Hace mucho tiempo, en una tierra lejana, vivía una

joven llamada Nara. Nara era una mujer fuerte y

valiente, con una gran determinación y una gran
habilidad para la lucha. Ella era una heroína para
su pueblo, y todos la admiraban por su valentía y
su coraje. Sin embargo, Nara tenía un defecto: era
demasiado orgullosa. Ella creía que era mejor que
los demás, y que su habilidad para la lucha la hacía
superior a los demás. Esto la llevó a tomar
decisiones imprudentes, ya veces incluso a actuar
de manera arrogante. Un día, Nara se encontró con
una situación en la que su orgullo la llevó a tomar
una decisión equivocada. Ella estaba en una
batalla contra un enemigo mucho más fuerte que
ella, y se enfrentó sola. Esto resultó ser una
decisión muy peligrosa, y Nara fue herida
gravemente. Cuando Nara se recuperó, aprendió
una importante lección: el orgullo puede ser una
cualidad admirable, pero también puede ser una
debilidad si se toman decisiones equivocadas. Ella
aprendió que siempre es mejor pedir ayuda cuando
se necesita, y que la humildad es una cualidad
importante para tener éxito. Desde entonces, Nara
se convirtió en un ejemplo para todos los que la
rodeaban. Ella les enseñó que el orgullo puede ser
una cualidad admirable, pero que también puede
ser una debilidad si se toman decisiones
equivocadas. Esta lección se convirtió en un mito
que se contaba de generación en generación, y
que sigue siendo una enseñanza importante para
todos.