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INTRODUCCIÓN

La piedra angular de un programa sólido para sesiones experimentales adecuadas en el


laboratorio es un proceso diseñado para revisar exhaustivamente las operaciones y los peligros
potenciales asociados con cada experimento durante su ciclo de vida. Esta revisión debe
realizarse antes de realizar cualquier trabajo. La naturaleza diversa de las actividades de
investigación y desarrollo hace que sea aconsejable contar con un proceso de este tipo como
parte del método científico de experimentación. En los laboratorios donde se practica
habitualmente este estudio preliminar, ha demostrado ser útil tanto para el mantenimiento de las
operaciones seguras del laboratorio como para minimizar la exposición a sustancias químicas y
desechos generados.

Debido a la diversidad de tipos de investigadores y trabajo de laboratorio, tales procesos, tanto


formales como informales, pueden ayudar a las personas asociadas con experimentos o
procedimientos nuevos, modificados o desconocidos a planificar y trabajar de manera segura,
responsable y productiva. Al evaluar primero el área de trabajo, los materiales, el equipo y los
procedimientos en profundidad, se pueden identificar y abordar los peligros ocultos. El proceso
de revisión previa al experimento también puede ayudar a garantizar que cada experimento y
operación de laboratorio cumpla con todas las leyes, regulaciones y otras políticas aplicables.
Además, al abordar todos los problemas relevantes de salud, seguridad y medio ambiente
cuando se concibe por primera vez un experimento, la investigación, la ampliación o el
desarrollo adicionales basados en él pueden ser más seguros y efectivos.

Por ello consideramos que el concepto de planificación de los experimentos debe ser abordado
como el primer paso para garantizar el ejercicio prudente al realizar las operaciones en un
laboratorio. Debido a la diversidad de experimentos, trabajadores de laboratorio, instalaciones y
peligros, la planificación de experimentos puede ser un proceso complejo para el cual no es
práctico estructurar reglas. Bajo este enfoque hemos considerado los posibles pasos
involucrados en la realización de cualquier experimento químico. Estos van desde desarrollar
una comprensión clara de las metas y objetivos, proporcionar la adquisición y el manejo de
materiales y equipos hasta finalizar con la disposición final de los residuos o desechos
generados.

I. CONSIDERACIONES GENERALES
NIVELES DE FORMALIDAD EN LA PLANIFICACIÓN DE SESIONES

EXPERIMENTALES DE QUIMICA

Los tipos de experimentos de laboratorio son diversos y pueden ser realizados por

una amplia gama de profesionales y las decisiones que se tomen en la planificación

de los experimentos se verán afectadas por el conocimiento y las habilidades del

personal, la escala de los experimentos, los peligros particulares de los materiales u

operaciones que se contemplan, las políticas de la institución para planificar y

realizar experimentos y el entorno regulatorio en que se van a realizar los

experimentos. Debido a esta diversidad entre los profesionales, lo que puede

representar para algunos un desafío significativo y desconocido, para un trabajador

de laboratorio puede ser algo natural

Considerando estas diferencias en el nivel de experiencia, se han establecido pautas

generales para diferentes niveles de formalidad, que se escalan de acuerdo con los

riesgos estimados.

La diversidad en los asuntos regulatorios locales, estatales, regionales y las políticas

institucionales también entra en la planificación de un experimento. Simplemente

"reflexionar" y registrar una descripción de un procedimiento en un cuaderno de

laboratorio podría ser una práctica totalmente prudente para manipular un producto

químico, mientras que el procedimiento idéntico para otro compuesto sujeto a

regulaciones específicas o para una gran cantidad del mismo compuesto podría

exigir un plan de experimento detallado por escrito, revisión, autorizaciones de

firmas y contabilizar los balances de materiales para otros.

Está claro que no existe una descripción única y universal aplicable a una correcta

planificación de experimentos, el nivel de formalidad para ser considerado

prudente. Puesto que la planificación previa al experimento es una cuestión de

criterio. En un área donde existen peligros potenciales, poner más atención a la

planificación es definitivamente la mejor alternativa.


Los trabajadores de laboratorio involucrados en el experimento o procedimiento

deben participar activamente y monitorear cuidadosamente el proceso de

planificación. Al finalizar el proceso de revisión previa al experimento, los

trabajadores deben estar completamente familiarizados con las actividades

planificadas, sus riesgos asociados, todas las medidas de protección necesarias y los

planes de contingencia para hacer frente a eventos inesperados o accidentes. La

protección del trabajador individual y del público es primordial. Al realizar

actividades de laboratorio, los trabajadores no solo deben tener los conocimientos

necesarios para garantizar su propia seguridad y la de los compañeros de trabajo y

la sociedad, sino que también deben estar dispuestos a aceptar la responsabilidad de

esa seguridad.

POLÍTICAS INSTITUCIONALES Y PLANIFICACIÓN DE RESPUESTA A

EMERGENCIAS

Así como quienes proponen un experimento tienen la responsabilidad de la

seguridad en el trabajo de laboratorio, la institución en la que se va a realizar el

experimento también es responsable de ciertos aspectos en la planificación. Este es

el caso de los departamentos académicos de las universidades y los laboratorios

nacionales, así como de las corporaciones privadas. Debido al alcance de las

responsabilidades institucionales; por tanto, la institución debe establecer pautas

generales sobre lo que constituye prudencia en las prácticas de trabajo de

laboratorio. La institución es responsable de establecer estándares y mantener

registros de cualquier capacitación necesaria de los trabajadores de laboratorio.

Además, en circunstancias específicas, la institución puede detallar pautas para

trabajar con peligros específicos, como en el caso de un compuesto especialmente

tóxico o un insumo intermedio regulado por el gobierno.

Finalmente, los laboratorios de enseñanza de pregrado a menudo requieren planes

detallados de experimentos por escrito antes de que pueda comenzar el trabajo, se


observa que el nivel de planificación a través de guías de práctica, es menos común

en los programas de investigación de posgrado. Documentar el proceso de

planificación del experimento es una herramienta que puede ayudar a construir esta

cultura de seguridad proactiva,

PASOS PARA PLANIFICAR UN EXPERIMENTO

Un mecanismo para facilitar la planificación eficaz es considerar los pasos de un

experimento en un diagrama de flujo. Cuando se comprenden los pasos

fundamentales en el proceso de investigación y el flujo de trabajo a través de cada

paso, los problemas críticos para el trabajo de laboratorio se pueden abordar en la

secuencia en la que es probable que se encuentren. Una vez que se han formulado

claramente las metas y los objetivos del experimento, puede comenzar la

planificación, tomando en cuenta la evaluación de riesgos, la adquisición y

almacenamiento de productos químicos, la manipulación de reactivos y equipos asi

como la eliminación de desechos.

Si se determina que los riesgos son inaceptables, los experimentos se pueden

rediseñar para minimizar los volúmenes de productos químicos utilizados o emplear

alternativas menos peligrosas. Es necesario considerar la hoja de datos de seguridad

de materiales (MSDS) de cada sustancia química peligrosa como otros recursos a

incorporar en la planificación del experimento.

En muchos experimentos se producen nuevos materiales cuyas propiedades físicas

y toxicidad se desconocen. Por lo tanto, las mezclas de productos deben

considerarse con sospecha de peligro hasta que se pueda determinar su composición

y se pueda demostrar que son seguras. En la planificación del experimento también

se debe considerar alguna disposición para proteger a los involucrados en el análisis

de estas composiciones de productos de peligros potenciales. Además, no todos los

experimentos se desarrollan de la manera esperada. Un análisis crítico también debe


incluir la consideración de los accidentes que podrían ocurrir incluso en

experimentos simples.

 Gestión de productos químicos

El plan o guía de practica del experimento debe incluir disposiciones para

adquirir y almacenar productos químicos y equipos que se utilizarán en los

procedimientos. Algunas consideraciones para la gestión de materiales

incluyen un etiquetado eficaz; mantenimiento de inventario y seguimiento

de reactivos; reducción de fuentes e intercambio de materiales; vida útil del

compuesto; monitoreo de reactivos químicos; peligros asociados con el

almacenamiento de productos químicos incompatibles, inflamables,

reactivos, etc. y las regulaciones que rigen el envío y almacenamiento de

productos químicos.

 El trabajo con productos químicos

Es imposible anticipar todos los problemas potenciales que deberían

especificarse para un "experimento genérico". En cualquier caso, el

procedimiento experimental propuesto debe considerarse con suficiente

detalle antes de comenzar cualquier operación de laboratorio, considerando

aspectos como la preparación de muestras, montaje y puesta en servicio de

equipos, puesta en marcha y calibración de equipos, adquisición de datos,

aislamiento y caracterización de productos, almacenamiento y eliminación

de materiales una vez finalizado el trabajo.

En el trabajo experimental, es importante reconocer que, aunque los

accidentes se pueden minimizar, la naturaleza de adquirir nuevos

conocimientos sugiere que nunca se debe obviar la posibilidad de

ocurrencia. Cualquier buen proceso de diseño experimental debe identificar

los peligros y desarrollar planes de contingencia para hacer frente a lo


inesperado para que las personas no resulten heridas, las instalaciones no

sufran daños y el público y el medio ambiente estén protegidos.

 El trabajo con equipos de laboratorio

Se debe realizar una evaluación completa del equipo propuesto para el

experimento para resaltar cualquier peligro asociado. También debe tenerse

en cuenta la ubicación del equipo dentro del espacio de trabajo. Los

peligros del equipo a considerar incluyen aquellos asociados con reactores,

tuberías, dispositivos de alivio, bombas, refrigeradores, cristalería, fuentes

de calor, dispositivos eléctricos, láseres, generadores de ultrasonido,

equipos fotoquímicos, gases comprimidos y equipos para trabajar a

temperaturas extremas. Se debe considerar si se han seguido y

documentado los procedimientos de mantenimiento adecuados para todo el

equipo. También se debe planificar el uso adecuado de equipos de

protección personal como guardapolvo, protectores faciales, guantes, gafas

de seguridad y respiradores. Ciertos equipos requerirán el uso de señales de

advertencia, luces, barreras, monitores de equipos, alarmas, y

enclavamientos de seguridad, particularmente cuando están involucradas

temperaturas extremas, gases presurizados o sustancias extremadamente

peligrosas. El uso de ciertos materiales también puede requerir un control

de la higiene industrial y / o revisiones especiales de salud ocupacional.

 Eliminación de desechos

Los problemas ambientales y de eliminación de desechos para la reducción

de fuentes, la minimización de desechos y el reciclaje de materiales deben

ser considerados con la debida importancia en cualquier guía de sesión

experimental. Se debe considerar la composición química de todos los

productos y materiales de desecho generados por el experimento, y se

deben evaluar con anticipación los procedimientos apropiados de manejo y

eliminación para cada uno de estos materiales. La atención cuidadosa a los


requisitos reglamentarios es esencial para la eliminación de desechos. Los

aspectos especiales a considerar incluyen la frecuencia y la cantidad de

desechos generados, los métodos para minimizar los desechos, los pasos

para neutralizar los desechos o hacerlos no peligrosos, los procedimientos

para tratar los desechos inestables o los desechos que requieren un

almacenamiento y manipulación especiales, y la compatibilidad de los

materiales que se acumulan. Durante la etapa de planificación, se deben

tomar precauciones para minimizar la liberación de químicos peligrosos al

medio ambiente. Una campana extractora es un dispositivo de seguridad y

no una instalación de eliminación de desechos. Por lo tanto, las campanas

de extracción no deben usarse para desechar materiales volátiles peligrosos;

hacerlo podría causar la liberación de materiales tóxicos. En algunas

circunstancias, es posible que se requieran sistemas especiales de

ventilación y extracción, depuradores, filtros o algún otro equipo de control

para descargas al aire o sistemas de alcantarillado químico.

 Regulación gubernamental de laboratorios

Las regulaciones son una parte intrínseca del trabajo de laboratorio

moderno que no se puede separar fácilmente de otros asuntos y deben

considerarse en cada paso de la planificación del experimento. Es prudente

que los trabajadores de laboratorio y los supervisores garanticen el

cumplimiento de las normas al realizar la sesion experimental en el

laboratorio. Sin embargo, la responsabilidad del liderazgo va más allá del

cumplimiento de la protección de los trabajadores de laboratorio alumnos,

docente, sociedad y medio ambiente. Si bien las regulaciones están

diseñadas para proteger a estas entidades, no todas las regulaciones son

suficientes o prudentes en este sentido. Por lo tanto, corresponde a cada

trabajador, así como al supervisor, trabajar hacia la meta de un desempeño

de laboratorio seguro y responsable.


DESECHOS O RESIDUOS PELIGROSOS VISION INTERNACIONAL

El enfoque ecológico dentro del amplio tema de la prevención de la contaminación,

considera en su perspectiva del cuidado ambiental varias estrategias de gestión para

reducir la formación de desechos durante las operaciones del laboratorio. Muchos de

ellos incluyen reducir la escala de las operaciones de laboratorio, catalogar y reutilizar

el exceso de materiales y reciclar los productos químicos que se pueden recuperar de

manera segura. Claramente, el mejor enfoque para los desechos de laboratorio es no

generarlos. Sin embargo, esta situación ideal rara vez se alcanza en el laboratorio. Por lo

tanto, es necesario analizar y considerar métodos para el tratamiento de los desechos

generados durante las operaciones del laboratorio logrando una adecuada disposición

final.

El alto costo de eliminación de muchos materiales, los peligros potenciales para las

personas fuera del laboratorio y el impacto en el medio ambiente son factores

importantes a considerar por el docente y el personal auxiliar del laboratorio que genera

residuos tienen la obligación de considerar el destino final de los materiales resultantes

de su trabajo. Sin embargo, el análisis de prácticas prudentes para la eliminación de

desechos requiere una perspectiva más amplia. Cuando los residuos finalmente se

retiran del laboratorio, afectan a individuos distintos de los que adquirieron o generaron,

perjudicando en última instancia, a la sociedad en su conjunto.

Debido al posible impacto adverso en el público a través de la contaminación del aire, el

agua o la tierra, el enfoque de análisis es la eliminación de desechos que pueden

presentar peligros químicos, así como los desechos de peligros múltiples que contienen

alguna combinación de peligros químicos, radiactivos y biológicos. Muchas de las

soluciones de eliminación descritas se han diseñado para aprovechar el hecho de que

existe un flujo normal de desechos no peligrosos generados en el laboratorio y otras

partes de la institución. En ciertas ocasiones, Los residuos clasificados como peligrosos

pueden modificarse para permitir su eliminación como residuos no peligrosos, lo que


suele ser una tarea menos costosa y menos engorrosa. El científico que genera residuos

peligrosos debe tomar decisiones acordes con el marco institucional para el manejo de

dichos materiales.

Generalmente, los desechos se definen como material excedente, innecesario o no

deseado. Por lo general, es el trabajador de laboratorio o el supervisor quien decide si

declarar un material de laboratorio determinado como desecho. Sin embargo, también

deben tenerse en cuenta materiales derramados, por ejemplo , a menudo se incluyen en

estas últimas categorías , por lo que no es necesariamente el generador quien decida si

un material es un desperdicio o no.

Una vez que el material se convierte en desecho por decisión de un generador o por

definición reglamentaria, la primera responsabilidad de su eliminación adecuada recae

en el trabajador del laboratorio. Estos experimentadores están en la mejor posición para

conocer las características de los materiales que han utilizado o sintetizado. Es su

responsabilidad evaluar los peligros y los riesgos asociados con los desechos y elegir

una estrategia adecuada para manejarlos, minimizarlos o eliminarlos, existen numerosas

fuentes de información disponibles para el trabajador de laboratorio para guiar en la

toma de decisiones, incluidas las requeridas por varias regulaciones de la

Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA).

DESECHOS QUÍMICAMENTE PELIGROSOS

Caracterización de residuos

Debido a que la eliminación adecuada requiere información sobre las propiedades de los

desechos, se recomienda que todos los productos químicos utilizados o generados se

identifiquen claramente. En general, deben conservarse en contenedores claramente

marcados y, si se han generado dentro del laboratorio, su fuente debe estar claramente

definida en el contenedor e idealmente en algún tipo de registro de cuaderno fácilmente

disponible. En los laboratorios académicos donde la rotación de estudiantes es

frecuente, es particularmente importante que se identifiquen los materiales utilizados o


generados. Esta práctica puede ser tan importante para pequeñas cantidades como para

grandes cantidades de material.

Por lo general, es bastante sencillo establecer las características peligrosas de los

residuos claramente identificados. Los materiales no identificados presentan un

problema, En aquellos casos, es posible realizar pruebas sencillas para determinar la

clase de peligro en la que debe clasificarse el material.

En general, es aconsejable llevar a cabo el proceso de categorización de peligros antes

de retirar los materiales del laboratorio. Hacer que el análisis se realice en el laboratorio

también suele ser más barato que hacerlo en la instalación de eliminación de tratamiento

o un contratista externo.

La primera preocupación en la identificación de un residuo desconocido es la seguridad.

Debido a que se desconocen los peligros de los materiales que se están probando, es

imperativo que se empleen dispositivos de seguridad y protección personal adecuados,

como campanas extractoras y escudos.

Las instalaciones de eliminación de tratamiento suelen requerir la siguiente información

antes de considerar la manipulación de materiales desconocidos:

 Descripción física

 Reactividad al agua,

 Solubilidad del agua,

 pH y posiblemente también información de neutralización,

 inflamabilidad (inflamabilidad),

 presencia de oxidante,

 presencia de sulfuros o cianuros,

 presencia de halógenos,

 presencia de materiales radiactivos,

 presencia de materiales biopeligrosos, y

 presencia de componentes tóxicos.


Los siguientes procedimientos de prueba deben ser realizados fácilmente por un

trabajador de laboratorio capacitado.

La secuencia general de prueba se muestra en la siguiente figura (Figura 7.1) para

materiales líquidos y sólidos.

SOLIDO
SI
SOLIDOS LIQUIDOS
INFLAMABLE < = 2.5
DWW nos LIQUIDO ACIDO INFLAMABLE nos

REACTIVO SI PUNTO DE SI 2.5 < Ph < 10


AL AGUA INFLAMABILIDAD < 93°C pH LIQUIDO INFLAMABLE nos
SOLIDO
INFLAMABLE NO > 10 LIQUIDO ALCALINO INFLAMABLE nos
nos NO
pH

< = 2.5 2.5 < Ph < 10 >10

REACTIVO SI ACIDO REACTIVO PRUEBA DE (+) PRUEBA DE


(+)
OXIDANTE nos CIANURO nos
AL AGUA AL AGUA nos OXIDANTES CIANURO

NO (-) ( -)

PRUEBA DE (+) OXIDANTE, ACIDO PRUEBA DE


(+) LIQUIDO
PEROXIDO
O SOLIDO PRUEBA DE (+)
nos SULFURO nos
OXIDANTES LIQUIDO O SOLIDO nos PEROXIDOS SULFURO

( -) (-) ( -)
LIQUIDO O SOLIDO ACIDO nos SOLUBLE SI LIQUIDO O SOLIDO
PRUEBA DE
(+) OXIDANTE,
VENENOSO ALCALINO
EN AGUA OXIDANTES
nos LIQUIDO O SOLIDO
nos
NO (-)
DENSIDAD
FLOTA
LIQUIDO O SOLIDO ALCALINO nos
EN AGUA

SE HUNDE

PRUEBA DE NO
HALOGENOS
SI

LIQUIDO O SOLIDO HALOGENADO nos

NOS: Not Otherwise Specified : No esta especificado de otra manera

Descripción física. La descripción física debe incluir el estado del material (sólido,

líquido), el color y la consistencia (para sólidos) o viscosidad (para líquidos). Para

materiales líquidos, describa la claridad de la solución (transparente, translúcida u

opaca). Si un material desconocido es un líquido de dos o tres capas, describa cada capa

por separado, dando un porcentaje aproximado del total de cada capa.

Después de tomar las precauciones de seguridad adecuadas para manipular lo

desconocido, incluido el uso de dispositivos de protección personal, extraiga una

pequeña muestra para utilizarla en las siguientes pruebas.

Reactividad al agua. Agregue con cuidado una pequeña cantidad de lo desconocido a

unos mililitros de agua. Observe cualquier cambio, incluido el desprendimiento de

calor, el desprendimiento de gases y la generación de llamas.

Solubilidad del agua. Observe la solubilidad de lo desconocido en agua. Si es un

líquido insoluble, observe si es menos o más denso que el agua (es decir, ¿flota o se

hunde?). La mayoría de los líquidos orgánicos no halogenados son menos densos que el

agua.

pH. Pruebe el material con papel de pH de rango múltiple. Si la muestra es soluble en

agua, pruebe el pH de una solución acuosa al 10%. También puede ser deseable o

incluso necesario realizar una titulación de neutralización.


Inflamabilidad. Coloque una pequeña muestra del material (<5 mililitros (mL)) en una

bandeja de prueba de aluminio. Aplique una fuente de ignición, generalmente un soplete

de propano, a la muestra de prueba durante medio segundo. Si el material soporta su

propia combustión, es un líquido inflamable con un punto de inflamación inferior a 60 °

C. Si la muestra no se enciende, vuelva a aplicar la fuente de ignición durante un

segundo. Si el material se quema, es combustible. Los materiales combustibles tienen

un punto de inflamación entre 60 y 93 ° C.

Presencia de oxidante. Humedezca el papel de yoduro de almidón disponible

comercialmente con ácido clorhídrico 1 N y luego coloque una pequeña porción de la

incógnita sobre el papel humedecido. Un cambio de color del papel a violeta oscuro es

una prueba positiva para un oxidante. La prueba también se puede realizar agregando de

0,1 a 0,2 gramos (g) de yoduro de sodio o potasio a 1 ml de una solución ácida al 10%

de la sustancia desconocida. El desarrollo de un color marrón amarillento indica un

oxidante. Para probar hidroperóxidos en solventes orgánicos insolubles en agua,

sumerja el papel de prueba en el solvente y luego déjelo evaporar. Agrega una gota de

agua en la misma sección del papel. El desarrollo de un color oscuro indica la presencia

de hidroperóxidos.

Presencia de sulfuro. La prueba de sulfuros inorgánicos se lleva a cabo solo cuando el

pH de una solución acuosa de lo desconocido es superior a 10. Agregue unas gotas de

ácido clorhídrico concentrado a una muestra de lo desconocido mientras sostiene un

trozo de papel comercial de acetato de plomo, humedecido con agua destilada, sobre la

muestra. El desarrollo de un color marrón-negro en el papel indica la generación de

sulfuro de hidrógeno. Debido a la toxicidad del sulfuro de hidrógeno formado durante

esta prueba, solo se debe analizar una pequeña muestra y se debe usar una ventilación

adecuada.
Presencia de cianuro. La prueba de cianuros inorgánicos se lleva a cabo solo cuando el

pH de una solución acuosa de lo desconocido es superior a 10. Antes de la prueba de

cianuros, se deben preparar las siguientes soluciones madre:

 hidróxido de sodio acuoso al 10% (solución A),

 sulfato ferroso acuoso al 10% (solución B) y

 cloruro férrico al 5% (solución C).

Mezcle 2 mL de la muestra con 1 mL de agua destilada y 1 mL de cada una de las

soluciones A, B y C. Agregue suficiente ácido sulfúrico concentrado para hacer la

solución ácida. El desarrollo de un color azul (azul de Prusia, a partir del ferrocianuro

férrico) indica cianuro. Debido a la toxicidad del cianuro de hidrógeno formado durante

esta prueba, solo debe analizarse una pequeña muestra y debe usarse una ventilación

adecuada.

Presencia de halógeno. Caliente un trozo de alambre de cobre hasta que se ponga rojo

en una llama. Enfríe el cable en agua destilada o desionizada y luego sumerja el cable

en lo desconocido. Calienta nuevamente el alambre en la llama. La presencia de

halógeno está indicada por un color verde alrededor del alambre en la llama.

Residuos químicamente peligrosos regulados

Una cuestión importante para la planificación dentro del laboratorio es si un residuo está

regulado como peligroso o no, porque los residuos peligrosos regulados deben

manipularse y eliminarse de formas bastante específicas. Esta determinación tiene

implicaciones regulatorias muy importantes, que pueden dar lugar a diferencias

significativas en el costo de eliminación. La Agencia de Protección Ambiental (EPA)

define los desechos químicamente peligrosos bajo la Ley de Conservación y

Recuperación de Recursos (RCRA), y la Comisión Reguladora Nuclear de EE. UU.


(NRC de EE. UU.) Define los peligros de radiactividad. Los peligros biológicos

generalmente no están definidos dentro de las regulaciones federales.

Aunque debemos considerar y prestar mucha atención a las definiciones y

procedimientos reglamentarios que rigen el manejo y la eliminación de desechos, se

debe dar una importancia primordial al manejo seguro y prudente de este material. Es

importante recordar que el peligro asociado con un residuo peligroso específico depende

no solo de la composición del residuo, sino también de su cantidad. De hecho, las

regulaciones reconocen la cantidad en muchas de sus definiciones de cumplimiento de

peligros, así como en las definiciones de generadores de desechos. El concepto de

mínimas cantidades, es decir, cantidades muy pequeñas de material, aunque no se

definen claramente, también es una consideración para determinar el riesgo de desechos

peligrosos. La gestión inteligente de riesgos dicta que la cantidad de material sea un

factor en las decisiones sobre la manipulación y eliminación de residuos.

La EPA define los desechos que están regulados como peligrosos debido a sus

propiedades químicas de dos maneras:

1. Desechos que tienen ciertas características peligrosas y

2. Desechos que están en ciertas listas de productos químicos.

La primera categoría se basa en las propiedades de los materiales que deberían ser

familiares para todos los trabajadores de laboratorio.

La segunda categoría se basa en listas, establecidas por la EPA y ciertos estados, de

ciertos químicos comunes a la industria. Estas listas generalmente incluyen materiales

que se utilizan ampliamente y se reconocen como peligrosos. Los productos químicos se

incluyen en estas listas principalmente sobre la base de su toxicidad

Independientemente de las definiciones reglamentarias de peligro, comprender las

características químicas que presentan peligros potenciales debe ser una parte

fundamental de la educación y capacitación de cualquier trabajador de laboratorio. Estas


características pueden derivarse del conocimiento de las propiedades y / o precursores

de los residuos. Las características también podrán establecerse mediante pruebas

específicas citadas en la normativa.

Definición de residuo característico

Las propiedades que presentan peligros potenciales son las siguientes:

Inflamabilidad. Los materiales inflamables se definen por tener una o más de las

siguientes características:

 Líquidos que tienen un punto de inflamación inferior a 60 ° C o alguna otra

característica que pueda provocar un incendio.

 Materiales que no sean líquidos que sean capaces, bajo temperatura y presión

estándar, de causar fuego por fricción, adsorción de humedad o cambios

químicos espontáneos y, cuando se encienden, arden de manera tan vigorosa y

persistente como para crear un peligro.

 Gases comprimidos inflamables, incluidos los que forman mezclas

inflamables.

 Oxidantes que estimulan la combustión de materiales orgánicos.

Los materiales inflamables incluyen los disolventes orgánicos más comunes, los

gases como el hidrógeno y los hidrocarburos y ciertas sales de nitrato.

Corrosividad. Los líquidos corrosivos tienen un pH de 2 o menos o 12,5 o más o

conducen a la corrosión de ciertos grados de acero. Los ácidos y bases más comunes de

laboratorio son corrosivos. Los corrosivos sólidos, como los gránulos y polvos de

hidróxido de sodio, no son legalmente considerados por la RCRA como corrosivos. Sin

embargo, los trabajadores de laboratorio deben reconocer que tales materiales pueden

ser extremadamente peligrosos para la piel y los ojos y deben manipularse en

consecuencia.

Reactividad. La clasificación de reactividad incluye sustancias que son inestables,

reaccionan violentamente con el agua, son capaces de detonación si se exponen a alguna

fuente iniciadora o producen gases tóxicos. Los metales alcalinos, los peróxidos y los
compuestos que se han peroxidado y los compuestos de cianuro o sulfuro se clasifican

como reactivos.

Toxicidad. La toxicidad se establece mediante el Procedimiento de lixiviación de

características de toxicidad (TCLP), que mide la tendencia de ciertos materiales tóxicos

a lixiviarse (extraerse) del material de desecho en circunstancias que se supone

reproducen las condiciones de un vertedero. La lista de TCLP incluye una cantidad

relativamente pequeña de sustancias químicas tóxicas de importancia industrial y se

basa en la concentración por encima de la cual un desecho se considera peligroso. No

aprobar el TCLP da como resultado la clasificación de un material como desecho

tóxico.

Definición de residuo listado

Aunque la EPA ha desarrollado varias listas de desechos peligrosos, tres listas

reglamentarias son de mayor interés para los trabajadores de laboratorio:

la lista F: residuos de fuentes no específicas (p. ej., disolventes usados y

residuos de procesos o reacciones),

la lista U: residuos peligrosos (p. ej., productos químicos tóxicos de

laboratorio), y

la lista P: residuos extremadamente peligrosos (p. ej., muchos productos

químicos de laboratorio tóxicos, es decir, productos químicos que tienen un LD

50 inferior a 50 mg / kg (oral; rata) La EPA puede actualizar estas listas

periódicamente.

Determinación del estado de un residuo

Las regulaciones de la EPA imponen al generador de desechos la carga de determinar si

los desechos están regulados como peligrosos y en qué clasificación de peligro se

encuentran. Las pruebas no son necesariamente necesarias y, en la mayoría de los casos,

el trabajador del laboratorio debe poder proporcionar información suficiente sobre los

desechos para permitir la asignación de la clasificación de peligro. Si el desecho no es

una sustancia química común con características conocidas, se debe proporcionar


suficiente información al respecto para satisfacer los requisitos reglamentarios y

garantizar que se pueda manipular y eliminar de manera segura. A menudo, solo se

requiere información sobre los componentes presentes en cantidades superiores al 1%,

pero se necesita la confirmación de la instalación de tratamiento / eliminación. La

información necesaria para caracterizar un residuo también depende del método de

eliminación final.

Recolección y almacenamiento de desechos

En el lugar de la generación

El primer paso en la secuencia de eliminación generalmente implica la acumulación y el

almacenamiento temporal de desechos en el laboratorio o cerca de él (acumulación

satélite). Este paso involucra directamente a los trabajadores del laboratorio que están

familiarizados con los desechos y su generación y es una parte muy importante para

garantizar que el proceso de eliminación se lleve a cabo de manera segura y eficiente. A

menudo es el momento en el que se puede tomar la decisión de reciclar o reutilizar los

materiales sobrantes en lugar de enviarlos para su eliminación. Todos los costos y

beneficios de cualquiera de las decisiones deben evaluarse aquí.

Una vez más, las consideraciones de seguridad deben ser la principal preocupación. Los

desechos deben almacenarse en contenedores claramente etiquetados en un lugar

designado que no interfiera con las operaciones normales del laboratorio. El

almacenamiento ventilado puede ser apropiado.

Las regulaciones permiten la acumulación indefinida de hasta 55 galones de desechos

peligrosos o 1 cuarto de desechos extremadamente peligrosos en o cerca del punto de

generación. Sin embargo, la prudencia dicta que las cantidades acumuladas deben ser

compatibles con las buenas prácticas de seguridad. Además, el tiempo de acumulación

de satélites debe ser coherente con la estabilidad del material. En general, se recomienda
que los desechos no se guarden durante más de 1 año. Dentro de los 3 días posteriores al

momento en que la cantidad de desechos exceda el límite de 55 galones (o 1 cuarto de

galón), debe manejarse bajo los límites de tiempo de almacenamiento y acumulación

requeridos en un área de acumulación central.

A menudo, se pueden acumular diferentes tipos de desechos dentro de un contenedor

común. Dichos desechos mezclados deben ser químicamente compatibles para

garantizar que no se produzca generación de calor, desprendimiento de gas u otra

reacción.

El envasado y el etiquetado son una parte clave de esta operación inicial en el

laboratorio. Los residuos deben recogerse en contenedores fiables que sean compatibles

con su contenido. Los envases de vidrio han sido tradicionalmente los más resistentes a

la acción química, pero pueden romperse fácilmente. Los recipientes de metal son más

resistentes que el vidrio, pero a menudo se corroen por su contenido. Varios recipientes

de plástico químicamente resistentes se están convirtiendo en sustitutos preferidos de

los recipientes de vidrio o metal. Se deben considerar las latas de seguridad, de metal o

plástico, para contener solventes inflamables. Es recomendable utilizar contenedores

secundarios, como bandejas, en caso de derrames o fugas de los contenedores primarios.

Se requiere que los contenedores permanezcan cerrados excepto cuando se transfiera su

contenido.

Cada contenedor debe estar etiquetado con la identidad del material y su peligro (por

ejemplo, inflamable, corrosivo). Aunque no es necesario que la identidad sea una lista

completa de todos los componentes químicos, debe permitir que los trabajadores de

laboratorio con conocimientos evalúen el peligro. Sin embargo, cuando se recolectan

desechos compatibles en un contenedor común, es aconsejable mantener una lista de los

componentes para ayudar en las decisiones de eliminación posteriores. El etiquetado

debe ser claro y permanente. Aunque las regulaciones federales no requieren que se

publique la fecha en que comienza la acumulación de satélites, algunos estados sí lo


requieren. La institución puede sugerir que esta información se registre como parte de

su plan de gestión de productos químicos.

En un área de acumulación central

El área de acumulación central es un componente importante en el plan de gestión de

productos químicos de la organización. Además de ser el lugar principal donde se

realiza la gestión de desechos, también puede ser el lugar donde se guarda el exceso de

productos químicos para una posible redistribución. Junto con el laboratorio, el área de

acumulación central es a menudo donde se lleva a cabo la reducción del peligro de los

desechos a través de los procesos de tratamiento in situ permitidos.

El área de acumulación central es a menudo el lugar adecuado privilegiado para lograr

ahorros de costos considerables al mezclar (es decir, mezclar) materiales de desecho.

Este es el proceso en el que los desechos compatibles de diversas fuentes se combinan

antes de su eliminación. La mezcla es particularmente adecuada para los disolventes de

desecho porque la eliminación del líquido en un tambor de 55 galones es generalmente

mucho menos costosa que la eliminación del mismo volumen de líquido en

contenedores pequeños. Debido a que la mezcla de desechos requiere la transferencia de

desechos entre contenedores, es imperativo que se conozca la identidad de todos los

materiales y se comprenda su compatibilidad. La seguridad en la realización de los

procedimientos, incluido el uso de dispositivos de protección personal, así como los

controles de ingeniería, como las campanas de extracción, debe ser de alta prioridad.

En algunos casos, el método de eliminación y el destino final de los desechos pueden

requerir que los diferentes desechos no se acumulen juntos. Por ejemplo, si los residuos

mezclados contienen cantidades significativas de disolventes halogenados

(normalmente por encima del 1%), la eliminación de la mezcla puede resultar mucho

más costosa. En tales casos, la segregación de disolventes halogenados y no

halogenados es económicamente favorable.


Según las regulaciones, el almacenamiento en un área de acumulación central

normalmente se limita a 90 días, aunque se permite más tiempo para generadores de

pequeñas cantidades u otras situaciones especiales (180 o 270 días). El conteo comienza

cuando los residuos se llevan al área de acumulación central desde el laboratorio o área

de acumulación satélite. Es importante saber que se requiere un permiso especial para el

almacenamiento a largo plazo, es decir, el almacenamiento más allá del límite de 90

días (o 180 o 270 días, según la situación particular). La obtención de un permiso de

este tipo suele ser demasiado costosa y requiere demasiado tiempo para la mayoría de

las operaciones de laboratorio.

Los materiales de desecho almacenados dentro de un área de acumulación central deben

guardarse en contenedores apropiados y claramente etiquetados, separados de acuerdo

con la compatibilidad química como se indica en la sección anterior. La etiqueta debe

incluir la fecha de inicio de la acumulación y las palabras "Residuos peligrosos". Los

sistemas de extinción de incendios, la ventilación y los diques para evitar la

contaminación del alcantarillado en caso de un derrame deben considerarse cuando se

planifica una instalación de este tipo. Se espera que la capacitación de los empleados en

el manejo correcto de los materiales, así como la planificación de contingencias para

emergencias, sea parte de las operaciones del área de acumulación central.

El transporte de residuos entre los laboratorios (áreas de acumulación primaria) y el área

de acumulación central también requiere una atención específica a la seguridad. Los

materiales transportados deben guardarse en contenedores apropiados y claramente

etiquetados. Debe haber una disposición para el control de derrames en caso de un

accidente durante el transporte y la manipulación. Para las instituciones más grandes, es

recomendable tener algún tipo de sistema de seguimiento interno para seguir el

movimiento de los residuos. Si se utilizan caminos públicos durante el proceso de


transporte, es posible que se apliquen regulaciones adicionales del Departamento de

Transporte.

Los preparativos finales para la eliminación fuera del sitio generalmente ocurren en el

área de acumulación central. Las decisiones sobre las opciones de eliminación se toman

mejor aquí, ya que se recolectan las mayores cantidades de desechos. La identificación

de materiales desconocidos que no se lleva a cabo dentro del laboratorio debe

completarse en este punto porque los desechos no identificados no pueden enviarse a un

sitio de eliminación.

Los desechos de laboratorio generalmente salen de las instalaciones del generador

mezclados en tambores como desechos compatibles o dentro de un paquete de

laboratorio. Los paquetes de laboratorio son contenedores, a menudo tambores de 55

galones, en los que se empacan pequeños contenedores de desechos con un material

absorbente. Los paquetes de laboratorio se habían utilizado como método principal para

eliminar los desechos de laboratorio en un vertedero. Sin embargo, las restricciones

recientes de eliminación de vertederos limitan severamente la eliminación de materiales

peligrosos en vertederos. Así, el Lab Pack se ha convertido principalmente en un

contenedor de envío. Por lo general, el paquete de laboratorio se lleva a una instalación

de eliminación, donde se incinera o desembala y el contenido se redistribuye para un

tratamiento y eliminación seguros, eficientes y legales.

Registros

Los registros son necesarios tanto para cumplir con los requisitos reglamentarios como

para ayudar a monitorear el éxito del programa de manejo de desechos peligrosos.

Debido a que el área de acumulación central suele ser el último lugar donde se tratan los

desechos antes de que salgan de la instalación, a menudo es el lugar más adecuado para

garantizar que se hayan generado todos los registros necesarios y apropiados.


Para fines reglamentarios, la instalación debe mantener registros de las actividades en el

sitio que incluyen

 las cantidades e identificación de los residuos generados y transportados,

 documentación de análisis de materiales desconocidos si es necesario,

 manifiestos para el envío de residuos, así como la verificación de la eliminación, y

 cualquier otra información necesaria para garantizar el cumplimiento y la seguridad

frente a responsabilidades a largo plazo.

Los registros de costos, el seguimiento interno, etc., pueden proporcionar información

sobre el éxito del programa de gestión de residuos peligrosos.

Reducción de peligros

La reducción de peligros forma parte del amplio tema de la prevención de la

contaminación. Desde un punto de vista químico, es factible reducir el volumen o las

características peligrosas de muchas sustancias químicas mediante reacciones dentro del

laboratorio. De hecho, se está volviendo una práctica común incluir tales reacciones

como los pasos finales en una secuencia experimental. Tales procedimientos, como

parte de un experimento académico o industrial, generalmente involucran pequeñas

cantidades de materiales, que pueden ser manipulados de manera fácil y segura por el

trabajador del laboratorio. La desactivación química como parte del procedimiento

experimental puede tener una ventaja económica considerable al eliminar la necesidad

de tratar pequeñas cantidades de materiales excedentes como desechos peligrosos.

Además, la manipulación y desactivación de residuos potenciales por parte del

trabajador del laboratorio se benefician de la experiencia y el conocimiento sobre los

materiales de la persona que los ha generado.


La definición de tratamiento según las regulaciones es considerada como "cualquier

método ... diseñado para cambiar el carácter o la composición física, química o

biológica de cualquier residuo peligroso para neutralizar dicho residuo, o para recuperar

energía o recursos materiales de los residuos, o así. en cuanto a convertir los desechos

en no peligrosos o menos peligrosos

Los procedimientos reglamentarios y los costos para ser una instalación de tratamiento

"permitida" están más allá de los recursos y la misión de la mayoría de los laboratorios

académicos e industriales. Sin embargo, es prudente realizar un "tratamiento" a pequeña

escala como parte de los procedimientos de laboratorio. Este hecho ha sido reconocido a

través de "permisos por regla", es decir, al permitir permisos categóricos o generales de

ciertos métodos de tratamiento a pequeña escala. Por ejemplo, generalmente se permite

la neutralización ácido-base elemental, al igual que el tratamiento que es el último paso

de un procedimiento químico.

Se ha promovido permitir el tratamiento a pequeña escala por parte del personal de

laboratorio. Sin embargo, no se ha promulgado legislación específica en este momento.

Hecho que debe ser considerado o interpretado de manera diferente estas reacciones a

pequeña escala complica aún más las decisiones a nivel de laboratorio. Debido a que el

tratamiento ilegal puede dar lugar a multas, es de suma importancia que, antes de

realizar cualquier proceso que pueda ser considerado tratamiento, el trabajador de

laboratorio responsable o la oficina de salud y seguridad ambiental de la institución

verifique con el local, el estado, o EPA regional para aclarar su interpretación de las

reglas.

Opciones de eliminación

Las decisiones sobre el método de eliminación final son una parte importante de la

planificación en el sitio para el manejo de desechos. El método de recolección tiene un

impacto en, por ejemplo, cómo se almacenarán los desechos para lograr su transferencia
de la manera más eficiente a la instalación de tratamiento, almacenamiento y

disposición. Los generadores de desechos a menudo usan varias opciones de

eliminación porque cada una tiene sus propias ventajas para desechos específicos. La

eliminación en el alcantarillado sanitario, aunque apropiada en algunos casos, se está

convirtiendo en una opción inaceptable en muchas comunidades. Al mismo tiempo, las

opciones para la eliminación en vertederos también están desapareciendo rápidamente.

La incineración se está convirtiendo en el método de eliminación más común. Sin

embargo, las perspectivas a largo plazo de este método pueden verse limitadas por el

aumento de las preocupaciones ambientales. La minimización de residuos es la

estrategia de gestión del futuro.

Incineración

La incineración se está convirtiendo en el método de eliminación preferido por varias

razones. Promete brindar al generador la mejor garantía de seguridad a largo plazo

contra la responsabilidad. También conduce a una cantidad mínima de residuos que

deben eliminarse en vertederos.

Su variedad típica de diferentes desechos, generalmente en pequeñas cantidades, hace

que la incineración sea una opción favorable. Los residuos de laboratorio a menudo se

pueden incinerar en sus paquetes de laboratorio de envío sin ningún otro tipo de

manipulación. Los disolventes inflamables mezclados se mezclan comúnmente con el

combustible del incinerador y, por lo tanto, se destruyen, ya que proporcionan energía

para el proceso de combustión.

Generación. Eso no ha sucedido. Varios factores, incluido el costo del desarrollo y la

preocupación acerca de cómo las agencias reguladoras verían este tipo de "tratamiento",

seguramente han contribuido a la falta de progreso. Un entorno regulatorio cambiante

podría proporcionar una base favorable para el desarrollo de tales sistemas de

tratamiento térmico.
Eliminación en la basura normal

Los trabajadores de laboratorio pueden sorprenderse al saber la cantidad de desechos

que generan y que pueden desecharse en la basura normal.

Al desechar productos químicos en la basura normal, se deben observar ciertas

precauciones. Debido a que las personas, que suelen vaciar los contenedores de basura,

no suelen estar familiarizados con las operaciones del laboratorio, no deben desecharse

en esos contenedores ningún objeto que pueda causarles daño. Estos objetos incluyen

contenedores de productos químicos, a menos que estén sobre empacados para evitar

roturas, y polvos, a menos que estén en contenedores cerrados. Los líquidos que fluyen

libremente por lo general están prohibidos. El metal afilado y la cristalería rota, a pesar

de que pueden considerarse basura no peligrosa, deben recogerse en contenedores

especialmente marcados, nunca en las cestas de basura normales.

Eliminación en alcantarillado sanitario

La eliminación en el sistema de alcantarillado (por el desagüe) había sido un método

común de eliminación de desechos hasta los últimos años. Sin embargo, las

preocupaciones ambientales, la viabilidad de las obras de tratamiento de propiedad

pública y una cultura de eliminación cambiante han cambiado esa costumbre de manera

notable. De hecho, muchas instalaciones de laboratorios industriales y académicos han

eliminado por completo la eliminación de alcantarillado. Una vez más, al igual que la

eliminación de basura, la mayor parte de la eliminación de alcantarillado se controla

localmente y, por lo tanto, es aconsejable consultar para determinar qué está permitido.

Sin embargo, a menudo es razonable considerar la eliminación de algunos materiales de

desecho químicos en el alcantarillado sanitario. Estos incluyen sustancias que son

solubles en agua, que no violan las prohibiciones sobre la eliminación de materiales de


desecho que interfieren con las operaciones o representan un peligro, y que están

permitidas por la instalación de alcantarillado local.

Los productos químicos que pueden ser desechados en el alcantarillado incluyen

soluciones acuosas que se biodegradan fácilmente y soluciones de sustancias

inorgánicas de baja toxicidad. Con frecuencia, se prohíbe la eliminación de líquidos

inflamables miscibles en agua en el sistema de alcantarillado. Los productos químicos

inmiscibles en agua nunca deben irse por el desagüe.

La eliminación de desechos peligrosos regulados en el alcantarillado sanitario se

permite solo en situaciones limitadas. El total de aguas residuales debe ser una mezcla

de aguas residuales domésticas junto con los residuos cuya cantidad y concentración

cumplan con las regulaciones y límites. Si las autoridades locales lo aprueban, es

posible que se permita desechar las soluciones diluidas de metales y otros productos

químicos peligrosos en el alcantarillado sanitario.

Bajo la Ley de Agua Limpia, se permite alguna exención de la regulación como residuo

peligroso para aguas residuales que contienen residuos listados generados en

laboratorio. En 1993, esta exención se amplió para incluir desechos corrosivos e

inflamables. Para que se aplique la exención, estos desechos de laboratorio deben ser el

1% o menos de la cantidad total anual de aguas residuales que llegan a la cabecera de la

instalación o tener una concentración promedio anualizada de no más de 1 parte por

millón (ppm) de las aguas residuales generadas por la instalación.

Los desechos deben eliminarse en desagües que fluyan, nunca en un desagüe pluvial y

rara vez en un sistema séptico. Los desechos deben lavarse con un exceso de agua de al

menos 100 veces, y el efluente de aguas residuales de la instalación debe revisarse

periódicamente para asegurarse de que no se excedan los límites de concentración.

Liberación a la atmósfera
La liberación de vapores a la atmósfera, a través de, por ejemplo, evaporación abierta o

efluentes de campana extractora, no es un método de eliminación aceptable. Los

aparatos para operaciones que se espera que liberen vapores deben estar equipados con

dispositivos de captura apropiados. Aunque la disposición de los laboratorios bajo la

Ley de Aire Limpio no está establecida en este momento, es razonable esperar que se

controlen las emisiones a la atmósfera.

Las campanas de extracción, la fuente más común de emisiones de laboratorio a la

atmósfera, están diseñadas como dispositivos de seguridad para transportar los vapores

fuera del laboratorio en caso de una emergencia, no como un medio de rutina para la

eliminación de desechos volátiles. En algunos laboratorios se han introducido unidades

que contienen filtros absorbentes, pero tienen una capacidad de absorción limitada. La

redirección de los vapores de la campana extractora a un dispositivo de captura común

puede eliminar completamente la descarga a la atmósfera.

Eliminación de desechos no peligrosos y no regulados

Muchos laboratorios no distinguen entre desechos que son peligrosos y desechos que

ninguno representa un peligro, tampoco está regulado como peligroso. Si se combinan

estos diferentes tipos de desechos, entonces el total debe tratarse como desechos

peligrosos y el precio de eliminación de la parte no peligrosa aumenta notablemente.

Cuando es seguro y lo permite la regulación, la eliminación de desechos no peligrosos a

través de la basura normal o el alcantarillado puede reducir sustancialmente los costos

de eliminación. Este es el tipo de segregación de residuos que tiene sentido tanto

económico como medioambiental.

Es aconsejable verificar las reglas y requisitos de la autoridad local de manejo de

desechos sólidos y desarrollar una lista de materiales que se pueden desechar de manera

segura y legal en la basura normal. Esto incluye desechos que no están regulados porque

no exhiben ninguna de las características peligrosas (inflamabilidad, corrosividad,


reactividad o toxicidad) según lo define la EPA y no están listados como peligrosos. Los

desechos comunes que generalmente no están regulados como peligrosos incluyen

ciertas sales (por ejemplo, cloruro de potasio y carbonato de sodio), muchos productos

naturales (por ejemplo, azúcares y aminoácidos) y materiales inertes utilizados en un

laboratorio (por ejemplo, resinas y geles de cromatografía no contaminados).

Eliminación de derrames

La mayoría de los derrames químicos pueden y deben ser limpiados por los propios

trabajadores del laboratorio. En general, se trata de derrames de composición conocida

que no implican lesiones, no representan un incendio o peligro personal y son de menos

de 1 galón (o menos para materiales muy tóxicos). Las regulaciones permiten a los

trabajadores de laboratorio limpiar tales derrames, aunque es recomendable que tengan

capacitación para manejar derrames y equipo adecuado para llevar a cabo la limpieza de

manera segura. Se debe solicitar ayuda externa, debidamente capacitada, si existe

alguna duda sobre la capacidad del personal del laboratorio para limpiar el derrame de

manera segura. Pero una vez que se solicita ayuda desde fuera del área inmediata del

derrame, es posible que se apliquen requisitos específicos de capacitación del personal y

otros controles reglamentarios.

Las pautas generales para limpiar derrames son las siguientes:

1. Evalúe el peligro potencial que presenta el derrame para el personal dentro del área

de trabajo, así como dentro de otras partes de la instalación y el entorno exterior.

2. Elimine las posibles fuentes de ignición si el material derramado es inflamable:

 Apague las placas calientes, los motores de agitación y las llamas.

 Apague el equipo en el área que podría aumentar el peligro.

3. Asegure el área para que nadie camine a través del derrame o interfiera con los

esfuerzos de limpieza.

4. Elija los dispositivos de protección personal adecuados:

 Utilice siempre guantes y gafas protectoras o un protector facial.


 Si existe la posibilidad de que el cuerpo entre en contacto con el derrame, use

un delantal o un mono.

 Use botas de goma o plástico (no de cuero) si existe la posibilidad de entrar en

el derrame.

 Use un respirador si existe peligro de inhalación de vapores tóxicos, aunque

solo cuando el entrenamiento adecuado haya precedido a su uso.

 Tenga en cuenta que los dispositivos de protección deben elegirse con cuidado

para que sean apropiados para el peligro anticipado. A menudo, el

entrenamiento es apropiado o requerido (por ejemplo, con respiradores) antes de

su uso.

5. Busque un equipo de control de derrames u otros suministros absorbentes y de

limpieza adecuados.

6. Confine o contenga el derrame:

 No permita que el material derramado ingrese al sistema de alcantarillado, por

ejemplo, a través de un desagüe en el piso.

 Cubra el derrame con un material absorbente; Las toallas de papel pueden ser

apropiadas para materiales pequeños que no reaccionan.

 Barra o recoja de otra manera los materiales absorbidos y colóquelos en un

recipiente que pueda cerrarse de forma segura.

 Si el material derramado es un ácido o una base, utilice un material

neutralizante; El bicarbonato de sodio se usa comúnmente para los ácidos y el

bisulfato de sodio para las bases. Los kits de control de derrames están

disponibles comercialmente para la limpieza de muchos tipos de derrames

químicos.

7. Deseche el derrame absorbido de manera apropiada como residuo peligroso o no

peligroso.

Monitoreo de la eliminación de desechos fuera del sitio


El destino final de los residuos suele ser una instalación de tratamiento, almacenamiento

y eliminación. Aquí los desechos se almacenan, tratan (generalmente mediante acción

química o incineración) o realmente se eliminan. Aunque los desechos han salido de las

instalaciones del generador, el generador conserva la responsabilidad final por el

destino a largo plazo de los desechos. Es imperativo que el generador tenga total

confianza, así como en el transportista que lleva los residuos. En algunos casos, el

destino de los residuos es un reciclador o recuperador.

Preparación para eliminación fuera del sitio

La forma en que se han manejado los desechos en el sitio del generador, generalmente

en un área de acumulación central, puede tener un impacto significativo en el costo de

la operación de eliminación fuera del sitio. Esto generalmente depende del método de

preparación de los desechos para su eliminación. La recolección de contenedores de

desechos en un paquete de laboratorio suele ser mucho más costosa para la eliminación

final que la mezcla de desechos compatibles, en parte porque un paquete de laboratorio

de 55 galones solo contiene alrededor de 16 galones de desechos. Sin embargo, factores

distintos a los económicos pueden controlar esas decisiones. Cuando se generan

pequeñas cantidades de desechos diferentes, una situación típica de muchos laboratorios

académicos, mezclar desechos compatibles puede no ser práctico. Por lo general, se

elige el enfoque del paquete de laboratorio. Por otro lado, los disolventes residuales a

menudo se pueden combinar de forma ventajosa, incluso en pequeñas operaciones.

También se deben considerar los límites de tiempo de almacenamiento en el sitio. Para

aquellos generadores que se rigen por el límite de 90 días, pero que son operaciones

relativamente pequeñas, es difícil acumular suficientes materiales para que la mezcla

sea una opción favorable.


La seguridad a menudo puede ser el factor determinante. Usar Lab Packs es bastante

simple. Como se describió anteriormente, los contenedores pequeños de materiales de

desecho compatibles se colocan en un contenedor más grande, generalmente un tambor

de 55 galones, junto con los materiales de empaque apropiados, a medida que se

recolectan. Cuando se llena un tambor, está sellado y listo para su envío. Se requiere

una lista de inventario del contenido de un paquete de laboratorio para el envío y, por lo

general, se solicita.

Por el contrario, la mezcla requiere la apertura de contenedores y la transferencia de su

contenido de los contenedores de laboratorio más pequeños a un tambor más grande.

Aquí el riesgo potencial para los trabajadores es mucho mayor. Además, los envases

deben enjuagarse antes de que se consideren no peligrosos y el enjuague debe tratarse

como un residuo peligroso. Los tambores de desechos mezclados generalmente solo

requieren una identificación de clasificación de peligro general, aunque algunos

requieren un análisis o una lista de contenidos.

Elección del transportador y la instalación de eliminación

Debido a que la responsabilidad a largo plazo por los desechos sigue siendo del

generador, es imperativo que el generador esté completamente familiarizado con la

experiencia y el historial del transportista. Los factores económicos por sí solos no

deberían gobernar las opciones, ya que las consecuencias a largo plazo pueden ser

importantes. El generador debe obtener garantías, en términos de documentación,

permisos, registros, cobertura de seguro y responsabilidad, e historial de cumplimiento

normativo, de que el proveedor de servicios elegido es confiable.

A menudo, existe una ventaja, particularmente para las instalaciones más pequeñas, de

contratar todas las operaciones de eliminación de desechos peligrosos. Estos incluyen el

empaque y el etiquetado apropiado de los desechos para el transporte y la eliminación

fuera del sitio, la preparación del manifiesto de envío y la organización del transporte y
la instalación de eliminación. Una vez más, la responsabilidad sigue siendo del

generador, por lo que la elección de dicho contratista es fundamental.

En algunos casos, se han desarrollado acuerdos con los reguladores locales para permitir

que un gran generador de desechos de laboratorio maneje los desechos de laboratorios

muy pequeños, como los de las universidades pequeñas y las escuelas públicas. Este

plan da como resultado asistencia informada y ahorros de costos para las unidades más

pequeñas.

DESECHOS MULTIPELIGROSOS

Los desechos de peligros múltiples son desechos que contienen cualquier combinación

de peligros químicos, radiactivos o biológicos

QUIMICO BIOLOGICO QUIMICO BIOLOGICO

RADIACTIVO RADIACTIVO

a b

QUIMICO BIOLOGICO
QUIMICO BIOLOGICO

RADIACTIVO
RADIACTIVO

c d
FIGURA 7.2 Residuos multipeligrosos. (a) Desechos químico-radiactivos, o "desechos

mixtos", (b) desechos químico-biológicos, (c) desechos biológicos radioactivos y (d)

desechos biológicos químico-radioactivos.

Los desechos de múltiples peligros requieren consideraciones de manejo especiales

porque el método de tratamiento para uno de los peligros puede ser inapropiado para el

tratamiento de otro. Por ejemplo, si un desecho que contiene un solvente orgánico

volátil y agentes infecciosos se esteriliza en autoclave, puede liberar niveles peligrosos

de solvente a la atmósfera

El manejo de desechos de múltiples peligros se complica aún más por los requisitos

locales o estatales que pueden ser inconsistentes con el riesgo relativo de cada peligro y

con las prácticas adecuadas de manejo de desechos. Los desechos químicamente

peligrosos que contienen radionucleidos de vida media corta pueden, por ejemplo,

manejarse mejor si los almacenan para su descomposición, lo que puede requerir hasta 2

años. Sin embargo, la EPA y las reglas estatales generalmente limitan el

almacenamiento de desechos químicamente peligrosos a 90 días.

Son escasas las instalaciones comerciales de tratamiento o eliminación de residuos de

laboratorio con múltiples peligros. Muchos de estos tipos de residuos son exclusivos de

los laboratorios y se generan en volúmenes tan pequeños que hay pocos incentivos para

el desarrollo de un mercado comercial para su gestión.

Si bien los desechos de peligros múltiples son actualmente difíciles y costosos de

administrar, se generan en investigaciones médicas, bioquímicas y de otro tipo de

importancia crítica, así como en laboratorios clínicos y ambientales. A medida que las

técnicas, tecnologías y estudios interdisciplinarios se utilicen más ampliamente, se

generarán más desechos de peligros múltiples. Es necesario desarrollar protocolos

legalmente aceptables para tratar con desechos de múltiples peligros.


Los desechos radiactivos peligrosos generados por los laboratorios generalmente se

limitan a los desechos radiactivos de baja actividad derivados del uso de subproductos y

materiales radiactivos naturales o producidos por aceleradores. Es material radiactivo

producido por reactores e incluye la mayoría de los productos químicos radiomarcados

adquiridos; incluye sales de uranio y torio. Los métodos comunes de gestión de

desechos para desechos radiactivos de baja actividad de laboratorios incluyen el

almacenamiento para la descomposición y el almacenamiento indefinido en el sitio, el

entierro en un sitio de desechos radiactivos de baja actividad, la incineración,

La mayoría de los principios de gestión se aplican a todos los tipos de residuos. Estos

métodos de gestión universales incluyen la minimización de desechos, la capacitación

del personal de laboratorio y los manipuladores de desechos, la revisión de los

procedimientos propuestos, la separación de materiales de desecho diferentes, la

identificación de materiales de desecho y el etiquetado de contenedores de desechos.

Sin embargo, los desechos de peligros múltiples, debido a su combinación de peligros y

controles regulatorios, requieren una atención más compleja, como se detalla en las

siguientes pautas:

Evalúe el riesgo que plantean los peligros inherentes a los desechos. Los laboratorios

suelen tener flexibilidad para definir las características de los desechos cuyos peligros

son tan bajos (mínimos) que no presentan un riesgo significativo. Por ejemplo, la

autoridad puede permitir límites por debajo de los cuales los desechos de laboratorio

pueden designarse como no contaminados y eliminarse como desechos no radiactivos.

Algunos consideran algunos desechos no radiactivos si las concentraciones de efluentes

son inferiores a lo que se especifica para un área no restringida.

Determine las opciones para manejar los peligros de los desechos. Las opciones de

gestión de residuos incluyen métodos de laboratorio, gestión en instalaciones de


residuos institucionales y tratamiento y eliminación en sitios comerciales. Las opciones

pueden variar considerablemente entre laboratorios debido a las capacidades

institucionales y las leyes estatales y locales. Puede ser apropiado gestionar los residuos

en orden de prioridad de riesgo, de alto a bajo riesgo. Las opciones deben ser

compatibles con todos los peligros y las combinaciones de métodos de gestión de

residuos pueden estar limitadas por su orden de aplicación. Rechace cualquier

combinación o secuencia de métodos que puedan crear un riesgo irrazonable para los

manipuladores de residuos o el medio ambiente

Los desechos mixtos producidos en laboratorios de investigación médica, hospitalarios

y universitarios suelen ser una mezcla de desechos radiactivos de bajo nivel y desechos

químicamente peligrosos. Los desechos mezclados de los laboratorios de investigación

nuclear y energética pueden incluir materiales radiactivos de bajo y alto nivel (por

ejemplo, combustibles nucleares gastados) combinados con desechos químicamente

peligrosos. Las opciones de eliminación de residuos mixtos suelen ser muy caras. Para

muchos tipos de desechos mixtos, no hay opciones de manejo que no sean el

almacenamiento indefinido en el sitio o en una instalación aprobada, con la esperanza

de que se creen opciones de tratamiento o eliminación en un futuro cercano.

Minimización de residuos mezclados

La aplicación rigurosa de los principios de minimización de residuos a menudo puede

resolver los problemas de gestión de residuos mixtos. La minimización de residuos

mezclados se puede lograr modificando los procesos de laboratorio, mejorando las

operaciones o utilizando materiales sustitutos. Estos esfuerzos tienen más éxito cuando

los científicos y el personal de seguridad y salud ambiental trabajan juntos para evaluar

los procesos de laboratorio.

Utilización de técnicas de química a microescala.

La eliminación del metanol / ácido acético (químico) y los peligros mixtos radiactivos

en la electroforesis en gel funcionan omitiendo el paso de fijación del gel si no es

necesario.
Prevención de la contaminación por plomo por radiactividad forrando los contenedores

de plomo con plástico desechable o utilizando materiales de protección alternativos.

Reducir el volumen de desechos secos mediante la compactación de elementos como

guantes contaminados, almohadillas absorbentes y cristalería.

Algunas mejoras operativas simples también pueden ayudar a minimizar los residuos

mixtos. Los excedentes pueden minimizarse limitando la adquisición de productos

químicos y materiales radiactivos a las necesidades inmediatas. En ocasiones, el equipo

contaminado puede reutilizarse dentro de áreas restringidas o descontaminarse. El

establecimiento de procedimientos para materiales no contaminados puede permitir que

los generadores mantengan la basura normal separada de los desechos contaminados.

Cuando sea posible, se puede utilizar un sustituto para la fuente química o radiactiva de

la mezcla de desechos. Con radiactividad, el experimentador debe utilizar la actividad

mínima necesaria y seleccionar el radionúclido con las características de desintegración

más apropiadas.

Reducción del peligro de los desechos mezclados

Los peligros químicos se pueden reducir llevando a cabo varias reacciones químicas

comunes con los desechos en el laboratorio. Sin embargo, el "tratamiento" de los

desechos químicamente peligrosos tiene implicaciones reglamentarias que deben

tenerse en cuenta.

Sin embargo, todavía existen razones legales y justificables para llevar a cabo tales

operaciones en el laboratorio cuando los peligros pueden reducirse de manera segura.

La neutralización, oxidación, reducción y varias otras conversiones químicas, así como

los métodos físicos de separación y concentración, pueden aplicarse con prudencia a

muchos desechos mezclados a escala de laboratorio. Sin embargo, el carácter dual del

peligro, químico y radiactivo, requiere que se tomen precauciones adicionales. El


tratamiento del peligro químico no debe crear un riesgo de radiactividad para el

personal o el medio ambiente. Por ejemplo, los vapores o aerosoles de una reacción,

destilación o evaporación no deben dar lugar a un escape de niveles peligrosos de

materiales radiactivos a la atmósfera. Las campanas extractoras apropiadas para tales

operaciones deberían diseñarse para atrapar cualquier efluente radiactivo. Cuando los

desechos mezclados se vuelven químicamente seguros para su eliminación en el

alcantarillado sanitario, el laboratorio debe asegurarse de que el riesgo de radiactividad

esté por debajo de los estándares establecidos por las plantas de tratamiento de

propiedad pública.

A continuación, se describen varios ejemplos para reducir el peligro de los residuos

mixtos:

El trabajador puede reducir el peligro químico a un nivel seguro y luego manipular el

material como solo un residuo peligroso radioactivo. Luego, se puede permitir que

muchos materiales de radiación de bajo nivel se descompongan a un nivel seguro,

después de lo cual se permite la eliminación simple.

Algunas soluciones de ácido tricloroacético contienen cloroformo en exceso de 6 ppm.

Esta solución se considera un residuo químico peligroso porque no pasa la prueba

TCLP. Si la solución neutralizada no es aceptable para la planta de tratamiento de aguas

residuales debido a la presencia de cloroformo, puede ser posible eliminar ese

componente de la solución mediante filtración a través de carbón activado. El filtrado

radiactivo resultante generalmente se puede desechar en el alcantarillado sanitario, y el

carbón vegetal contaminado generalmente se puede desechar como un desecho químico.

Algunas soluciones de metanol-ácido acético radiactivo de la electroforesis en gel se

pueden reciclar mediante destilación y el metanol se puede reutilizar. La solución se


neutraliza antes de la destilación para proteger el equipo de destilación de la corrosión y

para reducir el nivel de acetato de metilo formado durante el proceso.

El volumen de residuos de fenol, cloroformo, metanol y agua que contienen

radionúclidos se puede reducir separando la porción no acuosa usando un embudo

separador. Después de la separación, la fase orgánica se puede destilar para producir

desechos de cloroformo, que pueden contener niveles de radiactividad por debajo de los

límites de la licencia para residuos radiactivos. La fase de fondo y la fase acuosa deben

manipularse como residuos mezclados.

Las soluciones acuosas que contienen compuestos de uranilo o torio se pueden evaporar

hasta sequedad y los residuos se eliminan como desechos radiactivos. Debido a su

toxicidad, la solidificación puede ser necesaria antes del entierro en un sitio de desechos

radiactivos de bajo nivel.

El carbón activado, los tamices moleculares, las resinas sintéticas y las resinas de

intercambio iónico se han utilizado con éxito variable en la separación de constituyentes

de desechos químicos y radiactivos. Se ha utilizado carbón activado para eliminar

concentraciones bajas de cloroformo (menos de 150 ppm) de soluciones acuosas de

desechos mixtos. Sin embargo, el carbón activado no es adecuado para altas

concentraciones de residuos mezclados de fenol-cloroformo o acetonitrilo-agua. Resina

Amberlite, una serie de Amberlite Se ha demostrado que las resinas absorbentes

poliméricas utilizadas en cromatografía son eficaces para eliminar los constituyentes

orgánicos de las soluciones acuosas de fenol, cloroformo y metanol, dejando una

solución acuosa que se puede gestionar como un residuo radiactivo. Los componentes

químicos se pueden separar de los desechos mezclados mediante la extracción con

fluidos supercríticos (por ejemplo, dióxido de carbono), que ahora está disponible

comercialmente.
La contaminación de la superficie por plomo contaminado radiactivamente se puede

eliminar sumergiendo el plomo contaminado en una solución de ácido clorhídrico 1 M.

Después de enjuagar el plomo con agua, generalmente se puede documentar como no

radiactivo. Las soluciones ácidas de lavado y enjuague contienen radionúclidos y plomo

y deben manipularse en consecuencia. Sin embargo, la descontaminación del plomo da

como resultado una masa más pequeña de desechos mezclados y permite que el plomo

descontaminado se reutilice o recicle. Los productos de enjuague comerciales también

están disponibles para este propósito.

La incineración es ventajosa como tratamiento para muchos tipos de desechos químico-

radiactivos, especialmente aquellos que contienen químicos orgánicos tóxicos o

inflamables. La incineración puede destruir los químicos orgánicos oxidables en los

desechos. Para cumplir con los límites de liberación de radionucleidos. Deben controlar

las emisiones y es posible que deban restringir la alimentación de desechos del

incinerador. Las cenizas radiactivas se gestionan normalmente como residuos

radiactivos. Es importante mantener los metales tóxicos (por ejemplo, plomo, mercurio)

fuera de los desechos incinerables para que la ceniza no sea químicamente peligrosa. La

incineración in situ minimiza los riesgos de manipulación y transporte; sin embargo, la

incineración de desechos químicos está regulada por la EPA y requiere un permiso, que

está más allá de los recursos de la mayoría de los generadores de desechos de

laboratorio.

Se han descrito los procedimientos para la solidificación y estabilización de compuestos

inorgánicos a partir de desechos mixtos (usando concreto o resina epoxi) para cumplir

con las restricciones de la prohibición federal de tierras. Este método también puede

reducir el peligro químico del residuo y convertir un residuo químico-radiactivo en un

residuo radiactivo. Por ejemplo, las mezclas de citrato de plomo y acetato de uranilo de

desecho de microscopía electrónica se pueden solidificar con cemento de tierra de


puerto, que puede aceptarse para enterrar en un sitio de desechos radiactivos de baja

actividad.

PROCEDIMIENTOS PARA EL TRATAMIENTO A ESCALA DE LABORATORIO DE

EXCEDENTES Y RESIDUOS QUÍMICOS

Las preocupaciones sobre la protección del medio ambiente, la prohibición de la eliminación de

desechos en vertederos y el acceso limitado a la eliminación de alcantarillado han alentado el

desarrollo de estrategias para reducir los desechos peligrosos de los laboratorios. El tratamiento

a pequeña escala y la desactivación de productos y subproductos como parte del plan del

experimento es un enfoque que se puede utilizar para abordar el problema al nivel del generador

real, el trabajador de laboratorio. Sin embargo, a menos que haya una reducción significativa en

el riesgo por tal acción, puede haber pocos beneficios en llevar a cabo un procedimiento que

simplemente producirá otro tipo de desperdicio con riesgos y desafíos similares para su

eliminación. Además, la cuestión de qué constituye un tratamiento "legal" dentro del laboratorio

sigue sin resolverse.

Sin embargo, a menudo hay méritos para este tipo de tratamiento en el laboratorio. A

continuación, se muestran algunos procedimientos de uso general a escala de laboratorio. Los

procedimientos más específicos para el tratamiento de laboratorio se incluyen cada vez más en

las secciones experimentales de las revistas químicas y en publicaciones

La seguridad debe ser la primera consideración antes de emprender cualquiera de los

procedimientos a continuación. Los procedimientos presentados aquí están destinados a ser

llevados a cabo únicamente por, o bajo la supervisión directa de, un científico o tecnólogo

capacitado que comprenda la química y los peligros involucrados. Se debe utilizar protección

personal adecuada. Con la excepción de la neutralización, los procedimientos están destinados a

ser aplicados en pequeñas cantidades, es decir, no más de unos pocos cientos de gramos. Debido

a que los riesgos tienden a aumentar exponencialmente con la escala, las cantidades más
grandes deben tratarse solo en lotes pequeños, a menos que un químico calificado haya

demostrado que el procedimiento se puede escalar de manera segura.El generador debe

asegurarse de que el procedimiento elimine el peligro regulado antes de que los productos se

eliminen como residuos no peligrosos. Además, si el procedimiento sugiere desechar el

producto en el alcantarillado sanitario, esta estrategia debe cumplir con las regulaciones locales.

 Ácidos y bases

La neutralización de ácidos y bases (corrosivos) generalmente está exenta de un

permiso de tratamiento. Sin embargo, debido a que los productos de la reacción a

menudo se desechan en el alcantarillado sanitario, es importante asegurarse de que los

desechos peligrosos, como los iones metálicos tóxicos, no formen parte del efluente.

En la mayoría de los laboratorios, se generan tanto ácidos de desecho como bases de

desecho, por lo que es más económico recolectarlos por separado y luego neutralizar

uno con el otro. Si se requiere ácido o base adicional, se pueden usar ácido sulfúrico o

clorhídrico e hidróxido de sodio o magnesio, respectivamente.

Si el ácido o la base está muy concentrado, es prudente diluirlo primero con agua fría

(agregando el ácido o la base al agua) hasta una concentración inferior al 10%. Luego se

mezclan el ácido y la base, y el agua adicional se agrega lentamente cuando es necesario

para enfriar y diluir el producto neutralizado. La concentración de sales neutras

desechados en el alcantarillado sanitario generalmente debe ser inferior al 1%.

Productos químicos orgánicos

 Tioles y sulfuros

Pequeñas cantidades de tioles (mercaptanos) y sulfuros pueden destruirse por oxidación

a ácido sulfónico con hipoclorito de sodio. Si también están presentes otros grupos que

pueden oxidarse con hipoclorito, la cantidad de este reactivo utilizada debe aumentarse

en consecuencia.

Procedimiento para oxidar 0,1 mol de un tiol líquido:


RSH + 3OCl- ------- RSO3H + 3Cl-
Se vierten quinientos mililitros (0,4 moles, 25% de exceso) de blanqueador de

lavandería con hipoclorito comercial (hipoclorito de sodio al 5,25%) en un matraz de

tres bocas de 5 L situado en una campana de humos. El matraz está equipado con un

agitador, un termómetro y un embudo de goteo. El tiol (0,1 mol) se añade gota a gota a

la solución de hipoclorito agitada, inicialmente a temperatura ambiente. Se puede añadir

gradualmente un tiol sólido a través de un cuello del matraz o se puede disolver en

tetrahidrofurano u otro disolvente no oxidable apropiado y añadir la solución al

hipoclorito. (El uso de tetrahidrofurano introduce un líquido inflamable que podría

alterar el método de eliminación final). Las trazas de tiol se pueden enjuagar de la

botella de reactivo y el embudo de goteo con una solución de hipoclorito adicional.

Oxidación, acompañada de un aumento de temperatura y disolución del tiol,

generalmente comienza después de que se ha agregado una pequeña cantidad de tiol. Si

la reacción no ha comenzado espontáneamente después de que se haya agregado

aproximadamente el 10% del tiol, se detiene la adición y la mezcla se calienta a

aproximadamente 50 ° C para iniciar esta reacción. La adición se reanuda solo después

de que esté claro que se está produciendo la oxidación. La temperatura se mantiene

entre 45 y 50 ° C ajustando la velocidad de adición y usando un baño de hielo para

enfriar si es necesario. La adición requiere unos 15 minutos. Si el pH cae por debajo de

6 debido a la generación de ácido sulfónico, puede ser necesario agregar algo de

hidróxido de sodio o blanqueador adicional porque el hipoclorito se destruye en

condiciones ácidas. Se continúa agitando durante 2 horas mientras la temperatura

desciende gradualmente hasta la temperatura ambiente. La mezcla debe ser una solución

clara, quizás conteniendo trazas de subproductos aceitosos. La mezcla de reacción

normalmente se puede tirar por el desagüe con exceso de agua. No es necesario

descomponer el blanqueador de ropa que no ha reaccionado.


Debido a que las soluciones de hipoclorito de sodio se deterioran durante el

almacenamiento, es aconsejable tener disponible material relativamente nuevo. Una

solución de hipoclorito de sodio al 5.25% tiene 25 g de cloro activo por litro. Si la

determinación del contenido de hipoclorito activo está justificada, se puede realizar

como Se diluyen diez mililitros de la solución de hipoclorito de sodio a 100,0 ml y

luego se añaden 10,0 ml de este reactivo diluido a una solución de 1 g de yoduro de

potasio y 12,5 ml de ácido acético 2 M en 50 ml de agua destilada. una solución de

almidón como indicador, valorar la solución con tiosulfato de sodio 0,1 N. Un mililitro

de titulante corresponde a 3,5 mg de cloro activo. Una solución de hipoclorito de sodio

al 5,25% requiere aproximadamente 7 ml de titulante.)

El hipoclorito de calcio se puede utilizar como una alternativa al hipoclorito de sodio y

requiere un volumen menor de líquido. Para 0,1 mol de tiol, se agitan 42 g (exceso del

25%) de hipoclorito de calcio al 65% (calidad técnica) en 200 ml de agua a temperatura

ambiente. El hipoclorito se disuelve pronto y luego se agrega el tiol como en el

procedimiento anterior.

Pequeñas cantidades de sulfuros, RSR ', se pueden oxidar a sulfonas (RSO 2 R') para

eliminar sus olores desagradables. El procedimiento de hipoclorito usado para tioles

puede emplearse para este propósito, aunque las sulfonas resultantes son a menudo

insolubles en agua y pueden tener que separarse de la mezcla de reacción por filtración.

Pequeñas cantidades de sulfuros inorgánicos, sulfuro de sodio o sulfuro de potasio,

pueden destruirse en solución acuosa por hipoclorito de sodio o calcio usando el

procedimiento descrito para oxidar tioles.

Na2S + 4OCl- ------- Na2SO4 + 4Cl-


Haluros y anhídridos de acilo

Los haluros de acilo, los haluros de sulfonilo y los anhídridos reaccionan fácilmente con

agua, alcoholes y aminas. Nunca se les debe permitir que entren en contacto con

desechos que contengan tales sustancias. La mayoría de los compuestos de esta clase

pueden hidrolizarse a productos solubles en agua de baja toxicidad.

Procedimiento para hidrolizar 0,5 mol de RCOX, RSO2 X o (RCO)2O:

RCOX + 2 NaOH ------- RCO2Na + NaX + H2O


Se coloca un matraz de tres bocas de 1 L equipado con agitador, embudo de goteo y

termómetro en un baño de vapor en una campana, y se vierten 600 mL de hidróxido de

sodio acuoso 2.5 M (1.5 mol, 50% en exceso) en el matraz. Se añaden gota a gota con

agitación algunos mililitros del derivado ácido. Si el derivado es sólido, se puede

agregar en pequeñas porciones a través de un cuello del matraz. Si se produce una

reacción, como lo indica un aumento de temperatura y la disolución del derivado ácido,

la adición continúa a una velocidad tal que la temperatura no sobrepasa los 45 ° C. Si la

reacción es lenta, como puede ser el caso de compuestos menos solubles como el

cloruro de p -toluenosulfonilo, la mezcla se calienta antes de añadir más derivado ácido.

Cuando el material agregado inicial se ha disuelto, el resto se agrega gota a gota. Tan

pronto como se obtiene una solución clara, la mezcla se enfría a temperatura ambiente,

se neutraliza a aproximadamente pH 7 con ácido clorhídrico o sulfúrico diluido y se

lava por el desagüe con exceso de agua.

Aldehídos

Muchos aldehídos son irritantes respiratorios y algunos, como el formaldehído y la

acroleína, son bastante tóxicos. A veces es conveniente la oxidación de aldehídos a los


correspondientes ácidos carboxílicos, que normalmente son menos tóxicos y menos

volátiles.

Procedimiento de oxidación de permanganato de 0,1 mol de aldehído:

3RCHO + 2KMnO4 ---- 2RCO2K + RCO2H + 2MnO2 + H2O

Se agita una mezcla de 100 mL de agua y 0.1 mol de aldehído en un matraz de fondo

redondo de 1 L equipado con termómetro, embudo de goteo, agitador, baño de vapor y,

si el aldehído hierve por debajo de 100 ° C, un condensador. Se añaden

aproximadamente 30 ml de una solución de 12,6 g (0,08 mol, 20% de exceso) de

permanganato de potasio en 250 ml de agua durante un período de 10 minutos. Si la

temperatura supera los 45 ° C, la solución debe enfriarse. Si esta adición no va

acompañada de un aumento de temperatura y pérdida del color del permanganato

púrpura, la mezcla se calienta mediante el baño de vapor hasta alcanzar una temperatura

en la que se descarga el color. El resto de la solución de permanganato se agrega

lentamente dentro de los 10 ° C de esta temperatura. Luego se eleva la temperatura de

70 a 80 ° C y se continúa agitando durante 1 hora o hasta que el color púrpura haya

desaparecido. lo que ocurra primero. La mezcla se enfría a temperatura ambiente y se

acidifica con ácido sulfúrico 6N. (PRECAUCIÓN: No agregue ácido sulfúrico

concentrado a la solución de permanganato porque puede precipitar óxido de

manganeso explosivo (Mn2O7)) Se agrega suficiente hidrógeno sulfito de sodio sólido

(al menos 8.3 g, 0.08 mol) con agitación a 20 a 40°C para reducir todo el manganeso,

como lo indica la pérdida de color púrpura y la disolución del dióxido de manganeso

sólido. La mezcla se lava por el desagüe con un gran volumen de agua.

Si el aldehído contiene un doble enlace carbono-carbono, como en el caso de la

acroleína altamente tóxica, se requieren 4 moles (20% de exceso) de permanganato por

mol de aldehído para oxidar el enlace alqueno y el grupo aldehído.


El formaldehído se oxida convenientemente a ácido fórmico y dióxido de carbono

mediante hipoclorito de sodio. Por lo tanto, se agitan 10 ml de formalina (formaldehído

al 37%) en 100 ml de agua en 250 ml de blanqueador de lavandería con hipoclorito

(NaOCl al 5,25%) a temperatura ambiente y se dejan reposar durante 20 minutos antes

de tirar por el desagüe. Este procedimiento no se recomienda para otros aldehídos

alifáticos porque conduce a cloroácidos, que son más tóxicos y menos biodegradables

que los correspondientes ácidos no clorados.

Aminas

El permanganato de potasio acidificado degrada eficazmente las aminas aromáticas. La

diazotación seguida de la protonación con ácido hipofosforado es un método para la

desaminación de aminas aromáticas, pero el procedimiento es más complejo que la

oxidación.

Procedimiento de oxidación de permanganato de 0,01 mol de amina aromática:

Se prepara una solución de 0,01 mol de amina aromática en 3 L de ácido sulfúrico 1,7 N

en un matraz de 5 L; Se añade 1 l de permanganato de potasio 0,2 M y se deja reposar la

solución a temperatura ambiente durante 8 horas. El exceso de permanganato se reduce

mediante la adición lenta de hidrogenosulfito de sodio sólido hasta que desaparece el

color púrpura. Luego, la mezcla se tira por el desagüe.

Peróxidos e hidroperóxidos orgánicos

(PRECAUCIÓN: Los peróxidos son particularmente peligrosos Estos procedimientos

deben llevarse a cabo sólo por los trabajadores de laboratorio informados.) Los

peróxidos pueden eliminarse de un disolvente pasándolo a través de una columna de

alúmina activada básica, tratándolo con indicando Tamices moleculares SIEVES, o por

reducción con sulfato ferroso. Aunque estos procedimientos eliminan los

hidroperóxidos, que son los principales contaminantes peligrosos de los disolventes que
forman peróxido, no eliminan los peróxidos de dialquilo, que también pueden estar

presentes en concentraciones bajas. Reactivos de peróxido de uso común, como

peróxido de acetilo, peróxido de benzoílo, El hidroperóxido de t- butilo y el peróxido de

di- t -butilo son menos peligrosos que los peróxidos adventicios formados en los

disolventes.

Eliminación de peróxidos con alúmina:

Una columna de 2 x 33 cm llena con 80 g de alúmina activada básica de malla 80 suele

ser suficiente para eliminar todos los peróxidos de 100 a 400 ml de disolvente, ya sea

soluble en agua o insoluble en agua. Después de pasar por la columna, se debe analizar

el contenido de peróxido del solvente. Los peróxidos formados por oxidación del aire

generalmente son descompuestos por la alúmina, no simplemente absorbidos por ella.

Sin embargo, por seguridad, es mejor suspender la alúmina húmeda con una solución

ácida diluida de sulfato ferroso antes de desecharla.

Eliminación de peróxidos con sulfato ferroso:

NROOH + 2Fe2+ + 2H ------- ROH + 2Fe3+ + H2O

Una solución de 6 g de FeSO4·7H2O, 6 mL de ácido sulfúrico concentrado y 11 mL de

agua se agita con 1 L de solvente insoluble en agua hasta que el solvente ya no dé una

prueba positiva de peróxidos. Por lo general, solo se requieren unos minutos.

Los peróxidos de diacilo pueden ser destruidos por este reactivo así como por

hidrogenosulfito de sodio acuoso, hidróxido de sodio o amoniaco. Sin embargo, los

peróxidos de diacilo con baja solubilidad en agua, como el peróxido de dibenzoílo,

reaccionan muy lentamente. Un mejor reactivo es una solución de yoduro de sodio o

yoduro de potasio en ácido acético glacial.

Procedimiento de destrucción de peróxidos de diacilo:


(RCO2)2 + 2NaI ------- 2RCO2Na + I2
Para 0,01 mol de peróxido de diacilo, se disuelven 0,022 mol (10% de exceso) de

yoduro de sodio o potasio en 70 ml de ácido acético glacial y el peróxido se añade

gradualmente con agitación a temperatura ambiente. La solución se oscurece

rápidamente por la formación de yodo. Después de un mínimo de 30 minutos, la

solución se lava por el desagüe con un gran exceso de agua.

La mayoría de los peróxidos de dialquilo (ROOR) no reaccionan fácilmente a

temperatura ambiente con sulfato ferroso, yoduro, amoníaco u otros reactivos

mencionados anteriormente. Sin embargo, estos peróxidos pueden destruirse mediante

una modificación del procedimiento con yoduro.

Procedimiento de destrucción de peróxidos de dialquilo:

Se añade un mililitro de ácido clorhídrico al 36% (p / v) a la solución de ácido acético /

yoduro de potasio anterior como acelerador, seguido de 0,01 mol del peróxido de

dialquilo. La solución se calienta de 90 a 100 ° C en un baño de vapor durante 30

minutos y se mantiene a esa temperatura durante 5 horas.

Productos químicos inorgánicos

Hidruros metálicos

La mayoría de los hidruros metálicos reaccionan violentamente con el agua con

desprendimiento de hidrógeno, que puede formar una mezcla explosiva con el aire.

Algunos, como el hidruro de litio y aluminio, el hidruro de potasio y el hidruro de sodio,

son pirofóricos. La mayoría puede ser descompuesto mediante la adición gradual de (en

orden de disminución de reactividad) alcohol metílico, alcohol etílico, n alcohol-butilo,

o t-alcohol butílico a una solución o suspensión agitada, enfriada con hielo, del hidruro

en un líquido inerte, tal como éter dietílico, tetrahidrofurano o tolueno, bajo nitrógeno

en un matraz de tres bocas. Aunque estos procedimientos reducen el peligro y deben


formar parte de cualquier procedimiento experimental que utilice hidruros metálicos

reactivos, los productos de dicha desactivación pueden ser desechos peligrosos que

deben tratarse como tales al eliminarlos.

Los hidruros que se utilizan comúnmente en los laboratorios son el hidruro de litio y

aluminio, hidruro de potasio, hidruro de sodio, borohidruro de sodio e hidruro de calcio.

Los siguientes métodos para su eliminación demuestran que la reactividad de los

hidruros metálicos varía considerablemente. La mayoría de los hidruros se pueden

descomponer de forma segura mediante uno de los cuatro métodos, pero las propiedades

de un hidruro dado deben entenderse bien para seleccionar el método más apropiado.

(PRECAUCIÓN: La mayoría de los métodos descritos a continuación producen gas

hidrógeno, que puede presentar un peligro de explosión. La reacción debe realizarse en

una campana, detrás de un escudo y con las medidas de seguridad adecuadas para evitar

la exposición del gas efluente a chispas o llamas. Cualquier dispositivo de agitación

debe ser a prueba de chispas).

Descomposición de hidruro de litio y aluminio:

El hidruro de litio y aluminio (LiA1H 4 ) se puede comprar como un sólido o como una

solución en tolueno, éter dietílico, tetrahidrofurano u otros éteres. Aunque soltar La

adición inteligente de agua a sus soluciones bajo nitrógeno en un matraz de tres bocas se

ha utilizado con frecuencia para descomponerlo, a menudo se produce una fuerte

espumación. Una alternativa es utilizar etanol al 95%, que reacciona con menos fuerza

que el agua. Un procedimiento más seguro es descomponer el hidruro con acetato de

etilo, porque no se forma hidrógeno.

2CH3CO2C2H5 + LiAlH4 ------- LiOC2H5 + Al(OC2H5)3

A la solución de hidruro en un matraz equipado con un agitador, se añade lentamente

acetato de etilo. La mezcla a veces se vuelve tan viscosa después de la adición que la

agitación es difícil y puede ser necesario un disolvente adicional. Cuando ha cesado la


reacción con acetato de etilo, se añade con agitación una solución acuosa saturada de

cloruro de amonio. La mezcla se separa en una capa orgánica y una capa acuosa que

contiene sólidos inorgánicos inertes. La capa orgánica superior debe separarse y

desecharse como líquido inflamable. La capa acuosa inferior a menudo se puede

desechar en el alcantarillado sanitario.

Descomposición de hidruro de potasio o sodio:

El hidruro de potasio y sodio (KH, NaH) en estado seco son pirofóricos, pero se pueden

comprar como una dispersión relativamente segura en aceite mineral. Cualquiera de las

formas se puede descomponer agregando suficiente solvente hidrocarbonado seco (por

ejemplo, heptano) para reducir la concentración de hidruro por debajo del 5% y luego

agregando el exceso de alcohol t-butílico gota a gota bajo nitrógeno con agitación.

Luego se agrega agua fría gota a gota y se separan las dos capas resultantes. La capa

orgánica se puede eliminar como un líquido inflamable. La capa acuosa a menudo se

puede neutralizar y desechar en el alcantarillado sanitario.

Descomposición de borohidruro de sodio:

El borohidruro de sodio (NaBH4) es tan estable en agua que se vende comercialmente

una solución acuosa al 12% estabilizada con hidróxido de sodio. Para efectuar la

descomposición, la solución sólida o acuosa se añade a suficiente agua para hacer que la

concentración de borohidruro sea inferior al 3%, y luego se añaden gota a gota los

equivalentes en exceso de ácido acético acuoso diluido con agitación bajo nitrógeno.

Descomposición de hidruro de calcio:

El hidruro de calcio (CaH2), el menos reactivo de los materiales discutidos aquí, se

compra en forma de polvo. Se descompone agregando 25 mL de alcohol metílico por


gramo de hidruro bajo nitrógeno con agitación. Cuando la reacción ha cesado, se agrega

gradualmente un volumen igual de agua a la suspensión agitada de metóxido de calcio.

Luego, la mezcla se neutraliza con ácido y se desecha en el alcantarillado sanitario.

Cianuros inorgánicos

Los cianuros inorgánicos se pueden oxidar a cianato usando hipoclorito acuoso

siguiendo un procedimiento similar a la oxidación de tioles. El cianuro de hidrógeno se

puede convertir en cianuro de sodio mediante neutralización con hidróxido de sodio

acuoso y luego se oxida.

Procedimiento de oxidación de cianuro:

NaCN + NaOCl ------- NaOCN + NaCl

Una solución acuosa de la sal de cianuro en un matraz de tres bocas enfriado con hielo

equipado con un agitador, termómetro y embudo de goteo se enfría a 4 a 10 ° C. Se

añade lentamente un 50% en exceso de blanqueador de lavado de hipoclorito comercial

que contiene hipoclorito de sodio al 5,25% (0,75 M) con agitación mientras se mantiene

la temperatura baja. Cuando se completa la adición y ya no se genera calor, la solución

se deja calentar a temperatura ambiente y reposar durante varias horas. Luego, la mezcla

se puede lavar por el desagüe con exceso de agua. El mismo procedimiento se puede

aplicar a los cianuros insolubles como el cianuro cuproso (aunque las sales de cobre no

deben desecharse en el alcantarillado sanitario). Al calcular la cantidad de hipoclorito

necesaria,

2CuCN + 3OCl- + H2O --- 2Cu2+ + 2OCN- + 2OH- + 3Cl-


Se puede utilizar un procedimiento similar para destruir el cianuro de hidrógeno, pero se

deben tomar precauciones para evitar la exposición a este gas tan tóxico. El cianuro de

hidrógeno se disuelve en varios volúmenes de agua helada. Se añade aproximadamente

1 equivalente molar de hidróxido de sodio acuoso a una temperatura de 4 a 10ºC para


convertir el cianuro de hidrógeno en su sal de sodio, y luego se sigue el procedimiento

descrito anteriormente para el cianuro de sodio. (PRECAUCIÓN: No se debe permitir

que el hidróxido de sodio u otras bases, incluido el cianuro de sodio, entren en contacto

con el cianuro de hidrógeno líquido porque pueden iniciar una polimerización violenta

del cianuro de hidrógeno).

Este procedimiento también destruye ferrocianuros y ferricianuros solubles.

Alternativamente, estos pueden precipitarse como la sal férrica o ferrosa,

respectivamente, para su posible eliminación en vertederos.

Azidas metálicas

Los azidas de metales pesados son notoriamente explosivos y deben ser manipuladas

por personal capacitado. El azida de plata (y también el fulminato) se puede generar a

partir del reactivo de Tollens, que a menudo se encuentra en los laboratorios de

pregrado. El azida de sodio es explosivo solo cuando se calienta hasta cerca de su

temperatura de descomposición (300 ° C), pero debe evitarse calentarla. El azida de

sodio nunca debe tirarse por el desagüe. Esta práctica ha causado accidentes graves

porque el azida puede reaccionar con el plomo o el cobre en las líneas de drenaje para

producir un azida que puede explotar. Puede destruirse por reacción con ácido nitroso:
2NaN3 + 2HNO3 --- 3N2 + 2NO + 2NaOH

Procedimiento de destrucción de azida sódica:

La operación debe realizarse en campana debido a la formación de óxido nítrico tóxico.

Se coloca una solución acuosa que no contiene más del 5% de azida sódica en un

matraz de tres bocas equipado con un agitador y un embudo de goteo. Se añaden

aproximadamente 7 ml de solución acuosa al 20% de nitrito de sodio (40% en exceso)

por gramo de azida de sodio con agitación. Luego se agrega gradualmente una solución

acuosa al 20% de ácido sulfúrico hasta que la mezcla de reacción se vuelve ácida al

papel tornasol. (PRECAUCIÓN: El orden de adición es esencial. El ácido hidrazoico

volátil y venenoso (HN3) se desarrollará si el ácido se agrega antes que el nitrito).

Cuando cesa el desprendimiento de óxidos de nitrógeno, la solución ácida se prueba con


papel de yoduro de almidón. Si se vuelve azul, hay un exceso de nitrito y la

descomposición es completa. La mezcla de reacción se lava por el desagüe.

Metales alcalinos

Los metales alcalinos reaccionan violentamente con el agua, con los disolventes

hidroxílicos comunes y con los hidrocarburos halogenados. Siempre deben manipularse

en ausencia de estos materiales. Los metales generalmente se destruyen mediante una

reacción controlada con un alcohol. El material alcohólico acuoso final normalmente se

puede desechar en el alcantarillado sanitario.

Procedimiento de destrucción de metales alcalinos:

El sodio residual se destruye fácilmente con etanol al 95%. El procedimiento se lleva a

cabo en un matraz de fondo redondo de tres bocas equipado con agitador, embudo de

goteo, condensador y manta calefactora. El sodio sólido debe cortarse en trozos

pequeños con un cuchillo afilado mientras está húmedo con un hidrocarburo,

preferiblemente aceite mineral, de modo que quede expuesta la superficie no oxidada.

Una dispersión de sodio en aceite mineral se puede tratar directamente. El matraz se

enjuaga con nitrógeno y se colocan en él los trozos de sodio. Luego se agregan 13 ml de

etanol al 95% por gramo de sodio a una velocidad que provoca un reflujo rápido.

(PRECAUCIÓN: El gas hidrógeno se desprende y puede presentar un peligro de

explosión. La reacción debe llevarse a cabo en una campana, detrás de un escudo y con

las medidas de seguridad adecuadas para evitar exponer el gas efluente a chispas o

llamas. Cualquier dispositivo de agitación debe ser a prueba de chispas.) Se comienza a

agitar tan pronto como se haya agregado suficiente etanol para que esto sea posible. La

mezcla se agita y se calienta a reflujo hasta que se disuelve el sodio. Se retira la fuente

de calor y se agrega un volumen igual de agua a una velocidad que no causa más que un

leve reflujo. A continuación, la solución se enfría, se neutraliza con ácido sulfúrico o

clorhídrico 6 M y se lava por el desagüe.


Para destruir el potasio metálico se utiliza el mismo procedimiento y precauciones que

para el sodio, excepto que se utiliza el alcohol t-butílico menos reactivo en la

proporción de 21 mL / g de metal. (PRECAUCIÓN: metal de potasio puede formar

peróxidos explosivos de metal que se ha formado un óxido amarillo de revestimiento

directamente de la exposición al aire no se debe cortar con un cuchillo, incluso cuando

está mojado con un hidrocarburo, debido a una explosión puede ser promovida.) Si el

potasio es disolviendo demasiado lentamente, se puede añadir gradualmente un pequeño

porcentaje de metanol al alcohol t- butílico a reflujo. Las barras de potasio recubiertas

de óxido deben colocarse directamente en el matraz y descomponerse con alcohol t-

butílico. La descomposición requerirá un tiempo considerable debido a la baja relación

superficie / volumen de las barras de metal.

El metal de litio se puede tratar mediante el mismo procedimiento, pero utilizando 30

ml de etanol al 95% por gramo de litio. La velocidad de disolución es más lenta que la

del sodio.

Catalizadores metálicos

Los catalizadores metálicos como el níquel Raney y otros polvos metálicos finos se

pueden suspender en agua; luego se agrega cuidadosamente ácido clorhídrico diluido

hasta que el sólido se disuelve. Dependiendo del metal y de las normativas locales, la

solución se puede desechar en el alcantarillado sanitario o con otros residuos sólidos

peligrosos o no peligrosos. Los metales preciosos deben recuperarse de este proceso.

Haluros metálicos reactivos al agua

Los haluros líquidos, como TiCl4 y SnCl4 , se pueden agregar a agua bien agitada en un

matraz de fondo redondo enfriado por un baño de hielo según sea necesario para

mantener la exotermia. reacción bajo control. Por lo general, es más conveniente


agregar haluros sólidos, como AlCl3 y ZrCl4 , al agua agitada y al hielo triturado en un

matraz o vaso de precipitados. La solución ácida se puede neutralizar y, según el metal

y las normativas locales, desechar en el alcantarillado sanitario o con otros residuos

sólidos peligrosos o no peligrosos.

Haluros y haluros ácidos de no metales

Los haluros y haluros de ácido tales como PCl 3, PCl5, SiCl4, SOCl2, SO2Cl2 y POCl3 son

reactivos con el agua. Los líquidos se pueden hidrolizar convenientemente usando

hidróxido de sodio 2,5 M mediante el procedimiento descrito anteriormente para

haluros y anhídridos de acilo. Estos compuestos son irritantes para la piel y las vías

respiratorias y, incluso más que la mayoría de los productos químicos, requieren una

buena capucha y protección para la piel al manipularlos. Además, el PCl 3 puede emitir

pequeñas cantidades de fosfina (PH3) altamente tóxica durante la hidrólisis.

El monocloruro de azufre (S2Cl2) es un caso especial. Se hidroliza a una mezcla de

sulfuro de sodio y sulfito de sodio, de modo que el hidrolizado debe tratarse con

hipoclorito como se describió anteriormente para los sulfuros antes de que se pueda tirar

por el desagüe.

Los sólidos de esta clase (por ejemplo, PCl 5) tienden a apelmazarse y humear en el aire

húmedo y, por lo tanto, no se hidrolizan convenientemente en un matraz de tres bocas.

Es preferible añadirlos a un 50% de exceso de solución de hidróxido de sodio 2,5 M en

un vaso de precipitados o matraz de boca ancha equipado con un agitador y medio lleno

con hielo picado. Si el sólido no se ha disuelto por completo cuando el hielo se ha

derretido y la mezcla agitada ha alcanzado la temperatura ambiente, la reacción se

puede completar calentando en un baño de vapor y luego la solución ácida se neutraliza

y se desecha en el alcantarillado sanitario.

Iones inorgánicos
Muchos desechos inorgánicos consisten en un catión (átomo de metal o metaloide) y un

anión (que puede contener o no un componente metaloide). A menudo es útil examinar

las partes catiónica y aniónica de la sustancia por separado para determinar si alguna de

ellas presenta un peligro.

Si una sustancia contiene un "metal pesado", a menudo se supone que es muy tóxico.

Mientras que las sales de algunos metales pesados, como el plomo, el talio y el

mercurio, son muy tóxicas, las de otros, como el oro y el tantalio, no lo son. Por otro

lado, los compuestos de berilio, un "metal ligero", son altamente tóxicos. los cationes

de metales y metaloides se enumeran alfabéticamente en dos grupos: aquellos cuyas

propiedades tóxicas, como se describe en la literatura toxicológica, presentan un peligro

significativo, y aquellos cuyas propiedades no lo hacen. La base para la separación es

relativa, y la separación no implica que aquellos en la segunda lista sean "no tóxicos".

De manera similar se enumera los aniones según su nivel de toxicidad y otras

propiedades peligrosas, como un fuerte poder oxidante (p. ej., perclorato),

inflamabilidad (p. ej., amida), reactividad al agua (p. ej., hidruro) y explosividad (p. ej.,

azida).

Los materiales que representan un peligro debido a una radiactividad significativa están

fuera del alcance de este volumen, aunque pueden tratarse químicamente de manera

similar a los materiales no radiactivos que se analizan en este capítulo. Su manipulación

y eliminación están muy reguladas en la mayoría de los países.

Productos químicos en los que ni el catión ni el anión presentan un peligro

significativo

Las sustancias químicas en las que ni el catión ni el anión presentan un peligro

significativo consisten en aquellas sustancias químicas compuestas por iones. Aquellos

que son solubles en agua hasta un pequeño porcentaje, generalmente se pueden desechar

en el alcantarillado sanitario. Solo las cantidades de laboratorio deben eliminarse de esta

manera, y deben usarse al menos 100 partes de agua por parte de producto químico. Se

deben verificar las regulaciones locales para detectar posibles restricciones. Las
lechadas diluidas de materiales insolubles, como el sulfato de calcio o el óxido de

aluminio, también pueden manipularse de esta forma, siempre que el material esté

finamente dividido y no esté contaminado con alquitrán, que podría obstruir la tubería.

Algunos incineradores pueden manipular estos productos químicos. Si el tiempo y el

espacio lo permiten, las soluciones acuosas diluidas se pueden hervir o dejar que se

evaporen para dejar solo un lodo del sólido inorgánico para su eliminación en

vertederos. Sin embargo, las precauciones adecuadas, incluido el uso de trampas,

Un procedimiento alternativo es precipitar el ion metálico con el agente recomendado

El precipitado a menudo se puede eliminar en un vertedero seguro. El procedimiento

más generalmente aplicable es precipitar el catión como hidróxido ajustando el pH al

rango que se muestra en la Tabla

Precipitación de cationes como sus hidróxidos

Debido a que el rango de pH para la precipitación varía mucho entre los iones

metálicos, es importante controlarlo con cuidado. La solución acuosa del ion metálico

se ajusta al pH recomendado (Tabla 7.3) mediante la adición de una solución.

TABLA 7.1 Cationes de alta y baja toxicidad y precipitantes preferidos

Alto riesgo tóxico Riesgo tóxico bajo

Catión Precipitantea Catión Precipitantea

Antimonio OH-, S2- Aluminio OH-


Arsénico S2- Bismuto OH-, S2-
Bario SO4 2- , CO3 2- Calcio SO4 2-, CO32 -
Berilio OH- Cerio OH-
Cadmio OH-, S2- Cesio
Cromo (III) b OH Cobre c OH-, S2-
Cobalto (II) b
OH-, S2- Oro OH-, S2-
Galio OH - Hierro c OH -, S2-
Germanio OH -, S2- Lantánidos OH -
Hafnio OH - Litio
Indio OH -, S2- Magnesio OH -
Iridio d OH -, S2- Molibdeno (VI) b, e
Plomo OH -, S2- Niobio (V) OH -
Manganeso (II) b OH -, S2- Paladio OH-, S2-
Mercurio OH -, S2- Potasio
Níquel OH-, S2- Rubidio
Osmio (IV) b, f OH-, S2- Escandio OH -
Platino (II) b OH-, S2- Sodio
Renio (VII) b S2- Estroncio SO4 2- CO3 2-
Rodio (III) b OH-, S2- Tantalio OH -
Rutenio (II) b OH -, S2- Estaño OH-, S2-
Selenio S2- Titanio OH -
Plata d Cl, OH-, S2- Itrio OH -
Telurio S2- Zinc c
OH-, S2-
Talio OH-, S2- Circonio OH -
Tungsteno (VI) b,e

Vanadio OH-, S2-

a
Los precipitantes se enumeran en orden de preferencia:

OH-, CO32- = base (hidróxido de sodio o carbonato de sodio),

S2- = sulfuro,

SO42- = sulfato y

Cl- = cloruro.

b
El precipitante es para el estado de valencia indicado.

c En algunos países se han establecido niveles de tolerancia máximos muy bajos para

estos iones de baja toxicidad, y no se deben verter grandes cantidades en los sistemas

públicos de alcantarillado. Las pequeñas cantidades que se utilizan normalmente en los

laboratorios normalmente no afectarán los suministros de agua, aunque pueden estar

prohibidas por las obras de tratamiento de propiedad pública local.

d La recuperación de estos metales raros y costosos puede ser económicamente

favorable.

e Estos iones se precipitan mejor como molibdato de calcio (VI) o tungstato de calcio

(VI).

f PRECAUCIÓN: El tetróxido de osmio, OsO 4 , una sustancia volátil y extremadamente

venenosa, se forma a partir de casi cualquier compuesto de osmio en condiciones ácidas

en presencia de aire. La reacción con aceite de maíz o leche en polvo lo destruirá.


Solución de ácido sulfúrico 1 M, o hidróxido o carbonato de sodio 1 M. El pH se puede

determinar en el rango de 1 a 10 mediante el uso de papel de prueba de pH.

El precipitado se separa por filtración o como un lodo pesado por decantación y se

envasa para su eliminación. Algunos hidróxidos gelatinosos son difíciles de filtrar. En

tales casos, calentar la mezcla cerca de 100°C o agitar con tierra de diatomeas,

aproximadamente 1 a 2 veces el peso del precipitado, a menudo facilita la filtración.

Como se muestra en la tabla 7.1 , los precipitantes distintos de una base pueden ser

superiores para algunos iones metálicos, como el ácido sulfúrico para el ión calcio. Para

algunos iones, el precipitado de hidróxido se volverá a disolver a un pH alto ( Tabla

7.3 ). Para varios iones metálicos, el uso de carbonato de sodio dará como resultado la

precipitación del carbonato de metal o una mezcla de hidróxido y carbonato.

Productos químicos en los que el catión presenta un riesgo relativamente alto de

toxicidad

En general, los productos químicos de desecho que contienen cualquiera de los cationes

enumerados como altamente peligrosos en la Tabla 7.1 pueden precipitarse como sus

hidróxidos u óxidos. Alternativamente, muchos pueden precipitarse como sulfuros

insolubles mediante tratamiento con sulfuro de sodio en solución neutra ( Tabla 7.4 ).

Varios sulfuros se volverán a disolver en exceso de iones sulfuro, por lo que es

importante que la concentración de iones sulfuro se controle mediante el ajuste del pH.

La precipitación en forma de hidróxido se logra como se describió anteriormente. La

precipitación como sulfuro se logra agregando una solución 1 M de sulfuro de sodio a la

solución de iones metálicos y luego ajustando el pH a neutro con ácido sulfúrico 1 M.

(PRECAUCIÓN: Evite acidificar la mezcla porque podría formarse sulfuro de

hidrógeno). El precipitado se separa por filtración o decantación y se empaca para su


eliminación. El exceso de ion sulfuro puede destruirse mediante la adición de

hipoclorito a la solución acuosa transparente.

TABLA 7.2 Aniones de alto y bajo riesgo y precipitantes preferidos

Aniones de alto riesgo

Ion Tipo de peligroa Precipitante Aniones de bajo riesgo

Hidruro de aluminio, AlH4- F, W - Bisulfito, HSO3-


Amida, NH2 -
F, E b
- Borato, BO33-, B4O72-
Arseniato, AsO3 -, AsO43- T Cu2+, Fe2+ Bromuro, Br-
Arsenito, AsO2- , AsO33- T Pb2+ Carbonato, CO3 2-
Azida, N3 -
E, T - Cloruro, Cl-
Borohidruro, BH4- F - Cianato, OCN-
Bromato, BrO3 -
O, F, E - Hidróxido, OH-
Clorato, ClO3- O, E - Yoduro, I-
Cromato, CrO42-, Cr2O72- T,O C
Óxido, O-
Cianuro, CN- T - Fosfato, PO43-
Ferricianuro, {Fe(CN)6}3- T Fe2+ Sulfato, SO42-
Ferrocianuro, {Fe(CN)6) 4-
T Fe 3+
Sulfito, SO32-
Fluoruro, F- T Ca2+ Tiocianato, SCN-
Hidruro, H -
F, W -
Hidroperóxido, O2H -
O, E -
Hidrosulfuro, SH -
T -
Hipoclorito, OCl- O -
Yodato, IO3 -
O, E -
Nitrato, NO3 -
O -
Nitrito, NO2- T,O -
Perclorato, ClO4 -
O, E -
Permanganato, MnO4- T,O -
Peróxido, O22- O, E d
Persulfato, S2O8 2-
O -
Selenate, SeO4 2- T Pb 2+
Selenida, Se2- T Cu 2+
Sulfuro, S2- T e
a
T = tóxico; O = oxidante; F = inflamable; E = explosivo; y W = reactivo al agua.
b
Las amidas metálicas forman fácilmente peróxidos explosivos al exponerse al aire.
c
Reducir y precipitar como Cr (III).
d
Reducir y precipitar como Mn (II); ver Tabla 7.1.
e
Ver Tabla 7.4.
Los siguientes iones se encuentran más comúnmente como oxianiones y no son

precipitados por la base: As 3+, As 5+, Re 7+, Se 4+, Se 6+, Te 4+


y Te 6+. Estos elementos

pueden precipitarse de sus oxianiones como sulfuros mediante el procedimiento

anterior. Los oxianiones de Mo 6+


yW 6+
pueden precipitarse como sus sales de calcio

mediante la adición de cloruro de calcio. Algunos iones pueden absorberse pasando sus

soluciones sobre resinas de intercambio iónico. Las resinas se pueden verter en

vertederos y las soluciones efluentes se vierten por el desagüe.

Otra clase de compuestos cuyos cationes no pueden precipitarse mediante la adición de

iones hidróxido son los complejos más estables de cationes metálicos con bases de

Lewis, tales como amoniaco, aminas y fosfinas terciarias. Debido al gran número de

estos compuestos y su amplia gama de propiedades, no es posible dar un procedimiento

general para separar los cationes. En muchos casos, los sulfuros metálicos pueden

precipitarse directamente a partir de soluciones acuosas de los complejos mediante la

adición de sulfuro de sodio acuoso. Si un experimento de probeta muestra que se

necesitan otras medidas, la adición de ácido clorhídrico para producir una solución

ligeramente ácida a menudo descompondrá el complejo por protonación del ligando

básico. Los iones metálicos que forman sulfuros insolubles en condiciones ácidas

pueden precipitarse luego mediante la adición gota a gota de sulfuro de sodio acuoso.

Una tercera opción para estos residuos es la incineración, siempre que las cenizas del

incinerador se envíen a un vertedero seguro. reduciendo el volumen de los residuos.

Los desechos que contienen mercurio, talio, galio, osmio, selenio o arsénico no deben

incinerarse porque pueden emitirse productos de combustión volátiles y tóxicos.

TABLA 7.3 Rangos de pH para la precipitación de hidróxidos y óxidos metálicos


TABLA 7.4 Precipitación de sulfuros

Precipitado No precipitado Complejo soluble

a pH 7 a pH bajo a pH alto

Ag +
As 3+ a X
Au+ a X
Bi 3+
Cd 2+
Co 2+ X
Cr 3+ a
Cu 2+
Fe 2+ a X
Ge 2+ X
Hg 2+ X
In 3+ X
Ir 4+ X
Mn 2+ a X
Mo 3+ X
Ni 2+ X
OS 4+
Pb 2+
Pd 2+ a
Pt 2+ a X
Re 4+
Rh 2+ a
Ru 4+
Sb 3+ a X
Se 2+ X

Sn 2+ X
Te 4+ X
Tl + a X
V 4+ a
Zn 2+ X

NOTA: La precipitación de iones enumerados sin una x generalmente no depende del pH.
a
Los estados de oxidación más altos de este ion son reducidos por el ion sulfuro y precipitados
como este sulfuro.
FUENTE: Swift y Schaefer (1961)

Sustancias químicas en las que un anión presenta un riesgo relativamente alto

Los aniones peligrosos más comunes se enumeran en la Tabla 7.2 . Muchos de los

comentarios hechos anteriormente sobre la eliminación de cationes peligrosos se aplican

a estos aniones. El peligro asociado con algunos de estos aniones es su reactividad o

potencial de explosión, lo que los hace inadecuados para su eliminación en vertederos.

La mayoría de los productos químicos que contienen estos aniones se pueden incinerar,

pero los agentes oxidantes fuertes y los hidruros deben introducirse en el incinerador

solo en recipientes de no más de unos pocos cientos de gramos. Las cenizas del

incinerador de aniones de cromo o manganeso deben transferirse a un vertedero seguro.


Algunos de estos aniones pueden precipitarse como sales insolubles para su eliminación

en vertederos, como se indica en la Tabla 7.2 . Pequeñas cantidades de agentes

oxidantes fuertes, hidruros, cianuros, azidas, amidas metálicas y sulfuros o fluoruros

solubles se pueden convertir en sustancias menos peligrosas en el laboratorio antes de

desecharse. Los procedimientos sugeridos se presentan en los siguientes párrafos.

Procedimiento de reducción de sales oxidantes

Los hipocloritos, cloratos, bromatos, yodatos, peryodatos, peróxidos e hidroperóxidos

inorgánicos, persulfatos, cromatos, molibdatos y permanganatos pueden reducirse

mediante hidrogenosulfito de sodio. Una solución o suspensión diluida de una sal que

contiene uno de estos aniones tiene su pH reducido a menos de 3 con ácido sulfúrico, y

se agrega gradualmente un 50% de exceso de hidrogenosulfito de sodio acuoso con

agitación a temperatura ambiente. Un aumento de temperatura indica que se está

produciendo la reacción. Si la reacción no comienza con la adición de aproximadamente

un 10% de hidrogenosulfito de sodio, puede iniciarla una reducción adicional del pH.

Los aniones coloreados (p. Ej., Permanganato y cromato) sirven como sus propios

indicadores de la finalización de la reducción. Las mezclas reducidas a menudo se

pueden lavar por el desagüe. Sin embargo, si se han reducido grandes cantidades de

permanganato,No deseche las sales de cromo en el alcantarillado sanitario.

El peróxido de hidrógeno se puede reducir mediante el procedimiento de hidrógeno

sulfito de sodio o mediante sulfato ferroso como se describió anteriormente para los

hidroperóxidos orgánicos. Sin embargo, generalmente es aceptable diluirlo a una

concentración menor al 3% y desecharlo en el alcantarillado sanitario. Las soluciones

con una concentración de peróxido de hidrógeno superior al 30% deben manipularse

con mucho cuidado para evitar el contacto con agentes reductores, incluidos todos los

materiales orgánicos, o con compuestos de metales de transición, que pueden catalizar

una reacción violenta.


El ácido perclórico concentrado (especialmente cuando es superior al 60%) debe

mantenerse alejado de los agentes reductores, incluidos los débiles como el amoníaco,

la madera, el papel, los plásticos y todas las demás sustancias orgánicas, porque puede

reaccionar violentamente con ellos. El ácido perclórico diluido no se reduce con los

agentes reductores comunes de laboratorio, como el hidrógeno sulfito de sodio, el

sulfuro de hidrógeno, el ácido yodhídrico, el hierro o el zinc. El ácido perclórico se

elimina más fácilmente agitándolo gradualmente.

alíelo en suficiente agua fría para que su concentración sea inferior al 5%,

neutralizándola con hidróxido de sodio acuoso y lavando la solución por el desagüe con

un gran exceso de agua.

El nitrato es más peligroso en forma de ácido nítrico concentrado (70% o más), que es

un potente agente oxidante para materiales orgánicos y todos los demás agentes

reductores. También puede provocar quemaduras graves en la piel. El ácido nítrico

acuoso diluido no es un agente oxidante peligroso y no se reduce fácilmente con los

agentes reductores comunes de laboratorio. El ácido nítrico diluido debe neutralizarse

con hidróxido de sodio acuoso antes de desecharlo por el desagüe; El ácido nítrico

concentrado debe diluirse cuidadosamente agregándolo a aproximadamente 10

volúmenes de agua antes de la neutralización. Los nitratos metálicos son generalmente

bastante solubles en agua. Los de los metales enumerados en la tabla 7.1.por tener un

riesgo tóxico bajo, así como el nitrato de amonio, deben mantenerse separados del

aceite u otros materiales orgánicos porque al calentar tal combinación, puede ocurrir un

incendio o explosión. De lo contrario, estos pueden tratarse como productos químicos

que no presentan un peligro significativo.

Los nitritos en solución acuosa se pueden destruir agregando aproximadamente un 50%

en exceso de amoníaco acuoso y acidificando con ácido clorhídrico a pH 1:

HNO2 + NH3 --- N2 + 2H2O

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