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Limpiando el espacio exterior

Ciencias de la Vida: Ecología

Crédito de foto: ESA


Así es como se ven los desechos orbitales desde el espacio exterior.

RÓTERDAM, Países Bajos (Achieve3000, 9 de octubre de 2019). ¿Te emociona sacar la


basura? ¡Claro que no! A nadie le emociona. Posiblemente sientas que sacar una bolsa con
basura es molesto. Pero imagínate lo que sentirías si tuvieras que sacar un bote con más de
9,000 toneladas (unas 8,165 toneladas métricas) de basura.

Esa es la cantidad de basura que está flotando en el espacio. De hecho, vuelan alrededor de
4 millones de libras (1.8 millones de kilogramos) por encima de nosotros todos los días en
la órbita terrestre baja (LEO, por su sigla en inglés), y no hay una bolsa de plástico que
resista tanto peso. Ahí es donde Daan Roosegaarde, un artista neerlandés que trabaja con
científicos para encontrar soluciones creativas para grandes problemas, desempeña un papel
importante. El artista y su equipo del Laboratorio de Basura Espacial han ideado un plan
novedoso para remover la basura espacial, pero primero debemos saber cómo fue que se
acumuló tanta chatarra en el espacio. ¿Qué hay allá arriba, cáscaras de plátano, latas,
zapatos viejos?

No exactamente, ya que la mayoría de los desechos espaciales proviene de los satélites y


cohetes fuera de servicio. Los satélites en servicio son el eje principal de los sistemas
informáticos que mantienen a nuestro mundo funcionando sin problemas. Tienen una
infinidad de aplicaciones en diversas áreas: desde el control de tráfico aéreo hasta la
tecnología GPS, el seguimiento de las condiciones meteorológicas, el funcionamiento de
nuestros teléfonos celulares, e incluso de Internet. Pero todos los satélites que lanzan
programas espaciales como los de la NASA se vuelven obsoletos al paso de unas cuantas
décadas. Una vez que no sirven, se presenta un problema porque viajan a la deriva en el
espacio exterior, girando en lo que los científicos llaman la "órbita cementerio" (D. E. P.,
satélites).

Quizás estés pensando que ya tienes suficientes cosas de qué preocuparte aquí en la Tierra
como para preocuparte por la basura que está a 12,500 millas (20,000 kilómetros) de
distancia. Y tienes razón, pero ¿qué crees? También tienes que saber que todas las cosas
divertidas que podemos disfrutar gracias a los satélites —los juegos para dispositivos
móviles, Instagram, los videos de gatos— podrían desaparecer por causa de la basura
espacial.

La gran cantidad de chatarra vieja que flota en el espacio, más los nuevos satélites que se
agregan cada año, tienen como resultado que cada vez sean más frecuentes las colisiones a
alta velocidad. Cuando un pedazo de basura choca con otro, estos se hacen trizas,
dividiéndose en millones de pedazos que rápidamente aumentan su velocidad y se
convierten en objetos de rápido movimiento. Estos objetos son un peligro tanto para los
satélites en servicio como para los astronautas que trabajan en la Estación Espacial
Internacional.

La cantidad de basura espacial ha llegado a tal grado que algunos científicos predicen que
para el año 2050, estaremos obligados a dejar de lanzar naves espaciales, incluidos los
nuevos satélites. Reflexiona un momento sobre esto: cuando el último satélite se vuelva
obsoleto, los GPS, teléfonos celulares y la Internet dejarán de funcionar. ¡Fue un placer
conocerte, YouTube!

Entonces sí, debemos encontrar una manera de ocuparnos de la basura espacial, y


Roosegaarde tiene una idea. Su visión es la de una especie de campaña de recolección de
basura que consistiría en enviar varios grupos de naves espaciales pequeñas a que lancen
grandes redes en órbita para que recojan desechos espaciales, que después regresarían a la
Tierra a máxima velocidad. (Y no, catapultar redes en el espacio para recoger basura no es
tan descabellado como parece. Los científicos ya han probado esta idea con éxito). Lo
mejor de todo es que al volver a entrar en la atmósfera de la Tierra, los pedazos de chatarra
se quemarían simultáneamente, ofreciendo un espectáculo con luces que parecerían ser
cientos de estrellas fugaces en el firmamento. ¡Un espectáculo verdaderamente
impresionante!

En preparación para este gran esfuerzo, el Laboratorio de Basura Espacial ha estado


concientizando a la gente sobre su enfoque primordial, viajando por las ciudades más
importantes de Europa e ilustrando al público sobre el problema de la basura cósmica. Pero
Roosegaarde no solo habló sobre formas para aminorar el problema, sino que también creó
un proyecto bastante ambicioso. En octubre de 2018, su equipo estrenó la Exhibición del
Laboratorio de Basura Espacial, una obra de arte al aire libre que muestra la ubicación de
cada pieza de basura espacial con láseres grandes que hacen que cada pieza parezca una
estrella que circula lenta y silenciosamente por el cielo, permitiendo que los espectadores
las ubiquen y las saluden al pasar.

Pero lo que queremos es despedirnos de la basura espacial, y por suerte hay personas como
Daan Roosegaarde y su equipo que ya están trabajando en ello para encontrar una manera
de limpiar el espacio, y de paso salvar a YouTube.

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