Péreipé:TcSn extrasensoria • X
La transmisión del pensamiento o ·telepatía.
A menudo causa Impaciencia
y aun provoca Irritación olr a
ciertos psicólogos de cátedra dis·
cursar. sobre los asuntos de su
especialidad, que ellos creen do·
minar, dogmatizando con pas·
mosa suficiencia, como si real·
mente la psicología hubiera al·
canzado un grado de avance
comparable al de la biología y
otras disciplinas científicas. Se
ha progresado mucho en este ra·
mo y se han sacado algunas con·
clusiones, muchas de las cuales
tienen aplicación en el estudio
del comportamiento humano.
Pero quedan por explorarse e·
flcazmente numerosos problemas
respecto de los cuales nnestros
conocimientos son endeh'~s y
precarios. Es fácil para un bfó·
logo decir que la inteligencia y
la conciencia son parte del me·
canlsmo de adaptación al medin,
como condición necesaria a la
supervivencia. La escuela "con-
ductlsta" en su afán de simpli-
ficar los procesos mentales, lle·
ga hasta negar el entendimien·
to, la memoria y la voluntad,
reduciéndolos a reflejos condl·
clonados, partiendo de 'as obser
vaclones y experimentos de Pa-
volov. La influencia del "conduc
tlsmo" ha sido fecunda y hasta
clerto punto benéfica . especial·
mente en campos como el de la
educación, y ha servido para
despojar a Ja psicología de mu·
cha hojarasca que estorbaba su
progreso y que había heredado
como bienes de mano muerta
de la vieja filosofía y, especial·
mente, de la metafísica. Pero
pret~nder que estas nuevas con
cepclones han esclarecido todos
los puntos oscuros de la psiquis
es pecar de Incautos. R""uerdo
que en una discusión entrO? filó·
sofos que tuvo lugar hace unos
cuarenta años en Nueva York,
y en la que tomaron parte el Dr
Watson, portavoz: del cond11ctis·
mo, y Will Durant, el autor de
"The Story of Phllosophy", que
en su tiempo batió tndos los ré-
cords de ventas de obras de es·
ta clase. El Dr. Watson, en un
lapso en cuanto a la pureza de
su doctrina, usó Ja expresión
"make up your rnind" que signi·
~a "Re~uél•ase en uno u otro
sentido respecto de Jo que piensa
o se propone hacer". \Vill Durant
le enmendó la plana al Dr. Wat-
son, indicándole que lo que un
"conductlsta" debe decir en· ese
caso es "rnake up your pipe"
(windpipe) esto es, "su larin·
ge", ya que cualquier pensamien·
to o acto de voluntad es mera
función de la laringe "(\\indoi·
pe).
El problema de la conciencia,
de la peculiaridad del animal
humano de "darse cuenta" (se
remire oompte, como se dice en
trancés, o ube aware", como se
expresa en in~lés, no se ha re-
suelto aún. El proceso de reac-
cionar ante un estímulo es co-
mlln a los animales y aun pare-
ce ser compartido por algunas
mil.quinas, como las computado·
ras o calculadoras electrónicas.
Pero éstas funcionan de acuer·
do con lo que una persona pen·
santa ha dispuesto, de manera
que la máquina pueda reaccio-
nar automáticamente respecto
de nuevas situaciones. con más
certidumbre que un hombre, co-
mo pasa con las máquinas elec·
trónicas que pueden funcionar
en respuesta a los movimientos
o jugadas de un a'.edrecista. Por
lo general, un buen ajedrecista
gana en la primera o segunda
contienda con la máquina, pero
de 'alll en adelante la máquina
gana siempre, pues puede "lle-
var la cuenta", por decirlo asi,
de varios movimientos pnr ade-
lantado, aparte de que la má·
quina trabaja con extraordina·
ria rapidez, pudiendo utilizar
con m!s eficiencia que Lma per·
sona la "memoria" acumulada.
Sin embargo, no podemos decir
que alll hay conciencia. No cabe
duda de que las computadoras
electrónicas y lo que llaman
la ciencia de la cibernética ha
iluminado algunos procesos hu-
manos. E! "subconsciente", ¿no
funcionará. en parte de acuerdo
Cristián
Rodríquez
con el automatismo de las má-
quinas? El poder ordenador de
Ja mente parece ser el resultado
de la labor del Inconsciente. En
todo caso, racionalistas y posi-
tivistas, como Henri Poincaré,
el matemático, y Bertrand Rus·
sel! filósofo, admiten que por lo
me~os en lo que respecta a sus
escritos, ha11 sacado todo el pro-
vecho que les proporcionan los
recursos de Ja mente subcons·
ciente. Mucho antes de la psico-
logía froidiana, · Emerson parece
haber penetrado en algunos de
los secretos de lo que llamaba
"the over-soul", y de los cuales
hizo aplicación práctica en SU$-
diversos ensayos, especialmente
en el titulado "Self-reliance ..
(la confianza en sí mismo l.
Si los fenómenos exotéricos
corrientes de la mente humana
no son todavla bien comprendi-
dos, lo que no Impide que se u-
. tilicen en medicina prácticas t'.ln
poco comprendidas como el h1p-
notlsmo, ¿qué podrá decirse de
los fenómenos supranormales o
extrasensorlos, que son aún mu·
cho más oscuros? No podemos
todavía asegurar a ciencia cier-
ta que esos fenómen·1s sean
reales, aunque hay una ennrm~
masa de experiencias que pare·
ce indicar que algunos de ellos
exlsten realmente y que en to·
do caso no es desdoroso para el
hombre de ciencia investigarlos,
para comprobar los hechos o de-
secharlos por tratarse de super-
cherías perpetradas por personas
interesadas en llevar agua a su
molino mlstico. Esos fenómenos
son muy difíciles de estudiar y
comprobar, porque gran parte
de las llamadas pruebas en su
favor ocurren de manera impre·
vista o esporAdica, y no pueden
provocarse a voluntad. Las "ma-
nifestaciones" son abundantes,
según afirman algunos, en las
sesiones espiritistas o cuando co·
laboran en su producción cier·
tas personas de sensibilidad es·
pecial o anormal, llamadas aho-
ra "médlumes", pero de que siem
pre ha habido noticia y que
llevaban nombres de pitonisas o
sibilas, como la famosa de Cu·
mas, en Italia, o la pitonisa de
Andor, de que habla el libro de
Samliel, de la Biblia. La ten·
dencla actual entre los ínv!!sti-
gadores es divorciarse de toda
relación que los vincule, siquie-
ra sea remotamente, con el es·
pirltismo tradicional. Lo que se
ha hecho es tratar' de clasific1.r
esos fenómenos, en los dos gran
des grupos de: subjetivos o psí-
quicos y objetlvos fískrs, rn·
parándolos de la asociación es·
plrltlsta. Entre los fenómenos
psíquicos están los sueños que
entrañan pronósticos o referen·
cias a hechos presentes, Jos pre-
sentimientos o avisos prernonito·
rlos, la telepatía la xeno1?;lo~ia
(la capacidad de ciertas personas
de sensibilidad especial para
escribir o hablar en lenguas que
les son desconocidas), la pslco-
metría, (capacidad de obtener
Información fxtrasensoria cne-
diante el contacto con objetos
que pertenecen a otra persona o
que han estado e.n contacto con
ella, y en donde la médium pue-
de leer información o relatos de
acontecimientos que han tenido
lugar en el pasado. Esta breve
enumeración no agota la lista.
Comenzaremos refiriéndonos
a lo que se llama transmisión
del pensamiento o telepatia. La
palabra "pensamiento" i;:e em·
plea aqul en su sentido más la·
to y se refiere a todo acto men-
tal, Ideas, Imágenes, etc. La
transmisión o percepción de e-
mociones corresponde má>: bien
a los presentimientos. Las pre-
dicciones pueden basarse en, l H'·
chos perfectamente -natur~bs o
poco conocidos. La gente del
campo puede a veces predecir la
lluvia o el ·temporal ' otiservandG> -
a las galllna!I aceitarse las plu
mas (sl ea eso lo que hacen cuan
do parecen untarst alguna sus·
tanela con el pico por entre las
ph.µnas de las alas· y otras par·
tes del cuerpo). Lo más proba-
ble es que algún agente físico,
como la temperatur.a o la pre-
sión atmosférica las lleve a pre·
pararse ante la pers{)!ctiva de
una buena lluvia.
Los modernos investigadores
de los fenómenos supranorma-
les son en general personas de
orientación y esplritu cientifi·
cos, que parten en sus razona-
mientos del postulado de que por
extraños y contrarios al orden
normal que parezcan de las co-
sas los fenómenos referidos, o·
bedecen a una de las corrientes
o leyes que regulan el mundo
externo, aunque por el momen·
to no se haya logrado encontrar·
les una explicación razonable.
Lo primero, claro está, es esta-
blecer y comprobar su existen-
cia, Independientemente de la
hipótesis que como explicación
pueda formularse.
La mayoria de las llamadas
transmisiones telepáticas rc11-
rren Inesperadamente t;in que el
sujeto haya hecho nada por pro·
vocarlas. Con todo, desde hace
algun tiempo los investigadores
hacen esfuerzos por provocar la
telepat!a, si es que realment~
puede producirse adrede, utili-
zando para ello una serie d·e fi.
guras sencillas, tales como estre-
llas, circulas,. escuadras, casas,
barcos, medlahmas, árboles, etc.
Una persona cóncentra la aten-
ción en determinada figura, lue·
go en otra, y así sucesivamente,
tratando conscientemente r~
transmitir. a otra persona. recep-
tora, la imagen de la figura que
tuvo ante los ojos. La persona
receptora puede hallarse en el
mismo aposento o en otro, pero
en el primer caso se sienta de es
paldas a la persona transmisnra.
Fue ese el procedimiento emplea
do por Gilbert Murray y su hlj\.
ta, y lo!I resultados que se ob-
tuvieron fueron bastante satis-
factorios. Gilbert Murray. como
es sabido, fue un famoso hele-
ni.>ta australiano, traductor en
verso de Eurípides y otrns trá-.
gicos griegos, y hombre de am-
plia cultura filosófica y cientí-
fica, de insospechable probidad,
que nunca sucumbió al canto
de sirena da los místicos. Otras
notables personalidades de Ja
política, como Arthur Balfour
(Lord Balfour), hombre culti·
~lmo, quien fue primer ministrn
lnglé~ y que todo el mundo re-
cuerda por la "Declaración Bal-
ftmr", que dio origen a la crea-
ción y consolidación del actual
Estado de Israel. En esos: expe-
rimentos toma1"'1 parte muchas
otras person" de fama en el
mundo Jlter. ~ y científico, co-
mo Havel· ..,,i11s, Sir OliveI"
Lodge y muchos profesores de
Oxford ~· Cambridge. En los úl·
timos años de su vida Sigmund
Freud se declaró casi convenci-
do de la realidad de la telepa-
t!a.
Se han ofrecido diversas ex-
plicaciones del fenómeno de 1a
telepatía, sin que hasta ahora sa-
tisfaga ninguna de esas hipóte-
sis. Aunque la acth•idad del ce-
rebro y en general d·el sistema
nervioso va acompañada de im·
pulsos eléctricos, la transmisión
se ·hace dentro de! organismo, y
los impulsos eléctricos que pro-
voca la actividad mental nunca
sc>brepasan las fronteras del pro-
pio cuerpo. Aun admitiendo la
posibilidad de que las ondas de
diversas longitudes o frecuencias
pudieran sobrepasar los limites
del cuerpo y que pudieran sé
recibidos por otra persona, se-
rian Impulsos mudos, que no co·
munlcr!an ningún mensa;e,
puesto que las vibraciones· no
corresponden a determinada idea
o emoción, es decir, no pueden
ofrecer una clave objetiva. Es
posible que el progreso de las
Investigaciones en este d(lr 1i·
nio pueda arrojar alguna luz so·
bre el modus operandi de la tele-
patía, que por el momento esca·
pa a' nuestra comprensión.