Está en la página 1de 65

Cartas de amor

Sigmund Freud SIGMUND FREUD


La figura de Sigmund Freud (1856-1939)
como psicoanalista es suficientemente
conocida. De padres judíos, su visión de
Cartas
las pulsiones inconscientes de la mente ha
modificado nuestra percepción de la rea-
lidad irremediablemente: ya no seremos
de amor
nunca los mismos. Sin embargo, poco
sabemos de sus pensamientos íntimos, de
sus sentimientos personales.
Freud conoció a Martha en 1882 y a
lo largo de cuatro años le escribió más de
mil quinientas cartas, de las que sólo se
conservan las correspondientes a los últi-
mos meses de noviazgo. El biógrafo del
analista, Ernest Jones, la describe como
una muchacha «delicada, pálida, pequeña,
pero de maneras graciosas». Martha Ro-
ben dice que era más bien «insignificante».
Lo cierto es que fue el primero y único
amor real de Freud.

1SBN : 84· 7672-816-6

€D.ieomulÚeaeion. s.a 11161 ,I~j~~~


IJl[lll~
Cartas de amor

• COLECCIÓN FONTANA •
Sigmund Freud

Cartas de amor

Traducción y notas
lORD! ROTTNER

Prólogo y presentación
FRANCESC L. CARDONA
Doctor en Historia y Catedrático

EDíeomuníeaeion .s.a.
ESTUDIO PRELIMINAR

Cartas de amor
Sigmund Freud: el hombre su mundo y su obra

© 1995, Edicomunicación, S. A.
Sigmund Freud vino al mundo en Friburgo, región de
Moravia, cuando ésta pertenecía al Imperio austro-húngaro,
Diseño de cubierta: Quality Design el 6 de mayo de 1856, de padres judíos.
A la edad de ocho años su carácter, poco común, estaba
Edita: Edicomunicación, S. A. ya casi formado y, lo mismo que sus rasgos, presenta pocos
Las Torres, 75. cambios en su vida futura. Ya entonces Freud comenzaba a
08033 Barcelona (España) dar muestras de su férrea voluntad, de su temperamento
antisocial y de su misantropía. Este primer carácter de sus
Impreso en España / Prinred in Spain primeros años quedó tan -grabado en su ánimo, que más
tarde escribirá: «Ningún ser humano es capaz de desligarse
Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares
de las imágenes vividas en su infancia».
del «Copyright», bajo las sanciones establecidas en las leyes, la repro-
ducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, Poco tiempo después sus padres tuvieron que trasladarse
comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución a Viena en busca de mayor fortuna, ya que en su pueblo
de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos. natal era muy difícil salir de la penuria en que vivían.
La ciudad de los valses y de la brillante corte del empera-
I.S.B.N: 84-7672-816-6 dor Francisco José (1848-1916) les deslumbró; pero tampoco
Depósito Legal: B-32206-95 allí prosperaron mucho, a causa principalmente de su filiación
judía. Humillado en la escuela, esto le tornó más huraño y
Impreso en: con unas ansias extraordinarias de venganza. El hogar familiar
Limpergraf, s.a. era pobre, hasta el punto de que, junto con su hermano, tenía
Del río, 17 - nave 3 que dormir en la propia habitación de los padres. Salir de la
Ripollet (Barcelona) penuria y llegar a ser alguien fue pronto su objetivo.
6 ESTUDIO PRELIMINAR ESTUDIO PRELIMINAR 7

Sin embargo, tal como confesó más tarde, en sus años para ampliar sus estudios. Allí trabajó con Charcot y pronto
juveniles no había sentido mucha afición a la carrera y acti- penetró con sus pacientes en el misterioso mundo de la
. vidad de médico. Se sintió impulsado más bien por una es- histeria. Comprendiendo la valía de su discípulo, Charcot le
pecie de afán de saber, tendiendo más a las relaciones hu- encargó pronto que vertiera sus obras al alemán. Poco
manas que a los objetos naturales. Pero la carrera de tiempo después tuvo que regresar a Viena y hacerse cargo de
medicina de la Universidad vienesa no poseía ninguna es- las clases a él encomendadas.
pecialidad dedicada a las Relaciones Humanas del Espíritu. Al presentar el informe preceptivo como pensionado en
Sin otra alternativa, Freud se vio obligado a matricularse el extranjero, expuso los nuevos métodos de Charcot y, en
en aquella universidad, mientras alternaba su carrera dando especial, sus experimentos sobre hipnosis. Las teorías son
clases particulares para poder costearse sus estudios supe- rechazadas por los retrógrados profesores que le escuchan y
riores. Siendo aún estudiante, se ocupó ya de investigaciones Freud fue expulsado de la sociedad médica vienesa por creer
independientes. Le gustaba el estudio, pero los temas que él en lo que los sesudos doctores denominaban patrañas.
quería; no le gustaba estar sujeto a rígidos programas ni li- Por el momento las puertas del alma mater se le cerraron
bros de texto; deseaba investigar por su cuenta lo que más le y, sólo al cabo de varios años, consiguió el título de profesor
apasionaba. La carrera la cursaba porque era la única forma extraordinario, pero nunca el acceso a una cátedra en pro-
de avalar sus descubrimientos. Por ello, no fue promovido a piedad. Entonces reanudó su amistad con el médico Josef
doctor en. medicina hasta 1881; a los veinticinco años, con Breuer, quien había curado espectacularmente a una mu-
bastante retraso para aquel entonces. chacha por medio de la hipnosis, a pesar de que el procedi-
De todas las especialidades que la medicina le ofrecía en miento estaba entonces prohibido en Viena.
aquel momento, la que más se acercaba a sus aspiraciones era La experiencia de Breuer confirmaba a Freud lo investi-
la psiquiatría. Freud se ocupó en estudiar profundamente la gado en París. Por ello comienza a trabajar asociado con
anatomía del cerebro humano, ya que entonces no se ha- aquél, y fruto de ello son las publicaciones Sobre el meca-
blaba todavía de la psicología del individuo particularmente nismo psíquico de losfenómenos histéricos y Estudios sobre la
considerado. A él le estaba destinado crear esta nueva espe- histeria.
cialidad médica. Del mismo modo que la anestesia es el auxiliar de toda
Durante varios años trabajó en el laboratorio anatómico operación quirúrgica, Breuer y Freud recurrieron a la hip-
junto a los doctores Brucke y Meynert. Éste último le pro- nosis como auxiliar para que el enfermo liberara lo que tanto
puso como auxiliar de su cátedra en la Universidad vienesa. tenía reprimido en su conciencia. Ambos especialistas bau-
Freud declinó el honroso ofrecimiento y poco después fue tizaron su método con el acertado nombre de catarsis, que en
nombrado profesor de neurología de la misma Universidad. griego significa purificar, el conocerse a sí mismo que decía
Corre el año 1885. Sócrates. Ni más ni menos que una auténtica «confesión»,
En 1886 pidió permiso a sus superiores y marchó a París como algunas religiones, singularmente la católica, ya habían
ESTUDIO PRELIMINAR ESTUDIO PRELIMINAR 9
8

memoria que le rodeó, tan hiperbólico, como irreflexivo, bus-


sacralizado. Las bases del famoso psicoanálisis adquirirían
cando su mérito, que si lo tuvo.
pronto carácter de ciencia.'
A tal propósito, Vicente Gaos escribe: «Ninguna poesía
Breuer concretó entonces sus experiencias en el campo de
puede caracterizarse, en efecto, por lo que no contiene, por lo
la medicina. Freud a partir de entonces fue más allá y dio a que no es. Es absurdo leer a Campoamor pretendiendo en-
luz al psicólogo, fascinado por el fenómeno psíquico, por el contrar en su obra lo que el autor deliberadamente excluyó de
misterio ya entreabierto del proceso de transformación de los ella. Si lo leyéramos con el enfoque debido, quizás hallaríamos
sentimientos. El descubrimiento de que éstos pueden ser en él versos y aun poemas enteros salvables. No nos parecería
reprimidos y sustituidos por síntomas, despierta cada vez -pues no lo es tan absolutamente despreciable como se pre-
más su curiosidad; presiente que todo el problema del me- sentó en las últimas décadas.»?
canismo psíquico está ahí. Porque si los sentimientos pueden Sólo Cervantes ha suscitado como Campoamor juicios tan
ser reprimidos ... ¿quién los reprime? Y ante todo ¿dónde dispares. De éste último se ha dicho a la vez que era prosaico y
están reprimidos? ¿en virtud de qué leyes las energías psí- enemigo de la prosa; chabacano y elegante; imaginativo y fal-
quicas se transforman en físicas y en que zona se efectúan to' de imaginación; conceptista y sentimental; demasiado abs-
tracto y demasiado concreto; objetivo y subjetivo; materialista
estas incesantes transformaciones de las cuales nada sabe el
e idealista; inclinado al pesimismo y al optimismo; inmoral y
hombre consciente y que, sin embargo, logra reconocer en
moralizador; conservador y revolucionario, etc. ¡Difícil escritor
cuanto se le esfuerza a ello?
cuando pueden hacerse a la vez afirmaciones tan opuestas y
Una región incógnita, la del subconsciente, en la que
contradictorias! No podemos resolver el enigma con el cómodo
hasta aquel momento, la ciencia no había osado penetrar, recurso de etiquetar al poeta como un amasijo de contradic-
empezaba a dibujarse entre las sombras, y Freud divisaba en ciones. Campoamor es probablemente un escritor más difícil y
la lejanía los nebulosos contornos de un mundo nuevo: el del complejo de lo que para muchos ha sido juzgado.
consciente, inconsciente, subconsciente, censura ... palabras que El 2 de octubre de 1929, en pleno fervor de la vuelta a
a partir de entonces serán familiares para Freud en su busca Góngora -otro poeta, por difícil, despreciado-, Azorín, es-
del análisis de lo desconocido en el proceloso mar del espí- cribía en un artículo publicado en el diario madrileño ABC:
ritu o del alma. «Carnpoarnor no es sólo un gran poeta, uno de los más grandes
En el aspecto físico los rasgos de Freud eran fuertes, poetas de toda la literatura española; es además un filósofo ... El
precisos, definidos. De estatura normal y de configuración ni poeta juega elegantemente con los conceptos filosóficos. Y no
corpulenta ni endeble. De facciones regulares, quizás exce- tiene nunca ni la más pequeña falla del gusto, ni la más leve
cursilería ... Si la filosofía es una actitud del espíritu, es decir, la
sivamente regulares, rayando en el arquetipo. Presentó
actitud del contemplador, buen filósofo, con sutilidad y ele-
gancia, es el poeta».
1 ¡Cuánto psicoanálisis encontramos no sólo en Shakespeare y Dos- Quede ahí ese excesivo encomio. tan criticado por muchos,
toievski, sino en las obras de Santa Teresa de Jesús, San Ignacio de Loyo-
la y en los ascetas medievales y modernos! 2 Véase a este propósito Vicente Gaos, La poética de Campoamor, Gredos,
Madrid, 1955.
10 ESTUDIO PRELIMINAR ESTUDIO PRELIMINAR 11

dujo un gran escándalo. Freud continuó entonces solo su En 1901 publicó El sueño y su interpretación (resumen de
camino. Su controvertida correspondencia con Wilhelm La interpretación de los sueños), escribió Fragmento de un
Fliess desempeñó un papel fundamental en el proceso de análisis de histeria (el análisis de Dora), realizó un viaje a
autoanálisis que emprendió en esta época. Roma y publicó Psicopatología de la vida cotidiana. En 1905
Freud y Fliess tuvieron una amistad bastante apasionada vieron la luz sus Tres ensayos para una teoría sexual, su se-
desde el año siguiente del matrimonio de Freud en 1886, gunda obra capital, y El chiste y su relación con lo incons-
hasta 1902, mientras ambos estaban entregados a investiga- ciente. El psicoanálisis había llegado a su mayoría de edad.
ciones sobre la sexualidad. La correspondencia y los en- A partir de en~onces agrupó a una pléyade de discípulos,
cuentros, por vivir uno en Viena y el otro en Berlín, será la entre los que se encontraba Aflred Adler y que fue el germen
única forma de comunicarse; ambos están casados y Freud se de la Sociedad Psicoanalítica de Viena. A partir de 1904
siente angustiado en aquellos «congresos de dos» como les mantuvo correspondencia con Eugen Bleuler y en 1907 re-
llama, indispensables para intercambiar ideas. Al final so- cibió la visita del asistente de éste, C. G. Jung, quien en el
brevendrá la ruptura más absurda, mientras Freud recono- mismo año fundó en Zurich la Sociedad Freud, sacando al
cerá «que había entre ellos una amistad basada en la necesi- psicoanálisis de los círculos vieneses y judíos.
dad que responde a algo en mí, quizás a alguna tendencia Jung participó en el primer congreso de psicoanálisis
femenina» ... Nada hay por ello que nos permita aventurar celebrado en Salzburgo (1908) y acompañó a Freud a los EE.
unas relaciones más íntimas. uu. para una serie de conferencias (1909). En el segundo
Dos años después de terminar su amistad con Fleiss, congreso de psicoanálisis celebrado en Nuremberg (1910) se
Freud vive una situación bastante parecida con Jung y aun- fundó la Asociación Psicoanalítica Internacional, para pre-
que acabe confesando que en «el fondo de este asunto hay un venir los abusos de éste, según el propio Freud, una vez hu-
problema homosexual que resolver», es sólo su exageración biera alcanzado amplia difusión. La presidencia fue otorga-
del impulso sexual lo que le lleva a una apreciación que es da a jung, en quien Freud veía en aquella época a su delfín.
simple producto de la estimación profunda de un profesor Sin embargo, el carácter arisco y misantrópico de Freud
por su aventajado discípulo. dieron al traste con los proyectos y sus discípulos le aban-
En 1897 Freud descubrió el complejo de Edipo: curiosa- donaron, mientras él siguió publicando. De entre 1910 a
mente, su madre, mujer muy hermosa, adoró siempre a su hijo 1920 destacamos Un caso de paranoia (sobre el presidente
de forma muy especial, aunque sin el menor atisbo de mor- Schreber), Totem y tabú, Introducción al psicoanálisis. En Mds
bosidad. En 1899 Freud publicó sus Recuerdos encubridores y allá del principio del placer, Freud introdujo las nociones de
en 1900 La interpretación de los sueños, -obra fundamental. Por pulsión de vida (Eros) y pulsión de muerte (Thanatos),
primera vez los sueños eran objeto de un estudio científico. En principio de realidad y principio de placer, y propuso un
1900 comenzó el análisis de la célebre Dora, una paciente que nuevo modelo del aparato psíquico en el que intervenían el
relacionó con la histeria y la homosexualidad-femenina. yo, el ello yel superyó.
12 ESTUDIO PRELIMINAR ESTUDIO PRELIMINAR 13

A partir de este período se consagró en mayor grado a los quizá de que la que fue su mujer era su primer y único amor'
problemas de la civilización de la cultura. En 1923 sufrió su en serio, si exceptuamos la atracción de pubertad por Gise!a
primera intervención quirúrgica debido a un cáncer de Fluss, hermana de uno de sus amigos, cuando Freud tenía
mandíbula. En 1934 los nazis quemaron sus obras en Berlín. nada más que diez años.
Escapó de Viena, rumbo a Inglaterra cuando aquéllos la in- Había conocido a Martha un día de abril de 1882. Ella
vadieron en 1938 y se instaló en Londres, donde publicó era cinco años menor que él, de origen igualmentejudío y
Moisés y el monoteísmo (1939). Allí murió e! 24 de septiem- hamburguesa. Su padre era e! rabino Isaac, auténtico maes-
bre de 1939. Durante toda su vida estuvo enamorado de los tro de su comunidad. Ma~tha era delicada, pálida y pequeña,
impulsos. Al igual que los estoicos, Freud se aferró por en- pero de maneras graciosas, incluso el propio Freud en una de
cima de todo a sus dogmas a pesar de las circunstancias ad- sus cartas le confesaría que no era ninguna belleza ... pero ...
versas. Días antes la humanidad había iniciado la más san- quedó prendado de ella.
grienta de las conflagraciones bélicas a escala planetaria. En cierta ocasión la perla del anillo familiar que ella le
había obsequiado, se cayó al romperse su soporte, Freud,
¿cómo no? otorga a este hecho un simbolismo amoroso, una
Análisis especial de las «Cartas de Freud a Martha» especie de «acto fallido» y lo atribuye a que ella había de-
seado por aquel entonces serle infiel, lo había sido o pensa-
Freud casó con Martha Bernays, una graciosa mujer, do, o por lo menos que desde entonces le había querido
oriunda de! norte de Alemania, e! 14 de septiembre de 1886. menos ...
Ella hizo cuanto estuvo en su poder por él, sin exigir nada a Las cartas nos revelan esa inclinación freudiana por los
cambio. Compartió e! hogar de casada con una hermana pequeños detalles a lo largo de un noviazgo casi secreto, que
suya simpatiquísima y alegre. Freud no opuso ningún repa- mostrará de forma epistolar una serie de reacciones primarias
ro, comportándose durante toda su vida como un caballe- y cotidianas entre las que destacarán los celos, auténtica
roso cuñado. Otra cosa habría sido si la misma situación de tortura para Freud, que alcanzó la categoría de neurosis.
vida la hubiera oído de labios de algún paciente suyo. Junto a esas efusiones propiamente amorosas, las cartas
En 1887 nació Mathilde, su primera hija, después lo hi- nos muestran las penurias económicas de Freud y sus es-
zo Martin, su primer hijo varón (1889), Oliver (1891), fuerzos para poder casarse dignamente el día prefijado.
Ernst(1892), Sophie (1893) y Anna (1895). A lo largo de Muchas cartas se hallan llenas de cálculos económicos para
cuatro años, Freud escribió más de mil quinientas cartas a su que su sueño se hiciera realidad, yes que los comienzos de su
novia, pero no se han conservado las de los últimos cuatro vida pública como médico no fueron muy boyantes.
meses. Se comprende esa profusión de correspondencia, En medio de aventuras sin cuento para lograr medios de
puesto que antes de! matrimonio sólo se entrevistó seis veces casarse con Marcha, auxiliar en la Universidad, médico en un
con Martha. Su contenido platónico y romanticón se deduce asilo psiquiátrico privado, beca y estancia en París e incluso
14 ESTUDIO PRELIMINAR ESTUDIO PRELIMINAR 15

una especie de adicción a la cocaína, que considera una pa- Jamás miraba a sus pacientes durante el tratamiento y
nacea para todos los males. Por fin, tras dejar el hospital y aconsejó a sus discípulos proceder de la misma manera.
una breve experiencia militar, tiene lugar la boda en Wands- Prefirió el sentimiento de poder sobre las almas humanas al
berk, mientras el tío de Martha recitó las oraciones hebraicas. dinero, aunque nunca hizo ascos a la fortuna, mientras fue-
Los recién casados se instalaron en un apartamento del nú- ra conseguida honradamente. Sin embargo, su afán de no-
mero 8 de la vienesa Marie- Theresienstrasse, con la ayuda toriedad le llevaron a veces a la publicación demasiado mi-
económica de las dos familias. Años después pasarían al 19 nuciosa de los secretos de pacientes, y por ello identificables,
de la Berggasse. a pesar de utilizar seudónimos, que levantaron oleadas de
En su casa, Freud ocupó tres habitaciones para sus tra- protesta entre sus colegas y la sospecha de que además
bajos, despacho y laboratorio. Durante las comidas y, si- de notoriedad lo que deseaba a la postre era obtener dinero
guiendo un monótono horario que cumpliría hasta los se- para llevar, como finalmente llevó, una vida rutinaria,
senta y seis años, se reunía con su familia y era tratado como aburguesada, con una paterna autoridad, siempre apasionado
un patriarca. Siguiendo la costumbre vienesa, emprendió y celoso, capaz de enfrascarse en violentos e injuriosos pleitos
viajes al campo en verano, dando largos paseos. Atento a no con sus colegas, amigos y discípulos."
tener que depender de la gente ni de las circunstancias, En su breve estancia final en Inglaterra, Freud, con su
siempre llegaba a la estación una hora antes de la salida enfermedad que le llevaría al sepulcro, muy avanzada, con-
lel tren. tinuó infatigable sus trabajos y escritos hasta el final de sus
Trató de defender su independencia no aceptando nin- días, con una obstinación admirable y tozuda a la vez. Su
gún cargo público. En la Universidad ambicionó ser cate- innato afán de mando le llevaron a identificarse en sueños no
drático, pero prefirió actuar más como lector, porque como con Darwin o con Pasteur, sino con Aníbal o Cronwell.
tal no estaba sujeto a tantas imposiciones y obligaciones. Las cartas a Martha Bernays, la novia, la niña adorada,
Freud se rodeó en su despacho de máscaras exóticas y luego esposa, constituyen quizás el intento más profundo
animales disecados, en recuerdo a sus investigaciones sobre el . para aproximarse a la cara oculta del doctor Freud, es decir
tótem y el tabú. Durante mucho tiempo adornó su mesa ¡Freud psicoanalizado! y con ellas podamos completar las
escritorio la estatua de un mono. La única flor que le gustaba notas biográficas, a veces contradictoria, del genial creador
era la orquídea, lo que no obsta para que durante las pri-
meras semanas de su noviazgo enviase a Martha una rosa roja
acompañada de una tarjeta con las citas y proverbios que más 2 Aparentemente su frialdad de carácter alcanzó grados insospecha-
le apasionaban en diversos idiomas. De su adicción a la co- dos. Cuentan que vio impasible como uno de sus hijos marchaba a la
guerra sin derramar un sola lágrima. Psíquicamente era casi un espartano,
caína le quedó' una desmesurada atracción por el tabaco,
pero nadie ha podido probar que en el fondo Freud no sintiera más la
llegando a consumir veinte puros diarios. (¿Se le desenca- partida de su hijo que cualquier otro padre Iloriqueando histéricamente,
denó por ello el cáncer de maxilar y lengua?) cuando el llorar no sirve para nada positivo.
16 ESTUDIO PRELIMINAR [17]

de la psicología moderna. Huraño y receloso, abrió la senda


a la ciencia de las relaciones humanas y a una mayor com-
prensión de unos para con otros.
¿A dónde hubiera regresado de vivir hasta después de la
guerra? ¿Tal vez al moderno Estado de Israel? quizás como
buen judío, a pesar de declararse tantas veces neutral, eso era BIBLIOGRAFÍA
lo que en realidad anidaba en su subconsciente.

F. L. CARDONA
Bettelheim, B. Freud y el alma humana, Barcelona, Crítica,
1983.
Clancier, P. S. Freud. Barcelona, Granica, 1980.
Clark, R. W Freud. El hombre y su causa. Barcelona, Plane-
ta, 1985.
Dadoun, R. Freud. Barcelona, Argos Vergara, 1984.
Dempsey, P. J. Freud, psicoanálisis y catolicismo, Barcelona,
Herder, 1961.
Fromm, E. La misión de Sigmund Freud, Madrid, ECE.
1980.
Gomá, E Freud y su obra, Barcelona, Dopesa, 1978.
Hall, C S. La psicologia de Freud, Buenos Aires, Paidós,
1964.
Hesnard, A. La obra de Freud, México, ECE., 1973.
Jones, E. Vida Y obra de Sigmund Freud, 3 vols., Barcelona,
Paidós, 1982.
López-Ibor, J. J. Freud y su oculto Dios, Barcelona, Planeta,
1975.
Puner, H. W. Freud, su obra y su mente, Buenos Aires, Fa-
bril, 1962.
Reik, T. Treinta años con Freud. Buenos Aires, Paidós, 1965.
Robert, M. Freud y la conciencia judia, Barcelona, Penínsu-
la, 1976.
18 BIBLIOGRAFíA

Rozitchner, L. Freud y los límites del individualismo burgués,


México, Siglo XXI, 1975.
Sartre, J. P. Freud, Madrid, Alianza, 1985.
Tarizzo, D. Freud y el descubrimiento del inconsciente, Méxi-
co, Nueva imagen, 1980.
Torres, M. Freud: biografia crítica, Bogotá, Cultural colom-
biana, 1976.
CARTAS
Varios autores, Freud y el psicoanálisis. Barcelona, Salvat,
1979. DE AMOR
Vázquez Fernández, A. Freud y Jung: exploradores del in-
consciente, Madrid, Cincel, 1986.
Walder, R. El pensamiento vivo de Freud. Buenos Aires, Lo-
sada, 1965.
Wells, H. K. Pavlov y Freud, Buenos Aires, Platina, 1963.
[21]

Viena, 19-6-1882.

Mi preciosa y amada niña:

Sabía que hasta que no te hubieses ido no podría darme


cuenta realmente de toda mi felicidad vivida y también, ¡ay!,
de todo lo perdido. No consigo aún tener una idea clara de
lo nuestro, y si no tuviera delante mío esa hermosa cajita y tu
retrato, temería que todo pudo haber sido solamente un
dulce sueño del que no me gustaría despertar. Pero mis
amigos me afirman que es verdad, e inclusive me siento ca-
paz de acordarme de los detalles más agradables y hechice-
ramente misteriosos que no puedo considerados fruto de
alguna fantasía onírica. Debe de ser verdad. Martha, I mi
dulce niña, de ti todos hablan con admiración, y a pesar de
toda mi resistencia cautivaste mi corazón en nuestro primer
encuentro. Es mía, mía la muchacha a quien temía cortejar
y que llegó hacia mí con confianza, reforzando la fe en mi
propio valor y me dio nuevas esperanzas y fuerzas para tra-
bajar cuando más lo necesitaba. Cuando regreses, querida
niña, habré logrado apartar la timidez y torpeza que me co-
hibían delante tuyo ... Nos sentaremos otra vez solos en
aquella pequeña y encantadora habitación, y mi niña esco-
gerá aquel sillón (en el que nos dimos tan gran susto ayer).

1 Martha Bernays, nacida el 26 de julio de 1861, y por lo tanto cinco


años menor que Freud, provenía de una distinguida familia judía.
22 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 23

Yo me sentaré cerca de ti en la silla redonda y hablaremos de pues hallé mucho más de 10 que estaba buscando. Aquí y allá
nuestro futuro, cuando ya no exista diferencia entre el día y aparecían en el libro referencias amables y leves, y en toda la
la noche, y cuando ni las molestias ajenas, ni los adioses, ni trama de la obra parecía traslucir una referencia a nosotros.
las despedidas, puedan ya volver a separarnos. Cuando ine acordé de los escándalos que hace mi niña por-
Te hablaré de tu dulce fotografía. Al principio, cuando la que soy más alto que ella, tuve que dejar el libro y, medio
tenía delante mío, no le di demasiada importancia; pero divertido y medio irritado, me consolé pensando que mi
ahora, cuanto más la veo, más me recuerda al ser querido y Martha no es una sirena, sino un hermoso ser humano. Y, a
hasta me parece que las blancas mejillas van a enrojecer con pesar de esto, no encontré el humor en las mismas cosas.
el color que tenían nuestras rosas, y parece que los delicados Pero no por esto te sientas descorazonada cuando leas esta
brazos van a salir del marco para acariciar mi mano. Sin pequeña anécdota. Y, casi prefiero no hacerte partícipe de
embargo, el retrato no se inmuta y sólo hallo la mirada ins- todos estos alocados y serios pensamientos que cruzan mi
tándome a tener paciencia, como asegurando: que sólo eres mente.
un símbolo, una figura impresa en el papel; la muchacha de Estas páginas, querida Martha, no han sido escritas en un
carne y hueso que regresará pronto, y entonces puedes de- solo momento. Ayer y esta noche, Eli y Schonberg 2 estu-
jarme nuevamente a un lado. vieron conmigo. En la visita de ayer vinieron con varias
Me gustaría mucho al retrato buscarle un sitio entre los muchachas, y para evitar que pudieran sospechar traté de
dioses familiares que están en mi mesa, y me parece extraño mostrarme muy sociable, aunque hubiera preferido estar a
que, pudiendo tener libremente los rostros de los hombres a solas. Mi único consuelo es ver a Schonberg, pues sus hon-
quienes admiro, tenga que guardar bajo llave, en cambio, tu radas y vivaces facciones me recuerdan, con sonido y color,
delicado rostro. Descansa tu retrato en la cajita que me ob- una inagotable serie de imágenes. ¡Qué hechiceras son las
sequiaste y casi no me atrevo a decirte cuántas veces duran- mujeres! Cada vez me es más agradable. Recibí la nota de
te estas últimas veinticuatro horas he cerrado la puerta y he despedida que me mandaste desde la estación, y hoy supe
sacado tu fotografía de donde la tengo escondida para re- por Eli las esperanzas nuevas de tu llegada. Tu hermano pa-
frescar mi memoria. Tenía la impresión de haber leído, no sé rece estar a gusto con nosotros; me ha sido imposible desa-
dónde, sobre un hombre que llevaba consigo la imagen de su rrollar con él una amistad profunda, ya que no he tenido
amada guardada en una cajita, y habiendo escrutado largo oportunidad de frecuentarlo a solas desde que nos separa-
rato en las oscuridades de mi cerebro, me cercioré a medias mos. Por otra parte, me droga con mi trabajo, y sólo me
de que tal sucede en «La nueva Melusina», el cuento de ha-
das de la obra de Goerhe Años de peregrinación de Wilhem
Meister, que recuerdo muy vagamente. Después de muchos 2 Ignaz Schonberg, amigo de Freud. Por aquel entonces era novio de
Minna, la hermana menor de Martha. Se hubiera convertido en cuñado
años, volví a sacar el libro del estante y encontré en él la
de Freud, pero falleció prematuramente en febrero de 1886, aquejado de
confirmación de mis sospechas. Pero no quedó la cosa allí, tuberculosis pulmonar.
24 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 25

queda la seguridad de que Martha seguirá siendo mía Viernes, 14-7-1882.


mientras siga siendo Marcha."
Mi querida y pequeña novia, si alguna vez dudé ante la Bella amada, dulce amor:
posibilidad de unimos para toda la vida, hoy no te dejaría
separarte de mi lado aunque cayera sobre mí la mayor mal- Tu graciosa carta, en la que me autorizas a ir en peregri-
dición y tuviese que cargar su peso sobre mis espaldas. Por nación hasta tus bellos ojos, me ha hecho sentir inmensa-
favor, trata de robar a tu querida familia todas las fotografías mente feliz e inmediatamente me he puesto a empacar para
que te tomaron en la niñez. Ahora se me ocurre que debía ir a saber si lo único que puedo esperar de ti es una mirada
haberme quedado con aquel viejo retrato que tenía tu madre, afectuosa o si me concederás un beso de tus labios. Y pues-
al menos hasta que volvamos a estar juntos. to que el viajero y forastero goza de toda clase de privilegios
Si deseas algo de aquí o quieres que te haga cualquier y concesiones, no te extrañe que no desee sólo uno. Recuerda
recado, te pido que sólo te acuerdes de mí para tus encargos. las palabras de un poeta anglosajón autor de muchas obras,
Así soy yo de egoísta cuando me estoy enamorando. Escrí- alegres y tristes, y que también participaba en ellas: William
beme y cuéntame todo lo que haces. De esta manera me será Shakespeare:
más fácil soportar tu ausencia. Aprovecha tu estancia en
Hamburgo para cuidarte, pues me gustaría volverte a ver con Journeys end in lovers meeting
aquellas mejillas que tienes en las fotografías de tu niñez. Every wise mans son doth know ... ;
El día ha terminado, mis cuartillas están llenas de gara-
batos y he de controlar el deseo de seguir escribiéndote. agregando luego:
Adiós, y no te olvides del desdichado al que hiciste tan
increíblemente feliz. Tuyo, What is love? 'tis not hereafter;
Present mirth hath present laughter;
Sigmund. What's to come is still unsure;
In delay there líes no plenty:
Minna me envió recuerdos con Schonberg, Then come kiss me, sweet and twenty.
Youth's a stuff will not endure.

Si no comprendieras estas líneas, consulta la traducción


de A. W Schlegel de La duodécima noche, o lo que tú desees.
Si me lo permites, descenderemos del elevado arte poético a
3 Eli Bernays, hermano de Martha, se casó con la mayor de las her-
la prosa común y me dejarás decirte cuándo deseo estar junto
manas de Freud, Anna, el 14 de octubre de 1883. a ti. Tu hermana Eli me ha extendido amistosamente su ge-
26 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 27

nerosa mano en la que tenía un billete que me llevará gratis mirada de un extraño, ni sabría qué decir estando él con
hasta los límites de este Imperio. De allí sigue el reino de la nosotros. No podrá negar que el dejamos solos es lo más
pobreza, pues t~ elegido tiene más posibilidad para el Reino sensato. Para que sepas lo que puedes esperar de tu amado, te
de los Cielos que probabilidades de alcanzar las riquezas de diré que no tengas esperanzas grandes de él. Llevaré puesta
esta Tierra. Así que no podré seguir viajando del mismo una chaqueta gris deformada y no muy agradable a la vista,
modo que al igual que empiezo, y si salgo de esta ciudad a las pantalones claros, y hoy compraré un sombrero gris de fiel-
ocho de la mañana del domingo, no me esperes en Ham- tro parecido al de tu hermano, pero más barato.
burgo antes del martes a las 5.46 de la tarde. Incluso, quizá La maleta de viaje de tu hermano contiene el mínimo de
que tarde aún más, pues los enredos ferroviarios son un ropa blanca con la que un hombre mantiene cierta limpieza,
hueso duro de roer para mí, y ninguno de nuestros aliados y en cuanto a mi abrigo, está santificado con tu contacto.
sabe cómo encontrar la salida de este laberinto de trenes. En También conoces el tosco bastón, la cartera en la que llevo tu
la mañana temprano, después de haberme refrescado y la- fotografía y el dedo con el anillo; todo esto más algún dinero
vado para que no me veas como un moro, saldré lo antes conseguido que nos permitirá subsistir en tu inhospitalaria
posible para Wandsbeck, donde mis enemigos te guardan ciudad natal. Sin embargo, creo que será suficiente para
como a un rehén. Confío en que este encuentro sea casual. nuestra felicidad si nos presentamos como unos novios ante
Ojalá que estés aún en el bosquecillo, pues me gustaría sa- el sol que baña con su luz todas las cosas, y que así demos el
ludarte sin que nos contemplaran otros ojos. Has olvidado, ejemplo a nuestros hermanos y hermanas menores. Cierta
desgraciadamente, decirme acerca de la distancia y de los joya espera el día de tu cumpleaños y atrae mis miradas una
medios de comunicación, así como de confirmarme tu pre- y otra vez cuando paso ante ella, pero no me atrevo aún a
sencia en el bosquecillo, ojalá me aclares estas dudas en tu comprarla y llevarla conmigo, por lo que tendrá que esperar
carta de mañana. hasta el 4 de agosto. De esta forma, tu caballero andante
Otra vez, el futuro se cuidará solo, por lo que no escribo llegará sin otro equipaje que su corazón amante y desprovisto
más sobre el tema. de armas, habiendo dejado el veneno y la daga en casa a
Si tu primo Max 4 demuestra su amistad Ilevándote a la disposición de un posible rival. Estoy impaciente por verte y
ciudad, le estaré eternamente agradecido aunque actuando hablarte de mi devoción hacia ti, y de que en caso necesario
de ese modo sólo se limite a cumplir una obligación hacia la estoy dispuesto a protegerte y defenderte contra amigos y
Humanidad. Sin embargo, espero que no piense que tres enemigos. Ya sabes que salí bastante bien librado de cierta
son compañía, pues no encontrará ningún apoyo a esta escaramuza y espero que mi enemigo de Hamburgo me evite
teoría en tu misántropo amado, y se le pedirá en forma nuevos conflictos mediante una honesta desaparición.
amistosa que nos deje estar solos. No deseo besarte bajo la ¡Oh maldito estilo medieval! Lo uso hoy, pero no volve-
ré a hacerlo nunca. Yes que, en verdad, me siento como un
4 Max Mayor, de Hamburgo, primer pretendiente de Martha, caballero andante realizando un viaje hacia su amada prin-
28 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 29

cesa, a la que guardase cautiva su pérfido tío. Sin duda te en la cima de una montaña, y debe ser un castillo, un con-
habré aburrido, dulce Marty: sé tolerante. Si supieras cuán- vento o algo parecido. No me imagino qué puede ser. A la
tas locuras se alborotan dentro de mí a cada momento ... No izquierda está la ciudad de Bodenbach; a la derecha, la de
obstante, trataré de llegar hasta a ti con la necesaria cordura. Tetschen, y, entre ellas, dos puentes, uno para el ferrocarril y
Con gran alegría por mi parte, mi vida, Schonberg ha el otro para que los «eruditos de paso» puedan ir a ver a sus
regresado. amadas. En el segundo tuve que pagar un peaje de dos
Una vez más, un beso anticipado, ángel mío, una vez kreutzer, pero no me importó, alegrándome de no haberme
más. Quizá mañana pueda escribirte desde la ciudad de roto una pierna. Últimamente he estado contando un
Modling. Después, el pago será al contado. montón de mentiras. Crucé el puente y fui a Tetschen por-
Deseando que nuestra reunión sea feliz, tuyo, que en Bodenbach no había ningún café donde pudiera es-
cribirte. Resulta que tengo que quedarme aquí hasta las dos
Sigmund. de la madrugada y que no llegaré a Hamburgo hasta las
dos y media de la tarde del martes, sin que sepa realmente si
podré verte ese día, por lo que estoy completamente morti-
ficado. Bueno, no completamente, sólo a medias, como un
bistec. Pero volvamos a Bodenbach. Hay una especie de sa-
grada quierud dominical que se puede sentir por todas par-
Tetschen 12, domingo, 16-7-1882. tes, y suenan las campanas, no sé por qué; las calles están
Ocho de la mañana. limpias, la gente es agradable, los viejos tienen el aspecto que
yo había atribuido al Christian Fürchregott de Gellert 5 y los
Mi dulce y pequeña novia: muchachos son sencillos, como si ellos también sintieran hoy
el temor de Dios. En medio de la plaza del mercado hay una
¡No te imaginas lo bello que es esto, y lo hermoso que piedra cuadrada que quizá sea la tumba de algún viejo rey
sería aún más estando contigo! El curso del río Elba, que es sajón, pero, probablemente, no sea así. Y, en realidad, no me
aquí todavía un pequeño riachuelo, me enseña el camino importa lo que pueda ser. Me conformo con poder caminar
hacia ti. Altas montañas, algunas llenas de árboles y otras por aquí de un lado a otro sin que nadie me pregunte:
desnudas, de formas extrañas; agradables casitas que no pa- «¿Quién le regaló ese anillo que lleva puesto?» No pienso
recen haber sido construidas para habitarlas, si no como quitarme el anillo hasta que tenga que ocultarlo otra vez en
castillos de naipes, todas alineadas a lo largo del río, y unos Viena. Iba a decirte que andaba buscando un café. Entonces
cuantos edificios orgullosos que contemplan desde las lade- vi en la calle a una muchacha rolliza y de mejillas sonrosadas,
ras el panorama de la montaña como si no tuvieran nada que
ver con el resto del pueblo. Uno de ellos se yergue solitario 5 Christian Gellert (1715-1766), poeta y fabulista alemán.
30 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 31

a la que le pregunté: «Bella dama -aunque añadí-: no os Viena, lunes, 14-8-1882.


ofendáis==y cohtinué-: ¿Podríais decirme dónde puedo
encontrar un café?» y, no lo creerás, estaba delante del café y Mi dulce Marry:
la muchacha parecía ser la camarera o la hija del dueño. Y
aquí estoy, único cliente, en una habitación donde hay varias No he tenido ni un solo minuto libre para poder escri-
sillas y mesas. Se demoran un cuarto de siglo en tr~er un café birte en todo el día, por esto mi carta tiene que ser nueva-
y dan muy poco azúcar con él. Mi Marty, me tendrás tú que mente nocturna. De todos modos, hacía mucho tiempo que
dar más azúcar. Sin embargo, el bizcocho estaba bastante no me sentaba a escribirte por la noche. Como sabes, el
bueno. Pedí dos trozos, pues soy un derrochador; y uno de pobre ser humano siempre siente más necesidad de cariño
ellos me lo comeré en tu honor. Y si no termino pronto esta por las noches que por las mañanas, bueno ... , hay tantas
carta, tendré que dejar todo el poco dinero que llevo en este razones que sería inútil mencionar alguna de ellas.
café ,para pagar la luz, la tinta y el uso del moblaje. Por eso, Mi preciosa amada, después de mucho tiempo hemos ido
las cosas bellas que aún tengo para decirte, tendrán que alPrater, y no me refiero al Bund, sino más bien a mi fami-
continuar permaneciendo en mi mente. Estos garabatos y yo lia. Nos convidó mi padre para contrarrestar otros mornen-
competiremos para ver quién llega primero ante ti. Viajare- tos menos agradables. Cuando no está quisquilloso, que
mos en el mismo tren y después principiará el período de desgraciadamente suele ser lo más común, es de lo más op-
felicidad, la época de gozo grande y únicov.en la que estaré timista y más aún que cualquiera de sus familiares jóvenes. A
con mi amada, época ya tan cercana que estoy queriéndome medida que va pasando el día resucitan ante mí recuerdos
hacer a la idea; durante todo este tiempo pasado, no ha- agradables, más melancólicos por lo que me sugerían. Aquí
biéndome llegado a creérmelo del todo, me acosaba el temor o allá dondehemos estado juntos tantos días, iba sintiendo
que ha cantado el poeta: «Tierra, no te hundas», etcétera. cómo aumentaba nuestro amor respectivamente. Recordaba
Por ahora, dulce Marty, adiós. donde habíamos comido y bebido cerveza, y hasta cuando
Hasta la: vista. Tu feliz amado, nos dimos las manos y yo me quedé lleno de impaciencia
esperando el momento de poder levantarme y tener nueva-
Sigmund. mente a mi niña sólo para mí.
Entonces yo había sido muy tímido, y sólo besé a mi
Marty muy pocas veces, pues no entendía claramente lo que
se ha convertido ahora en la única y más natural condición
de mi vida: que he ganado a una muchacha única e incom-
parable. El Prater es un paraíso. Sólo el bosquecillo de
Wandsbeck en el que estuvimos solos como Adán y Eva,
exceptuando cierto número de animales (inofensivos 'en
32 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 33

conjunto), algunos venerables clérigos, varias viejas inquisi- Fuiste tan audaz, mi adorable niña ... ¿Estarás dispuesta a
tivas, pero discretas, y también unos cuantos animales útiles, arriesgarte también aquí? No, creo que debas ser tan atrevi-
como las vacas que daban leche, amén de las camareras que da aquí como lo fuiste ahí, ni quiero pedírtelo; pero oca-
nos servían bizcocho y mantequilla, etcétera. Eva llevaba un sionalmente, me imagino que podrá ocurrírsete algún pre-
vestido ocre, como correspondía al tiempo desde la aparición texto. ¿Lo harás? «¡Oh, no hablemos ahora de lo que va a
de la vez anterior, y se adornaba con un gran sombrero que pasar en Viena!» Pero, niña intolerante, ¿qué quieres que
conservaba un tímido equilibrio sobre su cabeza, y el Todo- haga si pienso en ello constantemente? ¿Te está gustando el
poderoso había sembrado hermosos y altos árboles bajo los concurso coral? ¿Y has podido quitarte la costumbre de darte
cuales había bancos que teníamos a nuestra disposición, sin vueltas al anillo a cada momento?
que se nos apareciese por parte alguna, un ángel armado con Hoy me di a mí mismo un certificado médico, útil para
espada de fuego. A mi lado, sentado, estaba un delicado todos los efectos, y mañana volveré a empezar a trabajar. Los
angelito con ojos color esmeralda y cuyos dulces labios se pasos son cortos y largo el camino, pero llegaremos, yen-
negaban a permanecer cerrados, y tenían que estado a fuer- tonces podremos paseamos por las calles cogidos de la mano.
za de besos recibiéndolos, sólo, muy raramente, porque esto ¡Qué maravilla será esto!
sucedía por la mañana ... , y aun así, todo esto resultaba Me gustaría saber lo que vas a hacer en este momento.
perfectamente hermoso, pero aún creo que habrá cosas más ¿Quizá detenerte en el jardín y lanzar tu mirada hacia la calle
bellas. ¿Te imaginas ya en el día de tu llegada? Sólo faltan desierta? ¡Ay!, ya no puedo volver a pasar por allí y oprimir
quince días, y procura que no pase uno más, pues de lo tu mano. La alfombra mágica que me llevaba hasta ti está
contrario mi egoísmo se rebelará contra tu madre y Eli Fritz, destrozada, los caballos alados guiados por hadas, y aun estas
y haré tal escándalo que todo el mundo se enterará. Que mismas dulces damas, ya no vuelven, ya no es posible con-
quede bien claro que cuando regreses volverás a mí, aunque seguir poderes mágicos; el mundo es prosaico, y todo lo que
tus sentimientos familiares se rebelen contra esta idea. De se pregunta se resume en esta frase: «¿Qué es lo que quieres,
ahora en adelante no eres sino un huésped de tu familia, al hijo mío? .. Lo tendrás pero, a su debido tiempo». La única
igual que una joya que hubiese empeñado y que recobraré en palabra mágica es: paciencia. Y al decir esto recuerda cuánto
cuando tenga el dinero para ello. Pues ¿acaso no ha sido es- pierde cada cosa al no poder obtenerla al momento, y tene-
tablecido ya desde tiempos muy remotos que la mujer deja- mos que pagar su precio con nuestra juventud. Buenas no-
rá a su padre y a su madre y seguirá al hombre amado? No ches, mi querida Marty. Siempre tuyo, .
debes entristecerte, Marty, ni luchar contra ello. Por mucho
que ellos te quieran, no renunciaré a ti, ni creo que nadie te Sigmund.
merece. No hay otro amor que pueda compararse con el mío.
¿Qué tal por Wandsbeck? ¿Recuerda alguien a tu admi-
rador? ¿Existen personas que aseguran habernos visto juntos?
34 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 35

Viena, jueves, 17-8-1882. pancia entre nosotros, ni yo albergo el temor de que pueda
aparecer, desechando la posibilidad de que en el futuro
Mi amada niña: cualquier acontecimiento lograra separamos. Sólo me duele
mi incapacidad para poder demostrarte mi amor, pero
Hoy hace ya un mes que mis ojos te espiaban mientras mientras mantengas la fe en mí y me ames, y sé que en am-
estabas sentada en la terraza de la casa de Philipp, cuando bas cosas eres honesta, no hay duda que nos llevaremos bien
aun no nos conocíamos, y llevamos dos meses siendo novios. y seremos capaces de gozar tiempos mejores. No te molestes
Desde entonces han ocurrido, muy pocas cosas que puedan por mi actitud tan seria Marty, pues ya sabes que, en cambio,
contribuir a la unión que aspiramos en realidad. Sin em- suelo ser alegre cuando estás conmigo.
bargo, tampoco hemos desperdiciado el tiempo. Éramos Cariñosos saludos y en espera impaciente de ese mons-
extraños y teníamos que conocernos y vivir algunas cosas truoso mes, que tan pronto se desvanecerá en el pasado.
juntos, lo cual hemos conseguido, y si los dos podemos Tuyo,
conservar nuestra buena salud y no se ocupa algún demonio
de destruir nuestros sentimientos, los siguientes aniversarios Sigmund.
mensuales nos encontraran más avanzados en nuestro des-
tino. Para ti, pobre amada mía, la esperanza de ir h~cia un
futuro mejor tendrá de compensarte por los muchos sacri-
ficios que haces por el momento. Para mí, el valor que tuve
para cortejarte se ha visto ya satisfecho con mi buena suerte.
Si me permites una petición, te ruego que no seas taciturna Viena, 25-9-1882.
ni reticente conmigo, sino que compartas conmigo cualquier
infortunio que podamos superar y soportar juntos como Para mi querida Marry:
amigos y buenos compañeros. Siempre he actuado así, a
veces como consecuencia de tu naturaleza delicada, y tú me Comienzo a escribirte sin esperar tu carta, para contarte
has dicho que estabas de acuerdo con mi forma de ser. Si al más sobre mí y los trabajos en que estoy, ya que nuestras
obrar así te he causado alguna molestia, sé que mis esfuerzos relaciones personales no me permiten decirte todo lo que me
por compartido contigo íntimamente ha sido posible, y me gustaría. Voy a ser franco y confidencial contigo, como debe
alegra que no hayan caído en tierra baldía. Si esto puede ser entre dos personas que se han unido para amarse. Mas
considerarse egoísmo, hay que pensar que el amor, después como no deseo seguir escribiéndote sin tener respuesta tuya,
de todo, sólo puede ser así, dejaré de hacerte semejantes confesiones mientras no reciba
Sólo la influencia de mi mal humor habitual me lleva a tu contestación. Las continuas elucubraciones internas re-
referirme a estas cosas, ya que actualmente no existe discre- lativas a la persona que uno ama, y que no son atenuadas ni
36 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 37

remozadas por la presencia de dicha persona, conducen a no ingresaba en el hospital, en lugar de ser un peso para mi
falsas conclusiones sobre la mutua relación y aun al rompi- familia. No me gustaría que nosotros pensemos así el día de
miento cuando, al encontrarse de nuevo, uno se da cuenta mañana, amor mío. No pretendo únicamente pasar contigo
que todoes diferente a lo que se había imaginado. Tampoco sólo horas placenteras, pero deseo seguir convencido y con-
me encontrarás siempre cariñoso, ya que a veces pareceré vencerte de que nos queremos y hemos de intentar com-
serio y franco, como .es lo correcto entre amigos. Pero al ac- prendemos en la mejor forma posible entre dos seres hu-
tuar de esta forma creo que no te sentirás privada de anhelos manos.
y de que te será fácil distinguir entre quienes te juzgan según Por mi parte, espero que es posible. Sólo una vez he
tus propios méritos y los que te malcrían tratándote como si sentido que no te mostraste del todo justa conmigo y me
fueras tan sólo un juguete deleitoso. ofendiste profundamente: sucedió esto cuando sin tenerme
Te ruego que no creas, dulce amada, que te encuentro en consideración, te negaste a romper tu amistad con Fritz o
defectos. Lo único que deseo, es que entre nosotros no hacia Fritz Wahle.6 Con paciencia logré que, al fin, pusieras
existan secretos. Tú sabes que desde el primer momento en término a la misma. Entonces me daba cuenta de que que-
que empezó nuestra unión tuvimos que cambiar en cierta rías con nobleza mantener tu independencia y me contabas
forma nuestra manera de ser, cada uno respecto al otro. sólo lo que creías que yo debía saber. Quizás algún día esta-
Quizá me permitas decirte y explicarte los aspectos en que la rás de acuerdo plenamente conmigo sobre este punto, pues
Marty de ayer parece no haber cambiado aún del todo en mi ese día mostraste una gran desorientación. Esperemos que
amada niña. tales hechos no vuelvan a suceder jamás entre nosotros.
Hasta aquí podrías pensar: «Que no está satisfecho con- También me comprenderás si te digo que: antes del ser
migo». Y quizá hasta te caiga una lágrima. Pero no actúes así, amado, existe todavía un escalón superior: el del amigo, y
recuerda que, ante situaciones parecidas, hemos de actuar que sería una horrenda pérdida para los dos si yo me deci-
por igual. ¿Acaso yo no lloraría si tú me reprendieses? Nos diera a amarte únicamente como a una novia y no como a
hemos echado sobre las espaldas una tarea difícil, y en su un igual; es decir, quererte como a alguien a quien tuviera
realización debemos apoyamos y ayudamos mutuamente. que ocultar mis pensamientos y opiniones o, en suma, la
Las palabras de amor no pueden corregir esto, ni supone la verdad. Te ruego aceptes la mano que te tiendo con el mayor
existencia de cosas desagradables. Nuestra mutua ayuda su- cariño y confianza y espero que te portes conmigo como yo
pone que habremos de compartir todos los problemas que lo hago contigo.
aparezcan en nuestras vidas, y, en mi opinión, hasta ahora,
todos han exigido y esperado de la amistad cosas agradables,
contentándose al final, él o ella, estando muy felices. En
agosto, cuando estuve enfermo Eli vino a verme; me pre- 6 Fritz estaba comprometido con una prima de Martha. Elise, pero
guntó con tono de reproche por qué, estando tan enfermo, durante mucho tiempo fue un amigo íntimo de la futura esposa de Freud.
38 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 39

Viena, 13-7-1883. tuviera aquí, diría: «Esto es lo que también hemos de tener
nosotros». Tienes razón, niña mía, y por mucho trabajo que
¡Jardinero Bünsow, ser dichoso, ya que tienes el privilegio me cueste la tendremos, siempre que continúes amándome
de alojar a mi dulce amada! ¿Por qué no seré jardinero, en durante todo el tiempo. Después fuimos a cenar arriba, en
lugar de médico o escritor? Tal vez aún necesites un joven mangas de camisa (ahora estoy con una bata algo más cu-
que se ocupe para ti en el jardín, y yo pudiera brindarme bierto), y luego sostuvimos una prolongada conversación
para dar los buenos días a la princesita y para cambiarle un médica sobre la vesania moral, las enfermedades nerviosas y
beso por unas flores. los casos clínicos extraños de algunos pacientes; hablamos de
Pero ya sabes que esta carta no va dirigida al jardinero tu amiga Bertha Pappenheim, y luego cambiamos el tema
Bünsow, sino a ti, a mi Marty, a mi Cordelia-Marty; ¿Por qué hacia algo más personal é íntimo. Él me contó muchas cosas
Cordelia? Ya te lo explicaré después. ¿Te interesa saberlo, de su mujer e hijos, haciéndome prometer que sólo te lo
adorada mía? Espero que tu garganta ya esté mejor, y confío contase: «después que te hayas casado con Martha». Al llegar
en que así sea para cuando recibas esta carta. Me alegro de a este punto le abrí mi 'corazón y le dije: «Esta misma Mar-
que me lo contaras, pero no de que te pusieras mal. Si no se tha, que actualmente está en Düsternbrook con la garganta
acentúa, no dejes que te mimen ni te abrigues demasiado mala, es, en realidad, una dulce Cordelia, y existe ya entre
con bufandas y chales, pues creo que es tratamiento un tanto nosotros una gran intimidad y nos contamos todo». En-
anticuado para una enfermedad un tanto insignificante, y no tonces él me dijo que también llamaba así siempre a su
creo que pueda producir resultados positivos. mujer, porque ésta era incapaz de demostrar afecto hacia
Espero tus noticias con gran interés, y supongo que es- otras personas, incluyendo a su padre. Y los oídos de ambas
tarás comiendo bien, aun que sea a escondidas, y si necesitas Cordelias, una de treinta y siete años y la otra de veintidós,
algún dinero, dulce niña, puedo conseguirte algo para ello. deben de haberles estado silbando mientras hablábamos de
Hoy fue uno de los días más calurosos y fatigosos de toda ellas con tanta ternura. '
esta época, y casi me volví loco de cansancio. Y lo único que Ahora me despido, porque me estoy quedando dormido.
necesitaba era descanso y fui a ver a Breuer,? de cuya casa Tuyo.
acabo de regresar, bastante tarde, como verás. El pobre tenía
un fuerte dolor de cabeza y estaba tomando salicilato. Al Sigmund.
verme, lo primero que hizo fue mandarme inmediatamente
a la bañera, de la que salí rejuvenecido. Lo primero que
pensé al aceptar su húmeda hospitalidad fue: Si Marty es-

7 Josef Breuer, otro de los grandes amigos de Freud, quien le solía


prestar bastante dinero.
40 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 41

Viena: 28-8-1883. Yo no puedo imitarlo, pues no debo malgastar este esta-


El martes por la noche. do de ánimo en una batalla definitiva, sino más bien ateso-
rarlo para una lucha prolongada y tenaz llena de pequeñas
Mi preciosa niña: empresas aisladas,
Ya me siento bien de nuevo y con la renovada capacidad
Hoy acudí junto a mi paciente sin saber de dónde sacaría de apreciar debidamente el valor que debo concederle a las
la simpatía y atención necesarias. Me sentía incapaz y apá- cosas, alegrándome de que aun en los días más pesimistas
tico. Sin embargo, esta impresión se desvaneció cuando seguiré pensando en ti con igual ternura que la que siento
empezó a quejarse y yo a darme cuenta de que tengo aquí hoy. Quizás exista un amor más flexible que el que yo
una función y cierta influencia. No creo que antes lo haya tengo por ti, pero dudo de que exista otro que sea tan
atendido con tanto tacto ni haberle hecho tan buena im- profundo. Cuando me molesto contigo, como me ocurrió
presión. El trabajo es realmente una bendición. Ahora me cuando me comunicaste tus ideas de viaje, tal enfado des-
siento a gusto y tranquilo, habiendo decidido ser severo aparece apenas se cristaliza en palabras y no me gusta
conmigo mismo para no caer nuevamente en semejante es- guardármelo, pues en tal caso se afianzaría en mi interior y
tado de debilidad. El sentimiento y eficacia es, sin duda, lo no podría ser cauterizado por medio de la expresión. Ya
mejor que un hombre puede hallar en sí mismo. Y es pare- tienes prueba de ello. Mas no hablemos más de mí; in-
cido a lo que el poeta escribió en las líneas: trospección y la presunción forman también parte de este
estado de ánimo.
No me fue fácil encontrar sosiego hoy. Al llegar a casa me
News trength and heart to meet the world incite me,
dijeron que mi madre había estado esperándome dos horas
The woe o/ earth, the bliss o/ earth, invite me ...
y había dejado un pequeño regalo para mí y también el re-
cado de que fuera al Prater, pues mi padre se marcharía
El mismo estado de ánimo se encuentra en otro poeta
mañana ... Pero creo que no lo hará hasta por la noche. No'
aún de mayor magnitud, que le dio la más alta expresión
puedo soportar la compañía de nadie durante largo tiempo,
posible con las siguientes palabras:
y menos aún de mi familia. En realidad, soy sólo una per-
sona a medias -en el sentido de la vieja fábula platónica,
Let us consult, que sin duda conoces-, y en cuánto no realizo una gran
What re-inforcement we may gain actividad, mi herida me duele. Después de todo, ya nos
from hope; pertenecemos, y si nos peleamos -lo cual es también parte
If not, what resolution del amor-, que sea en la intimidad. ¿Qué más me sucedió
from despair. hoy? ¡Ah, sí! Mi librero vino a verme para preguntarme si
debería aceptar un libro que su mismo autor desea traducir
42 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 43

del inglés, idioma en el que fue originalmente escrito. Como y ahora, buenas noches, dulce princesa; si te he escrito en
la cuenta que le debo ~s bastante alta, me alegro de haber tono un tanto impersonal y mostrándote quizás un poco
podido establecer una relación personal. El libro tiene bellas menos de afecto, es porque tengo un pequeño plan ... , y ya
ilustraciones y le voy a aconsejar que lo acepte. Espero que puedes imaginar cuál es.
me regalará un ejemplar de la traducción. Desgraciada- Tuyo.
mente, no es nada que pueda interesarte, pues es sobre his-
tología patológica. ¡Oh mi preciosa novia, qué cosas tan Sigmund.
estúpidas y poco interesantes te cuento! Voy a escribirte una
historia graciosa, pero no debes apenarte. Al llegar a casa
encontré una carta de un amigo que a menudo viene a
verme (en privado), pidiéndome que le prestara otro gulden
hasta primero de mes, agregando que se lo dejara al portero,
y que si no tenía un gulden entero, le prestara sólo medio, Viena, martes, 4-9-1883.
pues lo necesitaba con urgencia y me prometía que el día Por la noche.
primero me pagaría todo. Cuanto tenía en aquel momento
no llegaba ni a lo que me pedía y no podía ofrecerle esta Mi adorada niña:
suma. Decidí, por tanto, y ya que mis «banqueros» habi-
tuales no estaban en casa, hacerme el encontradizo con un Me imagino por qué no he tenido carta tuya hoy. Hace
colega que me debe una suma considerable y que debía dos días supiste que estaba nuevamente enfermo y, preocu-
pagárrnela a fines de este mes. pada, decidiste esperar a recibir la carta siguiente. Estaba
Pero no lo hallé. Me estaba entrando hambre y tenía que enfermo cuando te escribí hace cuatro días, pero ya me en-
ir al Prater. Afortunadamente, encontré allí a otro colega, al cuentro bien y quiero contarte mis planes de viajero. Des-
que inmediatamente le pedí prestado un gulden, que pudo dichadamente, no viajaré hacia donde tú estás, mi dulce
prestarme; pero, era ya demasiado tarde para enviarle una niña, pues aún no soy lo suficientemente rico para poder
parte del mismo a mi otro amigo, de modo que hoy no hacerlo. Así que no podré por ahora verte, pero de todas
pude entregarle nada, aunque, si mi otro deudor me paga maneras deseo consultártelo y que me digas lo que piensas.
mañana, le daré algo. Algún día, quizás él y yo seremos ri- Tengo posibilidades de acudir a dos grandes invitaciones: la
cos; ¿no te parece, Marty, que ésta es una extraña vida de primera consistirá en visitar a Brust, en Baden. Vino con su
gitanos? ¿O acaso no te gusta este humor y prefieres llorar hermano, y me dijo que tenía la intención de que nos en-
mi pobreza? No lo tomes demasiado en serio. No vayas a contrásemos en la calle Kaiser Joseph. Podría quedarme con
vender tus joyas para salvarme, volveré a ser de nuevo un ellos ocho o diez días y no gastaría en el viaje más que un
hombre adinerado. gulden. Por otra parte, la alimentación me saldría igual que
44 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 45

aquí. Brust me ha propuesto incluso presentarme en el res- Pero hablemos nuevamente en serio, mi querido primor.
taurante como hermano suyo, igual que hizo hace dos años, Creo que tendré que aceptar una de las dos invitaciones.
para que los camareros no acepten propinas mías; pero esta Aunque poseo una constitución muy fuerte, no me he lle-
vez no lo toleraré. gado a encontrar bien del todo en estos dos últimos años, en
La otra sugerencia es más original: el doctor Widder in- los cuales ha habido tan malos momentos, que realmente
siste en que lo acompañe el 15 a estar con él dos semanas en sólo la alegría y la felicidad de nuestras relaciones han con-
su pueblo natal, cerca de Kaschau, donde no haremos otra tribuido a darme alguna salud. Soy como un reloj que du-
cosa que comer uvas. Yo iría en plan de invitado de su fami- rante mucho tiempo no ha sido reparado y los engranajes ya
lia. El viaje cuesta de 50 a 60 florines; y como viajaría en crujen. Pero ya mi miserable persona va adquiriendo una
calidad de Oberarzt, sólo me costaría la mitad, y probable- importancia mayor, aun para mí mismo, desde que nos
mente podría incluso conseguir un billete gratis, hacia Zu- enamoramos. Estoy preocupado con mi salud y no quiero
ckerkandl, y de allí a Pest, y así ahorraría un poco más. Por lo malgastarla. Prefiero renunciar a mis ambiciones, y tener
tanto, el viaje me costaría en total sólo diez florines más de lo menos éxito que poner en peligro mi sistema nervioso. En el
que gasto aquí en una semana; pero todo esto me serviría para futuro, y durante el tiempo que continúe mi aprendizaje en
conocer Pest y los Cárpatos y vivir durante diez días como un el hospital, creo que intentaré imitar el modo de vida de los
gitano, totalmente olvidado de la medicina. Esta última in- gentiles; es decir, aprendiendo y practicando con modestia
vitación tiene muchas cosas en su favor, pero supone un gasto las cosas corrientes, sin esforzarse en pos de los descubri-
de tiempo y dinero que no ocurriría en la primera. ¿Por cuál mientos y sin calar demasiado hondo. Mi felicidad se basa,
me decido? Te confieso lo que he decidido y enumeraré las sobre todo, en mi relación contigo y, posteriormente, en que
circunstancias que tendré que tomar en cuenta. En primer seas mía. Debemos permanecer juntos y hacer que la vida sea
lugar, Breuer regresará y me quitará a K. .. de en medio. Para más bella para nosotros. Y lo que necesitamos para nuestra
entonces, éste ya habrá pagado, y todo depende de si los independencia podré lograrlo por medio de un trabajo
honorarios se aproximan más a treinta o a cincuenta. En se- honrado, sin esfuerzos gigantescos.
gundo lugar, Breuer quizá tenga alguna idea que me sea útil Cuando estemos juntos y nos hayamos dado mutua
o que no pueda rehusar. Es momento de tener un sueño loco, fuerza y seguridad, habrá llegado el momento de perseguir
supón que K. .. recompense mis esfuerzos del mes de agosto nuevamente ambiciones más grandes. ¿Por qué no estás aquí,
pagándome cien gulden. Entonces podría quedarme en Ba- querida, para darme tu respuesta? Estoy seguro de que estoy
den y de allí a Kaschau y luego marcharme a Wandsbek. ¡Ay indeciso cuando proyecto mis planes, ¿no es así? Contésta-
mi querida niña, creo que no hay esperanzas! Tendría que me. Cuéntame cuáles son tus pensamientos y dime cómo
pagarme a siete florines (¡!) la visita. Si lo hubiera curado ... quieres que sea nuestro futuro.
¿Por qué no lo hice? Y a propósito, aún no nos hemos puesto Schonberg tenía: que llegar hoy, pero no ha sido así,
de acuerdo sobre nuestro encuentro. Quizá la visita de Brust se lo impidió. Y ... ¿tú qué haces,
46 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 47

novia silenciosa? Bueno; no silenciosa, sino lejos, y no podrás Oriente? ¿O acaso estén más cerca los anhelos de mi amor?
contestar ésta hasta el 8 de septiembre. Tenía ganas de en- ¿Quizá pretenden una hazaña de autorrenunciación? ¿He de
viarte un número especial del Ilustrado pero aún no tengo ayudar en el Yom Kippur o reconciliarme con alguien a
dinero y todavía no me han relevado en el barrio de Potz- quien detesto? Seguro que no. Mi Marty, jamás abusarías de
leinsdorf El pobre hombre no está nada bien; pero, por fin, tu influencia sobre mí, ni me persuadirías para que realizara
conseguí que durmiera. Tener que consolar a una esposa con algo que no tiene sentido. Espero que quieras algo que yo
mentiras es bastante duro. pueda alcanzar y ponerlo a tus pies ...
Hoy encontré a la señora Emma Pappenheim con un Mi mayor preocupación actual es conseguir que Schon-
niño, sentada en un banco de Gersthofer Allee. Esta vez la berg se vaya de aquí durante el invierno. Uno de sus her-
reconocí antes de que ella me saludase. Es curioso que envíen manos está poniendo toda clase de objeciones, y estoy es-
a los niños de Hamburgo aquí y a los vieneses que los envíen perando a que llegue el otro hermano para ver si lo puedo
para allá. . convencer. Existe incluso una remota posibilidad de que se
Adiós mi querida novia. Tu fiel vaya a la Riviera, independiente de sus hermanos. Pero es-
timo que lograré conseguir algo hablando con ellos.
Sigmund. La confesión que me haces acerca de tus lecturas, prin-
cesa, me divirtió sobremanera. Es como si retrocedieras ante
Saludos a Minna. lo desconocido, como aquel campesino del viejo proverbio
que sólo comía lo que había catado. Pero termina de leer
Don Quijote. La segunda parte contiene muchas menos
crudezas que la primera y es mucho más fantástica. Estoy de
acuerdo contigo, y pienso que en invierno, o cuando el
tiempo empiece a ser malo, debes escribirme sólo un día sí y
Viena, sábado, 8-9-1883. otro no, para dedicar parte de tus horas a hacer un poco de
ejercicio. De todos modos, tengo fe en ti y pienso en ti con
Mi preciosa Marty: una alegría serena y límpida. Pero, Marry, en ese caso tendrás
que escribirme cartas más largas un día sí y otro no, pues de
¿Qué puede ser lo que deseas y no quieres decírmelo? no hacerlo, sucumbiré a un hambre incontrolable de tener
Siento una gran curiosidad, pues también Schonberg me ha noticias tuyas.
dicho que hay algo parecido en su horizonte. ¿Qué puede Ya no tengo que elegir ni tú que decidir acerca del viaje
ser? ¿Un diente del Califa, una joya de la corona de la reina que te anuncié.
Victoria, el autógrafo de un gigante, o algo igualmente fan- El doctor Widder no puede partir el 15 porque su jefe
tástico que me obligue a ponerme mi armadura y salir hacia está de vacaciones, y él se ha quedado al frente del departa-
48 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 49

mento. Lo que me hace realmente dudar acerca de la posi- Viena, sábado, 6-10-1883.
bilidad Baden, considerando la actitud ambigua de D ...
. hacia Rosa, es si será una buena idea cultivar íntimamente Mi querido tesoro:
una amistad que podría ser interpretada como especulación
sobre las relaciones futuras. ¿O acaso te parece este temor Te vas a reír de mí. Por vez primera desde hace siglos, no
excesivamente rebuscado? Te diré de paso que me encuentro sé lo que escribirte. Estoy tan concentrado en la lectura de
muy bien y dominado por una gran pereza y que, desde que artículos, metódicos por supuesto, y en la experimentación
veo todas las noches a Schonberg, siento nuevos estímulos. de métodos, que siento la tentación de comenzar esta carta
Breuer aún no ha regresado y le espero con impaciencia, con la frase: «Hoy no ha llegado correo de Wandsbek». Y,
tanto por razones personales como profesionales. El tiempo además, siento que te amo más inmensamente desde que
es ya tan malo, que no creo que pueda permanecer fuera recibí tu última carta, que no se me ocurre otra cosa que: es
durante muchos días. Tengo la impresión de que llegará el una vergüenza que yo esté aquí sentado y tú tan lejos.
lunes. Hoy fue un tranquilo día de trabajo. Tuve que dejar mi
Ya veo por tus cartas que estás bien; pero te ruego me turno de la mañana porque me correspondía hacer guardia
digas también qué tal estás de aspecto, si has engordado, si te en el Registro hasta las nueve de la mañana. Después me
sientes mejor y si tu piel está más limpia de impurezas que dediqué ardientemente a experimentar nuevos métodos, que
cuando nos separamos. Si no, le diré a Minna que aclare me hicieron desechar la última idea que se me 'había ocu-
todos estos extremos o venderé mi biblioteca y me iré don- rrido. Me queda otra, que pondré a prueba mañana y que
de ti, sorprendiéndote en nuestro bosquecillo para conven- seguramente tendré también que abandonar. Mañana es
certe, y regresaré esa misma noche. ¿Te gustaría que hiciera domingo. Afortunadamente, me toca guardia. ¿Qué otra
esto, mi vida? ¿Y qué me dices de los baños fríos? ¿Hace otra cosa podría hacer un domingo, si la única persona a cuyo
vez un tiempo demasiado horrible para tomarlos? lado me gustaría estar, se encuentra tan lejos de mí? Pa-
Saludos afectuosos para mi preciosa novia, de su devoto. ciencia. Si sigo sintiéndome tan bien de salud como lo estoy
Mis más cariñosos recuerdos para Minna. Vaya escribirle actualmente, algo bueno se cruzará en mi camino. Pero tie-
una carta muy larga dentro de dos días. nes toda la razón del mundo, nunca volveré a interrumpir mi
trabajo estando tú ausente.
Sigm'und. . ¿Y tú? ¿Qué haces? ¿Qué tal aspecto tienes? ¿Cómo te
encuentras? Quiero saber todo lo que haces y piensas. Mi
desordenada habitación se vuelve cada día más confortable.
Lástima que no haya un solo rincón que hayas honrado con
tu presencia, pero si lo hubiese aunque sea un pequeño es-
pacio, también estaría cubierto con mis trabajos científicos.
50 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 51

Leo todo lo que puedo de medicina. Hoy se publicaron mis Viena, martes. 9-10-1883.
primeras colaboraciones, aunque, por supuesto, anónima-
mente. Cuanto más profundamente penetro en el terreno de Mi amada Marty:
la medicina, más difícil resulta escribir cosas publicables. No
porque se me planteen exigencias mayores que antes, 'sino ¿Que qué hago? Trabajar más que nunca y sentirrne
porque la mayoría de las publicaciones de este tipo requieren mucho mejor. La mayoría de mi tiempo la dedico a escu-
una buena dosis de modestia. Si los autores fueran más dados driñar grandes montañas de papeles, que leo en parte para
a la auto crítica, las nueve décimas partes no serían autores. mí y para el Semanario Médico. O estoy en el laboratorio,
Tengo que leer una gran cantidad de material mediocre y donde mi método está actualmente en marcha con la mejor
aun inexacto y, desde luego, no soy capaz de escribir a mi vez apariencia posible, aunque aún creo que necesita que le co-
cosas por el estilo. En medicina, una gran parte de la propia rrija algunas cosas. Y, desde la mañana hasta las once (casi me
inteligencia tiene que ser derrochada en la tarea de desechar olvido decírtelo), ando por los pasillos como Sekundararzi,
cosas e ideas. Sin embargo, éste es un modo de ser inteli- muy ocupado en aprender y en escribir, y actuando de vez en
gente. Espero, en cualquier caso, que cuando esté impuesto cuando como cirujano. Todo mi estado mental posee una
en la materia surgirán en mí el anhelo y la capacidad de es- densa cualidad, algo muy parecido al sueño o al delirio,
cribir algo útil. quizás éstas sean las condiciones más adecuadas para ayu-
Marry, ¿te aburre, que te hable de estas cosas? Estoy se- darle a uno a llevar una prolongada separación. No podría
guro de que no. Eres tan buena ... y, entre nosotros, escribes decirte si todo esto resulta placentero o no, aunque es evi-
con tanta inteligencia y eficacia, que me das un poco de dente que los sentimientos personales no poseen, entonces
miedo. Todo esto contribuye a demostrar una vez más la ya, demasiadas oportunidades para emerger a la superficie. El
superioridad de la mujer sobre el hombre. Y no tengo nada trabajo continuo actúa ya como un narcótico: pero, como
que perder en este aspecto. Adiós, niña mía. Con muchos sabes, hace tiempo que buscaba algo que lograse sacarme de
saludos cariñosos de tu mi estado de excitabilidad. Ya lo logré. A veces me parece
que las olas del mundo exterior, del gran mundo, no vienen
Sigmund. a estrellarse contra mi puerta. Otras, tengo que luchar con-
tra la sensación de que soy un monje en su celda, como el
descrito por Scheffel. En mi cerebro surgen criaturas extra-
ñas. Casos clínicos, teorías, diagnósticos y fórmulas que
ocupan mis otras cavidades craneanas vacías, y la medicina,
tomada globalmente, está comenzando a serme familiar, a
adquirir plasticidad. Las bacterias habitan aquí, y unas se
vuelven verdes, mientras otras se tornan grises. Aquí llega el
52 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 53

remedio para el cólera, cuando lo ves escrito, pero quizás Viena, martes, 15-10-1883.
inútil. Y sobre todo esto surge predominante el grito: ¡Tu- Siete de la tarde.
berculosis! ¿Es contagiosa? ¿Es adquirida? ¿De dónde viene?
¿Está en lo cierto el maestro Koch, de Berlín, al afirmar que Mi amada Marty:
ha descubierto el bacilo que la provoca?
Pero al recibir carta tuya, todo esto se disipa y la vida real Tu dulce carta de felicitación me sorprendió, precisa-
se introduce en mis células. Los problemas extraños quedan mente cuando me preguntaba por qué lado coger el método
borrados de mi cerebro; se desvanecen las misteriosas con- y qué hacer para mejorarlo. Probablemente, dedicaré toda la
creciones pictóricas de las diversas enfermedades y desapa- semana que viene a realizar más experimentos, que habré de
recen las teorías vacías «en relación con la fase científica ac- preparar cuidadosamente. Hoy voy a mostrar a Breuer los
tual», como se añade habitualmente. especímenes durante la consulta. Estoy seguro de que he
y con tus cartas, el mundo se torna de nuevo cálido, dado en el clavo, aunque últimamente todo haya funciona-
alegre y fácil de comprender. Mi dulce amada, no eres una do caprichosamente. Sin embargo, estos antojos de la Na-
alucinación ni tienes que ser objeto de una experimentación turaleza suelen ocultar a menudo posibilidades de aprender
química. Todo esto no tiene nada que ver contigo espero que más. Tengo la intención de modificar mi horario de trabajo,
te encuentres maravillosamente bien, y tu única torpeza fue asistiendo a los cursos de Ultzmann de once a doce, en lugar
el hacerte novia de un médico. ¡Oh Marty! Ser un ente hu- de ir a las clases de Urbantschitsch de cuatro a cinco, lo que
mano resulta mucho más agradable que convertirse en al- me dejará la tarde libre para ocuparme de mis propios ex-
macén de monótonos experimentos. Mas uno no puede perimentos. También me dará esto oportunidad de ocupar-
permitirse el lujo de ser un ente humano durante una hora si me de mi alumna, si viene, pues ya veo con horror cómo se
antes no se ha ocupado de transformarse durante once en acerca el día.
una máquina o un almacén. Es un círculo vicioso. Hoy se cumple el decimosexto aniversario mensual de
Espero tener noticias tuyas mañana, mi preciosa niña. nuestro noviazgo, y he de enviar un saludo especialmente
Adiós, y trata de no aburrirte demasiado. Tuyo, afectuoso a la dulce niña cuyas cartas ha ido aumentando
constantemente en bondad, inteligencia y nobleza, aunque,
Sigmund. por supuesto, ella ya poseía estas cualidades. Querida Mar-
tha: hasta ahora hemos seguido siempre una senda ascen-
dente, ¿no es verdad? Y tenemos cada día mayores razones
para estar felices el uno del otro. Por eso miro con confian-
za al próximo mes, que viene. En nuestro aniversario anterior
tuve que protestar; pero parece que casi lo hemos olvidado.
No puedo explicarte, sin fatiga para ti y sin caer en una
54 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 55

prolijidad excesiva, en qué consiste mi trabajo, por el que


con tanta dulzura me preguntas. Sí puedo anticiparte que se
trata de un método para el tratamiento químico del cerebro.
¿Está claro.tno? En el Registro, martes, 23-10-1883.
Bueno; «como se sabe», el cerebro debe ser, ante todo,
end~recido (en alcohol, por ejemplo) y después cortado Mi amada Marty:
cuidadosamente en finos segmentos para ver en qué orden
respectivo están situadas las fibras, las células y adónde Me atrevo a escribir «mi amada», aunque ocasionalmen-
conducen éstas, etcétera. Las fibras son las sendas conduc- te me deje arrastrar por el mal humor y te escriba algo fas-
toras procedentes de las diversas partes del cuerpo y están tidiado. Si te he vuelto a molestar, te agradeceré que añadas
controladas por las células, lo que obliga a respetar la es- esta nueva ofensa a la lista de las anteriores y pienses en mi
tructura. En los segmentos del cerebro endurecido apenas anhelo, en mi soledad, en mi lucha impaciente y en las ca-
hay nada que pueda ser apreciado a primera vista; pero sur- denas que me oprimen. De cuando en cuando tengo como
gen nuevas posibilidades si se los colorea con carmín, ya que ataques de desesperación y desánimo, que tú, tan buena y
entonces las fibras y células adoptan un color más rojo que el adorada, no debes compartir. En estas ocasiones te ruego que
de las otras partes no esenciales. Aun así, sigue siendo muy te rías de mí y recuerdes lo rápidamente que vuelvo a recu-
difícil apreciar todas las finísimas fibras y obtener fotografías perar mi elasticidad y recto raciocinio. Esta tarde, niña, ob-
claras. Como todo el mundo sabe, el empleo de soluciones tuve una vez más buenos resultados y se me ocurrió un
de oro y plata produce bellas fotografías en otros especíme- nuevo y maravilloso método que promete durar más que el
nes, dando coloridos diferentes a los diversos elementos que anterior. Y aunque también éste se muestre caprichoso, me
los componen, y actualmente se está experimentando con permitirá pronosticar el resultado final y descubriré total-
esto en el cerebro. Creo que, hasta ahora, mis pruebas han mente, o casi, lo que busco.
sido las más satisfactorias. Todas las artes poseen trucos téc- Estos momentos difíciles no me desaniman en tanto nos
nicos de los que no puede prescindir la ciencia. ¿Está mi mantengamos sanos y no caigan sobre nosotros algunos in-
querida princesa satisfecha ahora? Sin duda te extrañará que fortunios. Si esto se cumple, estamos seguros de lograr
utilice un papel de cartas tan sucio y un sobre tan enorme, aquello que más deseamos: una casita en la que quizás entren
pero así es la vida en el laboratorio. Mortunadamente, ya son las penas, pero nunca las privaciones; mutua compañía para
las nueve y estoy a punto de ser relevado, princesa, y espero sobrellevar todas las vicisitudes de la vida, y una serena ale-
poder darte pronto buenas noticias. gría que nos impida preguntamos jamás para qué sirve vivir.
Tuyo, Después de todo, yo sé de tu dulzura y sé que puedes con-
vertir una casa en un paraíso. Estoy también seguro de que
Sigmund. compartirás todos mis intereses y que serás alegre a la par
56 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 57

que hacendosa. Te dejaré las riendas de la casa en la medida sólo sabe seguir su senda en circunstancias favorables. No-
de tus deseos, y tú me recompensarás con tu dulce amor, sotros, tú y yo, miraremos hacia adelante y aunque estemos
superando todas esas debilidades que a menudo se atribuyen separados y no nos acompañe la suerte.
a las mujeres. En los escasos ratos libres que me permita mi Buenas noches, mi querida mujercita; sigue vertiendo tu
trabajo, leeremos juntos lo que nos interese aprender, y yo te corazón en mí, que cuando no lo haces me siento tan triste
iniciaré en aquellas cosas que no podrían interesar a una durante mucho tiempo ...
muchacha, si ésta no se hubiese familiarizado con su futuro Tuyo.
compañero y con el trabajo que éste realiza. Todo lo que ha
sucedido y lo que en el futuro pueda acontecer adquirirá un Sigmund
nuevo interés para mí a través de tu afecto. No me juzgarás
por el éxito que yo logre o deje de lograr, sino de acuerdo
con mis intenciones y mi honradez. No lamentarás haber
sacrificado los bellos años de tu juventud a la fidelidad, y así
yo estaré orgulloso de ti. Podrás leer en mí como en un libro
abierto, y el saber que nos comprendemos y sobrellevamos Viena, lunes, 7-1-1884.
juntos la tristeza y la alegría nos volveremos felices. Tú im-
pedirás que yo pueda realizar nada mezquino, que caiga en la Mi adorada princesa:
ira, la envidia y el deseo de cometer empresas triviales, y si te
preocupas pensando que te has inmiscuido en mi carrera No puedo empezar a iniciar tu mente inocente en los
científica, me limitaré a reír a carcajadas y contarte la historia secretos de la administración del Hospital a estas horas de la
de Benedikt Stilling, un médico que murió hace unos años noche (para cuando termine de escribirte, la fecha que he
en Kassel. En su juventud le dio por la ciencia, mas luego se puesto al comienzo de la carta será una mentira). Me limitaré
vio obligado a emplearse como médico. Durante trece años a escribirte amistosamente. Mi informe diario dice que he
dedicó todas sus mañanas a estudiar la médula espinal, y el estado trabajando sin parar hasta las siete de la tarde, que
resultado fue una gran obra científica. Por las noches conti- después me dejé arrastrar a una partida de Tarock,B y luego
nuaba trabajando sobre el cerebro, y es hoy uno de los más trabajé un rato más sin que me sintiera fatigado. Hoy ordené
destacados científicos que nos abrió la puerta a la com- por fin los casos clínicos e inicié el estudio de una .crisis
prensión de este noble órgano. Todo esto muestra la capa- nerviosa. Así comienza una nueva era. Por la noche, pensaba
cidad de trabajo y el entusiasmo tenaz del judío. Nosotros examinar algunas muestras por el oftalmoscopio que me traje
podremos lograr algo por el estilo. de la clínica de Meynert, pero aún estoy desentrenado, lo
Mi amada Martha, eres una parte de lo que llegarás a ser
para mí, pero espero que lo seas más y más. Hay gente que 8 Antiguo juego vienés de canas.
58 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 59

cual me entristece. Tengo que ponerme a practicar de nuevo. encuentre una muchacha que ve en él la más perfecta virili-
En la noche, el repartidor de periódicos por primera vez me dad, aunque en realidad sea un pobre hombre que vive por
trajo algunos libros y publicaciones. Tendré que revisarlos y obra y gracia de la paciencia divina. Pero ... ¿a qué viene este
guardarlos luego. También llegó hoy una pequeña pieza de filosofar? No nos compliquemos la vida. Si uno está ena-
material para el método. Por lo demás, éste se encuentra morado y tiene una ocupación a la que consagra todas sus
estancado, pues los tejidos no se han endurecido y tan sólo energías, es mejor dejar estas ideas para los novelistas. Esto es
he podido hallar una ligerísima mejora en las condiciones del lo que tú dirías, y estás en lo cierto, me alegro de que tengas
experimento. Esto es todo cuanto puedo decir acerca de mi sólo un pretendiente y no millares, ya que en este caso cabría
vida, y mi princesa puede notar que en mi aburrimiento sin la posibilidad de que uno de ellos fuera mejor que yo, y eli-
fondo me dedico a hacer lo único que encuentro y todo minar veinticinco mil rivales (observarás que te sitúo en la
aquello que me estimule. primera categoría) me sería difícil, complicadísimo, pues
y ahora ocupémonos de ti, vida mía. Me alegro mucho ahora tengo mucho trabajo.
de que, desde hace tiempo, no exista en nuestras cartas in- Mi querida mujercita, hoy celebré mi octavo día sucesivo
disposiciones «mutuas», y también de que, esta vez, hayamos de servicio, pues he estado de guardia toda la semana; pero
olvidado la pequeña riña mensual que con tan pasmosa re- mañana voy a largarme de aquí ostentosamente y... a cam-
gularidad solía surgir a fines de la primera semana del mes biar cinco marcos. En caso de que realice algún descubri-
para que al llegar el 17 tuviéramos ocasión de perdonamos. miento durante los próximos meses, tendrás la serpiente de
Espero que hayamos dejado atrás para siempre esa cos- oro que te prometí en los tiempos de Nothnagel. Adiós, mi
tumbre. Me reí mucho al leer tu sugerencia de que diga las dulce tesoro.
cosas claramente en lugar de aludir a ellas. ¿Qué pasaría si
Sigmund.
invirtiera los papeles una vez más? Resultaría muy divertido.
Sin embargo, no pienso recaer en la necedad de escribirte
largas disertaciones (que ni siquiera me agradeces) si no nos
vamos a ver hasta julio.
Debo afirmar que no me convence la idea de que toda
muchacha tiene un admirador silencioso que algún día se Viena, viernes, 18-1-1884.
casa con ella. A mí me parece, por el contrario, que algunas Por la tarde.
chicas tienen de cinco a treinta y seis mil pretendientes, y
que la mayoría, con poco que admirar, se queda sin ninguno. Mi dulce niña:
A pesar de todo, encuentro que ésta es una de las institu-
ciones más caritativas de la Naturaleza. Otra institución casi Me encantaría que existieran muchos días como el de
igualmente maravillosa es el hecho de que todo hombre hoy, pues la jornada estuvo coronada por pequeños éxitos en
60 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 61

mi trabajo y por las pruebas de tu amor. Tu carta y tu pa- para mi primer artículo clínico. Esto ha sido posible porque
quete me han dado una felicidad sin límites. Eres buena y ayer trajeron al Hospital a un pobre aprendiz de sastre con
dulce, mi preciosa Marry, aun cuando no haces regalos con escorbuto, la bien conocida enfermedad que produce
mucha frecuencia, pero cuando lo haces sabes hacerlos muy equimosis en todos los órganos. Aparte de alguna apatía,
delicadamente. Siempre guardaré los botones como un te- no mostraba ningún síntoma visible. A primera hora de
soro. Voy a ponérmelos en el acto, aunque mi chaleco alto esta mañana se encontraba inconsciente, lo cual sugería una
los oculte. Por otra parte, la semana pasada me encargué hemorragia cerebral. Por ello, fui a verle otra vez antes de la
precisamente un chaleco abierto ... , y acabo de ponérmelo, comida, y detecté cierto número de síntomas que permitían
por fin, y es magnifico. La corbata me proporciona el in- ubicar la localización de la hemorragia (ésta es nuestra
sólito lujo que supone la posibilidad de renovarla, pues principal preocupación en los trastornos cerebrales). Estuve
tengo aún otra que no está mal del todo. Los puros son sentado junto a él durante toda la tarde y pude observar el
excelentes. Mi amigo Teych tiene razón: éstos son mucho interesante y variado curso de la enfermedad hasta las siete,
mejores de los que yo le he estado comprando. No le daré ni hora en que se presentó la parálisis simétrica, de tal modo,
uno solo a Schonberg, a pesar de lo que le quiero, y pondré que hasta su muerte, a las ocho, no se me escapó el más
el pretexto para negárselo de que su salud le impide fumar, pequeño síntoma. Hay varios fenómenos e instructivos que
aunque la verdad es que me siento incapaz de dar nada que justifican, y aun hacen imperativa, la publicación de este
me hayas regalado tú. Te diré de paso que en la edición de caso, particularmente si la autopsia, que se realizará ma-
noche del Neue Freie Presse ha aparecido una pequeña re- ñana, permite extraer conclusiones satisfactorias y confir-
seña de su Hitopadesa, escrita en tono bienintencionado, mar mi diagnóstico, que se basa en la localización de la
aunque polémico, lo que me hace suponer que la ha escrito hemorragia. Necesito la autorización del Primarias para
el profesor Müller. Espero que les mande un ejemplar a publicar mi artículo, y espero que no me la negará. Yo in-
Minna y a ti. sistiré todo lo que pueda. Como verás, la cosa no es aún
No obstante, lo más agradable de todo fue tu carta, más segura ni demasiado importante, pero supone por lo menos
dulce que cualquier chocolate. Ahora mi querida Marty, un comienzo, que atraerá la atención de los demás hacia
soy una vez más tu deudor. Debería haber llevado una mí. Por otra parte, se traducirá en unos cuantos gulden,
existencia con menos despilfarro y haber así ahorrado algo quizá diez y hasta puede que aparezca en el Semanario
para ti. Nunca hubiera creído que tanto dinero pudiera Médico. Si es así, para fines del trimestre espero que podré
desaparecer tan rápido. Te contaré ahora por qué estoy de contribuir con una pequeña suma a la renovación de tu
tan buen humor y por qué tu carta no contribuyó sola- vestuario de primavera. ¡Oh Marty, qué maravilloso sería
mente a alegrarme, sino que me hizo sentirme feliz. Hoy, poder darte todo cuanto se me ocurre y hacerte total y
por fin, comencé a trabajar sobre la base de los trastornos absolutamente mía!
nerviosos, y espero haber encontrado el material necesario No llevaré a Rosa a casa de los Hammerschlaghasta el
62 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 63

domingo; porque me parece que no van a estar el sábado. misma estás «medio casada», habrías supuesto que ninguno
Mañana quizá vaya a ver a Breuer y le daré tus saludos. de ellos la tenía. Me siento alegre hoy sin otra razón que la
Con las más afectuosas gracias y besos de tu fiel que me proporciona tu carta, y me gustaría oírte hablar y
cerrarte la boca de cuando en cuando con un beso.
Sigmund. ¿Que por qué no te llevé nunca a ver a los Hamrnersch-
lag? Lo pensé, pero a veces tú no podías y el último día los
Que de nuevo tiene ganas de trabajar y de vivir. minutos eran demasiado preciosos para compartidos con
otros. No estuviste retraída ni mucho menos en casa de los
Breuer, sino que, por el contrario, hablaste hasta por los
codos, más de lo que sueles hablar conmigo. No tienes nada
de qué arrepentirte.
y ahora, unas cuántas noticias: me mudo mañana. Con-
Viena, martes, 29-1-1884. trariamente a lo que sucedía con la primera habitación que
tuve, ésta no me trae recuerdos de nuestra dulce felicidad
Querida Frdulein Martha Bernays: compartida. El martes y el jueves pronunciaré mis confe-
rencias en los clubes de Fisiología y Psiquiatría. Mi trabajo
Al principio no podía comprender lo que significaba una está ante mí, totalmente acabado. Mañana lo enviaré o lo
suntuosa tarjeta de visita roja (es suntuosa, ¿no?) intercam- entregaré personalmente.
biada entre unos novios tan veteranos como nosotros. Sos- Para fines de esta semana espero haber acabado mi artí-
peché que pudiera contener alguna clase de rompecabezas o culo sobre el método en dos idiomas. De momento no hay
más bien una fotografía, luego tuve la brillante idea de que nada nuevo para contarte del departamento. Pronto tendré
quizá fuese una tarjeta de vista, idea que confirmé después de que elegir un tema para otro artículo entre los problemas
leer tu carta ¡Es maravillosa esta Marta Bernays en oro sobre relacionados con los trastornos de origen nervioso. No dejo
fondo rojo! Me gustaría quedarme viendo tu nombre, pero siquiera que me pase por la mente la posibilidad de que fa-
los hay mejores: Frau Martha Freud, por ejemplo, sería lle en mi propósito de encontrar la solución y, evidente-
mucho más bello para mis ojos y mis oídos. Tu carta, Mar- mente, tendré que continuar trabajando sobre este terna yo
ty, con su buena dosis de sentido común acerca de la vida y solo. Hoy se celebró la reunión del Club. Estuve sentado
del amor, contribuyó a animarme. Hacía tiempo que no me detrás de Billroth y Nothnagel, y me divertía pensando: es-
sentía tan contento, y esta alegría sólo es por ti. Recién me di peren y dentro de poco se desharán en reverencias conmigo
cuenta, de lo absorbida que estás en tu noviazgo ... , tanto como lo hacen hoy con estos oradores. Billroth ni siquiera
que, sin más pruebas, das por hecho que todos los caballeros me conoce, y Nothnagel me dispensó cierta vez una sonrisita
de la Tabla Redonda tenían su novia. Si no fuera porque tú de superioridad. Meynert, por el contrario, continúa tra-
64 SIGMUND FREUD
CARTAS DE AMOR 65

tándome con respeto y me aconsejó que pronunciara una revisar el manuscrito alemán, con lo que daré por terminada
conferencia también en la Sociedad Médica, lo que no mi labor. Mañana llevaré las dos a Fleischl. Amén.
pienso hacer por ahora. Otra vez tendré tiempo para volver junto a mis pacientes
Buenas noches, mi dulce amada; sigue estando sana y y también para poder leer algo. Me gustaría saber si tardaré
queriendo más aún a tu mucho en escribir algún nuevo trabajo. No creo que sea así.
Es necesario que hablen de uno.
Sigmund, Silberstein 9 estuvo aquí de nuevo hoy, tan simpático y
¿verdad? buena gente como de costumbre. Nos hicimos amigos en la
época en que la amistad no era ni un deporte ni una con-
veniencia, obedeciendo más bien a la necesidad de tener a
alguien con quien compartir las cosas. Acostumbrábamos
estar juntos literalmente todas las horas del día que no pa-
sábamos en el aula. Aprendimos español juntos y poseíamos
Viena, jueves, 7-2-1884. una mitología que nos era peculiar, así como ciertos nombres
Por la tarde. secretos que habíamos extraído de los diálogos del gran
Cervantes. Cuando estábamos comenzando a estudiar el
Si ocupase un puesto con atribuciones para otorgar idioma, encontramos en nuestro libro un coloquio humo-
condecoraciones merecerías como premio por tu última carta rístico-filosófico entre dos perros que están echados tran-
la más hermosa distinción, la de la Paloma Mensajera Blan- quilamente a la puerta de un hospital, y nos apropiamos de
ca, que colgaría de una cinta roja: La carta llegó cuando sus nombres. Tanto al escribimos corno en la conversación
apenas había empezado a escribir mi artículo y, nada más yo le llamaba Berganza, y él a mí, Cípión. ¡Cuántas veces he
leerla, me sentí tan satisfecho, que mi trabajo avanzó a toda escrito: Querido «Berganza», y he terminado la carta: tu fiel
velocidad. Había empezado a las tres y media y para las «Cipio», perro en el Hospital de Sevilla! 10 Juntos fundamos
nueve ya estaba terminado. Después de haber dado unos una extraña sociedad escolástica: la Academia Castellana
cuantos saltos de alegría --ejercicio que jamás dejo de hacer (AC); reunimos una gran cantidad de obras humorísticas que
si existe la más leve razón para ello-, pensé en escribirte, aún deben de andar por algún rincón entre mis viejos pa-
pero me interrumpió una visita o, más bien, fui a la Gas- peles, compartimos nuestras rápidas comidas y nunca nos
thaus para autorrecompensarme, y por ello no pude escri- aburrimos estando juntos. Intelectualmente, no iba muy
birte hasta hoy. No es que me haya faltado trabajo. Primero,
copié el resumen para el ruso y se lo di; luego terminé la
traducción inglesa y le pedí al americano que me la corri- 9 Amigo de los días de colegio de Freud.
10 Como es evidente, se refire al «Coloquio de los perros», incluido en
giera, y ahora tengo que transcribirla con sus correcciones y
las Novelas ejemplares (1613). Sin embargo, el hospital estaba en Valladolid.
66 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 67

alto, ni se destacaba dentro de los demás humanos. Su as- Tú sabes cuál fue mi evolución, Y ahora que él y yo nos ve-
pecto, sus lecturas y su humor eran totalmente burgueses y mos reunidos de nuevo, pensamos (ambos, sin duda) cuán
algo prosaicos. Luego, cuando cayó enfermo, le cuidé, y un extraña es la vida, que nos ha atrapado a los dos con su lazo
día invitó a todos sus viejos compañeros a una fiesta de y nos ha enviado al galope en direcciones opuestas. Cuando
despedida en Hernals, durante la cual, sin abandonar por un ,aún era muy joven tuvo un primer amor que se llamó Anna,
momento su bondadosa expresión, sirvió personalmente la luego estuvo metido con una tal Fanny, y en el intermedio se
cerveza de barril, tratando de ocultar la emoción que le enamoró de todas las chicas que encontraba. Ahora no ama
embargaba. Después nos fuimos a un café y mi amigo Ro- a ninguna. Yo no quería a nadie entonces y ahora tengo un
sanes comenzó a contar chistes subidos de tono. Yo, para amor. Esta es la historia de mi amigo Silberstein, que se ha
evitar que el sentimentalismo de Silberstein rebasara la copa, hecho granjero porque no le gustaba la jurisprudencia. Hoy
fui el primero en romper el hielo, yen nombre de todos dije va a reunir de nuevo a sus antiguos camaradas en Hernals,
un discurso afirmando que mi amigo se llevaba con él mi pero yo estoy de servicio y, en cualquier caso mis pensa-
propia juventud, sin darme cuenta realmente de cuán cierto mientos no apuntan hacia el pasado, sino hacia el futuro.
era lo que estaba diciendo. Al principio me escribí con él Adiós, mi amado tesoro. Mi buzón enmudeció hoy. Es-
esporádicamente. Me contaba lo mal que lo trataba su padre, pero que mañana hable de nuevo a tu
medio loco, y yo intenté despertar su instinto romántico
animándole a que se exiliara a Bucarest y buscara un traba- Sigmund
jo más digno de él. Después de todo, en su juventud había
estado lleno de sueños románticos acerca de los pieles rojas y
le encantaban el Leatber-Stocking, de Cooper, y todos los
relatos marineros. Aún hace poco tenía un bote en el Da-
nubio e invitaba a todos sus amigos a pasear con él, obli-
gándolos a actuar como remeros y llamarIe «capitán». Des- Viena, sábado, 19-4-1884.
pués apareciste tú y todo lo que contigo venía: una nueva En el Registro.
amistad, nuevas luchas por la existencia y nuevas metas. El
enfriamiento de nuestra amistad, que había ido aumentando Mi preciosa Martha:
gradualmente, se hizo más fuerte cuando le aconsejé desde
Wandsbeck que no se casara con una muchacha rica y estú- Debes tomar en serio cuanto te he dicho y no pensar ni
pida a la que había ido a ver. Posteriormente, perdimos todo por un momento que hago sacrificios excesivos por ti.
contacto. Está claro que se acostumbró a la idea de ser rico, Créeme: es natural que yo ponga más objeciones que tú a
aunque por ahora no lo parezca, y sigue queriendo casarse nuestra prolongada espera. Sucede únicamente que puedo
con esta muchacha para independizarse como comerciante. soportarla con más esfuerzo, lo cual no es extraño, pues, las
68 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 69

novias son por lo general más resignadas que los novios. Por podido trabajar. Sin duda podré comprarme ropa con los
esto, y pensando principalmente en mí, he decidido elegir cincuenta y tantos gulden, pero preferiría en esta ocasión
soluciones rápidas. Estoy convencido, además de que tus haberme privado de adquirir algo a cambio de tener más
ojos la parte representa al todo, de que tú, mi vida, lo com- oportunidades para trabajar. Bettelheim ha traído los ins-
pensarás todo. Tú también has de creerlo. Además, ¿qué sa- trumentos. Compré otro hoy, y pagué la mitad. El lunes
crificio? No he llegado muy lejos, y en los dos años que te- empezaré. Lo lamentable es el descuido en que se halla la
nemos que esperar, es posible que tampoco ocurra nada anatomía cerebral, y los trabajos preliminares para mi
decisivo, aparte, quizá, de un ligero cambio en mi posición próxima publicación apenas han progresado. Frau S ... está
social que no me costará esfuerzo alguno. Por el contrario, hoy mejor y espero que la semana próxima su salud se habrá
me sentiré felizprescindiendo de lo trivial, de lo incierto y de restablecido lo bastante para suspender el tratamiento. El
lo ambiguo, para elegir algo tan digno, estimulante y fruc- único síntoma desagradable es un viejo catarro pulmonar
tífero como el compartir mi vida contigo, que no te limita- que ha afectado a uno de los vértices. Si las cosas empeoran,
rás a ser una ama de ÍÍaves ni una cocinera, sino también una o si se demostrara que están relacionadas con la enfermedad
amiga excepcional y una novia adorable. Hay que añadir a principal, las perspectivas serían nefastas. Sin embargo, no
todo esto, como te he escrito frecuentemente, que existe un creo que suceda aSÍ,y opino que si se logra restablecer el
dominio científico en el que mi independencia es suficiente corazón resistirá durante algún tiempo, hasta que se pro-
para que pueda progresarse sin necesidad de establecer duzca de nuevo un síncope. Mas esto podría tardar años.
nuevas relaciones ni de buscar más ayuda. Me refiero a mi Debo pedirte perdón por no ocuparme antes de lo que
conocimiento del sistema nervioso, y me hace feliz pensar me cuentas. Lo siento mucho. ¿Por qué no te turnas al me-
que tú podrás ayudarme en este terreno, ASÍ,no dejaremos nos con Minna y sales a tomar el aire de vez en cuando?
que el mundo olvide del todo mi nombre. Me apena mi falta Marty, si a consecuencia de lo que estás haciendo te pones
de ambición, pues sé que soy alguien sin necesidad de que mala, armaré un gran escándalo, para que veas que no sólo
me lo digan. los pacientes son egoístas, sino también los enamorados. El
Al hablar de una región alemana me refería al Austria diagnóstico del médico no me impresiona demasiado, y no
meridional, a Moravia o a Silesia. veo razón alguna para que la enfermedad se haga crónica ni
Por ahora, sin embargo, sigo dispuesto a luchar y no para que haya recaídas. Tampoco comprendo por qué el
tengo intención de cesar en mis esfuerzos por hacerme un médico acude sin ser llamado, pues el dejarse caer de esa
futuro en Viena. La «lucha por la existencia» sigue signifi- manera no está de acuerdo con la ética profesional.
cando para mi el afán por conseguir aquÍ algo definitivo. He ¿Quieres que te mande un libro de Fritz Reuter? 11 Si lo
de admitir que es la última semana mis probabilidades de lees en voz alta quizá puedas superar los obstáculos de las
convertirme en Dozentel próximo invierno parecían lejanas.
Debido a mis actividades médicas con Frau S ... , casi no he 11 Friedrich Reuter (1810-1874), novelista alemán.
SIGMUND FP.EUD CARTAS DE AMOR 71
70

Mi amada niña, debes quitarte completamente de tu


horas difíciles. Te ruego que me escribas pronto, mi vida,
cabeza esos pensamientos sombríos, como la idea de que por
confirmándome que has salido a tomar el aire ... , siempre
tu culpa no puedo ganarme la vida. Después de todo, ya
que el tiempo sea mejor ahí que aquí.
sabes que una de mis facetas consiste en ser incapaz de tra-
Con saludos afectuosos, tuyo,
bajar si no me siento alentado por algur.a esperanza que
Sigmund. considere importante. Antes de ti ignoraba lo que era la
alegría de vivir, y ahora que eres mía «en principio», la úni-
ca condición que pongo a la vida es que me permita tenerte
conmigo completamente. Por lo demás, aparte de eso no
espero más de la vida. Soy muy terco y temerario y necesito
grandes estímulos, y he hecho cosas que cualquier persona
Viena, jueves, 19-6-1884. sensata consideraría osadas. Una de ellas fue la de emprender
la senda científica siendo pobre; otra, la de que, siendo po-
bre, capturase el corazón de una pobre chica ... Pero así ha de
Mi amado tesoro:
continuar mi vida; mucho riesgo, mucha esperanza, mucho
No puedo acordarme de alguna etapa anterior en mi vida trabajo. Para la sensatez burguesa media, me he perdido hace
en que tuviera tan poco tiempo. De no ser así, habría res- tiempo. Y ahora tendré que esperar tres meses más para
pondido a tus dulces y amables cartas con largas páginas. Sin volver a verte ... , hecho que se suma a las circunstancias
embargo, así como están las cosas, tendré que conformarme azarosas que atravesamos y que no dejará de estar influido
con ser breve hoy. Al fin y al cabo, espero que pronto po- por personas tan caprichosas como las que constituyen
nuestras familias. Quizá, dentro de tres meses, esté Eli en
damos hablar.
El trabajo sobre la coca no pude terminado hasta anoche. Hamburgo, o me impida marchar la situación de mi familia.
En otras palabras, no sé a ciencia cierta nada concerniente al
La primera mitad ya la he corregido hoy y ocupa una pági-
na y media. Los pocos gulden que he ganado con este tra- futuro. Tampoco me atrevo a esperar demasiado: pero sí es-
bajo tuve que restados de lo que me paga mi alumno, al que toy convencido, sin dudas, de que necesito el alivio y la ex-
no pude darle clase ni ayer ni tampoco hoy. Me queda aún pansión de tenerte nuevamente en mis brazos con la misma
por corregir el segundo trabajo y, además, tengo que ocu- continuidad con que preciso beber y alimentarme. Sé per-
parme del tratamiento eléctrico, leer y trabajar en el Registro. fectamente que ya te he dado demasiadas preocupaciones y
Sin embargo, estoy tan fuerte como un león y muy contento privaciones y que no debo robarte las pocas semanas felices
conmigo, por lo que supongo comprenderás que no es éste el que podremos pasar juntos; aunque estuvieras dispuesta a
momento adecuado para echado todo por tierra, y conver- renunciar a ellas, voy a seguir mis impulsos y obedecer a mi
tirme en enfermero de un caso mental. destino. Deseo, reponerme y fortalecerme en ti, y luego, con
72 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 73

energía renovada, seguir tratando de mejorar mi posición, en me agrada la idea, porque no quiero que la estación y el
vez de no hacer nada durante dos largos meses. Esta última equipaje se inmiscuyan en nuestros primeros besos. Mas si·
solución no trae grandes ventajas, pues lo que ahorraría en no te ruborizan los serios hamburgueses y eres capaz de
dinero lo perdería en tiempo, y tampoco es probable que me darme un beso en cuanto me veas y otro mientras vamos a
durasen mucho los ahorros. ¿Podrías imaginarme con mil Wandsbek y un tercero ... , etcétera, me rendiré. No llegaré
gulden guardados en un cajón y dejando que Rosa o Dolfi cansado, pues pienso hacer el viaje bajo la influencia de la
pasasen hambre? Les daría por lo menos la mitad, y el resto cocaína para dominar mi terrible impaciencia.
compensaría sólo muy justamente el tiempo perdido. Cier- Resérvame una pequeña y modesta habitación muy cer-
to que ellas saldrán perdiendo en cualquier caso; mas yo ca de ti, pues si no es así tendré que ponerme tosco y ta-
debo hacer lo que me parece justo, dada mi naturaleza y charte de pródiga. De ser posible, preferiría un ático; pero te
nuestra situación. En este respecto no tengo ninguna duda. doy poderes ilimitados en cuanto a la decisión.
Paneth vino hoy, también convencido, naturalmente, de No llevo mucha ropa, pero la poca es bastante respetable.
la necesidad de aceptar el empleo; pero yo poseo la buena Tengo un traje gris, que llevo puesto en este momento, y
cualidad de creer confiadamente en mi propio raciocinio. otro oscuro, que aún no me lo envía el sastre, así como un
Por otra parte, he hallado cierto número de personas que nuevo abrigo y un sombrero. Lo que sí, es que estoy bastante
están de acuerdo conmigo. En cualquier caso, querida mía, mal de camisas. Iba a comprar algunas, pero mi padre me ha
estoy seguro de que te veré de nuevo antes de mucho. Que sugerido que las adquiera en Hamburgo, donde todo es
sigas bien. He de terminar aquí esta carta, pues tengo que mejor y más barato, y donde, además, estarás tú, que sabrás
corregir otro artículo. aconsejarme sobre lo que debo comprar.
Tuyo, Todavía no me han dado el permiso, y haré todo lo que
sea por logrado, aunque sea amenazándolos con marcharme
Sigmund. para siempre: pero, en realidad, no creo que tenga problemas
para obtenerlo. Me han avisado que Anna saldrá (de
Wandsbeck) el 10, ya que ha anticipado su marcha, y, en ese
caso, yo llegaré unos días antes, pues mi alumno me dejará
probablemente libre para el 10, aunque, no será posible
Viena, domingo, 29-6-1884. antes. Si yo me quedara unos días más, pudiera seguir dan-
Mi amada novia: do clase, y como cada jornada me aporta tres florines, no
pUyde dejarse a un lado ese factor. El artículo sobre la co-
Tienes razón. Desde ahora, sólo hablaremos en las cartas caína tiene ya veinticinco páginas y la he terminado hoy.
de mi viaje, pues ya no me siento capaz de pensar en otra Podrás vedo antes que a mí. Ya sabes todo lo que estuve
cosa. Si deseas ir a recibirme, no puedo negarme. A mí no trabajando hoy.
74 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 75

No debemos preocupamos por el tiempo. Si llueve, po- atontarme. Y tú no tienes nada más que mi fotografía. ¿Qué
demos sentamos juntos, y charlar o leer. Llevaré conmigo te dirá? Desearía poder hacerte partícipe de cuanto pienso y
unos cuantos libros de neurología; pero, aparte de esta es- espero. Siento una prolongada, una indescriptible e intensa
pecialidad científica, deseo olvidar, mientras esté junto a ti, felicidad si tú sigues encontrándote bien. Siempre oigo decir
todo lo relacionado con Viena. No te llevaré nada, pero ya que estás pálida. Mi pálida princesita ... , pero no debo hablar
sabes que tu cumpleaños coincide con mi estadía allí. No he de esto.
decidido aún si dejar en tus manos el dinero y la contabili- Te escribo para darte dos buenas noticias. 0, al menos, a
dad o seguir llevando yo solo las cuentas. Me inclino a no mí me lo parecen. En primer lugar, que ya podré obtener el
llenarte por ahora con otra preocupación y de que no lleves espécimen de mi espléndida diagnosis, que ha causado una
el control tan prematuramente. Para dos, y en ocasiones tres amplia sensación aquí, lo cual me permitirá escribir un buen
personas, la suma que poseo es bastante baja, pero si antes de articulo. En segundo lugar, que el doctor Heider ya ha re-
mi marcha surge la oportunidad de incrementarla, no la gresado y que hemos decidido entregarle nuestro dinero al
desdeñaré. Tengo que dejar algo para mi familia. Dolfi pa- fabricante del instrumental para comprar lo que necesitamos
rece que necesita algún dinero. Ayer la llevé al Prater; por vez y poder trabajar en seguida, sin parar hasta que dejemos
primera, fui representando el papel del rico de la familia. concluido el experimento eléctrico. ¿Te alegras, mi vida? No
Rosa sale hoy para Oberwaltersdorf con Herzig. Estarán allí paro de trabajar, Yo mismo estoy sorprendido de mi capa-
tres semanas. Dolfi y Pauli empezarán a trabajar el día 15. cidad. Pero sé a lo que se debe: el corazón late bien de nue-
Mi padre parece que está un poco más animado, aunque son vo, yel gigante está fuerte una vez más, enormemente fuer-
muchas las preocupaciones que tiene. Tengo que ser rico para te. ¿Te ríes de mí porque me llamo gigante? A veces tengo tal
que cuando necesiten algo, todos ellos se vean obligados a sensación de poder, que me parece como si todavía pudiera
recurrir a ti. Tuyo, . hacer algo para tenerte junto a mí antes de lo previsto.
¡Cómo te amaría entonces, cómo te tomaría el pelo y te ha-
Sigmund. ría enojar! Y tú no dirías nada, porque eres una amada si-
lenciosa.
Recibí una segunda carta de Hammerschlag, muy cari-
ñosa. Entre otras cosas, me pregunta si has decidido traba-
jar aquí, y dice que, aparte de su interés por mí, tiene
Viena, domingo, 3-8-1884. otro ... este último no lo puedo adivinar. Afirma también
que si las hijas de Tedesco han heredado una sola de las ca-
Mi dulce princesa:
racterísticas que distinguen a su madre -a la que él cono-
Las cosas están muy mal predestinadas, aunque, por lo ce-, emplear a cualquiera de ellas debe de resultar alta-
mente agradable.
menos, tengo mi trabajo para consolarme, o, al menos, para
76 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 77

La escribiré a Fleischl 12 antes de lo que pensaba, mañana Recibí hoy el espécimen, y pronto tendré un dibujo de él.
mismo por la mañana, y le diré que no estás libre hasta fines La publicación del trabajo tardará de tres a cuatro meses, por
de septiembre. Si la señora no ha encontrado a nadie todavía, que antes hay que completar el examen microscópico. Estoy
probablemente aceptará esperar hasta que regrese de su ve- seguro de que cuando vuelva de mi viaje tendré aún más
raneo. Si esto falla, encontraremos alguna otra cosa. Breuer, capacidad de trabajo, y que cuando vengas a verme cerrare-
Fleischl, Schwab y Hammerschlag ... , este selecto grupo de mos la puerta, te sentarás junto a mí, muy cerquita, yapo-
amigos nos ayudará. yarás tu cabeza en mi hombro, mientras yo sigo trabajando
hasta que me sienta cansado y desee besarte. Una paciente
que acaba de marcharse y a la que he estado aplicando con
mucho éxito el tratamiento eléctrico, para curarle un zum-
bido del oído, me ha prometido traerme las mejores frutas
que encuentre para «mi joven mujer», para la dama que será
4-8-por la tarde. algún día mía ... Por respeto no se atrevió a llamarte novia.
Es la frutera de Los Tres Cuervos, que está donde se dobla
Dejé de escribirte ayer para dar los últimos toques al in- para ir a la Seitenstattengasse.
forme estadístico del departamento, del mes de junio, y hoy No tenemos que preocupamos por el cólera, mi vida; es
puedo contestar tan dulce carta, que me hace recordar improbable que impida mi marcha en septiembre. Yo creo
nuestros días más tranquilos. Podrías repetir las palabras que que se nos presentará aquí de improviso el año que viene.
Heine puso en boca del zagal: «Es una tarea tan pesada rei- Según los rumores que circulan, Breuer ha solicitado de
nar ... », etc., si no fuera porque mi reina es todavía sólo una nuevo la plaza vacante de Primarius en el hospital. Me en-
princesa. Ya debes saber que me muestro partidario de que cantaría que se la dieran y, en ese caso, haría todo lo posible
vengas. Cuando estés en libertad viviremos muy felices, aun por convertirme en su Sekundararzty aprender mucho. Pero
trabajando, con limitaciones y renunciando a muchas cosas; no creo que la conseguirá.
pero seremos felices, a pesar de todo. No soy capaz de ima- ¿Cómo te sientes, dulce amada? Tienes una ventaja sobre
ginar lo que sería no estar juntos durante dos días. mí. Cuando leas esta carta, ya será 6 de agosto, y hoy esta-
mos sólo a 4 de este interminable mes.
Con los más cariñosos saludos y besos, tuyo,
12 Ernest von Fleischl (1846-1891), amigo íntimo de Freud, solía Sigmund.
hacerle importantes préstamos. Sufría una neuralgia insoportable que le
hada consumir importantes dosis de morfina. A principios de mayo de Te ruego que des las gracias a Minna, en mi nombre.
1884, Freud comenzó a administrarle cocaína, con la esperanza de me-
jorar su estado. El cambio resultó peor y Freud tuvo que soportar muchas
críticas profesionales.
78 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 79

Viena, domingo. 17-8-1884. Me arreglaré para pasarlos adormecido, y luego apagaré mi


sed con tus besos y llevaré una vida distinta, que nos hará
Mi niña: más jóvenes una vez más, y al tener que volver a separamos
lo haremos seguros de no tener que enfrentamos en el futuro
¡Qué dulzura por tu parte! ¡Qué olor tan maravilloso con las privaciones que hemos soportado durante estos úl-
tienen estas flores, qué recuerdos me traen y cómo logran timos meses.
sacarme de esta sórdida vida de soltero rodeado de libros! Acabo de recibir carta de mi madre, quien me anuncia su
También me advierten que el verano se está terminando y llegada para las cuatro y media, pero hoy estoy de servicio.
que tendremos que apresuramos si queremos disfrutar del Con mis más cariñosos saludos y besos, tuyo,
otoño. Desde luego, estoy decidido a hacerlo así, y nada
podrá detenerme. ¡Aún una quincena en números redondos! Sigmund.
Dentro de ocho días regresará el jefe, y el precio que tendré
que pagar por volver a ti y recuperar mi claridad mental
depende del genio que traiga, aunque ningún precio me
parecerá demasiado alto. He cambiado más de lo que yo
mismo podía su poner. Hoy cuatro jóvenes colegas del hos-
Viena, lunes, 17-11-1884.
pital insistieron para que los acompañara en un paseo por
Dormabach. Cuando volvíamos nos detuvimos en el mismo Mi dulce mujercita:
café donde tú y yo pasamos una vez una tarde tranquila. Yo
estaba fuera de lugar, y tengo la sensación de que sólo puedo Mis saludos más cariñosos por la fecha. Pronto serán ya
ser feliz a tu lado. No se me pasa por la cabeza la posibilidad dos años y medio que estamos comprometidos. ¡Pensar que
de que llegue el momento en que pueda ya disfrutar sin ti. Si hemos esperado tanto tiempo! Estaría triste si no estuviera
se quitan los instantes que alegran tus cartas, he experi- convencido del hecho de que seas mía es más importante que
mentado durante los últimos Catorce meses sólo tres o cuatro la otra circunstancia: tu lejanía. Eres tan dulce y estás tan
días felices ... , que coincidieron con el éxito de algún traba- apartada de mÍ. .. ; pero intentaré concentrarme en el primero.
jito mío. Y esto es demasiado poco para un ser humano que
es aún joven y que, sin embargo, jamás se ha sentido joven. Dr. Leslie.
Y'corno sé que loque me hirió tanto ha sido tu partida, me Dr. Darling.
siento incapaz de reconciliarme con la que, por su falta de Dr. Montgomery.
corazón y su capricho, la hago responsable de tu marcha. Dr. Giles.
Esto es algo que sin duda habrás comprendido hace tiempo, Dr. Green.
mi vida. Mas, después de todo, ya sólo quedan quince días. Dr. Campbell.
80 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 81

¿Sabes lo que esto significa, preciosa mía? ¿Has leído el está muy simpático conmigo. Sólo pasó un día en Ham-
Quijote? ¿Recuerdas la condición que el héroe impone a to- burgo y se encontraba, además, muy deprimido porque creía
dos los caballeros que ha derrotado? Tenían que ir a Toboso que su descubrimiento había sido un fracaso. Por eso no fue
y besar la mano de Dulcinea. Ahora mis seis alumnos besan a verte. Todos me han superado en fama, pero no en felici-
tu mano. Sí, mis clases se han convertido en una realidad. dad, pues yo te tengo a ti.
Hoy hablé en inglés durante una hora seguida y demostré Tuyo,
mis explicaciones sobre un paciente, y la cajita que compré
en el viejo barrio de Speersort contiene 100 gulden, ganados Sigmund.
con el sudor de mi frente, de los cuales te envío una muestra.
¡Qué magnífico es todo esto! Uno de ellos no me paga. Se
trata del organizador de las clases, el doctor Leslie, al que,
por supuesto, he aceptado encantado sin cobrarle nada. Sin
embargo, esta tarde estuvo a verme y cantó mis alabanzas, lo
Viena,6-1-1885.
cual despierta mis recelos. ¿Tú crees que intentará cobrarme
una comisión al final? No lo creo. Mi preciosa amada:
¿En qué voy a invertir el dinero? En lo sucesivo, tú y
Minna beberán oporto, pasaré una cantidad cada mes a mi En el barullo de los últimos días no he encontrado un
familia y creo que podré mandarme hacer unos pantalones de momento de tranquilidad para poder escribirte. El hospital
invierno. Si con 10 que me reste puedo ayudar a Breuer en se ha convertido en un manicomio, y te voy a contar ahora
diciembre, estaré satisfecho. Ya te das cuenta que un ingreso mismo lo que ocurrió.
aislado de este tipo no supone una mejoría para mi presu- El domingo, Koller;" el que ha hecho tan famosa la co-
puesto; mas si las clases continúan regularmente, representará caína y con quien recientemente había hecho amistad, estaba
el fin de mi existencia miserable y será el fin de las «penurias». de servicio en el Registro y allí tuvo una pequeña diferencia
Estoy ocupadísimo actualmente. Tengo que atender al de- de opinión, relativa a una cuestión técnica sin importancia,
partamento, las clases y su difícil preparación, el trabajo de con el médico que actúa de cirujano en la clínica de Billro-
anatomía cerebral y el del derivado de la cocaína: ecgonina, th, quien súbitamente llamó a Koller «puerco judío». Ya
en el que nada se ha trabajado la semana pasada. ¿Cómo va puedes imaginarte la atmósfera y en general la amargura que
a funcionar todo esto simultáneamente? Voy a economizar sentimos, lo que quiere decir en suma, que cualquiera de
tiempo y dinero y a trabajar vigorosa y valientemente, ahora nosotros hubiera reaccionado como lo hizo Koller: abofeteó
que veo más probabilidades de salir adelante.
Lustgarten ha regresado y, además, en calidad de hombre 13 Carl Koller (1857-1944), oftalmólogo y cirujano austríaco, el
importante, ya que ha hecho un gran descubrimiento; pero primero en utilizar en cirugía la propiedad analgésica de la cocaína.
82 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 83

al que le insultó, el cual salió precipitadamente y acusó a Hasta ahora mis inyecciones para tratar la neuralgia están
Koller ante el director. Éste, sin embargo, desautorizó al dando buenos resultados. La lástima es que tengo muy pocos
delator, poniéndose categóricamente de parte de Koller. Esto casos. Ayer' fui a ver a los profesores Weinlechner y Strand-
fue un gran alivio para todos nosotros. Mas, dado que los hartner, quienes me autorizaron para utilizar el tratamiento
dos son oficiales del ejército, se vio obligado a desafiar a CON todoslos casos de este tipo que surjan en sus respectivos
Koller en duelo, y en este mismo momento están dirimien- departamentos. Espero poder completar así lo que ya sé so-
do sus diferencias a sable, habiendo fijado condiciones bas- bre el valor del procedimiento.
tante severas, Lustgarten y Bettelheim (el cirujano regi- Vaya ver si ya han regresado.
mental) actúan como padrinos de Koller. Todo ha salido bien, mujercita mía. Nuestro amigo re-
Estoy demasiado turbado para escribirte más ahora; pero sultó ileso del duelo, y su oponente tiene dos profundos
no enviaré esta carta hasta que pueda participarte el resultado cortes. Estamos todos contentos, y éste ha sido un día que
del duelo. Se podrían decir tantas cosas acerca de esto ... recordaremos orgullosamente. Vamos a hacer un regalo a
La alegría que muestras por mis pequeños regalos me Koller para conmemorar su victoria.
hizo muy feliz. Supongo que Minna no pensará que iba a Adiós; mi vida, y escribe pronto otra vez a tu
dejar lo de ella para más adelante. El libro de Eliot es para
ella; se los recuerdo de nuevo. En cuanto al dinero, mujercita Sigmund.
mía, es mejor que lo guardes tú. Para lo de Minna usé parte
de la suma anterior. Habrá de pasar largo tiempo antes que
reciban más.
Paneth me ha regalado seis botellas de vino, bastante
bueno, algunas de las cuales las mandaré a mi familia, aun-
que dejando otras para tomarlas aquí, en la habitación, con Viena, miércoles, 7-1-1885.
los amigos. También he mandado una a Koller para fortifi-
carle con vistas a su pelea. Se me ha ocurrido una compra Amada mía:
temeraria. Por los cuarenta y dos Borines de intereses que
produce el capital de Paneth me vaya comprar un reloj de Por fin he recibido tu carta, y me ha hecho mucha gracia.
plata decente con un cronógrafo en el reverso. Este aparato Ya veo que se te han llegado tres copias del artículo que
tiene el valor de un instrumento científico, y la vieja ruina querías. Ahora podrás enviarle una a Rosa.
que ahora llevo, en cambio, nunca está en hora. Sín reloj no Hay una cosa en la que no estoy de acuerdo contigo,
me siento del todo una persona civilizada. Los que te digo Martha. Dices que ahora somos muy sensatos y que en el
cuestan cuarenta Borines. Estoy demasiado impaciente para pasado nos tratábamos muy tontamente. Tienes razón' al
seguir escribiendo. afirmar que ya poseemos la sensatez suficiente para creer en
84 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 85

nuestro amor mutuo, sin tener duda alguna. Pero jamás peranzas puestas en este trabajo, pues si resultase habría lo-
hubiéramos llegado a este punto si no fuera por todo lo que grado atraer durante algún tiempo la atención, que es tan
hemos pasado. Fue la tristeza originada por las muchas horas necesaria para emerger al mundo. Todo lo que queremos nos
de sufrimiento que me has hecho pasar desde hace dos años lo daría este triunfo, y quizás el mismo Fleischl pudiese be-
las que me convencieron de que te amaba. Hoy, con todo el neficiarse de él. Y aunque no fuera totalmente sensacional,
trabajo que tengo acumulado y con la preocupación cons- siempre podría producir algo bueno
tante de conseguir dinero, posición y reputación, apenas me Tengo once candidatos para las clases, pero muy pocos
dejan un poco de tiempo para escribirte unas líneas cariño- casos, y me preocupa cómo podré hallar el material necesa-
sas. No olvidemos la época en que, para mí, la existencia rio. Sin embargo, ya me las arreglaré.
merecía la pena sólo si recibía carta tuya, y cuando una de- Ayer por la tarde fui a ver a Breuer, y allí me encontré a
cisión tuya significaba la vida o la muerte. En realidad, no sé Fleischl, que estuvo muy conversador, aunque no muy
qué otro proceder hubiera podido yo haber adoptado por agradable. ¡Si pudiera aliviarle su dolor! .
aquel entonces. Fue un período, de lucha y, finalmente, de Buenas noches, mujercita mía. Tienes razón: es triste que
victoria, y sólo cuando terminó logré encontrar la paz inte- no podamos intercambiar besos, sino sólo cartas. Tuyo,
rior necesaria para trabajar con la mirada puesta hacia el
futuro. En aquellos días luchaba por alcanzar tu amor, como Sigmund.
lucho ahora por conseguir tu presencia junto a mí, y debes
admitir que tenía que esforzarme tanto en aquel entonces
como ahora.
Durante los últimos días no me he encontrado muy bien
y he venido dedicándome a librar la batalla bicéfala que
constituye la trama de Auch Einer lucha contra el catarro y Viena, viernes, 16-1-1885
sus consecuencias. Tengo una combinación de constipado de
nariz-garganta-encías-oídos y me siento muy decaído. Te Mi dulce amada:
sugiero que leas a Vischer, y comprenderás cómo estoy.
Mi problema tiene un nombre específico y se llama Un saludo muy afectuoso por ell? ¿Te das cuenta de que
neuralgia, o dolor de la cara. La cuestión radica en saber si comencé también a dar las clases un 17? Y rápidamente paso
lograré éxito en su curación. Ya te hablé de un paciente que a darte mis noticias para no posponer tu alegría. La suerte está
ha mejorado mucho; pero ahora tengo otro mucho más de- echada. Hoy, después de haber ido a la peluquería para que
finido y con más probabilidades, en el pabellón del profesor me arreglaran la barba, la cual tenía en estado salvaje, fui a ver
Weinlechner. El resultado obtenido el primer día fue bueno. a Nothnagel, al que pasé mi tarjeta poniendo bajo mi nom-
Mas ¿qué sucederá en los subsiguientes? Tengo grandes es- bre: «Se toma la libertad de preguntar cuándo puede ver al
86 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 87

Herr Hofrat para una cuestión personal importante». Alre- gente que designan para Dozentur ... No habrá la más mí-
dedor de mí se amontonaban las personas que suele uno nima objeción.
encontrar en su casa, y pude darme cuenta de que algunos se -Tengo otros trabajos que deseo publicar, y dos de ellos
preguntaban, cuchicheando, si yo era médico y si me recibi- en un futuro inmediato.
rían antes que a ellos, que habían esperado tanto. La conver- -No los necesitará; éstos son más que suficientes.
sación más inteligible para mí se desarrolló entre una señora -Pero no hay ninguno entre ellos que trate de neuro-
enlutada y su hermano. Sus ojos femeninos diagnosticaron patología.
inmediatamente algo sospechoso en mí, mientras el hermano -No hay nadie que sepa una palabra de neuropatología
contradecía con una sonrisilla superior su sugerencia de que si no ha estudiado anatomía y fisiología. Si usted desea ser
quizá yo pertenecía a tan perniciosa profesión. Por fin les tocó Dozentur de neuropatología, elegirán tres personas para in-
el chasco, pues me hicieron efectivamente pasar antes que a formar sobre su preparación: Meynert, Bamberger y, pro-
ellos y me vi en presencia de la persona que tan a menudo ha bablemente, yo. No habrá oposición alguna, y si en la Fa-
represenrado un papel decisivo en mi vida, contemplando de cultad ponen algún problema, estoy seguro de que nosotros
nuevo, tras él, el retrato de la difunta con su expresión pen- lograremos superarlo. .
sativa y grave. Le pregunté si prefería que formulase mi pe- -Entonces, ¿puedo presumir que apoyará usted mi so-
tición en ese momento o más adelante. licitud para el cargo de Dozenturt Sé que Meynert lo hará.
-Si es breve -me contestó-, que sea ahora; en caso -Creo que no habrá objeciones. Si las hubiese, creo que
contrario, será mejor dejarlo para otra vez. sacaremos adelante el proyecto.
Le prometí ser breve. -Se trata, en realidad, de legalizar un curso extraoficial
-Una vez me dijo usted que estaba dispuesto a ayudar- -añadí-o Sólo doy clases, en su idioma, a un grupo de
me, y le creí porque se trataba de usted. Ahora ha llegado esa ingleses, pero el curso puede abrir muchas posibilidades en el
oportunidad. Me gustaría saber qué opina usted, basándose futuro.
en lo que he publicado hasta ahora, acerca de si debo soli- Después nos estrechamos las manos efusivamente, y salí
citar el cargo de Dozentur o si, por el contrario, he de espe- de allí casi convertido en el benjamín de los Dozent. Envia-
rar que mis colaboraciones sean más numerosas. ré mi solicitud la semana que viene. Esta vez recibirás tu
-¿Sobre qué tratan sus artículos, doctor Coca? .. (así, serpiente de oro.
pues, asociaba la coca con mi nombre). Que un solo beso lleve la representación de los muchos
Le interrumpí para enseñarle una recopilación de mis que quisiera darte tu
escritos, de la que formaban parte algunos trabajos anterio-
res a Marty y otros posteriores. Los contó. Sigmund.
-Tiene usted ocho o nueve -dijo-o ¡Oh, entonces
debe usted mandar su solicitud! Cuando pienso en la clase de
88 SIGMUND FREUD 89

Viena, miércoles, 21-1-1885. \!lrgente. Espero que no lleguemos de nuevo a tus disculpas
de que no me puedes escribir en una habitación porque hace
Mi pequeña novia: demasiado frío, ni en la otra porque no te dejan hacerlo
tranquila. Esta es la carta más terrible que jamás he recibido
Han sucedido muchas cosas, por 10 que debes perdo- de ti, y no la olvidaré aunque llegue a cumplir ochenta y
narme si esta carta te parece un poco confusa. Se ha rumo- cinco años y tú sigas dándome un beso diario, lo que quizá
reado que había muerto el Kaiser alemán. Sin embargo, si- sea pedir demasiado. Querida, ¿es posible que sólo seas
gue, al parecer, después de todo, vivito y coleando. Estoy afectuosa en verano y que en invierno te congeles? Siéntate y
seguro de que nos enterrará a todos. contéstame sobre esto inmediatamente, pues aún estoy a
Hoy entregué mi solicitud para el cargo de Dozentur y tiempo de salir y buscarme una novia para los inviernos .
hablé con los profesores Ludwig y Meynert. Este último se . ¿Qué más? Que tu mala suerte tendrá que ser excepcional
mostró decididamente optimista y se refirió a la sala neuro- si pierdes esta vez la serpiente de oro. Quizá no sepas que las
lógica que espera conseguir. Tengo la impresión de que, si lo novias de los Dozents están obligadas a llevadas para distin-
logra, me iré con él. Han debido de hablar largo rato sobre guirse de las prometidas de los médicos corrientes.
mí esta tarde. Fleischl ha sido invitado a casa de Meynert y Otra cosa deseo decirte: No está bien que tachemos a una
va a romper también una lanza en mi favor, mientras que persona de «asquerosa» porque se interponga en nuestro
Ludwig se ha ido a un restaurante para trabajarse al peligroso camino. Pfunge, especialmente, está en su derecho, y sus
Kundrat, 'el anatomista patológico. intenciones distan de ser asquerosas. En cualquier caso por el
Ahora hablemos de tu carta. Hay en ella muchas cosas momento se ha podido evitar lo peor.
que merecen inmediata respuesta.· En primer lugar, a la Voy a encuadernar algunos libros. Desde mañana cenaré
pregunta de si te dejo patinar, te contesto rotundamente que en mi habitación. En caso contrario perdería la costumbre de
no. Soy demasiado celoso para permitir tal cosa. Yo no sé trabajar por las tardes.
patinar y, aunque supiera, no tendría tiempo para acompa- Buenas noches, mujercita; sé muy buena y quiéreme un
fiarte, y alguien habría de hacerlo, de modo que olvídalo. poco.
También insisto en que te compres una buena alfombra, Tuyo,
aunque tengas que gastar la totalidad de los veintiocho
marcos que te enviaré con los beneficios de mi próxima Sigmund.
conferencia. Por el momento, estoy sin un centavo. Si a ti
te queda algo de dinero, inviértelo en lo que te digo y te
mandaré algo apenas pueda.
En tercer lugar, no veo por qué has de tener frío. ¿Es que
no hay ni estufa ni leña en Wandsbek? Exijo una explicación
90 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 91

Viena, martes, 31-3-1885. mero que sucederá es que no tendré tiempo de acabar el
trabajo que estoy realizando sobre el cerebro, y lo segundo,
Mi dulce amada: que no me darán permiso para hacer el viaje, por lo que
tendría que abandonar el puesto dentro de dos meses. Esto
Aparte de tus dos encantadoras cartas, otras muchas cosas irritaría al Primarius Hein. Por otra parte, si renuncia al viaje
agradables me han ocurrido en estos últimos días, y quiero y continúo con la rutina del hospital, pronto perderé mi
ahora contártelo todo detalladamente. En primer lugar, mi paciencia. Es cierto, desde luego, que rodavía no me han
segundo artículo sobre la cocaína ha sido reproducido tex- concedido la subvención, y mucha gente diría que es una
tualmente en un Zentralblatt. En segundo, he recibido del locura rechazar un empleo que solicité hace un mes. Pero el
doctor Pritchard, a quien todos conocen, una simpática carta diablillo que llevamos dentro es lo mejor de cuanto posee-
que no dejaré de contestar y que te adjunto. Me alegro mu- mos. Es el propio yo. No debe uno meterse en nada si no
cho ahora de haberle dicho que fuera a Wandsbeck. Pero lo siente entusiasmo. ¿Qué te parece? Dime cuál es tu opinión.
más importante de todo es que he hecho unos cinco o seis Hoy hace cuatro años que me doctoré, y lo he celebrado
descubrimientos excelentes en la especialidad de anatomía tomándome unas vacaciones y visitando a Breuer al medio-
cerebral, que me darán base para escribir mi siguiente artí- día. El trabajo comienza mañana otra vez. Estoy muy bien y
culo. Algunas de las cosas que estoy descubriendo están confío en que tú también lo estés. Si pudiera verte ... ¿Te
siendo publicadas sueltas, semanalmente, por otra persona reconocería en la calle? De vez en cuando veo alguna mu-
(de Leipzig), y estoy esperando hasta reunir todo el material chacha que se te parece, por tal o cual rasgo de su persona, e
necesario para dar a luz un trabajo completo. No estoy seguro invariablemente la sigo para convencerme de que no eres tú.
de si debo enumerar el acontecimiento siguiente entre los Probablemente no verás Viena de nuevo hasta que seas
agradables. La elección victoriosa de mi rival para el puesto mi esposa. Que tal cosa suceda pronto es el deseo de tu
de Sekundararzt no ha sido confirmada aún por el gobierno
local, porque es húngaro y desde ahora en adelante las per- Sigmund.
sonas de esta nacionalidad van a ser consideradas como ex-
tranjeros. Existe la posibilidad generalizada de que el go-
bierno local me nombre a mí en vez de él. Pero por ahora,
tengo pocos deseos de formar parte del personal del hospital.
Lo que deseo, como tú sabes, es ir a París pasando por Altamente estimada princesa:
Wandsbeck, y tener el suficiente tiempo libre para terminar
mi trabajo sobre el cerebro y más adelante la independencia Si cumples tu palabra, mi dulce amada, recibiré mañana
precisa para ponerme seriamente a determinar cuáles son las carta tuya en vez de una postal. Te prometo que, una vez
posibilidades que tenemos aquí. Si acepto el cargo, lo pri- hayamos superado este terrible período de espera, no tendrás
92 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 93

que volver a coger una pluma en diez años. ¿Qué te parece- clientela, pues es demasiado bonito. Finalmente, te diré que
ría si nos casáramos en agosto, después de haber obtenido mi las galletas tienen un sabor un poco picante. Es increíble que
Dozentur? Yo tendré que alquilar un piso de todas maneras, Unas galletas puedan saber así. Mientras disfruto de la ter-
y ambos somos aceptables como arrendatarios. Al hablar de nura que con estos objetos has derramado sobre mí, se me ha
esto me acuerdo de que jamás respondes a estas sugerencias, ocurrido una serie de pensamientos que pueden ser resumi-
limitándote a dejarme hablar y riéndote ocasionalmente de dos así: la preparación para el matrimonio escama escribir
mí. ¿Por qué, de una vez, no me dices lo que piensas, cuán- un artículo: nunca se acaba. Es preciso fijarse una meta y
to tardaremos en casarnos, cuánto nos costará, y en qué cuando ésta llega, dejar la pluma. Yo he decidido por mi
condiciones necesitamos dar este paso, etc.? Espero que me cuenta que para el 17 de junio de 1887 ya habremos termi-
envíes un plan muy detallado acerca de nuestro futuro. nado con esta situación tan triste y estaremos casados, estén
Podría añadir que hoy me siento nuevamente en un es- las cosas bien o mal, o incluso aunque no marchen en nin-
tado de ánimo saludable, que debe de ser el buen humor de guna dirección. ¿Por qué no podríamos pasar juntos algunas
la convalecencia. De modo que no te enfades, mi vida. Ser privaciones? Y, además, durante el primer año podríamos
sano es maravilloso si uno no está condenado a permanecer vivir con tu dinero, porque para entonces el mío ya se habría
solo. Bueno, cuando llegue el verano, las aguas tranquilas terminado. La realización de este plan, que lo tomo muy en
comenzarán a agitarse. Saludos y besos de tu serio, depende únicamente del consentimiento de una sola
persona: tú, Marty,
Sigmund. Hoy fui a ver a mi familia y, tomé una decisión muy au-
daz, motivo por lo cual fui a la casa de Tischer y le encargué
los dos trajes que necesito urgentemente. ¿Te parece bien?
Cuando supieron quién era me recibieron con los brazos
abiertos.
Buenas noches, mi dulce amada. Es la una y media de la
Viena, jueves, 7-5-1885. madrugada y el día se me ha escurrido de entre las manos.
Espero trabajar mañana y recibir carta tuya. Las flores son
Mi preciosa princesa: para Minna. Tuyo,

Hoy llegaron todos mis tesoros y me produjeron gran Sigmund.


alegría. Esperaba que la escritura fuese mucho más compli-
cada, aunque así resultará más fácil. El pequeño block de
recetas me encanta, y me parece mentira que tú sola lo
comprases, pero no lo usaré hasta que tenga mi propia
94 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 95

Viena, martes, 12-5-1885. es una persona capaz. Y la única manera de convertirse en


auxiliar de cátedra es a través de una recomendación de un
Mi preciosa mujercita: catedrático.
¿Qué tenemos que ver nosotros con la Cruz? No somos
Estoy tan encantado con el nuevo «sí» de tu última carta ni supersticiosos, ni ortodoxos beatos.
como lo estuve con el primero. Hagamos las cosas como tú ¿Estás otra vez bien, querida mía? Mi salud es excelente,
quieres. Yo me haré cargo, desde luego, de las preocupacio- y el pequeño éxito obtenido en mi trabajo también me
nes y los problemas que se presentaran; pero supongo que tú alienta. Nothnagel estuvo en la reunión de hoy, pero se
también te darás cuenta y comprenderás que es mejor mostró muy impaciente y con deseos de irse a su casa: o uno
compartirlos juntos, habiéndose cumplido para entonces la de sus hijos está enfermo, o le esperaban diez clientes a diez
realización de nuestros anhelos. Esta larga espera no contri- florines la consulta cada uno.
buye a animamos ni a rejuvenecernos y, como tú misma He ido a ver a Fleischl tres veces, pero siempre lo eni
dices, tampoco elimina la preocupación por el futuro. En- contraba durmiendo. Es imposible compenetrarse con Mey-
tiendo que tu consentimiento es serio y no caprichoso. Y nert. Ni escucha ni entiende lo que uno dice. Le doy muchos
estoy profundamente feliz. No puedo decírtelo con otras de mis portaobjetos con muestras, por lo que busca mi
palabras. Ahora deja que te diga que hoy hablé durante una compañía en estos últimos días.
hora en el club sobre anatomía cerebral, aunque en verdad Buenas noches, querida mía; que tengamos buena suerte
sólo para una persona: el profesor Obersteiner, porque los y que nuestros- sueños se conviertan en realidad. Tuyo,
demás parecían estar muy aburridos. Pero yo lo pasé bien y
no salí del todo malparado al exponer tan complicada ma- Sigmund
teria. Estoy escribiendo una carta al profesor Mendel, de
Berlín, director de una revista de neurología, pidiéndole que
incluya un artículo mío. Estas cosas me complacen. Sin
embargo, no quiero que pienses que me dedico exclusiva-
mente a la anatomía cerebral.
Sabía que te alegraría lo de Tischer. Lo hice sólo por ti. Viena, domingo, 17- 5-188 5.
Lo único malo son los precios. Hasta ahora, sólo he recibido
uno de los trajes, que me pongo por las mañanas (la oftal- Preciosa amada:
mología es un trabajo limpio) y me lo quito por las tardes al
ir al laboratorio. Este asunto del doctor R ... , que tanto te Mientras tú lo pasas tan bien con las actividades de la
horroriza, no es nada malo, y menos nuevo. Se trata de un economía hogareña, yo estoy tentado por el deseo de solu-
favor, desde luego, pero no se lo han dado a un inútil, pues cionar el problema de la estructura cerebral. Estoy conven-
96 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 97

cido de que la anatomía cerebral es el único rival que tienes y Pero si está relacionado con nosotros, te pido muy se-
que tendrás siempre. Me permito decirte ante todo que últi- riamente que me informes, y estaré con los nervios de pun-
mamente he tenido varias ideas afortunadas y se me ha ocu- ta hasta que sepa de qué se trata. ¿Qué puede ser lo que no"
rrido un número de opiniones suficiente para seguir trabajan- quieres contarme? Si es sólo un problema de Elise, no tienes
do. Espero incluso que algunos puntos de vista me permitirán más que decírrnelo y renuncio desde ahora a que me lo
sacar importantes conclusiones de mis descubrimientos. Ayer cuentes.
recibí una carta de Berlín en la que me prometían incluir mi ¿Que si me gustaría verte otra vez? Querida ... , ¡qué
artículo, siempre que lo envíe inmediatamente y que no ex- pregunta! ¿De dónde quieres que saque el dinero para ha-
ceda de una página. Cuando llegó la carta tenía dolor de ca- cerlo? Te aseguto que no lo sé. Si no me dan la subvención
beza, y ésta es la tercera vez que me ocurre esto en la semana; del viaje, que es muy dudosa, no me importaría emplearme
por lo demás mi salud es perfecta. Creo que la salsa tártara durante el verano con una familia acomodada e ir a verte en
que comí en la habitación de Fleischl fue lo que me cayó mal. otoño con el dinero ahorrado; como el año pasado, cuando
Tomé algo de cocaína, y mi dolor desapareció en el acto. me ofrecieron un empleo de doscientos florines mensuales.
Luego continué con mi artículo y escribí también una carta al En aquella ocasión lo rechacé, y nunca he lamentado tal
profesor Mendel, pero estaba tan sobreexcitado que tuve que decisión, pues si lo hubiera tomado me habría perdido la
seguir trabajando y escribiendo, y no pude dormir hasta las época más feliz de mi vida.
cuatro de la mañana. Hoy estoy estupendamente y muy Ha sido delicioso por tu parte que te hayas acordado de
contento con mi artículo, que, a pesar de ser corto, contiene Paneth. Yo lo había olvidado completamente. Me doy cuenta
información muy importante y sin duda aumentará aún más de que si la gente me quiere el día de mañana será única-
mi reputación a los ojos del público. Aparecerá el 10 o el 15 mente por ti. Tischer me ha traído mi segundo traje, que es
de junio, si puede ser aún incluido en el último número o magnífico. ¿Podrás verlo mientras aún esté nuevo? ¡Sólo Dios
tendrá que esperar su próxima publicación. sabe cuánto le debo ya! Se lo pagaré a plazos, como suelen
Hoy se me fastidiaron los resultados que obtuve, porque hacer varios colegas míos del hospital. Hoy hace buen
la muestra en que había puesto mis mayores esperanzas re- tiempo. Me quedé en casa, pues cada día me gustan menos
sultó inútil, y ahora tendré que recurrir a otra. Por lo demás, las distracciones que no logran que olvide mi soledad.
sigo trabajando mucho. El pasear aumenta mi melancolía.
Marty, ¿por qué excitas de este modo mi curiosidadiSi lo Acabo de terminar una carta para Schonberg, por favor
que no quieres decir a nadie más que a mí concierne única- envíame su dirección.
mente a Elise, y sólo por eso estás tan nerviosa y preocupa- En 'nuestro trigésimo quinto aniversario mensual te envío
da, no me importará en absoluto esperar para que me lo afectuosos saludos y anhelo besarte repetidamente, Tuyo,
cuentes algún día en que no tengamos otra cosa más im-
portante de qué hablar. Sigmund.
98 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 99

nada en este mundo. La verdad es que estaba muy dispues-


to a renunciar a ella cuando en mi mente había prescindido
también del desplazamiento a Wandsbeck, pero ahora que
Viena, 6-6-1885. poseo una pequeña suma (cien florines) para este propósito,
me siento incapaz de rechazar tan valiosa ayuda. Cien flori-
Mi preciosa amada: nes es una suma muy pequeña para pagar esta visita, por
mucho que economicemos y aunque no te lleve ningún re-
Bueno, parece que por fin comienzan a moverse las cosas. galo. Me sería casi imposible quedarrne diez días a tu lado
Hoy recibí la convocatoria para el examen oral que habré de después de haber deducido el precio del tren, y, lo que es
hacer el sábado 13 ante el claustro de profesores. Estimo que más, no dispondré de sueldo alguno para entonces, pues
será un examen muy' fácil y nada más. Pero ¡qué de compli- es imposible solicitar una prórroga del permiso y tendré que
caciones aporta! Te~dré que comprarme un sombrero de dimitir el 10 de septiembre, lo que haré con la mayor alegría.
copa, así como unos guantes. ¿Qué clase de chaqueta me Es horrible carecer por completo de dinero, mi vida. No sé
pongo? Tengo que llevar levita. ¿La alquilaré, o me la mando quién inventó eso de que los vestidos femeninos sean tan
hacer? Acabo de estar con Tischer y me he encargado un frac, caros yes por eso que los hombres no se atreven a casarse. Yo
pero no sé si darle contraorden, pues, si no, tendré que al- tiemblo cuando me imagino la cuenta de mi sastre.
quilar una levita para el examen oral y para la conferencia Los acontecimientos de los dos sábados venideros pro-
examen: también necesitaré una chaqueta negra. Bueno, la bablemente me ayudarán a salvar el aburrimiento que es de
verdad es que necesito las dos. ¿Cómo voy a solucionar esto? esperar en Dobling, Mi artículo sobre anatomía cerebral
Estoy totalmente desorientado. ¡Y cuando pienso en todas las aparecerá el 15 de junio. El aniversario de nuestro noviazgo
deudas que tengo! ... Me han concedido el permiso. Paneth y el cumpleaños de Minna también caen por esas fechas.
me ha prestado un saco de viaje y acabo de tener carta de Realmente, si todo marcha bien, éste puede ser un gran mes.
Obersteiner, quien me dice que no podré dormir allí hasta el Mi americano me ha pagado los primeros veinte florines,
jueves. Eso facilitará el traslado, pues así podré llevar mis que guardo para ti. Va a pagarme cada quince días, y éste será
cosas en varios viajes. Quiero llevarme conmigo los libros y su tributo para mi princesa y su hermana. La única fuente de
algunas muestras cerebrales. ingresos que tengo de momento, aparte de mi alumno, es el
Hoy le di cincuenta florines a mi madre. Breuer se ha barón S... que ya me ha pagado dos visitas y quizá me pague
portado de nuevo maravillosamente en el asunto de Fleischl. otras dos este mes.
Es imposible hacer su apología diciendo únicamente cosas Una cosa me preocupa. Siento tal pereza, que no me
buenas, y sería preciso también .subrayar la ausencia en él de atrevo a pensar seriamente en cómo va a terminar todo esto.
innumerables cosas malas. ¡Y encima el calor! Marry, te darás cuenta de que hoy no
Me encantaría tener la subvención, querida, más que tengo control sobre nada.
100 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 101

Por favor, sígueme escribiendo a mi antigua dirección. de lo felices que seremos juntos cuando tal cosa suceda y de
Mis más cariñosos saludos, preciosa amada. Tuyo, cómo procuraremos mantener los límites de tiempo que nos
hemos fijado y aun acortarlos. Entonces te volveré a repetir
Sigmund. todas estas cosas y me comprenderás mejor que ahora. Sin
embargo, espero que sólo dudes de mi amor en pocos mo-
mentos y en instantes de gran agitación. Sabes que, después
de todo, desde el momento en que te vi por vez primera, me
sentí determinado -¡no, obligado!- a cortejarte y de que
persistí no obstante todas las advertencias de mi sentido
Viena, viernes, 19-6-1885. común, y de cuán inconmensurablemente feliz he sido des-
de ese momento, y de que he vuelto a recuperar la confian-
Mi amada mujercita: za en mí mismo, etcétera. Mi amada Marry, la vida en el
sanatorio es mucho más agradable de lo que esperaba, y esto
Últimamente te he echado de menos más que en cual- se debe en gran parte a la amabilidad de Obersteiner, que no
quier otra época desde que nos separamos. Este es el resul- tiene ninguna clase de hipocresía, y que procede de su ge-
tado de tu dulce y cariñosa carta, que llevo conmigo cons- nuina bondad. También me llevo muy bien con el viejo. A
tantemente. Me siento ilimitadamente feliz por lo que me veces, cuando acude algún cliente a su consulta, actúo como
cuentas, pero no dejo de comprender que una satisfacción ayudante privado, y me ha prometido que me enviará pa-
tan grande le quita a uno toda inspiración. Todo lo que cientes para mi tratamiento eléctrico. En ocasiones me da
puedo decirte es que si nuestro noviazgo hubiera necesitado, consejos, diciéndome, por ejemplo, que me concentre en el
no tres, sino siete años para realizarse, según nuestras cos- estudio de las enfermedades nerviosas infantiles. ¡Si yo pu-
tumbres patriarcales, no me habría parecido ni demasiado diera ocuparme de una cosa así con carácter oficial! ...
rápido ni excesivamente tardío. ¡Qué tonterías estoy di- Mañana sábado es el informe y la votación sobre mi
ciendo! ¡Y qué irritante resulta esta parquedad cuando uno examen oral, y también han de darme el tema y la fecha para
está acostumbrado a tener facilidad de palabra y ésta de mi próxima conferencia examen. También habrá una vota-
pronto se niega a obedecemos! Te he respetado siempre por ción sobre la subvención del viaje, que es muy importante
esa misma reticencia tuya que a veces te eché en cara; jamás para mí, aun que ya no tanto como cuando la posibilidad de
podría confiar en el amor que reacciona rápidamente ante la verte dependía exclusivamente de esta cantidad.
primera iniciativa, prescindiendo del privilegio de crecer y Sueño con la beca todas las noches. Ayer, por ejemplo,
desarrollarse con el tiempo y la experiencia. No, no puedo soñé que Brücke me decía que la subvención no era para mí,
encontrar las palabras precisas y prefiero escribirte de lo rá- pues había otros siete candidatos y todos ellos poseían po-
pido que van a transcurrir los próximos dos meses y medio, sibilidades mayores que las mías.
102 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 103

Con estas dos fotografías, nuestro álbum ha quedado florines) se ha convertido en realidad. Espero sacar mucho
completamente lleno. Cuando nos hagamos más fotos, en provecho de esta lotería. La concesión de dicha cantidad
septiembre, he decidido iniciar un nuevo álbum dedicado demuestra también que el claustro de profesores tiene una
sólo a ti. buena opinión sobre mí, Me siento inexplicablemente feliz,
Te saludo y también a Minna cariñosamente, y pronto y junio ha resultado ser un mes magnifico. En esa misma
podré darte noticias (acerca de la decisión) ... Tuyo, reunión resultó aprobado mi Dozentur por diecinueve votos
contra tres. En la primera votación obtuve diecinueve contra
Sigmund. uno. Como verás, sólo dos malvados se unieron luego a la
oposición. Mi conferencia, examen se celebrará dentro de
una semana, el día 27, sobre un tema relacionado con la
anatomía cerebral, lo que me conviene extraordinariamente.
Te envío mis más cariñosos saludos, y no llego a acos-
turnbrarme del todo a la idea de que también yo puedo tener
Viena, sábado, 20-6-1885. suerte. Mas ... ¿acaso no fue el día más afortunado de mi
Por la tarde. vida un 17 de junio, hace tres años?
. Con cien mil besos, todos y cada uno de los cuales ha-
Princesa, mí princesita: brán de ser pagados en efectivo, tuyo,

¡Oh, qué maravilloso va a ser todo!: ir allá con dinero. Sigmund.


Estaremos juntos durante mucho tiempo. Y llevo un bonito
regalo para ti. Después seguiré mi viaje a París y seré un gran
erudito, y más tarde, al regresar a Viena, lo haré con un
enorme halo y en seguida nos casaremos. Curaré todos los
casos nerviosos incurables, y tú serás mi amuleto para con-
servar una salud perfecta; te besaré millares de veces hasta Viena, martes, 23-6-1885.
convertirte en una muchacha fuerte, alegre y feliz... , y «si no
han muerto, todavía viven hoy». Mi dulce amada:
Casi te envío un telegrama para decirte que obtuve la
subvención por trece votos contra ocho, pero luego pensé Acabo de recibir tu carta tan esperada, con las tristes
que de esa forma tendrías que esperar dos días más hasta noticias que ya adivinaba. No estoy de acuerdo por completo
recibir mis noticias, y que quizá preferirías una postal. Tu con tu opinión, pero probablemente no exista gran dife-
presentimiento acerca de los mil quinientos marcos (608 rencia entre nuestros puntos de vista. Schonberg no puede
104 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 105

casarse con ella por ahora, lo cual, se mire como se mire, Viena, jueves, 25-6-1885.
es evidente. Si muere a consecuencia de su enfermedad, es
Dulce amada:
obvio que no podrían casarse; en tanto, él no está bien que
la vea como mujer de otro. Por tanto, no me parece que haya Haces bien en escribir de Schonberg y Minna y no de
que adoptar ninguna decisión específica, pues todo debe nosotros. Comparto tus sentimientos, aunque sólo conozca
solucionarse por sí solo. No creo que sea necesario romper el esta situación por tus cartas. Si tus observaciones son exactas
noviazgo ante el acontecimiento previsible que, tarde o -y no lo dudo-, no podemos confiar en su mejoría y
temprano, sucederá. En cuanto a Minna, me imagino que tendremos que ahorrar todas nuestras energías para el día en
deseará prolongar sus relaciones con Schonberg mientras él que Minna necesite nuestro consuelo. Este hombre, un buen
viva. No creo que tú te comportaras en forma distinta, es. hombre, es merecedor de que lo recordemos con cariño, pero
decir, que me abandonaras antes de morir si se diese tan fa- está acabado. No me atrevería a opinar así delante de ningún
tal desenlace. Por mi parte, no renunciaría a lo que es más paciente suyo, ni de algún pariente, pues se dan casos de
precioso para mí mientras me quedase un poco de vida. Sin curaciones inesperadas, pero no son comunes. En mi opi-
embargo, nosotros vivimos y llegaremos a ser felices, y la nión, ya está hecho el diagnóstico definitivo. ¿Qué es lo que
pobre Minna, si la India no la ayuda a olvidar, se verá ro- podemos hacer, mi vida? Me temo que muy poco. Estás en
deada por mil recuerdos dolorosos. Así que, de momento, lo cierto al afirmar que no es posible cambiar la sociedad ni
dejérnosla aferrarse a la poca esperanza que aún le queda. Es siquiera. para salvar a nuestro paciente, que no nos es dado
triste, mi amada mujercita. ¿Te das cuenta de toda la clase de convertir en hombre pudiente a quien tiene que ganarse la
limitaciones que amenaza a la felicidad humana y que sólo vida trabajando, y que pudiera permitirse el lujo de disfrutar
con pensar en esto nos sentimos desdichados? Mantengá- de la vida y cuidar su salud. No hay nada que hacer, y esto es
monos unidos y así podremos ayudar a las personas queridas. lo terrible. La enfermedad en sí es curable, pero no así la
Saludos muy cariñosos. El tiempo se me hace ahora lar- posición social y las obligaciones de la persona. Tú tendrás
guísimo. Espero tantas cosas ... Devotamente tuyo, que mantenerte fuerte y ser ahora más que nunca la hermana
mayor y única de Minna, sin quitarme a mí ni un poco de tu
Sigmund. cariño, pues yo no deseo prestarte a nadie. Cuídate y cuídala.
Si cuando llegue las encuentro a las dos pálidas y enfermas,
Querida, escribe unas letras en una postal para Anna continuaré mi viaje a París sin detenerme ... No; me quedaré
Hammerschlag. con ustedes y gastaré los seiscientos florines en Wandsbeck.
Después de cenar te escribiré acerca de mi proyecto con
FleischL Tuyo,

Sigmun'd.
106 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 107

pasado del todo mal. Empezamos a andar desde KIam y su-


bimos al Adlitzgraben, después al Semmeling. En el prime-
ro, descubrimos un Gasthaus con una magnifica vista y una
Meidling, 23-7-1885~ pequeña y deliciosa camarera, y Dolfi, con su sentido co-
Doce cuarenta y cinco del día. mún, sugirió que pasáramos la noche allí, pero yo insistí en
continuar el camino hasta el «Archiduque ]ohann», en el
Mi princesita: límite de Estiria.
Allí comenzaron nuestras aventuras. Desde que llegamos
En la mañana temprano recibí tu postal. Lamento no ser y, no obstante las indirectas que me dirigieron, me negué a
capaz de comprender tu hamburgués. Te agradezco mucho reservar habitaciones para la noche. Salimos a dar un paseo,
los cinco marcos que me enviaste. ¿Por qué anticiparse a los y cuando regresamos, ya tarde, no nos quisieron admitir.
malos tiempos? Hazme el favor de enviar un informe fi- Alumbrados por la luz de la luna nos fuimos al hotel, desde
nanciero. Para tu conocimiento, te diré que tengo ya un baúl allí a la residencia para turistas, y de ésta a un establo; pero
y un saco de viaje. Mi primo Moritz me ha dejado las, dos no encontramos habitaciones. Quisimos que nos indicaran el
cosas. Ahora te lo explicaré: Dolfi y yo estamos comiendo camino para volver al Gasthaus, pero nadie nos ayudó, pues
aquí, tras haber hecho un alto en nuestra gran excursión al decían que, en la oscuridad, no seríamos capaces de encon-
Semmeling. A la una y media tomaremos el tren hasta la trada. Al final, el dueño de la fonda nos dejó que hiciéramos
aldea Payerbach, y después iremos caminando parte del re- las camas en el pequeño comedor, y aquí estamos ahora ce-
. corrido, dormiremos donde nos coja la noche y regresaremos nando en paz. Dolfi resiste bien y camina como un soldado,
mañana temprano. Todo esto no deja de ser una experiencia no tiene miedo de los «oscuros bosques», y está constante-
para la pequeña. mente alegre y feliz y no hace ningún reproche, aunque tiene
buena base para ello. En esta excursión he dado rienda suelta
a toda mi irresponsabilidad. Ni siquiera he traído dinero
suficiente, y así que Dolfi tendrá que cooperar. Ya sé lo
molesta que estarías conmigo si estuvieras en estos proble-
mas, pero, si así fuera, acallaría tus protestas con besos y
Semmeling, diez de la noche. comprendería tus reproches. La verdad es que lo he arregla-
do todo, y lo estoy pasando bien. ¡Ah, si estuviésemos juntos,
Todo ha salido muy bien. El tiempo es maravilloso, y la mi dulce princesa!. .. La verdad es que tendré que recupe-
mantequilla y la miel también, hemos pedido un cuarto de rarme durante los próximos días y reducir gastos. Ya com-
Gespritzter. Todo está estupendo. Partiendo del hecho que sin prendo por qué no te gusta que cuente los días que nos se-
ti cualquier placer se convierte en tortura, aun así, no lo he paran. Le he querido ofrecer a mi pobre hermanita un
108
SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 109

cumpleaños agradable y 10 he conseguido. Mas desde este los pequeños rusos; pero sólo llegué a conocerlo después de
momento hasta que te vea, sólo habrá para mí una sucesión que descubrí mi método. Sachs tradujo mi artículo al inglés
de días atareados y laboriosos, pues, si no, me parecería que para Brain o, mejor dicho, corrigió mi traducción, y D ... se
no merecía la suerte de acudir junto a ti. ofreció a traducirlo para una revista médica rusa, y así 10 hizo.
Partí en dos el pliego de papel de cartas que había traído Gradualmente comenzó a confiar en mí, y descubrí en él un
y le di la mitad a Dolfi. Ahora te escribo en un trozo de pa- fanático tras ese aspecto sosegado. Sentía repugnancia hacia
pel que traía por casualidad. Regresaremos mañana por la toda clase de distracciones, y en su alma no había espacio más
mañana, pues deseo pasar tu cumpleaños en contemplación que para su patria, su religión y la anatomía cerebral. Su
solitaria.
ambición era la de escribir el primer libro en ruso sobre el
Buenas noches, mi mujercita. Tuyo, tema. Disgustado con Meynert, se fue a Leipzig con mi rival
Flechsig. Me escribió una vez desde allí, pero no recibí con-
Sigmund. testación al yo escribirle. Desde marzo del año pasado he
leído varios de sus artículos sobre anatomía cerebral. Y ahora
está aquí, para pasar su último año en el extranjero, en la
clínica de Charcot." Su gobierno le ha prometido una cáte-
dra para cuando él regrese. Tras la consulta, vino a saludarme
y me anotó su dirección. Lo acompañé y estaba, como
París, miércoles, 4-11-1885. siempre, muy simpático y me preguntó por mi prometida,
expresando la esperanza de que no tendría que hacerla es-
Amada mía:
perar todavía mucho tiempo. En cierta ocasión, conoció a mi
padre en Viena, y me preguntó por él. Todo esto me com-
La gran noticia es que ayer, tras haber llegado tarde a la plació mucho; por la tarde lo visité, cenamos juntos y to-
Consultation Externe (me siento estos días bastante indife- mamos té en su habitación, y me sentí menos aislado. En un
rente hacia todo), vi entre los presentes un pálido cráneo, artículo que me enseñó decía que mi método le había pro-
cubierto de rubios y ralos cabellos, que me hacía una leve porcionado las mejores ilustraciones para su investigación, y
reverencia y resultó ser mi amigo in cerebro Darkschewitsch, los dibujos que él hizo están copiados de estas muestras. Me
de Moscú. Deja que te cuente la historia de nuestra amistad. dijo que mi método había causado una gran sensación en
Cuando entré para trabajar en el laboratorio de Meynert a Leipzig, lo cual me alegró. De FIechsig opinaba que era un
estudiar el método de la solución de oro, encontré allí a un
americano, míster Barney Sachs, hombre amable (más tarde
supe que era judío), yal ruso Darkschewitsch. Éste atrajo mi 14 Jean-Martin Charcot (1867-1936), famoso médico francés, uno
de los fundadores de la moderna neurología. Realizó importantes estudios
atención por su aspecto melancólico, típico de los rutenios y
sobre la histeria y la hipnosis.
110
SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 111

hombre insignificante e incapaz de sacar partido a su des- conocer a los médicos y a los pacientes alemanes, por lo que
cubrimiento. Cuando aludí en broma al carácter melancóli- me parece que debo de sacrificarle unas semanas y unos
co que le caracteriza resultó que está tan enamorado como yo cientos de gulden, teniendo en cuenta los que me aporte. Lo
y que espera las cartas con la misma impaciencia, lo cual nos considero una gran ventaja para mí, en cuanto al ejercicio de
unía aún más. No busca el trato social ni desea divertirse; la medicina se refiere, y, además, facilitará el camino de mi
resulta ser la clase de compañía que necesito. El domingo libro cuando lo publique.
hemos decidido ir juntos a Versalles. Desde-luego, no me Ricchetti cree que no es el mejor momento para dejar a
dejan indiferente las noticias del buen éxito de mis pequeñas Charcot, cuando apenas he iniciado contacto con él, y a mí
realizaciones científicas. Su libro está muy adelantado. Con el me parece que tiene razón; pero esto no me impedirá au-
empeño y la gran sobriedad que caracteriza a los rusos, ha sentarme de aquí durante diez días, y siempre saldré ganando
trabajado copiosamente. Me alegro de haberlo conocido. con tus besos. Tú mereces, mi dulce tesoro, que te com-
Saludos y besos muy cariñosos. Tuyo, plazca, al menos en esta ocasión, teniendo en cuenta, las
veces que te he entristecido. Ha sido un buen día, y me re-
Sigmund. cuerda el día que me dieron la subvención, y confío en que
no tratarás de persuadirme de que vaya a verte antes de
que absorba mi nuevo trabajo parisiense.
Todo ha pasado como en esas escenas de las comedias
donde todo ocurre a un mismo tiempo. La autorización de
París, sábado, 12-12-1885. Charcot, una carta de casa con buenas noticias .. _ Rosa me
dice que está muy ocupada con mi chaqueta de invierno, mis
Adorada y amada princesita: camisas y mis botas. No sé lo que me reserva la tarde y me
gustaría saber lo que sucedió hoy en tu vida.
¿Cree vuestra alteza en verdad que es fácil dejar París? No Probablemente, dejaré la habitación que tengo alquilada,
te asustes, llegaré a Hamburgo el 21, por la mañana. Esto es aunque supongo que podré ocupada de nuevo a mi regreso.
seguro; apenas veré Berlín, pues regresaré a P~rís directa- Guardaré en un cajón los libros que tengo y se los confiaré a
mente. «¿Qué te ha sucedido, loco?» Nada, mujercita mía, Ricchetti. Tengo ganas de gritar y de saltar para dar rienda
excepto que Charcot me llevó a un lado hoy para decirme suelta a mi alegría. Desearía ya estar contigo, mi querida y
«J'ai un mot a vous dire», Y, sin más, me dijo que deseaba dulce amada. Espero que estarás de acuerdo con mi regreso
que tradujera su tercer volumen al alemán y, lo que es más, bajo estos auspicios.
no sólo la primera sección, que ha aparecido ya en francés, Miles de besos de tu
sino también la segunda, que aún no ha sido publicada. ¿Te
alc:;gras?Yo, sí, Ha sido una buena noticia. Podré darme así a Sigmund.
112 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 113

sentamos a cenar. Aparte de la familia Charcot (cuatro en


total), estaba el autor de la estatua a Claude Bernard, que
acababan de inaugurar; el ayudante jefe de Charcot, Richet,
París, miércoles, 10-2-1886. y su esposa (bastante ligera de ropa, pero tomando en cuenta
su belleza, no se le podía reprochar), que no abrió la boca en
Mi deliciosa novia: toda la noche; un tal Mendelssohn, judío de Varsovia, que ha
sido ayudante de Charcot y alumno de los fisiólogos berli-
¡Qué mágica ciudad es París! ¿Empezaré esta carta con- neses y que está ahora trabajando en condiciones envidiables
tándote mis experiencias de ayer, o responderé antes a tus con los pacientes de la Salpétriere: M. Arene, periodista e
múltiples preguntas? Me inclino a lo primero. Hasta ahora la historiador de arte, cuyos artículos leo a diario en la prensa,
velada de ayer fue la más agradable que he pasado aquí. M. Toffano, pintor italiano al que veía allí por tercera vez, y
Llegué muy temprano,' casi al mismo tiempo que el propio yo. Estuve sentado junto a mademoiselle Charcot. Te envío
Charcot, quien me hizo sentirrne a gusto diciéndome que no la tarjeta que designaba mi colocación, para nuestro archivo.
me preocupara, pues al fin y al cabo no me había invitado él, No nos sirvieron demasiada comida, pero los manjares fue-
sino madame. Mi llegada a deshora, antes que los demás, me ron exquisitos y estuvieron regados con vinos excelentes. El
dio la ventaja de poder charlar a solas primero con made- peso de la conversación recayó en madame. El mismo
moiselle y luego con madame. La primera estuvo muy Charcot estuvo muy animado, y su familia opinaba que te-
amable, pero, como sin duda te alegrarás de saber inaccesi- nía un «buen» día. Hablemos ahora de mademoiselle. Tiene
ble. Ya te contaré esto más ampliamente. Madame pronto veinte años y, a pesar de que es bajita, resulta muy graciosa,
tuvo que salir apresurada, atraída por ciertos ruidos y di- se mueve con gran soltura y parece dividir su interés entre su
ciéndome, a modo de explicación: C'est lui, il ne sait pas se padre y su hermano. Si j'étais garron ... , dijo una vez. Evi-
mettre la cravate lui-méme! Me alegró poder compartir este dentemente, se interesa seriamente por la Medicina. Traté de
error con el gran hombre, que pronto apareció, y al que tuve ser atento con ella y le sugerí que habláramos en inglés, pero
para mí solo durante un cuarto de hora, a lo largo del cual pronto rechacé tal idea cuando me dijo que había sido el
tuve oportunidad de mencionar cierto número de cosas: primer idioma que aprendió. Tiene una hermana mucho
primero, lo de los enfermitos externos, que le sugirió la ob- mayor, pero que no es hija del mismo padre. Hubo una
servación: Mais c'est quelque chose. Le hablé después de mi acalorada disputa entre ella y el joven Charcot, que el viejo
partida y de cierta teoría que se me ha ocurrido, iniciada del tuvo que cortar con un Assez mademoiselle! dicho en tono
caso que él puso a mi disposición, y la aprobó sin reservas. Al cariñoso. Cuando terminamos de cenar tuve el honor de
final, cambiamos impresiones sobre la traducción, etcétera, acompañar a mademoiselle hasta el salón, pues Richet esta-
Me dijo que París me había sentado bien y que había en- ba demasiado lejos. Como la cena me había desatado la
graissé. Gradualmente fueron llegando los invitados, y nos lengua, estuve a mis anchas y hablé largo y tendido con el
114 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 115

propio Charcot, al que pedí prestados un libro y una revista. La velada, en una palabra, resultó muy agradable. Me fui
Para mí constituyó un acontecimiento muy agradable la con M. de la Tourette, y a las' doce y media subí a su piso a
llegada de M. Ranvier, el famoso histólogo que tan ama- buscar un artículo que me había prometido.
blemente me acogió en el College de France. Creo que habló Al día siguiente no pude dejar de pensar que soy un im-
a Charcot acerca de mí, y tuve después una conversación bécil por marcharme de París ahora, cuando ya llega la pri-
muy agradable con él. La confianza que pueda tener en mí mavera; la belleza de Notre-Dame se realza con la luz del sol,
mismo como juez de la naturaleza humana recibió un con- y únicamente tendría que decide unas palabras a Charcot
siderable impulso cuando me confió que le hubiera gustado para que me permitiera hacer lo que me diese la gana con sus
más ser catedrático en alguna pequeña universidad alemana pacientes. Sin embargo, no me siento lo bastante temerario
-Bonn, por ejemplo-, pues en una carta a Paneth yo lo y ni siquiera tengo el valor suficiente para quedarme aquí por
había descrito como «un catedrático alemán de universidad más tiempo.
mal traducido al francés». El número de invitados fue au- Al día siguiente es decir, ayer miércoles me sucedió otra
mentando cada vez más, y entre los últimos llegó Cornu, el .aventura. El viernes, un tipo, de lo más innoble, vino a
famoso óptico, cuyo rostro tiene aire de inspiración; M. buscarme para ir juntos a la Salpétriere. Está de hidrotera-
Peyron, director de la Assistence Publique, contra el cual . pista con Winternitz, por lo que se considera un gran neu-
instigaron recientemente los estudiantes un gran escándalo, ropatólogo, e hizo toda clase de observaciones condescen-
sin que nadie sepa las razones, y (prepárate para una sor- dientes que yo fui anotando para mis adentros, confiando en
presa) Daudet 15 en persona. iQué magnificas facciones! Es una próxima venganza. Traía una carta de presentación para
bajo, con el angosto cráneo cubierto de una mata de cabello Charcot, con un párrafo de adulación repugnante, en que se
negro, rizado, y posee una barba, pero no tipicamente denominaba a éste «el más grande de los médicos». No sé
francesa; facciones finas y una voz resonante. Sus movi- qué clase de acogida esperaba con estas cosas, mas yo estaba
mientos denotan agilidad. También estuvo allí madame seguro de que sería un tanto glacial. Y así fue. Después de
D ... , que no se separó un solo momento de su marido. Es leer la carta, Charcot se limitó a decir: A votre service, mon-
tan fea que resulta difícil imaginarIa más atractiva en cual- sieur -y añadió-: Vous connaissez M. Freud?, ante lo cual
quier tiempo pasado. Tiene expresión de cansancio y unos ambos nos hicimos una inclinación de cabeza, él bastante
pómulos muy prominentes. Estaba vestida como una jo- sorprendido y yo complacido secretamente. Después hubo
vencita, aunque también participaba en la reunión su hijo, más acontecimientos.
de dieciocho años, amigo de Charcot. Daudet no representa Ya hace una semana que anda por la Salpétriere un tipo
ni un día más de cuarenta. Debió de casarse muy joven. indudablemente germánico, el que, a pesar de todo, yo
captaba un algo distinto, sin poder determinar en qué con-
lS A1phonse Daudet (1840-1897), famoso escritor francés, autor del
sistía. El miércoles es el día que vamos a la sala oftalmoló-
renombrado Tartarin de Tarascán. gica, y allí este extranjero comenzó súbitamente a conducirse
116 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 117

con cierta autoridad. Cuando intercambió tarjetas con el Breslau y Berlín, pero me aconseja, en caso de que sea el
oftalmólogo de Charcot, éste se puso amabilísimo y expresó segundo, que no mencione su nombre, porque se lleva mal
la esperanza de que monsieurvolviera a menudo para poder con los especialistas berlineses de pediatría. Sigo muy ocu-
aprender algo de él. Entonces todos comenzamos a pregun- pado con el caso que me traspasó Charcot. Nuestra relación
tamos quién podría ser. Antes de marcharse se acercó al otro continúa siendo muy satisfactoria.
vienés y a mí, y nos dijo: «Les he oído hablar en alemán. Ha llegado el momento de contestar a tus preguntas, mi
Permitan' me que me autopresente». Mi béte noire se ade- vida. No sé nada acerca de los fondos de la empresa. Me
lantó a entregarle su tarjeta, y yo estaba aún tratando de parece que es administrada privadamente, como las demás
encontrar la mía, cuando el forastero dijo: «Soy alemán, pero policlínicas, y, probablemente, existe a base de contribucio-
emigré a América hace mucho tiempo». Al fin extraje mi nes voluntarias como fuente casi exclusiva de ingresos. No
tarjeta, pero era una de las que no llevan dirección. Tras hay remuneración para el director de un departamento, he-
haberla mirado, nuestro interlocutor dijo: «¿Es usted por cho que no contribuye a hacer que un cargo sea menos
casualidad, el doctor F ... , de Viena? Me suena su nombre apetecible. Las consultas tienen lugar en una sala especial que
desde hace mucho por sus publicaciones, especialmente la contienen entre otras cosas, material eléctrico; hay uno o dos
que habla de la cocaína». Yo, algo sorprendido, le pedí que estudiantes para anotar los historiales clínicos; las consultas
me aclarara su personalidad, y resultó ser Knapp, nada me- son gratuitas, pasándose dos o tres veces por semana; pero,
nos que el oftalmólogo más destacado de Nueva York, que en justa contrapartida, puede uno disponer del material que
también se ha ocupado de la cocaína y para quien redacté necesite y, si es Dozent, hasta dar clases. ¿Lo comprendes
hace tiempo una carta en nombre de Koller. Le saludé con el ahora? Las ventajas principales radican en este libre acceso al
respeto que merecía, y mi béte noire tuvo que quedarse al material y en la reputación que de este modo puede uno
margen, con aire un poco borreguil, en primer lugar porque adquirir como especialista.
no supo reconocer a nuestro interlocutor, y en segundo No te he hablado nunca de mi tío de Breslau porque
porque quizá se percataba de que había hecho, una vez más, apenas me acuerdo de que existe. Le he visto sólo dos veces
el tonto. Cuando oyó mencionar la palabra cocaína pre- en toda mi vida, y cada una de ellas únicamente durante un
guntó: «¿Ha escrito usted también acerca de la cocaína?» A lo cuarto de hora. Es uno de los hermanos menores de mi pa-
que Knapp respondió: «Naturalmente; él fue el primero». dre, de profesión comerciante, bastante vulgar, y la historia
Esta mañana mi vienés se mostró mucho más maleable y de su familia es muy triste. De sus cuatro hijos, sólo es nor-
habló exclusivamente del gran porvenir que me aguarda en mal una chica, que está casada y vive en Polonina, uno de los
Viena si practico la Medicina. chicos es hidrocefálico y débil mental; otro, cuya viveza en la
He recibido nuevamente carta del librero y de Kassowitz. adolescencia parecía presagiar un futuro brillante, se volvió
El primero se muestra mucho más amable. K. .. me escribe loco a los dieciocho años; a la otra hija le sucedió otro tanto
sólo para aclarar que no desea influir en mi elección entre cerca de los veinte años. Tenía tan completamente olvidado
118 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 119

a este tío mío, que nunca se me había ocurrido pensar en mi las manos es un capitulo mucho más des agradable, prince-
familia como posiblemente afectada por alguna vena here- sita, pero la perspectiva de tenerte sentada junto a mí du-
ditaria. Sin embargo, desde que comencé a pensar en Bres- rante todo el día lo compensa todo, y en esa jornada me
lau, todo volvió a mí, y me temo que no puedo atribuir a la niego a hacer visitas, ni a permitirte otra actividad que no sea
madre el hecho de que muriera epiléptico uno de los hijos de la de conversar conmigo.
mi otro infortunado tío de Viena, con lo cual resulta que Cariñosos saludos y besos, a mi mujercita. Termino esta
debo de tener una considerable «vena neuropatológica». carta al otro día del que la empecé, esperando tener noticias
Afortunadamente entre nosotros, los siete hermanos y her- tuyas mañana. Tuyo,
manas de la familia, hay muy pocos síntomas de esta natu-
raleza, si se exceptúa la vigorosa tendencia a la neurastenía Sigmund.
de Rosa y mía (a Emmanuel no lo cuento). En mi calidad de
neurólogo me preocupan tanto estas cosas como a un ma-
rinero el mar; pero tú, mi vida, debes darte cuenta de que
habrás de mantener tus nervios en buen estado si quieres que
los tres hijos con los que prematuramente suefio nos salgan
Berlín, miércoles, 10-3-1886.
cuerdos. Y si el pensar en la Medicina te repele, no puedo
reprochártelo, pero debes amarme siempre. Yo creo que se- Mi dulce amada:
ríamos muy felices si nos casáramos pronto. Estas cosas son
muy corrientes en las familias judías ... pero ya basta de ¡Qué cosas tan curiosas se te ocurren y qué cartas tan
Medicina. Mi situación monetaria puede explicarse fácil- interesantes puedes escribir! Me interesó profundamente lo
mente. Los trescientos florines que aún me deben por la que me cuentas de la serpiente de plata, y tus comentarios
traducción, y que he aceptado de Paneth en calidad de an- sobre la sensación que produce el recibir telegramas. Afor-
ticipo hasta que me la paguen, eran para el mes de febrero. tunadamente, nada parecido ocurre aquí, por lo que voy a
Comprenderás, por lo tanto, que lo que necesito para viajes tomarme la libertad de aburrirte tanto como lo hice ayer.
y manutención durante el mes de marzo tendrá que proceder Hasta ahora no hay aquí aventuras, ni emociones, como
de otras fuentes. Lo que dices de que me desvíe y vaya a ocurría en París. Sólo trabajo. Me he dedicado de lleno a
Hamburgo me parece muy bien, mas ... ¿tratas de dar a en- traducir, porque temo que no llegue a terminar, aunque ya sé
tender que no deseo verte? Me quedaré sólo un día y quiero que esta idea no es razonable. Esta mañana, con esfuerzo, me
que todo el mundo de Viena y Hamburgo crea qU€ he via- decidí ir al Museo Real, donde estuve mirando ligeramente
jado en el tren directo. ¿Se ha enterado vuestra alteza? No los fragmentos de antigüedades, lamentando no ser capaz de
creo que me traicione Assian, probablemente sea el único en entender y recordando con nostalgia el Louvre, que es mu-
darse cuenta de mi presencia. El dinero que se nos escapa de cho más suntuoso e importante. Lo más interesante que hay
120 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 121

aquí, son, naturalmente, las esculturas de Pérgamo, frag-


mentos que representan las escenas tensas y dramáticas de la
batalla entre los dioses y los gigantes. Como decía mi colega
el doctor Türkheim, no se puede ser siempre exclusivamen- Berlín, martes, 30-3-1886.
te médico.
Sin embargo, más que estas piedras, me atraen los niños
que hay en la clínica, quienes, por su formato pequeño y Mi dulce amada:
porque generalmente están bien lavados, constituyen un
material más agradable que los pacientes mayores. Cuando Si tengo que dejar Wandsbek la próxima vez sin llevarte
tienen sano el cerebro, estas criaturas son encantadoras, y su conmigo, te pediré que vengas a.despedirme a la estación.
sufrimiento me conmueve. Creo que no necesitaría mucho Casi me doy media vuelta, al llegar a Schadendorf, para
tiempo para abrirme camino como médico de niños. De dormir ahí un día más, pero me dio un poco de vergüenza,
todas formas, no estaría mal unos cuantos meses de prepa- pues hasta ahora hemos logrado ser bastante razonables en
ración aquí, pero me temo que descartaré esa idea: los días de nuestras despedidas. Sin embargo, esta vez me fue muy
mis audacias temerarias se han terminado. Viena me pesa difícil, y tu también derramaste algunas lágrimas, mi te-
más de lo que quizá sea razonable. En estos días estoy pe- soro, lo cual me conmovió profundamente. Ahora libraré
cando contra uno de mis principios lealmente seguido que es muy en serio la batalla decisiva, como sugieres, para aho-
el de no atormentarme pensando en nuevas situaciones hasta rrarte más despedidas y acortar nuestra espera.
que me halle en medio de ellas. Sin embargo, sabré superar Aquí me tienes de nuevo en Berlín, tan lejos como si ya
mi actual estado de ánimo, y cuando lo consiga no me pre- me hubiera trasladado a Viena. Comienza una nueva era,
ocuparé por nada ni por nadie hasta que ponga nuevamen- que espero sea buena y nos proporcione cosas agrada-
te la vista en cima a la detestable torre de Sto Stephen. bles. Mi dulce tesoro, apenas puedo imaginar lo que será
Aquí se me acaba lo poco que tenía que contarte, y te no separarse más de ti, y por otra parte sé que no me to-
ruego que seas muy paciente conmigo. Después de todo no mará de sorpresa, pareciéndome que hemos vivido siempre
vaya iniciarte en los secretos de las enfermedades infantiles; juntos.
ni el mismo Baginski es lo suficientemente importante para Esta vez no encontré carta tuya. El viaje fue agradable,
merecer una descripción detallada. Estoy contando secreta- y dormí casi toda la noche cubierto con mi manta de
mente los días, pero no tienes por qué saber exactamente el punto. No estoy cansado, y me voy un rato al café Bauer.
número a que he llegado. No te olvides, mi princesita, de que me has prometido
Con saludos y besos muy cariñosos. Tuyo, conservar tu buena salud y escribirme pronto. Yo también
tengo más tiempo libre ahora que ya he terminado la tra-
Sigmund. ducción.
122 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 123

Con muchísimos besos, para los cuales abro hoy una que ya no tendré que estar impaciente por recibir carta tuya.
nueva cuenta corriente. Tuyo, No me importa el lugar donde tengamos que vivir, y me da lo
mismo aquí que en América o Australia o cualquier otro con-
Sigmund. tinente. Lo que no puedo es estar mucho más tiempo sin ti.
Aceptaré todos los problemas y todo el trabajo que me caiga
Saludos cariñosos a tu madre y a Minna. encima, pero estando juntos. Y, hablando confidencialmente,
te diré que tengo pocas esperanzas de abrirme camino en
Viena. Continúo escribiéndote por la tarde, querida. Hoy
vinieron a mi consulta dos antiguos pacientes de Breuer y
nadie más. Habitualmente tengo cinco: dos para recibir tra-
tamiento eléctrico, uno un Schnorrer y el otro un Schadchen.
Viena, jueves, 6-5-1886. Después me llegaron las felicitaciones de Pauli y Dolfi,
que me trajeron una caja para cepillos muy bonita; y Mirzi,
Mi dulce niña: una gran fotografía suya y dos ramos de Makart; mamá, un
bizcocho, y Rosa me regaló un secante enmarcado que está
Te doy mis más calurosas gracias por tu encantadora carta muy bien para mi mesa de trabajo.
y por el regalo, cuyo contenido conocía tan bien como si te Recibí felicitaciones por escrito de Willenz, Schani,
hubiera acompañado a comprado. Siempre he deseado tener Kleinenbenger y el tío Elías, a quien deseo le des las más
una planta de clitia, y tú lo adivinaste. Pero no es necesario expresivas gracias en mi nombre. Se han portado conmigo
que te disculpes por tu regalo, querida mía, aunque me como si fuera un príncipe. Estoy algo cansado, lo que no me
avergüenza pensar que soy tu deudor en lugar de competir extraña, y vaya descansar un poco.
contigo haciéndote presentes. El trabajo del laboratorio me agrada mucho, y, desde
Soy ya un tanto viejo, y estoy casi en las puertas de luego, tengo bastante tiempo libre para dedicarme a él. Se
nuestro cuarto aniversario de noviazgo, y seguimos unidos me ha ocurrido otra idea terapéutica que pronto pondré a
mientras nuestro matrimonio que tan a menudo imagina- prueba, pero es dudoso que alcance el mismo éxito que tuve
mos se convierta en realidad. Por otro lado, aunque seguimos con la cocaína.
tan lejos como siempre de nuestra meta, nos hemos acerca- Buenas noches, mi mujercita. Brindemos por el próximo
do un poco más hacia la certidumbre. Dentro de unas se- año. Tuyo,
manas el dinero se habrá terminado, y veremos entonces si
puedo seguir viviendo en Viena.
Sigmund.
Me gustaría pensar que mi próximo cumpleaños va a ser Les escribiré mañana separadamente a tu madre y a
Como tú me lo describes, que me despertarás con un beso y Minna.
124 SIGMUND FREUD CARTAS DE AMOR 125

que siempre había estado colocada firmemente en su sitio, se


cayera de mi mesa de trabajo. No me gustan estas indirectas,
y si necesitara un aviso ... , pero no lo necesito.
Viena, jueves, 13-5-1886. Se supone que un médico tiene que economizar. Aquí me
tienes, contando mis gulden, y de pronto me llaman para
Amada mía: que vaya a visitar a un antiguo conocido en la Stadtgutgasse,
sin remuneración, desde luego, y dos horas del día pérdidas
Durante las horas de consulta no podré volver a escri- en el viaje, pues no puedo alquilar un coche, y al llegar a
birte, porque tengo mucho trabajo. La salita de espera está casa, me encuentro un mensaje urgente para que vaya a ver
llena de gente y no acabo casi nunca antes de las tres. No es de nuevo al mismo paciente. Naturalmente, esta vez me veré
mucho lo que gano, pero los pacientes que vienen son nue- obligado a rentar un coche, que me costará lo que me he
vos, aunque son p~cos los de pago: señora del profesor M ... , ahorrado en la cena de los tres últimos días. El martes di una
que me da mucho la lata; un caso de ciática, que está casi conferencia en el Club de Fisiología sobre hipnotismo; me
curado, y los dos policías que vienen una vez a la semana. salió muy bien y recibí un aplauso general. He anunciado la
Mañana vendrá T ... Hoy mis ganancias subieron a ocho misma conferencia para dentro de quince días en el Club de
florines: tres de uno de los policías, y los otros cinco nue- Psiquiatría, y, durante las próximas tres semanas tendré que
vamente gracias a Breuer, que me envió a la señora del doc- dar aún otra conferencia sobre mis experiencias parisinas
tor K. .. Ella vino para que le recetara algo que aliviara un ante la Asociación Médica. Como verás, la batalla de Viena
poco a su marido. está en su apogeo, y si estuvieras aquí te diría con un beso
Me doy cuenta de que para un médico el trabajo y los que no he abandonado la esperanza de hacerte mi esposa
ingresos son dos cosas muy distintas. A veces uno gana di- dentro de seis meses.
nero sin mover un dedo; otras, se mata a trabajar sin remu- Creo que tendré que aumentar una segunda hora de
neración. Anteayer, por ejemplo, vino a verme un médico consulta tres veces a la semana, de tres a cuatro, para los
americano que padece agudos trastornos nerviosos. Es un pacientes ricos y para aquellos 'que necesitan un tratamiento
Caso muy complicado y me interesó mucho, lo acepté sin eléctrico leve. A pesar de todo, mi posición 'aquí es sólida,
exigirle que me pagara. Es complicado lo que le ocurre, a como puedo deducir de muy diversos indicios.
causa de su relación matrimonial con su bella e interesante Buenas noches, mi dulce amada. Tuyo,
esposa, de la que también habré de ocuparme. Para ello
tendré que empezar por entrevistarme con el profesor Sigmund.
Chrobak mañana. Estoy demasiado cansado para contarte
todos los aspectos delicados del asunto. Me pareció obra de ¿Qué te parece si este año hiciéramos también un regalo
duendes el que, en las dos ocasiones que ella vino, tu foto colectivo a tu madre?
[127]

ÍNDICE

Estudio preliminar................................................. 5
Bibliografía............................................................ 17

Cartas de amor 21

También podría gustarte