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ASIGNATURA:
CONTROL BIOLÓGICO
© Pablo Barranco Vega, Tomás Cabello García, Rafael Laborda Cenjor, Ana María Ortega Gea, Eugenia Rodrigo Santamalia,
Rosa Vercher Aznar y Mercedes Verdeguer Sancho, Valencia, Diciembre 2016.
Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra sin la autorización por escrito de los propietarios del copyright
por cualquier tipo de medio o procedimiento, incluida la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución
de ejemplares mediante alquiler, venta o préstamo público.
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ÍNDICE
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INTRODUCCIÓN
OBJETIVOS
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ASIGNATURA: CONTROL BIOLÓGICO
TEMA 1
NATURALEZA Y ALCANCE DEL CONTROL
BIOLÓGICO
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MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
1. INTRODUCCIÓN
En este tema se realiza una breve reseña del desarrollo histórico del control biológico,
remarcando los hitos más importantes en el mismo. Para pasar a considerar los diferentes
tipos de control biológico, por objetivos, que se pueden llevar a cabo. Evidentemente el tema
se centra en el control biológico de enemigos de los cultivos, pero ello implica tratar de
explicar, como se verá a continuación, los diferentes puntos de vista sobre el mismo que se
presenta entre entomólogos y fitopatólogos. Finalmente, en el tema se hará una introducción a
la lucha biológica contra plagas, definiciones, métodos y técnicas, para una mejor
comprensión de los posteriores temas que se centran en las diferentes técnicas de utilización
de la misma.
2. DESARROLLO HISTÓRICO
El control biológico se pueden considerar que ha evolucionado (adaptado de Gurr
et al., 2000), en las siguientes etapas, vistas desde un punto de vista histórico:
● Etapa pre-científica: antes del 200 EC – 1887.
- Primeros intentos de lucha biológica, realizados sin una base científica.
● Etapa clásica: 1887-1939.
- 1888. Primer éxito de control biológico de plagas, por introducción del
depredador específico Rodolia cardinalis contra Icerya purchasi en cítricos en
Estados Unidos.
- 1902. Se emplea por primera vez un insecto fitófago para el control de
una mala hierba.
- 1911: Berliner describe Bacillus thuringiensis como patógeno de
lepidópteros.
- 1919. Se acuña el término de control biológico por H.S. Smith.
- 1919. Creación del European Parasitoid Laboratory (E.P.L.-U.S.D.A.) en
Francia para el estudio e introducción de enemigos exóticos en EE.UU.
- 1921. Hartley introduce un hongo antagonista, aislado de suelo, para el
control de un hongo de suelo en viveros de pinos.
- 1927. Creación de un laboratorio de control biológico en Reino Unido
(Farnham House Laboratory for BC, The Imperial Bureau of Entomology).
- 1929. McKinney demuestra la inducción de resistencia con virus
fitopatógenos.
- 1939. Se comercializa en Francia el primer preparado a base de B.
thuringiensis.
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El primer caso de lucha biológica por aumento se produce en nuestro país entre los
años 1936-42 con la utilización de liberaciones periódicas del parasitoide Trichogramma
para el control de la polilla del manzano (Cydia pomonella)
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El control biológico por introducción, o lucha biológica clásica (por ser la primera
forma de aplicación), consiste en la introducción de entomófago exótico, en un área nueva,
para controlar unas especies plaga, normalmente también de origen exótico y que se ha
introducido en el área de actuación por accidente. Esta técnica de control biológico se verá en
el tema 6 de esta asignatura.
A su vez, el control biológico por aumento consiste en la manipulación directa de los
entomófagos, normalmente autóctonos, para controlar la población de la plaga en el área de
actuación. Esta técnica se revisará en el tema 7.
Finalmente, el control biológico por conservación es fundamental en favorecer el
ambiente del cultivo, o parcela, para hacerlo más favorable al incremento y/o acción de los
entomófagos que puedan presentarse de forma natural. Por ello, en esta técnica no hay una
manipulación directa de los entomófagos como ocurre en la introducción o en el aumento;
sino que es una actuación indirecta. Ello se estudiará en el tema 8.
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6. BIBLIOGRAFÍA
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ASIGNATURA: CONTROL BIOLÓGICO
TEMA 2
SISTEMÁTICA Y CONTROL BIOLÓGICO DE
PLAGAS
AUTORA: ROSA VERCHER AZNAR
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entre ellas se complica aún más si cabe. En la tabla 1 se muestran las diferencias más
importantes entre estos términos.
Queda claro que, para poder llegar a distinguir entre especies distintas,
semiespecies y razas, habrá que recurrir a todo tipo de técnicas, como la morfología,
distribución geográfica, reproducción, pruebas bioquímicas, moleculares y citológicas,
así como la ecología y el comportamiento de los organismos en estudio. Y queda
también claro porque es la sistemática y no la taxonomía, lo que requiere el control
biológico de plagas.
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de algunos parasitoides cuando no existen claves morfológicas para sus estados larvales
y, en estos casos, es necesario esperar hasta que los adultos emerjan del hospedante para
identificarlos. Las herramientas moleculares son de gran utilidad para determinar la
presencia de endoparasitoides aun antes de poder verlos. Con la ayuda de las
herramientas moleculares, la presencia del parasitoide adentro de su hospedante se
puede detectar incluso horas después de la oviposicion en lugar de esperar más de siete
días para su detección visual.
En términos generales, los hiperparasitoides se consideran como algo negativo en
el control biológico, porque pueden limitar las poblaciones de algunos parasitoides
primarios. Sin embargo, es muy difícil predecir la influencia de los hiperparasitoides
sobre los parasitoides primarios, porque la diversidad de especies de los primeros y la
cantidad de individuos de los segundos puede variar mucho de un sitio a otro y de un
año a otro. En el caso del hiperparasitoide icneumónido Mesochorus sp. sobre el
bracónido Peristenus sp., el cual es un parasitoide primario de los míridos Lygus spp., es
bastante difícil determinar los niveles de hiperparasitismo al diseccionar el hospedante
mírido. La causa de esto es que la larva del hiperparasitoide está dentro del parasitoide,
el cual a su vez se encuentra adentro del hospedante mírido. El tamaño de los
hiperparasitoides y su ubicación dentro del parasitoide primario hacen que la
determinación del hiperparasitismo mediante la disección sea poco práctica. Por tanto, la
única opción que existía antes del uso de herramientas moleculares era la cría de los
insectos y la determinación morfológica de las especies después de la emergencia de los
adultos. Sin embargo, en este sistema de hiperparasitoide (Meschorus sp.)-parasitoide
(Peristenus sp.), ambos insectos tienen una diapausa obligatoria, la cual implica que los
tiempos de cría para obtener estimaciones acertadas de los niveles de parasitismo y
confirmar la identificación de las especies puede tomar más de ocho o nueve meses.
Ashfaq et al. (2005) usaron secuencias del ITS para desarrollar iniciadores de PCR que
pudieran detectar la presencia de Mesochorus sp. en el hospedante Lygus spp. Los
análisis de PCR de individuos de Lygus spp. recolectados en el campo arrojaron
resultados similares en los niveles de hiperparasitismo de Mesochorus sp. a los
resultados obtenidos mediante la cría de los insectos en el laboratorio. De esta forma, los
investigadores pudieron procesar un mayor número de insectos en un menor tiempo y
con bastante certeza en la identificación de las especies.
e) Mayor eficiencia de los enemigos naturales
Se han utilizado tecnologías de ADN recombinante para estudiar insectos plaga y
organismos benéficos. Algunos investigadores utilizan dichas tecnologías para mejorar
la eficiencia de organismos benéficos y para disminuir el potencial dañino de insectos
plaga. Por ejemplo, Sun et al. (2004) construyeron un baculovirus recombinante
incrementando el potencial de este para infectar el gusano del algodón (Helicoverpa
armigera). Estos investigadores pudieron comprobar que el baculovirus recombinante
(HaSNPV-AaIT) redujo el tiempo promedio de sobrevivencia del insecto plaga, e infectó
más rápidamente que un genotipo silvestre del baculovirus que había sido aislado a
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3. PERSECTIVAS FUTURAS
El CB seguirá basándose en técnicas morfológicas para distinguir a los artrópodos,
así como en estudios de ecología y comportamiento para distinguir razas o especies
crípticas. Sin embargo los métodos moleculares son herramientas que poco a poco irán
incorporándose de forma habitual a los estudios de control biológico de plagas. Las
herramientas moleculares no siempre son apropiadas y en la mayoría de los casos son
más costosas que otras técnicas. Sin embargo, tienen bastante potencial y pueden
resolver interrogantes que probablemente no se pueden resolver de ninguna otra forma.
Sin duda, la utilización de herramientas moleculares en la producción masiva de
enemigos naturales ayudará a mantener y mejorar la calidad de dichos insectos, la cual
es crítica en el éxito de cualquier programa de control biológico.
De igual modo las herramientas moleculares incrementan la precisión en la
identificación de enemigos naturales y plagas y serán especialmente importantes en la
separación de especies crípticas con diferentes requerimientos ambientales y atributos
biológicos, cuando los taxónomos no estén disponibles o simplemente cuando la
morfología no baste para diferenciar entre dichas especies. También permiten
profundizar en el conocimiento de los artrópodos, como el tipo de organismo del que se
alimentan mayoritariamente, etc… Algunos investigadores han propuesto utilizar
herramientas moleculares para mejorar la eficiencia de los enemigos naturales. Hay que
ser muy cauto con estos temas y aplicar el principio de precaución, pues por desgracia la
historia está llena de ejemplos en los que por no aplicar este principio, se han sufrido
graves daños ambientales y para la salud humana.
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4. BIBLIOGRAFÍA
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ASIGNATURA: CONTROL BIOLÓGICO
TEMA 3
DEPREDADORES: BIOLOGÍA Y ACTUACIÓN.
PRINCIPALES GRUPOS
AUTOR: PABLO BARRANCO VEGA
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1. INTRODUCCIÓN
En todo ecosistema los organismos realizan tres tipos de funciones: productores,
consumidores y descomponedores. En el contexto del agrosistema, el cultivo es el
organismo productor y los consumidores serían por un lado los insectos fitófagos
(plagas) y por otro los parasitoides y depredadores de plagas. Estos últimos constituyen
el contenido de este tema. Los parasitoides y de predadores se encuadran dentro de los
organismos de control biológico de plagas, y también se les denomina fauna auxiliar
(Navarro et al., 2006). Los artrópodos de predadores constituyen uno de los grupos más
importantes de enemigos naturales. El uso de parasitoides para el control de plagas ha
sido de 3 a 10 veces mayor que el de depredadores. Sin embargo, el resultado de los
depredadores utilizados en esos programas ha sido, en muchas ocasiones, igual o más
eficaz que el obtenido con parasitoides.
2. ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Las referencias más antiguas de utilización de depredadores para combatir las
plagas, se remontan al 1.200 a. de C. en Yemen, donde se empleaban hormigas para
proteger las palmas. Igualmente en China en el siglo III a. de C. se vendían nidos de
hormigas arbóreas para combatir las plagas de cultivos de cítricos (Sánchez et al., 1997).
En Europa, los primeros registros se refieren al uso de coleópteros depredadores durante
los siglos XVIII y XIX (Greathead, 1994). Otras introducciones de depredadores en islas
tropicales condujeron a la extinción de la fauna local, lo que produjo cierta desconfianza
hacia este método de control. El primer olífago introducido con éxito fue un ácaro de
predador de filoxera en Francia en 1873. Actualmente sólo se emplean depredadores
olífagos en el control biológico de plagas. El primer empleo masivo de un monófago fue
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b) Rango de presas
En función de su especificidad para alimentarse de una presa.
- Monófagos: los que únicamente son capaces de depredar una única especie
presa.
- Olífagos: los que depredan sobre un grupo reducido de especies afines.
- Polígagos: aquellos que tiene un amplio espectro de presas. Esta
circunstancia es muy importante para el control de plagas en un cultivo.
- Zoofitofagia para el caso de los depredadores que se alimentan tanto de la
planta como de presas, como es el caso de algunos Míridos.
En medios abiertos es recomendable la monofagia u olifagia. En medios cerrados
puede ser interesante la polifagia. Muchos de los depredadores polífagos pueden actuar
también sobre otros depredadores o incluso practicar el canibalismo.
c) Estado de la presa
Otro factor importante es que frecuentemente el depredador adulto se alimenta
sobre la misma presa que su progenie, como los coleópteros coccinélidos. Por el
contrario, otros depredadores como los dípteros y neurópteros presentan diferente
régimen alimenticio en estado adulto e inmaduro. En el primer caso la distribución del
depredador coincide con la de sus presas; en el segundo caso depende también de la
disponibilidad del alimento de los adultos.
En general abundan los depredadores que pueden alimentarse de todos los estados
de sus presas, tan sólo unas pocas especies se alimentan de un solo estado.
5. PRINCIPALES GRUPOS
El régimen depredador aparece en las clases Insecta y Arácnida y pueden
encontrarse en gran número de órdenes y familias. Los depredadores que se reconocen
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a) Insectos depredadores
Según Clausen (1940) hay 16 órdenes de insectos que engloban especies
depredadoras, tanto de artrópodos (insectos, ácaros, miriápodos, arañas...) como de otros
invertebrados como moluscos.
Coleoptera
Existen unas 12 familias de coleópteros depredadores entre las que destacan los
Carábidos y los Coccinélidos (Fig. 1), aunque también los Lampíridos (luciérnagas
son activas depredadoras de caracoles tanto las larvas como los adultos).
La familia más importante y utilizada como depredadora de plagas, son los
coccinélidos (Coccinelidae). Son coleópteros característicos por su aspecto casi
semiesférico y coloración brillante, desde negro a rojo y amarillo con puntos negros o de
otros colores. Tanto las larvas como los adultos son activos depredadores. Se alimentan
mayoritariamente de esternorrincos fitófagos, aunque también hay especies que se
alimentan de ácaros, coleópteros y hongos (Clausen, 1940). Existen un centenar de
especies en nuestro país que ejercen un importante control natural de las poblaciones
plaga. Varias especies se comercializan para el control de pulgones y cochinillas en
cultivos abiertos. Coccinella septempunctata aparece esporádicamente en los cultivos y
es muy voraz: una larva cercana a la madurez es capaz de depredar hasta 600 pulgones
diarios y un adulto un centenar. Es una especie muy prolífica que puede llegar a poner
hasta un millar de huevos (Navarro et al., 2006).
No se aclimatan bien en invernaderos debido a las altas temperaturas, aunque en
los últimos años se vienen haciendo sueltas de Adalia bipunctata y otra especie exótica.
Las larvas de tipo eruciforme presentan mayor o menor movilidad dependiendo de la
manifiesten sus presas; de modo que las que depredan pulgones tienen mayor desarrollo
de las patas que las que depredan cochinillas. Algunas especies son muy polífagas, pero
otras son monófagas, como Rodolia cardinalis.
Los géneros de coccinélidos más importantes contra pulgones son Scymnus,
Adalia, Propylea y Coccinella. El primero es de muy pequeño tamaño, oscuro y piloso;
los otros son de mayor tamaño y muy llamativos. Para el control de cochinillas destacan
las especies autóctonas Chilocorus bipustulatus y Exochomus quadrispustulatus, además
de las introducidas Rodolia cardinalis y Cryptolaemus montrouzieri. Las larvas de C.
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Los carábidos son coleópteros depredadores que pueden alcanzar gran tamaño, por
lo general son muy activos y rápidos. La mayoría son muy polífagas, aunque algunas
especies se han especializado en depredar caracoles. Calosoma sycophanta se ha
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Diptera
Unas 9 familias de dípteros tienen hábitos de predadores, aunque algunas moscas
de otras familias también pueden alimentarse mediante depredación. Hay algunos
dípteros que son exclusivamente depredadores, tanto las larvas como los adultos; otros
que los adultos no son depredadores pero sus larvas si y otros, que tanto las larvas como
los adultos puede tener hábitos alimenticios mixtos, no exclusivamente depredadores.
En nuestro país las familias de dípteros más importantes son los Sírfidos,
Cecidómidos (Fig. 2) y Múscidos. Los sírfidos son moscas generalmente muy
llamativas que se mimetizan con avispas y abejas, no sólo por su coloración, incluso en
sus movimientos. Las larvas de determinadas especies son activas depredadores de
pulgones, trips y pequeñas larvas, llegando a consumir 400 ejemplares de pulgones a lo
largo de su desarrollo; mientras que los adultos se alimentan de néctar, polen y
secreciones vegetales. Las pupas tienen un aspecto piriforme característico. El control
natural de algunas especies sobre las poblaciones de pulgones puede llegar a ser muy
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Hemiptera
Este orden está integrado fundamentalmente por especies fitófagas pero comprende
unas 9 familias con especies depredadores, de las cuales 6 están implicadas en el control
biológico de plagas en España. Algunas de estas familias son depredadoras estrictas
(zoófagos) como los Redúvidos, Nábidos y Antocóridos; y otras son depredadoras
facultativas (zoofitófagos) como los Míridos y Pentatómidos. El primer grupo es de
más difícil colonización del cultivo, pues es preciso un número suficiente de presas en
todo momento. El segundo puede sobrevivir a la escasez de presas alimentándose del
cultivo (aunque se han citado daños producidos por estos depredadores).
Los antocóridos (Fig. 3) son chinches de pequeño tamaño que se han asentado muy bien
en cultivos protegidos y otros cultivos hortícolas. Su polifagia ha supuesto su ubicación como
grupo clave en los programas de manejo integrado de plagas. Diferentes especies del género
Orius aparecen de forma espontánea en los cultivos hortícolas y ornamentales y varias
especies están disponibles comercialmente y son inoculadas en los cultivos continuamente,
fundamentalmente para el control de trips, pero también ácaros, huevos y pequeñas larvas de
lepidópteros. La facultad de los adultos de alimentarse de polen, les proporciona la
supervivencia en momentos de escasez o falta de presas.
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Neuroptera
La gran mayoría de las familias de este orden son depredadoras. Las larvas de
algunas de ellas son acuáticas, otras se entierran en el suelo, y otras son arborícolas. En
este último grupo se encuadran las familias que tienen interés en el control de plagas.
Los adultos de algunas especies no se alimentan, pero otros si, y la mayoría son también
depredadores. Los huevos de algunas especies son muy característicos porque se
localizan en el extremo de un filamento sobre el vegetal. Las larvas son bastante voraces
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Aún está pendiente evaluar realmente cuál es papel de este orden en el control de
plagas.
Thysanoptera
La gran mayoría de las especies de este orden son fitófagas, aunque algunas son
depredadoras, tanto en estado inmaduro como adulto. De hecho, muchas de las especies
fitófagas pueden comportarse como depredadoras, así algunos de los ácaros plaga como
Frankliniella occidentalis y Thrips tabaci se han observado alimentándose de arañas
rojas.
Las especies de predadoras pueden alimentarse de ácaros, fundamentalmente
huevos, pero también de pequeños insectos y otros trips. Destacan las familias
Faeotrípidos en el suborden Tubulifera, y Aelotrípidos y Thripidos en suborden
Terebrantia. En la primera, más de la mitad de las especies son fungívoras. Algunas
especies son depredadores de ácaros e insectos pequeños, pero no se utilizan en lucha
biológica contra plagas, pero aparecen espontáneamente en los cultivos. Los géneros
más importantes son Leptothrips y Aleurodothrips. En la segunda familia, el género más
importante es Aeolotrips que se ha llegado a emplear en la lucha biológica contra otro
trips, Franklinothrips vespiformis, en invernaderos. Existen estudios que indican que
incluso Aeolothrips intermedius presenta un ciclo más corto si se desarrolla depredando
trips que si se alimenta de ácaros tretaníquidos y no llega a completarse si se alimentan
sólo sobre sternorrinchos (Hagen et al., 1999). El trípido Scolothrips longicornis es muy
especializado y depreda fundamentalmente arañas rojas, siendo más voraz que los ácaros
fitoséidos.
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Fig. 6. Mántidos depredadores. 1, Empusa pennata (ninfa); 2, Mantis sp. (ninfa) (Fotografías:
T. Cabello).
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Fig. 7. Ciclo de ácaros Fitoséidos, los estadios depredadores son los de larva, ninfa y
adulto (Fotografías: T. Cabello).
Los Fitoséidos son ácaros polífagos que se encuentra en la parte aérea de la planta
donde se puede alimentar de inmaduros de Frankliniella occidentalis, de la dos especies
de mosca blanca, de araña roja, ácaros tarsonémidos y de polen. Al alimentarse de polen
puede sobrevivir sin presa. Una de las especies que aparece ya de forma natural en los
cultivos hortícolas, es Amblyseius swirskii, porque se han introducido con las sueltas
para el control de mosca blanca. Otra especie de fitoséido que se encuentra regularmente
en los cultivos es Amblyseius barkeri. Este ácaro vive principalmente en el suelo,
aunque ocasionalmente pueden subir a la parte aérea para buscar presas. Es un ácaro
polífago que se alimenta de trips, araña roja y sus huevos, araña blanca y polen, aunque
cuando no hay presa puede darse canibalismo. Otras especies de fitoséidos habituales
son Phytoseiulus persimilis, A. cucumeris y A. californicus. Es imprescindible la
conservación e incremento de este tipo de fauna asociada. En cultivos de cítricos la
especie predominante es Euseius stipulatus que se alimenta de araña parda y también de
mosca blanca. A. californicus también es frecuente en cultivos de cítricos y manzanos,
ejerciendo control sobre la araña roja de los frutales Panonychus ulmi.
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c) Arañas
Las arañas son todas depredadoras. Hay 10 familias que incluyen especies de
interés en los cultivos como depredadoras de plagas (Hagen et al. 1999).
Paradójicamente, aunque las arañas son muy abundantes y ubicuas, no existen estudios
del efecto de especies concretas sobre el control de plagas. Pueden existir varias para
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que se produzca esta situación: poseen hábitos muy ocultos, al ser depredadores
generalistas es muy difícil evaluar su efecto sobre una determinada plaga, tiene ciclos
más largos que los insectos o ácaros de los que se alimentan y son territoriales. Cada
araña posee su propia área de caza y se da el canibalismo cuando se superan esos
límites. No obstante algunos estudios revelan que las arañas juegan un importante papel
en el control de determinadas plagas y potencialmente podrían ser efectivos
depredadores en un programa de control de plagas. Por otro lado las arañas matan más
presas de las que consumen realmente.
6. BIBLIOGRAFÍA
Clausen, C.P. 1940. Entomophagous Insects. London: McGraw Hill Publishing Co., Ltd.,
1940. 688 pp.
Hagen, K.S., N. J. Mills,T G. Gordh & J. A. McMurtry. 1999. Terrestrial Arthropod
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España. Bol. San. Veg. Plagas, 31: 209-223.
46
ASIGNATURA: CONTROL BIOLÓGICO
TEMA 4
PARASITOIDES: BIOLOGÍA Y RELACIÓN CON
HOSPEDADORES. PRINCIPALES GRUPOS
AUTORA: M. EUGENIA RODRIGO SANTAMALIA
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
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MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
El alimento proporcionado por las plantas tiene impacto sobre diversos aspectos de
la vida de los enemigos naturales. Se sabe que la reproducción de estos insectos se ve
claramente comprometida en ausencia de una fuente adecuada de alimento procedente de
las plantas. Además su comportamiento también se ve afectado, ya que disminuye su
actividad o bien dirigen sus esfuerzos a buscar comida en lugar de buscar a sus
hospedadores.
Respecto a su ciclo biológico, pueden tener una única generación por cada una del
hospedador (especies univoltinas) o dos o más generaciones por cada una del
hospedador (especies multivoltinas). Los ciclos biológicos son normalmente cortos, que
oscilan entre 10 días a cuatro semanas o menos en mitad del verano, y
proporcionalmente más largos en invierno. Sin embargo, algunos necesitan un año o
más, si tienen hospedadores con una sola generación por año. En general, presentan
grandes tasas potenciales de crecimiento.
Los parasitoides pueden clasificarse de diferentes formas. Aquellos cuyas larvas se
desarrollan dentro del hospedador se denominan endoparasitoides y los que se
desarrollan externamente, ectoparasitoides (figura 1). Los ectoparasitoides
frecuentemente parasitan hospedadores que viven “protegidos” o “escondidos”, como en
minas de hojas, galerías en la madera, pupas dentro de capullos sedosos, cochinillas con
escudo, hojas enrolladas o agallas. En estos casos es menos probable que el hospedador
se desprenda del parasitoide. Muchos de ellos también inyectan toxinas con el ovipositor
que paralizan al hospedador antes de realizar la oviposición. La explicación podría ser
que el movimiento del hospedador en estos pequeños espacios podría dañar al
parasitoide que se está desarrollando sobre él, y que es incapaz de defenderse.
Los endoparasitoides generalmente se encuentran bien protegidos dentro del
huésped, pero presentan una dificultad añadida, respirar en un medio líquido o
semilíquido implica adaptaciones especiales al mismo. Ciertas larvas endoparasitoides
pueden obtener el oxígeno directamente a partir de los fluidos del cuerpo del
hospedador, bien a través del tegumento o por medio de una vesícula posterior. Otras
pueden respirar el aire exterior pegando sus espiráculos a las traqueas del hospedador,
49
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
como los dípteros taquínidos, o a través de una especie de tallo presente en los huevos
del parasitoide, que sobresale a través del tegumento del hospedador, como los
himenópteros encírtidos. Muchos endoparasitoides momifican a sus hospedadores hasta
completar su propio desarrollo larvario. Esto es especialmente evidente en los áfidos
parasitados, en los que el tegumento se vuelve distendido, como apergaminado, y se
oscurece.
Ambos, ectoparasitoides y endoparasitoides, pueden ser solitarios o gregarios.
Estos términos se refieren al número de individuos o especies parasitoides que se
desarrollan en un único hospedador. En el caso de los parasitoides solitarios sólo una
larva se desarrolla a expensas de un solo hospedador, mientras que los gregarios más de
una larva se desarrolla a partir de un solo hospedador. Sin embargo esta clasificación a
veces no está clara, ya que muchas especies pueden desarrollarse facultativamente como
solitarias en hospedadores pequeños o gregarias en hospedadores grandes. Un caso
extremo de desarrollo gregario obligatorio es el de ciertas especies que presentan
poliembrionía, en las cuales un solo huevo puede dar lugar a varios o incluso cientos de
descendientes idénticos.
Entre los parasitoides gregarios se distinguen casos de superparasitismo cuando
varios huevos de una especie de parasitoide pueden sobrevivir en un mismo hospedador
(figura 1), mientras que la presencia de dos o más individuos de diferentes especies se
denomina multiparasitismo. El hiperparasitismo se produce cuando un parasitoide
ataca a otro parasitoide, lo cual en general se considera perjudicial para el control
biológico.
50
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
Si los parasitoides permiten que los hospedadores crezcan después de ser atacados,
se denominan koinobiontes. Este grupo incluye mayoritariamente endoparasitoides que
atacan larvas jóvenes o ninfas. En oposición, los idiobiontes no permiten el desarrollo
de los hospedadores después del ataque. Estos últimos son endoparasitoides de huevos,
pupas o adultos o ectoparasitoides que paralizan larvas. Los endoparasitoides de estados
diferentes al huevo deben suprimir el sistema inmunológico del hospedador (como se
verá más adelante), mientras que los parasitoides de huevos y los parasitoides externos,
no. Los parasitoides que deben superar el sistema inmunológico del hospedador, son
más especializados que los que no lo hacen (tabla 1). Así por ejemplo los
tricogramátidos, parasitoides de huevos, tienen un amplio rango de hospedadores.
KOINOBIONTE IDIOBIONTE
Crecimiento del hospedador tras ser Continuo Cesa
parasitado
Localización del parasitoide respecto al Endoparasitoide Ectoparasitoide
hospedador
Localización del hospedador Expuestos Ocultos
Especificidad respecto al huésped Más específicos Generalistas
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MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
a) Encontrar hospedador
Encontrar la planta donde vive el hospedador. Este proceso empieza con la
localización del hábitat donde se encuentran los posibles hospedadores. La visión
posiblemente juega un papel importante en la localización del hábitat en sentido amplio
(por ejemplo diferenciar la parcela con los árboles del cultivo frente a zonas con malezas
sin árboles) pero la localización del microhábitat, es decir, la especie de planta que
posea hospedadores, es frecuentemente una respuesta a compuestos químicos volátiles
como:
1. Sustancias (olores) liberados por las plantas no infestadas
2. Compuestos químicos liberados por los insectos hospedadores (feromonas
sexuales o de agregación) o la emisión de sonidos, también permiten al parasitoide
localizar las plantas donde éstos están alimentándose
3. Volátiles de las plantas liberados en respuesta al ataque del fitófago
(sinomonas).
Se ha demostrado que muchas veces las plantas emiten compuestos volátiles
cuando están infestadas con larvas que se alimentan activamente en ellas (sinomonas).
Muchas plantas responden a la alimentación del fitófago, aumentando las emisiones de
compuestos volátiles. Estas emisiones son una mezcla de compuestos que liberan las
plantas de forma natural junto con otros sintetizados en respuesta específica a la
alimentación del fitófago. Este mecanismo está extendido ampliamente, encontrándose
en himenópteros parasitoides de orugas de lepidópteros (insectos con aparato bucal
masticador) y en parasitoides de insectos chupadores (como pseudocóccidos) y también
en dípteros taquínidos.
Los volátiles pueden emitirse desde las partes infestadas de la planta y desde las no
infestadas debido a una respuesta sistémica, y aún desde partes de plantas no infestadas
adyacentes a las infestadas. El ácido jasmónico es un compuesto clave que influye en
señalar la ruta entre las plantas y los enemigos naturales
Encontrar al hospedador. Una vez el parasitoide encuentra plantas infestadas, el
siguiente paso es localizar al hospedador sobre la planta. Esto se consigue porque el
insecto es capaz de detectar:
1. Compuestos químicos no volátiles presentes en los lugares de alimentación del
hospedador (señales químicas en la mezcla de excrementos y restos de tejido vegetal),
restos del cuerpo del hospedador en la superficie de la planta (escudos de cochinillas u
otras partes del cuerpo), secreciones (seda, secreciones de glándulas salivares o
mandibulares). Estos materiales son percibidos tocándolos con las antenas o tarsos de
las patas.
2. Vibraciones (en hospedadores ocultos en minas de hojas, madera, frutos) y
sonidos (los Taquínidos parasitoides de grillos, escuchan literalmente el chirrido del
grillo y vuelan hacia el sonido).
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MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
oviposición. Del mismo modo si se colocan estas proteínas sobre huevos de otras
especies no hospedadoras como Spodoptera frugiperda, se induce la oviposición.
La condición fisiológica y tamaño del hospedador (o estadio de desarrollo) son
determinantes en la elección del hospedador. No todos los estadios de desarrollo son
igualmente susceptibles al ataque de los parasitoides. Los himenópteros del género
Aphytis sólo realizan la oviposición cuando el escudo de la cochinilla está separado del
cuerpo del insecto, por lo tanto evitan la puesta en los estadios de muda. Además
tampoco son aceptadas como hospedadores, las hembras adultas fertilizadas, además de
porque el escudo está fuertemente pegado al cuerpo de la hembra, porque el tegumento
está fuertemente esclerotizado. El primer estadio de desarrollo y las cochinillas de
pequeño tamaño normalmente no son parasitados y en su lugar son utilizados para host-
feeding.
Algunos parasitoides ovipositan en hospedadores pequeños a los que permiten
crecer antes de matarlos (koinobiontes), aumentando el recurso para su progenie.
Apanteles glomerata (Hymenoptera, Braconidae) deposita sus huevos en larvas de
primer y segundo estadio de Pieris brassicae (blanquita de la col), pero la oruga no
muere hasta llegar al quinto estadio. Cuando los hospedadores no crecen después de ser
parasitados (idiobiontes), el tamaño del hospedador debe ser evaluado para decidir el
sexo y el número de los huevos a depositar. Los himenópteros del género Aphytis son
idiobiontes y el tamaño del hospedador es clave para determinar su calidad. En estos
himenópteros existe una correlación positiva entre el tamaño del hospedador y el tamaño
de las hembras y machos de A. lingnanensis, A. melinus y A. chrysomphali. Esto es
importante porque en la mayoría de los himenópteros parasitoides el tamaño del adulto
influye positivamente en la longevidad, la fecundidad en el caso de las hembras y en la
capacidad de búsqueda de los hospedadores.
La detección de hospedadores con superparasitismo frecuentemente conduce a un
rechazo rápido. Si es multiparasitismo no siempre lleva rechazo y dependerá de la
competitividad intrínseca del segundo parasitoide con relación al primero. Las especies
altamente competitivas pueden tener pocas “razones” para rechazar hospedadores
parasitados previamente. Las señales usadas para detectar el parasitismo incluyen
marcas externas y cambios internos en la hemolinfa o en los tejidos del hospedador.
En relación con lo anterior, las especies del género Aphytis realizan un examen
antes de realizar la oviposición sobre una cochinilla y este examen sirve para prevenir el
parasitismo sobre hospedadores ya parasitados (superparasitismo), ya que en este género
de himenópteros evitar el superparasitismo es esencial a la hora de seleccionar el
hospedador. Las hembras de A. melinus reconocen hospedadores previamente
parasitados por el olor (sustancia marcadora) dejado por la primera hembra. El rechazo
se basa en un examen externo de la cochinilla y la hembra del parasitoide sólo necesita
dos o tres segundos para distinguir si un hospedador está parasitado. Incluso si el olor
externo desaparece, pruebas internas con el ovipositor le permiten al parasitoide
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MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
a) Himenópteros parasitoides
El orden de los himenópteros es el dominante entre los insectos entomófagos, tanto
numéricamente como respecto a su uso con éxito en control biológico de plagas. Los
más importantes y numerosos son Calcidoideos, Icneumonoideos (Bracónidos e
Icneumónidos) y Proctotrupoideos.
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Los Calcidoideos adultos son diminutas avispas de vida libre que normalmente necesitan
alimentarse de miel o néctar y algunos construyen un tubo alimenticio para alimentarse
de los fluidos corporales del cuerpo del hospedador. Como parasitoides presentan el
mayor grado de especialización dentro del grupo de los himenópteros.
Esta superfamilia es la responsable de la mayoría de casos con éxito de control
biológico aplicado. Su importancia radica principalmente en que incluye a las familias
que están especializadas en atacar a cochinillas Diaspídidas, Pseudocóccidos, áfidos y
moscas blancas y éstas son las principales plagas a las que se ha dedicado mayor
esfuerzo de investigación en control biológico.
Dentro de la superfamilia, las familias de los Mimáridos y Tricogramátidos son
exclusivamente parasitoides de huevos y por lo tanto de tamaño muy pequeño. La
longitud de los Mimáridos (Mymaridae) varía entre 0.35 - 1.8 mm. Morfológicamente
presentan antenas largas, casi siempre más largas que la longitud de la cabeza y el tórax
juntos, poseen una maza diferenciada en las hembras y ausente en los machos. Las
antenas están insertadas lejos una de la otra (la distancia entre el punto de inserción
entre ambas antenas es mayor que la distancia entre la inserción de la antena y el ojo
más próximo). Las alas anteriores son pecioladas, y las posteriores constan de un
pedúnculo del que parte la membrana alar o bien constan únicamente de pedúnculo
(figura 2). Son parasitoides de huevos y atacan a especies de hemípteros (por ejemplo
cicádulas), psocópteros, coleópteros, dípteros y ortópteros.
Los Tricogramátidos (Trichogrammatidae) morfológicamente son insectos
pequeños entre 0.3 – 1.2 mm de longitud excluyendo el ovipositor, o hasta 1.8 mm
incluyéndolo (figura 3). Todas las especies carecen de brillo metálico, el funículo de la
maza consta siempre de dos artejos como máximo, y los tarsos siempre de tres artejos.
Las alas anteriores carecen de vena postmarginal y a menudo las sedas de estas alas
están alineadas formando 4 o más líneas. La mayoría de Tricogramátidos son primarios,
solitarios o gregarios endoparasitoides de huevos de otros insectos, especialmente
lepidópteros, hemípteros, coleópteros, tisanópteros, himenópteros, dípteros y
neurópteros. Unas diez especies de Trichogramma han sido criadas en masa y
posteriormente liberados para el control de lepidópteros plaga en maíz, algodón y otros
cultivos.
La familia de los Pteromálidos (Pteromalidae) consta de himenópteros de tamaño
pequeño a muy grande, siendo los ejemplares más grandes dentro de los Calcidoideos
(entre 1 – 48 mm de longitud). Todas las especies poseen en las patas anteriores y
posteriores tarsos de 5 artejos (figura 4). Las antenas presentan entre 8 – 13 artejos. En
el ala anterior, la vena marginal es varias veces más larga que ancha, con las venas
postmarginal y estigmal bien desarrolladas (figura 13). La biología de estos insectos es
muy variada y abarca muchos de los estilos de vida mostrados por los insectos
parasitoides. La mayoría son idiobiontes y pueden desarrollarse como ectoparasitoides
solitarios o gregarios de larvas y pupas de dípteros coleópteros, himenópteros,
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b) Dípteros parasitoides
Entre los dípteros parasitoides destaca la familia de los Taquínidos (Tachinidae),
dentro de la cual se incluyen diversas subfamilias que tiene especies importantes en
control biológico. Los Taquínidos parasitan preferentemente larvas de lepidópteros,
aunque también parasitan coleópteros, ortópteros, ninfas o adultos de hemípteros, y en
menor medida himenópteros.
Morfológicamente son similares a la mosca doméstica y presentan al final del
abdomen unas sedas robustas y fuertes (figura 11). La mayoría son endoparasiotides
solitarios y ninguno es hiperparasitoide. Se trata de un grupo de especies muy amplio,
que también cubren un amplio rango de hospedadores. Varían desde especies muy
específicas hasta extremadamente polífagas. Los Taquínidos varían en la forma cómo
atacan a sus hospedadores. Los adultos de algunas especies depositan los huevos sobre
los hospedadores y las larvas cuando nacen se abren camino rápidamente dentro del
hospedador. Otras son vivíparas, las larvas eclosionan inmediatamente y son
depositadas sobre el cuerpo de los hospedadores. Otras especies depositan los huevos
sobre las plantas que son a continuación tragados por los hospedadores y eclosionan
dentro del cuerpo de éstos. Un número considerable deposita los huevos en ambientes
frecuentados por los hospedadores, cuando eclosionan las larvas migran hacia sus
hospedadores a los cuales perforan el tegumento y se introducen dentro. Finalmente
61
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
hay otras especies que perforan el cuerpo del hospedador con su oviscapto y depositan
sus huevos o larvas en su interior.
4. BIBLIOGRAFIA
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ANEXO 1
SUPERFAMILIA CALCIDOIDEA
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Tarsos de 3 artejos
1
2 2. Vena marginal larga, y
postmarginal y estigmal
bien desarrolladas
1. Tarsos de 5 artejos
1.Tarsos de 4 artejos
Estrechamiento
entre tórax y abdomen
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3.Tarsos de 5 artejos
3 2. Cercos al final del abdomen
2
3
3
1 1. Axilas tocándose
3.Tarsos de 5 artejos 2
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SUPERFAMILIA ICHNEUMONOIDEA
2m cu
Figura 8. Icneumónido
1R1
1M
1/Rs+M
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Diaeretiella Tryoxis
Figura 10. Esquema general de un Braconidae Aphidiinae y esquema del ala de algunos
géneros importantes (Modificado de Kavallieratos et al (2012). Parasitoids (Hymenoptera:
Braconidae: Aphidiinae) of northeastern Iran: Aphidiine-aphid-plant associations, key and
description of a new species. Journal of Insect Science 12:1-26).
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Los esquemas de los Icneumonoideos se han tomado de: Goulet H., Huber J.T. (Ed.). 1993.
Hymenoptera of the world: an identification guide to families. Otawa : Minister of Supply and
Services Canada, cop.
68
ASIGNATURA: CONTROL BIOLÓGICO
TEMA 5
ENTOMOPATÓGENOS Y SUS
CARACTERÍSTICAS. PRINCIPALES GRUPOS
AUTORA: ROSA VERCHER AZNAR
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1. INTRODUCCIÓN
En Control Biológico de plagas (CB), cada vez son más usados los agentes
entomopatógenos, y seguramente en los próximos años veremos cómo su uso se
incrementa notablemente, ya que suelen ser medioambientalmente inocuos. Si se asume
que cada especie de insectos es susceptible a por lo menos un patógeno, frecuentemente
específico, ello da la idea del potencial de estos organismos en el contexto del CB.
Hace más de cien años que existe un interés en usar patógenos como controladores
biológicos, y algunos se han usado con gran éxito, siendo una alternativa ecológica a los
insecticidas químicos. Los patógenos son microorganismos parásitos y causan
enfermedad a sus huéspedes. Los grupos más importantes son: virus, bacterias, hongos,
nematodos y protozoos.
Éstos generalmente invaden y se multiplican en el huésped y se dispersan
infectando otros huéspedes. Además se pueden transmitir de varias formas: contacto,
ingestión, activamente, a través de vectores, e incluso puede provocar pandemias y
transmitirse verticalmente a la nueva generación. Los patógenos son formas procariotas
(organismos sin núcleo y membrana nuclear verdaderas), como las bacterias y virus, o
eurcariotas (un núcleo verdadero encerrado por una membrana nuclear) como en hongos
y protozoos. Los nematodos y microorganismos más grandes y complejos también se
incluyen dentro de los patógenos debido al gran número de especies que producen
enfermedades en los insectos.
a) Clasificación
No todos los microorganismos causan infección después de que alcanzan el
hemocele de los insectos, debido a la resistencia del hospedante o a la inhabilidad del
microorganismo para sobrevivir y multiplicarse en el medio ambiente del huésped. Los
que sí causan infección se clasifican en:
● Patógenos potenciales. Microorganismos incapaces de invadir al huésped por
medio de la pared cuticular o del tracto digestivo, requieren de la ayuda del medio
ambiente para que reduzca la resistencia del huésped o favorezca la habilidad del
microorganismo de invadir el huésped.
● Patógenos facultativos. Microorganismos que pueden invadir el insecto o no, y
su reproducción puede ocurrir en el insecto. Sin embargo, la sobrevivencia de ambos,
potenciales y facultativos, no depende totalmente del insecto. Éstos son patógenos
fáciles de cultivar sobre medios artificiales (hongos y bacterias).
● Patógenos obligados. Microorganismos que requieren un insecto vivo para
sobrevivir y multiplicarse. Pueden darse fuera del insecto en estado de latencia como
esporas, quistes, inclusiones virales, etc. Los patógenos obligados son: virus, protozoos
y ciertos hongos y bacterias.
71
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2. VIRUS ENTOMOPATÓGENOS
Actualmente, se conocen más de 1.600 virus patógenos de invertebrados que
afectan a insectos pertenecientes a 13 órdenes distintos. Los virus entomopatógenos
tienen partículas de morfología variable tanto en forma como en tamaño, y pueden ser
de DNA o RNA de hebra simple o doble. En algunos virus, la nucleocápsida (ácido
nucleico + cápsida proteica) puede estar envuelta por una bicapa lipídica, en cuyo caso
forma un virión. Los viriones, a su vez, pueden estar, o no, incluidos en una matriz
proteica que se denomina cuerpo de inclusión.
En la actualidad existen más de 1.270 asociaciones de insecto-virus reconocidas , y
más del 70% involucran Lepidoptera como huésped s , 14% en Diptera, 7% en
Hymenoptera , 5% en Coleoptera y el restante 4% en Orthoptera , Isoptera, Hemiptera y
Neuroptera. Pueden ser agentes de control natural muy efectivos de muchas especies de
larvas de lepidópteros. En los Anexos 1 y 2 aparecen con más detalles los virus más
usados en CB.
Los virus son parásitos intracelulares obligados. Cada uno de estos grupos se
subdivide con base en su morfología (varilla, ovoide, etc.), en su fisiología y
características químicas. La presencia de cuerpos de inclusión constituye un medio fácil
y rápido para reconocerlos. El subgrupo (A) son virus que causan la poliedrosis nuclear
(VPN). Presentan viriones embebidos en una matriz cristalina. La forma del virión
difiere si es que el nucleocapside está embebido en forma simple (VPNS) o en forma
múltiple (VPNM). El subgrupo (B) son los virus de la granulosis (VG).
Los baculovirus son los más ampliamente usados en la actualidad, y suelen ser
específicos al género o especies de un determinado insecto plaga. Se están haciendo
estudios para determinar los genes que controlan el rango de huéspedes del baculovirus
para ampliarlo y ya se han comercializado en Europa productos de este tipo. Los
baculovirus pueden ser tan efectivos en el control de plagas como los pesticidas
químicos, pero el gran inconveniente es su mayor coste, debido a que se producen “in
vivo”. Algunos virus pueden producirse in vitro (dentro de cultivos celulares) y por ello
son más baratos.
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3. BACTERIAS ENTOMOPATÓGENAS
Más de 90 especies de bacterias entomopatogénicas se han aislado de insectos,
plantas y suelos, pero solo unas pocas se han estudiado intensivamente. La bacteria
entomopatógena más conocida y desarrollada hasta ahora es Bacillus thuringiensis,
descubierta en 1902. En 1938 ya existía en el mercado francés el producto Sporeine, con
base en esta bacteria, para el control de lepidópteros de granos almacenados.
Las bacterias, y particularmente Bacillus thuringiensis, han sido los patógenos de
insectos más usados en programas de control de insectos. Las razones para esto son:
producción masiva fácil, sencillas de formular y aplicar, matan la plaga con facilidad
(alrededor de 48 horas), tienen un espectro de actividad que incluye muchas plagas de
interés económico (larvas de coleópteros, lepidópteros y dípteros) y
medioambientalmente más seguras que cualquier insecticida sintético.
Existen dos tipos de bacterias que se usan en los programas de control de insectos:
1) las que causan una infección fatal, como Bacillus popilliae, y 2) las que matan los
insectos principalmente por medio de la acción insecticida de la toxina, como B.
thuringiensis. La clasificación de las bacterias se basa en caracteres tanto morfológicos
como bioquímicos, de ahí que algunas bacterias pertenezcan a tal o cual género o
especie si tienen la capacidad de metabolizar, de una u otra forma, una serie de
compuestos presentes en el medio de cultivo.
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a) Bacillus sphaericus
Bacteria que ha recibido gran atención en los últimos años, como agente de control
de mosquitos, en especial al género Culex. Presenta diferentes razas, algunas de ellas
son patógenas para insectos, se han aislado en muchos países y están disponibles en el
comercio puesto que el organismo puede producirse vía fermentación. Esta bacteria se
encuentra de forma común en el suelo, el agua contaminada orgánicamente y otros tipos
de hábitats. La actividad insecticida se debe a la toxina de naturaleza proteica.
b) Bacillus popilliae
Fue la primera bacteria entomopatógena estudiada y registrada como bioinsecticida
en Estados Unidos en la década del cuarenta. Esta bacteria es un parásito obligado y
específico. B. popilliae es una bacteria Gram-negativa que forma esporas, y son
patógenos de larvas de Scarabaeidae, siendo usados contra plagas de pastos, como
Popillia Japonica, Una de las grandes ventajas de esta bacteria es su alta persistencia, ya
que las esporas pueden mantenerse activas hasta por siete años, sin necesidad de
efectuar otra aplicación. Esto compensa el alto costo del producto, puesto que al ser
parásitos obligados solo se pueden producir sobre insectos infectados. Existe otra
bacteria Bacillus lentimorbus que causa la misma enfermedad y que es tan similar a B.
popilliae que en ocasiones sólo se le reconoce como el tipo B de esta especie.
Similar a las otras bacterias ya mencionadas, Bt requiere que se ingiera para que
efectúe su efecto patotóxico. La bacteria sin el cristal no tiene la capacidad de invadir el
huésped. Al ingerirse el complejo espora-cristal, los cristales se disuelven en el
mesenteron debido a su contenido altamente alcalino. Una vez disuelto, las proteínas del
cristal sufren proteólisis por las proteasas digestivas del insecto; se genera una
endotoxina que provoca la lisis celular. El insecto deja de comer y muere (Anexo 3).
Aunque las larvas muertas contienen gran cantidad de esporas y cristales, no representan
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4. HONGOS ENTOMOPATÓGENOS
Los hongos representan los principales microorganismos descritos como causantes
de enfermedades en insectos. Algunos de ellos son patógenos y otros facultativos
(pueden desarrollarse en ausencia del huésped). Los hongos se encuentran asociados a
insectos pertenecientes a diferentes órdenes. El estado inmaduro (ninfa o larva) es en
general el más atacado. Su especificidad a un huésped varía, algunos tienen un amplio
rango de huéspedes, mientras que otros están restringidos a una especie de insecto. A
diferencia de otros patógenos, los hongos usualmente infectan los insectos mediante una
penetración activa a través de la cutícula, esta característica los vuelve más atractivos
como controladores de insectos chupadores.
El ciclo de vida típico inicia con una espora, que puede ser una espora móvil o una
conidia, la cual llega a la cutícula del insecto. Posteriormente y bajo condiciones
óptimas, la espora germina, produce un tubo germinativo que crece y penetra al interior
de la cutícula dentro del hemocele. Una vez en la hemolinfa, el hongo coloniza el
insecto. El insecto pierde motilidad y apetito. La colonización completa del cuerpo del
insecto requiere siete a diez días, después de los cuales el insecto muere. Algunos
hongos producen toxinas pépticas durante el crecimiento vegetativo, y causan la muerte
de los insectos en 48 horas. Los hongos entomopatógenos requieren de una humedad alta
para poder infectar a su huésped, por eso, las epizootias naturales son más comunes
durante condiciones de alta humedad. Desde el punto de vista de control microbiano, la
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habilidad de los hongos para infectar insectos vía cutícula les otorga una ventaja mayor
sobre los virus, bacterias y protozoos. Si los hongos pueden desarrollarse efectivamente,
son muy útiles en el control de un rango amplio de insectos plaga con aparato bucal
chupador como áfidos, cicadélidos, moscas blancas, thrips y cochinillas. Algunos
hongos, como Entomophthora y especies relacionadas, son específicos a un grupo de
insectos; otros, como Beauveria, tienen un rango más amplio de huésped s.
Adicionalmente, también se encuentran hongos antagonistas para combatir varias
enfermedades fúngicas, como es el caso de Trichoderma spp. En el Anexo 4 aparece
una lista de los principales tipos de hongos patógenos en el control de plagas.
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es diseminada por los adultos, que posteriormente mueren. Este hongo infecta varias
especies de Anopheles, Aedes, Culex, Culiseta, Psorophora y Uranotaenia (Diptera:
Culicidae).
. Entomophthora: Puede infectar a 32 familias en los órdenes Hemiptera, Diptera,
Lepidoptera , Coleoptera , Orthopthera e Hymenoptera . Algunas especies infectan un
amplio rango de huéspedes, otras se restringen a un grupo de insectos.
5. NEMATODOS ENTOMOPATÓGENOS
Los nematodos entomopatógenos son organismos vermiformes muy similares a los
que parasitan plantas y que pueden asociarse con los insectos de tres formas: foresis
(adherencia pasiva y transporte), parasitismo obligado y parasitismo facultativo. Por lo
general, los nematodos entomopatógenos presentan una estrecha asociación (simbiosis)
con bacterias específicas, las cuales son los agentes primarios que inician la infección en
el hospedante. Los nematodos transportan internamente bacterias específicas que son
liberadas en el interior del cuerpo del insecto después de que el nematodo penetra, de
forma activa, a través de aberturas naturales como boca, espiráculos y ano. Estas
bacterias se multiplican dentro del insecto y lo matan al causarle septicemia (infección
generalizada). Los principales grupos de nematodos de interés pertenecen al orden
Rhabditida, y dentro de éste a las familias Steinernematidae y Heterorhabditidae, los
cuales, pese a ser cultivados sobre medios artificiales, se clasifican como parásitos
obligados de insectos.
La mayoría de los nematodos tienen ciclos de vida simples y pasan por tres estados
de desarrollo: huevo, juvenil (estado inmaduro) y adulto. En un ciclo de vida simple
(Anexo 5), la hembra pone sus huevos en el medio ambiente y el juvenil generalmente
sufre una muda emergiendo del huevo como segundo estado juvenil. La mayoría de los
nematodos mudan cuatro veces antes de convertirse en adultos. Estas mudas ocurren en
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zea y Lymantria dispar se han controlado con su respectivo VPN. Los protozoos
también se investigan como agentes de control biológico: Nosema locustae
(microsporida) se usa con éxito en programas de control contra infestaciones de
langostas en el oeste de Estados Unidos.
Una ventaja del uso de los entomopatógenos de insectos es que algunos son fáciles
de cultivar masivamente para realizar aplicaciones periódicas. En general son bastante
específicos y no afectan al ser humano. Muchos de ellos pueden persistir en el ambiente
provocando epizootias. Las principales desventajas son su dependencia de las
condiciones ambientales, como la humedad para los hongos y nematodos, y que deben
ingerirse (excepto los hongos y algunos nematodos) para infectar al insecto. Finalmente,
siguen retos importantes en la tecnología de la producción masiva de estos patógenos y
en su comercialización en muchos países del mundo.
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8. BIBLIOGRAFÍA
Nicholls, C., 2008. Control biológico de insectos: un enfoque agroecológico. Medellín:
Editorial Universidad de Antioquia, 2008. 282 pp.
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noviembre - diciembre de 2008, pp. 121-136.
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ANEXOS
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ASIGNATURA: CONTROL BIOLÓGICO
TEMA 6
TÉCNICAS DE CONTROL BIOLÓGICO:
INTRODUCCIÓN
AUTORA: ROSA VERCHER AZNAR
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1. INTRODUCCIÓN
De entre las técnicas de control biológico de plagas, el Control Biológico Clásico
(CBC) ha sido ampliamente usado a nivel mundial, tanto para el control de plagas
agrícolas como de plagas ambientales. En mucha ocasiones es la única opción viable de
control de plagas, como es el caso de las plantas invasoras que proliferan ecosistemas
acuáticos y zonas húmedas, de prácticamente imposible control por medios químicos o
mecánicos.
El CBC consiste en la introducción de Enemigos naturales (EN) exóticos para el
control de plagas invasoras. España ha desarrollado muchos proyectos de CBC, ya desde
el año 1908 cuando se importó Rhyzobius lophantae para el control de diaspinos. Jacas
et al. (2006) han recopilado en un artículo muy interesante la historia del CBC en
España. Es de destacar que los cítricos son el cultivo sobre el que más EN se han
introducido (el 57% de las introducciones), seguido de cultivos hortícolas (14%) y
olivos (10%), siendo también un ejemplo del dinamismos de los Servicios de Plaga de la
época.
El fundamento ecológico de esta técnica se encuentra en la idea de que la mayoría
de poblaciones de fitófagos están controladas en sus zonas de origen, donde son nativas,
por enemigos naturales que forman un nivel trófico superior. A su vez estos organismos
beneficiosos pueden soportar un nivel trófico superior de enemigos naturales
secundarios, como los hiperparasitoides. Cuando el fitófago se introduce e invade un
lugar nuevo (plaga invasora), los enemigos naturales nativos no son capaces de
controlarlo y se convierte en plaga, por lo que hay que buscar a sus enemigos naturales
específicos en su zona de origen e introducirlos en la nueva zona de invasión. Este
razonamiento implica que en las zonas de origen de los insectos fitófagos, estos
raramente constituyen plagas de los cultivos (ver figura 1).
El procedimiento, explicado de forma muy simplificada, es sencillo en principio,
pero su éxito depende, no solo de la fortuna en encontrar un enemigo natural efectivo,
sino también en encontrar aquellos que se adapten a las condiciones ambientales del
lugar donde deseamos introducirlo. Esto requiere un conocimiento detallado de la plaga,
de sus enemigos naturales, y de los factores que regulan su interacción.
Además, en los últimos años se está incidiendo en los problemas ambientales que
pueden acarrear las introducciones de nuevos organismos, lo que ha hecho que la
legislación europea e internacional se endurezca; y que cada vez, se use más esta técnica
como la última opción posible, sólo cuando las otras metodologías de control de plagas
no son eficaces.
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Vamos a repasar con cierto detalle cada uno de los puntos indicados anteriormente.
Plagas susceptibles de establecer un programa de CBC: La técnica del CB se ha
desarrollado muchas veces por el ensayo/error. Por ello en la actualidad ya se sabe
mucho de lo que no es conveniente hacer en los casos de introducción de agentes de
control de plagas. Por ejemplo, se sabe que los vertebrados aprenden, por lo que a veces
atacan a otros organismos distintos de la plaga diana, y por lo tanto no son
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consideran importantes sobre todo en islas, donde suele existir una elevada proporción
de endemismos. También es arriesgado introducir para el control biológico vertebrados
y/o especies generalistas. Estos problemas se evitan con una legislación exigente y con
mucha investigación al inicio del proceso, que permita identificar los EN específicos
más adecuados y minimizar los riesgos.
Es evidente que para evitar riesgos ambientales, el CBC debe estar sometido a una
estricta regulación, pero evitando excesos burocráticos que imposibiliten el desarrollo de
este tipo de proyectos. En España, actualmente, las importaciones de EN deben ser
autorizadas por los ministerios de Agricultura y Medio Ambiente, tal y como queda
reflejado en la Ley de Sanidad Vegetal. A nivel europeo existe una gran disparidad de
legislaciones entre los países miembros, por lo que en 2007 se iniciaron los intentos para
armonizar las legislaciones y poder obtener una Directiva Europea que regule la
introducción de agentes invertebrados para el control biológico. Mientras eso ocurre,
organizaciones internacionales como la FAO, la OCDE y la OEPP (Organización
Europea y mediterránea para la Protección Vegetal) han publicado protocolos de buenas
prácticas a seguir para desarrollar programas de CBC (EPPO standards PM 6/2 OEPP,
2000¸ http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/j.1365-2338.2010.02405.x/pdf).
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exótico Cales noacki (1970). Se expandió rápidamente y en pocos años logró controlar a
la plaga. Y más recientemente (1996) se desarrolló el programa de CBC del minador de
hojas de cítricos, con un éxito sustancial tras la introducción del parasitoide Citrostichus
phyllocnistoides. Una revisión exhaustiva de los programas de CBC desarrollados en
España lo puedes encontrar en Jacas et al. (2006).
Recordar que CBC también ha sido usado para el control de plagas en ecosistemas
naturales, donde la introducción de EN para el control de plantas invasoras ha permitido
la regeneración de ecosistemas. Así, en el caso del CB de plantas invasoras, se han
llevado a cabo proyectos contra 133 plantas invasoras mediante la introduciendo de
fitófagos. En el 40% de los casos se ha obtenido un éxito sustancial y/o parcial. Los
organismos introducidos han sido sobretodo insectos (Coleópteros y Lepidópteros
principalmente) y también vertebrados (9 especies de peces) y se ha constatado que el
éxito es mucho mayor en plantas de reproducción asexual.
En el futuro imaginamos que técnica seguirá estando vigente porque, con la
globalización y el cambio climático, cada vez son más las especies que invaden nuevas
áreas. Por ejemplo, en un estudio realizado por Roques y Auger-Rozenberg en 2006, en
el que analizaron las interceptaciones de especies invasoras en 29 países europeos,
encontraron que el 76% de las 8.889 interceptaciones realizadas fueron de especies de
insectos. Las plagas procedían principalmente de Asia (38%), aunque también fueron
importantes las procedentes de otros países europeos (33%). Estas especies invasoras se
localizaron principalmente sobre flor cortada (22,3%), plantas (19,1%) y vegetales
(18,7%). Entre los insectos interceptados, la mayoría pertenecían a dos órdenes: Diptera
(30,7%, de los cuales 66,7% eran agromícidos) y Homoptera (30% de los cuales el
82,7% eran aleiródidos). Si nos centramos en nuestro país, la agricultura y los espacios
verdes han tenido que enfrentarse a la introducción de 27 nuevas especies exóticas en el
periodo que va desde 1998 al 2008 (Llorens, 2009), siendo los cítricos, con 9 especies
introducidas, y la jardinería, con 14 nuevas especies, los sectores más afectados. De
todas estas especies introducidas, 13 son consideradas especies con un daño potencial
bajo y 14 son consideradas especies potencialmente dañinas o muy dañinas (Llorens,
2009). Sin embargo, puede que la legislación ralentice el desarrollo de estos proyectos,
pero hay que recordar que son necesarias tomar todas las precauciones precisas para
evitar daños ambientales, aplicando siempre el principio de precaución
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5. BIBLIOGRAFÍA
Caltagirone, L. E. 1981. Landmark Examples in Classical Biological Control. Annual
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ANEXOS
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ASIGNATURA: CONTROL BIOLÓGICO
TEMA 7
TÉCNICAS DE CONTROL BIOLÓGICO:
AUMENTO
AUTOR: TOMÁS CABELLO GARCÍA
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1. INTRODUCCIÓN
Las técnicas de utilización del control biológico con entomófagos (depredadores y
parasitoides) o lucha macrobiológica, como se comentó en el tema inicial de esa
asignatura, pueden dividirse en tres: “introducción” (o “control biológico clásico”),
“aumento” y “conservación”. En este tema se va a estudiar la segunda técnica:
“aumento”.
Ha habido cierta controversia sobre el concepto de lucha biológico por aumento
hasta que Eilenberg et al. (2001) propusieron y aclararon su significación en relación a
la lucha biológica por introducción. Hoy día se considera lucha biológica por aumento
es aquella que implica la colonización por depredadores o parasitoides de forma
periódica, sin perseguir que sus poblaciones se establezcan de forma permanentemente
en un área geográfica concreta (normalmente la parcela de cultivo). Es necesario realizar
liberaciones periódicas de los mismos, bien dentro del mismo ciclo del cultivo y año, o
bien entre diferentes ciclos de cultivos en años sucesivos.
El aumento se realiza, normalmente con enemigos naturales autóctonos (o bien con
enemigos exóticos que no presenta diapausa y, por tanto, no pueden colonizar y
establecerse de forma permanente en determinadas áreas geográficas). Ello supone la
manipulación de depredadores y/o parasitoides, así como su cría previa a su utilización
en campo.
Se fundamenta en el hecho, como se verá posteriormente este tema, de que dichos
enemigos naturales “no son eficientes”. Esa no eficiencia se entiende, bien en el sentido
de que su control natural no es el adecuado en la parcela de cultivo; o bien, las técnicas
de “conservación”, como se verá en tema posterior de esta asignatura, tampoco resultan
en un control biológico adecuado de la plaga.
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Figura 1. : Evolución, a lo largo del ciclo de cultivo, de las poblaciones del Mírido
depredador Nesidiocoris tenuis (ninfas) en función de la variedad de tomate cultivadas en
invernadero.
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4. SOLUCIONES A LA NO EFICACIA
Como se indicó anteriormente (apartado 2), la naturaleza de las causas de no
eficiencia de enemigos naturales (depredadores y parasitoides) puedes ser muy variada.
Por ello, las posibles soluciones también tienen que serlo. Por ello, es complicado
realizar una generalización de las posibles soluciones; sin embargo, podemos agrupar las
mismas en los siguientes grupos, al ser los más frecuente utilizados:
● Colonización periódica.
● Planta huésped alternativa.
● Presa/huésped alternativo.
● Enemigos naturales omnívoros.
● Mejora genética del entomófago.
● Otros métodos o soluciones.
Que serán explicados en puntos siguientes de este tema.
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llegar a controlar la población de la plaga. Es por tanto una solución a largo plazo (semanas).
En este caso, el enemigo natural se establece y coloniza el cultivo permaneciendo en él, al
menos, dentro del ciclo/año. Como ejemplo se puede indicar la utilización de Míridos como
Nesidicoris tenuis o Macrolophus pygmaeus en cultivos en invernaderos.
b) Carácter omnívoro del enemigo natural
La utilización de enemigos naturales omnívoros (o, en su defecto, generalistas), que
pueden alimentarse sobre la especie plaga y otra fuente de alimento no presa, permite su
establecimiento dentro de la parcela de cultivo de forma preventiva, antes de que aparezcan
las poblaciones de la plaga. Evitando también la causa de no eficiencia anteriormente
señalada. Es el caso de especies de Míridos depredadores (pueden alimentarse como fitófagos
en la planta) o bien de Antocóridos (lo hace en el polen de las flores).
c) Planta o presa/huésped alternativo
La utilización de plantas o presas/huésped alternativos trata de salvar el mismo
problema de no eficiencia indicado anteriormente (desfase y/o número inadecuado). Ello se
puede conseguir de varias maneras. Una de ellas, utilizada en cultivos en invernaderos, es la
técnica de planta reservorio (o “banker plant”), empleada por ejemplo en el control de áfidos
o pulgones. Consiste en utilizar plantas alternativas, en este caso trigo o cebada,
conjuntamente con una especie de áfido específico de dichas plantas, normalmente
Rhopalosiphum padi, también huésped alternativo; conjuntamente con el parasitoide Aphidius
colemani. Ello permite que el parasitoide esté presente en el invernadero antes de la
infestación por las especies de áfidos (Myzus persicae o Aphis gossypii) plagas del cultivo.
Otro ejemplo, con la utilización de presa alternativa, en invernadero consiste en la
utilización de huevos (descongelados) de la especie plaga de la harina: Ephestia kuehniella.
Estas presas que los depredadores liberados puedan alimentarse en el cultivo, y permanecer en
él, antes de infestación.
d) Mejora de entomófagos
La mejora genética aplicada al control biológico de plagas fue iniciada en España por
Urquijo (1946-50) en el parasitoide introducido Trichogramma minutum. En cuatro años
consiguió aumentar la fecundidad y “ovo tropismo” de las hembras. La mejora puede tener
una doble finalidad, la primera como se deduce de lo anterior, aumentar la eficacia del propio
enemigo natural o mejorar su actividad frente factores adversos (p.e.: temperatura extremas,
como es el caso del parasitoide Aphidius lingamensis en Cóccidos). Sin embargo, este
objetivo no ha sido continuado en la actualidad. La segunda finalidad está relacionada con
compatibilidad del enemigo natural con tratamientos fitosanitarios aplicados en el cultivo. Se
seleccionan poblaciones en las que se generan resistencias a determinadas materias activas
(p.e.: ácaro depredador Metaseiulus occidentalis).
e) Otros métodos
Existen muchas más técnicas de utilización del aumento de enemigos naturales que
sería muy prolijo describir. Sin embargo conviene señalar el caso de la suelta del depredador
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que deben ser adecuados a los costes del cultivo y su rentabilidad. Por otra parte, y asociado
al anterior, la distribución de los enemigos naturales, normalmente en grandes superficies de
cultivo. Esto último implica la mecanización por medios terrestres (p.e. equipos de
tratamiento fitosanitario adaptados) o medios aéreos (p.e.: avioneta o helicóptero) como
ocurre en la utilización de especies de Trichogramma.
En cultivos en invernaderos la situación es completamente distinta, las superficies son
muchos menores (permite la distribución normalmente manual) y los rendimientos
económicos del cultivo justifica la utilización de más enemigos naturales y a dosis más altas.
7. NORMATIVA
De acuerdo al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente
(MAGRAMA), los organismos de control biológico (OCB), no exótico, le es de aplicación la
Ley 30/1992, de 26 de noviembre, Ley 43/2002, de 20 de noviembre y la Orden
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8. DISPONIBILIDAD DE ENTOMÓFAGOS
En las fechas actuales, en España la comercialización de organismos de control
biológico, que son especialmente utilizados en técnicas de aumento, es importante como se
recoge en Teruel (2011). A nivel de cultivos en invernaderos, donde quizás se centra la
mayoría del mercado del sector en nuestro país, los organismos de control biológico y los
sistemas de utilización se encuentra reflejado en la Tabla 2.
115
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9. BIBLIOGRAFÍA
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117
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ASIGNATURA: CONTROL BIOLÓGICO
TEMA 8
TÉCNICAS DE CONTROL BIOLÓGICO:
CONSERVACIÓN
AUTOR: RAFAEL LABORDA CENJOR
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pest
pest and
insect
pest and
mite
weed
disease
Figura 1. Resultados obtenidos al consultar en la base de datos CAB Direct los términos
"Conservation Biological Control " y en el campo “abstract” (elaboración propia).
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Incrementar la
diversidad en los
cultivos aumenta las
posibilidades de
supervivencia de los
enemigos naturales en
los sistemas agrícolas
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a) Alimento
La mayor parte de los depredadores y parasitoides son omnívoros, ya que necesitan una
alimentación complementaria procedente de las plantas, hasta el punto que algunos autores
sugieren que la producción de néctar y polen pueden formar parte de la defensa indirecta de la
planta, pudiendo estas plantas resultar más atractivas para depredadores y parasitoides
(Wäckers et al. 2007).
Las plantas que pueden suministrar alimento a los auxiliares proporcionan diversos
servicios (Sabelis y van Rijn, 2005):
a) Aumentar la supervivencia de los auxiliares. Las especies de Anagrus que parasitan
cicadélidos en viñedos de Nueva York se alimentan del néctar que encuentran en la
cubierta vegetal de Fagopyrum esculentum. De esta manera incrementan la
supervivencia de los adultos de Anagrus y el parasitismo de huevos de cicadélidos
(English-Loeb et al. 2003).
b) Proporcionar energía para la búsqueda.
c) Mejorar los procesos de asimilación, y por lo tanto un aumento de la oviposición. El
néctar de las flores se sabe que incrementa la tasa de parasitismo en muchas especies
(Bianchi y Wäckers, 2008).
124
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Neuroptera x x x
Diptera Syrphidae x x x
Cecidomyiidae x
Hymenoptera x x x
Coleoptera Coccinellidae x x x
Heteroptera Anthocoridae x
Miridae x
Thysanoptera Aeolothripidae x
Lepidoptera Lycanidae x
Araneae x x
Acari:mesostigmata Phytoseiidae x x
c) Atracción
Las plantas atacadas por herbívoros emiten sustancias volátiles que son aprovechadas
por los parasitoides para encontrar a sus hospedantes. Estos compuestos pueden ser utilizados
para atraer a los enemigos naturales ya que algunos son compuestos químicos de fácil
obtención: salicilato de metilo, indol, antranilato de metilo, cis-jasmonato, geraniol, nonanal,
octylaldheido, benzaldehido y farnaseno.
Nilsson (2011) encontró que las hembras jóvenes de Trybliographa rapae, un
parasitoide de Delia radicum fueron más atraídas por la combinación de volátiles procedentes
de la planta huésped y las plantas acompañantes que sólo por los volátiles de la planta
huésped. Según este autor las plantas con flor, en este caso no solo son una fuente de
alimentación sino que su importancia en el diseño de hábitats depende también de su
capacidad para atraer a los parasitoides al campo.
125
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
Tabla 2. Efecto diferentes especies con flor sobre la atracción (+)/ repelencia (-),
longevidad y aumento de peso de Trybliographa rapae (a partir de Nilsson 2011)
Coriandrum sativum L. -
d) Refugio
Muchos artrópodos auxiliares necesitan un área que sea adecuada para invernar o pasar
el verano y para refugiarse cuando se produzcan situaciones estresantes dentro del área
cultivada. Geiger et al. (2009) cuantificaron las densidades de enemigos naturales que
pasaban el invierno cerca de una plantación de coles de Bruselas. La conclusión fue que los
hábitats no cultivados que contienen vegetación herbácea alta son los más adecuados para la
hibernación de insectos predadores (Staphylinidae, Araneae, Carabidae, Coccinellidae y
Dermaptera).
Los “beetle bank” son zonas cubiertas por gramíneas en el centro de parcelas de
cultivos extensivos. Estos bancos proporcionan un ambiente más favorable para los
beneficiosos (p.e temperatura más elevada que en la zona cultivada) y una mayor facilidad
para recolonizar los campos de cultivo en primavera.
126
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que se liberan y por lo tanto limitar la frecuencia de las liberaciones son el consiguiente
beneficio económico.
Tabla 3. La mayoría de los trabajos que se han publicado sobre bankers son sobre
parasitoides de pulgones (a partir de Frank, 2010).
128
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130
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ASIGNATURA: CONTROL BIOLÓGICO
TEMA 9
CRÍA DE ENTOMÓFAGOS. CONTROL DE
CALIDAD
AUTOR: TOMÁS CABELLO GARCÍA
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1. INTRODUCCIÓN
La cría de insectos ha sido practicada por el Hombre, según los registros
históricos, desde hace al menos 7.000 años, concretamente con los gusanos de seda en
China (Singh y Moore, 1985). Igualmente las abeja europea (Apis mellifera) o la abeja
asiática (Apis cerana) también tienen una larga tradición en relación a su cría por la
Humanidad. También, los artrópodos han sido criados y utilizados como armas de guerra
(p.e: el escarabajo de la patata, durante la II Guerra Mundial) (Lockwood, 2009). Más
recientemente, la cría de insectos se ha propuesto como fuente de proteínas por ejemplo
para alimentación en piscifactorías o para alimentación de la Humanidad (p.e. ver:
Shockley y Dossey, 2014). En este último caso hay un grupo de trabajo de la FAO/ONU
trabajando en esa línea.
En 1985, se estableció el concepto de “manejo de la cría de insectos” como la
utilización eficiente de los recursos para la producción de insectos (a los que habría que
incluir los ácaros) de calidad estándar de acuerdo a los objetivos marcados (Cabello,
1994). La cría de artrópodos puede realizarse a pequeña escala (cuando se hace con unos
pocos individuos, de una sola especie y en un corto periodo de tiempo, menos de una
generación), a media escala (varios millares de individuos de varias especies, en varias
generaciones) y a gran escala (si se realiza con millones de ejemplares, implicando
varias especies, y de forma permanente). En la actualidad, para la lucha biológica por
aumento, es necesaria esta última escala de producción. Ello exige, a diferencia de los
dos casos primeros, el diseño y construcción de instalaciones “ex profeso” (normalmente
denominadas biofábricas), disponer de equipos adecuados a la actividad y la necesidad
de un personal especializado.
2. CRÍA DE ENTOMÓFAGOS
a) Sistemas y aspectos generales
La cría de entomófagos representa un proceso más o menos complejo dependiendo
de una serie de factores. (a) En primer lugar se encuentra la biología del entomófago; las
especies de parasitoides (por su relación más íntima con el huésped) implica que la cría
es más compleja; por el contrario, en depredadores su cría presenta, en principio, menor
complejidad. (b) Grado de especificidad de entomófago respecto a su presa/huésped. Así
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Cría de la
Plaga
Cámara de plaga en dieta
Libre de criada
Tipo Especie Presa/huésped alternativo ambiente artificial
planta en
controlado (Cám. amb.
planta
controlado)
Carpoglyphus lactis
Amblyseius swirskii Thyreophagus entomophagous ─ ─
Suidasia medanensis
Ácaros
Tyrophagus putrescentiae
depredadores Neoseiulus cucumeris ─ ─
Tyreophagus entomophagus
N. californicus Glycyphagus sp. ─ *
Phytoseius persimilis ─ ─ ─ ─
Aphidoletes aphidimiza ─ ─ ─ ─
Adalia bipunctata ─
Ephestia kuehniella
Chrysoperla carnea ─ *
Insectos
Orius laevigatus Ephestia kuehniella
depredadores
Nesidicocoris tenuis Sitotroga cerealella
─
Macrolophus pygmaeus Ceratitis capitata
Nabis pseudoferus Arthemia sp.
Aphidius colemani
A. ervi ─ *
A.matricariae
Diglyphus issaea ─ ─ ─
Parasitoides
Encarsia formosa
Eretmocerus mundus ─ ─ ─ ─
E. eremicus
Trichogramma achaeae Ephestia kuheniella ─ ─
(*) Varias empresas aún producen este enemigo natural usando especie plaga criada en planta.
b) Cría de depredadores
La cría de depredadores, p.e.: ácaros fitoséidos y hemípteros depredadores, se
realiza en la actualidad fundamentalmente sobre presa alternativa (Tabla 1) y en
condiciones controladas (cámaras). Un ejemplo de la cría de depredadores, en la manera
descrita, es el caso del antocórido depredador Orius laevigatus, como se recoge en la
Fig. 2.
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c) Cría de parasitoides
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Fig. 4. Equipo para la producción y manipulación del substrato de cría “in vitro”
del parasitoide Trichogramma spp., con una capacidad de producción de 21.0 mil
millones de ejemplares por semana (Fuente: Greenberg y Leppla, 2010).
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Agente Actuaciones
Tipo
- Efectos de fundación - Tamaño y diversidad de fundadores
Genéticos
- Ecotipos de laboratorio - Refresco periódico de poblaciones
-Entomopatógenos -Introducción de material nuevo después
Agentes biológicos
- Parasitoides y otras contaminaciones de cuarentena. Diseño de instalaciones
Valores extremos de: - Condiciones ambientales cíclicas
Físicos -Temperatura, H.R., - Sistema de control y alarma
-Fotoperiodo, etc. - Control de producción
-Residuos de plaguicidas - Control de dietas y material de cría
Químicos
-Desinfectantes, antibióticos y otros. - Control de producción
- Canibalismo - Material de dispersión
Otros
- Feromonas - Aireación – renovación del aire
6. CONTROL DE CALIDAD
Cualquier proceso productivo debe someterse a un control de calidad del producto. El
mismo, como es lógico, es extensible a la producción en entomófagos. En la Tabla 3 se
recoge un esquema del mismo para la producción de depredadores y parasitoides. Sin
embargo, solamente el último escalón recogido en dicha tabla, control del producto (o control
del producto final) – al nivel del producto que es adquirido y utilizado por los agricultores –
sobre el que existen estándares.
Dichos estándares nacen en los años 1970 como consecuencia de la necesidad de
normalizar la producción en masa, no de entomófagos, sino la de moscas de la fruta para su
utilización en lucha autocida (p.e. ver: Boller y Chamber, 1975). Posteriormente, en 1980, el
grupo de trabajo sobre calidad en la cría de moscas fue englobado por la Organización
Internacional de Lucha Biológica (IOBC por sus siglas en inglés), extendiendo su ámbito a la
cría de entomófagos, entre otros artrópodos. El grupo de trabajo de la IOBC existe desde
dicha fecha hasta la actualidad (IOBC / Global, 2014).
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Fig. 5. Ejemplo de procedimiento para evaluar la calidad del producto final para el
caso del parasitoide de huevos Trichogramma brassicae (Lenteren, 2003), según la
IOBC.
147
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148
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ASIGNATURA: CONTROL BIOLÓGICO
TEMA 10
EVALUACIÓN DE EFICACIA DE
ENTOMÓFAGOS
AUTOR: TOMÁS CABELLO GARCÍA
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1. INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS
La evaluación de la eficacia de entomófagos (depredadores y parasitoides) presenta
en general cierta complejidad, con diferencias marcadas entre depredadores y
parasitoides.
En la evaluación de eficacia de pesticidas químicos, como se estudió en el tema
“Ensayos con plaguicidas (diseño, evaluación y análisis de resultados)”, está basado en
la mortalidad corregida (eficacia del plaguicidas) (p.e.: Carreño et al., 1995). Dicha
mortalidad no dependen de la densidad de la plaga empleada en el bioensayo. Sí, por
ejemplo, el porcentaje de mortalidad encontrado en el ensayo con una materia activa es
el 80%; este valor debe ser el mismo si empleamos una densidad u otra (p.e.: 5 o 25
ácaros/hoja) del fitófago. Por el contrario, la mortalidad originada por enemigos
naturales (depredadores, parasitoides y entomopatógenos) es un factor dependiente de la
densidad de la presa/huésped (como también se estudió en el tema “Ecología de
Artrópodos”). La variación de la mortalidad causada por depredadores y parasitoides en
sus presas/huéspedes es lo que se denomina como “respuesta funcional”.
En el caso en entomopatógenos el tema no es tan acusado, por los sistema de
control microbiológico, mediante “saturación”, de forma que la evaluación de eficacias,
en general, para fitopatógenos sigue una metodología similar al de plaguicidas (como se
verá en el tema siguiente de esta asignatura).
Un segundo problema, a la hora de evaluar entomófagos, estriba en determinar la
causa de la muerte de la plaga. En el caso de depredadores su relación con su presa suele
ser normalmente de muy corta duración, no quedando, en muchos casos, rastros de la
presa que no permita determinar dicha mortalidad y por tanto su “tasa de depredación”
(ver p.e.: Zalucki et al., 2014), especialmente en ensayos de campo. Por el contrario, en
las especies de parasitoides, su relación con su huésped es de más larga duración y es
posible confirmar la muerte del mismo; calculándose lo que se denomina “porcentaje de
parasitismo”.
Finalmente, dentro de esta introducción, debemos de comentar, como se vio en
temas anteriores, que en el control biológico existen diferentes técnicas (importación,
aumento y conservación), así como diferentes fases (desarrollo del proyecto de control
biológico y, posterior, aplicación práctica). Según Lenteren (2012) la evaluación de
entomófagos se puede considera dividida en:
- Evaluación pre-introductoria del enemigo natural.
- Evaluación post-introductoria del enemigo natural.
En el primer caso, realizada previamente a la utilización del enemigo natural a
nivel de Agricultor, la evaluación puede tener varios objetivos como es:
(1) Evaluación basada en los atributos, o características, individuales del enemigo
natural (p.e.: duración del desarrollo, fecundidad de adultos, comportamiento de
búsqueda, etc.).
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El problema de la expresión anterior está que los valores de duración del desarrollo
se deben estimar en laboratorio y suponer que dicho ratio no se ve afectado
diferencialmente por las temperaturas de campo. Existen otras formas de corregir el
porcentaje de parasitismo sin dicho problema (p.e.: Cabello et al., 2012).
b) Depredación
Evaluar el impacto directo de depredadores, como se indicó anteriormente, es más
difícil si cabe, al antes descrito para especies de parasitoides. Por las razones, también
antes apuntadas, de (1) la relación presa-depredador suele ser de corta duración para
observación y (2) muy frecuentemente no quedan restos de la presa (en depredadores
con aparato bucal masticador se ingieren toda la presa). Por ello se han puesto a punto
diversas técnicas, a nivel de laboratorio o de semi-campo y campo para evaluar el
impacto de depredadores.
Dentro de dichas técnicas se incluyen la observación directa de la depredación,
tanto en laboratorio, en pequeñas arenas (p.e.: placa Petri), como en campo en jaulones o
recintos cerrados (gran arena). La utilización de presas centinelas (o trampa), consistente
en la utilización de formas inmóviles de la presa (p.e.: huevos o pupas) que son
expuestas en campo a la acción del depredador; es un método útil para cuantificar el
impacto directo de depredadores.
Por otra parte, ha habido un importante desarrollo y puesta a punto de las técnicas
serológicas para el análisis del contenido del intestino en depredadores y, en la
actualidad, los ensayos por inmune absorción ligada a enzimas (ELISA por sus siglas en
inglés) son altamente específicos y sensitivos para detectar la asociación una presa y su
depredador. Más recientemente, otra técnica de biología molecular como es la reacción
en cadena de la polimerasa (PCR por sus siglas en inglés), se está aplicado también al
contenido del intestino de depredadores (ver la revisión de Furlong, 2014). Los
inconvenientes de ambas técnicas estriban en el hecho de que son métodos que aún
hacen una estima cualitativa y no cuantitativa del impacto de depredadores.
Independiente del método para la evaluación de la depredación (disección, ELISA,
PCR), se han propuesto varias ecuaciones para estimar cuantificar el impacto de la
depredación (ver la revisión de Mills, 1997), entre las que se pueden indicar las
siguientes:
160
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● Ecuación de Dempster:
𝑝𝑝 ∙ 𝑃𝑃
𝑟𝑟 =
𝑡𝑡𝐷𝐷𝐷𝐷
siendo r = número de presas muertas por la población del depredador por unidad
de área y unidad de tiempo, p = proporción de depredadores muestreados que contienen
restos detectables de la presa, P = la densidad del depredador y tDP = periodo de
detección, la duración del tiempo que la presa permanece detectable en el intestino del
depredador.
● Ecuación de Rothschild:
𝑝𝑝 ∙ 𝑁𝑁𝑎𝑎 ∙ 𝑃𝑃
𝑟𝑟 =
𝑡𝑡𝐷𝐷𝐷𝐷
siendo el Na/tDP la tasa diaria de alimentación del depredador observado en
insectario. Resto como antes.
● Ecuación de Nakamura y Nakamura:
𝑄𝑄0 = 𝑓𝑓 ∙ 𝑄𝑄𝑖𝑖
siendo Qi = es la media de cantidad de presa consumida inicialmente por el
depredador, f = es la proporción media de restos de la presa que permanecen en el
momento del muestreo y Q0 se puede estimar de la curva de calibración del ensayo
ELISA.
Sin embargo, todas ellas son estimas relativas del impacto de la especie de
depredador, no comparable al caso de especies de parasitoides (porcentajes de
parasitismo).
161
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
162
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
Fig. 3.: Respuestas funcionales, tipo III, de las hembras adultas de Chelonus oculator,
parasitoide de huevos-larvas, a dos temperaturas (20 y 30º C) y en condiciones de laboratorio
(60-80% de H. R. y 16:8 h de luz:oscuridad (Redibujado de García et al., 2008).
163
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164
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
eficacia) por la reducción de la población del fitófago huésped/presa. Se utiliza para ensayos
de campo (o semi-campo) tanto con especies de depredadores o parasitoides; e igualmente si
los mismos son exóticos como autóctonos. Los ensayos pueden ser de tres tipos, como se
describen a continuación, por adición, exclusión (o substracción) e interferencia (más
información en: DeBach y Huffaker, 1971; DeBach et al., 1976; Luck et al., 1999; Driesche et
al., 2007; Lenteren, 2012; Macfadyen et al., 2014).
a.1. Adición: El método consiste en la introducción o adición del enemigo natural en
determinadas parcela de cultivo; a su vez, hay que dejar parcelas testigo (donde no se libera el
entomófago a evaluar); siendo necesario disponer algún sistema para que la interferencia entre
parcelas sea nulo, o el menor posible. El método se puede utilizar para evaluar diferentes
densidades de liberación del entomófago.
Presenta la ventaja de que se evalúa el impacto del entomófago en condiciones de
cultivos, es de fácil realización, si no existe movimiento del fitófago y del enemigo natural
(emigración-inmigración entre parcelas). Entre los inconvenientes está la interferencia con
enemigos naturales presentes (control natural existente); así como la complejidad de
separación de acción de varios enemigos naturales (como se verá posteriormente). Su
denominación “adición” proviene de la evalúa el impacto del entomófago, conjuntamente con
los presentes (control natural), en las poblaciones del fitófago plaga.
La eficacia del entomófago se evalúa (Tablas 1 y 2), con las condiciones antes
indicadas, respecto a las parcelas testigo, aplicando la ecuación de Abbot corregida, como se
indicó anteriormente.
Un ejemplo de diseño experimental de este método sería el representado en la Fig. 4.
Fig. 4.: Diseño experimental de bloques al azar para evaluar mediante el método de
adición de la eficacia de un entomófago.
165
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infestación puede ser natural o artificial), en cada parcela antes de la liberación del
entomófago (T+0) y después de un periodo de tiempo (T+ i días)
Tabla 2. Ejemplo (teórico) de las eficacias encontradas según los datos de la Tabla 1.
% de Eficacia
Tratamiento (dosis de liberación)
(T+7 días)
166
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𝒃𝒃 − �𝒃𝒃𝟐𝟐 − 𝟒𝟒 ∙ 𝒄𝒄 ∙ 𝒅𝒅𝑨𝑨
𝑻𝑻𝑻𝑻𝑻𝑻𝑨𝑨 =
𝟐𝟐 ∙ 𝒄𝒄
𝒅𝒅𝑩𝑩
𝑻𝑻𝑻𝑻𝑻𝑻𝑩𝑩 =
𝟏𝟏 − 𝒄𝒄 ∙ 𝑻𝑻𝑻𝑻𝑻𝑻𝑨𝑨
Con: b = c (dA + dB) +1 – dB
167
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natural a mano. (b) Exclusión química. Las parcelas de los ensayos están rodeadas de bordes
del cultivo, tratados con insecticidas selectivos (no afecten al fitófago y/o entomófago a
evaluar).
El tratamiento de datos para lo obtención de la eficacia del entomófago sería de forma
similar al indicado en el método de adición, mediante la ecuación de Abbot corregida.
a.3. Interferencia:
Se utilizan una serie de parcelas con presencias de los entomófagos (puede ser varias
especies en evaluación, liberadas o presentes de forma natural), pero se interfiere en ellas,
aplicando un plaguicida tóxico para los mismos y relativamente inocuo para la especie plaga.
Dicha serie de parcelas son comparadas con parcelas no interferidas químicamente que
contienen los entomófagos. Los incrementos que puedan producirse en las poblaciones de la
plaga en las parcelas tratadas, actuando como testigos (o controles), son indicación de la
eficacia del conjunto de entomófagos presentes.
La validez de este diseño depende de tres condiciones: (1) el insecticida debe ser
suficientemente tóxico para los enemigos naturales claves de manera que sean eliminados en
su mayoría, (2) el insecticida debe causar muy poca toxicidad a la plaga, y (3) además, el
insecticida no debe cambiar la fecundidad de la plaga, directa o indirectamente, al inducir
cambios químicos en la planta huésped de la plaga.
Este método permite realizar estudios en áreas relativamente grandes, sin los
inconvenientes antes señalados en los métodos de exclusión (empleando jaulones). Además,
la dispersión de los adultos y otros estados de vida no está restringida, como puede ocurrir en
jaulones.
Existen variaciones a la metodología antes descrita como puede ser el empleo de
insecticidas selectivos (no tóxicos) para el entomófago a evaluar (p.e.: la especie liberada),
pero tóxicos para el resto de enemigos naturales.
168
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169
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170
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
Fig. 6: Representación esquemática que ilustra el conjunto de cuestiones que deben ser
abordadas en cualquier sistema cultivo-plaga-entomófago en el caso de control biológico por
conservación. Las de la izquierda requieren una evaluación del impacto del entomófago para
poderlas responder (P1-P5), las de la derecha está relacionadas con el impacto de enemigos
naturales (P6-P8) o de la toma de decisiones en el manejo del cultivo (P9-P10) (Redibujado
de Macfadyen et al. (2014).
171
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
Evaluación de la eficacia – Cuantifica la mortalidad directa en una Costos de desarrollo iniciales altos por las
mortalidad directa (p.e.: especie de plaga técnicas moleculares
análisis del contenido del Porcentajes de parasitismo fáciles de
intestino) (P1, P2, P7, P8) medir, pero difícil de interpretar
Nota (1) “Servicios de control de plagas” (en inglés: pest control service) es un concepto definido por Chaplin-Kramer (2010) y puede
considerarse en términos más generales, como la contribución de los enemigos naturales para amortiguar la presión de plagas en los cultivos.
El concepto está asociado con la Ingeniería Ecológica aplicada al control de plagas, al considerar flora adventicia, lindes, terrenos no
cultivados, etc. próximos a las parcelas de cultivo como reservorios de las especies plagas y su enemigos naturales.
Hay una percepción de que la evaluación de la eficacia es una labor más amplia que la
medida de la variación y abundancia de las especies de entomófagos. Así, hay beneficios y
retos asociados con cada de los estudios que permiten ampliar los conocimientos existentes;
ello a veces con técnicas muy simples pueden ser utilizadas para estimar la eficacia (Tabla 3).
Hay una variedad de formas en las cuales se puede evaluar la eficacia de entomófagos
en control biológico por conservación (Tabla 4). Entre ellas se incluyen la mortalidad directa
debida a entomófagos (porcentaje de parasitismo, tasa de depredación, respuesta funcional,
etc.), como se estudió anteriormente; así como la evaluación de dicha mortalidad en el tiempo
(muestreos en las parcelas de cultivo), reducción de la población de las plagas también en el
tiempo (sería en parte similar a las técnicas de evaluación indirecta antes vistas); pero hay que
172
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
incluir otras nuevas como el tiempo relativo de llegada de la plaga y los enemigos naturales a
las parcelas de cultivo. Dependiendo del agroecosistema y el hábitat asociado, en sentido
amplio, y problemas de plagas involucrados, algunas de estas medidas pueden proporcionar
más información útil a los agricultores para la toma de decisiones en el control biológico
mediante conservación.
Tabla 4. Diferentes formas en que pueden medir la eficacia de los enemigos naturales
(EN) en las especies de plagas en control biológico por conservación. Estos métodos se
pueden usar para tratar de resolver algunas de las preguntas planteadas en la Fig. 6 (Adaptado
de Macfadyen et al., 2014).
173
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
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ASIGNATURA: CONTROL BIOLÓGICO
TEMA 11
PRODUCCIÓN DE ENTOMOPATÓGENOS Y
EVALUACIÓN DE EFICACIA
AUTOR: TOMÁS CABELLO GARCÍA
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178
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1. INTRODUCCIÓN
En el presente tema se va a completar el tema 5 anterior de “entomopatógenos y sus
características”, estudiando la producción de los mismos, como se formulan para poder ser
aplicados en condiciones comerciales, así como se realizan dichas aplicaciones. Igualmente se
estudiará las diferencias que presentan la producción y formulación de los diferentes grupos
de entomopatógenos disponibles comercialmente (virus, bacterias, hongos y nematodos). El
tema se completa con las técnicas de evaluación de eficacia de entomopatógenos, éstas se
pueden aplicar en varios de los escalones anteriores, incluida la puesta a punto de la
utilización del entomopatógenos, control de calidad de la producción y a nivel de la
aplicación en campo.
2. PRODUCCIÓN DE ENTOMOPATÓGENOS
a) Introducción
En la Tabla 1 se recogen los pasos necesarios en el proceso de desarrollo y posterior
comercialización de una agente de control microbiológico o entomopatógeno. Hoy día, el
factor clave para la comercialización de estos agentes estriba en los costes de producción en
masa, como se presenta en la Tabla 2. En el caso de bacterias, hongos y nematodos la
producción se realiza “in vitro”, pero en virus se sigue llevando a cabo “in vivo”. Sin
embargo, por países y por agente entomopatógenos, pueden coexistir ambos sistemas de
producción.
Tabla 1. Pasos en el desarrollo del proceso productivo y del desarrollo del producto para
un agente de control microbiano (Ravensberg, 2011).
179
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In vitro
Método de producción In vivo
FFS(1) FFL(2)
Virus +++ - - (3)
Hongos + ++ +++
Nematodos ++ ++ +++
(1)FSS = biorreactores o fermentadores en fase sólida.
(2)FFL = biorreactores o fermentadores en fase líquida.
- : No es posible; (3) cultivo de tejido de insectos.
+/- : Posible, en algunos casos es el único método.
+ : Posible, pero no es, o es poco, rentable económicamente.
++ : Método rentable económicamente.
+++ : El método más rentable económicamente.
Fig. 1.: División del mercado de pesticidas microbianos (o biopesticidas) en Europa (A)
y en Holanda (B) (Redibujado de Ravensberg, 2011).
180
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b) Virus
La producción de virus entomopatógenos se restringe, en la actualidad, a las especies de
la familia Baculoviridae. Dichas especies representa un importante factor de control natural de
especies plagas; sin embargo su aplicación comercial se ve restringida debido no se ha
desarrollado tecnológicamente una producción “in vitro” a bajos costes Reid et al. (2014).
La producción de baculovirus (y sus recombinantes) es posible, en la actualidad en
cultivos de tejidos de insectos (Fig. 2). Pero no se utiliza para la producción de virus
entomopatógenos. Ello viene motivado principalmente por la pérdida de “patogenicidad” (o
reducida patogenicidad) de la producción “in vitro” respecto a la realizada “in vivo”; a lo que
se une la especificidad de las especies de baculovirus. Así, en la actualidad la producción se
lleva a cabo de esta segunda forma; las empresas productoras tienen como objetivo la
optimización de la producción “in vivo” con el abaratamiento de la producción (cría del
huésped). Para la cría del huésped sería de aplicación lo comentado en el tema 9 (“cría de
entomófagos, control de calidad”) referido a las especies fitófagas (Fig. 3 A y B).
Fig. 2.: Propuesta para la producción en masa del virus de la poliedrosis nuclear de
Helicoverpa armigera (HearNPV) “in vitro” en células del insecto (Redibujado de Reid et al.,
2014).
181
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Fig. 3.: Cría “in vivo” de baculovirus: (A) bandeja de cría con larvas infestadas; (B)
Stock de bandejas de cría con larvas infestadas (Reid et al., 2014).
c) Bacterias
Hoy día, el ejemplo más importante de utilización de la lucha biológica, a nivel
mundial, es la utilización de Bacillus thuringiensis por la superficie total en la que se emplea.
En la primera década de los años 1900, se descubrieron las bacterias entomopatógenas,
primero B. thuringiensis en 1911, seguido poco después por B. popilliae. Sin embargo, no es
hasta los años 1960-70 cuando se presentan importantes desarrollos industriales para su
producción. Así importantes compañías de agroquímicos (p.e.: Sandoz y Solvay) comenzaron
dicha producción y se comercializó el primer biopesticida en EE. UU. y Europa a principios
de los años 1960 (Ravensberg, 2011).
182
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183
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Los medios de cultivo líquido están constituidos, según El-Bandary (2006) por los
siguientes grupos de constituyentes y condiciones:
1. Fuentes de carbono: azúcares (usualmente glucosa, fructosa, maltosa, ribosa, melaza,
almidón, dextrinas, harina de trigo y polisacáridos), durante la fermentación se da la
producción de ácidos
2. Fuentes de nitrógeno: la mayoría de los biotipos de B. thuringiensis son incapaces de
utilizar el nitrógeno inorgánico como fuente de nitrógeno. Por ello, se debe añadir
aminoácidos (principalmente glutamato, aspartato, valina, leucina, serina o treonina).
3. Ion potasio: este ión es esencial para la producción de la toxina por parte de la
bacteria de B. thuringiensis.
4. Iones metálicos: Ca+2, Mg+2, Mn+2, Zn+2, Cu+2 e Fe+2 son esenciales para la
producción de las esporas y endotoxinas.
5. pH: el crecimiento de la bacteria se produce a pH de 5,5 a 8,5.
6. Temperatura: El óptimo de temperatura para el crecimiento y esporulación de la
bacteria se encuentra entre 25 y 30º C.
7. Aireación: Ésta es importante en la fermentación de B. thuringiensis.
En la Fig. 5 se representa el proceso cinético en la fermentación de B. thuringiensis, en
producción comercial.
184
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d) Hongos
El potencial de hongos en el control de insectos data de los trabajos de Augostino Bassi,
en 1835, que demostró que un hongo originaba una enfermedad transmisible en el gusano de
seda; posteriormente, en los años 1870, Metschnikoff observó una alta proporción de
Metarhizium parasitando al curculiónido Cleonus punctiventris y propuso el control de
insectos con conidias producidas de forma artificial (Jaronski, 2014).
En la actualidad de producen preparados comerciales a partir de varias especies de
hongos entomopatógenos (Tabla 3).
Núm. de
Especie de hongo entomopatógeno Porcentaje
productos
Beauveria bassiana 45 37,2 %
B. brongniartii 5 4,1 %
M. acridum 3 2,5 %
I. farinosa 1 0,8 %
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Fig. 8.: Beauveria bassiana: (A) sustrato sólido con una buena esporulación del hongo;
(B) cosecha comercial de conidias del hongo (Jaronski, 2014).
e) Nematodos
Los nematodos entomopatógenos (EPN por sus siglas en inglés) son agentes de control
microbiano (aunque, por su tamaño, son visibles a simple vista) que van adquiriendo un
mayor papel en los programas de control biológico y/o integrada. Tienen una amplia
distribución, a nivel mundial; además, de los géneros más utilizados, se conocen más de 61
especie del género Steinernema y más de 14 del género Heterorhabditis (Atwa, 2014). Que
son los grupos más primitivos de los que son parásitos de insectos y denominados a veces
como “comedores de bacterias”. Ello debido a que la infección por el nematodo es causada
por una simbionte bacteria (Xenorhabdus spp. para especies de Steinernema y Photorabdus
spp. para las de Heterorhabditis) que los juveniles infectivos (JIs) llevan en su intestino y
liberan en la hemolinfa del insecto (Glazer y Lewis, 2000).
Los nematodos pueden ser criados “in vivo” o “in vitro”, en este último caso en medio
sólido y líquido, el sistema en fermentadores o biorreactores en fase líquida el que es más
rentable económicamente (Tabla 2); aunque otros aspectos pueden ser tenidos en cuenta en
dicha producción (Tabla 4).
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Sistema de producción
Aspecto
In vitro In vitro
In vivo
Sólido Líquido
Desembolso de capital Bajo Intermedio Alto
189
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Fig. 10: Esferas de influencia que representan las consideraciones sobre la formulación
en el desarrollo de insecticidas microbiológicos, restringidos (solapamientos) por varios
factores relativos al tipo de agente y forma de supervivencia, proceso de fabricación y de
aplicación (Redibujado de Behle y Birthisel, 2014).
190
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
que el 98% de los productos registrados, en la actualidad pertenecen a este grupo. Una
segunda generación que está constituido por formulados a base de mezcla de esporas y
endotoxinas de un serovar que se modificó genéticamente, introduciendo genes de otros
serovares. Finalmente, una tercera generación, con ingredientes activos que solo contienen las
endotoxinas de B. thuringiensis, producidas por otras bacterias recombinantes (Cerón, 2001).
Las formulaciones que se presenta de B. thuringiensis son muy variadas: líquidas para
pulverización normal, BV y UBV; formulaciones sólidas: gránulos y micro-encapsulados. Los
coadyuvantes son comunes a la formulación de pesticidas químicos de síntesis, incluyéndose
fago-estimulantes, protectores de la radiación UV, etc. (Burges y Jones, 1998; Behle y
Birthisel, 2014).
También para los preparados comerciales a base de baculovirus, aunque en menos
extensión que B. thuringiensis, hay formulaciones sólidas y líquidas. En las mismas parte de
las sustancias inertes y coadyuvantes son comunes a la formulación de insecticidas que actúan
vía oral; pero también se incluyen protectores de la radicación UV y potenciadores como
enzimas, ácido bórico, azadiractina, etc. (Burges y Jones, 1998; Williams y Cisneros, 2001).
191
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Consumo de
Status del O2/106 Vida
Periodo Formulación
nematodo nematodos (meses)
/día
En sustrato húmedo como
vermiculita, poliéster-
1878-1984 Activo 3,2 ml 0,5-1,1
poliuretano, esponjas, turba o
virutas de cedro
1985 En carbón activo absorbente Baja movilidad 1,2
En gel húmedo, materiales tales
1987-1990 como alginato, xanteno o Inmovilizado 0,67 ml 2,6
poliacrilamida
Colocados entre dos capas de Parcialmente
1988 0.38 ml 2,2
arcillas absorbentes disecado
Encapsulado, 10-20 mm de
diámetro, con material
Parcialmente
1993 dispersable en agua, consistente 0.21 ml 5,1
disecado
en sílice, arcillas, compuestos de
celulosa, ligninas y almidones
192
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
193
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
Fig. 11: Hemocitómetro de Neubauer (Tiefe; 0,100 mm) empleado para titulación visual
de baculovirus.
194
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
Fig. 13: Bioensayo con bacterias entomopatógenas en laboratorio con alimento natural:
(A) en hojas y (B) en planta.
Fig. 14: Bioensayo de campo con Bacillus thuringiensis en algodonero (Navon, 2000).
195
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
196
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
Fig. 15: Bioensayo de laboratorio con hongos entomopatógenos: (A) ensayo en cámara
con hoja alimentada con agua, (B) ensayo en cámara ventilada (Butt y Goettel, 2000).
197
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
vivo” o “in vitro”, diferentes formas de formulación, etc.), ello puede realizarse por varios
métodos físicos, lavado en agua, cribado, decantación, etc. Posteriormente es necesario el
ajuste de la concentración de JIs.
Los bioensayos con nematodos entomopatógenos más frecuentes (Glazer y Lewis,
2000) son:
● Ensayos de penetración (Fig. 16).
● Ensayos de tiempo de exposición.
● Ensayos uno-a-uno.
● Ensayos en columna de arena.
En dichos ensayos se utilizan como huésped una especie estándar (la polilla de la cera,
Galleria mellonella).
198
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
5. BIBLIOGRAFÍA
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MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
201
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
202
ASIGNATURA: CONTROL BIOLÓGICO
TEMA 12
CONTROL BIOLÓGICO DE MALAS HIERBAS
AUTORA: MERCEDES VERDEGUER SANCHO
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
204
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1. INTRODUCCIÓN
El control biológico de las malas hierbas consiste en utilizar los enemigos
naturales de las mismas para disminuir su población a niveles que no produzcan daños.
Los métodos de control biológico son aquellos que manejan organismos vivos que
pueden eliminarlas de forma directa o a través de los productos orgánicos que segregan.
Entre ellos podemos citar el uso de insectos, nematodos, bacterias, hongos, el manejo de
animales herbívoros y de organismos con actividad alelopática, así como la utilización
de productos naturales con actividad herbicida, como son los compuestos aleloquímicos
u otros compuestos de origen microbiano.
Las plantas se convierten en plaga y se les denomina “malas hierbas” cuando
proliferan en lugares no deseados debido a que sus enemigos naturales resultan
inefectivos o inexistentes (Figura 1). El ciclo natural es interrumpido cuando una planta
es introducida en un nuevo ambiente o cuando los humanos alteramos los sistemas
ecológicos. Al introducir agentes de control biológico se intenta restaurar o mejorar los
sistemas naturales.
Tiempo
205
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
para los consumidores. Muchos de estos métodos están aún en proceso de investigación,
y su desarrollo es muy costoso (ya que se debe demostrar que son inocuos para las otras
plantas) pero poseen un gran futuro dentro de una agricultura sostenible.
206
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
infestaron segmentos de opuntia en India y Ceilán para intentar suprimir esta planta
invasora.
En 1902 se intentó el control biológico de Lantana camara L. en Hawaii mediante
enemigos naturales traídos de su lugar de origen, México. Se seleccionaron 18 especies
de insectos para ser introducidas, pero debido al lento transporte pocos llegaron con vida
y solamente 8 especies consiguieron establecerse, consiguiendo disminuir algo las
poblaciones de lantana, pero se requería un mayor control. En 1950, con el desarrollo
del transporte por aire se retomó el control biológico de L. camara. Actualmente se
utiliza para el control biológico de esta mala hierba (aunque en ocasiones esta planta se
utiliza como ornamental, muchas veces se comporta como mala hierba, formando
matorrales densos y espinosos que cubren grandes extensiones de terreno) el insecto
Teleonemia scrupulosa Stål, combinado con otros insectos.
207
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
208
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
c) Alelopatía
El término alelopatía fue introducido por Molisch en 1937 para designar las
interacciones que se producen entre las plantas (incluyendo los microorganismos)
mediante la liberación de compuestos químicos al ambiente, que se denominan
aleloquímicos.
Los compuestos aleloquímicos son sintetizados por las plantas como metabolitos
secundarios y son liberados al ambiente mediante lixiviación, volatilización, exudación
(por las raíces) o descomposición. Estos compuestos son de naturaleza muy diversa,
entre ellos se incluyen ácidos fenólicos, cumarinas, terpenoides, flavonoides, alcaloides,
glicósidos cianogénicos y glucosinolatos.
Muchos compuestos alelopáticos han demostrado poseer actividad fitotóxica, y es
por ello que los fenómenos alelopáticos son una herramienta muy importante en control
biológico de malas hierbas:
- Las malas hierbas que producen efectos alelopáticos negativos sobre los cultivos
o sobre otras malas hierbas se pueden utilizar como fuente de sustancias alelopáticas.
Este es el caso de la ailantona, que se obtiene de Ailanthus altissima (Miller) Sw., los
aceites esenciales de Eucalyptus spp. o la partenina, obtenida de Parthenium
hysterophorus L. Estas sustancias alelopáticas con actividad herbicida son la base para
el desarrollo de herbicidas naturales, que pueden ser de amplio espectro o selectivos,
dependiendo de la actividad de los aleloquímicos.
- Los cultivos que producen efectos alelopáticos negativos sobre malas hierbas,
como el centeno, girasol, trigo, cebada, avena y sorgo, tienen un gran potencial para el
control biológico de las mismas. Pueden interferir directamente con las malas hierbas
mediante la liberación de compuestos alelopáticos al ambiente o pueden ser fuente de
sustancias alelopáticas para el desarrollo de herbicidas naturales (por ejemplo la
209
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
sorgoleona, que se obtiene del sorgo). Mediante su manejo se pueden disminuir las
poblaciones de malas hierbas: se pueden enterrar los residuos del cultivo (centeno,
girasol, trigo, cebada, arroz), utilizar el cultivo como cobertura (avena, alfalfa, centeno)
o realizar rotaciones de cultivo apropiadas. Además los cultivos pueden ser mejorados
para aumentar el contenido en sustancias alelopáticas y hacerlos así más competitivos
frente a las malas hierbas.
Además de las plantas, también los microorganismos (bacterias, hongos, etc)
pueden sintetizar compuestos alelopáticos con actividad herbicida.
La alelopatía también se ha utilizado con éxito para el control de malas hierbas
acuáticas.
210
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
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212
ASIGNATURA: CONTROL BIOLÓGICO
TEMA 13
CONTROL BIOLÓGICO DE FITOPATÓGENOS
AUTORA: ANA MARÍA ORTEGA GEA
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
214
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1. INTRODUCCIÓN
Se han dado muchas definiciones del Control Biológico de Fitopatógenos, siendo
una de las más ampliamente aceptada la Baker y Cook (1974): “reducción de la densidad
del inóculo o de las actividades de un fitopatógeno en estado activo o durmiente, por la
acción de uno o más organismos, logrado de manera natural, a través de la modificación
del ambiente, o por la introducción masiva de uno o más antagonistas”.
Consiste en el aprovechamiento directo de organismos vivos para reducir el
inóculo o proteger a las plantas de otros organismos fitopatógenos, incluyendo
microorganismos (control microbiológico), y a veces también la propia planta (control
mediante plantas resistentes). También contempla modificaciones del ambiente para
favorecer a esos organismos beneficiosos, incluyendo métodos culturales, como la
rotación de cultivos y la aplicación de enmiendas a los suelos. Este tema se dedica
principalmente al control microbiológico de fitopatógenos, los otros métodos ya fueron
abordados en la asignatura de Métodos Culturales.
Antagonista es el nombre que se da a los microorganismos capaces de interferir en
los procesos vitales de los fitopatógenos, y antagonismo es la acción, directa o
indirecta, que aquellos ejercen y que tiene como resultado la reducción de la expresión
de una enfermedad. El término antagonista es equivalente al de enemigo natural
utilizado en el caso de plagas. Ambos (antagonistas y enemigos naturales) se incluyen
en la denominación más general de agentes u organismos de control biológico (ACB u
OCB).
Habitualmente se estudian las epidemias que causan problemas severos, y se ha
dedicado menos atención a los agroecosistemas en los que las enfermedades no son
graves. Se supone que en éstos puede estar actuando el control biológico natural,
estando los fitopatógenos contenidos por los antagonistas presentes, pero en la mayoría
de ecosistemas vegetales se desconoce su importancia real.
Es muy conocido el ejemplo de los suelos supresivos. En ellos, aunque exista
inóculo de un patógeno virulento, las plantas sean susceptibles y el ambiente sea
favorable para su desarrollo, algunas enfermedades 1 no se manifiestan o se mantienen a
menor nivel de lo esperado.
Aunque las causas exactas no siempre están claras, y pueden variar con el
patógeno y el cultivo en cada caso, se ha demostrado que en la supresión están
implicados microorganismos del suelo 2; el antagonismo, por uno o varios
1
Se han citado en fusariosis vasculares (Fusarium oxysporum), mal del pie del trigo, enfermedades por
oomicetos (Phytophthora cinnamomi causante de podredumbres de raíces de frutales y forestales, Pythium
causante del damping-off), Rhizoctonia solani, nematodos, etc.
2
Se pierde la supresividad si los suelos se someten a tratamientos desinfectantes (calor, bromuro de metilo,…),
pero se puede recuperar posteriormente añadiendo una pequeña parte del suelo supresivo original.
215
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
2. MECANISMOS DE ACCIÓN
El control biológico se basa en interacciones antagónicas, directas o indirectas, que
establecen microorganismos beneficiosos con los patógenos. Los OCB expresan
antagonismo directo sobre un patógeno cuando hay contacto físico, considerándose el
hiperparasitismo, producido por parásitos obligados de fitopatógenos, como el tipo más
directo de antagonismo. En contraste, las actividades de los OCB que no implican
contacto resultan en un antagonismo indirecto, siendo la estimulación de los
mecanismos de defensa de la planta la forma más indirecta de antagonismo. A
continuación se resumen los mecanismos de antagonismo que más frecuentemente
actúan en los ecosistemas vegetales.
3
Se han hallado numerosos tipos de antagonistas de enfermedades fúngicas y bacterianas, y de nematodos,
frecuentemente hongos (Trichoderma, Penicillium y Sporidesmium) o bacterias (Pseudomonas, Bacillus y
Streptomyces).
4
Suelo normal, sin propiedades supresivas.
5
Las descritas (mal del pie del trigo y fusariosis en cultivares concretos de sandía), damping-off en pepino,
varias patologías de los céspedes,…
216
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
a) Parasitismo (hiperparasitismo 6)
Es un antagonismo directo, los hiperparásitos se alimentan y desarrollan a costa de
las sustancias que obtienen de fitopatógenos, provocando su muerte o reduciendo su
capacidad de dispersión. Frecuentemente los hiperparásitos son hongos; en unos casos
sus hifas parasitan las hifas de sus hospedantes, penetran en ellas atravesando la pared y
membrana celulares, o producen su muerte sin penetrar; en otros casos atacan a las
esporas o estructuras de resistencia del patógeno.
Ejemplos de micoparásitos:
Coniothyrium
(=Paraconiothyrium) minitans (Figura 1. Dcha) y Sporodesmium
sclerotiorum → Parásitos obligados de esclerocios de Sclerotinia sp.
Ampelomyces quisqualis → Parasita específicamente hifas de oídios.
Talaromyces flavus → Verticillium sp.
Pythium spp. (como Pythium oligandrum) → Oomicetos patógenos (Pythium,
Phytophthora)
6
Interrelación que se da entre un microorganismo (el antagonista) y otro que a su vez es un parásito de plantas
(el fitopatógeno)
217
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218
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
Varias
Pseudomonas fluorescentes producen diferentes antibióticos (fenazinas,
pyrrolnitrinas, etc) con un importante papel en la rizosfera, reducen varias
enfermedades, como las producidas por Rhizoctonia solani y Verticillium dahliae.
7
Situación normal en suelos calizos, con pH alto: gran parte del hierro férrico precipita como hidróxido
219
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
Algunas levaduras son buenas competidoras por el nitrógeno en las heridas de los
frutos, siendo útiles en el control de hongos postcosecha.
220
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
hongos) y duradera, que puede ser inducida por algunos antagonistas, sobre todo por
microorganismos de la rizosfera.
Ocurre con las rizobacterias, que además suelen producir sustancias que se asocian
a una estimulación del crecimiento vegetal (Plant Growth Promoting Rhizobacteria,
PGPR). La colonización de las raíces con estas PGPR puede activar respuestas de
defensa en la planta, que expresa una serie de genes que le confieren cierta resistencia
sistémica (producción de 1,3-b-glucanasas, fitoalexinas, refuerzo de la pared celular,…).
El nivel de respuesta de la planta está modulado por la ruta del Ácido Jasmónico (JA) y
del etileno. A veces se ha comparado con las vacunas en animales, pero los mecanismos
de acción son completamente diferentes y no del todo claros. Muchas PGPR utilizan
también otros mecanismos (producen antibióticos, sideróforos o enzimas líticos) que
contribuyen al control de enfermedades. Ejemplos:
8
Control de la marchitez vascular causada por F.o. lycopersici, por inducción de resistencia en la planta
relacionada con el desarrollo del sistema vascular.
9
Fusión de hifas entre hongos del mismo grupo de compatibilidad vegetativa
221
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
género de hongos en el que se dan casi todos los tipos de mecanismos descritos. Puede
actuar como antagonista mediante parasitismo directo, competencia, producción de
antibióticos (piridonas, reducen el crecimiento miceliar) y enzimas (quitinasas y
proteasas, atacan al micelio),… También puede promover la fertilidad del suelo,
favoreciendo el desarrollo de las plantas (raíces más robustas y extensas) e inducir
respuestas de defensa de las plantas.
Las especies de Trichoderma se estudian desde hace más de 70 años como OCB.
Son hongos residentes del suelo entre los que hay especies colonizadoras muy rápidas y
degradadoras eficientes de sustratos orgánicos 10, lo que les permite sobrevivir en
distintos ambientes. Se han identificado muchas cepas con potencial frente a más de 40
hongos fitopatógenos. Algunas utilizan sólo un mecanismo de acción, pero las más
eficaces despliegan varios, simultánea o secuencialmente.
La especie más conocida como OCB es T. harzianum, que en la actualidad se ha
separado en varias especies: T. harzianum, T. asperellum, T. atroviride y T.
longibrachiatum.
Se ha citado, entre otros, en la inhibición de hongos patógenos del suelo como
Armillaria, Rosellinia, Sclerotinia, Pythium, etc. También es capaz de destruir
estructuras de resistencia y propagación (esclerocios de Sclerotinia cepivorum por T.
viride).
Se ha descrito también como OCB de algunas enfermedades aéreas, por ejemplo de
Botrytis cinerea y Eutypa en vid y frutales, podredumbre parda (Monilinia spp.) en
frutales de hueso, Fulvia fulva en tomate, fusariosis en trigo,...
Como promotor del crecimiento de plantas, Trichoderma coloniza superficialmente
las raíces, y a veces penetra algo en su interior, sin dañarlas. Favorece su desarrollo e
induce resistencia sistémica, que afecta tanto a patógenos del suelo como a algunos
aéreos (figura 3).
10
Pueden causar problemas en cultivos de champiñón sobre sustratos orgánicos
222
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
3. FORMAS DE UTILIZACIÓN
En comparación con lo que ocurre en plagas, el control biológico de fitopatógenos
está muy poco desarrollado. A pesar de que se han descrito multitud de antagonistas,
aislado, caracterizado, se han realizado ensayos con muchos de ellos, sobre todo con
microorganismos del suelo, como OCB de enfermedades vegetales y se han diseñado
diferentes estrategias de control, basadas en su introducción, solos o en mezclas, su
explotación en el control de enfermedades no se ha podido llevar a la práctica en
muchos casos.
Por ejemplo, se ha intentado introducir poblaciones de antagonistas, presentes en
los suelos supresivos, en suelos o sustratos donde faltan, para proporcionarles
supresividad. Se han logrado buenos resultados a pequeña escala (laboratorio o
invernadero), pero en la mayoría de casos no se ha podido recrear la supresividad en
situaciones de campo.
La supresión general de enfermedades es la que se supone que más
frecuentemente actúa en los sistemas naturales, y en ella están implicadas las actividades
de múltiples organismos, cada uno contribuyendo en parte a la reducción de la
enfermedad.
En cambio, el desarrollo del control biológico de enfermedades para utilizarlo en
la protección de los cultivos se ha llevado a cabo sobre todo mediante el aislamiento,
caracterización y aplicación de organismos individuales, que actúan en la supresión
específica de enfermedades, menos frecuentemente hallada en los sistemas naturales.
223
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
Aplicación
de enmiendas orgánicas (estiércol, restos de cultivos, abonos verdes,
restos de crustáceos,...). Favorecen el “control natural” al estimular el desarrollo de la
fauna y flora saprofita del suelo (su principal función es la descomposición de la materia
orgánica), entre ellos antagonistas, que pueden evitar el desarrollo de grandes
poblaciones de patógenos del suelo. Las plantas de la familia de las crucíferas, además,
producen algunos compuestos tóxicos 11 para varios fitopatógenos, siendo muy favorable
enterrar los restos de su cultivo. Los compost también pueden reducir la enfermedad, su
éxito dependerá de la base orgánica que se utilice y del tipo y cantidad de
microorganismos que los colonicen (tras la fase termofílica). Pueden introducirse
deliberadamente en ellos organismos específicos para aumentar su capacidad de
suprimir enfermedad.
b) Introducción de antagonistas
Si los patógenos no son controlados por antagonistas naturales se puede intentar
introducirlos en el lugar específico a proteger en el hospedante, mediante dos
estrategias:
Inoculativa. Aplicando una cantidad baja del OCB (stiks, geles, semillas
recubiertas, inmersión de raíces, etc.), que ha de multiplicarse y alcanzar posteriormente
un nivel poblacional efectivo. En la práctica, los microorganismos añadidos no suelen
mantenerse viables mucho tiempo.
11
Glucosinolatos, que se descomponen en metilsisotiocianato, análogos de algunos fumigantes.
224
MÁSTER INTERUNIVERSITARIO EN SANIDAD VEGETAL
Inundativa. Aplicando cantidades altas del antagonista, que puedan ser efectivas
desde el principio, de modo similar a la aplicación de productos fitosanitarios
(pulverización, riego, etc.). Se trata de productos biológicos con acción fungicida
(biofungicidas), bactericida o nematicida, en los que la materia activa es un
microorganismo antagonista (hongo, bacteria o actinomiceto los más frecuentes), que se
comercializa formulado habitualmente en polvos, gránulos o suspensiones. Éste es el
sistema que más se ha desarrollado. Igual que los productos fitosanitarios, algunos
pueden usarse para erradicar el inóculo primario (adecuados los antagonistas que actúen
por parasitismo) y otros para proteger las plantas de infecciones posteriores (útiles sobre
todo la antibiosis y competencia).
4. PRINCIPALES USOS
En el mercado internacional se dispone actualmente de alrededor de cien productos
biológicos para control de enfermedades, sobre todo se usan en Estados Unidos e Israel.
La materia activa de la mayoría de estos productos son hongos o bacterias, que actúan
principalmente por competencia y antibiosis; algunos incluyen el hiperparasitismo o la
resistencia inducida.
Para que un OCB de fitopatógenos pueda ser utilizado en España necesita cumplir
los mismos requisitos que los productos fitosanitarios de naturaleza química, lo cual
supone un freno a su desarrollo comercial, puesto que el tiempo requerido y los gastos
necesarios pueden resultar muy altos. La cepa del microorganismo activo ha de estar
autorizada en la CEE (ha de aparecer en el Anexo I 12 establecido por la Directiva
91/414, en la lista de sustancias activas autorizadas para su utilización en protección de
plantas, actualmente autorizadas unas 25 cepas) (Anexo 1) y el formulado ha de estar
registrado en España 13 (actualmente existen 8 especies de antagonistas registrados).
Además de como productos fitosanitarios, cada país puede autorizar el uso de
microorganismos como fitoforticantes (o acondicionadores de las plantas o de los
productos tras la recolección), que en España se regulan según la Orden APA/1470/2007
de 24 de mayo (BOE 128 de 29 de mayo) de otros medios de defensa fitosanitaria 14.
Se describen a continuación las características más destacables de los principales
productos comercializados, en función del uso al que se orientan: patógenos del suelo,
de la parte aérea o de postrecolección; se destacan en verde los formulados comerciales
registrados en España, tanto en la descripción como en el Anexo 1.
En general es necesario aplicarlos en cantidades altas y antes de que el patógeno
esté presente (son preventivos, no curativos), así como repetir la aplicación
frecuentemente mientras exista riesgo de infección.
12
Productos aprobados bajo el Reglamento (CE) nº 1107/2009
13
http://www.magrama.gob.es/es/agricultura/temas/sanidad-vegetal/productos-fitosanitarios/fitos.asp
14
http://www.magrama.gob.es/agricultura/pags/fitos/registro/fichas/pdf/RegistroODMF.pdf
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Bacillus subtilis cepa QST 713 (Serenade Max). Contra Botrytis y Pseudomonas
en varias hortícolas y vid; Monilinia, moteado y bacteriosis aéreas (Xanthomonas pruni
y Erwinia amylovora) en frutales de hueso y pepita; y Sclerotinia en lechuga. Polvo
mojable para aplicar en pulverización.
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En la UE no están autorizados los antibióticos y sólo algunos fungicidas, como los derivados de cobre y zinc,
tienen actividad bactericida.
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Erwinia
herbicola (=Pantoea agglomerans); junto con la anterior, se usa en
América como alternativa a los antibióticos en la lucha contra el fuego bacteriano.
c) Enfermedades postcosecha
Los antagonistas pueden ser una buena alternativa a la protección química de los
frutos recolectados, sobre todo para evitar los riesgos de residuos de los productos
fitosanitarios. Además, el nº de productos fitosanitarios químicos autorizados para este
uso se está reduciendo, y en algunos cultivos, como los frutos de hueso no hay ninguno.
Los OCB pueden funcionar, preferentemente si se combinan con otros medios
(aplicación de ceras, bicarbonato sódico,…), ya que sólo con microorganismos es difícil
controlar todas las podredumbres en almacén. Los que se utilicen en poscosecha han de
ser colonizadores rápidos de las heridas y deben mantenerse activos en las condiciones
de la conservación (habitualmente temperaturas bajas). Se pueden aplicar por
pulverización, ducha o inmersión.
En la actualidad se dispone de información sobre un nº creciente de antagonistas,
que han mostrado eficacia contra especies de Alternaria, Aspergillus, Botrytis,
Monilinia, Mucor, Penicillium y Rhizopus, causantes de podredumbres en frutos de
pepita, hueso o cítricos, entre otros. Sin embargo, todavía no hay ningún producto
registrado en España.
Bacterias:
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Es más probable su adaptación al ambiente en el que han de actuar
17
A tener en cuenta riesgos potenciales propios: una concentración alta de microorganismos puede provocar
respuestas alérgicas (inhalación de esporas de hongos), algunos pueden ser patógenos humanos secundarios
(algunas bacterias del suelo), etc.
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Subsistema de un ecosistema (el agrosistema) definido por el fenómeno del parasitismo.
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6. BIBLIOGRAFÍA
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