LECTURA: LUCAS 12:13-21 “…y lo que has provisto, ¿de quién será?” v.20
Carlos era un hombre que poseía muchas riquezas, te-
nía un chofer llamado Iván, el cual trabajó veinte años a su servicio, transportándolo a él, a su esposa, familiares y amigos; hacía las tareas que le encomendara. Carlos murió. Pasados algunos meses la esposa se casó con el chofer; Iván reflexionó de la siguiente manera: Pensé que yo había estado trabajando veinte años para don Car- los, pero resulta que él trabajo veinte años para mí. Recordamos la parábola de Jesús, relatada por Lucas en el capítulo doce, “y diré a mi alma: Alma, muchos bie- nes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?” Jesús enseñó sobre, “el engaño de las riquezas”. Puede que consideremos el dinero como indispensable para vivir, pero no debemos olvidar que, nada trajimos a este mundo y sin duda nada nos podremos llevar. El engaño consiste en creer que es nuestro y que lo po- demos dejar a quien decidamos, ¿pero podemos planear la vida de la esposa o de los hijos? Ellos la pueden malgastar y como al hijo prodigo comenzar a faltarles. Dios es el protector de los huérfanos y las viudas, de- bemos procurar sembrar en sus vidas el temor a Dios para que ellos alcancen sabiduría, es el verdadero y mejor lega- do que heredaran mil generaciones. Sembrar en quienes nos rodean el conocimiento de Dios y la fe en Él, producirá en ellos sabiduría y será la me- jor herencia que podamos dejar, la cual nunca será arre- batada. Mario Gil Gómez, Colombia