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Neus ueReon Meee Foucault y la teoria queer Michel Foucault ela celaridad ms venerads det pos estruesatsmo francés, algunos que antes se lam lesianas 0 ays revincican ahora eon eral hhomofébico queer .Qué conexon hay ene estos ches? ot acerca as te fe Foucutsobe la seul dad, el poder yeldserso 2 as de os acta represen ‘antes del per Yreado amento queer que han asopado, revsado Este encunto ante free ro, iertiad, la Sexaldad yl polis Foucouty la teoa queer es una excelente inreduccén ls fasrante eas de Fouceuty a desarlo de a aura queer con sus propos puntos de sta exits sce la heteronormatvge, el sadomaroqum, ‘wavestsmo, et cambo de 5x0, ial des generos, la liberadén en oposicin a a eferencia, el capitalise ‘aro ye impacto cel sca en as eos y ls practices. Tamsin Spargo rata como acta antes de ocupar ‘actual pos éomo preesora de Literatura y Estudios Histor en ls Universi John Lverpoo Sus temas de investiga later erica y cura Ait) _ gedisa taal : : [ENCUENTROS CONTEMPORANEOS] ‘Raiward Sala y ta historiogralid ~ Shelley Walia (Chomsky y Ia globalizactén ‘Jeremy Fox Hawking y la mente de dios Peter Coles ‘Lyotard y lo inhumane ‘Stuart Sim Darwin y el fundamentalismo Merry! Wyn Davies Marshall MeLuhan y la vitualidad ‘Chustopher Horrocks ‘Barthes y el imperio de los signoe Peter Pericles Trfonas Hlldegger y os nazis Sell Coline ‘Wittgenstein y ol psicoanslisis ‘John M. Heston Lacan y ef posteminismo zabeths Wright Baudrillard y el milenio (Christopher Horrocks FOUCAULT Y LA TEORIA QUEER Tamsin Spargo gedisa ‘cohort ‘fo del origin en ngs: ‘Feucuitand Queer Theory ‘© Published nthe Un 2000 by Ioan Books Lit, Grange Road. Dunford, Cambridge C82 AGF “Text epyrghe © 1900 by Tatain Spango Cover tuwtzston 1008 ty Seve Ratiogs ‘Adaptation det sete: Syste Sans Primers edn: eptembee de 2008, Hareko Derechos eserves para td oisneseneasttiano oars Geen S.A Paseo Bonanora, 9181 (ots Ran. apa Corres set: geste gd com epee ge on eps eat B 37516-2004 Inpro pr: Romany Vals erdager 1 06788 Cupellages Barcelona) prec en Hapa Priel oan ‘Queda pride ta reproduc total o paca por evs esto de inprené, en forma Wdéaicn, extortion 0 medica, ‘en eaetaanoo en easier ot ome. indice Cuestiones de sexo . Quien es Foucault? Qué es la teoria queer? Una genealogia queer . Sexo, verdad y discurso Sclentia sexualis. .... Ta construccion de la homosexualidad Poder y resistencia . Las reacciones suseitadas por Foucault - Las décadas de 1970 y 1980 . Crisis de identidad ‘Estamos aqui, somos queer, yacostiimbrensele La teoria queer Foucault queer Heterosexualidad versus ‘homosexualidad Volverse personal .- Lo que vio Buller 1... 5 Les sees queers pevfammances queer i 79 83 5. 89, Cuestiones de sexo ‘timamente, ha estado circulando mucho mate ral queer en las universidades. Barbie, Shakes peare ¢ incluso Jane Austen han sido sometides fun relogue queer, Bart Simpson se pasea por Jas calles luciendo un triangulo rosa, yla palabra «queer, antes voeiferada 0 murmurada como un ‘nsulto, es pronunciada hoy orgullosamente como un indicador de transgresion por quienes una vez se lamaron a si mismos lesbianas 0 gays. ¢De ‘qué se trata todo esto? Hace algunos anos, s¢ decia en Inglaterra que ‘el director del Canal 4 era un ualidad zha estado esperando que la liberemos, y rnos liberemos, de las restrieciones sociales? Foucault rechazé esta chipdtesis represivar y ‘afirmé que las pruebas aportadas por el siglo x0 no indicaban la prohibicion de hablar sobre la ‘sexualidad, sino una considerable prolieracion de discursos sobre la sexualidad. Cabe preguntarse entonces qué era, qué es la sexualidad. Segiin el argumento de Foucault, la sexualidad no es una ‘aracteristica natural 0 un hecho de la vida hu- ‘mana, sino una categoria construida a partir dela experiencia, cuyos origenes son histéricos, socia~ les y culturales mas que biologicos. Esta concep- clon de la sexualidad es dificil de entender por ‘cuanto contradice nuestra intuicién. La sexuall- dad, a semejanza del género, parece estar simple- 20 FOUCAULT Y LA TEORIA QUEER mente alli, pero es también algo especial, perso: nal, que incumbe a nuestros sdeseos mas inti- most, esto es, a quién queremos, qué queremos, como queremos. Esta dentro de nosotros y nos pertenece, es nuestra propiedad. No obstante, el hecho de creer a tal punto que la sexualidad es al- go natural no significa que lo sea. ‘Tampoco significa que Foucault desechara cual- aquier dimensién bielégica, sino que dio prioridad al papel fundamental desempenado por las institu- clones y ls discursos en la formacion de la sexua- dad. De acuerdo con David Halperin, autor de Saint Foucault: Towards a Gay Hagiography, Fou- cault no comenté explicitamente las causas del de- seo por el mismo eexo, Cuando ee le pregunts so- bre la distincién entre predisposieion innata a la homosexualicad y condictonamiento soctal, su res- puesta fue la siguiente: «obre esta cuestion no tengo absolutamente nada que decir? En lugar de persegulr la werdad flusoria de la sexualidad hu- ‘mana, Foucault se dispuso a examinar su produc cion. En una palabra, le interesaba menos la se- sualidad que su funcionamiento dentro de la sociedad, a Scientia sexualis ‘Mientras los pslcoanalistas alentaban a sus pa~ cientes a explorar los secretos sexuales que podian ‘esconder la clave de su salud mental y emocional, Foucault comenz6 a examinar como el psicoanali- ais (entre otros discursos) nos invita o, mejor di- ccho, nes incita a producir un conocimiento de la ‘sextalidad que es, en si mismo, cultural mas que natural, y que contribuye al mantenimtento de re- laciones especifieas de poder. El psicoanalisis puede considerarse la altima de una amplia gama de pricticas diseursivas que ‘procuraron no silenciar ni reprinir Ia sexualidad, ‘sino hacer que la gente hablara sobre el tema (7 sobre si misma) de un determinado modo. La seientia semualis de Occidente, como la denomind Foucault (contraponiéndola al ars erotica vigente ‘en culturas como las de China, Japén, India y el Imperio Romano, basada en la multiplicacion de los placeres), se centro en encontrar la verdad (vergonzosa) Sobre la sexualidad y utiliz6 et méto- do de la confesion como el procedimiento clave pa- 23 a descubritia. A partir de a confesion cristiana, pasando por las practicas médicas, judiciales y fa. mliares, hasta la cleneia contemporanea del psi- coanalisis, es posible trazar la historia de hom- bres y mujeres, de jovenes de ambos sexos que cescrutaron sus deseos, emociones y pensamnientos pasados y presentes y los comuniearan a otro, Contarle al sacerdote ios propios pecados, descri- bir los sintomas al médico, emprender la cura por la palabra era confesar pecadas, confesar enfer- ‘medades, confesar delitos, confesar la verdad. ¥ la verdad era sexual En todas estas escenas confesionales, el ha- blante produce una narrativa de 5u sexualidad, Iinterpretada por una figura de autoridad, La ever- dads revelada en este proceso elertamente m0 es deseublerta sino producida. Existe como conoci- miento dentro de un diseurso especifico y esti ‘vinculada al poder. Al igual que en toda su obra, el poder es interpretado aqui como una cuestién de relaciones complejas, y no como una propiedad inherente a un individuo o clase en particular. Foucault se preguntd qué estaba en juego en la construccion de la sexualidad en los diferentes pe- Fiodos historicos y como eirculaba el poder a tra- vvés de la produecién del saber acerca del sexo. A partir del siglo xvin, segan el pensador fran- ts, se considerd que la sextalidad era algo que ddebia regularse y administrarse, pero no someter- ‘sea julcto. Desde largo tiempo atts, la Iglesia y el 2m Derecho se aban interesado en regular la sexua. Iidad, pero en Ia era de la Itustracion surgieron ‘nuevos regimenes de gobierno que se centraron ‘en el individuo corporizado y sexual. Las versiones ‘modificadas, seculares, de la confesion constitu- yyeron el nticleo de una variedad de téenicas desti- rhadas a internalizar las normas sociales. En este contexto comenzaron a formularse muchas de las maneras de comprender la sexualidad ain hoy predominantes, incluida la oposicion entre homo: sexualidad y heterosexualidad, La construccién de la homosexualidad ‘Afirmar que la homosexualidad moderna tiene un origen comparativamente reciente constituye uno de los asertos mas provocalives de Foucault, que ‘2ctu6 como catalizador para el desarrollo de la teoria queer. Muchos historiadores de la homose- >ualidad han tenido la perspicacia de establecer conexiones y continuidades entre las identidades y los comportamientos homosexuales del siglo x,y los de épocas anteriores, Foucault, por el ccontrario, insisti6 en que la categoria de lo homo- sexual surgié a partir de un contexto especitico en la década de 1870 y que, a semejanza de la se- sualidad, es preciso considerarla tuna categoria construida del conoeimiento, y no una identidad descublerta. Foucault no dijo que no existieran relaciones sexuales entre individuos del mismo sexo antes del siglo xx. En el Renacimiento, por ejemplo, prcticas sexuales como la sodomia eran conde- nadas por la Iglesia y prohibidas por la ley, se las eferciera entre hombres o entre hombres ¥ muje- res, La primera forma de regular las précticas "semuales diferia fundamentalmente de la del siglo 20% pues esta tltima afirmaba tdentificar lo que Foucault denomina una «especies: un tipo abe~ rrante de ser humano definido por la sexualidad erversa. Ast pues, en tanto que los hombres y _muyjeres del siglo x01 se veian obligados a confesar que habian incurrido en précticas sexuales ver gonzosas contra Ia ley divina y la terrenal,e! hom. bre de fines del siglo xx que tenfa tna relacion se xual con otro hombre seria ealificado (e inductdo a calificarse a si mismo) como shomosexuals. ‘Junio con otros tipos de sujeto cuya sexualidad ‘interesaba particularmente a la clencia médica decimonénica (incluidas las mujeres, los mines y las clases trabafadoras), el shomosexual» pasé a ser el centro de una variedad de estudios y estra- tegias. Estas stecnologias del sexos se conetbieron para preservar y promover una poblacién (0 fuer- za laboral) productiva y procreadora, susceptible de satisfacer las necesidades de un sistema capi. (alista én desarrolio. La unidad clave de este or den social era la familia burguesa. en cuyo seno se engendraria la futura fuerza laboral. Ello con dujo, por ejemplo, a un interés sin precedentes por el sproblemay de la masturbacion infantil. y a ‘una proliferacién de textos y estrategias para con- trolar el comportamiento sexual de los nifios, Dentro de este marco reproductivo, los deseos y ‘Précticas tocantes al mismo sexo eran problemas 28 FOUCAULT Y LA TEORIA QUEER de bs cunles habia. queocupare,sberracohes dé opin proces '* Ghomoceual eel ue de, estaba ecto un indagacton estemdticn en una ampla ina de campos decusioe, etre oto, in Go- ogra, ln educactn y cl derecho, encergados de proteger la salud y la pureea de la poblacon Mientras que al hombre o la mujer del sig xt Que confemaban haber cometido sodomia se los Sovencia dea pecaminceiad del aco, en eee to del homooertal de fines del siglo x% se hacia ftncaple no en la aclonee, sino en la condi ‘ienticamentesdeterminada del indviduo. Se fin palabras de Foucault ska homovexualidad frpresento una de las formas e in scoala Cumndo fue tasladada dela prtien dela sod: mia un tipo de androginia interior, ain hema foie ela. Bl sodonta habia sido una fberracion pasajera: el homeecnus) era ahora tna especie" Yee pensd i el homosexual eta tn totalmente inmerao en i sexualiad:vesta se hala presente en toda su persona, ena fle de todas sus acconesns Poder y resistencia Les aspects negatives de la construccién de la homosexualidad a fines del siglo xx a principios ‘del xX son harto evidentes. El hecho de que una posicién de sujeto o identidad se construya, no la ‘hace menos real para el identificado. El homose- xual ingres6 en la patologia como una clase per- versa 0 andmala, un caso de desarrollo detenido ddigno de tratamiento; en suma, una aberracion de lanorma heterosexual. En su condicion de tal, es- taba sometido a los efectos del control social que Jo disciplinaban, marginalizaban y subordinaban, Foucault fue eriticado por tener un modelo con~ servador del poder, aunque siempre lo consider® como algo que generaba resistencia y nunca la contenia por completo: «No hay relaciones de po- der sin resistencias; estas son mas reales y efecti- ‘vas, porque se forman cuando se ejercen las rela clones de poder; la resistencia al poder no tiene aque provenir de otra parte para ser real, nl tampo- co se frusta inexorablemente por ser compatriota del poder....* a Una caracteristica fundamental. del analisis ‘fSucaultiano es su énfasis en'la produccién del sdiscurso inversov: «No hay duda de que la apari- clon en la psiquiatra, 1a jurisprudencia y la itera ‘tura decimonénicas de una serie completa de dis. cursos sobre las especies y subespecies de la homosexualidad, la inversién, la pederastia y el “hermatroditismo psiquico" hicieron posible un fuerte avance de los controles sociales en esta rea de “perversién’; pero asimismo permitio la formacion de un discurso “inverso": la homose- xualidad comenzo a hablar en su propio nombre, @ exigir que se reconociera su legitimidad o “nati, ralidad”, a menudo utilizando el mistno voeabula. lo y las mismas categorias por los cuales se 1a Aescalificaba desde el punto de vista médicor. Es posible distingutr en este modelo del discur- so inverso el germen de la politica identitaria, ‘Quienes son producides como sujetos andmalos, shomosexualest, pueden encontrar una eatisa co. ‘min, una vor de disenso comin que convierta Ia confesién en profesién El discurso de la sexologia. rodujo, por ejemplo, la eategoria identitaria de ‘lnvertidos como una aberracién de la norma, pe- +o también le permitié al individuo cuestionar ou Posicién social y politica. Suministrd, ademas, un Vocabulario y un saber que los sujetos podian uti, sar estratégicamente. Como se ha demostrado en ‘trabajos recientes, hubo varias intentos explicitos de reorganizar el conocimtento y la retdrica de la Py rr FOUCAULT Y LA TEORIA QUEER taverion ¥ de la homosemvalidad para pedtr i Gespenaizacion fines de sig me ero cl andlisis foucauliano de las «spirals rerpetuas del podery del pacer products en oa (iacuros del seualided, no parte reduce fa Samente a tuna oposcn bara entre dscurs y Aiscurs tavere,’ oss sexual de a sole, dad moderna es wna ret dintmica donde la opt rzacn del poder se ogra con.y mente la Uplicacon de os placeres, “no mediante sa prohibiein orestrceiin*Excepo en terns tr Gisonales, es fel consderar el poder como una foe moa gc sie aon» gu cl andiie mas sul de Foucault sobre fsreatatuto en cumnto reaciin que samitanes: mente vila y prodice, nos ene pensar mf lla 4 alia pttioaconvencional dea domnacion Ya resistencia. La reaciones de poder no pueden ‘er simplemente trastocadas inertia Varios erteosadrtieron que Foucault termina «i primer tome de Fistra dela seal con tina ineocacton aun fiturodierente respecte de ‘a economia dels euerpos y los placeesy, Ya no sujeta ala eevern monarquia del sexon alguns to han interpretado como un momento atopea Pero si se tata de tn acta de imaginaio, enon. ces no hay rz alguna para suponer que el at Fo imaginado mpligue tn meoramtento. Bn los tomos2y 3, Stu del placery La preocupacn de st mismo, Foucasltanalizs los enfoques del sexo 3 dentro de las primeras formactones étjcas y socia- Jes que contrastaban con las de la medernidad oo. ‘idental. Se centro en las téenicas griega y.romana ~ hasta queer, y ‘observar cémo cada uno de ellos implicaba postbi- lidades y problemas, tanto para los individuos co- ‘mo para la aceion politica, generados a través de Is relaciones con los discursos y saberes domi- nantes. Las categorias se suceden unas a otras, aunque hubo superposiciones significativas clau- 50 i i \ i FOUCAULT ¥ LA TERIA QUEER suradas por una historia lineal, Los relatos tradi- cionales de la historia de la sexualidad tendieron a ‘minimizar aspectos importantes del pasado que no ‘se ajustan al modelo de una progresion desde Ia represin @ la lberacion, inciuidas subculturas ‘queer tales como las comunidades de lesbianas butch,fem de la década de 1960. Estas subcultu- ras, predecesoras de la condicién gay, tienen mas fen comin con la cultura queer de hoy. Pero st queer» se considera ante todo el fundamento de ‘una nueva identidad politica, entonces esta nece- sariamente destinado a excluir y restringir; esto se refleja en el malestar con que muchos individuos ven la perspectiva de Identificarse como queer. La teorfa queer ‘Aun cuando el uso popular de «queers se aplique cfectivamente a una categoria identitaria adicional o alternativa, la teoria queer no puede interpretar- se simplemente como el soporte de este momento cultural, El desencanto de los tedricas queer con al: ‘gunos aspectos de la politica gay y lesbiana no im- plica un simple rechazo de la normatividad de esas, ceategorias particulares, sino que proviene, més Den, de una comprension diferente de la dentidad y del poder. Sia cultura queer ha reclamado para ‘siun adjetivo que contrasta con la relativa respeta- bilidad de «gay: y slesbianas, entonees cabe consi- derar la teoria queer como un «queer movilizadr, ‘como un verbo que desestabiliza los supuestos £0: bre el ser y el hacer sexuado y sexual. En teoria, 1o (queer esti en perpetua discordaneta con lo normal, con la norma, sea esta la heterosesualidad domi ante ola dentidad gay /lesbiana. En una palabra, es definitivamente exoentrico, a-normal. La teoria queer utiliza varias ideas de la teoria postestructuralista, incluidos los modelos psi- 3 ccoanaliticos de la identidad descentrada, Inesta- ble de Lacan, la decontruceién de las estructuras ‘conceptuales y lingtisticas binarias de Derrida y, or supuesto, el modelo del diseurso, el conoci- ‘iento y el poder de Foucault No se orfgina en un momento especifio, pero a ‘menudo se considera, retrospectivamente, que co- ‘menz6 a cristalizarse 2 partir de tna serie de con- ferencias académicas dictadas en Estados Unidos a fines de la década de 1980 sobre topicos gays y Jesbianos relacionados con las teorias postestrtic- turalistas, Los estudios lamados colectivamente steoria queer pertenecen a las humanidades, a Ia histo- tia, a los estudios culturales y iterarios y ala filo- sofia, aunque los tépicos incluyen los discursos cientifico y legal, entre otros. Los escritores se in- teresan en igual medida por la politica de la repre- sentacion y estén igualmente capacitados para el analtsis de la cultura eserita y visual, desde la I+ ‘teratura y el cine hasta el diseurso politico. Mu- hos trabajaron, y todavia lo hacen, dentro de los programas de estudios gays y lesbianos, cuyo nii- ‘mero erecio répldamente a medida que la teoria ‘queer cobraba influencia. 1a relacién entre la teoria queer y Jos estudio ‘gays /lebianos es complicada. Algunos eseritores y docentes se desplazan entre los dos campos 0 bien adoptan uno de los términos para su trabajo ‘cuando ello les parece estratégieamente apropiado, 56 | | | | FOUCAULT Y LA TEORIA QUEER de la misma manera en que las identidades gay, lesbiana o queer pueden parecer apropiadas en contextos diferentes. Pero hay quienes piensan que lo queer induce a pasar por alto o desestimar el trabajo teérico 0 eritico gay/lesbiano, del mismo ‘modo en que la fama de Foucault opaca las obras ‘similares escritas por historiadores menos en bo- ga. A semejanca del pensador francés, muchos ‘académtcos participan en diferentes formas de ac- tuvismo politico, y tal vez sea conveniente compren- ‘der la relacion entre Ia tearia queer y los estudios gay-lesbianos en términos foucaultianos como parte de una red dinamica de distintos pero super. puestos campos del saber y la practica discursiva. Foucault queer Algunos estudios queer han continuade el proyec- to de Foucault, explorando las diversas formacio- nes de las diferentes identidades sexuales pasa- das y presentes. Los estudios de David Halperin sobre la sexualidad en la Grecia elasica y en la propia obra de Foucault, el estudio en curso de Gayle Rubin de la comunidad masculina gay del ‘cuero en San Francisco y la obra de Martha Vict- nnlus sobre la identidad lesbiana, constituyen efemplos sin duda notables. La teoria queer sub- yyace en los trabajos sobre los discursos y cons- trueciones homofdbicas de Cindy Patton, Simon ‘Watney y otros autores, Muchas estudios queer se centran en las relaciones entre las sexualidades sy, esblana y disidente, y la produceién cultural De este campo se ocupan, por ejemplo, Joseph Bristow, Ed Cohen, Jonathan Dollimore, Lee Edel- ‘man, Alan Sinfield ¢ Yvonne Yarboro Bejarano. Los textos y autores queer se han multiplicado dristicamente durante la década de 1990, al igual que los cursos universitarios tocantes a esa teoria, or CCabe considerar que los estuclios mas localiza os constituyen la franja mas foucaultiana de fa ‘teoria queer, por cuanto su atencién se centra en los mecanismos de las formaciones culturales cespecificas y en las relaciones de poder. No obs ‘ante, y sin minimizar su importancia, en lo que resta del ensayo quiero centrarme en algunos ¢s- ‘tudios que han conjugado las ideas de Foucault con las de otros modelos teéricos y Mloséficos afin de explorar las niormas y procesos de normaliza- ‘cién que sustentan el sistema sexual vigente Uno de los primeros tépicos examinados por Jos te6ricos queer fue la oposicion heterosexuall- ‘dad /homosexualidad, operante en el mtcleo con- ceplual tanto de los discursos tradicionales ho- ‘mofobicos como de los antihomofébicos. Heterosexualidad versus homosexualidad Si ln homosexalidad es un producto cultural, segin allrmo Foucault, entonces qué es la hete- rosexualidad? 2¥ por qué se la jurga como Ia se- swialidad natural, normal? gPor qué la sociedad occidental esta gobernada por Io que Ios teiricos queer denominaron sheteronormatividad®? La Feproducclén humana puede requert la conti- ‘cian del esperma y del ovulo del hombre y la mujer: sin embargo, argument6 Foucault, la se- swualdad es un producto cultural que no puede considerarse una simple extensin de um proceso biologic Si Ia homosexual ¢9 una eategoria cultural eapeciics, entonces Ia heterosemulidad debe tener una historia susceptible de anaisis Cabe pensar que dicho andlisis consticaye wna necesiad politica: cde qué sirve, cules son los peligros de aceptar que no existe tna identidad homosexual natural, unificada, st el supuesto de tuna heterosesialidad natural es irrecusable? Los estudios queer centraos en esta oposicion combinan la historia de a sexualidad de Foucstlt 59 con el andlisis textual deconstruetivo, En su intro- @uceion a una coleccién de ensayos titwlados Irist- de/Out: Lesbian Theortes, Gays Theories (1991), Diana Fuss aplica la nocion de Jacques Derrida de ssuplementor al andlisis de la oposieién hetero. sexual homosexual. EI suplemento (aqui homose- >aual) es lo que parece ser una adicién a un térmi- no aparentemente original, pero del que depende €l supuesto original (heterosexual), Por tanto, la heterosexualidad puede entenderse como un pro- ducto de la homosexualidad o, mas bien, del mis- ‘mo marco conceptual. ¢Por qué se lleg® a con- siderar entonces que la homosexualidad era la parte inferior de lo que podia ser una oposicién. de iguales? No existe oposicién alguna en es- pléndido aislamiento, pues toda oposieton opera a través de su relacion con otros. Por ejemplo, la ‘tradicional oposicién varon/mujer, mutuamente dependiente pero antagéntca, ha adquirido su es: tructura Jerarquica en virtud de si asociacion on otras oposiciones: racional/emocional, fuer- te/débil, activo/pasivo, ete. Heterosexual /homo- sexual se halla igualmente presa en una red de ‘oposiciones que la sustentan, A manera de ejemplo, Fuss examiné la interde- endeneia de heterosexual/homosexual y la opo- sicion conexa dentro/fuera en las culturas domi- nantes y oposicionales. Ademds de la division obvi entre los heterosexuales que estan dentro y los homosexuales que estin fuera de la sociedad ca FOUCAULT ¥ LA TEORIA QUEER Jheemonica, este movimiento dialectal puede ras- ‘trearse en Ia retorica del estar ueras, lo cual in- ddica sus limitaciones como proyects berador. Declarar que estamos fuera del confinamiento de Ja sexualidad oculta suele ser liberador desde cl punto de vista personal, pero implica tanto reco- nocer la centralidad de la heterosexualidad como reforzar la marginalidad de quienes todavia estan. dentro. En suma, es imposible desplazarse total- ‘mente fuera de la heterosexualidad, La obra de Foucault y la experiencia de ciertas politicas homosexuales afirmativas han demostra- do que exigir el reconocimiento de una identidad homosexual distintiva reafirma, inevitablemente, ‘una oposicidn binaria y desigual entre lo homose_ xual y lo heterosexual. Por consiguiente, en lugar de desplazarse fuera de la oposicion o de invertir- Ja, Ia teoria queer examina las formas mediante Jas cuales la oposicion ha moldeado las Jerarquias ‘morales y politicas del saber y del poder. En este campo, la obra més exhaustiva es la de Eve Kosofsky Sedgwick, la critica literarta a quien los Rolling Stones lamaron sla reina de la voz suave de los estudios gays Sedgwick no ofrece en su obra un camino que ‘rascienda lo binarto, pero comienza a identificar los procesos mediante los cuales el enorme privi- legio conceptual de la heterosexualidad esta inser to en una amplisima gama de discursos. Al hacer- Jo, descubre hasta qué punto la promocién de la o heterosessualidad normativa depende de la-homo- sexualidad estigmatizada. En Between Men: Ei glish Literature and Male Homosocial Desire [Entre hombres: Literatura inglesa y deseo homosocial masculino} (1985), la autora examina como el vineulo homosocial masculino se estructura en tomo de la hostilidad a la homosexualidad. En Epistemology of the Closet [Epistemologia del ano- ‘nimato] (1990) afirmé que el sanonimatos, 0 el ré- fimen del esecreto a voces: relacionado con la ho- ‘mosexualidad, estructuré profundamente las {eas sobre el valor y el saber en la sociedad occi- dental moderna. La tensa relacién entre conocimiento, poder y ‘sexo se pone de manifiesto en la recepetén acadé- ica de algunos eseritos queer, La obra de Sedg- wick a menudo toma la forma de estudios de caso ‘extraidos de textos iterarios, un ejercicio acadé- ‘icamente tradicional, Su ensayo sobre la mas- ‘urbacién como tn tropo en Sensatez y sentimien- tos, de Jane Austen, caus6 gran consternacién en algunos eirculos académicos estadounidenses, y se lo suele presentar como un simbolo de Ia in- fluencia corruptora de la teoria queer en una dis- ‘ciplina inocente."* La inquietud sobre la conve- niencia de enseiar temas queer, gays o lesbianos se vineula elaramente con el temor de que el topt- co pueda corromper al estudiante. En Gran Breta ‘aa, el ejemplo mas palmario de este temor fue Ia ‘Seeclon 28 del Acta de Gobierno Local de 1988, eo FOUCAULT ¥ LA TEORIA QUEER que prohibia la «promocién de la homosexalidad por parte de las escuetas. ‘Aunque tal legislacién se asienta en la idea ho- mofébica de nies inocentes (e implicitamente he- terosexuales) levados por mal camino, en realidad plantea la pregunta acerca de eémo Hlegamos a ‘considerarnos gays y heterosexuales. Sila hetero- ssexualidad y la homosexualidad son categorias de conocimiento y no propiedades innatas, cabe pre- guntarse cémo, en nuestra condicion de indivi- duos, aprendemos a conocernos en este aspecto, ‘Tales interrogantes resultan fundamentales pa- a las obras mis ambiciosas dentro de la teoria ‘queer, cuyas ideas se desarrollan partiendo de Foucault y de otros tedricos postestructuralistas, ¥ cuyo objetivo es la ereacién de una nueva y po- Temica teoria del género, la sexuatidad, el cuerpo y Ja subjetividad. Volverse personal Una caracteristica esencial del andlisis de la se~ sxualidad de Foucault y de las interpretaciones pos- testructuralista y queer conexas consiste en no ‘considerar al individuo como un sujeto auténomo cartesiano (Pienso, luego existos), poseedor de una ‘dentidad innata o esencial cuya existencia no de- pende del lenguaje. Lo que comin o casualmente ensamos que es el yor (0 el si mismo), no es sino ‘una flecion socialmente construida (aunque grave), Jun producto del lenguaje y de los discursos especi- ficos vinculados con las divisiones del saber. Puedo creer que soy singular y esencialmente yo misma y ue estoy comprometida en el proceso, permanent te ya menudo frustrante, de tratar de expresarme Y expresar mis intenciones y propésites ante los ‘otros mediante el lenguaje. Pero esta creencia, e5- ‘a sensacién de individualidad y autonomia es, en si misma, un constructo social y no el reconoct- imiento de un hecho natural. ‘Del mismo modo en que el género parece ser un ‘componente fundante de mi identidad, mis prefe- 6 rencias y descos sexuales parccen ser esenciales para sentir y saber acabadamente quién soy. Es probable que a fines del siglo xx plense en mi se- xualidad en funcién de un abanico de posibles Jdentidades -heterosexual, gay, lesbiana, bisexual relacionadas estrechamente con mi clasificacion del genero, Puedo considerarme un hombre gay 0 ‘una mujer heterosexual, pero me resultaria harto problemético pensarme a mi misma como un hom- ‘bre lesbiano (jun tema del que me ocupare luego! ‘Lo que me permite pensar que tengo una identidad de cualquier tipo son los discursos y saberes mis- ‘mos que producen y controlan la sexualidad tanto ‘como el genero, Las palabras que uso, los pensa- iientos que albergo, estén indisolublemente liga dos a mis construcciones, socialmente determina ‘das, de la realidad; asi como veo los colores ‘definidos por el espectro, también percibo mi iden- tidad sexual dentro de un conjunto de «opciones establecidas por una red cultural de discursos. Lo que vio Butler Gender Trouble: Feminism and the Subversion of entity, de Judith Butler, publicado en 1980, es probablemente el texto mas influyente dentro de Ia teoria queer. Butler desarrolla explicitamente la bra de Foucault relacionandola con las teorias fe- ‘ministas del género con el propésito de exponer y explorar los modelos naturalizados y normatives del genero y la heterosexualidad, ‘Muchas criticas feministas advirtieron que el estudio de Foucault se centraba cast exclusiva- mente en la produccion de Ia homosexualidad ‘masculina. Mientras que algunas explicaron el he- ‘cho refiriéndolo a un supuesto androcentrismo ‘autoral, para otras no era sino el resultado de los contextos historicos que él examiné (por ejemplo, los discursos legales), en los cuales se habia pasa~ do por alto la sexualidad femenina. En ambos ca- 50s, @ las feministas les preocupaba que algunos seguidores de Foucault subestimasen la impor- tancia del género. Aunque la obra del pensador francés permitio que los trabajos sobre la sexta a7 ‘dad se emprendieran por derecho propio yo ¢3- ‘mo subsidiarios del andlisis de género, las relacio- nes internas entre las dos categorias de pensa- ‘miento moderno constituian un sitio evidente para estudios e intervenciones futuras. BE] estudio de Butler le devuelve al género su posicion central en el andlisis de los deseos y rela ‘clones sexuales, pero no para preservarlo como fundamento de la solidaridad politica. Adopta, por el contrario, el argumento foucaultiano segiin el cual la sexualidad se produce discursivamente, y Jo extiende para incluir el género, Butler presenta el género como un efecto performativo expertmen- tado por el individuo como una identidad natural, ¥y 8e opone al supuesto de que la categoria identi. ‘aria, generizada, de emujers pueda ser la base de 1 politica feminista, aduciendo que las tentativas de presentar cualquier identidad como fundamen- to, reforzaran, inevitable o inadvertidamente, las estructuras normativas binarias de las relaciones sexuales, de género y bidinales vigentes, El género, argumenta Butler, no es la extension conceptual 6 cultural del sexo biol6gico/cromoso- matico (una lectura feminista establecida), sino ‘una practica discursiva permanente estructurada hoy en torno al concepto de heterosexualidad, en- tendida como la norma de las relaciones huma- nas. La heterosexualidad compulsiva se afinca en 1 género mediante la produccién de tabties contra Ja homosexualidad, cuyo resultado es la falsa FOUCAULT Y LA TEORIA QUEER coherencia de los géneros aparentémente estables, tunldos a los sexos bioldgicos adectiados. Por esta razon, parece absurdo identificarse como un horn- bre lesbiano. Pero las conexiones entre sexo y gé- nero no son ni inevitables ni naturales. Si la sexualidad es un constructo cultural 0 ‘una categoria de eonocimiento, y s, como insisten las feministas, el género esta culturalmente pro- ducido, gentonces por qué suponemos que el ‘sexo, concebido como una oposicién binaria entre el varén y la mujer, simplemente existe? Al final de la introduccion a su Historia... seiala Butler, Foucault afirma que el wsexor misino es una cate- {oriaficticia, interpretada como fuente y causa del deseo. El cuerpo no es naturalmente ssexuador, pero llega a serlo a través de procesos culturales ue se valen de la produccién de sexualidad para extender y fortalecer relaciones de poder especifi- cas. No obstante, la idea de que el cuerpo es natu: ral y no pertenece al mismo orden que los proce- s0s culturales es, sin duda, poderosa, como lo revel (inesperadamene) lt propia obra de Fou- ccault. Butler retoma a Foucault y descubre que en stu argumento global hay una metafora o figura reeu- renie: el cuerpo es la superficie donde la historia, scribe o imprime los valores culturales. Ello tm- plicaria que el cuerpo lene una matertalidad an- terfor al significado, dea que Butler encuentra problematica y, por tanto, busea la manera de in- 0 ‘erpretar el cuerpo como prictica signiicante. En la obra de Mary Douglas y Simon Watney sobre Jos discursos que construyen los margenes y las fronteras del cuerpo (incluidos los discursos sobre cl sida), Butler descubre la postbilidad de desarro- lar el andlisis de Foucault mas alla de sus fronte- ras limites, y de explorar el cuerpo entendido co- ‘mo una frontera que media y divide lo interno y lo ‘externo para producir la experiencia de ser un Su: jelo estable, coherente, En Inger de trascender el ‘andlisis, el cuerpo, a semejanza de la sexualidad, puede tener tuna genealogia. Mientras que Foucault generalmente aborda et psicoandltsis como un discurso mas digno de es- tudio que de aplicacién, Butler utiliza ideas de Freud, Kristeva, Lacan, Witigy otros a fin de exa- minar la manera en que se producen los efectos identitarios a través de la diferenciacion entre el sujeto y el Otro, y de la produccién de un nécleo ‘terior ficctonal, Para Butler, es mediante la repeticon estilizada de actos, gestos y movimlentos corporales especii- 08 como se crea el efecto de género, entendido co- ‘mo stemporalidad social. No nos comportamos de cierta manera debido a nuestra identidad de gé- nero, sino que obtenemos dicha identidad median- te esas pautas culturales, que sustentan las nor- ‘mas del género. Bl proceso de repeticion es “una reconstruceon y. al mismo tiempo, una reexperi- ‘mentacion de un conjunto de significados ya esta- 0 FOUCAULT Y LA TEORIA QUEER blecldos soctalmente; y es la forma mundana y r= ‘ualizada de legitimarioss.* Esta teoria de la «per- {formatividad: ¢ una de las ideas mas influyentes, ‘aunque confusas, que surgleron de la teoria queer ‘0 del feminismo en los tltimos tiempos. A seme~ Jjanza del analiis foucaultiano sobre Ia implicacion, Teciproca entre saber y poder en la produccion de pposiciones de sujeto, la performatividad generizada destruye, literalmente, las bases de los movimlen- ‘tos politicos cuya meta es liberar las naturalezas reprimidas u oprimidas, sean estas generizadas 0 _sexales, pero ofrece, no obstante, posibilidades de resistencia y subversion, clausuradas por la politi- ca identitaria ‘A menudo se malinterpreta la performatividad ‘como performance en el sentido conmin del tér- ‘ino, como una cuestién de eleccién y no como la necesidad que surge si uno ha de tener cual- ‘quier identidad inteligble en funcion de los siste- ‘mas de género vigentes. Tal ver ello se deba, en parte, al ejemplo elegido por Butler para dustrar espeeificamente la performatividad generizada, subversiva y parédica: el drag. Tradicionalmente considerada por las feministas como una repre~ ‘sentacion estereotipada de la feminidad, la paro- dia hiperbolica del drag, segdin la interpretacién de Butler. pone de manifesto la estructura imi- tativa del género mismo y nos obliga a ver con nuevos ojos todo cuanto pensabamos que era na- ‘ural La lectura érrénea de la performatividad como ‘un género que se elige, como se selecciona tun ves tudo, puede surgir,o bien del deseo utopico de eva: dirse de las compulsiones del sistema binario det enero y de la heterosexualidad identifcadas por Butler, o bien del consumismo generalizado de la cultura occidental contemporénea, estructurada en torno al mito de la libre eleccién. Asimismo, es preciso decirio, puede relacionarse con el esto di- ficil y por momentos opaco de la eseritura de Butler, y con el deseo de obtener respuestas, su- gerencias tangibles. 2 Los saberes queer/ias performances queer La linea de indagacion desde Foucault hasta Butler se ha diversificado en varias direcciones dentro de las teorias y estudios feministas, gays y Iesbianos. En la teoria queer, la critica a la elasift- cacion naturalizada y binaria de género se ha ex- tendido a las obras sobre los transexuales y trans- generizados. Algunos andlisis se centran en la ‘construccion del cuerpo dentro del discurso y Ia Practica médica: otros exploran, en cambio, la po- sibilidad de diferentes configuraciones sexual-tec- zno-corporates en Ia era de la realidad virtual. En este campo, ciertas obras parecen extraordinaria- ‘mente utépicas. Pero al extender el anailisis de la construceién de los cuerpos sexualizados y gene- rizados a las nuevas configuraciones de la tecno- logia, el saber y el poder, esas obras compensan la tendencia del analisis queer a centrar la lente en las representaciones literarias o ficeionales. Otra franja de los estudios queer que se inter- secta con la obra de Butler y con la cultura y la politica queer, es la relectura del potencial subver- 73 Ti sivo y transgresor del camp. Mientras que la inter- pretacion errénea de la performatividad, segtin la cual podemos elegir nuestra pertenencia a un gé- nero, esti en completo desacuerde eon la intepre- tacién foucauitiana o queer de Ta subjetividad, la ‘dea de que algunas modalidades de la performan- ce hiperbolica del género pueden ser subversivas se ha relacionado fructiferamente con el camp. Pa- ra Moe Meyer. el camp es el lenguaje (en el sentido amplio del término) desacreditado pero eémplice y subversivo de un sujeto queer rechazado. La per formance camp permite la aparieién del sujeto all tiempo que opera como una critica cultural. Ello parece relacionarse directamente con el modelo de Butler respecto de la performatividad generizada y ‘con sti subversion a través de la tergiversacion o queering. ‘Amos aspectos de Ia teoria queer la investiga- ion de los saberes sobre la sexualidad y dela per- Tormatividad y la performance- nos retrotraen a la pregunta formulada al comienzo de este ensayo: por que Julian Clary y Eddie Izzard parecen sub- versivos, en tanto que, a eriterio de muchos, 1os, pprimeros iconos del camp reforzaban los estercoti- pos limitantes? Para algunos, ello ge relaciona con Ja afirmacion perentoria y el caricter pablico out ness) de la performance, y de quien la ejecuta: pe- ro desde el punto de vista queer esa explicacién resulta inadecuada, pues se asienta en una narra- tuva del progreso ~desce «estar dentros hasta «salir a FOUCAULT Y LA TeoRIA QUEER fuera>-y en la creencia de que la motivaeion o in tencion del individuo es el determinante de si sig nificado. Y, tal como afirmé Foucault, estas no son vverdades sino poderasos mitos eulturales. Ademés, podria tratarse de contextos diferen- tes. En Ia década de 1970, las imagenes camp, ‘tanto de quienes mantenian en secreto como de aquellos que ostentaban su homosexualidad, con- rmaron el ssabers negativo sobre los squeers que cireulaba en los medios, aunque los gays y lesbia- pas procuraban reivindicar un saber diferente acerca de si mismos. En consecuencia, y desde el punto de vista estratégieo, el camp tuve tn impac- to diferente del que tiene hoy, cuando puede ac- ‘uar como una subversion queer de las normas respetables aplicadas a las identidades y los mo- dos de ser de los heterosexuales o de los gays ¥ lesbianas, Pero no se trata de que el camp sea hoy ‘una modalidad inevitablemente subversiva de st ‘mismo. Las criticas queer de la normatividad no pueden soslayar la capacidad de los discursos y saberes dominantes para aproplarse de la subver- sion y contenerla ‘Cabe medir la fuerza de las interpretaciones del ‘sexo, la sexualidad y el género en la diferente re- cepcion de Clary e Izzard. Clary parece ajustarse previsiblemente a un nicho conereto del camp, adaptado con éxito a los formatos de las comedias televisivas y los espectaculos deportivos. La reac- ‘lon suscitada por Eddle Izzard ha sido, por el con- 75 trario, bastante més complefa: Aunque el travestis- ‘mo del comediante todavia provoca diversas reac- clones en los entrevistadores y comentaristas, es su sexualidad la que aparentemente se percibe co- ‘mo la lave de su problematico estatuto dentro de Jos modelos vigentes de géneto. Los proplos relatos de Izard de sus elecciones y preferencias han va~ lado, pero no es eso lo que esti en cuestién aqui ‘La combinaeién de signos convencionales del gene- +o opuesto, por efempio la falda y la barba de tres dias, signtfia que Izzard no se ajusta netamente a Jas alternativas masculino = hombre = macho o fe- ‘menino = mujer = hembra. Muchas conversaciones acerea de su persona terminan con la pregunta: «QBs normal, gay 0 qué?s, Su performance pertur- a el conocimiento convencional sobre la aparien- cla del genero segiin se lo considere femenino 0 ‘masculino. Por consiguiente, los desconcertados observadores recurren a la tradicional pareja ho- ‘mosexual/heterosexual para entender Ia propia confusién. Este ejemplo nos permite constatar que la di- ‘namiea de la construceion discursiva del genero y Ja dinamica de la sexualidad estan separadas pe- +o conectadas. La apariencia de Izzard puede in- ‘terpretarse como la desestabilizacién performativa ‘queer de las normas relativas al génera y a la se- sxualidad, aunque las reacciones que provoca po- nen de manifiesto la fuerza de la normalizacion que nos impulsa a interpretar los cuerpos y las 76 FOUCAULT ¥ LA TEORIA QUEER Identidades de wn modo convéiietonal. En térmi- nos foucaultianos, podria leerse como un incardi- namiento* de la resistencia sque inflama clertos puntos del cuerpo, ciertos momentos de la vida, clertos tipos de conduct», y de nuestros intentos de devolver ese cuerpo a su condicion real, cog- noseible, Este tipo de resistencia no se limita a los aspec- tos mas dramaticos de la performance. La teoria y Ja cultura queer suelen destacar las conexiones ent la teatralidad y la politica, en lugar de consi- derarlas mutuamente excluyentes; sin embargo, Jo queer tiene un lado mas «sobrios, En la teoria y en la practica, «queer» puede entenderse como un adjetivo que acttia como un performative cuya. fuerza es la de un verbo. De acuerdo con David Halperin, queer es un shorizonte de posibilidad y ‘1 sujeto queer ocupa una ‘posicionalidad excén- trica® en relacion con lo normal, lo legitimo, lo do- minante."" Para Eve Kosofsky Sedgwick, llamarse ‘uno mismo queer implica emprender actos perfor- ‘mativos especificos de autopercepelén y filacién experimentales."*En estas tentativas de reflexio- nar sobre identidades sin esencias, sobre sujetos ‘en proceso, quizas haya ecos del interés de Fou- * Tradcinos ol hrnino sombodmerts por sincardnaminto= ea cao desta a cuerpo, sole cams, ano marcar laren con trnings ale oo serena 0 =copon- sar BedeT) cst ccault por las téenteas no normalizadoras del yo en. la cultura griega. A criterio de Halperin, los co- 'mentarios positives de Foucault sobre las practi- cas sadomasoquistas son un juego estratégico destinado a erear placer y no una forma de domi- nacién, una suerte de guia para una préctica se- sual queer susceptible de brindar la postbiidad de ‘tun yo mas impersonal" En general, algunas Ge las obras mas recientes en la teoria queer tra- ‘tan de comprender las relaciones ent la identi ‘dad y la accion, y hacerlo de una manera que dé cabida a la agencia individual y colectiva, afin de ‘poner resistencia a los saberes y practicas opre- sivos sin volver ala idea modernista del sujeto au- ‘tonomo. A semejanza de los pronunciamientos de Foucault, no de sus analisis, estas obras tiene un lado utépico, aunque atemperado por el reconoct- miento de que Ia forma del futuro nunca puede ser dictaminada. Hoy queer, y mafiana gqué? {La cultura y la teoria queer han suscitado tttima- ‘mente criticas considerables por parte de académa- cos y activistas gays, lesbianas y queers. Para algunos, el momento queer ya pasé: sus gestos transgresores se transformaron en accesories de ‘moda. Podemos usar un aro en el pezén, una camiseta con alguna leyenda alusiva (Queer as Fuck), ver peliculas queer, pero cabe preguntarse si eso establece, en rigor, alguna diferencia. Lo queer ha pasado a ser otra categoria identitaria, perforada mis que fragmentada? En la sociedad de consumo del capitalism tardio, gsan queers so- Jo las lesbianas, los gays y otros {muy pocos). cuya, relacién més intima es con sus tarjetas de crédito? a teorfa queer misma ha sido eriticada por sus abstracciones, su fetichizacion del discurso y su ‘aparente desprecio por lo mundano. Estas eriticas repiten las formuladas contra las teorias postes- ‘tructuralistas y posmodernas en general. Mas ¢s- pecificamente, se la acus6 de ignorar o subestimar Jas realidades de la opresién y de obtener ganan- 9 FOUCAULT Y LA TEORIA QUEER clas organizando camparias en pro de los dere chios'y de la justicia. Hay quienes opinan que sus credenciales intervencionistas -politicas, intelec- tuales y sociales~ se estén debilitando debido a la tendencla a centrarse en la transgresion y en Ja diferencia como metas en si mismas. En algu- nos eseritos queers, esta propensidn a presentar 1 género y la identidad como algo casi exclusiva mente negative, que aprisiona las estructuras 0 conceptos, ha sido objeto de crticas, y algunos co- ‘mentaristas sefialan que los queers le deben mas a la identidad gay masculinista de lo que estan dispuestos a reconocer. Inevitablemente, parte de la critica se basa en ‘una interpretacion reductiva, En el diluvio de en- sayos y libros que reclaman para si el estatuto queer, algunos de los argumentos teéricos se han diluido 0 representado equivoeamente hasta un punto rayano en el absurdo, En algunos estudios, Jos intentos por parte de ta teoria queer de tras- ccender el impasse constructivismo versus esen- ialismo han sido desplazados por el rechazo a considerar que cualquler estudio genético pueda ‘tener motivaciones que no sean las genocidas. EI ‘modelo de performatividad generizada de Judith ‘Butler se convierte sistemticamente en una invi- tacién a clegir el género junto con el atuendo cott- diano (panorama utopico sin duda atractivo, pero que le hace un magro servicio al rigor conceptual del argumento original) 2 Avsemejanza del discurso académico, sustenta- do dentro dé iin sistema universitario que apoya Ja investigacion mientras define simultaneamente ‘sus limites, la teoria queer se halla presa de un doble movimiento: oponerse al saber y producirlo, ‘desaffar las normas pero mirar hacia el futuro po- sible conforme a una ortedexia paradojica. Si lo {queer se vuelve normal, respetable, i se convierte ‘meramente en otra opelén mas, deja de ser queer. ‘Teresa de Lauretis, una de las primeras en em- plear el término, afirmé que esta teoria we ha ‘ransformado con rapidez en una eriatura concep- ‘tualmente vacua de la industria editorial. Pese a que el término pueda hoy extenderse a proyectos Claramente no queers, también se lo esta reelabo- rando de continuo para cambiar los contextos 80- ciales y discursivos. Los nuevos encuentros inte- lectuaies han diversificado el aleance de los temas ¥y métodos de la teoria queer. Si bien la eexualidad ‘continta siendo el objeto clave de su andlisis, se Ja examina cada vez mas en relacién con otras ea~ tegorias de conocimlento que contribuyen a man- ‘ener relaciones de poder harto desiguales: la ra- 2a, la religion, la nacionalidad, la edad y la clase. ‘Mientras los te6ricos queers renegocian los tér- :inos del compromiso con su tematica, las pala- bras finales quiza le correspondan a Foucault: La ontologia eritica de nosotros mismos no debe com siderarse ciertamente como una teoria, una doc- ‘rina, ni siquera como un cuerpo de conocimien- sr ‘to que se acumuila; tiene que ser poneebida como luna actitud, un ethos, una vida fllosofica.en la cual Ia critica de Io que somos sea, al mismo tiem- ‘po, el andlistshistorico de los limites que nos son |impuestos y un experimento con ta posibilidad de ‘rascenderloss."* a Notas 1. Gayle Rubin. 1999. Tanking sex nates fora a> cal theory ofthe plies of sexuality, en Henyabetove, b> hele Aina Baral y David M. Halpern (compa), The Lebar and Gay Studies Reader. Nueva Yorke y Londres, Routledge, Pa. 2._ David M. Halperin. 1905, Sant oucaul Twas @ ay Hapigraphy. Seva Yorke ¥ Onfond, Oxford Univers Press ‘3 Michel Fournat. 1960, The Histoy of Sem: An re treducton. Harmondewort, Pegi, p #2. [seria dela o- >ualdad. Made, Siglo 39,1984.) ‘Md. p45, 5. ci Foscaul 1980, Power and Strategies, en Colin ‘ondon (comp), Fower/Rrowledge: Selected nteress and (thers Wrens, 1972-1977. Nuevs York, Pantheon, p. 142. {6 Mechel Foucault, 1984p 101, 7. tid, pa. 8 Ibid. p 6 9. tha. p 158, 10, David. Halpern. Saint Foes Tard Gay Ha tography, p. 122. 11, Eve Kosofity Seigrek. 1984, Jane Austen and the masturbating gil, en Tendences. Londres, Roudedge, pp, 108-129, 22, Jai Butler, 1990. Gender Trouble: Femina at the Subversion af Ident. Nueva York y Londres, Rutledge, 13. bid. p. 140 14 Moe Meyer, 1904. inuoduction: Reclaiming the die course of camp, en The Plies and Poets of Camp, Landes 1 Nueva Yor, Routledge, p12 15. David M. Halpern. 1995. Saint Foucau: Towards a (ay Hagiograph,p. 62 16. Bre Rosofeky Sedgwick Queer and now, en Tender 17, David M, Halperin. 1998, Saint Foucault: Towards (ay Fiagiograph, pp. 85-85. 18, Tere de Laurels. Habit Changes, Diferences: A Journal of Perinst Cull Studies, vel. 6, nama. 29 8p. 19, Michel Fouceut. 1966. What Enlightenment?, en Paul Rabinow (comp), The Fousaulé Render. Harmondsworth, Penguin p. 60. er Ideas clave Discurso En la teoria foucaulliana, «liscursor no es solo lun sinénimo de habla, sino una préctica material hhistéricamente situada que produce relaciones de poder. Los discursos existen dentro de instituclo- nes y grupos sociales a los cuales sustentan, y es- lin inlimamente vinculados con saberes especifi- cos. Asi, el discurso de la medicina produce récticas, conocimientos y relactones de poder particulares, Genealogta Constituye el término clave de Foucault, dert- vado de Nietzsche, y se refiere a una indagacion cen el desarrollo de los discursos, centrada no so- Jamente en la continuidad o en la progresién - neal, sino en lo localizado, relacional y disconti- nnuo. Segdin la interpretacion de Judith Butler, Ia ‘gencalogia rastrea el establecimiento y la apera- ion de los falsos universales, Heteronormatividad Este término especifica la tendencia, en el siste- ‘ma occidental contempéraneo referente al sexo-g¢- nero, de considerar las relaciones heterosexuales ‘como la norma, y todas las otras formas de con-

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