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Parasitismo intestinal en Colombia:

respuestas basadas en la evidencia

KAREN STEPHANIE AGUILAR GONZÁLEZ*


JOSÉ DANIEL ROMERO TÉLLEZ**
PAULA ALEJANDRA VEGA HERNÁNDEZ***
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CARLOS FELIPE BOLAÑOS****

* Interna, Universidad del Rosario, karen26_92@hotmail.com


** Interno, Universidad del Rosario, daromerou@gmail.com
*** Interna, Universidad del Rosario, plvega0@gmail.com
**** Médico internista, Méderi Hospital Universitario Mayor, felipeblosada@gmail.com

Las parasitosis intestinales son enfermedades globales que afectan predominantemente a la población
más vulnerable, como niños preescolares y escolares en países en desarrollo, donde las condiciones
económicas y sociales precarias favorecen su transmisión y prevalencia. Según estimaciones de la OMS,
se considera que aproximadamente 3500 millones de personas se encuentran infectadas con algún
parásito intestinal, esto equivale al 52% de la población mundial. La carga de la enfermedad en
términos de años de vida potencial perdidos (AVPP) es equiparable a la de la malaria (39 millones de
AVPP) [1].
En Colombia, gracias a una iniciativa del Ministerio de Salud, se encuentra en proceso la
obtención de datos epidemiológicos sobre las parasitosis intestinales en población escolar; los datos
preliminares de este proyecto nos han servido como fuente para realizar el abordaje de este tema [2].
La prevalencia estimada de parasitosis intestinales en Colombia según diferentes estudios se
Copyright 2017. Editorial Universidad del Rosario.

encuentra en la tabla 1.

Tabla 1. Prevalencia de parasitismo intestinal en Colombia

Estudio Geohelmintos (%) Protozoarios (%)

Gran Encuesta Nacional 2014 56 62

Chammartin et al., 2013 33 N/A

Cifuentes et al., 2012 14 82

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AN: 1735440 ; ISAZA RESTREPO, ANDRES, PARDO OVIEDO, JUAN MAURICI.; EJERCER LA MEDICINA : enfoque practico sobrevivir al ano rural
Account: s4300083.main.eds 32
López et al., 2008 92 84

Londoño et al., 2005 66 56

Fuente: elaboración propia.

Según la clasificación por agente etiológico, la helmintiasis más frecuente en el país es la


tricuriasis y con respecto a los protozoarios la infección más frecuente es por Entamoeba
histolytica/dispar (tablas 2 y 3).
Tabla 2 Tabla 3

Protozoario Frecuencia (%) Geohelminto Frecuencia (%)

No patógenos 40,8 Trichuris trichiura 50,7

E. histolytica/dispar 33,5 Ascaris lumbricoides 23,3

Giardia lamblia 25,7 Uncinarias 13

Hymenolepis nana 5,4

Otros 7,6

Fuente: elaboración propia.

El diagnóstico de estas enfermedades requiere una alta sospecha clínica, ya que en su mayoría son
asintomáticas, lo que favorece el parasitismo crónico; sin embargo, mediante una historia clínica y
examen físico detallados es posible encontrar ciertas características específicas que nos permitirán
realizar una orientación para ordenar pruebas diagnósticas.
Para las tres helmintiasis más frecuentes (trichuriasis, ascariasis y uncinariasis) los síntomas
gastrointestinales como el dolor abdominal, la diarrea y el síndrome de malabsorción se presentarán
predominantemente en casos de parasitismo masivo, que se da con mayor frecuencia en niños
preescolares en condiciones de pobreza y salubridad precarias. Otro hallazgo orientador en el
diagnóstico es la eosinofilia (más del 5% de eosinófilos o un conteo absoluto mayor de 500 por
microlitros) [3].

Ascariasis
Las manifestaciones clínicas van a variar con respecto al ciclo de vida del parásito. Inicialmente, en la
etapa de migración pulmonar, las larvas pueden generar síntomas de tos seca y dolor pleurítico,
produciéndose en casos más severos el síndrome de Loeffler o neumonitis eosinofílica, que se
manifiesta adicionalmente con hemoptisis, estertores y sibilancias. En la radiografía de tórax se
pueden encontrar opacidades bilaterales, generalmente migratorias. Los síntomas gastrointestinales
ocasionados por los parásitos adultos pueden ser muy variados e inespecíficos: se reporta con
frecuencia dolor abdominal crónico, pérdida del apetito, diarrea y vómito. Cuando la carga de
parásitos aumenta se pueden presentar casos de malabsorción de proteínas, grasas, lactosa, vitamina
A y C. Estas condiciones favorecen la desnutrición y el retraso en el desarrollo intelectual y físico en la
población infantil, especialmente.
Se pueden presentar también complicaciones mecánicas como obstrucción intestinal, siendo

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frecuente en niños de países endémicos, síndrome biliar obstructivo, colangitis y migración errática
por cavidades corporales, favorecida por fiebre, anestesia general y tratamiento con antihelmínticos
[4].
El diagnóstico se puede realizar por medio del coprológico; sin embargo, su sensibilidad (50-55%)
hace necesario evaluar la posibilidad de usar métodos de concentración específicos (técnica de
Kato-Katz, formalina/éter) [5,6]. El tratamiento de primera línea son los benzimidazoles. Las dosis
recomendadas se encuentran en la tabla 4.

Tricuriasis
De manera inesperada, en la revisión de la literatura se encontró la gran prevalencia que tiene esta
parasitosis en nuestro país. La transmisión se realiza mediante el consumo de huevos que se
encuentran en suelos contaminados con heces humanas, y el parásito adulto se alojará en el ciego y
colon ascendente. Los síntomas derivados de la infestación moderada-severa son la diarrea de
características disentéricas, dolor abdominal crónico, anemia ferropénica y, característicamente en
ciertos individuos, el prolapso rectal [4].
El diagnóstico también se debe realizar mediante pruebas como el coprológico (sensibilidad
62-68%) o con métodos de concentración [6]. El tratamiento de la tricuriasis debe hacerse con
benzimidazoles en dosis repetidas o combinando estos agentes con ivermectina o pamoato de oxantel
(tabla 4).

Uncinariasis
Las infecciones por los nemátodos Necator americanus y Ancylostoma duodenale son adquiridas a
través de la piel de los miembros inferiores, generalmente al caminar descalzo en pisos contaminados.
En el sitio de entrada de la larva se pueden presentar reacciones alérgicas con prurito y eritema.
Durante su migración también se generan síntomas pulmonares similares a la infección por áscaris.
La manifestación clínica más importante es la anemia ferropénica y la desnutrición, relacionadas con
la pérdida de proteínas. Se describe que un parásito adulto puede ingerir 0,3-0,5 ml diarios de sangre,
por lo que cuando el parasitismo es importante la anemia puede llegar a ser severa [4].
La sensibilidad del coprológico es del 42-47% y se recomienda tomar muestras seriadas en días
diferentes para mejorar el rendimiento de las pruebas diagnósticas [6].
El tratamiento con dosis única de benzimidazoles es muy efectivo, por lo que se considera como
primera línea de manejo (tabla 4).

Tabla 4. Tratamiento de las helmintiasis [7]

Parasitosis Medicamento Comentarios

Albendazol 400 mg VO (200 mg en < 2 años) Dosis única, eficacia cercana al 100%
Ascariasis Mebendazol 500 mg VO Contraindicados en embarazo (usar pamoato de pirantel 11 mg/kg dosis
(100 mg cada 12 h por 3 días en < 2 años) única)

Albendazol 400 mg VO + Ivermectina 200


Tricuriasis Los benzimidazoles en dosis única son ineficaces para el tratamiento
mg/kg

Uncinariasis Albendazol 400 mg VO (200 mg en < 2 años) Dosis única

Fuente: [7].

Amebiasis
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Amebiasis
Existen numerosas especias de amebas que colonizan el tracto gastrointestinal de los seres humanos.
En su mayoría no son patógenas, por lo que no se requiere tratamiento. Las tres especies más
importantes en la práctica clínica son E. histolytica, E. dispar y E. moshkovskii. Es importante recordar
que hasta el 90% de las infecciones por estos parásitos son asintomáticas. La manifestación más
común de la infección por E. histolytica es la diarrea sin disentería, ocasionada por la colonización de
la superficie luminal de los enterocitos, lo cual genera alteración en la absorción de agua y electrolitos;
sin embargo, cuando se produce invasión de los trofozoitos a la mucosa intestinal, se genera una
reacción inflamatoria severa que causa colitis de duración subaguda o crónica, disentería,
perforación, peritonitis y manifestaciones extraintestinales como el absceso hepático amebiano. La
especie E. dispar no es patogénica, y E. moshkovskii se ha relacionado con gastroenteritis aguda, pero
no con enfermedad invasiva.
El examen coprológico no sirve para diferenciar las tres especies mencionadas anteriormente, ya
que macroscópicamente son exactamente iguales; por tal motivo, se recomienda el uso de técnicas
serológicas o de detección de antígeno en heces para poder realizar de manera confiable el
diagnóstico de amebiasis por E. histolytica, lo cual cobra importancia a la hora del manejo [8,9].
El tratamiento en pacientes asintomáticos solo se debe hacer si se confirma la presencia de E.
histolytica. En los casos en los que se confirme la presencia del parásito y que además se tengan
síntomas no sugestivos de enfermedad invasiva, el tratamiento se debe realizar con un antiparasitario
de acción luminal. En pacientes con colitis amebiana el tratamiento de elección son los
nitroimidazoles con acción tisular, seguidos de un amebicida luminal (tabla 5).

Giardiasis
La infección por el protozoario G. lamblia puede generar un gran espectro de manifestaciones clínicas
gastrointestinales. Se describen generalmente síntomas como diarrea prolongada, malabsorción de
grasas manifiesta como esteatorrea, distensión abdominal y, como dato importante en la historia
clínica, la pérdida de peso asociada a síndrome de malabsorción, que tiende a volverse crónico aun
con el tratamiento antiparasitario [10,11].
El diagnóstico se puede realizar mediante coprológico seriado, con recolección de tres muestras
durante un periodo de diez días, haciendo énfasis en analizar las muestras cuando se encuentren
frescas, para poder evidenciar la presencia de trofozoitos móviles [12].
El tratamiento de elección, por su alta eficacia y facilidad de administración, es el tinidazol (tabla
5).

Tabla 5. Tratamiento de las infecciones por protozoarios [13,14]

Parasitosis Medicamento Comentarios

Enfermedad invasiva:
Para erradicar la infección se deben combinar los agentes de acción tisular y
metronidazol 500-750 mg (35-50 mg/kg)
luminal.
Amebiasis VO cada 8h por 7-10 días
Usar solamente agente luminal en casos de diarrea y dolor abdominal sin
Amebicida luminal:
colitis.
Teclozan 500 mg VO cada 8h por 3 días

Tinidazol 2 gr (50 mg/kg) VO dosis


única El tinidazol ha demostrado una eficacia similar al metronidazol, con menos
Albendazol 400 mg VO día por 5 días efectos adversos y mejor adherencia al tratamiento.
Giardiasis
Metronidazol 500 mg VO cada 12 h por Es importante informar a los pacientes que los síntomas gastrointestinales

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5-7 días pueden persistir luego del tratamiento.

Fuente: [13].

Blastocistosis
Blastocystis spp. es uno de los parásitos más prevalentes en el ser humano, tanto en países
desarrollados como en países en desarrollo; sin embargo, siempre se ha generado controversia sobre
su papel como patógeno o simplemente como agente comensal. Su mecanismo de transmisión es por
vía fecal-oral entre humanos y algunas especies animales. Dentro de los estudios realizados, donde
Blastocystis spp. es el único parásito encontrado, se reportan síntomas de dolor abdominal, diarrea,
vómito y urticaria. A pesar de que la mayoría de estos síntomas son autolimitados, en los casos que
fueron tratados con antiprotozoarios hubo disminución en su tiempo de duración [15].
Al documentar la presencia de Blastocystis spp. en pacientes sintomáticos se debe realizar primero
una búsqueda exhaustiva de otros parásitos; de no encontrarse se puede considerar dar tratamiento
enfocado en erradicar Blastocystis spp con TMP/SMX 160/800 mg VO, cada doce horas por siete días,
nitazoxanida 500 mg VO, cada doce horas por tres días. Si el paciente esta asintomático no se
recomienda tratamiento [15].
En conclusión, las parasitosis intestinales son enfermedades muy prevalentes en nuestro país, y
con frecuencia se ignoran las posibles consecuencias que pueden desarrollarse como el mal
rendimiento académico, especialmente en los niños, la desnutrición y la anemia crónica. Estas
situaciones incrementan aún más las condiciones de pobreza, falta de educación y disposición de
desechos humanos inadecuada, por lo que se termina generando un círculo vicioso de infección y
miseria. Es nuestro papel como médicos educar a la población con los métodos más sencillos y
económicos de prevención y continuar con las campañas de desparasitación recomendadas por la OMS
[16] para lograr frenar el avance de estas enfermedades.

Referencias
1. Brooker S. Estimating the global distribution and disease burden of intestinal nematode
infections: Adding up the numbers – A review. International Journal for Parasitology.
2010;40:1137-44.
2. Ministerio de Salud y Proteccion Social. Encuesta Nacional de Parasitismo Intestinal en
Poblacion Escolar [Internet] [acceso: noviembre del 2014]. Disponible en http://www
.minsalud.gov.co/sites/rid/Lists/BibliotecaDigital/RIDE/VS/PP/ET/FASE%20ENCUESTA%20NAL
%20PARASIT.pdf
3. Roufosse F, Weller PF. Practical approach to the patient with hypereosinophilia. J Allergy
Clin Immunol. 2010;126(1).
4. Bethony J, Brooker S, Albonico M, et al. Soil-transmitted helminth infections: ascariasis,
trichuriasis, and hookworm. The Lancet. 2006;367.
5. World Health Organization. Bench aids for the diagnosis of intestinal parasites. Ginebra:
World Health Organization; 1994.
6. Nikolay B, Brooker S, Pullan R. Sensitivity of diagnostic tests for human soil-transmitted
helminth infections: a meta-analysis in the absence of a true gold standard. International
Journal for Parasitology. 2014.
7. Keiser J, Utzinger J. Efficacy of current drugs against soil-transmitted helminth infections:
systematic review and meta-analysis. JAMA. 2008; 299(16).
8. Haque R, Huston C. Amebiasis. N Engl J Med. 2003;348(16).
9.
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9. Parija S, Mandal J, Ponnambath D. Laboratory methods of identification of Entamoeba
histolytica and its differentiation from look-alike Entamoeba spp. Tropical Parasitology.
2014;4(2).
10. Hanevik K, Dizdar V, Langeland N, Hausken T. Development of functional gastrointestinal
disorders after Giardia lamblia infection. BMC Gastroenterology. 2009;9(27).
11. Hanevik K, Wensaas K-A , Rortveit G , Eide GE, Mørch K. Irritable bowel syndrome and
chronic fatigue 6 years after giardia infection: a controlled prospective cohort study. Clinical
Infectious Diseases: An Official Publication of the Infectious Diseases Society of America.
2014;59(10).
12. Clinical and Laboratory Standards Institute. Procedures for the recovery and identification
of parasites from the intestinal tract; approved guideline. CLSI document M28-A2, segunda
edición; 2005.
13. Granados C, Reveiz L, Uribe L, Criollo C. Drugs for treating giardiasis. Cochrane Database
Syst Rev; 2012.
14. Gonzales M, Dans L, Martinez E. Antiamoebic drugs for treating amoebic colitis. Cochrane
Database Syst Rev; 2009.
15. Roberts T, Stark D, Harkness J, Ellis J. Update on the pathogenic potential and treatment
options for Blastocystis spp. Gut Pathogens. 2014;6.
16. World Health Organization. Preventive chemotherapy in human helminthiasis: coordinated
use of anthelminthic drugs in control interventions: a manual for health professionals and
programme managers. Ginebra: World Health Organization; 2006.

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