Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
2
Código y algoritmos. Sentido en un mundo calculado
Contenido
00. Antes de venir 04
01. La exposición 05
02. Algoritmos y códigos, definiciones e historia 06
03. Máquinas con atributos humanos 09
04. Obras comentadas 13
04.01 The normalizing machine, de Mushon Zer-Aviv
3
Código y algoritmos. Sentido en un mundo calculado
Con este documento hemos planteado diversas cuestiones, seleccionado algunas piezas y
proponemos actividades para poder realizar antes o después de tu visita, por lo que se convierte en
una herramienta didáctica tanto para familias, jóvenes, docentes o público general.
4
Código y algoritmos. Sentido en un mundo calculado
01. LA EXPOSICIÓN
La exposición Código y algoritmos. Sentido en un mundo calculado está comisariada por Manuela
Naveau, artista y docente en la Universidad de Arte y Diseño de Linz, Austria. Cuenta con el
asesoramiento de Gemma Galdón, doctora en Políticas de Seguridad y Tecnología y directora de Eticas
Consulting; Marta Peirano, periodista e investigadora especializada en la relación entre tecnología y
poder; Ricardo Peña, catedrático del Departamento de Sistemas Informáticos y Computación de la
Universidad Complutense de Madrid; y Gustavo Valera, ingeniero de sistemas especialista en diseño
técnico en arte y nuevas tecnologías. Además, se ha contado con la colaboración del Barcelona
Supercomputing Center. La muestra propone una mirada transversal a los conceptos código y
algoritmo mediante una serie de piezas que pretenden generar preguntas para que los visitantes
construyan sus propias conclusiones.
Esta exposición en el Espacio Fundación Telefónica de Madrid aborda los conceptos de código y
algoritmo que tenemos muy presentes en nuestra vida actual, pero de los que, en muchas ocasiones,
desconocemos su naturaleza e implicaciones. La exposición busca hacer comprensibles estos
conceptos generando preguntas y conocimiento que invite a la reflexión y al debate. Así, mediante
diferentes ámbitos, los visitantes se embarcan en un viaje que parte de la historia y definición de
los términos código y algoritmo en el mundo de la computación, explora la implicaciones artísticas y
creativas de las máquinas, reflexiona sobre los sesgos y errores que pueden tener, y recoge una visión
final en la que se da cuenta de cómo los algoritmos pueden mejorar la vida de las personas, a través
de distintos proyectos que están impulsando actualmente trasformaciones en el ámbito social, el de
la salud o el medioambiente.
Esta guía práctica se ha concebido como un recurso divulgativo complementario que ayuda
a disfrutar y reflexionar sobre el conocimiento transversal e híbrido mediante una síntesis de los
principales temas tratados por la exposición, referencias para espolear la curiosidad y una selección
comentada de piezas de la muestra. Al final de la guía se incluye un apartado de recursos escritos y
audiovisuales para poder profundizar más en los contenidos, así como una propuesta de actividad
práctica.
Los algoritmos y códigos son conceptos cada vez más usados en la sociedad contemporánea y,
sin embargo, a la vez, son muy desconocidos y, a veces, confusos para el público general. Por ello, es
necesario definir bien estos términos para profundizar en su historia y sus implicaciones actuales.
El diccionario de la Real Academia Española define algoritmo como un “conjunto ordenado y finito
de operaciones que permite hallar la solución de un problema”. En otras palabras, un algoritmo
se compone de una serie de pasos a seguir para resolver un problema concreto. Normalmente, la
palabra algoritmo se usa en el ámbito de la informática o de las matemáticas, pero no se trata de algo
intrínseco a estos contextos. Cualquier actividad con un inicio y un final que tenga una serie de pasos
lógicos y concretos para lograr su ejecución puede ser expresada mediante un algoritmo, una receta
para preparar una tarta o un manual de instrucciones para montar un mueble. Se trata, por tanto, de
un conjunto de pasos limitados y bien definidos que resuelven un problema.
¿SABÍAS QUE…?
6
Código y algoritmos. Sentido en un mundo calculado
programación concreto para poder ejecutarse en un ordenador. Una vez claros estos conceptos es
importante indagar en su historia para entender cómo y por qué surgen los algoritmos.
Sin embargo, antes que él, se atribuye al filósofo y matemático Pitágoras, que vivió en el siglo VI
a. C., el famoso teorema que lleva su nombre. El Teorema de Pitágoras permite calcular un lado de
un triángulo rectángulo, si se conocen los otros dos lados. Más atrás en el tiempo, unos 3.000 años
antes, los babilonios escribían tablillas con cálculos numéricos en los que detallaban diferentes
procedimientos.
En el siglo XVII surge un gran cambio, el ser humano desarrolla la capacidad de crear instrumentos
mecánicos capaces de ejecutar algoritmos de forma automática. Dos ejemplos interesantes serían la
máquina de sumar de Blaise Pascal o la de multiplicar de Gottfried Leibniz. Estas máquinas estaban
especializadas en un único algoritmo, sumar y multiplicar respectivamente. El paso interesante sería
la creación de máquinas que pudieran ejecutar cualquier algoritmo y no solo uno concreto.
El pionero en esa dirección fue Joseph Marie Jacquard quien en 1800 creó el telar programable.
El Telar de Jacquard leía las instrucciones en cartones perforados que determinaban los hilos de la
urdimbre que se levantaban en cada paso, para realizar así diferentes patrones en las telas. Además,
se podían cambiar las bobinas para cambiar el color del dibujo. Es decir, Jacquard creó verdaderos
algoritmos especializados en producir tejidos.
7
Código y algoritmos. Sentido en un mundo calculado
8
Código y algoritmos. Sentido en un mundo calculado
Como ya se ha mencionado, los algoritmos nos sirven para resolver un problema de forma sistemática
permitiéndonos obtener un resultado a partir de un gran volumen de datos de forma rápida. Pero
¿cuál es la aplicación práctica de todo esto? Actualmente, las aplicaciones de los algoritmos son
cada vez más diversas: se encargan de filtrar los resultados de búsqueda por internet, de ofrecer
publicidad personalizada, de seleccionar qué publicaciones se muestran al usuario de una red social,
de clasificar y ordenar datos de todo tipo, etc. Siguiendo un sistema de pasos definidos, los algoritmos
son capaces de imitar algunas formas de comportamiento humanas de forma mucho más rápida y
eficiente.
Este es el caso de ‘The Next Rembrandt’, un proyecto que surge de la colaboración entre ING,
Microsoft, la Universidad Técnica de Delft y los museos The Mauritshuis y Rembrandt House Museum.
En él, un software creado para rastrear y extraer datos de 346 obras del pintor holandés Rembrandt,
combina la información para crear una nueva obra en un tiempo récord comparado con lo que tardaría
el propio Rembrandt. No es una reproducción o una imitación de una obra original, sino que se trata de
una obra de nueva creación inspirada en el estilo y trazo pictórico del artista. Aunque esta tecnología
pueda parecer creativa, no podría crear nada diferente, solo repetir e imitar el comportamiento que ya
ha aprendido reproduciendo acciones humanas.
El software no puede realizar ninguna acción que vaya más allá de las órdenes y los pasos que se le
ha programado para realizar una tarea concreta. Sin embargo, sí que puede interpretar la información
con la que trabaja de forma diferente y, por tanto, llegar a crear resultados que no son los esperados.
Por ejemplo, un correo electrónico válido puede llegar al apartado de correo no deseado o spam, ya
que el texto que contiene puede ser malinterpretado por el algoritmo. Este tipo de errores son comunes
y pueden verse constantemente a medida que incluimos la tecnología de forma más significativa en
nuestras vidas.
Comportamientos de los seres humanos que se trasladan a las máquinas, son estrategias que
abordan algunos proyectos artísticos que recoge esta exposición. Estas obras plantean diferentes
reflexiones no sólo sobre las máquinas que ejecutan los sesgos humanos, sino otras cuestiones
que tienen que ver con cómo aprovechar el entrenamiento de algoritmos para repensar (o incluso
reprogramar) el propio comportamiento y sesgos humanos. Utilizan la educación de tecnologías
digitales para reflexionar de forma crítica sobre nuestra propia educación, valores y creencias.
Prejuicios que, a priori, no forman parte de su naturaleza pero que terminan por integrar en su sistema.
Como apunta Gemma Galdón: “Los algoritmos capturan y reproducen sesgos que ya existen en el
mundo real”. Las máquinas trasladan esos prejuicios y los llevan a gran escala al trabajar con una gran
cantidad de datos, haciendo que se visibilicen las situaciones con las que en ocasiones convivimos.
Es así cómo surge la discriminación algorítmica.
¿SABÍAS QUE…?
10
Código y algoritmos. Sentido en un mundo calculado
y regulación algorítmica con el objetivo de evitar que el algoritmo reproduzca sesgos humanos. Es
el caso de empresas de auditoría algorítmica como Eticas Consulting que, además del análisis y
detección de vulnerabilidades en los algoritmos, realizan una labor de divulgación como la creación,
por ejemplo, de la “Guía de Auditoría Algorítmica para desarrollar algoritmos justos y eficaces”.
En una línea parecida, la matemática Cathy O’Neil propone abordar el asunto desde la protección
del ciudadano. La autora estadounidense establece un símil entre la época actual y las pésimas
condiciones en las fábricas durante la Revolución Industrial que llevaron a la creación de leyes
laborales, O’Neil propone que nuestra realidad tecnológica requiere también una legislación adaptada
a los problemas y beneficios de su tiempo. En sus palabras: “Nuestra época exige una legislación que
proteja a la ciudadanía de los abusos de los algoritmos y la minería de datos”.
El llamado software libre plantea también una alternativa para crear tecnologías más comprometidas
con la sociedad. Se trata de un tipo de software cuyo código está abierto, es decir, disponible para ser
estudiado, utilizado, distribuido y mejorado libremente por cualquier usuario. Una de las principales
ventajas de este tipo de software es la independencia tecnológica. Al no pertenecer a ninguna
empresa ni fabricante, son los usuarios quienes pueden decidir qué tipo de información, operaciones
y actualizaciones tendrá el sistema y, por tanto, ser partícipes también de los resultados, de los posibles
fallos y de las soluciones. Un código abierto significa que más personas pueden interferir en él. De esta
forma, contará con más puntos de vista sobre los datos con los que trabaja y llegará a interpretaciones
que imiten el comportamiento de más personas, pudiendo dar voz a grupos culturales o minorías que
clásicamente han sido discriminadas por el algoritmo.
No todas las implicaciones humanas en las máquinas crean situaciones menos positivas. También
existen proyectos basados en los algoritmos predictivos que buscan y consiguen mejorar la vida
de las personas. Este es el caso del proyecto Monarch, un sistema que realiza previsiones diarias
sobre la concentración de contaminantes atmosféricos para los siguientes cuatro días. Este sistema,
desarrollado por el Barcelona Supercomputing Center, o Centro Nacional de Supercomputación,
combina los datos obtenidos de satélites ambientales y de bases terrestres con modelos
computacionales para simular la evolución de la atmósfera, consiguiendo así hacer estimaciones de
la concentración de ozono y la calidad del aire. Esta información es usada por responsables políticos,
empresas y ciudadanos para mejorar su calidad de vida.
¿SABÍAS QUE…?
11
Código y algoritmos. Sentido en un mundo calculado
Las tecnologías algorítmicas avanzan tan rápido que en ocasiones se hace complicado percibir cómo
pueden afectar a nuestro día a día. Por ello, es necesario que la relación entre humano y máquina
sea cada vez más estrecha, avance con la misión de mejorar la vida de las personas y la revolución
tecnológica siga teniendo un carácter esencialmente humano.
12
Código y algoritmos. Sentido en un mundo calculado
Esta nueva metodología, llamada antropometría, consistía en realizar dos fotografías de las personas
arrestadas, una de frente y otra de perfil, y adjuntarlas a una ficha donde se recogían los datos de
las diferentes medidas tomadas de partes del cuerpo como podían ser los brazos, orejas o manos.
Bertillon llamó a este archivo de datos ‘Le Portrait Parlé’ (El Retrato que habla) donde las imágenes
hablaban sobre la identidad de las personas. Pocos años después, este sistema se sustituyó por la
huella dactilar.
Posteriormente, a mediados del siglo XX, el matemático y científico Alan Turing, que había conseguido
desencriptar la Máquina Enigma durante la Segunda Guerra Mundial, publicó un ensayo donde se
cuestionaba si las máquinas tendrían la capacidad de pensar, comenzando así a definir la inteligencia
artificial. Para ello desarrolló “The Turing Test”, una prueba de capacidad para una máquina en el que
se intenta mostrar o detectar un comportamiento similar al de un ser humano.
13
Código y algoritmos. Sentido en un mundo calculado
¿SABÍAS QUE…?
En esta instalación se presentan dos imágenes de personas ante las que el visitante tiene que elegir
cuál de ellas parece más normal durante varias rondas, hasta llegar a la ronda cinco, momento en el
que tiene que elegir entre otra persona y él mismo. Las imágenes elegidas se agrupan y construyen
la imagen de una “persona normal”, enseñando a la inteligencia artificial y creando una escala de
normalidad. Con esta obra el artista nos invita a cuestionarnos sobre si realmente existe algo que
podamos determinar como “normal”, y en caso de que sea así, si esto es algo objetivo y, por tanto,
medible. Por otro lado, este experimento nos permite ver cómo los algoritmos que aprenden de
nosotros adquieren nuestros propios sesgos y prejuicios, lo que nos lleva a dudar de la verdadera
objetividad de las máquinas.
¿SABÍAS QUE…?
14
Código y algoritmos. Sentido en un mundo calculado
Con la llegada de la era digital, el mundo se ha transformado enormemente y con él las formas de
acceder al conocimiento y a la información. También el concepto de biblioteca ha mutado. Aquello
que algún día fue netamente físico, ahora es también virtual y carece ya de barreras que impidan su
infinito crecimiento. Físicas o virtuales, las bibliotecas son esos lugares que actúan como memoria del
mundo, adquiriendo y conservando el saber de muy diversas épocas, personas, culturas, naciones,
pero también el saber propio: los recuerdos personales y autobiográficos.
Estas autobiografías ya no tienen por qué estar escritas, en el sentido literal de la palabra, por nosotros.
La existencia de internet, de las redes sociales, de la nube y los algoritmos de procesamiento hacen
que nos hayamos convertido en creadores inconscientes y constantes de nuestra propia biografía,
una biografía mucho más precisa y extensa que cualquiera de las que se hayan podido escribir antes.
En esta época del Dataceno en el que nuestras vidas y nuestra sociedad actual están mediadas por
los datos digitales y los algoritmos de análisis y gestión, prácticamente todo lo que hacemos, decimos,
buscamos, queda registrado: ubicaciones, intereses, relaciones, opiniones, compras, fotos, videos, etc.
Los artistas murcianos Clara Boj y Diego Díaz colaboran desde el año 2000 en proyectos que aúnan
la práctica artística con una reflexión sobre las nuevas tecnologías digitales y su repercusión en el
entorno urbano. En 2017 los artistas decidieron crear su propia biografía a través de la información
que registraba su teléfono móvil. Lograron recopilar su huella digital hackeando sus propios móviles
con un software espía que capturó toda esta información que se había ido guardando en la nube y
posteriormente imprimieron físicamente el relato biográfico surgido a partir de este software, creando
así la pieza llamada Data Biography (2017) formada por 365 libros impresos y una película de 24 horas.
15
Código y algoritmos. Sentido en un mundo calculado
¿SABÍAS QUE…?
A partir de esta pieza, Boj y Diaz empezaron a interesarse por técnicas de aprendizaje automático,
y en cómo los ordenadores pueden entender y predecir nuestro futuro. Los artistas partieron de
toda la actividad digital que ellos mismos habían generado durante el año 2017 para la pieza de Data
Biography, para después hacer que un algoritmo analizara estos datos y diese como resultado una
biografía predictiva de sus vidas en el año 2050. El texto generado da lugar a 365 libros impresos
dispuestos en una instalación, titulada Machine Biography (2019).
¿Realmente las inteligencias artificiales son capaces de pronosticar las acciones y comportamientos
de las personas a largo plazo? Tal vez 28 años sean muchos años y que, entre medias, puedan aparecer
situaciones y personas imprevistas que transformen el pronóstico dado. Con esta obra los artistas nos
empujan a preguntarnos cuáles son los límites entre lo real y lo ficticio, a cuestionarnos la capacidad
predictiva de los algoritmos y también a analizar las posibilidades creativas de las inteligencias
artificiales.
16
Código y algoritmos. Sentido en un mundo calculado
Cansancio, estrés o agotamiento son sensaciones, vinculadas al ámbito laboral, que pueden, y
suelen, sufrir las personas. Sin embargo, esta obra creada por Iosune Sarasate, incorpora algunas
de estas condiciones a la hora de programar el código de una máquina. Sarasate es una artista
pamplonesa que desarrolla su trabajo a través del mundo digital y multimedia. Su investigación
cuestiona la oficialidad de los conceptos, es decir, la rigidez o la elasticidad con la que aceptamos
todo aquello que nos viene dado. Así, Iosune trata de desarrollar formas de escape, de resistencia o
un replanteamiento de las normas que rodean a nuestra sociedad.
Para crear Painfully Human Chatbot o PHC, la artista cuestiona en qué medida el constante y
creciente uso de la tecnología ha podido llegar a crear nuevos valores y formas de comportamiento en
nuestra sociedad actual. Tradicionalmente, denominamos máquina a un conjunto de elementos que
permite realizar un trabajo con un objetivo determinado, y se espera de esas máquinas unas formas
de comportamiento relacionadas con la productividad, la exigencia o la disponibilidad completa. Sin
embargo, este tipo de valores cada vez se ven más vinculados a las personas, pues hoy en día es común
encontrar empleados agotados por el trabajo o enganchados y dependientes de este. Cada vez se
trabaja más y se espera más de las personas a nivel laboral: más producción y más disponibilidad,
incluso en horas de descanso: ¿somos cada vez más máquinas?
De la misma forma que Iosune Sarasate se plantea esta pregunta sobre si los humanos hemos
incorporado algunas maneras de actuar propias de las máquinas a nuestra experiencia, la artista se
17
Código y algoritmos. Sentido en un mundo calculado
cuestiona también la situación contraria. Si cada vez las personas están más influenciadas por las
máquinas y las tecnologías ¿llegará el día en el que las máquinas aprendan también de nosotros,
de nuestros hábitos y de nuestras formas de actuar? Es así como Sarasate presenta PHC como una
máquina con actitudes negativas desde el punto de vista laboral. Se trata de un programa dedicado
a trabajar interactuando con personas a través de mensajes por un chat. Sin embargo, esta máquina
no solo no consigue resolver ningún problema que se le plantee, sino que en su código también
se implantan formas de actuar que son consecuencia del cansancio, la pereza o la procrastinación,
incluso su estado de ánimo cambiará en función de la hora del día en la que se interactúe con él pues
no es una máquina pensada para hacer horas extra.
Se trata, de una pieza irónica, ya que se crea una máquina que subvierte la propia definición de
máquina pues su objetivo es no trabajar, al contrario de lo que se espera de ella. Si una máquina no
trabaja, no es productiva o no resuelve un problema, ¿para qué sirve? Es esa falta de productividad la
que interesa a la artista y la que nos hace plantearnos algunas preguntas: ¿nos sorprende encontrar
una máquina que no produce o es la propia falta de productividad la que puede llegar a irritarnos?
¿Estamos conformes con los ritmos de vida de la sociedad actual en la que la productividad se
ha convertido en motor central? Es así como esta obra se convierte en una forma de escapismo y
resistencia a algunas situaciones que se pueden encontrar en la vida laboral, además de sugerir un
cuestionamiento a los ritmos de trabajo establecidos y asumidos actualmente.
18
Código y algoritmos. Sentido en un mundo calculado
Estos centros almacenan los datos en grandes servidores que necesitan unos sistemas de
refrigeración y seguridad muy precisos, y como consecuencia una gran cantidad de energía. Se estima
que en 2025 utilizarán más del 20% de la energía mundial, además la tecnología genera una gran
cantidad de gases de efecto invernadero lo que se ha nombrado como “huella de carbono digital”. Es
por ello por lo que conceptos como el Data Warming (calentamiento de datos), son una de las grandes
preocupaciones del mañana. Para solucionar este problema muchas empresas están construyendo
sus centros de datos en países del norte de Europa como Noruega para utilizar menos cantidad
de energía, o también fomentando nuevas iniciativas con energías renovables contribuyendo así a
proteger y disminuir los gases de efecto invernadero mitigando la crisis climática.
¿SABÍAS QUE…?
Grow Your Own Cloud es un grupo de investigación que busca proponer alternativas a los actuales
centros de almacenamiento de datos, para procesar y almacenar los datos de la mano de la naturaleza.
Pretenden establecer nubes que generen nuevas relaciones con la gente, más íntimas y tangibles,
donde la población tenga más control sobre los datos, sean activos protegiendo la integridad de
estos, y responsables de su mantenimiento a través de su cuidado. Para ello, trabajan usando el más
antiguo de los almacenes posibles: el ADN.
El almacenamiento de datos en ADN consiste en traducir del código binario de las máquinas (1 y
0), al código genético (ACGT). En 2017 se llevó a cabo un estudio científico sobre la codificación
y almacenamiento de un GIF en el genoma de células vivas (bacterias). Empresas como Microsoft
ya están utilizando el almacenamiento de datos en ADN sintético siendo este estable, denso y fácil
de replicar. Si la investigación en este tipo de almacenamiento de datos va a la actual velocidad se
estima que en una década el público general pueda llegar a su uso cotidiano. Por el momento, el
mayor problema es su coste, ya que cada megabyte almacenado puede costar hasta 1.000 dólares.
19
Código y algoritmos. Sentido en un mundo calculado
¿SABÍAS QUE…?
Grow Your Own Cloud ha desarrollado una línea de decodificación de datos mediante equipos de
secuenciación de ADN, que es capaz de leer la información genética de los organismos y comprender
la composición de las moléculas ACGT que contienen. Para ello han creado Data Garden, una
instalación con plantas que almacenan datos promoviendo la unificación entre personas, ecosistemas
y tecnología. El proceso de codificación consiste en convertir datos digitales (como texto, JPEG y MP3)
en un formato biológico como es el ADN. El ADN de las plantas se descodifica utilizando un software
que nos permite la secuenciación genética, se inserta una muestra líquida en un secuenciador que
analiza la información genética para revelar los datos que almacenaba en la pantalla. Data Garden
quiere que imaginemos un mundo donde las floristerías se convierten en lugares donde aprender
cómo almacenar nuestros datos, y seamos partícipes de cuidar y ayudar a florecer nuestra información.
20
Código y algoritmos. Sentido en un mundo calculado
Giorgio CAM
Este simpático programa llamado Giorgio CAM te invitará a hacer una foto y después con una música
muy pegadiza tratará de adivinar qué elementos hay en la imagen. Estamos seguros de que te darán
ganas de bailar sin parar al ritmo de Giorgio CAM.
¿Qué interpreta la Giorgio CAM si haces una foto a tu mano con el dedo pulgar hacia arriba? ¿Adivina
en todo momento o falla al identificar algunos elementos de la foto?
21
Código y algoritmos. Sentido en un mundo calculado
Freddiemeter
¿Cantas como Freddie Mercury? Puedes comprobarlo con el Freddiemeter, un programa para
demostrar cuánto se parece tu voz a la del famoso vocalista de Queen. Podrás elegir tu canción
favorita del cantante y mediante una dinámica de karaoke, el algoritmo analizará tu voz y la comparará
con la de Mercury, asignándote una puntuación según se parezca más o menos. ¡A cantar!
¿Con qué base de datos crees que trabaja el juego para decirte si tu voz es más o menos parecida a
la de Freddie? ¿Cómo compara tu voz con la del cantante?
Look to Speak
¿Te imaginas comunicarte únicamente a través de los ojos? Esta aplicación está diseñada con un
algoritmo que aprende a analizar tus ojos y con ello determinar qué quieres decir. Según muevas tus
ojos a la derecha o a la izquierda estarás indicando al algoritmo qué frases de las que tiene en pantalla
quieres decir y cuando la hayas seleccionado el dispositivo las leerá por ti, sin que tengas que utilizar
tu propia voz. Además, puedes personalizar las frases y poner aquellas que uses más.
https://play.google.com/store/apps/details?id=com.androidexperiments.looktospeak
¿Qué pasos crees que sigue el algoritmo para detectar hacia dónde estás mirando en cada momento?
22
Código y algoritmos. Sentido en un mundo calculado
PEÑA MARI, R. (2006). De Euclides a Java. Historia de los algoritmos y de los lenguajes de programación.
Nivola.
O’NEIL, C. (2018). Armas de destrucción matemática: Como el big data aumenta la desigualdad y
amenaza la democracia. Capitán Swing.
PEÑA. R. (2019). Las múltiples caras del algoritmo. Universidad Complutense de Madrid.
VÍDEOS
ENLACES DE INTERÉS
OBRAS DE LA EXPOSICIÓN
24
Créditos
Coordinación
Alicia Carabias Álvaro
Textos
Cristina de la Casa Rodríguez
María Ramírez Limón
Mónica Mediavilla Pérez
Pilar Bañón Hernández
Silvia Sainz Rabanal
Edición y maquetación
Melisa Martínez Ciaurri
Código y algoritmos.
Sentido en un mundo calculado