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E

n sus respectivas áreas de influencia, ambas potencias no dudaron en usar la fuerza con-
tra gobiernos o movimientos que cuestionaban sus objetivos. En el caso de Moscú, las
intervenciones del ejército soviético afectaron a los países satélites de Europa: en 1953
para acallar las huelgas obreras en Berlín y en 1956 para reprimir el movimiento de protesta en
Hungría. Washington por su parte, promovió golpes de estado para derrocar a gobernantes de
países del Tercer Mundo acusados de comunistas por haber aprobado medidas de carácter na-
cionalista, por ejemplo al primer ministro iraní Mohamed Mossadegh en 1953 y al presidente de
Guatemala Jacobo Arbenz en 1954.

El avance del deshielo estuvo cargado de ambigüedades y momentos de tensión. Desde media-
dos de los años cincuenta hasta comienzos de los sesenta hubo tres crisis cruciales: una en Eu-
ropa — la construcción del muro de Berlín en 1961— y dos en el Tercer Mundo —la guerra de
Suez en 1956 y la instalación de misiles soviéticos en Cuba en 1962—.

En la madrugada del 12 al 13 de junio de 1961, los pasajeros de un tren con dirección a Berlín
fueron desalojados en la estación de Wannsee por tropas de la RDA. El tren fue devuelto a su
lugar de origen, y a los pasajeros se les devolvió el importe del billete. En otras estaciones alre-
dedor del sector occidental de Berlín ocurría lo mismo. Una hora antes, la radio oficial del parti-
do Comunista germano oriental había emitido un comunicado oficial con la propuesta de los
gobiernos de los países del Pacto de Varsovia al gobierno de la RDA: hay que establecer un
orden tal que obstruya el camino a las intrigas en contra de los países socialistas y que garantice
una vigilancia segura en toda la zona de Berlín este.

Tropas de la RDA levantaron los adoquines de las calles e instalaron alambradas de un extremo
al otro de la calzada, unos metros por detrás de los carteles que anunciaban la entrada a los sec-
tores aliados. Había comenzado la construcción del Muro de Berlín, calificado por los soviéticos
como valla de “protección antifascista”. El muro no sólo se instaló sobre el asfalto de la ciudad.
Varias líneas de metro que cruzaban de una a otra parte de la ciudad fueron clausuradas.

La partición de Berlín había convertido al sector occidental en zona de avanzada del mundo
capitalista en medio de la República Democrática Alemana y el “milagro” económico de la Re-
pública Federal provocó desplazamientos de los alemanes orientales. Para impedir la emigra-
ción, en agosto de 1961 se inició la construcción de una empalizada de cemento de 5 metros de
alto que se extendió a lo largo de 120 kilómetros, coronada con alambre de púas y vigilada des-
de torretas. El muro obstaculizó, pero no impidió, los intentos de los alemanes del este de llegar
a Berlín occidental. Muchos murieron antes de cruzarlo
EL MURO DE BERLIN FOTO DE LA SERIE PUBLICADA POR THE DENVER POST.

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