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Cálculo
Cuatrimestre (Enero-abril)
Nombre:
Bony
Apellidos:
Lorenzo Figuereo
Matrícula:
10084440
Facilitador:
Prof. Ludivina Medrano
Clases de fuego:
Fuego Clase A: es aquel que se presenta en material combustible sólido, generalmente de
naturaleza orgánica, y cuya combustión se realiza normalmente con formación de brasas.
Fuego Clase B: es aquel que se presenta en líquidos y gases combustibles e inflamables.
Fuego Clase C: es aquel que involucra aparatos y equipos eléctricos energizados.
Fuego Clase D: es aquel en el que intervienen metales combustibles.
Propagación de la llama
Un factor básico del aumento de dimensiones de un incendio es la velocidad de
propagación de una llama por las superficies combustibles adyacentes. La propagación de
la llama puede representarse como un frente de avance de la ignición en donde el extremo
frontal de la llama actúa como fuente de ignición del combustible que todavía no está
ardiendo. La velocidad de propagación viene determinada, por un lado, por las propiedades
del material, de las que depende la facilidad de ignición y, por otro, por la interacción entre
la llama existente y la superficie de avance del frente. La propagación vertical en sentido
ascendente es la más rápida, pues la flotabilidad garantiza que las llamas se desplacen hacia
arriba, y así la superficie superior al área de combustión queda expuesta a la transferencia
directa del calor de las llamas. Compárese esta situación con la propagación en una
superficie horizontal, en que las llamas del área de combustión se elevan verticalmente,
lejos de la superficie. Realmente, la experiencia demuestra que la propagación vertical es la
más peligrosa (p. ej., propagación de llamas en cortinas y sábanas o en ropas sueltas como
camisones). La velocidad de propagación también depende del flujo de calor radiante
aplicado. El volumen de un incendio en el interior de una habitación crecerá con mayor
rapidez al aumentar el nivel de radiación generado a medida que se extiende el incendio, lo
que contribuirá a acelerar su propagación.
Apagar la llama
Este método consiste en utilizar supresores químicos para extinguir la llama. En las
reacciones que se producen en la llama intervienen radicales libres de alta reactividad y
existencia efímera pero que se regeneran continuamente a través de un proceso de
ramificación de cadenas que conserva una concentración suficientemente alta para
alimentar la reacción global (p. ej., una reacción del tipo R1) a alta velocidad. Los
supresores químicos aplicados en cantidad suficiente provocan una fuerte reducción de la
concentración de radicales y extinguen de forma eficaz las llamas. Los agentes más
comunes de este tipo son los halones y los polvos secos.
Los halones reaccionan en la llama generando unas sustancias intermedias que a su vez
reaccionan fácilmente con los radicales de la llama. Se necesitan cantidades relativamente
pequeñas de halones para extinguir un incendio, por lo que siempre se les ha considerado
muy adecuados. Las concentraciones de extinción son “respirables” (aunque los productos
generados al pasar a través de la llama son nocivos). Los polvos secos actúan de forma
similar, pero en determinadas circunstancias resultan mucho más efectivos. Las partículas
finas se dispersan en la llama y anulan las cadenas de radicales. Es importante que las
partículas sean pequeñas y numerosas. Los fabricantes de muchas marcas comerciales de
polvos secos eligen para ello un polvo “decrepitante”, cuyas partículas, al ser expuestas a
las altas temperaturas de la llama, se fragmentan a su vez en partículas más pequeñas.
Cuando empiezan a arder las ropas de una persona, el mejor método para controlar las
llamas y brindarle protección es un extintor de polvo seco. Una intervención rápida permite
una rápida “extinción”, minimizando los daños. Ahora bien, el fuego debe extinguirse por
completo, pues las partículas caen rápidamente al suelo y cualquier llama residual puede
reavivarlo. De forma similar, los halones sólo son efectivos en tanto se mantiene la
concentración local necesaria. Así, cuando se aplica fuera de un recinto cerrado, el vapor de
halón se dispersa rápidamente y el incendio se reaviva de nuevo si queda alguna llama
residual. Igualmente, la pérdida del supresor produce la reignición del material combustible
si las temperaturas de la superficie son suficientemente altas. Ni los halones ni los polvos
secos llegan a enfriar de forma efectiva la superficie del combustible.
Fuentes de ignición
La energía calorífica puede clasificarse en cuatro categorías básicas según su origen (Sax,
1979): 1. energía calorífica generada por reacciones químicas (oxidación, combustión,
disolución, calentamiento espontáneo, descomposición, etc.);
2. energía calorífica eléctrica (por resistencia, inducción, arco, chispas eléctricas, descargas
electrostáticas, rayos, etc.);
3. energía calorífica mecánica (por fricción, chispas por fricción),
4. calor generado por descomposición nuclear.
A continuación, se estudian las fuentes de ignición más frecuentes.
Llama abierta
La llama abierta es la fuente de ignición más sencilla y frecuente. Gran cantidad de
herramientas de uso generalizado y de equipos industriales funcionan con llamas desnudas
o dan lugar a la formación de llamas desnudas. Encendedores, cerillas, hornos, aparatos de
calefacción, equipos de soldadura, tuberías dañadas de gas y petróleo, etc. pueden
considerarse fuentes potenciales de ignición. Dado que, en el caso de la llama abierta, la
fuente de ignición primaria constituye en sí misma una combustión automantenida, el
mecanismo de ignición significa básicamente la propagación de la combustión a otro
sistema. La combustión se inicia cuando la fuente de ignición con llama abierta dispone de
suficiente energía como para provocar la ignición.
Ignición espontánea
Las reacciones químicas que generan calor de forma espontánea, al ser “fuentes internas de
ignición”, conllevan un riesgo de ignición y combustión. Materiales propensos al
calentamiento y la ignición espontáneos pueden convertirse en fuentes de ignición
secundarias y provocar la ignición de materiales combustibles próximos. Aunque algunos
gases (p. ej., fosfuro de hidrógeno, hidruro de boro, hidruro de silicio) y líquidos (p. ej.,
carbonilos metálicos, composiciones organometálicas) son propensos a la ignición
espontánea, en la mayoría de los casos ésta tiene lugar como reacción superficial en los
materiales sólidos. La ignición espontánea, como todas las igniciones, depende de la
estructura química del material, pero su aparición está determinada por el grado de
dispersión. La extensa superficie específica permite la acumulación local de calor de
reacción y contribuye a aumentar la temperatura del material por encima de la temperatura
de ignición espontánea. La ignición espontánea de líquidos también se ve favorecida
cuando entran en contacto con aire o materiales sólidos de gran superficie específica. En
condiciones atmosféricas normales, las grasas y los aceites especialmente insaturados con
enlaces dobles, al ser absorbidos por materiales fibrosos o sus productos o al impregnarse
en textiles de origen vegetal o animal, son propensos a la ignición espontánea en
condiciones atmosféricas normales. La ignición espontánea de productos de lana de vidrio
y de lana mineral fabricados con fibras no combustibles o materiales inorgánicos con una
gran superficie específica y contaminados con grasa han dado origen a gran número de
incendios graves. La ignición espontánea se observa principalmente en polvo de materiales
sólidos. En metales con una buena conductividad calorífica, para acumular el calor local
necesario para la ignición es necesario que estén muy finamente fragmentados.
Superficies calientes
En la práctica, las superficies de aparatos y mecanismos pueden calentarse, tanto en
condiciones normales como por avería, hasta alcanzar temperaturas peligrosas. Así, hornos,
estufas, secadores, salidas de gas residual, conductos de gas, etc., pueden originar incendios
en espacios con aire explosivo. Además, las superficies calientes pueden provocar la
combustión de materiales combustibles próximos o en contacto con ellas. Como medida
preventiva debe mantenerse una distancia de seguridad y realizar una supervisión y un
mantenimiento regulares para reducir la probabilidad de que se presente un
sobrecalentamiento peligroso.
Antes
Cómo prepararse en su casa:
Incendios Forestales:
Los incendios forestales son incendios no previstos que arden en áreas naturales; es decir,
en bosques, pastizales o praderas. Estos incendios peligrosos se pueden expandir
rápidamente y devastar no solo las áreas naturales y forestales, pero también comunidades.
Los incendios forestales pueden ser causados por el ser humano o los relámpagos, y pueden
ocurrir en cualquier lugar y en cualquier momento. También pueden causar inundaciones o
interrupciones en los servicios de transporte, combustible, energía eléctrica y
comunicación.
Recomendaciones para prevenir incendios forestales.
Vigile que en sus predios no haya acumulación de materiales (ramas secas, maleza,
basura, cartón o papel) que pudiera servir como combustible para la generación de
incendios.
Evite dejar fragmentos de vidrio, cristales, espejos o botellas que, por la acción de
los rayos solares, pudieran convertirse en una fuente de calor que pueda provocar un
incendio.
No deje encendidas fogatas, cigarros, cerillos o brasas en lugares donde puede
provocar un incendio.
Cuando vaya a realizar quemas, recuerde hacerlo muy temprano, en las primeras
horas de la mañana y sólo cuando no haya viento ni sol muy fuerte. También es
importante que antes de iniciar la quema, se asegure de cavar brechas cortafuego
para controlar el desarrollo del proceso.
La quema de terrenos con fines de desmonte o preparación de la tierra para la
siembra, es un proceso muy peligroso que puede contribuir en la generación de
incendios. Siempre que cuente con otras opciones para la preparación de sus
predios, evite usar estas quemas.
Si va a realizar estas quemas, asegúrese de contar con el apoyo de otros miembros
de su comunidad, para mantener la vigilancia total sobre el proceso y poder
detectar, denunciar y combatir cualquier conato de incendio.
Siempre que detecte un incendio forestal, por pequeño que le parezca, dé aviso a las
autoridades municipales o locales.
Soló realice quemas si va a trabajar la tierra en los días siguientes.
No intervenga ni actúe por cuenta propia para combatir un incendio forestal. Lo más
importante es alertar a las autoridades sobre la presencia del fuego. Obedezca las
instrucciones del personal autorizado. De ello puede depender su vida y la de su
familia.
Siempre que pueda y esté en posibilidades, colabore con las autoridades y personal
técnico responsable, en la integración de brigadas de combate a los incendios, pero
respetando las instrucciones que dé el personal técnico.
Evite el uso de fertilizantes químicos y prefiera el uso de abonos orgánicos como el
abono verde o la composta y de cultivos como la veza de invierno, que son cultivos
que se pueden sembrar de manera paralela a los cultivos tradicionales como maíz,
avena y cebada, entre otros, pero que nutren el suelo y reducen el problema de
erosión y desmonte de terrenos. Infórmese sobre sus ventajas y adóptelos como dos
abonos que beneficiarán de modo importante la calidad de sus terrenos y siembras.
Cuando se escuchan noticias sobre un incendio forestal, por lo general se oye hablar de los
bomberos "que contienen", en lugar de apagar, el fuego. Aquí hay dos métodos principales
que utilizan:
Retardante de llamas: Si alguna vez has visto fotos de un avión sobrevolando un incendio
forestal y te preguntaste qué sustancia ahumada están arrojando, es un ignífugo o retardante
de llamas, conocido como "slurry". Es principalmente una mezcla de fertilizante y agua,
diseñada para cubrir la vegetación y ralentizar la propagación del fuego. Está teñido de rojo
ominoso para que los bomberos sepan exactamente dónde se está esparciendo. En un
incendio forestal grande, decenas de miles de galones de este retardante pueden ser vertidos
para retardar el resplandor.
Mientras que el agua —y la humedad en general— es crucial para la contención de fuego,
hay una serie de alta tecnología y de tecnología sencilla para combatir un incendio.
(Fireline Media).
Líneas de fuego: El fuego se propaga al encender arbustos, vegetación, estructuras y otros
materiales inflamables. Una "línea de fuego" es un área que los bomberos despejan, por lo
que el fuego no tiene a dónde ir. Los bomberos limpian completamente un área y rascan el
suelo hasta llegar a la tierra para asegurarse de que no hay nada ahí que el fuego consuma.
Además de estos métodos prácticos, los científicos y los bomberos utilizan las imágenes
satelitales y el modelado para tener una idea de lo grande que es un incendio forestal y
determinar hacia dónde se dirige.
5. No siempre son malos para el medio ambiente, a largo plazo
Mientras que los incendios pueden obviamente ser devastadores para la vegetación y aún
más para las áreas pobladas, hay algunos beneficios inesperados de unas llamas
limpiadoras. Según el Servicio de Parques Nacionales, los incendios forestales pueden
frenar las poblaciones de plagas, purgar las especies de plantas no nativas e invasoras, y
proporcionar nutrientes y nuevos puntos de luz solar para las plantas que quedan después
del fuego.
Algunos animales también pueden beneficiarse, porque los incendios cambian el paisaje de
una zona, y con ello los hábitos locales de alimentación y caza. Hay incluso dos especies de
pinos que sólo pueden reproducirse cuando el fuego abre sus conos, liberando las semillas
dentro.
6. Pueden 'resucitar' después de que se les creía extinguidos
Sólo porque un fuego no se está extendiendo por el suelo no significa que esté muerto.
Podría estar quemándose en el subsuelo, donde el material orgánico en descomposición
llamado turba puede mantenerlo vivo durante meses o más.
Esto, obviamente, representa un grave peligro, ya que un fuego que es contenido y
extinguido en el verano puede, teóricamente, sobrevivir bajo tierra durante el invierno y
propagarse de nuevo cuando las condiciones climáticas se calientan y vuelve a haber
sequía.
Conclusión
En conclusión, conocer acerca de los incendios es de suma importancia, como
se crean, que materiales son incéndiables o propensos a realizar una
combustión. Cómo podemos reaccionar y prevenirlo, también lo importante de
saber cómo apagar una llama, y tener cuidado en casa para evitar la creación
de un fuego y que se propague para crecer un incendio.
Anexos:
Bibliografía
https://www.unam.mx/medidas-de-emergencia/incendios
https://www.insst.es/documents/94886/162520/Cap%C3%ADtulo+41.+Incendios
https://expansion.mx/mundo/2017/10/12/6-datos-importantes-que-debes-conocer-sobre-los-
incendios-forestales
https://www.ready.gov/es/incendios-forestales