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personajes. Ahora vamos a darle voz y vida a nuestra gente. Y vamos a hacerles hablar.
Al igual que decíamos que las escenas deben servir para algo (y si no sirven para
nada, mejor no meterlas), cada frase, cada palabra incluso, que digan nuestros
personajes debe tener una función. Y, ¿qué funciones puede tener el diálogo? Pues
no tampoco es muy discutible, basta con echar un rápido vistazo a las teorías
que en otros (por ejemplo, es más notorio en el cine negro que en cualquier
hacerlo de una manera no demasiado obvia, con sutileza. Gran parte de los
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autores coinciden en admitir, de uno u otra manera, que es mejor una palabra
caracteriza más por su forma de hablar que por su apariencia o incluso por
en la que uno de los elementos que nos traslada lejos en espacio y tiempo es
ya hemos visto, muchos autores no creen que el diálogo deba tener excesiva
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de cine negro, lo habitual será encontrar prologados los hechos posteriores
inevitables, esta queda por completo a merced de los deseos del guionista.
personajes, ya sea mediante voz en off o mediante intervenciones de los personajes. Sin
embargo, esta función no parece sostenerse con total independencia de las demás.
Parece encajar más bien como uso del recurso que como función de este.
Bueno, ya sabes, las opiniones son como los culos, todo el mundo tiene y no hay dos
iguales.
Son muchos los autores que afirman que el diálogo es el método más hosco y
menos apropiado para mostrar información. Autores como Eugene Vale en su obra
Técnicas del guión para cine y televisión (1985) predican que ante la posibilidad de
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(...)Aunque el diálogo es el método más simple para un escritor de transmitir
hechos, no es el modo más fácil para que el espectador los reciba. La palabra hablada
es difícil de absorber. Cada orador y cada oyente de discursos públicos y cada alumno
en tanto dos personas están hablando; cuanto más rápido cambia el diálogo del uno al
otro, mejor se evita la monotonía. Pero aún así, la capacidad de absorber por el oído es
limitada. Por eso, aunque es una tentadora forma de exponer la información de parte
entender.
Una imagen vale más que mil palabras. Es una peculiaridad de la mente
humana moderna la fascinación por el efecto visual en tanto crece el cansancio de oír.
Las impresiones que recibimos por el ojo tienen un poder casi hipnótico sobre nosotros.
Es fácil para un espectador irse durante una alocución, y también hacerlo durante una
representación teatral, pero es difícil sacarlo de una sala de cine aunque la película sea
mala.
Tras las palabras de Eugene Vale, parece que lo apropiado sería reducir la
de imágenes impactantes y con poco o nulo diálogo. Sin embargo, otros expertos como
espectador se halla a cierta distancia del actor y éste debe expresarse en el llamado
Tampoco como en la novela, en la que el personaje (más bien el autor) debe decirlo
todo con palabras, pues el lector no ve sus gestos. Ni siquiera como en la vida, en la
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que descuidamos nuestras palabras –las elegimos mal, caemos en repeticiones
que el intercambio oral humano es mucho más que un medio para comunicar
dolorosísima.
De estas palabras debemos quedarnos sobre todo con una idea fundamental: el
diálogo es nuestra mejor y más usada forma de comunicar sentimientos. Pese a la fuerza
se te ocurre alguna manera para mostrar lo que sea que quieras mostrar con una imagen,
no uses el diálogo. Pierde fuerza. Y te digo una cosa, ésta SÍ que es una buena regla
para no olvidar.
¿Debe el diálogo decir únicamente lo que dice? Vaya preguntita, ¿eh? Bueno,
construido, normalmente vemos más de lo que nos muestran. Palabras, frases, que
tienen un significado mayor del obvio, que ocultan bajo sí otro significado más real, lo
dicen más que lo que dicen. A veces, aunque lo que se dice (o se hace) parece no tener
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mayor trascendencia por sí mismo (hacer una maleta, cantar una canción…), dentro del
contexto adecuado puede ocultar grandes significados. Buscar subtextos es uno de los
Con el subtexto hacemos nuestras escenas más ricas y menos obvias. Pongo un
ejemplo claro de una escena escrita sin subtexto, burda, rápida y a todas luces poco
interesante y otra en la que usamos las imágenes para contar sin decir.
ÉL
Cariño, creo que todo está muy frío entre nosotros.
Temo que ya no me quieras cómo antes, pese a que
yo sigo amándote como el primer día.
ELLA
La verdad es que ya no siento lo mismo por ti. Me
aburres, me agotas, me hastías. Sólo siento desazón
cuando estoy a tu lado. Quisiera no volver a verte.
ÉL
¿Quieres que te prepare unas tostadas?
ELLA
No te preocupes, estoy bien.
ÉL
Hoy tengo el día tranquilo, ¿quieres que comamos
jun…?
ELLA (INTERRUMPE)
Dios, es tardísimo. Me voy.
Ella se levanta, recoge solo su parte de la mesa antes de marcharse y se dirige hacia la
puerta de la calle. Abre la puerta. Antes de salir, escucha.
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ÉL
Buen día. Te quiero.
ELLA
Ya. Adiós.
pero que son fundamentales para no cometer más errores de los qua vamos a cometer
diálogos tienen unas particularidades concretas a causa del medio para el que
No hacer literatura.
Se debe ser breve. El ritmo de una película viene dado, en buena medida, por el
ritmo con que el actor dice su diálogo, y ese ritmo viene dictado ya en el guión.
Deben eliminarse todas las palabras y todas las frases que no cumplan la condición
anterior.
Se deben suprimir todas las palabras o frases cuya eliminación deje intacto el
Las frases deben tener la misma fuerza expresiva que la secuencia a la que
pertenecen.
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Ese lugar final de la secuencia es el lugar ideal para situar en él las frases que se
Las frases importantes, las que se pretende queden en la memoria del espectador,
deben ser puestas en boca de los protagonistas. En el viejo teatro, los primeros
aunque el autor las hubiese escrito para que fuesen dichas por la dama joven o el
galán.
El cine es acción y, en el cine, el diálogo debe ser acción. Toda frase que no añada
en la marcha de la película.
El diálogo nunca debe hacer posible que el espectador se entere de cuanto ocurre sin
necesidad de la imagen.
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