Está en la página 1de 1

fuente de ingresos.

Si dejamos de trabajar, la máquina se para, no entra


dinero, los ingresos se acaban: en definitiva, nuestro mundo financiero llega a
un punto muerto. Es un juego de suma cero, en el que ganamos exactamente
lo que nos jugamos.
Considerémoslo de este modo: somos una especie de «máquina», pero
no de hacer dinero, sino, por el hecho de que intercambiamos tiempo por
dinero, una «máquina del antitiempo». Y no es ciencia ficción, sino, para
muchos de nosotros, una realidad. Hemos dispuesto las cosas de manera que
damos lo que más valoramos (tiempo) a cambio de lo que más necesitamos
(dinero)... y si esto es lo que hacemos, tengamos por seguro que estamos
perdiendo.
¿Está esto claro? Si dejamos de trabajar, dejamos de ganar dinero.
Excluyámonos de la ecuación y busquemos un planteamiento alternativo.
Construyamos una máquina de hacer dinero que nos sustituya... y
pongámosla a funcionar para que gane dinero mientras dormimos.
Pensemos en ella como si fuera un segundo negocio, sin empleados, sin
nóminas, sin gastos, cuyos únicos «bienes» son el dinero que invertimos. ¿Lo
único que produce? Una fuente de ingresos vitalicia que nunca se secará...
aunque vivamos cien años. ¿Su misión? Proporcionarnos una vida de libertad
financiera a nosotros y a nuestra familia... o futura familia, en caso de que no
la tengamos ahora.
Suena bastante bien, ¿no? Si construimos esta máquina metafórica y la
mantenemos adecuadamente, tendrá el poder de mil generadores. Funcionará
veinticuatro horas al día, trescientos sesenta y cinco días al año y uno más los
años bisiestos... y hasta los festivos.
Echemos un vistazo a la ilustración y nos haremos una idea más clara de
cómo funciona la cosa.
Como podemos ver, la «máquina» no puede empezar a funcionar hasta
que tomemos la decisión financiera más importante de nuestra vida. ¿Y
cuál es esa decisión? Qué porción de nuestro salario queremos ahorrar.
Cuánto reservamos de antemano, antes de gastar un solo dólar en
nuestra vida diaria. Qué porcentaje de nuestro salario podemos (o, más
importante, queremos) dejar intacto pase lo que pase. Quiero que pensemos
en esa cantidad, porque de la decisión de guardar hoy un porcentaje de

También podría gustarte