Lámpara incandescente.

La generación excesiva de calor en las bombillas incandescentes ha llevado a un desperdicio cuántico de

energía, baja vida útil de las bombillas y sus continuas sustituciones con otros tipos de bombillas como
lámparas fluorescentes, lámparas fluorescentes compactas (CFL), lámparas fluorescentes de cátodo frío
(CCFL), lámparas de alta intensidad lámparas de descarga y lámparas de diodos emisores de luz (LED).
Para detener estas situaciones, es necesario comprender la física de la generación de calor en las
bombillas incandescentes. Para ello, este trabajo desarrolló un modelo matemático para desentrañar el
proceso térmico en una bombilla Incandescente, a través de la simulación del Análisis No Lineal
Incremental Dinámico Automático (ADINA) del modelo desarrollado; el trabajo investigó el efecto de la
distribución de la temperatura, la tasa de flujo de calor y la predicción de la vida útil de los filamentos de
las bombillas. Se encontró que por cada aumento o disminución de temperatura a lo largo del radio
desde el centro del bulbo, hay un aumento o disminución correspondiente en la cantidad de
transferencia de calor. También se encontró que la vida útil del bulbo depende de la temperatura de
funcionamiento, la uniformidad del contenido, el grosor y la longitud del filamento utilizado y el tipo de
gas de relleno empleado. El estudio concluyó que para que la vida útil de las bombillas incandescentes
sea alta, el flujo de calor de la bombilla debe ser bajo y la distribución de la temperatura debe ser
relativamente uniforme y con poca diferencia de magnitud a lo largo del tubo. espesor y longitud del
filamento utilizado y el tipo de gas de relleno empleado. El estudio concluyó que para que la vida útil de
las bombillas incandescentes sea alta, el flujo de calor de la bombilla debe ser bajo y la distribución de la
temperatura debe ser relativamente uniforme y con poca diferencia de magnitud a lo largo del tubo.
espesor y longitud del filamento utilizado y el tipo de gas de relleno empleado. El estudio concluyó que
para que la vida útil de las bombillas incandescentes sea alta, el flujo de calor de la bombilla debe ser
bajo y la distribución de la temperatura debe ser relativamente uniforme y con poca diferencia de
magnitud a lo largo del tubo.