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Ann M. Sharp Hospital de mufiecas ‘Traduccién Pilar Pedraza Moreno = =T EDICIONES DE LA TORRE Maprip, 2006 Para los nifios pequefios no resulta sencillo llegar a hacerse una idea ade- cuada de su propia identidad y de las personas y objetos que les rodean, A lo largo de la novela, Jess avanza en el proceso de conocerse a si misma en didlogo con su museca, con su madre y con los compafteros del colegio. Proyecto Didactico Quirén, n.° 147 © Del texto; Ann Margaret Sharp De la traduccién: Pilar Pedraza Moreno De esta edicién: EDICIONES DE LA TORRE Espronceda, 20 — 28003 Madrid Telf:: 91 692 20 34 Fax: 91 692 48 55 info@edicionesdelatorre.com www.edicionesdelatorre.com ET INDEX; 493DQF30 Primera edicidn: marzo de 2006 ISBN: 84-7960-365-8 Depésito legal: M-12.682-2006 Impreso en Espaiia / Printed in Spain Graficas Cofas Poligono Prado de Regordofio Méstoles (Madrid) The doll hospital The Australian Council for Educational Research 19 Prospect Hill Road, Cambervrell, Victoria, 3124 Copyright © 2000 Ann Margaret Sharp Of the translation: Pilar Pedraza Moreno © Of this edition: EDICIONES DE LA TORRE El signo © (copyright derecho de copia) es un simbolo internacional que representa lz propiedad de autor y editor y que permite a quien lo ostenta la copia o multiplicacién de un original. 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Mi padre atin conserva el mufieco que tenfa cuando era pequefio. Mi madre dice que algunos adultos coleccionan mufiecos. Después los meten en vitrinas de cristal. ;Te ima- ginas! Mi madre me regalé mi mufieca cuando tenia dos afios. Ahora tengo cuatro. :Cudntos afios crees que tiene mi mufieca ahora? Si yo crezco, ¢eso significa que mi mufheca también crece? éHas pensado alguna vez en qué es tu mufieca? Quiero decir, gexactamente qué es una mufieca? Me gusta pensar que mi mufieca es como una nifa pequefa de verdad. 7 10 15 20 10 15 20 25 30 El nombre de mi muneca es Roller. Es el nombre que yo le he puesto. Cuando me la dieron no tenfa nombre. Cuando mis padres me tuvieron a mi, tampoco tenia nombre. Mi nombre es Jess. Creo que mi nombre es perfecto para mf. EI nombre de Roller también le va muy bien. Tiene la cara redonda y la cabeza redonda. No tiene pelo. Su cuerpo es regordete. Algunas veces la llamo «pastelito relleno». Creo que parece como si estuviera hecha con tres grandes trozos de pie- dras, una encima de otra. Pero no es asi. Es algo mas que mera goma y plastico, al igual que yo soy algo mas que piel y huesos. Suelo preguntarme de dénde viene mi mufieca. Un dia le pregunté a mi madre y dijo: —Te la compré en una tienda de juguetes. — Donde estaba Roller antes de llegar a la tienda de juguetes? —le pregunté. —Supongo que estaba en la fabrica de juguetes —dijo mama. —2Y antes de eso? Mami respondié despacio: —Quizés era un pensamiento en la mente del fabricante. ¢Alguna vez has pensado que entendias algo pero después te has dado cuenta de que no habias entendido nada en abso- luto? Eso es lo que me sucedié a mi el dia que mi madre me hablo sobre ser un pensamiento en la mente de un fabricante. wae Los ojos de Roller son verdes y marrones. Mi madre dice que son de color avellana. Nunca habia oido hablar del color avellana. Roller tiene una pequefia boca abierta. Puedo darle de comer con un biberén de agua. Cuando lo hago, se hace pipi inmediatamente. Entonces le cambio el pafial. Una vez le di leche con el biberén. Después bebi un poco. Mi madre me dijo que no lo hiciera de nuevo. —La leche no le sienta bien a Roller —dijo— y ti eres muy mayor para que te den de comer con un biber6n. —¢Por qué no le sienta bien la leche? —pregunté. —Me imagino que Roller tiene que ser alérgica a la leche —dijo mama. No lo entendf, pero no dije nada. Mi mufeca no es sofisticada. No tiene pelo que puedas lavar y peinar. No tiene mucha ropa. Sélo tiene un conjun- to. Cuando se ensucia, mama se lo lava. Hablo con mi mufieca todo el tiempo. A veces cuando estoy triste, voy a mi habitacién y cuchicheo con Roller. Le explico lo que sucede y escucha. Después de haber hablado con ella un momento, ella lo entiende. Y yo también me siento mejor. Para mi, Roller es como un bebé de verdad. Es mi bebé. Es bonito. Es bueno. Es de verdad. Es un bebé mufieco de verdad. Es tan real para mi como yo lo soy para mi madre. Mi hermana no esta de acuerdo conmigo. —Siempre estas jugando con esa mufieca —dice—. No sabes que las mufiecas no son reales? — Eso no es cierto! —grito— Las mufiecas son reales. éPodria bariarla si no fuese real? ;Podria ponerle un nombre sino fuese real? :Podria hablarle si no fuese real? No es sdlo un juguete real. jEs de verdad real! Mi hermana piensa que es muy lista porque tiene diez afios. Pero una persona puede tener diez aiios y equivocarse. 9 10 15 20 25 30 Capitulo I AMOS de camino al colegio. Mi madre conduce el coche. Yo voy sentada atras en mi silla para el coche. Me gusta ir sentada en mi silla porque me eleva lo suficiente como para ver por las ventanas del coche. 5 De repente me doy cuenta de que Roller no va conmigo. Atin esté tumbada en la cuna al lado de mi cama. —jTenemos que volver a casa mama! —grito. Mi madre no para el coche. —¢Por qué, Jess? —pregunta. 10 —jHe olvidado a Roller! —vuelvo a gritar. Mi madre sigue conduciendo el coche. Dice: —Si vuelvo a casa, llegaré tarde a trabajar. No quiero que mi madre llegue tarde a trabajar. Pero no quiero ir al colegio sin Roller. No sé que hacer. 15 Mi madre se vuelve y me echa una mirada rapida. Para entonces, estoy llorando con fuerza. No dice nada, pero puedo decir que no se la ve muy contenta. Da la vuelta con el coche y volvemos a casa. Pienso para mi: «Jess, realmente tienes suerte de tener 20 una madre tan buena», 10 Todos los dias de la semana voy al colegio. El nombre de nuestro profesor es sefior Williams. Es de otro pais. Algunos nifios piensan que es un poco raro. Incluso Ramona piensa que es un poco diferente. Dice: —Su aspecto es como su forma de andar. —Eso es porque es muy alto —contesto—. Cuando anda. es como si brincara un poco. El primer dfa de clase el sefior Williams nos dijo que si queriamos podiamos llevar nuestros mufiecos. Ahora y entonces mis amigos se traen algunos de sus mufiecos. Algunos de mis amigos se traen a todos sus mufiecos. Yo siempre traigo a Roller. Sdlo traigo a Roller. James y Harold nunca se traen sus mufiecos, si es que tienen alguno. Realmente no son mis amigos. Hay dias en que son malos conmigo. Le pregunto a Ramona por qué no les gusto a James y Harold. —Es porque traes a tu mufeca al colegio —dice. Pienso en lo que me dice Ramona. No creo que sea un buen motivo para que sean malos conmigo. gQué ocurre con los demas? 1 10 15 20 Capitulo II L SENOR Williams es muy estricto respecto a la verdad. Un dia nos dijo: —Aqui no tenemos muchas reglas, pero las que tenemos son muy importantes. Por ahora. las dos reglas que 5 quiero que recordéis son: primera. que debemos tratarnos entre nosotros como personas, y segunda, que siempre debemos decir la verdad. — Qué significa la primera regla, sefior Williams? — pregunto Stefan. 10 —Que nos debemos tratar con respeto —contesté el sefior Williams. Entonces Ramona pregunté: —¢Qué significa la segunda regla, sefor Williams? El sefior Williams mir6é a Ramona y dijo: 15 —Por ahora sdlo piensa en ello. Otro dia lo hablamos. Hoy Katrina ha traido su mufeca al colegio. Es una mufie- 20 ca especial. Nunca he visto una mufeca como esa. Tiene el pelo largo y la piel oscura. Lleva pendientes y un vestido largo. 12 Katrina nos ha dicho que es una mufieca india Hopi y que lleva un traje de ceremonia. E] vestido es rojo, rojo, rojo, con un chal morado y azul. El chal esta leno de puntitos brillan- tes, Creo que la mufieca es preciosa. —Katrina, gpodrfa jugar tu mufieca con Roller? —le pre- gunto— Podrian pasarlo muy bien. —No, no quiero que juegue con nadie excepto conmigo —responde. —Eso es egoista —le digo. —No. mi mufieca es muy especial para mi. Cost6 mucho y sdlo hay unas cuantas mufiecas como esta en todo el mundo. Pienso para mi: «Si, Katrina: me has dado razones, pero no me has dado buenas razones». El sefior Williams dice en voz alta: —El que quiera escuchar un cuento sobre un nifio de China, que se acerque al punto de lectura. Me gustaria escuchar el cuento del sefior Williams, pero me apetece mas jugar con la muneca de Katrina. Decido acercarme a la casa de mufiecas donde estan jugando Ramona y Jaime. Ramona me pregunta: — ¢Quieres jugar a las casitas? No puedo deciros la cantidad de veces que me ha pedido. que juegue a las casitas con ella. —Yo seré la madre, Jaime sera el padre y ti puedes ser el bebé —me dice. —De acuerdo —digo. Pero pienso para mi: «Siempre quieren que sea el bebé hijita. Sé por qué. Es porque tengo menos afios que ellos. Pero no es justo. Cuando hacen eso es como si fuera un mufieco. No quiero que me traten como 13 10 15 20 25 30 10 15 20 25 30 si fuese la mufieca de alguien. Quiero que me traten como si fuese una persona real, porque eso es lo que soy. Quiero que se me trate con respeto, como dice el sefior Williams». Todavia pienso en la mufeca de Katrina. Me digo: «Katrina tampoco me trata como a una persona. Se lo voy a decir al sefior Williams. Todo el mundo esté rompiendo su regla». Katrina viene y nos pregunta: —{Queréis salir al patio? En el patio hay un tobogén, un cajén de arena, un columpio y un barco de mentira con un tim6on. Jaime y Ramona se van con ella. pero vo decido quedarme. Ahora estoy sola en la casa de munecas. Katrina ha dejado su mufieca sentada en una sillita, en la esquina de la clase donde comemos. Me digo: «lré y me traeré la mufieca de Katrina a la gran casa de mufecas. Alli puede jugar con Roller. Asi estara mucho mas contenta». Antes de darme cuenta, estoy cruzando la clase con la mufieca de Katrina en los brazos. Cuando Ilego a la casa de mufiecas, espero unos minutos. Trato de decidir qué habitacion de la casa de mufiecas sera la que mas le guste a la mufieca de Katrina. Al principio pienso en ponerla en el cuarto de estar, pero al final me decido por el dormito- rio de la parte posterior. «Estara mas contenta alli» me digo. Oigo la voz del sefior Williams: —La mufieca de Katrina es preciosa gverdad, Jess? :Te dijo ella que podias jugar con su mufieca? —Si —contesto, y después coloco la preciosa mufeca Hopi en la habitacion de atras. jHe roto la regla del senior 14 Williams de que siempre debemos decir la verdad! Mi cora- z6n late con fuerza. {He mentido al profesor! El sefior Williams nos llama: —Es hora de comer. Quiero que todo el mundo se lave las manos y traiga su comida a las mesas pequefias. Vamos, ahora—. Llama con la mano a todos los que estan en el patio para que vengan a comer. De repente oimos un grito terrible. Es Katrina: —j\Mi mufeca ha desaparecido! ;Donde est4 mi mufie- ca? ¢Quién se ha llevado mi mufeca? Estoy sentada en el suelo de la gran casa de mufiecas. No digo una palabra. Katrina tiene un verdadero berrinche. jEsta comportan- dose como un bebé! Esta llorando y gritando. Todo el mundo la esta mirando. El sefor Willians se acerca y dice: —Katrina: yo sé donde esta. Esta bien. El sefior Williams va hasta la casa de mufiecas en busca de la preciosa mufieca Hopi. Tiene mucho cuidado cuando la saca por la puerta delantera. Después forma una pequeria cuna para la mufieca con sus dos grandes manos y se la lleva a Katrina. —Aquf tienes, Katrina —dice. El sefior Williams me llama al centro de la clase y pre- gunta: —Puedes explicar a Katrina lo que ha ocurrido, Jess? —No —digo. Aan no estoy convencida de decir la verdad. Me digo: «Jess, ahora has roto las dos reglas del sefior Williams. Cada vez que mientes a alguien, tratas muy mal a esa persona». —No me dijiste la verdad —dice el sefior Williams—., Te pregunté si Katrina te habfa dicho que podfas jugar con la 15 10 15 20 25 30 10 15 20 25 30 munieca Hopi. Me dijiste que si. Pero ella no te dijo nada, éno es cierto? Trato de hablar, pero no puedo. El sefior Williams se acuclilla delante de mi: —,Cémo te sentirias si alguien te cogiese a Roller sin decirtelo, Jess? ;Por qué lo hiciste y por qué mentiste? Empiezo a llorar: —No fue culpa mia, sefior Williams. Roller me obligé a hacerlo. Querfa jugar con la mufeca de Katrina tanto como yo. El sefior Williams se quita las gafas y comienza a limpiar- las con un pariuelo. Dice con mucha suavidad: —No lo creo. En verdad no creo que Roller pueda haber- te obligado a que lo hicieras, Jess. —No era mi intencién hacerlo —digo—. Sdlo hice lo que me apetecia. No era mi intenci6n herir los sentimientos de Katrina. —Pero si hieres los sentimientos de alguien, tienes que hacer algo al respecto —dice el serior Williams. «Qué se supone que tengo que hacer?» pienso para mi. Por la noche Roller y yo nos metemos juntas en la cama. Le pregunto: —

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