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PROGRAMA HIDROLÓGICO INTERNACIONAL

Evaluación de Parámetros
y Procesos Hidrológicos
en el Suelo
Compendio de los trabajos presentados en la
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos
Tema: Hidrología de Suelos
La Serena, Chile, 2–14 de Noviembre de 2003

Editores:
Deyanira Lobo Luján, Donald Gabriels y Guido Soto

the
abdus salam
international centre for
theoretical physics

PHI-VI ⏐ Documentos Técnicos en Hidrología ⏐ N° 71


UNESCO, París, 2005
Publicado en 2005 por el Programa Hidrológico Internacional (PHI) de la Organización de
las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)
1 rue Miollis, 75732 París Cedex 15, Francia

Documento Técnico en Hidrología del PHI, N° 71


ISBN 92-9220-031-3

© UNESCO 2005

Las denominaciones que se emplean en esta publicación y la presentación de los datos que
en ella figura no suponen por parte de la UNESCO la adopción de postura alguna en lo que se
refiere al estatuto jurídico de los países, territorios, ciudades o zonas, o de sus autoridades, ni
en cuanto a sus fronteras o límites. Las ideas y opiniones expresadas en esta publicación son
las de los autores y no representan, necesariamente, el punto de vista de la UNESCO.

Se autoriza la reproducción, a condición de que la fuente se mencione en forma apropiada, y


se envíe copia a la dirección abajo citada. Este documento debe citarse como:

UNESCO, 2005. Evaluación de Parámetros y Procesos


Hidrológicos en el Suelo. Documentos Técnicos en
Hidrología del PHI, número de serie 71.

Dentro del límite de la disponibilidad, copias gratuitas de esta publicación pueden ser
solicitadas a:

Oficina de la UNESCO en Montevideo


Oficina Regional de Ciencia para América Latina
y el Caribe
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11200 Montevideo, Uruguay
Fax : + 598 2 413 20 94
E-mail : phi@unesco.org.uy
http://www.unesco.org.uy/phi

Copias adicionales de este documento, así como de las otras publicaciones en la serie
Documentos Técnicos en Hidrología del PHI, pueden obtenerse a través de la siguiente
dirección:

Secretaría del PHI


UNESCO | División de Ciencias del Agua
1 rue Miollis, 75732 París Cedex 15, Francia
Fax: +33 (0)1 45 68 58 11
E-mail: ihp@unesco.org
http://www.unesco.org/water/ihp

Impreso en los talleres de la UNESCO


París, Francia

SC-2005/WS/1
PREFACIO

Esta publicación se presenta como un producto de las acciones que viene desarrollando el Programa
Hidrológico Internacional (PHI – UNESCO) en el marco del fortalecimiento de Centros Regionales
especializados relacionados con los recursos hídricos asociados a la UNESCO. El Centro del Agua
para Zonas Áridas y Semiáridas de América Latina y El Caribe (CAZALAC), que funciona en La
Serena, Chile, es un ejemplo de estos Centros, el cual ha unido esfuerzos con la Escuela
Latinoamericana de Física de Suelos (ELAFIS) para organizar la VII versión de la Escuela, teniendo
como tema central la ‘Hidrologia de Suelos’.

Las Escuelas Latinoamericanas de Física de Suelos se han realizado desde 1986 en diferentes
países de América Latina (Perú, Brasil, Argentina, Colombia, Venezuela y Cuba), y emergen como
una prolongación del College on Soil Physics que ofrece el Abdus Salam International Centre for
Theoretical Physics, en Trieste, Italia.

La VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos tuvo como propósito principal la actualización y
profundización de los conocimientos sobre los recursos suelo y agua de los profesionales
latinoamericanos, haciendo énfasis en las características, propiedades y procesos físicos del suelo y
su interacción con el clima, así como la revisión de aspectos relacionados con metodologías de
evaluación y predicción de las condiciones hidrológicas de los suelos y su participación en el manejo
sostenible de las cuencas hidrográficas. Asimismo, se puso mayor interés al tema de suelos y aguas
en ambientes áridos, semiáridos y subhúmedos en los países de la región, incluyendo aspectos
relacionados con la física de suelos, la desertificación y técnicas y programas para prevenir y revertir
los procesos de degradación de tierras.

En los programas de las Escuelas siempre se ha contemplado, además de las sesiones de clases, el
intercambio de ideas entre los asistentes, a través de una exposición relativa a sus experiencias, y en
algunas oportunidades la presentación de estas en carteles. No obstante, se ha querido dejar una
evidencia escrita sobre el avance de los temas tratados por los participantes, mediante la preparación
del presente Compendio, cuya publicación es posible gracias al apoyo de la UNESCO.

La celebración de la VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos (ELAFIS), tuvo lugar gracias a
la participación desinteresada de destacados profesionales de prestigiosas instituciones que actuaron
como docentes en el curso, y gracias al apoyo de instituciones, como:
- UNESCO, a través del Programa Hidrológico Internacional (PHI) y el Ministerio de la Administración
de la Ciencia e Innovación de la Comunidad de Flanders (Bélgica)
- The Abdus Salam International Centre for Theoretical Physics (ICTP) (Italia)
- Universidad de La Serena (Chile)
- Dirección General de Aguas de Chile
- Corporación Nacional Forestal IV Región, Chile
- Oficinas de UNESCO de Montevideo y Santiago de Chile

Esperamos que se haya cumplido con los objetivos del Programa Hidrológico Internacional y la
ELAFIS y que este Compendio pueda contribuir al conocimiento de la Física de Suelos como
herramienta para la evaluación de procesos hidrológicos asociados a la caracterización y prevención
de problemas ambientales en América Latina y El Caribe. Igualmente esperamos que esta
experiencia pueda repetirse en otras regiones

Deyanira Lobo Luján (Universidad Central de Venezuela, Venezuela)


Donald Gabriels (Universidad de Gante, Bélgica)
Guido Soto (CAZALAC, Chile)
TABLA DE CONTENIDO

Página

Prefacio iii

Ildefonso Pla Sentís. Física de Suelos e Hidrología en América Latina 1

Achim Ellies, Ricardo Cabeza y Patricia Campos. Distribución de la capacidad de 7


humectación en agregados
Oscar Seguel S. Efecto de la dinámica del agua en el comportamiento mecánico del 11
suelo.
Jorge Alberto Cerana , Pablo Gustavo Fontanini , Oscar Duarte, Silvia Rivarola, 17
Eduardo Díaz, Rene Benavidez. Permeabilidad saturada en Vertisoles. Uso del
Permeámetro Guelph.
Marcelo Calvache Ulloa. Utilización de las sondas nucleares en Física de Suelos. 23

Maria da Glória Bastos de Freitas Mesquita y Sérgio Oliveira Moraes. Densidad de 29


probabilidad como herramienta en la caracterización de la conductividad hidráulica
saturada de los suelos
Germán Soracco. Relación entre la Conductividad Hidráulica Saturada y la Densidad 35
Aparente en tres situaciones de manejo contrastantes
José E. Cuevas B. Efecto del contenido de agua sobre los cambios físicos y 39
mecánicos en tres suelos bajo tránsito.

Naghely Mendoza y Marelia Puche. Caracterización de la sequía meteorológica en 47


Venezuela
Valentina Toledo Bruzual y Diana Hernández-Szczurek. Estudio de la variabilidad 53
temporal y espacial de las lluvias anuales de la Depresión de Carora, estado Lara,
Venezuela
Eleonora Carol. Aspectos hidroquímicos del agua subterránea en el conurbano 59
bonaerense, Argentina.

Lucía Salvo, Silvana Delgado, Fernando García Préchac, Jorge Hernández, Pablo 65
Amarante, Mariana Hill. Régimen hídrico de un Ultisol arenoso del noreste de
Uruguay bajo plantaciones de Eucalyptus grandis vs. Pasturas.
Koen Verbist y Donald Gabriels. Modelización de la erosión hídrica en cuencas 71
pequeñas

Kvolek, Claudio Miguel. Cantidad y calidad de sedimento bajo lluvia simulada en un 77


suelo Vertisol con modificaciones en el tamaño de los agregados superficiales
Joei Jakeline Guillén Moncada y Oscar Antonio Silva E. Prioridades de atención 83
conservacionista según los riesgos de erosión potencial y actual en la Cuenca media
del Río Pao, Venezuela.

Eduardo Abel Rienzi. Efecto de enmiendas cálcicas y cobertura plástica sobre la 89


infiltración y los procesos erosivos
Eduardo Martínez, S. Valle, P. Silva y E. Acevedo. Evolución de algunas propiedades 95
físicas y químicas de un Mollisol asociadas a manejo en cero labranza.
Irlanda Isabel Corrales A., Edgar Amézquita C., Mariela Rivera y Luis F. Chávez. 101
Condiciones físicas de un suelo bajo diferentes sistemas de labranza y su efecto
sobre el comportamiento de cultivos y malezas en la Altillanura colombiana

v
Luis Silveira, Leticia Martínez y Jimena Alonso. Efecto de la sustitución de campo 107
natural por plantaciones forestales sobre el escurrimiento ocasionado por tormentas
en Uruguay
Diego Luis Molina L., Edgar Amézquita C. y Phanor Hoyos G. Construcción de capas 113
arables en suelos oxisoles de la Altillanura colombiana
Roberto Pizarro T., Claudia Sangüesa P., Juan Pablo Flores V. y Enzo Martínez A. 119
Investigación e innovación tecnológica en zanjas de infiltración y canales de
desviación, en el Secano Costero e Interior de las Regiones VI, VII y VIII de Chile.
Elías Araya Salinas. El Sistema de Incentivos para la recuperación de suelos 125
degradados en programas de conservación de suelos.
Loreto Sagardía A. Ley 18.450, Inversión privada en obras de riego y drenaje 131

Julián Herrera Puebla y Argelio Omar Fernández Richelme Acciones a tomar para la 137
evaluación de las propiedades hidráulicas de los suelos cubanos

vi
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Física de Suelos e Hidrología en América Latina

Ildefonso Pla Sentís


Departamento de Medio Ambiente y Ciencia del Suelo, Universidad de Lleida. Lleida (España)
ipla@macs.UdL.es

INTRODUCCIÓN

La vida sobre la tierra depende de las funciones de los suelos, productivas de alimentos y
reguladoras de los recursos hídricos y de la calidad ambiental. Los suelos y el agua son al mismo
tiempo la base de la producción agrícola y la base para la manutención de los ecosistemas.

Los suelos cumplen funciones muy importantes en el ciclo hidrológico. Son uno de los principales
reservorios de agua dulce, y transforman las fuentes erráticas de agua de lluvia en una suplencia
continua de agua a las raíces de las plantas, y en continuas descargas de agua al agua freática,
a los torrentes y a los ríos.

Los procesos hidrológicos, en especial la infiltración y flujo de agua de lluvia o riego, determinan
la movilización, transporte y acumulación de materiales solubles en agua y de contaminantes, de
origen natural o antropogénico. Por ello, la calidad de los recursos hídricos puede estar muy
influida por los procesos hidrológicos en el suelo

La creciente disminución de fuentes de agua de calidad para los diferentes usos (consumo
humano, riego, etc.) resalta la importancia de la conservación del agua además de la del suelo.
Debido a la estrecha relación entre suelos y cantidad y calidad del agua se justifica que el uso,
manejo y conservación de suelos y recursos hídricos se enfoque en forma integrada.

La Física de Suelos es la aplicación de los principios de la Física a la caracterización de las


propiedades del suelo y al estudio de los procesos del suelo responsables del transporte de
materia o energía. Por lo tanto, la Física de Suelos es una subdisciplina tanto de la Física como
de la Ciencia del Suelo

Hasta ahora los estudios en Física de Suelos han incluido temas relacionados con la estructura
del suelo, con la retención y movimiento de agua en el suelo en el campo, con la mecánica de
suelos y con la salinidad de suelos, la mayoría de ellos referidos a propiedades físicas de los
suelos como medio para el crecimiento de las plantas, incluyendo aquellas que afectan el
desarrollo de las raíces y la utilización de agua del suelo por las plantas

A pesar de que los físicos de suelos aún deben preocuparse del estudio del ambiente físico de
las plantas, ya que la producción agrícola seguirá siendo un aspecto crítico en relación a la
alimentación de una creciente población en un mundo con limitados recursos suelo y agua, la
conservación de esos recursos frente a problemas de degradación y contaminación tanto por
agentes agrícolas como no agrícolas, a niveles local, regional y global, se ha transformado en
una de las principales responsabilidades presentes y futuras de los físicos de suelos.
Los físicos de suelos intervienen cada vez más en investigaciones hidrológicas a escala global,
con especial interés en el componente de los procesos hidrológicos que ocurren en la superficie
de la tierra, en cooperación con hidrólogos, climatólogos y modeladores del cambio climático.

HIDROLOGÍA Y DEGRADACIÓN FÍSICA DE SUELOS

El mal manejo de los recursos suelo y agua puede conducir a una fuerte degradación de suelos y
tierras. La degradación de suelos ha sido definida como un descenso en la habilidad del suelo
para cumplir sus funciones como medio para el crecimiento de las plantas, como regulador del
régimen hídrico, y como filtro ambiental, debido a causas naturales o antropogénicas
La degradación de suelos y recursos hídricos es el principal factor que atenta contra la
sostenibilidad de la utilización agrícola de las tierras en América Latina, lo que conduce a
crecientes dificultades para producir los requerimientos de alimentos y fibras para su creciente
población. Como efectos indirectos de la degradación de suelos y agua, se presentan riesgos
crecientes de inundaciones, sedimentaciones, deslizamientos de tierra, etc., con características a
veces catastróficas, así como disminución de la biodiversidad, deterioro de la suplencia de agua
en cantidad y calidad, y efectos en cambios climáticos globales y sus consecuencias.

Los procesos de degradación de suelos y recursos hídricos están fuertemente ligados a través de
las alteraciones desfavorables en los procesos hidrológicos determinantes del balance de agua
en el suelo y del régimen de humedad del suelo. Ellos están también determinados por las
condiciones climáticas y por el uso y manejo de los recursos suelo y agua. Sin embargo, a pesar
de que ya generalmente es aceptado que hay una estrecha relación entre la conservación de los
recursos suelo y agua, aún en la mayoría de los casos son evaluados en forma separada, y
consecuentemente la predicción y prevención de los efectos derivados de su degradación
resultan inadecuados en muchos casos. Esto aún reviste más importancia, considerando que se
prevé que los cambios climáticos globales afectarían principalmente los procesos hidrológicos en
la superficie de la tierra que están en su mayoría relacionados con el balance de agua en el
campo

El periodo máximo de crecimiento efectivo, tanto de vegetación natural como de cultivos de


secano, depende en primer lugar de la duración del periodo efectivo de lluvias, y de la
disponibilidad de agua en el suelo. En tierras en pendiente, cuando no hay limitaciones de
temperatura o de drenaje interno, la longitud del periodo potencial de crecimiento dependerá de
las condiciones climáticas (lluvia y evapotranspiración potencial), de la distribución de la lluvia
entre escorrentía e infiltración (afectada por los efectos de sellado superficial), y de la capacidad
de almacenaje de agua en el suelo (determinado por la profundidad efectiva de raíces y las
propiedades de retención de agua del suelo). Por lo tanto, la escorrentía y la capacidad efectiva
de retención de agua del suelo, ambos componentes del balance de agua y afectados por
procesos de degradación del suelo, deben tomarse en cuenta, e incluso pueden ser
determinantes, en la evaluación y predicción de los efectos de dichos procesos de degradación
en la conservación de agua y en el crecimiento potencial de las plantas y producción de cultivos.

La erosión hídrica del suelo es el proceso de degradación del suelo con mayor influencia en la
conservación de los recursos suelo y agua. Los procesos de erosión hídrica son causados por las
interacciones del suelo, lluvia, pendiente, cubierta vegetal y manejo, y generalmente provocan o
son causados por cambios desfavorables en el balance de agua del suelo y en el régimen de
humedad del suelo, y en las posibilidades de desarrollo y actividad radicular. La erosión del suelo
tiene efectos negativos directos sobre el crecimiento de las plantas y producción de los cultivos, y
efectos indirectos fuera del sitio en el aumento de riesgos de inundaciones, sedimentaciones,
deslizamientos de tierra, etc., a veces con carácter catastrófico. Es provocada por
deforestaciones, por introducción de cultivos estacionales que dejen el suelo desprotegido, por
intensificación o abandono de actividades agrícolas, por sobrepastoreo, o por mal mantenimiento
de las plantaciones y de las estructuras de conservación.

El riego de tierras agrícolas ha sido considerado desde hace ya varios milenios como la manera
más efectiva de incrementar y regular la producción de alimentos, especialmente en zonas áridas
y semiáridas. Frecuentemente estos beneficios no han sido sostenibles debido a la salinización
de los suelos, la cual puede conducir a una pérdida parcial o total de su capacidad productiva,
causada por una degradación interna de sus propiedades químicas o físicas.

El desarrollo creciente de agricultura de riego es indispensable para la regularización e


incremento de la producción de alimentos requeridos actualmente y en el futuro en varios países
de América Latina. Dicho desarrollo se ve limitado por la creciente salinización de los suelos y
por la escasez y mayor salinidad de los recursos hídricos aún disponibles, y por el uso
competitivo de dichos recursos para otros fines. Aunque a nivel de América Latina el área
afectada por procesos de salinización inducida por el hombre es mucho menor que el área
afectada por procesos de erosión, este proceso de degradación es también muy importante
desde puntos de vista social, económico y ambiental, por los elevados costos de los desarrollos

2
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

de agricultura de riego, por el uso y degradación de altas cantidades de recursos de agua cada
vez más escasos, y por la decisiva contribución de las tierras bajo riego a la producción de
alimentos en algunos países.

La introducción del riego en una zona provoca cambios drásticos en el régimen y balance de
agua y solutos en el perfil del suelo. Los problemas de salinidad son una consecuencia de la
acumulación de sales en zonas y profundidades donde el régimen de humedad del suelo se
caracteriza por fuertes pérdidas de agua por evaporación y transpiración, y por reducido lavado
de las sales que permanecen. Esto ocurre cuando el manejo del agua de riego y drenaje no es
adecuado para las condiciones particulares de clima, suelos, cultivos, fertilización, profundidad de
nivel freático, calidad de agua de riego, y sistema de riego.

El exceso de agua de riego requerido para lavar las sales acumuladas en el suelo, ya sea para
recuperar o prevenir la salinización, pueden causar otros problemas ambientales derivados de la
disposición y uso posterior de dichas aguas de drenaje. El problema se agrava porque esas
aguas de drenaje pueden contener además de las sales naturales, residuos de fertilizantes y
pesticidas - generalmente usados en grandes cantidades en la intensiva agricultura de riego - ,
además de otros contaminantes contenidos en enmiendas orgánicas (residuos de animales,
compost) que suelen aplicarse, y en aguas servidas de origen urbano e industrial, no tratadas o
sólo parcialmente tratadas, de creciente uso para riego en muchas zonas con escasez de agua.
Esta agua de drenaje puede contaminar aguas superficiales y subterráneas que vayan a usarse
para consumo humano, industrial o agrícola. En dichos casos, las prácticas y sistemas de riego y
drenaje deben perseguir una máxima eficiencia en el uso del agua de riego, reduciendo la
posibilidad de pérdidas y contaminación de otras aguas, manteniendo al mismo tiempo las sales
a profundidades del suelo fuera del alcance de las raíces de los cultivos.

La degradación de tierras depende en parte de las características de suelos y clima, pero se


debe fundamentalmente a un uso y manejo no apropiados de los recurs os suelo y agua. El agua
es el principal factor causante de la degradación de suelos, pero a su vez es el recurso más
afectado por dicha degradación. Uno de los principales efectos de la degradación de suelos es la
pérdida de capacidad de los suelos para regular el régimen hídrico tanto a nivel local como de
cuencas hidrográficas, lo cual afecta negativamente la suplencia regular de agua, en cantidades
adecuadas, para usos agrícolas, urbanos e industriales. Por otro lado, para lograr incrementar y
regularizar la producción agrícola de las tierras, y para contrarrestar uno de los principales
efectos negativos de la degradación de suelos, crece la necesidad de utilizar agua para riego, lo
cual puede llevar al agotamiento de las reservas de agua superficial y subterránea, y a
incrementar la competencia de uso para otros fines. Por lo tanto este desarrollo agrícola no será
sostenible, y de no encontrarse soluciones alternativas pudiera resultar en consecuencias
catastróficas dentro de unas décadas. Los objetivos supuestamente conflictivos de productividad
de agroecosistemas y su vulnerabilidad a la degradación ambiental son controlados por los
mismos factores (suelo, clima, topografía, manejo) y procesos hidrológicos fundamentales.

Por ello, el control de la degradación de tierras y sus efectos depende de una adecuada
planificación del uso y manejo de los recursos suelo y agua. Para ello es necesario realizar
previamente unas adecuadas identificación y evaluación de los procesos de degradación, y de
las relaciones causa-efectos de los diferentes problemas generados, y predecir el efecto de
cambios en el uso y manejo de las tierras, y de eventos climáticos extraordinarios asociados a
cambios climáticos globales, sobre impactos ambientales relacionados con la conservación de
suelos y agua. El monitoreo o seguimiento a nivel de campo, con observaciones y mediciones
directas adecuadas, puede ayudar mucho a entender mejor cómo ocurren los procesos de
degradación de suelos y recursos hídricos, y los cambios que provocan las intervenciones
humanas. Esto es indispensable para la solución y desarrollo de prácticas efectivas de
conservación adaptadas a cada condición particular de suelo y clima.

En América Latina, las políticas de desarrollo y de expansión agrícola en las últimas décadas han
llevado frecuentemente a procesos de degradación de suelos y agua, afectando negativamente
cuencas hidrográficas importantes, con descensos en la productividad, aumentos en los costos
de producción, e incremento en los problemas relacionados con la suplencia de agua,
inundaciones, deslizamientos de tierra, sedimentación en embalses, etc., todos ellos con

3
importantes consecuencias sociales y económicas. A pesar de que hay evidencias claras de que
grandes y crecientes áreas de tierras están siendo afectadas por diferentes procesos de
degradación de suelos, la mayoría de las evaluaciones existentes de los tipos, extensión e
intensidad de degradación de suelos en América Latina no son muy precisas ni objetivas, debido
a inadecuada identificación y evaluación de dichos procesos, y de las relaciones causa-efectos
de los diferentes problemas.
La degradación de tierras agrícolas y suelos en América Latina se debe generalmente a un uso y
manejo no adecuados de la tierra, frecuentemente generados por crecientes presiones sociales,
económicas y políticas, derivadas de crecimiento de la población, políticas de mercados
internacionales, falta de recursos y deuda externa. Sin embargo, en muchos casos la adopción
de sistemas integrales adecuados y sostenibles de uso y manejo de los recursos suelo y agua,
se ve limitado por deficiencias en el conocimiento de los procesos hidrológicos asociados, y por
la utilización de metodologías inadecuadas para la evaluación y monitoreo de dichos procesos.

HIDROLOGÍA Y DESERTIFICACIÓN

Desertificación es una etapa avanzada de degradación de tierras, cuando la cubierta vegetal


desciende por debajo de un determinado nivel (<35%). Es la disminución o destrucción del
potencial biológico de la tierra, que puede conducir fi nalmente a condiciones similares a las de
un desierto, generalmente en climas áridos y semiáridos, pero a veces también en climas más
húmedos. En América Latina se considera que alrededor de un 25% de sus tierras están
sometidas a procesos crecientes de desertificación.

Los procesos de degradación de suelos y agua conducentes a desertificación de tierras, están


fuertemente asociados a cambios desfavorables en los procesos hidrológicos responsables del
balance de agua en el suelo y del régimen de humedad del suelo. Estos están afectados por las
condiciones climáticas y sus variaciones, y por los cambios en el uso y manejo de los recursos
suelo y agua. Por lo tanto, para unos adecuados desarrollos, selección y aplicación de prácticas
sostenibles y efectivas de uso y manejo de las tierras será indispensable la utilización de una
base hidrológica para la evaluación y predicción de sistemas de conservación de suelos y agua
que impidan o controlen los procesos de desertificación. Sin esa base, las consideraciones sobre
grados de desertificación son en gran parte subjetivas, basadas en criterios indirectos, y no en
mediciones directas de parámetros hidrológicos.
La evaluación de los procesos hidrológicos, bajo escenarios diferentes y cambiantes de clima,
propiedades del suelo y uso y manejo de la tierra, con modelos de simulación flexibles basados
en esos procesos, puede ayudar a predecir y a identificar las causas biofísicas de la
desertificación a niveles local, nacional y regional en América Latina. Este es un paso previo
requerido para una planificación de uso racional de la tierra, y para la selección y desarrollo de
estrategias a corto y largo plazo, y de tecnologías para reducir o controlar los procesos de
desertificación, y los problemas asociados de naturaleza social, económica y de seguridad.

PREDICCIÓN DE PROCESOS DE DEGRADACIÓN DE SUELOS Y AGUA A TRAVÉS DE UN


ENFOQUE HIDROLÓGICO

Para poder lograr desarrollar, seleccionar y aplicar prácticas de uso y manejo de las tierras, que
sean efectivas y sostenibles, se requerirá un enfoque hidrológico en la evaluación de los
procesos de degradación de suelos y agua. El principal objetivo debe ser evaluar los procesos
hidrológicos pertinentes, y desarrollar metodología y técnicas para corregirlos o controlarlos bajo
diferentes escenarios de suelos, clima, topografía y sistemas de uso u manejo. Con esto
podremos suprimir o aliviar los efectos negativos, directos o indirectos, de la degradación de
suelos y agua sobre el crecimiento de las plantas, sobre la sostenibilidad de la producción
agrícola, sobre la suplencia de agua en cantidades y calidad adecuadas, y sobre eventos
catastróficos como inundaciones, sedimentaciones, y deslizamientos de tierra.

La utilización del gran número de variables importantes relacionadas con los procesos de
degradación y sus interacciones, para determinar probabilidades y riesgos de degradación de
suelos y agua, y su influencia en la producción de cultivos y daños ambientales, puede facilitarse

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Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

con su integración en modelos. Aunque los modelos no den una simulación exacta de las
situaciones reales, permiten obtener resultados aproximados de acuerdo a las simplificaciones
asumidas. Ayudan a entender situaciones complejas, mediante una descripción cuantitativa de
los procesos más significativos, y por ello pueden usarse como herramientas para la toma de
decisiones para reducir o eliminar riesgos de degradación de suelos y recursos hídricos. Modelos
de simulación basados en procesos hidrológicos pueden ser muy útiles para integrar y convertir
los parámetros medidos o estimados de suelo, clima, plantas y manejo, en predicciones de
balances de agua y regímenes de humedad en el suelo, para cada combinación particular de
ellos, ya sea actual o prevista, para una determinada medición de campo. Estudios
experimentales y observaciones basados en procesos, y que provean datos más detallados bajo
condiciones controladas pueden ayudar a simplificar los modelos, determinando qué procesos
son más importantes a diferentes escalas temporales y espaciales, proveyendo además datos
para calibrar y validar los modelos.

El régimen hídrico del suelo es también fundamental para modelar la dinámica y translocación de
contaminantes como nitratos, metales pesados, pesticidas, etc., cuando la adición de agua de
riego al suelo, conjuntamente con otros residuos o contaminantes, puede provocar cambios
drásticos en el régimen y balance de agua y solutos en el perfil del suelo

Los resultados de los modelos de simulación basados en procesos hidrológicos, conjuntamente


con información obtenida en monitoreo directo en el campo, permiten hacer predicciones de los
procesos potenciales de degradación de suelos y recursos hídricos bajo condiciones cambiantes
de clima, cultivos, manejo y situaciones sociales y económicas. Cuando se integran con sistemas
de información geográfica (GIS), el modelaje y el monitoreo pueden proveer la base para la
planificación del uso y manejo sostenible de suelos y aguas. Las consideraciones finales a nivel
estratégico sobre uso de los suelos, recursos hídricos y cambios estructurales deben tomar en
cuenta no solamente la información física y predicción de los procesos particulares, sino también
una evaluación de cómo dicho uso y manejo pueden estar afectados tanto por los procesos en
agroecosistemas específicos como por los efectos de políticas, manejo y condiciones
socioeconómicas.

VII ESCUELA LATINOAMERICANA DE FÍSICA DE SUELOS

La Escuela Latinoamericana de Física de Suelos busca formar profesionales latinoamericanos,


capaces de identificar, entender y evaluar las propiedades y procesos físicos del suelo, para
poder enfocar y realizar estudios y aplicar soluciones racionales y efectivas a problemas de uso y
manejo de tierras en sus respectivos países de América Latina, conducentes a una producción
agrícola sostenible y a la conservación de los recursos suelo y agua. Esta VII Escuela ha sido
dedicada especialmente a la consideración de los procesos hidrológicos en el suelo, y su
interacción con el clima, en relación a la producción agrícola y forestal, y a los procesos de
degradación de suelos y agua conducentes a la desertificación de las tierras. El enfoque de la
Escuela ha sido en parte descriptivo y teórico, y en parte aplicado, incluyendo aspectos de
instrumentación, técnicas de medición, y modelización de los procesos físicos e hidrológicos en
el suelo y sus efectos.

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Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Distribución de la capacidad de humectación en agregados

Achim Ellies, Ricardo Cabeza y Patricia Campos.


Instituto de Ingeniería Agraria y Suelos, Universidad Austral de Chile, Casilla 567 Valdivia, Chile.
ricardocabeza@uach.cl

INTRODUCCIÓN

Los compuestos orgánicos del suelo que incrementan la resistencia a la humectación, son
siempre apolares. De éstos, las sustancias aromáticas o ésteres se encuentran en mínimas
cantidades en el suelo, pero su efectividad es muy alta cuando ocupan posiciones estratégicas
(Ellies et al., 1996). Cuando la adsorción de estas sustancias a los minerales es más intensa que
la de las moléculas de agua, estas últimas se desplazan desde la superficie sólida. Este
desplazamiento se observa en términos macroscópicos como una resistencia a la humectación,
en la cual se reducen las posibilidades de transporte de agua y aumenta la resistencia a la
dispersión de los agregados (Bachmann, 1988). Un manejo silvoagropecuario que degrada
cualitativamente la materia orgánica del suelo incrementa la capacidad de humectación, pero
también la susceptibilidad de los agregados a dispersarse (Ellies et al., 1996).
La capacidad de humectación de un suelo depende de la distribución cualitativa y cuantitativa de
la materia orgánica, variando tanto espacial como temporalmente. Esto permite suponer que la
capacidad de humectación de las paredes externas de los agregados es mayor que la del
material ubicado al interior de ellos, ya que las variaciones de la materia orgánica al interior de
los agregados es menor que en las paredes. Las sustancias orgánicas solubles bajan la tensión
superficial de la solución del suelo, de manera que pueden incorporarse al interior de los
agregados a través de los poros finos.
En esta investigación se analiza el cambio que experimenta la capacidad de humectación de las
distintas capas de agregados en suelos bajo condiciones de pradera y bosque.

MATERIALES Y MÉTODOS

Se midió la capacidad de humectación de dos suelos Hapludands, series Osorno y Pemehue y


dos suelos Palehumults, series Fresia y Metrenco, todos provenientes del sur de Chile. Los
cuatro suelos se encontraban bajo manejo de pradera y de bosque. Las muestras fueron
tomadas a dos profundidades, de 0-10 cm y 10-20 cm. De cada profundidad se seleccionaron
agregados de 4 a 6,3 mm y 10 a 12,5 mm. A partir de los agregados se tomaron tres capas
(externa, media e interna), que se obtuvieron raspando el agregado con la ayuda de un bisturí.
El material proveniente de las capaz externas, medias e internas de los agregados, más la matriz
del suelo, fueron secados al aire y tamizados, seleccionando la fracción entre 38 y 63 µm. Este
material se colocó en un portaobjeto y se midió el ángulo de contacto en una lupa con campo de
3
visión horizontal (Burghardt, 1985), en la cual se aplica una gota de agua de 0,04 cm . El ángulo
formado entre la fase líquida, sólida y gaseosa fue medido con un goniómetro ubicado en el
ocular de la lupa.
Se determinó el contenido de materia orgánica por oxidación húmeda (Page, 1982), para cada
capa de los distintos tamaños de agregados y la matriz.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

En la figura 1, se observan los valores de ángulo de humectación para las cuatro series de suelo
bajo pradera. Los mayores valores de ángulos de humectación, para ambos tamaños de
agregados, correspondieron a las muestras de la serie Pemehue, Hapludand (Figura 1 A y 1 B),
lo que representa una mayor resistencia a la humectación. El suelo con mayor capacidad de
humectación es el suelo Metrenco (Palehumult).

7
A
120
Agregados de 4 - 6,3 mm

Angulo de contacto (º)


100
80
60
40
20
0
Fresia Metrenco Osorno Pemehue

B
120
Angulo de contacto (º)

Agregados de 10 - 12,5 mm
100
80
60
40
20
0
Fresia Metrenco Osorno Pemehue

Externa Media Interna Matriz

Figura 1. Ángulos de humectación (º) para suelos bajo pradera. A) Capas provenientes de los agregados
de 4 – 6,3 mm, B) capas provenientes de los agregados de 10 – 12,5 mm.

Existe una tendencia de aumento del ángulo de humectación hacia al interior de los agregados,
excepto en los agregados de 10-12,5 mm del suelo Metrenco, los que presentan una situación
inversa respecto a lo observado en los otros suelos. La matriz de todos los suelos presentó un
ángulo de humectación significativamente menor que en los agregados. Estas relaciones pueden
deberse a los cambios cuantitativos y cualitativos de la materia orgánica hacia el interior de los
agregados producto de una menor oxigenación (Ellies et al., 2002)

En la figura 2 se muestran los ángulos de humectación para las cuatro series de suelos bajo
bosque. Nuevamente, los ángulos de humectación son mayores en el suelo Pemehue en ambos
tamaños de agregados. Además, en este suelo los valores de ángulo de contacto bajo bosque
son mayores para el mismo suelo bajo pradera.
Para el suelo Fresia (Palehumult) existe una tendencia de aumento del ángulo de humectación
desde el exterior hacia el interior del agregado en ambos tamaños (4 a 6,3 mm y 10 a 12,5 mm),
y a su vez este es mayor que en la matriz, lo que concuerda con la mejor agregación de estos
suelos.
En la figura 3, se presenta la relación entre el contenido de materia orgánica y el ángulo de
humectación para los grupos de suelos.
En ambas profundidades el ángulo de humectación presenta un aumento con relación a un
aumento de la materia orgánica. Sin embargo, en el suelo Metrenco (Palehumult), el aumento
del contenido de materia orgánica no permite explicar aumentos en el ángulo de humectación.
Se observa además que la profundidad tiene un efecto importante sobre el ángulo de contacto,
en los suelos bajo bosque a una profundidad de 10-20 cm (Figura 3 B), existe una disminución de
esta propiedad, esto se puede deber a que los mismos suelos bajo pradera presentan una
homogeneización de la materia orgánica en profundidad.

8
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Según Ellies et al. (2002) el ángulo de contacto es mayor en las capas superficiales que en las
subsuperficiales, lo cual se ve más marcadamente en los Hapludands, tanto bajo bosque como
para los que se encuentran bajo pradera.

A
Angulo de contacto (º) 120
Agregados de 4 - 6,3 mm
100
80
60
40
20
0
Fresia Metrenco Osorno Pemehue

B
120
Angulo de contacto (º)

Agregados de 10 - 12,5 mm
100
80
60
40
20
0
Fresia Metrenco Osorno Pemehue

Externa Media Interna Matriz

Figura. 2. Ángulos de humectación (º) para suelos bajo bosque. A) Capas provenientes de agregados de
4 – 6,3 mm, B) Capas provenientes de agregados de 10 – 12,5 mm.

CONCLUSIONES

Según los resultados presentados se puede concluir que:


- Existe una tendencia de aumento del ángulo de contacto hacia el interior de los agregados,
tanto para los suelos bajo bosque como bajo pradera.
- Existe tendencia de aumento del ángulo de contacto al incremento de materia orgánica, siendo
más claro para los suelos Hapludands.
- El ángulo de contacto es menor en las capas subsuperficiales, siendo esto más marcado en los
suelos bajo bosque.

9
A
140
Estrata 0 – 10 cm
120
Angulo de contacto (º) 100

80
60

40
20

0
0 5 10 15 20 25 30
Contenido de Materia Orgánica (%)

B
100
Estrata 10 – 20 cm
Angulo de contacto (º)

80

60

40

20

0
0 3 6 9 12 15 18
Contenido de Materia Orgánica (%)

Fresia (a) Metrenco (a) Osorno (a) Pemehue (a)


Fresia (b) Metrenco (b) Osorno (b) Pemehue (b)

Figura 3. Relación entre el ángulo de humectación y el contenido de materia orgánica para distintos suelos
y manejos. A) Capa de 0-10 cm y B) Capa de 10-20 cm. (a) manejo de pradera y (b) manejo
de bosque.

REFERENCIAS

Bachmann J. 1988. Auswirkung der organischen Substanz verschiedenen Zersetzungs -grades auf die
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Burghardt, W. 1985. Determination of the wetting characteristics of peat soils extracts by contact angle
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las propiedades estructurales en algunos suelos de la zona Centro Sur de Chile. Agro Sur, 24 (1):48-
58.
Ellies A.; Mac Donald R.; Ramírez C.; Campos P. 2002. Manejo del suelo y capacidad de humectación
en los agregados. IX Congreso Nacional de la Ciencia del Suelo, Talca, Chile. Boletín Nº 18, Sociedad
Chilena de la Ciencia del Suelo. pp. 103-106.
Page A. 1982. Methods of soil analysis. Part 2. Editor American Society of Agronomy, Wisconsin. 1159.
Esta investigación fue financiada por el Proyecto FONDECYT 1010160

10
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Efecto de la dinámica del agua en el comportamiento


mecánico del suelo.

Oscar Seguel S.
Universidad Austral de Chile. Facultad de Ciencias Agrarias, Instituto de Ingeniería Agraria y Suelos. Casilla
567, Valdivia, Chile. oscarseguel@uach.cl
Universidad de Chile. Facultad de Ciencias Agronómicas, Departamento de Ingeniería Agraria y Suelos.
Casilla 1004, Valdivia, Chile. oseguel@uchile.cl

INTRODUCCIÓN

La teoría de la tensión efectiva desarrollada por Bishop (1959) señala que, en suelos no
saturados, ésta se transmite por las tres fases y queda determinada por:

σ’ = (σ - ua) + X (ua - uw ) (1)

Donde σ’ es la tensión efectiva sobre la fase sólida, σ la tensión total, ua la presión de aire, X el
factor de saturación y uw la presión de agua (Fredlund y Rahardjo, 1993). Como el espacio
poroso lleno de aire es el primero en comprimirse cuando existe una continuidad de poros hacia
el exterior, la tensión efectiva es:

s' = σ - X ? (2)

Donde ? es el potencial mátrico. El factor X depende del grado de saturación del sistema poroso,
de las propiedades hidráulicas y del arreglo de las partículas del suelo. La resistencia del suelo
aumenta cuando la disminución del potencial mátrico excede la disminución del factor X, por
ende cada suelo tiene una máxima resistencia para un determinado potencial mátrico (Horn et al,
1995).
Los antecedentes señalan que el comportamiento del potencial mátrico durante una prueba
mecánica de corte o consolidación es variable, y su cambio depende de la agregación y la
distribución del tamaño de poros (Bohne y Lessing, 1988; Horn et al, 1995). Cuando un suelo no
saturado se somete a un estrés externo, en una primera fase la porosidad gruesa disminuye en
su diámetro, lo que provoca una re-distribución del agua del suelo, con la disminución del
potencial mátrico y un aumento del factor X. Esto se traduce en el aumento de la resistencia del
suelo (Horn, 1993; Horn et al, 1994). Si el estrés aumenta, el re-arreglo de partículas genera
meniscos de agua convexos (presión de agua), la resistencia disminuye y el suelo se corta o
deforma (Bohne y Lessing, 1988).
La superficie silvoagropecuaria de la zona sur de Chile es dominada por suelos Andisoles
(localmente llamados trumaos y ñadis) y suelos Ultisoles (localmente llamados Rojo Arcillosos),
los cuales ocupan el 50 a 60% de la superficie arable del país (Besoaín, 1985).
Los suelos del Orden Andisol poseen una alta retención de fósforo, un abundante contenido de
hierro y aluminio en solución y una baja densidad aparente. Del punto de vista físico-mecánico, la
-3
baja densidad aparente (< 0,85 Mg m ), asociada a una alta porosidad y una microagregación
en unidades esféricas, le confiere a estos suelos una muy buena aptitud para sustentar diferentes
niveles de manejo (Ellies, 1988; 1995). Los Ultisoles presentes en esta zona poseen altos
contenidos de fracción arcilla, con abundancia de alófana, baja saturación de bases y alta
densidad aparente. Ambos tipos de suelos poseen elevados contenidos de materia orgánica
(Ellies, 1986).
Al dominar las fracciones texturales medias a finas, se espera que las propiedades mecánicas de
estos suelos tengan una fuerte dependencia del potencial mátrico. Dada su excelente agregación
superficial, se espera que el comportamiento del potencial mátrico de un suelo Andisol durante
una prueba mecánica sea similar a la de los suelos de mineralogía cristalina descritos en la
literatura.
En este trabajo se presentan resultados de un proyecto de investigación y de una tesis doctoral,
ambos desarrollados en el laboratorio de suelos de la Universidad Austral de Chile. El objetivo
principal es cuantificar la dependencia de las propiedades mecánicas con el cambio de uso del
suelo, pero para el presente artículo el objetivo específico es establecer la dependencia de las
propiedades mecánicas con la dinámica del potencial mátrico del agua del suelo.

MATERIALES Y MÉTODOS

Se utilizaron muestras no disturbadas de suelos con influencia de cenizas volcánicas, más un


Alfisol de la zona Central, también con algún grado de aporte de cenizas. Las muestras fueron
colectadas entre los 35 y 41° Latitud Sur, con precipitaciones anuales variables entre 500 y 1500
mm de norte a sur, respectivamente. Los suelos y algunas de sus características se encuentran
detallados en el cuadro 1.

Cuadro 1. Clasificación taxonómica, ubicación y algunas propiedades importantes de los suelos estudiados

‡ ‡
Serie Clasificación Ubicación Materia Arcilla Limo
† ‡
taxonómica orgánica (%)
(%)
Mariposa Ochreptic Haploxeralf 35° 50’ S 3,8 38,7 56,1
Pemehue Pachic Fulvudand 38° 80’ S 18,9 22,5 67,3
Metrenco Typic Palehumult 38° 70’ S 7,5 48,0 43,5
Osorno Typic Hapludand 40° 60’ S 23,0 39,1 50,9
Fresia Typic Hapludult 40° 80’ S 13,1 61,3 30,3

Fuente: USDA (1998).

Fuente: Mella y Kühne (1985).

El muestreo se realizó en sectores cercanos con bosque o matorral nativo y pradera de más de
cuatro años de establecimiento. Se tomaron muestras en profundidades de 0-10 y 10-20 cm para
contrastar la agregación superficial. Para la Serie Osorno también se tomaron muestras de 40-60
cm. Las evaluaciones generales correspondieron a la densidad aparente, por el método del
cilindro y el terrón; la distribución de tamaño de poros, a través de la olla de presión y; la
conductividad hidráulica saturada, mediante una metodología de carga constante.
Las pruebas mecánicas evaluadas correspondieron a la resistencia tensil no confinada de los
agregados (Blazejczak et al, 1995), la capacidad de soporte, mediante consolidación confinada
con drenaje libre (Hartge, 2000) y la resistencia al corte, mediante caja de corte directo (Kézdi,
-1
1980) a una velocidad de 1 cm h . La prueba de consolidación se realizó con cargas crecientes
de 6,25; 12,5; 25; 50; 100; 200; 300; 400 y 800 kPa, con intervalos de 10 minutos entre cada
carga. Las muestras de la Serie Osorno se consolidaron con intervalos de 10 y de 30 minutos. La
capacidad de soporte se estimó a partir de la metodología gráfica propuesta por Casagrande
(Dias Junior y Pierce, 1995), mientras que las propiedades de corte se determinaron a partir de la
recta de Coulomb, mediante un ajuste de regresión lineal. Las muestras fueron evaluadas a
distintas tensiones mátricas, desde saturado a seco al aire. Para las muestras de la Serie
Osorno, se midió el cambio del potencial mátrico durante las pruebas de consolidación y corte.
Todos los análisis consideraron tres repeticiones, excepto la prueba de corte, la cual se realizó
con cinco repeticiones.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

El cuadro 2 presenta los resultados de la capacidad de soporte de los suelos, determinada a


partir de la curva de consolidación y para distintos equilibrios de tensión mátrica. Se incluye el
rango de variación de la densidad aparente.
Como era de esperar, la capacidad de soporte aumenta a medida que el suelo se seca, pero la
muestra subsuperficial de la pradera de la Serie Pemehue tuvo un comportamiento contrario a lo
esperado. Los suelos Andisoles poseen una marcada condición estructural, con agregados bien
definidos en superficie, pero en profundidad disminuye rápidamente el contenido de carbono
orgánico y la estructuración. Para el caso de la Serie Pemehue, éste corresponde a un Andisol
joven, donde los ciclos de secado y humedecimiento no han sido lo suficientemente intensos
como para lograr el ordenamiento de las partículas en agregados estables, por lo que en su
estado actual se comporta como un material arenoso, ya que al secarse pierde cohesión.

12
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Cuadro 2. Valores de preconsolidación (kPa) y densidad aparente (Mg m -3) de los suelos.

Serie Tensión Bosque Bosque Pradera Pradera Densidad


(kPa) 0-10 cm 10-20 cm 0-10 cm 10-20 cm aparente
(Mg m -3)
Osorno -1600 215 252 251 266
Andisol -60 59 98 76 105 0,60 - 0,80
-1 38 65 50 88
Pemehue -1600 188 77 204 29
Andisol -60 14 56 55 53 0,30 - 0,66
-1 6 15 37 56
Fresia -1600 259 249 169 167
Ultisol -60 68 41 64 84 0,68 - 0,86
-1 61 22 46 72
Metrenco -1600 145 132 107 164
Ultisol -60 24 29 69 156 0,73 - 1,13
-1 23 32 72 88
Mariposa -1600 231 233 173 200
Alfisol -60 79 123 101 156 1,19-1,50
-1 81 86 31 77

Estos resultados se corroboran en el cuadro 3, donde se presentan los valores de cohesión


derivados de la recta de Coulomb.

Cuadro 3. Valores de cohesión (kPa) de los suelos en función del potencial mátrico.

Serie Tensión Bosque Bosque Pradera Pradera


(kPa) 0-10 cm 10-20 cm 0-10 cm 10-20 cm
Osorno -1600 32 39 82 54
Andisol -60 21 31 26 36
-1 21 26 18 14
Pemehue -1600 24 2 23 0
Andisol -60 6 8 18 5
-1 3 7 12 8
Fresia -1600 50 48 55 64
Ultisol -60 24 15 26 21
-1 2 9 22 27
Metrenco -1600 23 54 36 75
Ultisol -60 10 21 25 17
-1 9 15 15 9
Mariposa -1600 58 65 98 81
Alfisol -60 30 20 27 22
-1 24 27 19 11

Nuevamente se observa el efecto de la tensión mátrica, cuya disminución ocurre a una mayor
tasa que la disminución del factor X, lo que resulta en una mayor tensión efectiva. El ángulo de
fricción interna manifestó la misma tendencia, ya que los cortes se realizaron con cargas
normales bajas (< 60 kPa), lo que permitió manifestar el roce entre los agregados. Las muestras
de 10-20 cm de la Serie Pemehue se comportan como un material arenoso, esta vez en ambos
tipos de manejo, donde a medida que el suelo se seca pierde cohesión. Al evaluar los agregados
individuales de la Serie Osorno mediante la prueba de resistencia tensil, se observó también una
fuerte dependencia de los resultados en función del potencial mátrico (Figura 1).
A medida que el suelo se seca, el aumento de la resistencia tensil en las muestras
subsuperficiales ocurre a una menor tasa respecto a la muestra superficial, lo que indicaría que,
en suelos Andisoles, el comportamiento similar a un suelo arenoso se encontrará en función del
grado evolutivo del suelo (profundidad de muestreo).

13
100
0-10 cm

80 40-60 cm

Resistencia (kPa)
60
y = 4.503e0.609x
R2 = 0.8957
40

20
y = 8.3774x - 8.4108
R2 = 0.94
0
0 1 2 3 4 5
pF

Figura 1. Resistencia tensil (kPa) de agregados de la Serie Osorno en función del potencial mátrico (pF, log
hPa de tensión).

En el horizonte de 40 a 60 cm, los procesos de formación de suelo, con la consecuente


agregación, han sido menos intensos, debido a la menor exposición a las condiciones climáticas.
Los agregados de este horizonte también poseen una menor estabilidad al agua, debido al bajo
contenido de Carbono orgánico (0,54%, versus el horizonte de 0-10 cm, con 5,9%), lo que se
traduce en una ausencia de resistencia tensil a potenciales mátricos de –10hPa, derivado de la
extrapolación de la recta de ajuste. Por su parte, los agregados del horizonte superficial,
altamente estables al agua, tendrían una resistencia tensil aún en condiciones saturadas.
Hasta el momento se ha discutido la dependencia de las propiedades mecánicas considerando al
potencial mátrico como un factor constante. Sin embargo, en las muestras de la Serie Osorno se
midieron los cambios de la tensión del agua, tanto en las pruebas de consolidación como en las
de corte. La figura 2 presenta la variación de esta propiedad durante la consolidación de
muestras superficiales con distintos equilibrios mátricos iniciales.

El proceso de carga de la ifgura 2 se realizó con dos intervalos de tiempo entre etapas de
aumento de la carga normal, el de 10 minutos como metodología estándar al determinar la
capacidad de soporte, y el de 30 minutos para asegurar el movimiento de agua sin generar
cargas neutrales entre etapas de carga. El descenso inicial que se esperaba a consecuencia del
cambio en los tamaños de poros con aire fue más claro cuando la prueba se realizó con una
mayor cantidad de poros con aire (tensiones iniciales de –250 hPa).

Tiempo (min)
0 100 200 300 400 500
50
Potencial mátrico (hPa)

-50

-100

-150

-200

-250

-300
10 minutos
-350 30 minutos

Figura 2. Cambio en la tensión del agua durante la prueba de consolidación (Andisol, Serie Osorno, 0 - 10
cm). Las flechas indican el momento en que se aplicó una carga normal de 300 kPa.

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Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Sin embargo, el potencial mátrico se mantuvo más o menos constante, hasta el momento en que
la carga normal aumentó a 300 kPa, indistintamente del potencial mátrico inicial y del intervalo de
tiempo entre cargas. El cambio en el potencial mátrico es más significativo en las muestras
consolidadas con una alta tensión mátrica inicial, ya que en esta condición se desarrollan cargas
neutrales (valores positivos) que contribuyen a disipar las cargas externas y que explican los
valores de capacidad de soporte en suelos saturados, donde el sistema poroso lleno de agua
contribuye a disipar cargas a través de la fase líquida.
Para el caso de las pruebas de corte, junto con la carga normal se aplica un esfuerzo tangencial,
que provoca una discontinuidad del sistema poroso. Es decir, aún con una muy baja velocidad de
corte, el flujo de agua se ve restringido, lo que favorecerá la generación de tensiones neutrales.
Las figuras 3 y 4 muestran resultados representativos de las pruebas de corte.

resistencia resistencia
300 asentamiento 80 50 asentamiento 80

asentamiento (1/10 mm)


potencial

asentamiento (1/10 mm)


potencial
250

Resistencia (kPa)
Resistencia (kPa)

40

Potencial (hPa)
40

Potential (hPa)
40
200
30
150 0 0
20
100
-40 -40
50 10

0 -80 0 -80
0 40 80 120 0 20 40 60 80
Tiempo (min) a Tiempo (min) b
Figura 3. Resistencia, asentamiento y potencial mátrico en pruebas de corte directo del Andisol Serie
Osorno con carga normal (a) mayor a 200 kPa y (b) menor a 200 kPa. Las muestras inicialmente
se encontraban a una tensión mátrica de –60 hPa.

resistencia resistencia
300 asentamiento 50 50 asentamiento 50
potencial potencial
asentamiento (1/10 mm)

asentamiento (1/10 mm)


250
Resistencia (kPa)

0
Resistencia (kPa)

40 0
Potential (hPa)

Potential (hPa)
200
-50 30 -50
150
-100 20 -100
100

50 -150 10 -150

0 -200 0 -200
0 50 100 0 20 40 60 80
Tiempo (min) a Tiempo (min) b
Figura 4. Resistencia, asentamiento y potencial mátrico en pruebas de corte directo del Andisol Serie
Osorno con carga normal (a) mayor a 200 kPa y (b) menor a 200 kPa. Las muestras inicialmente
se encontraban a una tensión mátrica de –300 hPa.

Indistintamente del potencial mátrico inicial, una carga normal mayor a 200 kPa generó un
aumento del potencial mátrico, hasta llegar a valores de presión de agua. La naturaleza dinámica
de la prueba de corte, con un esfuerzo normal constante y un esfuerzo de corte creciente, trae
como consecuencia que la generación de cargas neutrales ocurra con cargas normales de menor
magnitud, respecto a las pruebas de consolidación, efecto que es mucho más claro mientras más
cercano a saturación se encuentre el suelo. Por lo tanto, existiría una carga normal crítica a partir
de la cual se genera presión de agua en el sistema poroso, y que depende de los esfuerzos
externos. Sin embargo, cuando la carga normal no supera este valor crítico, los agregados no se
destruyen, el sistema poroso mantiene su funcionalidad, y la tensión efectiva aumenta.
La importancia de estos resultados radica en que los suelos sufren procesos acoplados, en que
se asocian cambios de tipo mecánico (compactación, corte) con cambios en la hidrología del
suelo (variación del potencial mátrico), afectando la resistencia mecánica y los flujos de agua y
aire. El entender estos fenómenos asociados permitirá establecer mejores estrategias de

15
labranza, lo que contribuirá al uso más eficiente de los recursos energéticos y a una mejor
conservación del suelo.

CONCLUSIONES

- Las propiedades mecánicas dependen fuertemente del potencial mátrico (Ψ m ) del agua del
suelo. Mientras más negativo es el ? m, mayor es la capacidad de soporte, la cohesión y la
resistencia tensil. Este principio no sería aplicable a suelos con dominancia de poros gruesos,
donde la disminución del volumen de poros con agua es mayor que la disminución del
potencial mátrico, resultando en una pérdida de cohesión a medida que el suelo se seca.
- La resistencia tensil de agregados individuales en función del Ψ m tiene relación con los
componentes del suelo, principalmente materiales coloidales y carbono orgánico, y con el
grado evolutivo de la estructura. Durante un evento mecánico, inicialmente el Ψ m puede
disminuir, pero su comportamiento posterior afectará la tensión efectiva en una dirección y
magnitud que depende del grado de saturación del sistema poroso del suelo y de los estreses
externos.
- En el suelo Andisol de la Serie Osorno se determinó una carga normal (σn) crítica, que
corresponde a aquélla que provoca una condición de inestabilidad del suelo. Durante una
prueba mecánica, la σn crítica resulta en un ascenso en el potencial mátrico debido a cambios
en la distribución del sistema poroso, pudiendo generarse cargas neutrales.
- La σn crítica es menor en fenómenos de corte (200 kPa) que en procesos de consolidación
(300 kPa) debido a que en el corte los estreses son bidireccionales, por lo que la funcionalidad
del sistema poroso se afecta en mayor grado.

REFERENCIAS

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Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Permeabilidad saturada en Vertisoles. Uso del


Permeámetro Guelph.

Jorge Alberto Cerana , Pablo Gustavo Fontanini , Oscar Duarte, Silvia Rivarola,
Eduardo Díaz , Rene Benavidez
Facultad de Ciencias Agropecuarias - Universidad Nacional de Entre Ríos, Argentina
jcerana@yahoo.com

INTRODUCCIÓN

La determinación de los parámetros hidráulicos en suelos de texturas arcillosas exige la


selección de técnicas especiales que se adecuen a esas condiciones. Las dificultades son
mayores en suelos Vertisoles, expansivos y que se agrieten al secarse. (Bouma y Loveday,
1988). Las técnicas de medición y monitoreo empleadas en suelos arenosos o francos pueden
producir resultados erróneos en suelos arcillosos y son inútiles en suelos expansivos. (Bagarello
1993.). El Permeámetro de Guelph (Reynolds y Elrick 1985a) permite efectuar determinaciones
en condiciones de campo, en la zona no saturada del suelo. Este método se sustenta en los
análisis efectuados por Richards, que ha encontrado una solución efectiva de cálculo de la
Conductividad Hidráulica Saturada (Kfs), considerando el flujo tridimensional del agua en el suelo,
a partir de un hoyo en donde se mantiene una Carga Hidráulica (H) constante.
Las primeras experiencias con el Permeámetro de Guelph en Argentina fueron las realizadas por
Benavídez y Bricchi (1995), que trabajaron en suelos franco arenosos de Río Cuarto, Córdoba,
habiendo encontrado ventajas sobre otros métodos.
El objetivo del presente trabajo es la determinación de Kfs en suelos expansivos dedicados a la
producción de arroz en condiciones de alta humedad, utilizando el permeámetro de Guelph.

MATERIALES Y MÉTODOS

La Kfs se determinó en 3 localidades de la Provincia de Entre Ríos: San Salvador (Peludert


argiacuólico) y Jubileo, (Peludert argiacuólico), Villa Mantero, (Peludert argiudólico (Entre Ríos) y
en una localidad de la Provincia de Corrientes, Monte Caseros (Peludert típico), (Figura 1),
durante los años 2000 y 2001. Las determinaciones fueron realizadas a una profundidad entre los
25-30 cm. y se totalizaron 27 ensayos. Para todas las mediciones se calculó el porcentaje de
humedad edáfica por secado en estufa y las texturas a la profundidad donde se efectuaron las
medidas. (Cuadro 1).

Cuadro 1. Clasificación y Textura de los suelos bajo estudio

Textura profundidad
5-30 cm
Provincia y Subgrupos de
localidad suelos arcilla limo arena
(%)
Entre Ríos Argiudolic Peludert 37,00 48,20 14,80

Entre Ríos Argiacuolic Peludert 32,90 62,80 4,40

Corrientes Typic Peludert 38,90 58,00 3,20

La medición de la Kfs se realizó por medio del permeámetro de Guelph, SOILMOISTURE


2800K1, instrumento que permite mantener una H constante, en un hoyo previamente barrenado.
Mientras el agua fluye a través del suelo, la columna de agua en los reservorios del permeámetro
desciende, manteniendo estable la altura de H. Esta velocidad de descenso es registrada por
medio de una escala graduada a 0,1 cm, en intervalos constantes de tiempo, permitiendo

17
lecturas correctas aún a muy bajos caudales. Cuando las velocidades de descenso se estabilizan
obteniendo 3 ó 4 valores iguales o con diferencias menores al 5% se termina la medición. Con el
valor de velocidad de descenso estable obtenido se procede al cálculo de la Kfs,

Figura 1. Ubicación de las localidades

Las recomendaciones seguidas para su utilización en suelos Vertisoles, ajustadas por Cerana et
al. (2002), fueron:

a. Uso del barreno


El barreno incorporado en la caja de herramientas del Permeámetro de Guelph, no es
recomendable para realizar el orificio en condiciones de plasticidad, debido a la gran
compactación y sellado que produce en los suelos Vertisoles, Si bien todos los barrenos alteran
el estado estructural de las paredes el barreno de hoja cortante, resulta más conveniente,
debiendo considerarse las medidas del hoyo logrado. El cepillo descompactador que trae el
permeámetro, no produce mejoras en estas condiciones de trabajo; por el contrario cuando el
suelo se encuentra muy húmedo el enlodamiento y sellado de poros se ve aumentado con su
uso.

b. Utilización de arena en el orificio barrenado


El sellado de las ranuras de salida de agua del permeámetro, ocasiona subestimaciones en los
valores obtenidos de Kfs, y la inoperatividad del equipo. Lilly (1994) recomienda el uso de arena
dentro del hoyo para evitar el sellado de las ranuras por el barro, facilitando el correcto
funcionamiento del permeámetro en suelos de texturas finas.

c. Resultados negativos y solución de Elrick


La heterogeneidad que presentan los Vertisoles, junto con los cambios volumétricos sufridos por
la humectación a través del tiempo; causaron que en todas las mediciones realizadas donde el
sistema de dos cargas hidráulicas (procedimiento recomendado por el manual de instrucciones)

18
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

arrojaran resultados negativos. Los resultados negativos de valores de Kfs indicarían una
distribución irregular de poros, la presencia de un pie de arado o la presencia de horizontes de
pequeño espesor. Lilly (1994). Para evitar la obtención de resultados negativos, se optó por la
metodología recomendada por Elrick et al. (1989), a través de la única ecuación, con los valores
obtenidos por medio de una sola carga hidráulica. El uso de esta ecuación requiere la estimación
del factor a. El mismo surge de considerar las características del sitio de ensayo tales como tipo
suelo, textura y estructura, lo que permite una correcta elección del valor de a, según cuadro 2

Cuadro 2. Valores de a recomendados por Reynolds para suelos según estructura y porosidad

Valor a Características del suelo


0.01 Para suelos compactados, no estructurados o depósitos arcillosos lacustres o
marinos.
0.04. Para suelos de texturas finas, arcillas no estructuradas
0.12 Para suelos estructurados, arcillosos a franco, arenas finas no estructuradas
0.36 Para suelos de texturas gruesas, arenosos o gravillosos, suelos muy estructurados.

La ecuación de Elrick et al (1989), considera para determinación del Kfs la carga hidráulica
aplicada, la capilaridad y el potencial gravitacional.
2 2 -1 -1
Kfs = C . Q ( 2 . p . H + p . a . C + 2 . p . H . a ) (1)

Donde:
Kf s : es la conductividad hidráulica saturada a campo.
C: es un factor de la forma del bulbo de mojado adimensional.
Q es el caudal de agua medido.
H: es la carga hidráulica colocada dentro del orificio.
α : parámetro que relaciona la textura y la estructura del suelo
a: es el radio del orificio.

En la ecuación (1), los tres términos del denominador representan, respectivamente la


contribución de la presión hidráulica, la gravedad y la capilaridad para el total del flujo externo del
-1
orificio. De las observaciones efectuadas en el terreno, se seleccionó un valor α de 4 m para los
suelos de texturas finas.

d. Elección de la Carga Hidráulica y condición de humedad.


La capacidad de expandirse y contraerse de los Vertisoles, según sea su contenido hídrico,
produce grandes variaciones estacionales en los valores de Kfs. En períodos de bajas
precipitaciones las arcillas expansivas se contraen, formando un complejo sistema de grietas y
macroporos. Al inicio del riego o de las precipitaciones, los valores de Kfs se asemejan a los
medidos en suelos arenosos. Por la misma capacidad de expansión y contracción que presentan
estos suelos, al secarse forman grietas, particularmente en el subsuelo que están asociadas al
flujo "by pass", que consiste en un rápido movimiento vertical del agua gravitacional atravesando
horizontes secos o insaturados. (Bouma y Loveday, 1988) (McIntyre et al, 1982). Para
comprender el movimiento del agua en suelos agrietables, (Talsma and Van der Lelie, 1976)
(Figura 2) considera un modelo de infiltración donde las grietas del suelo irán cerrándose por el
hinchamiento durante el humedecimiento.

Por otra parte al encontrarse muy húmedos, el Kfs es cercano a cero. Las mediciones realizadas,
correspondieron a un período de altas precipitaciones y de balance hídrico positivo, en estas
condiciones el suelo se mantuvo con alto contenido de humedad en el perfil, disminuyendo la
macroporosidad y aumentando la microporosidad por efecto del hinchamiento. El empleo de H de
5 ó 10 cm, recomendadas por el manual, no alcanzaba a generar una presión suficiente para
-1
lograr el flujo del agua en el suelo, obteniendo valores de 0 mm h de Kfs. Al aumentar H a
valores de 20 cm, no se encontraron valores nulos de Kfs, En todos los casos se considera que
los valores de Kfs están siendo subestimados debido al efecto de enlodamiento de las paredes

19
del orificio producido por el barreno. Como el estudio plantea reproducir aproximadamente las
condiciones de permeabilidad durante el cultivo de arroz, la utilización de 20 cm de carga
hidráulica podría simular mejor esta condición.

Figura 2. Modelo de humedecimiento de Talsma y Van der Lelie, 1976

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

En el cuadro 3 se presenta la el resumen de las determinaciones realizadas. Las filas están


ordenadas de acuerdo a los valores crecientes de Kfs medios, junto con los valores máximos y
mínimos obtenidos para cada localidad
-1 -1
Los valores de Kfs mínimo fueron de 0.067 mm h y los máximos de 0.395 mm h ; estos bajos
valores de Kfs encontrados reflejan las restricciones al flujo del agua en estas condiciones
hinchamiento. Es observable importante la disminución de los valores Kfs, debido al aumento del
porcentaje de arcilla y la disminución del porcentaje de arena. Lilly (1994) realizó
determinaciones en suelos de Escocia con texturas desde franco arcilloso a franco arenoso,
-1 -1
donde los valores de Kfs tomaron un rango desde 0.25 mm h hasta 20 mm h . También los
valores encontrados son coincidentes con los Kf s orientadores expuestos por Young (1991): 0.4
-1 -1
mm h en los suelos de textura fina; 0.4 a 40 mm h para suelos con buena estructura y > 40
-1
mm h para suelos de textura gruesa.

Cuadro 3. Conductividad saturada Kfs, valores medios, mínimos y máximos por localidad.

-1 -1 -1
Localidad Suelo W Nº de Kfs (mm h ) Kfs (mm h ) Kfs (mm h )
% pruebas Media Mínima. Máxima.
Monte Typic
Case ros Peludert 27 3 0.067 0.009 0.52
Jubileo Argiacuolic
Peludert 36.3 11 0.105 0.009 0.312
San Argiacuolic
Salvador Peludert 42.9 6 0.100 0.026 0.29
Villa Argiudolic
Mantero Peludert 38.5 7 0.395 0.017 0.66
W: Humedad gravimétrica

Bagarello y Provenzano (1996) considerando diferentes condiciones de humedad, de seco a


húmedo, obtuvo valores decrecientes de Kfs a medida que aumenta el contenido hídrico. Esto
explica que la condición de humedad afecta a la condición de permeabilidad. La naturaleza de los

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Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Vertisoles contraerse y expandirse, según sea su contenido hídrico, produce grandes variaciones
en los valores de Kfs.
Las mediciones realizadas correspondieron a un período de altas precipitaciones y de balance
hídrico positivo. En estas condiciones el suelo se mantuvo con alto contenido de humedad en el
perfil, disminuyendo la macroporosidad y aumentando de la microporosidad por efecto del
hinchamiento. Los bajos valores de Kfs encontrados reflejan las restricciones al flujo del agua en
estas condiciones de hinchamiento.

La ensayos realizados muestran una amplia variabilidad espacial, que como muchas de las
propiedades físicas estudiadas en los campos dedicados a la producción de arroz, demuestran
las consecuencias del intenso sistema de laboreo-sistematización, y de las condiciones a la
cosecha, como se informara en los trabajos de Pozzolo et al (2001) y Cerana et al (2002).

CONCLUSIONES

− El Permeámetro de Guelph constituye una herramienta válida para la medición de Kfs para los
Vertisoles y otros suelos arcillosos agrietables, si se toman precauciones particulares.
− El Permeámetro de Guelph es una herramienta de uso estándar y su adopción permite
comparar los valores de Kfs en suelos con distintas características texturales. Se ha
comprobado la conveniencia del uso de H altas, de 20 cm, para suelos de textura fina con altos
contenidos de humedad. El rango de valores de Kfs encontrados, reflejan el comportamiento de
los suelos Vertisoles y otros de características vérticas de la mesopotamia Argentina.

REFERENCIAS

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campo della conducibilita idrica satura. In: Proc. V Convegno Nazionale AIGR, Maratea (PZ)
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Bagarello V.; Provenzano G., 1996. Factors affecting field and laboratory measurement of
saturated hydraulic conductivity. Trans. ASAE 39 (1), 153 - 159.
Benavides R.; E. Bricchi. 1995. La conductividad hidráulica saturada en condiciones de campo.
Método experimental y sus fundamentos físicos. ACTAS Reunión Nacional del Comité de
Física de Suelos AACS. Parana. Septiembre 1995. pp 42-51
Bouma J.; Loveday J. 1988. Characterizing soil water regimes in swelling clay soils. In:
Vertisols their distribution, properties, classification and management, Tech.Mph. Nº18
S.M.S.S. Ed L. Wilding R. Puentes Texas
Cerana J.; Duarte 0.; Fontanini P.; Rivarola S.; Díaz E.; R. Benavídez. 2002. Medición de
parámetros hidráulicos en suelos expansivos. Implementación de la metodología del
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de Entre Ríos. XVIII Congreso Argentino de Ciencia del Suelo. Pto. Madryn, Chubut. DD 9.
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Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Utilización de las sondas nucleares en Física de S uelos.

Marcelo Calvache Ulloa

Universidad Central del Ecuador. Facultad de Ciencias Agrícolas, Apartado A 25-20, Quito- Ecuador.
calvache@uio.satnet.net

INTRODUCCIÓN

Las actividades agrícolas se efectúan sobre una capa muy delgada de la superficie terrestre,
cuando se compara con las dimensiones de la atmósfera y la litosfera. A pesar de su tamaño
muy pequeño, el suelo es indispensable para la vida sobre los continentes, siendo el medio de
crecimiento para las plantas autotróficas esenciales, que producen alimentos y fibras para el
hombre y los animales. Sin el suelo, nuestro planeta no tendría una cubierta vegetal y todo tipo
de vida estaría limitado a los océanos.
El suelo es un reservorio importante de los nuevos recursos hídricos. El suelo transforma las
lluvias de régimen discontinuo en descargas continuas conocidas como cursos de agua y ríos y
en flujo continuo de agua hacia las raíces de las plantas. La capacidad de retención del suelo,
que le permite almacenar agua de lluvia es del mismo orden de magnitud que la capacidad de
todos los lagos. Un entendimiento físico adecuado de los procesos involucrados requiere de
estudios detallados a diferentes niveles.
Los estudios de aquellos procesos, como la conductividad hidráulica, que ocurre en el medio
poroso del suelo requiere de una caracterización detallada de los tres componentes del sistema
suelo: sólido, líquido y gaseoso y para esto la sonda de neutrones es un equipo que presenta
ciertas ventajas (IAEA 1980), Greacen (1991), Reichardt et al (1997).
La conductividad hidráulica (K) de los suelos, es un parámetro que indica la capacidad de los
suelos para transmitir el agua y es extremadamente dependiente de la humedad del suelo (θ).
Por lo tanto, para un determinado medio poroso se define una función K(θ) y todos los métodos
para la determinación de la conductividad involucran la medición de la humedad del suelo. Entre
estos métodos, muchos son adaptados para utilizarse con la sonda de neutrones, principalmente
aquellos utilizados en condiciones de campo. Como ejemplo se pueden mencionar los métodos
presentados por Watson (1966); Libardi et al. (1980) y Sisson et al. (1980), citados por IAEA
(1984), IAEA (1990). Dada la variabilidad espacial de esta característica física del suelo, es
necesario establecer criterios para obtener valores promedios en un campo considerado
homogéneo, en el cual se están realizando estudios de Balances Hídricos de cultivos agrícolas.

MATERIALES Y MÉTODOS.

Para la determinación de la función K(θ) por los métodos arriba mencionados, se seleccionó un
2
área plana de 10 x 10 m (100 m ) en un suelo Typic Durustoll, ubicado en el centro experimental
La Tola, en Tumbaco-Ecuador ( 00o 13’S; 78o 22’ W), altitud 2465 msnm). En esta área fueron
instalados tubos de acceso para la sonda de neutrones y tensiómetros en las profundidades de
15 a 135 cm. Esta área fue inundada, manteniéndose una pequeña lámina constante de agua
arriba de la superficie del suelo, hasta que la velocidad de infiltración se estabilizó, lo que pudo
ser observado por medio de cilindros infiltrómetros. La velocidad de infiltración es el valor
máximo de K = K0 que corresponde al valor de θ0 que es la humedad de saturación del suelo.
Uno de los modelos más empleados para la función K(θ) es el exponencial:

K(θ ) = K0 exp [γ (θ −θ 0 ) ] (1)

Donde, el valor de γ es determinado a partir de mediciones hechas después de la infiltración y


cuando el agua se distribuye y drena del suelo en ausencia de absorción por las raíces de las
plantas y evaporación. Terminada la infiltración, se inicia el proceso de redistribución del agua,
gobernado principalmente por el potencial gravitacional, y el suelo sufre drenaje interno. La
superficie fue cubierta con una lona plástica, para evitar perdidas de agua por evaporación.
Considerando el inicio de la redistribución como t = 0, se realizaron mediciones de humedad del

23
suelo en varios tiempos y en las profundidades seleccionadas, obteniéndose datos de θ (z,t)
como se muestran en el cuadro 1. Simultáneamente se efectuaron mediciones de potencial total
del agua en el suelo ψT = ψm + z, donde ψm es el potencial mátrico del agua en el suelo y z el
potencial gravitacional, obteniéndose los datos de ψT (z,t) (cuadro 2). θ es fácilmente medido con
la sonda de neutrones y ψm con tensiómetros. Los cálculos de K pueden ser realizados a través
del método conocido como "método del perfil instantáneo" (Watson, 1966). Este método ha sido
utilizado por muchos investigadores para determinar la conductividad hidráulica de suelos bien
drenados. Libardi et al 1980, Sisson 1980), citados por IAEA (1984). El método asume que la
tasa de disminución del agua almacenada en el perfil para la profundidad z (0≤ z ≤ L) durante la
redistribución en ausencia de evaporación y absorción de agua por las raíces es equivalente a la
densidad de flujo de agua a la profundidad L, por lo tanto:

−1 −1
 L ∂θ ( z , t )   ∂ψ T  ∂A( L, t)  ∂ψ T 
K [θ ( L ) ] =  ∫0 dz  ⋅   = ⋅  (2)
 ∂t   ∂z  ∂t  ∂z 

donde, la integral, que es la densidad de flujo del agua, y el gradiente del potencial total del agua
en el suelo son los valores observados a una profundidad L cualquiera. Esta integral puede ser
obtenida con el ajuste de los datos de A(L,t) (ecuación 2) al modelo A(L,t) = a + b ln t,
-1
obteniéndose el flujo de agua en L que es qL = b.t para cualquier tiempo t. La gradiente de
potencial ∂ψT/ ∂z puede ser obtenido de regresiones ψT = c + dz, donde d = ∂ψT/ ∂z; o por el
método de la diferencia para un cierto intervalo de profundidades.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

A continuación se presentan los resultados de un experimento de drenaje interno para la


determinación de la conductividad hidráulica (Calvache y Reichardt 1996)
El valor de la Conductividad hidráulica saturada, determinada por los infiltrómetros de anillos (K 0 )
fue de 2,26 cm/día, medida durante la infiltración en equilibrio dinámico.
Los datos de humedad (θ) versus tiempo t (días) para las profundidades de suelo evaluadas se
presentan en el cuadro 1.

Cuadro 1. Humedad del suelo durante el drenaje interno.

3 -3
Profundidad (L) Humedad (cm .cm ) (θ)
(cm) t = 0 t = 1 t = 3 t = 7 t=15
0 0,500 0,463 0,433 0,413 0,396
30 0,501 0,466 0,432 0,414 0,398
60 0,458 0,405 0,375 0,347 0,307
90 0,475 0,453 0,438 0,423 0,414
120 0,486 0,464 0,452 0,440 0,427

Los datos de potencial total (ψT ) versus tiempo (días) para cada profundidad, calculado
conociendo el ψm y z, se presentan en el cuadro 2

Cuadro 2 - Potencial total durante el drenaje interno.

Profundidad (L) Potencial Total (cm H2O) (ψ T)


(cm) t = 0 t = 1 t = 3 t = 7 t = 15
15 -18 -38 -69 -100 -135
45 -47 -76 -104 -129 -164
75 -76 -105 -135 -163 -200
105 -108 -141 -172 -206 -229
135 -140 -172 -201 -240 -265

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Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Por el método de Watson (1966, citado en IAEA, 1990) se calcularon los almacenamientos de
agua (ecuación 2) para valores de L=30, 60, 90 y 120cm, a partir de los datos del cuadro 1,
cuyos resultados se muestran en el cuadro 3.
Cuadro 3. Almacenamiento de agua en el suelo en función de la profundidad y el tiempo

Profundidad (L) Almacenamiento (L,t) (mm)


(cm) t = 0 t = 1 t = 3 t = 7 t = 15
30 150,1 139,4 129,5 124,1 119,1
60 291,8 266,8 248,0 234,8 220,2
90 435,2 402,8 377,6 359,3 340,9
120 580,8 540,2 511,2 488,.9 466,1

Con estos datos se realizaron las regresiones lineales de A(L,t) versus ln t [ A(L, t) = a + b ln t ]
para cada profundidad. Los flujos de agua qL son obtenidos para cada tiempo t a través de la
-1
relación qL= b.t que es la derivada del almacenamiento A en relación a t. Los flujos fueron
estimados por la ecuación 3 y los resultados se presentan en el cuadro 4.

∂A( L , t ) S( L, ti+1 ) - S ( L, ti )
qL = = (3)
∂t t i+ 1 − t i

Cuadro 4. Flujo de agua (qL) en las diferentes profundidades y en los diferentes tiempos

-1
Profundidad (L) Flujo de agua qL (mm.día )
(cm) t = 0,5 t = 2 t = 5 t = 11
30 -10,7 -5,0 -1,4 -0,6
60 -25,0 -9,4 -3,3 -1,8
90 -32,4 -12,6 -4,6 -2,3
120 -40,6 -14,5 -5,6 -2,9

El próximo paso consiste en dividir estos valores de qL por los respectivos gradientes ∂ψT / ∂z en
L, para obtener los valores de KL. En el cuadro 2 se presentan los datos de ψT en función del
tiempo, obtenidos por tensiometria. Nótese que las profundidades de las lecturas con los
tensiómetros son diferentes de aquellas donde se han realizado las medidas de humedad. Esto
se hace a propósito para calcular la gradiente en el punto en que se ha determinado θ. Por
ejemplo: para calcular la gradiente de ψT en L = 60, utilizamos los tensiómetros inmediatamente
encima (45cm) y debajo (75cm) de esa profundidad:
∂ψ T ψ T (75 ) −ψ T ( 45)
= [ gradψ T ]60 = (4)
∂z 30

Como los flujos qL fueron medidos en tiempos intermedios, debemos también calcular las
gradientes en los mismos tiempos. Para ello se calculan los promedios de ψ T entre ti y t i+1 y se
construye un nuevo cuadro (Cuadro 5)
Luego se calculan los gradientes hidráulicos respectivos (Cuadro 6):
Dividiendo los flujos qL por sus respectivas gradientes se obtienen los valores de conductividad
hidráulica KL (Cuadro 7)

Cuadro 5. Valores de ψT promedio en diferentes profundidades y tiempos

L ψ T (cm H2O)
(cm) t = 0,5 t = 2 t = 5 t = 11
15 -28,0 -53,5 -84,5 -117,5
45 -61,5 -90,0 -116,5 -146,5
75 -90,5 -120,0 -149,0 -181,5
105 -124,5 -156,5 -189,0 -217,5
135 -156,0 -186,5 -220,5 -252,5

25
Cuadro 6. Gradientes hidráulicos

-1
L Gradiente ψ T (cm.cm )
(cm) t = 0,5 t = 2 t = 5 T = 11
30 -1,117 -1,217 -1,067 -0,967
60 -0,967 -1,000 -1,083 -1,167
90 -1,133 -1,217 -1,333 -1,200
120 -1,050 -1,000 -1,050 -1,167

Cuadro 7. Conductividad hidráulica (KL)

-1
L Conductividad hidráulica KL (mm.día )
(cm) t = 0,5 t = 2 T = 5 t = 11
30 9,58 4,11 1,31 0,62
60 25,85 9,40 3,05 1,54
90 28,60 10,35 3,45 1,92
120 38,67 14,50 5,33 2,48

En seguida, para establecer las funciones K(θ), se necesita saber a qué valores de θL
corresponden los valores de KL que se calcularon (Cuadro 7). Los datos de θ son para tj = 0; 1;
3; 7 y 15 (cuadro 1), mientras que los valores de K son para ti = 0,5; 2; 5 y 11. Una forma es
obtener las medias aritméticas de los θ dados en el cuadro 1. Hecho esto, se tiene, para cada L,
cuatro pares de K y θ que nos dan los puntos para establecer las funciones K(θ).

Cuadro 8. Valores de K y θ

L = 30 cm L = 60 cm L = 90 cm L = 120 cm
K θ K θ K θ K θ
9,58 0,483 25,85 0,431 28,60 0,464 38,67 0,475
4,11 0,449 9,40 0,390 10,35 0,445 14,50 0,458
1,31 0,423 3,05 0,361 3,45 0,430 5,33 0,446
0,62 0,406 1,54 0,327 1,92 0,418 2,48 0,433

El próximo paso es realizar regresiones lineales de ln K versus θ para cada profundidad L y


2
verificar los valores de R . Cuando son altos, las ecuaciones K(θ) serán de tipo exponencial. De
la regresión lineal de ln K versus θ con los datos del cuadro arriba, resultan las ecuaciones:
2
L = 30 cm ln K = -14,8786 + 35,763 θ R = 0,980
2
L = 60 cm ln K = -8,8030 + 28,000 θ R = 0,987
2
L = 90 cm ln K = -24,5168 + 60,129 θ R = 0,995
2
L = 120cm ln K = -27,9925 + 66,711 θ R = 0,995
2
Como los valores de R son altos, el comportamiento de K versus θ puede ser considerado
exponencial, según la ecuación 1, y las ecuaciones específicas para cada profundidad son:
-7
L = 30 cm K(θ) = 3,45 x 10 exp (35,763 θ)
-4
L = 60 cm K(θ ) = 1,50 x 10 exp (28,000 θ)
-11
L = 90 cm K(θ) = 2,25 x 10 exp (60,129 θ)
-13
L = 120 cm K(θ) = 6,97 x 10 exp (66,711 θ)

La conductividad hidráulica saturada presenta un valor de K0 = 22,6 mm/día, medido en la


superficie del suelo durante la infiltración. Veamos como este valor se compara con los valores
estimados por las ecuaciones indicadas arriba. Para esto, basta sustituir en ellas los valores
respectivos de θ0 (saturación), que son los valores de θ en t = 0:

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Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

3 -3 -1
L = 30 cm θ0 = 0,501 cm .cm ; K0 = 18,13 mm.día γ= 35,76
3 -3 -1
L = 60 cm θ0 = 0,458 cm .cm ; K0 = 55,65 mm.día γ= 28,00
3 -3 -1
L = 90 cm θ0 = 0,475 cm .cm ; K0 = 57,04 mm.día γ= 61,13
3 -3 -1
L = 120 cm θ0 = 0,486 cm .cm ; K0 = 83,89 mm.día γ= 66,71

Teóricamente, al final del proceso de inundación e inicio de la redistribución del agua o "drenaje
interno" (t = 0), el agua se infiltra en equilibrio dinámico y K0 debería ser el mismo en cualquier
profundidad. Sin embargo quien determina K0 en el perfil es la capa de menor conductividad.
Con las ecuaciones, se obtuvieron valores diferentes de K0. Esto era esperado, pues ellos fueron
calculados en la redistribución, y el horizonte de menor conductividad influye en todo el perfil
principalmente en nuestro caso, donde el horizonte de menor conductividad es el superior y las
capas más profundas drenan más libremente. Otro aspecto importante es que las ecuaciones
K(θ) son exponenciales, lo que resulta en grandes errores de K para pequeños errores de
medida de θ.

En resumen, se observaron algunas diferencias de los resultados obtenidos con los diferentes
métodos para una profundidad dada. Como ejemplo, en el cuadro siguiente se presenta los
valores obtenidos para L = 90:

-1
Método γ K0 (mm.día )
Watson (1966) 60,13 57,04
Libardi et al. (1980) 68,03 58,20
Sisson et al. (1980) 67,65 57,91

Las diferencias observadas entre estos métodos se deben a que el método de Watson (1966)
utiliza los valores de gradiente de potencial en su modelo mientras los otros dos métodos
simplificados utilizan valores de gradientes unitarios de potencial. Esta simplificación es válida
para suelos homogéneos.

REFERENCIAS

Calvache A. M.; Reichardt K. 1996. Efeito de épocas de deficiência hídrica na eficiência do uso
de nitrogênio na cultura de feijão cv. Imbabello. Scientia Agricola, 53(2/3), 343-353.
Greacen E. L. 1981. Soil water assessment by the neutron method. CSIRO, Australia.
IAEA. 1984. Field soil-water properties measured through radiation techniques. Technical
Report Series Nº 312. Vienna, Austria.
IAEA. 1990. Use of nuclear techniques in studies of soil-plant relationships. Training Course
Series Nº 2. Vienna, Austria.
Reichardt K.; Portezan O.; Bacchi O. O. S.; Oliveira J. C. M.; Dourado Neto D.; Pilotto J. E. ;
Calvache M. 1997. Correção da calibração de sonda de nêutrons por meio de parâmetros
de estabilidade temporal da distribuição de probabilidade do conteúdo de água no solo. Sci.
Agric. 54 (nº esp.): 17-21.

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Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Densidad de probabilidad como herramienta en la


caracterización de la conductividad hidráulica saturada
de los suelos

Maria da Glória Bastos de Freitas Mesquita1 y Sérgio Oliveira Moraes2


1
Universidade Federal de Lavras. Departamento de Ciência do Solo. C.P. 37, Campus Universitário, Lavras,
Minas Gerais, Brasil. mgbastos@ufla.br
2
Universidade do Estado de São Paulo. Escola Superior de Agricultura "Luiz de Queiróz". Departamento de
Ciências Exatas. C.P. 9, Piracicaba, São Paulo, Brasil. somoraes@carpa.ciagri.usp.br

INTRODUCCIÓN

La conductividad hidráulica saturada (Ksat), debido a su importancia para informar sobre la


capacidad de transporte de agua, solutos y sustancias químicas en el suelo, debe ser bien
caracterizada, pues a partir de esta y utilizando modelos matemáticos se puede determinar la
conductividad hidráulica del suelo (K) y así obtener información sobre el movimiento de agua y
solutos. La Ksat puede también proveer información indirecta en cuanto a estructura y su
estabilidad, correlacionándose con las propiedades físicas del suelo.
En la literatura hay referencias que muestran que los valores de conductividad hidráulica saturada
en una misma área pueden ser muy variables, lo que se refleja en una gran amplitud total y altos
coeficientes de variación (Warrick y Nielsen, 1980; Kutilek y Nielsen, 1994, Cooke et al., 1995;
Hann y Zhang, 1996; Paz, 1996; Cooley, 1999; Moura et al., 1999; Brejda et al., 2000; Smesrud y
Selker, 2001; Mesquita, 2001; Mesquita et al., 2002). Esto es un indicativo de que la propiedad
varía espacialmente y no es representada por una distribución de probabilidades simétrica y, por
lo tanto no siempre una media aritmética o una mediana pueden ser asumidas como valores
representativos de toda el área, debiéndose por lo tanto identificar la función densidad de
probabilidad que mejor se ajusta a los datos observados de Ksat para el área en estudio.
Pero la dificultad no se limita a identificar el tipo de distribución empírica subyacente, sino que
hay que buscar la mejor forma de caracterizar la variable. Aunque la Ksat es dependiente de
propiedades como la densidad, textura y porosidad, estas no siguen la misma distribución,
llevando a un error razonablemente comun como es ignorar la variabilidad diferenciada entre las
propiedades físicas del suelo, considerando siempre el mismo número de muestras, dando por lo
tanto una sensibilidad diferente a varias medidas.
El objetivo de este trabajo es identificar las distribuciones de las probabilidades que mejor
caracterizan la Ksat y variables correlacionadas, como densidad del suelo, densidad de
partículas, porosidad total, macro y microporosidad. Identificadas las distribuciones y por lo tanto
las respectivas medidas de posición y dispersión, el trabajo discute una manera alternativa de
caracterizar la Ksat.

MATERIALES Y MÉTODOS

Tres suelos con diferentes clases texturales fueron estudiados: un Latosol Rojo-Amarillento
distrófico típico (LVAd), con textura arcillo – arenosa, un Latosol Rojo distroférrico típico (LVdf),
de textura arcillosa y un Neosol Quartzarénico órtico típico (Rqo) de textura arenosa,
provenientes de la región centro-oeste del estado de San Paulo, en Brasil, localizados a 22º 41’
de latitud sur, 47º 39’ de longitud oeste, y altitud de 550 m, aproximadamente.
Se colectaron muestras disturbadas y no disturbadas en la capa de 0 a 20 cm de profundidad.
Las muestras no disturbadas fueron tomadas con un tomamuestras tipo Uhland y cilindros
metálicos de 7.2 cm de diámetro y altura. En el suelo LVAd se tomaron 70 muestras, mientras
que en los otros dos suelos, LVdf y Rqo, se tomaron 30 muestras.
Para la determinación de la conductividad hidráulica saturada (Ksat) se utilizó el método del
permeámetro de carga constante (Youngs, 1991). Para la saturación previa se tomaron los
cuidados descritos en Faybishenko (1995), Moraes (1991) y mas detalles pueden ser vistos en
Mesquita (2001).
Después de la determinación de Ksat, las muestras fueron nuevamente saturadas y llevadas a

29
mesa de tensión a – 0,006 MPa, para la determinación de microporosidad, conforme a Embrapa
(1998).
3 -3
La porosidad total (PT, m m ) fue calculada utilizando la equación: PT = 1 - Ds/Dp y la
macroporosidad fue calculada por la diferencia entre PT y la microporosidad.
La densidad del suelo fue determinada según Blake y Hartge (1986) y la densidad de partículas
por el método del balón volumétrico, descrito en Kiehl (1979).
El análisis estadístico consistió en la obtención de las medidas de posición y dispersión, análisis
de datos discrepantes, análisis gráficos de las rectas de Henry y prueba de Kolmogorov-Smirnov
para verificación de ajuste de los valores observados a la distribución estadística teórica normal
(Campos, 1983; Clark y Hosking, 1986; Isaaks y Srivastava, 1989), finalizando con técnicas
robustas utilizadas para comparación de modelos conforme a Zacharias et al. (1996) y Sentelhas
et al. (1997).
Para el estudio de posibles valores discrepantes se consideró el diagrama de ramas y hojas, el
resumen de cinco números, el análisis para datos discrepantes y la figura Box-plot, conforme a
Hoaglin et al. (1992), Libardi et al. (1996) y Mesquita et al., (2002).
El estudio estadístico incluyó un análisis de los resultados en términos de probabilidad de
ocurrencia y de métodos adequados de determinación de parámetros poblacionales,
considerando los resultados lognormalmente distribuídos, (Parkin et al., 1988; Parkin y Robinson,
1992).
Para el cálculo de los parámetros de la distribución lognormal fue utilizado el método UMVUE
(Uniformly Minimum Variance Unbiased Estimators), recomendado por Parkin et al. (1988), y
para el cálculo de los límites de confianza la metodología indicada por Parkin et al. (1990).

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

En el cuadro 1 se presenta un resumen estadístico para las variables densidad del suelo (Ds),
densidad de partículas (Dp), Porosidad total (PT), macroporosidad (Macro), microporosidad
(Micro) y conductividad hidráulica saturada (Ksat) para el Latosol Rojo-Amarillento distrófico
típico (LVAd) de textura arcillo arenosa. Se observa que los valores de la media y mediana son
iguales o muy próximos, con excepción de Ksat. Esto es indicativo de que los valores s e
encuentran distribuidos simetricamente alrededor de la media y de la mediana, y que estas
medidas pueden ser consideradas como valores típicos del conjunto de observaciones, o sea,
que los resultados observados pueden ser resumidos por una de esas medidas. Para la variable
Ksat la diferencia entre el valor medio y el de la mediana es acentuada, verificándose que la
media es 25% mayor que la mediana. Para las variables Ds, Dp, PT y Micro, se observa que la
amplitud de variación de los datos no es muy acentuada, cuando es comparada con los
respectivos valores de la media y la mediana, o sea, que los datos no se distancian mucho de
estas medidas de tendencia central, lo que refuerza las hipótesis de menor dispersión entre los
datos y la simetria de las distribuciones. Para la variable Macro la amplitud total es mas alta,
indicando que hay una variación mayor entre los valores observados, lo que podría influenciar
una simetria de los mismos en torno de las medidas de tendencia central. Para la variable Ksat
esta diferencia es aun mayor, siendo el valor máximo de Ksat treinta y tres veces mayor que el
valor mínimo.
Lo mismo ocurre con medidas menos tendenciosas como los cuartiles y la amplitud
intercuartílica. El analisis de las desviaciones estándar muestra que para las variables Macro y
Ksat, la desviación estándar fue mayor comparativamente a sus valores medios, lo que implicó
coeficientes de variación mas elevados, indicando que existe una mayor variabilidad entre los
datos observados.
El estudio muestra que la Dp tiene menor variación y que las variables Ds, PT y Micro, con
coeficiente de variación igual a 7% tienen variabilidades semejantes, por eso todas pueden ser
clasificadas, según Warrick y Nielsen (1980), como de baja variación. La variable Macro, con
coeficiente de variación igual a 20%, se encuentra el el límite de clasificación entre baja y media
variabilidad, y la Ksat presenta alta variabilidad, con coeficiente de variación mayor que 70%.
La importancia de esa constatación es que la utilización de un mismo número de muestras para
la caracterización conjunta de esas propiedades llevaría a diferencias en la sensibilidad de los
estimadores.
El tipo de asimetría que afecta a la Ksat es identificado por el signo del coeficiente de simetría,
indicando en el caso, una asimetría a la derecha. Esto es suficiente para caracterizar la
distribución como no-normal, por lo tanto esta condición es reforzada por el elevado coeficiente

30
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

de kurtosis.
La identificación de candidatos a valores discrepantes es importante, principalmente por las
consecuencias en la simetría de la distribución. Por el diagrama de ramas y hojas, el resumen de
los cinco números y el análisis de límites críticos para datos discrepantes, determinados
conforme a Hoaglin et al., (1992), Libardi et al., (1996) y Mesquita (2001), se observó que los
valores que inicialmente podrian ser considerados como discrepantes, no fueron confirmados
como tal, debiendo ser descritos por la función densidad de probabilidad de los resultados
analíticos.

Cuadro 1. Resumen estadístico para las variables densidad del suelo (Ds, kg.m -3), densidad de partículas
(Dp, kg.m -3), porosidad total (PT, m 3.m-3), microporosidad (Micro, m 3.m -3), macroporosidad
(Macro, m 3 m -3) y conductividad hidráulica saturada (Ksat, x 10-2 m s -1).

Estadístico / Variable DS DP PT MICRO MACRO KSAT


Media 1365 2764 0,50 0,26 0,24 0,01571
Mediana 1380 2750 0,50 0,26 0,24 0,01256
Valor Mínimo 1020 2640 0,40 0,21 0,13 0,00183
Valor Máximo 1570 2950 0,63 0,31 0,42 0,06073
Amplitud Total 550 310 0,23 0,01 0,29 0,05889
Cuartil Inferior 1300 2730 0,47 0,25 0,21 0,00973
Cuartil Superior 1430 2810 0,53 0,27 0,28 0,01759
Amplitud Intercuartilíca 130 80 0,06 0,02 0,07 0,00786
Intervalo de Confianza (–95%) 1341 2749 0,496 0,255 0,233 0,01289
Intervalo de Confianza (+95%) 1389 2779 0,515 0,264 0,257 0,01853
Varianza 10000,7 3876,85 0,00159 0,00038 0,00244 0,00014
Desviación estándar 100,003 62,26 0,039 0,019 0,049 0,01181
Coeficiente de Variación (%) 7 2 7 7 20 75
Coeficiente de Asimetria -0,724 0,281 0,513 0,231 0,833 2,562
Coeficiente de Kurtosis 4,139 3,169 3,529 -3,373 4,216 10,360

La asimetría, verificada por los gráficos de ajuste de probabilidad normal, no fue suficiente para
perjudicar el ajuste de la función densidad de probabilidad normal para las variables, con
excepción de la variable Ksat. Comparando los trazados de las curvas de probabilidad en los
histogramas de frecuencias, no se verificaran desplazamientos significativos en las referidas
curvas para las variables Ds, Dp, PT, Macro e Micro. Por lo tanto se verificó el no ajuste de los
datos a la distribuición para la variable Ksat, la discrepancia entre el histograma y la curva fue
evidente. Estos resultados pueden ser verificados en Mesquita (2001). Asi, la función densidad
de probabilidad normal no representa los resultados observados de Ksat y, por tanto las medidas
estadísticas presentadas en el cuadro 1, no deben ser consideradas como representativas de
propiedad Ksat.
Resultados semejantes fueron encontrados también para los otros dos suelos estudiados,
confirmando el no ajuste de la distribución normal para la Ksat, independente del tipo de suelo
considerado.
La prueba de Kolmogorov-Smirnov confirmó las informaciones gráficas, o sea, las variables, con
excepción de Ksat, no presentaron diferencias significativas al ser probadas en relación a la
distribuición normal.
Las variables Ds, Dp, PT, Micro y Macro son entonces, perfectamente definidas por la función
densidad de probabilidad normal, y pueden ser resumidas por sus parámetros estatísticos, o sea,
los valores presentados en el cuadro 1 pueden ser considerados representativos de estas
variables y las decisiones para operaciones de práticas agrícolas pueden ser tomadas a partir de
estos valores.
La variable Ksat, de manera opuesta, no presentó normalidad. Los análisis estadísticos
comunmente utilizados para verificación de diferencias entre tratamientos, tales como análisis de
varianza, regresiones, pruebas de hipótesis exigen que las variables tengan distribución normal,
por esto deben ser utilizadas solamente si esta exigencia es cumplida, caso contrario las
conclusiones estadísticas pueden ser asumidas erróneamente.

31
Comprobada la no normalidad de los datos hay que buscar otra distribución para describir la
propiedad. Con esta finalidad se aplicó la prueba de Kolmogorov-Smirnov para otras
distribuciones asimétricas citadas en la literatura. Las diferencias entre los resultados
observados y los esperados por las distribuciones lognormal, gama y beta no son
estadisticamente significativas para los suelos LVAd, LVdf y RQo, o sea, se puede considerar
que se ajustan a esas distribuciones de probabilidades. Otro criterio es la facilidad de
entendimiento/operacionalización. Por ese criterio, la distribución beta es la mas compleja en sus
fundamentos básicos, presentando mayor dificuldad en la manipulación de los datos y en los
cálculos de sus parámetros. Por estas razones y por la mayor diferenciación con relacion a los
datos observados, expresada por la diferencia encontrada por la prueba de Kolmogorov-Smirnov,
se optó por no considerarla mas en este estudio y como opción para expresar la distribución de
Ksat. Quedan entonces las distribuciones lognormal y gama, la primera bastante citada en la
literatura y la segunda en trabajos mas recientes como el de Moura et al. (1999). El critério
seguido para escoger entre esas dos distribuciones fue la utilizacion de técnicas robustas,
conforme a Zacharias et al. (1996) y Sentelhas et al. (1997). La segunda de esas técnicas,
verificó que la función densidad de probabilidad lognormal presentó el índice de concordancia
(IC) más próximo de 1, lo mismo ocurrió con el coeficiente de determinación (CD) y la eficiencia
(EF), mientras el error absoluto medio (EAM), el error máximo (EM), el coeficiente de masa
residual (CMR) y la raiz quadrada del error medio cuadrático normalizado (RQEM) estuvieron
mas próximos a cero, comparando con los coeficientes de la distribución gama. Esto permite
concluir que el ajuste de los datos fue mejor para la distribución lognormal que para la
distribución gama.
La utilización de un critério único para decidir sobre la adecuación de las distribuciones puede ser
bastante insatisfactorio. En el presente trabajo, el conjunto de critérios utilizados, de Kolmogorov-
Smirnov, gráfica y por técnicas robustas no deja dudas sobre a superioridad de la distribución
lognormal sobre estos critérios estadísticos.
Una vez definida la función más adequada para representar la distribución de los tres suelos, el
resto de la discusión se referirá al suelo de textura media (LVAd) para no ser repetitivo, valiendo
lo mismo para los demás.
Parkin et al. (1988) y Parkin y Robinson (1992), evaluando métodos para estimación de datos en
muestras de una población lognormal, concluyeron que el método UMVUE produce estimaciones
con menos errores. Por ese método, los valores característicos de los datos observados para la
-2 -1
propiedad Ksat, considerándolos lognormalmente distribuídos, son: media 0,0157x10 m.s ,
-2 -1 -2 -1
mediana 0,0127x10 m.s , desviación estándar 0,0114x 10 m.s , coeficiente de variación 73%,
-2
límite inferior y superior para el intervalo de confianza para la media (95%) iguales a 0,0127x10
-1 -2 -1
m.s y 0,0175x 10 m.s , respectivamente. Estos parámetros deben entonces ser analizados y
utilizados mas adelante como parámetros estatísticos para la variable.
Si los valores de las muestras son lognormalmente distribuídos se debe escoger entre los
parámetros de posición (media y mediana) para ser usado como sumario estadístico, pues los
valores no son los mismos y ofrecen diferentes informaciones sobre la distribución (Parkin y
Robinson, 1992). La media es el centro de gravedad de la distribución, en cuanto que la mediana
es el centro de probabilidades de la distribución . La escogencia de la medida apropiada es
crítica, pues esta puede afectar mucho las conclusiones. En el presente caso la media es igual a
-2 -1 -2 -1
0,0157x 10 m.s y la mediana es igual a 0,0127x10 m.s . Si la escogencia recae sobre la
-2 -2
media este valor presentará una diferencia de 19,1% o más, [(0,0157x10 – 0,0127x10 ) * 100/
-2
0,0157x10 = 19,1%], de que fuese escogida la mediana. Evidentemente, el proyectista tendra
que tomar la decision sobre la relacioon costo/benefício mas adecuada al asumir o no esta
diferencia de cerca de 19%, apenas para la Ksat.
Uno de los trabajos que esta en cuestión es el de Parkin y Robinson (1992), quienes afirman que
cuando la variable de interés es aleatoriamente dispersa, colectar mayor número de muestras
tiene el mismo efecto que colectar menor número para el valor medio, por lo tanto la mediana
poblacional es dependiente del número de muestras colectadas. Debido a este efecto, la
escogencia de la mediana puede ser apropiada solamente cuando las muestras tienen, entre si,
alguna dependencia. Esto implica que en sistemas donde el número de muestras es,
generalmente, arbitrariamente definido por las condiciones disponibles, la mediana puede no ser
apropiada para estimar el parâmetro poblacional. Mohanty et al. (1991) complementaron estas
informaciones afirmando que la mediana se comporta mas como un “representativo del suelo”
para los resultados del conjunto de un área menor y con características homogéneas.
Una opción seria la utilizacion de tablas como el cuadro 2, evidenciando la probabilidad de

32
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

ocurrencia y los valores de la propiedad, que podrian auxiliar la escogencia por un valor para
adoptarlo como representativo de la variable, asociando a este valor la probabilidad y
posibilitando la estimacion de cálculo de error como resultado de este valor.
El cuadro 2 presenta el resultado de la determinación de la probabilidad de ocurrencia para los
valores de Ksat en determinados niveles de ocurrencia preestablecidos, considerando las
funciones densidad de probabilidad normal y lognormal para el suelo LVAd y puede ser
interpretada de la siguiente forma: existe 5% (0,05) de probabilidad de que ocurra un valor de
-2 -1
Ksat menor o igual a 0,0043x10 m.s , 10% de probabilidad de que ocurra un valor de Ksat
-2 -1
menor o igual a 0,0055x10 m.s , 15% de probabilidad de que ocurra un valor de Ksat menor o
-2 -1
igual a 0,0064 x 10 m.s , cuando la estimación es hecha a partir de la función densidad de
probabilidad lognormal. De la misma forma, existe una probabilidad de 95% de que ocurra un
-2 -1
valor menor o igual a 0,0375 x 10 m.s
Se observa que admitiendo la normalidad, habrá una probabilidad de 5% de que exista un valor
-2 -1
de Ksat menor que –0,0037x10 m.s , o sea, la utilización de la función normal llevaría a la
existencia de valores negativos de Ksat, lo que práticamente seria imposible, pues el menor valor
admisíble para Ksat en un suelo seria cero, lo cual indicaría que el suelo no permite el flujo de
agua. Esto, sin embargo, no fue observado, pues e todas las muestras analizadas hubo flujo de
agua.
A partir de la distribución de probabilidades, los resultados cuantitativos pueden ser asumidos
con mayor seguridad, pues se hace posible estimar tanto la probabilidad como la variable
correspondiente, lo que podra ofrecer informaciones mas claras y precisass.
Este tipo de alternativa es mas genérica, posibilitando al investigador, liberdad de interpretación
de los datos, asi como mayor seguridad en la escogencia del valor a ser adoptado y en la
decisión sobre valores de la propiedad que pueden ser utilizados en estimaciones de flujos de
agua para grandes extensiones. Así, una mayor exploración de los métodos estadísticos y
matemáticos en el tratamiento de los resultados obtenidos por los análisis de suelos permitirá
obtener informaciones más precisas, de acuerdo también con los autores Parkin et al., 1988;
Kutilek y Nielsen, 1994; Libardi et al., 1996; Clausnitzer et al., 1998; Moura et al., 1999, Mesquita
et al., 2002.

Cuadro 2. Valores observados y estimados en determinados níveles de probabilidad de ocurrencia (menor


que), para la variable conductividad hidráulica saturada (Ksat, x 10-2m.s-1), considerando las
funciones densidad de probabilidad (F.D.P) normal y lognormal, para el suelo LVAd.

Nível de Probabilidad Valores Valores Estimados


de ocurrencia (%) Observados F.D.P. Normal F.D.P. Lognormal
5 0,0035 0,0037 0,0043
10 0,0057 0,0006 0,0055
15 0,0074 0,0034 0,0064
20 0,0087 0,0057 0,0073
25 0,0096 0,0078 0,0082
30 0,0102 0,0095 0,0090
35 0,0109 0,0112 0,0099
40 0,0117 0,0127 0,0108
45 0,0123 0,0142 0,0117
50 0,0124 0,0157 0,0127
55 0,0133 0,0172 0,0138
60 0,0142 0,0187 0,0151
65 0,0160 0,0202 0,0164
70 0,0169 0,0219 0,0180
75 0,0176 0,0237 0,0198
80 0,0186 0,0256 0,0221
85 0,0214 0,0279 0,0252
90 0,0232 0,0308 0,0295
95 0,0394 0,0351 0,0375

CONCLUSIONES

− Las variables densidad de suelo, densidad de part ículas, porosidad total, macroporosidad y
microporosidad pueden ser descritas por la función densidad de probabilidad normal, y pueden
ser representadas por sus parámetros estatísticos.

33
− La variable conductividad hidráulica saturada no puede ser descrita por la función densidad de
probabilidad normal, por lo tanto sus parámetros no la representan.
− La función densidad de probabilidad lognormal es más indicada para describir los datos de la
propiedad conductividad hidráulica saturada del suelo.
− La probabilidad de ocurrencia asociada a la distribuicion lognormal es una alternativa para la
representación de la conductividad hidráulica saturada, permitiendo al investigador avalar el
error de la estimación de medidas dependientes de Ksat.

REFERENCIAS

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34
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Relación entre la conductividad hidráulica saturada y la


densidad aparente en tres situaciones de manejo contrastantes
C. Germán Soracco
Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales, Area de Física Aplicada. Av.
60 y 119, La Plata, Argentina. germansoracco@hotpop.com

INTRODUCCION

La caracterización de las propiedades hidráulicas de los suelos tiene una importancia capital en
las ciencias agrarias, ya que, en gran medida son las que rigen el crecimiento y desarrollo de los
cultivos. El agua en el suelo presenta movimiento en dos de los tres estados de la materia
presenta movimiento, y es en el estado líquido en el que es aprovechable por las plantas, de
forma que nuestro estudio debe estar basado en las leyes que rigen el movimiento del agua en
este estado. Atendiendo a aspectos de carácter ambiental, el conocimiento de la infiltración del
agua en el suelo, así como la caracterización del flujo subsuperficial, en magnitud y dirección,
toma un carácter esencial en estudios de contaminación, para poder predecir el movimiento de
contaminantes xenobióticos en dirección a las napas. No menos importante es predecir el
movimiento de solutos en el suelo, ya que, como se sabe, estos en su gran mayoría se mueven
en la solución del suelo y a tasas similares a lo que lo hace esta.
La infiltración del agua del suelo, tanto en su estado transitorio como en el estacionario es un
buen reflejo de la estructura del sistema poroso, resultante de la yuxtaposición de las partículas
de suelo y de los agregados (Elrick y Corey. 1992). Algunas de las más importantes propiedades
hidráulicas que permiten cuantificar el tamaño, la distribución y la continuidad del sistema poroso
son; la conductividad hidráulica saturada, el potencial mátrico y la sortividad del suelo, siendo
posible medir estas propiedades mediante el uso de infiltrómetros de disco.
Los infiltrómetros de disco a tensión, descritos por Perroux y White (1988), están siendo
ampliamente usados para determinar propiedades hidráulicas "in situ" de suelos saturados o
cercanos a la saturación (Clothier y White, 1981, Wilson y Luxmoore, 1988, Smettem et al.,
1995). El hecho de ser económicos, de fácil transporte y, fundamentalmente, de poder realizar
mediciones in-situ “no-destructivas”, sin disturbar el suelo y sin modificar el sistema poroso
natural, acompañado de la posibilidad que posee el instrumento de excluir algún tamaño de poro
del flujo, ayudaron a la rápida incorporación del aparato, siendo esta última una de las más
destacables.
Con respecto a esto ultimo es necesario señalar que la posibilidad de excluir poros del flujo está
limitada por el diseño del instrumento, siendo lo más común poder entregar agua desde el
infiltrómetro con tensiones que van desde 0 cm a 20 cm. En este sentido, los infiltrómetros de
disco a tensión proveen un mecanismo útil para diferenciar el movimiento del agua a través de
fisuras y poros biológicos del movimiento de agua a través de la matriz del suelo (Clothier y
White, 1981, Perroux y White, 1988, Ankeny et al., 1988).
En el presente trabajo se utilizará el infiltrómetro de disco para caracterizar el movimiento del
agua en un suelo con diferentes historias de manejo; Huerta recientemente removido, Pastura
por 8 años y un sitio compactado de una zona muy transitada con animales.
Asimismo, se tratará de demostrar que la conductividad hidráulica saturada y la porosidad son
variables susceptibles de ser modificadas con el manejo, y que el permeámetro de disco puede
ser un instrumento muy satisfactorio para detectar estos cambios, de igual forma se evaluará la
capacidad predictiva de la densidad aparente sobre los valores de conductividad hidráulica
saturada.

MATERIALES Y MÉTODOS

Las mediciones se realizaron sobre un suelo Franco-Arcilloso con problemas marcados de


alcalinidad, lo que se evidencia en los daros provenientes de análisis químicos transcriptos en el
cuadro 1, siendo este un predio de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales, ubicado en el
Partido de La Plata, Provincia de Buenos Aires, Republica Argentina. Los mediciones se
realizaron en un lote de unas 4 ha.

35
Estas mediciones se realizaron en el marco de un proyecto cuya finalidad última es dar
recomendaciones a las personas que utilizan el predio, cuya función es la de huerta comunitaria
destinada a trabajadores desocupados.
Se determinaron 3 sitios de medición los cuales se encontraban muy próximos en una zona de
muy baja pendiente. Se buscó en estos sitios situaciones contrastantes de manejo, sobre todo en
aspectos que modifiquen las propiedades hidráulicas del suelo.
Los 3 sitios son; en primer lugar un lote destinado al cultivo de especies hortícolas recientemente
removido (Sitio I), el segundo es un sitio con pastura de gramíneas con 8 años de antigüedad
(Sitio II), la que se encontraba con muy buena cobertura y en activo crecimiento y, por ultimo, el
tercer sitio era una zona que había sufrido pisoteo de animales con una intensidad importante
(Sitio III).
En cada uno de los sitios se realizaron las siguientes determinaciones físicas y químicas:
densidad aparente, textura, conductividad hidráulica saturada, pH, capacidad de intercambio
catiónico (CIC) y porcentaje de sodio intercambiable (P.S.I.). En todos los casos se extrajeron
muestras del horizonte superficial.
Para densidad Aparente se utilizó el método del cilindro (Blake y Hartge, 1986) para lo cual se
extrajeron 6 muestras de cada sitio y los resultados se utilizaron para la obtención de las
variables derivadas porosidad total e Índice de poros (n).

n = V p / Vss (1)

Siendo Vp el Volumen de poros y Vss el Volumen de la fracción sólida del suelo.


Se analizaron 2 muestras de cada sitio para la determinación de la distribución de tamaño de
partículas del suelo, realizándose la misma según el método del hidrómetro (Gee y Bauder, 1986)
La conductividad hidráulica saturada se determinó con el infiltrómetro de disco (Perroux y White,
1988) en la superficie del suelo. El instrumento utilizado posee un disco de 12 cm de diámetro, y
en todos los casos se necesitó alrededor de 2 horas para alcanzar el estado estacionario. Para la
determinación de esta variable se realizaron 3 mediciones por cada sitio, en todos los casos se
utilizó el infiltrómetro sin realizar succión, de forma que la totalidad de los poros participe del flujo

Cuadro 1: Caracterización química de los sitios de estudio

Capacidad de Porcentaje de
Na
Intercambio Sodio
SITIOS intercambiable pH
(+) Catiónico (CIC) Intercambiable
(cmol /kg) (+) -1
(cmol kg ) (%)

I 5,2 27,1 19,19 7,27

II 6,1 30,6 19,93 7,93

III 7,2 24,2 29,75 8,1

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Se observaron, consecuentemente con la historia de uso de los potreros, densidades aparentes


-3 -3
muy contrastantes, entre 0,77 Mg.m y 1,43 Mg.m , siendo la mas alta la correspondiente al Sitio
III (Zona transitada por animales), y la mas baja el correspondiente al Sitio I (suelo Recién
Removido). A partir de estos valores se pudo determinar la porosidad total de suelo, tomando
constante la densidad real del mismo, de forma que los valores de porosidad eran, también, muy
contrastantes entre los diferentes sitios.

36
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Cuadro 2: Caracterización física de los sitios de estudio.

Sitios de ensayo I II III


-3
Densidad aparente (Mg.m ) 0,77a 1,15b 1,43c
*
Porosidad total (%) 70,20a 55,80b 45,04c
-1
Conductividad Hidráulica (cm.h ) 9,07a 7,85a 4,49c
*
Índice de Poros (%) 237,06a 126,99b 82,16c

*Los valores de porosidad total son calculados a partir de la Densidad Aparente

De los datos recolectados puede evidenciarse que si bien la Densidad Aparente presenta
diferencias estadísticas significativas en los diferentes sitios esto no sucede con la Conductividad
Hidráulica Saturada, que entre la pastura y el suelo recientemente removido no presenta
diferencias estadísticas significativas (Figuras 1 y 2).

2.00 10.00
9,07a
9.00
1.50 1,43c 7,85a
8.00
Das (Mg/m3)

Ksat (cm/h)

1,15b Huerta Labrado


7.00
1.00 Pastura Pastura
0,77a 6.00
Compactado Compactado
5.00 4,49b
0.50
4.00
0.00 3.00

Figura 1: Densidad Aparente en los Figura 2. Medias de Ksat en los diferentes sitios
diferentes sitios

De forma que las variaciones de la Densidad Aparente no sería el factor determinante de las
disminuciones de la Conductividad Hidráulica Saturada, sino que formaría parte de una serie de
factores que en conjunto producen cambios en las propiedades hidráulicas del suelo en los
diferentes manejos del suelo.

En la figura 3 se puede observar como el comportamiento de la Ksat no presenta buen ajuste con
los valores de Densidad Aparente esto refuerza la idea de que no es posible predecir el
comportamiento de la Conductividad Hidráulica Saturada partiendo del conocimiento del volumen
de poros, sino que se está en presencia de un problema complejo que incluye, distribución del
tamaño de poros, estabilidad del sistema poroso y, fundamentalmente, continuidad del sistema
poroso

37
12 y = -6.5917x + 14.487
2
R = 0.6478
10

KSat (cm.h -1) 8

0
0.5 0.7 0.9 1.1 1.3 1.5 1.7
-3
Densidad Aparente (Mg.m )

Figura 3: Variación de Ksat con la Densidad Aparente.

CONCLUSIONES

− Se evidencia que los diferentes usos del suelo pueden modificar las propiedades hidráulicas
del suelo, siendo el infiltrómetro de disco un instrumento adecuado para cuantificar estos
cambios, no pudiendo realizar inferencias de la modificación de estas propiedades a partir de
valores de compactación, entendiendo esta como la pérdida de volumen de poros en el suelo.

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38
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Efecto del contenido de agua sobre los cambios físicos y


mecánicos en tres suelos bajo tránsito.

José E. Cuevas B.
Instituto de Ingeniería Agraria y Suelos, Universidad Austral de Chile, casilla 567 Valdivia, Chile.
josecuevas@uach.cl

INTRODUCCIÓN

Los vehículos ejercen tensiones compactantes sobre el suelo a través de sus ruedas. Las
magnitudes y distribución de estas tensiones dependen de factores de suelo y del rodado (Horn
et al, 1998. En la superficie, la incidencia de la compactación es determinada por la presión de
contacto del neumático, pero a mayores profundidades, la presión total ejercida es un factor de
mayor importancia (Hakansson y Voorhees, 1997; Voorhees y Lindstrom 1986; Voorhees y
Lindstrom, 1984), ya que cuando la superficie suelta del suelo es cargada por el tránsito de
maquinaria, se provoca un desplazamiento de partículas, aumentando el número de puntos de
contacto entre ellas, la densidad aparente usualmente se incrementa en forma linear con el
logaritmo de la presión de contacto. Este es mayor con el contenido de agua del suelo y con el
número de pasadas. Esto último es importante, especialmente porque el área de laboreo es
utilizada varias veces en el año (Larson et al 1980. Como consecuencia, se incrementa la
resistencia a la penetración, la porosidad total disminuye, se incrementan los poros finos en
detrimento de los gruesos, y disminuyen la conductividad hidráulica, la permeabilidad al aire, la
actividad biótica, el potencial redox y la difusión de iones (Ellies et al, 1994; Schack-Kirchner,
1995). El suelo se deforma en los puntos débiles de la matriz y se promueve un incremento de
las tensiones internas que terminan en la formación de zonas de falla. Por consiguiente, la
resistencia en la zona de falla es igual a la energía requerida para crear una nueva unidad de
superficie de área o una grieta. Por esto, la estabilidad de un suelo esta relacionada a la
distribución en el suelo de las zonas de falla. En principio, la estructura del suelo será estable si
las tensiones aplicadas son menores que la resistencia en la zona de falla (Horn, 2002).
Los Andisoles de la zona Sur de Chile poseen una alta capacidad de arraigamiento, bajos valores
de densidad aparente, alta estabilidad de agregados y alta porosidad. Al ser estos sometidos a
altas cargas, su sistema poroso colapsa, incrementándose la firmeza del suelo, lo que se refleja
en bajos rendimientos agrícolas y problemas en el establecimiento de plantaciones forestales de
segunda rotación. (Ellies et al, 1996).

MATERIALES Y MÉTODOS

Se utilizaron tres suelos: un Andeptic Palehumult, Serie Cudico; un Udivitrand y un Typic


Hapludand, en los cuales se midieron las tensiones generadas por la maquinaria.
Para medir la transmisión de tensiones en el suelo se utilizaron celdas transductoras. Cada
celda fue conectada a un compilador Datalogger MECOMP 80 Mec 32. Para ejercer las
presiones sobre el suelo se utilizaron tractores agrícolas de uso común en agricultura. El peso y
la presión de contacto ejercida por una rueda trasera se presentan en el Cuadro 1. En cada uno
3
de los sitios seleccionados se hizo una calicata de aproximadamente 2 m . Las celdas se
introdujeron horizontalmente a 0,7 m dentro del perfil, en una de las paredes de la calicata, por
capas de 15 cm, hasta 60 cm de profundidad. El tractor se hizo pasar hasta 16 veces por encima
de la línea de los sensores con el objetivo de ver como varía la transmisión de tensiones al
aumentar la frecuencia del tráfico del tractor. Se midió, la 1ra, 2da, 4ta, 8va y 16va pasada, a la
mínima velocidad desarrollada por esta maquinaria. En cada experiencia se determinó el área de
carga en la interfase suelo - rueda. En una superficie limpia de terreno se midió el ancho y largo
de la huella dejada por la rueda, se midió la profundidad efectiva de cada celda y la distancia
horizontal entre ellas. En el perfil transitado y no transitado, se extrajeron muestras cilíndricas de
suelo no alteradas para determinar sus propiedades físicas y mecánicas. La profundidad de
extracción corresponde a la localización de los sensores.

39
RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Contenido de humedad.
Los suelos presentaron el contenido de humedad, en las épocas evaluadas, que se muestra en la
figura 1, el cual determina la resistencia mecánica del suelo al paso de maquinaria u otro tipo de
carga, y permite realizar un diagnóstico cualitativo del suelo a partir de su capacidad de retención
de humedad. El contenido de humedad volumétrico no siempre es un buen indicador de la
condición hídrica del suelo, ya que las tensiones a que está retenida el agua del suelo dependerá
de las características físicas y mecánicas de los mismos.

80 5
70
4
60

Humedad (pF)
Humedad (Bv)

50 3
40
30 2

20
1
10
0 0
0 – 15 15 – 30 0 – 15 15 – 30 0 – 15 15 – 30 0 – 15 15 – 30 0 – 15 15 – 30 0 – 15 15 – 30

Invierno Verano Invierno Verano Invierno Verano

Palehumult Hapludand Udivitrand

Humedad (Bv) Humedad (pF)

Figura 1. Contenido de humedad volumétrica y en tensión de columna de agua (pF).

Presiones medias de contacto σ0 .


En el cuadro 1, se pueden observar las diferencias entre las presiones medias de contacto en los
distintos suelos estudiados. Al aplicar una carga sobre un suelo, el valor de σ0 varía según el
contenido de humedad, si el suelo presenta una mayor resistencia, su deformación es menor, el
neumático es soportado por una menor superficie de contacto y por lo tanto la presión media de
contacto es mayor por unidad de superficie. Esta diferencia en la presión de contacto tiene
directa relación con la profundización de las tensiones en el suelo y está determinada en gran
medida por la tensión mátrica a la que están sometidos los suelos.

Cuadro 1. Análisis textural de suelos analizados y presión media de contacto.

Propiedad Unidad Época Udivitrand Hapludand Palehumult


(Sta. Elvira (Río Bueno) (La Unión)
Presión media de contacto
(σ 0) rueda trasera tractor kPa Invierno 45.78 46.65 53.81
agrícola.
Verano 48.79 52.39 65.51

Arena % 45 15 6

Limo % 38 48 26

Arcilla % 17 37 68

Materia Orgánica % 16.3 12.2 5.5


-3
Densidad aparente Mg.m 0.59 0.62 1.16

El Udivitrand, que esta formado por cenizas volcánicas recientes (Cuadro 1), las presiones de
contacto no presentan una diferencia importante al variar la tensión del suelo, este suelo por
presentar un mayor porcentaje de partículas gruesas, se comporta como un suelo arenoso, es
decir las variaciones de tensión matricial no son estables y dependen directamente de las
condiciones climáticas del lugar, una pequeña lluvia disminuirá la tensión de humedad, pero esta
tensión para estos suelos no es relevante, ya que por poseer poros de gran tamaño, existe una
pequeña cantidad de meniscos de agua, por lo que la estabilidad mecánica esta mas bien dada
por la cantidad de puntos de contacto entre las partículas y la forma de estas. El Hapludand,

40
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

derivado también de cenizas volcánicas pero con mayor contenido de arcilla, tiene partículas de
formas aristadas, las que se encajan unas con otras, presentando un alto numero de puntos de
contacto, lo que le confiere una alta resistencia mecánica, especialmente con bajos contenidos
de humedad, que es cuando el suelo se encuentra con agua retenida a menores valores de
tensión mátrica, esto unido al hecho de presentar una alta porosidad total, provoca que esta agua
actúe como lubricante entre las partículas de suelo, provocando deslizamientos sobre ellas y una
mayor deformación del suelo, con lo que la rueda del neumático se sustenta sobre un área mayor
haciendo disminuir el valor de la presión media de contacto. El Palehumult es un suelo que
presenta una baja estabilidad al agua, en estado saturado de modo que en invierno la
deformación es mayor que bajo condiciones de menor humedad. Bajo las condiciones estivales
las arcillas se mantienen unidas entre sí por la fuerza del menisco de agua que queda entre ellas,
lo que explica que el suelo oponga una mayor resistencia a la carga aplicada en superficie, de lo
que se obtiene mayores valores para σ0.

En la figura 2 se observa la mayor porosidad total y de agua útil para el Hapludand y una leve
disminución de la porosidad total y de los poros de agua útil, este efecto es mas notorio para la
época de invierno, además esta es una característica de suelo altamente variable por efectos
antrópicos, por el laboreo de suelos bajo ciertas condiciones de suelo y el estado de saturación
de estos por lo que se considera solo en términos cualitativos.
En el Udivitrand, que presenta una gran porosidad gruesa, lo que explica su comportamiento
hídrico, este suelo al ser traficado disminuye en forma leve su porosidad total e incluso se genera
un aumento de la fracción de poros de agua útil (figura 1), esto esta dado por un asentamiento de
este suelo al ser traficado. El Palehumult presenta los menores valores de porosidad total y una
disminución en los valores de porosidad total, en magnitudes mayores para el caso del estado
más húmedo que en el estado mas seco, aunque hay un aumento de la porosidad de agua útil en
la primera capa en verano bajo tránsito, la que se origina por la fuerte contracción en estos
suelos al secarse, con la consiguiente formación de micro grietas y por tanto un efecto aparente
de aumento de la porosidad. En el Hapludand el volumen poroso disminuye significativamente
hasta los 15 cm. de la misma forma que en los suelos analizados anteriormente, el asentamiento
del suelo va acompañado de una redistribución de los poros, disminuyendo significativamente los
poros gruesos hasta los 30 cm. Los poros finos aumentan hasta los 40 cm.

100

PT: Porosidad total.


75
PAU: Poros de agua
PT st % útil.
50 st: Sin Tránsito.
PT ct %
ct: Con Tránsito.
25 PAU st %

PAU ct %
0
Invierno Verano Invierno Verano Invierno Verano

Palehumult Hapludand Udivitrand

Figura 2. Variación de la porosidad por efecto del tráfico.

Análisis cualitativo de la porosidad.


Este análisis cualitativo puede ser hecho a partir de la conductividad hidráulica de los suelos
(Figura 3), que depende directamente de la porosidad o más exactamente de la geometría y de la
continuidad del sistema poroso, que a su vez depende de su estabilidad, duración en el tiempo
de la carga externa y de la estabilidad mecánica del suelo.
En el Udivitrand en estado saturado esta pérdida de tipo cualitativa en la porosidad se debe al
efecto del patinaje y por ende batido del suelo bajo las ruedas en sus primeros centímetros, y en
estado seco por la pulverización de las partículas superficiales de suelo lo que provocaría un
“sellado” en su superficie, así además se explica por que aunque hay una disminución mayor
tanto en porosidad total como en la fracción de porosidad útil en la época de verano (Figura 2), y
por otra parte la conductividad hidráulica es mayor en verano que en invierno bajo tránsito. En el
Udivitrand la disminución en la conductividad hidráulica es generada por una disminución en el

41
porcentaje de poros de drenaje rápido, este valor es menor en el estado mas seco a pesar de la
formación de las grietas antes mencionada, porque no existe una adecuada continuidad en el
sistema poroso, y ya que el suelo presenta una mayor capacidad de soporte, la reducción en los
valores de conductividad hidráulica es proporcionalmente menor que la reducción en los valores
en el estado mas húmedo, lo que acusa un efecto negativo del tránsito cuando este se realiza
con un mayor contenido de humedad, incluso cuando este no llega a saturar el suelo. La
conductividad hidráulica disminuye en un 13%, 81%, y 13% hacia las capas más profundas, este
suelo merece una especial atención, ya que por tratarse de suelos arcillosos, altamente
inestables al agua, su sistema poroso colapsa con el incremento del agua en su interior, y esto
provoca esta disminución en los valores de conductividad hidráulica. Llama la atención la
disminución en la segunda capa, lo que revela la formación de un piso de arado, y su efecto
negativo sobre el suelo. En el Hapludand se observó una reducción de un 73% en el valor de K,
en la primera capa, lo que afecta a la conservación del suelo, puesto que si el agua no puede
infiltrar se acumulará en la superficie produciendo escurrimiento con la consiguiente erosión. En
las capas inferiores la disminución alcanzó un 45.7 y 12,5% respectivamente, lo que indica que
los efectos de las presiones se atenúan en las capas más profundas, ya que el suelo presenta
mayor resistencia mecánica; sin embargo, esta reducción modifica las relaciones hídricas en el
suelo, y puede tener efecto sobre los potenciales hidráulicos e incluso, generar flujos
preferenciales.
Hay un efecto sobre la cantidad de agua que el suelo esta capacitado para entregar a las plantas
a través de la porosidad de agua útil, una vez mas el efecto debería ser mas negativo en el
Palehumult, por su bajo porcentaje de poros de agua útil.

8 100
1,4
7 90
Reducción ( % )

80
6
70
K (m/día)

5 K st (m/día)
60
4 50 K ct (m/día)
23,0 40
3
73,5 54,3 30 Reducción ( % )
2 28,1
61,4 54,1 20
1 30,8
18,2 78,9 10
0 0
0 – 15 15 – 0 – 15 15 – 0 – 15 15 – 0 – 15 15 – 0 – 15 15 –
30 30 30 30 30
Invierno Verano Invierno Verano Invierno
Palehumult Hapludand Udivitrand

Figura 3. Conductividad Hidráulica en fase saturada, y su variación por efecto del tránsito.

Isolíneas de tensión y propiedades mecánicas de suelo.


Un efecto muy importante es determinar hasta donde las presiones generadas en la superficie
son transmitidas en las capas más profundas a través del sistema trifásico del suelo, y hasta
donde alcanzan los efectos sobre la calidad estructural del suelo. Para esto se analizaron las
líneas de tensión y cómo se mueven en el perfil analizado. Para todos los gráficos analizados en
la figura 4, la cual muestra la formación de líneas equipotenciales de presión, el eje y
corresponde a la profundidad, z (cm) en función del radio mayor de la elipse de contacto, a (cm);
el eje x (cm) corresponde a la posición horizontal desde el centro de carga en función de a (cm);
y σ0 es la presión media de contacto. En suelos saturados la transmisión de las presiones
producida con una carga es isotrópica debido a presiones neutrales, es decir agua libre del suelo
que soporta parte de la carga. En estos casos la distribución espacial de las tensiones. Pero una
vez desplazado el agua debido a una gradiente hídrica, la distribución de las tensiones es
anisotrópica porque la propagación de las tensiones se efectúa por los puntos de contacto entre
los sólidos y como se mencionó anteriormente la estabilidad mecánica en los Andisoles se asocia
al grado de encaje de las unidades estructurales.
Las partículas primarias y secundarias de estos suelos son rugosas y aristadas como el vidrio
volcánico. Asimismo la distribución espacial de las partículas por forma y tamaño es
heterogénea, de modo que este altera el número de puntos de contacto entre sólidos. Por estos
puntos se produce la propagación de las tensiones en el suelo.

42
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Durante el invierno, cuando el Hapludand está parcialmente saturado, las isobaras de tensión
profundizan más que en las otras estaciones. Las líneas tienden a concentrarse alrededor de un
eje vertical, mientras que en el verano, las tensiones se disipan sobre un eje horizontal y la
penetración es menor. En la superficie se generan altas presiones pero el suelo tiene mayor
estabilidad mecánica que en el invierno (Cuadro 2), y no se transmiten en las capas más
profundas En la primera capa, que presenta un alto contenido de humedad, aumenta la interfase
suelo-rueda, la presión es soportada por un mayor volumen de suelo, las presiones serán altas y
las líneas tiendan a concentrarse en el eje vertical y profundizar más.

Cuadro 2. Características físico mecánicas de los suelos estudiados.

Suelo Época Profundidad Capacidad Ángulo de Cohesión


(cm) soporte (kPa) fricción (kPa)
Palehumult Invierno 0 – 15 71.25 46.04 16.90
15 – 30 115.40 26.37 39.67
Verano 0 – 15 140.0 71.23 62.64
15 – 30 124.0 68.80 57.61

Hapludand Invierno 0 – 15 76.9 35.8 29.9


15 – 30 86.5 37 26.6
Verano 0 – 15 96.1 45.4 37.2
15 – 30 140.9 42.1 26.5

Udivitrand Invierno 0 – 15 86.3 48.7 7.1


15 – 30 92.0 50.2 9.1
Verano 0 – 15 84.0 46.2 9.5
15 – 30 118.3 50.4 14.8

En la segunda capa, se observa un cambio en la dirección de las isobaras, hacia el eje


horizontal. La profundización de la isobara de 0.8 σ0 (37.31 kPa) llega hasta 1.25 z/a (40.26 cm).
Una clara orientación alrededor de un eje horizontal se observa en la tercera capa, debido a que
la presión aplicada es menor a la capacidad de soporte en esta profundidad (92.3 kPa). En las
capas 1 y 2, las capacidades de soporte son superadas por la carga efectiva, debido a las
presiones generadas en la superficie. A estas propiedades se suma además, la estabilidad dada
por el sistema radical extenso, puesto que una alta intensidad de arraigamiento permite el amarre
de las unidades estructurales del suelo.
Para la experiencia en el Palehumult (Figura 4), cuando el suelo está parcialmente saturado
hasta los 40 cm, la isolíneas de tensión tienden a concentrarse alrededor de un eje vertical, pero
llama la atención la orientación horizontal de las tensiones en la segunda capa (E2). La forma
de la curva coincide con la obtenida por Castro (1996), para un suelo Palehumult de la Serie
Collipulli, compactado en invierno. Un antecedente para comparar con el resto de las estaciones
es que la isobara de 0,8 σ0 (43,04 kPa) llega a una profundidad de 1,25 z/a (36,25 cm). Las
diferencias en la distribución de las isolíneas de tensión en el perfil se deben a los cambios en
la capacidad de soporte del suelo y la cohesión interna (Cuadro 2). La primera capa (E1), tiene
una capacidad de soporte inferior a la presión ejercida por el tractor, lo que provocó un
asentamiento o ahuellamiento. La segunda capa presenta una mayor resistencia mecánica, se
podría inferir la existencia o el comienzo de un piso de arado, ya que tiene un coeficiente de
preconsolidación de 115,4 kPa y una cohesión interna de 39,67 kPa. A raíz de esto se explica
una orientación horizontal de las tensiones. Por otra parte, como en la primera y segunda capa
el contenido de agua satura en parte a los poros de drenaje, lo que pudo haber influido en la
distribución de las tensiones, ya que como la conductividad hidráulica de este suelo es baja y el
agua no es compresible, sustenta parte de la carga, lo que produce una distribución hidrostática
de las tensiones.
En la condición de verano, cuando el suelo está seco se observa que las tensiones se agrupan
alrededor de un eje horizontal, y penetran hasta 0,7 x/a. En la superficie se presentan altas
presiones, que superan a los 130 kPa, pero como el suelo tiene una gran estabilidad mecánica,
estas no se transmiten en las capas más profundas.

43
Palehumult Invierno.
Palehumult Verano.
0.0 0.0

C.S. = 140 E1 C.S. = 71,25


-0.5 -0.5
E2 C.S. = 115,40
P rofun didad (z/a)

P rofundidad (z/a )
-1.0 -1.0
E3 C.S. = 97,50

-1.5 -1.5
E4 C.S. = 106,08

-2.0 -2.0

-2.5 -2.5
-2.0 -1.5 -1.0 -0.5 0.0 0.5 1.0 1.5 2.0 -2.0 -1.5 -1.0 -0.5 0.0 0.5 1.0 1.5 2.0
Posición horizontal respecto al centro de carga (x/a) Posición horizontal respecto al centro de carga (x/a)

Hapludand Verano Hapludand Invierno


0.0 0.0
E1 C.S.= 96.1 E1 C.S.= 73.1
E2
C.S.= 85.1 C.S.= 80.7

Profu ndida d (z/a)


-0.5 E2
Pr of un d id ad ( z/a)

-0.5

E3 E3
C.S.= 140.9 C.S.= 92.3
-1.0 -1.0
E4

-1.5 -1.5

-2.0 -2.0

-2.5 -2.5
-2.5 -2.0 -1.5 -1.0 -0.5 0.0 0.5 1.0 1.5 2.0 2.5 -2.5 -2.0 -1.5 -1.0 -0.5 0.0 0.5 1.0 1.5 2.0 2.5

Posición horizontal respecto al centro de carga (x/a) Posición horizontal respecto al centro de carga (x/a)

Isobaras representadas en unidades de presión de contacto


z: Profundidad
x: Distancia eje rueda (cm)
a: Semieje mayor elipse de contacto
C.S.: Capacidad de soporte (kPa)

Figura 4. Distribución de tensiones en el perfil de dos de los suelos analizados.

En esta condición, la isobara de 0,8 σ0 (52,41 kPa) llega sólo a una profundidad de 0,62 x/a
(16,74 cm), no se produce un ahuellamiento del suelo, como ocurre en condiciones de mayor
humedad, ya que la capacidad de soporte y cohesión interna del suelo es lo suficientemente alta
(140 kPa y 62,64 kPa, respectivamente), como para soportar las presiones ejercidas por el peso
del tractor.
En el Udivitrand (figura 1) la isobara de 0.80 σ0 (37 kPa) penetra hasta 1.15 z/a (36 cm) en el
suelo y a 0.66 z/a (21 cm) disipa la isobara de 2.4 σ0 (110 kPa). En el centro de la huella, a una
profundidad de 0.67 z/a (21cm) la tensión supera los 129 kPa. El ancho de huella a 0.67 z/a (21
cm) de profundidad donde la tensión es igual o superior a 0.4 σ0 (18 kPa) alcanza los 25 cm. En
la capa superficial las isobaras de tensión se orientan sobre un eje vertical, debido a la menor
capacidad de soporte del suelo, respecto a la carga aplicada, lo que significa un asentamiento del
suelo hasta los 19 cm; en cambio en la segunda capa (19 - 27cm) las isobaras se distribuyen
sobre un eje más horizontal. El cambio en la orientación de las isolíneas de tensión coincide con
el incremento en la capacidad de soporte del suelo. En la tercera capa (27 - 47 cm) se observa
una variación hacia la verticalidad de las isolíneas de tensión, coincidentemente con una
disminución en la capacidad de soporte. Las isobaras de tensión no penetran hasta la capa
cuatro (47 - 59 cm). A esta profundidad se encuentra una capa de gravilla y la capacidad de
soporte es cercana a los 142 kPa, suficiente para soportar la carga que esta disipada y por tanto
disminuida en las capas más profundas.

44
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

CONCLUSIONES

− El volumen total y la distribución por tamaño de poros se modificaron con el tráfico,


observándose una disminución de la macroporosidad e incremento de la porosidad fina. En
invierno se ve un aumento de los poros finos, en detrimento de los poros medios y gruesos. La
pérdida de porosidad gruesa se asocia con una menor aireación e infiltración del agua.
− La cohesión estructural aumenta en los sitios sometidos a tránsito en la primera capa en
invierno por el encaje entre las partículas estructurales.
− La conductividad hidráulica en fase saturada de un suelo que describe la funcionalidad de su
sistema poroso presentó una disminución de su monto en los sitios transitados.
− Los cambios anteriores son más críticos en el caso del Palehumult transitado en invierno.
− La pérdida de porosidad gruesa hace que baje el valor de conductividad hidráulica, y esto se
interpreta como una perdida en la calidad de los suelos.
− La distribución de las líneas de tensión, están directamente relacionadas con las condiciones
de humedad del momento en que se realizan, en función de las propiedades mecánicas y
características físicas de los suelos analizados, y de la carga aplicada, por lo tanto los efectos
negativos sobre la porosidad tienen un fuerte efecto antrópico.

REFERENCIAS

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th
characteristics. 16 World Congress of Soil Science, Montpellier, France.
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45
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Caracterización de la sequía meteorológica en Venezuela

Naghely Mendoza y Marelia Puche


Universidad Central de Venezuela. Facultad de Agronomía, Instituto y Departamento de Ingeniería Agrícola.
Av. El Limón, Maracay, Venezuela. mendozan@agr.ucv.ve, puchem@agr.ucv.ve

INTRODUCCIÓN
Venezuela posee grandes recursos hídricos, no obstante, se han construido 96 embalses para
satisfacer las demandas de agua porque el 80% de la población se ubica donde se dispone
apenas del 20 % de lesos recursos hídricos. Pese a este esfuerzo, en algunos años se han
tenido serios problemas con la disponibilidad de agua. Este desequilibrio entre la oferta y la
demanda se denomina sequía. Cuando el déficit de agua es producto de una disminución en las
lluvias comparada con el registro histórico se denomina sequía meteorológica. El término sequía
también admite otras acepciones. En función del espacio geográfico o de la actividad económica
afectada se habla así de sequía agrícola, hidrológica o socioeconómica (algunas veces reportada
como sequía social o urbana), en relación con las dificultades suscitadas en cada uno de estos
sectores por una menor disponibilidad de agua (Wilhite y Glantz 1985). Generalmente un evento
de sequía meteorológica, provoca una disminución en la oferta de agua superficial y
subsuperficial: caudal, niveles de lagos y embalses, agua subterránea y es esto lo que muchos
denominan sequía hidrológica (Dracup et al. 1980; Kleme 1987). La frecuencia y severidad de la
sequía hidrológica son usualmente definidas a escala de cuenca o cuerpo de agua. Aunque por
lo general las sequías se originan por una deficiencia de precipitación, a los hidrólogos lo que les
concierne es ¿cómo esta deficiencia afecta al sistema hidrológico?. Por otra parte en el ámbito
agrícola interesa cómo la disminución en la disponibilidad de agua, puede afectar los cultivos, se
considera sequía agrícola cuando la cantidad y distribución de las lluvias, los recursos hídricos
superficiales y subsuperficiales, las reservas de agua del suelo y las pérdidas por evaporación se
combinan de tal forma que el rendimiento de los cultivos y cría de animales disminuye
notablemente. Caracterizar la sequía debe comenzar por realizar estudios de la sequía
meteorológica.
En el presente trabajo exploratorio se caracteriza la sequía meteorológica en Venezuela
utilizando valores mensuales de precipitación para calcular el Índice de Precipitación
Estandarizada (SPI) y Deciles (ID), para ambos índices, se determinaron los umbrales de
precipitación correspondientes a una situación de sequía y la severidad de la misma sobre la
base de su cobertura espacial. Como un indicador del impacto de los índices sobre la
disponibilidad de agua, se relacionó el nivel del embalse Camatagua con el valor de los índices
de sequía de tres de las estaciones meteorológicas de más largo registro ubicadas en la cuenca
del Río Guárico.

Índices de sequía
Índice de Precipitación Estandarizada SPI
El SPI es un índice de cuánto se desvía la precipitación actual con respecto al promedio de largo
registro, para la escala de tiempo decidida. Para ello, los registros son ajustados a una
distribución de probabilidad gamma y luego se obtiene el valor que tendría la misma probabilidad
en una distribución normal de media cero y varianza uno, estos valores corresponden al SPI
(Edwards y Mckee 1997).
La distribución gamma es definida por su función de densidad de probabilidad
x

1
g( x) = α xα −1 e β
β Γ (α ) para χ >0 (1)
Donde: β: es el parámetro de escala; α: es el parámetro de forma; Γ(α): es la función gamma de
α, y x: es el valor de precipitación.
Los parámetros α y β: de la función de densidad de probabilidad son calculados para cada
estación, escala de interés y mes del año. Según Thom (1966) las soluciones de máxima
verosimilitud pueden ser utilizadas para estimar los parámetros α y β:
1  4A  (2)
α
ˆ =
 1+
4A  3 

47
x
βˆ = (3)
α
ˆ

A = ln(x ) − ∑ ln(x ) (4)


n
Donde: α̂ y β̂ son los estimados de los parámetros de forma y escala respectivamente; x: es el
valor de precipitación y x : es la media de la precipitación.
Los parámetros resultantes son usados luego para calcular la probabilidad de una lámina de
precipitación menor que un valor x para un período dado:
x x
1
G( x ) = ∫ g ( x )dx = ˆ ˆα ∫
ˆ
x αˆ − 1e − x β dx (5)
0 β Γ( α ) 0
ˆ
Frecuentemente en los datos de precipitación el valor es cero y ya que la función gamma no está
definida para x = 0, la probabilidad acumulada H(x) viene dada por:

H ( x) = q + (1 − q)G ( x) (6)
Donde: q: es la probabilidad de que x sea igual a cero.
Para una lámina x dada (1) la probabilidad acumulada obtenida de la distribución gamma (2) es
transformada a los valores equivalentes de una variable aleatoria normal estandarizada Z de
media cero y varianza uno (3), esta variable es el SPI (ver ejemplo en figura 1).
Ajuste Enero
1.2 1,2
Estimada Real
1 1

0.8 0,8
Prob. Acum

0.6 0,6

0.4 0,4

0.2 0,2

0 0
-4,0 -3,0 -2,0 -1,0 0,0 1,0 2,0 3,0 4,0
0
250 100 150 200
Prec
SPI
1
Figura 1. Ejemplo de transformación de una distribución gamma ajustada a una distribución normal
estandarizada

Cada uno de los valores del SPI se puede asignar a las categorías correspondiente definidas en
el cuadro 1.
Deciles
Este índice, desarrollado por Gibbs y Maher (1967), se basa en las medidas estadísticas
denominadas cuantiles. En general el valor de una serie climatológica que es menor que un
porcentaje f de los valores de la serie y mayor que un porcentaje (100-f) de dichos valores
constituye el cuantil f de la serie. El primer decil es la lámina de precipitación por debajo de la
cual se encuentran el 10% de los casos. El segundo decil es el valor de precipitación por debajo
del cual se encuentra el 20% y así sucesivamente hasta el décimo decil, por debajo del cual se
encuentra el 90% de los datos. Los deciles se encuentran agrupados en cinco clases que permite
determinar períodos secos y húmedos (Cuadro 1).
Cuadro 1. Clasificación de períodos de acuerdo al valor del SPI y los Deciles

SPI CLASE DECILES PORCENTAJE CLASIFICACIÓN


2+ Extremadamente húmedo

1.5 a 1.99 Muy húmedo 1-2 el 20% más bajo Muy por debajo de lo normal

1.0 a 1.49 Moderadamente húmedo 3-4 20% cerca del más bajo Por debajo de lo normal

-0.99 a 0.99 Cerca de lo normal 5-6 20% del medio Cerca de lo normal

-1 a -1.49 Moderadamente seco 7-8 20% cerca del más alto Por encima de lo normal

-1.5 a –1.99 Severamente seco 9-10 20% más alto Muy por encima de lo normal

-2 o menor Extremadamente seco

48
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

MATERIALES Y MÉTODOS

Para la caracterización de la sequía en Venezuela se utilizaron el Índices de Precipitación


Estandarizada (SPI) y Deciles (ID). La determinación de ambos índices sólo requiere de largos
registros de precipitación.
Los datos de precipitación se obtuvieron del Banco Nacional de Datos de la Dirección de
Hidrología y Meteorología del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales Renovables de
Venezuela.
Las estaciones seleccionadas corresponden a las utilizadas por Martelo (2002) en ese trabajo se
analizó la calidad de los datos de precipitación de 202 estaciones de largo registro en todo el
país, seleccionando finalmente, sobre la base de la cantidad de datos faltantes y englobados, 64
estaciones al Norte del Orinoco con un período común de registro de 49 años (1950-1999) y 18
estaciones al sur con período de registro de 30 años (1969-1998).
Se considera que este conjunto de 82 estaciones son adecuadas para caracterizar la sequía en
Venezuela, por su longitud de registros y porque permiten estudiar la variabilidad espacial de la
sequía dada su distribución en el territorio nacional.
El SPI fue calculado siguiendo el procedimiento desarrollado por Edwards y McKee (1997) con
un período de agrupación mensual. Los registros mensuales de precipitación fueron introducidos
en Microsoft EXCEL 2002, a partir de ellos se estimaron para cada mes los valores de α y β y
utilizando la función gamma se determinaron las probabilidades correspondientes a cada lámina.
A los valores se les aplicó una función normal inversa estandarizada para obtener el SPI. El
procedimiento se realizó para cada una de las 82 estaciones bajo estudio.
En cada estación y para todos los meses de los años de estudio se calcularon los umbrales de
lluvia asociados a cada categoría de sequía descrita por SPI
En el caso del ID se determinaron para cada mes los umbrales de precipitación correspondientes
a cada decil. Posteriormente, a cada registro de precipitación se le asignó el decil
correspondiente. Este procedimiento se realizó para todas las estaciones.
La cobertura espacial de la sequía fue analizada con ambos índices, contabilizando, para cada
mes de cada año bajo estudio, el porcentaje de estaciones que presentaban situaciones de
sequía (SPI = –1 y = –2, Decil 3-4 y Decil 1-2). Se realizaron gráficos de superficie de la
cobertura espacial para cada mes de cada año En aquellos meses con mayor porcentaje de
estaciones en una situación de sequía, se generaron mapas del SPI utilizando para ello el
paquete geoestadístico Surfer (Versión 6.04)
Como un indicador de la disponibilidad de agua se utilizó el nivel del embalse Camatagua
ubicado en la Cuenca del Río Guárico, analizándose la correspondencia entre el nivel medio del
embalse y el SPI de tres estaciones meteorológicas dentro de la cuenca del Río Guárico, a través
del coeficiente de correlación de Pearson.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Los umbrales de precipitación a partir de los cuales se considera un período de sequía


concuerdan con el patrón de precipitación del país, tanto para ID como para SPI, (Figuras 2 y 3).
Al igual que los montos promedio de precipitación, los umbrales de los índices de sequía van
aumentando de norte a sur Se observa que existen épocas del año y áreas del país en las que
es imposible monitorear la sequía con estos índices ya que los umbrales son cero. Por ejemplo,
en una zona árida como la Península de Paraguaná no se pueden utilizar los índices en ninguna
época del año mientras que en Villa del Rosario, Estado Zulia, no es posible monitorear la sequía
en los meses de Diciembre a Marzo.
La figura 4 muestra el porcentaje de estaciones que presentan SPI = –1 a lo largo del período de
registro. En ella se observa la ocurrencia de 4 eventos en los cuales se presentó sequía en más
del 50% de las estaciones bajo estudio, dichos años corresponden a 1962, 1974, 1983 y 1992.
En otros años ocurren eventos de sequía pero de menor extensión geográfica abarcando del 15
al 30 % de las estaciones.

49
Umbral Deciles Enero Umbral Deciles Marzo
Umbral Deciles Febrero UmbralDecilesJulio Umbral Deciles Agosto Umbral Deciles Septiembre

12.00 12.00
12.00 12.00 12.00 12.00

10.00
10.00
10.00
10.00 10.00 10.00
490mm
490 mm
440mm

390mm
8.00
8.00 8.00 8.00 8.00 8.00
340mm
440 mm
290mm

6.00 6.00 240mm


6.00 6.00 6.00 6.00

190mm
390 mm
140mm
4.00
4.00 4.00 4.00 4.00 4.00
90mm

2.00
2.00 2.00 2.00 2.00 2.00
40mm
340 mm

0.00
-74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.000.00
-74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00
0.00
-60.00-74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00
0.00
-74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00
0.00
-60.00-74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00
0.00
-60.00 -74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00
290 mm
Umbral Deciles Abril Umbral Deciles Mayo UmbralDecilesjunio UmbralDecilesOctubre Umbral Deciles Noviembre Umbral Deciles Diciembre

12.00 12.00
240 mm
12.00 12.00 12.00 12.00

10.00 10.00 10.00 10.00 10.00 10.00 190 mm


8.00 8.00 8.00 8.00 8.00
8.00
140 mm
6.00 6.00
6.00 6.00 6.00 6.00

90 mm
4.00 4.00
4.00 4.00 4.00
4.00

2.00 2.00
2.00 2.00 2.00
40 mm
2.00

0.00 0.00
-74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00 -74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.000.00 0.00 0.00
-74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00 -74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00-74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 0.00
-60.00
-74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00

Figura 2. Umbrales de precipitación correspondientes a” por debajo de lo normal” según deciles


UmbralSPIEnero Umbral SPI Febrero Umbral SPI Marzo Umbral SPI julio Umbral SPI Agosto Umbral SPI Septiembre

12.00 12.00 12.00 12.00 12.00 12.00

10.00 10.00 10.00


10.00 10.00 10.00

490 mm
8.00 8.00 8.00 8.00 8.00 8.00

6.00 6.00 6.00


440 mm
6.00 6.00 6.00

4.00 4.00 4.00


4.00 4.00 4.00
390 mm
2.00 2.00 2.00
2.00 2.00 2.00
340 mm
0.00 0.00 0.00
-74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00 -74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00 -74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00 0.00 0.00 0.00
-74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00 -74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00
-74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00
290 mm
Umbral SPI Noviembre Umbral SPI Diciembre
Umbral SPI Abril
Umbral SPI May Umbral SPI Junio UmbralSPIOctubre
240 mm
12.00 12.00
12.00 12.00 12.00
12.00

190 mm
10.00 10.00 10.00 10.00 10.00
10.00

8.00
8.00 8.00 8.00
8.00 8.00 140 mm

6.00 6.00 6.00 6.00


6.00 6.00
90 mm
4.00 4.00 4.00 4.00 4.00
4.00
40 mm
2.00 2.00 2.00 2.00 2.00 2.00

0.00 0.00
0.00 0.00 0.00 0.00
-74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00 -74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00 -74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00 -74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00 -74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00 -74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00

Figura 3. Umbrales de precipitación correspondientes sequía según SPI

dic
nov
oct
sep
ago
jul
jun
may
abr
mar
feb
ene
1950
1951
1952
1953
1954
1955
1956
1957
1958
1959
1960
1961
1962
1963
1964
1965
1966
1967
1968
1969
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998

0,00-15,00 15,00-30,00 30,00-45,00 45,00-60,00 60,00-75,00 75,00-90,00

Figura 4. Porcentaje de estaciones con SPI<-1

En la figura 5 se muestran los porcentajes de estaciones que presentan condición de sequía


extrema (SPI < –2). Destaca que para sequía extrema, no se presentan casos de gran extensión
espacial; sólo en el año 1974 se presenta un evento de sequía entre mayo y julio que abarca el
14% de las estaciones bajo estudio. Al igual que en el caso anterior existen eventos de sequía en
otros años como por ejemplo en 1997 pero estos involucran del 6 al 8 % de las estaciones.

Para ID el porcentaje de estaciones que presentan precipitación en el primer y segundo decil


(Figura 6) es mayor que para SPI, existiendo en la mayoría de los años sequías que abarcan al
menos un 30 % del territorio nacional.

dic
nov
oct
sep
ago
jul
jun
may
abr
mar
feb
ene
1950
1951
1952
1953
1954
1955
1956
1957
1958
1959
1960
1961
1962
1963
1964
1965
1966
1967
1968
1969
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998

0,00-2,00 2,00-4,00 4,00-6,00 6,00-8,00 8,00-10,00 10,00-12,00 12,00-14,00

Figura 5. Porcentaje de estaciones con SPI<-2

50
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

En la figura 7 se puede observar que los eventos de sequía correspondientes a “debajo de lo


normal” abarcan poca área del territorio nacional lo que según el ID indica que la sequías severas
tienden a ser de gran extensión espacial.
dic
nov
oct
sep
ago
jul
jun
may
abr
mar
feb
ene
1950
1951
1952
1953
1954
1955
1956
1957
1958
1959
1960
1961
1962
1963
1964
1965
1966
1967
1968
1969
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
0,00-15,00 15,00-30,00 30,00-45,00 45,00-60,00 60,00-75,00 75,00-90,00

Figura 6. Porcentaje del total de estaciones con lluvias clasificadas en el primero y segundo decil

dic
nov
oct
sep
ago
b jul
jun
may
abr
mar
feb
ene
1950
1951
1952
1953
1954
1955
1956
1957
1958
1959
1960
1961
1962
1963
1964
1965
1966
1967
1968
1969
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
0,00-15,00 15,00-30,00 30,00-45,00 45,00-60,00 60,00-75,00 75,00-90,00

Figura 7. Porcentaje del total estaciones con lluvias clasificadas en el tercero y cuarto decil

El análisis espacial de la sequía muestra que con ambos índices, el año con eventos de sequía
más extendida y más severa es el año 1974 (SPI = –2 en un 14 % de las estaciones y
precipitaciones en el decil 1-2 en un 85% de las estaciones). La figura 8 muestra el valor del
índice SPI entre los meses de abril y agosto de 1974 pudiéndose observar que el evento de
sequía de gran extensión espacial, sólo abarcó los meses de mayo y junio de 1974, para el resto
de los meses se presentó un valor de SPI en la clasificación “cerca de lo normal” en casi todo el
país. SPI Mes Abril 1974 SPI Mes May 1974 SPI Mes Junio 1974

12.00 12.00 12.00

3.6 3.6 3.6


10.00 10.00 10.00
2.0 2.0 2.0

8.00 1.5 8.00 1.5 8.00 1.5

1.0 1.0 1.0


6.00 6.00 6.00
-1.0 -1.0 -1.0

-1.5 -1.5 -1.5


4.00 4.00 4.00

-2.0 -2.0 -2.0

2.00 -3.5 2.00 2.00 -3.5


-3.5

0.00 0.00
-74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00 0.00
-74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00 -74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00

SPI Mes Julio 1974 SPI Mes Agosto 1974

12.00 12.00

3.6 3.6
10.00 10.00

2.0 2.0

8.00 1.5 8.00 1.5

1.0 1.0

6.00 6.00
-1.0 -1.0

-1.5 -1.5
4.00 4.00

-2.0 -2.0

2.00 2.00 -3.5


-3.5

0.00 0.00
-74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00 -74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00

Figura 8. Índice SPI año 1974.

Se obtuvieron bajos coeficientes de correlación entre el nivel del Embalse Camatagua y el SPI de
las estaciones (cuadro 2). La mayor correlación (0.3403) se obtuvo con el SPI de la estación
Camatagua y el nivel del embalse tres meses después. Dado lo bajo del coeficiente de
correlación para datos mensuales de precipitación se plantea la necesidad de realizar un estudio
similar pero con períodos de agrupación más largos (trimestrales, semestrales etc.)

51
Cuadro 2. Coeficientes de correlación entre el nivel del embalse y el SPI para diferentes tiempos de retardo

SPI

Tiempo de
Retardo Camatagua San
(Meses) San Sebastián
Juan

0 0,167 0,282 0,357

3 0,233 0,340 0,245

6 0,206 0,298 0,024

9 - 0,058 0,145 -0,027

1 - 0,017 0,040 0,133

CONCLUSIONES

- La caracterización de la sequía a través de estos índices permite diferenciar zonas y épocas en


las que la magnitud de los impactos asociados a los eventos de sequía podría ser mayor, por
ejemplo la época lluviosa en zonas con agricultura de secano.
- Existen diferencias en cuanto a la cobertura espacial de la sequía calculada por los diferentes
índices, el ID reporta más eventos de sequía en mayor área del territorio nacional, señalando
que cuando hay eventos de sequía éstos son extensos mientras que el SPI refleja que los
eventos de sequía extrema son de poca extensión 14% y poca duración siendo un índices más
restrictivo pero ambos índices reportan la sequía del año 1974.
- El estudio de los eventos de sequía determinó que en Venezuela estos eventos han sido más
puntuales que generalizados, salvo en junio de 1974, en el cual ocurrió un evento que abarcó
casi todo el oriente del país.
- Uno de los problemas a abordar, luego de esta etapa de caracterización, es la evaluación de
los impactos asociados a los eventos de sequía detectados y encontrar relaciones entre éstos.

REFERENCIAS

Dracup J. A.; Lee K. S.; Paulson E. G., Jr. 1980. On the Definition of Droughts. Water
Resources Research (USA) 16 (2):297-302p.
Edwards D. C.; T. B. McKee. 1997. Characteristics of 20th Century drought in the United States
at multiple time scales. Climatology Report Number 97-2, Colorado State University, Fort
Collins, Colorado.
Gibbs W. J.; J. V. Maher. 1967. Rainfall deciles as drought indicators. Bureau of Meteorology
Bulletin, No. 48, Commonwealth of Australia, Melbourne.
Kleme V. 1987. Drought prediction: A hydrological perspective, in Wilhite, D. and Easterling W.,
Planning for drought: Toward a Reduction of Societal Vulnerability, Boulder, Colo.: Westview
Press, pp 81-94.
Martelo, M. T. 2002. Influencia de las variables macroclimàticas en el clima de Venezuela.
Trabajo de Ascenso. Facultad de Agronomía, Universidad Central de Venezuela. Maracay,
Venezuela.
McKee T. B.; N. J. Doesken; J. Kleist. 1993. The relationship of drought frequency and duration
to time scales. Preprints, 8th Conference on Applied Climatology, 17-22 January, Anaheim,
CA, pp. 179-184.
Wilhite D. A.; M. H. Glantz. 1985. Understanding the drought phenomenon: the role of
definitions. Water International, 10(3):111-120.

52
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Estudio de la variabilidad temporal y espacial de las lluvias


anuales de la Depresión de Carora, estado Lara, Venezuela

Valentina Toledo Bruzual1 y Diana Hernández-Szczurek2


1
Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Instituto Pedagógico de Caracas, Departamento de
Geografía e Historia. y Biología y Química. Caracas, Venezuela. gtoledo@cantv.net
2
Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Instituto Pedagógico de Caracas, Departamento de
Biología y Química. Caracas, Venezuela. dhernandez@ipc.upel.edu.ve

INTRODUCCIÓN

La precipitación, al igual que otras variables climáticas, puede considerarse como un proceso
espacio-temporal ya que exhibe aspectos aleatorios tanto en el tiempo como en el espacio y cuya
estructura de variabilidad pueden explorarse mediante técnicas estadísticas apropiadas (Pradere,
1999). En las variables climáticas es común observar que los mecanismos de variación operan a
diferentes escalas espaciales y temporales (Sánchez, 1999). Uno de los principales factores a
considerar en este problema es la evolución de la precipitación y el posible impacto que la
variabilidad climática tenga sobre la misma (Capó et al., 1999). Por tanto, la variabilidad
constituye un parámetro descriptivo de las series de observación, al mismo nivel que los
parámetros de tendencia central (Galán et al., 1999), donde las series de datos de precipitación
son periódicas y estadísticamente independientes (Fernández y Montt, 2001).
El comportamiento temporal de la variabilidad puede tener implicaciones socio-económicas para
muchas zonas pobladas del mundo que se encuentran en regiones semiáridas, donde el déficit
de agua y la sequía prolongada obliga a un manejo inadecuado de los recursos por parte de los
pobladores de la zona. Entre las causas que podrían acentuar los efectos de la sequía se
encuentran: el deterioro progresivo del suelo, representado básicamente por la reducción de la
cobertura vegetal y la intensa explotación de los recursos naturales.
En la Depresión de Carora, municipio Torres, estado Lara, Venezuela, las precipitaciones son
erráticas y una evaporación bastante alta, lo que causa un desbalance hídrico marcado durante
todo el año. El objetivo de este trabajo es analizar la distribución de la precipitación y verificar la
periodicidad o ciclos estadísticamente significativos con registros cronológicos de precipitaciones
anuales y mensuales, en el lapso 1965-1996 a través de series temporales.

MATERIALES Y MÉTODOS

Descripción del área de estudio: El sector de estudio es conocido como "La Otra Banda"; se
encuentra ubicado a 10º 02' /10º 28' N y a 70º 00' / 70º 29' 42" O. Limita por el norte: con las
divisorias de aguas de la Serranía de Baragua (flanco sur); oeste y sur: márgenes izquierdas de
los ríos Diquiva y Morere; este: Quebrada La Tetona, abarcando aproximadamente unos 1.825
2
km . Las alturas de la región son variables; en las cumbres de la Serranía de Baragua 1.250
m.s.n.m. (Cerro Valla); 560 m.s.n.m. en el piedemonte y 400 m.s.n.m. en las márgenes del Río
Morere cerca de Aregue. Las formaciones vegetales predominantes en La Otra Banda son las de
bosque espinoso premontano en la parte montañosa y bosque espinoso tropical en la
depresional, ambas formaciones vegetales en transición con el bosque muy seco tropical. Este
tipo de vegetación ofrece poca o ninguna protección contra los impactos de las gotas de lluvia,
por lo que generalmente se forman costras en el suelo lo que dificulta la infiltración, favorece el
escurrimiento superficial y por ende la erosión hídrica, la cual en la parte media y baja de La Otra
Banda reviste características catastróficas. Se observan paisajes de Badlands (tierras malas) y
erosión completa de los horizontes superficiales, en este último caso, la compactación del suelo,
la poca aireación, la cantidad de sales presentes en solución, condicionan un ambiente donde el
suelo prácticamente se presenta desnudo. La precipitación media anual en Carora, es de 707
mm, si se compara con otras localidades venezolanas tales como, Calabozo o Barinas, las
cuales presentan montos anuales de 1.254 mm y 1.624 mm, respectivamente, se observa que
los montos anuales de precipitación en el sector de estudio son bajos, caracterizado por tener un
clima que de acuerdo con la clasificación climática de Thornthwaite es un DdA´ a´, semiárido con
poco o ningún exceso de agua megatérmico o cálido. Los montos bajos de precipitación (707

53
mm/año) unida a los altos valores de temperatura (28ºC) y evaporación de (2000 mm/año)
determina en la zona una marcada característica de semiaridez. (Toledo, 1997).
Las series de precipitaciones mensuales y anuales correspondientes a las cuatro estaciones
pluviométricas ubicadas en la Depresión de Carora, aparecen en el cuadro 1. El período de
observación analizado fue de 32 años, (1965-1996).

Cuadro 1. Situación geográfica de las estaciones de estudio

Estaciones Longitud (ºW) Latitud (ºN) Altitud (m)


Pluviométricas

Los Pedernales 70º 11’ 53” 10º 25’ 44” 645


Altagracia 70º 12’ 14” 10º 20’ 56” 479
Burere 70º 14’ 39” 10º 06’ 22” 430
Carora-Granja 70º 04’ 55” 10º 09’ 46” 413

La metodología propuesta se inserta dentro de los procedimientos estadísticos propios del


análisis de series temporales, el cual comprende cuatro fases de estudio sugeridos para ésta
investigación: A) Homogeneidad de las series: se realizó mediante la aplicación de test del
cúmulo de doble masa y cálculos de sus estadísticos básicos; B) Evolución secular de la
precipitación 1965-1996: consistió en la tipificación de los valores anuales de precipitación y, a
partir de los mismos, el cálculo de medias móviles centradas en dos años, así como el de la recta
de tendencia, calculada con el número mínimo de cuadrados, a fin de resaltar la alternancia de
períodos en los que la precipitación ha sido relativamente alta, con otros en lo que ha sucedido
todo lo contrario. C) Periodicidad: permitió verificar la existencia o no de algún componente
cíclico en las series, es decir, una posible estructura temporal en la tendencia de la precipitación,
a través de la Función de Autocorrelación (ACF).

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

A medida que se desciende de la línea de partición de agua hacia el piedemonte dirección


noreste-sureste, las precipitaciones disminuyen, dado el aumento del número de años con totales
inferiores a 500 mm, y la disminución de años con totales superiores a 900 mm (Toledo,1997).
Este descenso en el gradiente de precipitación va acompañado de la altitud (Cuadro 2).

Cuadro 2. Orientación Noreste Sureste

Estaciones Precipitación (mm) Altitud (m)


Los Pedernales 747.0 645
Altagracia 636.2 479
Burere 712.1 430
Carora Granja 574.7 413

El año pluviométrico comienza frecuentemente en diciembre, con la primera estación seca que se
extiende hasta marzo o abril; los valores medios están comprendidos entre 80 y 140 mm.,
representando un 11% en Pedernales a 24% en Carora Granja. Después de abril o mayo,
comienza la primera estación lluviosa. Se observa, un descenso de la amplitud de la oscilación
entre 10 a 12% con valores medios entre 60 a 77 mm en Carora Granja y Altagracia
respectivamente. A partir de junio hasta agosto, se ubica la segunda estación seca, con una
amplitud de oscilación es descenso similar a la primera, siendo los valores medios algo
diferentes. La segunda estación lluviosa, desde septiembre hasta noviembre, presenta una
amplitud de oscilación entre 48 a 62% del total del año pluviométrico, con valores medios entre
339 a 462 mm para Burere y Pedernales, respectivamente, lo que representa el aporte de lluvia
considerable para la zona.

54
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

El régimen pluviométrico en el sector de estudio comprende dos estaciones secas y dos


lluviosas. La primera estación seca va desde diciembre a marzo o a abril; la primera estación
lluviosa de abril a mayo o mayo sólo; la segunda estación seca entre junio a julio o hasta agosto
y la segunda estación lluviosa y la más importante se inicia en agosto hasta septiembre o hasta
noviembre para todos los casos (Figura 1).
La distribución espacial de las precipitaciones en la Depresión de Carora responde
fundamentalmente a la altitud de las estaciones. Los meses al final de año son los de mayor
precipitación, producto del reforzamiento del flujo alisio (Goldbrunner, 1984). La entrada del
período lluvioso, responde a la migración gradual de la zona de convergencia intertropical (ZCIT)
hacia el norte; sin embargo, la salida del período lluvioso, no obedece a este mecanismo,
contradiciendo lo señalado por Goldbrunner (1984) según Velásquez (2003). Así mismo,
Velásquez (2003) señala que esta zona muestra un período lluvioso poco definido, debido a la
predominancia de bajas precipitaciones. El efecto friccionar, parece ser un mecanismo que inhibe
la precipitación (Figura 1).

120
200
180 100
160
140 80
120
100 60
80
40
60
40 20
20
0 0
En Feb Mar Abr My Jn Jl Ag Sep Oct Nov Dic En FebMar Abr My Jn Jl Ag SepOctNov Dic
Los Pedernales Carora Granja
160 160

140 140

120 120

100 100
80 80
60 60
40 40
20 20
0 0
En Feb Mar Abr My Jn Jl Ag Sep Oct Nov Dic En FebMar Abr My Jn Jl Ag SepOctNov Dic
Altagracia Burere

Figura 1. Distribución mensual de la precipitación. Período 1965-1996

La curva de las medias móviles (Figura 2), registran valores más bajos entre los años 1975-78 y
1982-85, con un descenso constante a finales de los años noventa en forma mantenida. Aún
cuando la recta de tendencia carece de significación estadística, muestra una pendiente
descendente en todos los casos.

55
Precipitación anual 1500
(mm) y = -4.9892x + 830.19
1000
500
0
1

10

13

16

19

22

25

28

31
Años
Los Pedernales
Precipitación anual

1500
y = -10.76x + 890.06
(mm)

1000

500

0
1

10

13

16

19

22

25

28

31
Años
Burere
Precipitación anual

1200
y = -5.6213x + 729.73
1000
800
(mm)

600
400
200
0
1 3 5 7 9 11 13 15 17 19 21 23 25 27 29 31
Altagracia Años
Precipitación anual

1500
y = -18,443x + 879,61
(mm)

1000

500
0
1

10

13

16

19

22

25

28

31

Años
Carora Granja

Figura 2. Evolución de las precipitaciones anuales

56
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Los autocorrelogramas (Figura 3) denotan una estructura temporal, es decir, se observa la


existencia de un comportamiento periódico de valores máximos de orden (1º, 6º, 11º, 12º, 13º) y
mínimos (3º, 4º, 8º, 9º, 15º, 16º) expresado en las barras de lo coeficientes calculados, las
cuales sobrepasan los límites de confianza del 95% para todos los casos , es decir, ciclos
estadísticamente significativos.

Los Pedernales Burere


1,0 1,0

,5 ,5
Coeficientes

Coeficientes
0,0 0,0

-,5 -,5
Límites de confianza Límites de confianza

-1,0 Coeficiente -1,0 Coeficiente


1 3 5 7 9 11 13 15 1 3 5 7 9 11 13 15
2 4 6 8 10 12 14 16 2 4 6 8 10 12 14 16

Nº de retardos Nº de retardos

Altagracia
1,0
Carora Granja
1,0

,5
,5
Coeficientes

Coeficientes

0,0
0,0

-,5
Límites de confianza -,5
Límites de confianza

-1,0 Coeficiente
-1,0 Coeficiente
1 3 5 7 9 11 13 15
1 3 5 7 9 11 13 15
2 4 6 8 10 12 14 16
2 4 6 8 10 12 14 16

Nº de retardos
Nº de retardos

Figura 3. Autocorrelogramas

CONCLUSIONES

− La entrada del período lluvioso en la Depresión de Carora, responde a la migración gradual de


la zona de convergencia intertropical (ZCIT) hacia el norte mientras que la salida del período
lluvioso, al efecto friccionar, que parece ser en esta zona un importante mecanismo que inhibe
la precipitación. El descenso en el gradiente de precipitación va acompañado de la altitud.
− Los mayores contrastes se dan por la alternancia de momentos con valores máximos seguidos
por valores mínimos en la función de autocorrelogramas.
− Quizás podría hablarse de que la variabilidad pluviométrica es en sí misma, también muy
variable, lo cual dificultaría identificar períodos persistentes con escasez de lluvia para lograr
definirlas como sequía pero ésta función pone de manifiesto diferencias de significación
estadística en la conformación de una estructura temporal, lo cual ayudaría para este propósito.
No obstante, se recomienda extender el análisis a otros conceptos como el de variabilidad o el
de persistencia, mediante el cálculo del coeficiente de variación y de la probabilidad de año
seco tras año seco, respectivamente.

57
REFERENCIAS

Capó E.; Llasat M.; Quintas J. 1999. Caracterización Pluviométrica Espacio-temporal de


España dentro del Proyecto AMHY/Friend. En La Climatología Española en los Albores del
siglo XXI: I Congreso de la Asociación Española de Climatología. España: Asociación
Española de Climatología (AEC). pp 123-129.
Fernández B.; Montt J. 2001. Estimación del período de retorno de sequías meteorológicas e
hidrológicas mensuales. Ingeniería hidráulica en México. 26(3): 25-37.
Galán E., Cañada R.; Rasilla D. 1999. Evolución de las precipitaciones anuales en la meseta
meridional durante el siglo XX. En La Climatología Española en los Albores del siglo XXI: I
Congreso de la Asociación Española de Climatología. España: Asociación Española de
Climatología (AEC). pp 169-179.
Goldbrunner, L. 1984. Atlas Climatológico de Venezuela, período 1951-1970. Fuerza Aérea
Venezolana. Caracas. 68p.
Pradere R. 1999. Definición de patrones homogéneos de pluviosidad en los l anos centrales
venezolanos mediante kriging factorial. Agronomía Tropical. 49(3):297-325.
Sánchez J, 1999. Agroclimatología, Caracas: Universidad Central de Venezuela, Consejo de
Desarrollo Científico y Humanístico. 477p.
Toledo, V. 1997. Estudio de la Erosión del Suelo en el sector comprendido entre el Susucal, La
Candelaria y Muñoz, Edo. Lara. Trabajo de grado de maestría no publicado, Universidad
Pedagógica Experimental Libertador, Instituto Pedagógico de Caracas, Caracas. 255p.
Velásquez, R. 2003. Algunos Mecanismos Físicos Responsables de la Distribución Anual de la
Precipitación en Venezuela. Aula y Ambiente. Revista Ambiental. 3(5): 33-39.

58
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Aspectos hidroquímicos del agua subterránea en el


Conurbano bonaerense, Argentina.

Eleonora Carol.
Instituto Nacional del Agua (INA)
Centro de Tecnología de Recursos Minerales y Cerámica (CETMIC) Cno. Centenario y 506, M. B. Gonnet,
C.C. 49 (B1897ZCA) eleocarol@yahoo.com.ar

INTRODUCCIÓN

El Conurbano Bonaerense y la ciudad Autónoma de Buenos Aires se ubican en la región noreste


de la Provincia de Buenos Aires, Argentina y conforman una de las zonas más densamente
2
pobladas del mundo con 11,5 millones de habitantes en 3800 km .
La topografía de la región es suave. En el sector oeste se encuentran las alturas máximas, que
no sobrepasan los 100 m.s.n.m, disminuyendo con pendiente hacia el este hasta alcanzar el nivel
del mar. La zona es atravesada por las cuencas inferiores de los Ríos Matanza, Riachuelo,
Reconquista y por pequeñas subcuencas afluentes, que desembocan en el curso inferior del Río
Paraná y estuario del Río de La Plata (Figura 1).
La precipitación media anual supera ligeramente los 1000 mm anuales, siendo los excesos
hídricos cercanos a 200 mm anuales. Para la región noreste de la Provincia de Buenos Aires los
valores de infiltración se encuentran entre 0,57% y 9,44% de las precipitaciones medias anuales.
Para la región urbana y suburbana los valores de infiltración se encuentran entre 0,1% y 7,59%
de las precipitaciones medias anuales, respectivamente (Santa Cruz y Silva Busso, 2002).
El agua de interés para consumo humano se halla alojada en los acuíferos Pampeano (menos
profundo) y Puelches (más profundo). Los mismos se agrupan dentro de una misma unidad
llamada acuífero multicapa (Sala, 1975) que se encuentran hidráulicamente conectados,
alimentándose directa o indirectamente y en forma local por infiltración a partir de la recarga de
las precipitaciones. La contaminación del acuífero Puelches se produce por filtración vertical
descendente de las aguas del acuífero Pampeano, a través del acuitardo que los separa.
La sobreexplotación del acuífero Puelches en las décadas del 40 a 80 dio lugar a la formación de
grandes conos de depresión. Tal explotación, llega en algunos sectores a agotar los acuíferos
Freático y Pampeano por infiltración vertical descendente, comportándose el acuífero Puelches
como acuífero libre. El casi abandono de su explotación en la década del 90 provocó la rápida
recuperación de los niveles piezométricos, instalándose el techo del acuífero libre muy cerca de
la superficie (Santa Cruz et al., 1997). Estas modificaciones generan una distorsión del
escurrimiento subterráneo original y por ende del transporte de sustancias disueltas. Asimismo se
produce una modificación en el carácter efluente de los ríos y arroyos, como así también cambios
en la recarga y conexión entre los acuíferos .
En el área existe una creciente preocupación por la calidad del agua subterránea para consumo
humano, especialmente con relación a la concentración de nitratos. El nitrato constituye la forma
más oxidada, estable y móvil de las especies del nitrógeno en solución y tiene su origen
generalmente en fuentes de nitrógeno exteriores al sistema acuífero (desechos industriales,
fertilizantes nitrogenados, fosas sépticas, etc). El límite propuesto por la Organización Mundial
de la Salud para la calidad del agua potable para consumo humano respecto a la concentración
de nitratos es de 45 mg/l (World Health Organization, 1996).
El objetivo de este trabajo es analizar las variaciones temporales y espaciales en la
concentración de nitratos del acuífero Puelches relacionándolas con la sobre explotación del
mismo.

59
Ri
Escobar o
Pa
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La Berazategui

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Alte.
Brown

M
F. Varela

Rí o

ría
Ezeiza
Las Heras
Pte.Perón

San Vicente

Cañuelas

Buenos
Aires
0 10 Km

Figura 1: Mapa de ubicación del Conurbano Bonaerense.

MATERIALES Y MÉTODOS

Los datos hidroquímicos analizados fueron aportados por el Instituto Nacional del Agua. Los
mismos se integraron en un sistema de información hidrogeológica discriminando por acuífero
(Pampeano y Puelches), utilizando para tal fin la información de perfiles de perforación.
La base de datos químicos creada para el acuífero Puelches cuenta con 8000 datos de aniones
(incluyendo nitratos) y cationes mayoritarios, situados entre los años 1996 y 2002, con una media
de cinco datos por año para un mismo pozo. Estos fueron tratados estadísticamente para reducir
el número de datos y dar un valor medio anual a cada parámetro en cada pozo. Para el acuífero
Pampeano la base de datos creada cuenta con 300 datos de aniones mayoritarios situados entre
1990 y 2002.
Primeramente se realizó una caracterización y clasificación hidroquímica regional de cada
acuífero, utilizando para esto, los valores estadísticos obtenidos y los diagramas de clasificación
de aguas según Piper (acuífero Puelches) y ternario (acuífero Pampeano).
Con los datos de concentraciones de nitratos procesados para el acuífero Puelches entre el
periodo 1996 a 2002 se procedió a la realización de mapas de isocontenidos para los años 1996,
1999 y 2002. Cabe aclarar que la densidad de pozos con datos de nitratos está muy sectorizada,
por cuanto los resultados de su interpretación se limitarán a esas áreas.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

El acuífero Pampeano (incluyendo al Freático) presenta un dominio de aguas de tipo


bicarbonatadas (Figura 2). Menos del 10 % de los pozos caen dentro del campo de las aguas
cloruradas y/o sulfatadas, generalmente relacionadas a sedimentos de origen marino en

60
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

superficie o a la intrusión salina que afecta al acuífero en el área ribereña y sectores cercanos a
los valles inferiores de los ríos (Hernández, 1978). El contenido salino promedio expresado en
-1
sólidos totales disueltos (STD) es de 1323 mg.l . Los valores medios obtenidos para los aniones
-1 - -1 - -1 =
son 435 mg.l de HCO3 , 274 mg.l de Cl y 214 mg.l de SO4 .

Tipo
bicarbonatado
CO3H-Cl CO3H-SO4
Cl SO4
CO3H CO3 H
Cl SO4
Tipo SO4 CL
Tipo
clorurado sulfatad o

Figura 2: Diagrama ternario de aniones para el acuífero Pampeano.

Las aguas del acuífero Puelches son mayormente de bajo contenido salino con STD promedio de
-1
828 mg.l . De acuerdo con el diagrama de Piper (1944) clasifican según la proporción relativa de
sus componentes iónicos mayoritarios como bicarbonatadas sódico cálcicas (Figura 3).
En menor proporción se encuentran aguas de tipo clorurado sódicas, localizadas en el sector
este, relacionadas a sedimentos de origen marino en superficie o a intrusión salina.

Sulfatadas y/o
cloruradas cálcicas
y/o magnésicas

Bicarbonatadas Cloruradas y/o


cálcicas y/o sulfatadas
magnésicas sódicas

Tipo Bicarbonatadas Tipo


magnésico sódicas sulfatado
SO4-CO3H SO4-Cl
Mg-Ca Mg-Na
CO3H Cl
Ca-Mg Na-Mg SO4
SO4
Cl
Ca-Na Na-Ca CO3HCO3H
Cl
Tipo Tipo Tipo Tipo
cálcico sódico bicarbonatado clorurado

Figura 3: Diagrama de Piper para el acuífero Puelches.


-1 +
Los valores medios obtenidos para los constituyentes mayoritarios son 215 mg.l de Na , 43
-1 ++ -1 ++ -1 - -1 - -1 =
mg.l de Ca , 20 mg.l de Mg , 436 mg.l de HCO3 , 85 mg.l de Cl , 40 mg.l de SO4 y 64
-1 -
mg.l de NO3 .
Para el análisis de la variación en el tiempo y espacio de la concentración de nitratos se utilizaron
los datos del acuífero Puelches para los años 1996, 1999 y 2002. Del análisis estadístico y
mediante la realización de mapas de isocontenido de nitratos (Figura 4 A - C) surge que:

61
A - Mapa de isocontenido de nitratos
Acuífero Puelches 1996

Ubicación de pozos de muestreo


6 200000

6 180000

6 160000

6 140000

6 120000
REFERENCIAS
6 100000
80 Curva isocontenido nitratos
0 5 10 Km.
5520000 5540000 5560000 5580000 5600000 5620000 5640000 5660000 5680000

B - Mapa de isocontenido de nitratos


Acuífero Puelches 1999

Ubicación de pozos de muestreo

620000 0

618000 0

616000 0

614000 0

612000 0
REFERENCIAS
80 Curva isocontenido nitratos
610000 0

0 5 10 Km.
5520000 5540000 5560000 5580000 5600000 5620000 5640000 5660000 5680000

Figura 4: Mapa de isocontenido de nitratos para los años 1996 (A) y 1999 (B)

62
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

C - Mapa de isocontenido de nitratos


Acuífero Puelches 2002

Ubicación de pozos de muestreo


620 0000

618 0000

616 0000

614 0000

612 0000
REFERENCIAS
610 0000
80 Curva isocontenido nitratos
0 5 10 Km.
5520000 5540000 5560000 5580000 5600000 5620000 5640000 5660000 5680000

Figura 4. Mapa de isocontenido de nitratos para el año 2002 (C)

-1 -1
La media de nitratos para el año 1996 es de 74,12 mg.l , con mínimos de 0,9 mg.l y máximos
-1 -1
de 168 mg.l , con el 21% de los datos por debajo de 45 mg.l (límite propuesto por la
Organización Mundial de la Salud para la calidad del agua potable). Las mayores
concentraciones se encuentran relacionadas a las áreas de sobre explotación con desarrollo de
conos de depresión.
-1 -1
Para el año 1999 el valor medio de nitratos es de 63,8 mg.l , con mínimos de 6,6 mg.l y
-1 -1
máximos de 159,3 mg.l , con el 34 % de los pozos por debajo de 45 mg.l . La disminución en el
valor máximo, respecto a 1996, posiblemente se deba al abandono de los pozos del sector norte
de los partidos de Tres de Febrero y San Martín y al sur de los partidos de Lanus y Lomas de
Zamora.
En el año 2002 disminuye notablemente la cantidad de pozos en explotación. En el sector sur se
abandona el 70% de los pozos con concentraciones de nitratos superiores a 50 mg/l. La media
-1 -1 -1
de nitratos es de 48,4 mg.l , con mínimos de 7,73 mg.l y máximos de 113 mg.l , con el 49 % de
-1
los pozos por debajo de 45 mg.l . Las curvas describen una tendencia de concentraciones
decrecientes hacia el oeste y sur.
Cabe destacar que en todos los casos los focos de mayor concentración de nitratos están
relacionados a las áreas de mayor explotación donde se desarrollan los conos de depresión.

CONCLUSIONES

- Los resultados de los análisis químicos de los pozos estudiados en el periodo 1996 a 2002
denotan que el 68% de los mismos exceden el límite propuesto por la Organización Mundial de
la Salud respecto a las concentraciones de nitratos para consumo humano.
- Del análisis estadístico anual surge que los valores medios de nitratos son 74,12 mg/l para el
año 1996 y 48,4 mg/l para el año 2002, lo que muestra una tendencia decreciente. Sin
embargo ésta tendencia no es real debido a que los pozos muestreados no son los mismos

63
para cada año. Para lograr una apropiada evaluación en tiempo y espacio se debería trabajar
manteniendo constantes los pozos a muestrear.
- Al tratarse de un acuífero de tipo multicapa donde las tres secciones (Freático, Pampeano y
Puelches) están hidráulicamente conectadas, la explotación del más profundo repercute
bajando el nivel freático o arrastrando la depresión del mismo. Esta migración vertical
descendente traslada consigo los iones nitratos provenientes de la contaminación de las
secciones más superficiales. En consecuencia, la contaminación del acuífero Puelches podría
estar relacionada a la migración de iones nitratos desde superficie. Esto se fundamenta en el
hecho de que las mayores concentraciones de nitratos están íntimamente relacionadas a las
áreas de mayor explotación del acuífero Puelches.

REFERENCIAS

Hernández M. 1978. Reconocimiento Hidrodinámico e Hidroquímico de la interfase Agua Dulce –


Agua Salada en las Aguas Subterráneas del Estuario del Plata (Pdos. de Quilmes y
Berazategui, Buenos Aires) VII Congreso Geológico Argentino, Vol II, p 273 - 285.
Piper A. M. 1944. A graphic procedure in the geochemical interpretation of water analysis.
American Geophysical Union Transaction. Vol 25: 914 - 923.
Sala J. 1975. Recursos Hídricos. Especial Mención de las Aguas Subterráneas. Relatorio de
Geología de la Provincia de Buenos Aires, p 169 - 193.
Santa Cruz J.; Amato, S.; Silva Busso A.; Guarino D.; Cernadas M. 1997. Explotación y
Deterioro del Acuífero Puelches en el Área Metropolitana de la Republica Argentina.
Ingeniería Sanitaria y Ambiental, 31, p 34 - 37.
Santa Cruz J.; Silva Busso, A. 2002. Evolución hidrodinámica del Agua Subterránea en el
conurbano de Buenos Aires, Argentina. Boletín Geológico Minero 113 (3):259 - 272.
World Health Organization, 1996 Guidelines for Drinking-Water Quality. Volume 2: Health
Criteria and Other Supporting Information. Second edition, Geneva, p 973.

64
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Régimen hídrico de un Ultisol arenoso del noreste de Uruguay


bajo plantaciones de Eucalyptus grandis vs. Pasturas.

Lucía Salvo, Silvana Delgado, Fernando García Préchac, Jorge Hernández, Pablo
Amarante, Mariana Hill
Universidad de la República, Facultad de Agronomía, Departamento de Suelos y Aguas. Av. Garzón 780,
Montevideo, Uruguay. lsalvo@fagro.edu.uy

INTRODUCCIÓN
La plantación de bosques artificiales es una de las actividades que ha tenido más impulso en el
Uruguay durante los últimos años. Actualmente, ocupan casi 661 mil hectáreas, superficie tres
veces y media mayor a la que ocupaban en el año 1990 (Censo General Agropecuario, 2000).
Este gran crecimiento se explica por la aprobación de la Ley de Promoción Forestal Nº 15.939,
en el año 1987. La misma procuró un ordenamiento a nivel territorial, compatibilizando la mejor
aptitud forestal, con la menor interferencia frente actividades agrícolas y pecuarias, típicas en el
Uruguay (MGAP, 2000).
El rubro se ha concentrado en explotaciones de escala importante, con alto grado de
especialización en la actividad forestal, las cuales, a su vez, se concentran en 5 departamentos
de los 19 en que está dividido administrativamente el país (DIEA, 2000).
El rápido crecimiento y concentración de la actividad y por ende, el cambio en el uso del suelo,
generó polémica en cuanto a posibles efectos ambientales de las plantaciones comerciales de
Eucalyptus. Uno de los que más preocupa, es el cambio en el régimen hídrico de las cuencas. El
único estudio en cuencas apareadas, en marcha en Uruguay, está indicando alrededor de 50 %
menos de escurrimiento superficial bajo forestación que bajo pasturas (Durán et al., 2000).
Desde 2001, el grupo de Manejo y Conservación de Suelos de la Facultad de Agronomía,
desarrolla un estudio de “Monitoreo de los efectos sobre el suelo de las plantaciones de
Eucalyptus y pinos y de la intensidad de laboreo para realizarlas". Dentro de este, una de las
determinaciones es el contenido de agua en el suelo, con el objetivo de comparar la evolución
del almacenaje de agua hasta 1,2 m de profundidad. Este trabajo presentará dicha evolución
desde 2001 al 2003, en un Typic Hapludult, bajo una plantación de Eucalyptus grandis realizada
en 1998, comparada con la que ocurrió en el mismo suelo bajo la pastura original.

MATERIALES Y MÉTODOS

El ensayo fue instalado en un establecimiento forestal, al noreste del Uruguay, departamento de


Rivera. Se seleccionó una plantación de Eucalyptus grandis instalada en la primavera de 1998.
Se aprovechó el tendido de una línea de alta tensión que atraviesa todo el establecimiento, para
tener 3 pares de lugares con suelo forestado y con la vegetación previa a la implantación del
monte a muy corta distancia (< 50 m). Dicha pastura, si bien no es la original prístina, se
encuentra en un muy avanzado estadio de la sucesión regenerativa, a partir de algún disturbio en
el pasado.
La ladera en que se encuentra el ensayo, tiene una pendiente entre 6 a 9 %, de exposición sur.
Siguiendo la toposecuencia, se eligieron las 3 repeticiones del par Eucaliptos-pastura, asumidos
como bloques al azar para el análisis estadístico. En cada unidad experimental se instalaron
tubos de acceso para sonda de neutrones y se obtuvieron muestras imperturbadas para
determinar la curva característica de retención de agua en el suelo.
La sonda de neutrones utilizada fue una Troxler 3200. Los tubos de acceso son de aluminio, de 5
cm de diámetro. Las determinaciones se realizaron a los 15, 30, 50, 70, 90 y 110 cm de
profundidad. Las mismas fueron tomadas como representativas de los intervalos de 0 a 20, 20 a
40, 40 a 60, 60 a 80, 80 a 100 y 100 a120 cm, respectivamente, para el cálculo del almacenaje
hasta 1,2 m. Estas determinaciones se realizaron, al menos trimestralmente.

La calibración de la relación de cuentas del equipo a contenido de agua volumétrico se realizó in


situ, correlacionando las primeras con muestreos gravimétricos realizados a la instalación de los
tubos y en fechas posteriores con contenidos contrastantes de agua en el suelo. Se trabajó con 4

65
funciones de calibración correspondientes a las siguientes profundidades, de 0 a 20, 20 a 40, 40
a 60 y 60 a 120 cm.
El análisis estadístico del almacenaje de agua en el suelo, se realizó para cada fecha de
determinación y además, se analizó el almacenaje promedio por estación, desde el verano del
2001 hasta el otoño del 2003. En este trabajo se presentan solamente estos últimos datos.
La toma de muestras no disturbadas para la obtención de las curvas características de retención
de agua se sacaron a fines del año 2001. En el suelo forestado, el muestreo se hizo en las
hileras de plantación. Se tomaron 3 muestras por unidad experimental a cada una de las
siguientes profundidades: la parte superior del horizonte A (5-10 cm), a l parte inferior del
horizonte A (25-30 cm) y la parte superior del horizonte B (65-70 cm). Las mismas fueron
acondicionadas en el laboratorio y posteriormente, con un extractor de presión, se les determinó
el contenido volumétrico de agua en equilibrio con 0,1; 0,3; 1 y 3 atmósferas (Klute, 1986). El
análisis estadístico se hizo sobre el promedio de las 3 muestras tomadas por unidad
experimental-profundidad de muestreo.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En la figura 1 se muestra la evolución estacional del almacenaje de agua hasta 1,20 m de
profundidad. El suelo bajo Eucalyptus siempre presentó menor contenido de agua que bajo
pastura, siendo las diferencias significativas para la mayoría de las estaciones estudiadas. En
verano, dada la alta evapotranspiración existente, disminuye el contenido de agua del suelo para
ambos usos, pero los árboles estarían realizando una mayor extracción como consecuencia de
su mayor y más profundo sistema radicular. Sin embargo, llaman la atención las diferencias
encontradas en el invierno. En dicha estación, tanto la pastura como la plantación, tienen muy
baja evapotranspiración real por la baja radiación; y siendo la precipitación uniforme durante todo
el año, debiera esperarse que el suelo estuviera a máxima capacidad de retener agua
(Capacidad de Campo) bajo los dos usos comparados. Más aún cuando se sabe que el
escurrimiento superficial es menor bajo Eucalyptus (Durán et al., 2001).

A modo de ilustración, en la figura 2 se muestra la distribución del contenido de agua en el perfil


del suelo para dos de los veranos e inviernos estudiados. Puede observarse que en invierno, las
diferencias entre el suelo bajo Eucalyptus y bajo pastura, aparecen debajo de los 60 cm de
profundidad (Bt), mientras que en verano se dan desde la superficie.

400
Cc suelo bajo past.= 376 mm H2O/120 cm
380
mm de agua hasta 120 cm de profundidad

Cc suelo bajo monte = 360 mm H2O/120 cm


360
340
320
300
280
260
240
220
* **** **** * ** **** ** ****
200
180
160
ver 01 oto 01 inv 01 prim 01 ver 02 oto 02 inv 02 prim 02 ver 03 oto 03

Past. Monte

**** ∝ < 0.05 *** 0.05 < ∝ > 0.10 ** 0.10 < ∝ > 0.15 * 0.15<∝>0.20
Past.: suelo bajo pastura original; Monte : suelo bajo monte de Eucalyptus; Cc: capacidad de campo.

Figura 1. Evolución estacional del contenido de agua del suelo hasta 120 cm de profundidad.

66
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

HV % 27-Ago-01 HV % HV % 30-Mar-01 HV %

0 10 20 30 40 50 0 10 20 30 40 50

0 0

20 20

PROFUNDIDAD
PROFUNDIDAD

40 40

60 60

80 80

100 100

120 120

Past. Monte Past. Monte

HV % 16-Jul-02 HV % HV % 26-Feb-02 HV %

0 10 20 30 40 50 0 10 20 30 40 50

0 0

20 20
PROFUNDIDAD

40
PROFUNDIDAD

40

60
60

80
80

100
100
120
120

Past. Monte
Past. Monte

Past.: suelo bajo pastura original; Monte : suelo bajo monte de Eucalyptus, % HV: Porcentaje de agua en volumen.

Figura 2. Distribución del contenido de agua en el perfil hasta 10 cm de profundidad

Una de las posibles explicaciones a las diferencias observadas en el invierno, surge de analizar
las curvas características de retención de agua (Figura 3). En estas se observa que el suelo bajo
Eucalyptus retiene menos agua a capacidad de campo (10 kPa) tanto para la profundidad de 5
cm como para el horizonte Bt. Estas diferencias, llevadas a 120 cm de profundidad, hacen una
diferencia de 16 mm de menor retención de agua a capacidad de campo bajo Eucalyptus, valor
que es aproximadamente del orden de la diferencia determinada en el campo al final del período
de recarga invernal (Figura 1). También, es en el horizonte B, que ocupa la mitad de la
profundidad estudiada, donde la diferencia de retención a 10 kPa es mayor, y donde aparecen
las mayores diferencias de contenido de agua en el perfil durante el invierno. En investigaciones
previas (Pérez Bidegain et al., 2001a y 2001b), ya había sido observada una menor retención de
agua en los primeros 5 cm de suelo bajo Eucalyptus comparado con suelo bajo pastura, donde
de ocho suelos estudiados, seis presentaron dicho comportamiento (α<0.05). Resultados
similares se reportan en Sudáfrica para el horizonte A (Musto, 1993) y el autor lo atribuye a
diferencias en la distribución del tamaño de los poros y a la hidrofobicidad provocada por algunos
compuestos orgánicos, producto de la descomposición de restos de Eucalyptus. Doerr et al.
(1996 y 2000), mencionan que las plantas más comúnmente asociadas con la repelencia de agua
son los árboles perennes, en particular aquellos que tienen una considerable cantidad de resinas,
ceras o aceites aromáticos como los Eucalyptus y los Pinus.

67
3.5 3.5

3 3

2.5 2.5

Pot. matriz (atm)


2
2
Pot. matriz (atm)

1.5 1.5
5 cm 25 cm

1
1
****

0.5
0.5

* **

** *** 0 ****
0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50
% HV
% HV
CN B fila B
CN 5cm fila 5 cm CN 25 cm fila 25 cm

**** ∝ < 0.05 *** 0.05 < ∝ > 0.10 ** 0.10 < ∝ > 0.15 * 0.15<∝>0.20
% HV: Porcentaje de agua en volumen, CN: suelo bajo pastura original, fila: suelo bajo monte de Eucalyptus,
correspondiente a la fila de plantación.

Figura 3. Curvas caracteristicas de retencion de agua en las profundidades de 0 a 10cm, 25 a 30 cm y


horizonte Bt

CONCLUSIONES

- El suelo bajo Eucalyptus siempre tuvo menor contenido de agua que el suelo bajo pastura.
Esto era de esperar durante los veranos, dadas la magnitud y profundidad del sistema radicular
de los Eucalyptus, en comparación con el de la pastura, que permite a los primeros tener
mayor evapotranspiración real. Sin embargo, llama la atención que se generen diferencias en
invierno (período de recarga de agua del suelo), donde la demanda atmosférica es muy baja,
se mantienen las precipitaciones y según otros resultados, el escurrimiento superficial es
menor bajo Eucalyptus, por lo que se esperaría que el suelo estuviera con su máxima
capacidad de retención de agua (Capacidad de Campo) bajo ambos usos.
- La capacidad de campo estimada (retención a 10 kPa) para los 120 cm del suelo bajo
Eucalyptus fue menor que para el suelo bajo pastura, debido principalmente a la diferente
retención en el horizonte Bt. Esta menor capacidad de retención de agua, podría ser una
explicación a las diferencias en contenido de agua encontradas en el campo en los inviernos
estudiados.
- Menor retención de agua en el suelo y menor escurrimiento superficial significarían mayor
drenaje profundo y recarga de acuíferos en el período invernal bajo Eucalyptus. Sería muy
importante confirmar esta hipótesis con estudios hidrológicos, en lo posible, en cuencas
experimentales.
- El proyecto de investigación del cual surgen estos resultados, aún no ha finalizado, por lo que
se recogerá información de evolución del contenido de agua estacional durante más años.

68
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

REFERENCIAS

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http://www.Mgap.gub.uy/Diea/CENSO2000/ResultadosDefinitivosVol_1/data/13.htm
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particle size fraction in burned an unburned Eucalyptus globulus and Pinus pinaster forest
terrain in de Agueda Basin, Portugal. Catena 27: 25 - 27.
Doerr S. H.; Shakesby R. A; Walsh R. P. D. 2000. Soil water repellency: its causes,
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Informe final. Universidad de la República Oriental del Uruguay. pp A1-1 a B2-32.
Klute A. 1986. Water potential: Laboratory methods. In Klute, A., et al. (Eds.) Methods of soil
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MGAP- Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca, Dirección General Forestal. 2000.
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Musto J.W. 1993. Impacts of plantation forestry and soil management In. ICFR Annual Research
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Pérez Bidegain M. ; F. García Préchac ; A. Durán. 2001a. Soil use change effect, from pastures
rd
to Eucalyptus sp., on some soil physical and chemical properties in Uruguay, In 3
International Conference on Land Degradation, Rio de Janeiro, en CD-ROM.
Pérez Bidegain M.; F. García Préchac; R. Methol. 2001b. Long-term effect of tillage intensity for
rd
Eucalyptus grandis planting on some soil physical properties in an Uruguayan Alfisol. In 3
International Conference on Land Degradation, Rio de Janeiro, en CD-ROM.

69
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Modelización de la erosión hídrica en cuencas pequeñas

Koen Verbist y Donald Gabriels


Ghent University, Department of Soil Management and Soil Care, Coupure Links 653, Ghent, Belgium.
Koen.Verbist@UGent.be, Donald.Gabriels@UGent.be

INTRODUCCIÓN
En Flandes, Bélgica, la erosión hídrica ha traído como consecuencia problemas
econonómicamente dañinos. La pérdida de suelos en las partes onduladas de las cuencas, ha
generado problemas de sedimentación en las zonas aguas abajo. El costo de dragar
continuamente los puertos econonómicamente importantes como el de Amberes, y el riesgo de
inundaciones frecuentes en zonas muy pobladas, justifica estudios de fondo del problema.
En este marco se entiende la importancia del uso de modelos fiables para predecir las pérdidas
de suelo. Pero no solo se necesita tener una idea general de la cantidad de lodo en las corrientes
de agua, también hace falta conocer la distribución de la intensidad de la erosión hídrica en la
cuenca.
En este sentido, se pueden utilizar los modelos para aplicar escenarios diferentes, con el fin de
buscar el escenario más eficiente para reducir la cantidad de lodo en los cuerpos de agua. Para
que sea útil la modelización de la situación, con bastante exactitud, el modelo tiene que
enfocarse en los procesos individuales.

MATERIALES Y METODOS
El modelo ‘STM-3D’
En este caso se selecciono un modelo basado en principios físicos. Sobre todo la parte
hidrológica que se compone de ecuaciones de balance de masa y de momento. Usa la teoría de
la onda cinemática (De Saint Venant, 1871) para describir el movimiento del agua en el espacio y
en el tiempo. Así se puede calcular el caudal en cada punto de la cuenca.
La producción de escorrentía superficial está calculada con el algoritmo de Green y Ampt (1991).
Esta ecuación permite calcular la infiltración acumulada en el suelo en función del tiempo. La
diferencia entre la precipitación y la infiltración es lo que se pierde por escorrentía.
Para facilitar el uso del modelo, es importante disminuir el número de parámetros necesarios. Por
tanto, es importante trabajar con funciones de pedotransferencia, que estiman parámetros
utilizando propiedades básicas del suelo. El modelo mencionado necesita la textura del suelo y el
contenido de materia orgánica para estimar una grupo de parámetros físicos, como la densidad
aparente (Manrique en Jones, 1991), la conductividad hidráulica (Campbell, 1985) y las
características de retencion de humedad del suelo (Vereecken et al., 1989).
La utilización de parámetros físicos en los cálculos, permite calibrar y validar cada parte del
modelo con mediciones. También esta manera de trabajar muestra la sensibilidad de los
parámetros usados y de las ecuaciones usadas para estimarlos.
En la segunda parte, el transporte de sedimentos por la escorrentía no es viable describir
físicamente. El comportamiento de los sedimentos en suspensión y la carga de fondo en la
escorrentía superficial, son muy variados en tiempo y espacio. Por lo tanto, no se dispone de
ecuaciones físicas que sean fácilmente aplicables en la modelización. En este modelo se decidió
aplicar la teoría de ‘stream power’, que es una variable empírica, que combina el caudal con la
pendiente para generar el ‘fuerza de la escorrentía’ (Nearing et al., 1997).
Unos de los objetivos de este estudio es la calibración de esta variable. Por lo tanto, se utilizaron
diferentes ecuaciones que vinculan la ‘fuerza de la escorrentía’ con su capacidad para transportar
suelo por unidad de ancho. Especialmente dos ecuaciones fueron comparadas, una es la de
Nearing et al. (1997) y la otra fue obtenida por mediciones durante simulaciones de lluvia en el
campo en dos parcelas de 5 m². Para buscar la ecuación adecuada para insertar en el modelo,
las dos ecuaciones son aplicadas a mediciones continuas de la escorrentía en el campo. Este
campo experimental consiste en 16 parcelas de 100 m de longitud y de 1 m de ancho, donde
continuamente se monitorea la escorrentía y la pérdida de suelo. Por cada evento de lluvia
medido se puede comparar la pérdida de suelo simulada, utilizando una de las dos ecuaciones,
con la pérdida de suelo medida. Durante el periodo 2001-2003, 92 eventos fueron utilizados para

71
este objetivo. En la figura 1 se observa la relación entre la predicción y la medición por cada
evento.

100

10
pérdida de suelo simulada (kg)

0.1

0.01

0.001
ecuación de Nearing et al.(1997)
ecuación obtenida por simulación de lluvia en campo
linea 1:1
0.0001
0.0001 0.001 0.01 0.1 1 10 100

pérdida de suelo medida (kg)

Figura 1. Comparación entre las pérdidas de suelo simulado con dos ecuaciones y la pérdida medida

Analizando la figura 1 se evidencia que la ecuación de Nearing (1997) resulta más ajustada a las
mediciones, y por tanto, se prefiere para incorporarla en el modelo STM -3D para estimar la
pérdida de suelo máximo, basado en la escorrentía producida en el campo.

Proyecto piloto
Se puede calcular la pérdida de suelo en una cuenca, utilizando el modelo STM-3D (Biesemans,
2000). Para un proyecto piloto se seleccionó una pequeña cuenca de 271 ha. En esta cuenca el
gobierno efectúa mediciones del caudal y de la concentración y con estas se pudo calibrar el
modelo STM-3D. Esta cuenca se ubica a pocos kilómetros del campo experimental donde las
mediciones son efectuadas en las parcelas de 100 m x 1 m, anteriormente descritas.
Para este estudio se seleccionaron dos diferentes eventos de lluvia para incorporar las
diferencias en la humedad del suelo y en las características de las lluvias. En la figura 2 se
presenta la distribución de lluvia anual (mm), como promedio de 105 años, en la estación
-1 -1
meteorológica nacional de Ukkel en Bélgica, junto con la erosividad (MJ mm ha año ). Este
último parámetro es una combinación de la intensidad de la lluvia y su energía.
En esta gráfica se nota que la cantidad de lluvia durante el verano no es más alta que durante el
invierno, pero que la erosividad aumenta significativamente durante el verano. La precipitación
cae en forma de tormentas cortas, pero con muy alta intensidad. En el invierno, al contrario, las
lluvias duran varias horas, pero la intensidad no alcanza niveles altos. La razón por la que se
empiezan a formar surcos en esta temporada, se debe a que el suelo está totalmente saturado,
como efecto del mal drenaje en el perfil de suelo. En este caso, el uso de maquinas pesadas en
condiciones muy húmedas, causa compactación del suelo y como consecuencia una baja
permeabilidad.
Como se mencionó hay una gran diferencia en la humedad del suelo durante las dos situaciones:
en el invierno la humedad alcanza fácilmente 90% de la saturación; sin embargo, la humedad en
el suelo en el verano es mucho más baja. Las propiedades de los dos eventos de lluvia
utilizados, son descritas en el cuadro 1.

72
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

90 precipitación 180

80 erosividad 160

erosividad (MJ.mm/ha.año)
70 140
precipitación (mm)

60 120

50 100

40 80

30 60

20 40

10 20

0 0
ene feb mar abr may jun jul ago sep oct nov dic

Figura 2. Distribución de la precipitación (mm) y erosividad (MJ mm ha-1 año -1) en la estación
meteorológica de Ukkel, Bélgica

Cuadro 1. Características de los eventos de lluvia usados y pérdida de suelo simulada en la cuenca

Intensidad
Duración Intensidad Pérdida de suelo
Fecha -1 máxima
(h) (mm h ) -1 (Mg)
(mm h )/5min
26/12/2002 4,25 1,1 4,0 29,9
08/06/2003 0,5 17,2 33,2 98,2

En el modelo se utilizan las rugosidades de Manning. En estas simulaciones, cuatro usos de


tierra fueron utilizados: tierra arable, pradera, bosque y urbanización. Por cada uno de estos
usos, se atribuyó una rugosidad de Manning (determinado por Engman, 1986).
Cómo parámetro de ingreso hace falta un mapa digital del terreno, con una resolución espacial
suficientemente alta. En este estudio se construyo un Modelo Digital del Terreno (MDT) de la
cuenca con una resolución espacial de 20 metros. De este mapa se deduce el área acumulativa
de drenaje por cada píxel en la cuenca y el mapa que indica la dirección de la escorrentía de un
elemento al otro, que también son prerrequisitos para poder efectuar simulaciones con STM -3D.
Las diferentes texturas de los suelos de la cuenca fueron obtenidas del Mapa de Suelos Belgas.
Para tener un valor determinado por cada elemento de 20 por 20 metros, los valores iniciales
fueron interpolados con el método de Kriging. Así cuatro nuevos mapas fueron creados, un mapa
con el contenido de arcilla, de arena y de limo y finalmente un mapa con el contenido de materia
orgánica.
Finalmente se necesita también un mapa con la red hidrográfica, indicando el ancho de los
canales y arroyos.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Con esta configuración se efectuaron varios cálculos. En la figura 3, la exportación de sedimento
de cada píxel de la cuenca está indicada por la lluvia del 8 de junio, en la situación sin medidas
de control de erosión. En los dos eventos de lluvia seleccionados varios escenarios fueron
investigados y comparados con la situación inicial. Primero, fue analizado el uso de franjas de
hierbas al lado de los arroyos. El efecto de la zona de hierba es una reducción drástica de la
capacidad de transporte, por el incremento de rugosidad y una disminución de la velocidad de

73
flujo superficial. Durante una lluvia la franja acumula sedimentos hasta que alcanza un máximo,
dependiente de la pendiente de la zona. En los cuadros 2 y 3 se indican las pérdidas calculadas
por el escenario de fajas de diferentes anchos al lado de los arroyos y en las parcelas que más
contribuyen a la pérdida de suelo. Una comparación con la situación inicial está calculada en
forma de porcentaje de reducción.

Figura 3. Mapa de la cuenca del arroyo ‘Mariaborre‘, con indicación de la erosión o deposición relativa para
todas las parceles agrícolas producidos por la lluvia del 8 de junio 2003

Analizando los cuadros 2 y 3, se evidencia que la ubicación de la faja de hierbas en la cuenca es


importante. Se observa que al lado de los arroyos es más efectiva. Esto es debido a que la franja
hace depositar sedimentos, así que el agua residual tiene una baja concentración de estos. Si
este flujo de agua no es captado en los arroyos, tiene la oportunidad de arrastrar nuevos
sedimentos, entonces la eficacia de la medida disminuye.

74
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Cuadro 2. Pérdida de suelo en la cuenca piloto con aplicación de fajas de hierba al lado de los arroyos y
porcentaje de reducción comparado con la situación inicial

Lluvia del 26/12/2002 Lluvia del 08/06/2003


Ancho de faja Pérdida de suelo Reducción Pérdida de suelo Reducción
(m) (Mg) (%) (Mg) (%)
1 22,5 25 84,4 14
2 17,6 41 76,7 22
5 11,3 62 58,7 40
10 7,6 74 43,6 56
20 5,2 83 29,7 70

Cuadro 3. Pérdida de suelo en la cuenca piloto con aplicación de fajas de hierba en el 10% de las
parcelas que más contribuyen y el porcentaje de reducción comparado con la situación inicial

Lluvia del 26/12/2002 Lluvia del 08/06/2003


Ancho de faja Pérdida de suelo Reducción Pérdida de suelo Reducción
(m) (Mg) (%) (Mg) (%)
1 29,2 3 95,7 3
2 28,5 5 94,7 4
5 27,4 8 93,0 5
10 26,4 12 91,1 7
20 25,4 15 88,2 10

Otra distinción es notable entre los dos eventos de lluvia. Durante la lluvia del invierno, la
reducción del lodo de la escorrentía es más alta en comparación con el evento del verano. En el
verano, el carácter de la precipitación es torrencial, así que la concentración de la escorrentía
aumenta drásticamente en corto tiempo. La capacidad máxima de la franja de hierba se alcance
más rápida en el verano, que en el invierno. Por tanto, la exportación de sedimentos de la franja
en relación con la importación será más grande en el verano que en el invierno. Al final de la
lluvia en el verano, la efectividad de la franja en reducir la exportación de sedimentos será muy
baja, así que la escorrentía que alcanza los arroyos tendrá una concentración de sedimentos
más alta.
En el cuadro 4 se presentan los resultados de la conversión de parcelas arables en praderas,
observándose reducciones significativas en las pérdidas de suelo, ya que ha eliminado el origen
de sedimentos. Esta conversión sin embargo es una medida drástica.

Cuadro 4. Pérdida de suelo en la cuenca piloto después de la conversión del 10% y 20% de las parcelas
con alto riesgo de erosión hídrica y el porcentaje de reducción comparado con la situación inicial

Lluvia del 26/12/2002 Lluvia del 08/06/2003


% de parceles Pérdida de suelo Reducción Pérdida de suelo Reducción
convertido (Mg) (%) (Mg) (%)
10 19,6 35 71,8 27
20 13,3 56 49,7 49

CONCLUSIONES
− A partir de los resultados obtenidos se evidencia que la aplicación de modelos para obtener
información sobre las medidas aconsejables para el control de erosión hídrica puede ser una
herramienta poderosa en estudios de cuencas. El modelo usado, STM -3D, es capaz de
aproximarse a la realidad, cuando las condiciones iniciales son conocidas. Sin embargo, el uso

75
de modelos en estudios ha de ser aplicado con alta prudencia. Una calibración adecuada de
ellos es importante para tener resultados realistas.
− La aplicación de STM -3D en la pequeña cuenca del arroyo ‘Mariaborre’ señala que la
implementación de medidas en la cuenca tiene una alta importancia. Así, se muestra que la
construcción de fajas de hierba al lado de los arroyos es muy eficaz para reducir la exportación
de sedimentos a los ríos. Reducciones de hasta un 83% fueron obtenidas para lluvias
individuales de baja intensidad y hasta un 70% con tormentas, que pueden disminuir
considerablemente cuando dos lluvias importantes caen en corto plazo.
− Por otro lado, se obtiene que la instalación de fajas en 10% de las parcelas que más
contribuyen a la erosión hídrica tiene mucho menos influencia en la reducción de exportación
de sedimentos a los ríos. La erosividad de la escorrentía no está disminuida, así que puede
arrastrar de nuevo sedimentos en otros campos antes de alcanzar el río. La eficacia de esta
medida resulta reducida por este mecanismo. Por tanto, es importante tener zonas de
infiltración en la cuenca para reducir la erosividad de la escorrentía.
− La aplicación de fajas de hierba por supuesto no disminuye la producción de sedimentos. Por
tanto, puede ser necesario convertir las parcelas más erodables en pradera. Esta medida es
eficaz para reducir las zonas de producción de sedimentos, pero disminuye el área arable
drásticamente.
− Se puede concluir que la aplicación de un modelo como el STM -3D tiene muchas posibilidades
y que es factible añadir otras alternativas en la simulación, como labranza reducida, pequeñas
zonas de infiltración y otras medidas mecánicas o agronómicas (rotaciones o técnicas
adaptadas). El único requisito es tener relaciones entre escorrentía y erodabilidad por cada
medida simulada.

REFERENCIAS

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Flanders. Unpublished PhD thesis, Ghent University. 260p.
Campbell G.S., 1985. Soil physics with BASIC, Transport models for soil-plant systems. Elsevier,
Amsterdam.
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propagation of tides in river channels. French Academy of Science, 73, p.148-154, p.237-
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Drainage Engineering, 112(1), pp.39-59.
Green W.H.; Ampt G.A. 1991. Studies on soil physics, Part I: The flow of air and water through
soils. Journal of Agricultural Science, 4(1), p.1-24.
Manrique L. A.; Jones C. A. 1991. Bulk density of soils in relation to soil physical and chemical
properties. Soil Science Society of America Journal, 55, p.476-481.
Nearing M. A.; Norton L. D.; Bulgakov D. A.; Larionov G. A.; West L. T.; Dontsova, K. M.
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assessment of erosion. Proceedings of the international symposium, Ghent, Belgium,
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Verbist K.; Schiettecatte W.; Gabriels D.; Biesemans J. 2003. Usability of rainfall simulation
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Vereecken H.; Maes J.; Feyen J.; Darius P. 1989. Estimating the soil moisture retention
characteristic from texture, bulk density, and carbon content. Soil Science, 146(6), p.389-
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76
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Cantidad y calidad de sedimento bajo lluvia simulada en un


suelo Vertisol con modificaciones en el tamaño de los
agregados superficiales

Kvolek, Claudio Miguel


Cátedra de Manejo y Conservación de Suelos - Facultad de Agronomía - Universidad de Buenos Aires - Av.
San Martín 4453 C1417DSQ - Buenos Aires – Argentina. kvolek@agro.uba.ar

INTRODUCCIÓN

Los procesos de degradación debido a la erosión hídrica afectan prácticamente a todo el territorio
de la República Argentina, desde tierras de alto valor agrícola y ganadero de las regiones
húmedas hasta las regiones semiáridas que representan un 75 % del territorio. El grado de
deterioro actual de los suelos supera holgadamente las 25.000.000 hectáreas, incrementándose
a razón de 250.000 hectáreas por año (SAGYP Y CFA, 1995)
La erosión hídrica, de acuerdo a los mecanismos que actúen, se puede separar para su estudio
en tres procesos: erosión entre surcos, en surcos y en cárcavas (Meyer y Harmon, 1984). La
erosión en surcos o “rill erosion” resulta principalmente de la concentración de los escurrimientos,
mientras que la erosión entre surcos o “interrill erosion” es consecuencia del impacto de la gota
de lluvia en forma predominante (Meyer y Harmon 1984). La erosión entre surcos comprende dos
mecanismos: desprendimiento y transporte del material de la superficie del suelo por el impacto
de la gota de lluvia y por el movimiento horizontal de una delgada lámina superficial de agua
(Baver et. al. 1972).
La “Salpicadura” corresponde al transporte provocado por el impacto de la gota, lo cual produce
la ruptura y dispersión de los agregados de la superficie del suelo, obturando los poros
superficiales. Esto determina la formación de una delgada capa denominada “sello” que reduce la
infiltración e incrementa el escurrimiento (McIntyre, 1958).
La estabilidad de los agregados es uno de los factores que controlan la erosión entre surcos
(Young y Onstand, 1978) y esta a su vez está directamente relacionada con los mecanismos
responsables de la agregación.
El tamaño y la cantidad de partículas que son producidas en función del tiempo durante una
tormenta son importantes porque definen el grado y la extensión del sellado, y la forma en que se
rompen los agregados está en relación directa con sus factores de agregación (Rienzi y
Genovés, 1994).
Obtener mas información sobre el comportamiento de las condiciones superficiales de las camas
de siembra mas contrastantes ayudará a reconocer formas sencillas de protección y
conservación de estos suelos, identificando además eventuales focos contaminantes.

MATERIALES Y MÉTODOS

Para la determinación de pérdidas por salpicadura y escurrimiento se utilizó un simulador de


lluvias. La precipitación es producida por un formador de gotas de 1700 picos dispuestos en una
superficie de 0,56 m². Las gotas formadas tienen un diámetro de 2.8 (± 0.05 mm), (Rienzi, 1992).
El formador de gotas se coloca a tres metros de altura para lograr una energía cinética
-2 -1
acumulada de 1350 J.m con una intensidad de 55 mm.h durante sesenta minutos.
Por medio de tamices se seleccionó un rango de tamaño de agregados en cada tratamiento: a)
agregados pequeños: 2 a 4,8 mm de diámetro y b) agregados grandes: mayores a 4,8 mm,
cubriendo la superficie con un espesor homogéneo de agregados de los rangos elegidos. Debajo
de ellos, se colocó el suelo sin ninguna otra modificación. Las muestras acondicionadas se
colocaron en bandejas adaptadas para recolectar las partículas desprendidas por salpicadura y
escurrimiento.
Las tres situaciones contrastantes elegidas fueron: a) un monte natural que es la condición
prístina e inalterada de ese suelo; b) siembra directa de siete años de antigüedad y c) labranza
convencional por mas de 50 años.
El proceso duró una hora por muestra y cada diez minutos se recolectaron los productos de la
salpicadura y el escurrimiento. Estos fueron inmediatamente tamizados separándolos en

77
fracciones de diámetro medio mayores a 1mm, 0.75 mm, 0.375 mm, 0.125 mm y menores de
0.125 mm.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Cantidad y calidad del sedimento desprendido

Monte Natural (MN)


Con respecto a las pérdidas acumuladas, cuando se encontraron agregados pequeños en
-2
superficie no se superaron los 200 g.m de pérdida de sedimento. Con agregados grandes en la
-2
superficie, el desprendimiento por salpicadura no superó los 80 g.m , a diferencia del
-2
escurrimiento donde se registraron pérdidas acumuladas cercanas a los 240 g.m . En ambos
tratamientos (agregados) se encontraron las menores pérdidas acumuladas registradas en toda
la experiencia. Esto estaría explicado por la mayor estabilidad de los agregados de esta situación
prístina con respecto al resto de las situaciones, con lo cual se necesitarían cantidades mayores
de energía para romper los agregados superficiales. Como fuera observado por Roth y Eggert
(1994) los agregados grandes presentarían un efecto protector debido a que necesitan más
tiempo y energía para ser divididos.
Con respecto a la calidad del sedimento, el escurrimiento (Figura 1) presentan muy poca
cantidad de partículas pequeñas (menores a 0.125 mm), coincidiendo esto con el estado de
menor degradación del lote. Las partículas predominantes son las mayores a 1 mm,
potencialmente menos peligrosas como contaminantes y con menor capacidad de ser
transportadas.

Monte Natural - Calidad del sedimento desprendido

300
Pérdidas (g,m-2)

200

100

0
mayor a 1mm 0.75 mm 0.375 mm 0.125 mm menor a 0.125 mm

Tamaño de partículas

apE apS agE agS

Figura 1. Distribución de partículas seleccionadas por el escurrimiento (E) y la salpicadura (S) con
agregados grandes (ag) y pequeños (ap) en superficie en el Monte natural.

Siembra Directa de siete años (SD)


-2
El escurrimiento acumulado alcanzó valores de aproximadamente los 400 g.m con agregados
-2
pequeños en superficie, y la salpicadura superó en magnitud al anterior con 600 g.m . La figura 2
muestra que los agregados se rompieron en componentes más pequeños, con una mayor
proporción de partículas menores de 0.125 mm. En el escurrimiento se observa una alta
selectividad de estas partículas pequeñas. La Salpicadura muestra un porcentaje mayor de
partículas menores a 0.125 mm, con una proporción importante sobre el total de partículas de
0.125 y 0.375 mm.
El escurrimiento también determinó pérdidas con alta proporción de partículas mayores a 1 mm,
partículas con baja capacidad de transporte.

78
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Siembra Directa

300
Pérdidas (g/m2)

250
200
150
100
50
0
mayor a 1mm 0.75 mm 0.375 mm 0.125 mm menor a 0.125 mm
Tamaño de particulas (mm)

apE apS agE agS

Figura 2. Distribución de partículas seleccionadas por el escurrimiento (E) y la salpicadura (S) con
agregados grandes (ag) y pequeños (ap) en superficie en la situación Siembra directa.
Labranza Convencional (LCV)
Esta situación presenta uno de los menores valores de estabilidad estructural. Con agregados
pequeños en superficie se observaron las mayores pérdidas totales para el escurrimiento que
-2
superó los 460 g.m , sin embargo la salpicadura no se vio afectada, evidenciándose en estas
diferencias un efecto del tipo de agregados. En el tratamiento con agregados grandes, las
pérdidas acumuladas por escurrimiento y salpicadura alcanzan valores similares, pero sin
-2
superar los 300 g.m .
En la figura 3 se observa que selectividad de partículas menores a 0.125 mm predominó tanto en
la salpicadura como en el escurrimiento. En este tamaño se incluye a los coloides que son
potencialmente contaminantes. Diferentes autores admiten que el flujo superficial producido se
enriquece con partículas de limo y arcilla, carbono orgánico, nutrientes, pesticidas y otros
compuestos químicos asociados (Young et al., 1985; Palis et al, 1990; Wan y El Swaify, 1998).

Labranza Convencional

300
Pérdidas (g.m-2)

250
200
150
100
50
0
mayor a 1mm 0.75 mm 0.375 mm 0.125 mm menor a 0.125 mm
Tamaño de partículas

apE apS agE agS

Figura 3. Distribución de partículas seleccionadas por el escurrimiento (E) y la salpicadura (S) con agregados
grandes (ag) y pequeños (ap) en superficie en la situación Labranza Convencional.

Efecto del sello sobre la selectividad del proceso

Para tratar de determinar el efecto del proceso de sellado y las consecuencias de diferentes
tamaños de agregados sobre la selectividad de partículas, se comparó el porcentaje de partículas
menores a 0.125 mm producidas antes y después del sello, en la salpicadura y el escurrimiento.
La figura 4 muestra las pérdidas de partículas del escurrimiento, donde el Monte Natural con
agregados grandes en superficie produjo pequeñas cantidades de partículas menores a 0.125
mm, mientras que no se observaron efectos con agregados pequeños.

79
En la situación Siembra directa con agregados pequeños en superficie encontramos un
incremento importante de partículas menores a 0.125 mm, determinando una mala combinación
si pensamos en el riesgo de contaminación. Con agregados grandes no hubo efectos.
En Labranza convencional se encontró una reducción en la perdida de partículas menores a
0.125 mm que podría estar explicado por la mayor extensión del sello el cual reduce la tasa de
desprendimiento.
El mayor efecto de la selectividad del escurrimiento fue producido entre sistemas de labranza, lo
cual podría deberse a la estabilidad de los agregados al agua.

% de 100
partículas Agregados Pequeños
menores
a 0.125 antes del sello
80
mm.

Agregados Pequeños
60 después del sello

40
Agregados Grandes
antes del sello
20

0 Agregados Grandes
después del sello

MN SD LVC
Figura 4. Efectos del sello sobre la selectividad de la salpicadura

La figura 5 muestra la influencia de sello sobre la selectividad de partículas menores a 0.125 mm


en la Salpicadura. En el Monte natural no se observaron cambios significativos antes y después
del sello cuando se cambiaron los agregados en superficie.
En Siembra directa, luego del sello no se observaron cambios con agregados pequeños, pero
con agregados grandes el sello reduce la pérdida de partículas.
El efecto del sello fue diferente en la labranza convencional con agregados pequeños, sin
embrago no ocurrió así con agregados pequeños.
Aparentemente, las interacciones entre tamaño de agregado y el sello fueron más importantes
que el sistema de labranza.

Escurrimiento
% de
partículas 100
menores Agregados Pequeños
a 0.125 antes del sello
80
mm.

60 Agregados Pequeños
después del sello

40
Agregados Grandes
antes del sello
20

0 Agregados Grandes
MN SD LCV después del sello

Figura 5. Efectos del sello sobre la selectividad del


escurrimiento

80
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Relación de enriquecimiento del sedimento desprendido luego del sello

Con el objeto de observar la tendencia a enriquecerse en partículas de tamaños contrastantes:


menores a 0.125 mm y mayores a 1 mm, es decir las mas pequeñas y grandes respectivamente
medidas en el ensayo, se elaboró la ifgura 6, donde el Monte natural con la presencia de
agregados pequeños en superficie tiene tendencia a enriquecer el sedimento con ambas
partículas

Monte Natural

Ag. Pequeños
12 Escurrimiento
10
Enriquecimiento

Ag. Pequeños
Relación de

8 Salpicadura
6 Ag. Grandes
4 Escurrimiento
2 Ag. Grandes
0 Salpicadura
< 0,125 mm > 1 mm
Diámetro (mm)

Figura 6. Relación de enriquecimiento en la salpicadura y el escurrimiento después de formado el sello


con distinto tamaño de agregado en superficie en la situación Monte Natural.

En la situación con Labranza convencional, aunque en una magnitud distinta, también muestra
que la presencia de agregados pequeños en superficie enriquece el sedimento (Figura 7).

Labranza Convencional

Ag. Pequeños
7
Escurrimiento
6
Enriquecimiento
Relación de

5 Ag. Pequeños
4 Salpicadura
3
2 Ag. Grandes
1 Escurrimiento
0
< 0,125 mm > 1 mm Ag. Grandes
Salpicadura
Diámetro ( mm )

Figura 7. Relación de enriquecimiento en la salpicadura y el escurrimiento después de formado el sello


con distinto tamaño de agregado en superficie en la situación Labranza Convencional.

CONCLUSIONES

− La calidad y cantidad de partículas desprendidas está gobernada por las características de


cada situación, donde la estabilidad estructural de los agregados es la condicionante principal
de estos desprendimientos. El Monte natural presentó siempre las menores pérdidas y su
tendencia fue a producir partículas grandes, con poca capacidad de ser transportadas y
potencialmente menos peligrosas como vehículos de contaminantes. La Siembra directa
presenta características intermedias. La situación con Labranza convencional fue la que

81
presentó mayores pérdidas de sedimento y seleccionó partículas menores de 0.125 mm, más
riesgosas en términos de polución ambiental.
− En cuanto a la selectividad luego de producido el sello, en el escurrimiento, el efecto mas
importante fue producido por el sistema de labranza, relacionado a la estabilidad de sus
agregados al agua. En lassalpicadura, la interacción tamaño de agregados y sello fueron mas
importantes que el sistema de labranza.
− La relación de enriquecimiento luego de formado el sello independientemente de la situación
siempre fue mayor cuando se encontraron los agregados pequeños en superficie.

REFERENCIAS

Baver L.D.; Gardner W.H.; Gardner, W. R. 1972. Soil Physics, John Wiley, New York.
Mc Intyre D.S. 1958 Permeability measurements of soil crusts formed by raindrop impact. Soil
Science, 85: 185-189.
Meyer L. D.; Harmon W. C. 1984. Susceptibility of agricultural soils to interrill erosion. Soil
Science. 48: 1152 – 1156.
Palis R.G.; Okwach G.; Rose C.W.; Saffigna P.C. 1990. Soil erosion processes and nutrient
loss. The effect of surface contact cover and erosion processes on enrichment ratio and
nitrogen loss in eroded sediment. Aust. J. Soil Res., 28: 641-658.
Rienzi E. A. 1992. Influencia de algunos factores de agregación en los procesos de sellado–
encostrado de un Argiudol típico. Tesis de Magíster Scientiae Escuela para Graduados
FAUBA. 98 pp.
Rienzi E. A.; Genovés J. 1994 Desprendimiento de partículas a partir de los agregados de una
cama de siembra. Investigación Agraria. Producción y protección vegetales, Madrid,
España. Vol. 9 (3):427-438.
Roth C.H.; Eggert T. 1994. Mechanisms of aggregate breakdown involved in surface sealing,
runoff generation and sediment concentration on loess soils. Soil & Tillage Research 32:253-
268.
SAGYP y CFA. 1995. El deterioro de las tierras en la República Argentina – Alerta Amarillo.
Publicación especial de la Secretaría de Agricultura Ganadería y Pesca de la República
Argentina.
Wan Y.; El-Swaify S. A. 1998. Sediment enrichment mechanisms of organic carbon and
phosphorous in a well-aggregated Oxisol. J. Environ. Qual. 27: 132-138.
Young R. A.; Onstand C. A. 1978 Characterization of rill and interrill eroded soils Trans ASAE
21: 1126 –1130.
Young R. A.; Olness A. E.; Mutchler C. K.; Moldenhauer W. C. 1985. Chemical and physical
enrichment of sediment from cropland. Trans. ASAE, 29: 165-169.

82
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Prioridades de atención conservacionista según los


riesgos de erosión potencial y actual en la Cuenca media
del Río Pao, Venezuela.

Joei Jakeline Guillén Moncada y Oscar Antonio Silva E.


Universidad Central de Venezuela. Facultad de Agronomía. Av. El Limón, Maracay, Venezuela.
joeiguillen@hotmail.com

INTRODUCCIÓN.

La degradación de las tierras a nivel mundial pone en peligro la seguridad alimentaria de la


creciente población. Uno de los principales problemas de degradación es la erosión hídrica.
Determinar el grado de sensibilidad a la erosión hídrica, con la finalidad de establecer prioridades
de atención de los riesgos de erosión potenciales y actuales de la cuenca media del Río Pao, es
de gran importancia debido a que los problemas de erosión de una cuenca no se pueden tratar
todos al mismo tiempo, de esta manera se facilita el manejo y se le da mayor prioridad a zonas
que sean más sensibles a la erosión hídrica, lo cual puede visualizarse en mapas, además se
pueden determinar los requerimientos de conservación de dicha zona.
La zona bajo estudio, reviste gran importancia debido a que surte de agua a la Región Central de
Venezuela, específicamente a las ciudades de Maracay y Valencia.

MATERIALES Y METODOS
Una vez generados digitalmente los mapas de riesgo de erosión potencial y actual mediante la
utilización de un Sistema de Información Geográfica y del modelo USLE, se procedió a
establecer las prioridades de atención conservacionista de las microcuencas en el área
estudiada, tomando en consideración los siguientes tres (3) criterios:

1. Prioridad según la erosión.


2. Prioridad según la superficie.
3. Prioridad según la localización.

Estos criterios se asocian cuantitativamente con la siguiente expresión:

Ip = Pe.Ps.Pl (1)

Donde: Ip: Índice de prioridad de atención conservacionista, Pe: Prioridad según la erosión, Ps:
Prioridad según la superficie, Pl: Prioridad según la localización.

Los índices de prioridad de atención conservacionista se clasificaron de acuerdo a la valoración


señalada en el Cuadro 1.

Cuadro 1. Calificación de índices de prioridad de atención conservacionista.

Valor de Ip(p) o Ip(a) Calificación


0 – 0.5 Ligera
0.5 - 1 Moderada
1–2 Moderadamente alta
2–3 Alta
>3 Muy alta
(p): potencial; (a): actual

La prioridad según la erosión, es el promedio ponderado de los valores de erosión según el área
que ocupa en cada microcuenca:

83
a1.E´1 + a 2.E´2 + a3.E´3 + a 4.E´4 + a 5.E´5
Pe = (2)
AT

Donde: a: es el área ocupada por cada clase de erosión (%), E´: centro de clase de erosión, AT:
área total (%)

Los valores obtenidos de prioridades según la erosión se clasificaron de acuerdo a lo expuesto


en el cuadro 2.

Cuadro 2. Clasificación de prioridades según la erosión (Pe).

Clase de erosión Pérdida de suelo Valor de Pe Categoría


-1 -1
(E) Mg.ha año
1 < 10 0–1 Ligera
2 10 - 50 1-2 Moderada
3 50 – 100 2–3 Moderadamente alta
4 100 – 200 3–4 Alta
5 > 200 4-5 Muy alta

La prioridad según la superficie es la relación entre las áreas de cada una de las microcuencas y
el área de la microcuenca más grande.

Am
Ps = (3)
AM

Donde: Am : Área de la microcuenca (ha), AM: Área de la microcuenca más grande (ha)

La prioridad según la localización relaciona el recorrido fluvial desde cada microcuenca hasta el
embalse con respecto al recorrido fluvial más largo en la cuenca.

d 
Pl = 1 −   (4)
D 

Donde: d: distancia desde el punto donde se interceptan todas las aguas arriba de una
microcuenca hasta el embalse Pao-La Balsa (m), D: la mayor distancia desde el punto donde se
interceptan todas las aguas arriba de una microcuenca hasta el embalse Pao-La Balsa (m)

Con base en el Cuadro 3, se clasificaron los valores obtenidos de prioridades según la superficie
y la localización.

Cuadro 3. Clasificación de prioridades según la superficie (Ps) y localización (Pl).

Valor de Ps y Pl Categoría
0 – 0.3 Baja
0.3 – 0.6 Media
0.6 - 1 Alta

84
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

El área estudiada presenta dos (2) categorías de prioridad según la erosión potencial (Pe(p));
siendo éstas alta y muy alta. La primera ocupa el 29,79% de la superficie total de la cuenca
media y se compone de las microcuencas Caimancito, Gamelotal, El Palmar y Caimán Grande.
La segunda categoría ocupa el 66,44% de la superficie y se compone de las microcuencas Pao,
Aragüita, Mucaria, Pacaragua y Prepo. También se presentan dos (2) categorías de prioridad
según la erosión actual (Pe(a)); siendo éstas moderada y moderadamente alta. La primera ocupa
el 13,26% de la superficie total de la cuenca media (microcuencas Caimancito y Gamelotal). La
segunda categoría ocupa el 82,97% de la superficie y se compone de las microcuencas Pao,
Aragüita, Mucaria, Pacaragua, Prepo, el Palmar y Caimán Grande. (Cuadro 4)

Cuadro 4. Valores y categorías de las prioridades según la erosión potencial (Pe(p) ) y actual (Pe(a) ).

Microcuencas Area Area Area Pe(p) Area Pe(a)


(ha) (%) Acumulada Ac. (%)
(%)
Valor Categoría Valor Categoría
Aragüita 8748.2 5.58 4.41 Muy Alta 2.93 Moderadamente alta
Prepo 12352.4 7.88 4.41 Muy Alta 2.88 Moderadamente alta
Pacaragua 22964.2 14.64 4.35 Muy Alta 2.98 Moderadamente alta
Mucaria 40527.9 25.84 4.31 Muy Alta 2.95 Moderadamente alta
Pao 19606.7 12.50 66.44 4.13 Muy Alta 82.97 2.79 Moderadamente alta
Caimán Grande 17272.3 11.01 3.86 Alta 2.31 Moderadamente alta
El Palmar 8660.6 5.52 3.86 Alta 2.09 Moderadamente alta
Gamelotal 8588.6 5.48 3.40 Alta 1.78 Moderada
Caimancito 12209.3 7.78 29.79 3.38 Alta 13.26 1.72 Moderada
Embalse Pao- 5907.5 3.77 3.77 0.00 Ligera 3.77 0.00 Ligera
La Balsa

Se observa que el área bajo estudio presenta tres (3) categorías de prioridad según la superficie
(Ps), las cuales son: alta, media y baja. La primera categoría ocupa el 25,84% de la superficie
total y a ésta pertenece la microcuenca Mucaria, que presenta la mayor área con respecto a las
nueve microcuencas. La segunda categoría ocupa el 46,03% de la superficie total y se compone
de las microcuencas Pao, Pacaragua, Prepo y Caimán Grande. La tercera categoría ocupa el
24,36% de la superficie y a ésta pertenece las microcuencas Caimancito, Aragüita, Gamelotal y
el Palmar (Cuadro 5)

Cuadro 5. Valores y categorías de las prioridades según la superficie (Ps).

Microcuencas Area Area Area Ps


Acumulada
(ha) (%) (%) Valor Categoría
Mucaria 40527.88 25.84 25.84 1.00 Alta
Pacaragua 22964.18 14.64 0.57 Media
Pao 19606.69 12.50 0.48 Media
Caimán Grande 17272.26 11.01 0.43 Media
Prepo 12352.43 7.88 46.03 0.31 Media
Caimancito 12209.25 7.78 0.30 Baja
Aragüita 8748.19 5.58 0.22 Baja
Gamelotal 8588.56 5.48 0.21 Baja
El Palmar 8660.64 5.52 24.36 0.21 Baja
Embalse Pao-La Balsa 5907.50 3.77 3.77 0.00 Baja

85
Se presentan tres (3) categorías de prioridad según la localización (Pl), las cuales son: alta,
media y baja. La primera categoría ocupa el 68,14% de la superficie total y se compone de las
microcuencas Caimancito, Pao, Mucaria, Gamelotal, el Palmar y Caimán Grande, éstas
presentan el más alto valor de Pl debido a que todas las aguas que drenan de ellas llegan
directamente al embalse Pao la Balsa. La segunda categoría ocupa el 14,64% de la superficie
total, a ésta pertenece la microcuenca Pacaragua. La tercera categoría ocupa el 13,45% de la
superficie y a ésta pertenece las microcuencas Aragüita y Prepo. (Cuadro 6)

Cuadro 6. Valores y categorías de las prioridades según la localización (Pl).

Microcuencas Area Area Área Pl


Acumulada
(ha) (%) (%) Valor Categoría
Mucaria 40527.88 25.84 1.00 Alta
Pao 19606.69 12.50 1.00 Alta
Caimán Grande 17272.26 11.01 1.00 Alta
Caimancito 12209.25 7.78 1.00 Alta
El Palmar 8660.64 5.52 1.00 Alta
Gamelotal 8588.56 5.48 68.13 1.00 Alta
Pacaragua 22964.18 14.64 14.64 0.87 Media
Aragüita 8748.19 5.58 0.27 Baja
Prepo 12352.43 7.88 13.46 0.00 Baja
Embalse Pao-La Balsa 5907.50 3.77 3.77 0.00 Baja

Se observa que los valores de Ip(p) de cada microcuenca son más altos que los de Ip(a), debido a
que éste último índice evalúa la influencia que tiene la cobertura vegetal sobre la erosión. No
obstante el orden de las prioridades de atención a la erosión son las mismas (Cuadro 7)

Cuadro 7. Valores y categorías de índices de prioridades de atención a la erosión potencial y actual en la


Cuenca Media del Río Pao.

Microcuencas Ip(p) Ip(a)


Valor Categoría Valor Categoría
Mucaria 4.3100 Muy alto 2.9500 Alto
Pacaragua 2.1572 Alto 1.4778 Moderadamente alto
Pao 1.9824 Moderadamente alto 1.3392 Moderadamente alto
Caimán Grande 1.6598 Moderadamente alto 0.9933 Moderado
Caimancito 1.0140 Moderadamente alto 0.5160 Moderado
El Palmar 0.8106 Moderado 0.4389 Ligero
Gamelotal 0.7140 Moderado 0.3738 Ligero
Aragüita 0.2620 Ligero 0.1740 Ligero
Prepo 0.0000 Ligero 0.0000 Ligero
Embalse Pao-La 0.0000 Ligero 0.0000 Ligero
Balsa

La prioridad de atención a la erosión potencial indica la importancia relativa, en cuanto a planes


de manejo y mejoramiento de las diferentes microcuencas según su sensibilidad ante la erosión.
Esta distribución sería la siguiente:

(a) Primer nivel de atención (muy alta y alta prioridad): Mucaria y Pacaragua.

86
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

(b) Segundo nivel de atención (moderadamente alta y moderada prioridad): Pao, Caimán
Grande, Caimancito, El Palmar y Gamelotal.
(c) Tercer nivel de atención (ligera prioridad): Aragüita y Prepo.

La prioridad de atención a la erosión actual indica la importancia relativa, en cuanto a planes de


manejo y mejoramiento de las diferentes microcuencas según estado presente de degradación
por erosión. Esta distribución sería la siguiente:

(a) Primer nivel de atención (muy alta y alta prioridad): Mucaria.


(b) Segundo nivel de atención (moderadamente alta y moderada prioridad): Pacaragua, Pao,
Caimán Grande y Caimancito.
(c) Tercer nivel de atención (ligera prioridad): El Palmar, Gamelotal, Aragüita y Prepo.

CONCLUSIONES

- La metodología utilizada es de fácil desarrollo y aplicación, ya que necesita pocos parámetros y


con sus resultados se puede inferir con cierto grado de confiabilidad las áreas que requieren de
pronta atención.
- La metodología empleada permitió integrar en un solo índice las cualidades: riesgo de erosión,
importancia por superficie e importancia por localización de las microcuencas.
- La metodología permitió diferenciar áreas con degradación ligera y moderada pero con alta
sensibilidad a la erosión. Ello implica que su manejo debe ser cuidadoso de lo contrario su
deterioro ocurriría a corto plazo.
- El criterio de subdivisión del área de estudio en microcuencas es de gran utilidad para
establecer las prioridades de atención a la erosión pero, se recomienda subdividir según el
mismo orden del tributario para evitar que siempre tenga más peso la microcuenca más
grande.
- Conviene tener presente que los valores absolutos de pérdida de suelo por la USLE son
sobrestimados, ya que no toma en consideración el deposito de sedimentos, lo cual ocurre en
la práctica.
- Los resultados obtenidos en este estudio pueden servir de base en el trazado de políticas para
la conservación de la cuenca media del río Pao. Además, la metodología y criterios propuestos
podrían ser la base de otros estudios o procedimientos mejorados de evaluación cuantitativa y
espacial de la erosión con fines de planificación y mejoramiento de cuencas.
- Se recomienda realizar la verificación en campo de los resultados obtenidos para validar el
estudio y hacer los ajustes necesarios en cuanto a jerarquías u ordenes de magnitud de los
niveles de erosión y, consecutivamente, de la determinación de prioridades de atención.

REFERENCIAS

Edeso J.; Marauri, P.; Merino, A. 1999. Aplicaciones de los Sistemas de Información Geográfica
en los estudios geomorfológicos y medioambientales, el mapa sintético de riesgos
potenciales y el mapa de erosión. Gipuzkoa. 22p.
En: http://www.arrakis.es/~pedromm/articulo1.html.
Jegat H.; Espinosa, C. 1991. Cuantificación de la pérdida superficial de suelos a nivel de cuenca
mediante la aplicación de la Ecuación Universal de Pérdida de Suelo (USLE). E n:
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88
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Efecto de enmiendas cálcicas y cobertura plástica sobre la


infiltración y los procesos erosivos

Eduardo Abel Rienzi


Cátedra de Manejo y Conservación de Suelos, Facultad de Agronomía Universidad de Buenos Aires, Av.
San Martín 4453 (C1417DSE) Buenos Aires. rienzi@agro.uba.ar

INTRODUCCIÓN

Los suelos arenosos de zonas áridas y semiáridas son frágiles y muy susceptibles a presentar
procesos de sellado y encostramiento superficial (Rao et al., 1998a y Rao et al., 1998b). En estas
regiones mejorar la agregación del suelo es una práctica recomendada, pero la acumulación de
materia orgánica es muy difícil debido a las condiciones del medio; la agregación está
condicionada porque dependen de puentes catiónicos, principalmente con calcio (Muneer y
Oades, 1989; Chenu, 1992).
El uso de yeso como enmienda cálcica podría ser apropiado para favorecer la agregación por su
acción floculante (Singer y Warrington, 1992); de esta manera se esperaría mejorar el
comportamiento hidrológico de estos suelos, por un aumento en la porosidad que tendría efecto
sobre la infiltración.
Asimismo, el aumento en el tamaño y resistencia de los agregados disminuirían la predisposición
al desprendimiento por impacto de gotas, disminuyendo la carga de sedimentos que fluye en el
escurrimiento superficial (Roth y Eggert, 1994; Rienzi y Genovés, 1994).
Otra técnica que podría tener utilidad en estos suelos, cuando es difícil instalar una cobertura
natural debido a las condiciones ambientales, consiste en el uso de mallas de materiales
resistentes, para aumentar la rugosidad y capturar las partículas que se desprenden con las
lluvias y disipando la energía de impacto de las gotas.
Estos mecanismos tendrían que disminuir la velocidad del escurrimiento y aumentar por
consiguiente, las posibilidades de infiltración (Moss, 1989; Bradford y Huang, 1994).
El objetivo de este trabajo fue evaluar el efecto de la utilización de enmiendas cálcicas y de una
red de malla plástica sobre algunos aspectos de los procesos de erosión hídrica, con el
propósito de utilizarlos como herramientas complementarias de control de procesos hidrológicos
en las regiones áridas que presentan suelos arenosos y escasa cobertura.

MATERIALES Y MÉTODOS

Se tomaron muestras de suelo superficial de un Calciorthid típico de textura arenosa del Valle de
Santa María en la provincia de Catamarca; la distribución de partículas y el contenido de carbono
orgánico se muestran en el cuadro 1. Se separaron las muestras de suelo superficial en tres
submuestras, con tres repeticiones cada una; a una de las submuestras se le agregó cloruro de
calcio en una cantidad equivalente a 5 toneladas de yeso por hectárea y se dejó actuar durante
siete días. El segundo conjunto de submuestras fue cubierto con una malla de red de plástico con
aberturas de 1,5 x 1,5 cm. El tercer conjunto de submuestras fue utilizado como testigo sin
ningún tipo de tratamiento. Todas las muestras se expusieron a lluvia simulada, utilizando un
-2
simulador de lluvias (Rienzi, 1994), con una energía cinética de 1350 J.m y una intensidad de
-1
55 mm.h durante 60 minutos.
Se utilizaron bandejas especiales de 32 cm x 40 cm con paredes deflectoras de 50 cm de altura,
con pequeños canales en sus bordes para separar la salpicadura del escurrimiento que fluye
libremente en el frente a través de un canal especial. El fondo de la bandeja presenta orificios
destinados a captar el agua de infiltración (Rienzi, 1994). Cada diez minutos se recolectaron los
recipientes previamente identificados; la salpicadura y el escurrimiento fueron inmediatamente
tamizados separándolos en fracciones de diámetro medio mayores a 1 mm, 0,5 mm, 0,25 mm,
0,05 mm y menores a 0,05 mm. Simultáneamente se midió el volumen de agua infiltrada para
cada intervalo de diez minutos, para detectar el inicio del proceso de sellado (Rienzi, 1994).
La selectividad se midió como porcentaje de partículas en cada tamaño sobre el total de
partículas desprendidas; la relación de enriquecimiento se evaluó según la ecuación siguiente
(Wang y El Swaify, 1998):

89
–1
RE = W 1 x W2 (1)

donde: RE: relación de enriquecimiento


W 1: peso en gramos de las partículas de cada diámetro en el sedimento.
W 2: peso en gramos de las partículas del mismo diámetro en el suelo previo a la lluvia.

Los datos obtenidos se analizaron por medio del análisis de variancia de una sola vía y
multifactorial con interacciones (Steel y Torrie, 1992).

Cuadro 1 : Distribución de tamaño medio de partículas y principales características de horizonte superficial


de un Calciorthid del Valle de Santa María (Catamarca) Argentina

------------Diámetro medio de partículas---------------- CO Ca Mg Na K pH CE


mm 0,125 0,375 0,5 1,5 2,5 3,9 6,4 7,5 g kg-1 ------cmol (+) kg –1----- dSm -1
g.kg-1 570 100 50 70 30 40 10 100 2,52 109 106 20 0,8 7,8 2,8
CO: Carbono orgánico; Ca: Calcio ; Mg: Magnesio ; Na: Sodio ; K:Potasio ; CE: Conductividad eléctrica

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Pérdidas totales y relación salpicadura / escurrimiento


El cuadro 2 muestra las pérdidas totales y los valores correspondientes a cada subproceso de
erosión, para el suelo desnudo y para los tratamientos analizados. Contrario a lo esperado, las
pérdidas totales aumentan en lugar de disminuir en ambos tratamientos (enmienda cálcica y
malla plástica). Los valores hallados sin embargo, se encuentran dentro de los rangos
mencionados por otros autores en suelos de similares características (Levy et al., 1994).
Se observa además que las pérdidas totales durante la lluvia simulada en el suelo Testigo, se
componen de un 46 % de escurrimiento y un 54 % de salpicadura.
En las muestras con enmienda cálcica, se modificó la participación relativa de los subprocesos
erosivos; el escurrimiento aumentó, alcanzando un valor del 76 % sobre el total de las pérdidas a
diferencia de la salpicadura, la cual se redujo hasta representar un 24 % del total.
A pesar de la distinta naturaleza de los tratamientos, la cobertura de malla plástica también
produjo un aumento en la proporción del escurrimiento en las pérdidas totales, alcanzando el
70% del total de pérdidas.

Cuadro 2: Pérdidas totales y parciales para cada subproceso erosivo, en el suelo Testigo y los tratamientos
analizados.

TRATAMIENTOS PÉRDIDA SALPICADURA ESCURRIMIENTO


TOTAL (gr.m -2) (gr.m -2)
(gr.m -2) % %

Santa María sin 113.20 a 60.64 a 54 52.56 a 46


tratamientos (Testigo)
Santa María con 196.25 b 47.11 a 76 149.14 a 24
agregado de calcio
Santa María con malla de 205.6 b 61.62 a 70 143.68 a 30
protección
Letras diferentes en la misma columna, representan diferencias significativas con p< 0,05%.

Este cambio en la composición del proceso erosivo a consecuencia de los tratamientos


empleados, los cuales levan al escurrimiento a ser el responsable de las pérdidas totales,
sugiere que la erosión entre surcos es muy dependiente de las condiciones de la superficie,
como fuera observado por Huang (1998) y Wan y El Swaify (1998).
La importancia de reconocer la dependencia del proceso con las condiciones de la superficie del
suelo, que incluyen tanto el tamaño y la estabilidad de los agregados como la rugosidad o la
cobertura, radica en que las prácticas dirigidas a controlar la erosión entre surcos deben
contemplar necesariamente todos los aspectos inherentes a este tipo particular de erosión, en
donde tanto la salpicadura como el escurrimiento tienen una participación independiente en el
movimiento y la calidad de las partículas del evento erosivo.

90
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Efecto de los distintos tratamientos sobre el proceso de selectividad de partículas


La selectividad de partículas provocadas por la erosión es un aspecto que se conoce desde
mucho tiempo atrás (Govers, 1985; Flanagan y Nearing, 2000); en un sentido amplio puede
definirse como la capacidad del proceso erosivo para transportar un determinado diámetro de
partículas en forma predominante y puede aplicarse tanto a partículas físicas como a los
elementos químicos y orgánicos asociados o no asociados a ellas.
Se ha observado en numerosos trabajos que la salpicadura y el escurrimiento pueden presentar
diferente selectividad (Sutherland et al, 1996; Wan y El Swaify, 1998; Rienzi y Sanzano, 2002;
Rienzi y Grattone, 2002). En este caso, la figura 1 muestra que en el Testigo, la salpicadura fue
un proceso más selectivo que el escurrimiento, especialmente con las partículas menores a 0,05
mm. En el escurrimiento la selección fue dirigida a los tamaños 0,05 y 0,25 mm, de tal manera
que representan el 33 % del total, aproximadamente.
Con el uso de enmiendas cálcicas, comienza a predominar una mayor selectividad en el
escurrimiento y se produce un cambio en el tamaño de partícula seleccionado, con una mayor
preferencia sobre las partículas mayores a 0,05mm en ambos subprocesos.
La presencia de la malla en superficie presentó el mismo efecto que la enmienda cálcica,
eliminando la diferencia en selectividad de los subprocesos y concentrando la preferencia en las
partículas de 0,05 mm y en menor proporción sobre las de 0,25 mm.
Debido a que la red plástica en superficie actúa en parte disipando la energía de impacto de las
gotas de lluvia, este comportamiento confirma que los mecanismos de la selectividad son
dependientes de la energía de la lluvia, como fuera mencionado por Wan y El Swaify (1998) y
Rienzi y Sanzano (2002).

Figura 1: Selectividad de los subprocesos en los


distintos tratamientos del suelo arenoso de Santa
María
100%
PORCENTAJE
(%)

80%
1 mm
Porcentaje

60%
0,5 mm

40%
0,25 mm
0,05 mm
20% < 0,05 mm

0%
ESCURRIMIENTO

ESCURRIMIENTO

ESCURRIMIENTO
SALPICADURA
SALPICADURA

SALPICADURA

TESTIGO CON CALCIO CON MALLA

SUBPROCESOS EROSIVOS

Figura 1. Selectividad de los subprocesos en los distintos tratamientos en el suelo arenoso de Santa María

Consecuencias de la selectividad: cambios provocados en la relación de enriquecimiento


(RE).
El sedimento producido por la salpicadura en el Testigo presenta valores de enriquecimiento en
partículas de 0,025 mm que alcanzan el doble de los valores presentes en el suelo antes de la
lluvia.
Para las partículas de mayor tamaño (1mm) en cambio, la relación de enriquecimiento se acerca
a cero, lo cual implica que la salpicadura o no puede desprenderlas o los agregados son tan
débiles que no soportan el impacto de las gotas de lluvia (Figura 2a).
En las fracciones intermedias se observó una situación diferente; las partículas de 0,25 mm
aumentan su presencia en el sedimento mientras que se mantienen sin cambios las partículas
de 0,5 mm. Sutherland et al. (1996) encontraron que en general tanto la salpicadura como el

91
escurrimiento presentaban preferencia por las partículas menores a 0.064 mm en un Oxisol de
textura arcillosa y además la salpicadura también transportaba partículas de 0, 5 a 1 mm.
Las diferencias que se observan para las partículas de mayor tamaño en este caso pueden
deberse a las diferentes texturas de los suelos empleados, ya que en el Calciorthid, esos
diámetros pueden corresponder a gravillas y no ser transportados o ser agregados tan débiles
que no aparecen en el sedimento.
Con la enmienda cálcica se logró que las partículas de 0,25 mm disminuyeran la RE de 1,47 a
menos de 1; en el resto de los tamaños no se observaron modificaciones. Una causa probable
para este comportamiento puede ser la cementación de estas partículas (Chenu, 1992). La malla
plástica en superficie en cambio, provocó que los tamaños de partículas de 0,25 mm aumentaran
sus RE hasta 2,73 en la salpicadura (Figura 2a).
En el caso del escurrimiento en el Testigo (Figura 2b), los valores de enriquecimiento muestran
que el sedimento mantiene valores similares al suelo original en los tamaños de 0,025 mm, 0,5
mm y 1mm. Las partículas de 0,25 mm en cambio, muestran un pronunciado enriquecimiento
(3,57).
La enmienda cálcica aumentó la RE para partículas de 0,025 mm, mientras que para el resto de
los tamaños esta relación disminuyó, siendo las partículas de 0,25 mm las que más se redujeron
como resultado del tratamiento (Figura 2b).
En cambio, el mayor efecto de la red plástica se manifestó con los tamaños de 0,25 y 0,5 mm,
aumentando marcadamente la RE; sin embargo, no tuvo ningún efecto con los tamaños inferiores
a 0,25 mm, ni con las partículas de 1 mm. Este comportamiento coincide con lo observado por
Jin y Römkens (2001) en el sentido de que las trampas de sedimentos en superficie son
insuficientes para atrapar partículas de diámetros muy pequeños, porque éstas dependen del
movimiento del agua en superficie antes que de la energía de la lluvia.

Figura 2 : Relación de enriquecimiento Figura 3 : Relación de enriquecimiento de


b)
a)
de partículas en la salpicadura del suelo partículas en el escurrimiento del suelo
de Santa María para los distintos de Santa Maria para los distintos
tratamientos. tratamientos.
4
3
3,5
2,5
3
enriquecimiento

enriquecimiento
Relación de

2
Relación de

2,5
1,5 2
1 1,5

0,5 1

0 0,5

0,025 0,25 0,5 1 0


0,025 0,25 0,5 1
Diámetro de particulas (mm)
Diámetro de partículas (mm)
RE (suelo desnudo) RE (suelo con malla)
RE (suelo con calcio) RE (suelo desnudo) RE (suelo con malla) RE (suelo con calcio)

Figura 2. Relación de enriquecimiento de partículas en la salpicadura (a) y en el escurrimiento (b) en el


suelo de Santa María para los distintos tratamientos

Efecto sobre los valores de velocidad de infiltración para los tratamientos considerados.
En el suelo Testigo, la velocidad de infiltración se modifica en pequeños valores durante el
tiempo analizado, llegando a un valor final sin diferencias significativas con el valor inicial
-1
(p<0,05%), alrededor de los 20 mm.h (Figura 3).
-1
Levy et al (1994) encontraron en un suelo arenoso un valor inicial de 32 mm.h que luego
-1
disminuía hasta alcanzar los 8 mm.h , mientras que Levy et al. (1986) encontraron un valor
–1 –1
inicial de 29 mm.h que disminuía hasta los 24 mm.h
Con la malla plástica se encontró que la velocidad de infiltración superaba el valor del Testigo
-1
durante todo el evento, manteniéndose cerca de 24 mm.h . Este aspecto es de particular interés
en los suelos de zonas áridas, por lo que podría ser tomado en cuenta como práctica
complementaria cuando se busca la restauración de cobertura vegetal al aumentar la eficiencia
de las estructuras destinadas a la colecta de agua. La situación contraria se produjo con la

92
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

-1
aplicación de la enmienda cálcica, observándose que la velocidad inicial de 23,6 mm.h
-1
disminuye hasta alcanzar un valor final de 14,7 mm.h .
Shainberg y Letey (1984) encontraron en suelos de textura arenosa que la velocidad de
infiltración permanece constante durante los primeros 10 minutos, situación que fue observada
también en nuestros suelos. Cuando le aplicaron una enmienda cálcica, ellos observaron una
-1.
abrupta disminución en la velocidad de infiltración hasta alcanzar valores cercanos a 8 mm.h
-1
Shainberg (1992) también observó que un suelo arenoso con 5 Mg.ha de yeso disminuyó su
-1 -1.
velocidad de infiltración de 45 mm.h a 27 mm.h Esto fue provocado por el sello superficial
producido por el calcio en estos suelos, lo cual parece ser una situación frecuente; ello puede
deberse a que la enmienda induce la formación de agregados con diámetros equivalentes a los
poros de conducción, los cuales se obturan con mucha facilidad. En este caso, como sugiere la
RE, las modificaciones observadas en las partículas menores a 0,025 mm parecen determinantes
de este proceso de sellado, ya que en el Testigo y con la malla plástica estas partículas tienden a
permanecer sin cambios.

FIGURA 4 : VALORES DE VELOCIDAD DE


INFILTRACION PARA LAS SITUACIONES
CONSIDERADAS

30
de Infiltración
VELOCIDAD DE
INFILTRACION

25

20
( mm.h )
-1

15
10
Velocidad

5
0
10 20 30 40 50 60
TIEMPO (minutos)

CON ENMIENDA CALCICA CON MALLA PLASTICA


TESTIGO

Figura 3. Valores de velocidad de infiltración para las situaciones consideradas

CONCLUSIONES

− En este trabajo se observó un aumento en las pérdidas totales producidas por erosión hídrica
con los dos tratamientos analizados, conjuntamente con un cambio en la predominancia de los
subprocesos de erosión entre surcos; en ambos tratamientos, la participación del escurrimiento
fue mucho mayor que la salpicadura en las pérdidas totales.
− La diferencia en selectividad entre los subprocesos erosivos fue eliminada por los
tratamientos empleados; con la enmienda cálcica aparece una mayor preferencia sobre las
partículas superiores a 0,05 mm, que se repite con la malla plástica, aunque en este caso
también se seleccionan en menor proporción las partículas de 0,25 mm.
− A consecuencia del efecto sobre los mecanismos de selectividad, la relación de
enriquecimiento en el escurrimiento de partículas de tamaño medio de 0,025 mm aumentó
marcadamente con la enmienda cálcica, mientras que disminuyó para el resto de los tamaños
de partículas. En cambio, con la red plástica la relación de enriquecimiento aumentó para los
tamaños de 0,25 y 0,5 mm pero no tuvo ningún efecto con las otras partículas.
− Los valores de la relación de enriquecimiento de la salpicadura con la aplicación de la
enmienda se modificaron muy poco, excepto por la marcada reducción en el tamaño de
partículas de 0,25 mm y el aumento en partículas menores a 0,025 mm. Por el contrario, la red
plástica en superficie aumentó la RE de partículas superiores a 0,25 mm.

93
− La disminución de los valores de infiltración observados con la enmienda cálcica fue atribuida a
las alteraciones observadas en la relación de enriquecimiento de las partículas de 0,25 y
menores a 0,025 mm que fueron determinantes en la generación del sello superficial.
− La evidencia de valores sostenidos y relativamente altos en la velocidad de infiltración cuando
se empleó una red plástica a pesar de la escasa eficiencia como control de erosión entre
surcos, debería ser tenida en cuenta para aumentar las posibilidades de restaurar la cobertura
vegetal en los suelos arenosos de ambientes áridos y semiáridos.

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94
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Evolución de algunas propiedades físicas y químicas de


un Mollisol asociadas a manejo en cero labranza.

E. Martínez, S. Valle, P. Silva y E. Acevedo


Universidad de Chile. Facultad de Ciencias Agronómicas. Departamento de Producción Agrícola.
Laboratorio de Relación Suelo-Agua-Planta. Av. Santa Rosa 11.315, Santiago, Chile. emartine@uchile.cl

INTRODUCCIÓN

El cambio de manejo del suelo de labranza tradicional (LT), a una condición de cero labranza
(CL) con rastrojos sobre el suelo tiene un período de transición que puede durar varios años en el
que se modifican las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo. El aumento en el
contenido de materia orgánica del suelo (MOS) en cero labranza, y su influencia sobre otras
propiedades del suelo, es uno de los efectos más relevantes que ocurren a largo plazo (Ismail et
al., 1994; Reyes et al., 2002). Este se produce por una menor tasa de descomposición asociada
al escaso contacto de los residuos con el suelo, a una menor humedad de los residuos y a una
menor temperatura dada por el efecto aislante de los rastrojos remanentes sobre la superficie del
suelo (Acharya y Sharma, 1994; Hussain et al., 1999).
La reacción o pH del suelo disminuye en CL (Sadzawka, 1994). Además, en CL la distribución y
disponibilidad de nutrientes puede alterarse debido a la ubicación superficial de los residuos
(Franzluebbers y Hons, 1996; Acevedo y Silva, 2003).
La hipótesis de esta investigación es que el cambio de manejo del suelo de labranza tradicional
(LT) a una condición de cero labranza con rastrojos sobre el suelo (CL) genera cambios
agronómicos de relevancia.
El objetivo es analizar la evolución de los parámetros químicos y físicos de un suelo (Mollisol de
la Zona Central de Chile) para un período de siete años de transición a CL y su efecto en el
rendimiento de los cultivos en una rotación trigo-maíz.

MATERIALES Y MÉTODOS

El experimento del que se obtuvieron las muestras de suelo consiste en una rotación trigo-maíz
sometida a dos tratamientos de labranza (CL y LT). Este se encuentra ubicado en la Estación
Experimental Antumapu de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile,
Santiago de Chile (33º40’ S y 70º38’ O). El suelo analizado, de origen aluvial, pertenece a la serie
Santiago de la familia franca gruesa sobre arenosa esqueletal, mixta, térmica de los Haploxeroles
énticos (CIREN, 1996). El ensayo se manejó con la rotación trigo – maíz durante siete años. Las
dos fases de la rotación están presentes todos los años.
El trigo en cero labranza se sembró sobre rastrojo de maíz (cultivo anterior) previamente picado
y distribuido homogéneamente sobre el suelo. Las siembras de las distintas temporadas se
realizaron durante la primera quincena de junio. En labranza tradicional el rastrojo se incorporó
con arado de vertedera seguido de dos pases con rastra de disco previos a la siembra. En ambos
sistemas de manejo se sembró trigo (Triticum turgidum var. durum). Se fertilizó con 60 kg/ha de
N (urea) y 80 kg/ha de P2O5 (superfosfato triple) a la siembra y 90 kg/ha de N (urea) a la
aparición del primer nudo del tallo principal. Para el control de malezas, en CL se aplicó glifosato
previo a la siembra. En ambos tratamientos se utilizó 2-4 D en macolla para control de malezas
de hoja ancha. El maíz de grano cero labranza se sembró sobre rastrojo de trigo, previamente
picado y distribuido sobre el suelo. Las siembras de las distintas temporadas se realizaron
durante la segunda quincena de septiembre. El cultivo de maíz se fertilizó con 150 kg/ha de N
(urea) y 60 kg/ha de P2O5 (superfosfato triple) a la siembra y 100 kg de N (urea) a la aparición de
la octava hoja. En ambos tratamientos de labranza se utilizó 2-4 D y EPTC. En CL se aplicó
glifosato previo a la siembra. Ambos cultivos y sistemas de labranza se sembraron con una
máquina sembradora de CL (Semeato SHM13/15). Se utilizó riego por aspersión regando según
balance hídrico del suelo. La ETR se estimó con evaporación de bandeja clase A, multiplicada
por un coeficiente de bandeja apropiado y por un coeficiente de cultivo estimado según cobertura
del suelo.

95
Muestreo de suelos.
Para los análisis químicos de suelo se utilizaron muestras compuestas. Cada muestra compuesta
provino de 20 submuestras. El número “n” de submuestras se obtuvo mediante la prueba t de
Student.
Para los análisis físicos se obtuvieron muestras compuestas de tres submuestras extraídas a tres
profundidades (0-2, 2-5 y 5-15 cm) por cada factor a estudiar. Para esto se limpiaron los residuos
orgánicos de la superficie del suelo mineral y se extrajo el suelo sin perturbar de cada
profundidad con tubos tomamuestras provistos de anillos de 2, 3 y 10 cm de altura.

Análisis de Laboratorio
En laboratorio se determinó el contenido de MOS a través del carbono orgánico oxidable del
suelo (digestión húmeda) por el método de Walkley - Black (Jackson, 1964), nitrógeno (N-NO3),
fósforo disponible (Olsen), potasio disponible y pH en agua (Sadzawka, 1990).

Determinación de propiedades físicas del suelo.


Durante los meses de agosto, septiembre y octubre de 2003 se midió diariamente la temperatura
mínima y máxima del suelo a las profundidades antes mencionadas, utilizando un termistor. La
estabilidad de los agregados se estimó a través del diámetro ponderado medio de los agregados
(DPM) mediante tamizado en húmedo (Baver 1973). La densidad aparente del suelo (Da) se
determinó mediante la expresión Da = Ms/Vt, donde Ms es la masa del suelo seco y Vt el
volumen total de la muestra.
Los datos se analizaron mediante análisis de varianza (ANDEVA) de un diseño experimental de
parcela dividida con tres repeticiones y los siguientes factores: años de cultivo (3, 7 años),
manejo de suelo (CL y LT), y profundidad del suelo (0-2, 2-5, 5-15 cm). Para tales cálculos se
utilizó el programa MSTAT-C (Michigan State University, 1989).

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Propiedades físicas.
Estabilidad de los agregados. La estabilidad de los agregados evaluada mediante el diámetro
ponderado medio (DPM), fue mayor en los tres intervalos de profundidad del suelo en cero
labranza (Figuras 1A y 1B). Los agregados son más estables al séptimo año de manejo en cero
labranza, pero, en labranza tradicional la estabilidad tiende a disminuir (Figura 1B). El DPM se
correlacionó en forma significativa y positivamente con el contenido de materia orgánica (MOS)
del suelo (r = 0,78), evidenciándose la función agregante de la MOS. Resultados similares han
sido obtenidos por Puget et al. (2000).

3.0 3.0
A a B
2.5 2.5
b
b
DPM (mm)
DPM (mm)

2.0 2.0
CL4
1.5 1.5 c CL7
cd LT4
d LT7
1.0 1.0
e
0.5 ef ef 0.5
f f f

0.0 0.0
0-2 2-5 5 - 15 0-2 2-5 5 - 15
Profundidad (cm) Profundidad (cm)

Figura 1. Diámetro ponderado medio (DPM) de los agregados en dos sistemas de labranza para cuatro (a)
y siete (b) años de manejo.

Temperatura del suelo. La figura 2 muestra que las temperaturas máximas y mínimas medias,
registradas durante los meses de agosto, septiembre y octubre del 2003, tuvieron una menor

96
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

amplitud térmica en CL respecto a LT. A medida que aumentó la profundidad las diferencias de
temperatura entre los dos sistemas de manejo se hicieron menores (Figura 2). La temperatura
media diaria promediada en el período de colecta de datos en los primeros dos centímetros de
suelo fue 2,17ºC superior en labranza tradicional. La temperatura del suelo en los primeros
centímetros es determinante de la velocidad de germinación de las semillas de los cultivos,
observándose un retraso de cinco días en la emergencia de trigo en cero labranza.

25

20
Temperatura (ºC)

15

10

5
0 2 4 6 8 10 12
Profundidad (cm)
CL min LT min CL max LT max

Figura 2. Perfil de amplitud térmica medido de agosto hasta octubre del 2003.

Densidad Aparente. No se encontraron diferencias significativas (p≤0.05) en los sistemas de


labranza, años de manejo ni profundidades evaluadas (Figura 3).

1.55

1.5
Da (Mg.m )
-3

1.45
CL
LT
1.4

1.35

1.3
0-2 2-5 5 - 15
Profundidad (cm)

Figura 3. Densidad aparente en dos sistemas de manejo de suelos y años de manejo.

Propiedades químicas
Materia orgánica del suelo. La figura 4 muestra la evolución de la materia orgánica del suelo de
acuerdo al sistema de manejo del suelo y profundidad de muestreo. En el primer intervalo de
profundidad la MOS en cero labranza aumentó rápidamente hasta estabilizarse en un nivel
cercano al 3,6%. En el segundo intervalo de profundidad en cero labranza, la MOS tuvo una
tendencia al aumento. El efecto de acumulación de MOS no se observó a mayor profundidad. La
MOS en labranza tradicional no varió en el tiempo y en profundidad. Considerando solamente los
cinco primeros centímetros de suelo, se calculó una tasa de secuestro de carbono promedio de
-1 -1
0,5 Mg de C ha año .

97
4
3.8
3.6
3.4
CL1
% MOS 3.2
CL2
3
CL3
2.8
LT1
2.6
LT2
2.4
LT3
2.2
2
0 1 2 3 4 5 6 7 8
AÑOS DE MANEJO

Figura 4. Evolución de la materia orgánica del suelo. Donde CL1, CL2 y CL3 representan el % de MOS en
cero labranza en las profundidades 0-2, 2-5, y 5-15 cm respectivamente. LT1, LT2 y LT3
representan el % de MOS en labranza tradicional en las profundidades 0-2, 2-5, y 5-15 cm
respectivamente. Las barras corresponden al error estándar de la media.

Reacción del suelo. La figura 5 muestra el comportamiento del pH en la superficie en cero


labranza. A mayor profundidad no existieron diferencias entre sistemas de manejo de suelos. La
disminución del pH está asociada al aumento de materia orgánica que ocurre a nivel superficial
en cero labranza (Reyes et al., 2002).

8,14

8,12

8,1

8,08

8,06
CL
pH

8,04

8,02
LT
8

7,98

7,96
7,94
0 2 4 6 8 10 12

Profundidad (cm)

Figura 5. pH del suelo en dos sistemas de manejo y profundidad.

Nitrógeno, fósforo y potasio (NPK). El cuadro 1 muestra que los nitratos del suelo fueron mayores
en LT que en CL. Tanto en CL como en LT se produce una estratificación de los nutrientes en el
perfil de suelo, aumentando en superficie. El mayor nivel de nitratos en LT puede estar asociado
a la mayor tasa de mineralización de la MOS inducida por el aumento de la presión parcial de
oxígeno que ocurre cuando el suelo es disturbado por el arado (Acevedo y Martínez, 2003),
promoviendo la nitrificación del nitrógeno liberado a partir de compuestos orgánicos complejos.
El fósforo extraído por el método de Olsen y el potasio disponible fueron mayores en CL, en
particular, el fósforo extraíble fue mayor en CL en los primeros dos centímetros del suelo. En el
caso del potasio disponible la diferencia fue significativa para los tres intervalos de muestreo. Los
residuos de cosecha presentan altas concentraciones de potasio y en menor medida de fósforo.
Estos elementos no se volatilizan cuando se mineraliza la MOS. Sin embargo, en LT tanto el
potasio como el fósforo son menores que en CL debido a un efecto de dilución que se produce al
incorporar los residuos de cosecha en un volumen de suelo mayor al muestreado (hasta 25 cm
cuando se emplea arado de vertedera).

98
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Cuadro 1. Manejo del suelo y nutrientes

Profundidad (cm) Cero labranza Labranza


tradicional
0-2 38,129 b 81,179 a
N-NO3 2-5 19,762 d 27,325 cd
-1
(mg.kg ) 5 - 15 23,175 d 32,908 bc

0-2 26,52 a 18,62 b


P Olsen 2-5 14,24 c 11,6 cd
-1
(mg.kg ) 5 - 15 10,44 de 8,342 e

0-2 288,9 a 179,1 c


K disponible 2-5 211,6 b 136,9 d
-1
(mg.kg ) 5 - 15 189,4 bc 127,6 d

Rendimientos
El cuadro 2 muestra que cuando se utilizan las mismas prácticas de fertilización los rendimientos
de trigo y maíz tienden a disminuir conforme transcurren los años de manejo en CL. Además, el
valor absoluto del diferencial de rendimientos aumentó en magnitud en el tiempo. La disminución
de los rendimientos en el tiempo en cero labranza puede deberse al menor nitrógeno disponible
(N-NO3). Considerando que en el experimento se utilizó el mismo manejo agronómico, salvo por
el sistema de labranza, es probable que aumentando la cantidad de nitrógeno inorgánico
fertilizante en CL se obtengan rendimientos similares a LT.

Cuadro 2. Rendimientos de trigo y maíz (qq / ha) en rotación en dos sistemas de manejo de suelo.

CULTIVO TEMPORADA SISTEMAS DE LABRANZA


CL LT ∆ (CL – LT)
TRIGO 2000-2001 57,0 49,3 7,7
2001-2002 41,7 45,3 -3,6
2002-2003 48,6 59,9 -11,3

MAÍZ 2000-2001 131,9 150,0 -18,1


2001-2002 122,0 153,3 -31,3
2002-2003 114,3 180,1 -65,8

CONCLUSIONES

− La transición entre un sistema de labranza tradicional a cero labranza puede extenderse por
varios años hasta que el suelo alcance un nuevo nivel de equilibrio. En este período el hecho
de no labrar el suelo y dejar los rastrojos sobre él determina cambios en las propiedades del
suelo con consecuencias agronómicas.
− La disminución de los rendimientos experimentados en cero labranza no puede considerarse
una condición propia del sistema de labranza, debido a que en el experimento se utilizó el
mismo manejo agronómico.
− El análisis de los datos no entregó una relación clara entre las propiedades del suelo y el
rendimiento de los cultivos, haciéndose necesario continuar con investigación específica
orientada a los cambios experimentados en aspectos físicos y mecánicos del suelo.
-1 -1
− La tasa de acumulación de carbono en el suelo de 0,5 mg ha año puede constituir a la cero
labranza como una tecnología sustentable que puede secuestrar C cuando los suelos han sido
previamente labrados en forma intensiva.

99
REFERENCIAS

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Acevedo (Ed.), Sustentabilidad en Cultivos Anuales. Cero labranza Manejo de Rastrojos.
Proceedings del seminario Sustentabilidad en Cultivos Anuales. Universidad de Chile. Serie
Ciencias Agronómicas N° 8, pp: 13-27.
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Universidad de Chile.118 p
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growth, nutrient uptake and yield of maize and wheat on an Alfisol in north-west India. Soil &
Tillage Research. 32: 291-302.
BAVER L. D. 1973. Física de Suelos. FAO, México. U.T.E.H.A.
CIREN. 1996. Descripción de suelos materiales y símbolos. Estudio de suelos de secano
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Jackson M. L. 1964. Análisis químico de suelos (Traducido por J. Beltrán). Ediciones Omega, S.
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Department of Crop and Soil Sciences and Department of Agricultural Economic, East
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particle-size fractions of water-stable aggregates. European Journal of Soil Science, 51: 595-
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Universidad de Talca. IX Congreso nacional de la ciencia del suelo, Talca, Chile.
Sadzawka A. 1990. Métodos de análisis de suelos. Serie La Platila N° 16. INIA, Santiago,
Chile.130 p.
Sadzawka A. 1994. Cero Labranza y características químicas del suelo. Serie Carillanca. 43.: 1-
12.

Trabajo financiado por el proyecto FONDEF D99I 1081

100
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Condiciones físicas de un suelo bajo diferentes sistemas de


labranza y su efecto sobre el comportamiento de cultivos y
malezas en la Altillanura colombiana

Irlanda Isabel Corrales A., Edgar Amézquita C., Mariela Rivera y Luis F. Chávez
Centro Internacional de Agricultura Tropical. Unidad de Suelos y Plantas. Cali, Colombia.
i.i.corrales@cgiar.org; e.amezquita@cgiar.org; m.rivera@cgiar.org; l.chavez@cgiar.org

INTRODUCCIÓN

Las sabanas tropicales cubren alrededor del 43% de las planicies de América Latina con un área
de 243 millones de hectáreas. Estas son tradicionalmente utilizadas para ganadería extensiva de
baja productividad (Vera y Seré 1985). Los Llanos Orientales de Colombia cubren una extensión
aproximada de 17 millones de ha, la zona de Altillanura ocupa 9.823.000 ha comprendidas por
paisajes de Altillanura plana, Altillanura ondulada y Serranía. La Altillanura plana ocupa 3.5
millones de ha y por su relieve, es la zona de los Llanos Orientales más favorable para la
agricultura, aparte del piedemonte (Rippstein et al., 2001). Dada la intensificación agrícola con
cultivos de maíz, soya, sorgo etc., en los últimos años surge en esta región de Colombia la
necesidad de desarrollar estudios de investigación que conduzcan al manejo más adecuado de
estos suelos haciéndolos más productivos de una manera racional y manteniendo estas
características estables en el tiempo para evitar su degradación, dada la vulnerabilidad de sus
propiedades físicas y químicas.
Durante 1993 al 98 se desarrolló en el Centro de Investigación Carimagua – Puerto Gaitán –
Meta – Colombia, un experimento a largo plazo denominado Culticore Fase I y cuyo propósito fue
desarrollar mediante el uso de varios modelos una comprensión mecanicística de los procesos
químicos, físicos y biológicos del suelo sobre sistemas agropastoriles y cultivos secuenciales en
los Llanos Orientales de Colombia. La producción de los cultivos, la optimización de las
fertilizaciones, el ciclo de nutrientes, las propiedades de los suelos, y la presión biótica de las
malezas, forman el contenido temático de los experimentos. Varios trabajos satélites con
naturaleza más estratégica se condujeron colateralmente con estos experimentos y apuntaron al
mejoramiento de la comprensión de los procesos claves para la producción sostenible y el
desarrollo de indicadores de sostenibilidad por ej: el monitoreo de la calidad del suelo a través del
tiempo, ciclos de nutrientes mediante monitoreos de hojarasca, residuos de cosecha, excretas de
ganado, biomasa microbial, transformaciones del fósforo, propiedades físicas del suelo, dinámica
y actividad de la macrofauna del suelo. Las sabanas nativas son utilizadas como controles o
puntos de referencia para comparar los sistemas de cultivos con los agropastoriles. En el 2000 se
decide determinar si el mejoramiento conseguido durante la Fase I es suficiente para soportar la
siembra directa dado el gran auge que se está dando a esta práctica ya que se considera a la
Altillanura Colombiana muy similar en sus condiciones físicas y químicas con los Cerrados
Brasileros. La segunda Fase de este experimento busca crear condiciones más favorables para
el desarrollo de las plantas en estos suelos bajo el claro concepto de la formación de una capa
arable con unas condiciones químicas, físicas y biológicas mejoradas antes del establecimiento
de prácticas como la siembra directa tomando como base que mediante la utilización de prácticas
agrícolas se pueden crear unas condiciones mas agradadas de estos suelos de acuerdo a las
experiencias obtenidas en la Fase I de este experimento.

MATERIALES Y MÉTODOS

Localización clima y suelo. Este trabajo se desarrolló entre CIAT-CORPOICA (Centro


Internacional de Agricultura Tropical y la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria)
en el Centro de Investigación Carimagua en las sabanas isohipertérmicas bien drenadas de los
o o
Llanos Orientales de Colombia (4 37'N y 71 19'W y una altitud de 175 m.s.n.m.). Un promedio
o
anual de precipitación y temperatura de 2280 mm y 26 C, respectivamente, con una estación
seca de Noviembre a Marzo. Los suelos son de dos tipos: predominantemente de baja fertilidad
Oxisoles en las sabanas altas y Ultisoles en las sabanas bajas con pH 4.5, valores bajos de Ca,
Mg y K intercambiables y una alta saturación de Al de más del 90% (Jiménez y Thomas, 2001).

101
Este experimento empleó materiales de arroz de secano altamente tolerables a saturaciones
elevadas de aluminio y condiciones de acidez del suelo, como el Orizica sabana 10, Orizica
sabana 6 y un material precoz de 90 días, denominado línea 30, y en maíz materiales que toleran
saturaciones de aluminio de alrededor de 40-60% como SiKuani V110 y el híbrido H108. En la
Fase I de este experimento se utilizó el concepto de alta cal y baja cal para arroz y maíz,
-1
respectivamente. En el caso de arroz se utilizaron 500kg.ha de cal para satisfacer necesidades
-1
de Ca y Mg y para maíz 2000 kg.ha para reducir la saturación de Al hasta niveles permisibles
para los materiales tolerantes de maíz. En la Fase II, se utilizaron rotaciones de arroz-soya y
-1
maíz-soya bajo sistemas de siembra directa y labranza reducida (cincel rígido) y 300 kg.ha de
cal dolomita para satisfacer los requerimientos de Ca y Mg.

Monitoreo. En el 2000 se realizaron muestreos finales de suelos en el Culticore Fase I con el


propósito de conocer el estado en que se encontraba cada uno de los tratamientos después de 5
años en sistemas agropastoriles. Para la parte física se realizaron pruebas de penetrabilidad en
condiciones de humedad cercanas a capacidad de campo mediante la utilización del
penetrógrafo de cono, resistencia al corte tangencial mediante el torcómetro. También se
tomaron muestras en cilindros para densidad aparente, conductividad hidráulica, permeabilidad al
aire, susceptibilidad a la compactación. La infiltración se determinó mediante la utilización de
anillos concéntricos. En este trabajo se mostrarán los datos de penetrabilidad, resistencia al
corte, densidad aparente e infiltración, así como datos de pH, saturación con Al, y Fósforo,
Calcio, Magnesio, Potasio. Durante el 2000 – 2002 se avaluaron los rendimientos de arroz y
maíz, dinámica de malezas y desarrollo de raíces como un reflejo de algunas de las
características adquiridas por estos suelos después de estar bajo diferentes sistemas de cultivos
con relación a la sabana nativa, en sistemas de labranza cero y reducida (cincel rígido). Para la
evaluación de malezas y raíces de los cultivos se utilizó el método del transecto y tablas con
puntillas respectivamente en la época de floración de los cultivos.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

En la Fase I, se observó que la densidad aparente en los sistemas de arroz-caupí abono verde y
maíz-soya abono verde son menores respecto a los otros tratamientos por los menos en los
-3
primeros 20cm (1.10 – 1.15 Mg.m ), a partir de esta profundidad la densidad se incrementa
-3
hasta obtener valores similares a la sabana nativa (1.2 – 1.3 Mg.m ). En arroz la resistencia
mecánica del suelo es a ir aumentando los valores con la profundidad, observándose este
comportamiento en todos los tratamientos. Iniciando con valores entre 1.5 – 2.0 MPa para las
primeras profundidades llegando a valores promedios de 4 MPa entre los 50 - 60cm de
profundidad. Se observa claramente que desde los 10 cm de profundidad se empieza a tener
limitaciones para el desarrollo de raíces, teniendo en cuenta que un valor de 2.7 MPa es
considerado como límite crítico para la penetración de raíces en cultivos comerciales. Los
tratamientos que registran mayores valores de resistencia a la penetración son las pasturas, lo
que indica que el pisoteo del ganado ha ocasionado una reducción del volumen del suelo. Con
relación a la sabana nativa, los tratamientos basados en maíz han sido beneficiosos por que han
disminuido los valores de resistencia a la penetración, posiblemente por que han aportado al
suelo un sistema de raíces más fibroso (Figuras 1 y 2).

La resistencia al corte tangencial muestra claramente valores bastante altos que superan los
niveles críticos de resistencia de 40 kPa, ubicándose todos los tratamientos en valores altos, muy
altos y extremadamente altos para el desarrollo de raíces. Esto indica que estos suelos a pesar
de los tratamientos que han tenido aun presentan ciertas restricciones para el desarrollo de
raíces. Estos resultados son corroborados con los datos de penetración. La infiltración
acumulada en los tratamientos de maíz monocultivo, maíz –soya grano y maíz-soya AV es mas
alta con relación a los tratamientos de arroz, pasturas y la sabana nativa, lo que indica que se ha
logrado mejorar esta propiedad que tiene relación con la acumulación de agua y que es
considerada como un estimador de la salud del suelo (Figura 3).

102
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

0 5 10 15 20 25-1 302 35 40 45 50 0 5 10 15 20 25 2
kf/cm30 35 40 45 50
-1
1.10 kf MPa
/cm
0 1.10 MPa
0 0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50
0 0
10 10

20 10 20 10

30 20 30 20

Prof. (cm)
Prof. (cm)

40 30
Arroz monocultivo
Arroz - Caupi 40 30 Maiz monocultivo
Maiz - soya
Arroz -Arroz
Ab/verde
monocultivo Maiz - Maiz
Ab/verde
monocultivo
50 40 Sabana nativa
Arroz - Caupi 50 40 Sabana nativa
Maiz - soya
Arroz -Arroz
pasto- Ab/verde
Maiz - Maiz
pasto- Ab/verde
60 50
Sabana nativa
Arroz - pasto 60 50 Sabana nativa
Maiz - pasto
60 60

Figura 1. Resistencia a la penetración en los Figura 2. Resistencia a la penetración en los


tratamientos basados en arroz. Culticore, Llanos tratamientos basados en maíz. Culticore, Llanos
Orientales, Colombia 2000 Orientales, Colombia 2000

En los tratamientos de maíz se registraron valores de infiltración acumulada máximas entre 30 –


60cm durante dos horas comparados con los valores obtenidos en sabana, arroz y pasturas que
oscilaron entre 5 y 15cm.

70
Arroz monocultivo
Arroz+Caupí grano
60 Arroz+Caupí AV
Sabana Nativa
Infiltración acumulada (cm)

Pastura B. humidicola
Maíz monocultivo
50 Maíz+Soya grano
Maíz+Soya AV
Sabana Nativa
Pastura P. maximum
40

30

20

10

0
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 110 120 130 140
Tiempo (minutos)

Figura 3. Infiltración acumulada registrada en los tratamientos del


Culticore. 2000

La aplicación de cal no modificó prácticamente el pH, dada la gran capacidad amortiguadora de


estos suelos. La saturación de Al se redujo en los tratamientos de maíz hasta un nivel aceptable
para la siembra de los materiales tolerantes y puede decirse que estos niveles de saturación han
-1
permanecido bajos durante los cinco años pese a que la aplicación de los 2000 kg.ha de cal
para maíz solo se realizó en la fase de establecimiento, lo que nos sugiere la residualidad y
permanencia de esta fuente en el tiempo. Los tratamientos de cultivos son los que registraron
mayores contenidos en P, K, Ca y Mg con relación a la sabana nativa, sobre todo en los
tratamientos de maíz se hace más notorio. Para el caso específico del P se observan diferencias
entre tratamientos tanto en arroz como en maíz que estadísticamente no son diferenciadas
debido a la alta variabilidad entre las repeticiones en las profundidades 5-10 y 10-15cm, debido
posiblemente a que el método estadístico empleado no sensibiliza ciertas condiciones que se

103
presentan en campo en cuanto al efecto que han tenido los tratamientos en la distribución de
este elemento en el suelo comparado con la sabana nativa y la pastura.
Rendimientos en Fase II. Se presentaron diferencias significativas entre tratamientos no solo
para los rendimientos obtenidos en arroz sino para los de maíz, observándose los mayores
rendimientos de grano para el 2000 en el tratamiento 10 (Pastura de P. maximum), seguida por
los tratamientos de cultivos. En el 2001 se observó que los mayores rendimientos de arroz y maíz
-1
se presentaron en el tratamiento de maíz – soya AV con 2478 y 4191kg. ha respectivamente.
Los rendimientos de arroz bajo labranza cero se mantuvieron por encima de la labranza con
cincel hasta el segundo año, pero estos se vieron reducidos en su tercer año, con relación a los
rendimientos de maíz los cuales se redujeron desde el segundo año de siembra directa en la
labranza cero respecto a la labranza con cincel, lo cual nos indica que el maíz es más sensible a
los cambios que se están presentando en el suelo.

Malezas en arroz y maíz. Todos los tratamientos presentaron una cantidad y diversidad de
malezas considerable en todos los tratamientos, especialmente los que venían de cultivos, sobre
todo de especies como Digitaria horizontalis, Emilia sonchifolia y Borreria capitata lo que nos está
indicando que además de crearse condiciones del suelo más favorable para los cultivos también
estas condiciones están favoreciendo para que se establezcan especies que normalmente no se
encuentran en la sabana nativa de forma abundante. En la sabana nativa se registran coberturas
de Emilia sonchifolia y Borreria capitata de 0.29 y 0.14% respectivamente (Rippstein et al 2001)

En arroz no se presentaron diferencias por cobertura de malezas entre labranza cero y con cincel
y su abundancia osciló entre 40 – 50%. En maíz no se presentaron diferencias entre labranzas
para el primer año pero si para el 2002 y la cobertura total de malezas se incrementó
considerablemente
cincel y labranzade 30%
cero en elobtenido enCarimagua
Culticore. CI el 2001 al 60% en el 2002 (Figuras 4 y 5).
60 70
a a
a a a 60
50 b
50
Cobertura (%)

Cobertura ( % )

40
40 a
30 a
30
20
20
10
10
0 0
2001 2002 2001 2002
Año Año
Cero Cincel
Cero Cincel

Figura 4. Cobertura de malezas en arroz en el Culticore, Figura 5. Cobertura de malezas en maíz en el Culticore,
promedios seguidos con la misma letra no difieren promedios seguidos con la misma letra no difieren
significativamente (P<0.05). CI Carimagua - Meta significativamente (P<0.05). CI Carimagua - Meta

No se presentó una alta correlación entre rendimientos y cobertura de malezas, posiblemente a


que todos los tratamientos se encontraban infestados en mayor o menor proporción, aunque se
obtuvieron correlaciones negativas que indican que en la medida en que estas especies
incrementen sus poblaciones los rendimientos de los cultivos irán decreciendo, sobre todo para
especies comunes a los dos cultivos y que registraron altas coberturas como Digitaria
horizontalis, Emilia sonchifolia, Borreria capitata con 30, 15 y 5%, respectivamente.

Desarrollo de raíces. El sistema de raíces de maíz desarrollado en la sabana nativa es poco


abundante y su profundidad no superó los 10 cm, comparados con el desarrollo de raíces
obtenida en los tratamientos con cultivo, especialmente de maíz, donde el sistema de raíces fue
más abundante y profundo superando en muchos casos los 30cm.

Esto indica que un suelo de sabana con condiciones físicas y químicas muy restringidas, al cabo
de cinco años bajo sistemas de cultivos como el maíz ha presentado unas condiciones más
agradadas para el establecimiento de cultivos como el maíz (Fotos 1, 2, 3 y 4).

104
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Fuente: Irlanda Isabel Corrales


Fuente: Edgar Amézquita

Foto 1. Raíces de Sabana nativa Foto 2. Desarrollo de raíces de Maíz en


sabana nativa

Fuente: Irlanda Isabel Corrales Fuente: Irlanda Isabel Corrales

Foto 3. Desarrollo de raíces de Maíz en labranza Foto 4. Desarrollo de raíces de Maíz en


cero después de Maíz-Soya AV por cinco años. labranza cincel después de pastura de P.
Maximum por cinco años establecida con base
en maíz – pastos.

En la figura 6 se observa una alta relación entre los rendimientos de maíz y la profundidad de
enraizamiento lo que indica que en la medida en que se logre una mayor profundidad de raíces
que estén en capacidad de explorar para extraer nutrientes del suelo se pueden alcanzar altos
rendimientos en los cultivos.
Para el caso particular de maíz si al menos se logra obtener de 28 – 30cm de profundidad de
-1
raíces se puede alcanzar rendimientos de aproximadamente 4000kg.ha .

5000

4000
Producción de maíz ( kg ha )
-1

3000

y= a
x-xo
2000
1+e b

1000
r2 = 0.99
Labranza cero

Cincel
0
10 20 30 40

Profundidad de raíces (cm)


Figura 6. Producción de maíz (kg.ha-1) vs. profundidad de enraizamiento (cm), en labranza cero
y con cincel. Culticore, Llanos Orientales, 2000.

105
CONCLUSIONES

- Los tratamientos que se basaron en maíz durante la Fase I fueron los que presentaron mayores
rendimientos de arroz y maíz en la Fase II, dada las mejores condiciones de estos suelos para
su establecimiento comparados con la sabana y pasturas.
- Los rendimientos de arroz en labranza cero parecen ser más estables en el tiempo que los de
maíz, ya que los rendimientos de maíz labranza cero declinaron en el segundo año con
relación a la labranza con cincel.
- Las especies que predominaron en los cultivos de arroz y maíz fueron Digitaria horizontalis,
Emilia sonchifolia y Borreria capitata, especies que pueden llegar a reducir drásticamente los
rendimientos en la medida que eleven sus poblaciones.
- Se presentó un mejor desarrollo de raíces en cuanto a su abundancia y profundidad en el suelo
en los tratamientos basados en cultivos lo que indica que el suelo posee mejores condiciones
químicas y físicas comparadas con la sabana nativa.
- Se observó alta relación entre los rendimientos y profundidad de enraizamiento (r2 = 0.99), lo
que indica que hay una respuesta positiva sobre los rendimientos en la medida que las
condiciones del suelo se vayan mejorando tanto química como físicamente para un mejor
desarrollo de raíces de los cultivos.
- Se debe trabajar más para tratar de incorporar estas condiciones favorables mínimo en una
profundidad de 0 – 30 cm, siendo necesario desarrollar estrategias para mantener y mejorar
estas condiciones las cuales pueden incluir investigación sobre materiales vegetales de doble
propósito para colocar material en superficie y dentro del suelo.

REFERENCIAS

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neotropical savannas of Colombia. Cali, Colombia. Centro Internacional de Agricultura
Tropical. In: Jiménez, J.J., Rossi, J.P., and Lavelle P. Spatial Distribution of earthworms in
acid-soil savannas of the eastern plains of Colombia. pp 104 - 120.
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terra roxa estruturada e na producao do milho. In: Anais de XXIII Congreso Brasileiro de
Engenharia Agrícola – SBEA, Campinas-SP.
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Llanos Orientales de Colombia. CIAT – CIRAD. 302 p.
Vera Raúl R.; Seré R. 1985. Sistemas de Producción Pecuaria Extensiva: Brasil, Colombia,
Venezuela: Informe Final Proyecto ETES – Estudio Técnico y Económico de Sistemas de
Producción Pecuaria 1978 – 1982. Cali, CO: Centro Internacional de Agricultura Tropical
(CIAT), pp 433 – 450

106
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Efecto de la sustitución de campo natural por


plantaciones forestales sobre el escurrimiento ocasionado
por tormentas en Uruguay

Luis Silveira1, Leticia Martínez 2 y Jimena Alonso1


1
Instituto de Mecánica de los Fluidos e Ingeniería Ambiental (IMFIA), Facultad de Ingeniería, Universidad de
la República, Uruguay, lesy@fing.edu.uy
2
Dpto. de Suelos y Aguas, Facultad de Agronomía, Universidad de la República, Uruguay.
Lmartinez@fagro.edu.uy

INTRODUCCIÓN

Los procesos de deforestación y reforestación representan, a escala global, la modificación del


uso de la tierra más significativa, tanto por la superficie afectada como por la incidencia sobre los
procesos hidrológicos (Calder, 1992).
En Uruguay, el uso tradicional del suelo ha experimentado modificaciones al amparo de la Ley
Forestal Nº 15.939, resultando en un incremento de la superficie afectada a la actividad forestal,
principalmente eucaliptos y pinos, que pasó de 45.000 hectáreas en 1990 a 750.000 hectáreas
en 2002, representando el 21,4% del territorio de prioridad forestal. La forestación industrial, en
un país agrícola ganadero, donde las plantaciones forestales en gran escala representan para la
comunidad y la opinión pública un elemento nuevo en la vida nacional (Panario, 1991; Lima,
1997), ha creado preocupación en la sociedad y en las instituciones nacionales respecto a su
impacto sobre los recursos naturales, en particular aguas y suelos. Uruguay participa del Proceso
de Montreal (1993), que tiene por propósito realizar el seguimiento de Criterios e Indicadores de
Manejo Forestal Sustentable. Uno de estos criterios refiere a la “conservación y mantenimiento
de los recursos suelo y agua”, con indicadores como el impacto sobre la cantidad y calidad de las
aguas y la erodabilidad de los suelos, aspectos éstos que se abordan en el “Proyecto de
instalación de microcuencas experimentales para el estudio del impacto ambiental y monitoreo de
programas de forestación con eucaliptos en el Uruguay”, que llevan adelante las Facultades de
Agronomía e Ingeniería de la Universidad de la República, encomendado por la Dirección
General Forestal del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP). Sucintamente, los
objetivos generales del proyecto son los siguientes: i) establecimiento de un programa de
investigación y monitoreo ambiental en el ámbito de las plantaciones de eucaliptos a gran escala;
ii) búsqueda de indicadores del manejo sustentable de las plantaciones forestales; iii) instalación
de microcuencas experimentales con plantaciones de eucaliptos y sus respectivas microcuencas
testigos con campo natural por cobertura vegetal; iv) monitoreo continuo del impacto de las
plantaciones forestales sobre el régimen hídrico (cantidad y calidad) y propiedades de los suelos,
medido como impacto relativo a la situación natural bajo pastura para uso ganadero; y v)
obtención de información que pueda servir para mejorar las prácticas de manejo forestal y
disminuir el impacto ambiental.
En este trabajo se presentan los fundamentos conceptuales y metodológicos de la investigación;
una descripción de las instalaciones dispuestas, en el Departamento de Tacuarembó, para el
monitoreo de los procesos hidrológicos; y se centra en la metodología utilizada para medir el
impacto de las plantaciones de eucaliptos sobre la escorrentía, tomando como medida de
comparación una microcuenca testigo, con campo natural para uso ganadero por cobertura
vegetal; y documenta avances preliminares de la investigación resultantes de procesar datos
correspondientes al período de monitoreo 2000 - 2002.
Una premisa básica para adoptar la instalación de microcuencas experimentales como
herramienta de estudio consiste en aceptar que las actividades que modifican el uso del suelo, en
este caso particular la plantación forestal con eucaliptos, causan algún efecto sobre los recursos
hídricos, produciendo cambios en la cantidad y calidad, así como sobre las principales
propiedades de los suelos, características asociadas y erodabilidad; factores éstos que pueden
identificarse como indicadores del impacto a mediano y largo plazo de los programas de
forestación (Swank y Johnson, 1994).
El incipiente monitoreo ambiental, como parte de los programas de forestación en gran escala en
Uruguay, se enfoca no sólo para evaluar la calidad ambiental del manejo forestal adoptado en un

107
instante y sitio determinado, sino también como herramienta para obtener información que
posibilite permanentemente mejorar las prácticas de manejo forestal, propendiendo la
sustentabilidad.

MATERIALES Y METODOS

Este documento abarca aquellos componentes del proyecto que refieren al análisis de los efectos
de la forestación con eucaliptos sobre los recursos hídricos en cuanto a cantidad, medido como
impacto relativo a la condición natural de suelos bajo pasturas para uso ganadero. La
metodología adoptada consiste en la comparación de cada uno de los procesos que participan
del ciclo hidrológico y, en particular, la redistribución de la precipitación incidente sobre el monte
de eucaliptos (Iroumé y Huber, 2000); análisis del escurrimiento en tormentas; y determinación
del balance hídrico mensual, estacional y anual.
En particular, atendiendo a la información actualmente disponible, el presente trabajo se centra
en el análisis comparativo de la escorrentía en tormentas y escorrentía mensual en aquellos
meses en que se cuenta con datos completos en ambas microcuencas. A efectos de facilitar el
análisis comparativo, el criterio fundamental adoptado para seleccionar el cierre de las
microcuencas ha sido imponer igualdad de tiempos de concentración. En efecto, este parámetro
ha prevalecido sobre el parámetro área en la selección del sitio de cierre, puesto que igualdad de
áreas y tiempos de concentración diferentes producirían para un mismo evento hidrogramas con
diferente tiempo pico y tiempo base, y la consideración de diferentes duraciones de lluvia en la
generación del caudal pico, lo que dificultaría el análisis comparativo. Por consiguiente, adoptado
el criterio de iguales tiempos de concentración, la diferencia en área de las microcuencas, que
sólo afecta la magnitud del caudal pico y no la forma del hidrograma, se toma en cuenta
manejando caudales pico específicos (caudales por unidad de área) y escurrimientos específicos
(lámina de escurrimiento por unidad de área).

Área de estudio
A partir de la selección de predios forestados, realizada por la Contraparte de la Dirección
General Forestal, se identificaron un total de 70 microcuencas en las zonas de prioridad forestal
más relevantes del país. Estas microcuencas se caracterizaron, con información predial e
identificación de las correspondientes fotos áreas, por parámetros físicos e hidrológicos
habituales en estudios hidrológicos. Seguidamente, en base al análisis realizado, se visitaron los
sitios más favorables, seleccionándose finalmente dos microcuencas en el Departamento de
Tacuarembó, establecimiento “La Abuelita”, al que se accede en el km 363 de la Ruta 5, en la
zona centro-norte del país. En el cuadro 1 se presentan los parámetros físicos más relevantes y
los tiempos de concentración de ambas microcuencas, calculados según el método de Kirpich
(1940).

Cuadro 1. Parámetros físicos e hidrológicos de las microcuencas seleccionadas

Parámetro Microcuenca Microcuenca testigo


forestal (Campo natural)
Área (ha) 60.8 102.7
Pendiente media de la microcuenca (%) 9.1 10.7
Longitud del cauce principal (km) 1.3 1.2
Pendiente del cauce principal (%) 2.5 2.9
Tiempo de concentración (min) 20 19
Coordenadas del cierre: X,Y (UTM) (476.8 , 6468.3) (474.3 , 6468.1)

La caracterización de las cuencas se completó con la elaboración de una serie de mapas en


escala 1:10.000, comprendiendo curvas de nivel a intervalos de 2.5 metros, suelos, geología y
vegetación. Los suelos dominantes de la cuenca son del tipo Luvisol Ocríco e Inceptisol Umbrico,
mientras que la geología del área se compone de rocas del Triásico Jurásico asociadas a la
Formación Tacuarembó; estas rocas a su vez están parcialmente recubiertas por lavas de edad
Cretácico Inferior, básicas, de la Formación Arapey. La vegetación, como se ha señalado, está
constituida por plantaciones forestales de Eucaliptos grandis en una de las microcuencas y
campo natural para uso ganadero en la microcuenca testigo.

108
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Instrumentación
Atendiendo a los procesos hidrológicos que intervienen en el régimen hídrico de una
microcuenca forestal, la instrumentación consta de: una estructura de cierre similar al cuerpo de
una pequeña presa de tierra, provista en la zona central con un vertedero de cresta delgada, de
tipo combinado triangular - rectangular, con capacidad para registrar caudales en el rango 0 - 14
3 -1
m .s (correspondiente a un período de retorno estimado de 25 años), un limnígrafo electrónico
de boya; dos pluviómetros; instrumental para medida de la redistribución de la precipitación (es
decir, escurrimiento fustal, precipitación directa a través de la copa de los árboles e intercepción);
baterías de tensiómetros y tubos de acceso para sonda de neutrones para la determinación de la
evolución del agua en el suelo; y tres piezómetros para el monitoreo de la variación del nivel de la
napa freática.
La instrumentación de la microcuenca testigo, con pastura natural, consta de: una estructura de
cierre similar al descrito para la cuenca forestal, un limnígrafo electrónico de boya; una estación
meteorológica que comprende: un pluviógrafo electrónico, un pluviómetro, un tanque
evaporímetro tipo "A" y un gabinete para termómetros equipado con un juego de termómetros de
máxima y mínima y un psicrómetro de mano para medida de humedad relativa; baterías de
tensiómetros y tubos de acceso para sonda de neutrones para la determinación de la evolución
del agua en el suelo; y dos piezómetros para el monitoreo de la variación del nivel de la napa
freática.
Puesto que el proyecto de investigación también comprende el estudio del impacto de la
forestación sobre la calidad de las aguas de lluvia y aguas en cauce, y procesos de pérdida de
suelo, la instrumentación de las microcuencas incluye: red de muestreo de aguas de lluvias,
torres de muestreo de sedimentos en suspensión en cauce, y parcelas de escurrimiento. El
proyecto también abarca estudios comparativos y evolución de las propiedades de los suelos
(Durán et al., 2001).
La instrumentación se ha implementado progresivamente durante la primera mitad de 2000. El
bosque fue implantado en forma integra en la primavera del año 1993, contando por tanto con 7
años de edad al inicio del presente estudio, y una densidad de 1200 árboles por hectárea.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Los resultados que se presentan a continuación se centran en el análisis de tormentas
registradas en el período comprendido entre el 1º de junio de 2000 y el 31 de agosto de 2002,
fecha ésta última en que se suspendió momentáneamente el programa de monitoreo.
Los datos de altura limnimétrica registrados en cada una de las microcuencas se transformaron a
datos de caudal aplicando la relación altura-caudal vertido, determinada en laboratorio mediante
la implementación de un modelo físico con el que se calibró la zona de transición entre el
vertedero triangular y el vertedero rectangular (Durán et al., 2001). En la figura 1 se muestra,
para las tormentas identificadas en el período considerado, la correlación existente entre los
escurrimientos específicos medidos en campo natural y monte de Eucaliptos grandis, expresados
en mm, a efectos de prescindir de las diferencias existentes en superficie entre una microcuenca
y otra. El escurrimiento en la microcuenca forestal se reduce en un 64% respecto a la escorrentía
en la microcuenca en campo natural. La función objetivo propuesta por Nash y Sutcliffe (1970),
2
con coeficiente R = 0,89, próximo a uno, indica un buen ajuste entre ambas series de datos.
La figura 2 expresa la correlación existente entre los correspondientes caudales pico específicos
3 -1 -2
medidos en campo natural y en monte de Eucaliptos grandis, expresados en m .s .km . La
correlación lineal que pasa por el origen de coordenadas muestra que los caudales pico
específicos en la microcuenca forestal representan solamente un 22 % del correspondiente
caudal pico registrado en la microcuenca en campo natural, representando por lo tanto una
2
reducción de 78 %. También en este caso se obtiene un coeficiente R = 0,74, que indica un
buen ajuste entre ambas series de datos.
Los resultados obtenidos en ambas correlaciones confirman los obtenidos inicialmente, al
procesar tormentas registradas solamente en el año 2000 (Silveira et al., 2002). No obstante,
cuando se relacionan los escurrimientos superficiales entre dos tipos de coberturas vegetales tan
diferentes, como campo natural y Eucaliptos grandis, debe tenerse presente la magnitud de la
precipitación registrada que da lugar a estos eventos. En este caso particular se observa que los
datos de precipitación diaria registrados varían entre 7 a 64 mm por día para el período
considerado y, por lo tanto, corresponden a tormentas con períodos de retorno bajos, que son
justamente los que en mayor medida se ven afectados por la reducción de los aportes de lluvia a

109
nivel del suelo por el efecto de la intercepción debida a las copas de los árboles (Iroumé y Huber,
2000). Esta precisión es sumamente importante puesto que en la región no son infrecuentes
eventos de precipitación que alcanzan o superan los 150 mm por día. Por consiguiente, se
comprende que las conclusiones que puedan extraerse en esta etapa de avance de la
investigación están sujetas a las limitaciones que impone la información procesada actualmente
disponible.

Caudales mensuales
80

70

60
Caudal específico forestal (mm)

50
y = 0.4656x
2
R = 0.6884
40

30

20

10

0
0 20 40 60 80 100 120 140
Caudal específico pastura (mm)

Figura 1. Relación entre caudales específicos (mm por mes) en campo natural (pastura) y en plantación de
Eucaliptos grandis

2.3

2.0

1.8
Qpico forestal (m /s.Km )
2

1.5
3

1.3
y = 0.222x
2
R = 0.7404
1.0

0.8

0.5

0.3

0.0
0.0 1.0 2.0 3.0 4.0 5.0 6.0 7.0 8.0
3 2
Qpico pasturas (m /s.Km )

Figura 2. Relación entre caudales picos (Qpico) específicos escurridos en campo natural (pasturas) y en
plantación de Eucaliptos grandis

CONCLUSIONES
− Las microcuencas experimentales instaladas constituyen un laboratorio natural por excelencia,
permitiendo estudios cuantitativos del efecto integrado de los procesos hidrológicos y, en un
futuro, el análisis de diferentes prácticas de manejo forestal, según lo proponen Moldan y Cerny
(1994).

110
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

− El proyecto constituye un primer eslabón hacia el conocimiento del impacto ambiental de los
programas de forestación con eucaliptos en el Uruguay y la búsqueda de
información/indicadores de manejo sustentable, para corregir y mejorar las prácticas de manejo
forestal. Conviene señalar, no obstante, que la investigación se encuentra en una fase inicial,
en la que se cuenta con algo más de dos años de monitoreo, con huecos de información
debidos fundamentalmente a aspectos relacionados con la financiación del programa,
pretendiéndose abarcar al menos un período que se extienda algunos años más allá del primer
corte.
− En la etapa actual del proyecto se observa que la escorrentía específica en tormentas se
reduce en la microcuenca forestada con Eucaliptos grandis en 64% respecto a la escorrentía
específica en la microcuenca en campo natural.
− Los caudales pico específicos asociados a las tormentas analizadas representan, en la
microcuenca forestal, una reducción promedio del 78% en relación al correspondiente caudal
pico registrado en la microcuenca en campo natural.
− Si bien las correlaciones establecidas permiten percibir una tendencia clara en cuanto a la
reducción de la escorrentía específica y caudales pico específicos en tormentas, la extensión
de los datos monitoreados no permite aventurar conclusiones definitivas, hasta tanto no se
cuente con una serie más extensa de datos y una mayor representatividad de la variabilidad de
los eventos de precipitación. Esto se debe a que las tormentas analizadas corresponden a
eventos de lluvia entre 7 a 64 mm/día, que corresponden a tormentas con períodos de retorno
bajos, que son los que en mayor medida se ven afectados por la reducción de aporte de lluvia
a nivel del suelo por intercepción debida a las copas de los árboles; en tanto que eventos que
alcanzan o superan los 150 mm/día no son infrecuentes en la región bajo estudio.

REFERENCIAS
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afforestation and deforestation, Proceedings of the Conference on Priorities for Water
Resources Allocation and Management, Natural Resources and Engineers Advisers
Conference. Southampton, July 1992. Overseas Development Administration. pp. 91-101.
Durán A.; F. García Préchac; M. Pérez Bidegain; M. Friori; L. Sicardi; C. Molteri; A. Bozzo.
2001. In: Estudio de Monitoreo Ambiental de Plantaciones Forestales en el Uruguay.
Informe Final. Parte B – Suelos. Universidad de la República.
Duran P.; L. Silveira; C. Anido; L. Martínez; A. Chamorro; J. C. Gónzalez; E. Zanetti; J.
Alonso; R. Hayashi. 2001. In: Estudio de Monitoreo Ambiental de Plantaciones Forestales
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Iroumé A.; A. Huber. 2000. Intercepción de las lluvias por la cubierta de bosques y efecto en los
caudales de crecida en una cuenca experimental en Malalcahuello, IX Región, Chile.
Bosque 21(1): 45-56.
Kirpich Z. P. 1940. Time of concentration of small agricultural watersheds, Civ. Eng., vol. 10, No.
6, p. 362.
Lima W.P. 1997. Impactos ambientales de los programas de forestación. Forestal (Revista de la
Sociedad de Productores Forestales del Uruguay). Segunda época - Año 2 - No. 5, 3-8.
Moldan B.; J. Cerný. 1994. Smalll Catchment Research. In: Biogeochemistry of Small
Catchments. A Tool for Environmental Research, de Moldan & Cerný (editors). John Wiley &
Sons.
Nash J. E.; J. V. Sutcliffe. 1970. River flow forecasting through conceptual models. Part I. A
discussion of principles. Journal of Hydrology, 10, 282-290.
Panario D. H. 1991 Hacia una evaluación de efectos ambientales de la forestación en Uruguay
con especies introducidas. CIEDUR, Serie Investigaciones No. 85.
Silveira L.; C. Anido; L. Martínez. 2002. Programa de monitoreo y evaluación del impacto de las
plantaciones de eucaliptos sobre los recursos hídricos en el Uruguay. XX Congreso
Latinoamericano de Hidráulica, La Habana, Cuba.
Swank W. T.; C. E. Johnnson. 1994. Small Catchments Research on the Evaluation and
Development of Forest Management Practices. In: Biogeochemistry of Small Catchments. A
Tool for Environmental Research, de Moldan & Cerný (editors). John Wiley & Sons.

111
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Construcción de capas arables en suelos oxisoles


de la Altillanura colombiana

Diego Luis Molina L., Edgar Amézquita C. y Phanor Hoyos G.


Unidad de Suelos del Centro Internacional de Agricultura tropical CIAT. A.A. 6713 Cali, Colombia.
dlmolina@telecom.com.co, e.amezquita@cgiar.org, fhagar16@telecom.com.co

INTRODUCCIÓN

Las sabanas de los Llanos orientales, también llamadas Orinoquía Colombiana, ocupan
aproximadamente 17 millones de hectáreas. Dentro de esta región se encuentra la Altillanura
plana, cuya extensión es de 3.4 millones de hectáreas (Cochrane y Sánchez, 1981), contenida en
una franja de 60 km de ancho en promedio, que se extiende al sur del Río Meta desde la
localidad de Puerto López (Departamento del Meta) hasta el límite con Venezuela (Cochrane et
al., 1985). La vegetación nativa comprende, en su mayor parte, gramíneas de escaso valor
nutritivo (Álvarez y Lascano, 1987); con bajos niveles de productividad animal, ampliamente
documentada tanto en trabajos en la estación experimental (Paladines y Leal, 1979) como en las
fincas (Kleinheisterkamp y Häbich, 1985).
Sus suelos, especialmente los Oxisoles (Tropeptic Haplustox isohypertermic), tienen pH de 4.5 y
(+) -1
baja disponibilidad (cmol .kg ) de Ca (0.2), Mg (0.08), K (Bray 2) (0.1) y P (Bray 2) (2 mg/kg) y
una saturación de aluminio mayor de 80% (Sanz et al., 1999); son muy susceptibles a la
degradación y bajo condiciones naturales no ofrecen un medio óptimo para la producción de
cultivos y pasturas (Amézquita, 1998).
La temperatura media de la zona es de 28°C, con una precipitación anual de 2200 mm y una
evapotranspiración potencial de 1300 mm. La altitud de esta región es de 150 a 200 msnm
(Cochrane y Sánchez, 1981). La época seca se extiende entre diciembre y marzo seguida de una
época lluviosa de forma bimodal, con períodos secos de corta duración (entre 1 y 2 semanas) en
julio o agosto (Sanz et al., 1999). Los meses de abril y noviembre marcan los puntos críticos de
inicio y final de lluvias respectivamente (Hoyos et al., 1999).
El Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), conjuntamente con los Institutos
Nacionales de investigación y extensión, ha venido desarrollando en los últimos 20 años
tecnologías de sistemas agrícolas y pecuarios mejorados para este ambiente (Zeigler y Toledo,
1993; Sanz et al., 1993). A la fecha, todas las alternativas productivas implementadas, basadas
en pasturas, cultivos o sistemas agropastoriles, presentan excelentes rendimientos en los
primeros años y luego, a pesar del mejoramiento químico del suelo, una drástica disminución de
ellos en función del tiempo, todo lo cual se atribuye a procesos degradativos del suelo.

Oferta Ambiental de los suelos de sabana

Se ha enfatizado y aceptado a través del tiempo que los suelos Oxisoles, a pesar de ser muy
ácidos e infértiles, poseen excelentes características físicas (Sánchez, 1976; Sánchez y Salinas,
1981). Sin embargo, trabajos recientes en la altillanura demuestran que estos suelos exigen un
manejo adecuado porque tienen las siguientes limitaciones edafológicas (Amézquita, 1998):
Son muy superficiales, es decir, su horizonte A es de poco espesor.
Son susceptibles a la erosión.
Su estructura es débil.
Su materia orgánica es escasa.
Son propensos al 'sellamiento' superficial, es decir, su capa externa se endurece, se encostra y
sella el interior.
Tienen baja capacidad de infiltración.
Son duros y su capacidad de aireación es baja.
No se dejan penetrar fácilmente por las raíces.
Su contenido de nutrientes es bajo.
Retienen poca agua aprovechable para las plantas.
Su fertilidad natural es muy baja.

113
Usos del suelo

Un estudio interinstitucional CIAT-CORPOICA -UNILLANOS realizado entre 1996-1999


evaluando el impacto de los usos de los suelos de la altillanura (entre 7 y 33 años) mostró que
más del 70% de los nutrientes aplicados se concentraba en los primeros 5 cm. de profundidad.
Estas respuestas tenían como característica común el uso intensivo de rastras, para preparar los
suelos, que ocasionaron destrucción de macroagregados y pérdida de materia orgánica
afectando la dinámica de agua, aire y nutrientes (Hoyos et al., 1999).
Este estudio, junto con experimentos de largo plazo en fincas, permitió generar una serie de
indicadores físicos, químicos y biológicos para iniciar una nueva fase de investigación que
condujera a procesos constructivos de suelo.
El cuadro 1 muestra el impacto del uso de rastras vs . cinceles rígidos sobre los macroagregados
y la materia orgánica del suelo en función de la textura (Hoyos et al., 1999). Un 63% de la
materia orgánica fue destruida por las rastras en el suelo de textura liviana lo que se reflejó en
una pérdida significativa de macroagregados del suelo destruyendo su estructura. En el suelo de
textura pesada el impacto negativo sobre los macroagregados y materia orgánica, sólo se
presentó con el uso de rastras. El cincel mejoró el nivel de materia orgánica manteniendo el
mismo nivel de macroagregados.
Nótese que en el suelo de textura liviana el impacto de las rastras en la destrucción de
macroagregados mayores de 6 mm, que son los responsables del des arrollo radicular de los
pastos, reduciéndolos de 29 % en suelo de sabana a 4 % con el uso de rastras y a 19 % con el
uso de cincel rígido.
El uso continuo de rastras, además de ocasionar pérdida de materia orgánica y destruir los
macroagregados del suelo, masificando su estructura, no permite la infiltración de agua en el
suelo. Las infiltración acumulada en 2 horas para sabana sin disturbar, rastras y cincel rígido
fueron de 46, 80 y 212 mm respectivamente (Hoyos, et. al., 1999). , los cuales corresponden a
-1
velocidades de infiltración de 2.3, 4 y 10.6 cm.h para sabana, rastras y cincel respectivamente.

Cuadro 1. Efecto del uso de rastra y cincel rígido en los macroagregados y materia orgánica (0 a 5 cm de
profundidad)

Tamaño de agregado Sabana Pasturas Pasturas


(mm de diámetro) Nativa (Rastra) (Cincel)

--------------------- (%) --------------------------


Suelo liviano (F. arenoso)
> 6 mm 29 a 4 b 19 ab
4 a 6 mm 9 a 3 c 5 bc
1 a 4 mm 23 a 17 c 17 b
----------------------------------------------------------------------
Total 61 a 24 c 41 b
M.O (%) 2.7 a 1.1 c 1.6 bc

Suelo pesado (F. arcilloso)


> 6 mm 38 a 33 a 39 b
4 a 6 mm 15 a 12 a 14 a
1 a 4 mm 31 a 29 a 29 b
--------------------------------------------------------------------
Total 84 a 74 b 82 ab
M.O (%) 4.3 b 3.7 c 4.7 a

Así mismo, se identificaron los limitantes físicos y químicos para los suelos oxisoles de la
Altillanura Colombiana bajo sabana nativa y se determinaron valores “meta” a alcanzar para los

114
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

diferentes parámetros de suelo estudiados (Amézquita, et al., 2000), tal como se observa en el
cuadro 2.

Cuadro 2. Características químicas y físicas de los suelos de la altillanura plana según la textura y metas
para corregir sus limitaciones en los primeros 20 cm de profundidad.

Textura del suelo


Variable Meta
Arcillosa Franco Franco
arcillosa arenosa (2 años)
Arena 21.00 37.00 65.00
-3
Densidad aparente (Mg.m ) 1.28 1.46 1.61 1.2
M.O. (%) 4.58 2.98 1.14 >5
-1
Infiltración (cm.h ) 4.50 8.00 14.00 >15
Capacidad de campo (% en Volumen) 32 28 15 35
Punto marchites permanente (% en Volumen) 16 14 6 10

Agua disponible (%) 16 14 9 25


-1
Conductividad hidráulica (cm.h ) 1.0 1.4 9.0 10
Porosidad total (%) 51 45 40 50
-1
P (mg.kg ) 1.00 1.27 3.85 20
(+) -1
Ca (cmol .kg ) 0.29 0.11 0.20 1.5
(+) -1
Mg (cmol .kg ) 0.09 0.07 0.07 0.6
(+) -1
K (cmol .kg ) 0.09 0.06 0.04 0.15
-1
Al (mg.kg ) 2.69 2.31 0.91 1.0

El concepto de capa arable

Para superar los limitant es naturales de la sabana se propuso el concepto de la construcción y el


mantenimiento de una capa arable. Se entiende por “capa arable” aquella capa superficial de
suelo que el hombre puede modificar a través de su manejo para lograr un sistema de
producción sostenible. Siendo esta producción deseable, es necesario iniciar un proceso de
mejoramiento del suelo a través del tiempo, aplicando diferentes estrategias de manejo de
acuerdo al sistema final de producción a implementar (Amézquita, 1998).
El objetivo de la construcción de la capa arable es transformar suelos de baja productividad, que
son insostenibles, a suelos de alta productividad y sostenibilidad a través de prácticas de manejo
del suelo y de los cultivos que permitan vencer las principales limitaciones químicas, físicas y
biológicas en un determinado tiempo.

Pasos a seguir para desarrollar y mantener una capa arable productiva.


Se consideran 4 etapas: (Amézquita, et al., 2003)
1) Hacer un diagnóstico para evaluar las limitaciones, químicas, físicas y biológicas del suelo.
2) Establecer las metas de mejoramiento del suelo, de acuerdo al sistema de producción a
implementar ó uso final que se le va a dar al suelo y de acuerdo a la textura, profundidad del
perfil y pendiente.
3) Seleccionar el germoplasma y planear las prácticas de manejo del suelo y de los cultivos
que conduzcan al mejoramiento del suelo.
4) Una vez alcanzadas las metas de mejoramiento del suelo en términos físicos, químicos y
biológicos (capa arable productiva) se deben implementar sistemas de siembra directa, con
un uso mínimo de insumos químicos para mantener el balance y sostenibilidad del sistema.

115
En la práctica, para construir capas arables, se sugiere proceder de la siguiente manera
(Amézquita, et al., 2002):
Mejoramiento físico del suelo. Se emplea en estos suelos (Altillanura) la labranza vertical con
cinceles rígidos, que logran un buen fraccionamiento del suelo hasta la profundidad deseada: 0-
25 cm para los sistemas agropastoriles y 0-45 cm para los cultivos permanentes, mejorando el
primer año de 0-30 cm y de 0-45 cm el segundo año, para mantener la estabilidad física del
sistema.
El suelo se afloja con el cincel y este efecto (aflojamiento) mejora varias de sus propiedades: la
infiltración de agua, la capacidad de aireación, la distribución de los elementos nutritivos, y la
penetración de las raíces.
Mejoramiento químico del suelo. En el primer año, para el caso de cultivos anuales, se
corrigen las limitaciones de acidez y saturación de bases con el uso de cal dolomita. Para
alcanzar los niveles críticos de Ca y Mg así como lograr una buena distribución de ellos en el
perfil, se utilizan fuentes más solubles (sulfatos). Para el caso de pasturas, se pueden aplicar cal
dolomita y fosfatos de calcio de baja solubilidad. Las anteriores enmiendas se aplican al suelo
antes de pasar los cinceles rígidos los cuales las incorporan al suelo en profundidad.
Mejoramiento biológico del suelo. Se siembran pastos, principalmente, que introducirán
abundantes raíces fibrosas hasta la profundidad del suelo en que ocurren su preparación y su
enmienda.
La mejora biológica se basa en materiales vegetales (gramíneas y leguminosas forrajeras) que
han sido genéticamente adaptados a las condiciones de acidez y baja fertilidad de los suelos de
la Altillanura, y que desarrollan un sistema radicular profundo y abundante. A medida que se va
mejorando el suelo se utilizarán materiales de mayor calidad y rendimiento que aumenten el
ciclaje de nutrientes e incrementen la biota del suelo.

Como iniciar el mejoramiento

Idealmente se debería iniciar con materiales de bajos requerimientos y alta producción de raíces
para estabilizar la física del suelo post-labranza. En este sentido, la asociación arroz-pastos
representa una buena alternativa en términos de costos de inversión. Esta asociación permite
además una mejor distribución de nutrientes en forma espacial, por la distancia corta entre
surcos, que garantizan en el futuro una mejor nutrición de los cultivos de mayor espaciamiento
entre surcos como el maíz.

CONCLUSIONES

− La gran conclusión que se desprende de los trabajos de investigación desarrollados en la


Altillanura Colombiana por el CIAT, en colaboración con otros centros de investigación, es que
para lograr implementar sistemas de producción sostenibles sobre suelos oxisoles es
necesario, además de adaptar especies vegetales a las condiciones del suelo, construir capas
arables productivas, venciendo las limitaciones físicas, químicas y biológicas naturales de las
sabanas.

REFERENCIAS

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116
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

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117
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Investigación e innovación tecnológica en zanjas de infiltración


y canales de desviación, en el Secano Costero e Interior de las
Regiones VI, VII y VIII de Chile.

Roberto Pizarro T.1, Claudia Sangüesa P.2, Juan Pablo Flores V. 2, Enzo Martínez A2.
1
Departamento de Gestión Forestal y Ambiental, Facultad de Ciencias Forestales, Universidad de Talca. 2
Norte 685, Talca, Chile. rpizarro@utalca.cl
2
Sociedad Estándares de Ingeniería para Aguas y Suelos, EIAS. 2 Norte 685, Talca, Chile.
csanguesa@utalca.cl jflores@utalca.cl emartinez@utalca.cl

INTRODUCCIÓN

La erosión hídrica, es un factor crítico para el establecimiento y desarrollo de plantaciones


forestales en gran parte del secano de las Regiones VI, VII y VIII de Chile Central, además de ser
un elemento determinante en la pérdida de la productividad de suelos, ya que no permite una
buena retención de las aguas de lluvia y a la vez, provoca la pérdida de nutrientes.
En este sentido, la incorporación de las técnicas de conservación de aguas y suelos y la vigencia
de la Ley Nº 19.561 (de Fomento Forestal), que incentiva la actividad forestal en suelos de
aptitud forestal y en suelos degradados, hacen vislumbrar una nueva forma de trabajo de la
tierra, asegurando un mejor uso productivo de ella. Sin embargo, en Chile no existen estándares
determinísticos de diseño y construcción de obras de conservación de aguas y suelos, ni
elementos técnicos, hidrológico – matemáticos y económicos, que aporten a la ingeniería de
diseño de las mismas. Lo anterior define la necesidad de evaluar la eficacia, eficiencia y el
impacto de todo el esfuerzo que hace el Estado a través de las bonificaciones a las obras de
conservación de aguas y suelos ligada a la actividad forestal.
En función de lo expuesto, la Sociedad Estándares de Ingeniería para Aguas y Suelos Ltda.
(EIAS) conformada por la Universidad de Talca y la empresas: Bosques de Chile, Terranova y
Bosques Villanueva, está ejecutando el proyecto “Determinación de estándares de ingeniería en
obras de conservación y aprovechamiento de aguas y suelos para el mantenimiento e incremento
de la productividad silvícola”, financiado por el Fondo de Desarrollo e Innovación (FDI) de la
Corporación de Fomento de la Producción (CORFO). El objetivo es incrementar la productividad
de los suelos de aptitud forestal del territorio árido y semiárido de las Regiones VI, VII y norte de
la VIII, mediante el diseño hidrológico de obras de conservación y aprovechamiento de aguas y
suelos, utilizando para ello, estándares específicos para tres tipos de obras que se estudian, a
saber: zanjas de infiltración, subsolado y canales de desviación. Todo ello desde una perspectiva
participativa, técnica y geográfica, que permita una implementación amigable de estas técnicas,
en términos económicamente factibles y que favorezcan marcos de actuación sustentables.
El proyecto está dividido en tres etapas; la primera, comprende el diseño de las obras y la
construcción de ellas en terreno (con un total de 10 ensayos); en la segunda etapa se evalúa el
funcionamiento de las obras, y en la tercera y última etapa, se corrobora la evaluación con
nuevas mediciones, para la obtención de las conclusiones finales respecto a la efectividad del
diseño de las obras. En 7 ensayos se construyeron zanjas de infiltración en el año 2002
(Hidango, Pumanque, Botacura, Parrón, Name, Manzanares y Llohué) y en dos ensayos,
Llanillos (VII Región) y Paredones (VI Región), se está estudiando el comportamiento de
cárcavas, construyendo un canal de desviación en cada uno, durante abril del año 2003.
En este artículo se mostrará el trabajo realizado con las dos obras de conservación de aguas y
suelos ya mencionadas, al segundo año de ejecución del proyecto.

MATERIALES Y METODOS

El diseño de las obras de conservación y aprovechamiento de suelos y aguas, debe considerar


previamente, un análisis de las intensidades de precipitación, para así, diseñar las obras que
favorecen la infiltración del agua de lluvia en condiciones desfavorables.
En este contexto, uno de los primeros requerimientos a considerar es la determinación del
periodo de retorno (T), el que se define como el tiempo que transcurre entre dos fenómenos de
las mismas características. Con esto, es posible tener un horizonte de planificación, dentro del

119
cual no debería presentarse un evento con precipitaciones superiores a la calculada (Pizarro y
Novoa, 1986).
Asociado a lo que se expone, el periodo de retorno para el total de ensayos de este estudio,
corresponde a un “T” de 20 años, el cual se justifica por considerar a este tiempo, el promedio de
rotación en plantaciones de Pino Radiata D. Don.

Curvas Intensi dad-Duración-Frecuencia IDF


Otro elemento importante, es la determinación y construcción de las curvas intensidad-duración-
frecuencia, curvas que resultan de unir los puntos representativos de la intensidad media en
intervalos de diferente duración, y correspondientes, todos ellos, a una misma frecuencia o
período de retorno (Témez, 1978), y cuya finalidad es la de aportar patrones de conductas de las
lluvias.
Es importante señalar, que cuando sólo se dispone de un pluviómetro en una estación, en
general, sólo se podrá conocer la intensidad media en 24 horas. Como se comprenderá, esta
información puede inducir a grandes errores por defecto, por cuanto las lluvias de corta duración
son, en general, las más intensas. Es natural, entonces, que las determinaciones de intensidades
de lluvia se hagan a partir de los registros proporcionados por los pluviógrafos (Aros, 1997).

Existen diferentes métodos para la construcción de las curvas intensidad-duración-frecuencia


(IDF), según diversos autores. En este proyecto se utilizaron las curvas construidas según el
método de Témez (1978), el cual relaciona las intensidades de precipitación para distintos
períodos de retorno, con el propósito de graficar la relación entre las tres variables (Intensidad-
Duración –Frecuencia) (Pizarro et al, 2001).

Diseño hidrológico de zanjas de infiltración


El principio fundamental a la hora de diseñar las zanjas de infiltración corresponde a que la
cantidad de agua de lluvia que cae en la zona da captación, debe ser menor o igual a la que
capta y absorbe la zanja. Es decir, la capacidad de éstas no debe ser sobrepasada por el total de
aportaciones que a ella converjan.

Las zanjas de infiltración a construir, poseen una sección rectangular de “h” cm de altura y “b” cm
de base, mientras que éstas tienen un largo variable “L” (Figura 1). El diseño considera además,
un rebaje en el borde aguas arriba para facilitar la entrada de agua y evitar la erosión de las
paredes; la expresión matemática que define este principio es:

Vai = Vcz + Vin (1)

Donde: Vai: Volumen de aportación de la zona de impluvio; Vcz: Volumen de captura de las zanjas
y Vin: Volumen de infiltración.

A su vez, cada componente se define por las siguientes expresiones:


Vai = I × Ai × e (2)
Vcz = b × h × L (3)
Vin = b × v × L (4)

2
Donde: I: precipitación máxima en 1 hora (mm); Ai: superficie de la zona de impluvio (m ); e:
coeficiente de escorrentía; b: base de la zanja de infiltración (m); h: altura de la zanja (m); L: largo
de zanja (m) y v: velocidad de infiltración de la zanja llevada a unidad de longitud (m).

Por otra parte, la velocidad de infiltración determina la cantidad de agua que infiltra en el suelo,
dando una aproximación del comportamiento del agua dentro de una zanja. El método utilizado
para determinar la velocidad de infiltración es el método del cilindro (Gurovich, 1985), con la
variante de utilizar las tres últimas mediciones de infiltración (y no todas las alturas medidas,
como lo plantea el método), como factor de seguridad que permita diseñar las obras para las
condiciones más desfavorables en cuanto a saturación del suelo.
Asociado a lo anteriormente expuesto, en el proyecto se decidió estudiar dos tipos de zanjas:
zanja 1 de base de 0,2 m y altura 0,3 m y zanja 2 de base de 0,3 m y altura 0,3 m.

120
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Entonces, al ser conocida la sección de las zanjas (ecuación 3) y el volumen de infiltración


(ecuación 4), sólo queda por conocer el distanciamiento horizontal entre líneas de zanjas, lo cual
se determina a través de la superficie de la zona de impluvio (Ai) dado por la ecuación (2) y
asumiendo un valor unitario para el largo de la zanja.

Figura 1. Esquema de una zanja de infiltración; donde d = distanciamiento entre líneas de zanjas, L = largo
de zanja, b = base de la zanja, h = altura efectiva de la zanja, con Área de impluvio = d x L.

Esta metodología se está probando en 7 ensayos ubicados entre la VI y VIII Regiones. Las
características de las obras construidas y los principales elementos utilizados para su diseño se
muestran en el cuadro 1.

Cuadro 1. Características de las zanjas de infiltración.

Ensayo Distancia entre Intensidad Velocidadde Intensidad máxima


zanjas (m) máxima horaria Infiltración en 1 hora
Zanja 1 Zanja 2 (mm.h-1) (mm.h-1) medida año 2003
(0,2 m) (0,3 m) (mm.h-1)
VIII Región
Manzanares 4,5 6,5 19,00 72,0 8,8
Llohué 9 13 19,00 451,3 8,8
VII Región
Parrón 9 13 15,78 356,0 14,0
Botacura 8 11 15,10 300,0 9,8
Name 4 6 17,61 20,3 10,6
VI Región
Hidango-INIA 4 6 15,78 89,3 16,2
Pumanque 4,5 6,5 18,90 38,0 14,4

Las intensidades de diseño fueron calculadas para un periodo de retorno de 20 años y si se


comparan con las intensidades medidas durante el año 2003, se puede observar que sólo en un
ensayo la intensidad de diseño fue superada por la real, no obstante, no se produjo daño de
ningún tipo en las obras.

Diseño hidrológico de un canal de evacuación de aguas lluvias


El primer paso de un diseño de un canal de desviación es elegir la forma de la sección; en este
sentido, la que ofrece las mejores perspectivas de construcción, es la sección trapezoidal, en
función del diseño, construcción, material y aspectos de costos (Pizarro, 1988). Para el canal de
desviación y las zanjas de infiltración es importante conocer el área de aportación o de impluvio,
lo que está directamente relacionado con el distanciamiento de las obras, en caso que hubiese
más de una. Una vez definida la forma, se utilizó un método basado en la ecuación racional y la
ecuación de Manning, lo que se resume en los siguientes pasos:

Determinación del caudal


Utilizando la ecuación racional para la determinación del caudal, se tiene:

Q = e × I × Ai (5)

3 -1
Donde: Q: caudal en m .s ; e: coeficiente de escorrentía; I: intensidad de precipitación máxima
-1
en 30 minutos, en mmh y Ai = área de impluvio en ha.

121
Luego, analizando cada uno de estos factores se tiene lo siguiente:

Coeficiente de escorrentía (e)


Está dado por una tabla en la que se clasifican las características de la cuenca. Las
características consideradas son relieve del terreno, permeabilidad del suelo, cobertura de la
vegetación y capacidad de almacenaje del agua.

Intensidad de precipitación máxima en 30 minutos


Para ambos ensayos se utilizó la estación pluviográfica de Pencahue (VII Región), dado que esta
estación presenta registros de intensidades de precipitación y cuenta con las curvas IDF
(intensidad - duración – frecuencia). Por otra parte, cerca del ensayo de Paredones, en la VI
Región, no existe una estación que posea las curvas IDF (Pizarro et al, 2001).
En este contexto la curva utilizada para ambos ensayos viene dada por la siguiente fórmula:

63,694 × T 0,164143
I= (6)
D 0, 469797
Donde: T: período de retorno en años (se consideró 20 años) y D: duración de la lluvia en
minutos (se consideró 30 minutos, ya que en no menos de 30 minutos se deberían concentrar las
aguas a ser evacuadas por el canal).

Se utilizó una duración de 30 minutos, la que presenta una intensidad mayor que la existente
para una hora, con el fin de disminuir la probabilidad de que ocurra un evento de grandes
proporciones y la obra sea sobrepasada. Por otro lado, el utilizar una duración más pequeña, de
15, 10 ó 5 minutos, no se justifica, ya que ello implica usar mayores intensidades de precipitación
y un considerable mayor tamaño de la obra, lo que repercute en los costos. Asimismo, el utilizar
duraciones pequeñas, se ve limitado por las características de las bandas de pluviógrafos, las
que presentan una baja resolución, llegando a lo más a 1 hora. Sin embargo, la razón
fundamental es que se contaría con valores de diseño muy altos, ya que a través de las curvas I-
D-F ajustadas o un modelo matemático es posible obtener intensidades para lapsos menores a 1
hora.

Área de impluvio
Es la superficie de captación de aguas lluvias, la cual aporta directamente el agua a la obra en
estudio. Es decir, es la superficie que proporcionará el agua que será evacuada por la obra. Cabe
destacar que si se construyeran más de un canal en una misma ladera, el área de impluvio del
canal de cota inferior estará dada por la distancia entre ambas obras.
Teniendo los valores de los tres parámetros anteriores, se calcula el caudal de diseño, a través
de la ecuación (5).

Cálculo de la sección del canal


En términos generales, el caudal se define como el producto de la sección del canal y la
velocidad del agua, es decir,

Q = A ×V (7)

3 -1 2 -1
Donde; Q: caudal en m .s ; A: sección del canal en m y V = velocidad del agua en m.s .

Según las características de los suelos de Llanillos y Paredones (franco arcilloso y arcillo
-1
arenoso, respectivamente) se consideró una velocidad de 0,9 m.s .para ambos.
Entonces, ya conocidas las variables Q y V, se llegó a un valor de sección de canal que se
muestra en el cuadro 2.

Cálculo de las dimensiones


Para calcular el tirante o altura efectiva del canal, se necesita, previamente, determinar el ángulo
de inclinación del talud del canal con respecto a la vertical, dado que la formulación matemática
obtenida a través de la maximización del radio hidráulico, así lo requiere. Para este caso, se
definió un valor de a = 30º.

122
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Cuadro 2. Dimensiones de los canales de desviación para los ensayos Llanillos y Paredones

Dimensiones y parámetros Paredones Llanillos


del canal de desviación
Coeficiente de Escorrentía 0,70 0,70
Área de impluvio (ha) 2,0 3,0
Velocidad (m.s -1) 0,9 0,9
Caudal (m 3.s -1) 0,1229 0,0819
Sección del canal (m 2) 0,091 0,137
Tirante (m) 0,229 0,281
Base de fondo (m) 0,265 0,324
Longitud de talud (m) 0,265 0,324
Pendiente (m.m-1) 0,016 0,012
Revancha (m) 0,30 0,30

A partir del ángulo conocido, es posible el cálculo de las dimensiones de la sección del canal
como se muestra en el cuadro 3. (Figura 2)

Cuadro 3. Expresiones matemáticas que definen las dimensiones de un canal de desviación

Parámetro Fórmula
S cos α
Tirante (h) h=
2 − senα
S
Base del fondo (b) b= − h × tgα
h
h
Longitud de talud (l) I=
cos α
1 1/ 2
Pendiente del canal (s) Q= × s × R 2 /3 × S
n
h
Radio hidráulico (R) R=
2

2
Donde, S = Sección del canal en m ; a = ángulo del talud con respecto a la vertical = 30º; Q =
3
caudal a conducir, en m /s; n = coeficiente de rozamiento de Manning; s = pendiente longitudinal
del canal, en m/m y R = radio hidráulico, en m.

Figura 2. Dibujo esquemático de un canal de desviación

123
RESULTADOS Y DISCUSIÓN

A sólo dos años de este estudio, si bien no es posible mostrar resultados definitivos, es posible
obtener algunas conclusiones respecto a la metodología utilizada para el diseño de zanjas de
infiltración y canales de desviación.
En términos hidrológicos, la metodología se basa en la intensidad máxima de precipitación en 1
hora, para las zanjas de infiltración y en 30 minutos, en el caso de los canales de desviación. En
este sentido, las intensidades de precipitación medidas no han superado a las utilizadas en el
-1
diseño, a excepción del ensayo de Paredones, en que se registró 22 mm.h , superando
-1
levemente a los 21,07 mm.h de diseño. En este ensayo, el canal soportó de buena manera la
alta intensidad registrada, debido en gran parte a los factores de seguridad utilizado,
específicamente en la revancha.
En general, el factor de seguridad utilizado en el diseño de las zanjas, el cual incorpora los
conceptos de período de retorno, máximas intensidades de precipitación en una hora para series
de datos pluviográficos de 20 años, y valores mínimos de velocidad de infiltración de agua en el
suelo, ha permitido que las obras intercepten la escorrentía superficial y no sean sobrepasadas
por ella. Además, se destaca que el año 2002, fue una excelente prueba de validación, dado que
ese año hidrológico, presentó una alta pluviometría y por otra parte, el año 2003 presentó altas
-1
intensidades de precipitación, llegando a los 22 mm.h .
Esta metodología permite determinar los distanciamientos óptimos para distintos tamaños de
zanjas propuestos en esta investigación, y junto con ello, el número de líneas de zanjas
necesarios para la captura de la escorrentía superficial.
En este marco, al finalizar la investigación se espera evaluar y determinar los estándares de
diseño y construcción de las obras de conservación y aprovechamiento de aguas y suelos, lo que
permitirá la optimización de los recursos invertidos por el Estado y mejorar la productividad de los
suelos, disminuyendo la erosión hídrica.

REFERENCIAS

Aros V. 1997. Apuntes de Hidrología Ingeniería Civil. Universidad de Concepción. Concepción.


Chile. 25 - 31 p.
Gurovich L. 1985. Fundamentos y diseño de sistema de riego. Instituto Interamericano de
cooperación para la agricultura (CIIA). Primera Edición, San José, Costa Rica. Capítulo 6. P.
143-168.
Pizarro R.; Novoa, P. 1986. Instructivo N° 5. Determinación de valores probabilísticos para
variables hidrológicas. Elementos técnicos de Hidrología. Corporación Nacional Forestal
(CONAF). Chile. 78 p.
Pizarro R. 1988. Elementos Técnicos de hidrología II (Instructivos Técnicos): Proyecto regional
sobre uso y conservación de recursos hídricos en áreas rurales de América Latina y el
Caribe. UNESCO-Oficina Regional de Ciencia y Tecnología; CONAF, IV Región. Chile.109p.
Pizarro R.; Abarza A.; Farias C. 2001. Análisis comparativo de las curvas intensidad-duración-
frecuencia IDF, en 6 estaciones pluviográficas distribuidas en la VII región del Maule. En
Actas del XV Congreso Chileno e Ingeniería Hidráulica. Sociedad Chilena de Ingeniería
Hidráulica. Concepción, Chile, 15-25.
Témez J. 1978. Cálculo Hidrometeorológico de caudales máximos en pequeñas cuencas
naturales. Dirección General de Carreteras. Madrid. España. 111p.

124
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

El Sistema de Incentivos para la recuperación de suelos


degradados en programas de conservación de suelos.

Elías Araya Salinas.


Servicio Agrícola y Ganadero, Ministerio de Agricultura, Gobierno de Chile. Av. Bulnes 140, Santiago, Chile.
elias.araya@sag.gob.cl

INTRODUCCIÓN

En Chile, los suelos cultivables han sufrido modificaciones continuas en sus condiciones físicas,
biológicas y químicas, como consecuencia de las características propias derivadas de su origen,
así como del sistema productivo e intensidad de uso al cual se encuentran sometidos. Lo anterior
se traduce, entre otros aspectos, en una fuerte degradación de la fertilidad natural de los suelos,
así como en la sostenida pérdida de fósforo disponible y la acidificación progresiva de los
mismos, derivadas de procesos extractivos e intensivos. Por otra parte, existen suelos afectados
por distintos grados de erosión a causa del uso intensivo y de la aplicación de tecnologías
inapropiadas en su explotación.
El suelo es el principal recurso productivo con que cuentan los productores agropecuarios y su
deterioro implica una enorme desventaja en el actual modelo de desarrollo económico,
caracterizado por la alta competitividad que existe entre productores, países e incluso bloques de
países.
El Gobierno de Chile, consciente de esta realidad, se ha comprometido, a través del Ministerio de
Agricultura, a impulsar medidas orientadas a mitigar las consecuencias de estos procesos, las
cuales se suman a las acciones propias que en forma creciente adoptan los productores para la
sustentabilidad de sus recursos productivos. Estas medidas se materializan en el Sistema de
Incentivos para la Recuperación de Suelos Degradados (SIRSD), programa de fomento orientado
a la recuperación de suelos que han sufrido algún proceso de degradación.

OBJETIVO DEL PROGRAMA

Su objetivo es detener o revertir los procesos de degradación de los suelos, permitiendo que los
productores agropecuarios de Chile puedan acceder a recursos estatales que se destinen a
promover la conservación, el manejo sustentable y la recuperación de los suelos de uso
agropecuario.

Quiénes pueden postular?


Pueden postular todos los agricultores en calidad de propietarios, arrendatarios, usufructuarios o
comodatarios de un predio agrícola, entendiendo por tal a aquel cuyo terreno esté destinado
preferentemente a la producción agropecuaria o forestal, o que económicamente sea susceptible
de dichas producciones en forma predominante. Sólo están excluidos de los beneficios que
otorga el Programa los funcionarios del Servicio Agrícola y Ganadero, del Instituto de Desarrollo
Agropecuario o del Ministerio de Agricultura (en consideración a los preceptos de probidad
administrativa). En cuanto a personas jurídicas, pueden participar todas aquellas que no formen
parte del Sector Público.

PROGRAMAS QUE SE BONIFICAN

Actualmente el Sistema de Incentivos para la Recuperación de Suelos Degradados posee 5


programas específicos activos, a saber:
Fertilización fosfatada: incentiva el uso de fertilización fosfatada de corrección, destinada a
recuperar los niveles de fertilidad natural en suelos deficitarios, definida ésta en 15 mg de fósforo
por kilogramo de suelo, según el método P-Olsen. Se bonifica hasta el 80% de los costos netos
(sin IVA). La fertilización fosfatada para producción, es decir aquella que será extraída por el
cultivo y que deberá estar disponible en el suelo para alcanzar los rendimientos deseados, es de
responsabilidad del productor.
Enmiendas Calcáreas: estimula la incorporación al suelo de las dosis de cal necesarias para
cambiar el nivel de pH hasta un valor de 5,8 o para reducir la saturación de aluminio a niveles

125
inferiores al 5%, considerando la capacidad de intercambio de cationes efectiva según análisis de
suelo. Se bonifica hasta el 80 % de los costos netos.
Siembra o Regeneración de Praderas: incentiva el establecimiento o regeneración de una
cubierta vegetal permanente en suelos frágiles o degradados, mediante un incentivo de hasta el
50 % de los costos netos, con el fin de obtener una cubierta vegetal que comprenda al menos el
90% del área intervenida.
Conservación de suelos: estimula evitar las pérdidas físicas de suelos mediante la utilización
de métodos tales como: cero o mínima labranza, control de dunas, utilización de curvas de nivel,
labranzas en contorno, establecimiento de coberturas forestales en suelos ocupados por
pequeños propietarios de escasos recursos, zanjas de infiltración, aplicación de materia orgánica
o compost, nivelación, labores que contribuyan a incorporar una mayor cantidad de agua
disponible en el perfil de suelos aptos para el uso agropecuario u otros, para lo cual se otorga un
incentivo de hasta el 80% de los costos netos en que se incurra por efectos de aplicación de tales
métodos de conservación de suelos.
Rehabilitación de suelos: promueve la eliminación total o parcial de troncos muertos,
matorrales sin valor forrajero y otros impedimentos físicos o químicos en suelos de uso
agropecuario, mediante un incentivo de hasta el 50% de los costos netos de tales labores.

FUNCIONAMIENTO

El SIRSD es de responsabilidad del Ministerio de Agricultura y se ejecuta en todo el territorio


nacional, a través del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) para el segmento de medianos y
grandes productores mediante concursos públicos y por el Instituto de Desarrollo Agropecuario
(INDAP) para los pequeños productores a través de la demanda directa de sus usuarios. La
coordinación general del Programa está radicada en la Subsecretaría de Agricultura y se ejerce
nacionalmente a través de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA) y de las
Secretarías Regionales Ministeriales de Agricultura (SEREMI) en cada una de las 13 Regiones
de Chile.
A nivel regional se han establecido los Comités Técnicos Regionales (CTR) integrados por la
SEREMI de Agricultura respectiva, quien los coordina, por el Director Regional del INDAP, del
SAG y del INIA y los encargados regionales del SIRSD del SAG e INDAP. También son invitados
a participar los otros actores del programa tales como operadores, representantes de agricultores
y de universidades y otras personas u organizaciones relacionadas con el Programa.
Estos CTR tienen como misión coordinar el SIRSD en la región, proponer políticas de
focalización, definición de zonas agroecológicas de aplicación y cualquier otra acción relacionada
con la buena marcha y optimización del SIRSD.
Los interesados en optar al incentivo deben presentar ante el SAG o el INDAP un plan de manejo
el que deberá ser aprobado por tales entidades. Dichos planes de manejo deben ser
confeccionados por operadores acreditados, quienes asumen la responsabilidad de los
contenidos técnicos de los mismos. Quienes quieran acreditarse como operadores deberán
formalizar dicha aacreditación ante el SAG o el INDAP, para lo cual deben estar en posesión de
un título profesional o técnico cuyo plan de estudios contemple asignaturas académicas de
reconocimiento y fertilidad de suelos, establecimiento de praderas o de protección de recursos
naturales de uso agropecuario. Los análisis de suelos (requeridos para la postulación a los
programas específicos de Fertilidad Fosfatada, Enmiendas Calcáreas y Establecimiento de
Praderas) son elaborados por Laboratorios que se incorporan a un registro público que lleva el
SAG, debiendo acreditar que cuentan con las instalaciones necesarias, las metodologías y
profesionales idóneos.
Los interesados pueden percibir incentivos respecto de uno o más de los programas específicos
señalados, pero la suma total de los mismos, no podrá exceder de 160 Unidades Tributarias
Mensuales (aproximadamente USD 8.100) por beneficiario.
La selección de los planes de manejo concursantes se realiza por un sistema de puntaje que
define su orden de prioridad. En la bases de cada concurso se especifican los criterios de
selección, los que definen los puntajes.
Aprobado el cumplimiento del plan de manejo, se procederá a pagar el incentivo de acuerdo a la
tabla anual de costos, por intermedio de la entidad u oficina autorizada por el SAG para tal
efecto.

126
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Las tablas de costos de las prácticas y labores que inciden en los distintos programas, son
confeccionadas, con la debida antelación a la postulación, en forma conjunta por las
dependencias regionales competentes del SAG y del INDAP.

OTROS ANTECEDENTES

Adicionalmente a las líneas de acción propias del programa y que guardan relación con los
objetivos de éste, se han definido las siguientes acciones relevantes:
Participación Ciudadana:
El Programa se ha orientado, en los últimos años, a la incorporación proactiva de distintos
actores en los lineamientos del programa. Así, han sido incorporados como invitados especiales
a las reuniones de Comité Técnico Regional representantes de agricultores, operadores,
universidades, comunidades, pueblos originarios, etc.
Paralelamente, se han ampliado y consolidado las rondas de consulta ciudadana para recoger
sugerencias y se ha acercado el programa desde el nivel regional a los sectores administrativos
del SAG y por ende a los usuarios.
Programa Computacional:
Todos los concursos administrados por el SIRSD a lo largo del territorio nacional operan a través
de un programa computacional que permite efectuar las postulaciones, el cálculo de puntaje y
bonificación, selección de postulantes aprobados, fiscalización, certificación y registro de
cheques a pago de beneficio. Además, esta herramienta computacional se ha consolidado como
pieza fundamental en el control de avance y seguimiento de las distintas etapas de los concursos
(Figura 1). Por otro lado, a través de este software se realizan un sinnúmero de consultas que
pueden apuntar a un plan de manejo en particular como también a análisis estadísticos, lo que ha
permitido contar en forma oportuna y expedita con la información necesaria para la
administración del SIRSD.

Figura 1: Detalle del Programa Computacional

Georreferrenciación de los Planes de Manejo:


Bajo la premisa de mejorar la gestión en las fiscalización en terreno de los planes de manejo
seleccionados, a partir de 1999 se incorporó el concepto de georreferenciación, en donde en una
primera instancia se solicitaba que cada análisis de suelo asociado a los programas de
fertilización fosfatada o enmiendas calcáreas especificaran las coordenadas geográficas en

127
donde fueron tomados (Figura 2). Posteriormente, esta medida fue exigida para todos los
potreros participantes en alguno de los programas específicos del SIRSD. De esta manera, con
el apoyo del sistema GPS es posible localizar en forma exacta en terreno o bien en gabinete con
apoyo cartográfico cada potrero participante en el Programa, lo que facilita la planificación de las
fiscalizaciones y el acceso a los predios participantes.

Predios postulantes

Figura 2: Ubicación (georreferenciada) de predios postulantes, visualizado en ambiente ArcView

Sistema de Acreditación de Laboratorios


En virtud de la alta importancia que para los programas específicos de enmiendas calcáreas y
fertilización fosfatada tiene contar con un adecuado estándar metodológico para análisis de
suelos, se ha encomendado a la Universidad Austral de Chile la coordinación e implementación
de un Programa de Normalización de Técnicas y Acreditación de Laboratorios para Análisis de
Suelo y de Tejidos Vegetales, estructurado por la Sociedad Chilena de la Ciencia del Suelo.
Es así, que en cada temporada se publica un listado con los laboratorios autorizados para la
ejecución de los análisis de suelos incluidos en los planes de manejo postulantes a los
programas específicos de enmiendas calcáreas, fertilización fosfatada y establecimiento de
praderas, asegurando de esta manera la idoneidad de los resultados de dichos análisis y por
consiguiente del impacto del Programa.

Sobre los Operadores del Programa


En consideración de la importancia de los operadores para la ejecución de las postulaciones al
SIRSD, el Programa ha centralizado sus esfuerzos sobre los operadores en dos aspectos, la
creación de un registro único de acreditación a nivel nacional, lo que permite que un operador
acreditado pueda participar en cualquiera de los concursos que se efectúan a lo largo del País, y
una política de capacitación permanente de los aspectos técnicos, administrativos y legales del
Programa. De esta manera, se han realizado capacitaciones en temas relativos a: técnicas de
conservación de suelos; establecimiento de praderas; uso del sistema GPS y conceptos básicos

128
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

de cartografía; parámetros para la fertilización fosfatada y enmiendas calcáreas; utilización del


Software con que opera el programa; marco legal del programa, etc.

RESULTADOS

Los principales indicadores relativos a la cobertura del programa son presentados en el cuadro 1,
en el cual se puede evidenciar la consolidación del programa en los últimos años manifestados
en el número de usuarios beneficiados, número de hectáreas intervenidas y monto de los
beneficios entregados.

Cuadro 1: Evolución de los Principales Indicadores del Sistema de Incentivos para la Recuperación de
Suelos Degradados (Todos los programas).

Año N° Usuarios N° hectáreas Monto (Millones de USD)


1996 10,675 98,879 3.2
1997 15,301 144,557 6.9
1998 15,758 158,660 10.5
1999 26,584 195,658 18.5
2000 42,621 250,763 27.8
2001 44,158 250,571 32.3
2002 44,342 251,318 29.8
Totales 155,097 1,099,088 128.9

En el cuadro 2 se puede observar la evolución que ha tenido la participación del subprograma


de Conservación de Suelos con respecto al total del programa, denotándose un continuo
aumento el que se estima podría alcanzar en la temporada 2003 un 35% de la superficie total
intervenida por el Programa, lo que representa alrededor de 9,4 millones de dólares.

Cuadro 2. Participación del Subprograma de Conservación de Suelo entre las temporadas 1998 a 2002

AÑO
ITEM TOTAL
1998 1999 2000 2001 2002

Superficie Programa (ha) 158,600 195,600 250,700 267,600 240,000 1,112,500

Superficie Conservación Suelos (ha) 14,000 36,120 76,200 94,800 82,000 303,120

% de Superficie con Prácticas de Conservación de


8.8 18.5 30.4 35.4 34.2 27.2
Suelos (ha Conservación Suelos/ ha Programa)

US$ (Millones) 0.7 3.1 7.0 10.7 10.4 31.9

Más en detalle, en el cuadro 3 se presentan las prácticas de conservación de suelos más


demandadas en los concursos administrados por el SAG entre las temporadas 2000 a 2002.
Con respecto a lo anterior, los análisis de los antecedentes señalan que los usuarios del SAG
presentan un 60% de prácticas conservacionistas permanentes y un 40% de prácticas
transitorias, destacándose por superficie la cero labranza dentro de las primeras.
En el caso de INDAP, sus usuarios presentan un comportamiento similar al observado en los
usuarios del SAG, registrando un 57% de prácticas conservacionistas permanentes y un 37% de
prácticas transitorias.

129
Cuadro 3. Prácticas de conservación más demandadas en los concursos administrados por el SAG,
temporada 2000 a 2002

Temporada Práctica o Labor Sup. Efectiva (ha) Bonificación (USD) % Bonif.

Abono Organico, Guano 5,039 1,492,877 8.3


Siembra cero labranza 21,519 1,044,616 5.8
Arado Cincel 15,663 517,305 2.9
Abonos Verdes 1,668 355,209 2.0
Const. Cerco Tradicional (Km) 270 112,011 0.6
2000
abono orgánico+cincel 328 108,961 0.6
Incorporación de Rastojo 1,226 101,872 0.6
Subsolado 1,5 m 2,118 99,061 0.5
A. herbicida+regeneracion gram 1,847 76,427 0.4
Acondicionado Rastrojo 1,497 76,385 0.4
Abono Organico,guano 9,524 2,189,717 12.2
Siembra Cero Labranza 23,927 914,667 5.1
Const. Cerco Tradicional (Km) 2,158 416,745 2.3
Incorporación Rastrojo Cereal 5,480 409,535 2.3
Arado Cincel 14,819 386,958 2.2
2001
Zanjas Infiltracion 1,592 324,031 1.8
Abonos Verdes 1,629 304,629 1.7
Subsolador + 5% Pendiente 4,061 199,661 1.1
Aplicacion Compost 611 143,535 0.8
Canal Desviación m.lineal 604 100,401 0.6
Abono Organico, guano 7,406 1,789,429 10.8
Canal Desviación m.lineal 2,226 642,420 3.9
Siembra Cero Labranza 14,543 584,036 3.5
Incorporación Rastrojo Cereal 5,239 386,285 2.3
Zanjas Infiltracion 1,115 356,358 2.2
2002
Const. cerco tradicional(m.l) 3,092 295,037 1.8
Abonos Verdes 1,729 292,419 1.8
Micron.Suelos Arroceros Laser 1,091 236,152 1.4
Aplicacion Compost 930 222,180 1.3
Arado Cincel 9,768 209,371 1.3

CONCLUSIONES

− El Programa “Sistema de Incentivos para la Recuperación de Suelos Degradados” ha


demostrado ser una herramienta efectiva contra el problema de la degradación de los Suelos
de uso agropecuario, lo que queda de manifiesto en el creciente interés por parte de los
agricultores.
− A diferencia de lo que se puede pensar, en los últimos años el Programa de Conservación de
suelos ha sido el programa más demandado junto con el Programa de Fertilización Fosfatada,
superando ampliamente a los programas de Establecimiento de Praderas, Enmiendas
Calcáreas y Rehabilitación de Suelos.
− Una de las razones de esta alta demanda puede estar explicada en el porcentaje de
bonificación, el cual es de un 80% (a diferencia del establecimiento de praderas y
rehabilitación de suelos que bonifican hasta un 50% de los costos netos).
− Las prácticas más solicitadas dentro del programa de conservación de suelos son las
relacionadas con el manejo de materia orgánica, siendo la más importante la aplicación de
guano.
− En virtud de lo anteriormente expuesto y en atención a que el Programa de Conservación de
Suelos presenta una gran diversidad de prácticas (no sólo en cantidad sino que también en los
objetivos que persiguen), es necesario realizar una análisis técnico del punto de vista de la
definición y objetivo final de cada práctica, ya que se ha evidenciado un desperfilamiento de los
objetivos que persiguen, como parece ser el caso de la aplicación de guano el cual se estaría
utilizando como elemento de fertilización de suelo y no con el objeto de mejorar las
propiedades físicas de éste.

130
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Ley 18.450, Inversión privada en obras de riego y drenaje

Loreto Sagardía A.
La Serena, Chile lsagardia@hotmail.com

INTRODUCCIÓN

La Ley Nº 18.450, de Fomento a la Inversión Privada en Obras de Riego y Drenaje, es un


instrumento de estímulo a la construcción de pequeñas obras hidráulicas de uso agrícola que
viene operando desde su promulgación el 30 de Octubre de 1985. Contemplada originalmente
para mantenerse en vigor sólo durante ocho años, fue modificada en Agosto del 1994, ampliando
su vigencia hasta el 31 de Diciembre de 1999 y posteriormente hasta el 1 de Enero del 2010.

Marco Institucional
La Comisión Nacional de Riego está compuesta por dos organismos: a) un Consejo, integrado
por los Ministros de Agricultura, de Economía, Fomento y Reconstrucción, Hacienda, Obras
Públicas y Planificación y Cooperación y b) una Secretaría Ejecutiva.
La Secretaría Ejecutiva presenta dualidad de funciones, es la unidad administrativa ejecutora de
la Comisión y a la vez, es una institución con funciones en determinadas materias de riego,
particularmente con respecto a estudios y a la administración de la Ley 18.450 de Fomento a la
inversión privada en obras de riego y drenaje, así como en actividades de transferencia
tecnológica y de capacitación.
En el sector riego participan un sinnúmero de instituciones públicas como la Dirección de Obras
Hidráulicas, Dirección General de Aguas, Instituto Nacional de Desarrollo Agropecuario, Servicio
Agrícola y Ganadero, así como otros organismos como el FOSIS, CONADI y CORFO que operan
diversos instrumentos de apoyo para el desarrollo de estudios y construcción de obras menores y
de riego.

Instrumento de Fomento
La Ley, como instrumento de fomento, tiene por finalidad incrementar la superficie regada del
país, provocar un mejoramiento del abastecimiento de agua en aquellas áreas regadas
deficitariamente, incentivar el uso más eficiente de la aplicación del agua e incorporar nuevos
suelos a la explotación agropecuaria, por la vía del eliminar el mal drenaje o puesta en riego
predial. Es evidente que tras esas finalidades hay un objetivo trascendente, mejorar la
productividad a objeto que los productores eleven sus ingresos y que los habitantes del área
beneficiada mejoren su nivel y calidad de vida.
La Ley opera mediante concursos públicos, llamados anualmente, para los distintos tipos de
beneficiarios y obras, otorgando subsidios a proyectos cuyo costo no supera las U.F. 12.000 en
el caso de proyectos individuales, ni sobrepasen las U.F. 24.000 ($ 406.921.680 ó US$ 621.339),
en el caso de ser presentado por organizaciones de regantes. El monto máximo de bonificación
al cual puede optar un proyecto determinado es del 75% del costo total del proyecto.

Concursos Públicos
Los concursos se enmarcan en la normativa legal, administrativa y técnica vigente, la que está
dada por la Ley, El Reglamento y las Bases Administrativas, Técnicas y Especiales de cada
concurso.
Pueden acogerse a la bonificación que establece esta Ley, individualmente o en forma colectiva,
las personas, naturales ó jurídicas, propietarias, usufructuarias, poseedoras inscritas o meras
tenedoras en proceso de regularización de títulos de predios agrícolas, por obras e inversiones
que ejecuten en beneficio directo de los respectivos predios, así mismo organizaciones de
usuarios previstas en el Código de aguas, incluidas comunidades no organizadas que hayan
iniciado se proceso de constitución.

131
Procedimientos
Los beneficiarios que desean acogerse a los beneficios de la Ley, deben presentar su proyecto al
concurso de la categoría que le corresponde.
La Comisión Nacional de riego llama anualmente a concursos públicos (Cuadro 1) a los cuales
pueden postular los potenciales beneficiarios. Los proyectos deben ser suscritos por personas
previamente calificadas e inscritas en el Registro de Consultores de la Dirección General de
Obras Públicas.
Los proyectos presentados a concurso constan de dos partes, a) la técnica en que se describen
las obras a realizar, se presentan los cálculos hidrológicos para determinar la disponibilidad de
aguas, cálculos hidráulicos, planos y presupuesto correspondiente, y b) la parte legal y
administrativa en que se acredita el derecho de los predios y de los recursos hídricos disponibles
para la realización del proyecto propuesto.
La Ley dispone anualmente para llamados a concurso un monto de $ 24.000.000.000
equivalentes a US$ 40.000.000 anuales, distribuidos en un número de concursos variables para
cada año, dependiendo de las demandas regionales, requerimientos históricos y decisión a nivel
central.

Requisitos
Los requisitos básicos son: acreditar la disponibilidad de suelos y recursos hídricos.
Las obras posibles de bonificar son de construcción, reparación o ampliaciones:
a. Pozos profundos o norias, y su habilitación
b. Sistemas de riego tecnificados: goteo, microaspersión, aspersión, californiano
c. Embalses de regulación corta y de temporada, estanque australiano
d. Revestimientos de canales, bocatomas, sifones, obras de distribución compuertas,
aforadores, marcos partidores, acueductos, vertederos, defensa fluvial, desarenadotes
e. Obras de drenaje superficial y subsuperficial

Una vez revisados los proyectos, y estando conformes a la normativa vigente, la selección de los
éstos se hace determinando para cada uno de ellos un puntaje que definirá su orden de
prioridad.

Puntajes
Dicho puntaje tiene en cuenta los siguientes factores:
a. Porcentaje del costo de ejecución del proyecto que será a cargo del interesado
b. Superficie de nuevo riego que incorpora el proyecto o su equivalente cuando el proyecto
consulta mejoramiento de la seguridad de riego (ej. al cambiar la eficiencia del sistema de
riego de surco a goteo)
c. Superficie de suelos improductivos por su mal drenaje que incorpora el proyecto a un uso
agrícola sin restricciones de drenaje, o su equivalente cuando sólo se trate de un
mejoramiento de la capacidad de uso de ellos
d. Costo total de la ejecución del proyecto por hectárea beneficiada
e. Incremento de la potencialidad de los suelos que se regarán o drenarán, según la comuna en
que se encuentren ubicados

Los factores señalados dan origen a las siguientes variables:


a. Aporte
b. Superficie
c. Costo

Calculadas las tres variables para cada proyecto concursante, se realiza el ordenamiento de
acuerdo al valor que obtenga en cada variable. Finalmente se suman los puntajes obtenidos por
cada proyecto y se ordenan de mayor a menor puntaje.
Resultan aprobados, en su orden de prelación, los proyectos que obtienen los mejores puntajes y
cuyas peticiones de bonificación quedan cubiertos totalmente con el fondo disponible para el
concurso.

132
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Cuadro 1. Calendario de llamado a concurso año 2003

Concurso Zona Modalidad Monto (mill $)

1. Riego y Secano Empresarial Nacional y Áreas de Pre-revisión 370


Secano
2. Riego Organizaciones de Nacional y prioridad Pre-revisión 1.700
Usuarios regional
3. Drenaje Empresarios Medianos, Nacional Pre-revisión 500
Pequeños Productores Agrícolas y
Comunidades de Drenaje
4. Riego Pequeños Productores Nacional Pre-revisión 1.600
Agrícolas y Org. de Usuarios de
Pequeños Productores Agrícolas
5. Riego Empresarios Medianos Nacional Pre-revisión 2.530
6. Habilitación de Tranques, Regiones I a VIII Y Pre-revisión 1.000
Organizaciones de Usuarios y Metropolitana
Pequeños Productores Agrícolas
7. Pozos Centro-Sur Empresarios Regiones VI y X Pre-revisión 1.300
Medianos y Pequeños Prod.
Agrícolas
8.Riego y Mitigación de la Nacional y Obras Pre-revisión 2.700
Contaminación de Recursos Riego Plan Austral
Hídricos-Organizaciones de
Usuarios
9. Riego Plan Austral Pre-revisión 600
10. Tecnificación Proveedores Nacional Pre-revisión 1.400
CORFO (Pequeños y Medianos) y
Tecnificación Empresarios Medianos
11. Riego Desarrollo Áreas Pre-revisión 200
Indígenas
12. Riego Aguas Certificadas y Regiones IX y X Pre-revisión 500
Pozos
13. Riego Pequeños Productores I a IV Regiones Pre-revisión 1.300
Agrícolas y Organizaciones de
Usuarios de Pequeños Productores
14. Riego Pequeños Prod. Agrícolas V, VI y Metropolitana Pre-revisión 1.600
y Org. de Usuarios Pequeños
Productores
15. Riego Pequeños Prod. Agrícolas VII a X Pre-revisión 1.850
y Org. de Usuarios Pequeños Prod.
Agrícolas Macro Zona Sur
16. Riego Empresarios Medianos Regiones I a X y Pre-revisión 2.800
Metropolitana
17. Riego Pequeños Productores Pre-revisión 750
Agrícolas y Comunas Pobres
18. Riego Secano Empresarios Pre-revisión 1.300
Total ± 24.000

133
Finalizado el concurso, la Comisión Nacional de Riego pone en conocimiento público el
resultado, mediante publicaciones en el diario oficial y un diario de circulación nacional.
A contar de la fecha de publicación de los listados, el solicitante tiene un plazo de 10 días hábiles
para reclamar ante la Comisión por su no admisión a concurso o por el puntaje asignado al su
proyecto.
Resuelta las reclamaciones o vencido el plazo para formularlas, la Comisión dicta una resolución
en la cual se indica la nómina definitiva, de las personas cuyos proyectos han sido aprobados y
se les adjudicará la correspondiente bonificación.
Una vez tramitada la Resolución, la Comisión emite un certificado en que consta la adjudicación
de la bonificación, certificado denominado Certificado de Bonificación al Riego y Drenaje (CBRD).
Los adjudicatarios de la bonificación deben comunicar a la Comisión, dentro de los 30 días
hábiles siguientes a la fecha de emisión del CBRD, la fecha de ejecución física de obras.
También deben comunicar el término de las obras, a más tardar el último día del plazo de
ejecución o de su prórroga, la que no puede exceder del plazo original.
Los proyectos que obtienen el certificado de Bonificación de Riego y Drenaje CBRD, deben
construir sus obras en un plazo no superior a 365 días.
Por razones fundadas la Comisión podrá autorizar la prórroga de los plazos de inicio y término de
obras, y ésta declarará el abandono del proyecto, si las obras no concluyen dentro de los 365
días o vencida su prórroga según sea el caso.

La Comisión puede proponer o aceptar modificaciones a los proyectos una vez resuelto el
concurso, para lo cual el solicitante debe presentar los antecedentes correspondientes para su
revisión.
Una vez construido el proyecto, y comunicado el término de obras, dentro del plazo de 90 días
hábiles se efectúa la inspección completa y detallada de las obras por los profesionales del
Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y de la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH), que son los
Servicios Regionales encargados para tal efecto, y se levanta el acta de recepción definitiva. Se
cita al profesional responsable del proyecto y al supervisor para comprobar si la calidad y
especificaciones técnicas se ajustan al proyecto o a las observaciones registradas en el Libro de
Obras. Una vez recibida la obra, se informa a la Secretaría Ejecutiva, y esta a su vez a la
Tesorería General de Gobierno para que realice el pago de la bonificación.
El solicitante, además, deberá presentar la acreditación de las inversiones realizadas con la
documentación correspondiente.
Los bienes adquiridos con la bonificación no pueden ser enajenados del predio antes del
vencimiento del plazo de 10 años, contados de la recepción definitiva de la obra.

RESULTADOS

Los resultados obtenidos el año 2001 en asignación de recursos, según tipo de obras se pueden
observar en la figura 1.

Figura 1. Porcentaje de bonificación por tipo de obra. Año 2001

134
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

La asignación de recursos mediante la Ley 18.450, a nivel regional, entre los años 1998 al 2002,
se observan en la figura 2.

7.000,0

6.000,0

5.000,0

4.000,0

3.000,0

2.000,0

1.000,0

0,0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13

1998 495,1 1.246,0 1.597,8 1.478,0 2.899,5 802,3 513,8 239,6 235,0 100,0 296,6
1999 485,6 494,4 491,3 2.131,4 2.035,0 1.996,1 5.768,6 2.896,1 2.061,3 590,4 236,3 127,4 307,6
2000 980,8 748,4 2.512,3 1.699,2 2.296,7 5.443,9 2.425,7 1.904,8 612,9 300,8 158,8 337,8
2001 205,6 108,8 1.199,9 3.921,8 1.583,8 2.954,0 6.490,8 3.126,8 833,5 1.107,8 122,8 50,0 798,8
2002 198,8 33,0 977,3 3.223,3 1.917,0 2.572,9 6.000,0 2.833,4 386,4 643,5 235,2 84,1 1.075,0

Figura 2. Montos bonificados por región y año de convocatoria

La focalización presupuestaria por tipo de beneficiario para el año 2002 se presenta en el cuadro
2.

Cuadro 2. Focalización presupuestaria por tipo de beneficiario año 2002

Tipo de beneficiario Monto asignado (Millones $) Porcentaje


Pequeños 10.150 42,3%
Medianos 9.550 38,8%
Organizaciones de Usuarios 3.800 15,8%
Empresarios 500 2,1%
Total 24.000 100%

CONCLUSIONES

− La Ley 18.450, es un instrumento del estado que ha dado buenos resultados, por lo cual ha
sido prorrogada sobre su plazo inicial en dos oportunidades
− Entre los años 1998-2002, las áreas del país que han usado mayormente este beneficio se
concentran entre la IV y VIII regiones, siendo las región más demandante la VII con alrededor
de un 28% del total de los recursos.
− La bonificación otorgada para pequeños y medianos agricultores fue superior al 70% del monto
total asignado en el año 2002.
− Las obras de drenaje y pozos, son las obras que tienen menores requerimientos de recursos
de los montos disponibles en el país, lo que se puede apreciar claramente en año 2001.

135
REFERENCIA

Ley 18.450, Texto Integral y Reglamento; Base de Datos Comisión Nacional de Riego

136
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

Acciones a tomar para la evaluación de las propiedades


hidráulicas de los suelos cubanos

Julián Herrera Puebla y Argelio Omar Fernández Richelme


Centro de Hidrología y Calidad de las Aguas. Ave. Las Palmas # 18401 esquina a Independencia, Boyeros,
Ciudad de la Habana, Cuba. cenhica@ceniai.inf.cu

INTRODUCCIÓN

Una de las mayores causas de la degradación de los cuerpos de agua es la polución no puntual
que ocasionan las áreas agrícolas, principalmente como producto secundario de la degradación
de los suelos.
El proceso de degradación del suelo ocurre fundamentalmente a través de cambios en sus
propiedades y estas a su vez influyen en la disposición del mismo para dejar pasar o transferir
contaminantes hacia los cuerpos de agua. En consecuencia, el manejo del agua es esencial para
el soporte de un manejo sostenible de la tierra. El uso de la tierra también afecta las
características físicas de la misma que influyen sobre el flujo del agua y puede alterar sus
características químicas. Por tanto puede afirmarse que “una decisión en el us o de la tierra, es
una decisión sobre el uso del agua y por tanto, las regulaciones en el uso de la tierra son
necesarias con el propósito de proteger el agua”.
La predicción del impacto que podría ocasionar un sistema de manejo del suelo sobre el agua en
particular y sobre el ambiente en general es posible hoy en día mediante el uso de la modelación
matemática. De igual modo la previsión del efecto de los cambios climáticos globales sobre el
suelo es factible a través de estas herramientas, pero la aplicación de las mismas requiere del
conocimiento de algunas propiedades básicas de ellos expresadas en forma cuantitativa y cuya
medida sea repetitiva.
Los modelos de simulación han devenido una herramienta indispensable en la investigación con
vistas a cuantificar e integrar los más importantes procesos físicos, químicos y biológicos que
ocurren en la zona no saturada de los suelos agrícolas.
En varios campos de estudio del medio ambiente tales como la hidrología, el análisis de riesgo
ambiental y el impacto de los cambios globales en los que la aplicación de la modelación ha
devenido una herramienta indispensable, la falta de parámetros seguros de las propiedades
hidráulicas de los suelos es considerado el mayor obstáculo para el progreso

Varios modelos para la estimación de la capacidad potencial de un pesticida para la


contaminación del suelo y el manto freático, trabajo aún no desarrollados en Cuba, basan su
acción en propiedades del suelo tales como el contenido de agua a capacidad de campo y la
densidad aparente del suelo (Rao et al, 1985; Jury et al, 1987).
La factibilidad del uso de modelos de predicción del rendimiento como el SWACROP, para el
caso de la papa (Solanum tuberosum) en Cuba ha sido demostrada por Ruiz (1997); mientras
que Rodríguez y López (2000) validaron el modelo MACRO para la obtención del balance hídrico
del suelo y Rodríguez y López (2000), mediante el empleo de un SIG demostraron lo acertado
del uso de estas herramientas para la planificación de los recursos en la operación de un sistema
de riego en arroz. En todos los casos, los autores citados coinciden al afirmar que las
propiedades hidrofísicas constituyen una de las mayores fuentes de sensibilidad en la validación
de los mismos.
Por otra parte, a pesar de que los suelos constituyen uno de las cinco principales fuentes
globales de carbono, según Lal (1999), hasta el momento ha sido difícil el estimado de las
perdidas históricas de carbono de los suelos (y de la biomasa terrestre) por falta de datos que
permitan trazar una línea de base para estos estudios; de acuerdo con este mismo autor la
magnitud y el rango de perdida del C del suelo se exacerba por la degradación del mismo y por el
declinar de su calidad.
Los principales procesos de degradación del suelo incluyen a los de índole física, química y
biológica. En particular los primeros conducen y son causados por la perdida de la agregación,
encostramiento, compactación, anaerobiosis, incremento del escurrimiento y erosión del suelo.
La erosión del suelo y la sedimentación provoca el secuestro del carbono en los sitios de

137
deposición y en los ecosistemas acuáticos, y a su vez los suelos erosionados y el C contenido en
los sedimentos se redistribuyen en el paisaje y pueden constituir una perdida neta de C a la
atmósfera.

Como quiera que cualquier estrategia en aras de la recuperación de suelos degradados debe
tomar en cuenta el incremento de la calidad del suelo, uno de cuyos componentes importantes es
la calidad física, es de suma importancia el conocer y cuantificar los parámetros que determinan
esta calidad, de ahí también la importancia de contar en nuestras condiciones con una base de
datos de estas propiedades.
La medición en el campo o en el laboratorio de estas propiedades consume mucho tiempo,
dinero y frecuentemente es impracticable debido al alto grado de variación espacial y temporal,
por lo que muchos autores han intentado encontrar métodos indirectos para estimar las mismas a
partir del conocimiento de otras propiedades físicas del suelo menos complejas de medir y
disponibles en muchas bases de datos. Estos métodos permiten convertir la información básica
de levantamientos de suelos, bases de datos de sistemas de información geográfica e imágenes
satélites en mapas de propiedades hidráulicas, lo que permite describir la calidad del suelo desde
el punto de vista hídrico y monitorear el efecto del manejo agrícola.
Existen muchos grupos de usuarios potenciales para la información generada, los hidrólogos
necesitan estimar el contenido de agua en el suelo y la tensión para dividir la lluvia en los
componentes que escurren e infiltran, los agrónomos necesitan el mismo dato para la entrada en
los modelos de simulación del rendimiento de los cultivos, usado para establecer esquemas de
riego y los meteorólogos usan la humedad del suelo superficial para dividir la radiación neta en
componente de calor sensible y latente (Rawls et al, 1991).
Con la obra de Bennett y Allison (1928) primero y luego con el impulso dado por la revolución al
desarrollo del conocimiento de los recursos del país que permitió la realización de un mapa a
escala 1: 50.000 en 1972 y más recientemente la culminación del mapa 1: 25.000, se puede
afirmar que hay un amplio conocimiento en el país sobre las características cualitativas y la
taxonomía de nuestros suelos.
El conocimiento de sus características físicas no ha seguido el mismo camino. Así en la obra de
Bennett y Allison (1929), se reportan pocos perfiles con propiedades hidráulicas de los suelos,
mientras que si bien la realización del trabajo de campo para los mapas 1:50 000 y 1:25 000,
permitió la determinación en campo y laboratorio de las propiedades físicas, estas aún no han
sido ordenadas de modo que sean de fácil uso al interesado. No obstante, publicaciones
aisladas, algunos de carácter general (Klimes et al., 1980)
Con relación a las propiedades de los suelos con mal drenaje; Nakdidze y Simeon (1972),
enfocados a los estudios de riego; Herrera et al. (1985), al realizar una regionalización hidrológica
de los suelos cubanos, así como otros informes aislados del Instituto de Investigación y
Empresas de Proyectos.
Lo anterior indica que además de los estudios referidos a los mapas 1:50 000 y 1:25 000, otros
centro como el Instituto de Investigaciones de Riego y Drenaje y el Instituto Nacional de
Recursos Hidráulicos, han realizado importantes esfuerzos en la determinación de las
propiedades hidrofísicas de los suelos cubanos, sin embargo hasta el momento no existe una
base de datos central, que permita su uso por los diferentes sectores, encontrándose la mayor
parte de esta información en formato de papel, en copias casi siempre únicas, de difícil consulta.

OBJETIVOS

El Centro de Hidrología y Calidad de las Aguas del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos
presenta al Programa Nacional Científico Técnico “Cambios Globales” del Ministerio de Ciencia,
Tecnología y Medio Ambiente, un proyecto de investigación con el objetivo general de conformar
una base de datos de las propiedades hidrológicas de los suelos cubanos y los siguientes
objetivos específicos:
- Desarrollar una estructura flexible de base de datos que contenga una gama amplia de
propiedades físicas e hidráulicas de los suelos cubanos y que permita la fácil manipulación
de los mismos.
- Desarrollo de funciones de pedotransferencia.
- Desarrollar salidas de aplicación de la base de datos como: Mapa de capacidad de
almacenamiento de agua de los suelos cubanos, familia de curvas de infiltración,

138
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003

agrupamiento hidrológico de los suelos cubanos, potencial de impacto de los pesticidas de


más uso en el país según el tipo de suelo.

ACCIONES A SEGUIR

Como parte de las acciones preparatorias de este proyecto se han sostenido conversaciones con
técnicos y directivos de las principales instituciones poseedoras de información sobre
propiedades físicas e hidráulicas de los suelos (INRH, Instituto de Suelos e Instituto de Riego y
Drenaje) y han respondido de forma entusiasta a la idea de colaborar en la concepción de una
base de datos central.
Para el establecimiento y uso de una base de datos de este tipo se realizaran las siguientes
acciones:
- Desarrollar una estructura flexible de base de datos que contenga una gama amplia de
propiedades físicas e hidráulicas de los suelos cubanos y que permita la fácil manipulación
de los mismos.
- Recopilar y seleccionar los datos acorde con su calidad.
- Compilar los mismos en soporte magnético.
- Procesamiento de los datos introducidos lo cual incluye la estandarización de algunas
medidas y la parametrización de las propiedades hidráulicas.
- Desarrollo de funciones de pedotransferencia.
- Desarrollar salidas de aplicación de la base de datos en su mayoría soportadas sobre SIG.
En cuanto a las funciones de pedotransferencia es bueno señalar que, propiedades como la
capacidad de retención de agua en el suelo y las curvas de conductividad hídrica son elementos
claves para caracterizar el movimiento del agua y los solutos en la zona no saturada del suelo.
A pesar del esfuerzo en el desarrollo de nuevas técnicas de medida de estas propiedades, aún
continúan siendo difíciles y caros de medir, especialmente utilizando como se requiere muestras
de suelo no disturbados. Una alternativa para la medición directa de los mismo es la estimación
de ellas a través de las llamadas funciones de pedotransferencia (Wösten et al, 1999), las cuales
relacionan las propiedades hidráulicas con datos de suelos mas numerosos y fáciles de medir
como la textura del suelo, el contenido de humedad u otras propiedades mas convenientes en
los estudios cartográficos del suelo.
Un requisito previo al establecimiento de estas funciones para que puedan ser aplicadas a escala
del país, es la disponibilidad de una base de datos que constituya la información sobre los datos
básicos de suelo y de los parámetros hidráulicos de los mismos para la mayor cantidad posibles
de sitios en el país.
Con los métodos indirectos se persigue una mayor simplicidad y rapidez ya que para muchos
suelos, los métodos convencionales resultan tediosos y consumen mucho tiempo. Igualmente
cobran fuerza los métodos anteriores por la necesidad de estudios regionales que requieren el
conocimiento de la variabilidad espacial de las propiedades. Según Rawls et al. (1991) existen dos
grupos de modelos de predicción; los que estiman puntos específicos de la curva y los que
estiman parámetros de los modelos de retención de humedad, ambos a partir de las propiedades
y las características físicas de los suelos mediante análisis de regresión. Una aproximación más
amplia es propuesta por Tietje and Tapkenhinrichs (1993) quien agrupa los mismos en:
- Métodos de regresión puntuales
- Métodos de regresión de parámetros funcionales
- Métodos de modelos físicos
En el primer caso, se agrupan los modelos más empíricos y se utilizan datos básicos de suelo
para predecir el contenido de humedad a determinado potencial mátrico a partir del análisis de
regresión (generalmente lineal múltiple). Dentro de este grupo se encuentran los modelos
encontrados por Gupta and Larson (1979); Rawls et al. (1991); entre otros.
El segundo método incluye los modelos que predicen los parámetros de una curva de retención
de humedad, usualmente las funciones de Brooks and Corey (1964), Campbell (1974) y van
Genuchten (1980) y pueden ser estimados a partir de regresión u otros estimadores. Una ventaja
de estas funciones es que describen la curva características en términos de parámetros
interpretables y pueden ser usados en modelos de simulación agua-suelo más fácil que el
conjunto de puntos que conforman la curva características de humedad en el suelo. En este
grupo se pueden mencionar los modelos encontrados por Vereecken et al. (1992), Wösten and
van Genuchten (1988); Schaap and Bouten (1996); entre otros no menos importantes.

139
El ultimo grupo se refiere a los modelos semi físicos, porque ellos usan la similitud de forma entre
el tamaño de los poros y la distribución del tamaño de las partículas, pero también requieren
parámetros empíricos, como ejemplo tenemos el modelo de Arya and Paris (1981) Esto modelo
se basa en 3 criterios fundamentales: la distribución del tamaño de poros es calculado desde la
distribución del tamaño de partículas, el contenido de humedad se predice a partir de la
distribución del tamaño de poros mediante la conservación de masa y el potencial mátrico se
predice desde la distribución del tamaño de poros por medio de la ecuación de capilaridad.
Las tres clases de modelos tienen sus razones para existir, usualmente ellos sirven como
funciones de pedotransferencia, las cuales predicen la curva característica de humedad desde
las propiedades del suelo medidas fácilmente, para lo cual los dos primeros métodos funcionan
muy bien (Tietje and Tapkenhinrichs, 1993). Los métodos semifisicos son preferidos para
comprender las interioridades de las relaciones entre las propiedades básicas del suelo y la curva
características. Estos modelos son generalmente complejos, a veces difíciles de parametrizar y
pueden fallar en la predicción de la curva característica.

RESULTADOS ESPERADOS
Mediante este proyecto se obtendrá una base de datos en soporte magnético, realizada sobre
Microsoft Access, el cual es un gestor de bases de datos, de fácil de utilización y ampliamente
conocido en el país. Esta base de datos contendrá información sobre más de 10 propiedades
hidrofísicas e hidráulicas de los suelos cubanos, los que se agruparan acorde con la 3ra
clasificación genética de los suelos de Cuba y con la clasificación FAO-UNESCO.
De la conformación de esta base de datos podrían inmediatamente extraerse los siguientes
resultados: Parámetros estadísticos de las principales propiedades hidráulicas y físicas de los
suelos cubanos y la obtención de una buena base para cada propiedad y suelo; Familia de
curvas de infiltración y clasificación hidrológica de los suelos cubanos, ambos aspectos de
primordial importancia en la determinación de las necesidades de agua de los cultivos, de los
riesgos de erosión hídrica y del escurrimiento total y los gastos máximos en el ámbito de la
cuenca hidrográfica; Impactos de los contaminantes (pesticidas y fertilizantes) sobre el suelo y el
manto freático.
A partir de estos datos es posible la validación de modelos analíticos para la estimación de las
propiedades hidráulicas, el uso de modelos para la estimación de la contaminación y del efecto
de los cambios climáticos. También servirá d referencia para estimar en la actualidad o en el
futuro los cambios que ocurren en las propiedades de los suelos y de ahí determinar el efecto de
degradación o mejora
El cumplimiento del objetivo del proyecto permitirá al Programa Nacional Científico Técnico
“Cambios Globales”, disponer de una base de datos que puede ser utilizada en otros proyectos
en los cuales se estudian aspectos tan importantes como el ciclo hidrológico o la evolución de los
suelos cubanos frente al cambio global. Esto toma aun más importancia si se tiene en cuenta que
muchas de las determinaciones de las propiedades que recogerá la base de datos fueron
realizadas en la década de los 70, es decir antes de que comenzara el gran desarrollo
hidroagrícola del país por lo que pueden servir de referencia para la determinación de su estado
actual de evolución. Por otra parte es un fondo de incuestionable valor a la hora de utilizar
modelos de predicción.
Esta base de datos constituye un fondo importante de conocimiento de un importante recurso
natural, el suelo, también permitirá resguardar un banco de datos acumulado por el trabajo de
varias instituciones durante los últimos 40 años y que de no ejecutarse este proyecto podrían
perderse. Pondrá a disposición de los interesados un banco de datos en la actualidad de muy
difícil acceso, lo que posibilitará la introducción de modelos de predicción en todos los campos
donde el suelo juega un papel determinante o influye sobre el mismo.

REFERENCIAS

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characteristic from particle size distribution and bulk density data. Soil Sci. Soc. Am. J. 45:
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retention data. Soil Sci. 117:311-314.
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potential from standard indices of soil-chemical adsorption and biodegradation. Journ. Env.
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Lal R. 1999. World soils and the greenhouse effect. Global Change News Letter, No 37, pp 4-6.
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Cuba. Voluntad Hidráulica. 10(23).
Rao P. S. C.; A. Horsby; R. Jessup. 1985. Indices for ranking the potential for pesticides
contamination of groundwaters. Soil Crop Sci Soc. Florida Proc. (44): 1-8.
Rawls W. J.; T.J. Gish; D. L. Brakensiek. 1991. Estimating soil water retention from soil physical
properties and characteristics. Advanc es in Soil Science, Vol. 16: 213-234.
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sistemas arroceros mediante el empleo de modelos de simulación y SIG. Investigación
Agrária. Serie Producción y Protección Vegetal. 15(3):17-30.
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rendimiento de la papa (Solanum Tuberosum l.c.v. Desiree) en suelos ferralíticos rojos.
Tesis en opción al grado científico de Doctor en Ciencias Agrícolas. La Habana, 101pp.
Schaap M. G.; W. Bouten. 1996. Modelling water retention curves of sandy soils using neutral
networks. Water Resource Res. 32(10): 3033-3040
Tietje O.; M. Tapkenhinrichs. 1993. Evaluation of pedotransfer functions. Soil Sci. Soc. Am. J.
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141

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