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EL SATRAPA

La degradación institucional crece cada día. Somos gobernados por un déspota que lo
hace como si de un rey absolutista se tratara ejerciendo un poder total sin someterse a
las leyes, ni a las limitaciones que estas imponen, porque cuando alguna estorba a sus
intereses la anula o modifica arbitrariamente. El Estado soy yo (traducción de la
expresión francesa L'État, c'est moi) es un tópico político atribuido a Luis XIV de
Francia, El Rey Sol. La motivación depende de su capricho y la necesidad del momento
y no al resultado de la obligatoriedad de regular una demanda social, confundiendo el
interés público con el suyo propio, olvidando siempre el sentido común y cualquier
atisbo de principio moral, exhibiendo sus actuaciones con una gran vanidad. Que
podemos esperar de quién fue pillado engañando y haciendo trampas cuando
organizaba el pucherazo para seguir en la secretaria general del partido, mintió con su
tesis y a quien no se le conoce una sola promesa cumplida desde que comenzó su
andadura política.
Después de oír y leer toda clase de calificativos, creo por fin haber dado con uno que le
viene como guante de látex de talla pequeña a un señor de 2,20 de altura,
perfectamente ajustado; SATRAPA, que según la RAE es la “Persona que gobierna
despótica y arbitrariamente y que hace ostentación de su poder”.
Ya le hemos puesto nombre a este ridículo y peligrosísimo personaje que reconoce
querer pasar a la historia por exhumar los restos de un general después de casi
cuarenta y cuatro años, ¡vaya merito! Ahora nos queda encontrar una definición
acertada para una sociedad dormida que acepta lo absurdo y el esperpento con total
indiferencia, ignorando conscientemente lo decadente de su actitud. Esta sociedad en
la que vivimos acepta sin escandalizarse el continuo engaño a que somos sometidos
sin exigir a los políticos y al resto de poderes que la norma de conducta sea la
honradez, habiéndose convertido esta virtud en lo excepcional, virtud ausente en
quienes mantienen al ciudadano bajo un continuo engaño.
Mañana veremos si los “los barones socialistas” se rebelan contra Sánchez o podrá en
ellos la posibilidad de continuar en sus cargos. La amenaza es clara, nombrará
candidatos afines a su postulado despótico en las listas autonómicas. Ante esta
amenaza veremos cuantos obran en conciencia y cuantos cargos votarán seguir
golfeando para cobrar sueldos y dietas a la medida solo de “los padres de la Patria”.

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