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NOMBRE: CARLOS DAVID AMADOR DE LOS SANTOS

BA-18-20106

ANALISIS COMPARATIVO
PRIMERA LEY Y LA LEY 301 SOBRE EL NOTARIO EN REPÚBLICA
DOMINICANA
El 8 de noviembre de 1927, se promulgó la Ley No. 770 del Notariado, la
cual sufrió varias modificaciones durante sus años de vigencia, hasta ser
derogada, y sustituida por la presente Ley No. 301 del Notariado Dominicano,
del 18 de junio de 1964, publicada en la Gaceta Oficial No. 8870, de fecha 30 de
junio de 1964, la cual regula la función notarial en nuestro país.
la cual establecía en su Artículo 38 que cada notario tendrá un sello de
forma circular con su nombre, calidad y residencia, y en el centro el Escudo
Nacional.
Los notarios imprimirán su sello en todas las copias que expidan. Pero la
actual Ley No. 301, no contenía esta disposición que obligara al notario a usar un
sello profesional con el expreso mandato anteriormente descrito. Dicha situación
permaneció por espacio de 25 años, hasta que en el año 1989 se promulgó la Ley
No. 86 que agregó un párrafo al Artículo 1 de la actual ley No. 301, en la que
ordena:  
Que "cada notario tendrá un sello circular, en seco o gomígrafo, con su
nombre, calidad y jurisdicción a que pertenece, con el Escudo Nacional en el
centro, y deberá imprimir este sello en todos los actos auténticos o bajo firma
privada que instrumento legalice, así como en todos los documentos o copias que
expida antes esta referencia en cuanto al uso del sello, se contemplaba en el
Artículo 38 de la ley actual del notariado; colocarle el Escudo Nacional en el
centro le confiere mayor "personalidad" al documento y es más difícil de alterar
por falsificaciones; además que cumple expresamente por el mandato de la ley.
La Ley tenía 63 artículos divididos en cinco capítulos que recogen lo
relativo a los notarios y sus actos, así como las copias y lo referente al protocolo
y guarda y transmisión de los archivos notariales.
Esta ley No. 770, a pesar de que sufrió varias modificaciones, se mantuvo
regulando el ejercicio notarial por más de treinta y cinco años hasta que fue
completamente derogada y sustituida por la presente ley, la No. 301, que derogó
la Ley 770 y sus modificaciones, así como cualquiera otra que le sea contraria.
Esta ley se basaba en la responsabilidad notarial, la cual se fundamentaba
en dos principios: primero, en relación directa con el estricto y fiel cumplimiento
del oficio notarial que debe desempeñar el notario, cumpliendo con todos los
deberes generales que le impone la función y, el segundo, el notario antelas
personas que le solicitan sus servicios, a quienes no puede defraudar la confianza
que en él hayan depositado; ya que en caso de defraudarlo, la consecuencia es
que se le hace responsable por los daños y perjuicios provocados.
De allí que lo primero que ha de hacer el notario es iniciar una serie de
procedimientos quizás de orden psíquico, tendientes a conseguir una fiel
interpretación de la voluntad de las partes, pues nos e limita a recibir y
transcribir, sino que investiga la verdadera voluntad de las partes, su real
intención y luego dirige hacia las formas jurídicas que correspondan, dándole a
las declaraciones oscuridad o duda. Al notario latino se le exige el conocimiento
adecuado y científico del derecho por el papel principalísimo que desempeña en
el mundo jurídico de la vida social, razones por las que el notario debe ser un
profesional del Derecho o independiente de cualquier organismo o entidad que
pueda interferir en el ejercicio de sus funciones, convirtiéndolo en el más
perfecto para.
La ley surge en el año 1964 debido a la necesidad de regular la acción
notarial en el país, comienza dando una definición de lo que son los Notarios, nos
dice que son los Oficiales Públicos instituidos para recibir los actos a los cuales
las partes deban o quieran dar el carácter de autenticidad inherente a los actos de
la autoridad pública y para darles fecha cierta, conservarlos en depósito
y expedir copias de los mismos. Tendrán facultad, además, para legalizar las
firmas o las huellas digitales de las partes, en la forma establecida
por la presente Ley.
La ley 301 estableció por primera vez, de forma expresa, la posibilidad
legalización de firmas de actos bajo firma privada y consagró, en los artículos 56,
57 y 58 la forma en que debía efectuarse aquella: había dos formas de
legalización, una en que las firmas eran puestas en la presencia del notario y otra
en que no (artículo 56); se establecía cómo debían legalizarse las huellas digitales
de las personas que no sepan o no puedan firmar (artículo 57) y finalmente, se
expresaba que la legalización daba autenticidad a las firmas, pero no fecha cierta
al acto (artículo 58).
Vivimos en un mundo digital, uno que ha cambiado completamente lo
relativo a la redacción de actos, por tal razón la disposición que antes establecía
la ley301 acerca de la redacción de las actas notariales ha quedado obsoleta, sin
embargo, es bueno saber que disponía esta y como ha cambiado hoy en día.
Nuestra ley actual dice que: los Notarios son Oficiales públicos”, no
“funcionarios públicos” como establecía en su artículo primero la antigua Ley
No. 770.
LA FIRMA DIGITAL.
En la antigua ley 301 esta figura no existía, y es debido a que la tecnología
ha cambiado todo el panorama de la función notarial y esta debe adecuarse a los
tiempos, siendo honestos para 1964 eran muchos los notarios que
nos disponían de una máquina de escribir y les costaba también escribir en estas,
sin embargo hoy en día nos topamos con la figura de la firma
digital que permite al notario y al cliente estampar su firma a través
de aparatos electrónicos y que esta sea más constante, ya que, puede
cambiar dependiendo del ánimo de la persona.

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