Está en la página 1de 24

Resumen segundo parcial

Derechos Humanos (Clase 1)

Derecho a la identidad: el derecho a la identidad es aquel que permite a la persona humana a


tener un nombre, un apellido, a que este luego de su nacimiento sea inscripto simbólicamente.

También le otorga con la ley N°26.061 la protección integral a los derechos de las niñas, niños y
adolescentes, este derecho es personalísimo.

Además, le otorga a la persona, personalidad jurídica, que tenga el derecho al nombre y a que el
individuo tenga libertad religiosa, derecho a la nacionalidad, incluyendo también que tenga una
identidad sexual o identidad de género.

Convenciones internacionales:

Convención Internacional Sobre los Derechos del Niño -La convención fue ratificada en nuestro
país por la Ley 23.849 (año 1.989) y tiene actualmente rango constitucional (art. 75, inc. 22 de la C.
N.).

Los artículos 7,8,9 de la convención internacionalmente son los llamados “artículos argentinos”

El art 7 dice: 1-El niño será inscripto inmediatamente después de su nacimiento y tendrá derecho
desde que nace a un nombre, a adquirir una nacionalidad y, en la medida de lo posible a conocer a
sus padres y a ser cuidado por ellos.

2-Los estados partes velaran por la aplicación de estos derechos de conformidad con su legislación
nacional y las obligaciones que hayan contraído en virtud de los instrumentos internacionales
pertinentes en esa esfera, sobre todo cuando el niño resultara de otro modo apátrida.

Artículo 8: 1. Los Estados Partes se comprometen a respetar el derecho del niño a preservar su
identidad, incluidos la nacionalidad, el nombre y las relaciones familiares de conformidad con la
ley sin injerencias ilícitas.

2- Cuando un niño sea privado ilegalmente de algunos de los elementos de su identidad o de


todos ellos, los Estados Partes deberán prestar la asistencia y protección apropiadas con miras a
restablecer rápidamente su identidad.

Artículo 9: Estado velara que el niño no sea separado de sus padres contra la voluntad de éstos

Otros artículos, como el 30, ahondan en el derecho de identidad al señalar que en los Estados en
los que existan minorías étnicas, religiosas o lingüísticas o personas de origen indígena, no se
negará a un niño que pertenezca a tales minorías o que sea indígena el derecho que le
corresponde, en común con los demás miembros de su grupo, a tener su propia vida cultural, a
profesar y practicar su propia religión, o a emplear su propio idioma.

El derecho a la identidad como derecho BIFRONTE: Por un lado se encuentran los derechos a la
identidad y la verdad de la víctima apropiada, y por el otro el derecho a la verdad de la víctima
familia biológica, como así también de la sociedad en general No se puede obligar a una persona
compulsivamente a una extracción sanguínea, pero si se puede realizar el cotejo de A.D.N., por
otros materiales genéticos, en pos de hacer cesar el delito y protegiendo el derecho a la identidad
de la víctima apropiada y el derecho a la verdad de la familia biológica y la sociedad en su
conjunto.

LEY 26.743:

Esta ley sancionada por senadores y diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso,
sancionaron esta ley, con el fin de establecer el derecho a la identidad de género de las personas.

Esta ley nos define a la identidad de genero a la vivencia interna e individual del genero tal como
cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del
nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo.

También nos dice la ley que toda persona podrá solicitar la rectificación registral del sexo, y el
cambio de nombre e imagen, cuando no coincidan con su identidad de género auto percibida.

La persona que solicitase la rectificación registral del sexo, el cambio de nombre e imagen, en
virtud de la ley deberá tener los siguientes requisitos:

Acreditar la edad mínima de 18 años (con excepción de lo establecido en el articulo 5 de esta ley)

Presentar ante el registro Nacional de las personas o sus oficinas seccionales correspondientes,
una solicitud manifestando encontrarse amparada por la presente ley, requiriendo la rectificación
registral de la partida de nacimiento y el nuevo documento nacional de identidad
correspondiente, conservándose el numero original.

Expresar el nuevo nombre de pila elegido con el que se solicita inscribirse

ART 5: Con relación a las personas menores de dieciocho (18) años de edad la solicitud del trámite
a que refiere el artículo 4º deberá ser efectuada a través de sus representantes legales y con
expresa conformidad del menor, teniendo en cuenta los principios de capacidad progresiva e
interés superior del niño/a de acuerdo con lo estipulado en la Convención sobre los Derechos del
Niño y en la Ley 26.061 de protección integral de los derechos de niñas, niños y adolescentes.
Asimismo, la persona menor de edad deberá contar con la asistencia del abogado del niño prevista
en el artículo 27 de la Ley 26.061.

Trámite. Cumplidos los requisitos establecidos en los artículos 4° y 5°, el/la oficial público
procederá, sin necesidad de ningún trámite judicial o administrativo, a notificar de oficio la
rectificación de sexo y cambio de nombre de pila al Registro Civil de la jurisdicción donde fue
asentada el acta de nacimiento para que proceda a emitir una nueva partida de nacimiento
ajustándola a dichos cambios, y a expedirle un nuevo documento nacional de identidad que refleje
la rectificación registral del sexo y el nuevo nombre de pila. Se prohíbe cualquier referencia a la
presente ley en la partida de nacimiento rectificada y en el documento nacional de identidad
expedido en virtud de la misma.

Efectos. Los efectos de la rectificación del sexo y el/los nombre/s de pila, realizados en virtud de la
presente ley serán oponibles a terceros desde el momento de su inscripción en el/los registro/s. La
rectificación registral no alterará la titularidad de los derechos y obligaciones jurídicas que
pudieran corresponder a la persona con anterioridad a la inscripción del cambio registral, ni las
provenientes de las relaciones propias del derecho de familia en todos sus órdenes y grados, las
que se mantendrán inmodificables, incluida la adopción. En todos los casos será relevante el
número de documento nacional de identidad de la persona, por sobre el nombre de pila o
apariencia morfológica de la persona.

Derecho a la integridad física, psíquica y moral (clase 2)

El art 5 nos habla de que toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica
y moral, donde nadie debe ser sometido a torturas ni penas o tratos crueles, que sean inhumanos
o degradantes. Donde las personas privadas de libertad serán tratas con el respeto debido a la
dignidad del ser humano.

La pena no puede trascender de la persona del delincuente, donde los procesados deben estar
separados de los condenados, salvo que existan circunstancias excepcionales, y serán sometidos a
un tratamiento adecuado a su condición de personas no condenadas.

Cuando hablamos de los menores que pueden ser procesados, deben ser separados de los adultos
y llevados ante tribunales especializados, con la mayor celeridad posible, para su tratamiento.

Las penas que sean privativas de la libertad tendrán como finalidad esencial la reforma y la
readaptación social de los condenados.

Este derecho como la Corte Suprema de Justicia de la Nación señalo, el derecho a la integridad
personal no solo implica que el estado deba respetarlo (obligación negativa), sino que, además,
requiere que el estado adopte todas las medidas apropiadas para garantizarlo (obligación
positiva).

Prohibición de cometer tortura, tratos crueles, inhumanos o degradantes: En este sentido la


Corte Interamericana de Derechos Humanos en da una prohibición universal, en los casos de
tortura y penas o tratos crueles inhumanos o degradantes.

Esta prohibición es absoluta e inderogable, aun en circunstancias difíciles como lo son la guerra,
amenaza de guerra, lucha contra el terrorismo y cualquier otro delito.

La tortura: es todo acto por el cual se infligen intencionadamente a una persona dolores o
sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o un tercero
información o una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o se sospeche que ha
cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras.

Derecho a las personas privadas de la libertad: Según el Comité de Derechos Humanos, el alcance
de la obligación de los Estados partes de tratar a las personas privadas de su libertad con el
respeto debido a la dignidad inherente al ser humano comprende, no sólo a los presos, sino que
esta protección se extiende a toda persona privada de libertad en virtud de las leyes y la autoridad
del Estado, tales como hospitales psiquiátricos, instituciones para el diagnóstico y rehabilitación de
menores infractores, entre otros

La corte interamericana de DDHH, en diversas oportunidades reitero la obligación del estado como
responsable de los establecimientos de detención, de garantizar a los reclusos la existencia de
condiciones que dejen a salvo sus derechos, entre ellos el derecho a vivir en una situación de
detención compatible con su dignidad personal.
Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes: Todo
Estado Parte se comprometerá a prohibir en cualquier territorio bajo su jurisdicción otros
actos que constituyan tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes y que no lleguen a
ser tortura.

Esta convención es el principal tratado contra la tortura y penas crueles que son inhumanas o
degradantes.

Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos:

Reglas de aplicación general:

Principio fundamental: las reglas que siguen deben ser aplicadas imparcialmente. No se debe
hacer diferencias trato fundadas en prejuicios.

Registro: en todo sitio donde haya personas detenidas, se deberá llevar al día un registro
empastado y foliado que indique para cada detenido: a) su identidad. B) los motivos de detención
C) el día y hora de su ingreso y de su salida.

Separación de categorías: Los reclusos pertenecientes a categorías diversas deberán ser alojados
en diferentes establecimientos o en diferentes secciones dentro de los establecimientos, según su
sexo y edad, sus antecedentes, los motivos de su detención y el trato que corresponda aplicarles.

Locales destinados a los reclusos: las celdas o cuartos destinados al aislamiento nocturno no
deberán ser ocupados mas que por un solo recluso.

Los locales destinados a los reclusos y especialmente aquellos que se destinan al alojamiento del
recluso durante la noche, deberá satisfacer las exigencias de la higiene.

Las instalaciones de la celda sean para que el individuo realice su higiene personal o necesidades,
deberán ser adecuadas para poder mantener su higiene de forma correcta.

Higiene personal: se exige a los reclusos aseo personal y a tal efecto dispondrán de agua y de los
artículos que necesiten para su salud y limpieza

También se facilitarán los recursos para el cuidad del cabellos y barba con el fin de que presenten
un modo correcto y conserven el respeto en si mismo.

Alimentación: todo recluso recibirá una alimentación de buena calidad, bien preparada y servida,
cuyo valor nutritivo sea suficiente para el mantenimiento de su salud y de sus fuerzas.

Servicios médicos:

Todo establecimiento penitenciario dispondrá por lo menos de los servicios de un médico


calificado que deberá poseer algunos conocimientos psiquiátricos. Los servicios médicos deberán
organizarse íntimamente vinculados con la administración general del servicio sanitario de la
comunidad o de la nación.

En los establecimientos para mujeres deben existir instalaciones especiales para el tratamiento de
las reclusas embarazadas, de las que acaban de dar a luz y de las convalecientes. Hasta donde sea
posible, se tomarán medidas para que el parto se verifique en un hospital civil.
Disciplina y sanciones: El orden y la disciplina se mantendrán con firmeza, pero sin imponer más
restricciones de las necesarias para mantener la seguridad y la buena organización de la vida en
común.

Medios de coerción: Los medios de coerción tales como esposas, cadenas, grillos y camisas de
fuerza nunca deberán aplicarse como sanciones. Tampoco deberán emplearse cadenas y grillos
como medios de coerción. Los demás medios de coerción sólo podrán ser utilizados en los
siguientes casos: a) Como medida de precaución contra una evasión durante un traslado, siempre
que sean retirados en cuanto comparezca el recluso ante una autoridad judicial o administrativa;
b) Por razones médicas y a indicación del médico; c) Por orden del director, si han fracasado los
demás medios para dominar a un recluso, con objeto de impedir que se dañe a sí mismo o dañe a
otros o produzca daños materiales; en estos casos, el director deberá consultar urgentemente al
médico, e informar a la autoridad administrativa superior.

Comunicación con el mundo exterior:

Los reclusos también están autorizados a tener contacto con el mundo exterior, esto es para tener
una comunicación periódicamente y bajo la debida vigilancia con sus familiares o amigos con
buena reputación, tanto por correspondencia como mediante visitas.

Religión: Dentro de lo posible, se autorizará a todo recluso a cumplir los preceptos de su religión,
permitiéndosele participar en los servicios organizados en el establecimiento y tener en su poder
libros piadosos y de instrucción religiosa de su confesión.

Reglas aplicables a categorías especiales

Tratamiento: El tratamiento de los condenados a una pena o medida privativa de libertad debe
tener por objeto, en tanto que la duración de la condena lo permita, inculcarles la voluntad de
vivir conforme a la ley, mantenerse con el producto de su trabajo, y crear en ellos la aptitud para
hacerlo. Dicho tratamiento estará encaminado a fomentar en ellos el respeto de sí mismos y
desarrollar el sentido de responsabilidad. 1) Para lograr este fin, se deberá recurrir, en particular, a
la asistencia religiosa, en los países en que esto sea posible, a la instrucción, a la orientación y la
formación profesionales, a los métodos de asistencia social individual, al asesoramiento relativo al
empleo, al desarrollo físico y a la educación del carácter moral, en conformidad con las
necesidades individuales de cada recluso. Se deberá tener en cuenta su pasado social y criminal,
su capacidad y aptitud físicas y mentales, sus disposiciones personales, la duración de su condena
y las perspectivas después de su liberación. 2) Respecto de cada recluso condenado a una pena o
medida de cierta duración que ingrese en el establecimiento, se remitirá al director cuanto antes
un informe completo relativo a los aspectos mencionados en el párrafo anterior. Acompañará a
este informe el de un médico, a ser posible especializado en psiquiatría, sobre el estado físico y
mental del recluso. 3) Los informes y demás documentos pertinentes formarán un expediente
individual. Estos expedientes se tendrán al día y se clasificarán de manera que el responsable
pueda consultarlos siempre que sea necesario.

Clasificación e individualización: Los fines de la clasificación deberán ser: a) Separar a los reclusos
que, por su pasado criminal o su mala disposición, ejercerían una influencia nociva sobre los
compañeros de detención; b) Repartir a los reclusos en grupos, a fin de facilitar el tratamiento
encaminado a su readaptación social.
Se dispondrá, en cuanto fuere posible, de establecimientos separados o de secciones separadas
dentro de los establecimientos para los distintos grupos de reclusos.

Tan pronto como ingrese en un establecimiento un condenado a una pena o medida de cierta
duración, y después de un estudio de su personalidad, se establecerá un programa de tratamiento
individual, teniendo en cuenta los datos obtenidos sobre sus necesidades individuales, su
capacidad y sus inclinaciones.

Principios y Buenas Prácticas Protección Privados de Libertad

A los efectos del presente documento, se entiende por “privación de libertad”: “Cualquier forma
de detención, encarcelamiento, institucionalización, o custodia de una persona, por razones de
asistencia humanitaria, tratamiento, tutela, protección, o por delitos e infracciones a la ley,
ordenada por o bajo el control de facto de una autoridad judicial o administrativa o cualquier otra
autoridad, ya sea en una institución pública o privada, en la cual no pueda disponer de su libertad
ambulatoria. Se entiende entre esta categoría de personas, no sólo a las personas privadas de
libertad por delitos o por infracciones e incumplimientos a la ley, ya sean éstas procesadas o
condenadas, sino también a las personas que están bajo la custodia y la responsabilidad de ciertas
instituciones, tales como: hospitales psiquiátricos y otros establecimientos para personas con
discapacidades físicas, mentales o sensoriales; instituciones para niños, niñas y adultos mayores;
centros para migrantes, refugiados, solicitantes de asilo o refugio, apátridas e indocumentados; y
cualquier otra institución similar destinada a la privación de libertad de personas”.

PRINCIPIO 1:

Trato Humano: se le protegerá contra todo tipo de amenazas y actos de tortura, ejecución,
desaparición forzada, tratos o penas crueles, inhumano o degradantes, violencia sexual, castigos
corporales, castigos colectivos, intervención forzada o tratamiento coercitivo.

PRINCIPIO 2:

Igualdad y no discriminación: Toda persona privada de libertad será igual ante la ley, y tendrá
derecho a igual protección de la ley y los tribunales de justicia. Tendrá derecho, además de
conservar sus garantías fundamentales y ejercer sus derechos, a excepción de aquellos cuyo
ejercicio este limitado o restringido temporalmente.

Bajo ninguna circunstancia se discriminará a las personas privadas de libertad por motivos de su
raza, origen étnico, nacionalidad, color, sexo, edad, idioma, religión, etc.

PRINCIPIO 3:

Libertad personal: Toda persona tendrá derecho a la libertad personal y a ser protegida contra
todo tipo de privación de libertad ilegal o arbitraria. La ley prohibirá, en toda circunstancia, la
incomunicación coactiva de personas privadas de libertad y la privación de libertad secreta, por
constituir formas de tratamiento cruel e inhumano. Las personas privadas de libertad sólo serán
recluidas en lugares de privación de libertad oficialmente reconocidos. Por regla general, la
privación de libertad de una persona deberá aplicarse durante el tiempo mínimo necesario. La
privación de libertad de niños y niñas deberá aplicarse como último recurso, por el periodo
mínimo necesario, y deberá limitarse a casos estrictamente excepcionales. Cuando se impongan
sanciones penales previstas por la legislación general a miembros de los pueblos indígenas, deberá
darse preferencia a tipos de sanción distintos del encarcelamiento conforme a la justicia
consuetudinaria y en consonancia con la legislación vigente.

PRINCIPIO 4:

Principio de legalidad: Nadie podrá ser privado de su libertad física, salvo por las causas y en las
condiciones establecidas con anterioridad por el derecho interno, toda vez que sean compatibles
con las normas del derecho internacional de los derechos humanos. Las órdenes de privación de
libertad deberán ser emitidas por autoridad competente a través de resolución debidamente
motivada.

PRINCIPIO 5:

Debido proceso legal: Toda persona privada de libertad tendrá derecho, en todo momento y
circunstancia, a la protección de y al acceso regular a jueces y tribunales competentes,
independientes e imparciales, establecidos con anterioridad por la ley. Las personas privadas de
libertad tendrán derecho a ser informadas prontamente de las razones de su detención y de los
cargos formulados contra ellas, así como a ser informadas sobre sus derechos y garantías, en un
idioma o lenguaje que comprendan; a disponer de un traductor e intérprete durante el proceso; y
a comunicarse con su familia. Tendrán derecho a ser oídas y juzgadas con las debidas garantías y
dentro de un plazo razonable, por un juez, autoridad u otro funcionario autorizado por la ley para
ejercer funciones judiciales, o a ser puestas en libertad, sin perjuicio de que continúe el proceso; a
recurrir del fallo ante juez o tribunal superior; y a no ser juzgadas dos veces por los mismos
hechos, si son absueltas o sobreseídas mediante una sentencia firme dictada en el marco de un
debido proceso legal y conforme al derecho internacional de los derechos humanos. Para
determinar el plazo razonable en el que se desarrolla un proceso judicial se deberá tomar en
cuenta: la complejidad del caso; la actividad procesal del interesado; y la conducta de las
autoridades judiciales.

PRINCIPIO 6:

Control judicial y ejecución de la pena: El control de legalidad de los actos de la administración


pública que afecten o pudieren afectar derechos, garantías o beneficios reconocidos en favor de
las personas privadas de libertad, así como el control judicial de las condiciones de privación de
libertad y la supervisión de la ejecución o cumplimiento de las penas, deberá ser periódico y estar
a cargo de jueces y tribunales competentes, independientes e imparciales. Los Estados Miembros
de la Organización de los Estados Americanos deberán garantizar los medios necesarios para el
establecimiento y la eficacia de las instancias judiciales de control y de ejecución de las penas, y
dispondrán de los recursos necesarios para su adecuado funcionamiento.

PRINCIPIO 7:

Petición y respuesta: Las personas privadas de libertad tendrán el derecho de petición individual o
colectiva, y a obtener respuesta ante las autoridades judiciales, administrativas y de otra índole.
Este derecho podrá ser ejercido por terceras personas u organizaciones, de conformidad con la
ley. Este derecho comprende, entre otros, el derecho de presentar peticiones, denuncias o quejas
ante las autoridades competentes, y recibir una pronta respuesta dentro de un plazo razonable.
También comprende el derecho de solicitar y recibir oportunamente información sobre su
situación procesal y sobre el cómputo de la pena, en su caso.

PRINCIPIO 8:

Derechos y restricciones: Las personas privadas de libertad gozarán de los mismos derechos
reconocidos a toda persona en los instrumentos nacionales e internacionales sobre derechos
humanos, a excepción de aquéllos cuyo ejercicio esté limitado o restringido temporalmente, por
disposición de la ley y por razones inherentes a su condición de personas privadas de libertad.

PRINCIPIO 9:

1. Ingreso Las autoridades responsables de los establecimientos de privación de libertad no


permitirán el ingreso de ninguna persona para efectos de reclusión o internamiento, salvo
si está autorizada por una orden de remisión o de privación de libertad, emitida por
autoridad judicial, administrativa, médica u otra autoridad competente, conforme a los
requisitos establecidos por la ley. A su ingreso las personas privadas de libertad serán
informadas de manera clara y en un idioma o lenguaje que comprendan, ya sea por
escrito, de forma verbal o por otro medio, de los derechos, deberes y prohibiciones que
tienen en el lugar de privación de libertad.
2. Registro Los datos de las personas ingresadas a los lugares de privación de libertad
deberán ser consignados en un registro oficial, el cual será accesible a la persona privada
de libertad, a su representante y a las autoridades competentes. El registro contendrá, por
lo menos, los siguientes datos: a. Información sobre la identidad personal, que deberá
contener, al menos, lo siguiente: nombre, edad, sexo, nacionalidad, dirección y nombre de
los padres, familiares, representantes legales o defensores, en su caso, u otro dato
relevante de la persona privada de libertad;
3. Toda persona privada de libertad tendrá derecho a que se le practique un examen médico
o psicológico, imparcial y confidencial, practicado por personal de salud idóneo
inmediatamente después de su ingreso al establecimiento de reclusión o de
internamiento, con el fin de constatar su estado de salud físico o mental, y la existencia de
cualquier herida, daño corporal o mental; asegurar la identificación y tratamiento de
cualquier problema significativo de salud; o para verificar quejas sobre posibles malos
tratos o torturas o determinar la necesidad de atención y tratamiento. La información
médica o psicológica será incorporada en el registro oficial respectivo, y cuando sea
necesario, en razón de la gravedad del resultado, será trasladada de manera inmediata a
la autoridad competente.
4. Los traslados de las personas privadas de libertad deberán ser autorizados y supervisados
por autoridades competentes, quienes respetarán, en toda circunstancia, la dignidad y los
derechos fundamentales, y tomarán en cuenta la necesidad de las personas de estar
privadas de libertad en lugares próximos o cercanos a su familia, a su comunidad, al
defensor o representante legal, y al tribunal de justicia u otro órgano del Estado que
conozca su caso.

PRINCIPIO 10:
Las personas privadas de libertad tendrán derecho a la salud, entendida como el disfrute del más
alto nivel posible de bienestar físico, mental y social, que incluye, entre otros, la atención médica,
psiquiátrica y odontológica adecuada; la disponibilidad permanente de personal médico idóneo e
imparcial; el acceso a tratamiento y medicamentos apropiados y gratuitos; la implementación de
programas de educación y promoción en salud, inmunización, prevención y tratamiento de
enfermedades infecciosas, endémicas y de otra índole; y las medidas especiales para satisfacer las
necesidades particulares de salud de las personas privadas de libertad pertenecientes a grupos
vulnerables o de alto riesgo, tales como: las personas adultas mayores, las mujeres, los niños y las
niñas, las personas con discapacidad, las personas portadoras del VIH-SIDA, tuberculosis, y las
personas con enfermedades en fase terminal. El tratamiento deberá basarse en principios
científicos y aplicar las mejores prácticas.

PRINCIPIO 11:

1. Alimentación Las personas privadas de libertad tendrán derecho a recibir una alimentación que
responda, en cantidad, calidad y condiciones de higiene, a una nutrición adecuada y suficiente, y
tome en consideración las cuestiones culturales y religiosas de dichas personas, así como las
necesidades o dietas especiales determinadas por criterios médicos. Dicha alimentación será
brindada en horarios regulares, y su suspensión o limitación, como medida disciplinaria, deberá
ser prohibida por la ley.

2. Agua potable Toda persona privada de libertad tendrá acceso en todo momento a agua potable
suficiente y adecuada para su consumo. Su suspensión o limitación, como medida disciplinaria,
deberá ser prohibida por la ley.

PRINCIPIO 12:

1. Albergue Las personas privadas de libertad deberán disponer de espacio suficiente,


exposición diaria a la luz natural, ventilación y calefacción apropiadas, según las
condiciones climáticas del lugar de privación de libertad. Se les proporcionará una cama
individual, ropa de cama apropiada, y las demás condiciones indispensables para el
descanso nocturno. Las instalaciones deberán tomar en cuenta las necesidades especiales
de las personas enfermas, las portadoras de discapacidad, los niños y niñas, las mujeres
embarazadas o madres lactantes, y los adultos mayores, entre otras.
2. Las personas privadas de libertad tendrán acceso a instalaciones sanitarias higiénicas y
suficientes, que aseguren su privacidad y dignidad. Asimismo, tendrán acceso a productos
básicos de higiene personal, y a agua para su aseo personal, conforme a las condiciones
climáticas.
3. El vestido que deben utilizar las personas privadas de libertad será suficiente y adecuado a
las condiciones climáticas, y tendrá en cuenta la identidad cultural y religiosa de las
personas privadas de libertad. En ningún caso las prendas de vestir podrán ser
degradantes ni humillantes.

PRINCIPIO 13:

Educación y actividades culturales: Las personas privadas de libertad tendrán derecho a la


educación, la cual será accesible para todas las personas, sin discriminación alguna, y tomará en
cuenta la diversidad cultural y sus necesidades especiales. La enseñanza primaria o básica será
gratuita para las personas privadas de libertad, en particular, para los niños y niñas, y para los
adultos que no hubieren recibido o terminado el ciclo completo de instrucción primaria. Los
Estados Miembros de la Organización de los Estados Americanos promoverán en los lugares de
privación de libertad, de manera progresiva y según la máxima disponibilidad de sus recursos, la
enseñanza secundaria, técnica, profesional y superior, igualmente accesible para todos, según sus
capacidades y aptitudes.

PRINCIPIO 14:

Toda persona privada de libertad tendrá derecho a trabajar, a tener oportunidades efectivas de
trabajo, y a recibir una remuneración adecuada y equitativa por ello, de acuerdo con sus
capacidades físicas y mentales, a fin de promover la reforma, rehabilitación y readaptación social
de los condenados, estimular e incentivar la cultura del trabajo, y combatir el ocio en los lugares
de privación de libertad. En ningún caso el trabajo tendrá carácter aflictivo.

PRINCIPIO 15:

Libertad de conciencia y religión Las personas privadas de libertad tendrán derecho a la libertad
de conciencia y religión, que incluye el derecho de profesar, manifestar, practicar, conservar y
cambiar su religión, según sus creencias; el derecho de participar en actividades religiosas y
espirituales, y ejercer sus prácticas tradicionales; así como el derecho de recibir visitas de sus
representantes religiosos o espirituales.

PRINCIPIO 16:

Libertad de expresión, asociación y reunión Las personas privadas de libertad tendrán derecho a
la libertad de expresión en su propio idioma, asociación y reunión pacíficas, tomando en cuenta
los límites estrictamente necesarios en una sociedad democrática, para respetar los derechos de
los demás o para proteger la salud o la moral públicas, y para preservar el orden público, la
seguridad y la disciplina interna en los lugares de privación de libertad, así como los demás límites
permitidos en las leyes y en el derecho internacional de los derechos humanos.

PRINCIPIO 17:

MEDIDAS CONTRA EL HACINAMIENTO

La autoridad competente definirá la cantidad de plazas disponibles de cada lugar de privación de


libertad conforme a los estándares vigentes en materia habitacional. Dicha información, así como
la tasa de ocupación real de cada establecimiento o centro deberá ser pública, accesible y
regularmente actualizada. La ley establecerá los procedimientos a través de los cuales las personas
privadas de libertad, sus abogados, o las organizaciones no gubernamentales podrán impugnar los
datos acerca del número de plazas de un establecimiento, o su tasa de ocupación, individual o
colectivamente. En los procedimientos de impugnación deberá permitirse el trabajo de expertos
independientes. La ocupación de establecimiento por encima del número de plazas establecido
será prohibida por la ley.

PRINCIPIO 18:
Contacto con el mundo exterior Las personas privadas de libertad tendrán derecho a recibir y
enviar correspondencia, sujeto a aquellas limitaciones compatibles con el derecho internacional; y
a mantener contacto personal y directo, mediante visitas periódicas, con sus familiares,
representantes legales, y con otras personas, especialmente con sus padres, hijos e hijas, y con sus
respectivas parejas.

PRINCIPIO 19: Separación de categorías

Las personas privadas de libertad pertenecientes a diversas categorías deberán ser alojadas en
diferentes lugares de privación de libertad o en distintas secciones dentro de dichos
establecimientos, según su sexo, edad, la razón de su privación de libertad, la necesidad de
protección de la vida e integridad de las personas privadas de libertad o del personal, las
necesidades especiales de atención, u otras circunstancias relacionadas con cuestiones de
seguridad interna.

En particular, se dispondrá la separación de mujeres y hombres; niños, niñas y adultos; jóvenes y


adultos; personas adultas mayores; procesados y condenados; y personas privadas de libertad por
razones civiles y por razones penales. En los casos de privación de libertad de los solicitantes de
asilo o refugio, y en otros casos similares, los niños y niñas no deberán ser separados de sus
padres. Los solicitantes de asilo o refugio y las personas privadas de libertad a causa de infracción
de las disposiciones sobre migración no deberán estar privados de libertad en establecimientos
destinados a personas condenadas o acusadas por infracciones penales.

PRINCIPIO 20:

Personal de los lugares de privación de libertad El personal que tenga bajo su responsabilidad la
dirección, custodia, tratamiento, traslado, disciplina y vigilancia de personas privadas de libertad,
deberá ajustarse, en todo momento y circunstancia, al respeto a los derechos humanos de las
personas privadas de libertad y de sus familiares. El personal deberá ser seleccionado
cuidadosamente, teniendo en cuenta su integridad ética y moral, sensibilidad a la diversidad
cultural y a las cuestiones de género, capacidad profesional, adecuación personal a la función, y
sentido de responsabilidad.

PRINCIPIO 21:

Registros corporales, inspección de instalaciones y otras medidas Los registros corporales, la


inspección de instalaciones y las medidas de organización de los lugares de privación de libertad,
cuando sean procedentes de conformidad con la ley, deberán obedecer a los criterios de
necesidad, razonabilidad y proporcionalidad. Los registros corporales a las personas privadas de
libertad y a los visitantes de los lugares de privación de libertad se practicarán en condiciones
sanitarias adecuadas, por personal calificado del mismo sexo, y deberán ser compatibles con la
dignidad humana y con el respeto a los derechos fundamentales. Para ello, los Estados Miembros
utilizarán medios alternativos que tomen en consideración procedimientos y equipo tecnológico u
otros métodos apropiados.

PRINCIPIO 22:

Régimen disciplinario
1. Sanciones disciplinarias Las sanciones disciplinarias que se adopten en los lugares de
privación de libertad, así como los procedimientos disciplinarios, deberán estar sujetas a
control judicial y estar previamente establecidas en las leyes, y no podrán contravenir las
normas del derecho internacional de los derechos humanos.
2. Debido proceso legal La determinación de las sanciones o medidas disciplinarias y el
control de su ejecución estarán a cargo de autoridades competentes, quienes actuarán en
toda circunstancia conforme a los principios del debido proceso legal, respetando los
derechos humanos y las garantías básicas de las personas privadas de libertad,
reconocidas por el derecho internacional de los derechos humanos.
3. Medidas de aislamiento Se prohibirá, por disposición de la ley, las medidas o sanciones
de aislamiento en celdas de castigo. Estarán estrictamente prohibidas las medidas de
aislamiento de las mujeres embarazadas; de las madres que conviven con sus hijos al
interior de los establecimientos de privación de libertad; y de los niños y niñas privados de
libertad.
4. Prohibición de sanciones colectivas Se prohibirá por disposición de la ley la aplicación de
sanciones colectivas
5. Competencia disciplinaria No se permitirá que las personas privadas de libertad tengan
bajo su responsabilidad la ejecución de medidas disciplinarias, o la realización de
actividades de custodia y vigilancia, sin perjuicio de que puedan participar en actividades
educativas, religiosas, deportivas u otras similares, con participación de la comunidad, de
organizaciones no gubernamentales y de otras instituciones privadas.

PRINCIPIO 23:

Medidas para combatir la violencia y las situaciones de emergencia

1. Medidas de prevención

De acuerdo con el derecho internacional de los derechos humanos, se adoptarán medidas


apropiadas y eficaces para prevenir todo tipo de violencia entre las personas privadas de libertad,
y entre éstas y el personal de los establecimientos.

Para tales fines, se podrán adoptar, entre otras, las siguientes medidas:

a. Separar adecuadamente las diferentes categorías de personas, conforme a los criterios


establecidos en el presente documento;

b. Asegurar la capacitación y formación continua y apropiada del personal;

c. Incrementar el personal destinado a la seguridad y vigilancia interior, y establecer patrones de


vigilancia continua al interior de los establecimientos;

d. Evitar de manera efectiva el ingreso de armas, drogas, alcohol y de otras sustancias u objetos
prohibidos por la ley, a través de registros

e inspecciones periódicas, y la utilización de medios tecnológicos u otros métodos apropiados,


incluyendo la requisa al propio personal;

e. Establecer mecanismos de alerta temprana para prevenir las crisis o emergencias;


f. Promover la mediación y la resolución pacífica de conflictos internos;

g. Evitar y combatir todo tipo de abusos de autoridad y actos de corrupción; y

h. Erradicar la impunidad, investigando y sancionando todo tipo de hechos de violencia y de


corrupción, conforme a la ley.

2. Criterios para el uso de la fuerza y de armas El personal de los lugares de privación de libertad
no empleará la fuerza y otros medios coercitivos, salvo excepcionalmente, de manera
proporcionada, en casos de gravedad, urgencia y necesidad, como último recurso después de
haber agotado previamente las demás vías disponibles, y por el tiempo y en la medida
indispensables para garantizar la seguridad, el orden interno, la protección de los derechos
fundamentales de la población privada de libertad, del personal o de las visitas. Se prohibirá al
personal el uso de armas de fuego u otro tipo de armas letales al interior de los lugares de
privación de libertad, salvo cuando sea estrictamente inevitable para proteger la vida de las
personas.

3. Investigación y sanción Los Estados Miembros de la Organización de los Estados Americanos


realizarán investigaciones serias, exhaustivas, imparciales y ágiles sobre todo tipo de actos de
violencia o situaciones de emergencia ocurridas al interior de los lugares de privación de libertad,
con el fin de esclarecer sus causas, individualizar a los responsables e imponer las sanciones
legales correspondientes.

PRINCIPIO 24:

Inspecciones institucionales De conformidad con la legislación nacional y el derecho internacional


se podrán practicar visitas e inspecciones periódicas en los lugares de privación de libertad, por
parte de instituciones y organizaciones nacionales e internacionales, a fin de verificar, en todo
momento y circunstancia, las condiciones de privación de libertad y el respeto de los derechos
humanos. Al practicarse las inspecciones se permitirá y garantizará, entre otros, el acceso a todas
las instalaciones de los lugares de privación de libertad; el acceso a la información y
documentación relacionada con el establecimiento y las personas privadas de libertad; y la
posibilidad de entrevistar en privado y de manera confidencial a las personas privadas de libertad
y al personal.

PRINCIPIO 25:

Interpretación Con el fin de respetar y garantizar plenamente los derechos y las libertades
fundamentales reconocidas por el sistema interamericano, los Estados Miembros de la
Organización de los Estados Americanos deberán interpretar extensivamente las normas de
derechos humanos, de tal forma que se aplique en toda circunstancia las cláusulas más favorables
a las personas privadas de libertad.

Clase 3

Ley 23.179: Convención para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer.

Esta ley fue aprobada en 1985 y se mantiene vigente.


Lo que busca la ley en los artículos es la eliminación de todas las formas contra la discriminación a
la mujer

Dentro de sus artículos, los estados partes deberán condenar la discriminación contra la mujer en
todas sus formas, deben estar comprometidos a imponer la igualdad del hombre y la mujer y
asegurar por ley la realización practica de ese principio;

Deberán además establecer medidas adecuadas con sanciones para aquellos que incumplan la NO
discriminación contra la mujer;

Las mujeres deberán tener protección jurídica de los derechos sobre la base de igualdad, además
de que deberán derogar todas las disposiciones penales nacionales que constituyan discriminación
contra la mujer.

Los estados partes deben tomar medidas para modificar los patrones socioculturales de conducta
de hombres y mujeres para eliminar los prejuicios y practicas consuetudinarias que Esten basadas
en la inferioridad o superioridad de cualquiera de los sexos o en función de estereotipos de
hombres y mujeres.

Los estados partes deben eliminar la discriminación contra la mujer en la vida política y publica del
país, en particular, garantizaran en igualdad de condiciones con los hombres el derecho de votar
en todas las elecciones, participar en la formulación de las políticas gubernamentales y en la
ejecución de estas, y ocupar cargos públicos y ejercer funciones publicas en todos los planos
gubernamentales.

Los estados partes además deberán adoptar medidas apropiadas para eliminar la discriminación
contra la mujer, para asegurar la igualdad de derechos con el hombre en la esfera de educación y
en particular para asegurar condiciones de igualdad.

Además, deberán eliminar toda discriminación en la esfera del empleo para asegurar, en
condiciones la igualdad entre hombre y mujeres. Deben tener las mismas oportunidades de
empleo, el derecho a elegir libremente profesión y empleo, derecho al ascenso, estabilidad en el
empleo, etc.

Por motivo de embarazo, el estado miembro debe impedir el despido por este, o por licencia de
maternidad.

También se deberán eliminar la discriminación contra la mujer en la esfera de atención medica,


para asegurar la igualdad con el hombre.

Los estados partes deberán tomar medidas para la eliminación de la discriminación de la mujer en
zonas rurales.

1. Los Estados Partes reconocerán a la mujer la igualdad con el hombre ante la ley.

2. Los Estados Partes reconocerán a la mujer, en materias civiles, una capacidad jurídica idéntica a
la del hombre y las mismas oportunidades para el ejercicio de esa capacidad. En particular, le
reconocerán a la mujer iguales derechos para firmar contratos y administrar bienes y le
dispensarán un trato igual en todas las etapas del procedimiento en las cortes de justicia y los
tribunales.
3. Los Estados Partes convienen en que todo contrato o cualquier otro instrumento privado con
efecto jurídico que tienda a limitar la capacidad jurídica de la mujer se considerará nulo.

4. Los Estado Partes reconocerán al hombre y a la mujer los mismos derechos con respecto a la
legislación relativa al derecho de las personas a circular libremente y a la libertad para elegir su
residencia y domicilio.

Los Estados Partes adoptarán todas las medidas adecuadas para eliminar la discriminación contra
la mujer en todos los asuntos relacionados con el matrimonio y las relaciones familiares y, en
particular, asegurarán, en condiciones de igualdad entre hombres y mujeres

Con el fin de examinar los progresos realizados en la aplicación de la presente Convención, se


establecerá un Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (denominado en
adelante el Comité) compuesto, en el momento de la entrada en vigor de la Convención, de
dieciocho y, después de su ratificación o adhesión por el trigésimo quinto Estado Parte, de
veintitrés expertos de gran prestigio moral y competencia en la esfera abarcada por la Convención.
Los expertos serán elegidos por los Estados Partes entre sus nacionales, y ejercerán sus funciones
a título personal; se tendrán en cuenta una distribución geográfica equitativa y la representación
de las diferentes formas de civilización, así como los principales sistemas jurídicos

Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer

Esta convención habla sobre lo mismo explicado en el anterior título.

Convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer


“convención de Belem do para”

La convención nos comenta que debe entenderse por violencia contra la mujer cualquier acción o
conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a
la mujer, sea en ámbito publico o privado.

Derechos protegidos de la mujer:

Toda mujer tiene derecho a una vida libre de violencia, tanto en el ámbito publico como en el
ámbito privado, además toda mujer tiene derecho y goce, ejercicio y protección de todos los
derechos humanos, como, por ejemplo:

Derecho a la vida

Derecho a la integridad física, psíquica y moral

Derecho a la libertad

Derecho a no ser sometidas a torturas.

Además, toda mujer podrá ejercer libre y plenamente sus derechos civiles, políticos, económicos,
sociales y culturales, además de contar con protección total a esos derechos consagrados
anteriormente mencionados.

Deberes de los estados:


Los estados partes deben condenar todas las formas de violencia contra la mujer, deben erradicar
dicha violencia.

Deben actuar con diligencia para prevenir, investigar y sancionar la violencia contra la mujer.

Deben suministrar los servicios especializados apropiados para la atención necesaria a la mujer
objeto de violencia, por medio de entidades de los sectores públicos y privados, inclsuive refugios
para toda la familia.

Mecanismos interamericanos de protección: Con el propósito de proteger el derecho de la mujer


a una vida libre de violencia, en los informes nacionales a la Comisión Interamericana de Mujeres,
los Estados Partes deberán incluir información sobre las medidas adoptadas para prevenir y
erradicar la violencia contra la mujer, para asistir a la mujer afectada por la violencia, así como
sobre las dificultades que observen en la aplicación de las mismas y los factores que contribuyan a
la violencia contra la mujer.

Argentina esta adherida a esta convención.

Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad

El propósito que tiene esta convención es promover, proteger y asegurar el goce pleno y en
condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamentales por todas las
personas con discapacidad y promover su respeto.

Principios generales de la convención: respeto de la dignidad, la autonomía individual, la


independencia de las personas.

La no discriminación.

La participación e inclusión plenas y efectivas en la sociedad

Respeto por la diferencia y la a aceptación de las personas con discapacidad como parte de la
diversidad y las condiciones humanas.

Igualdad de oportunidades

La accesibilidad

Obligaciones generales: los estados partes deben asegurar y promover el pleno ejercicio de todos
los derechos humanos y las libertades fundamentales de las personas con discapacidad sin
discriminación alguna

Deben adoptar todas las medidas pertinentes desde el lado legislativo, administrativos y de otra
índole que sean pertinentes para hacer efectivos los derechos.

Promocionar información accesible para las personas con discapacidad, sobre diferentes ayudas,
como las de movilidad, nuevas tecnologías, etc.

Igualdad y no discriminación: los estados partes reconocen que todas las personas son iguales
ante la ley y en virtud de ella y que tienen derecho a igual protección legal y a beneficiarse de la
ley en igual medida sin discriminación alguna.
Los estados partes prohibirán toda discriminación por motivos de discapacidad y garantizaran a
todas las personas con discapacidad protección legal igual y efectiva contra cualquier
discriminación.

Toma de conciencia: los estados partes deben sensibilizar a la sociedad, en todas las esferas
posibles, incluso la familiar para que se tome conciencia y respeto a las personas con discapacidad
y fomentar el respeto de los derechos.

Deben poner en marcha y mantener campañas efectivas de sensibilización pública.

Accesibilidad: a fin de que las personas con discapacidad puedan vivir en forma independiente y
participar plenamente en todos los aspectos de la vida, los estados partes adoptaran medidas
pertinentes para asegurar el acceso de las personas con discapacidad, al entorno físico, el
transporte, las comunicaciones, servicios e instalaciones, tanto en zonas urbanas como rurales

Derecho a la vida: Los Estados Partes reafirman el derecho inherente a la vida de todos los seres
humanos y adoptarán todas las medidas necesarias para garantizar el goce efectivo de ese
derecho por las personas con discapacidad en igualdad de condiciones con las demás.

Acceso a la justicia: Los estados partes aseguraran que las personas con discapacidad tengan
acceso a la justicia en igualdad de condiciones con las demás, incluso mediante ajustes de
procedimiento y adecuados a la edad.

Los estados partes promoverán la capacitación adecuada de los que trabajan en la administración
de la justicia incluido el personal policial y penitenciario.

Libertad y seguridad de las personas: las personas con discapacidad deben de disfrutar del
derecho a la libertad y seguridad de la persona, no pueden ser privadas de su libertad de forma
ilegal o arbitrariamente

Protección contra la explotación, la violencia y el abuso:

Los Estados Partes también adoptarán todas las medidas pertinentes para impedir cualquier forma
de explotación, violencia y abuso asegurando, entre otras cosas, que existan formas adecuadas de
asistencia y apoyo que tengan en cuenta el género y la edad para las personas con discapacidad y
sus familiares y cuidadores, incluso proporcionando información y educación sobre la manera de
prevenir, reconocer y denunciar los casos de explotación, violencia y abuso. Los Estados Partes
asegurarán que los servicios de protección tengan en cuenta la edad, el género y la discapacidad.
A fin de impedir que se produzcan casos de explotación, violencia y abuso, los Estados Partes
asegurarán que todos los servicios y programas diseñados para servir a las personas con
discapacidad sean supervisados efectivamente por autoridades independientes. 4. Los Estados
Partes tomarán todas las medid

Derecho a vivir de forma independiente y a ser incluido en la comunidad Los Estados Partes en la
presente Convención reconocen el derecho en igualdad de condiciones de todas las personas con
discapacidad a vivir en la comunidad, con opciones iguales a las de las demás, y adoptarán
medidas efectivas y pertinentes para facilitar el pleno goce de este derecho por las personas con
discapacidad y su plena inclusión y participación en la comunidad
Respeto de la privacidad: Ninguna persona con discapacidad, independientemente de cuál sea su
lugar de residencia o su modalidad de convivencia, será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales
en su vida privada, familia, hogar, correspondencia o cualquier otro tipo de comunicación, o de
agresiones ilícitas contra su honor y su reputación. Las personas con discapacidad tendrán derecho
a ser protegidas por la ley frente a dichas injerencias o agresiones.

Educación Los Estados Partes reconocen el derecho de las personas con discapacidad a la
educación. Con miras a hacer efectivo este derecho sin discriminación y sobre la base de la
igualdad de oportunidades, los Estados Partes asegurarán un sistema de educación inclusivo a
todos los niveles, así como la enseñanza a lo largo de la vida, con miras a:

Desarrollar plenamente el potencial humano y el sentido de la dignidad y la autoestima y reforzar


el respeto por los derechos humanos, las libertades fundamentales y la diversidad humana.

Salud Los Estados Partes reconocen que las personas con discapacidad tienen derecho a gozar del
más alto nivel posible de salud sin discriminación por motivos de discapacidad. Los Estados Partes
adoptarán las medidas pertinentes para asegurar el acceso de las personas con discapacidad a
servicios de salud que tengan en cuenta las cuestiones de género, incluida la rehabilitación
relacionada con la salud.

Trabajo y empleo: Los Estados Partes reconocen el derecho de las personas con discapacidad a
trabajar, en igualdad de condiciones con las demás; ello incluye el derecho a tener la oportunidad
de ganarse la vida mediante un trabajo libremente elegido o aceptado en un mercado y un
entorno laborales que sean abiertos, inclusivos y accesibles a las personas con discapacidad. Los
Estados Partes salvaguardarán y promoverán el ejercicio del derecho al trabajo, incluso para las
personas que adquieran una discapacidad durante el empleo, adoptando medidas pertinentes,
incluida la promulgación de legislación.

Participación en la vida política y pública Los Estados Partes garantizarán a las personas con
discapacidad los derechos políticos y la posibilidad de gozar de ellos en igualdad de condiciones
con las demás

Clase 4

Convención de los derechos de los niños

La convención comienza comentándonos que se entiende por niño a todo ser humano menor de
dieciocho años de edad, salvo que en virtud de la ley haya alcanzado antes la mayoría de edad.

Los estados partes deben asegurar y respetar los derechos enunciados en la convencion sin
distinción alguna de la raza, color, el sexo, idioma o religión. Deben tomar todas las medidas
necesarias para garantizar que el niño se vea protegido contra toda forma de discriminación o
castigo por causa de la condición.

Los estados partes deben asegurar de que las instituciones, servicios y establecimientos
encargados del cuidado o la protección de los niños cumplan las normas establecidas por las
autoridades competentes, especialmente en materia de seguridad, sanidad, etc.
Los estados partes deben reconocer a los niños los derechos intrínsecos a la vida, garantizarle en la
mayor medida posible la supervivencia y el desarrollo del niño.

El niño luego de su nacimiento será inscripto y tendrá derecho desde que nace un nombre,
adquirir una nacionalidad y en lo posible a conocer a sus padres.

Los estados partes se deben comprometer a respetar el derecho del niño a preservar su identidad,
incluidos la nacionalidad, el nombre y las relaciones familiares. Si estas son privadas ilegalmente,
el estado deberá presentar asistencia y protección.

Los estados partes garantizaran al niño que este en condiciones de formarse un juicio propio el
derecho de expresar su opinión libremente en todos los asuntos que afectan al niño, teniéndose
debidamente en cuenta las opiniones del niño, en función de la edad y madurez del niño
(autonomía progresiva).

El niño tendrá derecho a la libertad de expresión, ese derecho incluirá la libertad de buscar, recibir
y difundir informaciones e ideas de cualquier tipo.

Los estados partes respetaran el derecho del niño a la libertad de pensamiento, conciencia y de
religión, además respetaran los derechos y deberes de los padres y, en su caso, de los
representantes legales, de guiar al niño en ejercicio de su derecho conforme a la evolución de sus
facultades.

Los Estados Partes reconocen la importante función que desempeñan los medios de comunicación
y velarán por que el niño tenga acceso a información y material procedentes de diversas fuentes
nacionales e internacionales, en especial la información y el material que tengan por finalidad
promover su bienestar social, espiritual y moral y su salud física y mental.

Los estados partes pondrán el máximo empeño en garantizar el reconocimiento del principio de
que ambos padres tienen obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza y el desarrollo del
niño.

Los niños temporal o permanentemente privados de su medio familiar, o cuyo superior interés
exija que no permanezcan en ese medio, tendrán derecho a la protección y asistencia especiales
del Estado.

Los Estados Partes que reconocen o permiten el sistema de adopción cuidarán de que el interés
superior del niño sea la consideración primordial y Velarán por que la adopción del niño sólo sea
autorizada por las autoridades competentes, las que determinarán, con arreglo a las leyes y a los
procedimientos aplicables y sobre la base de toda la información pertinente y fidedigna, que la
adopción es admisible en vista de la situación jurídica del niño en relación con sus padres,
parientes y representantes legales y que, cuando así se requiera, las personas interesadas hayan
dado con conocimiento de causa su consentimiento a la adopción sobre la base del asesoramiento
que pueda ser necesario.

Los Estados Partes reconocen que el niño mental o físicamente impedido deberá disfrutar de una
vida plena y decente en condiciones que aseguren su dignidad, le permitan llegar a bastarse a sí
mismo y faciliten la participación activa del niño en la comunidad.
Los Estados Partes reconocen el derecho del niño impedido a recibir cuidados especiales y
alentarán y asegurarán, con sujeción a los recursos disponibles, la prestación al niño que reúna las
condiciones requeridas y a los responsables de su cuidado de la asistencia que se solicite y que sea
adecuada al estado del niño y a las circunstancias de sus padres o de otras personas que cuiden de
él.

Los Estados Partes reconocen el derecho del niño al disfrute del más alto nivel posible de salud y a
servicios para el tratamiento de las enfermedades y la rehabilitación de la salud.

A los padres u otras personas encargadas del niño les incumbe la responsabilidad primordial de
proporcionar, dentro de sus posibilidades y medios económicos, las condiciones de vida que sean
necesarias para el desarrollo del niño.

Los Estados Partes reconocen el derecho del niño a la educación y, a fin de que se pueda ejercer
progresivamente y en condiciones de igualdad de oportunidades ese derecho.

A) Los Estados Partes convienen en que la educación del niño deberá estar encaminada a:

a) Desarrollar la personalidad, las aptitudes y la capacidad mental y física

del niño hasta el máximo de sus posibilidades;

b) Inculcar al niño el respeto de los derechos humanos y las libertades

fundamentales y de los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas;

c) Inculcar al niño el respeto de sus padres, de su propia identidad cultural, de su idioma y sus
valores, de los valores nacionales del país en que vive, del país que sea originario y de las
civilizaciones distintas de la suya.

En los Estados en que existan minorías étnicas, religiosas o lingüísticas o personas de origen
indígena, no se negará a un niño que pertenezca a tales minorías o que sea indígena el derecho
que le corresponde, en común con los demás miembros de su grupo, a tener su propia vida
cultural, a profesar y practicar su propia religión, o a emplear su propio idioma.

Los Estados Partes se comprometen a proteger al niño contra todas las formas de explotación y
abuso sexuales.

Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para promover la recuperación física y
psicológica y la reintegración social de todo niño víctima de: cualquier forma de abandono,
explotación o abuso; tortura u otra forma de tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes; o
conflictos armados. Esa recuperación y reintegración se llevarán a cabo en un ambiente que
fomente la salud, el respeto de sí mismo y la dignidad del niño.

PARTE 2 de la convención:

Con la finalidad de examinar los progresos realizados en el cumplimiento de las obligaciones


contraídas por los Estados Partes en la presente Convención, se establecerá un Comité de los
Derechos del Niño que desempeñará las funciones que a continuación se estipulan.
El Comité estará integrado por dieciocho expertos de gran integridad moral y reconocida
competencia en las esferas reguladas por la presente Convención.1/ Los miembros del Comité
serán elegidos por los Estados Partes entre sus nacionales y ejercerán sus funciones a título
personal, teniéndose debidamente en cuenta la distribución geográfica, así como los principales
sistemas jurídicos.

Los miembros del Comité serán elegidos, en votación secreta, de una lista de personas designadas
por los Estados Partes. Cada Estado Parte podrá designar a una persona escogida entre sus propios
nacionales.

Los Estados Partes se comprometen a presentar al Comité, por conducto del Secretario General de
las Naciones Unidas, informes sobre 36 las medidas que hayan adoptado para dar efecto a los
derechos reconocidos en la Convención y sobre el progreso que hayan realizado en cuanto al goce
de esos derechos

El Comité podrá recomendar a la Asamblea General que pida al Secretario General que efectúe, en
su nombre, estudios sobre cuestiones concretas relativas a los derechos del niño;

El Comité podrá formular sugerencias y recomendaciones generales basadas en la información


recibida

…Los Estados Partes velarán por qué no se reclute obligatoriamente en sus fuerzas armadas a
ningún menor de 18 años…

Clase 5

Derecho a la salud:

 La Constitución de la OMS establece que el goce del grado máximo de salud que se pueda lograr
es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano.

 El derecho a la salud incluye el acceso a una atención sanitaria oportuna, aceptable, asequible y
de calidad satisfactoria

 El derecho a la salud significa que los Estados deben crear las condiciones que permitan que
todas las personas puedan vivir lo más saludablemente posible. El derecho a la salud no debe
entenderse como el derecho a estar sano.

 Los problemas de salud suelen afectar en una proporción más alta a los grupos vulnerables y
marginados de la sociedad.

Pacto internacional de derechos económicos, sociales y culturales.

EL ARTÍCULO 12

Establece que, entre las medidas que se deberán adoptar a fin de asegurar la plena efectividad del
derecho a la salud, figurarán las necesarias para:

 la reducción de la mortalidad infantil y garantizar el sano desarrollo de los niños;

 el mejoramiento de la higiene del trabajo y del medio ambiente;


 la prevención y el tratamiento de las enfermedades epidémicas, endémicas, profesionales y de
otra índole, y la lucha contra ellas;

 la creación de condiciones que aseguren el acceso de todos a la atención de la salud.

Declaración universal de derechos humanos

Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la
salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los
servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo,
enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros casos pérdida de sus medios de subsistencia por
circunstancias independientes de su voluntad.

Según la observación general, el derecho a la salud abarca cuatro elementos:

2-1 Disponibilidad. Se deberá contar con un número suficiente de establecimientos, bienes y


servicios públicos de salud, así como de programas de salud.

2-2 Accesibilidad. Los establecimientos, bienes y servicios de salud deben ser accesibles a todos.
La accesibilidad presenta cuatro dimensiones superpuestas: no discriminación; accesibilidad física;
accesibilidad económica (asequibilidad); acceso a la información.

2-3 Aceptabilidad. Todos los establecimientos, bienes y servicios de salud deberán ser respetuosos
de la ética médica y culturalmente apropiados, a la par que sensibles a los requisitos del género y
el ciclo de vida.

2-4 Calidad. Los establecimientos, bienes y servicios de salud deberán ser apropiados desde el
punto de vista científico y médico y ser de buena calidad.

Al igual que todos los derechos humanos, el derecho a la salud impone a los Estados Partes tres
tipos de obligaciones:

 Respetar. Significa simplemente no inferir en el disfrute del derecho a la salud (“no perjudicar”).

 Proteger. Significa adoptar medidas para impedir que terceros (actores no estatales) interfieran
en el disfrute del derecho a la salud (por ejemplo, regulando la actividad de los actores no
estatales).

 Cumplir. Significa adoptar medidas positivas para dar plena efectividad al derecho. También
comprende obligaciones básicas que son las siguientes:

 servicios esenciales de atención primaria de la salud;


 alimentación esencial mínima que sea nutritiva;
 saneamiento;
 agua potable;
 medicamentos esenciales.

Identidad de género: ley 26.743

Se establece la identidad de género, donde toda persona tiene derecho a:


Al reconocimiento de su identidad de género.

Al libre desarrollo de su persona conforme a su identidad de genero

A ser tratada de acuerdo con su identidad de genero y, en particular, a ser identificada de este
modo en los instrumentos que acreditan su identidad respecto del nombre de pila, imagen y sexo
con los que allí es registrada.

Toda persona podrá solicitar la rectificación registral del sexo y el cambio de nombre de pila e
imagen, cuando no coincida con su identidad de género auto percibida.

Requisitos. Toda persona que solicite la rectificación registral del sexo, el cambio de nombre de
pila e imagen, en virtud de la presente ley, deberá observar los siguientes requisitos:

1. Acreditar la edad mínima de dieciocho (18) años de edad, con excepción de lo establecido en el
artículo 5° de la presente ley.

2. Presentar ante el Registro Nacional de las Personas o sus oficinas seccionales correspondientes,
una solicitud manifestando encontrarse amparada por la presente ley, requiriendo la rectificación
registral de la partida de nacimiento y el nuevo documento nacional de identidad
correspondiente, conservándose el número original.

3. Expresar el nuevo nombre de pila elegido con el que solicita inscribirse.

En ningún caso será requisito acreditar intervención quirúrgica por reasignación genital total o
parcial, ni acreditar terapias hormonales u otro tratamiento psicológico o médico.

Personas menores de edad. Con relación a las personas menores de dieciocho (18) años de edad la
solicitud del trámite a que refiere el artículo 4º deberá ser efectuada a través de sus
representantes legales y con expresa conformidad del menor, teniendo en cuenta los principios de
capacidad progresiva e interés superior del niño/a de acuerdo con lo estipulado en la Convención
sobre los Derechos del Niño

Trámite. Cumplidos los requisitos establecidos en los artículos 4° y 5°, el/la oficial público
procederá, sin necesidad de ningún trámite judicial o administrativo, a notificar de oficio la
rectificación de sexo y cambio de nombre de pila al Registro Civil de la jurisdicción donde fue
asentada el acta de nacimiento para que proceda a emitir una nueva partida de nacimiento
ajustándola a dichos cambios, y a expedirle un nuevo documento nacional de identidad que refleje
la rectificación registral del sexo y el nuevo nombre de pila.

Confidencialidad. Sólo tendrán acceso al acta de nacimiento originaria quienes cuenten con
autorización del/la titular de la misma o con orden judicial por escrito y fundada. No se dará
publicidad a la rectificación registral de sexo y cambio de nombre de pila en ningún caso, salvo
autorización del/la titular de los datos.

Trato digno. Deberá respetarse la identidad de género adoptada por las personas, en especial por
niñas, niños y adolescentes, que utilicen un nombre de pila distinto al consignado en su
documento nacional de identidad.
Aplicación. Toda norma, reglamentación o procedimiento deberá respetar el derecho humano a la
identidad de género de las personas. Ninguna norma, reglamentación o procedimiento podrá
limitar, restringir, excluir o suprimir el ejercicio del derecho a la identidad de género de las
personas, debiendo interpretarse y aplicarse las normas siempre a favor del acceso al mismo.

También podría gustarte