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Dios me hizo para su propósito.Él me creó para serUna imagen para Su gloria,
¡Todopoderoso Padre es Él!- Rosalie J. Slater
Porque somos hechura Suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras,
las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas. (Ef 2:10)
Porque Dios es quien obra en ustedes tanto el querer como el hacer, para Su
buena intención. (Flp 2:13)
mayordomo (m.) Uno que maneja o dirige la propiedad o los asuntos de otro.
mayordomear (tr.) Dirigir como un mayordomo o ministro de Cristo, cuyo deber es
repartir las provisiones del evangelio.
mayordomía (f. ) La administración cuidadosa y responsable de la propiedad de
otro, la cual ha sido encomendada al cuidado de uno.
propiedad (f. ) 1. Posesión que uno tiene en su propio derecho. 2. El derecho
exclusivo de poseer, disfrutar y disponer de algo; propiedad. 3. Lo que se posee;
aquello a lo que una persona tiene el título o derecho legal, esté en su posesión o
no.
“Trabaje para mantener viva en su pecho ésa pequeña chispa de fuego celestial
llamada conciencia”. (George Washington, primer presidente de E.U., 1742)
consentir (tr.) Literalmente, pensar con otro o estar de acuerdo. De forma más
general, estar de acuerdo en mente y voluntad; ceder ante lo que tiene el poder, el
derecho o la disposición de retener o rechazar la petición. Consentir es el título de
propiedad de la conciencia de uno.
Referencias escriturales:
En el principio Dios creó los cielos y la tierra. (Gn 1:1)
... todo lo que hay en los cielos y en la tierra; Tuyo es el dominio, oh Señor, y Te
exaltas como soberano sobre todo. (1 Cr 29:11)
Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria y el honor y el poder, porque
Tú creaste todas las cosas, y por Tu voluntad existen y fueron creadas. (Ap 4:11)
Porque han sido comprados por un precio. Por tanto, glorifiquen a Dios en su
cuerpo y en su espíritu, los cuales son de Dios. (1 Co 6:20).
Mas ahora, así dice el Señor tu Creador, oh Jacob, y el que te formó, oh Israel:
“No temas, porque Yo te he redimido, Te he llamado por tu nombre; Mío eres tú…
A todo el que es llamado por Mi nombre y a quien he creado para Mi gloria, a
quien he formado y a quien he hecho.” (Is 43:1 y 7)
4. Dios mandó al hombre a tomar dominio sobre Su obra: le dio trabajo al hombre
para desempeñarlo.
¡El trabajo es bueno! ¡El trabajo no es una maldición, como muchos cristianos lo
creen!
5. El trabajo y sus frutos son dones de Dios. Además, sé que todo hombre que
coma y beba y vea lo bueno en toda su trabajo, que eso es don de Dios. (Ec 3:13)
6. Cada uno tiene un llamado o trabajo en la vida para extender el reino de Dios.
Más valen dos que uno solo, pues tienen mejor pago por su trabajo. (Ec 4:9)
7. Antes de la Caída, Dios demandó el trabajo diligente de Adán. Cuando Adán
pecó, Dios maldijo la tierra (no el trabajo), para que el hombre pudiera ahora
esforzarse e invertir esfuerzo para proveer para su sustento.
“Maldita será la tierra por tu causa; con trabajo (dolor) comerás de ella todos los
días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás de las plantas del
campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra,
porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás”. (Gn 3:17-19)
Principios derivados:
1. Dios posee el mundo natural . . .
Además, la tierra no se venderá en forma permanente, pues la tierra es Mía;
porque ustedes son sólo extranjeros y peregrinos para conmigo. (Lv 25:23)
Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella, el mundo y los que en él habitan.
(Sal 24:1)
Porque Mío es el mundo y todo lo que en él hay. (Sal 50:12)
“Mía es la plata y Mío es el oro,” declara el Señor de los ejércitos. (Hag 2:8)
. . . por lo tanto, el hombre debe ejercer mayordomía y cuidar la naturaleza y los
recursos naturales de la tierra.
2. Cada individuo tiene propiedad en su propia persona y debe entonces ejercer
mayordomía para los propósitos de Dios.
Decía también Jesús a los discípulos: “Había cierto hombre rico que tenía un
mayordomo; y éste fue acusado ante él de derrochar sus bienes. Entonces lo
llamó y le dijo: ‘¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Rinde cuentas de tu
administración, porque no puedes ser más mayordomo.’” (Lc 16:1-2, La Parábola
del mayordomo infiel)
Con toda diligencia guarda tu corazón, porque de él brotan los manantiales de la
vida. (Pr 4:23)
Guarda, mediante el Espíritu Santo que habita en nosotros, el tesoro que te ha
sido encomendado.
(2 Ti 1:14)
Ahora bien, lo que se requiere además de los administradores es que cada uno
sea hallado fiel. (1 Co 4:2)
De modo que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí mismo. (Ro 14:12)
3. Dios creó al hombre para Su placer. Dios posee al hombre por derecho de
creación y redención. ¡Le pertenecemos a Él! Digno eres, Señor y Dios nuestro,
de recibir la gloria y el honor y el poder, porque Tú creaste todas las
cosas, y por Tu voluntad existen y fueron creadas. (Ap 4:11)
Y ustedes de Cristo, y Cristo de Dios. (1 Co 3:23)
Porque han sido comprados por un precio. Por tanto, glorifiquen a Dios en su
cuerpo y en su espíritu, los cuales son de Dios. (1 Co 6:20)
. . . por lo tanto, el hombre debe ejercer mayordomía y cuidar todo lo que Dios le
ha conferido, tanto interna como externamente.
. . . por lo tanto, ¡el hombre debe tomar dominio y ejercer mayordomía sobre todo
para la comisión del Evangelio que Dios planeó!
7. La conciencia puede ser limpiada del mal y de las obras muertas para servir a
Dios.
¿Cuánto más la sangre de Cristo, quien por el Espíritu eterno Él mismo se ofreció
sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de obras muertas para servir al
Dios vivo? (Heb 9:14)
Acerquémonos con corazón sincero (verdadero), en plena certidumbre de fe,
teniendo nuestro corazón purificado de mala conciencia y nuestro cuerpo lavado
con agua pura. (Heb 10:22)
2. Inculque en los niños pequeños la ética del trabajo cristiano. Dios no nos creó
para depender del “bienestar” de otros o del estado como adultos.
Todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no para los
hombres, sabiendo que del Señor recibirán la recompensa de la herencia. Es a
Cristo el Señor a quien sirven. (Col 3:23-24)
Dios trabaja y por lo tanto nosotros debemos hacerlo también. El trabajo nos da un
sentido de propósito, productividad y dignidad. Se nos manda que pongamos
nuestro mejor esfuerzo, que trabajemos desde nuestro corazón todo lo que
hagamos. ¡Nuestro trabajo debe fluir de nuestra gratitud a Dios!
[Jesús] Yo Te glorifiqué en la tierra, habiendo terminado la obra que Me diste que
hiciera. (Jn 17:4)
En todo trabajo hay ganancia, pero el vano hablar conduce sólo a pobreza. (Pr
14:23)
Todo lo que tu mano halle para hacer, hazlo según tus fuerzas. (Ec 9:10)