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Aunque la mayor parte de los conceptos que en la actualidad giran en

torno a la inteligencia artificial (IA) puedan parecer nuevos, este ha


existido durante más de 60 años. El informático estadounidense John
McCarthy, conocido como el “Padre de la IA”, acuñó el término
“inteligencia artificial” en la década de 1950, lo que llevó a investigadores
de todo el país a indagar en el aprendizaje informático para el
procesamiento de ecuaciones y teoremas.

En la década de 1960, los científicos informáticos comenzaron a crear


máquinas similares a los robots y el primer robot humanoide fue construido en
Japón en 1972. Desafortunadamente, fue difícil para los científicos ir más allá
debido a la falta de avances en la tecnología de datos y el período entre
mediados de los 70 y principios de los 90 vio un descenso en el desarrollo de
innovaciones en este campo.

Pero en los años 90, los ordenadores se hicieron más avanzados. La


tecnología y las capacidades de la IA despegaron y desde entonces se han
disparado. La tecnología inteligente ha revolucionado innumerables industrias
en las últimas décadas y ahora, la arquitectura se dirige a un lavado de cara
centrado en la tecnología.

La IA en la arquitectura
La adopción de la IA, especialmente en las industrias creativas, tiene sus
obstáculos. A algunos diseñadores les preocupa que la IA reemplace a los
trabajadores humanos. Dado que el objetivo de la IA es crear máquinas o
programas capaces de utilizar sistemas de autodirección y aprendizaje, esta
preocupación es lógica. Sin embargo, la mayoría de los expertos coinciden en
que la IA tiene el potencial de hacer la arquitectura más fácil, más eficiente y
aún más segura.

Los ordenadores se destacan en la resolución de problemas con respuestas


claras, cruzando datos y haciendo tareas repetitivas, lo que libera tiempo para
que los humanos sean creativos y trabajen en problemas más abiertos, los
cuales no escasean en el diseño arquitectónico.

Para ello, aquí traemos siete formas en que la inteligencia artificial está
cambiando el campo de la arquitectura.

1. Explorar una mejor eficiencia en la


construcción
Las herramientas y programas de software ahora pueden hacer que los
cálculos de construcción y el análisis ambiental sean una tarea sencilla. Hay
tantos datos al alcance de la mano de un arquitecto en estos días, que extraer
información como la temperatura y los datos meteorológicos, las clasificaciones
de materiales y más, ya no requiere de largos periodos de tiempo y puede
hacerse mucho más fácilmente.

La tecnología inteligente también ofrece la posibilidad a los arquitectos de


incorporar la sostenibilidad en sus diseños. Soluciones como la iluminación o
los sistemas inteligentes de gestión de aguas pluviales pueden ser trabajadas
en los planos, asegurando una mejor sostenibilidad desde el principio.

Nada de esto era posible hace una década. Pero a medida que la tecnología se
hace más omnipresente, permite a los estudios más pequeños asumir
proyectos más grandes, ya que pueden aprovechar Internet y todos los
recursos a su alcance para desarrollar propuestas.

2. Ir del punto A al punto B más rápido


Cuando se trata de planear la construcción de un edificio, tomar atajos puede
no ser una buena idea. Pero la IA puede reducir el tiempo que se tarda en
planear y diseñar una estructura significativamente a través del Building
Information Modeling (BIM).

El Diseño Asistido por Ordenador (CAD) ha sido fundamental para crear


modelos en 2 y 3 dimensiones de edificios, pero BIM lleva eso un paso más
allá e incorpora información sobre el producto, plazos y los costes, dando al
arquitecto una visión más amplia de todo el proyecto. BIM trabaja con otros
programas de diseño para dar la imagen completa de una estructura,
incluyendo el diseño conceptual, el diseño detallado, el análisis, la
documentación, la fabricación, la construcción, la operación, el mantenimiento
una vez construido el edificio e incluso los planes de renovación o demolición.

Aprovechados adecuadamente, la IA puede analizar esos datos e identificar


tendencias o ineficiencias, permitiendo a los arquitectos diseñar proyectos
mejores y más duraderos sin perder tanto tiempo en el análisis de los mismos.

3. Permitir que los clientes caminen por el


interior de una estructura antes de que se
construya
Al igual que la realidad virtual, la realidad aumentada ha arrasado en la
industria de los videojuegos y ahora está encontrando un lugar en la
arquitectura y el diseño. Las empresas permiten a los clientes tener
una experiencia real con su edificio propuesto sin tener que empezar a
excavar. Es posible simular todo, desde la estética hasta los sonidos y las
opiniones o cambios puede ser implementada en el diseño inmediatamente,
antes de invertir dinero en materiales o construcción.

4. Actualizar el proceso de construcción

Alrededor del siete por ciento de la mano de obra mundial trabaja en la


industria de la construcción, aunque tradicionalmente ha sido una de las
industrias menos avanzadas tecnológicamente. Pero hay un gran potencial
para la integración de la IA en la construcción y podría reducir los costes de
construcción hasta en un veinte por ciento.

Además de utilizar maquinaria de construcción autónoma o semiautónoma para


ayudar en los trabajos de excavación y preparación, los ordenadores pueden
analizar los lugares de trabajo e identificar los posibles factores de riesgo,
disminuyendo los riesgos de seguridad y los retrasos que se podrían originar.

5. Hacer que los edificios sean más seguros

Las empresas, oficinas y campus han utilizado durante mucho tiempo la


seguridad por vídeo para controlar quién entra y sale, pero el alto volumen de
material recogido implica que pueden perderse información si no hay nadie
revisando el vídeo. Es por ello que, un sistema de seguridad inteligente
integrado en el edificio puede escanear rápidamente y detectar
automáticamente actividades sospechosas y enviar alertas a los propietarios de
los edificios.

La IA también puede utilizarse en forma de sistemas de cierre inteligente, que


pueden restringir el acceso a ciertas áreas a menos que el usuario tenga una
tarjeta o un código.

6. Optimizar el mantenimiento de los edificios


Las plataformas de gestión de la energía basadas en la inteligencia artificial
pueden determinar los patrones de uso para crear las condiciones ideales para
los inquilinos, aprovechando al máximo la energía y reduciendo costes. El
termostato Nido es un ejemplo de un sistema de este tipo que se ha hecho
popular entre los consumidores: se adapta para mantener un edificio a una
temperatura segura y óptima y puede alertar a los usuarios si la temperatura
baja o sube a un nivel peligroso.

Los dispositivos de IA también pueden tomar y analizar datos de los sensores


para monitorizar fugas o mal funcionamiento. Facilitan más que nunca el
control del rendimiento y la eficiencia de un edificio.

7. Informar del diseño para la interacción a gran


escala
En todo el mundo, los vídeos recogen datos sobre el comportamiento de las
personas y sus patrones de uso. Por ejemplo, la IA ya se está utilizando para
optimizar el flujo en museos y aeropuertos. Llevando esto al siguiente nivel, las
empresas podrían diseñar edificios que se integren para crear ciudades
inteligentes enteras basadas en las formas en que las personas interactúan con
su entorno y cómo se sienten en los espacios públicos.

Desde la Gran Muralla China hasta las pirámides egipcias, la innovación


arquitectónica consistía en aprovechar al máximo la tecnología disponible. A
medida que las necesidades humanas y la tecnología evolucionan, la IA está
preparada para llevar los logros arquitectónicos de la humanidad al siguiente
nivel.

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