Está en la página 1de 1

100 AÑOS DE SOLEDAD ANÁLISIS

“Él realmente había pasado por la muerte, pero regresó porque no podía soportar la
soledad” –Gabriel García Márquez
He disfrutado inmensamente su lectura por su cualidad bella y poética, por la sutil
sencillez en la que descansa, discreta complejidad que le ha convertido en un clásico
atemporal de la literatura universa; pero...
¿Qué es Cien Años de Soledad? ¿Es la historia de la estripe centenaria de los Buendía? ¿O
es una novela costumbrista que mira al interior, la intimidad y a la soledad de un país a sus
creencias, a su idiosincrasia y a su gente?
La realidad es que, es todo esto a la vez; y muchas cosas más con las que, en lo personal,
he reído a carcajadas, con las que me he maravillado, me he intrigado y además con las
que he aprendido muchísimo sobre las dicotomías de un país que representado por
Macondo y su gente, se asombran ante un mundo que van descubriendo, un mundo sin
querer, y al que sin embargo; también renuncia una y otra vez por los atavismos
costumbristas, culturales y sociales.
Una de mis preguntas a lo largo de la lectura fue ¿Cuál es esa soledad a la que alude el
título? No lograba entender porque pese a que el autor aludía constantemente a la
soledad de sus personajes, sentía que algo se me pasaba, a ninguno de ellos, a los que
califica como solitario parecían sufrir de la soledad tal y como la concebimos. Hasta que
con el paso de la lectura me di cuenta el tipo de soledad al que Gabriel García Márquez
sometía a sus personajes.
Esta forma de soledad sugiere la incapacidad de los personajes de entender su lugar en el
mundo, por eso mismo, parecen huir constantemente de sí mismos, y todo lo que va
definiéndolos, es resultados de esa huida, que termina por convertirlos en seres
frustrados, aislados e incomprendidos, en hombres y mujeres que callan y ocultan sus
sentimientos condenándose a sí mismos a vivir en un silencio desgarrador que los
destierran y expulsan del mundo, aunque paradójicamente sigan estando ahí presentes.
Creo yo que es lo más doloroso.
Sin embargo; Cien años de soledad también es una novela muy alegre, en la que habita la
alegría, el entusiasmo de la gente, los afectos… Un libro además, lleno de hipérboles que
se transforman en este realismo mágico que va entretejiendo la realidad de la novela con
aquello que es ficción, fantasía y leyenda, dentro de este siglo en el que asistimos, al
origen y fin de un pueblo que es Macondo, en el que parecen habitar a un tiempo
presente, pasado, tradición y pérdida.

Libro de enorme carga simbólica en el que nos incita no solo a releerlo, sino, a conocer
más sobre Colombia, sobre su gente e idiosincrasia y sobre todo, esa tierra que Gabriel
García Márquez amó y en la que retrata con todo su folklore pero también con toda su
melancolía. Una novela enorme, además; con uno de los personajes más memorables que
me he encontrado en mis lecturas y desde luego me refiero al coronel Aureliano Buendía.
Hay mucho enigma en la última página para precisa, sobre todo en las últimas líneas de la
novela, donde lo fantástico rivaliza con la realidad y confiere a la historia y al libro y a toda
esta construcción un significado bello y complejo. Yo lo disfruté muchísimo y no cabe duda
de que lo volvería a leer.

También podría gustarte