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etiquetas ab Coral Herrera Coral Herrera Gomez MAS ALLA DE LAS ETIQUETAS MUJERES, HOMBRES Y TRANS Frere) te a ona Tela (Beto. Ga eves ne Siig 95 pando 1 Ta nea Tin w'039 Futon ‘alynrecepatacn Tatas pig, pa (SéroUrat Ba S788 ta6 0105 nem | t Ene ro et dead a Germma basa, prs fue lls ‘a quodescbsi ley defend mio deste ol pace: me ui por asses de nein y I sintesis eon pacencay (rier conse qu mie yarn mc "ABs Ruz, porque la crear de iweb, ‘rwiespeciaistenemnoccm, porque com els he aed ‘us engunsy amas de expen paqueces enim rerio {Ye ay enon pres memento por cata de conver: “acne ie heartened gs os tits rominizo tratando de rer sigan eo pe gE Sas ay pr qué sin tn fe rece haan. ‘Concha Lane, por ls horas de cals que ve a sete ne disfatar co te leapt defensin nar est ‘edie por enero aConcha ue impresnante para mi poet ‘conocer enol igo X01. una de las cafundadores de Mujeres bres en a Catla de 1936, y marwillosocomprobar gue a 5097 sho sue senna je con pruners hermosos psp, nga cto y combat ‘Am pode, Jan Ignacio Heer, y «Fadel Moreno, po aa bors que anos pasado hablando de os ins dl eoootnien- to as rome etre a ead y ain a iitcn de stiquetay, ls peers dl imo poianteyla conser ‘oceslural des reid y das Gennde ‘juan Kee, por as por se poyoemaconaly gi ‘on porlos anos de ntnanablsconversaciones ntl Y pce rgalto fa élquen me able por primes ver dela Tea ‘Quer 0) y medeseabné un mundo nuevo. Tambien quiero her mencin espe 2 Gael ibe, am (paar yrelrene ttl en mtragetri ead de Nace dies ano, ya Cristina Hares, poe su vata yd formic durante el pecs de crit da eis doctoral de le que proven esta ivetgetn, Por tin, quler dene Sonia Mare, Uda Buck Osea Oxi, Vir Faason, Cams Espn, Vanes Espn, “Tani Crile, porque pay oronliona toe lor veler (emoriona loge, nective} ha ido lave ets resins det invention | os HOMBRES NO NACEN, SE HACEN. Lo mismo sucede con las ‘mujeres; somos, en gran parte, un producto de la cultura en la que habitamos, A través de la educacién y la socalizacién aprenderaos a ser hombre o a ser mujer, suestra vida, de este ‘mado, esté may marcada por los esteretipas y la reparticiin de roles que se nos imponen deste la primera ecograla. [Nuestros gestos, nuestra forma de hablar y de movernos, muestra manera de estar en el mando y de entenderlo, nmestra sexualidad, Ia profesién que eleginnos, nuestro uso del tiempo libre, nuestras creencias y emociones estén determinadas por ‘estos condicionamientos de género que parecen invisibles por {que estin asuenidos oomo naturales (las maueres son débiles por naturaleza, los hombres necesitan mis variedad sexual que las mujeres, alas rayjeres se es da mejor impiar la mierda, a todos Jos hombres les apasiona el fitbol las mujeres lo que les gusta es agradar a su marido, alos hombres lo que les gusta es estar con sus amigos, et) Precisamente en esta obra de Io que se tata es de poner en euestién el concepto de lo normal, y analiza los estereotipos yy los mitos que, pese a ser creaeones culturales, prosentan la esigualdad entre los humanos camo algo natural, es deci, pre determinado por le bologfa ‘Sin embargo, todas las etiquetas hurmanas son artifcaes, y nuestros modos de pensar, de crear modelos a seguir, de enten ’ der Ia realidad y produce fecién estan ateavesados por una lolol hegerdnia: el patriarcad, que es un sistema trons ‘eral als cferents sistemas eeligisos, socioplitens y eco smicos (lam, cristianismo y budismo, ditadaas, epublica, ‘monarguits, democracias, fewlalsmo, capitalism. a los que se adapta sn problemas ese a que no tos las culturashumanas son patriareales, si «3 erto que som mayoria en el planeta, y que esta divsin en ‘ds grupos opuests ha creado sociedadesdesiguaes,injustasy ‘rues nla nuestra, el patriarcad ha oblgado alas personas ‘8 construir su ientiad ciénose excisivamente y pa sem de 9 una de estas dos eaegorias. Cal todos nosotos hemos execido bajo unos imperatives muy rigidos en torno alo que debe serun hombre lo que debe ser una mugen sto ha info en ls relaciones sociales, actives y sexual ‘qe tenemos entre nosotros, y ha inci de manera ry dana 7 mutsrs sentimientos, deteminados en gran nea por las norma tbe, etiquetsy ebligaions de géner enna soe
  • 6 ser mujer> como una performance; ln teorfadel onsrucivismo social, qu sostene que Ins oles de géneo as sexualidadesy as identidades no som naturales, exenciles ni universes, sino que se consruyen através de discusosy po 2505 cultural, 1a tess principal de este trabajo esté enmarcada en ta veoria fancinaes de as dos ses, ben con pdomino de une sobre ‘Tedricas feministes de varias procedencias y confesiones (Waker, 1980; Sanday, 1981; Otten, 1986) han demostrad, de forma convincente seg Martin Casares, que el modela bipolar convencional basado en la Biologia no es valid, y que el sexo como herencia biologica y el género come normas culturales son categoriasdistntas que pueden tener una relacin, pero no tuna identidid isoméries. Los inicios de estos estudios se encuentran, entre otros, en ‘autores como Ray Birdwhistel, e padre de la cinesi, que esta ‘lecié que tos movirmientos corporales masculinos y femeninos no estén programados por Ia biologia sino por la cultura, se aprenden en la infancia, Incluso la forma de parpadear esté encasillada culturalmente como una marcadora de género, segiin Flta Davis (1971). Pero el problema ne se redace a que existan unos marcadoresculturales de génera construdos, sino ‘aque las caracteristicas asociadas l estereotipo de género mas calino sean valoradas coma superiores ‘Las personas somos educadas desde la infancia segin los paradigimas sociales de lo que se interpreta como ser un hermbre © ser una mujer y genecalmente To aceptarnos sin cuestionarlo, porque lo encontramos enormal+ a pesar de ser artifical. Fl ‘mero hecho de ser conscientes de que la identidad se construye conforme a citeros sociales, incluso aunque la persona opte Por seguir los cinones mayoritarios, supone un avence en el ‘crecimiento personal e implica un menor grado de discrimina in hacia otras personas que decidan rebelarse conta el siste- sma de género imperante’ 2 apie gee cna ene de iy osm laconaron en nt ors on ag de pra in ean guts ate gu ee ‘Togo dour ha ana fn Cre | 1a antropologia ha demostrado que no existe una correcta y universal correspondeneia entre sexo y género, Finografias recientes han documentado la existencia we roles de género :niitiples y gemuines en més de 150 grupos ameringios. En 1941, Oscar Lewis publicé en la revista American Anthropologist tun articulo sobre los piegan de Canada, entre los cuales existia tan tipo de mujeres que mostraban caracteristicas propas del estereotipo de yénero masculino, mujeres agtesivas y arrogan- {es que incluso orinaban en pico Segin Lewis, para ser una smujer con corazén de hombre» habia que estar casada y ser rica For otto lado, los matrimonios entre mujeres se han doc rmentado en mis de 30 grupos étnieos subsaharianos (Carver y Murray, 2001), en los euales la lideres potteas femeninas son frecuentes. Evans Pritchard desribié a existencia de exe {ipo de mattimonios entee los nuer, y Gluckman (1950) entre los loa y los au. En general, se trata de lianas en las que tuna uj paga el precio de la date por ota se casa siguiendo los mismos procedimientos ceremonies que en el matrimonio heterosexual El matid-mujr toma un pariente 0 vecino vara para inseminar a su esposa y que esta tenga hijs. En Africa Murray y Roscoe subrayan que uno de los mits que los euro” pos han construido es la ausencia de homosexualidad en las socisades al sur del Shara, Pero las dkimas investigactones ntropoligias sobre los boy-wivesy ls female hushard en el ‘Ariea subsohariana eoinciden en subrayar la muliplicidad de los roles de género, La tradicin relgiosa hinduista también reconoce roles de _xénero alternativos asociados con la espiritualidad, como loa ‘denominados hijras, varones que tienen roles rituals femenk nos especfios. En India y Pakistén, estos hijras son transgene ros de hombre a mujer. Los hija los vo spirits (enominados por los colonizadores berdaches) y otros grupos de personas iransgénero, han tendo y tenen roles espirtuales destacadios ‘bid a la importancia del pensamiento teligiso en as call res de las que forman parte, ya que la espiritualad impregna 1a vie cotdiana en numerosas soiedades En la religin cat lca los sacerdotes también tienen un rol transgenérico ya que sn célibes, van vestidos com falas, jayas y colores que no se corresponuten con los props del esteeotipo masculina El psicoandlisis hizo una gran aportacin a nuestra cultura ‘occidental al poner al descubirto la bisexualidad potencial de la Humanidad: Freud afiemé que todos podemos sentir atrac ‘ién hacia personas de nuestro mismo sexo y Jung admitis aque el ser humano eta na mezela de maseulinidad (el animus) Y feminidad (el anima}. Con et postestructuralismo surgié ta noc de descentramiento del sujeto, es decis la iden de que las facultades imolectuales y espirinules del ser humano no son parte de su herencia bioligica, sno el resultado de una multipl dal de procesos de socializacién Este concepto postestructuralista proporcioné el impulse ppara estudiar los roles sociales de varén © mujer, y también ‘pata mostrar que los individoos tienen una idea de su propia condicién masculina o femenina como productos histérico sociales. EI nuevo desafio para la antrepologia fue demostear {que la dicotomia sexojgénero parte de la mas amplia oposleén Binaria naturaeza/cultura, una matriz en absoluta descompo- sicion clenbiica. Aftos después, la Teorfa Queer ha contribuide definitivamente a desestabilizar Ios conceptos de sexo, géneeo y sexualidad (Martin Casares, 2006). Simon de Beauvoir y Margaret Mead fueron figuras clave en 1 nacimiento de la categoria analitica de género en anteopolo- ‘a, peco su desarollateérico se debe a ls investgadoras fem nistas que desde los afios ochenta se centraron en denuncia la identfcacin del sexo bioligio con el genera social insistiendo fen Ia necesidad de separar las cualidades humanas biolégicas (sexo) y las cualidades humanas sociales (género). El eoncepto de genera, trasciende el reducionismo bioligico al fijar su ans liss en las relaciones entre mujeres y hombres entendidas como construceiones culurales La idea fundamental de estas prime: as toric fue subrayar que la posicién de inferiocidad de las mujeres se debe a razones sociales y no ala naturaleza humana, cde manera que la igualdad es una meta plausible «ise estable con as pautas socio cuturales adecuadas, La Teoria de Genero haré hincapié en que las identidades de _pénero se constituyen reciprocamente y que, por lo tant, para r comprender la experiencia de ser mujer en un contexto histér Eo canereto +s imprescndible fener en cuetta ls atrbuton del Ser hombre. As, dl mismo modo que no se puede pensar al amo sin cl eslave, tampoco pucde pensase, no por una raz6n txistencil, sino epstemolégic politica, alas mujeres sin los homes» (Verena Stole, 1936) ‘Mis adelante, as eee queer comenzaron a indagor ela Investigacién cewico médica para acabar eon la ea nserta en el imoginaro colectvo de que el sexo es algo estab, nm table, cual y claramente diferencia Plantearon que ni el sexa nil sexuaidad son fendmenos estritamente bilge, sino también, y sobee todo, construeciones sociales y cultural. Misabeth Badinter (1993), por ejemplo, sstene la idea de que cl sexo hembra es el sexo ase en todos los mamifros: pot Jo tanto, el macho esl hembra mas algo ‘Adems,Badinter aia que aungue el dualism sexual no es absolato yes mucho menos radical de lo que sul pensarse, ‘incusoatenuado yeltivo, subsite como una constants de a umanidade,Eopecalmente por el hecho de que todos tenemos ‘na ieesistibletendencia a reforato desde el moment misino en que nace la ciara, La mirada de los padres, inmediaa ‘mente después del part, efectia Ia labor de avibuein de una indiseutbe identidad genética; esto conlleva nas dispescio ‘nes sociales (que todo el muneo sepa a qué género pectenece) 1 legals (el recén nacido es inserito como nino o nia nl resto chil). ‘La introduccion de la noc de género en los andiss soci les taj consigo una serie de uptrasepistemolégias en torne 4cémo se habia entendido Ia posieén de las mujeres en las “El programa ease se hac pros de hots | "cha XY preteen pest ea0y ali. {ede crmns¥ lho papl en devin ene ‘Se dels pa manor nro pra em hi de og ‘ra ose opr de un ein Der ete sera or ‘me ys ncn ir doa ean caer ‘east olen Sea sence eee: Ea a ae ‘ienciacnenpre tac leataglr lawns qnen le hermes ‘ola lncebinn perso] garde | |lon entans Sy AY ne aa ‘carers ea eo cel eye ene 3 : Aistintas soieades humanas. Surge la ides de posicionamin ‘0: un alii de génerosupondr el esto del context en el aque sedan las relaiones de género de hombres y mujeres, y la diversiad de posiciones que ocuparin, sobre tod en las soc das compl Asi, por ejemplo, una mujer de altn pas latinoameieano, profesional de clase medio, casada, atravesars por distintas Posicones en un mismo dia: puede estar en una rlacién de [utordad eon respect a sus bij y en otta de subordinacin 4 su esposo; pero de superioridad frente a su empleada damés tica nel abajo puede ser ja, tener lism rango que sus compafieros jeles y estar subordinada al director general, et HT supuesto que hay tas la nocidn de posieonarainto es que «es prediso indagar en ls desplazamientos que vive os sees en el interior dela jerarguis. De ests manera, el coneepo de sénero,segin Sonia Montecio (1997), planta el desaio de Pstcularizas, de exporar les realidades més que asumisas como dads, y de transformaria. En os afosochenta, la sexualidad comené a contemplarse también como una construecién socal, y paulatinamente se abandoné la perspectiva bio esencalista tadicional que acta baa todas ls eorientesclésics en antroplogia. El poses turalismo isistié en la necesidad de transformar las concepco nes reativas a la sexualidad en el mando oeekental. Fowrault (0976) Laqueur (1994) plantearon que ls ideas y representa Giones del sexo en las torfas médias eran bastante lexbles y aque fue a fnales del xt cuando la naturales de a sexuslidad tbumana eambi redicalment: «Ser un home © mujer sige cabs tener un rang socal, un agate a sociedad, asumir un rol cultural, no ser ergénicaments de uno o dl ot sexo. En ‘otra palabras, el sexo era todavia una eaegoriasocolgea y 1 ontolgias (Laqueus, 1993) Michel Foucault (3960) afr que Ia sexualidad, general: smente conebida como una cust privada y natura, es en realidad un asunto cuturamente construid segin ls intere 5S lagua, Tt scl del 0. Cro owe dee a rags bata ‘rad ated Mod Caen Marta dh 4 42s politicos de la dase domainante, En general, el pensamiento de Foucault alrta sobre los peigeos de lo que se considera at ral y lo que es verdadero en el imaginario y el diseurso colec tivo, en relaciin con el sexo y a sexualidad. A través de estos iscursas ideoligices aparentemente portadoree de la verdad ‘yl norma se puede controlar el pensamiento del grupo, porque ‘rean categorias de identdad fntimementeligadas a lo que se ‘cansidera normal o anormal en las sociedades, manteniende asi starz quo y la dindmica de la relaciones de poder. Estas im genes de Is normatidad inlluyen decisivamente en la idea que las personas tienen de su propia identidad, En los noventa se llgé ala concusién de que el género, para ser operativo, debia alejasse de la base dual con que se concep, tualiz6 en la década de los echenta, de manera que puaiera aph careea otras formas dle socalizacion y dar cuenta de otras eons- ‘rueciones soci-idensitarias, come la androgiaa 0 as persons transgénero, que no se adaptan a los estereatipas tradiionales y traspasan las fronteras de géneso conscente 0 inconsciente ‘Aurelia Martin Casares (2006) sefiala que precisamente las \iltimas investigaciones demuestran que, en Occidente, las per- sonas andréginas (que reinen cualidades de los estereotipos de géneso masculino y femenino} son las que tenen un mayor Gxito social. La amtropéoga espafola afirma que la evolucién del concepto de género los diltimos 20 aos relleja 4 rupturas conceptuales fundamentales: el fin de la identificacién entre sexo y género (la etnografia demuestra que no existen eval dlades innatas y universales aplicables a horabres y mujeres en ‘todas las culruras a euptura con la dualidad genérica fl bino- ‘mio masculino/femenino ya no resulta operative, porque deja de lado otras précticas y construcciones dentitarias), el estudio dde la multiplicidad de nociones de hombre © mujer sogin las diferentes culturas humanas y, por dltimo, la teoria de género nos ha permitido analiza las sexualidades alternativas uw pues ‘tas la sexualidad normal o normativa 25 12. La construecin soil y cultural de a dentidad generalzada a mayor de as sci tian osx yb énaro cur princial esque cognsrtvo pt omprender su entorn. La gent, lo objeto, to dvs, son habiealment cascades sega sean macho hembrase (ota evn, 989. Cada on Baio, 1993) 1 ADQUISIGIN DE UNA IDENTIDAD {social © psicolégica) es un proceso extremadamente complejo que comporta una relacién positiva de inclusion y una relacién negativa de exclusion, segin Erik Erikson®. Este autor afirma que nos definimos a par tirde parecernos a unos y de ser distintos a otros; la necesidad de diferenciase dol otro sexo es una necesiad arcaica y const tuye la base sobre la que se construye In identidad individual En la infancia, tlizamos la diferenciacion sexual para com prener el mundo, y sobre todo para comprendernos a nosotzos Imismos: «Conocerse requiere distingult y casificar; esto hace parecer primeramente ol dualismo. La criatura aprende a clas ficar gente y objetos en dos grupos, uno que se le parece y otro {gue se le opone, Otro dato comin a a infancia es la tendencla A definir el Ser por el Hacer. Cuando se le pregunta gqué es un hombre 0 qué es una mujer, la eriatura responde con un enn lado de ls roles y de las funciones, generalmente estereotipa dos y oposicionales, que ejercen unos y otrase. Se sabe que un nifie © una nifa pueden dstinguir si iden tidad sexual tanto a partir de las diferencias con el otro sexo ‘como de las similtudes eon los del grupo sexual al que perte- rece, J. Money y A. Ehrard insistieron en la importancia del ‘édigo negativo, que sirve simultineamente de modelo para (tron fon y seca a ea 298, Cl en dns 26 saber lo que no debe hacerse y lo que puede experarse del otro sexo. Mis adelante, Ruth Hartley (1959) afiemé que el nifo se define negativamente ante todo: +Generalmente los machos aprenden lo que no deben ser para ser masculinos antes que lo {que pueden ser... Muchos nos definen de manera muy simple Ja masculinida! lo que noes ferenino»’, Tras un proceso de evolucién en los Estudios de Género se he acuiado el término de identidad genérica que Maqueira (2001) define como: «E| complejo proceso elaborado a partir de las definiciones sociales recbidas y las atodefiniciones de los sujetos. Entran en juego sentimientos, actitudes, modelos de identficacn ode rechazo que se incorparan a través de to el elo vital y que supone un proceso de afirmacién frente a0 de dlistincién de en relacién alos demés ‘Ala hora de analizar el modo en el. que el género determina la construceidn de la identdad, se ha afirmado que la dentidad ienérica no es estable yestérelacionada con las préctias sexu les dela personas y con la evolucién en la forma de peribirse a 1 mismas, La imagen generizade tiene que ver con Ia imagen que las personas, de manera mas 9 menos conseiente, proyec- tan en el dambito social en relacién com la ideologia de género ddominante. La imagen generizada depende de la adecuacién, transgresién 0 interiorizacién de los valores hegeménicos en nda momento de sus vidas. a tendencia europea a pensar en forma de oposiciones binariasy, por tanto, a coneeptualizar el mand en masculino y femenino excluyendo otras posbilidades de identiad de géne- 1, candiciona enormemente la percepcién de la esencia hums ‘aa, En Occidente, la orientacién sexsal duslmente construida (drome 0 hetero) erea una imagen de continuidad y estabilidad, ‘mientras que La bisexualidad, al estar fuera de los extteros ‘opuestos, se depreciasimbdlicamente,asociéndose con promis cca y vie 7 anda 9 {Desh que ay srpd el aio pans wie en ol io de oe ‘ot queue pends pr con ald pc one amiane mbna jee re a arian xen dee Fo ‘Ya. finales de los ais setenta la mayoria de las investiga cones y reflexiones asurnfan el concepto de génexo como una Inerramienta imprescindiblo para entender la posiciin diferen- cial de mujeres y hombres en las distintas sociedades. Si bien Inabo wn consenso en cuanto a la distineién sexojgénero, la pol ‘mica surgid en torno a la cuestin de sien le constraccn del igénerotenfan ins peso laideologa y la cultura o si, en carabio, fran més determinantes la economia y la sociedad. Ast fue ‘como en el seno de la antropologia surgieron dos corrientes Principio divergentes: la que analizaba la construcci sab ‘a del género, por un lado, y la gue apostaba por un andlisis de la construeclin social del género, por otro, En la actualidad, se than undo ambas perspectivas (la construccién soci simbaliea} 4 favor de un anilisis complejo e integeal de cémo se constr yen las identidades de género politica, socal y culturalmente synbouiisa GenénIco La simian binaria cacacerstics de I uur ecient in dela ms npes gone retrnge, spi y pene €1 pensemninto Inmano. Las oposiiones bina sn formas de pensamient siplsy eductors que tenet un lara fun Gi de cone, ya que yermitenestablecer mis llmente una rela jrdrgula entre dos grupo, en télnos de superior © inet Ea genera a smbliaciones hurianas persiguen Inestbitidd de ls fargo y el oden social mpeate La facia de snl ex qo parece etr bade a tat alec, de manera qu vidas sunray el echo de ue forman pte del apendiaeeltra. Pres, el simi to genio se dtuv& abit svlemas de epesentason de os neon en las tints cuties, pes nests nding sion Santee cin de os exteeaiposfemeninesy mazulins, yay tuactén de la diferenciacién sexual. : aad Ta antopdoga Margret Med abi el cmino de una pers pectiva cultural en troo als diferencias de género. aus Investigaciones soe tes cura diferentes de Nueva Guinan, a hhallé que no es la biologia In que determina las identidades de sxénero, sino la sociedad a través de la cultura, Para Mead no fs posible elacionar eon al sexo rasgos como Ia pasividad o la ‘gresividad; los hombres y rojeses erapesh, por ejemplo, desa rollan una petsonalidad maternal en lo que concierne ala aten- idm de los nifios. Los arapesh educan por igual alos individaos ide ambos sexos para que sean cooperatives y pacifico, y para ‘que respondan a las necesidades y slemandas de fos otros. ideal arapesh es una persona teanquilay reeeptiva, com wn com pero 0 companera de igual condicén, Para ellos el cultivo de Jos alimentos y el euidado de los nifios consttuyen las mayores| aventuras de la vida. Los mundugumor, en cambio, son (desde puesta perspectiva cultural, advierte Mead) violentose Indisc: plinados, tanto las mujeres como los hombyes. Les gusta pelear, ¥ pueden llegar a ser crueles, agresivos, pero no se diferencia sexual ni genéricamente entre ellos, come tampoco se diferen- cian os arapesh. En cambio, entre los tchambuli, la mujer domina y tiene un ‘comportamiento impersonal, Elias son las que diigen y ellos parecen estar subordinados desde el punto de vista emocional, porque en ellas encuentran su posibilidad de supervivencia y ‘su estabilidad y tranguilidad. Los hombres tchambuli viven Principalmente para el arte (danza, msi, escultura, pintura trenzat, etc) y comen de la pesca que capturan y vender las ‘mujeres. La actitud femenina hacia los hombres es amable, tle rante y de aprecio. Les ageadan sus juegos y se divierten mucho con los especticulos teatraes los bailes de méscaras que orga nizan para elas, En los bales las mujezes ballan eréticamente con otras mujeres o con hombres travestidos de mujeres; coms sitoyen un grupo sélido y entre allas no hay peleas porque les tunen lazos de amistad y cooperaciin. Los hombtes, en cambio, Juchen sordamente entre sf para obtener los favores femeninos. Los hombres tchambuli tienen ritos de golanteo que pracican ‘con mucho arte; ademds admiran su voluptoosidad sexual € {ntentan rabar piadras que las mujeres usan para masturbarse y Jas tllan como amuletos. En su estudio, Mead (1935) concluye que la naturaleza es maleable hasta extremos casi increibles: «Las diferencias que » ‘existen entre fos miembros de diferentes eultucas, a cna las que sedan entre individuos de una misma eakura, pueden apo yarse casi enteramente en las diferencias de condicionamienta [que se hallan predeterminadas culturalmente. Las diferen: as tipiticadas de la personalidad, que se dan entre los sexos, ‘eonsisten en cteacines culturales,educndose alos hombres y las mujeres de cada generacién para adaptarse elas. Shetty Ortnet, antropéloga también, fue otra de las ps pales exponentes del simbolismo genéric. Hla sostavo que las diferencias biolgicas encuentran significado solo dentro de un sistema eultaralespecifce, y por ello es preciso conocer cules son las ideologias de género y los valores simbdlicas asciados alo femenino y lo masculino en cada sociedad. A pesar del fenotme repertorio de significados de las diferencias sexuales, hay constantes en los grupos humanos: una de ella es que en ‘muchas culturas las mujeres son situadas en une posicién eco- rnémica, simbélica, social y politica inferior. Otner afirma que sto es debido principalmente a que la mujer ha sido siempre asociada con algo que las cultaras patsiarcales no valoran: la naturaleza LéviStrauss planteara que la mayor parte de las eulturas establecen una diferencia entre la sociedad humana y el mundo natural. La cultura intenta controlar y trascender Ia naturale, | usa para sus fines; apareceria como esiperor» a a naturaleca ‘en Las culturas patrarcales. Las mujeres son esacadas simbal- ‘camente con la naturaleza mientras que los korres lo son cx |e cultura; esto implica que, segin Sherry Ortnes, dado que la cultura patratcal conttolay trasciende Ia naturaleza, Fabrica ‘on facilidad la idea de que es natural que la mes, en vita de st asociacn con la naturaleza, deba también ser controlada vy eonsteeni Estas asociaciones simbjlicas se deben a que las furciones| reprodiuctoras de la mujer le hacen apareeer como encerrada fen l biologi. Los hombres estarfan relacionados con el sentido cultural de la creativdad (tecnologia, simbolos la creatvidad de la mujer estaria «naturalmente> reabizada a través del pro ‘2x0 de alumbrar, de parir hijos. La mujer erea naturalmente, desde sf misma; el hombre se ve forzado a crear artifciamente, e Por oto lado, los roles sociales de la mujer estarian aprisiona- dos en la naturaleza, pues su papel como reproductoa la hab Himitado a funeiones ligadas a esta. En ls cultura patriarcales, ‘entonces, lo normal seria el confinamiento de las mujeres en el “Ambito doméstco, en donde permanecen a cargo de la eriznza de los nifios y la reproduecién cotidiana. Esta cercanta de la mujer al mbito domésticn hace que la esfera de sus actividades se mueva en relaciones intra e interfamiliares,en‘oposicién al hombre que se mueve en el dominio pibico y politico de la vida socal Sogiin Sonia Monteeino (1997), estos plantearnintos fueron criticados por su etnocentrisino (en el sentido, por ejemplo, de concebir Ia oposicién naturaleza/cultura con valoraciones dde domino y subordinacién) y por suponer que en todas las sociedades existe la dualidad domésticojpablico. Fl desarrollo {del enfoque slinbélico ha levado a considerar el andlisis de los simbolos asociados al género con los otros sistemas de signi ficados cultural y a poner atenciin sobre las estructuras de prestigio que derivan de esos sistemas. Desde entonces, han ‘Sido nimerosa las autorasy autores que han estudiado el géne- ro on su vertiente simbélica, entre ellos: Simone de Beauvotr, Mary Wollstonecraft, Jacques Derrida, Michel Foucault, Roland Barthes, jacques Lacan, Beatriz Preciado Judith Butler ‘eons mUCEIGN SOCIAL BEL ENERO esta vertienteepistemoldgica enfatizard Ia iden de que es pret s0 conocer primero qué es lo que las mujeres y hombres hacen fn las distintas sociedadesy e6mmo ese hacer determina su post cid en la estructura socal Asi La dvisin sexual de raalo y 1 eitenito de produccion, dstribucién y consumo constituiran lun dmbito privilegiade para conocer a fondo las elacones entce Jos géneros en los distntos grupos humanos ycultaras Los principales autores que han investigada en tarna a Ia construceién sock-palitica y econémica del género son Johann Jakob Bachofen, Friedrich Engels, Kate Millet, Schularith, Firestone o Katheleen Barty, Ps Una de las te6ricas més influyentes ha sido Gayle Rubin’, que en 1975 ctee que las relaciones entre sexo y género com formen un sistema que varia de sociedad en sociedad, Acuia el concepto sistema sexo/género, que se caneibe como une estructura social construida por Ta cual, a partic del mero hecho Pioldgico de a diferencia sexual, se erean unas relaciones jer ‘quicas donde se sefala quién debe scupar cada espacio fisica Y simbolicamente. Para Rubin, lo femenino o lo masculino som Convenciones que varian de una sociedad a otra por eso afitma ue el sexo convertido en género es en realidad ua principio, borganizador de cada sociedad. La atribucién sexual (eno, es ita) se utiliza como un modelo de comportamiento y de estar feel mundo determinado por lo que se considera normal para cada grupo, Revisando estuios y datos de sociedades cazadoraerecolec- toras, Rubin se apoya en Engels para argumientar que lasubor ‘inacion de la mujer al hombre, el matrimonio monogémico y desarrollo de la familia como wna unidad econémica autine ‘ma, estén relacionados con el desarrollo dela propiedad privada de los medias de produccién. Asi en las sociedades sin clases, os hombres y las majeres son auténomos y tienen posiciones de ‘igual prestigioy valor; aunque esas posilones sean diferentes, ello no implica necesariamenteinfeririad 0 superioridad, En el dmbito de I antropologia otra investigadora impoctan- te fue la norteamericana Hleanot Burker Leacock, que defendia Ja idea de que las relaciones de produccién son el sje central pra comprender la posicién de las mujeres. A través de elas, estableceré una topology el papel de mnjeresy hombres en st Seno, ya que dichas relacones (el entramade entre producciin, distrbucién, intercambio y consumo) son cruciales para entes der Ins jerarquias socioeconémicas y sexwales. us aportaciones funddamentales han sido el vechazo ala idea de que el estatus dela mujer estédirectamente relacionado con su funciin de pari yeriar hijos el rechazo a que la distincén Piblicojprivado sea una oposicién valida interculturalmente 9 Malis Fe Gs «Fenn Sita cememparoce el mbit aglo- ‘alin en VVAA (cote: Arn i eri de Ira Fem os Smenignces ei, Unveil Cones eM 3” para el andlisis de las velaciones de género, Leacock insistis en Ia importancia de introducir el tema del coloniaismo en las teorias de género, sobre todo para entender la posicion de Jas mujeres del Tercer Mundo, El nvileo de esta preocupacion es la necesidad de distinguir la stuacion de las mujeres en tas distntas sociedadis artes y después de ls emergencia mundial del capitalismo, De este modo, Leacack eoloca el éafasis en la urgencia de emprender estudios etnohistéricos para comprender los cambios y sus consecuencias,y eitica el uso de paradigma madernoftracicional pare analiza la situacién de las mujeres en. las sociedades del Tercer Mundo. Ya en la década de los noventa, se acuiié el concepto de cestratificacion de género para explicar la jerarquizacién social yyla dominacién masculina existeme en la mayor de las socie ddades patriarcales, Frances Mascia-Lees (1995) se reiere a In estraificacion de wénero como: vel sistema de acceso desigual dde hombres y mujeres a los recursos sociales, los privilegios y las oportunidad, y el control dferenciado sobre dichos vecur- sos y privilegias en razin de sexoe™, En casi todas las culturas patriarcales el espacio piblico, la capacidad de decisia, los !medios de produecidn, y el poder econsmica estén en manos de los hombres. Aunque las précticas discriminators contra las ‘mujeres son muy frecuentes en ella, el grado de dominacién masculina y su intensidad varian dependienda de Ia sociedad dela gpacs, Seyiin Sonia Montecino (1997), una de las principales con- tribuciones de este enfoque analiico ha sido, precisamente, el Adescubrimiento de que las mujeres en todas las sociedades tienen na contribucién econémica sustancial y que su estatus no es ‘dependent de su rol como madres ni de so confinamniento a eslera domestica Su estas depencle mas bien desu contro o no respecto al acceso a recursos, la condicin desu trabajo y Ia distr ‘uc de ls products le su trabajo. Retomaremos esta cuestén ‘encel capitulo dedicado a las mujeres, pra profundizar en el an lisis dl poder fernenino alo largo dela historia humana, 3 ‘CONSTRUGEIEN SOCIOSIMGLICA HF LA HEETIDAD De GeNERO En los itimos aitos se ha planteado la importancia de hacer anilisis de género integales que consideren tanto los aportes de Ja construccién simbdica como social, ya que existe una obvia interrelacién entre sociedad, economia y cultura, Axi, se cons diora que el andlisis de ls construcein del género debe englobar 4 estudio tanto de fo que hombres y mujeres hacen, como del "univers simbelico humano. Adeimés de esta visiin global se han afiadide nuevas herr: imientas de investigacién: las variables de clase, etna 0 edad, asi como el contexto en el eval se estructuran los géneros. Para Sonia Montecino (1997) e recurso ala historia ser crucial en el desvelamiento de ls continuidades y los cambios aeaeidas en Tas relaciones de género, y en las multiples formas que adquie ret la identiad y ol género, sPodrisos decir que de un concepo rvecionisa se psn & ‘no plural wun haz de elementos que enigurar lose coe py polimoro dels mujeres y hombres que habitaron ene undo. Entenddo de ete modo, lenfoque de género singe mis eon wna ‘explain que como una asunrsn de rags passa, Sapone ‘un permanente interogacin alot estereoipes sobre lo que so at telacions entre hombres mujeres, una constant puesta en eae tn de las dlorondsy dels conten celles em nv sue (entero, 997). En esa muiplicidad de identidades y de formas de pract ‘ear el género, Robert Conell (1995) encuentra que es més stil ‘entender las masculinidades y las feminidades adoptand una visiin dinimica de la organizacién de la prctica genética; esto dindolos como proyectes de género que se incardinan en los procesos sociales y los universos simbilicos dela cultura Desde los trabajos de Juliet Mitebol y Gayle Rubin en los aos setent, hha quedada claro que el género ea na estructura internamente ‘complejo, en la que se superponen varias kigicas diferentes. Esto hace que Ta masculinidad, asl como la ferinidad, siempre estén ligadas a contradiciones interna y rupturas histéricas, “ 21. {Qube seruna mujer? ‘Constuceion socal ce a dentidad femenina Los roles femeninos [A FEMIMIDAD BS ONA CoKSrHUCEHON SoctAL y cultural elaborada sobre Ia base del pensamiento dicatdmico y jerarquico,y esti atravesada por ideologias hegeménicas y alternativas de igual modo que la masculinidad. Para analizara, parto de una pers pectiva que considera que la identidad femenina es abierta y plural, que consta de numerosas variables que candicionan € influyen en las formas de ser mujer: la educacién recbida, la ‘altura en la que una mujer se cra, el estatus socioecon6mico de la farailia en la que nace, la eligién a la que su familia ‘comunidad pertenece, la etniao Ja raza @ la que pertenecen sus parientes, la gente com la que se relaciona y el grado de confor mia de una persona con los estereotipos y los roles de género ‘que se le adscrben nada ms nacer ‘Teérias queers como Judith Butler 0 autoras postfeministas ceulturales como Donna Haraway ya no hacen del patriarcado Ia unica vara de medir identidades. Ambas rechazan ef exer Cialismo feminista que reduce alas mujeres al falaz dilema de ‘optar entre ser madres y esposas o viclimas progiciatorias, De este modo, la identidad femenina deja de definrse a partir de Ja dominacién maseulina para pasar @ independizarse como ‘una identidad auténoma y potencialmente homosexual, tran 8 sus hijos, cuando antes solo servian para darlesérdenes yy abroncarlos como suprema auoridad. Los hombres estan aprendiendo, poco a poco, a expandir a ‘odo el cuerpo el ertismo. Lemtamente el sexo se va conte plando més como un acto de unidn fisica y espicitual con la tre persona, un acto de imtimidad, de interambio de placeres, no de dominacién,y ello mejora las relaciones y la eomunica ‘én entre amos sexos. Las hombres modernos pueden enten dr ahora que una mujer no quicra hacer of amor, y también comienzan a reelamar su derecho a no hacerlo cuando no les petece: ain se sienten mal si no cumplen, pero algunos se ‘oman con humor los caprichos de su pene, que no furciona si el hombre se encientracansado, impresionado o incdmodo, El tono despreciativa para hablar de las raujeres es ya (en oterminados émbits) poitcamente incorocto. Los hombres, poco a poco, esti aprendiendo a compartir sus problemas de pareja con sus amigos varones; poseen mis libertad y confian: 2a para sincerarse y para aliviar sus proecupaciones, Estamos inllundo de poco hombres, especialmente de hombres de ase ‘mea, con formacién y habitantes de entornos urbanos; pero es tuna seal inequivoca de que el patriareado comienza su deca denca, aunque con lent y deforma desigual ‘Yo creo que la masculinidad y la feminidad no son extemnos ‘opuestos, sino que forman un todo; el ser humano es un complejo lleno de contradicciones y matices de Intensidad y varia en sus comportamientos a lo largo de su vida. Las identi- dadies ya no son estables, de mado que ahora es mas fac cons- ‘wire una propia admitiendo la existencia en uno mismo de caracteristicas pertenecientes a ambas categorias, despolarizdn- dolas, mezcKéndolas como en un juego tetra. De este modo, al reconocer en tno una misma la convivencia patfca de esos rmadelos bisexual y la performatividad del género (Preclado, 32002), la lucha interna de las personas dejaria de ser tan des piadada,y ef género podria dejar de ser um motivo de angustia interna para ls horabres. 354 ‘ Aa.tosestudios gays 1A HETEROSPXUALIDAD ¥ LA HOMOSEXUALIDAD SoM altos instala- ‘dos en el imaginarlo coleetvo patriarcal que divide en dos gr os a la poblacin: los normales los desviados. Segsin Oscar Guaseh (2060) ambos conceptas provienen de narraciones ‘readas artificialment, transmitidas mediante libros sagrados, "Tanto una como la ota son mitos que expican el mundo desde tun punto de vista particular, dee una ideologia que al impo- nerse se convierto en hegeménica, Esta ideologia heterosexual rmavela y constraye neste afectos, emoclones y senthnientos, ‘la vex que justifiea,legitima y refica el orden socal estableci dom Durante el siglo xm, y como resultado de un largo proceso hhstrico de categorizaci6n, a factores como la ead, e sexo, la clase y el vstatus de ls personas, se sma la orietackin sexual como mecanismo de diferenciacin social. En 6 Karoly M. Benkect acufia el término homosexual para hacer referencia 4 un comportamiento especifico que shasta ese mamento no habia tendo ms que nombres genériose, ee ee ee ‘utocpics ee mn a honed cpm es ete ‘Ei/ptonos: pobctende wenecn isos Hanh apo a5 | | i | | Segiin Begofia Enguix (2009), esta necesidad de identifies cin yclasifacién ves un locus en el que se artieulan procesos de dominacién puesto que aquello que se conoee, que puede ser ‘dentifcado, puede ser controlado»'™ Alberto Mira, por su parte, opina que no solo el concept, sing también esas realidades alas que pateceteferise, han sido siempre parte ede una estrategia de demareacion de fronteras| ¥y marginacién dela diferencia |. La homosoxualidad se cons ‘rsiria como una lentdad cuyo fin seria el de reforzar por opo siciéa un modelo: el dela familia heterosexual supuestamente rmanégama confines procreatvoss ‘A finales del siglo x1x, el sexélogo Havelock Ellis definta el lesbianisma de esta manera: «El cardcter principal de una rujer invertda sexvalmente es un clerto grado ce masculin- ‘dad, los movimientos bruscos y enérgics, la acti y el andar, la mirada dtecta, ls infleiones de vor y, sobre todo, ls manera de estar can tn hombre, sin timid ni andaca, son signos para tun observador prevenida, de que ahi existe una anormalidad palquica subyacentes ‘Lo mis importante de esta definicién es que se trata al les bianisina como enfermedad mental; ademés es frecuente que los estudios sobre lesbianismo ralizados a finales del siglo xx, se basen en las relaciones entre mujeres intarnadas en manico- mios eriminales, de modo que se lega a defini el lesbisnismo como uno de los fenémenos propios de las mujeres con tras- loci metal @ estituas: »No es de exttasar por tanto que tanto a prostitutas como a lesblanas se les apliquen los mismos sistemas de curacién: lobotomia, electroshock, extirpaciin de genitals.» (Aldarte, 2006) ‘La mujer que to respondin a lo que se esperaba de su géne- +o, ni cumplia eon sus rales de esposa, madre, cuidadora, era inmediatamente defnida como lesbiana. Se defiia 2 la lesbiana, por el ral, la actividad que desemperaba y no por el aspecto| 15, Pum, Beau eines oat tomonenen, Cat “ie Atop om apg la 19-iadoea Mehad Gai 1: atopao y Maton Heme "ca heros errand 903 Ne ‘rena opentpulgabd 256 ‘emocional, claro definidor de la lesbiana actual Esta manera ‘estereotipada de pensar a la lesbiana como mujer mascalina, subyace todavia hoy en el discuso sexual de nuestras socieda des occidentales, segin Aldacte, l trabajo de la sexologia provoes una campasia en ls eseue las y centtos univesitavios en los afos veinte en Gran Betafa, destinada a prevenir contra el lesbianismo a las mujeres chi cas mis jovenes, de manera que las relaciones entze mujeres hhsbien adquirio un tinte de perversién bastante generalizado, [Asi es como el lsbianismo se convierte en algo perverso, mar ginal y maldito; muchas se refugiaron en matrimonios hetero sexuales o desarrollaron un gran despreco y compasisn por sf ‘misma al acepta la eiquets de invertidas cl imaginario popular el amor entre mujeres, ds que -nanca a lo largo de la historia, empieza 2 asocarse con la enter ‘meded, la desenciay la tragedia. Cuando el lesbianism se om sldera patol6gico muchas mujeres lesbianas se patologizan a sf ‘mismmas suftiendo una falta de identi, entrand en. contiet> con el propio ser femenino y asumiende formas de relacién y valores sexuales maseulinos. En la literatura del siglo xx esrita por lesbianas o que narra historias con protagonistaslesbianas fs recuente encontrarse con personajes tortrados, inelices y ‘que a menudo fantasean con el sic, Sin embargo, en 1930 Sigmund Fread reconace que todos los sores epueden tomar como objeto sexual « personas del mismo sexo 0 a personas del otto sexo... Reparten su libido ya sea de ‘manera manifiesta, ya sea de forma latente sobre abjetos de “ambos sexos>. Alo largo de su obra, Freud defiende su teoria de la bisexualidad originaria y reivindiea el aspecto natural y ro patoldgico de la hornosenualidad, en contra de los sexslogos ¥y sus propios colegas psicoanalistas. Ademés, segtin Freud, la Iheterosexualidad es tan problemtica como la homosexualidad, ¥ todos ™, En eontra de este modelo, existen otras estrestipacines de | virilidad homosexual de sigoo radicalmente contrario. Un ‘op Mia ado om Pea an 265 | flo date 00 oo hones oeralmenthiperviies, te ganas dimensions, plus y barigmes gue gut dele ‘ven yl tne pre qu ecru trio oc agra frase inbldy pra prier ene ecine gv tos ost son una subeultura que aboga por el fn ele

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