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Noviazgos que Si
Valen la Pena
Copyright © 2.015 por Gerardo y Diana Aristizábal
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Gerardo
Gracias a mi esposita, el amor de mi vida, la manzanita más alta del árbol, la
más pura y hermosa. Subir hasta lo más alto de aquel árbol, para alcanzarte,
fue una de las cosas más
difíciles que he tenido que vivir; pero disfrutarte en nuestro eterno noviazgo,
es en contraste, lo más maravilloso que me ha pasado en toda mi existencia.
Tu sonrisa, tus ojos,
Gracias al que fue, es y será eternamente mi novio y con quien he vivido las
experiencias más maravillosas de mi vida. Te honro, mi amor, por hacerme
tan feliz a lo largo de esta historia que no tiene fin y por haberme hecho
disfrutar al máximo mi noviazgo a tu lado. Te amo con todo mi corazón.
Contenido
Prefacio Prólogo Introducción
1 Parte:
Descubriendo tu noviazgo
2 Parte:
Tu noviazgo en relación con :
3 Parte:
Superando los grandes desafíos de tu noviazgo
4 Parte:
Disfrutando tu noviazgo
Norma Stella Ruiz de Rodríguez Pastora General Misión Paz a las Naciones
Prologo
Inspiración es una palabra vital en la vida y encontrar una fuente que nos la
provea es realmente un tesoro. La inspiración nos proyecta para nuevos
propósitos, desafíos y logros.
Así mismo, las actitudes dentro del noviazgo deben evidenciar que cada uno
de los dos ha tenido un nuevo nacimiento y que no son las obras de la carne o
el viejo hombre (las actitudes que en el pasado se vivieron y se aceptaron,
cuando Cristo aún no era el dueño y Señor de nuestras vidas), las que rigen
nuestras decisiones, acciones y pensamientos.
El noviazgo que todo verdadero hijo/a de Dios debe anhelar, es aquel que
evidencia a Cristo, aquel que busca pensar y actuar como Él lo haría.
“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús.”
Filipenses 2:5, RV60
Todo esto conllevaría a una relación en la que la pareja estaría dispuesta, por
encima de todo, a esperar la voluntad de Dios, a honrarlo y respetarlo,
mostrando de esa misma manera honra y respeto hacia a la otra persona (a
quien se dice amar), viviendo en santidad, no haciendo nada indebido y sin
egoísmo, tal como lo describe el tratado del amor en 1 Corintios 13. Dios es
amor y quien decide llevar una relación de esta manera, lo hace en el
verdadero amor, o sea, en Dios. Es pues fácil concluir, que quien decide
hacer las cosas a la manera de Dios, es quien realmente ama.
Qué importante es tratar temas como estos, pues es en la etapa del noviazgo
cuando comienzan a identificarse actitudes, reacciones y demás cosas que
habían estado ocultas durante el cortejo; también durante ese tiempo, se
empieza a conocer más cercanamente a la persona y comienzan a relucir de
cierta forma emociones y verdaderas motivaciones -que aunque menores en
intensidad en esta etapa del noviazgo, pueden potenciarse o ser
completamente evidentes en el matrimonio-, que evidencian el verdadero
carácter, al exponerse a situaciones de conflictos, discusiones o diferentes
circunstancias. Por eso la importancia de reconocer si la persona con la que
decidiste iniciar una relación de noviazgo, es realmente un hijo/a de Dios y
no alguien que mostró una apariencia para lograr estar contigo.
Existe un programa de televisión del canal Natgeo que llama mucho nuestra
atención: "Do or Die"; su traducción literal al español sería, "Hacer o Morir",
pero la traducción que le han dado es "Muévete o Muérete". Es un programa
que muestra situaciones de la vida real (accidentes, desastres naturales, etc.),
de vida o muerte que han ocurrido a diferentes personas, donde el hecho de
haber reaccionado en el momento oportuno y de la manera correcta, les
permitió huir y evitar morir de manera terrible.
De esa misma manera, tan serio como un asunto de vida o de muerte, es que
si durante el noviazgo logras identificar lo que podría estar poniendo en
riesgo tu vida, tu propósito en el Señor y tu futuro, tal como que exista entre
ti y tu pareja un yugo desigual
- el yugo desigual es el compromiso que puede existir entre un creyente y un
no creyente, o entre alguien que es espiritual y alguien que aún vive en las
obras de la carne-, en cuanto al temor que hay en tu corazón hacia Dios, a tu
consagración y a tus sueños con Dios; es mejor que tomes la decisión
correcta mientras aún puedas hacerlo, y que te muevas y huyas de esa
relación y no mueras en el intento.
El tiempo mostrará si la otra persona decide realmente entregarse
completamente al Señor y enamorarse de Él o te dará la razón que la mejor
decisión que tomaste fue no continuar con aquella relación, pues al fin y al
cabo, ¿podrá amarte y respetarte quien no ama ni respeta al Señor?
“El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a
hijo o hija más que a mí, no es digno de mí.” Mateo 10:37, RV60
Si tu novio/a no ama a Dios más que a cualquier otra persona o cosa, tal
relación de noviazgo o si éste llegara a trascender y convertirse en un
matrimonio, muy seguramente en algún momento estará en riesgo, pues su
cimiento no es la roca, no está cimentada en Cristo (Mateo 7:24).
Gerardo y Diana:
Nos casamos después de 2 años de noviazgo y sería mentira decir que durante
este periodo todo fue color de rosa y que no tuvimos momentos de
dificultades y presiones, tanto internas como externas, pues es imposible
pensar que dos mundos completamente diferentes -un hombre y una mujer-,
establezcan el acuerdo de unirse en tal relación previa al matrimonio, para
empezar a trabajar y construir juntos hacia el futuro y el propósito de Dios, y
que no se van a presentar diferencias, roces, tensiones y hasta tentaciones. Un
noviazgo a la manera de Dios, definitivamente no es fácil de llevar; éste
demanda verdadero amor, humildad, muchas veces ceder y hasta morir, para
hacer feliz a la otra persona. Definitivamente, éste es el entrenamiento para
una vida conyugal, en la que no tiene lugar la expectativa de que nos
entiendan y hagan felices, pero sí la decisión de vivir para entender y hacer
feliz a la pareja.
Fue en nuestro tiempo de noviazgo, que empezamos a conocernos más
profundamente, y a prepararnos para la siguiente etapa de nuestras vidas, el
matrimonio, en la que íbamos ya a conformar una familia. En el transcurso de
estos años, recibimos sabiduría de parte del Señor, para huir de toda tentación
sexual, doblegar el orgullo y la ira, y aprender a perdonar y a restituir. Fue en
Dios y en su Palabra, que encontramos las respuestas y la guía que
necesitábamos para vencer todos los enemigos de esta preciosa bendición y
disfrutarla mucho.
Este segundo libro, Noviazgos que sí valen la pena, tiene como enfoque,
orientar a parejas de novios para que puedan desarrollar su relación a la
manera de Dios, potenciando su propósito en Él y llevándoles a comprender
que se han unido para ser mejores de lo que eran cuando estaban solteros,
para que después de un tiempo puedan casarse y de esta manera, formar
familias fuertes y bendecidas.
Hoy día es más la gente que se divorcia y cada vez se piensa menos en el
matrimonio a la manera de Dios, entre un hombre y una mujer, como el punto
de partida para constituir una familia; por el contrario, se acepta más la unión
libre y las relaciones sentimentales pasajeras, como la nueva noción de
familia o de simple convivencia.
Gerardo y Diana :
Pero, ¿cómo creer en el matrimonio, cuando no se vive un
noviazgo a la manera de Dios?
Una mala interpretación del significado del amor, así como el egoísmo, el
pecado y el manejo de sentimientos y relaciones por fuera de la voluntad de
Dios, son los causantes de este desastre que está acabando con la idea de una
verdadera familia en nuestra sociedad actual.
Esto me llevó a pensar seriamente, en que tal vez esta joven no había visto
modelos que le reflejarán una realidad distinta a los fracasos que
probablemente había experimentado en su propia casa. No es de extrañar que
muy seguramente haya tenido que enfrentar el divorcio de sus padres y esto
haya deteriorado completamente su credibilidad hacia el matrimonio. Lo más
triste de todo, es que la percepción del matrimonio de esta joven, según las
estadísticas, es la percepción del común de la gente en la actualidad.
Gerardo y Diana:
Señor J esús, hoy queremos agradecerte por el privilegio que nos das de
levantar este precioso noviazgo, con el propósito de exaltar tu Nombre. Hoy
nos comprometemos delante de ti, a ser luz para esta generación, tomando la
firme decisión de ser instrumentos en tus manos para
“V osotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se
puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino
sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre
vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y
glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”
Gerardo y Diana:
En nuestra etapa de novios, fueron muchas las personas que nos buscaban
para que oráramos por ellos y decirnos, “Yo quiero que mi noviazgo sea
como el de ustedes”, “Yo quiero conseguir una novia que me sea fiel”, “Yo
quiero dejar de fallarle a Dios y vivir un noviazgo en santidad”… Para
nosotros esto llenaba nuestro corazón de mucha alegría y satisfacción, pues
sabíamos que eso era justamente lo que Dios quería que fuéramos, tierra
deseable, con testimonios dignos de imitar. Qué bueno que tú y nosotros
podamos levantarnos para decirle a nuestra generación, así como Pablo le
dijo a la suya en 1 Corintios 11:1, con la autoridad de un testimonio que le
respaldaba: “Sean imitadores de mí, como yo de Cristo”. Nuestra generación
busca modelos para imitar, pero lamentablemente no encuentra muchos, pues
la mayoría de los que existen evidencian vidas de perversión sexual,
inmundicia, drogas, infidelidades y cualquier tipo de depravación que refleja
a satanás. Son modelos en las manos del diablo, que en lugar de inspirar a sus
seguidores a una vida con propósito, motivándolos a huir de elementos de
destrucción tales como las drogas, la promiscuidad sexual, el amor al dinero,
las infidelidades y la disolución de hogares, ejemplifican por el contrario, la
destrucción de vidas, matrimonios y generaciones enteras.
Sin embargo, te desafiamos a que cuando los demás, aun a los que no tienen a
Jesús en su corazón, vean tu noviazgo y lo hermoso de una relación que se
cultiva en Dios y en santidad, sean inspirados a seguir a Cristo y a esperar en
el tiempo de Dios por la persona correcta para disfrutar de su bendición y
demostrar que mejores son dos que uno en el Señor, aportando así un granito
de arena en la transformación de nuestra generación.
Las Bendiciones de un Noviazgo Aprobado por Dios.
Gerardo y Diana:
Eclesiastés 2:26
El mundo entero anhela paz y podemos ver en la Palabra, que ésta proviene
de Dios, de saber que sus pensamientos para con sus hijos, son solamente de
bien, tal como lo dice Jeremías 29:11: “Porque yo sé los pensamientos que
tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal,
para daros el fin que esperáis”.Por eso es necesario perseverar en hacer la
voluntad de Dios, porque entonces, la seguridad de estar agradando al Señor
y de estar haciendo las cosas a su manera, llenará nuestros pensamientos y
nuestro corazón de paz, al tiempo que nos inspirará a seguir perseverando y
confiando en Él. Es una certeza y una convicción muy profundas que al estar
entregando por completo el dominio de nuestras vidas a nuestro Padre
celestial, Él siempre obrará para bien. Recordemos que su voluntad es
“buena, agradable y perfecta”(Romanos 12:2).
En pocas palabras, el hecho de saber que nuestras vidas están cubiertas por el
Señor, que es Él quien nos defiende, pelea por nosotros y cuida de nuestras
vidas y de lo que amamos, así como de su propósito en nosotros, nos
permitirá estar tranquilos y gozar de su paz en todo momento, aunque éste
sea de angustia, de circunstancias adversas y hasta de opresiones espirituales.
Esto mismo aplica para la bendición del noviazgo, al permitir que se
desarrollen relaciones que descansan en la paz de saber que su presente y su
futuro están en Él, no sólo con lo bueno, ni siquiera con lo excelente, sino
con lo perfecto.
Otro enemigo de la paz que se levanta con mucha fuerza en las relaciones
sentimentales, aun entre cristianos, son los celos; éstos no son más que la
desconfianza o falta de credibilidad frente a la fidelidad que uno de los
miembros de la relación puede profesar hacia el otro. No pareciera lógico que
estos enemigos de noviazgos y matrimonios pudieran estar presentes,
atacando, debilitando y desestabilizando lo que Dios ha confiado a la pareja
como bendición.
De nuevo, es necesario pensar en:
Gerardo:
Diana:
Desde nuestra amistad se generó una confianza tan sólida entre los dos, que
el tema de los celos nunca estuvo presente entre nosotros. Puedo decir con
certeza, que lo que fortaleció nuestra seguridad del uno hacia el otro, fue el
temor y el respeto por Dios que mostramos por encima de todo, desde la
amistad. Desde que éramos amigos, pude percibir a mi amado hablando
siempre con la verdad, siendo muy serio, guardando sus distancias con el
sexo opuesto, y además de esto, siempre nos cuidamos de no fallarle al
Señor. Conocer su integridad, me dio paz durante todo nuestro noviazgo y
continúa haciéndolo ahora después de varios años de casados.
Gerardo:
Diana:
Para mí, mi esposo es el hombre más hermoso que existe y aún así, mi
corazón siempre estuvo tranquilo en nuestro noviazgo, porque sabía quién era
él: un hombre íntegro que ama y teme a Dios por encima de todo, y que
nunca permitió ni permitirá que algo venga a entrometerse en su relación con
Dios y en la nuestra.
Gerardo y Diana:
¿Qué les preocupa? ¿Por qué están angustiados? ¿Habrá algo imposible para
Dios? La solución que el mismo Dios sugiere para los problemas que
producen angustia y afán, es ésta: habla con Él y cuéntale tus peticiones en
oración, ruego y acción de gracias, y el resultado que es la paz de Dios, la
única y verdadera paz que comienza en el interior y que después se
exterioriza con gozo y alegría, te guardará de cualquier situación adversa que
quiera destruirte a ti y a tu pareja.
Para el mundo, la paz es la ausencia de problemas o pensar positivamente,
pero la verdadera paz es tener la seguridad en tu corazón que Dios tiene el
control de tu vida y de tu noviazgo y que todo va a estar bien, pues el destino
para tu noviazgo ya fue trazado por Dios y en Él tendrán la victoria sobre
cualquier problema, oposición o tentación que enfrenten.
La Biblia nos enseña en 1 Corintios 13, cuáles son los atributos del amor, es
decir, de Dios:
El versículo 7 dice que el amor “todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera,
todo lo soporta”. Detente por un momento y piensa a qué se refiere Dios
cuando nos dice esto en su Palabra o por qué razón el amor tiene la capacidad
de sufrir, esperar y soportarlo todo, no sólo ante algunas ofensas o problemas,
sino en todo momento.
s abe hablar: Cuando vayas a hablarle a tu novio/a busca siempre las mejores
palabras y el mejor tono, para lograr una buena comunicación; sobre todo,
cuando necesitas hacerle caer en la cuenta de algún error. Definitivamente lo
que hará que el corazón de la otra persona no se cierre para recibir lo que
quieres decirle, será que pongas todo de tu parte para hablarle con amor y
amabilidad, sin ira ni irritación y mucho menos alzando la voz. Tendrás que
hacer uso de sabiduría y escoger muy bien tus palabras (Colosenses 4:6),
suaves y tiernas que mantengan a tu amado/a receptivo/a y le inspiren a
reconocer sus errores y a cambiar.
s iemPre Piensa: “Si mi novio/a fuera el Señor Jesús, ¿cómo le hablaría? Pensar
así sacará las mejores palabras de tu corazón, para tratarle con amabilidad y
aprovechar cualquier oportunidad para hacerle sentir honrado/a y valorado/a.
El amor de Dios nos inspira a despojarnos del egoísmo, pues este amor
genuino da con generosidad y no busca lo suyo. Esta clase de amor va en
contra de nuestras expectativas naturales y de nuestro corazón, que es por
naturaleza egoísta; pero es posible que puedas practicar esta clase de amor
cuando Dios gobierna tu vida y tu relación, de modo que puedas poner tus
deseos y opiniones a un lado para dar amor a tu pareja sin esperar nada a
cambio.
En esta etapa tendrás que practicar mucho esta virtud, pues los problemas, los
propios puntos de vista y los gustos personales, serán los escenarios en los
que ejercitarás Hechos 20:35: “…Más bienaventurado es dar que recibir”.
Gerardo y Diana:
Una vez aprendimos de nuestro pastor que todo lo que hagamos
debemos hacerlo con amor y que el amor obliga y compromete. Cuando amas
como Dios ama, adquieres un compromiso y una
obligación, pues habrá momentos en los que harás las cosas por
satisfacer a tu novio/a, obviamente en el Señor y siempre dentro
de los parámetros de la santidad y la honra, no porque quieras
hacerlo, sino porque el profundo amor que te compromete con el
bienestar de la relación, te obligará a negarte a ti mismo/a para
hacer feliz a tu pareja. La obligación hace parte del amor, pues el
amor no depende del deseo, sino que se enfoca en obligaciones.
Gerardo y Diana:
Gerardo y Diana:
Escuchamos una vez a alguien decir: "No le abras tu corazón a
alguien que ni siquiera abre la Biblia".
La Biblia es nuestra guía para conocer qué agrada o desagrada al Señor, cuál
es el camino a la prosperidad, a la libertad, a la paz, al gozo y lo que es más
importante, al cielo. La Palabra de Dios y
la oración, son en realidad nuestra esencia como hijos de Dios. No nacimos
aprendidos, pero tenemos la oportunidad de ser guiados en el camino de
nuestras vidas a través de estas dos poderosas herramientas, a las que
tristemente muchos no dedican el tiempo suficiente, ni le dan verdadera
relevancia.
En el afán del día a día, muchas personas dan mayor trascendencia al trabajo,
al estudio y a las labores diarias, le dedican más tiempo a su novio que a
pasar tiempo con Dios y su Palabra y fortalecer esta relación, lo que conlleva
a que se viva de una manera natural y carnal, no espiritual, tomando
decisiones guiadas por la propia sabiduría, las cuales finalmente estarán
regidas por circunstancias, situaciones, emociones y por la misma carne.
"Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas
salud, así como prospera tu alma." 3 Juan 2, RV60
Cuando el apóstol Juan le escribe estas palabras a su amigo Gayo, lo que está
haciendo es declarar lo que Dios deseaba para su vida y para la nuestra. Dios
desea que nuestra alma sea próspera, pues Él sabe que en la medida en que
aprendamos a prosperar espiritualmente, también encontraremos la
prosperidad en todas las demás áreas de nuestra vida. Por eso, aunque el
Señor desea que abundemos en todo, espera y anhela que lo hagamos
principalmente en nuestra área espiritual.
"P orque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para
todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera."
Gerardo:
Diana:
Si algo sabía era que mi precioso novio no iba a negociar su intimidad con
Dios por absolutamente nada. Él siempre hacía su devocional y en muchas
ocasiones tuvimos la oportunidad
de compartir lo que el Señor le hablaba y que él escribía en su cuaderno; era
tan profunda la revelación de la Palabra, que muchas prédicas salieron de
esos tiempos de intimidad que mi novio tuvo con el Señor durante esta etapa.
Cuán orgullosa me sentía de tener como novio a un hombre apasionado por la
presencia de Dios, que siempre en sus mañanas tenía su cita con Él junto a
una tasa de café, que no podía faltar. Sólo podía agradecerle a Dios que me
hubiera confiado a un hombre con un nivel de intimidad tan profundo con Él
y con su Palabra, lo cual me inspiraba cada día más.
Gerardo y Diana:
En Él están las fuerzas para decir “no” a la inmundicia sexual y huir de ella,
aprender a ser humilde, agachar la cabeza y pedir perdón, saber cuándo el
noviazgo o cualquier área de tu vida puede estar tomando un rumbo diferente
a la voluntad del Señor y poder tomar decisiones que siempre le agraden y le
honren a Él.
“H ijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que
está en vosotros, que el que está en el mundo.”
1 Juan 4:4, RV60
Tener dentro de ti al Señor, que es mayor que el que está en el mundo, te hace
superior a todo lo que en la carne acepta el común de la sociedad que no tiene
a Cristo en su corazón.
“E llos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye.
Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios,
no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.”
Nuestro amor y respeto por nuestros padres, siempre fue y ha sido algo
primordial en nuestra relación, aun después de varios años de casados.
Gerardo:
Diana:
Mi suegrita, que es como de cariño trato a quien es para mí como una
segunda mamá, es una mujer muy elegante, tierna y amorosa, y desde el
inicio de nuestro noviazgo, tuvo la claridad que mi propósito era siempre
honrarla y no competir con ella, ni quitarle su lugar de mamá de mi novio.
Gerardo y Diana:
Si las cosas no iniciaron bien con los padres de tu novio/a, no quieras hacerte
el de la “vista gorda”. Empieza a darles el lugar de honra que ellos merecen y
con mucha sabiduría, respeto y oración, ve ganando su corazón. De seguro el
Señor te dará sabiduría y su favor, para que se lime toda aspereza y desde ya
empiece a perfilarse la familia que serán, pues ese es el deseo de Dios, que la
familia permanezca unida.
como nuestro Padre bueno que es, se deleita en ver que sus hijos
experimentan satisfacción con sus bendiciones, pero tenemos que saber que
también el Señor tiene un propósito con cada bendición que nos entrega.
"Y sabemos que a los que aman a D ios, todas las cosas les ayudan a bien,
esto es, a los que conforme a su propósito son llamados."
Hay una poderosa promesa en este versículo para quienes aman a Dios: todas
las cosas, por difíciles, incomprensibles o injustas que en algún momento
puedan parecer, al final de cuentas los beneficiarán; pero la Palabra se
complementa diciendo que ésta bendición no solamente viene por amar a
Dios, sino que es para los que además han sido llamados por Él conforme a
su propósito, o sea, no conforme a la carne o a sus propias motivaciones,
caprichos o egoísmo, sino conforme al propósito del Señor.
Según esto, todo en nuestras vidas, incluyendo el noviazgo, será de
bendición, si amamos a Dios por encima de todo y si lo vivimos conforme a
su propósito.
No son mejores dos que uno para quitarse fuerza dentro del propósito de
Dios, sino para fortalecerse el uno al otro dentro él. No es para dejar de
avanzar, crecer y multiplicarse; sino por el contrario, para dar más fruto que
el que se tenía cuando se estaba solo. No es para que si tu novio/a comete una
falta, un pecado o simplemente baja en su intimidad y comunión con Dios, tú
te hundas con él o que simplemente lo dejes caído. No, un noviazgo con un
verdadero propósito en el Señor, será aquel en el que el uno al otro se
desafían y se inspiran para lograr cosas más grandes con el Señor. Un
noviazgo que es de testimonio y de desafío para esta generación.
Gerardo:
En toda ocasión, con mucho respeto, ternura y total interés por mi bienestar,
las palabras de autoridad de mi amado en momentos de debilidad me
demostraron más amor que el hecho de haber comprendido cualquier actitud
de mi carne, cuando ésta me invitaba a renunciar y a bajar la guardia en lo
que Dios me había confiado.
Gerardo:
Qué inspiración tan grande era para mí ver a mi amada sirviendo al Señor con
tanta pasión y entrega, aun cuando su tiempo se limitaba debido a sus
ocupaciones. No solamente se conformaba con el servicio que hacía en la
iglesia, sino que en sus tiempos libres entre sus clases de la universidad,
continuaba siendo luz en medio de las tinieblas, ganando las almas y
estableciendo el Reino del Señor. Recuerdo cómo en varias oportunidades me
hacía saber cuánto la entristecía ver cómo los jóvenes se perdían en medio de
las ilusiones y fantasías que el mundo les ofrecía y cuán cerrado y duro
estaba su corazón para las cosas de Dios. Pero aún así, ella no se rendía y
compartía del amor de Jesús a sus compañeros en medio del almuerzo,
aprovechaba exposiciones en clase para terminarlas compartiéndoles a sus
compañeros de clase y a sus profesores del propósito de Dios para sus vidas e
invitaba a cuantos le era posible a una reunión dentro de la universidad que
ella había preparado para compartirles de la Palabra del Señor.
Diana:
Qué inspiración tan grande ha sido siempre para mí, mi amado príncipe. Su
pasión por Dios y por las almas ha sido siempre una fuerte característica que
le ha llevado a levantar todo lo que Dios le ha confiado. La manera como
aconsejaba a sus discípulos y les ministraba, enseñándoles sobre la posición
de firmeza y la radicalidad que un hijo de Dios debe tener frente al pecado,
para nunca volver atrás. Su entrega a Dios me hizo sentir cada vez más
segura de que él era el hombre con quien quería pasar el resto de mi vida.
¡Ah! Y cuando dirigía la alabanza y tocaba la guitarra -aquí suspiro-, no he
conocido a un hombre que ministre el corazón de Dios y sepa liderar a las
personas a través de la adoración como lo hace él.
Cada vez que tenía la oportunidad de acompañarlo a su grupo de jóvenes y
verlo predicar, me asombraba la manera como hablaba de Jesús y el ímpetu
que salía de su alma para dar a conocer a otros del amor de Dios.
Definitivamente me sentía desafiada cada vez más a servir al Señor con
pasión y entrega, como lo hacía mi novio, y le doy muchas gracias por
dejarse usar por el Señor para afirmar mi vida en su propósito. Puedo decir
con satisfacción que nuestro noviazgo jamás fue una distracción sino un
impulso para que juntos hiciéramos mejor la obra de Dios.
Por eso, lo ideal sería que antes de exponerte a un noviazgo, tanto tu vida
intelectual como económica, estuvieran ya resueltas; aunque sabemos por
experiencia propia, que mientras tú te mantengas enfocado en tu vida y no te
dejes distraer por esta bendición, a la par de tu noviazgo podrás desarrollar
tus estudios superiores y trabajar o crear empresa, para poder ahorrar y
prepararte para el matrimonio.
Son sueños legítimos para Dios, que estudies en la mejor universidad, que
tengas buenos ingresos mensuales y que seas financieramente solvente. Todo
esto, muy seguramente aun para tu mismo/a novio/a, será algo importante y
no necesariamente porque aquella persona sea interesada, sino por el hecho
de ser un hijo/a de Dios; él o ella tendrá sueños grandes y una expectativa
igualmente grande frente a la vida, así que lo más lógico es que esté
esperando tener una relación con alguien que al menos comparta las mismas
expectativas y sueños.
Es muy común que después de una fuerte discusión, ninguno de los dos se
hable o tome la iniciativa para arreglar el problema; pero si eres sabio/a,
entenderás que debes ceder y pronto, porque aquí el objetivo no es que
alguno de los dos gane y que el otro pierda, sino que el amor que hay entre
ustedes dos gane.
que gane siemPre nuestro amor…
Diana:
Tengo que ser sincera. En medio de mi enojo no quería contestarle, así que
dejé que sonara y sonara hasta que ya no lo hizo más. Un momento después
volvió de nuevo a sonar mi teléfono y cuando sentí que ya casi se iría la
llamada a buzón de mensajes, contesté. Dejé que hablara él primero, mientras
me preparaba para decirle: “Es que tú hiciste tal cosa”, “no estoy de acuerdo
con lo que tú hiciste”. Sin embargo, yo era consciente que también me había
equivocado, pero mi posición orgullosa y egoísta me llevaba a señalarlo a él
como el único culpable. Cuando me preparaba para ponerlo en su lugar, mi
príncipe me interrumpió con unas palabras muy llenas de sabiduría y me dijo:
“¿Sabes una cosa princesa? No se trata de quién tiene o no la razón, ni de
quién gane o pierda; es más, puede que ambos perdamos, pero que gane
siempre nuestro amor, por eso te pido que me perdones…”
Te animamos a ser muy claro con tu pareja y no permitir que los problemas
consuman sus días de noviazgo, porque el tiempo no se recupera. No dejen
pasar el día y no se vaya cada uno a su cama sin haber resuelto lo que está
pendiente y sin haberse reconciliado, pues si lo hacen, le están dando lugar al
diablo en su relación.
Gerardo y Diana:
Gerardo y Diana:
Tal vez te has percatado ya, que cuando los demás saben que eres cristiano/a,
todos ellos inmediatamente se levantan como una gran nube de testigos,
poniendo sus ojos en ti, con la expectativa de descubrir actitudes diferentes a
las que están acostumbrados a ver en el mundo, como esperando ver que tus
acciones sean coherentes con lo que predicas o dices conocer del Señor y su
Palabra.
“El odio despierta rencillas, pero el amor cubre todas las faltas.”
Proverbios 10:12, RV60
Gerardo y Diana:
Es necesario explicar que por más grave que sea la falta, Dios no nos ha
otorgado ningún derecho de guardar rencor y de no perdonar; por el
contrario, el mismo perdón de Dios hacia nosotros, está condicionado a que
nosotros perdonemos a quienes nos han ofendido.
Miqueas 7:19, RV60 Si tú has sido quien ha fallado y tu novio/a te está dando
una nueva oportunidad a través de la reconciliación, debes valorarla y
arrepentirte de aquello que no está bien delante de Dios y que atenta contra el
bienestar tanto tuyo como de tu pareja. Esfuérzate por mejorar en amor y
nunca más volver a cometer el mismo error.
Pero, ¿Qué hacer cuando mi novio/a sigue en las mismas? ¿Hasta cuándo
debo perdonar?…
El Señor Jesús le enseñó a Pedro la cantidad de veces que hay que perdonar:
“E ntonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a
mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo
hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.
Los rabinos enseñaban a la gente que había que perdonar la ofensa hasta tres
veces, pero Pedro por ser generoso, le pregunta a Jesús si era suficiente
perdonar hasta siete veces, siendo éste
el numero que simboliza la perfección. Frente a esto, Jesús le responde que
“hasta setenta veces siete”, mostrándole así que ni siquiera se debe llevar la
cuenta de las veces que debemos perdonar.
Ahora, cabe aclarar que una cosa es perdonar y otra cosa es reconciliarse.
Como lo mencionábamos anteriormente, perdonar significa librar de la deuda
y pasar por alto la ofensa; sin embargo, la reconciliación da la oportunidad de
seguir adelante con esa persona que ha ofendido, pero que está dispuesta a
mejorar y a cambiar su mal comportamiento por una mejor conducta.
Recomendación Importante:
Aprende a orar por tu relación y a levantarte espiritualmente en contra de
opresiones demoniacas que vendrán para atacarles y destruir el propósito de
Dios en ustedes, pues su lucha es espiritual y no física. De ser necesario,
establezcan tiempos de ayuno para fortalecer su área espiritual y contener los
impulsos de la naturaleza humana que se quieren levantar para que no hagan
lo correcto.
Sin embargo, si tu pareja persiste en sus malas acciones y actitudes y ves que
la relación no va para ningún lado, es mejor tomar la decisión de distanciarse
por un tiempo o de terminar definitivamente el noviazgo. Aún tienen la
oportunidad de hacerlo, están a tiempo, pues no se han casado todavía.
Los Noviazgos que SÍ Valen la Pena, se Guardan en el Área
Sexual.
“H uid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está
fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. ¿O
ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en
vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido
comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en
vuestro espíritu, los cuales son de Dios.”
Hay quienes piensan que solamente hay fornicación cuando hay penetración
y que por ende, tocarse las partes íntimas o tener sexo oral, no equivale a este
pecado tan desagradable para Dios, y que prácticas como estas no son
reprobadas por el Señor en el noviazgo. Estas personas olvidan que incluso
con los pensamientos se puede llegar a pecar delante de Dios.
“Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya
adulteró con ella en su corazón.”
Mateo 5:28, RV60
Gerardo:
Mi amor y respeto por Dios, así como por mi amada, me llevaron a tener muy
clara la necesidad de hacer las cosas en santidad y con honor. Yo tenía claro
que amaba a mi novia y como amar es respetar y honrar, yo sabía que lo
correcto, lo que traería bendición, era hacer las cosas a la manera de Dios; por
eso, nunca intenté sobrepasarme con ella, ni tocarla o acariciarla de manera
indebida. Fue muy claro para nosotros, que debíamos seguir el consejo de
nuestras autoridades de respetar a Dios y respetarnos mutuamente, así como
huir de situaciones de tentación tales como besos que empiezan a despertar
otro tipo de cosas, nunca estar solos en un lugar donde no estuviera nadie
más, etc.
Algo que también me ayudó mucho, además de tener una intimidad muy
fuerte con Dios y con su Palabra –es literalmente imposible, querer tratar de
contener la carne, si no estamos en el Espíritu-, fue el hecho de tener una
novia tan llena del Señor, temerosa de Dios, obediente a sus autoridades y
clara en sus convicciones y en su amor propio; estoy convencido que si yo
hubiese tan solo osado ponerle un dedo encima –haberme querido
sobrepasar-, me hubiera costado el destierro total. Ella tenía
claro que el amor no hace nada indebido y que si yo iba a hacer algo contra
su integridad, lo cual sería indebido delante de Dios, lo que yo sentía por ella
no era verdadero amor.
Diana:
Gerardo y Diana:
Atendemos a muchas parejas que dicen saber que hay un propósito de Dios
con su noviazgo; que han orado, que Dios les ha hablado y que hasta tienen
una Palabra Rhema; pero que han fallado a Dios en su área sexual.
Recordemos que una Palabra Rhemaes una palabra específica, revelada por
Dios en un momento específico, para una situación específica; en este caso, el
noviazgo. Vale la pena aclarar que esta Palabra Rhemanunca iría en
contravía de lo que es correcto, de lo que agrada a Dios y de los principios
establecidos en su Palabra como la pureza, la verdad, el amor, la santidad,
entre otros. Tampoco se puede manipular la Palabra Rhemaa conveniencia
propia, y ésta jamás apoyaría una situación indebida que deshonre a Dios.
Puede ser que el Señor haya estado de acuerdo con el noviazgo que se inició,
pero si hay pecado, el Señor no va a continuar respaldando esa relación, pues
Él les juntó en amor y en santidad, no en pecado.
La Palabra nos enseña que el que fornica, peca contra su propio cuerpo. ¿Por
qué es tan delicado esto? Porque nuestro cuerpo en realidad no es nuestro,
sino que le pertenece a Dios y es su casa, su templo, su morada. ¿Qué harías
tú, si alguien entrara a tu casa para deshonrarla, desorganizarla, ensuciarla y
además de eso, meter a todos tus enemigos en ella, sin ni siquiera haberte
consultado o pedido permiso? Así mismo sucede con aquel que ensucia su
cuerpo con la inmundicia sexual, deshonrando, desorganizando, ensuciando y
llenando de demonios la morada de lo más santo de Dios, su Espíritu Santo.
Cuando alguien tiene algún accidente que trae como consecuencia la ruptura
de un hueso, lo médicamente aconsejado es que la persona tenga quietud y se
aleje de cualquier situación de riesgo que pueda lastimar nuevamente el
miembro que se encuentra tan frágil por el trauma sufrido.
Una vez estaba aconsejando a una pareja de novios que no habían estado
haciendo las cosas bien delante del Señor. Por supuesto, mi consejo fue que
lo empezaran a hacer y que cada quien tomara un tiempo para ser restaurado
y ahí sí entonces, consultar la voluntad de Dios para saber si deben continuar
y enfrentarse a un compromiso tan serio como lo es un matrimonio. La
respuesta que el joven me dio fue tan diciente e impactante, que nunca he
logrado sacármela de la cabeza; este joven me dijo: “Tiene más reversa un
avión en el aire”. Como es obvio, ellos siguieron adelante con su relación y
se casaron, hasta que no mucho tiempo después, él le fue infiel a ella, dejó
embarazada a otra mujer y su matrimonio se destruyó completamente.
Gerardo y Diana:
A veces, como pastores o líderes espirituales, somos tan
Hay quienes piensan que todo sabe mejor a escondidas, pero el verdadero
amor no se delita en el pecado, ni en lo oculto, sino que es diáfano y
transparente. Si estás haciendo algo incorrecto, debes saber que todo, tarde o
temprano, sale a la luz.
“Porque nada hay oculto, que no haya de ser manifestado; ni escondido, que
no haya de ser conocido, y de salir a luz.” Lucas 8:17, RV60
Muchas relaciones de noviazgo pueden decir que van a obedecer a Dios, pero
a escondidas deciden seguir pecando y deshonrándolo. La verdad es que cada
quien es responsable delante del Señor por sus actos y a Él tendrá que
rendirle cuentas y asumir las consecuencias de su pecado, pues en realidad no
están engañando a la autoridad, sino que se están burlando de Dios y de esto
no se puede cosechar nada bueno.
“No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre
sembrare, eso también segará.”
Gálatas 6:7, RV60
Gerardo y Diana:
Alguien nos contó la historia de una pareja de jóvenes que llevaban una
relación de noviazgo en pureza sexual y estaban próximos a casarse; pero
resulta que un día, antes de la boda, el joven a quien llamaremos Roberto,
invitó a su novia, a quien llamaremos Cristina, a pasar un rato en su casa. Allí
se encontraban los padres de Roberto, pero después de unos minutos debieron
salir a realizar algunas diligencias de los preparativos del matrimonio de su
hijo. La pareja de jóvenes cometió el grandísimo error de quedarse sola en la
casa, más específicamente en la sala, viendo una película. Pasadas 2 horas, la
madre de Roberto lo llamó a su celular para comunicarle que se irían para la
finca y que no pasarían la noche en la casa.
PROMESA DE SANTIDAD:
Si algo deben hacer en el noviazgo, es hacerle a Dios una promesa de
santidad en la que ambos se comprometan de todo corazón, a no admitir la
fornicación ni ningún acto de inmundicia sexual a través de palabras, besos o
caricias.
Diana:
Recuerdo que ese día en el que por fin pudimos ser novios (En el libro
“¿Vale la Pena Esperar?” puedes conocer la historia, en la que literalmente
tuvimos que vencer dragones y gigantes para poder estar juntos), él me dijo:
“Ahora sí puedo decirte mi princesita, mi muñeca, mi bebita, mi
mariposita…” y desde ese momento hasta ahora, nunca más me volvió a
llamar por mi nombre.
Diana:
Entre otras cosas, lo que me enamoró de mi novio fue su actitud tan servicial,
pues desde siempre me ha hecho sentir como toda una reina. Actitudes como
que me abriera la puerta del carro para subirme y para bajarme, que me
corriera la silla para sentarme y que me atendiera siempre con caballerosidad,
son cosas que conquistan el corazón de cualquier mujer; de hecho, llevamos
varios años de casados y no ha habido ni una sola vez que haya dejado de
hacerlo.
Este tipo de detalles vuelven la relación más fuerte. Recuerdo que en algunos
momentos en la universidad, durante los primeros semestres, cuando todavía
éramos novios, en los que tenía tanto por hacer que a veces parecía que no
alcanzaría a cumplir con
todos los trabajos, siempre recibí un fuerte apoyo de mi príncipe. Recuerdo
también que siempre escuché de su parte palabras de ánimo y de apoyo
como: “Muñeca, ¿En qué puedo ayudarte?”, o, “estamos juntos en esto,
estoy seguro que te va a ir muy bien”. Este tipo de palabras son
reconfortantes y le hacen sentir a tu pareja que puede contar contigo para
superar cualquier obstáculo, y así me sentí siempre con mi novio.
Gerardo y Diana:
Queremos animarte a que sirvas siempre a tu pareja. Cuando estés con tus
padres, hazle sentir a gusto; si están en tu casa, pregúntale si desearía tomar o
comer algo; si está ocupado/a, pregúntale cómo podrías ayudarle; y si está de
mal humor, dale un abrazo. Si está triste, consuélale y si le has hecho sentir
mal, llámale y pídele perdón.
Los Detalles y las Sorpresas son Importantes…
Siempre es necesario evidenciar con tus actos que valoras a tu novio/a y que
estás pensando en él o ella a cada momento.
Diana:
No había nada que alegrara más mi corazón que mi príncipe me sorprendiera
con detalles como ramos de flores, gomitas dulces que de hecho me fascinan,
un osito de peluche, una carta con un dulce, una llamada, un mensaje de texto
en el que me expresaba cuánta falta le hacía o incluso, cuando buscábamos
elementos simbólicos que representaran nuestro amor como una mariposa y
dos manillas iguales que portamos cada uno y que aún conservamos.
Gerardo y Diana:
Hemos encontrado tanto hombres como mujeres que se quejan que sus
novios/as no son especiales con ellos/as. Si esto está pasando en tu relación,
te animamos a no criticar a tu pareja, ni recriminarle por esto. Recuerda que
ambos son diferentes y mientras que algunas personas son extrovertidas y se
expresan con
facilidad, otras tantas son poco expresivas; pero en los noviazgos que sí valen
la pena, las diferencias no nos hacen competencia, sino complemento. Por
eso, sigue con los detalles y la ternura, continúa sembrando en amor y muy
seguramente, tu amado/a reaccionará de forma positiva a tus expresiones de
cariño y empezarás a cosechar pronto lo que has sembrado.
Existen parejas a las que se les dificulta ser especiales entre sí y les da
vergüenza tratarse con ternura; pero a ti te animamos a que disfrutes con tu
pareja y que se traten con mucho cariño y romanticismo. Pongan en práctica
estos consejos que enriquecerán enormemente su noviazgo y les estarán
preparando para un matrimonio abundante en romanticismo, ternura y amor;
algo que hoy día se ve muy poco, pero que el mundo necesita tener como
modelos que reflejan a Cristo, que marcan la diferencia y son de inspiración.
Quier o aprovechar el tiempo para amarte con locura, para hacerte muy
Diana:
La “cita de novios” es un término que mis padres inventaron,
inspirándonos a copiar esta idea.
Esta es una bella historia, que escribimos tú y yo. Para amarnos todo el
tiempo, y entregar el corazón. Gracias Padre por unirnos y hacer tu sueño
realidad, cada día viviremos para Ti.
ii estrofa
Muchas aguas y tormentas hoy nos quieren apagar; pero lo que sí sabemos
nada de esto triunfará. Gracias Padre por unirnos y en tu propósito brillar,
cada día viviremos para Ti.
Pre-coro:
Este es el comienzo de grandes cosas, nuestro amor es tan fuerte que nada
puede separarnos,
tú y yo por siempre.
coro:
Queremos concluir este libro contándoles que ésta etapa de nuestro noviazgo,
fue una experiencia única y maravillosa, en la que aprendimos a conocernos
mucho más, a fortalecer nuestra relación de amistad y a vencer obstáculos
que se presentaron para dañar la relación, pero que obedeciendo a Dios y
dejándonos guiar por su amor, pudimos superarlos y así llegar preparados a
un matrimonio de bendición. Ahora que estamos casados, jamás hemos
dejado de ser novios y de vivir nuestra historia de amor con emoción,
disfrutando cada momento que estamos juntos y trabajando por cumplir el
propósito de Dios en nuestras vidas.
Diana:
Gracias mi amor, por cada momento a tu lado, pues me has hecho la persona
más feliz del mundo al respetarme, cuidarme y valorarme como la mujer que
soy para Dios y puedo decir que eres el hombre con el que quiero pasar todos
los días de mi vida, amándote, honrándote y cumpliendo el sueño de Dios a
tu lado.
Vivir mi noviazgo contigo fue lo mejor que me pudo haber pasado en la vida;
pues aun recuerdo como si fuera ayer, las veces que con todo mi corazón le
pedí a Dios que con el primer novio que tuviera, con ése quería casarme, y así
fue. Eres un hombre que ama a Dios con todo su corazón y vives para
agradarle, has superado mis expectativas y a tu lado me siento segura.
Gerardo:
Preciosa mía, después de Dios, tú eres lo más hermoso que le
ha pasado a mi vida y cada día estoy más loco de amor por ti.
Nuestro tiempo de noviazgo superó mis más altas expectativas y ahora que
estamos juntos hasta que la muerte nos separe, cada día quiero hacer realidad
todas tus ilusiones y amarte sin medida.
Gerardo y Diana:
Por todo esto que hemos vivido, lo que actualmente estamos viviendo y por
todas las cosas maravillosas que vendrán de parte del Señor, es que hoy
podemos decir que…
LO QUE ME GUSTA:
(Fortalezas de mi pareja)
Fortalezas en
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•Su relación •con Dios. •
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• Su relación •
LO QUE NO ME GUSTA
(Debilidades de mi pareja)
Debilidades en
Su relación con Dios.
COMPROMISOS
(Acuerdos mutuos para mejorar en la relación).
Compromisos en Él escribe de ella Ella escribe de él
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• •Su relación • •con Dios. • •
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Su relación • •
con nuestras • •
familias. • •
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