Está en la página 1de 2

Le dices que lo amas, pero yo no te creo. Y él, él no lo siente, mamacita.

Te aprecia, sí.

Está agradecido contigo, sí.

Pero eso es muy diferente y distante de lo que significa amar.

No sé como decirlo para que no parezca que soy "la otra" porque no lo soy.

Y te lo aclaro: Yo, soy la única, la misma, y la que será siempre.

Deberías entenderlo, debiste comprobarlo, cuando supiste lo que fuimos, y cuando aún temes
por lo que somos.

Aquí la ofrecida fuiste tú, aquí la ventajosa, eres tú.

Aquí, la que vivirá en penumbras, a mi sombra: serás siempre tú.

¿Te contesta lo mismo cuando rápida y mecanizadamente le dices que "lo amas"?

La respuesta es no.

Porque esas cinco letras, me las repite a mí, y no sólo me ama: él me ama como loco.

Y no te culpo, porque no te des por vencida; te culpo por haber llegado a hacer un desmadre
en su vida, y por haberlo condenado a no tener más opción. Eso lejos de amar, es ser egoísta.

Pero lo hecho, hecho está.

Lo decidiste tú, por encima de él, y aunque pretendas ser una cabrona, yo te recuerdo que no,
porque a tú lado, él es más hijo de la chingada, y tiene a su cabrona. ¿Quién crees que es, esa
cabrona que él necesita? Recuerda mi rostro cada que te lo preguntes.

Vive así, si tú quieres, recordando lo que él siente por mi, y que ese sentimiento no
desaparecerá.

El amor de su vida seré yo, hasta que cualquiera de los dos falte.

Y yo, le corresponderé siempre.


¿Quieres que te dé una una última recomendación?

-Si él está enojado, para contentarlo: sólo dí mi nombre.

-Citlalli Serratos.

Más textos en:

Pensamientos de Una mente enloquecida

También podría gustarte