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Gesta y sonrisa l i n a meitiida madrilefia

de "Miss TeWónica". graciosa» cointra l a mole


A HUÍ t i e n e n n s t e d c * * 1*
i n m e n s a de u n rasca«-
•cfiorSta M a r í a Lni*a
F c m á n d e x Cuevas* Kc»
eielos noirteamerieanoa
roina de l a knel^a de la ^ .. ^J^^ ^Bí^
T e l e l ó n i c a t u n a maJiri-
i c n i t a g e n t i l a a u i e » •>•
acnstan l a faerxa arro-
V ODOS conocéis la ejemplar aventura de esta chiquilla: Regún la
referencia oficial, parece ser que puso en la defensa de su
causa un ardimiento enteramente inusitado, lo que motivó
que las avit<>ridades creyesen oportuno morigerar el ímpetu coaccio-
l l a d o r a n i el i m p e r i a l i nante de la doncella con el único proce-
dimiento que estas cosas
ano d e l d ¿ l a r . . . se logran, cuando se lo-
(Fou. Cortés 1 Pioctli) *: í!»' gr&n, a saber: poniendo
buen recaudo a la i>er-
sonita rebelde v
La señorita María Luisa Fernández Cuevas refiere a nuestro compañero Pedro Massa cómo fué detenida por un guardia de asalto (nada menos), y encerrada en ttn calabozo de
la Dirección General de Seguridad. (Fot. Piottii)

plantándola después en 1» eaUe con la tinieMa del ca- ñana, en el café Gran Vía, con varias compstñeraB, labra« acabadas de transcribir, Eülaa son lo suficiente-
labozo todaWa en la pura luz de sus pupilas colmadas cuando se me acercó un guardia de asalto, invitán- mente elocuentes para que el lector las subraye como
de gracia, Elsta es. como digo, la versión oficial del dome a ir con él a la Telefónicar donde dijo que me mejor entienda deban ser subrayadas. Sólo diremos
hecho y la que trajo, día,« pasados, al primer plano llemaba un jefe. Yo le s ^ u í sin rechistar, y una vez una cosa: nos parece sencillamente abominable que
de la actualidad madrileña a esta delicada criatura dentro de la Casa, vi que me conducía a un departa- en pleno régimen republicano se pongan en práctica
con nimbo y retumbos de heroína de otra edad. mento que llamamos el Registro, donde no había nin- ciertos usos y costumbres que todos consideróbamos
Luezo veremos lo que queda de todo este relato en gún jefe que reclamase mi presencia, sino hasta una caídos con la vergüenza borbónica. Por lo visto, no ee
los labios finos y elocuentes de la presunta agitadora, docena de empleados haciéndose la foilette, por haber así, y e-sto es lo que nos duele en lo más hondo. jHafita
hora fijémanos solamente en ella y en su simbólica df)rm¡do en la oficina. Recuerdo que uno de ellos me cuándo va a seguir proyectándose sobre nuestra vida
ignificación como fémina de nuestro tiempo. dijo: ('Anda, chilla ahora.» Y yo no había chillado nun- pública el fantasma deletéreo de la Corona y sus
ca, .se lo aseguro. injusticias?)
ÜKA UVJER MUY SIGLO XX
Un [JOCO extrañ.-ida del singular recibimiento que se
me hacía, pregunté a unos guardias por qué se me ha-
María Luisa Fernández Cuevas—que este es el nom- bía conducido hasta allí, a lo que me respondieron RAZONES QUK TUVO ESTA CHICA PARA OSCLARARSK KN
>>re de la chiquilla—tendrá a lo sumo a lo sumo que no temií!.se nada, porque nada malo podría su- HUELGA
diez y siete años, que le entallan bajo la pifíl, morena cederme. Mi detención estaba clara. A esperar los
y rosa, coma diez y siet* claveles. Ni alta ni baja, acontecimientos, pues. —Muchas—nos apunta nuestra interlocutora—, po-
ofrece aquella clAsioa figura que hemos dado en repu- No habían transcurrido diez minutos, cuando me diendo usted verlas todas ellas en las bases que pre-
tar típicamente midñleña, con harta razón y «obra- sacaron por la puerta que da a la calle de Valverde y sentó a la Compañía el Sindicato Nacional de l^lé-
dos ejemplos, dssds las majas del xviii hasta esta» me hicieron montar en ese camión grande que sirve fonos.
agarzonaais damiselas de Molinero, fe»Mí.«, República para transportar a los presea y a las mujeres públicas —•íQuiere usted señalarme las más principales?
y trabajo, que todo cabe, con la ayuda de Dios, bajo desde la Cárcel a los .íuzgados, y viceversa. Menos —Pues, mire íisted: pide el Sindicato la supresión
un pirvo y colorinesco trajecillo de gtorgelte. Hay en mal que tuvieron la delicadeza de no mezclarme con total del personal eventual; la confección de un esca-
ejta muchacha una dualidad de gestos muy significa- aquellas desdichada". Sin embargo, me indignó lo que lafón que hoy no tenemos, aunque parezca mentira;
tiva. Viéndola, tan pronto creéis estar delante de una no e.s decible que no se tuviera conmigo la elemental que se fije una escala de sueldos que vaya desde
señorita comwf il faut (así son de finos y elegantes su cortesía de un «taxi», aunque hubiera tenido que pa- 20.000 pesetas (asignación corresponíiiente al director
ademin y palabra), como de una obrerilla templada garlo de mi bolsillo. general) hasta 3.600 que es el tipo de retribución que
y ri»suelta. pronta a hacer valer sus derechos y a re- Una vez en la Dirección Genera! de Seguridad, debe corresponder a un oficial. ¿Usted cree que con
clamarlos de la manera más imperiosa e inaplazable. adonde me I'evaron, sufrí la terrible afrenta de tener veintocho duros que yo tengo-de sueldo al mes puede
Y e< que en estas esforzadas criaturas de la clase me- que someterme a la ficha antroponiétrica como el más vivir una persona? Pues como yo somos infinitas en la
dia, de la ridicula, callada, noble y... hambrienta cl*se vulgar y temido de los delincuentes. Me retrataron de Telefónica. Pedimos también que no se puede decretar
media española, pu-sieron lo» días que corren la altiva dos o tres maneras—¡hasta con boina, que era la pren- el castigo ni el despido de un empleado sin la forma-
leva'lura de la reivindicación, del del»er y el derecho, da con que me tocaba!—, me tomaron las huellas ción de un expediente previo. Solicitamos la inamo-
y al influjo de est« sano principio no titubearon en dactilares, apuntaron señas y filiación... Y cuando vilidad y el traslado reglamentado; el derecho pasivo;
unir sus voces a las de la masa proletaria, convencidas, yo protestaba, con las lágrimas en los ojoe, de la infa- el que las mujeres podamos contraer matrimonio y
en rigor de realidad, de que nada substantivo las se- mante maniobra, el caballero que la bacía trató de seguir perteneciendo a la Compañía; la implantación
paraba de ella, sino que. por el contrario, no son otra consolarme con estas palabras; «Xo hay que ponerse de la jornada de seis horas en todos los servicios, et-
cosa que una variante de aquel ejército trabajador así, señorita, por tan poca cosa. Ya usted ve, nuestro cétera, etc. ;Ve usted alguna gollería en todas estas
cuya fuerza y logros les afecta por modo directísimo. actual Director, señor Galarza, también ha tenido demandas?
Todo esto y muchas cosas ?nás de este tenor os su- aquí su ficha antropométrica y hoy es una destacada —Ninguna, María Luisa.
giere la presencia de esta muchacha, anogante y linda figura del Régimen.» Razones éstas que, natura'men- —Puef para conseguir todo esto me declaré en huel-
porque Dios lo quiso, sin que la belleza eclipse .-Mjuella t«, no podían disipar mi do'or ni encajaban para nada ga, y por declararme en huelga me detuvieron; y es-
cua-i divina condición de rel»eldía. que es como la en mi caso. pere usted que no terminen aquí mis quebrantos.
mejor corona para sos gracias. —; .Adonde pasó ust«d después de! Gabinete antro- —; Espera usted triunfar?
pométrico? —En absoluto.
•—Pasé a un calabozo, nada apetecible por cierto. Y a los ojos, de un n ^ r o r vivísimo, se a->om9 un/
rimo R E M K R E MARÍA LUISA SU OBTENCIÓN —IY permaneció usted en él? luz limpia, encendida y dominadora,
—Hasta la una del día en que por gestiones del Co-
—Me detuvieron sin motivo algurra: esta es la v&c- mité de huelga fui puesta en \i\>ertnti.
AaA. El día 9 de Julio estaba yo. a las ocho de la ma- (No queremos hacer el menor comentario a laa pa- PBDBO MASSA
cromes
pci.fJi.«:JLti#jULc:ar m M. «t^v^

U entrada de U «campa» dd pueblcdto de Eiqologa. próximo a San Sebastián, en d La ya célebre «campa» de Ezqologa, donde se dice qoc aparece la Virgea a priBcra bora
que. al dcdr de la gente, te producen en estos días las apariciones de la Virgen, qoc de k nodie, en tanto qoc los fides rezan d rosatto. Más de treinta mil prrrwiaf han
atraen hada esU localidad a adttarcs de creyentes. acudido a este sitio, y abonas asegnran haber visto la aparidón.

*•:-« í«^
í-'.'

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'^mm
^—r.
K U cakU de U Urde. miUares de automóvUcs cobren el camino de Eiquloga, üerando Un matrimonio de labradores de Ezqnloga, cuyos hijos afirman h<u^i «taiv nmit^it %«.v«^
a familias enteras qtie esperan contemplar el milagro. la aparidón de la Virgen, entre ocho y nuc^e de la noche.
En el pueblecito de Ez-
quioga, próximo a San Se-
bastián, ocurren cosas sor-
prendentes desde hace aJ-
Í;unos días. Las gentes de
a aldea aseguran que en-
tre ocho y nueve de la no-
che se producen aparicio-
nes de la Virgen en los cam-
pos cercanos. Varios niños,
algunas muchachas y un
hombre afirman haber con-
templado el milaigro... Y de
Guipúzcoa, Navarra y Viz-
caya llegan diariamente a
Ezquioga millares y miUa^
res de creyentes, en la es--
peranza de ver también la
aparición. Treinta mil per-
sonas se congregaron el do^
mingo último en la «cam-
pa» de Ezquioga, y entre
ellas algunas mujeres cre-
reron ver a la Virgen y su-
S
rieron tal emoción que fle
desmayaron. jTendrá Es-
paña en Ezquioga un nue-
vo Lourdes? La Iglesia,
hasta ahora, no ha dado
opinión acerca de este asun-
to que apasiona a loe fie- ;
les del país vasconavM-ro
El chófer Ig- El niño de
nado Agua- s i e t e años
do, qnc dice Andrés Be-
haber con- rcdarte, qoc
templado la asegura ha-
aparición du- ber Tisto,
rante más de también, la
un minuto. aparidón.
(FoU. Marte)

crónica
JLa scntana política*

£1 Cotk¿Teso ex«
traordiitario del
Partido Socialisifa
obrero espanoL
(Notas y aa^crencias al mareen
de l a s dclibcracionca)

^ • J EMOs a'jútidü a las seis sesiones que necesitvi el


I I < "ongreso Socialista para dar por terminada su
/ tarea. La impresión que la msgna asamblea
nos produjo podriamoei <<íntetizarla en esta frase: or-
ganización perfecta, pea«amiento politice maduro,
disciplina ejemplar y, sobre todo, ciarisima visión de
l3 que compet* a las falanges proletarias en la marcha,
dirección y gobierno de la República, asi en el presente
como en lo futuro.
Cuando de una agrupación política puede decirse
toda esto sin que la hipérbole juegue lo más mínimo
en el elegióse comentario, bien seguro se puede estar
de que la colectividad en cuestión alcanzó aquella
sazonada plenitud ideológica y dinámica que la capa-
citan para las más altas empresas.
El jíartido socialL«ta español, que nace en las postri-
merías del siglo pasado del corazón ancho y tierno del
gran patriarca, pasa a lo largo de los treinta años do
e.sta centuria por cuantas persecuciones, vicisitudes y
quebrantos cabe imaginar, sin que se deje en la durí-
sima prueba ni uno sólo de sus principios y menos
s? tuerza una sola de sus directrices.
Culmina trayectoria política tan admirable en el
Congreso extraordinario que acaba de celebrar para
fijar su posición nada menos que sobre estos dos pun-
to-<: Relaciones que el partido sociali.sta debe mante-
ner can el Gobierno de la República, una vez termina-
da el período constituyente, y programa qiie el parti-
da socialLsta debe llevar a la Asamblea. Aeamos los
hechos y matices más salientes en las deliberaciones
íic^l Congreso.

Palibr-.s d e Remigio Cabello, presidente del Comítc


ni3Ía.i*l: «La Rspúblic»—dice—tiene enemigos encar-
nizidoí en la izquierda y en la derecha. Noeotro»,
aunque r^^ulte paradójico, hemos de ser los elementos
del csntro que defiendan a la República frente a las
acomí.idvs de uno y otro lado.» (Ved en tan sencillas
y n.>bles palabras la posición maravillosamente pon-
derad» en que se coloca el .socialismo español frente a
tados los extremism'js, asuman el color que asumieren.)
Se dis?utj en la tercera sesión la colaboración o no
cjlib;>ración del partido en el Gobierno de la Repú-
blica. Ahora e^ Manuel Cordero quien habla, reposado,
enérgico, contundente, diáfano en la expresión y su-
p?rlitivamente .sincero en el juicio: «La revolución la
En la fotografía superior: la presidencia del Congreso del Partido Socia-
h»ai>3 camaazado y díbemos seguirla todos desde los
lista, celebrado en Madrid. En la fotografía inferior: los delegados del
pjestr» d e mixima intervención. S e dice que nos des-
partido en la sala del cine Europa. En las siluetas: los señores Besteiro y
gestamos. ¿Qué importa eso? El desgaste de energía es
Prieto, cuyas respectivas intervenciones fueron notas culminantes del
siempre útil a nuestro ideario. Retirar nuestra repre-
Congreso. (FOU. DUZ cuancjo)
sentación en estas circunstancias .sería traicionar a la
Rspública, porque la privaríamos de su sostén más
firma qu • somos nosotros, .se quiera así reconocer o
no... jCuidvio. socialistas de España! N o demos pre- ble, nacido d e l movimiento revolucionario, que es (He aquí una de las características de este inmenso
texto p.ira que la derecha nos desplace y se entronice con-solidar la República; y si las circunstancias fuesen conglomerswio de hombres: la falta absoluta de punti-
un* tiranía con gorro frigio •> (He aquí el plano incli- de tal naturaleza que la República se viera en peligro llos individuales, de personalismos a ultranza. Cada
nado por el que habrá de deslizarse el razonamiento V se tratara de imponer una tiranía, tendríamos que uno propugnó lo que en lo íntimo de su conciencia
de la asamblea acerca del punto en controversia, hasta hacernos cargo del Poder. estimaba más acertado; pero así que loe ecos de !a
llsgar a una resolución, en todo favorable al principio • Las condiciones en que la poHtica se encuentre al opinión se apagan, vuelven a fundirse en el seno de la
apuntado.) terminar el período constituyente, las ignoramos. colectividad, para acatar sumisos la resolución so-
y llegamos al emocionante cuerpo a cuerpo entre Pero hay una imposibilidad para convocar a Congresos berana de la misma.)
Besteiro e Indalecio Prieto, más por una diferencia extraordinarios en cada caso en que pueda surgir la
de matiz que por. una oposición ideológica. Oratorias necesidad de nuestro gobierno. (Fórmula sustentada
substanlilimente distintas las de estos dos hombres. por Besteiro.) Por eso nosotros concedemos autoriza- Grave y superior enseñanza política la que se ha
Bísteiro talla su frase en la noble serenidad de un ción a la minoría parlamentaria y a la Comisión ejecu- desprendido de este Congreso extraordinario del par-
patricio: su ademán es sobrio, doctoral, acaso un poco tiva del partido socialista, para que resuelva. Besteiro tido socialista obrero español. Much»» tienen que apren-
frío. Son muchos años de connubio con la cátedra, en no da reglas para esta consulta que pide el partido al der de él las modernas falanges democráticas, brotadas
el (tjal de su solapa la flor del silogismo. Método, orden, Congreso, y así podrá darse el caso de que nuestra al calor de los fuegos revolucionarios y para extirpar
argumentación ordenada. Es el tribuno apolíneo por comunión política, cuando aquellas circunstancias el cáncer borbónico. Tienen que aprender su fino sen-
excelencia. Prieto, en cambio, es el reverso de esta surjan, .se encuentre sin medios ni orientación concreta tido de la responsabilidad, aquel precioso e inteligen-
pura medalla ateniense: fogoso, impulsivo, afKKialípti- para afrontar el problema. El alejamiento del Poder tísimo acomodamiento a la realidad viva de los pue-
'ct en algunis instantes, de ancha faz congestionada es una quimera. Tenemos que darnos cuenta de que blos. En política, no siempre el camino recto e inflexi-
y tremenda. S u palabra llega directamente al corazón; dentro o fuera del Gobierno, nuestra participación en ble es el que une m i s brevemente dos puntos. Saber
e* la palabra encendida y maravillosa del plebeyo que las tareas dirigentes es obligada, indispensable e in- encontrar la senda quebrada, en beneficio de la salud
sabe remover las entrañas y levantar en cada pecho evitable.» pública, es genuina virtud de buen gobierno, y en este
'trémolos agitados de justicia, de reivindicaciones in- Momsnto de suprema emoción: aquel en que los dos delicadísimo m^nestar el partido .socialista ha dado
aplazables. Dionisos puro. Naturalmente, la victoria oradores, después de rectificar y dejar bien cuajadas pruebas de una midurez perfecta, al par que de una
es de él. No tanto por lo que defiende—punto de vista sus teorías, a invitación de una voz anónima que parte psrcepción aeabada del que debe ser su destino his-
'atinadísimo, desde luego—sino por cómo la defiende. de la sala, tienen que enlazarse en «estrechísimo abrazo, tórico.
*•" • ^otr j s tenemos—dice—un compromiso formida- en medio de un trueno prolongadísimo de aplausos. P. MA.S8A

crónica
Cortes Cons-^ ^ ^
t i t u y entesm
^ Joifnada del l 4 de J u l i o .

D ESDE las primera» horas de la tarde, animación


en las inmediaciones del Congreso. Gnipos de
obreros aguardan sentados en los borde.* de las
5=era8 el paso de los diputados. A la« cinco y media
^e la tarde, los pasillos de la Cámara están y a pobla-
'*'» totalmente. Un grupo de catalanes, en la canti-
^ . dLscu*e la suerte que puede correr el *I<^tatut.>:
Ramón Franco, con muletas, contempla, en el salón
^^ conferencias el flujo y reflujo de los nuevos cons-
tituyentes: cuatro o cinco sacerdotes diputados escn-
?eo plácidamente en los pupitres; periodistas e s t r a n -
lero8—an ruso, un holandés, un checoeslovaco—inqme-
'ea por los corrillos; don Miguel de Unamuno cuenta
"US impresiones electorales a unos amigos. Muchas ca-
fAi jóvenes, plácemes v abrazos; Rodrigo 8oriano, en
"na palabra, anda u n p o c o desplazado ante la gente
""leva. Marañón. alegre como un chiquillo, corre de
'^cá para allá, t r a t a n d o de ausciiltar a la concurren-
cia; Besteiro oye los plácemes de los amigos, sonriendo
'^^n un ara olio gesto de bondad.
í as .seis'v cuarto. El salón de sesiones comienza ft
nublarse: l.^ diputados más perezofiot» se quedan sm
i^'^'finto. En las tribunas, lindas damas atacando los
""pertinentes para contemplar lo* diputados mas gua-
petones. Pocos chaquets en la Cámara. Pocos chale-
'78 también En la tribuna diplom-^tica a*»™» j*''*•»''
«1 Xuncio. V poco después, el emb...ador de Portugal
•^Pique horrísono de tim»>res. La calle es un hervide-
I"». I n a masa de muchos railes de Personas '>CHpa a
' arrera de San .Jerónimo, la Plaza de m» Cortes, la 4 « ^ « r a á, las Cortes Consütuyentes. El púbUco hacinado t n la Carrera de San )er6ntaio, ante el palacio del Con-
'alie de Florida blanca. Kl Oobien.o llega. Aperiui- « ^ ^ ^ ^ ^^^^ ^ ^ j j ^ ^ ^ ^ j ^ ^ diputados Y a los miembros del Gobierno provisional. (Fot Ctaara)
Ovacione- delirantes Nitores. T na sola «.tridencia
- d e Sorian<v-..ubrava mejor la hora sentimental >
«ordiaKsima El señor AlcalÁ Zamora comienza a lla-
g a r .lusteza V sobrie<lad en la palabra impía, tliutta.
;«8ura V henchida de emoción. Recuerda don Aiceto
'os año¿ indignos. Easeguida enumera nuestras lucha.-
por la
Por la Libertad.
Libertad. ¿C:ómo¿C:órao olvidarnos
olvidarnos de aquellos .inge-
a e aquei.ur. ii. . R .
nnos lir^^t^^i^ta^ r.iio imnrinínn »
nnos doceañistas que imponían a nuestros abuelos iiuestros abuelo ei
'íebpr constitucional de ser justos y benéficos? j r o r
'pié no reoordiT a aquellos cor..''titucionale8 del trie
'"o (¡ue va discutían la vesania fernandina? i ^ .'a"
í'orte< d¿l -).->, donde va surgió !a doctrina r e P " ' ' " " " "
la? jY a nuestros queridos demócratas de' bJ, y «
l'>s jacobinos <lel 73? Asi hemos llegado, pasando por
la amputación colonial, por las vergiien-'.as africaiias
por la Dictadura militar, a la hora actual, a «JSta ^le
Púhlica sin empresario, sin banquero y sin capitaiis
*a. a e..ta República plena y al>solutamente civU- «r.'
^abio e x t r a n j ¿ r o - d e c ( a el señor Alcalá Z a m o r a - q u c
M"i?rA definir la política española por '»;<^'^'""**"^;„ *^""
' " á ya que olvidar la oalabra que decía. «Pronuncm-
'«'ento: voz anticuada, despectiva V mihtm- > esp
'^ola sin traducción posible», y tendrá que <»ec r^ •f^'.
"«nciamiento: voz moderna, civil, n » » * * ^ ' ^ ' ; " ' " ; ' , ;
•le comicio legal, republicana, típica de España, sin
traducción posible.» ., „• „„|„
La Cámara, el Gobierno, Us tribunas en ?•«• *<^l«
•naban a don Niceto, que tornó a subrayar como vi
::imos dichosamente sin protectores f"" 'miforme _»u
ii'^curso fué digno de la hor-.. I>o glosaba ' " o m ^ t o .
'laspués el pueblo, en la Plaza de las Cortes, aplaudien
rto el acatamiento obligarlo de las armas a la solara
¡•(a de la nación. La división entera de Madrid de.f^
1^ ante el CK,bierno, apostado a pie t J ™ ^ / " J _ ' * ^ ^
Un.ita de la Cámara, asistido de los 'i'P'|t'^^.'^„,V."*
muño y Marañón sahulaban el paso de »as bandera^
tricolores de los regimientos Los oficiales ^itoreabaí
n la República, que se coa«olida con «1 amor j en e^
acatamiento populares antes que en ^ voto a c ^.
Cortes soberanas que hoy comienzan a funcionar. J
«spactáculo era de una gran belleza E P « / ^
el pueblo <le Ma.lrid. con «" í»".« í."-*''"*" ^ ' " . r S J
dad natural .le la naciente República f P / " " ' » ,.^^;';.,
ticipaba al fallo del Parlamento. >*'^hora.s duraba
desfile Y enseguida continuaba la .sesu.n para eicgii

^ ' í ^ t S ó l i n i u t r i d a y ejemplar; ^ ^ ^ ^ ^ f ^ ^ t
Presidente por la casi aclamación de la <J^/n^[^ ,"^^^^
ta las once le suspende la sesión v < - * \ i r ^ ' | ; ; ^ ^^^
las primeras hora.s de la ma^lrugada A l'^^ J o s acaba
esta gloriosa jomadla donde el pueblo e^P^^ ^^'^^^^^j.
nado también su Bastilla, t'ontinua la an>mac < n inus
t a d a en la calle. Los ministn s, ac'"»l""^" J,;" J , ';
diputadlas V de lo» peri.nlistas. con » « . " ' ^ ' " ' ; ^ . ' ' ' ' , .
beVse ganado bien su descanso, se retiran, «lo^ - >
emcHÚonados. de la Cámara popular. Se oyen caí to^
republicanos y saludos llanos de res,M?to y / ' ^ ^ J ' " ^
La R-4>úbliei: libre d? tutela.s. limpia de cxtrenn.Miios.
es el premio de los que saben esperar. Recordara.^ la Durante la sesión de apertura de las Cortes. El señor Alcalá Zamora, en pie ante el extremo del banco azul, pronun-
fras3 d s Costa: -¡Para que España viva, viva la Ke- cia su magnifico discurso.
(Fot. Dlai CauTlcgo)
'*"^"^'*' JOSÉ SÁNCHEZ ROJAS

cromes
En la fotografía superior
Con la maerte del ilustre d o n José Fran*' don José Francos Rodrí-
guez posando, hace aho-
eos riguez» presidente de l a Asoeia* ra un año, en el estudio
del escultor Gard - Gon-
eión de la Pren" zález, quien modeló a»
admirable retrato del

P modesta y donosamente el gacetillero de la Res- s a ,


RANGOS RodHguez. el que a sí múmo se llamó
tauración, muere en el momento preciso en que
desaparece
ésta pasa al reino de las quimeras y de las sombras. u n a ^ran figura
Con Francos Rodríguez muere su generación, su
maestro de periodistas.
En la silueta: una reciente
fotografía de don José
Francos Rodríguez.
espíritu generoso, su concepto de la política y del arte, del periodismo» (FeU. Cortea)
na e^pont^aneidad y su gracia. Don José, periodista y
médico, más periodista que médico, es como un resu- de la literatura
mmi de la vida espatñola de las postrinierías del si-
glo XIX y de loe primercs años del xx. Xos recuerda y de l a poKtica
el golpe de Sagunto, los últimos estertores de los pro-
nunciamientos clásicos y de las cuarteladas castizas,
loe recitados de Calvo y de Vico, las estocadas de Frag-
españolas***
cndo y de Ligartijo, ios cafés con tostada de Fornos,
los caballos de carreras de Villamejor y las comidas de
Afigelita Medinaceii.
••• Y^ ítenkas perdi'
Francos colabora en El Pueblo y en El País, escribe
en El Régimen y dirige El Olobo, y al lado de Canalejas, d o «in ^ r a n
que le hace diputado por primera vez, es, con Burell
y ean Moróte, uno de los primeros forjadores de aquel ami^o» sienft*
Heraldo de hace veinte años, que era la cátedra am-
bulante de nuestra ingenua democracia burguesa. pre efusivo
Francos, excelente persona, se desplaza después del
periodismo para consagrarse a la política. Abandona y cordial*
la dirección del Heraldo por la alcaldía de Madrid, y
ocupa después el ministerio de Instrucción pública y
BeUa.s Artes. En el 21, es titular de la cartera de Gra-
cia y Justicia. Su ascensión es rápida y s^ura. Presi-
de una misión a Chile Es nombrado senador vitalicio.
V vuelve a colaborar en los diarios y Revistas, y diri-
ge, en Madrid, la redacción española del periódico
argentino La Razón.
Los últimos años de la vida de Francos los consagra
por entero a la Asociación de la Prensa, donde desarro-
lla sus mejores iniciativas. En nuestras publicaciones
de Prensa Gráfica deleita al lector con sus recuerdos
de mocedad y con sus evocaciones de la España de
hace cincuenta años. Y no olvida jamás del todo su
profesión, en la que ostenta un estilo llano y una
conducta inmaculada y ejemplar.
Francos muere con el respeto y con el cariño de
todos cuantos le trataron. Con él se va toda una época
que ha desaparecido definitivamente. Francos era su
•uperviviente mejor y más honesto. ¡Descanse en pazF
eróme a
/

Las delicias del


«surfboard» o des-
lizador, remolcado La salida del baño y la carrera iniciada
para obtener una saludable reacdón.
por una rápida ca-
noa automóviL Juegos de playa (FoU. A. Orifica)

r
1
^««de-
portista,
provista
de su
•acuapia-
"o»,ydis
Pn«sta a
navegar
*« la es-
tila del
'^atoolca- Sobre los flota-
dor. dores llamados
« c a b a l l o s de
(PM. Vidal) mar» y a remol-
que de una ga-
solinera, la ca-
rrera entre la es-
puma.

^'4 .Y al término de estos ejercicios varios, la alegre dania copiada, mejor o peor, de cualquier conjunto de rerista, para
practicar un poco de gimnasia divertida.
(FoU. Ortli T Afoda Griika)

cr»nsca
rías nota ^ r á f 1i c a s d e l montento

Bilbao. — CokMiia escolar d< nifios y niñas át las escudas de Zaragoza, que a sn paso por Bilbao, cambio de Pedrosa, fueron recibidos por ana comisión del Aynntaroico''
bilbaíno Y por los directivos del Centro Aragonés. ^P^ C d<i EI»**'

Barcelona. El alcalde, señor Agnadé, y la Comisión Munidpal de Beneficencia, TisiUndo Baracaldo. -Inauguración del Orfelinato de la fundación Miranda, al cumplirse el cen-
ia cocina insulada en el Hospital de la Santa Cruz, para obreros sin trabado. tenario del nacimiento del fundador Grupo de niños acogidos al nuevo orfelinato,
(Fot. Mcritto) acompañados por las autoridades locales. (FV<, AII««>)

MaJrM.—INAUCiURACIÓN DEL INSTITUTO FISIOTERÁPICO " n D E S "


Grupo de bellas señoritas 7 distinguido público que asistió al acto de inauguración de este
establecimiento, en el que fueron espléndidamente obsequiados por su propietario don U N A G R A N B O D A EN CAZORLA <JAEN>
Enlace de la señorita Visitación Tamayo Henares, con el ilustre doctor don Arca-
Manuel Mendoza. dio Sánchez López, secretario del Colegio de Médicos de Madrid.
<Fe(. Céman) (Fot. E. TaU*«ra)

cr^nscti
C ó m o acaba el primer epiaodUo dle t o 4 *
El heso en la pantalla. idilio» t a n t o en el cine COOMO en l a 'rida.

Un segundo antes del beso de Mary Phílbín a don Alvarado. El beso de William Haines a Gara Windsor es el clásico primer beso que una enamo-
rada se deja robar...

Medio segundo antes del beso de Adolphe Menjou a Evelyn Brent. Rod la Roque detenido ante el beso tácitamente concedido, por una coquetería de su
compañera de escena.

Después del beso de Vilma Banky a Ronald Colman. (PoU. Agukcia Gráfica) El beso de adiós de Norma Talmadge a Gilbert RoUnd.
créiisco
Palabras; de
1M[ a r a ñ 6 it • • •
Censuro la actitud de
los ^ue se llaman pre-
maturamente a encaño»
porgue ante todo hay
<|ue ayudar a lo <|ue
acaba de nacer, ^ue si
tiene sus naturales im*
perfecciones, es al^o
i n a u d i t o en nuestra
liistoria...
•••Y creo <|ue el porvenir
político de £spana está.
en el partido socialista,
4ue lia de iniciar la tra-
yectoria a seguir du-
rante muchos anos...
I NOS M I N I T O S D E CHARLA COJí EL I L U S T R E MÉDICO

U XA d e las figuras más destacadas d e l a nueva


generaci<in ¡xilítica es esta de don Gregorio
Marañón. hombre de t a n clara visión que sabe
ant-eponerse a todos los acontecimientos, q u e otros
consideran dificultosos y complicados. Por esta ra-
zón, en momentos de inquietudes y de incertidumhres,
creemos interesantísimas las declaraciones del emi-
nente médico q u e encarna dos cualidades esenoialísi-
mas de la democracia; intelectuali<lad y trabajo.
— ; X o es u n poco aventurado emitir ahora juicios
cfmcretosí—dice Marañón, haciendo u n alto en su
labor a b r u m a d o r a .
—La opinión requiere—insinúo—la voz d e los
hombres q u e iniciaron su conducta política con un
contorno puro y democrático.
—Entonces hablaré, jwrque es en estos momentos
cuando debe de imponerse una verdadera orientación
al país.
—¿Impaciente, verdad?
—Xo. La impaciencia d e la opinión pública es pre-
ciso interpretarla exactamente. Hl estado de su in-
quietud obedece a un incontenible deseo de consolidar
aquello q u e nació por su propio impulso. Concedo a
la soljeranía popular u n instinto de visión t a n claro
y t a n definido que no soy de los que creen en su t o -
tal desorientación. El pueblo confía en q u e lo q u e
acaba d e nacer estabilizará d e un modo peHectamen-
te jurídico la intuición rleniiX"ráti<-a q u e le anima.
—De lo que se deduce que condena usted el gesto
de los rebeldes y de los descontentos.
—."^í. Me parece m u y bien q u e en este período de
resurrección a e la conciencia nacional cada cual diga
:<u opinión y cada cual se constituya en vijfilante de
la pureza de la niieva España: j>ero censuro la actitu<t
de loíi que se llan\an t a n preniaturamente a engaño,
porque a u t e todo nay q u e a y u d a r a lo q u e acaba d e
nacer, q u e si tiene sus naturales ímpicHecciones, es
algo inaudito en nuestra historia, t a n pobre en episo-
dios d e exaltación democrática como pródiga e n <li-
nastias.
—¿No juzga usted estas j)e<iueñas rebeldías como
falta d e disciplina en UJS partidos? Don Gregorio Marañón, el médico insigne y no menos insigne pensador y publicista, una de las figuras de mayor y
- P u e d e n m u y bien responder las «pequeñas rebel- más sólido prestigio entre los hombres jóvenes que han construido la España de hoy y que han de guiarla por la ruta
días» q u e usted dice a exigencias tempera mentalógi- de su libre y justa grandeza.
<;as. Sin embargo, la perfección jx)lí(ica que todos am- (Fot. CalTichc)
bicionamos para España se conseguirá no por la pro-
testa airada, sino por otrf)s me»lios menos tístridentes netrados con quiene.x ncs designaron para represen- ¿Cuál del>e ser la actitud d e !a j u v e n t u d ante i-l
y m i s eficaces, precisamente en estos instantes en q u e tarlos. Se impone desterrar de la política ese absunlo jiroblema políticosocial de España?
el verdadero creilo de los que nos afanamos por t r a e r personalismo q u e hizo de la nuestra una profesión — I-ns jóvenes deiien colaborar a la consolidación
la República del>e ser la unión d e todas las fuerzas p a r a los audaces. del nuevo régimen prest-ándole el amor desinteresado
republicamwocialLstas. - [..a agrupación al servicio de la í'epúhlica, /esta- y heroico fie su j u v e n t u d . Porque lo que acaba de na-
—¿Cuáles son para usted los problemas más ira- blecerá distintivos políti(f:s dentro de la República? cer podía morir si le faltase un cariño maternal.
portantes q u e h a n de resolverse en las Cortes? - Xuesti'a agrupación se infeíjra por hombres des- —¿De los viejos políticos?
-Hay uno esencialísimo: el de las resj)onsabilida- provistíis íle ambiciones bastardas. E^ y será un nú Cn silencio absoluto. Los hechos nefastos h a y
des; después, ios que son inherentes a todo pueblo que cleo siemy)re al servicio de la República. ijue olvidarlos piadosamente.
quiere sacudirse el lastre d e muchos años de esclavi- - ¡Qué fuerza política cree usted se impondrá? Esto nos dice Marañón. el h o m b r e sencillamente ge-
tud El porvenir político de España está en el par- nial, q u e un día, en la cárcel, por no interrumpir su
( l ' s t e d lleva a las Cortes algún programa? tido socialista, no cabe duda, como creo también q u e obra por la Libertad, comenzó a fscrihir pobre ''/ Fni-
— .Si. E s necesario que los hombres que lleguemos a será éste el partido que inicie IÜ trayectnria a seguir ¡íerivndn
«íHa t r i b u n a soberana vayamos j)erfectamente compe- d u r a n t e muchos año«. ANTONIO GARCÍA

crénica
U n homfcre a 4aien la ¿loria y la fortima no kan kecko ielU.
Erick M a r í a Rcmar<iac, el autor de **Siit n o v e -
dad en el írente'* y de "Después", los libros más
leídos y elogiados de nuestro tiempo, n o s dice
aue cree kaber perdido inútilnnente el tiempo de
su vida...
(UNA EIÍTRETISTA P O R TELÉFONO)
•—'¿Padece ust«d neurastenia, acaso?
—No, pero tengo el sentimiento de haber perdido

R EMARQUE vive en Berlín, Wittelsbacheretrasse, 5. inútilmente el tiempo de mi vida.


Un cronista ha estado a verle recientemente y
He ha excusado diciéndole: «Ya me conoce usted;
me i n t i m i d í la presencia de las personas. Hablemos
f a
—Pero no tiene más que treinta y dos años y debe
usted tener de sí mismo m u y alta opinión.
—De ninguna manera, y no creo que lo digo por
b a modestia. Yo no he hecho n a d a de extraordina-
por teléfo.io, asi estaré más libre».
rio; hay libros de guerra bastante mejores que el mío,
T a n luego regresó el fracasado interviuvador a su
y yo sería más feliz de lo que soy si las gentes, al verme,
ci=a, pidió comiinicación con 01iva-54-.51, cifra corres-
en vez de exclamar: «¡Mirad a Remarque, el autor de
po.níiente al teléfono del célebre autor. Y Remarque,
Sin novedad en el frenteU, dijeran: «¡Mirad, qué mozo
t a n frío habitualmente, t a n reservado, con los ojos t a n simoitioo!» Mi éxito h a sido debido al azar. Yo no
bajos a n t e sus interlocutores, se expansiona a fondo me considero de ningún modo como u n ser excepcional
a n t e el telefono, q u e le anima, en t a n t o que el visitan- y superior. Mis amigos me dicen: «¡Pero t ú estás loco,
te le intimida. tú deberías dar gracias a Dios de haber tenido t a n t a
La voz de R e m a r q u e es de un timbre sonoro, gra- suerte!» Yo no los comprendo. No me siento obligado
ve, habituado a los largos silencios, en los que se a la alegría calculada. Puede que algún día cambie
producen los acentos ondulantes d3 una súbita y hu mi espíritu, pero actualmente no estoy contento de
r a ñ a sinceridad. mí. He escrito dos libros, hechos están y no tengo na-
—¿Cómo trabaja usted? da que ver y a con ellos. Cuando me vienen a pedir entre-
—l?rocuro m a r c h a r lejos, para no encontrarme con vistas, rehuso y rehusaré
amigos. He trabajado en siempre. P a r a h a b l a r a los
Suiza y en Holanda, en las
pequeñas ciudades fronte-
demás es preciso tener PERFECCIOH
algo que enseñarles.
rÍ7.a.s. Me es m u y difícil 1 ^ que me ha producido
concentrarme. Me hacen
falta, p a r a conseguirlo,
una verdadera alegría son
las cartas que he recibido
RAPIDEZ .p Ji>
habitaciones d&sprovLstas de todas partes desde hace
de todo confort. He paga
do por dos habitaciones y
dos años Había algimas
muy e m o c i o n a n t e s . Las
HIGIENE
una cocina 4o marcos. Te- que eran anónimas eran
nia en mi gabinete de t r a - las menos sinceras. No he
bajo dos sillas y una mesa,
nada más La vista de u n
podido a b r i r l a s todas, y
esto me produce un gran
Para la pulcríind y rapidez del ra-
sofá me hubiera inspirado r e m o r d i m i e n t o . Cuando corado no bacia la buena calidad
deseos i r r e s i s t i b l e s d e paso a n t e ellas, elijo algu-
t u m b a r m e y dormir. nas al azar y respondo. He
de la hoja de acero. Es también
E.scril)ir libros no es di- recibido t a m b i é n reli- necesario que la barba c%té blanda
fícil; lo que es difícil es quias, imágenes de santos
tener coastancia en el tra- de Méjico...
y la piel no se irrite. La espuma
bajo y no a b a n d o n a r l e —-Ved, pues, cómo se os abundante, emoliente y aséptica de
hasta verle terminado. Kl quiere y pensad que esto
público c r e e frecuente- es u n a r a z ó n d e vivir
la Crema de Afeitar Mennen pro-
mente que un libro se h a
escrito de un solo impul-
contento. porciona estas ventajas; facilita la
—¿Cree usted? Yo sólo operación, la hace cómoda, agrá-
so, en una especie de ins- estoy satisfecho por haber
piración divina. Yo tengo
que h a c e r esfuerzos ini'
ayudado a los desgracia daMe e hi^énica. Ahorra tiempo y
dos a continuar y a acep- molestias. Puede emplearse Crema
maginables para terminar t a r la vida. Hoy día, esto
una cosa que he comen^ es más necesario (jue nun- Mennen Nentolizada o sin MentoK-
zado. ca. E n mi nuevo libro Der
Me h a ocurrido estar Weg zuruck (El camino de
xar. La Mentolizada deja en el rostro
sentado ant« mi mesa du- regreso) hay u n episodio ana ^rata sensación de frescura.
r a n t e todo un día sin po- que explica bien todo mi
der escribir una sola línea, c n f r u w i i n i » REMARQUE pensamiento. U n j o v e n ,
v solamente a las das de " * ' ^ " MARÍA t r a s varios esfuerzos, se su- CoDccsioaario: FEDERICO BONET Apartado 901 /Madrid
la m a d r u g a d a he podido merge en una violenta desesperación. Es una tairde de
comenzar. Al cabo de diez minutos de espera me inva- estío. Camina a través de lo* campos. Agotado, roto, se
de u n a desesperanza tal que siento gana« de abando- acuesta sobre la hierba, y lentamente, al contemplar
nar el cuarto; pero comprendo que si lo hiciera se aca- en su derrgdor, a<^uí una pequeña rama, allá u n peque-
baría todo. Yo conozco personas admirablemente do- ño insecto, se decide a esperar. Los milagros de la vida
t a d a s de brillantes idecus que deberían hacer cosas son las cosas más insignificantes. Ellas a c t ú a n cuando
magníficas y que, en resumidas cuentas, no hacen nada, los argumentos del espíritu no causan y a efecto sobre
porque salen demasiado frecuentemente de sus casas. el hombre. Ellas d a n a su alma fatigada nuevos ánimos.
La concentración, en efecto, es una de las bases de —¿Y qué va a hacer usted ahora, Remarque?
todo éxito. La prodigalidad acarrea en todo la ruina, — E n ello pienso día y noche; ¿qué hacer? No lo sé.
t a n t o en lo físico como en lo espiritual. Quisiera poder cambiar, evadirme de mí mismo; pero
—-No parece usted m u y feliz, señor Remarque. el hombre no cambia a fondo jamás. Y p a r a decírselo
—-Yo soy ahora menos feliz que nunca; pero estoy tüflo, tengo algunas veces mietlo de estar demasiado
en e-.ta situación desde hace un año, de«de que traba- solo con mi ideas. Es necesario no llegar al término
jo en mi libro y en compañía de personas que fueron de ciertas reflexiones, porque se corre el riesgo de vol-
amigos míos, v que todos h a n muerto. D u r a n t e la verse loco... Puede que por algún tiempo deje de ser
guerra yo no fui dichoso—«adié lo era—•; más t a r d e escritor. Cuando se ha terminado un libro cree uno
perdí a mi madre y mi padre se volvió a casar. Uste<l haber dicho y a todo lo que tiene que decir. Por ahora
sabe lo que es esto. quisiera adquirir la experiencia que me falta. H e vivido
— F n fin, es usted independiente; os ust«d millona- muy poco, y ahora quisiera conocer la vida. Puede ser
rio varias veces, quizá... que llegue a combatir también esta terrible timidez,
—-jAh! Kso sí. Soy independiente, aunque no millo- que las gentes t o m a n por hostilidad y orgullo. Es todo
nario. No t«ngo aún el millón. Pero sé y aprecio lo que lo que puedo decirle. Excúseme, pero estoy verdadera-
vale esta libertad que me permite mi fortuna actual. mente muy deprimido
—-¿Recuerda usted sus días de miseria?
La voz se pierde para retornar un instante después:
—-Sí. He tenido hambre muchas veces. D u r a n t e
—'En el fondo, yo no tengo opiniones definitivas
días enteros no tañía nada que comer, como tantos
sobre la existencia humana, Dios o la muerte. Dejad- V • «K
otros. Djspués de la guerra era maestro de escuela en
me el ticmjK) de envejecer. Cuando usted y yo tenga-
un p j q u a a a pueblo. La soledad en ese momento me
mos setenta años, si nos volvemos a encontrar, será
a b r u m a b a , y partí para las grandes ciudades. He ejer-
cido muchos oficios He sido contable, jefe de publici-
momento de hablar con algún conocimiento de causa.
Ix)s dos interlocTitores abandonan el teléfono. La
CREMA DE AFEITAR
dad, corredor de automóviles, viajante, comerciante
entrevista ha durado media hora y el interviuvador,
de trajes y h a s t a payaso en un circo ambulante Al
Wilhelm Duesberg, termina afirmando, en elogio del
fin, he sido pariodista Pero d u r a n t e la oatá.strofe finan-
teléfono l)erlinés, que no han sido interrumpidos ni
ciera de Alemania tenía un mie<lo loco d e penler mi
una í'ola vez.
puesto. Por consiguiente, puedo decir q u e nunca he
GiiiiXERMO R I T T W A G E N Y DESPUÉS BÁLSAMO FACIAL
«ido feliz
crónsca
La actriz ^iie vive en an
re^io palacio, y a1>ait<^
dona este retiro para
volver a peregrinar» con
la farándula, por los
escenarios..^
I. iNTERVltJ

P OR la Avenida de Pablo Iglesias—que hasta el


14 de Abril se rotulaba «de Reina Victoria»—
se llega al Parque Metropolitano. Allí está la
«villa» d'annunziana donde Carmen Ruiz Moragas
—espléndida belleza, sensibilidad exquisita^—ha vivi-
do un lustro oomo una reina en el dorado aparta-
miento del exilio, voluntariament« alejada^—por amor,
acaso—del verdadero trono de su hermosura y de su
art*: la escena. Desde la torre más alta de su palacio,
donde Carmen tiene instalada su biblioteca, se domi-
na, a Oriente, el Madrid tentaoular y populoso que la
llama con sus vooee de gloria para que se redima de
su ociosidad en el esfuerzo y la lucha de los eseenarios;
a Mediodía, la mole gris del viejo Palacio Real; a Po-
niente, la Casa de Campo, la Ciudad Universitaria; al
Norte, los caminos-—-todos los caminos, loe comuna-
les y los secretos—de El Pardo
—Vuelvo al teatro-—nos dice esta hermosa mujer—
porque me he convencido de que no puedo vivir sin
él, porque sin él me hastía todo, porque es lo que
más amo en est« mundo... Ya nada tengo q\ie hacer
aquí, y me voy con mis compañeros de siempre, los
comediantes, a renovar, a recobrar más bien, el rit-
mo de mi existencia que un azar venturoso—¡y des-
venturado, al fin!—había alterado...
—-¿Propósitos?...
—-Arrancar a primeros de Octubre. Y actuar: pri-
mero, en Salamanca; luego, en Zamora. En Valla-
dolid volveré a vestir las tocas de novicia y seré de
nuevo la «Doña Inés de Ulloa» de otros tiempos.
Y completaremos la jira inicial con Bilbao, Zaragoza,
Barcalona y Valencia... Hasta el .Sábado de Gloria
no padre contar con un teatro en Madrid. Y eso .. si
antes no emprendo una tournée por el Extranjero.
—¡Muy interesante! ¿La llaman de París o Londi-es,
sin duda?...
—No. Es que hace tiempo sueño con llevar nuestro Ante el piano, en la suntuosidad de su palacio, que nada
teatro fuera de España, a base de nuestro idioma, tiene que envidiar a cualquier mansión regia, Carmen Ruiz
desde luego, pero con un repertorio universal de gran Moragas sonríe, más que al fotógrafo, a su ilusión de
teatro dramitico, fácil de apreciar, con una buena volver a escuchar los aplausos del público...
interpretación y una presentación condigna, en todas ...Y apoyada en este magnífico reloj que perteneció al úl-
partes. En esa excursión interpretaría figuras de mu timo Zar de Rusia, Carmen responde con evasivas a la
jer como Margarita Gautier, Manon Lescaut, Juana pregunta del reportero, deseoso de saber por qué conduc-
de Arco, Lady Macbeth. Amoureuse, Hedda Glaber to llegó el histórico mueble al palacio de la hermosa actriz.
Francesca di Rí mini y a Julieta, antes de que se me pase (FoU. Cántara)
la edad d? hacer perder la cabeza a Romeo y tenga
que limitarme a «er la dogarefla Gradéniga del Sueño para siempre... Ni un reproche, ni una burla despla-
a? un atardecer de Otoño... zada, ni un detalle inconveniente; ni una concesión
— } \ obras españolas? oportunista al acendrado fervor republicano del repor-
—El de-adén con el desdén. Reinar después de morir, tero, que recibía sus confidencias, espontáneamente
Z/3 villana de Valleens, Marta la piadosa... De Tirso ofrecidas, a cambio de la promesa—no tan espontá-
de Molina también quiero hacer La e.ipigadora Ruth, neamente expresada^—de «no publicar naida de aquello
pero en una refundición que recoja preferentemente el que iba a contarle sA amigo, nunca al periodista.»
aroma idílico de la obra. Y de Calderón, la primera —Nuestras relaciones no eran de ayer—me contaba
parte de L% hija del Aire: me tienta el papel de Semí- la dama, hace unas días, en un rincón del jardín de su
ramis. Haré, alternando con las piezas clásicas, otras casa—. Empezamos hace más de diez añas. Pero, du-
de Benavente y los Quintero; y hasta comedias cómicas, rante tres o cuatro, le jugué muy malas partidas: de
como la de Arniches: ¿Qu4 encanto de mujer.' Y, en fin, pronto, tomaba el tole y me iba al Extranjero por
teatro moderno ruso, alemán, norteamericano; Ar- quince días, que se prorrogaban meses y meses. El,
davin, Juan Chabás y Claudio de la Torre me están que estaba muy ilusionado, me pedía por todos los
preparando traducciones y escenificaciones muy in- conductos que podía utilizar que volviera enseguida.
teresantes, desde la Berenice de Racine hasta IM rá- Y cuando, al fin, regresaba a Madrid, era para irme
faga de Berstein y Los muñecos de Wolf. Completaré de nuevo a viajar, apenas hechas las paces. Hasta que
mi repertorio shaxeepeariano con Cuento de invierno se cansó de estas chiquilladas mías y me regaló esta
y Cuento di amor, y estrenaré obras poéticas de Mar- casa, con todo lo que hay dentro y todo lo que la ro-
^uina y los Machado. Y me rodearé de actores capaces dea, y me dio hijos «para que sentara la cabeza».
le secundarme en la empresa, desde luego ambiciosa No tengo la menor queja de él. Conmigo ha sido siem-
por lo inusitada: ya cuento con Rafael (,'alvo-—qué pre muy cariñoso, muy simpático y muy espléndido,
acabará de consagrarse como un gran actor enJo trá- fciu pena—y la mía-—-ha sido tener que vivir separados,
gico—^y con Ricardo Juste, un excelentísimo actor de ocultando nuestro amor, y tener que vernos en secre
carácter... to, aunque sin utilizar para ello ese subterráneo
Cuando la interviú termina, intentamos en vano completamente fantástico de que ha habltulo la gente
unas fotos familiares; pero la intimidad de esta mujer —-¿Cuándo le vio usted por última vez?
extraordinaria es inexpugnable, y al pedirle que se La bellísima no quiere concretar fechas:
deje retratar con los dos hijos que le quedan de su —No hace mucho. Ix) que más le entristecía-—piíede
pasado inmsdiato, se exousa, inteligente, diciéndonos usted creerme—no era haber perdido la corona, sino
que los pequeños la envejecen. (La florentina María la idea de no poder volver más a España. Para él, que
Tereíia-Alfonsa-Paloma cuenta apenas seis años, y el ha viajado tanto, no hay nada como este sol de nuestra
madrileño Alfonso-Leandro, veintiséis meses... No tierra. Quedamos en vernos pronto. Y nos veremos,
puedo decir cómo son. porque al presentarnos, la abue- tío sé dónde ni cuándo; pero nos veremos. Al despedir-
la se los ha llevado-—«para que no nos interrumpan», nos, los dos muy afectados, me dijo: «Comprendo que
dice la madre—«I aposento más recóndito del palacio.) prefieras quedarte en nuestra patria. Respeto tu sentí
miento, y te envidio Mejor: así no seremos dos a re-
if. LETKNDA cordarla desde lejos Ahora, que acude adonde y<'
te llame y apenas te llame, para traerme un poco
Aquella espléndida mujer, «amiga del rey», se hacía de sol de E]spaña.»
perdonar su pasajero encumbramiento por el buen La bellísima tiene los claros ojos grandes coaste'ados
guáto que demostraba al hablar de él, con digna sen- de lágrimas...
cillez afectuDsa. una vez destronado y desterrado JüAN G. OLMEDILLA
erónsca
Y al dejar la exposición se felicita el visitante por
F i r utas nuevas haber conocido a un artista que merecía darse a co-

e N el salón de expo^sicioiies recientemente inaugu-


rado pior el Ateneo madrileño, acaba de cele-
brarse una, que tiene su importancia, del pintor
y escultor aragonés Ramón Acín. Trabajaba este ar-
tista entre la paz de su tierra de Huesca, hasta que
nocer.

En el saloncito del Heraldo nos sorprende muy gra-


tamente una colección de estampas debidas a Luis
jiubo de emigrar hacia el barullo de París, a raíz de López Escoriaza y Víctor María Cortezo, dos mucha-
'os últimos sucesos precursores de la actual República chos que. brindan ahora al público sus primicias ar-
española, y hoy, de retorno, nos ofrece desde Madrid tísticas, no por primicias menos llenas de sabor. Pre-
Varios frutos de su arte, más o menos sometidos a sentándose juntos, se diferencian entre sí y se ayudan
*zare8 de su vida. uno a otro con sus contrastes respectivos.
Ante algunos dibujos y pinturas de Acín, hechos Luis López Escoriaza más bien denota a guisa de
probablemente durante sus andanzas parisienses, nos característica la serenidad de su factura, una sereni-
*<'ordanios de Picasso un poco, poco. ¿Se había acer- dad que trasciende muchas veces a despecho de los
cado él, por su parte, al concebirlos?... Sin embargo, asuntos y se traduce plásticamente en la limpieza de
"'en vistos, es de Ingres de quien nos debiéramos colores planos o en la firmeza de sencillas líneas, sere-
acordar, y con ello nada sale perdiendo el autor, ni nidad un tanto inglesa de juventud robusta. Apenas
desvirtúa siquiera su propósito, si abrigó tal propó- le han solicitado aún algunos espectáculos circundan-
sito, pues Picasso viene de Ingres, como de otros mu- tes, de los cuales recoge unos reflejos profundos y deli-
chos. Sólo nos impele a decir esto el ánimo de afirmar ciosos que a ratos parecen infantiles y a ratos pre-
íue .se trata de dibujos y pinturas sólidas, aunque ocupan.
carentes todavía de una personalidad harto acusada. Víctor María Cortezo, -por el contrario, delata un
Por lo que atañe a la escultura de Acín, la encon- temperamento inquieto e inquietante a través de la
tramos siempre seria, lo mismo observando las foto- línea atormentada y la expresión sarcástica, tenue de
giafíflí ,Je monumentcs exhibidas al presente que color y escurridiza de ideología. En sus imágenes no
contemplando determinadas obras. Sus composicio- retrocede ante leves audacias de concepto o de técnica
nes de orden clásico o casi clá.sico ostentan la noble ni persigue fáciles aplausos. So revelan de dentro afue-
P'ireza de contornos necesaria para justificarlas, y sus ra, y a momentos, lo que ve. cuando no lo que piensa,
estatuas de .sentido moderno buscan un camino pro- le sugiere una pirueta airosa.
pio sin renegar de las clásicas fuentes donde se abre- Ninguno de ambos artistas incipientes ha encontra-
varon. Igualque en la pintura y el dibujo de la misma do su manera definitiva, como es lógico. Ignoramos,
^ano. hay en esta escultura una seguridad y una pues, e ignoran ellos adonde ha de ¡'.ovarlos su estética
honradez dignas de altas empresas. mañana; pero advertimos que ambos poseen pericia
Además, nos revelan cierta fase particular de Acín bastante para saber lo que hacen y bastante talento
'as figuraíl, que no nos atrevemos a creer francamente para infundirnos la esperanza de lo que harán. Por lo
escultóricas, creadas con láminas de metal dispuestas pronto, prescindiendo de problemáticas promesas y
^e gracioso modo. Sirva de ejemplo la bailarina de aventuradas profecías, se evidencia el valor positivo
*tluminÍD saltando, ingrávida y encantadora, sobre un de lo que ya han hecho. «Bailarina -, de aluminio, que figuraba en la Exposición de
f>calo. Se hallan nletóricos de posibilidades los atis- obras de Adn, celebrada en el Ateneo de Madrid, última-
hf)8 a s í . GER-WÁN GÓMEZ DE LA MATA mente.

< ^ ^

Baños de sol sin molestias


El sol dora su cutis sin producirle molestias
porque ha seguido usted desde el principio
el método de exposición gradual señalado
por su médico; porque no deja usted de
lavarse cuidadosamente con el neutro y finí-
simo Jabón Heno de Pravia, que no irrita
ni el tierno cutis de un niño; y, además,
porque protege usted la piel, a la vez que
la refresca, afina y perfuma, con el uso de la
deliciosa Crema G a l (Serie Amarilla), que
tiene el aroma y la frescura de las rosas
recién cortadas. Su cutis pigmentado, pero
firme y suave, conserva así toda su belleza.

PEKPIlillEKiil C i l L . • MAHKIH. - BUEKIlSi A I K B I

CREMA GAL
DURACIÓN.—Las primeras se- POSICIÓN.-échese en el suelo.
siones, muy cortas. Aumento de Exponga los pies unos minutos,
pocos minutos en cada una, para por el dorso y la planta. Más
que la piel, tome color poco a adelante, exponga hasta las ro-
PROTECCIÓN.—Consulte con $u mé- poco. Alcanzada la pigmenta- dillas y aumente gradualmente
SERIE dico. Tome los baños de sol con som- ción, no hay ya que extremar en días sucesivos la parte expues-
AMilKlLLA brero de alas anchas (los primeros las precauciones y los baños ta. También puede sentarse Pastilla,
días, por lo menos). Sumersiones in- pueden durar varias horas. o pasear despacio.
termedias en el mar, sumersión fínal
"VaafeiliíMfl"

HENO DE PRA/IA
y ducha de agua dulce. Después algo
• lí<|iii«la, de gimnasia sueca en la sombra. Para
proteger más la piel, úntese con
3,311 aceite de coco antes de cada sesión.
TIMBRE APARTE

cr»ntca
c
escrito los diálogos; otro, la« '""
dedicado a eliminar las frases suF,
cho la división en escenas... Desp"'
tas manos, el asunto resultante ""_
naturalmente, al original, }'or*l"^L
ducido las modificaciones que i«
niente. Pero esto, para ellos, es'"
sante es que se venda bien el pf•odi
Cn artista tiene en Hollywooa
de acción, y caola uno de ellos tif
definida que cumplir. Clara Bo*

I
ri
m

Esta preciosa muchacha casi una niña -, a quien el fotógrafo ha sorprendido a la hora del baño y del deporte en
una playa califomiana, es Miss Marión Shilling, nuera < star» cinematográfica que ha hecho una brillante y rápida
carrera filmando, con Richard Dix, «La mascota del Young Donovan»; con Constancia Bennett, «La ley común», y con
June Mac Cloy, < Los buscadores de oro». (Fot. s. K. O. PatM)

La verdlad y la mentira
del film''*
£1 cine ctnropeo es stiperíor a l y a n q u i en contenido artístico.^ Y, sin Wynnc Gibson, la «estrella» de 1*^
rado en la sierra mejicana por ¿'
cntbar^o» el público prefiere la« películas americanas.

P ORQUE, al menos en Europa, no se fabiican las


|)elículas como los bctes de conserva. Hay me-
nos industrialización. Se tiene un concepto más
elevado, más puro, de lo que es el cinema, y se hacen
películas procurando poner en ellas algo o mucho de
llamen directores, «h'i Clara Bow» no quiere decir
otra cosa, entre los profesionales, que quince pelícu-
las de la inquieta y sugestiva flapper pelirroja. Y el
título, que recuerda la denominación común de va-
rios sombreros o bombillas del mismo modelo, está
de las películas de marinos. ^ \°^
chacha frivola, moderna y ^^^\f
el jazz y sale de noche a dar P
amigos... -f
Así, de todo el cinema yanq"'j
arte, aunque ello tenga que hacerse algunas veces a bien puesto, porque todas las cintas de Clara Bow a industria que apesta. El a**^
sabiendas de que se contrarían los gustos—les vul- —o proíluctos (iara Bow, si ustedes lo prefieren — director de asuntos T. lo fotog''^
gares gustos—fiel ochenta por ciento de los especta- son, en el fondo, una y la misma. El mis-mo argumen- asuntos T y lo interpretará el *
dores. to, los mismos escenarios, los mismos ti)>os y casi asuntos T. Las personas tienen ^
Las peliculas yanquis se fabrican en seiie, como los siempre el mismo director. tancia que la cámara o el decor»^
automóviles y como los zapatos. La industria cinema- Todo está en los estudios yanquis perfectament»- para las noches de luna clara v
tográfica de Hollywood se rige por las mismas reglas clasificado, y la división del trabajo llega a extremos nieve. Un director para pelíc"'"
y procetlimientos que otra industria cualquiera, por- asombrosos. Per ejemplo, antes de que el director se de crema y otro director par** '
que, en realidad, es únicamente eso: industria. Aunque haga cargo de la obra, un señor ha escrito el argu- t.»»rtas de crema... ,
varios de los empleados se llamen artistas \ otros se mento; otro, lo ha adaptado a la pantalla: otro, ha Hete sist«ma, hasta ahora e'
I

•"i"^. fc ha es el más indicado para crear películas q u e aspiren a chitas en mtillof, esa frescura de las actrices d e vein- Y Eiastein se volvió hacia su mentor y le preguntó
Pff*». ha he- ser algo más que simj)les productos de fábrica. Pen- te años... Las piernas de N a n c y Carrol! y la camisa ingenuamente:
sando lógicamente, el público debería inclinaiKC por negra de Fifí D Orsay. H e ahí, tal vez, todo el secreto —¿Y quién tss Mary Pickford?
i"Yt'nnafJa las película.s europeas, producidas por medios menos de' cinema yanqui.
•fí^intro: mecánicos. Y, no obstante, el público se m\iestra de- El día que en los estudios eurojieos se deci<lan a
•KNoconve- cididamente partidario ite las películas que exporta lic."íiieiiU' a las actrice* viejas, vestidas h.asta los tobi- BREVE Y LEVE
lo^I-oinWe- Norteamérica, exceptuando algunos iniciados ¿A qué líos, a las glorias de la Comedia francesa y a les j^res
se debe esta preferencia? Si convenimos en que en el tigios de la escena alemana, e.«e día el cinema europeo Dolores elel Río, q u e acaba de firmar un c o n t r a t o
i 1T« campo cinema europeo hay má.s arte^—cesa de la que yo, a habrá ganado la batalla a los yanquis. de cinco años con la R. K. O., h a sido pre>clamada en
pesar de todo, no estoy completamente seguíc—, lo iSobre todo si. además de esto, procuran reducir las un concurso como la mujer de más bello cuerpo d e i
que sucede puede parecer, a primera vista, incom- escenas interminables y aligerar sus filmu. que si bien Hollywood. J o a n Crawford, la Venus de HolJywood, •
son i)oemus de arte y de técnica, son también pe)ema8 sólo obtuvo el octavo puesto.
de pesadez.
R A F A E L M A R T Í N E Z GANDÍA
Reíscindido su contrato con la Universal, la meji-
cana Lupe Vélez se encuentra en Nueva York, ac
Cinelandia '*cock.-iail'* t u a n d o como vedette de u n a revista teatral titulada
Arfjevtina.
KINSTETN, EN HOl.LYWOOÜ

e STOs sabios son terribles


Einstein. el mago de la relativid.id vi.sitó
tienifK) atrás los estuelios ele Hollywfjc.d. E n
.\rtistas Unidos le recibió la plana maj-or de la Casa:
I>)uglas, (iriffith, Gloria Swanson ..
El divorcio entre J o h n Gilbeit e I n a Claire es i r m i -
nente. Desde hace tiempo viven separados. '

A propósito d e J o h n : L a Metro, con vistas al éxito f


El les estrechó la mano a tenlos m u y at€ntamente,
de taquilla, v a a filmar u n a película en la que nueva
y cuando le llegó el t u r n o a la espesa de Dcuglas,
algmen le dijo al oído: mente aparecerán juntos Greta Garbo y él.
-Esa es Marv Pickford. R. M. G

«^o« * " " r«8alo original. Este regalo es un cachorro de Jaguar captu-
% | ? « r d dairmont, que aparece en esta fotografía hadendo entrega de
''«cilla a Míss Gibson.

prensible. Pero no lo es, a mi juicio. Y ahí va la ex-


ÍÍfo!'^<lora plicación. , , »• • i
*' «on los En general, el público no está todavía lo suficiente-
mente preparado para encontrar el verdadero valor
i.^n o]lor de los films. De otro modo, no se explica q u e IM
.-^'i^a^á•;l mismo barro se h a y a sostenido meses en las cartele
4 ; , ' « d ^ r de ras y Bajo los Uchos de París h a y a pasado rápidamente;
por ellas.
Por o t r a parte, lo8 filim americanos se desarrollan
con u n a movilidad, con u n a rapidez q u e difícilmente
se encontrará en las películas europeas, lentas, jeca-
das, monótonas... Con mujeres como esta maravillosa Lillian Bond, de U Metro-Goldwyn. no es difícil hacer buenas películas... Lilüan
Y, además, les yanquis introducen en t e d a s sus je ha tenido la coquetena de posar buscando el contraste de s u s hombros con las flores de nácar y cristal del jarrón
I ^^tivo. no lículas algo q u e es como la pimienta d e les films: próximo™ Y no son estas ulümas, sino los hombros de la artista, los que tienen más luminosa y pulida suavidad.
la pical día, la frivolidad d e las estrellas. Esas mucha-
^f^~~
Arturín se puso en pie, tragó saliva, sacó la p u n t a
de la lengua y empezó:
—Ataúlfo, Sigerico, Walia, Teodoredo, Turismun-
do, Teodorico... Teodorico... Teodorico...
Y' de aquí no pasó. Se puso colorado, miró al techo
y, viendo sin duda que en él no e.staba escrito el nom-
bre de ningún rey godo, bajó la cabeza y se miró la
p u n t a del zapato; pero tampoco salió de l a p u n t a del
zapato el nombre del rey que seguía a Teodorico, ni
otro nombre alguno.
—¿lis que no sabe usted más?—preguntó la voz
severa del profesor.
—Sí..., se... señor...
Pasó u n rato... Los reyes godos «no le salían». Pero
de pronto Arturín oyó una vocecita que decía: «Euri-
co, Alarico, Gesaleico...
Y Arturín terminó la lista de los reyes godos.
—Muy bien—aprobó la voz del maestro.
En medio de su alegría, Arturín estaba confuso.
{Quién le había apuntado? Apenas terminó el examen,
preguntó a Pepín, que era el que estaba a FU derecha;
pero no, Pepín no había sido. Entonces preguntó a
Toftito, que estaba a su izquierda; tampoco había sido
Toñito, ni Luisín, que estaba detrás, ni Paquito, q u e
estaba delante.
¿Quién había sido? Nadie sabía nada.
Hasta que al abrir el pupitre Arturín vio que su ra-
nita le miraba de una manera especial, como si estu-
viera sonriendo con malicia, con los ojos más saltones
ipie nunca y la boca más grande q u e d e cc»tumbre.
Y lo comprendió todo.
—¿Has sido tú?...
La ranita bajó modestamente la cabeza. Sí, había

e
sido ella.
Arturín, conmovido, quiso demostrarle su agradeci-
s aquella charca de aguas quietas y cul>iertan •—-Dos por dos son cuatro, cuatro por des son ocho, miento, y cogiéndola en brazos salió corriendo, cruzó
de verdín como por u n encaje, las ranas vivían ocho por des son diez y seis... el pueblo, cruzó el campo y llegó a la charca.
en paz; después de t o m a r sus baños de sol sobre — E s p a ñ a limita al Norte con el mar Cantábrico, AUi, en la orilla, la dejó, devolviéndola su libertad.
la hierba, se zambullían en el agua, abriendo círculos al Sur con el estrecho de Gibraltar... Pero antes de alejarse se agachó y la dijo muy bajito:
y más círculos. Los reyes godos fueron: Ataúlfo, Sigeiico, Walia... —Aquí t e quedas, pero mañana volveré por ti, ¿sa-
Y los días que el viento venía de mal humcr, gru- La ranita volvió a ser feliz en su nueva vida. Por bes? Porque tengo examen de geografía
ñendo entre los árboles, las ranas se divertían mucho la mañana, al cajón del pupitre, oyendo dar claKe; por
viendo cómo se arrugaba el agua y las plantas de la la t a r d e , al sol, en el tiesto de las tres rosas rojas;
orilla metían en ella las puntas de sus hojas. luego sobre la mesa, oyendo a Arturito repasar sus
lecciones. Y por la noche, la palangana llena de agua, E n aquella charca de aguas quietas y cubiertas por
Pero u n día...
donde dormía un sueño tranquilo, mecido per el in- un encaje de verdín, las ranas siguen viviendo en paz.
Alegres y confiadas, las ranas saltaban entre hojas
variable ruidito de la gota de agua q u e caía al cubo. Y cuando alguien pasa cerca de allí—cosa rara^—
y piedras, c a n t a n d o sus mejores canciones: croac,
Pero además de ser dichosa, la ranita se iba hacien- las oye cantar a coro.
eroac... Solamente la ranita más pequeña de la charca
do sabia; poique si al principio no e s c ú c h a l a todas Pero en vez de cantar: croac, croac. como hacen to-
dormía con su panzota al sol.
aquellas cosas de numeres, y de geografía, y de reyes das las ranas del mundo, éstas cantan: «Ataúlfo, Sige-
De pronto, se oyó un ruido inusitado y las ranas rico, Sisebuto, Gundemaro...»
dejaron de cantar; sus ojillos redondos y asombrados godos, a fuerza de oirías le empezaron a intereear.
vieron cuatro botas que se acercaban pisoteando las Y pasaron unes meses; llegaron los exámenes de PiTi BARTOLOZZI
floree illas. fin de curso: Arturín estudiaba m á s
No quisieron ver más, y con un salto de circo, que nunca; estudiaba hasta las t a n t a s
¡plac!, se zambulleron en el agua. de la noche; pero no por eso se olvidaba
Pero, ¡ay!, no todas saltaron; panza al sol seguía de su ranita, siempre j u n t o a él duran-
inmóvil la ranita dormilona. te sus horas de estudio; en clase, me-
Las ciwtro botas f)ertenecían a cuatro pies que co- tidita en el pupitre, calladita; en casa
rrespondían a cuatro piernas, de las que eran dueños acurrucada j u n t o al tintero y mirándo-
y señores Pepín y Arturín. le con sus ojillos redondos y saltones.
Sil, que la ranita se diese cuenta, veinte dedos ne- U n a m a ñ a n a Arturín se levantó muy
gros (los chicos venían de la escuela y tenían las ma- nervioso; le tocaba examinarse de his-
nos manchadas de tinta) fueron acercándose, y cuando toria. Con su inseparable compañerita
la infeliz despertó se hallaba prisionera. en el bolsillo del pantalón, llegó a cla-
T o d a temblorosa oyó que sus raptores se la dispu- se; como siempre, la guardó en el ca-
t a b a n ; porque como ellos eran dos y ranas no había jón del pupitre.
más que una, Pepín proponía repartirla partiéndola — V a m o s a v e r , Arturín, díganos
por la mitad. cuales fueron los reyes godew.
Afortunadamente, Arturín propuso otra solución: la
de jugarla a cara o cruz. Sacaron una moneda, la echa-
ron al alto y se precipitaron para ver hacia qué lado
había caído... Cruz; Arturín ganó y la ranita pasó a
.-.u p<"'<ler.
Pjii/Onies la cautiva se sintió sumergida en u n abis-
mo obscuro, que era el bolídllo del pantalón de su due-
ño, donde se aburrió mucho, en compañía de un trozo
de b r a m a n t e , dos bolas de jugar al ffuá y un t a p ó n d e
cristal.
Ai llegar a su casa, por la noche, Arturín sacó la
ranu de su bolsillo y la colocó en una palangana llena
de agua. Muy sola y a b a n d o n a d a se sentía la ranita
sin sus amigas y sin flores, sin hierba ni encajes de
verdín; menos mal que tenía para distraerse el ruidi-
t o de una gota de agua que caía incesantemente al
cubo que había debajo de la palangana; y este ruido
era t a n monótono que a la ranita le entró sueño y
acabó durmiéndose, ni más ni menos que si se hallase
en su querida charca natal.
A la m a ñ a n a siguiente, Arturín se llevó la rana al
colegio, donde se le hizo un recibimiento triunfal, q u e
la llenó de satisfacción.
Todos los chicos se dedicaron a cazar moscas y se
las dieron. ;Menudo desayuno! Hasta h u b o un rubia-
les que le regaló un saltamontes, sin duda para postre.
De pronto sonó la voz del maestro, y Arturín guar-
dó precipitadamente su ranita en un cajón del pupi-
tre, donde permaneció d u r a n t e dos horas oyendo la
lección de geografía.
Cuando terminó la clase, Arturín se llevó de nuevo
la rana a casa, y esta vez la sacó al balcón y la colocó
en un tiesto, j u n t o a tres rosas rojas. Allí estuvo la
ranita toda la t a r d e , durmiendo con su panzota al
sol. que era lo que más le gustaba en el mundo.
Por la noche, el niño la puso sobre su mesa, al lado
del tintero, laego abrió un libro y empezó a estudiar:

crófisca
PARA ADEILG^ZAR
DCLGADOSC
" o l » C I I J » D I C A A LA SALUD. SIN YODO NI OtBIVfcC
DEL YODO, H l TMYIIOIOIN*.P'«cio!'50
LABORATORIO P t S Q U I A!a'T^¿ad-1^ 5AN S(8AST!AN([spjña)

Detalles Ae la ntoda
actual.

e r. carácter jiersonal de nuestros vestidos se debe


al trabajo original de las mangas. En verdad
que son muy pocas las que van desprovistas
^e algún adorno. Muchas son ajastadas desde el hom-
"••o al codo, ensanchándcse gradualmente, para vol-
verse a recoger en el puño. Pequeños pliegues cruza-
''^s sobre el antebrazo y cosidos tan sólo unos centí-
metros prestan un vuelo bastante grande para que
'a manga balone por encima del puño, muy ajustado. La elegancia del momento. Sombrero capelina de paja «paíllasson» guarnecida con rosas de seda que caen sobre
los cabellos, prendidas en el reverso del ala.
/-"OS frunces y las pinzas, hábilmente repartidas, son • (Fot. Agencia Gráfica)
'gualmente un recurso precioso. Innumerables mode

MELODÍA FLORAL
ASI como un experto compositor logra la mayor expresión
de armonía musical mediante la acertada combinación de
las notas, de la misma manera el experto perfumista en-
cuentra en una gama de ricos perfumes la exquisita com-
binación que es nota de feminidad y refinamiento.
En Id nueva loción y extracto Gemey, el arte del gran perfumista
Richard Hudnut ho logrado un triunfo ¡amos igualado.
El nuevo "bouquet" es un verdadero poema tejido con los perfumes
más delicados. Use la loción como un estimulante después del baño,
paro friccionar el cabello antes de peinarse y después de los deportes.
Unas gotas de extracto en el pañuelo o el vestido, lo envolverán en
un'aire de juventud y feminidad. Es el perfume de moda de la mujer
elegante que puede hoy adquirir en las buenas^ perfumerías.

EXTRACTO Y LOCIÓN Oemey


R I C H A R

HUDNUT
OTRAS CREACIONES
Gemey
CREMA PURIFICADORA
CREMA VOLÁTIL
POLVOS - TALCO
BRILLANTINA

erpmca
faldas de lanilla y los trajecitos de más empaque
El vestido práctico y lavable se cortará al hilo, ad
quiriendo el vuelo suficiente recurriendo a los pliegues
dobles El abriguito de franela se confeccionará en 1»
misma forma, facilitando de este modo su limpieza-
El forro se suprime en este caso, y se rematan las cos-
turas con una trencilla o un galón de seda, l'na cape-
lina de paja, de grandes dimensicnes, una boina o el
gorrito de tricot son el complemento de estos atavíos
de campo cuando no se quiera ir con la cabeza descu-
bierta, dando al aire y al sol los cabelles.
Si no se dispone de un traje elegante para las visi-
tad el velo de algoelón liso o rameado encajará per-
fectamente para el caso en los días más calurosas de
verano El pijama, con su correspondiente chaquetón,
ha de ser muy útil, y es preciso disponer de dos. a lo
menos. El color liso es el más práctico para el "'»<'•
Un ancho jaretón distinto que contraste con el fon-
do, crea combinaciones de muy buen gusto.
El abrigo de playa es indispensable para evitar la
brusca sensación de una brisa excesiva en algunos me-
mentos. í>08 tejidos más adecuados son: el grueso jer-
sey de lana, esponjoso y blando.
El calzado es otro elemento que requiere toda nues-
tra atención al elegirlo para evitar decepciones eno-
josas en el momento de utilizarlo. El pie ha de ir siem-
pre con holgura, y sea cual fuere el uso a que se des-
tine, el zapato no ha de ser un instrumento de supli-
cio. El calzado bien cortado es siempre elegante, v
para ello no es necesario que haga el pie pequeño.

SOLEDAD O B R E G O N

un a MU
los D,e s c u b n ó
Je r

1 0 0 0 M u j e r e s
los Probaron

4 Mili O n e 8 1/2
O e Mujeres Los Usan A ho r a

S o l a m e n t e lo» polvo* l o b a '


Ion, loH famoao* polvo* parí'
aíenses, contienen <'e«puai*
de crema)* mezclada perfec-
tamente por medio de u»
procedimiento patentado-

Kesicten al sol, al viento, o


al «udor bailando.

P a n la playa.—Tres modelos de ' maillots >en lana de dos colores combinados en el tejido, formando artísticos
dibujos. (Fcl. AgcrciaGriH»
Invisible* y sdkerentes. na-
loe llevan volantes fruncidoH en diversas alturas de la pieles; en su mayoría, el renard y el armiño obtienen cen «jue la piel má* rugosa y
manga: otros se escalonan planos; otros, cortados en más preponderancia. áspera parece suave, fresca y
forma, se colocan en espiral sobre mangas muy ajus-
tadas. Los efectos de manga doble se inspiran en es- juvenil.
tas guarniciones complicadas, y obtierfen gran acep- > ^
tación actualmente. Sobre una manga larga y estre- El equipo qtie nuestros hijcs dedicarán para el cam- noy m i s m o ios
cha desciende una segunda manga más ancha, que po y para la playa en estos me.«es de vacaciones ha
no pasa del codo. Otras dobles mangas están forma- de ter esencialmente práctico. Para las jovencitas de p o l v o s T o k a l ó n con Espu-
das por un volant* corto y amplio, que cubre la parte dcce a quince añf s, nada hay tan bonito como los ma de C r e m a y dense
alta del brazo. El volante limita la verdadera manga trajecitos de estilo deportivo, ya sean de larjlla, grue-
corta, o simulada por este ornamento. La mai.ga lar sa tela de hilo, piqué o de frane'a. El corte, a pesar eucnta de la nueva belleza
ga se monta, a veces, sobre un cuerpo independiente; de ser muy sencillo, se aproxima en sus líneas gene- asombrosa ((ue procuran
suprimiendo <^te. queda sólo la manga corta, cambian rales a los modelos confeccionados para las mayores. inmediatamente a su tez.
do asi el aspecto del vestido. Ix)8 puños altos, sujetíjs Se elegirán les colores claros y muy scstenidcs, para
por un elá.stico disimulado, gozan de gran éxito. Ajus- evitar la acción del sol y del aire Los compactos T o b a l ó n contienen añora la famo-
tándose al gusto más exigente de la moda actual, este El color de ro-^a y el amarillo resisten bastante: sa espuma de crema. Los Polvos y el Colorete son
adorno ofrece tal diversidad que con él un mi.«mo tra- mas les azules y el malva muy claro son demasiado
je puede cambiar lo bastante para dar la ilusión fie delicados El azul añil y el verde se í-ostiencn muy ambos s u m a m e n t e adnercntc*. AI¿o nuevo, diferen-
varios. bien te y mejor.
Muchos abrigos copian es^a fantasía, y los vrlontes Los m c í l e l o s en forma se r e s e r v a r á n para las
que sirven de ornamen-
to s e incrustan de pie-
les. Hendiduras que van
del codo al puño son N U E V O S PRODUCTOS K U R L A S H Sdad.
Agentes generales:
Anma. de Representaciones y
unidas entre si por tiras
de pieles, ''arlando por Comercio. Angeles, 18. BARCELONA
completo al especto del Sirvarsf reinitinne folletos de lo»
abrigo E n estas pren- productos KUKLASH.
das que se destinan a
la elegancia d e noche, Nombre
las mangas adquieren Callo
un v u e l o exagerado.
Tod*8 vtiaa s e orlan de K U R I A 5 H LASHTINT SHAOtlTE KURLENf TWEtZETTE l A S H P A C l A S H P A C Población

crónsco
T-
Lo iiac, « t a n t o antes, debe "^ f -=.-7T' ^-Tí-.Tt'yy tíT-""*

desaparecer M.

as ecerradas

y \ están aquí las becerra<las. f o n los primeros


oalores. la juventud que bulle í>e lanza muy de
mañana a la plaza. Y la plaza de Madrid, esa
plaza testigo de t a n t a s tardes de gloria y sangre, su-
fre pacientemente, no tiene otro remedio, la profana-
ción de 8U ruedo, que es algo así como su corazón.
Kn los tendidos salen a relucir los paquetes grasien-
'"'' de las tortillas hechas la noche antes. La bota sucia
y barriguda campea como bandera triunfante.
La gente acude en la más despreocupada áeshabiUé.
' hicas con alpargatas. Vestidos de cretona y lazos de
P''I>el, de colores llamativos, en el pelo.
Kilos sin cuello y con entrada de favor.
Las mañanas de becerrada se asemejan bastante a
las de excursiones campestres. Sólo faltaba, para que
'a ilusión fuera perfecta, que en los tendidos de la
plaza y estratégicamente situados se colocaran unos
Pinito.s y algunos arroyitos de agua. Chicos y chicas
en estrecha camaradería. Cantos y risas. Tangos. Amis-
•^^des nuevas y más de u n noviazgo. La gente joven, dispuesta siempre a divertirse como sea, acude a estos festejos matinales... Y los «toreros», que mo-
El público de estas fiestas se divierte una semana mentos después correrán en todas direcciones, desfilan marchosos...
«ntes de celebrarse pensando en ellas. ¿Qué haremos?
Urá Fulanito? ¿Y aquella rubia t a n mona? ¡Pues si
í-orea el novio de Menganita!
Kl día antes todo son planes y organización. Y la
loche sin poder pegar un ojo.

¿Y los toreros improvisados? jEsos torerillos que sa-


len con las cuadrillas y que de vez en cuando asoman
'a cabeza detrás de aígún burladero? ¡Qué semana de
emociones! Kn los almacenes, en las Kmpresas, en las
•Siwiedades que organizan estos festejos, son mirados
por sus compañeros como unos héroes. Las mujeres
•^e los disputan. Y ellos, altivos y conscientes de su
raisión en la tierra, se pavonean ufanos. Lo» que no
impide que al llegar el día célebre salt€n la barrera a^
la menor mirada del becerrete.

En estas becerradas pasa una cosa curiosa. Los bi-


lletes .son por rigurosa invitación y, por tanto, gra-
'"itos. Lo que no impide p a r a que hagan hasta una
iiotita ron los precios.
Y ahora viene lo extraño. E n una corrida cualquie-
ra, toros o novillos, cuando hay reventa es para cobrar
i»ás caro. Pues aquí nada de eso. La reventa es para
cobrar m i s barato. Así ve uno que el día de la bece
•"•'Ad'i. e n t r a d a s cuyo precio está marcado en dos pese-
f^ax, .se venden a una o más baratas aún. Y si no se
Penden acaban hasta regalándolas.

I'OH torerillos terminan el paseo garbosos y hasta


pintureros. Todas las miradas están fijas en ellos.
Pero sale el primer l)ecerret«, y no queda en la pla-
'••' un Cúch'tre.i en quien fijar la vista. Sólo la bestia,
'i'ie ni tal parece, corretea de un lado a otro.
¡^HIP a! fin un valiente, y da un capotazo no importa
'• >m 1. O.^spués sale otro. H a s t a que se reúnen to<loH
'iiimi'los por la «fiereza» del torete.
Kl ni itador, en cinco minutos, sufre diez revolcones.
^ I isi nunca, ello no deja de ser curioso, es cogido por
'li'lante.
Cuando llega la fumista hora de matar, ¡pobrecillo!
— <El m i t a d o r ?
—N.^, el toro. El matador, que más que tal debería
llamarse asesinador, no es la víctima. Estocaílas a su
rival en el morrillo. Estocadas en las patas y a veces
hasta en el rabo.
Y el «asesinador», que mira a todas partes, como pi-
diendo ayuda. Los consejos no le escasean. Ahora que
dispares.
Mientras uno le dice que y a es hora de m a t a r y que
entre por tal lado, a otro le parece que ant«8 debe
hacer m i s adornos al toro con... el estoque.
Cuando al fin el becerro muere ensartado, su rival
respira tranquilo,
A veces aun se atreve a añadir: «¡Hay que ver lo
que resisten estos bichos!»

En los carteles de propaganda de las becerradas, se hace constar con insistencia que en el callejón sólo permanecerán
Después de una me<-'hadura de éstas saludo al autor
los individuos de la Comisión... Pero, como puede terse, la comisión debe ser muy numerosa..
leí hecho: (Fou Plertil)

Clínica
Ha llegado el esperado m3mento de matar... Lo mismo Mocitos con sangre torera y toretes con sangre de gato_ Y el público que se entusiasma ante cualquier
•e puede clarar el estoque en todo lo alto, que en una revolcón..
pata o en la arena— El caso es pinchar...

ncie bien y
derá más.

MUNDO GRÁFICO
ÜEVO MUNDO
CRÓNICA
las t r e s r e -
La becerrada termina, y ese instinto de salvajismo que muchos llevan dentro se desborda. El becerrete, sin defensa vistas de más
posible, cae acribillado por la horda que se ensaña bárbaramente en el infeliz animal— ¿Quién es la fiera?... circulación,
son las de
más rendi-
miento p a r a
el anunciante

^ y DOR ESO ^ ^
DEBE OiRlGiPSe
A

El único actractivo de estas fiestas lamentables consiste en las muchachas bonitas que lucen la peineta y la mantilla
de madroños. (Fot», piortix)

—Pero hombre, ¿qué le ha pasado^ puede retirar, teniendo en cuenta que al becerro le
—¡Qué </««>' usted que me pane! ¡Que son «toros» de- han salido doscientos matadores espontáneos.
masiao enormes, y no hay quien puea con ellos! \j& saña (le éstos, que se debía prohibir terminante-
Nosotros juraríamos que el bicho no tenia más altura mente, es inaudita. I'nos a golpes, otrtjs alguna navaja
del metro y unos pitones como plátanos. Pero, ja qut' y el que no a patadas dan fin del fx)bre animal en uno»
voy a dettilusionar a estos «toreadores»? minutos.
Y se quedan tan tranquilos después de haber matado

En cada becerro, varios espontáneos. Y los guardias,


perdido el respeto al becerro, con el sable desenvaina
al terrible «toro».
Acertijo. ¿Quién es la fiera? PUBLICITAS. S.Á.
0R6AÍ1IZACI0M nODtRIIA PE PUBLICIDAD
do detrás de ellos por la plaza. Y la «fiera», asu.stada
de todo esto. Bastaría que un guardia se liara a golpe?
oon el miiira para que la lidia del mismo terminara .Al final la gente joven .se dispersa, l'nos al Retiro
MADRID
inst «ntá neamente. otros a algún merendero y otros a bailar. AVENIDA DE Pl Y MAR6ALL, 9 ENTRESUELO
Es la obligada terminación de estas corridaí* ma-
ñaneras. APARTADO 911-TElEFONOI 16375 » l « 0 8
Del último bicho ni hablar. En cuanto suena el cla- Porque el públic<i de las becerradas es casi el mismo SECCIÓN TÉCNICA
rín anunciando la última suerte, que en estas becerra- para todas. t 0 5 n e j O R E S DIBUJOS
das sí que es suerte, el público parece como si fuese t o s TEXTOS MAS CONVINCENTES
lUmado por el cornetín. Rl matador de turno ya se FRANfisro AGÜERA ('ENARRO

crónica
Una ejecución en Grenoble (Frauda). U gutlloüna ha sido Instalada en plena caUe. El reo, a quien se ve descubierto y sin mis ropa que nn pantalón y una camisa, es emoulado
hada el siniestro aparato por un ayudante del rerdugo. Este ultimo, en píe junto a la guillotina, se dispone a dejar caer la cuchiUa triangular que ha de segar el cuello del
omdenado- El gran cesto de mimbre, abierto ya, va a recibir, un instante más Urde, los restos del decapitado- Y el público, tras del cuadro formado por losauarc a*.
contempU la macabra escena» iQuí mejor argumento que esta fotografía, en favor de la abolidón de la pena de muertel
(Fot. A rehiro P. G.)

A n t e ÍMM Cortea C o i u t i t a y e n t e s . D o c t o r d o n Ro1>erto N o T o a S a n t o s .


Abolición de la pana capital en todo Código humano,

¿Debe abolirse en Cspa- pues bastante tiene el hombre con que el juez supremo
del Destino pronuncie ese fallo inapelable, que habrá
de cumplirse siempre. Por lo demás, la pena de muerte
no tiene valor expiatorio, ni sentido correctivo.

ita l a p e n a Ae m u e r i e ?
BAJO otro ángulo, nadie tiene derecho—y menos aún
en nombre de un Código de justicia—a disponer de lo
único que es auténticamente nuestro, de la única le
gítimí propiedad de que dispone toda criatura.
E« inútil toda discusión formalista. Con la alxilición
( O p i n i o n c * recoiiJA* por n a c s t r o c o l a b o r a d o r M a m a e l L ó p c c y L o p e s ) de la p¿na de muerte, deben ca^r otras cosas. .
En este momfnto en que las Cortes G e n e r a l d o n R i c a r d o B a r ^ n e t e , ex p r é -
ConslUuyertt&n van a modificar la
legislación española, renoiñndola de n d e n t e d e l C o n s e j o Sapreaao d e Grne- D o n R a l a e l Altaunira. niienabro d e l
actterdo con las modernas orientacio- rra y M a r i n a . Triinanal I n t e r n a c i o n a l d e JnetScIa» d e
nes del pensamiento, hemos creído in- La Haya.
teresante recabar la opinión de algu- Debe aboUrse la pena de muerte. Porque no habien-
nas de niieySlras ilustren personali- do fusilado en juicio sumarísimo a todos los nríncipa-
dades acerca de la pena de muerta, le» culpables de la terrible guerra europea, para ha- Debe abolirse la pena de muerte, porque es de efec-
abolida por algunos países, conser- cerles purgar su crimen terrible y en bien de ia Huma- to irremediable y porque hay otros muchos medios
vada }tor otros, entre los que se halla nidad, como para evitar, para siempre, Ia.s guerras, para defendsr a la sociedad de loe individuos (y las
Fspaña, y en todo caso llamada a no tiene la Humanidad derecho a matar a nadie- v personas sociales) que pueden perjudicarla seriamente.
desaparecer, tarde o temprano, de menos en este viejo y noble so'ar español, donde él Por lo ddTils. una gran parte del problema penal es
todos los códigos del mundo ciitiliztído. nefando fusilamiento de Galán y García Hernández problemí de cultura y de educación.
He €Ufut algunas de las respuestas coronó la obra inicua comenzada por el primer Austria
amablemente enviadas <i CKÓKICA: decapitando a los comuneros de Castilla: Bravo, Pa-
dilla y Maldonado

D o n NSceto AlcidA
D o n F r a n c i s c o Lar^o Caballere».
Me reservo 1H opinión.
Aunque sólo sea por hum\nidad, debe abolino
LA MEJOR sioiu
l»ena de muerte.
SIDRA (HANPAc/vp
D o n F e r n a n d o de l o s R í o s .

EL Ü B J « K C A k i l « N
La reformí dal Oódiga penal de I87(t delie contener
ta explícita declaración de que la p<"na de muerte que-
^TCAITejIO'
da abolida: mis las razonas que justifican tal actitnri
TBLAXMEI It legal son tinti?, a^i en el orden juridico como en el
etico, quf c'p!3ific.vrlas reqr.eriria un espacio del
que no e» habitual disponer en los periódlcno
CTóniCQ
y^
»v*í.

*i^'>»

Una ejecudón en GnatemaU. Tres condenados a muerte sufren, al mismo tiempo, el terrible castigo. El pelotón que va a fusilarlos aptinta. Los tres reos, en pie, ante el muro,
proiraodan in.% últimas palabras dir^das a los ejecutores, y un segundo después caen aaibillados a balazos... Y, sin embargo, la ley de Dios ordena: «—(No matarásL.»
(Fot. Afead* ar«ik«>

CUra jes en las bocamangas, unos gorritoe exagonales en la valor no debe dilapidarse en nombre de conceptos éti-
,or. cabeza y unas borlas sobre esos gorritos, ordenan sen- cos variables según los paises, las épocas y los funcio-
Opino que debe aboliive la pena de muerte porque cillamente que se haga echar toda la lengua fuera narios dedicados a aplicar la ley.
es antihumana, juridicamente inútil y ofensiva para —y con ella el alma—a un sujeto, por brutal que haya C) Ineficacia de la ejemplaridad.—El patíbulo ca-
e! sentimiento de justicia que anima hoy el nuevo sido. rece de ejemplarídad. Siendo yo médico militar en
derecho penal. Ei^to ni corrige, ni. alecciona, ni distrae a nadie más Ceuta, mientras en El Híicho fu.silaban a un preso,
que al verdugo. en la ciudad otro mataba a su querida.
La horca puede hacer héroes y mártires; pero no
Wenceslao Fcrmáadcx-Flóres. produce arbotantes para la conciencia. La bondad es
D o c t o r d o n Ccaar J n a r r o c predominantemente centrifuga.
)8ahen ustedes lo que ocurre? Que del derecho a Absolutamente partidario de que sea abolida la Voto: En contra de la pena de muerte.
matar se ha hecho un monopolio, como del tabaco y pena de muerte Como de la implantación del divorcio.
de la gasolina. El E«t«do ha dicho: «Aquí no mata na- Enemigo, por tanto, de cuanto signifique imposibi-
die más que yo.» Y agarrota, o fwila, o guillotina, o lidad de rectificar. D o n R a f a e l S a l a z a r A l o n s o , prcaxdiente
electrocuta. Fero el precepto divino no establece ex- No existe defensa contra el error. de la Diputación Provincial de M a -
cepciones a favor de nadie, sino que afiíma escueta- En este motivo fundamental vienen a injertarse
mente: «No matarás». otros. drid.
I.A pena de muerte envilece a un CVidigo. Es, por Tres merecen consideración singular. {Debe abolirse la pena de muerte?
otra parte, una de las muchas evidente» demostra- A) Relatividad del delito.—Integr<Tn las disconfor- Evidentemente.
ciones de que la Humanidad vive todavía su infancia. midades, con el Código, tantos factores endógenos jPor qué? Porque la pena de muerte no es pena,
Aunque no lo justifique, comprendo que un chulo fuera de las zonas del libre albedrio, que resulta habi sino crimen. Ni ejemplariza, ni corrige, ni admite
apuñale par celoe a una mujer, y que una muchedum- tual-Ia paradoja de imponer sanciones a una victima subsanación en caso de error. jNo hay bastante para
bre enloquecida por haber pagado a siete pesetas la por ser únicos culpables y verdugos la herencia, la estremecerse pencando en el caso del pobre panadero
butaca, le arranque la cabeza al autor de una mala ineducación, la miseria o el medio ambiente. de Italia? Basta recordar el caso Crimaldos, y meditar
comedia. Son pasiones iivcontenibles. Pero no com- B) Valor de la vida.—Escasean los hombres no sus- sobre si se hubiera aplicado e^o que llaman pena de
prewleré nunca cómo tres señores apacibles, con enca- ceptibles de resultar útiles a la colectividad. Este muerte ..

D o n A n d r é s Salvorit.
j.Debe abolirse la pena de muerte?
Hi. Porque ni es humana, ni corrige, ni es ejemplar.

^y ooR eso ^^
• ^ DEBE DIRIGIRSE ^
A

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MADR.ID
AVENIDA DE Pl Y MARGALL, 9 ENTRESUELO
APARTADO 9IITCIEF0N0S 16375 T 14208
En algunas regiones de China existe aún esta horrenda costumbre de aponer en {aulas colgadas d< los muros, las S e c a O N TÉCNICA
cabezas de los reos ejecutados, para ejemplo y lección de posibles criminales-. Pero esta bárbara exposición no ha 1 0 5 n e j O R E S DIBUJOS
scnrido, a trarés de los años y los siglos, para evitar nuevos crímenes.- En el Occidente driUzado ocurre lo mismo I O S TEXTOS MA5 CONVINCENTES
con la pena de mocrte, inútil y afrentosa para la sociedad moderna-. <Fet. AKUTO P. G.)
er»nsca
Una piel de aspedo lozano /
rebosando salud y como tostada por «I sol, «s la que
producen la

CREMA NIVEA
«ACEITE NIVEA.(=?s=rl
Porque los dos son los únicos en su dase que
contienen Eucerita sustancia de efectos higiénicos
para la piel y ambos disminuyen el peligro del
ardor doloroso de los rayos solares y dan a la
piel un nermoso tono pardo tostado aún con un
cielo nublado. La C r e m a Nivea produce
un frescor agradable en los días calurosos.
El A c e i t e Nivea en cambio, le protege
contra las indenoencias del tiempo que
con facilidad dan origen a enfriamientos,
de manera que incluso en los días fríos
puede V. darse baños de aire y de agua.
C r e m a N i v e a en cajas metálicas'/u P H . 1 . — y 2 . —
esfaño . . 2.50
. tarros de viJrío • • 3 . — y 6.
A c e i t e N i v e a en frascos <le vidrio , . 3.50 y 6.—

Elaborado en el Laboratorio Reder de Madrid

crónica
MARAVILLOSO r PRODIGIOSO
I N V E N T O
LOS CAHELLus BLANCOS tomarán su primitivo color natural a k» OCHO DÍAS de usar el INSUBS-
TITUIBLE ACErrE VEGETAL MEXICANO, PREMIADO GRAND PRIX;CRUCES Y MEDA-
LLAS, No mancha absolutamente nada, y por eso se usa con las mismas manos, como cualquiera BRI-
LLANTIN'A. Este ACREDITADÍSIMO articulo no es para teñir los cabellos de tal o cual colon es úni-
camente para devolver a lo« CABELLOS BLANCOS a su primitivo COLOR NATURAL, CON TODA
G.ARANTIA, hayan sido estos RUBIOS, CASTAÑOS o NEGROS, sin que nadie pueda' ni imaginarse
que están teñidos. Su uso evita la caspa y se garantiza que no se caea los cabelios. Es inofensivo. Se
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^^^ o r y d a i c o s qoc tengan por cansa n origen agotamiento nervioso. Insensible a variaciones
atmosféricas
.¿^3^^^^ ^^ Grageas potenciales del Dr. Solvré,
^^^C ^ ^ Site qae «n medicamento son an slimento esencial del cerebro,
^^""^ wcdala y lodo el sistema nervioso, regenerando el vigor sexnal
propio de la ed»d, conservando la sahid y proioagando la vida; indicadas especialmente a los ago-
t l d o i rn M j a r r n t i d por toda clise de n c n o s , « io> que verifican trabajo* excesivos, tanto físicos GARIVITIZIIDO
CORO m o r a l e s o i n t e l r c t a a l e * , e s p o r t i s t a * . tioml>rc« d e c i e n c i a , financiero», artistas, comerciantes,
indnslriales, pea*adores, e l e , coaligaieado siempre con las O r a ( r e a s p o t e n c i a l e s d e l D r . S o l -
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I«« de_ pt«. d f a la r « c « p « o n y ppofjpoB-.V.. . . * * ' ! ] ! * ' . , . . ' . . , , ' / . , . . , . . . . !
V Í C T O R S A R A S Q U E T A ^'»*'' tes r«stonte» d d«« 2 < k cadarn»sKav iliKCOO»láoWw ^.V////.!^./^^^^^
»Ot.lCITtW OTALOOO OWATUITO ta compíeta liquidación. Ma»ta su pago firsOCCUIMX)
total.s« considvrará «1 r«lo) «n mi po- Fmmm
émr en c4bd«d de deposito.

E.BIAf1(HI U^'Cdik Oqucndc 2^ SAN SEBASTIAN


ÚNICOS D I S X P t B U I O O R E S EN E L S P A Ñ A

VlAS URINARIAS
f^ce'SI'nV.'::.:. Vfa$ i i i n a r l a s
no pierda tiemira > coasullc • su
madlco q a e , en l o » c a s o s d e
B l c a » r r ^ { t s ( P a r f a c i s M a i . hay los
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rribles hemorroides. Enviad
Kilo. M. G. Apartado 1.114.
MADRID I

crónico
tra historia política. Y a este fin escribe: «fese a las
Laa memoria* de «u&a razones que me dieron, yo seguía sin comprender cla-
Infanta rebelde. ramente cómo en Elspaña se puede ceñir una coiona
sólo porque a un puñado de soldados se le antoje.
Claro es que el hecho iasólito no dejaba de tener cier-
^edlio si^lo de vida to precedente, aunque a la inversa. Cuando mi madre
fué destronada, los republicanos se dieron a buscar
un rey, el cual lo encontraron en un príncipe de la
iittiiita y protocolaria casa de Saboya, Amadeo, hijo de Víctor Manuel. Des-
pués de un reinado brevísimo, Amadeo hubo de re-
de la fitáe fué Familia nunciar a la corona y abandonar España, El mismo
me declaró, años atrás, que jamás supo por qué le
Real Española» visto ofrecieron el trono ni por qué su gobierno desagradó
a los españoles hasta el punto de ponerlo en la fron-
y comentado por la ex tera.
Pero ¡qué más si hasta mi madre fué reina por un
I Infanta dona Eulalia hecho tan extraño y singular como estos que acabo
de referir! (Aquí doña Eulalia cuenta por lo menudo
el episodio de la derogación de la ley sálica: Feman-
de Borbon* do Vil moribundo, la infanta Luisa Carlota lleván-
dole la pluma para que firmase el célebre documento
derogatorio, la intervención de Calomarde, la bofeta-
m e m o r i a * , p a l i l í c a - da histórica, la frase de Manos hlancns no ofende», la
dae e n París, en l 9 l 4 . ) exaltación al trono de la niña Isabel, la regencia de
su madre, la primera guerra carlista, etc., etc.) De
todo esto—concluye la infanta—lo que me maraviUa-
VIII Jba más era que, aparte de don Carlos, no protestase
nadie de la manera tan imprevista de modificar, subs-
tantivamente, una ley sucesoria.
(féMe el comienzo de este interesantúimo relaio en Jos ¿Significará ello que, fuera de los pretendientes, en
^rneros anteriores de CRÓNICA, correspondientf.s a España no se interesa nadie por la persona del rey?
'^ dios 31 de Mayo, 7, 14, 21 y 28 de Junio, y 5 y ¿O es que, convencidos los Gobiernos de que el Po-
12 de Julio.) der estaba en sus manos, les importaba un ardite la

S ocupado el trono de España por ser un espíritu


persona que lo simbolizara desde el trono? Todo esto Don Carlos Vil de Borbón, que al frente de los suyos
K le dijo a doña Eulalia que Alfonso XII había era y sigue siendo un misterio para mí.» Incbó en la segunda guerra carlista disputando a Don Al-
Habla ahora doña Eulalia de lo profundamente que fonso XII el trono que éste ocupaba merced a la deroga-
^ ^ eminentemente liberal; pero la forma en que su interesaba a su hermano los negocios de Estado. Pa- ción de la ley sálica, obtenida de Femando VII, moribun-
Poclamación se produjo contradecía un poco aque- rece ser que el rey se preguntaba con frecuencia qué do, por la Infanta Luisa Carlota.
I * '*2onable explicación. En efecto, parece ser que medios emplearía "más eficaces para llevar un poco de
*8 damas de la Corte hablan derrochado el oro a ma- bienestar al pueblo y deshacer aquel estado de cosas
",°l"ena8 para hacer que loe solda<los gritasen «¡Viva que dificultaban una labor sana de gobierno. No te- mi capote: «jCuánto habrán cobrado estos barbia-
ei Key Alfonso!» la mañana que el general Martínez nía fe alguna en tos políticos. Cuando se producía una nes para deigañitarse de este modo?»
anapos debía dirigirse a la tropa en Sagunto y pro- crisis y cambiaba la situación, la infanta solía pregun-
'>ver, entre arengas y másicas, el grito restaurador. tarle a su hermano si, P. M.
> era el pueblo, en realidad, el que trajo a su her- al variar de hombres,
mano a España—pensaría nuestra heroína—, ¿a qué mejoraría el estado pú-
•mezclar a la tropa en aquellos negocios y para qué blico: «Ni soñarlo—era
^oimarla de oro? Y si, por el contrario, obedecía todo la respuesta invariable
arf? «'^pricho marcial, determinado por una simpatía del monarca—. Todo
L"?p*<""ática cuasi exclusivamente femenina, ¿a qué continuará igual o peor.
li» *** movimientos populares, apetecidos libera- Advierte, querida, que
ron:» y otras zarandajas? Alfonso XII pisó tierra es- estos caballeros son los
No más Arrugas
^«nola porque a media docena de duquesas se le puso mismos perros de antes,
su f ®*® *!"« '* pisara, y porque, en el camino de si bien con diferentes
la */**• encontraron un espadón propicio, pronto a collares.»
** mis desatentadas empresas, con tal de no enaje ¡La popularidad del
arse el favor y la meliflua sonrisa de aquellas sirenas rey Alfonso! Evidente- / /
e polisón y ringorrango tan temibles en la enemistad mente era popular, al
^ m o poderosas en la gracia. Ni más ni menc». Todo decir de su hermana,
*o Se trasluce en las consideraciones de la infanta. aunque no e r a difícil >^v
ció ? ™*' fec'be el príncipe la noticia de su proclama- descubrir en el fondo
f**- Sencillamente, como el anuncio de una aventu- de aquellas exaltaciones
* Oías en su vida ansiosa de ellas. A él le importa un cariñosas de la plebe
,j?M{»o ceñir a sus sienes la corona de España o no una hipocresía lisonjera.
am Viena y París le ofrecen horas de regalo y Una vez visitaban el
¿¿^^'oso divertimiento, lejos del enfadoso cavilar que rey y doña Eulalia una
/ ^ n e el ejercicio de la realeza. Ahora bien; como a ciudad, llevando en su
/^^'e le amarga un dulce, el muchacho acepta el bra- coche al alcalde de la
, presente que le hace desde las playas levantinas misma. Los chiquillos
. eharrasco de don Arsenio, y acá se viene a correr se agolpaban al paso
"dignifico albur, resultare lo que resultase. del lando, gritando con
o o
toda la fuerza de sus
pulmones: «¡Viva el rey!
^Ivido cuadro de gallardetes, láureas y músicas el jViva el rey!» Tan en-
j"® "OB pinta ahora la infanta describiendo la entra- sordecedor tumulto ar-
U* de don Alfon-so en Madrid. Caballero en un caba- maba aquella tropa, que
Una T e z Juvenil R e c o b r a d a
J* blanco de fino lomo v briosa andadura, irrumpe mi hermano, q u e de-
Un 1 ^"««^a del Sol, camino de Palacio, seguido por seaba hacerse entender
1J^ '"cida punta de generales y otros dignatarios con por el alcalde, no pudo
GoleíDsoileu MDcto Asoiniso oMiloisim
^ Vestimentas consteladas de oro. A cada trueno de por menos que excla- El profesor médico Stejskal ha conmo- mezclado con la crema Tokalón, la famosa
*P'au808 de la multitud, el bruto se encabritaba y mar: «¡Dios me valga, vido al mando con el anuncio de un asom- crema parisiense, alimento del cutis, de
*«8 corvetas hacían en el aire dibujos de maravilla, y qué pulmones se gas- broso descubrimiento que rejuvenece el color rosa. Las mujeres de 50 años pueden
•yaya si era buen jinete el cabaUerito Borbón! Sus e s t o s galopines! cutis. Este producto llamado «Bioc«l» es ahora parecer de 30 y conseguir una tez
P'ernas, elásticas y firmes como las de un centauro, tan ¡Acabarán molestándo- un maravilloso extracto muy concentrado que envidiarían muchas jovencttas.
eftíanse al empinado costillar, y cuanto más indómita me con su gritería!» A lo obtenido con ant.nales jóvenes. Empleado
"Mostrábase la hermosa bestia, más duro y gallardo que respondió simple- en los experimentos de alimentación de la Empleen esta nueva crema Tokalón
^"•a el dominio del mozo, que 1 1 ^ » enloquecer a las mente el alcalde: «Se- piel realizados por el Frofe-^or S:ejskal con (Bijcel),'alimento del cutis, rosa, por la
ríf* con tanta apostura y bizarría. noche; alimenta y rejuvenece la piel du-
ñor, si hubiera sabido mujeres de 55 a 72 afios, se advierte que rante el sueño.
"wáe Palacio dirigióse el rey al Parlamento para que Vuestra Majestad las arrugas lian desaparecido completa-
*Ouociar ante él su proclamación como rey de Es- quería hablarme, no les mente a las seis semanas de tratamiento Los músculos relajados de la cara se
P ^ a . El Parlamento aceptó el hecho consumado, pues- hubiera dado a cada (véase el informe completo en el perió¿iico tonifican' y recobran firmeza y frescura.
^ los ojos en el interés de la nación. Quedaba, em- uno un duro para que médico de Viena). Los derechos exclusívoy Por la mañana em|tleen la crema Toka-
^'o. un gravísimo obstáculo para la paz de un rei- no dejasen de aclamar de este descubrimiento han sido adquiridos lón, alimento del cutis. Manca (sin gra-
|>ado fecundo: la s ^ u n d a guerra carlista con Car- en todo el trayecto.» sa); hace desaparecer la dilatación de
por Tokalón, y abara, el Biocel, combinado los poros y las espinillas. Manqueando tam-
g? V i l a la cabeza. El rey se pone al frente de sus
^Jercitoe, marcha al Norte y la rebelión es sofocada Terminemos e l pre- con otros ingredientes may nutritivos, está bién la piel.
? poco. El general Martínez Campos recibe títulos y sente capitulo con estas GRATIS: Por arreglo especial concluido con los fabricantes, todas las lectoras de
Onores, los antidinásticos se esfuman en la sombra palabras d e doña Eu- este pen6d.co p^ieden ahora obtener un nuevo Estuche de I^lÍeTa d i L Í ^ ^ con<e
r^ lo inevitable, y lo que empezó por un» aventura lalia, como t o d a s las
^ i ^ i a l toma airee de coos<^dación para Iñen del suyas, s i n desperdicio: ^ ' . ? í . . S """T 'l^'^'^'r- ^'«^ '-^ de Crema Tokalón Biocel. Alimento del
^«io y BU príncipe. «Después del lance con cuts, color rosa, para la noche antes de acostarse; un tubo de crema Tckalón, blan-
^ o el alcalde, c a d a vez ca (sm grasa), para la mañana; una cajitade Polvos Tokalón ccn espuma de Crema
que he visto a una mul- í ^ ^ ' ' ^ " ^ T'' ^ ' ' ^ J >"«estras de cuat«> matices de polvos en bopn. Se
Al llegar a este punto, vuelve la infanta en sus Me- titud aclamar a un rey, íratonos í f r i n r v «' ' ^ V ' ' " f " ^ P " * '** «*'*«' de porte, embalaje y otro,, a l^bo-
Viñas. Sección 22 .\., Clarfs, 71. Barcelcna.
morias a quererse expUcútr algunos entresijos de nues- me he preguntado para
crónica
Grupo de nadadores qne tomaron parte en los concursos de natación celebrados el domingo último en la piscina del magnifico campo de fútbol y deportes que en Chamartífl
posee el Madrid F. C, campo en el que, bajo la dirección inte^gente del delgado señor Aguirre, se cultivan, en verano, el «tennis», la pelota vasca, el «golf* y la natadón. En d
grupo, entre las dos nadadoras premiadas, el señor Aguirre.

CLaimartíift^fiíinu*-'

L«O0 encantos dic l a piscina* l a


a p o r t a c i ó n e n t u s i a s t a del luc-
ilo sexo y los proyectos del
"Madrid.

L AS aguas de U piscina se rizan con pretensiones


de oleaje. Loe nadadores no dan reposo a las
ondao, que se estremecen a la llegada de cada
nuevo aspirante a recordman de loe cien metros. Has-
ta que ll^a la hora de comenzar los concursos. En-
tonces los bordes de la piscina se pueblan de mucha-
chas y muchachos, que contemplan los atrevidos ejer-
cicios de los concursantes. Desde la plataforma van
cayendo al agua las ondinas arriesgadas y los salta-
dores intrépidos. Ellas (justo premio a la gracia cur-
va de su cuerpo trenzaido en el aire) son más aplau-
d^'das que ellos; y el aplauso se trueca en ovación
cuando una nena de siete años sube a la palanca y
durante unos instantes se perfila para lanzarse como
una náyade diminuta: junta las manítas, arquea el
busto grácil y rasga el espacio en una deliciosa linea
que oonci..ye en el borbotón de espuma que la recu-
bre como un penacho. Y cuando sale a la superficie,
la, risita clara, el rostro menudo, iluminado de satis-
facción ante el triunfo, nada pudorosa hacia la esca-
la, para coger pronto su albornoz y huir de las mira-
das que la asedian.
El milagro de esta piscina, cerca del corazón de
Madrid, dice con harta elocuencia el éxito que repre-
sentarían otras diez instalaciones—si también el mi-
lagro nos las deparara—repartidas por la capital. Pero,
por ahora, hay que conformarse: el Club que goza de
este privilegio ha conseguido resolver las dificultades Dos magníficas deportivas. Las señoritas Maruja Armesto y Carmen Cruz, vencedoras en las pruebas femeninas de
que entorpecían el funcionamiento exigido por sus natación celebradas en la piscina del Madrid F. C, el domingo último. (FOU. amaté)
miles de socios. Ahora los concursos se repiten frecuen-
temente, y a diario los bordes del lago artificial están cisamente cuando cesaron sus actividades futbolísti- el fútbol. Era precisamente lo que yo quería; y aun-
poblados de veraneantes que van a tomar su baño de cas. Cíonzalo Aguirre, a despecho de cuanto ha con- que nuestro tesorero—-como buen administrador de
sol después de la sesión de natación. s^uido, quiere más, y habla con entusiasmo no de fondos—es hombre al que dificilmente se le saca un»
lo que se ha conseguido, sino más bien de lo que aún peseta, en poco tiempo logré dar un decisivo impulso
puede realizarse. a los ejercicios ajenos al esférico. Para ello, en nues-
Estamos en la secretaría del Club. He querido char- tro caiiíjx) cuento con valiosos auxiliares, entre loe
lar con el impulsor de ese movimiento que ha hecho —Efectivamente, mediada esta temporada, el Club que destacan Heliodoro Ruiz y Pedro Llórente. Uno
del Madrid la sociedad deportiva del momento, pre- me designó delgado para todos loe deportes, excepto y otro se han desvivido por mejorar las instalaciones,
eréntea
„ ¡ ¡ P R E C A L V O S Ü
U««n<Io LOaON PENUMBRA nunca seréis CALVOS ni ^^
^T tendréis caspa ni grasa —-

y poco a poco vamos consiguiendo convertir el terre-


de Chamartín en el parque de deportes que debe

I .tenemos un frontón de cuyo éxito puede dar idea


: *^niación de que desde que se inaue^ró no le de-
"* ^^cansar los aficionados. Las pistas de tenis son
y buenas, y anualment« organizamos unos concur- »
1 1*^^ cada vez adquieren mayor importancia. En
'"^•®ntes campeonatos, dotados con importantes *
J* ™í°*". 8« hicieron exhibiciones magnificas, y algu-
días la recaudación por concepto de entradas fué
i^^ 'aportante. El chalet ha sido acondicionado mo-
^ rnamente, y en los jardines nuestros socios pueden
niLf^'^ '*^** por el encargado del restaurant a precios
inwt T ^ * * ' " " trozo del parque hemos hecho una
con ^^ ?**^^ *" miniatura, deporte que cuenta m
n muchos aficionados. No lejos tenemos el pivtf-
X)A^' '^^ *"' ^"® también se distraen algunos aficio-
1^
t^^/T* piscina nos ha proporcionado e^te año el exi-
mas considerable en cuanto he podido vencer to-
atru ^'*i ^'^''^"''*de8 que estorbaban la renovación del
t a n ¿ ^'^ socios saben que ahora está abierta cons-
Kl ™^"**' y. como es lógico, acuden B toda hora, En esfuerzo victorioso, Maruja Armesto adzlanta a sus rivales y llega a la meU haciendo gala de fuerza v dz estilo
(Fot Cámara) '
ficie**' *^"® °*^ facilita el Canal de Lozoya es su-
tj^ '*** P^fa todas las atenciones, y la única dificul-
i^^j ***"**« ahora... en el número de socios, que ha la ampliación del recinto acotado alrededor de la pis- sabe sólo Dios cuándo, con el peso cruel de un crudo
™entado pro<iig¡osamente. cina; pero esto no podrá hacerse a costa del campo pesimismo. Todo cuanto fué objeto de larguísimas de-
actual, sino tomando el terreno inmediato, la expla- liberaciones; todo cuanto fué estudiado con deteni
nada del conde de Mandes, que está dispuesto a ce-
tig ^ * socios tienen libre acceso a todo; pero si no dérnosla en buenas condiciones. Esa faja de terreno miento profundo, al ser puesto en contacto con la rea-
Palcw'* '"**l"6tas propias, o pelota para eí frontón, o serviría para ampliar las casetas de tal modo que en- lidad viva de las horas, perdió la consistencia de que
^estís"^*'^* el golf, pueden alquilarles a un precio mo- tre ellas y la piscina pudiera hacerse una verdadera los definidores de la ley balompédica quisieron infun-
que ^^^°: ^ mismo sucede con les trajes de baño, playa artificÍHl La actual caseta de madera, que se dirle. Unas sociedades están en trance de quiebra;
Prari^" alquilar aquellos que no quieran com- dedica exclusivamente a muchachos, tengo en pro- otras, la vislumbran demasiado cercana. Pocas son
to A*?"^' Pagando cincuenta céntimos por ese concep- yecto elevarla un piso, y encima de éste poner aún las que pueden decir que este tiempo es mejor que el
número de aficionados que un solarinm y una terraza sobre la piscina. La cons- de antaño. Nos referimos, claro es, al aspecto econó-
OÍ(}Q °* ^^ concurren a Chamartín, hemos estable- trucción es muy firme, y permite todas estas modifi- mico. Y este aspecto es el que ha de preponderar en
*Ocio""* '^"ota de dos pesetas por cada visitante no caciones sin ninguna clase de riesgos. En fin, también la reunión aludida, a juzgar por la lectura de las dis-
IHQ ^"® quiera entrar. Con ello restringimos el nú- la parte de las casetas reservadas a las señ( ritas será tintas proposiciones que dentro del tiempo legal han
sirve *^""o*los, y el importe de las invitaciones nos ampliada, conservando siempre la entrada indepen- sido elevadas al Comité ejecutivo.
SoJan,^*^* roejpras que constantemente son precisas, diente El fútbol ha perdido toda su condición depcrtiva.
"tiliz "í* '* instalación de alumbrado para poder [ara facilidad de acceso. Todos estos proyec- Se reduce a un espectáculo más. Los clubs, teórica-
ein«„*' ., piscina por la noche ha costado más de tos están en relación con la mejora general de Cha- mente productores de una orientación deportista, se
" ^ m>l pesetas. martín que se estudia hace tiempo en el Club, y que limitan a realizar su obra como cualquier empresa
se acometerá tan pronto como las circunstancias nos anónima. Viven, pues, más atentos a la necesidad fi-
'—-Si- I lo permitan. De este propósito ya se ha habUdo: con- nanciera que a la finalidad que les hizo formarse. Y
"lUch ' K ^"* " ^ ^ "*** congratula es el apoyo de las fistiría en cambiar el eje del campo aprovechando el el fútbol está ya para iniciar la curva del descenso. Po-
dormid 1' ^"® ^ ***" declarado—ahora que están terreno de Maudes, colindante, del que antes le ha- drá sostenerse sin precipitarse rampa abajo, todo el
cidid pasiones futbolísticas—madridistas de- blaba. Entonces, además de aumentar las localidades,
otroN*j' ^ ^"cantadas de este Madrid que practica dispondríamr s de una nueva calle que facilitaría la tiempo que los directores sepan mostrarse dignos de
la g_ Reportes tan interesantes o más que aquél; con circul.ición, y todas las instalacicnes contalfan con f» cometido. Y es más: hasta pueden buscar un nue
y 1^ ventaja de que aquí ellas pueden participar mayor espacio para ensanchar su radio de acción. vo punto de accensión si aciertan en la obra práctica
el ^T^ excelente papel en el tenis, en el frontón, en de devolver al fútbol el punto racional de perspectivr-
8i(Jo 1. "^ ^^ ^* piscina. Nuestros últimos concursos han sin empellarse en sacar de quicio una cosa que a fue
A B. za de vicios de organización están hipertrofiando.
tdficZi "'^J'"" prueba: las girls han hecho marcas mag-
l'íe o í k *^°'"* y* se preparan para otros concurso»,
che j ^"''•aremos durante el mes próximo. Por la nc-
*Prov*'^k°^"^ también algunas verbenas muy pronto,
y- s o l ^ '^"*'" '* iluminación espléndida que tenemos, Comentando El concepto autonómico es la obsesión predominan
j¿r J**^ todo, para gozar—los que no pcdemcs do- te. Muchas propuestas buscan la autonomía federal. Y
' *"rid—de la deliciosa temperatura dtl campo. el m . o m . e n t o mientras, una iniciativa del Comité ejecutivo estable-
ce como alternativa, o aprobar la proposición Cabot
q„g ^ proyecto tengo mejoras importantísimas; pero EL PARLAMENTO FUTBOLÍSTICO —médula de una novísima estructura^—o aceptar la
absorción de unas r ^ o n e s por otras, para llegar a un»

N
®ste año no podrán llevarse a cabo ya. Pienso en
IKNTRA8 la fuerza dictatorial suprimió el Par- I educción eventual de frentes de batalla. Todo es en-
lamento de España, el fútbol de nuestro país sayo. Primero, el todo fué disgregándose; a cada con-
convertía en Parlamento sus reducidas asam- flicto interno en una federación sucedía la creación
bleas de hasta 1924. En 1931—que la reunión anual de otra por la provincia disidente. Luego vino la ren-
de regiones y de sociedades balompédicas tienen un cilla entre los mismos comprovincianos y no una nue-
interés transcendente (el de la reorganización del va subdivisión porque el mapa geográfico del fútbol
propio fútbol) y no el feo interés del combalacheo— ibérico era muy dilatado. Ahora se camina al revés,
RENSA GRÁFICA el auténtico Parlamento (convertido en crisol de la o se quiere caminar Y salta como idea impc nible la
nueva España) dejará sin público y quién sabe sin de las mancrraíinidades. para dar a loe campeonatos
completa su ciclo de lectores a las reuniones de los viejos rabadanes del de región un punto recio de esplendor.
revistas con una publicación balón. Pocas regiones son las que comparecen a esta Asam-
digno de la gloriosa historia Indudablemente que una de las circunstancias de- blea llevadas de un sano espíritu de abnegación. Y
terminantes del decrecimiento espectacular de este es que en cuanto se ponen delante de la realidad, ésta
de sus fundadores. Eminente- deporte, en algunas comarcas, es la del resurgir del les muestra el camino de la taquilla, tras de la cual ven.
mente popular, espíritu cívico de España, que hace el vacío a cuanto como única panacea, el remedio de su dolencia econó-
no tiene entronque firme con el sentir reconstnictor mica. Y ésta no se cura ampliando las fórmulas de
de la ciudadanía nacional. campeonato, extendiendo la fatiga en ti espectador

VIDA
Cónclave-s interminables se han consagrado a los y en el jugador, sino, por el contrario, haciendo un»
«casos». En ellos, tal o cual jugador: tal o cual faenita poda, reduciendo los torneos, haciendo más corta la
del club que se lo atrajo; tal o cual combinación ple- etapa que comienza en .Septiembre con 1» lucha regio-
beya de uno o de otro, fueron la materia casi exclusi- nal y concluye casi en Julio con la final de I» Copa de
va que fomentaron los asambleístas. Vino luego, por España. Así, volverá el público a sentir apetencia de
la extensión que tomó el fútbol, la necesidad de acon- fútbol, cosa que en la actualidad no puede sentir por-
aspiro a ser la gran revista dicionar todos los elementos al nuevo rango que los que está saturado.
de todo el mundo. Grande hechos determinaban, y hombres de la suficiencia de
en cantidad y mayor en cali- Cabot, Acha, Rosich, I>ópez García, ('oronado. Prida.
Urquijo, Olave, Miiniesa y otros fueron poniendo los
dad, sólo habrá en ella una jalones de la estructura que adoptaba año tras año el
balón esférico. Se redujo la minucia personalista, y Aunque parezca una antinomia, andar hacia un
cosa r e a l m e n t e pequeña:
se entró a fondo en la cuestión propia del neeocio. progreso en el fútbol actual es desandar parte de lo
anrtado sm medita<;ión. Y no olvidar que en Ic-s eoni-
SU PRECIO o o p<» de reserva, en el incremento del campo amaíivr,
esta la base del equipo bueno, bonito y barato.
Ixjs delegados de clubs y federaciones acuden ai
congreso futbolístico que ayer empezó y terminará
A. CRl'Z Y MARTIN
crftnsea
iVeni^an v a l o r e
It u e V o s I
LO QUE HACK FALTA Y IX) QUE SOBRA

S i, aficionado y amigo: vengan naevo8 valores a


la fiesta de los toros, y acojámoslos generosamen-
te, animosamente. Salvemos de lo viejo lo puro,
lo ponderable, lo cotizable y cotizado en el mercado
artístico del arte de Cuchares, y desterremos lo triste,
lo manido, lo fracasado. Desterrémoslo sin remordi-
miento. Hacen falta toreros ricos de alegría, de afición
y de audacia—-las tres ai?« básicas de la fiesta-—y no
haya miedo de que al emigrar con sus caudales empo-
brezcan y arruinen las corridas. Su caudal es tan
exiguo que bien pueden pasar las fronteras del arte
sin que la aduana los detenga porque lleven exceso
de riqueza pundonorosa.
Quedémosnos con los que reit«radamente probaron
su maestría, porque eUos son como jalones que mar-
can ana ruta a los nuevos: Marcial, Márquez... Con-
servemos a los toreros en plena pujanza, sobrados de «Palmeño > echándose por delante a su primer toro. Así y mejor que así lo hlio trdnta veces. iHay que darles toros
afición y de dominio y en gloriosa floración de su arte, a estos chicosl
como Barrera, que acaba de dar una tarde de toros
en Valencia digna de su fama de torero cumbre.
Alentemos con nuestro aplauso a aqiieUos que por su
probado valor, por su pundonor y por los matices emo-
cionales de su arte, son constante garantía para el es-
pectador- tales que V'illalta, Fuentes Bejarano, Torres
y algún otro. Pidamos apoyo para los que siendo ar-
tistas puros, como Posada y Mariano Rodríguez, aún
no gozaron trato de figuras, siéndolo realmente. Vigo
ricemos con nuestro aplauso el aliento juvenil de (os
que acaban de llegar a la fiesta, llenos de juventud y
de posibilidades de triunfo, tales (jue Ortega, el dis-
cutido torero que se impondrá al fin, o como Manolo
y Pepe Bienvenida, una pareja que viene a resucitar
la alegría en las corridas de toros con su jugueteo
jacarero en el tercio de banderillas, con sus claras fae-
nas de la escuela sevillana, con su florido repertorio
de quites... Como Pepe Amorós, positivo valor entre
los nuevos. Conservemos a aquellos toreros que, sin
U^ar a pisar la cumbre, son como el torniquete pre-
ciso para apretar a los demás y, sobre eso, poseen es-
pecialidades destacadas, como Fausto Barajas, cuyo
dominio y emoción en el segundo tercio no tienen pa-
reja...
Y desechemos el resto por frío, por caduco, por ago- Un muletazo por alto de < Rayito . Parece que no está muy ceñido, ¿verdad? Pues no sefíen, porque es que el espado
tado. Sobre todo, desecnemos a los que no tienen Ubre lo llenaba el pitón derecho del toro en el viaje.
idea del pundonor, autores conscientes de la deca-
dencia de la fiesta. Las Empresas deben hacerlo; pero
los aficionados han de trazarles el camino.

Do n m e n o s se
piensa • • •

t A vida es ansí», que escribió Baroja... Venga augu-


rar detonantes triunfos a tal fenómeno, a cual
otro, y venga predecir tardes apoetósicas a los
niños mimados de la toreria, para que al fin de la
temporada tres toreros'modestos, modestísimos, dos
de eÜca casi borrados, hayan promovido el mayor es-
cAndalo taurino del año. Porque lo que el domingo
hicienm Ortiz, Rayiio y Palmeño fué de lo mejor y de
lo náa i>ravo que se ha visto en Madrid. Aunque las
fnmmu no giman, ni los reóforos hiperbólicos lancen
••a oegadores detellos, ni se les dediquen frases con-
••gradoTM, ni—a lo peor, esto es lo que les ocurrirá—
vuelva a acordarse la Empresa del santo de su nombre.
Este no es un supuesto absurdo, porque nos parece
recordar que Palmeño, la última vez que toreó en Que Ortlz venia con ganas de <co!ocarse>, quedó probado en el arrogante tntilctazu üiicial de su íaena~
Madrid, también cortó la oreja, a pesar de lo cual no
volvió a hacer el paseo hasta el domingo, en una corri- actuaciones, ha sido siempre tan rico de voluntad y Ortiz merece capítulo aparte. Ya hemos dicho qU*
da extraordinaria... mente modesta y fuera de abono. tan... multimillonario de valor, que bien se le podía el valor corrió a cargo de Rayito y de Palmeño. BiePí
Y Roffito, si es ci^to que se mostró gris en sus últimas conceder un crédito. pues el toreo, el buen toreo estuvo representado pot
La emoción, pero una emoción vibrantemente in- el mejicano Ortiz, en unos lances suaves y bonito*
tensa, que hizo ponerse en pie a la gente y—-según la y en una faena en la que el natural fué buscando fti
gráfica frase del buen banderillero de toros Andrés de pecho, como cualquier nodriza celosa de su cargo-
Gago—««aerse por el tendió», estuvo a cargo de Ra- y en la qiie pundonor, valentía y arte puro se fundiere"
yito y de Palmeño. Con toro» grandotes y mansotes ad tnajor gloria Tauro. Gran faena de torero, que se
—poca casta hay ahí, señores de Pallares—, pero fa- premió también con la oreja de su enemigo.
cilones, .se dejaron rozar la taleguilla hasta desfle- L«8 pisadas de Ortiz, de Rayito y de Palmeño furtO»
cársela, aguantando estoicamente los tremendos viajes tan recias el domingo, que las habrán oído hasta 1^
de las resé». I>as ovaciones sonaron como descargas sordos. Vaya para ellos nuestro aplauso y también
carradas. V, al final, la gente se echó a la Plaza^—des- para Mella, el inmenso banderillero, Torquiío II y
pués de orejear a los artistas—y se los llevó a hombros Rubichi.
calle Alcalá abajo hasta la Puerta del Sol... y posible-
mente hasta la propia Sevilla. RODABALLITO

cr»mca

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