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Volcán de Popocatépetl

 El Popocatépetl es un  volcán activo localizado en el centro de  México. Se


encuentra en los límites territoriales de los estados de Morelos,  Puebla  y
el Estado de México. Se localiza unos 72 km al sureste de  Ciudad de México,
a 43 km de Puebla, a 63 km de Cuernavaca, y a 53 km de Tlaxcala.
Tiene una forma cónica simétrica, y está unido por la parte norte con
el Iztaccíhuatl mediante un puerto de montaña conocido como Paso de
Cortés. El volcán tiene  glaciares perennes cerca de la boca del cono, en la
punta de la montaña. Es el segundo volcán más alto de México, con una
altitud máxima de 5500 metros sobre el nivel del mar, solo después
del Citlaltépetl, de 5747 m.
El Popocatépetl ha sido uno de los volcanes más activos de México. Desde
1354 se han registrado 18 erupciones.
Cuenta la leyenda que en tiempos prehispánicos vivieron Itzaccíhuatl, una
princesa tlaxcalteca  de gran belleza, y Popocatépetl, un guerrero apuesto y
valiente, antes de partir a la guerra en la que los tlaxcaltecas se encontraban
inmersos contra sus enemigos acérrimos, los aztecas. Popocatépetl pidió al
cacique de su pueblo la mano de la princesa Iztaccíhuatl. Este se la concedió a
condición de que volviera sano y salvo de la guerra para desposarla. Así, el
guerrero partió a la batalla mientras que la princesa esperaba el retorno de
su amor. Sin embargo, la lengua de un celoso rival de Popocatépetl medió de
mala fe engañando a la princesa e informándole que su amado había muerto
en combate. Arrastrada por el desconsuelo y el quebranto, víctima del
engaño, ella murió de tristeza por la pérdida de su amado. Poco tiempo
después, Popocatépetl regresó victorioso de la batalla dispuesto a tomar
matrimonio con Iztaccíhuatl; sin embargo, a su llegada recibió la funesta
noticia de su fallecimiento. Durante varios días y noches, cuentan que el
joven vagó por las calles hasta encontrar la manera de honrar el gran amor
que ambos se profesaban, y fue así como ordenó erigir una gran tumba bajo
el sol amontonando 10 cerros para levantar una enorme montaña. Una vez
construida, tomó el cuerpo inerte de su princesa, y recostándola sobre la cima
de la montaña, la besó por última vez para después, con una antorcha
humeante en mano, arrodillarse para velar su sueño eternamente. Desde
entonces, permanecen juntos, uno frente a otro. Con el tiempo, la nieve
cubrió sus cuerpos, que se convirtieron en dos enormes volcanes y que
permanecerían inmutables hasta el final de los tiempos

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