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Guion de la Obra

“Los ricos también callan”


Elenco:
-Steven Barrios, Narrador
-Humberto Pilarte, María José (hijo)
-Gabriela Sáenz, Dolor (hija)
-Ariadni Pavón, Luna (hija)
-Luisa Martínez, Chepita (hija)
-Chelsea Wong, Petrona (Moza)
-Emely Ortiz, Betty (Moza)
-Miuril Medrano, juanita (hija)
-Andy Medina, El licenciado (abogado)
-Jasón Espinoza, Don Beto (sastre)
-Jeffrey Ortiz, Don Papi (padre de todo el rebaño)

Primer acto
Narrador:
En una tarde de un domingo, en la humilde finca de Don papi se está
desarrollando una trágica escena, en donde el afecto para que será Don
papi.
Petrona:
Vos Betty, ¿qué te han dicho esos sinvergüenzas de los patrones?
Betty:
Pue na, ¿Qué me van a decir?
Petrona:
Ya llevamos casi el mes y nada de pagarnos la quincena pasada, ahora
mucho pior que nos paguen el mes.
Betty:
¿Y si le hacemos un favorcito a los hijos del patrón?
Petrona:
¿Qué insinúas culebra ponzoñosa?
Betty:
No te hagas la vieja buena, quel mes pasado mataste a la gallina de Don
papi.
Petrona:
¡No seas dunda vieja!, si la mate fue para hacer la sopa, ¡si yo no soy capaz
de matar ni a un zancudo!
Betty:
¡Dejémonos de chuncheria, y vamos al grano pue!, lo que quería decirte es
que le pongamos su venenito al viejo cacreco de don papi, ¿Qué decís?,
así le hacemos un favor a este mundo.
Petrona:
¡Vieja bruja!, si ya sabía lo que te traías entre dientes pero hagámoslo, si
este viejo lo quiero ver deintro de un hueco.
Narrador:
Y así fue, aquellas dos mozas enojadas por la actitud de su patrón
decidieron cobrar venganza y sí que supieron cómo hacerlo, no corrió
mucho tiempo cuando le dieron su venenito a don papi.

Segundo acto
Narrador:
Bien cómodo en su cama se encontraba Don papi, hambriento y con un
estado de ánimo muy propio de él.
Don papi:
¡Petrona, Betty!, viejas chismosas, cuando uno las necesita nunca están.
Petrona:
¡Mande patroncito!
Don papi:
¡Tráeme el desayuno!
Narrador:
Aquel señor sin saber su destino, se apropia del plato que llevaba su
avenita, huevitos, pan y chorizo. Petrona, después que le dejo el desayuno
a Don papi, se fue de la habitación a contarle a Betty sobre la gran hazaña
que esta había hecho, paso el tiempo y de pronto se escucha un ruido en la
habitación de Don papi.
Betty:
¡Oí!, se nos murió el viejo
Petrona:
¡Vamos a ver!
Narrador:
Entran en la habitación y encuentran tirado a Don papi.
Betty:
¡Ijoleta!, se te paso la mano con el remedio vieja.
Petrona:
¡Cállate, patroncito, patroncito!, se nos fue el viejo Betty
Don papi:
¿Cuál se nos fue el viejo? ¡No jodas!, si casi me matas con el cachimbo de
chile que me le pusiste al chorizo.
Petrona:
Perdone patrón, fue mi culpa.
Don papi:
¿Y de quien más, de gato quizás?, sirvan para algo, váyanse a limpiar la
casa mejor.
Narrador:
Y así las dos mozas salen de la habitación.
Petrona:
¡No jodas vieja!, me confundí de polvo
Betty:
¡Qué raro en vos, si a como cambias de calzón, cambias de hombre vieja
chancha!
Petrona:
No vieja vulgar, hablo del polvo, el veneno que le iba a poner al patrón para
que se muriera.
Betty:
¡A pue sí!, ¡de ese hablo yo también!

Tercer acto
Narrador:
Al parecer, si el veneno no hizo efecto en don papi, pues parece que el chile si lo
hizo. El señor se sentía tan mal que reunió a todos sus hijos y mando a llamar a su
abogado y al sastre. En este acto, todos sus hijos están adentro de la habitación
de don papi, solo faltaba que llegara el abogado y el sastre.
Don papi:
Hijos míos y de sus madres, si están reunidos hoy aquí, es porque tengo tiempo
de estar sintiéndome mal, pues sé que aun parezco de treinta pero los años me
llegaron, no quiero que se sientan mal pero mande a llamar a mi abogado y al
sastre.
Dolor:
¡No papi, no diga eso, si usted esta joven aun!
Don papi:
Lo se mi hijita, pero es más por prevenir, si aún estoy hecho un roble. Quiero
hablar con cada uno de usted. Dolor, dime ¿qué has hecho con las treinta
manzanitas que te di?
Dolor:
Me las comí papá, me las comí.
Don papi:
¡No mijita, te estoy hablando de las manzanas de tierra que te di!
Dolor:
¡Ah, de esas vendí 15 y me compre un ganado con lo que me pagaron!
Don papi:
¡Qué bueno mija, qué bueno!, que así fueran todos tus hermanos, siempre
pensando en el porvenir. Haber María José, ¿Qué hiciste con los huevos que te
di?
María José:
¡Pues los huevos me los dan las gallinas, si es a eso a lo que se refiere!, pero todo
va bien, estoy inyectando a las gallinas para que pongan diario.
Don papi:
¡Qué bueno, que bueno hijo!, haber Luna cuéntame que hiciste con la farmacia
que te deje a cargo.
Luna:
Pues eso no era lo mío, así que la vendí y puse mi negocio de batidos, eso es lo
mío, si a uno le gusta andar bien tiene que compartir con las demás personas para
que también anden bien de salud, hay que velar por el prójimo como integrantes
de una sociedad en la que vivimos.
Don papi:
¡Ay hijos, ay hijos!, me va a dar algo. No seas bruta, como vas a echarme a perder
la farmacia si de ahí mando a traer mis medicamentos, yo diciendo que no pagaba
por ellos y ahora quien sabe cuánto dinero he perdido comprando medicamentos.
Hasta ahí dejémoslo, váyanse ya mejor. –Muriéndose de la tos y casi sacando los
pechos por la boca así saco don papi a sus hijos-
Narrador:
Y así los hijos salieron triste por la situación de don papi. Aprovecharon el
momento para entablar conversación entre ellos pero debido a que eran
hermanos solo por parte de padre algunos no se llevaban del todo bien.
Dolor:
Mi papito está muy grave y eso me tiene muy mal.
Luna:
Ay, no te preocupes por eso Dolor, ya que se muera ese viejo jodido, tan
malo que es.
Chepita:
Pues muchachas, yo les cuento que me voy a casar
Juanita:
¿Cómo, y es que hubo un loco?
Chepita:
Más respeto mi niña, que si no ha salido, ni saldrá un loco que te haga
caso, eso no significa que a mí me tenga que pasar lo mismo.
Juanita:
¡Pero tranquila mi amor, solo era broma!, cuidado te me ahogas, ya no
puede decir nada uno aquí.
María José:
¿Cómo es la cosa, quien salió con su domingo siete aquí?
Dolor:
Nadie chepe, solo que nuestra hermana se nos casa.
María José:
Pues parece que había escuchado mal, pero que bueno. ¿Ve, y quién es el
afortunado Chepita?
Chepita:
¡Pues me voy a casar con un hombre algo mayor, de la capital!
Juanita:
¡Ve que raro, si desde pequeña siempre te hacías la enferma para no hacer
nada!
Chepita:
¡No me jodas!, si quieres ya nos volamos mecate aquí mismo, ya no te
soporto desde ahora.
Juanita:
Pero tranquila, solo es bromita mi amor.
María José:
Ya tranquilícense muchachas, mejor miremos como le vamos a hacer con el
gasto que se nos viene encima, ¡el viejo nos saldrá caro!
Dolor:
¡Ay mi papito, tan bueno que es él y le ha llegado su día! –Llorando a gritos
partido-
Cuarto Acto
Narrador:
En esta escena se encuentra el abogado, el sastre y don papi reunidos en
su habitación.
Don Beto:
Haber Don papi, hágame el favor de ponerse en pie para tomarle las
medidas
Don papi:
¡Oye, hijo ayúdeme!, no ve que soy un viejo que no puede por sí solo ya
El licenciado:
No se me preocupe don papi, ya le ayudo. Aprovechemos el momento y en
lo que le van tomando las medidas yo voy tomando apunte de su herencia.
Don papi:
Me parece licenciado
Don Beto:
Haber Don papi, firme y derecho
Don papi:
¡Pues firme y derecho ya lo dudo con mis años, pero hare el intento!
Don Beto:
¡Tremendo Don papi, lo admiro mucho, en sus últimos días y el con su gran
humor como siempre!
El licenciado:
Pues dicen que la mala yerba nunca muere…
Don papi:
¿Qué insinúas hijo?, viejo pero no obsoleto tierno
El licenciado:
Usted ya lo ha dicho, usted ya lo ha dicho pero mejor le tomo nota de su
testamento, dígame ¿se lo dejo igual que el que ya teníamos hecho?
Don papi:
Me parece, sería que me lo lea para ver si cambiamos algo.

El licenciado:
Aquí vamos pues, A dolor le dejo a cargo el orfanato y las 30 manzanas que
le había dado.
Don papi:
Está bien, está bien, perfecto me parece que le hayamos dejado el orfanato
a mi niña, ella tiene un gran corazón.
El licenciado:
A luna le dejo la farmacia y un condominio en el sur del país.
Don papi:
No, no, no quítamele el condominio.
El licenciado:
Está bien, a Chepita le dejo esta finca y el maizal.
Don papi:
Perfecto.
Narrador:
Y así continuaron aquellos hombres hablando de los cambios en el
testamento y don papi pidiendo gusta en la hechura de su traje. Paso
bastante tiempo y don papi nada de morir y es aquí el momento en donde
citamos la frase célebre: “yerba mala, nunca muere”, y es que Don papi hizo
toda su gran fortuna a base de robos y tratos sucios en el pasado, esta
rodeado de buenos hijos a los que no le daba lo justo a cada uno de ellos,
sino, lo que su conciencia de egocéntrico le decía. Al final termino
muriéndose por viejo y todo demacrado deseando la muerte a gritos en su
habitación, esta no le hacía caso, pues parece ser que nadie se va de este
mundo sin pagar todas sus facturas.

Fin.

J.L Ortiz

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