Está en la página 1de 1

CRISIS DE LOS CUARENTA

Estoy perdido. Perdido en un mar azul cuyas olas llevan grabado el nombre de
responsabilidades y obligaciones. Un mar cuyas olas bailan burlándose de mí, como si
pudieran ver mis infinitas jornadas de trabajo, el amargo color de mi ansiedad y mi
ridículo traje con corbata… ¡Qué olas más despiadadas! Ojalá no tener que estar
pendiente ni del correo ni de los idiotas de mis compañeros y no tener responsabilidad
alguna, pero… ¿De verdad querría vivir con esa enorme libertad? Pues… creo que no.
¿Acaso sabría qué hacer con ella?, ¿acaso no estaría más perdido aún?

También podría gustarte