EL CORAZÓN DEL HOMBRE, ES UN TEMPLO DE DIOS O UN TALLER DE
SATANÁS (PROVERBIOS 4:23-27)
 7. EL CORAZÓN ENDURECIDO APÓSTATA
Revela la condición del corazón apóstata del
hombre, después de que “Una vez fueron
iluminados y gustaron el don celestial, y fueron
hechos participes del Espíritu Santo, él ha
recaído”. También muestra la condición de una
persona que nunca se ha arrepentido o
entregado.
El corazón cambia de ocupante
(Luc. 11:24-26)
Vuelve a su condición pecadora
(2 Ped. 2:22).
No muestra arrepentimiento como hijo pródigo
(Luc. 15:16-19)
Es posible que se alabe de ser decente y
respetable (Mat. 23:27).
Vuelve a la cautividad (Heb. 10:28-29); (2 Ped.
2:1-14).
Solo Jesucristo puede limpiarlo
(Marcos 1:40-41).
La paga del pecado es la muerte
(Rom. 6:23).
8. EL CORAZÓN VICTORIOSO
Este cuadro representa a un cristiano que
soporta y vence las pruebas duras y la
tentación. A pesar de que es tentado por
todos lados, permanece firme y se mantiene
hasta el fin, siendo más que vencedor por
medio de Jesucristo.
Pone los ojos en Jesus (Heb 12:1-2).
Bienaventurado es (Mat. 5:11-12).
Nadie lo separa de Cristo (Rom. 8:35).
Es más que vencedor (Rom. 8:37).
Tiene recompensa (Apoc. 2:7-11-17-26;
Apoc. 3:5-12-21)
EL CORAZÓN DEL HOMBRE, ES UN TEMPLO DE DIOS O UN TALLER DE
SATANÁS (PROVERBIOS 4:23-27)
 7. EL CORAZÓN ENDURECIDO APÓSTATA
Revela la condición del corazón apóstata del
hombre, después de que “Una vez fueron
iluminados y gustaron el don celestial, y fueron
hechos participes del Espíritu Santo, él ha
recaído”. También muestra la condición de una
persona que nunca se ha arrepentido o
entregado.
El corazón cambia de ocupante
(Luc. 11:24-26)
Vuelve a su condición pecadora
(2 Ped. 2:22).
No muestra arrepentimiento como hijo pródigo
(Luc. 15:16-19)
Es posible que se alabe de ser decente y
respetable (Mat. 23:27).
Vuelve a la cautividad (Heb. 10:28-29); (2 Ped.
2:1-14).
Solo Jesucristo puede limpiarlo
(Marcos 1:40-41).
La paga del pecado es la muerte
(Rom. 6:23).
8. EL CORAZÓN VICTORIOSO
Este cuadro representa a un cristiano que
soporta y vence las pruebas duras y la
tentación. A pesar de que es tentado por
todos lados, permanece firme y se mantiene
hasta el fin, siendo más que vencedor por
medio de Jesucristo.
Pone los ojos en Jesus (Heb 12:1-2).
Bienaventurado es (Mat. 5:11-12).
Nadie lo separa de Cristo (Rom. 8:35).
Es más que vencedor (Rom. 8:37).
Tiene recompensa (Apoc. 2:7-11-17-26;
Apoc. 3:5-12-21)