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en la misión
en la misión
PARA DIOS:
HACER AMIGOS
El gozo de participar
SEPARAR el primer momento de cada día para
MEDITAR EN LA PALABRA DE DIOS.
Dios mediante:____________________________
Fecha:___________________________________
ISBN 978-987-798-085-1 (Edición para Adultos)
UNIÓN
-111444-
CENTROAFRICANA
REPÚBLICA
SEPARAR el primer momento de cada día para
MEDITAR EN LA PALABRA DE DIOS.
CHAD
APARTAR un momento de cada día para
CONGO
el estudio de la LECCIÓN DE LA ESCUELA
SABÁTICA.
CAMERÚN
GABÓN
ELEGIR dos momentos de cada día para el
CULTO FAMILIAR. Uno por la mañana y otro
NÍGER
NIGERIA
por la noche.
GUINEA ECUATORIAL
ESTAR en constante comunión con Dios a través
de la ORACIÓN.
BENÍN
DEVOLVER FIELMENTE EL DIEZMO al Señor
BURKINA
GHANA
MALI
FASO
DEDICAR UN PORCENTAJE REGULAR de mis
ingresos (_______%) como una OFRENDA al
Señor.
MARFIL
COSTA
DE
FORMAR un nuevo HÁBITO SALUDABLE
siguiendo los principios indicados por Dios.
LIBERIA
2
MAURITANIA
1 GUINEA
TRABAJAR con Dios usando MIS DONES para
SENEGAL
Dios mediante:____________________________
SIERRA LEONA
GAMBIA
834.183 436.117.000
IGLESIAS CONGREGACIONES IEMBROS POBLACIÓN
44.895.000
24.458.000
56.842.925
25.641.000
28.913.000
86.871.000
41.956.425
97.075.650
14.390.218
15.073.782
Colección Guía de Estudio de la Biblia
Edición para Maestros
160.053
166.768
198.887
112.493
34.842
14.285
45.612
16.255
27.297
57.691
Finley, Mark
Título original en inglés: Making Friends for God: The Joy of Sharing
5.147
Primera edición. MMXX – 5,5M Justinen. – 1ª ed. – Florida : Asociación Casa Editora Sudamericana, 2020.
Es propiedad © ACES 2020 150 p. : il. ; 21 x 14 cm.
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96
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Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723
Traducción de: Walter E. Steger.
Fecha de impresión: 14 de febrero de 2020
4.523
ISBN 978-987-798-086-8
Impreso en los talleres gráficos de la ASOCIACIÓN CASA EDITORA
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131
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PROYECTOS MISIONEROS
SUDAMERICANA, Gral. José de San Martín 4555, B1604CDG Florida
1. Vida Cristiana. I. Blanco, Marcos G., dir. II. Justinen, Lars, ilus. III. Steger,
Oeste, Buenos Aires, Rep. Argentina.
Walter E., trad. IV. Título.
Unión-Misión de Camerún
IMPRESO EN LA ARGENTINA - Printed in Argentina
TOTAL
ISBN 978-987-798-085-1 (Edición para Adultos)
UNIÓN
-111444-
@uapargentina
Nahuel estudia la Licenciatura en Administración en la UAP ESCUELA SABÁTICA | GUÍA DE ESTUDIO DE LA BIBLIA | EDICIÓN MAESTROS | JULIO-SEPTIEMBRE 2020 Hacer amigos para Dios: El gozo de participar en la misión
Gestionar los recursos que Dios nos otorga, implica un gran compromiso social.
HACER AMIGOS
Por eso, en la UAP me capacito para servir a los demás de forma ética y profesional.
En este lugar desarrollo mi don y me preparo para cumplir mi misión. PARA DIOS:
¡Vení a la UAP y potenciá tu ministerio! El gozo de participar
en la misión
uap.edu.ar 3 3er TRIMESTRE / JULIO-SEPTIEMBRE 2020 / EDICIÓN MAESTROS
Libertador San Martín, Entre Ríos, Argentina
HACER AMIGOS PARA DIOS
CONTENIDO
Introducción
03
1. ¿Por qué testificar?..........................................................................................5
2. El poder del testimonio personal...........................................................16
3. Ver a las personas a través de los ojos de Jesús......................... 27
4. El poder de la oración: Interceder por otros................................... 38
5. Testificar con el poder del Espíritu.......................................................49
6. Posibilidades ilimitadas.............................................................................60
7. Compartir la Palabra................................................................................... 72
8. Ministrar como Jesús.................................................................................. 83
9. Desarrollar una actitud ganadora.........................................................94
10. Una forma apasionante de participar..............................................105
11. Compartir la historia de Jesús............................................................... 117
12. Un mensaje que vale la pena compartir......................................... 128
13. Un paso de fe............................................................................................... 139
Dirección general © 2020 Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día®. Todos los derechos
Clifford Goldstein reservados. Ninguna porción de esta Guía de Estudio de la Biblia puede ser editada,
alterada, modificada, adaptada, traducida, reproducida o publicada por cualquier
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previa de la Asociación General.
Carlos Schefer
A no ser que se indique de otra manera, todas las citas bíblicas han sido tomadas de la
Ilustraciones versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988
Lars Justinen Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso. Reina-Valera 1960™ es una marca
registrada de la Sociedad Bíblica Americana, y puede ser usada solamente bajo licencia.
INTRODUCCIÓN
H
ay momentos en que comprender un solo pensamiento
es profundamente decisivo en nuestra vida. Hace al-
gunos años, me senté en una reunión ministerial con
algunos de mis colegas. La discusión se centró en com-
partir nuestra fe, la testificación y el evangelismo. Uno
de mis amigos expresó este pensamiento: “La misión es princi-
palmente la obra de Dios. Está empleando todos los recursos del
cielo para salvar nuestro planeta. Nuestro trabajo es cooperar
gozosamente con él en su obra de salvar a las personas perdidas”.
Parecía como si una pesada carga fuera quitada de mis hombros.
No era mi trabajo salvar a un mundo perdido. Era de Dios. Mi
responsabilidad era cooperar con él en lo que ya estaba haciendo.
La idea de que la misión es la obra de Dios se menciona a lo
largo de las Escritura. Salomón lo dice de esta manera: “[Dios]
ha puesto eternidad en el corazón de ellos” (Ecl. 3:11). Cuando un
individuo nace en este mundo, Dios coloca un deseo de eternidad
en lo más profundo de la estructura del ser de esa persona. Como
dijo cierta vez Agustín de Hipona: “Señor, fuimos hechos para
ti, y nuestros corazones nunca encontrarán descanso hasta que
encuentren descanso en ti”. Según el Evangelio de Juan, Jesús es
la Luz que ilumina a cada persona nacida en este mundo (Juan
1:9). Dios no solo ha puesto dentro de cada uno de nosotros un
anhelo por él mismo, sino también envía a su Espíritu Santo para
atraernos a él.
Cada deseo de hacer lo correcto, cada convicción de pecado,
son motivados por el Espíritu Santo. Todo deseo de bondad e in-
clinación hacia la bondad y la generosidad son motivados primero
por el Espíritu Santo. Aunque es posible que no lo comprendamos
completamente o no nos demos cuenta, el Espíritu Santo está
trabajando en nuestra vida para atraernos a Jesús (Juan 16:7–15).
Pero Jesús mismo es el mayor regalo de todos.
2
Cuando la raza humana se perdió irremediable-
mente en el pecado, condenada a la muerte eterna, el
amor de Dios tomó la iniciativa. Jesús declara: “Porque
el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se
había perdido” (Luc. 19:10). El apóstol Pablo agrega: “Mas
Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo
aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Rom. 5:8).
Dios tomó la iniciativa en nuestra salvación. Cristo dejó
la gloria y el esplendor del cielo, y vino a este mundo
oscurecido por el pecado en una misión redentora.
Antes de que nosotros diéramos siquiera un pe-
queño paso hacia él, dio un salto gigante hacia noso-
tros. Antes de darle nuestra vida, él nos proporcionó la
salvación a través de su muerte. Éramos sus enemigos,
pero él fue nuestro Amigo. Le dimos la espalda, pero él
volvió su rostro hacia nosotros. Nos preocupamos poco
por él, pero él se preocupó inmensamente por nosotros.
En Lucas 15, se lo representa como el Buen Pastor
que busca incansablemente a su oveja perdida, una
mujer que busca frenéticamente la moneda de plata
perdida de su dote y un anciano padre que corre im-
prudentemente para encontrarse con su hijo perdido.
Elena de White hace esta maravillosa declaración, en
la que vale la pena meditar: “El gran plan de reden-
ción fue presentado antes de la fundación del mundo.
Cristo no estuvo solo en esta maravillosa empresa por
el rescate del hombre. En los concilios del cielo, antes de
que se creara el mundo, el Padre y el Hijo convinieron
en que, si el hombre se tornaba desleal a Dios, Cristo,
uno con el Padre, tomaría el lugar del transgresor y
sufriría la pena de justicia que debía caer sobre él” (The
Advent Review and Sabbath Herald, 15 de noviembre
de 1898).
Medita en esto por un momento. Tenemos el ex-
traordinario privilegio y la increíble responsabilidad,
así como el gozo eterno, de participar con Cristo y coo-
perar con él en su misión. De eso se tratan las lecciones
este trimestre.
DATOS BIBLIOGRÁFICOS
Biblia de Estudio Andrews. ACES/IADPA/PPPA, 2014
The Archaeological Study Bible. Grand Rapids, MI: Zondervan Publishing, 2005.
Matthew Henry, Matthew Henry’s Commentary on the Whole Bible. Peabody,
MA: Hendrickson Publishers Marketing, LLC, 1991.
Sábado 27 de junio
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Santiago 5:19, 20; Lucas 15:6;
Sofonías 3:17; Juan 7:37, 38; 1 Timoteo 2:3, 4; 2 Corintios 5:14, 15.
PARA MEMORIZAR:
“Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual
quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la
verdad” (1 Tim. 2:3, 4).
E
l gran anhelo de Dios es que todas las personas en todas partes respon-
dan a su amor, acepten su gracia, sean transformadas por su Espíritu y
sean salvas en su Reino. No tiene mayor deseo que nuestra salvación.
Su amor no tiene límites. Su misericordia no tiene medida. Su compasión
es eterna. Su perdón es inagotable. Su poder es infinito. A diferencia de los
dioses paganos, que exigían sacrificios, nuestro Dios ha hecho el sacrificio
supremo. No importa cuánto deseemos ser salvos, Dios anhela salvarnos
más. “Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el
cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de
la verdad” (1 Tim. 2:3, 4). El anhelo de su corazón es por tu salvación y la mía.
Testificar se trata de Jesús. Se trata de lo que ha hecho para salvarnos,
de cómo ha cambiado nuestra vida y de las maravillosas verdades de su Pa-
labra, que nos dicen quién es él y la belleza de su carácter. ¿Por qué testificar?
Cuando entendemos quién es él y hemos experimentado las maravillas de
su gracia y el poder de su amor, no podemos estar en silencio. ¿Por qué tes-
tificar? Mientras participamos con él, entramos en su gozo de ver personas
redimidas por su gracia y transformadas por su amor.
Reavivados por su Palabra: Hoy, Salmo 146. 5
Lección 1 | Domingo 28 de junio
Lee Lucas 19:10 y compáralo con Santiago 5:19 y 20. ¿Qué enseña el Evan-
gelio de Lucas sobre el propósito de Cristo al venir a la Tierra? ¿Cómo coo-
peramos con Cristo en su obra de salvar a los perdidos?
Según Santiago, “el que haga volver al pecador del error de su camino,
salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados” (Sant. 5:20). El
libro de Romanos amplía este pensamiento. En Romanos 1 y 2, tanto los
gentiles que han visto la revelación de Dios en la naturaleza como los judíos
que han recibido la revelación profética de Dios en las Escrituras están
perdidos sin Cristo. En Romanos 3 al 5, el apóstol revela que la salvación
viene por gracia solo a través de la fe. En Romanos 6 al 8, describe cómo la
gracia que justifica a cada creyente también es la gracia santificadora. En
Romanos 10, declara que “todo aquel que invocare el nombre del Señor, será
salvo” (Rom. 10:13), y luego señala que nadie puede invocar si no ha creído, y
nadie puede creer si no ha oído, y nadie puede oír a menos que alguien les
hable. Somos los eslabones de Dios en el plan de salvación para alcanzar a
las personas perdidas con la gloria del evangelio.
No testificamos para dar a las personas la única oportunidad de ser salvados; tes-
tificamos para darles la mejor oportunidad. ¿Cuál es nuestro papel en el plan de
Dios de redimir a la raza humana? Piensa también en esto: ¿cuántas personas han
escuchado el evangelio de tus propios labios?
Lee Juan 7:37 y 38 y Lucas 6:38. En contraste con la experiencia del Mar
Muerto, cuando los creyentes reciben las refrescantes corrientes de agua
viva de Cristo, ¿cuál es el resultado natural?
¿Cuáles han sido tus propias experiencias al testificar a otros, orar con otros y mi-
nistrar a las necesidades de los demás? ¿Cómo han impactado estas experiencias
en tu propia fe y en tu caminar con el Señor?
Lee 1 Timoteo 2:3 y 4, y 2 Pedro 3:9. ¿Qué nos dicen estos pasajes sobre
el corazón de Dios? ¿Cuál es su prioridad?
Lee Hechos 13:47 y compáralo con Isaías 49:6. ¿A quién se aplicó inicial-
mente este pasaje? ¿Cómo lo usa el apóstol Pablo?
Hay momentos en que una profecía del Antiguo Testamento tiene más
de una aplicación. Aquí, el apóstol Pablo toma una profecía que se refería
primero a Israel y proféticamente al Mesías (ver Isa. 41:8; 49:6; Luc. 2:32)
y la aplica a la iglesia del Nuevo Testamento. Para la iglesia, descuidar o
minimizar el mandato de Cristo es fallar en el propósito de su existencia y
perder su llamado profético al mundo.
¿Cuáles son los peligros para la iglesia, incluso en el nivel de iglesia local, si se enfo-
ca demasiado en sí misma al punto de que olvida su propósito original?
El apóstol Pablo fue motivado por el amor. Hay cosas que harás por
amor que no harías por ninguna otra razón. Cuando el apóstol declara “El
amor de Cristo nos constriñe”, estaba diciendo una verdad eterna. La pa-
labra constreñir significa “instar, impulsar, controlar o motivar mucho”. El
amor de Cristo controlaba las acciones de Pablo y motivaba su testimonio.
Con un propósito inquebrantable y un espíritu único, compartió el plan de
salvación en todo el mundo mediterráneo.
“El amor debe residir en el corazón. Un cristiano cabal funda sus motivos
de acción en el amor profundo que tiene por el Maestro. De las raíces de su
amor a Cristo brota un interés abnegado por sus hermanos” (HC 368).
Cuando realmente reconocemos el inmenso sacrificio que Cristo ha
hecho por nosotros, su amor nos asombra y nos impulsa a compartir con
los demás lo que ha hecho por nosotros.
El que creó todo el Universo (las galaxias, las estrellas, la hueste angelical, todo el
cosmos, otros mundos) fue el que murió en la Cruz por nosotros. ¿Cómo puede esta
asombrosa verdad no crear en nosotros un amor por Dios y un deseo de compartir
ese amor?
RESEÑA
Texto clave: Lucas 15:1-7.
En lo profundo del corazón de Dios está su deseo de que todas las personas
sean salvas en su Reino. No hay nada que desee más que cada uno de nosotros
experimente personalmente el gozo de la salvación y viva eternamente con él.
Dios ha dispuesto todos los poderes del cielo para redimirnos. Jesús vino a la
Tierra para revelar el amor sin medida del Padre a la humanidad, vivir la vida per-
fecta que nosotros deberíamos haber vivido, llevar la condenación de nuestros
pecados en la Cruz y morir la muerte que nosotros deberíamos haber muerto.
En Cristo, vemos cómo es realmente el Padre. Jesús disipa el mito de que
Dios no es amoroso. Hace milenios, Lucifer, un ser de deslumbrante brillo, ter-
giversó el carácter de Dios. Jesús vino a dejar las cosas en claro: Dios no es un
juez vengativo ni un tirano iracundo; es un Padre amoroso que quiere que todos
sus hijos estén en casa lo antes posible.
Testificar tiene todo que ver con Dios. Es participar en su misión. Es compartir
su amor con los demás. Es revelar en nuestras vidas y palabras su carácter de
amor. Cuando testificamos a los demás, entramos en la alegría más grande de la
vida y crecemos para ser más como Jesús. El servicio mata de hambre el egoísmo.
Cuanto más compartimos el amor de Dios, más aumenta nuestro amor por él.
COMENTARIO
¿Alguna vez te has hecho la pregunta de por qué deberías compartir tu fe?
¿No está haciendo Dios todo lo que puede para salvar a las personas sin tu
testimonio? El testificar ¿marca alguna diferencia en la salvación personal de
un individuo?
Es cierto que Dios se revela de diversas maneras, no se limita a nuestro
testimonio. David afirma: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento
anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a
otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz” (Sal.
19:1–3). El diseño, el orden y la simetría del Universo revelan a un Dios diseñador
de inteligencia infinita.
El ministerio del Espíritu Santo en cada uno de nuestros corazones crea
dentro de nosotros un deseo de conocer a Dios. Este anhelo por la eternidad
dentro de cada uno de nosotros es una evidencia poderosa de la existencia de
Dios. Luego, por supuesto, están esas providencias inusuales que cada uno de
nosotros experimenta, que nos hacen reflexionar sobre la realidad de la presen-
cia de Dios. Cada vez que experimentamos amor cuando no lo merecemos o un
12
Material auxiliar para el maestro // Lección 1
13
Lección 1 // Material auxiliar para el maestro
Dios con los demás, nos acercamos más a él. La Palabra que cambia la vida no
solo cambia a aquellos con quienes estudiamos la Biblia, nos cambia a nosotros
mismos a medida que estudiamos con ellos.
Ampliar la Palabra
El capítulo quince del Evangelio de Lucas comparte tres historias sobre el
corazón de Dios. Estas historias atemporales retratan a un Dios apasionado por
salvar a los perdidos. Él es el incansable Pastor que busca a su oveja perdida
hasta que la encuentra. Él es la mujer triste, que registra su casa de rodillas
para encontrar la preciosa moneda perdida de su dote de bodas. Él es el padre
ansioso, que constantemente busca en el horizonte a su hijo perdido que vuelve
a casa. En cada historia, cuando se encuentra lo perdido, hay alegría. Todo el
cielo se regocija cuando hombres y mujeres aceptan la salvación que Cristo ha
dado tan voluntariamente en la Cruz.
Hay cuatro puntos importantes que Jesús despliega en la historia de la oveja
perdida. Primero, el amor de Dios persigue a los perdidos; Lucas 15:4 declara
que el pastor va tras la oveja perdida. Nuestro Dios es un Dios perseguidor. No
dejará que sus hijos se vayan fácilmente. Los busca dondequiera que vayan. Los
busca con un amor implacable. Lo segundo que notamos sobre nuestro pasaje
es que el pastor persigue a la oveja perdida hasta que la encuentra. El amor
de Dios persevera. No se rinde con nosotros fácilmente. No podemos cansarlo.
Nunca abandonará su búsqueda. Si un pastor del Cercano Oriente en la época
de Cristo perdía una de sus ovejas, era necesario regresar al rebaño con la oveja
perdida o regresar con su cadáver, para demostrar que había hecho todo lo
posible para encontrarla.
Cada oveja era valiosa para el pastor. Conocía tan bien al rebaño que inme-
diatamente se daba cuenta de que faltaba una oveja. Para Cristo, no somos una
masa de humanidad sin nombre, sino individuos creados a su imagen, que él
ha redimido por su gracia.
El último punto de esta historia es que, cuando se encuentra la oveja perdida,
el pastor exclama de alegría: “Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja
que se había perdido” (Luc. 15:6). El Buen Pastor persigue a sus ovejas perdidas.
El Buen Pastor persevera hasta que encuentra a sus ovejas perdidas, y el Buen
Pastor se regocija cuando las encuentra. Dios no es un Dios sin emociones. Él es
un Dios que se llena de alegría cuando los perdidos son hallados.
En un mundo de desilusión y tristeza, trae alegría al corazón de Cristo cuando
participamos con él en ganar almas. Cuando nuestro corazón late con el corazón
de Dios y nuestra mente es una con su mente, unida en el único propósito del
testimonio, su corazón se llena de una alegría indescriptible.
Ilustración
¿Alguna vez has pasado horas buscando el regalo adecuado para alguien
14
Material auxiliar para el maestro // Lección 1
APLICACIÓN A LA VIDA
Piensa en alguien en tu esfera de influencia que podría estar abierto a saber
más acerca de Jesús. Puede ser un hijo o una hija, un esposo o una esposa, un
compañero de trabajo, un vecino o un amigo. Pide a Dios que cree una opor-
tunidad para que puedas guiar la conversación en una dirección espiritual. No
sientas que tienes que crear una oportunidad que no se presente; la misión es
de Dios. No necesariamente creamos oportunidades; Dios lo hace. Somos sen-
sibles a las oportunidades que Dios crea y cooperamos constantemente con él
para caminar por las puertas que él abre.
Cuando una persona está en una transición en la vida, está más abierta a
las realidades espirituales. Esta persona puede estar pasando por un momento
difícil. Posiblemente le hayan diagnosticado una enfermedad grave, haya tenido
una relación rota, enfrentado una crisis laboral o esté afrontando una decisión
importante. Cada una de estas encrucijadas ofrece la oportunidad de dar un
testimonio personal de la fidelidad de Dios, compartir una promesa de la Pala-
bra de Dios u ofrecer una breve oración por ese amigo. Recuerda que ganamos
a nuestros amigos para Cristo, no a nuestros enemigos. Primero hacemos un
amigo, luego hacemos un amigo cristiano y luego hacemos un amigo cristiano
adventista del séptimo día. Nuestro objetivo es hacer amigos para Dios, y dejar
que él guíe a nuestros amigos en un viaje de descubrimiento hacia las verdades
más profundas de su Palabra.
15
Lección 2: Para el 11 de julio de 2020
EL PODER DEL
TESTIMONIO PERSONAL
Sábado 4 de julio
PARA MEMORIZAR:
“Porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído” (Hech. 4:20).
H
ay un poder inusual en el testimonio personal. Cuando nuestros
corazones se calientan por el amor de Cristo y somos cambiados por
su gracia, tenemos algo importante que decir sobre él. Una cosa es
compartir lo que Jesús ha hecho por otra persona. Otra muy distinta es
compartir personalmente lo que ha hecho por nosotros.
Es difícil argumentar en contra de la experiencia personal. La gente
puede debatir su teología o su interpretación de un texto, o incluso burlarse
de la religión en general. Pero cuando un individuo puede decir: “Una vez
estuve sin esperanza, pero ahora tengo esperanza; estaba lleno de culpa,
pero ahora tengo paz; no tenía un propósito, pero ahora tengo un propósito”,
incluso los escépticos se ven afectados por el poder del evangelio.
Aunque algunas personas pueden experimentar conversiones repen-
tinas y dramáticas, como la del apóstol Pablo en camino a Damasco, la con-
versión ocurre con mayor frecuencia a medida que una persona reconoce
cada vez más la preciosidad de Jesús, un profundo aprecio por su asombrosa
gracia y un supremo sentido de gratitud por la salvación que ofrece libre-
mente. Es este testigo el que el mundo necesita y anhela desesperadamente.
16 Reavivados por su Palabra: Hoy, Proverbios 3.
Domingo 5 de julio | Lección 2
Lee Marcos 16:1 al 11. ¿Cuál fue la respuesta de María cuando descubrió
que Cristo había resucitado de entre los muertos?
¿Cuándo fue la última vez que fuiste rechazado al dar testimonio? ¿Cómo respon-
diste y qué has aprendido de esa experiencia?
Lee Hechos 4:1 al 20. ¿Qué sucedió aquí? ¿Qué sucedió cuando las au-
toridades intentaron silenciar a Pedro y a Juan? ¿Cuál fue su respuesta?
¿Qué relación hay entre conocer a Cristo y compartirlo? ¿Por qué conocer a Cristo
personalmente es tan esencial para que podamos ser testigos de él?
¿Estas usando los recursos que Dios te dio para promover el Reino de Dios en la Tierra? 19
Lección 2 | Miércoles 8 de julio
Lee 1 Juan 1:1 al 3 y compáralo con Gálatas 2:20. ¿Qué similitudes ves?
¿En qué se parece la experiencia de Juan a la de Pablo?
Lee Hechos 26:1 al 32. ¿Cómo testificó Pablo a Agripa? ¿Qué podemos
aprender de sus palabras?
Desconfía cada día de tu poder y tu capacidad; eso te hará confiar cada vez más en Cristo. 21
Lección 2 | Viernes 10 de julio
RESEÑA
Hay un poder inusual en el testimonio personal. Cuando un individuo acepta
a Cristo y su vida cambia drásticamente, la gente se da cuenta. No todas las
conversiones son repentinas e instantáneas. Nos emociona escuchar las histo-
rias de drogadictos que aceptan a Cristo, alcohólicos transformados por gracia,
líderes empresariales materialistas y egocéntricos cambiados por el amor de
Dios o adolescentes rebeldes convertidos; pero ciertamente no son los únicos
ejemplos de conversión.
A veces, y tal vez aún más comúnmente, el Espíritu Santo trabaja suave y
gradualmente en los corazones humanos. Hay quienes han sido criados en hoga-
res cristianos santos que tienen una historia preciosa que compartir. Puede ser
que nunca se hayan rebelado realmente contra Cristo, pero tampoco se hayan
comprometido completamente con él. Sienten el movimiento de su Espíritu
Santo en su vida y se comprometen totalmente con Dios. Su testimonio es tan
poderoso como las historias de conversión más dramáticas y sensacionales.
Ninguno de nosotros es cristianos de nacimiento. Como Jeremías dice con fran-
queza: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo
conocerá?” (Jer. 17:9). El apóstol Pablo agrega, en Romanos 3:23: “Por cuanto
todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”.
Debido a que cada uno de nosotros pecó y estamos “destituidos de la gloria
de Dios” (Rom. 3:23), todos necesitamos la gracia de Dios. La conversión no es
para unos pocos seleccionados. Es para todos nosotros, y porque lo es, todos
tenemos una historia que contar. Tu historia no es mi historia, y mi historia no es
tu historia, pero cada uno de nosotros, redimido por la gracia de Dios y conquis-
tado por su amor, tiene un testimonio personal para compartir con el mundo.
COMENTARIO
Aquí tienes la pregunta de trivia bíblica para hoy. ¿A quién envió Jesús como
su primer misionero? ¿Fue a Pedro, o posiblemente a Santiago y a Juan? ¿Quizás
a Tomás, Felipe o uno de los otros discípulos? La respuesta puede sorprenderte.
No era ninguno de los nombres mencionados anteriormente.
El primer misionero que Cristo comisionó fue un hombre anteriormente poseí-
do por demonios, ahora transformado por su gracia. Este testigo, poco factible,
tuvo un poderoso impacto en Decápolis, diez ciudades ubicadas mayormente
al este del Mar de Galilea. El endemoniado había estado desesperadamente
poseído por demonios durante años. Aterrorizaba la región y asustaba los co-
razones de los aldeanos que vivían en la zona. Sin embargo, en el fondo de su
23
Lección 2 // Material auxiliar para el maestro
corazón había un deseo de algo mejor; un deseo que todos los demonios del
infierno no podían apagar.
A pesar de las fuerzas demoníacas que mantenían a este pobre hombre en
cautiverio, Marcos 5 registra que cuando el endemoniado vio a Jesús, “corrió y
lo adoró” (Mar. 5:6). La Escritura dice que este hombre estaba atormentado y
poseído por una “legión” de demonios. Una legión es “la unidad individual más
grande del ejército romano [...] en plenitud de fuerzas [consistía] en unos 6.000
soldados”, según la Archeological Study Bible [Biblia de Estudio Arqueológico],
página 1.633. En el Nuevo Testamento, el término “legión” representa un número
vasto o enorme. Jesús nunca perdió una batalla con las fuerzas demoníacas,
sin importar cuántas hubiera o cuán grande fuera su número. Cristo es nuestro
Señor todopoderoso y victorioso; los demonios no son competencia para su
gran poder.
El ministerio de Jesús es siempre un ministerio completo. Una vez que el ende-
moniado fue sanado, lo encontraron “sentado, vestido y en su juicio cabal” (Mar.
5:15). ¿De dónde sacó la ropa? Es probable que los discípulos compartieran sus
prendas exteriores con él. Ahora estaba sentado atentamente a los pies de Jesús,
escuchando sus palabras, absorbiendo ansiosamente las verdades espirituales.
Estaba física, mental, emocional y espiritualmente completo. Su único deseo
era seguir a Jesús ahora. Ansiaba convertirse en uno de los discípulos de Jesús.
El Evangelio de Marcos registra que el hombre anteriormente poseído por
el demonio “rogaba” a Jesús que le permitiera entrar en el bote y viajar con él
(Mar. 5:18). La palabra “rogar” es una palabra fuerte. Indica un deseo apasiona-
do. Se puede traducir como “suplicar”, “implorar” o “rogar”. Significa hacer un
llamamiento con emoción. Significa preguntar con intensidad.
La respuesta de Jesús es tan sorprendente como la conversión del ende-
moniado. Jesús sabía que este endemoniado, convertido y transformado, podía
hacer más en esa región de lo que él y los discípulos podían hacer. El prejuicio
contra Cristo era alto en esta región gentil, pero escucharían a uno de los suyos,
especialmente uno con una reputación como la del endemoniado. Con el tiempo,
estarían preparados para la visita de Cristo en una fecha posterior.
Por lo tanto, Jesús dijo: “Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán gran-
des cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti” (Mar.
5:19). La respuesta del hombre fue inmediata: “Y se fue, y comenzó a publicar
en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravi-
llaban” (5:20). La palabra “publicar”, en griego, es kerusso y puede traducirse
“anunciar”, o “proclamar”. En el breve tiempo que el endemoniado pasó con
Jesús, su vida cambió tan radicalmente que tenía una historia que contar. Solo
podemos imaginar el impacto que su testimonio tuvo en los miles de personas
en las diez ciudades de la región de Gadara. Cuando Jesús regresó unos nueve
o diez meses después, la mente de esta población mayormente gentil estaba
abierta para recibirlo. (Ver DTG 307, 308.)
24
Material auxiliar para el maestro // Lección 2
En esta historia, hay una verdad eterna que no debe pasarse por alto. Tam-
poco esta verdad debe verse ensombrecida por la conversión milagrosa, sen-
sacional y dramática del endemoniado, por importante que sea. Cristo desea
usar a todos los que vienen a él. El endemoniado no tuvo la ventaja de pasar
tiempo diariamente con Jesús como lo hicieron los discípulos; no tuvo la opor-
tunidad de escuchar sus sermones o presenciar sus milagros. Pero sí tuvo el
único ingrediente indispensable para testificar: una vida cambiada. Tenía un
conocimiento personal del Cristo viviente. Tenía un corazón lleno de amor por
su Maestro. Esta es la esencia del testimonio en el Nuevo Testamento. Como
Elena de White dice tan acertadamente: “Nuestra confesión de su fidelidad es
el agente escogido por el Cielo para revelar a Cristo al mundo. Debemos reco-
nocer su gracia como fue dada a conocer por los santos de antaño; pero lo que
será más eficaz es el testimonio de nuestra propia experiencia. Somos testigos
de Dios mientras revelamos en nosotros mismos la obra de un poder divino”
(DTG 313). Los creyentes del Nuevo Testamento testificaron por Cristo a través
de la singularidad de sus propias personalidades. Cada uno tuvo encuentros
diferentes con Cristo, pero cada uno de estos encuentros los llevó a compartir
con entusiasmo al Cristo que amaban.
En el estudio del lunes, “Proclamando al Cristo resucitado”, las dos Marías
experimentan una transformación en la tumba. La última vez que vieron a Jesús,
su cuerpo ensangrentado fue bajado de la cruz. Piensa en su desesperación en
ese momento. Los últimos días fueron difíciles de creer. Ahora, con corazones
temerosos y ansiosos por el futuro, se acercan a la tumba, preguntándose cómo
sortearán a los guardias romanos y quién rodará la piedra para que puedan
entrar en la tumba y ungir el cuerpo de Cristo.
Para su sorpresa, la tumba está vacía: Cristo está vivo. Un ser angelical anun-
cia: “Ha resucitado [...] id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado” (Mat.
28:6, 7). El registro dice: “Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran
gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos” (Mat. 28:8). Mientras
corren para contar la historia, nuestro Señor resucitado se encuentra con ellas
y exclama: “No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a
Galilea, y allí me verán” (Mat. 28:10). Las buenas noticias son para compartir.
Los corazones llenos de su gracia y encantados por su amor no pueden callar.
La nota tónica del Nuevo Testamento es la testificación. Los Hechos de los
apóstoles son actos de testificación. Los discípulos testificaron de un Cristo que
conocieron, uno a quien ellos experimentaron personalmente. ¿Es posible ser
un testigo falso? Supongamos que fuiste llamado a un tribunal de justicia como
testigo de algún accidente o delito. Supongamos también que no estuviste
presente en la escena e inventaras una historia para ayudar a un amigo. Podrías
ser encarcelado por mentir a la corte (perjurio). El juez y el jurado solo solicitan
testigos con una experiencia personal de los acontecimientos. Quieren testigos
genuinos, no impostores.
25
Lección 2 // Material auxiliar para el maestro
APLICACIÓN A LA VIDA
Supongamos que solo tuvieras unos minutos con un amigo que desea conocer
a Cristo. ¿Cómo le darías un testimonio de tres minutos a un amigo que lucha
por creer? ¿Qué consejos revela el testimonio de Pablo en Hechos 26? ¿Cómo
te ayuda el bosquejo de su testimonio a dar el tuyo? ¿Qué papel jugaron las
Escrituras del Antiguo Testamento en el testimonio de Pablo?
Escribe una oración debajo de cada uno de los siguientes títulos:
a. ¿Cómo era tu vida antes de conocer a Cristo?
b. ¿En qué momento de tu vida conociste a Cristo?
c. ¿Qué diferencia ha producido Cristo en tu vida?
26
Lección 3: Para el 18 de julio de 2020
Sábado 11 de julio
PARA MEMORIZAR:
“Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres” (Mat. 4:19).
J
esús es el Maestro ganador de almas. Al observar cómo obraba Jesús con
la gente, aprendemos cómo guiar a otros al conocimiento de la salvación
a través de Jesucristo. Al viajar con él por las calles atestadas de gente
de Jerusalén, los caminos polvorientos de Judea y las laderas cubiertas de
hierba de Galilea, descubrimos cómo reveló los principios del Reino a las
almas sedientas.
Jesús veía a cada uno a través de los ojos de la compasión divina. Veía a
Pedro no como un pescador rudo y ruidoso, sino como un poderoso predi-
cador del evangelio. Veía a Santiago y a Juan no como radicales ardientes
y de mal genio, sino como proclamadores entusiastas de su gracia. Veía el
profundo anhelo de amor genuino y aceptación en los corazones de María
Magdalena, la mujer samaritana y la mujer con el problema de flujo de sangre.
Veía a Tomás no como un escéptico cínico, sino como alguien con preguntas
sinceras. Ya sea que fueran hombres o mujeres, un ladrón en la cruz, o un loco
poseído por demonios, Jesús los miraba a través de los ojos de la salvación.
Reavivados por su Palabra: Hoy, Proverbios 10. 27
Lección 3 | Domingo 12 de julio
EL SEGUNDO TOQUE
Solo hay un milagro en toda la Biblia que Jesús hizo en dos etapas. Es la
curación del ciego en Betsaida. Esta historia ofrece lecciones eternas para
la iglesia de Cristo hoy. Ilustra el plan de Dios de usar a cada creyente para
traer a alguien más a Jesús. La Escritura declara: “Vino luego a Betsaida; y
le trajeron un ciego, y le rogaron que le tocase” (Mar. 8:22). Las dos palabras
clave aquí son “trajeron” y “rogaron”. El ciego no vino solo. Sus amigos vieron
su necesidad y lo trajeron. Puede que no haya tenido mucha fe, pero ellos
sí. Creían que Jesús sanaría la ceguera de este hombre.
Hay aproximadamente 25 milagros curativos distintos en el Nuevo
Testamento realizados por Jesús. En más de la mitad, un pariente o un
amigo lleva al individuo a Jesús para que lo sane. Muchas personas nunca
vendrán a Jesús a menos que alguien que tenga fe los traiga. Nuestro papel
es convertirnos en “presentadores” y acercar personas a Jesús.
La segunda palabra que es digna de nuestra consideración en Marcos
8:22 es la palabra “rogaron”. Puede significar “suplicar, implorar o exhortar”.
Implica un pedido más suave, amable y gentil que una demanda ruidosa
y bulliciosa. Los amigos de este hombre amablemente suplicaron a Jesús,
creyendo que tenía tanto el deseo como el poder de ayudar a este hombre.
Puede ser que el hombre no haya tenido fe en que Jesús podría sanarlo;
pero sus amigos, sí. Algunas veces debemos llevar a otros a Jesús sobre las
alas de nuestra fe.
Lee Marcos 8:22 al 26. ¿Por qué crees que sanó al ciego en dos etapas?
¿Qué lecciones tiene esta historia para nosotros hoy como testigos de Jesús?
¿Es posible que nosotros tampoco veamos a la gente con claridad? ¿Los
vemos a veces más como “árboles que andan”, en forma vaga y sombría, que
como candidatos para el Reino de Dios? ¿Qué crees que nos lleva a veces a
no ver claramente a las personas?
Además de la lección obvia sobre cómo Dios nos usa para llegar a las personas,
¿qué más podemos aprender de esta historia? ¿Qué podría enseñarnos, por ejem-
plo, acerca de cómo los aspectos médico y espiritual pueden tener parte en la
curación y en el ministerio a los perdidos?
Lee Juan 4:3 al 34. ¿Cómo se acercó Jesús a la mujer samaritana? ¿Cuál
fue la respuesta de la mujer a la conversación de Cristo con ella? ¿Cuál fue
la respuesta de los discípulos a esta experiencia, y cómo amplió Jesús su
visión?
Lee Juan 1:40 y 41; 6:5 al 11; y 12:20 al 26. ¿Qué te dicen estos pasajes acerca
de la visión espiritual de Andrés y su enfoque para testificar?
¿Por qué a veces puede ser tan difícil guiar a nuestros familiares y parientes a
Cristo? ¿Has tenido éxito al compartir a Jesús con alguno de tus familiares o ami-
gos cercanos? Comparte cualquier principio que pueda resultar útil a tu clase de
Escuela Sabática.
30 Vuelve tus pensamientos a Dios en oración varias veces a lo largo del día.
Miércoles 15 de julio | Lección 3
Lee Mateo 4:18 y 19, Marcos 12:28 al 34 y Lucas 23:39 al 43. ¿Qué resulta
similar en los llamamientos de Cristo a Pedro y a Juan, a un escriba interro-
gador sin nombre y el ladrón en la cruz? Estudia el abordaje de Cristo para
cada uno de estos cuidadosamente. ¿Qué es lo que se destaca?
Lee Hechos 8:26 al 38. ¿Qué enseñan estos versículos sobre la disposición
de Felipe a ser guiado por Dios y su capacidad de respuesta a las oportuni-
dades divinas?
“Un ángel guio a Felipe a uno que anhelaba luz y estaba dispuesto a re-
cibir el evangelio. Hoy también los ángeles guiarán los pasos de los obreros
que consientan en que el Espíritu Santo santifique sus lenguas y refine y
ennoblezca sus corazones. El ángel enviado a Felipe podría haber efectuado
por sí mismo la obra en favor del etíope; pero no es tal el modo que Dios
tiene de obrar. Su plan es que los hombres trabajen en beneficio de sus
prójimos” (HAp 91).
Si tenemos oídos para escuchar y ojos para ver, también nosotros se-
remos guiados por ángeles invisibles para alcanzar a los buscadores de la
verdad con las verdades del Reino.
Observa cuán centrales fueron las Escrituras en esta historia. Además, observa
cómo en este punto era tan importante para alguien que conocía las Escrituras
exponerlas. ¿Qué lecciones hay aquí para nosotros?
RESEÑA
El tema de la lección de esta semana, “Ver a las personas a través de los ojos
de Jesús”, se centra especialmente en la importancia de que una persona guíe
a otra a Jesús. Jesús veía a las personas no como eran sino como podían llegar
a ser. Él veía su potencial para el Reino de Dios. Percibía los anhelos, dentro de
cada individuo, de conocer a Dios.
Cuando vemos a las almas a través de los ojos de Jesús, vemos a cada per-
sona que conocemos como ganable para Cristo porque fue creada a su imagen.
A pesar de las circunstancias de su vida, tiene un deseo interno de conocerlo.
Esto era cierto para la mujer samaritana, el eunuco etíope, el ladrón en la cruz,
el centurión romano, y muchos otros buscadores de Dios del Nuevo Testamento.
Hay un vacío del alma sin Cristo.
Reconocer esta verdad eterna nos permite ver a las personas con nuevos
ojos, se den cuenta o no de que tienen un vacío con forma de Dios en su vida.
Aunque tienen necesidades percibidas que son obvias, también tienen un deseo
eterno de conocer a Dios. Hay un hambre oculta del alma. Hombres y mujeres
del siglo XXI están hambrientos de un conocimiento de Dios.
Es el plan de Dios que cada uno de nosotros vea y aproveche las oportuni-
dades que nos rodean para guiar a nuestros amigos a Jesús. Muchas personas
nunca vendrán a menos que las traigamos. Uno de los grandes mitos es que las
personas no tienen interés en las cosas espirituales. Si creemos que no están
interesadas, no veremos el interés que puedan tener. Jesús veía a las personas
como ganables, y ellas respondían a esa fe de Jesús en ellas.
COMENTARIO
Jesús sana al ciego de Betsaida
La curación del ciego en Betsaida, realizada por Cristo en dos etapas, tiene un
significado especial para nuestra testificación hoy. Es importante tener en cuenta
la ubicación geográfica de esta curación. Se cree que Betsaida se encontraba
en la costa norte del mar de Galilea; los eruditos debaten su ubicación exacta.
La ciudad se menciona con frecuencia en los evangelios junto con Jerusalén y
Capernaum. Fue aquí donde Jesús llamó a Felipe, a Pedro y a Andrés para que
se convirtieran en sus discípulos.
Además de la compasión de Jesús por este hombre ciego, es evidente que
estaba enseñando una lección espiritual más profunda a sus discípulos. Quería
que reconocieran que había personas necesitadas a su alrededor que estarían
34
Material auxiliar para el maestro // Lección 3
35
Lección 3 // Material auxiliar para el maestro
los ojos de la compasión divina. Observó astutamente que ella llegó al pozo al
mediodía, la parte más calurosa del día. Este era un momento extraño para ir a
sacar agua; las mujeres del pueblo iban temprano en la mañana. Allí se reunían,
socializaban y sacaban el suministro de agua para el día. Evidentemente, esta
mujer quería evitar el chismorreo que se produciría debido a su estilo de vida
si llegaba al mismo tiempo que el resto de las mujeres.
Ella pudo haberse sentido avergonzada. Su estilo de vida desordenado la
dejaba marginada. Ella era conocida y deseaba evitar el mayor contacto posible.
Su único deseo era reunir rápidamente su suministro diario de agua y regresar
a casa. Se sorprendió al encontrar a este extraño judío galileo en el pozo. Se
sorprendió aún más cuando él le habló. Los judíos no tenían trato con los sama-
ritanos. Cuando Jesús le pidió un favor, ella no pudo negarse. En las tierras áridas
y desérticas del Cercano Oriente y de Medio Oriente, todavía hoy se cree que el
agua es un regalo de Dios. Rehusarle un vaso de agua a un viajero cansado es
una ofensa contra el Todopoderoso.
Suavemente, casi imperceptiblemente, Jesús derribó las barreras entre ellos,
ganó su confianza y luego apeló directamente a sus anhelos internos por la liber-
tad de la culpa y la vida eterna. Primero ella reconoció que era un hombre justo,
luego reconoció que era más que un maestro religioso: debía ser un profeta de
Dios. Cuando el Espíritu Santo despertó los impulsos divinos dentro de su alma,
sintió que Jesús podría ser el Mesías (Juan 4:11, 15, 19, 26).
Emocionada, olvida la razón por la que fue al pozo, deja su cántaro de agua
y corre para contar la historia de su encuentro con Cristo. Su testimonio produ-
ce un avivamiento espiritual en toda la región (4:39-41). Cuando los discípulos
regresan de su viaje para comprar comida, Jesús comparte con ellos esta visión
divina: los samaritanos están abiertos y receptivos al evangelio. Para los discí-
pulos, esta realidad es casi increíble. La lección que Cristo les enseña es para
todas las generaciones. Dios está trabajando en lugares inesperados. Mantén
los ojos abiertos, y verás la obra providencial del Espíritu Santo en la vida de
aquellos que no esperabas que recibirían el evangelio (4:35-38).
36
Material auxiliar para el maestro // Lección 3
APLICACIÓN A LA VIDA
Jesús instó a los discípulos a comenzar a compartir el evangelio donde es-
taban. No hay otro lugar mejor para comenzar que el lugar donde estás. Los
discípulos fueron los primeros en compartir el evangelio en Jerusalén, Judea y
Samaria, y luego en las partes más remotas de la Tierra. Hay personas a nuestro
alrededor que buscan la paz y el propósito que solo Cristo puede dar. Jesús nos
invita a comenzar a compartir su amor en nuestra familia, nuestro vecindario,
nuestro lugar de trabajo y nuestra comunidad.
Andrés comenzó con su propia familia y compartió el evangelio con su her-
mano Pedro. En otra ocasión, desarrolló una relación con un niño pequeño que,
debido a la confianza que le generó Andrés, le dio todo su almuerzo a Jesús. Lo
poco en las manos de Jesús es mucho, y lo pequeño en las manos de Jesús es
grande. Jesús siempre comienza con lo que tiene. Alimentó a cinco mil en las
laderas de Galilea con solo cinco panes y dos peces. Andrés no era tan extro-
vertido como Pedro. No tenía las mismas cualidades de liderazgo, pero fue un
presentador. Cada vez que leemos sobre Andrés, lo encontramos presentando
a alguien a Jesús.
Los evangelios están llenos de historias de Jesús compartiendo el amor de
Dios con una persona a la vez. Un escriba judío, un recaudador de impuestos
romano, una mujer cananea, un líder religioso judío y un joven ladrón experi-
mentaron su toque amoroso. Fueron transformados por su gracia.
Piensa sobre con quién, en tu esfera de influencia, puedes compartir el amor
de Dios. ¿Quién de tu familia o de tus amigos podría ser más receptivo? Comienza
por ahí. Pide a Dios que te revele quién podría estar buscándolo ahora. Te sor-
prenderá cómo Dios abre las puertas para que compartas su amor con personas
que están a tu alrededor que nunca pensaste que serían abiertas o receptivas.
37
Lección 4: Para el 25 de julio de 2020
EL PODER DE LA ORACIÓN:
INTERCEDER POR OTROS
Sábado 18 de julio
PARA MEMORIZAR:
“Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que
seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho” (Sant. 5:16).
L
os miembros de la iglesia del Nuevo Testamento sentían su necesidad
de orar. “Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados
tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo
la palabra de Dios” (Hech. 4:31).
Nota: los discípulos oraron. Fueron llenos del Espíritu Santo, y luego
hablaron la Palabra de Dios con denuedo y confianza.
Hubo una relación directa entre sus oraciones, el derramamiento del
Espíritu Santo y la proclamación poderosa de la Palabra de Dios. “Los discí-
pulos [...] no pedían una bendición simplemente para sí. Estaban abrumados
por la preocupación de salvar almas. Comprendían que el evangelio había
de proclamarse al mundo, y demandaban el poder que Cristo había prome-
tido” (HAp 30, 31).
Cuando buscamos a Dios e intercedemos por los demás, Dios obra en
nuestros propios corazones para acercarnos a él y nos da la sabiduría di-
vina con el fin de alcanzarlos para su Reino (Sant. 1:5). Él también trabaja
poderosamente en su vida para atraerlos a él (1 Juan 5:14-17).
38 Reavivados por su Palabra: Hoy, Proverbios 17.
Domingo 19 de julio | Lección 4
UN CONFLICTO CÓSMICO
Compara Apocalipsis 12:7 al 9, Efesios 6:12 y 2 Corintios 10:4. ¿Cómo
influyen estos pasajes en nuestra comprensión de la oración intercesora?
¿Por qué crees que Dios obra más poderosamente cuando oramos que cuando
descuidamos la oración? Incluso si no entendemos completamente cómo funciona
todo, ¿por qué la exhortación bíblica de orar por otros debería impulsarnos a hacer
exactamente eso?
Lee Lucas 22:31 al 34 y Hebreos 7:25. ¿Qué seguridad le dio Jesús a Pedro
a fin de prepararlo para las tentaciones que enfrentaría en el futuro cer-
cano? ¿Qué seguridad nos da a cada uno de nosotros cuando enfrentamos
tentaciones?
¿Por quién estás orando en este momento? ¿Por qué es tan importante nunca ren-
dirse, sin importar cuán difícil parezca la situación?
Lee Efesios 1:15 al 21. En las líneas a continuación, enumera los diferentes
pedidos que Pablo hizo a Dios por los efesios. ¿Qué le pidió específicamente
a Dios que les diera?
La oración de Pablo por los creyentes de Éfeso es notable. Oró para que
Dios les diera sabiduría y discernimiento espiritual, para que iluminara
sus mentes con la verdad divina y les diera la esperanza de la vida eterna.
También oró para que experimentaran la poderosa obra del poder de Dios
en su vida. Este Dios es tan poderoso, tan poderoso, que resucitó a Jesús
de entre los muertos, un evento que forma el fundamento de su esperanza
de vida eterna en él. Su oración concluye recordándoles las “riquezas de la
gloria de su herencia”. Los cristianos de Éfeso debieron haber estado llenos
de aliento, sabiendo que Pablo estaba orando por ellos y sabiendo por qué
estaba orando.
Lee Daniel 10:10 al 14. ¿Cuándo fueron escuchadas las oraciones de Daniel
y qué las estorbó temporalmente?
¿Cómo ves la realidad del Gran Conflicto que se desarrolla en tu propia vida? ¿Qué
debería decirte la realidad de esta batalla sobre el tipo de elecciones que necesitas
hacer?
FOCO EN LA ORACIÓN
A lo largo de la Biblia, hay un énfasis en ser específicos en la oración.
La oración no es un anhelo vago del alma; presenta a Dios peticiones espe-
cíficas. Jesús oró específicamente por sus discípulos. El apóstol Pablo oró
muy específicamente por los cristianos de Éfeso, Filipos y Colosas. Oró por
sus jóvenes colegas Timoteo, Tito y Juan Marcos.
Lee 1 Samuel 12:22 al 24 y Job 16:21. ¿Qué tienen en común estos dos pa-
sajes? ¿Qué nos dicen sobre la oración intercesora?
Lee 1 Juan 5:14 al 16. ¿Qué sucede cuando intercedemos por los demás?
Lee Mateo 18:18 y 19. ¿Qué relación tiene este pasaje con la oración intercesora,
y por qué este pasaje resulta un estímulo para orar con otros por la salvación de
aquellos que no conocen al Señor?
RESEÑA
En la gran controversia entre el bien y el mal, la oración intercesora es un
arma poderosa (Apoc. 12:7-9; 2 Cor. 10:4, 5). La oración no es un lugar piadoso
para hacernos sentir cálidos por dentro. Como dice Elena de White: “Orar es
el acto de abrir nuestro corazón a Dios como a un amigo” (CC 79). Es compar-
tir con Dios nuestras alegrías y tristezas, nuestras luchas y victorias, nuestros
sueños y decepciones. Es en oración que nos conectamos con Dios en el nivel
más profundo. Es a través de la intercesión que nos involucramos en una guerra
espiritual y suplicamos al Todopoderoso por la salvación de las personas que
nos importan.
Dios está haciendo todo lo posible para llegar a las personas sin nuestras
oraciones, pero él es respetuoso y nunca violará su libertad de elección. Nuestras
oraciones son determinantes porque hay reglas básicas en el conflicto entre el
bien y el mal. Una de las leyes eternas del Universo es que Dios ha dado a cada
ser humano la libertad de elección. Todos los demonios del infierno no pueden
obligarnos a pecar, y todos los ángeles celestiales nunca nos obligarían a hacer
lo correcto. Dios se limita voluntariamente por nuestras elecciones; no usa la
fuerza para motivarnos a servirlo.
Cuando oramos por otra persona, eso abre nuestros corazones a las influen-
cias divinas. Dios nos da sabiduría y habilidad para alcanzar a esa persona. Ade-
más, nuestras oraciones abren puertas de oportunidad para que Dios trabaje más
poderosamente en la vida de los demás. Él respeta nuestra libertad de elección
y derrama su Espíritu a través de nosotros a fin de influir en ellos para su Reino.
Libera los poderes del cielo en su favor. Nuestras oraciones se convierten en
el canal que Dios usa para influir poderosamente en otros para la vida eterna.
COMENTARIO
Uno de los pasajes más poderosos de la Biblia sobre la oración intercesora
se encuentra en 1 Juan 5:14 al 16. El pasaje comienza con la seguridad de que
Dios escucha nuestras oraciones. “Y esta es la confianza que tenemos en él, que
si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye” (5:14). La palabra
“confianza” significa una fuerte seguridad; transmite una sensación de certeza. La
confianza es lo opuesto a la duda y la incertidumbre. Ten en cuenta que nuestra
confianza no está en nuestras oraciones, sino en Dios, quien contesta nuestras
oraciones. La promesa de Dios de responder nuestras oraciones no está exenta
de condiciones. Cuando nuestra voluntad es moldeada por la voluntad de Dios
y se convierte en una con su voluntad, podemos tener la absoluta seguridad de
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Lección 4 // Material auxiliar para el maestro
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Material auxiliar para el maestro // Lección 4
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Lección 4 // Material auxiliar para el maestro
APLICACIÓN A LA VIDA
¿Te gustaría tener una vida de oración más vibrante? ¿Te gustaría conver-
tirte en un poderoso intercesor de Dios? Aquí hay algunos pasos prácticos que
puedes seguir.
1. Reserva un tiempo y un lugar específicos para buscar a Dios por la salva-
ción de los demás.
2. Pide a Dios que te impresione con el nombre de aquellos por quienes
debes orar. Pasa tiempo pensando en aquellos que están dentro de tu esfera
de influencia que necesitan de tus oraciones. El Espíritu Santo te impresionará
acerca de con quién está pasando por una lucha espiritual y que más necesita
tus oraciones ese día.
3. Haz una lista de aquellos por quienes te sientes impresionado a orar a Dios.
Sigue el método de Jesús y ora por ellos en voz alta por su nombre.
4. Mientras buscas a Dios en oración, invita a otros a unirse a ti en tus mo-
mentos de intercesión. Jesús invitó a Pedro, Santiago y Juan a su círculo íntimo
para tener momentos de oración sincera. Orar junto con otros es un método
poderoso para mantenerse concentrado en la oración. Según Mateo 18:18 y 19,
cuando dos o tres personas oran juntas, Dios escucha y derrama su bendición
especial. En el séptimo volumen de Testimonios para la iglesia, Elena de White
plantea esta pregunta que hace pensar: “¿Por qué no sienten los creyentes una
preocupación más profunda y ferviente por los que no están en Cristo? ¿Por
qué no se reúnen dos o tres para interceder con Dios por la salvación de alguna
persona en especial, y luego por otra aún?” (TI 7:23).
48
Lección 5: Para el 1º de agosto de 2020
Sábado 25 de julio
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Juan 15:26, 27; Hechos 2:41, 42;
8:4; Hebreos 4:12; Hechos 17:33, 34; 18:8.
PARA MEMORIZAR:
“Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y
todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra
de Dios” (Hech. 4:31).
C
uando Jesús ordenó a los primeros creyentes: “Id por todo el mundo y
predicad el evangelio a toda criatura” (Mar. 16:15), debió haber parecido
una misión imposible. ¿Cómo podrían lograr un desafío tan grande? Sus
números eran muy pequeños. Sus recursos eran limitados. Eran un grupito
de creyentes comunes, sin educación. Pero tenían un Dios extraordinario
que los llenaría de poder para su misión extraordinaria.
Jesús declaró: “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros
el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Sa-
maria, y hasta lo último de la tierra” (Hech. 1:8). El derramamiento del Espí-
ritu Santo les permitiría compartir el mensaje de la Cruz con un poder capaz
de cambiar la vida y cambiar al mundo. Hechos declara que estos primeros
creyentes “trastornaron el mundo entero” (17:6). El apóstol Pablo agrega que
el evangelio “se predica en toda la creación que está debajo del cielo” (Col.
1:23). En la lección de esta semana, nos enfocaremos especialmente en el
papel del Espíritu Santo al llenar de poder nuestro testimonio por Cristo.
Reavivados por su Palabra: Hoy, Proverbios 24. 49
Lección 5 | Domingo 26 de julio
Lee Juan 15:26 y 27 y Juan 16:8. ¿Qué nos dicen estos versículos sobre el
papel del Espíritu Santo en la testificación?
En nuestro deseo de trabajar por las almas, ¿por qué debemos recordar siempre
que nosotros no podemos realizar la tarea de convertir a las personas, sino que
solo el Espíritu Santo puede hacerlo?
Lee Hechos 2:41 y 42; 4:4 y 31; 5:14 y 42; 6:7; y 16:5. ¿Qué es lo que más te
impresiona de estos pasajes? ¿Cuál es el mensaje que Lucas, el autor de
Hechos, desea compartir al registrar un crecimiento tan rápido?
El enfoque principal de la iglesia del Nuevo Testamento era la misión. ¿Cómo po-
demos asegurarnos de que, en el centro de todo lo que hacemos en nuestra iglesia
local, la misión esté siempre en el centro?
Lee Hechos 7:55; 8:29; 11:15; 15:28, 29; y 16:6 al 10. ¿Cómo ministró el Espí-
ritu Santo a los discípulos que testificaban en cada una de las experiencias
enumeradas en estos versículos de la Biblia? En otras palabras, ¿cuáles
fueron algunas de las diversas cosas que hizo el Espíritu Santo en estas
situaciones?
¿Qué podemos hacer, día a día, para hacernos más abiertos y susceptibles al poder
del Espíritu Santo en nuestra propia vida? ¿Cuáles son algunas de las decisiones
que debemos tomar para permitirle trabajar en y a través de nosotros?
52 ¿Tienes una relación verdadera con Dios, que te ama de manera tan grandiosa?
Miércoles 29 de julio | Lección 5
Lee Hechos 4:4 y 31; 8:4; 13:48 y 49; 17:2; 18:24 y 25. ¿Qué nos enseñan estos
pasajes acerca de la relación entre el Espíritu Santo, la Palabra de Dios y el
testimonio de la iglesia del Nuevo Testamento?
Lee 2 Pedro 1:21 y Hebreos 4:12. ¿Por qué la Palabra de Dios es tan pode-
rosa para cambiar vidas?
“En la palabra de Dios está la energía creadora que llamó los mundos
a la existencia. Esta palabra imparte poder; engendra vida. Cada orden es
una promesa; aceptada por la voluntad, recibida en el alma, trae consigo la
vida del Ser infinito. Transforma la naturaleza y vuelve a crear el alma a
imagen de Dios” (Ed 126).
La razón por la cual la Biblia tiene tanto poder para transformar vidas
es porque el mismo Espíritu Santo que inspiró la Biblia en primer lugar nos
inspira y nos cambia a medida que la leemos. Al compartir la Palabra de
Dios con otros, el Espíritu Santo trabaja para cambiar su vida a través de
la Palabra que él inspiró. Dios ha prometido bendecir su Palabra, no nues-
tras palabras. El poder está en la Palabra de Dios, y no en la especulación
humana.
Lee Hechos 16:11 al 15 y 23 al 34; 17:33 y 34; y 18:8. Estas son solo algunas
de las historias de conversión en la Biblia. ¿Qué nos enseñan los diferentes
relatos sobre el poder de Dios para cambiar la vida de todo tipo de personas
de diversos orígenes?
La muerte de Cristo fue universal; es decir, fue para cada ser humano que existió o
existirá alguna vez. ¿Qué debería enseñarnos esta verdad crucial acerca de cómo
nunca debemos suponer que alguien está más allá de la esperanza de salvación?
RESEÑA
La misión es la obra de Dios, en primer lugar. Cooperamos con él para testifi-
car a las personas perdidas al unirnos con el Espíritu Santo y ser fortalecidos por
él. Sin el poder y la guía del Espíritu Santo, nuestros esfuerzos de testificación
son en vano. Es posible que podamos convencer a alguien de ciertas verdades
bíblicas, pero sin la profunda obra del Espíritu Santo en su vida, se producirán
pocos cambios. Pueden cambiar sus creencias, pero no sus corazones. Puede
haber una conformidad externa con la verdad, pero no habrá una transformación
que cambie la vida a la semejanza de Cristo que solo el Espíritu Santo puede traer.
En la lección de esta semana, estudiaremos el papel del Espíritu Santo en la
testificación y su poderoso poder para cambiar nuestra vida. Nuestro estudio
analizará especialmente los ejemplos registrados en el libro de Hechos que
revelan la notable obra del Espíritu Santo en la vida de los no creyentes. Estos
incrédulos provenían de diversos orígenes culturales. Sus experiencias de vida
eran diferentes. Algunos eran educados; y otros, sin educación. Algunos eran
ricos; y otros, pobres. Algunos eran judíos; y otros, gentiles. Venían de diferentes
continentes y veían la vida de manera diferente; sin embargo, todos fueron im-
pactados por el Espíritu Santo. El Espíritu Santo no hace acepción de personas.
Él puede transformar a cualquier individuo que esté abierto a su influencia. El
propósito principal de la lección de esta semana es revelar que, a medida que
cooperemos con el Espíritu Santo, veremos el poder milagroso de su gracia.
COMENTARIO
Los capítulos principales sobre el ministerio del Espíritu Santo, en el Nuevo
Testamento, se hallan en el discurso de Jesús registrado en Juan 14 al 16. El
Espíritu Santo es nuestro ayudante, el Paráclito, que viene junto a nosotros,
fortalece nuestro testimonio, guía nuestras palabras y potencia nuestro servicio
para Cristo. Testificar nunca se trata de nosotros. Siempre se trata de Jesús. El
propósito del ministerio del Espíritu Santo es “testificar” de Jesús. Nuestro Señor
lo dijo claramente: “Pero cuando venga el Consolador [griego: parakletos], a quien
yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará
testimonio acerca de mí. Y vosotros daréis testimonio también” (Juan 15:26, 27).
Nota cuidadosamente que el Espíritu Santo da testimonio y testifica, y noso-
tros también damos testimonio. El comentarista bíblico Matthew Henry afirma:
“La obra del Espíritu no es sustituir la nuestra, sino motivarla y alentarla” (Matthew
Henry’s Commentary on the Whole Bible, t. 5, p. 915). Nuestra tarea es cooperar
con el Espíritu Santo para guiar a las personas a Jesús y su verdad. Es obra del
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Material auxiliar para el maestro // Lección 5
Espíritu Santo convencer y convertir. Es obra del Espíritu Santo revelar la verdad
y la justicia. Es obra del Espíritu Santo colocar en el corazón un deseo de hacer
lo correcto y colocar en la mente el poder de elegir lo correcto.
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Lección 5 // Material auxiliar para el maestro
Llenos del Espíritu Santo, estos creyentes del Nuevo Testamento plantaron
iglesias (Hech. 9:31), rompieron los esquemas sociales y las tradiciones culturales
(10-15), e implantaron el mensaje del evangelio en todo el mundo mediterráneo.
El Espíritu Santo los guio en un notable viaje de fe que resultó en decenas de
miles que aceptaron a Jesús.
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Material auxiliar para el maestro // Lección 5
APLICACIÓN A LA VIDA
Ilustración
Se cuenta la historia de una pareja que ordenó un refrigerador nuevo. Todo
parecía funcionar bien cuando el repartidor instaló su nuevo electrodoméstico.
Llenaron su refrigerador con comida y luego salieron de la casa por unas vaca-
ciones de dos semanas. Cuando regresaron y abrieron la puerta del refrigerador,
fueron recibidos con un olor horrible. La fruta se había echado a perder, las
verduras estaban podridas y el resto de la comida estaba putrefacta. Descubrie-
ron que había habido un corte de energía mientras estaban fuera. Su comida
tuvo que ser desechada. Cuando se corta la fuente de alimentación, la comida
se echa a perder. Del mismo modo, cuando el poder del Espíritu Santo ya no
fluye a través de nuestra vida hacia los demás, nuestro testimonio no solo es
ineficaz, sino también se echa a perder. No podemos facilitar la producción del
fruto del Espíritu Santo en la vida de los no creyentes, si el fruto del Espíritu no
se manifiesta en nuestra vida porque estamos “desconectados” de Dios, y la
fuente de poder se corta.
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