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Evaluación de Parámetros y Procesos Hidrológicos en El Suelo
Evaluación de Parámetros y Procesos Hidrológicos en El Suelo
Evaluación de Parámetros
y Procesos Hidrológicos
en el Suelo
Compendio de los trabajos presentados en la
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos
Tema: Hidrología de Suelos
La Serena, Chile, 2–14 de Noviembre de 2003
Editores:
Deyanira Lobo Luján, Donald Gabriels y Guido Soto
the
abdus salam
international centre for
theoretical physics
© UNESCO 2005
Las denominaciones que se emplean en esta publicación y la presentación de los datos que
en ella figura no suponen por parte de la UNESCO la adopción de postura alguna en lo que se
refiere al estatuto jurídico de los países, territorios, ciudades o zonas, o de sus autoridades, ni
en cuanto a sus fronteras o límites. Las ideas y opiniones expresadas en esta publicación son
las de los autores y no representan, necesariamente, el punto de vista de la UNESCO.
Dentro del límite de la disponibilidad, copias gratuitas de esta publicación pueden ser
solicitadas a:
Copias adicionales de este documento, así como de las otras publicaciones en la serie
Documentos Técnicos en Hidrología del PHI, pueden obtenerse a través de la siguiente
dirección:
SC-2005/WS/1
PREFACIO
Esta publicación se presenta como un producto de las acciones que viene desarrollando el Programa
Hidrológico Internacional (PHI – UNESCO) en el marco del fortalecimiento de Centros Regionales
especializados relacionados con los recursos hídricos asociados a la UNESCO. El Centro del Agua
para Zonas Áridas y Semiáridas de América Latina y El Caribe (CAZALAC), que funciona en La
Serena, Chile, es un ejemplo de estos Centros, el cual ha unido esfuerzos con la Escuela
Latinoamericana de Física de Suelos (ELAFIS) para organizar la VII versión de la Escuela, teniendo
como tema central la ‘Hidrologia de Suelos’.
Las Escuelas Latinoamericanas de Física de Suelos se han realizado desde 1986 en diferentes
países de América Latina (Perú, Brasil, Argentina, Colombia, Venezuela y Cuba), y emergen como
una prolongación del College on Soil Physics que ofrece el Abdus Salam International Centre for
Theoretical Physics, en Trieste, Italia.
La VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos tuvo como propósito principal la actualización y
profundización de los conocimientos sobre los recursos suelo y agua de los profesionales
latinoamericanos, haciendo énfasis en las características, propiedades y procesos físicos del suelo y
su interacción con el clima, así como la revisión de aspectos relacionados con metodologías de
evaluación y predicción de las condiciones hidrológicas de los suelos y su participación en el manejo
sostenible de las cuencas hidrográficas. Asimismo, se puso mayor interés al tema de suelos y aguas
en ambientes áridos, semiáridos y subhúmedos en los países de la región, incluyendo aspectos
relacionados con la física de suelos, la desertificación y técnicas y programas para prevenir y revertir
los procesos de degradación de tierras.
En los programas de las Escuelas siempre se ha contemplado, además de las sesiones de clases, el
intercambio de ideas entre los asistentes, a través de una exposición relativa a sus experiencias, y en
algunas oportunidades la presentación de estas en carteles. No obstante, se ha querido dejar una
evidencia escrita sobre el avance de los temas tratados por los participantes, mediante la preparación
del presente Compendio, cuya publicación es posible gracias al apoyo de la UNESCO.
La celebración de la VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos (ELAFIS), tuvo lugar gracias a
la participación desinteresada de destacados profesionales de prestigiosas instituciones que actuaron
como docentes en el curso, y gracias al apoyo de instituciones, como:
- UNESCO, a través del Programa Hidrológico Internacional (PHI) y el Ministerio de la Administración
de la Ciencia e Innovación de la Comunidad de Flanders (Bélgica)
- The Abdus Salam International Centre for Theoretical Physics (ICTP) (Italia)
- Universidad de La Serena (Chile)
- Dirección General de Aguas de Chile
- Corporación Nacional Forestal IV Región, Chile
- Oficinas de UNESCO de Montevideo y Santiago de Chile
Esperamos que se haya cumplido con los objetivos del Programa Hidrológico Internacional y la
ELAFIS y que este Compendio pueda contribuir al conocimiento de la Física de Suelos como
herramienta para la evaluación de procesos hidrológicos asociados a la caracterización y prevención
de problemas ambientales en América Latina y El Caribe. Igualmente esperamos que esta
experiencia pueda repetirse en otras regiones
Página
Prefacio iii
Lucía Salvo, Silvana Delgado, Fernando García Préchac, Jorge Hernández, Pablo 65
Amarante, Mariana Hill. Régimen hídrico de un Ultisol arenoso del noreste de
Uruguay bajo plantaciones de Eucalyptus grandis vs. Pasturas.
Koen Verbist y Donald Gabriels. Modelización de la erosión hídrica en cuencas 71
pequeñas
v
Luis Silveira, Leticia Martínez y Jimena Alonso. Efecto de la sustitución de campo 107
natural por plantaciones forestales sobre el escurrimiento ocasionado por tormentas
en Uruguay
Diego Luis Molina L., Edgar Amézquita C. y Phanor Hoyos G. Construcción de capas 113
arables en suelos oxisoles de la Altillanura colombiana
Roberto Pizarro T., Claudia Sangüesa P., Juan Pablo Flores V. y Enzo Martínez A. 119
Investigación e innovación tecnológica en zanjas de infiltración y canales de
desviación, en el Secano Costero e Interior de las Regiones VI, VII y VIII de Chile.
Elías Araya Salinas. El Sistema de Incentivos para la recuperación de suelos 125
degradados en programas de conservación de suelos.
Loreto Sagardía A. Ley 18.450, Inversión privada en obras de riego y drenaje 131
Julián Herrera Puebla y Argelio Omar Fernández Richelme Acciones a tomar para la 137
evaluación de las propiedades hidráulicas de los suelos cubanos
vi
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
INTRODUCCIÓN
La vida sobre la tierra depende de las funciones de los suelos, productivas de alimentos y
reguladoras de los recursos hídricos y de la calidad ambiental. Los suelos y el agua son al mismo
tiempo la base de la producción agrícola y la base para la manutención de los ecosistemas.
Los suelos cumplen funciones muy importantes en el ciclo hidrológico. Son uno de los principales
reservorios de agua dulce, y transforman las fuentes erráticas de agua de lluvia en una suplencia
continua de agua a las raíces de las plantas, y en continuas descargas de agua al agua freática,
a los torrentes y a los ríos.
Los procesos hidrológicos, en especial la infiltración y flujo de agua de lluvia o riego, determinan
la movilización, transporte y acumulación de materiales solubles en agua y de contaminantes, de
origen natural o antropogénico. Por ello, la calidad de los recursos hídricos puede estar muy
influida por los procesos hidrológicos en el suelo
La creciente disminución de fuentes de agua de calidad para los diferentes usos (consumo
humano, riego, etc.) resalta la importancia de la conservación del agua además de la del suelo.
Debido a la estrecha relación entre suelos y cantidad y calidad del agua se justifica que el uso,
manejo y conservación de suelos y recursos hídricos se enfoque en forma integrada.
Hasta ahora los estudios en Física de Suelos han incluido temas relacionados con la estructura
del suelo, con la retención y movimiento de agua en el suelo en el campo, con la mecánica de
suelos y con la salinidad de suelos, la mayoría de ellos referidos a propiedades físicas de los
suelos como medio para el crecimiento de las plantas, incluyendo aquellas que afectan el
desarrollo de las raíces y la utilización de agua del suelo por las plantas
A pesar de que los físicos de suelos aún deben preocuparse del estudio del ambiente físico de
las plantas, ya que la producción agrícola seguirá siendo un aspecto crítico en relación a la
alimentación de una creciente población en un mundo con limitados recursos suelo y agua, la
conservación de esos recursos frente a problemas de degradación y contaminación tanto por
agentes agrícolas como no agrícolas, a niveles local, regional y global, se ha transformado en
una de las principales responsabilidades presentes y futuras de los físicos de suelos.
Los físicos de suelos intervienen cada vez más en investigaciones hidrológicas a escala global,
con especial interés en el componente de los procesos hidrológicos que ocurren en la superficie
de la tierra, en cooperación con hidrólogos, climatólogos y modeladores del cambio climático.
El mal manejo de los recursos suelo y agua puede conducir a una fuerte degradación de suelos y
tierras. La degradación de suelos ha sido definida como un descenso en la habilidad del suelo
para cumplir sus funciones como medio para el crecimiento de las plantas, como regulador del
régimen hídrico, y como filtro ambiental, debido a causas naturales o antropogénicas
La degradación de suelos y recursos hídricos es el principal factor que atenta contra la
sostenibilidad de la utilización agrícola de las tierras en América Latina, lo que conduce a
crecientes dificultades para producir los requerimientos de alimentos y fibras para su creciente
población. Como efectos indirectos de la degradación de suelos y agua, se presentan riesgos
crecientes de inundaciones, sedimentaciones, deslizamientos de tierra, etc., con características a
veces catastróficas, así como disminución de la biodiversidad, deterioro de la suplencia de agua
en cantidad y calidad, y efectos en cambios climáticos globales y sus consecuencias.
Los procesos de degradación de suelos y recursos hídricos están fuertemente ligados a través de
las alteraciones desfavorables en los procesos hidrológicos determinantes del balance de agua
en el suelo y del régimen de humedad del suelo. Ellos están también determinados por las
condiciones climáticas y por el uso y manejo de los recursos suelo y agua. Sin embargo, a pesar
de que ya generalmente es aceptado que hay una estrecha relación entre la conservación de los
recursos suelo y agua, aún en la mayoría de los casos son evaluados en forma separada, y
consecuentemente la predicción y prevención de los efectos derivados de su degradación
resultan inadecuados en muchos casos. Esto aún reviste más importancia, considerando que se
prevé que los cambios climáticos globales afectarían principalmente los procesos hidrológicos en
la superficie de la tierra que están en su mayoría relacionados con el balance de agua en el
campo
La erosión hídrica del suelo es el proceso de degradación del suelo con mayor influencia en la
conservación de los recursos suelo y agua. Los procesos de erosión hídrica son causados por las
interacciones del suelo, lluvia, pendiente, cubierta vegetal y manejo, y generalmente provocan o
son causados por cambios desfavorables en el balance de agua del suelo y en el régimen de
humedad del suelo, y en las posibilidades de desarrollo y actividad radicular. La erosión del suelo
tiene efectos negativos directos sobre el crecimiento de las plantas y producción de los cultivos, y
efectos indirectos fuera del sitio en el aumento de riesgos de inundaciones, sedimentaciones,
deslizamientos de tierra, etc., a veces con carácter catastrófico. Es provocada por
deforestaciones, por introducción de cultivos estacionales que dejen el suelo desprotegido, por
intensificación o abandono de actividades agrícolas, por sobrepastoreo, o por mal mantenimiento
de las plantaciones y de las estructuras de conservación.
El riego de tierras agrícolas ha sido considerado desde hace ya varios milenios como la manera
más efectiva de incrementar y regular la producción de alimentos, especialmente en zonas áridas
y semiáridas. Frecuentemente estos beneficios no han sido sostenibles debido a la salinización
de los suelos, la cual puede conducir a una pérdida parcial o total de su capacidad productiva,
causada por una degradación interna de sus propiedades químicas o físicas.
2
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
de agricultura de riego, por el uso y degradación de altas cantidades de recursos de agua cada
vez más escasos, y por la decisiva contribución de las tierras bajo riego a la producción de
alimentos en algunos países.
La introducción del riego en una zona provoca cambios drásticos en el régimen y balance de
agua y solutos en el perfil del suelo. Los problemas de salinidad son una consecuencia de la
acumulación de sales en zonas y profundidades donde el régimen de humedad del suelo se
caracteriza por fuertes pérdidas de agua por evaporación y transpiración, y por reducido lavado
de las sales que permanecen. Esto ocurre cuando el manejo del agua de riego y drenaje no es
adecuado para las condiciones particulares de clima, suelos, cultivos, fertilización, profundidad de
nivel freático, calidad de agua de riego, y sistema de riego.
El exceso de agua de riego requerido para lavar las sales acumuladas en el suelo, ya sea para
recuperar o prevenir la salinización, pueden causar otros problemas ambientales derivados de la
disposición y uso posterior de dichas aguas de drenaje. El problema se agrava porque esas
aguas de drenaje pueden contener además de las sales naturales, residuos de fertilizantes y
pesticidas - generalmente usados en grandes cantidades en la intensiva agricultura de riego - ,
además de otros contaminantes contenidos en enmiendas orgánicas (residuos de animales,
compost) que suelen aplicarse, y en aguas servidas de origen urbano e industrial, no tratadas o
sólo parcialmente tratadas, de creciente uso para riego en muchas zonas con escasez de agua.
Esta agua de drenaje puede contaminar aguas superficiales y subterráneas que vayan a usarse
para consumo humano, industrial o agrícola. En dichos casos, las prácticas y sistemas de riego y
drenaje deben perseguir una máxima eficiencia en el uso del agua de riego, reduciendo la
posibilidad de pérdidas y contaminación de otras aguas, manteniendo al mismo tiempo las sales
a profundidades del suelo fuera del alcance de las raíces de los cultivos.
Por ello, el control de la degradación de tierras y sus efectos depende de una adecuada
planificación del uso y manejo de los recursos suelo y agua. Para ello es necesario realizar
previamente unas adecuadas identificación y evaluación de los procesos de degradación, y de
las relaciones causa-efectos de los diferentes problemas generados, y predecir el efecto de
cambios en el uso y manejo de las tierras, y de eventos climáticos extraordinarios asociados a
cambios climáticos globales, sobre impactos ambientales relacionados con la conservación de
suelos y agua. El monitoreo o seguimiento a nivel de campo, con observaciones y mediciones
directas adecuadas, puede ayudar mucho a entender mejor cómo ocurren los procesos de
degradación de suelos y recursos hídricos, y los cambios que provocan las intervenciones
humanas. Esto es indispensable para la solución y desarrollo de prácticas efectivas de
conservación adaptadas a cada condición particular de suelo y clima.
En América Latina, las políticas de desarrollo y de expansión agrícola en las últimas décadas han
llevado frecuentemente a procesos de degradación de suelos y agua, afectando negativamente
cuencas hidrográficas importantes, con descensos en la productividad, aumentos en los costos
de producción, e incremento en los problemas relacionados con la suplencia de agua,
inundaciones, deslizamientos de tierra, sedimentación en embalses, etc., todos ellos con
3
importantes consecuencias sociales y económicas. A pesar de que hay evidencias claras de que
grandes y crecientes áreas de tierras están siendo afectadas por diferentes procesos de
degradación de suelos, la mayoría de las evaluaciones existentes de los tipos, extensión e
intensidad de degradación de suelos en América Latina no son muy precisas ni objetivas, debido
a inadecuada identificación y evaluación de dichos procesos, y de las relaciones causa-efectos
de los diferentes problemas.
La degradación de tierras agrícolas y suelos en América Latina se debe generalmente a un uso y
manejo no adecuados de la tierra, frecuentemente generados por crecientes presiones sociales,
económicas y políticas, derivadas de crecimiento de la población, políticas de mercados
internacionales, falta de recursos y deuda externa. Sin embargo, en muchos casos la adopción
de sistemas integrales adecuados y sostenibles de uso y manejo de los recursos suelo y agua,
se ve limitado por deficiencias en el conocimiento de los procesos hidrológicos asociados, y por
la utilización de metodologías inadecuadas para la evaluación y monitoreo de dichos procesos.
HIDROLOGÍA Y DESERTIFICACIÓN
Para poder lograr desarrollar, seleccionar y aplicar prácticas de uso y manejo de las tierras, que
sean efectivas y sostenibles, se requerirá un enfoque hidrológico en la evaluación de los
procesos de degradación de suelos y agua. El principal objetivo debe ser evaluar los procesos
hidrológicos pertinentes, y desarrollar metodología y técnicas para corregirlos o controlarlos bajo
diferentes escenarios de suelos, clima, topografía y sistemas de uso u manejo. Con esto
podremos suprimir o aliviar los efectos negativos, directos o indirectos, de la degradación de
suelos y agua sobre el crecimiento de las plantas, sobre la sostenibilidad de la producción
agrícola, sobre la suplencia de agua en cantidades y calidad adecuadas, y sobre eventos
catastróficos como inundaciones, sedimentaciones, y deslizamientos de tierra.
La utilización del gran número de variables importantes relacionadas con los procesos de
degradación y sus interacciones, para determinar probabilidades y riesgos de degradación de
suelos y agua, y su influencia en la producción de cultivos y daños ambientales, puede facilitarse
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Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
con su integración en modelos. Aunque los modelos no den una simulación exacta de las
situaciones reales, permiten obtener resultados aproximados de acuerdo a las simplificaciones
asumidas. Ayudan a entender situaciones complejas, mediante una descripción cuantitativa de
los procesos más significativos, y por ello pueden usarse como herramientas para la toma de
decisiones para reducir o eliminar riesgos de degradación de suelos y recursos hídricos. Modelos
de simulación basados en procesos hidrológicos pueden ser muy útiles para integrar y convertir
los parámetros medidos o estimados de suelo, clima, plantas y manejo, en predicciones de
balances de agua y regímenes de humedad en el suelo, para cada combinación particular de
ellos, ya sea actual o prevista, para una determinada medición de campo. Estudios
experimentales y observaciones basados en procesos, y que provean datos más detallados bajo
condiciones controladas pueden ayudar a simplificar los modelos, determinando qué procesos
son más importantes a diferentes escalas temporales y espaciales, proveyendo además datos
para calibrar y validar los modelos.
El régimen hídrico del suelo es también fundamental para modelar la dinámica y translocación de
contaminantes como nitratos, metales pesados, pesticidas, etc., cuando la adición de agua de
riego al suelo, conjuntamente con otros residuos o contaminantes, puede provocar cambios
drásticos en el régimen y balance de agua y solutos en el perfil del suelo
5
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
INTRODUCCIÓN
Los compuestos orgánicos del suelo que incrementan la resistencia a la humectación, son
siempre apolares. De éstos, las sustancias aromáticas o ésteres se encuentran en mínimas
cantidades en el suelo, pero su efectividad es muy alta cuando ocupan posiciones estratégicas
(Ellies et al., 1996). Cuando la adsorción de estas sustancias a los minerales es más intensa que
la de las moléculas de agua, estas últimas se desplazan desde la superficie sólida. Este
desplazamiento se observa en términos macroscópicos como una resistencia a la humectación,
en la cual se reducen las posibilidades de transporte de agua y aumenta la resistencia a la
dispersión de los agregados (Bachmann, 1988). Un manejo silvoagropecuario que degrada
cualitativamente la materia orgánica del suelo incrementa la capacidad de humectación, pero
también la susceptibilidad de los agregados a dispersarse (Ellies et al., 1996).
La capacidad de humectación de un suelo depende de la distribución cualitativa y cuantitativa de
la materia orgánica, variando tanto espacial como temporalmente. Esto permite suponer que la
capacidad de humectación de las paredes externas de los agregados es mayor que la del
material ubicado al interior de ellos, ya que las variaciones de la materia orgánica al interior de
los agregados es menor que en las paredes. Las sustancias orgánicas solubles bajan la tensión
superficial de la solución del suelo, de manera que pueden incorporarse al interior de los
agregados a través de los poros finos.
En esta investigación se analiza el cambio que experimenta la capacidad de humectación de las
distintas capas de agregados en suelos bajo condiciones de pradera y bosque.
MATERIALES Y MÉTODOS
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En la figura 1, se observan los valores de ángulo de humectación para las cuatro series de suelo
bajo pradera. Los mayores valores de ángulos de humectación, para ambos tamaños de
agregados, correspondieron a las muestras de la serie Pemehue, Hapludand (Figura 1 A y 1 B),
lo que representa una mayor resistencia a la humectación. El suelo con mayor capacidad de
humectación es el suelo Metrenco (Palehumult).
7
A
120
Agregados de 4 - 6,3 mm
B
120
Angulo de contacto (º)
Agregados de 10 - 12,5 mm
100
80
60
40
20
0
Fresia Metrenco Osorno Pemehue
Figura 1. Ángulos de humectación (º) para suelos bajo pradera. A) Capas provenientes de los agregados
de 4 – 6,3 mm, B) capas provenientes de los agregados de 10 – 12,5 mm.
Existe una tendencia de aumento del ángulo de humectación hacia al interior de los agregados,
excepto en los agregados de 10-12,5 mm del suelo Metrenco, los que presentan una situación
inversa respecto a lo observado en los otros suelos. La matriz de todos los suelos presentó un
ángulo de humectación significativamente menor que en los agregados. Estas relaciones pueden
deberse a los cambios cuantitativos y cualitativos de la materia orgánica hacia el interior de los
agregados producto de una menor oxigenación (Ellies et al., 2002)
En la figura 2 se muestran los ángulos de humectación para las cuatro series de suelos bajo
bosque. Nuevamente, los ángulos de humectación son mayores en el suelo Pemehue en ambos
tamaños de agregados. Además, en este suelo los valores de ángulo de contacto bajo bosque
son mayores para el mismo suelo bajo pradera.
Para el suelo Fresia (Palehumult) existe una tendencia de aumento del ángulo de humectación
desde el exterior hacia el interior del agregado en ambos tamaños (4 a 6,3 mm y 10 a 12,5 mm),
y a su vez este es mayor que en la matriz, lo que concuerda con la mejor agregación de estos
suelos.
En la figura 3, se presenta la relación entre el contenido de materia orgánica y el ángulo de
humectación para los grupos de suelos.
En ambas profundidades el ángulo de humectación presenta un aumento con relación a un
aumento de la materia orgánica. Sin embargo, en el suelo Metrenco (Palehumult), el aumento
del contenido de materia orgánica no permite explicar aumentos en el ángulo de humectación.
Se observa además que la profundidad tiene un efecto importante sobre el ángulo de contacto,
en los suelos bajo bosque a una profundidad de 10-20 cm (Figura 3 B), existe una disminución de
esta propiedad, esto se puede deber a que los mismos suelos bajo pradera presentan una
homogeneización de la materia orgánica en profundidad.
8
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
Según Ellies et al. (2002) el ángulo de contacto es mayor en las capas superficiales que en las
subsuperficiales, lo cual se ve más marcadamente en los Hapludands, tanto bajo bosque como
para los que se encuentran bajo pradera.
A
Angulo de contacto (º) 120
Agregados de 4 - 6,3 mm
100
80
60
40
20
0
Fresia Metrenco Osorno Pemehue
B
120
Angulo de contacto (º)
Agregados de 10 - 12,5 mm
100
80
60
40
20
0
Fresia Metrenco Osorno Pemehue
Figura. 2. Ángulos de humectación (º) para suelos bajo bosque. A) Capas provenientes de agregados de
4 – 6,3 mm, B) Capas provenientes de agregados de 10 – 12,5 mm.
CONCLUSIONES
9
A
140
Estrata 0 – 10 cm
120
Angulo de contacto (º) 100
80
60
40
20
0
0 5 10 15 20 25 30
Contenido de Materia Orgánica (%)
B
100
Estrata 10 – 20 cm
Angulo de contacto (º)
80
60
40
20
0
0 3 6 9 12 15 18
Contenido de Materia Orgánica (%)
Figura 3. Relación entre el ángulo de humectación y el contenido de materia orgánica para distintos suelos
y manejos. A) Capa de 0-10 cm y B) Capa de 10-20 cm. (a) manejo de pradera y (b) manejo
de bosque.
REFERENCIAS
Bachmann J. 1988. Auswirkung der organischen Substanz verschiedenen Zersetzungs -grades auf die
physikalischen Bodeneigenschaften. Diss. Univ. Hannover.
Burghardt, W. 1985. Determination of the wetting characteristics of peat soils extracts by contact angle
measurements. Z. Pflanenzenernähr Boden. 148: 66-72.
Ellies A.; Grez R.; Ramírez C. 1996. Efecto de la materia orgánica sobre la capacidad de humectación y
las propiedades estructurales en algunos suelos de la zona Centro Sur de Chile. Agro Sur, 24 (1):48-
58.
Ellies A.; Mac Donald R.; Ramírez C.; Campos P. 2002. Manejo del suelo y capacidad de humectación
en los agregados. IX Congreso Nacional de la Ciencia del Suelo, Talca, Chile. Boletín Nº 18, Sociedad
Chilena de la Ciencia del Suelo. pp. 103-106.
Page A. 1982. Methods of soil analysis. Part 2. Editor American Society of Agronomy, Wisconsin. 1159.
Esta investigación fue financiada por el Proyecto FONDECYT 1010160
10
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
Oscar Seguel S.
Universidad Austral de Chile. Facultad de Ciencias Agrarias, Instituto de Ingeniería Agraria y Suelos. Casilla
567, Valdivia, Chile. oscarseguel@uach.cl
Universidad de Chile. Facultad de Ciencias Agronómicas, Departamento de Ingeniería Agraria y Suelos.
Casilla 1004, Valdivia, Chile. oseguel@uchile.cl
INTRODUCCIÓN
La teoría de la tensión efectiva desarrollada por Bishop (1959) señala que, en suelos no
saturados, ésta se transmite por las tres fases y queda determinada por:
Donde σ’ es la tensión efectiva sobre la fase sólida, σ la tensión total, ua la presión de aire, X el
factor de saturación y uw la presión de agua (Fredlund y Rahardjo, 1993). Como el espacio
poroso lleno de aire es el primero en comprimirse cuando existe una continuidad de poros hacia
el exterior, la tensión efectiva es:
s' = σ - X ? (2)
Donde ? es el potencial mátrico. El factor X depende del grado de saturación del sistema poroso,
de las propiedades hidráulicas y del arreglo de las partículas del suelo. La resistencia del suelo
aumenta cuando la disminución del potencial mátrico excede la disminución del factor X, por
ende cada suelo tiene una máxima resistencia para un determinado potencial mátrico (Horn et al,
1995).
Los antecedentes señalan que el comportamiento del potencial mátrico durante una prueba
mecánica de corte o consolidación es variable, y su cambio depende de la agregación y la
distribución del tamaño de poros (Bohne y Lessing, 1988; Horn et al, 1995). Cuando un suelo no
saturado se somete a un estrés externo, en una primera fase la porosidad gruesa disminuye en
su diámetro, lo que provoca una re-distribución del agua del suelo, con la disminución del
potencial mátrico y un aumento del factor X. Esto se traduce en el aumento de la resistencia del
suelo (Horn, 1993; Horn et al, 1994). Si el estrés aumenta, el re-arreglo de partículas genera
meniscos de agua convexos (presión de agua), la resistencia disminuye y el suelo se corta o
deforma (Bohne y Lessing, 1988).
La superficie silvoagropecuaria de la zona sur de Chile es dominada por suelos Andisoles
(localmente llamados trumaos y ñadis) y suelos Ultisoles (localmente llamados Rojo Arcillosos),
los cuales ocupan el 50 a 60% de la superficie arable del país (Besoaín, 1985).
Los suelos del Orden Andisol poseen una alta retención de fósforo, un abundante contenido de
hierro y aluminio en solución y una baja densidad aparente. Del punto de vista físico-mecánico, la
-3
baja densidad aparente (< 0,85 Mg m ), asociada a una alta porosidad y una microagregación
en unidades esféricas, le confiere a estos suelos una muy buena aptitud para sustentar diferentes
niveles de manejo (Ellies, 1988; 1995). Los Ultisoles presentes en esta zona poseen altos
contenidos de fracción arcilla, con abundancia de alófana, baja saturación de bases y alta
densidad aparente. Ambos tipos de suelos poseen elevados contenidos de materia orgánica
(Ellies, 1986).
Al dominar las fracciones texturales medias a finas, se espera que las propiedades mecánicas de
estos suelos tengan una fuerte dependencia del potencial mátrico. Dada su excelente agregación
superficial, se espera que el comportamiento del potencial mátrico de un suelo Andisol durante
una prueba mecánica sea similar a la de los suelos de mineralogía cristalina descritos en la
literatura.
En este trabajo se presentan resultados de un proyecto de investigación y de una tesis doctoral,
ambos desarrollados en el laboratorio de suelos de la Universidad Austral de Chile. El objetivo
principal es cuantificar la dependencia de las propiedades mecánicas con el cambio de uso del
suelo, pero para el presente artículo el objetivo específico es establecer la dependencia de las
propiedades mecánicas con la dinámica del potencial mátrico del agua del suelo.
MATERIALES Y MÉTODOS
Cuadro 1. Clasificación taxonómica, ubicación y algunas propiedades importantes de los suelos estudiados
‡ ‡
Serie Clasificación Ubicación Materia Arcilla Limo
† ‡
taxonómica orgánica (%)
(%)
Mariposa Ochreptic Haploxeralf 35° 50’ S 3,8 38,7 56,1
Pemehue Pachic Fulvudand 38° 80’ S 18,9 22,5 67,3
Metrenco Typic Palehumult 38° 70’ S 7,5 48,0 43,5
Osorno Typic Hapludand 40° 60’ S 23,0 39,1 50,9
Fresia Typic Hapludult 40° 80’ S 13,1 61,3 30,3
†
Fuente: USDA (1998).
‡
Fuente: Mella y Kühne (1985).
El muestreo se realizó en sectores cercanos con bosque o matorral nativo y pradera de más de
cuatro años de establecimiento. Se tomaron muestras en profundidades de 0-10 y 10-20 cm para
contrastar la agregación superficial. Para la Serie Osorno también se tomaron muestras de 40-60
cm. Las evaluaciones generales correspondieron a la densidad aparente, por el método del
cilindro y el terrón; la distribución de tamaño de poros, a través de la olla de presión y; la
conductividad hidráulica saturada, mediante una metodología de carga constante.
Las pruebas mecánicas evaluadas correspondieron a la resistencia tensil no confinada de los
agregados (Blazejczak et al, 1995), la capacidad de soporte, mediante consolidación confinada
con drenaje libre (Hartge, 2000) y la resistencia al corte, mediante caja de corte directo (Kézdi,
-1
1980) a una velocidad de 1 cm h . La prueba de consolidación se realizó con cargas crecientes
de 6,25; 12,5; 25; 50; 100; 200; 300; 400 y 800 kPa, con intervalos de 10 minutos entre cada
carga. Las muestras de la Serie Osorno se consolidaron con intervalos de 10 y de 30 minutos. La
capacidad de soporte se estimó a partir de la metodología gráfica propuesta por Casagrande
(Dias Junior y Pierce, 1995), mientras que las propiedades de corte se determinaron a partir de la
recta de Coulomb, mediante un ajuste de regresión lineal. Las muestras fueron evaluadas a
distintas tensiones mátricas, desde saturado a seco al aire. Para las muestras de la Serie
Osorno, se midió el cambio del potencial mátrico durante las pruebas de consolidación y corte.
Todos los análisis consideraron tres repeticiones, excepto la prueba de corte, la cual se realizó
con cinco repeticiones.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
12
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
Cuadro 2. Valores de preconsolidación (kPa) y densidad aparente (Mg m -3) de los suelos.
Cuadro 3. Valores de cohesión (kPa) de los suelos en función del potencial mátrico.
Nuevamente se observa el efecto de la tensión mátrica, cuya disminución ocurre a una mayor
tasa que la disminución del factor X, lo que resulta en una mayor tensión efectiva. El ángulo de
fricción interna manifestó la misma tendencia, ya que los cortes se realizaron con cargas
normales bajas (< 60 kPa), lo que permitió manifestar el roce entre los agregados. Las muestras
de 10-20 cm de la Serie Pemehue se comportan como un material arenoso, esta vez en ambos
tipos de manejo, donde a medida que el suelo se seca pierde cohesión. Al evaluar los agregados
individuales de la Serie Osorno mediante la prueba de resistencia tensil, se observó también una
fuerte dependencia de los resultados en función del potencial mátrico (Figura 1).
A medida que el suelo se seca, el aumento de la resistencia tensil en las muestras
subsuperficiales ocurre a una menor tasa respecto a la muestra superficial, lo que indicaría que,
en suelos Andisoles, el comportamiento similar a un suelo arenoso se encontrará en función del
grado evolutivo del suelo (profundidad de muestreo).
13
100
0-10 cm
80 40-60 cm
Resistencia (kPa)
60
y = 4.503e0.609x
R2 = 0.8957
40
20
y = 8.3774x - 8.4108
R2 = 0.94
0
0 1 2 3 4 5
pF
Figura 1. Resistencia tensil (kPa) de agregados de la Serie Osorno en función del potencial mátrico (pF, log
hPa de tensión).
El proceso de carga de la ifgura 2 se realizó con dos intervalos de tiempo entre etapas de
aumento de la carga normal, el de 10 minutos como metodología estándar al determinar la
capacidad de soporte, y el de 30 minutos para asegurar el movimiento de agua sin generar
cargas neutrales entre etapas de carga. El descenso inicial que se esperaba a consecuencia del
cambio en los tamaños de poros con aire fue más claro cuando la prueba se realizó con una
mayor cantidad de poros con aire (tensiones iniciales de –250 hPa).
Tiempo (min)
0 100 200 300 400 500
50
Potencial mátrico (hPa)
-50
-100
-150
-200
-250
-300
10 minutos
-350 30 minutos
Figura 2. Cambio en la tensión del agua durante la prueba de consolidación (Andisol, Serie Osorno, 0 - 10
cm). Las flechas indican el momento en que se aplicó una carga normal de 300 kPa.
14
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
Sin embargo, el potencial mátrico se mantuvo más o menos constante, hasta el momento en que
la carga normal aumentó a 300 kPa, indistintamente del potencial mátrico inicial y del intervalo de
tiempo entre cargas. El cambio en el potencial mátrico es más significativo en las muestras
consolidadas con una alta tensión mátrica inicial, ya que en esta condición se desarrollan cargas
neutrales (valores positivos) que contribuyen a disipar las cargas externas y que explican los
valores de capacidad de soporte en suelos saturados, donde el sistema poroso lleno de agua
contribuye a disipar cargas a través de la fase líquida.
Para el caso de las pruebas de corte, junto con la carga normal se aplica un esfuerzo tangencial,
que provoca una discontinuidad del sistema poroso. Es decir, aún con una muy baja velocidad de
corte, el flujo de agua se ve restringido, lo que favorecerá la generación de tensiones neutrales.
Las figuras 3 y 4 muestran resultados representativos de las pruebas de corte.
resistencia resistencia
300 asentamiento 80 50 asentamiento 80
Resistencia (kPa)
Resistencia (kPa)
40
Potencial (hPa)
40
Potential (hPa)
40
200
30
150 0 0
20
100
-40 -40
50 10
0 -80 0 -80
0 40 80 120 0 20 40 60 80
Tiempo (min) a Tiempo (min) b
Figura 3. Resistencia, asentamiento y potencial mátrico en pruebas de corte directo del Andisol Serie
Osorno con carga normal (a) mayor a 200 kPa y (b) menor a 200 kPa. Las muestras inicialmente
se encontraban a una tensión mátrica de –60 hPa.
resistencia resistencia
300 asentamiento 50 50 asentamiento 50
potencial potencial
asentamiento (1/10 mm)
0
Resistencia (kPa)
40 0
Potential (hPa)
Potential (hPa)
200
-50 30 -50
150
-100 20 -100
100
50 -150 10 -150
0 -200 0 -200
0 50 100 0 20 40 60 80
Tiempo (min) a Tiempo (min) b
Figura 4. Resistencia, asentamiento y potencial mátrico en pruebas de corte directo del Andisol Serie
Osorno con carga normal (a) mayor a 200 kPa y (b) menor a 200 kPa. Las muestras inicialmente
se encontraban a una tensión mátrica de –300 hPa.
Indistintamente del potencial mátrico inicial, una carga normal mayor a 200 kPa generó un
aumento del potencial mátrico, hasta llegar a valores de presión de agua. La naturaleza dinámica
de la prueba de corte, con un esfuerzo normal constante y un esfuerzo de corte creciente, trae
como consecuencia que la generación de cargas neutrales ocurra con cargas normales de menor
magnitud, respecto a las pruebas de consolidación, efecto que es mucho más claro mientras más
cercano a saturación se encuentre el suelo. Por lo tanto, existiría una carga normal crítica a partir
de la cual se genera presión de agua en el sistema poroso, y que depende de los esfuerzos
externos. Sin embargo, cuando la carga normal no supera este valor crítico, los agregados no se
destruyen, el sistema poroso mantiene su funcionalidad, y la tensión efectiva aumenta.
La importancia de estos resultados radica en que los suelos sufren procesos acoplados, en que
se asocian cambios de tipo mecánico (compactación, corte) con cambios en la hidrología del
suelo (variación del potencial mátrico), afectando la resistencia mecánica y los flujos de agua y
aire. El entender estos fenómenos asociados permitirá establecer mejores estrategias de
15
labranza, lo que contribuirá al uso más eficiente de los recursos energéticos y a una mejor
conservación del suelo.
CONCLUSIONES
- Las propiedades mecánicas dependen fuertemente del potencial mátrico (Ψ m ) del agua del
suelo. Mientras más negativo es el ? m, mayor es la capacidad de soporte, la cohesión y la
resistencia tensil. Este principio no sería aplicable a suelos con dominancia de poros gruesos,
donde la disminución del volumen de poros con agua es mayor que la disminución del
potencial mátrico, resultando en una pérdida de cohesión a medida que el suelo se seca.
- La resistencia tensil de agregados individuales en función del Ψ m tiene relación con los
componentes del suelo, principalmente materiales coloidales y carbono orgánico, y con el
grado evolutivo de la estructura. Durante un evento mecánico, inicialmente el Ψ m puede
disminuir, pero su comportamiento posterior afectará la tensión efectiva en una dirección y
magnitud que depende del grado de saturación del sistema poroso del suelo y de los estreses
externos.
- En el suelo Andisol de la Serie Osorno se determinó una carga normal (σn) crítica, que
corresponde a aquélla que provoca una condición de inestabilidad del suelo. Durante una
prueba mecánica, la σn crítica resulta en un ascenso en el potencial mátrico debido a cambios
en la distribución del sistema poroso, pudiendo generarse cargas neutrales.
- La σn crítica es menor en fenómenos de corte (200 kPa) que en procesos de consolidación
(300 kPa) debido a que en el corte los estreses son bidireccionales, por lo que la funcionalidad
del sistema poroso se afecta en mayor grado.
REFERENCIAS
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16
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
Jorge Alberto Cerana , Pablo Gustavo Fontanini , Oscar Duarte, Silvia Rivarola,
Eduardo Díaz , Rene Benavidez
Facultad de Ciencias Agropecuarias - Universidad Nacional de Entre Ríos, Argentina
jcerana@yahoo.com
INTRODUCCIÓN
MATERIALES Y MÉTODOS
Textura profundidad
5-30 cm
Provincia y Subgrupos de
localidad suelos arcilla limo arena
(%)
Entre Ríos Argiudolic Peludert 37,00 48,20 14,80
17
lecturas correctas aún a muy bajos caudales. Cuando las velocidades de descenso se estabilizan
obteniendo 3 ó 4 valores iguales o con diferencias menores al 5% se termina la medición. Con el
valor de velocidad de descenso estable obtenido se procede al cálculo de la Kfs,
Las recomendaciones seguidas para su utilización en suelos Vertisoles, ajustadas por Cerana et
al. (2002), fueron:
18
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
arrojaran resultados negativos. Los resultados negativos de valores de Kfs indicarían una
distribución irregular de poros, la presencia de un pie de arado o la presencia de horizontes de
pequeño espesor. Lilly (1994). Para evitar la obtención de resultados negativos, se optó por la
metodología recomendada por Elrick et al. (1989), a través de la única ecuación, con los valores
obtenidos por medio de una sola carga hidráulica. El uso de esta ecuación requiere la estimación
del factor a. El mismo surge de considerar las características del sitio de ensayo tales como tipo
suelo, textura y estructura, lo que permite una correcta elección del valor de a, según cuadro 2
Cuadro 2. Valores de a recomendados por Reynolds para suelos según estructura y porosidad
La ecuación de Elrick et al (1989), considera para determinación del Kfs la carga hidráulica
aplicada, la capilaridad y el potencial gravitacional.
2 2 -1 -1
Kfs = C . Q ( 2 . p . H + p . a . C + 2 . p . H . a ) (1)
Donde:
Kf s : es la conductividad hidráulica saturada a campo.
C: es un factor de la forma del bulbo de mojado adimensional.
Q es el caudal de agua medido.
H: es la carga hidráulica colocada dentro del orificio.
α : parámetro que relaciona la textura y la estructura del suelo
a: es el radio del orificio.
Por otra parte al encontrarse muy húmedos, el Kfs es cercano a cero. Las mediciones realizadas,
correspondieron a un período de altas precipitaciones y de balance hídrico positivo, en estas
condiciones el suelo se mantuvo con alto contenido de humedad en el perfil, disminuyendo la
macroporosidad y aumentando la microporosidad por efecto del hinchamiento. El empleo de H de
5 ó 10 cm, recomendadas por el manual, no alcanzaba a generar una presión suficiente para
-1
lograr el flujo del agua en el suelo, obteniendo valores de 0 mm h de Kfs. Al aumentar H a
valores de 20 cm, no se encontraron valores nulos de Kfs, En todos los casos se considera que
los valores de Kfs están siendo subestimados debido al efecto de enlodamiento de las paredes
19
del orificio producido por el barreno. Como el estudio plantea reproducir aproximadamente las
condiciones de permeabilidad durante el cultivo de arroz, la utilización de 20 cm de carga
hidráulica podría simular mejor esta condición.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Cuadro 3. Conductividad saturada Kfs, valores medios, mínimos y máximos por localidad.
-1 -1 -1
Localidad Suelo W Nº de Kfs (mm h ) Kfs (mm h ) Kfs (mm h )
% pruebas Media Mínima. Máxima.
Monte Typic
Case ros Peludert 27 3 0.067 0.009 0.52
Jubileo Argiacuolic
Peludert 36.3 11 0.105 0.009 0.312
San Argiacuolic
Salvador Peludert 42.9 6 0.100 0.026 0.29
Villa Argiudolic
Mantero Peludert 38.5 7 0.395 0.017 0.66
W: Humedad gravimétrica
20
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
Vertisoles contraerse y expandirse, según sea su contenido hídrico, produce grandes variaciones
en los valores de Kfs.
Las mediciones realizadas correspondieron a un período de altas precipitaciones y de balance
hídrico positivo. En estas condiciones el suelo se mantuvo con alto contenido de humedad en el
perfil, disminuyendo la macroporosidad y aumentando de la microporosidad por efecto del
hinchamiento. Los bajos valores de Kfs encontrados reflejan las restricciones al flujo del agua en
estas condiciones de hinchamiento.
La ensayos realizados muestran una amplia variabilidad espacial, que como muchas de las
propiedades físicas estudiadas en los campos dedicados a la producción de arroz, demuestran
las consecuencias del intenso sistema de laboreo-sistematización, y de las condiciones a la
cosecha, como se informara en los trabajos de Pozzolo et al (2001) y Cerana et al (2002).
CONCLUSIONES
− El Permeámetro de Guelph constituye una herramienta válida para la medición de Kfs para los
Vertisoles y otros suelos arcillosos agrietables, si se toman precauciones particulares.
− El Permeámetro de Guelph es una herramienta de uso estándar y su adopción permite
comparar los valores de Kfs en suelos con distintas características texturales. Se ha
comprobado la conveniencia del uso de H altas, de 20 cm, para suelos de textura fina con altos
contenidos de humedad. El rango de valores de Kfs encontrados, reflejan el comportamiento de
los suelos Vertisoles y otros de características vérticas de la mesopotamia Argentina.
REFERENCIAS
21
Proceedings of the Conference on Characterisation and Monitoring of the Vadose
(Unsaturated) Zone, National Water Well Association, Denver.
Reynolds W. D.; Elrick D. E., 1985b In situ measurement of field - saturated hydraulic
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during prolonged ponding. Aust. J. Soil Res. 14:337-349.
22
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
Universidad Central del Ecuador. Facultad de Ciencias Agrícolas, Apartado A 25-20, Quito- Ecuador.
calvache@uio.satnet.net
INTRODUCCIÓN
Las actividades agrícolas se efectúan sobre una capa muy delgada de la superficie terrestre,
cuando se compara con las dimensiones de la atmósfera y la litosfera. A pesar de su tamaño
muy pequeño, el suelo es indispensable para la vida sobre los continentes, siendo el medio de
crecimiento para las plantas autotróficas esenciales, que producen alimentos y fibras para el
hombre y los animales. Sin el suelo, nuestro planeta no tendría una cubierta vegetal y todo tipo
de vida estaría limitado a los océanos.
El suelo es un reservorio importante de los nuevos recursos hídricos. El suelo transforma las
lluvias de régimen discontinuo en descargas continuas conocidas como cursos de agua y ríos y
en flujo continuo de agua hacia las raíces de las plantas. La capacidad de retención del suelo,
que le permite almacenar agua de lluvia es del mismo orden de magnitud que la capacidad de
todos los lagos. Un entendimiento físico adecuado de los procesos involucrados requiere de
estudios detallados a diferentes niveles.
Los estudios de aquellos procesos, como la conductividad hidráulica, que ocurre en el medio
poroso del suelo requiere de una caracterización detallada de los tres componentes del sistema
suelo: sólido, líquido y gaseoso y para esto la sonda de neutrones es un equipo que presenta
ciertas ventajas (IAEA 1980), Greacen (1991), Reichardt et al (1997).
La conductividad hidráulica (K) de los suelos, es un parámetro que indica la capacidad de los
suelos para transmitir el agua y es extremadamente dependiente de la humedad del suelo (θ).
Por lo tanto, para un determinado medio poroso se define una función K(θ) y todos los métodos
para la determinación de la conductividad involucran la medición de la humedad del suelo. Entre
estos métodos, muchos son adaptados para utilizarse con la sonda de neutrones, principalmente
aquellos utilizados en condiciones de campo. Como ejemplo se pueden mencionar los métodos
presentados por Watson (1966); Libardi et al. (1980) y Sisson et al. (1980), citados por IAEA
(1984), IAEA (1990). Dada la variabilidad espacial de esta característica física del suelo, es
necesario establecer criterios para obtener valores promedios en un campo considerado
homogéneo, en el cual se están realizando estudios de Balances Hídricos de cultivos agrícolas.
MATERIALES Y MÉTODOS.
Para la determinación de la función K(θ) por los métodos arriba mencionados, se seleccionó un
2
área plana de 10 x 10 m (100 m ) en un suelo Typic Durustoll, ubicado en el centro experimental
La Tola, en Tumbaco-Ecuador ( 00o 13’S; 78o 22’ W), altitud 2465 msnm). En esta área fueron
instalados tubos de acceso para la sonda de neutrones y tensiómetros en las profundidades de
15 a 135 cm. Esta área fue inundada, manteniéndose una pequeña lámina constante de agua
arriba de la superficie del suelo, hasta que la velocidad de infiltración se estabilizó, lo que pudo
ser observado por medio de cilindros infiltrómetros. La velocidad de infiltración es el valor
máximo de K = K0 que corresponde al valor de θ0 que es la humedad de saturación del suelo.
Uno de los modelos más empleados para la función K(θ) es el exponencial:
23
suelo en varios tiempos y en las profundidades seleccionadas, obteniéndose datos de θ (z,t)
como se muestran en el cuadro 1. Simultáneamente se efectuaron mediciones de potencial total
del agua en el suelo ψT = ψm + z, donde ψm es el potencial mátrico del agua en el suelo y z el
potencial gravitacional, obteniéndose los datos de ψT (z,t) (cuadro 2). θ es fácilmente medido con
la sonda de neutrones y ψm con tensiómetros. Los cálculos de K pueden ser realizados a través
del método conocido como "método del perfil instantáneo" (Watson, 1966). Este método ha sido
utilizado por muchos investigadores para determinar la conductividad hidráulica de suelos bien
drenados. Libardi et al 1980, Sisson 1980), citados por IAEA (1984). El método asume que la
tasa de disminución del agua almacenada en el perfil para la profundidad z (0≤ z ≤ L) durante la
redistribución en ausencia de evaporación y absorción de agua por las raíces es equivalente a la
densidad de flujo de agua a la profundidad L, por lo tanto:
−1 −1
L ∂θ ( z , t ) ∂ψ T ∂A( L, t) ∂ψ T
K [θ ( L ) ] = ∫0 dz ⋅ = ⋅ (2)
∂t ∂z ∂t ∂z
donde, la integral, que es la densidad de flujo del agua, y el gradiente del potencial total del agua
en el suelo son los valores observados a una profundidad L cualquiera. Esta integral puede ser
obtenida con el ajuste de los datos de A(L,t) (ecuación 2) al modelo A(L,t) = a + b ln t,
-1
obteniéndose el flujo de agua en L que es qL = b.t para cualquier tiempo t. La gradiente de
potencial ∂ψT/ ∂z puede ser obtenido de regresiones ψT = c + dz, donde d = ∂ψT/ ∂z; o por el
método de la diferencia para un cierto intervalo de profundidades.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
3 -3
Profundidad (L) Humedad (cm .cm ) (θ)
(cm) t = 0 t = 1 t = 3 t = 7 t=15
0 0,500 0,463 0,433 0,413 0,396
30 0,501 0,466 0,432 0,414 0,398
60 0,458 0,405 0,375 0,347 0,307
90 0,475 0,453 0,438 0,423 0,414
120 0,486 0,464 0,452 0,440 0,427
Los datos de potencial total (ψT ) versus tiempo (días) para cada profundidad, calculado
conociendo el ψm y z, se presentan en el cuadro 2
24
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
Por el método de Watson (1966, citado en IAEA, 1990) se calcularon los almacenamientos de
agua (ecuación 2) para valores de L=30, 60, 90 y 120cm, a partir de los datos del cuadro 1,
cuyos resultados se muestran en el cuadro 3.
Cuadro 3. Almacenamiento de agua en el suelo en función de la profundidad y el tiempo
Con estos datos se realizaron las regresiones lineales de A(L,t) versus ln t [ A(L, t) = a + b ln t ]
para cada profundidad. Los flujos de agua qL son obtenidos para cada tiempo t a través de la
-1
relación qL= b.t que es la derivada del almacenamiento A en relación a t. Los flujos fueron
estimados por la ecuación 3 y los resultados se presentan en el cuadro 4.
∂A( L , t ) S( L, ti+1 ) - S ( L, ti )
qL = = (3)
∂t t i+ 1 − t i
Cuadro 4. Flujo de agua (qL) en las diferentes profundidades y en los diferentes tiempos
-1
Profundidad (L) Flujo de agua qL (mm.día )
(cm) t = 0,5 t = 2 t = 5 t = 11
30 -10,7 -5,0 -1,4 -0,6
60 -25,0 -9,4 -3,3 -1,8
90 -32,4 -12,6 -4,6 -2,3
120 -40,6 -14,5 -5,6 -2,9
El próximo paso consiste en dividir estos valores de qL por los respectivos gradientes ∂ψT / ∂z en
L, para obtener los valores de KL. En el cuadro 2 se presentan los datos de ψT en función del
tiempo, obtenidos por tensiometria. Nótese que las profundidades de las lecturas con los
tensiómetros son diferentes de aquellas donde se han realizado las medidas de humedad. Esto
se hace a propósito para calcular la gradiente en el punto en que se ha determinado θ. Por
ejemplo: para calcular la gradiente de ψT en L = 60, utilizamos los tensiómetros inmediatamente
encima (45cm) y debajo (75cm) de esa profundidad:
∂ψ T ψ T (75 ) −ψ T ( 45)
= [ gradψ T ]60 = (4)
∂z 30
Como los flujos qL fueron medidos en tiempos intermedios, debemos también calcular las
gradientes en los mismos tiempos. Para ello se calculan los promedios de ψ T entre ti y t i+1 y se
construye un nuevo cuadro (Cuadro 5)
Luego se calculan los gradientes hidráulicos respectivos (Cuadro 6):
Dividiendo los flujos qL por sus respectivas gradientes se obtienen los valores de conductividad
hidráulica KL (Cuadro 7)
L ψ T (cm H2O)
(cm) t = 0,5 t = 2 t = 5 t = 11
15 -28,0 -53,5 -84,5 -117,5
45 -61,5 -90,0 -116,5 -146,5
75 -90,5 -120,0 -149,0 -181,5
105 -124,5 -156,5 -189,0 -217,5
135 -156,0 -186,5 -220,5 -252,5
25
Cuadro 6. Gradientes hidráulicos
-1
L Gradiente ψ T (cm.cm )
(cm) t = 0,5 t = 2 t = 5 T = 11
30 -1,117 -1,217 -1,067 -0,967
60 -0,967 -1,000 -1,083 -1,167
90 -1,133 -1,217 -1,333 -1,200
120 -1,050 -1,000 -1,050 -1,167
-1
L Conductividad hidráulica KL (mm.día )
(cm) t = 0,5 t = 2 T = 5 t = 11
30 9,58 4,11 1,31 0,62
60 25,85 9,40 3,05 1,54
90 28,60 10,35 3,45 1,92
120 38,67 14,50 5,33 2,48
En seguida, para establecer las funciones K(θ), se necesita saber a qué valores de θL
corresponden los valores de KL que se calcularon (Cuadro 7). Los datos de θ son para tj = 0; 1;
3; 7 y 15 (cuadro 1), mientras que los valores de K son para ti = 0,5; 2; 5 y 11. Una forma es
obtener las medias aritméticas de los θ dados en el cuadro 1. Hecho esto, se tiene, para cada L,
cuatro pares de K y θ que nos dan los puntos para establecer las funciones K(θ).
Cuadro 8. Valores de K y θ
L = 30 cm L = 60 cm L = 90 cm L = 120 cm
K θ K θ K θ K θ
9,58 0,483 25,85 0,431 28,60 0,464 38,67 0,475
4,11 0,449 9,40 0,390 10,35 0,445 14,50 0,458
1,31 0,423 3,05 0,361 3,45 0,430 5,33 0,446
0,62 0,406 1,54 0,327 1,92 0,418 2,48 0,433
26
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
3 -3 -1
L = 30 cm θ0 = 0,501 cm .cm ; K0 = 18,13 mm.día γ= 35,76
3 -3 -1
L = 60 cm θ0 = 0,458 cm .cm ; K0 = 55,65 mm.día γ= 28,00
3 -3 -1
L = 90 cm θ0 = 0,475 cm .cm ; K0 = 57,04 mm.día γ= 61,13
3 -3 -1
L = 120 cm θ0 = 0,486 cm .cm ; K0 = 83,89 mm.día γ= 66,71
Teóricamente, al final del proceso de inundación e inicio de la redistribución del agua o "drenaje
interno" (t = 0), el agua se infiltra en equilibrio dinámico y K0 debería ser el mismo en cualquier
profundidad. Sin embargo quien determina K0 en el perfil es la capa de menor conductividad.
Con las ecuaciones, se obtuvieron valores diferentes de K0. Esto era esperado, pues ellos fueron
calculados en la redistribución, y el horizonte de menor conductividad influye en todo el perfil
principalmente en nuestro caso, donde el horizonte de menor conductividad es el superior y las
capas más profundas drenan más libremente. Otro aspecto importante es que las ecuaciones
K(θ) son exponenciales, lo que resulta en grandes errores de K para pequeños errores de
medida de θ.
En resumen, se observaron algunas diferencias de los resultados obtenidos con los diferentes
métodos para una profundidad dada. Como ejemplo, en el cuadro siguiente se presenta los
valores obtenidos para L = 90:
-1
Método γ K0 (mm.día )
Watson (1966) 60,13 57,04
Libardi et al. (1980) 68,03 58,20
Sisson et al. (1980) 67,65 57,91
Las diferencias observadas entre estos métodos se deben a que el método de Watson (1966)
utiliza los valores de gradiente de potencial en su modelo mientras los otros dos métodos
simplificados utilizan valores de gradientes unitarios de potencial. Esta simplificación es válida
para suelos homogéneos.
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27
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
INTRODUCCIÓN
MATERIALES Y MÉTODOS
Tres suelos con diferentes clases texturales fueron estudiados: un Latosol Rojo-Amarillento
distrófico típico (LVAd), con textura arcillo – arenosa, un Latosol Rojo distroférrico típico (LVdf),
de textura arcillosa y un Neosol Quartzarénico órtico típico (Rqo) de textura arenosa,
provenientes de la región centro-oeste del estado de San Paulo, en Brasil, localizados a 22º 41’
de latitud sur, 47º 39’ de longitud oeste, y altitud de 550 m, aproximadamente.
Se colectaron muestras disturbadas y no disturbadas en la capa de 0 a 20 cm de profundidad.
Las muestras no disturbadas fueron tomadas con un tomamuestras tipo Uhland y cilindros
metálicos de 7.2 cm de diámetro y altura. En el suelo LVAd se tomaron 70 muestras, mientras
que en los otros dos suelos, LVdf y Rqo, se tomaron 30 muestras.
Para la determinación de la conductividad hidráulica saturada (Ksat) se utilizó el método del
permeámetro de carga constante (Youngs, 1991). Para la saturación previa se tomaron los
cuidados descritos en Faybishenko (1995), Moraes (1991) y mas detalles pueden ser vistos en
Mesquita (2001).
Después de la determinación de Ksat, las muestras fueron nuevamente saturadas y llevadas a
29
mesa de tensión a – 0,006 MPa, para la determinación de microporosidad, conforme a Embrapa
(1998).
3 -3
La porosidad total (PT, m m ) fue calculada utilizando la equación: PT = 1 - Ds/Dp y la
macroporosidad fue calculada por la diferencia entre PT y la microporosidad.
La densidad del suelo fue determinada según Blake y Hartge (1986) y la densidad de partículas
por el método del balón volumétrico, descrito en Kiehl (1979).
El análisis estadístico consistió en la obtención de las medidas de posición y dispersión, análisis
de datos discrepantes, análisis gráficos de las rectas de Henry y prueba de Kolmogorov-Smirnov
para verificación de ajuste de los valores observados a la distribución estadística teórica normal
(Campos, 1983; Clark y Hosking, 1986; Isaaks y Srivastava, 1989), finalizando con técnicas
robustas utilizadas para comparación de modelos conforme a Zacharias et al. (1996) y Sentelhas
et al. (1997).
Para el estudio de posibles valores discrepantes se consideró el diagrama de ramas y hojas, el
resumen de cinco números, el análisis para datos discrepantes y la figura Box-plot, conforme a
Hoaglin et al. (1992), Libardi et al. (1996) y Mesquita et al., (2002).
El estudio estadístico incluyó un análisis de los resultados en términos de probabilidad de
ocurrencia y de métodos adequados de determinación de parámetros poblacionales,
considerando los resultados lognormalmente distribuídos, (Parkin et al., 1988; Parkin y Robinson,
1992).
Para el cálculo de los parámetros de la distribución lognormal fue utilizado el método UMVUE
(Uniformly Minimum Variance Unbiased Estimators), recomendado por Parkin et al. (1988), y
para el cálculo de los límites de confianza la metodología indicada por Parkin et al. (1990).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En el cuadro 1 se presenta un resumen estadístico para las variables densidad del suelo (Ds),
densidad de partículas (Dp), Porosidad total (PT), macroporosidad (Macro), microporosidad
(Micro) y conductividad hidráulica saturada (Ksat) para el Latosol Rojo-Amarillento distrófico
típico (LVAd) de textura arcillo arenosa. Se observa que los valores de la media y mediana son
iguales o muy próximos, con excepción de Ksat. Esto es indicativo de que los valores s e
encuentran distribuidos simetricamente alrededor de la media y de la mediana, y que estas
medidas pueden ser consideradas como valores típicos del conjunto de observaciones, o sea,
que los resultados observados pueden ser resumidos por una de esas medidas. Para la variable
Ksat la diferencia entre el valor medio y el de la mediana es acentuada, verificándose que la
media es 25% mayor que la mediana. Para las variables Ds, Dp, PT y Micro, se observa que la
amplitud de variación de los datos no es muy acentuada, cuando es comparada con los
respectivos valores de la media y la mediana, o sea, que los datos no se distancian mucho de
estas medidas de tendencia central, lo que refuerza las hipótesis de menor dispersión entre los
datos y la simetria de las distribuciones. Para la variable Macro la amplitud total es mas alta,
indicando que hay una variación mayor entre los valores observados, lo que podría influenciar
una simetria de los mismos en torno de las medidas de tendencia central. Para la variable Ksat
esta diferencia es aun mayor, siendo el valor máximo de Ksat treinta y tres veces mayor que el
valor mínimo.
Lo mismo ocurre con medidas menos tendenciosas como los cuartiles y la amplitud
intercuartílica. El analisis de las desviaciones estándar muestra que para las variables Macro y
Ksat, la desviación estándar fue mayor comparativamente a sus valores medios, lo que implicó
coeficientes de variación mas elevados, indicando que existe una mayor variabilidad entre los
datos observados.
El estudio muestra que la Dp tiene menor variación y que las variables Ds, PT y Micro, con
coeficiente de variación igual a 7% tienen variabilidades semejantes, por eso todas pueden ser
clasificadas, según Warrick y Nielsen (1980), como de baja variación. La variable Macro, con
coeficiente de variación igual a 20%, se encuentra el el límite de clasificación entre baja y media
variabilidad, y la Ksat presenta alta variabilidad, con coeficiente de variación mayor que 70%.
La importancia de esa constatación es que la utilización de un mismo número de muestras para
la caracterización conjunta de esas propiedades llevaría a diferencias en la sensibilidad de los
estimadores.
El tipo de asimetría que afecta a la Ksat es identificado por el signo del coeficiente de simetría,
indicando en el caso, una asimetría a la derecha. Esto es suficiente para caracterizar la
distribución como no-normal, por lo tanto esta condición es reforzada por el elevado coeficiente
30
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
de kurtosis.
La identificación de candidatos a valores discrepantes es importante, principalmente por las
consecuencias en la simetría de la distribución. Por el diagrama de ramas y hojas, el resumen de
los cinco números y el análisis de límites críticos para datos discrepantes, determinados
conforme a Hoaglin et al., (1992), Libardi et al., (1996) y Mesquita (2001), se observó que los
valores que inicialmente podrian ser considerados como discrepantes, no fueron confirmados
como tal, debiendo ser descritos por la función densidad de probabilidad de los resultados
analíticos.
Cuadro 1. Resumen estadístico para las variables densidad del suelo (Ds, kg.m -3), densidad de partículas
(Dp, kg.m -3), porosidad total (PT, m 3.m-3), microporosidad (Micro, m 3.m -3), macroporosidad
(Macro, m 3 m -3) y conductividad hidráulica saturada (Ksat, x 10-2 m s -1).
La asimetría, verificada por los gráficos de ajuste de probabilidad normal, no fue suficiente para
perjudicar el ajuste de la función densidad de probabilidad normal para las variables, con
excepción de la variable Ksat. Comparando los trazados de las curvas de probabilidad en los
histogramas de frecuencias, no se verificaran desplazamientos significativos en las referidas
curvas para las variables Ds, Dp, PT, Macro e Micro. Por lo tanto se verificó el no ajuste de los
datos a la distribuición para la variable Ksat, la discrepancia entre el histograma y la curva fue
evidente. Estos resultados pueden ser verificados en Mesquita (2001). Asi, la función densidad
de probabilidad normal no representa los resultados observados de Ksat y, por tanto las medidas
estadísticas presentadas en el cuadro 1, no deben ser consideradas como representativas de
propiedad Ksat.
Resultados semejantes fueron encontrados también para los otros dos suelos estudiados,
confirmando el no ajuste de la distribución normal para la Ksat, independente del tipo de suelo
considerado.
La prueba de Kolmogorov-Smirnov confirmó las informaciones gráficas, o sea, las variables, con
excepción de Ksat, no presentaron diferencias significativas al ser probadas en relación a la
distribuición normal.
Las variables Ds, Dp, PT, Micro y Macro son entonces, perfectamente definidas por la función
densidad de probabilidad normal, y pueden ser resumidas por sus parámetros estatísticos, o sea,
los valores presentados en el cuadro 1 pueden ser considerados representativos de estas
variables y las decisiones para operaciones de práticas agrícolas pueden ser tomadas a partir de
estos valores.
La variable Ksat, de manera opuesta, no presentó normalidad. Los análisis estadísticos
comunmente utilizados para verificación de diferencias entre tratamientos, tales como análisis de
varianza, regresiones, pruebas de hipótesis exigen que las variables tengan distribución normal,
por esto deben ser utilizadas solamente si esta exigencia es cumplida, caso contrario las
conclusiones estadísticas pueden ser asumidas erróneamente.
31
Comprobada la no normalidad de los datos hay que buscar otra distribución para describir la
propiedad. Con esta finalidad se aplicó la prueba de Kolmogorov-Smirnov para otras
distribuciones asimétricas citadas en la literatura. Las diferencias entre los resultados
observados y los esperados por las distribuciones lognormal, gama y beta no son
estadisticamente significativas para los suelos LVAd, LVdf y RQo, o sea, se puede considerar
que se ajustan a esas distribuciones de probabilidades. Otro criterio es la facilidad de
entendimiento/operacionalización. Por ese criterio, la distribución beta es la mas compleja en sus
fundamentos básicos, presentando mayor dificuldad en la manipulación de los datos y en los
cálculos de sus parámetros. Por estas razones y por la mayor diferenciación con relacion a los
datos observados, expresada por la diferencia encontrada por la prueba de Kolmogorov-Smirnov,
se optó por no considerarla mas en este estudio y como opción para expresar la distribución de
Ksat. Quedan entonces las distribuciones lognormal y gama, la primera bastante citada en la
literatura y la segunda en trabajos mas recientes como el de Moura et al. (1999). El critério
seguido para escoger entre esas dos distribuciones fue la utilizacion de técnicas robustas,
conforme a Zacharias et al. (1996) y Sentelhas et al. (1997). La segunda de esas técnicas,
verificó que la función densidad de probabilidad lognormal presentó el índice de concordancia
(IC) más próximo de 1, lo mismo ocurrió con el coeficiente de determinación (CD) y la eficiencia
(EF), mientras el error absoluto medio (EAM), el error máximo (EM), el coeficiente de masa
residual (CMR) y la raiz quadrada del error medio cuadrático normalizado (RQEM) estuvieron
mas próximos a cero, comparando con los coeficientes de la distribución gama. Esto permite
concluir que el ajuste de los datos fue mejor para la distribución lognormal que para la
distribución gama.
La utilización de un critério único para decidir sobre la adecuación de las distribuciones puede ser
bastante insatisfactorio. En el presente trabajo, el conjunto de critérios utilizados, de Kolmogorov-
Smirnov, gráfica y por técnicas robustas no deja dudas sobre a superioridad de la distribución
lognormal sobre estos critérios estadísticos.
Una vez definida la función más adequada para representar la distribución de los tres suelos, el
resto de la discusión se referirá al suelo de textura media (LVAd) para no ser repetitivo, valiendo
lo mismo para los demás.
Parkin et al. (1988) y Parkin y Robinson (1992), evaluando métodos para estimación de datos en
muestras de una población lognormal, concluyeron que el método UMVUE produce estimaciones
con menos errores. Por ese método, los valores característicos de los datos observados para la
-2 -1
propiedad Ksat, considerándolos lognormalmente distribuídos, son: media 0,0157x10 m.s ,
-2 -1 -2 -1
mediana 0,0127x10 m.s , desviación estándar 0,0114x 10 m.s , coeficiente de variación 73%,
-2
límite inferior y superior para el intervalo de confianza para la media (95%) iguales a 0,0127x10
-1 -2 -1
m.s y 0,0175x 10 m.s , respectivamente. Estos parámetros deben entonces ser analizados y
utilizados mas adelante como parámetros estatísticos para la variable.
Si los valores de las muestras son lognormalmente distribuídos se debe escoger entre los
parámetros de posición (media y mediana) para ser usado como sumario estadístico, pues los
valores no son los mismos y ofrecen diferentes informaciones sobre la distribución (Parkin y
Robinson, 1992). La media es el centro de gravedad de la distribución, en cuanto que la mediana
es el centro de probabilidades de la distribución . La escogencia de la medida apropiada es
crítica, pues esta puede afectar mucho las conclusiones. En el presente caso la media es igual a
-2 -1 -2 -1
0,0157x 10 m.s y la mediana es igual a 0,0127x10 m.s . Si la escogencia recae sobre la
-2 -2
media este valor presentará una diferencia de 19,1% o más, [(0,0157x10 – 0,0127x10 ) * 100/
-2
0,0157x10 = 19,1%], de que fuese escogida la mediana. Evidentemente, el proyectista tendra
que tomar la decision sobre la relacioon costo/benefício mas adecuada al asumir o no esta
diferencia de cerca de 19%, apenas para la Ksat.
Uno de los trabajos que esta en cuestión es el de Parkin y Robinson (1992), quienes afirman que
cuando la variable de interés es aleatoriamente dispersa, colectar mayor número de muestras
tiene el mismo efecto que colectar menor número para el valor medio, por lo tanto la mediana
poblacional es dependiente del número de muestras colectadas. Debido a este efecto, la
escogencia de la mediana puede ser apropiada solamente cuando las muestras tienen, entre si,
alguna dependencia. Esto implica que en sistemas donde el número de muestras es,
generalmente, arbitrariamente definido por las condiciones disponibles, la mediana puede no ser
apropiada para estimar el parâmetro poblacional. Mohanty et al. (1991) complementaron estas
informaciones afirmando que la mediana se comporta mas como un “representativo del suelo”
para los resultados del conjunto de un área menor y con características homogéneas.
Una opción seria la utilizacion de tablas como el cuadro 2, evidenciando la probabilidad de
32
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
ocurrencia y los valores de la propiedad, que podrian auxiliar la escogencia por un valor para
adoptarlo como representativo de la variable, asociando a este valor la probabilidad y
posibilitando la estimacion de cálculo de error como resultado de este valor.
El cuadro 2 presenta el resultado de la determinación de la probabilidad de ocurrencia para los
valores de Ksat en determinados niveles de ocurrencia preestablecidos, considerando las
funciones densidad de probabilidad normal y lognormal para el suelo LVAd y puede ser
interpretada de la siguiente forma: existe 5% (0,05) de probabilidad de que ocurra un valor de
-2 -1
Ksat menor o igual a 0,0043x10 m.s , 10% de probabilidad de que ocurra un valor de Ksat
-2 -1
menor o igual a 0,0055x10 m.s , 15% de probabilidad de que ocurra un valor de Ksat menor o
-2 -1
igual a 0,0064 x 10 m.s , cuando la estimación es hecha a partir de la función densidad de
probabilidad lognormal. De la misma forma, existe una probabilidad de 95% de que ocurra un
-2 -1
valor menor o igual a 0,0375 x 10 m.s
Se observa que admitiendo la normalidad, habrá una probabilidad de 5% de que exista un valor
-2 -1
de Ksat menor que –0,0037x10 m.s , o sea, la utilización de la función normal llevaría a la
existencia de valores negativos de Ksat, lo que práticamente seria imposible, pues el menor valor
admisíble para Ksat en un suelo seria cero, lo cual indicaría que el suelo no permite el flujo de
agua. Esto, sin embargo, no fue observado, pues e todas las muestras analizadas hubo flujo de
agua.
A partir de la distribución de probabilidades, los resultados cuantitativos pueden ser asumidos
con mayor seguridad, pues se hace posible estimar tanto la probabilidad como la variable
correspondiente, lo que podra ofrecer informaciones mas claras y precisass.
Este tipo de alternativa es mas genérica, posibilitando al investigador, liberdad de interpretación
de los datos, asi como mayor seguridad en la escogencia del valor a ser adoptado y en la
decisión sobre valores de la propiedad que pueden ser utilizados en estimaciones de flujos de
agua para grandes extensiones. Así, una mayor exploración de los métodos estadísticos y
matemáticos en el tratamiento de los resultados obtenidos por los análisis de suelos permitirá
obtener informaciones más precisas, de acuerdo también con los autores Parkin et al., 1988;
Kutilek y Nielsen, 1994; Libardi et al., 1996; Clausnitzer et al., 1998; Moura et al., 1999, Mesquita
et al., 2002.
CONCLUSIONES
− Las variables densidad de suelo, densidad de part ículas, porosidad total, macroporosidad y
microporosidad pueden ser descritas por la función densidad de probabilidad normal, y pueden
ser representadas por sus parámetros estatísticos.
33
− La variable conductividad hidráulica saturada no puede ser descrita por la función densidad de
probabilidad normal, por lo tanto sus parámetros no la representan.
− La función densidad de probabilidad lognormal es más indicada para describir los datos de la
propiedad conductividad hidráulica saturada del suelo.
− La probabilidad de ocurrencia asociada a la distribuicion lognormal es una alternativa para la
representación de la conductividad hidráulica saturada, permitiendo al investigador avalar el
error de la estimación de medidas dependientes de Ksat.
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34
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
INTRODUCCION
La caracterización de las propiedades hidráulicas de los suelos tiene una importancia capital en
las ciencias agrarias, ya que, en gran medida son las que rigen el crecimiento y desarrollo de los
cultivos. El agua en el suelo presenta movimiento en dos de los tres estados de la materia
presenta movimiento, y es en el estado líquido en el que es aprovechable por las plantas, de
forma que nuestro estudio debe estar basado en las leyes que rigen el movimiento del agua en
este estado. Atendiendo a aspectos de carácter ambiental, el conocimiento de la infiltración del
agua en el suelo, así como la caracterización del flujo subsuperficial, en magnitud y dirección,
toma un carácter esencial en estudios de contaminación, para poder predecir el movimiento de
contaminantes xenobióticos en dirección a las napas. No menos importante es predecir el
movimiento de solutos en el suelo, ya que, como se sabe, estos en su gran mayoría se mueven
en la solución del suelo y a tasas similares a lo que lo hace esta.
La infiltración del agua del suelo, tanto en su estado transitorio como en el estacionario es un
buen reflejo de la estructura del sistema poroso, resultante de la yuxtaposición de las partículas
de suelo y de los agregados (Elrick y Corey. 1992). Algunas de las más importantes propiedades
hidráulicas que permiten cuantificar el tamaño, la distribución y la continuidad del sistema poroso
son; la conductividad hidráulica saturada, el potencial mátrico y la sortividad del suelo, siendo
posible medir estas propiedades mediante el uso de infiltrómetros de disco.
Los infiltrómetros de disco a tensión, descritos por Perroux y White (1988), están siendo
ampliamente usados para determinar propiedades hidráulicas "in situ" de suelos saturados o
cercanos a la saturación (Clothier y White, 1981, Wilson y Luxmoore, 1988, Smettem et al.,
1995). El hecho de ser económicos, de fácil transporte y, fundamentalmente, de poder realizar
mediciones in-situ “no-destructivas”, sin disturbar el suelo y sin modificar el sistema poroso
natural, acompañado de la posibilidad que posee el instrumento de excluir algún tamaño de poro
del flujo, ayudaron a la rápida incorporación del aparato, siendo esta última una de las más
destacables.
Con respecto a esto ultimo es necesario señalar que la posibilidad de excluir poros del flujo está
limitada por el diseño del instrumento, siendo lo más común poder entregar agua desde el
infiltrómetro con tensiones que van desde 0 cm a 20 cm. En este sentido, los infiltrómetros de
disco a tensión proveen un mecanismo útil para diferenciar el movimiento del agua a través de
fisuras y poros biológicos del movimiento de agua a través de la matriz del suelo (Clothier y
White, 1981, Perroux y White, 1988, Ankeny et al., 1988).
En el presente trabajo se utilizará el infiltrómetro de disco para caracterizar el movimiento del
agua en un suelo con diferentes historias de manejo; Huerta recientemente removido, Pastura
por 8 años y un sitio compactado de una zona muy transitada con animales.
Asimismo, se tratará de demostrar que la conductividad hidráulica saturada y la porosidad son
variables susceptibles de ser modificadas con el manejo, y que el permeámetro de disco puede
ser un instrumento muy satisfactorio para detectar estos cambios, de igual forma se evaluará la
capacidad predictiva de la densidad aparente sobre los valores de conductividad hidráulica
saturada.
MATERIALES Y MÉTODOS
35
Estas mediciones se realizaron en el marco de un proyecto cuya finalidad última es dar
recomendaciones a las personas que utilizan el predio, cuya función es la de huerta comunitaria
destinada a trabajadores desocupados.
Se determinaron 3 sitios de medición los cuales se encontraban muy próximos en una zona de
muy baja pendiente. Se buscó en estos sitios situaciones contrastantes de manejo, sobre todo en
aspectos que modifiquen las propiedades hidráulicas del suelo.
Los 3 sitios son; en primer lugar un lote destinado al cultivo de especies hortícolas recientemente
removido (Sitio I), el segundo es un sitio con pastura de gramíneas con 8 años de antigüedad
(Sitio II), la que se encontraba con muy buena cobertura y en activo crecimiento y, por ultimo, el
tercer sitio era una zona que había sufrido pisoteo de animales con una intensidad importante
(Sitio III).
En cada uno de los sitios se realizaron las siguientes determinaciones físicas y químicas:
densidad aparente, textura, conductividad hidráulica saturada, pH, capacidad de intercambio
catiónico (CIC) y porcentaje de sodio intercambiable (P.S.I.). En todos los casos se extrajeron
muestras del horizonte superficial.
Para densidad Aparente se utilizó el método del cilindro (Blake y Hartge, 1986) para lo cual se
extrajeron 6 muestras de cada sitio y los resultados se utilizaron para la obtención de las
variables derivadas porosidad total e Índice de poros (n).
n = V p / Vss (1)
Capacidad de Porcentaje de
Na
Intercambio Sodio
SITIOS intercambiable pH
(+) Catiónico (CIC) Intercambiable
(cmol /kg) (+) -1
(cmol kg ) (%)
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
36
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
De los datos recolectados puede evidenciarse que si bien la Densidad Aparente presenta
diferencias estadísticas significativas en los diferentes sitios esto no sucede con la Conductividad
Hidráulica Saturada, que entre la pastura y el suelo recientemente removido no presenta
diferencias estadísticas significativas (Figuras 1 y 2).
2.00 10.00
9,07a
9.00
1.50 1,43c 7,85a
8.00
Das (Mg/m3)
Ksat (cm/h)
Figura 1: Densidad Aparente en los Figura 2. Medias de Ksat en los diferentes sitios
diferentes sitios
De forma que las variaciones de la Densidad Aparente no sería el factor determinante de las
disminuciones de la Conductividad Hidráulica Saturada, sino que formaría parte de una serie de
factores que en conjunto producen cambios en las propiedades hidráulicas del suelo en los
diferentes manejos del suelo.
En la figura 3 se puede observar como el comportamiento de la Ksat no presenta buen ajuste con
los valores de Densidad Aparente esto refuerza la idea de que no es posible predecir el
comportamiento de la Conductividad Hidráulica Saturada partiendo del conocimiento del volumen
de poros, sino que se está en presencia de un problema complejo que incluye, distribución del
tamaño de poros, estabilidad del sistema poroso y, fundamentalmente, continuidad del sistema
poroso
37
12 y = -6.5917x + 14.487
2
R = 0.6478
10
0
0.5 0.7 0.9 1.1 1.3 1.5 1.7
-3
Densidad Aparente (Mg.m )
CONCLUSIONES
− Se evidencia que los diferentes usos del suelo pueden modificar las propiedades hidráulicas
del suelo, siendo el infiltrómetro de disco un instrumento adecuado para cuantificar estos
cambios, no pudiendo realizar inferencias de la modificación de estas propiedades a partir de
valores de compactación, entendiendo esta como la pérdida de volumen de poros en el suelo.
REFERENCIAS
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38
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
José E. Cuevas B.
Instituto de Ingeniería Agraria y Suelos, Universidad Austral de Chile, casilla 567 Valdivia, Chile.
josecuevas@uach.cl
INTRODUCCIÓN
Los vehículos ejercen tensiones compactantes sobre el suelo a través de sus ruedas. Las
magnitudes y distribución de estas tensiones dependen de factores de suelo y del rodado (Horn
et al, 1998. En la superficie, la incidencia de la compactación es determinada por la presión de
contacto del neumático, pero a mayores profundidades, la presión total ejercida es un factor de
mayor importancia (Hakansson y Voorhees, 1997; Voorhees y Lindstrom 1986; Voorhees y
Lindstrom, 1984), ya que cuando la superficie suelta del suelo es cargada por el tránsito de
maquinaria, se provoca un desplazamiento de partículas, aumentando el número de puntos de
contacto entre ellas, la densidad aparente usualmente se incrementa en forma linear con el
logaritmo de la presión de contacto. Este es mayor con el contenido de agua del suelo y con el
número de pasadas. Esto último es importante, especialmente porque el área de laboreo es
utilizada varias veces en el año (Larson et al 1980. Como consecuencia, se incrementa la
resistencia a la penetración, la porosidad total disminuye, se incrementan los poros finos en
detrimento de los gruesos, y disminuyen la conductividad hidráulica, la permeabilidad al aire, la
actividad biótica, el potencial redox y la difusión de iones (Ellies et al, 1994; Schack-Kirchner,
1995). El suelo se deforma en los puntos débiles de la matriz y se promueve un incremento de
las tensiones internas que terminan en la formación de zonas de falla. Por consiguiente, la
resistencia en la zona de falla es igual a la energía requerida para crear una nueva unidad de
superficie de área o una grieta. Por esto, la estabilidad de un suelo esta relacionada a la
distribución en el suelo de las zonas de falla. En principio, la estructura del suelo será estable si
las tensiones aplicadas son menores que la resistencia en la zona de falla (Horn, 2002).
Los Andisoles de la zona Sur de Chile poseen una alta capacidad de arraigamiento, bajos valores
de densidad aparente, alta estabilidad de agregados y alta porosidad. Al ser estos sometidos a
altas cargas, su sistema poroso colapsa, incrementándose la firmeza del suelo, lo que se refleja
en bajos rendimientos agrícolas y problemas en el establecimiento de plantaciones forestales de
segunda rotación. (Ellies et al, 1996).
MATERIALES Y MÉTODOS
39
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Contenido de humedad.
Los suelos presentaron el contenido de humedad, en las épocas evaluadas, que se muestra en la
figura 1, el cual determina la resistencia mecánica del suelo al paso de maquinaria u otro tipo de
carga, y permite realizar un diagnóstico cualitativo del suelo a partir de su capacidad de retención
de humedad. El contenido de humedad volumétrico no siempre es un buen indicador de la
condición hídrica del suelo, ya que las tensiones a que está retenida el agua del suelo dependerá
de las características físicas y mecánicas de los mismos.
80 5
70
4
60
Humedad (pF)
Humedad (Bv)
50 3
40
30 2
20
1
10
0 0
0 – 15 15 – 30 0 – 15 15 – 30 0 – 15 15 – 30 0 – 15 15 – 30 0 – 15 15 – 30 0 – 15 15 – 30
Arena % 45 15 6
Limo % 38 48 26
Arcilla % 17 37 68
El Udivitrand, que esta formado por cenizas volcánicas recientes (Cuadro 1), las presiones de
contacto no presentan una diferencia importante al variar la tensión del suelo, este suelo por
presentar un mayor porcentaje de partículas gruesas, se comporta como un suelo arenoso, es
decir las variaciones de tensión matricial no son estables y dependen directamente de las
condiciones climáticas del lugar, una pequeña lluvia disminuirá la tensión de humedad, pero esta
tensión para estos suelos no es relevante, ya que por poseer poros de gran tamaño, existe una
pequeña cantidad de meniscos de agua, por lo que la estabilidad mecánica esta mas bien dada
por la cantidad de puntos de contacto entre las partículas y la forma de estas. El Hapludand,
40
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
derivado también de cenizas volcánicas pero con mayor contenido de arcilla, tiene partículas de
formas aristadas, las que se encajan unas con otras, presentando un alto numero de puntos de
contacto, lo que le confiere una alta resistencia mecánica, especialmente con bajos contenidos
de humedad, que es cuando el suelo se encuentra con agua retenida a menores valores de
tensión mátrica, esto unido al hecho de presentar una alta porosidad total, provoca que esta agua
actúe como lubricante entre las partículas de suelo, provocando deslizamientos sobre ellas y una
mayor deformación del suelo, con lo que la rueda del neumático se sustenta sobre un área mayor
haciendo disminuir el valor de la presión media de contacto. El Palehumult es un suelo que
presenta una baja estabilidad al agua, en estado saturado de modo que en invierno la
deformación es mayor que bajo condiciones de menor humedad. Bajo las condiciones estivales
las arcillas se mantienen unidas entre sí por la fuerza del menisco de agua que queda entre ellas,
lo que explica que el suelo oponga una mayor resistencia a la carga aplicada en superficie, de lo
que se obtiene mayores valores para σ0.
En la figura 2 se observa la mayor porosidad total y de agua útil para el Hapludand y una leve
disminución de la porosidad total y de los poros de agua útil, este efecto es mas notorio para la
época de invierno, además esta es una característica de suelo altamente variable por efectos
antrópicos, por el laboreo de suelos bajo ciertas condiciones de suelo y el estado de saturación
de estos por lo que se considera solo en términos cualitativos.
En el Udivitrand, que presenta una gran porosidad gruesa, lo que explica su comportamiento
hídrico, este suelo al ser traficado disminuye en forma leve su porosidad total e incluso se genera
un aumento de la fracción de poros de agua útil (figura 1), esto esta dado por un asentamiento de
este suelo al ser traficado. El Palehumult presenta los menores valores de porosidad total y una
disminución en los valores de porosidad total, en magnitudes mayores para el caso del estado
más húmedo que en el estado mas seco, aunque hay un aumento de la porosidad de agua útil en
la primera capa en verano bajo tránsito, la que se origina por la fuerte contracción en estos
suelos al secarse, con la consiguiente formación de micro grietas y por tanto un efecto aparente
de aumento de la porosidad. En el Hapludand el volumen poroso disminuye significativamente
hasta los 15 cm. de la misma forma que en los suelos analizados anteriormente, el asentamiento
del suelo va acompañado de una redistribución de los poros, disminuyendo significativamente los
poros gruesos hasta los 30 cm. Los poros finos aumentan hasta los 40 cm.
100
PAU ct %
0
Invierno Verano Invierno Verano Invierno Verano
41
porcentaje de poros de drenaje rápido, este valor es menor en el estado mas seco a pesar de la
formación de las grietas antes mencionada, porque no existe una adecuada continuidad en el
sistema poroso, y ya que el suelo presenta una mayor capacidad de soporte, la reducción en los
valores de conductividad hidráulica es proporcionalmente menor que la reducción en los valores
en el estado mas húmedo, lo que acusa un efecto negativo del tránsito cuando este se realiza
con un mayor contenido de humedad, incluso cuando este no llega a saturar el suelo. La
conductividad hidráulica disminuye en un 13%, 81%, y 13% hacia las capas más profundas, este
suelo merece una especial atención, ya que por tratarse de suelos arcillosos, altamente
inestables al agua, su sistema poroso colapsa con el incremento del agua en su interior, y esto
provoca esta disminución en los valores de conductividad hidráulica. Llama la atención la
disminución en la segunda capa, lo que revela la formación de un piso de arado, y su efecto
negativo sobre el suelo. En el Hapludand se observó una reducción de un 73% en el valor de K,
en la primera capa, lo que afecta a la conservación del suelo, puesto que si el agua no puede
infiltrar se acumulará en la superficie produciendo escurrimiento con la consiguiente erosión. En
las capas inferiores la disminución alcanzó un 45.7 y 12,5% respectivamente, lo que indica que
los efectos de las presiones se atenúan en las capas más profundas, ya que el suelo presenta
mayor resistencia mecánica; sin embargo, esta reducción modifica las relaciones hídricas en el
suelo, y puede tener efecto sobre los potenciales hidráulicos e incluso, generar flujos
preferenciales.
Hay un efecto sobre la cantidad de agua que el suelo esta capacitado para entregar a las plantas
a través de la porosidad de agua útil, una vez mas el efecto debería ser mas negativo en el
Palehumult, por su bajo porcentaje de poros de agua útil.
8 100
1,4
7 90
Reducción ( % )
80
6
70
K (m/día)
5 K st (m/día)
60
4 50 K ct (m/día)
23,0 40
3
73,5 54,3 30 Reducción ( % )
2 28,1
61,4 54,1 20
1 30,8
18,2 78,9 10
0 0
0 – 15 15 – 0 – 15 15 – 0 – 15 15 – 0 – 15 15 – 0 – 15 15 –
30 30 30 30 30
Invierno Verano Invierno Verano Invierno
Palehumult Hapludand Udivitrand
Figura 3. Conductividad Hidráulica en fase saturada, y su variación por efecto del tránsito.
42
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
Durante el invierno, cuando el Hapludand está parcialmente saturado, las isobaras de tensión
profundizan más que en las otras estaciones. Las líneas tienden a concentrarse alrededor de un
eje vertical, mientras que en el verano, las tensiones se disipan sobre un eje horizontal y la
penetración es menor. En la superficie se generan altas presiones pero el suelo tiene mayor
estabilidad mecánica que en el invierno (Cuadro 2), y no se transmiten en las capas más
profundas En la primera capa, que presenta un alto contenido de humedad, aumenta la interfase
suelo-rueda, la presión es soportada por un mayor volumen de suelo, las presiones serán altas y
las líneas tiendan a concentrarse en el eje vertical y profundizar más.
43
Palehumult Invierno.
Palehumult Verano.
0.0 0.0
P rofundidad (z/a )
-1.0 -1.0
E3 C.S. = 97,50
-1.5 -1.5
E4 C.S. = 106,08
-2.0 -2.0
-2.5 -2.5
-2.0 -1.5 -1.0 -0.5 0.0 0.5 1.0 1.5 2.0 -2.0 -1.5 -1.0 -0.5 0.0 0.5 1.0 1.5 2.0
Posición horizontal respecto al centro de carga (x/a) Posición horizontal respecto al centro de carga (x/a)
-0.5
E3 E3
C.S.= 140.9 C.S.= 92.3
-1.0 -1.0
E4
-1.5 -1.5
-2.0 -2.0
-2.5 -2.5
-2.5 -2.0 -1.5 -1.0 -0.5 0.0 0.5 1.0 1.5 2.0 2.5 -2.5 -2.0 -1.5 -1.0 -0.5 0.0 0.5 1.0 1.5 2.0 2.5
Posición horizontal respecto al centro de carga (x/a) Posición horizontal respecto al centro de carga (x/a)
En esta condición, la isobara de 0,8 σ0 (52,41 kPa) llega sólo a una profundidad de 0,62 x/a
(16,74 cm), no se produce un ahuellamiento del suelo, como ocurre en condiciones de mayor
humedad, ya que la capacidad de soporte y cohesión interna del suelo es lo suficientemente alta
(140 kPa y 62,64 kPa, respectivamente), como para soportar las presiones ejercidas por el peso
del tractor.
En el Udivitrand (figura 1) la isobara de 0.80 σ0 (37 kPa) penetra hasta 1.15 z/a (36 cm) en el
suelo y a 0.66 z/a (21 cm) disipa la isobara de 2.4 σ0 (110 kPa). En el centro de la huella, a una
profundidad de 0.67 z/a (21cm) la tensión supera los 129 kPa. El ancho de huella a 0.67 z/a (21
cm) de profundidad donde la tensión es igual o superior a 0.4 σ0 (18 kPa) alcanza los 25 cm. En
la capa superficial las isobaras de tensión se orientan sobre un eje vertical, debido a la menor
capacidad de soporte del suelo, respecto a la carga aplicada, lo que significa un asentamiento del
suelo hasta los 19 cm; en cambio en la segunda capa (19 - 27cm) las isobaras se distribuyen
sobre un eje más horizontal. El cambio en la orientación de las isolíneas de tensión coincide con
el incremento en la capacidad de soporte del suelo. En la tercera capa (27 - 47 cm) se observa
una variación hacia la verticalidad de las isolíneas de tensión, coincidentemente con una
disminución en la capacidad de soporte. Las isobaras de tensión no penetran hasta la capa
cuatro (47 - 59 cm). A esta profundidad se encuentra una capa de gravilla y la capacidad de
soporte es cercana a los 142 kPa, suficiente para soportar la carga que esta disipada y por tanto
disminuida en las capas más profundas.
44
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
CONCLUSIONES
REFERENCIAS
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45
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
INTRODUCCIÓN
Venezuela posee grandes recursos hídricos, no obstante, se han construido 96 embalses para
satisfacer las demandas de agua porque el 80% de la población se ubica donde se dispone
apenas del 20 % de lesos recursos hídricos. Pese a este esfuerzo, en algunos años se han
tenido serios problemas con la disponibilidad de agua. Este desequilibrio entre la oferta y la
demanda se denomina sequía. Cuando el déficit de agua es producto de una disminución en las
lluvias comparada con el registro histórico se denomina sequía meteorológica. El término sequía
también admite otras acepciones. En función del espacio geográfico o de la actividad económica
afectada se habla así de sequía agrícola, hidrológica o socioeconómica (algunas veces reportada
como sequía social o urbana), en relación con las dificultades suscitadas en cada uno de estos
sectores por una menor disponibilidad de agua (Wilhite y Glantz 1985). Generalmente un evento
de sequía meteorológica, provoca una disminución en la oferta de agua superficial y
subsuperficial: caudal, niveles de lagos y embalses, agua subterránea y es esto lo que muchos
denominan sequía hidrológica (Dracup et al. 1980; Kleme 1987). La frecuencia y severidad de la
sequía hidrológica son usualmente definidas a escala de cuenca o cuerpo de agua. Aunque por
lo general las sequías se originan por una deficiencia de precipitación, a los hidrólogos lo que les
concierne es ¿cómo esta deficiencia afecta al sistema hidrológico?. Por otra parte en el ámbito
agrícola interesa cómo la disminución en la disponibilidad de agua, puede afectar los cultivos, se
considera sequía agrícola cuando la cantidad y distribución de las lluvias, los recursos hídricos
superficiales y subsuperficiales, las reservas de agua del suelo y las pérdidas por evaporación se
combinan de tal forma que el rendimiento de los cultivos y cría de animales disminuye
notablemente. Caracterizar la sequía debe comenzar por realizar estudios de la sequía
meteorológica.
En el presente trabajo exploratorio se caracteriza la sequía meteorológica en Venezuela
utilizando valores mensuales de precipitación para calcular el Índice de Precipitación
Estandarizada (SPI) y Deciles (ID), para ambos índices, se determinaron los umbrales de
precipitación correspondientes a una situación de sequía y la severidad de la misma sobre la
base de su cobertura espacial. Como un indicador del impacto de los índices sobre la
disponibilidad de agua, se relacionó el nivel del embalse Camatagua con el valor de los índices
de sequía de tres de las estaciones meteorológicas de más largo registro ubicadas en la cuenca
del Río Guárico.
Índices de sequía
Índice de Precipitación Estandarizada SPI
El SPI es un índice de cuánto se desvía la precipitación actual con respecto al promedio de largo
registro, para la escala de tiempo decidida. Para ello, los registros son ajustados a una
distribución de probabilidad gamma y luego se obtiene el valor que tendría la misma probabilidad
en una distribución normal de media cero y varianza uno, estos valores corresponden al SPI
(Edwards y Mckee 1997).
La distribución gamma es definida por su función de densidad de probabilidad
x
−
1
g( x) = α xα −1 e β
β Γ (α ) para χ >0 (1)
Donde: β: es el parámetro de escala; α: es el parámetro de forma; Γ(α): es la función gamma de
α, y x: es el valor de precipitación.
Los parámetros α y β: de la función de densidad de probabilidad son calculados para cada
estación, escala de interés y mes del año. Según Thom (1966) las soluciones de máxima
verosimilitud pueden ser utilizadas para estimar los parámetros α y β:
1 4A (2)
α
ˆ =
1+
4A 3
47
x
βˆ = (3)
α
ˆ
H ( x) = q + (1 − q)G ( x) (6)
Donde: q: es la probabilidad de que x sea igual a cero.
Para una lámina x dada (1) la probabilidad acumulada obtenida de la distribución gamma (2) es
transformada a los valores equivalentes de una variable aleatoria normal estandarizada Z de
media cero y varianza uno (3), esta variable es el SPI (ver ejemplo en figura 1).
Ajuste Enero
1.2 1,2
Estimada Real
1 1
0.8 0,8
Prob. Acum
0.6 0,6
0.4 0,4
0.2 0,2
0 0
-4,0 -3,0 -2,0 -1,0 0,0 1,0 2,0 3,0 4,0
0
250 100 150 200
Prec
SPI
1
Figura 1. Ejemplo de transformación de una distribución gamma ajustada a una distribución normal
estandarizada
Cada uno de los valores del SPI se puede asignar a las categorías correspondiente definidas en
el cuadro 1.
Deciles
Este índice, desarrollado por Gibbs y Maher (1967), se basa en las medidas estadísticas
denominadas cuantiles. En general el valor de una serie climatológica que es menor que un
porcentaje f de los valores de la serie y mayor que un porcentaje (100-f) de dichos valores
constituye el cuantil f de la serie. El primer decil es la lámina de precipitación por debajo de la
cual se encuentran el 10% de los casos. El segundo decil es el valor de precipitación por debajo
del cual se encuentra el 20% y así sucesivamente hasta el décimo decil, por debajo del cual se
encuentra el 90% de los datos. Los deciles se encuentran agrupados en cinco clases que permite
determinar períodos secos y húmedos (Cuadro 1).
Cuadro 1. Clasificación de períodos de acuerdo al valor del SPI y los Deciles
1.5 a 1.99 Muy húmedo 1-2 el 20% más bajo Muy por debajo de lo normal
1.0 a 1.49 Moderadamente húmedo 3-4 20% cerca del más bajo Por debajo de lo normal
-0.99 a 0.99 Cerca de lo normal 5-6 20% del medio Cerca de lo normal
-1 a -1.49 Moderadamente seco 7-8 20% cerca del más alto Por encima de lo normal
-1.5 a –1.99 Severamente seco 9-10 20% más alto Muy por encima de lo normal
48
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
MATERIALES Y MÉTODOS
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
49
Umbral Deciles Enero Umbral Deciles Marzo
Umbral Deciles Febrero UmbralDecilesJulio Umbral Deciles Agosto Umbral Deciles Septiembre
12.00 12.00
12.00 12.00 12.00 12.00
10.00
10.00
10.00
10.00 10.00 10.00
490mm
490 mm
440mm
390mm
8.00
8.00 8.00 8.00 8.00 8.00
340mm
440 mm
290mm
190mm
390 mm
140mm
4.00
4.00 4.00 4.00 4.00 4.00
90mm
2.00
2.00 2.00 2.00 2.00 2.00
40mm
340 mm
0.00
-74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.000.00
-74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00
0.00
-60.00-74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00
0.00
-74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00
0.00
-60.00-74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00
0.00
-60.00 -74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00
290 mm
Umbral Deciles Abril Umbral Deciles Mayo UmbralDecilesjunio UmbralDecilesOctubre Umbral Deciles Noviembre Umbral Deciles Diciembre
12.00 12.00
240 mm
12.00 12.00 12.00 12.00
90 mm
4.00 4.00
4.00 4.00 4.00
4.00
2.00 2.00
2.00 2.00 2.00
40 mm
2.00
0.00 0.00
-74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00 -74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.000.00 0.00 0.00
-74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00 -74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00-74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 0.00
-60.00
-74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00
490 mm
8.00 8.00 8.00 8.00 8.00 8.00
190 mm
10.00 10.00 10.00 10.00 10.00
10.00
8.00
8.00 8.00 8.00
8.00 8.00 140 mm
0.00 0.00
0.00 0.00 0.00 0.00
-74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00 -74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00 -74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00 -74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00 -74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00 -74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00
dic
nov
oct
sep
ago
jul
jun
may
abr
mar
feb
ene
1950
1951
1952
1953
1954
1955
1956
1957
1958
1959
1960
1961
1962
1963
1964
1965
1966
1967
1968
1969
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
dic
nov
oct
sep
ago
jul
jun
may
abr
mar
feb
ene
1950
1951
1952
1953
1954
1955
1956
1957
1958
1959
1960
1961
1962
1963
1964
1965
1966
1967
1968
1969
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
50
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
Figura 6. Porcentaje del total de estaciones con lluvias clasificadas en el primero y segundo decil
dic
nov
oct
sep
ago
b jul
jun
may
abr
mar
feb
ene
1950
1951
1952
1953
1954
1955
1956
1957
1958
1959
1960
1961
1962
1963
1964
1965
1966
1967
1968
1969
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
0,00-15,00 15,00-30,00 30,00-45,00 45,00-60,00 60,00-75,00 75,00-90,00
Figura 7. Porcentaje del total estaciones con lluvias clasificadas en el tercero y cuarto decil
El análisis espacial de la sequía muestra que con ambos índices, el año con eventos de sequía
más extendida y más severa es el año 1974 (SPI = –2 en un 14 % de las estaciones y
precipitaciones en el decil 1-2 en un 85% de las estaciones). La figura 8 muestra el valor del
índice SPI entre los meses de abril y agosto de 1974 pudiéndose observar que el evento de
sequía de gran extensión espacial, sólo abarcó los meses de mayo y junio de 1974, para el resto
de los meses se presentó un valor de SPI en la clasificación “cerca de lo normal” en casi todo el
país. SPI Mes Abril 1974 SPI Mes May 1974 SPI Mes Junio 1974
0.00 0.00
-74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00 0.00
-74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00 -74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00
12.00 12.00
3.6 3.6
10.00 10.00
2.0 2.0
1.0 1.0
6.00 6.00
-1.0 -1.0
-1.5 -1.5
4.00 4.00
-2.0 -2.0
0.00 0.00
-74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00 -74.00 -72.00 -70.00 -68.00 -66.00 -64.00 -62.00 -60.00
Se obtuvieron bajos coeficientes de correlación entre el nivel del Embalse Camatagua y el SPI de
las estaciones (cuadro 2). La mayor correlación (0.3403) se obtuvo con el SPI de la estación
Camatagua y el nivel del embalse tres meses después. Dado lo bajo del coeficiente de
correlación para datos mensuales de precipitación se plantea la necesidad de realizar un estudio
similar pero con períodos de agrupación más largos (trimestrales, semestrales etc.)
51
Cuadro 2. Coeficientes de correlación entre el nivel del embalse y el SPI para diferentes tiempos de retardo
SPI
Tiempo de
Retardo Camatagua San
(Meses) San Sebastián
Juan
CONCLUSIONES
REFERENCIAS
Dracup J. A.; Lee K. S.; Paulson E. G., Jr. 1980. On the Definition of Droughts. Water
Resources Research (USA) 16 (2):297-302p.
Edwards D. C.; T. B. McKee. 1997. Characteristics of 20th Century drought in the United States
at multiple time scales. Climatology Report Number 97-2, Colorado State University, Fort
Collins, Colorado.
Gibbs W. J.; J. V. Maher. 1967. Rainfall deciles as drought indicators. Bureau of Meteorology
Bulletin, No. 48, Commonwealth of Australia, Melbourne.
Kleme V. 1987. Drought prediction: A hydrological perspective, in Wilhite, D. and Easterling W.,
Planning for drought: Toward a Reduction of Societal Vulnerability, Boulder, Colo.: Westview
Press, pp 81-94.
Martelo, M. T. 2002. Influencia de las variables macroclimàticas en el clima de Venezuela.
Trabajo de Ascenso. Facultad de Agronomía, Universidad Central de Venezuela. Maracay,
Venezuela.
McKee T. B.; N. J. Doesken; J. Kleist. 1993. The relationship of drought frequency and duration
to time scales. Preprints, 8th Conference on Applied Climatology, 17-22 January, Anaheim,
CA, pp. 179-184.
Wilhite D. A.; M. H. Glantz. 1985. Understanding the drought phenomenon: the role of
definitions. Water International, 10(3):111-120.
52
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
INTRODUCCIÓN
La precipitación, al igual que otras variables climáticas, puede considerarse como un proceso
espacio-temporal ya que exhibe aspectos aleatorios tanto en el tiempo como en el espacio y cuya
estructura de variabilidad pueden explorarse mediante técnicas estadísticas apropiadas (Pradere,
1999). En las variables climáticas es común observar que los mecanismos de variación operan a
diferentes escalas espaciales y temporales (Sánchez, 1999). Uno de los principales factores a
considerar en este problema es la evolución de la precipitación y el posible impacto que la
variabilidad climática tenga sobre la misma (Capó et al., 1999). Por tanto, la variabilidad
constituye un parámetro descriptivo de las series de observación, al mismo nivel que los
parámetros de tendencia central (Galán et al., 1999), donde las series de datos de precipitación
son periódicas y estadísticamente independientes (Fernández y Montt, 2001).
El comportamiento temporal de la variabilidad puede tener implicaciones socio-económicas para
muchas zonas pobladas del mundo que se encuentran en regiones semiáridas, donde el déficit
de agua y la sequía prolongada obliga a un manejo inadecuado de los recursos por parte de los
pobladores de la zona. Entre las causas que podrían acentuar los efectos de la sequía se
encuentran: el deterioro progresivo del suelo, representado básicamente por la reducción de la
cobertura vegetal y la intensa explotación de los recursos naturales.
En la Depresión de Carora, municipio Torres, estado Lara, Venezuela, las precipitaciones son
erráticas y una evaporación bastante alta, lo que causa un desbalance hídrico marcado durante
todo el año. El objetivo de este trabajo es analizar la distribución de la precipitación y verificar la
periodicidad o ciclos estadísticamente significativos con registros cronológicos de precipitaciones
anuales y mensuales, en el lapso 1965-1996 a través de series temporales.
MATERIALES Y MÉTODOS
Descripción del área de estudio: El sector de estudio es conocido como "La Otra Banda"; se
encuentra ubicado a 10º 02' /10º 28' N y a 70º 00' / 70º 29' 42" O. Limita por el norte: con las
divisorias de aguas de la Serranía de Baragua (flanco sur); oeste y sur: márgenes izquierdas de
los ríos Diquiva y Morere; este: Quebrada La Tetona, abarcando aproximadamente unos 1.825
2
km . Las alturas de la región son variables; en las cumbres de la Serranía de Baragua 1.250
m.s.n.m. (Cerro Valla); 560 m.s.n.m. en el piedemonte y 400 m.s.n.m. en las márgenes del Río
Morere cerca de Aregue. Las formaciones vegetales predominantes en La Otra Banda son las de
bosque espinoso premontano en la parte montañosa y bosque espinoso tropical en la
depresional, ambas formaciones vegetales en transición con el bosque muy seco tropical. Este
tipo de vegetación ofrece poca o ninguna protección contra los impactos de las gotas de lluvia,
por lo que generalmente se forman costras en el suelo lo que dificulta la infiltración, favorece el
escurrimiento superficial y por ende la erosión hídrica, la cual en la parte media y baja de La Otra
Banda reviste características catastróficas. Se observan paisajes de Badlands (tierras malas) y
erosión completa de los horizontes superficiales, en este último caso, la compactación del suelo,
la poca aireación, la cantidad de sales presentes en solución, condicionan un ambiente donde el
suelo prácticamente se presenta desnudo. La precipitación media anual en Carora, es de 707
mm, si se compara con otras localidades venezolanas tales como, Calabozo o Barinas, las
cuales presentan montos anuales de 1.254 mm y 1.624 mm, respectivamente, se observa que
los montos anuales de precipitación en el sector de estudio son bajos, caracterizado por tener un
clima que de acuerdo con la clasificación climática de Thornthwaite es un DdA´ a´, semiárido con
poco o ningún exceso de agua megatérmico o cálido. Los montos bajos de precipitación (707
53
mm/año) unida a los altos valores de temperatura (28ºC) y evaporación de (2000 mm/año)
determina en la zona una marcada característica de semiaridez. (Toledo, 1997).
Las series de precipitaciones mensuales y anuales correspondientes a las cuatro estaciones
pluviométricas ubicadas en la Depresión de Carora, aparecen en el cuadro 1. El período de
observación analizado fue de 32 años, (1965-1996).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
El año pluviométrico comienza frecuentemente en diciembre, con la primera estación seca que se
extiende hasta marzo o abril; los valores medios están comprendidos entre 80 y 140 mm.,
representando un 11% en Pedernales a 24% en Carora Granja. Después de abril o mayo,
comienza la primera estación lluviosa. Se observa, un descenso de la amplitud de la oscilación
entre 10 a 12% con valores medios entre 60 a 77 mm en Carora Granja y Altagracia
respectivamente. A partir de junio hasta agosto, se ubica la segunda estación seca, con una
amplitud de oscilación es descenso similar a la primera, siendo los valores medios algo
diferentes. La segunda estación lluviosa, desde septiembre hasta noviembre, presenta una
amplitud de oscilación entre 48 a 62% del total del año pluviométrico, con valores medios entre
339 a 462 mm para Burere y Pedernales, respectivamente, lo que representa el aporte de lluvia
considerable para la zona.
54
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
120
200
180 100
160
140 80
120
100 60
80
40
60
40 20
20
0 0
En Feb Mar Abr My Jn Jl Ag Sep Oct Nov Dic En FebMar Abr My Jn Jl Ag SepOctNov Dic
Los Pedernales Carora Granja
160 160
140 140
120 120
100 100
80 80
60 60
40 40
20 20
0 0
En Feb Mar Abr My Jn Jl Ag Sep Oct Nov Dic En FebMar Abr My Jn Jl Ag SepOctNov Dic
Altagracia Burere
La curva de las medias móviles (Figura 2), registran valores más bajos entre los años 1975-78 y
1982-85, con un descenso constante a finales de los años noventa en forma mantenida. Aún
cuando la recta de tendencia carece de significación estadística, muestra una pendiente
descendente en todos los casos.
55
Precipitación anual 1500
(mm) y = -4.9892x + 830.19
1000
500
0
1
10
13
16
19
22
25
28
31
Años
Los Pedernales
Precipitación anual
1500
y = -10.76x + 890.06
(mm)
1000
500
0
1
10
13
16
19
22
25
28
31
Años
Burere
Precipitación anual
1200
y = -5.6213x + 729.73
1000
800
(mm)
600
400
200
0
1 3 5 7 9 11 13 15 17 19 21 23 25 27 29 31
Altagracia Años
Precipitación anual
1500
y = -18,443x + 879,61
(mm)
1000
500
0
1
10
13
16
19
22
25
28
31
Años
Carora Granja
56
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
,5 ,5
Coeficientes
Coeficientes
0,0 0,0
-,5 -,5
Límites de confianza Límites de confianza
Nº de retardos Nº de retardos
Altagracia
1,0
Carora Granja
1,0
,5
,5
Coeficientes
Coeficientes
0,0
0,0
-,5
Límites de confianza -,5
Límites de confianza
-1,0 Coeficiente
-1,0 Coeficiente
1 3 5 7 9 11 13 15
1 3 5 7 9 11 13 15
2 4 6 8 10 12 14 16
2 4 6 8 10 12 14 16
Nº de retardos
Nº de retardos
Figura 3. Autocorrelogramas
CONCLUSIONES
57
REFERENCIAS
58
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
Eleonora Carol.
Instituto Nacional del Agua (INA)
Centro de Tecnología de Recursos Minerales y Cerámica (CETMIC) Cno. Centenario y 506, M. B. Gonnet,
C.C. 49 (B1897ZCA) eleocarol@yahoo.com.ar
INTRODUCCIÓN
59
Ri
Escobar o
Pa
ra Tigre
ná
n o
Pilar S a and
Ma rn
Lujan Ar g en lv. Fe
tin as San Isidro
José C. te
el en
Rí
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M
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Hu
La
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R ío
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Capital
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P
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Itu za
la
Moreno Federal
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Río R Merlo ac nu
a
Mercedes Ri s
a o s
n z Rí ma Quilmes
a ta L o d e ra
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E . Ec
Marcos Paz M m
Za
a
La Berazategui
nz
ata
h eve r
Alte.
Brown
M
F. Varela
Rí o
ría
Ezeiza
Las Heras
Pte.Perón
San Vicente
Cañuelas
Buenos
Aires
0 10 Km
MATERIALES Y MÉTODOS
Los datos hidroquímicos analizados fueron aportados por el Instituto Nacional del Agua. Los
mismos se integraron en un sistema de información hidrogeológica discriminando por acuífero
(Pampeano y Puelches), utilizando para tal fin la información de perfiles de perforación.
La base de datos químicos creada para el acuífero Puelches cuenta con 8000 datos de aniones
(incluyendo nitratos) y cationes mayoritarios, situados entre los años 1996 y 2002, con una media
de cinco datos por año para un mismo pozo. Estos fueron tratados estadísticamente para reducir
el número de datos y dar un valor medio anual a cada parámetro en cada pozo. Para el acuífero
Pampeano la base de datos creada cuenta con 300 datos de aniones mayoritarios situados entre
1990 y 2002.
Primeramente se realizó una caracterización y clasificación hidroquímica regional de cada
acuífero, utilizando para esto, los valores estadísticos obtenidos y los diagramas de clasificación
de aguas según Piper (acuífero Puelches) y ternario (acuífero Pampeano).
Con los datos de concentraciones de nitratos procesados para el acuífero Puelches entre el
periodo 1996 a 2002 se procedió a la realización de mapas de isocontenidos para los años 1996,
1999 y 2002. Cabe aclarar que la densidad de pozos con datos de nitratos está muy sectorizada,
por cuanto los resultados de su interpretación se limitarán a esas áreas.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
60
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
superficie o a la intrusión salina que afecta al acuífero en el área ribereña y sectores cercanos a
los valles inferiores de los ríos (Hernández, 1978). El contenido salino promedio expresado en
-1
sólidos totales disueltos (STD) es de 1323 mg.l . Los valores medios obtenidos para los aniones
-1 - -1 - -1 =
son 435 mg.l de HCO3 , 274 mg.l de Cl y 214 mg.l de SO4 .
Tipo
bicarbonatado
CO3H-Cl CO3H-SO4
Cl SO4
CO3H CO3 H
Cl SO4
Tipo SO4 CL
Tipo
clorurado sulfatad o
Las aguas del acuífero Puelches son mayormente de bajo contenido salino con STD promedio de
-1
828 mg.l . De acuerdo con el diagrama de Piper (1944) clasifican según la proporción relativa de
sus componentes iónicos mayoritarios como bicarbonatadas sódico cálcicas (Figura 3).
En menor proporción se encuentran aguas de tipo clorurado sódicas, localizadas en el sector
este, relacionadas a sedimentos de origen marino en superficie o a intrusión salina.
Sulfatadas y/o
cloruradas cálcicas
y/o magnésicas
61
A - Mapa de isocontenido de nitratos
Acuífero Puelches 1996
6 180000
6 160000
6 140000
6 120000
REFERENCIAS
6 100000
80 Curva isocontenido nitratos
0 5 10 Km.
5520000 5540000 5560000 5580000 5600000 5620000 5640000 5660000 5680000
620000 0
618000 0
616000 0
614000 0
612000 0
REFERENCIAS
80 Curva isocontenido nitratos
610000 0
0 5 10 Km.
5520000 5540000 5560000 5580000 5600000 5620000 5640000 5660000 5680000
Figura 4: Mapa de isocontenido de nitratos para los años 1996 (A) y 1999 (B)
62
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
618 0000
616 0000
614 0000
612 0000
REFERENCIAS
610 0000
80 Curva isocontenido nitratos
0 5 10 Km.
5520000 5540000 5560000 5580000 5600000 5620000 5640000 5660000 5680000
-1 -1
La media de nitratos para el año 1996 es de 74,12 mg.l , con mínimos de 0,9 mg.l y máximos
-1 -1
de 168 mg.l , con el 21% de los datos por debajo de 45 mg.l (límite propuesto por la
Organización Mundial de la Salud para la calidad del agua potable). Las mayores
concentraciones se encuentran relacionadas a las áreas de sobre explotación con desarrollo de
conos de depresión.
-1 -1
Para el año 1999 el valor medio de nitratos es de 63,8 mg.l , con mínimos de 6,6 mg.l y
-1 -1
máximos de 159,3 mg.l , con el 34 % de los pozos por debajo de 45 mg.l . La disminución en el
valor máximo, respecto a 1996, posiblemente se deba al abandono de los pozos del sector norte
de los partidos de Tres de Febrero y San Martín y al sur de los partidos de Lanus y Lomas de
Zamora.
En el año 2002 disminuye notablemente la cantidad de pozos en explotación. En el sector sur se
abandona el 70% de los pozos con concentraciones de nitratos superiores a 50 mg/l. La media
-1 -1 -1
de nitratos es de 48,4 mg.l , con mínimos de 7,73 mg.l y máximos de 113 mg.l , con el 49 % de
-1
los pozos por debajo de 45 mg.l . Las curvas describen una tendencia de concentraciones
decrecientes hacia el oeste y sur.
Cabe destacar que en todos los casos los focos de mayor concentración de nitratos están
relacionados a las áreas de mayor explotación donde se desarrollan los conos de depresión.
CONCLUSIONES
- Los resultados de los análisis químicos de los pozos estudiados en el periodo 1996 a 2002
denotan que el 68% de los mismos exceden el límite propuesto por la Organización Mundial de
la Salud respecto a las concentraciones de nitratos para consumo humano.
- Del análisis estadístico anual surge que los valores medios de nitratos son 74,12 mg/l para el
año 1996 y 48,4 mg/l para el año 2002, lo que muestra una tendencia decreciente. Sin
embargo ésta tendencia no es real debido a que los pozos muestreados no son los mismos
63
para cada año. Para lograr una apropiada evaluación en tiempo y espacio se debería trabajar
manteniendo constantes los pozos a muestrear.
- Al tratarse de un acuífero de tipo multicapa donde las tres secciones (Freático, Pampeano y
Puelches) están hidráulicamente conectadas, la explotación del más profundo repercute
bajando el nivel freático o arrastrando la depresión del mismo. Esta migración vertical
descendente traslada consigo los iones nitratos provenientes de la contaminación de las
secciones más superficiales. En consecuencia, la contaminación del acuífero Puelches podría
estar relacionada a la migración de iones nitratos desde superficie. Esto se fundamenta en el
hecho de que las mayores concentraciones de nitratos están íntimamente relacionadas a las
áreas de mayor explotación del acuífero Puelches.
REFERENCIAS
64
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
Lucía Salvo, Silvana Delgado, Fernando García Préchac, Jorge Hernández, Pablo
Amarante, Mariana Hill
Universidad de la República, Facultad de Agronomía, Departamento de Suelos y Aguas. Av. Garzón 780,
Montevideo, Uruguay. lsalvo@fagro.edu.uy
INTRODUCCIÓN
La plantación de bosques artificiales es una de las actividades que ha tenido más impulso en el
Uruguay durante los últimos años. Actualmente, ocupan casi 661 mil hectáreas, superficie tres
veces y media mayor a la que ocupaban en el año 1990 (Censo General Agropecuario, 2000).
Este gran crecimiento se explica por la aprobación de la Ley de Promoción Forestal Nº 15.939,
en el año 1987. La misma procuró un ordenamiento a nivel territorial, compatibilizando la mejor
aptitud forestal, con la menor interferencia frente actividades agrícolas y pecuarias, típicas en el
Uruguay (MGAP, 2000).
El rubro se ha concentrado en explotaciones de escala importante, con alto grado de
especialización en la actividad forestal, las cuales, a su vez, se concentran en 5 departamentos
de los 19 en que está dividido administrativamente el país (DIEA, 2000).
El rápido crecimiento y concentración de la actividad y por ende, el cambio en el uso del suelo,
generó polémica en cuanto a posibles efectos ambientales de las plantaciones comerciales de
Eucalyptus. Uno de los que más preocupa, es el cambio en el régimen hídrico de las cuencas. El
único estudio en cuencas apareadas, en marcha en Uruguay, está indicando alrededor de 50 %
menos de escurrimiento superficial bajo forestación que bajo pasturas (Durán et al., 2000).
Desde 2001, el grupo de Manejo y Conservación de Suelos de la Facultad de Agronomía,
desarrolla un estudio de “Monitoreo de los efectos sobre el suelo de las plantaciones de
Eucalyptus y pinos y de la intensidad de laboreo para realizarlas". Dentro de este, una de las
determinaciones es el contenido de agua en el suelo, con el objetivo de comparar la evolución
del almacenaje de agua hasta 1,2 m de profundidad. Este trabajo presentará dicha evolución
desde 2001 al 2003, en un Typic Hapludult, bajo una plantación de Eucalyptus grandis realizada
en 1998, comparada con la que ocurrió en el mismo suelo bajo la pastura original.
MATERIALES Y MÉTODOS
65
funciones de calibración correspondientes a las siguientes profundidades, de 0 a 20, 20 a 40, 40
a 60 y 60 a 120 cm.
El análisis estadístico del almacenaje de agua en el suelo, se realizó para cada fecha de
determinación y además, se analizó el almacenaje promedio por estación, desde el verano del
2001 hasta el otoño del 2003. En este trabajo se presentan solamente estos últimos datos.
La toma de muestras no disturbadas para la obtención de las curvas características de retención
de agua se sacaron a fines del año 2001. En el suelo forestado, el muestreo se hizo en las
hileras de plantación. Se tomaron 3 muestras por unidad experimental a cada una de las
siguientes profundidades: la parte superior del horizonte A (5-10 cm), a l parte inferior del
horizonte A (25-30 cm) y la parte superior del horizonte B (65-70 cm). Las mismas fueron
acondicionadas en el laboratorio y posteriormente, con un extractor de presión, se les determinó
el contenido volumétrico de agua en equilibrio con 0,1; 0,3; 1 y 3 atmósferas (Klute, 1986). El
análisis estadístico se hizo sobre el promedio de las 3 muestras tomadas por unidad
experimental-profundidad de muestreo.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En la figura 1 se muestra la evolución estacional del almacenaje de agua hasta 1,20 m de
profundidad. El suelo bajo Eucalyptus siempre presentó menor contenido de agua que bajo
pastura, siendo las diferencias significativas para la mayoría de las estaciones estudiadas. En
verano, dada la alta evapotranspiración existente, disminuye el contenido de agua del suelo para
ambos usos, pero los árboles estarían realizando una mayor extracción como consecuencia de
su mayor y más profundo sistema radicular. Sin embargo, llaman la atención las diferencias
encontradas en el invierno. En dicha estación, tanto la pastura como la plantación, tienen muy
baja evapotranspiración real por la baja radiación; y siendo la precipitación uniforme durante todo
el año, debiera esperarse que el suelo estuviera a máxima capacidad de retener agua
(Capacidad de Campo) bajo los dos usos comparados. Más aún cuando se sabe que el
escurrimiento superficial es menor bajo Eucalyptus (Durán et al., 2001).
400
Cc suelo bajo past.= 376 mm H2O/120 cm
380
mm de agua hasta 120 cm de profundidad
Past. Monte
**** ∝ < 0.05 *** 0.05 < ∝ > 0.10 ** 0.10 < ∝ > 0.15 * 0.15<∝>0.20
Past.: suelo bajo pastura original; Monte : suelo bajo monte de Eucalyptus; Cc: capacidad de campo.
Figura 1. Evolución estacional del contenido de agua del suelo hasta 120 cm de profundidad.
66
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
HV % 27-Ago-01 HV % HV % 30-Mar-01 HV %
0 10 20 30 40 50 0 10 20 30 40 50
0 0
20 20
PROFUNDIDAD
PROFUNDIDAD
40 40
60 60
80 80
100 100
120 120
HV % 16-Jul-02 HV % HV % 26-Feb-02 HV %
0 10 20 30 40 50 0 10 20 30 40 50
0 0
20 20
PROFUNDIDAD
40
PROFUNDIDAD
40
60
60
80
80
100
100
120
120
Past. Monte
Past. Monte
Past.: suelo bajo pastura original; Monte : suelo bajo monte de Eucalyptus, % HV: Porcentaje de agua en volumen.
Una de las posibles explicaciones a las diferencias observadas en el invierno, surge de analizar
las curvas características de retención de agua (Figura 3). En estas se observa que el suelo bajo
Eucalyptus retiene menos agua a capacidad de campo (10 kPa) tanto para la profundidad de 5
cm como para el horizonte Bt. Estas diferencias, llevadas a 120 cm de profundidad, hacen una
diferencia de 16 mm de menor retención de agua a capacidad de campo bajo Eucalyptus, valor
que es aproximadamente del orden de la diferencia determinada en el campo al final del período
de recarga invernal (Figura 1). También, es en el horizonte B, que ocupa la mitad de la
profundidad estudiada, donde la diferencia de retención a 10 kPa es mayor, y donde aparecen
las mayores diferencias de contenido de agua en el perfil durante el invierno. En investigaciones
previas (Pérez Bidegain et al., 2001a y 2001b), ya había sido observada una menor retención de
agua en los primeros 5 cm de suelo bajo Eucalyptus comparado con suelo bajo pastura, donde
de ocho suelos estudiados, seis presentaron dicho comportamiento (α<0.05). Resultados
similares se reportan en Sudáfrica para el horizonte A (Musto, 1993) y el autor lo atribuye a
diferencias en la distribución del tamaño de los poros y a la hidrofobicidad provocada por algunos
compuestos orgánicos, producto de la descomposición de restos de Eucalyptus. Doerr et al.
(1996 y 2000), mencionan que las plantas más comúnmente asociadas con la repelencia de agua
son los árboles perennes, en particular aquellos que tienen una considerable cantidad de resinas,
ceras o aceites aromáticos como los Eucalyptus y los Pinus.
67
3.5 3.5
3 3
2.5 2.5
1.5 1.5
5 cm 25 cm
1
1
****
0.5
0.5
* **
** *** 0 ****
0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50
% HV
% HV
CN B fila B
CN 5cm fila 5 cm CN 25 cm fila 25 cm
**** ∝ < 0.05 *** 0.05 < ∝ > 0.10 ** 0.10 < ∝ > 0.15 * 0.15<∝>0.20
% HV: Porcentaje de agua en volumen, CN: suelo bajo pastura original, fila: suelo bajo monte de Eucalyptus,
correspondiente a la fila de plantación.
CONCLUSIONES
- El suelo bajo Eucalyptus siempre tuvo menor contenido de agua que el suelo bajo pastura.
Esto era de esperar durante los veranos, dadas la magnitud y profundidad del sistema radicular
de los Eucalyptus, en comparación con el de la pastura, que permite a los primeros tener
mayor evapotranspiración real. Sin embargo, llama la atención que se generen diferencias en
invierno (período de recarga de agua del suelo), donde la demanda atmosférica es muy baja,
se mantienen las precipitaciones y según otros resultados, el escurrimiento superficial es
menor bajo Eucalyptus, por lo que se esperaría que el suelo estuviera con su máxima
capacidad de retención de agua (Capacidad de Campo) bajo ambos usos.
- La capacidad de campo estimada (retención a 10 kPa) para los 120 cm del suelo bajo
Eucalyptus fue menor que para el suelo bajo pastura, debido principalmente a la diferente
retención en el horizonte Bt. Esta menor capacidad de retención de agua, podría ser una
explicación a las diferencias en contenido de agua encontradas en el campo en los inviernos
estudiados.
- Menor retención de agua en el suelo y menor escurrimiento superficial significarían mayor
drenaje profundo y recarga de acuíferos en el período invernal bajo Eucalyptus. Sería muy
importante confirmar esta hipótesis con estudios hidrológicos, en lo posible, en cuencas
experimentales.
- El proyecto de investigación del cual surgen estos resultados, aún no ha finalizado, por lo que
se recogerá información de evolución del contenido de agua estacional durante más años.
68
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
REFERENCIAS
69
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
INTRODUCCIÓN
En Flandes, Bélgica, la erosión hídrica ha traído como consecuencia problemas
econonómicamente dañinos. La pérdida de suelos en las partes onduladas de las cuencas, ha
generado problemas de sedimentación en las zonas aguas abajo. El costo de dragar
continuamente los puertos econonómicamente importantes como el de Amberes, y el riesgo de
inundaciones frecuentes en zonas muy pobladas, justifica estudios de fondo del problema.
En este marco se entiende la importancia del uso de modelos fiables para predecir las pérdidas
de suelo. Pero no solo se necesita tener una idea general de la cantidad de lodo en las corrientes
de agua, también hace falta conocer la distribución de la intensidad de la erosión hídrica en la
cuenca.
En este sentido, se pueden utilizar los modelos para aplicar escenarios diferentes, con el fin de
buscar el escenario más eficiente para reducir la cantidad de lodo en los cuerpos de agua. Para
que sea útil la modelización de la situación, con bastante exactitud, el modelo tiene que
enfocarse en los procesos individuales.
MATERIALES Y METODOS
El modelo ‘STM-3D’
En este caso se selecciono un modelo basado en principios físicos. Sobre todo la parte
hidrológica que se compone de ecuaciones de balance de masa y de momento. Usa la teoría de
la onda cinemática (De Saint Venant, 1871) para describir el movimiento del agua en el espacio y
en el tiempo. Así se puede calcular el caudal en cada punto de la cuenca.
La producción de escorrentía superficial está calculada con el algoritmo de Green y Ampt (1991).
Esta ecuación permite calcular la infiltración acumulada en el suelo en función del tiempo. La
diferencia entre la precipitación y la infiltración es lo que se pierde por escorrentía.
Para facilitar el uso del modelo, es importante disminuir el número de parámetros necesarios. Por
tanto, es importante trabajar con funciones de pedotransferencia, que estiman parámetros
utilizando propiedades básicas del suelo. El modelo mencionado necesita la textura del suelo y el
contenido de materia orgánica para estimar una grupo de parámetros físicos, como la densidad
aparente (Manrique en Jones, 1991), la conductividad hidráulica (Campbell, 1985) y las
características de retencion de humedad del suelo (Vereecken et al., 1989).
La utilización de parámetros físicos en los cálculos, permite calibrar y validar cada parte del
modelo con mediciones. También esta manera de trabajar muestra la sensibilidad de los
parámetros usados y de las ecuaciones usadas para estimarlos.
En la segunda parte, el transporte de sedimentos por la escorrentía no es viable describir
físicamente. El comportamiento de los sedimentos en suspensión y la carga de fondo en la
escorrentía superficial, son muy variados en tiempo y espacio. Por lo tanto, no se dispone de
ecuaciones físicas que sean fácilmente aplicables en la modelización. En este modelo se decidió
aplicar la teoría de ‘stream power’, que es una variable empírica, que combina el caudal con la
pendiente para generar el ‘fuerza de la escorrentía’ (Nearing et al., 1997).
Unos de los objetivos de este estudio es la calibración de esta variable. Por lo tanto, se utilizaron
diferentes ecuaciones que vinculan la ‘fuerza de la escorrentía’ con su capacidad para transportar
suelo por unidad de ancho. Especialmente dos ecuaciones fueron comparadas, una es la de
Nearing et al. (1997) y la otra fue obtenida por mediciones durante simulaciones de lluvia en el
campo en dos parcelas de 5 m². Para buscar la ecuación adecuada para insertar en el modelo,
las dos ecuaciones son aplicadas a mediciones continuas de la escorrentía en el campo. Este
campo experimental consiste en 16 parcelas de 100 m de longitud y de 1 m de ancho, donde
continuamente se monitorea la escorrentía y la pérdida de suelo. Por cada evento de lluvia
medido se puede comparar la pérdida de suelo simulada, utilizando una de las dos ecuaciones,
con la pérdida de suelo medida. Durante el periodo 2001-2003, 92 eventos fueron utilizados para
71
este objetivo. En la figura 1 se observa la relación entre la predicción y la medición por cada
evento.
100
10
pérdida de suelo simulada (kg)
0.1
0.01
0.001
ecuación de Nearing et al.(1997)
ecuación obtenida por simulación de lluvia en campo
linea 1:1
0.0001
0.0001 0.001 0.01 0.1 1 10 100
Figura 1. Comparación entre las pérdidas de suelo simulado con dos ecuaciones y la pérdida medida
Analizando la figura 1 se evidencia que la ecuación de Nearing (1997) resulta más ajustada a las
mediciones, y por tanto, se prefiere para incorporarla en el modelo STM -3D para estimar la
pérdida de suelo máximo, basado en la escorrentía producida en el campo.
Proyecto piloto
Se puede calcular la pérdida de suelo en una cuenca, utilizando el modelo STM-3D (Biesemans,
2000). Para un proyecto piloto se seleccionó una pequeña cuenca de 271 ha. En esta cuenca el
gobierno efectúa mediciones del caudal y de la concentración y con estas se pudo calibrar el
modelo STM-3D. Esta cuenca se ubica a pocos kilómetros del campo experimental donde las
mediciones son efectuadas en las parcelas de 100 m x 1 m, anteriormente descritas.
Para este estudio se seleccionaron dos diferentes eventos de lluvia para incorporar las
diferencias en la humedad del suelo y en las características de las lluvias. En la figura 2 se
presenta la distribución de lluvia anual (mm), como promedio de 105 años, en la estación
-1 -1
meteorológica nacional de Ukkel en Bélgica, junto con la erosividad (MJ mm ha año ). Este
último parámetro es una combinación de la intensidad de la lluvia y su energía.
En esta gráfica se nota que la cantidad de lluvia durante el verano no es más alta que durante el
invierno, pero que la erosividad aumenta significativamente durante el verano. La precipitación
cae en forma de tormentas cortas, pero con muy alta intensidad. En el invierno, al contrario, las
lluvias duran varias horas, pero la intensidad no alcanza niveles altos. La razón por la que se
empiezan a formar surcos en esta temporada, se debe a que el suelo está totalmente saturado,
como efecto del mal drenaje en el perfil de suelo. En este caso, el uso de maquinas pesadas en
condiciones muy húmedas, causa compactación del suelo y como consecuencia una baja
permeabilidad.
Como se mencionó hay una gran diferencia en la humedad del suelo durante las dos situaciones:
en el invierno la humedad alcanza fácilmente 90% de la saturación; sin embargo, la humedad en
el suelo en el verano es mucho más baja. Las propiedades de los dos eventos de lluvia
utilizados, son descritas en el cuadro 1.
72
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
90 precipitación 180
80 erosividad 160
erosividad (MJ.mm/ha.año)
70 140
precipitación (mm)
60 120
50 100
40 80
30 60
20 40
10 20
0 0
ene feb mar abr may jun jul ago sep oct nov dic
Figura 2. Distribución de la precipitación (mm) y erosividad (MJ mm ha-1 año -1) en la estación
meteorológica de Ukkel, Bélgica
Cuadro 1. Características de los eventos de lluvia usados y pérdida de suelo simulada en la cuenca
Intensidad
Duración Intensidad Pérdida de suelo
Fecha -1 máxima
(h) (mm h ) -1 (Mg)
(mm h )/5min
26/12/2002 4,25 1,1 4,0 29,9
08/06/2003 0,5 17,2 33,2 98,2
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Con esta configuración se efectuaron varios cálculos. En la figura 3, la exportación de sedimento
de cada píxel de la cuenca está indicada por la lluvia del 8 de junio, en la situación sin medidas
de control de erosión. En los dos eventos de lluvia seleccionados varios escenarios fueron
investigados y comparados con la situación inicial. Primero, fue analizado el uso de franjas de
hierbas al lado de los arroyos. El efecto de la zona de hierba es una reducción drástica de la
capacidad de transporte, por el incremento de rugosidad y una disminución de la velocidad de
73
flujo superficial. Durante una lluvia la franja acumula sedimentos hasta que alcanza un máximo,
dependiente de la pendiente de la zona. En los cuadros 2 y 3 se indican las pérdidas calculadas
por el escenario de fajas de diferentes anchos al lado de los arroyos y en las parcelas que más
contribuyen a la pérdida de suelo. Una comparación con la situación inicial está calculada en
forma de porcentaje de reducción.
Figura 3. Mapa de la cuenca del arroyo ‘Mariaborre‘, con indicación de la erosión o deposición relativa para
todas las parceles agrícolas producidos por la lluvia del 8 de junio 2003
74
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
Cuadro 2. Pérdida de suelo en la cuenca piloto con aplicación de fajas de hierba al lado de los arroyos y
porcentaje de reducción comparado con la situación inicial
Cuadro 3. Pérdida de suelo en la cuenca piloto con aplicación de fajas de hierba en el 10% de las
parcelas que más contribuyen y el porcentaje de reducción comparado con la situación inicial
Otra distinción es notable entre los dos eventos de lluvia. Durante la lluvia del invierno, la
reducción del lodo de la escorrentía es más alta en comparación con el evento del verano. En el
verano, el carácter de la precipitación es torrencial, así que la concentración de la escorrentía
aumenta drásticamente en corto tiempo. La capacidad máxima de la franja de hierba se alcance
más rápida en el verano, que en el invierno. Por tanto, la exportación de sedimentos de la franja
en relación con la importación será más grande en el verano que en el invierno. Al final de la
lluvia en el verano, la efectividad de la franja en reducir la exportación de sedimentos será muy
baja, así que la escorrentía que alcanza los arroyos tendrá una concentración de sedimentos
más alta.
En el cuadro 4 se presentan los resultados de la conversión de parcelas arables en praderas,
observándose reducciones significativas en las pérdidas de suelo, ya que ha eliminado el origen
de sedimentos. Esta conversión sin embargo es una medida drástica.
Cuadro 4. Pérdida de suelo en la cuenca piloto después de la conversión del 10% y 20% de las parcelas
con alto riesgo de erosión hídrica y el porcentaje de reducción comparado con la situación inicial
CONCLUSIONES
− A partir de los resultados obtenidos se evidencia que la aplicación de modelos para obtener
información sobre las medidas aconsejables para el control de erosión hídrica puede ser una
herramienta poderosa en estudios de cuencas. El modelo usado, STM -3D, es capaz de
aproximarse a la realidad, cuando las condiciones iniciales son conocidas. Sin embargo, el uso
75
de modelos en estudios ha de ser aplicado con alta prudencia. Una calibración adecuada de
ellos es importante para tener resultados realistas.
− La aplicación de STM -3D en la pequeña cuenca del arroyo ‘Mariaborre’ señala que la
implementación de medidas en la cuenca tiene una alta importancia. Así, se muestra que la
construcción de fajas de hierba al lado de los arroyos es muy eficaz para reducir la exportación
de sedimentos a los ríos. Reducciones de hasta un 83% fueron obtenidas para lluvias
individuales de baja intensidad y hasta un 70% con tormentas, que pueden disminuir
considerablemente cuando dos lluvias importantes caen en corto plazo.
− Por otro lado, se obtiene que la instalación de fajas en 10% de las parcelas que más
contribuyen a la erosión hídrica tiene mucho menos influencia en la reducción de exportación
de sedimentos a los ríos. La erosividad de la escorrentía no está disminuida, así que puede
arrastrar de nuevo sedimentos en otros campos antes de alcanzar el río. La eficacia de esta
medida resulta reducida por este mecanismo. Por tanto, es importante tener zonas de
infiltración en la cuenca para reducir la erosividad de la escorrentía.
− La aplicación de fajas de hierba por supuesto no disminuye la producción de sedimentos. Por
tanto, puede ser necesario convertir las parcelas más erodables en pradera. Esta medida es
eficaz para reducir las zonas de producción de sedimentos, pero disminuye el área arable
drásticamente.
− Se puede concluir que la aplicación de un modelo como el STM -3D tiene muchas posibilidades
y que es factible añadir otras alternativas en la simulación, como labranza reducida, pequeñas
zonas de infiltración y otras medidas mecánicas o agronómicas (rotaciones o técnicas
adaptadas). El único requisito es tener relaciones entre escorrentía y erodabilidad por cada
medida simulada.
REFERENCIAS
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Flanders. Unpublished PhD thesis, Ghent University. 260p.
Campbell G.S., 1985. Soil physics with BASIC, Transport models for soil-plant systems. Elsevier,
Amsterdam.
De Saint Venant B. 1871. Theory of unsteady water flow, with application to river floods and to
propagation of tides in river channels. French Academy of Science, 73, p.148-154, p.237-
240.
Engman E.T. 1986. Roughness coefficients for routing surface runoff. Journal of Irrigation and
Drainage Engineering, 112(1), pp.39-59.
Green W.H.; Ampt G.A. 1991. Studies on soil physics, Part I: The flow of air and water through
soils. Journal of Agricultural Science, 4(1), p.1-24.
Manrique L. A.; Jones C. A. 1991. Bulk density of soils in relation to soil physical and chemical
properties. Soil Science Society of America Journal, 55, p.476-481.
Nearing M. A.; Norton L. D.; Bulgakov D. A.; Larionov G. A.; West L. T.; Dontsova, K. M.
1997. Hydraulics and erosion in eroding rills. Water Resources Research 33:865-876.
Schiettecatte W.; Verbist K.; Gabriels, D.; Biesemans J. 2003. Interrill erosion under
detachment and transport limited conditions. In Gabriels en Cornelis (Eds) 25 years of
assessment of erosion. Proceedings of the international symposium, Ghent, Belgium,
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Verbist K.; Schiettecatte W.; Gabriels D.; Biesemans J. 2003. Usability of rainfall simulation
experiments to assess soil erosion under natural rainfall. In Gabriels and Cornelis (Eds) 25
years of assessment of erosion. Proceedings of the international symposium, Ghent,
Belgium, pp.269-275.
Vereecken H.; Maes J.; Feyen J.; Darius P. 1989. Estimating the soil moisture retention
characteristic from texture, bulk density, and carbon content. Soil Science, 146(6), p.389-
403.
76
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
INTRODUCCIÓN
Los procesos de degradación debido a la erosión hídrica afectan prácticamente a todo el territorio
de la República Argentina, desde tierras de alto valor agrícola y ganadero de las regiones
húmedas hasta las regiones semiáridas que representan un 75 % del territorio. El grado de
deterioro actual de los suelos supera holgadamente las 25.000.000 hectáreas, incrementándose
a razón de 250.000 hectáreas por año (SAGYP Y CFA, 1995)
La erosión hídrica, de acuerdo a los mecanismos que actúen, se puede separar para su estudio
en tres procesos: erosión entre surcos, en surcos y en cárcavas (Meyer y Harmon, 1984). La
erosión en surcos o “rill erosion” resulta principalmente de la concentración de los escurrimientos,
mientras que la erosión entre surcos o “interrill erosion” es consecuencia del impacto de la gota
de lluvia en forma predominante (Meyer y Harmon 1984). La erosión entre surcos comprende dos
mecanismos: desprendimiento y transporte del material de la superficie del suelo por el impacto
de la gota de lluvia y por el movimiento horizontal de una delgada lámina superficial de agua
(Baver et. al. 1972).
La “Salpicadura” corresponde al transporte provocado por el impacto de la gota, lo cual produce
la ruptura y dispersión de los agregados de la superficie del suelo, obturando los poros
superficiales. Esto determina la formación de una delgada capa denominada “sello” que reduce la
infiltración e incrementa el escurrimiento (McIntyre, 1958).
La estabilidad de los agregados es uno de los factores que controlan la erosión entre surcos
(Young y Onstand, 1978) y esta a su vez está directamente relacionada con los mecanismos
responsables de la agregación.
El tamaño y la cantidad de partículas que son producidas en función del tiempo durante una
tormenta son importantes porque definen el grado y la extensión del sellado, y la forma en que se
rompen los agregados está en relación directa con sus factores de agregación (Rienzi y
Genovés, 1994).
Obtener mas información sobre el comportamiento de las condiciones superficiales de las camas
de siembra mas contrastantes ayudará a reconocer formas sencillas de protección y
conservación de estos suelos, identificando además eventuales focos contaminantes.
MATERIALES Y MÉTODOS
77
fracciones de diámetro medio mayores a 1mm, 0.75 mm, 0.375 mm, 0.125 mm y menores de
0.125 mm.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
300
Pérdidas (g,m-2)
200
100
0
mayor a 1mm 0.75 mm 0.375 mm 0.125 mm menor a 0.125 mm
Tamaño de partículas
Figura 1. Distribución de partículas seleccionadas por el escurrimiento (E) y la salpicadura (S) con
agregados grandes (ag) y pequeños (ap) en superficie en el Monte natural.
78
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
Siembra Directa
300
Pérdidas (g/m2)
250
200
150
100
50
0
mayor a 1mm 0.75 mm 0.375 mm 0.125 mm menor a 0.125 mm
Tamaño de particulas (mm)
Figura 2. Distribución de partículas seleccionadas por el escurrimiento (E) y la salpicadura (S) con
agregados grandes (ag) y pequeños (ap) en superficie en la situación Siembra directa.
Labranza Convencional (LCV)
Esta situación presenta uno de los menores valores de estabilidad estructural. Con agregados
pequeños en superficie se observaron las mayores pérdidas totales para el escurrimiento que
-2
superó los 460 g.m , sin embargo la salpicadura no se vio afectada, evidenciándose en estas
diferencias un efecto del tipo de agregados. En el tratamiento con agregados grandes, las
pérdidas acumuladas por escurrimiento y salpicadura alcanzan valores similares, pero sin
-2
superar los 300 g.m .
En la figura 3 se observa que selectividad de partículas menores a 0.125 mm predominó tanto en
la salpicadura como en el escurrimiento. En este tamaño se incluye a los coloides que son
potencialmente contaminantes. Diferentes autores admiten que el flujo superficial producido se
enriquece con partículas de limo y arcilla, carbono orgánico, nutrientes, pesticidas y otros
compuestos químicos asociados (Young et al., 1985; Palis et al, 1990; Wan y El Swaify, 1998).
Labranza Convencional
300
Pérdidas (g.m-2)
250
200
150
100
50
0
mayor a 1mm 0.75 mm 0.375 mm 0.125 mm menor a 0.125 mm
Tamaño de partículas
Figura 3. Distribución de partículas seleccionadas por el escurrimiento (E) y la salpicadura (S) con agregados
grandes (ag) y pequeños (ap) en superficie en la situación Labranza Convencional.
Para tratar de determinar el efecto del proceso de sellado y las consecuencias de diferentes
tamaños de agregados sobre la selectividad de partículas, se comparó el porcentaje de partículas
menores a 0.125 mm producidas antes y después del sello, en la salpicadura y el escurrimiento.
La figura 4 muestra las pérdidas de partículas del escurrimiento, donde el Monte Natural con
agregados grandes en superficie produjo pequeñas cantidades de partículas menores a 0.125
mm, mientras que no se observaron efectos con agregados pequeños.
79
En la situación Siembra directa con agregados pequeños en superficie encontramos un
incremento importante de partículas menores a 0.125 mm, determinando una mala combinación
si pensamos en el riesgo de contaminación. Con agregados grandes no hubo efectos.
En Labranza convencional se encontró una reducción en la perdida de partículas menores a
0.125 mm que podría estar explicado por la mayor extensión del sello el cual reduce la tasa de
desprendimiento.
El mayor efecto de la selectividad del escurrimiento fue producido entre sistemas de labranza, lo
cual podría deberse a la estabilidad de los agregados al agua.
% de 100
partículas Agregados Pequeños
menores
a 0.125 antes del sello
80
mm.
Agregados Pequeños
60 después del sello
40
Agregados Grandes
antes del sello
20
0 Agregados Grandes
después del sello
MN SD LVC
Figura 4. Efectos del sello sobre la selectividad de la salpicadura
Escurrimiento
% de
partículas 100
menores Agregados Pequeños
a 0.125 antes del sello
80
mm.
60 Agregados Pequeños
después del sello
40
Agregados Grandes
antes del sello
20
0 Agregados Grandes
MN SD LCV después del sello
80
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
Monte Natural
Ag. Pequeños
12 Escurrimiento
10
Enriquecimiento
Ag. Pequeños
Relación de
8 Salpicadura
6 Ag. Grandes
4 Escurrimiento
2 Ag. Grandes
0 Salpicadura
< 0,125 mm > 1 mm
Diámetro (mm)
En la situación con Labranza convencional, aunque en una magnitud distinta, también muestra
que la presencia de agregados pequeños en superficie enriquece el sedimento (Figura 7).
Labranza Convencional
Ag. Pequeños
7
Escurrimiento
6
Enriquecimiento
Relación de
5 Ag. Pequeños
4 Salpicadura
3
2 Ag. Grandes
1 Escurrimiento
0
< 0,125 mm > 1 mm Ag. Grandes
Salpicadura
Diámetro ( mm )
CONCLUSIONES
81
presentó mayores pérdidas de sedimento y seleccionó partículas menores de 0.125 mm, más
riesgosas en términos de polución ambiental.
− En cuanto a la selectividad luego de producido el sello, en el escurrimiento, el efecto mas
importante fue producido por el sistema de labranza, relacionado a la estabilidad de sus
agregados al agua. En lassalpicadura, la interacción tamaño de agregados y sello fueron mas
importantes que el sistema de labranza.
− La relación de enriquecimiento luego de formado el sello independientemente de la situación
siempre fue mayor cuando se encontraron los agregados pequeños en superficie.
REFERENCIAS
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82
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
INTRODUCCIÓN.
MATERIALES Y METODOS
Una vez generados digitalmente los mapas de riesgo de erosión potencial y actual mediante la
utilización de un Sistema de Información Geográfica y del modelo USLE, se procedió a
establecer las prioridades de atención conservacionista de las microcuencas en el área
estudiada, tomando en consideración los siguientes tres (3) criterios:
Ip = Pe.Ps.Pl (1)
Donde: Ip: Índice de prioridad de atención conservacionista, Pe: Prioridad según la erosión, Ps:
Prioridad según la superficie, Pl: Prioridad según la localización.
La prioridad según la erosión, es el promedio ponderado de los valores de erosión según el área
que ocupa en cada microcuenca:
83
a1.E´1 + a 2.E´2 + a3.E´3 + a 4.E´4 + a 5.E´5
Pe = (2)
AT
Donde: a: es el área ocupada por cada clase de erosión (%), E´: centro de clase de erosión, AT:
área total (%)
La prioridad según la superficie es la relación entre las áreas de cada una de las microcuencas y
el área de la microcuenca más grande.
Am
Ps = (3)
AM
Donde: Am : Área de la microcuenca (ha), AM: Área de la microcuenca más grande (ha)
La prioridad según la localización relaciona el recorrido fluvial desde cada microcuenca hasta el
embalse con respecto al recorrido fluvial más largo en la cuenca.
d
Pl = 1 − (4)
D
Donde: d: distancia desde el punto donde se interceptan todas las aguas arriba de una
microcuenca hasta el embalse Pao-La Balsa (m), D: la mayor distancia desde el punto donde se
interceptan todas las aguas arriba de una microcuenca hasta el embalse Pao-La Balsa (m)
Con base en el Cuadro 3, se clasificaron los valores obtenidos de prioridades según la superficie
y la localización.
Valor de Ps y Pl Categoría
0 – 0.3 Baja
0.3 – 0.6 Media
0.6 - 1 Alta
84
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
El área estudiada presenta dos (2) categorías de prioridad según la erosión potencial (Pe(p));
siendo éstas alta y muy alta. La primera ocupa el 29,79% de la superficie total de la cuenca
media y se compone de las microcuencas Caimancito, Gamelotal, El Palmar y Caimán Grande.
La segunda categoría ocupa el 66,44% de la superficie y se compone de las microcuencas Pao,
Aragüita, Mucaria, Pacaragua y Prepo. También se presentan dos (2) categorías de prioridad
según la erosión actual (Pe(a)); siendo éstas moderada y moderadamente alta. La primera ocupa
el 13,26% de la superficie total de la cuenca media (microcuencas Caimancito y Gamelotal). La
segunda categoría ocupa el 82,97% de la superficie y se compone de las microcuencas Pao,
Aragüita, Mucaria, Pacaragua, Prepo, el Palmar y Caimán Grande. (Cuadro 4)
Cuadro 4. Valores y categorías de las prioridades según la erosión potencial (Pe(p) ) y actual (Pe(a) ).
Se observa que el área bajo estudio presenta tres (3) categorías de prioridad según la superficie
(Ps), las cuales son: alta, media y baja. La primera categoría ocupa el 25,84% de la superficie
total y a ésta pertenece la microcuenca Mucaria, que presenta la mayor área con respecto a las
nueve microcuencas. La segunda categoría ocupa el 46,03% de la superficie total y se compone
de las microcuencas Pao, Pacaragua, Prepo y Caimán Grande. La tercera categoría ocupa el
24,36% de la superficie y a ésta pertenece las microcuencas Caimancito, Aragüita, Gamelotal y
el Palmar (Cuadro 5)
85
Se presentan tres (3) categorías de prioridad según la localización (Pl), las cuales son: alta,
media y baja. La primera categoría ocupa el 68,14% de la superficie total y se compone de las
microcuencas Caimancito, Pao, Mucaria, Gamelotal, el Palmar y Caimán Grande, éstas
presentan el más alto valor de Pl debido a que todas las aguas que drenan de ellas llegan
directamente al embalse Pao la Balsa. La segunda categoría ocupa el 14,64% de la superficie
total, a ésta pertenece la microcuenca Pacaragua. La tercera categoría ocupa el 13,45% de la
superficie y a ésta pertenece las microcuencas Aragüita y Prepo. (Cuadro 6)
Se observa que los valores de Ip(p) de cada microcuenca son más altos que los de Ip(a), debido a
que éste último índice evalúa la influencia que tiene la cobertura vegetal sobre la erosión. No
obstante el orden de las prioridades de atención a la erosión son las mismas (Cuadro 7)
(a) Primer nivel de atención (muy alta y alta prioridad): Mucaria y Pacaragua.
86
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
(b) Segundo nivel de atención (moderadamente alta y moderada prioridad): Pao, Caimán
Grande, Caimancito, El Palmar y Gamelotal.
(c) Tercer nivel de atención (ligera prioridad): Aragüita y Prepo.
CONCLUSIONES
REFERENCIAS
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87
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88
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
INTRODUCCIÓN
Los suelos arenosos de zonas áridas y semiáridas son frágiles y muy susceptibles a presentar
procesos de sellado y encostramiento superficial (Rao et al., 1998a y Rao et al., 1998b). En estas
regiones mejorar la agregación del suelo es una práctica recomendada, pero la acumulación de
materia orgánica es muy difícil debido a las condiciones del medio; la agregación está
condicionada porque dependen de puentes catiónicos, principalmente con calcio (Muneer y
Oades, 1989; Chenu, 1992).
El uso de yeso como enmienda cálcica podría ser apropiado para favorecer la agregación por su
acción floculante (Singer y Warrington, 1992); de esta manera se esperaría mejorar el
comportamiento hidrológico de estos suelos, por un aumento en la porosidad que tendría efecto
sobre la infiltración.
Asimismo, el aumento en el tamaño y resistencia de los agregados disminuirían la predisposición
al desprendimiento por impacto de gotas, disminuyendo la carga de sedimentos que fluye en el
escurrimiento superficial (Roth y Eggert, 1994; Rienzi y Genovés, 1994).
Otra técnica que podría tener utilidad en estos suelos, cuando es difícil instalar una cobertura
natural debido a las condiciones ambientales, consiste en el uso de mallas de materiales
resistentes, para aumentar la rugosidad y capturar las partículas que se desprenden con las
lluvias y disipando la energía de impacto de las gotas.
Estos mecanismos tendrían que disminuir la velocidad del escurrimiento y aumentar por
consiguiente, las posibilidades de infiltración (Moss, 1989; Bradford y Huang, 1994).
El objetivo de este trabajo fue evaluar el efecto de la utilización de enmiendas cálcicas y de una
red de malla plástica sobre algunos aspectos de los procesos de erosión hídrica, con el
propósito de utilizarlos como herramientas complementarias de control de procesos hidrológicos
en las regiones áridas que presentan suelos arenosos y escasa cobertura.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se tomaron muestras de suelo superficial de un Calciorthid típico de textura arenosa del Valle de
Santa María en la provincia de Catamarca; la distribución de partículas y el contenido de carbono
orgánico se muestran en el cuadro 1. Se separaron las muestras de suelo superficial en tres
submuestras, con tres repeticiones cada una; a una de las submuestras se le agregó cloruro de
calcio en una cantidad equivalente a 5 toneladas de yeso por hectárea y se dejó actuar durante
siete días. El segundo conjunto de submuestras fue cubierto con una malla de red de plástico con
aberturas de 1,5 x 1,5 cm. El tercer conjunto de submuestras fue utilizado como testigo sin
ningún tipo de tratamiento. Todas las muestras se expusieron a lluvia simulada, utilizando un
-2
simulador de lluvias (Rienzi, 1994), con una energía cinética de 1350 J.m y una intensidad de
-1
55 mm.h durante 60 minutos.
Se utilizaron bandejas especiales de 32 cm x 40 cm con paredes deflectoras de 50 cm de altura,
con pequeños canales en sus bordes para separar la salpicadura del escurrimiento que fluye
libremente en el frente a través de un canal especial. El fondo de la bandeja presenta orificios
destinados a captar el agua de infiltración (Rienzi, 1994). Cada diez minutos se recolectaron los
recipientes previamente identificados; la salpicadura y el escurrimiento fueron inmediatamente
tamizados separándolos en fracciones de diámetro medio mayores a 1 mm, 0,5 mm, 0,25 mm,
0,05 mm y menores a 0,05 mm. Simultáneamente se midió el volumen de agua infiltrada para
cada intervalo de diez minutos, para detectar el inicio del proceso de sellado (Rienzi, 1994).
La selectividad se midió como porcentaje de partículas en cada tamaño sobre el total de
partículas desprendidas; la relación de enriquecimiento se evaluó según la ecuación siguiente
(Wang y El Swaify, 1998):
89
–1
RE = W 1 x W2 (1)
Los datos obtenidos se analizaron por medio del análisis de variancia de una sola vía y
multifactorial con interacciones (Steel y Torrie, 1992).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Cuadro 2: Pérdidas totales y parciales para cada subproceso erosivo, en el suelo Testigo y los tratamientos
analizados.
90
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
80%
1 mm
Porcentaje
60%
0,5 mm
40%
0,25 mm
0,05 mm
20% < 0,05 mm
0%
ESCURRIMIENTO
ESCURRIMIENTO
ESCURRIMIENTO
SALPICADURA
SALPICADURA
SALPICADURA
SUBPROCESOS EROSIVOS
Figura 1. Selectividad de los subprocesos en los distintos tratamientos en el suelo arenoso de Santa María
91
escurrimiento presentaban preferencia por las partículas menores a 0.064 mm en un Oxisol de
textura arcillosa y además la salpicadura también transportaba partículas de 0, 5 a 1 mm.
Las diferencias que se observan para las partículas de mayor tamaño en este caso pueden
deberse a las diferentes texturas de los suelos empleados, ya que en el Calciorthid, esos
diámetros pueden corresponder a gravillas y no ser transportados o ser agregados tan débiles
que no aparecen en el sedimento.
Con la enmienda cálcica se logró que las partículas de 0,25 mm disminuyeran la RE de 1,47 a
menos de 1; en el resto de los tamaños no se observaron modificaciones. Una causa probable
para este comportamiento puede ser la cementación de estas partículas (Chenu, 1992). La malla
plástica en superficie en cambio, provocó que los tamaños de partículas de 0,25 mm aumentaran
sus RE hasta 2,73 en la salpicadura (Figura 2a).
En el caso del escurrimiento en el Testigo (Figura 2b), los valores de enriquecimiento muestran
que el sedimento mantiene valores similares al suelo original en los tamaños de 0,025 mm, 0,5
mm y 1mm. Las partículas de 0,25 mm en cambio, muestran un pronunciado enriquecimiento
(3,57).
La enmienda cálcica aumentó la RE para partículas de 0,025 mm, mientras que para el resto de
los tamaños esta relación disminuyó, siendo las partículas de 0,25 mm las que más se redujeron
como resultado del tratamiento (Figura 2b).
En cambio, el mayor efecto de la red plástica se manifestó con los tamaños de 0,25 y 0,5 mm,
aumentando marcadamente la RE; sin embargo, no tuvo ningún efecto con los tamaños inferiores
a 0,25 mm, ni con las partículas de 1 mm. Este comportamiento coincide con lo observado por
Jin y Römkens (2001) en el sentido de que las trampas de sedimentos en superficie son
insuficientes para atrapar partículas de diámetros muy pequeños, porque éstas dependen del
movimiento del agua en superficie antes que de la energía de la lluvia.
enriquecimiento
Relación de
2
Relación de
2,5
1,5 2
1 1,5
0,5 1
0 0,5
Efecto sobre los valores de velocidad de infiltración para los tratamientos considerados.
En el suelo Testigo, la velocidad de infiltración se modifica en pequeños valores durante el
tiempo analizado, llegando a un valor final sin diferencias significativas con el valor inicial
-1
(p<0,05%), alrededor de los 20 mm.h (Figura 3).
-1
Levy et al (1994) encontraron en un suelo arenoso un valor inicial de 32 mm.h que luego
-1
disminuía hasta alcanzar los 8 mm.h , mientras que Levy et al. (1986) encontraron un valor
–1 –1
inicial de 29 mm.h que disminuía hasta los 24 mm.h
Con la malla plástica se encontró que la velocidad de infiltración superaba el valor del Testigo
-1
durante todo el evento, manteniéndose cerca de 24 mm.h . Este aspecto es de particular interés
en los suelos de zonas áridas, por lo que podría ser tomado en cuenta como práctica
complementaria cuando se busca la restauración de cobertura vegetal al aumentar la eficiencia
de las estructuras destinadas a la colecta de agua. La situación contraria se produjo con la
92
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
-1
aplicación de la enmienda cálcica, observándose que la velocidad inicial de 23,6 mm.h
-1
disminuye hasta alcanzar un valor final de 14,7 mm.h .
Shainberg y Letey (1984) encontraron en suelos de textura arenosa que la velocidad de
infiltración permanece constante durante los primeros 10 minutos, situación que fue observada
también en nuestros suelos. Cuando le aplicaron una enmienda cálcica, ellos observaron una
-1.
abrupta disminución en la velocidad de infiltración hasta alcanzar valores cercanos a 8 mm.h
-1
Shainberg (1992) también observó que un suelo arenoso con 5 Mg.ha de yeso disminuyó su
-1 -1.
velocidad de infiltración de 45 mm.h a 27 mm.h Esto fue provocado por el sello superficial
producido por el calcio en estos suelos, lo cual parece ser una situación frecuente; ello puede
deberse a que la enmienda induce la formación de agregados con diámetros equivalentes a los
poros de conducción, los cuales se obturan con mucha facilidad. En este caso, como sugiere la
RE, las modificaciones observadas en las partículas menores a 0,025 mm parecen determinantes
de este proceso de sellado, ya que en el Testigo y con la malla plástica estas partículas tienden a
permanecer sin cambios.
30
de Infiltración
VELOCIDAD DE
INFILTRACION
25
20
( mm.h )
-1
15
10
Velocidad
5
0
10 20 30 40 50 60
TIEMPO (minutos)
CONCLUSIONES
− En este trabajo se observó un aumento en las pérdidas totales producidas por erosión hídrica
con los dos tratamientos analizados, conjuntamente con un cambio en la predominancia de los
subprocesos de erosión entre surcos; en ambos tratamientos, la participación del escurrimiento
fue mucho mayor que la salpicadura en las pérdidas totales.
− La diferencia en selectividad entre los subprocesos erosivos fue eliminada por los
tratamientos empleados; con la enmienda cálcica aparece una mayor preferencia sobre las
partículas superiores a 0,05 mm, que se repite con la malla plástica, aunque en este caso
también se seleccionan en menor proporción las partículas de 0,25 mm.
− A consecuencia del efecto sobre los mecanismos de selectividad, la relación de
enriquecimiento en el escurrimiento de partículas de tamaño medio de 0,025 mm aumentó
marcadamente con la enmienda cálcica, mientras que disminuyó para el resto de los tamaños
de partículas. En cambio, con la red plástica la relación de enriquecimiento aumentó para los
tamaños de 0,25 y 0,5 mm pero no tuvo ningún efecto con las otras partículas.
− Los valores de la relación de enriquecimiento de la salpicadura con la aplicación de la
enmienda se modificaron muy poco, excepto por la marcada reducción en el tamaño de
partículas de 0,25 mm y el aumento en partículas menores a 0,025 mm. Por el contrario, la red
plástica en superficie aumentó la RE de partículas superiores a 0,25 mm.
93
− La disminución de los valores de infiltración observados con la enmienda cálcica fue atribuida a
las alteraciones observadas en la relación de enriquecimiento de las partículas de 0,25 y
menores a 0,025 mm que fueron determinantes en la generación del sello superficial.
− La evidencia de valores sostenidos y relativamente altos en la velocidad de infiltración cuando
se empleó una red plástica a pesar de la escasa eficiencia como control de erosión entre
surcos, debería ser tenida en cuenta para aumentar las posibilidades de restaurar la cobertura
vegetal en los suelos arenosos de ambientes áridos y semiáridos.
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94
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
INTRODUCCIÓN
El cambio de manejo del suelo de labranza tradicional (LT), a una condición de cero labranza
(CL) con rastrojos sobre el suelo tiene un período de transición que puede durar varios años en el
que se modifican las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo. El aumento en el
contenido de materia orgánica del suelo (MOS) en cero labranza, y su influencia sobre otras
propiedades del suelo, es uno de los efectos más relevantes que ocurren a largo plazo (Ismail et
al., 1994; Reyes et al., 2002). Este se produce por una menor tasa de descomposición asociada
al escaso contacto de los residuos con el suelo, a una menor humedad de los residuos y a una
menor temperatura dada por el efecto aislante de los rastrojos remanentes sobre la superficie del
suelo (Acharya y Sharma, 1994; Hussain et al., 1999).
La reacción o pH del suelo disminuye en CL (Sadzawka, 1994). Además, en CL la distribución y
disponibilidad de nutrientes puede alterarse debido a la ubicación superficial de los residuos
(Franzluebbers y Hons, 1996; Acevedo y Silva, 2003).
La hipótesis de esta investigación es que el cambio de manejo del suelo de labranza tradicional
(LT) a una condición de cero labranza con rastrojos sobre el suelo (CL) genera cambios
agronómicos de relevancia.
El objetivo es analizar la evolución de los parámetros químicos y físicos de un suelo (Mollisol de
la Zona Central de Chile) para un período de siete años de transición a CL y su efecto en el
rendimiento de los cultivos en una rotación trigo-maíz.
MATERIALES Y MÉTODOS
El experimento del que se obtuvieron las muestras de suelo consiste en una rotación trigo-maíz
sometida a dos tratamientos de labranza (CL y LT). Este se encuentra ubicado en la Estación
Experimental Antumapu de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile,
Santiago de Chile (33º40’ S y 70º38’ O). El suelo analizado, de origen aluvial, pertenece a la serie
Santiago de la familia franca gruesa sobre arenosa esqueletal, mixta, térmica de los Haploxeroles
énticos (CIREN, 1996). El ensayo se manejó con la rotación trigo – maíz durante siete años. Las
dos fases de la rotación están presentes todos los años.
El trigo en cero labranza se sembró sobre rastrojo de maíz (cultivo anterior) previamente picado
y distribuido homogéneamente sobre el suelo. Las siembras de las distintas temporadas se
realizaron durante la primera quincena de junio. En labranza tradicional el rastrojo se incorporó
con arado de vertedera seguido de dos pases con rastra de disco previos a la siembra. En ambos
sistemas de manejo se sembró trigo (Triticum turgidum var. durum). Se fertilizó con 60 kg/ha de
N (urea) y 80 kg/ha de P2O5 (superfosfato triple) a la siembra y 90 kg/ha de N (urea) a la
aparición del primer nudo del tallo principal. Para el control de malezas, en CL se aplicó glifosato
previo a la siembra. En ambos tratamientos se utilizó 2-4 D en macolla para control de malezas
de hoja ancha. El maíz de grano cero labranza se sembró sobre rastrojo de trigo, previamente
picado y distribuido sobre el suelo. Las siembras de las distintas temporadas se realizaron
durante la segunda quincena de septiembre. El cultivo de maíz se fertilizó con 150 kg/ha de N
(urea) y 60 kg/ha de P2O5 (superfosfato triple) a la siembra y 100 kg de N (urea) a la aparición de
la octava hoja. En ambos tratamientos de labranza se utilizó 2-4 D y EPTC. En CL se aplicó
glifosato previo a la siembra. Ambos cultivos y sistemas de labranza se sembraron con una
máquina sembradora de CL (Semeato SHM13/15). Se utilizó riego por aspersión regando según
balance hídrico del suelo. La ETR se estimó con evaporación de bandeja clase A, multiplicada
por un coeficiente de bandeja apropiado y por un coeficiente de cultivo estimado según cobertura
del suelo.
95
Muestreo de suelos.
Para los análisis químicos de suelo se utilizaron muestras compuestas. Cada muestra compuesta
provino de 20 submuestras. El número “n” de submuestras se obtuvo mediante la prueba t de
Student.
Para los análisis físicos se obtuvieron muestras compuestas de tres submuestras extraídas a tres
profundidades (0-2, 2-5 y 5-15 cm) por cada factor a estudiar. Para esto se limpiaron los residuos
orgánicos de la superficie del suelo mineral y se extrajo el suelo sin perturbar de cada
profundidad con tubos tomamuestras provistos de anillos de 2, 3 y 10 cm de altura.
Análisis de Laboratorio
En laboratorio se determinó el contenido de MOS a través del carbono orgánico oxidable del
suelo (digestión húmeda) por el método de Walkley - Black (Jackson, 1964), nitrógeno (N-NO3),
fósforo disponible (Olsen), potasio disponible y pH en agua (Sadzawka, 1990).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Propiedades físicas.
Estabilidad de los agregados. La estabilidad de los agregados evaluada mediante el diámetro
ponderado medio (DPM), fue mayor en los tres intervalos de profundidad del suelo en cero
labranza (Figuras 1A y 1B). Los agregados son más estables al séptimo año de manejo en cero
labranza, pero, en labranza tradicional la estabilidad tiende a disminuir (Figura 1B). El DPM se
correlacionó en forma significativa y positivamente con el contenido de materia orgánica (MOS)
del suelo (r = 0,78), evidenciándose la función agregante de la MOS. Resultados similares han
sido obtenidos por Puget et al. (2000).
3.0 3.0
A a B
2.5 2.5
b
b
DPM (mm)
DPM (mm)
2.0 2.0
CL4
1.5 1.5 c CL7
cd LT4
d LT7
1.0 1.0
e
0.5 ef ef 0.5
f f f
0.0 0.0
0-2 2-5 5 - 15 0-2 2-5 5 - 15
Profundidad (cm) Profundidad (cm)
Figura 1. Diámetro ponderado medio (DPM) de los agregados en dos sistemas de labranza para cuatro (a)
y siete (b) años de manejo.
Temperatura del suelo. La figura 2 muestra que las temperaturas máximas y mínimas medias,
registradas durante los meses de agosto, septiembre y octubre del 2003, tuvieron una menor
96
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
amplitud térmica en CL respecto a LT. A medida que aumentó la profundidad las diferencias de
temperatura entre los dos sistemas de manejo se hicieron menores (Figura 2). La temperatura
media diaria promediada en el período de colecta de datos en los primeros dos centímetros de
suelo fue 2,17ºC superior en labranza tradicional. La temperatura del suelo en los primeros
centímetros es determinante de la velocidad de germinación de las semillas de los cultivos,
observándose un retraso de cinco días en la emergencia de trigo en cero labranza.
25
20
Temperatura (ºC)
15
10
5
0 2 4 6 8 10 12
Profundidad (cm)
CL min LT min CL max LT max
Figura 2. Perfil de amplitud térmica medido de agosto hasta octubre del 2003.
1.55
1.5
Da (Mg.m )
-3
1.45
CL
LT
1.4
1.35
1.3
0-2 2-5 5 - 15
Profundidad (cm)
Propiedades químicas
Materia orgánica del suelo. La figura 4 muestra la evolución de la materia orgánica del suelo de
acuerdo al sistema de manejo del suelo y profundidad de muestreo. En el primer intervalo de
profundidad la MOS en cero labranza aumentó rápidamente hasta estabilizarse en un nivel
cercano al 3,6%. En el segundo intervalo de profundidad en cero labranza, la MOS tuvo una
tendencia al aumento. El efecto de acumulación de MOS no se observó a mayor profundidad. La
MOS en labranza tradicional no varió en el tiempo y en profundidad. Considerando solamente los
cinco primeros centímetros de suelo, se calculó una tasa de secuestro de carbono promedio de
-1 -1
0,5 Mg de C ha año .
97
4
3.8
3.6
3.4
CL1
% MOS 3.2
CL2
3
CL3
2.8
LT1
2.6
LT2
2.4
LT3
2.2
2
0 1 2 3 4 5 6 7 8
AÑOS DE MANEJO
Figura 4. Evolución de la materia orgánica del suelo. Donde CL1, CL2 y CL3 representan el % de MOS en
cero labranza en las profundidades 0-2, 2-5, y 5-15 cm respectivamente. LT1, LT2 y LT3
representan el % de MOS en labranza tradicional en las profundidades 0-2, 2-5, y 5-15 cm
respectivamente. Las barras corresponden al error estándar de la media.
8,14
8,12
8,1
8,08
8,06
CL
pH
8,04
8,02
LT
8
7,98
7,96
7,94
0 2 4 6 8 10 12
Profundidad (cm)
Nitrógeno, fósforo y potasio (NPK). El cuadro 1 muestra que los nitratos del suelo fueron mayores
en LT que en CL. Tanto en CL como en LT se produce una estratificación de los nutrientes en el
perfil de suelo, aumentando en superficie. El mayor nivel de nitratos en LT puede estar asociado
a la mayor tasa de mineralización de la MOS inducida por el aumento de la presión parcial de
oxígeno que ocurre cuando el suelo es disturbado por el arado (Acevedo y Martínez, 2003),
promoviendo la nitrificación del nitrógeno liberado a partir de compuestos orgánicos complejos.
El fósforo extraído por el método de Olsen y el potasio disponible fueron mayores en CL, en
particular, el fósforo extraíble fue mayor en CL en los primeros dos centímetros del suelo. En el
caso del potasio disponible la diferencia fue significativa para los tres intervalos de muestreo. Los
residuos de cosecha presentan altas concentraciones de potasio y en menor medida de fósforo.
Estos elementos no se volatilizan cuando se mineraliza la MOS. Sin embargo, en LT tanto el
potasio como el fósforo son menores que en CL debido a un efecto de dilución que se produce al
incorporar los residuos de cosecha en un volumen de suelo mayor al muestreado (hasta 25 cm
cuando se emplea arado de vertedera).
98
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
Rendimientos
El cuadro 2 muestra que cuando se utilizan las mismas prácticas de fertilización los rendimientos
de trigo y maíz tienden a disminuir conforme transcurren los años de manejo en CL. Además, el
valor absoluto del diferencial de rendimientos aumentó en magnitud en el tiempo. La disminución
de los rendimientos en el tiempo en cero labranza puede deberse al menor nitrógeno disponible
(N-NO3). Considerando que en el experimento se utilizó el mismo manejo agronómico, salvo por
el sistema de labranza, es probable que aumentando la cantidad de nitrógeno inorgánico
fertilizante en CL se obtengan rendimientos similares a LT.
Cuadro 2. Rendimientos de trigo y maíz (qq / ha) en rotación en dos sistemas de manejo de suelo.
CONCLUSIONES
− La transición entre un sistema de labranza tradicional a cero labranza puede extenderse por
varios años hasta que el suelo alcance un nuevo nivel de equilibrio. En este período el hecho
de no labrar el suelo y dejar los rastrojos sobre él determina cambios en las propiedades del
suelo con consecuencias agronómicas.
− La disminución de los rendimientos experimentados en cero labranza no puede considerarse
una condición propia del sistema de labranza, debido a que en el experimento se utilizó el
mismo manejo agronómico.
− El análisis de los datos no entregó una relación clara entre las propiedades del suelo y el
rendimiento de los cultivos, haciéndose necesario continuar con investigación específica
orientada a los cambios experimentados en aspectos físicos y mecánicos del suelo.
-1 -1
− La tasa de acumulación de carbono en el suelo de 0,5 mg ha año puede constituir a la cero
labranza como una tecnología sustentable que puede secuestrar C cuando los suelos han sido
previamente labrados en forma intensiva.
99
REFERENCIAS
100
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
Irlanda Isabel Corrales A., Edgar Amézquita C., Mariela Rivera y Luis F. Chávez
Centro Internacional de Agricultura Tropical. Unidad de Suelos y Plantas. Cali, Colombia.
i.i.corrales@cgiar.org; e.amezquita@cgiar.org; m.rivera@cgiar.org; l.chavez@cgiar.org
INTRODUCCIÓN
Las sabanas tropicales cubren alrededor del 43% de las planicies de América Latina con un área
de 243 millones de hectáreas. Estas son tradicionalmente utilizadas para ganadería extensiva de
baja productividad (Vera y Seré 1985). Los Llanos Orientales de Colombia cubren una extensión
aproximada de 17 millones de ha, la zona de Altillanura ocupa 9.823.000 ha comprendidas por
paisajes de Altillanura plana, Altillanura ondulada y Serranía. La Altillanura plana ocupa 3.5
millones de ha y por su relieve, es la zona de los Llanos Orientales más favorable para la
agricultura, aparte del piedemonte (Rippstein et al., 2001). Dada la intensificación agrícola con
cultivos de maíz, soya, sorgo etc., en los últimos años surge en esta región de Colombia la
necesidad de desarrollar estudios de investigación que conduzcan al manejo más adecuado de
estos suelos haciéndolos más productivos de una manera racional y manteniendo estas
características estables en el tiempo para evitar su degradación, dada la vulnerabilidad de sus
propiedades físicas y químicas.
Durante 1993 al 98 se desarrolló en el Centro de Investigación Carimagua – Puerto Gaitán –
Meta – Colombia, un experimento a largo plazo denominado Culticore Fase I y cuyo propósito fue
desarrollar mediante el uso de varios modelos una comprensión mecanicística de los procesos
químicos, físicos y biológicos del suelo sobre sistemas agropastoriles y cultivos secuenciales en
los Llanos Orientales de Colombia. La producción de los cultivos, la optimización de las
fertilizaciones, el ciclo de nutrientes, las propiedades de los suelos, y la presión biótica de las
malezas, forman el contenido temático de los experimentos. Varios trabajos satélites con
naturaleza más estratégica se condujeron colateralmente con estos experimentos y apuntaron al
mejoramiento de la comprensión de los procesos claves para la producción sostenible y el
desarrollo de indicadores de sostenibilidad por ej: el monitoreo de la calidad del suelo a través del
tiempo, ciclos de nutrientes mediante monitoreos de hojarasca, residuos de cosecha, excretas de
ganado, biomasa microbial, transformaciones del fósforo, propiedades físicas del suelo, dinámica
y actividad de la macrofauna del suelo. Las sabanas nativas son utilizadas como controles o
puntos de referencia para comparar los sistemas de cultivos con los agropastoriles. En el 2000 se
decide determinar si el mejoramiento conseguido durante la Fase I es suficiente para soportar la
siembra directa dado el gran auge que se está dando a esta práctica ya que se considera a la
Altillanura Colombiana muy similar en sus condiciones físicas y químicas con los Cerrados
Brasileros. La segunda Fase de este experimento busca crear condiciones más favorables para
el desarrollo de las plantas en estos suelos bajo el claro concepto de la formación de una capa
arable con unas condiciones químicas, físicas y biológicas mejoradas antes del establecimiento
de prácticas como la siembra directa tomando como base que mediante la utilización de prácticas
agrícolas se pueden crear unas condiciones mas agradadas de estos suelos de acuerdo a las
experiencias obtenidas en la Fase I de este experimento.
MATERIALES Y MÉTODOS
101
Este experimento empleó materiales de arroz de secano altamente tolerables a saturaciones
elevadas de aluminio y condiciones de acidez del suelo, como el Orizica sabana 10, Orizica
sabana 6 y un material precoz de 90 días, denominado línea 30, y en maíz materiales que toleran
saturaciones de aluminio de alrededor de 40-60% como SiKuani V110 y el híbrido H108. En la
Fase I de este experimento se utilizó el concepto de alta cal y baja cal para arroz y maíz,
-1
respectivamente. En el caso de arroz se utilizaron 500kg.ha de cal para satisfacer necesidades
-1
de Ca y Mg y para maíz 2000 kg.ha para reducir la saturación de Al hasta niveles permisibles
para los materiales tolerantes de maíz. En la Fase II, se utilizaron rotaciones de arroz-soya y
-1
maíz-soya bajo sistemas de siembra directa y labranza reducida (cincel rígido) y 300 kg.ha de
cal dolomita para satisfacer los requerimientos de Ca y Mg.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En la Fase I, se observó que la densidad aparente en los sistemas de arroz-caupí abono verde y
maíz-soya abono verde son menores respecto a los otros tratamientos por los menos en los
-3
primeros 20cm (1.10 – 1.15 Mg.m ), a partir de esta profundidad la densidad se incrementa
-3
hasta obtener valores similares a la sabana nativa (1.2 – 1.3 Mg.m ). En arroz la resistencia
mecánica del suelo es a ir aumentando los valores con la profundidad, observándose este
comportamiento en todos los tratamientos. Iniciando con valores entre 1.5 – 2.0 MPa para las
primeras profundidades llegando a valores promedios de 4 MPa entre los 50 - 60cm de
profundidad. Se observa claramente que desde los 10 cm de profundidad se empieza a tener
limitaciones para el desarrollo de raíces, teniendo en cuenta que un valor de 2.7 MPa es
considerado como límite crítico para la penetración de raíces en cultivos comerciales. Los
tratamientos que registran mayores valores de resistencia a la penetración son las pasturas, lo
que indica que el pisoteo del ganado ha ocasionado una reducción del volumen del suelo. Con
relación a la sabana nativa, los tratamientos basados en maíz han sido beneficiosos por que han
disminuido los valores de resistencia a la penetración, posiblemente por que han aportado al
suelo un sistema de raíces más fibroso (Figuras 1 y 2).
La resistencia al corte tangencial muestra claramente valores bastante altos que superan los
niveles críticos de resistencia de 40 kPa, ubicándose todos los tratamientos en valores altos, muy
altos y extremadamente altos para el desarrollo de raíces. Esto indica que estos suelos a pesar
de los tratamientos que han tenido aun presentan ciertas restricciones para el desarrollo de
raíces. Estos resultados son corroborados con los datos de penetración. La infiltración
acumulada en los tratamientos de maíz monocultivo, maíz –soya grano y maíz-soya AV es mas
alta con relación a los tratamientos de arroz, pasturas y la sabana nativa, lo que indica que se ha
logrado mejorar esta propiedad que tiene relación con la acumulación de agua y que es
considerada como un estimador de la salud del suelo (Figura 3).
102
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
0 5 10 15 20 25-1 302 35 40 45 50 0 5 10 15 20 25 2
kf/cm30 35 40 45 50
-1
1.10 kf MPa
/cm
0 1.10 MPa
0 0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50
0 0
10 10
20 10 20 10
30 20 30 20
Prof. (cm)
Prof. (cm)
40 30
Arroz monocultivo
Arroz - Caupi 40 30 Maiz monocultivo
Maiz - soya
Arroz -Arroz
Ab/verde
monocultivo Maiz - Maiz
Ab/verde
monocultivo
50 40 Sabana nativa
Arroz - Caupi 50 40 Sabana nativa
Maiz - soya
Arroz -Arroz
pasto- Ab/verde
Maiz - Maiz
pasto- Ab/verde
60 50
Sabana nativa
Arroz - pasto 60 50 Sabana nativa
Maiz - pasto
60 60
70
Arroz monocultivo
Arroz+Caupí grano
60 Arroz+Caupí AV
Sabana Nativa
Infiltración acumulada (cm)
Pastura B. humidicola
Maíz monocultivo
50 Maíz+Soya grano
Maíz+Soya AV
Sabana Nativa
Pastura P. maximum
40
30
20
10
0
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 110 120 130 140
Tiempo (minutos)
103
presentan en campo en cuanto al efecto que han tenido los tratamientos en la distribución de
este elemento en el suelo comparado con la sabana nativa y la pastura.
Rendimientos en Fase II. Se presentaron diferencias significativas entre tratamientos no solo
para los rendimientos obtenidos en arroz sino para los de maíz, observándose los mayores
rendimientos de grano para el 2000 en el tratamiento 10 (Pastura de P. maximum), seguida por
los tratamientos de cultivos. En el 2001 se observó que los mayores rendimientos de arroz y maíz
-1
se presentaron en el tratamiento de maíz – soya AV con 2478 y 4191kg. ha respectivamente.
Los rendimientos de arroz bajo labranza cero se mantuvieron por encima de la labranza con
cincel hasta el segundo año, pero estos se vieron reducidos en su tercer año, con relación a los
rendimientos de maíz los cuales se redujeron desde el segundo año de siembra directa en la
labranza cero respecto a la labranza con cincel, lo cual nos indica que el maíz es más sensible a
los cambios que se están presentando en el suelo.
Malezas en arroz y maíz. Todos los tratamientos presentaron una cantidad y diversidad de
malezas considerable en todos los tratamientos, especialmente los que venían de cultivos, sobre
todo de especies como Digitaria horizontalis, Emilia sonchifolia y Borreria capitata lo que nos está
indicando que además de crearse condiciones del suelo más favorable para los cultivos también
estas condiciones están favoreciendo para que se establezcan especies que normalmente no se
encuentran en la sabana nativa de forma abundante. En la sabana nativa se registran coberturas
de Emilia sonchifolia y Borreria capitata de 0.29 y 0.14% respectivamente (Rippstein et al 2001)
En arroz no se presentaron diferencias por cobertura de malezas entre labranza cero y con cincel
y su abundancia osciló entre 40 – 50%. En maíz no se presentaron diferencias entre labranzas
para el primer año pero si para el 2002 y la cobertura total de malezas se incrementó
considerablemente
cincel y labranzade 30%
cero en elobtenido enCarimagua
Culticore. CI el 2001 al 60% en el 2002 (Figuras 4 y 5).
60 70
a a
a a a 60
50 b
50
Cobertura (%)
Cobertura ( % )
40
40 a
30 a
30
20
20
10
10
0 0
2001 2002 2001 2002
Año Año
Cero Cincel
Cero Cincel
Figura 4. Cobertura de malezas en arroz en el Culticore, Figura 5. Cobertura de malezas en maíz en el Culticore,
promedios seguidos con la misma letra no difieren promedios seguidos con la misma letra no difieren
significativamente (P<0.05). CI Carimagua - Meta significativamente (P<0.05). CI Carimagua - Meta
Esto indica que un suelo de sabana con condiciones físicas y químicas muy restringidas, al cabo
de cinco años bajo sistemas de cultivos como el maíz ha presentado unas condiciones más
agradadas para el establecimiento de cultivos como el maíz (Fotos 1, 2, 3 y 4).
104
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
En la figura 6 se observa una alta relación entre los rendimientos de maíz y la profundidad de
enraizamiento lo que indica que en la medida en que se logre una mayor profundidad de raíces
que estén en capacidad de explorar para extraer nutrientes del suelo se pueden alcanzar altos
rendimientos en los cultivos.
Para el caso particular de maíz si al menos se logra obtener de 28 – 30cm de profundidad de
-1
raíces se puede alcanzar rendimientos de aproximadamente 4000kg.ha .
5000
4000
Producción de maíz ( kg ha )
-1
3000
y= a
x-xo
2000
1+e b
1000
r2 = 0.99
Labranza cero
Cincel
0
10 20 30 40
105
CONCLUSIONES
- Los tratamientos que se basaron en maíz durante la Fase I fueron los que presentaron mayores
rendimientos de arroz y maíz en la Fase II, dada las mejores condiciones de estos suelos para
su establecimiento comparados con la sabana y pasturas.
- Los rendimientos de arroz en labranza cero parecen ser más estables en el tiempo que los de
maíz, ya que los rendimientos de maíz labranza cero declinaron en el segundo año con
relación a la labranza con cincel.
- Las especies que predominaron en los cultivos de arroz y maíz fueron Digitaria horizontalis,
Emilia sonchifolia y Borreria capitata, especies que pueden llegar a reducir drásticamente los
rendimientos en la medida que eleven sus poblaciones.
- Se presentó un mejor desarrollo de raíces en cuanto a su abundancia y profundidad en el suelo
en los tratamientos basados en cultivos lo que indica que el suelo posee mejores condiciones
químicas y físicas comparadas con la sabana nativa.
- Se observó alta relación entre los rendimientos y profundidad de enraizamiento (r2 = 0.99), lo
que indica que hay una respuesta positiva sobre los rendimientos en la medida que las
condiciones del suelo se vayan mejorando tanto química como físicamente para un mejor
desarrollo de raíces de los cultivos.
- Se debe trabajar más para tratar de incorporar estas condiciones favorables mínimo en una
profundidad de 0 – 30 cm, siendo necesario desarrollar estrategias para mantener y mejorar
estas condiciones las cuales pueden incluir investigación sobre materiales vegetales de doble
propósito para colocar material en superficie y dentro del suelo.
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106
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
INTRODUCCIÓN
107
instante y sitio determinado, sino también como herramienta para obtener información que
posibilite permanentemente mejorar las prácticas de manejo forestal, propendiendo la
sustentabilidad.
MATERIALES Y METODOS
Este documento abarca aquellos componentes del proyecto que refieren al análisis de los efectos
de la forestación con eucaliptos sobre los recursos hídricos en cuanto a cantidad, medido como
impacto relativo a la condición natural de suelos bajo pasturas para uso ganadero. La
metodología adoptada consiste en la comparación de cada uno de los procesos que participan
del ciclo hidrológico y, en particular, la redistribución de la precipitación incidente sobre el monte
de eucaliptos (Iroumé y Huber, 2000); análisis del escurrimiento en tormentas; y determinación
del balance hídrico mensual, estacional y anual.
En particular, atendiendo a la información actualmente disponible, el presente trabajo se centra
en el análisis comparativo de la escorrentía en tormentas y escorrentía mensual en aquellos
meses en que se cuenta con datos completos en ambas microcuencas. A efectos de facilitar el
análisis comparativo, el criterio fundamental adoptado para seleccionar el cierre de las
microcuencas ha sido imponer igualdad de tiempos de concentración. En efecto, este parámetro
ha prevalecido sobre el parámetro área en la selección del sitio de cierre, puesto que igualdad de
áreas y tiempos de concentración diferentes producirían para un mismo evento hidrogramas con
diferente tiempo pico y tiempo base, y la consideración de diferentes duraciones de lluvia en la
generación del caudal pico, lo que dificultaría el análisis comparativo. Por consiguiente, adoptado
el criterio de iguales tiempos de concentración, la diferencia en área de las microcuencas, que
sólo afecta la magnitud del caudal pico y no la forma del hidrograma, se toma en cuenta
manejando caudales pico específicos (caudales por unidad de área) y escurrimientos específicos
(lámina de escurrimiento por unidad de área).
Área de estudio
A partir de la selección de predios forestados, realizada por la Contraparte de la Dirección
General Forestal, se identificaron un total de 70 microcuencas en las zonas de prioridad forestal
más relevantes del país. Estas microcuencas se caracterizaron, con información predial e
identificación de las correspondientes fotos áreas, por parámetros físicos e hidrológicos
habituales en estudios hidrológicos. Seguidamente, en base al análisis realizado, se visitaron los
sitios más favorables, seleccionándose finalmente dos microcuencas en el Departamento de
Tacuarembó, establecimiento “La Abuelita”, al que se accede en el km 363 de la Ruta 5, en la
zona centro-norte del país. En el cuadro 1 se presentan los parámetros físicos más relevantes y
los tiempos de concentración de ambas microcuencas, calculados según el método de Kirpich
(1940).
108
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
Instrumentación
Atendiendo a los procesos hidrológicos que intervienen en el régimen hídrico de una
microcuenca forestal, la instrumentación consta de: una estructura de cierre similar al cuerpo de
una pequeña presa de tierra, provista en la zona central con un vertedero de cresta delgada, de
tipo combinado triangular - rectangular, con capacidad para registrar caudales en el rango 0 - 14
3 -1
m .s (correspondiente a un período de retorno estimado de 25 años), un limnígrafo electrónico
de boya; dos pluviómetros; instrumental para medida de la redistribución de la precipitación (es
decir, escurrimiento fustal, precipitación directa a través de la copa de los árboles e intercepción);
baterías de tensiómetros y tubos de acceso para sonda de neutrones para la determinación de la
evolución del agua en el suelo; y tres piezómetros para el monitoreo de la variación del nivel de la
napa freática.
La instrumentación de la microcuenca testigo, con pastura natural, consta de: una estructura de
cierre similar al descrito para la cuenca forestal, un limnígrafo electrónico de boya; una estación
meteorológica que comprende: un pluviógrafo electrónico, un pluviómetro, un tanque
evaporímetro tipo "A" y un gabinete para termómetros equipado con un juego de termómetros de
máxima y mínima y un psicrómetro de mano para medida de humedad relativa; baterías de
tensiómetros y tubos de acceso para sonda de neutrones para la determinación de la evolución
del agua en el suelo; y dos piezómetros para el monitoreo de la variación del nivel de la napa
freática.
Puesto que el proyecto de investigación también comprende el estudio del impacto de la
forestación sobre la calidad de las aguas de lluvia y aguas en cauce, y procesos de pérdida de
suelo, la instrumentación de las microcuencas incluye: red de muestreo de aguas de lluvias,
torres de muestreo de sedimentos en suspensión en cauce, y parcelas de escurrimiento. El
proyecto también abarca estudios comparativos y evolución de las propiedades de los suelos
(Durán et al., 2001).
La instrumentación se ha implementado progresivamente durante la primera mitad de 2000. El
bosque fue implantado en forma integra en la primavera del año 1993, contando por tanto con 7
años de edad al inicio del presente estudio, y una densidad de 1200 árboles por hectárea.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Los resultados que se presentan a continuación se centran en el análisis de tormentas
registradas en el período comprendido entre el 1º de junio de 2000 y el 31 de agosto de 2002,
fecha ésta última en que se suspendió momentáneamente el programa de monitoreo.
Los datos de altura limnimétrica registrados en cada una de las microcuencas se transformaron a
datos de caudal aplicando la relación altura-caudal vertido, determinada en laboratorio mediante
la implementación de un modelo físico con el que se calibró la zona de transición entre el
vertedero triangular y el vertedero rectangular (Durán et al., 2001). En la figura 1 se muestra,
para las tormentas identificadas en el período considerado, la correlación existente entre los
escurrimientos específicos medidos en campo natural y monte de Eucaliptos grandis, expresados
en mm, a efectos de prescindir de las diferencias existentes en superficie entre una microcuenca
y otra. El escurrimiento en la microcuenca forestal se reduce en un 64% respecto a la escorrentía
en la microcuenca en campo natural. La función objetivo propuesta por Nash y Sutcliffe (1970),
2
con coeficiente R = 0,89, próximo a uno, indica un buen ajuste entre ambas series de datos.
La figura 2 expresa la correlación existente entre los correspondientes caudales pico específicos
3 -1 -2
medidos en campo natural y en monte de Eucaliptos grandis, expresados en m .s .km . La
correlación lineal que pasa por el origen de coordenadas muestra que los caudales pico
específicos en la microcuenca forestal representan solamente un 22 % del correspondiente
caudal pico registrado en la microcuenca en campo natural, representando por lo tanto una
2
reducción de 78 %. También en este caso se obtiene un coeficiente R = 0,74, que indica un
buen ajuste entre ambas series de datos.
Los resultados obtenidos en ambas correlaciones confirman los obtenidos inicialmente, al
procesar tormentas registradas solamente en el año 2000 (Silveira et al., 2002). No obstante,
cuando se relacionan los escurrimientos superficiales entre dos tipos de coberturas vegetales tan
diferentes, como campo natural y Eucaliptos grandis, debe tenerse presente la magnitud de la
precipitación registrada que da lugar a estos eventos. En este caso particular se observa que los
datos de precipitación diaria registrados varían entre 7 a 64 mm por día para el período
considerado y, por lo tanto, corresponden a tormentas con períodos de retorno bajos, que son
justamente los que en mayor medida se ven afectados por la reducción de los aportes de lluvia a
109
nivel del suelo por el efecto de la intercepción debida a las copas de los árboles (Iroumé y Huber,
2000). Esta precisión es sumamente importante puesto que en la región no son infrecuentes
eventos de precipitación que alcanzan o superan los 150 mm por día. Por consiguiente, se
comprende que las conclusiones que puedan extraerse en esta etapa de avance de la
investigación están sujetas a las limitaciones que impone la información procesada actualmente
disponible.
Caudales mensuales
80
70
60
Caudal específico forestal (mm)
50
y = 0.4656x
2
R = 0.6884
40
30
20
10
0
0 20 40 60 80 100 120 140
Caudal específico pastura (mm)
Figura 1. Relación entre caudales específicos (mm por mes) en campo natural (pastura) y en plantación de
Eucaliptos grandis
2.3
2.0
1.8
Qpico forestal (m /s.Km )
2
1.5
3
1.3
y = 0.222x
2
R = 0.7404
1.0
0.8
0.5
0.3
0.0
0.0 1.0 2.0 3.0 4.0 5.0 6.0 7.0 8.0
3 2
Qpico pasturas (m /s.Km )
Figura 2. Relación entre caudales picos (Qpico) específicos escurridos en campo natural (pasturas) y en
plantación de Eucaliptos grandis
CONCLUSIONES
− Las microcuencas experimentales instaladas constituyen un laboratorio natural por excelencia,
permitiendo estudios cuantitativos del efecto integrado de los procesos hidrológicos y, en un
futuro, el análisis de diferentes prácticas de manejo forestal, según lo proponen Moldan y Cerny
(1994).
110
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
− El proyecto constituye un primer eslabón hacia el conocimiento del impacto ambiental de los
programas de forestación con eucaliptos en el Uruguay y la búsqueda de
información/indicadores de manejo sustentable, para corregir y mejorar las prácticas de manejo
forestal. Conviene señalar, no obstante, que la investigación se encuentra en una fase inicial,
en la que se cuenta con algo más de dos años de monitoreo, con huecos de información
debidos fundamentalmente a aspectos relacionados con la financiación del programa,
pretendiéndose abarcar al menos un período que se extienda algunos años más allá del primer
corte.
− En la etapa actual del proyecto se observa que la escorrentía específica en tormentas se
reduce en la microcuenca forestada con Eucaliptos grandis en 64% respecto a la escorrentía
específica en la microcuenca en campo natural.
− Los caudales pico específicos asociados a las tormentas analizadas representan, en la
microcuenca forestal, una reducción promedio del 78% en relación al correspondiente caudal
pico registrado en la microcuenca en campo natural.
− Si bien las correlaciones establecidas permiten percibir una tendencia clara en cuanto a la
reducción de la escorrentía específica y caudales pico específicos en tormentas, la extensión
de los datos monitoreados no permite aventurar conclusiones definitivas, hasta tanto no se
cuente con una serie más extensa de datos y una mayor representatividad de la variabilidad de
los eventos de precipitación. Esto se debe a que las tormentas analizadas corresponden a
eventos de lluvia entre 7 a 64 mm/día, que corresponden a tormentas con períodos de retorno
bajos, que son los que en mayor medida se ven afectados por la reducción de aporte de lluvia
a nivel del suelo por intercepción debida a las copas de los árboles; en tanto que eventos que
alcanzan o superan los 150 mm/día no son infrecuentes en la región bajo estudio.
REFERENCIAS
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111
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
INTRODUCCIÓN
Las sabanas de los Llanos orientales, también llamadas Orinoquía Colombiana, ocupan
aproximadamente 17 millones de hectáreas. Dentro de esta región se encuentra la Altillanura
plana, cuya extensión es de 3.4 millones de hectáreas (Cochrane y Sánchez, 1981), contenida en
una franja de 60 km de ancho en promedio, que se extiende al sur del Río Meta desde la
localidad de Puerto López (Departamento del Meta) hasta el límite con Venezuela (Cochrane et
al., 1985). La vegetación nativa comprende, en su mayor parte, gramíneas de escaso valor
nutritivo (Álvarez y Lascano, 1987); con bajos niveles de productividad animal, ampliamente
documentada tanto en trabajos en la estación experimental (Paladines y Leal, 1979) como en las
fincas (Kleinheisterkamp y Häbich, 1985).
Sus suelos, especialmente los Oxisoles (Tropeptic Haplustox isohypertermic), tienen pH de 4.5 y
(+) -1
baja disponibilidad (cmol .kg ) de Ca (0.2), Mg (0.08), K (Bray 2) (0.1) y P (Bray 2) (2 mg/kg) y
una saturación de aluminio mayor de 80% (Sanz et al., 1999); son muy susceptibles a la
degradación y bajo condiciones naturales no ofrecen un medio óptimo para la producción de
cultivos y pasturas (Amézquita, 1998).
La temperatura media de la zona es de 28°C, con una precipitación anual de 2200 mm y una
evapotranspiración potencial de 1300 mm. La altitud de esta región es de 150 a 200 msnm
(Cochrane y Sánchez, 1981). La época seca se extiende entre diciembre y marzo seguida de una
época lluviosa de forma bimodal, con períodos secos de corta duración (entre 1 y 2 semanas) en
julio o agosto (Sanz et al., 1999). Los meses de abril y noviembre marcan los puntos críticos de
inicio y final de lluvias respectivamente (Hoyos et al., 1999).
El Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), conjuntamente con los Institutos
Nacionales de investigación y extensión, ha venido desarrollando en los últimos 20 años
tecnologías de sistemas agrícolas y pecuarios mejorados para este ambiente (Zeigler y Toledo,
1993; Sanz et al., 1993). A la fecha, todas las alternativas productivas implementadas, basadas
en pasturas, cultivos o sistemas agropastoriles, presentan excelentes rendimientos en los
primeros años y luego, a pesar del mejoramiento químico del suelo, una drástica disminución de
ellos en función del tiempo, todo lo cual se atribuye a procesos degradativos del suelo.
Se ha enfatizado y aceptado a través del tiempo que los suelos Oxisoles, a pesar de ser muy
ácidos e infértiles, poseen excelentes características físicas (Sánchez, 1976; Sánchez y Salinas,
1981). Sin embargo, trabajos recientes en la altillanura demuestran que estos suelos exigen un
manejo adecuado porque tienen las siguientes limitaciones edafológicas (Amézquita, 1998):
Son muy superficiales, es decir, su horizonte A es de poco espesor.
Son susceptibles a la erosión.
Su estructura es débil.
Su materia orgánica es escasa.
Son propensos al 'sellamiento' superficial, es decir, su capa externa se endurece, se encostra y
sella el interior.
Tienen baja capacidad de infiltración.
Son duros y su capacidad de aireación es baja.
No se dejan penetrar fácilmente por las raíces.
Su contenido de nutrientes es bajo.
Retienen poca agua aprovechable para las plantas.
Su fertilidad natural es muy baja.
113
Usos del suelo
Cuadro 1. Efecto del uso de rastra y cincel rígido en los macroagregados y materia orgánica (0 a 5 cm de
profundidad)
Así mismo, se identificaron los limitantes físicos y químicos para los suelos oxisoles de la
Altillanura Colombiana bajo sabana nativa y se determinaron valores “meta” a alcanzar para los
114
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
diferentes parámetros de suelo estudiados (Amézquita, et al., 2000), tal como se observa en el
cuadro 2.
Cuadro 2. Características químicas y físicas de los suelos de la altillanura plana según la textura y metas
para corregir sus limitaciones en los primeros 20 cm de profundidad.
115
En la práctica, para construir capas arables, se sugiere proceder de la siguiente manera
(Amézquita, et al., 2002):
Mejoramiento físico del suelo. Se emplea en estos suelos (Altillanura) la labranza vertical con
cinceles rígidos, que logran un buen fraccionamiento del suelo hasta la profundidad deseada: 0-
25 cm para los sistemas agropastoriles y 0-45 cm para los cultivos permanentes, mejorando el
primer año de 0-30 cm y de 0-45 cm el segundo año, para mantener la estabilidad física del
sistema.
El suelo se afloja con el cincel y este efecto (aflojamiento) mejora varias de sus propiedades: la
infiltración de agua, la capacidad de aireación, la distribución de los elementos nutritivos, y la
penetración de las raíces.
Mejoramiento químico del suelo. En el primer año, para el caso de cultivos anuales, se
corrigen las limitaciones de acidez y saturación de bases con el uso de cal dolomita. Para
alcanzar los niveles críticos de Ca y Mg así como lograr una buena distribución de ellos en el
perfil, se utilizan fuentes más solubles (sulfatos). Para el caso de pasturas, se pueden aplicar cal
dolomita y fosfatos de calcio de baja solubilidad. Las anteriores enmiendas se aplican al suelo
antes de pasar los cinceles rígidos los cuales las incorporan al suelo en profundidad.
Mejoramiento biológico del suelo. Se siembran pastos, principalmente, que introducirán
abundantes raíces fibrosas hasta la profundidad del suelo en que ocurren su preparación y su
enmienda.
La mejora biológica se basa en materiales vegetales (gramíneas y leguminosas forrajeras) que
han sido genéticamente adaptados a las condiciones de acidez y baja fertilidad de los suelos de
la Altillanura, y que desarrollan un sistema radicular profundo y abundante. A medida que se va
mejorando el suelo se utilizarán materiales de mayor calidad y rendimiento que aumenten el
ciclaje de nutrientes e incrementen la biota del suelo.
Idealmente se debería iniciar con materiales de bajos requerimientos y alta producción de raíces
para estabilizar la física del suelo post-labranza. En este sentido, la asociación arroz-pastos
representa una buena alternativa en términos de costos de inversión. Esta asociación permite
además una mejor distribución de nutrientes en forma espacial, por la distancia corta entre
surcos, que garantizan en el futuro una mejor nutrición de los cultivos de mayor espaciamiento
entre surcos como el maíz.
CONCLUSIONES
REFERENCIAS
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Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología Francisco José de Caldas-COLCIENCIAS, por
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116
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
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117
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
Roberto Pizarro T.1, Claudia Sangüesa P.2, Juan Pablo Flores V. 2, Enzo Martínez A2.
1
Departamento de Gestión Forestal y Ambiental, Facultad de Ciencias Forestales, Universidad de Talca. 2
Norte 685, Talca, Chile. rpizarro@utalca.cl
2
Sociedad Estándares de Ingeniería para Aguas y Suelos, EIAS. 2 Norte 685, Talca, Chile.
csanguesa@utalca.cl jflores@utalca.cl emartinez@utalca.cl
INTRODUCCIÓN
MATERIALES Y METODOS
119
cual no debería presentarse un evento con precipitaciones superiores a la calculada (Pizarro y
Novoa, 1986).
Asociado a lo que se expone, el periodo de retorno para el total de ensayos de este estudio,
corresponde a un “T” de 20 años, el cual se justifica por considerar a este tiempo, el promedio de
rotación en plantaciones de Pino Radiata D. Don.
Las zanjas de infiltración a construir, poseen una sección rectangular de “h” cm de altura y “b” cm
de base, mientras que éstas tienen un largo variable “L” (Figura 1). El diseño considera además,
un rebaje en el borde aguas arriba para facilitar la entrada de agua y evitar la erosión de las
paredes; la expresión matemática que define este principio es:
Donde: Vai: Volumen de aportación de la zona de impluvio; Vcz: Volumen de captura de las zanjas
y Vin: Volumen de infiltración.
2
Donde: I: precipitación máxima en 1 hora (mm); Ai: superficie de la zona de impluvio (m ); e:
coeficiente de escorrentía; b: base de la zanja de infiltración (m); h: altura de la zanja (m); L: largo
de zanja (m) y v: velocidad de infiltración de la zanja llevada a unidad de longitud (m).
Por otra parte, la velocidad de infiltración determina la cantidad de agua que infiltra en el suelo,
dando una aproximación del comportamiento del agua dentro de una zanja. El método utilizado
para determinar la velocidad de infiltración es el método del cilindro (Gurovich, 1985), con la
variante de utilizar las tres últimas mediciones de infiltración (y no todas las alturas medidas,
como lo plantea el método), como factor de seguridad que permita diseñar las obras para las
condiciones más desfavorables en cuanto a saturación del suelo.
Asociado a lo anteriormente expuesto, en el proyecto se decidió estudiar dos tipos de zanjas:
zanja 1 de base de 0,2 m y altura 0,3 m y zanja 2 de base de 0,3 m y altura 0,3 m.
120
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
Figura 1. Esquema de una zanja de infiltración; donde d = distanciamiento entre líneas de zanjas, L = largo
de zanja, b = base de la zanja, h = altura efectiva de la zanja, con Área de impluvio = d x L.
Esta metodología se está probando en 7 ensayos ubicados entre la VI y VIII Regiones. Las
características de las obras construidas y los principales elementos utilizados para su diseño se
muestran en el cuadro 1.
Q = e × I × Ai (5)
3 -1
Donde: Q: caudal en m .s ; e: coeficiente de escorrentía; I: intensidad de precipitación máxima
-1
en 30 minutos, en mmh y Ai = área de impluvio en ha.
121
Luego, analizando cada uno de estos factores se tiene lo siguiente:
63,694 × T 0,164143
I= (6)
D 0, 469797
Donde: T: período de retorno en años (se consideró 20 años) y D: duración de la lluvia en
minutos (se consideró 30 minutos, ya que en no menos de 30 minutos se deberían concentrar las
aguas a ser evacuadas por el canal).
Se utilizó una duración de 30 minutos, la que presenta una intensidad mayor que la existente
para una hora, con el fin de disminuir la probabilidad de que ocurra un evento de grandes
proporciones y la obra sea sobrepasada. Por otro lado, el utilizar una duración más pequeña, de
15, 10 ó 5 minutos, no se justifica, ya que ello implica usar mayores intensidades de precipitación
y un considerable mayor tamaño de la obra, lo que repercute en los costos. Asimismo, el utilizar
duraciones pequeñas, se ve limitado por las características de las bandas de pluviógrafos, las
que presentan una baja resolución, llegando a lo más a 1 hora. Sin embargo, la razón
fundamental es que se contaría con valores de diseño muy altos, ya que a través de las curvas I-
D-F ajustadas o un modelo matemático es posible obtener intensidades para lapsos menores a 1
hora.
Área de impluvio
Es la superficie de captación de aguas lluvias, la cual aporta directamente el agua a la obra en
estudio. Es decir, es la superficie que proporcionará el agua que será evacuada por la obra. Cabe
destacar que si se construyeran más de un canal en una misma ladera, el área de impluvio del
canal de cota inferior estará dada por la distancia entre ambas obras.
Teniendo los valores de los tres parámetros anteriores, se calcula el caudal de diseño, a través
de la ecuación (5).
Q = A ×V (7)
3 -1 2 -1
Donde; Q: caudal en m .s ; A: sección del canal en m y V = velocidad del agua en m.s .
Según las características de los suelos de Llanillos y Paredones (franco arcilloso y arcillo
-1
arenoso, respectivamente) se consideró una velocidad de 0,9 m.s .para ambos.
Entonces, ya conocidas las variables Q y V, se llegó a un valor de sección de canal que se
muestra en el cuadro 2.
122
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
Cuadro 2. Dimensiones de los canales de desviación para los ensayos Llanillos y Paredones
A partir del ángulo conocido, es posible el cálculo de las dimensiones de la sección del canal
como se muestra en el cuadro 3. (Figura 2)
Parámetro Fórmula
S cos α
Tirante (h) h=
2 − senα
S
Base del fondo (b) b= − h × tgα
h
h
Longitud de talud (l) I=
cos α
1 1/ 2
Pendiente del canal (s) Q= × s × R 2 /3 × S
n
h
Radio hidráulico (R) R=
2
2
Donde, S = Sección del canal en m ; a = ángulo del talud con respecto a la vertical = 30º; Q =
3
caudal a conducir, en m /s; n = coeficiente de rozamiento de Manning; s = pendiente longitudinal
del canal, en m/m y R = radio hidráulico, en m.
123
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
A sólo dos años de este estudio, si bien no es posible mostrar resultados definitivos, es posible
obtener algunas conclusiones respecto a la metodología utilizada para el diseño de zanjas de
infiltración y canales de desviación.
En términos hidrológicos, la metodología se basa en la intensidad máxima de precipitación en 1
hora, para las zanjas de infiltración y en 30 minutos, en el caso de los canales de desviación. En
este sentido, las intensidades de precipitación medidas no han superado a las utilizadas en el
-1
diseño, a excepción del ensayo de Paredones, en que se registró 22 mm.h , superando
-1
levemente a los 21,07 mm.h de diseño. En este ensayo, el canal soportó de buena manera la
alta intensidad registrada, debido en gran parte a los factores de seguridad utilizado,
específicamente en la revancha.
En general, el factor de seguridad utilizado en el diseño de las zanjas, el cual incorpora los
conceptos de período de retorno, máximas intensidades de precipitación en una hora para series
de datos pluviográficos de 20 años, y valores mínimos de velocidad de infiltración de agua en el
suelo, ha permitido que las obras intercepten la escorrentía superficial y no sean sobrepasadas
por ella. Además, se destaca que el año 2002, fue una excelente prueba de validación, dado que
ese año hidrológico, presentó una alta pluviometría y por otra parte, el año 2003 presentó altas
-1
intensidades de precipitación, llegando a los 22 mm.h .
Esta metodología permite determinar los distanciamientos óptimos para distintos tamaños de
zanjas propuestos en esta investigación, y junto con ello, el número de líneas de zanjas
necesarios para la captura de la escorrentía superficial.
En este marco, al finalizar la investigación se espera evaluar y determinar los estándares de
diseño y construcción de las obras de conservación y aprovechamiento de aguas y suelos, lo que
permitirá la optimización de los recursos invertidos por el Estado y mejorar la productividad de los
suelos, disminuyendo la erosión hídrica.
REFERENCIAS
124
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
INTRODUCCIÓN
En Chile, los suelos cultivables han sufrido modificaciones continuas en sus condiciones físicas,
biológicas y químicas, como consecuencia de las características propias derivadas de su origen,
así como del sistema productivo e intensidad de uso al cual se encuentran sometidos. Lo anterior
se traduce, entre otros aspectos, en una fuerte degradación de la fertilidad natural de los suelos,
así como en la sostenida pérdida de fósforo disponible y la acidificación progresiva de los
mismos, derivadas de procesos extractivos e intensivos. Por otra parte, existen suelos afectados
por distintos grados de erosión a causa del uso intensivo y de la aplicación de tecnologías
inapropiadas en su explotación.
El suelo es el principal recurso productivo con que cuentan los productores agropecuarios y su
deterioro implica una enorme desventaja en el actual modelo de desarrollo económico,
caracterizado por la alta competitividad que existe entre productores, países e incluso bloques de
países.
El Gobierno de Chile, consciente de esta realidad, se ha comprometido, a través del Ministerio de
Agricultura, a impulsar medidas orientadas a mitigar las consecuencias de estos procesos, las
cuales se suman a las acciones propias que en forma creciente adoptan los productores para la
sustentabilidad de sus recursos productivos. Estas medidas se materializan en el Sistema de
Incentivos para la Recuperación de Suelos Degradados (SIRSD), programa de fomento orientado
a la recuperación de suelos que han sufrido algún proceso de degradación.
Su objetivo es detener o revertir los procesos de degradación de los suelos, permitiendo que los
productores agropecuarios de Chile puedan acceder a recursos estatales que se destinen a
promover la conservación, el manejo sustentable y la recuperación de los suelos de uso
agropecuario.
125
inferiores al 5%, considerando la capacidad de intercambio de cationes efectiva según análisis de
suelo. Se bonifica hasta el 80 % de los costos netos.
Siembra o Regeneración de Praderas: incentiva el establecimiento o regeneración de una
cubierta vegetal permanente en suelos frágiles o degradados, mediante un incentivo de hasta el
50 % de los costos netos, con el fin de obtener una cubierta vegetal que comprenda al menos el
90% del área intervenida.
Conservación de suelos: estimula evitar las pérdidas físicas de suelos mediante la utilización
de métodos tales como: cero o mínima labranza, control de dunas, utilización de curvas de nivel,
labranzas en contorno, establecimiento de coberturas forestales en suelos ocupados por
pequeños propietarios de escasos recursos, zanjas de infiltración, aplicación de materia orgánica
o compost, nivelación, labores que contribuyan a incorporar una mayor cantidad de agua
disponible en el perfil de suelos aptos para el uso agropecuario u otros, para lo cual se otorga un
incentivo de hasta el 80% de los costos netos en que se incurra por efectos de aplicación de tales
métodos de conservación de suelos.
Rehabilitación de suelos: promueve la eliminación total o parcial de troncos muertos,
matorrales sin valor forrajero y otros impedimentos físicos o químicos en suelos de uso
agropecuario, mediante un incentivo de hasta el 50% de los costos netos de tales labores.
FUNCIONAMIENTO
126
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
Las tablas de costos de las prácticas y labores que inciden en los distintos programas, son
confeccionadas, con la debida antelación a la postulación, en forma conjunta por las
dependencias regionales competentes del SAG y del INDAP.
OTROS ANTECEDENTES
Adicionalmente a las líneas de acción propias del programa y que guardan relación con los
objetivos de éste, se han definido las siguientes acciones relevantes:
Participación Ciudadana:
El Programa se ha orientado, en los últimos años, a la incorporación proactiva de distintos
actores en los lineamientos del programa. Así, han sido incorporados como invitados especiales
a las reuniones de Comité Técnico Regional representantes de agricultores, operadores,
universidades, comunidades, pueblos originarios, etc.
Paralelamente, se han ampliado y consolidado las rondas de consulta ciudadana para recoger
sugerencias y se ha acercado el programa desde el nivel regional a los sectores administrativos
del SAG y por ende a los usuarios.
Programa Computacional:
Todos los concursos administrados por el SIRSD a lo largo del territorio nacional operan a través
de un programa computacional que permite efectuar las postulaciones, el cálculo de puntaje y
bonificación, selección de postulantes aprobados, fiscalización, certificación y registro de
cheques a pago de beneficio. Además, esta herramienta computacional se ha consolidado como
pieza fundamental en el control de avance y seguimiento de las distintas etapas de los concursos
(Figura 1). Por otro lado, a través de este software se realizan un sinnúmero de consultas que
pueden apuntar a un plan de manejo en particular como también a análisis estadísticos, lo que ha
permitido contar en forma oportuna y expedita con la información necesaria para la
administración del SIRSD.
127
donde fueron tomados (Figura 2). Posteriormente, esta medida fue exigida para todos los
potreros participantes en alguno de los programas específicos del SIRSD. De esta manera, con
el apoyo del sistema GPS es posible localizar en forma exacta en terreno o bien en gabinete con
apoyo cartográfico cada potrero participante en el Programa, lo que facilita la planificación de las
fiscalizaciones y el acceso a los predios participantes.
Predios postulantes
128
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
RESULTADOS
Los principales indicadores relativos a la cobertura del programa son presentados en el cuadro 1,
en el cual se puede evidenciar la consolidación del programa en los últimos años manifestados
en el número de usuarios beneficiados, número de hectáreas intervenidas y monto de los
beneficios entregados.
Cuadro 1: Evolución de los Principales Indicadores del Sistema de Incentivos para la Recuperación de
Suelos Degradados (Todos los programas).
Cuadro 2. Participación del Subprograma de Conservación de Suelo entre las temporadas 1998 a 2002
AÑO
ITEM TOTAL
1998 1999 2000 2001 2002
Superficie Conservación Suelos (ha) 14,000 36,120 76,200 94,800 82,000 303,120
129
Cuadro 3. Prácticas de conservación más demandadas en los concursos administrados por el SAG,
temporada 2000 a 2002
CONCLUSIONES
130
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
Loreto Sagardía A.
La Serena, Chile lsagardia@hotmail.com
INTRODUCCIÓN
Marco Institucional
La Comisión Nacional de Riego está compuesta por dos organismos: a) un Consejo, integrado
por los Ministros de Agricultura, de Economía, Fomento y Reconstrucción, Hacienda, Obras
Públicas y Planificación y Cooperación y b) una Secretaría Ejecutiva.
La Secretaría Ejecutiva presenta dualidad de funciones, es la unidad administrativa ejecutora de
la Comisión y a la vez, es una institución con funciones en determinadas materias de riego,
particularmente con respecto a estudios y a la administración de la Ley 18.450 de Fomento a la
inversión privada en obras de riego y drenaje, así como en actividades de transferencia
tecnológica y de capacitación.
En el sector riego participan un sinnúmero de instituciones públicas como la Dirección de Obras
Hidráulicas, Dirección General de Aguas, Instituto Nacional de Desarrollo Agropecuario, Servicio
Agrícola y Ganadero, así como otros organismos como el FOSIS, CONADI y CORFO que operan
diversos instrumentos de apoyo para el desarrollo de estudios y construcción de obras menores y
de riego.
Instrumento de Fomento
La Ley, como instrumento de fomento, tiene por finalidad incrementar la superficie regada del
país, provocar un mejoramiento del abastecimiento de agua en aquellas áreas regadas
deficitariamente, incentivar el uso más eficiente de la aplicación del agua e incorporar nuevos
suelos a la explotación agropecuaria, por la vía del eliminar el mal drenaje o puesta en riego
predial. Es evidente que tras esas finalidades hay un objetivo trascendente, mejorar la
productividad a objeto que los productores eleven sus ingresos y que los habitantes del área
beneficiada mejoren su nivel y calidad de vida.
La Ley opera mediante concursos públicos, llamados anualmente, para los distintos tipos de
beneficiarios y obras, otorgando subsidios a proyectos cuyo costo no supera las U.F. 12.000 en
el caso de proyectos individuales, ni sobrepasen las U.F. 24.000 ($ 406.921.680 ó US$ 621.339),
en el caso de ser presentado por organizaciones de regantes. El monto máximo de bonificación
al cual puede optar un proyecto determinado es del 75% del costo total del proyecto.
Concursos Públicos
Los concursos se enmarcan en la normativa legal, administrativa y técnica vigente, la que está
dada por la Ley, El Reglamento y las Bases Administrativas, Técnicas y Especiales de cada
concurso.
Pueden acogerse a la bonificación que establece esta Ley, individualmente o en forma colectiva,
las personas, naturales ó jurídicas, propietarias, usufructuarias, poseedoras inscritas o meras
tenedoras en proceso de regularización de títulos de predios agrícolas, por obras e inversiones
que ejecuten en beneficio directo de los respectivos predios, así mismo organizaciones de
usuarios previstas en el Código de aguas, incluidas comunidades no organizadas que hayan
iniciado se proceso de constitución.
131
Procedimientos
Los beneficiarios que desean acogerse a los beneficios de la Ley, deben presentar su proyecto al
concurso de la categoría que le corresponde.
La Comisión Nacional de riego llama anualmente a concursos públicos (Cuadro 1) a los cuales
pueden postular los potenciales beneficiarios. Los proyectos deben ser suscritos por personas
previamente calificadas e inscritas en el Registro de Consultores de la Dirección General de
Obras Públicas.
Los proyectos presentados a concurso constan de dos partes, a) la técnica en que se describen
las obras a realizar, se presentan los cálculos hidrológicos para determinar la disponibilidad de
aguas, cálculos hidráulicos, planos y presupuesto correspondiente, y b) la parte legal y
administrativa en que se acredita el derecho de los predios y de los recursos hídricos disponibles
para la realización del proyecto propuesto.
La Ley dispone anualmente para llamados a concurso un monto de $ 24.000.000.000
equivalentes a US$ 40.000.000 anuales, distribuidos en un número de concursos variables para
cada año, dependiendo de las demandas regionales, requerimientos históricos y decisión a nivel
central.
Requisitos
Los requisitos básicos son: acreditar la disponibilidad de suelos y recursos hídricos.
Las obras posibles de bonificar son de construcción, reparación o ampliaciones:
a. Pozos profundos o norias, y su habilitación
b. Sistemas de riego tecnificados: goteo, microaspersión, aspersión, californiano
c. Embalses de regulación corta y de temporada, estanque australiano
d. Revestimientos de canales, bocatomas, sifones, obras de distribución compuertas,
aforadores, marcos partidores, acueductos, vertederos, defensa fluvial, desarenadotes
e. Obras de drenaje superficial y subsuperficial
Una vez revisados los proyectos, y estando conformes a la normativa vigente, la selección de los
éstos se hace determinando para cada uno de ellos un puntaje que definirá su orden de
prioridad.
Puntajes
Dicho puntaje tiene en cuenta los siguientes factores:
a. Porcentaje del costo de ejecución del proyecto que será a cargo del interesado
b. Superficie de nuevo riego que incorpora el proyecto o su equivalente cuando el proyecto
consulta mejoramiento de la seguridad de riego (ej. al cambiar la eficiencia del sistema de
riego de surco a goteo)
c. Superficie de suelos improductivos por su mal drenaje que incorpora el proyecto a un uso
agrícola sin restricciones de drenaje, o su equivalente cuando sólo se trate de un
mejoramiento de la capacidad de uso de ellos
d. Costo total de la ejecución del proyecto por hectárea beneficiada
e. Incremento de la potencialidad de los suelos que se regarán o drenarán, según la comuna en
que se encuentren ubicados
Calculadas las tres variables para cada proyecto concursante, se realiza el ordenamiento de
acuerdo al valor que obtenga en cada variable. Finalmente se suman los puntajes obtenidos por
cada proyecto y se ordenan de mayor a menor puntaje.
Resultan aprobados, en su orden de prelación, los proyectos que obtienen los mejores puntajes y
cuyas peticiones de bonificación quedan cubiertos totalmente con el fondo disponible para el
concurso.
132
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
133
Finalizado el concurso, la Comisión Nacional de Riego pone en conocimiento público el
resultado, mediante publicaciones en el diario oficial y un diario de circulación nacional.
A contar de la fecha de publicación de los listados, el solicitante tiene un plazo de 10 días hábiles
para reclamar ante la Comisión por su no admisión a concurso o por el puntaje asignado al su
proyecto.
Resuelta las reclamaciones o vencido el plazo para formularlas, la Comisión dicta una resolución
en la cual se indica la nómina definitiva, de las personas cuyos proyectos han sido aprobados y
se les adjudicará la correspondiente bonificación.
Una vez tramitada la Resolución, la Comisión emite un certificado en que consta la adjudicación
de la bonificación, certificado denominado Certificado de Bonificación al Riego y Drenaje (CBRD).
Los adjudicatarios de la bonificación deben comunicar a la Comisión, dentro de los 30 días
hábiles siguientes a la fecha de emisión del CBRD, la fecha de ejecución física de obras.
También deben comunicar el término de las obras, a más tardar el último día del plazo de
ejecución o de su prórroga, la que no puede exceder del plazo original.
Los proyectos que obtienen el certificado de Bonificación de Riego y Drenaje CBRD, deben
construir sus obras en un plazo no superior a 365 días.
Por razones fundadas la Comisión podrá autorizar la prórroga de los plazos de inicio y término de
obras, y ésta declarará el abandono del proyecto, si las obras no concluyen dentro de los 365
días o vencida su prórroga según sea el caso.
La Comisión puede proponer o aceptar modificaciones a los proyectos una vez resuelto el
concurso, para lo cual el solicitante debe presentar los antecedentes correspondientes para su
revisión.
Una vez construido el proyecto, y comunicado el término de obras, dentro del plazo de 90 días
hábiles se efectúa la inspección completa y detallada de las obras por los profesionales del
Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y de la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH), que son los
Servicios Regionales encargados para tal efecto, y se levanta el acta de recepción definitiva. Se
cita al profesional responsable del proyecto y al supervisor para comprobar si la calidad y
especificaciones técnicas se ajustan al proyecto o a las observaciones registradas en el Libro de
Obras. Una vez recibida la obra, se informa a la Secretaría Ejecutiva, y esta a su vez a la
Tesorería General de Gobierno para que realice el pago de la bonificación.
El solicitante, además, deberá presentar la acreditación de las inversiones realizadas con la
documentación correspondiente.
Los bienes adquiridos con la bonificación no pueden ser enajenados del predio antes del
vencimiento del plazo de 10 años, contados de la recepción definitiva de la obra.
RESULTADOS
Los resultados obtenidos el año 2001 en asignación de recursos, según tipo de obras se pueden
observar en la figura 1.
134
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
La asignación de recursos mediante la Ley 18.450, a nivel regional, entre los años 1998 al 2002,
se observan en la figura 2.
7.000,0
6.000,0
5.000,0
4.000,0
3.000,0
2.000,0
1.000,0
0,0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13
1998 495,1 1.246,0 1.597,8 1.478,0 2.899,5 802,3 513,8 239,6 235,0 100,0 296,6
1999 485,6 494,4 491,3 2.131,4 2.035,0 1.996,1 5.768,6 2.896,1 2.061,3 590,4 236,3 127,4 307,6
2000 980,8 748,4 2.512,3 1.699,2 2.296,7 5.443,9 2.425,7 1.904,8 612,9 300,8 158,8 337,8
2001 205,6 108,8 1.199,9 3.921,8 1.583,8 2.954,0 6.490,8 3.126,8 833,5 1.107,8 122,8 50,0 798,8
2002 198,8 33,0 977,3 3.223,3 1.917,0 2.572,9 6.000,0 2.833,4 386,4 643,5 235,2 84,1 1.075,0
La focalización presupuestaria por tipo de beneficiario para el año 2002 se presenta en el cuadro
2.
CONCLUSIONES
− La Ley 18.450, es un instrumento del estado que ha dado buenos resultados, por lo cual ha
sido prorrogada sobre su plazo inicial en dos oportunidades
− Entre los años 1998-2002, las áreas del país que han usado mayormente este beneficio se
concentran entre la IV y VIII regiones, siendo las región más demandante la VII con alrededor
de un 28% del total de los recursos.
− La bonificación otorgada para pequeños y medianos agricultores fue superior al 70% del monto
total asignado en el año 2002.
− Las obras de drenaje y pozos, son las obras que tienen menores requerimientos de recursos
de los montos disponibles en el país, lo que se puede apreciar claramente en año 2001.
135
REFERENCIA
Ley 18.450, Texto Integral y Reglamento; Base de Datos Comisión Nacional de Riego
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Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
INTRODUCCIÓN
Una de las mayores causas de la degradación de los cuerpos de agua es la polución no puntual
que ocasionan las áreas agrícolas, principalmente como producto secundario de la degradación
de los suelos.
El proceso de degradación del suelo ocurre fundamentalmente a través de cambios en sus
propiedades y estas a su vez influyen en la disposición del mismo para dejar pasar o transferir
contaminantes hacia los cuerpos de agua. En consecuencia, el manejo del agua es esencial para
el soporte de un manejo sostenible de la tierra. El uso de la tierra también afecta las
características físicas de la misma que influyen sobre el flujo del agua y puede alterar sus
características químicas. Por tanto puede afirmarse que “una decisión en el us o de la tierra, es
una decisión sobre el uso del agua y por tanto, las regulaciones en el uso de la tierra son
necesarias con el propósito de proteger el agua”.
La predicción del impacto que podría ocasionar un sistema de manejo del suelo sobre el agua en
particular y sobre el ambiente en general es posible hoy en día mediante el uso de la modelación
matemática. De igual modo la previsión del efecto de los cambios climáticos globales sobre el
suelo es factible a través de estas herramientas, pero la aplicación de las mismas requiere del
conocimiento de algunas propiedades básicas de ellos expresadas en forma cuantitativa y cuya
medida sea repetitiva.
Los modelos de simulación han devenido una herramienta indispensable en la investigación con
vistas a cuantificar e integrar los más importantes procesos físicos, químicos y biológicos que
ocurren en la zona no saturada de los suelos agrícolas.
En varios campos de estudio del medio ambiente tales como la hidrología, el análisis de riesgo
ambiental y el impacto de los cambios globales en los que la aplicación de la modelación ha
devenido una herramienta indispensable, la falta de parámetros seguros de las propiedades
hidráulicas de los suelos es considerado el mayor obstáculo para el progreso
137
deposición y en los ecosistemas acuáticos, y a su vez los suelos erosionados y el C contenido en
los sedimentos se redistribuyen en el paisaje y pueden constituir una perdida neta de C a la
atmósfera.
Como quiera que cualquier estrategia en aras de la recuperación de suelos degradados debe
tomar en cuenta el incremento de la calidad del suelo, uno de cuyos componentes importantes es
la calidad física, es de suma importancia el conocer y cuantificar los parámetros que determinan
esta calidad, de ahí también la importancia de contar en nuestras condiciones con una base de
datos de estas propiedades.
La medición en el campo o en el laboratorio de estas propiedades consume mucho tiempo,
dinero y frecuentemente es impracticable debido al alto grado de variación espacial y temporal,
por lo que muchos autores han intentado encontrar métodos indirectos para estimar las mismas a
partir del conocimiento de otras propiedades físicas del suelo menos complejas de medir y
disponibles en muchas bases de datos. Estos métodos permiten convertir la información básica
de levantamientos de suelos, bases de datos de sistemas de información geográfica e imágenes
satélites en mapas de propiedades hidráulicas, lo que permite describir la calidad del suelo desde
el punto de vista hídrico y monitorear el efecto del manejo agrícola.
Existen muchos grupos de usuarios potenciales para la información generada, los hidrólogos
necesitan estimar el contenido de agua en el suelo y la tensión para dividir la lluvia en los
componentes que escurren e infiltran, los agrónomos necesitan el mismo dato para la entrada en
los modelos de simulación del rendimiento de los cultivos, usado para establecer esquemas de
riego y los meteorólogos usan la humedad del suelo superficial para dividir la radiación neta en
componente de calor sensible y latente (Rawls et al, 1991).
Con la obra de Bennett y Allison (1928) primero y luego con el impulso dado por la revolución al
desarrollo del conocimiento de los recursos del país que permitió la realización de un mapa a
escala 1: 50.000 en 1972 y más recientemente la culminación del mapa 1: 25.000, se puede
afirmar que hay un amplio conocimiento en el país sobre las características cualitativas y la
taxonomía de nuestros suelos.
El conocimiento de sus características físicas no ha seguido el mismo camino. Así en la obra de
Bennett y Allison (1929), se reportan pocos perfiles con propiedades hidráulicas de los suelos,
mientras que si bien la realización del trabajo de campo para los mapas 1:50 000 y 1:25 000,
permitió la determinación en campo y laboratorio de las propiedades físicas, estas aún no han
sido ordenadas de modo que sean de fácil uso al interesado. No obstante, publicaciones
aisladas, algunos de carácter general (Klimes et al., 1980)
Con relación a las propiedades de los suelos con mal drenaje; Nakdidze y Simeon (1972),
enfocados a los estudios de riego; Herrera et al. (1985), al realizar una regionalización hidrológica
de los suelos cubanos, así como otros informes aislados del Instituto de Investigación y
Empresas de Proyectos.
Lo anterior indica que además de los estudios referidos a los mapas 1:50 000 y 1:25 000, otros
centro como el Instituto de Investigaciones de Riego y Drenaje y el Instituto Nacional de
Recursos Hidráulicos, han realizado importantes esfuerzos en la determinación de las
propiedades hidrofísicas de los suelos cubanos, sin embargo hasta el momento no existe una
base de datos central, que permita su uso por los diferentes sectores, encontrándose la mayor
parte de esta información en formato de papel, en copias casi siempre únicas, de difícil consulta.
OBJETIVOS
El Centro de Hidrología y Calidad de las Aguas del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos
presenta al Programa Nacional Científico Técnico “Cambios Globales” del Ministerio de Ciencia,
Tecnología y Medio Ambiente, un proyecto de investigación con el objetivo general de conformar
una base de datos de las propiedades hidrológicas de los suelos cubanos y los siguientes
objetivos específicos:
- Desarrollar una estructura flexible de base de datos que contenga una gama amplia de
propiedades físicas e hidráulicas de los suelos cubanos y que permita la fácil manipulación
de los mismos.
- Desarrollo de funciones de pedotransferencia.
- Desarrollar salidas de aplicación de la base de datos como: Mapa de capacidad de
almacenamiento de agua de los suelos cubanos, familia de curvas de infiltración,
138
Evaluación de parámetros y procesos hidrológicos en el suelo.
VII Escuela Latinoamericana de Física de Suelos. La Serena, Chile, 2003
ACCIONES A SEGUIR
Como parte de las acciones preparatorias de este proyecto se han sostenido conversaciones con
técnicos y directivos de las principales instituciones poseedoras de información sobre
propiedades físicas e hidráulicas de los suelos (INRH, Instituto de Suelos e Instituto de Riego y
Drenaje) y han respondido de forma entusiasta a la idea de colaborar en la concepción de una
base de datos central.
Para el establecimiento y uso de una base de datos de este tipo se realizaran las siguientes
acciones:
- Desarrollar una estructura flexible de base de datos que contenga una gama amplia de
propiedades físicas e hidráulicas de los suelos cubanos y que permita la fácil manipulación
de los mismos.
- Recopilar y seleccionar los datos acorde con su calidad.
- Compilar los mismos en soporte magnético.
- Procesamiento de los datos introducidos lo cual incluye la estandarización de algunas
medidas y la parametrización de las propiedades hidráulicas.
- Desarrollo de funciones de pedotransferencia.
- Desarrollar salidas de aplicación de la base de datos en su mayoría soportadas sobre SIG.
En cuanto a las funciones de pedotransferencia es bueno señalar que, propiedades como la
capacidad de retención de agua en el suelo y las curvas de conductividad hídrica son elementos
claves para caracterizar el movimiento del agua y los solutos en la zona no saturada del suelo.
A pesar del esfuerzo en el desarrollo de nuevas técnicas de medida de estas propiedades, aún
continúan siendo difíciles y caros de medir, especialmente utilizando como se requiere muestras
de suelo no disturbados. Una alternativa para la medición directa de los mismo es la estimación
de ellas a través de las llamadas funciones de pedotransferencia (Wösten et al, 1999), las cuales
relacionan las propiedades hidráulicas con datos de suelos mas numerosos y fáciles de medir
como la textura del suelo, el contenido de humedad u otras propiedades mas convenientes en
los estudios cartográficos del suelo.
Un requisito previo al establecimiento de estas funciones para que puedan ser aplicadas a escala
del país, es la disponibilidad de una base de datos que constituya la información sobre los datos
básicos de suelo y de los parámetros hidráulicos de los mismos para la mayor cantidad posibles
de sitios en el país.
Con los métodos indirectos se persigue una mayor simplicidad y rapidez ya que para muchos
suelos, los métodos convencionales resultan tediosos y consumen mucho tiempo. Igualmente
cobran fuerza los métodos anteriores por la necesidad de estudios regionales que requieren el
conocimiento de la variabilidad espacial de las propiedades. Según Rawls et al. (1991) existen dos
grupos de modelos de predicción; los que estiman puntos específicos de la curva y los que
estiman parámetros de los modelos de retención de humedad, ambos a partir de las propiedades
y las características físicas de los suelos mediante análisis de regresión. Una aproximación más
amplia es propuesta por Tietje and Tapkenhinrichs (1993) quien agrupa los mismos en:
- Métodos de regresión puntuales
- Métodos de regresión de parámetros funcionales
- Métodos de modelos físicos
En el primer caso, se agrupan los modelos más empíricos y se utilizan datos básicos de suelo
para predecir el contenido de humedad a determinado potencial mátrico a partir del análisis de
regresión (generalmente lineal múltiple). Dentro de este grupo se encuentran los modelos
encontrados por Gupta and Larson (1979); Rawls et al. (1991); entre otros.
El segundo método incluye los modelos que predicen los parámetros de una curva de retención
de humedad, usualmente las funciones de Brooks and Corey (1964), Campbell (1974) y van
Genuchten (1980) y pueden ser estimados a partir de regresión u otros estimadores. Una ventaja
de estas funciones es que describen la curva características en términos de parámetros
interpretables y pueden ser usados en modelos de simulación agua-suelo más fácil que el
conjunto de puntos que conforman la curva características de humedad en el suelo. En este
grupo se pueden mencionar los modelos encontrados por Vereecken et al. (1992), Wösten and
van Genuchten (1988); Schaap and Bouten (1996); entre otros no menos importantes.
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El ultimo grupo se refiere a los modelos semi físicos, porque ellos usan la similitud de forma entre
el tamaño de los poros y la distribución del tamaño de las partículas, pero también requieren
parámetros empíricos, como ejemplo tenemos el modelo de Arya and Paris (1981) Esto modelo
se basa en 3 criterios fundamentales: la distribución del tamaño de poros es calculado desde la
distribución del tamaño de partículas, el contenido de humedad se predice a partir de la
distribución del tamaño de poros mediante la conservación de masa y el potencial mátrico se
predice desde la distribución del tamaño de poros por medio de la ecuación de capilaridad.
Las tres clases de modelos tienen sus razones para existir, usualmente ellos sirven como
funciones de pedotransferencia, las cuales predicen la curva característica de humedad desde
las propiedades del suelo medidas fácilmente, para lo cual los dos primeros métodos funcionan
muy bien (Tietje and Tapkenhinrichs, 1993). Los métodos semifisicos son preferidos para
comprender las interioridades de las relaciones entre las propiedades básicas del suelo y la curva
características. Estos modelos son generalmente complejos, a veces difíciles de parametrizar y
pueden fallar en la predicción de la curva característica.
RESULTADOS ESPERADOS
Mediante este proyecto se obtendrá una base de datos en soporte magnético, realizada sobre
Microsoft Access, el cual es un gestor de bases de datos, de fácil de utilización y ampliamente
conocido en el país. Esta base de datos contendrá información sobre más de 10 propiedades
hidrofísicas e hidráulicas de los suelos cubanos, los que se agruparan acorde con la 3ra
clasificación genética de los suelos de Cuba y con la clasificación FAO-UNESCO.
De la conformación de esta base de datos podrían inmediatamente extraerse los siguientes
resultados: Parámetros estadísticos de las principales propiedades hidráulicas y físicas de los
suelos cubanos y la obtención de una buena base para cada propiedad y suelo; Familia de
curvas de infiltración y clasificación hidrológica de los suelos cubanos, ambos aspectos de
primordial importancia en la determinación de las necesidades de agua de los cultivos, de los
riesgos de erosión hídrica y del escurrimiento total y los gastos máximos en el ámbito de la
cuenca hidrográfica; Impactos de los contaminantes (pesticidas y fertilizantes) sobre el suelo y el
manto freático.
A partir de estos datos es posible la validación de modelos analíticos para la estimación de las
propiedades hidráulicas, el uso de modelos para la estimación de la contaminación y del efecto
de los cambios climáticos. También servirá d referencia para estimar en la actualidad o en el
futuro los cambios que ocurren en las propiedades de los suelos y de ahí determinar el efecto de
degradación o mejora
El cumplimiento del objetivo del proyecto permitirá al Programa Nacional Científico Técnico
“Cambios Globales”, disponer de una base de datos que puede ser utilizada en otros proyectos
en los cuales se estudian aspectos tan importantes como el ciclo hidrológico o la evolución de los
suelos cubanos frente al cambio global. Esto toma aun más importancia si se tiene en cuenta que
muchas de las determinaciones de las propiedades que recogerá la base de datos fueron
realizadas en la década de los 70, es decir antes de que comenzara el gran desarrollo
hidroagrícola del país por lo que pueden servir de referencia para la determinación de su estado
actual de evolución. Por otra parte es un fondo de incuestionable valor a la hora de utilizar
modelos de predicción.
Esta base de datos constituye un fondo importante de conocimiento de un importante recurso
natural, el suelo, también permitirá resguardar un banco de datos acumulado por el trabajo de
varias instituciones durante los últimos 40 años y que de no ejecutarse este proyecto podrían
perderse. Pondrá a disposición de los interesados un banco de datos en la actualidad de muy
difícil acceso, lo que posibilitará la introducción de modelos de predicción en todos los campos
donde el suelo juega un papel determinante o influye sobre el mismo.
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