Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Delineamientos Del Delito Imprudente - Fernando Poviña
Delineamientos Del Delito Imprudente - Fernando Poviña
FERNANDO POVIÑA
INTRODUCCIÓN
que sea pasible de definición, conceptuándosela, antes bien, como una forma de obrar,
su cargo (v.gr. artículo 84 del Código Penal). Pero, en su esencia, estos no son sino
actitud anímica del autor respecto del resultado producido. En todo caso, la culpa se
ubica entre el dolo y el caso fortuito, por lo que sus límites se fijan por exclusión1. A
penalmente sancionado2.
Los códigos penales de habla hispana siguen dos sistemas legislativos diferentes
del numerus apertus, según el cual una cláusula general establece que cualquier delito
doloso cometido en forma negligente merece una pena determinada. De modo adverso,
sistema continental europeo del numerus clausus, conforme al cual se determina qué
1 TERRAGNI, Marco Antonio, “El delito culposo”, Rubinzal-Culzoni Editores, Santa Fe, 1984, pág. 13.
2 ZAFFARONI, Eugenio Raúl, ALAGIA, Alejandro, SLOKAR, Alejandro, “Derecho Penal. Parte General”, 2ª. Edición, Ediar, Buenos Aires, 2005, pág.
549.
Es este último sistema el adoptado por el Código Penal argentino, por lo que
con razón se ha sostenido que nuestro Código Penal incrimina, en principio, aquellos
hechos en los que el sujeto actúa dolosamente y sólo excepcionalmente contiene tipos
consecuencia, la protección penal de los bienes jurídicos se dirige, por regla general,
antedicho constituye una modalidad legislativa mucho más limitativa del poder punitivo
CLASES
En cuanto a las clases de culpa, una antigua división en materia civil las
distinguía en culpa grave (el resultado dañoso es susceptible de ser previsto por todos
los hombres), culpa leve (el resultado dañoso solamente podría haber sido prevista por
los hombres diligentes) y culpa levísima (el resultado dañoso solamente podría haber
la culpa en grave y ligera, y si bien no las define, sí señala los casos que corresponden a
las dos categorías, asimilando la primera a la que actualmente se conoce como culpa
consciente -que es más grave que la culpa ligera- y la segunda, la que podría
sustituye la palabra “ligera” por “leve” y efectúa una graduación de la pena conforme a
la clase de culpa. A partir del Proyecto de 1891 se suprimió el título relativo a la culpa o
imprudencia5.
3 BACIGALUPO, Enrique, “Lineamientos de la teoría del delito”, Hammurabi-José Luis Depalma editor, 3° edición, Buenos Aires, 1994, págs. 187 y 188.
4 ZAFFARONI-ALAGIA-SLOKAR, ob. cit., pág. 549.
5 TERRAGNI, ob.cit., págs. 28 y 29.
La clasificación más importante en la dogmática penal moderna es la que
siquiera pasó por la mente del individuo la imagen de lo que podía ocurrir, es decir, pese
del resultado, no los actualiza (no piensa en ellos) y, por ende, no se la representa
siempre es de resultado)6.
culpa temeraria y culpa no temeraria, afirmándose que esta clasificación tiene mayor
aquélla –culpa consciente- es más grave que ésta –culpa inconsciente-. De tal manera, se
peligro prohibido en forma tan clara que la exterioridad del comportamiento le muestra
un plan criminal dirigido a la producción del resultado, lo que por supuesto, para que
haya culpa, no debe confirmarse con su existencia subjetiva”, es decir, “cuando excita
temeraria”7.
De igual guisa, Mir Puig afirma que la distinción entre culpa consciente (el
sujeto reconoce el peligro de la situación, pero “confía” en que no dará lugar al resultado
autor- reviste diferenciar la culpa grave de la culpa leve –por estar contenidas en el
actual Código Penal español-, denominaciones que vienen a sustituir las clásicas
6 ZAFFARONI-ALAGIA-SLOKAR, ob. cit., pág. 550.
7
ZAFFARONI-ALAGIA-SLOKAR, ob. cit., pág. 556.
imprudencia temeraria e imprudencia simple, y ello es así porque tan solamente la
imprudencia grave puede dar lugar a un delito, pues la imprudencia leve únicamente
consciente con el dolo eventual, cuya consideración escapa al objeto del presente
trabajo, pero se puede señalar que según se asiente la determinación del dolo eventual en
ha sido receptada, tampoco está desprovista de todo significado, como sería el caso de la
como una forma menos grave de culpabilidad al lado del dolo. Al evolucionar el estudio
casi unánime considera a la imprudencia como un problema de tipo. Ello significa que
una determinada conducta puede estar justificada o exculpada en el caso concreto, pero
cuidado”, propia de los delitos imprudentes, ha de ser un elemento del tipo, por lo que, si
los tipos se basan en una norma de determinación prevista por del legislador, entonces
esa norma no puede prohibir solamente la mera causación, sino más bien una
8
MIR PUIG, Santiago, “Derecho Penbal. Parte General” 8ª. Edición, Editorial IBdeF, Julio César Faira Editor, Buenos Aires, 2009, págs. 285/287.
9 DONNA, Edgardo Alberto, “Teoría del delito y de la pena”, Tomo 2, Editorial Astrea, 2° reimpresión, Buenos Aires, 2003, pág. 104.
10 ROXIN, Claus, Derecho Penal-Parte General”, traducciones y notas Diego Manuel Luzón Peña, Manuel Díaz y García Conlledo y Javier de Vicente
Remesal, editorial Civitas S.A., Madrid -España-, 1997, pág. 997.
determinada conducta, la que debe ser contraria al debido cuidado11.
que los hechos dolosos, en el ámbito del ilícito típico, siendo este elemento
el sujeto, que supera el riesgo permitido en el marco del fin de protección de la norma, el
tipos culposos y dolosos poseen presupuestos comunes en el tipo objetivo; iii- el dolo
TIPO OBJETIVO
está compuesto por dos elementos: la infracción del deber de cuidado (desvalor de la
evitables cuando la acción que los provoca puede ser dirigida de manera diferente a lo
acción puede tomar otro rumbo -objetivo- distinto; por lo tanto el elemento de
que apunta a dicho resultado, esa evitación sólo será posible mediante otra dirección
final, en una conducta que objetivamente reconozca y respete ese bien jurídico,
bien jurídico en la ejecución de una acción concreta. Si el sujeto actúa de esa manera,
utiliza el cuidado objetivo necesario para proteger el respectivo bien jurídico, que
constituye el objeto de la norma. Al contrario, si el sujeto actúa con infracción del deber
de cuidado provocando el perjuicio de un bien jurídico, habrá podido evitar este último
actuando adecuadamente. En consecuencia, tal perjuicio del bien jurídico que fue
resultado” como injusto del resultado de los delitos imprudentes; contempla, en el marco
Tales criterios que afirman la existencia del elemento “infracción del deber
(especialmente, Roxin y Jakobs), que sostiene que en la medida en que el tipo de los
que caracterizan a la imprudencia de manera más precisa que aquella cláusula general19.
conduce más allá que a los criterios generales de imputación. En esta línea de
pensamiento, Jacobs señala que en rigor es “erróneo desde el punto de vista de la lógica
omisión del debido cuidado, lo que sugiere su interpretación errónea como un delito de
omisión20. Roxin agrega que algo similar sucede con elementos como los de la
no está definido en cada tipo del delito culposo previsto en el Código Penal, sino que se
requiere una definición relativa a cada situación concreta, de tal forma que el deber de
cuidado debe apreciarse a posteriori, y ello es lo que permitió considerar a los tipos de
los delitos culposos como “tipos abiertos”, es decir, como tipos penales que deben ser
18 Sintéticamente, la teoría de la imputación objetiva postula que el tipo objetivo se encuentra satisfecho cuando el sujeto crea un riesgo no permitido, y
ese riesgo se concreta en el resultado.
19 ROXIN, ob. cit., págs. 999 y 1000.
20 ROXIN, ob. cit., pág. 1000, con cita de JAKOBS, AT 9/6
21 ROXIN, ob. cit., pág. 1001
“cerrados” por el juez mediante la definición del deber de cuidado exigible en la
situación concreta. Analizando más profundamente el tema, el autor citado afirma que el
deber de cuidado no impone un deber absoluto de no producir peligros para los bienes
jurídicos, toda vez que en la vida social se toleran ciertos peligros dentro de un margen
determinado. Por ende, el deber de cuidado se infringe cuando se crea un riesgo al bien
criterio general, sin consideración de las capacidades del autor para el cumplimiento de
la norma23.
deber de cuidado debe ser determinada en consideración de las facultades del autor,
fundando tal posición en que desde el punto de vista teórico-normativo el autor debe ser
sujetos cuya capacidad fuera mayor que la del promedio y a perjudicar a quienes no
objetivo para la constatación de la infracción del deber de cuidado exigida por el tipo
plantear a cualquier persona que se encuentre en la misma posición y frente a las mismas
tareas que el autor y, si bien no sería procedente atender al deber del ciudadano
promedio, sí cabría tener en cuenta cuáles son los grupos sociales más cercanos al
manera que el hacer del sujeto activo debería ser comparado con la conducta a esperar
autor26.
El resultado debe haber sido la concreción del riesgo creado por la acción
del sujeto, debe ser imputable objetivamente a la acción que infringió el deber de
concepto se basa en que no es suficiente la relación causal, sino que debe darse una
En este mismo sentido, cabe señalar que para que el resultado pueda ser
hasta las modernas teorías en base a la imputación objetiva. Si bien el análisis de ellas
escapa al presente trabajo, se puede señalar que la doctrina actual en mayor medida se
causado; b) cuando el resultado nada tenga que ver con la infracción cometida (por
arroja bajo las ruedas del automotor); y c) en los casos de comportamiento alternativo
correcto, esto es, cuando el resultado se haya causado por la conducta imprudente del
sujeto activo, pero “se hubiese causado igual” con otro conducta no imprudente (v.gr.,
los célebres “caso del ciclista” –un camión atropelló a un ciclista mientras se adelantaba
distancia requerida- y “caso del pelo de cabra” –una fábrica de pinceles utilizó sin
desinfectar, pese a que debía hacerlo, pelos de cabra cuyo empleo ocasionó la muerte de
resultado, en virtud del principio in dubio pro reo, la seguridad –o una probabilidad
producido el resultado33.
Por otro lado, se ha sostenido con razón que en nuestro derecho la cuestión
resulta clara en virtud del uso de la preposición por en el Código Penal34 (v.gr. artículos
84, 94, 189, 262, 281 -segundo párrafo-, entre otros, de dicho ordenamiento legal). Pero,
también es cierto que aunque el Código Penal no lo expresase de esa forma y usara un
giro gramatical distinto, la conexión entre violación del deber de cuidado y el resultado
normativo35.
El principio de confianza
principio de confianza, según el cual no viola el deber de cuidado la acción del sujeto
suficiente para dudar o creer lo contrario36. Este principio tiene incidencia preponderante
este item como ejemplo-, señala Roxin que mientras que las normas jurídicas en general
un incremento del peligro inadmisible. Este principio establece en su forma más general
que otros también lo hagan, siempre y cuando no existan indicios concretos para suponer
lo contrario (así, v. gr., quien tiene prioridad de paso no precisa reducir la velocidad en
atención a posibles infracciones de otros conductores sino que, por regla general, puede
cualquier otro caso en que otro interviniente en el tránsito demuestre que no se atiene a
las reglas, como el conductor que se da cuenta de que otro no observa la prioridad de
resultado (por ejemplo, el caso del conductor que ha consumido alcohol y que, a pesar
donde los médicos especialistas que participan en una intervención quirúrgica pueden
corregir los errores manifiestos de otros, por lo que cuando éstos aparecen, desaparece la
“confianza” para los otros integrantes del equipo. Además, en la cooperación con
poseen especiales deberes de vigilancia (por ejemplo, del médico jefe que dirige la
objetos que pueden causar peligro (v. gr. cuchillos, martillos, etc.) no serían posibles si
se hubiera de contar con la comisión de delitos dolosos por los compradores o demás
receptores. Ello así en la medida en que se trata de un riesgo permitido, ya que los
principio de confianza ofrece también en este terreno41. En este punto radica el núcleo de
dolosos es impune. Conviene aclarar –siguiendo a Roxin- que no se trata de que el hecho
como existente e “interrumpido”, y dado que en los delitos imprudentes rige el concepto
TIPO SUBJETIVO
un tipo subjetivo. En ese sentido se ha expresado que la distinción entre tipo objetivo y
tipo subjetivo en los delitos imprudentes carece de razón de ser44, o simplemente que no
demostrar que en el tipo culposo también debe existir un aspecto subjetivo, congruente
réplica de que, en verdad, la doctrina de la acción final sirve para explicar el dolo, pero
finalidad dirigida al resultado, ya que si la hubiera no sería culpa sino dolo. Welzel, para
sortear este problema, sostuvo que en los delitos imprudentes existe una finalidad
potencial, en oposición a los delitos dolosos donde hay una finalidad actual. Esto fue
observado por Niese -discípulo de Welsel- al sostener que una finalidad potencial es una
finalidad irreal, es una finalidad que no existe. Esta crítica lo llevó a convencer al propio
los medios propios de la acción. En palabras de Welzel: “los tipos de los delitos
culposos se ocupan (no tanto de los objetivos, sino más bien) de la clase de ejecución de
muy difícil o imposible saber cuáles son los medios cuando el resultado está fuera de
análisis.
En una posición más avanzada del finalismo, Struensee47 afirma que el tipo
subjetivo consiste en conocer las condiciones en las que deriva un riesgo no permitido,
lo que equivale a una conciencia del riesgo mismo. Señala dicho autor que mientras en
conocimiento actual y efectivo del síndrome de riesgo. Ahora bien, sostiene que cuando
produce un error de tipo culposo que -al igual que en el caso del dolo- excluye el
tipo culposo, razón por la que se debería -insiste Maurach- aceptar la tentativa y la
de las reglas de cuidado, ha confiado poder evitar el resultado; en este caso de culpa
consciente hay un defecto del querer: “el autor actúa pese a haber previsto la posibilidad
el autor ni siquiera ha llegado a prever la posibilidad de realización del tipo; en este caso
todos los elementos del tipo objetivo, de tal forma que respecto a ello no hay diferencia
con el dolo, en la culpa inconsciente, al no existir una relación psíquica fáctica entre el
subjetivo, que consiste en la representación de todas las circunstancias del hecho como
este sentido, Roxin critica la posición de Struensee, en primer lugar -en cuanto éste
sostiene que la falta de imprudencia es un caso de error-, porque quien actúa dentro de
los límites del riesgo permitido resulta exento de responsabilidad penal no por
factores fundamentadores de riesgo (por ejemplo, el conductor presta tan poca atención
Roxin aclara que no está negando que lo que el sujeto ha sabido sea
objetiva se refiere en parte a factores psíquicos, pero de ello no surge un tipo subjetivo,
ANTIJURICIDAD
decir, aquellos que han sido causados a pesar de un comportamiento cuidadoso y con
las reglas del tráfico social tiene un efecto excluyente del tipo legal. La gran actividad
pesar de un gran despliegue de las reglas de cuidado, son imposibles de dominar por
ordenadora, debe tener presente tales aspectos, de una doble manera: por un lado,
considerar la conducta cuidadosa como adecuada a la norma y fuera del tipo legal,
inclusive en casos en que conduzca a perjudicar un bien jurídico; por otra parte, el orden
de la antijuricidad.
progreso. Es decir, hay acciones que están socialmente adecuadas por estar inscriptas en
que, no obstante que representar un peligro, no puede ser consideradas como ilícitas53.
En consonancia con lo expuesto se hace notar que no hay ilicitud en acciones que no
por la ley; y ese cuidado se califica como “objetivo”, ya que no se refiere a la exigencia
De modo tal que la realización del tipo del delito culposo será antijurídica
cuando no esté amparada por una causa de justificación. Ahora bien, no obstante que
52 GÖSSEL, Karl Heinz, “Viejos y nuevos caminos de la teoría de la imprudencia”, en Revista de Derecho Penal 2002-1, “Delitos culposos-I”, Director:
DONNA, Edgardo Alberto, Rubinzal-Culzoni Editores, Santa Fe, 2003, págs. 24 y 25.
53TERRAGNI, ob. cit., pág. 98.
54 TERRAGNI, ob. cit., pág. 100.
este concepto coincide con el de los delitos dolosos, en el delito imprudente se presenta
desvalor del resultado en esta clase de ilícitos. Ello así, toda vez que la falta de
justificación55.
que se renuncie a los elementos subjetivos de justificación. Este autor distingue entre el
perjuicio típico a un bien jurídico y la norma que lo justifica. En ese sentido, afirma que
jurídico, como tampoco significa que deba ser previsible ni que se haya previsto aquel
referirse tan sólo a la conducta concreta, sin considerar si se ha previsto la lesión al bien
jurídico (v.gr.: si el médico dice para sí: “esta operación está permitida, por lo tanto la
se exige)56.
se está frente a situaciones de necesidad- resulta lógico excluir el tipo en virtud del
riesgo permitido en caso de consecuencias provocadas sin dolo, pues la medida del
de una realización típica no dolosa sólo se puede explicar bajo el presupuesto de una
“la colisión supralegal de bienes”. Ello así, si no se pretende que sea realidad el peligro
en otros casos, en causa de justificación. Esta causa de justificación abarca los casos en
descuidada ha sido necesaria, precisamente por ser descuidada, para lograr la meta
justificada si hubiera sido llevada a cabo dolosamente en la situación dada (por ejemplo:
alcanza mortalmente por error, ese homicidio imprudente está pese a todo amparado por
legítima defensa, si también un homicidio doloso del autor mediante un disparo habría
un tiro que hiere al agresor del que sin embargo nada sabía el sujeto). Roxin afirma que
en tales casos no se produce justificación, ya que como la realización del tipo estaba
riesgo permitido excluyente del tipo en acciones que sirven a intereses legítimos es
mayor que en los demás casos, pero cuando con fines salvadores se infringen
amenazando con matarlo y entonces lo esquiva subiéndose a la acera, pese a que existe
el peligro notable, y que además se realiza, de atropellar y lesionar allí a un peatón). Con
si falta ese conocimiento (por ejemplo, si el ciclista que va por la acera no se dio cuenta
en absoluto del automóvil que lo amenazaba), no tiene lugar la justificación, pero, por
en el delito imprudente. Tomando como ejemplo el caso del sujeto que marcha
asistencial, produciendo una colisión con lesionados o muertos, señala que una
observación superficial puede apuntar como crítica que si se pretende salvar una vida y
menos, la misma intensidad que el primero. Pero -afirma- esto no es totalmente cierto,
pues lo que se compara es la potencial muerte del herido con el riesgo que supone una
velocidad superior a la normal, de tal manera que de un lado está el peligro de vida y del
otro la seguridad del tránsito, y estos son los bienes jurídicos que se deben comparar.
Por lo tanto, el resultado no querido (la muerte del peatón) no entra en este enfoque, que
debe ser ex ante y no ex post (si se hubiera sabido con seguridad que la muerte del
Sobre el particular, Mir Puig señala que a los efectos de comparación del
mal causado y del que se quiere evitar, aquél no será el resultado por sí mismo (por
medida de la gravedad del riesgo que ex ante con ella se corría, pues la decisión de si al
actuar el autor podía asumir tal riesgo justificadamente no puede depender del resultado
que luego se produzca, sino sólo de la comparación del peligro que suponía la acción
descuidada64.
CULPABILIDAD
Luego del análisis de que la acción reúne los requisitos típicos, y que
Sin pretender analizar las razones sobre el motivo por el cual se le reprocha
se encuentra en la capacidad del sujeto de obrar de otro modo: “sólo si el agente podría
llevar a cabo la acción típica y antijurídica, en lugar de haber adoptado una resolución
edad del autor como a sus facultades psíquicas. Al respecto el artículo 34 del Código
Penal dispone que no son punibles quienes por insuficiencia en las facultades,
momento del hecho comprender la criminalidad del acto o dirigir sus acciones.
comprende totalmente.
ilicitud de su proceder, por lo que una persona que no sabía ni podía saber que su
pudo ejecutar otra distinta. Cabe referir entonces que el derecho no puede exigir la
artículo 888 del Código Civil. Esta imposibilidad en el reproche penal no es física ni
realizar un acto69.
de prohibición cuando el sujeto (sin dolo eventual) advierte que sobrepasa la medida del
riesgo permitido y que podría realizar el tipo, pero se cree erróneamente amparado por
una causa de justificación. Tal es, por ejemplo, el caso -señalado por Roxin- del médico
que está en una fiesta en la que se bebe mucho, quien es avisado para atender a una
determinar una reducción de pena, a pesar que en nuestro ordenamiento positivo no hay
norma que habilite expresamente en tal sentido -a diferencia de otros ordenamientos del
derecho comparado que prevén una reducción obligatoria de pena-, por lo que la
doctrina acude a las escalas proporcionadas por los artículos 35 (exceso en las causales
en situación de advertir y cumplir con las demandas impuestas por el deber objetivo de
conocimiento y a los demás factores propios del autor. Vale recalcar que son
imprudente es más elástico que en el delito doloso, es decir, los requerimientos son
menos estrictos75.
imprudentes tuvo como punto de partida el clásico caso jurisprudencial alemán conocido
había viajado con un caballo del que sabía que, como “trabarriendas”, tenía tendencia a
peligro que originaba, se lo absolvió porque había actuado a las órdenes del patrón, que
obedecer debería contar con la pérdida de su puesto de trabajo, por lo que para el
CONCLUSIÓN
continuamente sobre todo por obra de la doctrina, pero también por la jurisprudencia.
determina un tipo penal prima facie indefinido que se concreta en cada caso.
clausus, conforme al cual se determina qué casos son sancionados específicamente como
delitos culposos, a diferencia del método de numerus apertus en el cual hay una norma
general que dispone que cualquier delito doloso cometido imprudentemente merece
75 Aut. y ob. cit., pág. 138.
76 ROXIN, ob. cit., pág. 1040.
determinada pena.
división propia de materia civil (grave, leve y levísima) hasta la más aceptada de culpa
acerca de considerarla como un elemento independiente dentro del tipo objetivo, dado
que los que niegan esa posibilidad postulan que aquélla “se colma” con la teoría de la
moderna, es una causal que excluye la tipicidad y el deber de cuidado debe tomarse
vincula el resultado concreto con el peligro creado por la infracción al deber de cuidado
que otro se comportará correctamente, mientras no exista alguna razón suficiente para
ocurrencia en todos los casos, concluyéndose que es posible reconocer un tipo subjetivo
representación.
expresado que existen un gran número de acciones riesgosas que están permitidas y que
son acogidas favorablemente por la sociedad moderna. Al igual que en los tipos dolosos,
la realización del tipo culposo será antijurídica cuando no esté amparada en una causa de
delitos imprudentes. Desde tal óptica se examina las situaciones que plantean las
culpabilidad dentro de la teoría del delito, se distinguieron las situaciones que plantean
parámetro objetivo, a fin de evaluar la culpabilidad del autor se tienen en cuenta las
respecto del tipo doloso, como lo demuestra señera jurisprudencia sobre la materia traída
a colación.