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Gerardo y Diana Aristizabal

Noviazgos que Si
Valen la Pena
Copyright © 2.015 por Gerardo y Diana Aristizábal
Tel.: (57+2) 524 2345
Avenida 6ª Norte #47 N 197 Cali-Colombia,
ministerio.jovenes@misionpaz.org
www.misionpaz.org
Todos los derechos reservados.

Primera edición en castellano 2.015 por los autores


Todos los derechos reservados.

A menos que se especifique,


todas las citas bíblicas son tomadas de la
Santa Biblia, Versión Reina Valera 1.960

de las Sociedades Bíblicas Unidas


Todos los derechos reservados.

Ninguna parte de este libro puede ser duplicada, copiada,


transcrita, traducida, reproducida o almacenada, mecánica o
electrónicamente, sin previa y expresa autorización por escrito
de los autores.
Editado e impreso en Colombia por

Calle 100 No.49-97 Int. 12-418


Tel.: (571) 257 8886 Cel.: (57) 300 213 1647 - 301 645 1045
Bogotá D. C., Colombia
www.edicionesberea.com

Editor General: Héctor Hernán Gómez


Diseño General: Catherine Niño
ISBN: 978-958-57977-0-3
Bogotá D. C., Colombia.
Dedicamos este libro al Espíritu Santo, quien nos unió y nos guió a vivir un
noviazgo con un verdadero propósito, como el fundamento y la

preparación para un matrimonio firme.

También lo dedicamos a todos aquellos que desean tener un noviazgo


conforme a la voluntad de Dios, teniendo como pilares fundamentales el
amor, la santidad y el respeto, y así, seguir construyendo historias de amor
que trasciendan el tiempo y las circunstancias.
Agradecimientos
Agradecemos a Dios por su amor y por su gracia, y al Espíritu Santo por
habernos guiado para escribir este libro.

Asimismo agradecemos a nuestros padres, que han sido instrumentos de


inspiración para nuestro noviazgo y matrimonio, pues su estilo de vida es un
fiel reflejo de amor, perseverancia y permanencia.

Gerardo
Gracias a mi esposita, el amor de mi vida, la manzanita más alta del árbol, la
más pura y hermosa. Subir hasta lo más alto de aquel árbol, para alcanzarte,
fue una de las cosas más

difíciles que he tenido que vivir; pero disfrutarte en nuestro eterno noviazgo,
es en contraste, lo más maravilloso que me ha pasado en toda mi existencia.
Tu sonrisa, tus ojos,

tu ternura y tu pureza, siguen siendo mi inspiración.


Diana

Gracias al que fue, es y será eternamente mi novio y con quien he vivido las
experiencias más maravillosas de mi vida. Te honro, mi amor, por hacerme
tan feliz a lo largo de esta historia que no tiene fin y por haberme hecho
disfrutar al máximo mi noviazgo a tu lado. Te amo con todo mi corazón.
Contenido
Prefacio Prólogo Introducción
1 Parte:
Descubriendo tu noviazgo

- Cómo disfrutarlo sin morir en el intento


- S.O.S: Se buscan noviazgos que sí valgan la pena
- El propósito de un noviazgo que sí vale la pena
- Las bendiciones de un noviazgo aprobado por Dios
- Los noviazgos que sí valen la pena, prevalecen a pesar de las tormentas más
fuertes

2 Parte:
Tu noviazgo en relación con :

- Tu noviazgo y tu relación con Dios.


- Tu noviazgo y la relación con tu familia y la familia de tu novio/a
- Tu noviazgo en relación con el llamado de Dios
- Tu noviazgo en relación con tu crecimiento personal

3 Parte:
Superando los grandes desafíos de tu noviazgo

- Que la ira y el irrespeto no dominen tu noviazgo


- Los noviazgos que sí valen la pena,
se guardan en el área sexual
- Promesa de santidad

4 Parte:
Disfrutando tu noviazgo

- Los detalles, palabras y caricias debidas, son importantes


- Cita de novios
- Edificando juntos nuestra relación
Prefacio
Al leer este libro, usted obtendrá una verdadera fuente de riqueza que le
ayudará a cimentar, edificar y fortalecer bases sólidas en su noviazgo,
fundamentos que le ayudarán a afirmar su relación de pareja con miras a un
matrimonio exitoso. Así mismo, también podrá descubrir las bendiciones que
Dios tiene para todas aquellas parejas que deseen establecer un noviazgo de
su agrado.

Gerardo y Diana con su testimonio, plasman en este libro principios para


superar y alcanzar grandes desafíos en la vida sentimental. Recomiendo su
lectura con la seguridad de que edificará su vida y le dará herramientas
necesarias para ayudar a otros en su proceso.

Norma Stella Ruiz de Rodríguez Pastora General Misión Paz a las Naciones
Prologo
Inspiración es una palabra vital en la vida y encontrar una fuente que nos la
provea es realmente un tesoro. La inspiración nos proyecta para nuevos
propósitos, desafíos y logros.

El noviazgo de Gerardo y Diana, es una fuente de inspiración maravillosa,


para aquellos que tienen en su corazón, la determinación de establecer y
desarrollar una relación de pareja satisfactoria, que les permita avanzar a un
matrimonio sólido.

Noviazgos que Sí Valen la Pena provee principios prácticos comprobados,


que te permitirán disfrutar a plenitud de la etapa del noviazgo, la cual se vive
solamente una vez en la vida, así como de todo el amor y el romanticismo
soñado, sin dejar de agradar a Dios y contando con su pleno respaldo en la
vida sentimental, traduciéndose todo esto, en beneficios insuperables e
incomparables en todas las instancias de quienes asuman la aventura de ser
novios.

Prepárense para disfrutar de una lectura agradable e ilustrativa, una inversión


que vale la pena, pensando en altos rendimientos para tu presente y futuro.

Jhon Milton Rodríguez


Pastor General de Misión Paz a las Naciones
Introduccion
Lo más importante para vivir un noviazgo de bendición, es hacerlo a la
manera de Dios y esta manera, siempre será en amor y en santidad. En 2
Pedro 1:16 la Palabra nos enseña: “Porque escrito está: Sed santos, porque
yo soy santo". Y en 2 Pedro 2:20 vemos: “Ciertamente, si habiéndose ellos
escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y
Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer
estado viene a ser peor que el primero”.

La Palabra de Dios es su voluntad escrita y ella nos muestra que no podemos


pensar en vivir un noviazgo según la perspectiva de este mundo, así sea la
popular o comúnmente aceptada y hasta bien vista y aprobada. Es necesario
entender que la visión de Dios contradice completamente la del mundo.

Así mismo, las actitudes dentro del noviazgo deben evidenciar que cada uno
de los dos ha tenido un nuevo nacimiento y que no son las obras de la carne o
el viejo hombre (las actitudes que en el pasado se vivieron y se aceptaron,
cuando Cristo aún no era el dueño y Señor de nuestras vidas), las que rigen
nuestras decisiones, acciones y pensamientos.

“Respondió J esús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no


naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo
puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez
en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te
digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el
reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del
Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer
de nuevo. El
viento sopla de donde quier e, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene,
ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.”

Juan 3:3-8, RV60

El noviazgo que todo verdadero hijo/a de Dios debe anhelar, es aquel que
evidencia a Cristo, aquel que busca pensar y actuar como Él lo haría.

“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús.”
Filipenses 2:5, RV60

Todo esto conllevaría a una relación en la que la pareja estaría dispuesta, por
encima de todo, a esperar la voluntad de Dios, a honrarlo y respetarlo,
mostrando de esa misma manera honra y respeto hacia a la otra persona (a
quien se dice amar), viviendo en santidad, no haciendo nada indebido y sin
egoísmo, tal como lo describe el tratado del amor en 1 Corintios 13. Dios es
amor y quien decide llevar una relación de esta manera, lo hace en el
verdadero amor, o sea, en Dios. Es pues fácil concluir, que quien decide
hacer las cosas a la manera de Dios, es quien realmente ama.

Qué importante es tratar temas como estos, pues es en la etapa del noviazgo
cuando comienzan a identificarse actitudes, reacciones y demás cosas que
habían estado ocultas durante el cortejo; también durante ese tiempo, se
empieza a conocer más cercanamente a la persona y comienzan a relucir de
cierta forma emociones y verdaderas motivaciones -que aunque menores en
intensidad en esta etapa del noviazgo, pueden potenciarse o ser
completamente evidentes en el matrimonio-, que evidencian el verdadero
carácter, al exponerse a situaciones de conflictos, discusiones o diferentes
circunstancias. Por eso la importancia de reconocer si la persona con la que
decidiste iniciar una relación de noviazgo, es realmente un hijo/a de Dios y
no alguien que mostró una apariencia para lograr estar contigo.

“N o os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué


compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con
las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial (o el diablo)? ¿O qué parte
el creyente con el incrédulo?”

2 Corintios 6:14-15, RV60

Existe un programa de televisión del canal Natgeo que llama mucho nuestra
atención: "Do or Die"; su traducción literal al español sería, "Hacer o Morir",
pero la traducción que le han dado es "Muévete o Muérete". Es un programa
que muestra situaciones de la vida real (accidentes, desastres naturales, etc.),
de vida o muerte que han ocurrido a diferentes personas, donde el hecho de
haber reaccionado en el momento oportuno y de la manera correcta, les
permitió huir y evitar morir de manera terrible.

De esa misma manera, tan serio como un asunto de vida o de muerte, es que
si durante el noviazgo logras identificar lo que podría estar poniendo en
riesgo tu vida, tu propósito en el Señor y tu futuro, tal como que exista entre
ti y tu pareja un yugo desigual
- el yugo desigual es el compromiso que puede existir entre un creyente y un
no creyente, o entre alguien que es espiritual y alguien que aún vive en las
obras de la carne-, en cuanto al temor que hay en tu corazón hacia Dios, a tu
consagración y a tus sueños con Dios; es mejor que tomes la decisión
correcta mientras aún puedas hacerlo, y que te muevas y huyas de esa
relación y no mueras en el intento.
El tiempo mostrará si la otra persona decide realmente entregarse
completamente al Señor y enamorarse de Él o te dará la razón que la mejor
decisión que tomaste fue no continuar con aquella relación, pues al fin y al
cabo, ¿podrá amarte y respetarte quien no ama ni respeta al Señor?

“El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a
hijo o hija más que a mí, no es digno de mí.” Mateo 10:37, RV60

Si tu novio/a no ama a Dios más que a cualquier otra persona o cosa, tal
relación de noviazgo o si éste llegara a trascender y convertirse en un
matrimonio, muy seguramente en algún momento estará en riesgo, pues su
cimiento no es la roca, no está cimentada en Cristo (Mateo 7:24).

¿Cómo saber si es tiempo de perseverar en la relación que estás llevando o de


moverte para no morir en el intento? En las siguientes páginas lo
descubrirás...
Primera Parte
Descubriendo tu Noviazgo
"Esta es una bella historia que
escribimos tú y yo. Para amarnos todo el tiempo y entregar el corazón".

Cómo Disfrutarlo sin Morir en el Intento

Gerardo y Diana:

Nos casamos después de 2 años de noviazgo y sería mentira decir que durante
este periodo todo fue color de rosa y que no tuvimos momentos de
dificultades y presiones, tanto internas como externas, pues es imposible
pensar que dos mundos completamente diferentes -un hombre y una mujer-,
establezcan el acuerdo de unirse en tal relación previa al matrimonio, para
empezar a trabajar y construir juntos hacia el futuro y el propósito de Dios, y
que no se van a presentar diferencias, roces, tensiones y hasta tentaciones. Un
noviazgo a la manera de Dios, definitivamente no es fácil de llevar; éste
demanda verdadero amor, humildad, muchas veces ceder y hasta morir, para
hacer feliz a la otra persona. Definitivamente, éste es el entrenamiento para
una vida conyugal, en la que no tiene lugar la expectativa de que nos
entiendan y hagan felices, pero sí la decisión de vivir para entender y hacer
feliz a la pareja.
Fue en nuestro tiempo de noviazgo, que empezamos a conocernos más
profundamente, y a prepararnos para la siguiente etapa de nuestras vidas, el
matrimonio, en la que íbamos ya a conformar una familia. En el transcurso de
estos años, recibimos sabiduría de parte del Señor, para huir de toda tentación
sexual, doblegar el orgullo y la ira, y aprender a perdonar y a restituir. Fue en
Dios y en su Palabra, que encontramos las respuestas y la guía que
necesitábamos para vencer todos los enemigos de esta preciosa bendición y
disfrutarla mucho.

Realmente podemos recordar nuestro noviazgo con muchísima alegría y


nunca con frustración, a tal punto que aunque ya llevamos varios años de
casados, dedicamos sagradamente un tiempo especial cada semana y al cual
seguimos llamando “Cita de Novios”, para volver a experimentar ese
conquistarnos, halagarnos, ser especiales entre nosotros, sentir maripositas en
el estomago y vivir nuevas experiencias, como en aquel tiempo de nuestro
noviazgo.
Con el Señor y la guía de nuestros pastores, pudimos desarrollar fundamentos
sólidos de amor, pureza, respeto, confianza y madurez, para enfrentar todas
las adversidades que se presentaron y consolidar nuestra relación, estando
seguros que Dios tenía un propósito para nosotros, al entregarnos este
hermoso desafío. Todo esto, además del hecho de que durante ya varios años
hemos pastoreado decenas de noviazgos, de los cuales muchos se han
convertido en hermosas familias, nos lleva a pensar que tenemos autoridad
para hablar del tema con propiedad y edificar e inspirar a otros a través de
nuestro testimonio, que sí es posible vivir noviazgos sólidos, que se
conviertan en matrimonios exitosos, hasta que la muerte los separe o Cristo
venga por su iglesia.

El libro ¿Vale la pena esperar? Descúbrelo tu mismo, ha inspirado y


desafiado a miles de personas a vivir una amistaden santidad, como la base
de un noviazgo que agrada a Dios. Muestra además los resultados y
beneficios de un noviazgo y un matrimonio que se empiezan a edificar desde
la etapa de la amistad sobre el cimiento más fuerte que existe: Cristo.

Este segundo libro, Noviazgos que sí valen la pena, tiene como enfoque,
orientar a parejas de novios para que puedan desarrollar su relación a la
manera de Dios, potenciando su propósito en Él y llevándoles a comprender
que se han unido para ser mejores de lo que eran cuando estaban solteros,
para que después de un tiempo puedan casarse y de esta manera, formar
familias fuertes y bendecidas.

¡S.O.S.! Se buscan Noviazgos que SÍ Valgan la Pena


La sociedad actual está siendo azotada por una problemática muy delicada;
siendo cada vez más la familia, como núcleo fundamental de nuestra
sociedad, la gran víctima de un intento de reestructuración que está
terminando por deformarla respecto a la idea divina, que desde el principio la
concibió como institución sagrada.

Hoy día es más la gente que se divorcia y cada vez se piensa menos en el
matrimonio a la manera de Dios, entre un hombre y una mujer, como el punto
de partida para constituir una familia; por el contrario, se acepta más la unión
libre y las relaciones sentimentales pasajeras, como la nueva noción de
familia o de simple convivencia.

Por supuesto, la lejanía de Dios y el desconocimiento de su palabra propician


todo este desorden y caos de origen completamente satánico, del cual
solamente podrá salvarnos el volvernos a Dios y a su creación original.
Lo que el mundo dice es que el divorcio está de moda y que el matrimonio no
es necesario, pero son los niños los principales afectados por este flagelo,
pues a falta de un padre, de una madre o de ambos, además de la carencia de
una formación de principios y del carácter, se ven expuestos a sentimientos
de soledad y a cuadros de depresión, que terminan evolucionando a temas
más delicados, como inseguridad, baja autoestima, suicidios y al hecho que
ellos mismos están creciendo sin un modelo que les lleve a soñar con casarse
según el orden y la bendición de Dios.

Toda esta problemática no es ajena a países latinoamericanos tales como


Colombia. Una noticia del Periódico El País de la ciudad de Cali, Colombia,
en su edición del 4 de Marzo de 2015, dice que la familia en Colombia está al
borde del abismo, mientras se transforma para ponerse a tono con los nuevos
cambios sociales y económicos. El país transita por la cuerda floja de la
inestabilidad de pareja, al tiempo que los hijos se asoman al abismo de la
pobreza, el menor acceso a la educación o a un mayor riesgo de enfermedad.
Esta lectura se desprende del estudio titulado “Mapa Mundial de la Familia
2014”, realizado por las entidades Child Trends, Social Trends Institute y
ocho universidades del mundo, incluida La Universidad de la Sabana de
Bogotá por Colombia.

La investigación analiza indicadores de 49 países, incluido Colombia, y su


resultado no es el mejor: el 55% de los niños del país viven con adultos
diferentes a sus padres, haciéndolos vulnerables a la violencia, al
hacinamiento y a los abusos; un 11% vive sin sus dos padres; el 84% de los
bebés nacen de madres solteras; y es el país donde más crece la unión libre
(35%) y cae el matrimonio (19%).

Gerardo y Diana :
Pero, ¿cómo creer en el matrimonio, cuando no se vive un
noviazgo a la manera de Dios?

Ahora el mundo está aceptando nuevas formas de involucrarse


sentimentalmente: el “matrinoviazgo”, los “amigovios” o el “poliamorío”,
que se refieren respectivamente a novios que viven como esposos, amigos
con derechos y a individuos que sostienen amoríos con diferentes personas a
la vez, siendo estos tres "innovaciones" para ensamblar una familia, que
difieren completamente del propósito del Señor y que tienen su fundamento
en la sensualidad y el egoísmo, en la atracción carnal y en ataduras sexuales.

Una mala interpretación del significado del amor, así como el egoísmo, el
pecado y el manejo de sentimientos y relaciones por fuera de la voluntad de
Dios, son los causantes de este desastre que está acabando con la idea de una
verdadera familia en nuestra sociedad actual.

Definitivamente, la transformación de nuestras ciudades y países, comenzará


por la restauración de la familia; por eso es necesario que desde el principio,
las cosas se hagan en el orden y a la manera de Dios. El noviazgo hace parte
de ese principio y por eso, es tiempo de empezar a pensar que éste no es un
juego y que los noviazgos que sí valen la pena,son aquellos que estén
dispuestos a vivir este proceso conforme a los principios establecidos en la
Palabra de Dios, que involucran el amor, el respeto y la santidad, que los
prepararán para asumir un matrimonio que agrade a Dios y que levante
generaciones en el temor y el amor al Señor.
Diana:

Era mi primer año de casada y estaba cursando mi 7o semestre en la


universidad, cuando una de mis compañeras de clase vio mi argolla de
matrimonio; recuerdo que me preguntó de manera
despectiva y un tanto burlesca: “¿Tú eres casada?” A lo cual respondí con
una sonrisa en mis labios: “No sólo estoy casada, estoy felizmente casada”.
En ese momento ella comenzó a reírse y dijo que no podía creer cómo siendo
yo tan joven, había arruinado mi vida con una decisión tan complicada como
lo es el matrimonio. Añadió que ella no creía en el matrimonio y que nunca
pensaría en tener tal compromiso con su novio, y que si algún día tomara esa
decisión, simplemente se irían a vivir juntos.

Esto me llevó a pensar seriamente, en que tal vez esta joven no había visto
modelos que le reflejarán una realidad distinta a los fracasos que
probablemente había experimentado en su propia casa. No es de extrañar que
muy seguramente haya tenido que enfrentar el divorcio de sus padres y esto
haya deteriorado completamente su credibilidad hacia el matrimonio. Lo más
triste de todo, es que la percepción del matrimonio de esta joven, según las
estadísticas, es la percepción del común de la gente en la actualidad.
Gerardo y Diana:

Dios está buscando noviazgos que sí valen la pena,determinados a marcar la


diferencia y a desafiar el pecado de este mundo; por eso queremos invitarte a
que en este mismo instante, junto a tu novio/a, puedan hacer esta pequeña
oración, en la que le digan al Señor que puede contar con ustedes para reflejar
un noviazgo correcto, que honre su Nombre y aporte al cambio de su
generación:

Señor J esús, hoy queremos agradecerte por el privilegio que nos das de
levantar este precioso noviazgo, con el propósito de exaltar tu Nombre. Hoy
nos comprometemos delante de ti, a ser luz para esta generación, tomando la
firme decisión de ser instrumentos en tus manos para

que otr os sean inspirados y desafiados en la santidad, el amor verdadero y


el temor de tu Nombre a través de nuestra relación. Aquí estamos Señor,
dispuestos a ser agentes de transformación para nuestra sociedad; por eso te
pedimos que uses nuestro noviazgo, para bendecir a las personas que nos
rodean y dejar tu Nombre en alto.

Te lo pedimos en el nombre de Jesús, Amén.

El Propósito de un Noviazgo que SÍ vale la pena


Un noviazgo que sí vale la pena, refleja a Cristo y desafía a otros a seguirlo...

Tenemos la responsabilidad de inspirar a nuestra generación, levantándonos


como modelos dignos de imitar y que de esta forma el mundo pueda conocer
la manera correcta de hacer las cosas para tener éxito y encontrar la felicidad.

“V osotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se
puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino
sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre
vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y
glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”

Mateo 5:14-16, RV60


El propósito principal por el cual el Señor te confía un noviazgo, es porque
desea que seas luz en medio de un mundo que está en tinieblas y puedas
inspirarlo a vivir el ideal de Dios a través de una relación que refleje a Cristo.

El ideal del Señor al crear el matrimonio, fue formar familias sólidas,


responsables y que den mucho fruto en cada área de la vida, pero no se puede
llegar allí si no se lleva un noviazgo en orden y plenamente guiado por Dios y
su Palabra.

Seguramente te estarás preguntando: “¿Cuál es el propósito de Dios para mi


noviazgo?” Pues bien, éste se resume en dos cosas: la primera, es ser y la
segunda es hacer; pero ¿ser como quién? Obviamente ser como Cristo; y
¿hacer que? Hacer lo que Cristo hizo: Establecer el Reino de Dios, estar en
los asuntos del Padre y hacer discípulos.

Gerardo y Diana:
En nuestra etapa de novios, fueron muchas las personas que nos buscaban
para que oráramos por ellos y decirnos, “Yo quiero que mi noviazgo sea
como el de ustedes”, “Yo quiero conseguir una novia que me sea fiel”, “Yo
quiero dejar de fallarle a Dios y vivir un noviazgo en santidad”… Para
nosotros esto llenaba nuestro corazón de mucha alegría y satisfacción, pues
sabíamos que eso era justamente lo que Dios quería que fuéramos, tierra
deseable, con testimonios dignos de imitar. Qué bueno que tú y nosotros
podamos levantarnos para decirle a nuestra generación, así como Pablo le
dijo a la suya en 1 Corintios 11:1, con la autoridad de un testimonio que le
respaldaba: “Sean imitadores de mí, como yo de Cristo”. Nuestra generación
busca modelos para imitar, pero lamentablemente no encuentra muchos, pues
la mayoría de los que existen evidencian vidas de perversión sexual,
inmundicia, drogas, infidelidades y cualquier tipo de depravación que refleja
a satanás. Son modelos en las manos del diablo, que en lugar de inspirar a sus
seguidores a una vida con propósito, motivándolos a huir de elementos de
destrucción tales como las drogas, la promiscuidad sexual, el amor al dinero,
las infidelidades y la disolución de hogares, ejemplifican por el contrario, la
destrucción de vidas, matrimonios y generaciones enteras.

Sin embargo, te desafiamos a que cuando los demás, aun a los que no tienen a
Jesús en su corazón, vean tu noviazgo y lo hermoso de una relación que se
cultiva en Dios y en santidad, sean inspirados a seguir a Cristo y a esperar en
el tiempo de Dios por la persona correcta para disfrutar de su bendición y
demostrar que mejores son dos que uno en el Señor, aportando así un granito
de arena en la transformación de nuestra generación.
Las Bendiciones de un Noviazgo Aprobado por Dios.
Gerardo y Diana:

El noviazgo es una etapa de preparación para el matrimonio, en el que el


carácter de la pareja es formado; y aunque en la Biblia no se nombra como tal
la palabra “noviazgo”, el Señor sí nos da algunos principios trascendentales
para una relación prematrimonial.

Poder disfrutar de las bendiciones de Dios es un privilegio y es lo mejor que


le puede pasar a una pareja de novios; pero para poder lograrlo, es necesario
hacer lo que Dios dice, pues sólo cuando le obedecemos, podemos disfrutar
de su favor.

Es claro que el Señor tiene la expectativa de que vivas en santidad en cada


área de tu vida, así como en los diferentes procesos por los que tengas que
pasar. Muchas personas quieren disfrutar de las bendiciones de Dios, pero no
están dispuestos a hacer lo que Dios pide de ellos; por eso, si quieres que tu
noviazgo sea de aquellos que sí valen la pena y que pueda ser bendecido por
Dios, debes ser consciente que sólo Dios aprobará aquel noviazgo que es de
su agrado.

“P orque al hombre que le agrada, Dios le da sabiduría, ciencia y gozo; mas


al pecador da el trabajo de recoger y amontonar, para darlo al que agrada a
Dios. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.”

Eclesiastés 2:26

Las bendiciones que puedes disfrutar en el Señor teniendo un noviazgo que


Él aprueba, son realmente muy poderosas. A continuación te compartiremos
algunas de ellas:

“Mejor es adquirir sabiduría que oro preciado; y adquirir inteligencia vale


más que la plata.”
Proverbios 16:16, RV60

La sabiduría es muy valiosa porque te da respuestas en momentos de


incertidumbre, te fortalece en momentos de angustia, te permite tomar
decisiones acertadas en la vida y promete darte felicidad, larga vida, riquezas,
honra y paz. Por eso, cuando tu noviazgo ha sido aprobado por Dios, puedes
disfrutar de este invaluable tesoro.

“Bienav enturado el hombre que halla la sabiduría, y que obtiene la


inteligencia; porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, y sus
frutos más que el oro fino. Más preciosa es que las piedras preciosas; y todo
lo que puedes desear, no se puede comparar a ella. Largura de días está en
su mano derecha; en su izquierda, riquezas y honra. Sus caminos son
caminos deleitosos, y todas sus veredas paz. Ella es árbol de vida a los que
de ella echan mano, y bienaventurados son los que la retienen.”

Proverbios 3:13-18, RVR60

U n noviazgo que sí vale la pena, es un reto que demandará sabiduría; pero


no tu propia sabiduría, ni tus percepciones u opiniones, sino la sabiduría de
Dios, es decir, la que te conducirá a pensar como el Señor piensa y a
reaccionar correctamente frente a las diversas situaciones que se van a
presentar.

La sabiduría es la capacidad de responder de la manera indicada en el


momento correcto, sea de hecho o de palabra. La sabiduría está regida por el
temor a Dios, el cual es un componente fundamental. Cuando respetas y
honras al Señor, estás desarrollando tu vida en lo que la Biblia llama el temor
a Dios, que no tiene nada que ver con el miedo, sino con buscar agradarle con
amor, llevándote a actuar de manera sensata e inteligente cada día.
Disfruta De lasabiDuría De Dios:
“El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; los insensatos
desprecian la sabiduría y la enseñanza.” Proverbios 1:7, RV60

En el noviazgo debes aprender a ser paciente y a no ser reactivo frente a las


tentaciones, dificultades o momentos de tensión. Este tipo de situaciones son
el escenario adecuado para reflejar la sabiduría de Dios a través de tus actos o
palabras.
Hay una promesa muy especial que cobijará tu noviazgo:

“Y si alguno de v osotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a


todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”.

Santiago 1:5, RV60


Cuando tengas que enfrentarte a decisiones importantes, acciones
significativas e incluso tentaciones, tómate un tiempo para buscar al Señor en
oración y pídele que te llene de su sabiduría, que te muestre cómo piensa Él y
qué haría en tu situación, pues estamos seguros que de Él vendrá la respuesta
correcta a tu petición y a tu necesidad.

U n noviazgo que sí vale la pena, cuenta con la sabiduría de Dios y es capaz


de lograr lo que un noviazgo común no sería capaz. Por eso te invitamos a
marcar la diferencia y permitir que la sabiduría de Dios sea la que guíe tu
vida.

Disfruta De la Paz De Dios:


“Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera;
porque en ti ha confiado.”
Isaías 26:3, RV60

El mundo entero anhela paz y podemos ver en la Palabra, que ésta proviene
de Dios, de saber que sus pensamientos para con sus hijos, son solamente de
bien, tal como lo dice Jeremías 29:11: “Porque yo sé los pensamientos que
tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal,
para daros el fin que esperáis”.Por eso es necesario perseverar en hacer la
voluntad de Dios, porque entonces, la seguridad de estar agradando al Señor
y de estar haciendo las cosas a su manera, llenará nuestros pensamientos y
nuestro corazón de paz, al tiempo que nos inspirará a seguir perseverando y
confiando en Él. Es una certeza y una convicción muy profundas que al estar
entregando por completo el dominio de nuestras vidas a nuestro Padre
celestial, Él siempre obrará para bien. Recordemos que su voluntad es
“buena, agradable y perfecta”(Romanos 12:2).

En pocas palabras, el hecho de saber que nuestras vidas están cubiertas por el
Señor, que es Él quien nos defiende, pelea por nosotros y cuida de nuestras
vidas y de lo que amamos, así como de su propósito en nosotros, nos
permitirá estar tranquilos y gozar de su paz en todo momento, aunque éste
sea de angustia, de circunstancias adversas y hasta de opresiones espirituales.
Esto mismo aplica para la bendición del noviazgo, al permitir que se
desarrollen relaciones que descansan en la paz de saber que su presente y su
futuro están en Él, no sólo con lo bueno, ni siquiera con lo excelente, sino
con lo perfecto.

En el noviazgo aparecen tensiones de cualquier tipo: sexuales, de carácter, en


la familia, etc. Pero, ¿te imaginas no tener que angustiarte por nada? Esto
pareciera imposible. Sin embargo, lo que el Señor quiere enseñarte es que en
Él puedes aprender a vivir de esta manera y por eso, te entrega esta bendición
llamada paz.
Será entonces tu confianza depositada en Dios, la que te llevará a cambiar tus
preocupaciones por oraciones, conduciéndote a estar más conectado a Dios y
a su voluntad, para fortalecer tu espíritu y no permitir que termines
reaccionando en la carne.

Otro enemigo de la paz que se levanta con mucha fuerza en las relaciones
sentimentales, aun entre cristianos, son los celos; éstos no son más que la
desconfianza o falta de credibilidad frente a la fidelidad que uno de los
miembros de la relación puede profesar hacia el otro. No pareciera lógico que
estos enemigos de noviazgos y matrimonios pudieran estar presentes,
atacando, debilitando y desestabilizando lo que Dios ha confiado a la pareja
como bendición.
De nuevo, es necesario pensar en:

• ¿Qué está desestabilizando la relación?


• ¿Qué está generando duda en alguna de las partes o en ambos?
• ¿Habrá algo que se está viviendo por fuera de la voluntad de Dios?
• ¿Hay heridas del pasado que no han sido sanadas?
• ¿Alguna actitud de tu pareja generó desconfianza en ti?

Lamentablemente, ha habido amistades tormentosas que han dado a luz


noviazgos inestables, que siguen marcados por las heridas de desilusiones
pasadas, pecado dentro de la amistad, irrespeto, etc. Otro detonante de los
celos y de la inseguridad dentro de la pareja de novios, es el pecado moral,
que como todo pecado genera tormento y culpabilidad. Además de esto, la
falta de comunicación y de hablar con toda la verdad, sólo la verdad y nada
más que la verdad, debe estar presente.

Los pensamientos de Dios nunca estarán por fuera de la verdad, como sí lo


está el diablo, quien es el padre de la mentira (Juan 8:44). Te desafiamos a
que si las cosas dentro de tu relación no han tenido como fundamento la roca,
sino el pecado, busques ayuda y restauración en tu autoridad (Pastor, líder),
para que puedas ser guiado en un proceso de santificación y de esta forma,
quitarle toda autoridad al diablo, cerrarle toda puerta al enemigo y sanar y
fortalecer completamente tu corazón para vivir no sólo un noviazgo, sino un
matrimonio de paz, de bendición y de gozo durante toda tu vida.

También es muy importante que juntos, tu novio/a y tú, tomen la decisión de


siempre hablarse con la verdad, de no tener secretos, ni aparentar, sino de ser
muy diáfanos, transparentes y sobretodo, íntegros.

Qué importante es la integridad. Ser íntegro significa estar completo, que no


le falta ninguna de sus partes. Cuando una persona es integra, no le falta su
esencia que es la santidad y el temor a Dios, esté donde esté. Sea en el
trabajo, en el lugar de estudio, en su casa, en la iglesia, delante de la gente, de
su novio/a o hasta en un lugar privado como el baño, la persona íntegra no
faltará a sus principios, sino que se mantendrá completamente firme en ellos.

Gerardo:

Aunque durante nuestro noviazgo no podíamos pasar mucho tiempo juntos,


por mi trabajo y sobre todo, porque mi amada princesa estaba en la
universidad y a veces sus horarios eran todo el día, aun así ninguno de los dos
estábamos preocupados el uno por el otro, como para estar celándonos. A
veces teníamos días sin vernos y sin hablar, y no por esto nos estábamos
sofocando el uno al otro con llamadas para cuestionarnos qué estábamos
haciendo, con quién estábamos y menos, preocupados por infidelidades.

Diana:
Desde nuestra amistad se generó una confianza tan sólida entre los dos, que
el tema de los celos nunca estuvo presente entre nosotros. Puedo decir con
certeza, que lo que fortaleció nuestra seguridad del uno hacia el otro, fue el
temor y el respeto por Dios que mostramos por encima de todo, desde la
amistad. Desde que éramos amigos, pude percibir a mi amado hablando
siempre con la verdad, siendo muy serio, guardando sus distancias con el
sexo opuesto, y además de esto, siempre nos cuidamos de no fallarle al
Señor. Conocer su integridad, me dio paz durante todo nuestro noviazgo y
continúa haciéndolo ahora después de varios años de casados.

Gerardo:

En realidad, nunca supe qué fue celar a mi preciosa en aquellos días de la


universidad en que no la veía, que estaba en un lugar lejos de mí,
compartiendo con otras personas, incluyendo a otros hombres que muy
seguramente tenían mejor apariencia que la mía y a quienes sé, porque ella
me lo contaba, que les llamaba la atención y admiraban su belleza y el hecho
de que fuera diferente a todas las demás jovencitas que ellos conocían. El
hecho de estar tranquilo frente a todo esto, no significaba que yo no la amaba;
por el contrario, estaba y estoy loco de amor por ella, pero me llena de paz y
de tranquilidad, el hecho de que sé que es una mujer íntegra que ama y teme a
Dios por encima de todo, y que nunca permitió ni permitirá que algo venga a
entrometerse en su relación con Dios y en la nuestra.

Diana:

Para mí, mi esposo es el hombre más hermoso que existe y aún así, mi
corazón siempre estuvo tranquilo en nuestro noviazgo, porque sabía quién era
él: un hombre íntegro que ama y teme a Dios por encima de todo, y que
nunca permitió ni permitirá que algo venga a entrometerse en su relación con
Dios y en la nuestra.

Gerardo y Diana:

Nuestra relación siempre se ha caracterizado por no tener secretos y por


hablar siempre con la verdad. Desde que comenzamos nuestro noviazgo,
decidimos compartirnos hasta las contraseñas de todas nuestras redes
sociales. Desde siempre, hemos tenido acceso a nuestros celulares y a las
claves para desbloquearlos. Definitivamente, el que nada debe, nada teme;
aunque sí nos debemos a algo, a nuestro amor por Dios y a nuestro amor el
uno por el otro. ¿Estarías dispuesto/a a tener tal apertura con tu novio/a, para
que tampoco haya ningún secreto entre ustedes?

Paz es igual a feliciDaD…


Cuando no hay paz, es imposible disfrutar de la relación; por eso, cuando se
presente alguna situación de angustia, debes pensar que Dios está de tu lado,
que cuentan con su respaldo y que nada ni nadie podrá hacerles frente en
todos los días de sus vidas. Te aconsejamos que en cualquier momento en
que aparezcan tensiones por cualquier situación, te juntes con tu novio/a,
hagan un alto en el camino y oren, para que después puedan tomar decisiones
que alimenten la paz, la tranquilidad y la seguridad entre ustedes.

“P or nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante


de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios,
que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús.”

Filipenses 4:6-7, RV60

¿Qué les preocupa? ¿Por qué están angustiados? ¿Habrá algo imposible para
Dios? La solución que el mismo Dios sugiere para los problemas que
producen angustia y afán, es ésta: habla con Él y cuéntale tus peticiones en
oración, ruego y acción de gracias, y el resultado que es la paz de Dios, la
única y verdadera paz que comienza en el interior y que después se
exterioriza con gozo y alegría, te guardará de cualquier situación adversa que
quiera destruirte a ti y a tu pareja.
Para el mundo, la paz es la ausencia de problemas o pensar positivamente,
pero la verdadera paz es tener la seguridad en tu corazón que Dios tiene el
control de tu vida y de tu noviazgo y que todo va a estar bien, pues el destino
para tu noviazgo ya fue trazado por Dios y en Él tendrán la victoria sobre
cualquier problema, oposición o tentación que enfrenten.

Disfruta Delamor De Dios…


Cuando tu noviazgo cuenta con la aprobación de Dios, podrás disfrutar del
amor verdadero.

Los Noviazgos que SÍ Valen la Pena, Prevalecen a Pesar de las


Tormentas más Fuertes…
“Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos.”
Cantares 8:7, RV60

Dios te ha confiado un noviazgo para que juntos puedan cumplir su


propósito, pero eso no quiere decir que éste vaya a ser perfecto, porque
noviazgos perfectos no existen. Tu noviazgo debe probar que está cimentado
sobre la roca, pues en esta etapa los dos serán probados por fuego, y saldrá a
relucir de qué están hechos sus corazones.

La Biblia nos enseña en 1 Corintios 13, cuáles son los atributos del amor, es
decir, de Dios:

“E l amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es


jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se
irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la
verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.”

1 Corintios 13:4-7, RV60

E l noviazgo que sí vale la pena… es sufrido. Ambos deben ser conscientes


de que el Señor permite las tormentas para probar la obra y éstas tienen el
poder de acabar una relación o de fortalecerla, dependiendo del fundamento
de esa relación, porque el verdadero amor nunca se acaba.

El versículo 7 dice que el amor “todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera,
todo lo soporta”. Detente por un momento y piensa a qué se refiere Dios
cuando nos dice esto en su Palabra o por qué razón el amor tiene la capacidad
de sufrir, esperar y soportarlo todo, no sólo ante algunas ofensas o problemas,
sino en todo momento.

Lo que sucede es que el amor es la decisión más hermosa y profunda que


puede manifestar un corazón. El amor tiene la capacidad de decidir sufrirlo y
soportarlo todo, esto es, saber sufrir y soportar los errores y las injusticias que
provienen de la imperfección de tu novio/a, y aceptarlo/a tal como es; así,
siendo paciente y motivándole con mucha paciencia, sin asperezas y sin dejar
de creer que va a mejorar aquellas áreas en su personalidad y en su carácter
que no le identifican con Cristo.

E l noviazgo que sí vale la pena… es benigno.Esto se refiere a que el amor es


servicial y nos lleva a tratar a los demás con amabilidad y respeto. La honra
en el noviazgo es un pilar fundamental, pues cuando en tu corazón tienes la
conciencia de cuán valiosa es la persona que dices amar, harás lo posible por
hacerla feliz.

Por eso, el noviazgo que sí vale la pena…


s abe escuchar: Si quieres honrar a tu novio/a es necesario que le escuches sin
interrumpirlo/a, sobre todo cuando hay cosas que le incomodan o le están
haciendo sentir mal o incluso, atentando contra el bienestar de la relación.
Demuestras la bondad de tu amor, en la medida en que te pones en el lugar de
la otra persona y te preguntas cómo podrías mejorar tus desaciertos sin
justificar tus errores.

s abe hablar: Cuando vayas a hablarle a tu novio/a busca siempre las mejores
palabras y el mejor tono, para lograr una buena comunicación; sobre todo,
cuando necesitas hacerle caer en la cuenta de algún error. Definitivamente lo
que hará que el corazón de la otra persona no se cierre para recibir lo que
quieres decirle, será que pongas todo de tu parte para hablarle con amor y
amabilidad, sin ira ni irritación y mucho menos alzando la voz. Tendrás que
hacer uso de sabiduría y escoger muy bien tus palabras (Colosenses 4:6),
suaves y tiernas que mantengan a tu amado/a receptivo/a y le inspiren a
reconocer sus errores y a cambiar.
s iemPre Piensa: “Si mi novio/a fuera el Señor Jesús, ¿cómo le hablaría? Pensar
así sacará las mejores palabras de tu corazón, para tratarle con amabilidad y
aprovechar cualquier oportunidad para hacerle sentir honrado/a y valorado/a.

Aprende también a bendecir, a elogiar y a hablar siempre positivamente de tu


novio/a con los demás.
El noviazgo que sí vale la pena, no es egoísta…

“P ara poder amar, debes aprender a abandonar tu propia felicidad.”


Apóstol Jhon Milton Rodríguez

El amor de Dios nos inspira a despojarnos del egoísmo, pues este amor
genuino da con generosidad y no busca lo suyo. Esta clase de amor va en
contra de nuestras expectativas naturales y de nuestro corazón, que es por
naturaleza egoísta; pero es posible que puedas practicar esta clase de amor
cuando Dios gobierna tu vida y tu relación, de modo que puedas poner tus
deseos y opiniones a un lado para dar amor a tu pareja sin esperar nada a
cambio.

En esta etapa tendrás que practicar mucho esta virtud, pues los problemas, los
propios puntos de vista y los gustos personales, serán los escenarios en los
que ejercitarás Hechos 20:35: “…Más bienaventurado es dar que recibir”.

Gerardo y Diana:
Una vez aprendimos de nuestro pastor que todo lo que hagamos
debemos hacerlo con amor y que el amor obliga y compromete. Cuando amas
como Dios ama, adquieres un compromiso y una
obligación, pues habrá momentos en los que harás las cosas por
satisfacer a tu novio/a, obviamente en el Señor y siempre dentro
de los parámetros de la santidad y la honra, no porque quieras
hacerlo, sino porque el profundo amor que te compromete con el
bienestar de la relación, te obligará a negarte a ti mismo/a para
hacer feliz a tu pareja. La obligación hace parte del amor, pues el
amor no depende del deseo, sino que se enfoca en obligaciones.

Gerardo y Diana:

Amar a la manera de 1 Corintios 13, levantará y fortalecerá tu relación de


noviazgo y te preparará para el matrimonio, pues aquello de lo cual alimenten
su noviazgo, potenciará el matrimonio para bien o para mal. Así que manos a
la obra y a practicar lo que agrada a Dios para ver excelentes resultados.
Segunda Parte
Tu noviazgo en relacion con…
"Gr acias Padre por unirnos y en
tu propósito hacernos brillar.
Cada día viviremos para ti".

Tu Noviazgo y Tu Relación con Dios.


“Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu
alma, y con toda tu mente.”
Mateo 22:37, RV60

Gerardo y Diana:
Escuchamos una vez a alguien decir: "No le abras tu corazón a
alguien que ni siquiera abre la Biblia".

De la misma manera que el fabricante saca al mercado su producto


acompañado de un manual de instrucciones que garantiza que el producto
funcione correctamente, cumpla la labor para la cual fue fabricado y no se
deteriore con el tiempo, nuestro Creador ha provisto un manual de
instrucciones para que nos guíe y nos permita funcionar bien y ser
victoriosos. Ese manual es la Biblia.

La Biblia es nuestra guía para conocer qué agrada o desagrada al Señor, cuál
es el camino a la prosperidad, a la libertad, a la paz, al gozo y lo que es más
importante, al cielo. La Palabra de Dios y
la oración, son en realidad nuestra esencia como hijos de Dios. No nacimos
aprendidos, pero tenemos la oportunidad de ser guiados en el camino de
nuestras vidas a través de estas dos poderosas herramientas, a las que
tristemente muchos no dedican el tiempo suficiente, ni le dan verdadera
relevancia.

En el afán del día a día, muchas personas dan mayor trascendencia al trabajo,
al estudio y a las labores diarias, le dedican más tiempo a su novio que a
pasar tiempo con Dios y su Palabra y fortalecer esta relación, lo que conlleva
a que se viva de una manera natural y carnal, no espiritual, tomando
decisiones guiadas por la propia sabiduría, las cuales finalmente estarán
regidas por circunstancias, situaciones, emociones y por la misma carne.

"Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas
salud, así como prospera tu alma." 3 Juan 2, RV60
Cuando el apóstol Juan le escribe estas palabras a su amigo Gayo, lo que está
haciendo es declarar lo que Dios deseaba para su vida y para la nuestra. Dios
desea que nuestra alma sea próspera, pues Él sabe que en la medida en que
aprendamos a prosperar espiritualmente, también encontraremos la
prosperidad en todas las demás áreas de nuestra vida. Por eso, aunque el
Señor desea que abundemos en todo, espera y anhela que lo hagamos
principalmente en nuestra área espiritual.

Nuestra prosperidad física y emocional, dependerán completamente de


nuestra prosperidad espiritual.

"P orque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para
todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera."

1 Timoteo 4:08, RV60

En este versículo, la palabra piedad proviene de la raíz griega eusebia( eu,


bien y sebomai,ser devoto), refiriéndose en su contexto a que lo que
realmente tiene provecho en esta vida y que tiene promesa aun para la
eternidad, es la devoción a Dios, o sea, buscarle con todo el corazón y
procurar lo que a Él le agrada.

Vivir una vida de devoción a Dios, en la que le buscamos a través de la


oración y de su Palabra, es lo que nos permite conocerle, amarle, recibir su
revelación y sobretodo, permanecer en Él para vivir a su manera, resistir los
ataques de este mundo y poder dar mucho fruto, lo que permite que se
cumpla lo que dice Juan 15:5: "Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que
permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí
nada podéis hacer".

La verdadera devoción a Dios es la llave de la prosperidad espiritual y por


ende, de la prosperidad física y emocional, y del éxito en una relación
sentimental.

Encontramos unas frases bastante impactantes y confrontadoras acerca de la


oración:
"El que se arrodilla ante Dios sabrá estar en pie ante cualquier situación
difícil."
“La distancia entre un problema y su solución es la distancia entre tus
rodillas y el suelo."
Leonard Ravenhill (1907-1994). Evangelista inglés.
“Nunca eres tan grande, como cuando te arrodillas delante de Dios."
Albert Einstein (1879-1955).
"La oración debería ser la llave del día y el cerrojo de
la noche."
Thomas Fuller (1610-1661). Historiador inglés.

Entre otras enseñanzas acerca de la oración que el Señor Jesús impartió en


Lucas 18:1, está específicamente la necesidad de orar siempre y no desmayar,
pues Él sabía claramente que sólo una profunda relación con Dios, nos
permite ser fructíferos en esta vida.

No nacimos aprendidos y realmente nadie diferente a nuestro Creador puede


enseñarnos a ser seres humanos: hijos, padres, esposos, etc.; y si hablamos
del noviazgo, sí que necesitaremos en esta etapa de nuestras vidas, la guía y
la dirección de Dios que podremos encontrar en la oración y en su Palabra.

Se ha dicho que el noviazgo es una antesala a un compromiso más serio,


porque en él se toma la decisión de seguir o no seguir, hacia uno de los
compromisos más sagrados que existen en esta vida: el matrimonio. ¿Cómo
tomar una decisión correcta a la hora de casarse, si no es siendo guiado por
Dios? ¿Cómo saber si al final, la persona que estás escogiendo es aquella con
la que Dios quiere que compartas el resto de tu vida, si no le preguntas a
Aquel que conoce hasta lo más profundo de tu corazón y del corazón de tu
novio/a, así como tu destino, tu futuro y tu propósito en esta vida? Sin una
relación de intimidad con Dios y con su Palabra, no es posible.

Si Dios nos ha dado herramientas tan poderosas, como la oración y la Palabra


que hace prosperar nuestro camino (Josué 1:8), que nos capacita (2 Timoteo
3:16-17), nos limpia (Salmos 119:9) y nos enseña la verdad (Salmos
119:160), ¿cómo no hacer de ellas lo más importante de nuestras vidas y
dedicarles el tiempo suficiente cada día?

Gerardo:

En nuestra etapa de noviazgo, siempre me inspiró en gran manera el amor y


la pasión que mi novia tenía (y aún tiene) por el Señor; siempre antes de
hacer cualquier cosa, lo primero a lo cual ella dedicaba esa primera hora de la
mañana, antes de ir a su universidad o de atender las múltiples
responsabilidades de su ministerio (el cual nunca vi que menguara en fruto,
sino que por el contrario crecía y se multiplicaba cada vez más) o con la
compañía de danzas que dirigía en la iglesia, era a buscar a Dios. Nunca
dejaba a Dios esperando, pues entendía que más importante que cualquier
compromiso, era la cita de amor que debía tener con el Señor cada mañana.
Aquella era la cita de amor donde el Señor siempre le iba a hablar, le iba a
revelar su propósito y le daría sabiduría para desarrollar cada área de su vida,
incluyendo nuestro noviazgo.

Cómo me inspiraba mi preciosa novia, cuando me contaba acerca de los


dibujos, de las cartas de amor y los poemas que le hacía a Papá Dios, en
aquellos preciosos tiempos de intimidad; eso sin contar las canciones que le
componía y los hermosos pasos de danza que ejecutaba con amor para quien
siempre ha ocupado el primer lugar en su corazón. Todo esto realmente me
inspiraba y me desafiaba a estar más en intimidad con el Señor.

Diana:

Si algo sabía era que mi precioso novio no iba a negociar su intimidad con
Dios por absolutamente nada. Él siempre hacía su devocional y en muchas
ocasiones tuvimos la oportunidad
de compartir lo que el Señor le hablaba y que él escribía en su cuaderno; era
tan profunda la revelación de la Palabra, que muchas prédicas salieron de
esos tiempos de intimidad que mi novio tuvo con el Señor durante esta etapa.
Cuán orgullosa me sentía de tener como novio a un hombre apasionado por la
presencia de Dios, que siempre en sus mañanas tenía su cita con Él junto a
una tasa de café, que no podía faltar. Sólo podía agradecerle a Dios que me
hubiera confiado a un hombre con un nivel de intimidad tan profundo con Él
y con su Palabra, lo cual me inspiraba cada día más.

Gerardo y Diana:

Es necesario entender que Dios no confía relaciones sentimentales, para que


en lugar de relacionarnos más profundamente con Él, nuestro único enfoque
llegue a ser la persona a la cual "amamos". Escribimos esta palabra entre
comillas, porque es claro que una relación que dice ser de amor, sin Dios que
es amor, no es realmente lo que dice ser.

El noviazgo, como toda bendición, va a requerir madurez de carácter para que


mientras dure, sea una bendición del Señor para la pareja y para el propósito
y el Reino de Dios. Aquella madurez sólo podemos encontrarla en el Señor,
en intimidad con Él, pasando tiempo en su presencia, meditando en su
Palabra y tomando determinaciones de obediencia frente a ella. Hay muchos
enemigos que quieren levantarse para dañar el propósito del noviazgo, entre
ellos la fornicación, los pleitos, la ira, el orgullo, etc., y realmente la única
forma de enfrentarlos y vencerlos es viviendo en el espíritu, aprendiendo a
menguar nuestra naturaleza carnal y a llenarnos de la naturaleza santa de Dios
y de su sabiduría, al pasar tiempo en oración, en ayuno y en comunión con la
Palabra. En el Señor encontrarás todo lo que necesitas para tu vida, para tu
noviazgo, para tu futuro matrimonio y todos los sueños que haya en tu
corazón.

En Él están las fuerzas para decir “no” a la inmundicia sexual y huir de ella,
aprender a ser humilde, agachar la cabeza y pedir perdón, saber cuándo el
noviazgo o cualquier área de tu vida puede estar tomando un rumbo diferente
a la voluntad del Señor y poder tomar decisiones que siempre le agraden y le
honren a Él.

Tu Noviazgo y la Relación con Tu Familia y la Familia de Tu


Novio/a
Un noviazgo en el Señor es realmente muy diferente a un noviazgo del
común de la gente o del mundo. Al hablar del mundo, es necesario entender
que la Biblia no se refiere al ambiente que nos rodea, a nuestro entorno o a
nuestro planeta, sino a todo aquello que está por fuera de la voluntad de Dios.
En pocas palabras, aunque pertenezcamos al mundo físicamente hablando, no
pertenecemos a él, ni en nuestro espíritu, ni en nuestra voluntad, los cuales
pertenecen completamente a Dios; esto es lo que permite que nuestras
decisiones sean guiadas por Él y que podamos vencer al pecado, la tentación
y la corriente de este mundo.

“H ijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que
está en vosotros, que el que está en el mundo.”
1 Juan 4:4, RV60

Tener dentro de ti al Señor, que es mayor que el que está en el mundo, te hace
superior a todo lo que en la carne acepta el común de la sociedad que no tiene
a Cristo en su corazón.

Un noviazgo en santidad, en temor a Dios, que antepone a Dios y su


propósito a sensaciones, motivaciones y diferentes impulsos carnales, no es
definitivamente lo común y mucho menos lo que la mayoría de la gente
estaría dispuesta a buscar, pues como todo lo que es de Dios, para dar fruto
en Él, primero debe morir, tal como el grano de trigo del que habló el Señor
Jesucristo en Juan 12:24. Ese morir, como lo hemos hablado hasta ahora, es
esperarlo todo, sufrirlo todo, no buscar lo suyo de manera egoísta, etc. Morir
para hacer la voluntad de Dios, es el verdadero amor.

“E llos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye.
Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios,
no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.”

1 Juan 4:5-6, RV60

El mundo habla de pecado, de relaciones sexuales prematrimoniales, de “dar


la pruebita de amor” (argumento con el que muchos hombres y hasta mujeres,
engatusan o manipulan a sus parejas para obtener sexo, siendo según ellos, la
evidencia de que realmente los aman, que se van a entender en el matrimonio
y que en algunos casos, ponen como condición para continuar la relación).
Esto es lo que el mundo habla, oye y conoce como amor, pero no es más que
un espíritu de error y los que decidimos pertenecer a Dios, conocerlo y oírlo
solamente a Él, los que conocemos y tenemos el espíritu de la verdad, somos
muchas veces menospreciados y mal vistos por la gente del mundo.

El mundo llama “retrógrado” al que guarda su área sexual para el


matrimonio, al que es respetuoso y casto para hablar, al que es caballero y a
la que se porta como una dama. Es realmente una persona extraña, aquel
hombre que antes de iniciar una relación de noviazgo con una mujer, busca a
sus padres, que son la primera autoridad que Dios ha instituido desde el hogar
y los directamente responsables delante de Dios, por aquella mujer mientras
ésta viva con ellos (eso sin contar con que son ellos los que han visto por ella
y la han criado, alimentado, vestido e invertido en su preparación intelectual).
Lo que el mundo ve con ojos de desacuerdo y desaprobación, es lo que Dios
aprueba y bendice, cubriendo el mandamiento de honrar a los padres, con una
enorme promesa de bendición y prosperidad para sus matrimonios y sus
generaciones.

“Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con


promesa.”
Efesios 6:2, RV60

Este tipo de noviazgos el mundo no los conoce, son noviazgos extraterrestres;


pero al fin y al cabo, eso somos los que hemos decidido vivir para Dios y no
para el mundo, sabiendo que sólo estamos de paso por esta vida, pero que
nuestra ciudadanía está en el cielo.

“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al


Salvador, al Señor Jesucristo.”
Filipenses 3:20, RV60

Profundizando un poco más en el tema de la honra a los padres y de la


familia, se debe tener muy claro que el éxito del noviazgo dependerá en gran
parte que éste se desarrolle dentro de los parámetros del respeto, la honra y el
amor que cada quien dentro de la pareja, debe profesar tanto por su propia
familia, como por la familia de su novio/a. Nada peor que noviazgos a
escondidas de los padres o que deshonran a la familia. Quien olvida esto en el
noviazgo, también está olvidando que por más bonita que parezca la relación
o por muy enamorados que estén, primero fueron su familia y sus padres
antes que su novio/a, y que si el noviazgo trasciende a un matrimonio, la
pareja no solamente se estará casando el uno con el otro, sino también con
sus familias. Tampoco puedes olvidar que algún día serás papá o mamá y vas
a querer sembrar ahora la honra hacia tus padres, para cosechar esto mismo
cuando llegue el momento.

Qué importante es también considerar, que el éxito del noviazgo dependerá


también de valorar la confianza que los padres de tu novio/a están
depositando en ti, cuando avalan tu relación y por ende, te abren las puertas
de su casa y su familia. Dicha confianza debe ser retribuida con respeto y
honra. No visitar a tu novio/a cuando éste/a está solo/a en su casa, no hacer
visitas en el cuarto, respetar las reglas que tanto la familia de tu novio/a como
tu propia familia han establecido en el hogar de cada quien: horarios de
llegada, tiempo de familia, tiempos para hacer el altar familiar, tiempos para
cenar juntos, etc., son elementos que se deben obedecer y respetar mientras
vivas bajo el mismo techo de tus padres o de la persona que responde por ti.

Por otro lado, si tú te sostienes financieramente a ti mismo y ya no vives con


tus padres, puedes estar pensando que éstas recomendaciones no aplican para
ti; pero la verdad, querido/a amigo/a, es que el principio de honrar a los
padres no tiene edad y Dios espera que lo hagamos toda la vida, aunque ya no
vivamos bajo su mismo techo. Adicional a esto, el hecho de que tú mismo/a
establezcas reglas en tu propia casa, como nunca estar a solas con tu novio/a,
tener horarios de llegada, no recibir visitas en el cuarto, etc., no sólo te
guardarán de pecar, sino que también guardarán tu testimonio y el de tu
pareja.

no se esta PerDienDo un hijo/a, se esta gananDo otro hijo/a…


Gerardo y Diana:

Nuestro amor y respeto por nuestros padres, siempre fue y ha sido algo
primordial en nuestra relación, aun después de varios años de casados.

Gerardo:

Siempre fue importante para mí honrar a los padres de mi amada y contar


desde el primer momento con su autorización para iniciar nuestro noviazgo
(puedes ver todos los detalles en nuestro libro “¿Vale la pena Esperar?”).
Esto nos ha llevado a experimentar gran bendición en nuestra relación,
además de permitirnos ver que como contamos con ellos desde el principio
para honrarlos, aún seguimos contando con su bendición y con una excelente
relación, a tal punto que los mismos padres de mi esposa no sólo dicen que
yo soy su hijo, sino que literalmente me tratan como tal; al mismo tiempo,
además de ser mis pastores y mis autoridades espirituales, yo los siento como
mis segundos padres, sin demeritar a mi propia madre y a mi padre que ya no
está con nosotros, que para mí son únicos y los amo con todo mi corazón,
pues de ellos aprendí de primera mano el respeto, la honra y la
caballerosidad.

Desde el inicio de nuestra relación de noviazgo, los padres de mi princesita


empezaron a ver que no estaban perdiendo a su amada hija, sino que estaban
ganando a otro hijo, muy caballeroso, respetuoso y como si fuera poco ¡muy
hermoso! Prueba de todo esto, es que siempre que como familia celebramos
un cumpleaños, un grado o cualquier otro logro, nos reunimos para compartir
juntos. Mis suegros, mis cuñados, mis hermanas y por supuesto, mi mamá,
celebramos como una sola familia que somos.

Diana:
Mi suegrita, que es como de cariño trato a quien es para mí como una
segunda mamá, es una mujer muy elegante, tierna y amorosa, y desde el
inicio de nuestro noviazgo, tuvo la claridad que mi propósito era siempre
honrarla y no competir con ella, ni quitarle su lugar de mamá de mi novio.

Gerardo y Diana:

Desde que iniciamos nuestra relación de noviazgo, definimos tiempos para


salir solos –eso sí, cabe aclarar que a lugares públicos y muy concurridos,
para evitar cualquier tentación-, pero también tiempos para visitar a nuestros
padres, salir con nuestros hermanos, ir a cine como familia, comer juntos, etc.
Todo esto continuamos haciéndolo aún ahora después de varios años de
casados, y sigue siendo una tremenda bendición que sabremos enseñar y
cosechar en nuestros hijos.

No pretendas en el noviazgo alejar a tu pareja de su familia. Tampoco en el


matrimonio, pues no solamente estarías pretendiendo sacar de la vida de
quien amas, a quienes él/ella ama, cuando el amor no hace nada indebido y
esto lo es; en un futuro, una mala relación con tus suegros privaría a tus
propios hijos
de disfrutar de la compañía y enseñanzas de sus abuelos, siendo ésta una
posición egoísta, cuando en realidad el verdadero amor no busca lo suyo.

Si las cosas no iniciaron bien con los padres de tu novio/a, no quieras hacerte
el de la “vista gorda”. Empieza a darles el lugar de honra que ellos merecen y
con mucha sabiduría, respeto y oración, ve ganando su corazón. De seguro el
Señor te dará sabiduría y su favor, para que se lime toda aspereza y desde ya
empiece a perfilarse la familia que serán, pues ese es el deseo de Dios, que la
familia permanezca unida.

Tu Noviazgo en Relación con el Llamado en Dios


Tenemos la certeza que cada bendición que el Señor nos confía, no nos la da
solamente por el anhelo de vernos felices, sanos, libres, prósperos, etc.
Obviamente,
51

como nuestro Padre bueno que es, se deleita en ver que sus hijos
experimentan satisfacción con sus bendiciones, pero tenemos que saber que
también el Señor tiene un propósito con cada bendición que nos entrega.

"Y sabemos que a los que aman a D ios, todas las cosas les ayudan a bien,
esto es, a los que conforme a su propósito son llamados."

Romanos 8:28, RV60

Hay una poderosa promesa en este versículo para quienes aman a Dios: todas
las cosas, por difíciles, incomprensibles o injustas que en algún momento
puedan parecer, al final de cuentas los beneficiarán; pero la Palabra se
complementa diciendo que ésta bendición no solamente viene por amar a
Dios, sino que es para los que además han sido llamados por Él conforme a
su propósito, o sea, no conforme a la carne o a sus propias motivaciones,
caprichos o egoísmo, sino conforme al propósito del Señor.
Según esto, todo en nuestras vidas, incluyendo el noviazgo, será de
bendición, si amamos a Dios por encima de todo y si lo vivimos conforme a
su propósito.

Si aquel que está soltero, ama a Dios y está viviendo conforme a su


propósito, es de esperarse que el Señor esté esperando que si le entrega una
bendición llamada noviazgo, ésta le ayudará para bien y no para mal.

los noviazgos que sí valen la Pena, ejercen autoriDaD:


"M ejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque
si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando
cayere, no habrá segundo que lo levante. También si dos durmieren juntos,
se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo?”

Eclesiastés 4:9-12, RV60


Esta palabra nos habla de la bendición que es tener un apoyo, alguien que te
secunde en la vida para dar más fruto, encontrar fortaleza, ayudarse el uno al
otro y luchar juntos. Así mismo, tu noviazgo debería tener como propósito
principal agradar a Dios, y en segunda medida, ayudar a esa persona a quien
amas, para que avance en el Señor.

No son mejores dos que uno para quitarse fuerza dentro del propósito de
Dios, sino para fortalecerse el uno al otro dentro él. No es para dejar de
avanzar, crecer y multiplicarse; sino por el contrario, para dar más fruto que
el que se tenía cuando se estaba solo. No es para que si tu novio/a comete una
falta, un pecado o simplemente baja en su intimidad y comunión con Dios, tú
te hundas con él o que simplemente lo dejes caído. No, un noviazgo con un
verdadero propósito en el Señor, será aquel en el que el uno al otro se
desafían y se inspiran para lograr cosas más grandes con el Señor. Un
noviazgo que es de testimonio y de desafío para esta generación.

“(El amor) no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.”


1 Corintios 13:6, RV60
Gerardo y Diana:

En momentos de cansancio e incluso de desánimo por diversas circunstancias


o pruebas que debíamos enfrentar, siempre estábamos ahí el uno para el otro,
pero no para admitirnos la carne y acolitarnos el desánimo, la frustración, el
enojo o dejar que estos tomaran partido para hacernos menguar en lo que el
Señor nos había confiado -nuestro noviazgo, su obra, el trabajo, nuestros
estudios y hasta nuestra área familiar-, sino para recordarnos que justamente
hasta ese momento Él nos había llevado, respaldado y bendecido, porque
habíamos hecho de Dios y de su voluntad lo primero en nuestras vidas, y así
debía seguir siéndolo. Así mismo, nos animábamos a seguir siendo fieles y a
continuar trabajando duro en cada área de nuestras vidas para dar mucho
fruto.

Gerardo:

El verdadero amor no se queda de brazos cruzados, cuando ve que quien se


ama, se está desviando de la voluntad de Dios; por el contrario, desaprueba
conductas erróneas, llama la atención, exhorta y motiva al arrepentimiento.
Justamente así es el amor del Señor y que pude ver reflejado en mi preciosa
novia, cuando mi carne quería tomar partido de ciertas situaciones. Algo que
siempre ha caracterizado a mi amada, es su ternura y su suavidad para hablar
y comportarse; pero recuerdo muy bien que durante nuestro noviazgo, hubo
momentos en los que ella tuvo que hablarme con firmeza y autoridad para
hacerme reaccionar cuando por el cansancio o el desánimo, yo quería
renunciar o huir de lo que Dios me había confiado.
Diana:

En toda ocasión, con mucho respeto, ternura y total interés por mi bienestar,
las palabras de autoridad de mi amado en momentos de debilidad me
demostraron más amor que el hecho de haber comprendido cualquier actitud
de mi carne, cuando ésta me invitaba a renunciar y a bajar la guardia en lo
que Dios me había confiado.

los noviazgos que sí valen la Pena, insPiran…


¿Es tu novio/a una inspiración para ti en su consagración al Señor? ¿Te
inspira su santidad, su servicio y su pasión por la Palabra de Dios, por ganar a
los perdidos y establecer su Reino? O por el contrario, ¿sientes que debes
estar empujándolo/a y por más que lo/a has desafiado y lo/a has tratado de
ayudar, realmente no ves un arrepentimiento genuino y una reacción?
¿Realmente será seguro continuar con esa relación? Si es así, ahora que no
hay responsabilidades tales como sostener una casa con todos los
compromisos financieros que demanda y demás responsabilidades que
vendrán con el matrimonio, como los hijos, ¿cómo será entonces aquella
persona dentro del matrimonio? Si en este momento está dando prioridad a
otras cosas antes que a Dios, ¿cómo será cuando su agenda este más llena de
bendiciones, compromisos o responsabilidades?

Gerardo:

Qué inspiración tan grande era para mí ver a mi amada sirviendo al Señor con
tanta pasión y entrega, aun cuando su tiempo se limitaba debido a sus
ocupaciones. No solamente se conformaba con el servicio que hacía en la
iglesia, sino que en sus tiempos libres entre sus clases de la universidad,
continuaba siendo luz en medio de las tinieblas, ganando las almas y
estableciendo el Reino del Señor. Recuerdo cómo en varias oportunidades me
hacía saber cuánto la entristecía ver cómo los jóvenes se perdían en medio de
las ilusiones y fantasías que el mundo les ofrecía y cuán cerrado y duro
estaba su corazón para las cosas de Dios. Pero aún así, ella no se rendía y
compartía del amor de Jesús a sus compañeros en medio del almuerzo,
aprovechaba exposiciones en clase para terminarlas compartiéndoles a sus
compañeros de clase y a sus profesores del propósito de Dios para sus vidas e
invitaba a cuantos le era posible a una reunión dentro de la universidad que
ella había preparado para compartirles de la Palabra del Señor.

Recuerdo que en algún momento me decía un poco frustrada, que nadie le


llegaba a aquel grupo y a veces iban una o dos personas, pero éstos a la
siguiente semana no volvían. Pero en lugar de desanimarse y renunciar, ella
oró más fuerte y siguió perseverando hasta que en menos de 6 meses, aquel
grupo llegó a tener más de 50 personas que se reunían cada semana a recibir
la Palabra que de parte del Señor, mi amada les compartía. Ese grupo siguió
creciendo y multiplicándose de tal manera, que hoy día tenemos al menos
uno de ellos en casi todas las universidades de la ciudad. Todo esto como su
novio, me inspiraba a perseverar en mi llamado y a trabajar cada vez más
fuerte por la obra del Señor.

Diana:

Qué inspiración tan grande ha sido siempre para mí, mi amado príncipe. Su
pasión por Dios y por las almas ha sido siempre una fuerte característica que
le ha llevado a levantar todo lo que Dios le ha confiado. La manera como
aconsejaba a sus discípulos y les ministraba, enseñándoles sobre la posición
de firmeza y la radicalidad que un hijo de Dios debe tener frente al pecado,
para nunca volver atrás. Su entrega a Dios me hizo sentir cada vez más
segura de que él era el hombre con quien quería pasar el resto de mi vida.
¡Ah! Y cuando dirigía la alabanza y tocaba la guitarra -aquí suspiro-, no he
conocido a un hombre que ministre el corazón de Dios y sepa liderar a las
personas a través de la adoración como lo hace él.
Cada vez que tenía la oportunidad de acompañarlo a su grupo de jóvenes y
verlo predicar, me asombraba la manera como hablaba de Jesús y el ímpetu
que salía de su alma para dar a conocer a otros del amor de Dios.
Definitivamente me sentía desafiada cada vez más a servir al Señor con
pasión y entrega, como lo hacía mi novio, y le doy muchas gracias por
dejarse usar por el Señor para afirmar mi vida en su propósito. Puedo decir
con satisfacción que nuestro noviazgo jamás fue una distracción sino un
impulso para que juntos hiciéramos mejor la obra de Dios.

Tu Noviazgo en Relación con tu Crecimiento Personal


Hasta ahora, hemos hecho mucho énfasis en cuán importante es entender, que
toda bendición que el Señor nos confía, no es para que ésta nos separe de su
propósito, el cual vendrá cada vez con más bendiciones, pero también con
más responsabilidades, sino para que añada al mismo.
Piensa por un momento en lo siguiente: ¿Cuántas personas de tu edad en el
mundo son actualmente multimillonarios? ¿Cuántos de ellos tienen ya
empresas prominentes o al menos, grandes ideas de negocio que se están
empezando a desarrollar? La gran mayoría de las personas, desde muy
jóvenes, entienden la necesidad de prepararse a través de estudios
universitarios – pregrados, postgrados, especializaciones, maestrías,
doctorados, etc.-, para hacer frente al mundo, tener un lugar y sobresalir en
éste, que es cada vez más agresivo y competitivo. Y, ¿sabes qué es lo que
más llama la atención? Que la mayoría de ellos, no tienen a Cristo en su
corazón.

Ahora, tú que sí tienes a Cristo en tu corazón y has entendido que en Él todo


lo puedes, ¿cuáles son tus expectativas frente a la vida? ¿Cuáles son esos
grandes sueños que tienes en Dios, que te van a llevar a moverte y a
prepararte intelectualmente, a levantar una empresa que aunque comience
pequeña, después se convertirá en una poderosa compañía? Definitivamente,
Dios no nos llamó a conformarnos ni a ser del montón, sino a brillar con la
luz de Cristo y de esta manera, hacer que las tinieblas se desvanezcan y no
sigan prosperando.

Por eso, lo ideal sería que antes de exponerte a un noviazgo, tanto tu vida
intelectual como económica, estuvieran ya resueltas; aunque sabemos por
experiencia propia, que mientras tú te mantengas enfocado en tu vida y no te
dejes distraer por esta bendición, a la par de tu noviazgo podrás desarrollar
tus estudios superiores y trabajar o crear empresa, para poder ahorrar y
prepararte para el matrimonio.

Son sueños legítimos para Dios, que estudies en la mejor universidad, que
tengas buenos ingresos mensuales y que seas financieramente solvente. Todo
esto, muy seguramente aun para tu mismo/a novio/a, será algo importante y
no necesariamente porque aquella persona sea interesada, sino por el hecho
de ser un hijo/a de Dios; él o ella tendrá sueños grandes y una expectativa
igualmente grande frente a la vida, así que lo más lógico es que esté
esperando tener una relación con alguien que al menos comparta las mismas
expectativas y sueños.

Que tu noviazgo no te distraiga, ni te quite fuerzas para seguirte preparando y


creciendo en cada área de tu vida, en sabiduría, en estatura y en gracia para
con Dios y los hombres.

“Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los


hombres.”
Lucas 2:52, RV60
Tercera Parte
Superando los Grandes Desafios de tu Noviazgo
"M uchas aguas y tormentas hoy nos quieren apagar; pero lo que sí sabemos,
es que nada de esto triunfará".

Que la Ira y el Irrespeto no Dominen tu Noviazgo


“D onde arde la llama del amor, no se encienden fácilmente las llamas del
furor, y si llegan a encenderse de pronto, no tardan en
apagarse.”Comentario Bíblico de Matthew Henry

Como ya lo hemos hablado, cuando el Señor te confía una bendición siempre


aparecerán gigantes, que para poder ser derrotados, demandarán una total
conexión con Dios.

En el noviazgo, cuando el enojo y el orgullo quieran entrometerse en la


relación, necesitarás mucha sabiduría para no permitir que la ira y el irrespeto
dañen tu vida y a la persona que amas.

Es muy común que después de una fuerte discusión, ninguno de los dos se
hable o tome la iniciativa para arreglar el problema; pero si eres sabio/a,
entenderás que debes ceder y pronto, porque aquí el objetivo no es que
alguno de los dos gane y que el otro pierda, sino que el amor que hay entre
ustedes dos gane.
que gane siemPre nuestro amor…
Diana:

Una vez mi amado y yo estuvimos en desacuerdo y discutimos por algo que


ya ni recuerdo; pero lo más importante no es contarte por qué discutimos,
sino lo que ocurrió después. Esa tarde, después que peleamos, estaba muy
disgustada en mi casa y realmente, lo menos que quería era hablar con mi
novio; pero precisamente en ese momento, suena el celular y adivina qué, era
justamente él.

Tengo que ser sincera. En medio de mi enojo no quería contestarle, así que
dejé que sonara y sonara hasta que ya no lo hizo más. Un momento después
volvió de nuevo a sonar mi teléfono y cuando sentí que ya casi se iría la
llamada a buzón de mensajes, contesté. Dejé que hablara él primero, mientras
me preparaba para decirle: “Es que tú hiciste tal cosa”, “no estoy de acuerdo
con lo que tú hiciste”. Sin embargo, yo era consciente que también me había
equivocado, pero mi posición orgullosa y egoísta me llevaba a señalarlo a él
como el único culpable. Cuando me preparaba para ponerlo en su lugar, mi
príncipe me interrumpió con unas palabras muy llenas de sabiduría y me dijo:
“¿Sabes una cosa princesa? No se trata de quién tiene o no la razón, ni de
quién gane o pierda; es más, puede que ambos perdamos, pero que gane
siempre nuestro amor, por eso te pido que me perdones…”

Aquellas palabras me desarmaron completamente y ya no tuve más


argumentos para refutarle. Me sentí responsable de mi error y también le pedí
que me perdonara.

los noviazgos que sí valen la Pena, PiDen PerDón…


Hay personas a las que se les dificulta pedir perdón, pero en una relación de
noviazgo será siempre necesario poder ejercitar la humildad a través de
agachar la cabeza y tomar la iniciativa de pedir perdón; así tú no hayas
comenzado la discusión, para que exista una pelea se necesitan dos: uno que
la inicie y otro que la responda.

“Tras el orgullo viene el fracaso; tras la altanería, la caída.” Proverbios


16:18, DHH
Gerardo y Diana:

Te animamos a ser muy claro con tu pareja y no permitir que los problemas
consuman sus días de noviazgo, porque el tiempo no se recupera. No dejen
pasar el día y no se vaya cada uno a su cama sin haber resuelto lo que está
pendiente y sin haberse reconciliado, pues si lo hacen, le están dando lugar al
diablo en su relación.

“Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis


lugar al diablo.”
Efesios 4:26-27, RV60

En tu noviazgo, la humildad debe ser ejercitada constantemente;


lastimosamente, muchos noviazgos mueren en el intento debido a problemas
que no se resolvieron, pues quien ganó no fue el amor, sino la ira y el orgullo.
Cuando una pareja de novios tiende a estar constantemente en pleitos, cada
uno defendiendo con orgullo su posición y sin ceder ninguno de los dos en
humildad para solucionar el conflicto, éste será un noviazgo propenso a
desaparecer.

La Palabra de Dios nos enseña en Proverbios16:18, que antes de la caída está


la altivez de espíritu. Por eso, es importante que seas consciente que es con
sabiduría que se hace la guerra
–no porque tu noviazgo sea un campo de batalla, sino porque la
bendición hay que pelearla y defenderla-, y no en tus fuerzas ni en tus propias
opiniones. Es necesario morir a ti mismo/a y renunciar al orgullo, porque si
no lo haces, tu noviazgo estará en peligro de muerte.

Gerardo y Diana:

El libro de Proverbios tiene 31 capítulos de pura sabiduría, y queremos


invitarte a que junto con tu novio/a se pongan el reto de leer un capítulo
diario, sea que lo hagan juntos o en sus devocionales, pues cuando lees la
Palabra de Dios e interiorizas en lo que Él te dice, podrás ser sabio y
reaccionar de manera correcta.

no Peleen Delante De los Demás, guarDen su testimonio…


Los noviazgos que sí valen la pena comprenden que el amor no hace nada
indebido, es decir, que cuando amas a tu novio/a no harás nada indecoroso ni
tendrás una conducta indecente, sino que te esforzarás por ser respetuoso/a
cortés y afectuoso/a con tu pareja.

Gerardo y Diana:

Nos encontramos con parejas que no tienen dominio propio y cuando se


presenta alguna diferencia entre los dos, discuten, se irrespetan y hasta se
tratan mal delante de otras personas, al parecer sin importarles que ellos los
escuchen o los vean; lo único que logran con esto, aunque al final la tensión
entre ellos logre disiparse, es que su testimonio sea afectado. Delante del
Señor, un hijo y una hija de Dios son responsables de mostrar respeto mutuo
y hacia los demás, pues tu noviazgo ha sido confiado por Dios para que
ambos sean embajadores de Cristo y desafíen a otros a través de la ternura y
el respeto, a llevar noviazgos decentes y honorables.

“P or tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube


de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y
corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante.”

Hebreos 12:1, RV60

Tal vez te has percatado ya, que cuando los demás saben que eres cristiano/a,
todos ellos inmediatamente se levantan como una gran nube de testigos,
poniendo sus ojos en ti, con la expectativa de descubrir actitudes diferentes a
las que están acostumbrados a ver en el mundo, como esperando ver que tus
acciones sean coherentes con lo que predicas o dices conocer del Señor y su
Palabra.

Esfuérzate entonces por no practicar este tipo de conductas y si en el instante


ambos están enojados, tengan dominio propio y esperen otro momento y otro
lugar, donde puedan estar a solas, para darle solución a la discusión; si no
pueden ausentarse para ir a un lugar más privado, simplemente pasen por alto
la ofensa. Recuerda, no existen noviazgos perfectos, pero sí están los novios
que se esfuerzan por ser luz.

E l amor no es envidioso…El verdadero amor no guarda envidias y nunca


mira a su pareja como una competencia, sino que se alegra de cada logro
alcanzado, como si fuera propio y celebra de esta misma manera. Que las
virtudes de tu novio/a no te generen malestar, sino que por el contrario, te
hagan sentir orgulloso de él o de ella; ésta es otra evidencia del verdadero
amor que no guarda envidia.

los noviazgos que sí valen la Pena PerDonan…


El amor siempre estará inclinado a perdonar las injurias recibidas y a no tener
en el corazón deseo de venganza alguno.

Para que una relación de noviazgo pueda avanzar y consolidarse, es


indispensable perdonar; debes ser consciente de que tu novio/a es
imperfecto/a y comete errores. Muchas veces vas a desear que una mala
actitud o reacción de tu pareja contra ti nunca hubiera
sucedido, pero gracias a Dios por enseñarnos la vía del perdón y la
reconciliación, pues sin ella no sería posible sanar las heridas y seguir
adelante.

“El odio despierta rencillas, pero el amor cubre todas las faltas.”
Proverbios 10:12, RV60

Guarda tu corazón del rencor y no admitas resentimientos en tu alma, pues a


quien realmente estarás castigando con la indiferencia y el rencor será a ti
mismo/a. Por el contrario, cuando perdonas, estás activando en tu vida un
poder sobrenatural que solamente el Señor sabe dar y que hará que el dolor
salga de tu corazón, pudiendo recordar la ofensa sin dolor o incluso olvidarla.

Gerardo y Diana:

Una vez escuchamos a un hombre de Dios decir lo siguiente: “El odio es un


veneno que uno se toma esperando que el otro se muera”.Y sí que tiene toda
la razón, pues quien realmente se enferma mental, emocional e incluso
físicamente debido al rencor, es la persona que lo siente; es por eso que por tu
propio bien, queremos invitarte a que tomes la decisión de perdonar cualquier
herida que haya podido ocasionarte tu novio/a, aún si llegara a tratarse de una
infidelidad.

Es necesario explicar que por más grave que sea la falta, Dios no nos ha
otorgado ningún derecho de guardar rencor y de no perdonar; por el
contrario, el mismo perdón de Dios hacia nosotros, está condicionado a que
nosotros perdonemos a quienes nos han ofendido.

“Pero si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a


ustedes las suyas.”
Mateo 6:15, DHH

En caso de una infidelidad, el hecho de librar al ofensor de su falta –a esto se


refiere el perdón-, no significa que tú estás en la obligación de continuar con
la relación. Aunque tu corazón haya perdonado y esté sano, tienes la libertad
de cortar definitivamente con ese noviazgo y seguir adelante, con la
expectativa de que Dios pondrá a alguien más en tu camino. Obviamente,
también existe la posibilidad de otorgar al ofensor una nueva oportunidad,
pero eso dependerá completamente de ti.

una nueva oPortuniDaD…

“E l volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras


iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.”

Miqueas 7:19, RV60 Si tú has sido quien ha fallado y tu novio/a te está dando
una nueva oportunidad a través de la reconciliación, debes valorarla y
arrepentirte de aquello que no está bien delante de Dios y que atenta contra el
bienestar tanto tuyo como de tu pareja. Esfuérzate por mejorar en amor y
nunca más volver a cometer el mismo error.

Pero, ¿Qué hacer cuando mi novio/a sigue en las mismas? ¿Hasta cuándo
debo perdonar?…
El Señor Jesús le enseñó a Pedro la cantidad de veces que hay que perdonar:
“E ntonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a
mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo
hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.

Mateo 18:21-22, RV60

Los rabinos enseñaban a la gente que había que perdonar la ofensa hasta tres
veces, pero Pedro por ser generoso, le pregunta a Jesús si era suficiente
perdonar hasta siete veces, siendo éste
el numero que simboliza la perfección. Frente a esto, Jesús le responde que
“hasta setenta veces siete”, mostrándole así que ni siquiera se debe llevar la
cuenta de las veces que debemos perdonar.

Ahora, cabe aclarar que una cosa es perdonar y otra cosa es reconciliarse.
Como lo mencionábamos anteriormente, perdonar significa librar de la deuda
y pasar por alto la ofensa; sin embargo, la reconciliación da la oportunidad de
seguir adelante con esa persona que ha ofendido, pero que está dispuesta a
mejorar y a cambiar su mal comportamiento por una mejor conducta.

Con esto queremos enseñarte que aunque tú perdones, esto no te obliga a


estar comprometido/a con esa persona, pues si el que ofende no está
dispuesto a someterse a un arrepentimiento genuino que evidencie frutos
dignos de arrepentimiento, la relación no va a funcionar y van a seguir
haciéndose daño. En cambio, la reconciliación puede darse cuando el que ha
cometido la falta está dispuesto a cooperar en el cambio de actitudes y en
reflejar frutos dignos de arrepentimiento frente a la ofensa cometida, así
como a someterse a una restauración en su carácter, para que entonces la
relación funcione.

Recomendación Importante:
Aprende a orar por tu relación y a levantarte espiritualmente en contra de
opresiones demoniacas que vendrán para atacarles y destruir el propósito de
Dios en ustedes, pues su lucha es espiritual y no física. De ser necesario,
establezcan tiempos de ayuno para fortalecer su área espiritual y contener los
impulsos de la naturaleza humana que se quieren levantar para que no hagan
lo correcto.

“P orque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados,


contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo,
contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.”

Efesios 6:12, RV60

Sé consciente de esta realidad espiritual y toma la posición que debes tener


frente a estos ataques que atentan contra la paz y la unidad de tu relación.
Sean espirituales y no carnales, y defiendan en el Señor frente a las tinieblas,
lo que el mismo Dios les ha confiado, y recuerden que el arma más poderosa
que tienen para contrarrestar cualquier ataque del enemigo, es vivir de
manera correcta, reflejando la santidad y la verdad de Dios en sus vidas. Así
que manos a la obra.

otra vez aParece la Pregunta: ¿es en realiDaD amor?

Cuando tú amas, no estarás buscando la manera de hacer sufrir a quien dices


amar, ni te alegrarás por su sufrimiento, porque el amor “no se goza de la
injusticia, mas se goza de la verdad”.

Sin embargo, si tu pareja persiste en sus malas acciones y actitudes y ves que
la relación no va para ningún lado, es mejor tomar la decisión de distanciarse
por un tiempo o de terminar definitivamente el noviazgo. Aún tienen la
oportunidad de hacerlo, están a tiempo, pues no se han casado todavía.
Los Noviazgos que SÍ Valen la Pena, se Guardan en el Área
Sexual.
“H uid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está
fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. ¿O
ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en
vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido
comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en
vuestro espíritu, los cuales son de Dios.”

1 Corintios 6:18-20, RV60

Un noviazgo que sí vale la pena, reconoce que esa relación le pertenece a


Dios. Así mismo, reconoce que sus cuerpos son del Señor y no propiedad de
sí mismos o de la otra persona, pues todavía no se han casado.

Piensa por un momento que si alguien es capaz de profanar con fornicación


lo santo del Señor, la morada de su Espíritu que es tu cuerpo, ¿no será
también capaz en algún momento de deshonrarte a ti de otra manera?
Uno de los problemas más fuertes con el que lidian los noviazgos de hoy día
es con la inmoralidad sexual, pero no hay nada que agrade más a Dios que la
pureza en la pareja; pues de la única manera que su presencia se pueda
manifestar y que puedan ver a Dios y tener su respaldo, es teniendo un
corazón puro.

“Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.”


Mateo 5:8, RV60

los noviazgos que sí valen la Pena, huyen De la fornicación…

La palabra fornicación se define como el hecho de tener relaciones sexuales


antes del matrimonio; esto involucra cualquier tipo de practica sexual, bien
sea de caricias, desnudez o penetración.

Hay quienes piensan que solamente hay fornicación cuando hay penetración
y que por ende, tocarse las partes íntimas o tener sexo oral, no equivale a este
pecado tan desagradable para Dios, y que prácticas como estas no son
reprobadas por el Señor en el noviazgo. Estas personas olvidan que incluso
con los pensamientos se puede llegar a pecar delante de Dios.

“Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya
adulteró con ella en su corazón.”
Mateo 5:28, RV60

Es necesario preguntarse si lo que existe entre los dos es amor verdadero, o es


una pasión carnal y sexual. La parte sexual genera ataduras tan fuertes en la
vida de una pareja, que es algo que puede llegar a confundirse con amor,
sintiendo que el uno se muere sin el otro y que no se puede vivir sin esa
persona. Eso en realidad es una atadura sexual que nada tiene que ver con el
Señor ni con el amor, porque el amor es Dios.

Gerardo:

Mi amor y respeto por Dios, así como por mi amada, me llevaron a tener muy
clara la necesidad de hacer las cosas en santidad y con honor. Yo tenía claro
que amaba a mi novia y como amar es respetar y honrar, yo sabía que lo
correcto, lo que traería bendición, era hacer las cosas a la manera de Dios; por
eso, nunca intenté sobrepasarme con ella, ni tocarla o acariciarla de manera
indebida. Fue muy claro para nosotros, que debíamos seguir el consejo de
nuestras autoridades de respetar a Dios y respetarnos mutuamente, así como
huir de situaciones de tentación tales como besos que empiezan a despertar
otro tipo de cosas, nunca estar solos en un lugar donde no estuviera nadie
más, etc.

Algo que también me ayudó mucho, además de tener una intimidad muy
fuerte con Dios y con su Palabra –es literalmente imposible, querer tratar de
contener la carne, si no estamos en el Espíritu-, fue el hecho de tener una
novia tan llena del Señor, temerosa de Dios, obediente a sus autoridades y
clara en sus convicciones y en su amor propio; estoy convencido que si yo
hubiese tan solo osado ponerle un dedo encima –haberme querido
sobrepasar-, me hubiera costado el destierro total. Ella tenía
claro que el amor no hace nada indebido y que si yo iba a hacer algo contra
su integridad, lo cual sería indebido delante de Dios, lo que yo sentía por ella
no era verdadero amor.

Diana:

Un verdadero hombre de Dios sabe que no tiene derecho sobre el cuerpo de


su novia, hasta que ésta sea su esposa; y una verdadera mujer de Dios, diría:
“yo soy una hija de Dios, una princesa y a mí no tiene por qué estar
tocándome alguien que primero no me ha honrado en un altar delante del
Señor”. Y es que no se puede pretender que haya respeto en el matrimonio,
cuando no hubo respeto en el noviazgo.

Lamentablemente hay parejas que no pueden verse el uno al otro a través de


los ojos del verdadero amor, sino a través de los ojos del mundo –el cual
acepta y promueve la inmundicia sexual, la unión libre, las relaciones
sexuales prematrimoniales-, de la carne, de la atracción física y de la
inmundicia sexual.

el PecaDo Daña el ProPósito De Dios…


El pecado daña el propósito de Dios. Esto podemos verlo con Adán y Eva,
quienes pecaron al desobedecer al Señor y por ende, fueron desterrados del
Paraíso. El paraíso era el propósito de Dios para esta pareja, pero el pecado
dañó dicho propósito.

Gerardo y Diana:

Atendemos a muchas parejas que dicen saber que hay un propósito de Dios
con su noviazgo; que han orado, que Dios les ha hablado y que hasta tienen
una Palabra Rhema; pero que han fallado a Dios en su área sexual.

Recordemos que una Palabra Rhemaes una palabra específica, revelada por
Dios en un momento específico, para una situación específica; en este caso, el
noviazgo. Vale la pena aclarar que esta Palabra Rhemanunca iría en
contravía de lo que es correcto, de lo que agrada a Dios y de los principios
establecidos en su Palabra como la pureza, la verdad, el amor, la santidad,
entre otros. Tampoco se puede manipular la Palabra Rhemaa conveniencia
propia, y ésta jamás apoyaría una situación indebida que deshonre a Dios.

Podemos ver por la Palabra que la desobediencia a Dios, que es lo que


conocemos como pecado, cambia, por no decir que daña, los planes de Dios
para un noviazgo. De cierta forma, es como si el Señor hubiera señalado la
parte sexual dentro del “paraíso del noviazgo”, como el árbol cuyo fruto,
codiciable, hermoso y atrayente, está prohibido que se coma o se pruebe,
hasta después del matrimonio.

Puede ser que el Señor haya estado de acuerdo con el noviazgo que se inició,
pero si hay pecado, el Señor no va a continuar respaldando esa relación, pues
Él les juntó en amor y en santidad, no en pecado.

La codicia llevó a Eva a probar el fruto prohibido y a compartirlo con su


pareja. Dios no quiere que codiciar algo que es solamente para el matrimonio,
como son las relaciones sexuales, lleven a la pareja de novios a compartir
pecado y acarrear maldición, al dañar el propósito de Dios, su paraíso.

La Palabra nos enseña que el que fornica, peca contra su propio cuerpo. ¿Por
qué es tan delicado esto? Porque nuestro cuerpo en realidad no es nuestro,
sino que le pertenece a Dios y es su casa, su templo, su morada. ¿Qué harías
tú, si alguien entrara a tu casa para deshonrarla, desorganizarla, ensuciarla y
además de eso, meter a todos tus enemigos en ella, sin ni siquiera haberte
consultado o pedido permiso? Así mismo sucede con aquel que ensucia su
cuerpo con la inmundicia sexual, deshonrando, desorganizando, ensuciando y
llenando de demonios la morada de lo más santo de Dios, su Espíritu Santo.

Lo hermoso de Dios es que su amor y su gracia están siempre disponibles


para nosotros y sus misericordias son nuevas cada mañana. Siempre
tendremos, mientras tengamos vida, la esperanza de arrepentirnos, alejarnos
del pecado y ser restaurados. Es como si Dios en su misericordia, no nos
despojara para siempre del paraíso de sueños y propósitos que tiene para
nosotros, sino que por el contrario, nos limpia para que volvamos a entrar en
él.

Es importante que tengas muy presente, que si tú y tu novio/a le han fallado a


Dios en algo, busquen siempre ayuda con sus autoridades espirituales, para
ser restaurados y si han pecado en la parte sexual, que lo primordial no sea
continuar la relación y seguir edificando sobre lo incorrecto, sino la
restauración.
Gerardo y Diana:

Cuando alguien tiene algún accidente que trae como consecuencia la ruptura
de un hueso, lo médicamente aconsejado es que la persona tenga quietud y se
aleje de cualquier situación de riesgo que pueda lastimar nuevamente el
miembro que se encuentra tan frágil por el trauma sufrido.

De igual manera, cuando alguna pareja se acerca con sinceridad a nosotros


como sus autoridades, para confesarnos que han pecado en su área sexual, lo
que recomendamos es que cada uno pueda tener un tiempo de quietud con el
Señor, para ser restaurados y limpiados, y que puedan tener un tiempo de
lejanía el uno del otro, para no poner en riesgo nuevamente su integridad, que
puedan escuchar la voz del Señor y vuelvan a afirmarse en lo que muy
seguramente bajaron la guardia: su intimidad con Dios. Como el pecado
puede cambiar los planes de Dios, es importante que cada uno por su lado,
sin tener ya un compromiso, vuelvan a preguntarle a Dios, después de vivir el
tiempo de restauración, si Él ésta de acuerdo con que se inicie un nuevo
proceso de noviazgo.

En muchos años de ministerio y en otros más como pastores, hemos visto a


muchas parejas que en lugar de edificar sus vidas y relaciones sentimentales
sobre la roca que es Cristo, han decidido por el contrario, no escuchar el
consejo sino edificar sobre la arena, y tal como dice la Palabra, ha sido
grande su ruina.

más reversa tiene un avión en el aire…


Gerardo:

Una vez estaba aconsejando a una pareja de novios que no habían estado
haciendo las cosas bien delante del Señor. Por supuesto, mi consejo fue que
lo empezaran a hacer y que cada quien tomara un tiempo para ser restaurado
y ahí sí entonces, consultar la voluntad de Dios para saber si deben continuar
y enfrentarse a un compromiso tan serio como lo es un matrimonio. La
respuesta que el joven me dio fue tan diciente e impactante, que nunca he
logrado sacármela de la cabeza; este joven me dijo: “Tiene más reversa un
avión en el aire”. Como es obvio, ellos siguieron adelante con su relación y
se casaron, hasta que no mucho tiempo después, él le fue infiel a ella, dejó
embarazada a otra mujer y su matrimonio se destruyó completamente.

El mayor problema no es que se haya cometido un error en la parte sexual,


sino no ser humildes y sinceros para reconocer que han fallado y que
necesitan ser restaurados. En muchos está más presente el temor de no poder
continuar con su relación o lo que los demás digan, que seguir el consejo de
su autoridad –pastor o líder espiritual- y sacar toda la basura para poner el
cimiento de su vida sobre la roca.

Gerardo y Diana:
A veces, como pastores o líderes espirituales, somos tan

A veces, como pastores o líderes espirituales, somos tan 6, Efesios 4:11-14,


Romanos 13 y Hebreos 13, hablan que las autoridades han sido establecidas
por el Señor para exaltar, perfeccionar y edificar nuestras vidas; pero a veces
los vemos como enemigos nuestros, que se oponen a nuestra felicidad. En
lugar de verlos de esta manera, deberíamos percibirlos como quienes nos
hablan de parte del Señor para nuestra propia bendición y edificación, y
poner más atención en lo que nos dicen, no solamente porque ellos pueden
tener una perspectiva diferente de la situación, sino porque la perspectiva que
tienen es la de la Palabra y la voluntad de Dios, que es buena, agradable y
perfecta.

En la multitud de consejeros hay seguridad (Proverbios 11:14). Si tú tienes la


oportunidad de contar con una autoridad que te ama y se interesa por tu
bienestar; entonces aprovéchala, háblale con sinceridad y déjate guiar por
ella, pues con seguridad recibirás un consejo de parte de Dios, para tu propia
edificación.

toDo sabe mejor a esconDiDas…


“Las aguas hurtadas son dulces, y el pan comido en oc ulto es sabroso. Y no
saben que allí están los muertos; que sus convidados están en lo profundo del
Seol.”

Proverbios 9:17-18, RV60

Hay quienes piensan que todo sabe mejor a escondidas, pero el verdadero
amor no se delita en el pecado, ni en lo oculto, sino que es diáfano y
transparente. Si estás haciendo algo incorrecto, debes saber que todo, tarde o
temprano, sale a la luz.

“Porque nada hay oculto, que no haya de ser manifestado; ni escondido, que
no haya de ser conocido, y de salir a luz.” Lucas 8:17, RV60

Muchas relaciones de noviazgo pueden decir que van a obedecer a Dios, pero
a escondidas deciden seguir pecando y deshonrándolo. La verdad es que cada
quien es responsable delante del Señor por sus actos y a Él tendrá que
rendirle cuentas y asumir las consecuencias de su pecado, pues en realidad no
están engañando a la autoridad, sino que se están burlando de Dios y de esto
no se puede cosechar nada bueno.

“No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre
sembrare, eso también segará.”
Gálatas 6:7, RV60
Gerardo y Diana:

En las consejerías que tenemos con parejas de novios, muchos buscan


mostrar una fachada y tratan de hacer que todo parezca perfecto en su
relación; con frecuencia, no sólo hay falencias en la parte sexual, sino que
también se han presentado episodios de ira descontrolada y hasta de maltrato
físico y verbal. Pero, ¿por qué no hablar con la verdad? ¿por qué no dejarse
ayudar? Pareciera que buscar que los demás piensen bien de ellos, fuera más
importante que su propio bienestar y felicidad como pareja.
No puedes pretender pensar que si tu pareja está haciendo algo que agrede tu
integridad, esto va a cambiar o a dejar de ser así en el matrimonio. Por el
contrario, el matrimonio potenciará dichas conductas incorrectas, al existir
otras presiones externas y hasta el simple hecho de pensar que ya no se puede
romper la relación
-lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre- o salir corriendo y refugiarse
en la casa de los padres, hasta que la tormenta se aplaque.

Hemos encontrado parejas que hasta en la misma luna de miel se agreden


físicamente y empiezan a dar cabida a la posibilidad del divorcio.
los noviazgos que sí valen la Pena, guarDan su sexualiDaD
hasta el matrimonio:

La sexualidad es un regalo para disfrutar en el matrimonio, por eso debes


guardarte hasta el último momento de tu noviazgo; se ha sabido de parejas
que piensan que porque faltan pocos días para el matrimonio, tienen derecho
a tocarse en sus partes intimas, tener sexo oral o incluso fornicar.

Debes saber que el enemigo va a hacer todo lo posible hasta el último


momento, para destruir la pureza sexual en tu noviazgo.
Gerardo y Diana:

Alguien nos contó la historia de una pareja de jóvenes que llevaban una
relación de noviazgo en pureza sexual y estaban próximos a casarse; pero
resulta que un día, antes de la boda, el joven a quien llamaremos Roberto,
invitó a su novia, a quien llamaremos Cristina, a pasar un rato en su casa. Allí
se encontraban los padres de Roberto, pero después de unos minutos debieron
salir a realizar algunas diligencias de los preparativos del matrimonio de su
hijo. La pareja de jóvenes cometió el grandísimo error de quedarse sola en la
casa, más específicamente en la sala, viendo una película. Pasadas 2 horas, la
madre de Roberto lo llamó a su celular para comunicarle que se irían para la
finca y que no pasarían la noche en la casa.

En ese momento, él colgó el teléfono y le contó a su novia lo que su madre le


había dicho; entonces Cristina tomó su bolso y se dispuso a despedirse, pero
lo que se suponía fuera un beso de despedida, se convirtió en un momento de
besos y caricias apasionadas. Entonces Roberto invitó a su novia a subir a su
cuarto y aunque ellos sabían que no estaba bien lo que estaban haciendo,
continuaron en su imprudencia y pasión carnal, pues ambos trataban de
convencerse de que no tenía nada de malo “hacerlo”, pues la boda era ya al
siguiente día. Cerraron la puerta y el desenlace de la historia fue lo que se
anunciaba; cayeron en fornicación. Cristina, quien siempre se había guardado
sexualmente, pues soñaba con la noche de bodas en la que entregaría su
virginidad a su príncipe azul, terminado ese momento, se comienza a sentir
muy mal, consciente de que había pecado delante de Dios.

A continuación, suena el teléfono de Roberto y cuando éste lo toma, se da


cuenta que es su mamá y decide contestarle; ella le pide bajar y apagar las
luces del sótano que se quedaron prendidas y asegurar la puerta del garaje.
Así que Roberto le pide a su novia acompañarlo a hacer lo que su mamá le
pidió y al llegar al sótano con su novia, ambos desnudos, encontraron que
todo estaba apagado y tan oscuro que no podían ver ni siquiera sus rostros.
En ese instante, repentinamente se prenden las luces y gritan, “SORPRESA”,
y ambos son sorprendidos por su familia y sus amigos en una fiesta de
despedida de solteros que les habían preparado.

¿Puedes imaginarte la vergüenza tan terrible que ambos sintieron? ¿Cómo el


enemigo les tendió una trampa para dañar su integridad como personas y
destruir sus vidas?

Definitivamente, no podemos confiarnos de nosotros mismos, pues la Palabra


de Dios dice:
“Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.” 1 Corintios 10:12,
RV60
Mucho menos debemos ignorar las maquinaciones del diablo. Necesitas ser
muy prudente y vigilarte a ti mismo. Mirar que no caigas es justamente eso,
ser muy precavido y cuidadoso, y más aún cuando el tiempo de la boda se
acerca.
Entre más cerca esté el gran día, más fuerte será la tentación, pues el enemigo
es consciente que le queda muy poco tiempo para destruir la pureza sexual de
un noviazgo que se ha guardado para Dios, y sacará sus más temidas armas
para lograr su cometido, si se le brinda la oportunidad. NO LE DEN LA
OPORTUNIDAD.

“… para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no


ignoramos sus maquinaciones.”
2 Corintios 2:11, RV60

El noviazgo es un asunto de sabiduría y prudencia y no de ignorancia e


imprudencia. Proverbios 22:3 en la Nueva Versión Internacional, describe
muy bien el desenlace del que es necio:

“El prudente ve el peligro y lo evita; el inexperto (ignorante) sigue adelante


y sufre las consecuencias.”
Debes tener cuidado con las palabras obscenas, mensajes o fotografías de
insinuación o contenido sexual, y por favor, no estén a solas, pues cosas
como estas llevan a una pareja a abrir puertas al pecado y la soledad es el
escenario perfecto para pecar; tus palabras, fotografías, mensajes e incluso tu
manera de vestir, deben reflejar siempre la santidad de Dios en tu vida; y
determina no ser nunca una tentación para tu pareja.

Recuerda que Adán y Eva, se sintieron avergonzados justo después de haber


pecado contra Dios con su desobediencia, porque el pecado avergüenza.

Roberto y Cristina decepcionaron a Dios y a su familia, y quedaron además


en vergüenza delante de todos, porque así trabaja el enemigo, usando el
pecado para avergonzarte y destruirte.

PROMESA DE SANTIDAD:
Si algo deben hacer en el noviazgo, es hacerle a Dios una promesa de
santidad en la que ambos se comprometan de todo corazón, a no admitir la
fornicación ni ningún acto de inmundicia sexual a través de palabras, besos o
caricias.

Deben tener en claro que esta declaración demandará un total compromiso


para cumplir esta promesa al Señor, siendo un arma muy poderosa en el
ámbito espiritual, para honrar a Dios y evitar que Satanás tenga dominio de
su noviazgo.

Nuestra Promesa de saNtidad


Fecha:_________ Hora: _______

"Señor Jesús, hoy hacemos delante de Ti un compromiso y lo


escribimos en esta acta, como un acto simbólico para
prometerte guardar nuestra área sexual hasta el día de nuestro
matrimonio. Nos comprometemos delante de Ti, a vivir en
pureza, en santidad y en temor de tu Nombre, a no permitir la
fornicación y a ser prudentes de palabra y de hecho, no estando
a solas en ningún lugar y evitando
cualquier escenario que nos pueda exponer a situaciones de
inmoralidad sexual. Nos comprometemos también a no ser
piedra de tropiezo el uno para el otro, sino a exhortarnos en
amor, firmeza y radicalidad, para seguir cumpliendo tu
propósito en nosotros, sin que el pecado lo dañe. Seremos fieles
a Ti y honraremos este precioso noviazgo para glorificar tu
Nombre, siendo muy conscientes de lo que tu Palabra declara
en 1 Corintios 6:18-20, RV60: “Huid de la fornicación.
Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del
cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. ¿O
ignoráis que vuestro cuerpo es templo del
Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de
Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados
por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro
espíritu, los cuales son de Dios.” Nuestro noviazgo y nuestros
cuerpos te pertenecen solamente a Ti, Señor. Firma él: Firma
ella:
______________ ______________
Cuarta Parte
Disfrutando tu Noviazgo
"Este es el comienzo de grandes cosas. Nuestro amor es tan fuerte, que nada
puede separarnos; tú y yo por siempre".
Los detalles, palabras y caricias debidas, son importantes…
Gerardo y Diana:

Que importante es que durante la etapa de noviazgo se cultive la ternura y el


romanticismo, a través de expresiones de cariño y afecto, porque de la
abundancia del corazón hablará tu boca y si en tu corazón hay un profundo
amor por tu pareja, entonces estas expresiones no se harán esperar, porque
cuando uno está enamorado, se nota.

“E l hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el


hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la
abundancia del corazón habla la boca.”

Lucas 6:45, RV60


Las Palabras Amorosas son Importantes…

Diana:

Desde el momento en que mi príncipe y yo nos hicimos novios, él dejó de


llamarme por mi nombre y comenzó a expresarme a través de sobrenombres
cariñosos y tiernos, el amor tan profundo que sentía en su corazón hacia mí.

Recuerdo que ese día en el que por fin pudimos ser novios (En el libro
“¿Vale la Pena Esperar?” puedes conocer la historia, en la que literalmente
tuvimos que vencer dragones y gigantes para poder estar juntos), él me dijo:
“Ahora sí puedo decirte mi princesita, mi muñeca, mi bebita, mi
mariposita…” y desde ese momento hasta ahora, nunca más me volvió a
llamar por mi nombre.

Este tipo de expresiones de amor son importantes, pues enriquecen la


relación y fortalecen el buen trato. Así mismo, la etapa del noviazgo es el
escenario perfecto para empezar a cultivar este tipo de acciones, pues en el
matrimonio, ésta práctica hará parte de tu estilo de vida y evidenciará que en
tu corazón hay amor hacia tu pareja por la forma como te refieres a él o ella.

Servir y Atender a tu Novio/a es Importante…

Es muy significativo que en tu relación puedas cultivar la actitud de servicio.


Sirves a tu novio/a tanto con pequeñas como con grandes muestras de
atención que le hacen sentir siempre importante y especial.

Diana:

Entre otras cosas, lo que me enamoró de mi novio fue su actitud tan servicial,
pues desde siempre me ha hecho sentir como toda una reina. Actitudes como
que me abriera la puerta del carro para subirme y para bajarme, que me
corriera la silla para sentarme y que me atendiera siempre con caballerosidad,
son cosas que conquistan el corazón de cualquier mujer; de hecho, llevamos
varios años de casados y no ha habido ni una sola vez que haya dejado de
hacerlo.

Es hermoso cuando debo subir las escaleras y siempre mi amado ha estado


allí para darme la mano. El día de mi graduación de la universidad, él estuvo
conmigo todo el tiempo que le fue posible para ayudarme a organizar la toga
y cuando estaban llamando a los estudiantes para que recibieran su diploma,
cada persona subía a la tarima y lo recibía, pero cuando me tocó el turno y
voy caminando hacia la tarima, lo que más me marcó ese día, no fue haber
recibido mi título profesional, sino haber visto que el amor de mi vida me
estaba esperando al pie de la tarima, para ayudarme a subir las escaleras.
Suspiro al recordar cada detalle de servicio que has tenido conmigo, mi
príncipe.

Este tipo de detalles vuelven la relación más fuerte. Recuerdo que en algunos
momentos en la universidad, durante los primeros semestres, cuando todavía
éramos novios, en los que tenía tanto por hacer que a veces parecía que no
alcanzaría a cumplir con
todos los trabajos, siempre recibí un fuerte apoyo de mi príncipe. Recuerdo
también que siempre escuché de su parte palabras de ánimo y de apoyo
como: “Muñeca, ¿En qué puedo ayudarte?”, o, “estamos juntos en esto,
estoy seguro que te va a ir muy bien”. Este tipo de palabras son
reconfortantes y le hacen sentir a tu pareja que puede contar contigo para
superar cualquier obstáculo, y así me sentí siempre con mi novio.

Cuando salíamos a comer, siempre me corría la silla para que yo me sentara,


y me preguntaba a mí primero qué deseaba comer. Jamás me dejó pagar la
cuenta y siempre estaba pendiente de mis movimientos. Eso me encantaba!
Que él se preocupara por mí, me llamara porque quería escuchar mi voz y
asegurarse que estuviera bien, me enamoraba cada vez más de mi
súpercaballero, mi superhéroe.

Gerardo y Diana:
Queremos animarte a que sirvas siempre a tu pareja. Cuando estés con tus
padres, hazle sentir a gusto; si están en tu casa, pregúntale si desearía tomar o
comer algo; si está ocupado/a, pregúntale cómo podrías ayudarle; y si está de
mal humor, dale un abrazo. Si está triste, consuélale y si le has hecho sentir
mal, llámale y pídele perdón.
Los Detalles y las Sorpresas son Importantes…

Siempre es necesario evidenciar con tus actos que valoras a tu novio/a y que
estás pensando en él o ella a cada momento.

Diana:
No había nada que alegrara más mi corazón que mi príncipe me sorprendiera
con detalles como ramos de flores, gomitas dulces que de hecho me fascinan,
un osito de peluche, una carta con un dulce, una llamada, un mensaje de texto
en el que me expresaba cuánta falta le hacía o incluso, cuando buscábamos
elementos simbólicos que representaran nuestro amor como una mariposa y
dos manillas iguales que portamos cada uno y que aún conservamos.

Hay detalles y sorpresas que se dan en un tiempo específico, como por


ejemplo el cumpleaños de tu novio/a, su grado en la universidad, etc., en el
que le preparas una fiesta sorpresa e invitas a toda su familia y amigos; pero
hay detalles que se dan fuera de tiempo, como por ejemplo, aquella mañana
de un lunes cualquiera, cuando le dejas una nota a tu novia con un gran ramo
de flores, diciéndole cuánto la amas y lo que ella significa para ti; o cuando
sorprendes a tu novio con una carta de amor y con los chocolates que tanto le
gustan.

Gerardo y Diana:

Hemos encontrado tanto hombres como mujeres que se quejan que sus
novios/as no son especiales con ellos/as. Si esto está pasando en tu relación,
te animamos a no criticar a tu pareja, ni recriminarle por esto. Recuerda que
ambos son diferentes y mientras que algunas personas son extrovertidas y se
expresan con
facilidad, otras tantas son poco expresivas; pero en los noviazgos que sí valen
la pena, las diferencias no nos hacen competencia, sino complemento. Por
eso, sigue con los detalles y la ternura, continúa sembrando en amor y muy
seguramente, tu amado/a reaccionará de forma positiva a tus expresiones de
cariño y empezarás a cosechar pronto lo que has sembrado.

L os noviazgos que sí valen la penano se mueven por simples emociones o


sentimientos, sino por el amor, que es una decisión. Este tipo de decisiones
llevan a actuar, a apagar incendios provocados por la ira con un detalle muy
romántico, en vez de responder con una palabra áspera, pues “la blanda
respuesta aplaca la ira” (Proverbios 15:1); promueven además, blandas
respuestas evidenciadas a través de una llamada o de un regalo en la puerta de
la casa de tu novio/a, porque cuando estás enamorado/a, das detalles en
tiempo y fuera de tiempo; no hay limitantes, simplemente hay un corazón que
quiere expresar lo que siente. Deja a tu corazón fluir y ser especial, e invierte
en tu relación, éste es el tiempo para hacerlo.
Estas decisiones que sembramos en nuestro noviazgo, hoy en día siguen
fortaleciendo nuestro matrimonio. Seguimos celebrando nuestro amor a
tiempo y fuera de tiempo y es muy natural estar siempre tomados de la mano,
besarnos, abrazarnos e incluso decirnos a cada instante, "Te amo".

Existen parejas a las que se les dificulta ser especiales entre sí y les da
vergüenza tratarse con ternura; pero a ti te animamos a que disfrutes con tu
pareja y que se traten con mucho cariño y romanticismo. Pongan en práctica
estos consejos que enriquecerán enormemente su noviazgo y les estarán
preparando para un matrimonio abundante en romanticismo, ternura y amor;
algo que hoy día se ve muy poco, pero que el mundo necesita tener como
modelos que reflejan a Cristo, que marcan la diferencia y son de inspiración.

Practica este tipo de acciones que mantendrán tu noviazgo saludable. Sean


más románticos, discutan menos y disfruten más.
Cita de Novios

Quier o aprovechar el tiempo para amarte con locura, para hacerte muy

feliz y verte sonreír. Gerardo Aristizábal

Diana:
La “cita de novios” es un término que mis padres inventaron,
inspirándonos a copiar esta idea.

“La cita de novios” tiene


que ver con que al menos un
día a la semana, se aparte un
tiempo para los dos, con el fin
de pasarlo juntos y alimentar la
relación. Este tiempo debe ser
sagrado y se le debe dar toda
la importancia tal y como se
haría con cualquier cita médica
o reunión de estudio o trabajo;
debe estar previamente
agendado y puede tratarse de una salida a comer, al parque, a algún centro
comercial o a cualquier lugar en el que puedan olvidarse de cualquier cosa
que genere estrés o tensión en sus vidas, como el trabajo o el estudio, y se
enfoquen en hablar, en conquistarse el uno al otro, en darse a conocer sus
sueños, etc. Cabe aclarar que siempre deben recurrir a lugares concurridos y
no estar a solas.
La idea es que se diviertan, pasen un rato agradable y fomenten el
romanticismo y la amistad en su relación.
Gerardo:

Mi amada y yo, siempre usábamos los días sábados después de servir en


nuestra iglesia, para tener nuestra “cita de novios”; éste era un tiempo en el
que no hablábamos de trabajo o del ministerio, sino que lo dedicábamos
solamente a decirnos cuánto nos amábamos, a contemplarnos, tomarnos fotos
y a caminar tomados de la mano mirando la luna, mientras planeábamos
nuestro futuro. Qué especiales fueron esos momentos en los que el Señor
ministró nuestra relación con su amor y compañía y de hecho, aunque ahora
estamos casados, seguimos teniendo nuestra “cita de novios” sagrada un día a
la semana.
Haz que tu noviazgo sí valga la pena y pasen este tiempo riéndose más,
disfrutándose y admirándose, orando el uno por el otro, etc. Todo esto va a
oxigenar la relación, a limar asperezas y a dispersar tensiones, lo cual será
muy positivo para la relación.

QUE GANE NUESTRO AMOR


Mientras escribíamos este precioso libro, el Señor nos regaló esta canción en
la que expresamos la maravillosa etapa de nuestro noviazgo.
i estrofa:

Esta es una bella historia, que escribimos tú y yo. Para amarnos todo el
tiempo, y entregar el corazón. Gracias Padre por unirnos y hacer tu sueño
realidad, cada día viviremos para Ti.

ii estrofa

Muchas aguas y tormentas hoy nos quieren apagar; pero lo que sí sabemos
nada de esto triunfará. Gracias Padre por unirnos y en tu propósito brillar,
cada día viviremos para Ti.

Pre-coro:

Este es el comienzo de grandes cosas, nuestro amor es tan fuerte que nada
puede separarnos,

tú y yo por siempre.
coro:

Tú y yo, ése es nuestro destino,


viviendo la promesa de vida.
Juntos mostraremos al mundo,
que sí se puede amar y vivir
para agradar a Dios
con nuestra relación.
Que gane nuestro amor.
Gerardo y Diana Aristizábal
Gerardo y Diana:

Queremos concluir este libro contándoles que ésta etapa de nuestro noviazgo,
fue una experiencia única y maravillosa, en la que aprendimos a conocernos
mucho más, a fortalecer nuestra relación de amistad y a vencer obstáculos
que se presentaron para dañar la relación, pero que obedeciendo a Dios y
dejándonos guiar por su amor, pudimos superarlos y así llegar preparados a
un matrimonio de bendición. Ahora que estamos casados, jamás hemos
dejado de ser novios y de vivir nuestra historia de amor con emoción,
disfrutando cada momento que estamos juntos y trabajando por cumplir el
propósito de Dios en nuestras vidas.

Diana:

Gracias mi amor, por cada momento a tu lado, pues me has hecho la persona
más feliz del mundo al respetarme, cuidarme y valorarme como la mujer que
soy para Dios y puedo decir que eres el hombre con el que quiero pasar todos
los días de mi vida, amándote, honrándote y cumpliendo el sueño de Dios a
tu lado.

Vivir mi noviazgo contigo fue lo mejor que me pudo haber pasado en la vida;
pues aun recuerdo como si fuera ayer, las veces que con todo mi corazón le
pedí a Dios que con el primer novio que tuviera, con ése quería casarme, y así
fue. Eres un hombre que ama a Dios con todo su corazón y vives para
agradarle, has superado mis expectativas y a tu lado me siento segura.

Te amo mi mejor amigo, mi novio, mi esposo, mi confidente, mi amante y


sobre todo, el hombre de mis sueños.

Gerardo:
Preciosa mía, después de Dios, tú eres lo más hermoso que le
ha pasado a mi vida y cada día estoy más loco de amor por ti.

Nuestro tiempo de noviazgo superó mis más altas expectativas y ahora que
estamos juntos hasta que la muerte nos separe, cada día quiero hacer realidad
todas tus ilusiones y amarte sin medida.

Recuerda que te amo, te amo y mil veces te amo, mi chiquita, mi muñeca, mi


mejor amiga, la dueña de mis pensamientos y de mi corazón.

Gerardo y Diana:

Por todo esto que hemos vivido, lo que actualmente estamos viviendo y por
todas las cosas maravillosas que vendrán de parte del Señor, es que hoy
podemos decir que…

un noviazgo a la manera De Dios


SÍ VALE LA PENA ESTA HISTORIA CONTINUARÁ…
Edificando Juntos Nuestra Relación:
Después de leer este libro, es el momento para identificar lo que te gusta y lo
que no te gusta de tu novio/a, con base en su relación con Dios, con su
familia y con la tuya, en relación a su crecimiento personal y a su crecimiento
como pareja, con el fin de edificarse mutuamente y mejorar o cambiar
aquellos aspectos que necesiten ser modificados para honrar a Dios y a su
relación. Te animamos a usar las hojas que verás a continuación para hacer
una lista de los atributos de tu pareja que te hacen sentir bien y que te gustan,
así como de sus debilidades, que por ende te disgustan. Ora para que el Señor
sea afirmando los primeros y fortaleciendo los segundos. Ora también para
que el Señor pueda preparar tu corazón y el de tu pareja en humildad, con el
fin de que puedan juntos hacer la siguiente dinámica, que tiene como objetivo
fortalecer el diálogo y en la que el uno al otro se afirmarán en aquello que
están haciendo bien, y serán conscientes de aquellos aspectos en los que
deben
mejorar para que su relación crezca, se consolide y siga avanzando.

Es muy importante que aprovechen este tiempo para:

1. Valorarse mutuamente, reconociendo sus virtudes y dándole gracias a Dios


por ellas.
2. Pedirse perdón, perdonar y sanar sus corazones de cualquier herida.

Asegúrate de preparar un ambiente bien romántico, para realizar esta


dinámica y pídele al Señor mucha sabiduría para escoger tus palabras y poder
expresarle a tu pareja lo que hay en tu corazón, sin hacerle sentir que lo/a
estás atacando, sino que buscas edificarle en amor.

LO QUE ME GUSTA:
(Fortalezas de mi pareja)
Fortalezas en

•Su relación •con Dios. •


• Su relación •

con nuestras • familias. •



•Su llamado •(servicio a Dios).•




•Su crecimiento •personal. •


•Su trato •hacia mí. •

Él escribe de ella Ella escribe de él


























LO QUE NO ME GUSTA

(Debilidades de mi pareja)
Debilidades en
Su relación con Dios.

Su relación con nuestras familias.


Él escribe de ella Ella escribe de él
••
••
••
••
••
••
••
••
••
••
••

Su llamado • • (servicio a Dios).•



••
••
••

• •Su crecimiento • •personal. • •


••
••
• •Su trato • •hacia mí. • •
••

COMPROMISOS
(Acuerdos mutuos para mejorar en la relación).
Compromisos en Él escribe de ella Ella escribe de él
••
• •Su relación • •con Dios. • •
••
••
Su relación • •

con nuestras • •
familias. • •
••
••

• •Su llamado • •(servicio a Dios).• •


••
••
• •Su crecimiento • •personal. • •
••
••
• •Su trato • •hacia mí. • •
••
Mis Notas Finales

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