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Relaciones Humanas
1CM14
Decidido a dar por finalizada su mala racha, el viejo parte solo hacia el
mar, decidido a no volver hasta que una grandiosa pesca le devuelva su
honor de pescador. De esta forma, a kilómetros de la costa, cuando solo
eran él y el mar, sucede lo impensable: un pez espada, de grandes
dimensiones, pica el anzuelo de este pescador, quien, emocionado, no
puede creer el giro que ha dado su suerte, y se dispone a luchar una batalla
que sabe que no será sencilla, puesto que el enorme animal no se rendirá
tan fácilmente.
Atrapado por el anzuelo y batallando por su vida, el pez espada sostiene con
el viejo pescador tres días de ardua batalla, en la cual el hombre comienza
a verse a sí mismo, cuando era joven, y según él tenía además de su
juventud una muy buena suerte, que le permitía conseguir enormes y
buenas pescas.
Luego de tres días de fuerte lucha sostenida, el pez comienza a dar señales
de cansancio, y al igual que la mente aturdida del viejo pescador, el animal
da vueltas sin sentido alrededor del bote. Entendiendo la situación, la
mente de Santiago escapa al delirio, que se ofrece ya como destino, para
ocuparse de la tarea de atrapar finalmente a este pez espada, el cual
simboliza su triunfo, y el final de su mala racha.
Finalmente, clava un arpón, con todas sus fuerzas, en el cuerpo del pez,
matándolo. Con sus fuerzas casi extintas, el hombre logra amarrar al
enorme pez a un costado del bote, y emprende el viaje de regreso, feliz
porque todo el pueblo lo verá regresar triunfante, sin contar con la buena
paga que recibiría por semejante ejemplar.
la carne del pez espada se convierte en carnada para los tiburones, quienes
comienzan a rodear el bote, para comer la carne del trofeo de Santiago.
Comienza entonces otra épica batalla contra los escualos, de quien el viejo
se defiende con un arpón, logrando incluso matar a cinco de estos animales.
Así, muy entrada la noche, el viejo llega nuevamente a la orilla, y con tristeza
abandona su bote en las aguas, sin siquiera desatar el esqueleto del enorme
pez, con el que ya no cumplirá sus sueños. Marcha a su casa a descansar.
Sin embargo, no todo está perdido. Al día siguiente, el esqueleto del pez
Uno de los sorprendidos es Manolín, el joven amigo del viejo, quien además
al ver el estado de cansancio, tristeza y derrota del viejo pescador decide
que de ahora en adelante, pese a lo que digan sus padres, lo
acompañará nuevamente al medio del océano a pescar, puesto que lo
mueve el gran agradecimiento que tiene hacia Santiago, quien le enseñó
todo de la pesca, desde que este muchacho tenía cinco años de edad.
El final es una interpretación libre del lector. Por una parte, el estado físico
del viejo y las reacciones tanto de Santiago como de Manolín, te permiten
inferir que, por su tristeza y actos desesperados, ambos reconocen el
posible final del anciano; En su contraparte, su deceso nunca es confirmado
y el cierre del libro deja inconcluso el estado futuro del viejo al culminar con
diálogos de futuras hazañas, sin esperanzas sobre las cuales basarse.
El viejo y el mar es una novela corta en la que hay muchas enseñanzas sobre
las que reflexionar. Su protagonista, Santiago, se pasa toda la historia solo
en su embarcación, dejándose llevar por sus recuerdos y enfrentando
diferentes batallas, siempre con la soledad y la muerte como telón de fondo.