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SEÑAL DE LA CRUZ

OFRECIMIENTO: ¡Ven María y vive en mi”, te decimos cada uno de


nosotros. Ven y enséñanos a nosotros y a nuestros hijos. Ven y
enciéndenos en el fuego de tu amor. Te ofrecemos este rosario por
tus intenciones. Para honrar y desagraviar a tu Corazón. Por la
conversión de nuestros hijos. Por la paz del mundo. Concédenos
amarte cada vez más a Ti, que estuviste tan estrechamente unida a
Jesucristo en los misterios de nuestra redención.
PRIMER MISTERIO: LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR
Gloria de las madres es el triunfo de sus hijos. Que gozo sentiría el
corazón de María al ver a su Hijo resucitado y glorioso vencedor de la
muerte y del pecado.
Pidamos a Jesús resucitado, por intercesión de su Madre, que
nuestros hijos sepan que “Jesús está vivo” en medio de nosotros.
Que seamos testigos de la resurrección para vivir la vida nueva de la
gracia.
1 PADRE NUESTRO
10 AVE MARÍAS
1 GLORIA
María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia, en la vida y en la
muerte, ampáranos Gran Señora.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del
infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más
necesitadas de tu Divina Misericordia.
María, Reina del Amor, Madre de Cristo y Madre nuestra, ruega por
nosotros, por nuestros hijos y por el mundo entero.
Padre eterno, envíanos muchos y santos sacerdotes y religiosas.
Virgen de Guadalupe, salva a los jóvenes de América, de nuestro
Callao y del mundo entero.
SEGUNDO MISTERIO: LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR
El Hijo de Dios, hecho hombre y cumplida su misión en el mundo,
ascendió a los cielos. Constituido Rey y Señor, fue a prepararnos en el
cielo nuestra eterna y feliz morada.
Pidamos a Dios, que nuestros hijos y nosotros mismos,
comprendamos que no hay que acumular tesoros en la Tierra, sino
que por el contrario, nos preocupemos y nos ocupemos de atesorar
gracias celestiales, para algún día encontrarnos todos juntos en el
cielo.
1 PADRE NUESTRO
10 AVE MARÍAS
1 GLORIA
María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia, en la vida y en la
muerte, ampáranos Gran Señora.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del
infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más
necesitadas de tu Divina Misericordia.
María, Reina del Amor, Madre de Cristo y Madre nuestra, ruega por
nosotros, por nuestros hijos y por el mundo entero.
Padre eterno, envíanos muchos y santos sacerdotes y religiosas.
Virgen de Guadalupe, salva a los jóvenes de América, de nuestro
Callao y del mundo entero.
TERCER MISTERIO: LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO
Los apóstoles en compañía de María, reciben el Espíritu Santo,
prometido por Jesús. ¡Que gozo el de la Virgen María al contemplar
como Madre de la Iglesia, las maravillas de Dios!
Pidamos al Espíritu Santo, sobre nosotros y muy especialmente sobre
nuestros hijos, para que no tengan miedo de aceptar a Jesús como
Salvador y Guía.
1 PADRE NUESTRO
10 AVE MARÍAS
1 GLORIA
María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia, en la vida y en la
muerte, ampáranos Gran Señora.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del
infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más
necesitadas de tu Divina Misericordia.
María, Reina del Amor, Madre de Cristo y Madre nuestra, ruega por
nosotros, por nuestros hijos y por el mundo entero.
Padre eterno, envíanos muchos y santos sacerdotes y religiosas.
Virgen de Guadalupe, salva a los jóvenes de América, de nuestro
Callao y del mundo entero.
CUARTO MISTERIO: LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN
CUERPO Y ALMA AL CIELO
Donde está el Hijo tiene que estar la Madre. Jesús amaba mucho a su
Madre, por eso la Santísima Virgen María cuando terminó su carrera
terrenal, fue llevada en cuerpo y alma al cielo.
Oremos para que nuestros hijos respeten sus cuerpos y los cuerpos
de los demás. Que reconozcan que son templos del Espíritu Santo.
Pidamos a nuestra amada Madre María, que nuestros hijos puedan
encontrarse en el cielo algún día. Que ella sea su abogada ante Dios.
1 PADRE NUESTRO
10 AVE MARÍAS
1 GLORIA
María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia, en la vida y en la
muerte, ampáranos Gran Señora.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del
infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más
necesitadas de tu Divina Misericordia.
María, Reina del Amor, Madre de Cristo y Madre nuestra, ruega por
nosotros, por nuestros hijos y por el mundo entero.
Padre eterno, envíanos muchos y santos sacerdotes y religiosas.
Virgen de Guadalupe, salva a los jóvenes de América, de nuestro
Callao y del mundo entero.
QUINTO MISTERIO: LA CORONACIÓN DE MARÍA COMO REINA
DE CIELO Y TIERRA
María es glorificada en el cielo como Madre del Señor. Por eso la
veneramos y la ponemos como medianera junto al gran Mediador
Cristo, quien en el cielo intercede por los hijos que aún peregrinamos
en la Tierra.
Que nuestros hijos puedan coronar a María, como Reina y Madre de
sus corazones, para que todos vuelvan a la Iglesia fundada por Jesús.
1 PADRE NUESTRO
10 AVE MARÍAS
1 GLORIA
María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia, en la vida y en la
muerte, ampáranos Gran Señora.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del
infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más
necesitadas de tu Divina Misericordia.
María, Reina del Amor, Madre de Cristo y Madre nuestra, ruega por
nosotros, por nuestros hijos y por el mundo entero.
Padre eterno, envíanos muchos y santos sacerdotes y religiosas.
Virgen de Guadalupe, salva a los jóvenes de América, de nuestro
Callao y del mundo entero.
ACCIÓN DE GRACIAS: ¡Señora y Madre mía! Te ofrezco todo mi
diario vivir en honor a las maravillas que ha hecho el Todopoderoso
en Ti y en prueba de mi filial afecto, te consagro en este día nuestros
hijosy a todos los jóvenes del mundo entero, ya que son todos tuyos.
Madre de Bondad, guárdalos y defiéndelos como instrumento y
posesión tuya. Amén.
LA SALVE
Dios te salve Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos;
y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
Ruega por nosotros santa Madre de Dios para que seamos dignos de
alcanzar las promesas y gracias de nuestro Señor Jesucristo.
Amén.

EL ACORDAOS
Acuérdate, oh piadosísima Virgen María,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido a tu protección,
implorando tu asistencia y reclamando tu socorro,
haya sido abandonado por ti.
Animado con esta confianza, a ti también acudo,
oh Madre, Virgen de las vírgenes,
y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados,
me atrevo a comparecer ante tu presencia soberana.
No deseches mis humildes súplicas, oh Madre del Verbo divino,
antes bien, escúchalas y acógelas benignamente.
Amén.

SEÑAL DE LA CRUZ

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