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TESTIGOS DEL DIOS DE LA VIDA Antes de adentrarnos en la experiencia nuclear del testigo voy a señalar
algunos rasgos y actitudes de quien trata de vivir desde la experiencia de
un Dios amigo del ser humano y siente la llamada a ser su testigo.
En diferentes momentos he venido insistiendo en la necesidad urgente de
testigos en la Iglesia de hoy. Sin testigos no es posible la transmisión de la a) Arraigado en la vida
experiencia de Dios vivida por los primeros discípulos en su encuentro
con Jesús. Hoy, lo mismo que en tiempos de Jesús, no faltan escribas, El testigo vive en la realidad de hoy. Su vida no discurre al margen de
doctores y jerarcas, pero, ¿hay testigos que se hayan encontrado con los problemas, interrogantes y sufrimientos que se viven hoy en el
Jesús, capaces de comunicar la experiencia del Dios vivo que han mundo. Su visión de la vida está enriquecida por la experiencia que vive
descubierto en él? de Dios, pero no vive en otro mundo, en otro tiempo, en otra esfera.
Las preguntas que llevo dentro no son fáciles de responder: ¿quién es Está en la vida. La ama y la vive apasionadamente, como Jesús. Sabe
testigo del misterio de Dios? ¿Qué vive ese testigo? ¿Qué es lo decisivo en leerla con mirada evangélica. Se esfuerza por descubrir los «signos
su experiencia? ¿Qué es lo que comunica? ¿Cómo lo hace? ¿Cómo se positivos» que emergen aquí o allá, intuye las «huellas» de Dios, que está
sitúa en medio de esta sociedad tan indiferente e incrédula? ahí acompañando a la gente en sus gozos y en sus penas. Sufre cuando a
Pero es aquí donde comienzan a brotar en mí no pocas dudas. ¿Qué sé veces ve que la Iglesia se sitúa «desde fuera» y «por encima» de todos,
yo de todo esto? ¿Qué puedo decir? Y, si no hablo desde mi experiencia, juzgando y condenando a un mundo en el que ella no parece reconocerse,
¿desde dónde puedo decir algo auténtico? Por desgracia, mi experiencia como si fuera depositaria de una «santidad» especial y exclusiva que la
de Dios es pobre. Esto ha de quedar claro desde el principio. Lo que voy colocara fuera de la condición común, débil, vulnerable y pecadora de los
a decir proviene más bien de mi reflexión, mi intuición y mi deseo. Pero seres humanos. El testigo del Dios de Jesús no sabe vivir sin compartir
lo que me anima a decir algo es haber podido conocer de cerca a amigos las incertidumbres, crisis y contradicciones del mundo actual, pues vive
y amigas que para mí han sido y son pequeños «testigos de Dios». habitado por una convicción inamovible: «Dios ha amado tanto al mundo
También yo quiero contribuir con mi modesta aportación a que en que ha entregado a su Hijo unigénito» (Juan 3,16).
nuestras comunidades cristianas escuchemos la llamada a ser testigos del Al testigo de Dios no le preocupa solo la crisis religiosa o los retos a los
Dios encarnado en Jesús: un Dios amigo de la vida. que se enfrenta hoy la Iglesia. Sufre los retos, crisis y sufrimientos de la
humanidad entera: la fuerza del mal y de la injusticia, el hambre y la
miseria en el mundo, el sometimiento de la mujer al varón, la impotencia
ante el sufrimiento y la muerte, la crisis de esperanza. Sabe que Dios se
1. La condición del testigo preocupa de todos. Comparte la incertidumbre propia de la condición
humana: siente que no hay evidencias ni certezas para nadie, ni para el
que pertenece a una tradición religiosa ni para el que vive de otras determinada manera. Alentado por el Espíritu de Jesús, intuye y percibe
convicciones. Entiende, comparte y sufre la que, aunque la fe religiosa está en crisis, sigue viva en la mayoría de la
«ausencia de Dios», tan generalizada en la sociedad occidental, pues la gente la «confianza fundamental en la vida». Parece que no se puede
padece también en su propia carne. vivir sin creer en algo, sin confiar en alguien, sin proyectarnos hacia un
El testigo del Dios encarnado en Jesús termina situándose en el mundo futuro mejor.
y en la vida desde una actitud abierta y universal. No le basta con Desde su propia experiencia, el testigo cree que Dios está en el fondo
plantearse qué retos ha de asumir la Iglesia en el mundo actual. Él siente de cada vida y sigue comunicándose con cada persona por caminos que
y vive las cosas de otra manera: ¿a qué retos, sufrimientos y amenazas no pasan necesariamente por la fe religiosa ni por la Iglesia. Por eso vive
hemos de enfrentarnos las mujeres y los hombres de hoy? ¿Qué es lo que atento a esa acción del Espíritu que se le regala a cada persona
podemos vivir, contagiar y proponer los seguidores de Jesús en este juntamente con la vida. No hay nadie que esté abandonado por Dios,
mundo? nadie que viva privado de su bendición. El testigo vive con esta
convicción: todos
b) Simpatía con las víctimas de la increencia «vivimos, nos movemos y existimos» en Dios; todos «lo buscamos y
encontramos a tientas, aunque no se encuentra lejos de cada uno de
El testigo sabe que vive en una sociedad fuertemente marcada por la nosotros» (Hechos de los Apóstoles 17,27-28). El testigo no se siente mal
increencia. Está en contacto con hombres y mujeres que han abandonado entre quienes no creen en Dios. Se siente cercano, en «simpatía mística
«algo» que un día vivieron. Nosotros los llamamos «increyentes», porque con las víctimas de la incredulidad», que diría E. Schillebeeckx 1.
no aceptan nuestra fe religiosa; en realidad son personas que viven de Comprende los sentimientos de Jesús, que, al ver a la gente, «sentía
otras convicciones. Detrás de cada vida, en el fondo de cada manera de compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor»
vivir hay una manera de creer: fe en Dios, fe en un Misterio último, (Marcos 6,34).
confianza en unos valores, defensa de la persona como valor supremo,
búsqueda de amor... Nosotros reservamos el término «fe» para hablar de c) La vida está en buenas manos
la fe religiosa, pero quienes abandonan esta fe viven también de
convicciones, difíciles a veces de expresar, pero que los sostienen y les Esta convicción es fundamental en la experiencia del testigo de Dios: la
ayudan a vivir, luchar, sufrir y morir con sentido. vida está en buenas manos. El reinado de Dios sigue abriéndose camino
El testigo de Dios no los ve nunca como adversarios a los que haya que como «una pequeña semilla de mostaza» (Mateo 13,31), como un poco
rebatir o convencer. Con frecuencia se pregunta en qué creen las de «levadura» (Mateo 13,33). Nuestro pecado y nuestra mediocridad no
personas cuando dejan de creer en Dios, y descubre que las gentes tienen pueden bloquear la acción de Dios. Todos seguimos buscando y
sus convicciones, compromisos y fidelidades: su decisión de vivir de una luchando, sufriendo y gozando, viviendo y muriendo, sostenidos por el
perdón y la misericordia de Dios. y perdonados los invita a seguir su propia vida: «Vete a casa, con los
Por eso, el testigo se mueve con paz y libertad. No tiene que defender tuyos, y cuéntales lo que el Señor ha hecho contigo» (Marcos 5,19);
nada; no tiene que rebatir, disputar ni combatir; no tiene nada que perder. «Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa» (Mateo 9,6).
Puede ser testigo sin miedos ni recelos, sin pretensiones ni intereses. Lo que motiva al testigo es la experiencia que él mismo vive. Lo dice
Sencillamente vive y comunica la experiencia que lo habita y le hace vivir. Pablo de Tarso:
Así dice J.-P. Jossua: «No les hago ni buscar ni encontrar a Dios a pesar «Nosotros creemos y por eso hablamos» (2 Corintios 4,13); «predicar el
suyo. Digo sencillamente mi fe: mi Dios, él, los busca y sin duda los evangelio no es para mí un motivo de orgullo; es algo que me incumbe:
encuentra por caminos que yo ignoro» 2. pobre de mí si no lo anunciara» (1 Corintios 9,16).
Antes que nada hemos de recordar que nuestras palabras no agotan nunca b) Hablar de Dios
la realidad de Dios. Incluso las fórmulas dogmáticas, por muy perfectas
que quieran ser, no definen ni delimitan el misterio de Dios, solo orientan Para hablar de Dios como testigo no basta utilizar un lenguaje ortodoxo.
y apuntan hacia él. Dios es siempre mayor que nuestras palabras; Es necesario además que ese lenguaje que quiere ser correcto «toque» a
nosotros creemos en Dios, no en nuestras fórmulas humanas sobre él. El las personas, sintonice con la experiencia real de la gente, alcance al ser
testigo comete un error si pretende imponer una formulación o si cae en humano en aquello que es vital para él. Hemos de evitar rechazos que
discusiones teológicas. puedan originarse por malentendidos de lenguaje y tratar de hablar de
Hemos de atender bien la llamada que hace la primera carta de Pedro: modo que la experiencia de Dios pueda ser mejor percibida e intuida. Por
«Estad siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que os pida razón de otra parte, no es bueno quedarse siempre en las formulaciones más
la esperanza que hay en vosotros. Pero hacedlo con dulzura y respeto» (1 seguras, aunque, de hecho, no digan nada a las personas. El lenguaje del
Pedro 3,15-16). No se trata de ofrecer respuesta a las preguntas que nos testigo tiende a ser incisivo y actual, no inocuo y anacrónico. A veces me
puedan hacer de carácter teológico o doctrinal, sino de dar razón de la pregunto por qué muchas veces el lenguaje de Jesús resulta más vivo,
esperanza que hay en nosotros, es decir, de la experiencia que ilumina directo y actual que nuestro lenguaje eclesiástico. Un verdadero testigo,
nuestra vida. El testigo no tiene por qué sentirse en apuros porque no se que vive buscando a Dios, siente más de una vez la necesidad de
ve seguro ni competente para dar una respuesta doctrinal. Lo que él ha de encontrar un lenguaje nuevo para la fe.
comunicar no es su seguridad teológica o su capacidad de fundamentar Por otra parte, hemos de recordar que no todo tiene la misma
racionalmente la fe, sino su esperanza, el dinamismo que le hace vivir importancia en la fe cristiana. El Vaticano II habló de una «jerarquía de
confiando en el Dios revelado en Jesús. Esta esperanza ha de exponerla verdades» 14. En estos momentos de crisis religiosa hemos de centrarnos
con «dulzura y respeto», sin imposiciones de ningún género, sin en lo esencial, pero sabiendo que no siempre lo que destaca la teología
conciencia de superioridad, sin minusvalorar o menospreciar a quien no coincide con lo que realmente más puede «decir» a las personas de hoy.
comparte la misma fe 13. Un testigo se preocupa sobre todo de hablar de aquello que, siendo
El lenguaje del verdadero testigo es humilde. No busca testimoniar a esencial, puede interpelar y acercar más y mejor a la experiencia de Dios.
Dios con expresiones felices. Sabe que no está ahí el testimonio de Dios. Para ello es necesario cuidar y purificar nuestro lenguaje acerca de
Las metáforas más hermosas se agotan; los conceptos más sublimes Dios con el fin de que pueda aparecer como Buena Noticia para el
pueden ser engañosos. El testigo evita términos y expresiones que a él no hombre y la mujer de hoy. Una presentación inadecuada de Dios creador
le dicen nada. No utiliza un lenguaje que no responda a alguna puede hacer pensar en un Dios celoso de su poder, dictador arbitrario de
experiencia suya. No cae en tópicos y fórmulas vacías de vivencia. No toda clase de leyes y prohibiciones. Una palabra ambigua sobre la
redención como expiación del pecado por el Crucificado puede llevar a acompañando a cada persona en sus gozos y desgracias, en sus alegrías y
captar a Dios como un ser justiciero que solo sabe perdonar cuando su sus penas?
honor ha quedado satisfecho y aplacado. Un lenguaje inapropiado sobre ¿Por qué no hablar de un Dios que no deja solo a nadie y tiene sus
Dios omnipotente puede sugerir un Dios inaceptable y peligroso para la caminos para encontrarse con cada uno de sus hijos, sin que tengan que
autonomía y libertad del ser humano. pasar necesariamente por los caminos que nosotros le dictamos desde la
Iglesia?
c) Hacia un lenguaje diferente sobre Dios ¿Por qué no pensar más en un Dios que ama el cuerpo tanto como el alma
y el sexo tanto como la inteligencia; un Dios al que le encanta ver a sus
En general se puede decir que en la conciencia de no pocos cristianos
hijos e hijas llenos de vida, disfrutando de su creación?
anida la imagen de un Dios, Ser supremo, Señor omnipotente y
¿Por qué no recordar más a un Dios que sufre en la carne de los
sempiterno, Rey soberano, Juez de vivos y muertos. Este Dios que
hambrientos y miserables de la tierra; un Dios que está en los oprimidos,
durante mucho tiempo ha atemorizado a tantos, hoy no da miedo, pero
sosteniendo su dignidad, y en los que luchan contra la opresión,
tampoco atrae. No es fácil enamorarse de un Rey soberano, de un Juez
alentando su esfuerzo liberador?
supremo o un Ser todopoderoso.
¿Por qué no escuchar más a un Dios que despierta siempre nuestra
Sin traicionar el verdadero contenido de su fe, al testigo le va brotando
responsabilidad y pone en pie nuestra dignidad; un Dios que está con
de su experiencia un lenguaje que permite vislumbrar que Dios, antes que
nosotros para «buscar y salvar» lo que tantas veces nosotros
nada, es Amor (1 Juan 4,8). Sin ninguna pretensión de definir nada, voy
estropeamos y echamos a perder?
a sugerir un lenguaje marcado por una orientación que puede encontrar
¿Por qué no esperar en un Dios que nos libera de miedos y quiere
hoy más eco y mejor acogida.
desde ahora para todos paz y bienestar; un Dios que, lejos de provocar
¿Por qué no hablar más de un Dios Amigo, enamorado de sus
angustia ante la muerte, estará también entonces abrazando con ternura a
criaturas; un Dios amante que no sabe, ni quiere, ni puede hacer otra
cada persona mientras agoniza, rescatándola para siempre a la vida que
cosa sino amar, pues en su ser más íntimo solo es Amor; un Dios que es
nunca acaba; un Dios al que es una suerte poder encontrar ahora mismo
feliz amando a sus criaturas?
en el mundo y en el fondo de nuestro corazón?
¿Por qué no recordar a un Dios servidor humilde de sus criaturas, que
no busca «ser servido, sino servir»; un Dios al que lo único que le
interesa es vernos vivir de manera digna y dichosa, conviviendo como 6. El testigo en medio de la increencia
hermanos que se cuidan unos a otros?
¿Por qué no admirar más a un Dios grande que no cabe en ninguna El creyente se encuentra hoy conviviendo con personas que no
religión y en ninguna Iglesia, pues habita en todo corazón humano comparten su fe. Las encuentra incluso en su propia familia y entre sus
amigos. La indiferencia o la increencia es el ámbito en el que de ordinario Dios por encima de todas las cosas?
se mueven hoy no pocos conocidos nuestros con los que hasta hace unos Los alejados de la práctica me estimulan a buscar a Dios con más
años nos encontrábamos en la eucaristía del domingo. sinceridad. Conociendo la lucha interior, el deseo de verdad y la búsqueda
sincera de más de uno, puedo percibir que el Espíritu de Dios está
presente en el corazón humano y tiene sus caminos para atraerlo hacia su
a) Aprender de los increyentes Misterio. Me recuerdan que la fe es búsqueda, pregunta y deseo más que
posesión tranquila y rutinaria. Por eso nos podemos sentir bien junto a no
Con frecuencia, los cristianos hablamos del testimonio que hemos de dar creyentes que también buscan la verdad y el sentido de su vida.
en medio de esta sociedad descreída, pero apenas pensamos en escuchar Los increyentes nos obligan a buscar un lenguaje más sencillo y
y dejarnos enseñar por la vida de aquellos que no comparten nuestra fe. accesible, menos vacío de experiencia y de vida. Los tópicos, las frases
Se diría que no hemos de aprender nada de los no creyentes, y no es así. sabidas, la repetición de las fórmulas dogmáticas, la recitación del credo,
En todo ser humano, animado por el Espíritu de Dios, podemos escuchar las citas bíblicas gastadas... no bastan para comunicar y transmitir la
una llamada que nos invita a buscarlo con más ardor y fidelidad. experiencia de Dios.
Lo primero que me enseñan los alejados de la fe es que Dios no es
una evidencia, sino un Misterio que nunca acabamos de comprender ni b) Algunas actitudes básicas
poseer. Con sus preguntas y sus críticas me pueden estimular a revisar la
imagen que me hago yo de Dios. Me hacen más humilde, porque me Para dejarnos estimular y enriquecer por los no creyentes hemos de
ayudan a no confundir a Dios con lo que yo predico acerca de él. Junto a adoptar algunas actitudes básicas. Lo primero es tomar en serio la postura
los increyentes es fácil sentir que Dios es un Misterio más grande que del otro, del diferente, del alejado. Comprender su posición. Nosotros lo
todos nuestros argumentos y teologías. llamamos «increyente», pero en realidad es una persona con sus propias
Los increyentes me invitan también a criticar representaciones interesadas convicciones. No hemos de calificarlo nosotros. Hemos de entender de
de Dios. Veo que niegan o dudan de Dios, pero no lo utilizan. Con ello me manera positiva su posición. Para nosotros, vivir abiertos a Dios de
recuerdan que no hemos de manipular el misterio de Dios subordinándolo a manera confiada es la respuesta más acertada al misterio de la vida, pero
nuestros pequeños intereses. Dios no está ahí como remedio fácil para el no creyente es un hermano y un amigo al que Dios acompaña con
resolvernos los problemas o proporcionarnos una respuesta cómoda a todo. amor infinito por otros caminos.
No lo hemos de utilizar ligeramente y de cualquier manera. Los no creyentes Hemos de respetar sinceramente su postura. Mi reacción no ha de ser
tratar de anular a toda costa las diferencias descalificando su posición
me obligan más de una vez a preguntarme en qué Dios creo yo en realidad.
¿Creo en el Dios del amor, de la justicia y de la vida? ¿Me seduce el Dios como fruto del orgullo, la mala fe o el pecado, ni tratando de debilitar a
de los pobres y desvalidos, el Padre defensor de los humillados? ¿Creo en toda costa las razones que presenta para no creer. La intolerancia con el
diferente no es signo de fe profunda: puede ser indicio de inseguridad, actitud básica en el diálogo es el amor. Desde esa experiencia vive el
debilidad y poca fe. El que vive arraigado profundamente en la testigo todo acercamiento al otro. No es posible el diálogo si no amamos
experiencia de Dios es tolerante y comprensivo, no necesita defenderse, al hombre y la mujer de hoy tal como son, con sus debilidades y
no teme perder nada. contradicciones, con sus interrogantes y su búsqueda. El diálogo es una
Hemos de comprender también su rechazo a la religión y a la Iglesia. forma de amar.
Nosotros hablamos a veces de un cristianismo ideal, pero ellos ven el Dialogar significa más en concreto compartir una búsqueda común del
cristianismo real, el que se ha dado a lo largo de la historia y el que captan misterio de Dios que nos desborda a todos. En el diálogo, cada uno aporta
hoy en no pocos sectores de la Iglesia. Es bueno escuchar sus prejuicios y sus experiencias, convicciones, interrogantes, dudas y deseos. Cada uno
críticas para conocernos mejor a nosotros mismos. Es sano conocer la dialoga desde su propia fe o su propia posición, sabiendo que es siempre
imagen que tienen de nosotros: a veces nos ven como idealistas e una aproximación parcial y fragmentaria a la verdad última.
ingenuos, poco libres para pensar por nuestra cuenta, poco valientes para Dialogar significa escuchar la verdad del otro, hacerle un espacio en mi
cuestionarnos nuestra fe, frenados por la jerarquía, sin capacidad de conciencia, dejarme interpelar no tanto sobre la fe, sino sobre mi fe, la
sacudirnos de encima «dogmas increíbles». Al escucharlos no es tan que realmente anima mi vida. El diálogo comienza cuando estoy
difícil intuir que en cada uno de nosotros hay también un creyente y un convencido de que tengo algo que aprender del otro. De lo contrario,
increyente, y que no siempre es fácil trazar entre ambos una frontera todo puede quedar en estrategia. El diálogo es posible cuando me acerco
clara. al otro en actitud sincera de confianza.
Lo que siempre podemos compartir es la experiencia humana, nuestro En el verdadero diálogo, el testigo se implica, confiesa su propia fe,
deseo común de paz y de justicia para todos, el dolor ante quienes sufren habla en primera persona, sin necesidad de estar apelando a la doctrina
violencia, hambre o miseria. Podemos captar también su modo de ver la dogmática o al magisterio de la Iglesia. Por otra parte, el diálogo supone
vida, sus razones para vivir, sus luchas y esperanzas. Pronto descubrimos un cierto despojamiento, pues acepto la mirada del otro sobre mí. El
que es un grave error pensar que los cristianos tenemos el monopolio del diálogo no ha de evitar cuestiones difíciles y problemáticas que a todos
amor solidario y la generosidad o la pasión por la justicia y la verdad. nos pueden dejar callados: el sufrimiento del inocente, la fuerza del mal,
la muerte. Por otra parte, en el diálogo se abordan las cuestiones vitales
que afectan al ser humano. No deberíamos olvidar las palabras de
c) El espíritu de diálogo Simone Weil: «Cuando quiero saber si alguien es creyente, no escucho
en primer lugar lo que me dice de Dios, sino cómo me habla del
No parece superfluo añadir todavía algunos aspectos que cuidar en la
hombre».
práctica concreta del diálogo. No hablo de estrategias, sino del espíritu
que ha de animar al testigo que vive alentado por el Espíritu de Jesús. La