Está en la página 1de 1

En memoria de un hombre que sabe Torá:

¿Dónde se encuentra la sabiduría y dónde está la morada del


entendimiento? Feliz el hombre que halló la sabiduría, que
obtuvo entendimiento. Cuán grande es Tu bien, que has
reservado para los que Te reverencian; que has vertido en
los que esperan de Ti ante los ojos de los hombres. ¡Cuán
preciosa es Tu merced, oh Dios! Tú cubres con tu protección
a los hijos del hombre; Tú los sacias de lo mejor de Tu casa,
y los abrevas en el río de Tus delicias. Para un hombre
común: Bienaventurado el hombre temeroso del Eterno, que
ama mucho sus preceptos. Preferible es un buen nombre a
los ungüentos perfumados, y el día de su muerte a su
nacimiento En la habitación del reposo verdadero y supremo,
bajo la protección de la Divina Presencia, en las alturas
santas y puras en que resplandece como el firmamento
luminoso; donde los pecados son ignorados y el mal
desconocido, donde las almas gozan de las piedades y
gracia del Eterno morador de las alturas y de una beatitud
perfecta y eterna; que éste sea el destino reservado al buen
nombre del alma del finado (nombre del fallecido) hijo de
(nombre su madre). Que el eterno le dé descanso en la
bienaventuranza del más allá y que sea incluido en la
misericordia y perdón divinos. Así sea la voluntad de Dios, y
digamos Amén

También podría gustarte