Muchas veces, cuando se habla del Espíritu Santo, se
confunde con una manifestación momentánea; se hace
referencia a lo que se siente, a hablar en lenguas; pero eso es tan solo parte de la experiencia que un cristiano debe tener con la persona del Espíritu Santo.
19 Mientras Apolos estaba en Corinto, Pablo recorrió las
regiones del interior y llegó a Éfeso. Allí encontró a algunos discípulos.
2 —¿Recibieron ustedes el Espíritu Santo cuando creyeron?
—les preguntó.
—No, ni siquiera hemos oído hablar del Espíritu Santo —
respondieron.
3 —Entonces, ¿qué bautismo recibieron?
—El bautismo de Juan.
4 Pablo les explicó:
—El bautismo de Juan no era más que un bautismo de
arrepentimiento. Él le decía al pueblo que creyera en el que venía después de él, es decir, en Jesús.
5 Al oír esto, fueron bautizados en el nombre del Señor
Jesús. 6 Cuando Pablo les impuso las manos, el Espíritu Santo vino sobre ellos, y empezaron a hablar en lenguas y a profetizar. 7 Eran en total unos doce hombres. HEC 19:1-7 Pablo se encuentra en Éfeso con un grupo de creyentes, y él asumía que habían recibido el Espíritu Santo, porque el Espíritu Santo se recibe cuando tú crees. Aquella gente había creído en Jesucristo como Señor y Salvador; y para tú recibir al Espíritu, lo que hace falta primero es que tú creas. Cuando tú crees en el Señor Jesús, lo próximo que debe pasar es que tú recibas al Espíritu Santo.
Había gente que había creído, pero no sabían lo que habían
recibido. Qué triste sería en tu vida que tú tuvieras acceso a alguien, y no poder beneficiarte de eso. Ellos creyeron en Jesucristo, pero fueron bautizados de la manera tradicional, que era el bautismo en las aguas, no en el Espíritu. Estos doce hombres, que eran discípulos, estaban todavía en la experiencia pasada; habían creído, pero no estaban disfrutando del beneficio de creer, que es tener la persona del Espíritu Santo en tu vida; y esto limita la experiencia del creyente.
Hay 4 experiencias que toda persona debe tener en relación
al Espíritu Santo. En primer lugar, tienes que recibirlo. ¿Cuándo? Según Pablo, en esta escritura, es cuando tú crees. Así que, cuando tú crees en Jesucristo, automáticamente, recibes al Espíritu Santo; está dentro de ti. La primera experiencia es que lo recibes porque crees. En segundo lugar, el Espíritu Santo se tiene que impartir o activar en tu vida. Pablo puso sus manos sobre ellos. Creíste, pero ahora te dicen claramente que dentro de ti está el Espíritu, te imparten la fe y el conocimiento para que se pueda activar tu vida a lo que tú acabas de recibir. Es cuando el Espíritu comienza a operar constantemente en tu vida. En tercer lugar, tienes que conocer al Espíritu. Tienes que estudiar el Espíritu Santo, conocer quién es, cómo trata, cómo habla, cómo se manifiesta en tu vida, cómo tienes tú una conexión con él, cuándo es él el que te habla y cuándo no. Y, en cuarto lugar, tienes que tener una relación con él. Todo creyente que pase por estas 4 etapas o niveles, logrará tener una relación madura con el Espíritu y disfrutar de los beneficios de él. Lo recibes cuando crees, es impartido o activado en tu vida a través de un contacto, lo conoces y te relacionas con él. Algunos lo reciben, pero como no lo conocen, no saben lo que él quiere hacer y por lo tanto no pueden relacionarse con él como es debido. Para tener una relación con el Espíritu Santo, tienes que creer que lo tienes, activarlo en tu vida, conocer de él, para entonces poder tener una relación con él y caminar con él.
¿Quisieras tú haber conocido a Jesús personalmente?
Quizás, has estudiado la Biblia, has leído la Palabra, y has pensado que quisieras haber caminado con Jesús. Lo conoces como tu Señor y Salvador, pero hubieras querido estar en aquellos tiempos y ver esos milagros, haberlo conocido personalmente, en carne y hueso. Lo interesante es que eso es posible hoy. La experiencia que tuvieron los discípulos de caminar con Jesús es posible hoy a través de la persona del Espíritu Santo.
“16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para
que esté con vosotros para siempre: 17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. 18 No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.” Juan 14:16-18
Aunque no hayas caminado físicamente con Jesús, cuando
tienes una experiencia con el Espíritu, es como si estuvieras caminando personalmente con él. Así que, la misma experiencia que tuvieron los discípulos, está disponible para ti hoy, a través de la persona del Espíritu Santo.
Leer la Biblia no es suficiente para la experiencia máxima de
un cristiano. Tú puedes leer una historia de Jesús, conocer acerca de él; pero solo puedes conocerle a él a través del Espíritu Santo. No es lo mismo leer acerca de una persona, que sentarte a hablar con alguien que le conoció. Puedes leer acerca de la historia de tu país, pero no es lo mismo cuando tú vives en ese tiempo y vives lo que más adelante se estudiará en los libros de Historia. La experiencia es diferente. Así que mucha gente en la iglesia tiene una experiencia limitada porque leen acerca de Jesús, pero no es lo mismo leer acerca de Jesús que tener una experiencia con el Espíritu Santo, que te hable él de Jesús, de su obra, de lo que él hizo, de lo que él es y lo que representa para ti. Así que es posible hoy tener esa experiencia espiritual, única y exclusivamente a través de la persona del Espíritu Santo.