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Hoy mi mensaje se titula, ³El Poder de la Gratitud.´ La Sagrada Escritura nos dice en
Efesios 5:20, ³dando siempre gracias al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor
Jesucristo.´ Debemos siempre dar gracias. Debemos siempre mantener y guardar un
corazón agradecido. Esto es de mucho interés, porque en 2 Timoteo 3:1, San Pablo
escribe y hace notar que una de las señales que estamos en los últimos días será que la
gente en general será malagradecida y habrá una disposición de ingratitud que satura la
sociedad. Sin embargo, nosotros que somos hijos de Dios deberíamos estar en una
posición de contraste total a esa actitud. Todos deberíamos ser personas con corazones
agradecidas.
Hoy, les quiero hablar sobre dos cosas: La primera que trataremos será como podemos
expresar la gratitud, y la seguna será sobre la importancia de mantener un espíritu
agradecido y porque es importante que expresemos gratitud.
  
    
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Vamos a mirar el pasaje de 2 Crónicas el capítulo 5. Existen muchos pasajes en la
Sagrada Escritura de los cuales podríamos sacar la misma conclusión, pero en especial,
me gusta la forma en que este pasaje expresa lo dicho.
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13 cuando sonaban, pues, las trompetas, y cantaban todos a una, para alabar y dar
gracias a Jehová, y a medida que alzaban la voz con trompetas y címbalos y
otros instrumentos de música, y alababan a Jehová, diciendo: Porque él es
bueno, porque su misericordia es para siempre; entonces la casa se llenó de una
nube, la casa de Jehová.
14 Y no podían los sacerdotes estar allí para ministrar, por causa de la nube;
porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Dios.
Para Dios, había algo muy atractivo en la forma en que los Israelitas le estaban alabando,
y además, estaba complacido con el agradecimiento que estaban expresando de corazón.
A causa de todo esto, Dios decidió aparecer de forma muy inusual. Yo me alegro mucho
al poder decirles que la Biblia nos cuenta que tú y yo tenemos un mejor pacto, uno
establecido sobre mejores promesas. Como creyentes del Nuevo Testamento, nosotros
tenemos el derecho de experimentar aun más de la presencia de Dios en nuestras vidas.
Pero tomemos nota de lo escrito: Nos dice que estando en ese espíritu de gratitud, dando
gracias a Dios, estaban unánimes, y cantaron y alabaron a Dios a una voz. La gratitud
debería ser algo que se escucha! Deberíamos de elevar nuestras voces a Dios tal como
nos instruye las Escrituras. Ya sea si lo cantas, o lo gritas, debería ser algo que se puede
escuchar. Como es de esperar, alguna gente dice, ³Bueno, yo tengo alabanza en mi
corazón. Estoy agradecido para con Dios en mi corazón y no hace falta que lo diga en voz
alta.´ Sin embargo Jesucristo dijo que de la abundancia del corazón, la boca habla. Si en
verdad tienes un corazón lleno de gratitud, entonces esa gratitud debería encontrar su
expresión en algo vocal, algo que sale de tu boca. Si no está saliendo de tu boca, mas te
vale que averígües la fuente de esa gratitud. Debemos de expresar nuestra alabanza tanto
verticalmente a Dios como horizontalmente los unos a los otros. Es de suma importancia
que verbalicemos nuestra alabanza.
Por ejemplo, puede que tengas unos sentimientos fuertes y cálidos hacia tu familia. En tu
corazón aprecias a tu esposa y todas las cosas que ella hace y su labor de amor hacia su
familia. O si eres la esposa, puede que aprecies de corazón y tu esposo, o estás agradecida
por algo que tus hijos hayan hecho por tí. Sin embargo, si nunca se los dices, si nunca
verbalizas esa gratitud, ellos nunca podrán sacar el beneficio de tu agradecimiento.
De hecho, nadie saca un beneficio en lo más minimo, ni reciben el ánimo que podrían
recibir. Quizá te veas como una persona que aprecia a otros, pero si tu gratitud no se
expresa, entonces no es una gratitud verdadera.
Digamos que eres un supervisor y tienes un equipo de personas que trabajan para ti.
Ves a uno de tu equipo y piensas, ³¡vaya, no se que haría si ella no estuviese en mi
equipo!´ Pues ¿que esperas para decírsela? No es suficiente que sólo lo pienses en tu
corazón. La gratitud no es una gratitud verdadera hasta que se exprese. La razón de esto
es que la gratitud es algo que se usa para bendecir a otros. Además de esto, necesitamos
aprender a verbalizar nuestra gratitud para con Dios, como también el uno al otro. Cada
uno de nosotros tenemos una lista muy larga de personas a la cuales necesitamos expresar
nuestra gratitud, y una larga, pero muy larga, de cosas por las cuales deberiamos expresar
nuestra gratitud a Dios.
Pienso en mi mismo. Esta mañana desperte en mi sano juicio. En mi caso, no siempre fue
así. Tengo muchísimas cosas por las cuales estoy agradecido, y es mi deber comunicar
ese agradecimiento a otros. La gratitud, no es una gratitud verdadera hasta que se
exprese.
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El día en que Jesús sano a Bartimeo de su ceguera, la Sagrada Escritura nos dice que él
siguió a Jesús en el camino. Dios le dijo al Faraón, ³Pon en libertad a mi pueblo para que
me sirvan.´ La expresión natural de un corazón que ha sido liberado, es el querer servir a
Dios.
Al encontrarse con Jesucristo en el camino a Damasco, el apóstol San Pablo,
anteriormente conocido como Saulo de Tarso, le hizo dos preguntas. Y a partir de ese
momento en el que hizo esas dos preguntas, su vida entera giró entorno a una búsqueda
para poder descubrir una respuesta progresiva y más profunda a cada una de las
preguntas. La primera pregunta fue: ³Señor, ¿Quién eres?´ y la segunda pregunta fue:³¿Qué
quieres que haga?´ O en otras palabras, ³¿como te puedo servir? ¿Que puedo hacer con mi
vida ahora que Tú me has liberado y me has rescatado?´
¿Estás agradecido por lo que Dios ha hecho en tu vida? Si lo estás, entonces sírvele. Sirve
a su familia. Sirve a la iglesia. Sirve a los necesitados, tanto los que están en la iglesia
como los que están fuera de la iglesia. Jesucristo dijo, ³si lo has hecho al menor de estos
mis hermanos, me lo has hecho a mí.´ La eternidad no será lo suficientemente larga para
que yo derrame mi vida en servicio ante Él en gratitud por todo lo que Él ha hecho por
mi. Algunos de ustedes han oido parte de mi testimonio, pero no se imaginan lo mal que
realmente estaban las cosas. Yo tengo muchísimo por el cual estar agradecido. Y una de
las maneras que yo expreso esa gratitud, es en decirle, ³Señor, aquí me tienes.´ Cada uno
de nosotros tenemos ciertos dones y habilidades. Cada uno de nosotros tenemos cosas
que Dios ha depositado en nuestras vidas. Deberíamos de encontar el camino para servir
a otros y a Dios, usando los dones que hemos recibido. La gratitud es algo que se expresa
por medio de un servicio de amor. Mucha gente quiere servir a Dios, pero solamente en
una capacidad de consejero, diciéndole lo que debería hacer. Dios no necesita consejeros.
Hace ya tiempo que leí una historia sobre un acueducto que los romanos contruyeron en
el año 109 A.D. Este acueducto suministraba agua a la ciudad de Segóvia, España.
Durante un período de 1,800 años, ese acueducto romano bajaba agua fresca de las
montañas a la ciudad calurosa de Segóvia. Más de 50 generaciones de hombres bebieron
agua de ese acueducto. Pues una generacion reciente dijo, ³¡Pero si esto es una maravilla!
Tenemos que preservar la integridad del acueducto para nuestros hijos y las generaciones
venideras, para que todos puedan disfrutar de esta maravilla.´ Y fue así que cortaron el
flujo de agua que corría por el acueducto, dándole un descanso de los miles de años de
labor que había hecho. Enterraron tuberías modernas y empezaron a suministrar el agua a
la ciudad por medio de estas tuberías, en vez de usar el acueducto.
Para sorpresa de todos, en muy poco tiempo el acueducto empezo a desmoronarse y
deteriorarse. Después de 1,800 años de servicio, empezo a caerse. Porque sin el fluir de
agua a través de sus canales, el mortero expuesto al sol se calentó y se secó.
Subsecuentemente, empezó a derrumbarse.
Algunos de ustedes han perdido la vitalidad de la vida. Han perdido esa chispa que aviva
la vida. Yo quiero sugerir que puede ser a causa de que han dejado de servir. Yo creo que
la vitalidad y la salud espiritual se mantiene por medio del servicio. Conforme dejamos
que la vida de Dios fluya a través de nosotros a otros, es entonces cuando mantenemos la
vitalidad, el celo y esa frescura que viene con el servicio. Pero en el momento que
dejamos de servir, nuestras vidas espirituales se empiezan a desmoronar. Eso es lo que les
ha sucedido a muchos cristianos. Te has secado espiritualmente y es a causa de que ya no
estás sirviendo. Sirve a Dios y sirve a otros como una expresión de tu gratitud por todo lo
que Dios ha hecho en tu vida.
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