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Negado por los así llamados "creacionistas", quri nri:ieiF;, =,.

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EI EGADO DE DARWIN
el fundamentalismo religioso o por las mitologías r:inrrtlf I a= t)II ',I6NIFIIA HOY LA EVOLUIIÓN
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humana, nuestra reiación con otras criaturas? [si*rr* ,r,,r, =¡,,,r. i -

dlfu¡tón
,lohn Dupré
El legado de Darwin
Qué significa
la evolución hoy

Del mismo autor I'r¿rducido por Mirta Rosenberg

The disorder oJ-things: metophysícal foundations of the disuttity


of science, Cambridge, r993
Hwnan nature atd the linits of science, Oxfbrd, zool
Hunutns ond other oni.mol,s, Oxford, zoou

dirusión
@
Dupré, John Indice
El legado de Darwin : qué significa la evolución hoy - la
ed. - Buenos Aires : Katz, 2006.
206 p. ; 17x11 cm.
Traducido por: Mirta Rosenberg

ISBN 987-t283-18-0

l.Psicología Evolutiva. I. Mirta Rosenberg, trad. IL Título


cDD 155.7

Primera edición, 2006


@ Katz Editores 9 Prefacio
Sinclair 2949,5a B
1428, Buenos Aires n Introducción
wwwkatzeditores.com 27 ¿Qué es la teoría de la evolución?
Título de Ia edición original: Darwin's Legacy: 49 ¿Para qué sirve la teoría de la evolución?
What Evolution Means Todav 69 Los orígenes humanos y la declinación del teísmo

@ John Dupré, 2003


99 Humanos y otros animales
rr7 La naturaleza humana
" Darwin's Legacy: What Evolution Means Today was
r47 Raza y género
originally published in english in20O3. This translation rs
17s Conclusión
pubiished by arrangement with Oxford University Press."
" Darwin's Legacy: What Evolution Means Today nue
183 Lecturassuplementarias
originalmente publicado en inglés en 2003. La presente
195 Índice
edición castellana se publica por acuerdo con Oxford
University Press."
ISBN: 987-1283-18-0 (rústical
ISBN: 84-609-8391-9 ftapa duraJ
El contenido intelectual de esta obra se encuentra
protegido por diversas ieyes y tratados internacionales
que prohÍben la reproducción íntegra o extractada,
realizada por cualquier procedimiento, que no cuente
con Ia autorización expresa del editor.
Diseño de colección: tholón kunst
Impreso en Ia Argentina por Latingráfica S. R. L.
Hecho el depósito que marca laley 11.723.
l'ara Regenia
Prefacio

t ln par de años atrás recibí una invitación de Shelley


( )ox, quien entonces estaba en la Oxford University

l'rcss, sugiriéndome que contribuyera a una serie de


libros breves dedicados a tratar los grandes temas
tle la filosofía. En ese momento, estaba trabajando
sobre temas relacionados con la evolución, y se me
ocurrió que sería adecuado para la propuesta contri-
buir con un ensayo sobre las implicaciones más am-
¡rlias de la evolución. Es indiscutible que los gran-
tlcs temas -la existencia de Dios, nuestra visión de la
naturaleza humana y nuestra relación con otras cria-
turas- se ven afectados por las ideas acerca de Ia evo-
Irrción. El intento de expresar mi enfoque acerca de esos
asuntos de manera sucinta y accesible al gran público
ha sido un verdadero desaffo, y muy gratificante.
Este libro se ha beneficiado sin duda de conversa-
ciones y trabajos de muchos académicos, colegas y
rrmigos a lo largo de los veinticinco años durante los
(lue me he dedicado a distintos aspectos de la teoría
IO It tI6ADO DI DARWIN

evolutiva. No pretendo consignar aquí todas esas con- I


tribuciones. Mis deudas más inmediatas son con el
Introducción
público de Ghent, Bristol y Exeter, que respondió a un
trabajo donde se presentaban algunas ideas que se de-
sarrollan en los capítulos 3 y 4; con Anya Plutynski,
que me envió algunos comentarios útiles en una pri-
mera versión escrita de este material; con Ionathan
Kaplan, quien me salvó de algunos errores en el capí-
tulo 7; con Shelley Cox y Emma Simmons, de Oxford
Mi ocupación es todavía inusual en el Reino Unido,
University Press, por su amable pero firme aliento
rlLlnque resulta más común en los Estados Unidos,
para que siguiera adelante con el proyecto; y con
clonde ha transcurrido la mayor parte de mi vida pro-
Marsha Filion, sucesora de Shelley en Oxford, por sus
f'esional. Me gradué en filosofía, pero me dedico al
detalladas y valiosas sugerencias que hicieron que el
estudio de la biología. Al igual que cualquier otro filó-
libro, especialmente los capítulos iniciales, pudiera
sofo de la biología que conozco, he pasado mucho
leerse mejor.
tiempo pensando acerca de la evolución. Los biofiló-
Estoy agradecido a muchos colegas de la Univer-
sofos, de manera típica, invierten una buena cantidad
sidad de Exeter por haber contribuido a constituir
de su tiempo reflexionando sobre preguntas más bien
el entorno agradable e intelectualmente estimulante
¡rínimas con respecto a la evolución: ¿La selección
en el que se escribió este libro. El volumen se com-
natural actúa sobre los genes o sobre los organismos
pletó cuando asumí mi cargo de director del recien-
individuales? ¿La evolución se produce a un ritmo
temente establecido Economic and Social Research
ccrnstante o avanza en arrebatos intermitentes? ¿En
Council Centre for Genomics in Societ¡ y agradezco
qué medida los organismos se adaptan de manera
profundamente el apoyo que me brindó el Esnc. Como
r'rptima a su entorno? Pero por cierto, también se plan-
siempre, mi mayor deuda es con mi pareja, Regenia
tean grandes preguntas. ¿Qué nos dice la evolución
Gagnier, por su constante estímulo y diálogo inte-
sobre nosotros mismos? ¿Sobre el lugar que ocupa-
lectual y muchas cosas más. Este libro está dedicado
rros en el universo? ¿Sobre Dios? En este libro intento
a ella.
destilar mis opiniones sobre estos temas, a las que he
12 I EL ttGADO DI DARWIN rNlR0DtJt(|0N | 13

ido dando forma durante varias décadas, concen- lístico de los métodos usados por Dios para crear el
trándolas en un delgado volumen. Expresada de mundo, para otros esa teoría es el último elemento
manera más general, la pregunta a la que pretendo res- esencial de una visión naturalista y materialista del
ponder es: ¿qué nos dice la evolución acerca de no- universo, que, desde su postulación, eliminó el último
sotros mismos y de nuestro mundo? O, expresada de lugar de refugio donde podía ocultarse un Dios o los
otra manera, ¿por qué a nosotros (que no somos bió- dioses. En un nivel más mundano, el acto de explicar
logos) debería importarnos la evolución? La respuesta cómo fue que los aspectos de la naturaleza humana
que ofrezco en este libro es que la evolución tiene de surgieron a partir de las exigencias de nuestra histo-
hecho trascendentales consecuencias para nuestra ria evolutiva se ha convertido en uno de los métodos
visión de nosotros mismos y de nuestro lugar en el más confiables para escribir tnbest-seller. Otros han
universo, pero que no tiene en realidad la clase de con- acusado a los autores de estos best-seller de relatar cuen-
secuencias más ampliamente difundidas en la ac- tos seudocientíficos, o incluso de cosas peores. Estos
tualidad. En particular, tiene una utilidad limitada debates se han contado entre los más caldeados de
en lo que se refiere al esclarecimiento de la natura- los que se han producido recientemente en el ámbito
leza humana. intelectual. Ese grado de apasionamiento y de viru-
Pocas personas dudan de la importancia de la teo- lencia se da por descontado en los enfrentamientos
ría de la evolución. Su desarrollo es, al menos, uno entre evolucionistas y creacionistas' pero las disputas
de los logros paradigmáticos de la ciencia occidental. internas de la biología, en las que famosas figuras pú-
Podemos estudiar la teoría de la evolución como un blicas tales como E. O. Wilson, Steven Pinker o Richard
ejemplo de la manera en que se puede acceder a una Dawkins se han alineado contra biólogos como Ri-
profunda interpretación de nuestro mundo. Pero, por chard Lewontin, Steven Rose y Stephen Jay Gould,
cierto, este conocimiento no es tan sólo interesante no han sido menos vitriólicas. Este volumen ofrece un
como ejemplo de conocimiento, sino que además ha examen de esos debates y da una opinión acerca de
afectado profundamente la comprensión que tenemos cuál es la posición que resulta más creíble.
de nosotros mismos y del lugar que ocupamos dentro
del universo. Aunque algunos consideran que la teo-
ría de la evolución es algo semejante a un relato nove-
.].4 TL LIGADO DE DARWIN ]NTRODUT(ION I 15

CREENCIA Y ESCEPTICISMO no tanto a causa de sus descubrimientos sino más bien


debido a los métodos cautos, provisorios y hasta escép-
Ha habido tensión entre la evolución y la biología desde ticos empleados por los mejores científicos. Un ejem-
que el obispo Samuel Wilberforce -según una anéc- ¡rlo extremo de esta actitud fue la del hombre que tal
dota famosa, pero posiblemente apócrifa- le preguntó vezhaya sido el más famoso filósofo de la ciencia, sir
al gran defensor de Darwin, T. H. Huxle¡ si alegaba Karl Popper. Popper no pensaba que ninguna afir-
descender del mono por la línea materna o por la rnación científica debía ser necesariamente conside-
paterna de su familia. Hoy los fundamentalistas cris- rada verdadera. Lo que admiraba era la tendencia de
tianos todavía consiguen quedar en una posición ridí- los científicos a refutar las hipótesis. Sin duda, Popper
cula cuando intentan eliminar la enseñanza de la teo- exageraba la importancia de esta tendencia, elevando
ría de la evolución de los programas escolares. por cl proceso de refutación hasta convertirlo en la base
supuesto, casi todos los cristianos son más inteligen- cle toda metodología genuinamente científica, pero no
tes, y suelen reiterar cadavez más su convicción de que hay duda de que la actitud que expresa su tesis resulta
no existen grandes dificultades para reconciliar las adrnirable.
ideas evolutivas con la fe cristiana. Esa opinión ha sido Yo, por mi parte, sostengo que a veces la ciencia
defendida por prominentes biólogos y filósofos. En lo puede acumular suficientes evidencias para respaldar
personal, no coincido en absoluto con esa concilia- sus afirmaciones, haciendo imposible cualquier refu-
ción. Situándome en la poco familiar compañía de tación, y creo que ciertas tesis evolutivas generales
Richard Dawkins, el más prominente científico con- han alcanzado ese nivel de credibilidad. (En deter-
temporáneo ateo, y de los cristianos fundamentalis- minado momento, Popper alegó que la evolución era
tas, creo que se trata de concepciones enfrentadas, y infalsificable, y que por lo tanto no se trataba de una
que las personas de creencias religiosas acendradas teoría científica genuina, aunque más tarde se retractó
sienten un temor bien fundamentado ante la acepta- de su argumentación.) La idea crucial en este caso es
ción generalizada deI pensamiento evolutivo. Ia de evidencia. Otratradición filosófica a la que sus-
El escepticismo siempre ha sido una de las mayo- cribo la del empirismo, el compromiso de consi-
es
res contribuciones intelectuales de la filosofía. Muchos derar que el conocimiento se basa, en última instan-
filósofos han profesado admiración por la ciencia, cia, sobre las evidencias de la experiencia. La idea
16 I II IEGADO DI DARWIN
TNTRoDU(ilól,l | 17

básica de que cualquier límite de nuestro escepticismo, rcsultan absolutamente equivocados. Esas ideas están
cualquier proposición acerca de nuestro mundo que rrctualmente muy en boga, talvez de manera más
estemos autorizados a creer' debe basarse en eviden- notoria en el trabajo de los así llamados psicólogos
cias, me parece absolutamente correcta. Y, tal como cvolutivos.
argumento en detalle en el capítulo 4, este principio En el capítulo 5 considero la relación de los huma-

descarta cualquier teología bien fundamentada' Para nos con el resto del reino animal. Gran parte del pen-

expresarlo simplemente, tenemos evidencias que res- s¡miento religioso trata de erigir una barrera infran-
paldan la teoría de la evolución, pero no hay ninguna ,¡ueable entre los humanos y los demás animales:
evidencia que respalde la creencia en una deidad' Ésta, nosotros, pero no ellos, tenemos alma. En el otro
('xtremo, los psicólogos evolutivos suelen repetir que
supongo, es una buena razón para que nos importe
la evolución. r)osotros somos tan sólo una especie animal como
cualquier otra, y explotan esta afirmación para defen-
rfer diferentes tesis acerca de la naturaleza humana.
Así, por ejemplo, el argumento de que las mujeres tien-

re EvorucróN Y LA NATURALEZA HUMANA tlcn naturalmente a buscar hombres de sustanciales


rccursos puede presentarse junto con una exposición
Mi escepticismo con respecto a las afirmaciones reli- lrcerca del alcaudón gris. Los pájaros machos de esa
giosas no se basa en un compromiso dogmático con cspecie acumulan distintos alimentos y toda clase de

las afirmaciones de la ciencia. Por el contrario -y tal chucherías en el nido (plumas, trozos de tela) para
vez precisamente en este punto el enfoque de un filó- irtraer a las hembras codiciosas. Por medio de este
sofo suele diferenciarse del enfoque con el que un ejemplo se insinúa que los hombres dispuestos a pro-
biólogo aborda este tema-, adopto también una acti- ¡rorcionar una linda casa en los suburbios, con bellos
tud escéptica ante muchas afirmaciones supuesta- cortinados y una alacena bien provista serán más atrac-
mente científicas. En particular' considero que todos tivos para la hembra humana. O, en un ejemplo más
los intentos de considerar la evolución como la clave siniestro, la descripción de patos acechantes ocultos
de todas las mitologías' y como el camino hacia la tlctrás de los arbustos, que se revelan de un salto para
profunda comprensión de la nattraleza humana, .rsaltar sexualmente a Ias patas que pasan sirve como
I6 I IL tT6ADO DI DARWIN
tN-R0DUit|0¡1 1g

evidencia de que también los hombres pueden tener


.ucle ser oscurecida por gran parte de la teorización
una disposición natural a la violación.
, volutiva más popular. Nuestras palabras, de hecho,
En este punto me descubro, inesperadamente, más
I'rrcclen ser nuestra mejor alternativa de inmortalidad.
cerca del Iado de los ángeles. Aunque no creo en abso-
lrl capítulo 6 se ocupa directamente de la psicolo-
luto en el alma inmortal, las inferencias trasladadas
¡iirr cvolutiva. En general, los psicólogos evolutivos con-
analógicamente de la conducta animal a la conducta ,,itleran que sus principales oponentes son los cientí-
humana me resultan sospechosas. En general, es cierto
licos sociales, que suelen atenerse a algo llamado
que esos paralelismos suelen ser poco más que orna-
Standard Social Science Model (Modelo Estándar de
mentales. El hecho de que un rasgo se desarrolle en
l.r Ciencia Social), o sssM, según el cual la mente hu-
una especie tan sólo demuestra que puede desarro-
nrilna es un producto de la cultura que no está en abso-
llarse, y el hecho de que algunas otras especies carez-
Iuto determinado por ninguna clase de biología
can de ese rasgo demuestra que puede no desarrollarse.
Irurnana. Thl como lo expresa Steven Pinker en un libro
Los detalles de la conducta de especies no relaciona-
lcciente, creen que la mente humana es "una pizarra
das entre sí son, por lo tanto, de escasa relevancia
.'n blanco". En oposición a ese enfoque, los psicólo-
cuando se trata de entender una especie en particular,
gos evolutivos alegan que la naturaleza humana es
como ocurre en el caso de la nuestra.
rnucho menos variable de lo que habitualmente se
Pero también es importante que no seamos injus-
supone, y que en realidad está constituida por un gran
tos con aquello que nuestra propia especie tiene de
núrmero de módulos mentales, estructurados por selec-
extraordinario. Nuestra común carencia de almas generar una conducta evo-
ción natural y destinados a
inmortales no nos impide ser muy diferentes -y en
Iutivamente óptima como respuesta a las claves ofre-
aspectos relevantes- de otras criaturas con las que coe-
cidas por el entorno. Se trata de un esquema que parece
xistimos. Nuestras culturas son órdenes de una mag-
coincidir profundamente con eI Zeitgeist contempo-
nitud más compleja que cualquier sistema social no
r¿ineo. Pero en mi opinión es también profundamente
humano que conozcamos, y no hay duda de que la
crroneo.
clave de la posibilidad de esas culturas es la inigualada
Es notoriamente peligroso suponer que la com-
complejidad de los lenguajes humanos. Esta afirma-
prensión de cómo se produjo algo es la manera correcta
ción no es en absoluto original, pero con frecuencia
tle entender qué es lo que hace y cómo funciona. Sería
20 I IL LI6ADO DI DARWIN tNTRoDU(t|0N | 2r

erróneo inferir del hecho de que George W. Bush des- t,r, la historia que sentó los elementos fundamenta-
ciende de poderosos políticos que se trata de una per- l, s rfe la naturalezahumana, es la totalidad de la curva
sona bien equipada para ser un político, y sería igual- ,lcl tiempo evolutivo. Argumentan que algo de natu-
mente erróneo inferir del hecho de que Bush pasó gran r.rleza histórica tan efímera como la preferencia por la
parte de su vida en la industria petrolera que sus polí- ,lt'rnocracia es un dato demasiado superficial para que
ticas han tendido a favorecer los intereses de la indus-
'c lo considere parte de la naturaleza humana. Mi pro-
tria del petróleo. Es necesario investigar ambas afir- ¡'irr opinión es que la historia más reciente es, en gene-
maciones por sus propios méritos. Ambas pueden rrrl, mucho más relevante. Sin duda, gran parte de la
insinuar la existencia de procesos causales que podrían tvolución del cerebro se produjo mucho antes de que
haber conducido a las características sugeridas, pero eristieran seres que pudieran considerarse humanos,
hace falta mucho más para establecer que esas caÍac- v c¡ue sin esta evolución la mente humana tal vez no
terísticas existen y son concretas. No pretendemos lrubiera existido. Pero para entender la mente humana,
negar que la historia tiene importancia. Como todos o la naturaleza humana, debemos estudiar las mane-
sabemos, los que son ignorantes de la historia están las, mucho más particulares, en las que las culturas
condenados a repetirla. Pero la historia no sólo nos ¡rarticulares se han desarrollado y han evolucionado
proporciona un conocimiento de la naturaleza humana ir"rnto con la gente que vive en ellas.
sino que también es, en parte, un determinante de la Vinculando esta última afirmación con la exposi-
naturaleza humana. Por ejemplo, se ha vuelto cadavez ción anterio r acerca de la evolución y la teología, pro-
más común pensar que la exigencia de modalidades 1)ongo que dos escalas temporales extremas engloban
de gobierno democráticas es una expresión funda- las partes de la historia verdaderamente importantes
mental de la naturaleza humana. Pero si lo es, lo es tan ¡rara nosotros. Una de ellas es la de los períodos muy
sólo porque se convirtió en eso a través de una larga largos. Fue enormemente importante descubrir, en
historia de luchas y disputas. primer término, que había existido un lapso muy
Lo que quiero decir fundamentalmente con esto extenso, y no los pocos miles de años establecidos
es que, dado que la historia importa, debemos pre- por los antiguos exégetas bíblicos. Es aun más impor-
guntarnos cuál parte de ella es la que importa. Los psi- tante el hecho de que ahora tengamos un cuadro gene-
cólogos evolutivos alegan que la historia que impor- ral de la clase de cosas que existieron y que no exis-
22 I EL TEGADO DI DARWIN
TNTRoDU(cióN | 2l

tieron durante esos eones de los que no éramos cons- lraya sido la historia evolutiva de las diferencias racia-

cientes. Pero, por último, es igualmente importante lcs, y sin duda puede resultar más útil y menos dañoso
apreciar la variedad de clases de conducta humana que lcnerla en cuenta al tratar el tema de la raza. El sexo
('s un tema absolutamente distinto, y por cierto ha sido
se desarrollaron en los últimos miles de años.
Sin duda es de gran interés tratar de entender cómo cl objeto de investigación más importante de los psi-
eran las criaturas que evolucionaron hasta convertirse t tilogos evolutivos. Ya he mencionado el supuesto enfo-

en los humanos modernos. Ese proyecto ha condu- t¡tre económico de las mujeres respecto de la elección

cido a la psicología evolutiva a poner su énfasis en la tlc pareja sexual y la supuesta tendencia masculina a
Edad de Piedra, es decir más o menos el último millón lrr violación. En esta área no hay límite discernible para

de años de evolución. Sin duda, se trata de una parte l:rs extravagantes afirmaciones que se hacen a veces

importante de la historia prehumana, pero en el estu- basadas en fundamentos evolutivos. Ben Greenstein,

dio de este período hay bastante menos para aprender rrn biólogo dedicado al estudio de las hormonas,
acerca de los humanos modernos de lo que suponen cscribe en la solapa de su libro, The fragile male: "Pri-
los psicólogos evolutivos. Resulta que una parte esen- rrrero y primordialmente, el hombre es un fertilizador

cial de la raz6n por la cual debemos ocuparnos de la tlc mujeres. Su necesidad de inyectar sus genes en una
evolución es decidir cuáles son los aspectos de la evo- rnujer es tan fuerte que domina su vida desde la puber-
lución que revisten para nosotros mayor importancia. tacl hasta la muerte. Esta necesidad es incluso más
El tema final que abordo es el de la relevancia de la intensa que la necesidad de matar".
evolución en las clasificaciones contemporáneas de Setrata de un ejemplo extremo, pero sirve como
los humanos, y en particular las clasificaciones de los representación dramática del problema. Se abusa en
humanos que han causado las mayores controversias cste caso del pensamiento evolutivo, empleándolo para

y los más grandes sufrimientos :la razay el sexo. Aparte pintar un cuadro crudo y a veces hasta repugnante
de los inquietantes balbuceos sobre las ventajas evo- de la naturaleza humana, y es una imagen que ha reci-

lutivas de la xenofobia, la psicología evolutiva no ha bido una amplia difusión. De los hechos de la evolu-
tenido demasiado que decir acerca de la raza. Y es ción no se desprende ninguna visión de la naturaleza
mejor que las cosas sigan así. No obstante, tenemos humana que se asemeje a ésa. Más adelante, expli-
una idea bastante precisa de lo que probablemente caré en este volumen exactamente los puntos erróneos
24 Er tEGAD0 Dt DARWTN
tNtR0DU(t|0N 2\

de las argumentaciones que supuestamente han con- ( sccpticismo, no me refiero a que reflexionaré a la
ducido a la construcción de esa visión. nriurera en que se les exige hacerlo a los estudiantes de
El último tema me lleva de regreso a los primeros lilosofía de primer año acerca de si no seremos todos
capítulos del libro, de los que aún no he dicho nada. ( ('rcbros suspendidos en fluidos nutrientes, en cuyas
En los capítulos z y 3 trato de explicar lo que es la ( ()rtezas cerebrales unos alienígenas extremadamente
teoría de la evolución y para qué sirve o, más especí- urtcligentes introducen datos y experiencias. Más bien,
ficamente, qué clases de cosas puede explicar. Ésta es ,'stc libro se dedicará a preguntar si disponemos de
la parte del libro que seguramente causará mayor irri- fundamentos para creer todas esas cosas que
'tiliclos
tación a mis colegas profesionales, ya que expresa algu- lrr ciencia, la autoridad, la tradición y demás nos alien-
nas opiniones polémicas acerca de la interpretación l.ur a creer. El empirismo proporciona el estándar al
de la teoría científica, y que probablemente resultará (lue las creencias deberían adecuarse. Si somos capa-
más pesada para el lector general, ya que el tema está t cs de descubrir en qué clase de mundo vivimos, sin
bastante distanciado de las implicaciones directas del rltrcla la mejor manera de hacerlo es por medio de nues-
pensamiento evolutivo, que constituye el tópico prin- tra experiencia de ese mundo. La ciencia siempre ha
cipal de este volumen. En este punto le pido pacien- rrs¡rirado al empirismo, pero no siempre ha estado a la
cia al lector. Obviamente, no podemos decidir qué .rltura de esa aspiración.
implica la evolución si no tenemos una concepción Es ésta una concepción austera de la manera en que
bastante precisa de lo que es. Resulta que, también en tlcberíamos decidir qué creer, y tal vez no resulte agra-
este caso, algunas ideas bastante simplistas han cobrado tlable para muchas personas. Pero la fascinante lec-
gran difusión popular. Sin embargo, nuestra idea de ción de la ciencia es que es posible aprender sobre
la evolución continúa desarrollándose, y en direccio- nuestro mundo, y hacerlo a un nivel increíblemente
nes que nos permiten ver con toda claridad las difi- profundo. Es vital que esa posibilidad no nos tiente a
cultades con las que se topan las especulaciones que tomar atajos en la investigación que podrían llevar-
serán tema de los últimos capítulos. nos de regreso al dogmatismo de las visiones del
Ésta, entonces, es la visión que un filósofo tiene de nrundo precientíficas. Con la esperanza de contri-
la evolución. Se trata de un enfoque filosófico basado buir a evitar ese peligro, defiendo este enfoque escép-
en el escepticismo y en el empirismo. Al hablar de tico de uno de nuestros mayores logros científicos.
2
¿Qué es Ia teoría
de la evolución?

I'ERSPECTIVA GENERAL

La "teoría" de la evolución no suele usarse con mayor


liecuencia para referirse a una teoría científica, sino
para aludir a un conjunto de proposiciones muy gene-
rales. El postulado central del pensamiento evolutivo
es el simple hecho de que la vida evolucionó sobre la
thz de la tierra. De las formas más simples derivaron
las formas complejas ytodas, o al menos la gran mayo-
ría de las formas de vida, comparten antecesores comu-
nes. La idea fundamental que sostiene esta argumen-
tación es la de descendencia con modificación. Estas
afirmaciones están más allá de cualquier cuestiona-
miento serio. También se conocen más allá de cual-
quier duda ciertos esquemas generales de las relacio-
nes más específicas que existen entre organismos, por
ejemplo, que todos los mamíferos comparten una espe-
cie ancestral común, aunque talvez estos esquemas
sean demasiado locales para considerarlos parte de los
28 ] IL IIGADO DI DARWIN ¿OUÉ E5 LA fIORiA Dt IA EVOLU(ION? I 29

postulados esenciales. Algunos estudiosos tienden a .'itin, pero hay otros elementos, en particular sus pro-
incluir dentro de los postulados esenciales la afirma- ¡rosiciones esenciales y algunos hechos más periferi-
ción que sostiene que las primeras formas de vida evo- (os respecto de las relaciones entre clases particula-
lucionaron a partir de materiales no vivos. Sin rcs de organismos, que son tan incuestionablemente
embargo, siguiendo a Darwin, no considero que tales cicrtos como cualquier otra cosa que la ciencia haya
afirmaciones necesariamente formen parte de la teo- cstablecido. Uno de los propósitos principales de este
ría de la evolución. Si, tal como han argumentado algu- (¡pítulo será el de diferenciar esas partes de la teoría
nos científicos respetados, las primitivas formas de sobre las que ya no pueden subsistir cuestionamien-
vida llegaron del espacio exterior, ese hecho no alte- tos serios de aquellas otras partes que aún dan lugar
raría demasiado lo que creemos acerca de la evolución ¡ un acalorado debate científico.
que se produjo ulteriormente. Volveré sobre este tema Un segundo problema, más grave, que suscita la
una vez más al final de este libro. cxpresión "la teoría de la evolución" es el planteado
Huelga decir que nuestro objeto de análisis no se por el artículo definido. La evolución engloba un com-
agota con este simple conjunto de proposiciones, y que ¡rlejo conjunto de creencias con diferentes grados de
las cosas muy pronto se tornan bastante más proble- (crteza. Decir "la" teoría de la evolución sugiere la exis-
máticas. Muchos de los problemas podrían evitarse tcncia de un todo unificado, y tal vez incluso de un
si pudiéramos proscribir la expresión "la teoría de la todo que debe ser aceptado o rechazado íntegramente.
evolución". Una razón relativamente trivial para Y en áreas más técnicas de la filosofía de la ciencia, el
hacerlo es que la palabra "teoría" se emplea con fre- hccho de referirse a la evolución como a una teoría
cuencia en el habla popular para expresar un alto grado ha sugerido un paralelo con elementos tales como la
de conjetura y especulación, como en el caso de "es teoría de la relatividad, o la teoría cuántica. Estas teo-
pura teoría". Esta connotación suele ser explotada por rías del ámbito de la física han sido objetos más tra-
los fundamentalistas cristianos, quienes argumentan clicionales de la investigación filosófica, y ha insumido
que su teoría (el creacionismo bíblico) tiene tanto dere- tlécadas de trabajo advertir que la articulación de una
cho como la nuestra (la evolución) a concitar nues- descripción de la evolución era una empresa intelec-
tra atención y la atención de nuestros hijos. Sin dudas, tual de características muy distintas. Aún se debate si
existen elementos especulativos referidos a la evolu- es útil considerar esas teorías como sistemas axiomá-
3O Er LE6AD0 Dr DARWTN
¿OUÉ E5 IA TIORiA DI LA EVOIUTION? I 3T

ticos, tal como argumentó una generación anterior de nivel microscópico, todos los organismos comparten
filósofos de la ciencia, pero resulta claro que no es l,rs r.nismas relaciones entre la secuencia de aoN y la
útil pensar en la evolución en esos términos. lsI ructura de los aminoácidos, cuyo conjunto y pro-
¡'orción están condicionados por el ADN. La misma
(structura ósea de los mamíferos ha divergido para
st'rvir y adecuarse a las diferentes formas de vida de
EVIDENCIAS DE LA EVOLUCION ,'rgirnismos diferentes.
tln segundo luga¡ existe la evidencia de los fósiles.
Ya he dicho que la descendencia con modificaciones Los estratos rocosos, que pueden fecharse mediante
y la relación entre diferentes clases biológicas son rrna variedad de técnicas físicas, revelan secuencias
hechos. Por cierto, no pretendo afirmar dogmática- tlc organismos que cambian desde formas hoy des-
mente que estos hechos no podrían eventualmente ( onocidas de las rocas antiguas hacia formas, en las
resultar falsos. Talvez, como ya he mencionado en la rrrcas más recientes, que son cadavez más semejan-
Introducción, no somos más que cerebros que flo- tcs a criaturas que están vivas en la actualidad. El
tan en tanques de fluidos nutricios, meros juguetes de ('s(luema de descendencia revelado por los fósiles es
alienígenas perversos. Pero dejando de lado esa clase rrbsolutamente coherente con el esquema de relación
de hipótesis escépticas que amenazan todas nuestras ,¡ue indica la comparación fisiológica.
aspiraciones al conocimiento, estos hechos están tan Y en tercer lugar, existe la evidencia que propor-
claramente demostrados como cualquier otro. Se fun- ,.iona la biogeografía, las relaciones geográficas que
dan en la abrumadora convergencia de evidencias. En cxisten entre organismos de diferentes clases. El ejem-
primer lugar, hay evidencias fisiológicas que confir-
l,kr clásico en este punto es el de los pinzones de Dar-
man la relación existente entre estructuras. Un ejem- ivin. Estos pequeños pájaros han sido ocasionalmente
plo clásico es el de la estructura de los miembros supe- ..lcsviados por el viento desde la tierra firme del con-
riores de los mamíferos. EI ala del murciélago,la aleta tinente sudamericano hacia las islas Galápagos, y desde
de la ballena y elbrazo humano comparten exacta- rrllí a otras islas. En ausencia de competidores autóc-
mente la misma disposición de huesos, pero organi- t()nos, estos pájaros han evolucionado rápidamente
zados para cumplir con funciones muy diferentes. A conformando una extraordinaria variedad de estilos
1., I l| lt(,400 uL DARWTN ¿0uE ts LA Tr0RiA Dr LA EV0rlJ(lóN? | 33

de vida, situación que suele darse habitualmente en es una exageración importante, no resulta difícil adver-
el caso de los grupos especializados dentro de entor- tir su fundamento. Thntas cosas cobran sentido cuando
nos continentales mucho más competitivos. De este se las ve alaluz de la evolución que resulta inconce-
modo, existen especies estrechamente emparentadas bible que, en un sentido amplio, la evolución no sea
de pinzones-pájaros carpinteros, pinzones insectívo- reconocida como un hecho.
ros, pinzones cascanueces y así por el estilo. Sin duda, El tema central de este libro es que, aunque este
sería un misterio tratar de entender por qué Dios no hecho general es de enorme importancia para nues-
le dio a esas islas pájaros carpinteros como la gente, tra comprensión del lugar que ocupamos en el mundo,
pero el pensamiento"evolutivo tiene preparada una suele exagerarse el grado de conocimiento detallado
explicación que justifica el descuido divino. de la biología que el mismo nos proporciona. A riesgo
Estas diferentes clases de evidencias convergen, no de resultar pedante, quiero decir que la mayor impor-
sólo en el hecho de la evolución, sino también en las tancia de la teoría de la evolución se encuentra en el
pautas más o menos detalladas de esa evolución. Siem- campo metafísico: nos dice algo muy general sobre
pre es posible hallar explicaciones alternativas de cual- cómo es nuestro universo y sobre las clases de cosas
quier cosa. En el siglo xrx, el naturalista Philip Gosse, que hay en é1. Esta importancia depende tan sólo de
por ejemplo, hizo la famosa sugerencia de que Dios las proposiciones generales que acabamos de esbo-
había creado la tierra completa, con capas de fósiles zar. Ahora, no obstante, me dedicaré a las áreas más
cuidadosamente dispuestos, tal vez para poner a interesantes de la teoría evolutiva, en las que la con-
'i
prueba nuestra fe. Pero es claro que su argumentación .l
troversia aún no se ha apaciguado.
i
es tan sólo un ingenioso intento de reconciliar estos
fenómenos con creencias anteriores,y para nada se
trata de una explicación conectada de manera con-
vincente con la realidad empírica. El distinguido evo- I,A SELECCIÓN NATURAL
lucionista Theodosius Dobzhansky hizo el comenta-
rio, muy difundido, de que en la biología nada tiene Para los biólogos es común no referirse tan sólo a la
sentido salvo la teoría de la evolución. Aunque más teoría de la evolución, sino a la teoría de la evolución
tarde señalaré que en ciertos aspectos su comentario
¡ror selección natural. La importancia de la selección
¿olJE rs LA TroRtA Dt LA EVoLUt|0N? 35
-14 I tt tt6AD0 Dt DARWTN

natural en el proceso de la evolución fue la gran con- lll punto más importante es que, af avanzar del mero

tribución que Darwin aportó a la ciencia.Ahora existe lrccho de la evolución hacia la evolución por selección

amplio acuerdo en que la selección natural es, con rrirtural, pasamos del hecho a la verdadera teoría. Esto
rro implica, sin embargo, que no existe el hecho de la
mucho, el factor más importante para entender cómo
se tornan posibles las modificaciones que ocurren en
sclccción natural. Sí que existe. No se pone en duda
el transcurso de la evolución.La teoría se entiende de
scriamente que la selección natural ocurre, y se pone
la mejor manera por medio de la idea de las variacio- t'¡l duda con poca seriedad que esa selección natural
nes en las aptitudes heredables. La aptitud es, por rcviste gran importancia para los procesos de la evo-

decirlo de manera llana, la disposición a producir prole lLrción. Pero entramos al reino de la teoría porque la

que pueda sobrevivir. Si los organismos difieren en sclección natural es el objeto de una enorme canti-
aspectos que dan origen a esta disposición -es decir, ilad de controversias científicas. En particular, se plan-
tca la polémica con respecto al grado de importancia
difieren en aptitud-, algunos dejarán más descenden-
cia que otros. Si la aptitud es heredable, y los rasgos rle la selección natural dentro del proceso evolutivo,
que determinan la diferencia de aptitud son trans- y también existe controversia sobre cómo deberíamos

mitidos de padres a vástagos, los rasgos que revelan cntender ese mismo proceso. Deseo tratar ambos pun-

aptitud se tornarán más comunes. Por lo tanto, la tos por turno.


evolución por selección natural producirá clases par- Darwin hizo más que nadie por establecer el hecho
ticulares de cambios en las poblaciones de organis- de la evolución porque, por medio de su énfasis sobre

mos, cambios que tienden a un mayor predominio la selección natural, demostró que la evolución era

de los rasgos de mayor aptitud. Para explicarlo por posible. Muchos de los acontecimientos que convier-

medio de un ejemplo infantil, si las jirafas son más ten a la evolución en una irresistible explicación de la
aptas con pescuezos largos, que les permiten alcan- naturaleza de la diversidad biológica ya eran bien cono-

zar las hojas más altas y sobrevivir a períodos de esca- cidos antes de Darwin, y varios pensadores habían
sez de alimentos, y si las jirafas de pescuezos largos defentido una versión de la teoría evolutiva. La gran
tienen bebés jirafas de pescuezos más largos, enton- dificultad planteada era que ninguno de ellos había
ces una población de jirafas evolucionará hasta tener
logrado exponer, de modo convincente, una descrip-
pescuezos más largos. ción de la manera en que podían producirse los cam-
36 | El- tEGADo DE DARWIN ¿0tJE ts LA Tt0RiA Dr LA i\/0tlJilóil? | 3Z

bios fisiológicos que la evolución implicaba. Y, más nrcra vez en t865 pero ignorado hasta que fue reto-
importante aún, no quedaba claro cómo era que las rrr:lclo, de manera simultánea pero independiente-

formas vivas habían llegado a un grado tan exquisito rrrcnte, por tres biólogos en 19oo, demostraba que ese

de adaptación a sus formas de vida. Las aletas de Ia , lilque de la herencia era erróneo. La herencia de ras-
rr

ballena y las alas de los pájaros parecen maravillosa- ri( )s (lue Mendel investigó en los guisantes era una cues-

mente adaptadas para nadar y para volar. Si deseamos tirin de todo o nada. Los factores responsables de la
argumentar que ambos evolucionaron a partir de algún lrt'rcncia de esos rasgos no eran, por lo tanto, obnu-
antepasado común que tal vez no nadaba ni volaba, l,il¡dos por la mezcla con otros factores, sino que
necesitamos una buena historia para dar cuenta de I'odían establecerse en toda una población. Las inves-
cómo se produjo esa adaptación, y eso es exactamente tit¡ciones subsiguientes han desarrollado un cono-
lo que proporcionó la selección natural. La constante , irniento más profundo de la nattralezay el origen de

variación producida entre los antepasados de los pája- l,r variación genética y también del proceso de selec-

ros, y la selección de aquellos que, tal vez, tenían menos , irin. El resultado, en nuestros días, es una teoría cau-
,,,r1 plenamente articulada. Y, más aun, la selección
probabilidades de hacerse daño al caer de los árbo-
les, podía conducir, después de millones de genera- nirtural sigue siendo la teoría más poderosa -¡ según
ciones, a la existencia de criaturas con alas perfectas. rrrtrchos, la única- que ofrece una explicación de la
La brillante elaboración de Darwin ha sido muy per- .r,lrrptación de los organismos a su entorno.
feccionada ulteriormente. La contribución más impor-
tante fue integrar la exposición de Darwin con el des-
cubrimiento de Gregor Mendel de la herencia
( ()NTROVERSIAS
particular. Darwin había supuesto que la herencia invo-
lucraba una fusión equitativa de las características de
ambos organismos progenitores. Sus críticos señala- llasta donde sé, ningún biólogo serio duda de la
ron que esta idea conduciría rápidamente a la homo- ('normt importancia que reviste la selección natural
geneidad de una población, agotando de ese modo la rlcntro del proceso evolutivo. No obstante, existen
variación sobre cuya base se suponía que actuaba la rilandes desacuerdos con respecto al grado en que la
selección. EI trabajo de Mendel, publicado por pri- sclccción natural puede explicar completa y autóno-
38 I EI LiGADO DE DARWIN
¿0ljÉ ts LA TE0RÍA Dr rA t\/0LU(|0N? | j9
mamente el proceso evolutivo. El debate más acalo-
(uenéticas, del desarrollo, fisiológicas, y así sucesiva-
rado se centra en el poder de Ia selección natural para
nrente), las más importantes son las históricas, una
producir resultados de adaptación óptima, ya que ese
r onsecuencia del hecho absolutamente fundamental
poder no es ilimitado. Podría ser mejor que los cara-
tlc que la evolución es un proceso histórico: el lugar
coles atravesaran el terreno siguiendo las huellas de
:rl que uno puede ir depende más que nada del lugar
Ias orugas, ahorrándose así el esfuerzo de dejar una
cn el que uno está, y de cómo llegó hasta allí.
senda de baba detrás de ellos cadavez que se despla-
Las dudas existentes respecto del poder que tiene
zan.Pero es absolutamente improbable que exista un
l¡ selección natural para superar esas limitaciones han
camino evolutivo accesible desde el lugar que ocu-
rnducido a algunos a buscar otros procesos, cuya im-
pan actualmente los caracoles hasta el nuevo escena-
portancia incluso pueda llegar a compararse con la de
rio imaginado. Es posible pensar este problema por
lir selección natural, y que habría que tener en cuenta
medio de la metáfora de un paisaje adaptable. Pense-
y reconocer para elaborar una exposición completa de
mos en una clase particular de organismo que habita
la historia evolutiva. Un candidato interesante, pro-
en la cumbre de una montaña, simbolizando una posi-
l)Llesto por Stuart Kauffman, es la tendencia a auto-
ción mejor adaptada que cualquier otra cercana. Aun-
organizarse que manifiestan algunos sistemas com-
que es posible que existan cumbres más altas, para
plejos. Kauffman ha empleado métodos que incluyen
alcanzarlas la evolución tendría que llevar a la pobla-
claboradas simulaciones computadas para sugerir que
ción de estos organismos a través de los valles inter-
sistemas tales como los de las complejas sopas de sus-
medios, algo que requeriría un desplazamiento a tra-
tancias químicas orgánicas tienden a producir espon-
vés de posiciones a las que los organismos están menos
t¡ineamente estados estables que se asemejan, de
adaptadas. Como la selección natural sólo puede tras-
manera notable, a la química de las células vivas. El
ladar la población hacia arriba, hacia posiciones de
irutor no insinúa que ésta sea una alternativa a la selec-
mayor aptitud, el recorrido a través del valle, que reque-
ción natural, ya que los sistemas que podrían surgir
riría menor aptitud, resulta inviable. Estas restriccio-
cle esos procesos sin duda serían filtrados por la selec-
nes son ejemplos de temas más amplios, a los que se
ción natural, que dejaría en pie sólo a los más esta-
considera limitaciones de la evolución. Aunque esas
bles y capaces de reproducirse. Pero el planteo abre la
limitaciones suelen clasificarse baio diferentes rótulos
posibilidad de que el orden biológico pueda explicarse,
¿1O I TL LIGADO DE DARWIN
I ¿0lJÉ rs rA Tr0RÍA Dt tA i\/0r|JflóN? I 4t

en parte, por medio de procesos muy diferentes de los giclo por medio de la selección entre grupos de orga-
de la selección natural. Otros biólogos, más optimis- nisrnos. En otras palabras, los grupos en los que los
tas respecto del poder de que dispone la selección na- organismos se proporcionaban mutuos beneficios
tural para superar las limitaciones, afirman que la selec- l,odrían haber sobrevivido mejor que los grupos com-
ción natural por sí sola está perfectamente capacitada l)uestos solamente por individuos egoístas. Dawkins
parala tarea de explicar la historia evolutiva. irlegó que ese proceso jamás podría llegar a funcio-
También proliferan importantes debates que se de- nilr, ya que los grupos de individuos desinteresados y
"altruistas" serían inevitablemente subvertidos por
sarrollan íntegramente dentro del ámbito de la teoría
de la selección natural. Tál vez el más intenso y dura- nrr.tantes egoístas que aprovecharían los beneficios del
dero de esos debates sea el que se refiere a qué es exac- irltruismo de los otros sin pagar el precio de ser altruis-
tamente aquello que selecciona la selección natural. tas ellos mismos. Es curioso, sin embargo, que este ata-
(ple -sean cuales fueren sus méritos- no aclare en abso-
Este punto alcanzó gran prominencia con el impor-
tantísimo y muy difundido libro de Richard Dawkins, Irrto si el funcionamiento de la selección natural se

El gen egoísta. En esa obra Dawkins, basándose en el ,lcsarrolla con mayor precisión al actuar sobre los genes
fundamental trabajo anterior de G. C. Williams, argu- o sobre los organismos en su totalidad. Las conse-
mentó que el objetivo de la selección no era el orga- cuencias negativas del enfoque de la evolución exclu-
nismo sino el gen. La selección natural apuntaba a sivamente centrado en los genes será un tema impor-
(ante de este libro.
Iograr el predominio de los genes más eficientes para
reproducirse. El organismo, según este enfoque, sólo La teoría de Dawkins ha ejercido una enorme in-
debía considerarse un vehículo construido por los f luencia, particularmente sobre los biosociólogos y
genes con el objeto de proyectarse de manera más Ios psicólogos evolutivos, cuyo trabajo será el tema

eficaz en la generación siguiente. En su mayor parte, tlel próximo capítulo. Aunque la selección de grupo
se convirtió en un concepto pasado de moda durante
la teoría era presentada como un ataque contra la
alguna vez popular idea de selección grupal, es decir rrn tiempo, la teoría de Dawkins no clausuró en abso-

la idea de que ciertos rasgos de los organismos, parti- Iuto el debate. Un número importante de biólogos y
cularmente aquellos que parecían beneficiar a la misma fllósofos han argumentado que la selección de genes
especie más que a los individuos, podrían haber sur- no basta para representar plenamente la complejidad
42 I EL tI6ADO DE DARWIN
¿0lJI ES LA rr0RiA Dr rA tv0LU|óN? ] 43

del proceso evolutivo. El argumento que proponen


ncs eran frecuentemente enunciadas por los defen-
es que la selección se produce de manera simultánea
del proyecto del genoma humano. Pero esa clase
a muchos niveles, incluyendo al menos el gen y el indi- 'ores
,lc cliscurso induce al error. Tal como lo explicita la
viduo, y muy posiblemente también el grupo y hasta
rrrctáfora del mapa o plano, la información casi siem-
la especie.
Irrc conlleva connotaciones semánticas. Y, por su-
La selección a muchos niveles constituye tal vez Ia
Ir¡esto, el epu no tiene nada de semántico.
visión ortodoxa actual de los filósofos de la biología.
llxiste un significado técnico del término "infor-
Sin embargo, existe un movimiento más radical que
rnación" que expresa solamente que el estado de una
está ganando adherentes con gran rapidez. Este movi-
, osa (el portador de información) proporciona pre-
miento considera que la evolución es un proceso con-
.licciones más o menos confiables acercadel estado de
tinuo y no cree que sea posible analizarlo exitosamente ()tr¿r cosa (ésa acerca de la cual la primera da infor-
si se aísla un conjunto privilegiado de los objetos invo-
rrración). Por ejemplo, los genes que aumentan, aun
lucrados en cierta y determinada etapa del proceso. La
l('vemente, mi disposición al cáncer portan informa-
versión más influyente de esta perspectiva es la teoría
, irin acerca demi posible enfermedad futura. Pero si
sistémica del desarrollo (rso). Entre otras cosas, esta
t'so es todo a lo que se refiere la información gené-
teoría funciona como una poderosa crítica al selec-
tica, podríamos hablar igualmente de la información
cionismo génico de Dawkins o, de manera más gene- (lUc portan una gran cantidad de rasgos estructura-
ral, de las teorías centradas en el gen. Los partidarios
l,'s y químicos de la célula, e incluso de las caracterís-
de la teoría sistémica del desarrollo afirman que los
ticas del entorno en el que el organismo se desarro-
genes no son tan especiales ni únicos como suelen sos-
llir. Así, para dar un ejemplo, el clima soleado porta
tener tanto la opinión profesional como la popular.
rrrfirrmación sobre el brillante color rojo que cabe espe-
Por ejemplo, se dice con frecuencia que los genes son
rirr tendrán mis tomates maduros. Desde esta pers-
portadores de información acerca del organismo que
l)cctiva, los genes son simplemente uno -y sin duda,
ellos mismos ayudan a construir. En un sentido más
rrn<l muy interesante- de los recursos de los que nece-
profético, escuchamos a menudo la afirmación de que
sita el organismo para lograr su desarrollo adecuado.
los genes de un organismo proporcionan un plano o
l,ir teoría sistémica del desarrollo propone como uni-
mapa de todo el organismo. Esa clase de declaracio-
,lrrclde selección el ciclo completo del desarrollo. Las
44 rL LE6AD0 Dt DARWTN ¿0|JÉ Es tA TE0RtA DE LA EV0LUt|óN? I 45

secuencias sucesivas de ciclos de desarrollo prosperan lar, la información requerida para construir un orga-
y divergen. Otras, no tan bien adaptadas a las condi- nismo está distribuida en muchos niveles de organi-
ciones, se extinguen. Para lograr una buena adapta- zación biológica y externa. Los genes sólo son selec-
ción es esencial la capacidad de reunirse y desplegar cionados en la medida en que participan en ciclos de
todo el conjunto de recursos necesarios para produ- .lesarrollo completos y exitosos.
cir la generación siguiente o, para decirlo con mayor Otro intenso debate ha sido el referido al ritmo de
precisión,la siguiente repetición del ciclo. la evolución. Desde Darwin, ha existido gran preo-
El aspecto más importante de esta perspectiva es cupación por los intervalos y brechas que puntúan los
que elimina el divorcio entre la evolución, por un lado, rcgistros de los fósiles. Gran parte de estos registros
y el desarrollo por el otro. Con frecuencia se ha seña- consignan largos períodos durante los cuales se hallan
lado el fracaso que implica no integrar estos aspectos Iormas bastante constantes, seguidos por súbitas rup-
del pensamiento biológico. Y el gen, falsamente seme- turas, tras las que se encuentran formas sustancial-
jante a Jano, con sus dos caras -al mismo tiempo la r.nente diferentes. Durante muchos años se supuso que

unidad de selección y la causa fundamental del de- cste esquema anómalo era solamente un reflejo de
sarrollo-, ha servido para ocultar esta división. En el los procesos inestables mediante los cuales se produ-
esquema propuesto por Richard Dawkins, la selección cían los fosiles. Pero hace unos años, los distinguiclos
natural elige un conjunto de genes en cada generación, biólogos Stephen fay Gould y Niles Eldredge alegaron
y esos genes determinan el siguiente conjunto de feno- que esta pauta en realidad representaba muy fielmente

tipos que a su turno son sometidos otra vez a selec- la historia de la vida. Afirmaron que los cambios evo-
ción. Este esquema permite que el desarrollo sea tra- lutivos sólo ocurrían en breves y rápidas eclosiones,
tado como una "caja negra", cuyos detalles carecen de puntuadas por largos períodos de estasis. Este enfo-
importancia. Los genes pueden ocuparse de eso una que se hizo conocido bajo la denominación de teoría
vez que terminen con el importantísimo asunto de ser del equilibrio puntuado. Otros biólogos siguen insis-
seleccionados. Si realmente los genes proporciona- tiendo en que la evolución es típicamente gradual y
ran mapas o recetas parala producción de organis- continua, y consideran que la estructura del registro
mos, esta caja negra podría ser aceptable. Pero de hecho cle fósiles es tan sólo un reflejo de la inestabilidad de

no hacen nada semejante. Thl como acabamos de seña- los procesos constitutivos.
46 Tt LIGADO DE DARWIN
¿0lJÉ rs LA rr0RiA Dr Ln rvoLucróllt | 47

¡res teóricas. En medio de los hechos incontroverti-


Ocasionalmente, este último debate ha sido usado
bles de la descendencia y el parentesco, y de las con-
por los enemigos de la evolución como prueba de que
troversias acerca del ritmo de la evolución o de las uni-
la evolución misma, sus postulados esenciales, sigue
dades de la selección, hay ideas centrales
siendo una tesis controvertida. La realidad, no obs- -de las cuales
la selección natural es la más relevante- cuya impor-
tante, es que se trata de una controversia que se de-
tancia es indudable, a pesar de que, una vez más, sus
sarrolla por completo dentro del contexto más amplio
tletalles son tema de constante debate.
del enfoque evolutivo. De hecho, Io mismo puede
decirse de todos los puntos que he tratado sumaria-
mente aquí. En este capítulo, mi objetivo ha sido
demostrar que estos debates encajan fluidamente den-
tro de las afirmaciones esenciales de la teoría evolu-
tiva, y que por cierto no implican ninguna amenaza
para sus postulados centrales. La afirmación de que
las formas vivas existentes derivan de formas ante-
riores, con frecuencia más simples, y de que todas las
formas vivas están emparentadas por ascendencia, es
un hecho tan establecido como puede serlo cualquier
otro hecho científico. Pero estas ideas no forman parte
de un dogma congelado. Constituyen el centro de un
vigoroso programa de investigación científica en el
que una enorme cantidad de temas se encuentran
sometidos a un intenso debate, y a los que por cierto
se les sumarán nuevos temas en el futuro. De modo
que, para resumir lo dicho hasta el momento, hay un
núcleo de la teoría de la evolución que es en realidad
un hecho simple, pero la biología evolutiva es un
campo de batalla donde se enfrentan muchas faccio-
3
¿Para qué sirve la teoría
de Ia evolución?

I,OS FRUTOS DE LA CIENCIA

lrl principal propósito de este libro, tal como Io seña-


lamos al principio, no es cuestionar el valor de la
tcoría de la evolución, sino más bien plantear una
pregunta: ¿qué hace por nosotros este constructo
científico ejemplar? ¿Por qué debería importarnos?
t'ln este capítulo, mi tesis es que aunque la teoría evo-
lutiva nos proporciona conocimientos sin preceden-
tes de la crónica más abarcativa de la historia de la
vida, y nos permite entender de qué modo encajan
cntre sí muchos conjuntos dispares de hechos, suele
cxagerarse enormemente su capacidad de propor-
cionarnos explicaciones detalladas de ciertos fenó-
rnenos específicos. La evolución nos revela muchas
cosas acerca del lugar que ocupamos en el universo,
pero no nos suministra tantos pormenores como suele
suponerse acerca de la clase de seres que somos. Para
entender los límites, e incluso el fracaso, de tanta mito-
5O i tL LtGAD0 Dt DARWTN
¿PARA 0UÉ SIRVt LA It0RiA Dt tA EV0tlJ(l0N? | 51

logía contemporánea de moda, es necesario tener una


cxtensos que aquellos que podrían tener relevancia
idea de cómo funcionan realmente las explicaciones
tlirecta para la vida humana. De manera semejante,
evolutivas.
la astronomía tampoco es demasiado aplicable, por-
Podemos iniciar una exploración del valor del pen-
,¡r-re las dimensiones espaciales de su objeto de estu-
samiento evolutivo preguntándonos qué beneficios
tlio ámbito práctico de los
se encuentran fuera del
esperamos obtener normalmente de los productos
humanos. Es cierto que hay procesos evolutivos que
de cualquier actividad científica. A continuación, un
ocurren con mucha mayor rapidez,especialmente en
paso natural es diferenciar dos clases de beneficio: el
el caso de los microorganismos. Este hecho reviste gran
beneficio práctico y el beneficio intelectual. En el te-
irnportancia dentro del campo de la ciencia médica,
rreno de lo práctico, me ocurre consignar dos cosas
se
ya que en él se basa la desalentadora capacidad que
que suelen considerarse características esenciales que
poseen Ios organismos patológicos de volverse inmu-
definen la excelencia de la ciencia: la predicción y el
nes a la acción de las drogas. Sin embargo, a pesar de
control. La ciencia médica, por ejemplo, apunta a
la indudable importancia impulso
de este problema, el
predecir los resultados de diversas intervenciones
central de la investigación evolutiva está orientado al
fisiológicas y daños del cuerpo, y procura usar esta
largo plazo, ¡ por lo tanto, se desarrolla en una escala
capacidad de predicción para mantener el organismo
temporal que trasciende nuestra posibilidad de pro-
tan cerca como sea posible de los estados de salud
clucir una intervención eftcaz.
deseados. La evolución, por contraste, puede consi-
derarse un cuerpo científico que reditúa beneficios
completamente intelectuales. Han existido corrien-
tes de pensamiento eugenésico que han basado sus
nxprrcRclóN
recomendaciones en especulaciones sobre el futuro
de la evolución humana, pero esas tendencias han sido
Cuando se consideran los beneficios intelectuales que
ampliamente desacreditadas. La razónpor la cual la
derivan de la teoría evolutiva, dos ideas importantes
evolución no es una ciencia práctica es suficientemente
que aparecen de manera prominente en los debates de
obvia; casi todas sus afirmaciones y presupuestos es-
la ciencia son la explicación y Ia comprensión. Estas
tán relacionados con períodos de tiempo mucho más
dos ideas están estrechamente relacionadas. Explicar
52 | Et tEGAD0 DE DARWTN
¿PARA OUÉ sIRVE LA IEORÍA DI tA EVOLU(IÓN? I 53

algo es comprender por qué, o al menos parcialmente


tlc una clase de secuencia que, según se ha observado,
por qué, eso ocurrió. Sin embargo, estos dos concep_
ocLlrre universalmente. Es bien conocido que David
tos han tendido a ser separados por la filosofía de la
llume postuló argumentaciones de gran influencia
ciencia, porque la explicación científica ha sido estre_
chamente asociada con un modelo específico, el de la l)ara sostener que no podía haber explicaciones más
inclusión dentro de las leyes universales. Siguiendo Profundas de por qué la naturaleza se caracterizaba
ese modelo, explicamos Por ciertos procesos regulares. Y se ha vuelto común
un acontecimiento cuando
la protesta de que, desde esa perspectiva, la explica-
podemos especificar leyes naturales y condiciones oar_
ción científica no proporciona demasiada compren-
ticulares cuya coincidencia determirru ou" .r" u.o.r_
tecimiento se produzca. por ejemplo, lu l"y de grave_ 'irin de los fenómenos.
Recientemente, esa perspectiva de la explicación
dad, junto con los hechos de que mi lapicera es un
ha sido sometida a grandes críticas. Para nuestro
objeto más pesado que el aire y que ha sido soltado
.rctual propósito, todo lo que hace falta tener en cuen-
en la proximidad de la superficie de la Tierra, que es
t¿l es que aunque sea un buen modelo para algunas
un objeto enorme, conllevan el hecho de que la lapi-
clases de explicaciones científicas, no es el adecuado
cera podría caer al suelo. Ese razonamiento se sostiene
para explicar el hecho de que mi lapicera cae al suelo. ¡rara todas. Y un área en la que casi con seguridad
no resulta útil es la de la explicación evolutiva. De
Históricamente, esta tradición de la teoría de la expli_
hecho, incluso es poco probable que puedan formu-
cación está estrechamente relacionada con el rechazo
larse leyes evolutivas.Recordemos el caso de las ji-
de la posibilidad de lograr un conocimiento mas pro_
rafas. Sin duda, no hay una ley que establezca que
fundo de los procesos naturales que el mero descu-
una población de animales que se alimentan de los
brimiento de aquello que se produce con regularidad.
¿irboles desarrolló pescuezos más largos. Ser más alto
Por ejemplo, se ha supuesto que la teoría de la grave_
tiene costos estructurales y es muy probable que sea
dad no puede hacer más que resumir nuestra amplia
físicamente imposible adquirir un cuello suficiente-
experiencia de la caída de los objetos, y no puede pro-
mente largo como para poder pastar en el dosel del
porcionarnos explicaciones de por qué las regulari_
bosque. También pueden existir límites para la altura
dades naturales son tal como son. Así, explicar un fenó_
posible dentro de la coherencia con el plan del cuerpo
meno implica demostrar que se trata de una instancia
de los mamíferos: y ése es un ejemplo de la clase de
¿PARA 0l.]É slRVt LA iE0RÍA Dt LA tV0tUilÓN? | 55
54 | EL rrGAD0 Dt DARWTN

largos para sus cabezas, sería tan enorme que' en rea-


restricciones que impone la selección. El equilibrio
lidad,limitaría la aplicación de la explicación al caso
exacto entre costos y beneficios dependerá de las espe-
cies de árboles que haya, de la medida en que esas ¡rarticular de estudio, eliminando de ese modo cual-
especies abunden, de los competidores que se ali-
tluier relevancia o evidencia de una posible generali-
zación incluyente.
menten paciendo en distintas partes de esos árbo-
les, y así sucesivamente. Y no hay garantías de que
A pesar de no satisfacer las rigurosas exigencias de
l¿r teoría deductiva, puede considerarse que las expli-
una población pueda producir la mutación adecuada
caciones evolutivas ofrecen una comprensión mayor
para generar un cambio que implique mayor ade-
clue la que suelen proporcionar normalmente las
cuación, o incluso de que existan mutaciones de esa
cleducciones inferidas de una ley. Esto se debe a que
naturaleza.
la explicación evolutiva parece proporcionar al menos
Y la evolución posee además un irreductible ele-
Llna respuesta a la pregunta de para qué sirve cierta
mento de azar.Talvez todas las jirafas, salvo unas pocas
característica de un organismo. Si la historia infantil
afortunadas que son, por casualidad, demasiado bajas,
ilcerca de Ia evolución de la jirafa es verdadera, resulta
resultan aniquiladas por una fenomenal tormenta, por
tentador decir que el largo cuello de la jirafa sirve para
ejemplo. La moral general es que Ia historia evolutiva,
ttlcanzar las ramas más altas de los árboles. Entre los
al igual que la historia humana, aunque pueda resul-
filósofos de Ia biología se ha vuelto parte de la orto-
tar a veces muy inteligible, también está atravesada
doxia proponer que eso es exactamente lo que signi-
completamente por la contingencia. Por lo tanto, es
fica decir que un rasgo de un organismo tiene una fun-
absolutamente improbable que la evolución del pes-
ción particular: el motivo de la existencia de ese rasgo
cuezo de Ia jirafa ejemplifique alguna generalización
es que proporcionó mayor aptitud a organismos ances-
universal sobre la trayectoria de las poblaciones de ani-
trales, y que por lo tanto esos organismos fueron selec-
males que se alimentan de las hojas de los árboles. La
cionados. La función del ojo es ver si, y sólo si, las cria-
cantidad de información que sería necesario reunir
para inferir de manera confiable que las jirafas deben
turas tienen ojos porque sus ancestros que podían
ver mejor fueron seleccionados antes que otros que
haber desarrollado largos pescuezos, y que cualquier
no veían tan bien. Se trata de un buen caso para ejem-
población de animales similar en aspectos relevantes
plificar este punto, ya que es indisputable que ver es la
estaba destinada a desarrollar soportes análogamente
5() | f I lt(,A00 Dt DARWIN
¿PARA OUÉ iIRVE tA TIORiA Di LA IVOIU(I0N? I 57

función de un ojo, y por las mismas razones intuiti-


lr.rcer que estos casos encajen dentro de cualquier
vas es indisputable que la selección de la mayor apti-
rnoclelo usual de explicación.
tud para ver debe ser esencial para explicar que los
llntonces, ¿qué es lo equivocado de estas familiares
organismos llegaran a tener ojos.
t'xplicaciones de cuellos y colas? La respuesta más
r,ipicla es precisamente la complejidad del proceso evo-
Irrtivo, pero en nuestros días es demasiado sencillo y
,lcrnasiado común señalar de manera vaga la respon-
LA CoMILEIIDAD DE r¡. pvorucróN de la complejidad, y por cierto que es nece-
'.rbilidad
especificar mejor el problema. Podemos comen-
Sin embargo, creo que la asociación de función e his- '.rlio
zrrr a apreciarlo mejor si nos concentramos claramente
toria evolutiva que acabo de describir es equivocada.
crr lo que aceptamos que está en el mundo y que
Y lo creo porque, en el fondo, soy escéptico respecto
torresponde a las historias que contamos sobre la
de la capacidad que las consideraciones evolutivas pue-
natural. Se trata, en el fondo, solamente de
dan tener para proporcionar la clase de explicaciones 't'lección
uua secuencia de organismos que nacen, crecen, se
que acabamos de esbozar, explicaciones de la presen-
re producen (o no) y mueren. Estos acontecimientos
cia de rasgos particulares de clases particulares de orga-
rlestacados tienen causa, y suponemos que cuando
nismos: el hecho de que las jirafas tengan largos cue-
tlistinguimos rasgos que creemos fueron selecciona-
llos o que los pavos reales tengan colas coloridas. Ahora
tlos estamos identificando los factores que han ten-
bien, por supuesto que en esos casos se nos propor-
rlido a originar la reproducción, impedir Ia muerte y
ciona una mayor comprensión si se nos advierte que
tlemás. ¿Pero es eso suficiente para justificar y dar sen-
los pescuezos largos permitieron que las jirafas ances-
t ido a la separación de la selección de la cola del pavo
trales alcanzaran hojas más altas de los árboles, o que
real de la selección de pavos reales, o el cuello de la
los pavos reales con colas más espléndidas atraían el
I irafa de la selección de
jirafas? Mi opinión es que sólo
interés de las pavas ancestrales. Mi intención no es ofiece un sentido variable y limitado. Para entenderlo,
en absoluto cuestionar la importancia de los procesos
podemos plantearnos primero la pregunta de dónde
cle selección natural o de selección sexual. Lo que pre-
seencuentra para nosotros el principio de esos pro-
tendo sugerir, no obstante, es que no es para nada f.ácil
cesos subordinados, y luego cómo es que los consi-
¿PARA 0UÉ SIRVE lA Tt0RlA 0t tA EV0t|J(lÓN? | 59
58 rL LE6ADo DE DARWTN

l,os recursos con los que deben trabajar son así debido
deramos aparte de todo lo demás que está ocurriendo
.r los procesos evolutivos previos, y para desarrollar un
simultáneamente.
rirgano destinado a hacer X uno tiene que empezar
La primera dificultad puede abordarse por medio
crrsi siempre con un órgano o estructura que se desa-
de una distinción técnica que se establece en ciertas
rrolló para hacer Y. La jirafa y el pavo real, para con-
oportunidades entre adaptación y "exaptación". Para
linuar con nuestros ejemplos de siempre, ya tenían
decirlo de la manera más sencilla, esta distinción se
basa en la idea de que habitualmente los rasgos de los l)cscuezo y cola cuando empezaron a comer las hojas
¡ltas del follaje de los árboles o cuando las pavas empe-
organismos se desarrollaron porque servían para
/.irron a interesarse por las colas de plumaje más colo-
alguna función que, según se considera actualmente,
rido. Y es de presumir que estos pescuezos y colas ya
esos mismos rasgos promueven. A ese proceso se lo
tcnían sus propias historias selectivas. Muchos de los
denomina adaptación. Sin embargo, a veces el orga-
cstupendos ensayos de historia natural de Stephen lay
nismo adjudica a ese rasgo un uso diferente del uso
(lould ilustran este aspecto de la evolución. Un ejem-
que explicaba su selección, y ese proceso ha llegado a
plo que Gould ha hecho famoso es el del pulgar de
ser conocido como un caso de exaptación. Un ejem-
los pandas, improvisado ,faute de mieux,a partir de pe-
plo clásico es la evolución de los pulmones a partir
dazos bastante inadecuados del hueso de la muñeca.
de la vejiga natatoria. Se presume naturalmente que
El segundo punto, más obvio, es que sólo en los ca-
los pulmones de los mamíferos se desarrollaron gra-
sos más simples la historia evolutiva relevante es tan
dualmente a partir de los órganos que los peces ances-
sólo una cuestión de selección sobre la base de alguna
trales empleaban para mantenerse a flote; por lo tanto,
particular consecuencia adaptativa de algún rasgo par-
los pulmones de los mamíferos son exaptaciones. Pero
ticular. Los organismos son sistemas altamente inte-
en realidad la exaptación no es tan sólo una anoma-
grados, y los cambios de un rasgo causan cambios co-
lía que ocasionalmente desvía los intentos de una expli-
rrelativos en otros rasgos, y éstos ejercerán por cierto
cación adaptacionista, sino que se trata de un rasgo de
cf'ectos positivos y negativos en 1o referido a la aptitud.
cualquier explicación evolutiva interesante. Los orga-
Hasta el rasgo que concita la mayor atención y exige
nismos evolucionan dentro de un espectro de trayec-
concentración ejercerá usualmente muchos efectos en
torias posibles que, desde el punto de vista delespacio
lo que se refiere a la aptitud. Obviamente, un ala es
completo de la posibilidad biológica, es muy estrecho.
()() I I ll(/\t)0 l)t l)^IlWIN ¿PARA OUÉ SIRVI tA TEORíA DE L¡ ¡VOLUCIÓII I 6I

l).u.r volilr', pero también puede servir para ahuyen- ',, n, r¡ cle ese factor haga más probable la existencia
trr l los clepredadores, dar cobijo a la prole o parál ,l, l t'le'cto en cuestión.
cngancharse enlas zarzas. Y el pescuezo de la jirafir, I ,r iclea que acabamos de exponer presenta una difi-
además de estar destinado a una función básica como , rrlt,rcl que aparece habitualmente en todas las discu-
la de unir la cabeza con el torso, es sin duda una des- !r,,n('s ¿lcerca de la evolución, y es la amenaza de vacui-
ventaja estructural. ,l,r,l.Ill fenómeno que originalmente deseábamos
En suma, entonces, si tratamos de imaginar el ver- , r'licar era el de una tendencia histórica hacia una
dadero proceso causal de la evolución de, digamos, el rrr,rvor longitud de cuello. Por consiguiente, sabemos
cuello de la jirafa, todo aquello con lo que contamos ,1,'',lc el principio que los animales de cuello más largo
es una larga secuencia de poblaciones de animales y
t,'rrtlicron a sobrevivir y a reproducirse de manera más
una tendencia secular hacia el cuello largo. Thnto el r'\rtosa que sus congéneres de pescuezo más corto.
cuello actual como sus precursores fisiológicos deben
,,r\llregamos entonces algo significativo a esta historia
haber servido para hacer muchas cosas, algunas bue- il:illdo afirmamos que deben haber tenido mayor pro-
'
nas y otras no tan buenas, por sus orgullosos pro- rrsiór a la supervivencia y a reproducirse? La res-
¡rt
pietarios. La selección por la longitud del cuello no rl tr'sta, se me ocurre, es que hemos ganado mayor com-
I
es un postulado que pueda deducirse directamente a
l,rensión en la medida en que entendemos por qué
partir de este estado de cosas. Una actitud obvia en l,,s poseedores de ese rasgo de interés demostraron
este punto es la posibilidad de recurrir a un enfoque ',t'r' más aptos. Y los problemas ya descriptos, de exap-
mucho más débil de la explicación. Supongamos que, t.rt itin y de efectos múltiples e interconectados, sugie-
en igualdad de condiciones en otros aspectos, el hecho r('rr que habitualmente sólo estaremos en condiciones
de tener un cuello más largo dio casi siempre a las ,lt' proponer unas pocas explicaciones tentativas al res-
jirafas ancestrales una probabilidad más elevada de
I'ccto que ofrecen, por cierto, poco más que un frag-
sobrevivir y de reproducirse. Así habremos identifi- ¡ncnto de verdad.
cado un factor que elevó Ia probabilidad de ocurren- 'lhl vez este caso no sea el adecuado. Sería difícil
cia del efecto que estamos considerando. Muchos filó- t'stablecer que las ventajas en aptitud de los cuellos
sofos actuales consideran que para que un factor rrrris largos fueron invariablemente una consecuen-
expliclr-re un efecto particular basta con que la pre- , iir del acceso a las hojas más altas del follaje y eli-
6z I tt LTGADo Dr DARWTN
¿PARA Ot]É sIRVI LA IEORÍA DE tA IVOLU(1ÓN? I ó1

minar una multitud de otras ventajas posibles o


Y ,le poseer ojos más eficientes ejerció alguna influen-
incluso la posibilidad de una respuesta puramentc I
I , r.r positiva sobre su capacidad de supervivencia. Y
alométrica a cualquier otro factor. (La "alometría" sc _t I
t,rl vez eso alcance para darle a nuestra suposición
refiere a las correlaciones del desarrollo que requie- ( ,u'/1cter de explicación, aunque no sea excepcional-
ren que ante el cambio de un rasgo, otros rasgos pue-
rr lcnte esclarecedora.
den cambiar también, exclusivamente como medio
Vale la pena mencionar que muchos filósofos, y más
de adaptarse al primer cambio. Por ejemplo,los ani-
I'irrticularmente los filósofos dedicados a la biolo-
males más grandes tienen cerebros más grandes.)
yiirr,han abandonado por completo la concepción de
Pero, pasando a otro caso clásico, no hay duda de que
l,r ciencia considerada como una búsqueda de gene-
el ojo está destinado a ver. El plan de desarrollo del
r,rlizaciones universales o leyes, y que se han con-
ojo sólo podría haberse producido, suponemos, si los
t t'ntrado, en cambio, en la producción de modelos.
organismos con ojos de mejor funcionamiento hubie-
l:n general, se considera que los modelos científicos
ran dado prueba de ser más aptos que aquéllos con
¡)r'oporcionan tan sólo una perspectiva de los fenó-
menor precisión visual. Y seguramente esta inferen-
nrenos sometidos a estudio, o un solo aspecto de lo
cia es correcta. (lue en realidad está ocurriendo. De este modo, es po-
Lo que pretendo dejar claro es que hemos vuelto
concebir un modelo según el cual una población
a un punto muy próximo al del compromiso meta- 'rtrle
,le organismos difiere solamente en cuanto a su agu-
físico general que expusimos en el capítulo anterior.
,lcza visual, y considerar la trayectoria evolutiva de
Tenemos una explicación general de la posibilidad
,licha población. Pero, por supuesto, ninguna pobla-
de adaptación, o de propósito, en la teoría de la selec-
, itin real es tan homogénea, de manera que resulta
ción natural. Confiamos en que un rasgo biológico ,rbvio que la relación entre ese modelo y la realidad
tan claramente adaptado como el ojo de los mamí-
t's rruy tenue, y sin duda ningún modelo único puede
feros seguramente debe su existencia a la selección
re clamar para sí la condición de representación canó-
natural, y por lo tanto creemos que una genealogía
¡rica de una población real. No obstante, es posible
completa de, digamos, Ios vertebrados, revelará la ,,rnsiderar que los buenos modelos proporcionan un
tendencia hacia sistemas de percepción visual más
, onocimiento significativo, aunque parcial, de los pro-
complejos y eficientes. Y suponemos que Ia ventaja ( esos complejos.
6¿ | t¡ ttcADo oE DARWTN ¿PARA (]Ui 5 RVI LA lIORIA Di tA IVOTUI ÓN? 65

Los LÍMITES DE LA EXpLrc¡ctóN EVOLUTTVA .rtcncliL¡le. Est¿r conclici<in se cla en el caso del ojo, rne
l).r rcce, pero probarblemente no en el caso del cr-rello
Supongamos ahora que hemos llegado a una con- ,lt' la jirafá. [:l cuellcl es Llu colnponente lrastante b¿isi-
cepción, modesta pero no enteramente vacua, de la !() (le ul-l vertebrado, y se Llsa para muchas cosas. Es
explicación evolutiva. Si estamos suficientemente segu- I'r'oiratrle, por ejemplo, que las ventajas inherentes a
ros de que un rasgo proporciona una base de cierta .rl(ar1z¿lr lars hojas más altas cleben ser equilibrad¿rs en
ventaja de aptitud como para no dudar de que esa ven- t icrtas oportunidacles por las rlesventajas en el mo-
taja desempeñara un papel importante en el origen del ¡rrcnto de intentar alimentarse de la vegetacirjn a nivcl
rasgo en cuestión, entonces la identificación de esas ,lc'l sr.re'lo, por no rnencionar la molestia general que
ventajas nos proporciona cierta clase de explicación rrrrplica transportar ese iargo cr-lcllcl toclo el tienrpo.
evolutiva de la presencia de ese rasgo. Tengo dos co- \ seguramente existe todo un cotrjuntcl cle consecuen-
mentarios, modestamente irónicos, para hacer res- . irrs alornétricas clel alargarniento clel cuello. ¿Esto sig-
pecto de esas explicaciones. Mi escepticismo no pre- rriiica cntonces que no hay explicación para el cuello
tende socavar la legitimidad de esas explicaciones, sino ..le la jiraf-a? Sugiero qlre es probable quc esa explica-
más bien demostrar que, para que funcionen, requie- , rrin s(rlo puecla ser el result¿rdo cle una historia com-
ren circunstancias bastante especiales. La conclusión plcta del linaje, colt sLls vari¿rd¿rs circunstanciüs eco-
más importante es que no debemos suponer que cual- Iosicas 1'climáticas, por no habiar de las casualicl¿rdes
quier rasgo de un organismo que atraiga nuestra aten- lis.rs y llanas. En tanto cl cljo tiene una función iltcon-
ción es el objeto apropiado de una explicación evo- l Lrnciible, el cuello tiene muchas flnciones y es inter-

lutiva. Esta cautelosa actitud preliminar es esencial (lr'penc'licnte, en el plano estructural, con muchas otras
para advertir cuán endebles son los presupuestos sub- Iirrtes del organisrno. No hay una sola y sinple his-
yacentes de gran parte de las especulaciones contem- toria selectiva que se pucda contar al respecto. Y debe-
poráneas acerca de Ia evolución humana. li.rrnos reconocer qLre rnuchas partes clel orgiutismo
Mi primer comentario escéptico es que la posibili- se encuentran en la misln¿r situación.
dad de proporcionar incluso un esbozo de explicación Jbclo esto nos sugicre un camino rniis sirnple par;r
general se limita a aquellos casos en los que la función llcgar al nrismo punto. He hablaclo b¿rstante sobre Ia
del rasgo en cuestión está más allá de cualquier duda t'rplicación cle las características cle kts organlsmos.
()O 'l | , (r-

l.os cvoluciorristas aort t'l-ecucltctit sc rt'ticrult ¡ c)sJs ', l)llt-il r:r,itar g,r'lrr cs nrirlcr¡te ltilirlt;s, clc[;lr re rtcr'.rr"
r i, )r'.
(ra i¡clerísticAs c( )lI() r'rl-sqoc. l)crtt tttl ltrir rt i tt r;tttt;.t ,Iri,' lr¡\, ()trils cos¿s (lLtc ia ci'r¡lLrcicin ptreclc cx¡rlicltr
nriurcl'¿r lrlrIur¿lnrclttc c]cfcl'lllitl¡cla dc dir trlir a r-rll ,ir' iltrrrrcl'ci rnLtcirrl lt)c'll()\ p0le'lIiclt. ,\ic rcfle ill ct,lt-
orqanisrtro clr car¡ctcl'ist tc¿t s tt rlts{tts. (..ttttt (
¡r¡'1
¡gsg ¡o¡1 r r,rt.|lu(' r)tc ¡ ];ts ,-\'ttlcncl¡s, rcsr¡lIi(l¡s cn el clrpítLriir
la prcgLrntl cle ctriilrtas cosas lt tl' ctt tltlil haltllat:itin. , ,r;¡.'¡l1i¡-. rl L.rc ¡rlticban lli r.'crrllr,i clt'lrt cvolr¡citln, ios
;Linlr rncslt? ¿L,in tablcro v cttatro p,ttits tlc nres;r? iLso L itos r¡ue rrrticr,tlitrt krs tlctitllcs uic l¡ tcsis ccntrai r-lc
cs l¡na cosa, cit-tcrt,0 seis?.1 llal'Illttcll¡s razolle's Por l,r tronil dc l¡ clolr.r¡irill.5c lrrrtlr tic los liccllos rlc l¡r
las r¡uc irodenros irltcrcs¿rtttts ¡.ror ltts rlspcct()\ pilrti- r r, i,r'loiogÍ¡ cortririir;it ivir, dc la il ist i'i [rLrcitin qcog,r lil'ica
clrlares clc Ios orgitnist-t-l<ls r, pl'eqtlntarn(ls por sr.ts tlrí- , i,. lornlas sinrilarcs r rlc las posicioncs rie los o[r jctos

qc¡ltes cvoiutivos. l)er<t la cvollicitilr no vc ltls ritsg()s' r'i) cl r('gistro tlc lirsilcs. l.rr ' consilicnc iri" icoir-rilir'rrr't' j

sirro tlrrr: r,c solirmenlc cl orgartisttto. r\uo tlcl¡ería sor- \i(' csti.i-\ cxplic¡ci()ne5 -su coexplicaci()ll por lltc('lto
grrcttclcrt tr'is, clr t()rrccs, (l r.rc rt( ) cx t st¡
tl i It r-ltl lt ¿ h isltlria ,!,'i rilisrilo crln juirto rl. idcirs, e lr r-rltint¡ inst¡nt i¡ llLn.
corrccta clue rerlitltr clc cluci rttoclo la cvrllucititt selcc- 'rrrr¡tig- ria l'untl¡rnclito a la ciclcrrsa tlc lrr lcr<i¡tl clc
cior.lo cse ras.qo. P¡ril attticipaf r-rrt ca¡títtilo i¡oste rior, l : r'i oit¡cititl |cr"o, ¡l tnirn lo t ieitr¡rrr, pr'( )p( )rL i( )na r'llilt-
clirerros tluc la ilil'ision clc la colt,.lttctit htirn¡t.l¡ ctt ras- ,,,. tic lcr.rorir.nrls cxpli;ltcios ¡rol i¡ rnisnt¡ fcorrlr. l.a
qos riifcrencirrtios ¡-t¡¡ccg ser ¿lLrn ltrcrtos ¡rt'ottttsrlt'ia .l'r,';siri¡itl ric c:tos Lllntp()\ irtvalirl.r i;r o[t jc,.:tor'. tle iluc
r1ue Irr sir-niIlrr lltonri/.¡(-'ititr cle trrl org¡tlisLrio. ,.r t, rincrrie i.¡ri¡ [()poloqla.l rie evicicrr..i¡ \,ic()nil pliln-
l\le he conccntfaclo elr unil tiireccitin ¡rartic-rrl.tr et.t I r uir Lrre iilil r lcioso. [-11¡.1 (.j\i)i(]l'¡t' ii]¡r ijiil\ (ldi¡llil(iil
la ctrrc ¡rotlríanlos l'tuscitr-los bcrtcllcirls cx¡riic.ttivos a ,, ,.'.,,s (¡iliP().r ic¡i()t]lü|]tt(]r ])r'l'niiiU iillii ilt¡\(]t ¡ilt
partir cle la teoría cvolutiva, ei pro¡'ccto clc ex¡rlicar la , r:;..rolr dc ]¿ tcoriit'" t¡i¡bic;li,lt' l,ls itec lros rli' i.r llit
presencia cie las caractcrísticrts ¡rarticLrlares clc cl¡ses ,.,,,.t c'','oltttirlt. :-lno rit'los prorr,'(l(): rii'los e:lt¡tl rrls
part ic trla rcs clc o r¡¡an i st.n()s. Nl c l'rt' cottcclt t raclct etl cste '.r,iiittrtt:esl,i ¡.t'rr1¡¡¡..sitjrltle toltotiItIir'ttIrtsr,ttl¡ir.'.,
tcrna por(lue cs cl rirca en lil qLlc l<is tiutos rle la tcrt- 'i,r\ i)lfai\()\ ri.' llt sr,,..r'et ilil rie l()l-ntit\ \'i\'.is (lu('ir)¡is.
ría cvolutivr han sido rr;is polérlicos, v tanrbiérl por- ,rrtre l¡.t tcn,-'rrll.,rtili tli. i¡r vid;t tt'r'rc¡trc. lst'r'sit¡11io
c¡trt'ósta cs ia manera rlc plrttttcat'la escett¿r clc irtrpor- r'rirl¡r.', Llitll it)il\,()i i.lrliltiui¡(i()ll tie i:r ri;isr,.ilc i'i,i
tantes arqunrcntacior.lcs ¡ccrcl.r tlc la evolltcitin 1' la ,1. t¡t.i¡ rlLtc e'r,¡.;li1¡¡ i,t ti'ot'tit, v 1¡e rlit.r ci toiiornr-¡ir.'nlo
nat rr rrlcza hu nr¿na q ut .l pil lccr l'.lr l r'r r tl rr t.r ¡r í¡1¡1., *r,rt- L'l,i: i,¡lrtiici¡rri.-¡ ¡r.rrlicrriltrcs rlrirIl'o tli l.ls ctr.rlcs llr
68 tL tt6ADo Dt trARW N

teoría ha operacio. tsas investig¿rciones en curso con- 4


tinu¿urente r.r"rejoran Ia coorciinaci(rn entre la teoría y l,os orígenes humanos
l¿rs evidencias. Mi escepticisrno respecto de aplica-
y ia declinación del teísmo
ciones particulares cle la teoría evohrtiv¿r no amenaz¿l
de nir-rgr-rr.ra manera el res¡ralclo de l¿rs evidencias ni la
respetabilidad científic¿r de la teoría en sí misnra.
En el capítulo siguiente me alejo cle la interpreta-
ción estrictamente científica cle la evolución y sus con-
sccuencias para dcclicarmc a lo quc podríamos dcno- IiI, NA'I'URALISMO
minar sus implicaciones rnetaflsicas, el efecto que ha
ejerciclo el establecimiento de la evolución como un l.as proposiciones esenciales de la teoría evolutiva no
hecho sobrc nucstra visi(rn general del mulrdo y del clenr¿rsiado cuestionadas ni debaticlas.'['ienen taln-
'on
lugar clue ocupamos en é1. Contrariamente a la línea iricn profirndas implicacir)ncs paril nuestril compren-
de argurnentación que ha sido n-ruy difundida recien- sitin clel lugar que ocupamos en el mundo. En este
temente, especialmente en los Estados Unidos, con- (upítulo ar¡lumentaré que la teoría de l)arwin pro-
sidercl que este ¿rspecto t¿rl vez ha sido el má..i.".i{i- l)orcionrr la írltinla pieza importante cle la articulación
cativo de toda la obra de Danvin. rlc un¿r visión cle mundo plenamente naturalista y que
¡ror lo tirnto, si se la aprecia en todo su valclr, asesta un
uolpe mortiri a l¿rs cosmologías teocéntricas [rrecien-
tíflcas. Es un lugar común afirnrar que el desarrollo de
lir ciencia durante los últimos siglos l-rir socavaclo [os
iundamentos cle las creencias relieiosas, y que Darwin
contribuyó cle manera significativa a ese proceso. Cclm<'r
todos lcls lugares conrunes, es una afirmación sim-
l.lista L,a relaciórr crre r--1 propio Darwin tenía con las
creencias religiosas es muy com¡rleja, y casi con segu-
rid¿rd entre sus objetivos no se contaba el de derrum-
7O il itúADI Dt DAR\l/l|'l r0\ 0RlItNt5 f]lll'lANc\ Y lA DttllNAf 0N Dtt iF !i'4,1 7l

irar la cristianclad. Sill elltl)ar{(), l¡is intereses lto son t ia. Este es cl princi¡rio clel crn¡ririsnro, clttc ha sicitr
histriricos sino f iLrsriflcos, y dcseo aiinnar que cua- trrn csencial par¿r gran ¡rarte cle la fllosofia occiclental
lesclr-ricra havan siclo los prop(rsitos clc I)arwin, )/ seil rlrrlante v¿lrios siglos, o tal vez- milenios. [il principitr
lo que fuerc qLte sus conten.rporiineos havan hecho con tlcbe interpretarse de rnalrer¿r arttplia: la ex¡rc¡ iq¡1¡i¡
sus iclcirs, cl clcsarxrllo clc la teciría cvolutiva c1r-re él ini- en la clne basanros, ¡ror ejell¡llo, nttestril crcencl¡ cll
citi,v- dif'r-rndiri h¡ ascstaclo unrr hericlll l'¿rtal a las pre, lrr cxistencia cle los elcctrones es complcja ¡r no se rcla-
tcnsiones tle Ia religitin. e iona cle m¿iner¿r simple con la prcsencia cle ltls eicc-

He clescrito uri ¡rro¡ria ¡re rspectiva corno "u¿itura- l11)rtcs. Algo sernejartte octlrre crt cl c¡so tlc ltrs rrstric-
lista'l v clc'bo explicar c1ué qrriero clecir col.t ese califl- r'()s negr()s. No obstante, existct.t cvitlcllcias rclcv¡lltes
catiwr un t¿uttt¡ rcsbal¡clizo. l..sta palabra tie nc rnu- v hay trrgument¿rciones clue re laci()narr csa cviclcrtcia
chos Lrsos clcntro cle h f-ilosofiir, v algunos clc ellos son con l¿rs conchlsiones (lLlc cs¿ls cvicleltciits clet.tlttestran.
l)astantc ¡rolértricris. lrn cste c¿lso, lo empleo en un sen- Evitaré ¿1(luí cie rtos temas fllos(rficos. Sin clltcia, eu
tickl rclatit,anlcntc sint¡rle, algcl qr-re tal vez ¡rodría des- cicrto sentido sienlpre ser 1:rucclc sostener (lutr- existcn
cribirse cle nr¿rnera llás precisa pero poc() clcgatrte (antidadcs, e incluso secuencias cnteras, cle objetos
colro anti-s<lbrenatural. Ihl corno este térr-nir.lo iltcnta .rbstractos. I-os flltisofirs debaten sobrc la existt.ltcia cle
sLrgerir, nti r.tlrtr.rralisuro se rcsiste a accplar la cxisten- sus propi¿rs enticlaclc's teóric¿rs csotéricas, talcs cot-t.tt'l
cia cic cspiritus, alur¿rs \', clc ers¡recial inrport.urcia en l,ls universales, curios¿rs e nticladcs cicstittacl¡s a expli-
cstc caso, ilitlscs. ltsta posiciori ¡tuecle pal'ccer intole- .¡r la m¿lncra en qLle cosas cliféretttcs ¡-rttc'cletr llegar I
r¡nte o ;rri'ogillttc: sc{Ltrilntente no COnocel-Ilos totlct conrpartir las nrisrras prropicclades. PcIo Itacli.' Picrls¡
kr quc cxistc Y bicn ¡rucclc rcstrlt¿rr que existan cosas ticrn¡:o v cn cl es¡racirl tlc
rlLle csas cosas existcll eu el
r.nuv ciili:rclltcs tlc las (luc ilctuallrcltte aceptan las rcs- la mancra en que existerr las enticlacles ttr¿is lrtttlrtllttr¡s
De t ¿r blcs ¡ca clcl'n ias cicn t íllcirs. Ace¡rto si n anta rgtr ras v concret¿ts.Y es en ese sclltido, c()lllo Pttftc tlcl"lllolli-
csc i-rccho. Pcro obicción a las almas, las cleiciacles
r.r.li liario clel nrLlnclo", (ltte deseo coltsidcfat' la cxistrrllci.l
v cosas se'mcjautcs nn se basa cu ult ntcro pre juicicl. Se cle es¡ríritus, ¿llnr¿ls y enticiadcs sctncjrttttcs. Sc strele
basa rnirs Lricr sobrc un ¡rrir.rci¡rio, cl princi¡rio clc r¡ue clccir que Dios est¿i fuera clel licrtt¡ro. Nrl ltretertclo
nucstr'¡ crecncia etr la cristencia cie algo cicbería estar e ntender qué quiere clecir cst'r, i)cr'() \ttl)()ttgo (lLle, erl

í'ttnclrtrrcntacla, cn últiut¡ inst¿rnci¿, fror la expcricl-t- toclo caso, se cor.rsiclera que ocasiotraltttetrte interviene

ri
72 tl Lf6AD0 Dt trARW N
105 0R IFNi\ HLil'] lN05 Y LA DEt lNAtt0N DIt TilSt'1 0 77

en el espacio y en el tiernpo -creanclo el universo, por (rue l¿ls cosas clel mlrndit ¿rparecen ¿lnte nuestros sen-
ejenplo, o envi¿rndo a su hijo (o viniendo él rnismo) tidos. l,¿r m¿is fantosa cie csas argllmentaciones, cor.r{r-
al mundo para redirnir nuestros pecados-. Y eso es su- , irla conto el argumcnto ontológico, intenta clentos
ficiente pirra mí. Una entidad que interviene en el espa- lr'¡r qLre el conce¡rto cle Dios es tal que necesariamente
cio y en el ticr-npo puede, clurante esa intervención, ,lcbe haber algo a lo cual se aplique. Expresado de
proporcionar ¡rrr.rebas entpíricas cle su existerrcia. Si nrAnera rnuv simple, estc arquntento entPieza con la
no lo hace, sigo convencerme cle su existencia. Por
sir"r
lrrcnrisa de que Dios es, por definición, perfecto. Clorn<r
sLrpuesto, en lcls mornentos elt c1ue, segurr se dice, I)ios lrrs cos¿rs clr.lc no existen son menos perf'ectas cltre las
pasó cierto tiernpo en la 'lierra, fue perf'ecta y errrpí- t¡uc existen, para ser perfecto Dios debc cxistir. Iior
ricarnente accesible. El problcrna es que en es¿rs oca- 1 Io tanto Dios, por clefinición, existe. Mc alegra clecir
siones era, elt toclos los sentidos, un hombre. La suge- i
([re en nLlestros clías este ¿rrgumel]to no suscita clema-
rencia de que era también una cleiclad no era tan Ít
{ siirrla convicción, v es b¿rstante incóntodo intent¿rr con-
susceptible cle ser probacla err.rpíricamente, y por lo t \'('ncer a los estudiantes cle filosofía cle prirner año de
$
tanto la allrrnación de qtre las cleidades existcn sigue ,r rc lo tomen con suficiente seriedacl corno para iden-
siendo vacía yar quc c¿lrece de evidencias. tiflc¿rr exact¿rmente en qué punto es erróneo.
Oualquier arguntentacicin sentejante queda descar-
1
1 t.rtla por otra traclición filosófica ntuy diferente, de la
ii
¡
;
t¡rrc el gran tllósofo escocés l)avid Hume fue tal vez
ARGUN'IEN'I'OS I)EI,'I' F,I SMO t'l ¡rortavoz más influyente: la tradici(rn empirista, que
ii
4
'*{ rrieea que se pueda adquirir algún conocimicr.rto sr-rs-
No me propongo clecir rnucho más sobre el funda- ! t,rncial del munclo por fuera de la experiencia. Corno
mento de rni compromiso con el naturalismo (o en lrr cxistencia cle Dios sería un hecho sustalrcirtl, esas
todo caso, sobre nti anti-sobrenaturalismo). Pero sí tr¿rliciolles se coutr¿rdicen entre sí. [,a crlrl[tinaci(rr.r
diré algo accrc¿l cle su aplicrrción en el c¿rso ¡rarticular ,lc empirismo y naturalismo que res¡rirlclo se halla clen-
clel teísmo. Hay una venerable tradición dc argumen- lro de la traclición de Flume. Sin cmbargo, n-tiis allá
t¿rciones en favor de la existencia de Dios que pretende lc esa contradicción, actu¿rlmente se recoltocc
t
-incluso
ser o pri()r¡, cs decir inclepenclietrte, de la lranera en lo leconocen así la mayoría cie los teril<lgos* que los
74 iL itIAD0 DI D,1I]\'i f¡
t05 0Rt6tNE5 Hil14AN0\ / t¡ )tit NA(i0N DFi Til!f40 75

irrgunrcntos apriorísticos cle la existettcia de Dio-. care- I r'o cor.rocin-riento clel un it,erso es cxtrent¡cl¿trrelttc
cen casi por cot.t'tprlelo rlc n'réritos. linritado, y otra tofalrnentc clif'erente es res¡.r<tr-tcicr a
Sin embalqo, a partir del ll'¿rcaso clc los argumentos r'sc hecho con cl recLrrso clescsperaclo cle crercr en lcr
apriorísticos cle la cxiste ncia c1e l)ir¡s los tcólogos con- (lue nos viene rnejor'. Por supuesto, para un flel cre-
leurporiineos ctt gertcral no cottcl'lyen qtle sca nece- vcnte argLllrentaciclncs conto ósta no rcsrrltar¿ul ¿ti-
sario ¡rroporcionirr argunrentaciones enrpíricas. Más nrrci¿rs ni vcnclrán ¿rl casc'l (aunc1uc, elr rcalidacl, sov bas-

iricn, han te nc[iclo a rlescartar absolut¿rrnctrte cualcluier lrrntc escéptico cle c1r.re la f'c sea tan inntunc a la r¡zolt
clirsc cle argLrmcntaci(ln y, siur-rienclcl algunas strge- (()r)ro su pro¡lio concepto parccc afirnrarl<l).
'Iirl vez sea Lnl¡ ctrcstión dc c]ellnicion
rcncias atribtriclrts a lcsús, ¡rrefieren apelar clirecta- e I hccho <lc

nrenlc a la fe. l.a fc cs, stipolrgo, una sllerte cle sinó- t¡trc aluunas cos¿ls, clt el caso cle clrre cxistan, lt() pLlc-
niino dc l¿r creencia, ccln la conncltaci<in aclicional de tlrrn ser s<tnreticias a prucba para confirntar sll cxis-
que est¿l creencia no cst¿i basacla en n¿rcl¿r. Descle utr tcrrcia. L,s clecir, clue pr-reclirn scr clc-flniclas lr¿is all¿i clel
punto cle vista fllosóflco, result¿r ciiflciltor¡ar cn scrio l)rrro contacto sensorial. No tenqo ninqún intr:rés cn
este collce pto. ()bvi¿rnrentc, si uncl ticne fe lo enctten- ('srls cos¿.ls ¡riltativars. (b¡no va hc dicho, no consi-

tra cor.lvinccnte . Si Ito, es ciilícil s¿rbcr ctinrcl cntencler tlcro clue l)ios sc¿r r-rna cle es¿ls cosas. Slr¡roneo clue
esta convicci<ill, v¿r (lut: no se ¡ruccleu oll-ecer razotres l )ios, si lo quisiera, no tenclría clificultad
¡rara hace r
( r¡ e sLl existencia lirc-rrr cnr1. r ri c¡l1r entc i n
ciuc la jLrstifi<prcr.t, [.a cliflcLrlt¡ci sc cxacerba atLn t.nás | ctlnfir nd i -
ciebiclo ¿r la 'u'¿rieciacl tle objetos cle fc clue se otiecen. lrle . Podría aparecer sobre la ticrra bajo algrrnu apa-

¿Ctimo hace uno para clecirlir si ha ciueclacio nrás iln- r.icncia ¿rclecu¿rcl¿rmente itl¡ronentc y llcvar a cairo tocla
prcsionacilr ¡ror el cristitu'ro convcltciclo o por el musul- , lase cierrilagros. Poclría, por ef cnr¡rlo, institrrir la paz
r.n¿in conl,enciclo? ¿O, si se c¡uiere, por la persona igual- ntrrnclial. Sin clrrcla los teóloqos tiencn ntrrch¡s [rrre
nrcntc convcnci(la de los pocleres curativos cle las sales n;rs er¡rlicacictncs parir jrrstificar su clccisirjn rlc cvi-
tl clc clrrc la fe nrucve nrclntirñas? Si no hay razones paril l¡r csa clasc de concilrctl. [:n crnlt¡Lrier cas(), cl tcnr¡
arlo¡rtrrr esos sister-nas cle crccncir, p¿lreCe imposible (lue nte concierne es si l¿rs fazoltcs (lUe se 0l'r-eccn
¡tarit
que hava rrlsuna razcit.t ¡rara elegir r-rno cntre e'llos. Casi jrrstiflcar la creencia en clivcrsas clttitl¡rlcs sotr entpí,
rri hacc f ulta cluc cliga cltrt'rni resl-rur'st¡ cs rttl tornar la t icas, en el senticlo antplio (luc pfoponc(), o llo. [-o rlrre

fi'dcnrasi¡do en serio. Un¿r cosa es adnritir qlle nues- ¡rrctenclo ¿rfinr¿rr en estc cupítLrkr es quc illttcs cil-'l ciesa-
76 Er lt€ÁD0 Dt DAR\\rN r0l 0R 6rNEs HUt4AN0S y LA DtrtNA(10N Dtt 1t St"1 0 77

rrollo de una teoría c1e la evolución convincentc, cxis- l,r ronfrontación entre personas ciivididas por dife-
tía r-rna sLlerte de argunrent¿ición cle la crcenci¿ en r('nc ias religiosirs. Por cierto se dirá, y sin clucla correc-
Dios, y poclía considerarse clue clicha irrgurnentación l.ur)ente, que las caLlsas últinlas clel conflicto r-lo se
satisfacía los presupuestos natur¿rlistas. Sin er-nbargo, l,,rs¡n en errores teológicos que resultan ultr.rjantes,
es¿largllmentació r.r, siempre probler-nát ica, fire ente- .,¡rro nr¿is bien en rivaliclacles econólnic¿rs y políticas
ramente ciesautorizacln ¡ror el clesarrollo cle una expo- lrucho más mundan¿rs. No cltrstante, hacen f¿rlta cri-
sición convincente clc Ia evolr¡ción. En consecuen- l('r'i()s para diviclir a la gente en grupos consideracios
cia, afirmo clue ahora uo tenemos una buena razón ,lignos de merecer Lln trato económico o social favo-
para creer en Dios. Por supuesto, esa afin.r-r¿rción es r,rble o desfavorable. Históricamente, la nacionali-
una contritrución cle gran importanciir para nuestra ,l¡rrl o la raza han sido criterios si.rficientes, ¡rero el reco-
visión de munclo. nocimiento de la superficiaiiclacl de estas divisitlnes
Debería mencionar la posibilidacl cle quc'cxistan tribales es c¿ld¿r vez más obvio parra un pens.uliento
razones lnorales y no enrpíricas que flvorecen la cre- ine luso apenas progresista. Se puecle decir que las dife-
encia religiosa. Sin clucl¿rs es enormel.Dente problelná- rt'ncias religiclsas siguen sienclo la base más efectiva
tico ¡rostr,rlarr ctll-no raz(';n suficiente para la creencia la l)irra clefencler las fionteras entre eilos y nosotros, y
afirmación cle que uno se sentiría rnejor si creyera. ( rco (lue la desaparición de esa clase cle rnitología sería

Esto suele clescribirse corno Llna expresión cle deseo. ,rlrsolutamente saludable. Y eso por no mencionar la
El gran fllósofo y ¡rsicólogo estadouniclense William i..ica de que sería mucho mejor que la gente creyer¿r en

James hizcl un in-rpresion¿rnte intento cle clefénder ese l, r rlue es verdacl.


procedimiento, pero no logró conveucer a nruchos. En
cuirlquier c¿lso, aunque no intentaré cliscr,rtir en cleta-
lle este punto notoriamente polémico, en lo personal
la tesis de qr"re l¿r creencia reiigiosa cclncluce general- I I, ARGUMENTO DEL DISENO
mente al bienestar humano despierta en mí un enonne
cscepticismo. Una raipicla consideración de los acon- I'l propósito esencial cle este capítr-rkr cs c<lnsiclerar si
tccin'ricntcls cle hoy revela que gran carnticlaci cle los $ eriste alguna perspectiva de enc<lnlrar argumentos
*
principalcs conflictos muncliales están caus¿rdos por t e rnpíricos de la existencia cle l)ios, en ausencia, al
q
,1

á
g
t

I
7t) ;9

l)ios tic lcvclar cn'rprrica-


lne lr()s, clc lrr tlccisi<in cle Ltt¡e cl lcioj I'r.ilría iicg.r<1,r a tsc lugar'; cn csc c¿ts()
nlcnIc str cristcncili. L¿l arqlrutcnti.lci(ilr cli:icir t1r.rc trr¡nits s..' ntc ocr¡ r"r'rr'írr <iar l¡ lltisln¡ fespuest¡ quc
inte nt¡ Pr-('sclltar pf ucbils e n lri\'()i ilc la crccltcr¡ en ilntes: clLre pof lo (lrrc s¿rlría, csc relo.j sicrn¡rre había
rl clcnollinaclo urgru.ntrnto dci r-iiscño.
itiu,ttrra de iclacl cs e:;f etlo alli.
l)ara cx¡rrcslrlo rie nr¿trtcrlr scnciIllt, c\tc ¡rgunteltto
exp()!rc c¡irc cl nrtrnilo, o.rlqtrnas cic l¡s cosas r¡trr- hay )r i r;1¡¡1¡11¡i¡fa, p()r sr¡[)ricst{), (lLtc ¡i9,riicn ll¡ltía tlise-
cn i'1, revclan hucllas inconfilnclibles de cliscno r.pla- r.,(i() \'L()llst!'uirio cs,-' r"clo j. l)aJcv scri.tl¡ cnt()ll!es (lue
rtitlcacitin; por lo tanto, rlc[rc cristir- ult cliscñ.rrlor, es r'i)r ci¡l)()r¡(1r-r c¡uc sea e| iirnciolt¡nlic.r.lto o cl lltecil-
clecir, cicbc ha[rr'r lrn I)¡os. Hl ¡l'qi.lllcnt() cs ltrur ¡l.rti- i,,..i.lto cle u ri rcloi, cs si nr¡-:l¡ cuillrcl() sc io cor-n ¡r.r ra con
urro, ¡rrobablcnle.lttr har'¡ siclo suqcrirlo prir Sirn lJrrltl<t "i ,ic Lur:r ¡rlanlrr () ei (1c un aninrlrl. irn cclnsetueuciü,
( l{orlanos r: :o ): "1)ort¡rre l¿s cos¡s invisi[lics cic El, , i .rls.urilcr.rto soblc i¡ cxistcrre i¡ clc rln clisenaclclr cs arrn
sLr etcrn() t¡oder v irl¡tl" sc' llrice n rler¡nlcirte .,,isrbles
ri.e li.is stilitlo elt cl scgund() c¡so que en el ¡rri¡11cro. ¡1.
riesclc l¡ crr¡ai(in cicl nruir.io, sicn,-lo e ntcrrriirlas ¡ror ('.-rflrodo, iir naturale,;rit tlcttc habe r siclo clisenacla it
r¡cciio tlr'l¡s c<lsrrs hceirus. (l('in()(lo quc n() ticncn i'aitiise rlaclor o t t'aclor-lo llanlarlos l)icls. ltsta
I r.iil(i¡.,
cxcLls¡". LI nl¿is titntoso cr¡rttsitor ilc csc arquntcrito .irgLll.lrclrlircirin f'uc lcctur^a 0ltlicatoria Piil"a los cstu-
iirc \\ illianl l)alcv, airerlcclol cli'i ¡rrincipio tlcl siglo xrx, ,i¡.rrrtcs urriver-sitaricls iitr¡icscs clurantc gran 1-.arte elel
v la iiqLrra retrilicu nr.is cor¡ocitl;l clll-.lca(l¡ ¡r<lr l)alev .iqlo .rlr, v unrtde-. ios csiLrcii¡ntcs (luc rlr,rerlir int¡rre-
cs la ctlrlrPitt'tlcititr tltttlt' llt ttrttttr;tlc,, l1 1,111¡ ¡glqtj: .,io¡racio ct¡n l¡ obr.a lire (.harics l)trrvin:

Sugronr¡unros rlrrr', lrlr'nt/':l'rrn ltrcziti, rlicr'.r nti pic l';.rra prrsal rl crante n clc bachillcr cn ,,\f ic, e rir lr('cc,
colll!'il tina picrlra )1 :,c tttt' l)r ,':lu n t.u'it e olrt<t llcqo a s¡ri<r t¡nt[rién 1¿rnrilr¿r'izitrsc con F,yitlcttcc:: ol ( )ltri:-

cslrr la ¡rierlrrr irl|í; posiblcnrcnlr' pr)(lría responrler' littttiÍt', cle Palet', ilsí cont() aor) su liilosttl'ío tttorttl...
(luc, c()ll() ilo s¡l;i¿r rrrrriu rlrrc indiclrnr lt¡ colit r'¿r- I-;r lrlqicrr dc cstc littro, r.aqrcq¡fí¡ [ir ntlricll tlr'sri
ritt, cs¡ picdrir sietttpr¡ h:tirirt t:st;tclo ltlií; r'tlrilpoc'o '
li"olt¡ti tt t tttt u rol. nrt: [)r'()p( )t'('i()n,l r )n trur t o r.lcleitc
scna rrUI sc'ne ill0 de lltosl rlil' l0 lrltstr¡',]rl tic cslt res- cr¡nro Irucliclcs.L.l crrici¡cillso csttriiio rlt'r.'s[.rs tlhras,
pucsi¡. ['rto srr¡-rtlnuanros (]uc ilttbicl'it e nct¡ltf I acicr sin intcnt¡r irplerrclcr ltingún fl-,rqllre llto de utellltl-
trn rcloj cn cl suelo, \'sc nrc l)l'cguntal'¡ c()nr() Llfil ria, lire l¡ únira paltc clcl crrrso ¡rrrdótnico r¡tre rnc
¿JO FI ttGADO DI DARWIN t0s 0R 6ENtS l]tJl'tAN0s Y tA DiitlNA{:0N Dtt Ttl5140 i 61

pareció cntonces, y aítn lo creo, tle la mcnor utili- . ioncs en contra cle esta última posibilidad son ¿ltlll
dacl ¡rara la educación cle nti mente. Fln ese lllortento rulis devast¿rdor¿rs qlle las empleadits contra la ¡rrl¡na."'
no trrc ¡rerturbaron partr traclir las prentisas de Paley; L.a primerat Lrarte -y la más extensa- de los cliiilogos

d¿incloles aLrsolttto crédito, qr,redé encant¿rdo y con- ,.leL{ume se ocupa clel prin-rer tema. l,¿r fbrma geueral
ven ciclo por su s extelr sls ilrgtl lrl r'll tilc i ()n cs. .icl argr-rmento clel diserlo ha sido consider¿rblemente
(Charles Darwin, AutobiograJía) rliscutida en la tilosofía reciente bajo eltítulo cle"inf-e-
lcr.rci¿r hacia la rnejor explicación'l (lonlo sLt lltlnlbre
F,largumento goz¿r de un considerable graclo cle plau- iri sugie re, la idea general es que poclcnros itlferir la ver-
sibilidad sr.rperficial, y ha convcnciclo a muchos' Y, tlacl de algírn hecho -habittlalmelltc l'to obscrvacl<l <'l
como ya he señalado, es un argtlmento que piirte de inobservable- a partir cicl reconclcitniento dc c¡r.re ese
la evidencia proporcionacla por los senticlos. Sin hccho proprorcionaría la rnejor explicacitir-r c1e algúrl
embargo, sus méritos no sobreviven a un escrtttinio hccho o[¡servado. Esta es Lln¿l fbrma de argumentetción
detallado -como al que filc sontetido poco antes de cor-rsiderada clc- gr;rn itnportanciir para el pensatricnttl
que Paley escribiera su Teologítt ttcttural- por David científico porque parece ser neces¿rria para lirudamentar
Hume en sus Dirílr.rgo s soltre la religiótr ttútural.l,a refu- llLlestra creencia en objetos tales cono los electrones
tación clue hace Hume del argumento del diseño es rl los c¡uarks, que no son accesibles a la observación di-
devastadora. El prirncr problemzr que presenta cual- recta. Los físicos pr-reden l-rablar de la observación de
quier versión de ese argumento es qlle, aut-t cuirndo iur elcr'trrin cttantlo vctt utta trayect()riil en unil cánrara
logre clemostrar quc el r.nunclo debe tener trn diseña- tie br-rrbujas, percl todo lo que ven es una fila de bur-
dor, no tiene ninguna posibilidad de revelar ccimo es bujas dentro de un tanqtte de líqtriclo. Se sr-rgiere que el
ese cliseñador. Hume difereltcia claramente la posibi- electrón es aqr,rello qlle se infiere conto la mejor expli-
lidacl de que la teología natllral (el proyecto general c¡rci(rn de la aparición dc esa trayectoria señaltrda por
de deducir una teología a partir del exanlcn del las burbujas. El argumetrto es debatible, pero supoll-
munclo) pueda demostrar c¡ue debe existir un dise- gamos que su princi¡rio es sólido. O, al rnenos, que algu-
ñador cle la posibiliclacl de que prodarnos atribuir a nas de sus instancias s<tlt sóliclas.
ese diseñador alguna de las propieclacles morales tra- Parir que las instancias de inferencia se¿rn sóljdas, es
clicion¿rlmente ¿rsoci¿rclas con Dios, y sus argunlenta- necesirrio que exista una explicación que se identifi-

¡
.lARv'rtilr irfi 6tlii:1 i it'lANil\ \ rl 0i(i l'1,\l cN Dtt li: !i\ll) El

(.iLlc c()ltlo la ntc jor. l:stc cs un punt() int¡rorrartrc prtr lnalogiit urás ¡rrotrlisoria. l)or stlptlcsto, est<l ilrclLtce a
cl qtrc l-ltrrite (o cn cualc¡gicr c.rs6 sri prequntar cle tlortcitt vittiertltl los utlivcrst-rs pl'oSclli-
¡-ro¡1.r,u,
ciiiikrgo, Iilo ) clitica cl argurrre ",., "t
nto rici rliscño. Supor.r- lorcs; ¡.r¡¡1'¡ en ctlallto al llrglttrlct-tto tlel tliscrl<l rcsttlta
s¡lltos, tlicc Hurne, qLlc alguielt ha los,rarlo r,stilbleccr iqu¿ltrcnte ¡rroblcnrritico plalltear tlttc si la txistcll-
tlue cxisliri, si. clrrclas, u'cliseli¿tcl.r clel r.l llt'cl.s,. ci¡ clc 1111 1¡i'r jcto orclcnacltt reqtrie rc l.r hip(ltesis clc
Inclrrso ¿rsí, Ltn cliscllatlor' cs tliiicil elltell(lel'l)or (ltl(i el Illistllo
I )ios, sr"r pr"rcstatttcltte ci orclell stl prclllo, llo rt'q l'l c f L' I

tltiis all¿í clc esa ¡rosición, no ¡rueclc clete rntrn¿r ni A su vez r.tn discrlarlor'. \', tn¿is itltcrcsatltc :ltltt, Ilr"tlltc
ttn¿r sola circunstancirr, v clr"rcrla ltLectl libritcit) rl cstil irrcluso co(lr.lcteit colt tltl¡ iclel tltre rtrlticiplt ¡igo tlc
[tleccr cadrr ru.l<t clc los pruttos c]e su tcologi¡ c:on la I ) l1 flri t tt:
llta\,'or licencia v fantrsía c hipritcsis. l..l nrur.rdo, por
lo quc ól satrc, es ntuy clclcctuoso e inr¡rertecto si
¿l'.riste tnt sistertla, tlll ordell, tlll¿i cc()l'lolllí¿r clc las
sc lo contp¿r¡ con un nivcl superior, cos¿ls, p()r cttvo Irteclio la tlateria ¡ructlc prcscrvar
l,iirc tan sctlo
el prinrer ensayo burdo clc alquna clcitlad inirntil cs.l i)crpc'tLrir lgitaciótt (ltlc' Parecc resLlltarle cscll-
clttc lr-rego lo ¡rLranclon(r avcrgoltzad¡ clc su
¡rol.,re,.lc- cial, r' llrantettcr lto obstilntc ttlll'l constatlcia e il lirs
sempelio: cs la obr¡ apenas clc alqun¿r cieiriaci intc_ filrnras qr.tc ¡,'rocir.rcc? Sirt clrrcla eristc esa cctltlotní¿,
rior, clcpcltclicntc, r'cs objeto rlcl clcsprc.cio rle sl¡s pucs eso cs rerlllllentc lrl que ocLlrrc cll cl caso del
sLlpcnores: ers iii procluccitjn clc ia vcjcz y la scnili- nrtu.tcitl [)resclttc. l)or lo tatlttl, cl ulovimietlto cot"l-
clacl cle algrrnir clciclatl caduca. . . tinr-to cle la rlatcria, ctl tratlsL'rttsiciollt's IllL'llos (ltlc
( l)rriloco-s, ¡r;rrte \' ) irlfilritas, clcbc ¡'rriicirrcir csta ccollolllía lt tlrtlctl' \'
l)or stt lllisllla ll¡tur¡lez¡, ese orclctr, tllli.t vcz cst¡-
lttt rcaliclarl, Hlrrler no cstii sicnrprc clispucsto a lccp_ blccicio, se sttsteltta a si Irlistno clltr¡trtc lrlttchas crits,
l¡r si(lLlicra ia sr-rpucsta existe lte ia cle un rliscñaclor. Ln si es rltrc t.to cterilatlentc.
tll'l rlollcuto slls person¿t jcs juegan ccln la icie a ilc cluc (,f )irilt¡to.s, Pilrtc vlll)
,'l r.illrr e ¡\() L.\ ttt.ts se lr)e jitnt(. .t tin ()t.si.ill|sntr). (lU(,
tili
vez iuc cl rcsuit¡rlo cle una rc¡rroducci(lrr I{ichrrrd l)nvkins, ert E/gcrr ct()a/rr, se llillo (itlc la sttpcr-
crr¿rsi [ricl]rj_
riiclr. Irrr gcnclli, alqrrnos supcrrrc.gctalcs ¡a vir,encirl clc los tl¡is aPt{)s es tlll cilso cs¡reci.rl dcl ¡r¡'i11-
¡r¿¡ccL,¡1
ó4 tt rt6AD0 Dt DARW N LOS l]R 6ENi\ I]LIYAN()S Y tA DEIt NAIICN DtL III\I']t) ó5

cipio rnás general y nranificsto de ia sr-rpervivencia clc eomcl las cie cualquier otl'a ¿rrgunrelttacicin qLlc sc llos
lo estable. Iln un tienrpo infinito, sugiere Huute, el uni- poclría ocurrir.
verso clescubrirá por casr-raiidad las clases cle estabili- Sin embargo, rto lrle detenclré ell esas otlas argtl-
clad qr,re por su existencia real sabemos que son ¡ro5i- nrcntaciones, porque las ref'lexioues ya enunciaclas
bles, y conro result¿rdo de su estabiliciad esos cstaclos sobre krs rnotivc'ls para creer ett cuarlcluier Dios, scgúrl
perclurar/rn. hemos visto, detnuestran qLre la teologíit natural pLtecle
fJr-rmc se explaya menos y es rr-riis ir-rtransigente con clecirnos rnlly poco acerc¿l de la natr-rralez¿r clel crea-
la iclea cle que poderncls inf-erir la existencia cle un crea- clor. El segunclo conjr.rnto de argttt-ne ntacicllles sólo
dor qr-re posee tocla la benevolenci:r clue se ie sr,rele atri- cobra iinportancia si ur-tcl acept¿t cltle es Irecesaria la
buir l)icls cristi¿rno. L,i munclo est¿i lleno cle m¿rles
¿rl cxistencia de alguna clase cle cliserñacior, Pe ro sllPonc
qr"re pocirían ser evitables -el clolor, las enf-ermecla- crróneamente qLle esa aceptaciótt t'tos collcluce a atlgcl
des, las cat¿istrofes naturales y clesclichas por el estikr- scmejante a un¿I concepcitin trirdicional cle l)ios. En
y el creac'lor clel r-rniverso o bien c¿rreciíi clel pocler o learliclad, a pcsar de Ia fr"rerza de sus propios argu-
cle la voluntad de evitarlos. Pero por cierto un ser our- nlentos, al llnal cie los l)fuilrryos Httme parece aceptar
ni¡rotente no poclríir carecer del poder, y un ser infi- que el universo nos proporcit¡ua evicletrcias cie tLn¿r
nitamente benévolo no poclría carecer cle esa volun- c¿rusa clel orden que "probairlemcnte presellte alguna
tad, de moclo que la teología naturai contradice algunos rcrnota alraiogía con l¿r inteligenciit huntar-ral" -algo
de los atribr-rtos tradicion¿rles cle la divinidacl. Filóso- (lLle no es exact¿u.nente un¿r trir-rnf¿urte reivinclicación
fbs y teólogos se han tonaclo grandes trabajos er.r todas clel teísno, pero que t¿u-npoco es utta t-regarción abstl-
las épocas para estirblecer clue la n¿rturaleza clel mundo Iuta-. Hay desacuerclos con respecto a si Hume inclu-
no contradice la existencia de un creaclor benévolo (la yó este mínimo eletneltto de teísnto tománclolo en
naturaleza clel mundo no es t¿ln mala como parrece, el scrio, o si su presencia es tan sólo un reflejo cle los
tral tiene lejanas consecuencias positivas de las que lírnites aceptables de la especulación en el siglo xvttt.
no somos conscientes, ctc.). Pero las perspectivas de Pero no tenenos que preocupirrllos por esa ¡rolémica,
clcnrostrar que el universo está tan colm¿rclo cie bon- porqlre ahora nosotros podernos ver -¿l dil'erencia
claci cluc s(llo pcldría l-raber sido creaclo por Lrn ser cleHume, qr-rien en su rnontento no podía hacer-
suprcl.lraurente benevolente sot-l tan poco promisorias lo- cle <¡ué modo la teoría cle la evolución cambia todcr
tJÓ It IIIADr] Dt L]ARW], i05 tR Itl'lLj l] MAN0! Y iA dtii NAt 0N l]tl Tt15lv0 ó7

ei colltexto clc la argumentación clrrc hertros est¿rcict lica cstrtrcturit quc ictrl¡ siste rttitticarrte ntc coll
se ¿rrt
ex¡ronicnclo. i¡ teoría c¡le, en ¡rartc, las ex¡rlica.'[irl cottto lo cxpre-
He setialado yil quc para que nn¿r iltf'erencia firera s¡n hs críticas clc f lutnc, cl argtrnrento clel riiserlo, lejos
la rnejor cxplicacitin cr¿r escncial clue fuera una clara cic uro¡rorcior.rar ulta estructur¡t clc sirttilar ric¡ueza \'
candiclata a ser la rnejor explic¿rción. Y va vir.l.los tluc' tletalle, srlkr clellne v es¡rccifica un api-lrilto tctjrict'l cl-t
eI ¡runto débil clel ¿lrqlrmento clel cliseno es qLrc no rL'rn-rinos tan vagos clr-tc linclart colt e I sill serlticlcl, y ex-
represeut¿r r.rna ex¡rlicación últic¿t, r.' p'ror- cicrto tiim- plica rpenas la prcsertcia cle algtin orcletl tt cstrllctLlrll,
¡roco la nrejor. Y eso es, flnalnrente, kl clue nos pro- sin h¿rcer re f'crencia a un solo cictallc clc la estrtrcttrra
porci<lna la evolución: la rinica, rrejor v rl¿is cl¿rra ex- rcal clue encoiltrarnos elt lttlcstro ltruttcitl. N<i hay ctltlt-
plicación del origen dc la vicla terrcstre. iln este pLluto,
f)araci(in itosible crttre la cvolucitjtl y cl argr-rnretlto del
no cs necesario insistir en quct la ev<tlución propor- tliseño en cLl¿ll.lto a riqueza explicittiva v ¡rrccisititl.
ciona l¿rrnejclr er¡rlicacirin ¡rosible. Prrecle scr c¡uc algúrrr [-¿r conclusirir.t ¡rlcccclettte en cLt¿rnto a los tlri'ritos
c1ía clescubriultos otra nlucho nrcior. Pero par..r inva-
rcs¡rcctivos cle la cvoluciirn y cle la teología Ilatllral es
liclar por conrpleto el argun-rento rlel cliscrio s<ilo clebe- clr gcnerai incliscuticla erttrc los qLle h¿llt rcflcxiouaclcl
r-r'los scñ¿rlar que lir cvolución proporciona una ex¡rli-
sobre el tcnra, pese ¿r l¿r c()nst¡ntc oposiciót-t clc lcls crea-
circiírn lruchísinto ntejor clue recurrir, cle rr..rtrnera c i on istas, incl trycncltt utt su bcttttj llltto ltltlY peq u etit I
tot¿rhncnte vasa, a un cre¿rdor rlcl cluc r.to sc sal.re nacla tle creacionistits muv serios y rcflcxivos. No seriir ciertt¡
en abscllutcl. ¡flrr-nar cluc ese argunrcnto ha siclo abartclott¿rcltl. L)e
;Por cpré insisto eu (iLle l¿r cvohrcitin cs rrna expli- hccho, ha vLtelto a strrgir recicrtte'trtc¡ltc bajo lttt¿t firt'ttta
cación r¡r.rcho me.jor que la clel cliseriacior inteliqcnte? lcvcrrtcnte clif'erente, cottto la tcoría clci cliscrlo illteli
Pclrc¡uc l¿ evoluci<in es un¡l leorílr cir-rc ¡rroporciona rrna qente. Sin cttrtrargo, coltto Ito ltlgro tlistirt¡¡ttit clt estc
minuciosa colrclación clttre e I aptrattt cxplicrrtivo y enfbtluc ninguna novcclacl getrttina, lr() Ittc octtprtrtl clc
lcls fbntinrenos. l,as obscrvaciones va exprcs¿rclas para
csc tenra airora. (,ttric'rs¿itnctttc, t.ttl tl[tstatllc, cl coll-
respalclar la cvolución -estructurils homtikrgas en clifé- scuso gcneritl accrca cle ia supcriorirlrrcl e xplicativa cie
relrtcs clases cle orga n isntos, rr.'l aci<tncs geográficas l¡ cvolucitiir respecto clcl teísnro tlo h¿ siclo cotrsicle-
cntre especic's relacionaclas, la clis¡rosicirjn cic los frisi- raclo un proble nra para la crecrtcirt re ligiosa. l)c hecho,
les en cl registro gcoltigico ,v clcrriis- constituycn r.rna
rrlgr.rnas persolr¿ls, clc tlratrera stlr¡rre ttclctttc, han clec1i-
88 i ¡L LF6ADO DI DARWlN L0S 0R (,tNtS f]UllAN0\ Y tA DttLtNAt 0N Dtt ft \t10 8g

caclo un csfuerzo consiclerable a negar qrre la evolu- ,l.rrwinistas y cristianas se contraciicell entre sí, y con-
ci(rn signifiquc Lrnit ¿u-nenaza contra la religitin. , Iirye que es¿s contraciicciones en retliciacl no existen
\' (lue, Lle hecho, ¡ror cjentpkr en relacicilr cou lrrs per-
( cpciones cristian¿r y sclciobiológica de ltr éticl, esas

I r'eenci¿is pueclen llegar cn ciel'tos casos il respalclarsc


INTF.N'IOS I)U RITCONCILlAR LA EVOLUCIóN nrutualnente. Por supuesto, esto ocltrre casi sie rnpre
Y I-A 'TF,OI,OGíA i)orque no tienen naclir que ver entrc sí. I)¿rrwin nrl
ticne nacla que clecir (pclr io c¡r"rc s(') ilccrc¿l dc- la 1ii,
l)os evolucionistas prominentcs, el biólogo Stephen rriciacl ¡ aLlnque hay en su obr¿r poco lugar ¡rarl cl parto
Jay Goulci y el filósofo e hisroriador de la biología rlc una madre virgen o para las resurreccioncs cle eutre
Michacl lluse, han publicado recienternente libros Ios muertos, tampoco existe para él la necesiclad cle
enteros declicaclos a clefencler la compatibiliclacl del neg¿rrque un ser sobrenatural sutlcienternente pocle-
darwinismo con el cristianismo. Thl vez valga la pena roso podría prodr"rcir esa cl¿rse de situaciones. Así qr-re
mencionar que amb<ls autores c-scriben en los Estados llo me propongo p¿rra nada argumentar que existe con-
Uniclos, y que el poder político del cristianisrno en ese traclicción entle el darwinisnto y el cristianismo. Sin
¡raís es tal qr-re resulta nrás qrre conveniente intentar e nrbargo
-y éste es el punto sefial¿rdo ya al pritrctpio
minirnizar los ¡rosibles conflict<ts entrc la ciencia y la tle este libro, en el cuai me encuentro desconcertan-
religión. Sin rrnbirrgo, conto la oposición a la evolu- tcrnente de acuerdo con Richarcl Dawkins y los fun-
ción provicne casi exclusivamente de los cristiauos tlamentalistas cristianos*, me parece qLle esa argu,
funciarnentalistas, ,v corno cle hecho ni Ruse ni Gor_rld rnentación pasa por alto el punto crucial. Y cse ¡.lunto
han sugerido que la teoría evolutiv¿r fr-rera coherente cs el que se ha enunciado col.r cierto cletallc cn este
con una interpretación literal del Génesis, es¿l conve- capítulo: que el darwinismo soc¿lva la úrricrr raztin
niencia es limitada. Dc todos modos, su¡ronclré clue lcmotamente plausible par¿l creer elt la cxistencia cle
arnbos son completantente sinceros. En esc caso, me t)ios. Y, clejando de lado algunas ve rsioncs litre rales
parecc- c¡r-re ambos están ecluivocados. cxtremas clel cristianismo, la crce ncia cn la cxistcncia
Ruse consiclcr¿t con cierto detalle Ios ¡rur-rtos rlc Dios parece ser ulta condici<in nríninta cie I cristia-
¡rrin-
cipales cn los que se ha alegado que las convicciones rtismc¡. En consecuenci¡, y collt¡'¡.rri.ulrcrrte a la opi-
9O Et ltbAq0 I)f DARWIi..] ii\ 1.lR 1,INl\ l] ll fl Ali rrS Y lA Dl:r.LlNAti0N Dtt ltt!t',1 0 9l

nirin flkrsriflca o!'todoxa sobrc csc tertta, creo qttc los ,lrrnrente con arntros tttogistarin. A nteclicla clue se ha
cristiauos -v n<l scllarrelrte los <-ristianos firttdanrelt- l,r-oclucirftr el avancc clc i¿ cienciir, los teólogos m¿is
talistas- estrin acertaclc)s al trlltar c1e socavar cl clarlvi- ( ilpaces han rctiraclo riipiclirrtrente su reclar.no clc airto-

nisnro, y llichirrd [)awkilrs cstii clt lo cierto al ¿r1irm¿rr riclacl frictica en el can.r¡ro colonizaclo por la cienci;.r,
que conro lns inte ntos cle cles¡crcclitar al clarrvilristlo r c<ltrciénclose cacia vcz lllis al
irarticLrlar rnugisftriturr
sou un coml.rleto f r-acaso, cn el argutrento clcl clisetlt'r ,lc la ética y cl scnliclo cle la vicla.
no clueda naclir <¡uc valga la ¡rcrta. N,f ás ¡rolét.t.ticanrcnte, A pcsar cle l¿ enorrnc autoriclacl que (ior.rlcl confiere
c¡r-riero repetir clric sin el ltrgutncnto cle l cliscño no ,r esta ¡rosicitin, no estoy par¿ nacla convenciclo, por
c¡uecla nacla rnuy crcíble del tcísnr<'r cr.r gencral v clel .ios razones princi¡rales. l,a primcrn, y tal vez l¿r r-n¿is
cristianismo en pirrticular. I:br lo tanto, nte parecc qtle Itrnci¿rmental, es el ¡runttt clue I're subravaclcl a lo largcr
la argurrentacirin cle conrpat ibiliclad de Ruse, aun- ric este ca¡rítulo, ,v espccíficarnente cort respecto a la
que sea eritosa cn líne¿rs generalcs, tro vicne al caso. ir'sis cle Rr.rsc. Esc puuto es que la ciencia, espccial-
Goulcl llega a la conclnsi<ilr cle la eristcncia de esa r)lcnte bajo Ia fiz t]el clarlvinisn'ro, ha socavaclo cual-
conrpatibiliciacl de una mancra lrás clrástica (luc [{ltse, r¡rriel fr-rnciarrcnto plar"rsiblc para crcer qr.re ¡rueclan
por medicl cle l¿r insistencia cn r-ura tiivisión r¿idical t ristir clioses Ll otros scrcs sobrenlrtur;rles. l)e hccho,
e ntre c.los esf'eras de pensir rti ie rtto o rrlrlti-s/cri n. Urta de t'st.t sinrplc obscrr,¿rcirir.r, scil () lr() iir'rtrr, sr'ñala la difr-
ellas, el mogisferíunt cle- la cicnci¿r, se ocllp¿l dc ctirrr<t t l¡ilrrcl clc nralttcller kls n¡¡l{i".fcri¡l cle (loulci ltct¿lntente
son las cos¿rs, ell t¿rnto la otra, cl tttogístcrirttrt cle la reli- \cpar¿rclos. I)orc¡rre cl hccho cle cluc cxista o no alsún
gión, se oclrl)a cle la ética,v, en el senticlo tr¿rclicional, tlios es aler) fun(lat'ltcntal fcsl)ccto a ctintt'l son las co
tan penoso para los fiiósofirs ¡rrofesit'rnales -v cspe- .,ts. l,a cicnci¡ no rtflrnra qrie lto h¡1, ¡ii1¡c(ls, pcro sin
ci¿rlmente para los filtisofbs cle la biologíir- clel signi- ritttla no rlice clue ninqrulo cxiste. Asi. si la cicncirr fircra
flcaclo de la vida. Son c-anrpos cotr¡rletanrente inde- Vcrclacler¡ rlentc el tilr ittr IIt rN ¡ st e r i t t | | t rr U t r r ri z.tcio lra r¿r
penclientes, v por lo t¿rnto I'rittquttc¡ cle los dos in-rplica ,lccir cónro son las cosls) no tenrlríantos ningrrn¡ rrrztir.r
parir el otro. (lt¡ttlcl dcnruestra cle t-rlanera
Lrna ilmen¿rz¿l l,iit'a dccir c¡uc existc ttn l)ios, v cl l¡¡rti:;lt'r.l¡lr¡ clc la
cor.lvincente que n.ruchos tle los granclcs cicr-rtíficos v rcligitin por lo tanto, gravcntcl)[c clclL'cttroso.
scr'í:.r,
te(rlogos han recorrocido clc algírn nrodo esa clistin- I)or otm p¡rte, cs incl¡¡clablentcntc cicrto (lLle lru-
ci(ln v con ftrecuenciir se han conrpr()lrreticlo profun- ,,.1s trarl icioncs religiosirs r.ros harr pr"oporciclnaclcr
il r0s 0R ctNi\ |]l]rlAN0\ y rA DFitNAt0N DtL IilSl'40 I r)3
92 rE6AD0 Dt DARWIN

icleas prol'unclas y coherentes con respecto a córlro Nli con rcspccto a la argu-
segr,rncla preclcupación

clcbcrnos vivir y dar significado a nuestras viclas. Poclc- r¡rent¿rciór.r cle Gould es cplc cludo de clue esté en lo

llr()\ r'csl)ctar csas tr.tdiciones y sr,ls l)r('(cPt()s sirt supo


( rcrto rl pensar que puecle tr¿lzarse una clara línea divi-
.,ori¿r incluso entre la ciencia y la ética. lin filosofia hay
lucr (lrre su validez tiene alguna relación con un ori-
ge n sobrenatLrral. l)e hecho, ¿rnl-l cnanclo hayan tenicill rrna larga traciición que supone esa división, pero que
.,t' h¿r tornaclo cacl¿r r.cz ntás polér-nica en el entorno
r-rn origen sobrenatural, se ha plartteaclo la cuesti<in,
generalizrrda y convinccnte, de que si no existíal1 r¿tz()- nr,is reciente de la filosofía de la ciencia. lrn cualcluier

n es i ncle¡renclientes ¡rara considera rias valiosas -razo- ,.rso, Gould asllme una vcrsión que suena bastante
r-res presumiblemente conocid¿rs ¡'rclr [)ios-, no resultlt ,¡nticuada de la distinción entre hecho y valor. Pero
claro por qué debernos ¿lctuar según esos preceptos, rrn¡ de las ¿ire¿rs en las clue la clistinción hecho/valor
salvo tal vez por miedo a las recriminacioues. Y si exis- \(' ve rnás obviamente presionada es precisamente en
ten suficientes r¿lzones indepenclientes, la aprobación r'l contexto de la cvolución. I-os evolucionistas -si bien

cle Dios se vuelve superllutr. l-o qlre quiero decir es rro siem¡rre de lnanera creíble- hacen afirn.ruciones

que aun cuanclo Gould esté en lo cierto al plantear .rr crc¿l de cómo clebemos ser fundanrentalmente, afir-

la separarción entre esos clos can-]pos del pensitnrien- rn¡ciones que se b¿rsan en su comprensi(ln cle la evo-
to, esto r.ro protege a las atlrmaciones teológicas -es- lucirin. Pero sin ducla es ¡rrobable que se puclieran hacer
pecialmente la existencia de un l)ios- cle la amenazit ,rlirnr¿rciones lnuy diferentes y def'endibles ¿rccrca cle
que enfrent¿rn con cl ¿rvance de la ciencia. I)e n-rodo quc , rin.ro c'leberíamos vivir si fuéramos criaturas solita-
me parece absolut¿rmente equívoco presentar estc r r¡s y soci¿rles o, en el otro extremo, ilrsectos socialcs.
¿rrgumento respecto de la relación entre ciencia y reli- Si se demostr¿lra, por caso, que todos los sercs hurtr¿r,
gión. I)icho clc otro tnodo, Gor.rld no hace nada ni nos adecuaclanente clesarrollados ticncn t¡ n obse
intcnta hacerlo para demostrar que existe una basc sivo impulso a acumular posesiclncs ¡rcrsonales, la ¡rril-

para un conrproniso ontológico absolutamente inde- ¡rrresta de que los seres humanos cstiín obligirclos rr vivir
('n sociedades comunist¿rs sería nttrv cliflcil cle clel'en-
¡rcndiente de la ciencia (o tal vez de la experiencia
t'otiiliana). Y dudo ntrrr--ho de .1uc. de verse desafiado tlcr. La curiosa mixtura de indiviclualisnro y sociali-
a hacerlo, (louid estuviera interesado en hacer esa ¿¡ci(rn que en realidad c¿rractcriza ¿tl Ilonto -sdpicls es

clcnr ost rac i ri n. sin clucla lo que h¿rce t¿rr-r dificil e intercsante el tem¿r
94 ,I L:i]iiil0 0i )Ail','r N
il, It r,flti\ rlIl'tÁNrl\ i i¡ i)ilLiilAI t]i\ lli lti\l'ii) c)5

,-lccólilo tlcbcriarr vivir los scres hLnlr¿uros. (lr<inicrr l,r rrrct¡flsir.r naturalista .lsLmrida ¡ror la nrlivorí¡ clc los
1)rcr)tc, lo soci,¡biolr){os y sus clcsccncliclitcs intelcc- lilrisoios contenrponinccls. lrl pnrblerla n<l ers si la e vo-
tLlalcs sLrcicn hirccr feclanros i)ill-alclos colt rcspcct() il lut irin v ulra tra(licitill reliqiosli particrtlar son t'ohc-
una rígi(l¡ ciistincitin e ntre llcchris v \¡aiorcs, cou el ,, n1es en lur senticlo l<igico. Sicnt¡rre c¡uc lir f radicitin

irro¡':rosito clc p¡r11g¡ clc rclicr c (lue sLrs al-i rnr.rcioncs ,,ligiosa cvite las aflnrircioncs f ácticas, tal cclnro la
sol)rc ia natrrrulez-¿ hrirlana lt() ticl.lclt l'eicvalt!i¡ i)iu il ( r)lrce pci(in cle (i<lulil c'le tlisf intos tttLtsistcrit la obliga
los te r.nas éticos o ¡rolíticos. ) I)rcsLrnriblelrcutc, una ,r lrrrcerlo por cleclcto, r' tal cor-r-ro los te'rilogos scns¡-
r.'cz nliis, si fuerlrn.ros criaturas parcialrtrente soblen¿t- to5 l1¿1¡1 accedickr ¿ hacerlo clur'¿rntc siqlos, la cvolucirin
tur¡les hechas a inr¿gcn y scnreialtza clc un scr' ()l)u)i- ' iir traclicirirt leligi<lsa sclrr cclhert'ntcs l)or(lue t1()

p()tcnlc, eso t¿nr[rión lcnclría cotrsec¡-re licias ¡iara la ll.rlrl¡n cle los nrisrrros te mas. l)cnl r.ro olrstirrttc sc cl¡
I.lrtttrruiczA clc unir bLrclta vicla hurlan¡. Lin iclcal, cene- ,'l crtso tle clue l¿r cic-r.rcia y la rcligiolr hirblarr cle col.l-
r¡lrzad¡nlcntc ace¡rtatlo, tlc rrna vicia bucnir posible ( cl)cioncs clel univcrso raclicaln.lcntc rlif crcnters. Y conro
cs ar¡trólla dcrlicari¡ ¡ l¡ acloracirin o cl scrvicio rlel l.r concepcirin clef'enclid¿r ¡ror la evolucitjll sr' h¡ tor-
Scr Suprento. l{esullir tliflcil crce r quc cl vrkrl cic esa nrrclo r.l.l¿is conr¡incclrtc, la conce¡rcirit.r ¡rromovicla por
i'idrt sc¡ inclcpenclicrrtc del hccltcl rle si cxiste cLl lcil- l.i rcligitin se ha hecho lrcnos sclstcniblc. l.a cicnclt ncr
licl;tcl irn ser tlc es¡s L.lr'.rctcl rsti,'.ls il (lllie it arl()ri.il'o r ()ntradice la rcligirin, penl hace caclir vez. rniis inr¡rlo-
scrvir. Hn surlir, la nl¡ne r¡ cl) lir (juc tlciicrílirros r ivir lr.rble clue el cliscurso rcligioso tcng¡ tcnra.
cs Lut t('lllil quc l1o ¡rrrcrie se l)in-iu'sc corlrPli'titrlcntc rlc A vcccs se sLlgiere que la cienci¿r sicnr¡rrc clejarii lagu-
i,.ls hcchos, cle corrto stln l¡s ctlsris. ilirs, V es¿ls lagr-rnas ¡troporciouat'iln ul.t hriltitat ir¡rro
F.l ¡runtrl prirrcip.tl, solrrc c[ ritic tal vcz scrr.i inr.lc- ¡rirrclo a lcls resicluos clc rcligitin. Sin r'ltrtl¡ ¡rotlct.t.tos
ces¿rio tr¿[rrti:.rr si ¡ro filcnr tun ¡rr)ic.¡11i.-i¡ r,si ¡lgrrnos ('st¡r scgllros cle c¡uc'la cienci¡ nLnrLJ c, rn:eqtrit'r'i cx¡rli-
¡.ic stts ¡spcct()s ir.n¡rrlrtirnics rro lrriiticlan sitlo rcir.rti- t rrrlo toclo, y si se consiclera úrtil as¡riral it kls ciclos prrra
rios,v rtcgirrlos I)or aIgrrn¡s personas incsl,-erririas, es t'rplicar aqr,rello cn lo qr-rc la cicncia frrllrr, tltrt'ilsr scil.
t¡trc la tcclrírr cle la evolt¡cion hli rcplcselrtaclo ult¡ c()n- l:l problerna es clue no es lticil clcgir lrrs laqunas aclc-
trilluci<in inr¡rortantc, incltrstl r-lecisir,¿t, cn cl ¡rroccsrr cLraclas: la relicirin ha tenrlido a clcgir lrtqrrnrts (l¡ vitl¡,

clc inval irlacirjn cle las i n tcl'I i'ct¡r io r re: I rccicnt ílicas lrr nrente)c1ue nriis tarcle la cicncia ha cnrpczrrrlo a lle
s(i[)renil t Ll rirl ist ¡s lnctiifísicas, rcertr pl lz.it ltcloll s por rrlr, 1'la retiracia ¿l Lln terl'ett() rtl.ls s('ilttt'() es tttalir pr<l-
9C, tt ttGAD0 DF DARWIN L0s 0Rt6tNts HUrlAN0\ Y LA DttLtNAt0N DEI rEr5f40 .)7

pagancla cie las virtudes exprlicertivas cle ia religión. ,r rios atriis, cuando probablemente comenzó la vicla en
Sin enrbargcl, dentro del clonrino actual cle la evolu- lrr'['ierra, eran adecuadas para la producción de sus-
ción hay una lirguna b¿rstante grande clue delremos trrncias químicas orgánicas bastante complejas. Hay
mencion¿rr. Se trata del principio de la vida. nrotivos par¿r pensar que las mezcl¿rs complejas de ele-
Es cierto clue los orígenes úrltimos cle Ia vicla, la tran- nrcntos químicos orgánicos pueden establecer esque-
sición clel loclo primorclial a la prirnera céiula viva, nus estables de reacción no muy distintos a los de la
sigue sienck) poco cor.locida. ¿Deberíamos concluir, ,linámica metabólica que el-lcontralnos en ias células
entonces, que la explicaciírn cle esta transición en tér- biokigicas.'Ienemos buenas razones para suponer qllc
minos cle burclos bosquejos tellt¿rtivos de procesos quí- uua vez que se alcanzaron las condiciones mínirn¿rs dc
micos no es mejor ni peor que ilpelar a la intervención rcproducción de algo semejante a una célula, se podía
divina? No lo creo. Prirnero, recuérdese cpre nri¡rreo- csperar que la selección naturai produjera un incre-
cupación ha siclo deternrinar si la inspección del nrento de la sofisticación y la estabilidad del proceso.
nuuclo eu el que nos enc()ntramos nos da funda- Y l-ray especuiaciones mucho más específicas acerca de
mentos para creer en un ser slrpremo. Si hubiéramos Ios detalles químicos de estos hipotéticos procesos.
establecido de antemano clue existía un ser así, y que La situación señala un aspecto importante de ia infe-
era Lrn ser con capaciclacl cie crear vida, entonces su rcncia como mejor explicación. La rnejor explicación
intervención sería por cierto la rr-rejor expiicación del tlisponible suele scr, y talvez con fiecr:e-.ncia lo es, básica
comienzo cle la vida. Pero ahora nos encorltralros con- l prarcial. Confiarnos razonablemente en que los movr-
siderando a un ser cuya existencia clebe postularse so- nrientos c1e los objetos astronómicos estan mejor ex¡rli-
lamente como explicación de cse enigmático f'enó- carios por algunos prir"rcipios conociclos de l¿r rnec¿i-
meno... como una nr¿rniobra sd hoc cie la clase que nica, aun cuando puede halrcr obst¿iculos nrateur¿iticos
generalmente se considera conro un elelnentcl qtrc vicia tcóricos para la aplicación de esc'ls priucipios cn esos
cualc'¡uier reclamo o aspiraci<in a una explicación. Por casos. Estoy clispuesto a admitir qLrc en el caso ¿rctual
otra parte, ¿lLrnque hay mr-rcho quc clesconocemos ¿lcer- ci salto es mayor. No dispor-remos cle rtirtgúrn caso para-
c¿r c1e los albores de la vidtr, no carecenros sin embargo lclo exacto al cual recurrir: hay verclaclcras lagunas
cie recurso explicartivo. S¿rbemos que las condiciones cn nuestro col-rocinriento cie los procesos en fr-rncio-
c¡re ¡rrobablemente existían unos cuantos billones de n¿miento. Pero, sin embargo, rnc parece que recLtrrir
98 ] EL tI6ADO DI DARWIN

a un se r supremo no es ninguna clase cle explicaciórr 5


en absoluto. No sabemos nada ¿rccrca cle córno un ser Humanos v otros animales
así cre¿r vida o cr-raicluier otra cosa, no sabemcls por qué
crea una clase cle vida y no cualcluier otr¿r ,y, ell suma'
estarnos admitiendo que el problerna trasciencle nues-
tro pocler e imaginanclo a Lln ser ir c¡uien no le clcurre
lo mismo.
L¿t cclnsecuencia rn¿is profunda de la evolr-lción es
que debería dejarr-ros en claro (llle no tenentos r.ri nece- \ I,N,I AS
sitamos una figr,rra paterna todopoclerctsa para asumir
las tareas que por el momento parccclt excedernos. l ¡ reticencia clel obispo Samuel Wilbcrfbrce a ¿lceptar
Bien puede ocurrir que existan cosas clel universo que ,¡Lrc cntre sus ¿lncestros se pucliertr contar un sinio,
jarnás lleguernos a entender. Pero ncl l-ray nadie que .rrrr.l cu¿tnclo éste secontara entre los antepasaclos de
pueda entenderl¿rs por nosotros... o ¿rl menos n¿rdie t .llarles Darrrvin, cs Llnil cle las anécclcltas ntás fhn-ro-
más que, tal vez, otros ocupantes natur¿rles v evoluti- clc la historia deciencia. L,sa anécclota tarnbién
l¿r
'.rs
vos del espacio y el tiernpo en otr¿ls partes clel universo. re ileja otra razcin fárniliar que explica por c¡ré ac¡ué-

llos con inclinacitin religiosa han sido a veces hostiles


.r l¡s tcorias clar.,vinianas: su tentor a quc la división
lr¡nclantent¿rl entre los humanos y el resto de la crea-
t irjn se clebilite clebiclo a la doctrin¿r que arfirma que
Iodos Ios organisr.r-ros colrparten antepirsaclos comu-
ncs. Y prrlr cierto, algcl cle eso hay. [.a continuid¿rd de
l¡ clescendencia realmente sugicre límites dc la pro-
Ir¡ncliclacl de Ia clivisión que puede suponerse entre los
llur.n¿rnos y sus ¡rarientes animales. El propósito cie este
eapítulo es expkrrar la nirturaleza 1'la arnplitucl cle
esa clivisión. Aunqr-rc rech¿rzo cornpletan-rente la dis-
IO0 I iI LI6ADU Dt DARWlN I]L]I'4AN(]\ Y t)IROS ANIIf AtES 101

tinci<in absoluta entre rrosotros y ellos, que aírn sos-


tiene gran parte del pensamiento religiosc'r, pretencftl
T .ririo semejante y se trat:r tan sólcl clel funcionanriento
,lc una macluinaria neural.
proponer la existenci¿r de una separación mavor quc LJna respuesta a est¿r dillcuitacl es suponer qlle, en
la qr,re habitualnrente adnriten muchos científicos y ,rspcctos ese¡rciales, aclr"rello que sc considera el alma
fi lósofos conternporáneos. Irrrn.r¿ln¿r tambión puede encontrarse en otras criatr-t-
Una posición a la qr-re indudablemente la evolución r ejcnr¡rlo, es muy clifícil creer que los otros ani-
rrs. Por
ha tornado problemática es el dualismo propuesto por' rrr¡les no sienten clolor, dada la semcjatrza qtre existc
el gran filósofb fiancés René Descartes, por medio clel ('nfrc nuestra respuesta I'la cle ellos al dairo fisico, y
cual se diferencia a los humanos de Ios otros animales re sulta aun más clifícil -probablenlentc inintcligible-

sobre la base de que, en tanto los segundos son meros \ilpoller que elios pueclen sentir cl cl<tlor, ¡tero tan sólO
mecanismos, los ¡rrimeros poseen en cambio una mentc un clolclr clel qr-re no son conscientes. Recieutemeute,
inmaterial. Para nuestros propósitos actuales, se rá con- l,r lllosofla ha erLrerimentndo un renol,ado interés por
veniente y nada perjudicial igualarr la mente cartesiana l.r naturalez¿r cie la col-lcicncia. Tengo ciertas dudas dc
con el alma cristiana. Aunque no resulta imposible ima- {lu(' los problemas centrales cle ese renttvado intcrés
ginar a un creador c¡re observara el clesarrollo de la r'stcln bien ¡rlanteados. Irero cort-ro de todas maneras
evoluci<in y que, en algírn punto, decicliera (o, más pro- esián plantcaclos y se les ha daclo respuesta, para que
bablemente, llevara a cabo r¡na clecisión ¿rnterior) dar ( s¡ fespLlesta sea al menos plausiblc será mejor que no
alma a un subconjunto privilegiado de su creación,la irnpliquc que la conciencia sea algo único v exclusi-
escena parece poco plar-rsible. En parte, por supuesto, r';rnlente humano.
es poco plausible clebido, principalmentc, a que la Aborclando el tema clescle una perspectiva ligera-
rnayoría de los filósofos han abandonado el clualismo rnente distinta, si la ide¿r es considerar el alm¿r como
cartesiano. Sean cr.lales fueren los rasgos únicos de los .rlqo quc ha evolucionado cle la manera habitual (como
humanos, hay dominios enteros de la conducta en Io sueirió Michael Ruse en el libro qlle ya se mencionó
los que las semejanzas entrc nosotros y nuestros parien- ,lrt el c¿rpítulo antericlr), esa línea de pensamiento no
tes cercanos son demasiado grandes como para que ILlcde proporcionar una base inmediata y suficiente
resulte creíble que en un caso esa conducta es el reflejo
f)ara Llna clase cle capacidad radicalmente diferente de
de un alma o de una mente. en tanto en el otro no existe lrr cri¿rtura c¡r-rc la posea. O, si puede hacerlo, la adqui-
lo2 | tF6AD0 0t DARWTN Nilf¡AN0\ Y 0lR0s ANll'1 ALt\ l03

sicirjn clc ull alnta en algúrn ntoutcnto Pirrticul¿rr tle l,r t s cviclcnte que lo prir.ncnr ¡ror lo que un cuerpo
historia e volutiva, ya sea en cl lt.rttnrcnto en clrrc los ' ivc cs cl alnla. Y como cn los clivcrsos glaclos cle los
hol.nín iclos ancestr¿lles clivcrgieron clc s us ¿rn Icccst r \{-'res vivientes la vicla se expresa por clistintas ope-
res sirniescos, o en el ntolnento cn el c¡r-rc algrrnir cliir rrlciones, lo ¡rrimem ¡ror lo clue ejecutamos cacia una
tura primordial erlereió cicl linro, cs also tiiverso, y tle cstas o¡rcrncioncs es el alr.na. En cf'ectc¡, el alma
ajeno, con respecto ¿rl curso nonlal de la cvolucicilt. ,'s lo prinrero por lo qLle nos alinre ntirtnos, senti-
Y uo porqr-re l¡r evoluci(rn no puecla ckrt¿rr a Lln orgil lll()s V nos nroven.los localme ntc'; asirlisrlct es lo pri-
nismo con un¿t capaciclac'l raclic¡lnrcntc uucva. Eso es itrcr() por lo quc e ntender.nos. Iror ltl tatlto, estr- Prill-
algo clue ocLlrre a lo largo de la historia cle la vicia. l)cnr . rpio ¡rrlr el que prirtrerarlente entenclemos, tanto
la evolución lo hacc ¡ror rncclio cle prsos gracluales y .,i lelianumos clrtcnciinriento colro ahna intelec-
cambios constalttes. tiva, cs fblrna clel cuer¡rcl.
Dejanclo de laclo por el urorlelltcl las conclusioncs ('lbnriis cle Acluitro, Sutuu tcológicti, 1,76, t;
escéptic:rs cle.l ca¡rít r-rlo an terio r, clcbcría rn os cieci ica r- citaclo cn R.r¡se, (,ott o darwiniutt ltc a christian?,
nos a busc¿rr en la trarlici(ln cristi¿lta lrr concepci(tn pp.8o-8t)
m¿is clef-endiblc del alnra hurlan¡. (.lreo
qr-rc esa tra-
dici(rn es la que no cor.rsidera el alnra c()rno una slls- \, sún esta intcrprctación, resulttr claro que todas las
tancia inclepencliente sino ntás lriclt, tic r.rna ntanerit ( r'rilturas scrrsibles, tal vez- toclas las criatur¿rs vivls, tie-
que cieriva cle Aristótcles, conlo aluo scnie jante a la ilr'n ¿llurlr, pero no en el sentido cle poseer un¿t parte
fbrn-ra cle una criatura alrilnacl¡ (r,ciase l{usc. ()tttt u dor- (lLslr()ntable 1, sellirrabie, siuo t.t.t¿is bielt en el senticlo
wiuian lte a cltristituri, ¡t¡r. 8o r. ss.). Aristritclcs est¡- rli' clLle posecn ciert¿r clase de organizaci<in cortl¡lleja
blece un¿r distinción funcl¡rtrcntal entrc la nr¿tcria, r cicrto conjunto de catpacicl:rclcs. Fltl cstc ¡rtttrttl, la
clc la que están l-rcchas las cosas, v la fbnla, rlue cs algo tirvisitin entrc los humanos y los otros anitlralcs cs cle
así como la m¿rnera cn qLle se clis¡trlrre la utat,.'ri¡ lr,rrrr sracio, y la profirnclidad clc esa clivisitin clcpe tttle, a su
cierta clase de cosa particular, y c¡Lre cla cucr.ita rjc l¿rs ,.ez., cie las difcrcncias (lLle consirlcrarcr.lros tlrt poco
propiedades car¿rcterísticas cle las cosas qLle pcrtelte rlr¿is aclelalrte. Una vez qr.te hctlos rrcc¡rtltclo la iclea de
cen a es¿l clasc. La concel.rci(ln ntiis rclevante clcl ¿rhlir rrrr l)ios que se interesa nrirtrteittsrttlle rrtc p()l'las acti-
es clesarroll¿rcla por 'lbrnás de Aclrrino: litlacles cle los organismos inclivicltralcs cle estc planeta
1O4 IL LI6ADO DI DARW N
].lUIl ANOS Y CIRO\ ANII'1AtIS I 1O5

en particular, no hay nada absurdo en 1¿r noción cle cluc I ,\. (]ONI'INUIDAD DE I,OS I]U1\'IANOS
ese Dios pueda tener un¿1 parcialidaci peculiar por Llrl \ I,OS OTROS ANIVIAI-ES
grr,rpo de criatilras distingr-ridas por un conjunto único
de atributos. Quisiera argumentar que tal vez, conlo \c han sugerido diversos atributos como fuentes qr.re
parte de la actual reacción cxagerada a las ontoio¡1íirs ,'stablecen la clistinción lnás fr¡ndamental de la espe-
sobrenaturalistas, sr.relc restarse in-rportancia rr esas , ie humana. El lenguaje, el pensamiento y la cultur¿r
diferencias. l)c manera que Io que plantear'é cie ahort stln los atribntcts que sc llos ocurren en printer lugar.
en aclelante tenderá a respaidar las cloctrinas cle la ex- lin la posible existcncia de esos atributos no hay nada
cepcionalidad humana. ;rnt¿rqrinico respecto dei pensan-riento evolutivtt.
Sin embargo, corno úlltirno comentario acerca dc \'lr.rchos rasg()s de muchas clases de orgatrismos son
las interpretaciones religiosas, vale la pena señalar rrnicos. Por ejenrplo, el castor es el írtrico nramífero
que la concepción ciel alma que ircabo de elescribir tlue eS cirpaz cle di¡4erir ntadera, y el Ornitorrinco es el
resulta muv problernática respecto de las concep- rirrico mamífero veuetroscl (los machos tienen espo-
ciones tradicionales dc l¿r supervivencia ¡r la rluerte. ioncs venenosos en sLrs patas traseras).'Ial vez sea inr-t-
A medida que el cuer¡-io se desconlponc resulta rnuy rLrirl que nn¿r cl¿rse de rasgo absolr-rtametrte único esté
difícil aclvertir dóncie podría residir aún cLralquier rcstringida a una sol¿r especie, pero este hecho refleja
"motivación úrltirra que subyacc a la lrutricirin, la sen-
l;r carer.r.cia cle dir.ersidad filogenética de nuestro Iinaje
sación y el movinriento de un lugiir a otrcl", dado quc rnás que el car¿icter úrnico y especial de nuestra espe-
ya no hay nutrición, sensación ni niovimicnto. Si el rie. Si col-tsicieramos linaies más cliversos, no es difícil
cuerpo ya no está animado parece, segrin la lirgica, L'ncontr¿lr rasgos únicos de c¿rda linaje. Pensemos por
qtre ya no ha,v nada que lo anima. Finairnente, bien ,'lcn-rplo en la capacidad de localización acústica de los
puedc ser que exist¿rn objeciones filosóflcas a la exis- nrurciélagos, por ejen-rplo. Probablemente en algún
tencia de un alma clesmontable y ciualista, objecio- nromento sólo había un¿r única especie cle murciéla-
nes tan seri¿rs cclmo aquellars qLre ciebe enfrcntar el qos cor-l capacidacl de localización acústica, o radar.
alma aristotélica/tomista como vehículo cle la sLrper- fls posiblc imaginar que, en el futuro distante, habrá
vivencia. I-a primera, al menos, tiene ia ventaja de ser rur.rchas especies de mamíferos parlantes v pensantes
lrenos cllrvia. ,lerivarlos dc Iruestrit csuecie.
IOÓ EL LE6AD(] DI DARW N HU14ANOS Y ()IR(]5 ANII'1ALE5 I()7

Entorrccs, ahora qniero cleclicarnte al r¡sso clistin- posecll trr.ra aptituci lineiiístic¿r lnucht¡ nayor
lrrrn-rrrr.los
tivanrente huurano qr-re consiclero nliis signiflcativo, ,.1ue cLla|(luier ()tr¿l criaturir Ljuc c()r'lozci.llIOs, pero

el lenguaje. l,o consiclcro nllis sieniflcativo quc l<ts otnrs ,icl mismo rroclo las lrallcn¿rs azLlles sorr r-l.lucho más
clos mencic'ln¿rclos con antcrioriclacl por las r:rzones quc :lrancles. Si son o no sr¡llcientenrente grirndes contcl
prclceclo a cletallar.únic¿r basc ¡rositrle para supo-
[.¿r lrrr ra cleternrinar Lll'rir cliférenci¿r cle cspecie cleperrde del
ner qlle cl pensamiento es un rasgo exclusivo clc los .:iaclo cle la ciifbrcncia. [)c cllcl se des¡rrencie que la evo-
hunranos es l¿r conviccitin cle c¡ue el leneuaje lo es. La iuci(ln no se ve anten¿rzacla aunque se insist¿r en quc
clasc de pensamicnto que ha señalado (iilbert Ryle, irr tlistincirin entre eI lcnguaje hunl¿rno y otros len-
la del pensamiento clue se rcvela ¡ror nreclio clc la rlr.rilies es strst¿trtci¿rl. Surlrrayo este punto porque de
acción, sin clucla se relela iguahtrcntt' cn el Itur¡¿rn<r ilccho crco que c()n ficcuenci¿r se subestima el carác-
jr-rgador de tenis inteligente v en la leona c¡ue ¿icccha lcr'único clel lengr-raje hunrano, y ¿t veces se sigue esa
con inteligencia a la gacela. Parece inrprobablc, por iirte¿ clc conclucta porclllc sc lo consicler¿l una amenaza
otra parte, qLle una leona pueclar abocarsc ill ¡rc115a- r i¿ arlecrr¡da natirralización cle la humanidad y a su
rniento c'liscursivo conrplejo ¡ror lir raz<in oirvi¿r cle qr¡e jnclusi(rn en cl es¡rectro uths irmplio de la vicla terres-
c¿lrece clel instruntento csencial cltl clisclrrso, LlLlc es tr',-:.
'lhl ¿lme nirzrr no existe; y cs ir.nportaltte, por razo-
el lenguaje. l)e mauera elt ciert() senticio seutc.i¿utte, nes (¡rc cspcro deiar en claro en el próximo capítulo,
las partes más característicantentc hun'lanas clc la cLrl- que tonrenros nruy en cLlenta los rasgos que son exclu-
tLlra son sin clucl¿r aqr-rellas c¡r.rc rle¡renrleu cle la ¡rose- sii'os clcl Hottto sapier*.
sión hul-n¿rnar ciel lenguaje. lrn otras cs¡rgcig5 cliversas )(-r"riin granclc es, entonces, la discontinuidad entre
existe un graclo considerablc cle or¡¡anizacirin social, y ios hurrranos y los otros irninrales ccln respecto a la
esas firrmas cle organización que parccen ir-nposiblcs ,rptiltrcl lingiiística? No hay ducla de que muchas otras
de ¿rlc¿rnz¿rr entrc. las es¡rccies no hunr¿rnas lo ¡rarccen cspecies usitn sir¡r'ros que poscen lo clue ha sido lla-
en gr¿rn parte por(lue requicrelt ¡.tn¿r clasc cle contu- nraclcl significacftr "r.ro natural". Es clccir, signos que no
nic¿rcitin de un gracio cle e.specificiclacl t1r.rc. sokl parcce tienen conexiiln causitl, c'r scmejanza, con lcls objetos
¡rosible cu¿rndcl existe nn lenguaje conr¡rlcjo. a los clr-rc su en-r¡rleo se reflere. Uno se siente tentado
Sin enrbargo, es necesario subravar [rna vcz nrris c¡ue ¡ clecir que l¿ colrexirin entre cl signo y la cosa signi-
no cristc discontinuiclad alguna elt cste caso. Los flcatla cs convencion¿rl, no n¿rtural. Ur-r ejen-rplo bien
1O6 EL LI6AD() DE DARWIN HU[4AN0S Y 01R0! ANtt4ArES I lOq

conociclo es el grupo de señ¿rles en.rpleaclirs por los de un sistem¿¡ de comunicación iguirlmente sirnple en
trorlos vervet para alertirr ü srts ct'rn$cil-lcrcs rle la pre- clirección al lenguaje hur.nano. Por supueslo, pcrsiste
sencia de diversos predadores potenciales. l¿lmbién iln alto grado de misterio ¿lcerca de las fuerzas que
se hirn suscitado cu¿lntiosas poiénticas colt respccto ¡-roclrían haber impulsaclo esa trayectoria evolutiva, de
al graclo de éxito alcirnzado por los experimerrtos des- su relaci(rn con otros desarrolios en ia complejidad
tinados a enseñarle lenguajes simbólicos a los gran- cognitiva humana y demás. Pero lo que deseo subra-
cles simios e incluso a las b¿rllenas. Sin eurbargo, no var en este pllnto es clue no hay nacla exlraordinario
tengo intención de profundizar ahora en esos cleba- e n cuanto a estos problemas, y tampoco hay razón para

tes, por la simple razón de que incluso las evaluacio- imaginar qLle en este caso necesilaríalr-ros salirn<ls clel
nes más optimistas del resultaclo de csos expcritncu- cl-rcuadre normal del pensamiento evolutivo.
tos revelan la existencia de un profutrdo abisnro entre El principio desarrollado en el últinro paírrirfb -que
los logros de nuestra propia cspecie y los logros cle siernpre que sea posible debenlos evitar Ia postula-
cualquier otra. ción de saltos instantáneos hacia estados de catego-
Para cstablecer la posibiliclacl evolutiva c1e ur.r rasgo nas totalmente nuevas en nuestra conceptualización
único de una especie particular, es imprescitrclible de las trayectorias evolutivas- se aplica igr,rahnente a
que podamos distingurir una secuencia plar"rsible de luuestro pensamiento en el caso de la conciencia. Algr"r-
etapas intermedias entre ias criatur¿rs ciue poseen el nos filósofos -el más famoso es Descartes- han sos-
rasgo plenalnente clesarrollado y las criaturas que tcnido que la conciencia era exclusiva de los huma-
carecen pc-rr conrpleto cle ese rasgo. (Por sLlpLlesto, no nos entre todas las formas terrestres. No es imposible
debemos suponer que nuestr¿r irnposibilidad de con- conciliar esta afirmación con una fluida trayectoria
cebir esa secuencia dernuestra la irnposibilidad de evolutiva, ya qLle es posible sllponer que los priineros
que ese rasgo se desarrolle.) En el cas<-r ilel lenguaje, ciestellos de conciencia aparecieron en alguna etapa
no p¿rrece haber ¡rarticular diflcultacl en cuanlo a cste c{e desarrollo cognitivo superior al de cualcluier otra
punto. Como ya se ha señalackr, muchos ¿nimales tie- criatura viva de ese momento, pero muy anterior ai
nen sistenas de cornunicación de cliversos griiclos cie que hemos alcanzado ahora. Pero no veo ninguna
conrplejiciad .v sofisticaciírn. No existe en prirrcipio razón posible para la negación contraintuitiva de una
r-riugun obstáculo evidente para el desarrolkr nr¡sivo conciencia a toclas las oiras criaturas. Parece obvio
I rt ]| ¡iillj N
l]UI'1AN0S Y 0rR05 AN t']Art5 lll

(lue poclelros distingr-rir si un


¡rerrcl es consciente o I,A DISCON'f INt-IIDAD I)E LOS IIUMANOS
no, y no hay necesiclacl clc cucstionar esa sir-r-r¡rle cirpa- Y LOS O'I'ROS ANIMALES
cid¿rcl. Una estrategia mucho ntejor podría ser ¿rdver-
tir que la cclnciencia es un concepto b¿rst¿rnte com- fl¿rsta el ntontento, el punto clue he clesarrollado en
plejo que aclnrite tanto cilf'erentes grados corno cste capítulo es qLle no hay ninguna buena raz(rn para
dominios de aplicación. No hay duda de que cxisten rregar la continuidad evolutiva entre uosotros y otras
muchas cosas cie las que yo ¡ruedo ser consciente y mi e ri¿rtur¿rs. Pcro *y ésta es la tesis que ctcupirrii el resto
perro no: como por ejemplo, el hecho cle qLre lc debo .lel capítr-rlo- a pes¿rr cle es¿r continuidacl, la novedacl
una discul¡ra a mi anriga por hirber olviclado sll cum- cvolutiv¿r clel ler-rguaje ha ejercido profunclos efectos
pleaños. Resulta claro y es itlportante señalar qlle incluso sobre el est¿rtus biológiccl cle la espccie a la clue
esos iímites de la conciencia de un perro están ínti- pertenece . De rnanera rnás flnclarrentitl, esos ef'ec-
marnente relacionados cou su ineptitr,rcl Iingtiística. tos se deben a las posibiliclades qlle crea el lenguaje
Sin embargo, valc la pena senirlar qr_re el pernr, a clife- humano para la tarea cle construcción clc culturas cla-
rencia cle lrí misrlo, pue clc. se r consciente del cllor boracias.
de un conejo que acirbir de nrorir. Los límites de la La intportancia clel lcnguaje humano es al rnismo
concienci¿r cle una cri¿rtura están estrech¿rme nte rela- tiempo tan obvi¿r y tan diversa que resulta difícil expla-
cionaclos coll sLl conjunto cle aptitucles ¡rarticulirres. yarse sobre el tema sin incurrir en banalidacies. Un
Tal como explicaré nt¿is ¿rdel¿rnte, el lengtrajc nos pro- enfoque del tema c¡uc concluce clirect¿rmente a la rela-
porciona un conjuntcl de aptitudes extraorclinari¿r- ción del ienguaje con la cultura es señalar las enornrcs
mente amplias, y en conscclrcncia cttn un cant¡ro de posibiliriades cle clivisi(rn del trabajo, o cle clivisi(rn dc
conciencia igurrlmente an-rpliado.'lhI vez cleberíanros roles o estatLls clue ei lenguaje perr.nite ir las sociecla
cclnsiclerar que se tr¿rta cle Lln caso en cl r.¡uc una ciife- tles hum¿rnas. Me resulta obvio quc r.lir.rgun¡ cspccic
rencia de sraclo equivirle a una clif'erencia de clase. no humana se aprclxima siquiera a cstir clasc dc clifl'-
Pero si es así, es cruci¿rl recordar, clesde el punto de renciaci(rn. El lenguaje fhcilita esta clivcrsiflcacitjn cle
vista de la evolución, cllle una ciiférencia cle clase pue- cios maneras: por medio cle los proccsos rlc lprencli-
de se r la suma cle muchas pequeñas clif-erencias cle zaje y en la sr"rbsiguiente coclperacitilt clttrc agentes que
grado. curnplen dif-erentes roles.'lhl vez sca posible inrnginar
112 It L T(jAi)O DE DARWIN HUI"lANO\ Y t]TRO\ ANII.4AtLS II']

Que la p¡i1¡gra ftrnción podría cumplirse por medio nos de la célula en particular, dirigidos ¡ror eI genotna.
cle alguna clase de progranta interno de desarrollo. [:sta interpretación ha empezaclo a ser objeto cle cre-
Probablemente las especies más diversificadas fun- eiente v tal vez- irresistible cuestionamiento. Pe'ro lt'r
cionalmente, aparte de la nuestra, se hallen cntre los r¡ue trasciencle cualquier polémica es qtle el filncio-
insectos sociales, y en partc se debe a una divcrsifica- n¿rmiento exitoso de ese sistema requiere u11 e llornle
ción del desarrollo fisioiógico; aunque resulta signi- qrado de comunicación elttre Partes rliferenciadas. L,l
ficativo que las señales que provienen de otros tlien- sistema nervioso y la circulación cle hormonas y utla
bros de la ccllonia sean cruciales para determinar Ia varieclad de otras moléculas biológicametrte activ¿rs ¡
trayectoria evollrtiva que segr-rirá trn individuo. En cual- través dc los sistemas circtrlatorio y lintátictl sotl los
quier caso, resulta perfectamente obvio qlle en nues- rli'is e'r'iclcntes cle esos sistemas de comunicaci(ln. l.a
tra especie un inclividuo desarrolla las habilidades, el comr¡nicación entre las partes parece ser un pferre-
rol social y el estatus cle un panadero, mietrtras que otro rluisito fünclamental para el correcto tuncionarllit-l.l to
se convierte en abogado o en oficial de policía, por .le un sistctna contplcjo.
lnedio de diferencias de entren¿rmiento ), educación. Pero volviendo a los organist-nos, hay unn grtttl varie-
Es dificil imaginar que pueclan clarse estas fbrmas espe- dad de sistemas de conrunicaciírn que iacilitan las in-
cíficas de entrenamiento e instrucción sin la existencia teracciones de difercntes clases de organismos. Cual-
de un sistema complejo de transmisión dc competen- cluier orgar-rismo sexual tiencle a establecer algun;r forua
cias tal como el que proporciona el lenguaje humano. (lc c()nlunicílcitill entre los scxos l)rlril Potlcr nc8()Liilr
Pcrcl aun m¿is interesante y fundamental es la nece- así los intereses involucr¿rdos erl l¿ activiclacl sexual.
sidad de comunicación entre roles cornplementarios [,os animales que viven socialmente sienr¡lre se coillLl-
dentro de un sistema con-rplejo. En este punto es írtil nican de alguna nlaner¿l para ncgociar ltls corlflicttls
establecer una comparación con un nivel más bajo o para cstablecer jerarcluías cle estatus clcllt rtl tlcl grr"t¡rtl
cle organización estructural, las reiaciones entre las social. Estas formers de comunicacitill llo soll lrlílli
partes de un organisn-ro multicelular.'Iodavía se cree, rrras, pero tampoco son suficicntclllclltc stttilcs cotrlct
en general, que la diferenciación de tipos de célul¿rs en para sostener las funciones cle itltcr¡ccirirr cotllplejas
el desarrollo de un organismo celul¿rr debe entenderse características de las socieclacles hr"tllllttras. F.ntrt- los
casi exclrrsivamente en términos de los procesos inter- insectos sociales, lir cooperacitin v la división del tra-
ll,+ il ttIAl]0 DE DARWTN l1UI'IANO\ Y C)IROS AN I'1ALE! II5

Lrajo sin tlucl¿r se rnautielten por nreclio cle fonnas c.lc c'l bienestar de otros, o si está exclusivanrente'
l)r()mover
contLlnicación bastante sofisticadas. l.a nr¿ís notablc bas¿rda cn el pLlro interés personal. Aurr si ado¡rtára-
vez sca la clanza cle las abejas, Lrnn actuacitiu muy
t¿rl nros l¿r i,isiiln economicist¿t
extrenra, cn la clue a
r-l-r¿is
elaboracia con I¿r clue una abeja infbrnr¿l i.r slls congé_ ningún inclivirl-ro le preocupn cl biencstar clc ningún
neres la localizaci(rn cle una valiosa fuente cle néctar. ()tro, y todas las interacciones se realizan solamente
Pero finalmente cs probable que se¡n ur¿is significati- si ¿rmbas p¿rrtcs las consiclcran ventajosas (o, por su-
vas forntas cle corlunic¿rcirin químicas entre indi_
l¿rs
l)ucsto, si se los coaccion¿r), incluso en ese c¿rso existi-
viduos qLte constantenlente riirigen las cclncluctas de ría la necesidad clc re lacionarse en colabclración mu-
tclclas cl¿rses, incluyenclo la procitrcci<in cie ti¡ros a¡rro- t r.liurente provechosa, v r-sirs tr¿utsaccioncs rcquerirítrr-r
piados cle individuos cle reenrpltrzo. url rnedio c1e comunic¿rción complejo.
Por irn¡rresiclt¿rntes que pueclan ser estos sistentas, No hace fhltrr c'lecir que éstas son cuestiones nru,v
nr se aproxirn¿rn ¿r Ia conrplejiclaci y strtileza clel len_ complejas, y varios cle los ¡runtos rnencionados en l¿rs
guaje humano, que es sin dLrcl¿rs una conclición nece- tiltirn¿rs piiginas son temas trataclos en numerosos volúr-
s¿rria cle la comple ja cultur¿r cle ia c¡ue clisfiutan las menes. De rnanera clue conviene que rr'gresemos a la
socieclades humanas, y cle la cliversiclaci clc roles que razón ¡ror la cluc est()s fisuntos se tratan irc'¡uí, v resu-
éstas presentan. Por cierto, la vida cle una hormiga sol- nri.lllos este capítulo. Primero, el lenguajc humano,
clado recluiere el establecirniento cle relaciones coo_ al igr.ral que cl ¡rescuezo cle la jirafh o la cola clel pavo
pcr¿ltivas con otras horrnigas que ab¿rstecen cle ali_ real, han evolucionirdo l'rasta alcanzar un estado qr-re
rnentos, y la f'lLrida coorciin¿rción cle estas activiclacles consicler¿rrse de una clase clif-crente cluc I<ls ras-
¡rr,recie'
requiere clc algún graclo clc cor-nlrnicacirin. pero vivir qos semejantcs de sus parientes. No Oltstalrtc, e lkl n<'l
en una socieclad hunrana corno sacerclotc, plomcro o irnplica nada problemático pirra lrr tcorírt r¡rrc lllnna
político rcc¡uiere coorclinacitjn enon.r-lcntente nriis
un¿r (lLle esos r¿sgos evolucionaron natur¡Illrcntc, clc nla-
con-rpleja, en concorclanci¿r con el núunero cle mles ncra graclull, a ¡rartir cle un¿r estructLlr¡ iurccstlirl lr.rrry
muclrcl ntayor. L,sta línea de arguntent¿rción es altso_ clif'er:ente. Pcro, ern segunclo ltrgar, rr nretlitl¡ t¡rrc cl lcn-
lutarleltte neutri.rl con respecto a si la coorcjinacitin cle guirje hunrano evolucionó hiz.o posiblcs otros carn-
Ios roles sociales debe cor-rsider¿rrse "aitruista" en cl bios de la vicla hurnana, carlbios c¡uc lran clistanciaclo
ser-rtitl<l cle inclivicluos a los quc realmente lcs intpclrte aur.l r.r.r¿is protirndamcntc ¿r nucstra cspccie c1e cuirlquierer
l1ó ¡ i tt(:A|)0 llI DAR\4tn

clc l.lucstlos parielttes. Aunque por cierto no acepto 5


quc s(il() los seres hnrnauos son capaces cle pensarniento, La naturaleza humana
clr¡trc stil<t los humanos tienen conciencia, no hay nin-
uuna clucla cle que las clases cle pensamiento y las for-
l"n¿rs cie conciencia de las qr-re somos capaces son muy

cliférentes de las que caracteriz-an a las otras cri¿rturas


terrestres. Y la cultura humana, aunqlle no sin precc-
dcntes, implica la articul¿rción ).sincronización de una
varicdacl cle nrles y funciones de una clase diferente ¿r
cualquier otra clue conozcantos. Me siento tentado de se-
guir elaboranclo estos aspectos únicos del ser humano. L.lna raztin esenci¿l cle la inr¡rort¡ncia cic la conch¡siotr
Por eiernplcl, ya he argumentado en otra parte que la cxtraída cn cl últinro capítulo es que irrfoja cluclirs s()-
intcracci(rn entrc las metas individu¿l.les y las estructu- Irre l:t iclca, cacla vez- nriis coltttu.t, cle qtrc ref'lexic¡nar
ras soci¿rles arr¿rig¿ld¿1 en el lenguaje prclporciona un solrrc cl proceso clc la evolucitin ilunrinarii ¡rrolitttcla-
espacio en el clue pueda hallarse algo que genuiniunente nlc-nte la com¡rrcnsion clc la ctinciucta hunratra. Esta
Irerece ser llamado libertad huntana. No reproduciré iclea ha aparecicio ba.io una varicciacl cle lirrt-nas ciesde
ac¡uí esa argumcntaci<in. L<l intportante, por ahora, es L)arrvin ptrblicó su obr¡ sobre la evoltrcitirt, pero
r.ir.re
tan que la continuidad evolutiva con res-
s<ilcl señal¿rr su encarn¿rcirin nroclerna suelc cstablece rsc coinci-
pecto al restcl cle las formas de vicla no signilica que no dicndo con la publicaci(ln, cn 1925, clc la tllonltt'ttcrttal
existan rasgos de la existencia humana radicalmente obra dc Ir. O. Wilson, Sociobíologítt: ls nrtcvct -sinfcsls.
clif-crentes cle cualquier otro que pueda hallarse ftrera [n reralic]aci, el libnr dc Wilson tcnía l,eit-ttisiete ca¡rí-
cle l¿r esfera hum¿rna. tulos, r1e los cualcs s(rlo cl Llltinro v Lrrtas poc¿s ()racio-
nes provoci.ltivas ,-lc la intnrtlrrccitin sc rcl'críart clirec-
tarllente a la espccic huntana. ir,n ia introcittcci(rrt, Wilstlrl
¡rrcclccía clue la biokrgía evoltttiva, clesarrollacla ett las
tlirecciones propuestas por é1, cxplicaría (¿anularía?)
i¿ ética, por no hablar clc los "tllosofós óticos'l F)n cl capi-
l1\

iiii{) lin.tl,lrostlrie i¡irrl Ll¡tlt listil rlc eoltoe intielltos ref'e ,r litl¡tl cierttilic¡, clr' lo r¡tir.''l hott rits Kr rlrn 1;r r r,\i) n l('n'/,
r-rii¡s.i i.r lttrIillltl.',¿.i llttnt;tn.t (|uü, \r.qLu] rt'(.1a, podíalt i,.'sclibiri c()nl()"ciclr!ilt n,lrillil '('n \ri l!rlo tl.irir.,., i,rl
.lii.ilr/;tt-\(' it Iriil iil' rlc lits irlVcsliq¡ritllles cr,0lrrtiv¡s. Itl rlt ttclttnt ¿/r'/rt-s ¡i't'o/¡¡tittttts cit'¡ttilir-r¡:, r's ii:r.1¡'
lil,r'o, Irri ,,,¡11'r ¡i,r5ilrlciue ltlL' lt, lt.rbr¡n prctcll(lido sus '',.
,.'rlrl,:r'r'si tlrlrt'.2.ilt,..lrrsot'l llltnro\\'ilson,cltrrsrifLrror.
\\'iisllt ltrl' .l\'u-\,t(1{) rli: t,tr isnio, \q'\i\nl() r, t.rCh¡do clc
riir-r;s tlilt'i'sos IoIt¡ltls. ilst c()nl() tie ser utt ln¡l cientí-
l'\s (.AL]sAs l)u t.,\ ( ()Nl)tr(t't,,\
l.ir r¡. lrit ,r'ur() ilut()(len()lltinu(jr) (it'upo clc F.strrrlio clc
"r'r, i',jri,,loqr.r clc l¡ (.rcncilt l)ill-ir lir (rente, qLle iltclLlía I
\ lrrs all¿i clc la sr:nsacirjn gcrrcr'.ll tlc t¡rrt' lrr ir irl. 'r i.r i r
.r .rlllrn()s tlc ios ntris rl istincuitlos c()lc{¡s rlc \\'ilson i \clilrcce(lora, ip()r (lua' llabrílt
) Llc r'spcrrll'\c {llrr' t i 11 ¡¡
cn llrirvrirtl - Sti'pitcrr lar, ( irtr¡icl v liichard Lcrr.tlntiu nrient() cr,olutivo cchllr¡ lu¿ soi'tlc la ton,lL¡t llr
,ir
(l)()l'(¡ute n. Irr)nlcill)tclltc, \\'ilson habia plsirclo ciifi-
ililuilna? i'strr pr<lPLrr'st;r inrltrcC iniller.l irrtrilnt'nlc ir
t't.til¡ti.'s [)ilt".l loqr¡r t¡ttt' tttcr;t illcr¡t'prlracftr a llan,arci)-,
,,i;ulteAr l¡ cucs{itiir tlt' si se }.icrrs.r ,1rrr' i,r !()lr(lual;¡
t)ri l)l rr';l r'()r'l V iolcn 10s lll ll(] ues c()t lt ril la otrra.
',uerlr: explicarsc c()n nrir\'ol' Plt'tisitin Icriicrltlr¡ cn
l:l ¡t.llrlr.rrtio rle lrirte sobrc sociottioktcía hiz<t qrre el ,ilcnta las car¡ctcrístit'as rlel ag.ent(', o si ,st'elcr'(llt('
loi¡iro rrr jttrriricrir cicl lir nt¡lll rc¡rrrtaci<itr, ¡ultque firm- ,-'s rnris útil crrnsirlcr¡r ej crrnlcrto cit cl (lLlc ('\!'Jg('r)tr'
[rrcrr qlrro t'i lrlrovo t]c t¡ n crcr'icnte qrul)() cle scg.ui(lo- , ;tri sittt¡ilo. I;l plitrrlco Puctle rerot'tiltr llt rt¡tti,lr r\r)r,l
i'r's (1il.',i ntctlrlrtlrls ric i¡ tleititcl;r rle t98<l clllpez() J ()r'qil-
;lr'oPosici(irl tle l¡ tlLrl'tl¡ in ttal o-rtriqrr i lirio 1',.'r'o, Lroi'
tlr./ill:!t' ('t] toIlt() tit' tilril \'crsi()n rlc l¡ sOci<lbirll()gía a ,.ll()tlcs (luc hlcgo (lucciltrliil e l¡r'¡s, i'r iltil r {i\,il-( \;l lr.'r'
j.r ,lrre tlrtnonuitiu'()n psicoiogíil evolrrlit'a, \' (luc sc ha
,rtin<llouia ir(lilí, \' nrc r('lcf ire, nrlis ncrrtrilin)( nl{', ,i
L'lrn\dlrtlo r'tt srt i'crsion c()jitentl)()r.iltait IIá\ pl'()nti- ,..Llcstirttrcs tle csl rtttttu ¡ ( tlcl itgcrttr') r' lr t r ir'rl i, rr rL ., , lr'
rri'rila l nl t'!' l()s t'ritrts tic t'stt' qr rrprt sc ha contlclo ilt ac-
.r)¡ltcxto. l'.lt tlottt[tt'e tle tstit lu-gt¡l))e !tl,r! j1¡¡¡, s1¡¡,,r!]
ii1r1i ilr'ii-:¡lr¡r;tr l tlc c.u'ie¡trri-izlrr ¡ strs críticos, r,la .lt-ti qttc llts tlispttsicitlttcs rie c()nll)()r'tirlri( rrii) ii, irl
rii' . )it.,'rr1r',rr:,('(.lt t.'stirlrlttt't'ltlrllt llt Pirrltfi'rnalia de ,11'.clttc ('tl r,icl'tits siItt,tciotlcs |ol t it'r'lr¡'i,, irr rir.rl',;
l i rr ni l lll iliil;t t ir-,ll t l llcrl |csltrt :tltle V rct'oltocirio: prrbli-
i.i,llt,t L()lll('l rrlitlltltr sr'irr r'tlll(ttl,r , rtr,,, r, ri'
j,('i tii li;/;r(i.t\. crtnf e rcnctas, cstllclios dr. pos- . rlls-- pr-tcrlett consir.lera rse tlu'ir lrrilrr r ir' l ¡ )., i \1,{ }:\
)st . r

...r\ \\';,1r'iirt-rtt's. l'.st.r itl)arieltciit tlc lcspcttt- . strLtctut'ltles clcl agcntc. t.ri r,t',t tlcl tt',,.'i-r,r rii.'i ,r.'r:riIt'.
l:() r, \' lr '¡l'W \ lA NAiLrilALllA I Ul',1ÁN/1

El contexto, por su parte, incluirii cosas tales comc'l nas se tlesarrollan conro rcsultacicl clc llr intcr¿rccitill
un cor.neclor', un trlato cle sabr<lsos bir.'¿rlr.os, un telte- entre los atrillnlos iritllouicos del orgartisrtro v e I entrlrnti
tlor, v demiis. Estc cjcmplo banal sugiere t1e inmediato cn el cllal csc orgalrisiuo sc dcsarrolla. Conlo ejcnr¡rlo
c¡ue la crplicacion h couclnctrr no pue'cle articirlarse
cle :;inrplc v bastallte triliackr, poclemos clccir r¡ue hai,
sin a¡relar t¡nto a la cstnrctura corro al contcxto. Sin hechos i-riológicos c¡r-rc haccn c1r-rc los hurnanos ticnciarr
rlttcla, I.to pileclo coi-ner ostrts si no ha1'clstrrrs en mi ;r aprencle r un le n9i-rajc, f¡cro e I lenur.rtrjc clLle aprcn-
cntonro innrc'.liato. Pcro c-l hecho cle qirc colro ostras cian de¡rcnclerir clel h-rgar cn qLle eacia uno cie ellos crezca.

cuanclo éstas sc presentail arlecrra,"larnentc ante mí, i)ero a ¡resrtr cle esas coincidencias rcflexivas cs conrún
pcro (lLrc nrc alrstengo cic corncr b¿rrro si lo ¡r1'¡¡1sn en que los aclve rsarios i1c:Lls(.n ir lcls psicólogos evolrrti-
un plato cicl¿rntc cle mi o, en el lrisrlto sentido, ntc abs- vos clc- detcrrnirrisrno biológieo, por sugerir a vcces la
tenqo tlc conrerme el ¡rlato r.l-risr-no, son clisposiciones iclea de qlle i¿ conclucta aparece clc nranera inclcpen-
quc llevo conmig<'l cuando r-r.tc sicnto a la rnesa. clicntc' del entrlrno; y tanrbiein cs conrún que los psi-
Hrst¿r ahí toclcl es lnr.ry clii'ecto. Sin ernrbarg,o, pclclría- círlogos e\,olLrtivos acusen a sus críticos cle rc'spalclar
r.los rnininriz.ar la inrport¡ncil <lc la estructltra pro- cl cnloclue cie la "pizarril eu l)lanco" rcspccto clc i¿ r.nelte

ponienclo qrre las clisilosicioncs quc posecn los agen- Ituu.tana, r,rn etrtirclue scgúrn cl cu¡l las clis¡,losicioncs hu-
tcs hurnalros cstán e n qran parte cleternrinaclas ¡ror el rililnas n<l cst¿ir.l rcstringiclas ui se ven afcctaclas rle nin-
contexto nl cluc han cstaclcl expuestos. I)e nrane rir alter- suna nrilnera ¡ror la friolosia. l)ara alribnir r sus criti-
nativa, podríarnos irraginar quc las clis¡rosicioues cos Lllra [)ostLlra ¿rlrtr iilais agrcsiva ), l'lt.1icai, cse cllfoque

hlrnranas se cles¡rrollan clc nrocio nl¿is o r.nenos inde- ira sicio c¡lilticarlo por al{uuos psic(rIogils cv<¡Ir-rtivos
colno "cl N,krclclo l:st.inclar clc i.r (,icncia Social'l
¡re'ncliente de hs e'r¡rerieucias partictriarcs cic cacla in-
d ir,'id u o h u r.r-l a n o. I-.stas ¡rosi lri licl adcs nos con cl ucer.r

cxactanrelrle al rntiguo ¡rroblola cle lo ir.llt¿rto y lcr


arlclLririckl, v clcflncn posiciones r.r.l'is o nleu¡ls extrellas
clentro dc csc deb¡te. Ith(lU I(RI lt A l.A l:lI)Al) I)l:, Pltil)i{,\
l.as ¡-rosicioncs extrcnrJs s()lr, por ticrt(). Ltna gran
partc <lcl ¡rroblcnra. Elr nton-lcntos cle reflexicin, casi Sin cnrbargcl, es posrblc dcscr¡Lirir algunos cicsacucr-
ttlclo cl rnulrclr cr¡il.rcicle e n clrc las disrrosicit¡nes huma- clos nriis serios por clcbajo cic esa retririca (xagera(la.
¡.t-t

t ,'1, ' ,lt' { )( )s ric\,t( ucf (i():, ltt\, ()lur r¡ tcnt¡s fl.utcltt , ,,'urlc, \LiClC i(lantiiirlllsc ,.ol jtt, ,."1 ¡rit'isti:'.r'rio, ir ,'i
:r)r'lll.¡i1,. .i,' l.t t.r,lllrrL'n\li)ll tle i<ls l)foccs()s e\¡oltl ,,('i r()rl() larrli() tlt' llr l'.tiltLi tic l'icrlrrl.
i tttor¡i,.'.., i I r::ri
irr,;r. I ti .ii rlLi nte nt() cstilll(l¡r tlcsli¡r'uil¡tclr) p()r los 'rr,. l)1c, es e()ll l'cs¡rt'¡1,) l1 ('it' l)fl-t()(.1,, rl,.' il' lll\i{!i i,'
])\ir t ¡ii)t,()\ ¡'r'1¡l¡¡[11,q¡t, ¡tli_'tetttle tltnt<lstritr (luc l¿ts rat ,¡rr,'el ccl'eti'lt'osi-'ai.l,tlttor'rl lilntor':lrurltrr t.l,li ¡'i:ij,"'
, r'\ r .ir, r,l 1r',, <lt l,i i otr,i t¡t, til lltrIttirn.t cn el ¡.crelrr<l clc- ,,, l'llt irtVeSlig,¡Ci0it solrlt'l.rs.ortrli, iü¡i('\ (lLt('t)'l( \
't¡
iri'n ri'i.iiir'\ it.ii,lc.nlcntc ('ntenrl lr]¡s c()llto uJl llec¿l- ', .i tltcesl t ()s ItLlnlrl,l()s tllLr)nI l ;l r'()¡l ri il | .1 I I I(' r''(
illri)l(r i',.l,lltt;ttlo it l¡s r()tt(ittiollcS rle r,irlit tiC la ltclacl ¡, r r,iilo tl,-'[rcría l)r-()p(]r( irttirlt'tros l,i ¡l.rr'r'l',,1r'.i lrir.'¡r
,it' l'lt'tlt'.t i. lro¡- lq¡ t¡rlt6, tlc[tc¡ ilttCrprctal-Sc col¡o t,irciil'lits tetlclcttci.t. ti,.'llr ,¡ttrlitrtlt ,ir.'i,,:. itrrl,t.¡rl,i'
Ltrl re tlt irl 11r' lol I)l()L('s()s e roluti'u,rlS riC l¡ l:clacl clC ., ) n tcntl)()rii llc()s.
l)¡t'tirrr. I I rrrqirnrcrrt(), slrpe t'f i.irlln.rr.:ntc plausilrlc, cluc
rt'rPr¡lr¡l¡¡ eslil I)()sici()n cs cl siqrr iclltr: r's cvirlcrrlc quc
.'i t.'l', ltr',, ('\ ililrt e,illu('tUril itriaptaltic. l:s tilt¡ estrltc-
Iur:r, ds ile. ir rlrir' ltrr sitlo c(]uil)¡(lit p()r Ia c\'olución
|¡Iil ( tllllirl¡r ('()il l.ls llcCc:idlttlCS rle i rlrgaltis'tO. l)ero
. i (r'rr'iriu cs t¡ntltiúil linil estructut.¡ (luc, ¡l ietral clue , lt¡l-rt'ctltisllet'ttri;llcler.rl.t.ll'ltlrll(lll,t\i,'l'",ii'tlt.'l
L rltl rir i ll s erit l-r¡ (' t I i'.rs l i:; irritjUic¡s, estii coltst rLlicla
r
i,.: qlr.' l,ls I'il5{()s iiiill¡rl.llir'or rll' l,t: i,l.l!li:i,irrr rolr¡
'rl
\(.'rlttrl l,it iltSl r'trtr i()ncs (l(' ltls {cnes. IiClf lo taltt(), ,itttlcn 5l'!- l)('r'i)1¡|cntLlilclllc i1¡¡ ¡rr ¡rlrr.r1lrr' ll I'iit
los rt'!rr¡ ilebcrr ltr¡lrer sitlri selctcion¡tlr)s para pro- ir'rrrt lirlrtjc ri cst,iil'r,itlitl¡.¡tlrj\ r-1r l{):,3( !rr't. I'1.:
tl tit i ¡' r'sl i¡ ('sI ru ('I Lr l'il .rclrtpt a[tlr. l)cr<l -pr.osiguc l¿.1 :,icnlis¿r sigttc sictttlr) ullJ s.lle i tr' r.i,' iitl{pt.r t1r'l ¡'r ,r
Illr'lt1ircitIlt-- lu seleccitjn rle l0s gcncs neccs.lrios
,r|rlr-r ..iillliCtlt(,t.'1,11111¡i1'o, \'sL il:.()r!rl t'rilil)irlti,¡)l¡ i.r l', tr
l).ii.l pl"r)tlLrrll Ll llit esIfuctur¿ t.ln c()lltplci¿ insrrnri irectiva g,erl()ccri{r-ic¡t rlc l.i c\()itl!"ir;1t (lirr' il.i '..'l , ,,,
rilt ttu irclrotitr rle ticrrrP() llu\,Prolon{r.tdo, sustalt- i¡t'rtrt ¡ttlllttl¡tt-ir.i¡rj, liltlttr r:tl t l r',.'i rlL.r tt l)l¡i'l l, r i ¡, j' l(
)

r i.r i ¡r rr, rt It' I)t(t\ ('\[cll\() tlue cl I ierrrpo cl Lrrantc cl cuaI !'lt cicl'las a()rricllt\'s tic l,l tcrrt-tit l,l-{rlr'si¡,t'.i1. r: ., ,t.
lr,i¡r i'': i:lrrlr, !os sct-r'\ huntiln()s. l,.l l)cr'í()(lrl ntits larqo .r la tlltr¿ tlc l{ich¡r'tl l)rtrr'l.ilts. Silt t'lttl'rtt'-1,,. i ,r:' ,1
¡llr.rll,. r'i r r.rl los lturrlit¡r,,s ntotientos c\'oluci()na Ittlan-lctrtccl'l'(irtciri'.t]i'llt'l. Iro. lltIr('/ 'r':i r'l IItil\i'r {)i)\
r'()n ,! i),lilrt tlt.st¡s lutt('ets()tcs l)fcl)Untaltos \,, cn par- tiicr,rl<t ¡rar-lt cl rtvltlicc.ir'l lrcrttiirllit'ttt, i rir:irri¡,:r.r r "t 'lrr r'
t r r i, l', tl t's.t l' l'01 i¡ rr I n s I ee rcl)r() ca ractcrísticiilrrcntc
i ¡ r r
i.t er,t]U,.'ioll \ tltios ir'rrl.t ' i¡¡¡¡r1rr':.,r::..
tA NAIURATIIA |1L.]I,1ANA 125

l.ir tlcf icicncia rn¿is obvia y nrris anrirlianrcnte rcto l'1,', irlo eu el punto precedente. Sin embar¡¡o, la ¡rosi-
nr¡r iclrt clc esta ¡rosici<in cs qrrc descarta la posibilr I'ilitlircl de la evolución ctrltural no resllelve cl núcleo
clacl rlc la el'olucitjn cultural. l-as ¡rlrutas c'lc conrirrt l,r ,1,'l¡s cliflcultacles que prcscnta lir perspectiva geno-
ptrerlen ser inlitrr(las ¡ror los conqirne res, y los ciutr , ('ntrica que alimenta gran parte de las teoriz;.rciones
( (rrtcrnporánc¿1s. El protrlet-na central es que el rol cle
l-ios ¿ttlapt;itivos cr.l ulra p.lu1a clc colldrrctir pucrlt'lt
sclcccionarsr ¡ror rleclir¡ dcl r.n¡r'or úxito re ¡rr<lclrrt l,s {creS en la evolución ha sido gruesamcntc nt¿rlin-
tivo cle los orqanisnlos quc los aclo¡rtan. Se ¡ruetlc t( r'l)retado. Aúrn se afirma que los genes portan url
poner crlrro cjcnr¡rlos t¿rntiliat-es cle esos rasgos tlc rrr,r[r¡¡ 1l('l orgarlisrno, rccetls Para rctrrlir org.tnisnttls

tr¿rnsrnisiiin crtrar¡cnr,1tit-a el cirnto cle los pájaros y, \ por el estilo. Los consrrmidores de cier-rcia l'ic-
(os.1s

cn nruclr¡s cspr'{,-ir's, la clccci<1n tlc lrrs prcsas. F.n t,l , ion están farniliarizados coll la idea de que, con sufi-

cirs,.r clc los hrrnrrntls, e sa situaci(rn ¡.rlcrlonrina. Los , itnte habiliclad, sería posible leer los rasgos c1e un
lrlrrIirn,rs lrlrrc'ndc'r'r riit \¡Jsto repcrtori<t cle concltrt ( )t qal)ismo ccln e I simple conocilr-]iento de la secue n-
tas titt stls ¡rlttllcs, tttitfstr()s" pares y of ros lnoclclos rlc , irr cle los pares básicos del genoma. En Lln nivel más
respalclan el "doglna
nrl.,,\.,'cces, l¡ ilrnovilcirin clc l¡s concluctas cst¿i diri 'olisticacb, muchos biólogos airn
uitl.r cspccífir.rrt'lcntc ir consestlir trn proprisito aclap- t t'ntrál" que afirma que la infbrmacicin acerca cle la

t¡tivo v. scir o no de esc nlodo, con f recuencit la inn<l- ('strLlctura biológica emana exclLlsiva v trnidireccio-
vacirjlr sc tr¡nsllrite a inclivicluos no\.irtos. No estoy rr¡lrnente del genoma. Ahclra es posible vcr qlle todo
riefe nrlicnckr la cflr:acia dc csta clase cie trrltsmisi<in eso es profundamente erróneo.
conrpararla con la tr¡nsrlisiixr qenética, sino que tarr lru los primeros clías cle la genética, los genes eran
stilo insisto ell que es rcal (1'por lo tanto posible).1)c t'nticlades hipotéticirs identificaclas como la c¿rus¿r de
una rranera Lln tlut() irónica, clado cl moclrl e n quc Ios rirsgos particulares de los organismos. Cuandcl se
su obra ha siclo arnpliamcntc e'ntenclida, l)awkins rlcscubrió la estructura del en 1953, junto con el
'rirN,
l'cconociri v tratri explícitarncnte cl tema rle l¿r evo- rrrecanisrno por el cual el AI)N se replicaba a sí mismo,
lr¡citin cullnral cn su pf inrcr libnr, cl ntás inflnt,ente, t'r'a natur¿rl identificar el anterior concepto del gen con

I'.1 ú'tt t'qoísto. lrr cadena de ¡.ox. Cuando m¿is tarde se descubrió qrre

lis irnportirr.rle rlejar sentado qLle la evolLlci(ln no- lrr cadena de ,cnN dirigía la construcción de proteí-

ge nt't icl cs incliscutiblcrncnte posible, y eso cluc'cla esta- lrils, se generalizó la idea de pensar en un gen como
¡i rir r L)¡li\// li tA NAIURAIEIA HI][I,{NA i ]27

lrrc¡rlcna cle,AuN clue dirigía la procluccirin cle una ¡rro. ,\sí, ur.r bucn punto cle particla para Llna aclccuircl¡r
teiur.r, cl la "cocliflcaba'l Sin ernbargo, esta iclea prc- .ri)r'cciación clc l¿r firncitin cie los gencs es advertir tlue
sent¿rba un¿i clificultacl innrediata: en ¡¡encral, la pro- l,¡ rnforr.l-r¿tción neces¿rria para la construcción de Lll.l
clucción cle un¿r proteína se halla ii una gr¿]lt clistancia ()r'g¿lnisn1o, lejos cle resumirse e tr e I i\l)N, clebe incluir
c¿trsal cle los rasgos c1r-re han siclo el tenra cle la gcnó- .rl nrenos una célul¿r con-rpleta, que es en realic.lad la
tica cl¿isic¿r. Aúrn cs cor-nún cscuchar ret'ercncias a krs ,'trrptr más pecllrerlii clel ciclo cle vicla cle cr.ralquier
"genes" con respeto a uno u otro rasgo: el color clc ()r'ganismo. l,a célula contie nc grau p¿rrte clel ntate -
los ojos,la inteligencia, la estatura, la homoscxr-raliciad r r.rl y cle la
cstructura sin los cuales cl ¡t.rN sería abso-
y otros por el estiio. Pcro result¿r vital rccorclar que, Irrtamente inerte e insignificante; su "infon.l-ración"
aLlnqLle la procluccitir"r cle proteínns particulares es rrtl poclría ser"leícla". Pcro la ci'lula nrisnla posee Llna
necesari¿r para la prcseltcirt cle nttrchos rasgos> ltunc¿t q¡'an c¿rnticl¿rcl clc c'strtLctura ilrtentil apil te cle ac¡uc-
alcanza conto c¿llrs¿r suflcicnte. Adeu'riis, ya ha c¡ucclado ll,r c1ue "le e " cl ¡nx. Tbclo ello se transnrite en ia rcpro-
en claro clue gr¿ut parte clcl geltoma, el ¡\l)N del or- tlucción y es esenciirl para el clesarrollo clel orgar-risrnt'r:
grrnisnto, no cocliflca nir-rgr¡n¿r proteínl. Se sirbe c-¡ue lil rcproducciór'r cs rnucho más que la tr¿rnsntisirin
algunirs partcs regulan la procluccitin cle proteínas, ,lcl ,qnN. He ciicho qr-re hay partes clel genoma c'¡ue
y otr¿ts no tieltert ningur-ra fultcitil-r cclllocicia v a veces ('n gene ritl no pueclen correlacionarse colt rasgos del
ser las clcnonrin¿r la "basura" cle l ,rnx. Fin¿rlmente, org¿rnisr.l.ro. Eso cs algo que no cleberí¿r resultar srlr-
incluso aqucllirs partcs clcl genonra c¡ue sí cocliiican prcndente en cu¿lnto aclve rtintos que existe una grau
una proteína no son espccíficas típicamcute clc utra variedacl cle recursos, incluso ¿r nivel celular, qr.re de-
única pr<tteína. Dif'erentes p¿rrtes cle ur-r gen especifi- bcn ser transr.nitickrs p¿rr¿r clue pueda desarrcllarse un
can subuniclacles clc proteínas que pr_reclen cnsrrrn- nuevo organlsllro.
blarse, a veces us¿rnc'lo plttclr.rctos de otros geltes, ),cons- Las recientes investigaciones en el cantl.ro de ia bio-
titnir un¿r varieclacl cle ¡rroteír-ras. De esa nt¿lner¿1, Lln Itlgía nolecular clescliccn cle manera aun nr¿is clirect¿r
nrclclo mcjor de pensar el gcnoma es consider¿rrlo corno rrlguuos presLlpnestos centrales clel clogma, que afirrra
r-rna biblioteca de recetas. Iror otra parte, cuál se¿r la re- rlue la infirrnr¿rcirin sólo se transmitc ciescle el geltonta
ceta irn¡rlerne nt¿rda es algo cllre suele est¿rr clcterminirclo c<1. Ahora se sabe que existen nrecanis-
v nunc¿r hacia
por rasgos ceh-rlares rnuy clil'crentcs clel ,qlrN r.rucle¿rr. mos nrediante los cuales la célula actúa sobre cl
il Ltl'ADú Dt lrAkWlN LA NATURATTZA HUf4ANA I 129

ge nom¿r para afect¿]r ¿rsí ias circunstancias en las r¡rrc srilidas- que sirven para dar un lugar excesivamente
se expresan los genes. La base químicn cle uno de csos ( rucial al genoma, tanto en el desarrollo como en la
importantes nlecanisnros se coltoce con el nombrc tle t'volución. Y, aun más importante para un conoci-
-['écnicamente,
nretilizaciór'r. se trata de la adición tlc ¡niento general de la biología, la concepción del
un grlrpo metílico (OH;) a la base (J (citosina) en lrr gcnoma como único depositario de la información
clue C es seguicia por G (guanina). La metiiiz¿tcitilt lrereditaria sobre el organismo ha servido para man-
clisrninr"rye la posibilidad de que un gen se expresc. tcner una escisión -en última instancia, desastrosa-
Los ejemplos más conociclos explican las diferentcs cntre las teorías de la evolución y las teorías del de-
probabilidacies de expresión de genes heredaclos por sarrollo. Esa concepción ha permitido a los evolucio-
vía pirterna v nraterna como cotlsecuencia de las dilL. nistas dar al desarrollo un estatus de"cajanegra", con-
rentes pautas de metilizacion en las células masculi- siderándolo como algo que puede ser adecuadamente
nas y cn l¿rs células f-emeninas. Se especula con la posi- cstipulado en cualquier momento por el estado en que
bilidad jen respuestas
cle que esas diferencias refle se encuentra el genoma. En consecuencia, la evolu-
evolutivas a los cor-rllictos de interés entre madres y ción se convierte en la mera descripción de una secuen-
paclres. Perc la rnetilización también se producc cia de genomas, sin interés por los complicados pro-
durante toclo el curso dc l¿r vicla de un clrganisnto y cesos que llevaron a un genoma de una generación a
cvidenlemente clescntpeña un ¡,.apcl vital en los pro- otro genoma en la generación siguiente. El tema común
cesos por rnedio de los cuales se dilerencian en ei de- al trabajo más interesante de la biología teórica con-
sarrollo los distintos tipos cic tejiclos. No siempre se temporánea es la insistencia en reunir evolución y de-
advierte que, como los esquemas de metilización son sarrollo. Una manera de hacerlo que ha cobrado cada
invisibles er los procesos estánclar cle secuenciación del vez mayor importancia es por medio de la denomi-
genonra, cso proporcic'rna una evidenci¿r incontro- nada teoría sistémica del desarrollo (rsl) ya mencio-
verrtible de que la secuencia del genonra especifica nada en el capítulo z. Lats¡ afirma que la unidad más
c1e rnanera inaclecuada incluscl los recursos biolósi-
pequeña a partir de la cual pueden entenderse ade-
cos heredudos dcl orgrtnisrntl. cuadamente los procesos evolutivos es el ciclo com-
Lstcls cietalies técnicos son de gran importancia para pleto del desarrollo, a partir de una etapa del ciclo de
clcs¿rutorizar las razones -inciusc'l las que parecen más vida y pasando por todas las etapas intermedias nece-
13o | il tt6AD0 Dt DARWIN IA NATURALIZA HU14ANA 13I

sarias para reproducir esa etapa en la generación diciones de considerar qué es aquello fundamental-
siguiente. Según este encuadre, el genoma es tan sókr mente equivocado en la argumentación principal de
un recurso del desarrollo -sin duda, un recurso muy la psicología evolutiva, que considera que nuestra espe-
importante- entre otros recursos necesarios para com- cie se adaptó atávicamente a la vida en la Edad de Pie-
pletar las diversas etapas del ciclo de vida. EI geno- dra, y que por lo tanto está mal adaptada a la vida en
centrismo de Dawkins proporciona una respuesta nuestra era. Es posible que el genoma no haya expe-
específica a la famosa pregunta sobre el huevo y la rimentado suficientes cambios en la transición de la
gallina: lo primero fue el huevo. La rso proporciona vida en la Edad de Piedra a la existencia urbana con-
la respuesta más plausible desde un punto de vista temporánea, pero el genoma es sólo uno de los nume-
intuitivo: ninguno, o los dos. La gallina no es más rosos recursos que determinan el desarrollo de los seres
que la manera que tiene el huevo de hacer otro huevo, humanos contemporáneos. Resulta obvio que los
así como el huevo es la manera que tiene la gallina de recursos externos al organismo son muy diferentes, y
hacer otra gallina. Si se tiene en cuenta la diversidad en ciertos aspectos mucho más ricos. Las escuelas, la
de recursos que deben encontrarse o reproducirse para televisión, los libros no existían unos siglos o milenios
poder completar el ciclo de vida, también podríamos atrás, y no hay duda de que han contribuido enor-
decir, con el mismo sentido, que el pájaro es la manera memente al desarrollo del cerebro humano contem-
que tiene un nido de hacer otro nido. Todo aquello poráneo. Por cierto, el genoma limita los posibles re-
necesario para la reproducción o para el ciclo del de- sultados del desarrollo humano. Por ejemplo, para
sarrollo es igualmente necesario para entender la tra- nosotros puede resultar imposible pretender mante-
yectoria evolutiva del organismo. ner una vida social de Ia clase que tienen las hormi-
gas o las abejas. Pero la exploración de esas lilnitacio-
nes debe llevarse a cabo por medio de investigaciones
empíricas de las diversas conductas de los diferentes
LA PSICOLOGIA EVOLUTIVA grupos humanos, y de ninguna maneril por medio
de la especulación acerca de cómo debe haber sido la
Después de lo que puede haber parecido una digre- vida en el pasado remoto. En general, tal como han
sión bastante extensa, nos encontramos ahora en con- repetido desde hace mucho tiempo los antropólogos
132 | EL LTGAD0 DE DARWTN LA NATURALEIA l]U14ANA I 133

no corrompidos por la dudosa teoría biológica, hay le (rarre oe) rvroEucrA DE LA psrcol-ocÍ¡
evidencias que indican la existencia de una gran fle- EVOLUTIVA
xibilidad en el desarrollo humano.
Hasta el momento en este capítulo me he con- Ofra razón para abordar argumentos muy generales
centrado en exponer argumentos generales sobre la en favor de la psicología evolutiva es que, por lo que
necesidad de entender la conducta humana en tér- parece, sólo la convicción que ellos suscitan es capaz
minos evolutivos. Es importante abordar esos argu- de explicar la irrisoria calidad de la evidencia que
mentos porque aparentemente mucha gente supone resulta aceptable para confirmar afirmaciones más
que demuestran que la psicología evolutiva debe ser específicas. Es importante subrayar la dificultad de la
el enfoque correcto según el cual investigar la con- tarea que la psicología evolutiva ha definido como su
ducta humana. Tal vez el hecho de que se suponga objeto. Cuando un evolucionista se propone explicar
que la atención a los orígenes es la clave para enten- la longitud del cuello de la jirafa debe enfrentar serios
der la naturaleza de algo sea un interesante rema- escollos, tal como ya lo he expuesto en los capítulos
nente de la cosmología teológica. Por cierto, si se pue- anteriores. Pero al menos no existen serias dudas con
den atribuir los orígenes de algo a un diseñador respecto a que las jirafas tienen cuellos largos. Por con-
inteligente, las intenciones del diseñador son, por traste, el psicólogo evolutivo habitualmente propone
cierto, el mejor lugar donde buscar para lograr ver- una tesis sobre la naturaleza humana ofreciendo simul-
dadera comprensión de la cosa en cuestión. Y resulta táneamente una explicación del rasgo planteado como
notable que los más fervorosos partidarios de con- hipótesis. Así, por ejemplo, sobre la base de una argu-
siderar la evolución como fuente del saber contem- mentación más bien abstracta acercade que los deser-
poráneo sean los que más se esfuerzan por reintro- tores suelen subvertir los acuerdos cooperativos, y
ducir el concepto del diseño. Pero por supuesto, el sobre la importancia evolutiva de detectar esos inten-
diseño no es más que una metáfora con respecto a tos subversivos, se propone que la mente humana está
los organismos, y parece ser una metáfora extrema- especialmente adaptada para detectar los intentos de
damente peligrosa (tal vez debería denominarse la deserción de las leyes sociales. En la terminología favo-
Peligrosa Metáfora de Dennett). recida por estos teóricos, se postula que existe un mó-
dulo especial destinado a detectar los engaños. Desa-
r34 ir rE6AD0 DE DARWTN LA NATURALTZA |lUr'lANA I 135

fortunadamente, como en la mayoría de esos casos, lo mismo. Se ha observado que las hembras de muchas
resulta perfectamente evidente desde el principio quc cspecies de pájaros suelen escurrirse a hurtadillas para
las personas tienen cierto interés en detectar las vio- nrantener relaciones sexuales con otros machos por
laciones de las reglas sociales, y buenas y obvias razo- f uera de su pareja primaria, de modo que probable-

nes para justificar ese interés. No será tarea fácil pro- rnente las mujeres tendrán también tendencias seme-
porcionar un argumento convincente de que la iantes. Se ha observado que los machos de diversas
conducta tendiente a satisfacer ese interés no debe cspecies matan a las crías que su pareja ha procreado
explicarse sencillamente como una manera perfecta- con otros machos, de manera que no debemos sor-
mente sensata de actuar. sino como una clase de acción prendernos si los padrastros humanos tienen una con-
impulsada por una parte de la mente especialmente ducta violenta con sus hijos no genéticos. Y así suce-
diseñada para ese propósito. Por otra parte, si uno está srvamente.
convencido a priori de que algo semejante a esto debe La irrelevancia de estas comparaciones puede pare-
ser cierto, es probable que la tarea resulte bastante más cer obvia apartir de la simple observación de que las
sencilla. cspecies comparadas deben ser elegidas con gran cui-
Existen algunas estrategias de argumentación más tlado: muchas otras especies no exhiben ninguna clase
o menos basadas en evidencias que se esgrimen para tle conducta similar. Sin embargo, esta argumentación
justificar la proposición de que la conducta humana puede interpretarse de manera diferente. Tal vez las
contemporánea se origina en las condiciones reinan- comparaciones demuestran que la conducta en cues-
tes en la Edad de Piedra -o en otras igualmente remo- tión pertenece al rango de características que pueden
tas-, y me dedicaré a considerar algunas de ellas en las cvolucionar por medio de la selección natural, y que
partes finales de este capítulo. Una estrategia común si encontramos algunos casos de esa conducta en cues-
en las presentaciones populares de los argumentos evo- tión entre los humanos tendremos buenas razones
lutivos es la comparación con los animales. Los cier- para suponer que se ha desarrollado una tendencia
vos rojos o Ios elefantes marinos luchan entre sí hasta importante. Una primera respuesta a esta versión es
el extremo de producirse heridas fatales cuando com- señalar un punto absolutamente estándar del pensa-
piten por tener acceso a mayor número de hembras, rniento evolutivo: la distinción entre analogía y homo-
entonces tal vez los hombres tengan disposición a hacer logía. La homología refiere a la situación en la que
13ó | EL LE6AD0 DE DARWTN IA NAlURAIEIA HU14ANA I 137

especies diferentes tienen un rasgo similar por des- Pero, por supuesto, en la medida en que los rasgos
cender de un antecesor común que poseía una versión en cuestión son al menos una parte del repertorio de
ancestral de ese mismo rasgo. Así, para dar un ejem- la conducta humana, no existe duda de que aparecen
plo clásico, la aleta de la ballena y el ala del murciélago en ciertas circunstancias. Si empleamos el término
tienen una estructura ósea similar, y se cree que el "evolución" en el sentido más amplio posible, pode-
motivo es que ambos poseen un antecesor común muy mos decir que han evolucionado. El problema, como
diferente pero de esqueleto similar. Los rasgos son ya lo he expresado en detalle anteriormente, es que la
homólogos. Por otro parte, el ala de un pájaro y el ala evolución, en un sentido amplio, incluye la clase de
de un murciélago pueden ser muy similares en algu- procesos culturales que la psicología evolutiva preci-
nos aspectos, reflejando de ese modo las presiones samente se propone rechazar. ¿Cómo podemos deci-
selectivas similares ejercidas por las leyes de la aero- dir cuál de las diferentes clases de proceso evolutivo es
dinámica, pero esas similitudes son tan sólo análogas, la explicación de los rasgos de conducta particulares?
ya que sin duda evolucionaron independientemente
la una de la otra. Si se rastrea en busca de un antece-
sor común de ambas especies, es necesario pasar por
muchas especies que no tienen ninguno de los rasgos EL cAMpo ADECUADO DE LA EXpLrceclóN
relevantes, de manera que podemos estar seguros de GENÉTICA
que esos rasgos evolucionaron independientemente.
Casi sin excepción, los paralelos que se establecen Si se tiene en cuenta que el núcleo de la argumenta-
para respaldar la psicología evolutiva humana son, ción general de la psicología evolutiva sitúa la gené-
en el mejor de los casos, ejemplos analógicos. Y el hecho tica como centro de la explicación de la conducta
de señalar esas analogías no nos dice nada acerca de la humana, debemos preguntarnos qué distingue a los
verdadera trayectoria evolutiva de un rasgo. Sin duda, fenómenos apropiadamente explicados de esta manera.
puede decirnos que existe una tendencia evolutiva a Es natural pensar que deberíamos explicar los fenó-
adquirir dichos rasgos, pero también, dadas las espe- menos genéticamente si éstos se desarrollan de manera
cies diferentes que acabamos de mencionar, que esa en general insensible a las contingencias del entorno.
tendencia es contingente respecto de otros factores. Partiendo de la idea de que los rasgos de los organis-
?I
138 tr Lr6AD0 Dr DARWTN rA NATURALTZA HUf4ANA 1 139

filos se desarrollan a través de un proceso de interac- cuencias tan típicas del desarrollo como el hecho de
ción entre los factores biológicos y ambientales, podría- tener cuatro miembros. Si todo está bien,las personas
lxos acentuar una u otra clase de factor en la medida tienen cuatro miembros, pero, como en el caso del len-
en que el fenómeno en cuestión es independiente del guaje, tanto los azares biológicos desafortunados como
impacto del factor dejado de lado. El hecho de que los percances del entorno pueden impedir que así sea.
un niño aprenda a hablar francés es en gran medida Y en otros casos, como ocurre en el desarrollo de un
independiente de sus peculiaridades genéticas y está hígado con funcionamiento normal, hay rasgos sin
casi por completo cleterminado por el hecho ambien- los cuales el organismo no llega a desarrollarse en abso-
tal de haber crecido en un país donde se habla fran- luto. Pero incluso en esos casos, el buen funciona-
cés. El hecho de que tenga ojos azules, por otra parte, miento de los genes y también factores ambientales
parece tener poca relación con el entorno, y se origina tales como una nutrición y una protección adecua-
seguramente en la circunstancia de tener cierta heren- das son requerimientos esenciales para el desarrollo
cia genética. Sin embargo, debemos señalar que exitoso de los rasgos.
muchos rasgos de los organismos no pueden ser cla- A partir de este razonamiento podemos inferir que
sificados según este patrón. Pensemos, por ejemplo, la explicación genética resulta apropiada para los ras-
en el hecho de que la gran mayoría de los humanos gos que aparecen en algunos de los miembros de una
aprenclen a hablar alguna lengua u otra. Esta tenden- especie pero no en todos, y para los cuales la dif'eren-
cia puede ser desbaratada por alguna anormalidad bio- cia entre su aparición y su no aparición es atribuible
lógica suficientemente profunda, por ejemplo por a diferencias en los genes. Éste es, por cierto, el objeto
alguna anormaliclad genética, pero también puede des- de investigación de las ciencias de genética de la con-
baratarse debido a condiciones ambientales anorma- ducta ¡ en un registro mucho más abstracto, de la
les,especialmente por carencia de un lenguaje ambien- genética demográfica. Sin embargo,la psicología evo-
tal en el entorno del niño. Los niños biológicamente lutiva sigue un camino muy distinto. La mayoría de
normales rodeados de un entorno humano normal las veces procura identificar rasgos típicos o univer-
aprenderán un lenguaje, pero parece erróneo atri- sales de la psicología humana para alegar más tarde
buir este hecho a Ia biología o al entorno. De modo tal que esos rasgos tienen explicación genética. Los ras-
vez rnenos obvio, lo mismo puede decirse de conse- gos típicos o universales de una especie en realidad
140 1 rr rE6AD0 Dt DARWTN LA NATURALIZA HUI,lANA i 147

deberían explicarse en términos de desarrollo. p<¡r riaciones genéticas. Pero sería un error. La psicolo-
supuesto es cierto que, para llegar a desarrollarse clc gía evolutiva no sugiere que algunos hombres tienen
manera adecuada, casi todos los rasgos requerirárr genes mutantes que los impulsan a violar, sino más
genes que funcionen normalmente. Pero, como y¡t bien que es normal en los hombres una disposición a
señalé anteriormente, requerirán también otras cosas. violar. Según se dice, esa disposición forma parte de
Lo que es importante, además de un conocimient<r Lrn conjunto variable de estrategias sexuales. El hecho
pleno del desarrollo -que es un objetivo aún muy dis- cle que la mayoría de los hombres no viole es conse-
tante-, es conocer cuáles aspectos variables del de- cuencia de que la mayoría de los hombres son sufi-
sarrollo podrían afectar o incluso impedir la aparición cientemente afortunados de no encontrarse en cir-
del rasgo. La psicología evolutiva suele dar la impre- cunstancias (estatus bajo y por lo tanto poco acceso a
sión de que sólo las variables genéticas pueden afec- rnujeres dispuestas a recibirlos) en las que la violación
tar o impedir la aparición de los rasgos psicológicos se convierte en la estrategia óptima y, en ese contexto,
típicos de los humanos. Pero no tiene una argumen- cstá biológicamente determinada. Mi opinión (aun-
tación coherente que respalde esa afirmación. Así, tal que debo admitir que hay feministas radicales, además
aserción no sólo induce a error sino que también es de psicólogos evolutivos, que no coincidirán conmigo)
nociva, ya que tiende a descartar la posibilidad de es que la mayoría de los hombres no tienen ninguna
que los rasgos psicológicos puedan depender en alto disposición a la violación. De hecho, incluso taI vez
grado de los factores ambientales y ser, por lo tanto, no tengan ninguna disposición a coaccionar violen-
susceptibles al cambio. tamente a nadie a que haga algo. La disposición a vio-
Si nos concentramos en el hecho de que los rasgos lar es una consecuencia del desarrollo defectuoso ¡
que la psicología evolutiva pretende explicar suelen aunque es posible que sea resultado de defectos gené-
ser casi siempre poco comunes, por cierto resulta fácil ticos, resulta mucho más plausible la hipótesis de que
confundirse. Por ejemplo, una notoria tesis reciente se trata, habitualmente, del resultado de un entorno
se ha centrado en proporcionar una explicación evo- muypor debajo del estándar. Más precisamente,la vio-
lutiva de la violación. Como la mayoría de los hom- lación como anomalía genética no serviría a los pro-
bres no violan, uno podría imaginar que se trata de pósitos teóricos de la psicología evolutiva. Es muy
Ia explicación de un rasgo variable en términos de va- improbable que ser un violador obligado sea una estra-
r42 | Et LTGAD0 Dt DARWTN LA NATURATEIA |IUI'4ANA 147

tegia evolutiva exitosa, y ningún psicólogo evolutivo sión es reflexionar sobre la diversidad de los produc-
que yo conozca ha sugerido que pueda serlo. Si la dis- tos de la evolución. Todos han evolucionado, y sin
posición a violar es una falla del desarrollo, ya sea por embargo los resultados son casi inconcebiblemente
causas genéticas o ambientales, no debería existir para diferentes. De manera que el hecho de la evolución
ella ninguna explicación selectiva, y quedaría fuera del poco puede decirnos sobre sus productos. Es cierto
campo de la psicología evolutiva. que hay signos importantes de los orígenes comunes
El ejemplo anterior, aunque reconozco que está al de diferentes formas de vida terrestre. Irónicamente,
borde de lo respetable incluso para la psicología evo- la más notable es el genoma. No sólo los más diver-
lutiva, señala muchas de las deficiencias principales de sos organismos comparten la misma estructura básica
ese proyecto seudocientífico. Está basado en una gené- del gen y el patrón de traducción del ¡lN a las proteí-
tica simplista que da forma a una concepción ingenua nas (el código genético), sino que también resulta que
del proceso evolutivo. Pasa completamente por alto el complemento de los genes es sorprendentemente
los procesos de desarrollo, la caja negra dentro de la similar. Con frecuencia se señala que nuestros geno-
que sería sensato buscar las causas de los buenos y mas han resultado un 98,4o/o idénticos a los de los
los malos resultados del desarrollo. Y por proporcio- chimpancés. Se nos invita a concluir que somos, con-
nar una explicación falsamente causal de muchos inde- trariamente a lo que indicaban nuestras inflacionadas
seables resultados del desarrollo (violencia, codicia, expectativas, un 98,4o/o idénticos a los chimpances.
depredación sexual y demás) en un terreno que está Pero si eso significa algo (cosa que dudo), seguramen-
fuera del alcance tanto del control social como del indi- te es algo falso. La inferencia correcta es, por supuesto,
vidual, es pernicioso pues desalienta las investigacio- que ni nosotros ni los chimpancés somos idénticos a
nes serias sobre la manera en que podrían obtenerse nuestros genomas. El hecho de que usualmente no se
resultados más satisfactorios del desarrollo. extraiga esta conclusión es una prueba que justifica
¿El conocimiento de la evolución no puede decir- muchos volúmenes en favor del podcr que ha ganado
nos nada acerca de cómo somos? Deseo sugerir que, la mitología genética en el mundo contemporáneo.
en el nivel de especificidad que pretende un proyecto De manera más general -y ésta es la ironía a la que me
como la psicología evolutiva, Ia respuesta es casi seguro refería antes-, en Ia medida en que los genomas se en-
que no. Una manera sencilla de reforzar esta conclu- cuentran entre los rasgos más invariables de los dife-
744 | rL TEGAD0 Dr DARWTN LA NATURATiZA HUtlANA | 145

rentes organismos, son en realidad el último lugar afirmaciones centrales de la psicología evolutiva, no
donde deberíamos esperar que se encontrara expli- son ninguna novedad. El hecho de que estas generali-
cación de los rasgos más específicos de los organis- zaciones estén confirmadas por algunas investigacio-
mos. Los detalles de la mente humana, en particular, nes no nos dice nada en absoluto sobre por qué son
son los parámetros de un rasgo único y exclusivo de ciertas, en la medida en que lo sean. Solamente una
una especie en particular. profunda convicción de que los métodos promovidos
El punto crucial exigido por la diversidad de los resul- por la psicología evolutiva encarnaban una profunda
tados evolutivos es el empirismo.Talvez el mayor sabiduría podría conducir a alguien a imaginar que
defecto de la psicología evolutiva sea su propósito de estas investigaciones podían marcar un camino para
inferir la naturaleza humana de principios teóricos, en entender correctamente el más frustrante objeto de la
vez de describirla sobre la base de la observación. Oca- investigación científica, la mente humana.
sionalmente suele decirse que la psicología evolutiva
no es más que un recurso para generar hipótesis inte-
resantes para la investigación, y que en ese papel es bas-
tante inofensiva, aunque mi propia lectura de su tra-
yectoria no sugiere que haya sido demasiado fructífera.
Además, esa modesta declaración de ambiciones no
es sincera. Eso es obvio si se considera la escasez de evi-
dencias que suele aceptarse como confirmación de las
hipótesis elaboradas por los psicólogos evolutivos. No
se trata de que esas evidencias no existan. De hecho,
las hipótesis suelen ser tan banales que sería extraor-
dinario que no hubiera evidencias que las confirma-
ran. El hecho de que los hombres tienden a la poliga-
mia y ocasionalmente cometen violaciones; o que los
padrastros con frecuencia tratan a sus hijastros peor
que a sus hijos biológicos, para tomar algunas de las
1
¡ 7
i
Raza y género

Elcapítulo anterior trató el tema de la relevancia del pen-


samiento evolutivo con respecto a ciertas clases parti-
culares de conducta. Un aspecto diferente, aunque sin
cluda relacionado con ese tema, es la relevancia de las
ideas evolutivas para la división de las personas en dife-
rentes clases. El último capítulo también consideraba la
división del trabajo que caracteriza, en menor o mayor
medida, a todas las sociedades humanas.Aunque la divi-
sión del trabajo es claramente positiva, en tanto per-
mite enormes ganancias en lo referido a la eficiencia
(tal como lo demostróAdam Smithpormedio desu icó-
nico ejemplo de la f,íbrica de alfileres), también funciona
como base de asociaciones menos positivas de personas,
estableciendo clases con estatus diferentes. Sea o no un
mal evitable, la división del trabajo asocia, por cierto,
categorías de trabajo con categorías de personas defi-
niéndolas de manera biológica o cuasi biológica. Las
barreras laborales, que establecen un techo restringido,
impuestas a las mujeres, y las oportunidades limitadas
148 I EL tIcADO DE DARWiN RArA Y GtNtRo I r49

de las personas de color son problemas familiares y muy existían subgrupos biológicamente signifi cativos' pro-
difundidos en las sociedades occidentales. Los defenso- bablemente sin alcanzar el estatus absoluto de subes-
res de estas inequidades prima facie suelen apelar a las pecies, sino más bien con el estatus de lo que se conoce'
diferencias biológicas entre los grupos para justificar su en el campo de la biología, como razas geográficas. Por
existencia. Aunque es importante que no creamos quc otra parte, es común en la actualidad que los biólogos
la legitimidad de la discriminación depende del resul- afirmen, sobre la base de la investigación genética'
tado del debate biológico, es útil señalar que el estado que el concepto de raza humana ha demostrado care-
actual del saber biológico no suministra razón alguna cer de sentido. Richard Lewontin y Stephen iay Gould
para suponer que los grupos diferenciados por el sexo o han sido los exponentes más importantes de la corriente
la raza poseen capacidades diferentes que podrían expli- que ha afirmado que los humanos constituyen' en el
car el hecho de que ocupen lugares diferentes dentro de plano genético, una especie relativamente homogénea,
la división del trabajo. Este capítulo se ocupará de lo y que la variación que existe no se da entre poblacio-
que el pensamiento evolutivo puede decirnos acerca de nes biológicas. En realidad, hay mucha más variación
esas categorías y, más importante aun, de lo que no puede
genética dentro de un grupo racialmente definido que
decirnos. El estatus biológico de las dos clases de cate- entre dos de esos grupos. Según el presupuesto de
gorías involucradas en la discusión es muy diferente, y que el propósito de clasificar es expresar informa-
nos ocuparemos de cada una de ellas por turno. Desde ción acerca de aquello que se clasifica, esta observación
una perspectiva biológica, es más sencillo abordar el tema sugiere que clasificar por raza es, al menos desde un
delaraza.Eltema del sexo (o género: la diferencia se con- punto de vista biológico, inútil e insignificante'
siderará más adelante) es bastante más complejo. Sin embargo, las cosas son un poco más complica-
das. Para conferir algún sentido a esta clasificación,
debemos empezar por distinguir la raza como con-
cepto biológico y la raza como concepto sociológico.
RAZA No hay duda de que este último concepto es de gran
importancia en muchas sociedades. El estatus, el acceso
Se coincide universalmente en que sólo existe una espe- a los bienes sociales (principalmente los trabajos desea-
cie humana, pero durante largo tiempo se supuso que bles), y muchas otras circunstancias de gran impor-
r5() | rL ttGAD0 Dt DARWTN RAIA Y GENERO I 157

t¿rncia para las personas, se ven afectados por el grupro Jonathan Kaplan, afirma que existe otro concepto' La
racial que la sociedad en general asigna a los indivi-
idea que plantean puede abordarse por medio de la
duos. Habitualmente, los miembros de una sociedacl
consideración de la textura más fina de la evolución
aprenden a hacer esa asignación casi sin pensarlo, so_
humana. Como existe sólo una especie humanl, cual-
bre l¿r base de unas pocas características superficiales.
quier grupo escindido del linaje humano que haya
Cuando las clasificaciones raciales son incorporadas
alcanzado una plena separación de Ia estirpe proge-
a las regulaciones oficiales, con frecuencia se emplean
nitora evidentemente se ha extinguido' No obstante,
criterios complejos para determinar la pertenencia de
en el caso de una especie tan grande y geográficamente
individuos problemáticos, por ejemplo de individuos
extendida como el Homo sapiens, podemos estar scgu-
con una ascendencia de diversas mezclas raciales. Dada
ros de que han existido, en diferentes épocas, pobla-
la existencia de esta idea de raza sociológica, podemos
ciones temporariamente más o menos aisladas que
plantear la pregunta de si existe alguna base bioló-
adquirieron algún grado de adaptación específica a
gica importante de este concepto. y la respuesta es
sus circunstancias ecológicas particulares. En realidad,
decididamente negativa. Existen, sin duda, típicos
los trabajos recientes realizados sobre la evolución
correlatos genéticos de los rasgos que se emplean para de la resistencia desarrollada por las plantas contra
emitir juicios raciales -primordialmente, el color de las toxinas locales sugieren que ese aislamiento de las
la piel v los rasgos faciales-, pero eso es todo. El color
poblaciones circundantes no es requisito esencial para
de la piel, casi con seguridad una adaptación a climas
una adaptación local cuando las presiones selectivas
fríos o soleados, es Llna característica superficial, que
del entorno son fuertes. Estas variaciones, que no
se desarrolla y sepierde rápidamente cuando los gru_ alcanzanpara nada el valor requerido para dif'erenciar
pos de gente se desplazan de un clima a otro, y es una especies, reciben el nombre de ecotipos y se presentan
característica desarrollada por muchos grupos dis_
en muchas especies diferentes. Sin dudas, en algunos
tintos en diferentes épocas y lugares.
casos un ecotipo diferente puede ser la primera etapa
Sin embargo, podemos plantearnos la posibilidad
de una progresión que culminará en una especie dife-
de que exista otro concepto de razaque revele un inte-
rente. Pero en una especie como Ia nuestra, dada a la
rés biológico más serio. Una interesante argumenta- ese caso aparentemente no
migración y a la exogamia'
citin, obra del biólogo Massimo pigliucci y del filósofo Lo que sí tenemos' según Pigliucci y
se presenta.
r52 | Et LTGAD0 DE DARWTN RAZAYCTNTR0I r53

Kaplan, son ecotipos más o rnenos diferentes, o sus fenómeno que a las personas les resulta obvio, dejando
remanentes, dispersos a través de grandes poblacio_ en claro al mismo tiempo que el concepto intuitivo de
nes politípicas. raza agrupa a grupos diversos de personas que tal vez
El prirner punto que debemos señalar sobre esta no tengan nada en común fuera de formar parte de
hipótesis es que no tiene ninguna relación con el con- la especie humana. Sin suponer en ningún momento
cepto sociológico de raza.Enprimer lugar porque sus que la existencia de esta explicación acabará de inme-
enunciaciones son mucho más finas y detalladas. Casi diato con todos o siquiera con algunos de los pro-
todos los conceptos sociológicos de "negro',, por ejem- fundos problemas sociales asociados con la clasifica-
plo, no sólo incluyen los diversos pueblos de ascen- ción y la discriminación racial, de todas maneras me
dencia africana, sino incluso a los indígenas de Aus- parece que con ella se da un pequeño paso en la direc-
tralia. Estos pueblos constituirían seguramente un gran ción correcta.
número de ecotipos diferentes, y muchos de ellos esta_ Existe además wa razón más sutil para considerar
rían más próxirnos a algunos ecotipos no clasifica- que esta versión puede contribuir a desactivar algu-
dos como negros que a otros ecotipos negros. nos de los fundamentos intuitivos de las personas que
Dado que este concepto es tan diferente del con_ se toman demasiado en serio las categorías socioló-
cepto sociológico de raza, corresponde que nos pre_ gicas raciales, amplias y muy generales. Contraria-
guntemos qué se gana promoviéndolo. Una respuesta mente a la convicción de que la investigación bioló-
que despierta en mí cierta simpatía es simplemente gica no demuestra que pueda hallarse nada demasiado
que siempre es mejor tener una respuesta más precisa. contundente común a todas las personas clasificadas
Pero además esta explicación nos ayuda a entender como negras, el observador casual probablemente
mejor algunos aspectos desconcertantes de la dife- advierta, por ejemplo, que las personas negras son evi-
rencia racial. Por ejemplo, aunque con frecuencia se dentemente más exitosas en algunos deportes, y esa
afirma que la raza no tiene ninguna base biológica, característica presumiblemente es más profunda que
esta aseveración suele carecer de convicción, debido el color de la piel. Si los negros son más atléticos, ¿por
aque para mucha gente existen, intuitivamente, obvias qué los blancos no podrían ser mejores en el ámbito
categorías raciales. La exposición más compleja ofre_ del pensamiento, tal como supuestamente lo sugieren
cida por Pigliucci y Kaplan contribuye a explicar ese los estudios muy difundidos sobre raza y coeficiente
154 I tL Lt6AD0 Dt DARWTN RAZA Y GENERO I 155

intelectual? Thl como lo señalan Pigliucci y Kaplan, el heredable. Dicho de otra manera, lo que mide la here-
problema de la aseveración "los negros son más atlé- dabilidad genética es la proporción de variación de
ticos" es que la información genuina está engullida por una característica constantemente variable (la altura,
la clasificación, que es demasiado general y carente el puntaje en un test de coeficiente intelectual, la lon-
de sentido. Probablemente sea cierto que las perso- gevidad, etc.) que puede justificarse por las diferen-
nas de cierta parte de Kenya son considerablemente cias de los genes. Debemos advertir de manera inme-
mejores que la mayoría de la gente cuando se trata de diata que si reguláramos por ley la existencia de un
correr una maratón. Es muy probable que un eco- entorno totalmente homogéneo -quizá por obra de
tipo de ascendencia kenyana pueda haber desarrollado un gobierno totalitario extremo-, toda variación debe-
el rasgo de una extraordinaria resistencia fisica. Y pro- ría ser justificada por medio de las diferencias genéti-
bablemente existan también otros ecotipos negros (y cas -las únicas diferencias que existirían- y la hereda-
sin duda, también no negros) con tendencia a una bilidad genética de todos los rasgos sería del 1oo por
cierta aptitud física. El error es interpretar estas cate- ciento. De manera inversa, en una población de clones
gorías biológicas muy locales en términos de catego- genéticamente idénticos, la heredabilidad genética sería
rías raciales generales y amorfas. de cero. Debería resultar obvio que la determinación
Es necesario señalar que estos debates sobre la raza genética no es en absoluto lo que mide la heredabili-
y el coeficiente intelectual presentan además otros pro- dad: si la inteligencia está determinada genéticamente,
blemas. Primero, una gran parte de los trabajos más es de suponer que estaría determinada incluso en una
notorios en este campo es profundamente defectuosa, población de clones. De hecho, por lo que sé, la expre-
especialmente debido a la mala aplicación de la com- sión "determinada genéticamente en un 6oolo" carece
plicada noción de lo hereditario. Esto constituye un por completo de significado. Un alto nivel de hereda-
verdadero problema en lo que respecta a la asimila- bilidad no nos dice nada acerca del grado en que la
ción a nivel popular de la información genética. Cons- transmisión de un rasgo pueda ser biológica.
tantemente escuchamos afirmaciones tales como que Este punto subraya el hecho de que resulta extre-
la inteligencia está deterntinada, en un 6o0/o, por la madamente difícil, probablemente imposible, separar
genética. Usualmente, esa clase de afirmación se basa las causas biológicas y sociales de una variable tan com-
en una estimación de aquello que es genéticamente pleja como puede serlo el nivel intelectual. Como ya
r56 | El, IEGAD0 Dt DARWIN RAZAy6ÉNERol 152

he explicado en el capítulo anterior, el desarrollo de los individuos según su raza,ya que tal clase de justi-
características complejas es el resultado de la interac- ficación no existe. Las diferencias promedio del coe-
ción constante entre los atributos biológicos y el ficiente intelectual, en el caso de que fueran estable-
entorno. En cualquier sociedad en la que la raza sea cidas, serían absolutamente irrelevantes para decidir
un factor significativo -es decir, en casi todas las socie- si un individuo es adecuado para ocupar una posición
dades actuales- el entorno será sistemáticamente dife- en particular. Dicho de otra manera, si el coeficiente
rente para las personas de diferentes razas. Crecer como intelectual es un factor relevante para decidir la ido-
miembro de un grupo en desventaja es una experien- neidad de un individuo para un empleo, es el coefi-
cia que inevitablemente será diferente de la de crecer ciente del individuo lo que importa, y no el coeficiente
como miembro de un grupo dominante, y es proba- intelectual promedio de un grupo. Existe cierto riesgo
ble que esas diferencias sean tan influyentes que impo- de que una exposición tal como la que acabamos de
sibiliten cualquier investigación significativa que pre- presentar sea entendida como una insinuación de que
tenda evaluarlas abstrayéndolas de la variable de la es posible justificar, empíricamente, la discriminación
raza.De manera que la alternativa de estudiar un com- de un grupo. Sería, por cierto, un malentendido desas-
ponente biológico de estas diferencias será un pro- troso: las exigencias de justicia natural no son de nin-
pósito muy difícil por no decir imposible. En cierto guna manera rehenes de los hallazgos empíricos. Pero
grado,lo mismo puede decirse de la capacidad atlé- tengo la esperanza de que valga la pena correr el riesgo
tica. Sin embargo, en este último caso las diferencias de ese malentendido en virtud de infundir mayor cla-
de aptitud pueden ser de definición más neta y estar ridad sobre esa realidad biológica en cuestión.
más directamente relacionadas con rasgos que fueron
sometidos a una fuerte selección entre los ecotipos
humanos, sugiriendo de ese modo que las diferen-
cias basadas en particularidades de los distintos eco- SEXO

tipos pueden resultar significativas.


Antes de abandonar el tema de la raza, es de gran A diferencia del caso dela raza, cuya base biológica
importancia acentuar que nada de lo dicho implica es sutil y polémica, no hay duda alguna de que el sexo
alguna justificación para tratar de manera diferente a tiene una sólida base biológica. Es cierto, y muy inte-
fl
r58 | rL LEGAD0 Dt DARWTN RArA Y 6ENrR0 r5g

resante además, que tendemos a insistir y reforzar una parados de la competencia evolutiva con sus rivales
diferencia mucho más rígida y absoluta que la que en asexuales. En consecuencia, podemos esperar que los
realidad Ia biología nos proporciona. Un número sig- genes que tendían a transmitir sexualidad se extin-
nificativo de niños humanos nacen con rasgos carac- guieran rápidamente. Podríamos imaginar 1a existen-
terísticos de ambos sexos, y la aparición de categorías cia de una especie en la que machos y hembras coo-
sexuales exhaustivas es, en parte, un artefacto de la perativos pudieran producir conjuntamente más del
insistencia de Ia sociedad y de la profesión médica, que doble de descendientes de los que podría producir
exigen que cada niño sea asignado a un sexo o al otro, en soledad una hembra partenogenética. Sin embargo,
aun cuando ello requiera una intervención quirúrgica la realidad es que en la mayoría de las especies exis-
de gran envergadura. No obstante, una frontera fluida ten hembras que se reproducen sexualmente y que
entre los sexos no contradice el hecho de que la mayo- crían a sus retoños sin ninguna ayuda. ¿Por qué no son
ría de los casos no son problemáticos, así como la superadas por mutantes partenogenéticas que pueden
borrosa frontera entre los lampiños y los hirsutos transmitir el doble de genes? Dicho de otro modo,
puede admitir el caso de un hombre lampiño que tiene desde una perspectiva evolutiva, los machos que no
una abundante cabellera. contribuyen a criar a los retoños parecen ser parásitos
Resulta interesante el hecho de que la evolución del genéticos. ¿Por qué la evolución no cumple mejor su
sexo siga siendo un tema poco comprendido. Si pen- propósito y se libra de ellos?
samos en la reproducción sexual como algo que evo- La respuesta presumiblemente debe implicar algún
lucionó a partir de una especie previamente asexuada, beneficio muy considerable proporcionado por la
la sexualidad parece ser una muy mala idea desde el reproducción sexual. Solía ser muy popular respon-
punto de vista evolutivo. Ésta es una cuestión que puede der que esa recombinación genética entre parejas pro-
considerarse con la mayor facilidad desde el punto porcionaba variedad, y de ese modo permitía que una
de vista genético. En una población de reproductores especie respondiera con mayor eficiencia a los cam-
asexuales, un organismo que intentara la reproduc- bios de las oportunidades ambientales. Pero ahora este
ción sexual sólo transmitiría la mitad de sus genes a argumento se consideramuy endeble. Casi todos los
cada miembro de su prole. A menos que fuera capaz cambios genéticos son perjudiciales, y desde el punto
de producir el doble de retoños, sus genes saldrían mal de vista de un individuo con una combinación de senes
l-
16O I EI LIGAOO DI DARWIN RAZA Y úÉNIRO I I6T

bien equilibrada, lo suficientemente buena como para dos que los estarían esperando para convertirlos en
inducirlo al intento de reproducirse,lo más probablc sus presas. La reproducción sexual, al proporcionar
es que ese individuo no tenga ningún deseo de mez- sutiles diferencias del entorno bioquímico' propor-
clar sus genes impulsado por la esperanza de lograr ciona a los organismos una nueva ventaja sobre los
algo todavía mejor. Es posible argumentar que hay parásitos en cada generación. O así dice la historia.
procesos de selección en el nivel de las especies, y que En cualquier caso, sabemos que la reproducción
esas especies más aptas para evolucionar acabarán por sexual es un rasgo dado de la especie humana. Pro-
sobrevivir mejor que aquellas estancadas en un legad<-l bablemente unos pocos humanos sean clonados muy
genético más inflexible. Pero la selección entre las espe- pronto, talvez mientras este libro esté en imprenta.
cies es una idea polémica, y no resulta difícil advertir Pero incluso aunque esta tecnología demuestre ser
por qué. Es muy bueno tener la posibilidad de evolu- capaz deproducir humanos saludables -algo que aún
cionar hasta algún esplendido tipo nuevo, pero si la está muy lejos de ser demostrado-, el costo y la difi-
especie ya se ha extinguido en un aluvión de experi- cultad del procedimiento sin duda dejará que la repro-
mentos genéticos poco exitosos, eso probablemente ducción sexual siga siendo el modo predominante de
nunca ocurra. Por lo que parece, la reproducción sexual reproducción en el futuro predecible. Sean cuales fue-
debe tener alguna ventaja mucho más inmediata. ren las ventajas de la reproducción sexual, los orga-
Y la candidata más plausible para encarnar esa ven- nismos sexuales evolucionaron en algún momento a
taja es la capacidad de resistirse a la depredación de partir de sus antecesores asexualesy,ajuzgar por la
los microorganismos. Los parásitos microscópicos, frecuencia con que se practica en la actualidad, el sexo
con períodos de generación de minutos en vez de años, ha demostrado ser una buena idea.
pueden evolucionar miles deveces más rápido que sus
anfitriones multicelulares, y dentro del período de vida
del anfitrión pueden evolucionar para explotar con
aun mayor eficiencia el entorno que ese anfitrión les SEXO Y GÉNERO
proporciona. Si los hijos fueran genética, y por lo tanto
bioquímicamente, idénticos a sus progenitores, nace- El tema que ocupará el resto de este capítulo es la dilu-
rían equipados con parásitos perfectamente adapta- cidación de si los orígenes evolutivos del sexo pue-
162 IL IEGADO DI DARWIN
RAIAYCÉNIROI 163

clen aportarnos algo respecto de las diferencias con _


En las sociedades occidentales contemporáneas la dife-
temporáneas entre hombres y mujeres. Nos resultarl
renciación genérica se ha hecho mucho más fluida. Sin
útil empezar por referirnos a la distinción _desarro-
embargo, existen grandes diferencias estadísticas' Los
llada hace pocas décadas por la segunda oleada clcl
niños y las niñas tienden a jugar con juguetes dife-
feminismo pero que, desafortunadamente, cada vet.
rentes, y los juegos de los niños son más violentos. Mu-
cae en mayor desuso- entre sexo y género.
chas tareas siguen siendo mayoritariamente privati-
"Sexo", tal como emplearé el término,
se refiere a vas de hombres o de mujeres. Las mujeres aún cumplen
la diferencia biológica entre machos y hembras. Los
con gran parte de las tareas domésticas, y pasan mucho
humanos masculinos paradigmáticos tienen pene,
más tiempo ocupándose de los niños, así como de
vello facial, etc., y un par de cromosomas xv; las hem_
los ancianos y los enfermos. Aunque la fluidez es cada
bras humanas paradigmáticas tienen vagina, útero y
vez mayor en este campo, la ropa sigue siendo aún muy
un par cromosómico xx. Thl como se ha señalado, algu_
diferenciada. Las mujeres usan la gran mayoría de los
nas personas no entran completamente dentro de nin_
lápices de labios y los tacos altos, los hombres la mayo-
guna de estas categorías sexuales, pero sí lo hace una
ría de las corbatas y los overoles. Y la conducta se juzga
gran mayoría de individuos.
de manera diferente según el género del agente. La
"Género", por otra parte, es un término que
alude conducta agresiva, percibida como una indicación
a algo muy distinto, a las diferencias sistemáticas de
de iniciativa, visión y ambición en un hombre, puede
conducta entre los humanos masculinos y femeni_
recibir un juicio mucho más negativo cuando se trata
nos. A diferencia de lo que ocurre en el caso del sexo,
de una mujer. Se ha realizado una enorme cantidad de
el género parece diferir radicalmente en las diversas
investigación, casi siempre inspirada por el feminismo,
culturas humanas. En las culturas más tradicionales.
destinada a explorar las ramificaciones de las divisio-
el género es bastante rígido. Los hombres y las muje_
nes de género en todas las facetas de la sociedad. Con-
res reciben diferente educación; se espera que se dedi_
viene mencionar que las estudiosas del feminismo han
quen a diferentes ocupaciones: con frecuencia se espera
criticado la distinción entre sexo y género, y algunas
que las mujeres se dediquen a las tareas domésticas y
han argumentado, por ejemplo, QU€ €s? distinción
aIa crianza de los hijos, que usen ropa diferente, que
sugiere, falsamente, que el sexo está fuera del alcance
pasen su tiempo en lugares diferentes y así por el estilo.
de cualauier clase de influencia social. Sin descartar
1
164 I ET LI€ADO DI DARWIN RAZA Y CÉNERO I 165

estas dudas, nuestro propósito actual era lograr quc las divisiones de género que se han vuelto predomi-
esa distinción se entendiera adecuadament€- nantes en las sociedades modernas, por no hablar de
Es importante señalar que el sexo y el género pue- los casos mencionados en el párrafo anterior, se ha
den darse separadamente. Habitualmente se requierc hecho cadavezmás común suponer que el género está
que los aspirantes a transexuales adopten el género laxamente relacionado con el sexo, y que se trata en
deseado durante cierto lapso antes de someterse a los general de una imposición social que deriva de la divi-
tratamientos quirúrgicos y hormonales que, según sión biológica básica. Sin embargo, los sociobiólogos
ciertas opiniones, les permitirán un cambio de sexo. ¡ más recientemente, los psicólogos evolutivos han
(Una de las maneras en que los términos "sexo"y"gé- enunciado fuertes objeciones con respecto a esa ten-
nero" suelen emplearse mal es cuando se habla de "ciru- dencia. Y no es difícil entender esos reparos. Desde
gía de reasignación de género". El género puede rea- un punto de vista evolutivo, Io más importante que
signarse cambiando de ropa y de conducta. La cirugía, puede hacer un organismo es reproducirse. La selec-
en cambio, puede o no tener éxito para cambiar el sexo ción natural suele describirse en términos de un impe-
de alguien.) La historia registra casos de mujeres que rativo de supervivencia y reproducción, pero siempre
han tenido éxito en carreras y profesiones sólo accesi- se entiende que la supervivencia es sólo un medio para
bles a los hombres, y lo han hecho adoptando exito- conseguir el segundo propósito. No hay ninguna ven-
samente, y sin cuestionamientos, el género masculi- taja en vivir tanto tiempo como Matusalén si uno no
no. Sin embargo, se trata de excepciones, y en general produce descendencia. Como los machos y las hem-
hombres y mujeres se dividen según el género siguien- bras desempeñan diferentes papeles en la reproduc-
do las líneas de la distinción biológica del sexo. ción y deben emplear diferentes estrategias de conducta
si es que desean reproducirse, es natural suponer que
el sexo se correlaciona con diferentes disposiciones de
conducta. Ése demostrablemente, el caso de la mayo-
es,
cÉNERo y psrcorocÍA EVoLUTTvA ría de los organismos sexuales, de modo que, basán-
donos en el principio general de considerar a los huma-
Debido a las diferencias culturales referidas a la arti- nos, en líneas generales, como un continuulfi respecto
culación del género, y debido a la creciente fluidez de de los otros organismos, es natural suponer que lo
I66 I II LE6ADO DI DARWIN RAZAYGÉNtROI I67
I

mismo ocurre en nuestro caso. por lo tanto, tambiéll sociobiología y de la psicología evolutiva. Este argu-
esnatural suponer que las diferencias de género son, mento analiza la reproducción desde una perspec-
básicamente, una articulación de las estrategias impues_
tiva económica, en términos de los réditos obtenidos
tas por la biología para lograr el éxito reproductivo.
a cambio de la inversión que hacen los progenitores.
El primer paso de la articulación de la perspectiva El punto de partida es la observación de que la inver-
precedente es rechazar la idea de que el género es sión mínima es mucho menor para un hombre que
muy
variable en diferentes culturas, y argumentar que en para una mujer. Con buena suerte, los hombres pue-
realidad las diferencias de género son leves variacio_ den lograr el éxito reproductivo en pocos segundos,
nes de un patrón humano universalmente impuesto. en tanto mínimamente las mujeres deben pasarse
¿Qué patrón? Para responder a esta pregunta, pode_ nueve meses embarazadas y usualmente mucho más
mos abordar un enfoque laborioso, que sería el intento tiempo cuidando al niño. Tras haber invertido sus
de analizar numerosas culturas, estudiar sus diferen_ pocos segundos, los hombres pueden elegir entre cola-
cias de género y descubrir en ellas los puntos comu_ borar con el cuidado del niño o buscar más oportu-
nes subyacentes. Sin embargo, se trata de una estra_ nidades reproductivas. Dada esta carencia de mayor
tegia poco promisoria. Existen innumerables cosas compromiso, los hombres estarán dispuestos a tener
diferentes que hacen las personas,y cadauna de esas relaciones sexuales en todo momento, mientras que
cosas puede ser hecha de maneras sutilmente dife_ las mujeres, suele argumentarse, sólo estarán intere-
rentes por los hombres y las mujeres. por ejemplo, sadas en las oportunidades notablemente buenas, es
¿debemos concentrarnos en la manera en que se viste decir, en genes notables o en una disposición verosí-
la gente o en la manera en que mastican su comida? mil a colaborar en el cuidado de los hifos. La mujer
Mucho más prometedor es elaborar por medio de la óptimamente evolucionada pretenderá ambas cosas:
argumentación evolutiva general, cuáles son los pun_ conseguir al tonto que piense que ella está concibiendo
tos comunes que podemos esperar encontrar, y luego sus hijos y por lo tanto los cuide, pero escurrirse en
ver en qué culturas aparecen esos puntos, revelando busca de los mejores genes cuando él esté distraído (o,
tan sólo algunas variaciones menores. tal vez, mientras esté cuidando a los niños). Para res-
Aquí nos encontramos con un argumento clásico paldar esta rersión maquiavélica de la psicología feme-
que se presenta en cada consideración estándar nina, se alega que la infidelidad femenina usualmente
de la
:I
168 I II IEGADO DE DARwIN
RAZAy6ÉNrRol 169

se produce en el momento de mayor fertilidad


del cickl sado en términos generales en el capítulo anterior, y
menstrual, y se afirma que tal vez el t5o/o de los niños
lo que ya dije allí se aplica plenamente a este caso. Aquí
humanos no tienen el padre genético que creen tener.
expresaré el argumento principal del capítulo anterior
Esta última observación induce a perturbadoras espe_
de una manera un poco diferente. Como existen este-
culaciones sobre las probables consecuencias de la
reotipos, muchas personas encontrarán convincente
introducción de pruebas genéticas de paternidad con_
las versiones del género que ofrece la psicología evo-
fiables y baratas.
lutiva. Los estereotipos suelen tener una base de ver-
Este contraste básico ha sido elaborado por medio
dad. Aunque existe gran diversidad en la conducta
de suntuosas teorías sobre la conducta humana, y hay
sexualmente diferenciada dentro del reino animal en
enormes proyectos de investigación destinados a
general, también existen patrones, y muchas especies
demostrar que esta conducta universal se adecua al
conforman los estereotipos que se han planteado para
supuesto patrón en todas las diferentes culturas posi_
los humanos. Los ambiciosos sociobiólogos varones
bles. No resulta sorprendente que la conducta pro_
con frecuencia encuentran relevante para la condición
puesta coincida con muchos estereotipos occidenta_
humana la imagen de los dominantes elefantes mari-
les. Los hombres son agresivos, promiscuos, dispuestos
nos machos o de los ciervos que mantienen a distan-
a correr riesgos, y se sienten atraídos hacia mujeres
cia a sus rivales para disfrutar tranquilos del acceso a
jóvenes y saludables con figura de ánfora _que
indica los harenes de hembras. Todo lo que deseo argumen-
la ausencia de hijos anteriores
¡ aparentemente, buena tar en este punto es que incluso si los roles de género
salud-. Las mujeres son cautelosas y manipuladoras
humanos fueran un correlato evolutivo del sexo
en el terreno sexual -ofrecen sexo sólo a cambio del
humano, y un correlato que evolucionó en alguna parte
cuidado de los hijos o de alimentos, a menos que el
del linaje humano ancestral hasta todas las poblacio-
hombre les resulte genéticamente irresistible_. Se sien- nes humanas contemporáneas, eso no nos diría nada
ten atraídas por los hombres a causa de su poder y
en absoluto acerca de la mutabilidad de los roles de
sus recursos. Y así sucesivamente.
género. Espero que la importancia de esta conclusión
En este capítulo no entraré en demasiados detalles
resulte suficientemente obvia. Con frecuencia suele
acerca de por qué esta clase de planteo teórico no
me interpretarse que las explicaciones biológicas de los
resulta en absoluto convincente, porque ya lo he expre_
hechos sociales tienen una connotación conservadora.
f
17o tL tt6AD0 DE DARWIN RAIAYGINIROI 171

Se supone que si algo forma parte de nuestra biología, No se cuestiona que el desarrollo humano, al igual
lo mejor que podemos hacer es aprender a vivir c<ltt que el desarrollo de cualquier otro organismo, dará
eso. Sin embargo, esa suposición no es necesaria. normalmente como resultado una intensa disposi-
ción a abocarse a la actividad sexual. Tampoco hay
duda de que la clase y la frecuencia de esa actividad
sexual dependen en alto grado del contexto social. La
EL GÉNERO COMO PARTE DE LA CULTURA burguesía rural victoriana seguramente practicaba
menos actividad sexual que, por ejemplo,los británi-
La base de mi contraargumentación no será una sor- cos contemporáneos que van de vacaciones a Ibiza, y
presa. La interpretación conservadora de las afirma- no porque existiera alguna diferencia en sus genes. Así,
ciones evolutivas parte de la suposición de que la evo- dado que la conducta depende de la cultura, pode-
lución se refiere esencialmente a la acumulación de mos preguntarnos tanto si los cambios de conducta
genes. Pero desde la perspectiva defendida en este li- del pasado, registrados históricamente, o los futuros
bro, ése no es de ningún modo el único camino para cambios posibles, pueden ser el resultado de cambios
que pueda producirse un cambio evolutivo. Y, una vez culturales o de cambios genéticos. Una vez más, la res-
dicho esto, hay que agregar que se trata de una ruta puesta es obvia: la cultura humana es mucho más rápi-

muy improbable para el proceso evolutivo que esta- damente mutable y responde con mayor flexibilidad
mos considerando en este momento. Debemos tomar a su situación que el genoma humano.

muy en serio la evidente diversidad de conductas Se podría aceptar que la conducta sexual humana

sexuales, aun cuando supongamos que detrás de todas cambia con los cambios culturales y varía sustancial-
ellas subyace una sustancial influencia genética. Sólo mente en las diferentes culturas, y seguir sosteniendo
debemos suponer, según lo que es correcto respecto de todas maneras que existe una diferencia constante
del argumento psicológico evolutivo central, que la entre la disposición sexual de hombres y mujeres. por
reciente divergencia entre las poblaciones humanas ejemplo, se podría sügerir que los hombres son más
está impulsada por los cambios de los componentes proclives, de manera constante, a la promiscuidad. Un
culturales y no por los componentes biológicos de la defecto obvio de esta hipótesis es que la actividad sexual
etiología de la diferencia de género. requiere la presencia de dos participantes, y el predo-
r72 | Et LiGAD0 DE DARWTN RAZAY6ENER0I 173

minio de la homosexualidad masculina sobre la femc- razones muy obvias. En todas las culturas las mujeres
nina no es suficientemente grande como para ame- son conscientes de que el sexo puede tener conse-
nazar seriamente la conclusión de que tanto los hom- cuencias muy serias (el embarazo y la responsabilidad
bres como las mujeres practican la copulación en un de los hijos), y por lo tanto, aparte de cualquier dife-
porcentaje similar. Es posible que las mujeres sean rencia biológica, deberá haber un alto umbral de volun-
menos entusiastas, aunque me parece una hipótesis tad de aceptar el riesgo. Como curiosa observación
muy difícil de demostrar. Sin duda,la preponderan- final, dado el rol que suele desempeñar en estas dis-
cia de la prostitución indica que el sexo, en el caso dc cusiones la insistencia acerca de nuestra continuidad
las mujeres, está motivado por una cosa diferente del con los otros animales, resulta irónico que en el caso
deseo sexual, y sin duda hay circunstancias que no pue- de uno de nuestros parientes más próximos, los bono-
den calificarse literalmente de prostitución, en las que bos (o chimpancés "pigmeos"),los machos, las hem-
las mujeres practican el sexo por una diversidad de bras, los jóvenes y los viejos entablan frecuentemente
razones instrumentales. Thmbién es posible, y tal vez relaciones sexuales de todas clases (homosexuales,
incluso plausible, que a muchos hombres les gustaría heterosexuales, genitales, orales, manuales, etc.). Se ha
tener mayor actividad sexual de la que en realidad tie- sugerido que los bonobos son únicos en el reino ani-
nen. De modo que podemos aceptar la posibilidad mal, en Ia medida de que el sexo casual es parte fun-
de que existe cierta diferencia sistemática de disposi- damental de su interacción social . TaI vez la especie
ción hacia la actividad sexual. humana también comparte algo de esta divergencia
No obstante, esa admisión nos da poca o ninguna respecto de las predicciones tradicionales de la socio-
base para predecir cómo se comportarán las perso- biología.
nas en una situación real. Es evidente que tanto los En resumen, entonces, sabemos que lo que deter-
hombres como las mujeres son fuertemente procli- mina la verdadera conducta sücial humana es en gran
ves a tener sexo a veces, y en circunstancias apropia- parte cultural; las historias según las cuales las diver-
das tanto hombres como mujeres tendrán mucha acti- sas prácticas sexuales humanas divergen deben enten-
vidad sexual. Thmbién debemos tener en cuenta que derse sin duda como evoluciones culturales y no bio-
es muy dificil distinguir lo biológico de las bases cul- Iógicas; no tenemos idea de cómo dividir las diferencias
turales de cualquier diferencia de disposición, y por sistemáticas entre la conducta de hombres y mujeres
'_I
t74 | LL Lr6A00 Dt DARWTN

en componentes biológicos y culturales. Las articula_


ciones posibles de la diferencia de género están por
I
Conclusión
cierto iimitadas, como todo lo que hacemos, por nues-
tra biología. Pero el pensamiento evolutivo no ayuda,
y con frecuencia induce a error, como recurso apli_
cado a entender este fenómeno.

Al principio de este libro cité el famoso comentario de


Theodosius Dobzhansk¡ en el que señala que aparte
de Ia teoría de la evolución, en la biología nada tiene
sentido. No pretendo que algo de lo que he dicho con-
tradiga ese famoso dictamen. Sin embargo -y no resul-
ta sorprendente- gran parte de la biología, y más espe-
cíficamente de la biología humana, necesita mucho
más que la evolución para tener sentido.
La tesis de esta obra es que suele malgntenderse la
importancia de la teoría de la evolución. Muchos cien-
tíficos, con justicia impresionados por uno de los avan-
ces más significativos que se han hecho en cuanto a
nuestra comprensión del mundo en que vivimos, tra-
tan de extraer de la teoría de Darwin más de lo que
ésta puede ofrecer. La evolución no puede propor-
cionarnos explicaciones detalladas de los innumera-
bles rasgos de los organismos. Uno de los motivos
importantes de esa imposibilidad es que esos rasgos
son verdaderamente innumerables: no hay límites para
1
r76 | EL LTGAD0 DE DARWrri (oNftlJstóN I lZZ

el número de rasgos que podemos distinguir porquc sólo los organismos, y no sus partes, son los que han
en la naturaleza los organismos son un todo integrado. sido seleccionados, y que casi todas las partes de los
No hay historia del cuello de la jirafa o de la trompil organismos ejercerán muchos efectos diferentes sobre
del elefante que sea independiente de la historia de lir el éxito que alcance ese organismo. El segundo abuso
jirafa o de la historia del elefante. A veces resulta útil del reduccionismo, y tal vez el más clásico, es el exceso
usar modelos que abstraen una parte diminuta cic de énfasis puesto en lo genético. Los genes son enti-
esa totalidad, pero debemos recordar siempre que sc dades ideales para el reduccionista, y no resulta sor-
trata solamente de modelos, y que sólo nos dicen una prendente que se les hayan atribuido poderes extraor-
parte parcialmente cierta de la verdad. dinarios sobre el organismo, ni que, en términos
Gran parte de aquello que no funciona en la apli- genéticos, se hayan producido versiones distorsiona-
cación de la evolución puede relacionarse con un¡l das de la evolución. Uno de los pasos más importan-
plaga muy familiar del pensamiento científico, el reduc- tes para dar sentido a la biología es abordar desde
cionismo. El reduccionismo es el enfoque de la cien- una perspectiva adecuada el tema del poder extraor-
cia que sostiene que para entender algo científicamentc dinario, pero no ilimitado, de los genes
debemos desarticularlo yver cómo encaja cada partc, Estos dos errores reduccionistas debilitan todos los
y la manera en que la conducta del todo deriva de la intentos de interpretar, desde la biología, la naturaleza
conducta de las partes. Es una metodología científica humana. La complejidad del proceso de desarrollo es
de fundamental importancia, pero tiene sus límites, mayor en el caso de los humanos que en cualquier otro.
y éstos no suelen respetarse adecuadamente. Mi argu- La mente humana se desarrolla bajo continuas influen-
mentación toma en cuenta varios abusos reduccio- cias que interactúan desde el exterior y desde el inte-
nistas. El primero es el intento de atomizar los orga- rior. Por lo tanto, es imposible especificar relaciones
nismos en sus rasgos y proporcionar explicaciones directas entre los elementos del genoma y los diferentes
definidas y diferenciadas de la evolución de esos ras- aspectos de la mente. El intento de hacerlo, combi-
gos. Puede resultar esclarecedor detectar una función nado con el enfoque reduccionista de la evolución que
de una parte de un organismo que ha tenido impor- sólo ve la acumulación de genes, conforma un camino
tancia para que los organismos que poseen esa partc desviado e inútil para la comprensión de la mente
hayan sido seleccionados, pero es esencial advertir quc humana. De hecho,la imposibilidad de correlacio-
r78 I rr rtGA00 DE DARWTN r0|l(rtJsr0N | 179

nar los rasgos del genoma con los rasgos de la mentc cular, dentro de lo que Thomas Kuhn llamó ciencia
puede proporcionarnos un ejemplo extremo dc l¡r normal. No he hablado mucho del tema en este libro
inutilidad del enfoque genético de la evolución. No porque suele ser de particular interés para los espe-
es posible considerar una secuencia de genomas cont() cialistas y los entusiastas. Espero haber dicho lo sufi-
núcleo del proceso evolutivo, simplemente porque utr ciente como para señalar las áreas generales en que ese
genoma no especifica un fenotipo. Thl como un nú- trabajo se está llevando a cabo.
mero cada vezmayor de teóricos ha empezado a reco- Por otra parte, he acentuado un mensaje de Ia evo-
nocer, es necesario volver a considerar el desarrollo en lución que reviste mayor interés general, y cuya impor-
nuestro enfoque de la evolución. tancia, según creo, ha sido con frecuencia minimizada.
Eso en cuanto al mensaje negativo de este libro. En Darwin y sus descendientes intelectuales nos han sumi-
cuanto a lo positivo, produce una gran cantidad
se nistrado un conocimiento esencial de la naturaleza del
de trabajo científico casi siempre rutinario, a veces in- mundo en que vivimos y sobre nuestro Jr,rgar en é1,
teresante, a medida que se desarrolla y se expone la una contribución importante a nuestra metafísica
teoría. El estudio de fósiles, el descubrimiento y la cla- básica. Aún se sigue suponiendo generalizadamente
sificación de las formas vivas y sus relaciones geográ- que es la clase de conocimiento que debería provenir
ficas, y la acumulación de conocimientos en cuanto a de los filósofos o incluso de los teólogos. En este caso,
semejanzas y diferencias en la química de todas las for- de todos modos, el conocimiento ha provenido de la
mas vivas contribuyen a proporcionarnos un cuadro biología yyo, como filósofo, me contento con hacer lo
más preciso de la verdadera historia de la vida en nues- posible por interpretarlo. He afirmado que los teólo-
tro planeta. Los trabajos teóricos sobre los modelos gos pueden ser menos complacientes, e incluso talvez
evolutivos nos proporcionan un enfoque mejor de las necesiten cambiar su formación, preparándose para
clases de procesos evolutivos posibles o probables, y una disciplina cuyo tema tenga mayores posibilidades
permiten enunciar juicios informados acerca de los de existencia.
procesos por los que pueden haber pasado los linajes En suma, deseo insistir en un enfoque que antes
reales. Existe, en suma, una gran cantidad de trabajos parecíaobvio, pero que ahora puede resultar ingenuo.
valiosos y no problemáticos que amplían nuestro cono- Y ese enfoque afirma que gran parte de la contribu-
cimiento de la evolución en lo general y en lo parti- ción de Darwin fue la de dar un paso importante en
r
18O I Et LE6ADO DE DARWIN collcLusrór I r8r

el camino que nos aleja del animismo primitivo, namente convincentes para lo que creemos, ni tam-
pasando por los grandes héroes científicos del Rena- poco que podemos encontrar fundamentos incues-
cimiento *Copérnico, Galileo, Newton y otros-, en tionables para cualquier cosa que trascienda lo inme-
dirección a una visión del mundo naturalista que final- diato y lo banal. Sólo postula que tenemos razones
mente logró prescindir de los fantasmas, los espíritus para creer las cosas en las que creemos, y que pode-
y los dioses que servían para explicar, en épocas ante- mos rechazar todo aquello que no está sustentado por
riores, todos los fenómenos naturales. razones. Una exigencia modesta, talvez, pero que,
He dicho que este cuadro puede parecer ingenuo, según creo, podría eliminar una gran parte de las mito-
porque en décadas recientes hemos aprendido a ser logías religiosas y supersticiosas que siguen domi-
mucho más escépticos respecto de las afirmaciones de nando, y a veces devastando, las vidas humanas.
la ciencia.Y, de hecho, este mismo libro ejemplifica un
poco de ese escepticismo. Por cierto he criticado algu-
nas ideas que pasan por ser científicas y que gozan de
gran difusión. No pretendo afirmar que la ciencia nos
ha explicado lo más importapte del mundo, que ya no
quedan misterios por descubrir ni que la ciencia nos
dirá alguna vez todo lo que nos gustaría saber. No tengo
dudas de que en el cielo y la Tierra hay más cosas de
las que cualquier filosofía podría imaginar. Lo que
quiero afirmar es que sabemos lo suficiente como para
aceptar nuestra ignorancia. Tenemos suficiente idea
sobre cómo, a veces, podemos descubrir verdades bas-
tante profundas sobre el mundo que habitamos, y ya
no debemos quedar satisfechos con mitologías que
se construyen por pura ignorancia. Y ésa es la verda-
derafuerzade mi insistencia en el empirismo. Mi clase
de empirismo no postula que debemos tener bases ple-
r
Lecturas
suplementarias

CAPITULO'
,
La más famosa obra de Karl Popper sobre metodolo-
gia es The logic of scientific discovery, Londres, Hut-
chinson, 1959 [trad. esp.: La lógica de la investigación
científica,Barcelona, Círculo de Lectores, rqgs]. La dis-
cusión sobre el alcaudón y el uso que se le ha dado está
extraída de David Buss, The evolution of desire,Nueva
York, Basic Books, ry94 [trad. esp.: La evolución del
deseo,Madrid, Alianza, zoo+1. También se alude a la
obra de Ben Greenst ein, The fragile male, Nueva York,
Birch Lane Press, 1993.

cepíruro z

Hay varias buenas introducciones generales a la teo-


ría de la evolución. La de John Maynard Smith, The
184 | ¡L LTGADo Di DARWTN Lr(rtlRAs stlPLt¡lrNTARrAs I r85

theory of evolution, Harmondsworth, Penguin, ry77 9r,r994,pp.277-3o4. Un libro reciente y excelente que
[trad. esp.: La teoría de Ia evolución, Madrid, Hermann desarrolla ideas a partir de esta tradición es el de Lenny
Blume, 1984] es una de las mejores. Un tratamiento Moss, What genes can't do, Cambridge, Mass., MIT
más filosófico, que profundiza considerablemente el Press, 2ooz.
tópico de la selección natural, se ofrece en la obra de La teoría del equilibrio puntuado fue introducida
Elliott Sober, The nature of selection,Cambridge, Mass., por Niles Eldredge y Stephen |ay Gould en "Pufic-
MIT Press, 1984. El libro de Sober desarrolla un enfo- tuated equilibria: an alternative to phyletic gradua-
que pluralista de las unidades de selección. Más recien- lism", en T. Schopf (comp.), Models in paleobiology,
temente, Sober se ha involucrado con el intento de San Francisco, Freeman, 1972.
rehabilitar la importancia de la selección grupal, en
Elliott Sober y David Sloan Wilson, (Jnto others: the
evolution of ahruism,Cambridge, Mass., Harvard Uni-
versity Press, r998 [trad. esp.: El comportamiento cAPTTULO 3
altruista, evolución y psicología, Madrid, Siglo xxr,
zooo]. La clásica exposición sobre selección genética Una fuente estándar del modelo clásico de explica-
de Richard Dawkins esThe selfqsh gene,Oxford, Oxford ción por derivación es la obra de Carl G. Hempel, Phi-
University Press, 1976 [trad. esp.: El gen egoísta,Bar- losophy of natural science, Nueva York, Englewood
celona, Salvat, zooo]. De manera subsiguiente, ha Cliffs, Prentice-Hall, ry68ltggg Itrad. esp.: Filosofía de
escrito una serie de libros extremadamente aborda- Ia ciencia natural, Madrid, Alianza, zoozl. Es posible
bles y legibles acerca de la evolución. lograr una aproximación sencilla a la filosofta de David
La fuente clásica para la teoría sistémica del de- Hume por medio de su libro An enquiry concerning
sarrollo es la obra de Susan Oyama, The ontogeny of human un der standin g [v +S] [ trad. esp. : Inv estigació n
info rm ati on, Cambridge, Cambridge University Press, sobre el entendimiento humano, Ties Cantos, Itsmo,
1985. Sin embargo, no se trata de un libro fácil. Se puede zoo4l.
encontrar una lúcida perspectiva general en el trabajo Gran parte del pensamiento escéptico sobre la posi-
de P. E. Griffiths y R. D. Gra¡ "Developmental systems bilidad de proporcionar detalladas explicaciones adap-
and evolutionary explanatíons", Journal of Philosophy, tativas procede del libro de Richard Lewontin, The
186 I It IEGADO DI DARWIN Lt(TttRAS sulLnrrtlunns I r87

genetic basis of evolutionary change, Nueva York, CAPITULO 4


Columbia University Press, 1974 [trad. esp.: La base
genética de la evolución,Barcelona, Omega, ry79l.Un En los últimos años se ha publicado un número de
artículo clásico sobre el tema es el de S. f. Gould y R. Iibros excelentes sobre Darwin. El que trata más espe-
C. Lewontin, "The spandrels of San Marco and the cíficamente su relación con la religión es el volumen
panglossian paradigm: a critique of the adaptationist de fames Moore, The Darwin legend, Londres, Hod-
programme", Proceedings of the Royal Society of Lon- der & Stoughton,1995. Paralacrónica de Darwin sobre
don, zo5, 1979, pp.58r-598. sí mismo, véaseThe autobiography of Charles Darwin,
La distinción entre adaptación y exaptación fue N. Barlow (ed.), Londres, Collins, 1958 [trad. esp.: Char-
introducida por S. J. Gould y Elizabeth Vrba, "Exap- les Darwin, Autob io grafía, Madrid, Alianza, ry971.
tation-a missing term in the science of form", Paleo- La interpretación pragmática de la creencia que hace
biology,8, t982, pp. 4-r5. Gould sobre el pulgar de los William lames está contenida en su ensayo "The will
pandas puede encontrarse en la obra The panda's to believe", dentro de una colección de ensayos que
thumb, Nueva York, Norton, r98o ftrad. esp.: El pul- lleva el mismo título, Cambridge, Mass., Harvard Uni-
gar del panda, Barcelona, Crítica, zoor]. En este volu- versity Press, 1979 [trad. esp.: La voluntad de creer,
men y en otros libros de Gogld pueden encontrarse Madrid, Encuentro, zoo4). La declaración clásica del
otros deliciosos ensayos que ejemplifican este tema argumento del diseño es la obra de William Pale¡
general. Natural theology Ir8oz]. La crítica que hace Hume de
La fuente clásica del uso de modelos en ciencia es Ia este argumento se encuentra en Dialogues concerning
obra de Mary Hesse, Models and analogies in science, natural religion 1ry791 [trad. esp.: DióIogos sobre la reli-
South Bend, Ind., University of Notre Dame Press, gión natural, Madrid, Tecnos, 1994].
ry66.Paraun desarrollo reciente del enfoque de la cien- Un ejemplo de la nueva versión del argumento del
cia como una construcción de modelos más que como diseño que se enrola en la tendencia del diseño inte-
un descubrimiento de leyes, véase Ronald Gier e, Science ligente es el libro de William A. Dembski,Intelligent
without laws, Chicago, University of Chicago Press, design: the bridge between science and theology, Dow-
1999. ners Grove, IIl., InterVarsity Press, rggg.Ladeducción
de la mejor explicación está presentada en el volumen
fr-
188 I II IEGADO DE DARWIN LTtTtlRAS stlPLEf4ENrARrAs 189

de Peter Lípton,Inference to the best explanation,Lon- El concepto de lo mental,Barcelona, Paidós, zoo5]. Uno
dres, Routledge, zoo3. Los trabajos mencionados en de los pocos defensores contemporáneos de la teo-
el texto que reconcilian la evolución y el cristianismo ría de que los animales no humanos carecen de con-
son los de Michael Ruse, Can a darwinian be a chris- ciencia es Peter Carruthers, "Brute experience!", lour-
tian?, Cambridge, Cambridge University Press, zo or, nal of Philosophy, 36, 1989, pp.258-269. Mi propia
y de Gould, R ocks of ages, Nueva York, Vintage Books, opinión antagónica puede encontrarse en Humans and
2002. other animals, Oxford, Oxford University Press, 2oo2,
La visión de Stuart Kauffman respecto de la auto- cap. ro. Los problemas de la concepción general de la
organización puede encontrarse en el volumen A t home vida después de la muerte se discuten en la obra de
in the universe, Oxford, Oxford University Press, 1995. Bernard Williamq Problem of the self,Cambridge, Cam-
Una buena discusión de las ideas actuales acerca del bridge University Press,19Z3, caps. 1-5 [trad. esp.: Pro-
origen de la vida puede encontrarse en el volumen blemas del yo,México, UNAM, rqS6]. El capítulo 6 des-
de John Maynard Smith y Eors Szathmar¡ The origins cribe por qué la vida después de la muerte no sería
of life: from the birth of hfe to the origins of language, muy divertida.
Oxford, Oxford University Press,2ooo [trad. esp.: Ocho La comunicación de los monos vervet está descripta
hitos de la evolución: del origut de la vida a la aparición por Dorothy Cheney y Robert Seyfarth en How mon-
del lenguaje, Madrid, Tusquets, zoor]. keys see the world, Chicago, Chicago University Press,
r99o. Los experimentos tendientes a enseñarles el len-
guaje a los grandes monos se discuten en mi libro
Humans and other animals, cap. 11, que incluye citas
cAPÍTULo 5 de las investigaciones originales más importantes. Un
enfoque muy legible de la evolución del lenguaje es
El dualismo de René Descartes se describe en Medi- el libro de Steven Pinker, The language instinct,Har-
tations on first philosophy [ú42] [trad. esp.: Meditacio- mondsworth, Penguin, 1995 [trad. esp.: E/ instinto del
nes metafísicas, Madrid, Alianza, zoo5]. Una clásica y lenguaje: cómo crea el lenguaje la mente, Madrid,
enérgica refutación es la obra de Gilbert Ryle,The con, Alianza, zoo5).
cept of mind, Londres, Hutchinson, t949 [trad. esp.:
r92 | EL TEGAD0 DE DARWTN LEtTURAS sUPl-tflENTARlAS I r93

la obra de Randy Thornhill y CraigPalmer, A naturul r9g5, pp. 9o-r28. Véase también otra discusión en
hktory of rape: biological bases of sexual coercion, Can"t- Kaplan, The limits and lies of human genetic research;
bridge, Mass., Mrr Press, zooo. Puede hallarse un Anne Fausto-sterling, Sexing the body: gender poli-
amplio espectro de excelentes refutaciones en el libro tics and the construction of sexualiú12, NuevaYork, Basic
de Cheryl Brown Tiavis (comp.),Evolution, gender arul Books,2ooo, ofrece una iluminadora exposición de
rape, Cambridge, Mass., Mrr Press, 2oo3. la imposición del dimorfismo sexual. El análisis eco-
nómico de los roles sexuales en términos de inversión
de los progenitores suele atribuirse generalmente al
ensayo de Robert Trivers, "Parental investment and
ceríruro 7 sexual selection", en B. Campbell (comp.), Sexual selec-
tion and the descent of man, Londres, Heinemann,
La base genética de la diferencia racial, o su inexisten- ryTz.Lapersona que ha puesto mayor energía en el
cia, es discutida en el volumen de Stephen Jay Gould, intento de investigar las diferencias de género predi-
The mismeasure of man,NuevaYork, Norton, 1996 [trad. chas por la psicología evolutiva es David Buss, en su
esp.: La falsa medida del hombre, Barcelona, Crítica, libro The evolution of desire,Nueva York, Basic Books,
zoo4l, y en el de Lewontin,Rose y Kamin, Not in our ryg+ ltrad. esp.: La evolución del deseo, op. cit.l. El
pro-
genes ftrad. esp.: No está en nuestros genes..., op. cit.). yecto es criticado en mayor detalle en mi libro Human
El ensayo de Pigliucci y Kaplan puede encontrarse en: nature and the limits of science,Oxford' Oxford Uni-
<http://fo .bio. utk.edu/wisdom/Essays/race.html>. versity Press, 2oot.
La fuente reciente más conocida de afirmaciones Un resumen de la cultura de los bonobos, obra del
acerca de la correlación entre razay coeficiente inte- eminente primatólogo Frans de Waal puede hallarse en:
Iectual es el libro de Richard Herrnstein y Charles <http:/i songweaver.com/info/bonobos.html>' Este
Murra¡ The bell curve: intelligence and class struc- trabajo fue originalmente publica do en Scientific Ame-
ture in american /fe, Nueva York, Simon & Schuster, rican, marzo de 1995, PP. 8z-88.
ryg4.Unapoderosa crítica de los argumentos que éstos
plantean puede encontrarse en el trabajo de Ned Bloc,
"How heritability misleads about race", Cognition, 56,
I9.l I il lt(,^f)0 t)t 0i\RWTN

CAPÍTULo 8
Índice analítico
El reduccionismo se critica
en detalle en mi libro: Tlrr,
di s o r d e r of thi ng s : m e
nity of science, cambriáge,
tap hy s i rot i
¡o u, oii) n, oi¡ r rrca, r,,
Press, 1993.
Murr., H;r;;;; lnive.riry

abejas, danza, n4 sistema de comunicación,


adaptabilidad, y selección 1o8-109, 113-114
natural,3ó-37, 38 animismo, r8o
adaptación y exaptación, 57-óo anormalidades, r38, t4r
aor.r (ácido antropología, 13r
desoxirribonucleico), 3r, aptitud,64
42-43, 125-126, r43 efectos positivos y negativos
alcaudón gris, y atracción sobre, 59-63
sexual, rZ variación heredable, 34, 38,
almas, r8, 7o-7r, 99-ror, 54,55
1O1-r04 Aquino, Santo Tomás, y la
alometría,62,65 concepción del alma
altruismo,4l, u4 1O2-103,1O4
analogía, r35-r3ó argumento del diseño, vlas¿
ancestros comunes, diseño, argumento del
evidencias, 3o-3r argumento ontológico, 73, 9z
hostilidad cristiana, r4, roo Aristóteles, roz, ro4
rasgos homólogos, 34, 13ó astronomía, 5r
y selección natural,34 ataque sexual, 17 - r8, r4o - t4t, t 44
animales, ateísmo, r4
actividad sexual, r7r-r7z atlético, r53-t54,156
atributos especiales, ro5 atracción sexual, t68
comparación con los aves y pá.¡aros,
humanos v, gg-ro7, ro9-172, adaptación,36.
t34,742-143, 169 azar y evolución, 54
conciencia, ror conducta sexual, r7, r35
rg6 | Er Lt6AD0 Dt DARWTN iNDr(t ANAilTI(o I r97
pinzones de Darwin,3r. crervos rojos, competencia género como parte de la, Dios
rasgos análogos, r36. entre machos, r34-r35 17o-174 con.ro diseñador y creador
clonación, r6r y lenguaje, ru-tr6 de la naturaleza,3z, 7it-8o,
ballenas, ro7 color de piel, r5o 8t,84
adaptabilidad, 36 complejos químicos, 39, 9ó-98, h existcncir
Darwin, Charles, z8 el darwirtisnro y
comunicación, ro8 727-rz8 contribución de, r79-t8o de, 89-9o
rasgos homólogos, r36 comunicación creencias religiosas de, fuera del tiempo,76
Biblia, interpretación literal, 88 animales, ro7-ro9 69-7r) orígenes de la vida, 96
biogeografía, 3r, 67, 86 -87 organismos multicelulares, énfasis sobre la selección y el excepcionalismo
f:iologia, 3z- 33, t7 5, -t7 9 112-113
natural' 36 humano, to3-ro4
biología molecular, rz7 véase también lenguaje herencia igual de los y los fósiles, 3z
bonobos (chimpancés conciencia, to1, to9-1to -r18,
progenlt()res, 3o-32 discriminación ( racial), 1 47
"pigmeos"), r73 confl icto mundial, 7 6 -7 7 sobre Paley, Z8-8o 153
Bush, George W., zo confl icto, creencia religiosa, 77 y Hume, 82-83 diseño
contingencia, darwinismo, argilmento del, 77 - 87, 9o, t3z
caracol, adaptabilidad de, 38 en la evolución, 54-55 y cristianismo, 88-9o teoria dcl di.cno inteligente'
castor, atributos especiales, ro5 control, científico,5o Dawkins, Richard 13, 14,40-41 86-87
células, Copérnico r8o genocentrismo de, n4, o9 diversidad biológica, 35-36
reproducción,97 creacionismo bíblico, zg,3z, g7
supervivencia de los estables, división del trabajo, nt, t47
y función de los genes, rz7-tzg creacionistas, n, 32- 33, 78 -7 9, g7 84 género, r6z
cerebro, como estructura cristianismo ll3-rt4
y la evolución cultural, rz4 insectos sociales,
adaptativa, rzz 3 concepción del alma, y los creacionistas, 13, 89-9o Dobzhansk¡ Theodosius,
chimpancés 1O1-104
debate innato-adquirido, 32,175
actividad sexual, r73 creacionistas, g, 3z- 33, 7 g-7 9, g7 120-121 dolor, lor
humanos, r43 fundamentalismo, r4, zg, gg
desarrollo tlualismo, roo
semejanza genética con los hostilidad a anlepasados 'rsn (teoría sistémica del
ciencia r4-r5, z5 comunes, 14, gg_1OO desarrollo ), 42- 43, r29 -73o ecotipos 151-152, 154
beneficios de, 5o y el darwinismo, 88-89 y la psicología evolutiva, Edad de Piedra rzz-r23, r3r, r3,1
controverslas, 34_46 corteJo, 17 r38-145 Eldredge, Niles, y las lagunas en
explicación, 5r-56 cuello de la jirafa,y6 Descartes, René, el registro fósil, 45
infe¡encia de la mejor adaptación y exaptación, 57, conciencia única de los electrones, 21, 8i
explicación,8r 58-62 humanos, ro9 elefantes marinos y rivalidad
"normal'l r78-r79
explicación, 54-55, 56-57, 65 y el dualismo, too entre machos, r34
y creencia religiosa, 69-7o psicología evolutiva r33
y religión, 9o-98
¡ descendencia con elefantes, trompa, t76
selección natural,34 modifi cacioncs, 27, Jo-.11 empirismo, 121, 144, 18o
ciencia ficción, cuidado de los hijos, 167, 168 Dialo gu e s c o n cer n i n g n atur al y ciencia, z4-25
y genética, rz5 cultura, ro5-ro7 religlon (Hume) 8o-87 y naturalismo, 73, 76
198 I rL LEGAD0 DE DARWIñ iNDrtt ANAtlTlto | 199

y sobrenaturalismo, Zl excepcionalismo humano, r7, como parte de la cultura, estereotipos de género, r68-
y teología, 15 loj-r04, 115-116 17o-174 1ó9
entorno conciencia, ro9-uo y psicología evolutiva, infi delidad, l1;.5, t67 -168
y desarrollo psicológico, lenguaje, ro5-ro8 164-77o heredabilidad, véas¿ herencia
138 explicación y comprensión, y sexo, 17, 22-23, 16L-164, herencia
y lenguaje, rzr, r38 51-56 r66-1ó8 aptitud,34
y fazal r55-r57 genes metilización, 128
entrenamiento, 112 fantasmas, T5-76, r8o grupos raciales, r48, r49 y Darwin,36-37
equilibrio puntuado, teoría, 45 fe,74 heredabilidad, r55 y el entorno,138-139
escepticisnto r4-r6 feminisn-ro, y distinción información portada Por, 43 y la inteligencia, r54-155
Estados Unidos, el cristianismo sexo-género, r62,163 psicología evolutiva, rz3-r25, hermafroditas, r58-r59
en,88 filosofía de la ciencia, z9-3o, 't37-r45 historia,20-27,1r9
estatus, social, t49 41-43,52,60-67 reproducción sexual ¡ 158- hombres
estructuras adaptativas, filosofía 759 disposiciones sexuales de,
123-rz4 distinción hecho/valor, selección de,4o-4r 177-172
93
ética, 89, 9o-9r empirismo, y 7o-7r y genocentrismo, 123-13o réditos de la inversión de los
y ciencia, 93 modelos científicos,63 y reduccionismo, r76 progenitores, 167-168
y sociobiología, u7- rr8 sentido de la vida, 9o y teoría sistémica del sexo y género, r6z-r64
eugenesia, 5o y la naturaleza de la desarrollo, 42- 43, 729 -13o violación, 17, r4o-r4r, 44 1

evolución, Í-12, 17 5-176 conciencia, ror Génesis,88 homología, t35-t36


benefi cios intelectuales y un creador benévolo, 84 genética de la conducta, 139 hor¡osexualida d, t7 t - t7 t
de la, 5o
-fisica,29, 8r genética demográfica, r39 hormigas, organización social,
con'rplejidad de la, 56-63 fisiología, 3o-3r, 35-36,1r2, r3g- genoma, 43,725-r3o,143, r77 -r7I 114
cultural, rz4-rz5 140 Gosse, Philip,3z Hume, David,53
del sexo, r58-r6r función del ojo, 55-56, 62, Gould, Stephen lay, t3, 45, tt9 empirismo, T3
distinción hecho/valo¡ 93 64-65 compatibilidad del refutación del argumento
ecotípica, r5r función, e historia evolutiva, darwinismo y el del diseño 8o-86
evidencias de,3o-33 54-56 cristianismo, 88, 9o-93 Huxle¡ T. H., rt4
explicación de,5r-56 el pulgar del panda,59
polémicas,37-47 Galileo, r8o variación genética lrumana, indígenas, r5z
por selección naIlr al, 34- 37 Gen egoísta, E/ (Dawkins) 149 individualismo, 93
rasgos de conducta, r36-r37 40-4r,83-84, r24 gravedad, 5z inferencia de la mejor
y creencias religiosas, 75-76 genealogía de la vida terrestre, Greenstein, Ben,23 explicación,81,86, 97
y el argumento del diseñr,, 67-68 inmortalidad, r9
86-87, t3z género, hembras, insectos, sociales, 112, 113-114
y genomas, r25-13o cirugía de reasignación de, crianza de los hijos, inteligencia, y raza, 154-155, 157

exaptación, 58,6r 164 r59,162 islas Galápagos,3r


20O I Ei IEGADO DT DARWIN lNDt(t ANAITtt0 207

lames, William, 76 mlcroorganlsmos, 5t, r6o Paley, William,78-79 entorno y, 156-157


modelos científicos, 63 panda, pulgar del, 59 sociolírgica, r49-r53
Kaplan, lonathan, 151, 152, 154 monos vervet, comunicación, partenogénesis, r59 y coeficiente intelectual,
Kauff'man, Stuart,39 to8 153-154, r57
Patos y ataqucs sexuales, r7
Kenya, r54 morfología, 67,86-97 pavos reales y selección natural, razas geográficas, r49
Kuhn, Thomas, rr9, r79 muerte, l04 reduccionismo, rZ6-rZZ
56, i7
mujeres, r35 pensamlento registro fósil, 3\ 67, 86
lenguaje, 18, 106-1o2, l<l9-1lo discriminación contra, esferas divididas del, 9o-9r lagunas en,44-45
y cultura, ur-lz 147-148 excepcionalismo humano, reglas sociales, r34, r44
y entorno, 121, ljS disposiciones sexuales de, lo5, 106 relatividad, teoría de la, z9
lconas. pensamiento y acción, 17r-172 perros, y conciencia, tro religión/creencia religiosa, 74
lOt) réditos de la inversión de los Pigliucci, Máximo, 150, 151, 152 y Darwin,69-7o
Lewontin, Richard, r3 progenltores, t6Z-1ó8 Pinker, Steven, r3, l9 y el alma, ror-to4
ataques contra la sexo y género, 163-164 pinzón de Darwin,3r-32 y el bienestar humano,
sociobiología, u8 murciélagos plantas, resistencia a toxinas, t5r 76-77
variación genética humana, localización acustica, l05 Popper, sir Karl, 15 y la ciencia, go-98
r49 rasgos homólogos/análogos, predicción, científica, y la evolución, 86-88, 89-9o
5o
leyes de la naturaleza, 52-53 136 promiscuidad, r7r y supervivencia a ia muerte,
libertad humana, tr6 prostitución, r7z 104
limitaciones nacionalismo, proteína, producción de, rzó reproducción
TT
genoma, 131 Natural theology (Paley), 8o proyecto genoma humano, 4J celular, rz7
históricas, 38-4o naturaleza hum ana, 16 --r9, 23, 94 pruebas de paternidad, r68 sexual, r58, 159-161, 165
selección,38-39, 54 - psicologra evolutiva y,:rr7-145 psicología evolutiva, 1Z-18, 118, Rose, Steven, r3,
localización acústica, ro5 y los animales, r7-r9 122-732 Ruse, Michael, y la
naturaleza, y el argumento del falta de evidencia, r33-t37 compatibilidad, 88, 9o, rol
machos, t59 diseño,78-8o y género,165-i69 Ryle, Gilbert, ro6
competencia, r34-r35 naturalismo, 69-72, pulmones como ejemplos de
73, 93-94
estereotipos de conducta, 165 negros, 152-154 exaptación, 58 San Pabkr,78
promiscuidad, r73 Newton, sir Isaac, r8o selección de grupos,4r
rnales,84 selección individual, .1r
Quarks, 5o
maratones, t54 organismos multicelulares, selección natural, 11, j-l-3/, 56-
materia,82, 83-84, roo l 12-l l3 rasgos, 64-66, r76 57, r35,165
medicína,5o organización social, ro6, r47 análogos, r3ó complejidad, 56-03
Mendel, Gregor,36-37 y lenguaje, nz-u3 genes y, 124-125, 126 explicación, 5t-56
mente humana,ry7-q8 orígenes de la vida,96-98 heredabilidad de, 37, t5 4-t55 naturalez¿r humana, t8-r9
r¡etafísica, ,, 62, g4-95 ornitorrinco, atributos homólogos,3ó, t36 polémicas,37-47
metilización, r28 especiales de, ro5 r aza, 22- 23, 7 7, 1 48-ri7 y los orígenes de la vida,97
2O2 1 ET tI6ADO DI DARWIN

selección sexual,56 supervrvencta


sentido de la vida, 91 a la muerte, ro4
sexo,157-161 de los más aptos, Sj-84
y género, v, 22-23,767-164
sexualidad teísmo,69-72
comparación animal- argumento del diseño, 77-88
humanos, 17,131-135, argumentos a favor, 7z-77
172-173 teología, r79-t8o
comunicación ¡ n3 existencia de Dios, 73-76,
y cultura, 171 85-86
simios, sistemas de magisterium de la ética,9r
comunicación, ro8 natural, So,84, 87
sistema circulatorio sanguíneo, teoría cuántica, 29
lt3 teoría del diseño inteligente,
sistema linfático, rr3 86-82
sistema nervioso, u3 transexuales, r64
Smith, Adam, r47
sobrenaturalism o,7o-7'1, 89, 91- universales, Tr
92,179-t8o
sociobiología, 117-n8, 165, 162, vacuidad,6r
r73 violación, V -18, 23, 14o -742, 144
Sociobiology Study Group of
Science for the People * Wilberforce, Samuel, obispo,
(Grupo de Estudio 14,99
Sociobiológico de la Ciencia Williams, c. C.,49
para la Gente), u8 Wilson, E. O., sociobiologia, r3,
ssstr'r (Standard Social Science u7-n8
Model) (Modelo Estándar
de la Ciencia Sociai), r9, rzr xenofobia, zz

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