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Álvaro Fernández Fernández Análisis Matemático I (IAMat)

1. Dados un número real a y un subconjunto A de R, se define la distancia de a a A como

d (a, A) = ı́nf {d (x, a) : x ∈ A} = ı́nf {|x − a| : x ∈ A} .

Se pide:

i) dar un ejemplo en donde d (a, A) = 0 y a ∈


/ A;

ii) probar que si a ∈


/ A y A es compacto entonces d (a, A) > 0. (Se sugiere probar que si A es
compacto entonces existe un x0 ∈ A tal que d (a, A) = d (a, x0 ) = |x0 − a|.)

Solución. Se tiene que:

def
i) Si a ∈ A, entonces d (a, A) = 0. El recı́proco es falso. Por ejemplo, si a := 0 y A := (0, 1)
entonces se cumple que a ∈ / A y, en contrapartida, d (a, A) = 0:
def
d (a, A) = ı́nf d (x, a) ≤ ı́nf d 0, n1 = ı́nf 1

= 0.
x∈A n∈N n∈N n

ii) Es sabido, por el teorema de Heine-Borel, que en un conjunto compacto es, en particular,
un conjunto cerrado, de donde se deduce, por la propia definición de un conjunto cerra-
do, que A = A. Ası́ pues, se probará el contrarrecı́proco de la implicación presentada en
el enunciado consistente en que si un punto a perteneciente a la recta real cumple que
d (a, A) = 0 entonces a ∈ A. En efecto, basta ver que toda bola abierta de centro a corta
a A: dado un ε ∈ R+ se tiene que d (a, A) < ε, lo que significa que existe un y ∈ A tal que
d (a, y) < ε, es decir, y ∈ Bε (a) ∩ A, siendo Bε (a) := {e
x ∈ R : d (a, x
e) < ε}.
(Nótese que se ha supuesto que, por la propia definición del valor absoluto, d (a, A) ≥ 0.)

2. Dados dos subconjuntos A y B de R, se define la distancia entre A y B como

d (A, B) := ı́nf {d (x, y) : x ∈ A ∧ y ∈ B}


= ı́nf {|x − y| : x ∈ A ∧ y ∈ B} .

Se pide:

i) dar un ejemplo en donde d (A, B) = 0 y A ∩ B = ∅,

ii) lo mismo pero suponiendo que A y B son cerrados,

iii) justificar si se puede encontrar un ejemplo de lo mismo suponiendo que A y B son com-
pactos.

Solución. Se tiene que:

i) Si A∩B 6= ∅, entonces d (A ∩ B) = 0. El recı́proco no es cierto. Además, se puede demostrar


que, ∀A, B ⊆ R \ {∅}, d (A ∩ B) = ı́nf x∈A d (x, B):

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Demostración. Veamos primero que d (A, B) ≤ d (x, B) ∀x ∈ A. Por definición, d (A, B) ≤


d (x, y) para cualesquiera x ∈ A e y ∈ B, lo cual implica que d (A, B) ≤ ı́nf x∈A d (x, B).
Por otro lado, considérese un ε ∈ R+ . Por definición de d (A, B), se da la existencia de un
x ∈ A y un y ∈ B tales que

d (x, B) ≤ d (x, y) < d (A, B) + ε =⇒ d (A, B) > d (x, B) − ε


=⇒ d (A, B) ≥ ı́nf d (x, B) .
x∈A

Ası́ pues, remitiéndose al primer apartado del anterior ejercicio, se concluye que, tomando
A := {0} $ R y B := (0, 1) $ R,

d (A, B) = ı́nf d (x, B) = d (0, B) = 0


x∈A

y A ∩ B = ∅.
1
ii) Si A := {0} $ R y B := n : n ∈ N $ R, entonces es fácil comprobar que tanto A como
B son cerrados:

{0} = {0}, pues el número a := 0 es el único que cumple, para cualquier ε ∈ R+ , que
(a − ε, a + ε) ∩ {0} =
6 ∅ —mientras que para todo a ∈ R \ {0} basta tomar un ε < |a|
para conseguir que (a − ε, a + ε) ∩ {0} = ∅—;
B = B, ya que, para todo n ∈ N, es claro que n1 − ε, n1 + ε ∩ B 6= ∅ para cualquier


ε ∈ R+ , si bien, para todo a ∈ R \ B, existirá al menos un número natural n0 que


minimice, frente al resto (de los números naturales),

d a, n1 = a − n1 := d0

n:=n0

y, por tanto, un ε menor que 1


− a = n−a

n n
garantizará que (a − ε, a + ε) ∩ B = ∅.

Asimismo, retrotrayéndose al apartado anterior de este mismo ejercicio, se verifica que


def
d (A, B) = ı́nf d (x, B) = d (0, B) = ı́nf {|x − 0| : x ∈ B}
x∈A
1
= ı́nf = 0,
n∈N n

1
siendo A ∩ B = ∅ (∵ 0 ∈ / A, al no existir un número natural n tal que n = 0). (Habiéndose
recordado la definición dada en el enunciado del primer ejercicio.)

iii) A mi juicio, sı́ que es posible encontrar un ejemplo de lo mismo suponiendo que A y B son
compactos (o, lo que es lo mismo1 , cerrados y acotados) y, de hecho, el ejemplo que se ha
dado en el anterior apartado es también aplicable para este caso dado que tanto A como
B son acotados:

A = {0} $ {x ∈ R : |x| < 1} = (−1, 1), pues 0 ∈ (−1, 1);


B = n1 : n ∈ N $ {x ∈ R : |x − 1| < 2} = (−1, 3), ya que B $ (0, 1] $ (−1, 3).


1
(Aplicando, en este punto, el teorema de Heine-Borel;

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3. Supóngase que fe : R −→ R es una función verificando que lı́mx−→0 fe(x) = 0. Fı́jese un


k ∈ R con k > 0 y defı́nase la función

ge : x ∈ R −→ ge (x) := fe(kx) .

Pruébese que lı́mx−→0 ge (x) = 0.

Solución. Sean f y g dos funciones de variable y valor reales, es decir, f, g : R −→ R. Recuérdese


que la función g ◦ f (((f compuesta con g))) es, por definición, tal que:

(g ◦ f ) = g (f (x)) ,
D (g ◦ f ) = {x ∈ D (f ) : f (x) ∈ D (g)} .

Y es que, es posible probar (y, de hecho, se demostrará a continuación) que, siendo D :=


D (g ◦ f ) y, por ende, x0 ∈ D0 , si lı́mx−→x0 f (x) := l ∈ D (g)0 y lı́mx−→l g (x) := L ∈ R entonces
lı́mx−→x0 (g ◦ f ) (x) = L:

Demostración. Se debe demostrar que si {xn }n∈N −→ x0 entonces {(g ◦ f ) (xn )}n∈N −→ L. En
efecto, si {xn }n∈N −→ x0 con xn ∈ D (g ◦ f ), ∀n ∈ N, entonces, siendo {yn }n∈N := {f (xn )}n∈N ,
se tendrá que {yn }n∈N −→ l pues es sabido, por hipótesis, que lı́mx−→x0 f (x) = l.
Con esto se tendrá que
def def
{(g ◦ f ) (xn )}n∈N = {g (f (xn ))}n∈N = {g (yn )}n∈N −→ L,

al ser conocido, por hipótesis, que lı́mx−→l g (x) = L.


Con lo cual queda terminada la demostración.

Por otro lado, en nuestro caso es claro que, si h : x ∈ R −→ h (x) := kx ∈ R y, por tanto,
 
def def def
ge (x) = fe(kx) = fe(h (x)) = fe ◦ h (x) ,

def
lı́m h (x) = lı́m (kx) = k lı́m x = [reemplazando la x por 0 por continuidad]
x−→0 x−→0 x−→0
=k·0 = 0
k∈R

y lı́mx−→0 fe(x) = 0 por hipótesis, con lo que se concluye que lı́mx−→0 fe(kx) = 0.

4. Pruébese que el producto de dos funciones crecientes y positivas f, g : D ⊆ R −→ R es


una función creciente. Dese un ejemplo de dos funciones crecientes f, g : D ⊆ R −→ R cuyo
producto no sea una función creciente.

Solución. Se comenzará probando que el producto de dos funciones, de variable y valor reales,
crecientes y positivas es una función, de variable y valor reales, creciente:

Demostración. Por hipótesis, se tiene que:

para todo par de puntos x e y pertenecientes a D y tales que x < y se cumple que
f (x) ≤ f (y), f (x) > 0 para todo x ∈ R;

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para todo par de putos x e y pertenecientes a D y tales que x < y se cumple que g (x) ≤
g (y), g (x) > 0 para todo x ∈ R.

De esta manera, se ha de probar que para todo par de puntos x e y pertenecientes a D y tales
que x < y se cumple que (f g) (x) ≤ (f g) (y), lo cual es obviamente cierto dado que

def f (x) g (y)


(f g) (x) ≤ (f g) (y) ⇐⇒ f (x) g (x) ≤ f (y) g (y) ⇐⇒ ≤
f (y) g (x)
con:

f (x) ≤ f (y) para todo (x, y) ∈ D × D,

f (x) , f (y) > 0 para todo (x, y) ∈ D × D,

g (x) ≤ g (y) para todo (x, y) ∈ D × D,

g (x) , g (y) > 0 para todo (x, y) ∈ D × D.

f (x) g(y)
Esto es, con f (y) ≤1y g(x) ≥ 1 para todo (x, y) ∈ D × D, culminando la demostración.

Ahora, se pasa a aportar un contraejemplo que prueba que el producto de dos funciones, de
variable y valor reales, crecientes no siempre es una función creciente: si f : x ∈ R −→ f (x) :=
x ∈ R y g : x ∈ R −→ g (x) := x − 5 ∈ R, siendo, por tanto, D := R, entonces, advirtiendo que
tanto f como g son dos funciones (estrictamente) crecientes2 , es fácil ver que
def
(f g) (x) = f (x) g (x) = x (x − 5) = x2 − 5x

y
def def
(f g) (−4) = (−4)2 − 5 (−4) = 36  (f g) (−3) = (−3)2 − 5 (−3) = 24,
a pesar de que (−4, −3) ∈ R2 siendo −4 < −3 —donde ((<)) denota la relación de orden parcial
((ser menor que)) en R—, de tal forma que (f g) (x) no es creciente en D.

5. Sean f, g : R −→ R dos funciones continuas tales que f (x) = g (x) para todo x ∈ Q.
Demuéstrese entonces que f = g.

Solución. Recuérdese que el hecho de que dos funciones, de variable y valor reales, fe y ge sean
tales que fe = ge es sinónimo de que:
 
D fe = D (e
g ) := D,

fe(x) = ge (x) para todo x ∈ D.

Y es que, en nuestro caso, es claro que D (f ) = R = D (g) debido a que, por hipótesis, es sabido
que f y g son continuas y, por ende, existen f (x) y g (x) para todo x ∈ R. De esta manera, basta
probar que f (x) = g (x) para todo x ∈ R \ Q = I partiendo de la base de que, por hipótesis,
2 def def
es claro que, ∀ (x, y) ∈ R2 con x < y, se verifica que f (x) < f (y) ⇐⇒ x < y y g (x) < g (y) ⇐⇒ x − 5 <
y − 5 ⇐⇒ x < y;

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f (x) = g (x) para todo x ∈ Q. Para ello, es suficiente con demostrar que entre dos números
irracionales (racionales) siempre hay un número racional (irracional) y aplicar seguidamente lo
que ya se sabı́a acerca de la continuidad de f y g.

Demostración. Se va a ver que entre dos números irracionales cualesquiera x e y siempre hay
un número racional q, es decir, que x < q < y con x, y ∈ I y q ∈ Q. Aplicando la conocida
propiedad arquimediana, enmarcada dentro de los axiomas de orden, consistente en que para
todo par de números reales en que uno de ellos ha de ser estrictamente positivo se da la existencia
de un número natural cuyo producto por el número estrictamente positivo es mayor que el otro
número, siendo z := y − x > 0, se ha de cumplir que, si n ∈ N,
1 z>0 z=y−x
n> ⇐⇒ nz > 1 ⇐⇒ ny − nx > 1
z
y se verá que existe un m ∈ Z tal que nx < m < ny:

si ny ∈ Z, entonces m := ny − 1 ∈ Z (∵ + : Z × Z −→ Z) es tal que ny > m > nx;

si ny ∈
/ Z, entonces m := bnyc ∈ Z es tal que

m < ny < m + 1 =⇒ m + 1 > 1 + nx =⇒ ny > m > nx.


ny>1+nx

Ası́ pues, se verifica que, siendo n 6= 0,


m
x< < y,
n
con lo que se ha obtenido que
m
q=
n
donde m y n son dos números enteros.

A esto se añade la presencia de infinitos números irracionales entre dos racionales cuya prueba
se pasa a detallar a continuación:

Demostración. Se construirá primero un número irracional entre dos racionales cualesquiera:


dado cualquier par de números racionales a y b tales que a < b, sea
a+b
m :=
2
definido de tal forma que:

a < b ⇐⇒ a + b < b + b ⇐⇒ a + b < 2b ⇐⇒ m < b,


a < b ⇐⇒ a + a < b + a ⇐⇒ 2a < a + b ⇐⇒ a < m.

Ası́, es claro que a < m < b.


Pero m ∈ Q, ası́ que lo que se hará será sumar un número irracional a m cuyo resultado se
mantenga dentro de (a, b). Y es que el irracional a ser sumado ha de ser menor que m − b, es
decir, se busca un número irracional f tal que m + f (b − m) ∈ (a, b) ∩ I, de donde se deduce que

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f ∈ (0, 1) ∩ I. De esta manera, la búsqueda del factor irracional f concluye en que los números
irracionales serı́an de la forma dada por que
√ √  √
p (b − m) p − p m + pb
m+ =
p p

p
con p un número primo3 y f = p < 14 .

En definitiva, tanto Q como I son conjuntos densos en R, a lo cual se suma la continuidad en R


de f y g, y, por ende, resulta evidente que h : x ∈ R −→ h (x) := f (x) − g (x) ∈ R es tal que
h (x) = 0 para todo x ∈ R.

6. Sea K un subconjunto compacto de R y f : K −→ R una función continua. Supóngase


que para cada x ∈ K existe un y ∈ K tal que
1
|f (y)| ≤ |f (x)| .
2
Pruébese entonces que existe un c ∈ K tal que f (c) = 0.

Solución. Es sabido, en virtud del teorema de Bolzano visto en teorı́a, que una función de
variable y valor reales, definida en un intervalo cerrado acotado, que cambia de signo en sus
extremos goza de una raı́z perteneciente al intervalo cerrado acotado en cuestión (excluyendo a
los extremos). De esta manera, óptese por suponer para este caso que no existe un c ∈ K tal que
f (c) = 0 y, dada la continuidad de f en K, es menester que @ [a, b] ⊆ K tal que f (a) f (b) < 0,
es decir, se pueden dar dos situaciones posibles:

o bien f (x) > 0 para todo x ∈ K, de tal forma que, tomando como x0 al punto pertene-
ciente a K tal que
f (x0 ) := mı́n {f (x) : x ∈ K} ,
es fácil ver que no existe un y0 ∈ K tal que
1
f (y0 ) ≤ f (x0 ) ,
2
ya que su existencia entrañarı́a una contradicción con el hecho consistente en que f (x0 ) :=
mı́n {f (x) : x ∈ K};

o bien f (x) < 0 para todo x ∈ K, de tal forma que, tomando como x0 al punto pertene-
ciente a K tal que
f (x0 ) := máx {f (x) : x ∈ K} ,
3
se puede demostrar fácilmente que la raı́z cuadrada de un número primo es irracional y, de hecho, la reducción
al absurdo es concluyente, es decir: sea p cualquier número primo y supóngase que existen dos números enteros n
y d tales que
√ n n2
p= ⇐⇒ p = 2 ,
d d
llegando, consecuentemente, a una contradicción;
4
asimismo, el número resultante de la multiplicación de un irracional por un racional mayor que 0 es irracional:
si fuera racional, bastarı́a dividir por el factor racional, y la división de dos racionales tendrı́a que ser un racional
(∵ · : Q × Q −→ Q), lo que serı́a contradictorio con que sea irracional;

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es fácil ver que no existe un y0 ∈ K tal que


1
f (y0 ) ≥ f (x0 ) ,
2
ya que su existencia entrañarı́a una contradicción con el hecho consistente en que f (x0 ) :=
máx {f (x) : x ∈ K}.

Ası́ pues, la reducción al absurdo es concluyente y permite aseverar que existe un c ∈ K tal que
f (c) = 0.

7. Un alumno de Introducción al Análisis sale a dar un paseo. Si tarda una hora en regresar
a su punto de partida, pruébese que, sea cual sea el itinerario, en dos instantes separados por
media hora ha estado a la misma altitud5 .

Solución. El teorema de Bolzano afirma que dada una función f : [a, b] ⊆ R −→ R que es
continua y tal que f (a) f (b) < 0 entonces existe un c ∈ (a, b) tal que f (c) = 0.
En nuestro caso, denotando por a la altitud (en una unidad de medida u) y por t el tiempo en
horas (h), se tiene, siendo s (t) la función asociada a la posición del alumno en la ida y b (t) la
relativa a la posición del alumno en la vuelta, lo siguiente:

d0 s (t)

eb (t)

b (t)
O t0 1
t0 + 1 1 t
2 2

(El dibujo es orientativo, pero en ningún caso constituye la prueba.)


Se pide demostrar que existe un  
1
t0 ∈ 0,
2
tal que  
2t0 + 1
s (t0 ) = b .
2
Para ello, como  
eb (t) def 2t − 1
= b ,
2
5
la altitud se define como la distancia vertical de un punto de la superficie terrestre respecto al nivel del mar;

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basta probar que las funciones s y eb se cortan en t0 ; en este sentido, sea


 
1
f : t ∈ 0, −→ f (t) := s (t) − eb (t) ∈ [−d0 , d0 ]
2
 1
definida de tal forma
 1 que f es continua en 0, 2 , al venir dada por la suma de dos funciones
continuas en 0, 2 , y
def def
f (0) = s (0) − eb (0) < 0
y
def def
f (1) = s (1) − eb (1) > 0
son tales que f (0) f (1) < 0. Por tanto, el teorema de Bolzano permite aseverar que existe un
 
1
t0 ∈ 0,
2
tal que
def
f (t0 ) = 0 ⇐⇒ s (t0 ) − eb (t0 ) = 0 ⇐⇒ s (t0 ) = eb (t0 ) .
Es decir, se ha probado que, sea cual sea el itinerario, en dos instantes separados por media hora
el alumno ha estado a la misma altitud.

8. Sean f, g : R −→ R dos funciones continuas. Pruébese que el conjunto

A := {x ∈ R : f (x) = g (x)}

es un conjunto cerrado.

Solución. Evalúense todos los posibles casos:

si no existe un x ∈ R tal que f (x) = g (x), es decir, si f (x) 6= g (x) para todo x ∈ R,
entonces
def
A = ∅,
cuya condición de conjunto cerrado es evidente (de acuerdo con la definición de la adheren-
cia de un conjunto y con el hecho de que el conjunto vacı́o es un subconjunto de cualquier
conjunto de la recta real);

si existe un único x ∈ R tal que f (x) = g (x), entonces


def
A = {x} ,

cuya condición de conjunto cerrado es una consecuencia inmediata de que {x} = {x}6 ;

si existen varios, póngase n ∈ N \ {1}, x1 , x2 , . . . , xn ∈ R tales que f (xi ) = g (xi ), ∀i ∈


{1, 2, . . . , n}, entonces
def
A = {x1 } ∪ {x2 } ∪ · · · ∪ {xn } ,
cuya condición de conjunto cerrado es debida a que la unión finita de conjuntos cerrados
es un conjunto cerrado;
6
cabe reseñar que para cualquier número real r distinto de x basta tomar un ε ∈ (0, |x − r|) con el pretexto
de que (r − x, r + x) ∩ A = ∅.)

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si f (x) = g (x) para todo x ∈ K ⊆ R, donde K es necesariamente un conjunto cerrado,


entonces
def
A = K,
cuya condición de conjunto cerrado, en el caso de que K = (−∞, ∞), emana del hecho de
que R = R (en virtud de la definición de la adherencia de un conjunto: ∀a ∈ R, es claro
que, ∀ε ∈ R+ y siendo (a − ε, a + ε) ⊆ R, (a − ε, a + ε) ∩ R = (a − ε, a + ε) 6= ∅).

(Nótese que se ha tenido en cuenta que el hecho de que f y g sean dos funciones continuas en R
lleva implı́cito, por definición, que existen tanto f (x) como g (x) para todo x ∈ R y, por ende,
D (f ) = R = D (g).)

9. Demuéstrese que si dos funciones f, g : D ⊆ R −→ R son acotadas y uniformemente


continuas en D entonces f g es uniformemente continua en D.

Solución. Como, por hipótesis, f y g son acotadas en D existen M, N ∈ R+ tales que |f (x)| ≤
M y |g (x)| ≤ N para todo x ∈ D. Asimismo, teniendo en cuenta el hecho de que las funciones
f y g, de variable y valor reales, son uniformemente continuas, se tiene, ∀ε ∈ R+ , que:

existe un δ1 ∈ R+ tal que, para todo par de puntos x, y ∈ D con |x − y| < δ1 , es


ε
|f (x) − f (y)| < ;
2M

existe un δ2 ∈ R+ tal que, para todo par de puntos x, y ∈ D con |x − y| < δ2 , es


ε
|g (x) − g (y)| < .
2N

En este sentido, sea δ := mı́n {δ1 , δ2 } tal que, para todo par de puntos x, y ∈ D con |x − y| < δ,
se cumple que:
def
|(f g) (x) − (f g) (y)| = |f (x) g (x) − f (x) g (y) + f (x) g (y) − f (y)|
≤ |f (x) g (x) − f (x) g (y)| + |f (x) g (y) − f (y)|
≤ |f (x)| |g (x) − g (y)| + |g (y)| |f (x) − f (y)|
Mε Nε
< + = ε.
2M 2N
Ası́ pues, f g es uniformemente continua.
ε
(Adviértase que tanto M como N se corresponden con meras constantes, con lo que tanto 2M
ε
como 2N dependen en exclusividad del valor de ε.)

10. Se pide:

a) probar que las funciones f : x ∈ R −→ f (x) := sin x y g : x ∈ R −→ g (x) := x son


uniformemente continuas en todo R,

b) probar que la función


def def
h := f g : x ∈ R −→ h (x) = (f g) (x) = f (x) g (x) = x sin x

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no es uniformemente continua en R. (Se sugiere probar la existencia de dos sucesiones


{xn }n∈N e {yn }n∈N tales que {xn − yn }n∈N converja a 0 y h (xn ) − h (yn ) ≥ c ∈ R+ , con
c, por ejemplo, igual a 2, para todo n ∈ N, y observar que con esto se está negando la
condición de continuidad uniforme.)

Solución. Se tiene que:

a) Como se sabe que

f : R −→ R
x 7−→ f (x) = sin x,

entonces es claro que f es continua en R y se pide probar que es uniformemente continua


en R, es decir, que para todo ε ∈ R+ existe un δ ∈ R+ tal que, para todo par de puntos
x, y ∈ R con |x − y| < δ, es |f (x) − f (y)| < ε.

Demostración. Sea un ε ∈ R+ fijo (pero cualquiera). Para cualesquiera x, y ∈ R,


   
x+y x − y
|f (x) − f (y)| = |sin x − sin y| = 2 cos
sin
2 2
 
x − y x − y
≤ 2 sin ≤ 2 = |x − y| ,
2 2
advirtiendo que el hecho de que
x−y 
 
sin x − y ≤ x − y ⇐⇒ 2 sin 2

≤ 1,
2 2 |x − y|
lo cual es obviamente cierto (atendiendo a su representación gráfica), y suponiendo sin
pérdida de generalidad que x 6= y.
Entonces, siendo δ := ε ∈ R+ ,

|x − y| < δ =⇒ |f (x) − f (y)| ≤ |x − y| < δ = ε.

En lo concerniente a

g : R −→ R
x 7−→ g (x) = x,

se pasará a comprobar que g es también uniformemente continua en R:

Demostración. En efecto, sea un ε ∈ R+ fijo (pero cualquiera) y elı́jase un δ := ε ∈ R+


tales que, para todo par de puntos x, y ∈ R con |x − y| < δ,
def
|g (x) − g (y)| = |x − y| < δ = ε.

b) Se comienza demostrando un teorema de la caracterización de la continuidad uniforme por


sucesiones:

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Teorema 1 (El teorema de caracterización de la continuidad uniforme por sucesiones).


Sean I ⊆ R un intervalo y f : I ⊆ R una función. Entonces, f es uniformemente continua
si y solo si para cualquier par de sucesiones {xn }n∈N e {yn }n∈N de puntos de I tales que
{xn − yn }n∈N −→ 0 se verifica que {f (xn ) − f (yn )}n∈N −→ 0.

Demostración. Si f es uniformemente continua, entonces se cumple, por definición, que


para todo ε ∈ R+ existe un δ ∈ R+ tal que, para cualesquiera x, y ∈ I con |x − y| <
δ, es |f (x) − f (y)| < ε. Si {xn − yn }n∈N −→ 0, entonces existe un n0 ∈ N tal que,
∀n ≥ n0 con n ∈ N, se verifica que |xn − yn | < δ, luego |f (xn ) − f (yn )| < ε. Es decir,
{f (xn ) − f (yn )}n∈N −→ 0.
Recı́procamente, si f no es uniformemente continua entonces existe un ε0 ∈ R+ tal que
para cada δ ∈ R+ existen puntos x, y ∈ I (que dependen de δ) verificando que |x − y| < δ
pero |f (x) − f (y)| ≥ ε0 . Si para cada n ∈ N se elige un
1
δ := ,
n
entonces se tendrı́a construido un par de sucesiones {xn }n∈N e {yn }n∈N de puntos de I
tales que
1
|xn − yn | <
n
(y, por tanto, {xn − yn }n∈N −→ 0) pero |f (x) − f (y)| ≥ ε0 (y, por tanto,
{f (xn ) − f (yn )}n∈N 9 0).
Ası́ pues, teniendo en cuenta la demostración por contrarrecı́proco, se ha probado ⇐).

En este sentido, si {xn }n∈N := {2nπ}n∈N e


 
1
{yn }n∈N := 2nπ +
n n∈N

entonces se cumple, para todo n ∈ N, que


 
1 1 1
|xn − yn | = 2nπ − 2nπ + = − ≤ =⇒ {xn − yn }
n∈N −→ 0
n n n
si bien
     
h (2nπ) − h 2nπ + 1 def 1 1

= 2nπ sin (2nπ) − 2nπ +
sin 2nπ + ≥ 2,
n n n
que se verá aplicando el principio de inducción matemática:
es claro que cuando n := 1 se tiene que h (2nπ) − h 2nπ + n1 ≥ 2, de manera que


se cumple para el caso base;


suponiendo que h (2kπ) − h 2kπ + k1 ≥ 2 para cualquier k ∈ N, es fácil ver que

 
h (2 (k + 1) π) − h 2 (k + 1) π + 1
def
= (2(k+1)π+ 1 )|sin(2(k+1)π+ 1 )|
k+1 k+1
k+1
     
= 2kπ+ k1 +2π− k(k+1)
1
sin(2kπ+ k1 ) cos 2π− k(k+1)
1 1
+sin 2π− k(k+1) cos(2kπ+ k1 )

   
1 1 1 2
≤ 2kπ + sin 2kπ + + 2kπ + + 4π −
k k k k (k + 1)
| {z }
>0
> 2,

11
Álvaro Fernández Fernández Análisis Matemático I (IAMat)

sabiendo que las funciones seno y coseno se hallan acotadas superiormente por el
elemento neutro del producto en R, ası́ como la conocida desigualdad triangular.

Por tanto, h no es uniformemente continua.

Como observación general se menciona que de momento no sabemos derivar, esto


es, no se puede aplicar nada relativo a la derivación para resolver los diez ejercicios
anteriores.

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