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Al fondo del agua

Karito Ballesteros
“Porque es circular la existencia, como en una
calesita…una vez que descubrís la calesita, te
cagás de risa”.

ROBERTO ESPINA (1926-2017)


AL NATURAL

Despierto en la claridad,
asomando entre las ramas
un bosque. Mis pies en un arroyo
reciben la frescura del agua que corre.
Un cuerpo desnudo que se minimiza
ante la majestuosidad, al natural.
Se divide un camino
en pendiente con una cascada.
Entre las piedras que despeinan la correntada
una niña risueña asoma. Me grita
me dice que no sabe nada
sobre la inmensa incógnita de lo eterno.
Me abraza y acaricia
como a un cachorro pequeño.
La abrazo y la acaricio como un
cachorro pequeño.
Me suelta y desaparece
saltando entre las piedras.
Continúo corriendo
tras una imagen
buscando testigos.
A la sombra de un gran eucaliptus
sentado sobre objetos y chatarra
un viejo desarma un reloj antiguo.
Me dice que para conocer
sobre la naturaleza de las cosas
hay que destruirlas y desarmarlas
que sólo así se puede llegar a lo natural.
Me dice que me vaya, que se me hace tarde
le suplico que me deje quedarme
que quiero vivir en ese lugar
pero las palabras no pueden
salir de mi boca
sólo los pájaros
el sol se propaga entre las ramas-persianas
agujereadas sobre mi cama.
VOS PENSÁS QUE YO SÓLO MIRO EL TRONCO DEL
ÁRBOL

Estoy parado inmóvil


frente al Paraíso
que para vos es un árbol.
Contemplo por sus costados
los primeros rayos naranjas
que asoman
dejando ver las luces
del nuevo día,
entre las nubes violetas
del verano.
El sol
naciendo al frente
achina mis ojos
y me cuesta subir la vista
hacia el cielo.
Contemplar por sus costados
una libertad para moverme
en las tejas herrumbradas
o en el desnivel de los techos.
Y te miro, y pienso en vos:
tu finitud al transitar
el cemento arrutinado.
Yo puedo trepar por sobre
tus imposibilidades
llegar hasta la copa
y saltar.
NO TODO PUEDE FLORECER POR LA ESTACIÓN

Paso agosto que no es poco


¿Quién dijo que el invierno aquieta?
¿Quién dijo que es época de resistir?

El cuerpo como un tronco


se seca con el frío
y busca
quebrarse cuando se vacía.
El cuerpo como un tronco
que ya ha muerto
comienza a romperse
desde afuera.
Sin embargo hay raíces
que insisten en sostener
ese tronco hueco.

Y llegó la primavera como un rayo


un rayo capaz
de perforar esa cáscara inerte.
No todo puede
florecer por la estación.

No todo puede
renacer en un ciclo.

No todo.

Un rayo que atraviesa


un cuerpo ya fundido
lo rompe para volverlo
un nuevo espacio.
Un vacío. Y llega ella
a invitar otras semillas
que hagan un brote
que sea capaz
De albergar
otra vida.
AL INTERIOR DEL SOL

El despertador ya sé
aburrió de sonar.

Quisiera que seas


vos. Tu mano abriendo
la puerta de salida.
Lúcida o dormida
que salgas de esa
oscuridad de una vez.

Podría gritarte hasta


quedar sin voz
salgamos al sol que lo pálido
se nos vaya de la piel
y chamusquemos la mirada.

Preparo el mate yo. ¡Dale salí!


¿Cuántas horas te lleva armarte?
¿Cuántos pedazos perdiste ayer?
No todo puede ser tanpeligroso.

Leélo a ese autor


tan encriptado que decís.
Que no te den miedo
las palabras que abren preguntas.
Que no te den miedo
las vueltas
de tu propia calesita.

Pero vos tenés hambre


y miedo y por eso
te encerrás.

Quisiera que seas vos


tu boca abriendo
la palabra de salida
y veamos que hacemos
para devorarnos
el miedo
bajo el sol
sin caer en el consuelo.
VOS ME DECÍS QUE ES SIMPLE

Vos me decís que es simple


crear y criar una planta
y tu jazmín trepa sin permiso
por un barral nuevo cada vez
que me asomo al patio
a fumar y me intimida.
El hijo del cactus
que no supe cuidar
se asoma radiante
entre yuyos y soledad.
Crece sólo me decís.
El guiso se condimenta con
el aji picante
de tu plantita
lo veo brotar cada temporada
luego se seca parece
momificada
al tiempo amanece
florando.
Vos me decís que es simple
crear y criar una planta
pero mi ansiedad pone fin
a la espera en un exceso de agua.
Entonces de nuevo
repito la despedida
y me repito a mí misma
como un mantra
¿serán los brotes ajenos?
EL SOL DE LAS 14

En los azulejos puedo ver


el reflejo de los brazos
amasando
mi cuerpo con jabón.
La dama de noche
tatuada en la piel
orillando entre un muslo
para terminar en una flor
bajo el pezón.
La imagen del agua cayendo
sobre mi cuerpo
mirarla en los azulejos
y saber que ver eso
no me ahoga.
LA MELANCOLÍA ES SU VOZ

Camina hacia el patio y busca


la silla más rota
corrompida por la lluvia.
Pasa debajo de las flores
de la dama de noche
ajeno. Se escabulle
como mosquito de enero.
No se oyen sus pasos
sólo sus manos rasgando
la guitarra
que hace eco
entre juguetes olvidados.
La melancolía de su voz
invita al registro lúgubre
entre anhelos y deseos
acéfalos. Es su canción
el empuje
de las semillas que crecen lento
y las pocas
caléndulas del invierno.
EN EL FONDO DEL RÍO

Quizás el deseo sólo


se trate de eso:
un pequeño pez que deambula
buscando a tientas
el compás de la correntada.

Y se hunde en el fondo del río


en crecida, turbio.

Y se deja arrastrar, sabiendo


que sólo lo que se suelta
puede volver
a flotar.
UN MATE AMARGO

De tus manos arrugadas


sale
un mate amargo
que me pasás pensando
que me lavará
lo que se pudre.
El cuerpo el pecho
al menos el nudo
si pudieras.
Pero no.
Un mate amargo
de tus manos mientras
montás la escena
que ampare ese discurso
que me salve.
Pero no.
De tus ojos nublados
del color de la lucha sale
la oscuridad que me calma.
Ponés ahí una palabra
que primero es chiquita
y se confunde
entre los palos
de la yerba
del mate lavado.
Y se hincha
brota me aprieta
va rompiéndome
el cuerpo el pecho
hasta el nudo.
Me va rompiendo.
COMO LUCIÉRNAGAS

Caminaron sin mirarse


hacia la orilla del río
donde las sierras se juntan.
En el frente el sol
desaparecía.
La vista se acostumbró
a una claridad justa.
Las luciérnagas
los alumbraron
intermitentes.
Entraron al río
rodeados por la arena
el sonido de la cascada
rompía el silencio.
Las sombras los rodearon
se sentían
expuestos se abrazaron.
Sus sentidos perdieron
el control. La mirada
los definía
intermitentes
como luciérnagas.
DAMA DE NOCHE

Empezás a nacer
como barrilete en libertad.
Mientras abajo nos toca
continuar las marcas del presente
sin viento.
Lo que amo es ese futuro en tu comienzo
generoso crepúsculo nocturno
cuando salís de tu ombligo.
Burbujean tus primeros brotes
Dama de noche
de días y de secretos
reencarnás de tu podredumbre.
A veces seca y lúgubre
tu piel nos oculta
tu taciturno brillo
a la espera de tu explosión.
Incita la despedida
hasta el próximo amparo de tu verdor
es que para saberte viva
hay que contemplar tus derrotas.
ATURDIDOS POR LA SAL

La marea sabe a sal


como tu boca
cuando no decís todo.
Como la mía
cuando no te digo
si te estoy queriendo.
La marea nos junta
aun sin vernos
perturbados.
Es que a veces las palabras
se ponen agrias
por eso
las dejamos ir
junto con los caracoles
que se lleva la marea
pasan.
Y nosotros ahí
sin hablar
nos juntamos
en la mirada
aturdidos por la sal.
VOS ME LLEVÁS A OTRO CHARCO

Destapás la primera cerveza


con la pregunta oficial
que cómo ha estado mi día
qué nuevas películas protagonicé hoy.
Hoy no vine con plumas y silbatos
no traje los ojos de sorpresa
y me olvidé los chocolates.
Hoy no quiero cargarte con tanto.
Sin ánimos de hacerte un stand up
que desempolve mi mejor historia
me trabo en el relato
y recorto escenas claves.
Me vuelvo poco amable
cuando me desordeno
y tengo este llanto
que pretendo contener
para no decírtelo todo.
No porque no quisiera
no me sale
estoy cavando profundo
sobre mis pasos
Y prefiero meterme
sola al barro.
Vos mientras
me compartís tu mejor flor.
Me lees un cuento
me llevas a otro charco.
Me preparás con ternura
las botas de hule.
EL DESEO COMO UN PEZ

A veces no me puedo controlar


de invitarte al ring
para no guardarme
lo que siento
cada vez

que me querés

poseer.

No puedo evitar
volverme como ese pez
que se escabulle
junto con el agua
entre tus puños
y junto a ese pez, el deseo.

Por eso es que no puedo evitar


atajar tus trompadas
permitirte el camino simple
de la corriente que lleva
al pez estable corriente abajo.
Tampoco puedo
darte la jeta
contra la lona
y aplastarte ahí.
Lo cual sería como
permitirle al agua
que decida el rumbo
ella sola.
Sin pez
y sobre todo
sin deseo.
LA LLUVIA QUE CAE DESDE ADENTRO

La noche se volvió vieja


en el zaguán. Llueve
y desde la ventana se trasluce
el reflejo de las gotas
ante un rostro que espera.
Las gotas estallan contra el vidrio
y suenan al compás
del tic tac del reloj
agigantando con el tiempo
cada uno de los rincones.
El repiquetear de las gotas
eriza la piel y se lava
la insoportable incertidumbre
dejando sólo el sabor amargo
de lo que desaparece
cuando es arrasado.
VOS ME DECÍS

Lleno un frasco hasta la mitad


de agua me decís que le tire
un objeto a ver qué pasa
y me quedo
mirando las gotas
junto al vidrio encapsulado.
Pienso, pienso y pienso
qué objeto podría
meter allí que flote.
O que se hunda.
No entiendo, si el juego está
en intervenir ese frasco
con un objeto, no puedo
decidirme porque
me atrapó esa imagen
del agua contenida
en una pecera y verme
fuera por más que afuera
hay otra pecera
y me pregunto qué objeto
sería yo, si uno que flota
o uno que se hunde
o solamente uno
que se queda
encapsulado, viendo
desde afuera
todo lo que no puede resistir
al fondo
del agua.
LA LLUVIA QUE CAE DESDE ADENTRO

La noche se volvió vieja


en el zaguán. Llueve
y desde la ventana se trasluce
el reflejo de las gotas
ante un rostro que espera.
Las gotas estallan contra el vidrio
y suenan al compás
del tic tac del reloj
agigantando con el tiempo
cada uno de los rincones.
El repiquetear de las gotas
eriza la piel y se lava
la insoportable incertidumbre
dejando sólo el sabor amargo
de lo que desaparece
cuando es arrasado.
VOS ME DECÍS

Lleno un frasco hasta la mitad


de agua me decís que le tire
un objeto a ver qué pasa
y me quedo
mirando las gotas
junto al vidrio encapsulado.
Pienso, pienso y pienso
qué objeto podría
meter allí que flote.
O que se hunda.
No entiendo, si el juego está
en intervenir ese frasco
con un objeto, no puedo
decidirme porque
me atrapó esa imagen
del agua contenida
en una pecera y verme
fuera por más que afuera
hay otra pecera
y me pregunto qué objeto
sería yo, si uno que flota
o uno que se hunde
o solamente uno
que se queda
encapsulado, viendo
desde afuera
todo lo que no puede resistir
al fondo
del agua.

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