Hola, Ángela, ¿te acuerdas de la última vez que hablamos de chicos y me

contaste de tus experiencias fallidas? Pues, creo que para no dejarte mal
te voy a decir una mía, o mejor dicho, la que más me marcó, porque es
raro, porque me han gustado más chicos, pero no como él, y como otros,
pero ese no es el caso.

Todo empezó en el preescolar, él iba a una clase superior que yo, pero
como compartía clase con mis primas y a mí me dejaban estar con ellas,
pues me la pasaba con él, el caso es que me la pasaba mucho con él y
nos hicimos mejores amigos, aunque yo estaba tan locamente enamorada
que le decía a mis padres que era mi novio. Al pasar a la escuela volvimos
a quedar en la misma clase y como ya éramos mejores amigos,
seguíamos hablando siempre que podíamos y cuando había trabajos lo
hacíamos juntos, y siempre que podía estaba con él.

En ese entonces era una persona muy sociable y confianzuda, por tan solo
en tercero ya toda mi clase sabia que me gustaba y sospecho que aunque
nuca le dije nada, creo que si lo llegó a saber que me gusto, pero salvo
una experiencia muy fea, no hablábamos de eso y, por lo tanto, no puedo
saber con totalidad si lo llegó a saber, que fue una vez, que la profesora
estaba llegando tarde, toda mi clase y yo nos quedamos en el patio en la
fila esperando a que un profesor venga a buscarnos, y en un momento una
chica que era mi amiga, fue y hasta donde estaba él y le preguntó que a
quien prefería? A otra chica del salón o a mí y su repuesta fue literalmente,
a la otra chica porque Laia es mi mejor amiga, y de paso yo estaba a unos
metros escuchando todo, o sea que me dejó en el solo amigo
indirectamente, pero bueno, después de eso no volvimos a hablar de eso,
y luego de unos meses me cambie de colegio, pero eso no significa que mi
enamoramiento por él haya bajado, solo significó que no lo veía más, pero
no me dejó de gustar hasta cuando yo tuve unos 10 años.

Aunque se podría decir que era muy chiquita para saber si estaba
enamorada en ese momento lo sentí muy real, y hasta el día de hoy me
acuerdo de él y aunque ya no tengo ningún tipo de comunicación con él,
siempre tendrá un lugar en mi conciencia.