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1.

Abrir el grifo: En una adecuada higienización de manos, es imprescindible abrir la fuente de limpieza de la misma, por
tanto, lo primero que debemos hacer es abrir cuidodosamente el grifo, procurando que el chorro que
salga de él no sea muy cauduloso, ya que cuando introzcamos nuestras palmas, el agua podría incidir en
estas con un gran torrente y llegar a salpicar parte de la ropa, o en casos menos frecuentes, el suelo.

2. Humedecer nuestras manos: Primero insertaremos la mano derecha, en caso de ser zurdos, la izquierda, despacio pero sin derrochar
el agua, ya que este es un recurso que disfrutamos como un privilegio y debemos APRENDER a cuidarlo, a
continuación, introduciremos la otra con cuidado y la frotaremos junto a la que hayamos puesto
previamente, para que el agua pueda llegar con más facilidad a toda la mano, incluidas las muñecas, pues
en diversas ocasiones nos olvidamos de su humedecimiento y puede llegar a ser la vía de transmisión de
muchas enfermedades. Una vez hecho esto, cerraremos el grifo.

3. Aplicar jabón sobre ellas: Con la mano que nos resulte más cómoda, presionaremos el bote de jabón y lo verteremos en la mano
contraria, para luego externder dicho líquido por las dos manos.
4. Frotar las palmas entre sí: Empezaremos a frotar palma con palma el jabón establecido anteriormente, asegurándonos de que estas
se cubren entera.

5. Frotar una palma con el dorso Tras frotar las palmas entre sí, comenzaremos a frotar una palma con el dorso contrario (el dorso es la
contrario, y al contrario: parte contrario de las palmas). Podemos seguir un orden de derecha a izquierda o viceversa, en ambos
casos se hará el mismo procedimiento y se obtendrá el mismo resultado.

6. Frotar las palmas de nuevo a la misma A continuación, vamos a entrelazar los dedos para que el jabón siga llegando a todas las partes de
vez que se entrelazan los dedos: nuestro cuerpo, para eso, frotaremos de nuevo las palmas, pero esta vez nos aseguraremos de que todos
nuestros dedos encajan a la perfección para entrelazarse y así poder propagar el jabón en las zonas que
no se había echado con anterioridad.

7. Frotar el dorso de los dedos a las Seguiremos frotando el jabón otra vez, en este caso, el dorsal del dedo derecho/izquierdo (la parte
palmas: donde están las uñas) contra la palma contraria. Para esto, mantendremos unidos todos los dedos y
haremos como un caracol con ellos. Repetiremos dicho procedimiento con la otra mano.

8. Frotar la punta de las uñas en las Ahora, frotaremos la punta de las uñas contra las palmas, quitando así cualquier tipo de suciedad o
palmas: bacteria que se haya producido.

9. Frotar las palmas contra las muñecas: Frotaremos la palma de la mano contra la muñeca contraria, y volveremos a hacer lo mismo con la otra.
10. Enjuagar las manos: Una vez frotado y extendido el jabón por todas las partes de la mano, procederemos a retirarlo, para eso,
volveremos a abrir de nuevo el grifo y nos quitaremos todo el jabón, para que nuestras manos queden
limpias y claras.

11. Secar las manos con una toalla: Ya acabado el proceso, secaremos nuestras manos con una toalla para no salpicar el suelo ni la ropa.

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