Está en la página 1de 11

Amar es Darlo Todo

El dueño de un negocio, miraba hacia la calle, cuando vio a una niña con
sus ojos color del cielo fijo sobre algo que había en el escaparate.
De pronto la niña entró en la tienda y pidió que le enseñara un collar de
finas piedras color turquesa. Lo estuvo mirando y finalmente se decidió
y le dijo al vendedor: Quiero comprarlo para regalárselo a mi hermana.
¿Puede prepararlo como un regalo muy especial?", dijo la niña. 
El dueño desconfiado, le preguntó: ¿Tienes suficiente dinero? Sin dudar,
ella sacó del bolsillo un pequeño monedero, lo vació sobre el mostrador
y dijo con una sonrisa de satisfacción: Supongo que será bastante. Eran
apenas unas cuantas monedas, pero ella las exhibía orgullosa.
Sin darle tiempo al hombre a decir nada, le explicó: ¿Sabe?, quiero dar
este regalo a mi hermana, porque desde que murió nuestra madre, ella
cuida de nosotros. Mañana es su cumpleaños y quiero que sea muy feliz
con este collar que es del color de sus ojos. 
El hombre, sin decir nada, colocó el collar en un precioso estuche y lo
envolvió con un fino papel rojo. Se lo entregó a la niña y ésta salió feliz,
corriendo y saltando de alegría por la calle.Solo habían pasado unas
pocas horas, cuando una joven de cabellos rubios y unos maravillosos
ojos azules entró en el negocio. Colocó sobre el mostrador el estuche
con el collar y muy enfadada, pregunto: ¿Este collar lo han comprado
aquí? ¿Cuánto costó?
El dueño reconoció que él había vendido el collar, pero añadió: El precio
de cualquier producto de mi negocio es siempre un asunto confidencial
entre mi cliente y yo. Pero mi hermana tenía solamente algunas
monedas, dijo la joven. Si el collar es verdadero, no lo entiendo, porque
ella no tenía suficiente dinero para pagarlo. El hombre tomó el estuche,
rehizo el envoltorio y colocó nuevamente la cinta que lo decoraba, se lo
entregó a la joven y le dijo: Ella pagó el precio más alto que cualquier
persona puede pagar: DIO TODO LO QUE TENÍA El silencio llenó la
pequeña tienda y entre lágrimas y muy emocionada tomó el regalo y
salió en silencio.
“La gratitud de quien ama no pone límites para los gestos de ternura”
La bailarina

Una joven había tomado clases de ballet durante toda su infancia, y había
llegado el momento en que se sentía lista para convertir su afición en
profesión. Deseaba llegar a ser una primera bailarina y quería comprobar si
poseía las cualidades necesarias, de manera que, cuando llegó a su ciudad,
una gran compañía de danza fue al teatro y habló con el director.

-Quisiera llegar a ser una gran bailarina-, le dijo, -pero no sé si tengo el


talento necesario o qué me hace falta para conseguirlo-. 
-Hazme una demostración, le dijo el director. Pero apenas había bailado
unos segundos, la interrumpió, moviendo la cabeza en señal de
desaprobación-.
-No, usted no tiene las condiciones necesarias-, le dijo.

La joven llegó a su casa con el corazón desgarrado, arrojó las zapatillas de


baile en lo más profundo de un armario y no volvió a calzarlas nunca más.
Se casó, tuvo hijos y cuando se hicieron un poco mayores, empezó a
trabajar como cajera en un supermercado.

Años después asistió a una función de ballet y a la salida se topó con el


viejo director, ella lo saludó y le recordó la charla que habían tenido años
antes, le mostró fotografías de sus hijos y le comentó de su trabajo en el
supermercado, pero al final, antes de despedirse, le preguntó.

-¿Cómo pudo usted saber tan rápido que yo no tenía condiciones de


bailarina?
-¡Ahhh! apenas la miré cuando usted bailó delante de mí, simplemente le
dije lo que siempre le digo a todas, le contestó. 
-¡Pero eso es imperdonable! exclamó ella, ¡usted arruinó mi vida, pude
haber llegado a ser primera bailarina! -No lo creo, repuso el viejo maestro.
Si hubieras tenido las dotes necesarias y una verdadera vocación para
bailar, no habrías prestado ninguna atención a mi comentario.  
 
“Sin duda, si te crees perdido, estás perdido y si crees que no puedes, no
podrás. Si quieres hacer algo pero lo crees imposible, no creo que triunfes
jamás. En la vida no sólo el valiente o el veloz triunfa, al final el que vence
es el que cree que es posible”
Nuestro piloto

Un hombre observó a un niño que estaba solo en la sala de espera del


aeropuerto, esperando que anunciaran la salida de su vuelo. Cuando el
embarque comenzó, el niño fue guiado por la azafata a su asiento de
ventanilla. Casualmente, el hombre que le observaba, tenía su asiento al
lado del niño. Durante todo el vuelo el niño fue muy correcto y conversaba
animadamente, en un momento sacó de su bolso un libro y varios lápices
de colores, y se distrajo pintado y coloreando diferentes dibujos. No
demostraba nada de ansiedad o preocupación por estar en un avión.
 En un momento, el avión entró en una tempestad muy fuerte, las
turbulencias y las sacudidas bruscas me asustaron, como al resto de los
pasajeros. Pero el niño parecía estar en otro mundo, seguía concentrado en
sus pinturas como si estuviera plácidamente sentado en la sala de su casa.
Aterrorizado por la situación, ya que parecía que no íbamos a salir con vida
de semejante tormenta, me llamó la atención el comportamiento de este
niño, ya que en ningún momento expresó miedo alguno.
 Casi sin voz por el miedo, le pregunté: ¿No tienes temor, no te das cuanta
de que podríamos estrellarnos?.

Con una voz de absoluta paz y levantando los ojos rápidamente de su libro
me respondió: No, no tengo miedo. ¡Mi padre es el piloto de este avión!
Cuantas veces has pasado por fuertes tempestades, por crisis, problemas,
situaciones extremas, de las cuales pensaste que jamás ibas a salir y sin
embargo sin darte cuenta, de repente, todo pasó. Cuando eso ocurre
normalmente pensamos que hemos tenido mucha suerte. Pero déjame
decirte que no es la suerte la que te hace salir de una situación dolorosa.
Sin que lo notes, ni lo veas, tú y yo tenemos un piloto, que nos lleva por
este mundo las 24 horas del día. Él cuida de nosotros, está a nuestro lado
cuando atravesamos las situaciones más difíciles y nos ayuda a llegar a
nuestro destino, sanos y salvos. Como el niño confiaba en su padre,
aprendamos a confiar en ese maravilloso piloto, que nos cuida y ayuda con
muchísimo amor a pasar por cualquier tormenta, dificultad o problema, por
más difícil que éste sea.
Ese piloto se llama: “JESÚS”
El mejor pediatra

Con un bebe en sus brazos, una mujer muy asustada llegó al consultorio de
su ginecólogo:
-Doctor, por favor, ayúdeme, tengo un problema muy serio. Mi bebé
todavía no tiene un  año y ya estoy embarazada de nuevo. 
No quiero tener hijos en tan poco tiempo, prefiero esperar más entre uno y
otro....

El médico le preguntó: -¿Qué quiere que yo haga? -Deseo interrumpir mi


embarazo y quiero que me ayude, respondió la mujer.

El médico se quedó pensando un poco y después de algún tiempo le dijo: -


Creo que tengo un método mejor para solucionar su problema y además,
es menos peligroso para usted.

La mujer sonrió, un poco más tranquila, al pensar que el médico iba a


ayudarla. 
Pero él siguió hablando: -Mire señora, para que usted no tenga que estar
cuidando a dos bebés al mismo tiempo, vamos a matar a este niño que está
en sus brazos.  Así usted tendrá un periodo de descanso hasta que el otro
niño nazca. 
Porque si vamos a matar a un niño, no hay diferencia entre matar a uno, o
al otro. 
Y hasta resultará más fácil matar a éste que usted tiene en sus brazos, ya
que así usted no correrá ningún riesgo.

La mujer se asustó y dijo: -¡No, doctor! ¡Que horror! ¡Matar a un niño es un


crimen! 
-Yo también pienso lo mismo, señora, pero me pareció verla tan
convencida de hacerlo, que por un momento pensé en ayudarla.
“El médico sonrió y después de algunas consideraciones, vio que su lección
surtía efecto y que la mujer había comprendido que no hay diferencia entre
matar un niño que ya nació y matar a uno que aunque todavía no ha
nacido, está vivo en el seno materno”
Más que un anillo de compromiso

Un muchacho entró con paso firme a la joyería y pidió que le mostraran el


mejor anillo de compromiso que tuvieran. El joyero le mostró una hermosa
piedra solitaria que brillaba como un pequeño sol resplandeciente. El
muchacho contempló el anillo, preguntó el precio y con una sonrisa se
dispuso a pagarlo.-¿Se va usted a casar pronto? Preguntó el joyero.
-¡No!, respondió el muchacho, ni siquiera tengo novia.
Es para mi mamá, dijo el muchacho. Cuando yo iba a nacer estuvo sola;
alguien le aconsejó que se hiciera un aborto, así se evitaría problemas. Pero
ella se negó y me regaló la vida que hoy puedo disfrutar. Fue padre y
madre. Amiga, hermana y maestra. Me hizo ser lo que soy. Ahora que
puedo le compro este anillo de compromiso. Ella nunca tuvo uno. Yo se lo
doy como promesa de que si ella hizo todo por mí, ahora yo haré todo por
ella. El joyero, sorprendido, no dijo nada. Solamente ordenó a su cajera que
hiciera al joven el descuento especial que sólo se hace a los clientes
importantes. Reflexión:
Tenemos casas más grandes, pero familias más chicas.
Tenemos más compromisos, pero menos tiempo.
Tenemos más medicinas, pero menos salud.
Hemos multiplicado nuestras fortunas, pero interiormente estamos vacíos.
Hablamos mucho, amamos poco y odiamos demasiado.
Hemos llegado a la luna y regresamos, pero tenemos problemas para
cruzar la calle y conocer a nuestro vecino.
Hemos conquistado el espacio exterior pero no el interior.
Tenemos mayores ingresos, pero menos moral y felicidad.
Estos son tiempos con más libertad, pero menos alegría.
Con más comida, pero menos nutrición.
Son días en los que llegan dos sueldos a casa, pero aumentan los divorcios.
Son tiempos de casas más lindas, pero más hogares rotos.
Por eso, siéntate en la terraza y admira la vista sin fijarte en las malas
hierbas; pasa más tiempo con tu familia y con tus amigos en el campo, en
la playa; come tu comida preferida; visita los sitios que te gustan. La vida
es una sucesión de momentos para disfrutar, no es sólo para sobrevivir.
Escribamos aquella carta que pensábamos escribir.
Digamos hoy a nuestros familiares y amigos cuánto los queremos.
No retrases nada que agregue alegría y felicidad a tu vida.
Cada día, hora y minuto pueden ser especiales.
Los pavos no vuelan

Un campesino encontró en el campo un huevo de un tamaño tan grande,


que nunca había visto antes algo parecido, así que decidió llevárselo a su
casa.

-¿Será de avestruz? Preguntó a su familia.


-No, no es demasiado grande, Dijo el abuelo.
-¿Y si lo rompemos?, Propuso el hijo.
-Romperlo sería una lástima, porque entonces nunca sabremos a que ave
pertenece, dijo el padre. 
-Así que finalmente decidieron colocarlo debajo de una pava que en ese
momento estaba empollando. Cuenta la historia que a los quince días nació
entre los pavitos, el enigmático pichón, al principio nadie pudo reconocer a
que variedad de ave pertenecía, lo único que era evidente es que era el más
grande entre todos sus compañeros, su plumaje era mucho más oscuro y
devoraba la comida que le ponían con mucha avidez. Una vez crecido,
cuando llegó el tiempo de levantar el vuelo, miro a su madre y le dijo
entusiasmado:
-Bueno, ha llegado la hora de volar, ¿me acompañas?
La pava sorprendida por la proposición, le explicó: -Mira, los pavos no
vuelan. Tienes que tener cuidado y no comer tan apresurado, porque te
sienta mal y después dices tonterías. El misterioso pichón, se quedó en
silencio un poco confundido. Pero el pichón cada vez que terminaba de
comer, les decía a sus hermanos:
-¡Vamos, vamos a volar! Hasta que uno de los pavitos le explico: 
-Los pavos no volamos, solo podemos caminar, ese es nuestro destino, así
lo decidió Dios cuando nos creo. Haciendo caso a sus hermanos, nuestro
misterioso amigo se dedicó todo el tiempo hacer todo lo que los demás
hacían, caminar por un corral cercado, comer y dormir. Pero un día el
veterinario del pueblo pasó por la granja y el granjero, aprovechó la
situación para pedirle que identificara a la misteriosa ave. En cuanto la vio
pudo reconocer de inmediato que se trataba de un cóndor. El cóndor ha
nacido para volar por encima de los mil metros de altura, pero este en
particular no lo hizo porque escuchó más la opinión de su entorno, que lo
que él mismo sentía en su interior.
Un loco amor

Un loco amor
En el siglo XIV, la peste negra (Bubónica), se llevo a casi la mitad de la
población del mundo.

En el siglo XVIII, la peste amarilla, arrasó con ciento de miles de personas, a


nivel mundial.

En nuestros días, la peste que está asolando a nuestra juventud, es la


DROGA.

Las demás plagas destructivas daban muy poco margen de vida. Pero ahora
nuestros hijos, se están contaminando y enfermando con esta peste, que
no tiene retorno y que tiene como efecto, disminuir la inteligencia, la
capacidad de razonar y de tomar decisiones, a los que serán nuestra futura
generación.

Debemos decidir, si queremos que nuestros hijos sean personas normales


o mutantes a los que sólo les interesa drogarse, porque según ellos es lo
único que los hace felices.

La redacción de esta carta, lleva como título «Un loco amor»

Cuando la conocí tenía 16 años.


Fuimos presentados en una fiesta, por un chico, que se decía mi amigo.
Fue amor a primera vista. Ella me enloquecía.
Nuestro amor llegó a tal punto, que ya no conseguía vivir sin ella.
Pero era un amor prohibido. Mis padres nunca la aceptaron. Fui reprendido
en la escuela y tuvimos que empezar a encontrarnos a escondidas. Llegó un
momento en que no aguanté mas, me volví loco.
Yo la quería, pero no la tenía. No podía permitir que me apartaran de ella.
La amaba locamente, tanto que por ella estrellé mi auto, rompí todo lo que
había dentro de la casa y casi mato a mi hermana.
Estaba loco, la necesitaba. Hoy tengo 39 años; estoy internado en un
hospital, soy un inútil y voy a morir abandonado por mis padres, por mis
amigos y por ella.

¿Su nombre? COCAÍNA.«A ella le debo mi vida, mi destrucción y mi muerte»


Las siete maravillas

Un grupo de estudiantes de Geografía, estudiaban las Siete Maravillas del


Mundo. Al término de la clase, se les pidió que hicieran una lista de las que
ellos consideraban las Siete Maravillas del Mundo, en el día de hoy. A pesar
de algunos desacuerdos, la mayoría votó por lo siguiente:

LAS PIRÁMIDES DE EGIPTO...

EL TAJ MAHAL DE LA INDIA...

EL GRAN CAÑÓN DE ARIZONA...

EL CANAL DE PANAMÁ…

EL EMPIRE STATE DE NUEVA YORK...

LA BASÍLICA DE SAN PEDRO EN ROMA…

LA MURALLA CHINA…

Mientras votaban, el maestro notó que una estudiante permanecía callada y


no había entregado aún su lista. Así que le preguntó si tenía algún
problema para hacer su elección. La joven tímidamente respondió: Sí, un
poco; no puedo decidirme pues son tantas las maravillas. El maestro, le
dijo: 
-Bueno, dinos lo que has escrito, tal vez podamos ayudarte.

-Creo que las Siete Maravillas, más importantes de este mundo son:

PODER TOCAR...

PODER SABOREAR...

PODER VER...

PODER ESCUCHAR...
 
PODER SENTIR...PODER REIR...PODER AMAR. Al terminar de leerlas, todos
los presentes quedaron en un absoluto silencio, nadie supo qué contestar.
Siempre nos sorprendemos por las maravillas arquitectónicas que hizo el
hombre a través de los siglos, restando importancia a todas aquellas que
Dios hizo a través de la creación, como si estuvieran ahí por casualidad.

Como fue creada la mujer


 

Un texto dice que al principio del mundo, cuando Dios


decidió crear a la mujer, encontró que había agotado todos los materiales
disponibles sólidos en el hombre y no tenía más de que disponer.

Ante este dilema y después de una profunda meditación, hizo esto: tomó la
redondez de la luna, las suaves curvas de las olas, la tierna adhesión de la
enredadera, el trémulo movimiento de las hojas, la esbeltez de la palmera, el
tinte delicado de las flores, la amorosa mirada del ciervo, la alegría del rayo
del sol y las gotas del llanto de las nubes, la inconstancia del viento y la
fidelidad del perro, la timidez de la tórtola y la vanidad del pavo real, la
suavidad de la pluma del cisne y la dureza del diamante, la dulzura de la
paloma y la crueldad del tigre, el ardor del fuego y la frialdad de la nieve,
mezcló tan desiguales ingredientes, formó a la mujer y se la dio al hombre.

Después de una semana vino el hombre y le dijo: Señor te vengo a devolver a


la criatura que me diste me hace desdichado, quiere toda mi atención, nunca
me deja solo, charla incesantemente, llora sin motivo, se divierte en hacerme
sufrir y vengo a devolvértela porque no puedo vivir con ella.

Bien contestó Dios y tomó a la mujer.

Paso otra semana volvió el hombre y le dijo: Señor me encuentro muy solo
desde que te devolví a la criatura que hiciste para mi, ella cantaba y jugaba a
mi lado, me miraba con ternura y su mirada era una caricia. Reía y su risa era
música, era hermosa a la vista y suave al tacto. Dámela porque no puedo vivir
sin ella.

El árbol confundido
Había una vez, algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que
podría ser cualquier tiempo, un hermoso jardín, con manzanos, naranjos,
perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos.

Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste. El


pobre tenía un problema: "No sabía quién era."

"Lo que te falta es concentración", le decía el manzano, "si realmente lo


intentas, podrás tener sabrosas manzanas. ¿Ve que fácil es?"

- No lo escuches, exigía el rosal. Es más sencillo tener rosas y "¿Ves que


bellas son?"

Y el árbol desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba


ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado. Un día llegó hasta el
jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol,
exclamó:

- No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos


seres sobre la tierra. Yo te daré la solución.
No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas. Sé tu mismo,
conócete, y para lograrlo, escucha tu voz interior. Y dicho esto, el búho
desapareció.

- ¿Mi voz interior...? ¿Ser yo mismo...? ¿Conocerme...?, se preguntaba el árbol


desesperado, cuando de pronto, comprendió. Y cerrando los ojos y los oídos,
abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole:

- Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada


primavera porque no eres un rosal. Eres un roble, y tu destino es crecer grande
y majestuoso.
Dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje... Tienes una
misión "Cúmplela".

Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello


para lo cual estaba destinado.
Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos.
Y sólo entonces el jardín fue completamente feliz.

Y tú... ¿dejas crecer el roble que hay en ti?


En la vida, todos tienen un destino que cumplir, un espacio que llenar.
No permitas que nada ni nadie te impida conocer y compartir la maravillosa
esencia de tu ser.

En mis años de infancia donde las cosas y la vida eran de felicidad,


donde soñamos con duendes, doncellas y principes ,
donde somos héroes de cuentos y dragones de chocolate,
donde mamá es pesada y no sabe nada,
donde queremos ser libres y podríamos cambiar el mundo,
más el destino una lección para mí me tenía reservada.
Me levanté como es costumbre gruñendo y mal genio
por la repelada de mi madre la noche anterior por recibir las malas notas del
colegio.
Supuestamente era fin de semana y como es usual
tenía que a mi madre acompañar al supermercado a comprar la comida de la
semana,
por alrededor de unos 20 minutos de pelea y malgenios.

Un chirrido de neumáticos escuché y a mi madre sentí abrazarse sobre mí,


para proteger mi cabeza, ya que nunca el cinturon de seguridad usé,
más entre golpes y estruendos sobre mis brazos a mi madre sentí,
y del golpe ella quedó inconsciente y con sangre en la cabeza.

Por más que la llamaba y le gritaba ella no respondía,


no había nadie a mi alrededor,
con lágrimas en mis ojos gritando del carro salí
y a mi madre pude ver sangrando e inconsciente.

Sentí que mi vida se iba y por mi mente pasaron todas aquellas bellas cosas que
juntos compartimos,
los dias de mi cumpleaños, cuando me aconsejaba.
Mirando al cielo a Dios le pedí que a mi madre no me la quite,
que muchas cosa tengo que decirle y que sin ella y sus consejos solo quedaría,
en eso una ambulancia pasó y a mi madre la ayudó,
los paramédicos la revivieron y ellos me dijeron que de no ser por ella yo hubiera
muerto,
que el golpe que yo tenía que recibir ella lo recibió,
ya que el carro que había chocado contra nosotros
había impactado sobre el lado
donde yo me encontraba,
en otras palabras mi madre me dió dos veces la vida.

Inconsciente ella quedó por alrededor de 3 semanas.


Era una angustia que acongojaba el corazón y me entristecía todo el dia,
mojando mis ojos de lágrimas, a la vez que la agradecía por haberme salvado
le reprochaba que por qué no me había dejado recibir aquellos golpes que ella
recibió.

Pasaron 3 semanas de dolor profundo y desconcierto total,


pero el tiempo pasaba y me enseñaba los hermosos dias que pasé con mi madre.
Aún recuerdo un Lunes 27 de enero mientras rezaba apoyada mi cabeza
en la mano de ella, mis cabellos acarició,
de un salto topé el techo y sentí vivir de nuevo,
el verla sonreir y el jalarme las orejas cada vez que hago algo no correcto.
a Dios ella en perfectas condiciones ha quedado
para ser mi amiga,para continuar siendo mi madre.

También podría gustarte