el caso de un sistema de tres estratos o más, se usan dos o más valores de ε. Donde el
primer valor de ε representara los primeros estratos superiores, mientras que el segundo valor
será los últimos estratos, de tal manera que existan simplemente dos grupos, luego ha de
analizarse los estratos en cuestión y así sucesivamente para un número mayor de estratos en
un sistema.
206
CAPITULO 4 Flujo de agua
La técnica gráfica de redes de flujo descrita en la sección de flujo en dos dimensiones y los
métodos aproximados puede usarse en el análisis de problemas de pozos. Sin embargo, las
fórmulas elaboradas para obtener soluciones analíticas a los problemas de pozos es la técnica
más aceptada.
Redes de flujo.
Un ejemplo de una red de flujo para un simple problema se muestra en la Figura 4.95. El
caudal entre las líneas de flujo está dado por la ecuación propuesta por Taylor (1948) que es:
r ⋅b
∆q = 2 ⋅ π ⋅ k ⋅ ∆h ⋅ [4.141]
l
Donde:
k = Conductividad hidráulica.
∆h = Perdida de carga total entre líneas equipotenciales.
r = Distancia del pozo.
b =Dimensión del elemento en la dirección Z.
l = Dimensión de elemento en la dirección r.
207
Fundamentos de mecánica de suelos
Pozo de
bombeo
Abatimiento
A
niv batim
el ie h2 z
fre nto
áti d
co el
Estrato impermeable
(a)
(b)
b
r
Z
(c)
Figura 4.94. Salida del flujo radial simple (Taylor, 1968).
(a) Flujo horizontal del pozo. (b) Red de flujo vista en planta. (c) Red de flujo vista en perfil.
Como en una red de flujo en planta, ∆q y ∆h deben ser iguales para todos los elementos
dentro de la red de flujo. Así r ⋅ b l es una constante. Cuando se traza la vista en planta
(Figura 4.94b) la red de flujo consiste de elementos cuadrados como en el caso de un plano
descrito en el flujo en dos dimensiones.
208
CAPITULO 4 Flujo de agua
Cuando se traza el perfil (Figura 4.94c) los elementos de aspecto con la relación (b/R) es
proporcional a la distancia radial r y por consiguiente no son cuadrados.
Por lo tanto, la construcción gráfica de las redes de flujo para los problemas de flujo
radial generalmente no es práctico excepto los casos donde la presión del agua es constante y
sólo se requiere la vista en planta de la red de flujo.
Soluciones aproximadas.
Los métodos numéricos y analógicos pueden ser usados para problemas que involucran
condiciones de borde complicadas. Los métodos analógicos eléctricos son especialmente
ventajosos para problemas de pozos más complicados que no pueden idealizarse en dos
dimensiones.
Fórmulas analíticas.
El análisis de flujo a un solo pozo puede ser resuelto a menudo por métodos analíticos.
También, el análisis de flujo de pozos múltiples y muchos problemas que involucran
condiciones de borde complicadas puede ser resuelto bien por soluciones de superposición
para problemas de pozos singulares. Pueden obtenerse soluciones analíticas para problemas
de flujo no estacionario.
8.2. Ecuaciones básicas del pozo para flujo en estado estacionario.
Flujo estacionario.
Las condiciones de flujo estacionario existen cuando el caudal de flujo del pozo y la
superficie piezométrica no cambian con el tiempo. Si la región de la superficie piezométrica
no fluctúa, las condiciones de estado estacionario son alcanzadas por bombeo de un pozo de
un caudal constante durante un largo periodo de tiempo. En otras palabras, al construir un
pozo y comenzar a bombear agua de el con un caudal constante, el nivel de agua se empieza a
abatir y se produce un flujo de la masa de agua que rodea al pozo hacia este; conforme pasa
el tiempo el nivel sigue bajando y el flujo hacia el pozo se modifica. Eventualmente puede
llegarse a una estabilización del nivel del agua en el pozo y de flujo de agua hacia el mismo
en la zona circunvecina; cuando esto se ha logrado se tendrá un flujo estacionario, que hasta
ese momento era no estacionario o transitorio. El diseño de pozos para el control del flujo de
agua es a menudo basado en cálculos que asumen condiciones de estado estacionario.
En acuíferos artesianos.
209
Fundamentos de mecánica de suelos
Impermeable R
Figura 4.95. Flujo radial estacionario con penetración total (J. Badillo, 2000).
dh
q = k ⋅i ⋅ A = k ⋅ ⋅ 2 ⋅π ⋅ r ⋅ D [4.142]
dr
De donde
q dr
dh = ⋅
2 ⋅π ⋅ k ⋅ D r
Integrando
q
h= ⋅ ln r + C [4.143]
2 ⋅π ⋅ k ⋅ D
Para r = R ; h = H
Así
210
CAPITULO 4 Flujo de agua
q
H= ⋅1nR + C
2 ⋅π ⋅ k ⋅ D
y
q R
C=H− ⋅ ln [4.144]
2 ⋅π ⋅ k ⋅ D r
⋅ (ln R − ln r )
q q q
h= ⋅ ln r + H − ⋅ ln R = H −
2 ⋅π ⋅ k ⋅ D 2 ⋅π ⋅ k ⋅ D 2 ⋅π ⋅ k ⋅ D
q R
h=H− ⋅ ln [4.145]
2 ⋅π ⋅ k ⋅ D r
q R
k= ⋅ ln [4.147]
2 ⋅ π ⋅ D ⋅ (H − h0 ) r0
En realidad el caso presentado en la Figura 4.96, al cual se han venido refiriendo todas
las fórmulas anteriores, es esquemático y poco frecuente en los problemas reales, pero la
herramienta matemática que permite introducir es susceptible de extensión a casos de mayor
interés práctico. Los casos reales más frecuentes son aquellos en los que el estrato artesiano
es lo suficientemente extenso en todas las direcciones horizontales a partir del eje del pozo,
como para que la zona de depresión pueda considerarse como una de flujo radial hacía el
pozo. Si se tienen dos pozos de observación llevados hasta el acuífero artesiano, a las
distancias r1 y r2 a partir del eje del pozo de bombeo y el nivel del agua en esos pozos es h1
y h2 respectivamente, como se puede ver en la Figura 4.97 la aplicación de la ecuación
[4.145] produce:
q R
h1 = H − ⋅ ln [4.148]
2 ⋅π ⋅ k ⋅ D r1
y
211
Fundamentos de mecánica de suelos
q R
h2 = H − ⋅ ln [4.149]
2 ⋅π ⋅ k ⋅ D r2
Restando
q r
h1 − h2 = H − ⋅ ln 1 [4.150]
2 ⋅π ⋅ k ⋅ D r2
r1
Pozo de
bombeo Pozos de observación
r2
Aba
timi
ento
Estrato muy
del poco permeable
n i
freá vel
tico
h2 D h1
Acuífero
r Estrato impermeable
Figura 4.96. Flujo radial estacionario con penetración total (J. Badillo, 2000).
La expresión [4.150] no contiene los términos R y H, lo cual la hace aplicable a casos con
simetría radial, al cual se refirió la Figura 4.97. Matemáticamente hablando la ecuación
[4.150] es equivalente a la [4.146], suponiendo en todos los casos que r 1 es mayor a r 2 .
De la expresión se puede despejar el valor de k y entonces proporcionar un método de
campo para obtener dicho valor en casos de flujo estacionario en acuíferos artesianos,
conocido el valor de k, la propia ecuación [4.150] permite fácilmente el cálculo del caudal
que es posible extraer de un acuífero artesiano, en condiciones de flujo estacionario
utilizando dos pozos de observación. El nivel del agua en el pozo puede obtenerse también
con ecuación [4.150] haciendo en ella r2 = r0 y usando un solo pozo de observación.
Respecto a las distancias que deben fijarse entre los pozos de observación y el de bombeo
( r1 y r2 ). Conviene indicar que cuanto mayores sean será necesario una prueba más larga,
para dar tiempo a que se establezca el flujo, al menos en forma práctica, en la zona cubierta
por los pozos; por otra parte, si r1 y r2 se seleccionan muy pequeñas pueden jugar un papel
importante las anomalías de carácter local en torno al pozo que distorsionen los resultados,
dificultando su interpretación.
Debe notarse que las ecuaciones anteriores se han desarrollado suponiendo que la carga
en el pozo h0 , corresponde exactamente al nivel del agua en el mismo; esto es cierto
solamente cuando no se toman en cuenta por ser pequeñas las pérdidas de carga hidráulica,
que el agua sufre al pasar a través del filtro y la malla que protege la base del pozo para entrar
212
CAPITULO 4 Flujo de agua
a este. Si estas pérdidas se quieren tomar en cuenta, el valor de h0 para los cálculos será el
nivel del agua en el pozo, más el valor de las pérdidas estimadas.
La ecuación [4.146] de Thiem se refiere a un pozo en posición central dentro de su zona
de influencia; Muskat (1937) extendió su campo de aplicaciones a pozos que tienen una
excentricidad, e, dentro de la zona influenciada por su presencia o cuando la carga en la
periferia de un círculo que tenga en su centro al pozo no tenga un valor constante H. Para el
primer caso Muskat obtuvo la siguiente expresión para el flujo radial hacia un pozo artesiano:
H − h0
q = 2 ⋅π ⋅ k ⋅ D ⋅
R 2 − e2
ln
R ⋅ r0
R
Superficie del terreno q
2·ro
Nivel freatico original Nivel del agua
r
Superficie
piezométrica final
Nivel freatico final H
h
Acuifero ho
Impermeable
Figura 4.97. Flujo radial estacionario con penetración total (J. Badillo, 2000).
213
Fundamentos de mecánica de suelos
dr 2 ⋅ π ⋅ k
= ⋅ h ⋅ dh [4.151]
r q
h = H para r = R
y que
h = h0 para r = r0 [4.152]
Se tiene:
H
2 ⋅π ⋅ k h2
[ln r ]rR = ⋅
2 h
0
q
0
De donde:
H 2 − h02
q =π ⋅k [4.153]
R
ln
r0
q r
h 2 − h02 = ln [4.154]
π ⋅ k r0
q r
h22 − h12 = ln 2 [4.155]
π ⋅ k r1
214
CAPITULO 4 Flujo de agua
tanto más aproximado cuanto menos se aparte el flujo de las hipótesis de Dupuit; es decir
cuando la superficie piezométrica sea más horizontal, lo cual ocurre cuando el abatimiento
del agua en el pozo de bombeo es pequeño. La experiencia permite afirmar que la ecuación
de Dupuit-Thiem proporciona una buena aproximación para la superficie piezométrica
correspondiente a la borde inferior impermeable del acuífero libre.
Superficie libre
Pozo
Acuifero
Impermeable
Figura 4.98. Superficie libre y superficie piezométrica (J. Badillo, 2000).
En el nivel freático o línea de corriente superior, la aproximación es también aceptable
para puntos no muy cerca del pozo de bombeo, pues alrededor de este se tiene una superficie
libre de descarga, como se ilustra esquemáticamente en la Figura 4.98. En resumen, puede
decirse que la solución dada en esta sección da buenos resultados para el nivel del agua en el
pozo y en puntos que no estén localizados para el nivel del agua en el pozo y en puntos que
no estén localizados en su inmediata vecindad. Por otra parte la solución presentada da muy
buenos resultados para estimar el caudal de extracción del pozo para un abatimiento dado del
agua en el mismo.
8.2.2. Flujo estacionario radial en pozos con penetración parcial.
En acuíferos artesianos
Cuando la rejilla del pozo, por la cual el agua entra, no cubre todo el espesor del estrato
artesiano se tiene un pozo denominado de penetración parcial.
La Figura 4.100 ilustra esquemáticamente el caso. Ahora el flujo radial ya no es
horizontal, como se supuso en el caso de pozos con penetración total, sino que la trayectoria
del agua en la vecindad del pozo es como se ilustra esquemáticamente en la Figura 4.100. Si
el abatimiento del agua en el pozo es el mismo, obviamente se tendrá un menor caudal en el
pozo de penetración parcial que en el de penetración total. Asimismo, si el caudal que se
extrae es el mismo en ambos pozos, el abatimiento del agua en el pozo de penetración parcial
será mayor que el abatimiento que ocurrirá en el mismo pozo si su penetración fuera total.
215
Fundamentos de mecánica de suelos
qp
Superficie del terreno
Superficie piezométrica original
2r0
h2D 2D
H
d h0
D
Figura 4.99. Flujo radial estacionario con penetración parcial (J. Badillo, 2000).
Si se llama q p al caudal que se extrae del pozo de penetración parcial y q sigue siendo el
caudal que proporciona el pozo de penetración total, por la discusión anterior se tiene que
q p / q ≤1 para un abatimiento dado en el agua del pozo igual en ambos casos. Tanto teórica
como experimentalmente se ha encontrado que a una distancia r ≥ 2 D a partir del eje del
pozo, el efecto de la penetración parcial es despreciable, tanto en las condiciones de flujo en
el estrato acuífero como en el abatimiento de la superficie piezométrica. El problema de los
pozos parcialmente penetrantes ha sido estudiado por diversos investigadores, entre ellos,
Forchheimer, Kozeny, de Glee y Muskat. Las soluciones mas generales las han obtenido los
dos últimos haciendo uso de las funciones de Green, técnica matemática que permite resolver
las ecuaciones diferenciales del flujo del agua cumpliendo con las condiciones de borde del
problema. La solución que se presenta es la debida a G.J. de Glee (1930). Para un pozo que
penetra únicamente una longitud d en la parte superior de un acuífero artesiano, la diferencia
de niveles piezométricos entre el pozo y un punto situado a distancia 2D de su eje, es una vez
establecido el flujo estacionario.
qp 2 π ⋅ d 0.20
h2 D − h0 = ⋅ ⋅ ln + [4.156]
4 ⋅π ⋅ k d 2 ⋅ r0 D
El sentido de las letras puede verse en la Figura 4.99. Como todas las fórmulas sobre el
tema incluidas en este capítulo, la expresión [4.156] puede manejarse con cualquier sistema
de unidades homogéneo, ya que las constantes que en ella Figuran son adimensionales. La
ecuación [4.156] es válida cuando se cumplen las condiciones de que:
d / D ≤ 0.75 y d / 2 ⋅ r0 ≥ 5
216
CAPITULO 4 Flujo de agua
H − h0 = (H − h2 D ) + (h2 D − h0 ) [4.157]
De la ecuación [4.145]
qp R
H − h2 D = ⋅ ln [4.158]
2 ⋅π ⋅ k ⋅ D 2⋅ D
qp 1 R 1 π ⋅ d 0.10
H − h0 = ⋅ ⋅ ln + ⋅ ln + [4.159]
2 ⋅π ⋅ k D 2⋅ D d 2 ⋅ r0 D
Donde H es el nivel piezométrico a la distancia R del eje del pozo siendo R el radio de
influencia del mismo.
Despejando q p de la ecuación [4.159] y q de la [4.146] es posible encontrar la relación
que existe entre los caudales de dos pozos, uno de penetración parcial y otro de penetración
total, suponiendo que ambos producen el mismo abatimiento piezométrico. Dicha relación es:
R
ln
qp r0
= [4.160]
q R D π ⋅d
ln + ln + 0.10
2 ⋅ D d 2 ⋅ r0
La ecuación [4.160] tiene valor práctico, pues permite calcular el caudal que se obtiene
de un pozo parcialmente penetrante en función del que se puede extraer del pozo de
penetración total que tiene el mismo nivel de agua. En la Figura 4.101 se presenta una grafica
de los resultados de la ecuación [4.160] en función de la relación d/D y para d/2·r o igual a 5,
20 y 100, donde siempre debe cumplirse que R/r o = 1000. Es importante notar que la
ecuación [4.160] es también aplicable al caso en que la rejilla del pozo este abierta en la parte
inferior del acuífero y cerrada en la parte superior (es decir que solo entra el flujo al pozo en
la longitud d en vez del caso inverso, que es el que se ha dibujado en la Figura 4.98
217
Fundamentos de mecánica de suelos
1.0
0.9 σ
Valores de
0.8 2·ro
0.7 5
20
0.6
qP 100
q 0.5
0.4
0.3
0.2 R = 1000
ro
0.1
0
0 0.1 0.2 0.3 0.4 0.5 0.6 0.7 0.8 0.9 1.0
d
D
Figura 4.100. Relación de caudales en penetración parcial y total (J. Badillo, 2000).
Para el caso de penetración parcial en acuiferos libres el mismo de Glee da una expresión que
permite calcular el abatimiento del agua en el pozo, cuando es pequeño respecto a la altura H,
correspondiente al nivel freático inicial:
qp 2 π ⋅ d 0.20
h2 H − h0 = ⋅ ln + [4.161]
4 ⋅ π ⋅ k d 2 ⋅ r0 H
En donde h 2H es ahora la altura del nivel freático en un punto que dista de 2H del eje del
pozo. La similitud de la Ecuación [4.156] con la [4.161], relativa a pozos parcialmente
penetrados en acuiferos artesianos, permite determinar la relación q p /q usando la ecuación
[4.160] y la grafica de la Figura 4.100, sustituyendo únicamente el espesor D del acuífero
artesiano por H, altura del nivel freático en el acuífero libre.
El efecto de la penetración parcial se hace despreciable lejos del pozo y los abatimientos
en el nivel freático pueden estimarse con las formulas de perpetración total, utilizando en
ellas el gasto de bombeo que realmente se tenga en el pozo.
218
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos
CAPITULO CINCO
Esfuerzos efectivos.
El principio del esfuerzo efectivo es probablemente el concepto más importante en la
ingeniería geotécnica. En el cálculo y análisis de problemas como el asentamiento de los
suelos, capacidad de carga de fundaciones, estabilidad de presas, y presión lateral en
estructuras de retención de tierra, la compresibilidad y resistencia al corte de un suelo son las
propiedades que mas influyen en el diseño y estas propiedades dependen en gran parte del
esfuerzo efectivo, lo cual hace que el concepto del esfuerzo efectivo sea muy importante en el
análisis de estos problemas.
El suelo es una estructura esquelética de partículas sólidas en contacto, formando un
sistema intersticial de interconexiones entre los vacíos o poros. Los poros están parcial o
totalmente llenos de agua. Es por esta razón que los esfuerzos efectivos pueden presentarse en
la naturaleza en diferentes maneras.
Los esfuerzos que se producen en un material y las deformaciones que estos producen varían
según la forma en que se apliquen, produciendo esfuerzos y deformaciones normales o de
corte.
Px Py Pz
σx = ; σy = ; σz = [5.1]
y⋅z x⋅z x⋅ y
P
σ= [5.1a]
A
Pz σz
Z Y
y
z
Px σx
x
z
Py σy
y
X
x
Figura 5.1. Esfuerzos y deformaciones debido a las cargas aplicadas
Suponiendo que bajo éstas fuerzas el cubo se comprime un ∆x, ∆y, y ∆z en las direcciones
X, Y y Z. Entonces suponiendo que las deformaciones normales en estas direcciones son
pequeñas (infinitesimales), se tiene:
∆z ∆x ∆y
εz = ; εx = ; εy = [5.2]
z x y
∆l
ε= [5.2a]
l
Deformación volumétrica.
La deformación volumétrica también puede ser expresada en función del esfuerzo causante
de la deformación y del modulo de elasticidad del material, E:
σ
εp = [5.5]
E
218
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos
Los esfuerzos de corte son los esfuerzos tangenciales a la superficie en la que actúan. Para
ilustrar esto de mejor manera se considera por simplicidad el plano XZ y se aplica una fuerza F
que haga al cuadrado torcer en un paralelogramo como muestra la Figura 5.2. La fuerza F es
una fuerza cortante y el esfuerzo de corte es:
F
τ= [5.6]
x⋅ y
Z Z
F y
x τ
z γzx z
X X
F τ
x
Figura 5.2. Esfuerzo y deformación de corte. (Budhu, 2000)
∆x
tan (γ zx ) =
Cateto opuesto
= [5.7]
Cateto adyacente z
∆x
γ zx = tan −1
z
∆x
γ zx = [5.8]
z
Donde
γ = ángulo de deformación o distorsión (Figura 5.2), expresado en radianes.
La respuesta de los materiales sometidos a carga y descarga son las curvas esfuerzo-
deformación y varían mucho según las propiedades del material (composición), modo en que
se apliquen las cargas (cargado rápido o lento), trayectoria de esfuerzos del material (historia
de los esfuerzos) y de la relación de vacíos del material. Debido a esto es que se debe tomar en
cuenta todos estos aspectos para poder obtener resultados representativos del material.
Si se aplica un incremento de carga vertical, ∆P, a un cilindro deformable con área de
sección transversal A como se muestra en la Figura 5.3, el cilindro se comprimirá un ∆z y el
radio aumentará un ∆r. La condición de cargado que se aplica aquí se llama cargado uniaxial,
ósea cargado en una dirección respecto a un eje.
Configuración
original
Ho
r
Configuración
deformada
ro
∆P
∆σ z = [5.10]
A
∆z
∆ε z = [5.11]
Ho
∆r
∆ε z = [5.12]
ro
Donde:
H o es la longitud original y r o es el radio original.
220
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos
se cuenta con valores tabulados según el tipo de suelo. Estos valores son lo suficientemente
precisos para la mayoría de los problemas prácticos.
Deformaciones laterales
υ=
Deformación axial
− ∆ε r
υ= [5.13]
∆ε z
Los valores típicos del índice de Poisson y el modulo de elasticidad para distintos tipos de
materiales se muestran en la Tabla 5.1.
σ
E= [5.14]
ε
inicial es el
modúlo
elástico, E. Elástico no líneal
La pendiente es el modúlo
elástico secante, Es'
O Deformación (εz)
Figura 5.4. Curvas esfuerzo-deformación de un material elástico lineal y no lineal
221
Fundamentos de mecánica de suelos
Suponiendo que para incrementos iguales de ∆P se consiguen diversos valores de ∆z, pero
al descargar el cilindro vuelve a su configuración original. El diagrama de la relación esfuerzo-
deformación será una curva como la curva OB de la Figura 5.4. En este caso, el material que
contiene el cilindro se llama un material elástico no lineal. Si se aplica una carga P 1 que
cause un desplazamiento ∆z 1 en un material elástico y posteriormente una segunda carga P 2
que cause un desplazamiento ∆z 2 , entonces el desplazamiento total será ∆z = ∆z 1 + ∆z 2 . Los
materiales elásticos obedecen al principio de superposición. El dice que el orden en el cual se
apliquen las cargas no es importante; se podría aplicar primero P 2 y después P 1 pero el
desplazamiento final debe ser el mismo.
Algunos materiales como el suelo no vuelven a su configuración original después del
descargado. Ellos exhiben una relación esfuerzo-deformación similar a la representada en la
Figura 5.5, donde OA es la respuesta al cargado, AB la respuesta a la descarga, y BC la
respuesta a la recarga. Las deformaciones que ocurren durante el cargado, OA, consisten de
dos partes, una parte elástica o recuperable, BD, y una parte plástica o irrecuperable, OB.
Entonces un material que presente este comportamiento es llamado material elastoplástico, es
decir una parte de la respuesta al cargado es elástica y otra plástica.
Respuesta elástica
durante el
descargado.
O B D Deformación
Plástico Elástico
Figura 5.5. Curvas esfuerzo-deformación de un material elastoplástico. (Budhu, 2000)
222
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos
γzx
Figura 5.6. Respuesta esfuerzo de corte-deformación de corte para un material elastoplástico.
(Budhu, 2000)
Superficie de fluencia
Si se considera una situación más compleja que el cargado uniaxial de un cilindro como se
muestra en la Figura 5.7a. En ella se presenta un caso en el que se aplican incrementos de
esfuerzos verticales y radiales. Debido a que no aplica ningún esfuerzo de corte, los esfuerzos
axiales y radiales son esfuerzos principales: σ z = σ 1 = Σ∆σ z y σ r = σ 3 = Σ∆σ r respectivamente.
Si por ejemplo, se toma σ 3 igual a cero (σ 3 = 0) y se aumenta σ 1 . El material fluirá hasta
el valor de σ 1 , el cual se llamara (σ 1 ) y , y trazamos el punto A como se ve en la Figura 5.7b.
Si, alternativamente, se toma σ 1 = 0 y se aumenta σ 3 , el material fluirá hasta (σ 3 ) y y es
223
Fundamentos de mecánica de suelos
representado por el punto B en la Figura 5.7b. Entonces se puede sujetar al cilindro a varias
combinaciones de σ 1 y σ 3 y graficar el resultado de la fluencia de estos puntos. La unión de la
fluencia de estos puntos produce una curva, AB, la cual es llamada curva de fluencia o
superficie de fluencia como se muestra en la Figura 5.7b. Un material sujeto a una
combinación de esfuerzos que caiga debajo de esta curva responderá elásticamente
(deformación recuperable). Si se continúa cargando más allá del esfuerzo de fluencia, el
material responderá elastoplásticamente (ocurrirá una deformación permanente o
irrecuperable). Si el material es isotrópico, la superficie de fluencia será simétrica respecto de
los ejes σ 1 y σ 3 .
σ1
Superficie de fluencia
σ1
A
(σ1)y Elastoplástico
Region
σ3 elástica
B
σ3
(σ3)y
a) b)
Figura 5.7. Esfuerzos en estado elástico, plástico y elastoplástico. (Budhu, 2000)
Una vez ya definido claramente lo que son los esfuerzos y las deformaciones que producen
en los materiales, entonces será mucho más fácil entender los esfuerzos que actúan dentro de
una masa de suelo. El esfuerzo total que es transmitido al suelo esta compuesto de dos partes
principales, el esfuerzo efectivo y la presión de poros del agua. A continuación se definen
detalladamente cada uno de estos esfuerzos.
Los ingenieros geotécnicos lo llaman esfuerzo total por que es la suma de los esfuerzos
absorbidos por todas las fases del suelo, este esfuerzo es el que absorbe todo el peso en o sobre
el suelo.
W
σ= [5.15]
A
El esfuerzo total global se descompone en dos esfuerzos locales o principales, que son el
esfuerzo total vertical y el esfuerzo total horizontal. El esfuerzo total vertical a diferencia del
esfuerzo horizontal, es influenciado por las fuerzas gravitacionales y por consiguiente por el
peso mismo del suelo y demás elementos que se encuentren en o sobre este. En cambio el
esfuerzo horizontal es influenciado por fuerzas laterales en el terreno, de ahí que toma su
principal interés en el diseño de muros o estructuras de retención, ya que ahí es donde se
analiza el empuje lateral del suelo. Es por esta razón que el esfuerzo vertical es de mayor
utilidad en este capitulo que el esfuerzo horizontal. Por consiguiente en este capitulo cuando se
hable de esfuerzo total se referirá al esfuerzo total vertical, sin que quiera decir que no haya
esfuerzos horizontales, sino que tan solo no se los analiza ya que son mucho menores
comparados con los verticales en el tipo de problemas que se analizan en este capitulo.
En general, σ v ≠ σ h .
224
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos
Es la presión inducida en el fluido (ya sea agua o agua y aire) que llena los poros. El fluido en
los poros es capaz de transmitir esfuerzos normales, pero no esfuerzos cortantes, por lo que no
tiene la componente de corte, y es por esta razón que la presión de poros se la conoce también
con el nombre de esfuerzo neutral o presión neutra.
En el caso de suelos parcialmente saturados, el fluido en los poros estará compuesto de
una parte liquida y otra gaseosa, generalmente la parte líquida es agua y la parte gaseosa es
aire o vapor de agua. Estos dos componentes que se encuentran en los poros tienen
características distintas ya que el agua es virtualmente incompresible, y el aire o vapor de agua
es muy compresible. Entonces la presión de poros tiene dos componentes; la presión de agua,
u w y la presión del aire, u a en los poros del suelo. A causa de la tensión superficial que es la
que causa el fenómeno conocido como capilaridad, la presencia de aire reduce la presión de
poros, por lo tanto la presión de poros es influenciada tanto por el agua como también por el
aire presente en los poros, Bishop (1955) sugirió la siguiente relación para la presión de poros:
u = u a − x ⋅ (u a − u w ) [5.16]
Terzaghi en 1943, demostró que para un suelo saturado, el esfuerzo efectivo en cualquier
dirección puede definirse en forma cuantitativa como la diferencia entre el esfuerzo total y la
presión de poros del agua, como se ve en la ecuación [5.17].
Este esfuerzo es transmitido a través de la estructura sólida del suelo por medio de los
contactos intergranulares. Este componente del esfuerzo total es el que controla tanto la
deformación debida a los cambios de volumen como la resistencia al corte del suelo, por lo
tanto el esfuerzo normal y el esfuerzo cortante se transmiten a través de los contactos entre
grano a grano.
σ '= σ − u [5.17]
Donde:
σ = Esfuerzo normal total.
σ’= Esfuerzo normal efectivo.
u = Presión de poros del agua o esfuerzo neutral.
225
Fundamentos de mecánica de suelos
El concepto del esfuerzo efectivo puede ilustrarse dibujando una línea ondulada, b-b, que pase
solo a través de los puntos de contacto entre las partículas sólidas, tal como se muestra en la
Figura 5.8.
El esfuerzo total es absorbido parcialmente por el agua en los poros ó espacios vacíos y
parcialmente por los sólidos del suelo en sus puntos de contacto. Entonces en un plano
cualquiera b-b por donde pasa la línea ondulada mostrada en la Figura 5.8, se observa que a s
es el área de sección transversal ocupada por los contactos sólido con sólido, es decir a s = A 1 +
A 2 + A 3 + ... + A n , entonces el espacio ocupado por el agua es igual a (Ā - a s ), de ahí que la
fuerza absorbida por el agua es:
(
Pw = A − a s ⋅ u ) [5.18]
Donde:
u = Presión de poros del agua.
Ā = Área de la sección transversal de suelo = X·Y.
a s = Área de sección transversal ocupada por los contactos sólido con sólido.
P2
P1 u
P3 u
b b
P2 u
P1 P3
Areas de contacto
solido - solido
A4
A1 A2 A3
b Y
b
P1 P2 P3 P4
X
Sección Transversal
Area = A = X·Y
Figura 5.8. Fuerzas intergranulares actuando en la superficie b-b. (Simons & Menzies, 2000)
Como la variación entre las áreas de contacto es mínima se puede asumir que son iguales,
por lo que también se puede decir que a s = N·A, donde N es el numero de contactos entre las
partículas sólidas existentes en el área unitaria del plano b-b. De la misma manera ocurre con
las fuerzas entre las partículas sólidas, Entonces si P 1 , P 2 , P 3 , … , P n son las fuerzas que
actúan en los puntos de contacto de las partículas del suelo (Figura 5.8) y por lo tanto
efectivas. La suma de las componentes verticales de todas estas fuerzas es:
Pv ' = P1(v ) '+ P2(v ) '+ P3(v ) '+.... + Pn (v ) ' = N ⋅ Pv 'i [5.19]
226
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos
Donde:
P 1(v) ’ + P 2(v) ’ + ..... + P n(v) ’, son las componentes verticales de: P 1 + P 2 + ..... + P n ,
respectivamente.
Entonces la fuerza vertical total P v puede ser considerada como la suma de las fuerzas de
contacto intergranulares P v ’ con la fuerza hidrostática P w , del agua en los poros.
Pv = Pv '+ Pw
(
Pv = Pv '+ A − a s ⋅ u ) [5.20]
Pv
=
Pv '
+u⋅
(A − a ) = σ '+u ⋅ 1 − a
s
s
i
A A A A
σ = σ i '+u ⋅ (1 − a' s )
σ '= σ − u [5.17]
La ecuación [5.17] fue desarrollada primero por Terzaghi en 1925 a 1936, Skempton en
1960 extendió el trabajo de Terzaghi y propuso la relación entre los esfuerzos total y efectivo
con la ecuación [5.21].
Considerando ahora la deformación en el área de contacto entre dos partículas
influenciadas además por la presión de poros del agua, como se ve en la Figura 5.9.
El sistema de fuerzas puede considerarse estar hecho de dos componentes. Si P es la
fuerza media por contacto y hay N contactos en un área unitaria, entonces la fuerza
intergranular por área unitaria en el plano b-b es.
σ i '= N ⋅ P [5.22]
227
Fundamentos de mecánica de suelos
volumen de la partícula sin ningún cambio en la forma de esta. Por consiguiente, el esqueleto
del suelo en conjunto también reduce ligeramente en su volumen sin cambios en su forma.
La compresibilidad de la estructura del esqueleto del suelo, sin embargo, es mucho mayor
que la compresibilidad de las partículas individuales del suelo de las que se compone. De ahí
que sólo esa parte del esfuerzo local de contacto que es un exceso de la presión de poros del
agua es la que realmente causa una deformación estructural por resistencia volumétrica o por
corte o por ambos.
Este exceso de esfuerzo que controla la deformación estructural es igual a (P/A - u), dónde
A es el área del contacto entre partículas. Sumando los componentes correspondientes del
exceso de fuerzas interparticulares se obtiene una expresión para σ’ definido como esa parte
del esfuerzo normal el cual controla el cambio de volumen debido a la deformación de la
estructura del suelo, de donde el exceso de fuerza por unidad del plano b-b es:
σ ' = N ⋅ (P A − u ) ⋅ A
= N ⋅P −u⋅N ⋅ A
= N ⋅ P − u ⋅ as Donde: a s = N·A
σ ' = σ − u ⋅ (1 − a s ) − u ⋅ a s
σ ' = σ − u + u ⋅ as − u ⋅ as
σ '= σ − u [5.17]
P
u
A u A
u u u
u u
P P
Figura 5.9. Separación de las componentes de las fuerzas intergranulares. (Simons &
Menzies, 2000)
El esfuerzo efectivo, también puede ser hallado en términos del peso específico del suelo y
del agua y de sus respectivas alturas, esto es explicado en forma detallada en el punto 1.6.
De la Figura 5.9, se puede ver que la fuerza total que actúa en una partícula de suelo es la
fuerza P, que actúa con una fuerza de compresión en el contacto entre partículas mas la presión
de poros, u, que actúa en forma contraria tratando de separar a las partículas por una fuerza de
tracción que ayuda a soportar y disminuir el peso soportado por las partículas sólidas.
Entonces haciendo una sumatoria de estas fuerzas verticales, y recordando que el agua actúa
en un área igual a (Ā – A i ), se tiene:
Pt = ⋅P + u ⋅ (1 − Ai ) ; (Ā = 1)
228
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos
Pt = N ⋅ P + u ⋅ (1 − a s )
Donde:
P t = σ·Ā = σ
σ g = N·P/a s = esfuerzo intergranular
a s = Σ A i = N·A i
σ = σ g ⋅ a s + u ⋅ (1 − a s )
σ + u ⋅ (1 − a s )
σg = [5.24]
as
De las ecuaciones [5.21], [5.22] y [5.24], se puede ver la diferencia que existe entre el
esfuerzo efectivo, la fuerza media intergranular por área unitaria del plano y el esfuerzo
intergranular. El esfuerzo efectivo no toma en cuenta el área de contacto entre partículas,
mientras que los otros dos si lo hacen. Pero el analizar los esfuerzos de los suelos considerando
estas áreas seria muy complicado y no valdría la pena debido a que las variaciones con
respecto del esfuerzo efectivo son mínimas, a no ser en algunos pocos casos especiales en los
que estas influyen considerablemente. Es por esta razón que el esfuerzo efectivo muchas veces
es confundido con la fuerza media intergranular por área unitaria del plano o con el esfuerzo
intergranular, sin embargo si bien son aproximadamente similares no son completamente
iguales, por lo que es importante poder distinguir entre uno y otro.
El principio del esfuerzo efectivo fue definido por Bishop (1959), utilizando dos simples
hipótesis:
• El cambio de volumen y deformación de los suelos depende del esfuerzo efectivo y no
del esfuerzo total. Esto lleva a la ecuación [5.17] ya definida.
σ ´= σ − u [5.17]
• La resistencia al corte depende del esfuerzo efectivo y no del esfuerzo total normal al
plano considerado. Esto puede ser expresado por la ecuación:
Como el esfuerzo efectivo es esa parte del esfuerzo total que controla la deformación de la
estructura del suelo, independientemente de las áreas de contacto entre partículas. Esto lleva a
la conclusión de que aunque la fuerza media intergranular por área unitaria depende de la
magnitud de ´a´, los cambios de volumen debido a la deformación de la estructura del suelo
dependen simplemente de la diferencia de esfuerzos (σ - u) o esfuerzo efectivo, cualquiera que
sea la naturaleza de ´a´. (Bishop, 1959).
229
Fundamentos de mecánica de suelos
T N
N
T T
T N
N
(a) (b)
Figura 5.10. Representación esquemática de la transmisión de fuerzas a través de un suelo.
(a) Sección de un recipiente lleno de suelo, (b) Ampliación de una parte de la sección
mostrando las fuerzas transmitidas por dos puntos de contacto. (Lambe Whitman, 1976).
En la Figura 5.10 se pueden ver las fuerzas normales y tangenciales a la superficie de
contacto, que producen los esfuerzos normales y de corte respectivamente.
Columna
Unitaria
Figura 5.11. Esfuerzos en campo debidos al peso del suelo mismo en reposo. (Simons &
Menzies, 2000)
230
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos
Considerando que el elemento de suelo de la Figura 5.11 tiene una profundidad D metros,
el nivel de agua está en la superficie, el peso específico del volumen de suelo (sólidos y agua)
es γ [kN/m3], se puede hallar el esfuerzo total. Estos son los únicos datos necesarios para el
cálculo del esfuerzo total.
De la definición de esfuerzo se sabe que el esfuerzo es una fuerza sobre el área en la que
actúa esta. En este caso la fuerza es el peso de la columna de suelo y el área en la que actúa
esta fuerza se considera como unitaria (1 m2), entonces se tiene:
σ v = W/A → σ v = W/1
σv = W
El peso de la columna de suelo se puede encontrar con ayuda del peso específico del suelo
húmedo, ya que toda la columna de suelo se encuentra por debajo del nivel freático:
W = γ··H ; σv = W
σ v = γ··H [5.26]
u = W w /A → σ v = W/1
u = Ww
El peso de la columna de agua se puede encontrar con ayuda del peso específico del agua.
W = γ w ·D ; u = Ww
u = γ w ·D [5.27]
Donde:
γ w = peso específico del agua. Una aproximación útil toma γ w = 10 [kN/ m3]
(más exactamente, γ w = 9.807 kN/m3).
231
Fundamentos de mecánica de suelos
1.6.3. Cálculo del esfuerzo efectivo en suelos saturados sin flujo de agua o en
condiciones hidrostáticas.
Cuando se habla de presión hidrostática, se refiere a que la presión de poros en cualquier punto
dentro de la masa de suelo, es igual al peso específico del agua por la profundidad del punto
considerado, esta presión hidrostática esta representada por el nivel freático o superficie
piezometrica. Para realizar el cálculo del esfuerzo efectivo se determina el esfuerzo total y la
presión de poros como se vio en el punto anterior.
H1
A
z
H2 C
Válvula
(Cerrada)
(a)
Esfuerzo Total, σ Presión de poros, u Esfuerzo efectivo, σ'
0 0 0
H 1·γw H 1·γw 0
H1
H1 + H2
232
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos
saturado del suelo y del peso específico del agua como ya se vio anteriormente, por ejemplo
para los puntos A, B, C de la Figura 5.12a se tiene:
En A
Esfuerzo total: σ A = H1 ⋅ γ w
Esfuerzo efectivo: σ ´A = σ A − u A = 0
En B
Esfuerzo total: σ B = H 1 ⋅ γ w + H 2 ⋅ γ sat
Esfuerzo efectivo: σ ´B = σ B − u B
= [H 1 ⋅ γ w + H 2 ⋅ γ sat ] − [H 1 ⋅ γ w + H 2 ⋅ γ w ]
= H 2 ⋅ (γ sat − γ w )
σ ´B = H 2 ⋅ γ ´
Donde:
γ’ = γ sat - γ w es el peso especifico sumergido del suelo.
En C
Esfuerzo total: σ C = H 1 ⋅ γ w + z ⋅ γ sat
Esfuerzo efectivo: σ ´C = σ C − uC
= [H 1 ⋅ γ w + z ⋅ γ sat ] − [H 1 ⋅ γ w + z ⋅ γ w ]
= z ⋅ (γ sat − γ w )
σ ´C = z ⋅ γ ´ [5.28]
Como se puede ver el esfuerzo efectivo solo es la altura de columna de suelo por el peso
especifico sumergido del mismo, por lo tanto el esfuerzo efectivo en cualquier punto es
independiente de la altura del agua sobre el suelo sumergido.
233
Fundamentos de mecánica de suelos
Si se tiene flujo de agua en el suelo, el esfuerzo efectivo en cualquier punto en una masa de
suelo será diferente al del caso estático. Aumentará o disminuirá dependiendo de la dirección
del flujo de agua. El sentido del flujo puede ser ascendente o descendente.
Este tipo de flujo se presenta en el lado aguas abajo de las estructuras de retención de agua,
como por ejemplo presas, ataguías, tablestacas, etc. Este flujo crea una fuerza de levante en
esta parte, que pone en riesgo la vida útil de la estructura de retención de agua, por lo que en
este tipo de obras es necesario hacer siempre un análisis preciso de la influencia que tiene este
tipo de flujo. En consecuencia el análisis de esfuerzos efectivos influye mucho en el diseño y
construcción de una obra hidráulica.
La Figura 5.13a muestra un estrato de suelo granular en un tanque donde el flujo de agua
es ascendente debido a la adición de agua a través de la válvula en el fondo del tanque. El
caudal de agua suministrado se conserva constante. La pérdida de carga causada por el flujo de
agua ascendente entre los niveles de A y B es h. El cálculo de todos los esfuerzos para tres
puntos cualquiera a profundidades distintas es similar al caso anterior.
h h z
H2
H1
A
z
H2 C
Entrada Válvula
del flujo (Abierta)
(a)
Esfuerzo Total, σ Presión de poros, u Esfuerzo efectivo, σ'
0 0 0
H 1·γw H 1·γw 0
H1
H1 + H2
234
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos
En A
Esfuerzo total: σ A = H1 ⋅ γ w
En B
Esfuerzo total: σ B = H 1 ⋅ γ w + H 2 ⋅ γ sat
Esfuerzo efectivo: σ ´B = σ B − uB
= H 2 ⋅ (γ sat − γ w ) − h ⋅ γ w
= H 2 ⋅ γ ´−h ⋅ γ w
h
= H 2 ⋅ γ ´− ⋅ γ w
H2
En C
Esfuerzo total: σ C = H 1 ⋅ γ w + z ⋅ γ sat
h
Presión de poros del agua: u C = H 1 + z + ⋅ z ⋅ γ w
H2
Esfuerzo efectivo: σ ´C = σ C − u C
= z ⋅ (γ sat − γ w ) −
h
⋅ z ⋅γ w
H2
h
σ ´C = z ⋅ γ ´− ⋅ z ⋅γ w
H2
∆h
i=
L
Donde:
i = Gradiente Hidráulico
∆h = Perdida de carga entre dos puntos
L = Distancia entre dos puntos, que es la longitud de flujo sobre la cual ocurre
la perdida de carga.
235
Fundamentos de mecánica de suelos
De la Figura 5.13a:
h
⋅z
∆h H 2 h
i= = = [5.29]
L z H2
Entonces:
σ ´C = z ⋅ γ ´−i ⋅ z ⋅ γ w [5.30]
En la Figura 5.13a, el termino h/H 2 es hallado mediante una interpolación lineal entre las
perdida de carga H 1 del punto A localizado a una profundidad H 1 y la perdida de carga (H 2 +
H 1 + h) del punto C localizado a una profundidad (H 2 + H 1 ).
Se trazan las variaciones del esfuerzo total, presión de poros del agua, y el esfuerzo
efectivo con la profundidad en las Figuras 5.14b a la 5.14d, respectivamente.
Si el caudal del flujo de agua aumenta entonces el gradiente hidráulico también aumentara,
en la ecuación [5.30] se ve que si el valor del gradiente hidráulico i es muy alto, tal que el
termino (γ’ - i·γ w ) se haga cero, entonces el esfuerzo efectivo será cero, en este punto se
alcanzará una condición límite.
σ ´C = z ⋅ γ ´−icr ⋅ z ⋅ γ w = 0 [5.31]
Donde:
i cr = Gradiente hidráulico critico (para un esfuerzo efectivo igual a cero)
Bajo semejante situación, el suelo pierde estabilidad, ya que si el esfuerzo efectivo es cero
no existe esfuerzo de contacto entre las partículas del suelo y la estructura del suelo se
romperá. Esta situación generalmente es llamada condición rápida o falla por levantamiento.
Entonces como este tipo de flujo puede producir mucho daño a la estructura del suelo es que se
debe tratar de reducir el caudal de flujo de agua, para esto es que se utilizan los llamados
filtros que se vera como funcionan y ayudan a disminuir este efecto de levante en la sección 2.
γ'
z ⋅ γ '−icr ⋅ z ⋅ γ w = 0 ⇒ icr = [5.32]
γw
Para la mayor parte de los suelos, el valor de i cr varia de 0.9 a 1.1, con un promedio de 1.
Este tipo de flujo se presenta en el lado aguas arriba de una estructura de retención de agua. El
principal problema que causa este tipo de flujo es que cuando es muy grande produce arrastre
de partículas de un suelo a otro o de un suelo a una estructura de drenaje, produciendo erosión
tanto en la estructura de suelo como también en la estructura de la obra de retención de agua
del lado aguas arriba. Debido a esto es que se recomienda colocar filtros también en el lado
aguas arriba de la estructura de retención de agua. Este tipo de flujo es menos peligroso para la
estabilidad de la estructura de retención de agua, que el anterior pero no menos importante de
tomar en cuenta, ya que en el diseño de presas permeables como las de tierra siempre es
necesario colocar un filtro en el lado aguas arriba, ya que este flujo produciría filtraciones
considerables en este tipo de estructuras, en el caso de presas impermeables como las de
concreto o ataguías no se producen daños considerables.
236
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos
Este tipo de flujo de agua descendente se muestra en la Figura 5.14a. El nivel del agua en
el suelo dentro el tanque se mantiene constante ajustando el suministro desde la parte superior
y la salida en el fondo.
El esfuerzo total, presión de poros del agua, y el esfuerzo efectivo; pueden ser calculados
de manera similar al de los anteriores casos.
Entrda
del flujo
h z
H1 h H2
A
z
H2 C
Salida Válvula
del flujo (Abierta)
(a)
Esfuerzo Total, σ Presión de poros, u Esfuerzo efectivo, σ'
0 0 0
H 1·γw H 1·γw 0
H1
+ H2
En A
Esfuerzo total: σ A = H1 ⋅ γ w
237
Fundamentos de mecánica de suelos
En B
Esfuerzo total: σ B = H 1 ⋅ γ w + H 2 ⋅ γ sat
Esfuerzo efectivo: σ ´B = σ B − u B
= H 2 ⋅ (γ sat − γ w ) + h ⋅ γ w
= H 2 ⋅ γ ´+ h ⋅ γ w
h
= H 2 ⋅ γ ´− ⋅ γ w
H2
En C
Esfuerzo total: σ C = H 1 ⋅ γ w + z ⋅ γ sat
Esfuerzo efectivo: σ ´C = σ C − u C
= z ⋅ (γ sat − γ w ) +
h
⋅ z ⋅γ w
H2
h
σ ´C = z ⋅ γ ´+ ⋅ z ⋅γ w
H2
σ ´C = z ⋅ γ ´+i ⋅ z ⋅ γ w [5.33]
Las variaciones del esfuerzo total, presión de poros del agua, y el esfuerzo efectivo con la
profundidad son mostradas gráficamente en las Figuras 5.15b a la 5.15d.
En resumen se puede decir que cuando se tiene flujo de agua ascendente el esfuerzo
efectivo disminuye y cuando se tiene flujo de agua descendente el esfuerzo efectivo aumenta
en una cantidad igual i·z·γ w .
El concepto del esfuerzo efectivo influye en gran parte en el comportamiento del suelo, de ahí
es que la aplicación de estos criterios en las obras civiles es de gran importancia. El uso más
común se presenta en el diseño de presas, terraplenes, diques, ataguías, o estructuras similares
de retención de agua, además de obras que requieran excavaciones del terreno. En este tipo de
obras es muy frecuente que se presenten infiltraciones que pongan en riesgo la estabilidad y
vida útil de la estructura. Esta inestabilidad es debida a la infiltración del agua y se la conoce
con el nombre de flotación. Cuando el esfuerzo efectivo es cero, la fuerza ascendente de
escurrimiento es igual al peso sumergido del suelo y no puede desarrollarse una resistencia a la
fricción entre partículas y por lo tanto la mezcla suelo y agua no tiene resistencia al corte y
actúa como líquido. La falla por flotación o levante puede conducir a una falla total de la
cimentación o incluso al derrumbe de una estructura de retención de agua, como el pie del
talud de una presa o parte de una ataguía. Por lo tanto es necesario analizar esta inestabilidad
al diseñar estructuras de retención de agua.
238
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos
P1 '
σ '= z ⋅γ '= ⇒ P1 ' = z ⋅ γ ´⋅ A [5.34]
A
(La dirección de la fuerza P1 ' es mostrada en la Figura 5.15a.)
Si hay flujo de agua ascendente a través del mismo estrato de suelo de la ecuación [5.30],
se puede deducir que la fuerza efectiva en un área A, en una profundidad z es:
P2 ' = (z ⋅ γ '−i ⋅ z ⋅ γ w ) ⋅ A
P2 '
σ ' = z ⋅ γ '−i ⋅ z ⋅ γ w = ⇒ [5.35]
A
De las ecuaciones [5.34] y [5.35] según la Figura 5.15b se puede hallar la fuerza de
escurrimiento resultante para un flujo de agua ascendente:
El volumen del suelo que contribuye a la fuerza efectiva es igual a z·A, entonces la fuerza
de escurrimiento por volumen unitario de suelo es:
P1 '− P2 ' − i ⋅ z ⋅γ w ⋅ A
= = −i ⋅ γ w [5.37]
(Volumen ⋅ de ⋅ suelo ) z⋅A
P3 ' = (z ⋅ γ '+i ⋅ z ⋅ γ w ) ⋅ A
P3 '
σ ' = z ⋅ γ '+i ⋅ z ⋅ γ w = ⇒ [5.38]
A
De las ecuaciones [5.35] y [5.36] según la Figura 5.15c se puede hallar la fuerza de
escurrimiento resultante para un flujo de agua descendente:
El volumen del suelo que contribuye a la fuerza efectiva es igual a z·A, entonces la fuerza
de escurrimiento por volumen unitario de suelo es:
P3 '− P1 ' i ⋅ z ⋅γ w ⋅ A
= = i ⋅γ w [5.40]
(Volumen de suelo) z⋅A
La fuerza por volumen unitario, i·γ w , para este caso actúa en dirección ascendente, que es la
dirección del flujo. Esta fuerza ascendente es mostrada en la Figura 5.15b.
Entonces, se puede concluir que la fuerza de escurrimiento por volumen unitario de suelo,
es igual a i·γ w y en suelos isotrópicos la fuerza de escurrimiento actúa en la misma dirección
que la del flujo. Esta teoría es valida para flujo en cualquier dirección. Pueden usarse redes de
flujo para encontrar el gradiente hidráulico en cualquier punto y así la fuerza de escurrimiento
por volumen unitario de suelo.
240
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos
Una vez obtenida la fuerza de escurrimiento se puede hallar el factor de seguridad contra
el esfuerzo de levante del lado aguas abajo en una estructura hidráulica. Para ver con más
claridad esto se considera el caso de flujo alrededor de una tablestaca (Figura 5.16a).
Volumen del
suelo = z·A z·γ'·A z
(a)
i·z·γw·A =
Volumen del fuerza de
z= z·γ'·A escurrimiento
suelo = z·A (z·γ'-i·z·γw)·A +
(b)
i·z·γw·A =
fuerza de
(z·γ'+i·z·γw)·A z= z·γ'·A + escurrimiento
(c)
Figura 5.15 Fuerza producida en un volumen de suelo (a) sin flujo de agua, (b) Flujo de agua
ascendente, (c) Flujo de agua descendente. (Das, 1998)
Tablaestaca d
2
h1
h2
d Zona de
levante
d
T
d
2 W'
Estrato Impermeable
U
(a) (b)
Figura 5.16. (a) Verificación contra el levantamiento aguas abajo para una fila de tabla estacas
introducidas en un estrato permeable, (b) ampliación de la zona de levante. (Das, 1998)
241
Fundamentos de mecánica de suelos
W'
FS = [5.41]
U
Donde:
FS = Factor de seguridad
W’= Peso del suelo sumergido en la zona de levante por longitud unitaria
U = Fuerza de levante o escurrimiento en el mismo volumen de suelo.
( 2 )⋅ (γ
W '= d ⋅ d sat − γ w ) = 1 ⋅ d 2 ⋅γ '
2
[5.42]
De la ecuación [5.37]:
P2 '− P1 ' U
= −i ⋅ γ w ⇒ = −i ⋅ γ w
(Volumen de suelo) (Volumen de suelo)
1 ⋅ d 2 ⋅γ '
2 γ'
FS = ⇒ FS = [5.44]
1 ⋅ d 2 ⋅ iav ⋅ γ w iav ⋅ γ w
2
Para el caso de flujo a través de una tablestaca hincada en un suelo homogéneo, como
muestra la Figura 5.16, se puede demostrar que:
U
= Co
0.5 ⋅ γ w ⋅ d ⋅ (H 1 − H 2 )
U = C o ⋅ 0.5 ⋅ γ w ⋅ d ⋅ (H 1 − H 2 ) [5.45]
Donde:
C o esta en función de d/T, en la Tabla 5.2 se dan algunos valores según d/T.
d = Profundidad del hincado de la tablestaca.
T = Profundidad del estrato de suelo.
H 1 = Altura del agua del lado aguas arriba de la tablestaca.
H 2 = Altura del agua del lado aguas abajo de la tablestaca.
Los estratos impermeables no son tan susceptibles a este tipo de falla por levantamiento ya
que el suelo impermeable ofrece gran resistencia a la fuerza de escurrimiento disipándola
242
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos
durante su recorrido. Sin embargo incluso en estos casos es recomendable el uso de filtros para
aumentar el factor de seguridad contra el levantamiento o inclusive debido a la erosión interna
que comienza en la sección de levante y prosigue aguas abajo a lo largo de la base de la
estructura de retención de agua.
W s+f = W’ + W’ f , [5.47]
243
Fundamentos de mecánica de suelos
Donde:
⋅ (γ sat − γ w ) = ⋅ d 2 ⋅ γ '
d 1
W '= d ⋅
2 2
W ' f = d1 ⋅
d
2
( ) 1
⋅ γ ' f = ⋅ d1 ⋅ d ⋅ γ ' f
2
1 2
U= ⋅ d ⋅ iav ⋅ γ w [5.43]
2
Tablaestaca d
2
h1
h2
d Zona de
levante
d
T
d
2 W'
Estrato Impermeable
U
(a) (b)
Figura 5.17. Uso de un filtro para aumentar el factor de seguridad contra el levantamiento.
(Das, 1998)
1 ⋅ d 2 ⋅ γ ´+ 1 ⋅ d1 ⋅ d ⋅ γ ´ F
W ´+W ´ F
FS = = 2 2
U 1 ⋅ d 2 ⋅ iav ⋅ γ w
2
γ ´+ d1 d ⋅ γ ´F
FS = [5.48]
iav ⋅ γ w
Es sumamente importante que el material del filtro sea escogido cuidadosamente tomando en
cuenta las características del suelo que se protegerá. Terzaghi y Peck propusieron una serie de
244
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos
criterios para la selección de un filtro, tomando en cuenta las características del suelo
adyacente a ser protegido. En la Figura 5.18 el suelo a ser protegido es llamado material base.
Entonces según Terzaghi y Peck se recomiendan los siguientes criterios para satisfacer la
estabilidad del filtro y proporcionar un aumento de permeabilidad.
D15 (F )
1. <4
D 85 (B )
D15 (F )
2. >4
D15 (B )
3. La curva granulométrica del filtro debe ser aproximadamente paralela a la del material
base.
Donde:
D 15 (F) , D 15 (B) = diámetros a través de los cuales pasa el 15% del material para
el filtro y la base, respectivamente.
D 85 (B) = diámetro a través del cual pasa el 85% del material para la base.
El primer criterio es para prevenir el movimiento de las partículas de suelo del material
base a través del filtro.
El segundo criterio es para asegurar la permeabilidad del filtro.
Filtro
Material Base
(Suelo que debe ser
protegido)
La aplicación del criterio de selección del material de un filtro puede ser explicado usando
la Figura 5.19 en la cual la curva a es la curva de distribución tamaño de partículas del
material base. Del criterio 1, D 15(F ) < 4· D 85(B) la abscisa del punto A es, D 85(B) entonces la
magnitud de 4· D 85(B) , puede ser calculada, y el punto B cuya abscisa es 4· D 85(B) , puede ser
trazada. Similarmente, del criterio 2, D 15(F) > 4·D 15(B) las abscisas de los puntos C y D son
D 15(B) y 4·D 15(B) , respectivamente. Las curvas b y c son trazadas, las cuales son
geométricamente similares a la curva a y están limitadas con los punto B y D. En general un
suelo cuya curva de distribución de tamaño de partículas caiga dentro de las curvas b y c es un
buen material para el filtro.
En algunos casos es necesaria la construcción de filtros de varias capas, lo cual no es
aconsejable ya que son más costosos. Sin embargo a veces se tiene la necesidad obligada de
construir este tipo de filtros, Para la selección del material de este tipo de filtros se sigue el
mismo criterio, considerando al filtro mas fino como material base para la selección de la
granulometría del filtro más grueso.
El diámetro de partículas máximo que se puede usar en un filtro no debe exceder de las 3”
(75 mm.), esto con el fin de disminuir la segregación y el acuñamiento, formando huecos entre
las partículas grandes durante la colocación de los materiales del filtro. Se debe tener cuidado
en la colocación de los materiales del filtro para evitar la segregación.
245
Fundamentos de mecánica de suelos
4·D85(B) D85(B)
100
Porcentaje que pasa 85 A
80
Curva a
(Material Báse)
60 Curva b
40 Curva c
4·D15(B) D15(B)
20
15 B D C
0
Tamaño de grano, D
Figura 5.19. Criterio para la selección de filtros. (Das, 1998)
El suelo se diferencia de la parte de los materiales sólidos en la forma en que pueden variar
las propiedades relativas de volúmenes de agua y sólido al aplicar esfuerzos. Cuando un suelo
saturado es sujeto a un aumento de esfuerzos, entonces el agua en los poros tiende a querer
fluir a zonas de menor presión lo que significa que se produce un aumento en la presión de
poros del agua, la velocidad de este flujo depende de la permeabilidad del suelo.
La diferencia entre las características de corte de la arena y la arcilla y demás propiedades
entre las partículas, no son tan amplias como la diferencia cerca de un millón de veces entre la
permeabilidad de los distintos tipos de suelo. En el caso de las arenas y gravas el flujo del agua
es rápido debido a que estos suelos son muy permeables, mientras que en las arcillas y limos el
flujo del agua es lento debido a que son suelos muy poco permeables.
El comportamiento ingenieril en suelos saturados de grano fino deriva de la interacción
entre estructura esquelética del suelo compresible y el agua en los poros relativamente
incompresible. Los cambios rápidos en las cargas externas no producen un cambio inmediato
en el volumen del suelo, debido a la resistencia al desplazamiento del agua en los poros. Por lo
tanto, la configuración estructural del suelo no cambia inmediatamente. Sin embargo al
transcurrir el tiempo el agua en los poros va evacuando a zonas de menor presión lo que
provoca cambios en la configuración de la estructura del suelo que provocan cambios de
volumen en el suelo, este fenómeno se conoce como consolidación y se lo entenderá mejor
con el análisis del modelo mecánico que simula al comportamiento de un suelo sometido a un
rápido cambio de esfuerzo.
Las condiciones al principio y al final de un cambio de esfuerzos, varían según el tipo de
suelo, y según a esto se dividen en dos.
246
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos
La estructura del suelo es modelada por un resorte, los vacíos del suelo son modelados por el
compartimiento debajo del pistón y la permeabilidad del suelo es modelada por el grado de
ajuste del pistón en el cilindro. Entonces un suelo de alta permeabilidad es modelada por un
pistón que permita una gran salida de agua mientras que un suelo de baja permeabilidad es
modelado por un pistón que permita una salida muy pequeña de agua. Se considera que el área
interior de la sección transversal del cilindro es A=1, provisto de un pistón sin fricción. La
presión de poros del agua se mide mediante el piezómetro que se encuentra junto al cilindro,
que es de diámetro mucho más pequeño que el del cilindro.
Condición de carga.
P + ∆P
σ= = σ '+u ; A=1= área unitaria [5.49]
A
σ = P + ∆P = σ '+u
P + ∆P = σ '+u [5.50]
Donde
σ’ = (σ - u) = Carga por área unitaria absorbida por el resorte.
u = Carga por área unitaria absorbida por el agua.
247
Fundamentos de mecánica de suelos
P+ P
P P/γ P+ P
u/γw P+ P
En la Figura 5.20b se puede ver que después de haber incrementado la carga ΔP, se tiene:
σ’ = (σ - u) = P y u = ΔP
Con el transcurrir del tiempo la viscosidad del fluido ya no puede evitar el desplazamiento
del pistón hacia abajo y entonces el resorte comienza a comprimirse (Figura 5.20c). Entonces
en este instante el total del incremento de carga será soportada tanto por el fluido como por el
resorte. Por lo tanto, en este instante la ecuación [5.50] se mantiene constante, pero se
producirá una reducción en la presión de poros y un incremento en la compresión del resorte.
Condición de descarga.
El proceso de descarga ocurre de manera similar al del proceso de carga, este proceso
comienza después de alcanzar el equilibrio en el proceso de descarga. Entonces inicialmente se
tiene las mismas condiciones que para un tiempo infinito en el proceso de carga.
248
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos
no absorbe nada de la disminución de la carga, ΔP, sigue igual que en su anterior estado, es
decir como si estuviera soportando todavía las cargas (P + ΔP).
P+ P P
P P
u/γw
P/γ
Posteriormente con el pasar del tiempo, la viscosidad del fluido ya no puede evitar el
desplazamiento del pistón y entonces este comienza a ascender, aumentando así el
compartimiento debajo del pistón y permitiendo así la descompresión del resorte como se
muestra en la Figura 5.21c. Entonces en este instante la disminución de la carga total será
absorbida tanto por el resorte como también por el fluido dentro del cilindro. Por lo tanto, en
este instante la ecuación [5.50] se mantiene constante, pero se producirá una reducción en la
presión de poros negativa y un disminución en la compresión del resorte.
σ’ = (σ - u) = P y u=0
La estabilidad de las fundaciones y taludes en los suelos de grano fino saturados son altamente
dependientes del tiempo, debido a que el tamaño promedio de los poros interconectados es
demasiado pequeño, por lo que el desplazamiento del agua en los poros es retardado por medio
de las fuerzas viscosas.
La influencia de esta permeabilidad en los suelos influye muchísimo en la estabilidad del
mismo y esta permeabilidad varia muchísimo según el tipo de suelo. La permeabilidad del
suelo es la que decide si cuan rápido fluye el agua en los poros dentro del mismo.
a) En suelos arenosos que son altamente permeables, el drenaje causado por el aumento de la
presión de poros es completado inmediatamente. El drenaje del agua es acompañado por una
reducción de volumen de la masa de suelo, lo cual resulta en un asentamiento.
249
Fundamentos de mecánica de suelos
Condición de carga.
Cuando se aplica una carga externa a una masa de suelo cuyos poros están saturados de
agua, el efecto inmediato es un aumento de la presión de poros. Lo cual hace que el agua en
los poros fluya hacia fuera de estos a través de los vacíos, con el resultado de que la presión de
poros ira disminuyendo y la carga aplicada se transfiere a la estructura del suelo. Hasta que al
final el esfuerzo total aplicado llegara a un equilibrio en el cual es soportado tanto por la
estructura del suelo como por el agua.
Este fenómeno es más notorio en un estrato de arcilla sujeto a una carga rápida, donde el
flujo de agua tiene dificultad de fluir debido a que los granos de la arcilla son finos y casi
impermeables, lo cual causa una retardación en el flujo de agua en los poros, produciendo un
aumento en la presión de poros. Este flujo como se muestra en la Figura 5.22 inicialmente
debido al aumento de la presión de poros tendrá una carga piezometrica elevada que a su vez
esta en función de la carga inducida. Esta carga influye de forma directa en el aumento de la
presión de poros, ya que una mayor carga producirá también un mayor aumento en la presión
de poros. Esta carga piezometrica se ira reduciendo a medida que pase el tiempo debido que el
flujo de agua ira circulando a zonas de menor presión. Posteriormente este suelo será capaz de
soportar una mayor carga, debido a la consolidación de la estructura del suelo. En el ejemplo
de la Figura 5.22 se tiene un estrato de arcilla que es cargado rápidamente por un terraplén. La
distribución de la presión de poros con el tiempo (isócronas), es mostrada por las alturas en los
piezómetros para determinados transcursos de tiempo.
t=0
Piezómetros
Figura 5.22. Respuesta de la presión de poros de una arcilla saturada cargada rápidamente en
forma local. (Simons & Menzies, 2000)
Este proceso de drenaje gradual bajo la aplicación de una carga adicional y la transferencia
del exceso de presión de poros al esfuerzo efectivo causa un asentamiento en el estrato de
arcilla del suelo.
250
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos
Para las fundaciones, la estabilidad crítica es a corto plazo porque la resistencia aumenta
con la consolidación a largo plazo. A corto plazo las presiones del agua son desconocidas y
por consiguiente no puede hacerse un análisis del esfuerzo efectivo a menos que la presión de
poros pueda ser estimada.
Cuando se teme la inestabilidad durante la construcción de un terraplén suele ser necesario
colocar drenes de arena en la cimentación para acelerar la disipación de la presión de poros, o
una construcción por etapas que de tiempo suficiente para que se disipe la presión de poros.
Condición de descarga.
Si se descarga una arcilla saturada, esto puede ocurrir por ejemplo en una excavación o corte,
entonces se produce una reducción del esfuerzo total. En un suelo de grano fino como la
arcilla, la viscosidad del fluido ofrece resistencia al flujo de agua en los poros y esto ayuda a la
estructura del suelo, aliviándola parcialmente de su carga externa, que provocaría una rápida
expansión del esqueleto del suelo y de una rápida succión en el agua dentro el suelo
circundante. Es decir que en la zona de influencia de la excavación se produce una presión de
poros negativa (succión) debido a que el esqueleto del suelo quiere expandirse producto del
cambio de carga externa, pero al querer expandirse los espacios vacíos entre las partículas
tienden a querer llenarse o aspirar aire y/o agua para ocupar el aumento de vacíos que genera
la expansión del suelo. Con el tiempo, esta succión es disipada por el drenaje del agua de la
zona de alta presión de poros (no afectada por la excavación) hacia el área de baja presión de
poros (zona de influencia). Esta migración del agua causa un aumento en el volumen del suelo
en la zona de influencia, hinchazón del suelo y ablandamiento de la estructura del suelo, dando
lugar a una reducción en su resistencia. El mínimo factor de seguridad ocurre en el equilibrio
de la condición a largo plazo.
Por ejemplo, se considera la dependencia del tiempo que tiene la estabilidad de un corte
según se muestra en la Figura 5.23.
Zona de influencia
de la excavación
Zona
Nivel freático final
ho inafectada por
la excavación
hf u (+)
u (-) P
Presión de poros al
Línea equipotencial final de la excavación
Figura 5.23. Presión de poros en un corte a largo y corto plazo. (Simons & Menzies, 2000)
251
Fundamentos de mecánica de suelos
Para analizar el esfuerzo efectivo en función del tiempo transcurrido a partir desde que se
hace la excavación. Se ilustra mejor con un ejemplo práctico con valores supuestos. Entonces
si al principio el suelo tenía un esfuerzo total por decir de 100 Kpa, con 50 Kpa soportados por
el agua (u) y los 50 Kpa restantes soportados por las partículas (σ’), entonces al producirse la
excavación se reduce el esfuerzo total a 70 Kpa., se sabe que la relación σ=σ’+u se tiene que
cumplir y que producto de la excavación hay una disminución de la presión de poros inmediata
y al principio el esfuerzo efectivo absorbido por las partículas sólidas se mantiene constante
entonces para cumplir la relación σ=σ’+u se tiene 70=50+u entonces u se sabe que es 20 Kpa.
Pero con el pasar del tiempo debido al drenaje del agua el esfuerzo efectivo absorbido por las
partículas sólidas va reduciendo y la presión de poros tiende a recuperar su presión inicial
pero el esfuerzo total ya no cambia entonces para cumplir con la ecuación σ=σ’+u se tiene
70=σ’+50 se tiene que σ’=20 Kpa. Lo que se refleja en el factor de seguridad que sabemos es
sinónimo de la estabilidad del terreno, y que según lo visto anteriormente la deformación del
terreno esta en función del esfuerzo efectivo por lo tanto mientras el esfuerzo efectivo vaya
reduciendo entonces el factor de seguridad también lo hará, sin embargo al principio se
produce una disminución del factor de seguridad pese a que el esfuerzo efectivo se mantiene
constante, esto es debido al aumento del esfuerzo de corte en la superficie de falla.
252
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos
Independientemente de que en algún caso particular pueda resultar útil usar valores del
modulo de elasticidad y/o del índice de Poisson, debe tenerse muy en cuenta que el módulo de
elasticidad o de Young y el índice de Poisson no son constantes de un suelo, sino más bien
magnitudes que describen aproximadamente el comportamiento de un suelo para un estado de
esfuerzos dado y que cambiarán, quizás radicalmente, si cambia el estado de esfuerzos o si los
esfuerzos se aplican de distinta manera.
Es necesario asumir que las deformaciones en los suelos son pequeñas (infinitesimales)
para poder aplicar el principio de la mecánica de los cuerpos elásticos a los suelos. El suelo
solo puede sostener esfuerzos de compresión. A continuación se explicara detalladamente los
conceptos de la teoría de la elasticidad, orientado a los suelos.
Los esfuerzos y deformaciones para un suelo lineal, isotrópico y elástico son relacionados con
la ley de Hooke. Para un estado de esfuerzo general como se muestra en la Figura 5.24, según
la ley de Hooke se tiene:
εx σx
1 ν ν 0 0 0
εy σy
ν 1 ν 0 0 0
εz ν ν 1 0 0 0 σz
1 [5.51]
= .
γ xy Ε 0 0 0 2 .( 1 ν) 0 0 τ xy
γ yz 0 0 0 0 2 .( 1 ν) 0 τ yz
0 0 0 0 0 2 .( 1 ν)
ε zx τ zx
Donde
E es el módulo de Young o de elasticidad y ν es el índice de Poisson.
La ecuación [5.51] es llamada ecuación elástica o ecuaciones constituyentes del esfuerzo-
deformación elástico. De esta ecuación se obtiene, por ejemplo:
2 ⋅ (1 + v ) τ
γ zx = ⋅ γ zx = zx [5.52]
E G
Donde
E
G= [5.53]
2 ⋅ (1 + v )
G es el módulo de corte.
Se llamaran a E, G, y υ parámetros elásticos. Solamente dos de estos parámetros, E o G y
υ, se requieren para solucionar los problemas que se ocupan de los materiales isotrópicos,
elásticos. Si se conocen E y υ se puede calcular G de la ecuación [5.53]. El índice de Poisson
para los suelos no es fácil de determinar y una manera directa de obtener G es sujetar el
material a fuerzas cortantes como se describió en la sección 1.1. Para materiales elásticos no
lineales, se usa la ecuación [5.51] para hallar el módulo tangente o el módulo secante y los
cálculos se hacen incrementalmente para pequeños aumentos de esfuerzo.
Los módulos elástico y de corte para los suelos dependen de la historia del esfuerzo, de la
dirección del cargado, y de la magnitud de las deformaciones. Los valores típicos de E y de G
se muestran en la Tabla 5.3.
253
Fundamentos de mecánica de suelos
Z σz, εz
Y
τzx
τzy τxz
τyz
A
σx, εx
τyx
τxy
σy, εy
X
Figura 5.24. Estado de esfuerzos general. (Budhu, 2000)
ε 1 1 − υ − υ σ 1
1
ε 2 = E − υ 1 − υ σ 2 [5.54]
ε 3 − υ − υ 1 σ 3
σ 1 1 − υ υ υ ε 1
υ
E
σ 2 = (1 + υ ) ⋅ (1 − 2 ⋅ υ ) υ 1−υ ε 2 [5.55]
σ 3 υ υ 1 − υ ε 3
254
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos
La matriz en el lado derecho es llamada matriz de rigidez. Si se conoce los esfuerzos y los
parámetros del material E y υ, se puede utilizar la ecuación [5.54] para calcular las
deformaciones. En cambio si se conocen las deformaciones y los parámetros del material E y
υ, se puede utilizar la ecuación [5.55] para calcular los esfuerzos.
Los desplazamientos y fuerzas son obtenidos por integración. Por ejemplo, el desplazamiento
vertical.Δz, es:
∫
∆z = ε z dz [5.56]
∫
Pz = ∆σ z dA [5.57]
Donde:
dz = Altura o espesor del elemento
dA = Área del elemento.
Hay dos condiciones en los esfuerzos y deformaciones que son comunes en la ingeniería
geotécnica. Uno es la condición de la deformación plana en la cual la deformación en una
dirección es cero, en los muros de contención y cimientos largos, la deformación longitudinal
será cero ε y = 0, produciendo un estado de deformación plana. Para ilustrar mejor este estado
de deformación se considerara como ejemplo de un elemento del suelo, A, detrás de un muro
de contención como se muestra en la Figura 5.25. Debido a que el desplazamiento que
comúnmente ocurre en la dirección Y es pequeño (∆y) comparado con la longitud en esa
dirección, la deformación tiende a cero; es decir, ε y = ∆y/y ≅ 0. Entonces se puede asumir que
el elemento A del suelo está bajo la condición de la deformación plana. Puesto que se esta
considerando esfuerzos principales, tras las direcciones de X, Y, y Z o 3, 2, y 1
respectivamente. En el caso del muro de contención en la dirección Y (dirección 2) la
deformación es igual a cero por lo tanto ε 2 = 0 reemplazando esto en la ecuación [5.54]. La ley
de Hooke para una condición de deformación plana es:
1+υ
ε1 = ⋅ [(1 − υ ) ⋅ σ 1 − υ ⋅ σ 3 ] [5.58]
E
1+υ
ε3 = ⋅ [(1 − υ ) ⋅ σ 3 − υ ⋅ σ 1 ] [5.59]
E
σ 2 = υ ⋅ (σ 1 + σ 3 ) [5.60]
ε 1 1 + υ 1 − υ − υ σ 1
= [5.61]
ε 3 E − υ 1 − υ σ 3
255
Fundamentos de mecánica de suelos
σ 1 E 1 − υ υ ε 1
=
1 − υ ε 3
[5.62]
σ 3 (1 + v ) ⋅ (1 − 2v ) υ
σz Muro de
contención
Z (1)
σx A
Y (2)
σy , εy = 0
X (3)
Figura 5.25. Condición de deformación plana para un elemento de suelo detrás de un muro de
contención. (Budhu, 2000)
Tanque
z
σz
σr = σθ
256
CAPITULO 5 Esfuerzos efectivos
estará bajo condiciones axisimétricas, puesto que las tensiones en el borde del tanque son todas
diferentes; no hay simetría.
La ley de Hooke para condiciones axisimétricas es:
⋅ [σ 1 − 2 ⋅ υ ⋅ σ 3 ]
1
ε1 = [5.63]
E
⋅ [(1 − υ ) ⋅ σ 3 − υ ⋅ σ 1 ]
1
ε3 = [5.64]
E
O, en forma matricial:
ε 1 1 1 − 2 ⋅ υ σ 1
=
− υ σ 3
[5.65]
ε 3 E − υ
257
Fundamentos de mecánica de suelos
CAPITULO SEIS
Resistencia al corte.
Es fácil describir el comportamiento que tendrá el bloque mostrado en la Figura 6.1a, si la
superficie en que se apoya el bloque se inclinara progresivamente.
(a) (b)
Figura 6.1. Bloque que se desliza sobre una superficie inclinada.
(a) Bloque encima de una superficie plana. (b) Fuerzas resultantes debido a la inclinación.
La Figura 6.2 muestra más de cerca lo que ocurre en la superficie de contacto a la que se
llamará superficie de corte, la inclinación de la superficie genera un esfuerzo de corte τ que
va incrementándose. Mientras el elemento no ceda, puede decirse que el sistema presenta
cierta resistencia al corte. Sin embargo, para una determinada inclinación el esfuerzo de corte
superará a la resistencia que ofrece la rugosidad, lo que producirá una falla y el elemento
258
CAPITULO 6 Resistencia al corte
sedará, entonces podría decirse que el sistema ha fallado al corte. Este ejemplo ilustra lo que
es la resistencia al corte de los suelos.
El comportamiento presentado en la Figura 6.2 es similar al que ocurre con las partículas
que componen un suelo, dentro la masa de suelo como se muestra en la Figura 6.3, las
partículas están constantemente sometidas a una fuerza resultante N que es normal a la
superficie de corte producto de la acción de una carga externa o el peso propio.
N
e
d e cort
F
erficie
Sup
N
Figura 6.3. Fuerzas surgidas por el contacto interpartícular.
Esta fuerza normal originará la fuerza resultante F que genera el esfuerzo de corte, la
cohesión entre las partículas contribuye a que la masa de suelo ofrezca resistencia al corte
representado por la fuerza T, por lo que la resistencia al corte del suelo dependerá de la
interacción las partículas. La superficie de corte en una masa de suelo tiene la tendencia a ser
circular y no plana, en la Figura 6.4 se muestran dos ejemplos donde comúnmente el suelo
falla al corte.
(a) (b)
Figura 6.4. Situaciones donde se genera la falla al corte del suelo.
(a) Talud. (b) Fundación.
La Figura 6.5a muestra un talud donde se produce una falla típica al corte en el suelo, se ha
ubicado un elemento representativo de suelo en la superficie de corte, la Figura 6.5b muestra
259
Fundamentos de mecánica de suelos
que este elemento de suelo está sometido a esfuerzos normales y de corte que actúan en
todas las caras de este.
τ
τ
z
(a)
σz
τ zx
x F σ F
τ xz τ
σx σx σx
τ xz θ
θ τ xz
E τ E τ zx
zx
σz
σz
(b) (c)
Figura 6.5. Estado de esfuerzos de un elemento de suelo en la superficie de corte.
(a) Elemento ubicado en la superficie de corte. (b) Esfuerzos que actúan en las caras del
elemento. (c) Esfuerzos que actúan en el prisma triangular.
La notación que se emplea para los esfuerzos normales es la letra griega σ con un
subíndice que corresponde a la cara sobre la que actúa, tomando la cara el nombre del eje al
que es perpendicular. El esfuerzo cortante se representa con la letra griega τ con un doble
subíndice, correspondiendo el primero a la cara sobre la que actúa y el segundo a la dirección
en que lo hace dentro de aquella cara. Por lo general se asume que σ z > σ x y que τ zx es
numéricamente igual a τ xz , debido a que el elemento de suelo se encuentra en equilibrio
estático.
En la Figura 6.5c se ha apartado el prisma formado por los lados inferiores del elemento y
el plano de falla definido por EF con un área A, que a diferencia de la superficie de corte
describe un deslizamiento plano y θ es el ángulo de inclinación de este plano respecto a la
cara inferior del elemento, donde actúan los esfuerzos σ y τ. El elemento prismático está en
equilibrio estático por lo que aparecen esfuerzos que actúan en todas las caras de este.
Entonces, resolviendo las fuerzas normales al plano EF, se tendrá que:
260
CAPITULO 6 Resistencia al corte
1 + cos 2θ 1 − cos 2θ
cos 2 θ = sin 2 θ = 2 ⋅ sin θ ⋅ cos θ =
sin 2θ
2 2
Se tendrá que:
1 1
σ= ⋅ σ x ⋅ (1 − cos 2θ ) + ⋅ σ z ⋅ (1 + cos 2θ ) + τ xz ⋅ sin 2θ
2 2
Factorizando:
1 1
σ= ⋅ ( σ x + σ z ) − ⋅ ( σ x − σ z ) ⋅ cos 2θ + τ xz ⋅ sin 2θ [6.1]
2 2
Por otra parte, resolviendo las fuerzas paralelas al plano EF se tendrá que:
1
τ= ⋅ ( σ z − σ x ) ⋅ sin 2θ − τ xz ⋅ cos 2θ [6.2]
2
Con las ecuaciones [6.1] y [6.2], se determinan el esfuerzo normal y de corte que actúan
en plano de falla. Los planos en los que aparecen los esfuerzos normales máximo y mínimo
se obtienen anulando la derivada de la ecuación [6.1] respecto de θ, lo que se tendrá:
−2 ⋅ τ xz
tan 2θ = [6.3]
σx + σz
σx − σz
tan 2θ = [6.4]
2 ⋅ τ xz
La ecuación [6.3] da dos valores de 2θ que difieren en 180º, por lo que los planos de
esfuerzo normal máximo y mínimo son perpendiculares entre si. Lo mismo ocurre en la
ecuación [6.4] con los planos de esfuerzo cortante máximo, que están también a 90º. Los
planos donde el esfuerzo cortante es nulo se determinan haciendo τ = 0 en la ecuación [6.2],
lo que resulta:
−2 ⋅ τ xz
tan 2θ =
σx + σz
Esta ecuación es idéntica a la ecuación [6.3], por consiguiente los esfuerzos normales
máximo y mínimo tienen lugar en los planos de esfuerzo cortante nulo. Los esfuerzos
normales máximo y mínimo se llaman esfuerzos principales, representados por: σ 1 y σ 3
respectivamente y actúan en los planos principales. La relación de la ecuación [6.4] es
recíproca y de signo contrario a la ecuación [6.3], lo que indica que los valores de 2θ
definidos por ambas difieren en 90 , lo que significa que los planos de esfuerzo cortante
máximo están inclinados 45º respecto a los planos de los esfuerzos principales. Sustituyendo
los valores de 2θ de las ecuaciones [6.3] y [6.4] en las ecuaciones [6.1] y [6.2] se obtienen
los esfuerzos principales y de corte máximos que serán:
261
Fundamentos de mecánica de suelos
σz +σx σ +σx σ −σ z
2 2
σ max = ± z + τ xz τ max =
± x + (τ xz )
2 2
2 2 2
Por lo tanto, el esfuerzo principal mayor será:
σz +σx σ +σx
2
σ1 = + z + τ xz2
2
[6.5]
2
σz +σx σ +σx
2
σ3 = − z + τ xz2
2
[6.6]
2
2
1
τ= 2 ⋅ ( σ z − σ x ) ⋅ sin 2θ − τ xz ⋅ cos 2θ
2
2 2
1
σ − 2 ⋅ (σ x + σ z ) + τ = 2 ⋅ (σ x − σ z ) + τ xz
1 2 2
(σ − C ) + τ 2 =
2
r2
2
1 1
C = ⋅ (σ x + σ z ) r= 2 ⋅ (σ x − σ z ) + τ xz
2
2
262
CAPITULO 6 Resistencia al corte
σ3 C σ1 σ
θ
z τ x
σz R (σx, τxz )
τ zx (σ, τ) Q
σ F
τ xz
σx
τ xz τ σx x σ3 C 2θ σ1 σ
θ
E τ zx
(σz , −τzx )
M
σz
(a) (b) z
263
Fundamentos de mecánica de suelos
z τ
σz R (σx, τxz )
D τ zx C (σ, τ) Q
σ F
τ xz
σx
τ xz τ σx x σ3 C σ1 σ
θ
A E τ zx B
M
σz P (σz , −τzx )
(a) (b)
Figura 6.8. Método del polo.
(a) Esfuerzos que actúan en el elemento. (b) Esfuerzos ubicados en el círculo.
La Figura 6.8a muestra a todos los esfuerzos que actúan en las caras del elemento, que
están ubicados en la Figura 6.8b representados por los puntos R y M, la cuerda segmentada
MP es paralela a la cara AB del elemento y la cuerda PQ es paralela al plano de falla. Las
coordenadas del punto Q será la combinación de esfuerzos que actúan en el plano de falla.
Si se aplican únicamente los esfuerzos normales en el elemento evitando los esfuerzos de
corte en las caras, los esfuerzos normales corresponderán a los esfuerzos principales máximo
y mínimo de las ecuaciones [6.5] y [6.6], siendo: σ z = σ 1 y σ x = σ 3 .
θ
z τ
σ1
(σ, τ) Q
σ F
2θ
σ3
τ σ3 x σ3 C σ1 σ
θ
σ1
(a) (b)
Figura 6.9. Elemento libre de esfuerzos de corte.
(a) Esfuerzos normales máximo y mínimo en el elemento. (b) Esfuerzos en el círculo.
En esta condición los ejes x y z se confunden con el eje σ, por lo que el plano de falla se
ubica a 2θ del eje σ como muestra la Figura 6.9b.
Condiciones de drenaje.
264
CAPITULO 6 Resistencia al corte
agua, el esfuerzo (σ) que transmite esta carga a los poros ocasionará que el agua salga por los
orificios de esta, lo hará con facilidad si el tamaño de los orificios es grande como el caso de
la Figura 6.10a. Sin embargo, la Figura 6.10b muestra que si los orificios son muy pequeños
y se aplica la misma carga, el agua no saldrá con la misma facilidad que en el primer caso,
esta requiere más tiempo. Este mismo comportamiento se aprecia en los suelos.
q1 q1 q2 q2
q1 > q 2
(a) (b)
Figura 6.10. Ejemplo del drenaje en suelos.
(a) Esponja de orificios grandes. (b) Esponja de orificios muy pequeños.
Los suelos de grano grueso como ser arena y grava permiten un drenaje inmediato del
agua al estar sometidos bajo un esfuerzo, debido a su alta permeabilidad asemejándose al
caso de la Figura 6.10a. Mientras que la Figura 6.10b muestra el comportamiento de los
suelos finos como la arcilla, debido a que el esfuerzo es aplicado instantáneamente el agua
no puede salir con facilidad por la baja permeabilidad del suelo, lo que origina una presión
interna adicional en los poros a la que se llama exceso de presión de poros (∆u). Sin
embargo, si la carga que origina este esfuerzo fuera aplicada muy lentamente hasta su
totalidad, de tal forma que la presión interna que originaría esta carga en los poros se
disiparía conforme al aumento gradual de la carga, en ningún momento se originaría un
exceso de presión de poros.
En el capítulo anterior, se estableció que se tendrán condiciones drenadas cuando la masa
de suelo sometida a un esfuerzo no tenga un exceso de presión de poros (∆u = 0), por lo cual
a los parámetros de resistencia al corte se los llamara efectivos (σ') y se tendrán condiciones
totales cuando exista un exceso de presión de poros (∆u > 0) que irá disipándose
gradualmente a lo largo del tiempo, por lo que a los parámetros de resistencia al corte para
este caso se los llamara totales (σ). Para el caso de suelos de grano grueso se tendrán
condiciones drenadas a corto y largo plazo, en cambio para los suelos finos se tendrán
condiciones totales (∆u = ∆σ y ∆σ' = 0) a corto plazo y condiciones drenadas (∆u = 0 y ∆σ' =
∆σ) a largo plazo.
La Figura 6.11, muestra un terraplén que se ha construido rápidamente en un suelo
arcilloso saturado de agua, inmediatamente se han instalado piezómetros en distintos lugares
para medir la presión de poros del suelo. Debido a que el terraplén fue construido
rápidamente, este ha inducido una carga que transmite un esfuerzo ∆σ a cada poro, lo cual
para un tiempo de t = 0 (condición a corto plazo) se aprecia un exceso de presión de poros
(∆u = ∆σ), para un tiempo t > 0 y t >> 0 (condición a mediano plazo) esta presión va
disminuyendo, hasta que a largo plazo (t = ∞) esta se disipa por completo (∆u = 0).
265
Fundamentos de mecánica de suelos
t=0
Terraplén construido
rápidamente
t>0 ∆u/γw
t >> 0
t=∞
Piezómetros
Figura 6.11. Incremento de la presión de poros por el terraplén (Simons & Menzies, 2000).
∆u = γ w ·∆h p [6.7]
Donde:
γ w = Peso unitario del agua.
∆h p = Variación de la altura piezométrica debida a la carga.
En el caso de los suelos de grano grueso la acción de una carga que origina el drenado
produce una variación inmediata y pequeña en el volumen, sin embargo en el caso de los
suelos finos la acción de la carga no produce ninguna variación inmediata del volumen a
corto plazo, sino que la variación del volumen será consecuente al drenado hasta que a largo
plazo para la condición drenada se producirá el cambio total de volumen. Todos los suelos
siempre llegarán a un estado drenado (parámetros efectivos), por lo que este estado
constituye ser un campo común para analizar la resistencia al corte.
266
CAPITULO 6 Resistencia al corte
t=3
t=1 h2
h1
t=2
h3
t=0
Α
Figura 6.12.Variación de espesores en un perfil de suelo (Simons & Menzies, 2000).
Este suelo en su historia geológica ha estado siempre sometido a esfuerzos y el orden en
que estos se aplican estos influirá en la consolidación.
e
e t=0
Línea de expansión
e t=2
e t=1
e t= Línea de consolidación
3
normal
267
Fundamentos de mecánica de suelos
%w
a
Desarrollo de
una arcilla NC
b Descarga (sobreconsolidación)
Deposición
Deposición
Erosión
d
c Máxima
presión
Erosión
efectiva
que ha
σ' estado
τ sujeta
la
arcilla
OCR
c
d Lecho
lacustre
NC
a b
σ' a
b c d
(a) (b)
Figura 6.14. Arcilla normalmente consolidada y sobreconsolidada.
(a) Variación del contenido de humedad y el esfuerzo de corte, respecto al esfuerzo efectivo
de consolidación. (b) Niveles de deposición y erosión en toda la historia geológica.
La Figura 6.14 muestra un ejemplo del proceso de consolidación de un suelo arcilloso en
un lecho lacustre, en la Figura 6.14a se observa la variación del contenido de humedad y el
esfuerzo de corte, respecto al esfuerzo efectivo de consolidación y en la Figura 6.14b se ve
gráficamente el proceso de deposición en la historia geológica del suelo.
El punto “a” representa las condiciones en que se encuentra la arcilla inmediatamente
después de su deposición en un lecho lacustre, la deposición de más arcilla provoca el
incremento del esfuerzo efectivo y una reducción del contenido de humedad. El estado
representado por el punto “b” corresponde a la arcilla normalmente consolidada, en el
sentido de que ésta no ha estado sujeta a un esfuerzo efectivo mayor al actual en toda su
historia geológica. El punto “c” corresponde a un estado de mayor deposición y por ende al
máximo esfuerzo efectivo que actúa en toda su historia geológica, este esfuerzo es llamado
presión de sobreconsolidación, finalmente el punto “d” representa un estado de descarga
debido a erosión, donde la arcilla está sobreconsolidada. La descarga está acompañada por
un incremento del contenido de humedad debido a la expansión, pero dicho incremento está
muy lejos que reflejar la reducción del contenido de humedad durante la consolidación.
Aunque la arcilla en el punto “d” está bajo el mismo esfuerzo efectivo que el punto “b”, el
contenido de humedad de una arcilla sobreconsolidada es considerablemente menor. Las
partículas están en un estado de empaquetamiento mas denso y consecuentemente la
resistencia al corte del suelo es mayor que la de una arcilla normalmente consolidada.
268
CAPITULO 6 Resistencia al corte
τ τ
H0 σx
σx
x x
(a) (b) (c)
Figura 6.15. Distorsión debida al cortante puro en suelos del Tipo I y II (Budhu, 2000).
(a) Elemento de suelo en su estado original. (b) Suelo del Tipo I. (c) Suelo del tipo II.
269
Fundamentos de mecánica de suelos
∆x ∆z
γ zx = εz =
H0 H0
∆x −∆z
γ zx = εz =
H0 H0
τp Suelos tipo II
τ cr Crítico
τr Residual
Suelos tipo I
γ pico γ zx
270
CAPITULO 6 Resistencia al corte
εz
Suelos tipo I
Compresión
γ pico γ
zx
Expansión
∆ε z
Suelos tipo II
∆γzx
Suelo tipo I
e cr
Suelo tipo II
γ zx
Figura 6.18. Índice de vacíos respecto a la deformación angular (Budhu, 2000).
Las Figuras 6.16, 16 y 18, muestran la respuesta típica de los suelos al cortante para
valores constantes de los esfuerzos σ z y σ x . Si únicamente se hace variar este esfuerzo
normal σ z a diversos valores constantes cada vez mayores y nuevamente se somete el
elemento a deformación angular, la respuesta de estos suelos al cortante presentará variantes
de interés.
En la Figura 6.19 se observa que en el caso de los suelos del Tipo I, el aumento del
esfuerzo efectivo normal produce un incremento en el valor del estado de esfuerzo de corte
crítico, es decir que para un elevado esfuerzo efectivo normal se tendrá un elevado esfuerzo
de corte crítico. Para el caso de los suelos de Tipo II, el esfuerzo de corte pico tiende a
desaparecer con el aumento del esfuerzo efectivo normal.
271
Fundamentos de mecánica de suelos
Suelos tipo II
Suelos tipo I
γzx
Figura 6.19. Esfuerzo de corte en función al esfuerzo efectivo normal (Budhu, 2000).
La Figura 6.20 muestra que el incremento del esfuerzo efectivo normal, resulta en un
aumento en la compresión para los suelos del Tipo I, en cambio en el caso de los suelos del
Tipo II, un incremento del esfuerzo efectivo normal implica una disminución en la expansión
del elemento con la tendencia a igualar el comportamiento de los suelos del Tipo I.
εz
Suelos tipo II
Suelos tipo I
Compresión
γzx
Expansión
Figura 6.20. Deformación unitaria en función al esfuerzo efectivo normal (Budhu, 2000).
Debido a que el índice de vacíos está en función al cambio de volumen, podría afirmarse
con certeza que el valor de este índice disminuirá con el aumento del esfuerzo efectivo
normal. La Figura 6.21 muestra que el incremento del esfuerzo efectivo normal ocasiona una
disminución del valor del índice de vacíos crítico. Todos los suelos alcanzan el valor del
índice de vacíos crítico independientemente de su estado inicial, en este estado la
deformación angular continuará sin presentar cambios en el esfuerzo de corte y el volumen,
hasta que se produzca la falla. Según a las Figuras 6.19 y 6.21, se puede concluir que tanto el
esfuerzo de corte crítico como el índice de vacíos crítico dependen de la magnitud del
esfuerzo efectivo normal.
272
CAPITULO 6 Resistencia al corte
Suelo tipo I
(ecr)1
(ecr) 2
Suelo tipo II
γ zx
Figura 6.21. Índice de vacíos crítico en función al esfuerzo efectivo normal (Budhu, 2000).
El término estado crítico, se utiliza para definir el estado de esfuerzos alcanzado por un
suelo cuando no ocurren cambios futuros en el esfuerzo de corte y volumen bajo un cortante
continuo (Budhu, 2000).
2. Envolvente de falla.
C
D
Suelos tipo II
B
Suelos tipo II-A
A
Suelos tipo I
φ'cr φ'r
O
Figura 6.22. Envolvente de falla para suelos del Tipo I, II y II-A (Budhu, 2000).
El valor máximo de esfuerzo de corte para los suelos del Tipo I corresponde al esfuerzo de
corte crítico, estos definen la línea recta OC que será la envolvente de falla.
273
Fundamentos de mecánica de suelos
Coulomb (1776), ideó un modelo físico que relaciona el esfuerzo de corte con el esfuerzo
normal actuante perpendicular al plano de falla en el instante que empieza el deslizamiento,
mostrado en la Figura 6.23a, donde el bloque de madera esta apoyado sobre una superficie
plana horizontal. Si W es el peso del bloque entonces N será la fuerza normal debida a este
peso, T es la fuerza de corte que impide el deslizamiento y actúa en un área A de contacto. La
fuerza H para inicializar el deslizamiento será:
H = µ·W
T = µ·N
(σ')f Superficie de
W deslizamiento
Superficie de
deslizamiento
T τf
φ'
R
N
(a) (b)
Figura 6.23. Modelo físico para suelos del Tipo I (Budhu, 2000).
(a) Bloque de madera antes del deslizamiento. (b) Partículas antes del deslizamiento.
φ' = tan-1 µ
Coulomb determinó que la relación entre el esfuerzo de corte y el esfuerzo normal será:
274
CAPITULO 6 Resistencia al corte
a a
Los suelos del Tipo I reciben el nombre de suelos no dilatantes (α = 0), porque no
presentan un esfuerzo de corte pico, el esfuerzo de corte crítico (τ cr ) por lo general se
presenta cuando el elemento se deforma en una cantidad γ zx > 10%.
El esfuerzo de corte en el estado crítico que será:
La curva OAB mostrada en la Figura 6.22, está compuesta de los valores máximos del
esfuerzo de corte pico determinados para los suelos del Tipo II en la Figura 6.19, sin
embargo a partir de un valor elevado del esfuerzo efectivo normal estos no presentan un
valor pico, sino que al igual que los suelos del Tipo I presentan como valor máximo un
esfuerzo de corte crítico, por lo que la envolvente de falla tiene la forma de la curva OABC.
La Figura 6.25 muestra que las partículas de los suelos del Tipo II están ubicadas de
manera que se tiene la menor cantidad de espacios vacíos. Entre partículas existe un trabazón
que impide el desplazamiento de unas respecto a otras, por lo que las partículas para iniciar
su desplazamiento deben pasar unas encima de otras, lo que origina un esfuerzo de corte pico
y la expansión en el suelo.
Figura 6.25. Forma de deslizamiento de las partículas en suelos del Tipo II.
275
Fundamentos de mecánica de suelos
superar la trabazón que existe entre ellas, al caso de mover un bloque contra una pendiente
de inclinación α.
Z W
(+)
(+)
X T
R
H α φ'
N
Figura 6.26. Modelo físico para suelos del Tipo II (Budhu, 2000).
H µ + tan α
=
W 1 − µ ⋅ tan α
Análogamente al anterior modelo para suelos del Tipo I, se realizan operaciones en esta
ecuación donde se sustituyen los valores de: H por τ f , W por (σ') f y µ =tan φ', por lo que se
tendrá:
tan φ' + tan α
= τ f (σ ' ) f ⋅
1 − tan φ' ⋅ tan α
La ecuación [6.10] representa la ley friccional de Coulomb para los suelos del Tipo II. Si
esta se grafica en el sistema de esfuerzo de corte y esfuerzo efectivo normal, se obtiene una
curva igual a la OABC de la Figura 6.22, donde el valor de α va decreciendo conforme
aumenta el esfuerzo efectivo normal hasta tomar el valor de cero en B.
Al ángulo α se lo conoce como el ángulo de dilatancia, este es una medida de la
deformación unitaria vertical respecto al desplazamiento originado por la deformación
angular del suelo en el instante del esfuerzo de corte máximo (pico), que será:
∆z
tan α = [6.11]
∆x
Donde:
276
CAPITULO 6 Resistencia al corte
Envolvente de falla
τ curva causada por
la dilatancia C
(τp )2
(τp )1 Envolvente de falla
A α2 lineal
α1
φ'
O σ'c σ'
Figura 6.27. Efecto de la dilatancia en la envolvente de falla en suelos Tipo II (Budhu,
2000).
A partir del punto B la envolvente de falla toma una forma lineal, es decir que el suelo
pasa de un estado sobreconsolidado a ligeramente sobreconsolidado (OCR ≤ 2). La condición
para un suelo ligeramente sobreconsolidado es: 2 ≤ OCR < 1, por lo tanto hasta un valor de 2
del índice de sobreconsolidación se considera al suelo como ligeramente sobreconsolidado.
Entonces se puede escribir que:
σ '0
=
OCR = 2
σ 'c
Por lo tanto, el esfuerzo efectivo normal que requiere el suelo para pasar a un estado
sobreconsolidado a ligeramente sobreconsolidado será:
1
σ' c = ⋅ σ' 0
2
El valor del esfuerzo efectivo normal que recibe el suelo en el tramo OB no es mayor al
que actuó (σ' 0 ) para llegar al estado denso en que se encuentran las partículas y es menor que
σ' c , a partir del punto B el suelo recibe un esfuerzo normal efectivo (σ' c ) que ocasiona que el
suelo pase a un estado ligeramente sobreconsolidado y al continuar aumentando el esfuerzo
efectivo normal el suelo pasará a un estado normalmente consolidando (OCR =1).
Los suelos del Tipo II reciben el nombre de suelos dilatantes. Cada valor de esfuerzo de
corte pico (τ p ) tendrá un respectivo ángulo de dilatancia denominado α p . La envolvente de
277
Fundamentos de mecánica de suelos
falla OAB de la Figura 6.27 tendrá un ángulo de fricción pico φ' p para cada valor del
esfuerzo de corte pico, que será:
φ' p = φ' cr + α p
El esfuerzo de corte en el pico para suelos dilatantes será:
φ'
Envolvente de falla
curva causada por
c' la dilatancia
σ'
Figura 6.28. Envolvente de falla alternativa.
Esta envolvente alternativa posee los parámetros φ' p y c', que son netamente geométricos
muy aproximados a los reales. El esfuerzo de corte pico será:
La línea OD de la Figura 6.22 es la envolvente de falla para los suelos del Tipo II-A. Estos
suelos (arcillas) a diferencia de otros toleran grandes deformaciones hasta llegar a un
esfuerzo de corte residual, que esta por debajo del esfuerzo de corte pico y crítico. En estos
suelos la falla se produce cuando el esfuerzo de corte llega al valor residual, por lo que la
envolvente es formada con los valores residuales del esfuerzo de corte. La envolvente de
falla posee un ángulo de fricción residual φ' r .
El esfuerzo de corte para el estado residual será:
278
CAPITULO 6 Resistencia al corte
En la Tabla 6.1 se muestran rangos de valores típicos de los ángulos de fricción: φ' cr , φ' p y
φ' r , para diversos suelos comúnmente encontrados.
Tabla 6.1. Rango de valores para ángulos de fricción (Budhu, 2000).
Tipo de suelo φ′cr φ′p φ′r
Grava 30-35 35-50
Mezcla de grava y arena con suelo fino 28-33 30-40
Arena 27-37 32-50
Limo o limo arenoso 24-32 27-35
Arcilla 15-30 20-30 5-15
C0
σ'
Figura 6.29. Envolvente de falla para suelos cementados (Budhu, 2000).
En la Figura 6.30 se han trazado la envolvente de falla para un suelo del Tipo I. Por otra
parte se han ensayado un elemento representativo de suelo del Tipo I a un esfuerzo principal
normal σ 1 y de confinamiento σ 3 , hasta alcanzar la falla en: (σ 1 ) f y (σ 3 ) f . Luego se ha
dibujado el círculo de esfuerzos de Mohr para estos esfuerzos de falla, siendo este tangente
279
Fundamentos de mecánica de suelos
en un punto a la envolvente de falla, donde los esfuerzos en el plano de falla del elemento
son representados por el punto B que serán: (σ) f y τ f .
El criterio de falla de Mohr-Coulomb consiste en relacionar los esfuerzos principales con
el ángulo de fricción del suelo en la falla, de tal forma que mediante estas relaciones puedan
determinarse el valor de los parámetros de corte apropiados para un diseño geotécnico.
τ (σ')
1 f
(σ') f
(σ'3 )f (σ'3 )f
B τf
θ
(σ')
1 f
2θ
φ' C θ D
A (σ')
3 f
O (σ')
1 f σ'
Figura 6.30. Envolvente de falla de Mohr-Coulomb para suelos del Tipo I.
BO
sin φ' =
AO
(σ'1 )f − (σ'3 )f
sin φ' = [6.13]
(σ'1 )f + (σ'3 )f
Donde el valor del ángulo φ' corresponde al valor del ángulo de fricción crítico φ' cr . Por lo
tanto con la ecuación [6.13] se puede determinar el parámetro φ' en base a los esfuerzos
principales de falla.
El ángulo AOB es determinado en base a la suma de los ángulos internos del triángulo
ABO que será:
∠AOB = 90 − φ'
90 – φ' + 2θ = 180°
280
CAPITULO 6 Resistencia al corte
φ'
θ = 45 + [6.14]
2
Con la ecuación [6.14] se puede conocer el ángulo de fricción en base a la inclinación del
plano de falla en el elemento de suelo o viceversa.
La Figura 6.31 muestra la envolvente de falla de un suelo del Tipo II en trazo lleno, para
el caso de los suelos sobreconsolidados la falla ocurre cuando el esfuerzo de corte alcanza su
valor pico, lo que significa que la resistencia debido a la trabazón entre partículas es
superada.
(σ'1 ) f
τp
(σ') f
B (σ'3 ) f τf
(σ'3 ) f
θ
(σ'1 ) f
α 2θ
θ
φ' C D
A (σ'3 ) f O (σ'1 ) f σ'
Figura 6.31. Envolvente de falla de Mohr-Coulomb para suelos del Tipo II.
( σ '1 )f − ( σ '3 )f
sin ( φ '+ α ) = [6.15]
( σ '1 )f + ( σ '3 )f
Donde el valor del ángulo φ' corresponderá al valor del ángulo de fricción pico φ' p con su
respectivo ángulo de dilatancia α. Por lo tanto con la ecuación [6.15] puede determinarse el
valor del parámetro φ' en base a los esfuerzos principales de falla y el ángulo de dilatancia
correspondiente a cada valor del esfuerzo de corte pico.
Por otra parte, de manera análoga la inclinación del plano de falla que se desarrolla en el
elemento de suelo será:
(φ '+ α)
θ= 45 + [6.16]
2
281
Fundamentos de mecánica de suelos
Con la ecuación [6.16] se puede conocer el ángulo de fricción en base a la inclinación del
plano de falla en el elemento de suelo y el ángulo de dilatancia o viceversa antes de que este
plano se desarrolle.
Si el suelo del Tipo II llega a un estado ligeramente sobreconsolidado el valor de α será
cero, por lo que el sistema se reduce al caso de un suelo del Tipo I.
Puede emplearse el criterio de la envolvente de falla alternativa para omitir el ángulo de
dilatancia, para así obtener una ecuación que relacione el ángulo de fricción y los esfuerzos
principales en el caso de suelos sobreconsolidados.
τ
Envolvente de falla alternativa
c' 2θ
φ' C D
E A (σ'3 )f O (σ'1 )f σ'
Figura 6.32. Envolvente de falla de Mohr-Coulomb alternativa para suelos del Tipo II.
BO
sin φ ' = [6.17]
EO
Por lo tanto:
EO = EA + AO
( σ'1 )f + ( σ'3 )f
EO = c' ·cot φ' + [6.18]
2
( σ '1 )f − ( σ '3 )f
BO = [6.19]
2
282
CAPITULO 6 Resistencia al corte
( σ '1 )f − ( σ '3 )f
sin φ ' = 2
( σ '1 )f − ( σ '3 )f
c '⋅ cot φ '+
2
Simplificando está última expresión se tendrá que:
Se tendrá que:
φ' φ'
( σ '1 )f = ( σ '3 )f ⋅ tan2 45 +
+ 2 ⋅ c '⋅ tan 45 + [6.20]
2 2
Con la ecuación [6.20] se puede determinar la cohesión y el ángulo de fricción con los
valores de los esfuerzos principales de falla en suelos sobreconsolidados. Si el suelo llega a
un estado ligeramente sobreconsolidado o normalmente consolidado el valor de c' se hace
cero, lo que significa que el segundo término de la ecuación [6.20] desaparece quedando:
φ'
( σ '1 )f = ( σ '3 )f ⋅ tan2 45 + [6.21]
2
Estado no drenado.
Los casos de las Figuras 6.30, 6.31 y 6.32 corresponden al estado drenado, donde se manejan
parámetros efectivos. Sin embargo, los suelos finos a diferencia de los suelos de grano
grueso presentan un comportamiento distinto para las condiciones a corto y largo plazo.
La Figura 6.33 muestra la envolvente de falla de un suelo en condiciones no drenadas
(parámetros totales), que tendrá la forma de una línea recta horizontal (φ = 0).
cu
(σ3)f (σ1)f
283
Fundamentos de mecánica de suelos
Está envolvente está ubicada a una altura c u llamada resistencia al corte no drenada, que
será:
( σ1 )f − ( σ3 )f
cu = [6.22]
2
El círculo de esfuerzos de Mohr para los esfuerzos de falla será tangente a la envolvente
en un punto B que describirá la combinación de esfuerzos del plano de falla.
Los suelos con la tendencia a comprimirse durante la acción de la carga normal en estado
drenado, exhibirán un exceso de presión de poros bajo el estado no drenado con una
disminución del esfuerzo efectivo. Un suelo con la tendencia a expandirse durante la acción
de la carga normal exhibirá una disminución en el exceso de presión de poros bajo la
condición no drenada resultando en un incremento del esfuerzo efectivo (Budhu, 2000).
Estos cambios particulares ocurren debido a que el índice de vacíos no cambia durante la
acción de la carga normal en el estado no drenado, por lo que el volumen se mantendrá
constante.
Para el diseño geotécnico es importante determinar las condiciones de drenaje reales que
presenta el suelo en campo que pueden anticiparse según al tipo de suelo, para lo cual debe
considerarse que las condiciones no drenadas difieren significativamente de las drenadas
para el caso de los suelos finos, donde corto plazo no se aprecia un cambio de volumen pero
presentan un exceso de presión de poros que irá disipándose con el tiempo, hasta que ha
largo plazo se completa el cambio total de volumen y se disipa totalmente el exceso de
presión de poros. En el caso de los suelos de grano grueso el cambio de volumen es
inmediato y el exceso de presión de poros se disipa rápidamente durante la acción de la carga
normal, por lo que no tendría sentido en estos suelos hablar de una condición a corto y largo
plazo.
En el caso de un suelo arcilloso luego de una excavación o la deposición de un terraplén
al principio debido a la rapidez de la construcción se tendrán condiciones no drenadas,
entonces el esfuerzo de corte máximo que tolera el suelo a corto plazo estará en función a
parámetros totales que será:
τf = cu [6.23]
Sin embargo, a largo plazo cuando el suelo alcance la condición drenada el esfuerzo de
corte máximo que tolera el suelo estará en función a parámetros efectivo, que será:
284
CAPITULO 6 Resistencia al corte
En condiciones drenadas para el diseño se consideran los parámetros φ' cr y φ' p , el valor
pico no constituye ser la mejor opción para el diseño geotécnico ya que las partículas del
suelo en este estado de esfuerzos por lo general no se deslizan en un plano de falla
completamente desarrollado, además su valor es muy variable (Figura 6.27) y solo los suelos
del Tipo II presentan este valor pico. Sin embargo todos los suelos para una respectiva
combinación de esfuerzos llegan a estar normalmente consolidado, donde el parámetro del
ángulo de fricción es crítico (φ' cr ) donde el suelo alcanzará el estado crítico. El diseño con el
valor crítico a diferencia del pico no es conservador sino que permite diseños óptimos que
consideran los esfuerzos principales máximos que tolera el suelo. Por lo tanto el ángulo de
fricción crítico a diferencia del pico constituye ser un parámetro fundamental de la
resistencia al corte del suelo.
En condiciones no drenadas para el diseño se considera el parámetro de esfuerzo de corte
no drenado c u , que depende de la magnitud del esfuerzo de confinamiento (σ 3 ) f el cual
influirá en el esfuerzo normal (σ 1 ) f , por lo tanto este parámetro no constituye ser el
fundamental para el diseño geotécnico.
Por lo general se encuentran suelos que son una mezcla de partículas gruesas y finas, en
este caso para el diseño debe tomarse en cuenta la condición drenada y no drenada para
determinar cual de esas condiciones es más crítica.
Los parámetros de resistencia al corte son determinados principalmente con datos obtenidos
de ensayos realizados en laboratorio o en campo. En la tabla 6.2 se muestran diversos tipos
de ensayos que son utilizados comúnmente para determinar los parámetros de resistencia al
corte de un suelo. Estos ensayos se clasifican según a las condiciones de drenaje a la que se
someten las muestras durante el ensayo, de lo cual se obtienen parámetros de resistencia
efectivos o totales dependiendo el caso.
Tabla 6.2. Ensayos para determinar los parámetros de resistencia al corte del suelo.
Parámetros totales Parámetros efectivos
Triaxial no consolidado no drenado (UU) Triaxial consolidado drenado (CD)
Compresión inconfinada Triaxial consolidado no drenado (CU)
Penetrómetro Corte directo
Veleta Compresión inconfinada
Micromolinete
285
Fundamentos de mecánica de suelos
muestreador utilizado para extraer una forma rectangular de suelo, la placa de transferencia
(Figura 6.35d) es una cubierta superior que se ubicada en la parte superior de la caja de corte
y esta transmite un esfuerzo normal a la muestra de suelo, las piedras porosas (Figura 6.35e)
que permiten la circulación del agua son ubicadas por encima y por debajo de la muestra de
suelo para evitar que esta se disgregue al estar en contacto con el agua.
Para realizar el ensayo primero se corta un prisma rectangular de suelo de 60 x 60 x 20
mm (dependiendo a las dimensiones del muestreador) con el extractor de muestra, donde
luego esta es colocado en el muestreador y este a su vez en la caja de corte con las piedras
porosas colocadas por encima y por debajo, como se muestra en la Figura 6.38.
Figura 6.34. Aparato para el ensayo del corte directo (Laboratorio de geotecnia, UMSS).
(a) (b)
(c)
(d) (e)
Figura 6.35. Accesorios del aparato de corte (ELE).
(a) Caja de corte. (b) Muestreador. (c) Extractor de muestra. (d) Placa de transferencia de
carga. (e) Piedras porosas.
286
CAPITULO 6 Resistencia al corte
La fuerza de corte S inducida por el aparato de corte mediante el anillo a la muestra será:
S = LD·C R [6.25]
Donde:
287
Fundamentos de mecánica de suelos
Etapa de corte.
Caja de corte
S
Fuerza de corte
Muestra de suelo aplicada por el
aparato.
Caja externa
El esfuerzo normal efectivo σ' que actúa y el esfuerzo cortante que actúa en el plano de
falla desarrollado en la muestra de suelo será:
F
σ '= [6.26]
A
y
S
τ= [6.27]
A
Donde:
σ' = Esfuerzo normal efectivo.
F = Fuerza vertical aplicada por el sistema de pesas sobre la muestra.
A = Área del muestreador.
τ = Esfuerzo cortante que actúa en el plano de falla.
S = Fuerza de corte aplicada por el aparato a la muestra.
288
CAPITULO 6 Resistencia al corte
τp Suelos tipo II
τ cr
Suelos tipo I
Desplazamineto horizontal
Figura 6.39. Variación del esfuerzo de corte respecto al desplazamiento horizontal.
+
Suelos tipo I
Desplazamiento vertical
Desplazamiento horizontal
− Suelos tipo II
289
Fundamentos de mecánica de suelos
Suelos Tipo II
Suelos Tipo I
φ'
σ'
Figura 6.41. Envolvente de falla.
4.2. Ensayos triaxiales.
Los ensayos triaxiales son los más confiables y utilizados para determinar las características
de tensión-deformación y los parámetros de resistencia al corte del suelo. Estos son ensayos
donde se pueden variar las presiones actuantes en tres direcciones ortogonales (triaxial)
sobre una muestra de suelo y así crear condiciones que se asemejen a las reales en campo.
Figura 6.42. Fotografía del sistema triaxial completo (Laboratorio de geotecnia, UTN).
290
CAPITULO 6 Resistencia al corte
Aire a
presión
Regulador de
Bureta Aire - Agua
graduada Regulador
Agua - Agua
Bomba
de Agua
desaire
Cámara
Indicador
volumen A - Conexión a cámara
nulo B - Conexión superior a probeta
A B C - Conexión a base de probeta
- Válvulas auxiliares
C
Figura 6.43. Esquema del banco triaxial completo.
• Saturación. (Etapa 1)
• Consolidación. (Etapa 2)
• Compresión. (Etapa 3)
La etapa de saturación y consolidación es llevada a cabo en un sistema llamado banco
triaxial, que está diseñado para controlar un sistema de agua a presión que es aplicado a la
muestra de suelo a ensayar. La Figura 6.42 muestra una fotografía del sistema triaxial y en la
Figura 6.43 se muestra un esquema del banco triaxial.
La etapa de compresión se lleva a cabo en una prensa mostrada en la Figura 6.44 que
aplica una carga axial mediante un anillo de carga a un vástago que comprime la muestra de
suelo, el sistema triaxial es capaz de mantener constante la presión aplicada a la muestra
(dependiendo al tipo de ensayo) en la etapa de consolidación durante la compresión y puede
medirse la presión de poros.
291
Fundamentos de mecánica de suelos
292
CAPITULO 6 Resistencia al corte
Deformímetro
Anillo
de carga
Deformímetro
Válvula de
desaire
Cubierta
superior
∆σ
Vástago
Empaquetadura
de goma
Placa
superior
Cilindro
Vaina de plástico
latex
Muestra
de suelo
(probeta)
Piedra
porosa Empaquetadura
Cubierta de goma
inferior Placa
B inferior
A
Presión
Saturación Presión
y Drenaje C de poros
Estos coeficientes fueron propuestos por Skempton (1954), discutidos por Henkel (1960) y
Wade (1966). Con estos coeficientes se examina la variación de la presión de poros debido a
la presión de confinamiento (σ 3 ) y debido a la compresión (σ 1 ) en la probeta.
Para el análisis es conveniente considerar la variación de la presión de poros total (∆u 1 )
como si estuviera constituido por dos componentes: un esfuerzo isotrópico (Etapa 2) y un
esfuerzo uniaxial (Etapa 3), como se muestra en el elemento de suelo de la Figura 6.46.
293
Fundamentos de mecánica de suelos
+ = ∆σ3 ∆σ3
∆σ3 ∆u 3 ∆σ3 ∆u 1-3 ∆u 1
∆σ3 ∆σ3
σ1 = σd + σ3
σ d = σ 1 – σ 3 = ∆σ 1 – ∆σ 3 [6.28]
∆u3
B= [6.30]
∆σ 3
∆Vm= Ce ⋅ Vm ⋅ ( ∆σ 3 − ∆u3 )
294
CAPITULO 6 Resistencia al corte
∆Vm= Cf ⋅ n ⋅ Vm ⋅ ∆u3
Tanto la masa de suelo como el fluido que ocupa los vacíos entre partículas del suelo se
comprimen simultáneamente, entonces puede igualarse miembro a miembro el cambio de
volumen del suelo y del fluido agua-aire (∆V m = ∆V m ), por lo que se tendrá que:
Ce ⋅ ( ∆σ 3 − ∆u3=
) Cf ⋅ n ⋅ ∆u3
Por lo cual se escribe:
∆u3 1
=B = [6.32]
∆σ 3 C
1+ n ⋅ e
Cf
∆σ '3 = ( ∆σ 1 − ∆σ 3 ) − ∆u1−3
Entonces:
∆σ '3 = −∆u1−3
∆u1−3
A = A⋅ B = [6.33]
∆σ 1 − ∆σ 3
1
∆Vm= Ce ⋅ Vm ⋅ ⋅ ( ∆σ '1 − 2 ⋅ ∆σ '3 )
3
Entonces:
1
∆Vm= Ce ⋅ Vm ⋅ ⋅ ( ∆σ 1 − ∆σ 3 ) − 3 ⋅ ∆u1−3
3
295
Fundamentos de mecánica de suelos
∆Vm= Cf ⋅ n ⋅ Vm ⋅ ∆u1−3
1 1
∆u1−3 = ⋅ ⋅ ( ∆σ 1 − ∆σ 1 )
3 + ⋅ Ce
1 n
Cf
1
∆u1−3 = ⋅ B ⋅ ( ∆σ 1 − ∆σ 3 )
3
∆u1= B ⋅ ∆σ 3 + A ⋅ ( ∆σ 1 − ∆σ 3 )
∆u1 = ∆σ 3 + A ⋅ ( ∆σ 1 − ∆σ 3 ) [6.34]
296
CAPITULO 6 Resistencia al corte
σ1 − σ 3 σ1 − σ3
0 0
ε ε
+
+
0
∆u ∆u ε
0
ε −
1.0 1.0
A 0.5 A 0.5
0 0
ε ε
−0.5
Figura 6.47. Influencia de la historia del suelo en la presión de poros (Bishop, 1960).
1.0
0.5
Af
-0.5
1 2 4 8 16 32
Relación de sobreconsolidación OCR
Figura 6.48. Variación de A f según OCR (Bishop, 1960).
297
Fundamentos de mecánica de suelos
Cuanto más suelto sea el suelo o mayor sea el índice de vacíos el valor de A f será elevado,
en cambio cuanto más denso o menor sea el índice de vacíos el valor de A ff será pequeño
debido a la dilatancia.
Etapa de saturación.
Las probetas utilizadas en el ensayo triaxial deben estar completamente saturadas. Para esto,
lo primero que se hace es llenar la cámara completamente de agua (manteniendo el orificio
de ventilación abierto) la cual someterá a la probeta a un esfuerzo simétrico de
confinamiento σ 3 , entonces de acuerdo al diagrama de la Figura 6.49 se conecta la línea de
base A al extremo inferior de la bureta graduada y el otro extremo de la bureta se conecta al
tanque regulador de presión de aire. Con las válvulas A, C abiertas y B cerrada, se aplica aire
al circuito de la bureta de esa forma se introduce presión a la cámara (e.g. ∆σ 3 = 20 kPa),
luego se abre la válvula B para introducir una contrapresión a la probeta que permite el
ingreso de agua.
298
CAPITULO 6 Resistencia al corte
Etapa de consolidación.
Etapa de compresión.
299
Fundamentos de mecánica de suelos
También debe medirse el cambio de volumen de la probeta durante la compresión, con los
datos obtenidos del registro del nivel inicial del agua en la bureta y los niveles
correspondientes a cada lectura de los deformímetros de carga y de deformación, la Figura
6.50 muestra la conFiguración del banco triaxial para medir el cambio de volumen y la
presión de poros.
σd
σ3 σ1= σ3 + σd
σ3
σ3 uf
σ3 θ
σ3 u0 σ3 σ
σ3 τ σ3
σ3
σ3 σ
D D
σ3 σ3 σ1= σ3 + σd
σd σ3 = presión de cámara
∆σ = esfuerzo desviador
(a) (b) (c)
Figura 6.51. Variación de la presión de poros durante la compresión (Whitlow, 1994).
(a) Esfuerzos durante la compresión. (b) Presión de poros inicial. (c) Presión de poros de
falla.
300
CAPITULO 6 Resistencia al corte
Tipos de falla.
La falla de una probeta en el ensayo triaxial puede presentar varias formas, la Figura 6.52
muestra tres formas típicas de falla.
A medida que se acorta verticalmente la probeta bajo la carga axial el diámetro irá
incrementándose. En suelos densos o muy sobreconsolidados el espécimen se cortará
claramente a lo largo de una superficie de deslizamiento bien definida, al alcanzar el
esfuerzo máximo la probeta fallará de la forma que muestra la Figura 6.52a, a este tipo de
fallas se la llama falla frágil o de deslizamiento por cortante puro. En un suelo ligeramente
sobreconsolidado en general el corte será menos definido como muestra la Figura 6.52b y en
suelos sueltos o normalmente consolidados se presentará flexibilidad plástica sin el
desarrollo de una superficie de deslizamiento, produciendo una forma abarrilada como se
muestra en la Figura 6.52c. En el último de los casos puede no discernirse un valor definido
último del esfuerzo desviador por lo que puede ser difícil identificar el momento de la falla;
301
Fundamentos de mecánica de suelos
por lo tanto se puede tomar un valor arbitrario de falla que corresponda a una deformación
unitaria axial de 20% donde generalmente se produce la falla.
4.2.2. Compresión no drenada.
Para realizar la compresión no drenada debe permanecer cerrada la válvula B, de esa forma
cuando se incremente la carga axial durante el ensayo el agua no podrá drenar de la probeta.
Durante la compresión no drenada la presión de poros variará conforme al incremento de la
carga uniaxial y lo mismo con la presión de cámara, por lo que deben medirse durante el
ensayo.
A este ensayo se lo denomina también ensayo rápido (Q) donde no se permite en ningún
momento el drenaje. La probeta no es consolidada, por lo tanto no se disipa la presión de
poros durante la aplicación de la presión isotrópica de cámara σ 3 en la etapa de saturación.
Después de establecer la presión de confinamiento en la cámara, se conecta la prensa para
aplicar la carga axial, se deben tomar lecturas de los deformímetros de deformación y de
carga a intervalos regulares, de este último hasta que se produzca la falla o hasta que la
deformación alcance un valor considerable (aproximadamente 20%). El incremento del
esfuerzo desviador es bastante rápido, lo que permite que no se disipe la presión de poros y
los resultados puedan solo expresarse en términos de esfuerzo total. La duración del ensayo
es de 10 a 15 minutos.
Este ensayo se usa para determinar el parámetro de resistencia no drenado c u y es
adecuado para arcillas saturadas. En condiciones no drenadas, los suelos saturados presentan
un esfuerzo de corte crítico que tiende a mantenerse constante para cualquier valor del
esfuerzo normal. Un aumento en el esfuerzo axial ocasiona un aumento semejante en la
presión de poros, por lo tanto el esfuerzo efectivo normal permanece constante. En una serie
de ensayos no drenados efectuados bajo esfuerzos desviadores diferentes en probetas
saturadas con el mismo suelo, los círculos de esfuerzos de Mohr para la combinación de
esfuerzos de falla describirán la envolvente de falla no drenada como se muestra en la Figura
6.53. La intersección de la envolvente con el eje de corte define el valor de la cohesión no
drenada del suelo (c u ). Este parámetro de resistencia del suelo aparentemente es constante.
Sin embargo, se deben notar dos condiciones importantes relacionadas con cualquier valor
observado de c u . Primero el valor es relevante sólo para una masa de suelo sin drenado y
segundo que el valor solo corresponde para un determinado contenido de humedad y
volumen específico, por lo que se obtendrá un valor distinto para un diferente contenido de
humedad y volumen específico.
cu
(σ3)f (σ1)f σ
302
CAPITULO 6 Resistencia al corte
∆L
ε= [6.35]
L0
Donde:
ε = Deformación vertical del espécimen de suelo.
∆L = Deformación del espécimen registrado por el deformímetro.
L 0 = Longitud inicial del espécimen de suelo.
Durante la comprensión el área transversal del espécimen de suelo cambia por lo cual
debe ser corregida, se utiliza la siguiente expresión:
A0
A= [6.36]
1− ε
Donde:
Α = Área transversal corregida.
ε = Deformación vertical del espécimen de suelo.
A 0 = Área transversal inicial del espécimen de suelo.
303
Fundamentos de mecánica de suelos
(σd )p
Suelos Tipo II
Esfuerzo desviador σd
(σd )cr
Suelos Tipo I
≈ 20%
Deformación vertical ε%
Figura 6.54. Deformación vertical en función al esfuerzo desviador en un ensayo triaxial
UU.
El esfuerzo desviador σ d , que actúa en el espécimen de suelo, será:
P
σd = [6.37]
A
Este ensayo también denominado ensayo consolidado rápido (R), consta de tres etapas
(saturación, consolidación y compresión). Primeramente la probeta es saturada
completamente de agua, luego incrementando la presión de cámara es consolidada, esta etapa
lleva al suelo a un estado prescrito de volumen y de presión de poros, a partir del cual se
pueden medir con exactitud los siguientes cambios de volumen o de presión de poros que
304
CAPITULO 6 Resistencia al corte
∆u
A= [6.39]
σd
Donde:
A = Parámetro de Skempton.
∆u = Exceso de presión de poros durante la compresión.
σ d = Esfuerzo desviador.
305
Fundamentos de mecánica de suelos
Suelo Tipo II
(σd ) p
Α Αp
σd (σd )cr
∆u p Αcr
∆u
∆ucr
σd , ∆u, A
Deformación vertical ε%
Figura 6.55. Deformación vertical en función a σ d , ∆u y A en un triaxial CU en suelo Tipo
II.
φ'
c'
(σ'3 )f (σ'1 )f σ'
Figura 6.56. Envolvente de falla para un suelo Tipo II en un ensayo triaxial CU.
La presión que se aplicó en la celda para consolidación será el esfuerzo principal menor
σ 3 , por lo cual el esfuerzo efectivo principal menor y mayor en la falla será:
(σ '3 )f = σ 3 − ( ∆u )f [6.40]
306
CAPITULO 6 Resistencia al corte
A este ensayo se lo conoce también como ensayo lento (S). El drenaje se permite en las dos
últimas etapas, de este modo se tiene una consolidación bajo la presión de cámara y el
exceso de presión de poro se disipa durante la aplicación lenta del esfuerzo desviador. En la
primera etapa se satura la muestra completamente de agua, en la segunda esta es consolidada
bajo una presión isotrópica de cámara y en la tercera etapa se aplica una carga axial, que va
incrementándose a un ritmo suficientemente lento para que no se presente un incremento en
307
Fundamentos de mecánica de suelos
la presión de poros. Con un drenado total y una velocidad adecuada, se asegura que la
presión de poros en la muestra permanezca constante, entonces el incremento en el esfuerzo
efectivo es igual al incremento del esfuerzo total (∆σ’ = ∆σ). Se utiliza la válvula C para
vigilar la presión de poros, con la válvula A y las lecturas de los deformímetro que controlan
la carga y la deformación vertical se mide el cambio de volumen de la probeta. El objetivo
del ensayo es determinar los parámetros de resistencia efectivos c' y φ' del suelo.
Para determinar los esfuerzos principales y dibujar el círculo de esfuerzo de Mohr se
procede de la misma manera que para el caso del ensayo UU, entonces se grafica la variación
de la deformación vertical respecto al esfuerzo desviador mostrada en la Figura 6.56.
(σd)cr
Suelo Tipo I
Deformación vertical ε%
Figura 6.57. Deformación vertical en función al esfuerzo desviador en un ensayo triaxial
CD.
El esfuerzo principal menor efectivo de falla (σ' 3 ) f , será el esfuerzo isotrópico aplicado en
la cámara para la consolidación de la probeta. Para trazar la envolvente de falla y determinar
los parámetros de resistencia efectivos, se deben trazar tres círculos (Figura 6.57).
308
CAPITULO 6 Resistencia al corte
φ'
Deformímetro
Anillo
de carga
Deformímetro
Cubierta
superior
Vástago
Placa
superior
Vaina
de latex
Probeta
Piedra
porosa
Placa
inferior
309
Fundamentos de mecánica de suelos
En este ensayo no drenado se aplica un esfuerzo axial mediante una prensa a una probeta
cubierta de una vaina de látex que impide el drenaje. La probeta no está sometida a una
presión isotrópica de confinamiento alrededor de ella, en la Figura 6.58 se muestra el sistema
para realizar este ensayo.
La preparación de la probeta (saturación), el montaje del vástago y el anillo de carga es
similar al caso de los ensayos triaxiales. Para determinar el parámetro no drenado c u , se
recolectan periódicamente valores de los deformímetros que controlan el anillo de carga y la
deformación vertical (∆L) de la probeta. Con el área corregida A (ecuación [6.37]) de la
probeta puede determinarse el esfuerzo desviador (ecuación [6.37]) que actúa en la probeta,
entonces se grafica la variación de la deformación vertical respecto al esfuerzo desviador,
como se muestra en la Figura 6.52.
σp
Esfuerzo axial aplicado σ
Suelos Tipo II
σcr
Suelos Tipo I
≈ 20%
Deformación vertical ε%
Figura 6.60. Deformación vertical respecto al esfuerzo axial en la compresión inconfinada.
cu
σ3 = 0 σ1 =q u σ
Figura 6.61. Combinación de esfuerzos en la falla en el ensayo de compresión inconfinada.
310
CAPITULO 6 Resistencia al corte
cu
qu = [6.43]
2
Para elegir un adecuado ensayo triaxial deben tenerse en cuentas dos detalles:
La tabla 6.6, muestra los parámetros que se obtienen en los diferentes tipos de ensayos
triaxiales.
El Ensayo triaxial debe tratar de asemejar las condiciones reales que tendrá el suelo en
campo, los ensayos UU y CU podrían asemejar bien las condiciones de una arcilla con muy
baja permeabilidad, mientras que un ensayo CD a un suelo con una permeabilidad que
permite un buen drenaje del agua.
Sin embargo, los ensayos triaxiales pueden combinarse a fin de determinar los parámetros
de otros ensayos triaxiales realizados con el mismo suelo. En la Figura 6.61 se ha trazado en
trazo lleno la envolvente de falla de un ensayo UU realizado en una arcilla, si se resta la
presión de poros a la combinación de esfuerzos principales totales que producen la falla en el
triaxial UU, se obtendrá un círculo de esfuerzos desplazado en trazo segmentado que
representará la combinación de esfuerzos principales efectivos de falla para el estado
drenado del suelo. Si posteriormente se realizara un ensayo CU, CD, de corte directo o de la
compresión inconfinada con el mismo suelo se obtendría una envolvente de falla efectiva que
sería tangente a aquel círculo en trazo segmentado anteriormente determinado. En el caso de
un terraplén o un talud resulta dificultoso medir la variación de la presión de poros a lo largo
del tiempo, para poder evaluar la resistencia al corte del suelo, al combinar ensayos puede
evaluarse fácilmente la resistencia a corto y largo plazo.
311
Fundamentos de mecánica de suelos
φ'
cu
c'
Ensayo de la Veleta.
El ensayo con la veleta de corte es ideal para el caso de suelos compuestos de arcillas
saturadas sin fisuras y limos saturados. No es tan confiable para suelos fisurados o
secuencias de microestratos. Básicamente el extremo inferior de la veleta consiste en cuatro
aspas montadas en el extremo de una barra de acero (Figura 6.62). Después de hincar la
veleta en el suelo, se hace girar aplicando un par de torsiones en el extremo libre de la
varilla. Se gira primero la veleta entre 6 y 12º por minuto para determinar el parámetro de
resistencia al corte sin perturbación y a continuación se mide la resistencia remoldeada
312
CAPITULO 6 Resistencia al corte
haciendo girar con rapidez la veleta. La superficie afectada constituye el perímetro y los
extremos de un cilindro.
La Figura 6.63a muestra las dimensiones estándar de la veleta con respecto al diámetro
que genera. La veleta es instalada en el suelo con ayuda de otro accesorio donde es
ensamblada con todos sus accesorios, la Figura 6.63b muestra gráficamente los pasos para el
ensamblado de la veleta. El parámetro de resistencia al corte no drenado se obtiene igualando
el valor del momento de torsión con el momento de la fuerza cortante, por lo que se tendrá la
expresión:
T
cu = [6.44]
1 1
⋅π ⋅ D2 ⋅ h + ⋅ D
2 3
Donde:
c u = Parámetro de resistencia al corte no drenada.
T = Momento torsor de la veleta.
h = Altura de las aspas de la veleta.
D = Diámetro de la circunferencia que genera la veleta al girar.
1 2 3 4 5 6 7
10·D
2·D
(a) (b)
Figura 6.64. Ensamblado de la veleta en campo (U.S. Navy, 1982).
(a) Dimensiones estándar. (b) Ensamblado.
313
Fundamentos de mecánica de suelos
del círculo y en el centro. Los valores registrados del penetrómetro se evalúan mediante una
tabla proporcionada por el fabricante, el valor promedio de las lecturas realizadas con el
penetrómetro será q u, con el cual puede trazarse la envolvente de falla.
314
CAPITULO 6 Resistencia al corte
índice del suelo. Por lo cual diversos investigadores han elaborado ábacos para determinar de
forma empírica los parámetros de resistencia al corte para diversos tipos comunes de suelo.
La Figura 6.64 muestra un ábaco elaborado por el U.S. Navy (1982) para determinar el
parámetro de resistencia φ' en condiciones drenadas con c’ = 0.
Peso unitario seco, γd KN/m3
15 20
00 %
lati va 1
40 d re
sida
De n
75%
GW
Ángulo de fricción efectivo, φ' (deg)
GP
SW
35 50% Tipo de suelo
ML
y SP
SM 25%
o
30 en este rang
25
20
75 80 90 100 110 120 130 140 150
3
Peso unitario seco, γd lb/ft
1.2 1.1 1.0 0.9 0.8 0.7 0.65 0.6 0.55 0.5 0.45 0.4 0.35 0.3 0.25 0.2 0.15
Índice de vacíos, e
Figura 6.67. Valores típicos de φ’ para suelos poco cohesivos (U.S. Navy, 1982).
Este ábaco considera diversas propiedades del suelo como el tipo de suelo, peso unitario
seco, densidad relativa e índice de vacíos. Todas estas propiedades del suelo están
relacionadas entre sí, por lo cual para utilizar este ábaco basta con conocer algunas de estas
características del suelo.
315
Fundamentos de mecánica de suelos
1.0
0.9
60
0.8
50
0.7
40
0.6
sin φ'
φ' (deg)
30 0.5
0.4
20
0.3
0.2
10
0.1
0 0
5 6 8 10 15 20 30 40 50 60 80 100 150 200
IP Índice de platicidad
Tabla 6.7. Relaciones empíricas para los parámetros de resistencia al corte (Budhu, 2000).
Tipo de suelo Ecuación Referencia
cu
Arcillas normalmente consolidadas σ′ = 0.11 + 0.0037 ⋅ IP Skempton (1957)
NC
( cu σ ′ )OC
= ( OCR )
0.8
Arcillas sobreconsolidadas Ladd et al. (1977)
( cu σ ′ ) NC
cu
= ( 0.23 ± 0.04 ) ⋅ OCR 0.8 Jamiolkowski et al. (1985)
σ′
Todas las arcillas
cu Mersi (1975)
= 0.22
σ 0′
316
CAPITULO 6 Resistencia al corte
cu ( inalterada )
S= [6.45]
cu ( remoldeada )
Donde:
S = Sensibilidad de la arcilla.
c u = Parámetro de resistencia no drenado.
Inalterada
Esfuerzo axial aplicado σ
qu
Remoldeada
qu
Deformación vertical ε%
Figura 6.69. Compresión inconfinda en arcilla inalterada y remoldeada (Das, 1998).
317
Fundamentos de mecánica de suelos
318
CAPITULO 6 Resistencia al corte
σ σ σ
F
C F
σf C C
σf
O εf ε O εf ε O ε
O ε O ε
(d) (e)
Figura 6.70. Comportamiento esfuerzo-deformación unitaria (Whitlow, 1994).
(a) Elástico frágil. (b) Dúctil. (c) Completamente plástico. (d) Inelástico. (e) Cedencia dúctil.
319
Fundamentos de mecánica de suelos
estados muy particulares del comportamiento del suelo cuando esta siendo sometido a
esfuerzos axiales, por lo cual el análisis mediante las trayectorias de esfuerzos resulta muy
útil.
C
deslizamiento por
o
contracción plástica en D
ns
cortante en C
de
D
o
suelt
esfuerzo
esfuerzo
máximo
último
deformación unitaria ε
Figura 6.71. Comportamiento esfuerzo-deformación unitaria (Whitlow, 1994).
320
CAPITULO 6 Resistencia al corte
σ'1 , σ1
σ1 SD (u1= 0)
u1
σ'1
SU
o
pic
tró
u1
iso
0 σ'3 σ3 σ'3 ,σ
Figura 6.72. Trayectorias de esfuerzos en el espacio (σ' 1 , σ' 3 ) (Whitlow, 1994).
Debido a las ventajas que tiene un análisis mediante las trayectorias de esfuerzos, estas
pueden relacionarse al criterio de falla de los suelos, para lo cual se pueden representar
cómodamente estados de esfuerzo mediante el círculo de Mohr ya que está relacionado a un
criterio de falla.
La Figura 6.70a, muestra la trayectoria de esfuerzos para el caso de la aplicación de una
carga donde se permite el drenado, se observa que los estados de esfuerzos en el sistema se
ubican mediante círculos de Mohr. Las ecuaciones [6.46] y [6.47] dan las coordenadas del
punto de esfuerzo cortante máximo para cada círculo de Mohr en el espacio (t', s').
⋅ (σ '1 +σ '3 )
1
s' = [6.46]
2
⋅ (σ '1 −σ '3 )
1
t' = [6.47]
2
Durante la etapa de carga σ 3 es constante, por lo cual todos los círculos tienen un mismo
punto en común. Al incrementar el esfuerzo axial σ' 1 , los valores de t' y s' aumentan
respectivamente, por lo cual el círculo será cada vez mayor hasta que para un estado de
esfuerzos determinado se producirá la falla. Para dicho estado de esfuerzo se tendrá un valor
de t' y s', la envolvente de falla será tangente a este circulo de falla con un ángulo φ'. Las
flechas que parten de σ' 3 hacia los valores máximos de t’ en cada círculo indican la
trayectoria de esfuerzos durante la etapa de carga en estado drenado. Por lo tanto, la gráfica
de trayectoria de esfuerzo está relacionada con el criterio de falla.
La Figura 6.70b muestra la trayectoria de esfuerzos total y efectiva durante la aplicación
de una carga donde no se permite el drenado. Después de la etapa de consolidación se tiene
un estado inicial de esfuerzo σ' 1 = σ' 3 que será la magnitud OC con drenado completo. La
321
Fundamentos de mecánica de suelos
trayectoria total de esfuerzo estará de nuevo a 45º siguiendo la trayectoria O → ST. Sin
embargo, para el estado drenado la trayectoria del esfuerzo efectivo se curva hacia atrás,
porque s' = s – u, siguiendo la trayectoria C → SE. Bajo condiciones sin drenado en suelo
saturado, la presión de poros se incrementa cuando aumenta σ 1 , entonces los esfuerzos
totales y efectivos (Figura 6.70a) siguen la misma trayectoria: C → ST(SE) durante la carga.
t'
Envolvente de falla
de Mohr Coulomb
ST(SE)
φ'
σ'3 s'
u1
SE ST
ESP TSP
φ'
C
O σ'3 σ3 σ'1 σ1 s'
s' 1
s = s' + u
(b)
Figura 6.73. Trayectorias de esfuerzos en el espacio (t', s') (Whitlow, 1994).
(a) Condición drenada. (b) Condición no drenada.
322
CAPITULO 6 Resistencia al corte
t'
s'2 ∆u
consolidación
SU SD
1
carga 2 ∆σ
t2
C
φ' t1
s'
s1
s2
(a)
σv
σh σh
∆σn
t'
σv excavación
s'2 ∆u
succión
SD SU
1
2 ∆σn
C descarga
φ'
s'
s1
s2
(b)
323
Fundamentos de mecánica de suelos
Figura 6.74. Trayectorias de esfuerzos por descarga en una excavación (Whitlow, 1994).
(a) Condición drenada. (b) Condición no drenada.
Al paso del tiempo, se disipará el exceso de la presión de poros debido al drenado durante
la consolidación (SU → SD). El punto del esfuerzo final queda mas alejado de la envolvente
de falla, lo cual lleva a la conclusión de que a corto plazo la carga sin drenado es más crítica
que la carga sobre terreno drenado en suelos arcillosos bajo una fundación.
En la Figura 6.71b se muestra la trayectoria del esfuerzo para carga sin drenado de un
punto vecino a una excavación. En este caso, una disminución del esfuerzo en la etapa de
descargado, induce a una presión de poros negativa –∆u (succión) y con ello la trayectoria
inmediata sin drenar de esfuerzo es C → SU. En respuesta a la succión, el contenido de
humedad aumentará en forma gradual hasta que se halla reducido el exceso de presión
negativa en los poros, por lo cual la trayectoria de esfuerzos será SU → SD. El punto final
del esfuerzo está mas cerca de la envolvente de falla, por ello la resistencia drenada a largo
plazo es la más crítica en problemas relacionados con la estabilidad de excavaciones y cortes
en pendiente (talud). La envolvente de falla de Mohr-Coulomb es tangente al círculo de
Mohr en un punto que corresponde a los esfuerzos de falla. Por lo tanto, el punto de esfuerzo
(t' f ; s' f ) en este círculo es un parámetro alternativo para la condición de falla. Se puede
definir a la línea que pasa por los puntos de esfuerzo de los círculos de falla como la
envolvente de puntos de esfuerzos de falla, la cual puede utilizarse como criterio alternativo
de la falla, como muestra la Figura 6.72. La envolvente de puntos de falla puede escribirse
como:
La ecuación [6.48] tiene la misma forma que la ecuación [6.24] de la envolvente de falla
de Mohr-Coulomb. Los parámetros de la envolvente de puntos de esfuerzos de falla se
relacionan con el criterio de Mohr-Coulomb como sigue:
τ', t'
envolvente de falla φ'
de Mohr-Coulomb
α'
envolvente de puntos
de esfuerzo de falla
c' a'
σ', s'
Figura 6.75. Envolvente de puntos de esfuerzo de falla (Whitlow, 1994).
324
CAPITULO 6 Resistencia al corte
Los análisis mediante trayectorias de esfuerzo que se describieron anteriormente son útiles
para problemas donde interviene la deformación plana, pero son algo limitados en un sentido
general, porque no pueden representar con facilidad las verdaderas condiciones triaxiales.
Los análisis anteriores consideran el caso donde el esfuerzo axial σ 1 va incrementándose,
mientras que se considera que σ 2 = σ 3 , es decir un sistema biaxial simétrico. Sin embargo, en
la realidad se tiene que σ 1 ≠ σ 2 ≠ σ 3 , lo que es un sistema triaxial verdadero, por lo cual para
un análisis triaxial verdadero, se necesita un sistema de trayectorias de esfuerzos que
satisfaga estas condiciones.
Si se usan el esfuerzo promedio p' y el esfuerzo desviador q' en lugar de s' y t', entonces
se pueden representar con igual facilidad estados de esfuerzo con deformación plana,
biaxialmente simétricos y triaxiales verdaderos. El esfuerzo normal promedio será:
p ' = ⋅ (σ 1 + σ 2 + σ 3 )
1
[6.51]
3
y
p = p' + u [6.52]
Para el caso de esfuerzos triaxiales con simetría biaxial utilizados en los ensayos
triaxiales, los esfuerzos serán:
p ' = ⋅ (σ 1 + 2 ⋅ σ 3 )
1
[6.55]
3
y
p = p' + u [6.56]
Mientras que:
La Figura 6.73 muestra una gráfica en el espacio (q', p') típica de un ensayo triaxial con y
sin drenado. La etapa de consolidación isotrópica sigue la trayectoria O → C, por lo cual en
el punto C se tendrá que:
σ1 = σ2 = σ3
y
u0 = 0
De donde resulta:
325
Fundamentos de mecánica de suelos
p’ 0 = p 0 = σ’ 3 = σ 3
p ' = ⋅ (σ 1 + 2 ⋅ σ 3 ) = ⋅ (σ 1 − σ 3 + 3 ⋅ σ 3 )
1 1
3 3
1
p '= ⋅ q '+ σ3
3
dp ' 1
=
dq ' 3
Para el estado no drenado, la presión de poros aumenta durante la etapa de carga uniaxial
desde cero hasta u 1 , siguiendo la trayectoria efectiva de esfuerzos C → SU.
q'
envolvente de falla
q'f = M p'f
p'1 u1
SU SD
0 C p'
p'0 = p0= σ3
p1
Figura 6.76. Trayectorias de esfuerzos en el espacio (q', p') (Whitlow, 1994).
326
CAPITULO 6 Resistencia al corte
Se puede definir una envolvente que corresponda a los valores de q' y p’ en el instante de
la falla, que será:
q’ f = M·p’ f [6.59]
Los puntos SU y SD para un determinado estado de esfuerzos que correspondan a la falla,
formarán parte de la envolvente de falla. Note que la envolvente de falla que esta descrita en
la ecuación [6.59], es similar a la envolvente de falla de Mohr-Coulomb, por lo cual se puede
obtener una relación entre M y el ángulo φ' de fricción definido por la envolvente de falla
Mohr-Coulomb correspondiente.
Del círculo de Mohr (Figura 6.70a), cuando c' = 0, se tiene que:
1 2 ⋅ (σ 1 − σ 3 )
sin φ ' =
1 2 ⋅ (σ 1 + σ 3 )
Sustituyendo la expresión:
1 − sin φ '
3 ⋅ σ '1 − ⋅ σ '1
1 + sin φ '
M =
2 ⋅ (1 − sin φ ') ⋅ σ '1
σ '1 +
1 + sin φ '
Lo que resulta:
6 ⋅ sin φ '
M = [6.61]
3 − sin φ '
3⋅ M
sin φ ' = [6.62]
6+M
327
Fundamentos de mecánica de suelos
328
CAPITULO 6 Resistencia al corte
En la Figura 6.74, se muestra análogamente las diferencias que existen entre el criterio de
falla de Mohr-Coulomb graficado en el espacio (t', s') y el modelo de estado crítico (CSM)
trazado en el espacio (p', q).
τ q
co
ríti
c
do
a sta
all e
ef d e
ad ea
íl ne lín
φ'cr
σ' p'
(a)
e e
σ' p'
(b)
e e
Cr κ
Cc
κ
Cr
329
Fundamentos de mecánica de suelos
En la Figura 6.74a la envolvente de esfuerzos de falla es trazada en el espacio (τ, σ') con
un línea recta de pendiente φ’ cr , mientras que en el CSM la envolvente o generalmente
llamada línea de estado crítico, es también una línea recta trazada en el espacio (p', q) pero
con una pendiente definida como M, que será:
qf
M = [6.63]
p 'f
Donde:
q f = Esfuerzo desviador en el momento de la falla.
p' f = Esfuerzo normal promedio en el momento de la falla.
La Figura 6.74b muestra la línea de consolidación normal trazada en el espacio (e, σ'),
para el caso del CSM esta se traza en el espacio (e, p'). Sin embargo, en la Figura 6.74c se
observa que para conveniencia matemática esta se traza en el espacio (e, ln p') donde las
trayectorias son líneas rectas. Para el caso del CSM la pendiente de la línea de consolidación
normal es definida como λ, la relación de este valor con el coeficiente de consolidación es:
Cc
λ= [6.64]
2.3
Cr
κ= [6.65]
2.3
p'c
R0 = [6.66]
p'0
Donde:
R 0 = Relación de sobreconsolidación.
p' c = Esfuerzo efectivo de preconsolidación.
p' 0 = Esfuerzo efectivo inicial o presión de sobrecarga.
1 + 2 ⋅ K 0NC
R0 = ⋅ OCR [6.67]
1 + 2 ⋅ K 0OC
Donde:
K 0NC = Parámetro de consolidación para suelos normalmente consolidados
330
CAPITULO 6 Resistencia al corte
σ 'h
K0 = [6.68]
σ 'v
Donde:
σ’ h = Esfuerzo efectivo horizontal actuante en la etapa de carga.
σ’ v = Esfuerzo efectivo horizontal durante la etapa de carga.
Superficie de falla.
La idea central en el CSM es que todos los suelos fallan en una única superficie de falla del
espacio q, p', e, lo que significa que para afirmar la falla de un suelo, se debe considerar
tanto el volumen como el estado de esfuerzos. Esta superficie de falla del suelo es
independiente del proceso que haya seguido la etapa de carga.
q
)
SL
(C
CSL
(D)
p'
D
)
(U)
SL
qD L
NC
(C
p'D
(D)
qU (C) U
p'U
C
e
Figura 6.78. Proyección tridimensional de la línea de estado crítico (Whitlow, 1994).
331
Fundamentos de mecánica de suelos
estado crítico se refiere al instante cuando el suelo empieza a ceder, lo que significa que está
a punto de fallar.
La superficie de falla mostrada en la Figura 6.75 no es más que la proyección de dos
envolventes o líneas de estado crítico, trazadas en los espacios (q, p') y (e, p') como muestra
la Figura 6.76, estas líneas de estado crítico se abreviaran como CSL.
q
M
1
L
CS
u1
C
p'
c
p'
e
e
e0
eΓ 1
CS
λ
NC
L
1
L
C
λ C
eU
U U
NC
L
eD D
D
p' ln p'
Figura 6.79. Líneas de estado crítico en los espacios (q, p') y (e, p') (Whitlow, 1994).
Superficie de fluencia.
332
CAPITULO 6 Resistencia al corte
magnitud del esfuerzo de preconsolidación p' c , que definirá una superficie inicial de fluencia
(elipse) para un estado de compresión del suelo. Todos los estados de esfuerzos que se
encuentran dentro la región comprendida por el eje p' y la media elipse, como ser el punto A,
indican que el suelo se comporta elásticamente. Si una combinación de esfuerzos q y p' se
ubica en el límite de la superficie de fluencia como el caso del punto B, el suelo está en un
estado crítico, es decir que está en transición de un comportamiento elástico a plástico,
similar al caso de la fluencia de una barra de acero.
Mc B fluencia inicial
C elastoplasticidad
p'c p'
Figura 6.80. Expansión de la superficie de fluencia (Budhu, 2000).
q2
( p')2 − p'⋅ p'c + =0 [6.69]
M2
La Figura 6.78, muestra la línea de estado crítico (CSL) en el espacio q/p’, que tiene una
pendiente M, que de acuerdo a la variación del volumen durante la etapa de carga, puede
333
Fundamentos de mecánica de suelos
trazarse de dos formas. La primera forma, donde la pendiente M de la CSL, toma el valor de
M = M C en el caso de compresión, graficándose esta por encima del eje p’. En la segunda
forma para el caso en que se presenta expansión, M toma el valor de M = M e , la CSL se
grafica por debajo del eje p’.
CSL
MC
p'
Me
CSL
En la Figura 6.79 se han trazado las trayectorias de una serie de seis ensayos triaxiales de
un mismo suelo. En la primera etapa se saturaron las muestras, mientras que en la segunda
etapa se consolidaron los pares de muestras hasta llegar a un mismo esfuerzo isotrópico de
preconsolidación p’ c . Las trayectorias O → C 1 , O → C 2 , O → C 3 , corresponden a la etapa
de consolidación de cada par de muestras en el espacio (q, p'). En la tercera etapa se aumenta
el esfuerzo principal máximo en la muestra hasta alcanzar el punto cedente. A una muestra
del par se aplicara el esfuerzo desviador permitiendo el drenado (CD) y en la otra muestra
del par se aplicará el esfuerzo desviador impidiendo el drenado. Para el caso de las muestras
drenadas en el espacio (q, p') estas seguirán las trayectorias: C 1 → D 1 , C 2 → D 2 y C 3 → D 3
respectivamente . Mientras que en el caso de las muestras no drenadas (CU), estas seguirán
las trayectorias: C 1 → U 1 , C 2 → U 2 y C 3 → U 3 . Los puntos cedentes alcanzados D 1 , D 2 , D 3 ,
U 1 , U 2 y U 3 en el espacio (q, p') definen y forman parte de la CSL, que será:
q' f = M·p' f
3⋅ M c
sin φ 'cs =
6 + Mc
O también:
334
CAPITULO 6 Resistencia al corte
6 ⋅ sin φ 'cs
Mc =
3 − sin φ 'cs
D2
U2
D1
U1
C1 C2 C3 p'
e e
C1 C1
eU eU
U1 U1
eD C2 eD D1
D1 C2
U2 U2
D2 C3 D2 C3
U3 NCL U3
NC
CSL L
C
D3 D3 SL
Figura 6.82. Representación de ensayos triaxiales en el espacio (q, p') (Whitlow, 1994).
3⋅ M e
sin φ 'cs = [6.69]
6 − Me
O también:
6 ⋅ sin φ 'cs
Me = [6.70]
3 − sin φ 'cs
335
Fundamentos de mecánica de suelos
e f = e Γ – λ·ln p'
[6.68]
Donde:
e Γ = Índice de vacíos en la línea de estado crítico, cuando ln p' = 1 kPa.
e f = Índice de vacíos en el instante de la falla.
El índice de vacíos crítico e Γ puede ser determinado a partir del estado inicial del suelo,
en la Figura 6.80 se muestra la trayectoria de una muestra de suelo que ha sido consolidada
isotrópicamente con un esfuerzo efectivo de preconsolidación p' c , luego se la ha descargado
isotrópicamente hasta un esfuerzo efectivo p’ 0 .
336
CAPITULO 6 Resistencia al corte
q
MC
CSL
e e
eΓ
λ
λ
CSL
CSL
ex X X κ
e0
e X = e0 + (λ − κ ) ⋅ ln
p'c
p'c 2
p'c
e X = eΓ − λ ⋅ ln
2
eΓ = e0 + (λ − κ ) ⋅ ln
p'c
+ κ ⋅ ln p'0 [6.69]
2
337
Fundamentos de mecánica de suelos
La Figura 6.81 muestra la línea de estado crítico (CSL) y la superficie de fluencia dibujada
para un suelo. La trayectoria de esfuerzos efectiva abreviada como ESP, describe la
respuesta del suelo en el espacio (q, p'), (e, p') y (e, ln p') cuando es sometido a esfuerzos.
Las trayectorias de esfuerzos efectivas (ESP) con pendientes menores que la CSL, no
producen falla, pues estas nunca interceptan a esta línea, como la trayectoria OA en la Figura
6.81. En cambio, el suelo falla cuando una ESP, logra que el suelo NC o ligeramente
consolidado se comporte como un suelo sobreconsolidado, como la trayectoria OB en la
Figura 6.81.
q
Mc
CSL
ESP
B A
fluencia
falla
O p'c p'
Figura 6.84. Trayectoria de esfuerzos efectivos (Budhu, 2000).
338
CAPITULO 6 Resistencia al corte
q
L
CS
S
UH
DH
RH
H p'
NC
e
CS
L
L
DH
H UH S
SL
339
Fundamentos de mecánica de suelos
M
1
lev
H vors
sión
ed e S
su
rfici
pe
supe
o ten
rfi
cie
T 1
de n
de
Rosc
corte
oe
1
0 C p'
e
e0
NC
eΓ L
CS
1
L
1
eκ SL
λ
1
κ
p'm p'
Figura 6.86. Superficie de Hvorslev en un suelo muy sobreconsolidado (Whitlow, 1994).
340
CAPITULO 6 Resistencia al corte
q = 3·p’
[6.70]
e −e
q = H ·p '+(M − H )·exp Γ 0 [6.71]
λ
e − e − ln p '
q = M ·p '⋅1 + Γ 0 [6.72]
λ −κ
q
S
p'
T
S
N
T
v
S N
T
e
Figura 6.87. Aspecto tridimensional de la superficie límite de estado (Whitlow, 1994).
Donde SS es la CSL, NN es la NCL y las tres superficies que componen que componen la
superficie de fallas son:
341
Fundamentos de mecánica de suelos
q/q
S
lev
vors lín
cie de H ea
perfi de
de su
línea
su
pe
rfi
ci
T
e
de
Rosc
oe
H H H E L L C
p'/p'
OCR
(tipicamente)
25 10 5 2.5 2 1.5 1.0
De la Figura 6.85 se pueden reconocer tres estados de esfuerzo diferentes que alcanzan
los suelos muy sobreconsolidados. El esfuerzo máximo cortante se alcanza cuando la
trayectoria de esfuerzos efectivos invade la superficie de Hvorslev, el estado crítico se
presenta en la CSL y por último, después de grandes deformaciones, en especial a los largo
de superficies de deslizamiento, el estado de esfuerzos de falla regresa a un valor residual
menor.
8.1. Suelos normalmente consolidados y ligeramente sobreconsolidados en estado
drenado.
Como primer paso para predecir como una muestra de suelo de índice de vacíos inicial e o
responderá cuando es ensayada bajo condiciones drenádas en el aparato triaxial (CD), la
muestra en el ensayo CD tiene que ser isotrópicamente consolidada manteniendo la presión
342
CAPITULO 6 Resistencia al corte
q q
S
F
qf F
CSL 3
ESP
E 1
E
O C B G p' C ε1
p'f
(a) (c)
e ε1
A e =Σ ∆e
O
C C
C' B D
D
E
E G
CSL
ef
ef F
F
343
Fundamentos de mecánica de suelos
La línea OS representa la línea de estado crítico (CSL) en el espacio (q, p′) mostrada en la
Figura 6.86a y de forma similar la línea de estado crítico (CSL) en el espacio (e, p′) en la
Figura 6.86b.
A la muestra de suelo que se encuentra con en un esfuerzo efectivo p' 0 se le va
incrementando progresivamente el esfuerzo axial, manteniendo la presión de la celda σ 3 ,
constante y permitiendo el drenado de la muestra. La trayectoria de esfuerzos efectivos para
el ensayo CD tiene una pendiente q/p′ = 3. Esta trayectoria de esfuerzos efectivos (ESP) se
muestra representada en la Figura 6.86a por la línea CF. La trayectoria de esfuerzos
intercepta a la superficie inicial de fluencia en un punto denominado D. Todos los estados de
esfuerzos desde C a D dentro de la superficie inicial de fluencia y desde C a D en la
trayectoria de esfuerzos efectivos, se comportan elásticamente. Asumiendo un
comportamiento lineal elástico del suelo, se puede dibujar la línea CD en el espacio (q, ε 1 ) ,
para representar la respuesta elástica esfuerzo-deformación. La línea BC en el espacio (e, p′)
representa la línea de expansión o de carga/descarga, la respuesta elástica se dará a lo largo
de esta línea. El cambio en el índice de vacíos es ∆e = e C – e D (Figura 6.86b) y puede
graficarse la respuesta en el espacio (q, ε 1 ) descrito por CD en la Figura 6.86d.
Las cargas adicionales a D a lo largo de ESP causa que el suelo fluya, en ese caso la
superficie inicial de fluencia se expande (Figura 6.86a) y la respuesta esfuerzo-deformación
es una curva (Figura 6.86c) debido al comportamiento elasto-plástico del suelo. Para un
punto arbitrario E a lo largo de la trayectoria de esfuerzos efectivos, el tamaño del eje mayor
de la superficie de fluencia es p′ G correspondiente al punto G en el espacio (e, p′).
El cambio total en el índice de vacíos cuando se carga la muestra de D a E es DE cómo se
muestra en la Figura 6.86b. Donde E esta situado en la superficie de fluencia correspondiente
a un esfuerzo efectivo medio p′ E , luego E debe estar sobre la línea de descarga, EC’,
mostrado en la Figura 6.86b. Si se descarga la muestra de E hasta C, el suelo seguirá la
trayectoria de descarga EC’, paralela a BC que se presenta en la Figura 6.86b. Se incrementa
el esfuerzo a lo largo de la trayectoria de esfuerzos efectivos hasta que el suelo falle. Para
cada incremento se puede graficar la curva de esfuerzo-deformación y la trayectoria seguida
en el espacio (e, p′). La falla ocurre cuando la trayectoria de esfuerzos efectivos intercepta la
línea de estrado crítico que se indica con F en la Figura 6.86a. Los esfuerzos en instante de la
falla son p′ f , q′ f (Figura 6.86a) y el índice de vacíos e f en la falla (Figura 6.86b). Para cada
incremento de carga se puede determinar ∆e y graficar ε 1 versus Σ∆e como se muestra en la
Figura 6.86d.
344
CAPITULO 6 Resistencia al corte
q q
CSL
G
TSP
∆u f F
F
E
E
D D
ESP
ε1
O C p', p C
(a)
(c)
e ∆u
A
CSL
F B
E C
D E F
D
p'f p'c ε1
p'
(b) (d)
Figura 6.90. Predicción de resultados de un ensayo CU (R 0 ≤ 2) en el CSM (Budhu, 2000).
(a) Superficie de fluencia. (b) Trayectoria de carga/descarga. (c) Deformación debido al
esfuerzo desviador. (d) Variación de la presión de poros respecto a la deformación.
345
Fundamentos de mecánica de suelos
q ESP q
S
CSL
D D
q'p
F F
q'f
O C
p' C ε1
(a) (c)
e
εp
A
+
D
C
ε1
_ F
C
D
B
CSL
CSL
346
CAPITULO 6 Resistencia al corte
q
q TSP TSP
CSL
3 ∆u y
CSL
D
1 ∆uf
∆u y F
O p', p ε1
C p'f pf
(c)
(a)
e A ∆u
+
D
C
F ε1
C, D F
B
_
CSL
p'
(b) (d)
Figura 6.92. Predicción de resultados de un ensayo CU (R 0 ≥ 2) en el CSM (Budhu, 2000).
(a) Superficie de fluencia. (b) Trayectoria de carga/descarga. (c) Deformación debido al
esfuerzo desviador. (d) Variación de la deformación volumétrica ε p respecto a la
deformación.
Algo que no debe pasar desapercibido es que la línea de estado crítico (CSL), sirve como
una barrera que separa los suelos normalmente consolidados y ligeramente
sobreconsolidados de los suelos sobreconsolidados. Los estados de esfuerzos que se
encuentren en el lado derecho de la CSL estarán en compresión, estos esfuerzos endurecerán
347
Fundamentos de mecánica de suelos
el suelo. Los estados de esfuerzo que estén en el lado izquierdo de la CSL estarán en
expansión, estos esfuerzos ablandarán el suelo (Budhu, 2000).
Por otro lado, si se comparan las respuestas de suelos en los ensayos drenados y no
drenados obtenidas en el CSM, puede observarse que los ensayos drenados el esfuerzo de
compresión lleva a un valor positivo el exceso de presión de poros. Mientras que el esfuerzo
en el ensayo no drenado no solo ocasionan la expansión, sino que lleva a un valor negativo el
exceso de presión de poros. El modelo de estado crítico, predice que los esfuerzos en suelos
normalmente consolidados y sobreconsolidados lo endurecen y luego fallan. Mientras que en
el caso de suelos sobreconsolidados, los esfuerzos lo ablandan y luego falla (Budhu, 2000).
En los ensayos triaxiales CD en el CSM para suelos donde se cumple que R 0 ≤ 2, la muestra
es consolidada con un esfuerzo de preconsolidación p’ c y descargado isotrópicamente a un
esfuerzo efectivo p’ 0 como muestra la trayectoria de esfuerzos en la Figura 6.90.
q
imposible estado de esfuerzos ESP = TSP
3
M
1
línea de falla
qf F
3
1
B
A
O p'0 p'f p'C p'
(a)
estados imposibles
A
e0
B
ef
F línea de falla
p'
(b)
Figura 6.93. Falla en ensayos CD (Budhu, 2000).
(a) Superficie de fluencia. (b) Trayectoria de carga/descarga.
348
CAPITULO 6 Resistencia al corte
q f = 3·(p' f – p' 0 )
[6.73]
q f = M·p' f
Para encontrar la intersección entre la ESP y CSL, se resuelven sus ecuaciones, por lo
cual se tendrá que:
3·p '0
p'f = [6.74]
3− M
y
3·M ·p'0
qf = [6.75]
3− M
e −e
p 'f = exp Γ 0 [6.77]
λ
349
Fundamentos de mecánica de suelos
e −e
qf = M ⋅ exp Γ 0 [6.78]
λ
Para el caso de un ensayo CU, la trayectoria de esfuerzos totales (TSP) tiene una
pendiente de 3 mostrada en la Figura 6.91. En el rango elástico de esfuerzos, la ESP es
vertical (∆p' = 0) hasta el esfuerzo de fluencia, luego esta se curva hacia la línea de estado
crítico debido a que la presión de poros incrementa considerablemente después de la
fluencia.
3 CSL
1 TSP
3
∆u f 1
F
qf
ESP
qf B
A
p' p'0 p'C p'
e e
imposible estado
de esfuerzos
eΓ
F A, B
e0= e f
F A, B
CSL
CSL
p' 1 ln p'
Figura 6.94. Falla en ensayos CU (Budhu, 2000).
M e −e
c= ⋅ exp Γ 0 [6.79]
λ
u
2
Para un suelo los parámetros M, λ, y e Γ son constantes, por lo que la única variable en la
ecuación [6.79] es el índice de vacíos inicial e 0 . Por consiguiente, el parámetro de resistencia
al corte no drenado de un suelo saturado en particular depende solo del índice de vacíos
inicial o el contenido inicial de agua.
350
CAPITULO 6 Resistencia al corte
Puede usarse la ecuación [6.76] para comparar el esfuerzo de corte no drenado de dos
muestras para un mismo ensayo de suelo con diferentes índices de vacíos o hasta predecir el
parámetro de resistencia al corte no drenado de una muestra si se conoce el parámetro de
resistencia al corte no drenado de la otra. Si se considera dos muestras de suelo A y B de un
mismo suelo, la relación de los parámetros de resistencia al corte no drenado, será:
eΓ − e0
exp λ
( cu ) A A
=
( cu )B eΓ − e0
exp λ
B
( cu ) A ( e0 ) B − ( e0 ) A
= exp
( cu )B λ
Para suelos saturados, se sabe que e 0 = ω·G s , entonces está última expresión puede
escribirse:
( cu ) A G ⋅ (ωB − ω A )
= exp s [6.80]
( u )B
c λ
p'c
q p = M ⋅ p'0 ⋅ −1
p'0
q p = M ⋅ p '0 ⋅ R0 − 1 [6.81]
351
Fundamentos de mecánica de suelos
M
cu = ⋅ p '0 ⋅ R0 − 1 [6.82]
2
El exceso de presión de poros en la falla (∆u f ) es determinado con la diferencia entre el
esfuerzo total y el esfuerzo efectivo en la falla, que será:
∆u f = p f – p' f
qf
pf = p'0 +
3
Por consiguiente:
M e −e
∆u f = p'0 + − 1 ⋅ exp Γ 0 [6.83]
3 λ
Los parámetros que caracterizan la rigidez del suelo como ser el módulo de elasticidad E', el
módulo de corte G y el módulo K', generalmente son obtenidos de ensayos triaxiales o de
otro ensayo de corte. El CSM permite obtener una estimación de estos valores, utilizando
valores de los ensayos de consolidación isotrópica. En la Figura 6.92 se representa a e κ como
el índice de vacíos en la línea de expansión (descarga/recarga) para p' = 1 que es la unidad de
esfuerzo. La trayectoria de expansión BC es reversible, la cual es una característica de los
materiales elásticos.
e
A
C
eκ
κ B
1 ln p'
Figura 6.95. Respuesta del suelo a la carga y descarga/recarga (elástica) (Budhu, 2000).
352
CAPITULO 6 Resistencia al corte
p '⋅(1 + e0 )
K'= [6.84]
κ
El módulo de elasticidad E’ se escribe:
3 ⋅ p '⋅(1 + e0 ) ⋅ (1 − 2 ⋅ν ' )
E' = [6.85]
κ
Las ecuaciones [6.84] a [6.85] muestran que los valores de K’, E’ y G, están en función al
esfuerzo efectivo promedio p' y a los parámetros e 0 y κ del CSM. Lo que significa, que con
un ensayo de consolidación y los parámetros del CSM, pueden tenerse buenas estimaciones
de estos parámetros tanto para suelos normalmente consolidados como sobreconsolidados.
La rigidez del suelo es influenciada por la aplicación de un aumento de la deformación
por corte. Un incremento en la deformación por corte tiende a disminuir en los valores de G
y E’, mientras que el incremento de deformación volumétrica conducirá a una disminución
en K’. El incremento de la deformación disminuye en la rigidez del suelo (Budhu, 2000).
G, K', E'
Deformaciones
pequeñas Deformaciones intermedias Deformaciones grandes
353
Fundamentos de mecánica de suelos
Dentro la parte práctica en la mecánica de suelos, las deformaciones del suelo están en el
rango intermedio, generalmente γ < 0.1% (Budhu, 2000).
Puede utilizarse también relaciones empíricas para determinar el módulo de corte G del
suelo, Jamiolkowski (1991) presento una fórmula empírica aplicable a arcillas, que se
escribe:
⋅ (R0 ) ⋅ p '
198
G=
a
[6.87]
e1.3
Para el caso de arenas, Seed and Idriss (1970) presentaron una relación empírica válida
para estos suelos, que se escribe:
G = k1 ⋅ p ' [6.88]
354
CAPITULO 6 Resistencia al corte
Donde:
∆ε p = Cambio total de deformación volumétrica.
∆εe p = Cambio de deformación volumétrica elástica.
∆εp p = Cambio de deformación volumétrica plástica.
q, εq
CSL ESP
∆εp
∆ε pp
D ∆ε pp
C B
p'o p'D p'c p', εp
(a)
e
e
A
eD D
D'
eE E
p'E p'
(b)
Figura 6.97. Determinación de la deformación plástica (Budhu, 2000).
(a) Superficie de fluencia. (b) Trayectoria de carga/descarga.
355
Fundamentos de mecánica de suelos
eE − eD
∆e = λ ⋅ ln E
p'
∆ε p = = 1+ e [6.90]
1 + e0 1 + e0 0 p 'D
∆ε ep =
∆e (e − eE ) = κ ⋅ ln p' E
= D [6.91]
1 + e0 1 + e0 1 + e0 p' D
∆p '
∆ε ep = [6.92]
K'
λ −κ p'
∆ε pp = ∆ε p − ∆ε ep = ⋅ ln E [6.93]
1 + e0 p' D
Para determinar la deformación por corte, se asume que la resultante del incremento de
deformación plástica ∆εp para un incremento de esfuerzo es normal a la superficie de
fluencia (Figura 6.94a). Normalmente, la deformación plástica debe incrementarse
normalmente a una función potencial plástica, que será igual a la superficie de fluencia. La
función potencial plástica es una cantidad escalar que define un vector en términos de la
ubicación en el espació. Las exigencias del comportamiento plástico que define esta
superficie de fluencia y la potencial plástica son las mismas. La resultante del incremento de
356
CAPITULO 6 Resistencia al corte
deformación plástica tiene dos componentes. Una componente de corte ∆εp q y una
componente volumétrica ∆εp p , mostrada en la Figura 6.94. La deformación por corte será:
ε q = ∆εe q + ∆εp q
[6.94]
El cambio de la deformación elástica por corte será:
∆q
∆ε qe = [6.95]
3⋅G
q
∆ε qp = ∆ε pp ⋅ [6.96]
M ⋅ ( p '− p 'c / 2 )
2
Todas estas ecuaciones para deformación anteriormente descritas únicamente son válidas
para pequeños cambios de esfuerzo, no han de usarse para calcular la deformación en la falla
con simples reemplazos de esfuerzos de falla para p' y q.
1 + K0
=p' ⋅ σ' z
3
357
Fundamentos de mecánica de suelos
q 3 ⋅ (1 − K 0 )
=
p' 1 + 2 ⋅ K 0
Si se descargan ambas muestras aun esfuerzo efectivo p' 0 por reducción del esfuerzo
vertical. La trayectoria de esfuerzo durante la descarga de la muestra A no siguen la
trayectoria del cargado, porque en la descarga K 0 incrementa no linealmente con el esfuerzo
efectivo promedio, debido a que la muestra de suelo pasa a sobreconsolidarse. La trayectoria
de esfuerzo efectivo en la descarga para la muestra A es AD pero para la muestra B será BC
(Figura 6.95b). El índice de vacíos será diferente, el índice de vacíos inicial para la muestra
A es e D mientras que para la muestra B es e C .
CSL
TSP, después de
consolidación K0
TSP, después de
G consolidación isotrópica
qG
qF F
Y
A
Trayectoria K 0 - consolidado
Trayectoria de descarga
D
O C B p'
p0'
(a)
Trayectoria K 0 - consolidado
CSL
Trayectoria de consolidación
isotrópica
C
F Trayectoria de descarga
G D
A B
p'
(b)
Figura 6.98. Suelo K 0 -consolidado y el isotrópicamente consolidado (Budhu, 2000).
358
CAPITULO 6 Resistencia al corte
Si se descargan ambas muestras aun esfuerzo efectivo p' 0 por reducción del esfuerzo
vertical. La trayectoria de esfuerzo durante la descarga de la muestra A no siguen la
trayectoria del cargado porque en la descarga K 0 incrementa no linealmente con el esfuerzo
efectivo promedio como la muestra de suelo pasa a sobreconsolidarse. La trayectoria de
esfuerzo efectivo en la descarga para la muestra A es AD pero para la muestra B será BC
(Figura 6.95b). El índice de vacíos será diferente, donde inicialmente el índice de vacíos para
la muestra A es e D mientras que para la muestra B es e C .
Luego se realiza un ensayo CU en una muestra de suelo. Debido al diferente índice de
vacíos de las dos muestras de suelo, previo al ensayo de corte, deben esperarse diferentes
parámetros de resistencia al corte no drenados. El TSP para cada muestra tiene una pendiente
3:1 como muestra la Figura 6.95a. La trayectoria de esfuerzos efectiva dentro de la superficie
inicial de fluencia para ambas muestras son verticales e interceptan a la superficie inicial de
fluencia en un mismo punto Y. La muestra B requiere un elevado esfuerzo desviador hasta
llegar a la fluencia comparada con la muestra A, debido a que el esfuerzo desviador inicial
de la muestra A que es q 0 = (1 − K 0 )·σ' z pero q 0 = 0 para la muestra B. Por consiguiente, la
muestra A solo requiere un incremento del esfuerzo desviador de ∆q 0 = q y − (1 − K 0 ) σ' z
hasta alcanzar la fluencia comparada con q y para la muestra B. La historia de esfuerzos en el
suelo no afecta en la respuesta elástica del suelo, lo que significa que la respuesta elástica es
independiente de la historia de esfuerzos.
Más allá de Y, la superficie de fluencia se expande, el exceso de presión de poros se
expande significativamente y la trayectoria de esfuerzos efectiva se inclina a la línea de
estado crítico (Figura 6.95a). En un ensayo CU el volumen del suelo permanecerá constante,
así las trayectorias hasta la falla en el espacio (e, p') para ambas muestras son líneas
horizontales representadas por DG (muestra A) y CF (muestra B). La muestra A falla en G,
el cual es un esfuerzo desviador menor que el de F, donde la muestra B falla (Figura 6.95a).
El asunto es que dos muestras del mismo suelo con diferentes historias de esfuerzo tienen
diferentes resistencias al corte, se tendrá un resultado igual si el esfuerzo efectivo promedio
antes del corte y la pendiente de la trayectoria de esfuerzo durante el corte es la misma.
Puede entonces desarrollarse una ecuación en base a las ideas anteriormente expuestas
para estimar la resistencia al corte no drenado para suelos K 0 -consolidado, utilizando los
coeficientes A y B de la presión de poros. Para lo cual, se considera a un suelo K 0 -
consolidado completamente saturado y sujeto a los esfuerzos totales ∆σ 1 y ∆σ 3 que llevan a
la falla. Las condiciones iniciales de esfuerzo son (σ' 1 ) 0 > 0 y (σ' 3 ) 0 = K 0 ·(σ' 3 ) 0 . En
aplicación de los esfuerzos ∆σ 1 y ∆σ 3 , los esfuerzos principales en el suelo serán:
σ=
3 K 0 ⋅ ( σ'1 )0 + ∆σ3 [6.99]
359
Fundamentos de mecánica de suelos
K 0 ⋅ (σ '1 )0 − σ '3
∆σ 1 − ∆σ 3 = [6.103]
A
σ − σ3 1
cu= 1
2 f 2
= { }
⋅ ( σ'1 )0 + ∆σ1 − K 0 ⋅ ( σ'1 )0 + ∆σ3
1
cu= ⋅ ( ∆σ1 + ∆σ3 ) + (1 − K 0 ) ⋅ ( σ'1 )0 [6.104]
2
1 K 0 ⋅ ( σ'1 )0 − σ'3
cu = ⋅ + (1 − K 0 ) ⋅ ( σ'1 )0 [6.105]
2 A
cu cu sin φ'cr ⋅ K 0 + A ⋅ (1 − K 0 )
= = [6.106]
σ'1 σ' z 1 + ( 2 ⋅ A − 1) ⋅ sin φ'cr
360
Fundamentos de mecánica de Suelos
CAPITULO SIETE
Compactación.
En la práctica de la ingeniería geotécnica los suelos en determinados lugares no son a muy a
menudo ideales para el propósito previsto. Pueden ser en algunos casos débiles, altamente
compresibles, o tener una permeabilidad más alta de la deseada. En muchos casos, el
ingeniero debe evitar problemas potenciales eligiendo otro lugar o eliminando el terreno
indeseable y substituyéndolo por un suelo adecuado. En los primeros días de la construcción
de carreteras se desviaban las carreteras al encontrar pantanos, parecería razonable en tales
casos simplemente localizar la estructura en otro lugar. Sin embargo, existen otras
consideraciones geotécnicas que a menudo gobiernan la localización de una estructura y
fuerzan al ingeniero a diseñar en el sitio original. Con el transcurrir de los años esta decisión
de evitar los terrenos malos se adoptaba menos frecuentemente, viéndose como una mejor
opción el intentar estabilizar o mejorar las propiedades ingenieriles de los suelos en el sitio,
aumentando su resistencia (como en el caso de subrasantes de carreteras), disminución de la
compresibilidad (para la cimentación de una estructura) y reducción de la permeabilidad
(como en el caso de una cimentación de una presa). La mejora del terreno se suele denominar
frecuentemente estabilización, que no es más que la modificación de cualquier propiedad del
suelo para mejorar su comportamiento ingenieril. La estabilización es generalmente mecánica
o química, pero de vez en cuando se deben utilizar la estabilización térmica y eléctrica.
El método principal y más usual para la mejora del terreno es el aumento de la densidad
del suelo (densificación), para lograr esto existen tres métodos que son la compactación
(aumento de la densidad por medios mecánicos), la precarga (aumento de la densidad por
colocación de una carga temporal), y el drenaje (eliminación del agua intersticial y/o
reducción de la presión de poros). Estos métodos pueden utilizarse solos o combinados. En
este capitulo solo se vera el método de compactación por ser el método más utilizado y
económico para el mejoramiento de los suelos. Sin embargo esto no quiere decir que los otros
métodos no sean necesarios o utilizados.
Aunque inicialmente se construyeron muchos terraplenes sin ningún esfuerzo especial
para compactarlos, algunos ingenieros ya reconocieron la importancia de la compactación en
el siglo diecinueve. En algunos proyectos se usaron animales como "equipo" de
compactación (elefantes, cabras, caballos) y en otros empezaron a ser usados rodillos
pesados. Inicialmente estos rodillos fueron tirados por caballos, pero en 1920 los caballos
fueron reemplazados por tractores. Posteriormente durante el siglo veinte hubo un gran
desarrollo en los equipos de compactación. Hoy en día, se cuenta con una amplia variedad de
equipos eficaces para la compactación.
Por lo general las técnicas de compactación se aplican a rellenos artificiales, tales como
cortinas para presas de tierra, diques, terraplenes para caminos y ferrocarriles, muelles,
pavimentos, etc. Pero en algunas ocasiones es necesario compactar el terreno natural, como
en el caso de las cimentaciones sobre arenas sueltas.
Las principales ventajas que se producen con la compactación son:
356
CAPITULO 7 Compactación
1. Concepto de Compactación.
357
Fundamentos de mecánica de Suelos
El graficó de la Figura 7.1 esta formado por tres diferentes alturas de peso especifico, el
peso especifico de sólidos en la parte inferior del grafico simboliza a los sólidos presentes en
un volumen unitario de suelo al inicio del proceso de compactación, el peso especifico del
agua en la parte media simboliza el aumento de agua en el mismo volumen de suelo que se da
a medida que se va compactando el suelo y por ultimo el peso especifico de los sólidos en la
parte superior simboliza el aumento de sólidos que se produce en el mismo volumen de suelo
durante el proceso de compactación.
Peso específico húmedo, γ
γ2
Sólidos del suelo
γd
Agua
γ1 = γ1 = γd(w = 0)
0 w1 w2
Figura 7.1. Principios de compactación. (Das, 1998)
γ = γ d ( w= 0 ) = γ 1
γ = γ2
γ d (w= w1 ) = γ d (w=0 ) + ∆γ d
358
CAPITULO 7 Compactación
2. Compactación en Laboratorio.
Los ensayos de compactación en campo son generalmente demasiado lentos y costos como
para poder repetirlos varias veces, cada vez que se desee estudiar cualquiera de sus detalles,
debido a esto es que los ensayos de compactación se realizan principalmente en laboratorio.
El propósito de la compactación en laboratorio es al igual que en la compactación en campo
determinar el peso específico o densidad seca máxima para un contenido de humedad óptimo,
esto se realiza mediante pruebas que consisten en hallar la curva de compactación del suelo.
1.80
1.75
Peso específico seco
1.70
máximo, γd.max
1.65
1.60
1.55
0 5 10 15 20 25 30
Contenido de húmedad, w (%)
Figura 7.2. Curva de compactación típica (Holtz & Kovacs, 1981).
359
Fundamentos de mecánica de Suelos
W
γ = [7.1]
V(m )
Donde:
W = Peso del suelo compactado en el molde.
V = Volumen del molde. (Varia según el ensayo)
A partir de los datos del contenido de humedad calculados, de cada muestra compactada
se determina el peso específico seco γ d de la siguiente manera:
W
W S ⋅ 1 + W
γ=
W W S + WW
= = WS = W S ⋅ (1 + w) = γ ⋅ (1 + w)
d
V V V V
γ
γd = [7.2]
1+ w
Donde:
w = Porcentaje de contenido de humedad.
Con los valores de γ d determinados de la ecuación [7.2] se puede construir en función de
los contenidos de agua correspondientes la curva de compactación y así obtener el peso
específico seco máximo y el contenido de humedad óptimo para el suelo. Para esto es
necesario asumir algunos valores de w, como 5%, 10%, 15% y así sucesivamente.
También es posible hallar el peso específico seco de compactación en función del
contenido de humedad, w y grado de saturación, S del suelo a partir de la ecuación [1.26]:
GS ⋅ γ w
γd = [7.3]
G ⋅w
1+ S
S
Donde:
G S = Gravedad especifica de los sólidos del suelo.
γ w = Peso específico del agua.
El peso específico seco máximo teórico se obtiene cuando el grado de saturación del
suelo igual S = 1, que es cuando los vacíos del suelo están totalmente ocupados por agua y
tienen cero de aire en los vacíos, esto se puede ver en la Figura [7.2]. Entonces de la ecuación
[7.3] para S = 1, se tiene:
360
CAPITULO 7 Compactación
GS ⋅ γ W γW
γ zav = = [7.4]
1 + w ⋅ GS 1
+w
GS
Donde:
γ zav = Peso específico seco con cero de aire en los vacíos.
Con los valores de γ zav determinados en la ecuación [7.4] es posible construir la curva de
saturación, que representa la densidad seca de un suelo en estado de saturación.
La curva de compactación resultante para un suelo dado es una curva experimental, por el
contrario la curva de saturación es una curva teórica.
Estos factores suelen denominarse las “variables” que rigen el proceso de compactación.
De todos estos los más importantes son el tipo de suelo y la energía de compactación. La
importancia de estos dos factores se describe más detalladamente a continuación
El tipo de suelo con que se trabaja influye de manera decisiva en el proceso de compactación.
Se tiene que diferenciar entre los suelos finos y gruesos o entre los suelos cohesivos y
fricciónales, para esto es necesario analizar una serie de factores como el tipo de distribución
de tamaño de partículas, forma de los granos del suelo, gravedad específica de los sólidos del
suelo, cantidad y tipo de minerales de arcilla presentes en el suelo.
Los métodos usados para la compactación dependen del tipo de suelo. Los fricciónales,
como las arenas, se compactan eficientemente por métodos vibratorios (placas vibratorias),
mientras que los suelos cohesivos como las arcillas se compactan mejor por métodos
estáticos (rodillos pata de cabra, rodillos neumáticos, rodillos lisos).
El tipo de suelo tiene una gran influencia en el peso específico seco máximo y el
contenido de humedad óptimo. En la Figura 7.3 se puede ver que en las arenas bien gradadas
(Suelos SW, curva de compactación superior), tienen una densidad seca mucho más alto que
el de las arenas uniformes o pobremente gradadas (Suelos SP, curva de compactación
inferior).
Para los suelos arcillosos el máximo peso específico tiende a disminuir cuando aumenta
la plasticidad.
361
Fundamentos de mecánica de Suelos
7 Arcilla homogénea 6 22 72 67 40
2.0 2 8 Arena mal gradada 94 - - N.P. -
1.9
3 Curva de saturación, S = 100 %
1.8 ρs = 2.65 Ton/m3
4
5
1.7
6
7
1.6 8
5 10 15 20 25
Contenido de húmedad, w (%)
Figura 7.3. Curvas de compactación para ocho suelos utilizando la prueba Proctor estándar,
(Jonson y Sallberg, 1960).
Tipo A Tipo B
Forma acampanada uno y medio picos
Tipo C Tipo D
Doble pico Forma impar
362
CAPITULO 7 Compactación
Las curvas de compactación tipo A tienen un solo pico. Este tipo de curva se encuentra
generalmente en los suelos que tienen un límite líquido entre 30 y 70. Las curvas de
compactación tipo B tienen un pico completo y mitad de otro pico, y la curva tipo C es una
curva de doble pico. Las curvas de Compactación de los tipos B y C pueden ser encontradas
en suelos que tienen un límite líquido menor 30. Las curvas de la compactación del tipo D no
tienen un pico definido. Los suelos con un límite líquido mayor de 70 pueden exhibir curvas
de compactación del tipo C o D. Este tipo de suelos no son muy frecuentemente encontrados.
La influencia del contenido de partículas gruesas en las muestras de suelo fue investigada
por Maddison, quien encontró que la mezcla de 25 % de cualquier agregado de un solo
tamaño, hasta de 2.5 cm, tiene poco efecto en la compactación del conjunto de suelo, pero
porcentajes mayores de ese mismo tamaño hacen decrecer con rapidez los pesos volumétricos
alcanzados, y cuando dicho porcentaje llega a ser 70 % el comportamiento del suelo es el de
un conjunto de partículas gruesas del tamaño seleccionado.
N ⋅ n ⋅W ⋅ h
E= [7.5]
V
Donde:
E = Energía de compactación.
N = Número de golpes del pisón compactador por cada una de las capas en
que se acomoda el suelo en el molde de compactación.
n = Número de capas que se disponen hasta llenar el molde.
W = Peso del pisón compactador.
h = Altura de caída del pisón al aplicar los impactos al suelo.
V = Volumen total del molde de compactación, igual al volumen total del
suelo compactado.
Si la energía de compactación del suelo es cambiada, la curva peso específico seco versus
contenido de humedad también cambia. Este hecho se puede demostrar con ayuda de la
Figura 7.5, en la que cual se muestra cuatro curvas de compactación para una arcilla arenosa.
El molde y el pisón de la prueba Proctor estándar fueron utilizados para obtener estas curvas
de compactación. El número de capas del suelo usadas para la compactación fue de tres para
todos los casos. Sin embargo, el número de caídas del pisón por cada capa varió de 20 a 50.
La energía de compactación usada por unidad de volumen de suelo para cada curva puede
fácilmente ser calculada usando la ecuación [7.5]. Estos valores se tabulan en la Tabla 7.2:
Tabla 7.2. Efecto de la energía de compactación con el número de caídas por capa (Das,
1998)
Número de curva en la Número de caídas Energía de compactación
Figura 7.11 por capa (ft-lb/ft3)
1 20 9,900
2 25 12,375
3 30 14,850
4 50 24,750
1 ft-lb/ft3 = 47.88 J/m3
363
Fundamentos de mecánica de Suelos
125 19.85
Arcilla arenosa
Límite liquido = 31
Línea de Índice de plásticidad = 26
optimidad 19.00
120
Cu
rv a
50 golpes
co
Peso específico seco, γd [lb/ft3]
por capa
aír
115
e
18.00
en
los
30 golpes 3
vac
por capa
íos
(G
110
s
=2
2
.7)
25 golpes 17.00
por capa
105 20 golpes 1
por capa
16.00
100 15.20
10 12 14 16 18 20 22 24
Contenido de húmedad, w (%)
Figura 7.5. Efecto de la energía de compactación en la compactación de una arcilla arenosa
(Das, 1998).
De la Tabla 7.2 y de la Figura 7.5 se puede ver que:
1. Mientras que se aumenta la energía de compactación, el peso específico seco
máximo de la compactación también aumenta.
2. Mientras que se aumenta la energía de compactación, el contenido de
humedad óptimo disminuye un poco.
Las discusiones anteriores son validas para todos los suelos. Sin embargo se debe tomar
en cuenta, que el grado de compactación no es directamente proporcional a la energía de
compactación.
Un hecho que rige de manera fundamental en las pruebas dinámicas o por impacto es que
a energía creciente, se obtiene mayor peso específico seco máximo y un contenido de
humedad óptimo decreciente (puntos 1 y 2). En las pruebas de laboratorio en que se compacta
el suelo con la aplicación de presión estática, en principio la energía específica se puede
evaluar de manera análoga en términos del tamaño del molde, el número de capas en que se
dispone el suelo, la presión que se aplique a cada capa y el tiempo de aplicación. Sin embargo
en este aso la evaluación ya no resulta tan sencilla y la energía de compactación se ve
afectada por la deformabilidad del suelo y por el tiempo de aplicación de la presión.
En el caso de las pruebas en que se realiza la compactación por manipulación, es aun mas
compleja la evaluación de la energía de compactación, pues cada capa de suelo dentro el
molde se compacta mediante un cierto número de aplicaciones de carga con pisón que
364
CAPITULO 7 Compactación
produce presiones que varían gradualmente desde cero hasta un valor máximo, y luego se
invierte el proceso en la descarga. La energía de compactación no se puede cuantificar de un
modo sencillo, pero puede hacerse variar a voluntad si se introduce cambios en la presión de
apisonado, en el número de capas, en el número de aplicaciones del pisón por capa, en el área
del pisón o en el tamaño del molde.
Una vez que y se definió claramente como se determina la curva de compactación se
explicara el proceso de la obtención de estas curvas por pruebas de compactación en
laboratorio.
Actualmente existen muchos métodos para reproducir al menos teóricamente, en
laboratorio las condiciones dadas de compactación en campo. Históricamente, la primera
prueba de compactación es la realizada por R.R. Proctor y que es conocido como Prueba
Proctor estándar. Hoy en día la más empleada es la prueba de compactación Proctor
modificado, en la que se aplica mayor energía de compactación que la estándar.
El propósito de un ensayo de compactación en laboratorio, es determinar la correcta
cantidad de agua de amasado a usar cuando se compacte el suelo en campo y el grado de
compacidad que puede esperarse al compactarse el suelo en este grado de humedad óptimo.
Para cumplir este propósito, un ensayo de laboratorio debe considerar una compactación
comparable a la obtenida por el método que se utilizará en campo.
Esta prueba de compactación Proctor estándar, esta elaborada en base a ASTM D-698
(ASTM, 1982) y AASHTO T-99 (AASHTO, 1982).
En esta prueba el suelo es compactado en un molde que tenga un volumen de 943.3 cm3
(1/30 ft3). El diámetro del molde es de 101.6 mm (4 plg) y 116.43 mm (4.584 plg) de altura,
provisto de una extensión desmontable de igual diámetro y 50 mm (2 in) de altura.
Diametro
114.3 mm
(4.5 plg)
Extensión
Caída =
304.8 mm
(12 plg)
Diametro
101.6 mm
(4 plg)
116.43 mm
(4.584 plg)
Peso del
pisón = 2.5 kg
(masa = 5.5 lb)
(a)
50.8 mm
(2 plg)
(b)
Figura 7.6. Equipo para la prueba Proctor estándar (a) molde, (b) pison, (Das, 1998).
365
Fundamentos de mecánica de Suelos
Figura 7.7. Compactación de un suelo, usando el pisón Proctor estándar (Das, 1998).
Durante la prueba de laboratorio, el molde puede fijarse a una base metálica con tornillos
de mariposa (Figura 7.6a). El suelo se mezcla con cantidades de agua que varían y después es
compactado (Figura 7.7) en tres capas iguales por un pisón (Figura 7.6b) que aplica 25 golpes
a cada capa. El pisón pesa 2.5 kg (5.5 lb) y tiene una caída de 304.8 mm (12 plg).
La curva de compactación para esta prueba se la halla de la misma manera a la explicada
en el punto 7.2.1. Para esta prueba el volumen del molde, V, es de 943.3 cm3.
366
CAPITULO 7 Compactación
Molde de compactación
de 4 plg de diámetro
Molde de compactación
de 6 plg de diámetro
Martillo Pistón
Compactador modificado
Regla de 30cm.
Método A utiliza como material de compactación el suelo que pasa por el tamiz Nº 4. Es
aplicado a suelos con un porcentaje menor al 20 % de material retenido en el tamiz Nº 4.
Método B utiliza como material de compactación el suelo que pasa por el tamiz 3/8 plg. Es
aplicado a muestras de suelo con un valor mayor al 20 % de material retenido en el tamiz Nº
4 y con un valor menor al 20 % de material retenido en el tamiz 3/8 plg.
Método C utiliza como material de compactación el suelo que pasa por el tamiz 3/4 plg. Es
aplicado a muestras de suelo con un valor mayor al 20 % de material retenido en el tamiz 3/8
plg y con un valor menor al 30 % del material retenido en el tamiz 3/4 plg.
367
Fundamentos de mecánica de Suelos
2.0 125
Grado de 60% 80% 100% para ρs = 2.70 Mg/m3
saturación
1.8
(B) Proctor 110
Modificado
1.7
105
(A) Proctor
estándar
1.6 100
0 5 10 15 20 25
Contenido de húmedad, w(%)
Figura 5.9. Curvas de compactación para los ensayos Proctor estándar y modificado. (Holtz
& Kovacs, 1981)
En el capitulo uno ya se vio la interacción entre las fases sólida y liquida de un sistema agua,
aíre y arcilla. Se vio que cada cristal de arcilla parece comportarse como si tuviera una carga
eléctrica negativa, atrayendo una atmósfera de iones positivos. (Doble capa eléctrica).
Además de esa interacción existe otra de partícula a partícula, debido a fuerzas de acción
a distancia, estas fuerzas se componen de una atracción electromagnética (Fuerzas de Van der
Waals) y una repulsión entre los estratos positivos de las dobles capas eléctricas de cada
partícula. Las fuerzas de repulsión son función exponencial de la distancia entre partículas y
aumenta al disminuir la concentración de electrolitos. Las fuerzas de Van der Waals son
independientes de los electrolitos.
En la Figura 7.10 se muestra dos arreglos extremos de las partículas sólidas, entre los que
puede variar un suelo arcilloso real.
(a) (b)
Figura 7.10. Estructuras extremas de un suelo arcilloso: (a) Alto grado de orientación de las
partículas, (b) bajo grado de orientación de las partículas (Lambe & Whitman, 1976).
La estructura queda determinada por dos factores principales, que son la magnitud
relativa de las fuerzas de atracción y repulsión de las partículas y el monto de la deformación
angular que el suelo haya sufrido. A mayor repulsión y mayor deformación angular
corresponde un mayor grado de orientación de las partículas.
A la misma energía de compactación, con el aumento del contenido de agua, tiende a
aumentar las repulsiones entre partículas, permitiendo una reorganización mas ordenada de
las mimas. Lo que se puede ver en la Figura 7.11, es decir se realiza un cambio (aumento) de
ordenamiento entre los puntos A y C.
En cambio el aumento de la energía de compactación a un contenido de humedad dado,
tiende a ordenar las partículas con una distribución aproximadamente paralela. Lo que se
puede ver en la Figura 7.11, es decir se realiza un cambio (aumento) de ordenamiento entre
los puntos E y D.
369
Fundamentos de mecánica de Suelos
Esfuerzo de
compactación
C
A
Esfuerzo de
compactación
bajo
Contenido de húmedad, ω (%)
Figura 7.11. Efecto de la compactación en la estructura del suelo (Lambe & Whitman, 1958)
En el lado seco del óptimo los suelos siempre se floculan, mientras que en el lado
húmedo del óptimo, las partículas se orientan o se dispersan. En la Fig. 7.10, por ejemplo, las
partículas en el punto C es más orientado que en el punto A. Ahora, si se aumenta la energía
de compactación, el suelo tiende a orientarse mas, incluso en el lado seco del óptimo. Una
vez más refiriéndose a la Figura. 7.10, una muestra en el punto E es mas orientada que en el
punto A. En el lado húmedo del óptimo, el tejido en el punto D será un poco más orientado
que en el punto B, aunque el efecto es menos significativo que en el del lado seco del óptimo.
Para entender mejor lo que sucede para que las partículas se orienten, se explica mejor la
influencia que tiene el contenido de agua en la estructura del suelo. Cuando el contenido de
humedad es bajo, se limita el desarrollo de la doble capa eléctrica y la concentración de iones
es muy alta. A esta situación corresponden pequeñas repulsiones entre las partículas y altos
esfuerzos efectivos por capilaridad, como consecuencia se tendrá un suelo con alta resistencia
a la deformación y por lo tanto bajo grado de orientación de las partículas. Si se aumenta el
contenido de agua, crecen las fuerzas de repulsión y disminuyen los esfuerzos capilares con
lo que se recuece la resistencia del suelo a la deformación.
En resumen, con un método y energía de compactación iguales, un suelo compactado con
mayor contenido de agua sufrirá mayores de deformaciones angulares y alcanzara un mayor
grado de orientación. Con un mayor contenido de agua, aumenta el grado de orientación de
las partículas. Si se hace variar la energía e compactación, con mayor energía de
compactación habrá más tendencia a lograr mayor orientación de las partículas.
Otro punto que también influye en la estructura del suelo es la energía de compactación.
La energía de compactación que se aplica al suelo se emplea para reducir su volumen y para
deformarlo angularmente. Por lo tanto, el aumento de la energía de compactación produce
una orientación adicional de las partículas de arcilla, que es una función creciente del
contenido de humedad. Si el suelo tiene una humedad superior a la óptima, todo aumento de
la energía de compactación se empleara en acercar al suelo a la condición de dispersión
extrema que se muestra en la Figura 7.10a.
También se tiene que analizar la influencia que tiene el método de compactación en la
estructura del suelo. Como no es posible comparar los diversos métodos de compactación
370
CAPITULO 7 Compactación
que utilicen el mismo nivel de energía de compactación, pues esta energía no puede
cuantificarse con precisión en todos los métodos de compactación, lo que se hace es
comparar los procedimientos que llevan al suelo al mismo peso volumétrico seco y con el
mismo contenido de agua. En tales condiciones, se espera que la diferencia de las
propiedades del suelo que puedan obtenerse se deba únicamente a una diferenta en las
estructuras, la cual seria atribuible solo a diferencias en la magnitud de las deformaciones
angulares inducidas por el método de compactación.
En laboratorio, con un mismo peso específico seco, contenido de humedad, se obtiene es
máximo grado de orientación por el método de compactación por manipulación; y el mínimo
grado de orientación se lo obtiene por compactación estática.
En la Figura 7.12 se presenta una interesante investigación en la que se hace ver que con
compactación estática una arcilla conserva una estructura completamente floculada en toda la
curva de compactación, en cambio con el método de compactación por manipulación la
arcilla que tenia una estructura floculada a bajas humedades, alcanza una estructura
totalmente dispersa (con la máxima orientación de las partículas) a contenidos de humedad
próximos al óptimo, esta estructura dispersa después de alcanzar este valor de orientación
máximo se mantiene constante en toda la curva aunque haya aumento en el contenido de
agua. En una prueba de compactación por impactos, una estructura inicialmente floculada con
contenidos de agua muy bajos, se va tornando dispersa a medida que va aumentando el
contenido de humedad, alcanzándose solo una estructura totalmente dispersa solo con
contenidos de humedad mayores que la óptima (en lado húmedo de la curva, o húmedo del
optimo).
En campo, el rodillo pata de cabra produce mayor orientación de las partículas que de el
neumático.
Una diferencia conocida entre los métodos de compactación por manipulación y del por
impactos, es que el lugar geométrico de los óptimos corresponde a grados de saturación
mayores en los por manipulación que en los por impactos.
d
Cu
rv
ad
ec
om
pa
cta
ció
n
ω (%)
100 % floculada
100 % dispersa
ω (%)
COMPACTACIÓN EN EL LABORATORIO
Estática
Por impacto
Por amasado
Figura 7.12. Influencia del tipo de compactación en la estructura adquirida por el suelo
compactado. (Juárez & Badillo, 1973)
371
Fundamentos de mecánica de Suelos
-5
10
Permeabilidad (cm/seg)
-6
10
-7
10
12 13 14 15 16 17 18 19
Muestra los cambios de humedad y
densidad de la penetración a través de
122
Densidad seca, γd (lb/ft3)
los poros.
118 S=
100
%
114
100
12 13 14 15 16 17 18 19
Contenido de húmedad, ω (%)
Permeabilidad en ensayos de compactación en arcillas arenosas de Jamaica.
Figura 7.13. Cambio en la permeabilidad con el contenido de agua del moldeado. (Lambe &
Whitman, 1958)
372
CAPITULO 7 Compactación
373
Fundamentos de mecánica de Suelos
Índice de vacíos, e
Muestra compactada del
lado hímedo o remoldeada
En la muestra compactada la expansión de las arcillas es mayor para compactaciones del lado
seco del óptimo que para las del lado húmedo del óptimo. Esto se debe las del lado seco
tienen una gran deficiencia de agua y por lo tanto tienen una mayor tendencia a adsorber agua
y de este modo a hincharse más (expandirse), este fenómeno también se debe a que la
distancia entre partículas del lado seco es mucho menor que las del lado húmedo, por lo tanto
las repulsiones netas resultantes son también mucho mayores. Los suelos del lado seco del
óptimo son en general más sensibles al cambio ambiental tal como el cambio en el contenido
de humedad. La expansibilidad también crece con la energía de compactación.
Resulta difícil decir si un suelo que se compacte de un lado del óptimo tendrá mejor o
peor comportamiento, en lo que se refiere a compresibilidad, que otro que se compacte del
lado opuesto.
En cada caso la decisión al respecto debe basarse en las características del terraplén en
que se usara el suelo. Se puede ver en la Figura 7.14b que la compresibilidad del lado seco es
menor, pero la compactación del lado húmedo producirá un material mas flexible, capaz de
adaptarse mejor a asentamientos diferenciales, desde el punto de vista del agrietamiento son
mas peligrosos los suelos compactados del lado seco.
La expansión esta relacionada con el grado de orientación de la estructura. El máximo
peso específico seco que el suelo conserva en cualquier circunstancia se obtiene cuando se
compacta cerca del contenido de humedad óptimo correspondiente al método y energía de
compactación que se usen.
El potencial de expansión también varía según el método de compactación que se
emplee. En la Figura 7.15 se muestra la expansión de una arcilla arenosa que se compacto por
manipulación y con compactación estática, las mediciones se hicieron en una muestra con el
mismo peso específico seco, del lado seco y húmedo correspondiente al contenido de
humedad óptimo de compactación.
En esta figura se puede ver que con el método estático se produce una expansión mayor
tanto en contenidos de humedad bajos como altos.
374
CAPITULO 7 Compactación
12
10
8
Expansión, %
6
Amasado Estática
4
Estática
2
Amasado
0
11 12 13 14 15 16 17 18 19
Humedad de compactación, %
Peso específico seco, γd [Ton/m3]
2.00
Peso específico en la prueba
Proctor modificada
1.96
100 % de saturación
1.92
1.88
Compactación relativa = 80 %
1.84
Compactación Estática
Compactación por amasado
1.80
11 12 13 14 15 16 17 18 19
Humedad de compactación, %
Figura 7.15. Expansión de una muestra de arcilla arenosa compactada estáticamente y por
manipulación. (Juárez & Badillo, 1973)
2.0
Presión de expansión, Kg/cm2
1.6
1.2
0.8
0.4
0
0 4 8 12 16 20
Presión de compactación,
Figura 7.16. Relación entre la presión estática de compactación (energía de compactación)y
la presión de expansión en una arcilla. (Juárez & Badillo, 1973)
375
Fundamentos de mecánica de Suelos
4 Amasado
Contracción axial (%)
3
Vibratoria
Estática
0
12 14 16 18 20 22 24 1.80
112
Compactación estática
Compactación vibratoria
Compactación por amasado
110
Gr
1.75
ad
od
es
108
atu
rac
i
ón
1.70
=
106
10
0%
104
1.65
102
12 14 16 18 20 22 24
Contenido de húmedaden el molde, ω(%)
1.60
Figura 7.17. La contracción como una función del contenido de agua y tipo de
compactación. (Seed y Chan, 1959)
376
CAPITULO 7 Compactación
12
Fuerza (Esfuerzo requerido para
causar 25 % de resistencia) Vs.
10 Contenido de humedad
2
Ensayo noconsolidado-nodrenado
0
Presión de confinamiento = 10 Kg/cm2
10 12 14 16 18 20 22 24 26
12
Fuerza (Esfuerzo requerido para
causar 5 % de resistencia) Vs.
10 Contenido de humedad
8
Capas Apisonadas Presión
por capa de la pata
6 7 15 276 Psi
7 15 136 Psi
7 15 65 Psi
4
0
10 12 14 16 18 20 22 24 26
377
Fundamentos de mecánica de Suelos
116
Densidad seca Vs.
100
10 12 14 16 18 20 22 24 26
Contenido de húmedaden el molde, ω(%)
Figura 7.18. La resistencia como una función de la energía de compactación, y el contenido
de agua del moldeado. (Seed y Chan, 1959)
En la Figura 7.19 sucede lo mismo que para la Figura 5.17, es decir que también en un
contenido de humedad dado del lado húmedo, el esfuerzo en resistencias bajas es realmente
menor que para la compactación con más altas energía, donde la resistencia es medida por el
ensayo del CBR (California bearing ratio).
100
Peso específico seco, γd
75
50
25
120
100
95
90
10 15 20 25
Contenido de húmedad, ω(%)
Nota: Peso 10 lb, caída 18” (Proctor modificado)
Figura 7.19. La resistencia como medida del CBR y la densidad seca versus el contenido de
agua para compactación de impactos en laboratorio. (Tumbull y Foster, 1956)
378
CAPITULO 7 Compactación
3. Permeabilidad
a. Magnitud Del lado seco, más permeable.
b. Estabilidad Del lado seco, la permeabilidad se reduce mucho más por el
flujo de agua.
4. Compresibilidad
a. Magnitud Del lado húmedo, mayor compresibilidad con bajas
presiones y del lado seco con altas presiones.
5. Resistencia
a. En el molde
• Sin drenaje Del lado seco, mucho mayor
• Con drenaje Del lado seco, algo mayor
b. Después de la saturación
• Sin drenaje Del lado seco, algo mayor si se evita la expansión; del lado
húmedo puede ser más elevada si se permite la expansión.
• Con drenaje Del lado seco, aproximadamente la misma o ligeramente
mayor.
c. Presión de poros en la falla Del lado húmedo, mayor
d. Modo esfuerzo-deformación Del lado seco, mucho mayor
e. Sensibilidad Del lado seco, más probabilidad de sensibilidad
4. Control de compactación.
Después de realizar la compactación en campo siempre es necesario verificar si con el se
lograron los fines propuestos. Hoy en día existen muchos métodos para poder controlar que la
compactación en campo cumpla con las especificaciones de diseño del proyecto. En la
mayoría de los casos la compactación se hace a contrato por empresas especializadas, por lo
379
Fundamentos de mecánica de Suelos
tanto la verificación mencionada, resulta ligada a problemas de pago, legales, etc. Debido a
esto es que se tienen que seguir algunos pasos durante la compactación en campo.
Puesto que el objetivo de la compactación es estabilizar los suelos y mejorar su
comportamiento ingenieríl, es importante tener presente las propiedades ingeniríles deseadas
del terraplén, no solo su densidad seca y contenido de humedad. Este punto a menudo no se
lo toma en cuenta en el control de la construcción de obras de tierra. Normalmente se pone
mayor énfasis en lograr el peso unitario seco especificado y se da poca consideración a las
propiedades ingenieríles deseadas del terraplén compactado. El usual procedimiento de
diseño y construcción es como sigue.
Primeramente se dirigen pruebas de compactación en laboratorio en las muestras de los
materiales de préstamo propuestos para alcanzar las propiedades requeridas para el diseño.
Después de que la estructura de tierra es diseñada, se escriben las especificaciones de
compactación. Se especifican las pruebas de control de compactación en campo y los
resultados de éstas se convierten en los valores estándar para controlar el proyecto. Los
inspectores del control de la construcción entonces realizan estas pruebas para ver que las
especificaciones sean alcanzadas por el contratista.
Hay básicamente dos categorías de las especificaciones de las obras de tierra:
• Especificaciones de resultado final.
• Especificaciones del método.
4.1. Especificaciones del resultado final.
En estas se especifica un grado de compactación mínimo, o un porcentaje de compactación.
El grado de compactación también es conocido con el nombre de compactación relativa, y se
define como el cociente de la densidad seca en campo ρ d.campo con la máxima densidad seca en
laboratorio ρ d.max , según una cierta prueba estándar especificada, por ejemplo, la prueba
Proctor estándar o la prueba Proctor modificada, entonces según esto se tiene:
ρ d en campo
Grado de compactación (R ) = × 100 (% ) [7.6]
ρ d.max en laboratorio
Se debe notar la diferencia que hay entre la compactación relativa y la densidad relativa
D r o índice de densidad I D definida en el capítulo 1. La densidad relativa se aplica solamente
a los suelos granulares. Si algunos finos están presentes, es difícil decidir qué tipo de prueba
es aplicable, pues una prueba estándar ASTM (1980), designación D 2049, sugiere que la
densidad relativa sea aplicable si el suelo contiene menos de 12 % de finos (partículas que
pasan el tamiz de Nº 200); caso contrario se debe utilizar alguna otra prueba de
compactación. La relación entre la densidad relativa y la compactación relativa se muestra en
la Figura 7.20. Un estudio estadístico de datos publicados sobre 47 diversos suelos granulares
indicó que la compactación relativa correspondiente a la densidad relativa cero es alrededor
de 80%.
ρd = 0 Densidad seca ρd min ρd ρd max
0 100
Índice de densidad ID o densidad relativa, Dr (%)
0 R.C. 80 100
Compactación Relativa R.C. (%)
Figura 5.20. Conceptos de densidad relativa y compactación relativa. (Lee y Singh, 1971)
380
CAPITULO 7 Compactación
Línea
óptima Línea del 100 %
de saturación
ρd max
Densidad seca, ρd
90 % R.C.
ω opt
a b c
Contenido de húmedaden, ω (%)
Figura 7.21. Densidad seca en función del contenido de humedad, ilustrando la condición
más eficiente para la compactación en campo. (Seed, 1964)
381
Fundamentos de mecánica de Suelos
Una vez que se ha encontrado el rango de los contenidos de humedad, el contratista debe
encontrar el contenido de humedad óptimo dentro de este rango. Desde un punto de vista
solamente económico, el contenido de humedad más eficiente estaría en b, donde el
contratista proporciona la mínima energía de compactación para lograr el 90 % de la
compactación relativa requerida. Para alcanzar constantemente la compactación relativa
mínima para el proyecto, el contratista utilizará generalmente una energía de compactación
levemente más alta, como muestra la curva 2 de la Figura 7.21. Así la localización de los
contenidos de humedad más eficientes estarán entre el contenido de humedad óptimo y el
contenido de humedad en b.
En las especificaciones del método, el tipo y peso del rodillo, el número de pasadas de ese
rodillo, los espesores del terraplén son especificados por el ingeniero. El tamaño máximo del
material permitido también puede ser especificado. En contraste con las especificaciones del
resultado final, donde el contratista es responsable de la compactación apropiada, con las
especificaciones del método la responsabilidad restante en cuanto a la calidad de la obra de
tierra es del dueño o el ingeniero del dueño. Si en las pruebas de control de la compactación
realizadas por el ingeniero no se pueden alcanzar ciertos valores normados, entonces al
contratista se le pagara extra por el rodado adicional. Esta especificación requiere un
conocimiento previo del material de préstamo para poder predecir por adelantado cuántas
pasadas de un cierto tipo de rodillo producirán una compactación adecuada. Esto quiere decir
que durante el diseño, se deben realizar pruebas de los terraplenes con diferentes equipos,
energías de compactación, etc. para determinar qué equipo y procedimientos serán los más
eficientes. Puesto que las pruebas programadas para el terraplén son costosas, las
especificaciones del método pueden ser solo justificadas para los proyectos de compactación
muy grandes tales como las presas de tierra. Sin embargo, los ahorros considerables en costos
unitarios de la construcción del terraplén son posibles porque una mayor parte de la
incertidumbre asociada a la compactación será eliminada por el contratista. Él puede estimar
por adelantado precisamente cuánto costará la construcción. El contratista también sabe que
si se requiere el rodado adicional lo compensará adecuadamente.
Primero, se selecciona el sitio de prueba. Este debe ser representativo o típico del terraplén
compactado y material de préstamo. Una vez escogido el lugar se procede a las pruebas de
control de compactación.
Las pruebas de control en campo pueden ser destructivas o no destructivas. Las pruebas
destructivas implican la excavación y retiro de algo de material del terraplén, mientras que las
pruebas no destructivas determinan la densidad y el contenido de humedad del terraplén
indirectamente.
Pruebas Destructivas.
Los pasos requeridos para las pruebas destructivas comunes en campo son:
382
CAPITULO 7 Compactación
W − WS
w=
WS
W
γ= [7.1]
Vexc
γ
γd = [7.2]
1+ w
Cono de arena.
Es el método más utilizado y representa una forma directa de obtener el volumen del agujero
excavado, utilizando para ello, una arena estandarizada compuesta por partículas cuarzosas,
sanas no cementadas, de granulometría redondeada y comprendida entre los tamices Nº 10 (2
mm) y Nº 35 (0.5 mm).
El equipo necesario para esta prueba es el siguiente:
• Arena estandarizada, la cual deberá ser lavada y secada en horno hasta masa
constante. Generalmente se utiliza arena de Ottawa, que corresponde a un
material que pasa por el tamiz Nº 20 (0.85 mm) y queda retenido en el tamiz
Nº 30 (0.60 mm).
383
Fundamentos de mecánica de Suelos
W2
W3 = [7.7]
1+ w
7. Después de la excavación del agujero el cono lleno de arena es colocado
inversamente sobre el agujero, como muestra la Figura 7.22a Luego se abre
la válvula del cono y la arena dentro el recipiente empezara a ingresar al
agujero hasta que este se llene totalmente.
8. Determinar el peso de la arena más el peso del cono más el peso de la arena
que sobro en el recipiente y el cono.
9. Determinar el peso de la arena que llena el agujero, W 5 por medio de la
ecuación [7.8]:
W5 = W1 − W4 [7.8]
W5 − Wc
V= [7.9]
γ d . Arena
Donde:
W C = Peso de la arena que llena solamente el cono.
γ d arena = Peso específico de de la arena de Ottawa.
Los valores de W C y γ d arena son determinados de la calibración hecha en
laboratorio.
Hay varios problemas asociados a la prueba destructiva común para hallar el peso
específico seco en campo. Primero, la densidad máxima del laboratorio no se puede conocer
exactamente. Frecuentemente, especialmente en la construcción de carreteras, para las
pruebas de compactación del laboratorio se extraen muestras que no son "representativas" de
los materiales de préstamo para la carretera. Entonces, cuando se conduce la prueba en el
384
CAPITULO 7 Compactación
terreno, su resultado se compara con los resultados de uno o más de estos suelos "estándares"
de trabajo y si los suelos en el sitio no son muy buenos, entonces es muy difícil alcanzar las
especificaciones deseadas. Otra alternativa es determinar la curva de compactación completa
para cada prueba en el terreno, una proposición que desperdicia tiempo y además es costosa.
Bomba Agua
Válvula de aíre
Membrana (parcialmente
presionado en el agujero de la
excavación)
(b) Membrana de ule
Aceite
385
Fundamentos de mecánica de Suelos
Una segunda alternativa es realizar una prueba de punto de control de campo, o 1 punto
en la prueba Proctor. Cuando el ingeniero de campo sabe por adelantado que el suelo en el
cual está realizando una prueba de densidad de campo y uno de los suelos de préstamo
visualmente no coincide con los demás, entonces se quita una cantidad adicional de suelo del
terraplén compactado durante la prueba. La cantidad total de suelo quitada debe ser suficiente
para desarrollar una sola prueba de compactación en laboratorio.
Las únicas restricciones necesarias para el desarrollo del punto de control de campo son
éstas:
1. Durante la compactación, el molde debe ser colocado en una masa sólida lisa
de por lo menos 100 kg, un requisito que puede ser difícil de alcanzar en
campo. El pavimento del asfalto o el suelo compactado no debe ser utilizado.
2. El suelo que se compactará debe ser del lado seco del óptimo para la energía
de compactación usada, y saber cuándo el suelo esta del lado seco del óptimo
toma una cierta experiencia de campo.
Otro método para una rápida y eficiente determinación de la compactación relativa de los
suelos cohesivos fue desarrollado en los años 50 por la oficina de reclamos U.S. (1974, y
Hilf, 1961).
El procedimiento hace posible determinar exactamente la compactación relativa de un
terraplén como también de una manera muy aproximada de la diferencia entre el contenido de
humedad óptimo y el contenido de humedad del terraplén sin que la muestra sea secada al
horno. Las muestras de los materiales del terraplén son compactados según la norma deseada
del laboratorio en el contenido de humedad del terraplén y dependiendo de una estimación de
cuan cercano está el terraplén al grado óptimo, se agrega o resta agua de la muestra (Figura
7.23).
Con un poco de experiencia es relativamente fácil estimar si el material del terraplén esta
en el óptimo, levemente húmedo, o levemente seco del óptimo. De la curva de la densidad
húmeda, el porcentaje exacto de la compactación relativa basada en la densidad seca puede
ser obtenido.
Solamente un contenido de humedad, el contenido de humedad del terraplén, se necesita
para determinarlo y eso solamente para los propósitos de registro. La ventaja principal del
método "rápido" es que el contratista tiene los resultados en un tiempo muy corto. La
experiencia ha demostrado que es posible obtener los valores requeridos para el control de la
construcción en alrededor de 1 h a partir del tiempo en que la prueba de la densidad de campo
esté realizada.
Otros problemas con la prueba destructiva en el terreno se asocian con la determinación
del volumen del material excavado. El cono de arena, a menudo tomado como el "estándar",
está sujeto a errores. Por ejemplo, la vibración del equipo de trabajo cercano aumentará la
densidad de la arena en el agujero, lo cual da un volumen más grande que debe tener el
agujero; esto da lugar a una densidad más baja de campo.
Todos los métodos volumétricos comunes son sujetos a error si el terraplén compactado
es de grava o contiene partículas grandes de grava. Cualquier tipo de desigualdad en las
paredes del agujero causa un error significativo en el método de la membrana de goma. Si el
suelo es grava o arena gruesa, ninguno de los métodos líquidos trabaja bien, a menos que el
agujero sea muy grande y una hoja del polietileno se utilice para contener el agua o el aceite.
386
CAPITULO 7 Compactación
Suelo del
terraplén
Se agrega, es decir se mezcla 40 g. Se agrega, es decir se mezcla 80 g. Se agrega, es decir se mezcla 120 g.
de agua y se compacta como en un de agua y se compacta como en un de agua y se compacta como en un
ensayo estandar. Se mide la ensayo estandar. Se mide la ensayo estandar. Se mide la
densidad de la muestra compactada. densidad de la muestra compactada. densidad de la muestra compactada.
Gráfica de resultados
Densidad húmeda
1+z X
z M agua agregada
M suelo húmedo
Densidad del suelo húmedo en el terraplén
Grado de compactación del terraplén
Densidad máxima escalada de abajo de la gráfica, X
Figura 7.23. Procedimiento del método rápido de determinación del grado de compactación
del terraplén. (Holtz & Kovacs, 1981)
Debido a algunos de los problemas con las pruebas destructivas del terreno, las pruebas
no destructivas de la densidad y el contenido de humedad usando los isótopos radiactivos
han aumentado en popularidad durante los últimos años. Los métodos nucleares tienen varias
ventajas sobre las técnicas tradicionales. Las pruebas pueden ser realizadas rápidamente y
además obtenerse los resultados en minutos. Por lo tanto el contratista y el ingeniero saben
los resultados rápidamente y la acción correctiva puede ser tomada antes de que se haya
colocado demasiado terraplén adicional. Puesto que se pueden realizar mayor cantidad de
pruebas por la simplicidad y ahorro de tiempo, se proporciona un mejor control estadístico
del terraplén. Un valor medio de la densidad y del contenido de humedad se obtiene sobre un
significativo volumen del terraplén y por lo tanto puede ser considerada la variabilidad
natural de suelos compactados. Las desventajas de métodos nucleares incluyen su costo
inicial relativamente alto y el peligro potencial de la exposición radiactiva al personal de
campo. Las estrictas normas de seguridad de la radiación deben hacerse cumplir cuando se
utilizan los dispositivos nucleares.
387
Fundamentos de mecánica de Suelos
Básicamente, dos tipos de fuentes o emisores son necesarios para determinar la densidad
y el contenido de humedad. La radiación gamma, producida por el radio (Ra) o un isótopo
radiactivo de cesio (Cs), es dispersada por las partículas del suelo; la cantidad de dispersión
es proporcional a la densidad total del material. El espaciamiento entre la fuente y la hallada,
generalmente un centelleo o un contador de Geiger, es constante. Los átomos de hidrógeno en
agua dispersan los neutrones y éste proporciona medios por el que el contenido de humedad
pueda ser determinado. Las típicas fuentes del neutrón son isótopos del berilio-Americio. La
calibración contra los materiales compactados de densidad conocida es necesaria, y para los
instrumentos que funcionan en la superficie la presencia de un boquete de aire incontrolado
puede afectar significativamente las medidas.
Tres técnicas nucleares son de uso común. El método de la transmisión directa se ilustra
esquemáticamente en la Figura 7.25a, y la técnica de dispersión trasera se muestra en la
Figura 7.25b. El método menos común el boquete de aire (Figura 7.25c) se utiliza a veces
cuando la composición de los materiales próximos a la superficie afecta contrariamente la
medida de la densidad.
Manómetro
Detectores
388
CAPITULO 7 Compactación
Manómetro
Detectores
Fuente
Trayectoria del fotón
(b)
Detectores
Fuente
5. Compactación en campo.
La compactación en campo se la realiza con diferentes tipos de compactadotas. Estas
compactadotas tienen que realizar una compactación del terreno de tal manera que
reproduzcan los valores de la compactación realizada en laboratorio. Para poder lograr esto es
necesario tratar de reproducir todas las condiciones que se tendrán en campo al realizar una
prueba de laboratorio. El tipo de compactadota que se utilizara juega un papel importante en
esto pues cada tipo de compactadota tiene un proceso distinto de compactar el terreno,
pueden ser por procesos vibratorios, manipuleo, presión estática o presión dinámica.
La Figura 7.26 compara la compactación en campo y la compactación en laboratorio para
un mismo suelo. Además muestra la dificultad de elegir una prueba de laboratorio que
reproduzca un determinado método de compactación en campo. Las pruebas de laboratorio
indican generalmente una humedad óptima algo inferior a la óptima en una obra real.
Variando el método de laboratorio, puede desplazarse la relación humedad-peso
específico seco para conseguir una mejor correlación con un determinado método de
compactación en campo. Como ya se menciono anteriormente hay cierta evidencia de que
algunos métodos de compactación en laboratorio concuerdan mejor o son de mayor
representatividad con ciertos tipos de compactación en campo. Como por ejemplo la
compactación por manipulación en laboratorio da muy buenos resultados con la
compactación por una pata de cabra, la compactación por impactos (dinámica) en laboratorio
da muy buenos resultados con los rodillos neumáticos, la compactación por métodos
vibratorios en laboratorio da mejores resultados con suelos sin cohesión, y así sucesivamente
389
Fundamentos de mecánica de Suelos
120
1.9
S
1 =
Densidad seca, [lbf/ft3] 10
0
100 1.6
3
5 6
4 1.5
90
10 15 20 25
Contenido de humedad (%)
Figura 7.26. Comparación entre las compactaciones en laboratorio y en campo, (1)
Compactación estática en laboratorio, 140 kg/cm2, (2) Proctor modificado, (3) Proctor
estándar, (4) Compactación estática en laboratorio a 14 kg/cm2, (5) Compactación en campo
con seis pasadas de un rodillo neumático, (6) Compactación en campo con seis pasadas de un
rodillo pata de cabra.(Turnbull, 1950) Nota. La compactación estática se aplico por ambas caras de la muestra.
390
CAPITULO 7 Compactación
• Impacto. Algunos equipos imparten una serie de golpes al suelo. Como por
la caída de un peso. Esto agrega un componente dinámico a la energía de
compactación.
• Vibración. El equipo vibratorio de compactación utiliza pesos excéntricos u
otro dispositivo para inducir fuerzas vibratorias en el suelo. Las cuales
pueden intensificar su compactación. Estas vibraciones tienen generalmente
una frecuencia de 1000-3500 ciclos por minuto.
• Manipulación o Amasado. Los equipos de compactación que imparten
algunas fuerzas cortantes al suelo pueden también mejorar la compactación.
Esta acción es llamada manipulación o amasamiento. Sin embargo, la
manipulación excesiva, como en un terraplén excesivamente mojado, puede
ser perjudicial.
Mayormente la compactación en campo se hace con rodillos. Los cuatro tipos de rodillos
más comunes son:
Una de las máquinas más viejas y más comunes de compactación es el rodillo pata de cabra,
mostrada en la Figura 7.27. Consiste en uno o más tambores que rotan con numerosos pies
que concentran su peso sobre un área pequeña y aumentan la presión de contacto
aproximadamente a 2000 a 5000 kPa (300 a 700 lb/in2). En los años 30 ya empezaron a ser
usados extensamente en la construcción de terraplenes.
Los rodillos pata de cabra compactan el suelo por presión y manipulación. Ellos pueden
ser usados en una variedad de suelos, pero trabajan de mejor manera en limos y arcillas. La
391
Fundamentos de mecánica de Suelos
mayoría de los rodillos pata de cabra pueden acomodar suelos sueltos de espesores alrededor
de 200 mm (8 in). Su principal característica es que compactan el suelo de abajo hacia arriba,
lo que no ocurre con los demás tipos de rodillos, que compactan de arriba hacia abajo.
Estos compactadores concentran el peso de todo un conjunto de puntas de forma variada
sobre una superficie relativamente pequeña (Figura 7.28), ejerciendo presiones estáticas muy
grandes en los puntos en que las mencionadas protuberancias penetran en el suelo. Conforme
se van dando pasadas y el material se va compactando, las patas profundizan cada vez menos
en el suelo y llega un momento en que ya no se produce ninguna compactación adicional. En
una profundidad aproximada a 6 cm, la superficie queda siempre distorsionada, pero se
compacta bajo la siguiente capa que se tienda.
Rodillo
Vástago Vástago
(c)
(b) (d)
(a) afilado
Pata (b) de base ampliada
(c) prismática
(d) de cabra
(a)
Figura 7.28. Formas usuales en las patas de los rodillos pata de cabra, (J. Badillo, 1976).
1350
1350
1300 1300 15 cm
1200 1200 1200 1200 1200 1200
1250 1250 1250 1250 1300 1250
Capa compactada
Figura 7.29. Influencia de la forma en la punta del vástago de los “rodillos pata de cabra”,
(Juárez & Badillo, 1976).
En todos los casos que se muestran, el vástago aplico la misma presión y con la misma
intensidad a lo largo del tiempo. La mayor eficiencia del vástago plano, así como la del que
esta ligeramente inclinado (120º), se ven en la mayor profundidad que los pesos específicos
secos puedan alcanzar.
392
CAPITULO 7 Compactación
F F F
Superficie original
del terreno.
Capa compactada
Figura 7.30. Influencia del tamaño y área de la sección recta en los vástagos de los “rodillos
pata de cabra”, (Juárez & Badillo, 1976).
393
Fundamentos de mecánica de Suelos
Los rodillos de pata apisonadora son muy similares a los rodillos pata de cabra, excepto que
ellos utilizan largos pies con una presión de contacto más pequeña. Pueden ser operados a
altas velocidades pero no compactan una profundidad grande.
Figura 7.31. Compactador con rodillos de pata apisonadora. (Juárez & Badillo, 1976)
Los rodillos neumáticos como se muestra en la Figura 7.32 son unidades pesadas que
descansan sobre varios neumáticos. La presión de contacto es normalmente alrededor de 600
kPa (85 libras/in2). Cada neumático puede moverse hacia arriba y hacia abajo
independientemente, así este dispositivo es bueno al encontrar pequeños puntos suaves que
equipos de compactación rígidos, como los rodillos pata de cabra no podrían hacerlo. Estos
rodillos pueden compactar terraplenes con espesores sueltos de 250 a 300 mm (10 a 12 in).
El rodillo aplica a la superficie de la capa prácticamente la misma presión desde la
primera pasada, esta presión es casi igual a la presión de inflado de la llanta. La superficie de
contacto de la llanta depende del peso del rodillo y de la presión de inflado, su forma es mas
o menos elíptica. La presión que se transmite no es rigurosamente uniforme en toda el área de
aplicación, pero para simplificar se toma la presión media de contacto. Para lograr una
presión más o menos uniforme a una cierta profundidad bajo la superficie es preciso que las
llantas delanteras y traseras del equipo tengan huellas que se superpongan ligeramente, es
usual buscar una disposición tal que deje a ambos lados 2/3 de huella libre entre las
superposiciones.
394
CAPITULO 7 Compactación
2.0
Arcilla arenosa
1.9
1.8
Arcilla plástica
1.7
395
Fundamentos de mecánica de Suelos
(a)
(b)
Figura 7.34. (a) Compactador con rodillos vibratorios, (b) Rodillo liso vibratorio tipo
remolcado.
Los Rodillos lisos con rueda de acero, como el que esta en la Figura 7.35, deja lisa la
superficie del suelo compactada. Los tipo no-vibratorios no están bien preparados para la
compactación del suelo debido a que la presión del contacto es mucho menor que el de los
rodillos pata de cabra. Sin embargo, pueden ser utilizados como rodillos impermeabilizantes
396
CAPITULO 7 Compactación
de una subrasante justo antes de pavimentar (es decir, un rodado final para nivelar la
compactación de los suelos más elevados) y para compactar en la base de agregado grueso y
el pavimento de asfalto.
El efecto de la compactación con rodillos lisos se reduce considerablemente a medida que
se profundiza en la capa que se compacta, y el efecto de compactación se produce de arriba
hacia abajo.
Cuando se utiliza el rodillo liso en arcillas y limos plásticos es común que al cabo de
cierto número de pasadas se presenten fisuras en la parte superior de la capa, debido a la
rigidez que esta zona adquiere por excesiva compactación, en comparación al lecho inferior
de la misma capa menos compactado, que adquiere una resistencia relativamente baja.
Las características principales de lo rodillos lisos son su disposición, diámetro (con el que
aumenta mucho la eficiencia), ancho y peso total. El espesor suelto de la capa de material que
es posible compactar con los rodillos lisos varía de 10 a 20 cm.
En los equipos de compactación por impacto es muy corta la duración de transmisión del
esfuerzo. Los equipos que pueden clasificarse dentro de este grupo son los diferentes tipos de
pisones, cuyo empleo esta reservado a áreas pequeñas, y ciertas clases de rodillos
apisonadores semejantes en muchos aspectos a los rodillos pata de cabra, pero capaces de
operar a velocidades mucho mayores, lo que produce un efecto de impacto sobre la capa de
suelo que se compacta.
397
Fundamentos de mecánica de Suelos
Los pisones pueden ir desde los más elementales, de caída libre y accionados a mano,
hasta aparatos bastante modernos como las placas vibratorias vibratorios. Sobre todo por
razones de costo, su empleo esta limitado a determinadas partes de la estructura vial, tales
como zanjas, desplante de cimentaciones, áreas adyacentes a alcantarillas o estribos de
puentes, cobertura de alcantarillas, etc. y donde no puedan usarse equipos de compactación
de mayor rendimiento o tamaño, por razones de espacio o por temor al efecto de un peso
excesivo.
La selección apropiada del equipo y de los métodos de compactación depende del tipo de
suelo, tamaño del proyecto, requisitos de compactación, índice de producción requerido, y
otros factores. No hay un dispositivo que sea la mejor opción para todas las situaciones. La
Figura 7.37 muestra los rangos comunes en los suelos para varios tipos de compactadores.
Por ejemplo, los suelos de baja cohesión son eficientemente compactados por vibración,
las placas vibratorias manuales y los rodillos vibratorios motorizados de varios tamaños son
muy eficientes para la compactación de suelos de arena y grava. El equipo de rodillos
neumáticos se puede también utilizar eficientemente para compactar suelos arenosos. Los
pesos que se hacen caer libremente distancias largas, se han utilizado para compactar
dinámicamente terraplenes granulares sueltos. Por lo tanto es muy importante la selección del
tipo de compactador en campo para cada tipo de suelo.
Además del tipo de suelo y de contenido de agua, otros factores se deben considerar para
alcanzar el peso específico de compactación en campo deseado. Estos factores incluyen el
espesor del terraplén, la intensidad de la presión aplicada por el equipo de compactación y el
área sobre la cual es aplicada la presión. Estos factores son importantes porque la presión
aplicada en la superficie disminuye con la profundidad y esto provoca una disminución en el
grado de compactación del suelo. Así como también un aumento en el área de contacto entre
398
CAPITULO 7 Compactación
Durante la compactación, el peso específico seco del suelo también es afectado por el número
de pasadas del rodillo. Un número de pasadas inferior al requerido no logrará reproducir los
valores de laboratorio en campo, en cambio un exceso del número de pasadas del rodillo será
antieconómico para el contratista. Debido a esto es que es muy necesario poder determinar el
número preciso de pasadas que se tienen que realizar con el rodillo especificado.
La Figura 7.38 muestran las curvas de compactación en las que se ve que el peso
especifico seco crece hasta cierto punto con el número de pasadas del rodillo en un suelo de
arcilla limosa, más allá de este punto permanece aproximadamente constante. En la mayoría
de los casos, cerca de 10 a 15 pasadas del rodillo produce el peso específico seco máximo
económicamente alcanzable.
En la Figura 7.38 se puede ver que a cualquier profundidad dada, el peso específico seco
de compactación aumenta con el número de pasadas del rodillo.
18
Contenido de humedad = 17.8 %
Peso específico seco, γd [lb/ft3]
90 14
Arcilla limosa
Límite liquido = 43 13
80
Índice de plásticidad = 19
12
70 11
0 8 16 24 32
Número de pasadas del rodillo
Figura 7.38. Relación entre el peso específico seco y el número de pasadas (por un rodillo
liso de tres llantas de 9.5 ton), el suelo de un estrato suelto es compactado 9 plg a diferentes
contenidos de humedad. Curva de crecimiento para una arcilla limosa. (Das, 1998)
• Rodillos Pata de cabra. Para entender de una manera mas profunda el efecto
del número de pasadas en la compactación de suelos con un equipo de
compactación pata de cabra se recurrirá a la Figura 7.39 donde se presenta un
estudio del efecto que produce el número de pasadas a diferentes tipos de
suelos con un compactador pata de cabra.
399
Fundamentos de mecánica de Suelos
Arcilla arenosa
2.0
Peso específico seco, γd [Ton/m3]
1.8
Arcilla limosa
1.6
Arcilla plástica
1.4
1.2
0 20 40 60
Número de pasadas
Figura 7.39. Efecto del número de pasadas en el grado de compactación de diversos suelos
con un rodillo para de cabra, (Lambe & Whitman, 1976)
1.9 1.9
Arcilla plástica 1 2
1.8 1.8
1
2 3
1.7 1.7
3 Arcilla arenosa
1.6 1.6
1.5 1.5
0 8 16 24 32 0 8 16 24 32
Número de pasadas Número de pasadas
400
CAPITULO 7 Compactación
1.8
0 8 16 24 32
Número de pasadas
Figura 7.40. Compactación con rodillo neumático. Efecto del número de pasadas y de la
presión de inflado en el peso especifico seco de diversos suelos. (Juárez & Badillo, 1976).
Compactadores vibratorios.
En la Figura 7.41 se puede observar el efecto favorable que se puede obtener al utilizar
métodos vibratorios de compactación en un caso particular dado, en ella se puede ver que la
relación del porcentaje de la compactación final en función del número de pasadas en el caso
de usar un compactador estático es de muy poco aumento, mientras que en los métodos
vibratorios hay una relación muy creciente, lo que quiere decir que si se utilizaría un método
vibratorio se lograría avanzar de manera rápida el porcentaje de compactación final con muy
poco número de pasadas, lo que representaría un ahorro de tiempo en la compactación de los
suelos sueltos. Mayormente para suelos de arena sin partículas de arcilla o suelos de grava
arenosos es muy frecuente el uso de métodos vibratorios.
100
Profundidad
% de la compactación final
80 10 cm.
50 cm.
60 90 cm.
40
20
0
0 2 4 6 8 2 4 6 8 10
C. Estática C. Vibratoria
Número de pasadas
Figura 7.41. Ilustración de la eficiencia de la compactación por vibración (Juárez & Badillo,
1976)
401
Fundamentos de mecánica de Suelos
0.50
2
Profundidad [m]
Profundidad [ft]
3
1.00
Número de
pasadas del
4 rodillo = 2
5
5 15 1.50
45
6 1.83
15.72 16.00 16.50 17.00
Peso específico seco, γd [kN/m3]
Figura 7.42. Variación del peso específico seco con el número de pasadas del rodillo;
espesor del terraplén = 2.44 m. (Das, 1998)
402
CAPITULO 7 Compactación
100
1 Suelo limo-arenoso, presión de
Porcentaje de compactación,
3 contacto de 14.1 Kg/cm2
2 Suelo arena-limosa, presión
90 1 de contacto de 14.1 Kg/cm2
[Proctor modificado]
3 Suelo limo-arenoso, presión
de contacto de 7,4 Kg/cm2
2
80
70
0 10 20 30 40 50 60 70
Profundidad bajo la superficie compactada, cm.
Figura 7.43. Efecto de la compactación con rodillo pata de cabra en relación con la
profundidad de la capa compactada. (Juárez & Badillo, 1976).
• Rodillos lisos.
2000
Peso específico seco, γd [Kg/m3]
Nota.
Las cantidades anotadas junto a
los triángulos [ ] representan
2.62 la presión en Kg/cm2 registrada
1800 en el suelo a la profundidad
correspondiente.
1.29
1600
0.97
1400
0.75
1200
0 10 20 30 40 50
Profundidad bajo la superficie compactada, cm.
Figura 7.44. Disipación de la presión de contacto de un rodillo liso con la profundidad.
(Juárez & Badillo, 1976).
403
Fundamentos de mecánica de Suelos
Higroscopicidad es una propiedad que permite absorber mayor o menor cantidad de agua que un material poroso puede
absorber.
404
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