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16 de noviembre 2022
Amalfi, Antioquia.
INTRODUCCIÓN
Existen mujeres que trabajan arduamente con sus hijos al hombro o que tal vez
obedecen directrices de un solo ser supremo “El Cacique”, también existen
mujeres campesinas que al amanecer del día estan con su azadón y pala labrando
la tierra para que el hijo, esposo, nieto o hermano puedan disfrutar de exquisitos
manjares, estan las mujeres que silencian un maltrato o una agresión física para
que nos las corran de su trabajo, pero felizmente vemos que también existen las
mujeres poderosas, luchadoras y con una voz que despierta a otras mujeres que
siguen cegadas por voces machistas que estan alrededor de la tierra.
Las diversidades culturales y étnicas nos han enseñado que la voz genera eco y
que gracias a ella han sido escuchadas miles de consortes que hoy agradecen a
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la tierra, a sus culturas y a su juntaza el poder estar vivas y el celebrar que aquella
conducta llamada <Machismo> esta casi derrumbada. Así es ¡Casi!
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Reconocer a la mujer como sujeto de derecho en Colombia fue un gran reto que
no se dio de la noche a la mañana, para que eso sucediera se presentaron
diversas eventualidades que demostraron ser la fuerza revolucionaria que pone a
las mujeres en un primer plano para que sean reconocidas, acompañadas y
respetadas cada una de ellas. La mujer es multi-diversa, es aquella figura que
vemos en la ciudad, en el pueblo, en el campo, o tal vez en una colonia indígena o
en un grupo hectareo como lo son afrocolombianos, raizales o palenqueras.
Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma
protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos,
libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo,
raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica.
El Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y
efectiva y adoptara medidas en favor de grupos discriminados o
marginados. El Estado protegerá especialmente a aquellas personas que,
por su condición económica, física o mental, se encuentren en circunstancia
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Ahora bien, si hablamos de desposada sin suerte, debemos recordar que muchas
no la han tenido, pero valentía, fuerza y ganas de luchas si les ha sobrado. Ser
negra en Colombia para muchos han sido un pecado, por que tal vez ese gachó la
ha visto sin fuerzas, sin apoyo o tal vez si un eco que pueda elevarse hacia otras
damas de la patria. Ver territorios en los que flagela la violencia y la desigualdad
solo por ser diferentes a los demás, por tener una cultura con mas arraigo y una
gran historia que las vuelve mas poderosas de lo que son, la mujer negra en
Colombia no debe sectorizarse y tampoco debe ser esa burla que en muchos
casos ha sobrepasado los limites de aquel hombre que por alzar la bandera del
poder machista ha logrado hacer lo que nuca debió ser.
Según lo manifiesta Betty Ruth Lozanos, las mujeres negras han vivido en una
sociedad discriminatoria por muchos años y a la vez han sido categorizadas por
diferentes clases que han visto débil la figura de aquella mujer con pieles de color
que lucha incesantemente por conseguir la igualdad en sus territorios. Pero no han
sido las únicas que han venido enfrentando esta lucha, a ellas se suman aquellas
mujeres protectoras y guardianas de los valores culturales que han sido siempre
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las garantes de que sus pueblos permanezcan juntos, si son ellas, las mujeres
indígenas que a pesar de que se habla de sus reconocimientos políticos y
sociales, aún es el hombre quien decide y dirige el hado de su raza.
Hablar de estas mujeres nos debe enorgullecer, han sido ellas quienes nos han
formado desde sus saberes ancestrales, desde la escuela de la vida; la tierra, el
agua y la naturaleza. Su hospitalidad ha salvado a miles de hombres que han
estado en batallas, que han padecido pestes o que tal vez la suerte no ha estado a
favor de ellos, esa hospitalidad es la que refleja Silvia Rivera Cusicanqui, cuando
nos habla de desear lo imposible (Silvia Rivera Cusicanqui 2018) desear aquello
que queremos, buscar la manera de hacerlo realidad y juntarnos para lograr
acciones concretas como por ejemplo la lucha por la igualdad de las mujeres en
Colombia. Así mismo es importante hablar de la realidad que viven estas mujeres
cuando manifestamos que las mujeres organizadas no estan listas para ejercer
cargos o desempeñar actividades que a las cuales no estan llamadas dentro de
sus organizaciones indígenas, en ejemplo, ¿Vemos o existen las “Las Cacicas”?
figura que si entramos o buscamos en la web inmediatamente esta no reconoce la
palabra a lo femenino, sino que nos dirige a los masculino “El Cacique” hasta las
computadoras suelen ser machistas ¿Será logaritmos creados por hombres o es
su naturaleza responder así?
doble de lo que hacen ellas, pero no, ellos solo se limitan a lo que les toca. Quizá
algo parecido con la realidad del campesinado. ¿Campesinado? Si no solo las
mujeres negras sufren de discriminación, no solo las mujeres indígenas tienen
desigualdades laborales, no son solo ellas. Ahora veamos ¡Y donde estan las
mujeres campesinas! Ahí estan, liderando las marchas de ollas y cucharones en
sus hogares, ahí estan, contemplando al macho supremo que las obliga a estar en
la casa, claro, ahí estan esperando que algún día cese este oscuro trato que les
brindan sin piedad.
Para la mujer ha sido difícil reivindicar sus derechos en una lucha histórica,
que ha permitido que se establezcan algunas normas que le reconozcan
sus derechos, logrando con esta lucha algunas posiciones al nivel de los
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Buitrago con su texto citado, da pie a que esta lucha no ha sido de un día para
otro, esta lucha de los derechos que ellas se merecen ha persistido a lo largo del
tiempo y no ha sido tarea fácil. La mujer colombiana esta en la capacidad de vivir
su vida de manera segura, sin estar preocupada por lo que le pasará si atraviesa
una calle sola, o por lo que le dirá un macho alfa cuando ella se monte en un
transporte público, o quizá por recibir un piropo de alguien que dicha mujer ni
siquiera conoce, esas son las acciones que no las deja disfrutar y vivir plenamente
de una vida digna y tranquila. Pero eso esta pasando, ya han reducido las
violencias hacia las mujeres, ya hemos evidenciado acciones que contribuyen a su
seguridad, al fin hay mujeres ocupando altos cargos de poder, ya no son solo las
mujeres que deben hacerse a cargo de sus hijos, ya los hombres deben sacar esa
madre que llevan dentro, por que a las mujeres y mas aun a las mujeres
organizadas les vale madre lo que piensen los hombre de ellas. ¡Si! Las mujeres
estan organizadas, la voz de una, es la voz de todas.
CONCLUSIÓN
La mujer en Colombia debe ser un sujeto con los mismos derechos políticos y
sociales que tienen los hombres de nuestro país. Reconocer el valor de las
mujeres como principales actoras del desarrollo colombiano, es apostarle a la
fuerza viva que tienen ellas para lograr grandes triunfos que solo ellas han sido
capaces de lograr.
Hay luz en el camino, hay luz en los andares de mi tierra, hay luz en un presente
que nos une y en un futuro que nos llama, hay luz para esas mujeres negras,
indígenas, campesinas, del corriente, esas mujeres que son abuelas, madres, tías,
hermanas e hijas, esas mujeres que lloran a sus hijos, que aman a sus esposos y
que en algún momento se convirtieron también en padres de hacha y machete.
Hay luz para aquellas mujeres activistas que alzan la voz para acabar con un país
machista y opresor que aún vulnera sus derechos. Hay una luz de alegría que
reconoce que… ELLAS ALZARON LA VOZ, PERDIERON EL MIEDO Y JUNTAS
DIERON SU GRITO DE INDEPENDENCIA.
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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS