Chapter Title: APÉNDICE D.

AUDIENCIA DE QUITO

Book Title: El servicio personal de los indios en el Perú

Book Subtitle: extractos del siglo XVII
Book Author(s): Silvio Zavala
Published by: El Colegio de Mexico

Stable URL: https://www.jstor.org/stable/j.ctv233phh.13

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218 EL SERVICIO PERSONAL DE LOS INDIOS EN EL PERÚ
cubriesen minas; pero que ya las había en labor
y pedían se les relevase de ir a la mita de Poto-
sí, pues podían hacerlo en su propia tierra. Se
pidió informe al virrey Conde de la Monclova
por cédula de 7 de agosto de 1692 y respondió
ser cierto y apoyó la instancia. El rey condes-
cendió ordenando al citado virrey que no se obli-
gase a los indios de Chucuito a ir a la mita de
Potosí mientras en esa provincia se trabajasen
sus minerales. (Supra, p. 198, nota 217).
No. 9. Cédula de 23 de junio de 1759. C. 1.,
t. 4, f. 206, n. 193. (Aunque la fecha es poste-
rior al siglo XVII, mencionamos aquí esta or-
den en razón de sus antecedentes). En el repar-
timiento del año 1689, el virrey del Perú asignó
lOO indios para las minas de Siporo y Piquisa
sitas en la provincia de Porco, pero con la con-
dición de que los dueños poblasen dos ingenios
en la Ribera de Potosí. En 1692 el número de
los indios se fijó en 40 para cada uno de los in-
genios; los dueños de las minas prefirieron traba-
jarlas con indios voluntarios a poblar los inge-
nios, pero en tiempo del Conde de Superunda, el
poseedor D. José Velázquez pidió la mita alegan-
do que a D. fosé Vasilio de la Fuente, azoguero
del asiento de Tarapaca, se le concedió sin obli-
gación de poblar ingenio. Se le respondió que
cumpliese primero la condición. El rey aprobó
esta decisión en la cédula que ahora citamos que
figura con fecha bastante distante de los antece-
dentes mencionados.
Voz obraies
Se hace referencia en primer término al ca-
pítulo 3 de la cédula de 24 de noviembre de
1601, C. 1., t. 36, f. 127, n. 105, que prohíbe
dar indios en cualquier forma en obrajes e in-
genios de azúcar, lino, lana, seda o algodón .
Cédula de 2 de febrero de 1660, C. 1., t. 37,
f. 331 b, n. 270. Por representación del licen-
ciado Gil de Castrejón, fiscal del Consejo, se
mandan cumplir las ordenanzas del virrey Tole-
do y la cédula de 1609 con respecto a los indios
de los obrajes y evitar los daños que se les
causan. (Supra, p. 139).
Cédula de 22 de febrero de 1680. C. 1., t. 38,
f. 320 b, n. 269. (Citada como N. 239 en la voz
indios, sobre haber obrajes en encomiendas, etc.).
Voz salinas
En la voz indios N. 172, se cita la cédula de
31 de diciembre de 1609, C. 1., t. 36, f. 192, n.
170, sobre desestanco de la sal en el Perú.
Es de tener presente que, en 1591, se había
AP~NDICE D. AUDIENCIA DE QUITO
El Libro Primero de Cabildos de la villa de
San Miguel de /barra, 1606-1617, Quito, Ecuador,
Publicaciones del Archivo Municipal, 1937, vol.
XV, ofrece algunos ejemplos de repartimientos
que conviene examinar para efectos de compara-
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dado orden general para las Indias de incorpo-
rar las salinas y de crear el estanco, y se insistió
en 5 de mayo de 1603. Pero en las varias provin-
cias, en distintas fechas, se fueron dando órde-
nes ya confirmatorias del estanco, ya de conce-
sión de libertad.
Voz servicio personal
N. 2. Cédula grande del servicio personal, de
24 de noviembre de 1601. C. 1., t. 36, f. 127, n.
105. (Supra, pp., 3-5).
N. 5. Cédula de 14 de abril de 1633. C. I.,
t. 37, f. 147, n. 123. Enterado el rey de la sub-
sistencia en algunas partes de las Indias de los
servicio~ personales en las encomiendas, contra
las repetidas órdenes de tasar los tributos en
frutos, etc., y que duraban aún en el Perú los
servicios personales, manda que se quiten, y jun-
tando al Arzobispo, prelados de religiones, ofi-
ciales reaies y otras personas, se conmuten en
otras cosas justamente y se haga nuevo padrón.
Sólo en caso de grandes inconvenientes se sus-
penda esta orden. Si vaca alguna encomienda
de servicio personal se suspenda su provisión
hasta hacer la tasa. (Coincide con la N. 191
de la voz indios).
N. 6. Cédula de 2 de febrero de 1660. C. 1.,
t. 37, f. 331 b, n. 270. (Coincide con la de la
misma fecha citada en la voz obraies). Inserta
el capítulo 3 de. la de 1601 y el 19 de la de
1609 relativos a que no se repartan indios a
los obrajes si no fuesen vecinos del lugar o
de dos leguas y que procure el virrey del
Perú que vayan a ellos los muchachos a cosas
fáciles. Pero el licenciado D. Gil de Castre-
ión, fiscal del Consejo de Indias, representó a
S.M. que constaba por diferentes noticias el mal
tratamiento que se daba a los indios que se
repartían a los obrajes en el Perú y especial-
mente en Quito, con exceso de trabajo, mala
paga, llevarlos contra su voluntad no sólo el
tiempo debido sino toda su vida. El rey manda
al virrey del Perú que vea dichos capítulos y las
ordenanzas de D. Francisco de Toledo para los
obrajes en razón de las partes donde han de ser
repartidos, tareas, jornales, modos y tiempos de
mudarlos, y la cédula de 1609 en lo que habla
de los obrajes. Prohíbe dar licencias para esta-
bkcerlos, que los encomenderos no los tengan
dentro de sus encomiendas ni cerca de ellas, que
no se arrienden y manda que se visiten. Que el
daño no consistía en los repartimientos, pues de
esto resultaba bien a naturales y provincias, sino
en lo mal que se usaba de su trabajo.
ción con los que hemos estudiado en el Perú.
Comencemos por las medidas que toma el
cabildo para la reparación de un tambo y puen-
te, el 27 de octubre de 1611 (p. 278). Se con-
sidera en ese cabildo que está caída una casa
 APÉNDICE D. AUDIENCIA DE QUITO
del tambo y el puente desbaratado, "y por ha-
ber faltado los naturales que tienen obliga-
ción a ello, por ser enviados a la mar a llevar
el sustento a los soldados que fueron a la con-
quista de los Malabos y descubrimiento del
Mar del Sur, adonde de presente están, y que
venidos que sean, el dicho alcalde tome a su
cargo el mandar hacer el dicho tambo y puente"
En otro cabildo de 30 de octubre de 1611,
los reunidos dicen saber que se les va a echar
derrama "para el gasto de los indios que se
ocupan en abrir el camino de Yamboquí"; que
esto les causaría perjuicio, entre otras razones,
por estar pobres "y haberse sustentado en ella
(en la villa de San Miguel) en vecindad, sin
mitayos". Acuerdan para prevenir la derrama,
dar, según sus posibilidades, trigo, maíz y car-
neros (pp. 279-281).
Repartición de los indios mitayos del corre-
gimiento de Otavalo, por el virrey (pp. 295-
300'. En la ciudad de San Francisco del Qui-
to, en 9 de noviembre de 1611, el Doctor Juan
Femández de Recalde, Presidente de la Au-
diencia, dijo que el virrey Marqués de Montes-
claros le tiene cometida "la repartición de los
mitayos ordinarios, gañanes, ganaderos y de
obras, de todo el distrito de esta dicha Real
Audiencia, por comisión particular que para
ello le envió". Había sido encargado también
de la superintendencia de la población y paci-
ficación de la provincia de las Esmeraldas y
con este motivo fue a la villa de San Miguel de
lbarra y entendió "por averiguaciones parti-
culares que hizo, que la dicha villa no se pue-
de sustentar 'Sin mitayos ordinarios y de obras
para que fuese adelante su conservación y po-
blación, por ser cosa muy conveniente, ansí
para los vecinos que de presente están en ella,
como para ayuda a la dicha conquista y descu-
brimiento del camino que se ha de abrir de la
dicha villa a la Mar del Sur". El virrey le ha
escrito que procure la población y aumento de
la villa, para lo cual el Presidente Femández
de Recalde cree necesario repartir en los veci-
nos pobladores indios de obras, para los edifi-
cios de la villa. Desde luego "reparte 300 in-
dios mitayos por tiempo de seis meses, que
han de comenzar a correr desde primero día
del mes de enero próximo que viene del año
seiscientos y doce, los cuales se han de sacar a
prorrata, de los que constare haber tributarios
en los pueblos de Tusa y Puntal, Chuquín,
Huaca, Tulcán y Túquerres, para que sirvan en
la dicha villa el dicho tiempo de seis meses, re-
partidos en tres mitas de a dos meses cada una,
los cuales dichos indios se han de dar preci-
samente atento a que están reservados de no
dar mitayos a esta ciudad (de Quito) por la
distancia del camino, y éste ser muy breve y
acomodado para servir en la dicha villa, las
cuales dichas mitas han de hacer ordinarias
todos los años en los meses referidos; y ansí
mismo repartió su Señoría, para el dicho efec-
to, otros cien indios de obras, que éstos han
de servir tres meses, en cumpliendo los seis que
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se reparten a los indios Pastos y a los dichos,
que vienen a ser los de julio, agosto y sep-
tiembre, los cuales dichos cien indios han de
ser 40 del pueblo de Otavalo, 20 del pueblo
de San Pablo; y de Tontaqui, 16; y de Cota-
cachi, 16; y 8 de Urcoquí, reservando, como
reservó en sí, el señalar a las personas a quien
se han de dar y repartir todos los dichos in-
dios, los cuales han de ser obligados a les dar
y pagar por su trabajo, por cada mes de 26
días de servicio, dos pesos de a 8 reales, en
reales, y para su sustento, demás del dicho sa-
lario, han de dar a cada indio mitayo cada
un mes de los dichos veinte y seis días, tres
almudes de maíz, una arroba de carne y una
libra de sal, y en ninguna manera los han de
ocupar a los dichos indios en otros servicios
ni ministerios, mas de sólo para los que se les
reparte en este auto". Se envía un tanto al
virrey para que lo confirme. Se pregonó el auto
en la villa de San Miguel, domingo 20 de no-
viembre de 1611.
En Quito, en 9 de noviembre de 1611, (p.
297), el doctor Juan Fernández de Recalde,
Presidente de la Audiencia, dice que por cédu-
las del virrey Marqués de Montesclaros, fecha-
das en Los Reyes a 22 de febrero de este éJÓO,
se le encargó "hacer los apuntamientos de pa-
drones de mitayos desta provincia, así ordina-
rios como ganaderos, gañanes y de obras y to-
dos los demás, y· los que hizo el licenci~do
Miguel de Ibarra por sí y por sus comisarios,
siendo Presidente desta Real Audiencia". En
el corregimiento de Otavalo y villa de San Mi-
guel de Ibarra, comenzó (el Presidente Femán-
d~;;z) las diligencias de ese corregimiento y no
las terminó, "y por cuanto conviene para su
buena ejecución el continuar y acabar las di-
chas diligencias en aquel corregimiento, para
que se den y repartan los dichos indios, con
toda justificación del quinto", comisiona a Die-
go de Encalada para que haga las diligencias
en cada uno de los pueblos: hará información
del ganado mayor y menor, cúyo es, qué indios
le están repartidos para sus guardas, y de qué
partes y lugares, y por quién se repartieron, y
si son de temples diferentes que les sea dañoso
e informarse de dónde se les podrá dar, y qué
títulos de compras de ellos (los ganados) tie-
nen, y chácaras y estancias de sembrar que
haya y caballerías de tierras y cañaverales y
otros frutos, y el primer título lo sacará a la
letra y los demás que de las haciendas tuviere
relación, y qué indios se les reparten y por
quién, y cuáles chácaras y estancias tienen in-
dios sobrados y más de los que han menester
y cuáles están faltos, y saque testimonio de las
postreras visitas de indios de aquel corregi-
miento que están ante el escribano mayor Juan
de Vera de Mendoza, de los indios tributarios
que en cada pueblo hay o de las cartas cuen-
tas que de ellos tiene el corregidor del parti-
do. Esa comisión la había dado a Juan de Ve-
ra, por lo que no visite los pueblos que éste
ya hubiere visto. Para las obras y edificios de
220 EL SERVICIO PERSONAL DE LOS INDIOS EN EL PERÚ
la villa de San Miguel de !barra, por auto
que proveyó hoy, mandó repartir 400 indios
mitayos, de ellos 300 por seis meses a partir
de enero próximo, de los pueblos de los Pas-
tos, que se han de sacar a prorrata de los tri-
butarios que en ellos hubiere. Da comisión a
Diego de Encalada para sacar dichos indios y
repartirlos, y primero se informe en quién se
debe hacer, para que con su parecer el Presi-
dente Fernández haga el señalamiento, y de
acuerdo con esto el comisionado ejecutará com-
peliendo a gobernadores y caciques por todo
rigor al cumplimiento del auto y repartición.
Le da comisión para todo ello y para nom-
brar intérpretes y hacerle pagar su trabajo (no
es claro a quién) moderadamente donde halla-
re debérsele. Se ocupará 80 días en la comi'lión
con salario diario de 3 pesos de buen oro de
22 quilates y medio, gasto que el Presidente
Fernández repartirá como le parezca. El 15 de
noviembre de 1611 salió Encalada a cumplir
la comisión.
Repartición de mitayos, 5 de enero de 1612
(p. 308). En este día se reunió el cabildo de
la villa de San Miguel de lbarra y tomó varios
acuerdos. Después viene una "Memoria de las
personas a quien se han de repartir los 200
indios de obras, de los Pastos, para los edifi-
cios de la villa de San Miguel de !barra". To-
can doce a la fábrica y edificio de la iglesia
mayor. Ocho mitayos a cada uno de los con-
ventos de Recoletos de Santo Domingo, Descal-
zos de San Diego, San Agustín, Nuestra Señora
de las Mercedes. Seis a las casas de cabildo y
cárcel. Siguen personas de relieve (vicario, re-
gidores, alcaldes, etc.), que reciben a cuatro
mitayos. Otros vecinos, a tres y dos (plateros,
herreros, casados, etc.). Esta repartición por el
Presidente Dr. Juan Fernández de Recalde se
hizo por la primera mita de Jos dos meses pri-
meros que venían, enero y febrero; se manda-
ba continuar en adelante, pudiendo modificar-
se las cantidades dadas según se viere que ocu-
paran a los mitayos las personas que los ob-
tuvieren. Si alguna no Jos ocupara en hacer los
edificios, se le quitarían y repartirían a otros
que edificaran, y si hubiere denunciador, se le
repartirían los mitayos que denunciare, ade-
más de los que le estuvieren repartidos. No se
ocuparían los indios en otro ministerio que no
fuera el de edificar, pena de perderlos. A los
que no pagasen primero lo que se les hubiese
repartido por los solares, no se les darían in-
dios. Para ejecutar la repartición se comisio-
na a Diego de Encalada, persona a quien se
cometió el sacar estos indios; en su ausencia
ejecutaría el corregidor, y en ausencia de éste,
los alcaldes ordinarios de la villa. Esta memo-
ria carece de fecha.
En la villa de San Miguel, en 4 de enero
de 1612, Diego Encalada había traído los in-
dios y distribuídolos a las personas señaladas,
'pero muchas no acudían por los que les esta-
ban repartidos y mandó pregonar que acudie-
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ran, con apercibimiento de que no haci~ndolo
se dispondría de los mitayos como pareciese
convenir.
Sobre la provisión de indios para el trabajo
de los edificios de la villa (p. 368). En la
villa de San Miguel, el 3 de octubre de 1612,
se reúne el cabildo y dice que por la falta
grande que hacen los indios cuando viene¡¡
a la mita en esta villa, las obras y edificios
cesan, y para que vengan es menester que vaya
persona por ellos y que los traiga; por excu-
sar vejaciones a los caciques e indios y por
carecer de propios la villa para pagar a la per-
sona que vaya por ellos, dijeron que por esta
vez vaya una persona a costa de los interesa-
dos que llevan los mitayos, y pague;¡ por cada
indio que recibieren un cuartillo de plata para
abonar al que recoja los indios.
Pide el cabildo a la Audiencia de Quito que
los 300 mitayos venidos de Pasto continúen en
la construcción de los edificios de la villa (p.
438). En cabildo de 16 de mayo de 1614 dice:
aue ha venido nueva de que en la Audiencia
de Quito se ha removido cierto pleito sobre
que piden los caciques de los Pastos que se
quiten los mitayos que dan a esta villa para los
edificios. Para esta defensa se envíe a la Au-
diencia un testimonio de la cédula del virrey
en que da comisión a la Audiencia de Quito
para que envíe persona de ella a la reforma-
ción de la villa de San Miguel, y que se repar-
tan solares y mitayos a los vecinos, en confor-
midad de la cual el Presidente Dr. Juan Fer-
nández de Recalde señaló 300 indios Pastos
para los edificios, los cuales confirmó el virrey.
Se envíe testimonio de los documentos para
que el procurador de la villa que está en Quito
defienda el caso.
No conozco el resultado de este pleito. Los
documentos extractados muestran cómo se ex-
tendían a la jurisdicción de la Audiencia de
Quito los repartimientos acostumbrados en el
Perú, y esto ocurre con mediación del virrey
y del presidente de la Audiencia, en época pos-
terior a la cédula del servicio personal de 1609.
Reiteramos, como ya lo anunciamos para el si-
glo XVI, que no estamos en posibilidad de
estudiar en detalle la historia de las mitas qui-
teñas y nos limitamos a mostrar ejemplos sig-
nificativos.
• Algo más tarde, siendo virrey del Perú el
Príncipe de Esquilache, se encuentran las dis~
posiciones siguientes sobre la Audiencia de Quito.
En Madrid, a 17 de marzo de 1617, se des-
pacha cédula real al Príncipe ele Esquilache.
virrey del Perú, sobre los excesos que hacen
los administradores y maesos de los obrajes de
paños. El Dr. Antonio ~e Morga, Presidente de
la Audiencia Real de Quito, dice en un .capítulo
de carta que escribió al rey el 20 de · abril de
1616, que en los obra.jes de paños que se fun-
daron en aquella tierra a fin de que se ocupa-
sen en su fábrica los naturales de ella para
que tuv~esen con qué pagar. sus tributos, :;e
 APÉNDICE D. AUDIENCIA DE QUITO
hacen muchos excesos, así por Jos administra-
dores que el virrey nombró en ellos como por
Jos maestros y artífices de su labor. El rey en-
carga y manda al virrey que se trate bien la
materia y se le envíe relación para ver Jo que
conviene proveer en favor de los indios.:m
En agosto de 1617, otra cédula real diri-
gida al Presidente y oidores de la Audiencia
Real de Quito dice que por parte de Juan
Nieto, vecino y encomendero de la ciudad de
Pasto (Popayán). le ha sido hecha relación
que en un pueblo de su encomienda, llamado
Consaca, tiene un cañaveral dulce de donde sa-
ca azúcar y miel para dicha ciudad de Pasto;
y, por ser tan útil e importante al bien de la
República el conservarle y beneficiarle, le dio
licencia el año pasado de 1600 don Vasco de
Mendoza y Silva, gobernador de la dicha pro-
vincia entonces, para que Jo pudiese hacer. Y
suplica al rey, atento a ello y al beneficio que
se les sigue a los indios del dicho reparti-
miento de entender en esto, por ser de menos
trabajo que acudir al servicio de las minas e
ingenios, que le mande confirmar la dicha li-
cencia. Y habiéndose visto, se le ha denegado,
por ser contra Jo que el rey tiene proveído y
ordenado por diversas cédulas, y así manda a
la Audiencia que se guarde en cuanto a esto
lo dispuesto por la cédula de los servicios per-
sonales de los indios.:!:JS
Junto a Jos casos en que las cédulas no se
cumplen, en éste se mantiene la orden de apli-
carlas. Ha de haber intervenido en esta deci-
sión el hecho de que se trataba de una enco-
mienda (que no debía tener servicio personaD,
y que el trabajo era para producir azúcar, gé-
nero de explotación al que no se veía bien que
acudieran los indios.
En otra cédula real para la Audiencia de
Quito, fechada en Pontesera el 19 de octubre
de 1619, se le dice que Alonso de Miranda,
gobernador de la provincia de Jos Quixos, es-
cribe al rey, en carta de 15 de marzo de 1617,
que en cualquier parte de aquella tierra se ha-
llan muchos minerales de oro, y particularmen-
te en Á vila y Archidona, y que aunque algu-
nas personas le han pedido licencia para sa-
carlo, no la ha querido dar, porque habiéndolo
concedido sus antecesores, no se siguió ninguna
utilidad a la Hacienda Real ni se halla haber
dado ni causado un solo real de quintos, ni se
atreverá a hacerlo sin particular orden de S.M.
Y suplica se le mande dar, que en tal caso vi-
sitará los dichos minerales para que con el
tercio de los indios que cada uno tuviere, con-
tándoselos y tasándoselos por su justo precio y
jornal, los puedan beneficiar. Y habiéndose
visto, se ordena que la Audiencia llame a los
Oficiales Reales y vea la forma que se podrá
tomar de manera que, beneficiándose estas mi-
nas de oro y Jo que se sacare de arroyos y ríos,
se pague al rey Jo que fuere justo si las minas
no pudieren sufrir el quinto. En cuanto a los
indios, Jos traten bien y les paguen su jornal
competente.::~~·
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221
La corona permite en este caso la explota-
ción aurífera con empleo de indios que deven-
garán un _jornal satisfactorio. No se precisa en
la orden real si será por vía de repartimiento
compulsivo, pero éste parece quedar incluido
en el informe del gobernador de la provincia
que propone asignar el tercio de los indios para
beneficiar los minerales. Sería en este caso una
mita nueva.
EN EL MISMO Cedulario del Dr. Antonio de
Morga, algo más tarde, se encuentran las dis-
posiciones que a continuación resumimos.
En Madrid, el 11 de junio de 1621, el rey
envía carta a la Audiencia de Quito, en la que
dice que en las visitas de la tierra que los oi-
dores de ella salieren a hacer, averigüen y cas-
tiguen los excesos que hay en los obrajes de
paños en perjuicio de los indios.:!30
En carta de 23 de octubre de 1621 avisa
el rey a la misma Audiencia que escribió el li-
cenciado Sancho de Moxica que los adminis-
tradores que nombran los virreyes (del Perú)
para los obrajes de esa provincia (de Quito)
daban mala cuenta de ellos sin poderse co-
brar los alcances que se les hacen, en que ha
habido y hay mucha quiebra en daño de los
indios; y que esto procede de darles facultad
en los títulos que les despachan para que sean
recibidos en los dichos oficios dando fianzas
en partes remotas donde los Fiscales no pueden
tener noticia de la calidad y sustancia de los
tales fiadores.:J:n
En Valsayn, el mismo 23 de octubre de
1621, se despacha cédula real al Presidente y
los oidores de la Audiencia de San Francisco
de Quito, en la que se vuelve a mencionar que
el licenciado Sancho de Muxica, fiscal que fue
de esa Audiencia, escribió al Rey (padre de
quien firma esta cédula), en que refiere la mala
cuenta que dan los administradores que pro-
veen los virreyes para los obrajes de comunida-
des de esas provincias en las cuentas que se
les toman acabado el tiempo de su provisión,
y dificultad que ha habido y hay en la cobran-
za de los alcances que se les han hecho res-
pecto de no tener noticia de las fianzas que
dan cuando son recibidos al uso y ejercicio de
Jos dichos oficios; y porque esta quiebra y daño
resulta en perjuicio de Jos indios a quien los
dichos administradores hacen muchos agravios,
de que continuamente vienen que_jas a mi Con-
se_jo de las Indias, manda el rey a la dicha
Audiencia que provea en esto del remedio ne-
cesario.211:!
En Madrid, el 20 de octubre de 1627, se en-
vía cédula real al Presidente y oidores de la
Audiencia de San Francisco de Quito, en la
que se dice que Pedro de San Miguel, canónigo
de esa iglesia catedral, escribe al rey, en carta
de 25 de abril de 1621, que por ser la fun-
dación del convento de monjas de la Concep·
ción de esa ciudad (del que el rey es Patrón)
muy antigua y de adobes y ser la iglesia muv
corta y sin coro bastante, ha dado de su ha-
222 EL SERVICIO PERSONAL DE LOS INDIOS EN EL PERÚ
cienda 20,000 pesos para su reedificación, con
que se ha empezado la fábrica de ella. y para
que se prosiga convendría que esa Audiencia
le repartiese indios peones y oficiales y lo de-
APJ::NDICE E. TUCUMÁN Y RfO DE LA PLATA
Conforme a los datos que recojo en mi obra
sobre Oríp,enes de la colonización en el Río de
la Plata (México. El Colegio Nacional, 1978),
sintetizo aquí algunos documentos sobre ser-
vicios personales en Tucumán y en el Río de la
Plata que corresponden al siglo XVII, salvo
el primero que es todavía de finales de la cen-
turia anterior.
El 15 de julio de 1591. la Audiencia de La
Plata concede a los Padres Jesuitas facultad
para poder mudar los indios yanaconas de Ler-
ma, valle de Salta, adonde mejor les parezca.
Ante el Presidente y los Oidores había presen-
tado escrito Manuel Vázquez, de la Compañía
de Jesús, en nombre del Rector y de los reli-
giosos que residen en Lerma, valle de Salta, y
demás valles y ciudades de la provincia de Tu-
cumán, haciendo presente que como consta del
título y merced que Juan de Velasco, goberna-
dor de aquellas provincias, hizo a los religiosos
y a la· Compañía, de yanaconas y servicio para
su fundación y sustento, y licencia de dicho
gobernador para traerlos en su servicio en las
partes y lugares de toda la gobernación para
el efecto de doctrina. . . de todas las ciudades
de ellas, los religiosos hicieron mudanza del
asiento de la ciudad de Santiago del Estero
donde estaban por causas justas. . . y tienen
necesidad de sustento en la ciudad de Lerma
donde pretenden fundar y han fundado... y
habiendo sacado los yanaconas que el dicho go-
bernador les concedió y los que se les habían
allegado de diversas provi.1cias nue no son
repartidos ni empadronados, antes están seña-
lados para los religiosos, ciertas personas por
fuerza de su autoridad y contra la voluntad
del dicho gobernador y de los mismos indios
se los quitaron y volvieron a Santiago tratán-
dolos ásperamente. . . y es notoria la necesidad
que la Compañía tiene para su sustento y le
consta a Vuestra Alteza como le constó al go-
bernador cuando se los repartió. Por tanto pide
carta y real provisión para que libremente de-
jen sacar los indios yanaconas que así tenían
los dichos Padres de la Compañía por merced
del dicho gobernador como los que se les hu·
biesen allegado o allegaren que no sean de
los repartimientos de dicha ciudad ni empadro-
nados ni visitados en ellos ni en otros, para la
fundación de la casa de la ciudad de Lerma.
Visto por el Presidente y Oidores mandan
que . no. sacando los religiosos de la Compañía
los md10s yanaconas de esa gobernación y de
su jurisdicción, no les impidan las justicias el
traerlos y mudarlos a Lerma. pues es de la mis-
ma jurisdicción, y si contra lo contenido en esta
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más m:cesario para el edificio de cal y canto
y saca de madera, pagándoles él a los dichos
indios sus jornales. El rey manda a la Au-
diencia que haga se acuda a lo que faltare..m3
carta les hubieren quitado algunos de los di·
.chos indios yanaconas se los vuelvan luego sin
réplica alguna.234
El P. Rubén Vargas Ugarte, S. J., en su
obra que lleva por título Pareceres jurídicos en
asuntos de Indias (1601-1718), Lima, 1951, in-
serta en las pp. 132-136, la Carta Anual del P.
Diego de Torres al P. General Claudia Aquaviva
sobre el servicio personal, datada en Córdoba
del Tucumán el 15 de. febrero de 1612, en la
que se muestra contrario a ese servicio perso-
nal. Y en las pp. 137-139, el Parecer de los
Padres de la Compañía de Lima sobre las or-
denanzas dadas por el visitador Don Francisco
de Alfara, fechado en Lima el último de agosto
de 1613, firmado por Juan Sebastián y otros, en
el que estiman que ellas deben guardarse.
El primero de enero de Iblb, en La Plata,
se expide orden para que el gobernador de Tu-
cumán haga dar al Colegio de la Compañía los
indios que necesite para la fábrica de la iglesia
y guarda de sus ganados, pagándoles según or·
denanza. Comienza el documento por transcri·
bir los siguientes capítulos de las ordenanzas
de Alfara: que sólo pueden ser compelidos los
indios para guardar ganados, hacer chácaras,
casas y edificios y cosas manuales de la casa;
.a otra cosa no, y e.n especial no han de ser
compelidos a ir a minas ni a traer sierras de
dos manos ni a domar mulas, potros ni novillos
ni acarrear en ,tiempo de frío. Los que repartie·
ren la mita cuiden que en lo que es indios para
edificios· se.an preferidas la iglesia catedral, pa-
rroquias, etc.; en los indios de estancias sean
preferidos los principales criadores de ganados,
y en los de chacras los que las hicieren mejores;
y e.n los del servido de casa los más viejos e
impedidos. En cuanto a la paga de los indios
que sirven en estancias de ganado mayor sea
a razón de 12 pesos (sin llevarles tasa), y con
comida y caballo para baquear; a los de gana-
do menor 6 pesos y otro tanto como es la tasa
de un .indio de. los que la pagan, aunque no la
deba el tal indio, y dándoles la comodidad y
demás como a los de ganado mayor. Ahora se
presentó en la Audiencia de La Plata una peti·
ción de Luis de Leyva, Rector del Colegio de la
Compañía de Jesús de la ciudad de San Mi-
guel de Tucumán, en la que dice que dicho
colegio se está edificando y el gobernador les
había dado indios para lo dicho y guarda de
ganado y todos los quitó el dicho gobernador
. . . se les ha hecho notorio agravio. . . es jus-
to lo remedie la Real Audiencia. . . Piden los