SINOPSIS: HOMBRE DE NIEVE

En la aldea nórdica vivía Gudelia una artesana muy vieja, y su aprendiz Romi, todas las
semanas ellas realizaban un viaje hasta el bosque más cercano para recolectar ramas y
pedazos de troncos para su trabajo. Un día hubo una tormenta y no pudieron regresar al
bosque por eso tuvieron que quedarse en la cabaña de, Romi escucho un raro sonido este
era de un hermoso caballero blanco pelos, este se reclina sobre Gudelia y le sopla la cara
con furia, luego de irse, Romi toco el cuerpo de Gudelia y se dio cuenta de que ella estaba
muerta.

Un día Romi caminando se tropezó con un hombre llamado Olao muy apuesto y con una
palidez lunar. Diez años después Romi y Olao se casaron y tuvieron su propia familia. Una
noche Romi decide contarle lo que había pasado ella hace años, al terminar Olao le dice
que ese era el y desaparece derritiéndose en el suelo, entonces Romi entendió que ella se
había enamorado del hombre de nieve.

SINOPSIS: LOS MUYINS

Kenzo Kobayashi de 11 años vivía en Tokio con su abuela y su madre en un pueblo entre las
montañas, un día su abuela le cuenta una historia sobre “Los Muyins” le dice que eran unos
seres sobrenaturales que bajan de las montañas al anochecer para aterrar a la gente. En las
lomas de Akasaka cerca de donde vivía Kenzo en la noche se escuchaban extraños quejidos y
nadie se atrevía a atravesarla. Un día Kenzo se dijo así mismo que ya tenía la edad para ir a
investigar sobre los muyins, más tarde cuando el sol se ocultaba Kenzo subió las lomas, al
encender la linterna se dio cuenta que ya estaba a mitad de la zona.
Una semana después, Kenzo seguía en la montañas se encontró con una mujercita llorando sola
en esa zona a altas horas de la noche, Kenzo se ofreció a ayudar, pero al voltear la niña, él se
sorprende porque ella no tenía cara y sale corriendo a buscar ayuda, a lo lejos ve a un grupo de
personas de espalda y se acerca, las personas lo ven y ellos se alumbran sus mismas caras con
las linternas, Kenzo en ese momento se da cuenta de que son los muyins el corre hacia su casa y
los muyins jamás volvieron a recibir su visita.