Está en la página 1de 5

© Farhad Lak (www.farhadlak.

com) Todavía Queda Mucho

Farhad Lak

Todavía Queda
Mucho

© Copyright - Farhad Lak

farhadlak@farhadlak.com

www.farhadlak.com

Atención

Este texto es distribuido gratuitamente a través de la página web de Farhad Lak (www.farhadlak.com).
No puede ser editado bajo ninguna forma. El autor guarda todos los derechos del manuscrito en cuestión.

El contenido de esta obra está protegido por la Ley, que establece penas de prisión y/o multas, además de
las correspondientes indemnizaciones por daños y perjuicios, para quienes reprodujeren, plagiaren,
distribuyeren o comunicaren públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o
su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a
través de cualquier medio, sin la preceptiva autorización.

-1-
© Farhad Lak (www.farhadlak.com) Todavía Queda Mucho

Farhad Lak

Todavía Queda Mucho

En el escenario, el salón de la casa de Nacho y Susana. Está Nacho solo,


sentado.

NACHO.- Todavía queda mucho, todavía queda mucho, todavía...¿nos queda algo?

Entra Susana.

SUSANA.- ¿Hablabas solo?


NACHO.- No, hablaba contigo, sin tú estar, porque no soy capaz de decirte...
SUSANA.- ¿Decirme qué?
NACHO.- Que te quiero.

Susana se acerca a él y se besan, entonces Nacho se separa bruscamente.

SUSANA.- ¿Qué sucede?


NACHO.- Nada. Bueno...¿hay otro hombre?
SUSANA (extrañada).- ¿Otro hombre? ¿qué dices?
NACHO.- Nada, ahora creo quererte más que nunca, creo que jamás te he querido tanto
como te quiero en este instante.
SUSANA.- Nacho, yo también te quiero muchísimo.
NACHO.- Pero es ahora que te quiero tanto cuando... me surgen las dudas, es ahora que
me siento celoso, es... inaguantable estar tan enamorado.
SUSANA.- A todo el mundo le surgen las dudas y todos en el fondo somos egoístas y
celosos.
NACHO.- ¿Tú también?
SUSANA.- Yo también.
NACHO.- Entonces... ¿sentirías celos absurdos?
SUSANA.- ¿Absurdos?
NACHO.- Sí, si yo...por ejemplo llegase tarde a casa ¿sentirías celos?
SUSANA.- Si no supiera dónde estás... sí.
NACHO.- Y si... también como ejemplo, no viniera a comer a casa ¿sentirías celos?
SUSANA.- Claro que sí, y más si no supiera con quién comes. Pero, estas preguntas no
son solamente ejemplos ¿no?
NACHO.- ¿A qué te refieres?
SUSANA.- ¿No lo dices por estos últimos meses? He llegado tarde muchos días,
siempre... trabajo... amigas... un café... Y también he faltado a comer en casa, y
siempre... reuniones... imprevistos... y demás.
NACHO.- ¿Y?

-2-
© Farhad Lak (www.farhadlak.com) Todavía Queda Mucho

SUSANA.- Que no es lo mismo, todo esto está justificado, tú no puedes pretender que
no trabaje ni me relacione con mis amigas. Tú también podrías... no sé, la verdad es que
no sé.
NACHO.- ¿Pero me quieres?
SUSANA.- ¿Por qué cambias de tema? ¿Por qué siempre consigues hacerme infeliz?
NACHO (insistente).- Pero dime, ¿me quieres?
SUSANA.- Sí, te quiero, te quiero muchísimo, te... ¿me quieres tú a mí?
NACHO.- Yo a ti sí te quiero, más que a mí mismo, siempre deseo lo mejor para ti, todo
para ti.
SUSANA.- ¿Sabes que muchas veces me haces dudar?
NACHO.- ¿Dudar?
SUSANA.- Sí, dudo que me quieras, te oigo hablar de amor y... no creo que realmente
me ames a mí, creo que sólo quieres no perderme.
NACHO.- ¿Por qué dices eso? Yo te amo a ti, aunque no estuvieras.
SUSANA.- No Nacho, tú no me amas. Imagina que fuera cierto, que hubiera otro
hombre en mi vida, entonces...
NACHO.- ¿Lo hay?
SUSANA.- Escucha, imagina que hubiera otro hombre en mi vida, entonces yo
decidiese irme a vivir con él. ¿Tú qué harías?
NACHO.- ¿Yo en tu lugar?
SUSANA.- No, tú en tu lugar, yo me voy a vivir con un hombre al que amo, y te lo digo
nada más llegar a casa, ¿qué harías entonces?
NACHO.- No sé, no me lo he planteado nunca.
SUSANA.- Pues plantéatelo, ¿qué harías?
NACHO.- Te pediría que no te fueses.
SUSANA.- ¿Sólo eso?
NACHO.- Creo que sí, ah... y te recordaría lo mucho que te quiero.
SUSANA.- ¿Lo mucho que tú me quieres?
NACHO.- Sí, y los buenos tiempos, nuestros proyectos que tantas veces hemos soñado
que se cumplirían; te haría que recordases cuando nos conocimos, el día, el momento,
no sé, sólo eso. Creo.
SUSANA.- Eso, sólo eso. Pues me demuestras de nuevo que nos queremos de forma
distinta.
NACHO.- No, nos queremos igual, tú a mí y yo a ti.
SUSANA.- Si tú te planteases irte con otra mujer... yo no te perdonaría tan sólo el hecho
de dejarme sola, pero si algún día sucediese, lo aceptaría porque entonces ya te habría
perdido.
NACHO.- Pero tú sabes que eso jamás ocurrirá. Nunca te dejaré.
SUSANA.- ¿Y yo a ti?
NACHO.- ¿Dejarme? No creo.
SUSANA.- Entonces, ¿por qué dudas de mí? ¿por qué tienes que preguntarme si hay
otro hombre?
NACHO.- Por si lo hay y no me dejas por lástima, o porque aún me quieres. No sería
extraño que me amases a mí pero te atrajera físicamente un compañero de trabajo,
entonces podrías estar enamorada de mí y llegar tarde a casa por estar a su lado.
También podría él darte más felicidad que yo, pero al estar acostumbrada a mí, no me
dejarías.

-3-
© Farhad Lak (www.farhadlak.com) Todavía Queda Mucho

SUSANA.- Eso no podría suceder, bueno, tiene toda su lógica. Pero si además de amor
y de fidelidad hay confianza, entonces no tienes por qué desconfiar.
NACHO.- Si hay amor, fidelidad y confianza, bien; pero piensa que si por tu parte no
hubiera fidelidad, mi confianza no serviría. Piensa que yo podría cumplir las tres -amor,
fidelidad y confianza- y tú fallar en la fidelidad. Tal vez sea del todo imposible tener las
tres cosas a la vez, los dos.
SUSANA.- Sí es posible.
NACHO.- No. ¿Tienes tú confianza en mí?
SUSANA.- Claro que sí.
NACHO.- Demuéstramelo.
SUSANA.- No puedo demostrarlo, tu confianza ha de demostrar mi fidelidad y tu
fidelidad ha de demostrar mi confianza.
NACHO.- ¿Y si no fuera así?
SUSANA.- No sé, dime.
NACHO.- Si tú me fueras infiel y yo lo sospechase, no tendría confianza en ti; y a la
vez, al no serme fiel tú, dudarías de mi fidelidad; e incluso sería posible que al no
confiar yo en ti, te fuera infiel. ¿No crees que de ese modo tan sólo quedaría amor? y si
está solo, acaba por desaparecer al no haber fidelidad ni confianza.
SUSANA.- ¿Dónde quieres llegar con tus retorcidos planteamientos? A veces creo que
contigo no se puede discutir de nada, siempre acabas dándole la vuelta a todo, y claro,
teniendo toda la razón del mundo.
NACHO.- Tengo toda la razón del mundo. Yo sé que desde hace dos meses te has
estado viendo con un hombre. Me has sido infiel, y además no era más que un viejo.
SUSANA (sorprendida).- ¿Un hombre mayor? ¿Infiel? No, por fin, apareció en mi vida
el hombre que siempre necesité y nunca estuvo allí.
NACHO.- Lo sé, al principio fueron sospechas, luego se confirmo todo, me estabas
engañando.
SUSANA (triste).- No, aquel hombre era el primer marido de mi madre, mi padre.
Aquel hombre, nos había abandonado a mi madre y a mí nada más nacer yo. Aquel
hombre ha vuelto a desaparecer de mi vida, de nuevo se ha marchado sin despedirse...
NACHO (incrédulo).- No me mientas, si fuera tu padre no evitarías que yo le conociera,
no le verías a escondidas, si fuera tu padre... ¿era tu padre?
SUSANA.- Después de casi treinta años, apareció de nuevo en mi vida, de nuevo –igual
que con mi madre- me prometió tantas cosas, necesitaba disfrutar de mi padre yo sola,
necesitaba tenerle y sentirle, solos él y yo. Necesitaba conocerle primero y luego
presentártelo. Le necesitaba, pero se ha marchado.
NACHO (a punto de llorar).- Lo siento, mi vida. ¿Ves lo que te decía? Celos absurdos,
ciegos.
SUSANA.- Y según tu teoría, al descubrirlo perdiste la confianza en mí y me fuiste
infiel, ¿no es así?
NACHO.- No, no es así. Lo siento.
SUSANA.- ¿El qué sientes? No lo sientas, jamás tuve que haberme hecho ilusiones,
tuve que haber sabido que no podía cambiar, que me abandonaría de nuevo, no lo
sientas por él, y por mí tampoco, ya no existe para mí.
NACHO (furioso).- ¡Dios! ¿Cómo pude haber estado tan ciego?
SUSANA.- No le des importancia, de nuevo sales ganando, los celos absurdos provocan
desconfianza, y la desconfianza provoca celos absurdos. Si te hubiera contado todo...

-4-
© Farhad Lak (www.farhadlak.com) Todavía Queda Mucho

bueno, siento que lo hayas pasado mal, de verdad, siento haberte hecho creer lo que no
era. ¿Me perdonarás? He de tener confianza plena en ti, tenías razón.
NACHO (ausente).- Razón.
SUSANA (con una suave voz, de enamorada).- Bueno, mi amor, vamos a la cama... a
mi padre le he vuelto a perder, pero a ti no te perderé, te quiero mucho, ¿vamos? Voy ha
compensarte por lo mal que lo has pasado.
NACHO (pensativo).- Sí, un momento, ahora voy...
SUSANA.- Te espero, no tardes (Susana se marcha al dormitorio).
NACHO.- De acuerdo.
NACHO (habla él sólo).- Su padre, era su padre. He matado a su padre, no era su
amante, era su... ¡Dios! ¿Cómo podré vivir con esta carga? Ella siempre me ha amado,
sólo a mí, siempre. Y yo... he matado a su padre. Aunque... ¿y si me miente? Claro,
podría ser un amante y como ya no está, teme perderme, es cierto, ¿cómo iba ha
confesarme que se ha estado viendo con otro hombre? Y si yo les había descubierto, no
podía negar que se estuvo viendo con alguien, y entonces... se inventó lo de su padre.
Además como él ya no está, ella creerá que la ha abandonado, y era facilísimo
inventarse esa historia, incluso puede haberse acordado de su padre, que también
desapareció un día sin dejar rastro. Bueno, entonces... me ha engañado, y además me ha
mentido. Pero menos mal que no era su padre... ¿o sí lo era? No, ¿cómo iba a volver
después de tantos años? No, él no era su padre, era su amante. Me ha engañado, me ha
mentido, ¿o no?

Nacho se va al dormitorio.

Telón.

© Copyright – Farhad Lak – Reservados todos los derechos

Farhad Lak
www.farhadlak.com

-5-

También podría gustarte